variables relacionadas con la actitud e … · en primer lugar, quiero agradecer a la dra. mª...
TRANSCRIPT
UNIVERSIDAD DE MALAGADpto. de Psicología básica, Psicobiología y Metodología de las CC. del
Comportamiento
Área de Metodología de las CC. del Comportamiento
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD EINTENCIÓN RESPECTO A LA DONACIÓN DE ÓRGANOS
EN LA COMUNIDAD ANDALUZA
TESIS DOCTORAL
Presentada por: Belén Rando Calvo
Dirigida por: Dra. Mª José Blanca Mena
Málaga, Noviembre de 1999
AGRADECIMIENTOS
En estas líneas quiero manifestar mi más sincero agradecimiento a todas las
personas que han hecho posible la realización de este trabajo.
En primer lugar, quiero agradecer a la Dra. Mª José Blanca su apoyo incondicional
como profesional y amiga a lo largo de la dirección de la tesis, dedicando gran parte de su
tiempo personal al análisis de datos, asesoramiento, corrección, etc. Ella ha sido el impulso
de esta investigación y, sin su ayuda constante, difícilmente habría llevado a cabo toda esta
tarea.
De igual forma, deseo destacar al Dr. Miguel Ángel Frutos, por su extensa
colaboración en la búsqueda de financiación, bibliografía, etc., y su disposición a ayudar en
todo momento.
Por otro lado, debo agradecer al Dr. Jesús Rosel la aportación de los datos de un
estudio inédito que ha permitido el desarrollo de una parte de este trabajo, así como su
colaboración en el proceso de análisis del mismo. Igualmente, dar las gracias al Dr. Manuel
Ato por las útiles sugerencias que ha ofrecido para los análisis estadísticos.
También, quiero mencionar a mi compañera de fatigas, Mª Dolores Moreno, cuya
vitalidad hizo soportables los momentos de clausura durante los meses de administración
de la encuesta, y a Miguel Angel García, por el apoyo que me brindó en todo instante; a mis
hermanos por el ánimo que me han transmitido; y a mis padres, por su comprensión durante
todo este tiempo, su permanente “apoyo logístico” y por haber hecho posible mi dedicación
plena a la consecución de esta meta profesional. De una manera especial, quiero destacar
a Ricardo Araújo, por estar siempre a mi lado.
Por último, deseo expresar mi agradecimiento a mis compañeros de Grupo de
Investigación Caridad Zalabardo, Rafaela Luna, Dolores López, Jesús Miranda, Gema
López y Rafael Alarcón, por haberme eximido de mis obligaciones como integrante del
mismo durante el último año, y en general, a todos mis amigos, compañeros del
Departamento y a aquellas personas que de forma voluntaria participaron en la
investigación.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 4
PARTE PRIMERA: ENFOQUE TEÓRICO
I. PROCESO DE DONACIÓN-EXTRACCIÓN-TRASPLANTE DEÓRGANOS Y TEJIDOS 9
1. EVOLUCIÓN DE LOS TRASPLANTES Y LA DONACIÓN DE ÓRGANOS Y TEJIDOS 9
1.1. PRIMERAS INVESTIGACIONES 91.2. DESARROLLO DEL DIAGNÓSTICO DE MUERTE CEREBRAL Y SU
INFLUENCIA EN LOS TRASPLANTES 111.3. CONSOLIDACIÓN DE LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS Y
TEJIDOS 141.4. ESTADO ACTUAL DE LA DONACIÓN Y TRASPLANTES DE ÓRGANOS
Y TEJIDOS 172. EL MODELO ESPAÑOL. PROCESO DE DONACIÓN-EXTRACCIÓN-TRASPLANTE 21
3. A MODO DE RESUMEN 30
II. LA ACTITUD, INTENCIÓN Y CONDUCTA DE DONAR 32
4. EL PROCESO DE TOMA DE DECISIÓN 324.1. CONCEPTO DE ACTITUD 324.2. FORMACIÓN Y CAMBIO DE LAS ACTITUDES 354.3. IMPACTO DE LAS ACTITUDES SOBRE LA CONDUCTA 374.4. MODELOS DE LA RELACIÓN ENTRE ACTITUD, INTENCIÓN Y CONDUCTA 394.5. LA DONACIÓN COMO CONDUCTA PROSOCIAL 474.6. CONCLUSIÓN: LA TOMA DE DECISIÓN EN LA DONACIÓN DE
ÓRGANOS Y TEJIDOS 53
5. VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD, INTENCIÓN Y CONDUCTADE DONAR 58
5.1. ACTITUD GENERAL E INTENCIÓN RESPECTO A LA DONACIÓNDE ÓRGANOS Y TEJIDOS 60
5.1.1. VARIABLES PERSONALES 625.1.2. CREENCIAS RELIGIOSAS 635.1.3. ASPECTOS RELACIONADOS CON LA MUERTE Y
MANIPULACIÓN SOBRE EL CUERPO 655.1.4. CONOCER A UNA PERSONA CON TRASPLANTE O EN
LISTA DE ESPERA 665.1.5. CONOCIMIENTOS SOBRE DONACIÓN Y TRASPLANTE.
CREENCIAS ERRÓNEAS Y PREOCUPACIONES DERIVADASDEL GRADO DE INFORMACIÓN 67
5.1.6. VARIABLES DE PERSONALIDAD Y PSICOSOCIALES 725.1.7. DONACIÓN DE SANGRE 745.1.8. TRANSMITIR EL DESEO PERSONAL A LA FAMILIA 745.1.9. RAZONES QUE JUSTIFICAN NO HABER FIRMADO EL
CARNET DE DONANTE 76
5.2. CONDUCTA DE DONAR 775.2.1. LA INSCRIPCIÓN COMO DONANTE Y EL CARNET DE
DONANTE 775.2.2. EL FALLECIMIENTO DE UN FAMILIAR Y LA RESPUESTA
A LA PETICIÓN DE SUS ÓRGANOS 81
6. PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN REALIZADOS 84
7. A MODO DE RESUMEN 88
PARTE SEGUNDA: ESTUDIO EMPÍRICO
III. ESTUDIO DE ENCUESTA POR MUESTREO 92
1. OBJETIVOS DEL ESTUDIO 92
2. MÉTODO 942.1.PARTICIPANTES 942.2. MATERIAL 992.3. PROCEDIMIENTO 102
3. RESULTADOS 1043.1. ANÁLISIS DESCRIPTIVO 105
3.1.1. A MODO DE RESUMEN 1253.2. MODELOS DE LAS INTENCIONES DE ACTUAR EN LA DONACIÓN
DE ÓRGANOS 1273.2.1. MODELO DE LA INTENCIÓN DE DONAR LOS ÓRGANOS PROPIOS 131
3.2.1.1. RELACIÓN ENTRE LA INTENCIÓN DE DONAR LOS ÓRGANOS PROPIOS Y OTRAS VARIABLES 131
3.2.1.2. A MODO DE RESUMEN 1603.2.1.3. MODELO DE REGRESIÓN LOGÍSTICA MULTIVARIANTE
PARA LA INTENCIÓN DE DONAR LOS ÓRGANOS PROPIOS 1613.2.2 MODELO DE LA INTENCIÓN DE FIRMAR EL CARNET DE DONANTE
DE ÓRGANOS 1673.2.2.1. RELACIÓN ENTRE LA INTENCIÓN DE HACERSE
EL CARNET DE ÓRGANOS Y OTRAS VARIABLES 1673.2.2.2. A MODO DE RESUMEN 1973.2.2.3. MODELO DE REGRESIÓN LOGÍSTICA MULTIVARIANTE
PARA LA INTENCIÓN DE HACERSE EL CARNET 1983.2.3. MODELO DE LA INTENCIÓN DE DONAR LOS ÓRGANOS
DE UN FAMILIAR 2043.2.3.1. RELACIÓN ENTRE LA INTENCIÓN DE DONAR LOS
ÓRGANOS DE UN FAMILIAR Y OTRAS VARIABLES 2043.2.3.2. A MODO DE RESUMEN 2273.2.3.3. MODELO DE REGRESIÓN LOGÍSTICA MULTIVARIANTE
PARA LA INTENCIÓN DE DONAR ÓRGANOS DE UN FAMILIAR 227
IV. DISCUSIÓN 232
V. CONCLUSIÓN 261
REFERENCIAS 264
ANEXOS 284
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 4
El trasplante de órganos es en la actualidad una técnica consolidada,
existiendo también diversos grados de consolidación para los trasplantes de tejidos.
Ello es posible gracias a la contribución de especialidades como la cirugía,
inmunología y nefrología, entre otras (Alonso y Crespo, 1995; Amillo, 1995;
Fernández-Cruz et al., 1995; Fernández-Rañada, 1995; Griñó, 1995; Herreras et al.,
1995; Mestres y Pomar, 1995; Morell, 1995; Pomar y Mestres, 1995; Rico y Holguín,
1995; Sánchez, 1995).
El trasplante que más se practica hoy en día es, por diversas razones, el
renal. La gran demanda existente, su larga trayectoria histórica y las características
y coste del tratamiento tradicional para la insuficiencia renal son algunos de los
argumentos que pueden justificarlo. En el caso del riñón, el trasplante constituye una
alternativa terapéutica superior al tratamiento mediante diálisis, ya que esta última
no cubre todas las funciones del riñón, además de condicionar la vida diaria de los
enfermos con las frecuentes y largas sesiones de tratamiento (Ramos y Frutos,
1990). A este inconveniente se unen las altas tasas de suicidio encontradas en esta
población, así como la suspensión irremediable del tratamiento en algunos casos,
cuya consecuencia es el fallecimiento del paciente (López de Novales, 1990;
Matesanz, 1995). Consecuentemente, la diálisis debería ser un tratamiento de
aplicación temporal hasta que el trasplante renal se lleve a cabo, puesto que el
órgano trasplantado ofrece igual o mayor supervivencia al paciente, una calidad de
vida superior y supone un coste económico menor para la sanidad pública
(Matesanz, 1994, 1995; Morlans et al., 1990; Simmons, Klein y Simmons, 1987).
Por otro lado, a diferencia de las enfermedades tratadas mediante los
trasplantes de riñón, páncreas y de tejidos, para otras no existe un tratamiento
alternativo, sino que el trasplante es el único conocido. Es el caso de la hipertensión
pulmonar, tumores hepáticos, cirrosis, etc. (Felipe, 1995; Fernández-Cruz et al.,
1995). Sin embargo, para que el trasplante se pueda llevar a cabo es necesario
disponer de órganos y tejidos sanos, los cuales se pueden obtener de un donante
vivo (sólo en el caso de los riñones y tejidos como la sangre, médula ósea y
fragmentos óseos extraídos en operaciones quirúrgicas) o de un donante fallecido.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 5
Dado que en España apenas se practica la donación de órganos en vida, la
segunda opción constituye la principal fuente de órganos para trasplante.
El proceso por el cual se obtienen los órganos y tejidos de donantes fallecidos
atraviesa diversas etapas, iniciándose con la detección del donante potencial y
alcanzando su momento álgido en el consentimiento de donación por los familiares.
En este proceso se han detectado al menos dos barreras para la donación en
España. Una de ellas es la insuficiente detección de posibles donantes, lo cual
depende de los profesionales sanitarios, y otra, las altas tasas de respuestas
negativas a la donación, que impiden que se cubran las demandas existentes
(Alonso et al., 1996; Matesanz, 1995). En 1998, la media española de negativas
familiares ha sido aproximadamente del 21%, siendo Andalucía una de las
Comunidades con mayor porcentaje de rechazo, donde la cifra ha ascendido al 30%
de negativas en ese año.
El objetivo del presente trabajo es analizar las variables relacionadas con la
donación de los órganos de un familiar fallecido en la población andaluza, lo cual se
aborda a través del estudio de las intenciones de donar los órganos propios, de
hacerse el carnet y de donar los órganos de un familiar fallecido. Las razones que
justifican esta forma de proceder son, por un lado, la evidencia acerca de que la
intención es un buen predictor de la conducta y de que las variables que influyen
sobre esta última suelen hacerlo a través de la actitud o de la intención de actuar
(Bentler y Speckart, 1979; Borgida, Conner y Manteufel, 1992; Ajzen y Fishbein,
1980). A su vez, el interés por analizar las intenciones respecto a la donación de los
órganos propios y a la firma del carnet se basa en la evidencia existente sobre el
efecto que ejerce en la conducta de los familiares el conocimiento de la decisión
personal adoptada en vida por el fallecido (Burroughs et al., 1998; Frutos et al.,
1994). El estudio de las intenciones de donar y las variables asociadas a ellas nos
permitirá aproximarnos al conocimiento de las causas que pueden explicar las
respuestas negativas a la donación en la población andaluza y, en última instancia,
posibilitará la propuesta de actuaciones para aumentar el número de donaciones de
órganos y tejidos.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 6
Este propósito se ha abordado a través de una encuesta telefónica
administrada a una muestra representativa de las ocho provincias que componen la
Comunidad de Andalucía, por lo que tan sólo se han examinado las variables
susceptibles de ser recogidas en una entrevista de este tipo, es decir, no se ha
podido evaluar el efecto de las variables hospitalarias sobre la decisión, lo cual debe
ser analizado en poblaciones que hayan experimentado la pérdida de un familiar y la
petición de órganos.
La encuesta ha abarcado variables que han demostrado estar relacionadas
con la actitud y/o con la intención respecto a la donación de órganos, tales como
variables personales, creencias religiosas, aspectos relativos a la muerte,
conocimientos sobre donación y trasplante, creencias erróneas sobre el proceso de
donación-extracción-distribución de órganos, la donación de sangre, variables
relacionadas con la familia y las asociadas al carnet de donante de órganos.
También se han introducido algunas que han recibido poca o ninguna atención
previamente, como la percepción del estado de salud, el hecho de haber oído
noticias de impacto emocional sobre donación y trasplante, y el grado de confianza
en los profesionales sanitarios.
A partir de los datos recogidos se ha realizado un análisis descriptivo de los
mismos y, posteriormente, se han examinado las variables asociadas a las
intenciones de donar los órganos propios, de hacerse el carnet de donante y de
donar los órganos de un familiar fallecido, elaborándose un modelo multivariante
para cada una de ellas. Aunque no se haya estudiado la relación de estos aspectos
con la conducta misma de donar, un estudio de este tipo permite conocer las
variables que afectan a las decisiones antes de encontrarse en la situación de
petición de órganos, con la consiguiente ventaja de poder actuar sobre ellas en
beneficio de las donaciones.
La exposición del presente trabajo de investigación comienza con una
revisión de la historia de los trasplantes y la donación de órganos, desde su origen
hasta el momento actual. Esta primera parte ofrece una visión general y proporciona
la base necesaria para conocer, tanto la situación actual en materia de donación y
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 7
trasplantes en España y en otros países, como el proceso de obtención de órganos
y tejidos, y el papel que representan en éste el personal sanitario y los familiares.
Seguidamente, se expone el proceso por el que se adopta una decisión y se lleva a
cabo la conducta, con objeto de ubicar adecuadamente las actitudes, intenciones y
otras variables dentro de dicho proceso, y estimar su efecto sobre la conducta. Para
ello se revisa el concepto de actitud y el papel que desempeña ésta en la toma de
decisión, así como la formación y el cambio de las actitudes, y los modelos teóricos
de la relación actitud-intención-conducta. Esta exposición permite conocer por qué
una actitud favorable hacia la donación no siempre implica que la persona done, ni
que necesariamente tenga intención de hacerlo. A continuación, se muestran los
resultados de los estudios realizados en torno a la donación y trasplante según las
diversas variables de interés. Este apartado no sólo proporciona el punto de partida
de este trabajo, sino que además justifica la elección de las cuestiones que se han
incluido en la encuesta. El segundo bloque lo constituye el estudio empírico e
incluye la descripción de la muestra de participantes, la elaboración de la encuesta,
el procedimiento de administración de ésta, así como los análisis estadísticos
mencionados. Por último, se realiza una discusión sobre los resultados obtenidos,
exponiéndose las conclusiones extraídas del estudio y unas líneas generales de
actuación cuyo propósito es provocar un aumento del número de donantes.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 9
I. PROCESO DE DONACIÓN-EXTRACCIÓN-TRASPLANTE DE ÓRGANOS Y
TEJIDOS
1. EVOLUCIÓN DE LOS TRAPLANTES Y LA DONACIÓN DE ÓRGANOS Y
TEJIDOS
1.1. PRIMERAS INVESTIGACIONES
Las primeras investigaciones científicas sobre injertos se llevan a cabo en el
siglo XVIII y se realizan en animales. Ya en el siglo XIX se investiga sobre todo tipo
de tejidos, destacando los glandulares y la piel. El primer trasplante de córnea tiene
lugar en 1838 (Herreras et al., 1995) y a finales de este mismo siglo hay noticias de
trasplantes de tejido endocrino y de piel realizados con éxito en humanos (Álvarez y
Barrio, 1997).
Respecto a los órganos, al comenzar el siglo XX la medicina dispone de los
conocimientos suficientes para practicar extracciones, aunque aún no cuenta con los
suficientes para realizar el trasplante de éstos. Los cirujanos franceses Jaboulay y
Carrell aportan las nuevas formas de sutura vascular que hacen posible los
trasplantes. En esta época, las primeras intervenciones con órganos son
autotrasplantes renales que se practican en animales, los cuales sólo sobreviven un
tiempo limitado. La primera tentativa en el ser humano se debe a Jaboulay quien, en
1906, utiliza riñones de animales en sus intervenciones, pero sin obtener éxito.
Las investigaciones continúan en los años subsiguientes, sospechándose que
el fracaso de los trasplantes se debe a una reacción de rechazo del órgano por parte
del sistema inmunológico del receptor. En 1933, el cirujano ruso Voronoy realiza sin
éxito el primer trasplante de riñón con un órgano humano. En los siguientes intentos
se logra el funcionamiento de los riñones, pero con una breve supervivencia. Estos
órganos se obtienen fundamentalmente de personas fallecidas por traumatismo
craneoencefálico y, en algunos casos, de presos ejecutados en la guillotina, aunque
también se emplean algunos riñones extraídos por causas médicas a pacientes
vivos, cuyo funcionamiento es adecuado (Álvarez y Barrio, 1997).
B. RANDO10
En 1948 se realizan los primeros injertos aórticos en humanos, los cuales
presentan algunas complicaciones. Este hecho, junto con el uso de prótesis
vasculares sintéticas unos años más tarde, contribuyen a que posteriormente se
preste escasa atención a los tejidos vasculares humanos (Mestres y Pomar, 1995).
Una vez confirmada que la causa de los fracasos en los trasplantes es la
respuesta de rechazo del organismo, comienza la obtención de órganos
procedentes de gemelos univitelinos, puesto que en esos casos existen las
condiciones óptimas para reducir el riesgo de rechazo. Estos son los primeros
trasplantes renales que funcionan de forma prolongada, pasándose así de donantes
cadáveres tras parada cardíaca a donantes vivos. En este momento comienza la
búsqueda de un supresor inmunitario que permita la supervivencia del trasplante en
otros casos, usándose en primer lugar irradiaciones, para pasar posteriormente al
empleo de la Azatioprina (Álvarez y Barrio, 1997).
En 1956 se implanta en Canadá la primera válvula humana en un paciente
con insuficiencia aórtica (Pomar y Mestres, 1995). Tres años más tarde unos
neurofisiólogos franceses describen por primera vez un estado distinto del coma al
que le sigue la parada cardíaca, el cual se conocerá más adelante como la muerte
cerebral. En esta misma fecha se inicia la práctica de trasplantes a partir de gemelos
bivitelinos, gracias al uso de los inmunosupresores, lo que permite, un año más
tarde, la realización de los primeros trasplantes con órganos procedentes de
familiares vivos no gemelos, y también con los procedentes de vivos no
emparentados. En esta época los órganos proceden fundamentalmente de
donantes vivos emparentados no gemelos.
En los años posteriores, aunque la tasa de fracasos es elevada, también se
alcanzan éxitos cada vez mayores gracias a los avances en cirugía e inmunología.
Asimismo, el surgimiento de los centros de diálisis permite que los pacientes
afectados por insuficiencia renal crónica puedan mantenerse con vida en espera de
un trasplante. En 1962 se realiza el primer trasplante de riñón procedente de
cadáver utilizando inmunosupresión (Álvarez y Barrio, 1997). Un año después se
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 11
practican el primer trasplante de pulmón y de hígado en el hombre, aunque los
receptores sólo sobreviven 18 días y unas horas, respectivamente. En los
posteriores intentos la mayoría de los receptores de pulmón fallecen transcurridas
dos semanas de la operación, y menos del 20% de receptores de hígado sobreviven
a los dos años del trasplante. Son necesarias casi dos décadas para que se
produzca un cambio en la supervivencia de los trasplantes pulmonar y hepático
(Letang y Sánchez-Lloret, 1991; Sánchez, 1995).
1.2. DESARROLLO DEL DIAGNÓSTICO DE MUERTE CEREBRAL Y SU
INFLUENCIA EN LOS TRASPLANTES
En 1965 un neurocirujano sueco define el concepto de muerte cerebral. Esto
marca el inicio de las donaciones de fallecidos por muerte cerebral en Estados
Unidos a pesar de la falta de criterios clínicos para el diagnóstico, los cuales sólo se
plantean tres años más tarde. Estas donaciones se llevan a cabo de acuerdo con el
documento Uniform Anatomical Gift Act, el cual permite que cualquier ciudadano
mayor de edad que lo desee pueda firmar una declaración legal para la donación de
su cuerpo o de cualquier parte de él (Sadler, Sadler y Stason, 1968). De esta forma
comienzan los registros o censos de donantes, aunque en breve se empieza a
promover la firma del carnet de donante como testamento de la voluntad de donar
(Sadler, Sadler y Schreiner, 1969).
La aceptación legal de la muerte cerebral constituye un gran avance para la
práctica de los trasplantes, ya que permite que los órganos se mantengan irrigados
por la sangre hasta su extracción y, por tanto, evita el daño irreparable de éstos
proveniente de la falta de oxígeno para el metabolismo celular. Aunque los riñones
admiten un tiempo de isquemia caliente (ausencia de oxígeno antes de la
extracción), cada minuto que transcurre afecta al funcionamiento posterior. Esto
significa que los riñones obtenidos por muerte cerebral poseen mayor calidad que
los obtenidos tras la parada cardíaca y, a su vez, aproximadamente la misma
calidad que los de un donante vivo. Asimismo, otros órganos tales como corazón,
pulmones, hígado, páncreas e intestino delgado necesitan irrigación continua hasta
B. RANDO12
su extracción, por lo que la aceptación de la muerte cerebral posibilita el trasplante
de éstos con éxito. Una ventaja más es la ausencia del riesgo de la donación en
vida para la persona donante. Por estas razones, la obtención de los órganos tras la
muerte cerebral se convierte en la principal fuente de donantes a finales de los años
sesenta.
En 1967, se realiza en Sudáfrica el primer trasplante de corazón (Álvarez y
Barrio, 1997). En este mismo año Van Rood funda Eurotransplant Foundation,
primera organización de trasplantes en el mundo. La fundación actúa de forma no
lucrativa y permite el encuentro de los distintos profesionales en materia de
trasplante, además de facilitar el intercambio de riñones (Cohen, 1991).
En 1968 se inician los trasplantes hepáticos y cardíacos en Europa y se crea
la United Kingdom Transplant Service. Un año más tarde, aparecen las
organizaciones France-Transplant, Scandia Transplant, Swiss Transplant y The
National Kidney Foundation of Singapore. Posteriormente, van apareciendo de
forma gradual diversas organizaciones en otros países (Hors et al., 1991; Ripoll,
1995).
En lo que respecta a España, la actividad trasplantadora se inicia en 1965 en
Barcelona, donde se practica el primer trasplante de riñón (Viedma, 1994), a pesar
de que la ley que regula la extracción y trasplante de órganos se encuentra vigente
desde el 18 de diciembre de 1950 (3744/1950), junto con la Orden del 30 de abril de
1951. De acuerdo con éstas, se considera donante potencial a aquella persona que
haya dejado constancia de su conformidad en vida o cuyos familiares no se
opongan a la extracción (consentimiento expreso). Asimismo, los signos requeridos
en el diagnóstico de muerte son la paralización de los centros nerviosos vitales,
paralización de la respiración, así como la detención de las funciones circulatorias,
lo que incluye parada cardíaca y de la corriente sanguínea. Todavía son necesarios
unos años para que la legislación contemple el diagnóstico de muerte cerebral.
En esta década ya se usa la diálisis para la depuración de la sangre en
enfermos renales, aunque es a mediados de los años setenta cuando la Seguridad
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 13
Social española comienza a hacer mayor uso de esta técnica (Matesanz, 1994,
1995).
En otros países se producen acontecimientos de trascendencia tales como la
creación de la figura del coordinador de trasplantes, que tiene lugar en Estados
Unidos en 1972 y, cuatro años más tarde, el descubrimiento de una nueva sustancia
inmunosupresora, la Ciclosporina, que realiza un bloqueo específico de la respuesta
inmunológica de rechazo. La figura del coordinador de trasplantes se introduce en
Europa a través de Holanda en 1978 (Ripoll, 1995; Sánchez, 1995).
El 27 de octubre de 1979 se publica una nueva ley española para extracción y
trasplante de órganos (30/1979), quedando derogada la ley de 1950. Un año
después se publica el Real Decreto del 22 de febrero (426/1980) como
complemento de la anterior. En conjunto, esta nueva legislación supone un adelanto
importante para la donación y trasplante de órganos y tejidos, ya que incluye la
definición de muerte cerebral y sustituye el consentimiento expreso por el
consentimiento presunto como condición para la extracción de éstos. Respecto a la
muerte cerebral, los criterios para el diagnóstico son los siguientes: ausencia de
respuesta cerebral, con pérdida de consciencia; ausencia de respiración
espontánea; ausencia de reflejos cefálicos, con hipotonía muscular y midriasis; y
electroencefalograma plano. Estos signos deben presentarse de forma simultánea y
permanecer seis horas después del comienzo del coma. En caso de hipotermia
inducida artificialmente o de administración de drogas depresoras del Sistema
Nervioso Central, estos criterios no son suficientes (art. 10, 426/1980). En relación al
consentimiento presunto, se entiende que toda persona que no haya expresado su
oposición en vida es donante potencial de órganos (art. 5, 30/79). La repercusión es
un incremento de la actividad trasplantadora. En este mismo año, el Ministerio de
Sanidad y Consumo crea la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), por la
Resolución del 27 de junio, aunque permanece sin infraestructura ni personal
durante nueve años.
1.3. CONSOLIDACIÓN DE LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS Y TEJIDOS
B. RANDO14
En 1983 se realiza, en la Comunidad de Cataluña, el primer trasplante
conjunto de riñón-páncreas (Viedma, 1994). Asimismo, en Toronto se practica el
primer trasplante unipulmonar con éxito en el mundo, después de las tentativas
llevadas a cabo desde 1963, con una supervivencia prolongada del paciente y del
injerto (Letang y Sánchez-Lloret, 1991; Morell, 1995). En este mismo año, gracias al
empleo de la Ciclosporina, el trasplante de hígado se consolida, dejando de ser un
tratamiento en fase experimental (Sánchez, 1995).
En 1984 se realizan el primer trasplante de hígado y de corazón en España
(Viedma, 1994), y en Inglaterra se crea el Anthony Nolan Research Center (ANRC),
que es el primer registro de donantes voluntarios de médula ósea (Fernández-
Rañada, 1995).
Los avances médicos y técnicos durante la década permiten que un mayor
número de centros puedan desarrollar actividad trasplantadora en todo el mundo,
incluida España (Matesanz y Miranda, 1995). Por su parte, la extracción de órganos
distintos del riñón motiva el intercambio entre centros, ya que en muchas ocasiones
los receptores más adecuados se encuentran fuera de la localidad de extracción. La
necesaria coordinación de esta tarea de intercambio entre centro extractor y centro
de trasplante facilita la aparición de la figura del coordinador de trasplantes
hospitalario y autonómico en España (Matesanz y Miranda, 1995; Ripoll, 1995).
Además, en estos años se producen hechos como la generalización del empleo de
la diálisis en todo el país, la extracción multiorgánica, las Comunidades Autónomas
van adquiriendo competencias en materia de trasplante, y se logra una mayor
supervivencia de los trasplantes a través del empleo de la Ciclosporina, por lo que
se modifican los criterios de intercambio de riñón. Los especialistas (nefrólogos,
inmunólogos, etc.) se movilizan para concienciar de la necesidad de detectar
donantes en muerte cerebral y de disponer de infraestructura adecuada para los
trasplantes (Matesanz, 1994).
En 1987 se produce un descenso del número de trasplantes renales,
tendencia que se mantiene hasta 1989 (Matesanz y Miranda, 1995). En 1988,
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 15
France-Transplant mantiene las cifras más elevadas en trasplantes en comparación
con el resto de países europeos, probablemente gracias a la labor de sus
coordinadores y al número de equipos de extracción y trasplante existentes en esta
nación.
A finales de 1989 la ONT comienza a desarrollar un papel activo y autónomo
dentro del Sistema Nacional de Salud, como organismo de gestión a nivel estatal de
la actividad trasplantadora, aunque respetando las competencias en sanidad de las
administraciones regionales. La ONT lleva a cabo actividades de coordinación en la
extracción e intercambio de órganos, interviene en la elaboración de normativas
sobre donación y trasplante, realiza estudios, y proporciona información sobre el
tema a las administraciones, profesionales, organizaciones europeas, asociaciones,
medios de comunicación y población en general. Surge así la figura del coordinador
nacional, responsable del cumplimiento de esta función. La obtención e intercambio
de tejidos es una función que asume la ONT más tarde (Naya y Matesanz, 1995).
En esta década el trasplante de médula ósea consigue una amplia difusión y se crea
la Fundación José Carreras para la lucha contra la leucemia, donde se establece el
registro de voluntarios de donantes de médula ósea y se gestiona la búsqueda en el
extranjero de donantes de médula compatibles (Castillo, 1995; Fernández-Rañada,
1995; Naya y Matesanz, 1995). Este tipo de donación se realiza en vida y sigue un
proceso distinto del resto de órganos y tejidos.
En 1990 se realiza el primer trasplante de pulmón en España, también en la
Comunidad de Cataluña (Viedma, 1994). En este mismo año, la ONT inicia la
primera campaña publicitaria a nivel nacional a través de prensa, radio y carteles.
Esta campaña transmite la idea de la reciprocidad, basándose en los resultados de
una investigación realizada en la Comunidad de Madrid sobre aspectos
psicosociales relacionados con la donación y trasplante de órganos (Martín,
Martínez y Manrique, 1991). Igualmente, se divulga el teléfono de la Oficina Central
de la Coordinación Nacional, a disposición de la población y de los medios de
comunicación (Matesanz, 1991).
Si bien en los años anteriores había disminuido la tasa de donaciones,
B. RANDO16
España evoluciona rápidamente duplicando el número de trasplantes, y se convierte
en 1992 en la primera nación del mundo en cuanto a trasplante renal y hepático
(con altas tasas también en trasplante cardíaco), la primera en detección de
donantes y la segunda en donación multiorgánica (Ripoll, 1995). La contribución a
esa posición privilegiada varía de una a otra Comunidad Autónoma, siendo
Andalucía la que posee en ese momento la mayor tasa de negativas a la donación.
En este mismo año se regula el acceso al trasplante de extranjeros en España
(Matesanz, 1995) y se introduce la expresión “modelo español” en la memoria de la
ONT, como apelativo para el sistema organizativo.
Aunque la extracción a corazón parado apenas se había practicado en todo el
mundo desde los años setenta, en favor de la donación tras la muerte cerebral y la
donación en vida, comienza a recibir un creciente interés, con el fin de aumentar la
obtención de órganos para trasplante (Álvarez y Barrio, 1997). Por esta razón, se
desarrollan programas de extracción a corazón parado, lo que trae consigo nuevos
problemas éticos relacionados con la definición de muerte, ya que algunos médicos
argumentan que la parada cardíaca no implica el cese de la función cerebral. Estos
médicos basan sus afirmaciones en los casos en que se practica reanimación tras la
parada cardíaca y se logra la recuperación del paciente sin daño neurológico. La
polémica lleva a determinar un tiempo de espera tras los intentos de reanimación
antes de aplicar los métodos de preservación o la extracción de los órganos,
considerando que diez minutos supone un margen de confianza suficiente para
garantizar la anoxia en el cerebro y el daño irreversible. En España la polémica se
soluciona con el Dictamen Candanchú 1993 de la Sociedad Española de Neurología
(1994), donde se proporciona una definición única de la muerte en términos de cese
irreversible de la actividad cerebral (lo que normalmente ocurre tras la parada
cardíaca, aunque en determinados cuadros clínicos se produce antes de ésta).
1.4. ESTADO ACTUAL DE LA DONACIÓN Y TRASPLANTES DE ÓRGANOS Y
TEJIDOS
En la actualidad, la supervivencia de los órganos sólidos trasplantados se
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 17
considera bastante alta, observándose diversos resultados al año del trasplante
según la enfermedad inicial del paciente (v.g. insuficiencia hepática aguda grave,
tumores hepáticos, diabetes mellitus, etc.).
Por lo que se refiere a la legislación vigente en materia de donación y
trasplante de órganos y tejidos, la situación difiere de unos países a otros, en
función de la aceptación o no de la muerte cerebral y del sistema seguido para la
obtención de órganos de cadáver. Respecto a la primera, la mayoría reconoce la
muerte cerebral como estado irreversible bajo el que se pueden extraer los órganos,
aunque no se contempla legalmente en todos los países. Además, en algunos esto
sólo se ha conseguido hace unos años, mientras que en otros, no se aplica la ley
existente. Así, países como Suecia, Dinamarca y Letonia no promulgan una ley en
este sentido hasta 1988, 1990 y 1991, respectivamente. Otros como Suiza, Holanda
y Alemania carecen de legislación, aunque este vacío no impide la extracción de
órganos de donantes que fallecen por muerte cerebral. En Japón, donde la sociedad
es reticente a la aceptación de ésta, no se aplica la ley. Por último, en los países
islámicos y en Rusia Occidental se va aplicando de forma progresiva desde su
publicación en 1987. En el otro extremo se encuentran naciones como Taiwan, que
ni tan siquiera han llegado a promover la donación de cadáver.
Estas diferencias conducen a distintas tasas de donación en vida y donación
tras la muerte (bajo diagnóstico de muerte cerebral o tras la parada cardíaca) de
unos países a otros. En el caso de los países islámicos y Asia se practica un alto
porcentaje de trasplantes renales a partir de donantes vivos y se realizan escasos
trasplantes extrarrenales, ya que el resto de órganos sólo pueden ser donados tras
la muerte. Sin embargo, en algunos lugares donde se obtienen los órganos tras la
muerte cerebral también se observan altas tasas de donaciones en vida, como en
Noruega (donde aproximadamente la mitad de las donaciones proceden de esta
fuente), en Estados Unidos y en gran parte de Latinoamérica. Frente a los
anteriores, las donaciones en vida son escasas en países como España, Uruguay y
Cuba (Ripoll, 1995).
En cuanto al sistema seguido para obtener órganos de cadáver, aquellos
B. RANDO18
países que poseen una legislación que contempla esta posibilidad, se distribuyen
entre dos opciones. Una de ellas se conoce como sistema opting in o required
request, es decir, se parte de la necesidad de un consentimiento explícito en vida
del donante potencial para poder proceder a la extracción o, en su defecto, de una
petición obligatoria a la familia y del consentimiento de ésta. Este era el sistema
propuesto en la ley española de 1950. La otra opción es un sistema opting out o de
consentimiento presunto, por el que se considera donante potencial a toda persona
que no haya expresado su oposición a la donación en vida. Esta última es la forma
más avanzada de obtención y es la que se encuentra presente en la legislación
española actual. No obstante, en España la ley no se aplica con rigurosidad y
siempre se solicita el permiso a los familiares, quienes tienen la última palabra para
la extracción o no de los órganos (Álvarez y Barrio, 1997; Ripoll, 1995). Como
alternativa a las anteriores hay quien propone un sistema mandated choice, de
carácter intermedio, según el cual se pediría a los adultos que decidieran sobre la
donación de sus órganos y que lo registraran en su carnet de conducir o en la
declaración sobre la renta. Un estudio muestra una amplia aceptación de esta
propuesta en una muestra de universitarios norteamericanos (Spital, 1993).
Por otro lado, en los países donde la pobreza es extrema resulta difícil
disponer de un sistema de obtención de órganos bien organizado y se plantea la
donación en vida retribuida o rewarded gifting. Aunque este sistema de obtención ha
generado polémica, porque puede provocar el comercio de órganos, la donación
retribuida supone un mayor acceso al trasplante renal de los enfermos en estos
países y la satisfacción de necesidades básicas para las personas recompensadas
por la donación (Dossetor y Stiller, 1990; Matesanz, 1995).
Respecto a las organizaciones o asociaciones de trasplante, en el momento
actual existen en Europa diecisiete, incluida la ONT. Cada una de estas estructuras
tiene su propio modo de funcionamiento según la infraestructura y los recursos
económicos y humanos de que disponen. También están en funcionamiento la
Organización Europea de Trasplantadores de Órganos, desde 1983, y la
Organización de Coordinadores de Trasplantes Europeos, desde 1985 (Hors et al.,
1991). En el resto del mundo el alcance de las diversas organizaciones está en
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 19
función de las posibilidades de cada país y de la propia cultura. Así, por ejemplo,
desde 1989 funciona la Middle East Society for Organ Transplant para los países
islámicos y casi todos ellos poseen programa de trasplante renal, aunque sólo unos
pocos lo tienen de trasplante cardíaco y hepático. Sin embargo, la situación más
controvertida se encuentra en Asia, donde se ha fundado The Asian Transplantation
Society. La información recopilada acerca de la actividad trasplantadora en estos
países muestra que Singapore es la excepción, al ser pionera en la creación de una
organización de trasplantes renales en 1969 y en la realización del primer trasplante
renal de cadáver en 1970. Sin embargo, los problemas económicos y de medios
afectan a la actividad trasplantadora en países como Filipinas, Indonesia y la isla de
Sri Lanka, y constituyen la principal barrera para el trasplante en la India. Asimismo,
la tradición de culto al cuerpo de la sociedad japonesa, su desconfianza en los
médicos y en el concepto de muerte cerebral, limitan la extracción y trasplante de
órganos en este país (Ripoll, 1995).
Por lo que se refiere a España, no sólo posee recursos técnicos y humanos
para practicar todo tipo de trasplantes, sino que además se mantiene en el primer
puesto mundial en cuanto a donación de órganos. Estos resultados han provocado
el interés de otros países en su sistema organizativo, que es admirado por su
eficacia y transparencia (Álvarez y Barrio, 1997; Matesanz, 1991; Matesanz et al.,
1995). Incluso algunos países, como Australia, están adaptando sus legislaciones y
protocolos a los vigentes en España (Dahlenburg y Herbertt, 1997). Sin embargo, a
pesar de esta perspectiva en España, no se llega a satisfacer la demanda de
órganos existente en este momento. La cifra de donantes potenciales es superior a
la de donantes reales y las estadísticas muestran porcentajes de negativas
familiares a la donación que se distribuyen de forma desigual de unas regiones a
otras del país. En una revisión de los datos de los últimos años, la distribución es la
siguiente (Alonso, 1997; Matesanz y Miranda, 1995; Santiago, Gómez y Grupo de
Estudio sobre Negativas a la Donación, 1997; Organización Nacional de
Trasplantes, 1996, 1997, 1998):
• En 1994 la tasa de respuestas negativas a nivel nacional es del 23,6%, con
el porcentaje mínimo en Cantabria (5,5%) y el máximo en Castilla-La
B. RANDO20
Mancha (46%); Andalucía presenta un 33,8% de negativas a la donación.
• En 1995 el porcentaje medio de negativas en España es de un 24,8%, con
valores desde el 13% en Asturias hasta el 42% en Murcia. La Comunidad
de Andalucía posee un 37% de respuestas negativas, el más alto después
de Murcia.
• En 1996 la media española se sitúa de nuevo en un 24,8%, existiendo una
ausencia de respuestas negativas en la Comunidad de Navarra, frente al
77,2% observado en Castilla-La Mancha. Las negativas en Andalucía
constituyen el 37,7%.
• En 1997 las respuestas negativas descienden a nivel nacional a un 21,7%.
De nuevo Asturias presenta la cifra más baja (11,9%) y Castilla-La Mancha
la mayor (57,1%), mientras que en Andalucía es del 33,9%. Con datos sólo
a nivel nacional y de Andalucía, el descenso continúa en 1998, con un
21% y 30%, respectivamente.
A pesar del descenso del porcentaje medio en los dos últimos años y de las
variaciones que se producen dentro de las mismas Comunidades de un año para
otro, se observa que algunas se mantienen dentro de unos márgenes de respuestas
negativas que son elevados, como es el caso de Castilla-La Mancha y Andalucía.
Por ello, se plantea la posibilidad de que estas poblaciones posean características
especiales que justifiquen las cifras que presentan.
2. EL MODELO ESPAÑOL. PROCESO DE DONACIÓN-EXTRACCIÓN-
TRASPLANTE
El sistema español se encuentra organizado a tres niveles: nacional,
autonómico o regional y hospitalario. La ONT se encarga de la Coordinación
Nacional, la cual se lleva a cabo desde la Oficina Central, compuesta por personal
especializado -un coordinador nacional, siete enfermeros y tres médicos- que ofrece
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 21
atención las veinticuatro horas del día durante todo el año. Las funciones que
desempeña son (Matesanz y Miranda, 1995):
• Funciones de coordinación, es decir, actualización diaria de listas de
espera no renales (hígado, corazón y pulmón); centralización de los
informes de evaluación de ciertos enfermos para acceder a algunos
trasplantes; canalización de las solicitudes de tejidos; coordinación de la
extracción multiorgánica y distribución de los órganos; organización del
transporte de equipos de trasplante, de los órganos extraidos y de los
enfermos; y la colaboración en el intercambio renal en casos especiales
(hiperinmunizados, con anticuerpos virus C positivos, etc.).
• Elaboración de normativas e informes técnicos sobre la actividad
extractora y trasplantadora solicitados por las autoridades sanitarias.
• Realización de estadísticas sobre la actividad trasplantadora, para su
posterior publicación.
• Difusión de información a profesionales y administraciones sanitarias, así
como a asociaciones de enfermos, medios de comunicación,
organizaciones de trasplante extranjeras, y a la población general. Esta
labor incluye la elaboración y difusión de material para los profesionales de
la coordinación y trasplante, además de la organización de cursos de
formación y congresos.
Por lo que se refiere al intercambio de órganos con países europeos, esta
gestión la lleva a cabo la Oficina de Intercambio de Órganos de Cataluña, por
decisión de la Comisión Permanente de Trasplantes de Órganos y Tejidos del
Consejo Interterritorial, por lo que la Oficina Central mantiene una estrecha
colaboración con ella (Matesanz y Miranda, 1995).
De todas las funciones desempeñadas por la ONT, la coordinación de
extracciones multiorgánicas y su distribución tienen especial importancia. La
B. RANDO22
asignación de los órganos se realiza en base a unos criterios clínicos y territoriales
previamente establecidos que se cumplen estrictamente. Los primeros dependen de
los representantes de los equipos de trasplante, quienes en reuniones anuales en la
sede de la ONT los revisan y actualizan. A partir de estos criterios, se clasifican los
receptores en urgentes, o código cero, y no urgentes. Por otra parte, los criterios
territoriales son propuestos por los representantes de las Comunidades Autónomas
en el Consejo Interterritorial. De acuerdo con estos últimos criterios y con la división
del territorio español en seis zonas, la distribución de los órganos se realiza en el
siguiente orden: en primer lugar tiene preferencia el propio hospital generador, si es
también trasplantador y dispone de un receptor adecuado; posteriormente, se ofrece
a la localidad, seguida por la Comunidad Autónoma, la zona y, si no se ha
encontrado receptor, se ofrece a nivel nacional y, por último a Europa. Cuando la
oferta llega a nivel nacional hay un turno en el que participan todos los equipos de
trasplante. Igualmente, los órganos procedentes de Europa se ofrecen a todos los
equipos con receptor adecuado, adjudicándose al primero que lo acepta. Sin
embargo, cuando se realiza una extracción exclusivamente renal, la distribución
sigue criterios locales y la Oficina Central sólo interviene cuando se solicita su
ayuda (Sánchez et al., 1995).
A pesar de la existencia de esta estructura a nivel nacional, las Comunidades
Autónomas poseen ciertas competencias en materia de trasplante, e incluso en
algunas Autonomías como Cataluña y País Vasco las competencias son plenas. Por
tanto, a nivel regional funciona la Coordinación Autonómica, que gestiona el proceso
de donación-extracción-trasplante dentro de la propia región, así como el
intercambio de órganos con las otras Comunidades.
Por su parte, la Coordinación Intrahospitalaria es imprescindible para la
detección de donantes potenciales y la obtención de órganos de forma efectiva,
siendo necesario que esta tarea se lleve a cabo adecuadamente para que la
gestión a otros niveles adquiera sentido. Cada hospital acreditado para la extracción
tiene sus propios protocolos de obtención de órganos y tejidos, y las listas de espera
las gestionan aquellos que a su vez poseen actividad trasplantadora.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 23
El proceso de donación-extracción-trasplante comienza por la identificación
de un donante potencial, lo cual tiene lugar normalmente en Urgencias o en la
Unidad de Cuidados Intensivos. Los pasos siguientes son la valoración del enfermo
como donante, realización del diagnóstico de muerte cerebral y comunicación del
fallecimiento a la familia, mantenimiento del donante, petición de los órganos a la
familia, inicio de trámites legales, la extracción y contacto con los laboratorios de
histocompatibilidad, y búsqueda de un receptor adecuado (Espinel, 1990a; López,
1995).
B. RANDO24
Detección del donante potencial
Las lesiones que conducen más frecuentemente al diagnóstico de muerte
cerebral son las ocasionadas por accidente vascular o por traumatismo
craneoencefálico. La detección de un donante potencial, por tanto, suele partir de
lesiones de este tipo, según un protocolo de identificación que incluye la edad del
enfermo, naturaleza de la lesión, puntuación en la escala de Glasgow, duración del
coma y valoración del EEG, así como otros signos físicos. Aunque actualmente ésta
es la principal fuente de donantes, en seis hospitales españoles también funcionan
programas de extracción de donantes a corazón parado (Álvarez y Barrio, 1997).
Valoración del donante potencial
Una vez realizada la detección, el médico responsable de la unidad donde se
encuentra el paciente avisa al coordinador hospitalario. La valoración se hace para
comprobar si el enfermo presenta las condiciones necesarias para ser donante. Sólo
un pequeño porcentaje cumple las condiciones exigidas, razón por la que es
importante detectar todos los posibles donantes.
Normalmente, la valoración la llevan a cabo conjuntamente el médico
responsable de la unidad y el coordinador de trasplantes (Espinel y Dávalos, 1990).
Las enfermedades de causa desconocida y de origen vírico suponen una razón de
exclusión del enfermo como donante, así como las enfermedades infecciosas y las
neoplasias. Además, existen criterios específicos que debe cumplir el enfermo para
ser donante de cada órgano y tejido. Por tanto, la valoración del donante potencial
incluye revisión de la historia clínica y la realización de pruebas analíticas que
determinen la ausencia de contraindicaciones para la donación (Frutos, 1997). En el
caso en que el paciente se encuentre en coma, se observa su evolución (Espinel,
1990b; Espinel y Dávalos, 1990).
Diagnóstico de muerte cerebral y comunicación del fallecimiento
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 25
Cuando se ha obtenido ya un electroencefalograma plano y se ha realizado
un examen neurológico que acredita la muerte cerebral, el médico responsable del
enfermo que mayor contacto ha tenido con la familia comunica el fallecimiento del
paciente, explicando el concepto de muerte cerebral. Mientras, el coordinador alerta
al personal sanitario (enfermeros de quirófano, nefrólogos, cirujanos, anestesistas y
enfermeros de guardia) de la existencia de un posible donante, se lleva a cabo una
analítica completa del fallecido y, seis horas después de las primeras pruebas, un
nuevo electroencefalograma y otra exploración neurológica. Ante la posibilidad de
una extracción multiorgánica se avisa a la Oficina Central de la ONT. Por último, el
coordinador completa el protocolo de recogida de datos del donante cadáver
(Espinel y Dávalos, 1990; Sánchez et al., 1995).
Mantenimiento del donante
El mantenimiento del donante consiste en una adecuada perfusión de los
órganos, la oxigenación de los órganos y tejidos, mantenimiento de la temperatura
corporal y prevención de infecciones intrahospitalarias. El objetivo es impedir el
avance del proceso natural que sigue a la muerte cerebral, como la aparición de
hipotensión e hipotermia, entre otros signos clínicos, así como la parada cardíaca,
que ocurrirá dentro de las próximas 48-72 horas, comenzando la necrosis del
cadáver. Entre las medidas básicas que se toman dentro del protocolo de
mantenimiento, se encuentran la ventilación mecánica para la actividad pulmonar y
la infusión de líquidos calientes para la temperatura corporal (Espinel et al., 1990).
Petición de los órganos a la familia
La entrevista de petición de los órganos se realiza transcurridas unas horas
desde que a la familia se le informa de la muerte cerebral del enfermo,
preferentemente entre el primer y segundo EEG. Esta entrevista se lleva a cabo con
todos los familiares directos presentes, para evitar una transmisión de información
errónea entre los miembros y proporcionar respuestas a las argumentaciones en
contra de la donación que puedan surgir por desconocimiento del tema (Espinel,
1990c).
B. RANDO26
De acuerdo con la legislación vigente sólo es necesario saber si la persona se
opuso en vida a la donación para extraer o no los órganos, por lo que bastaría con
preguntar a los familiares si el fallecido realizó en algún momento una manifestación
en este sentido. Sin embargo, siempre se solicita el permiso a los familiares y su
decisión es la que determina la posibilidad de hacerlo.
La persona encargada de la petición suele ser el coordinador hospitalario,
quien posee una preparación especial para la realización de este tipo de entrevistas.
Durante la conversación facilita a la familia toda la información que requiera,
intentando responder sin prisas a las preguntas que le formulen (Espinel, 1990c).
Con frecuencia, se tienen que realizar varias entrevistas para obtener el
consentimiento, incluso cuatro o cinco, y no siempre se obtiene.
Trámites legales
Los trámites legales necesarios para la extracción de los órganos comienzan
por el acta de certificación de defunción, firmada por tres médicos, entre ellos un
neurólogo o un neurocirujano. Asimismo, el consentimiento familiar debe quedar
reflejado por escrito y firmado por el familiar o familiares más cercanos. En los casos
de muerte accidental se envían estos documentos al juzgado de guardia, junto con
la solicitud de órganos y tejidos que se desean extraer (Espinel, Molins, Cabarrocas
y Sabater, 1990).
Estos trámites deben llevarse a cabo en el menor tiempo posible, antes de
que se produzca la parada cardíaca. En el caso de extracción a corazón parado, la
coordinación es fundamental para acortar el tiempo total de isquemia, que suele ser
más prolongado en estas situaciones.
Extracción y contacto con laboratorios de histocompatibilidad
Al realizar la extracción de los órganos también se obtienen tejidos y sangre,
sobre los que se practican las pruebas para determinar las características
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 27
inmunológicas o tipaje del donante (antígenos HLA) en el laboratorio de
histocompatibilidad (Espinel et al., 1990). A su vez, los órganos extraídos deben ser
revisados, limpiados y almacenados en un recipiente estéril con líquido de
conservación. El tiempo que pueden permanecer así es limitado, y variable en
función del órgano, desde pocas horas hasta unos días (Ballester et al., 1991;
Margarit y Martínez, 1991; Quintanilla et al., 1990b; Targarona y Fernández-Cruz,
1991).
Búsqueda de un receptor adecuado
Cuando se trata de un trasplante renal las características inmunológicas del
donante se introducen en un programa que contiene los datos de los receptores en
lista de espera. El programa de ordenador detecta el receptor más parecido al
donante, rechazando las incompatibilidades absolutas (v.g. grupo sanguíneo), y
selecciona aquel o aquellos receptores más adecuados en función de las
compatibilidades HLA entre donante y receptor. Si un receptor idóneo presenta
contraindicaciones temporales tales como una infección, podrá acceder al trasplante
en otra ocasión (López de Novales, 1990; Ramos y Frutos, 1990). Asimismo, en la
selección se valora el tiempo de espera, aunque el resultado de la prueba cruzada
será el determinante para recibir el órgano donado (Frutos, 1998). Cuando se trata
de un trasplante no renal la selección de los receptores se hace en función del
grupo sanguíneo, tamaño del órgano y tiempo en lista de espera. Como se ha
indicado anteriormente, la existencia de algún caso urgente tiene prioridad sobre los
demás a nivel nacional.
Por lo que se refiere a los tejidos, tras la extracción son almacenados en un
banco de tejidos. Estos centros funcionan de acuerdo con las recomendaciones
generales del Consejo de Europa para asegurar la colaboración entre organismos,
la distribución equitativa de los tejidos y la confidencialidad de la información (Felipe,
1995).
La donación en vida sigue un proceso distinto, aunque también bajo
consentimiento firmado por el donante. El riñón es el único órgano susceptible de
B. RANDO28
ser donado en vida y suele proceder de un familiar con características clínicas
adecuadas para el receptor (Quintanilla et al., 1990b). Sin embargo, este tipo de
donaciones no son frecuentes y la problemática actual se centra en la obtención de
órganos procedentes de cadáver. La donación en vida de tejidos distintos del
plasma, sangre o médula ósea sólo se realiza cuando se extrae algún fragmento
óseo o pieza anatómica a un paciente y consiente el uso para trasplante (Felipe,
1995).
En definitiva, la obtención de órganos de donantes fallecidos requiere el
proceso descrito y un sistema organizativo intrahospitalario que agilice los diferentes
pasos. Hay tres momentos especialmente relevantes. Uno de ellos es la
identificación de donantes, ya que supone el inicio del proceso. Los otros dos son la
comunicación de la muerte cerebral y la entrevista de petición de órganos y tejidos,
en los que la familia entra en contacto con el proceso de obtención, toma una
decisión y da una respuesta positiva o negativa a la donación. Los estudios que han
analizado cómo desempeña estas funciones el personal sanitario ponen de
manifiesto algunos inconvenientes que pueden limitar la obtención de órganos.
Las investigaciones realizadas en el extranjero revelan que en numerosas
ocasiones las referencias a los equipos de trasplante sobre la existencia de un
posible donante no se llevan a cabo (Chabalewski et al., 1997; Shyr, 1993;
Coleman-Musser, 1997). Se considera que la principal limitación es la insuficiente
detección de donantes potenciales y se relaciona fundamentalmente con la falta de
formación del personal. De hecho, en algunos países se tiene evidencia de que los
conocimientos adquiridos en la escuela de enfermería en torno a la donación son
mínimos o inexistentes, y se ha comprobado una relación positiva entre el grado de
participación en los programas de trasplante y el grado de conocimiento del personal
(Adams et al., 1993; Chabalewski et al., 1997; Wamser et al., 1993), así como entre
los programas formativos llevados a cabo y el aumento de las tasas de donaciones
(Manyalich et al., 1997; Taylor, Kneteman y Young, 1997). Estas apreciaciones
también se realizan en España (Alonso et al., 1996; Frutos, 1997).
Por otro lado, en algunos casos se ha observado una escasa e inadecuada
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 29
comunicación entre el personal de la Unidad de Cuidados Intensivos, donde suelen
detectarse los donantes potenciales, y el equipo de trasplante (Fernández et al.,
1991), o bien la ausencia de una figura de apoyo en la identificación de donantes
potenciales (Adams et al., 1993).
Respecto a la petición de órganos, el profesional encargado de hacerla difiere
de un centro a otro y de un país a otro, y no siempre hay una persona designada
para esta función (Adams et al., 1993). Los sentimientos que poseen los
profesionales acerca de esta tarea no son homogéneos, ya que algunas encuestas
muestran que para una gran mayoría de ellos la petición de órganos es una labor
confortable (Coleman-Musser, 1997), mientras que otras encuestas revelan que es
desagradable y/o estresante para ellos (Pearson y Zurynski, 1995).
Asimismo, se ha comprobado que no todos los profesionales aceptan estas
tareas como parte de su responsabilidad, considerando que se trata de un trabajo
añadido e incluso opinando que pueden ser desempañadas por otros sectores del
personal sanitario o incluso por un sacerdote o psicólogo (Abbud-Filho et al., 1997;
Coleman-Musser, 1997; Pearson y Zurynski, 1995; Wamser et al., 1993).
Las razones que señalan con mayor frecuencia los enfermeros que participan
en la obtención de órganos para hacerlo son el hecho de dar vida a otros, cumplir
con el rol profesional y agrado hacia la idea de la donación, mientras que muy pocos
indican como justificación la confianza en el propio conocimiento del procedimiento.
En contraposición, quienes no intervienen en la obtención argumentan
frecuentemente la falta de conocimiento sobre el procedimiento, la ausencia de
donantes potenciales en el hospital y la falta de interés o de apoyo del médico
(Adams et al., 1993). Por su parte, en algunos países las personas encargadas de la
petición de órganos señalan que las diferencias culturales, la aflicción de la familia y
la falta de entrenamiento para hablar a los familiares son barreras para la petición
(Pearson y Zurynski, 1995; Wakeford y Stepney, 1989) y se indica que en el caso de
que la persona fallecida portara carnet de donante, sería más probable la petición
de sus órganos (Matten et al., 1991).
B. RANDO30
Estos resultados apuntan a la necesidad de una mayor coordinación
intrahospitalaria en otros países, así como una mejor preparación del personal
sanitario. Probablemente, la modificación de estos aspectos, junto con el
reconocimiento de la participación del personal implicado, proporcionarían tasas de
donaciones más elevadas. En España también deberá prestarse más atención a la
detección de los donantes potenciales.
3. A MODO DE RESUMEN
Actualmente la técnica del trasplante está consolidada y existen
organizaciones o asociaciones de trasplante en todo el mundo. La situación de la
donación de órganos y trasplantes en cada país depende fundamentalmente de su
nivel económico y de la cultura propia, ya que en gran medida éstos son los
determinantes de las legislaciones vigentes y/o sistemas de obtención de órganos, y
de los respectivos sistemas organizativos, aunque también hay países
industrializados que carecen de legislación y otros con un sistema organizativo
obsoleto.
En España la actividad extractora y trasplantadora se encuentra legislada,
con los criterios de extracción por muerte cerebral establecidos y otros requisitos
legales para que la extracción sea posible. Asimismo, el sistema de obtención de
órganos y tejidos es de consentimiento presunto, aunque siempre se solicita
permiso a los familiares, de los cuales depende en última instancia la donación. Por
su parte, la ONT desempeña diversas funciones que se resumen en el
mantenimiento de un sistema organizativo considerado de los mejores del mundo
por su eficacia y transparencia, y que se refleja en la tasa de donaciones más
elevada del mundo.
Las etapas que constituyen el proceso de obtención de órganos y tejidos de
donante fallecido son la detección del donante potencial, la valoración del enfermo
como donante, el diagnóstico de muerte cerebral y comunicación del fallecimiento a
la familia, mantenimiento del donante, petición de órganos a la familia, los trámites
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 31
legales y la extracción. El contacto con los laboratorios de histocompatibilidad y la
búsqueda de un receptor adecuado son otros pasos necesarios para el trasplante.
En este proceso se ha comprobado una insuficiente detección de donantes y altos
porcentajes de respuestas negativas a la donación en España, especialmente en
algunas Comunidades Autónomas, entre las cuales se encuentra Andalucía. El
primer inconveniente está asociado directamente con el personal sanitario
(especialmente de la Unidad de Cuidados Intensivos) y se ha relacionado con la
falta de conocimientos de los profesionales encargados. El segundo inconveniente
se encuentra asociado al proceso de toma de decisión de los familiares. En este
proceso intervendrán las creencias que se posean en torno a la donación (v.g. la
creencia errónea de una posibilidad de vida por falta de comprensión del concepto
de muerte cerebral), la actitud hacia cuestiones relacionadas con el tema, etc., las
cuales contribuirán a la respuesta final de los familiares. A su vez, puesto que esta
decisión se produce dentro del contexto hospitalario, la experiencia vivida durante la
dolencia del paciente (percepción del trato recibido por el personal sanitario en
cuanto a información, facilidad de visitas, etc.), la aflicción por el fallecimiento y la
premura de tiempo también contribuirán a la elección que realicen los familiares.
Dado que el objetivo del presente trabajo es conocer las variables
relacionadas con la donación de órganos de un familiar fallecido, se debe analizar el
proceso de toma de decisión que precede a la ejecución de la conducta y las
variables que intervienen en él. En los siguientes apartados se analizan dichas
variables.
II. LA ACTITUD, INTENCIÓN Y CONDUCTA DE DONAR
4. EL PROCESO DE TOMA DE DECISIÓN
Entre las variables que intervienen en la toma de decisión destaca el papel
desempeñado por las actitudes, por lo que a continuación se revisa el concepto de
actitud, la formación y cambio de las actitudes, y su impacto sobre las decisiones y
sobre la conducta. Asimismo, se exponen algunos de los modelos elaborados para
B. RANDO32
explicar la relación entre la actitud hacia una conducta, la intención de llevarla a
cabo y la conducta misma. Por último, atendiendo al carácter prosocial de la
donación de órganos, se revisa el concepto de conducta prosocial y los procesos
que participan en este tipo de acciones.
4.1. EL CONCEPTO DE ACTITUD
La actitud es una tendencia subyacente a dar una respuesta de evaluación
hacia una persona, cosa (concreta o abstracta) o una acción, en términos de
favorabilidad/desfavorabilidad, agrado/desagrado, aprobación/desaprobación, etc.
(Ajzen, 1988; Greenwald, 1989; Eagly y Chaiken, 1993; Oskamp, 1991; Zimbardo y
Leippe, 1991). Por tanto, el objeto de la actitud puede ser una entidad o target
(persona, cosa) o una acción dirigida hacia el target. En virtud de esta distinción se
diferencia entre actitud hacia el target y actitud hacia la conducta. Así, por ejemplo,
una respuesta evaluativa favorable hacia el carnet de donante refleja la actitud hacia
el target, mientras que una respuesta evaluativa favorable hacia firmar el carnet
refleja la actitud hacia la acción dirigida al target.
La existencia de esta variable latente se infiere al comprobar que cierta clase
de estímulos y de respuestas observables covarían. En la figura 1 se muestra una
pregunta de una encuesta que refleja una acción hacia el target y un ejemplo de
respuesta evaluativa hacia la conducta que podría manifestar cualquier ciudadano.
¿Qué opina de la donación de órganos? “creo que la donación salva vidas” Estímulo Respuesta observable observable
Figura 1. Ejemplo de un estímulo y una respuesta evaluativa observables. Se infiere laexistencia de una actitud favorable hacia la conducta de donar órganos.
Las respuestas que indican la existencia de una actitud hacia el objeto se
suelen categorizar en cognitivas, afectivas y conativas. La categoría cognitiva
contiene pensamientos acerca del objeto. Normalmente se utiliza el término creencia
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 33
para hacer referencia a estos pensamientos. La creencia es una afirmación que
establece una asociación entre un objeto y un atributo (v.g. la donación de órganos
es útil). La categoría afectiva contiene sentimientos, emociones, estados de ánimo y
actividad del Sistema Nervioso Simpático que se experimentan ante el objeto (v.g.
sentir alegría ante la donación de órganos). Por último, la categoría conductual
incluye acciones manifiestas relacionadas con el objeto, así como las intenciones de
actuar (v.g. pedir información en un centro hospitalario para hacerse donante). Se
asume que cuando una persona forma una actitud hacia un objeto, es más probable
que la asocie con ciertos atributos y/o que experimente ciertos sentimientos y/o que
tienda a actuar en determinado sentido, acordes unos con otros (Ajzen, 1988, 1989;
Eagly y Chaiken, 1993).
Partiendo de estos tipos de respuesta observables, tradicionalmente se ha
considerado que la actitud posee una naturaleza tripartita, es decir, que en su
configuración intervienen tanto componentes cognitivos, afectivos como conativos.
