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    RESUMENEl artículo analiza los cruces entre religión y política tomando como momento de observación el debate sobre el matrimoniopara parejas del mismo sexo en Argentina en 2010. Parte de revisar con sentido crítico algunos postulados de la teoría de lasecularización sobre el papel de las creencias religiosas, en particular, cómo estas creencias se articulan en la política sexualcontemporánea. El artículo se focaliza en tres fenómenos del debate para abordar cómo lo religioso se movilizó a favor de unaampliación de derechos: la estrategia del activismo LGBT de aliarse con actores religiosos; el apoyo de iglesias evangélicas ysacerdotes católicos a la aprobación del matrimonio igualitario; y el uso del discurso religioso por legisladores para justicarsu apoyo a la reforma legal.

    PALABRAS CLAVECreencias religiosas, política sexual, matrimonio de parejas del mismo sexo, Derechos sexuales y reproductivos, Argentina.

    Sexual Politics and Religious Beliefs: The Debate About Same-Sex Marriage(Argentina, 2010)ABSTRACT

    The article analyzes the intersections between religion and politics by observing the debate about same-sex marriage inArgentina in 2010. It begins by critically examining some principles of the secularization theory about the role of religious beliefs,particularly how these beliefs are articulated in contemporary sexual policy. The article focuses on three main phenomena toshow how religion was mobilized in favor of the expansion of rights: the activist LGBT strategy of allying itself with religiousactors; the support of evangelical churches and Catholic priests in favor of recognition of egalitarian marriage; and the use ofreligious discourse by legislators to justify their support for the legal reform.

    KEY WORDSReligious beliefs, sexual policy, same-sex marriage, sexual and reproductive rights, Argentina.

    * Este artículo se basa en los planes de trabajo de los autores como Investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Cientícas y Técnicas(Conicet), Argentina. Parte de la investigación fue realizada con apoyo nanciero de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad de BuenosAires (Argentina), Proyecto UBACYT 2002012020 0132.

    v Ph.D. en Sociología por el New School for Social Research (Estados Unidos). Profesor e investigador de la Universidad Nacional de Córdoba y delConsejo Nacional de Investigaciones Cientícas y Técnicas (Conicet), Argentina. Sus últimas dos publicaciones son: Families Beyond Heteronormativity.Ius Gentium: Comparative Perspectives on Law and Justice 24 (2013) y Conservadurismos, religión y política. Perspectivas de investigación en AméricaLatina (en coautoría con Jaris Mujica). Córdoba: Ferreyra Editor, 2013. Correo electrónico: [email protected]

    D Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Profesor de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Conicet(Argentina). Entre sus últimas publicaciones es tán: De la resistencia a la militancia: las iglesias evangélicas en la defensa de los derechos humanos (1976-1983) y el apoyo al matrimonio igualitario (2010) en Argentina (en coautoría con Santiago Cunial y Analía Quintáns). Espiral: Estudios sobre Estado ySociedad XXI, 59 (2014): 109-142, y Derechos reproduc tivos y actores religiosos: los evang élicos frente al debate sobre la despenalizac ión del aborto enla Argentina contemporánea (1994-2011) (en coautoría con Ana Laur a Azparren y Santiago Cunial). Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología 22, n° 1 (2013): 110-133. Correo elect rónico: [email protected]

    La política sexual y las creencias religiosas:

    el debate por el matrimonio para las parejasdel mismo sexo (Argentina, 2010)*

    Fecha de recepción: 28 de febrero de 2014Fecha de aceptación: 19 de mayo de 2014Fecha de modicación: 03 de septiembre de 2014

    DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res51.2015.08

    Juan Marco Vaggione v – Daniel Jones D

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    A política sexual e as crenças religiosas: o debate pelo casamento entre casais domesmo sexo (Argentina, 2010)

    RESUMOEste artigo analisa o encontro entre religião e política tomando como momento de observação o debate sobre o casamentoentre casais do mesmo sexo na Argentina em 2010. Parte de revisar com sentido crítico algumas premissas da teoria dasecularização sobre o papel das crenças religiosas, em particular, como essas crenças se articulam na política sexualcontemporânea. O artigo está enfocado em três fenômenos do debate para abordar como o religioso se mobilizou a favorde uma ampliação de direitos: a estratégia do ativismo LGBT de se aliar a atores religiosos; o apoio de igrejas evangélicas esacerdotes católicos à aprovação do casamento igualitário; e o uso do discurso religioso por legisladores para justicar seuapoio à reforma legal.

    PALAVRAS-CHAVECrenças religiosas, política sexual, casamento de casais do mesmo sexo, direitos sexuais e reprodutivos, Argentina.

    Introducción

    Los movimientos feministas y por la diversidadsexual han generado variados impactos políti-cos y sociales en Latinoamérica. Las demandaspor garantizar la educación sexual, reconocerderechos para las parejas del mismo sexo o des-

    penalizar el aborto, entre otras, son resultado de un cam-bio sustancial en la política regional. Si bien en algunospaíses estos movimientos lograron influir de un modo

    significativo en la construcción del derecho y las políti-cas públicas, también se ha producido un efecto reactivo,por el cual diversos sectores se abroquelaron en rechazo alos Derechos sexuales y reproductivos (DDSSRR).

    Uno de los principales impactos de los movimientos fe-ministas y por la diversidad sexual se manifiesta en lasformas de articulación entre la religión y la política. Si bienla religión tiene una larga y compleja historia al respecto,en particular los vínculos entre el Estado y la Iglesia católica(IC) (Esquivel 2008), el ingreso a la agenda pública de losDDSSRR implica una etapa con nuevas dinámicas. Por unlado, la posibilidad de sancionar estos derechos depende,en gran medida, del éxito de dichos movimientos polí-ticos en la profundización de la autonomía de los gober-nantes, legisladores y jueces respecto de la moral sexualcatólica. La profusa influencia de la Iglesia católica sobrela gramática política y cultural de la región ha implicadoque la construcción de la sexualidad desde la perspectivacatólica se transforme en un modelo dominante y, portanto, sirva de eje para el derecho y las políticas públicas.Por otro lado, el avance en la discusión y el reconocimien-to de los DDSSRR ha conllevado una fuerte reacción dedistintos sectores religiosos conservadores, que ensayan

    nuevas estrategias para influenciar la política contem-poránea, en un proceso que denominamos politizaciónreactiva de lo religioso (Vaggione 2005).

