una caricatura teológico

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Una caricatura teológico-social de la Cena del Señor: 1 Cor 11,17-34 Daniel R. Landgrave G. ESQUEMA 1.- INTRODUCCION 2.- CLAVES PRELIMINARES DE INTELECCION 3.- TEXTO GRIEGO 4.- TRADUCCION CON ANOTACION DE CORRESPONDENCIAS 5.- DETALLES DE CRÍTICA TEXTUAL 6.- DELIMITACION DE LA PERICOPA 7.- LINEAS SINTACTICAS 8.- LINEAS SEMANTICAS 9.- LINEAS PRAGMATICAS 10.- LINEAS TEOLOGICAS CON SABOR A HOY 11.- BIBLIOGRAFIA BREVE 1. Introducción Sería muy sano y provocativo, si nos acercamos al texto paulino de 1 Cor 11,17-34 con la carga de nuestra realidad experimentada en las celebraciones eucarísticas de nuestras comunidades. Cargas positivas y negativas. Urge releer el texto en un contexto eclesiológico amplio. La Palabra de Dios siempre estará abierta para iluminar nuestras realidades, juzgarlas, convertirlas, renovarlas. Este texto de s. Pablo nos revela las incoherencias sacramentales de los corintios, expresadas en un desamor social, donde no hay espacio para la verdadera fraternidad,

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Page 1: Una Caricatura Teológico

Una caricatura teológico-social

de la Cena del Señor:

1 Cor 11,17-34Daniel R. Landgrave G.

ESQUEMA

1.- INTRODUCCION

2.- CLAVES PRELIMINARES DE INTELECCION

3.- TEXTO GRIEGO

4.- TRADUCCION CON ANOTACION DE CORRESPONDENCIAS

5.- DETALLES DE CRÍTICA TEXTUAL

6.- DELIMITACION DE LA PERICOPA

7.- LINEAS SINTACTICAS

8.- LINEAS SEMANTICAS

9.- LINEAS PRAGMATICAS

10.- LINEAS TEOLOGICAS CON SABOR A HOY

11.- BIBLIOGRAFIA BREVE

1. Introducción

Sería muy sano y provocativo, si nos acercamos al texto paulino de 1 Cor 11,17-34 con la carga de nuestra realidad experimentada en las celebraciones eucarísticas de nuestras comunidades. Cargas positivas y negativas.

Urge releer el texto en un contexto eclesiológico amplio. La Palabra de Dios siempre estará abierta para iluminar nuestras realidades, juzgarlas, convertirlas, renovarlas.

Este texto de s. Pablo nos revela las incoherencias sacramentales de los corintios, expresadas en un desamor social, donde no hay espacio para la verdadera fraternidad, donde la Cena se ha vuelto un mero circo-teatro, sin consecuencias ni compromisos. Toda la fuerza evocativa y provocativa del Acontecimiento que celebran, ha quedado reducida a un pretexto del pasado. Desapareció el Jesús que inauguró la Nueva Alianza con su sangre, derramada por las opciones y conflictos que suscitó la proclamación del Reino. En esas Cenas está ausente el Sueño-Utopía del Señor Jesús. La realidad condicionante lo devoró. No hay pasión ni capacidad de fidelidad a la propuesta de Jesús: ser Comunidad Alternativa.

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Pablo analizará esta problemática comunitaria y tratará de re-fundamentar y exhortar a los corintios a una conversión sacramental y eclesial. Sin duda, también nosotros podremos encontrar en sus palabras luces re-motivadoras, para discernir y crecer en el sentido de nuestras Eucaristías y ¡sus consecuencias!

2.? Claves preliminares de intelección

Encontramos referencias paulinas a la Cena del Señor, solamente en 1 Cor 11,17-34 y en 10,14-22. De estos textos, podemos deducir que la Cena del Señor (mesa del Señor: 10,20) tenía una característica fundamental: la participación en una comida común. La problemática que ataca Pablo en 1 Cor 11, muestra los excesos reales que se daban: unos con hambre, otros borrachos (11,21).

Es innegable el trasfondo teológico de esta perícopa (11,17-34): está en el centro la Cena del Señor; hay toda una teología plasmada en un rito. No está muy claro si algunos en esta línea teológica- habían degenerado la Cena en una comida normal o si eran sacramentalistas, atentos a la normatividad del rito, sin compromisos reales; pero llama la atención que Pablo ponga el énfasis en las causas sociales del conflicto. Por eso, también es innegable que existe un trasfondo social, indispensable para conocer y valorar las líneas teológicas.

Existe un principio fundamental en el método de la Historia de las Formas: los textos tienen un Sitz im Leben, sus formas están determinadas por la situación social de donde surgen.

