unidad 6 el crecimiento demográfico y la sostenibilidad del planeta
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EL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO Y LA SOSTENIBILIDAD DEL PLANETA. [Subtítulo del documento]
EL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO Y LA SOSTENIBILIDAD DEL
PLANETAS
El crecimiento demográfico
La pregunta acerca de cómo las poblaciones afectan el ambiente que
las rodea parte del concepto de crecimiento demográfico, el cual se
refiere al aumento progresivo de personas que ocupan un territorio en
determinado momento. No todas las poblaciones del planeta crecen en
igual medida: mientras que en varias naciones de Europa comienza a
reflejarse un decrecimiento de la población, como producto de la
disminución de la natalidad en sus habitantes, en otras regiones como
Asia y África, continúan con una elevadísima tasa de natalidad, lo que
ha provocado mayores dificultades para el sostenimiento de las
comunidades, un incremento progresivo en el deterioro ambiental y en
los conflictos sociales.
Características
Para analizar la situación y los movimientos del crecimiento demográfico
se ha diseñado un modelo conocido como Transición demográfica, en
el cual se refleja comparativamente el comportamiento de la natalidad y
la mortalidad de las poblaciones a través del tiempo. Veamos las
características de sus tres fases:
Primera fase. Esta fase se caracteriza por presentar un crecimiento
acelerado de la población conocido como explosión demográfica,
producto del aumento o sostenimiento de alta natalidad y el descenso
de la mortalidad. En esta situación se encuentra buena parte de los
países del continente africano y asiático, en donde el acceso a la
medicina y mejores condiciones de salubridad han contribuido a
disminuir la mortalidad; asimismo, allí culturalmente acostumbran tener
un alto número de hijos.
Segunda fase. Esta fase se caracteriza por una estabilización del
crecimiento demográfico, es decir, ni aumenta ni disminuye la población,
dado que baja la natalidad y continúa descendiendo la mortalidad, lo
cual se explica por los cambios de las expectativas de las familias e
inclusive como resultado de las políticas demográficas adoptadas por
algunos países, como sucede en las naciones de Norteamérica.
Tercera fase. Se refiere a la etapa en la cual se produce una
disminución natural del crecimiento de la población o decrecimiento, por
efecto de la disminución de la natalidad con respecto a la mortalidad.
Varias razones explican esta fase, entre ellas: los cambios en las
expectativas de la población en un futuro mejor, el encarecimiento de
los costos de vida y los nuevos roles que cumplen las mujeres.
El estudio de la población
Las fuentes demográficas. En la actualidad se usan instrumentos como
los censos que permiten establecer el conteo y características
demográficas de una región determinada. Además, se cuenta con las
estadísticas vitales que registran los nacimientos y defunciones de una
región y los registros migratorios que señalan la entrada y salida de la
población.
Ciencias que estudian la población. La demografía es una ciencia
que tiene como objeto el estudio de las características y dinámicas de
las poblaciones a través de variables como la natalidad, mortalidad y
ocupación, entre otras. Asimismo, la geografía de la población analiza
la distribución de la población en un territorio y los efectos derivados de
dicha ocupación.
Procesos demográficos
Diversos procesos en la historia de la humanidad han contribuido al
crecimiento o decrecimiento de la población humana, veamos algunos
de ellos.
Origen de la expansión de la especie humana
Los rastros más antiguos de la especie humana se remontan a más de
5 millones de años. A partir de allí comenzó un proceso evolutivo que
permitió, hace unos 100 mil años en África, la consolidación de los
humanos como una de las especies más prósperas del planeta. En ese
entonces, la población humana vivía poco tiempo.
La revolución agrícola
Desde hace unos 8.000 arios a.C., el ser humano comenzó a
domesticar animales, de los cuales aprendió a obtener carnes, pieles y
otros subproductos. El desarrollo de la agricultura, de otra parte,
consolidó el proceso al generar excedentes alimentarios que
fomentaron el sedentarismo. Esto ayudó a aumentar la natalidad y
disminuir la mortalidad. En ese tiempo, la especie humana contaba con
una población mundial aproximada de 5 millones de individuos, y varios
miles de arios después, hacia 1750 d.C., la población se calculaba en
alrededor de 750 millones de habitantes.
La industrialización
A mediados del siglo XVIII se dio comienzo al fenómeno conocido como
la Revolución industrial. De igual modo, el mejoramiento progresivo de
la medicina y los avances en la higiene favorecieron el aumento de la
población. Tan solo en Europa, cuna de la industrialización, entre 1815
y 1870, la población pasó de 190 millones a 300 millones, lo que dio
origen a una fuerte presión demográfica y a que muchas familias se
vieran obligadas a migrar a otros continentes.
La urbanización acelerada
Las características de la Revolución industrial dieron origen a la ciudad
moderna. Con ella aumentaron las migraciones del campo a la ciudad
lo que propició un crecimiento general de la población.