    Este contexto regional enmarca la sanción de una ley dematrimonio para parejas del mismo sexo en Argentina en2010. Al retornar la democracia en 1983, comienzan a de-batirse y aprobarse leyes que reconocen nuevos derechosfamiliares, reproductivos y sexuales: desde la patria po-testad compartida (1985) y el divorcio vincular (1987) hasta

    las leyes de salud sexual y procreación responsable (2002),unión civil para parejas del mismo sexo en la ciudad deBuenos Aires (2002), educación sexual integral (2006) eidentidad de género (2012). Pero es la ley n° 26.618 de ma-trimonio igualitario, sancionada el 15 de julio de 2010, laque origina en el país una de las mayores controversiaspolítico-religiosas. La propuesta de suprimir el requisitode “complementariedad de los sexos” para el matrimoniocivil generó una fuerte reacción de diferentes sectores re-ligiosos, en rechazo a este proyecto de ley.

    El propósito de este artículo es profundizar la compren-sión de la articulación entre religión y política, a través delos debates contemporáneos sobre las formas de regular lasexualidad. Para ello, comenzamos por considerar algu-nas críticas a la teoría de la secularización, específicamen-te respecto al papel asignado a las creencias religiosas enlas sociedades contemporáneas. En la segunda parte nosfocalizamos en uno de los aspectos menos analizados enLatinoamérica: el rol de las creencias religiosas como fa-vorables a los DDSSRR. Los escasos análisis sobre el entre-cruzamiento entre lo religioso y la política sexual suelenfocalizarse sobre el rol de las jerarquías religiosas y secto-res aliados como un obstáculo para el cambio político y la

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    institucional”, una traducibilidad argumentativa, en elmomento de las discusiones en los principales cuerpospolíticos (Habermas 2006). Otra postura es que las moti-vaciones religiosas debieran circular libremente cuandolos legisladores debaten, pero las disposiciones legalesque se sancionen no pueden estar sólo basadas en dichosmotivos: tiene que existir un argumento o una raciona-lidad secular plausible que justifique al argumento reli-gioso (Perry 2003). Por último, existen aproximacionesque se distancian aún más del secularismo, al proponerla deconstrucción de la dicotomía religioso-secular. Así,por ejemplo, se sostiene que la línea fundamental porconsiderar es entre argumentos privados y públicos, yno entre discursos religiosos o seculares (Connolly 1999).Desde una postura similar, se afirma que epistemológi-camente no puede distinguirse entre argumentos reli-giosos y seculares, por lo que ambos deben ser admitidoscomo parte de los procesos legislativos (Peach 2002).

    Estos debates y replanteos, tanto analíticos como norma-tivos, sobre las creencias religiosas son particularmenterelevantes para la política sexual contemporánea. Paralos movimientos políticos feministas y por la diversidadsexual, la influencia de lo religioso es uno de los princi-pales pilares culturales y políticos que sostienen la he-teronormatividad (Warner 1991) como sistema de poder.2 Por ello, no es sorprendente cierta compatibilidad ideo-lógica entre la agenda de estos movimientos y una teoría

    de la secularización que pregona la constante retiradade las religiones de la esfera política. En esta línea, hayuna marcada afinidad entre estos movimientos y unapostura que, en defensa y profundización de la laicidad,tiende a excluir las creencias religiosas de los debates po-líticos y la elaboración de la legislación.3 Sin embargo, laprevalencia de las creencias religiosas y su impacto sobremuchos debates públicos en la región imprimen fuertesdesafíos ideológicos, normativos y analíticos a las apro-ximaciones feministas y por la diversidad sexual, que seprofundizan en el siguiente apartado.

    2 Refiere a un régimen social, político y económico que impone el pa-triarcado y las prácticas sexuales heterosexuales mediante diversosmecanismos médicos, artísticos, educativos, religiosos, jurídicos,e instituciones que presentan la heterosexualidad como necesariapara el funcionamiento de la sociedad y como el único modelo válidode relación sexoafectiva y de parentesco.

    3 En Latinoamérica, la laicidad ha ocupado un lugar central en los de-bates, análisis y campañas sobre la religión y la política en el ámbitoinstitucional. Entendemos “la laicidad como un régimen de convi-vencia social cuyas instituciones políticas ya no están legitimadaspor lo sagrado o las instituciones religiosas, sino por la soberanía po-pular” (Blancarte 2008, 14), y el laicismo, “como etapa de luchas porla diferenciación y por la autonomía del poder político respecto delreligioso” (Martínez 2013, 42).

    Creencias religiosas y Derechossexuales y reproductivos

    La agenda favorable a los DDSSRR cuestiona la influenciapolítica de las religiones en las sociedades contemporá-neas. Por un lado, las instituciones religiosas (sobre todola Iglesia católica y, en menor medida, las iglesias evan-gélicas) continúan siendo actores públicos con ascen-diente sobre los Estados en gran parte de Latinoamérica.Si bien este poder varía de acuerdo con los gobiernos, enArgentina la Iglesia católica ha tenido una marcada in-fluencia en el derecho, frente a temáticas vinculadas a lafamilia, la sexualidad y la reproducción, por la historiapolítica (Mallimaci y Esquivel en prensa) y composicióndemográfica del país. 4 El impacto de los movimientos fe-ministas y por la diversidad sexual (re)activó el accionarpúblico de actores religiosos que, con nuevas alianzas yestrategias, buscan evitar el reconocimiento de los DDSSRR.Así, es frecuente que la jerarquía católica y sectores evan-gélicos conservadores5 (Jones y Carbonelli 2012) actúen deforma conjunta en contraposición a los DDSSRR.

    Por otro lado, las creencias religiosas suelen analizarsecomo un obstáculo para la ampliación de los DDSSRR. Enparticular, la intensidad del sentimiento religioso es unavariable significativa para explicar una postura contrariaal aborto y/o al reconocimiento de derechos para parejasdel mismo sexo (Rabbia 2014), con efectos en la constitu-

    ción de la opinión y el debate públicos sobre estos temas.6

    4 Según una encuesta representativa de alcance nacional, hecha en2008, “los católicos representan la confesión mayoritaria en la Ar-gentina, aun considerando las tendencias a la visibilidad de loscultos evangélicos y al cre cimiento de los indiferentes religiosos.El 76,5% de los habitantes se declaran católicos: están d istribuidosen todas las fr anjas de edad, en todos los estratos socioeducativosy en toda s las reg iones. […] Los evangélicos constituyen el 9% de lapoblación argentina” (Mallimaci 2013, 91 y 110).

