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PRIMER CUATRIMESTRE - UNIDAD 13 PÁGINA 139

Unidad 13los profetas

EN LA ILUSTRACIÓN, EL PROFETA DANIEL. PINTURA ALFRESCO. MIGUEL ÁNGEL. 1508-1512 DETALLE DE LABÓVEDA DE LA CAPILLA SIXTINA. CIUDAD DEL VATICANO.TODAS LAS FIGURAS DE PROFETAS QUE INCLUIMOS EN LASPÁGINAS SIGUIENTES SON DE ESTE MISMOEMPLAZAMIEN-TO Y AUTOR.

POR MEDIO DE LOS PROFETAS, DIOS FUE CONDUCIENDO A SU PUEBLO POR EL CAMINO D E LASALVACIÓN. ÉSTOS DENUNCIABAN LAS INFIDELIDADES A LA ALIANZA, PERO ANUNCIABAN A SU VEZLA MISERICORDIA DE UN DIOS QUE AMA A SU PUEBLO COMO UN ESPOSO AMA A SU ESPOSA YCOMO UN PADRE AMA A SU HIJO.

EsquemaESTE ES EL ESQUEMA QUE SIGUE EL TEXTO.LÉELO ANTES DE PONERTE A ESTUDIAR.

1. LA FIGURA DEL PROFETA BÍBLICO: EL NABÍ

2. LOS PROFETAS DE ISRAEL2.1. Elías : un profeta carismático2.2. Eliseo: un profeta carismático2.3. Amós: un profeta escritor2.4. Oseas: un profeta escritor

3. LOS PROFETAS DE JUDÁ3.1. Isaías: profeta de la esperanza3.2. Miqueas: profeta del juicio divino3.3. Sofonías: profeta del optimismo

289 Os 9,7.

PÁGINA 140 ESCUELA DE FUNDAMENTOS CRISTIANOS - DIÓCESIS DE JAÉN

3.4. Nahum: profeta de la ironía3.5. Habacuc: profeta de la perplejidad3.6. Jeremías: profeta de la ternura

4. LOS PROFETAS DEL CAUTIVERIO4.1. Ezequiel: profeta de la renovación4.2. Deuteroisaías: profeta de la liberación

5. LOS PROFETAS DE LA RESTAURACIÓN5.1. Tritoisaías: profeta de la utopía5.2. Ageo: profeta de la depuración5.3. Zacarías: profeta de la escatología5.4. Abdías: profeta del anatema5.5. Jonás: profeta de la obstinación5.6. Joel: profeta de la salvación5.7. Malaquías: profeta de la reforma

bibliografíaLA UNIDAD HA SIDO CONFECCIONADAUSANDO LAS OBRAS CITADAS MÁS ABAJO.

Las figuras y el mensaje de los profetas aparecen en los libros 1 y 2 de los Reyes y en los librosproféticos del Antiguo Testamento.

para estudiarLEE EL TEXTO, HAZ UN ESQUEMAY ANOTA LAS DUDAS QUE TE SURJAN.

1. LA FIGURA DEL PROFETA BÍBLICO: EL NABÍ

La historia del pueblo elegido acusa el continuo influjo de los «hombres del espíritu»289.Y estos, aunque no realicen idénticas funciones, reciben el apelativo común de «profetas». Talnombre suele aplicarse a dieciséis escritores (cuatro mayores, doce menores), cuyas obras dieronun impulso decisivo a la depuración teológica. Pero, en realidad, esos dieciséis individuosdecidieron plasmar por escrito sus convicciones religiosas sólo después que otros muchosmotivaran ya al pueblo con sus mensajes y vaticinios. Hay, por tanto, que adentrarse en una faseprevia, donde los profetas figuraban, no como institución organizada, sino como personascomprometidas, cuyo afán se cifraba en estrechar los nexos del pueblo con Dios.

Entre estos carismáticos de vocación, merece destacarse la figura del nabí (anunciador).Tal vocablo acaso proceda de la raíz asiría naba (anunciar), asumido por los hebreos, utilizándolopara designar a sus profetas. En las versiones griegas de la Biblia, el nabí queda convertido enprofeta (el que habla en nombre de otro), ya que tales personas se suponían que hablaban en

290 Jer 15,19.

291 Ver 2Re 1,8; 2,8-13.

292 Ver 2Re 2,9.15.

293 Ver 1Re 19,1-18.


nombre de Dios.Con el tiempo, la tradición fue depurando el concepto hasta el punto de identificar al nabí

con la boca misma de Dios290, cuyos designios venían transmitidos al pueblo. Llama a su vez laatención que a algunos de los escritores más afamados (Isaías, Jeremías, Miqueas...) nunca seles aplique el nombre de nabí, que otros en cambio reciben con profusión (Oseas, Ezequiel...).De ello se infiere que la figura del «profeta» tardó mucho tiempo en configurarse. En cambio, susfunciones se fijarían con bastante celeridad.