La postura defendida por el modelo tripartito de Rosenberg y Hovland (1960) es que
la actitud se encuentra a un nivel superior y es una tendencia evaluativa subyacente
que predispone al individuo a dar respuestas de evaluación cognitivas, afectivas y
conativas hacia el objeto consistentes con ella. Bajo esta concepción jerárquica, los
componentes se consideran partes separables pero interrelacionadas de la actitud.
Sin embargo, algunos autores han encontrado dos dimensiones separables
de la actitud en sus investigaciones, e incluso una sola dimensión, por lo que en la
actualidad se mantienen diversas propuestas, sin que se alcance un acuerdo
respecto a la naturaleza de las actitudes. Entre los factores que se señalan como
posibles responsables de los diferentes resultados se encuentran la presentación
directa o indirecta del objeto actitudinal y la naturaleza verbal o no verbal de las
mediciones realizadas de los tres tipos de respuesta -cognitiva, afectiva y conativa-.
Otra de las razones parece encontrarse en los objetos de la actitud, de los cuales
algunos provocan fuertes respuestas afectivas, mientras que otros apenas lo hacen,
por lo que es razonable que varíe el número de dimensiones encontradas.
Asimismo, parece que los métodos de análisis empleados para la dimensionalidad y
los presupuestos de partida también afectan a los resultados (Ajzen, 1988, 1989;
B. RANDO34
Eagly y Chaiken, 1993; Oskamp, 1991).
En definitiva, las alternativas a la propuesta tradicional son modelos
bidimensionales o unidimensionales. Los primeros defienden que los componentes
de la actitud son el cognitivo y afectivo (Bagozzi y Burnkrant, 1979, cit. Corral, 1997).
Se entiende que las creencias y emociones son las que intervienen en la
configuración de la actitud y que las respuestas cognitivas y afectivas observables
reflejan la tendencia evaluativa hacia el objeto, mientras que las intenciones de
actuar y conductas no son parte constituyente de la actitud sino independientes de
ésta e influidas por ella. Por otro lado, algunos autores obtienen un único
componente cognitivo de la actitud (Fazio, 1986, cit. Corral, 1997).
Por su parte, Fishbein y Ajzen consideran que las tres dimensiones son
entidades independientes y las denominan creencia, actitud e intención (Ajzen,
1988), lo que significa que identifican la actitud con el componente afectivo,
reduciendo el carácter evaluativo de la actitud a esta dimensión. Cacioppo, Petty y
Geen (1989) no aceptan la equiparación entre actitud y afecto, porque las actitudes
que apenas evocan afecto también poseen carácter evaluativo. La propuesta de
Fishbein y Ajzen es que en el momento en que se asocian unos atributos al objeto y
se forman las creencias respecto a éste, se realiza una evaluación positiva o
negativa del mismo, por lo que la actitud surge de forma automática y simultánea. A
su vez, a partir de la actitud surgen las intenciones de actuar y las acciones.
En resumen, la naturaleza de las actitudes es una cuestión aún no resuelta
que ha dado lugar a numerosos modelos teóricos sobre la formación y cambio de
las actitudes desde distintas perspectivas.
4.2. FORMACIÓN Y CAMBIO DE LAS ACTITUDES
En general, los autores consideran que esta tendencia a dar una respuesta
de evaluación hacia un objeto es aprendida, aunque hay cierta evidencia de factores
genéticos y fisiológicos como determinantes en la formación de algunas actitudes
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 35
(Eagly y Chaiken, 1993; Oskamp, 1991; Rodríguez, 1989). Entre los factores
ambientales que operan en el proceso de adquisición de las actitudes, la experiencia
personal directa con el objeto (v.g. algún incidente destacado o la exposición
repetida al objeto) es lo que generalmente produce actitudes más fuertes. También
se destaca la influencia de los padres en el desarrollo de las actitudes infantiles, así
como de la escuela, los grupos de iguales, los grupos de referencia, el contexto
cultural y los medios de comunicación.
De acuerdo con Oskamp (1991) los procesos de aprendizaje a través de los
que se forman las actitudes son variados y no excluyentes, e intervienen en función
de la situación a la que se exponga el individuo: 1- el condicionamiento clásico,
mediante el cual un objeto actitudinal inicialmente neutro se asocia repetidamente a
un estímulo incondicionado que genera una reacción emocional positiva o negativa,
y posteriormente se convierte en estímulo condicionado de esa respuesta, con un
significado evaluativo; 2- la generalización del estímulo, por la que una actitud hacia
un objeto particular se generaliza a otros similares; 3- el modelado, por el que la
imitación de la conducta de un modelo contribuye a la formación del componente
conductual de las actitudes; 4- el condicionamiento operante, a través del cual la
relación de contingencia entre una respuesta evaluativa hacia un objeto y el tipo de
consecuencia recibida favorece la formación de la actitud o su cambio; 5- el
aprendizaje selectivo, por el que el reforzamiento diferencial de las respuestas
conduce a un aumento en la probabilidad de ocurrencia de aquéllas más reforzadas;
6- la persuasión, que se ejerce a través de un mensaje con argumentos que apoyan
una conclusión o acción, lo que afecta directamente al componente cognitivo y
conductual de las actitudes; y 7- la integración de la información, defendida por
muchos teóricos cognitivos, quienes consideran que la actitud se basa en las
creencias salientes que la persona tiene sobre el objeto, tanto positivas como
negativas, y se genera por integración de éstas.
En esta línea de pensamiento, Eagly y Chaiken (1993) afirman que la
experiencia vivida por la persona en relación con el objeto determina qué
componentes intervienen en la formación de la actitud, aunque existe una relación
sinérgica, de mutua influencia, entre ellos. Así, puede ocurrir que una persona que
B. RANDO36
lea un texto acerca del objeto forme unas creencias en torno a éste, y a partir de
ellas elabore una actitud hacia él. En este caso, el componente conductual no ha
contribuido en su configuración ni, con alta probabilidad, el componente emocional,
pero sus cogniciones influirán sobre la dimensión afectiva y la conducta.
Cada uno de los modelos teóricos que se han desarrollado para explicar la
formación y cambio de la actitud pone el énfasis en un tipo de procesos mediadores,
aunque parece que en general se acepta la existencia de algún proceso cognitivo y
la discusión se centra básicamente en la incorporación a los anteriores de factores
afectivos, motivacionales y sociales. Puesto que los modelos se han desarrollado
desde distintos puntos de vista, no tienen por qué ser excluyentes. De hecho,
algunos coinciden en parte de sus planteamientos.
4.3. IMPACTO DE LAS ACTITUDES SOBRE LA CONDUCTA
De acuerdo con Ronis, Yates y Kirscht (1989), ante un problema o situación
novedosa el individuo inicia un proceso de toma de decisión en el que parte de las
consecuencias esperadas o creencias acerca de cada alternativa de actuación (v.g.
votar a uno u otro partido político). La elección de la alternativa final va a estar
determinada por el juicio que haga la persona acerca de sus ventajas e
inconvenientes. Tras el proceso de comparación, se selecciona aquella alternativa
que se considera superior a las demás, siempre que el individuo estime que podrá
llevarla a cabo, en función de la percepción de autoeficacia. En todo caso, si la
persona ya posee una actitud previa hacia cada posible actuación, considerará la
actitud en vez de reevaluar cada ventaja y desventaja. Una vez que se toma una
decisión se posee la intención de actuar en un sentido determinado (v.g. voy a donar
mis órganos). Si, por el contrario, ninguna alternativa parece mejor que las otras, la
persona permanece indecisa y, por tanto, no actúa; también es posible que se
comporte como acostumbra. Las conductas habituales, por otro lado, no requieren
un proceso de toma de decisión, sino que se hacen de forma automática.
Existen diversos factores que afectan al proceso de toma de decisión y a los
intentos de llevar a cabo la acción. Entre los que influyen sobre el proceso de toma
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 37
de decisión, la relevancia de la cuestión para la persona y el tiempo que tenga para
tomar la decisión determinan el hecho de que se base en toda la información
disponible o no y, por tanto, la profundidad de la decisión. Cuanto más importante
sea, y siempre que la disponibilidad de tiempo sea suficiente para reflexionar, más
detallado será el análisis que se realice y más adecuadas las estrategias
empleadas. Las presiones de tiempo suelen conducir a una apreciación
desproporcionada de las consecuencias negativas de la acción y, por consiguiente,
a decisiones precipitadas. Igualmente, como se ha comentado, la percepción de
autoeficacia o de control sobre la conducta es fundamental para la elección, ya que
la persona tiende a seleccionar aquella alternativa que cree capaz de llevar a cabo.
Esta percepción es función de los recursos disponibles, tanto cognitivos, físicos,
como externos. En ocasiones se puede mantener una actitud muy favorable hacia
una alternativa de conducta, pero no mostrar intención de hacerla efectiva si se
percibe baja autoeficacia.
Entre los factores que afectan a los intentos de ejecutar la conducta, también
se encuentra la percepción de control que se posee sobre la misma. Igualmente, la
experiencia vivida en el intento de realizar la conducta modifica con frecuencia las
creencias, actitudes y decisiones (Ronis, Yates y Kirsch, 1989). Así, cuando se
fracasa se produce una disminución de la autoeficacia percibida, pero no
necesariamente conlleva el abandono, sino que la información extraída puede servir
para un nuevo intento o para elegir una nueva alternativa. Por su parte, Ajzen (1988,
1989) considera que las características de personalidad se encuentran asociadas a
ciertas tendencias de actuación, por lo que serían otro tipo de variables
moderadoras de la relación actitud-conducta.
En definitiva, la actitud influye sobre la conducta a través de la intención de
actuar generada en un proceso de toma de decisión. Esta influencia indirecta y el
efecto de los otros factores señalados, explican la ausencia de una consistencia
perfecta entre actitud y conducta en las investigaciones que sólo se basan en
variables actitudinales. No obstante, se puede lograr una mejor predicción de la
conducta a partir de la actitud cuando se sigue un principio de compatibilidad de las
medidas, es decir, cuando actitudes y conductas se miden al mismo nivel de
B. RANDO38
especificidad o generalidad; otra opción es emplear un índice compuesto de
conductas o multiple-act criterion (Ajzen, 1988, 1989).
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 39
4.4. MODELOS DE LA RELACIÓN ENTRE ACTITUD, INTENCIÓN Y CONDUCTA
Teoría de la Acción Razonada (Fishbein y Ajzen, 1975; Ajzen y Fishbein, 1980)
Fishbein y Ajzen proponen un modelo en el que el razonamiento reflexivo
sobre las consecuencias de una conducta voluntaria conlleva la formación
automática de una serie de creencias en torno a tales consecuencias. A su vez,
estas creencias participan en la configuración automática de la actitud hacia la
conducta. La consistencia entre las creencias y la actitud es tal que esta última la
estiman a partir del sumatorio del producto de las creencias salientes y sus
evaluaciones respectivas (en términos de consecuencia positiva o negativa), ya que
entienden que la actitud es directamente proporcional a este índice. En este sentido,
defienden la formación de la actitud según un modelo expectativa-valor (Ajzen,
1988).
Otro elemento contemplado en el modelo es la norma subjetiva, es decir, la
percepción de presión social para realizar o no la conducta. La estimación de este
determinante la realizan por el sumatorio del producto de las creencias sobre qué
piensan los referentes acerca de realizar la conducta y la motivación para ajustarse
a éstos.
Se asume, asimismo, que la actitud hacia la conducta y la norma subjetiva
predisponen al individuo a actuar de forma consistente con ellas, es decir, generan
una intención de actuar, que es el predictor directo de la conducta, mientras que las
anteriores sólo ejercen una influencia indirecta sobre la última a través de la
intención de actuar. La importancia relativa de cada determinante sobre la intención
de actuar depende en parte del tipo de conducta de que se trata. En diversos
estudios se comprueba que los coeficientes de regresión de la actitud son
superiores a los de la norma subjetiva en temas tales como la elección de voto,
fumar marihuna, etc., mientras que en temas como abortar o tener otro hijo, los
coeficientes son mayores para la norma subjetiva (Ajzen y Fishbein, 1980; Ajzen,
Timko y White, 1982; Smetana y Adler, 1980, cit. Ajzen, 1988; Vinokur-kaplan, 1978,
B. RANDO40
cit. Ajzen, 1988).
Actitud
Intención Conducta
Normasubjetiva
Figura 2. Modelo de la Teoría de la Acción Razonada, propuesto porFishbein y Ajzen.
Cualquier otro factor que no aparezca en el modelo se considera una variable
externa y sólo tiene un efecto indirecto sobre la conducta a través de alguno de los
elementos anteriores. Este es el caso de las variables demográficas, de
personalidad y de la actitud hacia el target.
Lo más interesante del modelo es que el esquema no sólo sigue la dirección
descrita, sino que es bidireccional. Es decir, una vez formada una actitud, ésta
puede afectar la percepción de los acontecimientos que se produzcan, afectando en
parte a las creencias que se formen. Asimismo, la ejecución de la conducta
proporciona una información que afecta a las creencias que se poseen. No
obstante, los autores insisten en que la dirección que más interesa en el modelo es
de las creencias hacia la actitud (Ajzen, 1988).
Aunque se atribuyen diversas limitaciones a la Teoría de la Acción Razonada
(TAR), como la falta de un proceso de planificación para llevar a cabo la conducta,
la omisión de la obligación moral percibida para realizarla, y la ausencia de la
influencia de la conducta pasada sobre la actual, se sigue aplicando a diversos
temas sociales, como votación en elecciones, SIDA, donación de sangre, donación
de órganos en vida, etc. (Corral, 1997; Eagly y Chaiken, 1993).
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 41
Modelo de Triandis (1977,1980)
Triandis parte de la TAR, pero incluye en su modelo el hábito, definido como
la conducta o secuencia de acciones que se realizan de forma automática como
resultado de su repetición en el pasado. Otra modificación que propone es
representar la actitud hacia la conducta u objeto actitudinal dividida en dos
conceptos: la afectividad hacia la conducta, o emociones activadas al pensar en ella,
y el valor de las consecuencias esperadas de la conducta (creencias conductuales
de Fishbein y Ajzen). De acuerdo con el modelo, en la medida en que una conducta
se realiza con cierta frecuencia, es menos dependiente de la intención de actuar y
se encuentra más afectada por el hábito. Esto ocurrirá en el caso de una persona
con hábitos de higiene dental, para la que la conducta de cepillarse los dientes no
dependerá tanto de la decisión de realizar la conducta como del hábito mismo.
Sin embargo, a pesar de las modificaciones que introduce el autor para
mejorar la TAR, él mismo comprueba que la eficacia de su modelo en la predicción
de la intención y de la conducta no es mayor que la que posee la primera
(Triandis,1980).
Modelo de Bentler y Speckart (1979)
Los autores realizan una extensión de la TAR, introduciendo la conducta
pasada en su modelo, donde existe un lazo de unión directo entre actitud y
conducta. Esta unión directa implica admitir la posibilidad de que la conducta ocurra
en ausencia de un proceso de razonamiento controlado conscientemente, como
ocurre en el caso de las conductas habituales.
El modelo ajusta los datos mejor que la TAR en el consumo de drogas. No
obstante, el modelo de Ajzen y Fishbein ha sido diseñado para conductas sobre las
que se posee un alto control voluntario, lo cual no ocurre en el caso del consumo de
drogas.
B. RANDO42
Conducta pasada
Actitud
Intención Conducta
Norma subjetiva
Figura 3. Modelo de la relación actitud-conducta, propuesto porBentler y Speckart.
Teoría del Alcance de la Meta, de Warshaw, Sheppard y Hartwick (1982)
Los autores realizan una reformulación de la TAR, introduciendo la tentativa o
trying, para hacer referencia a los procesos psicológicos y actos que median entre la
intención de alcanzar una meta futura y la consecución actual de ésta. Bajo este
concepto se asume en cierto modo la planificación de acciones para lograr el
objetivo, completamente ausente en la Teoría de la Acción Razonada.
La conducta que predice el modelo es el intento de alcanzar una meta. En
primer lugar, las consecuencias esperadas de éxito y fracaso determinan tres
componentes de la actitud hacia el intento de alcanzar la meta. Estos componentes
son: 1- Actitud hacia la consecución exitosa de la meta, que es ponderada por la
probabilidad estimada de éxito; 2- Actitud hacia la consecución infructuosa de la
meta, que es ponderada por la probabilidad de fracaso percibido; 3- Actitud hacia los
procesos intervinientes en el intento. Esta tríada da lugar a la actitud hacia el intento,
la cual, junto con la norma subjetiva, determinan la intención de actuar. Esta última
es el predictor directo del intento de alcanzar la meta.
Teoría de la Conducta Planificada (Ajzen, 1988, 1991)
Ajzen intenta mejorar la TAR con un tercer determinante de la intención de
actuar e incluye la percepción de control de la conducta o autoeficacia percibida.
Este autor reconoce que la intención de llevar a cabo la conducta puede
interpretarse mejor como el intento de ejecutarla, o trying, y añade este concepto
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 43
con objeto de aplicar el modelo a las conductas bajo las que la persona no tiene un
control absoluto. Tal y como ocurre en la Teoría del Alcance de la Meta se asume la
existencia de una planificación de las acciones instrumentales necesarias para
realizar la conducta (v.g. una persona que quiera donar sus órganos intentará
encontrar un momento para comentarlo a los familiares).
El control percibido se refiere a la facilidad o dificultad estimada de ejecutar la
conducta, según las experiencias pasadas y los obstáculos anticipados. Se asume
que las creencias sobre la probabilidad de poseer los recursos y oportunidades
necesarios para realizar la conducta subyacen a la percepción de control. Por esta
razón, la medición de estas creencias constituye un índice del control percibido. Se
entiende que este concepto motiva la intención de realizar la conducta. En general,
cuanto más favorable es la actitud hacia la conducta y la norma subjetiva, y mayor
es el control percibido, más fuerte es la intención de actuar. Asimismo, se acepta la
posibilidad de una influencia directa del control percibido sobre la conducta, por
considerarlo un sustituto parcial del control actual de la conducta; aunque esto sólo
es correcto cuando la persona posee suficiente información sobre la conducta, no
existen elementos nuevos y poco familiares en la situación y los recursos
disponibles no cambian.
Actitud
Norma Subjetiva Intención Conducta
Control percibido
Figura 4. Modelo de la Teoría de la Conducta Planificada, propuestopor Ajzen.
En la aplicación de la Teoría de la Conducta Planificada a la donación de
riñón en vida, Borgida, Conner y Manteufel (1992) llegan a las siguientes
conclusiones: la actitud no influye directamente sobre la conducta, la percepción de
control tiene un peso tres veces mayor como predictor de la intención que la actitud,
B. RANDO44
la intención es el único predictor estable y directo de la conducta a lo largo de un
intervalo considerable de tiempo, las normas subjetivas no predicen ni la intención ni
la conducta. Ninguna variable externa, tales como sexo, edad, ingresos, nivel de
altruismo y nivel de autoestima, muestran una correlación adecuada con la intención
o la conducta.
Modelo Compuesto de la Relación Actitud-Conducta (Eagly y Chaiken, 1993)
Eagly y Chaiken proponen este modelo como integrador de los anteriores,
aunque reconocen que probablemente no sea definitivo. De acuerdo con él, la
intención de actuar no es el único predictor directo de la conducta. La actitud hacia
el target, el hábito y tres tipos de consecuencias esperadas de la conducta son
determinantes indirectos de ésta, a través de la actitud hacia la conducta y la
intención de actuar. También se acepta una influencia directa del hábito sobre la
conducta.
Las tres clases de consecuencias esperadas de la conducta son: a)
Consecuencias utilitarias, es decir, aquellas recompensas y castigos esperados por
realizar la conducta, que equivalen a las creencias conductuales de la TAR; b)
Consecuencias normativas, referidas a la anticipación de aprobación/desaprobación
de los referentes en relación con la conducta, y las recompensas y castigos que la
propia persona se administra, como resultado de las reglas morales que posee; c)
Consecuencias para la propia identidad, que son las recompensas y castigos
autoadministrados en relación con el autoconcepto por realizar la conducta.
Las autoras consideran que la actitud hacia el target no afecta directamente a
la conducta porque hay un proceso de toma de decisión entre ambas, y asumen la
existencia de una valoración sobre la relevancia de la actitud hacia el target, que
une esta última con la actitud hacia la conducta. Este tipo de valoración se realiza
también sobre la actitud hacia la conducta, lo que la une a la intención de llevarla a
cabo. Los procesos que implican planificación se ubican entre la intención y la
conducta. La autoeficacia percibida o percepción de control puede afectar a los
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 45
vínculos anteriores y es posible que el individuo no intente llevar a cabo la conducta
por falta de tiempo, habilidad u otros recursos. Sin embargo, se desconoce la
ubicación de la autoeficacia percibida en el modelo propuesto ya que no aparece en
el esquema.
Hábito
Actitud hacia el target
Consecuencias Actitud hacia utilitarias la conducta Intención Conducta
Consecuencias normativas
Consecuencias de la propia identidad
Figura 5. Modelo Compuesto de la Relación Actitud-Conducta, propuesto por Eagly y Chaiken.
Modelo Jerárquico Aprendido de Toma de Decisión (Horton y Horton, 1989,
1990, 1991)
Horton y Horton investigan sobre la donación de órganos tras la muerte, tanto
con muestras de estudiantes como de la población general, y desarrollan un modelo
específico para el tema que se ajusta adecuadamente a los datos recogidos. La
conducta predicha es la firma del carnet de donante.
Estos autores mantienen que el proceso de decisión para hacerse el carnet
se asienta sobre una base cognitiva y procede de la cognición al afecto y, de éste a
la conducta. El proceso que se asume es el mismo que en la Teoría de la Acción
Razonada, esto es, una secuencia creencias-actitud-intención. En este modelo, sin
embargo, se excluye la norma subjetiva y se introducen dos determinantes de la
B. RANDO46
actitud hacia donar. Uno de ellos es el conocimiento sobre donación y, el otro, los
valores personales, entendidos como el conjunto de creencias relativamente
estables y centrales en el sistema de creencias de la persona, organizadas
jerárquicamente, sobre formas de actuación ideales y estados terminales de
existencia ideales (Grube, Mayton y Ball-Rokeach, 1994).
Conocimientos
Actitud hacia Intención de Firmar el la donación donar carnet Valores
Figura 6. Modelo Jerárquico Aprendido de Toma de Decisión, propuesto por Horton y Horton.
Tal y como vienen haciendo los investigadores sobre la donación y trasplante
de órganos, la medida del conocimiento la obtienen a través de un cuestionario, por
el que comprueban los vacíos de información y las creencias erróneas. Igualmente
ocurre para evaluar la actitud, aunque en este caso emplean una escala Likert de
actitudes hacia la donación de órganos elaborada por otros investigadores, quienes
previamente obtienen una correlación significativa entre la citada escala y una
escala de compromiso para hacerse donante (Goodmonson y Glaudin, 1971). La
intención de donar los órganos propios y de un familiar fallecido se conoce a través
de dos ítems, al igual que introducen una cuestión para saber si las personas han
firmado el carnet de donante de órganos. La medición de los valores la realizan a
través del cuestionario de valores de Rokeach (Rokeach, 1973). Esta última
medición, junto con el estudio de la relación existente entre la actitud hacia la
donación de órganos, la intención de donar y la conducta de firmar el carnet, así
como del resto de variables con éstas, es la mayor aportación de Horton y Horton al
ámbito de la donación de órganos y lo que proporciona a sus trabajos el carácter
novedoso.
En investigaciones posteriores (Horton y Horton, 1991), incorporan la
donación de sangre, la edad y la actitud hacia la muerte en el modelo y comprueban
que el modelo mejora su ajuste a los datos de forma moderada con las dos primeras
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 47
variables, pero no con la última.
Conocimientos
Valores
Actitud hacia Intención de Firmar el Edad la donación donar carnet
Donar sangre
Figura 7. Modelo Jerárquico Aprendido propuesto por Horton y Horton, incluyendo la edady la donación de sangre.
4.5. LA DONACIÓN COMO CONDUCTA PROSOCIAL
Se define la conducta prosocial como toda conducta voluntaria que beneficia
a otro y que puede encontrarse motivada por diversos factores. Existen distintos
tipos de conducta prosocial, como la ayuda, compartir, dar, etc.
Para que se lleve a cabo una acción social positiva ante todo es necesario ser
consciente de la necesidad del otro, lo cual viene determinado en gran medida por la
claridad y saliencia de las señales de la situación. No obstante, hay evidencia sobre
la influencia de algunas características personales en el reconocimiento de la
necesidad, así como en la interpretación de las señales. Uno de esos factores
personales es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, tras inferir estados
internos de la persona necesitada. Esta habilidad sociocognitiva se desarrolla a lo
largo de la historia de socialización del individuo. Otras variables personales
influyentes son la habilidad en la solución de problemas interpersonales, el nivel de
preocupación por sí mismo y la habilidad para decodificar los mensajes verbales y
no verbales (Eisenberg, 1986).
Para que se inice la toma de decisión sobre la emisión de una conducta
prosocial, además, la persona debe identificar cuál es la conducta de ayuda y
B. RANDO48
reconocer su capacidad de ayudar. Durante el proceso, como se ha indicado
previamente, evaluará las consecuencias de la asistencia y de la no asistencia, en
términos de costes y beneficios (v.g. rechazo/aprobación social, malestar/evitación
del malestar, daño físico, reciprocidad, etc.). Según Dovidio et al. (1991), en la
medida que aumentan los costes anticipados por la realización de la conducta,
disminuye la probabilidad de asistencia, al igual que conforme aumentan las
posibles recompensas también lo hace la probabilidad de la acción prosocial. A su
vez, si los costes por la asistencia son de bajos a moderados y los resultantes de
evitar la conducta son mayores, generalmente es más probable que la persona lleve
a cabo la acción prosocial.
Esta es la perspectiva de la actual teoría cognitivo-social, la cual explica la
conducta prosocial en base no sólo a los conceptos de refuerzo y castigo
(evaluación de las consecuencias de la conducta), sino también en base al
aprendizaje observacional y a procesos autoevaluativos que actúan como
autorreguladores. Estos conceptos se han extraído de las teorías del aprendizaje
social (González, 1992).
Sin embargo, en torno a los factores que motivan la conducta prosocial se
concentra un importante volumen de investigaciones que muestran también la
existencia de procesos emocionales. Por tanto, se argumenta que los procesos que
subyacen a la toma de decisión sobre una conducta prosocial son
fundamentalmente de naturaleza afectiva y cognitiva, y que existe una interrelación
compleja entre ellos (Eisenberg, 1986).
Por un lado, se ha comprobado que reacciones emocionales vicarias tales
como la empatía y simpatía hacia la otra persona se encuentran asociadas a la
conducta prosocial. Cuando son estas emociones las que motivan la asistencia,
existe un interés subyacente orientado al otro. En otros casos existe un interés por
eliminar el estado aversivo de ansiedad o incomodidad ante la aflicción del otro, o el
deseo de obtener una recompensa externa. En estos últimos, lo que motiva la
conducta social positiva es un interés egoísta y, si la evitación de la asistencia
reduce el malestar sin grandes costes, es más probable que la persona opte por
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 49
esta otra alternativa (Batson y Oleson, 1991).
Otro tipo de respuestas emocionales que se asocian a la conducta prosocial
son las que se producen tras la evaluación de la propia conducta o de las acciones
de los demás. En este proceso de autoevaluación la persona compara la conducta
con los valores y normas que tiene interiorizados, de forma que la realización de una
conducta o su anticipación puede generar un sentimiento de culpa o de orgullo,
según si se ha actuado acorde con las normas y valores personales o no. Algunas
normas de ayuda que se transmiten socialmente son la responsabilidad social (o
deber cívico de ayudar a los otros en ciertas situaciones), la reciprocidad (o idea de
ayudar para evocar una conducta recíproca en el futuro) y la ayuda desinteresada,
por la que no se espera una ganancia extrínseca (Salovey, Mayer y Rosenhan,
1991). Esta última clase de respuesta emocional tiene una mayor base cognitiva. No
obstante, se sabe que las atribuciones que realiza la persona sobre la causa de la
necesidad del otro afectan a la probabilidad de empatizar con el necesitado o de
restar importancia a su necesidad, por lo que la empatía también se encuentra
relacionada con los procesos cognitivos. Estas atribuciones se han interpretado
como locus de control interno o externo, siendo más probable la asistencia cuando
se cree que la necesidad se debe a factores fuera del control de la persona
necesitada.
Asimismo, se ha comprobado que los estados de ánimo positivos o negativos
tales como la felicidad, la tristeza, la vergüenza, así como la culpabilidad ya
comentada, pueden motivar por sí mismos la conducta de ayuda. Entre los
mecanismos propuestos para explicar esta relación entre emociones y la acción
social positiva, los que obtienen mayor evidencia parecen ser el deseo de mantener
el estado emocional positivo que se experimenta de forma inmediata o el deseo de
eliminar una emoción negativa. Así, por ejemplo, una persona que siente alegría o
felicidad en un momento dado, puede estar motivada a realizar una conducta
prosocial con objeto de mantener su estado emocional positivo, y quien se siente
triste (normalmente cuando el foco de atención no se centra en uno mismo) o
culpable, puede actuar con el fin de modificarlo. Incluso se propone que el interés
puede estar orientado a regular las emociones futuras, de forma que la conducta de
B. RANDO50
ayuda facilite el alcance de las metas a largo plazo y las satisfacciones asociadas a
éstas. Esto significa que una persona puede implicarse en una conducta prosocial
que le reporta consecuencias negativas inmediatas, pero sabiendo que en un futuro
le proporcionará emociones positivas mayores. Como indican Salovey, Mayer y
Rosenhan (1991), este argumento responde a la paradoja de las conductas
propiamente altruistas.
Además del proceso de autoevaluación y las atribuciones sobre la causa de
la necesidad de la persona, otro proceso cognitivo que puede intervenir es el juicio
moral. Este tipo de juicio tiene lugar cuando la situación genera un conflicto moral
entre diversos valores, necesidades o deseos de la persona (v.g. obedecer las leyes
o salvar una vida), por lo que ésta evalúa las razones que justifican las alternativas
de comportamiento (de asistencia o no) en esa situación. Se piensa que los juicios
morales reflejan los valores y metas personales (Eisenberg, Lennon y Pasternack,
1986).
Por último, una de las características de personalidad que parece afectar de
forma indirecta a la decisión de ayudar a través de su influencia sobre los valores y
metas es la percepción de generosidad que tiene la persona de si misma, como
parte de la propia identidad. Cuando las personas se perciben como generosas es
más probable que ayuden. Respecto a la influencia del grado de autoestima, los
datos no son concluyentes (González, 1984). Se tiende a interpretar que las
personas con baja autoestima son más prosociales, y se explica argumentando que
la realización de acciones de este tipo proporciona una evaluación más positiva de
si mismo. Eisenberg (1986) propone, no obstante, que la motivación para asistir es
diferente según el nivel de autoestima, de forma que en las situaciones en las que
puede existir rechazo social por realizar la conducta, es más probable que sea una
persona con alta autoestima quien la lleve a cabo.
La distinción entre conducta prosocial y altruista se establece en función de
los factores que motivan la asistencia, de forma que se suele considerar una acción
altruista aquélla orientada exclusivamente al bienestar del otro, cuando existe
empatía, simpatía o el deseo de actuar conforme a las normas y valores morales
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 51
interiorizados, aunque esta última motivación no es aceptada como altruista por
todos los autores. Por otro lado, cuando la persona pretende obtener un beneficio
propio (v.g. la aprobación social), actúa motivada por un interés egoísta, por lo que
la acción no se considera altruista. Efectivamente, resulta difícil, por ejemplo,
clasificar la reciprocidad como motivación altruista o no altruista, ya que partiendo de
que puede ser una norma social, habría que plantearse si la persona actúa con
objeto de ajustarse a la norma interiorizada o para obtener un beneficio propio. Sea
como fuere, en definitiva, la prosocialidad es un concepto más genérico que abarca
toda conducta social positiva, con o sin motivación altruista (Eisenberg, 1986;
Eisenberg y Fabes, 1991; Eisenberg, Lennon y Pasternack, 1986; González, 1992).
Los procesos que subyacen a las distintas conductas prosociales pueden
variar de unas a otras, a lo que también contribuye la situación en la que se
producen. En situaciones de emergencia existe una motivación para actuar de
naturaleza fundamentalmente afectiva (v.g. empatía o malestar ante la aflicción de
una persona que acaba de sufrir un accidente), sin que generalmente se evalúen
costes y beneficios de la asistencia. En la mayoría de las restantes situaciones los
procesos son predominantemente de tipo cognitivo, con la contribución de las
características personales. Cuando la conducta es habitual o basada en esquemas
bien aprendidos, es posible que se realice sin apenas consciencia o tras una
evaluación mínima o general.
Se ha comprobado que la realización de conductas prosociales aumenta la
probabilidad de éstas en el futuro, y se posee evidencia de que refuerza la imagen
de persona altruista (cuando existe motivación de este tipo), puede configurar
valores morales, las recompensas obtenidas (materiales, sociales o internas)
pueden afectar positivamente al nivel de autoestima y a la percepción de utilidad de
otras acciones prosociales futuras, así como aumentar la receptividad a las señales
de necesidad de los otros y la capacidad de ponerse en el lugar de éstos
(Eisenberg, 1986).
Todos los factores comentados se encuentran presentes en el modelo de
conducta prosocial que propone Eisenberg (1986), cuyo esquema se expone a
B. RANDO52
continuación.
Factores motivac. Factores motivac. personales cognitivos
Estado antecedenteSocialización y rasgos personales Competencias personales
Nivel de Interpretación Atender a la Identificar desarrollo de la situación necesidad conducta y Jerarquía Intención Acción Consecuencias sociocogn. del otro reconocer de metas de asistir prosocial capacidad personales de ayudar o o
Características Fact. motivac. o o Intención de Cambios Fracaso en de la situación emocionales no asistir situación asistencia o o persona
Defensa
Figura 8. Modelo de conducta prosocial, propuesto por Eisenberg.
De acuerdo con el modelo, la persona decidirá si realiza o no la conducta en
función de su jerarquía de metas personales o preferencias por ciertos estados
finales de existencia -concepto que coincide con el de valor terminal de la Teoría del
Sistema de Creencias (Grube, Mayton y Ball-Rokeach, 1994)-, aunque debe
disponer de las competencias que le habilitan para llevarla a cabo. Si transcurre
cierto tiempo entre la decisión adoptada y la oportunidad de ejecución, los posibles
cambios en las características situacionales y personales (v.g. se modifica la
posibilidad de aprobación social) pueden reducir la probabilidad de la conducta. Por
su parte, las personas que se mantienen indecisas o que deciden no ayudar tienden
a justificar su inactividad restando importancia a la necesidad o negando su
responsabilidad hacia el otro, entre otras estrategias defensivas (Eisenberg, 1986).
4.6. CONCLUSIÓN: LA TOMA DE DECISIÓN EN LA DONACIÓN DE ÓRGANOS Y
TEJIDOS
Recapitulando, hay acuerdo entre los autores en otorgar a la información
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 53
tanto sensorial como cognitiva un papel primordial en la formación y cambio de las
actitudes (Eagly y Chaiken, 1993; Oskamp, 1991; Ronis, Yates y Kirscht, 1989). Se
asume que cuando una persona obtiene información acerca del objeto actitudinal
por experiencia directa o indirecta, formará unas creencias acerca de éste como
resultado de un proceso cognitivo. En relación con la donación de órganos la mayor
parte de la población tendrá sólo una experiencia indirecta con el tema, por lo que
es más probable que la actitud hacia la donación se forme sobre una base cognitiva
(v.g. a través de noticias en prensa, documentales televisivos, comentarios de
amigos o vecinos, folletos, etc.), salvo en el caso de quienes han vivido la
experiencia previa de donar los órganos de un familiar. A partir de la información
que obtiene la persona desarrollará unas creencias acerca de la conducta, que
puede manifestar a través de respuestas evaluativas (v.g. “creo que donar órganos
salva la vida a muchas personas”; “creo que donar órganos evita sufrimientos a las
personas que necesitan un trasplante”). La respuesta evaluativa une el objeto
actitudinal, en este caso la donación de órganos y tejidos, a atributos positivos o
negativos tales como salvar vidas o evitar sufrimientos. Si la información recibida es
inadecuada o insuficiente, la persona también puede formar creencias erróneas (v.g.
“creo que la muerte cerebral significa posibilidad de vida”; “creo que la extracción de
los órganos deforma el cuerpo del fallecido”). Las creencias que se generan
conducen a que la persona tienda a evaluar la donación de órganos en un continuo
de desfavorabilidad/favorabilidad, es decir, conduce a la formación de una actitud (a
través de una escala tipo Likert se puede observar en qué punto del continuo se
sitúa, v.g. “estoy completamente de acuerdo con la donación de órganos”). Esta
actitud interviene en el proceso de toma de decisión a partir del cual se genera una
intención de actuar respecto a la donación, la cual, a su vez, conduce a una
conducta.
En el proceso de toma de decisión, bajo condiciones adecuadas, la persona
tendrá en cuenta su actitud hacia la donación, pero si no la ha formado previamente,
evaluará cada creencia positiva o negativa hacia la conducta de donar y de no
donar, sopesando cada alternativa de actuación. En este proceso también
intervendrá la percepción de control que se posea sobre la conducta, en función de
los recursos y oportunidades de que disponga para llevarla a cabo (v.g.
B. RANDO54
competencias personales, información, tiempo, conocimiento sobre el procedimiento
para realizar la conducta, etc.), de forma que si la actitud es favorable, pero estima
que no posee los recursos necesarios, es más probable que decida no donar. En
caso contrario, es decir, si considera que dispone de recursos, es más probable que
adopte una decisión positiva. Si ninguna de las dos alternativas le parece mejor, la
persona quedará indecisa. El resultado del proceso será una decisión reflexionada
en la medida en que la donación sea una cuestión relevante para quien decide y
siempre que haya tenido tiempo suficiente para tomarla. La decisión implica una
intención de actuar en un sentido determinado, es decir, el deseo de donar o de no
donar. Suponiendo que la intención es de donar, la percepción de control sobre la
conducta o autoeficacia también afecta al intento de llevarla a cabo.
Ajzen y Fishbein (1980) consideran que en este proceso las variables de tipo
demográfico, de personalidad, etc., sólo afectan a la conducta a través de la actitud
o de la intención de actuar. No obstante, Horton y Horton (1990, 1991) han obtenido
modelos en los que la donación de sangre, otra conducta prosocial, afecta
directamente a la firma del carnet.
El proceso descrito podría ser el que lleva a donar los órganos y tejidos tras la
muerte. Sin embargo, hay que establecer unos matices. En primer lugar, la donación
tras la muerte posee unas características especiales que se deben tomar en
consideración. En segundo lugar, en el ámbito de la donación, toda persona puede
decidir sobre la donación de los órganos propios y sobre la donación de los órganos
de un familiar fallecido. Ambas conductas comparten características, pero difieren
en otras. Entre las similitudes, ambas son conductas prosociales y, como tales, la
persona debe percibir la necesidad de los otros, identificar cuál es la conducta de
ayuda y reconocer su capacidad de asistencia para activar los factores que motiven
la toma de decisión. Entre los factores motivacionales no sólo se encontrarán
procesos cognitivos como la evaluación de las consecuencias de la asistencia y no
asistencia, sino que es muy probable la contribución de factores emocionales (v.g.
empatía o simpatía hacia quienes necesitan un trasplante), así como de algunas
características de personalidad (v.g. percepción de generosidad, nivel de
autoestima, etc.), sin olvidar que la situación o contexto en el que se genera la
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 55
necesidad de asistencia determinará en cierta medida los procesos que intervengan.
Respecto a la frecuencia con que pueden llevarse a cabo estas conductas, la
donación de los órganos propios sólo puede realizarse una vez y la probabilidad de
repetir la donación de órganos de un familiar es pequeña, a diferencia de otras
conductas prosociales tales como donar dinero o donar sangre. Por último, su
relación con la muerte implica que toda persona que ha decidido donar, tanto los
órganos propios como los de un familiar, ha aceptado su propia mortalidad y la de
sus seres queridos. En este sentido, las creencias que posea una persona en torno
a la muerte afectarán a la decisión que tome y, por tanto, a la conducta (v.g. creer
que la muerte cerebral significa posibilidad de vida, creer en la resurrección física
después del fallecimiento, etc.).
Respecto a las diferencias entre ambas formas de donación, en primer lugar,
la donación de órganos propios es una conducta que la persona no puede llevar a
cabo directamente, aunque decida que quiere donar sus órganos, ya que en
definitiva dependerá de las circunstancias del fallecimiento y de la respuesta de los
familiares en el momento de la petición de órganos. Por tanto, además es una
conducta demorada y la persona desconoce si se hará efectiva algún día. Sin
embargo, se han encontrado formas alternativas de conducta a través de las cuales
se puede dejar constancia expresa del deseo de donar, y con ello se considera a
quien las lleva a cabo como donante de órganos y tejidos. Como se ha indicado en
un apartado previo, en un principio los ciudadanos podían inscribirse en un registro
o censo de donantes, pero posteriormente comenzó el uso del carnet de donante de
órganos y tejidos (y la licencia de conducir, en algunos países) como medio de
expresión de la conducta de donar. No obstante, puesto que es la familia la que
toma la decisión y la que da una respuesta afirmativa o negativa a la donación,
transmitir el propio deseo a los familiares también podría considerarse como
expresión de donación. En definitiva, la propia persona no puede llevar a cabo
directamente la donación de sus órganos, pero existen alternativas que se
interpretan como la conducta de donar, habiéndose puesto en los últimos años
especial énfasis en la firma del carnet de donante y en la firma del consentimiento
de donación en la licencia de conducir (en adelante se emplea la expresión “carnet
de donante” para ambos documentos).
B. RANDO56
Respecto a la donación de órganos de un familiar, se trata de una conducta
completamente inmediata a la decisión, cuando se adopta en el mismo momento de
la petición. Asimismo, este tipo de decisión y respuesta suponen una
responsabilidad distinta de la que implican los órganos propios. En el caso de
conocer el deseo del difunto, probablemente la persona percibe que su
responsabilidad en la decisión es menor y actúa acorde con él, pero si desconoce la
decisión del difunto, el peso del resto de variables influyentes sobre ambas será
mayor. En este último caso, es probable que otras variables tales como las
características de personalidad del fallecido, sus valores personales, sus creencias
religiosas, etc., así como las variables situacionales de dolor por el fallecimiento de
un ser querido, la presión de tiempo, la deliberación en el grupo familiar, percepción
del trato recibido en el hospital, y muy especialmente cómo se desarrolle la
entrevista de petición, tengan un peso importante en la decisión y en la respuesta
afirmativa o negativa a la donación. Esta experiencia directa, ausente en el caso de
decidir sobre los órganos propios (salvo que se haya experimentado la donación de
los órganos de un familiar fallecido) lleva consigo un fuerte componente emocional
que puede afectar a la actitud, formada o no previamente, a la intención y, por tanto,
a la conducta. De hecho, se tiene evidencia de que la probabilidad de ayuda
aumenta o disminuye en las personas afligidas en función de que su atención se
dirija hacia el problema de los otros o hacia su propia tristeza, respectivamente
(Salovey, Mayer y Rosenhan, 1991).
En definitiva, se asumen tres conductas: la donación de los órganos propios,
que no puede llevar a cabo directamente la persona, la firma del carnet o registro en
un censo, como sustitutas de la anterior, y la donación de órganos de un familiar.
Las características que poseen estas conductas y el conocimiento de los diversos
factores que pueden motivar la conducta prosocial, llevan a sospechar que los
procesos por los que se llega a una decisión y a la realización de las conductas
difícilmente serán tan simples como los que pueden explicar otras típicamente
estudiadas desde la psicología social (v.g. votar en las elecciones, usar el cinturón
de seguridad, etc.).
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 57
Como se ha mencionado, estas conductas son distintas unas de otras, por lo
que probablemente las variables que les afectan, directa o indirectamente, no
coincidan plenamente, siendo necesaria su identificación. Asimismo, el proceso
básico descrito que subyace a los modelos de la relación entre actitud, intención y
conducta muestra que la mayor parte de variables influyen sobre la conducta a
través de la actitud o de la intención de actuar, y que esta última es el mejor
predictor de la conducta. Por tanto, el estudio de las variables que afectan a las
decisiones y el estudio de las intenciones de actuar permitirá en gran medida la
generalización de los hallazgos a las respectivas conductas. En este sentido, será
muy valioso analizar también la decisión de firmar un carnet de donante, la cual ha
recibido menor atención entre los autores a pesar de que su estudio puede arrojar
luz al hecho de que existiendo un elevado número de ciudadanos con intención de
donar sus órganos, sólo un pequeño porcentaje esté censado como donante o
posea carnet. Probablemente, si Horton y Horton (1990, 1991) hubieran considerado
la intención de firmar el carnet en su modelo, además de la intención de donar los
órganos propios (lo que implica dos procesos de toma de decisión), habrían
obtenido un mejor ajuste a los datos.
La decisión que realmente interesa en el proceso de obtención de órganos es
la referente a donar los órganos de un familiar fallecido, pero no deja de ser
importante decidir sobre los órganos propios y, por tanto, sobre inscribirse en el
censo o hacerse el carnet, ya que probablemente ejerzan una influencia sobre la
decisión de los familiares en el hospital. Así, sería conveniente hacer una revisión de
los estudios realizados en torno al tema y sobre las variables que se asocian a cada
una de las intenciones. El siguiente apartado se centra en este aspecto, así como
en la exposición de los resultados encontrados en los estudios llevados a cabo
sobre personas que han emitido ambas conductas, es decir, personas que han
tenido que dar una respuesta sobre la donación de los órganos de un familiar y
personas que se han inscrito como donantes o tienen carnet de donante de
órganos. Estos estudios permiten comprobar si las variables asociadas a las
intenciones son similares a las asociadas a las conductas.
B. RANDO58
5. VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD, INTENCIÓN Y CONDUCTA
DE DONAR
Los estudios encontrados en la literatura se han realizado fundamentalmente
en la población general, estudiantes, personal sanitario de las diversas categorías
profesionales, y personas que han vivido la experiencia de dar una respuesta sobre
la donación de órganos de un familiar fallecido (denominados decisores). También
hay algunos estudios en minorías étnicas, pero son menos frecuentes.
En España, las investigaciones llevadas a cabo sobre la población general
han sido dos encuestas nacionales (Martín, Martínez y López, 1995; Rosel et al.,
1996), de las cuales, el estudio de Rosel et al. (1996) incluye una comparación entre
Comunidades Autónomas. Otros estudios sobre la población general se han
realizado, uno en la Comunidad de Madrid (Martín, Martínez y Manrique, 1991) y
dos en la provincia de Málaga (Blanca, Frutos y Rando, 1994; Blanca, Frutos y
Rosel, 1993). Ninguna investigación previa se ha centrado exclusivamente en la
Comunidad Autónoma de Andalucía, cuya población general es la población objetivo
del presente trabajo.
Las investigaciones que se citan a continuación, realizadas tanto dentro como
fuera de España, datan desde 1974 hasta la actualidad; en estas dos décadas tiene
lugar la consolidación de los trasplantes y un cambio significativo en la formación de
los profesionales sanitarios, por lo que los resultados se deben considerar dentro de
un contexto sociohistórico. Asimismo, la mayoría de los estudios se centran en la
donación de órganos y, específicamente, en los órganos propios. La razón por la
que los tejidos quedan relegados a un segundo plano puede ser el hecho de que en
general la utilidad de este tipo de trasplantes es mejorar la calidad de vida de los
enfermos, mientras que la mayor parte de trasplantes de órganos tienen como fin
salvar la vida de éstos.
La exposición de los resultados de las investigaciones se inicia con los
referentes a la actitud general y la intención de donar los órganos propios, intención
de hacerse el carnet de donante y la intención de donar los órganos de un familiar
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 59
fallecido, junto con las variables estudiadas en relación con éstas. Posteriormente,
se exponen los estudios cuyo objetivo es comparar a las personas que han llevado a
cabo la conducta de firmar el carnet de donante de órganos y tejidos o que se han
inscrito en el censo de donantes, con aquéllas que no lo han hecho. Igualmente, se
revisan los estudios sobre los decisores, es decir, personas que han dado una
respuesta sobre la donación de órganos y tejidos de su familiar en una entrevista de
petición.
B. RANDO60
5.1. ACTITUD GENERAL E INTENCIÓN RESPECTO A LA DONACIÓN DE
ÓRGANOS Y TEJIDOS
Las investigaciones revelan que casi la totalidad de la población general
mantiene una actitud favorable hacia la donación de órganos a nivel nacional y a
nivel de la Comunidad de Andalucía, con un 94,9% y un 96,2% de encuestados que
manifiestan estar de acuerdo con la donación, respectivamente (Rosel et al., 1996).
Asimismo, una encuesta realizada en Málaga hace unos años muestra un 78,9% de
ciudadanos que apoyan esta conducta prosocial (Blanca, Frutos y Rosel, 1993). Los
resultados son similares en la población general extranjera y en personal sanitario
español y de otros países (Beasley et al., 1997; Coleman-Musser, 1997; Falvo,
Woehlke y Tippy, 1987; Frutos et al., 1992; Pearson y Zurynski, 1995; Prottas y
Batten, 1988; Roels et al., 1997; Wight, 1997).
Por lo que se refiere a la intención de donar los órganos propios, el estudio
llevado a cabo por Rosel et al. (1996) a nivel nacional indica que el 85,5% de
españoles encuestados donaría sus órganos, intención que se mantiene en
Andalucía, con un 86,9% decidido a donar. Por su parte, la encuesta administrada
por Martín, Martínez y López (1995) muestra sólo un 58,5% que donaría. Estos
resultados tan dispares pueden deberse a la medición realizada en cada estudio de
la intención de donar. Mientras que en el primero se utiliza una escala graduada tipo
Likert de siete puntos, en el segundo las alternativas de respuesta son “soy
donante”, “no soy donante, pero estaría dispuesto a serlo”, “no soy donante y
tampoco estaría dispuesto a serlo” y “no contesta”, es decir, el mismo ítem abarca
personas que han realizado la conducta y el propósito de las que no la han
realizado. La ausencia de graduación en la respuesta puede llevar a un mayor
número de personas que prefieren no contestar (en este caso un 17,9%) a
seleccionar una respuesta contundente. En otros países una mayoría o casi la
totalidad de encuestados donaría sus órganos (Domínguez et al., 1991; Wakeford y
Stepney, 1989); en algunos casos estas tasas se mantienen sólo si la donación es
para los familiares (Shaheen et al., 1997).
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 61
Entre el personal sanitario las cifras son elevadas, tanto dentro como fuera de
España (Abbud-Filho, 1997; Beasley et al., 1997; Coleman-Musser, 1997; Falvo,
Woehlke y Tippy, 1987; Frutos et al., 1992; Prottas y Batten, 1988; Wight, 1997),
aunque en algunas investigaciones se ha encontrado que la aceptación de la
donación está en función del órgano del que se trate (Pearson y Zurynski, 1995;
Wakeford y Stepney, 1989).
Por lo que se refiere a la intención de hacerse el carnet de donante de
órganos, una encuesta realizada en Málaga muestra que sólo el 29,3% de la
población se haría el carnet, mientras que un 12% no se lo haría y un 58,6%
muestra indecisión (Blanca, Frutos y Rando, 1996). Estas cifras son similares a las
obtenidas en otros estudios (Manninen y Evans, 1985; Harris et al., 1990; Parisi y
Katz, 1986).
En relación con la intención de donar los órganos de un familiar fallecido, se
ha examinado la pretensión de hacerlo en la población general cuando se conoce la
actitud o el deseo del fallecido respecto a la donación de órganos, y cuando se
desconoce su actitud o decisión, que es lo habitual en las situaciones reales de
petición. En el primer caso, y bajo la hipótesis de conocer una actitud favorable del
fallecido, el 98% de una muestra de malagueños donaría los órganos de su familiar,
pero sólo el 13% lo haría bajo el supuesto de una actitud desfavorable del difunto.
Estos resultados indican que las personas suelen tomar una decisión acorde con la
actitud o el deseo de su familiar. Cuando se desconoce la actitud o la decisión del
familiar fallecido, sólo el 56% de encuestados donaría (Rando, Blanca y Frutos,
1994). Probablemente, ante el desconocimiento y temor a equivocarse, la persona
adopta una decisión conservadora y, por tanto, negativa a la donación,
especialmente si no posee otros criterios que apunten la donación como la
alternativa más adecuada. La encuesta llevada a cabo por Rosel et al. (1996),
donde no se ha introducido el matiz de conocer o no la opinión o decisión del
familiar, indica un 73,4% de entrevistados que donarían, un 7,2% que no lo haría y
un 19,4% de indecisos, mientras que en Andalucía el 85,5% donaría, un 8,7% se
mantiene indeciso y el 5,8% decide no donar. En otros países las cifras son
variadas, pero las correspondientes a una decisión positiva siempre son mayores a
B. RANDO62
la mitad de encuestados (Domínguez et al., 1991; Evers, Farewell y Halloran, 1988;
Manninen y Evans, 1985; Shaheen et al., 1997).
Entre el personal sanitario también se observan diversos porcentajes. En
Málaga, aproximadamente la mitad de una muestra, que incluye desde personal de
limpieza y mantenimiento hasta médicos (exceptuando los profesionales
relacionados con el trasplante renal) donaría los órganos de un hijo (Frutos et al.,
1992). En el extranjero se encuentra una decisión positiva unánime o casi unánime
(Coleman-Musser, 1997; Pearson y Zurynski, 1995).
5.1.1. VARIABLES PERSONALES
Diferentes estudios han demostrado la existencia de variables
sociodemográficas relacionadas con la actitud hacia la donación y trasplante de
órganos y la intención de donar los órganos propios. En los estudios llevados a
cabo, la edad ha mostrado ser relevante, indicando la mayoría que entre los más
jóvenes y de mediana edad hay un porcentaje más alto de personas con intención
de donar los órganos propios y de un familiar fallecido (Blanca, Frutos y Rosel,
1993; Frutos et al., 1992; Gallup Organization, 1993; Manninens y Evans, 1985;
Martín, Martínez y López, 1995; Roels et al., 1997; Sanner, 1994), sin obtener
diferencias significativas en el propósito de firmar un carnet (Blanca, Frutos y Rando,
1996). Asimismo, hay más personas decididas a donar sus órganos y los de un
familiar entre quienes tienen mayor nivel de estudios (Blanca, Frutos y Rosel, 1993;
Manninens y Evans, 1985; Martín, Martínez y López, 1995; Sanner, 1994) y, en
otros países, se obtienen diferencias según el origen étnico de los encuestados, con
un mayor propósito de donar los órganos propios y de un familiar entre los blancos
frente a otros grupos raciales (Cleveland, 1975; Manninens y Evans, 1985; Prottas,
1983). Por lo que se refiere al sexo, generalmente no se obtienen diferencias en el
deseo de donar los órganos propios, de hacerse el carnet y de donar los órganos de
un familiar (Blanca, Frutos y Rando, 1996; Blanca, Frutos y Rosel, 1993; Manninens
y Evans, 1985; Rosel et al, 1995, 1996), aunque un estudio muestra un mayor
número de mujeres que donarían (Östergren y Gäbel, 1993). Por el lugar de
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 63
residencia (capital o provincia) y el estado civil tampoco se encuentran diferencias
en la decisión de donar los órganos propios entre los malagueños, aunque sí en el
propósito de donar órganos de un familiar, con mayor número de ciudadanos que
donarían entre los solteros y los que viven en la capital (Blanca, Frutos y Rosel,
1993). También se ha examinado la relación entre el estado civil y la decisión de
firmar el carnet de donante, apareciendo ambas variables como independientes
(Blanca, Frutos y Rando, 1996).
5.1.2. CREENCIAS RELIGIOSAS
Las investigaciones llevadas a cabo en España en la población general
muestran que los católicos practicantes y no practicantes no difieren en la intención
de donar los órganos propios ni los de un familiar. Asimismo, aunque pocas de las
personas encuestadas reconocen una gran influencia de la religión en su postura
personal hacia la donación, hay más personas que perciben esta influencia entre los
que practican su religión (Blanca, Frutos y Rosel, 1993). Tampoco se ha observado
relación entre las creencias religiosas y el propósito de firmar el carnet de donante
(Blanca, Frutos y Rando, 1996). Los resultados se replican con profesionales
sanitarios respecto a las intenciones de donar los órganos propios y de un familiar
(Frutos et al., 1992). Por otro lado, Martín, Martínez y López (1995) encuentran que
los españoles encuestados que conceden mucha importancia a la religión en su vida
son más reticentes a la donación de los órganos propios y de un familiar, y hay un
mayor porcentaje con el propósito de donar entre los que le dan una importancia
moderadamente alta (Martín, Martínez y López, 1995). Una encuesta a estudiantes
universitarios malagueños indica que no existe relación significativa entre las
intenciones de donar los órganos propios, de hacerse el carnet y de donar los
órganos de un familiar fallecido de los estudiantes y su actitud hacia las normas
religiosas y la importancia otorgada a las prácticas y valores religiosos en la propia
familia (Rando, Blanca y Frutos, 1995). En otros países se tiene evidencia de que
las personas no creyentes en Dios o en una vida posterior muestran con mayor
frecuencia propósito de donar sus órganos (Sanner, 1994) y que normalmente
quienes poseen creencias positivas respecto a la donación no desean el cuerpo
B. RANDO64
intacto para la resurrección o una vida posterior (Matten et al., 1991), ni suelen
existir objeciones de tipo moral o religioso al trasplante de órganos procedentes de
fallecidos entre quienes tienen intención de donar (Wakeford y Stepney, 1989).
Puesto que cada una de las investigaciones analizan aspectos distintos en
torno a la religiosidad, los resultados expuestos no son necesariamente
contradictorios. Es posible que el elemento influyente en la intención de donar los
órganos propios y de un familiar sea la importancia que concede el propio individuo
(no su familia) a estas creencias en su vida. Aunque las distintas religiones suelen
transmitir valores morales relacionados con la ayuda a los demás, algunas ideas,
como la resurrección física tras la muerte, pueden conducir a renunciar a la
donación por interpretarla como un atentado contra la integridad del cuerpo (Parisi y
Katz, 1986). Es posible que ideas de este tipo sean las que expliquen los resultados
obtenidos por Martín, Martínez y López (1995). De hecho, se observa que en
ocasiones los encuestados no donarían sus órganos con objeto de mantener el
cuerpo íntegro para la resurrección, aunque otro argumento que se sostiene es
creer que la donación está en contra de la propia religión o de Dios (Hessing y
Elffers, 1986; René et al., 1995), cuando en realidad la mayor parte de las religiones
se muestran favorables a la donación de órganos y tejidos o, al menos, no se
oponen a ésta (Strick, 1990). Habría que conocer cuáles de los aspectos anteriores
tienen mayor peso en la vida de las personas que manifiestan que sus creencias
religiosas influyen sobre su decisión.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 65
5.1.3. ASPECTOS RELACIONADOS CON LA MUERTE Y LA MANIPULACIÓN
SOBRE EL CUERPO
Diversos estudios tanto nacionales como internacionales han encontrado
relación entre los ritos de enterramiento y la decisión respecto a la donación de
órganos (Blanca, Frutos y Rosel, 1993; Frutos et al., 1992; Pearson y Zurynski,
1995; Rando, Blanca y Frutos, 1995; Rosel et al., 1996; Sanner, 1994), de forma
que las personas que suelen mostrar preferencia por el sistema tradicional de
enterramiento, es decir, la inhumación del cadáver, manifiestan con menor
frecuencia intención de donar en comparación con las personas que prefieren la
incineración, quienes en un mayor porcentaje donarían sus órganos y los de un
familiar fallecido. Es posible que estos resultados estén relacionados con el interés
por mantener el cuerpo íntegro. En este sentido, se ha examinado la actitud de los
ciudadanos hacia los procedimientos que implican manipulación sobre el cuerpo sin
vida, como por ejemplo la autopsia. Este tipo de cuestiones proporciona una
información muy valiosa puesto que en la donación de órganos se realiza una
manipulación sobre el cuerpo. En general, las personas que están de acuerdo con la
práctica de la autopsia suelen manifestar intención de donar sus órganos, de
hacerse el carnet de donante y de donar los órganos de un familiar fallecido. En
concordancia, una encuesta llevada a cabo por la Organización Gallup (1993) pone
de manifiesto que una mayor proporción de personas con una actitud desfavorable
hacia la donación desean mantener el cuerpo íntegro tras la muerte, ya que según
éstas es importante que la persona sea enterrada con “todas las partes de su
cuerpo”. Asimismo, se observa que quienes no donarían sus órganos puntúan más
alto en miedo a la mutilación, frente a los que donarían (Nolan y Spanos, 1989).
Quizá la percepción que se tenga sobre el cuerpo contribuye a estos resultados.
Belk (1990) sugiere que la percepción del cuerpo como un jardín donde los órganos
pueden ser cosechados e implantados, o como una máquina cuyas piezas puedan
ser repuestas, favorece la donación, frente a su percepción como parte central de la
propia identidad o como templo sagrado de Dios.
B. RANDO66
Por otro lado, las personas favorables a la donación de órganos suelen
pensar que se obtiene algo positivo de la muerte de una persona con la donación,
idea que es menos frecuente entre quienes mantienen una actitud opuesta (Gallup
Organization, 1993).
5.1.4. CONOCER A UNA PERSONA CON TRASPLANTE O EN LISTA DE
ESPERA
Parece que el hecho de conocer a alguien que necesita un trasplante o que
ha recibido un órgano está relacionado con el propósito de donar los órganos
propios, de hacerse el carnet de donante y de donar los órganos de un familiar
fallecido (Blanca, Frutos y Rosel, 1993; Coleman-Musser, 1997; Frutos et al., 1992;
Martín, Martínez y López, 1995; Rando, Blanca y Frutos, 1995; Rosel et al., 1996).
Es posible que esta experiencia directa constituya una vía de información o que
sensibilice a las personas hacia la donación. El estudio de Domínguez et al. (1991)
muestra que no existen diferencias significativas en el grado de información sobre
donación y trasplante entre quienes conocen a un amigo o familiar en lista de espera
y quienes no conocen a alguien bajo estas circunstancias. Sin embargo, las
personas cuyo amigo o familiar ha recibido un trasplante poseen mayor información
sobre esta técnica que quienes no tienen esta experiencia. En todo caso, como se
ha indicado previamente, para que se inicie la toma de decisión de asistir a otra
persona se debe tener consciencia de su necesidad, a partir de lo cual bien la
empatía, las autoevaluaciones, el malestar ante la aflicción del otro, etc. pueden
motivar una decisión positiva.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 67
5.1.5. CONOCIMIENTOS SOBRE DONACIÓN Y TRASPLANTE. CREENCIAS
ERRÓNEAS Y PREOCUPACIONES DERIVADAS DEL GRADO DE
INFORMACIÓN
Algunos estudios muestran la existencia de una asociación positiva entre el
grado de información sobre donación y trasplante y la intención respecto a la
donación (Blanca, Frutos y Rando, 1994). Estos resultados parecen razonables
puesto que a partir de la información que se obtiene, bien por experiencia directa o
indirecta, se forman las creencias, las cuales confluyen en la formación de una
actitud, cuya relación con la intención de actuar y la conducta misma se ha
analizado en un apartado previo. Si la información que se posee es adecuada y
suficiente, las creencias también serán acertadas, pero en caso contrario, la persona
desarrollará creencias erróneas que pueden actuar como barrera para la donación.
En relación con la donación de órganos y tejidos tras la muerte se ha analizado el
conocimiento sobre diversos aspectos, así como las creencias erróneas,
preocupaciones y actitudes relativas a los mismos.
