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HISTORIA DE LA GRA REVOLUCIÓ SOCIALISTA DE OCTUBRE Varios autores Edición: Progreso, Moscú 1977. Lengua: Castellano. Digitalización: Koba. Distribución: http://bolchetvo.blogspot.com/

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HISTORIA DE LA GRA REVOLUCIÓ SOCIALISTA DE OCTUBRE

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Edición: Progreso, Moscú 1977. Lengua: Castellano. Digitalización: Koba. Distribución: http://bolchetvo.blogspot.com/

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Índice Introducción. ..............................................................1 I. RUMBO HACIA LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA. ...........................................................5 Capítulo I. La situación en el país después del derrocamiento de la autocracia. .................................5

1. Dualidad de poderes en el país. .........................5 2. La lucha del proletariado para seguir impulsando la revolución. ...................................10 3. La política antipopular del gobierno provisional. .............................................................................13 4. El rumbo leninista hacia la revolución socialista. .............................................................18

Capítulo II. La lucha del partido bolchevique por ganarse a las masas en el periodo de la dualidad de poderes. ....................................................................23

1. La manifestación de abril. ...............................23 2. El primer gobierno de coalición. .....................26 3. El trabajo de los bolcheviques entre las masas después de la Conferencia (de abril) de toda Rusia del POSD(b)R. ....................................................29 4. I Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia. La manifestación de junio. ....................................................................35 5. Fin de la dualidad de poderes. .........................38

Capítulo III. Incremento de la crisis revolucionaria. .................................................................................41

l. Curso hacia la insurrección armada. ................41 2. La derrota de la sublevación contrarrevolucionaria del general Kornílov. .......43 3. La ruina económica. ........................................48 4. El auge revolucionario en el país en el otoño de 1917. ....................................................................50 5. El acrecentamiento del proceso de bolchevización de los Soviets. ............................56 6. La crisis ha madurado. ....................................59

Capítulo IV. Preparación de la insurrección armada. .................................................................................61 II. TRIUNFO DE LA GRAN REVOLUCIÓN SOCIALISTA DE OCTUBRE. INSTAURACIÓN DEL PODER SOVIÉTICO EN EL PAÍS. ..............69 Capitulo V. Derrocamiento del gobierno provisional. II Congreso de los soviets de toda Rusia. ................69

1. El triunfo de la insurrección armada en Petrogrado ...........................................................69 2. II Congreso de los Soviets de Diputados Obreros y Soldados de toda Rusia. ......................76 3. Aplastamiento del motín contra-rrevolucionario de Kerenski-Krasnov ...........................................81

Capítulo VI. La implantación del poder soviético en Moscú. .....................................................................86 Capítulo VII. El triunfo de la revolución socialista en los frentes y en el territorio del país.........................99

1. El triunfo de la revolución en los frentes. .......99 2. Instauración del poder soviético en el país. ...110

III. EDIFICACIÓN DEL ESTADO SOVIÉTICO. TRANSFORMACIONES REVOLUCIONARIAS EN EL PAÍS. .........................................................163

Capítulo VIII. Edificación del estado soviético. ... 163 1. Creación del aparato estatal central y comienzo de su actividad. ................................................. 163 2. Abolición de los órganos coercitivos burgueses. Creación del aparato para la defensa del estado proletario. ......................................................... 174 3. Estructuración y comienzo de la actividad de los órganos locales de poder soviético ................... 178

Capítulo IX. Primeras transformaciones en la economía y en la cultura. ...................................... 181

1. Creación del régimen socialista en la industria. .......................................................................... 181 2. Realización del decreto sobre la tierra. ........ 187 3. Primeras medidas del poder soviético en la esfera de la cultura. ........................................... 193

Capítulo X. Disolución de la Asamblea Constituyente. III Congreso de los soviets de toda Rusia. .................................................................... 197

1. Disolución de la asamblea constituyente contrarrevolucionaria. ...................................... 197 2. III Congreso de los Soviets de toda Rusia. ... 203

Capítulo XI. La lucha de la Republica Soviética por salir de la guerra. La paz de Brest. ........................ 206

1. Primeros pasos del poder soviético en la lucha por terminar la guerra. ...................................... 206 2. La paz de Brest. ............................................ 208

Capítulo XII. La lucha por crear las bases de la economía socialista. .............................................. 214 Capítulo XIII. La agresión de los imperialistas contra la Republica Soviética. V Congreso de los Soviets. .............................................................................. 219

1. Comienzo de la intervención militar extranjera y la guerra civil. ................................................ 219 2. V Congreso de los Soviets de toda Rusia ..... 224

Capítulo XIV. El desenvolvimiento de la revolución socialista en el campo. .......................................... 229

1. La lucha de clases en el campo. Medidas del estado soviético para luchar contra el hambre. . 229 2. Actividad de los comités de campesinos pobres. .......................................................................... 234

Capítulo XV. Trascendencia internacional de la Gran Revolución Socialista de Octubre. ........................ 239

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HISTORIA DE LA GRA REVOLUCIÓ SOCIALISTA DE OCTUBRE. Introducción. Los anales de la historia universal no conocen

otro acontecimiento tan importante como el de la Gran Revolución Socialista de Octubre.

A medida que van alejándose de nosotros los acontecimientos de 1917, con mayor fuerza se manifiesta su importancia para los destinos de la humanidad. El retorno a los sucesos acaecidos en los inolvidables días de 1917 no sólo es una digresión histórica al pasado, sino también la iniciación en la gran escuela de lucha por el futuro feliz de la humanidad. Hoy en día, ya son muchos los pueblos del mundo que avanzan por el camino de Octubre.

C. Marx y F. Engels, fundadores del comunismo científico, demostraron la ineluctabilidad de la sustitución revolucionaria del capitalismo por el socialismo. El hundimiento de la burguesía y la victoria del proletariado -señalaban en el Manifiesto del Partido Comunista- son en igual inevitables. El capitalismo es el último régimen explotador de la historia. En el curso de su desarrollo se preparan las condiciones objetivas para el paso a un peldaño superior en la vida de la humanidad, al comunismo.

A finales del siglo XIX, el capitalismo entró en la fase superior de su desarrollo: el imperialismo.

Vladímir Ilich Lenin consideraba que la prepotencia de los monopolios era el rasgo principal que distingue al imperialismo. Desarrollándose sobre la base de la gigantesca concentración de la producción, el capital monopolista crea las premisas materiales del socialismo. El imperialismo se caracteriza por el acrecentamiento de la explotación de los trabajadores por un puñado de monopolistas y por la acentuación de las contradicciones entre el trabajo y el capital, entre la burguesía y el proletariado. Esto lleva a la clase obrera hacia la revolución socialista como único medio que ha de salvarla del yugo de los imperialistas. Durante la lucha contra la burguesía, el proletariado gana para su causa a las masas explotadas de trabajadores a quienes el dominio de los monopolios trae la ausencia de derechos políticos, la miseria y la ruina.

Aunque el capitalismo comenzó a desarrollarse en Rusia más tarde que en otros Estados de Europa, ya a comienzos del siglo XX, del país del arado de madera y del mayal, del molino de agua y del telar casero, se transformaba en el país del arado de hierro

y la trilladora, del molino y el telar movidos a vapor. En Rusia se había creado el capitalismo monopolista, el imperialismo, que se conjugaba con la pequeña producción predominante en el país. En Rusia eran fuertes los vestigios feudales de servidumbre que tenían nefastas consecuencias para la economía del país y que frenaban el desarrollo de sus fuerzas productivas. En los aspectos económico y técnico, Rusia estaba muy a la zaga de los países capitalistas muy avanzados. El despotismo zarista y la opresión capitalista y terrateniente agudizaban las contradicciones de clase en el país. Las masas se levantaban a la lucha política. Maduraba la revolución popular, planteándose como su tarea principal derrocar a la autocracia, liquidar la propiedad terrateniente en el campo y proclamar la república democrática en Rusia. La revolución de 1905-1907 había fracasado. Pero la experiencia adquirida por la clase obrera en los cruentos combates contra la autocracia no fue baldía. La revolución demostró palmariamente que sólo en sólida alianza con los campesinos es como los obreros podían derribar al zarismo. Evaluando la trascendencia de la primera revolución rusa, Lenin señalaba que ésta había preparado a los combatientes que triunfaron en 19171 y que la nueva revolución no estaba muy lejos, pues las causas que suscitaron la tormenta revolucionaria de 1905-1907 no habían sido eliminadas. "La primera revolución y la época de contrarrevolución que la siguió (1907-1914) -escribía Lenin- pusieron al descubierto la verdadera naturaleza de la monarquía zarista, llevaron a ésta a su "último extremo", revelaron toda su putrefacción, toda la ignominia, todo el cinismo y todo el libertinaje de la banda zarista con el monstruo de Rasputin a la cabeza; revelaron toda la ferocidad de la familia de los Románov -esos pogromistas que anegaron a Rusia en sangre de judíos, de obreros, de revolucionarios..."2

El dominio de los terratenientes y capitalistas traía a las masas trabajadoras nuevas calamidades y sufrimientos. La tierra seguía en manos de los terratenientes. 28.000 "nobles y mugrientos

1 V. I. Lenin. El heroísmo de los obreros de la Presnia. O.C., t. 37, pág. 387. 2 V. I. Lenin. Cartas desde lejos. O.C., t. 31, pág. 12.

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landlords", como denominaba Lenin a los grandes terratenientes, eran dueños de 62 millones de desiatinas3 de tierra, mientras que a 10 millones de familias campesinas les correspondían solamente 73 millones de desiatinas4.

En vísperas de la I Guerra Mundial (1914-1918), los monopolios en Rusia se habían adueñado de todas las ramas fundamentales de la industria. Entre las agrupaciones monopolistas más poderosas descollaba el sindicato "Prodamet", al que le correspondía más del 80% de la producción siderúrgica vendida en el país. En las empresas de "Prodvagón", otro importantísimo sindicato, estaba concentrada casi toda la fabricación de vagones. Tres entidades monopolistas -"Oil", "Shell" y "Nobel"- tenían el dominio indiviso en la industria petrolera. Por el grado de monopolización de la industria, Rusia sobrepasaba a Francia e Inglaterra, cediendo sólo a Alemania y a los EE.UU. A la par con los monopolios industriales, se creaban también grandes monopolios bancarios. Más de la mitad del capital básico de todos los bancos comerciales accionistas se guardaba en las cajas fuertes de siete bancos de San Petersburgo. Por el nivel de concentración de bancos, Rusia aventajaba a los principales países capitalistas de Europa Occidental. La I Guerra Mundial contribuyó al incremento de los monopolios capitalistas. En esos años surgieron 897 sociedades anónimas nuevas con un capital que superaba los 1.600 millones de rublos5. Además, se realizaba la reorganización de las entidades monopolistas anteriormente existentes, el acrecentamiento del poderío de los bancos y la consolidación de los grandes grupos industrial-financieros. A cuenta de las superganancias bélicas crecía rápidamente el poderío económico de los monopolios.

V. I. Lenin escribía: "El número de grandísimos accionistas es insignificante; pero su papel, lo mismo que la suma total de sus riquezas, es enorme"6. Varios miles (es posible que sólo mil) de las personas más ricas de Rusia concentraron en sus manos las principales riquezas acumuladas a costa de explotar el trabajo ajeno y mantenían todos los hilos del "control" de la producción y la distribución sociales de los productos7. El desarrollo del capitalismo monopolista y su transformación en capitalismo monopolista de Estado, que se aceleraba debido a las necesidades de organizar la economía para los

3 Desiatina: antigua medida rusa de superficie equivalente a 1,09 Ha. 4 V. I. Lenin. El programa agrario de la socialdemocracia en la primera revolución rusa. O.C., t. 16, pág. 201. 5 A. L. Sídorov. Las premisas económicas de la revolución socialista en Rusia. "Historia SSSR" ("Historia de la URSS"), 1957, N° 4, pág. 27. 6 V. I. Lenin. La catástrofe inminente y las promesas desmesuradas. O.C., t. 32, pág. 109. 7 Ibídem., págs. 109-110.

menesteres bélicos, Lenin lo consideraba como el índice principal que determinaba la madurez de las condiciones objetivas de la revolución socialista. "No hay insurrección -señalaba él- capaz de instaurar el socialismo si no han madurado las condiciones económicas para él..."8

En los años de guerra no sólo se acrecentó el poderío económico de la burguesía, sino aumentó también su organización política. A principios de 1915, se concluyó la creación de la red de organizaciones sociales de la gran burguesía: los comités bélico-industriales. La burguesía concentró en sus manos muchos de los organismos gubernamentales creados en los años de guerra para regular la economía del país. En el "bloque progresista", que había agrupado a todos los partidos burgueses en la Duma de Estado9 -octubristas10, progresistas11, demócratas constitucionalistas12 y otras organizaciones más pequeñas-, el papel fundamental lo desempeñaba el principal partido de la burguesía, el de los demócratas constitucionalistas, denominado por ellos mismos "Partido de la libertad del Pueblo". Los demócratas constitucionalistas eran el partido de la burguesía imperialista.

La I Guerra Mundial exacerbó hasta el extremo las contradicciones en el país y se reflejó gravemente en la situación de los obreros y campesinos. A las puertas de las tiendas de comestibles y de las panaderías de los centros industriales aparecieron

8 V. I. Lenin. La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla. O.C., t. 34, pág. 193. 9 Duma de Estado (1906-1917): institución representativa y legislativa con derechos limitados, creada por la autocracia bajo el empuje de la revolución de los años 1905-1907 en Rusia. De hecho, esta institución ayudó a la autocracia a mantener la alianza con la burguesía y a conservar su poder político omnímodo. Duma: órgano urbano de autogestión local que se componía de representantes de la burguesía y de los partidos burgueses y pequeñoburgueses. 10 Octubristas: miembros del partido de los octubristas (o "Unión del 17 de octubre"), partido de los grandes terratenientes y la cúspide de la burguesía comercial-industrial, surgido en 1905. Se pronunciaba por un "fuerte poder monárquico". 11 Progresistas: miembros del "Partido Progresista", partido de la gran burguesía y de los terratenientes capitalistas rusos. Se fundó en 1907, exigía una Constitución restringida y un poder fuerte, capaz de asegurar los intereses imperialistas del gran capital. 12 Demócratas constitucionalistas: miembros del Partido Demócrata Constitucionalista, partido de la burguesía liberal fundado en 1905. Se pronunciaban por la monarquía constitucional. En 1917, teniendo en cuenta el estado de ánimo antimonárquico de las masas, se vieron obligados a exigir la república parlamentaria. El partido de los demócratas constitucionalistas era el principal partido contrarrevolucionario que trataba de prevenir la revolución socialista; después del triunfo del Poder soviético emprendió el camino de desencadenar la guerra civil.

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Historia de la Gran Revolución Socialista de Octubre

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grandes colas. En las empresas se implantó un régimen cuartelero. A todo el que intentase protestar contra la arbitrariedad y la explotación se le encarcelaba o se le enviaba al frente. La guerra condujo a la ruina económica que abarcó la industria, el transporte y la agricultura. De 9.750 grandes empresas, en los años de la guerra estaban paradas 3.884, es decir, el 37,8%13. Los ferrocarriles no daban abasto.

Desde el comienzo de la guerra hasta 1917 habían sido llamados a filas más de 16 millones de hombres14, lo que creó la falta de mano de obra en el campo. Casi un tercio de las haciendas campesinas quedaron sin brazos. La cosecha de los principales cereales disminuyó, en 1916, comparando con el período de preguerra, en 1.600 millones de puds1516. Se redujeron las áreas de siembra, A los 5.400-5.600 millones de rublos de deuda exterior (1913) se sumaron cerca de 5.200 millones más17. Acreció sensiblemente la dependencia financiera de Rusia de los Estados extranjeros.

A principios de 1917, el desbarajuste económico había alcanzado tal envergadura, que los medios habituales para regular la economía y que estaban a disposición del Estado capitalista ya no podían salvar al país de la grave enfermedad. Únicamente las medidas revolucionarias resueltas, dirigidas contra la omnipotencia del capital y la propiedad privada, podían salvar a Rusia de la catástrofe económica que se aproximaba.

Sólo el proletariado ruso, que se había forjado en las luchas de clase y encabezado por su partido, podía dirigir a las masas explotadas que se levantaban para aplastar a la autocracia. En 1917, el proletariado componía, entre toda la población del país, una parte relativamente pequeña: cerca del 10%18. Pero en cualquier país capitalista, señalaba Lenin, la fuerza del proletariado es incomparablemente mayor que su proporción numérica en la masa general de la población19. "Y esto es así -subrayaba más adelante- porque el proletariado domina económicamente en el centro y en el nervio de todo el sistema económico del capitalismo, y también porque, bajo el capitalismo, el proletariado expresa, económica y políticamente, los verdaderos intereses de la inmensa mayoría de los 13 Boletín de la Dirección Central de Estadística, t. XXVI, fascículos 1 y 2. Censo industrial y profesional de toda Rusia del año 1918. Apartado 1. M., 1926, pág. 23. 14 P. I. Liáschenko. Historia de la economía nacional de la URSS, t. 2, M., 1956, pág. 612. 15 Pud: antigua medida rusa de peso equivalente a 16,3 kg. 16 P. I. Liáschenko. Ob. cit., pág. 637. 17 Enciclopedia histórica soviética, 1. 5, pág. 820. 18 S. G. Strumilin. La composición del proletariado en la Rusia Soviética en 1917-1919. Dos años de dictadura del proletariado. 1917-1919. Pág. 14. 19 V. I. Lenin. Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado. O.C., t. 40, pág. 23.

trabajadores"20 En los años de guerra aumentó el número de

obreros industriales. A principios de 1917, en las empresas sometidas a la inspección fabril y minera, así como en las empresas estatales, estaban ocupados 3,5 millones de obreros, contra 3,1 millones en 1913. El número de obreros ocupados en el transporte, la construcción y las comunicaciones alcanzaba cerca de 3,3 millones21.

Además, una parte considerable de obreros estaba ocupada en la producción artesanal, en la agricultura, en las empresas comerciales, etc.

