vmÍ- i filetros enemigos la noticia de nuestras desgracias, y de las seriales, que manifestamos de...
TRANSCRIPT
VMÍ-
i
© Ayuntamiento de Murcia
75"
ORACIÓN FÚNEBRE,
«QUE EN LAS SOLEMNES EXEQUIAS
celebradas por ]a Junta Superior de la Ciudad y Provincia de Cusnci , en su Santa Iglesia Catedral el dia 14. de Junio, en honor y sufragio de los fieles Patriotas Españoles , muertos por defender la Patria y la Religión en Madrid el dia 2. de Mayo dp-1808 , y después en todos los dem*^" parages de la Monarquía.
DIJO
EL DR. Dn. JUAN ANTONIO RODRTGALVAREZ,
Caballero déla Real y distinguida Orden de Carlos llí. Arcediano titular de la misma Santa Iglesia y vocal de ia Junta Superior.
POR ORDEN DE LA JLI^TA, EN CUENCA.
E N LA OFICINA DE LA MADRII»
^ *=nb» © Ayuntamiento de Murcia
© Ayuntamiento de Murcia
ORACIÓN FÚNEBRE.
K^Onsídera Israel pro his, qui mortui sunt su-per excelsa tua vulnerati. In. lili Lra'el s iper m rites tuos interfecti sunt : QuomoJo ceciderunt for^ test Lib. 2. Reg. Cap. 1. v. i8. 19.
XAlere nuestros oídos, y penetra nuestros co-tazones una voz triste de llanto, y lamentos ia-¿onsolables nada menos lastimará , que la que' se oyó en Rama , quando Raquel lloraba sus p^-rJi-dos hijos. A nuestra vista se present;i, conu R s-pha la muger de Saúl, una madre viuda con lucubre aparato , perdida de dolor á cuidar d»; los restos cadavéricos de los hijos que amaba mas que á sí. Nuestra doliente Patria es quien Con entrarlas de Madre amorosa, hace resonar sus tiernos ecus, y cubriéndose de fúnebre luto por ios carisunos hijos , que la muerte ha arrancado de su seno en los fatales dias de su viudez , excita los demás que le quedan, para que honren con ella las reliquias de su mortalidad, é imploren las bendiciones del Cielo sobre sus inmortales espíritus. Nu halla consuelo verdadero y durable , sino en la Santa Religión que profesa, y recurre á ella esperando de sus auxilios la pronta bienaventuranza de unas almas , que viven en la eternidad , y la gloriosa resurrección de unas cenizas , que yacen embuel-tas entre el polvo, y 1* hediondez. No se olvida, ni permite que nos olvidemos nosotros de aquellos fieles hijos suyos, y hermanos nuestros, que para
A í pre-
© Ayuntamiento de Murcia
4-preservarla cl¿ la opresión y esclavlcud del Tirano mas cruel, ofrecieron la vida en precio de su honor y libertad. Bajo los auspicios de la verdad conque la ilumina la Fé,.por quien vive y se mantiene entre las angustias de la mas amarga tribulación , busca sus hijos mas allá de las sombras d« los sepulcros, queriendo que dure su solicitud, jr^ nuestros votos por su bien, mientras ella sea capaz de procurarlo , y ellos de recibirlo.
Ved el motivo porque nos. hemos congregado hoy nosotros, y se congregan nuestros hermanos en todos los países á donde llega el grito imperioso de nuestra amada Patria, al rededor de los altares del Eterno, afijar nuestra consideración sobre los esclarecidos y fuertes, que han muerto en nuestro suelo desde el dia 2. de Mayo del año próximo de 1808. Los nobles, los esforzados campeones fenecieron á la violencia de la espada y el cañón: irt" cliti Israel interfecti sunt: ?Como cayeron aque-, líos valientes? iQuomodo ceciderunt fortes.l
Quando el espíritu que anima la Patria, quiero decir , el Gobierno Supremo que en nombre del legitimo Rey cautivo dirige la Nación, apura los medios mas eficaces, y expresivos de afirmar nuestra confianza: quando sus lagrimas por los difuntos hijos son el mas sincero testimonio del ínteres , que toma en el consuelo y alivio de la madre , y en la protección y cuidado de los huérfanos, tendré yo reparo en declararos , ¿porqué y como cayeron nuestros fuertes Españoles , aquellos virtuosos compatriotas, que se inmolaron como victimas en el altar de la lealtad, por mantener el decoro del Trono Español, la independen
cia
© Ayuntamiento de Murcia
cía de la patria y el lustre de la verdadera religión? ¿Estamos acaso en el estado en que David temia se publicase la sangrienta derrota de Israel, porque no se hiciese burla del pueblo vencido en las calles de Geth, y en las plazas de Ascalon , y no la celebrasen las mugeres. de los Filisteos, tomándola por asunto de sus canciones /as hijas de los incircuncisos? iRecibirán asi del lado allá de los pirineos las demostraciones de nuestra obediencia á la Suprema Junta Centra!, y de amor á nuestros hermanos difuntos por la patria desde el dia dos de Mayo? Aunque llegue, á oidos de nuestros enemigos la noticia de nuestras desgracias, y de las seriales, que manifestamos de nuestro dolor; si llegan con ella las pruebas de que nuestra unión en favor de la causa común no se disuelve jamas, sino antes se consolida y estrecha con la muerte de nuestros valientes guerreros , y aun se canoniza con las augustas ceremonias de la Religión ; os parece que se burlaráa de nosotros ni los satélites del bárbaro Bonaparte, ni las mozuelas prostituidas á la vil canalla de sus esclavos ? No: Yo se muy bien , que aunque este mi discurso , por lánguido y frío que sea, se leyese en las asambleas mas numerosas, y en las plazas publicas de Paris, no les seria lisongero escuchar, como cayeron los fuertes defensores de nuestra libertad, y quan gloriosa les ha sido su muerte, y ventajosa para nosotros. Tal es el asunto que deseo consideréis para suplicar fervorosamente á Dios el premio de nuestros virtuosos hermanos, y la imitación de sus exetnplos. Ave-Maria.