Aspectos relacionados con el proceso de donación-extracción-trasplante
Entre los aspectos relacionados con la donación y trasplante de órganos que
pueden condicionar la actitud y la intención de donar de los ciudadanos, el
diagnóstico de muerte merece una especial atención, ya que con frecuencia se
desconoce el concepto de muerte cerebral o no se comprende y, como
consecuencia, surge la creencia errónea de que los médicos realizan un diagnóstico
de muerte cuando el paciente aún está vivo. En este sentido se ha comprobado que
un alto porcentaje de personas relacionan la muerte cerebral con posibilidad de vida
o confunden el concepto con los signos de la muerte cardíaca (Blanca, Frutos y
Rando, 1994; Blanca, Rando y Frutos, 1994; Gallup Organization,1993; Horton y
Horton, 1990; Jasper et al., 1991; Shanteau y Linin, 1990) y creen que se producen
errores médicos en el diagnóstico de muerte cerebral (Rosel et al., 1996). Aún más,
algunos sectores piensan que existen presiones del equipo de trasplante que
pueden apresurar el diagnóstico de muerte (Wakeford y Stepney, 1989) o que se
B. RANDO68
produce adelanto en el certificado de muerte en caso de donación (Falvo, Woehlke y
Tippy, 1987; Frutos et al., 1992).
Los estudios que han analizado la relación entre las creencias de este tipo y
las intenciones de donar muestran que el temor a la posibilidad de una extracción
prematura de los órganos constituye una barrera para la donación (Martín, Martínez
y López, 1995; Sanner, 1994) y para la intención de hacerse el carnet de donante de
órganos (Nolan y Spanos, 1989; Parisi y Katz, 1986), aunque no de forma
consistente para esta última variable criterio (Blanca, Frutos y Rando, 1996), y que
es más frecuente el deseo de donar los órganos propios, de un familiar y de hacerse
el carnet entre quienes piensan que no existen irregularidades en el diagnóstico de
muerte (Rando, Blanca y Frutos, 1995).
Respecto a la extracción de los órganos y tejidos también existe un
desconocimiento general. Por un lado, se desconoce el criterio para la extracción,
con una mayoría que piensa que el fallecido debe tener el carnet, mientras que un
porcentaje menor sabe que depende de la familia (Gallup Organization, 1993).
Tampoco se sabe cómo afecta la extracción al aspecto estético del fallecido
(Blanca, Frutos y Rando, 1994), y se observa que hay más personas preocupadas
por la idea de una desfiguración del fallecido entre quienes poseen una actitud
negativa hacia la donación (Gallup Organization, 1993) y un menor porcentaje
decidido a donar sus órganos entre quienes se encuentran preocupados por esta
idea (Frutos et al., 1992; Rosel et al., 1996). Por último, se posee evidencia del
desconocimiento de cómo afecta la extracción al desarrollo del funeral (Blanca,
Frutos y Rando, 1994); a diferencia de la población malagueña, una gran mayoría
de norteamericanos encuestados saben que la donación no es un inconveniente
para el funeral (Gallup Organization, 1993). Además de la desinformación, se
observan indicios de cierta desconfianza en la labor de los profesionales sanitarios,
que se deduce de la incertidumbre manifestada por los encuestados respecto al
trato que puede recibir el donante en el hospital (Basu, Hazariwala y Chipman,
1989).
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 69
Finalmente, también existen falsas creencias relacionadas con la distribución
de los órganos donados (Frutos et al., 1992; Rando, Blanca y Frutos, 1995; Rosel et
al., 1996), observándose una relación positiva entre pensar que no existen
irregularidades en la distribución de los órganos y la intención de donar los órganos
propios, de hacerse el carnet de donante y de donar los órganos de un familiar
fallecido. Entre los norteamericanos se cree que el nivel socioeconómico del
enfermo determina la oportunidad de recibir un trasplante y también algunos
piensan que se produce discriminación racial y que existe comercio de órganos en
su país (Gallup Organization, 1993). Incluso se ha observado que teniendo la misma
cantidad de información sobre donación y trasplante, las personas favorables a la
donación creen en la distribución equitativa de los órganos, mientras que las que
están en contra no lo creen y manifiestan una desconfianza general en los médicos
(Peters et al., 1996), la cual se refleja igualmente en la duda de algunos sobre si los
órganos donados serán usados para trasplante (Basu, Hazariwala y Chipman,
1989). Estos últimos resultados evidencian en qué medida la confianza en la labor
del personal sanitario puede condicionar las creencias que se poseen.
Estos resultados son una muestra clara de la desinformación sobre el
proceso y parecen sugerir que, como se viene demostrando, la decisión sobre la
donación está mediatizada por muy diversos factores, entre los cuales está la
confianza en la labor de los médicos y otros profesionales sanitarios. En la población
debe quedar claro que la muerte cerebral significa el fallecimiento del paciente y que
tanto para su diagnóstico como para la extracción de los órganos y su distribución
existen unos criterios que los profesionales cumplen rigurosamente. De esta forma
se estará transmitiendo una mayor confianza en estos últimos.
B. RANDO70
Donantes potenciales y órganos y tejidos susceptibles de ser donados
Sobre las personas potencialmente donantes, algunos estudios indican que
los ciudadanos saben que debe ser una persona sin enfermedad transmisible.
Igualmente, parece que los encuestados no consideran la edad como un
impedimento para la donación (Blanca, Frutos y Rando, 1994; Gallup Organization,
1993).
Por otro lado, los órganos y tejidos susceptibles de donación más conocidos
son el riñón, corazón, córnea e hígado, mientras que la piel, huesos y ligamentos
son los que menos se conocen (Blanca, Frutos y Rando, 1994; Manninen y Evans,
1985). Esto es razonable, ya que tradicionalmente se ha puesto mayor énfasis en
los trasplantes de órganos que en los de tejidos.
Consecuencias del trasplante para el receptor
Se ha observado una clara desinformación sobre las consecuencias del
trasplante para el receptor a nivel de costes económicos, ya que un gran número de
entrevistados piensa que el enfermo debe financiar la operación quirúrgica o no
sabe con certeza si es gratuita o no (Blanca, Frutos y Rando, 1994). Sin embargo,
los resultados difieren respecto al efecto del trasplante sobre la salud del enfermo,
ya que los encuestados reconocen que se salvan vidas y que mejora la calidad de
vida de quienes reciben un trasplante (Basu, Haraziwala y Chipman, 1989; Beasley
et al., 1997; Blanca, Frutos y Rando, 1994; Falvo, Woehlke y Tippy, 1987; Martín,
Martínez y López, 1995; Matten et al., 1991; Wight, 1997). Esta confianza en su
utilidad se observa en la aceptación mayoritaria o casi unánime del trasplante en
caso de necesitarlo (Gallup Organization, 1993; Östergren y Gäbel, 1993; Parisi y
Katz, 1986).
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 71
Actitud de la Iglesia hacia la donación y trasplante
Diversas investigaciones revelan que es más frecuente el desconocimiento de
la opinión de la Iglesia hacia la donación y trasplante (Blanca, Frutos y Rosel, 1993;
Frutos et al., 1992; Rosel et al., 1996; Shaheen et al., 1997) o que existe la creencia
de que las principales religiones no apoyan la donación de órganos (Horton y
Horton, 1990), a pesar de que realmente la mayoría de las religiones son favorables
o no se oponen (Strick, 1990). En Estados Unidos se ha encontrado un mayor
número de personas con este tipo de incertidumbre entre los católicos, a pesar de
que el desconocimiento generalizado detectado en la población hace unos años se
ha invertido (Gallup Organization, 1987, 1993).
Medios informativos sobre donación y trasplante
En general, los encuestados en la población general española suelen indicar
la televisión, prensa y radio como los medios por los que reciben más información
sobre donación y trasplante (Martín, Martínez y López, 1995). En otros países la
televisión, prensa y revistas son los protagonistas informativos (Evers, Farewell y
Halloran, 1988; Manninen y Evans, 1985; Meisler y Trachtman, 1989; René et al.,
1995), y los familiares y amigos, fuentes informativas adicionales (Gallup
Organization, 1993; Harris et al., 1990).
Percepción del grado de información sobre donación y trasplante
En la toma de decisión el conocimiento del que se dispone desempeña un
papel primordial para la elección de una u otra alternativa de actuación, pero es
posible que el punto de partida se encuentre en la consideración de poseer
elementos de juicio suficientes o insuficientes, es decir, en la valoración que realice
la persona del propio nivel de conocimiento. En este sentido, un alto porcentaje de
los encuestados piensa que tiene insuficientes conocimientos sobre el tema (Blanca,
Frutos y Rosel, 1993; Martín, Martínez y López, 1995) y entre los que se harían el
carnet una razón para no tenerlo aún es la falta de información (Blanca, Frutos y
B. RANDO72
Rando, 1996). En concordancia, hay un mayor número de personas con el propósito
de donar los órganos propios, de hacerse el carnet y de donar los órganos de un
familiar entre los que consideran que tienen un alto grado de información (Blanca,
Frutos y Rando, 1996; Blanca, Frutos y Rosel, 1993).
5.1.6. VARIABLES DE PERSONALIDAD Y PSICOSOCIALES
Se ha analizado en una muestra de estudiantes universitarios la relación
entre diversas variables psicológicas y las intenciones de donar los órganos propios,
de hacerse el carnet de donante y de donar los órganos de un familiar fallecido, sin
encontrar relaciones significativas entre tales variables y las dos primeras
decisiones. Sin embargo, sí se observa relación entre la intención de donar los
órganos de un familiar fallecido y el grado de introversión, grado de dependencia del
sujeto respecto al grupo, actitudes de tipo dogmático en las relaciones
interpersonales y grado en que se expresan libremente cólera y conflicto entre los
familiares. Aunque la relación obtenida es débil, los que donarían los órganos de un
familiar aparecen con una puntuación mayor en extroversión, más independientes
del grupo, menos radicales en sus relaciones con los demás y pertenecen a familias
en las que se expresan más libremente los conflictos (Rando, Blanca y Frutos,
1995). Las otras variables que no se relacionan con ninguna de las intenciones son
la ansiedad como rasgo de personalidad, el grado de socialización controlada,
actitudes de tipo hedonista, cohesión y expresividad en las relaciones familiares,
desarrollo familiar, estabilidad familiar, el grado de autoestima y el grado de
altruismo (medido por la frecuencia de diversas conductas de ayuda). Estas
variables se han medido a través del Cuestionario de Personalidad 16PF (Cattell,
1993), Escala Psicosocial Española (Giorgi y Seisdedos, 1985), la Escala de Clima
Social en la Familia (Moos, Moos y Trickett, 1989), la Escala de Autoestima de
Rosenberg (1973) y la Escala de Autoinforme de Altruismo de Rushton, Chrisjohn y
Fekken (1981). Esta última escala no analiza la motivación por la que se llevan a
cabo las conductas de ayuda, por lo que en realidad proporciona una puntuación
basada en la frecuencia de conductas prosociales.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 73
Aunque no se ha encontrado asociación entre la frecuencia de conductas de
ayuda y las intenciones objetivo, como se podría esperar de acuerdo con la literatura
sobre conducta prosocial (Eisenberg, 1986), se ha observado una relación positiva
entre pensar que la donación de órganos aumenta los sentimientos de orgullo y
estima hacia uno mismo y proporciona aprobación social (entre otras variables) y la
intención de hacerse el carnet de donante de órganos (Parisi y Katz, 1986), así
como entre pensar que el cuerpo no sirve tras la muerte y es preferible utilizarlo para
salvar vidas y el propósito de donar los órganos propios, de hacerse el carnet y de
donar los órganos de un familiar (Rando, Blanca y Frutos, 1995). Por otro lado, en la
población española un mayor porcentaje de encuestados señala la solidaridad como
razón más importante para donar, a la que le sigue la reciprocidad (Martín, Martínez
y López, 1995) y, en otras poblaciones, se indica el altruismo (Evers, Farewell y
Halloran, 1988). Estas variables representan algunas de las motivaciones existentes
entre los encuestados para tomar una decisión positiva respecto a la donación, de
las que unas supuestamente implican un beneficio unilateral para el necesitado y
otras implican un beneficio mutuo. El inconveniente en estos dos últimos estudios es
que los resultados pueden reflejar el efecto de la deseabilidad social sobre la
respuesta de los encuestados.
En torno a estos datos hay que establecer algunas puntualizaciones. En
primer lugar, salvo los dos últimos estudios señalados, los anteriores se han llevado
a cabo con estudiantes universitarios, quienes constituyen una población
homogénea con características especiales y, por tanto, los resultados obtenidos no
son generalizables a una población heterogénea. En segundo lugar, los procesos
que subyacen a la conducta prosocial son variados y se relacionan de forma
compleja. Cada individuo ha vivido su propio proceso de socialización y poseerá
diferentes habilidades y características de personalidad, sus normas y valores
personales, etc. La metodología de encuesta no permite profundizar en el análisis
de estas variables, cuyo estudio pormenorizado debe ser abordado desde otro tipo
de investigaciones, aunque sí puede informar de las normas sociales más
extendidas, con objeto de integrarlas en un programa de intervención para aumentar
las donaciones.
B. RANDO74
5.1.7. DONACIÓN DE SANGRE
La donación de sangre difiere de la donación de otros tejidos y de los órganos
porque se realiza en vida (también la médula ósea y, en ocasiones, fragmentos
óseos extraídos en intervenciones quirúrgicas). Además, la donación de sangre se
puede llevar a cabo con alta frecuencia y puede proporcionar un beneficio inmediato
a quien realiza este tipo de acción prosocial (v.g. sentimiento de orgullo).
Los estudios que han analizado la relación entre la donación de sangre y la
intención de donar los órganos tras la muerte han encontrado que existe un mayor
porcentaje de encuestados con intención de donar los órganos propios y los de un
familiar fallecido entre los donantes de sangre que entre los no donantes (Blanca,
Frutos y Rosel, 1993; Frutos et al., 1992). Aunque en el apartado anterior se
menciona que no se ha encontrado relación entre la frecuencia de diversas
conductas de ayuda y las respectivas intenciones, la donación de sangre es una
conducta prosocial más próxima a la donación de órganos, lo que puede explicar
estos otros resultados. Dada esta relación, se ha sugerido que se puede aumentar
el número de donantes de órganos a través de las acciones dirigidas a aumentar el
número de donantes de sangre (Piliavin, 1990).
5.1.8. TRANSMITIR LA ACTITUD O DECISIÓN PERSONAL A LA FAMILIA Y
CONOCER LA POSTURA O DECISIÓN DE LOS FAMILIARES CERCANOS
Tan sólo aproximadamente la mitad o menos de los encuestados en diversas
investigaciones han transmitido su actitud o decisión respecto a la donación de
órganos a su familia y se encuentran cifras similares de personas que conocen la
opinión de su pareja o personas allegadas (Blanca, Frutos y Rosel, 1993; Frutos et
al., 1992; Rando, Blanca y Frutos, 1994; Rosel et al., 1996). Además, se ha
encontrado una relación positiva entre haber dialogado con la familia sobre
donación, así como haber comentado la propia actitud, y las intenciones de donar
los órganos propios, de hacerse el carnet y de donar los órganos de un familiar
fallecido (Rando, Blanca y Frutos, 1995). Igualmente, se ha observado este tipo de
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 75
relación entre la postura familiar y la intención de la persona encuestada respecto a
la donación de los propios órganos y los de sus familiares, de forma que existe una
gran concordancia entre ambas, especialmente cuando se trata de una decisión
positiva para la donación (Blanca, Frutos y Rosel, 1993). Por último, como se ha
indicado previamente, el hecho de conocer la actitud o el deseo del familiar parece
determinante en la decisión de los encuestados respecto a la donación de los
órganos del primero en caso de fallecimiento, tanto para donar como para no donar.
Esta influencia se manifiesta igualmente bajo el supuesto de desconocer su opinión
o su decisión personal, caso en el que el porcentaje que donaría se reduce de forma
drástica (Rando, Blanca y Frutos, 1994).
En otros países, a diferencia de los datos obtenidos en España, una mayoría
de encuestados ha transmitido su decisión personal a sus familiares (Abbud-Filho,
1997; Coleman-Musser, 1997), aunque en ocasiones un porcentaje menor conoce la
intención de sus familiares al respecto. Asimismo, una gran mayoría de los que
tienen intención de donar pero que no han establecido una conversación con sus
familiares, está determinado a hacerlo, porcentaje que es inferior entre quienes no
quieren donar. Por último, aquellas personas que no quieren conversar con sus
familiares sobre el tema, generalmente no poseen una razón clara que lo justifique,
aunque algunas manifiestan que no desean hablar de la muerte con quienes les
rodean (Gallup Organization, 1993).
Algunos de los argumentos que pueden explicar la escasa comunicación
entre los familiares en relación con la donación de órganos, fundamentalmente en la
población española, pueden ser la falta de un diálogo familiar fluido y/o la tendencia
a eludir conversaciones relacionadas con la muerte. Si este diálogo existiera no
sería necesario el carnet de donante de órganos, ya que la conversación con la
familia constituye un medio apropiado para dejar constancia expresa no sólo de la
actitud sino de la decisión personal. Asimismo, el diálogo y discusión familiares
permiten conocer opiniones y deseos de los demás, y favorecen la reflexión, la
formación y cambio de actitudes y la toma de decisión.
B. RANDO76
5.1.9. RAZONES QUE JUSTIFICAN NO HABER FIRMADO EL CARNET
Se ha examinado la relación entre la intención respecto a la firma del carnet y
diversos argumentos que pueden explicar que no se haya firmado hasta el
momento, encontrándose que las principales razones entre las personas decididas a
hacerlo son la falta de información y no saber cómo conseguir el carnet, a pesar de
ser el grupo con mayor información sobre el proceso de obtención y distribución de
órganos. A diferencia de éstas, quienes han decidido no firmar el carnet indican en
mayor medida que las razones que lo justifican son creer que puede traer mala
suerte, no querer donar, sentir miedo y no querer pensar en la propia muerte. Por su
parte, las personas indecisas coinciden en las dos últimas razones del grupo
anterior, pero también un mayor número indica que hasta el momento no se ha
planteado hacerse el carnet (Blanca, Frutos y Rando, 1996). En otros países
también se han detectado como barreras el desconocimiento del procedimiento de
obtención del carnet, la creencia de que el carnet implica la firma de la propia
muerte, no querer pensar en la muerte y la preocupación por una atención médica
de menor calidad al poseer el carnet (Basu, Hazariwala y Chipman, 1989; Horton y
Horton, 1990, 1991; Schutte y Kappel, 1997). De las razones anteriores, la
información sobre donación y conocer los procedimientos para obtener el carnet son
requisitos que pueden afectar a la percepción de control sobre la conducta y, por
tanto, a que la intención se convierta en una conducta efectiva, por lo que es muy
significativo que sean las principales explicaciones que encuentran las personas
decididas a hacerse el carnet, mientras que en los otros grupos destacan otro tipo
de argumentos.
5.2. LA CONDUCTA DE DONAR
5.2.1.. LA INSCRIPCIÓN COMO DONANTE Y EL CARNET DE DONANTE
La inscripción de la persona en un censo de donantes o la firma de un carnet
implica el paso de la sola intención de donar los órganos propios a la constancia
expresa de ese deseo. Por esta razón, se consideran donantes a las personas que
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 77
realizan algunas de estas acciones. Además de esta función, se ha comprobado
que el carnet es útil para dar a conocer la condición de donante a las personas
cercanas, de quienes depende en todo caso la respuesta afirmativa o negativa a la
donación (Harris et al., 1990; Horton y Horton, 1993; Manninen y Evans, 1985). Esta
es una de las razones por las que se ha puesto tanto énfasis en que los ciudadanos
firmen un carnet de donante, aunque además es probable que el carnet
autorrellenable facilite el compromiso de un mayor número de personas que la
inscripción en un censo, ya que esta última alternativa requiere confianza en el uso
que puedan realizar otras personas de éste y la suspicacia probablemente reduce el
deseo de hacerse donante.
En España sólo un 4,6% de encuestados posee el carnet de donante o se
encuentra inscrito en el censo, y en Andalucía el 5,6% -en Málaga, un 6,8% de la
muestra encuestada unos años antes- (Blanca, Frutos y Rosel, 1993; Rosel et al.,
1996). Por tanto, existe una importante divergencia entre el propósito de donar los
órganos propios y la firma del carnet o inscripción, existente también en otros países
(Basu, Haraziwala y Chipman, 1989; Evers, Farewell y Halloran, 1988; Horton y
Horton, 1990; Perkins, 1987; Shaheen et al., 1997; Wakeford y Stepney, 1989),
aunque España se sitúa por debajo de la media europea y norteamericana (Martín,
Martínez y López, 1995). Al comparar estas cifras con el número de personas que
manifiestan intención de firmar el carnet la diferencia es menor, pero aún muy
evidente.
Aunque entre los profesionales sanitarios hay mayor número de donantes
(Frutos et al., 1992), la incongruencia se mantiene en este sector, de nuevo con
cifras superiores en el extranjero (Adams et al., 1993; McGough y Chopek, 1990;
Pearson y Zurynski, 1995).
Siguiendo la misma secuencia de exposición que para las intenciones, entre
las variables estudiadas en torno a las conductas de inscribirse en un censo de
donantes y firmar el carnet, no se han obtenido diferencias en la actitud hacia la
donación de órganos entre estudiantes que se inscriben como donantes y quienes
no lo hacen, pero se han observado diferencias en el porcentaje de encuestados
B. RANDO78
que poseen carnet de donante, en función de la edad, raza y nivel de estudios, con
resultados consistentes con los encontrados para las intenciones (Manninen y
Evans, 1985).
Por otro lado, se ha comprobado que los inscritos como donantes y quienes
no lo están no difieren en el determinante de su religiosidad, entendiendo que para
algunas personas su religiosidad viene determinada por la práctica del culto religioso
que realizan, mientras que para otras este determinante lo constituye su vivencia
interna de la religión (Amón, 1968, 1973; González, 1988). Tampoco se han hallado
diferencias en el compromiso religioso, ni en las creencias religiosas (Nolan y
McGrath, 1990; Nolan y Spanos, 1989), aunque se ha encontrado un mayor
porcentaje sin carnet que cree en la existencia de una vida tras la muerte (Simmons
et al., 1974).
En cuanto a las variables de personalidad y las relacionadas con la muerte, la
información recogida en cada estudio es distinta y en ocasiones contradictoria, lo
que hace difícil llegar a una conclusión clara sobre los hallazgos. En España,
González (1988) encuentra diferencias significativas en dos variables entre los
inscritos como donantes y los que no se han inscrito. Una es el grado de autoestima,
que se mide a través del cuestionario LEPAM (Castaño, 1982), y resulta mayor en el
grupo no inscrito. En algunas investigaciones previas se han obtenido estos mismos
resultados (Hessing y Elffers, 1986; entre otros). La otra variable en la que se
encuentran diferencias significativas es la perseverancia (o grado en que la persona
cree que pone los medios para alcanzar las metas propuestas), que también se
mide a través del cuestionario LEPAM, y respecto a la cual los estudiantes censados
como donantes presentan mayor puntuación. Este resultado es interesante, ya que
en el proceso que conduce a realizar una conducta tras tomar la decisión,
probablemente no sólo influyan los recursos disponibles sino la medida en que se
empleen estos recursos en el intento de llevarla a cabo. El resto de variables en las
que no se encuentran diferencias entre los grupos son locus de control, medido por
la escala I-E (García, 1983); actitudes hacia el cuerpo y actitud hacia la muerte,
evaluadas respectivamente por medio de una escala elaborada a tal efecto;
motivación de logro y esperanza de éxito (o grado en que la persona cree que
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 79
alcanzará las metas propuestas), ambas evaluadas a través del cuestionario
LEPAM; y el grado de altruismo, a través de la Escala de Autoinforme de Altruismo
(Rushton, Chrisjohn y Fekken, 1981), que mide la frecuencia de diversas conductas
de ayuda. Este último resultado es consistente con los encontrados en relación a las
intenciones de donar los órganos propios y de hacerse el carnet con el mismo
instrumento de medida (Rando, Blanca y Frutos, 1995), aunque no se obtiene
coincidencia con respecto a la autoestima. No obstante, en la literatura se observan
resultados no concluyentes en torno a esta variable (González, 1984).
En otros países, las investigaciones realizadas ponen de manifiesto que entre
los ciudadanos con carnet de donante hay un mayor porcentaje que realiza
conductas prosociales frente a quienes no lo tienen y que una motivación
mayoritaria para solicitar el carnet ha sido el deseo de ayudar a otros (Simmons et
al., 1974). Por otro lado, Nolan y McGrath (1990) realizan un estudio experimental
con estudiantes en el que exponen a cada grupo (con un número proporcional de
participantes con y sin carnet de donante) a un mensaje emocional y un mensaje
informativo, respectivamente. No encuentran diferencias significativas ni en función
del mensaje ni en función de poseer o no el carnet en ansiedad ante la muerte,
creencia en un mundo justo, deseabilidad social y empatía (Nolan y McGrath, 1990).
En un estudio similar, donde se sabe que el grupo sin carnet tenía intención de
donar, los resultados son los mismos (Nolan y Spanos, 1989). Sin embargo, se ha
comprobado, por otro lado, que quienes no poseen carnet, independientemente de
su intención, presentan mayor ansiedad ante la muerte, miedo a la propia muerte,
miedo a la muerte de otros y mayor ansiedad física que los que han firmado un
carnet. Por su parte, las personas que poseen el carnet puntúan más alto en
aceptación de la muerte (Robbins, 1990) y son menos las que desean la inhumación
como forma de enterramiento (Simmons et al., 1974).
En definitiva, las variables comunes a los estudios revisados son la
realización previa de conductas prosociales, ansiedad ante la muerte y aceptación
de la muerte. Respecto a las dos primeras variables encontramos resultados
contradictorios, mientras que los dos trabajos sobre aceptación de la muerte
coinciden en que las personas censadas como donantes o con carnet manifiestan
B. RANDO80
una mejor aceptación del final de su vida que quienes no han llevado a cabo estas
acciones.
Respecto al resto de variables examinadas, las diversas investigaciones
indican que las personas con carnet o censadas como donantes poseen mayor
grado de información o un correcto conocimiento de las consecuencias de tener el
carnet (Nolan y Spanos, 1989; Perkins, 1987), y entre ellas hay un mayor porcentaje
que ha donado sangre alguna vez (González, 1988; Simmons et al., 1974), que
conoce a otro/s donantes y a personas con necesidad de trasplante (González,
1988; Nolan y McGrath, 1990; Nolan y Spanos, 1989). Asimismo, superan a quienes
no tienen carnet en la percepción del grado de información poseída (Nolan y
Spanos, 1989; Nolan y McGrath, 1990), en haber dialogado sobre donación de
órganos con sus familiares (Evers, Farewell y Halloran, 1988; Nolan y McGrath,
1990; Nolan y Spanos, 1989) y en tener apoyo de sus familiares en su decisión
(Nolan y Spanos, 1989; Nolan y McGrath, 1990). Igualmente, se ha observado que
el conocimiento previo de los procedimientos para obtener el carnet es característico
de quienes lo firman (Perkins, 1987). Respecto a la percepción del propio estado de
salud, no se obtienen diferencias entre los grupos (Nolan y McGrath, 1990).
5.2.2. EL FALLECIMIENTO DE UN FAMILIAR Y LA RESPUESTA A LA PETICIÓN
DE SUS ÓRGANOS
A pesar del alto porcentaje de personas que manifiestan intención de donar
los órganos de un familiar fallecido, normalmente el número de decisores que
realmente donan es menor o, lo que es lo mismo, las cifras de negativas familiares a
la donación son mayores de lo que cabría esperar. Así, por ejemplo, en 1996, la
tasa media española de negativas parece acorde con la cifra de españoles que
donarían los órganos de un familiar según el estudio de Rosel et al. (1996), 24,8% y
73,4%, respectivamente, pero no ocurre lo mismo con el porcentaje de negativas en
Andalucía y las cifras relativas a la intención de donar de los andaluces,
produciéndose en ese año un 37,7% de negativas, frente al 85,5% de andaluces
que muestran intención de donar los órganos de un familiar en la encuesta de Rosel
et al. (Alonso, 1997; Organización Nacional de Trasplantes, 1997). En general, esta
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 81
incongruencia entre intención de actuar y conducta respecto a la donación se
observa en todos los países (Domínguez et al., 1991; MacKersie, Bronsther y
Shackford, 1991; Mohacsi, Herbertt y Thompson, 1993; Pearson y Zurynski, 1995;
Spital, 1996). Por ello, los estudios que analizan cómo se relacionan las variables
personales, creencias religiosas, etc. con la respuesta de los decisores permiten
comprobar si las variables que se asocian a la intención de donar órganos de un
familiar coinciden con las que se asocian a la respuesta a la donación en situaciones
reales. No obstante, es necesario considerar que no todas las variables estudiadas
en torno a la intención de donar los órganos de un familiar han sido estudiadas en
relación a la respuesta de los decisores.
En general, no se han encontrado diferencias entre decisores donantes y no
donantes en función del sexo, edad ni su parentesco con el fallecido (Frutos et al.,
1994), pero sí según el grado de estudios (Rosel, Frutos y Blanca, 1999), con un
mayor nivel en el grupo de donantes. Entre las variables que se han asociado a una
respuesta negativa de los familiares a la donación se han encontrado el origen
étnico (ser de raza negra), las creencias religiosas, no aceptar la muerte del
familiar, preocupación por la cirugía sobre el cuerpo del fallecido, inadecuada
comprensión del concepto de muerte cerebral, temor a la desfiguración del cuerpo o
su mutilación por la extracción de los órganos, miedo a ser privado del cuerpo, temor
a la existencia de irregularidades en la distribución o comercialización con los
órganos, presiones familiares contra la donación/división de decisiones en el
momento de la petición, desconocer el deseo del fallecido, conocer su deseo de no
donar y pensar que el difunto ya ha sufrido bastante (Blanca y Frutos, 1995a;
Coolican et al., 1997; Durand-Zaleski et al., 1996; Fernández et al., 1991; Frutos et
al., 1994; Jouan et al., 1996; McNamara et al., 1997; Morgan et al., 1997; Morton y
Leonard, 1979; Rosel, Frutos y Blanca, 1999). Asimismo, se tiene evidencia del
efecto de diversas variables relacionadas directamente con la experiencia
hospitalaria sobre la respuesta de los decisores. Estas variables son la percepción
de la información proporcionada sobre la evolución del familiar, la evaluación de las
actuaciones médico-quirúrgicas y la percepción del trato recibido, observándose en
ocasiones mayores tasas de rechazo entre las familias menos satisfechas con la
labor del personal sanitario (Blanca y Frutos, 1995a, 1995b; Franz et al., 1996;
B. RANDO82
Frutos et al., 1994; Rosel, Frutos y Blanca, 1999), aunque no siempre (Pearson et
al., 1995). Igualmente, parece que las tasas de rechazo varían según las
circunstancias de la entrevista de petición y son mayores cuando la entrevista se
hace por la noche, de forma inmediata a la comunicación del fallecimiento, la hace
un solo médico y, también, cuando más de dos familiares adoptan la decisión
(Bonnet et al., 1997). En este último caso es posible que la dificultad de llegar a un
acuerdo entre los familiares influya negativamente.
En contraposición, las variables que se asocian a una respuesta positiva de
los decisores a la donación son el estado civil (estar casado), un mayor nivel de
estudios, el deseo de obtener algo positivo de la muerte del familiar, comprensión
del concepto de muerte cerebral o pensar que se ha comprendido, el deseo de
ayudar a otros, la reciprocidad, haber participado en actividades de voluntariado,
actuar acorde con el carácter caritativo del fallecido, la actitud positiva del fallecido
hacia los médicos, haber hablado previamente sobre donación en la familia, que el
decisor posea el carnet de donante, disponer de un tiempo de reflexión antes de
dar una respuesta y conocer el deseo de donar del difunto -bien porque lo transmitió
en vida a los familiares o por poseer el carnet de donante en el momento del
fallecimiento- (Burroughs et al., 1998; Douglass y Daly, 1995; Durand-Zaleski et al.,
1996; Frutos et al., 1994; Morton y Leonard, 1979; Noury et al., 1995; Painter,
Langlands y Walker, 1995; Robertson, White y Scully, 1997; Rosel, Frutos y Blanca,
1999). Por tanto, las intenciones manifestadas por los encuestados sobre la
donación de los órganos de un familiar coincide con la conducta que se lleva a cabo
en las situaciones reales, de forma que cuando se desconoce el deseo del fallecido
disminuyen las donaciones y, cuando se conoce, los familiares suelen actuar acorde
con él, tanto para dar una respuesta negativa como para dar una respuesta
afirmativa.
Los resultados del estudio experimental de Harris et al. (1990), usando la
técnica del escenario con estudiantes universitarios, son consistentes con los
anteriores. Los participantes debían estimar la respuesta de los decisores a la
petición de órganos, y se analizaban variables tales como que el fallecido poseyera
el carnet de donante de órganos, creyera en la resurrección espiritual, creyera en la
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 83
resurrección física o confiara en los médicos. Se comprueba que las respuestas
dadas por los participantes se basan fundamentalmente en la información
proporcionada en cada historia, más que en su propia actitud, tanto para donar
como para no donar. Estas respuestas tienden a ser coherentes con las creencias o
deseo del difunto, con una escasa influencia de las preferencias del familiar, y se
encuentran negativamente afectadas por el desconocimiento del deseo del fallecido
(se estiman más donaciones cuando el fallecido poseía el carnet, cuando creía sólo
en la resurrección espiritual y también cuando confiaba en los médicos). Por otro
lado, se descubre el efecto de “contaminación del personaje”, por el que se
producen más donaciones cuando el difunto es una persona humanitaria y cuando
sus creencias religiosas son similares a los del participante en el estudio. Otra
variable que influye en la toma de decisión es el tipo de funeral, con más
donaciones en caso de incineración que en caso de enterramiento tradicional. Un
estudio similar (Jasper et al., 1991) corrobora los resultados en cuanto al carnet y al
tipo de funeral, mostrando a su vez que hay mayor número de respuestas
afirmativas a la donación cuando se sabe que no se produce desfiguración del
cuerpo al extraer los órganos. Estas investigaciones son interesantes ya que
someten a los participantes a un dilema ante el que deben realizar un juicio moral
para decidir. Este tipo de juicio ha sido aludido en un apartado previo como uno de
los procesos que pueden subyacer a la conducta prosocial. A su vez, el trabajo de
Harris et al. (1990) proporciona apoyo empírico a la propuesta de la percepción de
generosidad como factor influyente sobre la decisión de llevar a cabo o no una
conducta prosocial.
Esta revisión de investigaciones permite realizar al menos dos observaciones.
Una de ellas es que tanto el conocimiento como el desconocimiento de la actitud y
de la intención del difunto respecto a la donación son determinantes en la decisión y
respuesta de los familiares. La segunda observación se refiere al efecto de la
experiencia que viven las familias en los casos reales de donación sobre su decisión
y respuesta. Aunque los resultados no son concluyentes, se tiene evidencia de la
influencia negativa de las presiones familiares y división de decisiones, así como de
determinadas circunstancias bajo las que se desarrolla la entrevista de petición.
Asimismo, la aflicción por el fallecimiento puede influir sobre la decisión que se
B. RANDO84
adopte, habiéndose comentado previamente cómo afectan los estados emocionales
negativos sobre la conducta de ayuda. Estas variables pueden contribuir a explicar
las diferencias observadas entre las negativas familiares esperadas y las negativas
reales.
6. PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN REALIZADOS
En el intento de aumentar las tasas de donaciones, se han llevado a cabo
diversos programas educativos dirigidos a la población general y a estudiantes, así
como programas formativos para los profesionales sanitarios, aunque sólo los
primeros son de interés para el presente trabajo. Conocer la efectividad de estas
intervenciones es fundamental para desarrollar otras más elaboradas y que
proporcionen mejores resultados, aunque en general la aplicación de programas a
gran escala y su evaluación resulta complicado.
Uno de los programas educativos es el efectuado en Michigan por The Organ
Procurement Agency of Michigan (OPAM) para una muestra de voluntarios de la
población general (Strick, 1990). El programa se centró en los aspectos técnicos
básicos de la donación de órganos y trasplantes, criterios para la donación de
órganos y tejidos, la necesidad de trasplantes, consecuencias positivas del
trasplante, y la distribución de los órganos y tejidos. Una vez aplicado, se observó su
efecto sobre la intención de firmar un carnet y de transmitir el deseo a la familia
entre las personas que no lo habían hecho antes del programa (57% y 40%,
respectivamente) y sobre las propias conductas. Como resultado, menos de la mitad
de los que carecían de carnet muestran intención de hacérselo y, de éstos, un
pequeño porcentaje llega a firmarlo. De los que aún no habían dialogado con su
familia, la gran mayoría manifiesta pretensión de hacerlo y, de éstos, menos de la
quinta parte lo hace. No obstante, todos los que llevan a cabo estas conductas
muestran un aumento de conocimiento sobre el tema. Por tanto, la efectividad de un
programa de este tipo es relativa para la intención de hacerse el carnet y alta para la
intención de hablar con la familia, aunque no es suficiente para que las conductas
se lleven a cabo. Se comprueba cómo sólo algunas de las personas con el propósito
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 85
de actuar lo hacen, aunque aún cabe hacer algunas críticas a este trabajo, puesto
que la medición de las conductas sólo se realizó en los casos que aceptaron un
seguimiento tras dos semanas (todas las personas que manifestaron intención
positiva de actuar) y este seguimiento puede haber influido sobre la ejecución de
éstas. También se debe tener en cuenta que los participantes en esta investigación
fueron voluntarios, por lo que dudosamente son una muestra representativa de la
población objeto de estudio.
Una investigación más reciente se basa en una intervención comunitaria
llevada a cabo en Estados Unidos sobre grupos minoritarios. En esta intervención,
entre otras acciones, se proporcionaron testimonios personales en diversas
instituciones, y se ofreció a los ciudadanos la oportunidad de coordinar y participar
en ferias de salud y sesiones de discusión, además de ofrecerles información sobre
el tema a través de otras personas de similar origen étnico. Como consecuencia,
entre 1988 y 1994, se observa un aumento en la tasa de donaciones procedentes
de africanos, hispanos y asiáticos (Miles y Callender, 1997).
Por otro lado, en el estado de Virginia se ha comprobado la utilidad de una
campaña publicitaria en la que se ha utilizado el eslogan ”Comparte tu vida.
Comparte tu decisión”, invitando a tomar una decisión y a transmitirla a los
familiares, además de contar con la participación de un personaje famoso (Servino,
Nathan y Wolf, 1997).
Entre los estudiantes universitarios, se ha evaluado el efecto de una charla
informativa sobre donación y trasplante. La intervención se centró en una breve
revisión histórica de la donación y trasplantes, tipos de trasplante que se pueden
reallizar, el concepto de muerte cerebral, quiénes son donantes potenciales, la
legislación española, la extracción y preservación de órganos, consecuencias de la
extracción para el cadáver, el proceso de selección del receptor, consecuencias del
trasplante para el receptor, el carnet de donante como expresión del deseo de
donar, y el futuro de las donaciones y trasplantes. Como resultado, se han
observado diferencias significativas en el grado de información, intención de donar
los órganos propios, de hacerse el carnet y de donar los órganos de un familiar
B. RANDO86
fallecido antes y después de la sesión (Blanca et al., 1994). No obstante, se
desconoce si estas intenciones han concluido en las respectivas conductas.
Asimismo, en Texas se ha examinado el efecto de un anuncio sobre la
intención de donar de los estudiantes en función del contenido del mensaje, de la
fuente utilizada y del origen étnico y nivel económico de los receptores. Se ha
encontrado, de mayor a menor impacto, que el mensaje informativo (porcentaje en
espera de trasplante, órganos que se pueden donar y cómo hacerse donante) es el
más efectivo, seguido del mensaje de tipo emocional, el religioso y, por último, el
dirigido a eliminar miedos habituales (v.g. el miedo a una muerte aparente).
Igualmente, la fuente más efectiva ha sido el receptor, seguido del médico, el líder
religioso y, por último, el personaje famoso. Combinando mensajes y fuentes se
obtiene que el mayor impacto lo ejerce el receptor con el mensaje emocional y, el
menor, el personaje famoso que transmite un mensaje religioso. A su vez, se
comprueba que bajo el mensaje religioso proporcionado por el receptor y bajo el
mensaje emocional del líder religioso hay mayor número de participantes de origen
hispano que donarían sus órganos, frente a los anglosajones. Por su parte, los
participantes con mayor nivel económico reciben mayor impacto de los personajes
famosos (McIntyre, 1990). Un inconveniente de este trabajo es que no se indica la
secuencia en la que los estudiantes recibieron los mensajes.
Por otro lado, Skowronski (1990) ha realizado un estudio en Ohio donde
comprueba el efecto de una presentación persuasiva sobre los conocimientos,
creencias, intenciones y conductas de los estudiantes. Siguiendo un diseño pretest-
postest con muestras separadas, utilizó un vídeo para exponer los beneficios
psicológicos que se pueden obtener al donar los órganos de un familiar fallecido.
Posteriormente, se impartió una charla sobre la necesidad de órganos,
supervivencia de los trasplantes, obtención de los órganos, ausencia de
desfiguración del cuerpo por la extracción, postura de las Iglesias más importantes y
el procedimiento para hacerse donante, entre otros aspectos. Finalmente, en una
sesión de preguntas y respuestas se discutieron los temas de comercio de órganos
y la fuerza legal del carnet de donante. Los resultados muestran que tras la
presentación hay más personas con carnet y con intención de hacérselo, a la vez
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 87
que desciende el número de indecisos y de personas que no se lo harían y hay más
estudiantes dispuestos a donar los órganos de un familiar, incluso desconociendo el
deseo del fallecido. Igualmente, se producen cambios positivos en determinadas
creencias y conocimientos tales como que la donación salva vidas, la donación
proporciona confort y consuelo en el dolor, etc., de acuerdo con la información
transmitida en la charla. Asimismo, tras la intervención, las razones más importantes
aducidas para donar son la ayuda a otros, asegurar la inmortalidad y reducir el
sentimiento de culpa por las malas acciones en la vida. Sin embargo, no se produce
cambio en relación a las razones por las que no se donaría, tales como
desfiguración del cadáver, muerte aparente, etc. Skowronski concluye que existe un
desconocimiento de los procedimientos o de los conceptos clave para producir un
cambio efectivo, y que los cambios relativamente pequeños obtenidos no auguran
buen futuro para las campañas prodonación. Respecto a esta apreciación, es un
hecho que la práctica totalidad de investigaciones revisadas en el presente trabajo
carecen de un marco teórico de partida -algunas excepciones son los trabajos de
Hessing (1990) y Horton y Horton (1990, 1991)-, lo que ocasiona que los hallazgos
no se hayan integrado en un enfoque teórico y que el avance en el ámbito de la
donación de órganos sea lento. También es preocupante la frecuente confusión que
se produce entre conceptos, concretamente entre la actitud hacia la donación y la
intención de donar, lo cual probablemente es consecuencia del vacío teórico. Estos
son aspectos que se deben cuidar para obtener una mejor visión de futuro.
7. A MODO DE RESUMEN
En general, las investigaciones llevadas a cabo dentro de España son pocas,
aunque analizan una mayor variedad de relaciones que otros estudios. Un
inconveniente es que buena parte de los estudios sólo realizan un análisis
descriptivo de las variables o analizan su relación con la actitud hacia la donación,
pero no con las respectivas intenciones. La principal laguna existe en torno a la
decisión de hacerse el carnet. Asimismo, respecto a algunas cuestiones es difícil
llegar a una conclusión, ya que su estudio se ha abordado desde distintas
perspectivas, como ocurre con las creencias religiosas. Los resultados
B. RANDO88
contradictorios respecto a otras (grado de autoestima, ansiedad ante la muerte, la
realización previa de conductas prosociales, algunas variables relacionadas con la
experiencia hospitalaria, y la preocupación por un posible diagnóstico prematuro de
muerte en relación con la intención de hacerse el carnet) reclaman la necesidad de
mayor investigación. En todo caso, es necesario llevar a cabo investigaciones desde
un enfoque teórico de conocimientos estructurado.
En conjunto se observa que las variables asociadas a las intenciones de
donar los órganos propios, de hacerse el carnet de donante y de donar los órganos
de un familiar fallecido, así como a las conductas de hacerse el carnet y de donar
los órganos de un familiar, son de carácter sociodemográfico, relacionadas con la
muerte y manipulación sobre el cuerpo, la experiencia de conocer a personas que
necesitan un trasplante, variables de información sobre el proceso de donación-
extracción-trasplante y otros aspectos, creencias erróneas y preocupaciones en
torno a la donación y trasplante, variables de personalidad y psicosociales, la
donación de sangre previa, variables relacionadas con el diálogo familiar sobre el
tema y variables derivadas de la experiencia hospitalaria.
Los resultados de las investigaciones permiten extraer varias conclusiones.
En primer lugar, es posible estructurar o integrar las variables investigadas en el
ámbito de la donación de órganos en un modelo que siga el esquema básico actitud-
intención-conducta y que contemple los múltiples factores implicados en la ejecución
de una conducta prosocial. En segundo lugar, como se esperaba, existen
coincidencias en relación con las variables asociadas a cada intención y su
respectiva conducta (en el caso de las variables estudiadas desde ambas
perspectivas), a pesar de la incongruencia encontrada en el porcentaje de personas
que adoptan decisiones positivas y el porcentaje que finalmente efectúa las
conductas indicadas. Un argumento que podrías explicar esta discrepancia se
encuentra en las características propias de los estudios de encuesta. En el caso del
carnet de donante (o inscripción en el censo), la decisión afirmativa manifestada por
los encuestados no implica la ejecución inmediata de la conducta. En este sentido,
como sugiere Eisenberg (1986), el transcurso del tiempo entre la decisión de
firmarlo y la oportunidad de realizar la conducta puede conllevar cambios en la
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 89
situación o en la persona, que a su vez afecten a la decisión adoptada o al intento
de llevar a cabo la acción (v.g. se modifican los recursos disponibles, tales como el
tiempo libre; aumentan los costes percibidos tras obtener nueva información, pero
inadecuada, sobre el tema; etc.). En cuanto a la donación de los órganos de un
familiar, en el caso hipotético de la encuesta, está ausente la experiencia
hospitalaria de los casos reales (presiones de tiempo, aflicción, presiones familiares
en contra de la donación, etc.), lo que puede explicar en cierta medida los diferentes
resultados. En tercer lugar, también las variables que se asocian a cada una de las
intenciones de actuar coinciden en gran medida, lo cual parece razonable, ya que
tales intenciones se refieren a conductas con características similares. Ahora bien,
las cifras tan dispares en relación a los porcentajes de encuestados que manifiestan
cada una de las intenciones sugieren la existencia de otros factores específicos
subyacentes a cada una de éstas. De hecho, uno de los estudios revisados muestra
que el grado de introversión, el grado de dependencia respecto al grupo, la actitud
dogmática en las relaciones interpersonales y el grado en que se expresa el
conflicto en la familia, se relacionan sólo con la intención de donar los órganos de un
familiar. También es posible que difiera la contribución relativa de algunas variables
a estas decisiones. En cuarto lugar, las decisiones sobre la donación de los órganos
propios y sobre la firma del carnet son algunos de los factores que se relacionan
tanto con la intención de donar como con la donación de los órganos de un familiar
fallecido en situaciones reales, pero como decisiones adoptadas por el difunto en
vida, ya que se ha comprobado el efecto determinante del deseo del fallecido sobre
la respuesta de los familiares, frente a la preferencia de estos últimos. Es decir, la
principal vía de influencia de estas decisiones sobre la conducta de los familiares no
se encuentra en lo que éstos han decidido para sí mismos, sino en la decisión
personal que adoptó el difunto antes de morir.
El estudio empírico que se expone en la segunda parte del trabajo se
desarrolla en base a estas conclusiones y a otras inquietudes que se originan en las
diferentes tasas de rechazo existentes en las Comunidades Autónomas españolas.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 91
III. ESTUDIO DE ENCUESTA POR MUESTREO
1. OBJETIVOS DEL ESTUDIO
La revisión realizada en la primera parte de este trabajo ha despertado
diversas inquietudes que se han intentado responder a través de la realización de un
estudio en la Comunidad Autónoma de Andalucía. La elección de esta población
como participante en la investigación obedece a las altas tasas de negativas a la
donación que ha venido presentando en los últimos años. El objetivo general que se
pretende alcanzar es un mejor conocimiento de las variables relacionadas con la
donación de los órganos de un familiar fallecido en la población andaluza, que se
pueda estructurar o integrar en un enfoque teórico y que permita desarrollar unas
líneas generales de actuación que se sustenten en esa base teórica, para lograr un
aumento en la tasa de donaciones. Este objetivo general se intenta cubrir a través
de diversos objetivos específicos que se detallan a continuación:
1. Comprobar cuál es el patrón de creencias, actitudes, intenciones de actuar, etc.
de la población andaluza. Esta cuestión se aborda a través de un análisis descriptivo
de las variables de mayor interés en el ámbito de la donación de órganos, de
acuerdo con los estudios previos. Asimismo, la comparación de este patrón con los
hallazgos de otros estudios a nivel nacional puede proporcionar una explicación a la
alta tasa de negativas a la donación en Andalucía.
2. Comprobar qué variables se relacionan con la donación de órganos de un familiar
fallecido en la población andaluza. En este sentido, se ha obtenido evidencia sobre
la fuerza predictora de la intención de actuar en relación con la conducta, con apoyo
empírico en el ámbito de la donación a través de la coincidencia de las variables
asociadas a la intención de donar y a la donación efectiva. También se tiene
evidencia del efecto de la decisión personal acerca de la donación de los órganos
propios sobre la respuesta de los familiares. Todas estas observaciones justifican la
relevancia del estudio, no sólo de la intención de donar los órganos de un familiar
fallecido, sino de las intenciones de donar los órganos propios y de firmar el carnet
de donante. Por tanto, el interrogante planteado se puede responder analizando las
B. RANDO92
relaciones bivariadas de las diversas variables con las respectivas intenciones. No
obstante, para conocer las variables que adquieren mayor importancia en cada una
de las decisiones, se recurre a la elaboración de un modelo predictivo para cada una
de ellas. De esta forma, se puede comprobar si el proceso de toma de decisión
hipotético descrito en la primera parte respecto a la donación de órganos obtiene
soporte empírico. No se propone como objetivo del presente trabajo probar el ajuste
de los modelos teóricos comentados, porque su revisión posee tan sólo un carácter
expositivo, con objeto de mostrar al lector el acuerdo general en aceptar un
esquema básico actitud-intención-conducta en el proceso de toma de decisión y el
lugar que se atribuye al resto de variables en este esquema. Asimismo, el modelo
de conducta prosocial de Eisenberg (1986) muestra las complejas relaciones
existentes entre los factores y procesos que subyacen a la conducta prosocial. Por
tanto, como acercamiento al ámbito de la donación de órganos desde un marco de
conocimientos estructurado, el interés inicial es elaborar modelos propios a partir de
las variables típicamente estudiadas en la donación. Este primer paso abre la
posibilidad de plantear objetivos más ambiciosos para futuras investigaciones.
3. El logro del anterior objetivo puede constituir la base empírica para proponer unas
líneas generales de actuación que conformen un programa de intervención social
cuyo propósito sea el incremento del número de donaciones. Este tipo de
intervención puede favorecer una mayor conciencia social, aumentar el número de
personas que firmen el carnet de donante o que dialoguen con su familia y
transmitan su deseo, aunque es necesario tomar en cuenta que la respuesta familiar
a la donación se produce en un contexto en el que están presentes diversas
variables que no se han introducido en este estudio.
Para cubrir estos objetivos, se ha considerado que la mejor opción es la
metodología de encuesta por muestreo, siendo conscientes de que esta estrategia
de investigación posee algunas limitaciones bien conocidas. No obstante, ningún
método de investigación carece de inconvenientes, y las alternativas a la
metodología seleccionada no ofrecen las posibilidades que interesan en este caso.
2. MÉTODO
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 93
2.1. PARTICIPANTES
Para alcanzar los objetivos propuestos, se ha administrado una encuesta
telefónica a una muestra representativa de la población andaluza entre mayo de
1995 y enero de 1996. El tamaño de la muestra se ha calculado sobre la población
mayor de edad que figura en el censo de 1993, puesto que la mayoría de edad es el
requisito para hacerse donante de órganos o para donar los órganos de un familiar
fallecido. El resultado del cálculo, con un nivel de confianza del 95% (2σ) y un error
de estimación del 3%, ha sido un tamaño muestral de 1.111 encuestas. Para la
selección de la muestra, se ha llevado a cabo un muestreo aleatorio estratificado
proporcional, con la provincia de residencia como único criterio de estratificación
inicial, administrándose la encuesta a la primera persona que ha atendido la
llamada. Esta forma de proceder es práctica, aunque tiene el inconveniente de
generar una descompensación en la distribución de edades, sexo y nivel de estudios
de la muestra con respecto a las características de la población de origen. Por esta
razón, tras la recogida de datos, se ha realizado una post-estratificación o
reequilibrado en función de estas variables marcadoras (que también aparecen en el
censo), a partir de las cuales se han calculado los coeficientes correctores, que se
han aplicado a cada individuo. El reequilibrado y todos los cálculos se han hecho
sobre el tamaño muestral de 1.111 participantes, aunque se ha ampliado el número
de encuestas a 1.130, para evitar casillas vacías con frecuencias esperadas iguales
o mayores a uno. La distribución de la muestra, realizada la post-estratificación, se
presenta en las tablas 1-3.
B. RANDO94
Provincia Edad Nivel de estudios SexoHombre Mujer
Sevilla 18-30 Analfabeto/sin estudios 4 4Primaria 23 21Secundaria 12 11Universitarios 3 3
31-50 Analfabeto/sin estudios 13 16Primaria 21 21Secundaria 5 3Universitarios 5 4
51 ó más Analfabeto/sin estudios 24 36Primaria 11 12Secundaria 2 1Universitarios 2 1
Málaga 18-30 Analfabeto/sin estudios 2 2Primaria 17 16Secundaria 8 8Universitarios 2 3
31-50 Analfabeto/sin estudios 8 10Primaria 16 17Secundaria 4 3Universitarios 3 3
51 ó más Analfabeto/sin estudios 17 24Primaria 8 10Secundaria 2 1Universitarios 2 1
Cádiz 18-30 Analfabeto/sin estudios 4 3Primaria 16 15Secundaria 8 7Universitarios 2 2
31-50 Analfabeto/sin estudios 8 11Primaria 14 14Secundaria 4 2Universitarios 2 2
51 ó más Analfabeto/sin estudios 14 20Primaria 8 8Secundaria 1 1Universitarios 1 -
Tabla 1. Distribución de la muestra en función de la provincia, edad, nivel deestudios y sexo.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 95
Provincia Edad Nivel de estudios SexoHombre Mujer
Granada 18-30 Analfabeto/sin estudios 2 2Primaria 11 10Secundaria 6 6Universitarios 1 2
31-50 Analfabeto/sin estudios 6 7Primaria 9 9Secundaria 2 1Universitarios 3 2
51 ó más Analfabeto/sin estudios 16 20Primaria 5 5Secundaria 1 1Universitarios 1 1
Córdoba 18-30 Analfabeto/sin estudios 2 2Primaria 11 10Secundaria 5 5Universitarios 1 1
31-50 Analfabeto/sin estudios 6 7Primaria 9 9Secundaria 2 1Universitarios 2 1
51 ó más Analfabeto/sin estudios 15 20Primaria 5 6Secundaria 1 -Universitarios 1 1
Jaén 18-30 Analfabeto/sin estudios 1 1Primaria 9 9Secundaria 4 4Universitarios 1 1
31-50 Analfabeto/sin estudios 5 6Primaria 7 7Secundaria 2 1Universitarios 2 1
51 ó más Analfabeto/sin estudios 14 18Primaria 4 4Secundaria 1 -Universitarios 1 1
Tabla 2. Distribución de la muestra en función de la provincia, edad, nivel deestudios y sexo.
B. RANDO96
Provincia Edad Nivel de estudios SexoHombre Mujer
Almería 18-30 Analfabeto/sin estudios 1 1Primaria 6 6Secundaria 3 3Universitarios - 1
31-50 Analfabeto/sin estudios 4 4Primaria 6 6Secundaria 1 1Universitarios 1 1
51 ó más Analfabeto/sin estudios 8 11Primaria 3 3Secundaria 1 -Universitarios 1 -
Huelva 18-30 Analfabeto/sin estudios 1 1Primaria 6 6Secundaria 3 3Universitarios 1 1
31-50 Analfabeto/sin estudios 4 4Primaria 6 6Secundaria 1 1Universitarios 1 1
51 ó más Analfabeto/sin estudios 8 11Primaria 3 3Secundaria - -Universitarios - -
Tabla 3. Distribución de la muestra en función de la provincia, edad, nivel deestudios y sexo.
Los intervalos de edad se han agrupado en las categorías 18-30 años, 31-50
años y 51 años ó más, de acuerdo con los resultados obtenidos en investigaciones
previas, que muestran diferencias significativas en la intención de donar en función
de estos grupos de edad (Blanca, Frutos y Rosel, 1993).
Para la selección de los participantes se han elaborado listas de 1.000
números aleatorios de seis dígitos, con base en el procedimiento random digit
dialing (RDD), con objeto de tratarlos como números de teléfono. Se han elaborado
diversas listas para cada provincia, las cuales se han confeccionado con el
subprograma 2D del paquete estadístico BMDP, aleatorizándose todos los dígitos,
ya que el operador telefónico no ha facilitado la información necesaria para fijar los
correspondientes a las áreas o distritos de las provincias. No obstante, resulta un
marco muestral adecuado (Frey y Oishi, 1995; Gómez, 1990; Martínez, 1995).
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 97
Otras características descriptivas de la muestra de participantes son el lugar
de residencia (capital o provincia), la situación laboral, estado civil y si se tienen
hijos. Los porcentajes correspondientes aparecen en las tablas 4-7.
¿De qué localidad es usted?Porcentaje
válidoCapitalProvincia
33,3 66,7
Total válidos 100,0Tabla 4. Distribución de la muestrapor la localidad de residencia.
¿Cuál es su situación laboral?Porcentaje
válidoAutónomo/aContratado/aDesempleado/aEstudianteAma de casaJubilado/a
13,8 24,9 12,3 5,3 29,2 14,5
Total válidos 100,0Tabla 5. Distribución de la muestra por lasituación laboral.
¿Cuál es su estado civil?Porcentaje
válidoSoltero/aCasado/aConviviendoSeparado/aViudo/a
25,9 66,5 0,8 1,6 5,2
Total válidos 100,0Tabla 6. Distribución de la muestra porestado civil.
B. RANDO98
¿Tiene hijos?Porcentaje
válidoNoSí
31,4 68,6
Total válidos 100,0Tabla 7. Distribución de la muestrasegún si se tienen hijos.
2.2. MATERIAL
Para elaborar la encuesta se han seleccionado las variables más relevantes
de las analizadas en los estudios previos y que se pueden explorar a través del
método de encuesta por muestreo. También se han incluido algunas nuevas, tales
como el grado de preocupación por desconocer lo que ocurre tras la muerte y las
noticias de impacto emocional sobre donación y trasplante. Las cuestiones hacen
referencia a la donación de órganos; sólo una se refiere a los tejidos. Esto se debe a
que en la donación tras el fallecimiento tradicionalmente se ha puesto el énfasis en
los órganos, de los cuales depende la vida de los enfermos en lista de espera, y
generalmente no se ha transmitido la diferenciación entre órganos y tejidos, por lo
que la población la desconoce. En definitiva, la encuesta consta de un total de 78
preguntas relacionadas con los siguientes tópicos (ver Anexo 1):
• Variables personales: lugar de residencia, sexo, estado civil, tener hijos, edad,
nivel de estudios y situación laboral.
• Actitud general hacia la donación e intenciones de donar los órganos propios, los
de un familiar fallecido y de hacerse el carnet de donante de órganos.
• Cuestiones relacionadas con las creencias religiosas: religión a la que pertenece,
influencia de la religión sobre el deseo personal respecto a la donación, creer en
la resurrección.
• Aspectos relacionados con la muerte y la manipulación sobre el cuerpo: grado de
incomodidad al pensar sobre la propia muerte, grado de preocupación por
desconocer lo que ocurre tras la muerte, creer que se obtiene algo positivo de la
muerte con la donación, actitud hacia mantener el cuerpo intacto tras la muerte,
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 99
actitud hacia la práctica de la autopsia sobre sí mismo, y actitud hacia la
incineración del propio cuerpo.
• Conocer a personas con trasplante o en lista de espera.
• Conocimientos sobre donación y trasplante. Creencias erróneas y
preocupaciones derivadas del grado de información que se posee:
• Aspectos relacionados con el proceso de donación-extracción-distribución
de órganos: grado de preocupación por creer que existe la posibilidad de
una extracción prematura de los órganos en caso de donación, grado de
preocupación por creer en la posibilidad de una modificación estética del
fallecido al extraer los órganos, grado en que resulta desagradable que un
órgano propio funcione en el cuerpo de otra persona, grado de
preocupación por creer que pueden existir irregularidades en la distribución
de órganos, grado de confianza en los profesionales sanitarios.
• Conocer los órganos y tejidos susceptibles de ser donados.
• Creencias sobre las consecuencias del trasplante para el receptor: creer
que los trasplantes son gratuitos, creer que los trasplantes son útiles, creer
que con la donación se evitan sufrimientos de personas en lista de espera
para un trasplante, intención de aceptar un órgano para trasplante en caso
de necesidad.
• Conocer la opinión de la Iglesia hacia la donación.
• Medios a través de los cuales se recibe información sobre donación y
trasplante de órganos.
• Percepción del grado de información que se posee, haber recibido
recientemente información, creer que es necesaria mayor información.
• Haber oído noticias de impacto emocional sobre donación y medios de
comunicación responsables: comercio de órganos, secuestro de niños,
discriminación para recibir un trasplante, petición de dinero para un
trasplante, fallecimiento de una persona en lista de espera para un
trasplante.
• La donación de órganos como conducta prosocial: creer que la donación es un
acto solidario, la reciprocidad como motivación para donar.
• Donación de sangre.
B. RANDO100
• Percepción del estado de salud propio.
• Variables relacionadas con la familia: haber transmitido el deseo personal
respecto a la donación a los familiares cercanos y, en caso negativo, razones por
las que no se ha comunicado (de las que se pueden indicar diversas), así como
conocer el deseo de los familiares próximos.
• El carnet de donante y razones que justifican no haber firmado el carnet, de las
cuales los entrevistados pueden indicar diversas razones.
Las cuestiones se han ordenado en una secuencia que mantiene la
continuidad en la entrevista y que intenta evitar posibles efectos de orden. La
primera cuestión relevante es la actitud general hacia la donación de órganos. Este
ítem es el más general y la mejor introducción a la entrevista. Las cuestiones
relativas a la intención de donar los órganos de un familiar fallecido y los propios
órganos se han introducido en segundo y tercer lugar para evitar la influencia de
otras preguntas sobre las que se realice una reflexión o que puedan proporcionar
información. En relación con otras cuestiones, se ha querido evitar el efecto de
consistencia, como en el caso de la intención de aceptar un órgano para trasplante
en caso de necesitarlo, la cual se ha introducido prácticamente al final de la
encuesta, ya que se ha considerado que una respuesta negativa a la intención de
donar conllevaría con alta probabilidad una respuesta negativa a la intención de
aceptar un órgano si estas cuestiones se colocaran correlativas, ocultando la
verdadera intención del encuestado. Para reducir el efecto del cansancio, las
preguntas más fáciles de contestar y las personales se han incluido al final de la
encuesta. A lo largo de la entrevista se han realizado variaciones en la formulación
de las preguntas y en el formato de respuesta para mantener la atención. En la
medida de lo posible, se han agrupado las cuestiones en función del aspecto que
tratan.
Respecto al formato de respuesta, la mayoría de las preguntas son de tipo
cerrado, a excepción de la edad y algunas preguntas complementarias respecto a la
religión, estudios y otras dos que ofrecen al encuestado la oportunidad de añadir
alguna razón por la que no se ha hecho el carnet de donante y por la que no ha
transmitido el deseo personal a la familia. Las cuestiones relacionadas con
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 101
creencias, actitud e intención de donar siguen un formato de respuesta de una
escala graduada con cinco o siete puntos mutuamente excluyentes.
2.3. PROCEDIMIENTO
En primer lugar, se realizaron unas encuestas previas, a modo de estudio
piloto, para detectar vacíos en la encuesta o preguntas irrelevantes, así como para
comprobar si las preguntas estaban correctamente formuladas y si tenían el mismo
significado para todas las personas. Los números de teléfono se marcaron al azar,
dentro de la provincia de Málaga. A partir del estudio piloto se introdujeron
modificaciones en la formulación de algunas cuestiones.
