v. moratiel, 'sujeto y modernidad en la filosofía del arte de schelling

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1 Sujeto y modernidad en la filosofía del arte de Schelling www.virginiamoratiel.com Sujeto y modernidad en la filosofía del arte de Schelling Conferencia pronunciada en italiano en la Università degli Studi di Udine el 30-11-2001 en el marco del Congreso “Modernità e soggetto”. Copyright 2001, Virginia López Domínguez, todos los derechos reservados. Dentro del idealismo alemán Schelling representa la primera crítica a la idea de sujeto, tal y como ésta se presenta en Fichte. Dicha crítica aparece ya en sus primeras obras, concretamente en Sobre el Yo como principio de la filosofía o sobre lo incondicionado en el saber humano (1795), es decir, todavía cuando el propio Schelling se presenta como un fichteano y es considerado como tal por el público filosófico, hasta el punto de llegar a ser calificado irónicamente de "pregonero público del Yo" por el poeta Baggesen 1 . Por entonces, sin embargo, las diferencias entre los dos idealistas pasan desapercibidas y es necesario que transcurran muchos años hasta que Schelling mismo revele el contenido polémico que supone esa primera caracterización suya de la subjetividad, admitiendo abiertamente que, desde su punto de vista, el Yo de Fichte es limitado, no universal 2 ni trascendental 3 1 "Me apresuré tan poco a erigir un sistema propio que me conformé en primer lugar solamente con hacer comprensible el sistema fichteano, que era también lo adecuado a mi juventud de entonces " Schelling, Para una historia de la filosofía actual. Schellings Werke (en adelante, SW = J. A. editada por Manfred Schröter) V, 165. La expresión "pregonero público del Yo" aparece en una carta dirigida por el poeta a Eberhard en 1797. , sino tan sólo un Yo individual y humano, por ejemplo, en Para una historia de la filosofía actual: 2 SW V, 160. 3 Introducción a la filosofía de la mitología, SW V, 550 ss..

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Schelling. Modernidad. Subjetividad. Arte.

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    Sujeto y modernidad en la filosofa del arte de Schelling www.virginiamoratiel.com

    Sujeto y modernidad en la filosofa del arte de Schelling

    Conferencia pronunciada en italiano en la Universit degli Studi di Udine el

    30-11-2001 en el marco del Congreso Modernit e soggetto. Copyright 2001, Virginia Lpez Domnguez, todos los derechos reservados.

    Dentro del idealismo alemn Schelling representa la primera crtica a la idea de

    sujeto, tal y como sta se presenta en Fichte. Dicha crtica aparece ya en sus primeras obras,

    concretamente en Sobre el Yo como principio de la filosofa o sobre lo incondicionado en el

    saber humano (1795), es decir, todava cuando el propio Schelling se presenta como un

    fichteano y es considerado como tal por el pblico filosfico, hasta el punto de llegar a ser

    calificado irnicamente de "pregonero pblico del Yo" por el poeta Baggesen1. Por

    entonces, sin embargo, las diferencias entre los dos idealistas pasan desapercibidas y es

    necesario que transcurran muchos aos hasta que Schelling mismo revele el contenido

    polmico que supone esa primera caracterizacin suya de la subjetividad, admitiendo

    abiertamente que, desde su punto de vista, el Yo de Fichte es limitado, no universal2 ni

    trascendental3

    1 "Me apresur tan poco a erigir un sistema propio que me conform en primer lugar solamente con

    hacer comprensible el sistema fichteano, que era tambin lo adecuado a mi juventud de entonces " Schelling, Para una historia de la filosofa actual. Schellings Werke (en adelante, SW = J. A. editada por Manfred Schrter) V, 165. La expresin "pregonero pblico del Yo" aparece en una carta dirigida por el poeta a Eberhard en 1797.

    , sino tan slo un Yo individual y humano, por ejemplo, en Para una historia

    de la filosofa actual:

    2 SW V, 160.

    3 Introduccin a la filosofa de la mitologa, SW V, 550 ss..

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    "Fichte no considera el Yo precisamente como Yo general o absoluto sino como Yo humano. El Yo, tal como lo encuentra cada uno en su conciencia, es lo nico que verdaderamente existe. Para cada uno, todo est puesto slo con su Yo y en su Yo. Est puesto con ese acto trascendental para cada hombre, es decir, con ese acto que condiciona la conciencia emprica misma por primera vez y que consiguientemente la presupone, con este acto de la autoconciencia de pronto est puesto para cada hombre el universo completo, que precisamente por eso slo existe en la conciencia. Con esta autoposicin: Yo soy, comienza para cada individuo el mundo".4

    Evidentemente, en 1795 las crticas no son explcitas y, por eso, el propio Fichte

    puede confesar a Reinhold en una carta escrita el 2 de julio de ese mismo ao que la

    interpretacin que Schelling hace de su pensamiento en terminologa spinozista le parece

    correcta. Pero esa traduccin no es neutral, pues tiende a equiparar el Yo a la sustancia de

    Spinoza y, por tanto, implica una concepcin sobre la subjetividad distinta de la de Fichte.

    Sin duda, el punto de partida para caracterizar en aquel momento la subjetividad es la idea

    fichteana del Yo como actividad pura de autoconstitucin, es decir, la idea de un Yo

    completamente libre, que sirve de principio explicativo para las exigencias absolutas que

    aparecen en la conciencia moral, pero al convertir este Yo en causa sui (por ser lo nico

    verdaderamente autosuficiente), al presentarlo como causa inmanente o como essentia de

    la realidad (dado que todo lo que existe slo puede ser explicado a partir de l), todo lo real

    se transforma en un mero accidente suyo, mientras que el Yo mismo se eleva por encima de

    las cosas reales como lo nico eterno, unidad que contiene y es toda la realidad, e incluso

    como poder absoluto (absolute Macht)5

    4 SW V, 160.

    . En definitiva, Schelling expresa con el trmino Yo

    5 Vase Sobre el Yo, SW I, 90 s., 103, 119 y 116s.

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    una experiencia religiosa de lo absoluto que trasciende al Yo mismo, la mstica del universo

    todo, la doctrina del Hen kai pan, y esto ltimo s lo reconoce de forma explcita:

    "Todo est en el Yo y para el Yo. En el Yo ha encontrado la filosofa su Hen kai pan al que ha aspirado hasta aqu como premio supremo de su victoria".6

    As pues, Schelling no haba colocado como principio de la filosofa el Yo absoluto

    sino, "lo Absoluto mismo bajo la forma del Yo" -como ya hizo notar X. Tilliette-, haba

    utilizado el Yo como una metfora con la que pretenda expresar la libertad ms irrestricta,

    plena, total, una libertad sin lmites ni reglas7. Se trataba slo de una metfora cuyo

    referente se ira desvelando paulatinamente hasta sealarse de un modo claro, p. e., en la

    Filosofa del arte con el absoluto de la identidad, en el cual la forma de todas las formas es

    idntica al caos8. De este modo se explica que Schelling dijese en Sobre el Yo que "el

    principio y el final de toda filosofa es: Libertad!"9

    6 idem, SW I, 117.

    y adems subrayase esta ltima palabra

    colocndola entre signos de admiracin y poniendo as de manifiesto el fervor, podramos

    decir "romntico", la Schwrmerei que tie y matiza su pensamiento. Como consecuencia

    de esto, la intuicin intelectual en Schelling ya no puede entenderse del mismo modo que

    7 Sobre la concepcin de la subjetividad como libertad absoluta, vase, p.e., el artculo de X. Tilliette, "Los comienzos de Schelling: Lo absoluto y la intuicin intelectual" en Los comienzos filosficos de Schelling (Ed. I. Falgueras, Mlaga, Servicio de Publicaciones de la Universidad, 1988), pp. 145-158; as como mi libro Schelling (1775-1854), Madrid, Ediciones del Orto, 1995, pp. 17-21; y tambin mi artculo "Del Yo a la naturaleza por el camino del arte", en Los orgenes del idealismo alemn, Madrid, Universidad Complutense, 1996.

    8 SW III, 485.

    9 SW I, 101.

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    en Fichte, pues no se trata de la captacin de un absoluto inmanente en lo finito sino de un

    poder omnipotente, que en su afirmacin aniquila y arrasa todo lo que se presenta ante l.