Hacia 1900 el mundo occidental contaba con tan solo 13 ciudades que
tenían más de un millón de habitantes. Un siglo después, en el año
2000, la cifra de ciudades con estas características llegaba a 388, y se
espera que en el 2015 sean una 500 las ciudades con más de un millón
de habitantes. De estas, alrededor de 20 son consideradas mega
ciudades con más de 10 millones de personas.
Las migraciones
Las enormes diferencias de progreso, calidad de vida, conflictos
internos e infraestructura entre los países, han dado lugar a que
millones de personas migren anualmente a donde consideran que sus
expectativas de vida se podrán llevar a cabo de un modo más
satisfactorio. Lo anterior ha hecho que alrededor de 200 millones de
personas vivan fuera de su país de origen. Esto ha dado lugar a que en
los países receptores se presente un proceso de crecimiento positivo
de su población y, en consecuencia, en algunas de las naciones
expulsoras, se dé un decrecimiento de su población.
Indicadores demográficos
La distribución de la población humana en el planeta
Actualmente, la población humana ocupa casi todos los rincones de la
Tierra, sin embargo, su distribución no es equitativa; más de la mitad de
la población del planeta se concentra en regiones de varios países del
oriente y sudeste asiático, asimismo, existen aún regiones con una muy
baja cantidad de población, tal es el caso de la región del África
sahariana y la gran cuenca amazónica en Suramérica.
Este tipo de distribución se debe a factores físicos o antrópicos, es decir,
causados por el ser humano, que contribuyen o limitan el poblamiento
de una región. Entre ellos tenemos: la disposición de recursos naturales,
las condiciones climáticas o de relieve, la tradición histórica de los
lugares, la ubicación estratégica de regiones como franjas costeras.
Todas las anteriores razones contribuyen a explicar por qué una región
presenta mayor o menor cantidad de personas.
¿Cómo medir la densidad demográfica?
La densidad demográfica se refiere a la cantidad de personas que
ocupan un lugar determinado. De esta forma, es la relación entre
población y la superficie ocupada. Veamos el caso de Canadá, el
segundo país más grande del planeta.
Densidad demográfica = Población total / superficie del país o región
en km2.
Densidad demográfica de Canadá = 33.311.389 habitantes /
9.984.670 km2.
Densidad demográfica de Canadá = 3.3 habitantes por km2.
Las regiones con mayor densidad demográfica se encuentran en Asia
oriental y meridional, Europa central, noreste de Norteamérica y el
suroeste australiano. Al contrario, existen regiones casi vacías como las
dos regiones polares, las áreas desérticas, las regiones selváticas y la
alta montaña que restringe el poblamiento.
Crecimiento de la población
Como hemos venido estudiando, una población humana puede crecer
positivamente, mantenerse estable o decrecer. Para estudiar este
comportamiento es necesario conocer la natalidad y la mortalidad
registradas, así como la dinámica que presentan las migraciones en el
territorio analizado.
Una población puede presentar un resultado positivo cuando el número
de nacimientos en ella es superior a las defunciones registradas,
asimismo, cuando ingresan a su territorio un mayor número de personas
que las que salen. Un decrecimiento, puede generarse cuando se
presentan dinámicas inversas, es decir, un mayor número de
defunciones frente a los nacimientos y un alto porcentaje de personas
que abandonan el lugar o la región estudiada.
Variables del crecimiento demográfico
Para conocer el crecimiento de la población se estudian variables como
la natalidad, la mortalidad, los movimientos migratorios, la fecundidad,
la esperanza de vida, entre otros. Existe, además, una medida
estadística conocida como la tasa demográfica, la cual permite
relacionar dos de esas variables, como, por ejemplo, la natalidad y la
población. De la misma forma, podemos señalar tres tipos de tasas:
La tasa bruta. Indica el número de nacidos vivos en promedio por cada
mil habitantes, en un año determinado.
La tasa específica. Se aplica a un determinado sector de la población,
por ejemplo, si se tienen en cuenta los nacimientos de acuerdo con la
edad de la madre.
La tasa neta. Se usa cuando se realizan balances entre cantidades que
se correlacionan permitiendo conocer, por ejemplo, el contraste entre
nacimientos y defunciones, de inmigrantes y emigrantes, etc.
Una tasa se considera alta si está por encima de 30%, modera entre
15% y menos de 30% y baja si está por debajo del 15%.
Variables para analizar la población
Son dos variables: la natalidad y la mortalidad.
La natalidad. Hace referencia al número de nacidos vivos en un tiempo
determinados. Históricamente, esta variable ha venido cambiando en
países como Colombia, donde hasta hace tres o cuatro décadas
mantenía una tasa de natalidad muy alta. Por ejemplo, familias de la
antioqueña o cundiboyacense llegaban a tener un promedio de 15 hijos.