La aplicación propiamente dicha de la encuesta la llevaron a cabo dos
psicólogas con formación básica en donación y trasplante y entrenamiento para la
administración de encuesta por teléfono. El horario seguido fue de 9:30 a 14:00
horas y de 16:30 a 21:00 horas, a excepción de los sábados, en los que las
entrevistas se realizaron entre las 10:00 y 14:00 horas. El período de recogida de
datos abarcó desde mayo de 1995 hasta enero de 1996, respetando domingos,
festivos y período de vacaciones de verano y Navidad.
El orden de administración a través de las provincias fue al azar. En todos los
casos, se dividió el listado de números aleatorios al azar entre las encuestadoras. La
selección del ciudadano a encuestar se hizo por el primer interlocutor elegible, es
decir, la primera persona mayor de edad disponible en el momento, que
normalmente era quien descolgaba el teléfono. Aunque se sabe que esta forma de
selección descompensa la muestra de encuestados (Frey y Oishi, 1995), se ha
seguido porque se ha considerado la más práctica. Como se ha señalado
previamente, el sesgo que ha provocado este método se ha corregido con la post-
estratificación.
La entrevista iba precedida de una presentación donde se identificaban la
encuestadora y el organismo garante, se explicaba el objetivo de la encuesta, el
B. RANDO102
procedimiento de selección de teléfonos, la confidencialidad de los datos y duración
aproximada de la entrevista. Asimismo, para evitar que entraran a formar parte de la
muestra personas ajenas a la población objetivo, se preguntaba a cada entrevistado
si la localidad de llamada constituía su lugar de residencia habitual. Posteriormente,
se solicitaba permiso para proceder con las cuestiones y, a quienes aceptaban, se
les pedía sinceridad en las respuestas y se les informaba de que podían solicitar la
repetición de las preguntas. Igualmente, en caso de duda, la entrevistadora
preguntaba al interlocutor si era mayor de edad. El formato de la presentación era el
siguiente:
“Buenos/as días/tardes. Soy________________ y le llamo desde laUniversidad de Málaga. Disculpe que le interrrumpa unos minutos, peroestamos realizando una encuesta para conocer la opinión de los andalucessobre donación y trasplante de órganos. Su número de teléfono ha sidoseleccionado al azar a través del ordenador y sus respuestas serán tratadasconfidencialmente si acepta colaborar con nosotros. La encuesta dura unos10 minutos, ¿usted reside habitualmente en esta provincia? (en casoafirmativo) ¿acepta responder la encuesta?
(En caso afirmativo) Bien, por favor conteste con sinceridad y si noentiende alguna pregunta, dígamelo, para que se la repita. Muy bien,empezamos.
Esta encuesta va dirigida a personas mayores de edad, ¿usted cumpleeste requisito?. (En caso negativo) ¿Se puede poner algún familiar tuyo quesea mayor de edad (padre, madre, hermano, etc.)? (En caso negativo) ¿Enqué momento puedo llamar para hablar con alguien mayor de edad? (Sicontesta otra persona al teléfono se repite la presentación)”.
Cuando la persona estimaba que el momento no era oportuno para responder
a la encuesta se acordaba con ella otra ocasión para realizarla. Igualmente, cuando
nadie recogía la llamada, lo hacía un contestador automático o se obtenía señal de
comunicación se intentaba hacer la entrevista en otra ocasión. En este último caso
se marcaba el número un mínimo de tres veces más, a distintas horas y en
diferentes días. Por otro lado, los números aleatorios que no correspondían a
números telefónicos reales fueron desestimados, pasando a marcar el siguiente de
la lista.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 103
Una vez aceptada la colaboración, las encuestadoras leían las cuestiones de
forma clara, anticipando el formato de respuesta. Durante la administración de la
encuesta no se leían las alternativas indiferente y no sé en las preguntas que
reflejan creencias o actitudes (tampoco se leía la alternativa no sé en las preguntas
que manifiestan intención de actuar), para evitar la tendencia a elegir la categoría
menos comprometida.
Al finalizar la encuesta se agradecía la atención al participante y se le ofrecía
la oportunidad de recibir la información que deseara, facilitando el teléfono de la
Organización Nacional de Trasplantes y de la Coordinación de Trasplantes de su
provincia a quienes lo pedían.
El tiempo empleado en cada encuesta osciló entre 10 y 30 minutos,
fundamentalmente en función del grado de comprensión de las preguntas. No
obstante, no se sobrepasó el tiempo que se considera óptimo para evitar el
cansancio del encuestado y del encuestador (Fink y Kosecoff, 1985; Fowler, 1988;
Frey y Oishi, 1995).
3. RESULTADOS
Tras la administración de la encuesta se ha calculado la tasa de respuesta, la
cual asciende al 70,67%. Se han contabilizado como rechazos los casos en que la
persona no deseaba colaborar en el estudio ni en el momento de la llamada ni en
otro momento.
En cuanto a los análisis estadísticos realizados, en primer lugar, se ha llevado
a cabo un análisis descriptivo de cada ítem, con objeto de responder al primer
objetivo propuesto. Asimismo, se ha comparado el patrón de resultados en
Andalucía con los obtenidos a nivel nacional. Posteriormente, se han analizado las
relaciones bivariadas de las intenciones de donar los órganos propios, de hacerse el
carnet y de donar los órganos de un familiar fallecido con el resto de variables
incluidas en la encuesta, y se ha elaborado un modelo de regresión logística
B. RANDO104
multivariante para cada intención de conducta. Estos análisis permiten responder al
segundo de los objetivos planteados en el presente trabajo. Por último, a partir de
los resultados obtenidos, se ha propuesto un programa de intervención, contestando
así al tercer objetivo. En todos los casos, los análisis se han llevado a cabo con los
coeficientes correctores de reequilibrado y a través del paquete estadístico SPSS
7.5.
3.1. ANÁLISIS DESCRIPTIVO
Para este tipo de análisis se han estimado mediante regresión los valores
perdidos por error en la recogida de datos o por negativa de los encuestados a
contestar la pregunta. Son pocos datos y no siguen un patrón específico. Sin
embargo, se ha considerado oportuno su cálculo con el fin de no perder casos para
los análisis estadísticos (ver Anexo 2).
A continuación se presentan las tablas 8-43 con los porcentajes para cada
variable, las cuales se han agrupado según el tópico al que hacen referencia y
siguen una secuencia similar a la revisión realizada de las investigaciones previas.
1. Actitud general e intenciones hacia la donación
Como se observa en la tabla 8, la actitud de los andaluces encuestados es
claramente favorable a la donación de órganos. Casi el 100% de los encuestados
manifiesta estar de acuerdo en algún grado con la donación.
B.RANDO106
En general, ¿está de acuerdo o endesacuerdo con la donación deórganos?
Porcentaje válidoTotalmente en desacuerdo
Bastante en desacuerdo
Algo en desacuerdo
Algo de acuerdo
Bastante de acuerdo
Totalmente de acuerdo
No sé
1,6
0,8
0,3
8,3
15,2
73,6
0,2
Total válidos 100,0
Tabla 8. Distribución de porcentajes según laactitud general hacia la donación de órganos.
En cuanto a las intenciones de donar, el porcentaje de encuestados que
quieren donar los órganos propios (en torno al 86%) concuerda con las cifras de los
estudios previos. Aunque una gran mayoría donaría sus órganos tras la muerte, este
porcentaje es menor que el de quienes muestran una actitud favorable a la
donación. Por otro lado, el porcentaje que donaría los órganos de un familiar
fallecido es del 71,2%, cifra inferior a la de quienes manifiestan intención de donar
los órganos propios. Si estas cifras fueran las obtenidas en la tasa real de
donaciones familiares tendríamos unas negativas del 28,8%, aunque se podría
esperar también una respuesta negativa de los indecisos (6,5%). Estos datos no se
alejan de la realidad.
Por último, respecto al carnet de donante de órganos también se ha
examinado la intención de hacérselo entre quienes no lo poseen. Tan sólo el 63,6%
de los encuestados sin carnet tiene el propósito de firmarlo, a pesar del 86% con
intención de donar. Por tanto, hay una diferencia de un 22% que desea donar pero
que no se haría el carnet o se muestra indeciso. Estos resultados pueden ser la
evidencia de que ambas intenciones se encuentren influidas por distintos factores.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 107
¿Donaría suspropios órganos?
¿Donaría los órganos deun familiar fallecido si nosupiera cuál era suopinión?
Porcentajeválido
Porcentajeválido
Muy probable que no
Bast. probable que no
Algo probable que no
Algo probable que sí
Bast. probable que sí
Muy probable que sí
No sé
6,5
2,5
2,5
14,7
12,1
59,0
2,7
14,3
3,4
4,7
19,7
12,6
38,9
6,5
Total válidos 100,0 100,0
Tabla 9. Distribución de porcentajes según la intención de donar los órganospropios y la intención de donar los órganos de un familiar fallecido.
¿Se haría usted el carnet de donante deórganos?
Porcentaje Porcentajeválido
Muy probable que no
Bast. probable que no
Algo probable que no
Algo probable que sí
Bast. probable que sí
Muy probable que sí
No sé
Total válidos
Perdidos
17,1
1,6
3,5
21,8
12,2
25,4
11,7
93,3
6,7
18,3
1,7
3,8
23,4
13,0
27,2
12,6
100,0
Total 100,0
Tabla 10. Distribución de porcentajes en función de laintención de hacerse el carnet de donante de órganos.
2. Creencias religiosas
El 91,3% de los entrevistados manifiesta que es católico, y aproximadamente
la mitad se define como católico practicante, mientras que el resto de encuestados
son fundamentalmente ateos o agnósticos.
B.RANDO108
Su religión es:Porcentaje válido
Católico/a practicante
Católico/a no practicante
Otra religión
Ateo/a
Agnóstico/a
51,4
39,9
1,5
3,4
3,8
Total válidos 100,0
Tabla 11. Distribución de porcentajes según lareligión a la que pertenecen los encuestados.
La mayor parte de los que poseen creencias religiosas piensa que éstas no
han ejercido influencia alguna sobre la decisión adoptada respecto a la donación de
los órganos propios pero, de aquéllos que afirman encontrarse influidos, una gran
mayoría considera que el efecto es positivo o beneficioso para la donación de
órganos.
(Si posee creencias religiosas)¿Le afecta en algún sentido sureligión en su decisión sobrela donación?
(En caso afirmativo) ¿Para donar opara no donar?
Porcentaje Porcentajeválido
Porcentaje Porcentajeválido
Nada
Poco
Algo
Mucho
No sé
Total válidos
Perdidos
77,4
2,0
5,4
5,2
2,7
92,8
7,2
83,5
2,1
5,8
5,6
2,9
100,0
Para donar
Para no donar
No sé
Total válidos
Perdidos
10,1
1,0
1,6
12,6
87,4
79,9
7,8
12,4
100,0
Total 100,0 Total 100,0
Tabla 12. Distribución de porcentajes en función del grado de influencia de la religión sobrela decisión personal respecto a la donación.
Por lo que se refiere a la resurrección tras la muerte, menos de un tercio de
encuestados cree en ella y un porcentaje algo superior manifiesta incertidumbre al
respecto.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 109
¿Cree en la resurrección?Porcentaje válido
Sí
No
No sé
27,3
36,7
36,0
Total válidos 100,0
Tabla 13. Distribución de porcentajesen función de la creencia en torno a laresurrección.
3. Variables relacionadas con la muerte y la manipulación sobre el cuerpo
Sólo un 24% de encuestados se siente muy incómodo al pensar sobre la
propia muerte y un porcentaje aún menor está muy preocupado por desconocer lo
que ocurre tras la muerte.
¿Le resulta incómodopensar sobre supropia muerte?
¿Le preocupa nosaber qué ocurre trasla muerte?
Porcentaje válido Porcentaje válidoNada
Casi nada
Algo
Mucho
No sé
47,0
7,8
19,5
24,1
1,7
59,9
6,9
15,7
14,3
3,3
Total válidos 100,0 100,0
Tabla 14. Distribución de porcentajes según el grado de incomodidad alpensar sobre la propia muerte y el grado de preocupación pordesconocer lo que ocurre tras la muerte.
Por otro lado, casi la totalidad de los encuestados (95,1%) está de acuerdo
con que se extrae algo positivo de la muerte con la donación.
B.RANDO110
¿Está de acuerdo o en desacuerdo conque al menos se saca algo positivo dela muerte con la donación?
Porcentaje válidoTotalmente en
desacuerdo
Algo en desacuerdo
Algo de acuerdo
Totalmente de acuerdo
No sé
2,7
0,5
3,9
91,2
1,7
Total válidos 100,0
Tabla 15. Distribución de porcentajes en funciónde creer que se obtiene algo positivo de lamuerte con la donación.
La gran mayoría de encuestados (78,5%) piensa que no tiene que
mantenerse el cuerpo intacto tras la muerte y un porcentaje similar mantiene una
postura favorable hacia la autopsia, con tan sólo un 15% en desacuerdo. Por tanto,
en general hay una actitud favorable hacia estos aspectos en la población andaluza.
Por otro lado, respecto a los ritos de enterramiento, algo más de la mitad de los
ciudadanos acepta la incineración del propio cuerpo tras el fallecimiento (58,3%).
¿Está de acuerdo o en desacuerdocon que es preferible que el cuerpopermanezca intacto tras la muerte?
Porcentajeválido
Totalmente en desacuerdo
Algo en desacuerdo
Indiferente
Algo de acuerdo
Totalmente de acuerdo
No sé
78,5
5,3
0,2
5,2
7,1
3,8
Total válidos 100,0
Tabla 16. Distribución de porcentajes enfunción de la actitud hacia mantener el cuerpointacto tras la muerte.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 111
En caso de necesidad,¿está de acuerdo o endesacuerdo con lapráctica de la autopsiapara sí mismo?
¿Está de acuerdo oen desacuerdo con laincineración para símismo?
Porcentaje válido Porcentaje válidoTotalmente en
desacuerdo
Bastante en desacuerdo
Algo en desacuerdo
Indiferente
Algo de acuerdo
Bastante de acuerdo
Totalmente de acuerdo
No sé
11,1
2,2
1,7
1,1
13,3
12,3
53,6
4,6
24,1
4,1
4,1
7,1
6,2
8,0
39,5
6,8
Total válidos 100,0 100,0
Tabla 17. Distribución de porcentajes según la actitud hacia la autopsia y la actitudhacia la incineración.
4. Conocer a una persona con trasplante o en lista de espera
Algo más de un tercio de encuestados conoce a alguna persona bajo estas
circunstancias. Este porcentaje no es desestimable si se considera que esta
experiencia puede provocar algún efecto positivo sobre la decisión personal
respecto a la donación.
¿Conoce a alguien que espere untrasplante o viva con un órganotrasplantado?
Porcentaje válidoSí
No
38,7
61,3
Total válidos 100,0
Tabla 18. Distribución de porcentajes enfunción de conocer a una persona contrasplante o en lista de espera.
B.RANDO112
5. Conocimientos sobre donación y trasplante. Creencias erróneas ypreocupaciones derivadas del grado de información
Aspectos relacionados con el proceso de donación-extracción-distribución deórganos
De las cuestiones relacionadas con el proceso que pueden ser motivo de
preocupación para los ciudadanos, las irregularidades en la distribución de los
órganos son las que muestran el porcentaje más alto (54,6%), seguidas de la
posibilidad de una extracción prematura de los órganos (51%). Estos datos
manifiestan una clara desinformación de los ciudadanos y las creencias erróneas
derivadas de ello.
Por otra parte, la preocupación por la modificación estética del fallecido al
extraerle los órganos está presente en un bajo porcentaje de entrevistados y, en
concordancia con los datos sobre la intención de donar, un 94% afirma que no le
desagrada la idea de que un órgano propio funcione en el cuerpo de otra persona.
¿Le preocupa laposibilidad de que lapersona no estérealmente muertacuando le extraigan losórganos?
¿Le preocupa que elcuerpo quedemodificado (con cicatrizo desfigurado) tras laextracción de losórganos?
Porcentaje válido Porcentaje válidoNada
Casi nada
Algo
Mucho
No sé
23,1
5,5
18,5
51,0
2,0
83,2
2,6
8,7
4,8
0,7
Total válidos 100,0 100,0
Tabla 19. Distribución de porcentajes según el grado de preocupación porcreer que existe la posibilidad de una extracción prematura de los órganosen caso de donación y según el grado de preocupación por creer en laposibilidad de una modificación estética del fallecido al extraer los órganos.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 113
¿Le preocupa quepuedan existirirregularidades en ladistribución de losórganos?
¿Le desagrada la ideade que un órgano suyoviva en otra persona?
Porcentaje válido Porcentaje válidoNada
Casi nada
Algo
Mucho
No sé
23,8
2,7
17,2
54,6
1,7
94,1
2,1
1,1
1,7
0,9
Total 100,0 100,0
Tabla 20. Distribución de porcentajes en función del grado depreocupación por creer en la posibilidad de irregularidades en ladistribución de los órganos donados y según el grado en que resultadesagradable que un órgano propio funcione en el cuerpo de otra persona.
Al examinar el grado de confianza que inspiran los profesionales sanitarios a
los encuestados, se observa que sólo un pequeño porcentaje manifiesta poca o
ninguna confianza en ellos. Este resultado es positivo ya que la extracción,
distribución y trasplante de los órganos forma parte de la labor de éstos.
En general, ¿tiene usted confianzaen los médicos y otrosprofesionales sanitarios?
Porcentaje válidoNinguna
Poca
Alguna
Mucha
No sé
2,5
7,3
28,5
60,5
1,1
Total válidos 100,0
Tabla 21. Distribución de porcentajes enfunción del grado de confianza en losprofesionales sanitarios.
B.RANDO114
Conocer los órganos y tejidos susceptibles de ser donados
En general, las donaciones de huesos, piel y páncreas son las menos
conocidas. En el extremo opuesto, la práctica totalidad conoce la donación de riñón,
seguido del corazón, hígado, pulmón y médula ósea.
¿Sabe qué órganos y tejidos se pueden donar hoy día paraque sean trasplantados? Le voy a decir algunos y ustedresponde sí, no o no sé:
Corazón Páncreas Riñón HuesosPorcentaje
válidoPorcentaje
válidoPorcentaje
válidoPorcentaje
válidoSí
No
No lo sé
94,1
0,4
5,6
51,8
6,0
42,2
98,7
0,4
1,0
27,9
17,3
54,8
Total válidos 100,0 100,0 100,0 100,0
Hígado Pulmón Médulaósea
Piel
Porcentajeválido
Porcentajeválido
Porcentajeválido
Porcentajeválido
Sí
No
No lo sé
86,0
1,2
12,8
75,4
2,1
22,4
72,8
1,5
25,7
43,7
8,7
47,6
Total válidos 100,0 100,0 100,0 100,0
Tabla 22. Distribución de porcentajes en función de los órganos ytejidos para donación que conocen los encuestados.
Creencias sobre las consecuencias del trasplante para el receptor
Más de la mitad desconoce si los trasplantes son gratuitos o asegura que no
lo son (59,4%), lo que refleja la desinformación sobre el tema entre los encuestados.
En cuanto a la utilidad de los trasplantes, no cabe duda de la opinión de las
personas entrevistadas al respecto; tan sólo un pequeño sector muestra
incertidumbre acerca de esta cuestión y hay un acuerdo casi unánime respecto a
una mejor calidad de vida de los enfermos que reciben un órgano.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 115
¿Cree que lostrasplantes songratuitos en España?
¿Cree que lostrasplantes son útiles, esdecir, que solucionan laenfermedad de lapersona?
Porcentaje válido Porcentaje válidoSí
No
No lo sé
40,6
7,1
52,3
93,8
0,6
5,6
Total válidos 100,0 100,0
Tabla 23. Distribución de porcentajes en función de la creenciasobre la gratuidad de los trasplantes y la creencia sobre la utilidad delos trasplantes.
¿Está de acuerdo o en desacuerdo conque se evitan sufrimientos de otraspersonas enfermas con la donación?
Porcentajeválido
Totalmente en desacuerdo
Algo en desacuerdo
Algo de acuerdo
Totalmente de acuerdo
No sé
1,0
1,1
2,8
94,3
0,9
Total válidos 100,0
Tabla 24. Distribución de porcentajes en funciónde creer que con la donación se evitansufrimientos de las personas en lista de esperapara un trasplante.
Por otro lado, casi la totalidad de los encuestados aceptaría un órgano para
trasplante en caso de necesidad (94,8%), cifra que supera la de quienes tienen
intención de donar sus órganos.
B.RANDO116
¿Aceptaría un órgano o tejido si lonecesitara?
Porcentaje válidoMuy probable que no
Bast. probable que no
Algo probable que no
Algo probable que sí
Bast. probable que sí
Muy probable que sí
No sé
1,9
0
0,3
6,9
4,8
83,1
2,9
Total 100,0
Tabla 25. Distribución de porcentajes según laintención de aceptar un órgano paratrasplante en caso de necesidad.
Conocer la actitud de la Iglesia hacia la donación
En una población fundamentalmente católica, la mayoría de entrevistados
admite su desconocimiento de la opinión de la Iglesia sobre donación y trasplante de
órganos. Este desconocimiento puede ser una barrera a la donación para aquellas
personas que toman una decisión en base a las directrices de la Iglesia, si creen
que se opone a la donación.
¿Conoce la opinión de su Iglesia sobre ladonación de órganos y tejidos?
Porcentaje Porcentajeválido
Sí
No
Total válidos
Perdidos
8,9
83,9
92,8
7,2
9,5
90,5
100,0
Total 100,0
Tabla 26. Distribución de porcentajes en función deconocer la actitud de la Iglesia hacia la donación.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 117
Medios informativos sobre donación y trasplante
La televisión es el medio por excelencia a través del cual los encuestados
obtienen la información. La radio y la prensa ocupan los siguientes lugares, con los
amigos y folletos publicitarios posteriormente. Dos vías poco señaladas son el
personal sanitario y conocer a alguna persona en espera de un órgano o con
trasplante. Por último, las charlas constituyen un medio de información para un
sector muy restringido de la muestra.
¿Desde qué medios de comunicación oye o ha oído más informaciónsobre donación y trasplante? Le voy a decir algunos de ellos y ustedme responde sí o no:
Por televisión Por la prensa Por la radioPorcentaje válido Porcentaje válido Porcentaje válido
Sí
No
93,0
7,0
48,4
51,6
52,5
47,5
Total válidos 100,0 100,0 100,0
Por folletos,carteles, vallaspublicitarias, etc.
A través decharlas,conferencias, etc.
En conversacionescon familiares
Porcentaje válido Porcentaje válido Porcentaje válidoSí
No
39,9
60,1
8,0
92,0
37,3
62,7
Total válidos 100,0 100,0 100,0
Enconversacionescon amigos oconocidos
En conversacionescon médicos, etc.
Por conocer apersonas contrasplante o enespera
Porcentaje válido Porcentaje válido Porcentaje válidoSí
No
44,5
55,5
16,5
83,5
21,6
78,4
Total válidos 100,0 100,0 100,0
Tabla 27. Distribución de porcentajes según los medios de comunicación por losque se ha recibido información sobre donación y trasplante.
Percepción del grado de información sobre donación y trasplante
La mayoría de encuestados considera que posee un nivel moderado o bajo
de información; son pocos los que se distribuyen en los extremos.
B.RANDO118
¿Cuánta información cree quetiene sobre donación ytrasplante?
Porcentaje válidoNinguna
Poca
Regular
Mucha
No sé
10,4
35,2
37,7
14,4
2,3
Total válidos 100,0
Tabla 28. Distribución de porcentajessegún la percepción del grado deinformación sobre donación y trasplante.
Esta percepción sobre el grado de información se puede contrastar con un
acontecimiento objetivo, como es el hecho de haber recibido información
recientemente, respecto a lo cual la gran mayoría de entrevistados responde con
una negativa. Asimismo, casi la totalidad considera necesaria más información.
Estas respuestas, así como el grado de información percibido, concuerdan con los
resultados en torno a las cuestiones anteriores, que revelan la falta de información
en la muestra de encuestados, sus creencias erróneas sobre el proceso y el
desconocimiento de la gratuidad de los trasplantes.
Recientemente, ¿ha recibidoinformación sobre donación ytrasplante?
Porcentaje válidoSí
No
11,1
88,9
Total válidos 100,0
Tabla 29. Distribución de porcentajesen función de haber recibidorecientemente información sobredonación y trasplante.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 119
¿Cree que sería aconsejabledar más información sobredonación y trasplante?
Porcentaje válidoSí
No
No sé
94,8
4,3
0,9
Total válidos 100,0
Tabla 30. Distribución de porcentajesen función de creer que es necesariamás información sobre donación ytrasplante.
Noticias de impacto emocional
En relación con los rumores sensacionalistas y a otras noticias sobre el tema,
el secuestro de niños para la extracción de órganos ha sido oído por una amplia
mayoría, seguido de la muerte de enfermos en espera de trasplante, comercio de
órganos y petición de dinero para trasplantes, mientras que menos de la tercera
parte de encuestados ha oído sobre discriminación de personas para acceder al
trasplante. En todos los casos la televisión es el medio de difusión más señalado por
los que afirman haberlas oído, con un orden decreciente para los amigos, prensa y
la radio.
¿Ha oído hablar sobre comercio o venta de órganos? A través de:Sí No Amigos Prensa Radio Televisión No sé
Sí No Sí No Sí No Sí No Sí NoP. válido 71,3 28,7 23,6 76,4 19,2 80,8 9,9 90,1 44,7 55,3 1,2 98,8Total válido 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Tabla 31. Distribución de porcentajes en función de haber oído sobre comercio o venta deórganos y según los medios de comunicación responsables.
¿Ha oído hablar sobre secuestro de niños para extraerles losórganos? A través de:
Sí No Amigos Prensa Radio Televisión No séSí No Sí No Sí No Sí No Sí No
P. válido 85,6 14,4 25,7 74,3 21,6 78,4 12,0 88,0 53,7 46,3 1,9 98,1Total válido 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Tabla 32. Distribución de porcentajes en función de haber oído sobre secuestro de niños paraextraerles los órganos y según los medios de comunicación responsables.
B.RANDO120
¿Ha oído hablar sobre discriminación de personas para recibir untrasplante? A través de:
Sí No Amigos Prensa Radio Televisión No séSí No Sí No Sí No Sí No Sí No
P. válido 30,7 69,3 10,6 89,4 6,9 93,1 4,0 96,0 16,4 83,6 0,9 99,1Total válido 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Tabla 33. Distribución de porcentajes en función de haber oído sobre discriminación depersonas para recibir un trasplante y según los medios de comunicación responsables.
¿Ha oído hablar sobre petición de dinero u organización de rifaspara un trasplante? A través de:
Sí No Amigos Prensa Radio Televisión No séSí No Sí No Sí No Sí No Sí No
P. válido 60,4 39,6 18,1 81,9 9,9 90,1 8,9 91,1 37,8 62,2 1,8 98,2Total válido 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Tabla 34. Distribución de porcentajes en función de haber oído sobre petición de dinero confines de trasplante y según los medios de comunicación responsables.
¿Ha oído que una persona haya muerto por no recibir un órgano atiempo? A través de:
Sí No Amigos Prensa Radio Televisión No séSí No Sí No Sí No Sí No Sí No
P. válido 79,5 20,5 19,8 80,2 17,5 82,5 13,7 86,3 53,2 46,8 3,5 96,5Total válido 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Tabla 35. Distribución de porcentajes en función de haber oído sobre el fallecimiento de unapersona en lista de espera para un trasplante y según los medios de comunicaciónresponsables.
6. La donación de órganos como conducta prosocial
Casi la totalidad de los encuestados piensa que la donación es una conducta
solidaria (97,8%) y aceptan que una motivación para donar puede ser la idea de la
reciprocidad, ya que la práctica totalidad cree que es necesario donar para poder
recibir un órgano en el futuro, en caso de necesitarlo (95,2%). Por tanto, se podrían
reforzar las ideas de solidaridad y reciprocidad en un programa de intervención para
motivar a los ciudadanos a ayudar a quienes necesitan un trasplante.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 121
¿Está de acuerdo o endesacuerdo con que ladonación es un actosolidario con otraspersonas?
¿Está de acuerdo o endesacuerdo con que esnecesario donar porquealgún día puede ser ustedquien necesite untrasplante?
Porcentaje válido Porcentaje válidoTotalmente en
desacuerdo
Algo en desacuerdo
Algo de acuerdo
Totalmente de acuerdo
No sé
1,0
1,1
2,4
95,4
0,1
3,6
0,5
3,3
91,9
0,8
Total válidos 100,0 100,0
Tabla 36. Distribución de porcentajes en función de creer que la donación es un actosolidario y creer que se debe donar ante la posibilidad de necesitar un órgano en el futuro.
7. Donación de sangre
Menos de una tercera parte de los andaluces encuestados es donante de
sangre o ha donado alguna vez. Algunas personas no pueden realizar este tipo de
donaciones por haber padecido hepatitis, por tener bajo peso corporal, etc. No
obstante, el porcentaje de encuestados que donan sangre es pequeño, aunque no
desestimable, por lo que sería importante analizar el efecto de este tipo de conducta
prosocial sobre la decisión de donar los órganos propios o de un familiar.
¿Es o ha sido usted donante desangre?
Porcentaje válidoSí
No
27,8
72,2
Total válidos 100,0
Tabla 37. Distribución de porcentajesen función de haber donado sangre.
8. Percepción del estado de salud propio
La percepción de un estado de salud delicado puede llevar a pensar que los
órganos propios no son válidos para ser donados. Si una persona no reconoce su
capacidad de ayudar a quienes necesitan un órgano para trasplante, no iniciará una
B.RANDO122
toma de decisión sobre donar sus órganos. En este sentido, sólo unos pocos
entrevistados creen que su salud es mala, mientras que un alto porcentaje considera
su salud como normal o buena.
En general, ¿cómo considera susalud?
Porcentaje válidoMala
Regular
Normal
Buena
3,6
25,0
17,5
53,9
Total válidos 100,0
Tabla 38. Distribución de porcentajes enfunción de la percepción del estado desalud.
9. Variables relacionadas con la familia
Menos de la mitad de las personas entrevistadas ha transmitido su deseo
respecto a la donación a los familiares. Aunque los ciudadanos lo desconocen, la
transmisión del deseo personal se puede interpretar como el acto de donar, ya que
la familia suele respetar el deseo del fallecido, y el objetivo final de todas las
acciones prodonación, incluida la firma del carnet, es elevar las tasas de
consentimiento de donación.
¿Ha comentado con supareja/padres (o familiar másallegado) su deseo personal sobredonación y trasplante?
Porcentaje válidoSí
No
42,4
57,6
Total válidos 100,0
Tabla 39. Distribución de porcentajessegún si se ha transmitido la decisiónpersonal respecto a la donación a losfamiliares cercanos.
Entre las personas que no han transmitido su deseo personal, el argumento
más extendido para justificar este aparente retraimiento es que no ha salido el tema
en su casa, aunque cerca de un tercio indica que a su familia no le agrada hablar de
la muerte.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 123
(En caso negativo) ¿Por qué no se lo ha dicho a su familia?Responda si son verdaderas o falsas las siguientes razonesque le voy a dar:Porque no ha salido el tema ensu casa
Porque en su casa no les gustahablar de la muerte
Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje Porcentaje válidoVerdadera
Falsa
Total válidos
Perdidos
45,5
12,1
57,6
42,4
79,0
21,0
100,0
18,0
39,7
57,6
42,4
31,2
68,8
100,0
Total 100,0 100,0
Por superstición. Hablar de lamuerte puede traer mala suerte
Porque cree que no es necesario
Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje Porcentaje válidoVerdadera
Falsa
Total válidos
Perdidos
6,0
51,7
57,6
42,4
10,3
89,7
100,0
2,9
54,8
57,6
42,4
5,0
95,0
100,0
Total 100,0 100,0
Tabla 40. Distribución de porcentajes para cada una de las razones que pueden justificar nohaber transmitido la decisión personal a la familia.
Por último, el porcentaje de personas que conocen la opinión de sus
familiares es similar al que ha transmitido su deseo personal (43,6% y 42,4%,
respectivamente). Estas cifras son bajas, dada la implicación que tiene conocer la
actitud y el deseo de los familiares para la decisión que deben adoptar las personas
allegadas cuando se les plantea la donación. Parece que entre los encuestados hay
una falta de diálogo en torno al tema, ya sea porque simplemente no ha surgido la
oportunidad de tratarlo o porque se evita la discusión sobre aspectos relacionados
con la muerte, como se ha indicado anteriormente.
B.RANDO124
¿Conoce usted la opinión de supareja/padres (o familiares más allegados)sobre la donación y trasplante de órganos?
Porcentaje válidoSí, a favor
Sí, en contra
Sí, unos a favor y otros en contra
Sí, no la tienen definida
No la conozco
33,8
7,4
1,1
1,3
56,4
Total válidos 100,0
Tabla 41. Distribución de porcentajes según si seconoce la actitud de los familiares cercanos hacia ladonación y trasplante de órganos.
10. El carnet de donante. Razones que justifican no haber firmado el carnet
El porcentaje de los que poseen carnet de donante es reducido en relación
con el número de personas que manifiestan las intenciones de donar y de hacerse
el carnet. Por tanto, la relación “intención de donar-ser donante” debe estar
mediatizada por otros factores.
¿Tiene carnet de donante deórganos?
Porcentaje válidoSí
No
6,7
93,3
Total válidos 100,0
Tabla 42. Distribución de porcentajesen función de poseer el carnet dedonante de órganos.
Entre los factores que pueden explicar no haber firmado el carnet de donante
de órganos, la razón más extendida entre los encuestados es no habérselo
planteado o pensado tranquilamente (67,7%), con diferencia respecto a las demás.
Le siguen por orden la falta de información sobre donación y trasplante (38,6%), no
saber cómo hacerse el carnet (25%), la falta de tiempo (22,4%) y el miedo (18,5%).
Sin embargo, la superstición y no desear donar son razones minoritarias (6% y 7%,
respectivamente).
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 125
¿Por qué no se ha hecho el carnet? Le voy a deciralgunas razones y usted me responde si está o no deacuerdo con ellas. ¿Está de acuerdo o en desacuerdo conque no se ha hecho el carnet por:No saber cómohacérselo
Falta de tiempo Falta de información
Porcentaje P.válido Porcentaje P.válido Porcentaje P. válidoTotal desacuerdo
Algo en desacuerdo
Algo de acuerdo
Total acuerdo
Total válidos
Perdidos
69,7
0,3
10,1
13,2
93,3
6,7
74,7
0,3
10,8
14,2
100,0
71,9
0,5
10,7
10,2
93,3
6,7
77,1
0,5
11,5
10,9
100,0
56,6
0,6
9,1
26,9
93,3
6,7
60,7
0,7
9,7
28,9
100,0
Total 100,0 100,0 100,0
Trae mala suerte Sencillamente no deseadonar
Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje Porcentaje válidoTotal desacuerdo
Algo en desacuerdo
Algo de acuerdo
Total acuerdo
Total válidos
Perdidos
87,5
0,1
2,9
2,7
93,3
6,7
93,9
0,1
3,1
2,9
100,0
85,4
1,4
2,5
4,1
93,3
6,7
91,5
1,5
2,6
4,4
100,0
Total 100,0 100,0
Miedo No se lo ha planteado o no loha pensado tranquilamente
Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje Porcentaje válidoTotal desacuerdo
Algo en desacuerdo
Algo de acuerdo
Total acuerdo
Total válidos
Perdidos
75,9
0,1
6,2
11,1
93,3
6,7
81,4
0,1
6,6
11,9
100,0
29,4
0,8
5,9
57,2
93,3
6,7
31,5
0,8
6,4
61,3
100,0
Total 100,0 100,0
Tabla 43. Distribución de porcentajes para cada una de las razones que pueden justificar nohaber firmado el carnet de donante de órganos.
3.1.1. A MODO DE RESUMEN
A partir del análisis descriptivo realizado se observa que la práctica totalidad
de los andaluces encuestados sostienen una actitud favorable a la donación de
órganos, mientras que las cifras decrecen progresivamente respecto a la intención
de donar los órganos propios, los de un familiar fallecido y de hacerse el carnet de
B.RANDO126
donante. La muestra es fundamentalmente católica practicante, y la mayoría
manifiesta que sus creencias religiosas no han influído sobre la decisión adoptada
respecto a la donación pero, en caso de haberlo hecho, es más frecuente un efecto
positivo. En cuanto a la resurrección, los entrevistados se distribuyen de forma
homogénea entre los que creen, no creen y los que manifiestan incertidumbre. El
malestar por pensar en la propia muerte y otras preocupaciones en torno al
fallecimiento tampoco parece ser característico de los andaluces, a diferencia de la
idea de obtener un beneficio de la muerte a través de la donación. Asimismo, para
una mayoría la manipulación sobre el cuerpo no es un problema, aunque sólo algo
más de la mitad está de acuerdo con la incineración como forma de enterramiento.
Por otro lado, no hay un sentimiento de desagrado ante la idea de que un
órgano propio pueda funcionar en el cuerpo de otra persona, ni una preocupación
generalizada por la posible modificación estética del cuerpo tras la extracción,
aunque es más frecuente el temor ante la posibilidad de una extracción prematura
de los órganos y de la existencia de irregularidades en la distribución de éstos. Estas
preocupaciones, junto con el desconocimiento de la gratuidad de los trasplantes,
indican la falta de información sobre el proceso de donación-extracción-trasplante, a
lo que se añade el desconocimiento de la opinión de la Iglesia. La única información
que poseen se refiere a las donaciones y trasplantes que más se practican y a la
utilidad de los trasplantes, con el propósito casi unánime de aceptar un órgano en
caso de necesidad. De forma consistente, la mayoría considera que posee un nivel
moderado o bajo de información sobre el tema. Sin embargo, han oído sobre
secuestro para extraer los órganos, muerte de personas por falta de órganos,
comercio y petición dinero para trasplantes. En el momento de la encuesta, apenas
algunos han recibido recientemente información, en general a través de la televisión,
prensa y radio, y se demanda más información. También es menos frecuente
conocer a alguien con trasplante o en lista de espera. En general, tienen alguna o
mucha confianza en los profesionales sanitarios y consideran que la donación es
una conducta solidaria, siendo la reciprocidad un motivo para donar. En relación con
otras conductas prosociales, menos de la mitad de los andaluces encuestados
donan o han donado sangre alguna vez. Igualmente, pocos creen que su estado de
salud sea malo. Por último, hay más personas que no han transmitido su decisión
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 127
personal sobre la donación que quienes lo han hecho, fundamentalmente porque no
ha salido el tema en casa, aunque para un sector la justificación está en que en
casa no les agrada hablar de la muerte. A su vez, pocos de los encuestados
conocen la opinión de quienes les rodean y sólo una minoría tiene el carnet de
donante, fundamentalmente por no haber iniciado una toma de decisión al respecto
o por necesidad de pensarlo tranquilamente, aunque también algunos indican la
falta de información y no conocer el procedimiento para hacerse el carnet.
3.2. MODELOS DE LAS INTENCIONES DE ACTUAR EN LA DONACIÓN DEÓRGANOS
Los análisis que se exponen a continuación permiten responder al
interrogante de qué variables se relacionan con la donación de órganos de un
familiar fallecido. La selección de las variables criterio ha quedado
convenientemente justificada a través de la revisión teórica y empírica, no sólo por la
relación que mantienen las intenciones de actuar con la conducta y por la evidencia
que apunta a que cada decisión es diferente, sino por la influencia de las
intenciones de donar los órganos propios y de hacerse el carnet (tomadas
previamente por la persona fallecida) sobre la decisión de los familiares. En este
sentido, los resultados del análisis descriptivo en la muestra de andaluces también
sugieren el estudio por separado de las variables criterio, al mostrar, en
concordancia con los estudios previos, que la cifra de encuestados con propósito de
donar sus órganos es mayor que la de quienes manifiestan intención de donar los
órganos de un familiar fallecido (de quien se desconoce la opinión en vida), la cual a
su vez es superior al porcentaje de personas que se harían el carnet de donante. En
la tabla 44 se muestra la distribución de los porcentajes tras realizar el cruce de las
tres intenciones, cuyas categorías se han agrupado en probable que sí y probable
que no. Se puede comprobar que no siempre quien decide donar sus órganos se
haría el carnet de donante, ni implica necesariamente la intención de donar los
órganos de un familiar, a pesar de que normalmente existe consistencia en la
respuesta de los encuestados.
B.RANDO128
Intención de donar losórganos propios
Intención de donarórganos de un familiar
No Sí
No No 98,6 3,5
Intención de Sí - 10,6
firmar el carnet Sí No 1,41 11,5
Sí - 74,4
Tabla 44. Porcentaje de casos según el cruce de las intenciones de donar losórganos propios, de hacerse el carnet y de donar los órganos de un familiar.
En definitiva, para alcanzar el segundo objetivo propuesto, en primer lugar se
han analizado las relaciones bivariadas de las respectivas intenciones con el resto
de variables y, posteriormente, se ha elaborado un modelo multivariante para cada
una de las intenciones de actuar.
De forma previa a los análisis, se han efectuado algunas modificaciones en
las variables. En relación con las variables de respuesta, sus categorías se han
agrupado, como se ha indicado anteriormente, en probable que sí y probable que
no, con objeto de evitar más del 20% de casillas con frecuencias esperadas
menores a 5 en las tablas de contingencia. Respecto a las restantes variables, en
unos casos se han agrupado categorías siguiendo un criterio estadístico y, en otros,
según un criterio práctico. Por un lado, para evitar un exceso de casillas vacías en la
tabla de contingencia, las modalidades de la actitud hacia la donación de órganos
han quedado reducidas a de acuerdo y en desacuerdo. Del mismo modo, ha sido
necesario unir ateo y agnóstico en las creencias religiosas, permaneciendo con las
modalidades católico practicante, católico no practicante, otras religiones y
ateo/agnóstico, y las categorías de las razones que justifican no haber firmado el
carnet de donante, reducidas a de acuerdo y en desacuerdo. En la misma situación
se encuentran las alternativas del ítem que refleja si se conoce la opinión de los
familiares sobre la donación, que queda con las modalidades a favor, en contra,
varias actitudes/ausencia de una opinión definida y no la conozco. Por otro lado, se
han agrupado categorías con cierta equivalencia en variables tales como el estado
civil, que ha quedado con las alternativas soltero, casado/en convivencia, separado
1Este porcentaje corresponde a dos casos que manifiestan algo probable que no a la donación de los órganospropios y algo probable que sí a hacerse el carnet de donante de órganos. En la encuesta, ambas cuestiones estánseparadas por otras, razón por la que se sospecha una influencia de las cuestiones intermedias sobre la última.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 129
y viudo. Este mismo criterio se ha aplicado al nivel de estudios, que permanece con
las categorías analfabeto/sin estudios, primaria, secundaria y estudios universitarios,
así como a la situación laboral de los encuestados, cuyas modalidades son en
activo, en desempleo, estudiante/opositor, ama de casa y jubilado. Por último, para
facilitar la interpretación de los resultados, las categorías de la actitud hacia la
autopsia y la actitud hacia la incineración han quedado reducidas a de acuerdo,
indiferente y en desacuerdo, mientras que la intención de aceptar un órgano se ha
dicotomizado en probable que sí y probable que no.
Una vez realizadas estas modificaciones, se ha procedido a la selección de
las variables para los análisis univariantes, eliminándose aquéllas que poseen un
90% de casos o más en una casilla, ya que las celdillas casi vacías pueden dominar
la solución del Modelo (Tabachnick y Fidell, 1996). En la tabla 45 se presentan las
variables eliminadas.
• Actitud general hacia la donación de órganos• Creer que se obtiene algo positivo de la muerte con la donación• Sentir desagrado por el funcionamiento de un órgano propio en el cuerpo de
otra persona• Creer que los trasplantes son útiles• Creer que se evitan sufrimientos de los enfermos al recibir un trasplante• Intención de aceptar un órgano para trasplante en caso de necesidad• Conocer la opinión de la propia Iglesia hacia el tema• Haber recibido información por televisión• Haber recibido información a través de charlas o conferencias• Creer que es necesaria más información sobre el tema• Creer que la donación es un acto solidario• Creer que se debe donar por la posibilidad de necesitar un órgano en el
futuro• No tener el carnet porque trae mala suerte• No tener el carnet porque no se desea donar• Poseer el carnet de donante de órganos
Tabla 45. Variables excluidas de los análisis univariantes.
B. RANDO130
La relación de cada intención con el resto de variables se ha examinado por
medio de tablas de contingencia y regresión logística. No obstante, las razones que
justifican no haber firmado el carnet de donante sólo se han analizado con la
intención de hacerse el carnet porque hacen referencia exclusivamente al carnet. La
codificación elegida para las variables predictoras en el análisis de regresión
logística ha sido codificación ortogonal polinómica, para las de naturaleza ordinal, y
codificación ficticia, para las dicotómicas y politómicas.
Posteriormente, se han elaborado los modelos de regresión logística
multivariante. La selección de las variables predictoras que se han introducido para
cada modelo se ha realizado de acuerdo con los siguientes criterios :
1. No se introduce en ningún caso una variable de respuesta como predictora en los
otros modelos.
2. Sólo se introducen las variables que presentan variabilidad en sus modalidades,
como en el análisis univariante. Con base en este criterio quedan excluidas del
análisis multivariante las mismas variables que aparecen en la tabla 45.
3. Se excluyen las variables que sólo se aplican a un sector de la muestra de
encuestados y que si se introdujeran supondría la eliminación de los otros grupos
y/o una reducción drástica de la muestra. Esto ocurre con las razones para no haber
comentado el deseo personal a los familiares y el grado en que afecta la propia
religión en la decisión respecto a la donación.
4. Aplicados los criterios anteriores, de las restantes variables se aceptan las que
tienen una probabilidad asociada al estadístico χ2 inferior a 0,25 en las tablas de
contingencia. La selección a partir de este nivel de significación se debe a que estas
variables pueden constituir en conjunto un importante predictor de la variable de
respuesta (Hosmer y Lemeshow, 1989). También algunos autores proponen la
aceptación de las que presenten p<0,15 (Afifi y Clark, 1996). Sin embargo, se ha
optado por el criterio más amplio.
Para los análisis multivariantes se ha mantenido la codificación empleada
previamente para las variables predictoras, pero cuando el análisis de regresión
logística simple ha mostrado que el logit es lineal en una variable de naturaleza
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 131
ordinal, ésta se ha introducido como cuantitativa, de acuerdo con la sugerencia de
Hosmer y Lemeshow (1989).
Como en el estudio descriptivo, todos estos análisis se han llevado a cabo
con los coeficientes correctores de reequilibrado, aunque en este caso además se
ha estimado mediante regresión la respuesta no sé a creencias, preocupaciones y
actitudes, con objeto de disponer de un mayor número de casos completos. Las
estimaciones se han sustituido en aquellos casos con un máximo de tres valores
perdidos (ver Anexo 3).
3.2.1. MODELO DE LA INTENCIÓN DE DONAR LOS ÓRGANOS PROPIOS
3.2.1.1. RELACIÓN ENTRE LA INTENCIÓN DE DONAR LOS ÓRGANOS
PROPIOS Y OTRAS VARIABLES
La presentación de los resultados de las tablas de contingencia se realiza en
función de la métrica de las covariables. Para las binarias se ha elegido la propia
tabla 2x2, mientras que para las variables categóricas politómicas se ha utilizado la
gráfica de barras, y la gráfica de líneas ha sido la elección para las variables
ordinales, puesto que informa de la tendencia existente en los datos según las
distintas modalidades. En las gráficas de barras y de líneas se presentan los
resultados de la respuesta positiva a la intención de donar los órganos propios. En
cuanto al estadístico, en el caso de las tablas 2x2 se indica el χ2 con la corrección
para la continuidad de Yates. En los demás casos, el χ2 de Pearson.
Por otra parte, respecto al análisis de regresión logística simple, se muestra
una tabla con los coeficientes de regresión (β), el error típico de estimación, el
estadístico W de Wald, con los grados de libertad (g.l.) y la probabilidad asociada
(p), el coeficiente de correlación parcial (R) y la odds ratio o razón de productos
cruzados (eβ).
1. Variables personales
B. RANDO132
En relación con el lugar de residencia, entre los que viven en la capital hay un
mayor porcentaje de encuestados que donaría los órganos propios (χ2= 7,07, g.l.= 1
, p= 0,008). El análisis de regresión logística univariante muestra que la odds
estimada de la intención de donar de una persona de la capital es 1,86 veces la de
una persona de provincia.
ResidenciaProvincia Capital Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
9913,8
2,8
298,0
-2,8
12811,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
61986,2
-2,8
33292,0
2,8
95188,1
Total Recuento %
718100,0
361100,0
1079100,0
Tabla 46. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos propios según el lugar de residencia de los encuestados.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
ResidenciaConstante
0,62221,8317
0,22300,1082
7,78286,61
11
0,0053<0,0001
0,0859 1,86
Tabla 47. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos propios en función del lugar de residencia(categoría de referencia: provincia).
Con respecto al sexo de los encuestados, sólo se observa una tendencia a la
significación (χ2= 3,70, g.l.= 1, p= 0,054), de forma que un mayor número de
mujeres manifiesta intención de donar los órganos propios.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 133
SexoHombre Mujer Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
7313,8
2,0
549,8
-2,0
12711,8
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
45686,2
-2,0
49590,2
2,0
95188,2
Total Recuento %
529100,0
549100,0
1078100,0
Tabla 48. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos propios según el sexo de los encuestados.
En cuanto a la edad, se han mantenido los intervalos formados previamente
para el muestreo, que dividen a los encuestados en tres grupos (de 18 a 30 años, de
31 a 50 años, y 51 años ó más). Los resultados indican que la decisión de donar los
órganos propios es más frecuente entre los más jóvenes, frente a los otros grupos
(χ2= 6,65, g.l.= 2, p= 0,036). El análisis de regresión logística muestra que el logit es
lineal en la edad, produciéndose un decremento de 0,43 unidades logit de la
intención de donar por cada unidad de incremento en la escala de medida de la
edad.
0
20
40
60
80
100
18-30 31-50 51 o más
Edad
Intención de donar
%
Figura 9. Representación gráfica de los porcentajes de intención dedonar los órganos propios según la edad.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Edad1º grado2º gradoConstante
-0,4264-0,01172,0423
0,16930,16720,0971
6,586,340,004441,94
2111
0,03730,01180,94430,0000
0,0573-0,07440,0000
0,65290,9884
B. RANDO134
Tabla 49. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos propios en función de la edad.
Sin embargo, la intención de donar los órganos propios no se relaciona con el
estado civil (χ2= 4,07, g.l.= 3, p= 0,255), ni con tener hijos (χ2= 1,29, g.l.= 1, p=
0,256), aunque sí con el nivel de estudios, observándose que la intención de donar
aumenta con el grado de estudios de los encuestados (χ2= 32,25, g.l.= 3, p< 0,001),
con un incremento en 1,23 unidades logit por cada aumento en una unidad del
grado de estudios.
0
20
40
60
80
100
Analfabeto/sinestudios
Primaria Secundaria Universidad
Nivel de estudios
Intención de donar
%
Figura 10. Representación gráfica de los porcentajes de intención dedonar los órganos propios según el nivel de estudios.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Nivel estudios1º grado2º grado3º gradoConstante
1,2275-0,3185-0,02872,4480
0,41520,36420,30480,1821
30,578,740,760,01
180,73
31111
0,00000,00310,38190,9249<0,0001
0,17700,09270,00000,0000
3,410,731,03
Tabla 50. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos propios en función del nivel de estudios.
Por último, se observa una tendencia a la significación en función de la
situación laboral (χ2= 9,44, g.l.= 4, p= 0,051), con un mayor número de estudiantes
con el propósito de donar sus propios órganos y menos jubilados con intención de
hacerlo.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 135
0
20
40
60
80
100
Activo Desempleo Estudiante Ama de casa Jubilado
Situación laboral
Intención de donar
%
Figura 11. Representación gráfica de los porcentajes de intención de donarlos órganos propios según la situación laboral.
2. Creencias religiosas
Los resultados indican que la pretensión de donar los órganos propios difiere
en función de las creencias religiosas de los encuestados, siendo los menos
decididos a hacerlo quienes pertenecen a una religión distinta de la católica y los
más predispuestos aquéllos que no poseen creencias religiosas (χ2= 21,13, g.l.= 3,
p< 0,001).
En el análisis de regresión logística univariante, donde se ha tomado como
categoría de referencia católico no practicante, es significativa la comparación de
este grupo con los que pertenecen a otra religión, de forma que la intención de
donar entre los últimos es 0,26 veces la manifestada por los primeros. También es
significativa la comparación con los ateos/agnósticos, entre quienes el propósito de
donar los órganos propios es 3,48 veces el expresado por los católicos no
practicantes. La comparación entre católicos practicantes y no practicantes no es
significativa.
B. RANDO136
0
20
40
60
80
100
Católicopracticante
Otra religión Ateo/agnóstico Católico nopracticante
Creencias religiosas
Intención de donar
%
Figura 12. Representación gráfica de los porcentajes de intención de donarlos órganos propios según las creencias religiosas.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
ReligiónC. practicanteOtra religiónAteo/agnósticoConstante
0,3677-1,33991,24841,8029
0,19700,51660,56000,1381
16,633,486,734,97
170,37
31111
0,00080,06200,00950,0258<0,0001
0,11640,0435-0,07760,0615
1,440,263,48
Tabla 51. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos propios en función de las creencias religiosas (categoríade referencia: católico no practicante).
Asimismo, la intención de donar de los encuestados y la creencia en torno a
la resurrección están relacionadas, existiendo un mayor porcentaje con intención de
donar los órganos propios entre los que no creen en la resurrección, frente a los que
creen y a los que manifiestan incertidumbre (χ2= 10,59, g.l.= 2, p= 0,005). Para el
análisis de regresión logística se ha tomado como grupo de referencia el no
creyente y resultan significativas las comparaciones con los otros dos, obteniéndose
que la odds de la intención de donar en el grupo que cree en la resurrección y en el
que duda es 0,46 y 0,53 veces, respectivamente, la del grupo de referencia.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 137
Figura 13. Representación gráfica de los porcentajes deintención de donar los órganos propios según la creencia en laresurrección.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
ResurrecciónSíNo séConstante
-0,7706-0,63072,4868
0,24810,24020,1882
10,589,646,89
174,52
2111
0,00500,00190,0086<0,0001
0,0916-0,0987-0,0790
0,460,53
Tabla 52. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos propios en función de la creencia en la resurrección(categoría de referencia: no).
Cuando se pregunta a los encuestados si creen que la religión les afecta en
su decisión sobre la donación de los órganos propios (χ2= 16,43, g.l.= 3, p= 0,001),
la cifra de decididos a donar es menor en el grupo que manifiesta que le afecta casi
nada. Según el análisis de regresión logística simple, la relación entre esta variable y
el logit presenta el componente cúbico significativo. Sin embargo, no se introduce en
el análisis de regresión logística múltiple, ya que es una cuestión dirigida a un sector
de la muestra y supone la exclusión de los agnósticos y ateos.
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho Grado en que afecta la propia religión
Intención de donar%
Figura 14. Representación gráfica de los porcentajes de intención dedonar los órganos propios según el grado en que afecta la religión.
0
20
40
60
80
100
Sí No sé No
Creer en la resurrección
Intención de donar
%
B. RANDO138
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Influencia religión1º grado2º grado3º gradoConstante
0,03780,4500-1,05921,6185
0,27990,33230,37750,1662
14,970,021,837,8794,87
31111
0,00180,89250,17580,0050<0,0001
0,10930,00000,0000-0,0885
1,041,570,35
Tabla 53. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos propios en función del grado de influencia de la religión.
3. Aspectos relacionados con la muerte
El porcentaje de encuestados con intención de donar los órganos propios
difiere en función de la actitud hacia la manipulación del cadáver. De los que
manifiestan total desacuerdo con la idea del cuerpo intacto tras la muerte, la práctica
totalidad desea donar, mientras que tan solo una cuarta parte de los que están
totalmente de acuerdo con esta idea donaría (χ2= 215,78, g.l.= 3, p< 0,001). En el
análisis de regresión logística simple se comprueba que la relación entre esta
variable y el logit viene explicada por un componente lineal y un componente cúbico.
0
20
40
60
80
100
Totaldesacuerdo
Algo endesacuerdo
Algo deacuerdo
Total acuerdo
Actitud hacia mantener el cuerpo intacto
Intención de donar%
Figura 15. Representación gráfica de los porcentajes de intención dedonar los órganos propios según la actitud hacia la manipulación delcuerpo tras la muerte.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 139
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Cuerpo intacto1º grado2º grado3º gradoConstante
-2,80140,0089-1,30801,0631
0,23530,26870,29840,1344
197,88141,700,00119,2262,62
31111
<0,0001<0,00010,9736<0,0001<0,0001
0,5044-0,43040,0000-0,1511
0,061,010,27
Tabla 54. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos propios en función de la actitud hacia la manipulación del cuerpotras la muerte.
Una cuestión muy relacionada con la anterior es la actitud hacia la práctica de
la autopsia, con la cifra más alta de personas decididas a donar entre aquéllas
favorables al examen anatómico, y el menor porcentaje entre quienes están en
desacuerdo con él (χ2= 64,69, g.l.= 2, p<0,001). Tomando el primer grupo como
referencia, la única comparación significativa en el análisis de regresión logística
simple es con quienes son desfavorables a la autopsia, entre los cuales la
probabilidad de una decisión positiva es 0,21 veces la estimada en el otro grupo.
0
20
40
60
80
100
En desacuerdo Indiferente De acuerdo
Actitud hacia la autopsia
Intención de donar
%
Figura 16. Representación gráfica de los porcentajes de intenciónde donar los órganos propios según la actitud hacia la autopsiasobre el propio cuerpo.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
AutopsiaDesacuerdoIndiferenteConstante
-1,5575-1,2068 2,4141
0,21150,69240,1221
55,2154,21 3,04
391,22
2111
<0,0001<0,00010,0814<0,0001
0,2588-0,2614-0,0368
0,210,30
Tabla 55. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos propios en función de la actitud hacia la autopsia (categoría dereferencia: de acuerdo).
B. RANDO140
Igualmente, se observan diferencias significativas en función del grado en que
resulta incómodo pensar sobre la propia muerte, siendo quienes se sienten muy
incómodos con estos pensamientos los que tienen menor propósito de donar los
órganos propios (χ2= 12,69, g.l.= 3, p= 0,005). El análisis de regresión logística
simple muestra que la relación entre esta variable y el logit viene explicada por el
componente cuadrático.
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Pensar en la muerte
Intención de donar
%
Figura 17. Representación gráfica de los porcentajes de intención dedonar los órganos propios según el grado en que resulta incómodopensar en la propia muerte.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Pensar1º grado2º grado3º gradoConstante
-0,3103-0,5531-0,27682,0905
0,17490,24330,29630,1217
12,003,155,170,87
295,30
31111
0,00740,07610,02300,3503<0,0001
0,0878-0,0384-0,06380,0000
0,730,580,76
Tabla 56. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos propios en función del grado en que resulta incómodopensar en la propia muerte.
Otra preocupación que afecta a la intención de donar es el desconocimiento
de lo que ocurre tras la muerte, con un patrón de resultados similar al anterior.
Nuevamente la cifra de encuestados que deciden donar los órganos propios es
menor entre los que están muy preocupados por esta cuestión (χ2= 26,40, g.l.= 3,
p<0,001). Según el análisis de regresión logística simple, la relación entre esta
variable y el logit presenta los componentes de tendencia lineal y cuadrático
significativos.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 141
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Desconocer qué ocurre tras la muerte
Intención de donar
%
Figura 18. Representación gráfica de los porcentajes de la intenciónde donar los órganos propios según la preocupación por desconocerlo que ocurre tras la muerte.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Desconocer1º grado2º grado3º gradoConstante
-0,5891-0,8876-0,29082,0784
0,18840,26970,33160,1348
23,999,7810,830,77
237,63
31111
<0,00010,00180,00100,3805<0,0001
0,1522-0,1001-0,10670,0000
0,550,410,75
Tabla 57. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos propios en función de la preocupación por desconocer lo queocurre tras la muerte.
Respecto a los ritos de enterramiento, se ha interrogado a los encuestados
sobre su actitud hacia la incineración del propio cuerpo. Se entiende que las
personas en desacuerdo con este procedimiento optan por el sistema tradicional de
enterramiento, comprobándose que la cifra más alta de decididos a donar los
órganos propios la presentan quienes son favorables a la incineración y la más baja,
de nuevo, quienes están en desacuerdo con ella (χ2= 35,71, g.l.= 2, p<0,001). El
análisis de regresión logística univariante revela que, tomando a las personas
favorables como grupo de referencia, la única comparación significativa es entre
éstas y quienes sostienen una actitud desfavorable, de forma que la probabilidad de
querer donar entre los últimos es 0,32 veces la probabilidad de esta intención entre
los primeros.
B. RANDO142
0
20
40
60
80
100
En desacuerdo Indiferente De acuerdo
Actitud hacia la incineración
Intención dedonar
%
Figura 19. Representación gráfica de la intención de donar los órganospropios según la actitud hacia la incineración.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
IncineraciónDesacuerdoIndiferenteConstante
-1,1461-0,17812,5225
0,20150,42930,1517
33,6532,36 0,17
276,62
2111
<0,0001<0,00010,6782<0,0001
0,1963-0,1986 0,0000
0,320,84
Tabla 58. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención de donarlos órganos propios en función de la actitud hacia la incineración (categoría dereferencia: de acuerdo).
4. Conocer a una persona con trasplante o en lista de espera
De quienes conocen a una persona en estas circunstancias, un mayor
porcentaje declara intención de donar los órganos propios (χ2= 4,81, g.l.= 1,
p=0,028). El análisis de regresión logística univariante indica que la decisión de
donar es 1,59 veces más probable entre las personas que conocen a alguien con un
trasplante o en lista de espera que entre quienes no conocen a nadie en esta
situación.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 143
Conocer a alguienNo Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
8913,6
2,3
389,0
-2,3
12711,8
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
56686,4
-2,3
38591,0
2,3
95188,2
Total Recuento %
655100,0
423100,0
1078100,0
Tabla 59. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos propios en función de conocer a alguien con un trasplanteo en lista de espera.
Variable β Errortípico
Wald g.l.
p R eβ
Conocer a alguienConstante
0,46371,8454
0,20420,1138
5,16262,92
11
0,0231<0,0001
0,0635 1,59
Tabla 60. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos propios en función de conocer a alguien con trasplante o enlista de espera (categoría de referencia: no).
5. Conocimientos sobre donación y trasplante. Creencias erróneas ypreocupaciones derivadas del grado de información
El grado de conocimiento sobre donación y trasplante tiene un importante
peso sobre la actitud y la intención de donar a través de las creencias que elabora la
persona sobre el objeto de la actitud, en este caso, la donación de órganos.
Proceso de donación-extracción-distribución de órganos
El desconocimiento sobre las cuestiones clave en el proceso de donación-
extracción-distribución de órganos suele estar asociado a diversas creencias
erróneas, en torno a las cuales se desarrollan miedos o preocupaciones que pueden
actuar como barrera para la donación. Una de las preocupaciones es la posibilidad
de un diagnóstico prematuro de muerte del donante, sobre lo que se observa que
las personas muy preocupadas por esta idea son las que presentan el porcentaje
más bajo con intención de donar los órganos propios (χ2= 62,37, g.l.= 3, p<0,001).
La regresión logística simple indica que, en la relación entre el logit y esta cuestión,
los componentes lineal y cuadrático son significativos.
B. RANDO144
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Diagnóstico prematuro de muerte
Intención de donar
%
Figura 20. Representación gráfica de los porcentajes de la intenciónde donar los órganos propios según la preocupación por un posiblediagnóstico prematuro de muerte.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
D. prematuro1º grado2º grado3º gradoConstante
-1,7619-1,73811,09613,2550
0,45590,88231,16140,4411
46,8914,93 3,88 0,8954,45
31111
<0,00010,0001 0,0488 0,3453<0,0001
0,2307-0,1298-0,04950,0000
0,170,182,99
Tabla 61. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos propios en función de la preocupación por el diagnóstico prematurode muerte.