    As, en las Cartas filosficas sobre dogmatismo y criticismo Schelling describe esta intuicin

    como muerte del Yo individual y, por tanto, como una forma de suicidio, recogiendo la

    interpretacin que de ella haba hecho Novalis en sus estudios sobre Fichte10

    "El momento supremo del ser -nos dice- es para nosotros el trnsito al no ser, el momento de la aniquilacin. All, en el momento del ser absoluto, se renen la suprema pasividad con la actividad ms ilimitada. Actividad ilimitada es quietud absoluta, perfecto epicuresmo.

    :

    Despertamos de la intuicin intelectual como del estado de muerte. Despertamos por reflexin, esto es, por un regreso necesario a nosotros mismos".11

    La intuicin intelectual, como momento supremo de la filosofa, es unin mstica con

    lo absoluto, que viene a restaar la herida en que vive el hombre fundamentalmente a

    causa de la reflexin, del ejercicio de un tipo de pensamiento que opera sobre la base de la

    distincin y separacin.

    En Ideas para una filosofa de la naturaleza (1797) Schelling explica que el origen de

    la necesidad del filosofar se encuentra en la escisin (Entzweiung), una tesis que ms tarde

    expondr Hegel en Diferencia entre el sistema filosfico de Fichte y el de Schelling (1801), si

    bien con un contenido distinto y dentro de un horizonte problemtico algo diferente12

    10 Fragmentblatt, 54.

    :

    11 SW I, 248 s. Obsrvese la similitud entre el contenido de este texto y el breve escrito de Hlderlin titulado Urteil und Sein. X. Tilliette ha hecho notar con acierto que las Cartas filosficas sobre dogmatismo y criticismo, especialmente en su segunda parte, exhiben la huella de la influencia de Hlderlin. Schelling. Une philosophie en devenir I, 91 ss.

    12 Schelling utiliza aqu la palabra Trennung para escisin. Es notable que en la segunda edicin de la

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    "Tan pronto como el hombre se pone a s mismo en oposicin al mundo externo [...] se da el primer paso hacia la filosofa. Con esa separacin comienza por primera vez la reflexin; en adelante separa lo que la naturaleza haba unido desde siempre, separa el objeto de la intuicin, el concepto de la imagen, y finalmente a s mismo de s mismo. [...] Pero esa separacin es slo un medio no un fin [...]. La mera reflexin es, por tanto, una enfermedad del hombre [...]. La filosofa debe suponer esa separacin originaria, pues sin ella no tendramos ninguna necesidad de filosofar".13

    La separacin originaria consiste en la oposicin entre el hombre y el mundo

    externo, es decir que lo que da impulso al filosofar es la distincin entre la representacin y

    su objeto, entre conciencia y ser. Con esta separacin, la naturalidad del absoluto en el

    hombre, la connaturalidad entre ambos, queda destruida, perdindose la inocencia de la

    identidad originaria, como si se tratara de un pecado original, que en este texto es descrito

    como una enfermedad, es decir, como un desajuste con la naturaleza. La tarea de la filosofa

    consiste en poner remedio a esta dualidad y con ello adquiere un carcter puramente

    instrumental o propedutico, quedando reducida a un simple medio, ya que en el momento

    en que consigue realizar sus fines resulta superflua, pues el impulso que alimenta el filosofar

    queda plenamente satisfecho.

    Como es evidente, en este momento Schelling cree que la separacin fundamental

    es la que existe entre el hombre y la naturaleza, y en este punto, justamente, se diferenciar

    de Hegel, quien considera que la escisin se localiza en el seno de la vida intersubjetiva,

    obra (1803) aparezca el trmino Entzweiung como sinnimo de Trennung y que se sustituya Reflexion por Spekulation, evidencindose una influencia de Hegel. Sobre el significado de esta transformacin y sus implicacines , cfr. K. Dsing, Spekulation und Reflexion. Zur Zusammenarbeit Schellings und Hegels in Jena, "Hegel Studien", V, 1969, 95-128.

    13 SW I, 663 s.

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    expresndose principalmente en el mbito socio-poltico. Pero ya sea que se opte por una u

    otra interpretacin, lo cierto es que la escisin no slo es exterior sino que afecta a la propia

    interioridad del hombre y, en el caso de Schelling, a la naturaleza que hay en el interior de

    cada uno, a lo inconsciente, a la sensibilidad y a la corporalidad, por eso su solucin a este

    problema pasa por una asuncin de la idea de Fr. Schiller de la integracin del hombre a

    travs del desarrollo armnico y no represivo de todas estos aspectos en una educacin

    esttica14. De ah que en el Sistema del idealismo trascendental el rgano de la filosofa sea

    la intuicin esttica, con su capacidad para sintetizar lo consciente y lo no consciente, lo

    subjetivo y lo objetivo, lo formal y lo material, y que ambas intuiciones, la filosfica y la

    artstica, se presenten como dos aspectos de un mismo proceso que, en el primer caso,

    queda interiorizado en la subjetividad de la conciencia atenindose al campo de la pura idea

    y, en el segundo, se objetiva plasmndose en una obra real que existe como objeto en el

    mundo sensible15

    El reconocimiento del carcter superfluo de la filosofa hace que, sobre el final del

    Sistema, Schelling reivindique el retorno de toda la cultura "al ocano universal de la

    poesa", del cual ha ido desgajndose, y que la filosofa sea absorbida por el arte

    .

    16

    14 Cartas sobre la educacin esttica del hombre.

    . Este

    momento de exaltacin del arte frente a la filosofa es corregido en el Bruno, con lo que se

    15 SW II, 349 ss. "La filosofa parte de un desdoblamiento (Entzweiung) infinito en actividades opuestas,; en este mismo desdoblamiento se basa tambin toda produccin esttica y cada representacin singular del arte la suprime por completo. [...] La facultad potica es en la primera potencia la intuicin originaria y viceversa, la intuicin productiva repitindose en la ms alta potencia, es lo que llamamos facultad potica", SW II, 626. [...]"la intuicin esttica slo es la trascendental objetivada", SW II, 628.

    16 SW II, 629.

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    da sentido a la reflexin filosfica del arte en las lecciones de 1802-317, ya que, sin esta

    correccin, las propias lecciones seran innecesarias e intrascendentes. Y, sin embargo, no se

    puede negar que la influencia de Schiller sigue estando ms que nunca presente en este

    texto. As, la ltima de las Lecciones sobre el mtodo de los estudios acadmicos, que de

    hecho se considera como formando parte del Prlogo de la Filosofa del Arte18

    "Si tampoco se pudiese llegar a comprender en general que el arte es una parte necesaria e integrante de una constitucin de Estado proyectada segn ideas, debera recordarlo al menos la antigedad, cuyas fiestas universales, monumentos perpetuos, espectculos, as como todos los actos de la vida pblica, slo eran las distintas ramas de una nica obra de arte general, objetiva y viviente".

    , termina con

    una referencia a los prncipes y gobernantes, que destila admiracin por la propuesta del

    Estado esttico:

    19

    Desde esta perspectiva puede comprenderse mejor la hipstasis de la subjetividad

    en Sobre el Yo y la interpretacin de la intuicin intelectual en las Cartas como una velada

    oposicin a Fichte. Si el Yo fichteano es considerado por Schelling como finito, individual y

    emprico es porque se trata de un Yo limitado, no absoluto, que est restringido por el

    carcter de su misma actividad. Al ser sta esencialmente moral, implica una exigencia de

    subjetivacin constante del No-yo, una necesidad permanente de elevar la naturaleza, sobre

    todo en el mbito del Yo moral, es decir, de elevar a la cultura los instintos y pasiones, con

    17 Bruno, SW IV, 113-132. Sobre la relacin entre este dilogo y la Filosofa del Arte, cfr. L. Pareyson:

    Lestetica di Schelling, Cap. II: Belleza e verit, 29 ss. y V. Lpez-Domnguez, "Prefacio", en Filosofa del Arte de Schelling (Madrid, Tecnos, 1999), XX ss.

    18 Cfr. SW III, 377, nota.

    19 SW III, 374.

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    lo que da la impresin de que la naturaleza es el enemigo del Yo. De hecho, Fichte la

    subsume bajo la expresin general de No-yo. La actividad del Yo fichteano, aunque sea

    presentada como absoluta y espontnea, ciertamente est limitada a un aspecto

    determinado y es reactiva, porque necesita un obstculo que le sirva de ocasin para

    ponerse en marcha. Como consecuencia, la naturaleza es convertida en objeto, en algo

    extrao y opuesto al Yo. Reconocer la afinidad entre sujeto y naturaleza, tratar a la

    naturaleza como el filsofo trascendental trata al Yo20

    20 "El filsofo de la naturaleza trata a la naturaleza como el filsofo trascendental al Yo. Por tanto, la

    naturaleza misma es para l algo incondicionado. Pero esto no es posible si no eliminamos el ser objetivo de la naturaleza, tan poco originario como en la filosofa trascendental". Primer esbozo de una filosofa de la naturaleza, SW II, 12, nota.

