Devocionales para mujeres

Valiosa ymuy amada

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Devocionales para mujeresGail Marsh

Devocionales para mujeres

Valiosa ymuy amada

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La visión de CTA es ver a cristianos ministrandoefectivamente, para que el Reino de Cristo

sea fortalecido y expandido.

Gail Marsh

Copyright © 2018 CTA, Inc.

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ISBN 978-1-943216-58-1IMPRESO EN TAILANDIA

¡Realmente valiosa!

Con amor eterno te he amado. Jeremías 31:3

¿Qué cosas son valiosas para ti? ¿La son-risa de un niño? ¿Un anillo heredado? ¿Tener buena salud? ¿El armario de la abuela? ¿Amigos queridos? Todas estas cosas nos resultan valiosas. Pero, piensa en esto: ¡tú (¡sí, tú!) eres valiosa para tu Padre celestial! ¡De veras! ¡Eres tan valiosa, que Dios sacrificó a su Hijo amado para que tú pudieras per-tenecer a su familia para siempre! Esta semana miraremos más de cerca el amor de tu Padre celestial. ¡Él sí te ama! Te ama de verdad. Las palabras de la Es-critura—dichas por tu Padre—te darán consuelo y te alentarán para que com-prendas la verdad: para el Señor eres real-mente valiosa.

Valiosa ymuy amada

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Cuidadosamente envuelta en amorEl Dios de paz y de amor estará con vosotros.

2 Corintios 13:11

servía de “carpa” imaginaria cuando la poníamos sobre las sillas del comedor. Mamá ya está en el cielo, y no sé bien qué sucedió con su manta afgana. Lo que sí recuerdo, es lo bien que se sentía estar envuelta en ella un frío día de invierno. El sólo pensar en esa simple manta tejida me recuerda el amor, la creatividad y el cuidado de mamá. Cuando leo el verso de la Escritura para hoy, también recuerdo esa manta. La manta de mamá sirve como una figura simplificada del amor y la paz de Dios, ¡para mí y para ti! El amor de Dios es intencional. Él nos conoce íntimamente, así es que sabe lo que necesitamos. Debido a nuestro pecado, necesitamos desesperadamente ser perdonadas y reconciliadas con el Dios santo. Y ahí es donde entra en juego el amor. El amor llevó a Jesús a la cruz y lo resucitó victorioso de la tumba. Gracias a todo lo que Jesús hizo, el amor de nuestro Padre nos envuelve con salud, consuelo y paz. Su amor por nosotras, sus hijas amadas, es confiable y constante. Gracias a que Dios es amor, su amor por nosotras nunca falla o se desvanece, sino que permanece siempre y, a través de Jesús, nos extiende su gracia en cada circunstancia.

El diseño era simple: muchos cuadrados de lana de 20 centímetros de lado que, cosidos, formaban una colcha. Mi madre había tejido cada uno de ellos con un telar bien pequeño. Línea por línea iba agregando lana, hasta que el pequeño telar estaba lleno. Luego, después de quitar con cuidado el cuadrado terminado, volvía a comenzar.

Una vez que había tejido todos los cuadrados, los ponía en el piso del living y los iba acomodando hasta que formaban el diseño que ella quería. Finalmente, los unía con lana y armaba una colcha. Ella decía que era su manta afgana, ¡y parecía que algún miembro de la familia la usaba cada día! Si estábamos enfermos, mamá nos cubría con ella hasta que nos mejorábamos. Varios de nosotros podíamos recibir su cálido abrazo mientras mirábamos televisión. E incluso

Oración: Querido Padre, ayúdame a reconocer tu amor y recibir así consuelo y paz al vivir hoy para ti. Permíteme compartir ese amor con otros, especialmente cuando . . .

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Adoptada y valiosa Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo.

Efesios 1:5 NTV

indicio de cuánto habría de costarle nuestra adopción. ¡Es realmente asombroso! ¿Por qué iba a querer adoptarnos, si no tenemos nada para ofrecerle a un Dios santo? Por naturaleza somos egoístas y rebeldes—¡estamos lejos de ser una buena recomendación! Sin embargo, la determinación (y sí, el amor) del Padre, lo motivó a buscar nuestra adopción, aun cuando el costo fue muy alto: Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: “Maldito todo el que es colgado en un madero”.

Gálatas 3:13 NTV

¿Valió la pena nuestra adopción? Jesús, nuestro hermano, así lo cree. Fue lo que nuestro Padre adoptivo quería hacer. De hecho, ¡el hacernos miembros de su familia eterna dio gran placer a Dios nuestro Padre! Imagina esto: al hacernos parte de su familia, ¡Dios sonrió! Sonrió con mucha alegría por nosotros. Todavía hoy él nos contempla. Respira. “¡Eres tan valiosa!” Expira. “¡Te amo!” Inspira. “¡Soy tan feliz!” Dios dice: “¡Eres mía!”