    5 El término “evangélico” engloba iglesias y creyentes herederos de latradición cristiana instituida por la reforma protestante del sigloXVI y sus posteriores avivamientos. En Argentina, se ha entendidoal conjunto de iglesias evangélicas como un campo de fuerzas en el

    que dos polos mantienen disputas por el predominio: uno histórico-liberacionista (compuesto por iglesias “protestantes h istóricas”, ta-les como la luterana, reformada, valdense y metodista, entre otras)y otro polo conservador-bíblico (de las iglesias bautistas, hermanoslibres y diversas pentecostales) (Wynarczyk 2009).

    6 Este tipo de aproximación es frecuente en Estados Unidos, donde lareligión de pertenencia y/o la intensidad del sentimiento religiososon variables explicativas relevantes. En Latinoamérica, aunquecon menos antecedentes, se sostiene que las personas sin religióntienen actitudes más favorables a la legalización del aborto y al re-conocimiento de derechos de parejas del mismo sexo; las católicas,una posición intermedia y fuertemente heterogénea, mientras quelas evangélicas tienden mayoritariamente a oponerse (Rossi y Triun-fo 2010; Dideset al. 2011; Ogland y Verona 2011). La variable de fre-cuencia en la asistencia al culto también muestra su asociación con

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    Las creencias religiosas también se vuelven motor departicipación política, un fenómeno que no es novedosopero que ha impactado en la política sexual contemporá-nea: diversos documentos de la Iglesia católica convocana ciudadanos, académicos/científicos y políticos (entreotros) a defender la “cultura de la vida” frente a una men-talidad anticonceptiva (Juan Pablo II 1995). Este llamadose refleja en el crecimiento e influencia de organizacio-nes de la sociedad civil autodenominadas pro vida o profamilia (Vaggione 2005; Morán 2013).

    Sin embargo, lo religioso dista de ser homogéneo. Comoafirmamos previamente, se han dado cambios significa-tivos en las creencias en la mayoría de las regiones delmundo, sobre todo en las formas en que se produce laidentificación religiosa, incrementándose el pluralismoy/o la autonomía en las formas de creer. Este pluralismotambién se observa en cuestiones vinculadas a la sexua-lidad, por cuanto las creencias religiosas son rearticu-ladas como parte de la construcción de un orden sexualmás democrático e igualitarista. Como lo muestra unaencuesta reciente de alcance nacional en Argentina, lascreencias religiosas han comenzado a ser armonizadascon una postura favorable a los DDSSRR (como la educa-ción sexual escolar y la provisión gratuita de anticoncep-tivos), incluso entre los católicos, pese al rechazo de su jerarquía (Mallimaci 2013, 188-191).7 También existen de-bates teológicos que han incorporado de manera crecien-

    te una perspectiva feminista y/o queer como estrategia deinterpretación ante posturas patriarcales y homofóbicas(Musskopf 2002; Althaus-Reid 2005; Peñas y Sgró 2009).Por último, pueden mencionarse las iglesias inclusivasde gays y lesbianas, que, originadas en Estados Unidos,se han extendido por la región, como la Iglesia de la Co-munidad Metropolitana (Meccia 2006; Natividade 2010).

    De este modo, las creencias religiosas son plurales y diver-sas respecto a la sexualidad. Tanto creyentes como debatesteológicos y posturas de instituciones religiosas, en algu-nos casos, han incorporado a sus sistemas de creenciasuna aproximación pro feminista y/o pro diversidad se-

    posiciones desfavorables al abor to y/o reconocimiento de parejas delmismo sexo (Lista 1996; Wilson, García y Díaz 2011). Para un aná lisisdetallado de estas investigaciones, ver Rabbia (2014).

    7 Se trata de un estudio cuantitativo de carácter probabilístico sobrelas creencias y actitudes religiosas de la población mayor de 18 añosresidente en Argentina. “Podemos leer los resultados de la encuestacomo una llamada de atención sobre la distancia existente entre lasprescripciones oficiales de los diferentes cultos y las prácticas de loscreyentes. Inicialmente vemos que el 91,8% respondió favorablemen-te ante la opción ‘una persona puede utiliza r anticonceptivos y seguirsiendo una buena creyente’. Para el caso de los católicos la respuestapositiva se eleva hasta el 94,4%” (Mallimaci 2013, 189).

    xual. No sólo hay diferencias respecto a los DDSSRR entredistintas tradiciones religiosas, sino que las diferenciastambién se presentan dentro de aquellas que, como el ca-tolicismo, sostienen oficialmente una postura restrictiva.Religiosos/as ordenados/as, teólogos/as, ONG, e inclusoinstituciones eclesiales, inscriben públicamente posturasque, rescatando tradiciones católicas o evangélicas, lu-chan por superar el patriarcado y la heteronormatividadsostenidos por la jerarquía o por los sectores más visiblesde un credo. Estas disidencias religiosas o posiciones al-ternativas conllevan una potencialidad política que mu-chas veces queda desdibujada o es poco percibida, por elfuerte laicismo dentro el feminismo y el movimiento porla diversidad sexual en la región (Vaggione 2009).

    Un interrogante poco explorado en Latinoamérica, ypropósito de este artículo, es cómo las creencias reli-giosas se movilizan políticamente a favor de los DDS-SRR.8 El desafío para el feminismo y el movimiento porla diversidad sexual es pensar y llevar adelante una es-trategia política que contemple las creencias religiosascomo una identificación potencialmente favorable ala agenda de los DDSSRR e, incluso, a actores religiososcomo aliados de sus demandas. El secularismo como ideo-logía y las propuestas basadas en la laicidad, al construirla religión y la política en tensión, tienden a desestimar laimportancia política del pluralismo religioso sobre la se-xualidad. Por ello, es importante desesencializar la cons-

    trucción de las creencias religiosas como antitéticas delos DDSSRR y rescatar políticamente el pluralismo exis-tente entre los actores religiosos.