En el ambiente greco-romano de los tiempos de Pablo existían muchos clubes o asociaciones voluntarias de todo tipo. Es de notar que, en muchas de estas agrupaciones, un aspecto frecuente era el constituir una especie de "club de entierro", es decir, a la muerte de uno de los socios, la agrupación cubría los gastos del funeral, garantizaba la presencia en el entierro y, en el futuro, celebraba la memoria del difunto.

Las comidas festivas constituían un elemento esencial en esas agrupaciones. En las asociaciones de culto, el comedor era parte importante, donde se comía en honor de las divinidades. Existen varios testimonios arqueológicos de la existencia de estos lugares. La reunión y banquete de los cristianos para celebrar al Señor Jesús no eran acontecimientos extraños en la vida de la población, pagana en su mayoría. ¡Cada quien celebra el banquete con su divinidad!

La celebración de la cena, probablemente, se hacía los domingos (el primer día de la semana: Hech 20,2). El rito de la cena cristiana se centraba en dos momentos, los cuales enmarcaban la cena comunitaria:

a. Fracción y distribución del pan, acompañada de la fórmula, atribuida a Jesús por la tradición (11,24).

b. Cena en común.

c. Ofrecimiento de la copa de vino, con la fórmula paralela de Jesús (11,25).

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El imperativo "hagan esto en memoria mía" (no se encuentra en Mt-Mc) describe esta celebración como una conmemoración cultual de Jesús. Pablo lo dice explícitamente: es una re-presentación de su muerte (11,26). Esta conexión de la muerte con la memoria es frecuente en la antigüedad: se hacían banquetes, como acto de conmemoración de un difunto, con la participación de familiares, amigos del difunto o socios de su "club de entierro". Véase 1 Cor 15,29 para una posible relación entre cultos y difuntos.

La fórmula "esto es mi cuerpo, entregado por ustedes" (11,23) alude al significado vicario de la muerte de Jesús. Este elemento teológico aparece en varias cartas paulinas, y puede remontarse a tiempos pre-paulinos. Serían partes de la profesión de fe cristiana en los primeros tiempos. Veamos algunos ejemplos:

a. Rom 5,6: Cristo murió por los impíos.

b. Rom 5,8: CristoÖmurió por nosotros.

c. Rom 14,15: Öno destruyas a aquel por quien murió Cristo.

d. 1 Cor 15,3: Cristo murió por nuestros pecados.

e. 2 Cor 5,15: (Cristo) murió por todos.

f. 2 Cor 5,21:Öle hizo pecado por nosotros.

g. Gál 1,4:ÖJesucristo, que se entregó a sí mismo por nuestros pecados.

h. Gál 2,20; 3,13; Ef 5,2.25.

Es necesario subrayar el elemento escatológico que aparece en el relato paulino: hasta que El venga. Esta frase parece un comentario añadido de Pablo al relato tradicional, aunque hay alusiones a este aspecto, en todas las versiones de la tradción eucarística primitiva (Mt, Mc, Lc, Jn), con distintas formulaciones. La frase aramea marana tha, ¡ven Señor! (1 Cor 16,22) pertenece ?probablemente- al marco litúrgico de la cena del Señor (cf. Didajé 10,6). Pablo refuerza esta idea con el juicio sobre las incoherencias de las actitudes en la Cena. Interpreta las enfermedades y fallecimientos en la comunidad, como resultado de un juicio-castigo que ya ha empezado, y como advertencia-provocación a discernir para una conversión que aleje la condenación escatológica.

Ciertamente, tenemos que pensar las comidas cristianas como celebración de la Utopía de Jesús, en el signo de la comensalidad abierta. Pensemos en la heterogeneidad de hombres y mujeres que formaban las comunidades: esclavos, libres, amos, hombres, mujeres, judeo-cristianos, pagano-cristianos, sabios e ignorantes, pobres y ricos.

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Las divisiones explícitas que trata Pablo en esta perícopa de la Cena son -fundamentalmente- las que existen entre pobres y ricos. Podemos trazar un contexto social probable: en Corinto existen pocos sabios, poderosos y gente de noble alcurnia (1 Cor 1,26), pero parece que tenían gran influencia en la comunidad. En Corinto, como en otras comunidades helenísticas cristianas, existía una fuerte estratificación social interna.

Era muy difícil estructurar una comunidad tan heterogénea, bajo criterios de igualdad. Pensemos en los diversos status, intereses, costumbres y esperanzas de cada estamento social.

