union es monet arias
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En economía, una unión monetaria es la situación en la cual dos o más países acuerdan compartir la misma moneda, si bien no es necesario que tengan mayor integración económica, como en el caso de una unión económica, en la cual existe adicionalmente unión aduanera y mercado común.TRANSCRIPT
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DE LA UNIN ADUANERA A LA UNIN ECONMICA Y MONETARIA
Miguel A. Puchades Navarro Universidad de Valencia
I.- INTRODUCCIN
El proceso de integracin europea, desde la constitucin de la Comunidad
Econmica Europea por el Tratado de Roma en 1957 hasta el tratado de Maastricht en
1992 y el de Amsterdam en 1997, ha seguido un proceso lgico en el que la Unin
Econmica y Monetaria no debe contemplarse como el ltimo paso.
En sus orgenes, la Comunidad Econmica Europea tena un carcter tanto
econmico como poltico. El artculo 2 del Tratado de Roma enuncia como objetivo de
la Comunidad el promover, mediante el establecimiento de un mercado comn y la
progresiva aproximacin de las polticas econmicas de los Estados miembros, un
desarrollo armonioso de las actividades econmicas en el conjunto de la Comunidad,
una expansin continua y equilibrada, una estabilidad creciente, una elevacin
acelerada del nivel de vida y relaciones ms estrechas entre los Estados miembros1.
La consecucin de los objetivos econmicos requiere la aproximacin de las
polticas econmicas pero, adems, la ltima referencia a estrechar las relaciones entre
los Estados miembros expresa el carcter poltico del Tratado. Asimismo, y a diferencia
de otros acuerdos de cooperacin internacional, el Tratado incorporaba desde su inicio
elementos de supranacionalidad, adoptando la misma estructura institucional que la
1 El Tratado de Amsterdam ha dado nueva redaccin a este artculo, que queda como sigue: La Unin tendr los siguientes objetivos: promover el progreso econmico y social y un alto nivel de empleo y conseguir un desarrollo equilibrado y sostenible, principalmente mediante la creacin de un espacio sin fronteras interiores, el fortalecimiento de la cohesin econmica y social y el establecimiento de una unin econmica y monetaria que implicar, en su momento, una moneda nica, conforme a las disposiciones del presente Tratado; afirmar su identidad en el mbito internacional, en particular mediante la realizacin de una poltica exterior y de seguridad comn que incluya la definicin progresiva de una poltica de defensa comn que podr conducir a una defensa comn; reforzar la proteccin de los derechos e intereses de los nacionales de sus Estados miembros, mediante la creacin de una ciudadana de la Unin; mantener y desarrollar la Unin como un espacio de libertad, seguridad y justicia, en el que est garantizada la libre circulacin de personas conjuntamente con medidas adecuadas respecto al control de las fronteras exteriores, el asilo, la inmigracin y la prevencin y la lucha contra la delincuencia; mantener ntegramente el acervo comunitario y desarrollarlo con el fin de examinar la medida en que las polticas y formas de cooperacin establecidas en el presente Tratado deben ser revisadas, para asegurar la eficacia de los mecanismos e instituciones comunitarios.
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Comunidad Econmica del Carbn y del Acero (Consejo, Comisin, Parlamento y
Tribunal).
Para muchos, parece claro que exista entre los fundadores de la Comunidad un
fuerte sentimiento de que el mercado comn representaba un primer paso hacia otros
tipos de integracin. La dinmica del proceso de integracin econmica y la evolucin
de las polticas econmicas comunes llevan consigo la necesidad de una aproximacin
poltica, y en el Tratado de Roma subyace la idea de una eventual unin poltica en el
futuro. Aunque esto no quedase explcitamente articulado, el Tratado va ms all de la
simple eliminacin de las restricciones al comercio; su articulado invita a una posterior
interpretacin y desarrollo, la idea global de adoptar polticas econmicas comunes
implica cierta transferencia de soberana a nuevos centros de decisin comunitarios2.
Sin embargo, los mayores obstculos en el proceso de integracin han sido de
naturaleza poltica. El 1 de enero de 1999 comienza la tercera fase de la Unin
Econmica y Monetaria, lo cual supone la cesin de la soberana monetaria de los
Estados participantes a un ente supranacional independiente de los respectivos
Gobiernos y, por lo tanto, un paso significativo hacia una mayor integracin poltica.
Pero, curiosamente, el aspecto poltico ha sido escasamente considerado. En el Tratado
de Maastricht no encontramos referencias claras respecto a la integracin poltica.
La eliminacin de los costes de conversin de las distintas monedas que
supondr la moneda nica es probablemente el aspecto sobre el que ms se ha incidido,
al menos en las campaas divulgativas institucionales y, sin duda, tendr un efecto
beneficioso sobre la economa, pero probablemente no ser el ms importante. La
participacin de Espaa en el euro condicionar nuestro futuro econmico y tambin
poltico.
II. TIPOLOGA DE LAS UNIONES MONETARIAS. ALGUNOS EJEMPLOS
HISTRICOS
2 Coombes (1970) p. 54-55
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Podemos definir una unin monetaria simplemente como un acuerdo entre dos o
ms Estados para adoptar alguna forma de regulacin comn de sus respectivas
monedas3.
Una unin monetaria supone, en todo caso, una limitacin de la soberana
monetaria de los pases participantes. La cesin de soberana puede producirse a travs
de distintas frmulas; el acuerdo monetario puede ser comn o uniforme. El acuerdo
monetario comn supone la creacin de una autoridad monetaria comn de carcter
supranacional a la que le son transferidas las competencias nacionales. Otra forma de
unin monetaria, el acuerdo uniforme, implica que las polticas monetarias continan
ejecutndose descentralizadamente, pero de forma que cada Estado se sujeta a unas
reglas cuidadosamente formuladas de cmo deben comportarse en unas situaciones
concretas.
Por otra parte, el concepto de unin monetaria no es sinnimo de moneda nica,
pero s, en cambio, requiere unos tipos de cambio fijos. As, podemos encontrar
ejemplos de uniones monetaria con distintas frmulas de circulacin monetaria: a)
uniones en que las monedas de los Estados circulan a un tipo de cambio fijo; b) uniones
en las que opera una moneda paralela, al tiempo que se mantiene la circulacin de la
moneda propia de los participantes y; c) uniones en las que las respectivas monedas son
sustituidas por una nueva moneda nica.
Inmersos como estamos en el proceso de convergencia para el establecimiento
de la Unin Econmica y Monetaria, la idea de una unin monetaria se nos aparece
como consustancial a la integracin econmica y a la moneda nica. Sin embargo, una
unin monetaria no requiere la preexistencia de un alto grado aproximacin econmica,
as como tampoco la integracin econmica conduce necesariamente a una moneda
nica. El establecimiento de un tratado de unin monetaria no es una consecuencia
econmica, sino un acuerdo poltico.
La historia de Europa en el ltimo siglo y medio nos proporciona una serie de
casos de uniones monetarias de diversos tipos, y de su anlisis pueden obtenerse
algunas lecciones tiles. Utilizando un criterio poltico de clasificacin podemos
distinguir entre: uniones monetarias suprarregionales y uniones monetarias
3 Nielsen (1933)
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intereuropeas4. Las uniones suprarregionales son el resultado de un proceso de
unificacin poltica, como son los casos de la unificacin de Suiza en 1848, de Italia en
1861, y de Alemania en 1871. Las uniones monetarias intereuropeas son aqullas
establecidas por acuerdos entre naciones soberanas, como ejemplos significativos
pueden citarse la Unin Monetaria de Austria y Alemania (1857-1867), la Unin
Monetaria Latina (1865-1926), y la Unin Monetaria Escandinava (1872-1931).
Las uniones suprarregionales supusieron la centralizacin de la soberana
monetaria y la estandarizacin del sistema monetario en los respectivos territorios. La
unificacin poltica no siempre se produce entre territorios econmicamente integrados.
As, por ejemplo, la Confederacin Suiza se estableci entre regiones cuya lengua,
orgenes y relaciones comerciales eran muy diferentes. Mientras las zonas este y norte
de Suiza mantenan estrechos lazos econmicos y comerciales con los Estados alemanes
y Austria, las del sur y oeste concentraban sus relaciones con Francia y el Piamonte. En
estas condiciones la unificacin monetaria puede parecer difcil y, desde luego, la
llevada a cabo por la Confederacin Helvtica no fue el resultado de una integracin
econmica, sino que, ms bien, la moneda nica se consider como instrumento para
crear un sentimiento nacional suizo y para lograr una aproximacin econmica ente los
territorios del nuevo Estado. En el caso de Alemania, si bien la unificacin poltica vino
precedida por el establecimiento de una unin aduanera, el Zllverein no lleg a
suponer un alto grado de integracin entre los Estados Alemanes del Norte y los
Estados del Sur. En tanto en cuanto estas uniones monetarias se produjeron en el marco
de una unificacin poltica resultaron irreversibles.