    Es en este sentido que nos proponemos tomar el de-bate sobre Matrimonio Igualitario (MI) en Argentinaen 2010 como un momento que nos permite observary comprender relaciones posibles (y poco exploradas)entre política, religión y sexualidad en las democraciascontemporáneas. Recuperamos tres fenómenos queatravesaron este debate, para observar de qué modoslo religioso se movilizó (y puede movilizarse) a favor deuna política sexual de ampliación de derechos: 1) la es-trategia de alianzas políticas con actores religiosos porparte del activismo LGBT; 2) el apoyo de iglesias evangé-licas y grupos de sacerdotes católicos al proyecto de leyde MI; y 3) el uso del discurso religioso por legisladorespara justificar su voto favorable al proyecto.

    8 En países como Estados Unidos, con una larga tradición de pluralismoreligioso, la movilización política a favor de los DDSSRR se plasma endiferentes posturas entre las principales denominaciones, así como engrupos activos dentro de religiones conservadoras en lo sexual, como elcatolicismo (Dignity o Catholics for a Choice, por ejemplo).

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    La política sexual y las creencias religiosasJuan Marco Vaggione, Daniel Jones

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    El debate sobre MatrimonioIgualitario en Argentina

    Coordenadas¿Cómo se llegó a la ley N° 26.618 de Matrimonio Igualita-rio (MI)? Desde 2007, el movimiento por la diversidad se-xual desarrolló varias estrategias para colocar el tema enla agenda política institucional y la arena pública: pre-sentación de proyectos de ley en el Parlamento; judiciali-zación de las negativas a las parejas del mismo sexo a sercasadas, para lograr sentencias que declarasen inconsti-tucional la ley de matrimonio vigente, por discriminato-ria (Página 12 2009); instalación del debate a través de losmedios de comunicación masivos y las consignas de lasMarchas del Orgullo LGBT anuales (Clarín 2009); trabajoconjunto con organismos estatales, particularmente conel Instituto Nacional contra la Xenofobia, la Discrimi-nación y el Racismo (Inadi); y alianzas con legisladoresde distintos partidos (Corrales y Pecheny 2010). Graciasa estas acciones, a fines de 2009 empezaron a discutirseen comisiones de la Cámara de Diputados dos proyectosde ley para incluir en el Código Civil el matrimonio entrepersonas del mismo sexo (Hiller 2010, 99).

    Para comprender el debate sobre esta demanda, es nece-sario profundizar en los vínculos entre religión y política

    en la Argentina contemporánea. En consonancia con lahistoria de rechazo a otros DDSSRR, como la unión civil,la educación sexual y el aborto (Vaggione 2009; Jones yCunial 2012), los principales opositores al MI fueron la jerarquía de la Iglesia católica9 y sectores evangélicosconservadores, con una cruzada opositora al proyecto deley: impulsaron una consulta popular, manifestacionespúblicas en el país y una concentración frente al Congre-so en Buenos Aires durante el día previo a su tratamientoen el Senado. Ésta fue organizada por una mesa de enlacede credos monoteístas del país, con representación de laIglesia católica y un sector evangélico, además de grupos judíos y musulmanes.

    9 En este contexto, el entonces presidente de la Conferencia EpiscopalArgentina, el arzobispo Jorge Bergoglio (luego ungido como el papaFrancisco, en marzo de 2013), hizo pública su carta a las MonjasCarmelitas de la Arquidiócesis de Buenos Aires, sosteniendo: “Aquítambién está la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en elmundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hom-bre y mujer que reciben el mandato de c recer, multiplicarse y domi-nar la tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple luchapolítica; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata deun mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una‘movida’ del padre de la mentira que pretende confundir y engañar alos hijos de Dios” (Bergoglio 2010).

    Este enfrentamiento alrededor del derecho al matrimo-nio preanunciaba que el movimiento por la diversidadsexual adoptaría su estrategia habitual en América Lati-na para neutralizar la influencia de los grupos religiososconservadores: luchar por un Estado laico y por la igual-dad ante la ley (Corrales y Pecheny 2010). Sin embargo,el debate sobre MI en Argentina mostró tres fenómenosnovedosos en relación con el escenario regional: 1) partedel movimiento por la diversidad sexual propuso alian-zas con actores religiosos y activó la participación políti-ca de éstos, para impulsar el proyecto de ley; 2) los gruposconservadores no expresaron la única posición religiosasobre el tema, sino que hubo instituciones, grupos y re-ferentes religiosos favorables al proyecto; 3) lejos de unpatrón normativo laicista, el discurso religioso emergióen las intervenciones de legisladores en el debate parla-mentario para justificar su voto a favor del MI. En estesentido, ante una mayoría de estudios sobre lo religiosocomo influencia conservadora sobre la política sexual,en este artículo decidimos profundizar en las posicionesreligiosas favorables al matrimonio civil de parejas delmismo sexo en Argentina.

    El uso de lo religioso por parte delactivismo LGBT¿Cuál es el valor distintivo del apoyo de actores religio-

    sos a la demanda de MI? Algunos autores sostienen quela potencialidad de los actores religiosos en los debatespúblicos es que, paradójicamente, pueden hacer un usopolítico de su identidad apolítica (su legitimidad despo-litizada) como iglesias, de formas que organizaciones nogubernamentales y movimientos sociales —percibidoscomo orientados al advocacy— no podrían hacerlo (Howe2009, 60-62). En el caso analizado, la Federación Argenti-na de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) creódesde sus comienzos10 una Secretaría de Diversidad Re-ligiosa, para articular religión y diversidad sexual, porejemplo, ofreciendo talleres de formación. En 2010, laFALGBT buscó el apoyo de religiosos como parte de sucampaña para lograr pronunciamientos sectoriales (dereferentes de la ciencia, la cultura, etcétera) a favor delproyecto de ley, con el objetivo de contrabalancear laférrea y visible oposición de la jerarquía católica y lasfederaciones evangélicas conservadoras:

    10 La FALGBT se fundó en 2006 ante la necesidad de un nuevo ámbitonacional de art iculación de los diferentes grupos de lesbianas, gays,bisexuales y t rans (página web de la FALGBT), y condujo políticamen-te la demanda por el matrimonio igualitario en Argentina.