En ningún país del mundo se registraba una concentración tan elevada de la clase obrera como en Rusia. En 1915, cerca del 60% de los obreros estaban ocupados en grandes empresas que contaban con más de 500 operarios22. Incluso un país capitalista tan desarrollado como los EE.UU., en vísperas de la guerra sus grandes empresas no tenían más de 1/3 del número global de obreros23. La alta concentración obrera en los principales centros industriales de Rusia contribuía a elevar la conciencia y la organización del proletariado, facilitando la labor de los bolcheviques para cohesionarlo.

Grandes masas de obreros se concentraban en los mayores y principales centros industriales del país. La guerra intensificó este proceso, ya que la ampliación de la producción bélica se efectuaba en las antiguas zonas industriales. Más de la mitad del proletariado industrial (hasta un 64 %) estaba ocupada en las zonas fabriles de Petrogrado y el Centro24. Había también grandes contingentes obreros en Járkov, Odesa, Kíev, Rostov del Don, Ekaterimburgo y Bakú, que desempeñaban el papel de centros revolucionarios de sus regiones. V. I. Lenin concedía gran importancia a la ubicación de las principales fuerzas de la clase obrera de Rusia en los puntos decisivos del país. "Las capitales -señalaba- y, en general, los centros comerciales e industriales más importantes (en Rusia, estos dos conceptos coincidían, pero no siempre ocurre así en otras partes) deciden en medida considerable los

20 V. I. Lenin. Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado. O.C., t. 40, pág. 23. 21 L. S. Gaponenko. Acerca del número de proletariado industrial en Rusia en vísperas de Octubre. "Istoricheski arjiv" ("Archivo Histórico"), 1961, N 5, pág. 158. 22 Boletín de la Dirección Central de Estadística, t. VII, fase, 1. Recopilación estadística de los años 1913-1917. M., 1921, pág. 37. 23 P. I. Liáschenko. Ob. cit., pág. 284. 24 L. S. Gaponenko. El proletariado de Rusia, su número y distribución territorial por las principales zonas industriales en vísperas de la revolución socialista. La clase obrera y el movimiento obrero en Rusia en 1917. Actas de la sesión científica celebrada en Kíev del 3 a 5 de julio de 1962. M., 1964, pág. 47.

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destinos políticos del pueblo..."25. En las difíciles condiciones de guerra, la clase

obrera de Rusia seguía siendo la más revolucionaria del mundo. En el movimiento obrero mundial no había otra igual por la rica experiencia de lucha en las diversas condiciones políticas. Siendo la clase revolucionaria más consecuente, el proletariado actuaba como dirigente de todas las fuerzas que luchaban contra el zarismo y el capitalismo. Lenin subrayaba: "Sólo el proletariado -en virtud de su papel económico en la gran producción- es capaz de ser el jefe de todas las masas trabajadoras y explotadas, a quienes con frecuencia la burguesía explota, esclaviza y oprime no menos, sino más que a los proletarios, pero que no son capaces de luchar por su cuenta para alcanzar su propia liberación"26.

Los campesinos pobres, al ser los aliados del proletariado, eran una de las fuentes principales de su fuerza. La clase obrera también encontró amplio apoyo en las capas trabajadoras no proletarias de la ciudad. En 1917, en las ciudades de Rusia habitaban más de 22 millones de personas27, cuya parte considerable la componían artesanos, pequeños comerciantes y pequeños empleados, que en su gran mayoría estaban sometidos a la explotación y llevaban una vida penosa.

La dualidad económica de las capas pequeñoburguesas hacía que éstas, por una parte, vacilasen constantemente entre el proletariado y la burguesía, mostrasen indecisión e inconsecuencia. El barómetro político que reflejaba las vacilaciones de las capas pequeñoburguesas de la ciudad y el campo, eran el partido de los eseristas28 y el de los mencheviques29. Por la otra, el desarrollo del capitalismo, la guerra y la ruina intensificaban la proletarización de las capas pequeñoburguesas, aproximaban su situación política y económica a la del proletariado, suscitaban el acrecentamiento del espíritu revolucionario en una parte considerable de la población pequeñoburguesa de Rusia. En virtud de estas causas, las capas pequeñoburguesas, principalmente los campesinos pobres, estaban

25 V. I. Lenin. Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado. O.C., t. 40, págs. 6 y 7. 26 V. I. Lenin. El Estado y la revolución. O.C., t. 33, págs. 25 y 26. 27 E. Z. Vólkov, La dinámica de la población de la URSS en 8-10 años. M.-L., 1930, págs. 174, 175. 28 Eseristas (o socialistas revolucionarios): miembros de un partido pequeño burgués surgido en 1902. Expresaban los intereses, fundamentalmente, del campesinado acomodado. 29 Mencheviques: miembros de un partido pequeñoburgués que se denominaba socialdemócrata. Surgió en 1903 como resultado de la escisión del II Congreso del POSDR en minoría oportunista (de aquí el nombre de "menchevique": minoritario) y mayoría revolucionaria leninista. Realizaban la política de conciliación con la burguesía y eran enemigos de la revolución socialista.

interesadas en la alianza con el proletariado. Al formular uno de los principales postulados de

la teoría de la revolución socialista, Lenin tenía en cuenta las singularidades de la estructura clasista de Rusia. El proletariado, señalaba él en los años de la primera revolución rusa, compone la minoría de la población y "sólo podrá convertirse en la inmensa mayoría, en la mayoría abrumadora, si se une a la masa de semiproletarios, semipropietarios, es decir, a la masa pequeñoburguesa de la población pobre de la ciudad y el campo"30.

El Partido Bolchevique, encabezado por Lenin, era el guía probado del proletariado de Rusia, que marchaba a la vanguardia del movimiento obrero internacional. El movimiento revolucionario en el país siguió en aumento en los años de guerra. La revolución que se avecinaba tenía como tareas inmediatas derrocar al zarismo, liquidar todos los vestigios del régimen de servidumbre y solucionar democráticamente el problema agrario. No obstante, la revolución en Rusia no podía detenerse en esto. En un país con tan deforme entrelazamiento de relaciones capitalistas y precapitalistas era imposible acabar con las supervivencias de la servidumbre sin asestar antes un golpe demoledor al imperialismo, sin avanzar hacia el socialismo. Lenin subrayaba que la segunda misión se había acercado extraordinariamente a la primera.

La crisis revolucionaria maduraba con gran rapidez. El movimiento huelguístico había abarcado las principales zonas industriales del país. Según datos, que distan mucho de ser completos, en los meses de enero y febrero de 1917 fueron a la huelga 676.000 obreros31. Arreciaron la lucha por la tierra los campesinos, quienes incendiaban las fincas de los detestables terratenientes y se apoderaban del trigo y de los aperos. Como informara la policía secreta zarista a la entonces capital de Rusia, Petrogrado (hoy Leningrado), la situación en el campo recordaba a la del año 1905. También se pusieron en movimiento los pueblos oprimidos de las regiones con población no rusa. La insurrección iniciada a mediados de 1916 en el Asia Central y Kazajstán, enroló a decenas de miles de personas. Comenzaron las acciones revolucionarias en el ejército. Esta era la situación política en Rusia en vísperas de la Revolución de Febrero de 1917.

El Gobierno zarista y las clases gobernantes buscaban febrilmente los modos de prevenir la revolución que se avecinaba de una manera inexorable.

Este Gobierno se proponía concertar la paz por separado con Alemania y desatarse las manos para luchar contra el "enemigo interno". Pero el cese de la

30 V. I. Lenin. La socialdemocracia y el Gobierno Provisional Revolucionario. O.C., t. 10, pág. 18. 31 El movimiento obrero en 1917. M.-L., 1926, págs. 20, 22.

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Historia de la Gran Revolución Socialista de Octubre

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guerra contravenía a los intereses de la burguesía. Estrechamente ligada a los capitalistas de Inglaterra, Francia y los EE.UU., la burguesía imperialista rusa decidió, a su vez, anticiparse a la revolución mediante una revuelta palaciega: a Nicolás II, tan odiado por el pueblo, se pensaba obligarle a abdicar el trono en favor de su pequeño hijo Alexéi, encargando la regencia a Mijaíl, hermano del zar. Así es como la burguesía calculaba continuar la guerra hasta la victoria final.

Pero los planes de la autocracia y la burguesía fracasaron. En el país estalló la revolución popular. La huelga de los obreros de la fábrica Putílov, en Petrogrado, comenzada el 18 de febrero de 1917, fue una especie de señal para las acciones revolucionarias masivas del proletariado. En febrero, en la capital, estaban ya en huelga cerca de 200.000 personas32, es decir, casi la mitad de todos los obreros petrogradenses.

Por decisión del Buró del CC y del Comité petrogradense del Partido Obrero Socialdemócrata (bolchevique) de Rusia, los bolcheviques se pusieron al frente de la acción de los obreros de Petrogrado. El 25 de febrero, el Comité petrogradense del POSD(b)R publicó una octavilla, en la que se decía: "¡Tenemos por delante la lucha, pero nos aguarda la victoria segura! ¡Todos bajo las banderas rojas de la revolución! ¡Toda la tierra de los terratenientes para el pueblo!, ¡Abajo la guerra!, ¡Viva la fraternidad de los obreros del mundo entero!"33. El llamamiento de los bolcheviques a la lucha decisiva por el derrocamiento de la autocracia sonó como un fuerte toque de rebato. La huelga de los obreros de Petrogrado se hizo general. Columnas de manifestantes enarbolando las consignas de "¡Abajo el zar!" y "¡Pan y paz!", se dirigieron al centro de la ciudad, a la avenida Nevski. Se entablaron choques entre los manifestantes y la policía. La huelga se transformaba en insurrección armada contra el zarismo.

Al declinar el día 27 de febrero, más de 60.000 soldados de la guarnición de Petrogrado se habían pasado al lado de los obreros. Durante ese día, la insurrección abarcó a casi toda la ciudad.

Los obreros insurreccionados y los soldados a ellos unidos ocuparon las estaciones de ferrocarril, Correos y Telégrafos, la Fortaleza de Pedro y Pablo y los puentes sobre el río Neva, abrieron las puertas de las cárceles a los presos políticos. Los ministros zaristas fueron detenidos, quedando bajo custodia en el Palacio de Táuride. El 27 de febrero, día en que triunfó la revolución, el Buró Ruso del CC del POSD(b)R publicó el manifiesto A todos los

32 P. I. Liáschenko. Ob. cit., pág. 653. 33 El proletariado de Petrogrado y la organización bolchevique en los años de la guerra imperialista. 1914-1917. Compilación de materiales y documentos. L., 1939, pág. 201.

ciudadanos de Rusia. El documento exhortaba a los obreros y soldados a iniciar inmediatamente la elección de sus representantes para el Gobierno revolucionario que debería satisfacer las reivindicaciones del pueblo en cuanto a las libertades democráticas, la tierra y la jornada laboral de 8 horas y entablar contacto con los proletarios de los Estados beligerantes para luchar conjuntamente por el cese de la guerra imperialista. V. I. Lenin estimó altamente este Manifiesto. Refiriéndose a la táctica de los bolcheviques en los días de la Revolución de Febrero, señalaba que ésta había sido la única táctica auténticamente socialista y revolucionaria.

La autocracia, que durante siglos había oprimido a los pueblos de Rusia, fue barrida. Pero ella no se vino abajo "por sí sola", como afirman algunos historiadores extranjeros contemporáneos. Se necesitó la fuerza de las masas populares organizadas para "dejar caer", según la expresión de Lenin, al zarismo que estaba corrompido hasta la médula, pero que se agarraba con tenacidad y que había echado profundas raíces en el organismo del Estado. Esa fuerza fue el proletariado, que levantó a la lucha a amplísimas masas populares.

La revolución democrática burguesa en Rusia había triunfado.

I. RUMBO HACIA LA REVOLUCIÓ

SOCIALISTA. Capítulo I. La situación en el país después del

derrocamiento de la autocracia. 1. Dualidad de poderes en el país. La nueva sobre el derrocamiento de la autocracia

se extendió rápidamente por el país, a pesar de que los gobernadores zaristas y los mandos de los frentes intentaban ocultar de la población y de los soldados las noticias de la revolución que llegaban de la capital. Por doquier se celebraban mítines, asambleas y manifestaciones. Al son de las bandas militares, que tocaban el himno revolucionario La Marsellesa, en las calles de las ciudades no cesaban los desfiles festivos con banderas rojas. También la población rural organizaba manifestaciones. Era la fiesta de un pueblo que al fin había roto las cadenas del despotismo zarista.

La revolución dio salida al genio creador de las masas populares. Su expresión más brillante era la creación de los Soviets de diputados obreros y soldados. Los Soviets de diputados obreros aparecieron por primera vez en Rusia en 1905. Ya entonces Lenin no sólo los calificaba como órganos de la insurrección, sino también como el "embrión del Gobierno provisional revolucionario"34. La experiencia histórica de la primera revolución rusa no pasó en balde para el proletariado de Rusia. Apoyándose en ella, los obreros de Petrogrado y de 34 V. I. Lenin. 8uestras tareas y el Soviet de diputados obreros. O.C., t. 12, pág. 63.

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otras ciudades comenzaron a crear Soviets de diputados obreros y soldados en cuanto triunfó la Revolución de Febrero. Los bolcheviques popularizaban por todos los medios la idea de crear los Soviets y lograron ejercer gran influencia en el proceso de su formación.

El 27 de febrero, día en que triunfó la revolución, el Buró Ruso del CC del POSD(b)R publicó una octavilla dirigida a los obreros, en la que se decía: "Empezad sin demora a elegir en las fábricas los comités de huelga. Sus representantes constituirán el Soviet de diputados obreros que asumirá el papel organizador en el movimiento y creará el gobierno provisional revolucionario”35. En un llamamiento a los obreros y soldados hecho público en ese mismo día por el comité del POSD(b)R del distrito de Víborg de la capital, se decía: "Sólo la organización puede consolidar nuestra fuerza. Primero elegid los diputados y después que ellos se pongan en contacto. Que el Soviet de diputados se organice bajo la protección de las tropas"36.

No obstante, a consecuencia de la insuficiente organización y conciencia del proletariado, así como de la gran predominancia de la población pequeñoburguesa en el país, los partidos pequeñoburgueses -mencheviques y eseristas- se apoderaron de la dirección del Soviet de Petrogrado y de la mayoría de los demás Soviets. En estos Soviets los bolcheviques se encontraban en minoría.

Caracterizando la composición clasista de los Soviets de diputados obreros y soldados surgidos a raíz de la Revolución de Febrero, Lenin escribía que "en ellos justamente prevalecen los campesinos, prevalecen los soldados, prevalece la pequeña burguesía"37.

El Soviet de Petrogrado abrió su primera sesión en la tarde del 27 de febrero en el Palacio de Táuride. En marzo, la minoría bolchevique contaba tan sólo con unas 50 personas38. Se eligió presidente del Comité Ejecutivo a N. S. Chjeídze, líder del grupo menchevique en la Duma de Estado, y vicepresidentes, al menchevique M. I. Skóbelev y al eserista A. F. Kerenski. Al Comité Ejecutivo del Soviet, compuesto por 15 miembros, fueron elegidos tres bolcheviques.

Los representantes de la burguesía y de los terratenientes aburguesados decidieron crear su propio organismo de poder para "restablecer el orden", es decir, para luchar contra la revolución. Así es como el 27 de febrero surgió el Comité

35 El PCUS en la lucha por el triunfo de la revolución socialista en el periodo de la dualidad de poderes. 27 de febrero-4 de julio de 1917. Compilación de documentos. M., 1957, pág. 29. 36 Ibídem, pág. 171. 37 V. I. Lenin. Cartas sobre táctica. O.C., t. 31, pág. 137. 38 N. Y. Ivanov. El Gran Octubre en Petrogrado. Esbozo histórico. L., 1957, pág. 13.

Provisional de la Duma de Estado, en el que fueron incluidos, de la "democracia", el eserista Kerenski y el menchevique Chjeídze. Lo encabezó M. V. Rodzianko, presidente de la Duma de Estado, monárquico y ultrarreaccionario. Actuando en nombre del Comité Provisional, Rodzianko ordenó en la noche del 28 de febrero que las tropas de la guarnición se reintegrasen inmediatamente a los cuarteles y que los oficiales impusieran un orden férreo en las unidades. Desconfiando de que los soldados acataran esta orden, Rodzianko y otros miembros de este comité fueron a los regimientos con el propósito de persuadir a los soldados a que entregaran las armas y se subordinasen a los oficiales.

Los bolcheviques exhortaban a los obreros y soldados a desconsiderar la disposición del Comité de la Duma de Estado y subordinarse únicamente al Soviet de diputados obreros y soldados.

En la primera sesión del Soviet de Petrogrado, celebrada en la noche del 28 de febrero, se acordó crear la milicia obrera para establecer el orden revolucionario en la ciudad. A los pocos días, el periódico bolchevique Pravda ("La Verdad") decía: "Gracias a la milicia obrera revolucionaria, reina hasta el momento un orden ejemplar en los arrabales. El gamberrismo ha desaparecido de las calles como el polvo barrido por un torbellino"39.

El Soviet envió comisarios a todos los distritos de Petrogrado para organizar en ellos el nuevo poder, situó retenes de soldados y guardias rojos en el Banco de Estado y la Casa de la Moneda. Las estaciones ferroviarias, telégrafos e imprentas estaban controladas por obreros y soldados revolucionarios. Con el fin de mejorar el abastecimiento de la ciudad con víveres se organizó una comisión de abastos.

Una medida revolucionaria de gran importancia, adoptada por el Soviet de Petrogrado el 1 de marzo, fue la Orden Nº 1 a las tropas de la Región Militar de Petrogrado. Esta orden la redactó un grupo de diputados soldados del Soviet encabezado por los bolcheviques A. N. Padérin y A. D. Sadovski. En virtud de esta orden, en todas las unidades militares se instituían comités electivos de soldados, a disposición de los cuales se ponía todo el armamento. Los soldados y marineros se equiparaban en derechos al resto de los ciudadanos. Se abolía el tratamiento a los oficiales por su título y se establecía la subordinación directa de las unidades militares al Soviet de diputados obreros y soldados.

