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deVinCi
Índice
3 Presentación CONSEJO EDITORIAL DE DEVINCI
4 Las estructuras del relieve del estado de jaliscoROSIER OMAR BARRERA Y FERNANDO ZARAGOZA VARGAS
28 Principios de ordenación del territorioANDRZEJ ZEROMSKI
35 Evaluación y seguimiento de los ordenamientos: nuevas reglas para nuevos tiemposLUIS FELIPE CABRALES BARAJAS
38 Políticas de ordenación del territorio en JaliscoARTURO CURIEL BALLESTEROS Y GUADALUPE GARIBAY CHÁVEZ
49 Algunas ideas sobre la sustentabilidad del sistema productivo en Jalisco MARÍA LUISA GARCÍA BÁTIZ Y SANDRA GONZÁLEZ DE LA MORA
65 El ordenamiento ecológico, un instrumento de planeaciónENTREVISTA CON PEDRO ÁLVAREZ ICAZA LONGORIA
67 Desarrollo sustentable del territorio y sus asentamientosCOORDINACIÓN DE JOSÉ MANUEL GÓMEZ VÁZQUEZ ALDANA
71 Jalisco a futuro. Construyendo el porvenir 1999-2025HÉCTOR RAÚL SOLÍS GADEA
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
Víctor Manuel González Romero
Rector General
Misael Gradilla Damy
Vicerrector Ejecutivo
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Secretario General
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Coordinador General de Extensión
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Jefe de la Unidad de Vinculación
y Difusión Científica
UNIDAD DE VINCULACIÓN Y DIFUSIÓN CIENTÍFICA
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Programa Divulga
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ISSN EN TRÁMITE.
PORTADA Fernando Zaragoza Vargas
AÑO 1 / NÚM. 2 / DICIEMBRE DE 1999
Digan si ven la tierra que merecemosJUAN RULFO
En un mundo de uso excesivo y criminal de los recursos naturales, en el que la
ciencia y la tecnología no ofrecen aún la seguridad de una vida mejor, la huma-
nidad pasa hoy por la etapa más peligrosa de su historia.
En el medio político, hombres y mujeres luchan por alcanzar el viejo sueño del es-
tado de derecho –culmen de la organización social– sin ver la realización plena de ese
ideal, y son más bien testigos de una depredación en aumento de la ley.
En tal escenario mundial, ¿qué le espera a la sociedad jalisciense del siglo XXI?
¿Estará reconciliada con su medio natural? ¿La vida en el campo y la ciudad será
gobernada por criterios ecológicos? ¿Cómo ha de continuar el desarrollo sustentable?
Para el ordenamiento territorial de Jalisco –visión del segundo número de
deVinCi–, entre otros valores y objetivos, se ha de hacer compatible la diferencia en-
tre el campo (evolución y revolución de la agricultura) y la ciudad, es decir, entre
medio natural y sociedad, y conformar de manera paralela el desarrollo rural (rique-
zas naturales de regiones, unidades de desarrollo ambiental) con la compleja trama
social de la estructura urbana.
El binomio medio natural-sociedad ha de considerar el uso y aprovechamiento ra-
cionales del suelo, bosques, aguas, flora y fauna. Protegerá y aumentará, igualmen-
te, el patrimonio forestal.
Sabido es que la utilización económica de los recursos –frase ociosa de una gran
verdad– es una de las condiciones del desarrollo sustentable: agua de calidad, eco-
sistemas cerca del equilibrio, protección de cuencas hidrográficas, reservas de la
biosfera, desarrollo y rehabilitación del hábitat antiguo; en suma, el cuidado y pro-
tección de esos recursos.
deVinCi, en su entrega número 2, recalca el asunto de la ordenación del territorio
como el factor primario –y conjunto– del desarrollo sustentable, una política de futu-
ro, de permanencia humana y natural.
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CONSEJO EDITORIAL DE DEVINCI
Presentación
Las formas son consecuencia de los
procesos externos morfoclimáticos y el
relieve es resultado de procesos inter-
nos geológicos. De allí la estrecha re-
lación entre geología y geomorfología.
La geomorfología analiza las es-
tructuras del relieve y las formas
impresas por los agentes morfoclimá-
ticos. Esta circunstancia obliga al
geomorfólogo a emplear tres lengua-
jes distintos: el topográfico, para se-
ñalar los accidentes de la superficie
terrestre (cerro, loma, etcétera); el
geológico, para expresar las estructu-
ras resultantes de los procesos inter-
nos (cuerpo intrusivo); y el geomorfo-
lógico, para manifestar el modelado
del relieve como producto del intem-
perismo (cerro testigo, inselberg, et-
cétera).
Aquí se presentan los tipos de es-
tructuras del relieve del estado de Ja-
lisco y las características fundamen-
tales de cada una de ellas, con el fin
de establecer una tipología y una de-
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INTRODUCCIÓN
El término estructura, además del sig-
nificado propio, tiene múltiples acep-
ciones en cada una de las disciplinas
de la ciencia. En geología, por ejem-
plo, señala accidentes, como fallas,
fracturas y pliegues; en arquitectura
indica los elementos rígidos de un
edificio que sostienen las partes com-
plementarias. En geomorfología su
significado se asemeja al arquitectó-
nico, porque la estructura del relieve
expresa el esqueleto o el armazón del
relieve. En esta rama de la geografía,
el término estructura implica la com-
posición litológica y la evolución
geológica de la cual resulta la dispo-
sición de las rocas.
La geomorfología, como parte de la
geografía, es el estudio de las formas
del relieve y de su evolución. Aquí
hay dos términos responsables de la
dualidad aparente de esta disciplina:
formas y relieve.
ROSIER OMAR BARRERA RODRÍGUEZ* / FERNANDO ZARAGOZA VARGAS*
Las estructuras del relieve del estado de Jalisco
* Departamento de Geografía
y Ordenación Territorial,
Centro Universitario de Ciencias
Sociales y Humanidades de la
Universidad de Guadalajara
nominación adecuadas según los prin-
cipios fundamentales de la geomorfo-
logía.
La herramienta básica de este tra-
bajo ha sido la imagen vía satélite,
para el análisis topográfico y geológi-
co del territorio del estado, además de
las cartas topográficas y geológicas a
escala 1:50 000 y 1:250 000 del INEGI.
Por razones de escala, el análisis
geomorfológico se limitó a individua-
lizar y tipificar las estructuras del
relieve del estado de Jalisco represen-
tables en un mapa a escala 1:250 000,
o a 1:500 000. El análisis geomorfoló-
gico propiamente dicho, es decir, el
análisis morfoclimático y la tipifica-
ción de las formas resultantes, nece-
sitan una cartografía a escala 1:10 000
ó 1:20 000, lo cual no se ajusta a las
necesidades del proyecto.
CARACTERES GENERALES DEL
ESTADO DE JALISCO
El estado de Jalisco se encuentra en
el occidente de México, puerta del Pací-
fico con respecto a las comunicaciones
del centro de la república mexicana con
el oeste y noroeste del país y con los
países de la Cuenca del Pacífico.
Limita al norte con los estados de
Aguascalientes, Zacatecas, Durango y
Nayarit; al sur con Colima y Michoa-
cán; al este con San Luis Potosí, Gua-
najuato y Michoacán, y al oeste con el
océano Pacífico.
Jalisco se extiende desde los
18ºo55’06’’ hasta los 22ºo46’24’’ de lati-
tud norte, y desde los 101ºo30’54’’ hasta
los 105oº41’20’’ de longitud oeste; es de-
cir, que su eje longitudinal tiene una
distancia de 428 kilómetros y su eje
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transversal de 464, aproximadamente.
De acuerdo con su posición geográfica
astronómica, el estado se encuentra
en la zona tropical del hemisferio nor-
te del planeta, sobre el margen orien-
tal del océano Pacífico y a una distancia
del Golfo de México de 780 kilómetros
y de las influencias del Atlántico.
Uno de los principales atributos na-
turales del estado lo constituye el hecho
de ser una zona de traslapamiento de
tres grandes provincias fisiográficas
del territorio mexicano. Jalisco es la zo-
na de contacto entre la Sierra Madre Oc-
cidental y el Sistema Neovolcánico o Eje
Neovolcánico, entre la Sierra Madre
Occidental y la Sierra Madre del Sur, y
entre esta última y el Sistema Neovolcá-
nico. De allí la gran variedad de
aspectos litológicos, geológicos y mor-
fológicos que presenta el territorio jalis-
ciense, junto con los paisajes naturales.
El relieve de Jalisco se caracteriza
por el predominio de las montañas y la
ausencia total de extensas llanuras.
Desde el punto de vista de las estruc-
turas del relieve, en Jalisco predomi-
na el estilo tectónico de “relieve de
bloques”, en contraposición con el es-
tado de Michoacán, donde sobresale el
relieve volcánico joven sin grandes al-
teraciones tectónicas.
El norte del estado es el dominio
de los grandes bloques del “plateau
riolítico” de la Sierra Madre Occiden-
tal, dispuestos longitudinalmente y
separados por profundos valles de
vertientes abruptas.
El sur es la región de los macizos
plutónicos que forman la estructura de
la Sierra Madre del Sur.
El oeste también es la región de los
macizos plutónicos cuyos bloques
conforman el sistema de la Sierra de
Cacoma y de Perote, pero a diferencia
de la anterior, se desarrolla aquí un
extenso piedemonte cuando la monta-
ña no se aproxima al litoral del Pací-
fico.
El este es el dominio de los altipla-
nos formados por las mesetas de los
bloques elevados del “plateau riolíti-
co” y de las llanuras aluviales forma-
das a expensas de la cuenca sedimen-
taria del río Verde.
Finalmente, el centro del estado es
una región de compartimentos, de al-
ternancia de montañas volcánicas o
bloques de montañas y de valles o lla-
nos de poca extensión, como los de
Atemajac, de Tesistán y de Ameca-
Cocula. El graben de Chapala, ocupado
parcialmente por el lago más extenso
de México, forma también relieves
planos que se prolongan en el vecino
estado de Michoacán.
La heterogeneidad del relieve per-
mite prever una gran variedad de
climas; sin embargo, a juzgar por las
características de la Circulación At-
mosférica General y por las condicio-
nes de las formaciones fitogeográfi-
cas, que son la expresión cabal de los
tipos de climas, éstos aparentan
cierta homogeneidad regional y una
marcada estratificación climática, en
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función de la distribución de las preci-
pitaciones, de sursuroeste a norno-
roeste.
Durante el verano y gran parte del
año, Jalisco sufre la influencia de las
masas de aire provenientes del antici-
clón del Atlántico (Anticiclón de las
Bermudas), responsables del régimen
térmico y de una proporción relativa
de las precipitaciones. Estas masas de
aire se manifiestan como vientos del
este y del sureste. También dejan sen-
tir una marcada influencia los vientos
ciclónicos del Pacífico, que penetran
en Jalisco como vientos del suroeste y
son los causantes de la mayoría de las
precipitaciones de verano en el estado.
Durante el invierno influyen en Ja-
lisco las masas de aire provenientes
de las altas presiones de la zona tem-
plada y polar, provocando las bajas
temperaturas y las lluvias frontales.
Asimismo, se manifiestan excepcio-
nalmente las masas de aire del no-
roeste provenientes de las depresiones
del norte del Pacífico, causantes de
lluvias frontales y bajas temperatu-
ras. La corriente de altura del Jet
Stream tiene que ver con el comporta-
miento de estas masas de aire frío del
norte.
La orientación de las estructuras
del relieve con respecto a la trayecto-
ria de las masas determina las carac-
terísticas de los climas regionales y
locales. En Jalisco predominan los cli-
mas tropicales, dada la influencia de
los vientos alisios y de los vientos ci-
clónicos y el régimen de precipitacio-
nes de verano.
El oeste y el sur de Jalisco presen-
tan un clima tropical húmedo con más
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de 1 000 mm de precipitaciones anua-
les; el centro tiene un clima tropical
semihúmedo con lluvias de 900 a 800
mm anuales, y el norte y noreste un
clima tropical semiseco con precipita-
ciones de 700 a 500 mm. Las variacio-
nes térmicas guardan estrecha rela-
ción con el relieve y la altura sobre el
nivel del mar en función de las adven-
ciones de las masas de aire tropical y
de la zona templada.
La distribución de las aguas en el
territorio mexicano se encuentra en
relación inversa a la de la población y
a las zonas agropecuarias económica-
mente más importantes. En efecto,
mientras que la mitad sur del país
posee más de 70% de los recursos hí-
dricos, alberga menos de 30% de la po-
blación y de las actividades agrope-
cuarias. En la mitad norte, en cambio,
se encuentra menos de 30% de los re-
cursos hídricos y alberga más de 70%
de la población y de las actividades
agropecuarias y económicas en gene-
ral. El estado de Jalisco, por su situa-
ción y posición en el territorio nacio-
nal y en la zona tropical, presenta
afortunadamente una distribución más
equitativa de sus recursos hídricos en
relación con la distribución de la po-
blación y de las zonas agropecuarias
económicamente importantes.
En efecto, cuatro cuencas hidrográ-
ficas relativamente extensas abarcan
gran parte de la superficie estatal.
1) La cuenca del sistema Lerma-
Santiago ocupa en el sector este y nor-
te del estado una extensión de 84 559
km2, incluyendo los estados vecinos.
El Río Verde, cuya superficie pluvial
se encuentra en el noreste de Jalisco, se
une al Río Grande de Santiago, cerca de
la ciudad de Guadalajara. Tiene una
extensión de 20 502 km2. Otro de los
tributarios importantes del Santiago
en territorio jalisciense es el río Bola-
ños, cuya superficie pluvial es de
14 755 km2.
2) El río Ameca tiene una cuenca de
12 220 km2, aproximadamente. Nace en
la sierra de La Primavera, al suroeste
de Guadalajara para desembocar en el
extremo noroeste de Jalisco (Bahía de
Banderas). Una parte de su cuenca se
desarrolla en territorio de Nayarit
(3 259 km2).
3) La tercera cuenca importante en
extensión corresponde al río Armería,
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que nace de la confluencia de los ríos
Ayuquila y Tuxcacuesco. A pocos kiló-
metros de su nacimiento penetra en te-
rritorio del estado de Colima, en el
tramo comprendido entre el cerro
Grande y el Nevado de Colima.
4) La cuarta cuenca corresponde al
río Tepalcatepec, tributario del río
Balsas. Se extiende en el sector sures-
te del estado en los municipios de Qui-
tupan, Valle de Juárez, Santa María
del Oro (antes Manuel M. Diéguez) y Ji-
lotlán de los Dolores.
5) Entre las cuencas de los ríos
Ameca y Armería, sobre la vertiente
occidental del sistema de la Sierra de
Cacoma, y entre ésta y la costa se
encuentran varias cuencas fluviales
paralelas que desembocan direc-
tamente en el océano Pacífico. Se
trata de los ríos Cuale, Bocas de To-
matlán, María García, Tomatlán, San
Nicolás, Cuitzmala, Purificación y
Cihuatlán.
6) Finalmente, en el sur de Jalisco,
a partir de la sierra del Tigre, se desa-
rrolla la cuenca del río Naranjo, que
después de recorrer de norte a sur la
fosa de Colima se une al río Coahuaya-
na, que sirve de límite entre Jalisco y
Michoacán y entre Colima y Michoacán.
Los regímenes fluviales del estado
de Jalisco son el fiel reflejo de los re-
gímenes pluviales, de la distribución
de las precipitaciones y de las condi-
ciones geográficas. Las relaciones en-
tre estos elementos del espacio geo-
gráfico se expresan en los coeficientes
e índices de escurrimientos cuyos va-
lores son representativos de los regí-
menes fluviales tropicales. Es decir,
los caudales y volúmenes de los ríos
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de Jalisco dependen de las precipita-
ciones, de modo que los máximos cau-
dales se registran en verano y los mí-
nimos en invierno.
Clima, relieve y litología se conju-
gan para dar lugar a una variedad de
suelos cuya distribución se resume en
consideración a las formas del relieve
o las unidades geomorfológicas. Los
litosoles predominan en las vertientes
de la montaña; en cambio, los regoso-
les se distribuyen sobre las planicies
de piedemonte, principalmente de las
montañas graníticas del oeste. En los
llanos y valles del centro del estado se
desarrollan los andosoles y fluviso-
les. En el este, sobre los llanos de la
fosa de Chapala predominan los gley-
soles y los suelos hidromorfos. Los
suelos limoarcillosos ácidos se distri-
buyen en la cuenca del Río Verde, al
noreste del estado. En algunas zonas
deprimidas, como en los lagos de Sa-
yula, San Marcos, Zacoalco y Atotonil-
co aparecen suelos salinos. En las al-
tiplanicies, mesetas, y sobre algunos
niveles de piedemonte y terrazas flu-
viales aparecen relictos de suelos fe-
rruginosos, como los suelos rojos de
Arandas.
La cubierta vegetal en el medio tro-
pical, mejor que en cualquier otra zo-
na del planeta, refleja las relaciones
entre el clima, el relieve y el suelo.
Así pues, en las zonas montañosas se
presenta un perfil tipo de la distribu-
ción de las formaciones vegetales. El
bosque espinoso y el matorral xerófilo
se extienden en las zonas bajas y pla-
nas; el bosque tropical caducifolio
deVinCi / núm.2 / 10
pertenece a las zonas bajas de las ver-
tientes de las montañas; por encima
de éste, el bosque de encinos, y en las
partes más altas el bosque de pinos.
En las montañas más húmedas, al bos-
que de encinos le sucede en altura el
bosque mesófilo de montaña y el bos-
que de pinos y abetos. En las zonas de
mayor precipitación y humedad de la
costa del Pacífico se desarrolla la sel-
va tropical subcaducifolia y la selva
baja caducifolia que se asemeja al
bosque tropical caducifolio del inte-
rior del estado.
LAS ESTRUCTURAS DEL RELIEVE
Montañas graníticas
Se consideran montañas graníti-
cas aquellos cordones montañosos y
macizos formados por cuerpos intrusi-
vos de rocas macrocristalinas ácidas
y mesosilícicas, es decir, granitos,
granodioritas y sienitas. Por lo gene-
ral, estas rocas plutónicas están
acompañadas por metamorfitas jurá-
sicas, formadas a expensas de sedi-
mentos del mesozoico medio marino y
continental, por sedimentos marinos
diagenizados del mesozoico superior
(cretácico) y por rocas volcánicas del
terciario inferior y medio (andesitas,
ignimbritas, riolitas y tobas andesí-
ticas y riolíticas). A pesar de ello, el
cuerpo principal de cada unidad topo-
gráfica (cerro o cordón montañoso)
está constituido por plutones intrusi-
vos correspondientes al cretácico su-
perior y al terciario inferior. Las mon-
tañas graníticas se ubican en el sector
occidental del estado de Jalisco y per-
tenecen a la gran unidad fisiográfica
del territorio mexicano de la Sierra
Madre del Sur.
En esta unidad se encuentran los
siguientes cordones montañosos:
Sierra de San Sebastián, sierra del
Cuale, sierra de Los Reyes, sierra
de Jolapa, sierra de Mascota, sierra de
Cabo Corrientes, sierra de Cacoma,
sierra del Tuito, sierra de Perote y sie-
rra de Manantlán.
PLANICIE DE PIEDEMONTE
GRANÍTICA
Los cauces de las montañas graní-
ticas que presentan sus vertientes
hacia la costa del Pacífico, es de-
cir,rumbo al oeste, han elaborado du-
rante el terciario superior y el pleis-
toceno inferior y medio, una extensa
planicie de erosión o planicie de
piedemonte, a expensas de los blo-
ques graníticos adosados a la monta-
ña, los cuales acompañaron a ésta du-
rante los movimientos de ascenso del
plioceno superior. Estos bloques gra-
níticos son contemporáneos de los
plutones que forman las montañas
graníticas.
En la actualidad esta planicie pre-
senta dos aspectos muy diferentes:
el sector norte expone varios niveles
de erosión y se extiende desde las
márgenes del río Tomatlán hasta el río
11 / núm.2 / deVinCi
Purificación; el sector sur no ha sufri-
do la misma evolución que el anterior
y solamente manifiesta el aspecto de
montaña, la cual representa el nivel
de erosión o pedimento más antiguo,
en general se identifica a este sector
de piedemonte con la sierra de Perote.