Los nebiin (profetas) afloran muy pronto en la tradición bíblica. Nadie osaba profetizar sinhaber recibido una previa llamada divina. Era, en realidad, Yahveh quien elegía a sus heraldos.Su misión consistía en transmitir al pueblo cuanto Dios les comunicaba.

2. LOS PROFETAS DE ISRAEL

El reino de Israel nació con mala estrella y durante toda su historia (931-722 a.C.) toparíacon la adversidad. Los israelitas se seguían considerando fieles al compromiso adquirido en laalianza del Sinaí, pero el culto fue perdiendo su pureza, sobre todo cuando, por la tolerancia deciertos monarcas, las prácticas idolátricas invadieron el país.

Los profetas tenían claro que el futuro del reino dependía de su fidelidad a Yahveh. Porello no escatimaron denuncias para desenmascarar a quienes consentían la idolatría.

2.1. Elías: Un profeta carismático

Tras la división de los dos reinos (931 a.C.), casi todos los profetas se quedaron en elnorte. Su misión consistió en entregarse en cuerpo y alma a defender la integridad de la fe Diosacosada por la idolatría.

La primera figura que hemos de considerar es la de Elías, quien se encargó de advertira los israelitas contra los peligros que encerraban los cultos idolátricos, denunciando la permi-sividad de sus monarcas. Su vida fue como un camino de abrojos. Topó con un sinfín de ad-versidades.

Elías, llamado el tesbita, se supone nacido en Tesbis, ciudad enclavada en el territorio deGalaad. Se consagró por completo a depurar la religión, puesta a prueba por el laxismo tolerantedel rey Ajab. Su atuendo era del todo singular. Sus lomos iban ceñidos con un tosco cinturón decuero, mientras un manto cubría sus hombros291.

Elías emerge cuando la integridad religiosa se veía amenazada por los cultos idolátricos.El profeta, para afrontar tal peligro, apelaría a la denuncia. Su actuación se supone impulsada porla fuerza del espíritu divino292. Es, pues, un «hombre del espíritu» que, en vez de actuar porcuenta propia, se deja guiar por Dios.

El profeta Elías realizó su labor durante el reinado del rey Ajab (874-853 a.C,) profun-damente influenciado por su esposa Jezabel, la cual pretendía armonizar la fe en Yahveh con elculto a las divinidades fenicias. Tal praxis recibe el nombre de «sincretismo». Éste invita aconciliar cultos diferentes, dando paso así a una nueva expresión de fe.

La historia de Elías es pródiga en intrigas y urdimbres. En cierto modo encarna el idealde persecución. No en vano Ajab lo manda al exilio siempre que sus denuncias consiguenencolerizarlo. De este modo, Elías tiene que refugiarse en el monte Horeb293. Y durante suestancia allí tiene que ser alimentado por los cuervos.

La tradición bíblica erige al profeta en acérrimo defensor de la fe de Israel: en el monteCarmelo, según el relato que aparece en 1Re 18,20-40, Elías osó retar a cuatrocientos sacerdotes

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del dios Baal, los cuales se muestran incapaces de consumir con el fuego la víctima de suholocausto. En cambio, Elías lo consigue ante el asombro de los que allí se encuentran.

La brillante carrera de Elías culmina con relato sorprendente: su rapto al cielo en un carrode fuego.

2.2. Eliseo: Un profeta carismático

Eliseo recibió la encomienda profética de mano de su maestro Elías, el cual lo habráencontrado cuando araba en un campo (1Re 19,19). La tradición lo presenta como hijo de Safat(1Re 19,16) que, a raíz de una repentina llamada, se convierte en discípulo y servidor de Elías(1Re 19,21; 2Re 3,11). Al ser Elías arrebatado a los cielos, Eliseo recibe su manto como legadoespiritual (2Re 2,14) y connota una transmisión de poderes.

Siguiendo la línea de Elías, Elíseo se halla sensibilizado con el problema del sincretismoreligioso. Éste acosaba al reino del norte, cuya política de tolerancia lo iba desviando de Yahveh.Y el profeta defiende a su Dios con calor, pues sólo él tiene fuerza para salvar a su pueblo.

Los relatos bíblicos, para mejor realzar el mensaje del profeta, lo encuadran en un marcode portentos donde queda al descubierto esa fuerza divina (espíritu) que no cesa de impulsar alverdadero profeta. He aquí sus gestas más relevantes: el saneamiento de las aguas de Jericó (2Re2,19-22); la multiplicación del aceite de la viuda (2Re 4,1-7); la devolución de la vida del niño dela mujer sunemita (2Re 4,8-37); la multiplicación de los panes (2Re 4,42-44) y la curación delleproso Naamán (2Re 5,1-27). En todos estos portentos queda claro que Dios ayuda al desvalido,incluso tratándose de un extraño.

2.3. Amós: Un profeta escritor

Reciben el nombre de «escritores» los profetas que redactaron alguna obra inspirada porDios. Entre ellos consideramos a Amós.

Poco sabemos de su vida y actuación. Nacido en Teoca (Am 1,1) vaquero (Am 7,14), ycultivador de sicómoros (Am 7,14), se consagró al ministerio tras una irresistible llamada de Dios(Am 3,8).