Otra cuestión es la preocupación por una posible modificación estética del
cuerpo al realizar la extracción de órganos. Se comprueba, a este respecto, que el
porcentaje de personas con intención de donar los órganos propios entre quienes se
sienten muy preocupadas por esta idea, es muy inferior al resto (χ2= 147,85, g.l.= 3,
p<0,001). A través del análisis de regresión logística univariante se comprueba la
existencia de una relación tanto lineal como cúbica significativas entre esta variable
y el logit.
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Modificación estética
Intención de donar
%
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 145
Figura 21. Representación gráfica de los porcentajes de la intenciónde donar los órganos propios según la preocupación por una posiblemodificación estética del cuerpo del fallecido.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Estética1º grado2º grado3º gradoConstante
-1,9367-0,1834-0,74851,0995
0,24110,30200,35250,1510
96,5464,500,374,5153,03
31111
<0,0001<0,00010,54370,03370,0000
0,3398-0,28230,0000-0,0566
0,140,830,47
Tabla 62. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos propios en función de la preocupación por una posiblemodificación estética del cuerpo del fallecido.
Finalmente, la preocupación por la posible existencia de irregularidades en la
distribución de los órganos donados también se relaciona con el deseo de donar los
órganos propios, con un porcentaje menor que donaría nuevamente entre los que se
sienten muy preocupados ante esta posibilidad (χ2= 10,84, g.l.= 3, p= 0,013). Al
realizar el análisis de regresión logística simple se observa que ninguno de los
componentes de tendencia resulta significativo. Por tanto, se ha repetido el análisis
con la variable con codificación ficticia, observándose que la probabilidad de mostrar
intención de donar es mayor entre quienes se sienten nada y algo preocupados,
respecto a las personas muy preocupadas.
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Irregularidades en la distribución
Intención de donar
%
Figura 22. Representación gráfica de los porcentajes de la intenciónde donar los órganos propios según la preocupación por la posibleexistencia de irregularidades en la distribución de los órganos.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
IrregularidadNada 0,5160 0,2456
10,91 4,41
31
0,01220,0357
0,08030,0563 1,66
B. RANDO146
Casi nadaAlgoConstante
0,97580,83261,7871
0,75730,31130,1177
1,66 7,16230,45
111
0,19760,0075<0,0001
0,00000,0822
2,652,30
Tabla 63. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos propios en función de la preocupación por la posible existencia deirregularidades en la distribución de los órganos (categoría de referencia: mucho).
Como se ha comentado anteriormente, es posible que la intención de donar
tenga relación con el grado de confianza en los profesionales sanitarios, ya que la
función de éstos en el proceso de obtención y distribución de órganos es
fundamental. En este sentido, se observa que en el grupo que no tiene ninguna
confianza es donde existen menos personas con propósito de donar (χ2= 19,02,
g.l.= 3, p< 0,001) y que la relación entre ambas variables viene explicada por los
componentes lineal y cuadrático.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 147
0
20
40
60
80
100
Ninguna Poca Alguna Mucha
Confianza en los médicos
Intención de donar
%
Figura 23. Representación gráfica de los porcentajes de intención dedonar los órganos propios según el grado de confianza en losprofesionales sanitarios.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Confianza1º grado2º grado3º gradoConstante
1,1939-0,63540,18541,5980
0,29300,27830,26280,1392
16,7516,605,210,50
131,87
31111
0,0008<0,00010,02240,4804<0,0001
0,11710,1365-0,06400,0000
3,300,531,20
Tabla 64. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos propios en función del grado de confianza en los profesionalessanitarios.
Órganos y tejidos susceptibles de ser donados
Se ha creado una variable nueva para conocer si los entrevistados difieren en
la intención de donar en función del grado de información sobre los órganos y tejidos
que se pueden donar. Cada una de las variables que integran esta nueva se ha
dicotomizado, de forma que toda respuesta afirmativa a la cuestión ha sido
codificada con un punto, mientras que una respuesta negativa o de desconocimiento
se ha codificado con cero. La puntuación final, sumatorio de las puntuaciones, es
indicativa del grado de información que posee cada encuestado sobre los órganos y
tejidos que se pueden donar para trasplante. Las variables contribuyentes son:
conocer la donación de corazón, de páncreas, de riñón, de huesos, de hígado, de
pulmón, de médula ósea y de piel. Puesto que la nueva variable es de tipo
cuantitativo, se ha procedido directamente al análisis de regresión logística simple,
encontrando un cambio significativo en la desvianza (χ2=6,80, g.l.=1, p=0,0091), con
un incremento de aproximadamente 0,15 unidades logit de la intención de donar por
cada unidad que aumenta el grado de información.
B. RANDO148
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Información sobreórganos y tejidosConstante
0,15281,1875
0,05800,3174
6,9514,00
11
0,00840,0002
0,0794 1,17
Tabla 65. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos propios en función del grado de información sobre los órganos ytejidos que se pueden donar.
Consecuencias del trasplante para el receptor
La intención de donar los órganos propios también se relaciona con la
creencia en torno al coste económico del trasplante para el receptor, de forma que
el grupo que cree en la gratuidad de los trasplantes presenta la cifra más alta de
encuestados con propósito de donar, frente a quienes piensan que no son gratuitos
(χ2= 8,30, g.l.= 2, p= 0,016). El análisis de regresión logística univariante muestra
que la comparación de estos dos grupos es significativa y que la probabilidad de
manifestar intención de donar en el primero es 2,43 veces la probabilidad de que
ocurra en el otro. La comparación entre quienes responden no sé y el grupo de
referencia no es significativa.
0
20
40
60
80
100
Sí No sé No
Gratuidad de lostrasplantes
Intención de donar
%
Figura 24. Representación gráfica de los porcentajes de laintención de donar los órganos propios según el conocimiento de lagratuidad de los trasplantes para el receptor.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 149
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
GratuidadSíNo séConstante
0,88880,57731,3670
0,32730,31130,2840
7,617,373,4423,17
2111
0,02230,00660,0636<0,0001
0,06780,08280,0428
2,431,78
Tabla 66. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos propios en función del conocimiento de la gratuidad deltrasplante para el receptor (categoría de referencia: no).
Medios informativos sobre donación y trasplante
No se obtienen diferencias significativas entre quienes señalan la radio como
uno de los principales medios de difusión y quienes afirman que ésta no es la vía
por la que les llega la información (χ2= 0,05, g.l.= 1, p= 0,833), ni por conocer a
personas con trasplante o en lista de espera (χ2= 2,95, g.l.= 1, p= 0,086). Este último
resultado, que parece contrapuesto al obtenido anteriormente en el punto 4, no lo es
necesariamente, puesto que la cuestión previa simplemente se refiere al hecho de
conocer a alguien, mientras que en este último caso los encuestados responden si
han obtenido información a través de estas personas. Aunque es de esperar que el
hecho de conocer a alguien con un trasplante o en la lista de espera pueda aportar
información, también es posible que no lo haga, sino que sensibilice a la persona
hacia el tema (v.g. genera una empatía/simpatía hacia estas personas),
favoreciendo una decisión positiva respecto a la donación de órganos. A pesar de
que la probabilidad asociada al estadístico observado es inferior a 0,25, esta
variable no se incluye en el análisis multivariante por su alta correlación con la
analizada en el punto 4.
Uno de los medios informativos por el que difieren los encuestados es la
prensa, siendo el grupo que ha leído noticias sobre el tema el que posee una cifra
más elevada de personas que quieren donar sus órganos (χ2= 4,78, g.l.= 1, p=
0,029). La intención de donar entre éstos es 1,55 veces más probable que entre
quienes no han tenido esta vía de información.
B. RANDO150
PrensaNo Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
7714,1
2,3
519,6
-2,3
12811,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
47085,9
-2,3
48190,4
2,3
95188,1
Total Recuento %
547100,0
532100,0
1079100,0
Tabla 67. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos propios en función de haber recibido información a travésde la prensa.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
PrensaConstante
0,43731,8108
0,19210,1230
5,18216,69
11
0,0228<0,0001
0,0637 1,55
Tabla 68. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos propios en función de haber recibidoinformación por medio de la prensa (categoría de referencia: no).
Por su parte, el contenido sobre donación de órganos de folletos informativos,
carteles y vallas publicitarias también genera diferencias significativas entre los
encuestados, existiendo un mayor porcentaje determinado a donar los órganos
propios en el grupo que dice haber recibido información por tales medios (χ2= 5,10,
g.l.= 1, p= 0,024). El análisis de regresión logística univariante indica que la odds
estimada de la intención de donar de una persona beneficiada de esta información
es 1,63 veces la de una persona que no la ha recibido.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 151
Folletos, carteles y vallas
No Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
8913,8
2,4
399,0
-2,4
12811,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
55886,2
-2,4
39391,0
2,4
95188,1
Total Recuento %
647100,0
432100,0
1079100,0
Tabla 69. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos propios en función de haber recibido información pormedio de folletos, carteles y vallas publicitarias.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Folletos, etc.Constante
0,48571,8349
0,20360,1141
5,69258,47
11
0,0171<0,0001
0,0686 1,63
Tabla 70. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos propios en función de haber recibidoinformación a través de folletos, carteles y vallas publicitarias (categoría dereferencia: no).
Asimismo, la conversación con familiares constituye una variable relacionada
con la intención de donar los órganos propios, con una cifra mayor de encuestados
que donarían entre quienes han obtenido información a través del diálogo familiar
(χ2= 16,81, g.l.= 1, p< 0,001). El análisis de regresión logística simple muestra que la
odds de la intención de estas personas es 2,50 veces la de quienes no han tenido
esta vía de información.
B. RANDO152
Conversar con lafamilia
No Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
10115,1
4,2
276,6
-4,2
12811,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
56884,9
-4,2
38393,4
4,2
95188,1
Total Recuento %
669100,0
410100,0
1079100,0
Tabla 71. Distribución de los porcentajes de intención de donar losórganos propios en función de haber recibido información en lasconversaciones con familiares.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Conv. familiaConstante
0,91531,7319
0,22620,1082
16,37256,25
11
0,0001<0,0001
0,1353 2,50
Tabla 72. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos propios en función de haber recibidoinformación por medio de las conversaciones familiares (categoría dereferencia: no).
Igualmente, las conversaciones con amigos o conocidos generan diferencias
significativas entre los encuestados. La cifra más alta de las personas con propósito
de donar los órganos propios se encuentra entre quienes han recibido información
de esta fuente, frente a las personas que no han tenido esta experiencia (χ2= 13,78,
g.l.= 1, p< 0,001). La razón de probabilidades de la intención de donar de quienes
han recibido información por conversaciones con amigos es 2,15 veces la de
quienes no han recibido información por este medio.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 153
Conversar con losamigos
No Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
9015,3
3,8
387,8
-3,8
12811,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
49984,7
-3,8
45292,2
3,8
95188,1
Total Recuento %
589100,0
490100,0
1079100,0
Tabla 73. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos propios en función de haber recibido información a travésde las conversaciones con amigos.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Conv. amigosConstante
0,76731,7143
0,20450,1146
14,08223,83
11
<0,0002<0,0001
0,1241 2,15
Tabla 74. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos propios en función de haber recibido información en lasconversaciones con amigos (categoría de referencia: no).
Un último medio por el que difiere la cifra de personas que quieren donar sus
órganos, es haber mantenido conversaciones con médicos sobre donación y
trasplante. De nuevo, los que han obtenido información de esta forma muestran el
porcentaje más alto con intención de donar (χ2= 6,54, g.l.= 1, p= 0,011), siendo 2,35
veces más probable la decisión positiva a la donación en este grupo que en el de
personas que no se han beneficiado de tales conversaciones.
Conversar conmédicos
No Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
11713,0
2,7
116,0
-2,7
12811,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
78087,0
-2,7
17294,0
2,7
95288,1
Total Recuento %
897100,0
183100,0
1080100,0
Tabla 75. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos propios en función de haber recibido información enconversaciones con médicos.
B. RANDO154
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Conv. médicosConstante
0,85411,8988
0,32730,0992
6,81366,08
11
0,0091<0,0001
0,0783 2,35
Tabla 76. Resultados derivados de la intención de donar los órganos propios enfunción de haber recibido información a través de conversaciones con médicos(categoría de referencia: no).
Percepción del grado de información sobre donación y trasplante
Respecto a la percepción del grado de información poseída sobre el tema, se
observa una menor pretensión de donar los órganos propios entre los que
consideran no tener ninguna información (χ2= 28,44, g.l.= 3, p<0,001). El análisis de
regresión logística simple muestra que la relación entre esta variable y el logit tiene
los componentes lineal, cuadrático y cúbico significativos.
0
20
40
60
80
100
Ninguna Poca Regular Mucha
Percepción del grado de información
Intención de donar
%
Figura 25. Representación gráfica de los porcentajes de intención dedonar los órganos propios según la percepción del grado deinformación poseída.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Perc.información1º grado2º grado3º gradoConstante
0,6272-0,60130,62791,9064
0,23650,20930,17800,1047
25,507,038,2512,45331,86
31111
<0,00010,00800,00410,0004<0,0001
0,15760,0801-0,08930,1154
1,870,551,87
Tabla 77. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos propios en función de la percepción del grado de informaciónque se posee.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 155
Sin embargo, no existen diferencias en la intención de donar los órganos
propios en función de haber recibido información recientemente o no (χ2= 0,11, g.l.=
1, p=0,746).
Noticias de impacto emocional
Por lo que se refiere a noticias de impacto difundidas a través de los medios
de comunicación o por comentarios de conocidos, se observan diferencias
significativas en la intención de donar los órganos propios por haber oído sobre
comercio de órganos, aunque con unos resultados inesperados. Hay un mayor
porcentaje de encuestados determinados a donar entre quienes han oído este tipo
de noticias que entre quienes no las han oído (χ2= 7,45, g.l.= 1, p= 0,006), con una
odds estimada de la intención de donar 1,73 veces la de los últimos.
Comercio deórganos
No Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
5016,3
2,8
7810,1
-2,8
12811,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
25783,7
-2,8
69489,9
2,8
95188,1
Total Recuento %
307100,0
772100,0
1079100,0
Tabla 78. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos propios en función de haber oído sobre comercio deórganos.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
ComercioConstante
0,55051,6388
0,19550,1546
7,93112,36
11
0,0049<0,0001
0,0870 1,73
Tabla 79. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos propios en función de haber oído sobrecomercio de órganos (categoría de referencia: no).
Sin embargo, a nivel univariante no se obtiene relación entre el propósito de
donar los órganos propios y haber oído sobre secuestro de niños con objeto de
practicarles la extracción de órganos (χ2= 0,71, g.l.= 1, p=0,401), discriminación de
B. RANDO156
personas para recibir un trasplante (χ2= 2,86, g.l.= 1, p=0,091), petición de dinero
para un trasplante (χ2= 1,62, g.l.= 1, p= 0,204), ni que una persona haya muerto por
no recibir un órgano a tiempo (χ2=2,93, g.l.= 1, p=0,087). Todas estas variables,
menos la primera, se incluyen en el análisis multivariante, ya que presentan una
probabilidad asociada al estadístico inferior a 0,25.
6. Donación de sangre
Hay una cifra mayor de personas decididas a donar sus órganos entre
quienes donan o han donado sangre alguna vez (χ2= 19, g.l.= 1, p<0,001). El
análisis de regresión logística simple revela que la odds estimada del deseo de
donar los órganos propios entre quienes donan sangre es 3,38 veces la odds de
quienes no lo hacen.
Donación sangreNo Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
11314,6
4,5
154,9
-4,5
12811,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
66085,4
-4,5
29295,1
4,5
95288,1
Total Recuento %
773100,0
307100,0
1080100,0
Tabla 80. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos propios en función de haber donado sangre.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Donar sangreConstante
1,21821,7648
0,28550,1018
18,20300,29
11
<0,0001<0,0001
0,1437 3,38
Tabla 81. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos propios en función de haber donado sangre (categoría dereferencia: no).
7. Percepción del estado de salud
Aunque no se observan diferencias en la intención de donar los órganos
propios en función de la percepción del estado de salud (χ2= 5,48, g.l.= 3, p=
0,140), la probabilidad asociada al estadístico observado es menor a 0,25, lo que
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 157
determina su inclusión en el análisis de regresión logística múltiple.
8. Variables relacionadas con la familia
Se han encontrado diferencias significativas en la intención de donar de los
encuestados por el hecho de haber transmitido el deseo personal a los familiares
cercanos, con un porcentaje mayor que donaría sus órganos entre los que lo han
hecho, frente a quienes no han comunicado su decisión (χ2= 14,95, g.l.= 1,
p<0,001). La odds estimada de la intención de donar en el primer grupo es 3,13
veces la odds estimada de la intención del segundo.
Comunicar laintención
No Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
10016,3
5,3
275,8
-5,3
12711,8
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
51483,7
-5,3
43794,2
5,3
95188,
Total Recuento %
614100,0
464100,0
1078100,0
Tabla 82. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos propios en función de haber comunicado el deseopersonal a los familiares.
Variable β Errortípico
Wald g.l.
p R eβ
Comunicar intenciónConstante
1,13991,6330
0,22540,1091
25,58223,90
11
<0,0001<0,0001
0,1734 3,13
Tabla 83. Resultados de la regresión logística de la intención de donar los órganospropios en función de haber comunicado el deseo personal a los familiares(categoría de referencia: no).
En relación con las razones que pueden justificar no haber comentado el
deseo personal a los familiares allegados, la intención de donar los órganos propios
no se relaciona a nivel univariante con el argumento de que a éstos no les agrada
hablar de la muerte (χ2= 3,55, g.l.= 1, p= 0,060).
Cuando la justificación planteada es que no ha salido el tema en casa, las
B. RANDO158
personas en desacuerdo con esta explicación son las que presentan la cifra más
baja de encuestados decididos a donar sus órganos (χ2= 9,95, g.l.= 1, p= 0,002), en
una proporción de 0,47 respecto a quienes dicen que este hecho sí justifica que no
se haya comentado el deseo personal a los familiares. Se puede pensar que las
personas en desacuerdo han mantenido conversaciones sobre donación en el seno
familiar y, por tanto, se puede interpretar un efecto negativo de estas
conversaciones sobre la intención de donar. Sin embargo, sería una lectura errónea,
ya que lo único que manifiesta este grupo es que la razón indicada no explica que
sus familiares desconozcan su deseo personal. Por tanto, también es posible que no
haya surgido el tema en la familia de estas personas y que exista otra razón que
explique su comportamiento, que además podría tener relación con ese menor
deseo de donar.
No ha salido eltema
Verdad Falso Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
6713,9%
-3,2
3325,4
3,2
10016,3
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
41686,1
3,2
9774,6
-3,2
51383,7
Total Recuento %
483100,0
130100,0
613100,0
Tabla 84. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos propios en función de manifestar que una razón por la queno se ha comunicado el deseo personal es que no ha salido eltema en casa.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
No ha salidoConstante
-0,76042,5889
0,23980,3310
10,0661,18
11
0,0015<0,0001
-0,1214 0,47
Tabla 85. Resultados derivados de la regresión logística de la intención dedonar en función de manifestar que una razón por la que no se ha comunicadoel deseo personal es que no ha salido el tema en casa (categoría de referencia:verdad).
Asimismo, el propósito de donar de los encuestados difiere en función de su
creencia sobre las consecuencias que pueden derivarse de hablar de la muerte, de
forma que la cifra más baja con intención de donar los órganos propios la presentan
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 159
las personas que afirman no haber comunicado su deseo porque hablar de la
muerte puede traer mala suerte (χ2= 22,74, g.l.= 1, p< 0,001). El propósito de donar
es 3,85 veces más probable en el grupo que manifiesta que esta razón no explica su
comportamiento.
Trae mala suerteVerdad Falso Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
2438,1
4,9
7613,8
-4,9
10016,3
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
3961,9
-4,9
47586,2
4,9
51483,7
Total Recuento %
63100,0
551100,0
614100,0
Tabla 86. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos propios en función de manifestar que una razón por la queno se ha comunicado el deseo personal es que puede traer malasuerte hablar de la muerte.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Trae mala suerteConstante
1,3481-0,8667
0,28650,5317
22,14 2,66
11
0,00010,1031
0,1919 3,85
Tabla 87. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos propios en función de manifestar que una razón por la queno se ha comunicado el deseo personal es que puede traer mala suerte hablarde la muerte (categoría de referencia: verdad).
A pesar de que estas razones se relacionan con la intención de donar los
órganos propios, no se introducen en el análisis de regresión logística múltiple, ya
que la muestra de encuestados quedaría reducida casi a la mitad, anulándose a los
participantes que han dialogado sobre el tema con sus familiares.
Finalmente, se observa relación entre la decisión de donar los órganos
propios y conocer la opinión de los familiares cercanos sobre donación y trasplante,
con un mayor porcentaje decidido a donar entre quienes conocen la opinión
favorable de sus familiares, frente a quienes conocen una actitud contraria, quienes
encuentran variedad de actitudes a su alrededor o la ausencia de una opinión y
quienes desconocen lo que piensa su familia (χ2= 58,55, g.l.= 3, p<0,001).
B. RANDO160
En el análisis de regresión logística univariante resulta significativa la
comparación entre quienes conocen la opinión favorable de sus familiares y los que
desconocen la opinión de quienes les rodean. La intención de donar es 10,48 veces
más probable en el primer grupo respecto al segundo. El resto de comparaciones no
son significativas, aunque se observa una tendencia a la significación en la
comparación con el grupo que conoce la opinión contraria de sus allegados, siendo
la decisión de donar menos probable en este grupo respecto al de referencia.
0
20
40
60
80
100
A favor En contra No clara/varias
No la conozco
Conocer la opinión de los familiares
Intención de donar
%
Figura 26 Representación gráfica de la intención de donar los órganospropios en función de conocer la opinión de los familiares respecto ala donación.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Con. opiniónA favorEn contraNo clara/variasConstante
2, 3491-0,5317-0,22241,6594
0,40830,28010,50970,1113
39,8733,103,600,19
222,19
31111
<0,0001<0,00010,05760,6627<0,0001
0,20780,1991-0,04520,0000
10,48 0,59 0,80
Tabla 88. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos propios en función de conocer la opinión de los familiaresrespecto a la donación (categoría de referencia: no la conozco).
3.2.1.2. A MODO DE RESUMEN
La intención de donar los órganos propios se asocia con variables de diversa
índole. Entre las sociodemográficas se encuentran el lugar de residencia, edad y
nivel de estudios finalizados. Igualmente, se relaciona con las creencias religiosas
del encuestado y las creencias en torno a la resurrección, así como con ciertas
actitudes y creeencias en torno a la muerte, como la actitud hacia mantener el
cuerpo intacto tras la muerte, hacia la práctica de la autopsia e incineración, grado
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 161
de incomodidad al pensar en la propia muerte y preocupación por el
desconocimiento de lo que ocurre tras la muerte. Asimismo, se encuentran
diferencias en función de variables que forman parte del proceso de donación-
extracción-distribución de los órganos, tales como la preocupación por un
diagnóstico prematuro de muerte, por la modificación estética del cuerpo tras la
extracción de los órganos, por la existencia de irregularidades en su distribución y el
grado de confianza en los profesionales sanitarios. Otras cuestiones reflejan el
conocimiento de los encuestados sobre el tema, como son el grado de información
sobre los órganos y tejidos susceptibles de ser donados, grado de información
autopercibido, conocer la gratuidad de los trasplantes , haber oído sobre comercio
de órganos y tener noticias sobre el tema por la prensa, folletos informativos,
conversaciones con familiares, amigos y profesionales sanitarios. Igualmente, la
intención de donar los órganos propios está asociada con conocer o no a una
persona que ha recibido un trasplante, la donación de sangre, conocer la opinión de
los familiares respecto a la donación de órganos, haber transmitido a los familiares
la propia intención respecto a la donación y diversas razones que justifican el no
haberlo hecho, tales como que no haya salido el tema en casa o pensar que hablar
de la muerte puede traer mala suerte.
No obstante, se debe tener en cuenta que el análisis univariante no toma en
consideración la interrelación que puede existir entre las variables, por lo que es
posible que en ocasiones las relaciones observadas reflejen asociaciones espúreas.
3.2.1.3. MODELO DE REGRESIÓN LOGÍSTICA MULTIVARIANTE PARA LAINTENCIÓN DE DONAR LOS ÓRGANOS PROPIOS
La selección de las variables para el análisis multivariante se ha basado
fundamentalmente en los resultados de los análisis univariantes, como se ha
indicado inicialmente en la relación de criterios para la selección, incluyéndose tanto
las variables en función de las cuales se han observado diferencias significativas en
la intención de donar los órganos propios de los encuestados, como aquéllas
respecto a las cuales la probabilidad asociada al estadístico observado es inferior a
0,25. En las tablas 89 y 90 se presentan las variables y el tipo de contraste, según
su escala de medida.
B. RANDO162
VARIABLES INCLUIDAS EN EL ANÁLISIS MULTIVARIANTEp<<<<0,05 Se introducen como:
• Lugar de residencia• Edad• Nivel de estudios• Creencias religiosas• Creer en la resurrección• Actitud hacia el cuerpo intacto tras la muerte• Actitud hacia la autopsia sobre el propio cuerpo• Incomodidad al pensar sobre la propia muerte• Preocupación por desconocer qué ocurre tras la muerte• Actitud hacia la incineración sobre el propio cuerpo• Conocer a alguien con trasplante o en lista de espera• Preocupación por un diagnóstico prematuro de muerte• Preocupación por la modificación estética del fallecido
donante• Preocupación por creer que puedan existir irregularidades
en la distribución de órganos• Grado de confianza en los médicos• Grado de información sobre órganos y tejidos que se
pueden donar• Creer que los trasplantes son gratuitos• Haber recibido información a través de la prensa• Haber recibido información a través de folletos, carteles y
vallas publicitarias• Haber recibido información en conversación con familiares• Haber recibido información en conversación con
conocidos• Haber recibido información en conversación con médicos• Percepción del grado de información poseída• Haber oído sobre comercio de órganos• Haber donado sangre• Haber comunicado el deseo personal a los familiares• Conocer la opinión de los familiares sobre el tema
• Categórica (ficticia)• Cuantitativa• Cuantitativa• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica• Categórica (ficticia) • Categórica (ficticia) • Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia) • Cuantitativa• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia) • Categórica (ficticia) • Categórica (ficticia) • Categórica (ficticia) • Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)
Tabla 89. Variables respecto a las cuales la probabilidad asociada al estadístico observado esinferior a 0,05.
VARIABLES INCLUIDAS EN EL ANÁLISIS MULTIVARIANTEp<<<<0,25 Se introducen como:
• Sexo• Situación laboral• Haber oído sobre discriminación para recibir un
trasplante• Haber oído sobre petición de dinero para un trasplante• Haber oído que una persona ha fallecido por no recibir
un órgano a tiempo
• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia) • Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia) • Categórica (ficticia)
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 163
• Percepción del estado de salud • Categórica (ficticia)
Tabla 90. Variables respecto a las cuales la probabilidad asociada al estadístico observado esinferior a 0,25.
Las variables con codificación ficticia se han introducido con la última
categoría de referencia, a excepción del grado de confianza en los profesionales
sanitarios, que parece comportarse como binaria, con un menor porcentaje de
encuestados decididos a donar en la primera modalidad frente a las demás; por lo
que en este caso se utiliza la primera categoría como referencia. También se utiliza
la primera categoría como referencia para la percepción del estado de salud, porque
es más razonable comparar a quienes consideran su salud mala con el resto. El
método de estimación seguido ha sido por pasos con selección proactiva. No se han
incluido las interacciones entre las variables del modelo, porque no contribuyen a un
mayor ajuste de los datos. El resultado ha sido un modelo de efectos principales
cuyas variables y coeficientes correspondientes se exponen en la tabla 91.
B. RANDO164
Variables ββββ Errortípico
Wald g.l. P R eββββ
Religión (1) 36,5636 3 ,0000 ,2039 C. practicante 1,6330 ,3595 20,6341 1 ,0000 ,1592 5,1194 Otra religión -1,8725 ,6817 7,5461 1 ,0060 -,0869 ,1537 Ateo/Agnóstico ,8412 ,7912 1,1303 1 ,2877 ,0000 2,3191Resurrección (2) 6,6505 2 ,0360 ,0601 Sí -,9698 ,4186 5,3673 1 ,0205 -,0677 ,3792 No sé -,8717 ,3862 5,0942 1 ,0240 -,0649 ,4182Cuerpo intacto (3) 121,6427 3 ,0000 ,3967 Total desacuerdo 4,6123 ,4346 112,6450 1 ,0000 ,3880 100,7180 Algo en desacuerdo 1,8844 ,5031 14,0305 1 ,0002 ,1279 6,5826 Algo de acuerdo 3,0939 ,5743 29,0278 1 ,0000 ,1918 22,0636Autopsia (4) 9,6317 2 ,0081 ,0875 En desacuerdo -1,0707 ,3476 9,4877 1 ,0021 -,1009 ,3428 Indiferente ,1109 1,0880 ,0104 1 ,9188 ,0000 1,1172Estética (5) 19,1857 3 ,0003 ,1339 Nada 2,1824 ,5513 15,6701 1 ,0001 ,1364 8,8671 Casi nada ,6768 ,8508 ,6329 1 ,4263 ,0000 1,9676 Algo 1,4764 ,6163 5,7387 1 ,0166 ,0713 4,3770Percepción gradode información (6) 13,0838 3 ,0045 ,0982 Poca 1,8096 ,5014 13,0271 1 ,0003 ,1225 6,1080 Regular 1,2245 ,4757 6,6267 1 ,0100 ,0793 3,4026 Mucha 1,1134 ,5751 3,7481 1 ,0529 ,0488 3,0448Donación sangre (7) 1,6088 ,4890 10,8227 1 ,0010 ,1096 4,9966Percepción salud(8) 11,5881 3 ,0089 ,0872 Regular 2,1334 ,6732 10,0423 1 ,0015 ,1046 8,4434 Normal 1,3285 ,7129 3,4725 1 ,0624 ,0448 3,7753 Buena 1,1855 ,6161 3,7025 1 ,0543 ,0481 3,2724Conocer opiniónde familiares (9) 21,5744 3 ,0001 ,1456 Sí, a favor 2,3458 ,5555 17,8309 1 ,0000 ,1468 10,4417 Sí, en contra -,3926 ,4666 ,7083 1 ,4000 ,0000 ,6753 Sí,varias/no clara -,7774 ,7840 ,9834 1 ,3214 ,0000 ,4596Constante -6,1837 1,0187 36,8502 1 ,0000
Tabla 91. Resultados derivados de la regresión logística múltiple de la intención de donar losórganos propios. Categorías de referencia: (1) Católico no practicante; (2) No; (3) Totalmente deacuerdo; (4) De acuerdo; (5) Mucho; (6) Ninguna; (7) No; (8) Mala; (9) No la conozco.
Respecto al ajuste del modelo estimado se encuentra que:
• El cambio en la desvianza es significativo (χ2 = 391,8, g.l.= 23, p< 0,0001), por lo
que las variables incluidas en el modelo se asocian a la intención de donar los
órganos propios.
• Según el estadístico R2 de Nagelkerke, aproximadamente el 62,1% de la
variabilidad en la variable de respuesta es explicada por el modelo de regresión
logística estimado.
• La tabla de clasificaciones proporciona otra medida de la eficacia predictiva. Se
produce un 61,99% de clasificaciones correctas de quienes no donarían y un
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 165
97,77% de los que donarían (punto de corte: 0,05). A su vez, la tasa de falsos
negativos o personas a las que se les pronostica erróneamente una respuesta
negativa es de 0,22, mientras que un 0,04 son falsos positivos o encuestados a
los que se les predice erróneamente una respuesta positiva. No obstante, el
porcentaje total de coincidencias es del 93,56%, lo que significa que se realiza
una buena predicción de la intención de donar a partir de este modelo (Ato y
López, 1996).
Valores predichos
No Sí Correctas
ValoresObservados
No 73 46 61,99%
Sí 20 885 97,77%
Total 93,56%
• El test de Hosmer-Lemeshow también indica que el modelo ajusta los datos (χ2 =
6,93, g.l.= 8 y p= 0,54).
En el modelo multivariante, el efecto de cada variable sobre la intención de
donar los órganos propios se encuentra condicionado por el resto de variables
presentes en la ecuación, por lo que la interpretación de la razón de productos
cruzados se realiza en términos de odds ajustada a las otras variables. En este
sentido, los resultados nos muestran que:
• La odds de la intención de donar los órganos propios de los católicos practicantes
es 5,12 veces la de los católicos no practicantes, mientras que la de quienes
pertenecen a otras religiones es 0,15 veces la odds de la intención del grupo de
referencia. No existen diferencias significativas entre los ateos y agnósticos y los
católicos no practicantes.
• La decisión de donar los órganos propios es 0,38 y 0,42 veces menos probable
entre quienes dicen creer en la resurrección y los que muestran incertidumbre,
respectivamente, que entre quienes no creen en la misma.
• La odds de la intención de donar de las personas en total desacuerdo con la idea
de mantener el cuerpo intacto tras la muerte es 100,72 veces la de los
encuestados que están totalmente de acuerdo con que así sea. Asimismo, la
B. RANDO166
odds de la intención de quienes están algo en desacuerdo y algo de acuerdo con
este pensamiento es 6,58 y 22,06 veces, respectivamente, la de quienes están
totalmente de acuerdo.
• La probabilidad de la intención de donar los órganos propios entre quienes están
en desacuerdo con la práctica de la autopsia es de 0,34 respecto a la de quienes
están de acuerdo con ella. No se observan diferencias entre los que se muestran
indiferentes y el grupo de referencia.
• La odds ajustada del propósito de donar de quienes no se sienten nada
preocupados por la modificación estética del cuerpo es 8,87 veces la de quienes
están muy preocupados por esta idea. También es significativa la comparación
con los que están algo preocupados, respecto a los cuales la odds de la intención
de donar es 4,38 veces la de las personas muy preocupadas.
• La decisión de donar los órganos propios es 6,11 veces más probable entre
quienes creen que tienen poca información respecto a las personas que piensan
que no tienen ninguna. Asimismo, la probabilidad de tomar una decisión positiva
de donar entre las personas que creen poseer regular información es de 3,4
veces en relación con el grupo de referencia. La comparación con quienes
consideran que poseen mucha información presenta tendencia a la significación
estadística, con una odds ratio de 3,04.
• El propósito de donar los órganos propios por parte de los donantes de sangre es
5 veces más probable que el de quienes manifiestan que no han donado sangre
nunca.
• La probabilidad de la intención de donar de las personas que perciben su salud
como regular es 8,44 veces la de quienes la consideran mala, mientras que la
probabilidad de la intención de donar de quienes dicen gozar de una salud buena
y normal es 3,27 y 3,78 veces, respectivamente, la del grupo de referencia. Estas
últimas comparaciones muestran tendencia a la significación estadística.
• La decisión de donar los órganos propios entre quienes conocen la opinión
favorable hacia la donación de sus familiares es 10,44 veces la de quienes la
desconocen. El resto de comparaciones no son significativas.
En resumen, la intención de donar los órganos propios en la muestra
andaluza está relacionada con las variables indicadas, siendo prevalente en
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 167
personas que son católicas practicantes, dicen no creer en la resurrección, no están
totalmente de acuerdo con que el cuerpo quede intacto tras la muerte, su actitud
hacia la autopsia es favorable, no se sienten muy preocupados por la idea de una
modificación estética del cuerpo al extraer los órganos, consideran que poseen
cierta información sobre el tema, son donantes de sangre o han donado alguna vez,
no perciben su salud como mala y conocen la opinión favorable de sus familiares
hacia la donación.
3.2.2. MODELO DE LA INTENCIÓN DE FIRMAR EL CARNET DE DONANTE DE
ÓRGANOS
3.2.2.1. RELACIÓN ENTRE LA INTENCIÓN DE FIRMAR EL CARNET DE
DONANTE DE ÓRGANOS Y OTRAS VARIABLES
La presentación de los resultados sigue el mismo esquema que para la
intención de donar los órganos propios. En las gráficas de barras y de línea se
presentan los resultados en relación a quienes han adoptado una decisión positiva
respecto a hacerse el carnet de donante de órganos.
1. Variables personales
Respecto al lugar de residencia, se observa un mayor número de
encuestados decididos a hacerse el carnet de donante entre los que viven en la
capital (χ2= 7,20, g.l.= 1, p= 0,007), siendo 1,58 veces más probable el propósito de
firmarlo respecto a quienes viven en la provincia.
B.RANDO168
ResidenciaProvincia Capital Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
18430,1
2,8
6221,3
-2,8
24627,2
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
42869,9
-2,8
22978,7
2,8
65772,8
Total Recuento %
612100,0
291100,0
903100,0
Tabla 92. Distribución de porcentajes de la intención de hacerse elcarnet según el lugar de residencia.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
ResidenciaConstante
0,46020,8441
0,16800,0881
7,5191,75
11
0,0061<0,0001
0,0721 1,58
Tabla 93. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de hacerse el carnet en función del lugar de residencia (categoríade referencia: provincia).
Por lo que se refiere al sexo de los encuestados, no se observan diferencias
significativas en la intención de hacerse el carnet (χ2= 0,04, g.l.= 1, p= 0,849), ni por
el estado civil (χ2= 5,48, g.l.= 3, p= 0,140), ni por tener hijos (χ2= 1,40, g.l.= 1, p=
0,236). A pesar de ello, estas dos últimas variables se introducen en el análisis
multivariante, puesto que la probabilidad asociada al estadístico χ2 es menor a 0,25.
Por otro lado, se obtienen diferencias en función de la edad, con un mayor
porcentaje decidido a firmar el carnet en los grupos de menor edad frente a los
mayores de 50 años (χ2= 11,02, g.l.= 2, p= 0,004). El análisis de regresión logística
univariante muestra que el logit disminuye linealmente en 0,41 unidades por cada
unidad de aumento en la escala de medida de la edad.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 169
0
20
40
60
80
100
18-30 31-50 51 ó más
Edad
Hacerse el carnet
%
Figura 27. Representación gráfica de los porcentajes de intenciónde hacerse el carnet según la edad.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Edad1º grado2º gradoConstante
-0,4085-0,09441,0037
0,12810,13510,0760
11,1010,170,49
174,41
2111
0,00390,00140,4846<0,0001
0,0819-0,0878 0,0000
0,660,91
Tabla 94. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de la edad.
Asimismo, existen diferencias por el nivel de estudios, observándose que la
cifra de encuestados con intención de hacerse el carnet es menor en el grupo de
analfabetos y sin estudios en comparación con los demás (χ2= 43,44, g.l.= 3,
p<0,001). Como en el caso anterior, el análisis de regresión logística simple indica
que el logit es lineal en el nivel de estudios, pero en este caso se produce un
incremento de 1,06 unidades logit de la intención de firmar el carnet por cada
aumento en una unidad del nivel de estudios.
0
20
40
60
80
100
Analabeto/Sinestudios
Primaria Secundaria Universidad
Nivel de estudios
Hacerse el carnet
%
Figura 28. Representación gráfica de los porcentajes de intención dehacerse el carnet según el nivel de estudios.
B.RANDO170
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Nivel estudios1º grado2º grado3º gradoConstante
1,0619-0,28060,10191,3114
0,28520,24930,20730,1247
42,1013,861,270,24
110,66
31111
<0,00010,00020,26050,6231<0,0001
0,18470,10580,00000,0000
2,890,761,11
Tabla 95. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dehacerse el carnet en función del nivel de estudios.
En relación con la situación laboral, se encuentran diferencias significativas
en el propósito de hacerse el carnet de donante, con mayor número de encuestados
que quieren firmarlo en el grupo de estudiantes/opositores, frente a los demás (χ2=
28,04, g.l.= 4, p<0,001). El análisis de regresión logística simple revela que la
intención de firmar el carnet de las personas en activo es 2,22 veces más probable
respecto a los jubilados, que es el grupo de referencia. Asimismo, este propósito es
1,79 y 10,14 veces más probable entre los desempleados y estudiantes/opositores,
respectivamente, que entre los jubilados. Sin embargo, la situación laboral está muy
relacionada con la edad y los estudios realizados, por lo que esta variable puede
mantener una relación espúrea con la intención de hacerse el carnet.
0
20
40
60
80
100
Activo Desempleo Estudiante Ama de casa Jubilado
Situación laboral
Hacerse el carnet
%
Figura 29. Representación gráfica de los porcentajes de intenciónde firmar el carnet según la situación laboral.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 171
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
S. laboralEn activoEn desempleoEstudianteAma de casaConstante
0,79920,58372,31650,40240,4078
0,21750,27550,59590,22200,1761
24,3013,504,4915,113,295,36
411111
0,00010,00020,03410,00010,06990,0206
0,12410,10420,04850,11130,0349
2,22 1,7910,14 1,50
Tabla 96. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet de donante en función de la situación laboral (categoría dereferencia: jubilado).
2. Creencias religiosas
Se encuentran diferencias significativas respecto a las creencias religiosas de
los encuestados, de forma que las personas menos decididas a hacerse el carnet
son aquéllas que pertenecen a una religión distinta de la católica, mientras que las
que no poseen creencias religiosas muestran mayor propósito (χ2= 13,21, g.l.= 3, p=
0,004). En el análisis de regresión univariante se ha tomado como categoría de
referencia ser católico no practicante, resultando significativa sólo la comparación
con los ateos y agnósticos, entre quienes frecuencia estimada de querer firmar el
carnet es 3,5 veces la del grupo de referencia.
0
20
40
60
80
100
Católicopracticante
Otra religión Ateo/agnóstico Católico nopracticante
Creencias religiosas
Hacerse el carnet
%
Figura 30. Representación gráfica de los porcentajes de intención dehacerse el carnet según las creencias religiosas.
B.RANDO172
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
ReligiónC. practicanteOtra religiónAteo/agnósticoConstante
0,1187-0,87681,25190,8719
0,15530,55340,42210,1142
12,060,582,518,8058,25
31111
0,00720,44450,11310,0030<0,0001
0,07560,0000-0,02190,0801
1,130,423,50
Tabla 97. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de las creencias religiosas (categoría dereferencia: católico no practicante).
Igualmente, la decisión de los encuestados de firmar un carnet se relaciona
con la creencia en torno a la resurrección, con un porcentaje mayor determinado a
hacerlo entre los que no creen en ella, frente a los que creen y a los que manifiestan
incertidumbre (χ2= 10,45, g.l.= 2, p= 0,005). Tomando como referencia a los no
creyentes, la regresión logística univariante muestra que la razón de probabilidades
del propósito de hacerse el carnet entre quienes confían en la resurrección y
quienes dudan es 0,56 y 0,65 veces, respectivamente, la del grupo de referencia.
Figura 31. Representación gráfica de los porcentajes de intenciónde hacerse el carnet según la creencia en torno a la resurrección.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
ResurrecciónSíNo séConstante
-0,5842-0,42841,3034
0,18880,18080,1314
10,449,575,6298,46
2111
0,00540,00200,0178<0,0001
0,0780-0,0846-0,0584
0,560,65
Tabla 98. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de la creencia en torno a la resurrección(categoría de referencia: no).
0
20
40
60
80
100
Sí No sé No
Creer en la resurrección
Hacerse el carnet
%
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 173
Sin embargo, no se encuentran diferencias significativas en la intención de
hacerse el carnet de los encuestados por el grado en que creen que les afecta la
religión en su decisión (χ2= 2,79, g.l.= 3, p= 0,425).
3. Variables relacionadas con la muerte
También en este caso el porcentaje de encuestados que se harían el carnet
de donante varía en función de las preferencias hacia el trato del cadáver. La gran
mayoría de los que manifiestan estar totalmente en desacuerdo con la idea del
cuerpo intacto tras la muerte desean hacerse el carnet, frente a aquéllos que están
totalmente de acuerdo con este pensamiento (χ2= 220,28, g.l.= 3, p< 0,001). El
análisis de regresión logística simple indica una relación entre el logit y la actitud
hacia el cuerpo intacto tras la muerte con los componente lineal y cúbico
significativos.
0
20
40
60
80
100
Totaldesacuerdo
Algo endesacuerdo
Algo deacuerdo
Total acuerdo
Actitud hacia mantener el cuerpo intacto
Hacerse el carnet
%
Figura 32. Representación gráfica de los porcentajes de intenciónde hacerse el carnet según la actitud hacia la manipulación delcuerpo.
Variable β Errortípico
Wald g.l.
p R eβ
Cuerpo intacto1º grado2º grado3º gradoConstante
-2,5366-0,1684-0,7268-0,1440
0,27290,27620,27940,1381
136,1686,420,376,771,09
31111
<0,0001<0,00010,54200,00930,2970
0,3562-0,28680,0000-0,0682
0,080,850,48
Tabla 99. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dehacerse el carnet en función de la actitud hacia la manipulación del cuerpo.
B.RANDO174
Respecto a la actitud hacia la práctica de la autopsia sobre el propio cuerpo,
el número mayor de personas determinadas a hacerse el carnet lo presentan
aquéllas que están a favor del examen anatómico del cadáver en caso de
necesidad, mientras que quienes están en desacuerdo muestran la cifra más baja
(χ2= 68,59, g.l.= 2, p< 0,001). La odds de la intención de firmar el carnet entre los
últimos 0,22 veces la de las personas favorables. También se observa tendencia a
la significación estadística al comparar con las personas indiferentes, para quienes
la probabilidad de una decisión positiva es 0,30 veces la del grupo de referencia.
0
20
40
60
80
100
En desacuerdo Indiferente De acuerdo
Actitud hacia la autopsia
Hacerse el carnet
%
Figura 33. Representación gráfica de porcentajes de la intención de hacerseel carnet según la actitud hacia la autopsia sobre el propio cuerpo.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
AutopsiaDesacuerdoIndiferenteConstante
-1,5214-1,19141,2944
0,19620,62500,0888
62,1460,16 3,63
212,39
2111
<0,0001<0,00010,0566<0,0001
0,2364-0,2364-0,0396
0,220,30
Tabla 100. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de la actitud hacia la autopsia (categoría dereferencia: de acuerdo).
Asimismo, se observan diferencias significativas según el grado en que
resulta incómodo pensar sobre la propia muerte, de forma que quienes se sienten
muy incómodos con estos pensamientos son los que menor pretensión tienen de
firmar un carnet de donante (χ2= 14,73, g.l.= 3, p= 0,002). El análisis de regresión
logística simple indica que la relación entre el logit y esta variable viene explicada
por los componentes lineal y cuadrático.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 175
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Pensar en la muerte
Hacerse el carnet
%
Figura 34. Representación gráfica de los porcentajes de intención dehacerse el carnet según el grado en que resulta incómodo pensar enla propia muerte.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Pensar1º grado2º grado3º gradoConstante
-0,3002-0,3712-0,33271,0068
0,13930,17980,21270,0899
14,734,654,262,45
125,44
31111
0,00210,03110,03890,1178<0,0001
0,0910-0,0501-0,0464-0,0206
0,740,690,72
Tabla 101. Resultados derivados de la regresión logística de la intención dehacerse el carnet en función del grado en que resulta incómodo pensar en lapropia muerte.
Por otro lado, tal y como ocurre para la intención de donar los órganos
propios, la cifra de encuestados que deciden hacerse el carnet es menor entre los
que están muy preocupados por el desconocimiento de lo que ocurre tras la muerte
(χ2= 14,91, g.l.= 3, p= 0,002). La relación entre el logit y el grado de preocupación
por esta cuestión posee los componentes de primer y segundo grado significativos.
B.RANDO176
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Desconocer qué ocurre tras la muerte
Hacerse el carnet
%
Figura 35. Representación gráfica de los porcentajes de intención dehacerse el carnet según la preocupación por desconocer lo que ocurretras la muerte.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Desconocer1º grado2º grado3º gradoConstante
-0,3289-0,4485-0,38410,9583
0,15190,19080,22310,0954
14,154,695,522,96
100,87
31111
0,00270,03040,01880,0851<0,0001
0,0880-0,0505-0,0579-0,0303
0,720,640,68
Tabla 102. Resultados de la regresión logística de la intención hacerse el carnet enfunción de la preocupación por desconocer lo que ocurre tras la muerte.
Respecto a la actitud hacia la incineración del propio cuerpo, las cifras más
altas de decididos a firmar un carnet las presentan quienes están de acuerdo con la
incineración, mientras que el porcentaje más bajo se encuentra entre los que están
en desacuerdo con ésta (χ2= 26,72, g.l.= 2, p< 0,001), con una frecuencia estimada
de este propósito de 0,44 respecto a los primeros.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 177
0
20
40
60
80
100
En desacuerdo Indiferente De acuerdo
Actitud hacia la incineración
Hacerse el carnet
%
Figura 36. Representación gráfica de la intención de hacerse el carnetsegún la actitud hacia la incineración sobre el propio cuerpo.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
IncineraciónDesacuerdoIndiferenteConstante
-0,8145-0,12611,3031
0,16010,30350,1055
26,4925,90 0,17
152,48
2111
<0,0001<0,00010,6778<0,0001
0,1467-0,15120,0000
0,440,88
Tabla 103. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dehacerse el carnet en función de la actitud hacia la incineración (categoría dereferencia: de acuerdo).
4. Conocer a una persona con trasplante o en lista de espera
Se encuentran diferencias significativas en la intención de firmar el carnet
entre las personas que conocen a alguien en lista de espera o con un trasplante y
quienes no poseen esta experiencia, con un mayor porcentaje de encuestados que
quieren hacerse el carnet en el primer grupo (χ2= 9,19, g.l.= 1, p= 0,002). Según el
análisis de regresión logística, el propósito de hacérselo entre los primeros es 1,64
veces más probable respecto a quienes no conocen a nadie en esta situación.
B.RANDO178
Conocer a alguienNo Sí Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
17330,8%
3,1
7321,3%
-3,1
24627,2%
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
38869,2%
-3,1
26978,7%
3,1
65772,8%
Total Recuento %
561100,0%
342100,0%
903100,0%
Tabla 104. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de conocer a alguien con un trasplante o enlista de espera.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Conocer a alguienConstante
0,49240,8084
0,16040,0914
9,4378,25
11
0,0021<0,0001
0,0838 1,64
Tabla 105. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de conocer a alguien con un trasplante o enlista de espera (categoría de referencia: no).
5. Conocimientos sobre donación y trasplante. Creencias erróneas ypreocupaciones derivadas del grado de información
Proceso de donación-extracción-distribución de órganos
En lo que se refiere a la preocupación por el diagnóstico prematuro de muerte
del donante, las personas muy preocupadas por esta posibilidad son las que
presentan el porcentaje más bajo con intención de hacerse el carnet (χ2= 79,51,
g.l.= 3, p< 0,001). La regresión logística univariante indica que la relación entre el
logit y la preocupación por la muerte aparente está explicada por los componentes
lineal y cuadrático.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 179
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Diagnóstico prematuro de muerte
Hacerse el carnet
%
Figura 37. Representación gráfica de los porcentajes de intenciónde hacerse el carnet según la preocupación por un posiblediagnóstico prematuro de muerte.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
D. prematuro1º grado2º grado3º gradoConstante
-0,9690-0,5549-0,51201,4723
0,18100,23630,28090,1181
71,8028,655,523,32
155,31
31111
<0,0001<0,00010,01880,0683<0,0001
0,2504-0,1594-0,0579-0,0355
0,380,570,60
Tabla 106. Resultados derivados de la regresión logística de la intención de hacerse elcarnet en función de la preocupación por un posible diagnóstico prematuro de muerte.
En cuanto a la preocupación por la modificación estética del cuerpo al extraer
los órganos, el porcentaje que desea hacerse el carnet entre las personas muy
preocupadas por esta idea es muy inferior al resto (χ2= 118,14, g.l.= 3, p< 0,001),
produciéndose una disminución de 1,91 unidades logit de la intención de firmarlo por
cada unidad que aumenta el grado de preocupación.
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Modificación estética
Hacerse el carnet
%
Figura 38. Representación de los porcentajes de intención dehacerse el carnet según la preocupación por una posiblemodificación estética del cuerpo del fallecido.
Variable β Error Wald g.l. p R eβ
B.RANDO180
típicoEstética1º grado2º grado3º gradoConstante
-1,91380,10370,07560,0386
0,26480,29310,31890,1466
94,5652,230,130,060,07
31111
<0,0001<0,00010,72360,81270,7921
0,2894-0,21800,00000,0000
0,151,111,08
Tabla 107. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet según la preocupación por una posible modificaciónestética del cuerpo del fallecido.
Por último, la preocupación por la posible existencia de irregularidades en la
distribución de los órganos donados también se relaciona con la decisión de hacerse
el carnet de donante, con un porcentaje menor determinado a firmarlo entre los que
se sienten muy preocupados ante esta posibilidad (χ2= 11,20, g.l.= 3, p= 0,011). A
través del análisis de regresión logística simple se observa que el logit mantiene una
relación curvilínea con la variable.
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Irregularidades en la distribución
Hacerse el carnet
%
Figura 39. Representación gráfica de los porcentajes de intenciónde hacerse el carnet según la preocupación por la posibleexistencia de irregularidades en la distribución de los órganos.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Irregularidad1º grado2º grado3º gradoConstante
-0,1553-0,5451-0,06531,2045
0,17030,27460,34900,1373
10,840,833,940,0476,96
31111
0,01260,36170,04710,8516<0,0001
0,06800,0000-0,04310,0000
0,860,580,94
Tabla 108. Resultados de la regresión logística simple de la intención de hacerse elcarnet en función de la preocupación por la posible existencia de irregularidades enla distribución de los órganos.
Por otro lado, se han observado diferencias significativas en función del grado
de confianza en los profesionales sanitarios, siendo el grupo con ninguna confianza
el que presenta menor propósito de hacérselo (χ2= 22,50, g.l.= 3, p< 0,001). A través
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 181
del análisis de regresión logística simple se comprueba que la relación entre el logit
y el grado de confianza en los médicos tiene los componentes lineal y cuadrático
significativos.
0
20
40
60
80
100
Ninguna Poca Alguna Mucha
Confianza en los médicos
Hacerse el carnet
%
Figura 40. Representación gráfica de los porcentajes de intención dehacerse el carnet según el grado de confianza en los profesionalessanitarios.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Confianza1º grado2º grado3º gradoConstante
1,3344-0,93470,22400,5377
0,32200,28160,23430,1408
18,1317,1711,020,9114,58
31111
0,0004<0,00010,00090,33890,0001
0,10720,1199-0,09240,0000
3,800,391,25
Tabla 109. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dehacerse el carnet en función del grado de confianza en los profesionales sanitarios.
Órganos y tejidos susceptibles de ser donados y consecuencias del trasplantepara el receptor
En relación con el grado de información sobre los órganos y tejidos que se
pueden donar, el cambio en la desvianza no es significativo (χ2= 2,19, g.l.= 1, p=
0,1386). Tampoco se observan diferencias significativas en la intención de hacerse
el carnet de donante en función de estar informado de la gratuidad de los
trasplantes (χ2= 5,42, g.l.= 2, p= 0,067). No obstante, ambas variables se incluyen
en el análisis multivariante, ya que la probabilidad asociada a los respectivos
estadísticos es inferior a 0,25.
Medios informativos sobre donación y trasplante
B.RANDO182
No se encuentran diferencias significativas en el deseo de hacerse el carnet
entre quienes afirman que la radio es la vía por la que reciben más información y
quienes dicen que no lo es (χ2= 0,33, g.l.= 1, p= 0,568). Tampoco hay diferencias
respecto a conocer personas con trasplante o en lista de espera (χ2= 1,01, g.l.= 1,
p= 0,315). Este último resultado coincide con el obtenido para el propósito de donar
los órganos propios. Como se ha indicado anteriormente, es posible que se
produzca una influencia más emocional que informativa.
Sin embargo, cuando el medio informativo es la prensa, se comprueba que
existe una cifra más alta de personas decididas a hacerse el carnet en el grupo que
ha leído noticias sobre el tema (χ2= 8,63, g.l.= 1, p= 0,003). El análisis de regresión
logística univariante indica que la odds estimada del propósito de hacerse el carnet
entre estas personas es 1,57 veces la odds del que muestran quienes no han
obtenido noticias a través de este medio.
PrensaNo Sí Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
14631,6
3,0
10022,7
-3,0
24627,2
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
31668,4
-3,0
34177,3
3,0
65772,8
Total Recuento %
462100,0
441100,0
903100,0
Tabla 110. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de manifestar que la prensa es uno de losmedios por los que se recibe más información.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 183
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
PrensaConstante
0,45390,7718
0,15140,1000
8,9959,53
11
0,0027<0,0001
0,0812 1,57
Tabla 111. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de hacerse el carnet en función de manifestar que la prensa es unode los medios por los que se recibe más información (categoría de referencia:no).
Asimismo, existen diferencias en los porcentajes de entrevistados
determinados a hacerse el carnet según si se ha recibido información a través de
folletos, carteles y vallas publicitarias. El porcentaje más alto de personas que
adoptan una decisión positiva se encuentra en el grupo que dice haber recibido
información por estas vías (χ2= 10,09, g.l.= 1, p= 0,001), siendo la odds estimada de
la intención de éstas de 1,68 respecto a quienes no han recibido información de este
modo.
Folletos, carteles yvallas
No Sí Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
17331,0
3,3
7321,1
-3,3
24627,2
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
38569,0
-3,3
27378,9
3,3
65872,8
Total Recuento %
558100,0
346100,0
904100,0
Tabla 112. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de manifestar que los folletos, etc. son algunosde los medios por los que se recibe más información.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Folletos, etc.Constante
0,51590,7987
0,16030,0915
10,3676,11
11
0,0013<0,0001
0,0889 1,68
Tabla 113. Distribución de porcentajes de la intención de hacerse el carneten función de manifestar que los folletos, etc. son algunos de los medios porlos que se recibe más información (categoría de referencia: no).
También la conversación con familiares constituye una variable predictora de
la intención de hacerse el carnet, con una cifra de encuestados mayor decididos a
hacérselo entre quienes han obtenido información a través de estas conversaciones
B.RANDO184
(χ2= 11,36, g.l.= 1, p= 0,001), para los que la probabilidad de una decisión positiva
es 1,75 veces la de aquéllos que no han recibido información de este modo.
Conversar con lafamilia
No Sí Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
17731,3
3,4
7020,7
-3,4
24727,3
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
38968,7
-3,4
26879,3
3,4
65772,7
Total Recuento %
566100,0
338100,0
904100,0
Tabla 114. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de manifestar que la conversación confamiliares es uno de los medios por los que se recibe másinformación.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Conv. familiaConstante
0,55930,7898
0,16230,0907
11,8875,83
11
0,0006<0,0001
0,0966 1,75
Tabla 115. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de hacerse el carnet en función de manifestar que la conversacióncon familiares es uno de los medios por los que se recibe más información(categoría de referencia: no).
La intención de firmar el carnet entre los encuestados también depende de
haber recibido información a través de la conversación con amigos o conocidos. La
mayoría de las personas que han recibido información por esta vía se muestran
decididas a hacerse el carnet, mientras que el porcentaje es menor en el grupo que
no ha mantenido tales conversaciones (χ2= 20,22, g.l.= 1, p< 0,001). La intención de
hacerse el carnet es 2,03 veces más probable en el primer grupo en relación con el
otro.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 185
Conversar con losamigos
No Sí Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
16633,5
4,6
8119,9
-4,6
24727,3
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
33066,5
-4,6
32780,1
4,6
65772,7
Total Recuento %
496100,0
408100,0
904100,0
Tabla 116. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de manifestar que la conversación con amigoso conocidos es uno de los medios más informativos.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Conv. amigosConstante
0,70980,6902
0,15660,0952
20,5552,56
11
<0,0001<0,0001
0,1324 2,03
Tabla 117. Distribución de porcentajes de la intención de hacerse el carneten función de manifestar que la conversación con amigos o conocidos esuno de los medios más informativos (categoría de referencia: no).
Otro medio por el que difiere el porcentaje de personas que quieren hacerse
el carnet es haber mantenido alguna conversación con médicos sobre donación y
trasplante. Los que han obtenido información de este modo muestran la cifra más
elevada con propósito de hacerse el carnet (χ2= 5,18, g.l.= 1, p= 0,023); el propósito
entre ellos es 1,75 veces más probable respecto a quienes no han recibido
información por este medio.
Conversar conmédicos
No Sí Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
22128,8
2,4
2619,0
-2,4
24727,3
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
54671,2
-2,4
11181,0
2,4
65772,7
Total Recuento %
767100,0
137100,0
904100,0
Tabla 118. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de manifestar que la conversación conmédicos es uno de los medios más informativos.
B.RANDO186
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Conv. médicosConstante
0,56100,9062
0,23290,0798
5,80129,01
11
0,0160<0,0001
0,0599 1,75
Tabla 119. Distribución de porcentajes de la intención de hacerse el carnet enfunción de manifestar que la conversación con médicos es uno de los mediosmás informativos (categoría de referencia: no).
Percepción del grado de información sobre donación y trasplante
Se encuentran diferencias significativas en el deseo de firmar el carnet de
donante según la propia percepción del grado de información poseída, con un
menor deseo de hacerlo entre los que piensan que no tienen ninguna información
(χ2= 22,36, g.l.= 3, p< 0,001). El análisis de regresión logística univariante indica que
la relación entre el logit y esta variable viene explicada por los componentes lineal,
cuadrático y cúbico.
0
20
40
60
80
100
Ninguna Poca Regular Mucha
Percepción del grado de información
Hacerse el carnet
%
Figura 41. Representación gráfica de los porcentajes de intención dehacerse el carnet según la percepción del grado de información quese posee.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
P. información1º grado2º grado3º gradoConstante
0,6210-0,45860,39910,8669
0,19990,17080,13570,0854
20,939,667,218,64103
31111
0,00010,00190,00730,0033<0,0001
0,11880,0850-0,07010,0792
1,860,631,49
Tabla 120. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dehacerse el carnet en función de la percepción del grado de información que seposee.
Sin embargo, no se observa relación entre la obtención de información
recientemente y la intención de hacerse el carnet (χ2= 0,69, g.l.= 1, p= 0,406).
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 187
Noticias de impacto emocional
Se obtienen diferencias significativas en la intención de hacerse el carnet por
haber oído sobre comercio de órganos, con un mayor porcentaje de encuestados
cuyo propósito es hacerse el carnet entre quienes han oído este tipo de noticias, en
comparación con quienes no las han oído (χ2= 7,42, g.l.= 1, p= 0,006). De acuerdo
con el análisis de regresión logística simple la razón de probabilidades de una
decisión positiva entre los primeros es 1,56 veces la razón de probabilidades de esta
decisión entre los otros.
Comercio deórganos
No Sí Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
8933,7
2,8
15724,6
-2,8
24627,2
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
17566,3
-2,8
48275,4
2,8
65772,8
Total Recuento %
264100,0
639100,0
903100,0
Tabla 121. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de haber oído sobre comercio de órganos.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
ComercioConstante
0,44650,6751
0,15920,1300
7,8626,96
11
0,0050<0,0001
0,0744 1,56
Tabla 122. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de hacerse el carnet en función de haber oído sobre comercio deórganos (categoría de referencia: no).
Por otro lado, la intención de hacerse el carnet es independiente a nivel
univariante de haber oído noticias sobre el secuestro de niños para extraerles
órganos (χ2= 3,19, g.l.= 1, p= 0,074), sobre discriminación de personas para recibir
un trasplante, así como sobre la petición de dinero para una intervención de este
tipo (χ2= 0,63, g.l.= 1, p= 0,428 y χ2= 2,81, g.l.= 1, p= 0,094, respectivamente). No
obstante, la primera y última variables se introducen en el análisis múltiple, puesto
que la probabilidad asociada al estadístico es inferior a 0,25.
B.RANDO188
Por último, el porcentaje de encuestados que firmarían un carnet varía en
función de haber oído o no que una persona ha fallecido por no recibir un órgano a
tiempo, con un mayor número de personas que desean hacerlo en el grupo que lo
han oído (χ2= 6,54, g.l.= 1, p= 0,011). La odds estimada de la intención de hacerse
el carnet entre estas personas es 1,61 veces la odds de la intención de quienes no
han oído estas noticias.