MONTAÑAS GRANÍTICAS MIXTAS
Se trata de montañas graníticas en
las cuales la proporción de rocas sedi-
mentarias marinas mesozoicas y de
rocas volcánicas del cenozoico es ma-
yor que la de las rocas plutónicas, de
modo que el cuerpo intrusivo represen-
ta una escasa porción de la montaña.
Se consideran montañas graníticas
mixtas la sierra de Ameca, sierra de
Guachinango, sierra de Guamúchil-San
Marcos, sector noreste de la sierra de
Perote y sierra de Manantlán.
Cuencas sedimentarias
Como su nombre lo indica, consti-
tuyen en su mayoría depresiones
tectónicas que han servido de nivel de
base de la red de drenaje local en un
momento de su evolución geológica.
Se excluyen en esta categoría las
cuencas sedimentarias antiguas, an-
teriores al cenozoico, que han sufrido
procesos tectogenéticos para formar
montañas de plegamiento o de blo-
ques. También se excluyen en esta ca-
tegoría, por razones de escala, las pe-
queñas cuencas sedimentarias poco
profundas formadas por sedimentos
cuaternarios que según la terminolo-
gía aplicada por el INEGI han merecido
el nombre de suelos residuales. Otra
de las cuencas sedimentarias de ma-
yor desarrollo y extensión en Jalisco
es la del Río Verde, en el este de
Jalisco. Se ha formado por los aportes
sedimentarios de una extensa red de
drenaje a partir del plioceno y ha fun-
cionado como tal hasta la actualidad.
La cuenca sedimentaria de Chapala
es la más extensa del estado y del oes-
te de México. Se extiende desde el bor-
de de la meseta de Arandas, hasta el
borde de la sierra de La Difunta y de la
meseta del Volantín-Sahuayo. La parte
más profunda de la cuenca está ocupa-
da por el lago de Chapala. Hacia el su-
reste del lago la Cuenca se extiende
hacia el río Duero, en terreno de Mi-
choacán. La importancia geológica de
esta unidad estructural radica en sus
sedimentos lacustres correspondien-
tes al plioceno superior y pleistoceno.
La cuenca del Río Verde se desarro-
lla en el este de Jalisco sobre una
superficie de 11 669 km2, aproximada-
mente. Se extiende entre la sierra de
Nochistlán y la meseta de San Julián.
Otra de las cuencas sedimentarias
extensas del estado se encuentra entre
la sierra de La Primavera, la sierra de
Ahuisculco, el volcán de Tequila, la sie-
rra de Ameca y la sierra de Quila. Es co-
nocida como la cuenca de Tala-Ameca.
Hacia el norte se extiende la cuenca de
Magdalena, sede de la laguna del mis-
deVinCi / núm.2 / 12
mo nombre, y la cuenca de Etzatlán-
San Marcos, entre la sierra de Ameca y
la de San Marcos. Hacia el sur se abre
una extensa llanura sedimentaria en-
tre las serranías del borde suroeste de
la sierra de Tapalpa y la de Ahuiscul-
co, es la llanura de Cocula y de San
Martín Hidalgo.
Montañas de plegamiento de
rocas sedimentarias marinas
Durante el mesozoico medio y su-
perior casi todo el territorio mexicano
estuvo invadido por el geosinclinal
marino, con excepción de los terrenos
elevados de las montañas antiguas
(paleozoicas y permotriásicas). Los
sedimentos acumulados en este geo-
sinclinal fueron plegados por la oro-
genia laramídica y formaron las mon-
tañas de la Sierra Madre Oriental y una
gran profusión de montañas de plega-
miento en el oeste de México.
En Jalisco las montañas de plega-
miento de sedimentos marinos están
formadas por calizas, lutitas y arenis-
cas calcáreas de edad cretácica. Los
estratos principales de estos sedimen-
tos constituyen la Formación Morelos,
a la cual se relaciona la mayoría de
las calizas. En general, se identifica a
estos sedimentos como calizas cretá-
cicas, aunque no todas son exacta-
mente sedimentos con elevado conte-
nido de calcita y carbonato de calcio.
Se consideran montañas de plega-
miento a la sierra del Tigre, que en
realidad es un complejo montañoso
que comprende varios cordones ubica-
dos entre el valle de Zapotlán y el alto
valle del Tepalcatepec, al norte y no-
roeste del macizo granítico de Santa
María del Oro (antes Manuel M. Dié-
guez). También forman montañas de
plegamiento varios cordones que se
ubican entre la sierra de Tapalpa y la
sierra de Cacoma y Manantlán, conoci-
dos como sierra de Amula.
Volcanes y conos cineríticos
básicos (basálticos)
Se han agrupado en esta unidad
volcanes y conos cineríticos básicos
formados en el plioceno superior y
pleistoceno, la mayoría de los cuales
está integrada por estructuras aisla-
13 / núm.2 / deVinCi
das y se sobreponen, como todos los
relieves volcánicos, a estructuras an-
tiguas del terciario medio, es decir, a
estructuras riolíticas (plateau). El ba-
salto y las tobas básicas son las rocas
que forman estas estructuras.
Corresponden a esta unidad el com-
plejo volcánico de Tequila y pequeños
aparatos volcánicos y conos que se ubi-
can al sur y este de la llanura de Tolu-
quilla y sobre el plateau riolítico de los
Altos de Jalisco, en el altiplano de Te-
patitlán, San Julián y Arandas (ejem-
plo: Cerro Gordo).
Serranías volcánicas
piroclásticas básicas
Pertenecen a esta unidad el conjun-
to de cerros volcánicos lávicos y piro-
clásticos que se ubican entre la sierra
de La Primavera y la de Tapalpa y entre
la sierra de Ahuisculco y la de La Difun-
ta. Al sur y suroeste de la sierra de
Ahuisculco, esta unidad entra en con-
tacto con la sierra de Tapalpa y la lla-
nura de Cocula-San Martín Hidalgo.
También pertenece a esta unidad la
serranía de Sayula y de Usmajac, que se
interponen entre la cuenca de Sayula y
la de Zapotlán, y entre la sierra del Ti-
gre y la de Tapalpa.
Al este y noreste del macizo graní-
tico de Santa María del Oro, en los lími-
tes con el territorio de Michoacán, se
encuentran cerros volcánicos piroclás-
ticos que se extienden hacia el este.
Montaña volcánica ácida
moderna
Se considera representativa de es-
ta unidad la sierra de La Primavera,
ubicada al noroeste de Guadalajara. Se
trata de un complejo volcánico que re-
presenta el relieve montañoso más jo-
ven de Jalisco. Abarca una superficie
aproximada de 300 km2 en el sector sur
del municipio de Zapopan.
Esta montaña volcánica moderna
está formada por lavas y tobas ácidas
correspondientes a las efusiones más
recientes que dieron comienzo hace
120 000 años (pleistoceno superior) y
finalizaron en los años 30 000 a 20 000
a. C. (holoceno). Las sucesivas etapas
desarrolladas durante este lapso die-
ron lugar a la formación de alinea-
mientos de domos volcánicos consti-
tuidos por materiales piroclásticos
con predominio de tobas, brechas ví-
treas y obsidianas, de aparatos volcá-
nicos que afloran en una extensa cal-
dera (cerros Alto y Nejahuete) y arcos
volcánicos que rodean el complejo ex-
trusivo, como el del cerro del Pinar, La
Venta, La Lobera y otros.
Esta estructura montañosa represen-
ta un elemento ecológico de alto valor
como regulador del medio ambiente de
la zona metropolitana de Guadalajara,
debido principalmente a su topografía,
extensión y la cubierta vegetal formada
por bosque de pino-encino.
deVinCi / núm.2 / 14
Relieves mesetiformes
basálticos
Corresponde a esta unidad la pla-
nicie basáltica que se ha formado por
las erupciones del volcán Tequila. Los
derrames lávicos de rocas basálticas,
acaecidos durante el plioceno superior
y pleistoceno, se han depositado sobre
la planicie del plateau riolítico del
terciario medio, conservando el relie-
ve de la antigua meseta. Esta planicie
se extiende en semicírculo desde el
cerro Tequila, hacia el norte, hasta la
garganta del Río Grande de Santiago,
que la separa de los bloques elevados
del plateau pertenecientes a la Sierra
Madre Occidental.
Se incluyen en esta unidad las me-
sas basálticas de los Altos de Jalisco,
que se ubican en la cuenca sedimenta-
ria del Río Verde y sobre el plateau
riolítico. Son estructuras menores que
se han formado por derrames de lavas
cuaternarias, ya sea a partir de fisu-
ras de la corteza terrestre o a partir de
aparatos volcánicos que han sufrido
procesos de disección, de tal modo que
aparecen aisladas y desvinculadas del
cuerpo volcánico que las originó. Los
ejemplos característicos de estas es-
tructuras se presentan en la Mesa Re-
donda y Mesa Larga, al este de San
Juan de los Lagos.
Bloques del plateau volcánico
Las estructuras geológicas, así co-
mo el relieve regional del oeste de Mé-
xico, y en particular de este sector de
15 / núm.2 / deVinCi
la Sierra Madre Occidental, son la ex-
presión más significativa de los movi-
mientos de la corteza terrestre a la luz
de la teoría de la tectónica de placas.
En efecto, los grandes bloques del re-
lieve, es decir, las unidades morfoló-
gicas, corresponden a los accidentes
geofísicos.
La disposición de las estructuras
del relieve y de la morfogénesis es
consecuencia directa de la amplitud
de los movimientos asociados con la
compresión y con la subducción de las
placas tectónicas, a partir del tercia-
rio medio superior y de los cambios
climáticos que éstos provocan.
En el primer caso, la dinámica cor-
tical correspondiente a la fase post
orogénica larámica, es responsable de
la formación de grandes fosas tectóni-
cas longitudinales a través de las cua-
les se produce, durante el terciario in-
ferior medio, la mayor manifestación
volcánica y acumulación de lavas del
territorio mexicano. Éstas dan lugar a
la formación de montañas volcánicas y
del plateau riolítico, que constituye la
estructura fundamental del relieve de
la Sierra Madre Occidental.
En el segundo caso, la presencia de
montañas y plateau forman quizá la
primer barrera orográfica paleoclimá-
tica responsable de los contrastes en-
tre el cinturón costero del Pacífico y el
interior del territorio mexicano.
La desaparición de la placa de
Rivera y la reactivación de los movi-
mientos compresivos son los responsa-
bles del fracturamiento de montañas y
plateau riolítico. Esta fase tectónica,
deVinCi / núm.2 / 16
ce haberse producido durante el plio-
ceno inferior, lo cual dio lugar a la
formación de los bloques longitudina-
les y las respectivas fosas tectónicas.
El dislocamiento de estas morfoes-
tructuras regionales se habría produ-
cido durante el período tectónico co-
rrespondiente al plio-pleistoceno y
habría dado lugar a la formación de
las actuales estructuras del relieve lo-
cal o de las morfoestructuras locales.
A este período también corresponde
la reactivación y formación de fallas
transversales, responsables de las di-
ferencias locales de estas morfoes-
tructuras. De esta manera, el esquema
estructural se presenta en la disposi-
ción de los siguientes bloques:
17 / núm.2 / deVinCi
correspondiente al mioceno-plioceno,
conduce a la formación de grandes
bloques longitudinales y de fosas tec-
tónicas, como la sierra de los Huicholes
y las fosas de Bolaños y Jesús María.
Es probable que durante este lapso
se hayan producido también fracturas
transversales que dividen al plateau
en los tres sectores de los que se ha
hecho mención, entre los ríos El Fuerte
y Baluarte.
Importantes fracturas y fallas nor-
males regionales, en el área de estu-
dio, señalan la presencia de un relie-
ve estructural formado a expensas de
una tectónica de bloques orientados
de noroeste a sureste.
El sistema de fallas normales que
afectó a los grandes depósitos volcá-
nicos ácidos del terciario medio, pare-
◗ Bloque de la sierra de Santa Bár-
bara y de la sierra los Huicholes
(oeste)
◗Bloque de la sierra de Tlacuache y
de mesas del Centro Norte.
◗ Bloque de la sierra Pajaritos
◗ Bloque de la sierra de los Hui-
choles (este)
◗ Bloque del Trapiche
◗ Bloque de Pinabete
◗ Bloque de Monte Escobedo
◗ Bloque de Morones
Las fosas tectónicas longitudinales
y las fracturas transversales han per-
mitido la formación de un dispositivo
de escalonamiento que se repite en las
vertientes correspondientes a los
abruptos de falla, lo cual acentúa aún
más la disimetría de las vertientes de
los bloques y de las fosas tectónicas
ocupadas por los valles longitudinales.
A estas estructuras de la Sierra Ma-
dre Occidental deben agregarse las
correspondientes al plateau riolítico
que forman los relieves mesetiformes
de los Altos de Jalisco: Bloque de San
Julián y Bloque de Arandas.
Montaña de bloques basálticos
La composición predominante de
estas estructuras está dada por los ba-
saltos correspondientes al plioceno
superior y pleistoceno, es decir, se
trata de erupciones modernas que han
formado espesos mantos de lava y
aparatos volcánicos. La tectónica de
finales del plioceno y del pleistoceno
medio se encargó de fracturar a estos
espesos mantos de lava que se han com-
portado, frente a los movimientos corti-
cales, como bloques rígidos que se
elevan diferencialmente. De allí que
por lo general estos bloques presenten
vertientes asimétricas. Es el caso de
la sierra de Nochistlán, que está limi-
tada hacia el sureste por un abrupto de
falla pronunciado, en tanto que, hacia
el noroeste, la vertiente desciende en
forma escalonada hacia el valle del
río Calvillo. El bloque de la sierra de
Los Guajolotes, al noreste de Guadala-
jara y al norte de Ixtlahuacán de los
Membrillos, cuyo abrupto mira hacia
el oeste, frente al desfiladero del río
Grande de Santiago, en tanto que, ha-
cia el este, sus vertientes descienden,
deVinCi / núm.2 / 18
a través de una superficie de
piedemonte, a la planicie del arroyo
Achichilco.
Este tipo de relieve volcánico predo-
mina en el centro del estado, al norte y
sur del lago de Chapala: es el caso de
los bloques de San Sebastián y Cajiti-
tlán, la sierra de Madroño, sierra de La
Difunta, sierra de Atoyac y las monta-
ñas y serranías que se disponen entre la
sierra de Tapalpa y la de Cacoma.
Es evidente que estos bloques
basculados, merced a los movimientos
que han sufrido, han adoptado una es-
tructura distinta a la volcánica origi-
nal, para dar lugar a un nuevo estilo
estructural que hemos definido como
“bloques volcánicos” o “montañas
volcánicas de bloque”.
Montaña mixta de bloques
Se asemejan a las estructuras an-
teriores por el predominio en superfi-
cie de basaltos, pero también existen
entre sus componentes rocas volcáni-
cas ácidas de la serie riolítica del
mioceno, rocas intrusivas y sedimen-
tarias marinas del mesozoico supe-
rior: como ejemplos se encuentran las
sierra del Tecuán o del Travesaño, la
de Madroño, la de Tapalpa, la de Ame-
ca y la de Nochistlán.
Planicie de piedemonte
piroclástica
Corresponde a esta unidad la pla-
nicie de piedemonte que se desarrolla
al sur de la sierra de La Primavera. Las
rocas que la integran pertenecen a
las tobas de la formación Tala que se
extienden en menor superficie hacia el
noroeste de esta montaña moderna.
Los amplios depósitos de estas tobas
han sido “diseccionados> por la ero-
sión en el holoceno, de modo que pre-
senta las características de un piede-
monte sedimentario.
Montañas riolíticas
Las rocas ácidas de estas montañas
corresponden a volcanes y cuerpos
efusivos formados entre el oligoceno
superior y mioceno superior. El ejem-
plo típico de esta unidad lo constituye
la sierra de Tesistán, ubicada en el no-
roeste de Guadalajara. También perte-
nece a esta unidad el extremo occiden-
tal de la sierra de los Huicholes.
Volcán riolítico
El único ejemplo de aparato volcá-
nico aislado, antiguo, por consiguien-
te, riolítico, correspondiente al tercia-
rio medio, es el cerro de Magdalena,
ubicado al noroeste del cerro Tequila,
que, contrariamente, pertenece al
vulcanismo básico moderno del plio-
ceno superior. El cerro La Col de la sie-
19 / núm.2 / deVinCi
rra de Tesistán es del mismo período
efusivo de este volcán.
Llanura aluvial litoral
Las llanuras de acumulación co-
rresponden a las superficies planas
que se desarrollan en la desemboca-
dura de los cauces principales de la
costa de Jalisco, como la llanura del
río San Nicolás, la llanura comprendi-
da entre La Fortuna y Chamela, la del
río Cuitzmala y, más al sur, la del río
Purificación. Estas llanuras costeras
están compuestas por sedimentos flu-
viales, conglomerados, limos y arci-
llas, de edad cuaternaria y reciente.
Llanuras y serranías de calizas
y toba
Se han agrupado en esta entidad
las serranías y llanos que se ubican
entre la sierra de Tapalpa y la sierra
de Manantlán, al norte de Cerro Grande.
Las calizas corresponden al cretá-
cico superior, en el cual dieron lugar a
la gran cuenca sedimentaria mesozoi-
ca. Forman estructuras de plegamien-
to de reducida extensión. Las tobas co-
rresponden a erupciones del complejo
del Nevado de Colima. La disección
producida por la erosión cuaternaria
forma con estos materiales relieves de
bad lands.
deVinCi / núm.2 / 20
Montaña dacítica
El único ejemplo de montaña for-
mada casi íntegramente por lavas da-
cíticas es la sierra de la Media Luna,
ubicada al norte del complejo del Ne-
vado de Colima. Sirve de límite occi-
dental al valle de Zapotlán.
Macizo antiguo de la Mesa
Central
Pertenece a esta gran provincia fi-
siográfica del territorio mexicano, el
noreste del estado, en los límites con
Aguascalientes y San Luis Potosí. He-
mos conservado este nombre para todos
los relieves mesetiformes elevados por
encima de los 2 200 y 2 400 msnm que
forman parte de la Mesa Central y se
hallan separados de los relieves más
bajos del borde occidental por un ex-
tenso piedemonte que se confunde, en
partes, con la serranía del Cordón del
Cerro Verde y con la cuenca sedimen-
taria del Río Verde.
Litológicamente, estos relieves es-
tán compuestos por rocas ígneas ex-
trusivas ácidas (ignimbritas, riolitas
y dacitas), quizá de edad terciario me-
dio (mioceno) y de lavas básicas (ba-
saltos) de edad plio-pleistocena. Las
primeras reposan sobre un plateau
más antiguo, permo-triásico, com-
puesto por rocas plutónicas y meta-
mórficas que afloran en las montañas
que hemos denominado como bloques
marginales de la Mesa Central (sierra
de San Isidro y sierra de Cuatralba).
Sin duda que el tectonismo también
afectó esta unidad geológica y la
separó en bloques diferencialmente
elevados; así, la Mesa del Toro se en-
cuentra a 2 500 msnm, la Mesa de Chi-
nampas a 2 400, y la Mesa de los Hoyos
a 2 320.
LOS PAISAJES NATURALES
Jalisco es un intrincado mosaico
de paisajes naturales, en virtud de las
cualidades físicas que se han trazado
muy someramente, de las que el relie-
ve y la cubierta vegetal constituyen
los elementos fundamentales que per-
miten caracterizar cada paisaje o cada
sistema de paisajes. No obstante, es
imposible dejar de considerar la acti-
vidad de la sociedad jalisciense que
ha sabido plasmar en el medio su im-
pronta cultural en la trama de los ele-
mentos del paisaje para darle a cada
porción del territorio de Jalisco su
particularidad.
El sector septentrional
El norte del estado, dominio de la
Sierra Madre Occidental y del clima
tropical semiseco, es la zona de paisa-
jes de montañas, altiplanicies, mese-
tas y mesas elevadas (1 900 a 2 400
msnm), cubiertas de bosques de pinos
y encinos, separadas por profundos y
amplios valles longitudinales cubier-
tos por el matorral xerófilo y el bosque
21 / núm.2 / deVinCi
espinoso de mezquites y huisaches.
Las instalaciones humanas se distribu-
yen preferentemente en estos profun-
dos valles bañados por ríos de respeta-
ble caudal, de modo que la principal
actividad agropecuaria se concentra en
estos valles (por ejemplo, San Martín
de Bolaños), en tanto que las zonas
elevadas y planas de difícil acceso son
sede de comunidades indígenas, donde
la actividad agropecuaria es extensiva
y rudimentaria.