Varias razones han llevado a la disminución de esta tasa, entre ellas la
educación en la planificación familiar y los cambios en las expectativas
de la mujer. También se presentan diferencias significativas en el
crecimiento de la población, según el nivel de desarrollo político,
económico y cultural de los pueblos. A modo de ejemplo, mientras
buena los países africanos continúan presentando una muy alta
natalidad, los países europeos y potencias demográficas como China,
se presentan, tasas de natalidad bajas.
La mortalidad. Se refiere a las defunciones o muertes de personas
ocurridas en un espacio y tiempo determinados. Para hallar estos datos
realizamos un procedimiento semejante al utilizado para determinar la
tasa bruta de natalidad. Este indicador ha venido disminuyendo a través
del tiempo gracias a los avances científicos y tecnológicos que han
permitido mejorar la calidad de vida y prolongar la existencia de las
personas.
Dentro de esta variable existe un indicador importante para comparar el
desarrollo y la calidad de vida de los países y regiones, se trata de la
tasa específica de mortalidad infantil, la cual indica el número de
defunciones de niños menores de cinco años. En la actualidad,
continúan las grandes diferencias entre las naciones llamadas
desarrolladas y las que están en vías de desarrollo: mientras que en
Bután, África, en el año 2002, morían 94 niños por cada 1.000 menores
de cinco, en Australia la tasa de mortalidad infantil era de seis niños por
cada mil.
Otras variables del crecimiento demográfico
En el crecimiento de la población también es de suma importancia el
comportamiento de los movimientos migratorios de la población.
Veamos cada una de las variables de este aspecto.
La emigración. Se refiere a la cantidad de personas que salen de un
país a otro o de una región a otra. La tasa bruta de emigración se calcula
tomando el número total de emigrantes en un lapso de tiempo
determinado y dividiéndolo entre el total de la población multiplicado por
1.000.
La inmigración. Se refiere al hecho de establecerse en un país o región,
por parte de grupo de personas procedentes de otro. La tasa bruta de
inmigración se establece teniendo en cuenta el número de individuos
que inmigran. Se calcula teniendo en cuenta el número de inmigrantes
por cada 1.000 habitantes durante un período de un año, en un área
determinada.
El crecimiento migratorio. Para conocer el crecimiento migratorio o tasa
neta migratoria, se toma el resultado de la tasa bruta de inmigración y
se resta de la tasa bruta de emigración. Si el resultado es positivo, indica
que son más las personas que ingresan al país o municipio que las que
salen.
Otras variables de interés
La tasa de fertilidad. Alude al promedio de hijos por madre, y cuando
es menor de dos, la población disminuye.
La tasa de fecundidad. Se refiere a la relación entre el número de
nacimientos y el número de mujeres en edad de procrear por cada mil
habitantes. Tasa de fecundidad: (Nacimientos/Número de mujeres entre
15 y 49 años) X 1.000.
Esperanza de vida. Se refiere al número de años que puede llegar a
vivir en promedio una persona en un lugar determinado. Para poder
determinar el nivel de esperanza de vida, es necesario dividir todos los
años vividos de toda la población de un país o región por el número de
los niños nacidos en un año.
La estructura y composición de la población por edad y sexo. A través
de esta variable conocemos la cantidad de personas que hay en cada
rango de edad y su distribución por sexo. Se puede representar a través
de las pirámides poblacionales. Una pirámide poblacional progresiva
refleja una alta proporción de niños y adolescentes frente a la población
adulta.
El crecimiento total de la población. Se obtiene con base en los
resultados del balance del crecimiento natural, es decir, las tasas de
nacimientos menos las defunciones y el resultado del saldo migratorio.
Panorama de la demografía colombiana
Colombia, en el año 2005, realizó su más reciente censo con el cual se
indagó en gran medida por las características demográficas de nuestro
país. Veamos entonces el comportamiento de varios indicadores de la
población.
La densidad demográfica colombiana
Para 1900 nuestro país contaba con cerca de 4 habitantes por km2,
actualmente la cifra es de 39 habitantes por km2. A nivel regional, las
áreas metropolitanas concentran altas densidades demográficas, la
mayor de ellas en la sabana de Bogotá, además de Medellín, Cali,
Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Cúcuta, Manizales y Pereira.
Por otra parte, vastas regiones de los Llanos orientales y del Amazonas
continúan mostrando una muy baja densidad demográfica, sin embargo,
comunidades como colonos y empresarios del agro realizan un cambio
de coberturas selváticas por sistemas productivos altamente
destructivos como el ganado y la expansión de la frontera agrícola, la
proliferación de cultivos de uso ilícito como la coca y empresariales,
como la palma africana.
La distribución de la población
En el año 1900, Colombia inició el siglo XX con una población superior
a los 4.000.000 de habitantes. Para mediados de este siglo llegaba a
los 11.548.172 habitantes, con un 65% de ellos habitando en el campo.