Las uniones monetarias intereuropeas responden en mayor medida a una
justificacin econmica y, generalmente, supusieron legalizar la circulacin monetaria
entre pases que estaban utilizando el mismo patrn monetario.
Hay que tener en cuenta que, en el siglo XIX, los pases europeos utilizaban
patrones monetarios metlicos. La unidad de cuenta vena definida por la moneda
estndar con un determinado contenido de oro o plata. El patrn metlico aseguraba que
los tipos de cambio se mantuvieran fijos e inmutables. Si dos pases utilizan el mismo
patrn metlico, esto supone que, de hecho, se est utilizando la misma mercanca como
dinero, aunque se utilicen expresiones monetarias distintas. Aunque no exista un tratado
4 Vanthoor (1996) p. 9
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monetario, las monedas de pleno contenido metlico pueden ser ampliamente aceptadas
en el trfico comercial ms all de las fronteras del Estado en que han sido acuadas,
aunque fuera de su territorio no tengan el carcter de moneda de curso legal.
Por otra parte, aunque conserven plena soberana monetaria para acuar moneda,
siempre que cada Estado se ajuste a las reglas comunes del estndar metlico, la poltica
monetaria es nica. Si la emisin monetaria es de pleno contenido, la discrecionalidad
monetaria es inexistente; la nica discrecionalidad radica en la emisin de moneda
subsidiaria, sin pleno contenido metlico, y en la emisin de billetes de banco.
Un ejemplo de unin monetaria en el que las competencias monetarias
permanecen en los respectivos Estados y en la que adems se introduce una moneda
paralela, adems de la propia de los Estados, nos lo proporciona el Tratado Monetario
entre Austria y los Estados alemanes.
Antes de la unificacin poltica, en los Estados alemanes del norte circulaba el
thaler, y en los Estados alemanes del sur el gulden5. En la Convencin Monetaria de
Dresde, en 1838, cada Estado del Zllverein poda optar entre el thaler o el gulden, y se
estableci la paridad entre las dos monedas6, aunque cada Estado no estaba obligado a
aceptar las otras monedas en su territorio. En 1857, con el Tratado de Viena, Austria se
incorpora al sistema monetario del Zllverein. En esta unin monetaria circularan hasta
cuatro monedas distintas: el thaler de los Estado alemanes de norte, el gulden de los
Estados alemanes del sur, el gulden Austraco, y la nueva moneda comn o moneda de
la Unin que se introduce en el Tratado, el thaler vereinsmnze (vereinsthaler)7. La
moneda de la Unin tena curso legal en toda la Unin, mientras que las dems monedas
slo en su territorio aunque, de hecho, todas ellas circularon entre los distintos Estados.
La Unin Monetaria de Austria y Alemania tuvo una vida corta. En 1867 la
guerra con Prusia pondra fin al Tratado. Despus de la guerra el vereinsthaler continu
5 El estndar monetario del gulden fue establecido por el Tratado Monetario de Munich en 1837. 6 La relacin entre las dos monedas se estableci en 1 thaler = 1,75 gulden. Al mismo tiempo se introdujo una moneda paralela o moneda comn, equivalente a 2 thaler o 3,5 gulden. Sin embargo, esta moneda no lleg a ser realmente aceptada como moneda de cambio. 7 La paridad que se estableci para las distintas monedas es: 1 vereinsthaler = 1 thaler de Prusia = 1,75 gulden de Alemania del Sur = 1,5 gulden de Austria.
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circulando legalmente en Austria, y gran cantidad de moneda austraca tambin
continu circulando en Alemania8.
En 1871 los Estados alemanes del sur se unieron a la Federacin Alemana del
norte. La unificacin poltica trajo consigo la reforma monetaria, con la adopcin, de
derecho, del patrn oro y la introduccin del marco como nuevo estndar monetario9.
Un caso con monedas distintas pero equivalentes, de forma que llegaron a
funcionar como si de una moneda nica se tratase, es el de la Unin Monetaria Latina10.
Los pases firmantes seguan el mismo patrn monetario, y podemos considerar que con
anterioridad a la firma del Tratado constituan, de hecho, una unin monetaria. Cuando
Blgica obtuvo la independencia poltica adopt como moneda el franco belga, pero
manteniendo el estndar del franco francs. Por su parte, Italia y Suiza, tras la
unificacin poltica, adoptaron tambin el modelo francs. De esta forma, el franco
francs, belga y suizo, y la lira italiana, eran equivalentes en contenido de plata11. Las
monedas de plata de un pas eran comnmente aceptadas en otros Estados, hasta el
punto de que en Suiza, despus de la unificacin, cerca del 80% de las monedas en
circulacin eran de origen francs12 y ello sin que se hubiera firmado ningn tratado
entre Francia y Suiza.
Mientras todos los Estados siguieron un criterio uniforme en la emisin
monetaria, las monedas podan circular libremente y ser generalmente aceptadas como
si se tratara de una moneda nica. Pero el sistema se enfrent a los problemas derivados
8 Como Austria no consigui volver al estndar metlico y restablecer la convertibilidad de los billetes, las monedas de plata fueron desplazadas por billetes depreciados y el grueso de vereinsthalers y guldens acuados en Austria acabaron circulando en los Estados Alemanes del Sur. Cuando en 1870 Alemania adopt el patrn oro -lo que supona una depreciacin del gulden frente al thaler- grandes cantidades de guldens Austracos fluyeron hacia Alemania, donde el gulden continuaba siendo generalmente aceptado por el pblico un tipo de 2/3 de thaler. Aunque Alemania prohibi la importacin de gulden austracos en 1873, el problema continuo hasta 1892 en que Austria adopt el patrn oro. 9 Aunque el thaler de plata continu circulando legalmente hasta 1907. 10 El Tratado de la Unin Monetaria Latina se firm el 23 de diciembre de 1865 (entr en vigor el 1 de agosto de 1866) entre Francia, Blgica, Italia y Suiza, y tres aos ms tarde se unira Grecia. 11 5 gramos de plata al 90% de plata fina 12 Vanthoor (1996) p. 14. La Ley de 5 de mayo de 1859 que unific el sistema monetario dejaba en manos del Gobierno Federal la determinacin de la cantidad y tipo de monedas. En los primeros aos, para reducir costes, la Confederacin acu monedas a una escala muy limitada, por lo que la mayor parte de monedas en circulacin procedan de otros pases, particularmente de Francia.
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del bimetalismo13. Cuando en 1850 comenz a bajar la cotizacin del oro respecto a la
plata, Suiza decidi bajar el contenido metlico de sus monedas al 80%, y poco despus
le siguieron Italia y Francia que rebajaron el contenido metlico al 82,5%, La Ley de
Gresham actu, y al poco tiempo las monedas de menor contenido haban expulsado de
la circulacin a las monedas de alto contenido en plata en todos los pases. La confusin
y el caos ocasionado por la disparidad haca necesario un acuerdo que regulase la
emisin monetaria. El Tratado firmado en 1865 estableca la paridad oficial de las
monedas que servan como unidad de cuenta14. La acuacin de monedas de oro o plata
de pleno contenido no tena ninguna restriccin. Adicionalmente se ponan en
circulacin monedas subsidiarias con menor contenido de plata15. Para evitar que un
pas pudiera enriquecerse a costa de otro se limit la circulacin de monedas de bajo
contenido en funcin de la poblacin. Los billetes de banco quedaban fuera del Tratado.
A pesar de que el bimetalismo fue la causa de muchas de las dificultades de
funcionamiento de la Unin Monetaria Latina 16, el ncleo del problema hay que
buscarlo en la insuficiente convergencia de las polticas llevadas por los Estados
miembros. Como resultado, el pas que se atena a reglas monetarias ms estrictas se
vea inevitablemente desbordado por la afluencia de capitales especulativos
provenientes de los Estados cuyas monedas experimentaban la presin de sus polticas
expansivas de gasto. La Unin consigui sobrevivir hasta despus de la I Guerra
Mundial porque ofreca a Francia la oportunidad de extender su influencia poltica y
econmica a los otros Estados, los cuales, en cambio, se beneficiaban del acceso al
mercado de capitales francs, y eran reacios asumir las prdidas en que incurriran como
consecuencias de la clusula de liquidacin.
13 Aunque el sistema monetario francs segua de derecho un patrn plata, la coexistencia de monedas de oro y plata supona que, de hecho, funcionaba con un patrn bimetlico oro-plata. 14 1 franco francs = 1 franco belga = 1 franco suizo = 1 lira italiana = 1 dracma griega. Todas estas monedas tenan un contenido de 5 gr. de plata con un 90% de plata fina. 15 El aplicado por Francia e Italia, 83,5%. Suiza tena 12 aos para ajustarse ya que haba acuado monedas con un contenido del 80%. 16 Las fluctuaciones del precio del oro acentuaron los problemas de funcionamiento de la Unin Monetaria Latina. En 1874 un nuevo Tratado fren la acuacin de monedas de plata y vino a suponer la adopcin, de hecho, del patrn oro. En 1855 otro nuevo Tratado introdujo una clusula de liquidacin. Esta clusula de liquidacin supona que, en caso de anulacin del Tratado, cada Estado se comprometa a reintegrar sus monedas de plata de 5 francos en circulacin en los otros pases a su valor facial (las monedas de plata deban ser convertidas en oro).