El mando de la Región Militar se apresuró a declarar que esta orden era una patraña de malintencionados y amenazó con castigar a todo el que la difundiera y más aún al que la cumpliera. Pero la orden no sólo la conocieron las tropas de la Región

39 Pravda, ("La Verdad"), 8 de marzo de 1917.

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Militar de Petrogrado, sino todo el ejército. No obstante, el Soviet de Petrogrado no tardó en demostrar su inconsecuencia. Los mencheviques y eseristas, incapaces de toda acción independiente, ante la disyuntiva de a quién adherirse, al proletariado o a la burguesía, optaron por la última. Todo esto sucedía cuando el propio Rodzianko, presidente de la Duma de Estado, reconocía que en realidad el 27 de febrero se había creado una situación en la que "el partido de los socialistas tenía en sus manos a la guarnición de Petrogrado y se había convertido en el dueño de la situación"40. En este momento, la plenitud de poder se encontraba en manos del Soviet, pero los líderes de este organismo prefirieron entendérselas con la burguesía.

En las altas horas de la noche del 1 de marzo, se celebró una reunión conjunta de los miembros del Comité Provisional de la Duma de Estado y los líderes eseristas y mencheviques del Soviet de Petrogrado, en donde se examinó la formación de un nuevo Gobierno, llegando ambas partes a un acuerdo sobre la composición del mismo.

Así es como surgió el Gobierno Provisional burgués.

La presidencia del Consejo de Ministros la ocupó un gran terrateniente, el príncipe G. E. Lvov, a quien ya antes de la revolución el zar le proponía ocupar el cargo de primer ministro. Se nombró ministro de Relaciones Exteriores a P. N. Miliukov, líder del Partido Demócrata Constitucionalista (principal partido de la burguesía) y ministro de la Guerra y la Marina a A. I. Guchkov, líder de los octubristas (partido de los grandes terratenientes y capitalistas). Las carteras de ministros de Comercio e Industria y de Finanzas las recibieron los grandes capitalistas M. I. Teréschenko y A. I. Konoválov (progresista); el socialista revolucionario (eserista) A. F. Kerenski fue nombrado ministro de Justicia y debería representar a la "democracia" en el Gobierno. Ministro de Agricultura se designó a A. I. Shingariov (demócrata constitucionalista); de Vías de Comunicación, a N. V. Nekrásov (demócrata constitucionalista); de Educación, a A. A. Manúilov (demócrata constitucionalista); procurador general del Sínodo, a V. N. Lvov (centrista)41; Inspector del Estado, a I. V. Gódnev (octubrista). Era claro a todas luces que el nuevo Gobierno no subsistiría ni un sólo día sin el apoyo del Soviet y sería derribado por los obreros y soldados. Para sancionar al nuevo Gobierno, los líderes de los mencheviques y los eseristas

40 Se cita por el libro de V. Komin La bancarrota de los partidos burgueses y pequeño burgueses de Rusia en el periodo de preparación y triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre. M., 1965, pág. 112. 41 Centristas: partidarios de una corriente en el partido de los mencheviques que con frases izquierdistas condimentaban su oportunismo y su tendencia a aliarse con la burguesía.

convocaron el 2 de marzo un pleno del Soviet de Petrogrado, en el que los bolcheviques se manifestaron contra el proyecto eserista-menchevique de compromiso del Soviet con la burguesía.

Pero por mayoría de votos, el Soviet tomó una decisión que aprobaba el acuerdo del Comité Ejecutivo del Soviet con el Comité Provisional de la Duma de Estado sobre la formación del Gobierno Provisional burgués. Los líderes de los partidos pequeñoburgueses, al actuar de ese modo, partían de la siguiente idea: puesto que la revolución es burguesa, el poder debe encontrarse en manos de la burguesía. Opinaban que la revolución socialista sólo podría suceder en países donde hayan alcanzado un alto nivel las fuerzas productivas y en los que el proletariado constituya la mayoría de la población. En Rusia, en cambio -razonaban los "teóricos" eseristas y mencheviques-, no existen tales condiciones, y por lo tanto no se puede hablar de la revolución socialista.

Para ejercer el "control revolucionario" de los actos del Gobierno burgués, los líderes de los partidos pequeñoburgueses propusieron crear una "Comisión de enlace". Hablando de este organismo, Lenin señalaba que "los eseristas y mencheviques hacían en la "Comisión de enlace" el papel de esos tontos a quienes se engaña con frases ampulosas, con promesas, con los "vuelva usted mañana""42.

El Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado publicó un llamamiento en el que exhortaba al pueblo a apoyar al Gobierno Provisional. De este modo, entregaba voluntariamente el poder estatal a la burguesía, a su Gobierno Provisional, concertando con él un acuerdo sobre su apoyo. Lenin caracterizó las acciones de los líderes eseristas y un mencheviques, encaminadas a entregar a la burguesía el poder, conquistado por los obreros y campesinos, como un ejemplo clásico de traición a la revolución y al proletariado43.

Siguiendo el ejemplo de Petrogrado, los trabajadores creaban Soviets en todo el país, en primer término en los principales centros industriales y en las mayores ciudades.

En la noche del 28 de febrero, el Buró Regional de Moscú del CC del POSD(b)R se dirigió a los obreros y soldados de la ciudad y de la región exhortándolos a apoyar al Petrogrado insurrecto.

“¡Camaradas -se decía en la proclama-, abandonad el trabajo! ¡Soldados! ¡Recordad que ahora se decide la suerte del pueblo! ¡Todos a la calle! ¡Todos bajo las banderas rojas de la revolución!

¡Elegid al Soviet a diputados obreros!

42 V. I. Lenin. Las enseñanzas de la revolución. O.C., t. 34, págs. 61-62. 43 Véase V. I. Lenin. Cartas desde lejos. O.C., t. 31, págs. 30 y 31.

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¡Cohesionaos en una fuerza revolucionaria única!"44 Miles de moscovitas respondieron a este

llamamiento. Desde la mañana del 28 de febrero, las calles de la ciudad se llenaron de manifestantes. Surgían mítines espontáneos en los que hacían uso de la palabra los bolcheviques V. P. Noguín, P. G. Smidóvich y otros. En la tarde del 1 de marzo, los destacamentos revolucionarios de obreros y de soldados a ellos adheridos ocuparon Correos, Telégrafos, el Arsenal, el Kremlin y las estaciones ferroviarias. El gobernador de la Ciudad, el gobernador provincial y el comandante en jefe de la Región Militar fueron detenidos. Salieron de las cárceles los presos políticos.

El 1 de marzo, el Comité moscovita del POSD(b)R preparó un proyecto de mandato a sus diputados elegidos al Soviet de diputados obreros de Moscú. En este documento se indicaba que el Soviet de diputados obreros, "en alianza con las organizaciones revolucionarias de otros lugares, debe crear lo antes posible el Gobierno Provisional revolucionario"45.

El Soviet moscovita de diputados obreros, igual que el Soviet petrogradense de diputados obreros y soldados, nacido en el fuego de la revolución, disfrutaba de la confianza y el apoyo ilimitados de los trabajadores. Pero igual que sucedió en Petrogrado, la mayoría de puestos en él pertenecía también a los mencheviques y eseristas. El menchevique A. M. Nikitin fue elegido presidente del Soviet de Moscú, y sustituido poco más tarde por el menchevique L. M. Jinchuk. A diferencia de Petrogrado, en Moscú, aparte del Soviet de diputados obreros, se creó también el Soviet de diputados soldados, en el que la mayoría pertenecía a los eseristas. Los líderes mencheviques y eseristas de los Soviets de Moscú, igual que en el de Petrogrado, decidieron aliarse con la burguesía que creó en la ciudad el Comité de Organizaciones Sociales. El 2 de marzo, el Soviet de diputados obreros acordó apoyar al Gobierno Provisional si éste convocaba la Asamblea Constituyente46.

De una manera análoga se desarrollaban los acontecimientos en otras provincias. Por doquier se creaban Soviets, pero en ellos no predominaban los representantes del proletariado, sino de las capas pequeñoburguesas.

Nada más que en el ejército se conoció la noticia sobre el derrocamiento del zar, comenzaron a crearse comités de soldados: de frente, de ejército, de cuerpo de ejército, de regimiento, de compañía, etc. Algunos comités destituían a los oficiales reaccionarios, elegían nuevos jefes y privaban a los oficiales del

44 Preparación y triunfo de la Revolución de Octubre en Moscú. Documentos y datos. M., 1957, pág. 10. 45 Ibídem, pág. 12. 46 La Gran Revolución Socialista de Octubre. Crónica de acontecimientos, t. 1, M., 1957. pág. 41.

derecho a disponer de armas. Para la actividad de los comités tuvo también gran importancia la mencionada Orden Nº 1, aprobada el l de marzo por el Soviet de Petrogrado.

El alto mando pronto se convenció de que ya era imposible detener la democratización del ejército y mantener en él el antiguo orden. El generalato emprendió el curso de crear comités mixtos de oficiales y soldados. En el telegrama del 11 de marzo, el jefe supremo interino del ejército, general M. V. Alexéiev, ordenó a los jefes de los frentes y ejércitos coger en sus manos la organización de los comités de soldados e incluir en ellos a oficiales para dirigir el desenvolvimiento de los acontecimientos. En esa misma dirección actuaban también los jefes de las regiones militares de Rusia, tratando de apoderarse de los comités de soldados. En el Proyecto de reglamento provisional de las organizaciones militares de Moscú, aprobado a mediados de marzo por la comisión militar anexa al Estado Mayor del jefe de la Región Militar de Moscú, se indicaba que en interés de la unidad del ejército revolucionario, era necesario crear comités unificados de oficiales y soldados. A finales de marzo, la mayoría absoluta de los comités se componía de soldados y oficiales. Por su composición partidaria, estos comités eran, generalmente, mencheviques y eseristas.

La noticia sobre el derrocamiento del zar también llegó muy pronto al campo. Comenzaron a celebrarse mítines y asambleas. Los campesinos detenían a los jefes de los zemstvos47, a los síndicos subdistritales, policías, gendarmes y guardas. Se creaban comités de aldea, de subdistrito y de distrito o Soviets de diputados campesinos. Primeramente, los Soviets de diputados campesinos se crearon en las provincias industriales. Si a finales de julio había Soviets en 52 provincias de Rusia48, ya en mayo éstos existían en todas las provincias de la Región Industrial Central. Era algo más lenta la creación de los Soviets de diputados campesinos en los distritos. Para mediados de julio de 1917, éstos se habían organizado en el 45,6% de los distritos de Rusia49, mientras que en las provincias de la Región Industrial Central existían en casi todas las partes.

En la mayoría de las veces, los puestos dirigentes en los Soviets los ocupaban mencheviques y eseristas que llegaban a un acuerdo con la gran burguesía.

La burguesía también creaba y fortalecía sus organizaciones. Después de formarse el Gobierno Provisional en Petrogrado, en las localidades comenzaron a surgir órganos del Gobierno

47 Zemstvo: órgano de autogestión local, compuesto de representantes de los terratenientes, la burguesía, el clero y los kulaks. 48 8oticias del Soviet de diputados campesinos de toda Rusia, 25 de julio de 1917. 49 Memorias históricas, t. 32, pág. 16.

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Provisional en forma de diversos comités; más tarde, a todas las provincias y distritos, se designaron comisarios del Gobierno Provisional, promovidos a estos puestos por los dirigentes de los consejos de los zemstvos distritales y provinciales. Generalmente, eran destacados representantes de la burguesía o de los terratenientes que durante la autocracia ocupaban puestos de dirección en los distritos y provincias. Según datos incompletos, en mayo de 1917 había 50 comisarios provinciales y 437 distritales.

Así surgió, como resultado del derrocamiento del zarismo, la dualidad de poderes en toda Rusia, un entrelazamiento de dos dictaduras desconocido en la historia: la dictadura de la burguesía personificada por el Gobierno Provisional, y la dictadura democrática revolucionaria del proletariado y el campesinado representada por los Soviets.

La dualidad de poderes fue engendrada por causas socioeconómicas. No expresaba "más que un momento transitorio en el curso de la revolución, el momento en que ésta ha rebasado ya los cauces de la revolución democrática burguesa corriente, pero no ha llegado todavía al tipo "puro" de dictadura del proletariado y de los campesinos"50. La revolución democrática burguesa fue un gran viraje en la historia del país y puso en movimiento a todos los sectores de la sociedad. Millones de personas, antes alejadas de la política, se incorporaban a la actividad política. En su gran mayoría era la pequeña burguesía: campesinos, capas pequeñoburguesas de la ciudad, pequeños funcionarios y artesanos. Su parte proporcional en la población del país componía más del 80%51. La pequeña burguesía viró hacia el chovinismo, hacia el apoyo a la gran burguesía.

El barómetro político que reflejaba las vacilaciones de las masas pequeñoburguesas del país, eran los partidos pequeñoburgueses de los mencheviques y los eseristas. En la situación creada a raíz de la Revolución de Febrero, los mencheviques y eseristas consideraban que su misión era conciliar los intereses de las amplias masas trabajadoras con la burguesía, convencer a los obreros de la necesidad de apoyar a la burguesía y a su política, "debido a que estamos en guerra y hay que defenderse del enemigo". Influenciados por los mencheviques y eseristas, las gentes inexpertas en política creyeron ingenuamente que el Gobierno Provisional burgués daría satisfacción a sus recónditos anhelos: pondría rápidamente fin a la guerra, entregaría las tierras de los terratenientes a los campesinos y efectuaría transformaciones democráticas. En esto no sólo creyeron los soldados y campesinos, sino también

50 V. I. Lenin. Las tareas del proletariado en nuestra revolución, O.C., t. 31, pág. 155. 51 V. S. Nemchínov. La Gran Revolución Socialista de Octubre y el cambio de la estructura clasista en la sociedad soviética. Importancia histórico-mundial de la Gran Revolución Socialista de Octubre. M., 1957, pág. 65.

parte de los obreros. V. I. Lenin escribía entonces: "Una actitud de confianza inconsciente hacia los capitalistas, los peores enemigos de la paz y del socialismo: eso es lo que caracteriza la política actual de las masas en Rusia, ese es el fenómeno que ha brotado con rapidez revolucionaria en el terreno socioeconómico del país más pequeñoburgués de Europa"52.

Otra de las causas que propició el predominio de los partidos pequeñoburgueses en los Soviets fue la insuficiente organización y conciencia del proletariado. Más del 20% de los obreros industriales (hombres) se encontraba en el ejército53. Las movilizaciones militares, que con frecuencia se utilizaban como medidas represivas, azotaban en primer lugar a los cuadros obreros que habían pasado por la escuela de la lucha revolucionaria, ocupando su lugar obreros menos capacitados, principalmente mujeres y niños. En la industria fabril, por ejemplo, las mujeres, los adolescentes y los menores de edad componían, el 1 de enero de 1914, el 41,5%, mientras que el 1 de enero de 1917, el 54,1 %54.

Durante la guerra, entre el proletariado industrial había surgido una capa pequeñoburguesa, que se dejaba sentir notablemente en su composición social.

La guerra debilitó mucho a las organizaciones obreras de masas. Las represiones acometieron, ante todo, al partido de los bolcheviques; casi ningún comité del partido pudo evitar la desarticulación. Fueron dispersos los sindicatos e incluso las sociedades cultural-educativas. El debilitamiento de la organización del proletariado, en combinación con el engrosamiento de sus filas con elementos procedentes de las capas pequeñoburguesas y burguesas, contribuía a un cierto fortalecimiento de las posiciones de los partidos pequeñoburgueses (mencheviques y eseristas) entre el proletariado.

El partido de los eseristas crecía rápidamente; a finales de mayo contaba con centenares de miles de afiliados y tenía sus organizaciones en 63 provincias y regiones de Rusia, así como en las flotas del Báltico y del Mar Negro y en los frentes Norte, Oeste, Suroeste y Rumano55. Sobre todo, los eseristas gozaban de gran influencia entre los soldados y campesinos. En mayo de 1917, el partido de los mencheviques contaba con cerca de 45.000 afiliados, agrupados en 27 organizaciones puramente mencheviques y 27 organizaciones partidarias

52 V. I. Lenin. Las tareas del proletariado en nuestra revolución. O.C., t. 31, pág. 156. 53 I. V. Volobúev. La política económica del Gobierno Provisional. M., 1962, pág. 20. 54 Boletín de la Dirección Central de Estadística, t. 7, fasc. 1, págs. 4-35,38. 55 III Congreso del partido de los socialistas revolucionarios. Petrogrado, 1917, págs. 494-502.

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unificadas56. Principalmente, los mencheviques tenían influencia entre las masas pequeñoburguesas de la ciudad.

El partido político más importante era el Partido Demócrata Constitucionalista, que expresaba y representaba los intereses de la burguesía y los terratenientes aburguesados. En marzo de 1917, este partido ya tenía sus organizaciones locales en más de 50 provincias y regiones de Rusia57. A raíz de la Revolución de Febrero, los demócratas constitucionalistas querían a toda costa salvar la monarquía, pero al no poder conseguirlo, se tiñeron rápidamente en republicanos. En el VII Congreso de su partido (marzo de 1917), los demócratas constitucionalistas se expresaron por la alianza con los partidos pequeñoburgueses. Este era un paso bien meditado, pues la burguesía comprendía que sin la alianza con dichos partidos ella no podría mantenerse en el poder. Sin embargo, al dar este paso, los demócratas constitucionalistas fortalecían al mismo tiempo la alianza con los partidos y grupos que estaban más a la derecha que ellos. Esta táctica les ayudó a mantenerse en el poder. Aquí desempeñaron un importante papel los Gobiernos imperialistas de los EE.UU., Inglaterra y Francia. Al momento de crearse el Gobierno Provisional, los círculos gobernantes de estos Estados se apresuraron a reconocerlo como único Gobierno legítimo de Rusia. David Francis, embajador norteamericano en Rusia, así lo declaró en la recepción solemne dada por el Gobierno Provisional el 9 de marzo de 1917. Pero la cosa no se limitó al simple reconocimiento. El Gobierno de los EE.UU. ofreció al Gobierno Provisional un préstamo de 500 millones de dólares58, lo cual tenía gran importancia para consolidar las posiciones de la burguesía rusa que asumió el poder.