Actualmente cuenta con 44.794.990, de los cuales cerca de un 76%
habita en espacios urbanos. Es decir, en menos de un siglo invertimos
nuestra distribución de la población: pasamos de ser un país rural a ser
una nación casi urbana.
La distribución por edad. En términos de la distribución de la población
por edad y sexo encontramos que Colombia presenta una distribución
de tipo progresivo, es decir, con una alta población de jóvenes respecto
a la de adultos; en el 2005 el 40% del total nacional eran menores de
20 años, de ellos el 10% corresponden a menores de cinco años,
mientras que el 2,2% del total nacional correspondía a adultos mayores,
con más de 65 años, situación que implica una atención especial por
parte del Estado en programas educativos, de salud y de prevención
que se dirijan a proteger y proyectar la población joven colombiana.
Uno de los factores que ha influido en el crecimiento de la población
colombiana durante el siglo XX, es el mejoramiento de las condiciones
de salud de la población.
La distribución por sexo. En Colombia hay una mayor cantidad de
mujeres en comparación con los hombres. Del total nacional registrado
en el último censo de 2005, un 51% de la población es femenina. Esta
situación se incrementa especialmente en áreas metropolitanas como
Bogotá, en donde las mujeres migran a la ciudad en mayor proporción
que los varones, al contrario, en regiones de frontera como los Llanos
orientales y la Amazonía en donde predomina la población migrante
masculina.
Variables demográficas en Colombia
Los cambios en la fertilidad. La fecundidad es una de las variables
más significativas para estudiar el crecimiento natural de una población.
Para nuestro país el promedio de hijos nacidos vivos es de 1,8 el cual
ha ido disminuyendo con el paso de los años dado que, para la década
de los sesenta, el promedio era de 7 hijos por mujer. Sin embargo, en
la actualidad hay más mujeres menores de 25 años con hijos que a
mediados de los ochenta. La disminución de la fertilidad puede
explicarse a través de razones como el aumento de la escolaridad y el
acceso a mayor información, además, el incremento en el costo de la
vida ha llevado a disminuir el número de hijos por familia.
Las fases demográficas en Colombia. Nuestro país presentó, desde
1930 hasta la década de los setenta, un crecimiento acelerado de su
población, presentándose el fenómeno conocido como explosión
demográfica. Desde los ochenta hasta el presente, comenzó la segunda
fase, caracterizada por un descenso de las tasas de natalidad y
mortalidad.
La esperanza de vida. Los colombianos continúan presentando una
mejor esperanza de vida si comparamos los datos que se registraban a
principios del siglo XX, los cuales indicaban que el colombiano promedio
vivía unos 37 años de edad, mientras que en la actualidad la cifra supera
los 71, siendo un poco superior en la población femenina.
La dinámica migratoria. En Colombia continúa presentándose un alto
movimiento de la población. A nivel regional, tanto las áreas
metropolitanas como capitales y ciudades importantes atraen un gran
número de migrantes lo que acentúa las migraciones campo-ciudad. De
esta manera mientras algunas regiones ganan en población, otras
continúan con despoblamiento, especialmente los sectores rurales de
cientos de municipios que anualmente ven disminuir su población. En
algunas regiones producto de la confrontación armada o de los
proyectos empresariales del agro se produce el desplazamiento de la
población y con ello la desnacionalización de estas regiones, es decir,
ven perder a sus pobladores nativos y con ellos su cultura. De acuerdo
con los resultados del último censo realizado en Colombia, 9.866.733
personas cambiaron de residencia en los últimos cinco años. De estas
un 47% aludió razones familiares como motivo de su desplazamiento;
un 16% lo hicieron por las pocas oportunidades de trabajo, un 4% se
desplazaron por amenazas contra su vida; un 4,4% por necesidades
educativas; un 3% por razones de salud y un 2% por presentar alto
riesgo a desastres naturales.
El panorama demográfico actual
El crecimiento natural de la población colombiana en las últimas
décadas ha sufrido un gran descenso respecto a las cifras existentes a
mediados del siglo XX. Mientras que la fertilidad, la natalidad y la
mortalidad presentaban cifras muy altas, actualmente se ha reducido
considerablemente en los promedios nacionales. Sin embargo, la
presencia estatal en términos de cobertura plena de salud, educación,
métodos de planificación y una nutrición balanceada sumados al
incremento de la pobreza, inciden en que sectores de la población y,
especialmente, en departamentos y municipios marginados las tasas
del crecimiento natural sigan siendo altas.
Estadísticas demográficas
Migraciones de carácter internacional
Colombia presenta una tasa neta migratoria negativa frente a las
migraciones internacionales. Cientos de colombianos continúan
abandonando el país en busca de destinos más promisorios para sus
vidas. Estados Unidos, España, Venezuela, Ecuador, Canadá y
Australia son los principales destinos de los colombianos, los cuales
continúan aumentado las cifras dadas en el censo de 2005 en donde
cerca de 3,3 millones de personas se registraban como emigrantes.
