vocerrante 12 - voces como labios

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1 VOCERRANTE (12) Voces como labios Apertura (Sobre “White Man Sleeps II”, por Kronos Quartet): (Andante tranquilo) “Las palabras vagan, yerran, buscan. Van y vienen por ahí hasta que encuentran un refugio. En las manos, en los ojos, en cualquier cosa que las rescate del olvido.” (Raúl) Este es el duodécimo programa de VOCERRANTE. Bienoídos y bienoídas. Las voces que alguna vez se exhalaron siguen ahí. Las voces que alguna vez se agotaron siguen ahí. Las voces que alguna vez se pulsaron siguen ahí. Acompañan las secretas y constantes vibraciones.

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Texto del programa número 12 del ciclo "Vocerrante", emitido el 20 de agosto de 2015, por Arinfoplay, radio en internet. El ciclo va todos los jueves a las 23:00, hora de Argentina.

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1

VOCERRANTE (12)

Voces como labios

Apertura (Sobre “White Man Sleeps II”, por Kronos Quartet):

(Andante tranquilo)

“Las palabras vagan, yerran, buscan. Van y vienen por ahí hasta que encuentran

un refugio. En las manos, en los ojos, en cualquier cosa que las rescate del

olvido.”

(Raúl)

Este es el duodécimo programa de

VOCERRANTE.

Bienoídos y bienoídas.

Las voces que alguna vez se exhalaron siguen ahí.

Las voces que alguna vez se agotaron siguen ahí.

Las voces que alguna vez se pulsaron siguen ahí.

Acompañan las secretas y constantes vibraciones.

2

Irrumpen, se disuelven, se desarman, se aguantan, se sostienen, se

multiplican. En acordes de voces, en palabras vibradas.

Voces como labios. Labios como cuerdas. Cuerdas como el aire.

El aire, el agua, la materia fluida, aérea, viscosa o granular, las sostienen y

transportan. Durante mucho, mucho tiempo más allá de cuando fueron

pronunciadas.

Las voces se desprenden de sus emisores. Alcanzando lugares y

momentos divergentes, convergentes, habitables o inhóspitos.

Un túmulo de arena, una tela de araña, una membrana, un manojo de

granos, una corteza descascarada, una nuez, una veta de mármol. Todo puede

ser depósito o reposo de esas voces acuciantes.

Las voces en el aire vuelan, se disipan y propagan, formando nuevas y

generosas contorsiones, asociaciones y entrelazamientos.

Las voces se encuentran, independientes de sus rostros, sentidos y

funciones. Funciones y pulsiones e intenciones desandadas, descargadas y

perdidas. Sentidos olvidados o caídos. Las voces solas, levantadas como algas

sueltas en un océano dormido.

En el programa de hoy, oiremos esas voces, esas palabras sueltas,

desarmadas, alejadas de todo centro, fuente o emisor.

3

Voces que fueron rescatadas del sopor, del olvido, del hastío o de la

indolencia. Voces que fueron revividas por el roce de una mano descuidada, el

sonido de la rotura casual de un cristal, o por una melodía extraviada.

Voces arañadas de una roca, voces arrancadas de una pared. Voces

adheridas a los huesos y a las sombras.

Voces que se despiertan entonces en un mundo extraño. Al que han sido

lanzadas, sin embargo, a la sobrevida.

En el pequeño drama de volver a asirse.

Paola

Lejos, fuera, todo ajeno. No hay un sitio que nos levante, que nos

pronuncie, que nos frecuente. Todo es un rodeo. Un inmenso rodeo en el que

estar buscando.

Y el único objeto de ese movimiento persecutorio es el anhelo.

Objeto y distancia a la vez. Fui o soy la voz de alguien, sin el alguien a

quien pertenecerle. Voz que recuerda un aire confuso, con mezcla de cirios y

sangre, mezcladas en la materia del sonido.

Castigo y resistencia a la vez. Fui o soy la voz de alguien, afirmada contra

todos los fuegos encendidos.

Alrededor, alrededor, como una sombra.

4

Sin sitio donde volver,

arrojada a la

sentencia.