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    Si uno de los principales obstáculos era la jerarquía de laIglesia católica y algunos grupos evangélicos, uno de losprincipales aliados que teníamos que buscar era genteque fuera parte de la Iglesia católica —no de la jerarquíapropiamente dicha pero sí parte—, sacerdotes, fieles,catequistas, y pastores de las iglesias evangélicas. [...]Ése fue el trabajo de la Secretaría de Diversidad Reli-giosa. (María Rachid 2011)

    Los activistas de la Secretaría de Diversidad Religio-sa plantearon dentro de la FALGBT que “la estrategiatenía que pasar por un lugar de mucha dignidad parael mensaje religioso […] con mucho cuidado y con unaestrategia fina” (Norberto D’Amico 2011), por el nivelde exposición que supondría para los referentes reli-giosos que accedieran a posicionarse. En este marco,la FALGBT se reunió discretamente el 29 de mayo de2010 con líderes del protestantismo histórico, para quese declararan públicamente a favor del proyecto de ley(Prensa Ecuménica 2010):

    Fue muy significativo que en el comienzo del debate,desde la política o el derecho, el discurso fuera básica-mente religioso y en contra del matrimonio igualita-rio. [...] Por eso se hacía tan imperiosa otra perspectivadesde la fe sobre los derechos de la diversidad sexual.[...] De manera que la FALGBT decidió escuchar otrasvoces, no sólo las que venían del catolicismo romano,

    o de los evangélicos ultraconservadores. Y se convocó aun encuentro con las iglesias de tradición [protestante]histórica en la sede de la Iglesia Metodista de Flores,donde, para nuestra sorpresa, las iglesias allí represen-tadas se pronunciaron de manera favorable después detener un franco diálogo con la dirigencia de la FALGBT.(Roberto González 2011)

    Norberto: Lo que a nosotros más nos interesaba era quese encuentre el movimiento, la dirigencia de la Federa-ción (FALGBT) con…Entrevistador: Presidentes de las iglesias, obispos…Norberto: Claro, gente representativa, muy represen-

    tativa de las iglesias. ¿Y por qué? Porque creíamos,realmente creíamos con firmeza, que si se explicabael tema, las dudas que quedaran se iban a diluir. Y queellos iban a tener elementos para llevar a las comunida-des. (Norberto D’Amico 2011)

    Luego de este encuentro hubo una serie de acciones enapoyo al proyecto de ley. La primera fue una declaraciónde la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y la IglesiaEvangélica Luterana Unida (IERP-IELU 2010), publicadatan sólo dos días más tarde de dicha reunión. El 16 de

    junio hubo una conferencia de prensa interreligiosa enun templo de la Iglesia Evangélica Metodista Argenti-na (IEMA) (Pulso Cristiano 2010), donde además se filmóun spot televisivo11 para lanzar la campaña “La fe dicesí a la igualdad”. Ambas iniciativas, promovidas por laFALGBT, consistieron en líderes (ordenados y laicos) dediferentes credos que se pronuncian y ofrecen argumen-tos a favor del proyecto de MI.12 Por último, poco antesde su tratamiento en el Senado, el Presidente de la IELUy un representante del Obispo de la IEMA intentaronpronunciarse ante la Comisión de Legislación General,en la sesión asignada a representantes de credos religio-sos. Esto fue impedido por la presidenta de la Comisión,la senadora Negre de Alonso, miembro de la organiza-ción católica conservadora Opus Dei, que suscitó unadenuncia por discriminación religiosa ( Página 12 2010).En dicha sesión sólo habló a favor del proyecto el rabinoDaniel Goldman, de la Comunidad Bet El.

    Desde el catolicismo, a mediados de mayo el Grupo Sa-cerdotal Enrique Angelelli de la provincia de Córdoba sehabía manifestado a favor del MI. Por la importanciaestratégica de un pronunciamiento de sacerdotes —queanalizamos en el siguiente apartado—, su autor, el curapárroco Nicolás Alessio, fue invitado por la FALGBT a par-ticipar en el acto público en la ciudad de Buenos Aires,de apoyo al proyecto, el 28 de junio de 2010, dándole unlugar prominente a su intervención. 13

    11 El mismo está d isponible en: .

    12 Según la cobertura dePrensa Ecuménica(2010): “Durante el encuentro,diversos líderes de las más reconocidas creencias y organizacionesreligiosas confirmaron su compromiso con la Igualdad y la Justicia,apoyando la aprobación de la Ley que permitirá el Matrimonio alas parejas conformadas por personas del mismo sexo. Estuvieronpresentes el Sacerdote Católico […] Leonardo Belderrain, DamiánFernández Courel, Director del Centro Católico Nueva Tierra, losRabinos Daniel Goldman y Silvina Chemen de la Comunidad Bet El,la Hna. Católica Liliana Marzano de las Hermanas de San Antoniode Padua, […] representantes de Iglesias Protestantes como el Pas-tor Carlos Valle en representación del Obispo de la Iglesia MetodistaArgentina, Pastor Frank de Nully Brown quien hizo llegar su adhe-

    sión; […] el Pastor Feder ico Schäfer, Presidente de la Iglesia Evangé-lica del Río de la Plata; el Pastor Gerardo Oberman, Presidente de laIglesia Reformada Argentina; el Pastor Ángel Furlan, de la IglesiaEvangélica Luterana Unida (entre otros). […] Asimismo, María Ra-chid, Presidenta de la FALGBT expresó: ‘Desde que el debate sobre laLey de la Igualdad se ha instalado en nuestra sociedad, sectores delpoder eclesiástico han pretendido una posición única y contrariadesde la fe al reconocimiento pleno de nuestra ciudadanía por partedel Estado. Es tiempo de escuchar la diversidad de voces desde la fe ydesde pueblo creyente, afirmando su voluntad de paz y justicia. Esteencuentro con los y las líderes religiosos/as es una clara señal paratoda la sociedad de que la fe también acompaña el trabajo contra ladiscriminación y por la igualdad de derechos’”.

    13 La misma es tá disponible en: .

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    El objetivo de estas acciones públicas fue romper lo quese presentaba como un frente religioso monolíticamen-te contrario al MI; de ahí la importancia atribuida por laFALGBT al apoyo de religiosos ordenados:

    Norberto: Había que decirle a los legisladores que gentecon el cuello [clerical] puesto, y con la cruz encima yrepresentativa [de las religiones] estaba a favor. Ésa erala cuestión. […] Y había que quebrar este discurso hege-mónico, porque vos fijate que la estrategia que nosotrosnos planteábamos en la Federación, […] que había queromper este discurso que decía que ACIERA14 y la jerar-quía católica eran la iglesia cristiana […]Entrevistador: Y ustedes, eso, ¿querían mostrárselo alos legisladores, a las legisladoras? ¿A la sociedad?Norberto: A los legisladores.Entrevistador: ¿Cuál era el primer objetivo, digamos?Norberto: Los legisladores. La estrategia de la Federa-ción era dirigida a los legisladores. (Norberto D’Amico 2011)

    La lógica política que impulsó este pedido fue que una ma-nifestación religiosa a favor del proyecto implicaría fisurarla extendida percepción de que todas las religiones se opo-nían al reconocimiento legal de las parejas homosexuales.

