vemos la pasión de jesús; también vemos a todos los...benedicto xvi viernes santo ii — marzo 30...

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PARA REFLEXIONAR En el espejo de la cruz hemos visto todos los sufrimientos de la humanidad de hoy. En la cruz de Cristo hoy hemos visto el sufrimiento de los niños abandonados, de los niños víctimas de abusos; las amenazas contra la familia; la división del mundo en la soberbia de los ricos que no ven a Lázaro a su puerta y la miseria de tantos que sufren hambre y sed. Pero también hemos visto "estaciones" de consuelo. Hemos visto a la Madre, cuya bondad permanece fiel hasta la muerte y más allá de la muerte. Hemos visto a la mujer valiente que se acerca al Señor y no tiene miedo de manifestar solidaridad con este Varón de dolores. Hemos visto a Simón, el Cirineo, un africano, que lleva la cruz juntamente con Jesús. Y mediante estas "estaciones" de consuelo hemos visto, por último, que, del mismo modo que no acaban los sufrimientos, tampoco acaban los consuelos. y juntarla en la unidad, Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la Cena del Señor. Todos: R/: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. Terminada la Comunión, el Celebrante dice para la acción de gracias la siguiente oración: Oremos. Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de Jesucristo, por medio de nuestra participación en este sacramento, prosigue en nosotros la obra de tu amor y ayúdanos a vivir entregados siempre a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Oración sobre el Pueblo Envía, Señor, tu bendición sobre estos fieles tuyos que han conmemorado la muerte de tu Hijo y esperan resucitar con él; concédeles tu perdón y tu consuelo, fortalece su fe y condúcelos a su eterna salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Todos se retiran en silencio. A su debido tiempo se desnuda el altar. Iglesia Católica Anglicana Diócesis de la Nueva Granada Obispo Diocesano: Germán Orrego Hurtado. ACC Rvdo. P. Julio Ricardo Sánchez Torres. ACC Misión San Agustín - Manizales / Caldas [email protected] 3104269372 “En tus manos mi espíritu encomiendo” (Sal. 31,6) SOLEMNE ACCIÓN LITÚRGICA VESPERTINA EN LA PASIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR II “Los Padres de la Iglesia consideraban que el mayor pecado del mundo pagano era su insensibilidad, su dureza de corazón, y citaban con frecuencia la profecía del profe- ta Ezequiel: "Os quitaré el corazón de piedra y os daré un corazón de carne" (cf. Ez 36, 26). Convertirse a Cristo, hacerse cristiano, quería decir recibir un corazón de carne, un corazón sensible ante la pasión y el sufrimiento de los demás. Nuestro Dios no es un Dios lejano, intocable en su bienaventuranza. Nuestro Dios tiene un corazón; más aún, tiene un corazón de carne. Se hizo carne precisamente para poder sufrir con nosotros y estar con nosotros en nuestros sufrimientos. Se hizo hombre para darnos un corazón de carne y para despertar en nosotros el amor a los que sufren, a los necesitados. Siguiendo a Jesús en el camino de su pasión, no sólo vemos la pasión de Jesús; también vemos a todos los que sufren en el mundo. Corazón, ayúdanos a ver con el corazón”. Obispo Emérito de Roma. Benedicto XVI VIERNES SANTO II — MARZO 30 DE 2018 En el silencio de esta noche, en el silencio que envuelve el Sábado Santo, embargados por el amor ilimitado de Dios, vivimos en la espera del alba del tercer día, el alba del triunfo del Amor de Dios, el alba de la luz que permite a los ojos del corazón ver de modo nuevo la vida y el sufrimiento.

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Page 1: vemos la pasión de Jesús; también vemos a todos los...Benedicto XVI VIERNES SANTO II — MARZO 30 DE 2018 En el silencio de silencio que envuelve el Sábado Santo, embargados por

PARA REFLEXIONAR

En el espejo de la cruz hemos visto

todos los sufrimientos de la

humanidad de hoy. En la cruz de

Cristo hoy hemos visto el

sufrimiento de los niños

abandonados, de los niños víctimas

de abusos; las amenazas contra la

familia; la división del mundo en la

soberbia de los ricos que no ven a

Lázaro a su puerta y la miseria de

tantos que sufren hambre y sed.