Amós es el profeta que más clama a favor de la justicia social. Es también el profeta dela esperanza. Denuncia con ímpetu las lacras de una sociedad corrompida y anuncia un futuropróspero si el pueblo vive en fidelidad a las exigencias de la Ley.

2.4. Oseas: Un profeta escritor

Poco sabemos de este enigmático personaje. Comenzó a actuar durante el reinado deJeroboán II (783-743 a.C.), permaneciendo inactivo hasta casi la destrucción del reino (722 a.C.).Su anuncio nos resulta conocido a través de su obra, cuyo lenguaje simbólico no resulta siemprefácil de entender. Su tesis primordial puede resumirse en una sola palabra: ¡fidelidad! Para invitara dicha fidelidad utiliza un lenguaje simbólico inspirado en el matrimonio. Oseas es el profeta dela denuncia, apelando a su vida matrimonial, expone una teología del adulterio (Os 8,9-10), endonde expone que Israel traiciona a Yahveh cuando abre sus brazos a los ídolos. ManteniendoDios con su pueblo una relación matrimonial (esposo/esposa), todo contacto con otros dioses(amantes) ha de verse como prostitución (Os 2,4-5; 4,10-11; 5,3-4). Se explica que Oseas ladenuncie con gran virulencia, ofreciéndole al matrimonio un valioso incentivo para activar lafidelidad. Para estimular a los israelitas, Oseas evoca el pasado: Yahveh los sacó del país de losfaraones (Os 11,1), guiándolos a través del desierto (Os 2, 17-19) hasta instalarlos en la tierra depromisión. Oseas tiene claro que el pueblo, si no depone su actitud, muy pronto se verá abocadoal caos. Y es que Yahveh repudia la infidelidad.

3. LOS PROFETAS DE JUDÁ

La tradición bíblica siempre se mostró benévola con el reino de Judá, cuya duración se


prolongará por más de tres siglos (931-587 a.C). Aun cuando sus monarcas no siempre secomportaran de acuerdo con la alianza, se los tiende a disculpar. Era creencia que Yahveh noabandonaría a este reino.

Los profetas de Judá no hicieron gala de revolucionarios. Su misión no era innovar, sinorenovar. Los profetas no eran ilusos, sino ilusionados. Aun cuando atravesaron épocas deoscurantismo, ningún profeta cedió al desencanto. Al contrario, nunca como entonces avivaronsu esperanza en un mundo mejor, luchando con brío por mantener viva la fe en su Dios.

Son varios los profetas cuya proclama se dejó sentir en este reino durante tres siglos:Isaías y Miqueas en el siglo VIII a.C.; Sofonías, Nahún y Habacuc suelen situarse en el siglo VII;y, por último, Jeremías llena él solo el siglo VI.

3.1. Isaías: el profeta de la esperanza

El libro de Isaías es sin duda el que mayor influjo ejerció en la tradición posterior. Téngaseen cuenta que en él se recopilan los aportes de tres profetas distintos, conocidos habitualmentecomo Isaías (Is 1-39), Deuterolsaías (Is 40-55) y Tritoisaías (Is 56-66).

Mientras el primero lanzó su mensaje enel siglo octavo, el segundo (Deuteroisaías) loharía durante el destierro babilónico (587-538a.C.) y el tercero (Tritoisaías) tras el retorno delos exiliados.

Se supone que Isaías nació en Jerusaléndurante el reinado de Ozías (781-740 a.C.).Llamado al ministerio profético al morir Ozías(740 a.C.), tomó de inmediato el pulso a lasituación sociopolítica del país (Is 6,1-13), quellegó a verse en una situación casi desesperada,al quedar el rey Acaz chantajeado por los asi-rios, ávidos de absorber reinos pequeños comoJudá.

El único de capital (Jerusalén) entre losgrandes profetas de Israel y Judá fue Isaías.Quizá por ello su análisis del problema defondo de su país no logró la radicalidad de losprofetas anteriores, que miraron la realidadnacional desde la perspectiva del campo. Éltambién denuncia que quienes gobiernan sonasesinos y dados al soborno, que no atiendenlos casos de las viudas y los huérfanos. Recono-ce asimismo el problema denunciado porMiqueas de que los terratenientes se estánquedando con toda la tierra, por lo cual Yahvehhará que sus tierras no produzcan aunque lastrabajen. El país quedará, por efecto del juicio,como un bosque que ha sido talado. Con todo,Isaías espera que Yahveh haga surgir un rey justo que defienda la causa de los pobres. Es decir,espera una sociedad de clases sin explotación.

