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VATICANO II: ALGUNAS OBSERVACIONES RETROSPECTIVAS
Mathijs Lamberigts
Universidad Católica de Lovaina
1. Introducción
Entre el año 2012 y 2015 en muchos lugares se ha celebrado el 50° aniversario del Concilio
Vaticano II y sus textos. En este periodo además, se evalúan sus resultados. Esto se realiza en
base a interpretaciones que pueden ser tan distintas una de otra, que pareciéramos asistir a una
"batalla por el sentido"1. Esto se lleva a cabo por muchas personas que, salvo algunas
excepciones importantes, no estuvieron presentes en el Concilio2. En otras palabras, el Concilio
Vaticano II es, para la mayoría de quienes lo conmemoran, un acontecimiento del pasado. Por
supuesto que una gran cantidad de documentos oficiales, como las Acta Synodalia han sido ya
publicados. Muchos diarios y otros documentos personales de los participantes del Concilio se
encuentran disponibles para su investigación. Estos pueden ayudar tanto a las generaciones
actuales como a las futuras generaciones a reflexionar sobre el evento conciliar, sobre sus
objetivos, su desarrollo y sus resultados3. Sin embargo, sigue siendo un privilegio, desafío y
deber de los historiadores y teólogos de cada generación el continuar reflexionando sobre el
Concilio4.
Siempre es posible cuestionar los "méritos" del Concilio y de hecho, inmediatamente después
de su realización, muchos obispos y también teólogos, tanto conservadores como progresistas, se
sintieron decepcionados por sus resultados5. Incluso se podría llegar a sugerir que el Concilio
Vaticano II fue un intento de dar respuesta a los problemas, desafíos y dificultades que se
plantearon durante el periodo pre-conciliar6 - en muchos sentidos, el Concilio Vaticano II fue
también la coronación de una serie de movimientos en curso durante la primera mitad del siglo
XX7 -, pero que ya no tienen relevancia para las personas hoy. Incluso en un caso como este -
1 Cf. M. Faggioli, Vatican II. The Battle for Meaning, Mahwah, New Jersey, 2012.
2 In this regard, most people think of pope Benedict, who, first as private peritus of cardinal Frings, then as official
peritus participated in the four sessions of the Council. On Ratzinger’s activities as peritus, see J. Wicks, Six Texts
by Prof. Joseph Ratzinger as Peritus before and during Vatican Council II, in Gregorianum 89 (2008) 233-311. 3 See the useful survey of M. Faggioli-G. Turbanti (eds.), Il concilio inedito. Fonti del Vaticano II (Fonti e strumenti
di ricerca, 1), Bologna, 2001. 4 See the pertinent remarks of G. Routhier, Carrying within ourselves the Legacy of Vatican II, pp. 1-2.
5 Cf. A. Melloni, Petit guide pour évaluer Vatican II, in A. Melloni-G. Ruggieri (dirs.), Qui a peur de Vatican II,
Brussels, 2010, pp. 122-124. 6 When John XXIII stressed the need for an aggiornamento, he made clear that there was a problem. In his opening
speech at the Council, Gaudet Mater Ecclesia, he criticized the prophets of doom, advocated for the use of a
language people of today could understand, and stressed the importance of ecumenism; see M. Lamberigts-L.
Declerck, Gaudet Mater Ecclesia. Johannes XXIII’s openingsrede op het Tweede Vaticaans Concilie, in Collationes
4 (2012) 363-379 (with further literature). Members of the so-called Nouvelle théologie emphasized the need for a
ressourcement, a theology that had to go back to its sources, thus suggesting that (some) theologies had lost the
contact with them; cf. J. Mettepenningen, Nouvelle Théologie. New Theology. Inheritor of Modernism, Precursor of
Vatican II, London-New York, 2010. 7 See, e.g., G. Routhier, Ph. J. Roy & K. Schelkens (dir.), La théologie catholique entre intransigeance et
renouveau. La réception des mouvements préconciliaires à Vatican II (BRHE, 95), Louvain-la-Neuve-Leuven,
2011.
2
quod demonstrandum est8 - uno debe buscar respuestas a preguntas tales como: ¿por qué no
funcionó? ¿Por qué no tuvo éxito en enfrentar los desafios? ¿Se crearon las condiciones
necesarias para poder éxitosamente implementar el Concilio?9
Que las teologías puedan desaparecer, incluso teologías canonizadas como el Tomismo en su
forma neoescolástica, es parcialmente, una consecuencia del Concilio10
. También es una
invitación a ser conscientes de que todos los tipos de teología y de enseñanzas teológicas pueden
desaparecer, dado que aparentemente ya no tienen el poder y la autoridad para diálogar con el
mundo en el que antes funcionaban. Sin duda es fascinante que durante el período de apogeo de
un tipo de Tomismo, eruditos como los Dominicos Chenu y Congar descubrieron a otro Tomás,
al Tomás de la historia11
. Para aquellos que opinan que el Concilio Vaticano II pertenece ya al
pasado y que no tiene importancia para nosotros en la actualidad, este descubrimiento podría
respresentar una invitación a volver a los documentos con el fin de releerlos a la luz del contexto
actual, considerando entonces a la historia como una vitae magistra. Evidentemente, el Concilio
Vaticano II es más que un solo un grupo de textos12
.
El Concilio Vaticano II es también un intento de diálogo dentro de un contexto concreto y
por lo tanto, es un evento13
. Y es un evento que aparentemente se distingue de los 20 concilios
ecuménicos anteriores14
; fue el primer concilio ecuménico que no pronunció anatemas. El
8 At least with regard to Dei Verbum, T. Merrigan, What’s in a Word? Revelation and Tradition in Vatican II and in
Contemporary Theology, in M. Lamberigts-L. Kenis, Vatican II and its Legacy (BETL, 166), Leuven-Dudley, 2002,
pp. 59-82, convincingly argues for the opposite. 9 See, e.g., A. Pieris, Give Vatican II a Chance. Yes to Incessant Renewal. No to Reform of the Reforms. An Appeal
to the Lay, Religious and Clerical Leaders of the Asian Churches, Gonawala-Kelaniya, 2010. 10
With regard to the vehement debate on the role of Thomist philosophy in the university curriculum, see M. Velati,
Completing the Conciliar Agenda, in G. Alberigo-J.A. Komonchak, History of Vatican II. Vol. V. The Council and
the Transition. The Fourth Period and the End of the Council: September 1965-December 1965, Maryknoll-Leuven,
2006, pp. 204-205. 11
See Y.-M. Congar, La théologie au Concile. Le ‘théologiser’ du Concile, in Situation et tâches présentes de la
théologie (Cogitatio fidei, 27), Paris, 1967, p. 54, quoted in G. Routhier, Carrying within ourselves the Legacy of
Vatican II, p. 5, n. 8. Cf. also C.T.M. van Vliet, Congar, Yves, in D. Berger-J. Vijgen (Hrsg.), Thomistenlexikon,
Bonn, 2006, 109-111, c. 110: “Congar’s Lehrmeister und späterer Kollege Marie-Dominique Chenu gab sich mit der
Neuscholastik nicht zufrieden und wollte den ursprünglichen Thomas von Aquin durch Hineinstellen in den
historischen Kontext freilegen. Congar ünbernimmt diese historische Methode und wendet sie auf das Studium der
Ekklesiologie an.” Such “rediscoveries” started rather early in the 20th
century, Maurice Blondel being a good
example; cf. M. A. Conway, From Neo-Thomism to St. Thomas, in ETL 83 (2007) 1-22. 12
I do not suggest that the texts as such are not important, but I am convinced that the texts always must be read
within their contexts. Otherwise, I do not see why pope Paul VI ordered to publish as soon as possible the enormous
documentation now available through the Acta synodalia, documentation which is of great help for all who want to
see the developments in the genesis process of these texts. In this regard, the remarks of G. Alberigo, Vatican II et
son heritage, in M. Lamberigts-L. Kenis, Vatican II and its Legacy (BETL, 166), Leuven-Dudley, 2002, pp. 1-24, p.
1 are still valid: “S’attarder à une vision du Concile se limitant à une somme de centaines de pages de décrets –
presque toujours prolixes et quelquefois caducs – empêche d’en saisir la signification bien plus féconde d’impulsion
à la communauté des croyants pour qu’elle accepte une confrontation inquiétante avec la parole de Dieu et le
mystère de l’histoire.” 13
With regard to Vatican II as an event, see M.T. Fattori-A. Melloni (eds.), L’evento et le decisioni. Studi sulle
dinamiche del concilio Vaticano II (Testi e ricerche di scienze religiose. Nuova serie, 20), Bologna, 1997. This
might well be a difference with respect to Trent which was quickly reduced to a series of doctrinal statements and
decrees. See the remarks of G. Alberigo, Du concile de Trente au tridentinisme, in Irénikon 54 (1981) 192-220. 14
Routhier, Carrying within ourselves the Legacy of Vatican II, pp. 10-11.