    , es la forma de devolver al Yo su

    integridad, hacerlo de verdad absoluto y libre, eliminando la escisin que l mismo puso

    como externa, cuando en realidad era una limitacin interior. Evidentemente esto modifica

    de forma sustancial la concepcin de la subjetividad: a nivel absoluto, tendr que ser

    definida como identidad originaria de Yo y No-Yo. Y al hacerlo, se habr resuelto tambin el

    problema de cmo hacer surgir una coincidencia entre lo subjetivo y lo objetivo al nivel de la

    realizacin efectiva de las ideas en el mundo, se habr resuelto el problema de la relacin

    teora-praxis. Por este motivo, el tema de la escisin termina en Schelling por asociarse a la

    cuestin poltica y a la necesidad de crear una comunidad bien integrada en todos sus

    aspectos, especialmente en el de la relacin entre lo pblico y lo privado. De hecho,

    Schelling concluye la Filosofa del Arte poniendo en evidencia que la nica forma de

    revitalizar el arte consiste en recuperar la vida pblica, que en la poca moderna

    prcticamente ha desaparecido bajo el dominio de los intereses privados. As, la religin,

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    que deba pertenecer al mbito privado, pues su base es la fe, que slo se desarrolla en la

    intimidad del corazn, se ha convertido en la nica accin autnticamente pblica de la

    sociedad moderna:

    "Msica, canto, danza y todas las clases del drama viven slo en la vida pblica y se unen en ella. Donde desaparece esa vida, en lugar del drama real y exterior en que participa en todas sus formas el pueblo entero como totalidad poltica o tica, slo un drama interior ideal puede reunir al pueblo. Este drama ideal es el servicio religioso, la nica forma de accin verdaderamente pblica que ha conservado la poca moderna, aunque haya sido muy reducida y limitada posteriormente."21

    El verdadero mal de la modernidad22 es el dominio del sujeto finito y limitado, del

    hombre escindido, como dira Schiller, o de la subjetividad abstracta, como dra Hegel, el

    dominio de un Yo que, como el fichteano, se ha separado de la naturaleza, emprendiendo el

    inexorable proceso de su transformacin, una transformacin que ha de entenderse como

    negacin de la naturaleza y de lo natural en el hombre mismo23

    A la luz de este inters, el de armonizar la naturaleza con el Yo dentro y fuera de l,

    .

    21 SW E III, 387.

    22 Utilizo aqu el trmino "modernidad", si bien la expresin no es usada por los autores de esta poca. En su lugar, el concepto aparece slo bajo su forma de adjetivo en compuestos como "poca moderna" o "poesa moderna". Segn Grimm, el concepto "modernidad" slo est documentado desde 1870 y, por cierto, en Freiligrath. Aunque se pueden mostrar algunos ejemplos anteriores (Ranke evit claramente el concepto, aun cuando deba haberlo conocido), el concepto exacto de "modernidad" slo se impuso despus de que hubieran transcurrido cerca de cuatro siglos a los que tena que abarcar como una unidad. Se implant lexicalmente en el ltimo cuarto del siglo pasado". R. Koselleck, Futuro pasado (Barcelona, Paids, 1993), 289 s.

    23 La crtica que Schelling hace del entendimiento como una facultad limitada que tiende a objetivar, cuantificar y mecanizar la naturaleza puede considerarse como un antecedente de la crtica a la razn instrumental que desarrollar en el siglo XX la Escuela de Frankfurt. En esa misma poca tambin Hegel realiza una crtica semejante. Cfr. Fe y saber, GW IV, 319-322 y V. Lpez-Domnguez: "La storicit della ragione: Il caso di Fede e sapere", en Fede e sapere. La genesi del pensiero del giovane Hegel (a cura di R. Bonito Oliva e G. Cantillo), Istituto Italiano per gli Studi Filosofici, Hegeliana 27, Npoles, Guerini e Associati, 1998, 106-119.

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    puede interpretarse el proyecto de hacer converger la filosofa de la naturaleza con la

    filosofa de la historia en una filosofa del arte, anunciado por Schelling ya en 1798 en Sobre

    la pregunta de si es posible una filosofa de la experiencia, en especial, una filosofa de la

    historia, un proyecto que ahonda en la idea de trascender la filosofa puramente idealista

    construyendo un realismo superior, depurado ya del realismo dogmtico gracias a la crtica

    kantiana. Para abandonar su carcter meramente abstracto, la filosofa tiene que

    contrastarse y realizarse en la experiencia y, dado que los dos mundos posibles para la

    experiencia, segn dice Schelling, son la naturaleza y la historia, la filosofa de la naturaleza y

    la filosofa de la historia representan respectivamente la aplicacin del sistema para la parte

    terica y la prctica:

    "En el campo de la experiencia se cuenta, por una parte, con la naturaleza y, por otra, con la historia. Ya se ha indicado en otro lugar que esta divisin corresponde a la divisin de la filosofa en terica y prctica. Por tanto, debera haber una filosofa de la naturaleza y una filosofa de la historia. Y, a partir de ambas, debera surgir en cuanto tercera la filosofa del arte (en la que se sintetizan naturaleza y libertad)"25

    De este modo, la relacin entre los dos temas que nos ocupan, el de la subjetividad y

    el de la modernidad, aparece claramente expresada en Schelling por primera vez en sus

    lecciones de la Filosofa del arte. Ello no slo se debe a una razn sistemtica, como

    acabamos de mostrar, sino al hecho histrico de la evolucin que sufre la esttica a lo largo

    del siglo XVIII.

    25 SW I, 389. La idea de que la cultura mantiene con la naturaleza una relacin de continuidad que

    permite aplicar la analoga entre ambas es, sin duda, una herencia de Herder, quien ya en Ideas efecta una explicacin de la historia a partir de la evolucin natural.

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    Como bien ha mostrado P. Szondi24

    24 "Antigedad clsica y modernidad en la esttica de la poca de Goethe", en Ptica y filosofa de la

    historia I, Madrid, Visor, 1992, 15-152. Poetik und Geschichtsphilosophie I, Frankfurt am Main, Suhrkamp Verlag, 1974.

    , durante este siglo las poticas alemanas dejan

    de ser normativas y se convierten en Filosofa del arte, en un estudio de los conceptos

    fundamentales que intervienen en la obra esttica. A esto se agrega el estallido del Sturm

    und Drang, representado sobre todo por Herder, con su reivindicacin del sentimiento, del

    individuo y de la naturaleza, que centra el estudio del arte en estos tres frentes. De este

    modo, la reflexin esttica que se inicia a partir de aqu tiene por temas fundamentales: 1)

    la incorporacin del sentimiento a la obra, buscando una menor racionalizacin que en

    Baumgarten, 2) la incardinacin del arte en la naturaleza, desarrollando la concepcin

    orgnica de la obra como finalidad sin fin, como teleologa no consciente, y 3) el

    planteamiento histrico del problema mediante una historia del arte, que es expresin

    histrica de la propia filosofa del arte, planteamiento vinculado a la reivindicacin de lo

    individual. Dada la recuperacin que Winckelmann haba hecho de la antigedad y su idea

    de la imitacin de los modelos clsicos, la polmica se nuclea en torno a la distincin entre

    lo antiguo y lo moderno, en la que intervienen, adems del mencionado Winckelmann,

    autores como Lessing, Herder, K. P. Moritz, Goethe, Schiller, Fr. Schlegel, Hlderlin e incluso

    Hegel. Schelling representa un momento decisivo en el descubrimiento de la subjetividad

    propia de la poca moderna y de la necesidad de que sea superada proponiendo una

    revitalizacin del arte y la construccin de una sociedad que, en este sentido, podramos

    calificar de postmoderna. Por su carcter totalizante, su estudio y su propuesta constituyen

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    verdaderamente una filosofa de la historia.