Daniel

Quisiera volver a la noche que me dio estas palabras. Aunque sea la noche

sola, sí, sólo la noche. Aunque sea sin el cuerpo y sin la carne. Volver a compartir

ese rocío que me dio la húmeda materialidad del sonido.

Volver a la noche, aunque sea sólo a la noche, si no es posible a la boca, o

a los labios, o a la garganta.

Fernando

Recuerdo una mirada distraída sobre el mar. Y no recuerdo si la mirada o el

mar era más inmensa o inmenso.

Recuerdo la sal del grito descalzándose en la bruma. Un grito que me dio la

sed y la forma.

Raúl

Es una trampa. No hay ya nada más que voces. Pronunciadas fuimos hace

siglos, milenios, eones… Y las bocas antiguas ya no son nada.

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Solamente voces sueltas. Voces sueltas como vientos, levantando la arena.

Y lo que creemos son los cuerpos que nos pronuncian, no lo son, sino arena.

Paola

Recuerdo el viaje desde y hacia los pulmones. Un inmenso y violento

llenarse de aire y de sabores, dulces, amargos, agrios y rupestres. Y luego el

lanzamiento, tibio y feroz contra las cuerdas vocales. Para habitar la cuenca de la

boca. Y rozar la trama áspera de los labios, en un mareo de lenguas y de dientes.

Las palabras amorosas, temblorosas… y audaces.

Lanzadas como flechas sobre el orden del silencio.

Fernando

Recuerdo más bien las nervaduras. Los cordeles firmes y sucios y ajados.

Pero ninguno de sus extremos. No sé ya bien qué cosa ataban a qué cosa en los

navíos por los que me criaron, fuerte, orgullosa, supersticiosa y paciente. Voces

de babor a estribor, voces de furor y de espanto.

Voces abrazadas a una tormenta, y voces enfrentadas a un tifón.

Daniel

Un halo rodeaba la Luna esa precisa y perdida noche de otoño.

6

Un halo parecido al modo en que fui parida.

Una voz largamente trabajada, modelada, construida.

Esta voz que como una persignación aún sola peregrina.

La voz que partió de un sitio que no estaba en la boca de donde fui

extraída.

No, una voz que formaba parte de algo que no era aquello que pulsaba por

nombrarse, sino el pulso. El mismo pulso que hacía imposible retenerla.

Raúl

Emisiones de radio que se cruzan en la atmósfera. Compartiendo el espacio

de las alas y la lluvia.

De aquí y de allí, en este o en aquel idioma. En todos los idiomas. Voces

sueltas, descarnadas, descastadas, desprovistas de emisor y de destinatario.

Voces como labios, labios como nervios, nervios como el aire.

Voces como verbos. Verbos sueltos reclamando órganos. Verbos sueltos

entregando toda su montura por un soplo de piel.

Paola

7

Puedo recuperarme desde los costados de un dolor, que todavía persiste. O

desde los límites de una alegría que no cesa.

Soy el texto desangrado y la voz genuina. Soy el tiempo desechado, pero la

niebla disipada.

Fernando

El vigía en el extremo del mástil superior, no busca el dibujo de la costa

recortado contra el mar.

Busca la palabra “Tierra”. Busca la frase “¡Tierra a la Vista!”.

Raúl

Soy en donde

Sueno.

Ni campana, ni badajo. Sólo el tono. El tono,

Y la tensión.

Paola

Buscar un cuerpo es buscar el sitio en el que la memoria.

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Pero la memoria es ubicua.

No tiene centro, locación ni efeméride.

Aquello que recuerdo puede no haber pasado nunca.

Y sin embargo doler.

Fernando

El navío no habla. Pero mis sonidos tienen el chirrido de sus tablones sobre

la brea.

Llegar a tierra es poder partir de nuevo.

Hay corrientes de sonido así como las hay de los océanos.

Corrientes de sonido que nos levantan y pronuncian y disipan.

Corrientes de sonido que a veces impactan contra los acantilados. O caen

vencidas en los surcos del camino.