Estructuras del relieve
◗ Bloques del plateau volcánico
◗ Cuencas sedimentarias
◗ Montañas riolíticas
El sector oriental
El noreste, señalado generalmente
como los Altos de Jalisco, es el domi-
nio de la Mesa Central, de la cuenca
sedimentaria del Río Verde y de los
bloques elevados del plateau riolítico
que conforman la meseta de Arandas y
de San Julián. Es el dominio del clima
tropical subhúmedo y semiseco y, por
lo tanto, del bosque de encinos y de
pinos (ya casi desaparecidos), del
bosque espinoso y del matorral xerófi-
lo. Aparecen en este sector del estado
tres paisajes diferenciados, más bien
por el relieve y las formas de explota-
ción agropecuaria que por otros atri-
butos naturales.
En efecto, en el extremo noreste,
colindante con los estados de San Luis
Potosí, Zacatecas y Guanajuato, se
presenta un paisaje de planicies, de
mesas elevadas y de pastizales dedi-
cados a la actividad ganadera y a una
agricultura complementaria subordi-
nada a la ganadería con escasos recur-
sos hídricos.
La mitad norte y noroeste de los Al-
tos, geomorfológicamente, es el domi-
nio de las planicies formadas a expen-
sas de la cuenca sedimentaria del río
Aguas Calientes, río Belén o Río Verde.
Esta cuenca limita al noroeste con la
sierra de Nochistlán, al sur y sureste
con el Altiplano de Tepatitlán y la me-
seta de San Julián. En esta zona el pai-
saje se caracteriza por los relieves
planos, tabulares, fosilizados por co-
ladas de basaltos geológicamente
modernos y disecados por la erosión
fluvial cuaternaria. Se presenta una
sucesión de valles poco profundos
y amplios relieves planos de terrazas y
mesas. La agricultura se practica en los
valles y la ganadería extensiva en las
planicies y llanuras de relativa exten-
sión. En la mitad oriental de esta
cuenca, en las inmediaciones de Lagos
de Moreno y de la confluencia del río
Lagos con el río Belén (San Gaspar de
los Reyes), los materiales litológicos
de la cuenca presentan espesores
considerables de sedimentos fluviola-
custres calcáreos, regosoles, suelos
halófilos y concreciones silíceas (te-
deVinCi / núm.2 / 22
petate) que limitan la agricultura y
los campos de agostadero.
El sector este y sureste de los Altos
es el dominio de los relieves tabulares
elevados, formados sobre bloques del
plateau riolítico. Se trata de la alti-
planicie de Tepatitlán (1 900 msnm,
las mesetas de San Julián y Arandas,
separadas por el valle del arroyo Jal-
pa y cuya altura es de 2 000 a 2 200
m). Es la zona ganadera por excelencia
de los Altos, donde el relieve plano y
ondulado, junto con el clima de mayo-
res amplitudes térmicas y humedad,
han permitido el desarrollo de suelos
fértiles y de pastizales que han rem-
plazado a los bosques de pino y encino.
Estructuras del relieve
◗ Bloques del plateau riolítico
◗ Montaña de bloques basálticos
◗ Montaña mixta de bloques
◗Relieves mesetiformes basálticos
◗ Volcanes y conos cineríticos
básicos
◗ Cuencas sedimentarias
El sector central
La región central del estado es el
dominio de los compartimentos geo-
gráficos donde alternan montañas y
bloques de montañas volcánicas de
materiales básicos o ferromagnésicos
(en contraste con el plateau riolítico,
ácido), de valles y llanos de escasa
extensión y de amplias depresiones o
fosas tectónicas ocupadas por lagos y
lagunas (por ejemplo, Chapala, Sayula,
San Marcos, Atotonilco). Es la región
23 / núm.2 / deVinCi
que reúne la mayor parte de los asen-
tamientos humanos y de la actividad
agropecuaria del estado. Se trata de
los llanos de Tala-Ameca-Cocula, de la
planicie de Tesistán, de los llanos de
Atemajac (mal llamado valle de Ate-
majac), de los llanos de Toluquilla,
de los llanos de Chapala y La Barca, de
las depresiones de Zacoalco y Sayula y
del valle de Zapotlán. En esta región
se instala la zona metropolitana de
Guadalajara, que alberga más de 60%
de la población de Jalisco.
Estructuras del relieve
◗ Volcanes y conos cineríticos
básicos (basálticos)
◗Serranías volcánicas piroclásticas
◗Montaña volcánica moderna ácida
◗ Bloques del plateau volcánicos
◗ Montañas de bloques basálticos
◗Planicie de piedemonte piroclástica
◗ Montaña riolítica
El sector meridional
El sector sur del estado se caracte-
riza por la presencia de dos tipos de
paisajes cuyas morfologías están im-
presas por el relieve, el clima y la cu-
bierta vegetal. Es el sector donde se
perfila un mayor determinismo geo-
gráfico sobre los asentamientos huma-
nos y las actividades rurales. El sures-
te corresponde a la cuenca hidrográfica
del río Tepalcatepec y al sistema mon-
tañoso de la Sierra Madre del Sur: sie-
rra del Tigre, sierra del Lalo y sierra
de Jilotlán. Es el dominio de las tie-
rras bajas, tierras calientes y del bos-
que tropical caducifolio que alterna
con los bosques de pinos de las monta-
ñas. Escasos asentamientos humanos
y precaria actividad económica rural
son las consecuencias del aislamiento
debido a la escasa fluidez del medio
físico para las comunicaciones. Éstas
son más frecuentes y ágiles cuando se
dirigen a Michoacán, donde hay mayores
ofertas y posibilidades de integración.
El segundo tipo de paisaje que se
vislumbra en el sureste es el que co-
rresponde al dominio de la “fosa de
Colima”, ubicada entre la sierra del
Lalo en el este, y la de Manantlán-Ce-
rro Grande, al oeste. El Llano Grande,
que se extiende al oeste del Nevado de
deVinCi / núm.2 / 24
Colima y muy vinculado con la litera-
tura jalisciense, no parece haber cam-
biado mucho después de las descrip-
ciones de Juan Rulfo, es el dominio de
la selva baja caducifolia que compite
con una rudimentaria ganadería ex-
tensiva y una agricultura de temporal
precaria. Inmediatamente al sur, el
Llano Grande se transforma en el am-
plio valle del río Naranjo formado a
expensas de los derrames piroclásti-
cos del Nevado y Volcán Colima. Mayor
humedad y mayor desarrollo de los an-
dosoles en las terrazas fluviales y lla-
nos de tobas y de los fluvisoles en la
vertiente de la sierra del Lalo, permi-
ten el incremento de la agricultura y
de la ganadería, siempre gracias al
sacrificio del bosque que jamás ha co-
nocido la reforestación.
Relieves estructurales
◗ Montañas graníticas
◗ Montañas de plegamiento de
sedimentos marinos
◗ Serranías piroclásticas básicas
◗ Montaña mixta de bloques
◗ Llanuras y serranías de calizas y
tobas
◗ Montaña dacítica
El sector occidental
El oeste del estado, comúnmente
señalado como la región de la costa,
comprende tres tipos de paisajes: la
montaña, que corresponde a la Sierra
Madre del Sur, representada por el sis-
tema de la sierra de Cacoma y la de Pe-
rote; el extenso piedemonte, que se
25 / núm.2 / deVinCi
extiende hasta el litoral del Pacífico,
y la costa propiamente dicha.
Las estructuras del relieve que do-
minan este sector son las siguientes:
◗ Cuencas sedimentarias
◗ Llanura aluvial litoral
En primer lugar, el paisaje de la
montaña, que se eleva por encima de
2 500 msnm y hasta los 2 700, ofrece
un medio húmedo y boscoso donde
alternan la selva tropical subcaduci-
folia en las zonas bajas, el bosque en-
cinos en las vertientes intermedias y
el bosque de pinos en las zonas altas.
Los valles de Talpa y de Mascota, entre
1 800 y 1 900 m dispuestos longitudi-
nalmente entre los cordones montaño-
sos de la sierra de Cacoma, son sede
de antiguos asentamientos humanos
hoy dedicados a la explotación fores-
tal, a la ganadería y a la agricultura.
Más al sur, el valle de Autlán-El Grullo
en la vertiente oriental de la mencio-
nada sierra constituye una zona agrí-
cola importante para la economía del
estado, por la siembra del tomate de
exportación; así como el valle de La
Huerta, entre la sierra de Cacoma y la
de Perote, es otro de los valles inter-
montanos de importante actividad
agropecuaria, aunque más bajo que
los anteriores con respecto al nivel del
mar (400 m). Este último valle difiere
de los anteriores por su vocación agrí-
cola netamente tropical, como la ma-
nifiestan sus huertos de mangos, pa-
payas y tamarindos. La sierra del Cuale,
al este de Puerto Vallarta, la sierra del
Tuito y la de Perote, más al sur, se ex-
tienden hasta la costa y ofrecen un pai-
saje de mar y montaña de gran potencial
turístico. Las estructuras del relieve son:
◗ Montañas graníticas
◗ Montañas graníticas mixtas
El segundo tipo de paisaje de la re-
gión de la costa lo constituye el piede-
monte de la sierra de Cacoma, que se
extiende de la vertiente oriental de és-
ta hasta el litoral marítimo, y com-
prende los municipios de Tomatlán y
de La Huerta. Esta superficie de
piedemonte está formada por planicies
escalonadas en tres niveles que des-
cienden desde los 500 metros hasta el
litoral, y se han elaborado a partir de
los bloques graníticos bajos pertene-
cientes al sistema de macizos plutóni-
cos de la Sierra Madre del Sur.
Estas planicies bajas, “disecciona-
das“ y escalonadas, presentan un cli-
ma más seco que el de la montaña que
se aproxima a la costa y que la ver-
tiente de la sierra de Cacoma, razón
por la cual se ha desarrollado la selva
baja caducifolia y el bosque tropical
caducifolio, donde tradicionalmente
se explota una ganadería extensiva
tropical, a la cual se trata de conver-
tir en agricultura bajo riego, a pesar
de las limitaciones edafológicas im-
puestas por la presencia de suelos
arenosos, espesos y permeables.
deVinCi / núm.2 / 26
La estructura del relieve es la
planicie de piedemonte
granítica
Finalmente, el tercer tipo es el
paisaje de la costa o del litoral,
el cual se caracteriza por la alternan-
cia de costas bajas y de costas de
acantilados. Las primeras se corres-
ponden con las llanuras fluviales
elaboradas por los ríos Ameca, María
García, Tomatlán, San Nicolás, Cuitz-
mala, Purificación y Cihuatlán, las
cuales han dado lugar a la formación
de amplias bahías limitadas por pun-
tas o cabos de acantilados. Las costas
de acantilados corresponden a las
áreas montañosas que se extienden
hasta el mar y albergan, contraria-
mente, pequeñas y pintorescas ba-
hías. El paisaje de la costa es el mayor
motivo de atracción turística del esta-
do, cuya potencialidad aún no ha sido
suficientemente evaluada. Sin embar-
go, el desarrollo de centros de fama
internacional, como Puerto Vallarta y
otros de menor importancia, así como
nuevas vías de comunicación a lo lar-
go del litoral, han logrado plasmar un
paisaje típico de gran atracción.
Las estructuras del relieve que do-
minan este sector son las siguientes:
◗ Cuencas sedimentarias
◗ Llanura aluvial litoral
27 / núm.2 / deVinCi
deVinCi / núm.2 / 28
INTRODUCCIÓN
Aunque la problemática de la ordena-
ción del territorio es ya conocida desde
hace cinco décadas, todavía se conside-
ra que su base teórico-metodológica es
bastante nueva, y de contenidos aún no
muy definidos. Esto se debe a que la or-
denación del territorio es considerada al
mismo tiempo una disciplina científica,
una técnica administrativa y una activi-
dad política. Frente a esta situación, se
opta por una postura amplia y ecléctica,
que no resulta del todo clarificadora.
Este artículo hace hincapié en el as-
pecto científico de la ordenación terri-
torial. Se pretende explicar el proceso
desde la perspectiva de la ciencia geo-
gráfica. Para tal fin, se clarifica el con-
cepto de territorio y de la ordenación,
así como los principios de ésta. Ade-
más, se presentan algunas observacio-
nes sobre la aplicación del concepto de
ordenación del territorio al proyecto del
desarrollo sustentable.
La geografía y la ordenación
del territorio
La geografía pertenece a las disci-
plinas científicas con las que la
ordenación del territorio mantiene re-
laciones muy estrechas. Ello se debe
al concepto integrador con el que
aquélla pretende dar explicación a los
fenómenos que ocurren en la superfi-
cie terrestre.
Tradicionalmente, la geografía se
ha dirigido hacia el conocimiento de las
particularidades de la superficie de la
Tierra. De este enfoque se han deriva-
do las tendencias posteriores del que-
hacer geográfico, que se han funda-
mentado en la profundización del
estudio del medio natural o social, o
ambos, y ello en función del marco
teórico que deriva de la formación y
transformación económico-social del
territorio. En resultado, la geografía
ha desarrollado tres principales
corrientes interpretativas: la paisajís-
ANDRZEJ ZEROMSKI*
Principios de ordenación del territorio
* Departamento de Geografía
y Ordenación Territorial,
Universidad de Guadalajara
** Del Primer Congreso Nacional
de Ordenamiento
Ecológico del Territorio.
Consejos Consultivos para
el Desarrollo Sustentable,
Instituto Nacional de Ecología,
Universidad de Guadalajara.
Tepatitlán de Morelos, Jalisco,
del 28 al 30 de julio de 1999
**
29 / núm.2 / deVinCi
tica, la ecológica y la espacial (locacio-
nal), las que, tomando como base co-
mún el principio de la diversidad, con-
ducen a la identificación de las grandes
regularidades (es decir, los grados de
uniformidad, asociación e interacción)
al interpretar los objetos y fenómenos
de la superficie terrestre. El pensa-
miento geográfico moderno rompe con
los tradicionales esquemas dualistas
de interpretación de las relaciones
hombre-naturaleza, y se eleva al aná-
lisis de la tríada dialéctica economía-
sociedad-naturaleza, lo que permite
conocer más a fondo el funcionamiento
de este sistema complejo y abierto.
La fundamentación de la ordena-
ción territorial como actividad cientí-
fica requiere, en principio, de algunas
aclaraciones sobre el concepto del te-
rritorio y de la propia ordenación. Se
pretende el acercamiento a este propó-
sito a través del análisis semántico de
ambos términos.
Cuando hablamos sobre territorio,
tenemos en mente el sentido antropo-
lógico-cultural de éste, así como su
dimensión psicológico-cultural, polí-
tica y jurídica. Podemos referirnos a
un territorio también en sentido bioló-
gico, pero hay que hacer notar que es
imposible hablar de los primeros sin
relacionarlos intrínsecamente con es-
te último.
La palabra territorio deriva de tie-
rra, la cual en su significado original
designa al planeta en que vivimos, la
Tierra, una gran “parcela geográfica”
que sirve de hábitat al grupo humano.
El territorio es entonces una unidad de
superficie de la Tierra que se encuen-
tra poblada dentro de unos límites, y
donde rigen ciertas leyes. Se puede
decir, de esta manera, que la Tierra
–debido al proceso del desarrollo de
los asentamientos humanos y de sus
actividades– empezó hace ya mucho
tiempo a transformarse de manera pau-
latina en territorio. Este proceso, deno-
minado “apropiación del territorio”, es
permanente y heterogéneo, debido a
las diferencias geográficas, demográ-
ficas, económicas y de otro tipo que se
presentan dentro de él. Para vencer es-
tos obstáculos –o mejor, para acelerar
estos procesos de apropiación–, el
hombre ha formulado las correspon-
dientes normatividades y los instru-
mentos de acción con el objeto de
deVinCi / núm.2 / 30
equilibrar las situaciones de diferen-
cia, y, finalmente, regularlas. La nor-
matividad determina los atributos del
desarrollo regional equilibrado, y los
instrumentos se refieren, sobre todo,
a la planificación y ejecución del pro-
ceso. El acto de la apropiación forma
parte integral del proceso de ordena-
ción del territorio. Es por ello válido y
necesario el análisis del sentido del
proceso de ordenación, y de los moti-
vos humanos que lo generan.
El sentido del proceso de la
ordenación del territorio
Entre otros significados, la pala-
bra ordenar posee uno que tiene gran
relevancia para el caso tratado. Orde-
nar significa “poner las cosas en su
lugar”. Analizaremos brevemente el
contenido de esta definición.
El verbo poner se refiere, en el ca-
so de la definición anterior, al acto de
una acción humana racional y progra-
mada. También significa “colocar”,
“situar” y “acomodar”.
En cambio, las cosas son los obje-
tos, los productos del trabajo humano
destinado a cubrir las necesidades o
los deseos, o ambos. No es necesario
explicar que el trabajo humano ha de
tener una fuente de recursos que per-
mitan su materialización. Una de estas
fuentes se encuentra en la naturaleza
y sus ecosistemas, que suministran la
energía almacenada en los recursos
naturales. La otra fuente se halla en la
inteligencia humana y su creatividad,
que se manifiestan en el conocimien-
to, la técnica y la tecnología.
31 / núm.2 / deVinCi
En es una preposición, que en nues-
tro caso significa “donde”; es decir,
se refiere a un lugar, pero no a uno
cualquiera, sino a su lugar –el lugar
de algo–, el que corresponde “a las
cosas que se ponen” dentro de él. El
acto de “poner las cosas” debe ser ar-
mónico, porque de no ser así, dicho
acto no tendría sentido como tal, se-
gún la interpretación del significado
de ordenar.
El análisis del significado del te-
rritorio y del ordenar nos remite al
discurso sobre los principios de la or-
denación del territorio, es decir, en
las razones de por qué este proceso de-
be ser adecuado.
La pregunta sobre estos principios
se sitúa entre el yo y la historia, entre
el individuo y la sociedad. Esto hace
que necesariamente la pregunta plan-
teada al principio no sea respondida ni
en una dirección ni en otra de manera
exclusiva, sino que lo sea en el con-
texto de una mediación recíproca de
dichos aspectos, desde la perspectiva
de la comunidad de vida.
Son dos los aspectos que determi-
nan de manera preponderante la signi-
ficación de la conciencia humana en el
contexto de la comunidad de vida. Por
una parte, el hombre emplea la con-
ciencia para sobrevivir como indivi-
duo; por otra, la comunidad usa dicha
conciencia de sobrevivencia en la ac-
ción empírica.
Desde esta perspectiva, la ordena-
ción del territorio es precisamente es-
ta acción empírica al servicio del in-
dividuo y de la comunidad de vida
(del “yo-colectivo”). Es entonces ló-
gico que busquemos los principios de
la ordenación del territorio en el con-
cepto de la vida humana.
La filosofía de la ordenación
del territorio
Podemos mencionar tres etapas
principales en los procesos de la vida.
Según las filosofías orientales, la vi-
da se genera, se estructura y se des-
truye, y éste es el sentido natural del
proceso fundamentado en la ciclicidad
biológica. Sin embargo, el ser humano
de la cultura occidental no acepta la
etapa de destrucción, y la sustituye
por una de “funcionalización”. En ella
separa lo “bueno” de lo “malo” que
hay en la vida, y almacena lo segundo
en la memoria como medida preventi-
va para el futuro. Esta postura de la fi-
losofía de Occidente cambia profunda-
mente lo sostenido por la filosofía del
Oriente.
El esquema de la vida es ahora ge-
nético-estructural-funcionalista, lo
cual quiere decir que la vida mantiene
su carácter cíclico, pero en la etapa
funcionalista el ser humano enfrenta
un verdadero desafío del cómo prolon-
gar la vida y protegerla, con el fin de
asegurar su continuidad. Sin duda al-
guna, el funcionalismo implica una
regulación de la comunidad de vida, y
es precisamente la regulación el pri-
deVinCi / núm.2 / 32
mer principio de la ordenación del
territorio.