No recibir unórgano a tiempo
No Sí Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
6235,2
2,7
18425,3
-2,7
24627,2
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
11464,8
-2,7
54374,7
2,7
65772,8
Total Recuento %
176100,0
727100,0
903100,0
Tabla 123. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de haber oído sobre una persona que hafallecido por no recibir un órgano a tiempo.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
No recibirConstante
0,47470,6073
0,17920,1576
7,0214,85
11
0,00810,0001
0,0688 1,61
Tabla 124. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de hacerse el carnet en función de haber oído sobre una personaque ha fallecido por no recibir un órgano a tiempo (categoría de referencia:no).
6. Donación de sangre
Se comprueba que hay un mayor número de personas determinadas a
hacerse el carnet entre quienes donan o han donado sangre (χ2= 36,48, g.l.= 1, p<
0,001). El análisis de regresión logística simple muestra que la intención de hacerse
el carnet es 3,51 veces más probable entre quienes donan sangre respecto a
quienes no lo hacen.
Donar sangreNo Sí Total
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 189
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
21832,6
6,1
2811,9
-6,1
24627,2
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
45167,4
-6,1
20788,1
6,1
65872,8
Total Recuento %
669100,0
235100,0
904100,0
Tabla 125. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de haber donado sangre.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Donar sangreConstante
1,25500,7272
0,21630,0825
33,6777,67
11
<0,0001<0,0001
0,1730 3,51
Tabla 126. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de haber donado sangre (categoría dereferencia: no).
7. Percepción del estado de salud
La percepción del estado de salud de los encuestados y su intención de
firmar el carnet de donante son independientes a nivel univariante (χ2= 4,48, g.l.= 3,
p= 0,214). A pesar de ello, esta variable se incluye en el análisis multivariante
debido a que la probabilidad asociada al estadístico observado es inferior a 0,25.
8. Variables relacionadas con la familia
En primer lugar, se observan diferencias significativas entre los encuestados
por el hecho de haber transmitido el deseo personal a los familiares cercanos, con
un porcentaje mayor cuyo propósito es hacerse el carnet entre los que lo han hecho,
frente a quienes no han comunicado su decisión (χ2= 14,63, g.l.= 1, p< 0,001).
Según el análisis de regresión logística simple, la pretensión de firmar el carnet de
los primeros es 1,87 veces más probable que la de quienes no han transmitido su
deseo.
B.RANDO190
Comunicar laintención
No Sí Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
17431,9
3,9
7220,1
-3,9
24627,2
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
37168,1
-3,9
28679,9
3,9
65772,8
Total Recuento %
545100,0
358100,0
903100,0
Tabla 127. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de haber comunicado el deseo personal a losfamiliares.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Comunicar intenciónConstante
0,62490,7555
0,16060,0918
15,1367,67
11
0,0001<0,0001
0,1114 1,87
Tabla 128. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dehacerse el carnet en función de haber comunicado el deseo personal a losfamiliares (categoría de referencia: no).
De las razones que justifican no haber comentado el deseo personal a los
familiares allegados, se obtienen diferencias significativas en la intención de hacerse
el carnet de donante entre quienes argumentan que no ha salido el tema en casa y
aquéllos que no sostienen esta idea. El porcentaje de personas con propósito de
hacerse el carnet es más alto en el primer grupo (χ2= 7,57, g.l.= 1, p= 0,006). La
probabilidad de una decisión positiva entre quienes no consideran que ésta sea una
razón es 0,54 veces la probabilidad de esta decisión en el otro grupo.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 191
No ha salido eltema
Verdad Falso Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
12629,0
-2,9
4843,2
2,9
17431,9
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
30871,0
2,9
6356,8
-2,9
37168,1
Total Recuento %
434100,0
111100,0
545100,0
Tabla 129. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de manifestar que una razón por la que no seha comunicado el deseo personal es que no ha salido el tema encasa.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
No ha salidoConstante
-0,61061,5002
0,21870,2852
7,7927,67
11
0,0052<0,0001
-0,0921 0,54
Tabla 130. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de hacerse el carnet en función de manifestar que una razón por laque no se ha comunicado el deseo personal es que no ha salido el tema encasa (categoría de referencia: verdad).
También se relaciona el propósito de firmar el carnet con el hecho de que en
casa no les agrada hablar de la muerte como argumento que justifica no haber
transmitido el deseo personal, existiendo un mayor un porcentaje decidido a hacerse
el carnet en el grupo que no apoyan esta idea (χ2= 22,62, g.l.= 1, p< 0,001). Según
el análisis de regresión logística simple, la intención de éstos es 2,5 veces más
probable que la manifestada por quienes sostienen esta afirmación.
B.RANDO192
No agrada hablarde la muerte
Verdad Falso Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
7946,5
4,9
9625,5
-4,9
17532,1
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
9153,5
-4,9
28074,5
4,9
37167,9
Total Recuento %
170100,0
376100,0
546100,0
Tabla 131. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de manifestar que una razón por la que no seha comunicado el deseo personal es que en casa no agrada hablarde la muerte.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
No agrada hablarConstante
0,9212-0,7704
0,19420,3297
22,515,46
11
<0,00010,0195
0,1733 2,51
Tabla 132. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de manifestar que una razón por la que no seha comunicado el deseo personal es que en casa no agrada hablar de lamuerte (categoría de referencia: verdad).
Igualmente, se encuentran diferencias entre quienes afirman que no han
comentado el deseo porque hablar de la muerte puede traer mala suerte y los que
dicen que ésta no es la razón, con un mayor porcentaje decidido a hacerse el carnet
entre los últimos (χ2= 49,02, g.l.= 1, p< 0,001), cuyo propósito es 7,03 veces más
probable que el de los anteriores.
Trae mala suerteVerdad Falso Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
4472,1
7,1
13026,9
-7,1
17431,9
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
1727,9
-7,1
35473,1
7,1
37168,1
Total Recuento %
61100,0
484100,0
545100,0
Tabla 133. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de manifestar que una razón por la que no seha comunicado el deseo personal es que puede traer mala suertehablar de la muerte.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 193
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Trae mala suerteConstante
1,9505-2,9008
0,30300,5795
41,4325,06
11
<0,0001<0,0001
0,2402 7,03
Tabla 134. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de manifestar que una razón por la que no seha comunicado el deseo personal es que puede traer mala suerte hablar de lamuerte (categoría de referencia: verdad).
Tal y como ocurre para la intención de donar los órganos propios, estas
variables no se introducen en el análisis de regresión logística múltiple porque la
muestra de encuestados quedaría reducida a quienes no han transmitido su deseo
personal a la familia, perdiendo aproximadamente la mitad de los casos.
Por último, existe un mayor porcentaje con deseo de hacerse el carnet entre
quienes conocen la opinión favorable de sus familiares, frente a quienes conocen
una opinión contraria, quienes manifiestan variedad de actitudes a su alrededor o la
falta de actitud definida y quienes desconocen lo que piensa su familia (χ2= 46,002,
g.l.= 3, p< 0,001). Tomando como referencia el grupo que desconoce la opinión de
sus familiares, la probabilidad de decidir la firma del carnet entre quienes conocen la
opinión favorable es 3,02 veces la de los otros. Igualmente, resulta significativa la
comparación con quienes conocen una opinión contraria, con una probabilidad de
tomar una decisión positiva 0,59 veces la del grupo de referencia.
0
20
40
60
80
100
A favor En contra No clara/ varias No la conozco
Conocer la opinión de los familiares
Hacerse el carnet
%
Figura 42. Representación gráfica de la intención de hacerse el carneten función de conocer la opinión de los familiares respecto a ladonación.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Con. opinión 41,69 3 <0,0001 0,1836
B.RANDO194
A favorEn contraNo clara/variasConstante
1,1058-0,5289-0,27200,7533
0,19690,25990,45290,0933
31,544,140,3665,25
1111
<0,00010,04190,5481<0,0001
0,1670-0,04500,0000
3,020,590,76
Tabla 135. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de conocer la opinión de los familiares respectoa la donación (categoría de referencia: no la conozco).
9. Razones que justifican no haber firmado el carnet de donante
Se ha encontrado un mayor porcentaje de encuestados que se harían el
carnet entre quienes consideran que uno de los motivos por los que no lo poseen es
no saber cómo hacérselo, frente a quienes dicen que ésta no es la causa (χ2= 41,27,
g.l.= 1, p< 0,001), siendo la intención positiva entre los primeros 3,93 veces más
probable que entre los otros.
No saber cómohacerlo
Desacuerdo Acuerdo Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
22033,1
6,5
2711,3
-6,5
24727,3
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
44566,9
-6,5
21388,8
6,5
65872,7
Total Recuento %
665100,0
240100,0
905100,0
Tabla 136. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de manifestar no conocer el procedimientocomo justificación para no habérselo hecho.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
No saber cómohacerloConstante
1,36950,7056
0,22120,0825
38,3273,19
11
<0,0001<0,0001
0,1852 3,93
Tabla 137. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de manifestar no conocer el procedimientocomo justificación para no habérselo hecho (categoría de referencia: endesacuerdo).
También hay un mayor número de ciudadanos decididos a hacerse el carnet
entre quienes la falta de tiempo constituye un argumento que disculpa no habérselo
hecho hasta el momento, con resultados muy similares a los anteriores (χ2= 31,80,
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 195
g.l.= 1, p< 0,001). Se comprueba que en este grupo la intención de hacerse el carnet
es 3,47 veces más probable que entre quienes no se ven afectados por la limitación
temporal.
Falta de tiempoDesacuerdo Acuerdo Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
22131,9
5,7
2511,8
-5,7
24627,2
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
47268,1
-5,7
18688,2
5,7
65872,8
Total Recuento %
693100,0
211100,0
904100,0
Tabla 138. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de manifestar que la falta de tiempo justificano habérselo hecho.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Falta de tiempoConstante
1,24550,7572
0,22790,0815
29,8786,36
11
<0,0001<0,0001
0,1622 3,47
Tabla 139. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de manifestar que la falta de tiempo justifica nohabérselo hecho (categoría de referencia: en desacuerdo).
De nuevo, el número de encuestados determinados a firmar el carnet es más
elevado entre quienes consideran la falta de información sobre el tema una de las
causas por la que no lo han hecho (χ2= 34,23, g.l.= 1, p< 0,001). El análisis de
regresión logística simple muestra que la odds estimada del propósito de éstos es
2,67 veces el de quienes no piensan que esta explicación lo justifique.
B.RANDO196
Falta de informaciónDesacuerdo Acuerdo Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
18734,5
5,9
6016,6
-5,9
24727,3
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
35565,5
-5,9
30283,4
5,9
65772,7
Total Recuento %
542100,0
362100,0
904100,0
Tabla 140. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de manifestar que la falta de informaciónjustifica no habérselo hecho.
Variable β Errortípico
Wald
g.l. p R eβ
Falta informaciónConstante
0,98280,6422
0,16810,0904
34,1750,46
11
<0,0001<0,0001
0,1743 2,67
Tabla 141. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de manifestar que la falta de informaciónjustifica no habérselo hecho (categoría de referencia: en desacuerdo).
Por otro lado, menos de la mitad de las personas que consideran el miedo
como una razón que justifica no tener el carnet, se lo haría (χ2= 91,76, g.l.= 1, p<
0,001). La odds estimada de su intención de firmar el carnet es 0,19 veces la odds
de quienes no sostienen esta afirmación.
MiedoDesacuerdo Acuerdo Total
Hacerse
No Recuento % Residuos corregidos
14820,2
-9,7
9856,6
9,7
24627,2
el carnet Sí Recuento % Residuos corregidos
58379,8
9,7
7543,4
-9,7
65872,8
Total Recuento %
731100,0
173100,0
904100,0
Tabla 142. Distribución de porcentajes de la intención de hacerseel carnet en función de manifestar que el miedo justifica nohabérselo hecho.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 197
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
MiedoConstante
-1,64571,3713
0,17890,0921
84,64221,76
11
<0,0001<0,0001
-0,2794 0,19
Tabla 143. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde hacerse el carnet en función de manifestar que el miedo justifica nohabérselo hecho (categoría de referencia: en desacuerdo).
Por último, no se obtienen diferencias significativas en el deseo de hacerse el
carnet de quienes dicen que no se lo han planteado o no lo han pensado
tranquilamente y quienes no sostienen este argumento (χ2= 0,086, g.l.= 1, p= 0,770).
3.2.2.2. A MODO DE RESUMEN
A nivel univariante, entre las variables sociodemográficas que se asocian a la
intención de firmar el carnet de donante se encuentran el lugar de residencia, edad,
grado de estudios y la situación laboral. La religión del encuestado y las creencias
sobre la resurrección son otras cuestiones relacionadas. Asimismo, se ha
encontrado una asociación con ciertas variables relacionadas con la muerte, tales
como la actitud hacia mantener el cuerpo intacto tras la muerte, hacia la práctica de
la autopsia e incineración, grado de incomodidad al pensar en la propia muerte y
preocupación por el desconocimiento de lo que ocurre tras la muerte. También, se
encuentran diferencias en función de la preocupación por un diagnóstico prematuro
de muerte, por la modificación estética del cuerpo tras la extracción de órganos, por
la existencia de irregularidades en la distribución de los órganos, así como en
función del grado de confianza en los profesionales sanitarios, grado de información
percibido, tener noticias sobre el tema por la prensa, folletos informativos,
conversaciones con familiares, amigos y profesionales sanitarios, y de haber oído
noticias sensacionalistas sobre el tema, como el comercio de órganos, o
fallecimiento de alguna persona por no recibir un órgano a tiempo. Otras cuestiones
asociadas con la intención de firmar un carnet de donante son el hecho de conocer
o no a una persona que ha recibido un trasplante o que está en lista de espera, la
donación de sangre, conocer la opinión de los familiares respecto a la donación, la
transmisión del deseo personal y diversas razones que justifican el no haberlo
hecho, tales como que no haya salido el tema en la familia, que no agrade hablar de
la muerte y la idea de que hablar de ella puede traer mala suerte. Finalmente, se
B.RANDO198
observan diferencias en función de diversas justificaciones que explican el hecho de
no poseer el carnet de donante, entre ellas, desconocer el procedimiento de
obtención del carnet, la falta de tiempo, falta de información y miedo a firmarlo.
3.2.2.3. MODELO DE REGRESIÓN LOGÍSTICA MULTIVARIANTE PARA LAINTENCIÓN DE HACERSE EL CARNET DE DONANTE
De nuevo se seleccionan las variables que se ajustan a los criterios que se
han indicado en un apartado anterior, entre los cuales figura que la probabilidad
asociada al estadístico observado en la tabla de contingencia sea inferior a 0,25. En
la tabla 144 se muestran las variables que se incluyen en el análisis multivariante y
el tipo de contraste para cada una.
VARIABLES INCLUIDAS EN EL ANÁLISIS MULTIVARIANTEp<<<<0,25 Se introducen como:
• Estado civil• Hijos• Grado de información sobre órganos y tejidos• Creer que los trasplantes son gratuitos• Haber oído sobre secuestro de niños• Haber oído sobre petición de dinero• Percepción del estado de salud
• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Cuantitativa• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)
Tabla 144. Variables respecto a las cuales la probabilidad asociada al estadístico observado esinferior a 0,25 y 0,05, respectivamente.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 199
VARIABLES INCLUIDAS EN EL ANÁLISIS MULTIVARIANTEp<<<<0,05 Se introducen como:
• Lugar de residencia• Edad• Nivel de estudios• Situación laboral• Creencias religiosas• Creer en la resurrección• Actitud hacia el cuerpo intacto tras la muerte• Actitud hacia la autopsia para sí mismo• Incomodidad al pensar sobre la propia muerte• Preocupación por desconocer qué ocurre tras la muerte• Actitud hacia la incineración para sí mismo• Conocer a alguien con un trasplante o en lista de espera• Preocupación por un diagnóstico prematuro de muerte• Preocupación por la modificación estética del fallecido
donante• Preocupación por creer que puedan existir irregularidades
en la distribución de órganos• Grado de confianza en los médicos• Haber recibido información por la prensa• Haber recibido información por folletos/carteles/vallas• Haber recibido información en conversación con familiares• Haber recibido información en conversación con conocidos• Haber recibido información en conversación con médicos• Percepción del grado de información poseída• Haber oído sobre comercio de órganos• Haber oído que una persona ha fallecido por no recibir un
órgano a tiempo• Haber donado sangre• Haber comunicado el deseo personal a los familiares• Conocer la opinión de los familiares sobre el tema• No tener el carnet por desconocer cómo hacérselo• No tener el carnet por falta de tiempo• No tener el carnet por falta de información• No tener el carnet por sentir miedo
• Categórica (ficticia)• Cuantitativa• Cuantitativa• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia) • Cuantitativa • Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)
• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)
Tabla 144. (Continuación)
El procedimiento de estimación seguido ha sido el mismo que se ha
empleado para modelizar la intención de donar los órganos propios. También en
este caso la percepción del grado de información poseída y el grado de confianza en
los profesionales sanitarios se introducen con la primera categoría de referencia; el
resto de variables categóricas conservan la última categoría como referencia. Los
términos interacción no se han introducido porque no contribuyen a un mayor ajuste
del modelo. Los resultados obtenidos se muestran en la tabla 145.
B.RANDO200
Variables ββββ Errortípico
Wald g.l. P R eββββ
Religión (1) 16,6472 3 ,0008 ,1026 Cat. practicante ,7026 ,2266 9,6134 1 ,0019 ,0868 2,0190 Otra religión -1,1379 ,7572 2,2582 1 ,1329 -,0160 ,3205 Ateo/agnóstico 1,5226 ,6284 5,8714 1 ,0154 ,0619 4,5840Cuerpo intacto (2) 60,0618 3 ,0001 ,2313 Total desacuerdo 3,5679 ,5201 47,0638 1 ,0001 ,2112 35,4405 Algo en desacuerdo 2,2274 ,6007 13,7512 1 ,0002 ,1078 9,2756 Algo de acuerdo 2,3556 ,6207 14,4032 1 ,0001 ,1108 10,5448Autopsia (3) 15,7992 2 ,0004 ,1081 Desacuerdo -1,0220 ,2822 13,1154 1 ,0003 -,1049 ,3599 Indiferente -1,8535 ,9523 3,7881 1 ,0516 -,0421 ,1567Extracción prematurade órganos (4) 15,3813 3 ,0015 ,0964 Nada ,7621 ,2947 6,6874 1 ,0097 ,0681 2,1428 Casi nada ,4255 ,4377 0,9449 1 ,3310 ,0000 1,5303 Algo 1,2342 ,3772 10,7069 1 ,0011 ,0928 3,4356Información porfolletos,carteles, etc. (5) ,4545 ,2309 3,8758 1 ,0490 ,0431 1,5755Percepción del gradode información (6) 17,6310 3 ,0005 ,1073 Poca 1,2365 ,3728 11,0029 1 ,0009 ,0944 3,4435 Regular 1,3468 ,3753 12,8769 1 ,0003 ,1038 3,8452 Mucha 1,7689 ,4428 15,9608 1 ,0001 ,1175 5,8646Confianza en losprofesionales (7) 7,9854 3 ,0463 ,0443 Poca 2,4974 ,9818 6,4702 1 ,0110 ,0665 12,1505 Alguna 2,5304 ,9190 7,5821 1 ,0059 ,0743 12,5589 Mucha 2,2685 ,9031 6,3094 1 ,0120 ,0653 9,6644Donar sangre (8) 1,3365 ,3095 18,6499 1 ,0001 ,1284 3,8056No saber cómo hacerseel carnet (9) ,8287 ,3577 5,3670 1 ,0205 ,0577 2,2904Falta de tiempo (10) ,9396 ,3236 8,4307 1 ,0037 ,0798 2,5590Falta información(11) 1,1453 ,2982 14,7468 1 ,0001 ,1123 3,1434Sentir miedo (12) -2,0200 ,2627 59,1097 1 ,0001 -,2377 ,1327Constante -6,6758 1,1391 34,3484 1 ,0001
Tabla 145. Resultados derivados de la regresión logística multivariante de la intención de firmar elcarnet de donante. Categorías de referencia: (1) Católico no practicante; (2) Totalmente deacuerdo; (3) De acuerdo; (4) Mucho; (5) No; (6-7) Ninguna; (8) No; (9-12) En desacuerdo.
La información sobre el ajuste del modelo es la siguiente:
• El cambio significativo en la desvianza indica que las variables introducidas en el
modelo influyen en la decisión de firmar un carnet (χ2= 434,33, g.l.= 23 y
p<0,0001).
• La R2 de Nagelkerke muestra que el 57,1% de la variabilidad en la variable de
respuesta viene explicada por el modelo de regresión logística.
• En la tabla de clasificaciones se observa un 64,96% de clasificaciones correctas
de quienes no se harían el carnet y un 95,19% de los que se lo harían (punto de
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 201
corte: 0,05), siendo el porcentaje total de coincidencias de un 87,26%, por lo que
podemos concluir que el presente modelo permite pronosticar con bastante
seguridad la intención de firmar un carnet de donante de órganos. La tasa de
falsos negativos es de 0,17 y la tasa de falsos positivos de 0,12.
Valores predichos
No Sí Correctas
ValoresObservados
No 150 81 64,96%
Sí 31 617 95,19%
Total 87,26%
• Según el test de Hosmer-Lemeshow el modelo ajusta los datos (χ2 =12,7, g.l.= 8
y p= 0,12).
Los resultados nos muestran que:
• El propósito de hacerse el carnet entre los católicos practicantes es 2,01 veces
más probable que entre católicos no practicantes, mientras que la probabilidad de
expresar la intención de hacérselo entre los ateos y agnósticos es 4,58 veces la
del grupo de referencia. Por último, no es significativa la comparación con las
personas que pertenecen a otras religiones.
• La odds condicional del deseo de hacerse el carnet entre las personas totalmente
en desacuerdo con la idea de mantener el cuerpo intacto tras la muerte es 35,44
veces la de quienes están totalmente de acuerdo con ello. A su vez, la
probabilidad de una decisión positiva en los grupos que están algo en desacuerdo
y algo de acuerdo es 9,27 y 10,5 veces, respectivamente, la probabilidad de ésta
en el grupo de referencia.
• Respecto a la actitud hacia la autopsia, se comprueba que la probabilidad de
firmar un carnet por parte de las personas en desacuerdo o indiferentes hacia el
examen anatómico es 0,35 y 0,15 veces, respectivamente, la probabilidad de este
propósito en las personas que se manifiestan de acuerdo con él. La última
comparación presenta tendencia a la significación estadística.
• También participa en el modelo el grado de preocupación por la extracción
prematura de los órganos en caso de donación, siendo el propósito de firmar el
B.RANDO202
carnet entre las personas nada o sólo algo preocupadas 2,14 y 3,4 veces más
probable, respectivamente, que entre quienes están muy preocupadas por esta
posibilidad. La comparación del grupo de referencia con el de las personas que
se muestran casi nada preocupadas no es significativa.
• El hecho de haber recibido información a través de folletos, carteles y/o vallas
publicitarias se relaciona con la intención de firmar el carnet, con una odds
estimada de este propósito 1,57 veces el de quienes no han obtenido información
de esta forma.
• La percepción de la persona acerca del nivel de información que posee sobre
donación y trasplante es otra variable que entra en el modelo, observándose que
la odds ajustada de la intención de firmar un carnet de quienes piensan que
tienen mucha información es 5,86 veces la de quienes creen que no tienen
ninguna, seguido por la odds de la intención de quienes consideran que tienen
regular y poca información, que son 3,84 y 3,44, respectivamente, la del grupo de
referencia.
• En cuanto al grado de confianza en los profesionales sanitarios, el deseo de
firmar el carnet en las personas que tienen mucha y alguna confianza es 9,66 y
12,55 veces más probable, respectivamente, que en los que no sienten ninguna
confianza. A su vez, quienes manifiestan poca confianza deciden firmar un
carnet 12,15 veces más que el grupo de referencia.
• La donación de sangre también contribuye a predecir la intención de hacerse el
carnet, siendo 3,8 veces más probable el deseo de firmarlo entre quienes son
donantes o han donado alguna vez respecto a quienes no han donado sangre
nunca.
• En relación con las razones que pueden justificar que aún no se haya firmado el
carnet, conocer el procedimiento de obtención del documento es un requisito
necesario para llevar a cabo la conducta. Se comprueba que el propósito de
hacerse el carnet de quienes manifiestan no tenerlo por no saber cómo hacérselo
es 2,29 veces más probable que el de quienes no consideran que esta sea una
razón que lo justifique.
• Otra razón que influye es la falta de tiempo, de forma que la intención de hacerse
el carnet es 2,55 veces más probable cuando las personas indican esta
explicación para no tenerlo, respecto a las que piensan que ésta no es una razón.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 203
• El deseo de hacerse el carnet se encuentra afectado por la información que se
posee sobre el tema, siendo 3,14 veces más probable entre quienes afirman que
la falta de información justifica no habérselo hecho, respecto a quienes están en
desacuerdo con que este argumento lo explique.
• Por último, el miedo influye negativamente sobre la intención de hacerse el
carnet, con una probabilidad de manifestar una decisión positiva 0,13 veces la de
quienes consideran que ésta no es una justificación para no tenerlo.
En definitiva, la decisión positiva de firmar el carnet entre los encuestados es
más probable en personas no religiosas, seguidas de los católicos practicantes, que
no se muestran totalmente de acuerdo con la idea de mantener el cuerpo intacto
tras la muerte, poseen una actitud favorable hacia la práctica de la autopsia sobre el
propio cuerpo en caso de necesidad, no sienten mucha preocupación por una
posible extracción prematura de los órganos de una persona donante, han recibido
información a través de folletos y carteles, consideran que poseen al menos cierta
información sobre el tema, confían en alguna medida en la labor de los
profesionales sanitarios, han donado sangre alguna vez o son donantes habituales,
y manifiestan como justificaciones para no tener el carnet el hecho de desconocer el
procedimiento de obtención, la falta de información y no disponer de tiempo, aunque
el miedo no forma parte de los argumentos que explican su comportamiento.
B. RANDO204
3.2.3. MODELO DE LA INTENCIÓN DE DONAR ÓRGANOS DE UN FAMILIAR
3.2.3.1. RELACIÓN ENTRE LA INTENCIÓN DE DONAR LOS ÓRGANOS DE UN
FAMILIAR FALLECIDO Y OTRAS VARIABLES
La presentación de los resultados se hace del mismo modo que en los casos
anteriores. En las gráficas de barras y de línea se presentan los resultados en
relación a quienes manifiestan la intención de donar órganos de un familiar fallecido.
1. Variables personales
Por lo que se refiere al lugar de residencia, se observa una cifra más alta de
entrevistados que donaría los órganos de un familiar fallecido entre los que viven en
la capital (χ2= 11,3, g.l.= 1 , p= 0,001). La odds estimada de la intención de donar de
una persona de la capital es 1,77 veces la de una persona de provincia.
ResidenciaProvincia Capital Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
18727,2
3,4
6117,5
-3,4
24823,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
50172,8
-3,4
28782,5
3,4
78876,1
Total Recuento %
688100,0
348100,0
1036100,0
Tabla 146. Porcentajes de la intención de donar los órganos de unfamiliar fallecido según el lugar de residencia.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
ResidenciaConstante
0,57360,9829
0,16530,0856
12,04131,78
11
0,0005<0,0001
0,0938 1,77
Tabla 147. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos de un familiar fallecido en función del lugarde residencia (categoría de referencia: provincia).
Igualmente, se observan diferencias significativas en función del sexo de los
encuestados, siendo las mujeres quienes presentan el porcentaje más alto con
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN.... 205
propósito de donar los órganos de un familiar fallecido (χ2= 4,03, g.l.= 1, p= 0,045),
con una decisión positiva 1,36 veces más probable que en el grupo de hombres.
SexoHombre Mujer Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
13926,7
2,1
10921,2
-2,1
24823,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
38273,3
-2,1
40678,8
2,1
78876,1
Total Recuento %
521100,0
515100,0
1036100,0
Tabla 148. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos de un familiar fallecido según el sexo.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
SexoConstante
0,30851,0091
0,14650,0989
4,43104,02
11
0,0352<0,0001
0,0462 1,36
Tabla 149. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos de un familiar fallecido según el sexo de losencuestados (categoría de referencia: hombre).
Por otro lado, la intención de donar órganos de un familiar fallecido es
independiente de la edad de quien decide (χ2= 0,20, g.l.= 2, p= 0,903), de si tiene o
no hijos (χ2= 0,11, g.l.= 1, p= 0,736), y de su situación laboral (χ2= 2,73, g.l.= 4, p=
0,603). Sin embargo, se relaciona con el nivel de estudios, aumentando el
porcentaje de encuestados decididos a donar conforme lo hace el grado de estudios
que poseen (χ2= 14,54, g.l.= 3 , p= 0,002), incremento que es de 0,66 unidades logit
por cada unidad de incremento en el nivel de estudios.
0
20
40
60
80
100
Analfabeto/sinestudios
Primaria Secundaria Universidad
Nivel de estudios
Intención de donar
%
B. RANDO206
Figura 43. Representación gráfica de los porcentajes de intención dedonar los órganos de un familiar fallecido según el nivel de estudios.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Nivel estudios1º grado2º grado3º gradoConstante
0,6580-0,1073-0,01251,3457
0,24370,21630,18490,1082
13,917,290,250,004154,80
31111
0,00300,00690,61990,9462<0,0001
0,08330,06810,00000,0000
1,930,900,99
Tabla 150. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos de un familiar fallecido según el nivel de estudios.
En relación con el estado civil no se encuentran diferencias significativas en el
propósito de donar los órganos de un familiar fallecido, aunque se introduce en el
análisis multivariante debido a que la probabilidad asociada al estadístico es menor
a 0,25 (χ2=4,94, g.l.= 3, p= 0,176).
2. Creencias religiosas
Se observan diferencias en función de las creencias religiosas, con un menor
porcentaje decidido a donar entre quienes pertenecen a una religión distinta de la
católica y la cifra más alta en el grupo que no posee creencias religiosas (χ2= 12,94,
g.l.= 3, p=0,005). Tomando como referencia el grupo católico no practicante, el
análisis de regresión logística univariante indica que la probabilidad de decidir la
donación entre quienes pertenecen a otra religión es 0,22 veces la de los primeros.
Las comparaciones entre católicos practicantes y no practicantes, así como entre
ateos/agnósticos y católicos no practicantes no resultan significativas.
0
20
40
60
80
100
Católicopracticante
Otra religión Ateo/agnóstico Católico nopracticante
Creencias religiosas
Intención de donar
%
Figura 44. Representación gráfica de los porcentajes de intención de
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN.... 207
donar los órganos de un familiar fallecido según las creencias religiosas.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
ReligiónC. practicanteOtra religiónAteo/agnósticoConstante
0,1411-1,50220,39261,0858
0,15330,54490,31250,1124
10,770,857,601,5893,38
31111
0,01310,35750,00580,2090<0,0001
0,06470,0000-0,07010,0000
1,150,221,48
Tabla 151. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos de un familiar fallecido en función de las creenciasreligiosas (categoría de referencia: católico no practicante).
En cuanto a la resurrección, existe un porcentaje mayor con intención de
donar entre los que no creen en ella, a diferencia de los que creen y los que dudan
(χ2= 8,51, g.l.= 2, p= 0,014), siendo la probabilidad de adoptar la decisión de donar
en estos últimos grupos 0,62 y 0,66 veces, respectivamente, la probabilidad de este
propósito entre los primeros.
B. RANDO208
0
20
40
60
80
100
Sí No sé No
Creer en la resurrección
Intención de donar
%
Figura 45. Representación gráfica de los porcentajes de laintención de donar los órganos de un familiar según la creenciaen torno a la resurrección.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
ResurrecciónSíNo séConstante
-0,4851-0,41031,4473
0,18410,17690,1298
8,196,945,38
124,38
2111
0,01670,00840,0204<0,0001
0,0606-0,0658-0,0544
0,620,66
Tabla 152. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos de un familiar fallecido en función de la creencia en tornoa la resurrección (categoría de referencia: no).
No se observa relación entre la intención de donar los órganos de un familiar
y el grado en que afecta la religión a la decisión de los encuestados (χ2= 4,67, g.l.=
3, p= 0,197). Aunque la probabilidad asociada al estadístico es inferior a 0,25, esta
variable no se introduce en el análisis de regresión logística múltiple, ya que es una
cuestión dirigida a un sector de la muestra y supone la exclusión de los agnósticos y
ateos.
3. Variables relacionadas con la muerte
La mayoría de las personas que están totalmente en desacuerdo con que el
cuerpo permanezca intacto tras la muerte donarían los órganos de un familiar
fallecido, frente a aquéllos que están totalmente de acuerdo con esta idea (χ2=
215,78, g.l.= 3, p< 0,001). En el análisis de regresión logística simple se observa que
la relación entre la actitud hacia el cuerpo intacto tras la muerte y el logit viene
explicada por un componente lineal y un componente cúbico.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN.... 209
0
20
40
60
80
100
Totaldesacuerdo
Algo endesacuerdo
Algo deacuerdo
Total acuerdo
Actitud hacia mantener el cuerpo intacto
Intención de donar
%
Figura 46. Representación gráfica de los porcentajes de intención dedonar los órganos de un familiar fallecido según la actitud hacia lamanipulación del cuerpo.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Cuerpo intacto1º grado2º grado3º gradoConstante
-2,20280,0608-0,74340,0437
0,23340,25140,26820,1257
148,4289,070,067,680,12
31111
<0,0001<0,00010,80890,00560,7282
0,3555-0,27800,0000-0,0710
0,111,060,48
Tabla 153. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos de un familiar fallecido en función de la actitud hacia lamanipulación del cuerpo tras la muerte.
Respecto a la actitud hacia la práctica de la autopsia sobre el propio cuerpo,
el porcentaje más alto de personas con propósito de donar los órganos de un
familiar se encuentra entre quienes son favorables al examen anatómico, en
comparación con quienes están en desacuerdo (χ2= 47,12, g.l.= 2, p<0,001 ), cuya
probabilidad de querer hacerlo es 0,30 veces la de los primeros. La comparación
con las personas indiferentes no es significativa.
0
20
40
60
80
100
En desacuerdo Indiferente De acuerdo
Actitud hacia la autopsia
Intención de donar
%
Figura 47. Representación gráfica de los porcentajes de la intenciónde donar los órganos de un familiar fallecido según la actitud hacia la
B. RANDO210
autopsia.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
AutopsiaDesacuerdoIndiferenteConstante
-1,1990-0,6990 1,3950
0,18300,64820,0855
43,3842,92 1,16266,33
2111
<0,0001<0,00010,2809<0,0001
0,1871-0,19070,0000
0,300,50
Tabla 154. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos de un familiar fallecido en función de la actitud hacia la autopsia(categoría de referencia: de acuerdo).
Por otro lado, se encuentran diferencias significativas según el grado de
incomodidad al pensar sobre la propia muerte. El menor porcentaje con pretensión
de donar los órganos de un familiar fallecido se observa entre las personas que se
sienten muy incómodas con estos pensamientos (χ2= 7,98, g.l.= 3, p= 0,046). El
análisis de regresión logística simple muestra que el logit es lineal en esta variable,
produciéndose un decremento de 0,38 unidades logit de la intención de donar por
cada unidad que aumenta el grado de incomodidad.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN.... 211
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Pensar en la muerte
Intención de donar
%
Figura 48. Representación gráfica de los porcentajes de laintención de donar los órganos de un familiar fallecido según elgrado en que resulta incómodo pensar en la propia muerte.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Pensar1º grado2º grado3º gradoConstante
-0,3761-0,19230,09361,1653
0,13770,17730,20950,0886
7,887,461,180,20
172,82
31111
0,04860,00630,27810,65490,0000
0,0407-0,06940,00000,0000
0,690,831,10
Tabla 155. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos de un familiar fallecido en función del grado en que resultaincómodo pensar en la propia muerte.
De forma similar, el número de encuestados que desea donar los órganos de
un familiar es menor en el grupo que está muy preocupado por no saber lo que
ocurre tras la muerte (χ2= 22,21, g.l.= 3, p<0,001), encontrándose que la relación
entre esta variable y el logit viene explicada por los componentes líneal y cuadrático.
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Desconocer qué ocurre tras la muerte
Intención de donar
%
Figura 49. Representación gráfica de los porcentajes de la intenciónde donar los órganos de un familiar fallecido según la preocupaciónpor desconocer lo que ocurre tras la muerte.
B. RANDO212
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Desconocer1º grado2º grado3º gradoConstante
-0,6076-0,61850,05891,1770
0,15040,19980,23930,0999
21,8316,339,580,06
138,77
31111
0,00010,00010,00200,8057<0,0001
0,1180-0,1123-0,08170,0000
0,540,541,06
Tabla 156. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos de un familiar fallecido en función de la preocupación pordesconocer lo que ocurre tras la muerte.
Por último, los encuestados difieren por su actitud hacia la incineración del
propio cuerpo, con una cifra más elevada de decididos a donar entre quienes son
favorables a esta alternativa y la más baja entre los que están en desacuerdo con
ella (χ2= 30,7, g.l.= 2, p<0,001). La probabilidad de la decisión positiva en el
segundo grupo es 0,45 veces la probabilidad de esta decisión en el anterior. La
comparación con el grupo que manifiesta indiferencia no es significativa.
0
20
40
60
80
100
En desacuerdo Indiferente De acuerdo
Actitud hacia la incineración
Intención de donar
%
Figura 50. Representación gráfica de los porcentajes de la intenciónde donar los órganos de un familiar fallecido según la actitud hacia laincineración.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
IncineraciónDesacuerdoIndiferenteConstante
-0,7987 0,1953 1,4545
0,15400,32890,1036
29,9026,90 0,35197,00
2111
<0,0001<0,00010,5527<0,0001
0,1517-0,14870,0000
0,451,22
Tabla 157. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos de un familiar fallecido en función de la actitud hacia la incineración(categoría de referencia: de acuerdo).
4. Conocer a una persona con trasplante o en lista de espera
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN.... 213
Se obtienen diferencias significativas por el hecho de conocer a alguien en
lista de espera o con un órgano trasplantado. En el grupo de personas que conocen
a alguien en estas circunstancias hay un mayor porcentaje determinado a donar los
órganos de un familiar fallecido (χ2= 4,35, g.l.= 1, p=0,037), siendo este propósito
1,38 veces más probable respecto a quienes no conocen a nadie en esta situación.
Conocer a alguienNo Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
16626,2
2,2
8220,3
-2,2
24823,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
46773,8
-2,2
32179,7
2,2
78876,1
Total Recuento %
633100,0
403100,0
1036100,0
Tabla 158. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos de un familiar fallecido en función de conocer a alguiencon un trasplante o en lista de espera.
Variable β Errortípico
Wald g.l.
p R eβ
Conocer a alguienConstante
0,32431,0365
0,15310,0904
4,48131,46
11
0,0342<0,0001
0,0467 1,38
Tabla 159. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos de un familiar fallecido en función de conocer a alguien contrasplante o en lista de espera (categoría de referencia: no).
5. Conocimientos sobre donación y trasplante. Creencias erróneas ypreocupaciones derivadas del grado de información
Proceso de donación-extracción-distribución de órganos
Las personas muy preocupadas por la posibilidad de diagnóstico prematuro
de muerte del donante muestran la cifra más baja con propósito de donar los
órganos de un familiar fallecido (χ2= 71,72, g.l.= 3, p<0,001). Según la regresión
logística simple, los componentes lineal y cuadrático son los que definen la relación
entre el logit y esta variable.
B. RANDO214
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Diagnóstico prematuro de muerte
Intención de donar
%
Figura 51. Representación gráfica de los porcentajes de laintención de donar los órganos de un familiar fallecido según lapreocupación por un posible diagnóstico prematuro de muerte.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
D. prematuro1º grado2º grado3º gradoConstante
-1,2980-0,73130,51391,7757
0,19700,29670,37050,1484
63,6943,41 6,07 1,92
143,26
31111
<0,0001<0,0001 0,0137 0,1654<0,0001
0,2261-0,1915-0,06010,0000
0,270,481,67
Tabla 160. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos de un familiar en función de la preocupación por el diagnósticoprematuro de muerte.
También se observan diferencias significativas entre los encuestados en
función del grado de preocupación respecto a la modificación estética del cuerpo al
realizar la extracción de órganos. Las personas que se encuentran muy
preocupadas por este pensamiento muestran el porcentaje más pequeño con
intención de donar los órganos de un familiar fallecido (χ2= 62,73, g.l.= 3, p<0,001),
encontrándose explicada la relación entre este tipo de preocupación y el logit por los
componentes lineal y cúbico.
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Modificación estética
Intención de donar
%
Figura 52. Representación gráfica de los porcentajes de la
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN.... 215
intención de donar los órganos de un familiar fallecido según lapreocupación por una posible modificación estética del cuerpo delfallecido.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Estética1º grado2º grado3º gradoConstante
-1,3437-0,3253-0,67070,4767
0,23620,27090,30170,1355
49,3632,371,444,9412,39
31111
<0,0001<0,00010,22980,02620,0004
0,1950-0,16320,0000-0,0508
0,260,720,51
Tabla 161. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos de un familiar fallecido en función de lapreocupación por una posible modificación estética del cuerpo del fallecido.
En cuanto a la preocupación por las posibles irregularidades en la distribución
de los órganos, existe un porcentaje menor decidido a donar los órganos de un
familiar entre quienes se sienten muy preocupados ante esta posibilidad (χ2= 16,09,
g.l.= 3, p=0,001), con una disminución de 0,37 unidades logit de la intención por
cada unidad que incrementa la preocupación por la posibilidad de irregularidades.
0
20
40
60
80
100
Nada Casi nada Algo Mucho
Irregularidades en la distribución
Intención de donar
%
Figura 53. Representación gráfica de los porcentajes de laintención de donar los órganos de un familiar según lapreocupación por la posible existencia de irregularidades en ladistribución de los órganos donados.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Irregularidad1º grado2º grado3º gradoConstante
-0,3748-0,2944-0,19101,3634
0,16810,26390,33320,1319
15,584,971,240,33
106,77
31111
0,00140,02580,26460,5665<0,0001
0,0923-0,05140,00000,0000
0,690,750,83
Tabla 162. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos de un familiar fallecido en función de la preocupación por la posibleexistencia de irregularidades en la distribución de los órganos.
B. RANDO216
Por otro lado, el propósito de donar los órganos de un familiar fallecido se
relaciona con el grado de confianza en los profesionales sanitarios, de forma que los
grupos con ninguna o escasa confianza muestran los menores porcentajes de
decididos a donar (χ2= 9,49, g.l.= 3, p= 0,023). El análisis de regresión logística
simple revela que el logit es lineal en esta variable, con un aumento en 0,72
unidades logit del deseo de donar por cada unidad de incremento en la escala de
medida del nivel de confianza.
0
20
40
60
80
100
Ninguna Poca Alguna Mucha
Confianza en los médicos
Intención de donar
%
Figura 54. Representación gráfica de los porcentajes de laintención de donar los órganos de un familiar fallecido según elgrado de confianza en los profesionales sanitarios.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Confianza1º grado2º grado3º gradoConstante
0,7197-0,32720,21020,8948
0,27010,24310,21270,1215
8,087,101,810,9854,20
31111
0,04450,00770,17830,3230<0,0001
0,04270,06690,00000,0000
2,050,721,23
Tabla 163. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos de un familiar fallecido en función del grado de confianza enlos profesionales sanitarios.
Órganos y tejidos susceptibles de ser donados y consecuencias del trasplantepara el receptor
Respecto al grado de información sobre los órganos y tejidos que se pueden
donar, el análisis de regresión logística simple muestra que el cambio en la
desvianza no es significativo (χ2= 1,35, g.l.= 1, p= 0,2455). Asimismo, no se
encuentran diferencias significativas en la intención de donar los órganos de un
familiar fallecido por el conocimiento de la gratuidad de los trasplantes (χ2= 5,27,
g.l.= 2, p=0,072). Ambas variables se introducen en el análisis multivariante, ya que
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN.... 217
la probabilidad asociada a los respectivos estadísticos es inferior a 0,25.
Medios informativos sobre donación y trasplante
La intención de donar los órganos de un familiar fallecido es independiente de
que el medio por el cual se ha recibido más información sea la prensa (χ2= 3,49,
g.l.= 1, p= 0,062), la radio (χ2= 0,01, g.l.= 1, p= 0,930), folletos, carteles o vallas
publicitarias (χ2= 2,30, g.l.= 1, p= 0,130), la conversación con médicos (χ2= 1,44,
g.l.= 1, p= 0,231), o conocer a personas con trasplante o en lista de espera (χ2=
3,14, g.l.= 1, p= 0,077), siendo el último resultado coincidente con el obtenido para
las otras intenciones estudiadas. Estas variables se incluyen en el análisis de
regresión logística múltiple, con la excepción de haber recibido información por la
radio, puesto que la probabilidad asociada al estadístico observado es superior a
0,25. Tampoco se introduce como medio informativo el hecho de conocer a
personas con trasplante o en lista de espera, debido a su alta correlación con la
variable tratada en el punto 4.
Una vía por la que se observan diferencias significativas en el deseo de donar
los órganos de un familiar es la conversación con familiares, de forma que el grupo
con mayor porcentaje determinado a hacerlo es el que ha obtenido información de
este modo (χ2= 19,44, g.l.= 1, p<0,001). A partir del análisis de regresión logística
univariante se obtiene que la razón de probabilidades en este grupo es de 2,05
respecto a las personas que no han tenido esta vía de información.
Conversar con lafamilia
No Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
18228,7
4,5
6616,5
-4,5
24823,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
45371,3
-4,5
33583,5
4,5
78876,1
Total Recuento %
635100,0
401100,0
1036100,0
Tabla 164. Distribución de los porcentajes de intención de donar
B. RANDO218
los órganos de un familiar fallecido en función de haber recibidoinformación en las conversaciones con familiares.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Conv. familiaConstante
0,71960,9101
0,16100,0877
19,98107,72
11
<0,0001<0,0001
0,1256 2,05
Tabla 165. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos de un familiar fallecido en función de haberrecibido información por medio de las conversaciones familiares (categoríade referencia: no).
Otro medio por el que difiere la cifra de personas decididas a donar es por
haber mantenido alguna conversación con amigos o conocidos sobre donación y
trasplante. De nuevo, los que han obtenido información conversando con éstos
muestran el porcentaje más alto con intención de donar (χ2= 6,90, g.l.= 1, p= 0,009).
El análisis de regresión logística univariante indica que la odds estimada del
propósito de donar entre éstos es 1,49 veces la odds de la intención de quienes no
han recibido información por esta vía.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN.... 219
Conversar conamigos
No Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
15327,2
2,7
9520,0
-2,7
24823,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
40972,8
-2,7
37980,0
2,7
78876,1
Total Recuento %
562100,0
474100,0
1036100,0
Tabla 166. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos de un familiar fallecido en función de haber recibidoinformación a través de las conversaciones con amigos.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Conv. amigosConstante
0,39560,9850
0,14870,0949
7,07107,84
11
0,0078<0,0001
0,0667 1,49
Tabla 167. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos de un familiar fallecido en función de haberrecibido información en las conversaciones con amigos (categoría dereferencia: no).
Percepción del grado de información sobre donación y trasplante
En cuanto a la percepción de los encuestados del grado de información que
poseen sobre el tema, se observa un menor número de personas determinadas a
donar los órganos de un familiar en el grupo que afirma no tener ninguna
información (χ2= 15,55, g.l.= 3, p= 0,001), comprobándose que la relación entre esta
variable y el logit está definida por los componentes lineal y cuadrático.
B. RANDO220
0
20
40
60
80
100
Ninguna Poca Regular Mucha
Percepción del grado de información
Intención de donar
%
Figura 55. Representación gráfica de los porcentajes de laintención de donar los órganos de un familiar fallecido según lapercepción del grado de información que se posee.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
P. información1º grado2º grado3º gradoConstante
0,5364-0,43060,18451,0399
0,19150,16430,13160,0822
14,267,846,871,97
160,23
31111
0,00260,00510,00880,1608<0,0001
0,08510,0716-0,06530,0000
1,710,651,20
Tabla 168. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intención dedonar los órganos de un familiar fallecido en función de la percepción del grado deinformación que se posee.
Por otra parte, el deseo de donar los órganos de un familiar fallecido es
independiente de haber recibido información recientemente (χ2= 0,27, g.l.= 1, p=
0,6).
Noticias de impacto emocional
La intención de donar órganos de un familiar no se relaciona a nivel
univariante con haber oído sobre comercio de órganos (χ2= 1,94, g.l.= 1, p=0,164),
sobre secuestro de niños para extraerles los órganos (χ2= 0,001, g.l.= 1, p= 0,99), ni
sobre discriminación de personas para recibir un trasplante (χ2= 1,86, g.l.= 1, p=
0,173). Tanto la primera variable como la última se incluyen en el análisis
multivariante porque la probabilidad asociada al estadístico es inferior a 0,25.
Sin embargo, el porcentaje de encuestados que quieren donar varía en
función de haber oído sobre petición de dinero para un trasplante, existiendo un
mayor número de personas que desean donar los órganos de un familiar en el grupo
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 221
que tiene conocimiento de alguna actividad con este fin (χ2= 7,27, g.l.= 1, p= 0,007).
Los resultados del análisis de regresión logística univariante muestran que la
intención en este grupo es 1,49 veces más probable respecto a las personas que no
han oído estas noticias.
Petición de dineroNo Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
11728,5
2,8
13121,0
-2,8
24823,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
29471,5
-2,8
49479,0
2,8
78876,1
Total Recuento %
411100,0
625100,0
1036100,0
Tabla 169. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos de un familiar fallecido en función de haber oído sobrepetición de dinero para un trasplante.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Petición dineroConstante
0,40120,9237
0,14700,1095
7,4571,21
11
0,0064<0,0001
0,0691 1,49
Tabla 170. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos de un familiar fallecido en función de haberoído sobre petición de dinero para un trasplante (categoría de referencia: no).
También difiere el número de encuestados determinados a donar por haber
oído que una persona ha muerto al no recibir un órgano a tiempo, con un mayor
porcentaje entre quienes han oído alguna noticia de esta clase, frente a los que no
la han recibido (χ2= 4,77, g.l.= 1, p= 0,029), de forma que la intención de donar de
los primeros es 1,48 veces más probable que la de los últimos.
B. RANDO222
No recibir unórgano a tiempo
No Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
6130,0
2,3
18722,4
-2,3
24823,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
14270,0
-2,3
64677,6
2,3
78876,1
Total Recuento %
203100,0
833100,0
1036100,0
Tabla 171. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos de un familiar fallecido en función de haber oído que unapersona ha fallecido por no recibir un órgano a tiempo.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
No recibirConstante
0,39060,8482
0,17420,1532
5,0230,66
11
0,0250<0,0001
0,0515 1,48
Tabla 172. Resultados derivados de la regresión logística simple de laintención de donar los órganos de un familiar fallecido en función de haberoído que una persona ha fallecido por no recibir un órgano a tiempo (categoríade referencia: no).
6. Donación de sangre
Se comprueba que la cifra de encuestados con propósito de donar los
órganos de un familiar es mayor entre quienes donan o han donado sangre (χ2= 22,
g.l.= 1, p<0,001), siendo su intención de hacerlo 2,4 veces más probable que en el
grupo de personas que nunca han llevado a cabo esta conducta prosocial.
Donar sangreNo Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
20827,9
4,8
4013,8
-4,8
24823,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
53872,1
-4,8
25086,2
4,8
78876,1
Total Recuento %
746100,0
290100,0
1036100,0
Tabla 173. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos de un familiar en función de haber donado sangre.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 223
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Donar sangreConstante
0,88010,9508
0,18880,0816
21,72135,63
11
<0,0001<0,0001
0,1315 2,41
Tabla 174. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos de un familiar fallecido en función de haber donadosangre (categoría de referencia: no).
7. Percepción del estado de salud
El deseo de donar los órganos de un familiar fallecido no difiere
significativamente entre los encuestados en función de la percepción del estado de
salud propio que poseen éstos (χ2= 0,38, g.l.= 3, p= 0,944).
8. Variables relacionadas con la familia
Se observan diferencias significativas entre los encuestados en relación con
haber transmitido el deseo personal a los familiares cercanos. El grupo con la cifra
más alta de personas que quieren donar los órganos de un familiar fallecido es el de
quienes han comunicado su decisión, frente a quienes no lo han hecho (χ2= 14,95,
g.l.= 1, p<0,001). De hecho, la odds de la intención de donar los órganos de un
familiar entre los que han comunicado su deseo es 1,83 veces la de quienes no lo
han hecho.
Comunicar laintención
No Sí Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
16528,6
3,9
8318,1
-3,9
24823,9
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
41271,4
-3,9
37681,9
3,9
78876,1
Total Recuento %
577100,0
459100,0
1036100,0
Tabla 175. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos de un familiar fallecido según si se ha comunicado o no eldeseo personal a los familiares.
B. RANDO224
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
ComentarConstante
0,60500,9118
0,15250,0920
15,7598,12
11
0,0001<0,0001
0,1098 1,83
Tabla 176. Resultados de la regresión logística de la intención de donar losórganos de un familiar fallecido según si se ha comunicado o no el deseopersonal a los familiares (categoría de referencia: no).
Entre las razones que pueden explicar que no se haya comentado el deseo
personal a los familiares cercanos, no existen diferencias significativas en la
intención de donar los órganos de un familiar de quienes dicen que no ha salido el
tema en casa y quienes afirman que ésta no es la razón (χ2= 1,63, g.l.= 1, p= 0,202).
Sin embargo, el porcentaje de encuestados decididos a donar es menor en el
grupo de personas que manifiestan como justificación que en casa no agrada hablar
de la muerte (χ2= 8,64, g.l.= 1, p= 0,003). El deseo de donar en el otro grupo es 1,8
veces más probable que en éste.
No agrada hablarde muerte
Verdad Falso Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
6737,2
3,0
9924,9
-3,0
16628,7
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
11362,8
-3,0
29975,1
3,0
41271,3
Total Recuento %
180100,0
398100,0
578100,0
Tabla 177. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos de un familiar fallecido en función de manifestar que unarazón por la que no se ha comunicado el deseo personal es que encasa no agrada hablar de la muerte.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
No agrada hablarConstante
0,5865-0,0638
0,19320,3300
9,210,04
11
0,00240,8468
0,1021 1,80
Tabla 178. Resultados derivados de la regresión logística de la intención dedonar los órganos de un familiar en función de manifestar que una razón por laque no se ha comunicado el deseo personal es que en casa no agrada hablarde la muerte (categoría de referencia: verdad).
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 225
Igualmente, la intención de donar los órganos de un familiar difiere
significativamente entre quienes consideran la superstición como una explicación
para no haber transmitido el deseo personal y quienes no sostienen esta idea, con
un menor porcentaje decidido a donar entre los primeros (χ2= 15,78, g.l.= 1, p<
0,001). El análisis de regresión logística univariante muestra que la intención de
donar de quienes no están de acuerdo con la afirmación es 2,90 veces más
probable que la de quienes lo están.
Trae mala suerteVerdad Falso Total
Intención
No Recuento % Residuos corregidos
3250,8
4,1
13325,9
-4,1
16528,6
de donar Sí Recuento % Residuos corregidos
3149,2
-4,1
38074,1
4,1
41171,4
Total Recuento %
63100,0
513100,0
576100,0
Tabla 179. Distribución de porcentajes de la intención de donar losórganos de un familiar fallecido en función de manifestar que unarazón por la que no se ha comunicado el deseo personal es quepuede traer mala suerte hablar de la muerte.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Trae mala suerteConstante
1,0647-1,0822
0,27060,5124
15,48 4,46
11
0,00010,0347
0,1396 2,90
Tabla 180. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos de un familiar en función de manifestar que una razón porla que no se ha comunicado el deseo personal es que puede traer mala suertehablar de la muerte (categoría de referencia: verdad).
Como en los casos anteriores, estas razones no se introducen en el análisis
de regresión logística multivariante porque el número de casos se reduciría
considerablemente y quedarían excluidos del análisis los participantes que han
transmitido el deseo personal a sus familiares.
Por otro lado, el propósito de los encuestados se relaciona con el hecho de
conocer la opinión de los familiares cercanos hacia la donación y trasplante de
órganos. Entre quienes conocen la actitud favorable de sus familiares hay un mayor
B. RANDO226
porcentaje que quiere donar, frente a quienes conocen una opinión contraria,
quienes encuentran en su familia actitudes contrapuestas o la falta de una actitud al
respecto y quienes no saben lo que piensa su familia (χ2= 52,28, g.l.= 3, p<0,001).
Según el análisis de regresión logística univariante y tomando como referencia a los
que desconocen la opinión de sus familiares, la intención de donar de quienes
conocen la opinión favorable es 2,87 veces más probable, mientras que la de
quienes conocen una opinión contraria es 0,55 veces la probabilidad de una
decisión positiva en el grupo de referencia. La comparación con el grupo rodeado de
varias opiniones o cuya familia no posee una actitud definida no es significativa.
0
20
40
60
80
100
A favor En contra No clara/varias
No la conozco
Conocer la opinión de los familiares
Intención de donar
%
Figura 56. Representación gráfica de la intención de donar losórganos de un familiar fallecido en función de conocer la opinión delos familiares respecto a la donación.
Variable β Errortípico
Wald g.l. p R eβ
Conocer opiniónA favorEn contraNo clara/variasConstante
1, 0533-0,5925-0,57270,9201
0,18390,25350,40440,0933
48,3532,805,462,0197,28
31111
<0,0001<0,00010,01940,1567<0,0001
0,19270,1643-0,0551-0,0022
2,870,550,56
Tabla 181. Resultados derivados de la regresión logística simple de la intenciónde donar los órganos de un familiar en función de conocer la opinión de losfamiliares respecto a la donación (categoría de referencia: no la conozco).
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 227
3.2.3.2. A MODO DE RESUMEN
Al igual que en las otras intenciones analizadas, existen diversos tipos de
variables que se asocian con la intención de donar los órganos de un familiar, las
cuales coinciden en gran medida con las anteriores. Entre las personales, se han
encontrado relevantes el lugar de residencia, sexo y el nivel de estudios. También
se asocian las creencias religiosas y la creencia en torno a la resurrección y, al igual
que en el resto de intenciones, ciertas cuestiones relativas a la muerte y el trato del
cuerpo fallecido, tales como la actitud hacia mantener el cuerpo intacto tras la
muerte, hacia la práctica de la autopsia e incineración, grado de incomodidad al
pensar en la propia muerte y preocupación por el desconocimiento de lo que ocurre
tras la muerte. Con respecto al proceso de donación-extracción-trasplante, resultan
significativas el grado de preocupación por un diagnóstico prematuro de muerte, por
la modificación estética del cuerpo tras la extracción de órganos y por la existencia
de irregularidades en la distribución de éstos. Igualmente, se mantiene esta relación
con el grado de confianza en los profesionales sanitarios, percepción del grado de
información, tener noticias sobre el tema por conversaciones con familiares o
amigos y haber oído noticias sensacionalistas sobre el tema, tales como la petición
de dinero para acceder a un trasplante o el fallecimiento de una persona que no ha
recibido un órgano a tiempo. Además, se han encontrado diferencias en cuanto al
conocimiento o no de una persona que ha recibido un trasplante o que se encuentra
en espera, la donación de sangre y, dentro del ámbito familiar, por conocer la
opinión de los familiares sobre la donación, haberles transmitido la decisión personal
y algunas razones que justifican que no se haya comunicado, entre ellas el
desagrado al hablar de la muerte y la idea de que hablar de la muerte puede traer
mala suerte.
3.2.3.3. MODELO DE REGRESIÓN LOGÍSTICA MULTIVARIANTE PARA LA
INTENCIÓN DE DONAR ÓRGANOS DE UN FAMILIAR
Los criterios de selección de las variables han sido los mismos que en los
casos anteriores. En las tablas 182 y 183 se exponen las variables seleccionadas y
B. RANDO228
el tipo de contraste que realiza con cada una.
VARIABLES INCLUIDAS EN EL ANÁLISIS MULTIVARIANTEp<<<<0,05 Se introducen como:
• Lugar de residencia• Sexo• Nivel de estudios• Creencias religiosas• Creer en la resurrección• Preferir el cuerpo intacto tras la muerte• Actitud hacia la autopsia sobre el propio cuerpo• Incomodidad al pensar sobre la propia muerte• Preocupación por desconocer qué ocurre tras la muerte• Actitud hacia la incineración sobre el propio cuerpo• Conocer a alguien con un trasplante o en lista de espera• Preocupación por un diagnóstico prematuro de muerte Preocupación por la modificación estética del fallecido
donante• Preocupación por creer que puedan existir irregularidades
en la distribución de órganos• Grado de confianza en los profesionales sanitarios• Haber donado sangre• Haber recibido información en conversación con familiares• Haber recibido información en conversación con conocidos• Percepción del grado de información poseída• Haber oído sobre petición de dinero para un trasplante• Haber oído que una persona ha fallecido por no recibir un
órgano a tiempo• Haber comunicado el deseo personal a los familiares• Conocer la opinión de los familiares sobre el tema
• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Cuantitativa• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Cuantitativa• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia) • Categórica (ficticia) • Cuantitativa• Cuantitativa• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia) • Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)
Tabla 182. Variables respecto a las cuales la probabilidad asociada al estadístico observado esinferior a 0,05.
VARIABLES INCLUIDAS EN EL ANÁLISIS MULTIVARIANTE p<<<<0,25 Se introducen como:
• Estado civil• Grado de información sobre órganos y tejidos• Creer que los trasplantes son gratuitos• Haber recibido información por la prensa• Haber recibido información a través de folletos, carteles,etc• Haber recibido información en conversación con médicos• Haber oído sobre comercio de órganos• Haber oído sobre discriminación para recibir un trasplante
• Categórica (ficticia)• Cuantitativa• Categórica (ficticia) Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)• Categórica (ficticia)
Tabla 183. Variables respecto a las cuales la probabilidad asociada al estadístico observado esinferior a 0,25.
De nuevo, el método de estimación ha sido por pasos con selección
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 229
proactiva. Las variables con codificación ficticia se han introducido con la última
categoría de referencia, salvo la percepción del grado de información, que se
comporta como una variable binaria, razón por la que se emplea la primera
categoría como referencia. No se han incluido las interacciones porque sólo dos de
ellas han resultado significativas, ambas de primer orden, y no contribuyen a un
mejor ajuste de los datos. El último paso ha proporcionado un modelo de efectos
principales con todas las variables significativas, el cual se presenta en la tabla 184.
Variables ββββ Errortípico
Wald g.l. P R eββββ
Lugar residencia(1) ,4452 ,2032 4,80 1 ,0284 ,0504 1,56 Sexo (2) ,5790 ,1938 8,93 1 ,0028 ,0792 1,78 Religión (3) 13,52 3 ,0036 ,0825 C. practicante ,3990 ,1969 4,11 1 ,0427 ,0437 1,49 Otra religión -1,6993 ,6198 7,52 1 ,0061 -,0707 ,18 Ateo/agnóstico ,1942 ,3680 ,28 1 ,5976 ,0000 1,21 Cuerpo intacto (4) 76,71 3 ,0000 ,2530 Total desacuerdo 2,7610 ,3626 57,98 1 ,0000 ,2251 15,82 Algo en desacuerdo 1,2599 ,4424 8,11 1 ,0044 ,0744 3,53 Algo de acuerdo 1,6234 ,4839 11,25 1 ,0008 ,0915 5,07 Autopsia (5) 7,61 2 ,0223 ,0572 En desacuerdo -,6453 ,2341 7,60 1 ,0058 -,0712 ,52 Indiferente -,0583 ,7976 ,01 1 ,9417 ,0000 ,94 Diagnóstico prematuro (6) 22,87 3 ,0000 ,1236 Nada 1,0173 ,2681 14,40 1 ,0001 ,1060 2,77 Casi nada 1,8172 ,5592 10,56 1 ,0012 ,0880 6,15 Algo ,2311 ,2469 ,88 1 ,3491 ,0000 1,26 Estética (7) 9,89 3 ,0195 ,0594 Nada ,8357 ,4198 3,96 1 ,0465 ,0422 2,31 Casi nada ,4334 ,6110 ,50 1 ,4782 ,0000 1,54 Algo 1,4891 ,4966 8,99 1 ,0027 ,0796 4,43 Petición dinero(8) ,5576 ,1848 9,10 1 ,0026 ,0802 1,75 Donar sangre (9) ,7167 ,2264 10,02 1 ,0015 ,0852 2,05 Conocer opinión de familiares (10) 17,86 3 ,0005 ,1036 A favor ,5855 ,2196 7,11 1 ,0077 ,0680 1,80 En contra -,5266 ,3196 2,71 1 ,0994 -,0254 ,59 No clara/varias -1,0392 ,4930 4,44 1 ,0351 -,0470 ,35 Constante -3,3654 ,5674 35,17 1 ,0000
Tabla 184. Resultados derivados de la regresión logística múltiple de la intención de hacerse elcarnet de donante de órganos. Categorías de referencia: (1) Provincia; (2) Hombre; (3) Católico nopracticante; (4) Totalmente de acuerdo; (5) De acuerdo; (6-7) Mucho; (8-9) No; (10) No sé.