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Otro ejemplo significativo es el de la Unin Monetaria Escandinava17. Entre los
pases escandinavos existan estrechos lazos polticos y culturales, adems de
importantes relaciones comerciales y similitudes econmicas. Con todo, el que los
pases escandinavos formaran una unin monetaria est principalmente relacionado con
su inters comn de seguir a Alemania en la introduccin del patrn oro18. En 1872
Dinamarca y Suecia firmaron una Tratado de Unificacin Monetaria adoptando el
patrn oro y una unidad de cuenta comn, la corona escandinava19. Noruega se unira al
Tratado en 1875. La corona sueca, la corona danesa y la corona noruega tendran el
mismo peso y tamao, solo sera diferente la marca de acuacin. Las monedas
subsidiarias tambin eran iguales para los tres pases y todas ellas podan circular
libremente en toda la Unin. No se estableci ninguna limitacin de emisin de
monedas subsidiarias, pero cada Estado se comprometa a redimir por su valor nominal
en oro y sin limitacin todas las monedas que se le presentasen20.
A partir de 1905 las tensiones polticas y las diferencias en las polticas
econmicas y monetarias comenzaron a perturbar el funcionamiento de la Unin. Los
problemas se agravaron con la I Guerra Mundial y la falta de coordinacin en la
medidas adoptadas por los respectivos Bancos Centrales, lo que termin arruinando el
Tratado. A partir de 1924 cada Estado recupera plena soberana sobre la emisin de
moneda subsidiaria, que dejar de tener curso legal en los otros Estados. Esto supuso,
de hecho, el fin de la Unin. El abandono del patrn oro en 1931 marc oficialmente el
fin de la Unin Monetaria Escandinava.
III. MERCADO COMN Y TIPOS DE CAMBIO
17 La unin monetaria haba sido previamente avanzada. Los tres pases haban llevado un poltica monetaria ordenada y estable, haban adoptado el patrn plata y, de hecho, con anterioridad al Tratado, las monedas, e incluso billetes, se venan aceptando en los otros Estados. 18 Cuando Alemania opt por el patrn oro, los pases escandinavos, que estaban utilizando un patrn plata y haban tenido negociaciones para su acceso a la Unin Monetaria Latina, temieron que la plata se vera presionada a la baja, lo que efectivamente ocurri, en los quince aos siguientes la relacin oro plata creci de 1:15,5 a 1:19. 19 La nueva moneda se defina equivalente a 1/2480 Kg. de oro al 90%. 20 Los billetes de banco no figuraban en el Tratado. No obstante, en 1894 se lleg a un acuerdo entre los respectivos Bancos Centrales para aceptar los billetes a su paridad. Tambin se estableci un mecanismo de cooperacin monetaria entre los Bancos Centrales.
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El crecimiento del comercio internacional entre pases requiere un sistema de
cambio entre las distintas monedas nacionales. Mientras la circulacin monetaria se
ajust a un patrn metlico los tipos de cambio eran fijos y respondan a la relacin de
contenido metlico de cada moneda, pero cuando los pases, en ejercicio de su
soberana, se apartan de las reglas de juego del patrn metlico, la divergencia de las
polticas monetarias acaba obligando a reajustes en las paridades y, eventualmente, a
adoptar tipos de cambio flotantes.
Despus de la II Guerra Mundial, aunque no se restableci el patrn oro, la
economa internacional opt por un sistema de tipos de cambio fijos. Este sistema,
nacido de los acuerdos de Bretton Woods en 194521, funcion razonablemente bien
durante unas dcadas y proporciono la estabilidad y la certidumbre que necesitaba la
expansin del comercio y las inversiones a nivel internacional.
No es pues de extraar que, en este contexto de estabilidad monetaria
internacional en que se produjo el nacimiento de la Comunidad Econmica Europea, no
hubiera una preocupacin explcita por las cuestiones monetarias, y en el Tratado de
Roma no se contempla nada respecto al establecimiento de unos tipos de cambio fijos e
inmutables. Los artculos 103-109 se limitaban a establecer los principios de no
restriccin a la convertibilidad de las monedas, supresin de las restricciones al
movimiento de capitales y coordinacin de las polticas econmicas.
Mientras los tipos de cambio permanecieron fijos, la Unin Aduanera, que era el
ncleo de la Comunidad Econmica Europea, avanz sin problemas e incluso se
complet antes del plazo previsto inicialmente, multiplicndose los intercambios
comerciales entre los pases comunitarios. A finales de los 60 se incrementaron las
presiones para reajustar los tipos de cambio22. El crecimiento de los dficits en la
balanza comercial estadounidense y el desinters creciente de otros pases por seguir
acumulando dlares fue socavando el sistema monetario internacional y condujo a la 21 En este sistema jugaba un papel determinante el Fondo Monetario Internacional, y se fundamentaba en la supremaca del dlar, cuyo valor permaneca relacionado con el oro, y las dems monedas fijaban su paridad en relacin al dlar. Cuando un pas experimentaba desequilibrios peda asistencia al Fondo Monetario Internacional, y cuando se alcanzaba una posicin de desequilibrio fundamental se recurra a reajustar el tipo de cambio. 22 La devaluacin de la libra esterlina en 1967 fue seguida en 1969 por la devaluacin del franco francs y la revaluacin del marco alemn. El sistema entr en dificultades en parte por una incorrecta interpretacin de las reglas de juego del Fondo Monetario Internacional. Los pases con dficit en sus
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crisis a principios de los 70, con la ruptura con el oro y la devaluacin del dlar. La
especulacin masiva y las crecientes divergencias entre las tasas nacionales de
inflacin, auspiciadas por polticas econmicas divergentes, llevaron al sistema de tipos
de cambio fijos a una situacin de colapso. As, a principios de los 70 la economa
internacional cambi a un sistema de tipos de cambio flotantes.
Inicialmente los tipos de cambio flotantes se vieron como una solucin que
ofreca un instrumento adicional de poltica econmica. Los ajustes en los tipos de
cambio permitiran a los pases mayor flexibilidad en la persecucin de sus propios
objetivos de poltica econmica. Se consideraba que cualquier dficit o supervit de la
balanza de pagos podra corregirse automticamente por ajustes en el tipo de cambio.
Tambin se asuma que el mercado era un instrumento ms adecuado para establecer los
tipos de cambio que cuando eran los gobiernos los que administraban un tipo de cambio
fijo. Adems, ya no sera necesario mantener elevados volmenes de reservas para
defender el tipo de cambio de una moneda, de forma que los tipos de cambio flotantes
podan ayudar a aliviar la insuficiencia de liquidez internacional.
Sin embargo, las experiencia parece indicar que el sistema de tipos de cambio
flotantes no ha respondido a las expectativas que se haban depositado en el mismo y,
por el contrario, ha supuesto importantes costes. Adems, la autonoma monetaria
nacional, que en principio cabra esperar del sistema de cambios flotantes, ha resultado
en gran parte un mito23.
La inestabilidad monetaria comporta la tentacin de recurrir a medidas
proteccionistas y pona en peligro los logros del Mercado Comn. La incertidumbre y
los costes de la fluctuacin de los tipos de cambio son un handicap importante para el
comercio, especialmente para las empresas pequeas que no cuentan con mecanismos
para protegerse de sus efectos. El sistema, en general, se ha caracterizado por una
inestabilidad en el mercado de divisas mayor que el precio de las mercancas. Los tipos
de cambio han fluctuado salvajemente a corto plazo y tampoco han conseguido
establecerse en los niveles adecuados a largo plazo, y los masivos movimientos
especulativos de capital han puesto en dificultades a los pases. En pases cuyas
monedas se depreciaban la cada nominal de los tipos de cambio no se traduca en la balanzas de pagos fueron reacios a aceptar las consecuencias polticas de la devaluacin de sus monedas, y los pases con supervit no deseaban la revaluacin por temor a perjudicar sus exportaciones.
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misma cada del tipo de cambio efectivo por las presiones inflacionistas que originaba.
Esto conduce, inevitablemente, a la necesidad de recurrir a otros instrumentos de
poltica econmica, restringiendo la libertad que, supuestamente, confera el tipo de
cambio flotante a los responsables de la poltica econmica.
En resumen, los tipos de cambio flotantes han supuesto importantes costes
derivados de los desajustes temporales del tipo de cambio que se traducen en una mayor
incertidumbre en el comercio internacional, una desaceleracin en la formacin de
capital, un incremento del proteccionismo en aquellos pases cuyas monedas se han
visto excesivamente empujadas al alza y, en suma, a un incremento de la inflacin
mundial.