Hay un tema muy importante en el mensaje de Isaías y es el de la espera mesiánica. Esésta una de las doctrinas que más incidió en la trayectoria del pueblo. Y es que, al perderse lailusión, se esfuma toda esperanza. Pues bien, Isaías se la intentó devolver mostrando que Yahveh,cuando llegue su gran día, instaurará un reino de plenitud, que conllevará el fin del pecado. Diosrealizará un juicio sobre toda la humanidad, con el exterminio de los malvados y el galardón acuantos le hayan guardado fidelidad. Tales gestas serán lideradas por un ungido (el Mesías), queactuará en nombre de Dios, cuya fuerza (el espíritu) no cesará de impulsarlo (Is 11,1-9). El profetaperfila los rasgos más señeros del mesías esperado: «Padre del mundo futuro» y «príncipe de la


paz» (Is 9,5). Isaías idealiza la figura del mesías, presentándolo como un líder con fuerza paraexterminar, con su solo aliento a cuantos detentan impiedad (Is 11,4). Tal mesías será concebidopor una doncella, la cual dará a luz un niño, cuyo nombre (Emmanuel) connotará la presencia deDios con su pueblo (Is 7,14).

3.2. Miqueas: profeta del juicio divino

Este profeta fue contemporáneo de Isaías. Nacido en Mosére-Gat (Miq 1,14), se trasladóa Jerusalén para proferir allí sus oráculos y vaticinios.

Empalmando con Amós denuncia las injusticias sociales. Según Miqueas, toda lacorrupción del reino arranca de su capital, Jerusalén, y no duda en interpretar la ruina deJerusalén como castigo divino.

Miqueas anuncia que la promesa divina consistirá en crear un pueblo nuevo: el profeta sesitúa en una perspectiva mesiánica que engarza con la dinastía de David, asociándola incluso ala ciudad en donde David naciera. A su juicio, de Belén, aún siendo la menor entre las ciudadesde Judá, va a salir el gran Ungido, cuya presencia inundará de paz y serenidad a cuantos semantengan fieles a Dios (Miq 5,1-5).

3.3. Sofonías: profeta del optimismo

Sofonías apuesta por la reforma que impulsó el rey Josías (640-609 a.C.) para inculcar laobservancia de la ley y para reactivar así el compromiso de la alianza.

La finalidad de la obra de Sofonías es al mismo tiempo sencillo y profundo: dar pistas alpueblo para superar su crisis de fe. Pera ello recurre a una extraña estrategia que consiste enpresentar los grandes contrastes que se hacen presentes en la vida de un creyente: el bien y elmal, el castigo y el perdón, la amenaza y la promesa, la presencia y la ausencia de Dios. Siendorealista, Sofonías, no puede negar que la situación es casi caótica. Judá está a punto de sufrir uncolapso que a toda costa se propone evitar, pero, ¿cómo?: invitando a volver a las raíces de la feen Yahveh y de la fidelidad a la alianza.

3.4. Nahún: profeta de la ironía

Poco sabemos de este profeta. Sus oráculos parecen mediatizados por un evento históricoque sin duda convulsionó a todos los países de aquel entorno: la caída de Nínive (612 a.C.). Coneste acontecimiento se extinguía el imperio asirio para dar paso al babilónico. El profeta no veclaro cuál va a ser el papel de Babilonia y, haciendo gala de un extraño fervor nacionalista, adoptaun tono cáustico, despectivo y sanguinario. Sorprende el tono burlón de casi todos sus oráculosy vaticinios.

Con todo, el mensaje de Nahún, aún siendo incisivo prodiga en exceso la sorna. De hecho,ridiculiza a los asirios, celebrando sus desdichas. Las ve como expresión de la justicia divina y,a su vez, mira con ternura a Judá, pues ésta sigue siendo la viña del Señor (Nah 2,3).

3.5. Habacuc: profeta de la perplejidad

Son tan escasas las noticias sobre este profeta que se discute incluso cuándo y dóndeactuó. Se tiende a encuadrar sus oráculos a fines del siglo VII, quizá tras la caída de Nínive. Supersonalidad resulta enigmática. Lo único cierto es que su obra rompe los moldes del profetismotradicional. De hecho, Habacuc, en vez de esperar que Dios le transmita sus designios, lo invocaexigiéndole que se manifieste. Aunque parezca osadía, el profeta quiere que Dios se quite lamáscara y dialogue abiertamente con él.

El profeta es consciente de que el pueblo elegido sufre el acoso del imperio del mal y,situándose en un plano filosófico, formula una de las preguntas más retadoras: «¿Cómo puedeDios, siendo justo, permitir que los malvados opriman a los justos?» Si Yahveh es justo, ¿cómoconsiente tan flagrantes atropellos? Habacuc se confiesa incapaz de contestar. No obstante,combate su perplejidad con un salmo de consolación (Hab 3,1-19). Tan sólo tiene la convicción


de que Yahveh vela por Judá. El creyente queda invitado a fiarse por completo de Dios. Sinconfianza, no hay futuro.

3.6. Jeremías: profeta de la ternura

Nacido en Ananot (Jer 1,1), su obranos permite adentrarnos en la situaciónreligiosa del reino de Judá durante susúltimos cuarenta años. Permaneció dehecho en activo hasta que Jerusalén fueradestruida por Nabucodonosor (587 a.C.).

Jeremías profetiza casi a la fuerza.Es un hombre de probada interioridad,cuya timidez tiende a alejarle de los vaive-nes sociopolíticos. Sin embargo, el espíri-tu divino no cesa de empujarlo. Se intuyeun continuo forcejeo entre el profeta queama el silencio y Dios que le exige hablar.