Daniel

Esa noche había un ruego. Un ruego que se estiraba y repetía.

Un ruego insistente que

llegaba

9

por los descuidados intersticios de las sombras.

Raúl

Buscan las palabras un dónde que es un quién que es un cuándo.

Pero las voces no pueden andar sin perseguirse, destejerse y enredarse.

Vuelo de labios sueltos de la cara.

Vuelo de lenguas sueltas de la boca.

Vuelo de raíces anudadas.

Primer Tema: de “Musica ricercatta”, de Gyorgy ¨LIgety, el N° VII, “Cantabile

molto legato”, por Pierre Laurent Aimard (03:50)

Acabamos de escuchar de “Musica ricercatta”, de Gyorgy ¨LIgety, el N° VII,

“Cantabile molto legato”, por Pierre Laurent Aimard

Paola

Voy arrastrada en el eco de mi grito. Para hallar el origen del silencio.

Allí donde pueda no haber más.

Allí donde pueda no haber más llanto, golpe, pena y desconsuelo.

La memoria es lenta y abundante.

10

Como una lluvia de gotas pesadas y viscosas.

La memoria muerde, tiembla, late,

Tiene la mirada de una vértebra musgosa.

Daniel

Volver no es igual que haber estado.

Volver ahora es atravesarse.

Volver, dejar volver, es permitirse, arrancarse, confundir el ser con el deseo.

Hay una cadena de brazos que tienden hacia mí su súplica.

Tiro de ellos pero

nunca

sobreviene la cabeza.

Fernando

Ahora que el mar es parte de mí, puedo empujar hacia la costa mi navío.

Si alguien llama, desde cualquier sitio, si alguien requiere mi llegada a

tiempo, es que soy el héroe.

11

Raúl

Los principios trágico, épico y romántico, se buscan, se entrelazan, se

pronuncian.

Uno tras otro tienden sus trampas, sus vicios, y agonías.

Baltazar

Un origen retiene a estas voces.

Un origen que al mismo tiempo los atrae y los espanta.

Paola

Fui (soy) seré arrojada a un saco en compañía de un gallo, un perro y una

serpiente. Fui (soy) seré arrojada en una hoguera. Fui (soy) seré abandonada en

las calles. Fui (soy) seré arrastrada por caballos. Fui (soy) seré lanzada al agua

atada a una piedra. Fui (soy) seré encerrada en calabozos, marcada a fuego,

lacerada, lapidada, forzada, escondida.

Porque dudé al momento de seguir al hombre y abandonarlo todo a una ira

que castiga lo mismo que provoca, vuelvo mi cabeza hacia atrás, ofreciendo el

cuello al descubierto...

12

…Fui (soy) seré la efigie de sal.

Daniel

Para esa Luna, trajeron ante mí a la condenada.

Luna y condena eran las dos una sola palidez.

Las dos tenían signos de ya haber sido castigadas.

Las dos tenían signos de una espera enorme.

Vi en sus ojos que, sin embargo, no esperaba nada de mí.

Así que levanté mi mano…

Fernando

El héroe es la palabra a tiempo. El viento que tira de las velas en el

segundo en el que el navío naufraga. La caída de una lluvia abrupta sobre el

depósito de pólvora. El desplome de todos los muros sobre cada pelotón de

fusilamiento.

Raúl

La lógica es lineal, y por lo mismo, ausente.

Las voces se procuran los caminos del hallazgo, más que los recorridos del

espacio y el tiempo.

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Sobre “Abbey of St. Peter´s…

Si el sueño de la razón engendra monstruos,

lo nuestro es la vigilia del deseo.

La espuma del mar amanece.

Trae un sonido distinto, como el de un nuevo nacimiento.

Es el mar ahora el que mueve las campanas.

Paola

No lo agradezco.

No agradezco el perdón que nace de la ofensa,

de la sumisión,

o de la agonía.

No agradezco la indulgencia del que acompaña la culpa.

No agradezco la magnanimidad del que puede liquidarme.

Daniel

14

¿Cómo aceptamos que un gesto tan insignificante, como el de un trazo en

un papel, un dedo en el aire, puedan decidir entre la vida y la muerte?.