IV. LOS INTENTOS DE REFORMA MONETARIA. DE LA SERPIENTE
MONETARIA AL TRATADO DE MAASTRICHT
Cuando aumentaron las presiones para reajustar los tipos de cambio, y el sistema
establecido en Bretton Woods comienza a tambalearse, el tema de la unin monetaria
adquiri cierta urgencia. En este sentido, el ao 1969 marca el inicio de un cambio de
rumbo en la Comunidad Europea. El nuevo giro vino anunciado por un Memorndum
de la Comisin Europea24 que urga a un reforzamiento de la coordinacin de las
polticas econmicas y monetarias, y abogaba por el establecimiento de un sistema de
cambios fijos entre las monedas de la Comunidad Europea. Para conseguir este
objetivo, no slo la Comisin, sino tambin pases como Blgica, Alemania y
Luxemburgo elaboraron planes para la realizacin de una unin econmica y
monetaria25. Estos informes tuvieron sus resultados. En diciembre de 1969, en la cubre
de La Haya, los Jefes de Gobierno de los seis acordaron dar un nuevo impulso a la
integracin europea, con el doble objetivo de ampliar la Comunidad y profundizar en la
integracin26. La Unin Econmica y Monetaria fue formulada como el objetivo final
23 Tsoukalis (ed.) (1986) 24 Memorndum conocido como Plan Barre. 25 Anteriormente, en octubre de 1962, la Comisin, bajo la presidencia de Walter Hallstein, haba propuesto un plan en tres etapas para conseguir la unin monetaria antes de fin de 1971. Sin embargo, esta propuesta nunca obtuvo respuesta. 26 En lo que se refiere al primer aspecto se abriran negociaciones no slo con los pases que haban solicitado la integracin sino tambin con otros pases de la EFTA.
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de la Comunidad. Se acord que durante 1970 una comisin, presidida por el primer
ministro luxemburgus Pierre Werner, elaborara un plan para la realizacin de la Unin
Econmica y Monetaria en etapas.
Aunque los Estados miembros estaban convencidos de los beneficios de la
Unin Monetaria, existan diferencias importantes en los puntos de vista. Mientras un
grupo propugnaba por el rpido establecimiento de tipos de cambio fijos, otro
consideraba que no se deba avanzar en la unin monetaria antes de que se hubiera
conseguido una coordinacin econmica. La Comisin Werner resolvi estas
diferencias estableciendo un compromiso descrito como paralelismo27, esto es, avance
paralelo en ambos frentes, coordinando las polticas econmicas y dirigindose hacia
ms estrechos mrgenes de fluctuacin en los tipos de cambio.
El informe Werner contena un plan para la Unin Monetaria en tres etapas, que
concluira en 1980 y llevara a la fijacin definitiva de los tipos de cambio, la
convertibilidad total de las monedas y la toma de decisiones de poltica econmica en el
nivel comunitario. Sin embargo, el plan Werner qued en suspenso cuando, en 1971, los
Estados Unidos decidieron dejar flotar libremente el dlar, desatando una crisis
monetaria internacional. El resultado efectivo fue la creacin, en 1972, de la serpiente
monetaria, que supona un mecanismo de flotacin conjunta de los tipos de cambio
entre las monedas europeas y de stas frente al dlar28. Se trataba de crear alguna
estabilidad en los tipos de cambio dentro de la Comunidad Europea con una mezcla de
tipos de cambio flexibles y fijos que permitiera cierta flexibilidad a las polticas
econmicas sin los costes de una excesiva volatilidad cambiaria.
La serpiente monetaria tuvo una vida corta. La crisis monetaria internacional
result ms fuerte de los previsto, los Estados miembros adoptaron polticas econmicas
divergentes y varias monedas importantes fueron abandonando el mecanismo29. El
fracaso de la serpiente monetaria y la profundidad de la crisis econmica impulsaron a
los nueve Estados miembros a tomar conciencia de los inconvenientes derivados de sus
divergencias monetarias. En el Consejo Europeo de Bremen, en 1978, se decidi el
27 Kruse (1980) pp. 70-75 28 Como complemento al sistema, en 1973 se creo el Fondo Europeo de Cooperacin Monetaria con la finalidad de asegurar la financiacin necesaria para las intervenciones en los mercados que permitieran mantener los tipos de cambio dentro de los lmites de la serpiente. 29 En 1976 la serpiente haba quedado reducida al marco y las monedas del Benelux y Dinamarca.
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establecimiento de una cooperacin monetaria que estabilizara los tipos de cambio.
Surgi as el Sistema Monetario Europeo, que entr en vigor al ao siguiente.
El Sistema Monetario Europeo naca con dos objetivos: asegurar la estabilidad
de los tipos de cambio entre las monedas comunitarias para mejorar el funcionamiento
del mercado comn y reforzar la convergencia de las polticas econmicas de los pases
integrantes, estableciendo una disciplina que permitiera mantener el primer objetivo. El
funcionamiento del Sistema Monetario Europeo se basaba en tres instrumentos: la
Unidad de Cuenta Europea (ECU), el Mecanismo de Cooperacin Monetaria y el
Mecanismo de Tipos de Cambio. Este ltimo contena un conjunto de disposiciones
para mantener la cotizacin de las monedas dentro de ciertos lmites, sobre la base de la
cooperacin y el apoyo recproco entre Bancos Centrales.
El Sistema Monetario Europeo se hundi de facto entre 1992 y 1993 como
resultado de las intensas crisis monetarias desatadas en esos aos30. A pesar del fracaso
final del Sistema Monetario Europeo, y de que este Sistema no tena rango de Tratado
comunitario, sino que fue fruto de un acuerdo entre los Bancos Centrales de los Estados
miembros, lo cierto es que consigui mantener una cierta estabilidad entre las monedas
europeas, de forma que, en un contexto de gran inestabilidad monetaria internacional,
las monedas europeas fluctuaron menos que monedas como el dlar, el franco suizo o el
yen japons. Por otra parte, el Sistema Monetario Europeo contribuy a una
aproximacin monetaria, a establecer mecanismos de cooperacin y a sentar las bases
para la futura Unin Monetaria. Como consecuencia, el Acta nica Europea, en su
artculo 102 A, introduce por primera vez la dimensin monetaria en un Tratado, al
incluir, como finalidad de la Comunidad Europea, la formacin de una Unin
Econmica y Monetaria, haciendo referencia expresa tanto al sistema Monetario
Europeo como al ECU.
En Junio de 1988 el Consejo Europeo encarg a una comisin presidida por
Jaques Delors, entonces Presidente de la Comisin Europea, la elaboracin de una
propuesta en etapas concretas para lograr la Unin Econmica y Monetaria. Un ao
30 Entre 1979 y 1992 se produjeron doce realineaciones teniendo, en la mayor parte de los casos, un origen comn: la revaluacin del marco y la devaluacin de otras monedas, especialmente el franco y la lira. En septiembre de 1992 la especulacin contra la lira y la libra forzaron su salida del Sistema y la peseta tuvo que devaluarse un 11% junto con el escudo portugus. En mayo de 1993, la peseta, el escudo, el franco belga, el franco francs y la corona danesa sufrieron nuevos ataques especulativos, lo que oblig a la ampliacin de las bandas de fluctuacin hasta el 15%.
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despus, sobre la base del Informe Delors, el Consejo decidi que la primera etapa de la
Unin Econmica y Monetaria empezara el 1 de julio de 1990, fecha en la que, en
principio, deberan eliminarse todas las restricciones al movimiento de capitales entre
los Estados miembros.
Para la realizacin de las etapas segunda y tercera era necesario revisar los
Tratados constitutivos de la Comunidad Econmica Europea con objeto de establecer la
estructura institucional requerida. El nuevo Tratado de la Unin Europea fue firmado en
Maastricht el 7 de febrero de 1992 y, tras considerables retrasos en el proceso de
ratificacin, entr en vigor el 1 de noviembre de 1993. El Tratado de la Unin Europea
incorpor la Unin Econmica y Monetaria en su texto, estableciendo un procedimiento
de plazos sucesivos que desembocan, de manera irreversible, en la creacin de una
moneda nica y un Banco Central Europeo, determinando asimismo los criterios para la
unin econmica o criterios de convergencia.
La segunda etapa de la Unin Econmica y Monetaria se inici el 1 de enero de
1994 con el establecimiento del Instituto Monetario Europeo31. Este Instituto no tena
competencias directas en la elaboracin o ejecucin de la poltica monetaria, que segua
siendo responsabilidad de los respectivos Bancos Centrales. Sus principales funciones
fueron estrechar la cooperacin entre los Bancos Centrales y la coordinacin de las
polticas econmicas, y realizar los preparativos para el establecimiento del Sistema
Europeo de Bancos Centrales y para que el Banco Central Europeo pueda llevar a cabo
la poltica monetaria nica y la moneda nica desde el momento en que se inicie la
tercera etapa.