3
Concilio Vaticano II se caracterizó por una inusual libertad de expresión y de creatividad15
, el
derecho de tomar iniciativas, y la creencia de que las cosas podrían y deberían cambiar.
La tradición ha considerado los Concilios como los lugares donde el Espíritu Santo está presente
y actuando. Para un historiador, es más bien difícil decidir si el Espíritu Santo estuvo realmente
presente en los Concilios, debido a que los métodos histórico-críticos utilizados, por ser
limitados, no son de gran ayuda en este aspecto. Para los teólogos, cuestionar o aceptar los
resultados del Concilio Vaticano II, podría llegar a ser problemático: ¿son las declaraciones
prueba de una familiaridad particular con la actividad del Espíritu Santo o, son más bien prueba
de la arbitrariedad de sus propias declaraciones? Con respecto a esto, se debe decir que el leer los
signos de los tiempos es siempre un ejercicio arduo, desafiante y difícil, pero necesario16
. Es un
ejercicio que debería tener en cuenta la diversidad y las diferencias - tanto a nivel continental
como a nivel de nuevos desarrollos y evaluaciones - de la implementación del Concilio17
.
En varios dossiers durante el concilio, los Padres Conciliares hicieron un llamado a la
tradición a fin de establecer sus ideas pro y en contra de las fuentes de revelación, la actitud
Católica hacia el ecumenismo, la libertad de culto, la actitud de la Iglesia hacia las religiones no
cristianas y cosas del género. En otras palabras, querían que sus textos se situaran en una llínea
histórica. Querían ser fieles herederos de su pasado, incluso en los casos en que se contradicen
entre sí, mostrando qué tan complejas y multifacéticas pueden ser tanto el pasado como las
interpretaciones de fe18
, y qué tan complicado puede ser descubrir la tradición en la rica
diversidad de muchas tradiciones19
. Muchas veces el Concilio Vaticano II apeló a la literatura
patrística20
y San Agustín llegó a ser una autoridad más citada que Santo Tomás de Aquino21
.
15
Although it must be repeatedly emphasized that because of the ecclesiastical hierarchy (cardinals always at the
right to start the interventions) quite a number of interesting interventions only resulted in a written animadversio.
However, many of these remarks were seriously taken into account in the several commissions, but they did not
have an impact on the “atmosphere” as it was created in the general congregations. 16
Several attempts have been made in order to overcome this opposition between appreciation and depreciation; see,
e.g., L. Boeve, Beyond the Modern and Anti-Modern Dilemma, in J. Verstraeten (ed.), Scrutinizing the Signs of the
Times in the Light of the Gospel (BETL, 207), Leuven-Paris-Dudley, MA, 2007, pp. 151-166. 17
See the inspiring volume of P. Hünermann (Hrsg.), Das Zweite Vatikanische Konzil und die Zeichen der Zeit
Heute, Freiburg im Breisgau, 2006. 18
Today, there is common agreement among scholars that the Council (and thus its reception) are characterized by
debate, dispute and disagreement, although mostly in a context of a search for consensus. For a different position,
see A. Marchetto, Il concilio ecumenico Vaticano II. Contrappunto per la sua storia, Vatican, 2005; ID. Il Concilio
Ecumenico Vaticano II. Per la sua corretta ermeneutica, Città del Vaticano, 2012, for whom there is a principal
unity between Vatican II and the previous Councils, but, in order to maintain this position, he avoids a historico-
critical approach in this matter. It will be evident that precisely that last point has been subject of critique. See,
among others, G. Ruggieri, Réception et interprétations du concile Vatican II. Les raisons d’un débat, in A.
Melloni-G. Ruggieri (dirs.), Qui a peur de Vatican II, Brussel, 2010, pp. 16-18. Ruggieri also clearly shows that the
criteria as promoted by cardinal Ruini during the presentation of Marchetto’s book are practically all present in the
History of Vatican II 19
See the still valid study of Y.-M. Congar, La Tradition et les traditions (2 vols.), Paris, 1960-1963. 20
In this regard, see the impressive study of D. Gianotti, I Padri della Chiesa al Concilio Vaticano II: la teologia
patristica nella Lumen Gentium (Biblioteca di teologia dell’evangelizzazione, 6), Bologna, 2010. 21
See A. Dupont, The Authority of Augustine of Hippo at the Second Vatican Council. A Comparative Analysis of
the Use of Augustine in the Preparatory and the Promulgated Documents, in G. Routhier, Ph. J. Roy & K.
Schelkens (dir.), La théologie catholique entre intransigeance et renouveau. La réception des mouvements
préconciliaires à Vatican II (BRHE, 95), Louvain-la-Neuve-Leuven, 2011, pp. 11-48, p. 13: “Augustine is the most
quoted Father at the Council. Of the circa 330 quotes of Patres and Doctores, he was quoted 57 times, while
Thomas Aquinas only 25 times.”
4
Los Concilios son parte de la historia, usan fuentes y argumentos de la historia mientras a la vez
preparan un futuro para esta historia, por ejemplo, para los lectores actuales. De este modo, el
leer los textos es también entrar en diálogo con nuestros antecesores en la fe. Por lo que
sabemos, ningún cristiano "inventó" su fe: la recibimos primero y sobre todo de nuestros
predecesores y la tratamos de entregar a las generaciones posteriores. En otras palabras, como
fieles tenemos que enfrentar y dialogar con la tradición donde estamos parados. Esto también es
cierto respecto de los documentos del Concilio Vaticano II.
2. La "Historicidad" del cristianismo: el caso del Concilio Vaticano II
Uno de los mayores resultados del método histórico-crítico es el hecho de que ha agudizado
la conciencia de los expertos sobre los contextos en los que todos los seres humanos viven y por
los cuales son (parcialmente) determinados. Desde el tiempo de los Bolandistas (en lo que
respecta a la hagiografía) y el oratoriano Richard Simon, "le père de la critique moderne"22
, este
enfoque ha, no sin problemas, llegado a la teología contemporánea23
. Al hacer uso de este
enfoque, la teología constantemente va tomando en serio que los fieles cristianos son nutridos
por y/o confrontados con los propios lugares de fe (Escrituras, Patrística24
, Concilios, la Santa
Sede, comunidades locales, mostrando con su forma de vida como debería o no debería ser la fe
cristiana). Tanto las Escrituras como la Tradición (y su interpretación) están profundamente
influenciadas por los acontecimientos y contextos históricos concretos. De hecho, la
interpretación ya está presente en la Escritura25
, lo que demuestra que el desarrollo/evolución no
se contradicen entre sí. En este sentido, Nicholas Lash se refiere a Bernard Lonergan quien
afirmó que los conceptos tienen fechas y por lo tanto, la doctrina cristiana se caracteriza por la
historicidad26
. En el caso del Concilio Vaticano II y gracias a Pablo VI, estamos en la excelente
posición de que gran parte del material está o debería estar disponible para los investigadores27
.
El historiador de la Iglesia Juan XXIII era bien consciente de esta "historicidad" y
"contextualidad" de la fe cristiana. En su discurso de apertura Gaudet Mater Ecclesia, enfatizó
que la doctrina "debería ser estudiada y expuesta a través de los métodos de investigación y de la
formas literarias del pensamiento moderno". Juan XXIII hizo una clara distinción entre la
22
See L. Courtois-J. Pirotte-E. Louchez, Introduction, in L. Courtois-J.-P. Delville-E. Louchez, Écrire l’histoire du
catholicisme des 19e et 20e siècles. Bilan, tendances récentes et perspectives (1975-2005), Louvain-la-Neuve, 2005,
pp. 17-28, p. 17. 23
Cf. R. Aubert, La théologie catholique au milieu du XXe siècle, Tournai-Paris, 1954; É. Fouilloux, La collection
“Sources chrétiennes”. Éditer les Pères de l’Église au XXe siècle, Paris, 1995. Both studies make clear that the so-
called Nouvelle théologie cannot be separated from the humble, difficult, and time consuming historical research.
Leading figures at the Second Vatican Council such as G. Thils, G. Philips, Y.-M. Congar, K. Rahner were either
theologians with a thorough historical background and knowledge or historians with a thorough theological
background and knowledge. 24
The rediscovery of both the Bible and the rich variety of liturgy went hand in hand; see Aubert, La théologie
catholique au milieu du XXe siècle, p. 38. 25
Needless to say that tradition as such is already present in Scripture itself. Regularly in the New Testament, one
will find a quote from or reference to the Old Testament, either in order to approve, criticize or correct it; see, e.g.
Mt. 4,1-11; 5,17-48. One text from the Old Testament can even be quoted in order to nuance another statement of
the Old Testament; cf. Mt. 19,1-12. 26
See N. Lash, Oracles, Dissent, and Conversation. Reflections on Catholic Teaching, p. 11. 27
It remains a pity that the personal papers of John XXIII (with the exception of what has been made available by
his secretary, Capovilla) and Paul VI with regard to Vatican II are not yet open for research.