Dentro de las migraciones, continúa presentándose el fenómeno de la
"fuga de cerebros", dado que dentro de los migrantes internacionales
hay un componente significativo con formación profesional
universitaria, por los cuales el país invirtió recursos.
La vivienda y el estado conyugal
Según el último censo, se registran 10.390.207 viviendas, con un 94%
de ellas ocupadas. De estas, en un 94% reside una familia, mientras
que en más de 8 mil viviendas colombianas residen más de 6 hogares
por unidad residencial. Otro indicador de importancia alude a que el
69,3% de los hogares se componen de cuatro personas o más.
Asimismo, el censo refleja nuevas tipologías de familias, distintas al
hogar tradicional conformado por padres e hijos, con madres o padres
cabeza de hogar, unión de padres divorciados con hijos compartidos de
familias anteriores, entre otros. Frente al estado conyugal, el censo
registró 33.063.610 personas, de las cuales 7.441.487 viven en unión
libre, 1.611.213 personas son divorciadas, mientras que 1.353.304 son
viudos. Existe en el país una población de 14.526.111 solteros frente a
7.436.201 casados. Un panorama muy distinto a la presentada en
décadas anteriores en donde predominaban las parejas casadas.
El nivel educativo
En términos de educación, Colombia sigue presentado graves
problemas. Aunque el nivel de alfabetización, relacionado con aprender
a leer y escribir, ha aumentado en buena parte del país, no se ha logrado
eliminar por completo el analfabetismo. Por otra parte, a pesar de
algunas mejoras en cuanto a calidad y cobertura, se presentan serios
inconvenientes relacionados con reducciones en la financiación de la
educación estatal, incremento de los índices de deserción escolar y
universitaria, cierre de establecimientos educativos, entre otros. Cerca
de 39 millones de habitantes en edad escolar, 10% no tuvo ningún tipo
de educación formal; un 5% realizó preescolar completo; un 13%
culminó la primaria, mientras que un 5% terminó estudios de bachillerato
completos; de estos, solo un bajo número ingresa a estudiar carreras
técnicas o profesionales.
Según datos del Ministerio de Educación Nacional, durante el 2008, más
de 11 millones de estudiantes asistieron a la educación básica primaria,
secundaria y media, lo cual significa una cobertura superior al 89%.
Pero, a estas cifras, se contrapone un alto índice de deserción escolar
superior al 52%, principalmente en las áreas rurales. En educación
superior, se matricularon 1.444.544 alumnos; esto quiere decir que
incrementó la cobertura del 20,6% en 2002 a 33,3% en 2008. El
crecimiento más importante se presentó en los niveles técnico y
tecnológico. Sin embargo, la tasa de deserción universitaria fue del
48%, lo que indica que, de cada 100 estudiantes matriculados, solo 52
logran terminar sus estudios universitarios en los plazos estipulados.
Sobre este tema, el Estado colombiano tiene la responsabilidad enorme
de seguir haciendo esfuerzos por mejorar el acceso y la calidad de la
educación, atacando principalmente el problema de la deserción escolar
y universitaria.
La población colombiana y su distribución étnica
El censo realizado al inicio del siglo XXI, registró parte de la diversidad
étnica presente en el país. Existen 1.392.623 indígenas representando
el 3,4% del total de la población. La población indígena se localiza en
las diferentes regiones del país, en especial, en la selva amazónica, las
sabanas de la Orinoquia, en los valles interandinos, las montañas
andinas y en la región del Caribe, en las planicies y en la Sierra Nevada
de Santa Marta. Por otra parte, se encuentra una población de
4.273.722 personas que se consideran afrocolombianas, negras o
mulatos, las cuales representan un 10% de la población del país.
Además, contamos con las comunidades raizales de San Andrés y
Providencia con 30.565 personas y las comunidades de palanqueros,
departamento de Bolívar con 7.470 individuos. Por último, encontramos
la comunidad gitana o rom, población principalmente urbana, distribuida
en kumpanias, que son unidades variables de corresidencia que se
asientan en los barrios. Ellos representan el 1% de la población
colombiana.
Condiciones de vida en Colombia
El concepto de calidad de vida es un término multidimensional que
significa tener un alto grado de bienestar y la satisfacción de las
necesidades básicas individuales y colectivas, con los recursos
disponibles en un espacio geográfico determinado. En Colombia, la
información básica para medir las condiciones de vida y los indicadores
de pobreza y desigualdad, se obtiene a través de la Encuesta de
calidad de vida, realizada por el Departamento Administrativo Nacional
de Estadística DANE. La última encuesta, realizada en el 2008, indica
que el nivel de vida de los colombianos mejoró con respecto a los cinco
años anteriores. Algunos de los resultados más relevantes fueron:
Para el 2008, el 86% de la población colombiana está cubierta por el
Sistema General de Seguridad Social en Salud.