En la Cumbre de mayo de 1998, el Consejo, de acuerdo con la recomendacin
de la Comisin en su Informe de Convergencia, decidi que tomarn parte en la moneda
nica, desde su inicio, once pases: Blgica, Alemania, Espaa, Francia, Irlanda, Italia,
Luxemburgo, Holanda, Portugal, Austria y Finlandia. En un Comunicado Conjunto de
los once pases que participarn en el euro, la Comisin Europea y el Instituto
31 Con ello desapareci el Comit de Gobernadores de los Bancos Centrales que haba desarrollado un importante papel de coordinacin monetaria desde su creacin en mayo de 1969, y que asumi responsabilidades adicionales en la primera etapa de la Unin Econmica y Monetaria.
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Monetario Europeo, se anunciaron los cambios bilaterales que se utilizarn en la
determinacin de los tipos de cambio irrevocables con el euro32.
El 1 de enero de 1999 la Unin Monetaria se convertir en un hecho. Los tipos
de cambio se fijarn de manera irrevocable, el Banco Central Europeo ser operativo y
se ocupar de la poltica monetaria nica. El euro ser una moneda en sentido propio y
el mercado cambiario fijar su valor en relacin a terceras monedas. Aunque no
circularn monedas y billetes en euros hasta el ao 2002, mientras tanto se continuarn
utilizando las respectivas monedas nacionales para realizar pagos en efectivo, las
monedas nacionales dejarn de existir como tales en las relaciones internacionales. El
euro y las monedas nacionales podrn considerarse como una misma moneda, aunque
con expresiones aritmticas diferentes, las monedas nacionales pasarn a considerase
expresiones no decimales del euro.
El Sistema Europeo de Bancos Centrales asumir plenas competencias
monetarias, y su objetivo primordial, tal como lo define el artculo 105 del Tratado, es
mantener la estabilidad de precios. El sistema Europeo de Bancos Centrales incluye al
Banco Central Europeo y los Bancos Centrales nacionales de los Estados miembros que
adopten la moneda nica. Las actividades del Sistema Europeo de Bancos Centrales se
desarrollarn de acuerdo con el Tratado de la Unin Europea y los Estatutos del Sistema
Europeo de Bancos Centrales y del Banco Central Europeo. El Consejo de Gobierno del
Banco Central Europeo es responsable de la formulacin de la poltica monetaria,
mientras que el Comit Ejecutivo est facultado para instrumentar la poltica monetaria
de acuerdo con las decisiones y directivas establecidas por el Consejo de Gobierno. El
Banco Central Europeo recurrir a los Bancos Centrales nacionales para realizar las
operaciones que correspondan a las funciones del Sistema Europeo de Bancos
32 Para la determinacin de los tipos de conversin irrevocables del euro se utilizarn los tipos de cambio centrales bilaterales en vigor en el Mecanismo de Cambios del Sistema Monetario Europeo entre las monedas de los Estados miembros que desde el primer da de la tercera fase adoptarn el euro como su moneda nica. Dado que el ECU es una cesta de monedas que incluye entre las mismas a la corona danesa, la dracma griega y la libra esterlina, no es posible anunciar, antes del final de 1998, los tipos de conversin irrevocables a los que el euro sustituir a las monedas participantes. Sin embargo, s es posible anunciar los tipos bilaterales que sern utilizados el 31 de diciembre de 1998 para calcular los tipos de cambio del ECU oficial y, por tanto, tambin para calcular los tipos de conversin irrevocables del euro para las monedas que participen en la moneda nica.
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Centrales. Las operaciones de poltica monetaria del Sistema Europeo de Bancos
Centrales se ejecutan en trminos similares en todos los Estados miembros33 .
V. EUROPA COMO REA MONETARIA PTIMA
Las uniones monetarias intereuropeas del siglo XIX no fueron, de hecho, ms
que una institucionalizacin de la situacin existente, en el sentido de que se parta de
un patrn monetario comn en los Estados participantes. A partir de la II Guerra
Mundial la circulacin monetaria pas a ser enteramente fiduciaria y la intensiva
utilizacin de la circulacin monetaria con fines de poltica econmica en cada pas
llev al colapso del sistema de tipos de cambio fijos. No existiendo un patrn monetario
comn, una unin monetaria slo parece aconsejable y beneficiosa si existen un
conjunto de similitudes econmicas entre los pases candidatos a formar parte de la
unin.
El establecimiento de la Unin Monetaria en Europa se ha tratado de justificar
en base a la teora de las reas monetarias ptimas. Las principales aportaciones
tericas en ese campo fueron hechas en los aos 60 y 70. Estas aportaciones nos
proporcionan una base de conocimientos til para considerar la viabilidad y efectos de
la Unin Econmica y Monetaria.
Un rea monetaria ptima es un grupo de pases vinculados ente s por tipos de
cambio fijos. La capacidad de crear y mantener un rea monetaria ptima depende,
fundamentalmente, de que existan fuerzas que lleven a la convergencia dentro del rea
sin necesidad de un ajuste en los tipos de cambio. Las condiciones a tener en cuenta
para que pueda darse un rea monetaria ptima son: movilidad de factores, apertura de
las economas, diversificacin y tasas de inflacin similares.
Un primer criterio clave para justificar un rea monetaria es el de la movilidad
de factores34. La libre circulacin de factores puede permitir el reequilibrio de las
33 El Banco Central Europeo ha publicado, en Septiembre de 1988, la documentacin general sobre instrumentos y procedimientos de poltica monetaria del Sistema Europeo de Bancos Centrales. El informe presenta el marco operativo elegido por el Sistema Europeo de Bancos Centrales para ejecutar la poltica monetaria nica en la tercera etapa de la Unin Econmica y Monetaria. Se pretende que este informe sirva como documentacin general de los instrumentos y procedimientos de poltica monetaria del Sistema Europeo de Bancos Centrales y proporcione a las entidades que van a actuar como contrapartida la informacin que precisan en el marco de poltica monetaria nica. 34 Mundell (1961)
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economas sin necesidad de recurrir a modificar los tipos de cambio. Sin embargo, hay
que tener en cuenta que la direccin de los flujos de factores puede ser ambigua. As,
mientras el capital puede fluir con facilidad a las regiones ms dinmicas, el trabajo
puede ser relativamente inmvil y reacio a desplazarse desde zonas deprimidas.
Otro elemento importante es la apertura de las economas35. Las economas muy
abiertas, que tienen una elevada propensin a la importacin y a la exportacin, pueden
utilizar las polticas fiscales y monetarias sin necesidad de alterar sus tipos de cambio
para equilibrar sus balanzas de pagos. Un dficit en la balanza de pagos puede
rectificarse con una moderada deflacin, ya que gran parte del recorte de gasto ser en
reduccin de importaciones. Otro motivo para preferir cambios fijos en las economas
abiertas es que la depreciacin de la moneda resulta altamente inflacionista, aunque,
como contrapartida, para los pases ms fuertes los tipos de cambio fijos son ms
inflacionistas que permitir una apreciacin de su moneda.
Otro criterio que se ha enunciado para un rea monetaria es el de la
diversificacin36. Las economas altamente diversificadas tienen menor necesidad de
recurrir a modificar los tipos de cambio cuando cae la demanda de un sector exportador,
ya que el impacto ser menor.
Tambin se ha prestado particular importancia a la inflacin y se ha
argumentado que la convergencia en niveles similares de inflacin debe utilizarse como
el principal criterio para un rea monetaria ptima37. El problema se ha presentado
sobre la clsica relacin entre inflacin y desempleo de la curva de Philips. En cualquier
tipo de unin monetaria algunos pases tendrn que sacrificar sus preferencias de
inflacin y desempleo, aceptando la preferencia del pas dominante o acordando entre
ellos un objetivo comn. Por otra parte, diferentes relaciones entre inflacin y
desempleo (curvas de Philips ms o menos alejadas del origen) pueden exigir polticas
econmicas tambin distintas. Ahora bien, si se rechaza la relacin de la curva de
Philips y se argumenta que cualquier xito en la reduccin del desempleo es solo
temporal, los pases tienen poca eleccin y el nico camino es tratar de estabilizar los
35 McKinnon (1963) 36 Kenen (1969) 37 Magnifico (1973) part. 2
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precios. Esto proporciona los puntos ms persuasivos en la perspectiva de la unin
monetaria38.
Cuando se cumplen las cuatro criterios anteriores existen fuertes razones para
establecer una unin monetaria. Sin embargo, es dudoso que las pases de la Unin
Europea puedan considerarse un rea monetaria ptima.