El segundo principio, el de conser-
vación, se refiere a la explotación de
los recursos de la naturaleza. La comu-
nidad de vida, para prosperar –como ya
se ha señalado–, necesita la energía
almacenada en los ecosistemas, y la
explota utilizando las diferentes
tecnologías. Sin embargo, debido a
la no-renovabilidad de los recursos
naturales, la generación de éstos debe
tomar en cuenta los parámetros del
equilibrio ecológico, que son indicados
por la fragilidad y la vulnerabilidad de
los ecosistemas. Estas limitaciones
hacen posible establecer los niveles ne-
cesarios de la conservación, lo cual
permitirá asegurar la reproducción na-
tural de los recursos explotados. En el
caso de los recursos no renovables, ha-
brá que considerar su sustitución por
productos sintéticos.
El último principio, la optimización
(optimación), se relaciona con el es-
pacio generado por las actividades hu-
manas. Debido a que los recursos
siempre serán escasos, su utilización
para los fines organizativos debe ser
lo más eficiente posible. Esto quiere
decir que las formas espaciales de la
organización humana tienen que ser
eficientes, lo cual implica una locali-
zación óptima de los agentes que las
construyen.
La determinación de los principios
de ordenación del territorio es muy
importante. Es indispensable fijarse
en su comportamiento: tratados “por
separado” –es decir, dentro del ámbi-
to de los estudios ya del territorio, ya
de la naturaleza, ya de la organización
espacial humana– tienen el mismo va-
lor en la interpretación de los fenóme-
nos estudiados; no obstante, unidos en
un esquema macroexplicativo de orde-
nación del territorio, adquieren un
valor interpretativo mucho mayor y
más preciso.
La unificación de estos tres princi-
pios interpretativos en el marco de la
ordenación del territorio, en un campo
de análisis integral, revela además
una singularidad exclusiva: el princi-
pio regulador juega un papel dominan-
te en el funcionamiento de todo el sis-
tema de ordenación (se trata de un
agente responsable del equilibrio y la
dinámica de todo el sistema en cues-
tión).
La ordenación del territorio y el
ambientalismo
Es bien sabido que la transforma-
ción de la realidad incide en el campo
ideológico, y puede llevar a la resci-
sión de los principios doctrinales de la
ordenación territorial. El ejemplo ilus-
trativo de esto ocurrió durante los
años setenta y ochenta, cuando la in-
dustrialización se convirtió en una
amenaza para el medio ambiente. Sur-
gió entonces, como una respuesta
ideológica, el ecologismo, el cual ins-
piró la introducción de las cuestiones
33 / núm.2 / deVinCi
ambientales en el campo doctrinal de
la ordenación del territorio.
A partir del final de la década de
los ochenta, la situación ha tendido a
cambiar debido a la aparición del nue-
vo enfoque del desarrollo llamado
sustentable, que pretende incorporar
los elementos del desarrollo y el me-
dio ambiente en un modelo integral.
La Cumbre de Río (1992) fue el
escenario en que se enfrentaron la
corriente ecologista del mundo en desa-
rrollo y la nueva corriente ambientalis-
ta. El fundamento de esta nueva
corriente –el cual quedó plasmado en la
Agenda XXI– radica en el diseño del mo-
delo de un desarrollo que permitiría
lograr el equilibrio dinámico y a largo
plazo de las esferas social, económica y
ecológica de la vida humana, siendo la
primera la reguladora e impulsora de
este desarrollo. El intento de la Cumbre
de Río fue trasladar el centro de grave-
dad del progreso desde el desarrollo
económico hacia el desarrollo humano,
con el fin de alcanzar los niveles de
sustentabilidad del proceso.
Uno de los más fuertes argumentos
de los ideólogos del ecologismo contra
la corriente ambientalista es el hecho
de que no existe un modelo que permi-
ta relacionar e integrar en forma ins-
trumental y operativa las tres esferas
del desarrollo, a saber, la sociedad,
la economía y la naturaleza. Otro ar-
gumento señala que la destrucción de
la naturaleza ya ha alcanzado dimen-
siones catastróficas, y hay que
multiplicar esfuerzos para su protec-
ción. Sin embargo, lo que el ecologis-
mo no ha tomado en cuenta son los
enormes costos sociales del actual
modelo económico; es evidente que la
llamada sustentabilidad social debe
formar parte del modelo de desarrollo
en turno.
Un argumento más del ecologismo
es la falta de instrumentos idóneos
que permitan el desenvolvimiento ín-
tegro de los procesos del desarrollo.
La discusión de los ambientalistas al
respecto demuestra que existen –tanto
en teoría como en la práctica– las po-
sibilidades de diseñar instrumentos
de acción a favor del desarrollo equi-
librado a largo plazo. La discusión
sobre la ordenación del territorio for-
ma parte de este discurso. De hecho,
no hay otra alternativa a ello. En con-
diciones del modelo de economía
abierta, los desequilibrios territoria-
les se verán agudizados aún más
debido a que el crecimiento económico
en el territorio manifiesta distintas
velocidades, así como también a que
la distribución territorial de la econo-
mía y de la población siguen estando
dominadas por inercias acumuladas.
En esta situación, la ordenación terri-
torial tiene un papel muy importante
en la redefinición y ejecución de una
política de desarrollo equilibrado
a largo plazo. Desde esta perspectiva,
la ordenación del territorio se convier-
te en el instrumento del desarrollo
sustentable, y de apoyo a la ideología
del ambientalismo.
deVinCi / núm.2 / 34
El ordenamiento ecológico y territorial
es una práctica que siempre supone re-
sultados limitados. Esto se debe a que
en el alcance de sus objetivos influyen
gran cantidad de agentes y condicio-
nantes, lo que hace difícil que lleguen a
materializarse sobre el territorio los
propósitos consignados en el Plan de Or-
denamiento.
Más aún, si durante la etapa de una
economía cerrada (“sustitución de
importaciones”) era utópico controlar
las variables que actúan sobre el terri-
torio, el panorama se muestra hoy más
complicado. Esto se explica por el
surgimiento de nuevos agentes que,
gracias a la globalización de la econo-
mía, circulan de manera casi libre,
aunque tienen bien definidos sus crite-
rios de localización.
En ese sentido es importante recono-
cer que si los planes de ordenamiento
ecológico y territorial “tradicionales” o
de la “generación anterior” fueron
puestos en tela de juicio por la pobreza
de sus resultados, las circunstancias
son ahora más complejas. Sin embargo,
es necesario también aceptar que el fra-
caso de los planes, aunque tengan mu-
cho de real, generalmente se basan en
una cuestión perceptiva donde se mez-
cla la subjetividad.
Esto se desprende de un hecho que
se convierte en norma: la fase de eva-
luación es, en el proceso de planea-
ción, la más desatendida. Las razones
pueden ser diversas:
◗ Miedo a conocer y reconocer re-
sultados que a la vista no son muy
alentadores, lo que puede dañar la
imagen del gobernante o partido
político en el poder.
◗ Subordinación de la planeación a
tiempos políticos. La fase final de
una administración es para hacer
maletas o campañas políticas, o am-
bas, y no para evaluar resultados.
◗ Falta de metodologías lo suficien-
temente afinadas que permitan
medir de manera objetiva los resul-
tados de la intervención del Estado y
del capital privado sobre el territo-
35 / núm.2 / deVinCi
LUIS FELIPE CABRALES BARAJAS*
Evaluación y seguimiento de losordenamientos: nuevas reglas para
nuevos tiempos
* Centro Universitario de Ciencias Sociales
y Humanidades de la Universidad de
Guadalajara
deVinCi / núm.2 / 36
rio. Así, por ejemplo, la mejoría de
condiciones sociales y ambientales
está sujeta a ritmos que no se sin-
cronizan con tiempos administrati-
vos, lo cual exige continuidad en la
evaluación, pero también demanda
lecturas intermedias para saber
cómo está evolucionando el tema.
Los planteamientos “modernos” o de
“nueva generación” de los ordenamien-
tos exponen la necesidad de diseñar
nuevas reglas, que en caso de ser asu-
midas harán más acucioso el proceso de
evaluación y seguimiento, pero con un
enriquecimiento del proceso en conjun-
to, ya que se conocerán los alcances
reales del ordenamiento.
El esquema que a continuación pre-
sentamos contiene una propuesta de
“nuevas reglas para el ordenamiento
territorial”, lo que puede ayudar a de-
finir mecanismos de seguimiento y
evaluación de los planes.
En definitiva, consideramos que
para “cerrar el círculo” del ordena-
miento ecológico y territorial, se debe
dar mayor calidad y consideración a la
evaluación y seguimiento.
NUEVAS REGLAS PARA EL
ORDENAMIENTO TERRITORIAL
Filosofía del ordenamiento
territorial
◗ Definir un proyecto de sociedad o
por lo menos asumir determinados
valores.
◗ El ordenamiento debe anticiparse
a los cambios y asumir la incerti-
dumbre (proyección de escenarios
posibles).
◗ Aceptar el reto de una economía
abierta (globalización).
◗ Asumir los riesgos y limitaciones
del ordenamiento territorial.
◗ Es imprescindible la continuidad
y la flexibilidad para reducir un
posible fracaso.
◗ Debe ensayarse un proceso conti-
nuo de evaluación.
Premisas metodológicas
◗ Considerar una escala intermedia
(subregiones, microrregiones).
◗ Introducir políticas activas y sen-
sibles respecto a los espacios frá-
giles: el medio natural y el patri-
37 / núm.2 / deVinCi
monio cultural (concepto de “terri-
torio blando”).
◗Superar el planteamiento “tecno-
crático”: sustituir el trabajo exclu-
sivo de “expertos” por prácticas de
discusión más abiertas.
◗ Utilización de cuestionarios para
lograr disciplina a la hora de cap-
tar los puntos de vista.
◗Socializar la información median-
te un lenguaje claro y que sintetice
los problemas y oportunidades, sin
que vaya en demérito del rigor
científico (matriz FODA, marketing
territorial).
◗ Apuntar acciones estratégicas
verosímiles, lo que a su vez exigi-
rá definir instrumentos y recursos
necesarios para alcanzar los obje-
tivos. Eliminar discursos retóricos.
◗ Involucrar nuevas herramientas
analíticas: sistemas de informa-
ción geográfica.
Clima político
◗ La tradicional “consulta” se sus-
tituye por la participación social
que se practica durante todo el pro-
ceso y no sólo al final.
◗ Colaboración interinstitucional
solidaria (especialmente en la par-
ticipación e intercambio de infor-
mación).
◗ Propiciar condiciones para gene-
rar consensos, definir compromi-
sos y dirimir diferencias.
◗ Evitar la partidización política
del proceso, ya que puede conde-
narlo al fracaso.
◗ El Estado debe invertir dinero en
el Plan de Ordenamiento, de una
manera distinta a la tradicional: es
necesario, por ejemplo, publicar y
distribuir con total cobertura el
Plan y financiar las tareas de par-
ticipación social.
Perfil del funcionario público
◗ Negociador, con capacidad de li-
derazgo y dispuesto a trabajar en
equipo.
◗ Que reconozca que ninguna disci-
plina es autosuficiente para resolver
las necesidades del ordenamiento
territorial (asumir la transdiscipli-
nariedad).
INTRODUCCIÓN
De acuerdo con la Ley General del
Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente (1996), el Ordenamiento Eco-
lógico es el instrumento de política
ambiental cuyo objetivo es regular e
inducir el uso del suelo y las activida-
des productivas, con el fin de lograr la
protección ambiental y la conserva-
ción y aprovechamiento sustentable de
los recursos naturales, a partir del
análisis de las tendencias de deterioro
y potencialidades de aprovechamiento
de éstos. La ordenación del territorio
se basa en la definición y planifica-
ción de cuatro políticas, las cuales se
definen a continuación:
Aprovechamiento. Promueve la uti-
lización de los recursos naturales para
que resulte eficiente, socialmente útil
y procure su preservación.
Conservación. Fomenta acciones
encaminadas a mantener las relacio-
nes de interdependencia entre los ele-
mentos que conforman el ambiente,
para mejorar la existencia, transfor-
mación y desarrollo de la humanidad y
de los seres vivos.
Protección. Es el conjunto de políti-
cas y medidas para beneficio del am-
biente, a fin de prevenir y controlar su
deterioro.
Restauración. Serie de actividades
tendentes a la recuperación y resta-
blecimiento de las condiciones que
propician la evolución y continuidad
de los procesos naturales.
Estas políticas deberán estar en-
marcadas en la visión de revertir las
limitantes a la sustentabilidad y de
impulsar áreas de desarrollo, a partir
de las fortalezas y oportunidades de
cada región.
Limitantes a la sustentabilidad
Los análisis de sustentabilidad
requieren un enfoque holístico y sisté-
mico que incluya componentes socia-
deVinCi / núm.2 / 38
ARTURO CURIEL BALLESTEROS* / GUADALUPE GARIBAY CHÁVEZ**
POLÍTICAS DE ORDENACIÓN DELTERRITORIO EN JALISCO
* Coordinador del Proyecto
Ordenamiento
Ecológico Territorial
del Estado de Jalisco.
ACUDE. UdeG.
** Profesora investigadora
del Instituto de Medio Ambiente y
Comunidades Humanas.
CUCBA. UdeG.
Geomática: Héctor Frias Ureña
les, económico-productivos, ambien-
tales (naturales), y las relaciones en-
tre ellos, por lo que los indicadores
para evaluar las limitantes incluyen
estos componentes en el gran sistema
de Jalisco. Un segundo nivel de análi-
sis consiste en determinar las limitan-
tes a la sustentabilidad, a partir de
criterios de riesgos a la estabilidad de
los sistemas, considerando las ame-
nazas (o presiones) derivadas en el
sistema social, productivo y natural
hacia el ambiente, y las debilidades
(o vulnerabilidades) de dichos siste-
mas.
Los indicadores prioritarios de pre-
sión y vulnerabilidad identificados
con nivel muy alto, cuando menos en
uno de los 124 municipios, son los si-
guientes:
39 / núm.2 / deVinCi
Sistema social
Presión
Alta tasa de crecimiento demográfico
Concentración de población en zonas urbanas
Crecimiento de asentamientos urbanos
Alto número de vehículos
Generación y aportación de residuos contaminantes al ambiente
Contaminación de aguas superficiales y subterráneas
Interrupción de corredores de vida silvestre por carreteras mal planificadas
Vulnerabilidad
Inestabilidad de la estructura de la población (incluye migración)
Falta de drenaje, agua entubada y electricidad
Limitado uso de medios de comunicación
Inaccesibilidad
Falta de iniciativa y coordinación de la sociedad con las instituciones
Toma de decisiones a corto plazo
Incapacidad administrativa para planear la sustentabilidad
Limitada cobertura educativa
Desvinculación de las instituciones educativas con el contexto
deVinCi / núm.2 / 40
Sistema productivo
Presión
Alteración del ciclo de carbono por pérdida de la vegetación natural, cambio de uso del
suelo, incendios y quemas agrícolas
Uso excesivo de agroquímicos
Afectación de la diversidad natural por pérdida de hábitats e introducción de especies
exóticas
Sobrepastoreo
Deforestación
Destrucción de suelo y aporte de contaminantes por minería
Residuos químicos y consumo de energía por la industria manufacturera y de servicios
Alteración del ciclo hidrológico por deforestación e incendios y contaminación
Vulnerabilidad
Marginación socioeconómica
Desempleo
Ruralización
Monoproducción
Limitada especialización productiva de la industria manufacturera y de servicios
Limitada especialización productiva agrícola, pecuaria y forestal
Limitada especialización de actividades mineras
Falta de comercialización de productos locales
Sistema natural
Presión
Amenazas hidrometeorológicas
Amenazas geológicas
Vulnerabilidad
Superficie accidentada
Limitados períodos de crecimiento
Sequía
Zonas de transición de tipos de vegetación
Suelos jóvenes
dad agropecuaria, lo que se demuestra
al ocupar el primer lugar en agricultu-
ra de temporal (1 068 700 hectáreas),
donde destaca el cultivo de maíz, con
una producción que equivale a 20% del
total cosechado a nivel nacional. Ade-
más, se produce 17% del total nacional
41 / núm.2 / deVinCi
FORTALEZAS Y OPORTUNIDADES
Jalisco cuenta con una superficie
de 8 013 700 hectáreas de territorio (lo
que representa 4% de la superficie del
país). Es un estado cuyo desarrollo ha
tenido como base importante la activi-
deVinCi / núm.2 / 42
de leche de bovino y más de 12% de la
producción en caña de azúcar y carne
de bovino; de igual manera, ocupa un
lugar relevante la producción de aga-
ve y lima.
El estado se encuentra en los prime-
ros tres lugares a nivel nacional en la
producción de minerales, como diato-
mita, talco, mármol, grava, feldespa-
to, caolín y arena.
Jalisco cuenta con un gran patrimo-
nio geológico y genético, debido a que
en él coinciden tres de las doce placas
tectónicas planetarias, y dos de los
Superficie con bosques al
inicio del siglo XX
43 / núm.2 / deVinCi
ocho reinos biogeográficos del mundo.
Esto se manifiesta claramente en su di-
versidad climática, biológica y geológi-
ca, y porque en este territorio se en-
cuentran representados 80% de los tipos
de vegetación, 70% de los tipos de sue-
los y 29 variantes de climas de México.
En el estado existen corredores bio-
lógicos de gran relevancia, ya que en
ellos se desplazan especies del trópi-
co, de la zona templada y de la árida,
lo que da lugar a que estén presentes
35% de las especies de vertebrados te-
rrestres, 49% de las aves, 42% de los
Superficie con bosques al final
del siglo XX
Jalisco presenta, igualmente, una
oportunidad para la restauración de
espacios degradados, como la cuenca
Lerma-Chapala-Santiago, una de las
más contaminadas del país, donde se
ubica la industria alimenticia, metal-
mecánica y petroquímica, grandes me-
trópolis que no realizan tratamiento de
aguas residuales, y amplias extensio-
nes dedicadas al cultivo intensivo y
porquerizas.
POLÍTICAS DE ORDENAMIENTO
Una gestión para que las caracte-
rísticas anteriormente citadas gene-
ren oportunidades de desarrollo, es a
partir de la definición de políticas en
el uso del territorio y considerando
criterios de ordenamiento ecológico
territorial. A continuación se presen-
tan los resultados encontrados en Ja-
lisco:
Política de aprovechamiento
En el territorio destinado a esta
política se desarrollan actividades
productivas que no rebasan la capaci-
dad de amortiguamiento del medio, o
son espacios donde existen condicio-
nes para promover un uso intensivo
del suelo. Las áreas identificadas pa-
ra aprovechamiento en Jalisco equi-
valen a 29.36% del total del territorio
(2 349 357 hectáreas). Estas zonas se
ubican principalmente en la Región
Altos y Valles y comprenden usos pe-
deVinCi / núm.2 / 44
mamíferos, 18% de reptiles y 15% de
los anfibios que habitan en México, al-
gunos de ellos protegidos por decreto.
Otra característica relevante es
que Jalisco forma parte de un corre-
dor económico mundial, con enlaces
a la capital del país, a Estados Unidos
y la región de la Cuenca del Pacífico;
además de poseer una amplia diversi-
dad de recursos para impulsar el eco-
turismo, el turismo rural y el turismo
religioso, entre otros aspectos.
cuarios, de agricultura de temporal y
de cultivos industriales.
Política de conservación
En el territorio destinado a conser-
vación, se realiza un aprovechamiento
de los recursos naturales, que deben
ser utilizados con base en las funcio-
nes y capacidades de regeneración,
según una estricta regulación con cri-
terios de sustentabilidad. Las áreas
destinadas a conservación equivalen a
41.04% del total del territorio (3 284
722 hectáreas). Estas zonas se ubican
principalmente en las regiones más
accidentadas, como las que pertenecen
a la Sierra Madre Occidental en la re-
gión Norte, el Eje Neovolcánico en la
región Sur, y la Sierra Madre del Sur en
la región Sierra Occidental, sierra de
Amula y Sureste, donde se presentan
corredores biológicos, usos forestales
y vida silvestre.
Política de protección
El territorio identificado para
ordenar según una política de protec-
ción, es el destinado a preservar áreas
de alto valor natural y que son repre-
sentativas de los ecosistemas del esta-
do, en el que su aprovechamiento debe
ser restringido a lo señalado en los
programas de manejo elaborados para
su protección. Las áreas destinadas a
protección equivalen a 11.96% del total
del territorio (957 148 hectáreas). Es-
tas zonas se ubican en los diversos ti-
pos de climas y vegetación, y com-
prenden usos relacionados con el apro-
vechamiento de recursos naturales.