2. La lucha del proletariado para seguir

impulsando la revolución. El papel decisivo en la cohesión de las fuerzas del

proletariado pertenecía a su vanguardia: el Partido Bolchevique. Este era el único partido en Rusia que verdaderamente expresaba los intereses radicales de la inmensa mayoría de la población del país. Según datos incompletos, a principios de 1917 contaba con 23.600 afiliados59, de los cuales eran obreros el 60,2%. Las mayores organizaciones eran las de

56 Conferencia de organizaciones mencheviques y unificadas del POSD(b)R. 6-12 de mayo de 1917. Petrogrado. 1917, págs. 29-31. 57 Riech ("La Palabra"), 29 de marzo de 1917. 58 Archivo Central Estatal de la Revolución de Octubre de la URSS. Fondo 3, lista 1, expediente 326, folio 53; fondo 6, lista 2, expediente 1, parte 1, folios 49 y 50. 59 Censo de los militantes del Partido Comunista (bolchevique) de toda Rusia en 1922, fase, 4, M., 1923, pág. 32.

Petrogrado (2.000 miembros); Moscú (600); Ekaterinoslav (400); Kíev (200); Lugansk (100) y Járkov (105).

Después del derrocamiento de la autocracia, salieron de las cárceles y regresaron de la deportación eminentes personalidades del partido.

El 5 de marzo reanudó su publicación el periódico Pravda, órgano central del POSD(b)R, clausurado en 1913 por el gobierno zarista. Pravda explicaba a los trabajadores que la Revolución de Febrero era la "primera etapa en el camino hacia la victoria total de la revolución social, hacia el triunfo pleno de la clase obrera"60; exhortaba al proletariado a proseguir la lucha: "¡Camaradas obreros! ¡Camaradas soldados! No entreguéis las armas, pertrechad a nuevos cuadros de la milicia revolucionaria. La revolución no ha concluido, las reivindicaciones del pueblo en armas están planteadas, pero aún no se han cumplido. Sólo nosotros podremos realizarlas. ¡Fortaleced la milicia! ¡La revolución está en marcha!"61.

Tras el Pravda, en las provincias comenzaron a editarse otros periódicos bolcheviques: Sotsial-demokrat ("El Socialdemócrata"), en Moscú; Golos Sotsial-Demokrata ("La Voz del Socialdemócrata"), en Kíev; Proletari ("El Proletario"), en Járkov; Privólzhskaya Pravda ("La Verdad del Volga"), en Samara; Golos Pravdi ("La Voz de la Verdad"), en Kronstadt; Kavkazski Rabochi ("El Obrero Caucasiano"), en Tiflis; Bakinski Rabochi ("El Obrero de Bakú") y otros.

El trabajo revolucionario en Rusia lo dirigía el Buró Ruso del CC del POSD(b)R, creado en 1912. En su resolución del 4 de marzo, apreciaba así la esencia clasista del Gobierno Provisional: "El actual Gobierno Provisional es de hecho contrarrevolucionario, puesto que lo integran representantes de la gran burguesía y de la nobleza, siendo ésta la razón por la que es imposible llegar a ninguna clase de acuerdo con él"62. En otra resolución del 9 de marzo, el Buró indicaba que el Gobierno Provisional perseguía en la guerra los mismos fines imperialistas de saqueo que el depuesto Gobierno zarista. Estas resoluciones son testimonio de que el Buró del CC calificaba correctamente al Gobierno Provisional como contrarrevolucionario. No obstante, en las condiciones complejas y peculiares que existían en Rusia después de la Revolución de Febrero, algunas organizaciones del partido y ciertos funcionarios del Buró del CC del POSD(b)R no llegaron a comprender bien la situación creada para elaborar, sobre esta base, una táctica nueva. El Buró del CC y varias personalidades del partido que se manifestaron contra

60 Pravda, 9 de marzo de 1917. 61 Pravda, 8 de marzo de 1917. 62 El PCUS en la lucha por el triunfo de la revolución socialista en el periodo de la dualidad de poderes, pág. 29.

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el apoyo al Gobierno Provisional y denunciaban su esencia contrarrevolucionaria, al mismo tiempo estimaban que la situación podría arreglarse estableciendo el control sobre éste por parte del Soviet. Esta posición errónea daba una orientación falsa a las organizaciones del partido, engendraba en los obreros, soldados y campesinos la esperanza de que el Gobierno burgués podía realizar una política en interés de los trabajadores.

A Lenin le pertenece el mérito en la definición de la verdadera estrategia y táctica revolucionarias del partido en las nuevas condiciones. Encontrándose exiliado en Suiza, Lenin supo formar una idea exacta de la situación creada en el país, aunque no disponía más que de las fragmentarias noticias que llegaban de Rusia. La carta que él envió el 17 de marzo a A. M. Kollontái, que se encontraba en Oslo para el enlace entre la parte del CC del POSD(b)R en el extranjero y Rusia, contenía importantes indicaciones referentes a la táctica que deberían seguir los bolcheviques. Lenin exigía con especial insistencia intensificar la labor para organizar las masas y prepararlas para la conquista del "poder por los Soviets de diputados obreros. Sólo este poder puede dar pan, paz y libertad”.

Ahora es necesario acabar con la reacción; ni un ápice de confianza o apoyo al nuevo Gobierno (ni un ápice de confianza a Kerenski, Gvózdiev, Chjenkeli, Chjeídze y Cía.) y expectativa armada, preparación armada de una base más amplia para una etapa superior"63. En las cartas posteriores, Lenin señalaba que el proletariado debía continuar luchando por la victoria del socialismo. El cumplimiento de esta tarea requería organizar los Soviets, armar a los obreros y ganarse para el proletariado al ejército y al campesinado trabajador.

V. I. Lenin prestaba particular atención a la necesidad de luchar contra los "defensistas". Estos eran, principalmente, mencheviques y eseristas, quienes trataban de convencer a las masas populares de que una vez derrocado el zarismo, la guerra había dejado de ser imperialista y exhortaban a "defender la patria", aunque después de pasar el poder a manos de la burguesía no había cambiado el carácter imperialista de la guerra. Por eso Lenin exigía que las organizaciones del Partido Bolchevique conservasen su plena independencia y se mantuviesen alejados de los partidos que sustentaban las posiciones del defensismo. El espíritu unificador -advertía él- es el mayor peligro que amenaza a la revolución rusa.

En sus Cartas desde lejos, escritas para el periódico Pravda, Lenin formuló las tareas del partido en las nuevas condiciones. En una de ellas decía: "Ahora nos encontramos en un periodo de transición..., de paso de la "pelea" con el zarismo a la "pelea" con el imperialismo guchkoviano-

63 V. I. Lenin. A A. M. Kollontái. O.C., t. 49, pág. 402.

miliukovista de los terratenientes y los capitalistas"64. Las Cartas desde lejos fueron un aporte a la elaboración de la teoría de la revolución socialista; ayudaron al partido de los bolcheviques a comprender correctamente la situación creada en Rusia a raíz de la Revolución de Febrero. No obstante, algunos funcionarios del partido seguían manteniendo y difundiendo puntos de vista erróneos, considerando que Rusia no había madurado para la revolución socialista.

Subsanando los errores, superando las dificultades y guiándose por las indicaciones de V. I. Lenin, el partido desplegaba su labor en los Soviets, logrando en algunos de ellos acrecentar el papel de los bolcheviques.

Desde el mismo momento de su organización los Soviets con mayoría bolchevique iniciaron la lucha contra los órganos del poder burgués en las localidades. En este aspecto, se destacaron especialmente los Soviets de una serie de ciudades de la Región Industrial Central: Ivánovo-Voznesensk, Gus-Jrustalni, Kovrov y Oréjovo-Zúievo, El Soviet de Ivánovo-Voznesensk, por ejemplo, en marzo acordó incautarse de la imprenta del periódico ultrarreaccionario Ivánovski Listok ("La Hoja de Ivánovo"); desarmó a la policía y presentó un ultimátum a los empresarios: admitir de nuevo a los obreros despedidos por participar en la huelga de enero de 1917. El Soviet de diputados obreros de Kimri (provincia de Tver) se encargó de organizar la milicia. El Comité Ejecutivo civil, creado por la burguesía, se vio obligado a coordinar su actividad con el Soviet. En la fábrica Liudínov (provincia de Kaluga), todas las funciones administrativas de la dirección de la empresa pasaron prácticamente al Soviet. La comisión de instrucción del Soviet estableció el control del cumplimiento de los pedidos y el abastecimiento de la fábrica con materias primas. Sin el consentimiento de la comisión nadie podía ser despedido de la fábrica ni admitido en ella.

El Soviet unificado de diputados obreros, soldados y campesinos de la ciudad de Viázniki (provincia de Vladímir) actuaba como poder. Dicho Soviet ordenó a los fabricantes pagar a los obreros los 6 días que estuvieron en huelga. Es característica la queja que presentaron los fabricantes al ministro de Comercio e Industria. El Soviet local –escribían- actúa como poder, inculcando en los obreros la seguridad de que cualquier reivindicación de ellos es una ley para los fabricantes. "Nosotros no podemos oponernos a las reivindicaciones de los obreros, que siempre son apoyados por los Soviets"65.

En los Urales, donde los bolcheviques dirigían los Soviets de Ekaterimburgo (hoy Sverdlovsk),

64 V. I. Lenin. Cartas desde lejos. O.C., t. 31, pág. 45. 65 Archivo Estatal de la Revolución de Octubre y de la Edificación Socialista del Ministerio de Defensa, f. 683, 1. 3, exp. 14, fs. 5 y 6.

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Vérjnaya Turá, Neviansk, Miniar, Motovílija, Lisvá y otras localidades, los Soviets también llegaron a ser verdaderos órganos de poder. En el distrito Górlovka-Scherbínovka (Donbás), donde los bolcheviques gozaban de gran influencia entre los mineros, los Soviets tenían bajo su control todas las empresas. Sin la sanción del Soviet, la administración empresarial no podía despedir a ningún obrero. Los Soviets enviaron sus representantes a los tribunales y controlaban la administración judicial.

A la par con los Soviets de diputados obreros y soldados, el ímpetu revolucionario de las masas trabajadoras suscitó a la vida una nueva organización combativa: los comités fabriles. Siendo organizaciones de la clase revolucionaria y habiendo experimentado desde los primeros días de su surgimiento la gran influencia de los bolcheviques, los comités fabriles no sólo actuaban como portadores de las iniciativas más revolucionarias y radicales en el terreno de la vida interna fabril, sino también en la esfera política.

Los comités fabriles eran elegidos por todos los obreros, independientemente de su profesión. En los Estatutos de los comités fabriles de Petrogrado se señalaba que las elecciones se realizaban por decisión de la asamblea general de los obreros y empleados de la empresa, en la asamblea generala por categorías (por secciones, talleres, etc.). El derecho al voto activo o pasivo lo tenían todos los obreros, sin distinción de sexo, edad, nacionalidad y religión. Las elecciones se efectuaban por votación secreta. Para que las elecciones fuesen consideradas válidas, era necesario que en ella participase no menos de la mitad de los electores. Los miembros de los comités fabriles, así como los suplentes, podían ser retirados en cualquier momento por sus electores. Los Estatutos de los comités fabriles de Petrogrado, igual que los de los demás comités fabriles del país, no dejan duda de la más amplia democracia en la elección de estas organizaciones del proletariado.

En marzo y abril surgieron comités fabriles en todas las zonas industriales del país. Por las mismas causas ya antes mencionadas y, sobre todo, debido al serio cambio que la clase obrera había experimentado durante la guerra, en muchos comités fabriles las posiciones dirigentes fueron ocupadas por representantes de los partidos pequeñoburgueses, principalmente del partido de los mencheviques. Pero a diferencia de los Soviets, la bolchevización de los comités fabriles transcurría mucho más rápido. Encontrándose en estrecho contacto con los obreros, en su actividad se reflejaba de una manera más profunda y completa el proceso de revolucionarización del proletariado. En un plazo relativamente corto, estos comités se convirtieron en firmes puntales del Partido Bolchevique.

En la organización de las fuerzas de la clase

obrera, desempeñaron un gran papel los sindicatos, que surgieron primeramente en Petrogrado y Moscú.

Exhortando a la clase obrera a organizar sindicatos, los bolcheviques moscovitas decían: "Los sindicatos son necesarios en todas las profesiones. No hay que aguardar permiso alguno. Abrid inmediatamente sindicatos por cuenta propia. Designad hoy mismo el local, publicad sus señas, cread un buró provisional y afiliaos a la organización”66. Durante los meses de marzo y abril, en Moscú y Petrogrado se organizaron 130 sindicatos, y en el país, según datos incompletos, en ese mismo tiempo se crearon más de 2.00067. Los que mayor capacidad organizativa demostraron fueron los metalúrgicos y los obreros del textil. En ese mismo tiempo, surgían los sindicatos de ferroviarios, curtidores y tipógrafos; creaban sus organizaciones los artesanos, guardianes y sirvientes. En una serie de centros industriales del país se organizaban burós centrales de sindicatos que agrupaban a las organizaciones sindicales de un territorio determinado y coordinaban la actividad de los sindicatos de distintas ramas de la industria68. En la dirección del movimiento sindical, los bolcheviques lograron notables éxitos ya en los primeros meses después de la Revolución de Febrero, sobre todo entre los metalúrgicos y los obreros del textil. Respecto a los sindicatos más pequeños, así como a los de los tipógrafos y ferroviarios, allí los mencheviques eran los que ocupaban la posición dirigente.

Planteando ante los bolcheviques la tarea de organizar a las masas y luchar por la entrega de todo el poder a los Soviets por vía pacífica, Lenin manifestaba al mismo tiempo gran preocupación por armar a los obreros. Una expresión práctica de esta preocupación leninista fue la creación de destacamentos de obreros armados, que comenzaron a surgir ya en las jornadas de febrero bajo la dirección de los bolcheviques. En los meses siguientes, estos destacamentos crecían rápidamente y se fortalecían en sentido organizativo. A comienzos de marzo, en las empresas del distrito de Petrogrado, de la capital, la milicia obrera contaba con 2.600 personas elegidas en las asambleas obreras. El 10 de marzo, la milicia obrera de la ciudad de Járkov tenía 600 personas. También se crearon destacamentos de la milicia obrera69 en Moscú, Minsk, Reval, Sarátov y otras grandes ciudades. Acerca de la composición

66 Preparación y triunfo de la Revolución de Octubre en Moscú, pág. 21. 67 A. Pankrátova. Los comités fabriles y los sindicatos en la revolución de 1917. M.-L., 1927, pág. 53. 68 A. G. Egórova. Los sindicatos y los comités fabriles en la lucha por el triunfo de Octubre. Ensayo. M., 1960, pág. 33. 69 No hay que confundirla con la milicia "popular" creada en las provincias por el Gobierno Provisional.

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numérica de la milicia obrera capitalina se puede juzgar aunque sólo sea por el hecho de que para armarla se necesitaron 55.000 fusiles y 30.000 revólveres, armamento que fue tomado por los obreros de Petrogrado en la fábrica de armas de Sestroretsk durante las jornadas de febrero y marzo. La principal misión de los destacamentos de la milicia obrera era custodiar las empresas.

Los destacamentos de la milicia obrera fueron la base para la formación de los destacamentos de la Guardia Roja. En esta importante cuestión la iniciativa pertenecía también a las organizaciones bolcheviques. El 22 de marzo, el Buró del POSD(b)R planteó como misión inmediata y más importante de los Soviets "el armamento general del pueblo y, particularmente, la creación urgente de la Guardia Roja obrera en todo el país"70.

El surgimiento de los Soviets de diputados obreros y soldados, comités fabriles y sindicatos y la creación de los destacamentos de obreros armados tuvieron decisiva importancia para el desarrollo de la revolución, inspiraban a los obreros fe en sus fuerzas. La creación de organizaciones de la clase obrera para luchar por los derechos políticos y económicos conducía inevitablemente a la colisión de estas organizaciones con la política del Gobierno Provisional burgués y con los partidos aliados a él. A la clase obrera no le bastaban las declaraciones del Gobierno y las muy prometedoras manifestaciones sobre el mejoramiento de la vida. Eran necesarias medidas reales.

La lucha del proletariado se desenvolvió, principalmente, en torno a la jornada laboral de 8 horas. El 10 de marzo, se concertó un acuerdo entre el Soviet de Petrogrado, que en realidad cumplía la función de órgano de los Soviets de toda Rusia, y la Sociedad Petrogradense de Fabricantes y Empresarios para establecer la jornada laboral de 8 horas en las empresas capitalinas71. La victoria de los obreros petrogradenses, producto de una lucha tenaz contra los capitalistas, tuvo gran importancia para los obreros de otros centros industriales del país. La lucha por la jornada laboral de 8 horas, que se implantaba como resultado de un acuerdo entre los obreros y los empresarios o por iniciativa de los propios obreros, adquirió gran envergadura en todo el país.

En el transcurso de marzo y abril, la jornada laboral de 8 horas se implantó en la mayor parte de las empresas de Rusia. A despecho del Gobierno Provisional, la clase obrera realizó una de las más importantes reivindicaciones del programa mínimo bolchevique.

70 El PCUS en la lucha por el triunfo de la revolución socialista en el periodo de la dualidad de poderes, pág. 37. 71 El movimiento revolucionario en Rusia después del derrocamiento de la autocracia. M., 1957, págs. 242-243.

En algunos lugares, los comités fabriles tomaban en sus manos el control de la distribución de las materias primas, combustibles y productos alimenticios, destituían a la administración fabril y daban la réplica organizada a las acciones contrarrevolucionarias de los empresarios. En los comités fabriles se creaban comisiones de control, de administración, de tarifas, de inspección y finanzas y otras. Como es natural, los obreros no podían someter a su pleno control a las empresas particulares mientras la burguesía detentase el poder, pero incluso el control obrero parcial de la producción y distribución tenía gran importancia para el desarrollo de la revolución y para la preparación de los obreros en la gestión de la producción.