¿Cómo aceptamos que un atavío confiera el poder de descorrer todos los

cerrojos de una vida?

¿Cómo aceptamos que una palabra

transforme a una voz en un hato de imprecaciones?

Así que quité de mí los atavíos del cargo, la misión y los honores, aparté de

mí los signos y los pliegos del proceso, y puse mis manos abiertas en el aire,

expuestas a lo que ella pudiera sostener.

Fernando

Un acantilado recibió el desplome de las olas.

Las amarras del navío se desaferraron.

Sólo la espuma. Sólo la espuma ofrecía líneas, trazos, rasgos como venas

en las que defenderse.

Una madera rota flotando, al costado del naufragio.

Ese es el héroe.

Raúl

15

Ella, ante la mano levantada de él, al verlo allí, al verlos allí, cada uno de

sus dedos flacos, nudosos, acicalados, perfectos, como diez verdugos

desarmados, como diez raquíticos hambrientos, apuntó al que parecía estar

ahogado, hinchado, padeciendo… Y le mordió el dedo del anillo.

Segundo Tema: Bagatela N° III, de las Seis Bagatelas para Quinteto de

Cuerdas de György Ligeti., por el London Winds. (02:38)

Acabamos de escuchar la Bagatela N° III, de las Seis Bagatelas para Quinteto de

Cuerdas de György Ligeti., por el London Winds.

Daniel

No existe el mal, sino la vergüenza. Y a ésta hay que buscarla entre los

trastos escondidos y apartados. Donde sea el mando un disimulo de la ignorancia,

y el triunfo la desaparición de la víctima.

El poder es el ocultamiento del poder. El nervio de su látigo está en sus

miserias. Nadie quiere exhibir sus basurales; hacer una vasta exposición de sus

malos olores. Por eso una moral lava la otra, y las dos lavan el nombre. La

vergüenza se violenta, porque no entiende el humor. No encierra, esconde. No

entiende, aparta. No cura, justifica. No mejora, explica. Detrás de los muros, se

encierra la mala consciencia de los que aún permanecen afuera.

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La beneficencia nunca ha sido vista, ni puede serlo, como revolucionaria.

Así que es la única dirección posible hacia el derrotado. La lástima es el gesto con

que se arrinconan las culpas.

Conquistar los palacios y los templos no es el modo de apropiarse de los

mandos de un gobierno. Sí acaso, tomar las cárceles, lazaretos, albergues para

ancianos, cementerios, cotolengos, hospicios y reformatorios, sea poner al

descubierto todas sus debilidades.

Quien amenaza con la risa de un monstruo, ejecuta ante el imperio un acto

subversivo. Que no exige al poder, sino que lo pone en evidencia. Allí está el

lodoso arsenal con que construye su hegemonía. Levantar las límpidas paredes y

hallar debajo los gusanos que las sostienen.

Mostrar los basurales como un bastión, una conquista, un compromiso. Que

la hipócrita inmovilidad disfrute de sus deshechos. Y se celebre el desprecio, y se

organicen fanfarronas soledades.

Lo no-otro del poder. La quiebra de la voluntad. La decepción por

abundancia.

Los restos de las comilonas como toda experiencia del dominio.

Paola

17

Haciendo un círculo en rededor de la mesa, nos tomamos las manos,

pulgares contra meñiques, como alguien que sabe lo que hace, y comenzamos a

realizar la invocación.

Oscura, paciente, medulosamente se van trazando y disponiendo los signos

y fonemas. Las luces apagadas. El miedo descorriendo uno a uno los pesados

telones de la noche. Largas vibraciones encogidas, fluctuaciones de lo agudo a lo

grave, en las que poco a poco vamos coincidiendo. Una nítida, contusa tela cae

sobre nosotros, reteniendo en su áspero tacto la tensión de los órganos. Un olor

dulce y quemado interviene como un turbio resquemor de leños húmedos. Poco a

poco el delicado azufre se perdiga entre junturas, goznes y bisagras. Vibra la

mesa, se agitan las cortinas. Extrañas formaciones de sombras enmohecen sobre

las paredes. Señales de un silencio cavernoso y tremulante.