Pero también hemos visto

"estaciones" de consuelo. Hemos

visto a la Madre, cuya bondad

permanece fiel hasta la muerte y más

allá de la muerte. Hemos visto a la

mujer valiente que se acerca al Señor

y no tiene miedo de manifestar

solidaridad con este Varón de

dolores. Hemos visto a Simón, el

Cirineo, un africano, que lleva la

cruz juntamente con Jesús. Y

mediante estas "estaciones" de

consuelo hemos visto, por último,

que, del mismo modo que no acaban

los sufrimientos, tampoco acaban los

consuelos.

y juntarla en la unidad, Tú que vives

y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Éste es el Cordero de Dios, que quita el

pecado del mundo. Dichosos los invitados a

la Cena del Señor. Todos: R/: Señor, no soy digno de que

entres en mi casa, pero una palabra tuya

bastará para sanarme.

Terminada la Comunión, el Celebrante

dice para la acción de gracias la siguiente

oración:

Oremos.

Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y

resurrección de Jesucristo, por medio de nuestra participación en este

sacramento, prosigue en nosotros la obra de tu amor y ayúdanos a vivir

entregados siempre a tu servicio. Por

Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración sobre el Pueblo

Envía, Señor, tu bendición sobre estos

fieles tuyos que han conmemorado

la muerte de tu Hijo y esperan resucitar

con él; concédeles tu perdón y

tu consuelo, fortalece su fe y

condúcelos a su eterna salvación. Por

Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Todos se retiran en silencio. A su debido tiempo se desnuda el altar.

Iglesia Católica Anglicana

Diócesis de la Nueva Granada

Obispo Diocesano: Germán Orrego Hurtado.

ACC

Rvdo. P. Julio Ricardo Sánchez Torres. ACC

Misión San Agustín - Manizales / Caldas

[email protected]

3104269372

“En tus manos mi espíritu encomiendo” (Sal. 31,6)

SOLEMNE ACCIÓN LITÚRGICA VESPERTINA

EN LA PASIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR II

“Los Padres de la Iglesia consideraban que el mayor

pecado del mundo pagano era su insensibilidad, su dureza

de corazón, y citaban con frecuencia la profecía del profe-

ta Ezequiel: "Os quitaré el corazón de piedra y os daré un

corazón de carne" (cf. Ez 36, 26). Convertirse a Cristo,

hacerse cristiano, quería decir recibir un corazón de carne,

un corazón sensible ante la pasión y el sufrimiento de los

demás.

Nuestro Dios no es un Dios lejano, intocable en su

bienaventuranza. Nuestro Dios tiene un corazón; más aún,

tiene un corazón de carne. Se hizo carne precisamente

para poder sufrir con nosotros y estar con nosotros en

nuestros sufrimientos. Se hizo hombre para darnos un

corazón de carne y para despertar en nosotros el amor a

los que sufren, a los necesitados.

Siguiendo a Jesús en el camino de su pasión, no sólo

vemos la pasión de Jesús; también vemos a todos los

que sufren en el mundo. Corazón, ayúdanos a ver con

el corazón”. Obispo Emérito de Roma. Benedicto XVI

VIERNES SANTO II — MARZO 30 DE 2018

En el silencio de

esta noche, en el

silencio que

envuelve el Sábado

Santo, embargados

por el amor

ilimitado de Dios,

vivimos en la

espera del alba del

tercer día, el alba

del triunfo del

Amor de Dios, el

alba de la luz que

permite a los ojos

del corazón ver de

modo nuevo la vida

y el sufrimiento.

Page 2: vemos la pasión de Jesús; también vemos a todos los...Benedicto XVI VIERNES SANTO II — MARZO 30 DE 2018 En el silencio de silencio que envuelve el Sábado Santo, embargados por

8a. Intención. (Por los gobernantes).

Oremos también por los jefes de Estado y todos los responsables de los

asuntos públicos, para que Dios nuestro Señor les inspire decisiones

que promuevan el bien común, en

un ambiente de paz y libertad.

Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios

todopoderoso y eterno, en cuya mano

está mover el corazón de los hombres

y defender los derechos de los pueblos,

mira con bondad a nuestros

gobernantes, para que, con tu ayuda,

promuevan una paz duradera, un

auténtico progreso social y una

verdadera libertad religiosa. Por

Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

9a. Intención. (Por los que se

encuentran en alguna tribulación).

Oremos, hermanos, a Dios Padre

todopoderoso, para que libre al mundo

de todas sus miserias, dé salud a los

enfermos y pan a los que tienen

hambre, libere a los encarcelados y

haga justicia a los oprimidos,

conceda seguridad a los que viajan,

un pronto retorno a los que

se encuentran lejos del hogar y la vida

eterna a los moribundos.

Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios

todopoderoso y eterno, consuelo de los

afligidos y fortaleza de los que

sufren, escucha a los que te invocan en

su tribulación, para que experimenten

todos la alegría de tu misericordia. Por

Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

3. ADORACIÓN DE LA CRUZ

Terminada la Oración Universal, se

hace la adoración solemne de la Santa

Cruz. Para la adoración, de la cruz se

trae procesionalmente y se descubre en

tres momentos. 1. en la entrada del templo, en la mitad del templo y en el

altar. Al presentar la cruz, el Celebrante la

descubre en tres etapas: primero, lo alto de la cruz; después, uno de los brazos;

finalmente, la cruz entera. A medida que

aparece, el celebrante en un comienzo al

pie del altar y al lado de la epístola,

después sobre las gradas, finalmente en

medio del altar, la levanta ante la mirada

de los fieles, cantando: Sacerdote: Mirad

el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada

la salvación del mundo. Todos: R/:

Venid, adorémoslo.

Sigue la adoración. Para ella, los fieles se

acercan procesionalmente, y besa el

crucifijo.

¡Pueblo mío!, ¿qué te he hecho? ¿en qué

te he ofendido? ¡respóndeme?.

Santo Dios.

Santo Fuerte. Santo inmortal.

Ten piedad de nosotros.

Por haberte sacado de la tierra de Egipto

has preparado una Cruz a tu Salvador.

Todos: R/: Santo Dios. Santo Fuerte.

Santo inmortal. Ten piedad de

nosotros.

Porque te guié cuarenta años por el

desierto y te alimenté con maná y te

introduje en tierra sumamente buena, has

preparado Cruz a tu Salvador.

Todos: R/:

Santo Dios. Santo Fuerte.

Santo inmortal. Ten piedad de nosotros.

Himno “Pange, lingua gloriósi” a la

Santa Cruz

¡Oh Cruz fiel! el más noble de los

árboles; ningún bosque produjo otro

igual en hoja, ni en flor ni en fruto. ¡Oh

dulce leño, dulces clavos los que

sostuvieron tu dulce peso!

Canta, oh lengua la victoria del más

glorioso combate, y celebra el noble

triunfo de la Cruz, y cómo el Redentor

del mundo venció, siendo en ella

inmolado.

Compadecido el Creador del engaño de

nuestro primer padre, incurriendo en la

muerte por haber gustado del fruto

prohibido, señaló otro árbol para reparar

el daño del primero.

Este modo de obrar nuestra salvación,

requería que una estratagema burlase las

artimañas del traidor, y hallar el remedio

allí mismo donde hirió el enemigo con su

engaño.

Cuando, pues, vino la plenitud del

tiempo sagrado, fue enviado del seno del

Padre, su Hijo, Creador del mundo, y,

revestido de la carne, nació de vientre

virginal.

Mira cómo languidece gustando amarga

hiel, traspasando su cuerpo espinas,

clavos y lanza, manando sangre y agua:

la tierra, el mar, el cielo, el mundo

entero, son lavados en este río.

Tu fuiste el único árbol digno de

sostener la víctima del mundo, de ser

para el universo náufrago el puerto de

salvación, el arca santa, rociada con la

bendita sangre del cuerpo del Cordero.

¡Gloria eterna a la Trinidad

soberana!, ¡gloria igual al Padre y al

Hijo, igual honor al Espíritu

Consolador! El universo alabe al

nombre del que es Uno y Trino. así

sea.

4. SAGRADA COMUNIÓN

Concluida la Adoración de la Cruz, y

colocada en el lugar dispuesto, se traslada la Eucaristía desde el

monumento al altar. El celebrante reza en voz alta y clara.

Oremos. - Teniendo en cuenta la orden del Señor y aleccionados por el divino

Maestro, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a

nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la

tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro

pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros

perdonamos a los que nos ofenden; no nos

dejes caer en la tentación, y líbranos del

mal. Amén

Líbranos, Señor, de todos los males

pasados, presentes y futuros; y por la

intercesión de la bienaventurada y gloriosa Virgen María, Madre de Dios, y de tus

bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo,

y Andrés, y de todos los Santos, da

propicio la paz en nuestros días, para que, ayudados con el auxilio de tu misericordia,

vivamos siempre libres de pecado, y

seguros contra toda perturbación, mientras

esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

El pueblo concluye la oración, aclamando:

Tuyo es el reino, tuyo el poder y la

gloria por siempre. Amén

Oración por la paz y la fidelidad: Señor

mío Jesucristo, que dijiste a los Apóstoles

“La paz os dejo mi paz os doy”, no mires

mis pecados, sino la fe de tu Iglesia, y conforme a tu voluntad, dígnate darle la paz