    La Filosofa del arte, por tanto, contiene toda la filosofa, la de la naturaleza y la de la

    historia tambin, slo que esa totalidad es vista desde una perspectiva esttica. Ello puede

    ser as porque el arte mismo es la plasmacin de lo infinito en lo finito. En consecuencia, la

    respuesta que Schelling da al problema de la escisin en esta obra es una solucin global

    que afecta a todas las instancias de la cultura (el arte, la religin, la filosofa, la ciencia y

    tambin la poltica). La filosofa de la historia aqu expuesta utiliza la idea de morfema

    cultural, aplicable universalmente, pero aparece como una explicacin parcial, como

    diagnstico de la cultura europea.

    Efectivamente, en la Filosofa del Arte Schelling caracteriza las pocas histricas de

    un modo que era frecuente en su tiempo y que tiene su antecedente primero en

    Giambattista Vico: cada perodo histrico es un entramado en el que se conjugan distintas

    esferas, como el arte, la poltica, el lenguaje y la religin, configurando una visin completa

    del mundo que se explica a partir del predominio de una determinada facultad

    cognoscitiva26

    26 Cfr., por ejemplo, G. Vico: Principios de una ciencia nueva sobre la naturaleza de las naciones por la

    cual se encuentran los principios de otro sistema de derecho natural de gentes (1725), Libro I, Cap. 2; Principios de una ciencia nueva en torno a la naturaleza comn de las naciones (1744), Libro I, Axioma LXVIII. A este predominio de una caracterstica sobre las dems Herder lo llam "carcter de los pueblos" en Tambin una filosofa de la historia, concepto que, al ir desarrollndose a travs de distintos autores, termin por convertirse en Hegel en el de "espritu del pueblo" (Volksgeist). Descargada de apriorismos metafsicos, la idea vuelve a aparecer en el concepto de Weltanschauung de Dilthey.

    . Dado que en Schelling el mundo, y no slo el mundo de la cultura sino

    tambin el de la naturaleza, se considera como imagen reflejada (Gegenbild) de un absoluto

    que es identidad y se concreta en las ideas que, a su vez, ya son una imagen concentrada de

    todo lo absoluto desde una perspectiva particular, la facultad bsica que construye toda la

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    actividad humana es la imaginacin, en la medida en que, gracias a su trabajo oscilatorio

    (Schweben), ella consigue conciliar aspectos opuestos, tales como lo universal y lo

    particular, lo subjetivo y lo objetivo27

    "Esquematismo es aquella representacin en la que lo general significa lo particular o en la que lo particular es intuido mediante lo general. En cambio, aquella representacin en la que lo particular significa lo general o en la que lo general es intuido mediante lo particular es alegrica. La sntesis de ambas, en la que ni lo general significa lo particular ni lo particular significa lo general sino que ambos son absolutamente uno, es lo simblico. Estos tres modos distintos de representar tienen en comn que son posibles slo por la imaginacin y son formas de la misma, si bien el tercero es exclusivamente la forma absoluta". 2

    . As, las pocas histricas estn delineadas a partir del

    predominio de un modo determinado de representar que siempre se realiza mediante la

    imaginacin y que son el esquema, la alegora y el smbolo. En esta sucesin el ltimo

    momento es la sntesis de los dos anteriores.

    8

    A estas tres maneras de representar corresponden respectivamente la antigedad, la

    modernidad y una poca, cuya llegada se augura sin bautizarla con nombre alguno, pero

    que, en cuanto que se presenta como superacin de la escisin provocada en la conciencia

    por la modernidad, podra ser denominada postmoderna.

    Hay que aclarar, sin embargo, que la profunda admiracin que Schelling siente por la

    poesa antigua, admiracin que comparte con los hombres de su poca, hace que para l el

    27 La idea de la imaginacin como un movimiento de sntesis entre opuestos aparece en la filosofa

    alemana por primera vez en el "Esquematismo trascendental" de la Crtica de la razn pura de Kant. La funcin conciliadora de la imaginacin es recogida a continuacin por Fichte, quien la convierte en la facultad bsica del hombre, ampliando su campo de aplicacin al mbito prctico (Fundamentacin de toda la Doctrina de la ciencia, SW I, 205 ss.). Con esta misma funcin, pero encontrando su punto culminante de ejecucin en el campo esttico, pasa finalmente a Schelling y los romnticos.

    28 SW III, 427.

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    caso de la antigedad revista caractersticas especiales que le permiten afirmar que la

    "poesa griega es absoluta y, como punto de indiferencia, no tiene oposicin fuera de ella".

    Efectivamente, Schelling considera que, desde el punto de vista de la esencia, la poesa

    antigua consigui la sntesis ms perfecta de lo finito y lo infinito, ya que utiliz como

    materia la mitologa, que es simblica, pues los dioses griegos conjugan la infinitud con la

    individualidad y no sealan nada ms all de s mismos, sino que simplemente son y

    significan lo que son. Sin embargo, desde el punto de vista formal, esta poesa procedi

    siguiendo la direccin propia del esquema, pues plasm lo infinito, lo universal, lo absoluto,

    lo eterno, directamente en lo finito29, divinizando el mundo y, al hacerlo, la finitud, la

    limitacin, la medida se convirti en ley bsica de la cultura griega30

    En verdad, la distincin entre lo antiguo y lo moderno se retrotrae en Schelling al

    principio del realismo y del idealismo respectivamente, siendo estas ltimas

    caracterizaciones las que sirven de criterio de determinacin de las distintas etapas

    culturales:

    , permitindole asumir

    una visin realista del mundo.

    "Por ms que nos remontemos tan lejos en la historia de la cultura como podamos, siempre encontraremos dos corrientes separadas de la poesa, filosofa y religin, y el espritu universal del mundo se manifestar tambin de esta manera, bajo los dos atributos opuestos, el de lo ideal y el de lo real".31

    29 SW III, 442.

    30 SW III, 441.

    31 SW III, 444.

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    De este modo, todo lo que se diga de la modernidad es rasgo bsico del idealismo,

    por tanto tambin la crtica de la subjetividad finita es aplicable a esta corriente filosfica,

    que Schelling extiende en el tiempo hacindola nacer en Occidente con Platn. Obsrvese

    aqu, pues, el grado de coincidencia de ideas que existe entre Schelling y Hegel, quien

    emprende la crtica de la filosofas de la subjetividad (Jacobi, Kant y Fichte) en Fe y saber,

    obra contempornea de la Filosofa del arte. La coincidencia es an mayor, si se tiene en

    cuenta que para Hegel las filosofas de la subjetividad estn vinculadas al protestantismo,

    pues para Schelling la oposicin entre lo antiguo y lo moderno se caracteriza en su punto

    mximo como distincin entre paganismo y cristianismo32

    La poesa antigua coloca su punto de partida en lo infinito sintetizado ya en lo finito

    (en las ideas o los dioses). De este modo, se instala en lo verdaderamente absoluto, no en lo

    infinito abstracto y sin ms, para alcanzar desde aqul nuevamente lo finito, de tal forma

    que su punto de partida es la totalidad del universo que se circunscribe en un lmite

    determinado cerrndolo sobre s mismo. As, lo finito se convierte en lugar de manifestacin

    de lo absoluto, en figuracin de la totalidad, produciendo una sntesis, en cierto sentido,

    ingenua, objetiva o natural, pues no se trata de una unificacin posterior a la toma de

    , de modo que los tiempos

    modernos comienzan con el nacimiento del cristianismo y se extienden hasta la poca

    romntica, estando imbuidos por un mismo principio, el de un cristianismo que opone lo

    finito y lo infinito sin introducir mediaciones, en el cual, como es obvio, no encaja muy bien

    el catolicismo.

    32 SW III, 442.

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    conciencia de la escisin sino de una unidad originaria. Por esta razn, Schelling puede decir

    que el realismo propio de la poesa griega reproduce la dinmica interna del reino de la

    naturaleza, donde lo finito parece dominante pero slo lo es en la medida en que contiene

    en s lo absoluto33. Se trata ms bien de un panentesmo34 realista, que como el paganismo,

    se funda en la voluntad de hacer prevalecer el sentido del lmite y de la perfeccin,

    entendindola, no como dispersin hacia lo infinito, sino como convergencia y plasmacin

    de lo absoluto en lo finito35

    Como consecuencia de estos principios, la cultura griega se construy

    orgnicamente sin establecerse una separacin clara entre religin, poltica, arte,

    conformando una totalidad en la que los miembros, las partes, eran expresin del todo.