Los iniciadores del control sobre la producción y distribución fueron los metalúrgicos de Petrogrado. En la conferencia, que representaba a 100.000 obreros de las fábricas de artillería, convocada el 13 de marzo se aprobaron instrucciones, para organizar a los obreros de las empresas estatales, en las que se decía que, a partir de aquel momento, toda la vida fabril iba a ser dirigida por una comisión de representantes obreros. La Dirección Principal de Artillería fue impotente ante las acciones organizadas de los obreros. A pesar de la oposición de las autoridades, el control obrero iba implantándose también en otras ciudades. La actividad de los bolcheviques para movilizar a las masas, y en primer término a los obreros, ya empezaba a dar sus primeros frutos.

3. La política antipopular del gobierno

provisional. Apoyándose en la mayoría menchevique-eserista

de los Soviets, el Gobierno Provisional comenzó desde los primeros días a realizar una política exterior e interior en interés de las clases que él expresaba y representaba: la burguesía y los terratenientes. Por eso no es de extrañar que en las declaraciones programáticas del Gobierno no se mencionase para nada el cese de la guerra imperialista, la entrega de la tierra a los campesinos, la jornada laboral de 8 horas y otras reivindicaciones de los trabajadores. En cambio, en esas mismas declaraciones se expresaba, aunque en una forma velada, la exigencia de la burguesía imperialista de continuar la guerra "hasta la victoria definitiva".

El Gobierno Provisional se apresuró a asegurar a las potencias aliadas que cumpliría sagradamente todos los compromisos que se derivaban de los acuerdos militares concertados por el Gobierno zarista. Este rumbo de proseguir la guerra "hasta la victoria definitiva", el Gobierno Provisional lo encubría con frases sobre la necesidad de defender las conquistas de la revolución. La burguesía exhortaba a los trabajadores a que olvidaran, mientras durase la guerra, la hostilidad clasista y

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defendieran con su pecho la patria. Sólo la derrota de los enemigos externos -afirmaba la burguesía- garantizará el florecimiento de "una Rusia nueva, libre".

El Gobierno Provisional podía llevar a cabo esa política únicamente gracias a la ayuda de los eseristas y mencheviques que encabezaban los Soviets. Eran ellos precisamente los que intentaban demostrar a los obreros, soldados y campesinos que con el triunfo de la Revolución de Febrero había cambiado el carácter de la guerra y que ésta ya no era imperialista.

Apreciando el defensismo revolucionario que había abarcado a amplias masas de Rusia, V. I. Lenin señalaba que esto era "de una parte, fruto del engaño de las masas por la burguesía, fruto de la confiada inconsciencia de los campesinos y de un sector de los obreros, y, de otra parte, expresión de los intereses y puntos de vista del pequeño propietario, interesado hasta cierto punto en las anexiones y ganancias bancarias y que conserva "religiosamente" las tradiciones del zarismo, el cual corrompía a los rusos convirtiéndolos en verdugos de otros pueblos"72.

Los "socialistas" de los países occidentales, duchos en engañar a sus pueblos, no tardaron en prestar ayuda a los mencheviques y eseristas rusos. A finales de marzo, llegaron a Rusia representantes de los partidos socialistas de Inglaterra y Francia, quienes fueron acogidos calurosamente por la burguesía rusa. En la recepción organizada por el Gobierno Provisional, el líder del Partido Demócrata Constitucionalista burgués, Miliukov, aseveró que Rusia no infringiría el deber de aliado. Las delegaciones de socialistas presenciaron una reunión del Soviet de Petrogrado, en la que se pronunciaron por continuar la guerra imperialista, lo cual, según ellos, respondía a los intereses de la democracia, mientras que la concertación de la paz contradecía a esto. Los dirigentes del Soviet de Petrogrado apoyaron estas intervenciones. Sólo los bolcheviques señalaron en su declaración los verdaderos objetivos que perseguía la visita de delegados de los partidos socialistas occidentales. En esta declaración se decía: "Los socialistas contribuyen al engaño de las masas. El objetivo de vuestra llegada es lanzar a los ejércitos rusos a la ofensiva"73. Los socialistas extranjeros pronunciaron numerosos discursos en mítines y reuniones, tratando de convencer a los obreros y soldados de que sólo las acciones activas del ejército ruso podrían salvar a Europa del yugo de la Alemania monárquica; salieron a los frentes Norte y Oeste, donde exhortaban a los soldados a continuar la guerra. Sus intervenciones, al unísono con la política de los partidos conciliadores del país, ejercieron determinada influencia en los trabajadores de Rusia.

Los campesinos, soldados y, en parte, obreros

72 V. I. Lenin. Las tareas del proletariado en nuestra revolución. O.C., t. 31, pág. 159. 73 "Krasni arjiv" ("Archivo Rojo"), 1926, N° 2, pág. 66.

atrasados no supieron orientarse en la falaz propaganda de la burguesía rusa y de los conciliadores rusos y occidentales, y fueron envueltos por la oleada del "defensismo revolucionario". Creyeron en las frases demagógicas en defensa de la revolución, a pesar de que no estaban interesados en la guerra, ni en el sentido político ni en el económico. A estos obreros y campesinos Lenin los llamaba "defensistas honrados".

El Gobierno Provisional se esforzaba por conservar la monarquía. El zar continuaba en libertad y el eserista Kerenski, ministro de Justicia, le preparaba la huida a Inglaterra. Miliukov y Guchkov, líderes de los demócratas constitucionalistas y de los octubristas, sostenían conversaciones con Mijaíl, hermano del ex zar Nicolás, suplicándole que "aceptara el poder supremo". En este sentido es de interés la conversación sostenida entre M. V. Rodzianko, presidente de la Duma de Estado, y el general N. V. Ruzski, comandante en jefe del Frente Norte. A la pregunta del último: "¿En qué forma se supone solucionar la cuestión dinástica?", Rodzianko contestó que la abdicación de Nicolás "a favor del hijo, bajo la regencia de Mijaíl Alexándrovich, se convierte en una exigencia concreta"74. La burguesía rusa no deseaba romper con la autocracia zarista, pues eran demasiado íntimos los lazos que les unían. Mas, al ver el estado de ánimo de las masas, Mijaíl rehusó el trono que le proponían. Por exigencia de las masas revolucionarias, el Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado acordó detener a Nicolás II y encarcelado en la Fortaleza de Pedro y Pablo. No obstante, el Gobierno Provisional lo alojó en el palacio de Tsárskoe Sieló, dejándole toda su servidumbre palaciega y asignándole una considerable pensión. El Consejo de Estado, la Duma de Estado, el Senado, los ministerios y los distintos comités de la época zarista apenas fueron afectados. "Lo más importante para los terratenientes y los capitalistas, cuando se han convencido de la fuerza de las masas revolucionarias -decía Lenin- es conservar las instituciones más importantes del antiguo régimen, conservar los viejos instrumentos de represión: la policía, la burocracia, el ejército regular"75. Y esto lo lograron en gran medida.

En primer término, la burguesía confiaba en los generales y oficiales zaristas. Por eso el Gobierno Provisional designó jefe supremo del ejército al general M. V. Alexéiev, que bajo el zarismo desempeñaba el cargo de jefe del Estado Mayor, y al general monárquico L. G. Kornílov, comandante en jefe de la Región Militar de Petrogrado. El apoyo fundamental de la burguesía y los terratenientes en las provincias eran los comisarios del Gobierno

74 Véase el citado libro de V. Komin, pág. 83 75 V. I. Lenin. Una milicia proletaria. O.C., t. 31, págs. 286, 287.

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Provisional. Los representantes del "nuevo" poder se diferenciaban tan poco de sus predecesores, que el pueblo decía de ellos: "Los mismos perros, pero con distintos collares".

El Gobierno Provisional comenzó la formación de la "milicia popular", cuyos efectivos se completaban con hijos de comerciantes, estudiantes, colegiales de las familias burguesas y antiguos policías.

Los capitalistas consolidaban sus posiciones en la economía. El Gobierno Provisional publicó una disposición que simplificaba el orden de organizar sociedades anónimas y suprimía toda clase de limitaciones de derechos para los empresarios extranjeros, reconociendo, al mismo tiempo, la necesidad de cierta ingerencia estatal en la economía. El Gobierno rehusó también de las formas radicales de intervención estatal en la economía -sindicalización coercitiva, obligación laboral general, nacionalización, etc.-, limitándose solamente a determinados cambios en el aparato estatal-militar de "regulación de la economía" creado durante el zarismo. La composición de los ministerios zaristas, asambleas especiales, comités y comisiones que administraban los asuntos económicos, sólo se renovó parcialmente.

El Gobierno Provisional favorecía al enriquecimiento de los monopolistas, concediendo numerosos préstamos y subsidios estatales. También obtenían grandes ganancias como resultado de la especulación en el mercado negro, que estaba libre de la "regulación". V. I. Lenin escribía: "Los industriales han saqueado toda Rusia en los dos meses transcurridos después de la revolución”76.

El 25 de marzo se aprobó la ley sobre el monopolio del trigo, por la que todo el grano excedente a la norma establecida por el Gobierno debería entregarse al Estado a precio de tasa. En realidad, el Gobierno no se proponía aplicar en serio esta ley. Una demostración de ello fueron las declaraciones de conocidas personalidades del Partido Demócrata Constitucionalista que encabezaban los abastos. El demócrata constitucionalista A. I. Shingariov, ministro de Agricultura, dio a entender en una de sus intervenciones que él no pondría en práctica la ley del monopolio del trigo para no perjudicar a los capitalistas y terratenientes.

El Gobierno Provisional no quería ni podía resolver en interés de los trabajadores ninguno de los problemas planteados por la revolución. Se pronunció contra la solución del problema agrario, ya que ello no sólo sería un golpe contra la propiedad terrateniente, sino también contra la propia burguesía, pues más de la mitad de las tierras de los terratenientes estaban hipotecadas más de una vez en distintos bancos. Por eso, la confiscación de las 76 V. I. Lenin. La guerra y la revolución. O.C., t. 32, pág. 96.

tierras de los terratenientes y su entrega a los campesinos significaría, de hecho, la confiscación de considerables capitales de la burguesía.

La única concesión con la que la burguesía y los terratenientes estaban de acuerdo, se reducía a reconocer "posible de principio" el enajenamiento parcial de las tierras de los terratenientes a favor de los campesinos por pago de rescate. Esto era el programa de los demócratas constitucionalistas en lo referente a la solución del problema agrario. Pero los campesinos exigían la confiscación de las fincas de los terratenientes, la entrega de todas las tierras a los labradores y su distribución sobre la base del usufructo igualitario. El contraste diametral que existía entre las reivindicaciones de los campesinos y de la burguesía se puso muy de relieve también cuando los demócratas constitucionalistas propusieron una salida que les parecía muy ingeniosa. Al proclamar que la esencia de su programa agrario era el enajenamiento coactivo de las tierras de los terratenientes, los demócratas constitucionalistas declararon al mismo tiempo que se trataba de rescatar las tierras de los terratenientes a costa del Estado. En realidad, esto significaba a costa del pueblo. El cumplimiento del programa agrario según el plan de los demócratas constitucionalistas prometía grandes beneficios a los terratenientes y la burguesía. Por los certificados de rescate que deberían recibir por las tierras arrebatadas, los terratenientes percibirían anualmente enormes intereses: una parte, del Estado; la otra, de los campesinos, en forma de impuesto de la tierra. Según cálculos previos, la suma de este impuesto no sería menor que la que pudiera obtenerse arrendando las tierras. Impuesto de la tierra en vez de arrendamiento: esto es todo lo que prometía a los campesinos el cumplimiento del programa demócrata constitucionalista. En cambio, a los terratenientes les aseguraba los pagos fijos de los campesinos.

El programa agrario de los eseristas sólo de palabra difería del de los demócratas constitucionalistas. En él se indicaba que el partido de los eseristas trataría de divulgar entre los campesinos las ideas de que la tierra no es de nadie, que el derecho a utilizarla lo da únicamente el trabajo y que por eso el partido se esforzaría por lograr la socialización de la tierra, es decir, substraerla de la circulación mercantil y transformarla de propiedad privada en patrimonio de todo el pueblo. Según la opinión de los eseristas, el usufructo de la tierra debe ser igualitario-laboral, o sea, asegurar la norma de consumo a razón del trabajo propio aplicado. El subsuelo será propiedad del Estado. A los que sean víctima de este cambio se les concederá el derecho a recibir apoyo social durante el tiempo necesario para adaptarse a las nuevas condiciones de existencia personal. Pero esto era el programa que los eseristas habían aprobado durante la fundación del partido.

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Ahora ya estaban dispuestos a esperar la solución del problema agrario hasta la convocatoria de la Asamblea Constituyente y se pronunciaban con dureza contra la ocupación arbitraria de las tierras por los campesinos.

En los primeros tiempos después de la revolución, los campesinos creían que pronto recibirían la tierra, pero los días pasaban y la ley agraria no se promulgaba. El aplacado movimiento agrario arreció con nueva fuerza. Para apaciguar a los campesinos se enviaban destacamentos de castigo. El 8 de abril, el ministro-presidente, príncipe Lvov, envió una circular a los comisarios provinciales ordenándoles reprimir los disturbios campesinos aplicando todos los medios a su alcance, "sin detenerse incluso en el empleo de destacamentos militares". Así era como obraba el Gobierno burgués en cuanto a las reivindicaciones de los campesinos sobre la tierra.

También en la cuestión nacional el Gobierno Provisional mantenía una posición antinacional. La burguesía rusa, que estaba muy vinculada económicamente con las periferias nacionales y sacaba de allí beneficios fabulosos, no deseaba abandonar los grandes mercados y las fuentes de materias primas baratas. Por eso el Partido Demócrata Constitucionalista proclamó la consigna de "libre autodeterminación cultural" de los pueblos, que en realidad significaba la conservación de la Rusia "única e indivisible" a la fuerza.

Para el Gobierno Provisional era característica, en general, la política de retumbantes declaraciones y de hechos miserables que no significaban nada. Así, en la ley Sobre la supresión de las restricciones religiosas y nacionales se indicaba que era necesario terminar con algunas de las formas medievales más humillantes en la desigualdad nacional. Pero esta ley no tocaba las principales cuestiones de la vida de los pueblos oprimidos. La esencia de la reforma gubernamental consistía en que las personas de una nacionalidad, independientemente del lugar de residencia, pudiesen elegir su parlamento nacional para dirigir la escuela, la literatura y el arte, mientras que la dirección de la vida política y económica debería quedar en manos de organismos de todo el Estado, es decir, del Gobierno Provisional.

En las provincias, el aparato estatal de opresión, creado durante el zarismo, no había cambiado casi nada. En el Turquestán, por ejemplo, seguía siendo dueño y señor el general-gobernador A. N. Kuropatkin, designado por el zar. Sólo después de insistentes requerimientos fue destituido de su cargo a finales de marzo. Se creó el Comité de Turquestán integrado por representantes de la burguesía rusa y de los nacionalistas burgueses autóctonos. Dicho comité estimaba que "Turquestán debía estructurarse, respecto a su administración autónoma, a semejanza

de las colonias inglesas y francesas"77. También se proponía dejar en su cargo al gobernador zarista en el Cáucaso, pero los acontecimientos revolucionarios en el país obligaron al Gobierno a instituir para la administración de este territorio el Comisariado Especial Transcaucásico (CET), presidido por el demócrata constitucionalista B. A. Jarlámov. El carácter de la actividad de este organismo puede juzgarse por su llamamiento del 18 de marzo, en el que el CET amenazaba con castigar a todo el que intentara apoderarse de las tierras de los terratenientes o crear organizaciones políticas en el ejércitos78.

El Gobierno Provisional no deseaba conceder la independencia estatal a Finlandia. Incluso fue rechazado un modesto proyecto de autonomía presentado por la Dieta finlandesa.

Los nacionalistas burgueses de Transcaucasia, Ucrania, Asia Central y otras zonas del país intentaban aprovechar el movimiento de las masas contra la opresión nacional para encaramarse ellos mismos al poder. Con este fin crearon organizaciones nacionalistas burguesas: en Ucrania, la Rada Central; en el Báltico y Transcaucasia, los consejos nacionales; en Crimea y Bashkiria, los kurultay (congresos de los Soviets); en Kazajstán y Kirguizia, los "Shurá e Islam", los "Comités kirguises", etc.

Los nacionalistas burgueses no fueron más allá de la exigencia de la autonomía nacional dentro de los marcos del Estado ruso. Esa autonomía la necesitaban para explotar ellos mismos a los trabajadores de su nacionalidad y para que le tocase menos a la burguesía rusa. No obstante, incluso estas exigencias de los nacionalistas burgueses encontraron resuelta objeción en el Gobierno Provisional. Este no deseó hacer ninguna concesión, lo que condujo al acrecentamiento de los roces entre él y la burguesía de las periferias nacionales.

En las condiciones de auge revolucionario de las masas y cuando las armas se encontraban en manos del pueblo, el Gobierno Provisional no podía aplicar abiertamente su política de represión. Recurría a la política del melindre, reservando el látigo para el momento más propicio. En sus múltiples declaraciones, manifestaciones y llamamientos juraba su fidelidad a la revolución, prometía "realizar los anhelos populares" en cuanto la Asamblea Constituyente aprobase las resoluciones correspondientes. Viéndose obligado a respetar la exigencia tan extendida entre el pueblo de convocar la Asamblea Constituyente, el Gobierno declaró que estaba dispuesto a convocarla, pero en realidad no pensaba cumplir su promesa. Incluso no fijó la fecha de su convocatoria.

77 La Gran Revolución Socialista de Octubre. Crónica de acontecimientos, t. 1, pág. 586. 78 G. V. Jachapuridze. La lucha del pueblo georgiano por la implantación del Poder soviético. M., 1956, pág. 47.

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Invitando a las masas a esperar la solución del problema agrario, la cuestión nacional y otros hasta convocarse la Asamblea Constituyente, la burguesía calculaba apaciguar a las masas y, al mismo tiempo, reunir fuerzas para aplastar la revolución. He aquí como Guchkov, ministro de la Guerra, expuso los planes del Gobierno a sus allegados en una reunión secreta celebrada en los primeros días de abril: "La revolución es una gran calamidad para el Estado. Desplaza la vida de sus cauces habituales, las masas se echan a la calle. Ahora tenemos que hacer retornar a la multitud a su sitio... Para ello necesitamos concentrar suficientes fuerzas armadas y asestar el golpe en cuanto se presente la primera ocasión favorable”79.