B. RANDO230
Los resultados sobre el ajuste del modelo son:
• Las variables incluidas en el modelo se encuentran asociadas a la intención de
donar órganos de un familiar fallecido, con un cambio en la desvianza χ2=
297,38, g.l.= 21 y p< 0,0001.
• El estadístico R2 de Nagelkerke indica que aproximadamente el 39% de la
variabilidad en la variable de respuesta es explicada por el modelo estimado.
• Hay un 43,94% de casos clasificados correctamente entre quienes no donarían y
un 95,17% entre los que donarían (punto de corte: 0,05). La tasa de falsos
negativos es de 0,26 y la de falsos positivos es de 0,16. El porcentaje total de
coincidencias es aproximadamente de un 83%, por lo que también se puede
realizar una buena predicción de la intención de donar órganos de un fallecido a
partir del presente modelo.
Valores predichos
No Sí Correctas
Valores Observados
No 106 135 43,94%
Sí 37 725 95,17%
Total 82,88%
• También el test de Hosmer-Lemeshow muestra el ajuste del modelo (χ2 = 13,98,
g.l.= 8 y p= 0,0822).
Respecto a las variables que conforman el modelo:
• La odds condicional de la intención de donar de una persona de la capital es 1,56
veces la de una persona de provincia.
• El propósito de donar los órganos de un familiar entre las mujeres es 1,78 veces
más probable que entre los hombres.
• En el grupo de católicos practicantes la decisión positiva es 1,49 veces más
probable que entre los católicos no practicantes, mientras que la probabilidad de
esta decisión por parte de las personas que pertenecen a otras religiones es 0,18
veces la del grupo de referencia. La comparación con el grupo de ateos y
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 231
agnósticos no resulta significativa.
• La razón de probabilidades del propósito de donar los órganos de un familiar
entre las personas totalmente en desacuerdo con el mantenimiento del cuerpo
intacto tras la muerte es 15,82 veces la de que quienes están totalmente de
acuerdo con esta idea. A su vez, la intención de donar de los que afirman estar
algo en desacuerdo y algo de acuerdo con este pensamiento es 3,52 y 5,07
veces más probable, respectivamente, que la intención de hacerlo en el grupo de
referencia.
• Cuando se mantiene una actitud desfavorable hacia la autopsia, la probabilidad
del propósito de donar los órganos de un familiar fallecido es 0,52 veces la de
quienes están de acuerdo con ella. La comparación con los encuestados que se
muestran indiferentes no es significativa.
• Respecto a la idea de un diagnóstico prematuro de muerte, la decisión de donar
los órganos de un familiar entre quienes se sienten nada preocupados por esta
posibilidad es 2,77 veces más probable que en el grupo muy preocupado por ella.
A su vez, la probabilidad de esta decisión entre quienes se sienten casi nada
preocupados es 6,15 veces la probabilidad de la intención en el grupo de
referencia.
• El propósito de quienes no se sienten nada preocupados por la modificación
estética del fallecido es 2,31 veces más probable que el de quienes están muy
preocupados por esta idea. Por otro lado, quienes están algo preocupados
manifiestan una pretensión de donar los órganos de un familiar 4,43 veces más
probable que las personas muy preocupadas, mientras que la comparación con
quienes afirman que les preocupa casi nada no es significativa.
• Conocer la petición de dinero para un trasplante se relaciona con el deseo de
donar los órganos de un familiar, de forma que en el grupo que conoce este tipo
de acciones la intención de hacerlo es 1,75 veces más probable que en el caso
de quienes no han recibido estas noticias.
• La odds de la decisión de donar los órganos de un familiar entre los donantes de
sangre es 2,04 la odds de los que no han donado sangre.
• La odds condicional de la intención de donar entre quienes conocen la opinión
favorable hacia la donación de sus familiares es 1,8 veces la de quienes la
B. RANDO232
desconocen. Por el contrario, la probabilidad de una decisión positiva entre
quienes se encuentran rodeados por variedad de opiniones o la falta de una
actitud definida es 0,35 veces la de esta decisión entre quienes no conocen lo
que piensan sus familiares. No existen diferencias significativas entre quienes
conocen la opinión contraria de su familia y el grupo de referencia.
En resumen, la intención de donar los órganos de un familiar fallecido entre
los andaluces encuestados es prevalente en personas que viven en la capital, de
sexo femenino, de religión católica y practicantes, que no están totalmente de
acuerdo con que el cuerpo quede intacto tras la muerte y con una actitud favorable
hacia la autopsia, no se sienten muy preocupados por la idea de un diagnóstico
prematuro de muerte, ni por la estética del fallecido al extraerle los órganos, son
donantes de sangre o han donado alguna vez, han oído sobre petición de dinero
para un trasplante, y conocen la opinión favorable de sus familiares hacia la
donación y trasplante.
IV. DISCUSIÓN
A continuación se examinan los resultados obtenidos y se exponen las
conclusiones extraídas, como respuesta a los objetivos planteados.
Sobre la actitud, las intenciones de actuar y otras variables a nivel descriptivo
Uno de los objetivos que ha guiado el presente trabajo ha sido comprobar el
patrón de creencias, actitudes, intenciones de actuar, etc. de la población andaluza
sobre la donación de órganos, con objeto de intentar determinar si esta Comunidad
presenta características diferentes al resto de Comunidades, que puedan explicar en
alguna medida su lugar entre las de menor tasa de donación. Para ello, se ha
comparado este patrón con los resultados del estudio de Rosel et al. (1996) a nivel
nacional, el cual se ha llevado a cabo aproximadamente en el mismo periodo en que
se ha administrado la encuesta a la población andaluza. Esta coincidencia en el
tiempo otorga al estudio de Rosel et al. un gran valor, ya que se sabe que las
creencias y actitudes pueden cambiar en función de la información que se posee y
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 233
de las experiencias vividas. Además, la modificación de éstas puede llevar a que
también las intenciones de actuar se modifiquen.
Por tanto, en este apartado se revisan los resultados obtenidos a nivel
descriptivo y se establece la comparación con el citado trabajo, del cual se posee
una información descriptiva, comparable sólo para las cuestiones que se plantean
en los mismos términos empleados en el presente estudio.
En primer lugar, se ha observado que la práctica totalidad de los andaluces
encuestados sostienen una actitud favorable a la donación de órganos (97,1%), cifra
que decrece progresivamente respecto a las intenciones de donar los órganos
propios, de donar los de un familiar fallecido y de hacerse el carnet de donante. Este
patrón se reproduce a nivel nacional en el estudio de Rosel et al. (1996), donde un
94% de entrevistados está de acuerdo con la donación. En relación con los órganos
propios, aproximadamente un 86% mantiene en algún grado que donaría, lo que
concuerda con el 85,5% obtenido por Rosel et al. (1996). Este porcentaje se reduce
al 71,2% para la intención de donar los órganos de un familiar bajo el supuesto de
desconocer la opinión del fallecido, siendo de nuevo las cifras muy similares a las
encontradas en la muestra española, con un 73,4% de entrevistados que donarían.
Respecto al carnet, sólo un 6,7% de los encuestados dice que lo ha firmado.
Este dato es próximo al encontrado en el estudio de Rosel et al. (1996) para
Andalucía (5,6%), y resulta algo superior al hallado a nivel de toda la muestra
española (4,6%). A su vez, es una cifra muy similar a la encontrada en Málaga
(6,8%) en una encuesta realizada en 1992 (Blanca, Frutos y Rosel, 1993). De las
personas que no han firmado el carnet, el 63,6% manifiesta propósito de hacerlo, lo
que supone un descenso aproximado del 22% en el porcentaje de encuestados
cuya decisión es positiva, en comparación con la cifra que desea donar los órganos
propios, que como se ha indicado es del 86%.
B. RANDO234
Entre las razones que aducen los encuestados como justificación para no
haber firmado el carnet se encuentran, por orden de prioridad, el hecho de no
habérselo planteado o pensado tranquilamente, falta de información sobre donación
y trasplante, desconocimiento sobre el procedimiento para conseguirlo, falta de
tiempo, miedo y superstición. Estas razones son en su mayoría coincidentes con los
argumentos citados en otros estudios (Blanca, Frutos y Rosel, 1993; Blanca, Frutos
y Rando, 1996; Martín, Martínez y López, 1995), observándose cómo la mayor parte
de los encuestados no ha iniciado una toma de decisión respecto a hacerse el
carnet o pospone su decisión. En cuanto al resto de justificaciones, salvo el miedo,
los otros argumentos más señalados se encuadran dentro del proceso de toma de
decisión o en el intento de realizar la conducta. De ellos, la información es necesaria
para tomar una decisión, mientras que conocer el procedimiento para hacerse el
carnet y tener tiempo son recursos indispensables para llevar a cabo la conducta.
Sin embargo, las razones expuestas a los encuestados no son excluyentes y
pueden estar relacionadas unas con otras. La posibilidad de señalar múltiples
razones por las que no se ha firmado un carnet puede significar que algunas de las
personas que indican la falta de información, de tiempo o el miedo sean también
algunas de las que necesitan reflexionar tranquilamente para tomar una decisión.
Con respecto al diálogo sobre el tema en el ambiente familiar, los datos
concuerdan con los obtenidos en otras investigaciones (Blanca, Frutos y Rosel,
1993; Frutos et al., 1992; Rando, Blanca y Frutos, 1994; Rosel et al., 1996). Algo
menos de la mitad ha transmitido su deseo personal respecto a la donación (42,4%)
y conoce la opinión de sus familiares (43,6%). En el estudio de Rosel et al. (1996),
los datos son algo superiores, pero muy similares (48,5% y 49,2%,
respectivamente). Para interpretar estas cifras es necesario recordar el proceso de
petición de órganos. En la actualidad, en caso de donación, siempre se solicita
permiso a los familiares y, aunque la legislación vigente no lo establece así, su
decisión es la que determina la posibilidad de extracción. Generalmente, esta
decisión no se ha tomado previamente sino que tiene lugar en el contexto
hospitalario, donde las personas implicadas deben comprender el concepto de
muerte cerebral y aceptar la muerte del familiar. En este contexto están presentes
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 235
diversas variables situacionales (v.g. el trato proporcionado por los médicos al
paciente y familiares, las facilidades otorgadas para visitar y permanecer con el
paciente, el dolor por el fallecimiento del familiar, las presiones de tiempo para tomar
la decisión, etc.), que han mostrado en algunos estudios su relación con la
respuesta familiar a la petición de órganos (Bonnet et al., 1997; Franz et al., 1996;
Frutos et al., 1994; Rosel, et al., 1999). Por su parte, las investigaciones sobre
decisores o personas que han tenido que dar una respuesta a la petición de los
órganos de un fallecido indican que cuando se desconoce el deseo del difunto
disminuyen las donaciones y, cuando se conoce, los familiares suelen actuar acorde
con él, tanto para dar una respuesta negativa como para dar una respuesta
afirmativa (Blanca, Frutos y Rosel, 1993; Durand-Zalenski et al., 1996; Morton y
Leonard, 1979). Por tanto, el porcentaje de encuestados que han transmitido su
opinión personal, aunque no es desestimable, se puede considerar bajo, ya que las
condiciones bajo las que la familia debe adoptar la decisión no son favorables y
probablemente dificultan una toma de decisión reflexionada sobre toda la
información disponible (Ronis, Yates y Kirscht, 1989). Esto puede indicar la
necesidad de emprender acciones dentro de un programa de concienciación social
encaminadas a la promoción del diálogo familiar.
La razón principal que aducen los encuestados para no haber transmitido la
opinión a los familiares es que no ha surgido el tema de conversación. Igualmente,
aunque es menos frecuente, algunos encuestados (18%) mantienen que en la
familia se evita la discusión sobre aspectos relacionados con la muerte, razón que
ha sido también citada en estudios previos (Gallup Organization, 1993).
Por otra parte, desde la perspectiva prosocial, otra cuestión importante en el
ámbito de la donación de órganos es su consideración como una acción solidaria.
En este sentido, casi la totalidad de los encuestados está de acuerdo con esta idea,
a la vez que opina que se debe donar porque existe la posibilidad de necesitar un
órgano para trasplante en un futuro. Estos datos también son acordes con los
encontrados por otros autores en la población española, donde un mayor porcentaje
de encuestados señala la solidaridad como razón más importante para donar, a la
que le sigue la reciprocidad (Martín, Martínez y López, 1995). El acuerdo
B. RANDO236
generalizado con estos pensamientos puede indicar que se asumen como normas
sociales en la Comunidad de Andalucía, por lo que pueden ser algunos de los
factores que motiven la acción social positiva en el caso de las personas que
desean ajustarse a ellas (Salovey, Mayer y Rosenhan, 1991). A pesar de que la
reciprocidad se suele interpretar como una motivación egoísta cuyo objeto es
obtener un beneficio de la conducta prosocial, este resultado, lejos de ser negativo,
es útil para desarrollar un programa de intervención donde se destaquen los
beneficios que se pueden obtener de la donación, ya que hay que considerar que la
mayoría de las barreras detectadas reflejan costes procedentes de la donación.
Las cuestiones relativas a las creencias religiosas y a la muerte han sido
aludidas en reiteradas ocasiones en este contexto. A este respecto, los encuestados
se definen mayoritariamente como católicos (91,3%), y aproximadamente la mitad
como católico practicante (51,4%), mientras que en la muestra española la
distribución de los católicos en practicantes y no practicantes es homogénea (42,2%
y 42,6%, respectivamente). Además, una gran mayoría reconoce que sus creencias
religiosas no le influyen sobre su decisión respecto a la donación, aunque en el caso
de que ocurra, es más frecuente un efecto positivo. Por otro lado, el malestar al
pensar en la propia muerte y la preocupación por desconocer lo que ocurre tras ella
quedan patentes en la mitad de la muestra aproximadamente, aunque son pocos los
que se sienten muy preocupados con estos pensamientos. Por el contrario, una idea
compartida por la práctica totalidad es la creencia relativa a que la donación permite
extraer algo positivo de la muerte, variable citada en otros estudios (Rando, Blanca y
Frutos, 1995). Asimismo, una gran mayoría está en desacuerdo con que quede el
cuerpo intacto tras la muerte, pero es favorable a la práctica de la autopsia sobre el
propio cuerpo (85%), y algo más de la mitad acepta la incineración (58,3%). Estos
últimos datos se acercan bastante a los existentes a nivel nacional (Rosel et
al.,1996), puesto que un 81,4% está de acuerdo con el examen anatómico y un
66,4% lo está con la exhumación del propio cuerpo.
En relación con los aspectos anteriores, y de forma directa con el proceso de
donación-extracción-trasplante, se comprueba que una mayoría se siente
preocupado ante la posibilidad de una extracción prematura de los órganos en caso
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 237
de donación y las posibles irregularidades en la distribución de éstos, cifra que se
invierte por completo en relación con la preocupación por la modificación estética del
cuerpo tras la extracción. Estos resultados no son una novedad en la literatura, ya
que se ha encontrado que algunos sectores dudan de que los órganos extraídos se
destinen al trasplante (Basu, Hazariwala y Chipman, 1989). De igual forma, algunos
creen que se producen errores médicos en el diagnóstico de muerte cerebral (Rosel
et al., 1996), que existen presiones del equipo de trasplante que pueden apresurar
el diagnóstico de muerte (Wakeford y Stepney, 1989) o que se produce adelanto en
el certificado de muerte en caso de donación (Falvo, Woehlke y Tippy, 1987; Frutos
et al., 1992). A pesar de las cifras anteriores, sólo alrededor del 10% de los
entrevistados afirma que la confianza depositada en los profesionales sanitarios es
escasa o inexistente. En la medida en que las preocupaciones indicadas reflejan
desinformación o información inadecuada sobre características y exigencias legales
en el ámbito de la donación y trasplante, deben ser objeto de reflexión para futuras
campañas de concienciación social.
Otros indicios de desinformación proceden de la percepción que poseen los
entrevistados del grado de conocimientos sobre el tema, con una mayoría que
estima que posee un nivel moderado o bajo, a la vez que pocos reconocen haber
recibido información sobre donación y trasplante recientemente, y una práctica
totalidad considera aconsejable ofrecer más información a los ciudadanos.
En relación con los órganos y tejidos susceptibles de ser donados, los más
conocidos en la Comunidad de Andalucía, al igual que en otros estudios (Blanca,
Frutos y Rando, 1994; Manninen y Evans, 1985), son el riñón y el corazón. También
se conocen los trasplantes de hígado, pulmón y médula ósea, aunque en menor
proporción los de páncreas, piel y huesos. Como se ha comentado en puntos
anteriores, estos datos son razonables, ya que tradicionalmente se ha puesto mayor
énfasis en los trasplantes de órganos que en los de tejidos. Además, las noticias
impactantes sobre la donación de órganos normalmente están relacionadas con el
riñón, por ser el órgano más demandado, y el de corazón, por ser uno de los más
delicados en situaciones de urgencia.
B. RANDO238
De forma consistente con las investigaciones previas (Blanca, Frutos y
Rando, 1994), más de la mitad de encuestados desconoce las consecuencias que
tiene el trasplante a nivel económico para el receptor, ya que un 60% no sabe con
certeza si este tipo de intervención es gratuita, o bien piensa que no lo es. También
se observa desinformación en relación con la opinión de las respectivas Iglesias
sobre la donación y trasplante de órganos. Sólo el 9,5% en la muestra de andaluces
conoce la actitud de su Iglesia, porcentaje que es superior a nivel nacional (24,6%).
Sin embargo, los resultados difieren respecto al conocimiento de las consecuencias
del trasplante sobre la salud del enfermo, ya que la práctica totalidad de los
encuestados reconoce la utilidad del mismo como solución para la enfermedad de
las personas necesitadas y reconoce que se evitan sufrimientos a éstas. El
reconocimiento de la utilidad de los trasplantes para la calidad de vida de quienes lo
reciben ya ha sido detectado por otros autores (Basu, Hazariwala y Chipman, 1989;
Beasley et al., 1997; Blanca, Frutos y Rando, 1994; Falvo, Woehlke y Tippy, 1987;
Martín, Martínez y López, 1995; Matten et al., 1991; Wight, 1997). Este
reconocimiento puede dar lugar también a la aceptación casi unánime del
trasplante, en caso de necesidad, como ocurre en otros estudios realizados con
anterioridad (Gallup Organization, 1993; Östergren y Gäbel, 1993; Parisi y Katz,
1986). Si se pretenden aumentar o mantener las decisiones positivas respecto a la
donación es necesario asegurar que los ciudadanos posean una adecuada
información sobre estas cuestiones ya que, de lo contrario, pueden desarrollar
creencias erróneas que se perciban como costes, tales como pensar que la persona
está viva cuando le extraen los órganos, pensar que hay preferencias en la
distribución de los órganos, pensar que el enfermo debe financiar el trasplante, creer
que la propia Iglesia se opone a la donación y desconocer lo que piensan los
referentes. Si se encuentran más costes que beneficios, disminuirá la probabilidad
de la acción prosocial (Dovidio et al., 1991).
Por último, las noticias de tipo sensacionalista se encuentran hoy en día muy
extendidas por los medios de comunicación. En relación con la donación de órganos
algunas son el secuestro de niños para extraerles los órganos, la muerte de
personas por no recibir un órgano a tiempo, comercio de órganos, petición dinero
para acceder a un trasplante y la discriminación de personas para recibir uno,
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 239
ordenadas de forma decreciente en función del porcentaje de encuestados que las
han oído. De estas noticias, las relativas a secuestro, comercio y discriminación
pueden transmitir una idea errónea del proceso de obtención de órganos en
España, ya que es uno de los países que destaca por su transparencia. De la misma
manera, la petición de dinero en programas televisivos puede generar la creencia
errónea de que España no cuenta con la recursos apropiados, tanto técnicos como
humanos, para afrontar ciertos trasplantes, lo cual también dista de la realidad. No
obstante, esta noticia puede sensibilizar al ciudadano de forma indirecta, ya que
está dirigida al componente emocional. Finalmente, la noticia relativa al fallecimiento
de una persona por no disponer de un órgano compatible puede reflejar la realidad
y, al ser emocionalmente impactante, es probable que provoque una emoción de
empatía y simpatía hacia las personas implicadas, o un sentimiento de malestar
ante su aflicción, lo que consecuentemente puede generar decisiones y respuestas
positivas a la donación.
En todo caso, cualquier acción dirigida a proporcionar la información
necesaria para generar actitudes favorables, intenciones de actuación positivas y la
consecuente conducta de donar, debe contemplar cuáles son los medios más
informativos para la muestra encuestada. En general, de acuerdo con otras
investigaciones (Martín, Martínez y López, 1995; Gallup Organization, 1993; Harris
et al., 1990), los encuestados suelen indicar la televisión como el medio por el cual
reciben más información, seguido de la radio, prensa, folletos publicitarios,
conversaciones con amigos y familiares. Una minoría reconoce como fuentes
informativas adicionales las conferencias, conversaciones con médicos y el hecho
de conocer a alguna persona que ha recibido un trasplante o en lista de espera. Por
tanto, la televisión, prensa y radio parecen los medios de actuación más adecuados,
aunque no se debe obviar el uso de folletos informativos.
Sobre las variables que se relacionan con las intenciones de donar losórganos propios, de hacerse el carnet y de donar los órganos de un familiarfallecido
Para cubrir este objetivo se han realizado análisis univariantes y regresión
logística múltiple para cada una de las intenciones de actuación. Los análisis
B. RANDO240
univariantes muestran que la mayoría de las variables sobre las que se posee
evidencia previa y que han mostrado en otras investigaciones una relación con las
intenciones de donar los órganos propios, de hacerse el carnet y de donar los
órganos de un familiar, también lo hacen en este estudio. Asimismo, se observa que
las variables asociadas a cada una de las intenciones son similares, en
concordancia con las investigaciones realizadas, aunque no todas ellas han sido
examinadas en tales estudios. En definitiva, los resultados globales a nivel
univariante se ajustan a la evidencia previa.
En general, las variables se agrupan en sociodemográficas, creencias
religiosas, relacionadas con la muerte y la manipulación sobre el cuerpo tras el
fallecimiento, variables relativas al diálogo familiar, experiencia con otras conductas
prosociales y diversas cuestiones relacionadas con la información sobre donación y
trasplante.
En el conjunto de variables sociodemográficas se observa una relación
inversa entre la edad y las intenciones respecto a los órganos propios y el carnet,
mientras que esta relación es directa con el nivel de estudios, también para el
propósito de donar los órganos de un familiar. De igual modo, en los tres casos, hay
una mayor proporción de decisiones positivas cuando el lugar de residencia es la
capital. El sexo sólo se encuentra asociado con la intención respecto a los órganos
de un familiar, a favor de las mujeres. Otras variables que se asocian con las tres
intenciones son las creencias religiosas y la creencia en torno a la resurrección, con
un mayor porcentaje de personas determinadas a actuar entre los que no creen en
la resurrección. En el mismo caso se encuentra la donación de sangre, cuya relación
con estas decisiones es positiva, al igual que en literatura sobre el tema (Blanca,
Frutos y Rosel, 1993; Frutos et al., 1992).
Por lo que se refiere a las creencias relativas a la muerte y la manipulación
sobre el cuerpo tras el fallecimiento, todas las analizadas se han relacionado con las
intenciones objeto de estudio, como ocurre en los estudios previos (Blanca, Frutos y
Rosel, 1993; Frutos et al., 1992; Pearson y Zurynski, 1995; Sanner, 1994). Son,
específicamente, el grado de incomodidad al pensar sobre la propia muerte, grado
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 241
de preocupación por desconocer lo que ocurre tras la muerte, actitud hacia
mantener el cuerpo intacto tras la muerte, actitud hacia la práctica de la autopsia e
incineración sobre el propio cuerpo. En general, las personas más reticentes en
relación con estas cuestiones lo son también respecto a las intenciones de donar los
órganos propios, de firmar el carnet y de donar los órganos de un familiar fallecido.
Por otro lado, en el grupo de variables relativas a la familia, se observa la
asociación de las respectivas intenciones con el hecho de haber transmitido el
deseo personal a los familiares y conocer la opinión de éstos. Cuando se ha
mantenido un diálogo en estos términos, hay un mayor número de personas
decididas a donar los órganos propios y de un familiar, así como a firmar el carnet
(Rando, Blanca y Frutos, 1994, 1995).
Entre las cuestiones de conocimiento sobre donación y trasplante de órganos,
actúan como barrera para las tres intenciones las preocupaciones por la posibilidad
de una extracción prematura de los órganos en caso de donación, por creer en la
posibilidad de una modificación estética del fallecido al extraer los órganos y por la
posibles irregularidades en su distribución, como se ha obtenido en otros estudios
(Frutos et al., 1992; Martín, Martínez y López, 1990; 1995; Nolan y Spanos, 1989;
Parisi y Katz, 1986; Rando, Blanca y Frutos, 1995; Rosel et al., 1996; Sanner, 1994).
También es una barrera para la donación la falta de confianza en los profesionales
sanitarios.
Otra variable de conocimiento es el grado de información percibido por el
encuestado, el cual también ha demostrado estar asociado a las tres decisiones.
Las restantes variables de información se asocian diferencialmente a las respectivas
intenciones, así por ejemplo, para el propósito de donar los órganos propios son
relevantes la información sobre los órganos y tejidos susceptibles de ser donados y
el conocimiento sobre la gratuidad de los trasplantes, mientras que comparte con la
intención de hacerse el carnet el hecho de haber recibido información a través de la
prensa, folletos informativos y por conversaciones con profesionales sanitarios. Sin
embargo, las conversaciones con familiares y amigos son medios informativos
comunes a las tres intenciones y, a la vez, los únicos por los que se observan
B. RANDO242
diferencias en el propósito de donar los órganos de un familiar. Este último resultado
parece indicar que la decisión respecto a los órganos de un familiar está sujeta a
medios de información diferentes, más relacionados con el contexto en la que ésta
tiene lugar.
Finalmente, las noticias de impacto emocional sobre el tema, como haber
oído sobre comercio de órganos con fines de trasplante, la petición de dinero para
acceder a uno y que una persona ha fallecido por no recibir un órgano a tiempo, se
relacionan diferencialmente con las intenciones. En general, se esperaba que las
noticias que generan creencias erróneas sobre el proceso de obtención de órganos
y trasplante en España, mantuvieran una relación inversa con el propósito de donar
los órganos propios, de hacerse el carnet y de donar los órganos de un familiar,
como anteriormente se ha apuntado. Sin embargo, el resultado es el opuesto al
esperado, lo cual puede deberse, tal y como se ha señalado, al impacto que ejercen
a nivel emocional, sensibilizando a los ciudadanos y provocando empatía y simpatía
hacia las personas implicadas. En cualquier caso, si las noticias emocionalmente
impactantes llegan fácilmente a los ciudadanos es lícito pensar que otras noticias
dirigidas también al componente afectivo e igualmente impactantes, pero que
proporcionen una información correcta (v.g. número de personas en lista de espera,
calidad de vida de los enfermos, etc.), sean efectivas para generar decisiones
positivas. En este sentido, se ha podido comprobar empíricamente en este y otros
estudios que hay un mayor porcentaje de entrevistados con el propósito de donar
los órganos propios, de hacerse el carnet y de donar los órganos de un familiar entre
los que conocen a personas con un órgano trasplantado o que lo esperan, a pesar
de no ser un medio que en general proporcione información (Coleman-Musser,
1997; Martín, Martínez y López, 1995). Por tanto, entre las acciones de intervención
que se diseñen, se deben incluir mensajes dirigidos al componente afectivo, que
además pueden ser proporcionados por enfermos en lista de espera.
En cuanto al análisis multivariante, se realiza un examen más detallado de los
resultados. En todos los modelos el porcentaje de casos clasificados correctamente
entre quienes adoptan una decisión positiva es muy alto, aunque no ocurre lo mismo
entre quienes adoptan una decisión negativa, para los cuales el porcentaje es
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 243
menor, especialmente en el modelo de la intención de donar los órganos de un
familiar fallecido. Este resultado puede deberse a que no se han introducido en el
análisis variables tales como los valores personales, variables de personalidad,
alguna medida de la norma subjetiva (creencias sobre la opinión de los referentes
acerca de la conducta) y la motivación para ajustarse a ella, etc. Como se ha
señalado en un apartado anterior, se ha comprobado empíricamente la existencia
de una gran variedad de factores de este tipo que afectan a la conducta prosocial
(v.g. Batson y Oleson, 1991; Dovidio et al., 1991; Eisenberg, 1986), por lo que tales
variables deben ser tomadas en consideración para que la eficacia predictiva de los
modelos sea mayor. A su vez, en la elaboración del modelo de la intención de donar
órganos de un familiar, no ha sido posible incluir las razones por las que no se ha
transmitido el deseo personal a los familiares, las cuales proporcionan una medida
indirecta de algunas actitudes existentes en este grupo de referencia. Asimismo, la
inevitable ausencia de las variables contextuales bajo las que se suelen llevar a
cabo estas decisiones (aflicción por el fallecimiento del familiar, presiones de tiempo
para adoptar una decisión, experiencia hospitalaria en el trato recibido por el
personal sanitario, etc.), cuyo efecto es probablemente negativo, puede contribuir a
explicar tales resultados. Estas variables han mostrado ser relevantes en la
discriminación entre donantes y no donantes (Rosel, et al., 1999), sin embargo sólo
pueden ser recogidas en situaciones reales de donación, puesto que sólo entonces
pueden ser evaluadas por los decisores. Las variables que forman parte de cada
uno de los modelos se presentan en la figura 57.
ÓRGANOS PROPIOS ÓRGANOS DE UN FAMILIAR
Preocupación Sexo estética Lugar de Conocer opinión residencia
Percepción salud familiares Conocer peticiónCreencia sobre Preferir cuerpo de dinero resurrección intacto
Actitud hacia autopsia
Donación sangre Creencias
Percepción religiosas Preocupacióninformación extracción prematura
B. RANDO244
Razones para no tener carnet
Confiar en Tener información médicos por folletos
CARNET DE DONANTE
Figura 57. Diagrama de resultados de los análisis multivariantes. Las zonas de intersecciónmuestran las variables comunes a las intenciones de actuación.
Algunas de las variables que entran a formar parte en los respectivos
modelos multivariantes son comunes a éstos, pero otras participan de forma
exclusiva en uno u otro, confirmando la idea de que hay factores que subyacen
diferencialmente a cada una de las decisiones. Las compartidas son, una de
carácter religioso, dos relacionadas con la manipulación sobre el cuerpo del
fallecido, y una de tipo prosocial.
A nivel de las creencias religiosas se comprueba que los católicos
practicantes y no practicantes difieren respecto a la intención de donar los órganos
propios, de hacerse el carnet y de donar los órganos de un familiar fallecido, siendo
más probable la decisión positiva entre los primeros. Estos resultados son
inesperados, ya que las investigaciones realizadas sobre la intenciones y la
conducta de firmar el carnet no muestran asociación entre éstas y la religión
(Blanca, Frutos y Rando, 1996; Blanca, Frutos y Rosel, 1993; Nolan y McGrath,
1990; Nolan y Spanos, 1989; Rosel et al., 1996). No obstante, es posible que en la
práctica religiosa se transmitan valores morales relacionados con la ayuda a los
demás, que puedan de alguna manera afectar positivamente. Asimismo, puede que
los católicos perciban con mayor frecuencia una influencia de su religión sobre la
decisión, como se ha visto en otros estudios (Blanca, Frutos y Rosel, 1993). En este
sentido, de los encuestados que afirman que su religión les afecta en algún sentido
sobre su decisión, un 72,6% es católico practicante, un 25,5% es católico no
practicante y 1,9% pertenece a otras religiones. Sin embargo, para encontrar una
explicación a estos resultados se necesitan futuras investigaciones que analicen la
importancia que la persona concede a la religión en su vida, variable que ha
mostrado su relación con este tipo de decisiones (Martín, Martínez y López, 1995). A
su vez, será útil comprobar cuál es el determinante de la religiosidad de las
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 245
personas decididas a donar (Amón, 1968; 1973), con objeto de comprobar si el
grado de religiosidad que se atribuyen se debe a la práctica que realizan
(determinante extrínseco) o a la vivencia interna de sus creencias (determinante
intrínseco). Por otro lado, se observa que la probabilidad de una decisión positiva
entre quienes pertenecen a otras religiones es significativamente menor para las
intenciones de donar los órganos propios y de un familiar fallecido. En este caso hay
que tener en cuenta que algunas religiones como los Testigos de Jehová se oponen
a la transfusión sanguínea y, aunque la donación de órganos es una cuestión sobre
la que se permite una decisión libre, es probable que algunas personas opten por
una decisión conservadora. Por tanto, en futuras investigaciones sería conveniente
diferenciar la religión de pertenencia y las creencias que subyacen a éstas. En todo
caso, la única actuación posible a nivel de las creencias religiosas es transmitir a los
ciudadanos el pronunciamiento de las respectivas Iglesias. De este modo se evita
que el desconocimiento de la actitud de la Iglesia sea un impedimento para la
donación.
Por otro lado, y de acuerdo con los resultados de los análisis univariantes, en
los modelos participan variables relacionadas con la manipulación sobre el cuerpo
tras el fallecimiento, relación que se ha encontrado de forma reiterada en otras
investigaciones, como ya se ha comentado. De este conjunto, las dos variables que
resultan más relevantes son la actitud hacia el cuerpo intacto tras la muerte y hacia
la práctica de la autopsia. Como cabía esperar, se observa que el propósito de
actuar es más frecuente entre aquellas personas que no están totalmente de
acuerdo con la idea de mantener el cuerpo intacto y entre quienes poseen una
actitud favorable hacia la autopsia. Este resultado es coherente si se tiene en cuenta
que la donación de órganos implica la extracción de los mismos mediante una
intervención quirúrgica, lo que supone una manipulación sobre el cuerpo sin vida.
Estas actitudes están relacionadas con el valor que se otorga a la integridad del
cuerpo y con el culto al mismo, por ello, tal como ha propuesto Belk (1990), puede
ser útil introducir en las campañas de concienciación social la noción del cuerpo
como un jardín, donde los órganos pueden ser cosechados e implantados, o como
una máquina, cuyas piezas pueden ser extraídas y repuestas.
B. RANDO246
La participación de la conducta de donar sangre, con una mayor probabilidad
de adoptar una decisión positiva entre los donantes, es muy significativa, porque es
una forma de donación en vida que comparte con la donación de órganos el
carácter prosocial. Como indica la literatura, la realización de acciones sociales
positivas aumenta la probabilidad de otras acciones similares en el futuro, ya que
pueden reforzar la imagen de persona altruista cuando la motivación para la
conducta anterior ha sido interna, pueden configurar valores morales, afectar a la
evaluación de utilidad de conductas prosociales futuras, así como aumentar la
sensibilidad a la necesidad de los otros y la capacidad de ponerse en el lugar de
ellos (Eisenberg, 1986). Además, los resultados son consistentes con los trabajos de
Horton y Horton (1991), quienes elaboran un modelo causal para explicar la
conducta de firmar un carnet de donante en el que la donación de sangre no sólo se
relaciona con la actitud hacia la donación y la intención de donar, sino que
contribuye de forma directa a predecir la conducta. Por tanto, puede ser útil la
propuesta de Piliavin (1990) relativa a usar de forma indirecta, para la donación de
órganos, las acciones que se lleven a cabo para aumentar las donaciones de
sangre. En este sentido, es adecuada la distribución de folletos informativos y
carnets de donantes en los centros de donación de sangre.
En cuanto a las variables que no son comunes a los tres modelos, una visión
general permite observar que la intención de donar los órganos propios se relaciona
con la percepción de salud de los encuestados y del grado de información que
poseen, la creencia sobre la resurrección, la preocupación por la modificación
estética del fallecido tras la extracción de los órganos y el conocimiento de la opinión
de los familiares. Estas dos últimas las comparte con la intención de donar los
órganos de un familiar, aunque dicha decisión también aparece relacionada con el
sexo y lugar de residencia de los encuestados, así como con el hecho de haber oído
algunas noticias impactantes sobre el tema. Una última cuestión que contribuye a la
decisión sobre los órganos de un familiar es la preocupación por la extracción
prematura de los órganos, que también participa en la decisión de firmar el carnet de
donante. No obstante, este otro propósito se asocia a su vez con cuestiones de
información y otros recursos necesarios para llevar a cabo la conducta.
Seguidamente se hace un análisis más detallado de cada una de las decisiones.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 247
Por lo que se refiere a la intención de donar los órganos propios, la decisión
positiva es menos probable en las personas que perciben su salud como mala. La
contribución en el modelo de la percepción del propio estado de salud puede
implicar una influencia indirecta de la edad de los encuestados sobre la decisión
personal, ya que los problemas de salud suelen estar asociados a edades
avanzadas.
Otra variable asociada al deseo de donar los órganos propios es la creencia
sobre la resurrección, mostrando un mayor número de encuestados determinados a
donar entre quienes no creen, frente a quienes sí creen o muestran incertidumbre,
como se ha indicado más arriba. Este resultado se ha observado en otras
investigaciones (Matten et al., 1991; Sanner, 1994) y puede ser consistente con el
hallado respecto a la manipulación del cuerpo, ya que quienes crean en una
resurrección física tras la muerte pueden renunciar a la donación por interpretarla
como un atentado contra la integridad del cuerpo (Parisi y Katz, 1986). En relación
con esta cuestión, la preocupación por la modificación estética del cuerpo al extraer
los órganos también constituye una barrera para el propósito de donar los órganos
propios, como ya se ha mencionado (Frutos et al., 1994; Rosel et al., 1996). Esta
variable indica la existencia de una creencia errónea sobre el proceso de extracción
de órganos, ya que la intervención quirúrgica se realiza cuidando el aspecto externo
del fallecido. Por tanto, este temor infundado se debe eliminar con una información
adecuada.
En cuanto a la percepción del grado de información, los resultados indican
que el propósito de donar los órganos propios es menos probable en el grupo que
afirma que no posee información alguna sobre el tema. Esta variable es muy
importante, a pesar de ser una medida subjetiva del grado de información, ya que el
conocimiento que se tiene contribuye a la formación de las actitudes, a través de las
creencias, y por tanto, también a la toma de decisiones. Si la información disponible
es insuficiente o inadecuada, se pueden formar creencias erróneas que conduzcan
a una evaluación desfavorable de la donación de órganos. Asimismo, la falta de
elementos de juicio puede llevar a posponer la decisión o a mantener una posición
B. RANDO248
conservadora, lo que se traduce en ambos casos en un impedimento para la
donación (Eagly y Chaiken, 1993; Oskamp, 1991; Ronis, Yates y Kirscht, 1989).
Por último, el hecho de desconocer la opinión de los familiares suele estar
asociado con una decisión negativa, como han evidenciado otras investigaciones
(Rando, Blanca y Frutos, 1994). Se comprueba que la intención de donar los
órganos propios es más frecuente en el grupo de personas que conoce la opinión
favorable de sus familiares, respecto a quienes la desconocen, sin que estos últimos
difieran del grupo que sabe que sus familiares se oponen a la donación y del que
encuentra actitudes contrapuestas. En la Teoría de la Acción Razonada y la Teoría
de la Acción planificada, uno de los elementos que predisponen a adoptar una
decisión es la norma subjetiva (Ajzen y Fishbein, 1980; Ajzen, 1991). Estas teorías
se han aplicado con éxito a la donación de sangre y a la donación de órganos en
vida. Tomando esto en consideración, la opinión de los familiares cercanos podría
ejercer una influencia normativa sobre la decisión que se adopte, si la persona
desea ajustarse a la preferencia de los referentes. De aquí se deduce la importancia
de promover el diálogo familiar en estos términos.
Con respecto a la intención de hacerse el carnet, se observa un mayor peso
de variables relacionadas con el conocimiento, como la percepción del grado de
información (en la que coincide con el propósito de donar los órganos propios), la
preocupación por una extracción prematura de los órganos, la obtención de
información a través de folletos, y la justificación de no haber firmado el carnet por
desconocer el procedimiento o por falta de información. De estos aspectos, las
razones indicadas anteriormente para no tener el carnet, junto con la falta de
tiempo, que es otra de las variables que forma parte del modelo, son recursos
necesarios para llevar a cabo la conducta, esto es, la firma del carnet. Se observa
que entre las personas que eligen estos argumentos como justificación de su
inactividad es más frecuente el propósito de firmar el carnet, frente a quienes
consideran que estas razones no explican su comportamiento conservador, tal y
como se cita en otros estudios (Blanca, Frutos y Rando, 1996; Basu, Hazariwala y
Chipman, 1989; Horton y Horton, 1990, 1991). El papel de los recursos disponibles
en el proceso de toma de decisión y en el intento de realizar la conducta se ha
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 249
expuesto en otro apartado, donde diversos trabajos demuestran que la persona
percibe un mayor o menor control sobre la conducta en función de los obstáculos
que anticipa para llevarla a cabo, lo cual depende de los recursos de los que
dispone (Ajzen, 1988, 1991; Borgida, Conner y Manteufel, 1992; Eagly y Chaiken,
1993; Ronis, Yates y Kirscht, 1989). Esta autoeficacia percibida, que se contempla
en la Teoría de la Conducta Planificada (Ajzen, 1988, 1991) y en el Modelo
Compuesto de la Relación Actitud-Conducta (Eagly y Chaiken, 1993), es un
predictor directo de la intención de actuar, y lo es de la conducta si los recursos
disponibles no cambian y no surgen elementos nuevos y poco familiares en la
situación. Como sugiere Eisenberg (1986) en su modelo sobre conducta prosocial,
la persona debe disponer de las competencias que le habilitan para emitir la
conducta y, si transcurre cierto tiempo entre la decisión adoptada y la oportunidad
de ejecución, los posibles cambios en las características situacionales y personales
(v.g. aumento de los costes) pueden reducir la probabilidad de la conducta. Por
tanto, uno de los objetivos que debe contemplar cualquier campaña es transmitir
toda la información necesaria para proporcionar suficientes elementos de juicio en
los que basar la decisión que se adopte, insistiendo en dar a conocer los
procedimientos para hacerse donante. Además, se debe facilitar el acceso al carnet,
evitando la burocracia (v.g. distribución en buzones, en los centros de salud, centros
de donación de sangre y sus unidades móviles, en las organizaciones no
gubernamentales, etc.), con objeto de aumentar la percepción de control y de
reducir el tiempo que transcurre desde que se adopta la decisión positiva hasta que
se realiza la conducta. En este sentido, se pueden emplear mensajes persuasivos
en los que se proponga un plan por pasos hasta la la ejecución de la conducta.
Por otro lado, el temor a una posible extracción prematura de los órganos y el
miedo a tener el carnet, que también participa en el modelo, pueden explicar el
conocido retraimiento de los ciudadanos a tenerlo, ya que en la literatura
demuestran ser un impedimento para el propósito de firmar un documento de este
tipo (Blanca, Frutos y Rando, 1996; Parisi y Katz, 1986), y en este caso se
corrobora. De hecho, la decisión de hacerse el carnet es menos frecuente en el
grupo de personas que manifiestan que el miedo justifica el hecho de no tenerlo, a
diferencia de quienes no eligen este argumento. Asimismo, puesto que en el
B. RANDO250
proceso de obtención y trasplante de órganos hay factores que quedan fuera del
control de las personas, como el diagnóstico de muerte, la extracción y la
distribución de los órganos, parece coherente que la confianza en la labor de los
profesionales sanitarios contribuya al modelo, siendo menos probable la intención
de hacerse el carnet cuando las personas no poseen confianza alguna en el
personal sanitario. En la revisión de los trabajos sobre donación y trasplante se hace
alusión a la relación de esta variable con la actitud hacia la donación y su posible
relación con las decisiones (Basu, Hazariwala y Chipman, 1989; Durand-Zalenski et
al., 1996; Harris et al., 1990; Peters et al., 1996). Estos temores no tendrían cabida
con una adecuada información que generara una mayor confianza entre las
personas que dudan de la transparencia del proceso.
Resulta interesante comprobar el paralelismo existente entre algunas de las
variables que forman parte del presente modelo y las barreras más importantes
detectadas por Horton y Horton (1990) para la firma del carnet. Estos autores
encuentran que un alto porcentaje de ciudadanos cree que su religión no apoya la
donación de órganos, que es necesario el cese de la actividad pulmonar para la
extracción de los órganos y que sólo es válido el carnet proporcionado por el
Departamento de Salud y Servicios Humanos. Estas creencias erróneas indican una
clara falta de información y las dos últimas muestran, por un lado, el
desconocimiento o incomprensión del concepto de muerte cerebral (como en el
caso de las personas que creen que se realiza extracción prematura) y, por otro, el
desconocimiento de los procedimientos para hacerse donante, lo que aumenta la
percepción de complejidad para llevar a cabo esta conducta.
Las diferencias entre este modelo y el de la intención de donar los órganos
propios pueden explicar por qué no todas las personas que deciden donar sus
órganos deciden hacerse el carnet y, en gran medida, el porqué de la cifra tan baja
con carnet en la actualidad.
En cuanto a la intención de donar los órganos de un familiar fallecido bajo el
supuesto de desconocer cuál era la opinión del difunto en vida hacia la donación, no
se esperaba que existieran diferencias significativas en función del sexo, puesto que
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 251
generalmente no se han encontrado, ni siquiera en situaciones reales de donación
(Blanca, Frutos y Rosel, 1993; Frutos et al., 1994; Rosel et al., 1995). No obstante,
el resultado es congruente con el obtenido por Östergren y Gäbel (1993), quienes
encuentran una cifra más elevada de mujeres decididas a donar los órganos de un
familiar fallecido. Por lo que se refiere al lugar de residencia, ya se han citado
estudios en los que se observa un mayor número de personas residentes en la
capital que están determinadas realizar este tipo de donación (Blanca, Frutos y
Rosel, 1993), al igual que ocurre en este caso. Quizá, como sugieren Rosel et al.
(1996), tiene relación con la distribución del nivel de estudios y la edad entre las
personas encuestadas en la capital y en la provincia. Otra posibilidad es que las
personas residentes en medios urbanos estén más familiarizados con el tema de la
donación de órganos. Este último argumento se sustenta en la centralización de la
Coordinación de Trasplantes en la capital, con un radio de influencia
fundamentalmente urbano.
Otras variables que contribuyen a la varianza explicada por el modelo son la
preocupación por una extracción prematura de los órganos del familiar y por la
modificación estética de su cuerpo tras la extracción, relación que se ha encontrado
en los estudios anteriores tanto para la intención como para la conducta de donar
los órganos de un familiar fallecido (Durand-Zalenski et al., 1996; Martín, Martínez y
López, 1991, 1995; Rosel, et al., 1999). Las personas que se sienten muy
preocupadas ante estas posibilidades son las que con menor frecuencia adoptan
una decisión positiva.
También en este caso, el conocimiento de la opinión o decisión de los
familiares ha mostrado ser clave para la donación de los órganos de un familiar, con
resultados similares a los obtenidos para la intención de donar los órganos propios.
Este apoyo empírico procede tanto de encuestas sobre la intención de donar
órganos de un familiar (Rando, Blanca y Frutos, 1994) como de estudios realizados
sobre decisores (Frutos et al., 1994; Frutos y Blanca, 1995a; Morton y Leonard,
1979). Los resultados obtenidos en este estudio revelan que es más probable el
propósito de donar cuando se conoce la actitud favorable de los familiares cercanos
en relación con quienes la desconocen, sin que estos últimos difieran del grupo que
B. RANDO252
reconoce una opinión contraria. Sin embargo, la decisión positiva es menos
frecuente cuando existen opiniones contrapuestas en la familia, en comparación con
el grupo que desconoce la actitud de quienes le rodean. Como se ha mencionado
con anterioridad, el diálogo familiar sobre las actitudes y deseos respecto a la
donación debe ser más frecuente, especialmente porque las personas que tienen
que decidir sobre la donación de órganos de un familiar fallecido necesitan criterios
para elegir la alternativa que creen mejor. Probablemente, el desconocimiento del
deseo del difunto actúa como una barrera para la donación por la falta de un
argumento de peso que justifique la acción positiva. En este sentido, el trabajo de
Harris et al. (1990) muestra que algunos criterios utilizados por las personas
sometidas a dilemas morales hipotéticos son la actitud del fallecido hacia los
médicos y que fuera una persona humanitaria en vida. Asimismo, teniendo en
cuenta estos hechos y que la extracción de los órganos depende del consentimiento
familiar, la comunicación de la decisión personal tiene tanto o más valor que la firma
del carnet, por lo que deben llevarse a cabo actuaciones que estimulen este tipo de
comportamiento.
Una última variable que participa en el modelo de regresión logística para la
intención de donar órganos de un familiar es conocer la petición de dinero para la
realización de trasplantes, observándose que la decisión positiva es más probable si
se han oído noticias de este tipo, del mismo modo que en los análisis univariantes.
Esta variable es la única del modelo que está relacionada con algún tipo de
información sobre donación y trasplante. Sin embargo, ofrece poca información,
pues sólo transmite la existencia de enfermos que necesitan un órgano o tejido.
Además, como se ha señalado, puede generar la creencia errónea de que este tipo
de intervención debe ser costeada por el enfermo y que es de difícil acceso en
España, aunque es probable que despierte en los ciudadanos una emoción de
empatía o simpatía hacia estas personas, a lo que se ha aludido antes. La ausencia
en el modelo de otras variables relacionadas con el conocimiento sobre donación y
trasplantes sugiere que esta decisión puede ser más emocional que las anteriores.
Como resumen general, el análisis de regresión logística múltiple pretende
encontrar el modelo más parsimonioso y que mejor se ajuste a los datos, a partir de
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 253
las variables incluidas. Si las variables que conforman cada modelo son las que
proporcionan este mejor ajuste en conjunto, una adecuada actuación debe ser el
diseño de unas líneas generales de actuación centradas especialmente en las que
sean modificables. No tiene sentido la puesta en marcha de programas
independientes para cada una de las intenciones, no sólo porque existen factores
comunes a las tres sino por el conocido efecto positivo de la toma de decisión
personal sobre la respuesta de los familiares. Además, probablemente existe una
relación sinérgica entre estas intenciones, de forma que cualquier cambio en una
repercuta positivamente en las otras. Si las personas que viven una experiencia de
petición de donación toman una decisión sin las preocupaciones y temores antes
mencionados y conociendo el deseo de su familiar, bien a través del carnet de
donante o por las conversaciones sobre el tema, se habrá reducido el número de
inconvenientes para lograr una respuesta afirmativa, ya que la pérdida de un familiar
siempre es dramática.
Sobre la propuesta de líneas generales de actuación que conformen unprograma de intervención social
Una vez que se ha examinado el proceso de toma de decisión sobre la
realización de una conducta, el vínculo de la intención de actuar con la propia
conducta, la donación de órganos como acción prosocial, y las variables asociadas
a las intenciones de actuación estudiadas, se pueden desarrollar diversas acciones
con un fundamento teórico y empírico que atienda a todos estos aspectos. El
objetivo final debe ser que en el momento de la petición de órganos de un familiar
fallecido se posean criterios suficientes para dar una respuesta afirmativa a la
donación, lo cual es más probable cuando se conocen los beneficios de esta acción
(y además se pueden obtener beneficios propios), cuando el decisor no posee
temores fundamentados en una inadecuada información o que se originan por la
falta de ésta, y conoce la actitud o decisión del familiar en vida. Por tanto, se debe
ofrecer una adecuada información y promover la toma de decisión personal, así
como su transmisión a los familiares.
Se realiza una propuesta genérica, ya que los análisis realizados en el
presente trabajo no permiten conocer si la relación entre las variables y las
B. RANDO254
intenciones de actuar es directa o indirecta. A su vez, la donación de órganos se
debe abordar desde la diversidad, puesto que toda sociedad comparte
características comunes pero es heterogénea en otras y los factores que motivan la
conducta prosocial son variados.
Se realiza una breve revisión del proceso de toma de decisión, para que se
puedan ubicar en él las distintas acciones propuestas más adelante. El esquema
básico sigue la secuencia actitud-intención-conducta. Se parte de que la mayoría de
las personas carece de una experiencia directa con el tema de la donación de
órganos, por lo que se considera que las creencias desarrolladas acerca de las
consecuencias de la conducta tienen su base en la información sensorial y cognitiva
fundamentalmente, obtenida a través de los medios informativos. Estas creencias
reflejan la existencia de una actitud favorable o desfavorable hacia la donación, la
cual interviene en el proceso de toma de decisión, aunque existen muy diversos
factores que pueden participar en la decisión de llevar a cabo una acción social
positiva. Estas variables son tanto de naturaleza cognitiva (v.g. evaluación de las
consecuencias de la conducta en términos de costes y beneficios, percepción de
control sobre la conducta, autoevaluaciones y anticipación de recompensas externas
y/o internas, la autorregulación cognitiva, las atribuciones sobre la causa de la
necesidad, el juicio moral), como de carácter afectivo (v.g. empatía/simpatía,
sentimientos de orgullo, estados de ánimo tales como la alegría, tristeza y culpa), y
posiblemente algunas relacionadas con el concepto de sí mismo (v.g. grado de
autoestima, la percepción de generosidad como parte de la propia identidad). La
percepción de control es una variable relevante para la conducta de hacerse
donante (firmar el carnet, la licencia de conducir o entrar en el censo de donantes),
aunque no parece serlo para la conducta de donar los órganos de un familiar, ya
que en las situaciones reales de donación este tipo de respuesta es inmediata a la
decisión que se toma. La percepción de control que se posee sobre la conducta es
función de los recursos y oportunidades disponibles para llevarla a cabo (v.g.
competencias personales, información, tiempo, conocimiento sobre el procedimiento
para realizar la conducta, etc.), de forma que se relaciona directamente con la
intención de actuar, y con la conducta si no se producen cambios en la situación o
en la persona. Es posible que una persona que posea una actitud favorable hacia la
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 255
firma del carnet decida no hacérselo si estima que no posee los recursos necesarios
para ello. El resultado del proceso será una decisión reflexionada en la medida en
que la donación sea una cuestión relevante para quien decide y siempre que haya
tenido tiempo suficiente para tomarla.
Los análisis descriptivos muestran que una gran mayoría de los andaluces
encuestados ha tomado una decisión positiva respecto a la donación de sus
órganos. Por tanto, la intervención debe dirigirse a que la decisión se concrete en la
firma del carnet y/o la transmisión del deseo a los familiares, para aumentar el
número de personas que donarían los órganos de su familiar, sin obviar la
posibilidad de que los indecisos adopten una decisión y que las personas con
actitudes e intenciones contrarias las modifiquen. Además, sabiendo que
generalmente la información la reciben por televisión, prensa y radio, estos deben
ser los principales medios a través de los cuales se desarrolle la intervención. En la
tabla 185 se realiza una presentación esquemática de los objetivos y contenidos que
podría abarcar un programa de intervención general.
En primer lugar, para que se lleve a cabo una acción social positiva, es
necesario ser consciente de la necesidad del otro, lo cual viene determinado en gran
medida por la claridad y saliencia de las señales de la situación. Se pueden utilizar
como señales salientes noticias relacionadas con las listas de espera para
trasplante, calidad de vida de los enfermos que esperan un órgano, el fallecimiento
de personas por no recibir un órgano a tiempo, el llamamiento a la donación por un
enfermo, etc. Estas noticias proporcionan una información cercana a la realidad, con
la ventaja de provocar un impacto emocional en beneficio de la donación.
B. RANDO256
Contenidos Objetivos
• Información sobre: -Lista de espera y calidad de vida de laspersonas enfermas antes del trasplante. -Tipos de enfermedades que requierentrasplante y etiología. Órganos susceptibles deser donados. -Personas que pueden ser donantes. -Calidad de vida del receptor tras el trasplante. -Criterios para la extracción de órganos,aspecto estético del cuerpo tras la extracción ycriterios de selección del receptor. Gratuidaddel trasplante para el receptor. -Actitud de las principales Iglesias -Procedimientos para hacerse donante(inscripción en censo, hacerse el carnet, y/ocomunicar a la familia la decisión). Facilitar elacceso al carnet.
• Metáfora del cuerpo como una máquina o un jardín. • Llamamiento a la donación a través de personas en
lista de espera para trasplante. • Mensajes persuasivos dirigidos a:
- La propia identidad como persona generosa - La jerarquía de valores - Reciprocidad - La conversación con los familiares
• Exposición a modelos con diferentes características
(edad, creencias religiosas, categoría social yprofesional, etc.) firmando el carnet y transmitiendoel deseo a los familiares, según un plan específicode actuación.
• Personalización de profesionales sanitarios.
➯ Generar empatía o simpatía. Atender ala necesidad de los otros.
➯ Atribuir la necesidad de ayuda a laverdadera causa.
➯ Reconocer la capacidad de ayudar.
➯ Anticipar beneficios de la donación.
➯ Eliminar creencias erróneas. Dar aconocer el papel de la familia y del carnetde donante en el consentimiento.Generar confianza en los profesionalessanitarios.
➯ Eliminar barrer para la donación.
➯ Aumentar la percepción de controlsobre la conducta.
➯ Modificar preferencia por el cuerpoíntegro.
➯ Generar empatía o simpatía. Atender ala necesidad de los otros.
➯ Motivación para mantener identidad.➯ Motivación para mantener la jerarquía.➯ Anticipación de beneficio propio.➯ Reflexión, transmisión de la propiaactitud o decisión y conocimiento de ladecisión o actitud de los familiares.
➯ Aprendizaje por observación.Percepción de control sobre la conducta.Simpatía hacia el modelo.
➯ Aumentar la familiaridad y generarconfianza.
Tabla 185. Objetivos y contenidos propuestos como líneas generales de actuación.
Por otro lado, en un apartado previo se ha indicado la importancia que tiene la
atribución de la causa de la necesidad para la motivación de la conducta prosocial
(Eisenberg, 1986). Cuando la persona cree que la causa de la necesidad del otro se
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 257
debe a factores fuera del control del necesitado, es más probable que realice la
conducta prosocial, pero si cree que la causa se encuentra en factores controlables
por éste, disminuirá la probabilidad de ayuda. En relación con esta atribución,
algunas personas creen que la necesidad de un órgano se debe en ocasiones a un
estilo de vida inadecuado (v.g. excesos con el alcohol), mostrando una actitud
negativa hacia la donación para estas personas. Estos tópicos deben eliminarse
transmitiendo la diversidad de enfermedades que pueden ser afrontadas gracias a la
donación y la etiología de éstas.
No obstante, un tercer requisito es que la persona reconozca su capacidad de
ayudar. En este sentido, se ha comprobado cómo la decisión de donar los órganos
propios es menos probable entre las personas que consideran su estado de salud
malo. Por esta razón, es importante dejar claro que en principio cualquier persona
sin enfermedad transmisible puede ser donante y que en todo caso, llegado el
momento, la aceptación como donante dependerá de diversos criterios clínicos.
Con objeto de eliminar las creencias erróneas en torno al proceso de
donación-extracción-trasplante (tales como la creencia en una posible extracción
prematura de los órganos, modificación estética del cuerpo tras la extracción,
existencia de irregularidades en la distribución de los órganos donados y creer que
el enfermo debe responsabilizarse del coste de la intervención), se debe facilitar la
información relativa al sistema organizativo español, tanto a nivel intrahospitalario,
como a nivel provincial y a nivel nacional, poniendo especial énfasis en la
coordinación hospitalaria y todos los pasos que se siguen para la obtención y
distribución de los órganos (v.g. concepto de muerte cerebral, bases medico-legales
de la extracción, criterios para la selección del receptor). Eliminar estas creencias y
las preocupaciones derivadas de ellas se traduce en una reducción de los costes
anticipados por la conducta de donar, lo que puede aumentar la probabilidad de la
donación (Dovidio et al., 1991). A su vez, la personalización del personal sanitario
implicado en el proceso los aproximará a los ciudadanos, lo que probablemente
genere una mayor confianza en la población hacia estos profesionales y además,
repercuta positivamente sobre la actuación del mismo personal sanitario.
B. RANDO258
Sin embargo, puesto que aceptar la donación significa aceptar una
intervención quirúrgica sobre el cuerpo fallecido, se puede recurrir a la propuesta de
Belk (1990) como una estrategia para reducir la importancia a la integridad del
cuerpo, ya que otro tipo de actuación no parece viable cuando se trata de modificar
actitudes relacionadas con cuestiones tan delicadas como la muerte y el culto al
cuerpo, especialmente si se encuentran muy arraigadas en las costumbres. La
visión del cuerpo como un conjunto de piezas de una máquina que pueden dejar de
funcionar, ser extraídas y sustituidas es una de las alternativas, aunque otra opción
es la metáfora del cuerpo como un jardín donde se puede recoger la cosecha y
hacer implantes. Es posible que este tipo de actuación ejerza algún tipo de efecto
positivo, al menos en las nuevas generaciones.
En relación con las creencias religiosas, ya se ha referido anteriormente que
la única actuación posible consiste es dar a conocer las actitudes de las diversas
Iglesias a los ciudadanos, para que el desconocimiento no actúe como un
impedimento, ya que la mayoría de religiones son favorables a la donación o no se
oponen a ella (Strick, 1990).
Como se ha indicado, es fundamental dar a conocer a la población los
procedimientos para hacerse donante. Aunque se ha puesto especial énfasis en la
firma del carnet, se debe estimular la comunicación del deseo personal a los
familiares, otorgándole la importancia que merece como otro procedimiento por el
que es posible convertirse en donante, puesto que a muchas personas les resultará
más fácil esta acción que la anterior. La propuesta de un plan específico de
actuación ayudará a proporcionar una mayor percepción de control sobre la
conducta, aunque en todo caso se debe mejorar el acceso al carnet de donante. Por
ejemplo, se puede distribuir normalmente en todos los hospitales, ambulatorios y
unidades móviles de donación de sangre, informándose a la población (v.g. “hacerse
donante es sencillo. Sólo tienes que pedir un carnet autorrellenable en cualquier
hospital, ambulatorio o unidad móvil de donación de sangre. Rellénalo y enséñalo a
tu familia”). De esta forma se puede reducir el tiempo que transcurre entre la
decisión y el intento de llevar a cabo la conducta, lo cual es beneficioso, ya que a lo
largo del tiempo se pueden producir cambios en la situación o en la persona y, por
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 259
tanto, cambios en la decisión (Ajzen, 1988, 1991). Asimismo, una función más del
personal de las unidades móviles de donación de sangre puede ser la información
sobre la donación de órganos, pero no sólo de forma pasiva, como se hace con
folletos y carteles, sino también de forma activa. Además, si la televisión es un
medio de información frecuente, los aparatos de televisión de los ambulatorios
pueden proyectar vídeos informativos y emocionalmente impactantes que
contemplen los aspectos comentados, los cuales pueden usarse igualmente en las
sesiones de donación de sangre.
De igual forma, se sabe que el aprendizaje por observación es uno de los
mecanismos de aprendizaje de conductas, tanto prosociales como no prosociales
(González, 1992), por lo que la exposición a modelos firmando un carnet o
transmitiendo su decisión a los familiares reforzará la percepción de control, y la
simpatía hacia el modelo puede favorecer la aceptación del mensaje (Montmollin,
1985).
Si bien la percepción de control es fundamental para la firma del carnet, el
diálogo familiar lo es tanto para las respectivas decisiones como para las conductas
(Blanca, Frutos y Rosel, 1993; Evers, Farewell y Halloran, 1988; Rando, Blanca y
Frutos, 1995). Estas conversaciones deben ser estimuladas, ya que constituyen un
medio para la reflexión, así como para la expresión de las respectivas actitudes y/o
decisiones adoptadas.