Aunque en la Unin Europea existe tericamente libre circulacin de mercancas
y de factores de produccin, subsisten significativas limitaciones. Aunque la movilidad
del capital se ha incrementado notablemente desde los aos 60, con un ritmo creciente
hacia la integracin de los mercados de capitales, todava existen impedimentos a la
libre circulacin del trabajo en trminos de dificultades idiomticas y otros. De hecho,
nos encontramos con que la mayor parte de la inmigracin en los pases de la Unin
Europea no es intracomunitaria, sino que procede de pases de fuera de la Unin39.
En cuanto al grado de apertura es cierto que las economas comunitarias se han
hecho mucho ms abiertas con la supresin de las barreras intracomunitarias al
comercio, pero no es menos cierto que existen importantes diferencias entre los pases.
As, mientras el comercio intracomunitario es particularmente alto en los pases del
Benelux, el nivel de apertura de otras economas, como Italia, Francia y Espaa, es
mucho ms bajo.
Algunos estudios se han centrado en la comparacin de la Unin Europea con el
rea monetaria de Estados Unidos, constatando que en Europa no se producen las
mismas condiciones de movilidad del trabajo, flexibilidad salarial y existencia de un
presupuesto federal mediante el cual se efectan transferencias significativas de renta de
unos Estados a otros. La conclusin es que Europa no es un rea monetaria ptima
como lo pueda ser Estados Unidos y, por tanto, puede ser mejor seguir con monedas
diferentes.
La teora de las reas monetarias ptimas sugiere que los beneficios de la unin
monetaria, consistentes en una reduccin de los costes de transaccin, deben
confrontarse con los costes inherentes a la prdida de la independencia monetaria y de
tipos de cambio como instrumento para restablecer el equilibrio econmico.
38 Presley y Dennis (1976). 39 Harrop (1995) pp. 175-176
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Para algunos autores, ni la teora ni los trabajos empricos proporcionan una
evidencia clara en el balance entre costes y beneficios40. Las evidencias no son
suficientemente claras respecto a los efectos del tipo de cambio sobre el comercio y las
inversiones. Si nicamente tenemos en cuenta la reduccin esperada de costes de
conversin de las monedas, los resultados de la Unin Monetaria pueden ser
desilusionantes. Por otra parte, el bajo nivel de movilidad de los factores, junto a la
limitada flexibilidad salarial, implica que la prdida de autonoma monetaria no se
producir sin costes.
En contra de estas consideraciones se puede argumentar que, aunque la Unin
Europea no sea un rea monetaria ptima, los costes de tener monedas independientes y
tipos de cambio variables pueden ser superiores a los de soportar una poltica monetaria
comn y eliminar los tipos de cambio entre los pases europeos. Como se ha sealado
anteriormente, los tipos de cambio flotantes proporcionan slo una autonoma limitada
en la utilizacin de los instrumentos de poltica econmica.
En las ltimas dcadas, con tipos de cambio flotantes, Europa se ha encontrado
con grandes dificultades para mantener un crecimiento sostenido, en gran parte como
consecuencia del desequilibrio entre los diversos componentes de la poltica econmica.
Nos hemos acostumbrado de tal forma a la inestabilidad entre las monedas europeas que
tendemos a olvidar que los movimientos errticos afectan al crecimiento y al empleo.
La ltima crisis monetaria importante, en 1995, se calcula que cost a la Unin Europea
alrededor de un 2% en prdida de crecimiento del P.I.B. y ms de 1,5% de empleo. El
establecimiento de una moneda nica, en la medida en que se consiga un equilibrio
entre las polticas fiscal y monetaria, constituir un factor adicional de estabilidad que
favorecer el crecimiento y el empleo.
Por otra parte, si puede argumentarse que la moneda nica es concomitante con
el mercado nico, cuyos beneficios esperados son elevados, tendremos el principal
argumento en favor de la Unin Econmica y Monetaria41. La economa europea est
actualmente construida sobre el mercado nico, y ste funcionar mucho mejor con la
moneda nica.
40 Eichengreen (1993) p. 1322 41 Eichengreen (1993) p. 1353.
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La desaparicin de las barreras arancelarias, burocrticas y de control aduanero
sobre las mercancas, no es suficiente para garantizar el mercado nico. Los tipos de
cambio pueden utilizarse como mecanismo proteccionista, generan incertidumbre y
suponen un obstculo importante al comercio, y propicia que puedan mantenerse
diferencias de precios para una misma mercanca en distintos pases. Los flujos
especulativos de capitales a corto plazo provocan fluctuaciones caprichosas de los tipos
de cambio que perturban seriamente los intercambios comerciales y las inversiones.
Una variacin del tipo de cambio, por reducida que sea, puede modificar
substancialmente el equilibrio de los contratos entre dos empresas, las industrias
nacionales pueden encontrarse con un serio deterioro de su posicin competitiva a causa
de tales fluctuaciones. El principal problema no es que existan diferentes monedas, ni
los costes de conversin de moneda, sino que es la inestabilidad cambiaria lo que
dificulta la integracin de los mercados.
Un sistema de tipos de cambio fijos puede permitir una integracin de los
mercados casi en la misma forma que el establecimiento de una moneda comn paralela
o de una moneda nica. Probablemente se ha magnificado el aspecto de los costes que
supone el cambio de monedas42. Con un sistema de tipos de cambio fijo, las comisiones
por cambio de moneda pueden reducirse notablemente, e incluso llegar a ser
insignificantes. El establecimiento de una moneda nica no supone inmediatamente que
los pagos realizados en otro pas sean igual de rpidos y al mismo coste que en el
interior. Lo que realmente puede reducir los costes de los pagos comerciales
intracomunitarios es, ms que la introduccin de una moneda nica, la integracin de
los mercados financieros y la interconexin de los sistemas de pagos o el
establecimiento de un nico sistema general de pagos al por menor.
Sin embargo, la alternativa de mantener distintas monedas con un tipo de
cambio fijo es difcilmente sostenible. Por ms que las autoridades pblicas se
comprometan a no entrometerse en el tipo de cambio, siempre existir una clusula de
salida, un cambio de gobierno o de situacin econmica puede propiciar un cambio de
poltica que acabe llevando a un realineamiento de las paridades. Lo realmente
incompatible con los tipos de cambio fijos es la disparidad en las polticas monetarias, y 42 Estos costes no son, ciertamente, despreciables. Se ha calculado que pueden representar entre un 0,3 y un 0,5% del P.I.B. de la Unin Europea. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en estos costes se
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esto siempre puede producirse mientras la poltica monetaria contine siendo
competencia de cada Estado. nicamente la transferencia de las competencias
monetarias a una autoridad central, independiente de los gobiernos de cada Estado,
permite mantener paridades fijas irrevocables de forma irreversible. Adicionalmente,
una moneda nica elimina los posibles costes de conversin de monedas y facilita la
comparacin entre los precios.
Las principales ventajas de la moneda nica sern, por tanto, las derivadas de la
profundizacin del mercado nico. El hecho de que no tendremos que soportar esos
periodos de turbulencia monetaria que daan el comercio entre los Estados miembros
contribuir a un crecimiento estable. No es slo que utilizar la misma unidad monetaria
permite comparar ms fcilmente los precios de bienes y servicios en los diferentes
pases, sino que ser la eliminacin de la inestabilidad sobre los tipos de cambio, el
menor coste de las empresas para acceder a los mercados comunitarios, lo que traer
consigo el incremento de la competencia real transfronteriza.
En definitiva, la creacin de un verdadero mercado nico ser lo que aportar
mayores beneficios como consecuencia de la introduccin de la moneda nica. Aunque
la Unin Econmica y Monetaria formada por un grupo amplio de pases no pueda ser
justificada tericamente sobre la base de las reas monetarias ptimas, s que resulta, en
cambio, necesaria para preservar la integridad del mercado nico43.
VI. LA POLTICA ECONMICA EN LA ZONA EURO
El xito de la unin monetaria requiere que no slo la poltica monetaria, sino
tambin otras reas de poltica econmica, sean una competencia supranacional o, al
menos, estn suficientemente coordinadas. Esto requiere un grado creciente de
paralelismo entre integracin econmica, monetaria y poltica, que el Tratado de
Maastricht no alcanza a establecer.
Ya en el informe Delors se afirmaba que la unin monetaria sin convergencia
fiscal entre sus miembros podra ser inestable, por lo que se recomendaba el
incluyen los de cobertura de riesgo, y stos dependen lgicamente de la variabilidad de los tipos de cambio. 43 Vials (1996)
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establecimiento de ciertas reglas que limitaran la discrecionalidad de los gestores de la
poltica econmica a la hora de decidir el volumen de los dficits fiscales.