Jeremías tuvo siempre claro quequienes mantuvieran su esperanza, seríancapaces de entender los castigos divinoscomo simple crisol. Vio asimismo que,más allá del caos, Dios reagruparía alresto fiel de Judá para adentrarlo en sureino de plenitud. Y en tal reino impondríapor fin su ley del amor.

El mensaje del profeta no cesa deinculcar que todo creyente ha de fiarse sinmás de Dios. Eso sí: en las duras y en lamaduras. Sin embargo, Jeremías sufrió ensilencio la desventura del pueblo que, aunhablando mucho de Dios, vivía como si este no existiera. No obstante, Jeremías nunca sedesazonó. Su fe en el Dios que actúa siempre avivó su esperanza, y donde esta impone su ley,hasta el desencanto se torna ilusión.

4. LOS PROFETAS DEL CAUTIVERIO

4.1. Ezequiel: profeta de la renovación

Pertenecía al estamento sacerdotal. Era hijo de Buzi, sacerdote. Fue deportado a Babiloniaen el 597 a.C. En el 593 tiene lugar el acontecimiento más importante de su vida: su vocaciónprofética (Ez 2,1-3,11). Perdió a su esposa prematuramente, hecho que se convirtió en símboloy signo profético para él y para los desterrados

Si exceptuamos los capítulos 25-32, que son una colección de oráculos contra las na-ciones, el resto del libro de Ezequiel se halla dividido en dos partes: la primera, centrada en ladestrucción de Jerusalén (Ez 4-24); la segunda, proyectada hacia el futuro, podría muy bientitularse: «La restauración de Jerusalén» (Ez 33-48).

Dos son los temas que esboza Ezequiel:a) La teología del nuevo templo. Una vez acaecida la destrucción del templo de Jerusalén,

no hay motivo para desazonarse porque el templo sea sólo un montón de escombros —dirá Eze-quiel—, pues Dios en aquel mismo lugar erigirá un nuevo santuario. Tal templo viene descritocon suma meticulosidad (Ez 40,4-42,20) a fin de realzar el renovado esplendor de la presenciadivina. Ese nuevo templo será el centro neurálgico del culto en el reino futuro, donde Yahvehasumirá las funciones de rey. Para acceder al lugar santo, será preciso expiar antes los pecados,


pues la presencia divina así lo exige (Ez 43,18-25).b) La teología del nuevo pueblo. El profeta, al examinar la historia del pueblo, descubre

un sinfín de fallos. La contempla como una relación de amor (Ez 16,1-43) que acabo eninfidelidad (Ez 20,1-31). Ezequiel compara a Jerusalén con una muchacha abandonada, a la queDios desea regenerar desposándose con ella. Ezequiel invita al pueblo a mirar hacia un futuromejor. Para ello se requiere una renovación interior que ponga de una vez fin a todo comporta-miento infiel. ¿Cómo conseguirlo? Convirtiendo la interioridad de cada creyente en mansióndonde Dios pueda instalarse, dirá Ezequiel. Ello equivale a que todo individuo ha de tornarse ensantuario divino.

4.2. Deuteroisaías: profeta de la liberación

Hace ya más de dos siglos que los críticos, al estudiar el libro de Isaías, descubrieron enél un bloque (Is 40-55) donde algún profeta del exilio consignó sus doctrinas con un enfoque muysimilar al de Isaías. Ello justifica que a ese profeta anónimo se le conozca como el Deuteroisaías.

La misión del Deuteroisaías suele situarse en las postrimerías del cautiverio. De hecho,en su obra se cita al rey Ciro (Is 45,1-8) cuyas campañas se iniciaron en torno al año 553 a.C. Ytres lustros después (538 a.C.) los persas darían el golpe de gracia a los babilonios.

Dos temas destacamos también en el libro del Deuteroisaías:a) Teología del nuevo éxodo. El profeta traza el itinerario espiritual que han de recorrer

los desterrados para conseguir su libertad, para ello le sirve como modelo el acontecimiento deléxodo, (cuando Dios liberó al pueblo de Israel por medio de Moisés de la esclavitud de Egipto).Esta obra celebra el retorno de los desterrados a Sión (Jerusalén). El rey Ciro es contempladocomo mesías (ungido) divino, ya que de él se ha de servir Dios para liberar a su pueblo.

b) Los poemas del siervo de Yahveh. El Deuteroisaías introduce un enigmático personaje:el siervo, el gran heraldo de Yahveh. Tal es la idea que rige sus cuatro famosos cánticos: Is42,1-4; 49,1-6; 50,4-9; 52,13-53,12. Elaborado con un perfil y rasgos tomados, sobre todo, dela persona y vida de los profetas, el siervo de Yahveh se hace solidario con los hombres, cargacon sus dolencias, pecados y rebeldías, y lleva a cabo la expiación y salvación del pueblo.