    Los actores religiosos a favor del MIA lo largo del debate, instituciones, grupos y/o referen-tes católicos, evangélicos y judíos se pronunciaron públi-camente a favor del MI.

    Pese al posicionamiento restrictivo hacia la homose-xualidad y el matrimonio para parejas del mismo sexode El Vaticano y la Conferencia Episcopal Argentina(CEA),15 el catolicismo se mostró heterogéneo, pluraly, en algunos casos, permeable al movimiento por ladiversidad sexual. Dos grupos de sacerdotes se mani-festaron por la aprobación del MI. El Grupo SacerdotalEnrique Angelelli de Córdoba —un movimiento tercer-mundista compuesto por doce sacerdotes, con trabajoen los sectores más pobres de la población— publicó enmayo de 2010 el documento “Aporte al debate sobre mo-

    14 La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina,federación que congrega a numerosas iglesias evangélicas conservadoras.

    15 Ingresado al Parlamento el proyecto de ley, la CEA (2010) emitió eldocumento “Sobre el bien inalterable del Matrimonio y la Familia”,defendiéndolo como una unión exclusivamente heterosexual. Asi-mismo, autoridades católicas se manifestaron públicamente contraeste proyecto (Bergoglio 2010).

    dificaciones a la ley de matrimonio civil”, escrito porNicolás Alessio.16 El otro grupo, que publicó “Pregun-tas que nos surgen en la situación actual” apoyando elproyecto de ley (Presbíteros Blanco, Ciaramella y De laSerna 2010), pertenece a la Diócesis de Quilmes (Pro-vincia de Buenos Aires), influenciada por su primerobispo, Jorge Novak, quien denunció las violaciones alos derechos humanos por la dictadura militar (1976-1983) y le dio a la diócesis una impronta de inclusión desectores marginados.

    Ambos documentos comparten dos cuestiones re-levantes para el pluralismo religioso y una políticasexual de ampliación de derechos. Primero, tienencomo principal objetivo mostrar que la IC no es unainstitución monolítica con respecto a la sexualidad:“En la Iglesia católica no hay un ‘pensamiento único’,hay lugar para la diversidad y la pluralidad” (GrupoSacerdotal Enrique Angelelli 2010). Contra lo sosteni-do por la jerarquía, afirman: “Entendemos que un le-gislador puede profesar profundamente su fe cristianay católica, y, a la vez, con total libertad de conciencia,pensar, definir y actuar distinto a lo que propone la je-rarquía eclesial” (Grupo Sacerdotal Enrique Angelelli2010). Así, inscriben una forma de entender al catoli-cismo que permite apoyar el matrimonio para gays ylesbianas con base en (y no pese a) sus creencias religio-sas, distanciándose de la autoridad institucional, a

    partir de combinar la identificación y fe católicas conel reconocimiento de DDSSRR.

    Segundo, ambos documentos ofrecen argumentosprincipalmente religiosos. Por ejemplo, afirman quela postura oficial de la IC no necesariamente coincidecon el mensaje del Evangelio, ya que “si algunos tex-tos de las cartas apostólicas incluyen en sus listas de‘pecados’ a la homosexualidad, es sólo para adaptarsea los códigos morales greco romanos, y en ese senti-do recordar el pecado de idolatría que tales costumbressignificaban, o condenar las prácticas de abuso, prepo-tencia, explotación sexual, sean éstas hetero u homosexuales, pero de ninguna manera expresan una con-dena a la homosexualidad como tal” (Grupo SacerdotalEnrique Angelelli 2010). Para estos sacerdotes, el men-saje de Jesús es compatible con (e incluso favorable a)

    16 Alessio es un sacerdote católico de la provincia de Córdoba, y el GrupoAngelelli al que pertenece está ligado al Movimiento de Curas por elTercer Mundo. Su apoyo público al proyecto de ley de Matrimonio Iguali-tario hizo que, en marzo de 2011, tras un juicio canónico sin precedentesen Argentina por su velocidad y la gravedad de su veredicto, el TribunalInterdiocesano de Córdoba le prohibiera a Alessio ejercer el sacerdocio yle ordenara dejar la casa parroquial (La Nación 2011).

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    la redefinición del régimen matrimonial: “Jesús dedi-ca todas sus energías y entusiasmo a predicar ‘el reinode Dios’, y relativiza de un modo claro y evidente lafamilia” (Presbíteros Blanco, Ciaramella y De la Serna2010). En la misma Biblia que El Vaticano y la jerar-quía católica argentina fundamentan su rechazo, estossacerdotes encuentran la justificación para apoyar losderechos de gays y lesbianas: “A la luz del evangelio delBuen Samaritano (cf. Lc 10, 25-37) nos preguntamos,¿cómo podríamos considerarnos discípulos de Jesús sinconmovernos con entrañas de misericordia ante loshermanos y hermanas excluidos del camino de la viday la igualdad ante la ley?” (Presbíteros Blanco, Ciara-mella y De la Serna 2010).