    Precisamente el predominio excesivo de lo universal, de lo pblico sobre lo privado, fue

    para Schelling lo que termin por ahogar la creatividad de la cultura griega, convirtindose

    en el pilar fundamental sobre el que se asent la cultura romana, la cual supo desarrollar lo

    pblico al mximo hasta culminar en un imperio universal con el que concluy

    definitivamente la poca antigua3

    .

    6

    33 SW III, 450.

    . Pero mientras hubo un equilibrio, cosa que ocurri en

    34 "Panentesmo" es la expresin utilizada por Krause para definir un sistema filosfico que, como el suyo, presenta lo absoluto inmanente a lo finito sin destruir la individualidad y libertad de este ltimo. El trmino es tambin perfectamente aplicable a la filosofa que Schelling hace en esta poca, en la que combina armoniosamente el pantesmo con el politesmo, y as ha sido usado ya por Pareyson para calificar el sistema de la identidad. Cfr. L. Pareyson, Schelling. Presentazione e antologia (Torino, Marietti, 2, 1975), 47.

    35 El rechazo de los griegos hacia la infinitud entendida serialmente y la teora de que la perfeccin es para ellos infinitud cerrada sobre s misma y, por tanto, limitada ha sido comprobada con mltiples ejemplos por R. Mondolfo en su obra El infinito en el pensamiento de la antigedad clsica (1956).

    36 SW III, 449. Sobre la relacin entre comedia y vida pblica, v. SW III E, 367 ss.

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    Grecia, el reino de la cultura slo poda ser un "asunto de especie" y no de particulares

    encadenados a las vicisitudes del tiempo y de las circunstancias. Esto afect a la religin en

    un doble aspecto: por una parte, los dioses griegos, en cuanto que presentaban lo divino

    mismo bajo la forma de la limitacin, eran dioses de la naturaleza, sustrados del tiempo,

    imperando en la eternidad del ser y gozando de una bienaventuranza ajena a la moralidad o

    inmoralidad de sus acciones; por otra parte, la religin griega se transform en un asunto

    colectivo y jams fue transmitida por profetas a los que se hiciera una revelacin, prescindi

    de ser histrica porque era una religin potica. El poeta que la transmiti fue Homero,

    pues no olvidemos que la mitologa se fragua en la pica, y su figura, segn la interpretacin

    de Schelling, no es la de un individuo que crea de un modo totalmente original pero

    tampoco la de un compilador que recoge una tradicin colectiva dispersa, sino que Homero

    es el nombre para un individuo universal, representante de una generacin, porque en l,

    en cuanto individuo singular, vive la especie entera (la etimologa de la palabra es para

    Schelling la prueba: hmeros= idntico). En ese sentido, Homero es lo absolutamente

    primero y originario en las artes discursivas37

    El mundo moderno comienza con la fractura de esa unidad primaria, cuando la

    realidad, que era vivida por el griego como naturaleza, se convierte en lugar de disociacin.

    Este proceso de alejamiento respecto de la naturaleza es paralelo en el mbito poltico al

    derrumbamiento del imperio romano y su disolucin en manos de los brbaros, cuyas

    invasiones son interpretadas por Schelling como un gran movimiento inevitable de la

    .

    37 SW III, 430, 434 ss., 458, 476.

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    naturaleza que, igual que un huracn o una migracin de aves, se une al espritu universal

    de la historia enviando hacia el escenario desde el que se rige la historia mundial los relevos

    para construir una nueva etapa, una vez agotado el espritu que alimentaba la antigedad38

    "El mundo moderno comienza cuando el hombre se desprende de la naturaleza, pero, como an no conoce otra patria, se siente desamparado. Cuando un sentimiento tal se extiende a toda una generacin, se orienta espontneamente o es dominado por un impulso interior hacia el mundo ideal para buscar en l una patria. Semejante sentimiento estaba propagado por el mundo cuando naci el cristianismo".3

    .

    As, la poesa moderna se funda en la conciencia de separacin entre lo finito y lo infinito, en

    el descubrimiento de que lo divino se ha retirado de la naturaleza y, por eso, recalca tanto

    el sentido de lo individual y subjetivo.

    9

    Una vez ultimada la escisin, sta puede remontarse mediante dos caminos:

    disolviendo lo particular en lo universal, que es lo que pretende la mstica, o subordinando

    lo particular a lo universal por la elevacin de lo finito a lo infinito en un acercamiento

    paulatino, que es la va seguida por la poesa moderna, en la cual la unidad es vivida como

    reunificacin y, por tanto, como aspiracin hacia un infinito que se concibe como superior a

    lo finito separado, inestable, contingente, cado, que necesita ser redimido.

    En este sentido, la figura de Cristo marca "la cumbre y el final del mundo antiguo"40

    38 SW III, 448 s.

    ,

    ya que, por una parte, representa el momento mximo de divinizacin de la naturaleza, en

    la medida en que Dios se encarna en un cuerpo que, como el humano, constituye el punto

    39 SW III, 447.

    40 SW III, 452.

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    culminante de la evolucin natural, pero, por otra parte, en la medida en que Jesucristo no

    es aceptado dentro del imaginario de los pueblos cristianos como un smbolo sino

    reconocido como una persona histrica, como un fenmeno pasajero e irrepetible, su figura

    humana es transformada en una representacin de lo finito por lo infinito, en una alegora

    que apunta hacia lo ideal, en la que lo finito slo tiene valor en cuanto que alude o significa

    lo eterno, pero l mismo no lo es. En efecto, para Schelling, Cristo baja al mundo terreno, no

    para gozar de l y mantenerse en l, sino para que su lado humano sufra miserias, dolores y

    oprobios hasta ser aniquilado y transfigurado mediante la resurreccin, que lo saca de este

    mundo y lo traslada a un reino espiritual. De hecho, ste es el contenido fundamental de su

    mensaje, el anuncio de la llegada del reino del espritu, el "de lo infinito, donde todas las

    cosas se identifican"41, el mundo donde se encontrar la paz y la autntica felicidad.

    Mientras que los dioses mitolgicos estaban por encima del bien y del mal, el dios cristiano

    se eleva como garante de una moral que genera dolor y sufrimiento. Ni siquiera la figura de

    la Virgen Mara podra considerarse como un smbolo de la naturaleza y del poder creador

    del cual surgen todas las cosas, por el contrario, su maternidad queda reducida a una

    relacin moral en la que priman el sufrimiento y la humildad42

    Con el cristianismo, pues, la individualidad se desgaja definitivamente de la totalidad

    .

    41 Ntese la influencia joaquinita de este pasaje (450-453), en el que Schelling tambin hace una

    interpretacin de la Trinidad semejante a la que aparece en el Tractatus super quatuor Evangelia o "Evangelio Eterno" (Tr. E. Aegerter, Lvangile ternel, pp. 90-92), donde el Reino del Espritu se presenta como sntesis del Reino del Padre y del Reino del Hijo. Hay que reconocer que esta interpretacin de la Trinidad, que tambin aparece en Hegel (en la Introduccin general de las Lecciones sobre Filosofa de la Historia universal, Tr. Alianza, 92), inspira la formulacin de las grandes etapas histricas que hace Schelling, pese a sus diferencias.

    42 SW III, 453.

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    divina del cosmos, de la eternidad repetitiva que imponen los ciclos naturales, para hacerse

    histrica y, mediante la accin libre, aspirar tras la cada a la salvacin, es decir, a la

    perfeccin de la unidad, ya perdida, con lo infinito. El mundo, como dira Marcuse, se vuelve

    bidimensional quedando fracturado en dos reinos: el ideal y el real. Y as, de la mano del

    Salvador venido de Oriente, el principio idealista se abre paso en la cultura para construir

    una nueva concepcin del universo. Frente al cosmos antiguo, cerrado sobre s mismo,

    conformando la totalidad armnica de la naturaleza en la que habitan tanto los hombres

    como los dioses y en donde reinan el ser, la necesidad, la simultaneidad y la inmutabilidad,

    la cultura moderna hace del universo un todo infinito y, por tanto, abierto, sin lmite, cuyo

    lado humano es el reino de la historia, donde imperan la accin, la libertad, la sucesin y el

    cambio, un reino donde ya no hay lugar para el destino, en tanto fuerza natural ciega que

    domina la vida de los hombres y los dioses, sino slo para la Providencia, para una

    inteligencia superior que gua el decurso histrico segn el plan de creacin y salvacin43

    43 SW III, 449 y 464 s.

    . El

    mundo humano ha surgido del divino y terminar al final de los tiempos por desembocar en

    l, pero, en ese intermedio que constituye el curso mismo de la historia, los dos se

    mantienen separados, salvo cuando lo espiritual interviene en lo sensible, como "una

    absolutidad vista desde el punto de vista emprico, que cae en la finitud sin tener por ello

    una relacin con el tiempo", entonces se produce el acontecimiento del milagro, suceso

    impensable en el cosmos griego, donde lo divino estaba derramado en la totalidad de la

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    naturaleza44

    De esta cosmovisin nace una estructura tica distinta de la anterior. As, mientras

    que las virtudes antiguas se fundaban en principios masculinos, eran virtudes heroicas,

    como la valenta o la rebelda, entendidas como signos aristocrticos con los que puede

    identificarse todo un pueblo, las nuevas virtudes se basan en principios femeninos, ya que

    son suaves y piadosas, como la piedad, la obediencia y el amor. Desde este punto de vista,

    Schelling sostiene que el mundo antiguo se decant por lo sublime, mientras que el mundo

    moderno lo hace por la belleza, "se entrega de forma incondicional a lo inconmensurable"

    hasta dejarse absorber por l4

    .