Un pequeño manojo de alegría. Así la describía su familia adoptiva. Habían esperado años para tenerla en brazos. Al verla dormir, el dolor de los embarazos perdidos y de los tratamientos de fertilidad fallidos se alejaban en la memoria. Inspira. ¡Tan valiosa! Expira. ¡Te amamos! Inspira. ¡Cuánta alegría! Expira. ¡Eres nuestra!

La adopción requiere determinación y planeamiento, pero más que nada, requiere amor—ese amor resuelto que no se da por vencido. Un amor tenaz que sigue insistiendo, sin importarle el costo. Dios, nuestro Padre celestial, encaró nuestra adopción a su familia con un amor similar, ¡un amor determinado, tenaz y genuino! Efesios 1:5 detalla su plan, y nos da un

Oración: Padre, ¿cómo puedo agradecerte por hacerme parte de tu familia? ¡Me siento honrada y agradecida por tu amor! Ayúdame a pensar, hablar y actuar como tu hija querida y redimida, aun cuando . . .

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La más valiosa Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.

Éxodo 19:4–5

Todavía hoy, ese pesebre está junto a los figurines de Precious Moments. Y de todas las piezas que tengo en mi colección es la que más valoro, pues me sirve de recordatorio que el valor y la belleza de algo se encuentran en los ojos de quien lo mira. Cuando Dios me mira como su querida hija redimida no me ve como realmente soy, sino como quien él me ha hecho a través de Jesús. ¡Soy su tesoro especial! ¡Y tú también!

Vuelve a leer el verso bíblico para hoy. En él Dios le recuerda a su pueblo del Antiguo Testamento (y a ti y a mí), cómo ha demostrado su amor y cuidado por sus hijos en el pasado. ¡Nada pudo frenar a nuestro Dios! Ni la esclavitud, ni el ejército del faraón, ni el agitado Mar Rojo, ni un pasado rebelde. ¡Ni (nombra tu propia carga o desafío)! Nada de ello puede cambiar el hecho que somos el tesoro especial de Dios. ¡Ahora, y para siempre!

Durante varios años coleccioné piezas de Precious Moments. Me atraían los niños con ojos en forma de lágrimas, los adornos para el arbolito de Navidad y los cuadros. Al enterarse de ello, mi familia y amigos aprovechaban mis cumpleaños y otras fechas especiales para contribuir a mi colección. Yo la atesoraba tanto, que tenía todos los figurines guardados a salvo en un mueble con puerta de vidrio. Hasta que una Navidad, uno de mis alumnos de jardín de infantes me trajo un regalo. Al ver la bolsita decorada por él, pensé si me habría traído otro figurín de Precious Moments para mi colección. Lo desenvolví cuidadosamente y lo miré. “¡No es un figurín de Precious Moments, pero igual es valioso!”, dijo rápidamente mi alumno. Luego de examinar el simple pesebre de cerámica, sonreí. “Los niños nunca mienten”, pensé. Y en voz alta dije: “Y lo voy a agregar a mi colección. Yo también creo que es precioso.”

Oración: Señor, hoy quiero verme como tú me ves: amada, perdonada, atesorada y valiosa. Ayúdame . . .

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Trapos valiosos . . . todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.

Isaías 64:6

Cuando mi actitud, mis palabras y mis acciones pecaminosas son puestas delante de mi Dios santo, el contraste hace que quiera esconderme por la vergüenza y el miedo. Incluso cuando tengo un día bueno, el Señor ve más allá de mi careta llegando hasta mi corazón. Y allí ve claramente mis motivos egoístas. ¡Mis buenas obras no son más que trapos sucios!

Pero cuando pienso así, necesito recordarme la siguiente verdad: [Ustedes] Eran sus enemigos, separados de él por sus malos pensamientos y acciones; pero ahora él los reconcilió consigo mediante la muerte de Cristo en su cuerpo físico. Como resultado, los ha trasladado a su propia presencia, y ahora ustedes son santos, libres de culpa y pueden presentarse delante de él sin ninguna falta.

Colosenses 1:21–22 NTV

Los trapos sucios no están más. ¡Han sido lavados y están limpios! ¡Puros! De hecho, ¡han sido transformados en un manto de justicia! ¡Esto es cierto! ¡Positivamente cierto!