Se dibuja, tenue, un contorno, apenas desteñido el aire de un rosa viejo.

Continúan vahos y sentidos percibidos entre lodos deshilados. Tierra vieja,

descubierta y carcomida. Todos buscamos retener esa forma que agoniza en las

pupilas enfrentadas. En medio de la mesa, a unos veinte o treinta centímetros de

la tabla, una figura acrece en remolinos zigzagueantes. Detenida, mas, como

arrastrada a esa permanencia innatural.

Constreñida, de pie, perdida y desencajada.

Algunos minutos después cobra lugar la substanciación del

chancho.

18

Raúl

En una época que los ságiros llaman Elocuente, proliferaban los milagros.

Entonces era costumbre llegar al extremo del abismo para ser recogido en

el aire. Quien padecía de un dolor de hombros, arrancábase el brazo, con la

seguridad de su reintegro. Los sedientos golpeaban la roca. Los hambrientos

mascaban la raíz de su propia lengua. Quienes iban a caerse se arrojaban.

Quienes iban a injuriarse se mataban.

En salvaje soledad vivían los necios. Y en excitado devenir los penitentes.

Quien no veía, se arrancaba el ojo. Quien dormía, confiaba despertar. Aquellos

que se herían, sin más se desangraban. Por cualquier padecer se moría. Todo el

aire te inundaba. Se reía perdiendo la razón, y encontrándola más calma a su

término. Se reía perdiendo identidad, esparcidos los nervios y expandidas las

entrañas.

Luego vinieron las especialidades, la representación, la medicina; y con

ellas la morosidad, la distancia y el letargo.

Fernando

¿Un mundo antigramatical?. Poblaciones o geografías donde los adverbios

modifiquen a los sustantivos, y los adjetivos a los verbos. Poblaciones o

geografías donde no se acompañen el género y el número.

19

Sitios, excavaciones, profundidades, recodos, donde pueda comenzarse

una oración con una coma. Descubrir en los estratos minerales un verbo

inconjugable.

Hallar debajo de la corteza, artículos que designen modos o lugares,

preposiciones errátiles, adjetivos neutros. Concebir un sistema donde cada

sustantivo sólo pueda ser usado como objeto indirecto. Encontrar, con cuchara de

espeleólogo, cadenas de tres o cuatro verbos, uno después del otro.

Que el predicado de un sujeto sea otro sujeto. Dar explicaciones con los

paréntesis hacia afuera. Insertar guiones cuando nadie va a hablar. Una narración

discontinua, sin otro sostén que la mirada. Descripciones donde nada pueda

asirse. Diálogos donde nadie pueda culminar una oración. Movimientos que

posean nombres propios. Cualidades que transformen la sustancia. Accidentes

que definan la constancia. Enunciados que interroguen. Gestos que conformen el

cuerpo.

La risa es contradicción. Forma en acto.

Acto en ser.

Es posible la antigramaticalidad, pero sólo en el decurso, no en el discurso.

Las reglas no alcanzan a los sucesos.

Y sólo lo impreciso resulta habitable.

20

Daniel

Así como se puede oír una hilvanada melodía a ciertas horas de la siesta o

de la noche, en la conjunción y sucesión de los ruidos pasajeros… Una puerta,

una ventana, un perro; una bocina, unos chicos corriendo, un silbato, un tren que

pasa a lo lejos, un chirrido, una caída, el viento atravesando los intersticios de las

ventanas…

Así también se puede construir una hilvanada historia, en la conjunción de

gestos, impulsiones y miradas.

Paola

Alguien de pie sobre una pila de escombros, sonríe. Alguien, de pie frente a

una puerta, ignora el timbre y golpea tres veces. Alguien cruza la calle en puntas

de pie. Alguien revisa la página de un periódico tirada en el suelo.

Alguien da un paso de baile en la calle. Alguien se da vuelta para ver a

alguien. Alguien repasa mentalmente una absurda melodía. Alguien atiende su

teléfono.