Política de restauración
En el territorio destinado a esta
política, las actividades de aprove-
45 / núm.2 / deVinCi
se presenta una dominante fragmen-
tación de selvas y bosques, sobrepas-
toreo, degradación de suelos agríco-
las, contaminación de cuerpos de
agua y asentamientos urbanos
irregulares.
CRITERIOS DE ORDENAMIENTO
La puesta en marcha del ordena-
miento del territorio de Jalisco se
debe orientar a partir del impulso y
promoción de las siguientes acciones:
◗ Amortiguamiento de presiones
◗ Capacidad de carga de los
sistemas regulada
◗ Conservación de recursos
◗ Criterios de calidad en las
actividades productivas
◗ Diversidad natural como
fortaleza
◗ Diversificación de actividades
productivas
◗Eficiencia en el uso de energía
◗ Integración comunitaria
◗ Participación colectiva
◗ Regulación de riesgos.
Los criterios propuestos en la política de
aprovechamiento del estado consideran
los siguientes rubros:
deVinCi / núm.2 / 46
chamiento han rebasado las capaci-
dades de amortiguamiento del ecosis-
tema y de los recursos naturales.
Esto se manifiesta a través de proce-
sos de degradación y contaminación,
lo que demanda acciones para el res-
tablecimiento de las capacidades de
autorregulación del medio. Las áreas
destinadas a restauración equivalen a
17.64% del total del territorio
(1 411 506 hectáreas). Estas zonas se
ubican principalmente en sitios donde
47 / núm.2 / deVinCi
Criterios de aprovechamiento
Articulación de las regiones
Innovación tecnológica
Aprovechamiento de subproductos
Aprovechamiento de fuentes alternativas de energía
Iniciativas empresariales con base en fortalezas y oportunidades del territorio
Carreras técnicas en áreas de oportunidad
Diversificar opciones recreativas
Infraestructura hotelera municipal
Aprovechamiento del territorio como espacios educativos
Información al consumidor sobre el origen de alimentos
Comedores de platillos tradicionales
Prescripción del uso del fuego en sitios de alto riesgo
Obtención de semillas de calidad de las especies locales
Conocimiento y aprovechamiento del patrimonio paisajístico
Criterios de conservación
Fomento del patrimonio natural y cultural
Regulación de actividades en zonas vulnerables
Conocimiento y uso regulado de la diversidad natural y cultural
Gestión y evaluación del ordenamiento con la participación comunitaria
Zonas con alto potencial productivo destinarlas a la seguridad alimentaria
Regulación de actividades productivas en corredores naturales
Áreas verdes saludables
Revaloración social de las especies nativas
Revaloración de la cultura rural
Mantenimiento de cadenas tróficas, flujos de energía y ciclos biogeoquímicos
Mantenimiento de los sistemas eficientes de uso de energía
Criterios de protección
Prevención del deterioro con base en condiciones de riesgo
Priorización según evaluación de costos sociales y ambientales del deterioro
Mantenimiento del funcionamiento de ciclos en sitios frágiles
Incorporación de tecnologías para el saneamiento
Áreas productoras de alimentos como prioridad
Sitios de alto valor natural, hábitats y corredores de vida silvestre
Centros urbanos con patrimonio cultural
Insumos de baja persistencia
Auditorías ambientales obligatorias en corredores industriales
Formación de recursos con cultura de prevención
Prohibición del fuego en sitios cercanos a ciudades, bosques y selvas
Manejo de residuos con criterios de salud ambiental
Creación de la figura de un Ombudsman ambiental
A manera de conclusión
Con base en estos criterios de or-
denamiento, se ha empezado a traba-
jar con municipios y en talleres para
identificar programas y acciones prio-
ritarias en la localidad. Se considera
de gran utilidad establecer sitios en
donde se pueda monitorear y evaluar
los impactos de la ordenación. Para
ello los sitios ideales serían las cuen-
cas hidrográficas, y particularmente
para el caso del ordenamiento estatal,
cuencas endorreicas, como la cuenca
de la laguna de Zapotlán, de la que for-
man parte los municipios de Zapotlán
(Ciudad Guzmán) y Gómez Farías, o pa-
ra el caso del ordenamiento nacional,
la cuenca Lerma-Chapala- Santiago.
De igual forma, resulta importante
atender aquellas áreas que han sido
consideradas como prioritarias, tanto
por contener altas y muy altas limi-
tantes a la sustentabilidad, como por
los elementos de gran relevancia para
el desarrollo del estado de Jalisco y de
la región.
deVinCi / núm.2 / 48
Criterios de restauración
Sanear áreas contaminadas con recursos de los contaminadores
Restauración de ciclos
Reforestación con especies y densidades nativas
Desestimular la especulación
Programas basados en la participación comunitaria
Municipios saludables
Promover principalmente la descontaminación con base en el costo social de la
contaminación del agua
Reintroducción de especies nativas desaparecidas
Regulación de cargas dentro de los límites de resiliencia del sistema
Áreas de atención prioritaria
Estos apuntes son parte de una visión
más amplia que guió el proyecto, el
Plan de Ordenamiento Ecológico Territo-
rial del Estado de Jalisco. No es un tra-
bajo aislado sino el complemento del
esfuerzo de un grupo interdisciplinario
e interinstitucional que tuvo como uno
de sus objetivos paralelos el desarrollo
y seguimiento de una metodología, que
con una visión amplia y sistémica se
abocó al estudio y las propuestas de po-
lítica para el ordenamiento ecológico
territorial del estado de Jalisco.
El enfoque metodológico parte de
conceptualizar al estado como un sis-
tema territorial complejo y abierto,
conformado por los subsistemas natu-
ral, social y productivo. Las interaccio-
nes que se dan entre estos subsistemas
están determinadas por las estructu-
ras y procesos intrarregionales y extra-
rregionales.
49 / núm.2 / deVinCi
MARÍA LUISA GARCÍA BÁTIZ / SANDRA GONZÁLEZ DE LA MORA
Algunas ideas sobre la sustentabilidad del sistema productivo
en Jalisco
Mapa 1
permiten analizar riesgos ambien-
tales y límites a la sustentabilidad.
Este artículo hace una presenta-
ción general de algunos resultados
importantes del análisis del espacio
intrarregional. Con el fin de facilitar
la lectura de los resultados, inclui-
mos mapas temáticos.
PROBLEMAS AMBIENTALES Y
LÍMITES A LA SUSTENTABILIDAD
El objetivo principal del análisis de
problemas ambientales, y de los lími-
tes a la sustentabilidad, era detectar
áreas de intervención (en términos de
problemas ambientales). Éstas son
áreas donde el gobierno y la sociedad
tienen que invertir recursos para me-
jorar las condiciones y resolver pro-
blemas. Es decir, la elaboración de
políticas públicas deberá priorizar la
territorialización de las políticas to-
mando en cuenta las características de
estas áreas.
Al igual que los otros subsistemas
(natural y social), en el productivo el
análisis se realizó a través de los com-
ponentes de vulnerabilidad y presión.
VULNERABILIDAD DEL SISTEMA
PRODUCTIVO
La pérdida o falta de dinamismo
económico, o de actividades económi-
cas generadoras de empleo y altamen-
te productoras en una región, son el
elemento constitutivo más importante
Se ordenaron y organizaron dinámi-
cas definidas por procesos de trans-
formación con distintos niveles de
aproximación. La escala de análisis
buscaba caracterizar especialmente
aquellos procesos más importantes
que explicaran la dinámica territorial
específica.
De esta manera, y muy especial-
mente en el caso del sistema producti-
vo, el análisis para el estado debió ha-
cerse desde dos perspectivas:
◗ El espacio extrarregional en el
que se distinguen dos fuerzas que
están modificando el espacio regio-
nal: por un lado la globalización y,
por otro, la descentralización.
◗El espacio intrarregional donde se
evalúan prácticas internas que nos
deVinCi / núm.2 / 50
Mapa 2
51 / núm.2 / deVinCi
de la vulnerabilidad productiva.
La vulnerabilidad del sistema pro-
ductivo está en función de las caracte-
rísticas socioeconómicas del propio
sistema, es decir, son las intrínsecas
al propio sistema que lo vuelven frágil
ante hechos generales (como la globa-
lización o una mayor competitividad
productiva de otras regiones), que
pueden ocasionar modificaciones no-
civas de la base económica en un es-
pacio determinado (como la desapari-
ción sin sustitución de una actividad
productiva). Esto ocasiona una dismi-
nución de posibilidades de desarrollo
y, por ende, implica una pérdida de
bienestar y calidad de vida o un au-
mento de la pobreza o grado de margi-
nación de la región.
Puesto que la distribución y carac-
terísticas de las actividades económi-
cas no son homogéneas, podemos afir-
mar que en un espacio existen áreas
con una mayor vulnerabilidad produc-
tiva que otras.
Partimos de la idea de que las
áreas con mayor vulnerabilidad pro-
ductiva son aquellas que han presen-
tado las menores oportunidades de
desarrollo, ya que debido a la lógica
del mercado son estas áreas las que
menos atraen las inversiones y los
recursos humanos mejor calificados:
presentan menores niveles de ingre-
sos, de ocupación, de crecimiento ur-
bano, de especialización productiva y
de diversificación económica.
las variables analizadas fueron:
◗ Marginación socioeconómica
◗ Nivel de ocupación
◗ Nivel de ingresos
◗ Grado de ruralización
◗ Especialización económica
Vulnerabilidad por
marginación socioeconómica
Al analizar las características so-
cioeconómicas de los municipios, po-
demos contar con un resumen indirec-
to de las capacidades internas de los
municipios para impulsar o apoyar un
posible desarrollo económico que per-
mita aumentar la calidad de vida de
sus habitantes.
Mapa 3
tran diferencias importantes, es de-
cir, uno o dos municipios de cada re-
gión tienen un nivel de vulnerabilidad
por marginación socioeconómica muy
alta o alta. Sin embargo, en algunas
esto se acentúa, por lo que presentan
peores condiciones de vida y de posi-
bilidades de desarrollo: Región Norte,
Costa Sur, Costa Norte, Sierra Occiden-
tal y Valles.
Vulnerabilidad por nivel
de ocupación
El nivel de ocupación es una de las
variables que conforman el indicador
anterior (vulnerabilidad por margina-
ción socioeconómica).
Con respecto a la vulnerabilidad
por nivel de ocupación (ver mapa 2),
los resultados no difieren de forma
importante con los de marginación;
sin embargo, las condiciones de ocu-
pación para la mayoría de los munici-
pios son mejores que las de margina-
ción. De los municipios, 23% presentan
una vulnerabilidad muy alta o alta.
Vulnerabilidad por nivel
de ingresos
La variable de nivel de ingreso no
sólo nos da un dato económico duro, si-
no también la podemos leer como una
variable que nos permite conocer de
manera indirecta las condiciones
de vida de la población. La población
con escasos recursos monetarios gene-
deVinCi / núm.2 / 52
Jalisco no es de los estados que
presentan los mayores niveles de mar-
ginación del país; sin embargo, encon-
tramos diferencias importantes que li-
mitan el desarrollo de la mayoría de
los municipios.
Los niveles de marginación nos
permiten conocer cuál es el grado de
desarrollo socioeconómico alcanzado
por un municipio, pues en un índice
compuesto se ponderan variables de
urbanización, nivel educativo, ocupa-
cional y vivienda.
Los resultados presentados en el
mapa 1 nos indican que en Jalisco, al-
rededor de 23% de los municipios tie-
nen una vulnerabilidad por su margina-
ción socioeconómica muy alta y alta.
Todas las regiones del estado mues-
Mapa 4
53 / núm.2 / deVinCi
ralmente se ve obligada a ocupar asen-
tamientos irregulares, con menores
servicios, mayor hacinamiento y, en
muchos casos, los lugares donde viven
son adyacentes a instalaciones peli-
grosas. Además, son los que tienen
menores recursos para enfrentar y re-
ponerse a cualquier contingencia am-
biental, social o económica.
En el estado de Jalisco existen di-
ferencias importantes en cuanto a los
ingresos que perciben las personas
que trabajan. De los municipios de Ja-
lisco, 27.5% tienen una vulnerabilidad
alta y muy alta por nivel de ingresos
(ver mapa 3).
Vulnerabilidad por grado de
ruralización
El desarrollo urbano de México, y
en especial de Jalisco, se ha caracte-
rizado por su gran concentración. Has-
ta hace poco, Jalisco era uno de los
estados donde a la mayoría de sus mu-
nicipios se les clasificaba como rurales.
Para 1990 la difusión de los siste-
mas urbanos es más evidente. Tradi-
cionalmente, el grado de ruralización
o urbanización ha sido un indicador re-
sumen del tipo de vida y su calidad.
Esto supone que a mayor grado de ur-
banización, o menor grado de ruraliza-
ción, la dinámica económica, la in-
fraestructura y los servicios públicos
son mejores, lo que trae como conse-
cuencia mejores condiciones de vida y
mayores oportunidades de desarrollo.
Según los resultados obtenidos
(ver mapa 4), 89% de los municipios
del estado de Jalisco son semirrurales
o semiurbanos; sin embargo, el desa-
rrollo urbano del estado sigue estando
concentrado. Sólo tres municipios
pueden ser clasificados como urbanos
y, por ende, los que presentan la vul-
nerabilidad más baja: Guadalajara,
Zapopan y Tlaquepaque.
Los siguientes con vulnerabilidad
más alta (rurales): Jilotlán de los Do-
lores, Manuel M. Diéguez, Quitupan,
Atengo, Tuxcacuesco, Cuautitlán, Villa
Purificación, Guachinango, San Sebas-
tián del Oeste, Cuquío y San Cristóbal
de la Barranca.
Mapa 5
deVinCi / núm.2 / 54
Vulnerabilidad por
monoproducción
Uno de los indicadores más utilizados
para analizar qué tan expuesta está una
economía a cambios imprevistos, es su
grado de diversificación, o, por el contra-
rio, su grado de monoproducción. Se con-
sidera que a mayor monoproducción, o
menos diversificación productiva de una
economía, región o municipio, mayor se-
rá su vulnerabilidad.
Cerca de 78% de los municipios en
Jalisco tienen vulnerabilidad por mono-
producción alta o muy alta (ver mapa 5).
Lo anterior puede ser reflejo del
predominio de una idea equivocada, es
decir, la idea de preservar las voca-
ciones productivas de los municipios;
donde se entiende por vocación la ac-
tividad tradicional que ha caracteriza-
do a una región o municipio. A su vez,
la falta de políticas cuyo fin sea la ge-
neración de nuevas actividades pro-
ductivas y el desarrollo de iniciativas
locales de desarrollo, propiciadas por
el gran centralismo en la toma de de-
cisiones, han llevado a la mayoría de
los municipios a tener una sola alter-
nativa: la monoproducción en sectores
tradicionales.
Índice compuesto de
vulnerabilidad por
especialización productiva
La especialización productiva en
una región garantiza la consolidación
de una actividad y, por lo tanto, de un
modus vivendi para las personas que
radican en ella. Además, supone el
aprendizaje social para desenvolverse
en esta actividad, pero también para
generar otras actividades y desarro-
llar tecnologías nuevas que ayuden al
buen desempeño económico de la re-
gión o municipio. La especialización
económica en una o algunas activida-
des también apoya la formación de
identidades regionales.
Por lo anterior, la especialidad
económica es importante para garanti-
zar y apoyar la posibilidad de una ma-
yor calidad de vida de la población.
En Jalisco la concentración de las
actividades económicas es muy evi-
dente, como se observa en el mapa 6,
Mapa 6
55 / núm.2 / deVinCi
donde 47.5% de los municipios de Ja-
lisco presentan una vulnerabilidad al-
ta o muy alta por limitada especializa-
ción productiva.
Vulnerabilidad general del
sistema productivo
Como se ha visto en los apartados
anteriores, las características socioe-
conómicas de la población son el ele-
mento más importante de la vulnera-
bilidad, así como las condiciones de
urbanización que marcan su estilo
de vida.
Por lo tanto, la suma de los indica-
dores antes expuestos nos da un pano-
rama general de la vulnerabilidad de
los municipios jaliscienses.
Como lo muestra el mapa 7, 46% de
los municipios del estado tienen una
vulnerabilidad productiva alta o muy
alta, sobresaliendo los siguientes mu-
nicipios: Santa María de los Ángeles,
Mezquitic, San Martín de Bolaños, Ma-
nuel M. Diéguez, Quitupan, Atemajac
de Brizuela, Tolimán, Tuxcacuesco,
Atengo, Tonaya, San Sebastián del
Oeste, Guachinango, Hostotipaquillo y
San Cristóbal de la Barranca.
PRESIÓN DEL SISTEMA
PRODUCTIVO
Dado que el desarrollo económico
contemporáneo, sustentado en impor-
tantes cambios tecnológicos, ha lleva-
do a cabo notables modificaciones de los
ambientes naturales que ocupan los
pobladores (tanto en la esfera social
como en la productiva), la presión del
sistema productivo está en función de
los impactos potenciales que este sis-
tema ejerce sobre los recursos natura-
les; es decir, son aquellas caracterís-
ticas que vuelven más peligrosas las
actividades productivas y que dismi-
nuyen las posibilidades de lograr la
sustentabilidad del propio sistema y
de otros sistemas.
La presión del sistema productivo
está definida como la variable com-
puesta por la localización, distribu-
ción y tamaño de las actividades eco-
nómicas (intensidad y extensión) que
ejercen influjo directamente en el sis-
tema natural.
Mapa 7
deVinCi / núm.2 / 56
Puesto que la distribución y carac-
terísticas de las actividades económi-
cas no son homogéneas, en un espacio
o territorio existen áreas con mayor
presión productiva que otras.
Partimos de la idea de que las
áreas con elevada presión productiva
son aquellas que han presentado las
mayores oportunidades de desarrollo,
ya que debido a la lógica del mercado
son estas áreas las que concentran las
inversiones y, por tanto, las activida-
des productivas. Es decir, las áreas
donde la intensidad y extensión de las
actividades productivas son mayores.
Para determinar la presión del siste-
ma productivo, se construyeron varios
indicadores que a su vez conformaron
un modelo de siete índices compuestos.
Los índices compuestos que forman
la presión general del sistema producti-
vo son:
◗ Índice compuesto de presión agrícola
◗ presión pecuaria
◗ presión forestal
◗ presión minera
◗presión de la industria manufacturera
◗ presión de la industria de servicios
◗ Presión por consumo urbano de
energía eléctrica.
Así, el análisis de presión produc-
tiva supone que cuanto más intensiva
o extensiva, o ambas, sea la actividad
productiva, se ejerce mayor demanda
sobre el medio ambiente.
Índice compuesto de presión
agrícola
La agricultura es una de las activi-
dades más importantes en el estado,
de tal manera que las prácticas que en
ella se realizan imponen una presión
alta sobre el medio ambiente. Las va-
riables que nos hablan de la importan-
cia de la actividad en Jalisco son: 1)
producción, variable que nos permite
conocer el tamaño e intensidad de la
actividad; 2) superficie cosechada,
la que nos muestra la distribución y ex-
tensión de la actividad en el territorio.
Este índice compuesto está integra-
do por:
◗ Producción agrícola en toneladas
(por municipio).
◗ Superficie cosechada por
hectárea (por municipio).
Mapa 8
57 / núm.2 / deVinCi
De acuerdo con los valores expues-
tos (ver mapa 8), en Jalisco la activi-
dad agrícola juega un papel importan-
te y, por consecuencia, tiene una gran
presión sobre el ecosistema del esta-
do. Los municipios con una presión
agrícola muy alta son: Encarnación de
Díaz, Lagos de Moreno, Arandas, Tepa-
titlán, Atotonilco, La Barca, Zapotlán
del Rey y Ameca.
A su vez, la presión que ejerce la
actividad agrícola en el estado es más
importante en las regiones Altos Nor-
te, Ciénega, Altos Sur, Valles, Centro,
Costa Sur, Costa Norte y Sureste.
Por lo tanto, es en estas regiones
donde deberían poner en práctica con
mayor rigor y cuidado las políticas di-
rigidas a regular las prácticas extensi-
vas e intensivas de la actividad, como
políticas de recuperación de suelos,
regulación de uso de agroquímicos, ro-
tación de cultivos, tecnificación del
campo, etcétera.