Señores: como en las cosas humanas no está vin-
© Ayuntamiento de Murcia
6. vinculada la verdadera y solida dicha, siempre se apresura á alcanzar en su veloz carrera la desgracia á la fortuna. Los mismos bienes que din la felicidad son la ocasión de la pena, y quantos atributos distinguen y ensalzan ai lionibre, otros tantos son los incentivos de la emulación y embiJia para degradarle y abatirle. Por lo quaJ no sé si llame dichoso ó infeliz á nuestro patrio suelo; porque si bien la naturaleza lo ha señalado entre los demás de la tierra con todas las calidades, que apetece el hijo de Adán en esta vida para suplir en lo posible las delicias del Parayso perdido, la codicia y ambición de poseer en 61 lo que en otras partes no se halla , le han vuelto el teatro mas escandaloso de la violencia de las pasiones y la perhdia de la malignidad. No es otra cosa la historia de esta península desde los primeros siglos de que puede haber memoria, sino un compendio de los excesos de la horrible concupiscencia humana. Es» ta , según S. Juan , forzosamente ha de tiranizar el mundo, sino le pone freno la religión del hijo de Dios. Asi es que siempre fueron los mas tiranos y usurpadores los que mas agitados fueron del furor de aquel enemigo, y toparon con mas medios de cebar su voracidad. Y no es por otra razón, por la que dice S. Agustín (i ) que grandes Reynos suelen ser grandes latrocinios.
Mueven ciertamente á llanto las desdichas de nues-
(i.) Lib. 4. c. 3. De civit. Dei y en ellib. mismo c. 8. Inferre bella finitimis, et inde in cef-^ra procederé^
ac populas sibi non molestos sola regni cupiditate conterere, et subdere^ quidaliud quam grande ¿airo* Sinium mmtnandum est.i
© Ayuntamiento de Murcia
7-nuestra querida Patria , objeto siempre de las mayores y mas ruidosas empresas de este genero de grandes ladrones. Y sin que yo os las ponga delante, vuestra ilustrada memoria os recuerda al momento la dolosa entrada de los Cartagmeses en este país, las guerras crueles de los Romanos, la debastacion causada por los Wandalos, la conquista de los Godos y suevos, y la irrupción de los Sarracenos. Mas no es mucho de admirar que las naciones envueltas en las tinieblas del error, sin otra Religión que las supersticiones idolatras, 6 el cristianismo adulterado por la heregia, solo se propusiesen en sus expediciones militares el éxito á que pueden aspirar las fuerzas, y no ios motivos justos á que debe atender la razón. Antes de recibida en toda su integridad la Fé de Je-su-cristo, debió ser mas rápida la vicisitud de los Iniperiosj porque estos, si se adquieren por el poder y la violencia, no se mantienen largo tiempo sino por la Justicia y el amor tan propios de ia Divina Ley. Pero recibido en estas regiones el Evangelio parecia que los Tronos, y mas que todos el de España, se fundaban en cimientos de perpetua é inalterable firmeza.