    Las iglesias protestantes históricas justificaron su apoyoal reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo me-diante principios doctrinales nodales del protestantismoo del cristianismo en general, como la salvación por lasola gracia, la sola fe y el solo Cristo (IERP-IELU 2010), yel mandamiento del amor al prójimo (IEMA 2010b), delos que dedujeron que los homosexuales no podían serexcluidos de las comunidades cristianas, ni de la graciade Dios, ni de derechos:

    Como Iglesias herederas de la Reforma del siglo XVI elfundamento de nuestra vida y testimonio es el Evan-gelio de Jesucris to, es decir, el anuncio de la salvación

    por la sola gracia, por la sola fe, por solo Cristo (cf.Romanos 3, 22ss). […] Por lo tanto, quienes hacen dela orientación sexual de una persona un criterio con-dicionante de su relación con Dios, por ejemplo exclu-yendo a los homosexuales —por su condición de tales—del amor y de la gracia de Dios, incurren en un graveerror. (IERP-IELU 2010)

    El derecho al matrimonio de parejas gays o lesbianastambién fue celebrado por preservar la libertad y la dig-nidad de todos los seres humanos, y posibilitar su convi-vencia en una sociedad plural. La no discriminación y elpluralismo fueron planteados como criterios para legis-lar, en contraste con campañas discriminatorias (IEMA2010a) y posturas religiosas “absolutas” o “únicas” quepretendían imponerse a toda la sociedad:

    La tendencia de varias confesiones religiosas sobre lahomosexualidad ha sido la de estimar su posición comola única válida. […] Las verdades absolutas han dejado sulugar a posturas más modestas y tolerantes. Los desafíosde esta nueva era ponen de manifiesto que vivimos enuna sociedad cada vez más pluralista en términos socia-les, culturales, religiosos y étnicos. (IEMA 2010b)

    En el mundo evangélico, el hecho de que varias institucionesde alcance nacional (IELU, IEMA, IERP) apoyaran la leyacarreó una polémica pública y una división política entrelas mencionadas iglesias protestantes históricas y las fe-deraciones evangélicas conservadoras (Jones y Carbonelli2012); el pluralismo católico, en cambio, se manifestó enlos pronunciamientos disidentes de los dos grupos de sa-cerdotes. 17 Sus intervenciones impactaron significativa-mente en el debate, al reflejar que no sólo entre creyentessino incluso entre la curia existía un pluralismo sobre lasexualidad: frente a una jerarquía que pretendía repre-sentar al creyente católico en oposición al reconocimientode las parejas gays y lesbianas, estos sacerdotes circularonargumentos para que ciudadanos y legisladores lo apoyendesde la misma tradición religiosa.

    El discurso religioso en el debateparlamentarioEl rol de las creencias religiosas en los debates parla-mentarios es uno de los puntos más problemáticos enlas discusiones sobre el cruce entre política y religión.Como sostuvimos previamente, las ciencias socialeshan comenzado a revisar el impacto del secularismocomo ideología ampliando la legitimidad de las creen-cias religiosas en la esfera pública. Sin embargo, la ma-yoría de los acercamientos insisten en la “traducción”

    en argumentos seculares de las justificaciones religio-sas cuando está en juego la elaboración del derecho (enel tratamiento parlamentario o en las sentencias judi-ciales). En el marco de esta discusión normativa, se re-corta nuestra indagación empírica sobre cuáles fueronlas influencias del discurso religioso en el tratamientoparlamentario del proyecto de ley de MI.

    La referencia a cuestiones religiosas caracterizó este de-bate: un 63% de las intervenciones de diputados y un 86%de las intervenciones de senadores hicieron referencia alo religioso (Sgró y Vaggione 2012). Sin embargo, estasmarcas religiosas en los discursos de los legisladores nodeterminaron su postura respecto a la reforma legal:

    17 Desde el judaísmo, se pronunciaron por la aprobación del proyecto dosrabinos de la comunidad Bet El, parte del movimiento conservador del judaísmo: Silvina Chemen lo hizo en el acto interreligioso (16 de juniode 2010) y elspot “La fe dice sí a la igualdad”, y Daniel Goldman, en laComisión de Legislación General del Senado (28 de junio de 2010). La le-gitimidad de su posición pasa “por reivindicar una tradición de luchapor los derechos de los gays enmarcado en una lucha más general por losderechos humanos” (Setton y Lerner 2012), que tuvo como antecedenteel papel del rabino Marshall Meyer frente a la dictadura militar (1976-1983), que denunció las violaciones a los derechos humanos.

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    más bien, hubo una inversión respecto a lo esperable,ya que tendieron a ser utilizadas por aquellos que apo-yaban el matrimonio igualitario. Un número significa-tivo de legisladores se autoidentificaron como católicospara apoyar dicha reforma legal, por medio de dos es-trategias argumentales. Un grupo de legisladores, quedenominamos “privatistas” (Vaggione 2011), sostuvieronque es necesario distinguir las creencias religiosas de susobligaciones legislativas: “Yo tengo mis creencias reli-giosas pero éstas no me impiden tener la certeza de quevivimos en un Estado laico, y en un Estado laico todos te-nemos derecho a la igualdad ante la ley, más allá de nues-tras creencias” (Rossi 2010); “Los argumentos religiososson todos válidos —yo los tengo—, pero me sirven paramis convicciones íntimas. Sin embargo, cuando vengo aeste Senado a legislar, lo tengo que hacer sin perder devista que hay creyentes y no creyentes” (Fernández 2010).Si bien como individuos tienen derecho a sus creenciasreligiosas, como políticos consideran que no puedenimponerlas sobre el resto de la población. Este tipo de ar-gumentación responde a las principales construccionesde la laicidad como horizonte democrático: las creen-cias religiosas quedan reservadas a la esfera privada y,por ende, no deben incluirse en los debates públicos,y menos aún en los que apuntan a regular los comporta-mientos de la ciudadanía en general.

    Sin embargo, el debate parlamentario también visibi-

    lizó otro uso de las creencias religiosas por parte de loslegisladores favorables a la reforma legal. Denomina-mos “disidentes” (Vaggione 2011) a quienes, autoiden-tificados como católicos, usaron argumentos religiosospara apoyar al matrimonio para las parejas del mismosexo, en vez de privatizar sus creencias y excluirlasdel debate. 18 Si en general las tradiciones religiosas seasocian a una concepción restrictiva de la sexualidad,estos “disidentes”, en cambio, encuentran en el catoli-cismo elementos para apoyar los DDSSRR. Aunque la jerarquía religiosa presenta al catolicismo como unapostura homogénea y unificada, estos legisladores po-litizan el pluralismo y heterogeneidad que caracteri-zan al mismo. “Porque soy católica y cristiana, adhieroprofundamente a la fe religiosa y a los principios fun-damentales que, para mí, tiene el cristianismo, queson la tolerancia, el amor al prójimo, la solidaridad yla protección al desvalido” (Corpacci 2010).

    18 Las creencias y argumentaciones religiosas en el debate parlamenta-rio también circularon en contra del proyecto de reforma legal. Sinembargo, es notable que la mayoría de los legisladores autoidentifi-cados como católicos en oposición al proyecto justificaron su posturaexclusivamente mediante argumentos seculares.