Muchas veces (¿siempre?), las reuniones de los cristianos se hacían en casa (grande, espaciosa, Rom 16,23) de un rico; los ricos de la comunidad son los patronos de las reuniones. Como patronos, ellos proveían el alimento y la bebida para todos (quizás algunos llevaban algunas cosas); pero, siguiendo la costumbre de los clubes de la época, discriminaban a los asistentes, ofreciendo diferentes cantidades y calidades en los alimentos y bebidas, según el rango social; incluso tenían estatutos que regulaban dichas distribuciones, de acuerdo al honor y a los méritos ante la comunidad. También podía darse que la casa no tuviera suficiente espacio para todos, y se hacían las mismas discriminaciones en lo que respecta a los lugares: unos estaban recostados en los triclinios; otros, en el atrio, de pie o sentados en el suelo. Hacer estas diferencias ?según el status- era la praxis común en los banquetes paganos.

Era algo normal, casi nadie se escandalizaba por estas diferencias. He escrito casi en la frase anterior, porque tenemos algunos testimonios críticos de autores latinos a esta normalidad: Plinio el joven, Marcial y Juvenal. Son visiones de protesta a esta praxis, que brotan del sentimiento humanitario del rico Plinio o del orgullo herido de los pobres que son humillados (Marcial y Juvenal).

Esta relación ricos-pobres es la relación patrón-clientes. Algunos la llaman patriarcalismo de amor (cf. Film; Col 3,18ss; Ef 5,22ss). G. Theissen la describe como una actitud relacional donde se aceptan las diferencias sociales como algo dado, pero son suavizadas por medio de la consideración y del amor; esta es una obligación impuesta precisamente a los socialmente fuertes, mientras que a los socialmente débiles se exige subordinación, fidelidad y respeto.

Podemos imaginar las dependencias y condicionamientos que implicaban. Theissen opina que los libertos y clientes servían al anfitrión como trasfondo para demostrar su poderío como patrón.

Es preciso notar que los condicionamientos sociales influyen en los principios teológicos; pero, éstos, a su vez, pueden modificar el

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entorno social de relaciones. Existe una relación dialéctica. Tratemos de clarificar algunos detalles sociales del texto:

Pablo no habla fundamentalmente- de individualismos de algunos frente al grupo compacto de la comunidad. No son algunos cristianos aislados con actitudes erróneas, sino grupos, partidos, reflejados en los términos divisiones (como en 1,10) y partidos, facciones. No podemos saber la cantidad ni la calidad de los grupos divididos. El texto solamente habla claramente de dos: los que no tienen y los que se hartan su propia cena y se emborrachan. Es muy verosímil que existieran (como en todo grupo) egoísmos individuales: los términos cada uno, e propia, dan pie para pensarlo, tanto de grupos como de individuos.

El término puede traducirse por cada uno, todos. Evidentemente, el significado no hay que tomarlo literalmente, pues en contraste hay unos que no tienen. No es, pues, que todos se adelanten a comer su propia cena. Véase el mismo recurso literario en 1 Cor 1,12; 14,23.26 con los términos y que resultaría absurdo interpretar al pie de la letra. La globalidad que indica el término hay que referirlo a un grupo determinado.

Es imaginable el desorden, (1 Cor 14,33) que existía en las asambleas corintias. Por ejemplo, el que unos se anticiparan a comer su propia comida, no solamente es un desorden anti-estético o indisciplinado. Esto conlleva la humillación de los pobres, con el implícito desprecio a la Iglesia, según los criterios de Jesús. Los pobres experimentan su inferioridad social, vergonzante en los contrastes y destructora de un proyecto de comunidad.

La cuestión que surge es la siguiente: ¿Acaso los cristianos ricos de Corinto no tenían méritos ante su comunidad? ¿Eran líderes-autoridades en sus comunidades? Recordemos, que en ese tiempo, los líderes no eran elegidos o impuestos, surgían espontáneamente, en base a sus carismas de servicio a la comunidad. Por otra parte, ellos prestaban sus casas para las asambleas, donaban alimentos para que todos participaran en la comida. ¿No tenían derecho a ciertos privilegios en la cantidad, calidad y manera (aparte, con sus afines) de comer en las asambleas? Los que tenían cargos dentro de la comunidad cristiana recibían algunos privilegios materiales: 1 Cor 9; 1 Tim 5,17; Didajé 13,3.

Parece que Pablo apunta una solución negociada: los ricos coman en su casa y, así, en la reunión de la cena reine la igualdad (?). Después del análisis exegético, intentaremos trazar algunas líneas de respuesta a este tipo de solución.

3. Texto griego

11.17

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ssssssssss

11.23sssssss

11.27ssssssssssssss

4.? Traducción con anotación de correspondencias

La siguiente traducción, sin depurar el estilo, trata de conservar (en la mayoría de los casos) la correspondencia original de los términos griegos.

11,17 Al darles estas órdenes, no tengo de qué alabarlos, porque se reúnen, no para ser mejores, sino para ser peores. 18Pues, en primer lugar, oigo que, cuando se reúnen como Iglesia, existen divisiones entre ustedes, y eso lo creo en parte. 19 (Ciertamente es inevitable que haya partidos entre ustedes;