Apartada esta Península de las demás partes del Globo por la interposición de los mares , y tocando únicamente con Francia cuyo Trono se le-bantó, como el nuestro, de las ruinas del Imperi» Romano, y colocó al abrigo de una misma religión , no parecia tener que recelar en adelante de los asaltos de la ambición y la embidia. Mas «y! que esta Francia inmediata y cristiana no es un vecino, á quien su proximidad y buena fe ponen
* ea
© Ayuntamiento de Murcia
8. en estado de practicar con su vecino, y recibiif de él los oHcios reciprocos de J;i alianza y amistad bajo Ja salvaguardia de la religión. Su cercanía solo sirve de hacerle mas fácil el espionage de quien siempre miró como rival, y su cristianismo de ocultar las miras de su emulación con el manto de la hipocresía. Nada se opone por barrera á su sistema de sojuzgar del todo ó disminuir este Reyno , y quantos njedios se presentan son indiferentes á su política, si son adequados á aquel fin. Instruida como vecina , y no raras veces socolor de amiga, de los males y achanues de nuestra so-* ciedad, no pierde la ocasión de entremeterse, para hacerlos mas graves , y si puede ser enteramente incurablesy mortales. Nada le importa que sea preciso hacer guerra á la divinidad del hij j de Dios , para abatir el poder de Recaredo i. j el Rey Guntramno protege con su exército una facción de Arríanos que se reveló contra aquel Principe, solo por que profesó la Fé católica: pactan los moros con el infame Conde Julián la entrega de -este Reyno , y los Franceses entran por Aragón^ para que divididas las fuerzas del desgraciado Rodrigo , llegue á ocupar Mahoma los templos del Cruciticado , solo port)ue al Rey de Francia se le de un poco mas de terreno. No puede tener lugar en los cortos limites de este discurso la setis de sucesos , que caracterizan tan criminal y pérfida política desde ios priacipios de arabas potencias hasta que se extinguió en nuestro suelo ia dinastía austríaca. Mas aunque no hubiera otros, que los que señalaron la época de los últimos reinados de aquella familia, es á saber ia separación
Ú9
© Ayuntamiento de Murcia
, 9-iSe fas provincias iiniáas, que formaron la repu--blica de HolAnda, dd gremio dt- la Igltsia y dél^ dominio Español, y la independenci.i de Portu-i gal por las fraudulentas é inipias maquinaciones-' de !a Francia , no quedaría duda del si- tema nia-í quiubelico de su pclitica. .(r.);Colocíid(3 poi*-tín eP cetro Español sobre una rama del trtíncó de' BofJ'» bon , se consiguió que la España fuese- la mus ití-^ tima aliada de la Francia , y para decirlo con' rras propiedad, se consiguió que la-España fuese Francesa. Allanáronse los pirineos, conforme al' dicho de Luis catorce , y desde entonces debió ex--perimentar esta Nación la misma ,' ó 'titJdkvíá maS funesta suene , que aquel Keyíio.
Vosotros me preguntáis aporqué-habiéndonos expuesto la corrupción de costumbres, las máximas abominables que adoptamos de la Francia , y el continuo iraío y rnezclá cóii sus naturales, á las mismas convulsiones y trastorno general qué ha sufrido , no procuramos cun tiempo prevenir tan enormes males , lebantandonos á huestra au-í' tigua dignidad y robustez en vista del precipicio por donde ella cayó? ¿porqué se continuó I.i alian-* fea y amistad con quien se hundía por pLinítos^en la sima sin suelo de la mas vil esclavitud f zc'om6 fue tan grave nuestro letargo , que no despertaie-nios al horrendo estrepito de un niostruoso gigan-
13 téi
(i.) ^hadase élrepíirtíiñiehfo dé /w R^páñáf fírmáÁ do eri tiempo Hé Cfírhs-Iiyert'^urnpi}ri*h^cindac~o/i-i tensarse con t,na de las quatro partes en que ie habla de dibidir el imperio Español f aspiraba á todo il^y h lanmarquiA universal.
© Ayuntamiento de Murcia
10. te , que dejando mil leguas atrás, los ciclopes y titanes de la fábula, intentaba abrasar el cielo y lebantar de quicio el orbe de la tierra? ¿como podía la rama Hsongearse de perseverar por mucho tiempo verde y con algún jugo, habiéndose arrancado el, tronca de raiz? ¿La haria prosperar el mismo, que intentaba hasta borrar la memoria del árbol de donde se trasplanto? ¿Pudimos ser t an estupidos? ¿Era posible llegar á ser tan locos? ¿Que queréis que os responda? Llegóse el tiempo del exemplar castigo debido á nuestros desordenes , y el Señor lo empezó esparciendo en nuestro Emisferio , y sobre todo en nuestra corte , como en la de Faraón, tan densas tinieblas que se palpasen, 6 como dice S. Agustín , (i.) cegueda^ des penales sobre nuestras concupiscencias ilicitas. Asi nos embió en su ira un tirano , que fuese el verdugo implacable de su venganza. iO iral ¡ó venganza de Dios ofendido.!
