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TRABAJO DE ICATRANSCRIPT
1. ¿Qué diferencia existe entre santo, beato y siervo?
Santo: Gracias a la canonización, el beato recibe el nombre de santo.
Para la canonización hace falta otro milagro atribuido a la intercesión
del ya beato y ocurrido después de su beatificación. Mediante la
canonización se concede el culto público en la Iglesia universal, se le
asigna un día de fiesta y se le pueden dedicar iglesias y santuarios. La
canonización compromete la infalibilidad pontificia. Las modalidades
de verificación del milagro son iguales a las seguidas en la
beatificación. El Papa puede obviar estos requisitos si una razón
importante lo determina. El martirio no requiere habitualmente un
milagro, pero casi siempre se espera.
El Beato: El milagro requerido debe ser probado a través de una
comisión de expertos en medicina y teólogos. Es muy exhaustivo el
estudio, sin margen a un error. La iglesia prefiere demorar y estudiar bien
cada caso que beatificar a alguien sin merecerlo, o basándose en
documentos o datos erróneos. El milagro no es requerido si la persona
ha sido reconocida mártir. Los beatos son venerados públicamente,
pero solo por la iglesia local, no se incluyen en el calendario romano ni
se proponen a toda la iglesia. Además de los atributos personales de
caridad y virtudes heroicas, se requiere un milagro obtenido a través de
la intercesión del Venerable y verificado después de su muerte.
Siervo: Es el titulo que se le da al candidato a los altares, al terminar la
primera fase del proceso de canonización. Es una fase primera, en la
que se busca información y milagros del llamado Siervo de Dios, porque
se reconoce, que vivió la virtudes de la fe, la esperanza y la caridad en
grado heroico y es digno de veneración, con lo cual, alcanza el "grado"
de venerable, o sea, es digno de veneración, siempre que sea en
privado y nunca en actos públicos.
2. Realiza una pequeña reseña histórica de la orden terciaria
franciscana.
Dentro de los franciscanos, la rama perteneciente a la Tercera Orden se
denomina Orden Franciscana Seglar.
Es una orden terciaria fundada por San Francisco de Asís que ha
originado diferentes ramas laicales de algunas órdenes religiosas
católicas.
Esta tercera orden fue ideada por San Francisco como un tipo de
estado intermedio entre el claustro y el mundo para aquellos que,
deseando seguir los pasos del santo, estuvieran impedidos, por
matrimonio u otros compromisos, de entrar ya sea a la primera o a la
segunda orden. Ha habido algunas diferencias de opinión en cuanto a
qué tanto intervino el santo en la reglamentación para estos terciarios.
Sin embargo, se acepta en general que la regla aprobada por Nicolás
IV, el 18 de agosto de 1289 no representa la regla original de la tercera
orden.
Algunos escritores afirman que la Segunda y Tercera Órdenes de San
Francisco no fueron adicionadas a la Primera, sino que las tres ramas, los
Frailes Menores, Hermanas Pobres, y Hermanos y Hermanas de
Penitencia, crecieron de la fraternidad de laicos de penitencia que fue
la primera y original intención de San Francisco, y fueron separados en
grupos diferentes por el Cardenal Ugolino (posteriormente Gregorio IX),
protector de la orden, durante la ausencia de San Francisco, cuando
este estuvo en Oriente (1219 - 1221). Esta interesante teoría, aunque
arbitraria, no deja de tener importancia para la historia sobre el origen
de las tres órdenes, pero no ha sido lo suficientemente probada para
desmentir el relato más usual descrito anteriormente, de acuerdo al cual
la Orden Franciscana se desarrolló en tres ramas distintas, llamadas la
primera, la segunda y la tercera orden, por proceso de adición y no por
proceso de división.
3. ¿Por qué hoy en nuestra sociedad se va perdiendo el sentido de
solidaridad?
Es muy claro que vivimos en una sociedad demasiado egoísta y no nos
damos cuenta o, más bien, no queremos darnos cuenta tanto de la
cantidad de personas que viven en extrema pobreza en nuestro país y
en muchos otros lugares del mundo, como tampoco de la falta de
solidaridad y de justicia social entre los seres humanos. Esto a la vez
fomenta el individualismo, ya que cada persona se preocupa sólo por sí
mismo y por tener cada vez más que los demás.