Por su parte, los mensajes persuasivos serán útiles para mostrar los
beneficios que se pueden obtener al hacerse donante, invitando a los ciudadanos a
actuar. Los mensajes persuasivos que motivan la donación para mantener la
identidad como persona generosa, estarán dirigidos a las personas que tengan una
imagen altruista de sí mismas (v.g. “eres una persona generosa. Ayuda a quien lo
necesita. Hazte donante”). En relación con los valores, partiendo de que el deseo de
manterlos puede motivar la conducta, nos limitaremos a anticipar un sentimiento de
orgullo con la donación para aquellas personas que mantengan en uno de los
primeros lugares del ranking de valores instrumentales la ayuda a los otros (v.g. “te
sentirás orgulloso de dar vida”). La limitación a tal tipo de acciones se debe a la
B. RANDO260
evidencia de que los valores no pueden ser manipulados arbitrariamente (Rokeach y
Grube, 1979), y que el cambio en la jerarquía de valores a partir de métodos como
la auto-confrontación es tan solo unidireccional, es decir, que la dirección del cambio
está determinada exclusivamente por las propias autoconcepciones, cuando las
creencias o actuaciones de la persona son inconsistentes con éstas. Otra
motivación para actuar puede ser el deseo de mantener el buen humor o de
modificar un estado emocional negativo. Por último, la reciprocidad implica la
obtención de un beneficio propio con la donación, por lo que se debe seguir
promocionando, puesto que se ha comprobado que los mensajes persuasivos
basados en una ganancia personal son más efectivos (Barnett et al., 1987, cit.
Hessing, 1990).
V. CONCLUSIÓN
A nivel descriptivo, la Comunidad de Andalucía muestra un patrón de
creencias, actitudes e intenciones respecto a la donación de órganos similar al
encontrado en otras investigaciones de carácter nacional (Rosel et al., 1996), para
las cuestiones que han sido comparables. Casi la totalidad de los encuestados
mantiene una actitud favorable a la donación de órganos, considera que es una
acción solidaria y manifiesta intención de aceptar un órgano en caso de necesidad,
a la vez que una gran mayoría piensa que la reciprocidad es una motivación para
donar. Igualmente, un grupo mayoritario manifiesta intención de donar los órganos
propios, lo cual contrasta con el reducido sector que posee el carnet de donante y
con la cifra de personas que tiene intención de hacérselo, que es claramente inferior
a la anterior. Respecto a la intención de donar los órganos de un familiar fallecido,
también el número de personas que lo harían es inferior al comparar con los
órganos propios, aunque hay una mayoría con este propósito. Sin embargo, a pesar
de la trascendencia que tiene para ello el hecho de conocer el deseo de los
familiares y que el deseo propio haya sido comunicado, sólo alrededor de la mitad
sabe cuál es la actitud hacia la donación de quienes le rodean y ha transmitido su
decisión personal.
Por otro lado, el malestar por pensar en la propia muerte y otras
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 261
preocupaciones en torno al fallecimiento no parecen caracterizar a la mayoría de los
andaluces encuestados. Tampoco se observa una preocupación generalizada por la
manipulación del cuerpo tras la muerte y la posible modificación estética del cuerpo
tras la extracción de los órganos, aunque son frecuentes los temores ante la
posibilidad de una extracción prematura en caso de donación y a la existencia de
irregularidades en la distribución de los mismos. Estas preocupaciones, junto con el
desconocimiento de la gratuidad de los trasplantes y de la opinión de las Iglesias
sobre el tema, indican la falta de información sobre el proceso de donación-
extracción-trasplante, mientras que la desconfianza en la labor de los profesionales
sanitarios no parece una explicación alternativa. De forma consistente con la
desinformación observada, la mayoría considera que tiene un nivel moderado o bajo
de información sobre el tema, la cual ha sido recibida principalmente a través de la
televisión, prensa y radio. A la vez, se demanda más información. Los aspectos
sobre los que se posee conocimiento se refieren a los órganos y tejidos que se
pueden donar, la utilidad del trasplante como solución para la enfermedad de
quienes lo necesitan y haber oído noticias sensacionalistas sobre el tema.
Por otro lado, en general, las variables que se relacionan a nivel uniariante y
multivariante con las intenciones de donar los órganos propios, de un familiar y de
firmar un carnet de donante son similares, pero algunas se asocian
diferencialmente, lo que puede explicar las divergencias en las cifras encontradas
respecto a las personas que manifiestan cada intención de actuar, sugiriendo que
éstas pueden surgir de procesos de decisión distintos. Las variables comunes a
ellas son las creencias religiosas de los entrevistados, actitud hacia el
mantenimiento del cuerpo intacto tras la muerte, actitud hacia la autopsia, y la
experiencia previa con la donación de sangre. A este respecto, se ha encontrado
que la probabilidad de adoptar una decisión positiva es mayor entre los católicos
practicantes (frente a los no practicantes) y los donantes de sangre, pero es menor
en el grupo de personas que no desean la manipulación sobre el cuerpo del
fallecido.
Entre las variables que no son comunes a las tres intenciones, se detectan
diversas barreras para la decisión positiva. Las relacionadas con el propósito de
B. RANDO262
donar los órganos propios son la percepción de un estado de salud delicado, el
temor a la posible modificación estética del cuerpo al extraer los órganos, la falta de
un diálogo familiar con intercambio de opiniones y donde se exprese el deseo
personal, así como pensar que no se tiene información sobre el tema. En el caso de
la intención de hacerse el carnet, esta percepción del nivel de información también
actúa como barrera, al igual que la falta de confianza en los profesionales sanitarios,
el temor a una extracción prematura de los órganos en caso de donación y el miedo
a tener el carnet. Asimismo, entre las personas que aducen razones para no tener el
carnet basadas en la falta de información y de tiempo es más probable la decisión
positiva, mientras que en el grupo que indica el miedo como justificación esta
probabilidad es menor. Por último, los impedimentos para la intención de donar los
órganos de un familiar fallecido son el temor a una posible extracción prematura de
los órganos, junto con el temor a la modificación estética del cuerpo y la falta de
diálogo familiar.
En resumen, entre las variables asociadas a cada una de las intenciones se
encuentran características sociodemográficas, creencias religiosas, actitudes
relacionadas con la muerte y la manipulación sobre el cuerpo tras el fallecimiento,
variables relativas al diálogo familiar, experiencia con otras conductas prosociales y
diversas cuestiones relacionadas con la información sobre el proceso de donación-
extracción-trasplante. Los programas de intervención social deberían estar dirigidos
a aquéllas que sean modificables, actuando tanto a nivel cognitivo como emocional.
En este sentido, se debería proporcionar una información que elimine las creencias
irracionales sobre la donación y trasplante, utilizar mensajes persuasivos que hagan
referencia a los beneficios de la donación, así como promover la realización de la
conducta, es decir, la firma del carnet o la transmisión del deseo personal a los
familiares, para lo cual se debe aumentar la percepción de control sobre las mismas.
Finalmente, los resultados derivados de este trabajo sugieren que en futuras
investigaciones se preste más atención a las variables que han participado en estos
modelos, así como a otras que no han sido analizadas en el presente estudio y que
pueden contribuir a un mayor ajuste de los mismos, tales como los valores
personales, alguna medida de la norma subjetiva (creencias sobre la opinión de los
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 263
referentes acerca de la conducta) y la motivación para ajustarse a ella, variables de
personalidad, etc., ya que éstas han mostrado ser útiles en los modelos teóricos que
explican el proceso de toma de decisión y su relación con la conducta. Un objetivo
final debe ser la elaboración de un modelo causal en el que quede patente la
relación de las distintas variables con la actitud, la intención de actuar y la conducta.
Con este conocimiento se podrían diseñar programas de intervención a nivel social
más específicos que las líneas generales propuestas en el presente trabajo, a fin de
que la decisión que la mayoría de los encuestados ya ha adoptado se concrete en la
firma del carnet y/o la transmisión del deseo a los familiares, así como para
proporcionar elementos de juicio a los indecisos para adoptar una decisión y que las
personas con actitudes e intenciones contrarias puedan modificarlas.
REFERENCIAS
Abbud-Filho, M., Miyazaki, M.C.O.S., Ramalho, H.J., Domingos, N., García, R. yPucci, F. (1997). Survey of concepts and attitudes among health careprofessionals (HCP) toward organ donation (OD). Manuscrito presentado enThe Fourth International Society for Organ Sharing Congress and TransplantCongresses. Washington, DC.
Adams, E.F., Just, G., Young, S.D., Temmler, L. (1993). Organ donation:comparison of nurses’ participation in two states. American Journal of CriticalCare, 2 (4), 310-316.
Afifi, A.A. y Clark, V. (1996). Computer-aided multivariate analysis (3ª ed.). London:Chapman & Hall.
Ajzen, I. (1988). Attitudes, personality and behavior. Great Britain: OpenUniversity Press.
Ajzen, I. (1989). Attitude structure and behavior. En Pratkanis, A.R., Breckler,S.J. y Greenwald, A.G. (eds). Attitude structure and function (pp. 241-274).New Jersey: LEA.
Ajzen, I. (1991). The Theory of Planned Behavior. Organizational Behavior andHuman Decision Processes, 50, 179-211.
Ajzen, I. y Fishbein, M. (1980). Understanding attitudes and predicting socialbehavior. New York: Prentice-Hall
B. RANDO264
Ajzen, I., Timko, C. y White, J.B. (1982). Self-monitoring and the attitude-behaviorrelation. Journal of Personality and Social Psychology, 42, 426-435.
Alonso, M. (1997). Trascendencia de las negativas familiares en los programas detrasplantes. Manuscrito presentado en el Seminario para optimizar la donaciónde órganos y tejidos: reducción de las negativas familiares. Benalmádena(Málaga).
Alonso, M., Miranda, B., Ruano, J., Navarro, A., Coronil, A. y Burgos, R. (1996).Desarrollo del programa “Donor Action” en España. Nefrología, XVI (2), 21-30.
Álvarez, J. y Barrio, M.R. del (1997). Donantes a corazón parado. Experiencia delHospital Clínico San Carlos. Madrid: Editorial Complutense.
Amillo, S. (1995). Indicaciones y resultados de los trasplantes de hueso. EnMatesanz, R. y Miranda, B. (eds.).Coordinación y trasplantes. El modeloespañol. (pp. 245-250). Madrid: Grupo Aula Médica.
Amón, J. (1968). Multidimensionalidad de la religiosidad utilitaria a través de laafinidad entre las cuestiones intrínsecas y las extrínsecas. Revista dePsicología General y Aplicada, 95, 983-988.
Amón, J. (1973). Nuevo análisis sobre dimensionalidad de la religiosidad utilitaria.Revista de Psicología General y Aplicada, 28, 321-332.
Ato, M. y López, J.J. (1996). Análisis estadístico para datos categóricos. Madrid:Síntesis.
Ballester, M., Moya, C., Obrador, D. y Caralps-Riera, J.M. (1991). Trasplante decorazón. En Fernández-Cruz (coord.). Avanzando en inmunología.Aumentando las posibilidades del trasplante (pp.72-75). Barcelona: SalvatPublicaciones Científicas.
Barnett, M.A., Klassen, M., McMinimy, V. y Schwarz, L. (1987). The role of self- andother-oriented motivation in the organ donation decision. Advances inConsumer Research, 14, 335-337.
Basu, P.K., Hazariwala, K.M. y Chipman, M.L. (1989). Public attitudes towarddonation of body parts, particularly the eye. Canadian Journal ofOphthalmology, 24 (5), 216-220.
Batson, C.D. y Oleson, K.C. (1991). Current status of the empathy-altruismhypothesis. En Clark, M.S. (ed.). Prosocial behavior. California: SAGE.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 265
Baylis, F. (1998). Presumed consent? Let´s not be presumptuous! Canadian MedicalAssociation Journal, 159 (2), 135.
Beasley, C., Wight, C., Cohen, B., Miranda, B., Fernández, M. y Franz, H. (1997).Comparison of hospital staff attitudes and comfort with donation-related tasks infour countries. Manuscrito presentado en The Fourth International Society forOrgan Sharing Congress and Transplant Congresses. Washington, DC.
Belk, R.W. (1990). Me and thee versus mine and thine: how perceptions of the bodyinfluence organ donation and transplantation. En Shanteau, J. y Harris, R.J.(eds.). Organ donation and transplantation: psychological and behavioralfactors (pp. 139-149). Washington: American Psychological Association.
Bentler, P.M. y Speckart, G. (1979). Models of attitude-behavior relations.Psychological Review, 86, 452-464.
Blanca, M.J., Frutos, M.A. y Rando, B. (1994). Evaluación del grado de informaciónsobre donación de órganos y su relación con la actitud hacia la donación. EnArce, C. y Seoane, G. (eds.). III Simposium de Metodología de las CienciasSociales y del Comportamiento (Actas) (pp. 475-481). Santiago deCompostela: Universidad de Santiago de Compostela.
Blanca, M.J., Frutos, M.A. y Rando, B. (1996). Carné de donante de órganos: papelactual. Revista de Psicología Social, 11 (1), 19-32.
Blanca, M.J., Frutos, M.A., Rando, B. y Elósegui, E. (1994). Improving attitudes toorgan donation. A short education program. Manuscrito presentado en el 23rdInternational Congress of Applied Psychology. Madrid.
Blanca, M.J., Frutos, M.A. y Rosel, J. (1993). Actitudes de la población de Málagahacia la donación y trasplante de órganos. Málaga: Universidad de Málaga yCoordinación de Trasplantes de Málaga.
Blanca, M.J., Rando, B. y Frutos, M.A. (1994). Estudio del significado subjetivo demuerte cerebral y otros términos relacionados con la donación de órganos. EnArce, C. y Seoane, G. (eds.). Simposium de Metodología de las CienciasSociales y del Comportamiento (Actas) (pp. 287-297). Santiago deCompostela: Universidad de Santiago de Compostela.
Bonnet, F., Denis, V., Fulgencio, J.P., Beydon, L., Darmon, P.L. y Cohen, S. (1997).Entretiens avec les families de donneurs d’organes: analyse des motivationsd’acceptation ou de refus du don. Annales Francaises d Anesthesie et deReanimation, 16 (5), 492-497.
B. RANDO266
Borgida, E., Conner, C. y Manteufel, L. (1992). Understanding living kidney donation:a behavioral decision-making perspective. En Spacapan, S. y Oskamp, S.(eds). Helping and being helped. Naturalistic studies (pp. 183-211). California:SAGE.
Burroughs, T.E., Hong, B.A., Kappel, D.F. y Freedman, B.K.(1998). The stability offamily decisions to consent or refuse organ donation: would you do it again.American Psychosomatic Medicine, 60 (2), 156-162.
Cacioppo, J.T., Petty, R.E. y Geen, T.R. (1989). Attitude structure and function: fromthe tripartite to the homeostasis model of attitudes. En Pratkanis, A.R.,Breckler, S.J. y Greenwald, A.G. (eds.). Attitude structure and function (pp.275-309). New Jork: Erlbaum.
Cattell, R.B. (1993). Cuestionario de Personalidad 16PF (11ª ed.). Madrid: TEAEdiciones, S.A. (Edición original en inglés 1956)
Castaño, C. (1982). Relación entre algunas variables de personalidad con laestimación del logro vocacional. Manuscrito presentado en el VII CongresoNacional de Psicología. Santiago de Compostela.
Chabalenski, R.N. y the Nursing Curriculum Advisory Council (1997). A successstory: promoting the incorporation of donation and transplantation relatedcontent in nursing school curricula. Manuscrito presentado en The FourthInternational Society for Organ Sharing Congress and Transplant Congresses.Washington, DC.
Charng, H.W., Piliavin, J.A. y Callero, P.C. (1988). Role identity and reasoned actionin the prediction of repeated behavior. Social Psychology Quarterly, 51, 303-317.
Cleveland, (1975). Personality characteristics, body image and social attitudes oforgan transplant donors versus nondonors. Psychosomatic Medicine, 37, 313-319.
Cohen, B. (1991). La organización Eurotransplant. Nefrología, XI (1), 11-12.
Coleman-Musser, L. (1997). The physician’s perspective: a survey of attitudestoward organ donor management. Journal of Transplant Coordination, 7 (2), 55-58.
Coolican, M., Corr, C., Decker, R., Miller, J. y National Donor Family Council (1997).The importance of understanding brain death. Manuscrito presentado en TheFourth International Society for Organ Sharing Congress and Transplant
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 267
Congresses. Washington, DC.
Corral, V. (1997). Un análisis crítico del concepto “actitudes”. Parte I:postulados y métodos de estudio. Revista Mexicana de Análisis de laConducta, 23, 215-235.
Dahlenburg, G.W. y Herbertt, K.L. (1997). Towards improving organ donation inAustralia. Manuscrito presentado en The Fourth International Society for OrganSharing Congress and Transplant Congresses. Washington, DC.
Darley, J.M. y Batson, C.D. (1994). From Jerusalem to Jericho. En Lesko, W.A.(ed.). Readings in Social Psychology. General, Classic and ContemporarySelections (pp. 272-282). Massachusetts: Allyn & Bacon.
Domínguez, J.M., González, Z.A., Morales, L.A., Torres, A. y Santiago-Delpín, E.A.(1991). Knowledge and attitude about organ donation in a hispanic population.Transplantation Proceedings, 23 (2), 1804-1806.
Dossetor, J.B. y Stiller, C.R. (1990). Ethics, justice and commerce in transplantation.Transplantation Proceedings, 22 (3), 892-895.
Douglass, G.E. y Daly, M. (1995). Donor families’ experience of organ donation.Anaesth Intens Care, 23, 96-98.
Dovidio, J.F., Piliavin, J.A., Gaertner, S.L., Schroeder, D.A., y Clark III, R.D. (1991).The arousal: Cost-Reward Model and the process of intervention. En Clark,M.S. (ed.). Prosocial behavior (pp. 86-118). California: SAGE.
Durand-Zaleski, I., Waissman, R., Lang, P., Weil, B., Foury, M. y Bonnet, F. (1996).Nonprocurement of transplantable organs in a terniary care hospital: a focus onsociological causes. Transplantation, 62 (9), 1224-1229.
Eagly, A.H. y Chaiken, S. (1993). The psychology of attitudes. Florida: HBJ.
Eisenberg, N. (1986). Altruistic emotion, cognition and behavior. New Jersey: LEA.
Eisenberg, N. y Fabes, R.A. (1991). Prosocial behavior and empathy. A multimethoddevelopmental perspective. En Clark, M.S. (ed.). Prosocial behavior (pp. 34-61). California: SAGE.
Eisenberg, N., Lennon, R. y Pasternack, J.F. (1986). Altruistic values and moraljudment. En Eisenberg, N. (ed.). Altruistic emotion, cognition and behavior (pp.
B. RANDO268
115-159). New Jersey: LEA.
Espinel, E. (1990a). Identificación, selección y mantenimiento del donante deórganos. Consideraciones generales. En Morlans, M. y Piera, L. (eds.).Protocolos de obtención de órganos y trasplante renal (pp. 23-25). Barcelona:Ediciones Mayo.
Espinel, E. y Dávalos, A. (1990). Identificación del doanante potencial de órganos ytejidos. En Morlans, M. y Piera, L. (eds.). Protocolos de obtención de órganos ytrasplante renal (pp. 27-44). Barcelona: Ediciones Mayo.
Espinel, E. (1990b). Criterios de selección del donante de órganos y tejidos. EnMorlans, M. y Piera, L. (eds.). Protocolos de obtención de órganos y trasplanterenal (pp. 45-55). Barcelona: Ediciones Mayo.
Espinel, E. (1990c). Normas de actuación en la petición de órganos a la familia deldonante. En Morlans, M. y Piera, L. (eds.). Protocolos de obtención de órganosy trasplante renal (pp. 75-84). Barcelona: Ediciones Mayo.
Espinel, E., Latorre, F., Godet, C., Puig, G., Robles, A., Olona, M. y Román, A.(1990). Mantenimiento del donante de órganos y tejidos. En Morlans, M. yPiera, L. (eds.). Protocolos de obtención de órganos y trasplante renal (pp. 57-74). Barcelona: Ediciones Mayo.
Espinel, E., Molins, M., Cabarrocas, E. y Sabater, R. (1990). Bases médico-legalesde la extracción de órganos. En Morlans, M. y Piera, L. (eds.). Protocolos deobtención de órganos y trasplante renal (pp. 85-100). Barcelona: EdicionesMayo.
Evers, S., Farewell, V.T. y Halloran, P.F. (1988). Public awareness of organdonation. Canadian Medical Association Journal, 138, 237-239.
Falvo, D.R., Woehlke, P. y Tippy, P. (1987). Family practice residents’ attitudestoward organ donation. The journal of Family Practice, 25 (2), 163-166.
Felipe, C. (1995). Preservación del tejido: los bancos de tejidos. En Matesanz, R. yMiranda, B. (eds.).Coordinación y trasplantes. El modelo español (pp. 227-250). Madrid: Grupo Aula Médica.
Fernández, M., Zayas, E., González, Z.A., Morales, L.A. y Santiago-Delpín, E.A.(1991). Factors in a meager organ donation pattern of a hispanic population.Transplantation Proceedings, 23 (2), 1799-1801.
Fernández-Cruz, L., Astudillo, E., Sáenz, A., López-Boado, M.A., Llovera. J.M.,
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 269
Targarona, E.M., Sanfey, H., Esmatges, E., Ricart, M.J., Andreu, J. (1991).Trasplante de páncreas. En Fernández-Cruz, L. (coord.). Avanzando eninmunología. Aumentando las posibilidades del trasplante (pp. 67-71).Barcelona: Salvat Publicaciones Científicas.
Fernández-Cruz, L., Astudillo, E., Sáenz, A., Sabater, L., Gilabert, R., Ricart, M.J.,Esmatges, E., Parada, C. y González, S. (1995). Trasplante clínico depáncreas. En Matesanz, R. y Miranda, B. (eds.). Coordinación y trasplantes. Elmodelo español (pp. 217-223). Madrid: Grupo Aula Médica.
Fernández-Rañada, J.M. (1995). Indicaciones y resultados del trasplante de médulaósea. En Matesanz, R. y Miranda, B. (eds.).Coordinación y trasplantes. Elmodelo español (pp. 263-265). Madrid: Grupo Aula Médica.
Fink, A. y Kosecoff, J. (1985). How to conduct surveys. A step-by-step guide.California: SAGE.
Fishbein, M. y Ajzen, I. (1975). Belief, attitude, intention and behavior: anintroduction to theory and research. Massachusetts: Addison-Wesley.
Fowler (1988). Survey Research Methods. California: SAGE.
Franz, H.G., Poretsky, A., Wolfe, S., Beasley, C. y DeJong, W. (1996). Relationshipof family satisfaction in hospital with organ donation rate. Manuscritopresentado en el ASTP Annual Meeting.
Frey, J.H. y Oishi, S.M. (1995). How to conduct interviews by telephone and inperson. California: SAGE.
Frutos, M.A. (1997). Negativas familiares a la donación: importancia de lasactuaciones de los profesionales sanitarios. Manuscrito presentado en elSeminario para optimizar la donación de órganos y tejidos: reducción de lasnegativas familiares. Benalmádena (Málaga).
Frutos, M.A. (1997). Calidad y seguridad en los donantes de tejidos. RevistaEspañola de Trasplante, 6, 308-313.
Frutos, M.A. (1998). Trasplante renal: criterios para la distribución de órganos.Nefrología, 18, 362-366.
Frutos, M.A. y Blanca, M.J. (1995a). La conciencia social: importancia de la negativafamiliar en los programas de trasplante. Revista Española de Trasplante, 4 (5),338-344.
B. RANDO270
Frutos, M.A. y Blanca, M.J. (1995b). Actitud psicosocial ante la donación. EnMatesanz, R. y Miranda, B. (eds.).Coordinación y trasplantes. El modeloespañol (pp. 135-141). Madrid: Grupo Aula Médica.
Frutos, M.A., Blanca, M.J., Rando, B., Ruiz, P. y Rosel, J. (1994). Actitudes de lasfamilias de donantes y no-donantes de órganos. Revista Española deTrasplante, 3 (3), 163-169.
Frutos, M.A., Blanca, M.J., Rosel, J., Ruiz, P., Elósegui, E. (1992). Opiniones deprofesionales sanitarios de Málaga sobre donación y trasplante de órganos:actitudes en hospitales con y sin actividad trasplantadora. Revista Española deTrasplantes, 1 (3), 221-227.
Gallup Organization Inc. The american’s public attitudes towards organ donation andtransplantation. Boston, 1987.
Gallup Organization Inc. The american’s public attitudes towards organ donation andtransplantation. Boston, 1993.
Giorgi, B. y Seisdedos, N. (1985). Escala Psicosocial Española. Madrid: TEAEdiciones, S.A.
Gómez, J. (1990). Metodología de encuesta por muestreo. En Arnau, J., Anguera,M.T. y Gómez, J. (Eds.). Metodología de investigación en las ciencias delcomportamiento. Murcia: Universidad de Murcia.
González, M.A. (1984). Conducta altruista: un enfoque psicosocial. Memoria deLicenciatura. Universidad Complutense de Madrid.
González, M.A. (1988). Imagen social, determinantes sociodemográficos, personalesy no personales de la donación de órganos. Tesis doctoral no publicada,Universidad Complutense de Madrid.
González, M.D. (1992). Conducta prosocial: evaluación e intervención. Madrid:Ediciones Morata.
Goodmonson, C. y Glaudin, V. (1971). The relationship of commitment-free behaviorand commitment behavior: a study of attitude toward organ transplantation.Journal of Social Issues, 27 (4), 171-183.
Greenwald, A.G. (1989). Why attitudes are important: defining attitude andattitude theory 20 years later. En Pratkanis, A.R., Breckler, S.J. y Greenwald,
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 271
A.G. (eds). Attitude structure and function (pp, 1-10). New Jersey: LEA.
Griñó, J.M. (1995). Resultados del trasplante renal. En Matesanz, R. y Miranda, B.(eds.). Coordinación y trasplantes. El modelo español (pp. 193-199). Madrid:Grupo Aula Médica.
Grube, J.W., Mayton, D.M. y Ball-Rokeach, S.J. (1994). Inducing change invalues, attitudes and behaviors: belief system theory and the methodof value self-confrontation. Journal of Social Issues, 50 (4), 153-173.
Harris, R.J., Jasper, J.D., Shanteau, J. y Smith, S.A. (1990). Organ donation consentdecisions by the next of kin: an experimental simulation approach. EnShanteau, J. y Harris, R.J. (eds.). Organ donation and transplantation:psychological and behavioral factors (pp. 13- 24). Washington: AmericanPsychological Association.
Herreras, J.M., Calonge, M., García, M. y Pastor, J.C. (1995). Indicaciones yresultados del trasplante de córnea. En Matesanz, R. y Miranda, B. (eds.).Coordinación y trasplantes. El modelo español (pp. 235-237). Madrid: GrupoAula Médica.
Hessing, D.J. (1990). The social dilemma of organ donation: opting in or opting out.Is that the question? En Shanteau, J. y Harris, R.J. (eds.). Organ donation andtransplantation: psychological and behavioral factors (pp. 71-83). Washington:American Psychological Association.
Hessing, D.J. y Elffers, H. (1986). Attitude toward death, fear of being declared deadto soon and donation of organs after death. Omega, 17, 115-126.
Hors, J., Foissac, M.N., Vialle, E., Kormann, P. y Busson, M. (1991). Aspectosorganizativos del trasplante de órganos en France-transplant. Nefrología, XI(1), 2-10.
Horton, R.L. y Horton, P.J. (1989). A model of willingness to become a potentialorgan donor. Manuscrito no publicado.
Horton, R.L. y Horton, P.J. (1990). Knowledge regarding organ donation: identifyingand overcoming barriers to organ donation. Social Scientific Medicine, 31 (7),791-800.
Horton, R.L. y Horton, P.J. (1991). A model of willingness to become a potentialorgan donor. Social Scientific Medicine, 33 (9), 1037-1051.
Horton, R.L. y Horton, P.J. (1993). Improving the current system for supplying organs
B. RANDO272
for transplantation. Journal of Health Politics, Policy and Law, 18 (1), 175-188.
Hosmer, D.W. y Lemeshow, S. (1989). Applied logistic regression. New York: Wiley& Sons.
Jasper, J.D., Harris, R.J., Lee, B.C. y Miller, K.E. (1991). Organ donationterminology: are we communicating life or death? Health Psychology, 10 (1),34-41.
Jouan, M.C., Decaris, J., Bicocchi, C., Joseph, L., Claquin, J. y Villiers, S. (1996).Analysis of organ donation refusal. Transplantation Proceedings, 28 (1), 388-389.
Letang, E. y Sánchez-Lloret, J. (1991). Trasplante pulmonar. En Fernández-Cruz, L.(coord.). Avanzando en inmunología. Aumentando las posibilidades deltrasplante (pp. 76-81). Barcelona: Salvat Publicaciones Científicas.
López, A. (1995). La extracción de órganos. Logística intrahospitalaria. EnMatesanz, R. y Miranda, B. (eds.). Coordinación y trasplantes. El modeloespañol (pp. 87-91). Madrid: Grupo Aula Médica.
López de Novales, E. (1990). Lista de espera para trasplante renal de cadáver. EnGonzález-Molina, M. (ed.). Introducción al trasplante renal (pp. 49-58).Barcelona: Sandoz.
Mackersie, R.C., Bronsther, O.L. y Shackford, S.R. (1991). Organ procurement inpatients with fatal head injuries: the fate of the potential donor. Annals ofSurgery, 213 (2), 143-150.
Manninen, D.L. y Evans, R.W. (1985). Public attitudes and behavior regarding organdonation. The Journal of the American Medical Association, 253 (21), 3111-3115.
Manyalich, M., Cabrer, C., Valero, R., Sánchez-Ibáñez, J., Viedma, M.A., Miranda, B.(1997). Evaluation of 10 training courses of transplant coordination. From 1991-1996. Manuscrito presentado en The Fourth International Society for OrganSharing Congress and Transplant Congresses. Washington, DC.
Martín, A., Martínez, J.M. y Manrique, S. (1991). Donación de órganos paratrasplantes. Aspectos psicosociales. Nefrología, XI (1), 62-68.
Martín, A., Martínez, J.M. y López, S. (1995). La donación en España: un estudiosobre los aspectos psicosociales. En Matesanz, R. y Miranda, B. (eds.).Coordinación y trasplantes. El modelo español (pp. 143-160). Madrid: Grupo
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 273
Aula Médica.
Martínez, R. (1995). El método de encuestas por muestreo: conceptos básicos. EnAnguera et al. (eds.). Métodos de investigación en psicología. Madrid: Síntesis.
Margarit, C. y Martínez, V. (1991). Trasplante hepático infantil. En Fernández-Cruz,L. (coord.). Avanzando en inmunología. Aumentando las posibilidades deltrasplante (pp. 46-51). Barcelona: Salvat Publicaciones Científicas.
Matesanz, R. (1994). El trasplante renal en España. Act. Fundación Puigvert,13 (1),1-8.
Matesanz, R. (1995). Diferencias geográficas en el acceso a los tratamientossustitutivos: diálisis y trasplante. En Matesanz, R. y Miranda, B. (eds.).Coordinación y trasplantes. El modelo español (pp.331-345). Madrid: GrupoAula Médica.
Matesanz, R., Felipe, C., Miranda, B. y Naya, M.T. (1995). Introducción. LaOrganización Nacional de Trasplantes: el Modelo Español. En Matesanz, R. yMiranda, B. (eds.). Coordinación y trasplantes. El modelo español (pp. XV-XVI).Madrid: Grupo Aula Médica.
Matesanz, R. y Miranda, B. (1995). La Organización Nacional de Trasplantes.Actividad trasplantadora en España. En Matesanz, R. y Miranda, B. (eds.).Coordinación y trasplantes. El modelo español (pp. 1-16). Madrid: Grupo AulaMédica.
Matten, M.R., Sliepcevich, E.M., Sarvela, P.D., Lacey, E.P., Woehlke, P.L.,Richardson, C.E. y Wright, W.R. (1991). Nurses’ knowledge, attitudes andbeliefs regarding organ and tissue donation and transplantation. Public HealthReports, 106 (2), 155-166.
McGough, E.A. y Chopek, M.W. (1990). The physician’s role as asker in obtainingorgan donations. Transplantation Proceedings, 22 (1), 267-272.
McIntyre, P. (1990). Perceptions of mexican-americans y anglo-americans regardingorgan donation advertisement. En Shanteau, J. y Harris, R.J. (eds.). Organdonation and transplantation: psychological and behavioral factors. (pp. 97-108). Washington: American Psychological Association.
McNamara, P., Payne, D.A., Poretsky, A. y Steger, C. (1997). Reasons for non-consent to organ donation among ethnic groups. Manuscrito presentado enThe Fourth International Society for Organ Sharing Congress and TransplantCongresses. Washington, DC.
B. RANDO274
Meisler, S.H. y Trachtman, H. (1989). Parental attitudes toward organtransplantation. Pediatric Nephrology, 3, 86-88.
Mestres, C.A. y Pomar, J.L. (1995). Indicaciones y resultados de los trasplantes desegmentos vasculares homólogos criopreservados. En Matesanz, R. yMiranda, B. (eds.). Coordinación y trasplantes. El modelo español (pp. 251-255). Madrid: Grupo Aula Médica.
Miles, P. y Callender, C. (1997). Community education and empowerment key toincreased minority donation rates. Manuscrito presentado en The FourthInternational Society for Organ Sharing Congress and Transplant Congresses.Washington, DC.
Mohacsi, P.J., Herbertt, K.L. y Thompson, J.F. (1993). Donation and retrieval ofcadaveric organs in Australia. Accepting the challenge. The Medical Journal ofAustralia, 158, 121-124.
Montmollin, G. (1985). El cambio de actitud. En Moscovici, S. (coord.). PsicologíaSocial, I. Influencia y cambio de las actitudes. Individuos y grupos (pp. 117-173). Barcelona: Paidós.
Moos, R.H., Moos, B.S. y Trickett, E.J. (1989). Escalas de Clima Social (3ª ed.).Madrid: TEA Ediciones, S.A. (Edición original en inglés 1974).
Morell, F. (1995). Trasplante pulmonar. En Matesanz, R. y Miranda, B. (eds.).Coordinación y trasplantes. El modelo español (pp. 225-226). Madrid: GrupoAula Médica.
Morgan, V., Crombie, A., Nicholls, J. y Buckley, P. (1997). Reasons why relativesrefuse organ donation. Manuscrito presentado en The Fourth InternationalSociety for Organ Sharing Congress and Transplant Congresses. Washington,DC.
Morlans, M., Vila, J., Cantarell, C., Capdevila, L. y Piera, L. (1990). La calidad devida en el trasplante renal. En Morlans, M. y Piera, L. (eds.). Protocolos deobtención de órganos y trasplante renal (pp. 175-183). Barcelona: EdicionesMayo.
Morton, J.B. y Leonard, D.R.A. (1979). Cadaver nephrectomy: an operation on thedonor’s family. British Medical Journal, 1, 239-241.
Naya, M.T. y Matesanz, R. (1995). Trasplante de médula ósea. Conceptosgenerales organizativos. En Matesanz, R. y Miranda, B. (eds.). Coordinación y
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 275
trasplantes. El modelo español (pp. 267-270). Madrid: Grupo Aula Médica.
Nolan, B.E. y McGrath, P.J. (1990). Social-cognitive influences on the willingness todonate organs. En Shanteau, J. y Harris, R.J. (eds.). Organ donation andtransplantation: psychological and behavioral factors (pp. 25-36). Washington:American Psychological Association.
Nolan, B.E. y Spanos, N.P. (1989). Psychosocial variables associated withwillingness to donate organs. Canadian Medical Association Journal, 141, 27-32.
Noury, D., Carre, P., Auger, E., Le Sant, J.N., Pinault, M.F. y Jacob, F. (1995).Preliminary results of a survey on the information of families of organ and tissuedonors. Transplantation Proceedings, 27 (2), 1660-1661.
Organización Nacional de Trasplantes (1993). Memoria anual de la OrganizaciónNacional de Trasplantes. Revista Española de Trasplante, 2, 20-24.
Organización Nacional de Trasplantes (1996). Memoria anual de la OrganizaciónNacional de Trasplantes. Revista Española de Trasplante, 5, 9-15.
Organización Nacional de Trasplantes (1997). Memoria anual de la OrganizaciónNacional de Trasplantes. Revista Española de Trasplante, 6, 140-148.
Organización Nacional de Trasplantes (1998). Memoria anual de la OrganizaciónNacional de Trasplantes. Revista Española de Trasplante, 7, 71-78.
Oskamp, S. (1991). Attitudes and opinions (2nd edition). New Jersey: Prentice-Hall.
Östergren, P.O. y Gäbel, H. (1993). Influence of social support and study course onattitudes of 18-year-old students toward cadaveric organ donation andtransplantation. Transplantation Proceedings, 25 (1), 1702-1703.
Painter, L.M., Langlands, J.M. y Walker, J.I. (1995). Donor families experience oforgan donation: a New Zealand study. New Zealand Medical Journal, 108, 295-296.
Parisi, N. y Katz, I. (1986). Attitudes toward posthumous organ donation andcommitment to donate. Health Psychology, 5 (6), 565-580.
Pearson, I.Y., Bazeley, P., Spencer-Plane, T., Chapman, J.R. y Robertson, P.(1995). A survey of families brain dead patients: their experiences, attitudes toorgan donation and transplantation. Anaesthesia & Intensive Care, 23 (1), 88-
B. RANDO276
95.
Pearson, I.Y. y Zurynski, Y. (1995). A survey of personal and professional attitudesof intensivists to organ donation and transplantation. Anaesthesia & IntensiveCare, 23 (1), 68-74.
Pérez, M.A., Domínguez, J.M., Murillo, F. y Núñez, A. (1993). Factores sociales ypsicológicos que influyen en la donación de órganos. Psicothema, 5 (2), 241-253.
Perkins, K.A. (1987). The shortage of cadaver donor organs for transplantation. Canpshychology help? American Psychologist, 42 (10), 921-930.
Peters, T.G., Kittur, D.S., McGraw, L.J., Roy, M.R. y Nelson, E.W. (1996). Organdonors and nondonors. An american dilemma. Archives of Internal Medicine,156 (21), 2419-2424.
Piliavin, J.A. (1990). Role identity and organ donation research. En Shanteau, J. yHarris, R.J. (eds.). Organ donation and transplantation: psychological andbehavioral factors (pp. 150-158). Washington: American PsychologicalAssociation.
Pomar, J.L. y Mestres, C.A. (1995). Indicaciones y resultados de los trasplantes deválvulas cardíacas homólogas. En Matesanz, R. y Miranda, B. (eds.).Coordinación y trasplantes. El modelo español (pp. 257-261). Madrid: GrupoAula Médica.
Pratkanis, A.R. (1989). The cognitive representation of attitudes. En Pratkanis,A.R., Breckler, S.J. y Greenwald, A.G. (eds). Attitude structure and function(pp. 71-98). New Jersey: LEA.
Prottas, J. (1983). Encouraging altruism: public attitudes and the marketing of organdonation. Milbank Memorial Fund Quarterly. Health and Society, 61, 278-306.
Prottas, J. y Batten, H.L. (1988). Health professionals and hospital administrators inorgan procurement: attitudes, reservations, and their resolutions. AmericanJournal of Public Health, 78, 642-645.
Quintanilla, B., Tremps, E., López, M.A., Fakiani, A. y Morote, J. (1990a).Instrumentación en la extracción y el trasplante renal. En Morlans, M. y Piera,L. (eds.). Protocolos de obtención de órganos y trasplante renal (pp. 101-106).Barcelona: Ediciones Mayo.
Quintanilla, B., Tremps, E., López, M.A., Fakiani, A. y Morote, J. (1990b). Tecnica
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 277
quirúrgica de la extracción renal. En Morlans, M. y Piera, L. (eds.). Protocolosde obtención de órganos y trasplante renal (pp. 107-116). Barcelona: EdicionesMayo.
Ramos, B. y Frutos, M.A. de (1990). Insuficiencia renal crónica. En González-Molina,M. (ed.). Introducción al trasplante renal (pp. 11-26). Barcelona: Sandoz.
Rando, B., Blanca, M.J. y Frutos, M.A. (1994). The importance of making a manifiestdecision in life about the post-mortem donation of one’s organs. Manuscritopresentado en el 23rd International Congress of Applied Psychology. Madrid.
Rando, B., Blanca, M.J. y Frutos, M.A. (1995). Donación de órganos y variables depersonalidad y psicosociales asociadas. Anales de Psicología, 11 (2), 121-127.
René, A.A., Viera, E., Jiles, R. y Daniels, D.E. (1995). Organ donation awareness:knowledge, attitudes and beliefs in a puerto rican population. TransplantationProceedings, 27 (2), 1893-1896.
Rico, A. y Holguín, P. (1995). Indicaciones y resultados de los trasplantes de piel. EnMatesanz, R. y Miranda, B. (eds.). Coordinación y trasplantes. El modeloespañol (pp. 239-244). Madrid: Grupo Aula Médica.
Ripoll, J. (1995). Organizaciones internacionales de trasplante. En Matesanz, R. yMiranda, B. (eds.). Coordinación y trasplantes. El modelo español (pp. 315-329). Madrid: Grupo Aula Médica.
Robbins, R.A. (1990). Signing an organ donor card: pshychological factors. DeathStudies, 14, 219-229.
Robertson, P.R., White, G. y Scully, G. (1997). A survey of donor familyexperiences, a national study. Manuscrito presentado en The FourthInternational Society for Organ Sharing Congress and Transplant Congresses.Washington, DC.
Rodríguez, A. (1989). Interpretación de las actitudes. En Rodríguez, A. ySeoane, J. (Coord.). Creencias, actitudes y valores (pp. 199-314). Madrid:Alhambra.
Roels, L., Roelants, M., Timmermans, T., Hoppenbrouwers, K., Pillen, E. yBande-Knops, J. (1997). A survey on attitudes to organ donation among 3generations in a country with 10 years of presumed consent legislation.Manuscrito presentado en The Fourth International Society for Organ SharingCongress and Transplant Congresses. Washington, DC.
B. RANDO278
Rokeach, M. (1973). The Nature of Human Values. New York: The Free Press.
Rokeach, M. y Grube, J.W. (1979). Can values be manipulated arbitrarily? EnRokeach, M. (ed.). Understanding human values. Individual and societal (pp.241-256). New York: TheFree Press.
Ronis, D.L., Yates, J.F. y Kirscht, J.P. (1989). Attitudes, decisions, and habits asdeterminants of repeated behavior. En Pratkanis, A.R., Breckler, S.J. yGreenwald, A.G. (eds). Attitude structure and function (pp. 213-239). NewJersey: LEA.
Rosel, J., Blanca, M.J., Frutos, M.A. y Elósegui, E. (1995). Variables influyentessobre las actitudes hacia la donación de órganos. Revista Española deTrasplante, 4(1), 19-27.
Rosel, J., Frutos, M.A., Blanca, M.J. y Ruiz, P. (1999). Discriminant variablesbetween organ donors and non-donors. A post-hoc investigation. Journal ofTranspant Coordination, 9 (1), 50-53.
Rosel, J., Guasch, J., Jara, P., Oliver, J.C., Caballer, A., Pallarés, J. y Fenollosa, C.(1996). Actitudes hacia la donación de órganos. Encuesta telefónica realizadaa una muestra representativa española. Informe no publicado presentado a laDirección General de Investigación Científica y Técnica.
Rosenberg, M. (1973). La imagen de los adolescentes y la sociedad. Buenos Aires:Paidós (Edición original en inglés 1965).
Rosenberg, M.J. y Hovland, C.I. (1960). Cognitive, affective and behavioralcomponents of attitudes. En Hovland, C.I. y Rosenberg, M.J. (eds.). Attitudeorganization and change: an analysis of consistency among attitudecomponents (pp. 1-14). New Haven: Yale University Press.
Rushton, J.P., Chrisjohn, R.D. y Fekken, G.C. (1981). The altruistic personality andthe self-report altruism scale. Personality Individual Differences, 2, 293-302.
Sadler, A.M., Sadler, B.L. y Stason, E.B. (1968). The uniform anatomical gift act: amodel for reform. Journal of the American Medical Association, 206 (11), 2501-2506.
Sadler, A.M., Sadler, B.L. y Schreiner, G.E. (1969). A uniform card for organ andtissue donation. Modern Medicine, 29, 20-23.
Salovey, P., Mayer, J.D. y Rosenhan, D.L. (1991). Mood and helping. Mood as
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 279
motivator of helping and helping as a regulator of mood. En Clark, M.S. (ed.).Prosocial behavior (pp. 215-237). California: SAGE.
Sánchez, F. (1995). Resultados actuales del trasplante hepático. En Matesanz, R. yMiranda, B. (eds.).Coordinación y trasplantes. El modelo español (pp. 209-215). Madrid: Grupo Aula Médica.
Sánchez, M., Ramón, S., Segovia, C., Martín, C., Sagredo E., Cobo, C. y Serrano,M. (1995). Coordinación extrahospitalaria. Oficina central de la ONT. EnMatesanz, R. y Miranda, B. (eds.). Coordinación y trasplantes. El modeloespañol (pp. 93-98). Madrid: Grupo Aula Médica.
Sanner, M. (1994). Attitudes toward organ donation and transplantation: a model forunderstanding reactions to medical procedures after death. Social ScienceMedicine, 38 (8), 1141-1152.
Santiago, C., Gómez, P. y Grupo de Estudio sobre Negativas a la Donación (1997).Negativas familiares a la donación: estudio multicéntrico. Manuscritopresentado en el Seminario para optimizar la donación de órganos y tejidos:reducción de las negativas familiares. Benalmádena (Málaga).
Schutte, L. y Kappel, D. (1997). Barriers to donation in minority, low income and ruralpopulations. Manuscrito presentado en The Fourth International Society forOrgan Sharing Congress and Transplant Congresses. Washington, DC.
Servino, E., Nathan, H. y Wolf, J.S. (1997). Unified strategy for public education inorgan and tissue donation. Manuscrito presentado en The Fourth InternationalSociety for Organ Sharing Congress and Transplant Congresses. Washington,DC.
Shaheen, F.A.M., Souqiyyeh, M.Z., Al-Attar, B., Jaralla, A. y Al Swailem, A.R. (1997).Survey of opinion of secondary school students on organ donation. Manuscritopresentado en The Fourth International Society for Organ Sharing Congressand Transplant Congresses. Washington, DC.
Shanteau, J., Harris, R.J. y VandenBos, G.R. (1992). Psychological and behavioralfactors in organ donation. Hospital and Community Psychiatry, 43 (3), 211-212.
Shanteau, J. y Linin, K.A. (1990). Subjective meaning of terms used in organdonation: analysis of word associations. En Shanteau, J. y Harris, R.J. (eds.).Organ donation and transplantation: psychological and behavioral factors ( pp.37-49). Washington: American Psychological Association.
Shanteau, J. y Skowronski, J.J. (1990). The decision to donate organs: an
B. RANDO280
information-integration analysis. En Shanteau, J. y Harris, R.J. (eds.). Organdonation and transplantation: psychological and behavioral factors (pp. 59-68).Washington: American Psychological Association.
Shyr, S. (1993). Nurses’ role in encouraging organ donation. British Journal ofNursing, 2 (4), 236-238.
Simmons, R.G., Bruce, J., Bienvenue, R. y Fulton, J. (1974). Who signs an organdonor card: tradicionalism versus transplantation. Journal of Chronic Diseases,27, 491-502.
Simmons, R.G., Klein, S.D. y Simmons, R.L. (1987). Gift of life: the social andpsychological impact of organ transplantation. New York: Wiley.
Skowronski, J.J. (1990). Increasing the number of people who agree to donateorgans: can persuasion work? En Shanteau, J. y Harris, R.J. (eds.). Organdonation and transplantation: psychological and behavioral factors (pp. 122-136). Washington: American Psychological Association.
Sociedad Española de Neurología (1994). Diagnóstico neurológico de la muertecerebral. Dictamen Candanchú 1993 de la Sociedad Española de Neurología.Quadern CAPS, 20, 45-46.
Spital, A. (1993). Consent for organ donation: today and tomorrow. Seminars inDialysis, 6 (4), 264-267.
Spital, A. (1996). Mandated choice for organ donation: time to give it a try. Annals ofInternal Medicine, 125 (1), 66-69.
Targarona, E.M. y Fernández-Cruz, L. (1991). Preservación de órganos. EnFernández-Cruz, L. (coord.). Avanzando en inmunología. Aumentando lasposibilidades del trasplante (pp. 16-22). Barcelona: Salvat PublicacionesCientíficas.
Tabachnick, B.G. y Fidell, L.S. (1996). Using multivariate statistics (3rd edition). NewYork: HarperCollins.
Taylor, P.E., Kneteman, N.M. y Young, K.P. (1997). Intensive care nurses’participation in organ procurement: impact on organ donation rates. Manuscritopresentado en The Fourth International Society for Organ Sharing Congressand Transplant Congresses. Washington, DC.
Triandis, H.C. (1977). Interpersonal behavior. California: Brooks/Cole.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 281
Triandis, H.C. (1980). Value, attitudes and interpersonal behavior. En Howe, H.E. yPage, M.M. (eds.). Nebraska Symposium on Motivation (vol. 27, pp. 195-259).Lincoln: University of Nebraska Press.
Triick, J. (1990). Evaluation of an organ donation public education program.Michigan: O.P.A.M.
Viedma, M.A. (1994). Organización y desarrollo de los programas de trasplante deórganos en Catalunya: especial incidencia en el trasplante renal. Acta de laFundación Puigvert, 13 (1), 1-4.
Wakeford, R.E. y Stepney, R. (1989). Obstacles to organ donation. British Journal ofSurgery, 76, 435-439.
Wamser, P., Goetzinger, P., Gnant, M., Sautner, T., Steininger, R. y Mühlbacher, F.(1993). What do Intensive Care Unit personnel think about organ donation?.Opinion poll amongst transplant centers. Transplantation Proceeding, 25 (6),3122-3123.
Warshaw, P.R., Sheppard, B.H. y Hartwick, J. (1982). The intention and self-prediction of goals and behaviors. En Bagozzi, R.P. (ed.). Advances incommunication and marketing research. Greenwich: JAI Press.
Wight, C. (1997). Donor action: an international initiative to improve organ donation.Manuscrito presentado en The Fourth International Society for Organ SharingCongress and Transplant Congresses. Washington, DC.
Zimbardo, P.G. y Leippe, M.R. (1991). The psychology of attitude change and socialinfluence. New York: McGraw-hill.
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 283
ANEXO 1
ENCUESTA SOBRE DONACIÓN DE ÓRGANOS
Hora inicio: Encuestadora:__________________Código provincial/nº teléfono:
1. ¿De qué localidad es usted?_____________________________________________
2. Provincia de_________________________________
3. Sexo: (no preguntar; sólo codificar) [1] Hombre [2] Mujer
4. ¿En general, está de acuerdo o en desacuerdo con la donación de órganos?[6] Totalmente [1] Totalmente
Acuerdo [5] Bastante Desacuerdo [2] Bastante [4] Algo [3] Algo [7] No sabe [9] No contesta
5. En el caso de que se lo pidieran, ¿donaría los órganos de un familiar fallecido si no supiera cuál erasu opinión? [6] Muy probable [1] Muy probable SI [5] Bastante probable que sí NO [2] Bastante probable que no [4] Algo probable [3] Algo probable [7] No sabe [9] No contesta
6. ¿Donaría usted sus propios órganos?[6] Muy probable [1] Muy probable
SI [5] Bastante probable que sí NO [2] Bastante probable que no [4] Algo probable [3] Algo probable [7] No sabe [9] No contesta
• Indique si está de acuerdo o en desacuerdo con las siguientes afirmaciones:
¿Totalmente o sólo algo?Total Algo Algo TotalTA AA AD TD
7. ¿Está de acuerdo o en desacuerdo con que ladonación es un acto solidario con otras personas? 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
8. ¿Está de acuerdo o en desacuerdo con que almenos se saca algo positivo de la muerte conla donación? 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
9. ¿Está de acuerdo o en desacuerdo con que seevitan los sufrimientos de otras personas enfermascon la donación? 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
10. ¿Está de acuerdo o en desacuerdo con quees necesario donar porque algún día puede serusted quien necesite un trasplante? 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
B. RANDO284
11. ¿Está de acuerdo o en desacuerdo con que espreferible que el cuerpo permanezca intacto trasla muerte? 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
• Indique su opinión sobre las siguientes cuestiones:
Sí No 12. ¿Le resulta incómodo pensar sobre Mucho Algo Casi nada Nadasu propia muerte? 4 3 2 1
[5] No sabe [9] No contesta
13. ¿Le preocupa el no saber qué ocurretras la muerte? 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
14. ¿Le desagrada la idea de que unórgano suyo viva en otra persona? 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
15. ¿Le preocupa que el cuerpo quedemodificado (con cicatriz o desfigurado)tras la extracción de los órganos? 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
16. ¿Le preocupa la posibilidad de quela persona no esté realmente muertacuando le extraigan los órganos? 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
17. ¿Le preocupa que puedan existirirregularidades en la distribución delos órganos donados? 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
18. ¿Tiene carnet de donante de órganos? [1] Sí [2] No [9] NC
• ¿Por qué no se ha hecho el carnet? Le voy a decir algunas razones y usted me responde si está ono de acuerdo con ellas.
¿Está de acuerdo o en desacuerdo con que ¿Totalmente o sólo algo? no se lo ha hecho el carnet por esta razón? Totalm Algo Algo Totalm
TA AA AD TD 19. Por no saber cómo hacérselo 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
20. Por falta de tiempo 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
21. Por falta de información 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
22. Porque traiga mala suerte 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 285
23. Porque sencillamente no desea donar 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
24. Por miedo 4 3 2 1[5] No sabe [9] No contesta
25. Porque no lo ha pensado tranquilamente 4 3 2 1 (o no se lo ha planteado)[5] No sabe [9] No contesta
26. ¿Alguna otra razón? ¿Cuál?______________________________________________
27. ¿Se haría usted el carnet de D.O.?[6] Muy probable [1] Muy probable
SI [5] Bastante probable que sí NO [2] Bastante probable que no [4] Algo probable [3] Algo probable [7] No sabe [9] No contesta
28. ¿Ha comentado con su pareja/padres (o familiar más allegado) su deseo personal sobre ladonación de órganos? [1] Sí [2] No [9] NC
(En caso negativo) ¿Por qué no se lo ha dicho a su familia? Responda si son verdaderas o falsaslas siguientes razones que le voy a dar:
29. Porque no ha salido el tema en su casa [1] V [2] F[3] No sabe [9] No contesta
30. Porque en su casa no les gusta hablar de la muerte [1] V [2] F[3] No sabe [9] No contesta
31. Por superstición. Hablar de la muerte puede traer mala suerte [1] V [2] F[3] No sabe [9] No contesta
32. Porque cree que no es necesario [1] V [2] F[3] No sabe [9] No contesta
33. ¿Hay alguna otra razón? ¿cuál?______________________________________________
34. ¿Conoce usted la opinión de su pareja/padres (o familiares más allegados) sobre la donación ytrasplante de órganos?
[1] Sí, está/n a favor [9] No Contesta[2] Sí, está/n en contra[3] No la conoce
(No leer) [5] Sí, unos a favor y otros en contra[9] Sí, no la tiene clara
• ¿Sabe qué órganos o tejidos se pueden donar hoy día para que sean trasplantados? Le voy a deciralgunos y usted responde Sí, No, o No sé.
Sí No NS NC Sí No NS NC35. Corazón [1] [2] [3] [9] 39. Hígado [1] [2] [3] [9]36. Pancreas [1] [2] [3] [9] 40. Pulmón [1] [2] [3] [9]37. Riñón [1] [2] [3] [9] 41. Médula ósea [1] [2] [3] [9]38. Huesos [1] [2] [3] [9] 42. Piel [1] [2] [3] [9]
B. RANDO286
• Conteste SÍ o NO a las siguientes preguntas:
43. ¿Cree en la resurrección? [1] Sí [2] No [3] No sabe [9] NC
44. ¿Cree que los trasplantes sonútiles, es decir, que solucionanla enfermedad de la persona? [1] Sí [2] No [3] No sabe [9] NC
45. ¿Cree que los trasplantes deórganos son gratuitos en España? [1] Sí [2] No [3] No sabe [9] NC
46. ¿Es o ha sido usted donante desangre? [1] Sí [2] No [9] NC
47. ¿Conoce a alguien que espereun trasplante o viva con un órganotrasplantado? [1] Sí [2] No [9] NC
48. En caso de necesidad, ¿está de acuerdo o en desacuerdo con la práctica de la autopsia para símismo (cuando no se sabe bien la causa de la muerte y se estudia el cadáver)?
[7] Totalmente [1] Totalmente Acuerdo [6] Bastante [4] Indiferente Desacuerdo [2] Bastante [5] Algo [3] Algo [8] No sabe [9] No contesta
49. ¿Está de acuerdo o en desacuerdo con la incineración para sí mismo (quemar el cadáver en vezde enterrarlo)?
[7] Totalmente [1] Totalmente Acuerdo [6] Bastante [4] Indiferente Desacuerdo [2] Bastante [5] Algo [3] Algo [8] No sabe [9] No contesta
50.¿Cuánta información cree que tiene sobre donación y trasplante de órganos?[4] [3] [2] [1] [5] [9]
Mucha Regular Poca Ninguna No sabe No contesta
51. Recientemente, ¿ha recibido información sobre donación y trasplante de órganos?[1] Sí [2] No [5] No sabe [9] NC
• ¿Desde qué medios de comunicación oye o ha oído más información sobre donación y trasplante?Le voy a decir algunos de ellos y usted me responde Sí o No.
SI NO NS NC 52. Por televisión [1] [2] [3] [9] 53. Por la prensa [1] [2] [3] [9] 54. Por la radio [1] [2] [3] [9] 55. Por carteles o vallas publicitarias, folletos, etc. [1] [2] [3] [9] 56. A través de charlas, conferencias, etc. [1] [2] [3] [9] 57. En conversaciones con familiares [1] [2] [3] [9] 58. En conversaciones con amigos o conocidos [1] [2] [3] [9] 59. En conversaciones con médicos, enfermeros, etc. [1] [2] [3] [9] 60. Por conocer a personas trasplantadas o enfermos [1] [2] [3] [9]
61. ¿Cree que sería aconsejable dar más información sobre donación y trasplante de órganos a lapoblación? [1] SI [2] NO [3] NS [2] NC
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 287
62. ¿Conoce la opinión de su Iglesia o Religión sobre la donación de órganos? Elija una de estasalernativas:[1] Sí, está en contra de la donación de órganos[2] Sí, está a favor de la donación de órganos[3] Su Iglesia no se ha pronunciado, es decir, no ha decidido sobre este tema[4] No la conoce[9] NC
63. En general, ¿cómo considera su salud?[4] Buena [3] Normal [2] Regular [1] Mala[5] No sabe [9] No contesta
64. En general, ¿tiene usted confianza en los médicos y profesionales sanitarios?[4] Mucha [3] Alguna [2] Poca [1] Ninguna[5] No sabe [9] No contesta
65. ¿Aceptaría un órgano si lo necesitara? Responda Sí o No.[6] Muy probable [1] Muy probable
SI [5] Bastante probable que sí NO [2] Bastante probable que no [4] Algo probable [3] Algo probable [7] No sabe [9] No contesta
• ¿Ha oído algo extraño o desagradable sobre la donación o trasplante? Le voy a decir una serie dealternativas y usted me responde Sí o No, y si lo ha oído por amigos, prensa, radio o televisión.
Ha oído hablar:SI NO Amig Prens Rad TV NS
66. Sobre comercio o venta de órganos [1] [2] [1] [2] [3] [4] [5]
67. Sobre secuestro de niños con finesde donación [1] [2] [1] [2] [3] [4] [5]
68. Sobre discriminación de personaspara recibir un trasplante por razonesde sexo, raza, nivel económico, etc. [1] [2] [1] [2] [3] [4] [5]
69. Sobre rifas o petición de dineropara un trasplante [1] [2] [1] [2] [3] [4] [5]
70. Sobre que una persona haya muertopor no recibir un órgano a tiempo [1] [2] [1] [2] [3] [4] [5]
Ya para terminar, dígame, por favor:
71. ¿Cuál es su edad?___________ [9] NC
72. ¿Y su estado civil?: [1] Soltero/a [2] Casado/a [5] Conviviendo [3] Separado/a [4] Viudo/a
73. ¿Tiene hijos? [1] Sí [2] No
74. Su religión es:[1] Católico practicante [4] Ateo[2] Católico no practicante [5] Agnóstico[3] Otra religión, ¿cuál?___________
75. ¿Le afecta en algún sentido su Religión en su decisión sobre la donación de órganos?[4] Mucho [3] Algo [2] Poco [1] Nada [5] No sabe [9] No contesta
B. RANDO288
76. (En caso afirmativo) [1] Para donar [2] Para no donar
77. ¿Cuáles son los últimos estudios que ha realizado usted? ¿hasta qué nivel ha alcanzado?:(En caso de que diga que no tiene estudios se pregunta si sabe leer y escribir; si responde que no, seseñala analfabeto).
[1] Analfabeto[1] Sin estudios[2] Primaria/Graduado escolar/EGB[3] Secundaria/Bachillerato/FP/COU[4] Estudios universit. de grado medio/Diplomado[5] Estudios universit. de grado superior/Licenciado
78. Situación laboral[1] En activo, trabajando por cuenta propia[2] En activo, trabajando contratado[3] En desempleo[4] Estudiante u opositor[5] Ama de casa [6] JubiladoOtra ________________________________________________[9] NC
¡ MUCHAS GRACIAS POR SU COLABORACION !
Hora terminación:
VARIABLES RELACIONADAS CON LA ACTITUD E INTENCIÓN... 289
ANEXO 2
Variables con valores perdidos (NC) Datosestimados
R2
Actitud hacia el cuerpo intacto tras la muerte
Preocupación por no saber qué ocurre tras la muerte
Preocupación por posibles irregularidades en ladistribución de los órganos
Creencia en torno a la resurrección
Actitud hacia la autopsia sobre el propio cuerpo
Actitud hacia la incineración del propio cuerpo
Percepción del grado de información sobre donación ytrasplante
Grado de confianza en el personal sanitario
Intención de aceptar un órgano para trasplante
Grado en que la propia religión afecta a la decisiónsobre donación de órganos
2
1
1
12
1
1
1
1
1
7
0,45
0,21
0,27
0,27
0,21
0,27
0,29
0,12
0,40
0,16
Tabla 187. Variables con valores perdidos (NC), nº de datos estimados en cada una yR2 correspondiente.
B. RANDO290
ANEXO 3
Variables con valores perdidos (NS) Datosestimados
R2
Pensar que se saca algo positivo de la muerte con ladonación
Pensar que se evitan sufrimientos de otras personascon la donación
Creer que es necesario donar porque algún día puedenecesitar un órgano
Actitud hacia el cuerpo intacto tras la muerte
Grado de incomodidad al pensar sobre la propiamuerte
Preocupación por no saber qué ocurre tras la muerte
Desagrado por la idea que un órgano propio viva enotra persona
Preocupación por la posibilidad de que el cuerpoquede modificado tras la extracción de los órganos
Preocupación por la posibilidad de que la persona noesté muerta cuando le extraigan los órganos
Preocupación por posibles irregularidades en ladistribución de los órganos
Actitud hacia la autopsia sobre el propio cuerpo
Actitud hacia la incineración del propio cuerpo
Percepción del grado de información sobre donación ytrasplante
Grado de confianza en el personal sanitario
Intención de aceptar un órgano para trasplante
Grado en que la propia religión afecta a la decisiónsobre la donación de órganos
5
4
4
17
15
17
4
4
8
9
34
52
21
7
10
22
0,37
0,40
0,40
0,43
0,26
0,23
0,26
0,25
0,28
0,26
0,20
0,28
0,23
0,12
0,34
0,16
Tabla 188. Variables con valores perdidos (NS), nº de datos estimados en cada una yR2 correspondiente.