La burguesía calculaba realizar estos planes con la ayuda de los eseristas y mencheviques, quienes entonces disfrutaban aún de gran confianza entre las masas, especialmente entre los campesinos. Hay que señalar que la burguesía no se equivocó en sus cálculos. Esto se demostró diáfanamente en la Conferencia de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia, inaugurada en Petrogrado el 29 de marzo, a la que acudieron representantes de 139 Soviets de las mayores ciudades, de 13 unidades militares de retaguardia, de 6 ejércitos y de 27 unidades independientes del frente80. El propio hecho de convocarse una reunión tan representativa tan sólo un mes después de realizarse la Revolución de Febrero era testimonio de la viabilidad y del enorme potencial revolucionario de los Soviets. Pero en marzo, en ellos prevalecían los conciliadores, hecho que se manifestó en las labores de la Conferencia.

La Conferencia aprobó el llamamiento A los pueblos del mundo del Soviet de Petrogrado, fechado el 14 de marzo, y la declaración del Gobierno Provisional del 27 del mismo mes acerca de las tareas de la guerra. Esta declaración expresaba los intereses de la burguesía y su aprobación en la Conferencia de los Soviets de toda Rusia le dejaba campo libre para proseguir la política externa e interna antipopular. Uno de los puntos de la resolución sobre la guerra decía que al objeto de defender a la Rusia revolucionaria contra los atentados del exterior, la Conferencia de los Soviets exhorta a la "democracia de Rusia a movilizar todas las fuerzas vivas del país en todas las esferas de la actividad nacional para fortalecer el frente y la retaguardia"81.

La resolución causaba desconcierto en la conciencia de las masas. La guerra había sido

79 Se cita por el libro de A. I. Verjovski Una difícil ascensión. M., 1959, pág. 228. 80 Conferencia de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia. Actas taquigráficas. M.-L., 1927, pág. 3. 81 El movimiento revolucionario en Rusia después del derrocamiento de la autocracia, pág. 375.

engendrada por las contradicciones imperialistas y no se podía darle fin solamente con las exigencias de paz. La guerra no podría acabar mientras la burguesía se encontrase al frente del Estado, no podría acabar mientras no viniese al poder otra clase: el proletariado desinteresado en continuar la guerra.

Respecto a la actitud para con el Gobierno Provisional, la Conferencia también siguió a los líderes mencheviques y eseristas. La resolución exhortaba a controlar la actividad del Gobierno Provisional, prestándole apoyo. Con esta línea conciliadora se solidarizaba Kámenev.

En la Conferencia, los líderes de los partidos conciliadores expusieron el plan de lucha contra el desbarajuste económico en el país. La resolución propuesta por el menchevique B. O. Bogdánov, en nombre del Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado, recomendaba al Gobierno Provisional "regular metódicamente toda la vida económica del país, organizando su producción, intercambio, movimiento y consumo bajo el control directo del Estado"82. De este modo, los autores de la resolución encomendaban al Estado burgués una misión que, a ciencia cierta, no podría cumplir. El programa reformista de los conciliadores, que partía del reconocimiento del poder estatal como organismo situado por encima de las clases, era totalmente utópico y reaccionario. Ese programa tiraba hacia atrás, mientras que ante el país se abría la nueva perspectiva de una serie de transformaciones democrático-revolucionarias, las cuales podían llevarse a la práctica únicamente apoyándose en la energía revolucionaria de las masas trabajadoras, a las que los conciliadores asignaban el papel de "revisor", pero que en realidad desempeñarían el papel de observador pasivo, ya que el control sin poder era inconcebible.

En la resolución sobre el problema agrario se decía que había que postergar su solución definitiva hasta la convocación de la Asamblea Constituyente. Se condenaba el despojo, por iniciativa propia, de las tierras de los terratenientes.

Las resoluciones de la Conferencia de los Soviets de toda Rusia, aprobadas a propuesta de los mencheviques y eseristas, ayudaron al Gobierno Provisional a seguir realizando su política contrarrevolucionaria, tanto interna como externa.

Debido a que las resoluciones de la Conferencia eran consideradas como directiva para todos los Soviets, dicha política encontró su expresión en la actividad práctica de los mismos. Poco más tarde, el Soviet de Petrogrado envió a todos los Soviets locales instrucciones que contenían indicaciones de principio sobre la táctica que deberían seguir en aquel período. El documento formulaba detalladamente las resoluciones de la Conferencia de 82 Conferencia de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia, pág. 203.

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los Soviets de toda Rusia referentes a la guerra, a la actitud para con el Gobierno Provisional, al problema agrario y a otras cuestiones. Los conciliadores se basaban en que la revolución en Rusia ya había terminado y que no cabía pensar de ninguna forma en su desarrollo.

Esto era un gran error que causó a los pueblos de Rusia enormes víctimas. Ante Rusia se abría otro camino, el camino vinculado con la transformación de la revolución democrática burguesa en revolución socialista. Este camino lo indicaba a los trabajadores el Partido Bolchevique dirigido por V. I. Lenin.

4. El rumbo leninista hacia la revolución

socialista. La Revolución de Febrero sucedió cuando Lenin

se encontraba emigrado en Suiza. La nueva situación política exigía del Partido Bolchevique una apreciación precisa de la situación en el país y la determinación de la estrategia y la táctica del partido en la nueva etapa. La presencia de Lenin se convertía en una imperiosa necesidad y él deseaba volver a toda costa a su patria. Pero el regreso no era cosa tan fácil. Lo impedía no sólo la guerra imperialista, sino también la política de los círculos gobernantes de los países de la Entente y el Gobierno Provisional que se oponían por todos los medios al regreso de Lenin a Rusia. Miliukov, ministro del Exterior del Gobierno Provisional, envió el 11 de marzo de 1917 un telegrama secreto a las embajadas rusas en el extranjero en el que indicaba que se permitía regresar a Rusia sólo a los emigrados que no figurasen como "sospechosos" en las listas de control internacionales o militares. No era difícil comprender que se trataba de impedir el regreso de Lenin y de sus correligionarios.

El 17 de marzo, Lenin telegrafió a Jakub Hanecki, en Estocolmo, quien aseguraba el enlace con el Buró Ruso del CC del partido: "Inglaterra jamás me dejará pasar, más bien me interne. Miliukov nos engañará. Única esperanza: envíe a alguien a Petrogrado, asegure por medio del Soviet de diputados obreros el canje por alemanes internados"83. En una de las numerosas reuniones de emigrados que examinaba la cuestión del regreso a Rusia, surgió la idea de pasar a través de Alemania. Cuando se recibió el consentimiento oficial del Gobierno alemán, los mencheviques y emigrados de otros partidos y grupos empezaron a vacilar. Ellos consideraban necesario esperar el permiso del Gobierno Provisional. El tiempo pasaba, pero la autorización esperada no llegaba. El dramatismo de la situación aumentaba más aún debido a que casi no había enlace entre Lenin y el Buró Ruso del CC del partido y la redacción del Pravda. El Gobierno Provisional retenía los telegramas que Lenin enviaba al 83 V. I. Lenin. Telegrama a Jakub Hanecki. O.C., t. 49, pág. 418.

periódico. Al no tener noticias sobre los preparativos del regreso de Lenin, el Buró del CC del POSD(b)R envió dinero, a través de Estocolmo, y un telegrama a nombre de Jakub Hanecki suplicándole transmitir a Lenin que debería salir inmediatamente. Hanecki y V. V. Vorovski cumplieron la solicitud. Ellos remitieron el telegrama a Lenin, añadiendo: "Le rogamos que salga sin demora ahora mismo, sin contar con nadie"84.

Al fin se terminaron las negociaciones con los representantes alemanes acerca del viaje. Las mantuvo exitosamente Fritz Platten, secretario del Partido Socialdemócrata de Suiza. El tránsito sólo era posible a través de Alemania. Lenin comprendía que tal solución de ese problema sería aprovechada como un nuevo pretexto para calumniar a los bolcheviques, para acusarles de complicidad con los alemanes. Sabía que los enemigos del proletariado estaban preparando toda clase de intrigas con motivo del tránsito de los emigrados rusos a través de Alemania. Pero no había otra salida de esa situación tan embarazosa.

El 25 de marzo, en la Casa del Pueblo, de Berna, se reunieron los socialdemócratas rusos, así como socialistas de distintos países que se mantenían en las posiciones del internacionalismo proletario. Después de examinar la cuestión sobre el regreso de los emigrados rusos a su patria, los participantes en la reunión aprobaron el plan de tránsito a través de Alemania y suscribieron una declaración en la que se decía: "Los abajo firmantes, internacionalistas de Francia, Suiza, Polonia y Alemania, consideramos que nuestros correligionarios rusos no sólo tienen derecho, sino que tienen la obligación de utilizar la ocasión que se les brinda para regresar a Rusia. Les deseamos toda suerte de éxitos en su lucha contra la política imperialista de la burguesía rusa, lucha que también es parte de nuestra lucha común por la emancipación de la clase obrera, por la revolución socialista”85.

El 27 de marzo, V. I. Lenin, en compañía de un grupo de emigrados, salió para Rusia. Todos, excepto él, viajaban de incógnito. Se le dio la posibilidad de viajar en un compartimiento aparte para que pudiese trabajar tranquilamente. Durante el viaje, como recuerda Platten, surgió precisamente el borrador de las Tesis de Abril86. En el territorio de la Alemania kaiseriana, el tren usaba el derecho de extraterritorialidad. Los emigrados políticos rusos llegaron al puerto alemán de Sassnitz, de donde se trasladaron, a bordo de un carguero sueco, a la

84 Compilación leninista, t. XIII, pág. 270. 85 El PCUS en la lucha por el triunfo de la revolución socialista en el periodo de la dualidad de poderes. 27 de febrero-4 de julio de 1917. Compilación de documentos. M., 1957, pág. 50. 86 Acerca de Lenin. Recuerdos de contemporáneos extranjeros. Compilación. M., 1962, pág. 161.

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Suecia neutral a través del Báltico sembrado de minas.

El 31 de marzo, llegaron a Estocolmo, donde fueron recibidos cordialmente por los emigrados bolcheviques residentes en la ciudad y los socialdemócratas de izquierda suecos. Lenin transmitió a la redacción del periódico Politiken el Comunicado sobre el tránsito de los revolucionarios rusos a través de Alemania. En este documento se indicaba que "El Gobierno inglés no deja pasar a Rusia a los revolucionarios rusos que viven en el extranjero y que se pronuncian contra la guerra"87. Su interviú al corresponsal del periódico Politiken fue muy breve. "Lo más importante es que lleguemos a Rusia lo antes posible -dijo Lenin en tono apasionado-. Cada día nos es preciso. Los Gobiernos hicieron cuanto pudieron para impedir el viaje"88. Lenin permaneció en la capital sueca solamente un día. Aquí se convocó una reunión de los bolcheviques, en la que se creó el Buró Extranjero del CC del POSD(b )R, centro de propaganda y organización del Partido Bolchevique en el extranjero, y otra reunión de los emigrados rusos y socialdemócratas internacionalistas suecos. Los últimos se adhirieron a la declaración firmada por internacionalistas de varios países en Berna, confirmando que el regreso de los emigrados políticos rusos a su patria no era un asunto privado.

Dos días más tarde, Lenin estaba ya en la frontera sueco-finlandesa, en el paso fronterizo de Tornio, desde donde envió un telegrama a sus hermanas A. I. Uliánova-Elizárova y M. I. Uliánova, residentes en Petrogrado: "Llegaremos lunes, 11 noche. Comuníquenlo a Pravda. Uliánov.”89.

De camino a Petrogrado, Lenin conversó toda la noche con soldados. En Bieloóstrov le recibió una delegación de obreros de Petrogrado y Sestroretsk, le sacaron en hombros y lo llevaron al edificio de la estación, donde pronunció un breve discurso de saludo.

El día de su llegada a Petrogrado coincidió con las fiestas de Pascua de Resurrección. Y aunque las fábricas, tipografías e instituciones no trabajaban y los diarios no salían, la noticia de la próxima llegada de Lenin se extendió rápidamente por la ciudad. Ya anochecía cuando comenzaron a llegar columnas de obreros. A la Estación de Finlandia, donde debía arribar el tren que traía a Lenin, acudieron obreros del distrito de Víborg, soldados del Regimiento moscovita de la guardia imperial y destacamentos de la Guardia Roja. Después aparecieron columnas de obreros del distrito de Petrogrado y el Regimiento de

87 V. I. Lenin. El paso de los revolucionarios rusos a través de Alemania. O.C., t. 31, pág. 487. 88 V. I. Lenin. Respuestas al corresponsal del periódico "Politiken". O.C., t. 31, pág. 95. 89 V. I. Lenin. Telegrama a M. I. Uliánova y A. I. Uliánova-Elizárova. O.C., t. 49, pág. 434.

Granaderos de la Guardia. No tardaron en acudir los obreros de la fábrica Putílov y, tras ellos, los de las fábricas del Báltico, Nevski, "Treugólnik" y "Skorojod", de las fábricas de pólvora de Ojta y de muchas otras empresas de la capital. A la plaza llegaron autos blindados y camiones con reflectores. Para recibir al jefe de los trabajadores, vinieron también marineros de Kronstadt. A las 10 de la noche, toda la plaza frente a la Estación de Finlandia estaba llena de columnas de obreros, soldados y marineros.

"Sobre las cabezas de los reunidos -recordaba N. I. Podvoiski-, ondeaba todo un mar de banderas rojas y pancartas. En las pancartas, saludos al jefe del proletariado y consignas combativas del día: ¡Viva Lenin! ¡Viva el jefe de la revolución! ¡Viva la jornada laboral de 8 horas! ¡La tierra para los campesinos! ¡Abajo la guerra! ¡Viva la revolución!"90.

Ya avanzada la noche, llegó el tren. La banda militar ejecutó La Marsellesa. Lenin salió del vagón, escuchó el informe de la guardia de honor, saludó a los marineros y soldados y después pasó al edificio de la estación, donde ya se habían reunido los miembros del CC y del Comité petrogradense del POSD(b)R y los dirigentes de las organizaciones bolcheviques distritales y subdistritales. Vinieron también a recibir a Lenin representantes del Soviet de Petrogrado. El menchevique Chjeídze, presidente del Soviet de Petrogrado, saludó a Lenin en nombre del Comité Ejecutivo del Soviet y expresó el deseo de que se iniciase el período de trabajo conjunto de todos los partidos democráticos.

V. I. Lenin dirigió un breve discurso a los camaradas de partido y a los obreros, soldados y marineros presentes en la sala. Expresó la seguridad de que la clase obrera de Rusia no se detendría en lo logrado y en alianza con las masas de soldados "transformaría la revolución democrática burguesa en revolución proletaria, socialista"91. A continuación, Lenin salió a la plaza y pronunció un discurso desde un automóvil blindado. Este fue breve y terminaba con las palabras de ¡Viva la revolución socialista!".

Rodeado de obreros, soldados y marineros, el automóvil blindado se dirigió hacia la barriada de Petrogrado, al Palacio de Kshesínskaya, entonces sede del Comité Central del Partido Bolchevique.

En la noche del 4 de abril, Lenin se entrevistó con activistas del partido y miembros del CC y del Comité petrogradense del POSD(b)R. Cariñosamente saludado por los reunidos, expuso sus puntos de vista respecto a las tareas ulteriores del partido de los bolcheviques, por primera vez formuló el programa práctico de la transición de la revolución democrática burguesa a la revolución socialista.

Al día siguiente, 4 de abril de 1917. V. I. Lenin 90 N. I. Podvoiski. El año 1917. M., 1958, págs. 7,8. 91 Ibídem, pág. 10.

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presentó en la reunión de los bolcheviques el informe Las tareas del proletariado en la presente revolución, que después repitió en la reunión unificada de bolcheviques y mencheviques, participantes en la Conferencia de los Soviets de toda Rusia, celebrada del 29 de marzo al 3 de abril. Como base del informe, Lenin expuso sus tesis que daban respuesta a las fundamentales cuestiones de la revolución.

"La peculiaridad del momento actual en Rusia -escribía Lenin en sus tesis- consiste en el paso de la primera etapa de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del grado necesario de conciencia y de organización, a su segunda etapa, que debe poner el poder en manos del proletariado y de las capas pobres del campesinado"92. Determinando así el carácter y las fuerzas motrices de la revolución, Lenin arrancaba de que en Rusia había concluido la revolución democrática burguesa y de que el aliado del proletariado en ella había sido todo el campesinado. Ahora, en el orden del día se planteaba la cuestión de la revolución socialista. Y en ella, el aliado del proletariado podía ser únicamente el campesinado pobre, pues era inminente la lucha no sólo contra la burguesía urbana, sino también contra la rural.

El problema más apremiante que a la sazón preocupaba a los pueblos de Rusia y del mundo entero, era el de la guerra.

V. I. Lenin exhortaba al partido a luchar contra la guerra imperialista, vinculando su cese con el paso del poder a manos de la clase obrera y los campesinos pobres que se pronunciaban contra la guerra. Lenin trazaba una línea divisoria muy precisa entre los defensistas equivocados y los que estaban interesados, económica y políticamente, en proseguir la guerra.

Sintetizando la experiencia del movimiento obrero mundial y de la labor creativa revolucionaria de las masas en Rusia, Lenin descubrió la forma de organización política de la sociedad en el período de transición del capitalismo al socialismo: la República de los Soviets.

La República de los Soviets es una forma del Estado democrático más elevada que la república parlamentaria ordinaria. La República de los Soviets, igual que la Comuna de París, surge como resultado de la demolición de la vieja máquina estatal, adaptada a la opresión de las masas. Se crea un nuevo aparato estatal -los Soviets de diputados trabajadores, central y locales- controlado por las amplias masas trabajadoras.