    5

    Precisamente por este motivo, porque la individualidad desgajada del todo es

    demasiado dbil para enfrentarse a lo infinito y no puede sino abandonarse a l, so pena de

    ser aniquilada, lo definitorio de la religin moderna frente a la antigua es su incapacidad

    para ser mitolgica4

    .

    6 y su tendencia irrefrenable hacia la mstica, a la unidad de lo finito y lo

    infinito en el sujeto, como intuicin interior47

    44 SW III, 458.

    . El cristianismo naciente debi luchar desde

    un principio contra esta tendencia que hubiese terminado por disolver la religin en

    45 SW III, 450.

    46 Schelling considera que el nico personaje mitolgico del cristianismo es Lucifer (pues tiene individualidad -no como los dems ngeles que son indiferenciados- y hasta belleza sensible). Presenta su rebelin y expulsin del reino de los ngeles como una explicacin cosmognica con la que se inicia la historia del mundo como lucha incesante entre la luz y la sombra, entre el bien y el mal (SW III, 457). Esta interpretacin tiene especial relevancia sobre todo si se considera el desarrollo posterior de la misma a partir del Tratado sobre la esencia de la libertad humana. Adems menciona como historias mitolgicas las hagiografas, cuando son fundamentalmente narraciones de milagros (SW III, 459).

    47 SW III, 463.

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    filosofa, como ocurri con muchas religiones orientales. Lo hizo eliminando todo aquello

    que no pudiera tener una validez histrica universal, primero anclndose en el sustrato

    realista de la religin juda y adquiriendo una orientacin democrtica y un carcter popular,

    luego oponindose unnimemente a la irrupcin de movimientos filosficos como la

    gnosis48 y, finalmente, considerando a los propios msticos cristianos "como desviados,

    cuando no como apstatas"49

    48 SW III, 446.

    . Si la religin cristiana tuvo xito en este empeo y consigui

    evitar que el principio idealista la disolviese en filosofa, fue porque, apoyndose en su

    carcter histrico, confiri a las acciones humanas la mxima importancia. Por su propia

    naturaleza, no poda ser ni mstica ni mitologa y, por tanto, slo le qued la va de

    transformar la accin en smbolo, si bien, hay que decir con Schelling, que ste es el camino

    particular que emprendi el catolicismo. La conversin simblica de la accin se realiz

    desde el principio en el culto, en los sacramentos como el bautismo y la comunin,

    convirtindose el servicio religioso en una autntica "obra de arte viviente, un drama

    espiritual del que participa cada miembro", que con el correr del tiempo se cubri de trajes

    magnficos y se rode de escenarios majestuosos. Pero adems, el cristianismo, dada su

    orientacin popular y su vocacin catlica, universal, se vio obligado a acogerlo todo,

    admitiendo el sincretismo religioso, y a plasmar su mensaje en lo sensible para hacerlo ms

    accesible, con lo que tard poco tiempo en convertir todas sus obras y acciones pblicas en

    smbolo, dndose un cuerpo visible, que fue la iglesia, plasmacin del reino de Dios en la

    49 SW III, 467.

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    tierra. Puesto que el cristianismo representaba el mismo mundo de las ideas a travs de la

    accin, reprodujo en su cuerpo visible las relaciones entre ellas estableciendo la jerarqua

    eclesistica, cuyo arquetipo no era sino el mundo divino de las ideas50

    "la forma de la historia es separacin en lo singular y unidad en la totalidad (...), de manera que, en aquella clase de simbolismo, Dios slo poda objetivarse como principio conciliador de la unidad del todo y de la separacin en el individuo. Pero esto slo poda ocurrir en la Iglesia (donde tambin se da la intuicin inmediata de Dios), pues en el mundo objetivo no haba otra sntesis de esta clase (por ejemplo, en la constitucin del Estado); y en la historia misma esta sntesis slo podra objetivarse en el todo, es decir, en el tiempo infinito, pero no en el presente".5

    . En este punto,

    Schelling rechaza claramente la postura de Lutero que, despus de haber proclamado el

    sacerdocio universal y abolido las jerarquas de la Iglesia romana, otorg la misin de

    arbitrar la fe y organizar el culto al poder temporal, ordenando a los cristianos una

    obediencia absoluta a la autoridad secular y, en consecuencia, convirtiendo el Estado en

    supuesto smbolo de Dios en la tierra. Schelling considera que el Estado fue incapaz de

    realizar esta funcin, porque todava no se haba configurado en una sntesis orgnica que

    respetara la libertad individual de los ciudadanos concilindola con los intereses generales:

    1

    De esta forma, "slo el catolicismo vivi en un mundo mitolgico"52

    50 SW III, 454 s.

    y, nicamente

    en su mbito, la cultura moderna pudo conseguir la superacin plena de la subjetividad

    escindida intentando una sntesis del principio realista y el idealista, como ocurre, por

    51 SW III, 475.

    52 SW III, 463.

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    ejemplo, en la tragedia con Caldern53

    En la Parte especial de la Filosofa del Arte, Schelling intenta mostrar esta

    interpretacin aplicndola al desarrollo de cada una de las artes particulares con mayor o

    menor fortuna, segn el conocimiento que tiene de ellas5

    . Por lo dems, el arte, a pesar de ser esencialmente

    simblico cuando alcanza las cotas de la genialidad, sigui en la poca moderna el camino

    de la dispersin que impone la contraposicin de la subjetividad finita frente a lo infinito.

    4

    53 SW III, 459, 463. "Espaa ha producido el espritu que, si bien por su materia y su objeto ya se ha

    convertido en un pasado para nosotros, es eterno por la forma y el arte y presenta ya alcanzado y materializado lo que la teora slo pareca poder pronosticar como misin del arte futuro". (SW E III, 377) Tomando como modelo La devocin de la cruz, Schelling afirma que en Caldern el destino se convierte en designio divino y el pecado se vuelve un elemento necesario para producir el arrepentimiento, gracias a lo cual Dios demuestra su clemencia por intermedio de la Iglesia. En este sentido, la tragedia, que es la cumbre de las artes discursivas y, por tanto, la culminacin de todo el arte, recupera su carcter plenamente simblico equiparando, como en la tragedia clsica, la libertad y la necesidad e instalndose en un nivel superior, el de la indiferencia de ambas. (SW E III , 376 ss.)

    , siendo en la explicacin de la

    poesa donde mejor logra su objetivo. As, la modernidad esttica se caracteriza por buscar

    un discurso subjetivo que refleja lo pasajero e incorpora los sentimientos personales, los

    personajes poticos se instalan en el cambio y el devenir, donde la adecuacin con lo

    absoluto slo representa un momento transitorio, siendo la poesa romntica culminacin

    de esta lnea. La bsqueda de la libertad formal es tambin especfica de este perodo,

    relacionndose adems con un afn de originalidad que repercute tanto sobre la materia

    como sobre el propio poeta, quien ya no es el representante de la especie, que plasma lo

    arquetpico, sino slo un individuo que pretende comunicar sus experiencias o convertir su

    obra en modelo para los dems, con lo que la praxis potica sirve como camino para que lo

    54 Cfr. V. Lpez-Domnguez, "Estudio Preliminar", en Schelling, Filosofa del arte, XIV s. Una visin ms detallada de las fuentes utilizadas por Schelling, no slo para la construccin de las artes particulares sino para todo el armazn terico de la obra, aparece en X. Tilliete, Schelling. Une philosophie en devenir, I, 439, nota.