Muchos años habia que la degradada España, servil imitadora de la Francia y se fabricaba á si misma los grillos de su esclavitud, afectando en la educación de las principales clases , en el idioma , en los trages , las mesas , y en los teatros, Us máximas, los usos y la conformidad con aquella nacionj siempre tubimos que temer en una potencia , que en todo tiempo pretendió dominarnos, y muchos años há nos sugetamos con gusto y aua inania á sus costumbres y modales , como si una gran parte de nuestros compatriotas se avergonzara de uo haber nacido Franceses. Debía pues Ile
gal;
(I.) S. Agust, Confes, Ub. 1, f. l8v ;, ( . .o
© Ayuntamiento de Murcia
ir» gut ásu colmo tal áemencía; y así qiialse presen*' ta una ramera mas adornada que nunca al gusto de su Rufián en aquellos días , en que le advierte mas frenético de amor , cid mismo modo la España se ofrece en estos últimos tiempos al F.mpera-' dor de los Franceses Napoleón Bonaparte, ea.ia época del mas intenso fuego de su ambición. No extrañéis , que llorando la triste suerte de nuestra' amada patria con el mismo dolor, y por las mismas causas que lloraron los Profetas las desgracias de Judá é Israel, me valga del improperio de meretriz , de que usaron ellos con animo solamente de reprender el numero de espíritus frivolos, y corrompidos , que ftiscídíadus de todo lo de SU país buscan á fuera sin discreción los medios di3 singularizarse , llegando este prurito hasta adoptar por Dioses los del extrangero , é vivir sin Óios como él.
A p<¿sar de tan critica situación de nuestra península en estos últimos tiempos, no solo ataviada y dispuesta al gusto del Tirano abrasado de la sed y concupiscencia de conquistar, sino enireg.ida ya á él en la mayor parte de las fuerzas, que pudieran servirla para conservar lo mas ddicado y precioso de su decencia y honor; todavía pensaron algunos de grande influjo en la República, que seria tratada con algún miramiento y recato. Conforme á lo qual no fueron mas opuestos los pareceres, que se atribuyen á Troya , quando la fraudulencia de los Griegos introdujo dentro de sus muros el famoso paladión preñado de gente armada , que lo fueron en Madrid y en todo el Rey-00 j quando los Exércitos Franceses, blasonando
B 2 de
ftí
© Ayuntamiento de Murcia
12., de aliados y amigos , entraron dentro de lasma-' rallas dé nut-stras plazas mas fuectes, y aun en.el mismo reciato de la metrópoli.
Las atroces y escandalosas disensiones de la familia real parecían á algunos moúvo suficiente, para que el animo, noble y justo, de un Monarca poderoso se iiiciese el arbitro de la paz en favor dtí,la inocencia perseguida , libertando al sucesor legitimo del trono de los peligros , á que estaban expuestas su reputación y su vida. No juzgaban cpiripatible con el cetro y la diadema el enorme c u m u l o d e r,üindades,y alevosías y traiciones , que era preciso suponer en un corazón , que abrigase la^hefable malcíad dtí aspirar á un solio, que tanto se habia abatido , para serbirle de escabel por donde había el mismo ascendido á una inmensa elevación. _No discurría asi la multitud , y lo que se llama vulgo, á quien por su candor y sencillez suele ilustrar roas de lleno en cienos lances la razón natural. Lo que esta nos dicta á todos es, que los cetros y las coronas no contienen la virtud de reformar las almas depravadas é implas, antes si que las pasiones de un malvado sin respetos ni religión , se desplegan, emprenden y acometen á proporción de su poder. Verificóse en este tiempo de confusión por las maniobras , y ardides inconcebibles del pérfido Bonapacte , lo que nuestro Divino Redentor confíesa en el Evangelio á su Eterno Padre : (i.) atscondisti haec a sapien-tibus et prudentibus , et revelas ti ea parvulis. No entendáis por esto que carecía la nación de sabios y prudentes, que alcanzasen con su vista prespi-
(I.) Math. c\ 11.
© Ayuntamiento de Murcia
13; cxz el verdadero objeto de las operaciones del tirano , peco ni ellos ni el pueblo podían dar entonces las disposiciones para frustrarlas.
Nó desamparó Dios tanto á su antiguo pueblo predilecto , dice Isaias, que no conservase en él ciertas semillas de virtud, que le preservaran de una entera desolación , y produgeran después los sabrosos frutos de su reforma y felicidad. Y lo mismo sucedió con nuestra España , en donde, si las virtudes de la obediencia y el respeto á las autoridades, de quienes es propio disponer y m;tn-dar , contubieron por algunos dias la actividad del celo por el bien común, y los vehementes impulsos de la lealtad, como vivian y germinaban ea el mayor numero de los corazones , empezaron á brotar bien pronto los frutos del valor y el heroisimo.