También en los últimos años, está siendo marcada por un preocupante
incremento de la violencia y falta de respeto, de agresiones a todo lo
que irrita o contraría, o que molesta.
Nuestros gobernantes no ponen todos los medios necesarios para
impulsar la calidad en el aprendizaje académico y humano, tanto en la
escuela como en la familia. Tampoco promueven la participación de la
familia en la educación de sus hijos.
Muchos coincidimos en que queremos una sociedad libre, con
ciudadanos responsables y comprometidos, capaces de participar
activamente en la vida pública y privada. Queremos que se tenga
como bandera la solidaridad y el altruismo. Para ello necesitamos que
cada ciudadano desde la función que ejerza en la sociedad, tome
conciencia de los efectos que deja sus actitudes en la construcción de
un país más justo donde se respete la dignidad del ser humano.
Tenemos en la sociedad una crisis de valores.
4. Resalta los rasgos más importantes de la Beata Melchorita.
Humildad
Entre las virtudes que más destacan en su bella alma
podemos recordar su humildad. La humildad despoja el
corazón humano de todo aquello que se opone a la gracia
divina y al mismo tiempo facilita el acercamiento al pobre;
pues despeja a la persona de los intereses mezquinos, de la
vanidad y de la envidia.
“Siempre sencilla, nunca la percibí como orgullosa, nunca
se elogiaba, nunca se ponía de ejemplo”, comentó Dionisia
Félix.
Pobreza
Generalmente los testigos recuerdan que la familia de
Melchorita era una de las más pobres del lugar. Melchorita
supo convertir esta pobreza material en práctica continua
de una auténtica virtud de la pobreza cristiana. Ella nos
dejó un ejemplo de cómo vivir y santificar la pobreza y
saberla superar para convertirla en instrumento de fe y de
servicio. Su figura no es de un persona en la miseria y en la
angustia material.
Castidad
Se podía percibir en ella la limpieza de su alma y la pureza
de su cuerpo. Era transparente y luminosa en su
comportamiento; nunca ninguna doblez de fingimiento. Fue
amada y respetada por todos.
Fe y piedad
Su fe era tan profunda, que se revelaba en muchos de sus
actos cotidianos y expresaba su gran amor y una esperanza
filial a Dios. En ella se cumple plenamente lo que dice la
escritura: “El justo vive de la fe” (Rom. 1,17).
Ella vivió una profunda piedad a la santa Eucaristía; parecía
que al llegar al templo se acrecentaba su ternura y
adoración, se le veía con frecuencia ante el altar, ya sea
rezando o arreglándolo. Tenía sumo cuidado en todo lo
referente a la misa y con su buena voz animaba las
celebraciones y para ello se preocupaba de organizar el
coro de niños y de jóvenes.
Amor al prójimo
Melchorita, parece que hubiese consagrado su vida al
servicio de los demás. Era un corazón generoso, una mano
extendida, una madre bondadosa, para todos los de su
pueblo. No quedaba satisfecha con sus rezos ni con sus
sencillas enseñanzas del catecismo, si no que sintió la
urgencia de socorrer en lo material a los necesitados.
Devoción
Sobre todo destaca su devoción a San Francisco de Asís, a
cuya Tercera Orden perteneció, cumpliendo con exactitud
sus normas y costumbres. Fue una Terciaria Modelo,
imitadora fiel de las virtudes de San Francisco, sobre todo
de la humildad y de la pobreza. Fue una de las primeras
ingresantes cuando se fundó la Tercera Orden.
5. ¿Cuándo y qué actividades se desarrollan durante la festividad de
la Beata Melchorita?
Días: 6 de Enero y 4 de Diciembre
Sus calles llenas de peregrinos y muchas celebraciones y
fiestas.
6 de Enero
Día de Epifanía, día de la fiesta de los reyes magos, día
Internacional del Intercambio de regalos: un verdadero
regalo de reyes, o mejor regalo de reyes.