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    individual se aproxime a lo general. De este modo, surgen nuevas especies literarias

    especficamente modernas, como la novela o el idilio, mientras que la tragedia adquiere con

    Shakespeare una inflexin propia, porque, gracias a l, la necesidad, representada antes en

    la naturaleza bajo la mscara del destino, se vuelve subjetiva y se convierte en pasin

    irrefrenable que genera, uno tras otro, un torbellino de crmenes. As, desde el punto de

    vista formal el arte moderno tiende a lo sublime, a lo sentimental y a la manera, mientras

    que el arte clsico busca la belleza, lo ingenuo y el estilo55

    Pero las pocas, hemos dicho, se configuran por el predominio de un elemento de

    los dos que componen la oposicin fundamental, que es la de infinito-finito, pero nunca se

    basan en la desaparicin de uno de ellos. As es posible detectar rastros de lo infinito en la

    poca antigua y rastros de finitud en la poca moderna5

    .

    6

    Schelling sita el nacimiento del elemento infinito en la cultura griega en la poca

    del "republicanismo naciente [...], contemporneo [...] del origen del arte lrico y de la

    .

    55 SW III, 478-500. Quiero aclarar que, siguiendo a Schelling, utilizo aqu la palabra sublime en un

    sentido diferente al que lo hice ms arriba, cuando me refer a las virtudes heroicas y cristianas. En ese contexto las expresiones bello y sublime eran utilizadas con un significado estrictamente kantiano. Aqu se utilizan estos conceptos en el sentido tcnico que adquieren en Schelling, como aplicaciones a una obra de arte vista desde una perspectiva objetiva (Schiller) y no subjetiva (Kant). El resultado de esta toma de posicin es que entre ambos conceptos no se establece una diferencia cualitativa, ambos son dos formas de presentacin de lo mismo: en lo bello la contradiccin que impulsa la realizacin de la obra de arte y se refleja en ella est resuelta en la propia obra, mientras que en lo sublime la contradiccin est plasmada en la obra de modo tan patente que obliga al receptor a movilizar todas sus fuerzas interiores para resolverla (SW III, 481-490, Sistema del idealismo trascendental, SW II, 620 s.)

    56 SW III, 441 s. "Sin embargo, por poco significativos que hayan sido estos elementos msticos para la historia de la poesa helnica, nos resultan notables como manifestaciones del polo opuesto en la cultura griega y, si a esta oposicin la caracterizamos en su punto mximo como oposicin entre cristianismo y paganismo, nos revelan en el paganismo elementos de cristianismo y al revs, en el cristianismo podemos comprobar idnticos elementos del paganismo". SW III, 442.

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    tragedia", considerndolo una preocupacin posthomrica, ajena a los tiempos arcaicos57.

    No deja de ser sintomtica esta clara indicacin histrica, pues este momento ha sido

    considerado clave en la vida del pueblo griego. En el mbito poltico supone el ascenso de

    nuevas clases sociales al gobierno con el consecuente deterioro y final quiebra de la polis, es

    decir, con la destruccin de un mundo que, por su autonoma y organicidad, se consideraba

    en cierto sentido reflejo del cosmos. En el caso de la lrica, con su nacimiento se expresa la

    aparicin de una nueva imagen de hombre, producindose lo que fillogos como Bruno

    Snell o P.-M. Schuhl han calificado de "sbita aparicin del individuo"58. La poesa lrica

    abandona el ideal heroico y ensalza valores directamente ligados a la vida afectiva del

    individuo y sometidos a las vicisitudes de la existencia humana, como los placeres, las

    emociones, el amor, la bondad, la juventud o la belleza fsica. Estos valores suponen una

    experiencia del tiempo que ya no cuadra con la idea de la renovacin peridica y regular del

    universo y que hacen tomar conciencia de una temporalidad propiamente humana que

    huye sin retorno, un flujo mvil, cambiante e irreversible, en el que el poeta se siente

    inmerso y arrastrado hacia la fatalidad final de la muerte, que orienta todo el recorrido59

    57 SW III, 441.

    .

    Finalmente, el nacimiento de la tragedia con Esquilo supone la separacin de un individuo

    que se convertir en protagonista a partir del coro dionisaco que originalmente era el

    58 B. Snell, Die Entdeckung des Geistes. Studien zur Entstehung des europischen Denkens bei den Griechen (Hamburgo, 1955, 3). P.-M. Schuhl, Essai sur la formation de la pense grecque (Paris, 1934), p. 160. Cfr. J.-P. Vernant, Mito y pensamiento en la Grecia antigua (Barcelona, 1956), 109 ss. Una interpretacin semejante sostiene Schelling en SW III, 461 s.

    59 Ejemplo del lamento ante esta nueva visin de la temporalidad y del sujeto es el fragmento 151 de Safo: "Morir es un mal. As lo juzgan/ los dioses, pues de otro modo moriran".

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    artfice del ditirambo. Los tres ejemplos que seala Schelling ponen en evidencia que el

    elemento de lo infinito hace su aparicin en la medida en que desde la totalidad absoluta de

    la vida, en la que se interpenetran perfectamente naturaleza y espritu, se desgaja la

    subjetividad individual introduciendo la conciencia de la separacin y el conflicto o, al

    menos, el contraste con la totalidad de la que se ha recortado.

    Schelling indica que estos elementos vinculados a lo infinito, los elementos

    idealistas, fueron apartados de la cultura realista griega marginndolos en sectas y

    convirtindolos en misterios. Si la tendencia general de la cultura griega era que la

    revelacin de lo divino se da en la naturaleza, en lo real, es lgico que, en contraposicin, lo

    ideal se hiciera secreto y reservado a unos pocos elegidos. De dichas sectas naci la filosofa,

    "cuyo comienzo siempre es el concepto de lo infinito" y cuyas primeras manifestaciones se

    aprecian en la poesa mstica, en los cantos rficos y en los poemas de Museo y

    Epimnides60. En este sentido, la filosofa se presenta como una manifestacin idealista

    vinculada a los misterios61

    60 SW III, 441.

    , como una planta extica en la cultura griega ligada por su

    procedencia a Oriente, por cierto, la misma procedencia que Schelling otorga al

    61 En este punto Schelling es plenamente coherente con el tratamiento que hace en el dilogo Bruno de los misterios y la mitologa, presentndolos como dos mbitos separados y complementarios. La mitologa es un modo exotrico de aprehensin de lo absoluto que revela las ideas en las cosas, mientras que los misterios suponen un conocimiento esotrico de los arquetipos de las cosas pura y simplemente en s mismos. Por su carcter simblico, la mitologa sirve de materia para el arte, mientras que la mstica de los misterios, por su carcter antipotico e idealista, desemboca necesariamente en filosofa. Por primera vez en el Bruno Schelling presenta ambas vas como complementarias sin exigir un retorno de la filosofa a la poesa, como s haba pretendido al final del Sistema del idealismo trascendental, pues el filsofo y el artista realizan ambos el mismo servicio divino revelando lo absoluto en las ideas, slo que el primero lo ejecuta interiormente, en su subjetividad, mientras que el segundo lo hace exteriormente, plasmando las ideas en obras de arte. (SW III, 441 ss., SW III, 137 ss., SW II, 628)

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    cristianismo62

    "Por eso, con su imaginacin el oriental est totalmente en el mundo suprasensible o intelectual al que traslada la naturaleza, en lugar de simbolizar al revs, el mundo intelectual -como mundo donde lo finito y lo infinito son lo mismo-, mediante la naturaleza y trasladarlo as al reino de lo finito y, en ese sentido, realmente se puede decir que su poesa es lo contrario de la poesa griega".6

    . De hecho, Schelling piensa que los orientales no consiguieron la perfecta

    compenetracin de lo finito y lo infinito y por eso, siguiendo el principio idealista,

    simbolizaron lo finito con lo infinito:

    3

    Esto le permite explicar a Schelling, de un modo arbitrario, si bien no exento de

    imaginacin, que la literatura oriental es esencialmente alegrica, y considerarla expresin

    del mundo vegetal, igual que el conjunto de la cultura oriental (por ejemplo, en los

    arabescos y en la arquitectura), pues para l la planta representa la presencia de la alegora

    en la naturaleza, la individualidad que se niega a s misma sealando a la especie, ya que

    todas sus fuerzas se dirigen a la reproduccin, para finalmente presentar en el pargrafo

    112, dedicado a las artes plsticas, la sorprendente teora de que, dadas las similitudes

    entre la arquitectura gtica y la oriental, aqulla tiene su origen no en los pueblos godos

    sino en los sarracenos, que la introdujeron en Europa a travs de Espaa64

    Del mismo modo, tambin pueden seguirse los rastros del principio realista a lo largo

    de la modernidad. Si lo caracterstico de esta poca es que en ella lo ideal se revela,

    .