Desde este punto se hace preciso que tome otro tono mi voz, y que mi estilo sea no ya el eco de una narración tibia y prolija , sino démas vivos sentimientos. Porqué llegamos á hablar del momento , en que cautiva en Francia la Sagrada Persona de Nuestro Rey y Señor Fernando VIL por el traidor, que le atrahia con las m-is lisonge-ras seguiidades del pundonor y la amistad ; y arrebatada vilmente su diadema por las manos mismas ,-del que tantas veces habia jurado asegurarla aun con mas brillos sobre su augusta cabeza, se nos quitan delante á la clara luz del dia, y apre-sencia de un pueblo fiel, las ultimas prendas que pudieran sostener la esperanza de un Rey conforme á nuestras leyes y constitución. Llegamos al dia dos de. mayo } dia.de hor ^or y calamidad , «"n
que
© Ayuntamiento de Murcia
14. que la impudente desvergüenza, que cabe ea el Francés, consigue apurar el comedimiento y la paciencia, de que es capiz el Español. Con animo de provocar la insigne lealtad del pueblo de Madrid, y hallar precextos, por donde pagar su corfesania con la espada y el cañón , y su liberalidad con la devastación y el saqueo , dispone Mu-rat la salida de la Reyna de Etriiria con sus tiernos hijuelos, de modo que dé en rostro, y axci-te la indignación universal. ¿Qi-ié tienes que esperar ya pueblo noble y generoso del animo declarado del mas abominable de los l'iranos? ¿Asi se viola el respeto debido á tu magnanimidad? ¿con tan petulante descaro se desafia á tu valor ? ¿con tanta avilantez se insulta á tu dignidad indefensa? ¿Quedará sin castigo tan alevoso atrebi-miento? ¿Faltarán armas, quando la muerte se apetece en comparación de la ignominia , y esclavitud? Vengad la perfidia conque esos asesino» amenazan á vuestra vida, y nuestra libertad. Difundase el sanio furor como un eléctrico desde el Palacio Real hasta los mas remotos ángulos del pueblo, y volad á competencia á derramar la sangre inhumana y feroz de los monstruos , que coa tanta liberalidad habéis alimentado en vuestro seno. Caigan sobre ellos los mortales golpes de unos brazos, á quienes llena de vigor y esfuerzo la religión profanada, la patria ofendida y el trono humillado. Mas no hay necesidad de estímulos para los valientes , que todos á una se presentan intrépidos á la mas gloriosa lid. A todos los habitantes abrasa el ardor de la justa venganza; j el celo por la religión y la dignidad del Reyno los
- ^ eleva
© Ayuntamiento de Murcia
eleva sobre si mismos. Quien amartilla al momento la pistola , y corre con ella á dividir en pedazos la cabeza del primer francés que se le presenta : quien arrebata la escopeta y poniéndose en celada en una esquina , ó en portal no dispara un tiro ,que no derribe alguno de los .traidores que por alli pasan: quien habilita el cañón de artillería, y con su acertada dirección postra de una vez multitud de enemigos: aqui el jobeo brioso empuñando la espada y lanzando rayos con su vista encendida , qual si tubiera cien brazos acomete y se avanza contra un esquadron de coraceros : alli un mancebo lampiño con denodado esfuerzo , á manera de ua gigante, arroja á SUS pies un formidable granadero al duro golpe del leño ó la cuchilla : en otra parte el trémulo anciano , á cuyos brazos áridos presta firme resorte la sangre , que vuelve á hervir en su pecho , tiñe sus vestidos con el negro humor , que brota la herida abierta con su puñal en las hediondas entrañas del mameluco. Las mugeres se apresuran por todo á colocarse á la par de los hombres , y los niños desean emular la impertérrita audacia de los robustos campeones. Siembranse de cadáveres las calles y las plazas , y la sangre francesa, que corre en abundancia , expia de algún modo los crímenes cometidos en aquel pueblo honrado y religioso. Confunde, trastorna, atropella el terror infun-dido en los esclavos de Napoleón las cobardes falanges , que junta á toda priesa Murat para contener la invicta plebe, y viendo que la multitud de sus tropas solo sirve de aumentar trofeos á Madrid , implora el aujdUo del Magistrado para, que -i... -; cese
© Ayuntamiento de Murcia
ID. cese la mortandad.
- : A la voz y presencia de los Tribunales , que ostentan en este lance la autoridad que egercen en nombre de Fernando, el virtuoso pueblo acostumbrado á honrar con la obeciencia á las autoridades su legitimo Monarca, se aquieta al punto, se retira á sus casas , y se propone descansar á la sombra de las leyes, y los que velan en su conservación. No asi el fiero y cubarde Murat , el qual á manera de un lobo carnicero , que eludiendo la presencia del Pastor y el mastin , entró en el corral á despedazar á su salvo la manada , eg.cuta el nefando proyecto de asesinar los yá d^-scuidadosé indefensos habit:inte<». A este fin destaca patrullas que prendan alevosamente sin distinción de estados ni clases, á quantos encuentren con armas, bajo cuyo nombre entiende aun las nabajis de afeitar, de cortar las plumas y picar el tibaco. Aguarda como traidor las tinieblas de la noche, cuya quietud afianzada en los bandos , y promesas del Magistrado , alteran é interrumpen los pavorosos estallidos del fusil, y los mortales ayes de los inocentes Madrileños, que á la escasa luz de unos hachones son arcabuceados en el Prado y en la Florida.