    ¿A qué Cristo le rezo yo? El Cristo al que le rezo yo tieneun corazón inmenso. Todas las apelaciones que heencontrado, para buscar excusas, tienen su único ori-gen en el derecho natural y en alguna reivindicación dealgún párrafo bíblico. Al respecto debo decir que ni en laBiblia he encontrado un párrafo en el que Cristo se eno- jara con los homosexuales. Se enculaba [enojaba] con losfariseos, con los mentirosos, con los tramposos, con losrecaudadores de impuestos, pero no discriminaba. Nohe encontrado nada. (Juez 2010)

    El porqué utilizaron estos legisladores sus creencias reli-giosas en apoyo a la ley de MI excede el propósito de estetrabajo. No obstante, el hecho de que los partidos políticoshayan dejado librado el voto a la libertad de conciencia decada legislador fue, sin dudas, un elemento importante:en un cultura política en la que usualmente se vota conbase en líneas partidarias, este debate (como suele pasarcon los de la sexualidad en general) puso en evidencia laimportancia de los constructos morales y religiosos enel momento de legislar. Pero también debe destacarse elimpacto de las estrategias impulsadas por la FALGBT conel propósito de visibilizar la heterogeneidad religiosa enArgentina. El apoyo de sacerdotes católicos a los derechosde las parejas del mismo sexo fue un hecho político queno pasó desapercibido en el debate parlamentario: “Porúltimo, como católica que soy, quiero reconocer la actitudcristiana de los sacerdotes de Córdoba, Quilmes y Men-

    doza que, con todo coraje y convicción, han defendidoel Evangelio y la libertad de pensamiento. Han pensado,como Jesús enseñó, que el Evangelio nos hace libres y queel amor es lo único que importa” (Corregido 2010).

    ConclusionesLejos de ser una presencia marginal, lo religioso sigueconstituyendo las políticas contemporáneas nacionalese internacionales. Esta presencia ha llevado no sólo a quelo religioso “vuelva a ser” una preocupación central de lasciencias sociales, sino también a revisar con sentido críticolos presupuestos analíticos y normativos de la teoría de lasecularización. En particular, la presencia de las creenciasreligiosas en los debates públicos contemporáneos tensio-na las construcciones que insisten en la privatización de loreligioso como requisito para los sistemas democráticos.

    Estas revisiones críticas desafían, de manera directa, ala teoría y praxis de los movimientos feministas y por ladiversidad sexual en Latinoamérica. Su construcción delo político ha tendido a estar influenciada por el secula-rismo como ideología de la modernidad y por la laicidad

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    como horizonte normativo. Debido al rol de las principa-les religiones en el sostenimiento de regímenes patriar-cales y heteronormativos, no es extraño que la dicotomíaentre lo religioso y lo secular, la defensa de un espaciopúblico secular, la laicidad del Estado, y la privatizaciónde las creencias, hayan sido postulados sacralizados porgran parte de dichos movimientos políticos.

    Sin embargo, el debate sobre el matrimonio de parejasgays y lesbianas en Argentina permite observar otros as-pectos de los cruces entre religión y política sexual. Elmovimiento por la diversidad sexual empezó a percibirque el pluralismo religioso podía ser aprovechado estra-tégicamente para la ampliación de DDSSRR. El hecho deque actores católicos, evangélicos y judíos hicieran pú-blicas voces discordantes con lo habitualmente espera-do para referentes religiosos fue estimulado y utilizadopor el movimiento por la diversidad sexual para romperla imagen de un frente religioso monolíticamente opo-sitor al matrimonio igualitario. Así, este movimientose ha permitido trascender la dicotomía religioso/secu-lar al buscar aliados políticos en el campo religioso paraimpulsar sus demandas.

    Las intervenciones de los actores religiosos a favor del ma-trimonio igualitario, por su parte, priorizaron un registrodiscursivo de tipo religioso: las iglesias protestantes histó-ricas con principios doctrinales centrales del cristianismo

    o del protestantismo, los sacerdotes católicos retomaronpasajes bíblicos para confrontarlos con la interpretación dela jerarquía eclesial. Este énfasis en un discurso de tipo re-ligioso implicó disputar la identidad cristiana a los sectorescontrarios al avance de los DDSSRR, que pretendían hege-monizar dicha identidad en el debate, y así, contribuyerona visibilizar el pluralismo religioso en Argentina.

    También, aquellos legisladores que apelaron a su iden-tidad católica y a argumentos religiosos para votar afavor del MI cuestionaron que toda influencia religiosafuese en detrimento de los derechos para las personasLGBT y, simultáneamente, mostraron una zona de su-perposición entre creencias religiosas y comportamien-to parlamentario, difícil de iluminar con las versionesmás extendidas de las teorías de la secularización o delas nociones de laicidad.

    Si el desafío de la democracia es la convivencia entre dife-rentes visiones acerca de la buena vida en términos mo-rales (Jakobsen y Pellegrini 2004), entendemos que estosgrupos religiosos y legisladores contribuyeron a una de-mocracia plural al impulsar que la diversidad sexual seareconocida por el Estado en condiciones de igualdad, me-

    diante el acceso al derecho al matrimonio. Aunque des-pojar a lo público de sus dimensiones religiosas puedecontinuar siendo un ideal democrático relevante paraciertos sectores académicos y políticos, las formas en quela heterogeneidad de lo religioso se articuló políticamen-te en este debate tensionan dicho ideal. Estas articula-ciones ponen de manifiesto la precariedad del trazadode las fronteras entre lo religioso y lo secular cuando seconsidera la política sexual, precariedad que demandarevisar con sentido crítico los aparatos conceptuales eideológicos desde donde se da sentido a lo religioso en lassociedades contemporáneas. ➻

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    Entrevistas71. María Rachid, Presidenta de la FALGBT. Entrevista perso-nal. Octubre de 2011.

    72. Norberto D’Amico, Secretaría de Diversidad Religiosa enla FALGBT. Entrevista personal. Mayo de 2011.

    73. Roberto González, Secretario de Diversidad Religiosa enla FALGBT. 2011. Entrevista personal. Octubre de 2011.

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    Dossier

    La política sexual y las creencias religiosasJuan Marco Vaggione, Daniel Jones