5
substancia de la doctrina y la manera en que esta doctrina es formulada: "La substancia de la
antigua doctrina del depósito de la fe es una cosa, y la forma en que se presenta es otra"28
. De
este modo, consideraó que la manera en que la doctrina es presentada constitye un reto
importante para lo que fue el Vaticano II, como un concilio pastoral. "La forma en que es
presentada" perteneció al programa de aggiornamento tanto del Papa como del Concilio29
,
aunque el Papa no diera directrices concretas sobre como esto debiera ser hecho. El desarrollo de
estas directrices fue la tarea de los Padres Conciliares. El Papa sólo ofreció un marco más amplio
en el que el aggiornamento, un concepto muy querido para Roncalli30
, debería ser puesto en
práctica.
El discurso inagural del Papa es un buen ejemplo del tema de la "contextualidad". Hay
diferencias entre el texto en italiano y la versión "oficial" en Latin31
. El hecho de que el Papa
mismo se refiriera más tarde al texto italiano, debería ser un argumento para elegir este texto
como la expresión auténtica de sus ideas32
. Pero a la vez, el texto en Latin es el texto "oficial",
aun cuando se debilitan las intenciones y las intuiciones de Juan XXIII. Para complicar aún más
las cosas, recordemos que los textos conciliares se pueden referir a la versión del discurso del
Papa en italiano (Unitatis Redintegratio 6,1) o en latin (Gaudium et Spes 62,2) lo que deja en
claro que una lectura de estos textos sin el contexto no haría justicia ni a los textos ni a las
intenciones de sus redactores. Cuando el Papa mismo se refiere a su discurso inagural, se refiere
al borrador en italiano. Es realmente sorprendente que aunque se trate de un texto con la
intención de inspirar a los Padres Conciliares, puede ser interpretado de manera diferente33
. En
cualquier caso, ni las lecturas "literales" de los textos34
ni una declaración autoritaria acerca de
cómo interpretar una frase específica35
, realmente toma suficientemente en cuenta todas estas
cosas. La normatividad es contextual. Está relacionada a circunstancias históricas y por tanto,
28
The Latin text runs as following: “Est enim aliud ipsum depositum Fidei, seu veritates, quae veneranda doctrina
nostra continentur, aliud modus, quo eaedem enuntiantur, eodem tamen sensu eademque sententia.” 29
The mere fact that John XXIII was speaking of aggiornamento makes clear that the pope was well aware of the
fact that new historical contexts needed a new style and language: a Church involved if not engaged in history must
be open for and willing to adapt to concrete histories, if she does not want to become a “castle on the mountain”,
without any contact with the concrete life of the people in the valley of daily life, with all its joys, sadness,
challenges, hopes and fears. 30
See the excellent study of M. BREDECK, Das Zweite Vatikanum als Konzil des Aggiornamento: zur
hermeneutischen Grundlegung einer theologischen Konzilsinterpretation (Paderborner theologische Studien, 48),
Paderborn, 2007. 31
There is clearly a discrepancy between the Italian and the Latin versions of Gaudet Mater Ecclesia; see the critical
edition of A. Melloni, L’allocuzione Gaudet Mater Ecclesia di Giovanni XXIII (11 ottobre 1962), in G. Alberigo, A.
Melloni, G. Batelli, S. Trinchese, Fede, tradizione, profezia. Studi su Giovanni XXIII e sul Vaticano II (Istituto per
le scienze religiose di Bologna. Testi e ricerche di scienze religiose, 21), Brescia, 1984, pp. 185-283. The Italian
original seems to be more daring than the Latin “official” version. 32
Documentation catholique 60, p. 101. 33
See Lamberigts-Declerck, Gaudet Mater Ecclesia, p. 372. 34
Marchetto, Il concilio ecumenico Vaticano II. Contrappunto per la sua storia; see now the comments of K.
Schelkens, Van dualisme naar veelheid. Pleidooi voor een katholieke lezing van hetTweede Vaticaans Concilie, in
Collationes 42 (2012) 381-401, pp. 391-392 on this position. 35
A good example in this regard is the subsistit in-interpretation; see the well balanced presentation of this case by
K. Schelkens, “Lumen Gentium”’s “subsistit in” revisited: the Catholic Church and Christian Unity after Vatican
II, in Theological Studies 69 (2008) 875-893; cf. also F.A. Sullivan, The Meaning of Subsistit in as Explained by the
Congregation for the Doctrine of Faith, in Theological Studies 69 (2008) 116-124; Faggioli, Vatican II. The Battle
for Meaning, pp. 100-102.
6
pueden cambiar a través del tiempo36
. En este sentido, es posible que la particularidad sea una
valiosa ayuda en la busquedad de la Verdad37
, incluyendo la busquedad por la Verdad presente
en el Concilio Vaticano II38
.
3. ¿Qué problema hay con un ‘Concilio Pastoral’?
Juan XXIII optó por un Concilio Pastoral, esta fue una de las razones por las cuales algunos
cuestionaron la autoridad del Concilio Vaticano II: “Selon d’autres, Vatican II est un concile
mineur, étant donné qu’il a renoncé à approuver des décisions dogmatiques et à fulminer des
condemnations et des anathèmes. Selon cette interprétation la définition de “pastoral” est
considérée comme un niveau inférieur de qualification surtout par rapport aux conciles
précédents, celui de Trente et le premier du Vatican”39
.
La Pastoral revela una preocupación por los fieles en el más amplio sentido de la palabra.
Dentro de él, se encuentra todo el conjunto de actividades de la vida de la Iglesia. Está
relacionado a la tarea principal de la Iglesia, el ofrecer la salvación al mundo por medio de
Cristo, la lumen gentium (cf. Lumen Gentium 1). En este sentido, la tarea de la Iglesia es hacer
que Dios esté presente en el mundo tal como este es (Gaudium et Spes 21), una idea muy querida
de J. Cardjin, quien solía decir que los cristianos debieran ir al mundo tal cual como este es y no
como este debería ser. En su discurso inagural, Juan XXIII hizo una clara distinción entre el
concilio pastoral y los concilios doctrinales anteriores como el Concilio de Trento. De acuerdo al
Papa, el propósito principal del Concilio no era tratar partes de la doctrina40
, sino el buscar un
lenguaje que se adaptara a la situación actual. La doctrina debería ser traducida de tal forma que
pueda ser un mensaje "vivo" y "vivido" para las personas de hoy. En este sentido, es interesante
que el siguiente asunto que trató el Papa fueran los errores y las herejías, y en vez de la actitud
castigadora histórica de la Iglesia hacia ellos, una estrategia que el Papa abandonó ya a principio
de los años sesenta41
.
El Concilio Vaticano II fue el primer Concilio Pastoral en la historia. Por lo tanto, no se
encuentra un punto de referencia o de comparación en la lista de los concilios anteriores, pero el
hecho que la mayoría del esquema preparatorio fuera rechazado por los participantes del concilio
36
On this issue, see M. Lamberigts-L. Boeve-T. Merrigan (eds.), Theology and the Quest for Truth. Historical- and
Systematic-Theological Studies (BETL, 202), Leuven-Paris-Dudley, MA, 2006; M. Lamberigts-L. Boeve-T.
Merrigan (eds.), Orthodoxy, Process and Product (BETL, 227), Leuven-Paris-Walpole, MA, 2009. Both books were
the result of interdisciplinary research projects that focused on this issue from both an historical and systematic-
theological perspective. 37
See L. Boeve, Theological Truth, Particularity and Incarnation: Engaging Religious Plurality and Radical
Hermeneutics, in M. Lamberigts-L. Boeve-T. Merrigan (eds.), Orthodoxy, Process and Product (BETL, 227),
Leuven-Paris-Walpole, MA, 2009, pp. 323-348. 38
M. Lamberigts-K. Schelkens, Some Remarks on the Notion of Truth in the Documents of Vatican II, in M.
Lamberigts-L. Boeve-T. Merrigan (eds.), Theology and the Quest for Truth. Historical- and Systematic-Theological
Studies (BETL, 202), Leuven-Paris-Dudley, MA, 2006, pp. 205-228. 39
Alberigo, Vatican II et son héritage, p. 10; Alberigo refers here to J. Ratzinger, Entretien sur la foi. Interview par
V. Messori, Paris, 1985. 40
Already in the sermon, delivered at Pentecost and in his speech to the central preparatory commission during its
meeting of June 20, 1962, the pope had stressed this point; see Bredeck, Das Zweite Vatikanum als Konzil des
Aggiornamento, pp. 306-307 (with further literature). 41
Needless to repeat that at least 6 times the pope is stressing in his opening speech the joy of the Mater Ecclesia.