De proposito abrevió esta trágica narración, porque me falta el aliento, y mi espíritu no acierta á explicarse mas con orden , fluctuando en la violenta alternativa de la piedad y el honor. 'fO cruentas hostias sacriticiidas con la mas inaudita atrocidad! ¡Podría yo describir á sangre fría, y representar con la debida extensión vuestra pacien--cia j vuestros tiernos ademanes, vuestras pene
tran-
© Ayuntamiento de Murcia
i7. 'trantes'voces de despedida de vuestras esposas,^ vuestros hijos, vuestros amigos; vuestros afectos, de compunción á 'la divinidad, vuestras ansias, vuestros quejidos; en una palabra, todas las amarguras de Vue«(tro martirio, qaando vuestros sanguinarios y "brutales verdugos hubieron de valerse de la ebscuridad, para poder consumar el mas «norme de los delitos? i Bueno es que David no tubo animo para referir por menor la cruel bata-Ha de Gelboé, donde , aunque murieron losfuer-•tes de Israel, acabaron combatiendo como valientes , y lo he de tener y o , para mas que llorar la suerte de unos héroes, que fueron sorprehendidos sÍQ defensa, y fenecieron como malhechores.? ' ¡O campos de Madrid, como no temblasteis y Os abristeis en profundas cavernas, para abismar los instrumentos de tanta iniquidad! Delicioso prado , ribera florida de manzanares ¿quien tendrá valor para pasear en adelante vuestras alha-meias? ¡Mas que no caigan ya sobre vosotros ni el roció ni la lluvia! ¡Y mas que quaado visite el Señor el pueblo y sus contornos con sus benignas influeíicias, pase de largo sobre vosotros, dejándoos por prendas de su irritada justicia la esterilidad y la aridez! jPero que es lo que digo? Perdonad mi exceso, que no siempre van conformes él idioma del dolor y la razón ; y según el juicio de esta fueron ciertamente el Prado y la Florida los lugares del Sacrificio de el primer holocausto, que ofreció al ser supremo la Patria en honor de su religión y libertad. Porqué x no es aquella tierra la regada con la sangre de tantos mártires, á quienes no puede menos de reconocer la Fé, cuya
C inte-
© Ayuntamiento de Murcia
i8 . integridnd consiste en la prof-^síon del Símbolo, y la practica del Decálogo y las virtudes? ¿No recibieron allí sus palmas y coronas los que padecieron por la justicia? ¿No santificaron aquellos lugares los que hicieron cierta en ellos su vocacíoa y elección? ¿Y en íin no es aquella la cuna de nuestra independencia y el manantial de: nuestra dicha? En verdad que sale de allí el santo fuego,. que inriania la nación, y se despiden desde all¡ voces, que resonando en los confines de la Monarquía , y pasando allende del mar, excitan el esfuerzo , y la vi r tud , condenando la cobardía y egoísmo. Dignos son pues , aquellos sitios de respeto , y vener;icion: recojasé allí toia la fragrancia y amenidad, que produce la buena correspondencia del cielo y la tierra : y lebantense monumentos , que conserven hasta el Hn de los siglos la memoria y admiración de la posteridad.
'Noesraro-en la providencia de Dios servirse de Fa muerte para dar la vida, y de la adversidad^-para proporcionar una gran dicha. Antes coa mucha frecuencia prueba por sus operaciones, que nada resiste á su poder , y que de tal nunera. es Omnipotente que saca el bien auti del mismo mal. Vsque adeo est omnipotens , ut bemfaciat etiam de malo. Qualquiera que considerara nuestra nación largo tiempo ha enerbaJa , paralitica y yerta,, sin presentar otro aspecto , que el de un moribundo á quien postró la escasez de alimento , la falta de circulación de sangre pura,. y la respiración de fétidos miasmas, y aquien sin embnrgo acosan , para que acabe nías pronto , desapiadados é inexorables acreedores, inferirla con razoa
ea
© Ayuntamiento de Murcia
en vista del triste éxito de los suceso? de Madrid el dia dos de mayo, que no restaba ya remedio á sus dolencias, y que sus primeros esfuerzos por la salud habían tornado absolutamente irremediable la enfermedad. Porque una vez sojuzgada la metrópoli, que es como la cabeza del cuerpo político, ¿como sin un milagro inaudito podría excitarse la actividad , energía , y vigor precisos pa-
^rá libertarse los demás miembros de la muerte •cercana? jHabrá resina en Galaad, espíritus y aromas en la India y Arabia , quiero decir: ¿ habla en lo humano poder , para inspirar al pueblo Español, tal qual se halla , el admirable con junto de virtudes necesarias, para libertarse dejf espantoso yugo que tanto pesa ya sobre suf hombros?