La República de los Soviets -explicaba Lenin- abre ante las masas populares posibilidades ilimitadas para que éstas participen activamente en la dirección del Estado y en la edificación de una vida 92 V. I. Lenin. Las tareas del proletariado en la presente revolución. O.C., t. 31, pág. 114.

nueva. La república parlamentaria, por el contrario, les impide participar en la dirección estatal. El Gobierno soviético -continuaba Lenin- "es el único Gobierno revolucionario posible, que expresa directamente la conciencia y la voluntad de la mayoría de los obreros y campesinos. La humanidad no ha creado hasta hoy, ni nosotros conocemos, un tipo de Gobierno superior ni mejor que los Soviets de diputados obreros, braceros, campesinos y soldados"93.

Al tratar sobre el paso del poder a manos de los Soviets, Lenin tenía en cuenta que la mayoría en ellos pertenecía a los partidos pequeñoburgueses. Por eso, al promover la consigna de "¡Todo el poder a los Soviets!", él no consideraba que el paso del poder a manos de los Soviets significaría el triunfo inmediato de la dictadura del proletariado. Para eso era necesario que la mayoría de los diputados en todos o en la mayor parte de los Soviets comprendiese claramente hasta qué extremo eran erróneas y nocivas la táctica y la política de los mencheviques y eseristas94.

Los bolcheviques estaban dispuestos a aceptar un compromiso con los mencheviques y eseristas para lograr el poder unipersonal de los Soviets, quedándose en éstos como partido oposicionista de la extrema izquierda. En el seno de los Soviets se desplegaría la lucha de partidos. Los bolcheviques tendrían amplias posibilidades de mostrar a los trabajadores la auténtica política de los mencheviques y eseristas, política incapaz de satisfacer las reivindicaciones vitales de las masas trabajadoras y, de ese modo, desenmascarar a los partidos pequeñoburgueses y obtener la mayoría en los Soviets. "Para convertirse en poder -señalaba Lenin-, los obreros conscientes tienen que ganarse a la mayoría: mientras no exista violencia contra las masas, no habrá otro camino para llegar al poder"95. La situación era muy favorable para consolidar a la mayoría de los trabajadores en torno al partido de los bolcheviques. En ninguna parte del mundo existía entonces una libertad política como en Rusia; en ningún lugar del mundo existían organizaciones tan revolucionarias como los Soviets de diputados obreros y soldados. La burguesía no ejercía ni podía ejercer violencia, pues las armas se encontraban en manos del pueblo. La burguesía utilizaba la demagogia política, el engaño, el halago y las promesas. Las masas de obreros, soldados y campesinos, desconcertadas por los mencheviques y eseristas e inexpertas en política, creían en las falsas promesas de la burguesía. Teniendo en cuenta todo esto, V. I. Lenin planteó la consigna de "Ningún

93 V. I. Lenin. La dualidad de poderes. O.C. t. 31, pág. 147. 94 V. I. Lenin. Cartas sobre táctica. O.C., t. 31, pág. 142. 95 V. I. Lenin. La dualidad de poderes. O.C., t. 31, pág. 147.

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apoyo al Gobierno Provisional". Indicaba la necesidad de explicar paciente y convincentemente a las masas la plena falsedad de todas las promesas del Gobierno Provisional. Orientando al partido y al país hacia el paso pacífico del poder a manos del proletariado, Lenin consideraba imprescindible prepararse también para conquistar el poder por vía armada, si fuera necesario. N. I. Podvoiski, al relatar la actividad de Lenin en el período anterior a julio, escribía: "Desde el primer día de su llegada, Vladímir Ilich se interesaba particularmente por el armamento de los obreros. Con cada funcionario que conversase -ya podía ser de la capital o de la provincia-, le preguntaba inevitablemente y de la manera más circunstanciada cómo estaba la cuestión con el armamento de los obreros"96.

En las Tesis de Abril, Lenin no sólo planteó ante los bolcheviques tareas políticas, sino también económicas, supeditadas a la cuestión principal -el poder-, y que perseguían el objetivo de salvar al país de la catástrofe económica a la que se aproximaba.

En primer lugar, se formulaban las exigencias programáticas de los bolcheviques en el problema agrario: confiscar las fincas de los terratenientes, nacionalizar toda la tierra del país, entregarla a disposición de los Soviets locales de diputados braceros y campesinos y crear bajo el control de éstos haciendas modelo en las grandes fincas. Para socavar el poderío económico de la burguesía, tenían gran importancia las pautas de las tesis sobre la fusión inmediata de toda la banca del país en un Banco nacional controlado por los Soviets. A los intereses de la lucha contra el desbarajuste y el hambre respondía la necesidad de establecer el control de la producción y la distribución sociales de los productos. La puesta en práctica de estas medidas no significaba la "implantación" inmediata del socialismo, pero eran un paso en el camino hacia el socialismo, ayudaba a las masas a comprender la necesidad del paso del poder a manos del proletariado.

V. I. Lenin consideraba también que había madurado la necesidad de convocar el congreso del partido y revisar el programa aprobado por el II Congreso del POSDR, celebrado en 1903. En el programa se debía incluir, en particular, la apreciación del imperialismo y la característica de las guerras imperialistas, indicar las cuestiones referentes a la actitud del partido del proletariado respecto al Estado y acerca de la fundación de la República Soviética. En general, era necesario introducir una serie de precisiones, enmiendas y adiciones en las que se consideraran las singularidades de la nueva época y el hecho de haberse realizado en Rusia la revolución democrática burguesa. Lenin proponía denominar al partido no

96 N. I. Podvoiski. El año 1917, pág. 53.

socialdemócrata, sino comunista, como C. Marx y F. Engels denominaban al partido proletario. Este nombre -señalaba Lenin- es acertado científicamente y corresponde al objetivo final del partido: la edificación de la sociedad comunista. En cambio, la denominación de "socialdemócrata" ha sido difamada por los partidos de la II Internacional y por los mencheviques rusos que han traicionado al socialismo. "Mas ha llegado la hora de quitarse la camisa sucia -decía Lenin-, ha llegado la hora de ponerse ropa limpia"97. Lenin propuso al partido tomar en sus manos la iniciativa de fundar la III Internacional y salir de la Unión Zimmerwaldiana.

En las Tesis de Abril se daba un plan concreto, científicamente argumentado, para la toma del poder por el proletariado de Rusia. La tarea del partido consistía en llevar a la práctica este plan de Lenin. Era necesario, ante todo, aunar en lomo a las Tesis de Abril a todo el partido y movilizarlo para solucionar las tareas en ellas planteadas. A principios de abril, las tesis se publicaron en Pravda con el título de Las tareas del proletariado en la presente revolución y más tarde fueron reproducidas por los periódicos bolcheviques de Moscú, Járkov, Bakú, Tiflis, Krasnoyarsk y otras ciudades.

En el transcurso de dos o tres semanas, el partido, y en primer término sus organizaciones de Petrogrado y Moscú, cerraron filas en torno a las tesis leninistas. El grupo de funcionarios del partido -L. B. Kámenev, G. L. Piatakov, A. I. Rikov y sus escasos partidarios- que se opuso a las tesis de Lenin, afirmando que Rusia no había madurado aún para la revolución socialista, se encontró aislado.

Los partidos burgueses y pequeñoburgueses comprendieron la importancia revolucionaria de las Tesis de Abril. Por eso no es de extrañar que fuesen recibidas de uñas no sólo por los demócratas constitucionalistas, sino también por los mencheviques y eseristas. Las tesis de Lenin contradecían los dogmas teóricos de la II Internacional, a las que se atenían los partidos conciliadores. Jorge Plejánov las calificó de descabelladas, y el plan leninista de transformación de la revolución democrática burguesa en revolución socialista, de prematuro, condenado al fracaso. Según la opinión de Plejánov, en Rusia no había premisas materiales para la revolución socialista y la clase obrera del país no había madurado aún para la supremacía política. El menchevique Chjeídze declaró después de leer las tesis: "Sólo Lenin queda al margen de la revolución; todos los demás seguimos nuestro camino”98.

La crítica menchevique-eserista de las tesis se fundió con el rabioso acoso de la burguesía rusa y extranjera contra Lenin. La burguesía extranjera

97 V. I. Lenin. Las tareas del proletariado en nuestra revolución. O.C., t. 31, pág. 183. 98 Lenin en Octubre. Memorias. M., 1957, pág. 74.

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también comprendió bastante bien qué significaba el plan de Lenin trazado en las Tesis de Abril. Se inició un colérico acosamiento contra él y se aplicaron todos los medios para denigrarlo. La prensa burguesa empezó a aullar con motivo del regreso de V. I. Lenin a través de Alemania, dando a entender determinadamente que el consentimiento del Gobierno alemán a su tránsito era síntoma de los estrechos vínculos existentes entre Lenin y Alemania, Estado enemigo de Rusia. Así fue cómo apareció la versión de que los bolcheviques eran espías alemanes. Los periódicos burgueses Riech ("La Palabra"), Birzhevie Viédomosti ("Noticiero de la Bolsa") y otros exigían represalias contra el partido de los bolcheviques y el arresto de Lenin.

Caracterizando la situación creada después de publicarse las Tesis de Abril, N. K. Krúpskaya escribiría: "La burguesía y todas las fuerzas tenebrosas se lanzaron con rabiosa fuerza contra Lenin. Todo el odio, que guardaban contra las masas populares que se levantaban a la toma del poder, lo descargaron sobre Lenin, que para ellos era la encarnación del paso del poder a manos de los obreros, amenaza para todo el régimen existente, para todos los privilegios de los que nadaban en la abundancia, para los que hasta hacía poco habían sido dueños y señores".

El Partido Bolchevique se cohesionó en torno a V. I. Lenin, su jefe y guía. Esto se demostró de manera muy evidente en la VII Conferencia (de Abril) de toda Rusia del POSD(b )R, celebrada en Petrogrado del 24 al 29 de abril de 1917. En sus labores participaron 133 delegados de las organizaciones del partido en Siberia, zonas Meridional y Central, cuenca del Volga, los Urales, territorios Occidental y del Báltico y unidades del frente, que agrupaban a unos 80.000 afiliados99. Por primera vez en la historia de Rusia, la conferencia de los bolcheviques se celebraba legalmente. Muchos de sus participantes acababan de salir de las cárceles y de regresar de la deportación. La conferencia se inauguró en la sala de actos del Instituto Femenino de Medicina a guisa de reunión estudiantil, ya que nadie quería conceder el local para una reunión de bolcheviques. Pero los participantes en la conferencia -revolucionarios profesionales- se parecían muy poco a estudiantes y la administración, al darse cuenta del error cometido, les propuso buscar otro local.

En la conferencia, Lenin hizo tres informes: el momento actual, la revisión del Programa del partido y el problema agrario. Pronunció también discursos sobre el proyecto de la convocatoria de una conferencia socialista internacional, la actitud que debía observarse respecto a los Soviets de diputados obreros y soldados, en apoyo de las resoluciones que trataban de la guerra, del problema nacional, del 99 VII Conferencia (de abril) de toda Rusia del POSD(b)R, págs. VII, 315.

momento actual y de la situación en la Internacional y las tareas del POSD(b)R, y el discurso de clausura de la conferencia. También escribió las resoluciones sobre las principales cuestiones del orden del día, aprobadas por la Conferencia.

En el informe y la resolución sobre el momento actual, V. I. Lenin argumentó la madurez de las condiciones objetivas para la revolución socialista, creadas por la rápida transformación del capitalismo monopolista en capitalismo monopolista de Estado; determinó el papel del proletariado de Rusia como la fuerza motriz y hegemónica en la inminente revolución socialista. Lenin consideraba que la principal tarea del partido en las condiciones creadas era "una labor de crítica y esclarecimiento de los errores de los partidos pequeñoburgueses -el eserista y el socialdemócrata-, una labor de preparación y cohesión de los elementos del partido conscientemente proletario, del Partido Comunista, una labor de liberación del proletariado de la embriaguez pequeñoburguesa "general""100. Señalaba que esto no sólo era una labor de propaganda: "En realidad, es la labor revolucionaria más práctica, pues es imposible impulsar una revolución que se ha estancado, que se ahoga entre frases y se dedica a "marcar el paso sin moverse del sitio", no por obstáculos exteriores, no porque la burguesía emplee contra ella la violencia (...), sino por la inconsciencia crédula de las masas"101.

Según la opinión de Lenin, en la lucha por las masas deberían prestar servicio las consignas políticas, claras para ellas y que respondiesen a los intereses de la revolución. Por eso argumentaba las consignas expuestas en las Tesis de Abril como lemas que respondían a los intereses del desarrollo ulterior de la revolución: "¡Todo el poder a los Soviets!", "¡Paz sin anexiones ni contribuciones!", "¡La tierra para los campesinos!" y otras. Lenin demostró la inconsistencia de las afirmaciones de Kámenev y de su correligionario Ríkov de que Rusia todavía no había madurado para la revolución socialista y de que el sol del socialismo podría salir únicamente en Occidente. No es obligatorio que el socialismo venga de otros países, con industria más desarrollada, decía Lenin.

La Conferencia también acordó incluir en la plataforma política del partido nuevas reivindicaciones: nacionalización de una serie de consorcios más preparados para eso; trabajo general obligatorio; implantación del control de los Soviets sobre la producción y la distribución sociales de los productos; la fusión de todos los bancos en un Banco de Estado. La realización de los pasos hacia el socialismo a nivel de todo el Estado, igual que el cumplimiento de las reivindicaciones democráticas,

100 V. I. Lenin. Las tareas del proletariado en nuestra revolución. O.C., t. 31, pág. 157. 101 Ibídem.

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V. I. Lenin los ponía en dependencia directa de la solución de la tarea principal de la revolución: el paso de todo el poder a manos del proletariado.

La conferencia respaldó la más importante tesis leninista de que el poder debería pasar de manos de la burguesía y de los terratenientes aburguesados a manos de la clase obrera y de las capas pobres del campesinado. En el informe de Lenin y en los acuerdos de la conferencia se subrayaba con particular fuerza la idea de la alianza entre la clase obrera y los campesinos pobres como condición fundamental para el triunfo de la revolución socialista. "La suerte y el desenlace de la revolución rusa -se indicaba en la resolución de la conferencia- dependerán de si el proletariado urbano logra conducir al proletariado agrícola y atraerse la masa de semiproletarios del campo o de si esta masa sigue a la burguesía campesina, propensa a aliarse con Guchkov y Miliukov, con los capitalistas y terratenientes y con la contrarrevolución en general"102.

La conferencia prestó gran atención al problema agrario. V. I. Lenin fundamentó la necesidad de aprobar el programa agrario de los bolcheviques, que postulaba la confiscación de las fincas de los terratenientes, de la Iglesia y de la familia zarista, así como la nacionalización de todas las tierras del país. Esta solución del problema agrario respondía al anhelo de los campesinos de terminar con la propiedad agraria terrateniente en el campo, era un fuerte golpe contra la propiedad privada de todos los medios de producción. A despecho de los mencheviques y eseristas que aplazaban la solución del problema agrario hasta la convocatoria de la Asamblea Constituyente, Lenin consideraba que los bolcheviques debían difundir entre los campesinos la idea del paso inmediato de los campos de los terratenientes a manos de los campesinos y que en la solución de esta cuestión era necesario desarrollar la iniciativa revolucionaria de los propios campesinos y de sus organizaciones en las localidades. La conferencia aprobó la resolución sobre el problema agrario propuesta por Lenin, resolución que, como es sabido, desempeñó un gran papel en la creación y el fortalecimiento de la alianza de la clase obrera y los campesinos pobres.

El informe sobre el problema nacional corrió a cargo de I. V. Stalin. En los debates, Lenin sometió a crítica la posición de G. L. Piatakov, quien negaba el derecho de las naciones a la autodeterminación, hasta la formación de Estados independientes. La conferencia aprobó la resolución sobre el problema nacional redactada por Lenin. En ella se planteaba la exigencia de que las naciones ejercieran el derecho a la autodeterminación, llegando incluso a la separación y formación de Estados independientes. 102 VII Conferencia (de abril) de toda Rusia del POSD(b)R, pág. 246.

El reconocimiento de este derecho garantizaría la plena solidaridad de los trabajadores de todas las naciones. En la resolución se indicaba también que la cuestión del derecho de las naciones a la autodeterminación no debía confundirse con la conveniencia de separarse o no una u otra nación en tal o cual momento. Esto debería resolverlo el partido y el pueblo en cada caso concreto, desde el punto de vista de los intereses de todo el desarrollo social y de la lucha de clase del proletariado por el socialismo.

En la conferencia se examinó también una de las cuestiones más importantes: la actitud del proletariado ante otros partidos, y en primer lugar, ante los partidos pequeñoburgueses de los mencheviques y eseristas, que tenían mayoría absoluta en los Soviets, en los comités de soldados y campesinos y en las municipalidades urbanas. Se aprobó una resolución sobre la posibilidad de fusionarse con los grupos y corrientes de los internacionalistas que realmente se mantenían en las posiciones del internacionalismo, pero a condición de que rompiesen con la política de traición pequeñoburguesa al socialismo. La conferencia estimó imposible la unificación con los partidos y grupos que desertaron a la posición del "defensismo revolucionario", pues la política por ellos realizada "constituye el principal obstáculo para el desarrollo de la revolución y crea la posibilidad de su derrota..."103.

En las resoluciones de la conferencia se combinaban las reivindicaciones socialistas y las demócratas, que aseguraban al proletariado la conquista de aliados seguros: los campesinos pobres y los trabajadores de las regiones nacionales.

La conferencia eligió el Comité Central del partido, dirigido por V. I. Lenin, compuesto por nueve miembros y cuatro miembros suplentes.

Al clausurar la conferencia, Lenin apreció así su significado: "Teníamos poco tiempo y mucho trabajo... El proletariado encontrará en nuestras resoluciones material que lo orientará para el movimiento hacia la segunda etapa de nuestra revolución"104.

Capítulo II. La lucha del partido bolchevique

por ganarse a las masas en el periodo de la dualidad de poderes.