La tasa de analfabetismo de las personas mayores de 15 años a nivel
nacional alcanzó el 6,9%.
Para los jóvenes de 12 a 15 años, la asistencia escolar presentó un
incremento en el total nacional, pasando de 86,4% a 90,6%.
El 44,9% de los hogares viven en condición de propietarios de la
vivienda que habitan.
El reconocimiento como pobre es la expresión de pobreza subjetiva y
en el orden nacional, muestra una importante reducción. Mientras en el
2003 se consideraba pobre el 67% de los hogares, en 2008, el
porcentaje se redujo a 48,3%.
Otro indicador importante es el índice de condiciones de vida, ICV, el
cual es un indicador continuo que va de 0 a 100, donde 0 refleja las
peores condiciones de vida y 100 las mejores condiciones de vida. Un
aumento del ICV indica una disminución en la pobreza. En general el
país tiene un ICV de 77 puntos sobre 100. A nivel regional, Chocó es el
departamento con el nivel más bajo de ICV, 62 sobre 100; mientras
Bogotá tiene el ICV más alto, 89 sobre 100.
Demografía y sostenibilidad
A medida que la población humana aumenta, demanda mayor cantidad
de recursos para su sostenimiento, lo que implica una mayor cantidad
de materiales extraídos o transformados de la naturaleza para proveer
las necesidades humanas. Entre estos tenemos: el suministro de agua,
aire puro, suelos fértiles, energías fósiles. De la misma manera, con el
auge demográfico, nuevos desechos son arrojados al planeta. En buena
parte del mundo los ríos son los receptores de los desechos industriales
y agropecuarios, la atmósfera se convierte en el destino final de gases
nocivos como el CO2: este es el nuevo paisaje de las ciudades
industriales.
Impactos del crecimiento demográfico
Cambios en la corteza terrestre y la biosfera. Durante la historia de
las sociedades primitivas, el ser humano lentamente comenzó su
proceso de dominio en los ecosistemas en los cuales se encontraba.
Las coberturas vegetales originales en algunas regiones fueron
lentamente reemplazadas por los nuevos cultivos implantados, entre
ellos, el higo, el trigo, la cebada y las legumbres en regiones como Asia
Menor. El crecimiento de la población implicó entonces la expansión de
la frontera agrícola desde las regiones costeras, las planicies aluviales
y los territorios andinos con los cuales millares de hectáreas de flora y
fauna desaparecieron.
Reducción de los bosques. En la actualidad, la mitad de los bosques
y selvas que una vez cubrieron el planeta, es decir, unos 29 millones de
km2, han desaparecido, y con ellos se ha incrementado la reducción
de la biodiversidad de la Tierra: cerca del 78% de los bosques primarios
han sido ya destruidos, por lo que desaparecieron múltiples especies
que ni siquiera fueron descubiertas, más aún cuando se estima que
cerca del 90% de la biodiversidad terrestre del planeta habita en las
selvas.
Nuestro país no escapa a esta problemática, más del 56% de los cerca
de 1.100 municipios colombianos presentan una transformación
alarmante de sus ecosistemas, y conserva menos del 25% de la biota
original.
La destrucción de los suelos. El uso intensivo y acumulativo del suelo,
unido a la masiva utilización de agroquímicos, fertilizantes, plaguicidas
y riegos constantes, produce a una pérdida paulatina de sus
propiedades físicas y químicas lo que afecta directamente su
productividad. En algunas regiones la tasa de productividad ha
superado los procesos de renovación natural de los suelos, provocando
que regiones fértiles se conviertan en territorios áridos casi
irrecuperables; lo que propicia el aumento progresivo de la erosión o
pérdida progresiva de los suelos, que actualmente, se estima a nivel
mundial entre 5 y 7 millones de hectáreas cultivables al año. Esta
afección a los suelos además ocasiona la inestabilidad de los mismos,
de manera que los movimientos en masa, como los derrumbes y los
deslizamientos, aumentan año tras año.
La contaminación de los cuerpos de agua. El agua, una de las
principales fuentes de vida del planeta también se ha visto amenazada
por la actividad humana. El agua dulce por ejemplo, proveniente del
subsuelo en forma subterránea y, especialmente, la existente en la
superficie terrestre a través de las cuencas hidrográficas forma cerca de
un 70% de las cuencas hidrográficas del planeta y sostiene la totalidad
de la población humana, así como el 90% de las especies animales y
vegetales del planeta, sin embargo buena parte de estas se ven
seriamente deterioradas. Acciones como el vertimiento de los desechos
sobre las fuentes hídricas, los malos sistemas de riegos, el uso de
fertilizantes y agroquímicos, entre otros, han provocado un cambio en
la composición y el estado natural de los distintos cuerpos acuáticos.