Démosle á Dios lo que se le debe , y confe sernos en su loor , que solo su poder hizo prodi-ríosamente lo que se hizo: que sabida la carras-trofe de Madrid , toda la España recobró en un punto la vida , la salud , la robustez , el valor y la virtud, para sacudir el mal, y romper el yugo insoportable. Solo por la misericordia de Dios, de nuestro verdadero y único Dios, el cuerpo lánguido ^ y cadavérico apareció reperitinamente grueso, fuerte , de hermosa tez , y Saludables humores. Con igual brío se ostenta en todas partes : „ ^6li arma ^ viva Fernando, libertad , /«-dependencia, religión , muera el tirano," es el clamor universal con voz Sonora, entera é igual. Ni tiene mas en las costas del mediterráneo , que en las del Occeano , en las tierras que baña el Ebro, y el Duero, que en las que el Guadalqui-
C 2 bir,
© Ayuntamiento de Murcia
Bir, y el Tajo , ni hay diferencia algutia enti'e tos habitantes de las intrincadas sierras, y los mora-» dores de las espaciosas llanuras^ Y lo que dthi asombrarnos mas és que el mismo ardor, é igua-
, les sentimientos navegan, ó mas bien, vujelaa , y •se difunden en Jas Islas próximas. j5 lejanas, y en todo el continente de la America hasta donde se estienJe el dominio Español, y aun en naciones éstrañus, que tomándonos por modeloj, aprenden de nosotros, á recobrar la existencia, pckr-litica, y los timbres que perdieron..
Fácil le parece aL Titano extinguir pronta^ mente unas llamas, que á.su juicio, antes son fuego fatuo, que incendio i y para, conseguido é.ins-picar el-espanto en todos los ánimos, destaca grandes exercitos contra Castilla, Aragón, Andalucía,
-y Valencia. SLI orgullo y artes- de seducir no le --dejan dudtr un-pLiüto, que será lo mismo presentarse sus huestes delante de las capitales de las provincias, que- rendirse tod-as á recibir su ley„ -¡Pero qual es su sorpresa al verse rechazado y batido por pueblos siu mas murallas que los.pechos
t4e sus hubicantesl ¡qual su vergüenza al verse ' obligado á levantar el sitio de Valencia y Zarago--•za! ¡qual su abatimiento, quedando como queda • vencido y prisionero en Bailen el mas numeroso desús exercitos; ¡y qual su deshonra huyendo,.
; como huye ignominiosamente su. hermano el intruso Jósef dejando la Corte á toda priesa.!
Siyo me diciubieraahora en lamentanne., der que no fuese tan completo el golpe de aquel primer impulso de una nación, que desplegó tanta; yirtud y f<íjLtalega j, quando garecia dormida y ata--
da
© Ayuntamiento de Murcia
2r. - da como S:inson en el regazo de- Dalila, habría de disgustar vuestra delicada fidelidad , y defraudar del debido elog io al mérito de los heroicos patriotas , declamando contra el vicio de aquellos ya cobardes , ya traidores-, á quienes la mas retínadaí hipocresia confundió, y acaso confunde aun con los valerosos y leales. Dejémoslos como sombras del liermoso quadro de nuestros maráres, que qiianto mas obscuras tanto, mas realzap sus bellos colores. Cierto es que la Patria ha sufrido, la Religión ha llorado los indecibles daños,, que la corrupción ,1a ignorancia, y. la perfidia han ocasionado á una y otra ; pero los fuertes ,; los esclare— cidosque han muerto en SU defensa, han aumentado su gloria hasta donde no puede llegar la alabanza. Han durado y duran todavia las lamentables desdichas de nuestro suelo; jpero-que prodigios de virtud no nos hace admirar la prolongación de los males? ¡O almas dichosas , que ha^ beis volado ala eternidad de entre, las ruinas de Zaragoza! i O vosotros generosos espiritus, que en el sitio de Gerona, y repetidos combates de Cataluña habéis dejado exánimes vuestros^ cuerpos: Gallegos, Castellanos ,, qtve os habéis saciificado por vuestra gloriosa reacción : en ña Españoles todos, quantos habéis caido hasta aqui, como los Ínclitos de Israel, por libertarnos de la. esclavitud ,. sostener el honor del Trono, y defender la Fé de nuestros padres;. ¡que exemplos no habéis dejado á las generaciones futuras de virtudes cívicas y cristianas! Que paciencia en la adversidad! Que obediencia á los Superiores y á la ley! Que desprendimiento de todo lo terreno!. Que
amor
© Ayuntamiento de Murcia
22. amor á vuestra Patria y vuestros hermanos! Qué abstinencia la vuestra! Que desnudez! Que vigilias! Que dolores! Que muerte tan lenta y amar* ga! Quanto os debe la Patria y la religión! Aquella pobre viuda conserva por vuestros tra^ bajos la esperanza de recobrar su amable esposo^ y de no perder todos sus demás hijos ; y está perseguida y deslustrada afianza en vuestra muerce la permanencia de sus altares , y el venerable esplendor de su culto. Digno es de una y otra cons* pirar de consuno á perpetuar vuestra bendita memoria en la tierra, y pedir á Dios por vuestra eterna felicidad en el cielo.