Es bien conocida la fuerte interrelacin entre poltica fiscal y poltica monetaria
y en la zona euro nos vamos a encontrar con que, mientras la poltica monetaria estar
centralizada, la poltica fiscal continuar siendo competencia de cada Estado. La
existencia de un Banco Central Europeo independiente, encargado de llevar a cabo una
poltica monetaria nica, no es suficiente para garantizar la sostenibilidad de la moneda
nica. Es cierto que los criterios de convergencia, establecidos en Maastricht para llegar
a la Unin Monetaria, han supuesto un alto nivel de homogeneizacin de las polticas
econmicas de los distintos pases, y que esta convergencia se ha alcanzado en un
contexto de cooperacin voluntaria, en un marco en el que las polticas econmicas son
competencia de los gobiernos nacionales, pero el paso a la moneda nica puede no ser
irrevocable mientras las polticas econmicas y presupuestarias continen siendo
implementadas a nivel descentralizado.
En la medida en que las polticas econmicas sigan siendo responsabilidad
nacional existe la tentacin de recurrir al dficit pblico como poltica anticclica, y esto
puede chocar con el objetivo de estabilidad de precios, y es una forma de trasladar parte
de los costes del ajuste a los dems socios del euro. La idea es que, una vez establecida
la Unin Monetaria, las decisiones de poltica fiscal de cada pas pueden afectar a los
restantes miembros de la Unin (efectos spillover), as como eventualmente a la poltica
monetaria nica. Aunque el Banco Central Europeo es estatutariamente independiente,
y el Tratado de Maastricht le da un mandato de estabilidad de precios y prohibe ayudar
a los gobiernos a obtener sus requerimientos presupuestarios, los gobiernos todava
pueden encontrar mecanismos para influir en las decisiones monetarias, ya sea
directamente, con presiones polticas sobre el Banco Central Europeo, o indirectamente,
a travs del nombramiento de los miembros del Consejo de Gobierno44.
Tradicionalmente se ha sostenido que las polticas fiscales expansivas en los
pases vecinos pueden repercutir negativamente mediante aumentos en el tipo de
inters, mientras que si todos los pases siguieran polticas fiscales estrictas, como
resultado de una consolidacin fiscal continuada, el Banco Central Europeo podra
llevar a cabo una poltica monetaria ms expansiva sin poner en peligro sus objetivos de
44 Beetsma y Bovenberg (1998) p. 241.
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inflacin. La ausencia de poderes de aplicacin crean la oportunidad para los Estados
miembros de utilizar los instrumentos presupuestarios como clusula de salida, para
hacer que los objetivos nacionales prevalezcan sobre los objetivos prioritarios comunes
de la Unin Monetaria. Algunos estudios sugieren que una unin monetaria con una
gestin descentralizada de la poltica fiscal origina un sesgo inflacionista y un dficit
pblico excesivo45. Esta ausencia de disciplina fiscal y monetaria es lo que motiva la
necesidad de una coordinacin fiscal46 .
La coordinacin puede resultar una tarea bastante complicada sobre todo por el
hecho de que, a nivel individual, los pases tendrn una gran tentacin de desmarcarse
de las polticas acordadas, comportndose como free-riders. La implementacin por
cada Estado de polticas fiscales y presupuestarias divergentes hara insostenible la
unin monetaria, por lo que las polticas fiscales deben quedar sometidas a una
disciplina comn. Esto es, resulta imprescindible que la convergencia econmica se
mantenga despus del 1 de enero de 1999. Para lograrlo, el Pacto de Estabilidad y
Crecimiento, aprobado por el Consejo Europeo de Amsterdam en junio de 1997, trata de
reforzar las condiciones para la estabilidad de precios y para un crecimiento sostenible
que permita la creacin de empleo.
En trminos simplificados, el Pacto de Estabilidad trata de establecer una
disciplina presupuestaria prxima al equilibrio estructural a lo largo del ciclo
econmico, de modo que el dficit debe tender al equilibrio a medio plazo y, en todo
caso, que no supere el lmite del 3% del P.I.B. ni siquiera en las fases recesivas del ciclo
en que desciende la recaudacin fiscal47, y que la deuda pblica sea inferior al 60% del
P.I.B., los Estados que hayan accedido a la moneda nica con un nivel de deuda
superior a esta cifra (particularmente Blgica e Italia) debern reducirla lo antes posible,
incluso generando supervit presupuestarios. Estos compromisos deben plasmarse en
los Programas de Estabilidad a medio plazo que se actualizarn anualmente. En el caso
de que se sobrepasen los lmites de dficit y deuda sealados, la Comisin iniciar un
Procedimiento de Dficit Excesivo que puede desembocar en sanciones pecuniarias de
hasta el 0,5% del P.I.B.
45 Aizenman (1992), (1993) 46 Sibert (1992), (1994) 47 Con excepciones si la cada del P.I.B. supera el 2% o , en determinadas situaciones, se sita entre el 0,75 y el 2%.
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Los acuerdos alcanzados se han desarrollado en dos Reglamentos48 y una
Resolucin del Consejo Europeo, sobre el reforzamiento de la vigilancia presupuestaria
y la vigilancia y coordinacin de las polticas econmicas, que establecen las reglas que
cubren el contenido, el examen y la verificacin de los Pactos de Estabilidad y
Convergencia, y para prevenir dficits generales excesivos y, si ocurren, asegurar su
pronta correccin.
La aceptacin por parte de los pases euro de sanciones automticas en caso de
dficit excesivo supone cierta renuncia a la soberana fiscal. Podemos considerar que el
Pacto de Estabilidad supone introducir un elemento supranacional, no slo en las
decisiones monetarias sino tambin fiscales.
El Pacto de Estabilidad supone alcanzar un consenso para establecer una
estrategia comn en la poltica econmica. El objetivo comn es lograr un crecimiento
sostenido y creacin de empleo a medio plazo sin tensiones inflacionistas. Los tres
ingredientes bsicos de esta estrategia se resumen de la siguiente forma: 1) una poltica
monetaria orientada a la estabilidad, 2) esfuerzos sostenidos para consolidar las finanzas
pblicas en los pases miembros coherentes con los objetivos del Pacto de Estabilidad y
Crecimiento, y 3) tendencia de los salarios nominales coherente con el objetivo de
estabilidad de precios49.
El razonamiento implcito es que la principal tarea de estabilidad de la poltica
monetaria es facilitada por medidas presupuestarias y evolucin de los salarios
apropiados; las dems condiciones monetarias, incluyendo tipos de cambio y tipos de
inters a largo plazo sern favorables al crecimiento y el empleo50.
En resumen, la Unin Econmica y Monetaria, en el marco establecido en el
Tratado de Maastricht y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, contribuir a
profundizar en el cambio fundamental de la poltica macreconmica conjunta que ha
sido progresivamente alcanzada en la Unin y que ya ha comenzado a proporcionar los
resultados apetecidos.
48 EC N 1466/97 y EC N 1467/97 49 EC. (1998) 50 EC. (1997)
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VI. UNIN MONETARIA E INTEGRACIN POLTICA
Aunque la idea de la unin poltica ya estaba de alguna forma presente en el
origen de las Comunidades Europeas, y esta idea no ha sido nunca completamente
abandonada51, lo cierto es que en ningn acuerdo, informe relevante o tratado desde
1969, incluyendo el Acta nica Europea y el Tratado de la Unin Europea, aparece
formulada la unin poltica como objetivo final del proceso. Esta falta de referencias
claras a la unin poltica refuerza la idea de que el mercado nico y la unin econmica
y monetaria sean el objetivo ltimo, o que la moneda nica pueda considerarse un fin en
s mismo. Sin embargo, es evidente que la Unin Monetaria tiene un fuerte contenido de
integracin poltica.
El que la decisin sobre la moneda nica es una cuestin fundamentalmente
poltica puede deducirse del informe de la Comisin y del Consejo sobre la transicin a
la tercera fase de la Unin Econmica y Monetaria, especialmente en lo que se refiere al
criterio sobre la deuda pblica52. De los once Estados miembros que se recomienda su
incorporacin a la Unin Econmica y Monetaria, tan solo tres de ellos, Francia,
Luxemburgo y Finlandia tienen una deuda pblica por debajo del 60%, los restantes
incumplen esta condicin y dos de ellos (Blgica e Italia) se sitan por encima del
120%. Por su parte, Dinamarca, cumpliendo todos los criterios de convergencia, ha
decidido hacer uso de su derecho a no participar desde el primer momento en la moneda
nica. Asimismo, Inglaterra cumple los requisitos de inflacin, dficit, deuda pblica y
tipos de inters, aunque no ha participado en el mecanismo de cambios, y tambin ha
manifestado su deseo de no incorporarse a la moneda nica. Suecia, cumpliendo los
criterios de inflacin, dficit y tipos de inters, no ha participado nunca en el
mecanismo de cambios y tampoco ha adaptado los estatutos del Banco Central Sueco a
los normas de la Unin Europea. nicamente Grecia ha sido excluida por no cumplir
criterios de convergencia econmica, mientras que Dinamarca, Suecia e Inglaterra no
han querido participar. Se trata de una decisin poltica, en el sentido de no estar
dispuestos a renunciar a su soberana monetaria.