Índice compuesto de presión
pecuaria
La actividad pecuaria en el estado es
importante pero muy concentrada, de tal
manera que se esperaba que la presión
que ejerce sobre el medio ambiente es-
tuviera claramente relacionada con su in-
tensidad o tamaño, más que por su exten-
sión.
El “Índice compuesto de presión pe-
cuaria” es resultado de la suma de: pre-
sión por producción pecuaria por munici-
pio más la presión por número de cabezas
de ganado por municipio.
Como ya se mencionó, la actividad pe-
cuaria está altamente concentrada (ver
mapa 9), siendo los municipios más im-
portantes por su presión pecuaria: Encar-
nación de Díaz, Lagos de Moreno, San Juan
de los Lagos y Tepatitlán. Los municipios
que presentan una presión pecuaria alta
son Arandas, Ciudad Guzmán y Zapopan.
Índice compuesto de presión
forestal
Debido a que la actividad forestal
depende, para su desarrollo, de la
existencia de bosques, generalmente
es una actividad muy focalizada; es
decir, su concentración responde más
Mapa 9
deVinCi / núm.2 / 58
a una característica natural que a una
práctica social (a través de la inver-
sión), por lo que se consideró más
adecuado hacer el análisis de su pre-
sión a partir de la intensidad de la ac-
tividad, tanto por su tamaño como por
uno de sus efectos más graves.
De esta manera, el “índice com-
puesto de presión forestal” está inte-
grado por:
◗ Presión por producción forestal
◗ Presión por deforestación
Los municipios que más presión
ejercen, según el índice compuesto de
presión forestal, son (ver mapa 10):
Mezquitic, San Gabriel, Villa Purifica-
ción, Tomatlán y Talpa de Allende.
\\
Índice compuesto de presión
minera
Al igual que la actividad forestal,
el desarrollo de la actividad minera
depende de la existencia del recurso
natural (minerales metálicos o no me-
tálicos), por lo tanto, los resultados
esperados son de una alta concentra-
ción de la actividad, de tal manera
que también se consideró adecuado
centrar el análisis en la intensidad de
la actividad. Así, el índice está com-
puesto por:
◗ Presión por producción de mine-
ría metálica
◗ Presión por superficie de minería
no metálica
Los municipios que ejercen mayor
presión minera son (ver mapa 11): Tal-
pa de Allende, Hostotipaquillo y Tlajo-
mulco.
Índice compuesto de presión de
la industria manufacturera
La lógica del mercado y las prácti-
cas de inversión pública (concentra-
ción de ésta en algunas ciudades o
municipios) han traído como conse-
cuencia que el desarrollo industrial
del país y de Jalisco se caracterice por
su gran concentración.
La transformación del medio am-
biente natural, que supone el desarro-
Mapa 10
59 / núm.2 / deVinCi
llo de la industria manufacturera, ha-
ce que se considere como una de las
actividades que más presión ejercen
sobre el medio ambiente. También, su
gran importancia económica se ha ma-
nifestado a través de su rápido creci-
miento y por su participación en la
sustitución de actividades tradiciona-
les (como la agricultura), lo que ha
provocado un cambio, en algunos ca-
sos drásticos, de las formas de vida.
Todo lo anterior hace de la actividad
manufacturera una de las más impor-
tantes y la pone en un lugar privile-
giado cuando se trata de definir obje-
tivos de política para la ordenación de
actividades económicas y para la dis-
minución del deterioro ambiental, y
objetivos de política dirigidos a dismi-
nuir las desigualdades sociales y au-
mentar el dinamismo económico de las
áreas menos desarrolladas.
El índice compuesto de presión de
la industria manufacturera está
integrado por la suma de los siguien-
tes índices:
◗ Presión por personal ocupado en
la industria manufacturera
◗ Presión por establecimientos en
la industria manufacturera
Como se puede observar en el mapa
12, 14% de los municipios ejercen una
presión alta y muy alta; éstos se con-
centran en la Región Centro Conurba-
da: Guadalajara, Zapopan, Tonalá,
Tlaquepaque. Fuera de la ZMG tenemos
a: Ocotlán y Tlajomulco de Zúñiga.
Estos municipios deberían ser los princi-
pales receptores de políticas de regula-
ción de actividad manufacturera, to-
mando en cuenta la necesidad de regular
el manejo y administración de desechos
tóxicos, descargas de aguas contamina-
das, emisiones de gases y sustancias;
así como la reubicación de empresas pe-
ligrosas. El Salto, Zapotlanejo, Tala,
Puerto Vallarta, Ciudad Guzmán, Lagos
de Moreno, Arandas también entran en
este porcentaje.
Índice compuesto de presión de
la industria de servicios
La lógica del análisis de la presión
que ejerce la industria de servicios en
Mapa 11
deVinCi / núm.2 / 60
Jalisco es similar al de la industria
manufacturera. Asimismo, la ubica-
ción y desarrollo por tamaño de esta
actividad en el estado responde a los
mismos patrones que en el caso de la
industria manufacturera.
Por lo tanto, este índice compues-
to de presión está construido por la
suma de los siguientes índices:
◗ Presión por personal ocupado de
la industria de servicios
◗ Presión por establecimientos de
la industria de servicios
El desarrollo industrial de servi-
cios de Jalisco se ha caracterizado por
su gran concentración en sólo algunos
municipios. Como se puede observar
en el mapa 13, 25% de los municipios
tienen una presión alta y muy alta:
Guadalajara, Tlaquepaque y Zapopan,
además de municipios como Tlajomul-
co, Puerto Vallarta, Ciudad Guzmán,
Ocotlán, Tepatitlán y Lagos de Moreno.
Por lo que en estos municipios que
cuentan con alta y muy alta presión se
deberán aplicar políticas de regula-
ción de la actividad de servicios, to-
mando en cuenta la necesidad de regu-
lar el manejo y la administración de
desechos tóxicos y descargas de aguas
contaminadas. Asimismo, se deberá
diferenciar entre políticas dirigidas a
pequeñas medianas y grandes empre-
sas, así como entre servicios especia-
lizados y no especializados.
Presión por consumo urbano de
energía eléctrica
Uno de los requerimientos más im-
portantes de las actividades económicas
es el consumo de energía eléctrica, la
generación de ésta ejerce una presión
muy importante sobre el medio ambien-
te. El uso urbano de energía para activi-
dades productivas esta condicionado por
la localización de las actividades manu-
factureras y de servicios, por lo tanto, la
presión por uso urbano de energía eléc-
trica presenta un patrón similar a la pre-
sión de las actividades antes señaladas.
Como podemos ver en el mapa 14,
23% de los municipios ejercen una pre-
sión muy alta o alta por su consumo de
energía para actividades productivas ur-
banas.
Mapa 12
61 / núm.2 / deVinCi
Las regiones con mayor presión por
uso urbano de energía son: Centro, Al-
tos Norte, Altos Sur, Valles, Sur, Costa
Sur y Costa Norte.
Presión general del sistema
productivo
La suma de los resultados de los
índices anteriores, ver mapa 15, nos
permite apreciar que el sistema pro-
ductivo ejerce una “presión general”
muy alta y alta en 19% de los munici-
pios. La polarización de los datos se
debe a la gran concentración que exis-
te de las actividades productivas en
algunos municipios.
En los casos de los municipios que
ejercen una alta y una muy alta pre-
sión, es necesario dirigir políticas
de aprovechamiento y disminución de
ésta. De los municipios con las carac-
terísticas anteriores destacan los que
integran la zona metropolitana: Gua-
dalajara, Zapopan, Tonalá y Tlaquepa-
que; además de municipios como La-
gos de Moreno, Arandas, Tepatitlán,
Ciudad Guzmán y Tlajomulco de Zúñi-
ga. Esto se ve reflejado en las diferen-
tes regiones que conforman el estado
de Jalisco, por lo que podemos identi-
ficar como las regiones que registran
mayor presión productiva a las regio-
nes Centro Conurbada, Altos Norte, Al-
tos Sur, Valles y Ciénega.
LIMITANTES A LA SUSTENTABILIDAD
Si el desarrollo sustentable es vis-
to como un paradigma en el sentido
que constituye una aspiración de la
humanidad de llegar hacia una nueva
época de evolución que sea armoniosa
con el equilibrio natural y social, en-
tonces la síntesis del análisis de la
vulnerabilidad y la presión del siste-
ma productivo, hasta ahora expuesta,
nos permiten contar con un instrumen-
to que en forma simplificada nos
muestra un panorama general de las
tareas que hay que realizar para acer-
carnos a las posibilidades de que los
municipios del estado que presentan
mayores limitantes a la sustentabili-
Mapa 13
dad productiva, alcancen mejores con-
diciones de crecimiento con mayor
protección ambiental.
Como se puede observar en el mapa
16, 10.4% de los municipios del estado
presentan limitantes a la sustentabili-
dad productiva muy alta y alta, siendo
las regiones más afectadas: Región Al-
tos Norte, Altos Sur y Región Valles.
CONCLUSIONES
El desarrollo urbano-industrial en
Jalisco ha provocado serios trastornos
en el medio ambiente. La dimensión
ambiental es reflejo de las contradic-
ciones que genera el desarrollo. Pode-
mos decir, por un lado, que el desa-
rrollo de actividades económicas trae
consigo un conjunto de beneficios en
términos de empleo, ingresos, educa-
ción, etcétera, pero, por otro lado,
esos beneficios implican una mayor
explotación de los recursos naturales
que, en términos sociales, se refleja
en una pérdida de calidad de vida.
Lo anterior pone sobre la mesa la
necesidad de:
Desarrollar actividades económi-
cas más armoniosas con la naturaleza,
lo que al menos implica:
◗ Identificar y apoyar actividades
productivas, que a la vez de ser
rentables y eficientes en un esque-
ma de mundo globalizado, dismi-
nuyan el peligro para la sociedad y
la naturaleza. Asimismo, apoyar la
consolidación de actividades que
impliquen un menor peligro para
las comunidades y para los traba-
jadores.
◗ Que se elimine la práctica de so-
breexplotación de los recursos na-
turales con los que cuenta una re-
gión, considerando que esto es una
estrategia de eficiencia económica
de largo plazo, a fin de mantener la
viabilidad del proceso productivo.
◗Disminuir las emisiones de conta-
minantes que degradan el ambien-
te. En el mundo globalizado las de-
mandas de los consumidores van
cada vez más en el sentido de
buscar productos y servicios menos
nocivos para el medio ambiente:
por ello la creación de estos artícu-
los constituye también una oportu-
deVinCi / núm.2 / 62
Mapa 14
nidad y una estrategia de eficien-
cia económica para incursionar en
nuevos mercados.
Alcanzar una sociedad más iguali-
taria en que exista:
◗Disminución de los niveles de po-
breza e impulso de formas de acu-
mulación de riqueza con mayor
conciencia social.
◗ Promoción de una mejor calidad
de vida para la población, tanto
desde el punto de vista cuantitati-
vo como cualitativo.
◗ Mayores oportunidades de empleo
para la población, es decir, es nece-
sario disminuir el desempleo e in-
crementar los niveles de remunera-
ción de los empleos ya existentes.
◗ Rescate de las actividades pro-
ductivas étnicas, como formas via-
bles de creación de riqueza y de
sustentabilidad de los patrones
culturales que se forjan desde los
63 / núm.2 / deVinCi
Mapa 15
deVinCi / núm.2 / 64
antepasados y que le dan coheren-
cia y grado de pertenencia al siste-
ma social.
Aumentar la actitud participativa
de la población en que exista mayor
conciencia sobre los impactos que so-
bre el medio ambiente tienen sus prác-
ticas y en que haya una participación
más dinámica en las decisiones sobre
el tipo de desarrollo que se quiere al-
canzar; el incremento en la actitud
participativa de la sociedad implica
una mayor cultura ambiental y la ne-
cesidad de que la educación esté enfo-
cada cada vez más en ese sentido.
Conjuntamente con la participación de
la sociedad, se requiere una interven-
ción dinámica de las autoridades en
los diferentes niveles de gobierno,
más sobre el principio de corresponsa-
bilidad con la sociedad civil que sobre
esquemas autoritarios alejados de la
ciudadanía.
Mapa 16
65 / núm.2 / deVinCi
PAI: He conocido recientemente los re-
sultados finales y puedo decir con
toda certeza que es un trabajo de
enorme calidad que contempla me-
todologías avanzadas para ser
incorporadas al ordenamiento eco-
lógico, cuyo estudio abarca compo-
nentes ambientales, no sólo ecoló-
gicos sino otros ligados a integrantes
sociales y económicos que ejercen
influjo en los recursos naturales.
Esta forma de estudiar una visión
sistémica realizada por la Universi-
dad de Guadalajara y el Instituto
Nacional de Ecología me parece un
buen trabajo.
DEVINCI: ¿De qué manera estos resulta-
dos ayudarán a la planeación terri-
torial del estado de Jalisco?
El tema del ordenamiento ecológico ha
sido una preocupación vertebral para
el futuro no sólo del medio ambiente
sino de la política principal del desa-
rrollo sustentable.
El ingeniero Pedro Álvarez Icaza
Longoria arroja luz al respecto.
\DEVINCI: ¿Qué parte del proyecto conoce
usted?
Pedro Álvarez Icaza: El Ordenamiento
Ecológico Territorial del Estado de
Jalisco es un proyecto de gran
importancia que el Gobierno del Es-
tado ha encomendado a la Universi-
dad de Guadalajara. De este pro-
yecto conozco personalmente el
proceso de elaboración.
DEVINCI: ¿En qué estado se encuentran
los trabajos y qué opina usted so-
bre ellos?
El ordenamiento ecológico, uninstrumento de planeaciónEN T R E V I S T A C O N P E D R O Á L V A R E Z I C A Z A *
* Director General de Ordenamiento
Ecológico e Impacto Ambiental
de la Semarnap
PAI: Para crear un instrumento de
fomento y de regulación que garan-
tice y dé certidumbre al desarrollo
sustentable de la región, porque se
está incorporando un espacio para
la conservación, protección y apro-
vechamiento de aquellas zonas que
requieren una restauración urgente.
DEVINCI: ¿Y el aspecto de la inversión?
PAI: Van surgiendo condiciones para
que los inversionistas sepan dónde
y cómo llevar a cabo sus planes, y
que quienes estén preocupados por
la conservación sepan cuáles son
los sitios más importantes y conoz-
can cada una de las políticas que
están definidas.
DEVINCI: ¿En qué etapa se encuentran
los resultados?
PAI: Esperamos que continúen en una
etapa en la que la Universidad de
Guadalajara entregue al Gobierno
del Estado resultados de trabajo, y
que el Gobierno del Estado, junto
con la Coese y la Semarnap, hagan
un análisis detallado e inicien un
conjunto de talleres de planeación
donde los municipios y los diferen-
tes mecanismos de participación
social discutan dichos resultados.
DEVINCI: ¿Han sido consultados los
diferentes actores productivos y
sociales?
PAI: A fin de que exista retroalimenta-
ción, se tomó en cuenta la opinión
de los diferentes actores producti-
vos y sociales de desarrollo regio-
nal. Todo ello para que después de
la consulta se convierta el proyec-
to en un instrumento terminal y se
establezcan los convenios y acuer-
dos estatales y municipales res-
pectivos como un instrumento de
cumplimiento.
DEVINCI: Por último, ¿cuánto tiempo
puede llevar el proyecto?
PAI: Esta etapa puede comprender al-
rededor de un año, o más, mientras
que el proceso de consulta pública
se realice. Finalmente, el Gobierno
del Estado determinará que el orde-
namiento ecológico de Jalisco es
un instrumento de planeación, el
cual tiene que inscribirse en dife-
rentes sedes productivas y diver-
sas estancias de gobierno, y en un
cuerpo normativo para el estado.
deVinCi / núm.2 / 66
67 / núm.2 / deVinCi
FORTALEZAS PARA EL FUTURO DE JALISCO
Extraordinarios recursos naturales y turísticos sin explotar debidamente, como la
costa de Jalisco y las áreas de montañas.
El área metropolitana tiene una positiva estructuración que permite, con accio-
nes concretas e inmediatas, su preparación como megalópolis para el siglo XXI.
De los habitantes de Jalisco, 24% viven en poblados menores de 5 000 habitan-
tes, lo cual demuestra un arraigo rural, situación que puede ser favorable cuan-
do se fortalezcan los satisfactores en el área y, por consecuencia, el desarrollo
agropecuario.
Jalisco está en zonas de muy baja densidad demográfica que no han sido
incorporadas al desarrollo, aunque poseen suficientes recursos naturales, princi-
palmente en el sur del estado.
La red de infraestructura carretera puede ser complementada con una ingenie-
ría financiera y planeación estratégica adecuadas.
En los diferentes poblados y ciudades alternas del estado, con poco esfuerzo e
inversión se puede rescatar el patrimonio urbano, al fomentar el turismo y apo-
yar el problema habitacional de los centros históricos.
Los recursos naturales en el estado, aunque han recibido agresiones continuas,
con la aplicación enérgica y una política estratégica se pueden recuperar y pre-
servar debidamente.
En el área de silvicultura se puede iniciar su explotación racionalizada de
inmediato.
Arquitecto Juan Gil Elizondo
Arquitecto José Manuel Gómez
Vázquez Aldana
Arquitecto Ignacio Vázquez Ceceña
Arquitecto Gabriel Casillas Moreno
Arquitecto Francisco Pérez Arellano
Arquitecto Carlos Arias García
Arquitecto Juan Palomar Verea
Arquitecto Óscar Ladrón de Guevara
Ingeniero José Manuel Arreguín
Doctor Juan José Palacios Lara
Arquitecto Eduardo Ibáñez Valencia
Arquitecto Claudio Sáinz David
Ingeniero Rubén Mora Ibáñez
Arquitecto Guillermo Carrillo Arena
Arquitecto Isidro Velázquez
Arquitecto Esteban Wario
Maestro Arturo Curiel Ballesteros
Licenciado José Luis Cuéllar Garza
Ingeniero Moisés Rosado Gómez
Señor Luis Nájera
Ingeniero Enrique Dau Flores
Ingeniero Carlos Federico Valenzuela
Licenciado Claudio Jiménez Vizcarra
Licenciado Adalberto Ortega Solís
Licenciado Julio García Briseño
Licenciado Héctor Hernández Rolón
Doctor ^José María Muriá
Coordinador: Arquitecto José Manuel
Gómez Vázquez Aldana
Desarrollo sustentable delterritorio y sus asentamientos *
* Presentado en el III Congreso Empresarial de
Jalisco en Puerto Vallarta, septiembre-octubre
de 1999
deVinCi / núm.2 / 68
INSUFICIENCIAS PARA EL FUTURO DE JALISCO
En Jalisco se observa un desequilibrio poblacional urbano y económico-social en todo el territorio, sin ninguna política concreta y efecti-
va que garantice su rehabilitación.
Existe una macrocefalia galopante complementada trágicamente con la contaminación que se incrementa en la capital del estado.
Es común la depredación y falta de respeto a la naturaleza en general y a nuestros elementos patrimoniales naturales, con lo que se evi-
dencia una ausencia total de cultura ecológica. Tenemos ejemplos trágicos como el estado de la cuenca Lerma-Chapala.
Chapala se ha convertido en el gran fracaso ecológico de México.
En Jalisco existe una cultura contagiosa de depredación del patrimonio urbano cultural, tanto en la metrópoli como en las diferentes po-
blaciones del estado.
En el área metropolitana (Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Tlajomulco) existe una evidente descoordinación municipal en
servicios generales y en el tratamiento de la basura, seguridad, vialidad, crecimiento armónico, transporte colectivo y planeación urbana.
En las poblaciones del estado falta ejecución de los planes municipales de desarrollo, debido en gran parte por la incapacidad de los funcio-
narios para entender, controlar y ejecutar, además de la nula participación de la comunidad.
En el estado hay una gran dispersión de poblados (cerca de 8 600).
Siguen sin control los asentamientos humanos irregulares, generalmente en los ejidos urbanos, herencia de la errónea ejecución de la refor-
ma agraria y la conflictiva tenencia de la tierra.
Ausencia de participación y apoyo social de la comunidad jalisciense.
Hay una falta de voluntad política integrada, provocada en algunos casos por las fricciones entre el Poder Ejecutivo y Legislativo, o por te-
mor a tomar decisiones.
Va en aumento el deterioro de la identidad urbana en la metrópoli y en las poblaciones del estado.