Cristianos: no es una mera gracia j ó libre fa* vor interesaros por el bien solido y duradero de Españoles tan esclarecidos : es deuda de Justiciaí es tributo >, que exige de todos nosotros la gratitud humana ^ la ley divina ^ y el precepto de nuestro Gobierno Soberano. ¿Mas como podremos ni promober la gloria de nuestros valientes hermanos en este mundo j ni hacer meritorias nuestras oraciones por su eterna bienaventuranza sino imitamos sus virtuosos exemplos? Ko puede dar fama y renombre al Militar honesto, frugal, enemigo del ocio , y Consagrado á las fatigas , y al abandono continuo de su vida, el desvergonzado ^ lujurioso , regalón , jugador, inerte y pusilánime. Ni contribiairá jamas al honor del buen Patriota el malsín , y perverso, que abusando sacrilegamente del nombre de la Patria, la inficiona, la devora y la consume. Tampoco el Dios aquien adoramos, se aplaca con solo las oblaciones y holocaustos, y las suplicas que
no
© Ayuntamiento de Murcia
23. fio proceden del corazón determinado á obedecer su santa voluntad. ¿Y como y en donde tendrían lugar ni las oblaciones ni las suplicas, si aquellos esclarecidos y fuertes no dejaran en pos de si quien pelease como ellos, y por sa misma causa? Harto conocidas, publicadas, y. lloradas tenemos las perversas intenciones del Tirano de privarnos de nuestras propiedades , nuestros hogares , templos , sacerdotes , culto , y hasta de la facultad de quejarnos : de manera que no es la venganza sola de la muerte de nuestros hermanos, ni la gratitud unida con ella, sino el interés grande de nues-tra alma , y la conservacioa de nuestro honor, y de la vida de la Patria lO' que nos fuerza á ser invencibles. Qu;dquiera de estos motivos por si solo, y aun menos que qual-quiera de ellos, h;i bastado para que muchas veces se excitasen á memorables hazañas grandes pueblos , y naciones enteras aun gentiles. áY no serán suficientes todos juntos, para levantar ixna nación por retrombre Católica al grado mas sublime del heroísmo? Que es lo que nos detiene? Si renceníos podemos vivir , mas si somos vencidos no poiemos dejar de morir. Y aunque en todo caso muriéramos, quien no prefiere la muerte pronta y honrosa á la afrentosa y tardia? Especialmente quando de aquella se ha de seguir la salud de la patria, y el bien de la religión,y esta ha de ir acompañada con la extinción de nuestra gente, y del nombre sacrosanto de Jesu^Cris-ta en este suelo. Ea pues, os diré con el gran Judas Macabeo. (l.) Accingimini et es tote fiíii po
ten' (i.) LiB. I . Macbab. c. 5.
% © Ayuntamiento de Murcia
24> tentes -. armaos y sed hofribres fuertes, estáte pa-rati, ut pugnetis adversus naílones has , quae convemrurñ adversus nos , disperd?re nos et sano- ,,_ ta nosfá^a: y prevenios para pelear contra ese tro- ' peí de naciones , que se han unido contra nosotros , para perdernos y á nuestra Religión. Porque mejor es morir en la batalla, que ver los ma- t les de nuestra patria , y la profanación de las y *" cosas Santas, Quonian melius est nos mori in be-- ímn-/ /o, quan videre mala gentis nostrae et SanctO" . rum. La fé que profesamos nos asegura , que es preciosa delante de Dios la muerte, que puede lerl-servirnos á nosotros de mérito , y de sufragio k * ^-nuestros hermanos, para reposic todos juncos en una eterna paz. ada
gn- .
Requiescant in pacs^ Amen,
ERRATAS.
Pagina. finea. dicev diga. 9. . . . i . . 1 5 . . . . . preguntáis . . preguntareis.
10 2 5 . . . . . . . en una . . . . de una . . 12 ultima.. . . prcspicaz.. . pei'spicaz.. 14 9 axcite. . . . . excite.. . I ; . . . . . . . 5 . . . . ó en portal. . ó en un portal, 16. . . . . . . 5. . . . . . obeciencia.. . obediencia.. Id. . . . . . « *6 abrevió abrevia. .
xr-Ha-
?fí
© Ayuntamiento de Murcia
IP**
© Ayuntamiento de Murcia
K U Ü
^^8H-
A Y U N T A M I E N T O OE MURCIA
A R C H I V O
-
TAB* ^ -
M.° ¡^
-
-,% © Ayuntamiento de Murcia