    62 SW III, 442-445.

    63 SW III, 444.

    64 SW E III, 235 s. De este modo incurre Schelling en el prejuicio de la sucesin escolstica de las naciones, que ya haba denunciado Vico en su Ciencia Nueva y que consiste en admitir sin ms que, dada una misma caracterstica en dos pueblos distintos, necesariamente uno lo aprendi del otro.

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    especialmente en la accin moral de los hombres, es lgico que, en contrapartida, lo real se

    recluya y la naturaleza se vuelva misterio y secreto. Como es obvio, Schelling no hace aqu

    una referencia explcita al desarrollo de las ciencias naturales en la modernidad, pues en

    realidad ste se produjo como obra de una razn que ya estaba separada de la naturaleza,

    que era slo entendimiento y nicamente poda alcanzarla desde fuera, pensndola a partir

    de una causalidad mecnica y de una visin meramente cuantitativa. Precisamente, para

    Schelling la ciencia moderna ocult el verdadero corazn de la naturaleza: su finalidad y su

    organicidad, y por ello slo fue capaz de describir y explicar una naturaleza muerta65. La

    verdadera esencia de la naturaleza, pues, se hizo secreta y slo se desvel ante grupos

    reducidos y marginados de la ciencia oficial, bajo la forma de la astrologa y de la magia, que

    se sustentaban en la afinidad entre espritu y materia, "a travs de una armona

    preestablecida, gracias a la identidad absoluta de todas las cosas"66

    La presencia soterrada pero inextinguible del principio opuesto al dominante en

    cada poca indica la necesidad de que ambos alcancen una sntesis definitiva, con la que se

    inaugurar una nueva etapa histrica. El inicio de dicha etapa supone, por una parte, la

    superacin de la modernidad, basada en el individualismo, en una conciencia encerrada

    dentro de s, sin mediacin externa y vinculada al entendimiento, pero, por otra parte,

    implica una vuelta de la humanidad a los valores del mundo antiguo tras haber realizado y

    asumido la experiencia de la completa separacin de la conciencia respecto de la

    .

    65 Cfr. Primer esbozo de un sistema de la filosofa de la naturaleza, SW II, 13.

    66 SW III, 469 s.

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    naturaleza. Adems, esa propuesta de superacin de la modernidad exige una superacin

    del subjetivismo protestante y, de este modo, adquiere connotaciones religiosas, lo cual es

    lgico porque para Schelling todo el universo es manifestacin de lo absoluto, y el arte,

    como actividad cumbre del hombre, es tambin expresin de lo divino. De ah la necesidad

    de creacin de una nueva mitologa, como pretenda tambin Fr. Schlegel y como se anuncia

    en el Primer Programa de un sistema del idealismo alemn y al final del Sistema del

    idealismo trascendental, una mitologa que ofrezca materia para un nuevo arte. En su

    construccin, el catolicismo ser un elemento esencial porque supo mediar la individualidad

    y lo absoluto con el sacerdocio y con la construccin de una iglesia, que es smbolo de la

    divinidad en la tierra, pero que, en tiempos de desencantamiento del mundo, slo puede

    servir como ejemplo para la constitucin de una comunidad socio-poltica cohesionada por

    una religin sensible, esttica. No podr ser, pues, el nico elemento que entre en esa

    creacin, ya que esta mitologa deber efectuar la sntesis de la visin griega y la cristiana,

    logrando que la manifestacin sucesiva de lo divino en el tiempo se haga simultnea67,

    haciendo que los dioses de la historia se conviertan en dioses de la naturaleza68

    67 SW III, 465 y 469.

    , uniendo el

    politesmo con el monotesmo y, con ello, la pluralidad de la sensibilidad y la imaginacin

    con la unidad del corazn y de la razn. sta es la estrofa final del "gran poema que est

    meditando el espritu universal", en la cual se expresar la unin de la naturaleza y la

    historia, del ser y la accin, del principio real y el ideal. Segn Schelling, la ejecucin de esta

    68 SW III, 477.

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    etapa se encuentra indefinidamente lejana, pero se presiente en el intento de construccin

    de la nueva mitologa, para la cual la fsica especulativa, la filosofa de la naturaleza, puede

    ofrecer la materia y ser punto de partida. Como ha ocurrido en la antigedad, tambin la

    mitologa del futuro se gestar y se fijar en la epopeya, siendo obra de toda la poca y no

    slo de un individuo. Es de esperar entonces la aparicin de un nuevo Homero, con el

    sentido simblico que tiene en Schelling, porque la sntesis definitiva retorna al origen

    despus de haber recorrido todos los matices de la escisin. Como dice Schelling, "lo ltimo

    es Homero puro"69

    Ahora bien, hemos llamado a esta etapa Postmodernidad y no slo porque exige la

    superacin de la modernidad, sino porque en realidad contiene, entre otros, dos de los

    elementos ms caractersticos del actual pensamiento postmoderno, como son la disolucin

    del sujeto y la negacin de la historia en una Posthistoria. En el pensamiento de Schelling,

    estos elementos se encuentran al servicio del todo, que es descrito como un movimiento

    .

    69 SW III, 465. Las afinidades de esta propuesta con la que se hace al final de ese pequeo escrito de

    autora discutida y fecha incierta (1796/1797?), que es el Primer Programa de un sistema del idealismo alemn, son sorprendentes. La diferencia fundamental es que en este escrito la creacin de la nueva mitologa se espera de un nico individuo con caracteres mesinicos: "Un espritu superior enviado del cielo tiene que instaurar esta nueva religin entre nosotros; ella ser la ltima, la ms grande obra de la humanidad".

    70 Entre los aos 50 y 70 se produjo en Francia un desarrollo importante tanto de los estudios filosficos como especialmente de los estudios sobre idealismo alemn y las influencias que en l convergen. Entre ellos pueden destacarse los trabajos de J. Wahl, V. Janklevitch (LOdyse de la conscience dans la dernire philosophie de Schelling), M. Guroult, H. Gouhier, J.-F. Marquet (tude sur la formation de la philosophie de Schelling), H. de Lubac, M. Eugne Susini y, G. Marcel. Como resultado de semejante produccin filosfica X. Tilliette escribi su magna obra Schelling. Une philosophie en devenir (Paris, Vrin, 1970. Cfr. Agradecimientos de esta obra, donde Tilliette pone de manifiesto su deuda con estos autores). En cuanto a Italia, el inters por Schelling parece haberse decantado claramente por su filosofa del arte. Vase, Assunto, Rosario: Estetica dellidentit. Lettura della Filosofia dellarte di Schelling, Urbino, Publicazione dellUniversit di Urbino, 1962. Pareyson, Luigi: LEstetica di Schelling (Corso di estetica dellanno academico 1963-1964 nellUniversit di Torino), Torino, G.Giappicehlli Editore, Torino, 1964.

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    constante donde cada miembro busca y encuentra una sntesis, que es el reflejo de lo

    absoluto, es decir, de la propia totalidad entendida como un organismo. Estas afinidades

    entre la Postmodernidad y la filosofa de Schelling no deben, sin embargo, sorprender, pues

    en la poca de formacin de los autores postmodernos, aparecieron grandes comentarios

    en lengua francesa e italiana (70). En el caso de La Filosofa del Arte, pueden mencionarse al

    menos dos: el de Rosario Assunto, sobre la esttica de la identidad, y las lecciones que

    imparti Luigi Pareyson sobre esta obra en la Universidad de Torino, donde trabaj junto

    con G. Vattimo durante aos. En este sentido, resulta curioso comprobar cmo en la era de

    la globalizacin la Postmodernidad se ha embarcado en la crtica del holismo utilizando los

    elementos aportados por el sistema de la identidad. Al margen de la valoracin y el destino

    de la actual Postmodernidad filosfica, esto pone en evidencia la tremenda potencia

    especulativa de Schelling y su Filosofa del arte.