No existen proyectos en ejecución a corto o a mediano plazo que garanticen el abasto de agua a Guadalajara.
Carencia de infraestructura y equipamiento regional básico.
El aeropuerto no tiene la suficiente infraestructura.
La legislación urbana no está completa y en algunos casos crea confusión.
La oferta de vivienda es muy limitada, debido principalmente a la especulación de los terrenos, lo que hace casi incosteable su adquisición,
y a la burocracia para conseguir los permisos.
Falta un plan de acciones concretas para consolidar la regionalización.
Desatención en el desarrollo de las regiones indígenas.
Caos vial con un promedio de desplazamiento vehicular de 26 kilómetros/hora, lo que incrementa la contaminación y el costo humano-pro-
ductivo.
LÍNEAS DE ACCIÓN
UNIVERSO ECONÓMICO
En el universo económico existen líneas de acción y un proyecto específico a fin de lograr el financiamiento para el desarrollo:
Acciones concretas en la realización de la infraestructura estratégica y equipamiento, que producirían junto con otras acciones los ansia-
dos satisfactores para el hombre.
Se debe redistribuir en las participaciones federales, el poder de decisión hacia los gobiernos municipales, de tal suerte que la redistribu-
ción se convierta en un proceso permanente y no sólo en acciones aisladas de gobierno.
Impulsar una política de desconcentración de esas actividades fuera de la región central, con el fin de redistribuir el ingreso a través de
una resignación selectiva del gasto y la inversión pública a favor de otras regiones del estado, de acuerdo con su grado de atraso y con
su potencial productivo.
Atender primero las necesidades sociales más urgentes de los municipios más pobres y marginados, al establecer un programa coheren-
te y factible con las acciones que se emprendan.
69 / núm.2 / deVinCi
Inducir las nuevas inversiones extranjeras hacia localidades fuera de Guadalajara.
Los recursos públicos de inversión deberán enmarcarse en una estrategia general de desarrollo estatal.
UNIVERSO SOCIAL
Establecer claramente un sistema que garantice la participación de la comunidad en el desarrollo municipal, regional y metropolitano, al
apoyar las organizaciones de la sociedad civil.
Promover la conciencia social y cívica en la comunidad, y fomentar la responsabilidad ciudadana.
Revivir y actualizar el concepto del Consejo de Colaboración Municipal en los institutos de planeación urbana de corte regional.
UNIVERSO DE DISCIPLINAS TÉCNICAS
NATURALEZA-ECOLOGÍA
Garantizar armonía y respeto a la naturaleza.
Crear una verdadera cultura y educación ecológica.
Defensa de los recursos naturales en zonas protectoras y en especial en cuencas hidrológicas.
Lucha contra la contaminación de las aguas superficiales en la perspectiva de asegurar sus funciones ecológicas básicas y aumentar su
reciclaje y uso sucesivo.
Ordenación de acuíferos con problemas de sobreexplotación.
Programa estratégico para reducir la contaminación ambiental.
Protección de la calidad de las aguas subterráneas con procesos de deterioro.
Protección de los ecosistemas de interés ecológico y de especies en peligro de extinción.
Lucha contra la desertificación y protección de los recursos hídricos y los suelos.
Restauración de ecosistemas forestales degradados.
Reforestación sistemática y permanente en todos los centros urbanos.
REGIONALIZACIÓN
EQUILIBRIO POBLACIONAL Y URBANO
Consolidación de la indispensable regionalización.
Estrategia especifica para lograr el funcionamiento y creación de satisfactores de todas las regiones.
Un plan sostenido de producción regional industrial, rural, turística, creando los ansiados satisfactores, arraigando a los pobladores en
su lugar de origen, desanimando así su emigración al exterior y a la capital.
Fortalecer especialmente el desarrollo del área agrícola, agropecuaria y agroindustrial.
Programa específico de recuperación rescate renovación, conservación y desarrollo de nuestro patrimonio urbano - en todas las pobla-
ciones del estado.
Consolidar regiones detonantes, como la Costa y la Región Metropolitana
REGIÓN COSTA
No se puede posponer su desarrollo equilibrado.
Es pieza vital en la esencial e importante regionalización.
Región de la Costa tratarla como elemento detonante en la Cuenca Turística Manzanillo - Bahía de Banderas
REGIÓN METROPOLITANA
Se deberá preparar a la gran Guadalajara para ser megalópolis el próximo siglo.
Poner en marcha la ejecución del Plan Verde Regional, que garantiza lo que pudiera ser en el futuro una megalópolis amable.
Inicio inmediato de la metropolización.
Definición de las acciones prioritarias de obras de infraestructura inaplazables para garantizar la supervivencia armónica de la metrópoli
y las diferentes regiones.
Rescate y desarrollo equilibrado, estratégico y ecológico, para garantizar su protección; de los elementos de patrimonio natural de La gran
Guadalajara (la metrópoli) como son: la Barranca de Oblatos, el Bosque de la Primavera, la Cuenca del Ahogado, y el Valle de Tesistán.
El rescate definitivo del centro histórico incluyendo la Plaza Tapatía -concesionándola o asociándose con desarrolladores exitosos, con
prestigio y experiencia.
Es la única forma integrando elementos vivos - detonantes como la vivienda.
VIVIENDA
Ejecutar una estrategia de acciones concertadas entre el Gobierno Estatal Federal y la comunidad, para simplificar, bajar el costo de la vi-
vienda, al aumentar su calidad y disminuir la terrible burocracia.
Ejecutar una serie de acciones que controlen y promuevan, desde el punto de vista fiscal y legal, la realización de la vivienda.
Realizar seminarios de capacitación para los promotores de vivienda.
UNIVERSO POLÍTICO-ADMINISTRATIVO
Programa estatal de capacitación integral a funcionarios para que conozcan lo suficiente la planificación y su ejecución
Iniciar gradualmente el proyecto de metropolización.
Adecuación inmediata a la legislación urbana.
Regularización de la tenencia de la tierra.
Desaparición de la Corett.
Ejercer verdaderamente la autonomía y soberanía estatal y regional, sobre todo en recaudación, definición de impuestos y el porcentaje
de participaciones, su destino y oportunidad, cambiando de una vez el centralismo que asfixia a Jalisco.
Autonomía municipal en determinación y captación de impuestos.
Promover alianzas regionales que pudiesen funcionar como las autonomías provinciales en otros países.
Ejecución de los planes de desarrollo a través del sistema mixto-Gobierno-sociedad civil (criterio iniciado en los años cuarenta en Gran
Bretaña); usando como apoyo la expropiación para dotar de infraestructura los terrenos y luego venderlos con un mínimo margen a los
desarrolladores.
Reforma a la Ley de Desarrollo Urbano.
UNIVERSO DE DISCIPLINAS CULTURALES
Racionalizar al máximo el uso de los recursos destinados al ejercicio cultural, dándole preferencia a las poblaciones detonantes de las re-
giones del estado.
Buscar el intercambio intenso y directo con otras entidades de la república y del extranjero.
Establecer mecanismos que puedan captar muchos recursos que no se aprovechan y que existen en otras instancias y dependencias.
Una coordinación eficiente del quehacer cultural que cuente con la representación y el respaldo necesario, que dará lugar a un incremen-
to de recursos y por consecuencia una mejoría cuantitativa y cualitativa de las expresiones culturales.
deVinCi / núm.2 / 70
El cambio es el fenómeno por medio
del cual el futuro invade nuestras vi-
das, y conviene observarlo atentamen-
te, no sólo con las amplias perspectivas
de la Historia, sino desde el ventajoso
punto de vista de los individuos que vi-
ven, respiran y lo experimentan.
Alvin Toffler
El futuro ha dejado de ser, des-
de hace varias décadas, tema
exclusivo para los escritores de
ciencia ficción, o para los
iniciados en las artes de la cla-
rividencia y la profecía. Espe-
cialistas y funcionarios lo asu-
men, cada vez más, como obje-
to de sus análisis y preocupa-
ciones. Es un fenómeno normal
de nuestros días. En las socie-
dades contemporáneas, el por-
venir y la pugna por definir sus
límites deseables y posibles
están en el centro del debate
público; su previsión es tarea
cotidiana en centros de deci-
sión económica, administrativa
y política. En las sociedades
tradicionales, en cambio, el
pasado y el futuro se confun-
den: forman una línea de conti-
nuidad y no existen como reali-
dades diferenciadas; tampoco
como incógnitas históricas. Ha-
ce tiempo que Jalisco traspasa
el umbral de la modernidad y lo
contemporáneo.
Muchas de nuestras tradicio-
nes se despiden y nos abando-
nan atávicas certezas. Por
ejemplo, aquellas que solían
hacernos pensar en que los as-
pectos fundamentales de nues-
tra vida social habrían de per-
manecer inmutables. También
se han ido las seguridades so-
bre la eficacia de las fórmulas
institucionales ensayadas du-
rante largas décadas de régi-
men posrevolucionario.
71 / núm.2 / deVinCi
Dudar del futuro es dudar del
pasado y del presente: poner en
tela de juicio nuestros añejos
estilos de hacer política y hacer
empresa, nuestros consabidos
modos de pensar y las arraiga-
das formas en que nos relacio-
namos con nosotros mismos y
con la naturaleza. Esas fórmulas
y esos estilos ya no bastan para
enfrentar las transformaciones
que nos invaden, ni para resol-
ver los problemas que nos aque-
jan. La tradición ya no nos sir-
ve, en suma, en la adaptación al
cambio. El futuro –lo no conoci-
do, lo impermanente– está con
nosotros.
Jalisco a futuro. Construyen-
Jalisco a futuro. Construyendo elporvenir 1999-2025
◗Héctor Raúl Solís Gadea *
* Director del Centro de Estudios
Estratégicos para el Desarrollo.
Centro Universitario de Ciencias
Sociales y Humanidades de la
Universidad de Guadalajara
do el porvenir 1999-2025, estu-
dio publicado por el Centro de
Estudios Estratégicos para el De-
sarrollo, pretende aportar una
respuesta a la tarea de enfren-
tarnos de manera creativa el
porvenir: preverlo, imaginarlo,
diseñarlo y convertirlo en un es-
pacio de participación pública,
abierto a la proyección colectiva
de anhelos realizables. Ésa ha
sido su vocación intelectual y
ética. En última instancia, una
sociedad sin proyecto, sin senti-
do del porvenir, se vuelve esté-
ril: está condenada a experimen-
tar de manera pasiva las iner-
cias del pasado y el presente, a
recibir de modo acrítico las in-
fluencias de las anónimas co-
rrientes del cambio mundial y
nacional. Jalisco a futuro aspira
a contribuir en la construcción
de ese sentido del porvenir; a
que la sociedad jalisciense se dé
más elementos para intervenir
racionalmente sobre sí misma.
No busca, sin embargo, estable-
cer máximas absolutas sobre las
características convenientes del
mañana. Hacerlo sería situarse
en la perspectiva del ayer.
Propone una visión del porvenir
construida con las voces de ciu-
dadanos, líderes de opinión y
especialistas, y a partir de in-
formación sobre nuestras reali-
dades y probabilidades en el
lo. En otras palabras, contesta
tres preguntas: ¿Cómo estamos?
¿Qué podemos y qué queremos
hacer del porvenir? ¿Cómo rea-
lizar metas sociales valiosas y
con sentido? Huelga decir que
ninguna de ellas admite res-
puestas exhaustivas y conclu-
yentes. Cada una se responde
según diferentes niveles de
aproximación y generalidad.
De cualquier modo, el trabajo
comunica una visión de Jalisco,
el medio ambiente, datos del
patrimonio cultural y los valo-
res de los habitantes, sin des-
cuidar la dinámica demográfica,
la vida económica y política, la
administración y la seguridad
públicas. Es un cuadro de Jalis-
co con amplios paisajes pobla-
dos de riesgos e incertidumbre,
pero también de potencialidades
y oportunidades susceptibles de
aprovecharse. Habitamos
–¿quién puede negarlo?– en una
modernidad desigual y contra-
dictoria. El presente jalisciense
es producto de años de gobier-
nos autoritarios que pronto ago-
taron su eficiencia, de compla-
cencia económica y proteccio-
nismo, de inequitativa partici-
pación social en los beneficios
del desarrollo, de aislamiento y
desequilibrio regional, y de de-
satención a la vulnerabilidad de
nuestros recursos naturales. Con
deVinCi / núm.2 / 72
tiempo. De ahí su doble identi-
dad de documento diagnóstico y
prospectivo, su interés por cono-
cer las significaciones que las
personas atribuyen a los cam-
bios que podría traer el mañana,
y por determinar aquéllos que
pueden ser cruciales, relevantes
y deseables para la comunidad
jalisciense. En sus más de 300
páginas se entrevé un mensaje
de los tiempos que poco a poco
levanta ecos por toda la nación:
hoy el desarrollo, su concepción
y legitimación, debe ir a contra-
pelo de la planeación vertical y
burocrática, centralista e insen-
sible a las demandas de las co-
munidades; pasa por la sociedad
civil y sus organizaciones, por
los municipios, las regiones y
sus identidades; comienza en la
imaginación ciudadana, evalúa
riesgos, costos y oportunidades
sociales, es producto de la con-
fianza entre personas e institu-
ciones; dirige la mira más allá
de trienios y sexenios. De otro
modo no puede tener buen éxito;
mucho menos lograr infundir,
entre los ciudadanos, un sentido
de protagonismo en su vida co-
lectiva y de autonomía cívica.
El libro está organizado en
tres partes: diagnóstico de la
situación general de Jalisco,
prospección de su futuro y vi-
sión estratégica para alcanzar-
todo, la entidad avanza y se
transforma abriendo esperanzas.
Sus ritmos de cambio se acele-
ran en forma sensible; de forma
repentina, generan la percep-
ción de que vivimos bajo el sig-
no de las paradojas.
En el Jalisco de hoy existe
una democracia en consolida-
ción. Se vive un clima de mayor
pluralismo y competencia políti-
ca. El gobierno de la ex oposi-
ción libra sus mejores batallas
por alcanzar la transparencia en
sus actos y por rendir cuentas
dignas de un régimen republica-
no. Los ciudadanos son más acti-
vos y exigentes; su mayor parti-
cipación es el correlato civil de
la alternancia en el poder y del
fortalecimiento de los partidos.
La economía se relaciona de ma-
nera más intensa con el mundo;
recibe el impulso de una cre-
ciente inversión extranjera y el
empleo alcanza niveles esperan-
zadores. Florecen industrias co-
mo la electrónica, la del tequi-
la, el turismo y la producción de
alimentos.
La ciudad de Guadalajara
mantiene su dinamismo y el
constante crecimiento en su
oferta de servicios sofisticados
y de factura internacional. En
general, existen buenas oportu-
nidades para que Jalisco reasu-
ma su liderazgo nacional en el
plano productivo, comercial y
de servicios. Nuestra comunidad
vive un proceso de moderniza-
ción cultural; muestra signos
propios de sociedades en rápida
transición y se hace más tole-
rante a la diversificación de los
estilos de vida. El crecimiento
de la población tiende a estabi-
lizarse y a seguir los patrones
de las sociedades desarrolladas
con una tendencia a la mayor
proporción de personas de edad
avanzada.
Junto a este panorama de
cambios profundos de una socie-
dad en proceso de modernización
institucional y de sus prácticas
cotidianas, que en algún sentido
pueden “documentar nuestro op-
timismo”, coexisten situaciones
críticas y tareas inconclusas
que hacen más compleja la cir-
cunstancia de Jalisco. Los go-
biernos de Jalisco –estatal y
municipales– no cuentan con las
condiciones más adecuadas para
gobernar con eficiencia y pres-
tar servicios de calidad. No
siempre son capaces de traducir
el apoyo ciudadano que reciben
en capacidad efectiva para to-
mar decisiones. Las institucio-
nes y reglas del proceso político
tampoco son las más adecuadas
para canalizar las naturales di-
ferencias que surgen de la plu-
ralidad de fuerzas políticas de
la entidad. Por consiguiente,
muchas veces se generan con-
flictos que entorpecen la acción
de gobernar. La carencia de una
agenda clara de gobierno es qui-
zás la mayor debilidad político-
administrativa del estado, por
no mencionar la insuficiencia de
recursos y de criterios eficien-
tes de administración y gerencia
pública. Muchas empresas están
amenazadas por la dinámica del
capitalismo mundial y las difí-
ciles circunstancias de la econo-
mía nacional. El crédito para
ellas no existe o es inasequible.
Algunas de ellas tampoco pue-
den dar el salto que se necesita.
El orden económico es incapaz
de integrar armónicamente a to-
do el conjunto social. El trabajo
sigue sin alcanzar un nivel ade-
cuado de remuneración y los ín-
dices de pobreza y marginación
no han sido abatidos. La expre-
sión de estos últimos es más la-
cerante en los municipios aisla-
dos y desvinculados de la enti-
dad. El nivel de confianza inter-
personal que muestran los jalis-
cienses no es el óptimo, y la de-
sintegración social gana terreno,
sobre todo en los grandes nú-
cleos urbanos.
Además, amplias zonas
de Jalisco sufren devastación de
recursos naturales y muchas de
sus especies animales y vegeta-
73 / núm.2 / deVinCi
les están seriamente amenaza-
das. Más aún: varias regiones
corren riesgos de sufrir colapsos
ambientales por la presión so-
cial y productiva a que se ven
sometidas, o por su propia vul-
nerabilidad natural. El lago de
Chapala es un caso dramático. El
costo económico y social de su
deterioro está aún por cuantifi-
carse, pero sus implicaciones
son evidentes. Una de las más
graves es la desmoralización
que provoca: nos hace dudar de
nuestras instituciones y nos re-
cuerda que importantes ámbitos
de la vida social no están suje-
tos en plenitud a las regulacio-
nes del estado. Esta carencia se
traduce en la insuficiencia del
imperio de la ley y su justa
aplicación El imperante clima de
inseguridad pública es prueba
de ello y constituye, junto con
la impunidad y la corrupción,
otro de los asuntos críticos de la
entidad. También se debe desta-
car, en este recuento de Jalisco
a futuro, la constante expulsión
de población al extranjero y el
hecho de que la transición de-
mográfica que vive Jalisco aca-
bará por alterar las demandas
sociales e impondrá nuevos de-
safíos a las instituciones encar-
gadas de darles respuesta.
Este conjunto de problemas,
llevado al extremo, augura un
turo ofrece un cuadro de tenden-
cias construido a partir de la
identificación de algunas varia-
bles importantes. De ellas se de-
rivan varias posibilidades sobre
aspectos cruciales de nuestro fu-
turo que debemos tomar en cuen-
ta. Por ejemplo, que Jalisco po-
dría tener, para el 2025, más de
9 000 000 de habitantes, de los
cuales poco más de 14%, aproxi-
madamente, vivirán en zonas ru-
rales. Para el mismo año, Puerto
Vallarta podría alcanzar casi
700 000 habitantes y tres cuar-
tas partes de la población de Ja-
lisco estarían concentradas en la
región de Guadalajara, lo que
significa una densidad poblacio-
nal de 471 habitantes por kiló-
metro cuadrado (la cifra actual
es de 363).
Las tendencias a futuro del
producto interno bruto per cápita
no dan pie a pronósticos dema-
siado optimistas. Según Jalisco a
futuro, en 1985 ese indicador al-
canzó su valor histórico máximo
(casi 8 500 pesos constantes de
1990) y desde entonces se ha re-
ducido. Con todo, cabría esperar
varios escenarios probables –no
muy halagüeños– que oscilan pa-
ra el 2025, desde los poco más de
12 000 pesos en un caso, hasta
cerca de 17 000 pesos anuales en
el otro.
La distribución del producto
deVinCi / núm.2 / 74
porvenir pesimista, cuyas carac-
terísticas esenciales pueden ex-
presarse con las siguientes fór-
mulas sintéticas: crisis ambien-
tal y pérdida de la sustentabili-
dad natural, colapso de la com-
petitividad económica y produc-
tiva, crisis institucional, ingo-
bernabilidad y erosión del esta-
do de derecho, así como desinte-
gración y marginación social, y
pérdida de la solidaridad. No
significa, según se hace hinca-
pié en Jalisco a futuro, que ne-
cesariamente habrá de ocurrir un
escenario de este tipo en los
próximos años. Empero, sí existe
la real posibilidad de que se
puedan presentar en forma aisla-
da varios de estos rasgos, o
cuando menos algunos de los
acontecimientos negativos que se
mencionan en Jalisco a futuro.
