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UNIVERSIDAD DEL TOLIMA
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y ARTES
SOCIOLOGÍA
CONFLICTO Y CAMBIO
VIOLENCIA EN COLOMBIA DESDE WILLIAM OSPINA
PRESENTADO POR:
SARA PATIÑO CARDENAS
110300172012
PRESENTADO A:
FERNANDO CRUZ ARTUNDUAGA
IBAGUÉ, TOLIMA
2014-B
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Violencia en Colombia desde William Ospina
La violencia en Colombia es un fenómeno el cual, diversos autores han intentado
retratar desde diversas perspectivas, en éste caso William Ospina en su libro “Pa
que se acabe la vaina” aborda el tema desde una perspectiva histórica, en donde el
autor afirma que los problemas actuales por los cuales atraviesa la nación
colombiana es un producto y un resultado de una herencia colonial.
La historia de Colombia, afirma el autor, está trazada por un sin número de conflictos
violentos que se resumen en un conflicto político. Dicho conflicto resulta de la
desigualdad, injusticia, debilitamiento, corrupción del estado que arroja como
resultado la pobreza, la delincuencia, la inseguridad y el atraso de la infraestructura.
La marcada desigualdad y la injusticia no es un acontecimiento reciente, pues desde
la colonia, los españoles al dividir la sociedad colonial en razas generaron una gran
estratificación social en la cual, sólo los españoles tenían derechos mientras las
demás razas como los negros, los mestizos, mulatos, etcétera, tenían deberes no
sólo con la corona española sino que también, con los colonos españoles en
general. Dicha diferenciación generó como por ejemplo, el despojo de tierras
indígenas, la imposición de una religión como el catolicismo, la práctica de
actividades económicas como la minería, la imposición de una lengua, entre otros, lo
cual más tarde se apoyó en la idea moderna de la consolidación del Estado-Nación.
El papel del Estado después de la independencia es clave en el desarrollo de la
violencia ya que según Ospina (2013), “el Estado no logró convertirse en verdadero
legitimador y protector de la vida y de la propiedad. La violencia, a veces tolerada
cuando no patrocinada por el propio Estado, siguió siendo el ominosos manantial del
orden legal” (pág. 14); bien es sabido que un Estado para ser “nación” necesita
centralizar su poder para asimismo integrar a todas la comunidades e
individualidades existentes en una nación, en el caso de Colombia, el Estado mismo
al no reconocer las diversas identidades legitima una violencia, en la cual cada
grupo, comunidad toma medidas drásticas al ver que el Estado no cumple con su
función, dichas medidas pueden ser o no violentas.
Es necesario decir que el Estado no es un actor individual al momento de señalar los
causantes de la violencia existente en Colombia sino que también existen otros
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factores y actores que influyen en lo que es la violencia actual colombiana como es
el caso de la iglesia católica: después de la independencia, la iglesia siguió
funcionando como un órgano regulador íntimo del Estado dado que, los promotores
de la causa libertaria no tuvieron el valor, la capacidad y la disposición de separar la
relación Estado-Iglesia y más bien, ratificaron el poder de ésta sobre la ciudadanía
llegando hasta el punto de ser un aparato cohesionador nacional y al mismo tiempo
disgregador puesto que, ésta misma se encargaba de señalar lo diferente, lo bueno
y lo malo, descalificando aquello que era propio de los pueblos originarios e
imponiendo una cultura europea medieval.
Es así como las élites se “aprovechaban esas diferencias para construir un régimen
de estratificación capaz de impedir toda proximidad que no sea la subordinación
laboral”, generando una fuerte lucha entre los individuos y ciudadanos la cual,
conlleva al rompimiento de los lazos de solidaridad:
Ya se sabe que en las sociedades donde se han roto los lazos de solidaridad,
donde abundan los individuos pero no existen o casi no existen los
ciudadanos, la indignación y la rebeldía no consiguen asumir el carácter de
transformaciones políticas, es decir comunitarias, y cada quien deriva más
bien hacia la transgresión y el delito. (pag.43)
En una sociedad en dónde el Estado disgrega, en dónde cada uno jala por su lado
para sobrevivir, en donde la discordia es el pan de cada día muy difícilmente la
violencia se atenuara antes bien, esta se intensificará. Mientras Colombia entera no
se logre mirar a sí misma y se reconozca como un país multi y pluricultural no solo
en un papel sino en la realidad misma; mientras el Estado siga creando trabas en el
velar por el bienestar de sus ciudadanos, la violencia continuará y las élites
continuarán alimentándose y disfrutando de su maravilloso poder sobre el pueblo en
general.