51 En 1969 Werner deca que la forma ms adecuada de conseguir el fin ltimo de la integracin poltica era la Unin Econmica y Monetaria. 52 Algunos estudios sugieren que la reduccin previa de la deuda pblica debiera considerarse como criterio fundamental, mientras que otros criterios de convergencia, como inflacin, tipos de inters y estabilidad del tipo de cambio, tienen escasa fundamentacin terica. Vid. De Grauwe (1996).
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La moneda nica va a suponer la centralizacin de las competencia monetarias a
nivel supranacional y, como se ha visto en el apartado anterior, al menos una
coordinacin de las polticas fiscales. De hecho, aunque las polticas fiscales
permanecen como competencia nacional, la discrecionalidad presupuestaria de cada
Estado queda extraordinariamente limitada por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
En este sentido, la Unin Monetaria puede ser considerada como un paso ms hacia la
unin poltica. Sin embargo, las reticencias a ceder soberana nacional han estado
siempre presentes y, con frecuencia, han frenado el proceso de construccin europea, y
aunque los polticos estn convencidos de los beneficios de la integracin, la
integracin poltica no ir nunca ms all de los requisitos mnimos para la integracin
econmica.
La historia nos muestra que la unin poltica no se ha conseguido nunca a travs
de la unin econmica y monetaria, sino que, ms bien, la unin poltica ha sido la que
ha conducido a la unin econmica de forma irreversible53. Una unin monetaria puede
conseguirse sin una convergencia previa de las economas. El ejemplo reciente de la
reunificacin alemana en 1990 muestra que el xito de la unin monetaria entre dos
sistemas econmicos totalmente diferentes puede ser atribuido exclusivamente a la
reunificacin poltica que ha hecho posible imponer el consenso social para el enorme
soporte financiero a los nuevos Estados Alemanes del Este54. La unin monetaria entre
socios econmicamente diferentes slo es aceptable con una unin poltica.
En sentido contrario, encontramos constantes ejemplos de cmo el
desmembramiento poltico deshace las uniones monetarias. As, por ejemplo, el Imperio
Austro-Hngaro constitua una unin suprarregional con una completa liberalizacin
del comercio, una poltica monetaria centralizada y dos presupuestos de gobierno
separados, cada uno de los cuales contribua a financiar el gasto conjunto y la deuda
53 En el caso de Alemania es cierto que la unificacin poltica fue precedida por la unin aduanera y la unin monetaria, pero no fue sobre bases econmicas o comerciales sobre las que Bismark pudo construir el Reich Alemn, sin las maniobras polticas y militares de 1848 y 1870 el Zllverein habra permanecido siendo lo que era, un sistema de acuerdos que no funcionaba muy bien y que no tena una importancia econmica particular. 54 Podemos preguntarnos si hubiese sido concebible esta compensacin financiera si la Repblica Democrtica Alemana hubiera aceptado el marco mientras por otro lado hubiera mantenido su propia identidad nacional.
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pblica. La separacin poltica trajo consigo la ruptura de la unin monetaria55. La
historia ms reciente tambin nos proporciona ejemplos en el sentido de que las uniones
monetarias difcilmente resisten la divisin poltica, tal es el caso de la desintegracin
de la Unin Sovitica, o las divisiones de Yugoslavia y de Checoslovaquia.
A partir del anlisis de las uniones monetarias europeas en el pasado, Vanthoor
obtiene una conclusin muy categrica en pro de la unin poltica: La unin monetaria
solo es sostenible e irreversible si se encuadra en una unin poltica en la que
competencias ms all de la esfera monetaria sean tambin transferidas a un cuerpo
supranacional. La historia nos ha enseado que una moneda sin un Estado no
sobrevivir56. Por tanto, la unin poltica debe permanecer como el objetivo final de la
Unin Econmica y Monetaria. Esto est en lnea no slo con el concepto de
unificacin del informe Werner, sino tambin de acuerdo con las intenciones de los
padres fundadores de la C.E.E. La Unin Econmica y Monetaria es el instrumento ms
adecuado para lograr esta profundizacin poltica en cuanto tiene la posibilidad de
desarrollar su propio dinamismo de aproximacin poltica. Este dinamismo debera ser
asistido por un papel ms importante para la Comisin Europea, como cuerpo
polticamente independiente, y una expansin de las competencias del Parlamento
Europeo como resultado de que el principio de supranacionalidad, incluido en el
Tratado original de Roma, se vuelva ms concreto.
Es necesario, pues, un paralelismo entre integracin econmica y monetaria e
integracin poltica, pero esto tambin puede lograrse sin alcanzar una unin poltica
total. El caso de la Unin Econmica entre Blgica y Luxemburgo es un buen ejemplo
de cmo una unin monetaria no esta necesariamente condenada al fracaso sin la unin
poltica. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento puede suponer una restriccin suficiente
a la discrecionalidad de las polticas presupuestarias como para hacer sostenible la
nueva Unin Economa y Monetaria.
55 Despus de la separacin poltica en 1918-19, la moneda austraca continu estando en circulacin en toda el rea por algn tiempo. Los problemas surgieron cuando hubo que reconciliarlo con la autonoma fiscal y poltica adquirida por los nuevos Estados. A pesar del establecimiento de Tratados buscando soluciones, el intento fracas cuando Checoslovaquia, en uso de su soberana, acu para sus residentes nueva moneda con su sello propio, esto fue seguido inmediatamente por el nuevo reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. En 1920 todas las nuevas naciones tuvieron su propia moneda. 56 Vanthoor (1996) p. 133.
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Pero la Unin Europea se enfrenta a un gran desafo poltico con la prevista
ampliacin a otros pases y la necesidad de profundizar en la integracin poltica. El
problema de una Europa a varias velocidades es que los distintos ritmos de integracin
no son slo econmicos sino esencialmente polticos. La coordinacin de las polticas
econmicas dentro de la Unin Europea va a tener distintos niveles: a) el ncleo de
pases de la zona euro, con una poltica monetaria y cambiaria nica y unas polticas
fiscales y presupuestarias disciplinadas y necesariamente coordinadas; b) los pases no
euro que participen en el al nuevo Mecanismo de Tipos de Cambio57, que ligar sus
monedas al euro, pero que van a conservar plena autonoma monetaria y fiscal, limitada
nicamente en lo necesario para mantenerse en el Mecanismo de Cambios58; c) los
pases que, aunque hayan alcanzado un alto nivel de convergencia, decidan no participar
en el Mecanismo de Cambios (ya sea por razones polticas o econmicas) de forma que
conserven mayor autonoma y discrecionalidad en su poltica econmica, incluyendo la
poltica de tipos de cambio; d) los pases que continen haciendo esfuerzos de
convergencia econmica para estar en condiciones de acceder al euro; e) los pases
(potencialmente los nuevos entrantes) que, inicialmente, su vinculacin a la Unin
quede limitada a su participacin en la unin aduanera y en las polticas comunitarias
bsicas.
El sostenimiento de estos distintos niveles de integracin econmica, y
especialmente de discrecionalidad en las polticas econmicas, puede resultar difcil de
compatibilizar con la actual estructura institucional y mecanismos de toma de
decisiones de la Unin Europea. Esto plantear la necesidad de, o bien avanzar en
etapas rpidas hacia una homogeneizacin del nivel de integracin poltica entre los
pases de la zona euro y los pases no euro (incluidos los nuevos entrantes) aunque no
hayan alcanzado un suficiente nivel de convergencia econmica, asumiendo
57 El nuevo Mecanismo de Tipos de Cambio sustituir al Sistema Monetario Europeo desde el inicio de la tercera etapa del la Unin Econmica y Monetaria. El procedimiento operativo del nuevo mecanismo ha sido establecido en un acuerdo entre el Banco Central Europeo y los Bancos Centrales nacionales de los pases no-euro. Para las monedas que participen se definir un tipo central respecto al euro y una banda de fluctuacin de 15%, en principio apoyada por intervencin automtica e ilimitada en los mrgenes, y disponibilidad de financiacin a corto plazo. No obstante, el Banco Central Europeo y el Banco Central del pas afectado pueden suspender la intervencin automtica si estuviera en conflicto con el objetivo primario de mantener la estabilidad de precios. 58 Aunque el objetivo es ayudar a los pases no euro a que orienten sus polticas hacia la estabilidad y promover la convergencia para que puedan unirse al euro, la participacin en el nuevo Mecanismo de Tipos de Cambio es voluntaria y no se puede descartar que un pas decida abandonar el Mecanismo en caso de dificultades, como ha sucedido en el pasado con el Sistema Monetario Europeo.
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polticamente los costes econmicos que ello comporta, o bien disear una nueva
estructura institucional que contemple distintos niveles de decisin, con participacin
diferenciada de cada Estado en funcin de su nivel de integracin poltica. En este
sentido, en el Tratado de Amsterdam ya se ha apuntado la necesidad de una reforma
institucional previa a la ampliacin de la Unin Europea a nuevos pases miembros.
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