7
puede ser un buen índice que los Padres Conciliares no esperaban textos abstractos, docrinales y
polémicos42
. Por otra parte, los dos documentos que eran de máxima importancia para la Iglesia
y la jerarquia al servicio de la comunidad Católica y el mundo, tales como Christus Dominus y
Gaudium et Spes, son expresamente cualificados como pastorales43
. Al mismo tiempo, el
adjetivo pastoralis se utilizó solamente dos veces en la constitución Gaudium et Spes, mientras
que fue mencionado 34 veces en el documento acerca de los obispos Christus Dominus; 15 veces
en el documento que trata la formación sacerdotal Opatatam Totius; 19 veces en el documento
acerca de la actividad misionera de la Iglesia y; 16 veces en el documento acerca de los
sacerdotes44
. En otras palabras, este término está bien presente especialmente en los documentos
acerca de los (futuros) miembros de la jerarquía. Con el objetivo de lograr un mejor
discernimiento al carácter "pastoral" del Concilio, podría valer la pena examinar en mayor
detalle los diferentes lugares y contextos donde aparece el adjetivo pastoralis45
.
Aparentemente, el concilio pastoral evita condenar deliberadamente, aun cuando se tiene
mucha confianza en la verdad de la propia doctrina. En este sentido es interesante ver qué tan
seguido Gaudium et Spes utiliza una palabra como servitium, quedando claro que el servicio al
mundo no va de la mano con las condenas del mundo y sus ideas. En otras palabras, el concilio
pastoral quizas merezca una mejora porque parece trascender el nivel de doctrina y disciplina46
cuando trata y se preocupa del mundo y sus habitantes. En todo caso, la implementación de las
intenciones y de las intuiciones del concilio pastoral, pertenecen a la agenda abierta de la
recepción del Concilio.
4. El Concilio Vaticano II, un evento mundial
El Concilio Vaticano II fue el primer Concilio Ecuménico que realmente ha merecido
calificarse como internacional e intercontinental47
. Estaban presente los obispos y los superiores
generales (masculinos) de órdenes y congregaciones. Entre ellos, había una gran diversidad de
expectativas y opiniones48
. Ya en la primera sesión, alguien como Monseñor Philips hablaba de
42
See G. Alberigo, Transition to a New Age, in G. Alberigo-J.A. Komonchak, History of Vatican II. Vol. V. The
Council and the Transition. The Fourth Period and the End of the Council. September 1965 – December 1965,
Maryknoll-Leuven, 2006, p. 581. 43
It is said of Christus Dominus is a Decretum de pastorali Episcoporum munere in Ecclesia. Gaudium et Spes is
qualified as a Constitutio pastoralis de Ecclesia in mundo huius temporis. 44
The adjective is mentioned 10 times in Lumen Gentium, 11 times in Sacrosanctum Concilium. 45
In both Orientalium Ecclesiarum and Unitatis Redintegratio, the presence of pastoralis is minimal, respectively
twice and once. 46
It should be stressed that even for the constitution Gaudium et Spes, already in the first note, it is explicitly stated
that the doctrine is also involved: “Constitutio Pastoralis ‘De Ecclesia in mundo huius temporis” duabus partibus
constans, unum quid tamen efficit. ‘Pastoralis’ autem dicitur Constitutio ex quod, principiis doctrinalibus innixa,
habitudinem Ecclesiae ad mundum et ad homines hodiernos exprimere intendit. Ideo nec in priore parte pastoralis
deest intentio, nec vero in secunda intentio doctrinalis.”; Gaudium et Spes, in The Oecumenical Councils of the
Roman Catholic Church. From Trent to Vatican II (1545-1965) (Conciliorum oecumenicorum generaliumque
decreta, III), Turnhout, 2010, p. 553. 47
In this regard, the important role of both the written press, radio and television should be mentioned. With regard
to television, see now F. Ruozzi, Il concilio in diretta. Il Vaticano II e la televisione tra informazione e
partecipazione (Testi e ricerche di scienze religiose. Nuova serie, 46), Bologna, 2012. 48
On the diversity in expectations of the Counciliar participants, see É. FOUILLOUX, The Antepreparatory Phase.
The Slow Emergence from Inertia (January, 1959 – Ocober, 1962), in G. ALBERIGO & J.A. KOMONCHAK
8
dos tendencias en la teología contemporánea49
. Durante el Concilio, varios de los participantes
fueron capaces de colocar sus asuntos en la agenda. Para los obispos norteamericanos, y sus
hermanos ingleses y polacos, la libertad religiosa era un tema crucial, y para los obispos de Sud
América, España e Italia, esta también fue una preocupación50
.
Ambos, los obispos y teólogos norteamericanos y alemanes consideraron que la discusión
sobre la relación con el pueblo judío era una necesidad urgente, mientras que varios obispos del
Cercano Oriente estaban reticentes e incluso opuestos a trabajar este tema. Los obispos de Asia
querían formular un texto acerca de las religiones no Cristianas. Los obispos de África abogaron
por la causa de usar la vernácula y por el reconocimiento de costumbres locales en la liturgia. En
contraste, una cantidad considerable de obispos europeos recalcaron la importancia de los ritos
en latin como un rito universal que unía a los pueblos. Los europeos destacaban que se debía
preparar un texto que tratara la relación entre la Iglesia y el mundo donde ella actuaba. Muchos
pidieron una reflexión sobre el papel del laicado en la Iglesia y la sociedad. En muchos países, la
tragedia de la Segunda Guerra Mundial inspiró reflexiones ecuménicas. Para todos estos asuntos
(y muchos otros), se pueden encontrar promotrores y detractores, pero al final (y después de
largos y a veces vehementes debates), la asamblea conciliar aprobó los 16 textos con una
mayoría abrumadora. Quienes consideran que estos textos son textos de compromiso tienen
razón51
. Sin embargo, se debe afirmar categóricamente que un Concilio Ecuménico siempre
busca la unanimidad52
y, dada la diversidad de los participantes, esto solo es posible mediante
compromisos. Esta es una de las razones, tal como se sugiere anteriormente, por lo que es tan
importante hacer una lectura contextual de los textos53
.
In mi opinión, aquellos que critican los textos del Concilio Vaticano II debido a su
carácter de "compromiso" no toman en cuenta lo complicado que es el proceso redaccional de los
textos conciliares. En un Concilio Ecuménico que busca la unanimidad, la así llamada mayoría
debe ser generosa con la así llamada minoría. No se puede entender correctamente al Concilio
(eds.), History of Vatican II. Vol. I, Announcing and Preparing Vatican Council II. Toward a new Era in
Catholicism, Maryknoll & Leuven, 1995, pp. 97-140. 49
G. Philips, Deux tendances dans la théologie contemporaine. En marge du IIe Concile du Vatican II, in Nouvelle
Revue Théologique 85 (1963) 225-238. 50
See, e.g., AS IV,1, pp. 274-276. 51
See, e.g., E. Schillebeeckx, Theologisch Testament. Notarieel nog niet verleden, Baarn, p. 41: “In werkelijkheid
was het concilie ronduit een compromisconcilie.” Also Gerard Philips was very well aware of this fact, but
considered it as the only solution. See Carnets conciliaires de Mgr Gérard Philips, secrétaire adjoint de la
commission doctrinale. Texte néerlandais avec traduction française et commentaires, par K. Schelkens. Avec une
Introduction par L. Declerck, Louvain, 2006, p. 99 : “Il s’agissait de ne pas forcer la droite à une capitulation, mais
de rendre le texte pour eux également acceptable, sans leur donner un complexe de vaincus.” It was not without
reason that people qualified Philips as a homo conciliaris, an attitude which met with disapproval and approval; see
N. Egender, Cinquante ans de Vatican II (1ière partie), in Irénikon 83 (2010) 41-91, p. 81. 52
At Vatican I, about 600 people were present. A bit more than 70% voted in favor of the dogma of infallibility.
About 110 bishops had already left Rome before the vote, mainly because they disagreed but did not want to harm
the pope. As a result, during the vote, only 2 bishops were opposed and 55 abstained. Such a “poor” result is absent
for any of the Vatican II documents. 53
In this regard, G. Philips stated : “Certains trouvent que le Concile n’en valait pas la peine. Mais j’ai l’impression
qu’ils sont peu nombreux. Beaucoup lisent les textes très superficiellement et apportent immédiatement une critique
acerbe. Cela ne fait pas preuve de capacité intellectuelle ni d’humilité.”; see Carnets conciliaires de Mgr Gérard
Philips, secrétaire adjoint de la commission doctrinale. Texte néerlandais avec traduction française et
commentaires, par K. Schelkens. Avec une Introduction par L. Declerck, Louvain, 2006, pp. 155-156.
9
como un evento si es que no se estudia la génesis de los documentos detenidamente. Este punto
es apropiadamente enfatizado por Komonchak, en referencia a Hervé Legrand54
.
Es claro que durante la presentación de la Nota explicativa praevia, los documentos
conciliares naturaliter ofrecen espacio para distintas interpretaciones55
e implementaciones. Aun
con todas sus limitaciones56
, el Concilio Vaticano II preparó el camino para la liturgia africana.