5. PROFETAS DE LA RESTAURACIÓN

Los profetas del cautiverio pusieron todo su empeño en levantar los ánimos del resto fielinculcándole que Dios pronto lo libraría de su angustiosa situación. Y así sucedió, en verdad,cuando el rey Ciro de Persia derrotó a los babilonios (538 a.C.). Su edicto declarando libres a losdesterrados, puso fin al cautiverio. Con ello parecían al fin cumplidas las promesas delprofetismo. Sin embargo, no todos los israelitas optaron por el retorno. Muchos judíos habíanprosperado a pesar de la cautividad y Babilonia les ofrecía seguridad. Añádase a ello que losprofetas del exilio los habían convencido de que Yahveh estaba presente allí donde impera lahonradez. Así pues, también en tierra extraña se podía conectar con él.

Muchos exiliados, tras la euforia del regreso, se sintieron decepcionados. De hecho, latierra prometida era un auténtico erial. Su medio siglo de deterioro la había privado de su yaescaso encanto. Jerusalén seguía siendo una ciudad en ruinas con un entorno agostado y reseco.Tras un cúmulo de vicisitudes, el pueblo se sumió en la desazón. Fue entonces cuando afloraronlos nuevos heraldos de Dios y su presencia resultaría tan oportuna que una vez más sacudió alpueblo de su letargo. Aunque en esta etapa, llamada restauradora, Dios se sirvió de innumerablesprofetas, tan solo hablaremos de tres: Tritoisaías, Ageo y Zacarías.

5.1. Trítoisaías: profeta de la utopía

Se ignora si el Deuteroisaías seguía vivo cuando el decreto de Ciro (538 a.C.) hizo posibleel retorno. De ser así, es lógico que acompañara al resto en su éxodo hacia la tierra de promisión.Sin embargo, pronto se constataría que muchos de sus vaticinios tardarían en cumplirse. El reinomesiánico seguía siendo una quimera. El pueblo navegaba a la deriva. Urgía combatir el


derrotismo con las armas de la ilusión. Pues sin ella, ¿cómo avistar el futuro?Pues bien, tal combate lo liberó un nuevo emisario divino. Su nombre Tritoisaías. Se le

suele considerar discípulo del Deuteroisaías. En todo caso, se trata de un profeta cuya actuaciónse sitúa en los primeros años del retorno, cuando los repatriados, sacudidos por la adversidad,acusan el desánimo. A él se atribuye la tercera parte del libro de Isaías (Is 56-66).

El Tritoisaías no duda en preconizar que, aunque el templo esté en ruinas, pronto ha desurgir la nueva Jerusalén, cuyo santuario catalizará la inquietud religiosa del reino mesiánico.Cuando el mesías instaure su reino, se incoará una época de paz, armonía y amor.

5.2. Ageo: profeta de la depuración

El único dato personal que conocemos de Ageo es el nombre, que se lee nueve veces ensu libro y dos más en el de Esdras (Esd 5,1; 6,14). La actividad profética de Ageo cubre unespacio de tiempo muy corto; no llega a cuatro meses (desde finales de agosto a mediados dediciembre del año 520 a.C.) Nos encontramos en los años inmediatos después del destierro,cuando los judíos volvían del exilio conducidos por Esdras y Nehemías.

En el libro del profeta Ageo se contiene una colección de breves mensajes del Señortransmitidos por medio del profeta en el 520 a.C. Ageo exhorta al pueblo a terminar la re-construcción del templo dejando de lado los intereses egoístas; éste es el camino para encontrarla paz y la prosperidad.

5.3. Zacarías: profeta de la escatología

La escatología (tratado que habla del final delos tiempos) invita a adentrarse en el fin. A la luz dela historia, todo fin conlleva un comienzo: el hoycederá paso a un mañana que siempre se intuyemejor. Este es el sentir de Zacarías, cuyo libro invitaa acelerar la restauración de Jerusalén.

El profeta Zacarías provenía de una familiasacerdotal. Implicado en la restauración del templo,que quedó concluido en el 516 a.C.

Zacarías prodiga los vaticinios inspirados ensupuestas visiones, donde aflora el encuadre apocalíp-tico (desvelamiento de lo que ha de ocurrir). Susvisiones no resultan fáciles de entender. No obstantetodas gravitan en torno a este reino futuro que elprofeta intuye cercano. La presencia de Dios en sunuevo templo le permite albergar la ilusión de unpronto envío de su Mesías. Y este pondrá fin a todoagobio y desconcierto. Mas, para que esto ocurra, noes sólo necesaria la reconstrucción material deltemplo, sino que el profeta invita a que cada judíoengarce vivencialmente con esta divinidad que actúaen el fondo de los corazones. Es preciso convertir loscorazones en diminutos santuarios de carne, dondeentablar diálogo con Dios.

5.4. Abdías: el profeta del anatema

El libro de Abdías es el más corto del Antiguo Testamento. Se escribió después de la caídade Jerusalén en el 587 a.C. Los edomitas, viejos enemigos de Judá en las montañas al sudoestedel mar Muerto, aprovecharon la oportunidad para invadir el país.