Una paradoja es una figura retórica en la cual están juntas dos ideas opuestas. Por ejemplo: camarón gigante; agridulce; guerra civil; positivo falso. Hace unos años, esta última llamó mi atención. Luego de una mamografía rutinaria, me llamaron de la oficina del doctor para decirme que debía hacerme otra mamografía más. En definitiva, no había nada malo y los exámenes anuales posteriores fueron negativos. El positivo original fue lo que los médicos llaman de “positivo falso”. Pero debido a ese positivo falso, sé que a veces escucho ese “y si” susurrando en mi mente. Cuando esto sucede, debo recordarme que los positivos falsos a veces suceden. Son falsos. Positivamente falsos. A veces también lucho con una fe “positiva falsa”. ¿Soy valiosa para Dios? ¿De veras? Muchas veces, mis pensamientos y acciones ¡no tienen nada de valioso! Le grito a mi familia, hago apenas lo mínimo en el trabajo y hasta me enojo con Dios: “¿Por qué nunca podemos tener suficiente dinero para pagar todas las cuentas?” ¿Valiosa yo? ¡Para nada!

Oración: Querido Padre, recuérdame que gracias a Jesús puedo estar positivamente segura que te pertenezco a ti hoy y siempre. Te doy gracias por . . .

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La piedra angular del amor He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado.

1 Pedro 2:6

Teniendo presente todo esto, vuelve a leer 1 Pedro 2:6. ¿Puedes ver allí el plan de salvación de Dios? “Sólo lo mejor es suficientemente bueno” para el diseño del reino de tu Padre celestial. El maravilloso plan de salvación de Dios se apoya sobre Jesús, la piedra angular perfecta. Motivado únicamente por amor, tu Salvador se hizo humano y aceptó las limitaciones de un cuerpo físico. A través de ojos humanos vio la desesperanza de la humanidad pecadora. Jesús eligió el sufrimiento, la humillación, el dolor y la muerte cruel para rescatarte. ¡Sí, a ti! ¿Por qué? Porque para Dios tú eres valiosa. ¿Cuánto? Tan valiosa, que entregó a su único Hijo amado. ¡Por ti! Así lo dice tu Padre celestial: Yo te he amado, pueblo mío, con un amor eterno. Con amor inagotable te acerqué a mí.

Jeremías 31:3 NTV

¿Te has dado cuenta? Tu Padre celestial te acerca, te toma en sus brazos y suavemente te abraza junto a su corazón. ¡Él te ama! Siempre te ha amado. Es por ello que lo hizo—que envió a su Hijo para ti. Tú eres valiosa. Tan valiosa, que el Padre envió lo mejor que tenía. ¡Jesús! ¡Para ti!

“Sólo lo mejor es suficientemente bueno”. Quizás no reconozcas este eslogan, pero con toda seguridad conoces el producto. Se originó en Dinamarca en la década de 1930, y continúa siendo muy popular en todo el mundo. Anualmente se manufacturan 19.000 millones de piezas, y su marca es sinónimo de imaginación y juego infantil: LEGO. La expresión piedra angular era tan conocida en los tiempos bíblicos, como la marca LEGO lo es para nosotros. Los constructores de la antigüedad elegían con mucho cuidado las piedras angulares. ¡Y con buena razón! El peso de la construcción descansaba, en gran parte, en esta primera piedra, y todas las otras piedras se alineaban con ella para que las paredes estuvieran derechas, a nivel y firmes. Sólo las mejores piedras servían para piedra angular.

Oración: ¡Gracias, Padre! Gracias por enviar nada menos que lo mejor—tu hijo Jesús—para que sea mi piedra angular y Salvador. Enséñame a confiarte . . .

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Trata de leer este versículo en voz alta. Después de la palabra amado agrega tu nombre, para personalizar así estas palabras de tu Señor. Comienza susurrándolo. Luego léelo nuevamente en voz más alta y luego léelo otra vez como un susurro. ¡Estas palabras de Dios son verdaderas! Tú eres valiosa para tu Señor. ¡Pídele que te ayude a creerlas!

Con amor eterno tehe amado.

Jeremías 31:3

Amada con amor inagotable

Yo derramo amor inagotable a mil generaciones. Éxodo 34:7 NTV

Inagotable. Opulento. Extravagante. Súper generoso. Cuando Dios derrama su amor inagotable sobre su pueblo, este cae sobre nuestra vida como una lluvia de ve-rano. Nos sentimos inundadas, empapa-das, inmersas en amor divino—por den-tro y por fuera. Con esa figura en mente, pregúntate: “¿Qué quiere realmente decir Dios cuan-do dice: ‘Yo derramo amor inagotable…’?” Esta semana vamos a explorar el amor inagotable de Dios y la forma en que lo derrama sobre nosotras. ¿Estás lista? ¡Comencemos!

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