Sin embargo, la función es-
tratégica de tomar en cuenta una
visión pesimista del futuro es
advertirnos de la posibilidad
real de que suceda. De ese mo-
do, se pueden orientar nuestras
acciones para evitarlo o para in-
tentar revertir sus aspectos más
pertinaces. Otra forma de antici-
parnos al futuro es conocer las
tendencias que presentan aque-
llos comportamientos de la rea-
lidad susceptibles de medirse
cuantitativamente.
En este sentido, Jalisco a fu-
interno bruto por sectores, para
los próximos 25 años, muestra
una tendencia hacia la disminu-
ción del peso específico del sec-
tor primario (pasando de 6.9%
en el año 2000 a 3.5% en el
2025), al fortalecimiento del
sector secundario (de 33.2% en
el 2000 a 39.0 en el 2025) y a la
estabilización del sector tercia-
rio (de 59.9% en el año 2000 a
57.4% en el 2025). En el
transcurrir de estos años, es
previsible que la fuerza laboral
del estado, que actualmente re-
presenta 60.5% del total de los
habitantes, llegue a significar
casi 70% en el 2025. Esta ten-
dencia introducirá mayor pre-
sión al mercado de trabajo: la
economía jalisciense deberá ge-
nerar un promedio de 85 000
empleos por año. Ello deberá
traducirse en una inversión
anual equivalente a 2.16% del
producto interno bruto estatal.
El crecimiento poblacional
también habrá de modificar la
estructura de necesidades de
vivienda, educación y servi-
cios médicos, entre otros.
Jalisco a futuro estima que pa-
ra el 2025 deberán existir en la
entidad, siendo optimista, más
de 2 600 000 viviendas, cifra
que representa un crecimiento
de 140% y que se explica, en
parte, por la nueva composi-
ción de las familias. En térmi-
nos generales, para los próxi-
mos 25 años serán necesarios
21 000 nuevos maestros, de los
cuales serán más demandados
los de nivel medio superior y
superior, debido al decremento
relativo de la población infan-
til. La mayor proporción de per-
sonas mayores de 64 años que
habrá de ocurrir en el 2020 (de
75 por cada mil habitantes en
edad activa actualmente, a
120 en el 2020) generará una de-
manda de servicios de atención
a las enfermedades crónico-de-
generativas propias de la terce-
ra edad.
El escenario deseable que
ofrece Jalisco a futuro, cons-
truido como resultado de talle-
res de prospectiva con la parti-
cipación de actores sociales y
especialistas, complementa el
panorama de posiblidades y op-
ciones de Jalisco. Utilizo la pa-
labra opciones porque la sola
identificación de metas y acon-
tecimientos deseables significa
dar un paso en la construcción
del porvenir.
Jalisco es visualizado como
una entidad capaz de afrontar
sus problemas y satisfacer sus
necesidades. Se vislumbra, para
el 2009, la existencia de normas
ambientales más estrictas. Tam-
bién se prevé que la ciudadanía
participará de más en la solu-
ción de los problemas ambienta-
les. Hacia el 2013 se propone
contar con un plan de urbaniza-
ción aplicado a las principales
ciudades de Jalisco para regular
su crecimiento. Se considera re-
levante que entre el 2012 y el
2020, el producto interno bruto
tenga un crecimiento constante
de 6% anual. En el 2012, será
factible que la producción agrí-
cola para el autoconsumo se re-
duzca a la mitad y se duplique
la producción de carne roja;
también se proyecta duplicar el
número de parques industriales
y la inversión extranjera direc-
ta; paralelamente, se considera
deseable consolidar tres clús-
ters industriales en sectores
manufactureros importantes.
Hacia el 2007 y 2008 se concibe
un desarrollo sin precedentes
del turismo, de manera que ge-
nere la quinta parte de los nue-
vos empleos de Jalisco. Para fi-
nales de la primera década del
próximo siglo, se considera co-
mo un hecho altamente deseable
la modernización tecnológica de
las empresas de Jalisco, medi-
nate el uso de sistemas de
cómputo en las tareas relaciona-
das con la producción. En este
tenor, se propone que Jalisco se
consolide, en los próximos
años, como el segundo lugar na-
75 / núm.2 / deVinCi
cional en cuanto al número de
investigadores, de los cuales un
porcentaje importante deberá
estar vinculado con el sector
productivo. También vale la pe-
na destacar que Jalisco a futuro
prevé que hacia el 2011 el go-
bierno y los empresarios de Ja-
lisco promoverán la integración
económica interregional, con el
establecimiento de cadenas pro-
ductivas y lazos comerciales con
los estados del occidente y el
centro del país.
Cinco son, según Jalisco a
futuro, los asuntos críticos que
deberán resolverse si queremos
que la entidad asuma su futuro
con perspectivas exitosas:
1) fortalecimiento de las institu-
ciones (seguridad, justicia); 2)
asociacionismo productivo (con-
sensos, alianzas estratégicas,
cadenas productivas; 3) educa-
ción y formación de capital hu-
mano para la competitividad
(capacitación laboral, excelen-
cia educativa, cultura informá-
tica); 4) protección del medio
ambiente (preservación y utili-
zación sustentable de los recur-
sos naturales); 5) moderación de
las desigualdades sociales (ar-
monización del desarrollo de las
regiones y erradicación de la
pobreza extrema).
¿Cómo atender estos asuntos
cuyo carácter crucial está fuera
de toda duda? Jalisco a futuro
propone una estrategia articu-
lada a partir de doce líneas de
acción de carácter general:
◗ Reforma de los poderes
públicos y gobierno
generador de valor
agregado.
◗ Finanzas sólidas y
creadoras de
oportunidades.
◗ Formación integral de
capital humano y capital
social.
◗ Equidad e integración
social
◗ Asociacionismo productivo
para la competitividad.
◗ Posicionamiento industrial
nacional e internacional.
◗ Desarrollo regional y
ordenamiento ecológico
territorial.
◗ Gerencia metropolitana
para la calidad de vida.
◗ Excelencia en ciencia y
tecnología.
◗ Apropiación social de la
cultura informática.
◗ Agenda para la superación
de la pobreza.
◗ Reactivación de la
organización y el
compromiso social.
De ellas se desprenden pro-
gramas específicos que no es
posible mencionar en este espa-
cio. Su puesta en marcha será
un proceso histórico, real, suje-
to a la voluntad de quienes par-
ticipen en la construcción del
mañana jalisciense. Nada sabe-
mos, con certeza, sobre sus
alcances. En cambio, no ignora-
mos acerca de nuestras posibili-
dades y limitaciones presentes.
El futuro, como presencia de lo
transitorio y lo mudable, habrá
de advenir de todas maneras. De
nosotros depende darle un cauce
promisorio.
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Grupos de liderazgo de la Universidad de Guadalajara que realizan investigación sobre ordenamiento territorial
Grupo de liderazgo Centro Responsable Teléfono
universitario
Estudios Económicos y Regionales CUCEA Dr. Jesús Arroyo Alejandre 656 95 64
Salud y Educación Ambiental CUCBA M.C. Arturo Curiel Ballesteros 682-06-38
Manantlán CUCSUR Dr. Eduardo Santana Castellón 01338 11165
Consejo Técnico Universitariopara el Ordenamiento Ecológico Territorial
de Jalisco
Posgrados ligados a la temática del ordenamiento
Grupo de liderazgo Centro Responsable Teléfono
universitario
Maestría en Desarrollo Local y Territorial CUCSH M.C. Carlos Suárez 8241363
Dr. Misael Gradilla Damy
Presidente
M.C. Arturo Curiel Ballesteros
Secretario Ejecutivo
Arq. Agustín Parodi Ureña
M.C. Salvador Acosta Romero
Dr. Jesús Arroyo Alejandre
M.C. Marco Antonio Cortés Guardado
M.C. Ma. Luisa García Bátiz
Dr. Juan Villalvazo Naranjo
Dr. Andrzej Zeromski
Arq. Esteban Wario Hernández
Vocales
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Departamento y unidades departamentales que realizan investigación sobre ordenamiento
Departamento o unidad Centro Responsable Teléfono
universitario
Departamento de Geografía y CUCSH Dr. Gladstone Oliva Gutiérrez 824-13-63Ordenación Territorial
Departamento de CUCBA M. C. Ángel Pérez Zamora 682-03-74Ciencias Ambientales
Departamento de Estudios INESER/CUCSH Dr. Adrián de León Arias 656-95-64Regionales
Instituto Manantlán de Ecología y CUCSUR M.C. Luis Eugenio Rivera Cervantes 01(338) 111-65Conservación de la Biodiversidad
Centro de Estudios Estratégicos CUCSH Dr. Héctor Raúl Solís 640-03-97para el Desarrollo
Centro de Investigación en CUCS Dr. José Antonio Beas Nava 617-31-94Sistemas de Información Geográfica en Salud
Centro de Investigación de CUAAD Dr. David Carlos Ávila 674-45-02Medio Ambiente y Ordenación Territorial
Servicios relacionados con el ordenamiento ecológico ambiental
Centro Departamento Servicio Responsable Teléfono
universitario
CUCSUR Ecología y Recursos Ordenamiento ecológico e impacto M.C. Francisco de Asís Silva Bátiz 01338 2-10-17Naturales ambiental en zonas costeras
CUCBA Ciencias Ambientales Estudios de ordenamiento territorial M.C. Arturo Curiel Ballesteros 682-06-38regionales y municipales
CUCSH Departamento de Estudios de ordenamiento Dr. Gladstone Oliva Gutiérrez 824-13-63Geografía yOrdenación Territorial
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Participantes en la elaboración de la propuesta de ordenamiento ecológico territorial de Jalisco
Aarón Rodríguez D. ● Agustín Camacho R. ● Alberto Cárdenas Chaparro ● Alberto Gómez Barbosa ● Alberto Thompson Gorospe ●
Alejandro Muñoz Urías ● Alejandro Valenzuela M. ● Alfredo Cachúa Torres ● Alfredo Molina Ortiz ● Alfredo Sánchez ● Álvaro
Núñez Medero ● Amador Ramírez Rodríguez ● Ana Eduwiges Ortiz Medina ● Ana Paula Reyes Baños ● Ana Rosa Moreno Pérez ●
Anatoly Filonov ● Antonio Mora Santacruz ● Antonio Sánchez Bernal ● Ariel Ruiz Corral ● Armando Chávez H. ● Armida Vargas
Preciado ● Arturo Curiel Ballesteros ● Arturo Figueroa Montaño ● Atala Gamboa Ruiz ● Bernabé Aguilar Palomino ● Bertha
Álvarez Nuño ● Birgith Hernández ● Carla Cortez Ibarra ● Carlos Alfonso Muñoz R. ● Carlos Félix Barrera S. ● Carlos Hernández
Solís ● Carmen Teresa Cuevas A. ● Cecilia Soraya Shibya Soto ● Celia de la Mora Orozco ● Celso Cortés Romero ● César Monzón ●
Cruz Peña Pineta ● Daniel Ibarra Castillo ● Daniel Vázquez ● Daniel Villagómez Zavala ● David Barrera Hernández ● David
Martínez Varela ● Diego F. de Santiago González ● Diego González Eguiarte ● Eduardo Fanti Echegoyen Zool.● Eduardo García
González ● Eduardo Juárez Carrillo ● Eduardo López Alcocer ● Eduardo López Moreno ● Eduardo Llamas Becerra ● Eduardo Ríos
Jara ● Eduardo Rodríguez Díaz ● Eduardo Sahagún Godínez ● Eduardo Santana Castellón ● Eduardo Vázquez Vals ● Elías
Sandoval Islas ● Elisa Cabrera Díaz ● Elizabeth Ramírez M. ● Elizabeth Trejo Robles ● Enriqueta García ● Epitacio Robledo
Robledo ● Érika Berenice Echauri G. ● Ernesto López Uriarte ● Esteban Iracheta Ruiz ● Etelberto Ortiz Castañeda ● Eulogio
Pimienta Barrios ● Fabio Arturo Gómez ● Faustino Moreno Ceja ● Fernando Dávalos Orozco ● Fernando Zaragoza Vargas ●
Francisco de Asís Silva B. ● Francisco J. Santana M. ● Francisco Javier Flores M. ● Francisco Javier Gámez G. ● Francisco
Moreno Parada ● Francisco Villalpando Ibarra ● Gabriel Martínez ● Galina Zaitseva Petrovna ● Genoveva Herrera ● Georgina
Adriana Quiroz R. ● Gerardo Bernache Pérez ● Gerardo Mariscal López ● Gladstone Oliva ● Gregorio Nieves ● Guadalupe Garibay
Chávez ● Guadalupe Michel Parra ● Guadalupe Quezada Chico ● Guillermo Barba Calvillo ● Gustavo Curiel Ballesteros ● Gustavo
Enciso Cabral ● Harvey Ballard ● Héctor Eduardo Gómez Hernández ● Héctor Gerardo Frías Ureña ● Héctor Leonel Ayala Téllez ●
Héctor Luquín ● Héctor Romero Rodríguez ● Hilda Julieta Arreola Nava ● Hugh H. Iltis ● Hugo Castañeda Vázquez ● Hugo Eduardo
Fierros L. ● Hugo Pegueros Oceguera ● Hugo Ramsés Moreno ● Humberto Ramírez Vega ● Idelfonso Enciso ● Ignacio Íñiguez
Larios ● Irina Tereschenko ● Isela Álvarez ● J. Francisco Calderón C. ● J. Jesús Rodríguez Batista ● Jacobo Guinzberg Belmont
● Jaime Omar Rodríguez A. ● Jaqueline Reynoso Dueñas ● Javier Álvarez Díaz ● Javier Curiel Briseño ● Javier García Velasco ●
Jesús Amezcua ● Jesús Arroyo Alejandre ● Jesús Bretado Aguirre ● Jesús Cortez Aguilar ● Jesús Martín del C. Moreno ● Joana
Acosta Velázquez ● Joaquín Osorio Goicoechea ● Jorge Camberos Garibi ● Jorge Pérez de la Rosa ● José A. Lomelí ● José Ángel
López ● José Ángel Martínez S. ● José Antonio Suárez C. ● José Antonio Vázquez G. ● José de Anda Sánchez ● José Luis Cornejo
Yáñez ● José Luis López Godínez ● José Luis Navarrete H. ● José María Muriá ● José Sánchez González ● Josefina Casas Solís ●
Josué Morales Acosta ● Juan Carlos Toscano S. ● Juan Gallardo Valdez ● Juan Jorge Hermosillo Villalobos ● Juan Jorge
Rodríguez B. ● Juan Manuel Kleeman ● Juan Manuel Méndez H. ● Juan Olmos Monroy ● Juan Pablo Corona Medina ● Karín
Balzaretti Heym ● Laura Guzmán Dávalos ● Laura M. Gómez Romo ● Laura Rodríguez Andalón ● Leticia Hernández López ● Lorena
Rosette ● Luis Felipe Cabrales G. ● Luis Felipe Velázquez Ruiz ● Luis Fernando Sánchez P. ● Luis Gerardo Cortés S. ● Luis
Guzmán ● Luis Manuel Sánchez L. ● Luz María González Villarreal ● Magdalena García Rendón ● Manuel Guzmán Arroyo ● Manuel
Martínez Íñiguez ● Manuel Ortiz Martínez ● Manuel R. González Valdez ● Marcela E. Romero H. ● Marco Antonio Cortés Guardado
● María del Refugio Mora N. ● María Luisa García Bátiz ● María Marcela Güitrón López ● María Olivia Rodríguez ● Maricela Flores
Hernández ● Martha Cedano M. ● Martha G. Orozco Medina ● Martín García López ● Martín Pérez Peña ● Mauricio Alcocer Ruthling
● √ Mercedes G. Limón S. ● Miguel Ángel Arce Chávez ● Miguel Ángel Macías R. ● Miguel Cházaro Basáñez ● Miguel Rosales
Saldate ● Miriam Rodríguez Camacho ● Mollie Harker de Rodríguez ● Ofelia Vargas Ponce ● Omar Granados Peralta ● Óscar
Carbajal Hernández ● Óscar F. Reyna Bustos ● Óscar Mario Rojas Santana ● Pablo Valadez ● Patricia Arias ● Patricia Campos
López ● Patricia Dávila ● Patrik D. Pierre ● Pedro Álvarez Icaza Longoria ● Pedro Rodríguez Villaseñor ● Pedro Zárate del Valle ●
Rafael Guzmán Mejía ● Rafael Hernández García ● Rafael Valladolid Cacho ● Rafael Zárate Zárate ● Ramón A. García Mayén ●
Ramón Cuevas G. ● Ramón Gallegos Nava Ramón Martínez Parra ● Raúl Medina Centeno ● Raúl Rangel Ascencio ● Raymundo
Ramírez D. ● René Solinis Noyola ● Ricardo Solís Zamora ● Rigoberto Aguirre Ornelas ● Roberto González Tamayo ● Roberto
Maciel Flores ● Rodrigo Diez de Sollano ● Rogelio Posadas del Río ● Rosa de Lourdes Romo C. ● Rosa E. Martínez ● Rosa Rojas ●
Rosario Cota Yáñez ● Rosier Omar Barrera Rodríguez ● Rubén Sánchez ● Salec Velázquez Nande ● Salvador Mena Munguía ●
Salvador Santana Acosta ● Sandra González de la M. ● Santiago Sánchez Preciado ● Saúl Camarena Ontiveros ● Saúl García
Mora ● Sergio Guerrero Vázquez ● Sergio H. Contreras R ● Servando Carbajal H. ● Silvana Soffchi ● Sonia Navarro Pérez ● Teresa
Castro Cruz ● Theodore S. Cochrane ● Tino Granata Leone ● Valentina Davydova B. ● Víctor Landa Jaime ● Víctor Manuel Arriaga
Haro ● Vidal Álvarez Moreno ● Virginia Martínez H. ● Walter Ramírez ● Yalma Luisa Vargas R.
ADMINISTRACIÓN GENERAL
Dr. Víctor Manuel González Romero
Rector General
Dr. Misael Gradilla Damy
Vicerrector Ejecutivo
Lic. José Trinidad Padilla López
Secretario General
Dr. Roberto Castelán Rueda
Coordinador General de Extensión
AdministraciónGeneral
ConsejoSocial
CentrosUniversitarios
CENTROS UNIVERSITARIOS
Arq. Agustín Salvador Parodi Ureña
Rector del Centro Universitario
de Arte, Arquitectura y Diseño
M. C. Salvador Mena Munguía
Rector del Centro Universitario
de Ciencias Biológicas y Agropecuarias
Mtro. Ixcoatl Tonatiuh Bravo Padilla
Rector del Centro Universitario
de Ciencias Económico Administrativas
M. C. Héctor Enrique Salgado Rodríguez
Rector del Centro Universitario
de Ciencias Exactas e Ingenierías
Dr. Jorge Enrique Segura Ortega
Rector del Centro Universitario
de Ciencias de la Salud
Mtro. Carlos Fregoso Gennis
Rector del Centro Universitario
de Ciencias Sociales y Humanidades
Mtro. Carlos Briseño Torres
Rector del Centro Universitario
de la Ciénega
Mtro. Jeffry Steven Fernández Rodríguez
Rector del Centro Universitario
de la Costa
Q.F.B. Ruth Padilla Muñoz
Rectora del Centro Universitario
de los Altos
Biól. Jesús Alberto Espinoza Arias
Rector del Centro Universitario del Sur
Mtro. Salvador Acosta Romero
Rector del Centro Universitario
de la Costa Sur
CONSEJO SOCIAL
Lic. Adalberto Ortega Solís
Presidente del Consejo Social General
COORDINACIÓN DEL ACUERDO UNIVERSITARIO PARA
EL DESARROLLO SOSTENIBLE DE JALISCO
(ACUDE)
M.C. Arturo Curiel Ballesteros
Coordinador General
Dra. Ana Ramírez Carr
Responsable del programa
Divulga-ACUDE
Dr. Ricardo Arechavala Vargas
Responsable del programa
Produce-ACUDE
M.C. Elisa Cabrera Díaz
Responsable del programa
Administra-ACUDE
Lic. Lizzette Donath de la Peña
Responsable del programa
Comparte-ACUDE
Estrategia de vinculacióndel acude