Abdías atacó el orgullo de los edomitas. Profetizó su caída. En el siglo V a.C. fueronderrotados por los árabes; en el siglo III a.C. los conquistaron los nabateos. Finalmente des-

EL PROFETA ZACARÍAS.


aparecieron de la historia.

5.5. Jonás: el profeta de la obstinación

El contenido de este libro difiere sustan-cialmente del resto de los escritos proféticos.De hecho, Jonás es su protagonista y no suautor.

El libro de Jonás describe las aventurasde un profeta que intentó desobedecer a Dios.Dios le ordenó a Jonás que fuera a Nínive, lacapital de Asiria, la gran nación enemiga, aconvertir a su pueblo. Al final, Jonás transmitiósu mensaje, y consiguió la conversión de laciudad, pero se enfurruñó porque Dios norealizaba su amenaza de destruir el país.

El libro de Jonás muestra el amor y lasolicitud de Dios, que prefiere perdonar y sal-var, a castigar y destruir. El libro pretendeerradicar del judaísmo el odio hacia cuantos fo-mentan la opresión. A la injusticia se ha deresponder con perdón. Esto exige el veredictodivino que clama por trocar su odio en amor.

5.6. Joel: el profeta de la salvación

Son muy escasas las noticias sobre Joel, el hijo de Petuel. Se le supone adscrito al temploen calidad de portavoz divino. Muestra un cabal conocimiento del santuario, por cuya liturgia sesiente atraído. Se tiende a situarlo en torno al año 400 a.C. una vez que el nuevo templo habíaaglutinado la piedad del judaísmo de después del exilio. La obra de este profeta se antoja unmonumento a la esperanza ya que anuncia la llegada del día de Yahveh que traerá la salvacióndefinitiva de los justos y la condena de los malvados (2,28-4,21).

5.7. Malaquías: profeta de la reforma

En tiempos de Malaquías, en los albores del siglo V a.C., el templo ya había sido re-construido; sin embargo el pueblo judío continuaba sumido en una profunda desesperanza. Lostiempos eran duros y la gente se encontraba muy necesitada, pues se sentía abandonada de Dios.

Malaquías clama, pues, por una reforma religiosa que motive a ese pueblo en crisis yrestañe la esperanza. Él invita a contemplar todo lo que Dios ha hecho por su pueblo a quiennunca ha abandonado, aun cuando en ocasiones le hayan sobrado motivos. Pues bien, tampocova a abandonarlo ahora, siendo tan crítica su situación.

El profeta Malaquías le recuerda el amor de Dios y pide a los sacerdotes y al pueblo quele respeten y le obedezcan, pues no daban a Dios el sacrificio, el culto y la rectitud de vidadebidos. Dios juzgará y destruirá a todo malvado, pero bendecirá a los que se arrepientan.Enviará a su mensajero delante de él para preparar el camino.


resumenAQUÍ TIENES EL RESUMEN DE ESTA ETAPA DE LA HISTORIA DE LA ANTIGUA ALIANZAQUE HEMOS DESARROLLADO EN LAS PÁGINAS PRECEDENTES.

Dios suscitó profetas en el seno del pueblo de Israel para seguir manifestando a los hombressus designios de salvación. Fueron profetas Elías, Eliseo, Amós, Oseas, Isaías, Miquéas,

Sofonías, Jeremías, Nahum, Habacuc, Ezequiel, Ageo, Zacarías, Abdías, Malaquías, Joel, y Jonás.

Los profetas denunciaron con vigor infatigable, incluso ante los reyes, las infidelidadescometidas contra la Alianza y la fe en Yahveh. Anunciaron a todos el juicio inminente de Dios

para que, convertidos, volvieran a él.

Por los profetas, Dios forma a su pueblo en la esperanza de la salvación, en la espera de unaAlianza nueva y eterna destinada a todos los hombres, y que será grabada en los corazones.

Esta supondrá una redención radical del pueblo de Dios, la purificación de todas sus infidelida-des, una salvación que incluirá a todas las naciones.

datos cronológicosUNA BREVE REFERENCIA A LA ÉPOCA EN LA QUE OCURRIERON LOS HECHOSY A LA ÉPOCA EN LA QUE SE ESCRIBIERON LOS LIBROS QUE LOS NARRAN.

Ya hemos ido incluyendo los datos cronológicos en las páginas anteriores.

Ya hemos ido incluyendo los datos cronológicos en las páginas anteriores.

para reflexionarESTE MATERIAL TE AYUDARÁA ENTENDER MEJOR Y A PROFUNDIZAR EL TEMA.

1Las acciones simbólicas de los profetas.José L. SICRE, Los profetas de Israel y su mensaje.

Para transmitir su mensaje, los profetas no se limitan a la palabra. A veces la acompañan degestos y acciones para darle más fuerza. Partamos de un ejemplo concreto.


«Un día salió Jeroboán de Jerusalén y el profeta Ajías de Siló, envuelto en un manto nuevo,se lo encontró en el camino; estaban los dos solos, en descampado. Ajías agarró su manto nuevo,lo rasgó en doce trozos y dijo a Jeroboán: Cógete diez trozos, porque así dice el Señor, Dios deIsrael: Voy a arrancarle el reino a Salomón y voy a darte a ti diez tribus» (1 Re 11,29-31).