Esto ha llevado a que un recurso considerado renovable pase a
convertirse en casi no renovable con problemáticas como la
eutrofización y la colmatación de los cuerpos de agua.
La actividad humana y el clima
El cambio climático es producido por el masivo ingreso de gases
nocivos para el ambiente generados en las actividades humanas tales
como la industria. También lo genera la reducción de las selvas y los
estilos de vida altamente consumistas.
El incremento del efecto invernadero. La atmósfera terrestre presenta
una composición de diversos gases, junto al vapor de agua, partículas
de polvo, humo y otros elementos que son retenidos por la fuerza de
gravedad del planeta. Esta capa contribuye a mantener el planeta a
temperaturas benignas para la vida. Sin embargo producto de la
revolución agrícola, la exagerada ganaderización y praderización
global, la industrialización, el consumo energético basado en
combustibles fósiles, la pérdida de bosques, entre otros aspectos, han
provocado que millares de partículas y gases, por ejemplo, el dióxido de
carbono y el metano, ingresen a la atmósfera de manera acumulativa y
que se presente una concentración de gases de efecto invernadero sin
precedentes, capaz de producir un incremento del calentamiento global.
El calentamiento global en aumento. En los últimos 200 años, la
temperatura promedio del planeta ha ido en aumento por el incremento
de la concentración de gases de efecto invernadero. Se estima que
durante el siglo XX la temperatura de la atmósfera se incrementó entre
0,4 y 0,8 °C, siendo la década de los noventa la más calurosa del siglo
pasado. En algunas décadas, con tan solo un grado más en la
temperatura, las consecuencias serían muy graves para el planeta, por
ejemplo, buena parte de los terrenos de cultivos de los Estados Unidos
se convertirían en suelos desérticos, se reducirían las regiones
glaciares del planeta, aumentaría el nivel del mar provocando
inundaciones en regiones costeras; múltiples ecosistemas se verían
afectados, entre ellos, los polares. Si el incremento fuera para finales
del siglo XXI de 6 °C, los efectos serían catastróficos: un efecto similar
al ocurrido a finales del período geológico Pérmico cuando un 95% de
la vida se extinguió.
Las lluvias ácidas, el smog y las islas de calor. Con el aumento de
la urbanización, el uso de combustibles fósiles y el incremento del
desarrollo industrial en detrimento de las franjas boscosas, el paisaje de
las zonas urbanas presenta un nuevo panorama: franjas oscuras o
esmog de contaminantes presentes en las capas de la atmósfera, las
cuales contienen parte de los gases contaminantes emitidos desde las
urbes. Estos gases pueden ser dióxido de carbono, dióxido de azufre —
que luego se convierte en óxido de azufre— y nitrógeno, entre otros.
Estos pueden descender nuevamente a través de las lluvias ácidas o
precipitaciones de agua con gases contaminados, los cuales pueden
contribuir a generar alteraciones de la composición del agua, suelos y
la misma vida, así como provocar enfermedades en la piel y ojos de los
humanos y contribuir a corroer las edificaciones y monumentos de las
ciudades.
Estrategias para disminuir el deterioro ambiental
El grave deterioro ambiental que padece el planeta, los desequilibrios
territoriales por los cuales algunas regiones ganan y muchas pierden, la
inequitativa distribución de la riqueza, además del incremento de los
desastres naturales, que afectan tanto lo político como lo económico,
han contribuido a que el tema ambiental cobre enorme importancia.
La necesidad de articular lo local a lo global
Los problemas ambientales, que antes se creían aislados y locales,
ahora se ven reflejados a escala global. Tal es el caso del
calentamiento global, el efecto invernadero, el incremento del nivel del
mar, el adelgazamiento de la capa de ozono, entre otros; así mismo
sucede con estilos de vida consumistas, que antes se creía que
afectaba tan solo a una parte de la población y ahora se han vuelto
planetarios. Estos procesos tienen una relación directa con los espacios
locales dado que es allí donde se produce la contaminación o se
demandan los recursos.
En este sentido existe una articulación entre la dimensión local y la
dimensión global, por ello se alude a "pensar globalmente y a actuar
localmente". Esto es para cambiar las prácticas y la mentalidad que
existen en torno a una naturaleza ilimitada, por una concepción de un
desarrollo mucho más sostenible, que proteja la vida y busque la
conservación de los ecosistemas, que ayude a forjar una cultura, una
economía y política con un rostro más humano.
Conferencias de carácter global
Desde el siglo XX, con la participación de los líderes y países de todo el
mundo, así como de cientos de Organizaciones no gubernamentales
(ONG), se vienen realizando conferencias de carácter global en las
cuales se han propuesto estrategias para disminuir el deterioro y
mejorar la relación del ser humano con el planeta.
La conferencia de Naciones Unidas de 1971 "Crecimiento cero". El
objetivo central de esta cumbre ambiental consistía en disminuir el
crecimiento de la población mundial y reducir el consumo de recursos
naturales.