Los obispos de Medellín lo consideraron como una fuente de inspiración, apelando a una
tranformación continua de América Latina a la luz del Concilio Vaticano II. Esto resultó en
nuevas actitudes hacia la libertad religiosa y las relaciones entre la Iglesia y el Estado en países
como Italia y España. La implementación del Concilio resultó en una participación activa de los
fieles en varios continentes en materias de educación, atención pastoral, movimientos sociales,
entre otros. Los obispos alineados con el Concilio Vaticano II como el cardinal Bernardin
fomentó la justicia social y criticó la carrera armamentista. Y sí, el Concilio tendría una división
en su interior con el movimiento de Monseñor Lefebvre, para quien los aspectos de libertad
religiosa y el diálogo interreligioso fueron inaceptables desde un inicio57
. En otras palabras, el
Concilio, como un evento mundial, tuvo un impacto global en la vida de la Iglesia, en distintas
direcciones y formas. El Concilio Vaticano II estuvo dominado por la teología europea, sin
embargo, las voces de los continentes de América, Asia y África se hicieron escuchar y los
resultados del Concilio fueron visibles en todos los continentes58
, algo que no se puede decir del
Concilio de Trento o Vaticano I.
5. Continuidad, discontinuidad, reforma
Hoy en día se debate si el Concilio Vaticano II debería ser calificado en términos de
continuidad, discontinuidad o reforma59
. Al respecto, las personas inmediatamente piensan en el
discurso del Papa Benedicto XVI a la curia, el 22 de diciembre de 2005. En dicho discurso, el
Papa hablaba -con tono de desaprobación- sobre una interpretación que se calificó como "una
54
See Komonchak, pp. 3-4; H. Legrand, Relecture et évaluation de l’Histoire du Concile Vatican II d’un point de
vue ecclésiologique, in Chr. Theobald, Vatican II sous le regard des historiens (Colloque du 23 septembre 2005.
Centre Sèvres-Facultés jésuites de Paris. Théologie, 136), Paris, 2006, pp. 49-82. 55
See the introduction of Mgr. Felici in AS III,8, p. 10; on the Nota, see J. Grootaers, Primauté et collégialité : le
dossier de Gérard Philips sur la Nota Explicativa Praevia (Lumen Gentium, Chap. III), Présenté avec introduction
historique, annotations et annexes (BETL, 72), Louvain, 1986. 56
In this regard, it should be mentioned that the Council did not receive the authority to formulate statements with
regard to birth control and celibacy, two issues which would cause a profound crisis in the Roman-Catholic Church
at the end of the ‘60’s and beginning of the ‘70’s, at least in the Northern hemisphere. 57
See the impressive study of Ph. J. Roy, Le Coetus internationalis patrum, un groupe d’opposants au sein du
Concile Vatican II, Lyon, 2011 58
See the interesting survey in Faggioli, Vatican II. The Battle for Meaning, pp. 38-65. 59
Concerning the vagueness of these concepts, see Ruggieri, Réception et interprétations du concile Vatican II. Les
raisons d’un débat, p. 20: « Il faut se libérer ici de l’hypocrisie des mots : tournant, nouveauté, rupture, mais aussi
continuité sont des termes génériques, qui disent tout et son contraire, s’ils ne sont pas définis concrètement.» The
present authors are of the opinion that those using these words should also clearly circumscribe the domain in which
they want to apply these concepts. Moreover, for a historian, these concepts only make sense within the contexts of
comparative perspectives; see the comments of J.W. O’Malley, Vatican II: Did Anything Happen?, in Theological
Studies 67 (2006) 3-33.
10
hermenéutica de discontinuidad y ruptura"60
. No es algo novedoso que el Concilio Vaticano II
se considerara como una ruptura en comparación con el período preconciliar61
. Un grupo que se
reunía alrededor de Monseñor Marcel Lefebvre ya lo había sugerido. Varias personas se habían
quejado por la ruptura entre la tradición (desde el Concilio de Trento) y el Concilio Vaticano II62
.
Hace poco uno de los obispos del grupo negó, yendo en contra del Concilio Vaticano II, que
hubiesen muerto tantos judíos en la Segunda Guerra Mundial, mientras el Papa Benedicto en su
discurso en la sinagoga en Colonia el 19 de agosto de 2005 conmemoraba a más de 11.000
víctimas judías63
y relacionaba explícitamente el drama de los judíos con Nostra Aetate:
“Ebenfalls in diesem Jahr – wir hörten es – sind es vierzig Jarhe her, dass das Zweite
Vatikanische Konzil die Erklärung Nostra aetate promulgiert und damit neue Perspektiven in den
jüdischchristlichen Beziehungen eröffenet hat, die durch Dialog und Partnerschaft
gekennzeichnet sind …”64
["Se cumple también este año el 40° aniversario de la promulgación
de la declaración Nostra Aetate del concilio ecuménico Vaticano II, que abrió nuevas
perspectivas en las relaciones judeocristianas en un clima de diálogo y solidaridad...".] En el
contexto de una ruptura tan criticada, las personas rápidamente rechazaron el Concilio al
considerarlo como una revolución. Algunos consideran a Pablo VI como el sepulturero de la
tradición, a Benedicto XVI como modernista suave y a Juan Pablo II como el apóstol de la
religión universal65
.
Un segundo grupo destacó la radical diferencia entre la teología previa al Concilio Vaticano
II y lo que ocurrió desde 1968. Calificó a dicho Concilio como una revolución católica66
y
sugirió que existía la necesidad de un Concilio Vaticano III67
. En una de sus últimas
publicaciones, José Comblin describió 1968 de la siguiente manera: “En 1968 éclatait une
revolution totale qui touchait tous les dogmes et toute la morale traditionnelle ainsi que toutes les
structures traditionnelles de l’ Église comme de toute la société”68
. Como bien se sabe, el
profesor J. Ratzinger dejó Tubinga en 1968 debido a que estaba impactado por las revueltas
estudiantiles de aquel entonces. En ese período, las ideas teológicas como la teología de "Dios
está muerto", que recalcaban la importancia del lado social y ético del cristianismo (el marxismo
60
In this reagard, see J. Komonchak, Benedict XVI and the Interpretation of Vatican II, in Cristianesimo nella Storia
28 (2007) 323-337; Id., Novelty in Continuity. Pope Benedict’s Interpretation of Vatican II, in America, February 2,
2009, pp. 10-16. 61
It is remarkable that some people who are praising Trent as a bend in comparison with the previous period, have
problems with the idea that Vatican II might be a bend in its own right; see Ruggieri, Réception et interprétations du
concile Vatican II. Les raisons d’un débat, pp. 24-25. 62
In this regard, see the interesting remarks of D. Menozzi, L’opposition au Concile (1966-1984), in G. Alberigo-J.-
P. Jossua (éd.), La réception de Vatican II (Cogitatio fidei, 134), Paris, 1985, pp. 429-457. 63
We only know the names of 11.000 victims though there might be more people who were killed. 64
See Grusswort von Benedikt XVI. in der Synagoge zu Köln (19. August 2005), in H.-J. Fischer, Päpste und Juden.
Die Wende unter Johannes Paul II. und Benedikt XVI., Berlin, 2012, p. 256. 65
See, e.g., D. Bourmand, Cent ans de modernisme. Généalogie du concile Vatican II, Étampes, 2003, especially
chapter V : « Le modernisme triomphant ». 66
Cf. A. Greeley, The Catholic Revolution. New Wine, Old Wineskins, Vatican Council, Berkely-Los Angeles-
London, 2004, p. 192. 67
See Alberigo, Vatican II et son héritage, pp. 9-10. I do think that some of the developments that became visible in
the post-Vatican II period, were already underway during the Council. In this regard I think of the book of the
Anglican Bishop J.A.T. Robinson, Honest to God, London, 1963 and the positions of P.L. Berger in the beginning
of the sixties, developing secularization-thesis, which he would later revoke. 68
J. Comblin, Vatican II: cinquante ans après, document posthume, transmis au et distribué par le Movimiento
Teologia para la Liberación (Chili) en 2011, traduit par D. Vanhoutte.
11
siempre estaba cerca), eran muy populares. Varias instituciones fueron interrogadas por
personas como Marcuse, Roger Garaudy, Rudi Dutschke y por grupos que se rehusaban -
deliberadamente- a participar en actividades económicas o durante protestas contra el sistema
social y económico existente en ciudades y pueblos como Nueva York, Nanterre, Paris, Louvain
y Ámsterdam. En el año 1968 también se promulgó la encíclica Humanae Vitae, documento que
causó mucho malestar y decepción en América del Norte y Europa Occidental69
y tuvo un
importante rol en la secularización y la creciente polarización. Varias personas dejaron la Iglesia
Católico Romana durante este período de revolución cultural70
. La idea de la colegialidad, tan
estimada por el Concilio71
, estaba bajo presión, hecho que lamentaba profundamente el Cardenal
Suenens, uno de los moderadores del Concilio72
. Tanto para el primer como para el segundo
grupo, 1968 fue un año importante, pues Lefebvre, molesto con las evoluciones posteriores al
Concilio Vaticano II, renunció como Superior General de los Espiritanos.