Todo ocurre de manera improvisada, pero conexa.

Todo ocurre de un modo preciso y coreográfico.

Confluencia de contingencias.

Quien sonríe sonríe al que se da vuelta.

21

Quien golpea tres veces marca el ritmo de la melodía.

Quien cruza la calle arrojó el periódico que lo difamaba.

Quien atiende el llamado choca con el bailarín.

Fernando

Hojas sueltas de viejas agendas.

Fragmentos desasidos de citas nunca concretadas.

Datos vencidos de una revista de moda.

Fotos ajadas de antiguas y fugaces personalidades.

Labios sueltos. Desprendidos de sus voces.

Voces vagabundas. Desprendidas de sus textos.

Como recordar el aria de una ópera perdida.

Tercer Tema: Zefiretti, che susurrate, aria de una ópera desconocida, de

Antonio Vivaldi, por Cecilia Bartoli (07:40)

Acabamos de escuchar Zefiretti, che susurrate, aria de una ópera desconocida, de

Antonio Vivaldi, por Cecilia Bartoli

22

Raúl

Los sirevaines practican la disección del vacío. Cada época límite (cambio

de las cosechas, renovación de Lunas), se dirigen al Pozo de Bir-Salaim, una

depresión profunda a pocos kilómetros de la aldea, y colocando un hacha de

ampuloso filo horizontal, al bisel de su diámetro, comienzan a trazar un corte del

través, al que atribuyen propiedades epistemológicas:

A partir de allí se dan el permiso de pensar en blanco y negro, fin y

principio, mal y bien.

Se cuenta que en cuanto el hacha quede suspendida sobre el vacío,

todo lo seguro desaparecerá

y sólo podrá apoyarse cada cual sobre la herida del otro.”

Fernando

El viento desplaza el horizonte.

Su soplo deshace

la boca partida

en sus dos labios,

23

Desencarna las voces pronunciadas

Y las pone a temblar en los candiles,

A rodear los campanarios.

Terribles tenuidades

Tejiendo rastros en la calle

Adhiriéndose a las hojas

Y a los bordes de todas

las caídas.

Fibras susurrantes,

Niebla murmurada.

Una memoria difusa, distante, como

La memoria de haber muerto.

Una huida y un regreso al mismo instante.

Deslizándose por las entradas y salidas de un desierto.

Daniel

24

Sobre lo que quede de nosotros:

No ya la palabra, sino la voz.

La voz como sentido, verbo, vibración.

O sólo el timbre.

El timbre de una voz que dejara testimonio

De una presencia.

No ya el timbre, sino el temblor,

La raíz de tu sonido, el canto, la emoción.

O sólo el gesto.

El gesto de un silencio que pudiera

Pronunciarse.

No ya el temblor, sino la boca.

La boca como huella, herida o cicatriz

De los sonidos que creemos hacer con ella.

Un viento arcilloso nos moldea

Como el soplo vital.

25

Paola

El milagro de la voz dormida

El secreto del guijarro lleno de versos.

Esta lluvia estará llena de regresos.

Esta voz será habitada.

Fernando

Las palabras hallarán las voces, buceando entre los textos y los cantos y las

llamas.

Las voces hallarán los labios.

Los rastrojos están llenos de miradas.

Esta voz será habitada.

Daniel

Esta colina llega hasta su roca más baja.

Paola

Este árbol trepa hasta su raíz.

26

Fernando

Este barco está hecho de espuma.

Raúl

Esta voz será habitada.

Fernando: En las voces habitan las voces.

Paola: Las voces son habitadas por las voces.

Raúl: Las voces son la habitación de las voces.

Paola: Esta

Daniel: Voz

Fernando: Será

Raúl: Habitada.

Cierre

(Sobre “L´inverno” Segundo Movimiento – Antonio Vivaldi, por

IlGiardinoArmonico):

27

(Lento - Grave)

“Siguen vagando las palabras, criaturas del aire, harinas de tiempo, hurgando por

las cuerdas, y los labios y la boca, para vibrar de nuevo.”