La cumbre de la Tierra en 1992. Reunida en Río de Janeiro, Brasil. Allí
participaron 172 gobiernos y se produjo la Agenda 21, que definió
medidas para fomentar un desarrollo económico que frenara el deterioro
del medio ambiente.
Conferencia Internacional en Japón. Se celebró en 1997 y su mayor
logró se dio con la instauración del Protocolo de Kioto, un acuerdo entre
países que busca reducir en un 5,2% para el año 2012, los gases que
provocan el efecto invernadero.
La Cumbre de la Tierra de Johannesburgo, Suráfrica. Celebrada en el
año 2002, contó con la participación de 180 gobiernos y cientos de
ONG. En ella se acordó promover un modelo de desarrollo sostenible,
que reduzca la pobreza y logre revertir la degradación del medio
ambiente mundial.
Asimismo, se han celebrado cada ario un sinnúmero de encuentros
científicos y gubernamentales, que buscan frenar las distintas
problemáticas ambientales. Entre ellos se destacan: La cumbre mundial
sobre el calentamiento global, celebrada en Nairobi en el 2006; varias
convenciones como la Ramsar, en la protección de humedales, e
innumerables encuentros para detener la contaminación del agua, el
aire, frenar la deforestación intensiva y promover el sostenimiento de la
biodiversidad.
Acciones locales y regionales
Dependiendo del nivel de desarrollo, los países, las empresas, ONG y
diferentes comunidades han ido construyendo estrategias que buscan
disminuir los impactos ambientales que generan las actividades
productivas humanas. Además, se han firmado compromisos en las
conferencias internacionales para ir remplazando las tecnologías
obsoletas por aquellas que promuevan un desarrollo sostenible.
Algunas de las estrategias que han venido desarrollándose a nivel local
y regional se asocian con:
Aumentar la educación ambiental con ciudadanos comprometidos en
mejorar su relación con el entorno, emprendiendo prácticas como el uso
adecuado de los recursos disponibles, promover el reciclaje, la
disminución en la emisión de desechos por habitante, el uso de
transportes colectivos y sostenibles como la bicicleta; así como la
participación local en la recuperación y restauración de ecosistemas
deteriorados. Asimismo, se ha incrementado el trabajo científico en
torno al tema ambiental, que incluye la formación académica de
profesionales en este ámbito.
A nivel local y regional, incorporar la variable ambiental en diversas
instituciones gubernamentales que buscan direccionar el ordenamiento
y la gestión ambiental de los municipios.
El compromiso de varios gobiernos de desarrollar de fuentes
alternativas de energía que remplacen a los combustibles fósiles que
resultan tan contaminantes para el planeta. En este sentido, se
promueve el desarrollo de nuevas fuentes alternativas como la eólica,
la geotérmica y la solar.
A nivel internacional, promover que los países desarrollados incentiven
y transfieran tecnologías más limpias y sostenibles a aquellos países
en vía de desarrollo, dado que, en buena medida, es en los países
pobres en donde se mantienen muchos ecosistemas que son
estratégicos para la sostenibilidad del planeta como es el caso de la
cuenca amazónica.
De la misma manera, es necesario trabajar por un orden mundial más
justo, en donde los países en vía de desarrollo ganen escenarios de
participación y promoción de un desarrollo acorde a sus culturas y
territorios. Además, es necesario centrar la atención en disminuir
problemas sociales muy graves como la pobreza, el hambre, la
malnutrición y la guerra que multiplican los conflictos en las naciones y
dificultan la puesta en marcha de programas ambientales sostenibles.
El nuevo modelo de desarrollo sustentable debe partir, por ser
incluyente, de todos los ciudadanos y ciudadanas, enmarcado en las
condiciones biofísicas de los lugares, en su singularidad y en fomentar
la diferencia de las comunidades, es decir, modelos acordes con el
pensamiento y la diversidad cultural del planeta.
Los ecosistemas proveen innumerables servicios y bienes ambientales;
además son una cuna ancestral de diversas comunidades, por ello si se
prevé fomentar el ecoturismo, es necesario conocer la capacidad de
carga de cada ecosistema, es decir, el nivel de población que pueden
recibir sin provocar impactos negativos.
De la misma manera, cada actividad productiva deberá ceñirse a volver
a incorporar el funcionamiento natural del planeta, y para ello es
fundamental revisar los criterios de productividad y masificación de la
ganancia que pretenden los individuos en un sistema como el
capitalista.
Localmente, es necesario revisar cuáles son las necesidades básicas y
los recursos necesarios que requerimos los seres humanos para habitar
en la Tierra. En este sentido es necesario reevaluar los niveles de
consumo y la cantidad enorme de desechos y energía que
demandamos. Un planeta más sostenible implica un modo de vida más
humilde y comprometido con los demás seres que nos rodean.