En efecto, varios estudios le prestaron mucha atención a la discontinuidad entre la Iglesia
pre-conciliar y post-conciliar. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que uno
de los resultados del Segundo Concilio Vaticano fue la coronación de movimientos que
comenzaron antes del Concilio y que a veces se enfrentaron con oposición y sospecha (los
movimiento bíblicos, patrísticos, litúrgicos y ecuménicos son buenos ejemplos73
). En este
sentido, los conceptos previos de ressourcement y aggiornamento dejan claro que se necesitaba
una renovación antes del Concilio74
. Dei Verbum, Sacrosanctum Concilium y Unitatis
Redintegratio son resultados conciliares de estos movimientos, todos tuvieron víctimas y
sospechas en el período preconciliar y muchas de sus actividades se realizaron no oficialmente.
De esta forma, consideramos que el título "hermenéutica de la reforma" como lo utiliza el Papa
hace justicia a los resultados del ressourcement y aggiornamento75
. Incluso con los documentos
69
L. Declerck, La réaction du cardinal Suenens et de l’épiscopat belge à l’encyclique Humanae Vitae: Chronique
d’une Déclaration (juillet-décembre 1968), in ETL 84 (2008) 1-68 offers a very detailed survey about this period
and shows how bishops and theologians at the time were torn by fidelity to the pope on the one hand and fidelity to
their own convictions on the other. 70
About 80.000 priests left the priesthood; millions of lay Catholics left the Roman Catholic Church. 71
See M. Faggioli, Il vescovo e il concilio. Modello episcopale e aggiornamento al Vaticano II, Nolgona, 2005. 72
See A. Kasprzak, La collégialité épiscopale interprétée comme coresponsabilité dans la pensée et l’action du
Cardinal Léon-Joseph Suenens: une figure de pasteur dans la crise qui suit le Concile Vatican II, Paris-Louvain,
2008. 73
See Routhier-Roy-Schelkens (dir.), La théologie catholique entre intransigeance et renouveau. La réception des
mouvements préconciliaires à Vatican II. In these movements, great personalities and committed Church leaders
played an important role as is made clear in A. Denaux-P. De Mey (eds.), The Ecumenical Legacy of Johannes
Cardinal Willebrands (1909-2006), Leuven-Paris-Walpole, MA, 2012, especially the parts II (Willebrands and the
development of the Catholic view on ecumenism during the Second Vatican Council), III (Willebrands and
Ecumenism), and IV (Willebrands and Judaism).
I would suggest that, except for the document on the liturgy, the real recognition of the value of these movements
was realized during the Council and because of the Council. 74
With regard to the potential and the ambiguity of these two concepts, see J.W. O’ Malley, What Happened at
Vatican II, Cambridge Ma-London, 2008, pp. 299-301. 75
This term was also used in Alberigo’s History of Vatican II project, in which both the continuity and novelty got
their own place and Vatican II could therefore be qualified as a transitional Council, something also emphasized by
protestant observers such as L. Vischer, The Council as an event in the Ecumenical Movement, in G. Alberigo-J.A.
Komonchak, History of Vatican II. Vol. V. The Council and the Transition. The Fourth Period and the End of the
Council. September 1965-December 1965, Maryknoll-Leuven, 2006, pp. 538-539.
12
como Nostra Aetate76
y Dignitatis Humanae77
, ambos preparados por el Pontificio Consejo para
la Promoción de la Unidad de los Cristianos y considerados rupturas de la doctrina de la Iglesia
del siglo XIX, hablan de continuidad, al menos en cuanto a lo que estaba ocurriendo
extraoficialmente78
. En cuanto a lo oficial, ambos temas se condenaron y se establecieron
restricciones, como se evidencia en el movimiento Amici Israel79
y la historia de John Courtney
Murray80
.
En otras palabras, conceptos como discontinuidad y continuidad, cuando se consideran en
contextos o casos históricos concretos, se pueden relacionar con reforma. Una reforma real
siempre implica que las cosas se harán de otra manera, sino uno no puede hablar de reforma: los
medios estaban presentes en el Concilio, el estilo de la liturgia cambió, los observadores estaban
en el aula, se reconoció la validez del ecumenismo y se reconoció el movimiento ecuménico, la
actitud hacia las misiones se repensó en la época post colonial y todos los continentes estaban
presentes. Esto simplemente no había ocurrido antes. De facto, la reforma siempre resulta en
discontinuidad, como fue el caso del Concilio de Trento. En otras palabras, si uno realmente
quiere evitar una lectura fundamentalista de los textos, debe intentar entender el significado real
en contextos concretos.
Por lo tanto, que los textos del Concilio Vaticano II sean textos de compromiso refiere
tanto del Concilio como evento como a su legado. Que dichos textos fueran más allá de las
expectativas de los participantes (incluidos observadores) es parte del Concilio tanto como
evento como a su legado. En este sentido, Giuseppe Alberigo una vez indicó: "Vaticano II
mostró ser un concilio dedicado a responder de manera positiva, proponiendo a la actual
humanidad -una vez más- los contenidos esenciales del evangelio de acuerdo con los criterios
establecidos por los principios pastorales y el aggiornamento"81
.
76
See M. Lamberigts-L. Declerck, Vatican II on the Jews : A Historical Survey, in M. Moyaert-D. Pollefeyt (eds.),
Never Revoked. Nostra Aetate as Ongoing Challenge for Jewish-Christian Dialogue, Leuven-Grand Rapids-
Cambridge, 2010, pp. 13-56 77
See the excellent study of S. Scatena, La fatica della libertà. L’elaborazione della dichiarazione «Dignitatis
Humanae» sulla libertà religiosa del Vaticano II (Testi e ricerche di scienze religiose. Nuova serie, 31), Bologna,
2003. 78
In this regard, the fundamental question for us is what is compared with what. See the valid remarks of Cl.
Troisfontaines, Quelques enjeux de Vatican II. À propos d’un quarantième anniversaire, in RTL 37 (2006) 379-393,
p. 392: “Une autre question qui se pose actuellement est de savoir si le Concile a introduit une discontinuité dans la
doctrine de l'Eglise ou s'il est resté en parfaite continuité avec celle-ci. Nous pensons, ici également, qu'il faut
dépasser cette opposition stérile. L'aggiornamento voulu par Jean XXIII entendait bien apporter une réforme dans
l'Eglise. Or qui dit réforme, dit à la fois continuité et discontinuité. Si l'on se réfère aux trois questions que nous
avons présentés - la collégialité, la liberté religieuse et la révélation pour le salut - on se trouve, chaque fois, devant
des thèmes qui n'étaient pas explicitement développés à l'époque. En ce sens, on a pu parler, à diverses reprises, de
révolution dans l'Église. Mais ce qui nous frappe, c'est que ces révolutions étaient dans tous les cas, des retours à des
conceptions plus ancrées dans la tradition que les formulations des 19e et 20
e siècles. En d'autres termes Vatican II a
effectué une vaste opération de ressourcement qui lui a permis de surmonter les clivages plus tardifs, expressions
d'un appauvrissement de la véritable tradition de l'Eglise.” 79
See M. Lamberigts, Discontinuity in the Teaching of the Roman Catholic Church: The Case of Nostra Aetate 4
(forthcoming). 80
See, e.g., J.A. Komonchak, The Silencing of John Courtney Murray, in A. Melloni, D. Menozzi, G. Ruggieri, M.
Toschi, Cristianesimo nella storia. Saggi in onore di Giuseppe Alberigo (Testi e ricerche di scienze religiose. Nuova
serie, 18), Bologna, 1996, pp. 657-702. 81
Alberigo, Transition to a New Age, p. 611.
13
En su discurso, el Papa Benedicto XVI, citó a Gaudet Mater Ecclesia82
, donde Juan
XXIII indicó que el Concilio deseaba "transmitir la doctrina pura e integral, sin atenuantes ni
distorsión". John XXIII mantenía: "Nuestro deber no es solo resguardar este precioso tesoro,
como si solo estuviésemos preocupados por la antigüedad, sino que también dedicarnos con
voluntad sincera y sin medio al trabajo que nuestra era nos exige...". Todo esto es correcto, pero
Juan XXIII también dijo que esta doctrina se debía expresar de otra manera, una manera nueva
de hablar que requeriría mucho trabajo y que se debía hacer con mucha paciencia: “Scilicet eae
inducendae erunt rationes res exponendi, quae cum magisterio, cuius indoles praesertim
pastoralis est, magis congruant.”83
Juan XXIII incluso llegó a sugerir que la forma en que la
Iglesia se oponía a los errores debía ser distinta en comparación con el pasado: “La Iglesia
siempre se ha opuesto a estos errores. Con frecuencia, los ha condenado con gran severidad.
Hoy en día, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere hacer uso de la medicina de la misericordia
que de la severidad. Ella considera que responde a las necesidades de la actualidad al demostrar
la validez de sus enseñanzas, más que a través de condenas. (...) La Iglesia Católica (...) desea
mostrarse a sí misma como la madre cariñosa, benévola, paciente, llena de misericordia y bondad
hacia los hermanos que se han separado de ella"84
.