¿Para qué destrozar un manto nuevo? ¿O descuartizar una pareja de bueyes (1 Sam 11,6-7)?¿O tirar unas flechas por la ventana (2 Re 13, 14-19), cargar con un yugo al cuello (Jer 27, 1-3.12),o dibujar una ciudad en un ladrillo (Ez 4, 1-3)? Para una mentalidad práctica, la acción simbólicaparece una pérdida absurda de tiempo, energías y dinero. Podría haberse transmitido el mismomensaje sin necesidad de ese despilfarro.

Sin embargo, no es así. Las palabras serían las mismas. Pero la fuerza expresiva, la capacidadde atraer la atención del oyente, es mucho mayor en la acción simbólica. Visualizan algo que laspalabras sólo pueden enunciar con frialdad. ¡Se meten por los ojos!.

Quizá por ello los profetas emplearon a veces este tipo de acciones, aunque tenemos laimpresión de que estuvieron bastante condicionados por el gusto de la época. Por ejemplo, entrelos profetas del siglo VIII es difícil encontrarlas, mientras son frecuentes en Jeremías y Ezequiel,profetas de finales del siglo VII y comienzos del VI. Esto demuestra que la importancia de lasacciones simbólicas es relativa; juegan un papel secundario dentro del modo de expresarse de losprofetas. A pesar de todo merece la pena conocerlas más de cerca.

En la mayoría de los relatos sobre acciones simbólicas podemos encontrar seis elementos:1. La orden de ejecutarla; viene siempre de Dios y este mandato, introducido por la fórmula

del mensajero (¡así dice el Señor!), es para el profeta un elemento decisivo, que exige obediencia.2. El relato puede ser muy variado; en más de la mitad de los casos no se cuenta la ejecución

de la acción simbólica, se da por supuesta.3. La interpretación se da mediante palabras que desvelan el sentido de lo realizado; este

elemento es esencial, para evitar interpretaciones erróneas.4. Los testigos oculares. Si exceptuamos ciertos casos de Jeremías y Ezequiel, aparecen

mencionados con mucha frecuencia; cuando faltan es por buenas razones, como en la mudez deEzequiel, que sólo tiene sentido para el profeta.

5. El compromiso de Dios a ejecutar lo simbolizado.6. El nexo entre la acción simbólica y lo simbolizado.

para escribirSIGUE LAS INSTRUCCIONESY ESCRIBE TU REFLEXIÓN EN EL CUADERNO DE TRABAJO.

1Define, con tus propias palabras, los siguientes términos:a) Profetab) Relato vocacionalc) Oráculo de condenad) Oráculo de salvación


2Lee con calma los cuatro cánticos del Siervo de Yahveh (Is 42,1-7; 49,1-9a; 50,4-11;52,13-53,12). Responde después a estas preguntas:a) Que rasgos del Siervo se pueden aplicar a Jesús de Nazaret?b) ¿En qué sentido puede afirmarse que Jesús asumió la función de Siervo?c) ¿Descubres en nuestro mundo casos concretos en los que aflore, de forma nítida,la situación del Siervo en su aspecto sufriente?

3Son muchos los textos del Deuteroisaías en los que el profeta invita a confiar en unnuevo éxodo que adentre al pueblo en la tierra de promisión. Examina los siguientes:Is 41,17-20; 42,16; 43,2.16-21; 44,27; 48,20-22; 50,2-3; 51,9-11; 55.12-13. Una vezleídos, intenta responder a las preguntas: ¿Qué semejanzas y diferencias descubres conel antiguo éxodo? ¿Cómo aplicar tal éxodo a nuestra propia existencia? ¿De qué forma—con el estímulo profetico—podemos recorrer el camino que lleva de la esclavitud ala libertad?

4En el libro de Ezequiel aparece la doctrina del Nuevo Templo. Para familiarizarte conella has de leer el relato siguiente: Ez 40,1-43,27. ¿Qué pretende significar el profetacon este templo nuevo? ¿De qué forma puede construirse un templo así en lahumanidad? ¿Podemos nosotros situar nuestra vivencia en ese templo renovado dondela visión del profeta descubre la presencia de Dios? ¿Cómo conseguir que la presenciadivina se sienta en nuestras vidas?

5De nuevo el profeta Ezequiel: ahora se trata de sus palabras sobre la nueva ciudad y lanueva tierra. Para familiarizarte con ellas has de leer el relato siguiente: Ez 47,1-48,35.¿Qué ciudad intuye el profeta, siendo sus aguas fuerza de vida? ¿Se trata de una ciudadconcreta o de una forma metafórica de plasmar la plenitud? ¿Y las nuevas tierras?¿Tienen, en su intención, sentido geográfico o más bien vivencia!? Trata de adentrarteen estas tierras nuevas vistas desde el ámbito de tu propia existencia. ¿Cómo conseguirque Dios deje sentir su presencia en esta ciudad y tierra donde todo rezumaperfección?

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