La petición del Papa Juan de estudiar y exponer la doctrina auténtica de la Iglesia
mediante métodos de investigación y formas literarias de pensamiento moderno, también se
debiese aplicar a los documentos del Concilio Vaticano II, dado que varios padres se refieren al
discurso de apertura del Papa cuando quieren respaldar sus propios argumentos. En cualquier
caso, y la historia del cristianismo lo deja claro, la continuidad, la discontinuidad y la reforma
pertenecen a la esencia de la vida cristiana, porque la vida cristiana está esencialmente
caracterizada por las culturas en las cuales se manifiesta85
.
Es evidente que el debate sobre la continuidad, la discontinuidad y la reforma está
relacionados con ideas sobre la Tradición y las tradiciones. Al respecto, hay que mencionar que
los Papas generalmente apelan a sus antecesores más inmediatos cuando piensan en la
tradición86
, y a veces dejan de lado la opinión de obispos, teólogos y creyentes, como quedó
claro con la reacción belga a Humanae Vitae87
. Este elemento se debería considerar cuando se
82
For the English version of Benedict’s address, the Vatican website used the translation of the pope’s opening
speech as present in W.M. Abbott (Ed.), The Documents of Vaticanum II, New York, 1966, pp. 710-719. 83
See Gaudet Mater Ecclesia (AAS 54 [1962], p. 792). 84
“Ad praesens tempus quod attinet, Christi Sponsae placet misericordiae medicinam adhibere, potius quam
severitatis arma suscipere; magis quam damnando, suae doctrinae vim uberius explicando putat hodiernis
necessitatibus esse consulendum. (…) Catholica Ecclesia (…) amantissimam omnium matrem se vult praebere,
benignam, patientem, atque erga filios a se seiunctos misericordia.” Gaudet Mater Ecclesia (AAS 54 [1962], p.
792). 85
See Schelkens, Van dualisme naar veelheid, p. 397: the International Theological Commission held a plea in
favour of pluriformity as an enrichment for theology. 86
Lash, Oracle, Dissent and Conversation, p. 16. See also the very detailed critique of cardinal Frings (probably
written by his peritus Ratzinger) on the scheme De Ecclesia; Ruggieri, Réception et interprétations du concile
Vatican II. Les raisons d’un débat, pp. 18-20. 87
The Belgian theologians, preparing a declaration of the Belgian bishops after the publication of Humanae Vitae,
“constatent que l’ensemble des réactions est peu favorable à l’encyclique et qu’elle est troublante pour la conscience
d’un très grand nombre de personnes loyalement fidèles à l’Église.” See Declerck, La réaction du cardinal Suenens
et de l’épiscopat belge à l’encyclique Humanae Vitae. Chronique d’une Déclaration (juillet-décembre 1968), p. 22.
14
reflexiona sobre el Concilio. Cuando los Padres Conciliares cambiaron el orden de los capítulos
del esquema De Ecclesia, pusieron el capítulo sobre el pueblo de Dios antes del que hablaba de
la jerarquía, un claro gesto simbólico88
.
La historia del Concilio Vaticano II es un buen ejemplo de como un concilio “multicultural”
a través de cuatro sesiones se caracterizó por el desarrollo, el cambio, la reforma y cosas del
género: temas como el sacerdocio, la actividad misionera y los laicos son buenos ejemplos de
cómo los textos pueden, en un principio, ser reducidos a meras propuestas en la tercera sesión y
desarrollados en textos conciliares bien elaborados en la cuarta sesión89
. Todos los creyentes
están involucrados en el tria munera (los tres oficios de enseñar, santificar y gobernar) como
pueblo de Dios, que forman la Iglesia. Es la Iglesia la que es profética, sacerdotal y real. Como
consecuencia, los textos relacionados a la esencia de la vida cristiana merecen más que estar en
un “nivel de proposiciones". Sugerimos que en el debate sobre la continuidad, discontinuidad y
reforma, el debate debería prestar mayor atención a la interacción entre los procesos de génesis
de los textos durante el Concilio. Nunca nadie ha negado que algunos textos tuvieron un impacto
en la génesis de otros textos90
y es bien conocido el papel fundamental de Lumen Gentium como
punto de referencia de los textos que vendrán. Debiera acá ser advertido que los textos sobre el
sacerdocio, la actividad misionera y los laicos fueron aprobados en la cuarta sesión, una sesión
In light of central issues of Vatican II, the theologians suggest that “il aurait été opportune de faire appel à la
collégialité des évêques et au sens des membres du peuple ayant une expérience de la vie conjugale.” The
theologians are also of the opinion that with regard to this not infallible document other competent people can come
to conclusions, opposed to those of the pope: “S’ils ne peuvent pas se rallier à la vérité proposée et sont certains en
conscience de la vérité trouvée, ils sont obligés de suivre leur conscience.” In other words, tradition is one thing,
difference in insights on the basis of competency is being another. Concrete experiences of married faithful are
considered to be a valid element in the dossier. Speaking in such cases of dissent or disobedience seems to neglect
that all faithful have received the Spirit through baptism, that colleagues in the concilium episcoporum can come to
opposed conclusions (as was the case in the several commissions), and that the freedom of conscience is not only a
universal, but also a Christian and a Catholic right. 88
I think one of the desiderata for ecclesiological research would be to examine in which context the concept people
of God is used in the official ecclesiastical documents after the Synod of 1985. See the critical but nuanced remarks
of A. DENAUX, Kerk als gemeenschap. Overwegingen bij het eindrapport van de buitengewone
Bisschoppensynode 1985, in Collationes 16 (1986) 171-215; cf. also G. Routhier, L’Assemblée extraordinaire de
1985 du synode des évêques: moment charnière de relecture de Vatican II dans l’Église catholique , in Ph.
Bordeyne-L. Villemin (dir.), Vatican II et la théologie. Perspectives pour le XXIe siècle (Cogitatio Fidei, 254), Paris,
2006, pp. 61-88. 89
For the shift with regard to the document on the laity, see, e.g., G. Bausenhart, Theologischer Kommentar zum
Dekret über das Apostolat der Laien Apostolicam actuositatem, in P. Hünermann-B.J. Hilberath (Hrsg.), Herders
Theologischer Kommentar zum Zweiten Vatikanischen Konzil Vol. 4, Freiburg-Basel-Wien, 2005, pp. 35-36. The
reduction of the text about the missions to a series of theses was heavily criticized by the missionary bishops, who
received the support of their colleagues from the northern hemisphere; see, among others, P. Hünermann,
Theologischer Kommentar zum Dekret über die Missionstätigkeit der Kirche Ad Gentes, in P. Hünermann-B.J.
Hilberath (Hrsg.), Herders Theologischer Kommentar zum Zweiten Vatikanischen Konzil Vol. 4, Freiburg-Basel-
Wien, 2005, pp. 245-252. While the missionary bishops took the lead in the opposition to the propositions about the
missions, the Western bishops, especially those from Germany and the Scandinavian countries played an important
role in the resistance to a mere propositions text about the priesthood; for the details, see, e.g., O. Fuchs-P.
Hünermann, Theologischer Kommentar zum Dekret über den Dienst und das Leben der Presbyter, in P.
Hünermann-B.J. Hilberath (Hrsg.), Herders Theologischer Kommentar zum Zweiten Vatikanischen Konzil Vol. 4,
Freiburg-Basel-Wien, 2005, pp. 380-406. 90
Often, it was formulated as an accusation to the opponents, but it revealed more about the accuser than about the
accused.
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extra y necesaria dado que los Padres Conciliares querían darle mayor atención y tiempo al
esquema de la Iglesia en el mundo.
6. El estilo literario del Concilio Vaticano II91
Ya hemos mencionado que el Vaticano II no formuló ningún anathema sit. Desde un punto
de vista doctrinal y disciplinario, esto era nuevo en comparación con Concilios previos. El
procedimiento del anathema sit tiene algunas ventajas, pues deja claro qué es lo que se debe
rechazar y condenar. Además, ofrece criterios sobre lo que está prohibido por las autoridades de
la iglesia (papas, magisterio, concilios). Las directrices son claras. Sin embargo, uno se queda
con la impresión de que no encajan con la idea de Juan XXIII sobre el Concilio pastoral. Es
difícil reconciliar conceptos como el aggiornamento o documentos como el discurso Gaudet
Mater Ecclesia, Pacem in Terris, con un anathema sit. No es casualidad que, Juan Pablo II
hablara sobre el tono nuevo de los documentos92
y John W. O' Malley consideraba que el estilo
de estos documentos los separaba de otros concilios93
. Se debe destacar que el lenguaje del
Concilio Vaticano II es uno que invita: los sacerdotes son calificados como hermanos y amigos
de obispos94
.
En Apostolican Actuositatem 25 se afirma que el derecho y obligación de ejercer el
apostolado es común en todos los creyentes y los laicos también tienen su propio rol en la
construcción de la Iglesia95
. Por esta razón, los sacerdotes deberían trabajar de manera fraternal
con los laicos en y para la iglesia y prestarles mayor atención a las personas laicas involucradas
en trabajos apostólicos. Los textos expresan preocupación por las alegrías y esperanzas, penas y
preocupaciones de esta era, en especial de los pobres96
, y dejan en claro que esta preocupación es
compartida por los cristianos97
. Estos textos, por muy hermosos que sean, se deben traducir en
91
On this issue, see J. Famerée (éd.), Vatican II comme style. L’herméneutique théologique du concilie, Paris, 2012 92
Cf. John Paul II, Tertio millennio adveniente 20: “The Council's enormously rich body of teaching and the striking
new tone in the way it presented this content constitute as it were an anticipation and proclamation of new times.
The Council Fathers spoke in the language of the Gospel, the language of the Sermon on the Mount and the
Beatitudes. In the Council's message God is presented in his absolute lordship over all things, but also as the One
who ensures the authentic autonomy of earthly realities.” The italics are not mine, but are present in the English
version of the text on the Vatican’s official website. 93
O’ Malley, What happened at Vatican II?, p. 305. 94
See Presbyterorum Ordinis 7: “Propter hanc ergo in eodem sacerdotio atque ministerio communionem episcopi ut
fratres et amicos suos habeant presbyteros eorum que bonum tam materiale quam praesertim spirituale ipsis pro
viribus cordi sit.” See also paragraph 8. 95
Apostolicam Actuositatem 25: “Quapropter fraterne cum laicis operentur in ecclesia et pro ecclesia specialem que
curam habeant laicorum in eorum operibus apostolicis.” 96
Conciliar texts such as Gaudium et Spes have been described as naïve and too optimistic. This is at least true with
regard to poverty. The situation at the time of the Council was seemingly better than today. Today, in China less
than 10% of the population possesses 60% of the Chinese property. The European Community is constantly
alarming us that the number of poor people is growing, not only in the PIGS-countries, but also elsewhere. See also
the pertinent remarks of L. Sowle Cahill, Practical Hope: Today’s Challenge, in J. Verstraeten (ed.), Scrutinizing
the Signs of the Times in the Light of the Gospel (BETL, 207), Leuven-Paris-Dudley, MA, 2007, pp. 323-325. 97
Gaudium et Spes 1: “Gaudium et spes luctus et angor hominum huius temporis pauperum praesertim et quorumvis
afflictorum gaudium sunt et spes luctus et angor etiam Christi discipulorum nihilque vere humanum invenitur quod
in corde eorum non resonet.”
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hechos y acciones, sino son simplemente pasan a ser solo papel98
. Podría muy bien ocurrir que
este lenguaje especial, que abre el horizonte de expectativas, se volverían problemáticos en el
proceso de implementación99
, pues varios textos se escribieron utilizando el indicativo u
operativo, no el imperativo. Los textos estaban dirigidos a los creyentes y personas de buena
voluntad100
.
Por lo tanto, eran menos útiles para una adecuada implementación canónico-jurídica. Los
textos pueden diferir en el nivel de género literario101
, pero al menos tienen la intención de
entregar esperanza e inspiración para el futuro, mientras se refieren al pasado. La Escritura y la
patrística están presentes en abundancia, el estilo "nuevo" es, por lo tanto, un estilo "antiguo" y el
atractivo de estas fuentes revelan el "tipo de institución que el Concilio esperaba que fuese la
Iglesia"102
.
Queremos enfatizar que este estilo no puede ser separado del contenido, que por lo general es
más doctrinal y disciplinario de lo que todos piensan, pero solo se puede entender
completamente y eventualmente apreciar cuando uno toma en cuenta el "nuevo" estilo. Se
rechazaron las proposiciones, los canones están ausentes103
. Omnis comparatio claudicat, pero
cuando uno compara la mención del Espíritu Santo en los concilios como el Concilio de Trento,
Vaticano I y Vaticano II, la única conclusión que se puede alcanzar es que el Concilio Vaticano
II hace muchas más referencias al Espíritu Santo que el Concilio de Trento (un poco menos que
200 v/s menos de 80), mientras que el Espíritu no se consideró importante en el Concilio
Vaticano I (un poco más de 10 veces).
No sugerimos que el Espíritu Santo esté más presente en los Concilios pastorales que en los
doctrinales, siendo el Concilio Vaticano ll el primer concilio pastoral, aunque sí sugerimos que
los padres conciliares de este concilio hablaron más del Espíritu Santo y sintieron menos la
necesidad de condenar104
, al buscar llegar a acuerdos entre más de 2000 participantes105
.
Inmediatamente aceptamos que este tipo de lenguaje causa grandes problemas durante el proceso
de recepción, pues intentar buscar una fórmula canónica apropiada para los textos del Concilio
Vaticano II no es tarea fácil, algo que quedó en evidencia en el CIC de 1983106
. El lenguaje
jurídico no parece ser familiar, con aspectos como la lectura de los signos de los tiempos, bajo la
guía del Espíritu Santo.
98
See the pertinent remarks of P. Hünermann, Der Text: Werden-Gestalt-Bedeutung. Eine hermeneutischen
Reflexion, in P. Hünermann-B.J. Hilberath (Hrsg.), Herders Theologischer Kommentar zum Zweiten Vatikanischen
Konzil Vol. 5, Freiburg-Basel-Wien, 2006, p. 79. 99
See Theobald, The Reception of the Second Vatican Council: Drawing Up a Criteriology. On the Normative
Function of History in Catholic Theology, pp. 17-18. 100
Good examples are Lumen Gentium 46; Apostolicam Actuositatem 8; 11; 14; Gaudium et Spes 22; 52. 101
See Theobald, The Reception of the Second Vatican Council: Drawing Up a Criteriology. On the Normative
Function of History in Catholic Theology, p. 18. 102
O’Malley, What Happened at Vatican II?, p. 305. 103
It is only in Sacrosanctum Concilium 128 that the word appears in a non-Biblical context. In Dei Verbum 8 and
20 the term is used respectively with regard to the Bible or the New Testament. 104
As far as I can see, only Inter Mirifica did not explicitly refer to the Holy Spirit. 105
See the numbers in G. Alberigo, Transition to a New Age, in G. Alberigo-J.A. Komonchak, History of Vatican II.
Vol. V. The Council and the Transition. The Fourth Period and the End of the Council: September 1965-December
1965, Maryknoll-Leuven, 2006, p. 573 106
See the excellent study of E. Corecco, La réception de Vatican II dans le code de droit canonique, in G.
Alberigo-J.-P. Jossua (éds), La réception de Vatican II, Paris, 1985, pp. 327-391.
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7. Para concluir
En la historia de los concilios ecuménicos, el Concilio Vaticano II ocupa un lugar especial.
Este fue un concilio pastoral donde estuvieron presentes, más que nunca en la historia, los
obispos y superiores generales provenientes de distintas partes del mundo. Además, fue un
Concilio que se caracterizó por su libertad de expresión107
y creatividad, al descubrir las
escrituras como fuente de revelación y la liturgia como algo que le importa a la comunidad en su
totalidad y, por lo tanto, decidieron que se usaría las lenguas vernáculas y se promovería la
participación activa. Este fue un concilio sin un anatema, expresando mucho respeto por las
denominaciones no católicas, las religiones no cristianas, la libertad y consciencia religiosa. Si
bien el Concilio se preparó en menos de 3 años, la mayoría de sus documentos preparatorios108
fueron rechazados por los Padres Conciliares pues no cumplían con los estándares del concilio
pastoral. La discusión y el debate fueron posibles sin la presencia de cismas o quiebres, al menos
durante el Concilio. En este, varios teólogos, bajo sospecha y/o condenados, se rehabilitaron y
tuvieron la oportunidad de jugar un rol importante como peritos oficiales. La mayoría del
material del Concilio se puso a disposición de investigaciones y así los historiadores pudieron
comenzar a investigar sobre la historia de este Concilio mucho antes del Concilio de Trento. El
material disponible revela la diversidad de opiniones, posiciones, entre otros: cada texto tiene su
propia génesis histórica, con contiendas entre cambiantes mayorías y minorías. Como resultado,
sus textos son compromisos, inspirados por la voluntad de querer tomar decisiones unánimes.
Todos estos elementos se deben considerar cuando se quiere estudiar e interpretar los textos
conciliares en contexto y cuando se desea que ellos sean útiles en nuevos contextos como el
actual. Dada la diversidad de posiciones en el Concilio y las distintas características de los
textos, es evidente que las interpretaciones actuales pueden ser muy diferentes, pero las
conversaciones se deben realizar en una atmósfera tal que el adagio de Gaudet Mater Ecclesia
pueda todavía seguir siendo válido.
107
In this regard, it would be good to have an inventory of all those who, during the general sessions, applauded,
protested and the like. It would also be worthwile to systematically examine who reacted against whom and why.
Finally, it would be of great help to have a (more or less) complete list of speeches held by Council fathers, but
prepared by their (un)official periti. 108
It is a bit naive to think that all members of the preparatory central commission were pleased with what was
prepared; see A. Indelicato, Difendere la dottrina o annunciare l’Evangelo. Il dibattito nella Commissione centrale
preparatoria del Vaticano II, Genua, 1992.