1. La manifestación de abril. Utilizando las libertades democráticas logradas

por el pueblo a raíz de la Revolución de Febrero, los bolcheviques desenvolvieron una gran labor para ganarse a la mayoría de las masas. En las fábricas, cuarteles, trincheras y Soviets, los bolcheviques explicaban tesoneramente que el carácter imperialista de la guerra no había cambiado bajo el nuevo

103 Ibídem, pág. 253. 104 V. I. Lenin. VII Conferencia (de abril) de toda Rusia del POSD(b)R. O.C., t. 31, pág. 453.

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Gobierno; desenmascaraban la naturaleza burguesa de la actividad del Gobierno Provisional y la esencia conciliadora de los eseristas y mencheviques que habían concertado la alianza con la gran burguesía. La experiencia política que acumulaban los obreros, soldados y campesinos contribuía a que éstos se convenciesen en la certeza de las ideas bolcheviques. La propia vida y todo el curso del arrollador desenvolvimiento de los acontecimientos revolucionarios les había enseñado a distinguir quién es amigo y quién enemigo.

Los acontecimientos de abril fueron una etapa muy importante en la educación política de las masas. El 18 de abril (1 de mayo por el nuevo calendario), por primera vez se celebró abiertamente en Rusia la jornada de solidaridad internacional de los trabajadores.

Los comités de las grandes organizaciones del partido publicaron proclamas que exhortaban a los trabajadores a fortalecer la solidaridad internacional y la amistad de los pueblos, a proseguir la lucha revolucionaria contra la guerra imperialista y por el paso de todo el poder a manos de los Soviets.

En su octavilla del Primero de Mayo, el Comité Central de la Socialdemocracia del Territorio de Letonia decía: "Que dejen de tronar los cañones, que cesen los lamentos y las maldiciones, y que sobre toda la Tierra, de océano a océano, sobre mares y montañas, desde el remoto Norte hasta el soleado Sur, resuene nuestro llamamiento:

¡Proletarios de todos los países, uníos! ¡Abajo la guerra! ¡Viva la paz entre los pueblos!... ¡Abajo el capitalismo! ¡Viva el socialismo!" Llegó el día de fiesta. En el país se celebraban

manifestaciones y mítines multitudinarios. Sobre las columnas de manifestantes campeaban las consignas de "¡Viva la fraternidad de los pueblos!" y "¡Paz sin anexiones ni contribuciones!" El día 1 de mayo, Petrogrado ofrecía un aspecto inusitado. Desde por la mañana, columnas encuadradas de manifestantes se dirigían de los barrios obreros a los puntos de concentración. Se oían los acordes de La Marsellesa y el canto de La Internacional. Compañías y unidades independientes de soldados marchaban al lado de las columnas obreras. En las calles, plazas y fábricas se realizaban mítines masivos. En el mitin multitudinario organizado en el Campo de Marte, Lenin terminó su discurso con este ardoroso llamamiento: "¡Abajo la guerra! ¡Viva la paz y la lucha por la república proletaria y socialista!”

Y precisamente en ese día cuando los trabajadores expresaban sus anhelos de establecer una paz sin anexiones ni contribuciones, Miliukov, ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno Provisional, envió a los aliados una nota en la que declaraba el propósito del Gobierno de seguir la guerra hasta el final victorioso. Los obreros y soldados, que creían en el próximo fin de la guerra una vez derrocado el

zar, estaban muy indignados. En las fábricas y cuarteles de Petrogrado comenzó

una ola de mítines de protesta. El 20 de abril, comenzaron a congregarse manifestaciones espontáneas en las calles de la capital. A las tres de la tarde, el Regimiento de Finlandia llegó al Palacio de María, sede del Gobierno Provisional. En la plaza frente al palacio se reunieron más de 15.000 soldados. Por todas partes se veían carteles con las consignas de "¡Abajo Miliukov!", "¡Abajo la guerra!", "¡Viva la paz sin anexiones ni contribuciones!" y "¡Todo el poder a los Soviets!". Los demócratas constitucionalistas temieron conversar con los manifestantes y enviaron a los líderes eserista-mencheviques A. R. Gots y M. I. Skóbelev, quienes intentaron convencer a los soldados de que se reintegraran a los cuarteles. Pero ellos no se disolvieron.

La resolución aprobada en el mitin celebrado allí mismo decía: "Después de conocer la nota de Miliukov en cuanto a los fines de la guerra y expresando nuestra indignación por este acto tan desvergonzado que contradice claramente al llamamiento del Soviet de diputados obreros y soldados dirigido a los pueblos del mundo entero y a la declaración del propio Gobierno Provisional, exigimos la dimisión inmediata de Miliukov"105. En estas condiciones cuando el Petrogrado revolucionario bullía, los bolcheviques decidieron que era preciso darle la dirección necesaria al movimiento espontáneo de las masas y elaborar consignas revolucionarias precisas y claras. En la mañana del 20 de abril, el CC del POSD(b)R aprobó una resolución propuesta por Lenin, en la que se decía que sólo un Gobierno formado por el proletariado revolucionario estaba en condiciones de terminar la guerra mediante una paz justa. La Conferencia del POSD(b)R de la ciudad de Petrogrado, que se celebraba en aquellos días, aprobó dicha resolución.

En las fábricas no cesaban los agitados mítines de protesta contra la nota de Miliukov. Por la tarde del 20 de abril, columnas de obreros con las consignas de "¡Todo el poder a los Soviets!", se dirigieron al Palacio de Táuride, sede del Soviet de diputados obreros y soldados. En esta situación, la burguesía recurrió al procedimiento experimentado: calumniar a los bolcheviques, acusándolos de originar desórdenes. La prensa burguesa y eserista-menchevique comenzó a acusar a los bolcheviques de querer desencadenar la guerra civil.

Para contrarrestar las asambleas, mítines y manifestaciones de obreros y soldados que exigían la entrega del poder a los Soviets, en el centro de la capital se celebró una manifestación de los partidarios del Gobierno Provisional. Tenderos, 105 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 1, M., 1939, pág. 104.

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dueños de casas de vivienda, oficiales y funcionarios acudieron a la avenida Nevski enarbolando las consignas de "¡Confianza al Gobierno Provisional!", "¡Guerra hasta el final victorioso!", ¡Viva Miliukov!", "¡Detened a Lenin!". Los partidarios del Gobierno Provisional intentaban provocar a los manifestantes pacíficos a un conflicto. En algunas partes de la ciudad sonaban tiros. Por las calles céntricas comenzó un sospechoso movimiento de camiones con oficiales y cadetes armados. El general L. G. Kornílov, comandante en jefe de la Región Militar de Petrogrado, ordenó situar en la Plaza del Palacio dos baterías de la Escuela de Artillería del gran príncipe Mijaíl, pero los soldados y parte de los oficiales se negaron a cumplir la orden y la pusieron en conocimiento del Soviet de Petrogrado.

La situación se agravó. La guerra civil en el país pendía de un pelo. Sólo gracias a la vigilancia del Partido Bolchevique y a la serenidad revolucionaria del proletariado fue posible abortar las provocadoras maquinaciones de la burguesía. El CC del partido de los bolcheviques seguía atentamente el desarrollo de los acontecimientos y ponía fin a cualquier acción que pudiese perjudicar a la causa de la revolución. Por eso cuando algunos funcionarios (S. Y. Bagdátiev y otros) del Comité petrogradense del POSD(b)R lanzaron, durante la manifestación, la consigna de derrocar inmediatamente al Gobierno Provisional, el CC del partido censuró duramente esta aventura izquierdista. El llamamiento a derrocar al Gobierno Provisional, en los momentos cuando éste disfrutaba del apoyo de los Soviets, en los que confiaba la mayoría de los obreros, soldados y campesinos, era, según la opinión de Lenin, un "grandioso crimen". En aquella etapa, el partido propugnaba la línea del desarrollo pacífico de la revolución, que significaba el establecimiento del poder único de los Soviets y el cambio de su composición en lo sucesivo.

También en Moscú hubo mítines y manifestaciones multitudinarios de obreros y soldados. Respondiendo al llamamiento de los bolcheviques, todo el 55 Regimiento, armado totalmente, salió a la manifestación y se situó frente al edificio del Soviet de Moscú, en la calle Tverskaya (hoy calle Gorki). Los manifestantes encomendaron a su delegación, enviada al Soviet, protestar la nota del Gobierno Provisional, expresarle su desconfianza y declarar que los soldados estaban dispuestos a apoyar con las armas en las manos a los Soviets de diputados obreros y soldados106. Manifestaciones multitudinarias de obreros y soldados tuvieron lugar en Minsk, Nizhni Nóvgorod, Járkov, Ekaterimburgo y otras ciudades. Las reivindicaciones fundamentales de los manifestantes se reducían a la entrega de todo el poder a los Soviets y al cese de la guerra 106 Preparación y triunfo de la Revolución de Octubre en Moscú. Documentos y datos. M., 1957, págs. 109, 110.

imperialista. El país atravesaba una crisis política. Su esencia

clasista consistía en que como resultado de la política antipopular del Gobierno Provisional, quien se había declarado abiertamente partidario de continuar la guerra imperialista, la amplia e indecisa masa, pequeñoburguesa a todas luces, se apartó primero de los capitalistas pasándose al lado de los obreros revolucionarios. Se crearon condiciones favorables para que todo el poder pasase pacíficamente a los Soviets, que era por lo que luchaban los bolcheviques. En aquel período, en el país no había fuerza capaz de impedirlo. Pero los partidos pequeñoburgueses de los mencheviques y eseristas, que contaban con la mayoría en los Soviets, a despecho de las exigencias de los obreros y soldados, se negaron a coger el poder en sus manos, temiendo desprenderse de la burguesía.

En la reunión conjunta de los miembros del Comité Ejecutivo del Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado y del Gobierno Provisional, los líderes mencheviques y eseristas imploraban a los ministros burgueses no abandonar sus puestos, hacer algunas concesiones a las masas y publicar una "aclaración" a la nota de Miliukov para tranquilizar los excitados ánimos. El Gobierno Provisional prometió cumplir la petición. En la prensa pronto apareció la explicación a la nota de abril que se reducía, de hecho, a un artero juego de palabras calculado para engañar a los obreros y soldados. El llamamiento a la victoria decisiva sobre el enemigo -se decía en la aclaración- presupone, en consonancia con la declaración del 27 de marzo, el "logro de una paz firme". Esta "aclaración" les venía al pelo a los mencheviques y eseristas. Los conciliadores respaldaron su punto de vista referente a esta cuestión con la resolución del Soviet de Petrogrado, que había examinado la "aclaración" del Gobierno Provisional. El Comité Ejecutivo aceptó, por 34 votos a favor y 19 en contra, como plenamente satisfactoria la "aclaración" del Gobierno, quedando así zanjado el incidente107.

Además de la resolución que expresaba la confianza al Gobierno Provisional, el Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado se dirigió con un llamamiento a la población exhortándola a poner fin a los mítines y manifestaciones callejeros. De manera análoga actuaban los eseristas y mencheviques en Moscú, Nizhni Nóvgorod, Samara (hoy Kúibishev), Sarátov, Vorónezh y otras ciudades. En casi todas las partes lograron la aprobación de resoluciones semejantes a la del Soviet de Petrogrado.

Teniendo en cuenta que la continuación de las manifestaciones callejeras podía ser aprovechada por la contrarrevolución, los bolcheviques instaron al proletariado a que acatase la resolución del Soviet de 107 Los bolcheviques de Petrogrado en el año 1917. Crónica de acontecimientos. L., 1957, pág. 150.

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Petrogrado. Los obreros, demostrando alta conciencia revolucionaria, cumplieron esta indicación. La primera crisis del Gobierno Provisional se resolvió a favor de la burguesía por culpa de los mencheviques y eseristas, mas para los soldados y parte de los obreros equivocados fue una buena lección que les hizo comprender mejor la política del Gobierno burgués y de los partidos aliados a él. Las profundísimas contradicciones entre los intereses de las masas trabajadoras y los de la burguesía no habían desaparecido. V. I. Lenin subrayaba que "las causas de la crisis no han sido suprimidas y es inevitable la repetición de crisis semejantes"108.

2. El primer gobierno de coalición. La burguesía hizo sus deducciones de los

acontecimientos de abril. Intentando afianzar su posición, el Gobierno Provisional decidió sacrificar a Guchkov y Miliukov, cediendo las carteras ministeriales a representantes de los mencheviques y eseristas, Creando esa coalición, la burguesía calculaba proseguir su política valiéndose de "ministros socialistas".

La idea de formar un Gobierno de coalición complacía también a los líderes eseristas y mencheviques del Soviet de Petrogrado, quienes consideraban que de ese modo podrían dirigir por un cauce determinado los acontecimientos revolucionarios en proceso de desarrollo.

El problema de la formación de un Gobierno de coalición se discutió en la sesión extraordinaria del Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado, celebrada en la noche del 2 de mayo. Por mayoría de votos (excepto los bolcheviques), se aprobó la entrada de los representantes de los partidos eserista y menchevique en el Gobierno burgués. Se formó el primer Gobierno de coalición109, compuesto por representantes de los partidos burgueses y pequeñoburgueses. De este modo, la alianza de

108 V. I. Lenin. Resolución aprobada por el CC del POSD(b) R en la mañana del 22 de abril de 1917, O.C., t. 31, pág. 319. 109 Formaron parte de este Gobierno: G. E. Lvov, ministro-presidente y ministro del Interior; ministros: A. F. Kerenski (eserista), de la Guerra y la Marina; P. N. Perevérzev (trudovique), de la Justicia; M. I. Teréschenko (sin partido), del Exterior; N. V. Nekrásov (demócrata constitucionalista), de Vías de Comunicación; A. I. Konoválov (progresista), de Comercio e Industria; A. A. Manúilov (demócrata constitucionalista), de Instrucción Pública; A. I. Shingariov (demócrata constitucionalista), de Finanzas; V. M. Chernov (eserista), de Agricultura; I. G. Tsereteli (menchevique), de Correos y Telégrafos; M. I. Skóbelev (menchevique) del Trabajo; A. V. Peshejónov (socialista popular), de Abastos; príncipe D. I. Shajovski (demócrata constitucionalista), de la Beneficencia Pública; V. N. Lvov (centrista), procurador general del Sínodo; I.. V. Gódnev (octubrista), Inspector del Estado.

dichos partidos, que hasta el momento tenía un carácter formal, se legalizaba también en el sentido organizativo.

El 5 de mayo se celebró una sesión especial del Soviet de diputados obreros y soldados que discutió nuevamente la cuestión del Gobierno coalicionista. Fundamentando la necesidad de una alianza más estrecha con la burguesía, A. R. Gots, uno de los líderes de los eseristas, declaró farisaicamente que los eseristas, al enviar sus representantes al Gobierno, "no van a entregarse prisioneros a la burguesía", sino a ocupar posiciones avanzadas de la revolución110. La situación creada sólo tenía dos salidas, coreaba a Gots el líder de los mencheviques Tsereteli: o bien formar parte del Gobierno o bien hacerse cargo del poder. El segundo camino se excluye -declaró él- debido a que puede desgajar del movimiento revolucionario a una parte del ejército y del campesinado. Por mayoría de votos, el Soviet expresó "su plena confianza" al Gobierno Provisional de coalición y exhortó a todos los Soviets del país a prestarle apoyo111.

Los bolcheviques comprendían perfectamente las intenciones de la burguesía, encaminadas a engañar a las masas con la ayuda de los mencheviques y eseristas que habían entrado en el Gobierno. Los bolcheviques protestaban resueltamente contra la formación del Gobierno de coalición y utilizaban la prensa y la tribuna de los Soviets, de las dumas urbanas, de los zemstvos y de otras organizaciones para denunciar los verdaderos objetivos del Gobierno y la política de los partidos conciliadores.

Las sesiones de los Soviets se convirtieron en palestra de enconadas disputas entre los bolcheviques, que denunciaban la política del Gobierno Provisional, y los conciliadores, que defendían la necesidad de la alianza con la burguesía. Transcurría en un ambiente muy agitado la discusión del problema "acerca de la actitud para con la coalición" en el I Congreso de los Soviets de la región de Moscú, en el que estaban representados los Soviets de diputados obreros y soldados de 14 provincias centrales. Los mencheviques trataban de demostrar que gracias a la entrada de los socialistas en el nuevo Gobierno, éste ahora era mucho más revolucionario que el anterior. Alegando que las agrupaciones de derecha arremetían contra algunas declaraciones "demasiado valientes" del Gobierno, los mencheviques hacían la siguiente conclusión: si las derechas están descontentas, significa que el Gobierno ha evolucionado hacia la izquierda. Los bolcheviques demostraban de forma convincente que los ministros "socialistas" no sólo no habían agregado espíritu revolucionario al Gobierno, antes bien, se metían cada vez más en el cauce de la

110 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 1, M., 1938, pág. 107. 111 Ibídem.

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política imperialista de la burguesía monopolista. Si el Gobierno de Lvov-Guchkov -señalaba A. S. Búbnov en el Congreso- no se había decidido a lanzar abiertamente al ejército a la ofensiva, con la entrada de los "socialistas" esta cuestión se solucionaría rápidamente. No obstante, los mencheviques y eseristas en aquel tiempo gozaban aún de gran influencia en las masas, principalmente entre los soldados y campesinos. Eso fue por lo que el Congreso de los Soviets de la región de Moscú, siguiendo al Soviet de Petrogrado, apoyó al Gobierno de coalición. Igualmente obró la mayoría de los Soviets en todo el país.

Una parte considerable de soldados y campesinos, así como parte de los obreros atrasados, creyeron que los representantes de los mencheviques y eseristas en el Gobierno harían cambiar su política, mas esto fue un gran error. La política exterior e interior del Gobierno Provisional no varió después de entrar en él los "socialistas". Como resultado del "enlace matrimonial del bloque de los eseristas y mencheviques con la burguesía", el 5 de mayo apareció una declaración en la que se hablaba del próximo logro de la paz sin anexiones ni contribuciones, del "control y la regulación estatal general" y de la "implacable" política tributaria respecto a las clases pudientes; contenía ininteligibles promesas de la "protección multilateral del trabajo" y del aumento de la producción de cereales para las "necesidades del país"112. Todo el carácter de la declaración se reducía a lo siguiente: el Gobierno coalicionista prodigaba promesas. Pero este documento tampoco le gustó a la burguesía, tanto más que los eseristas y mencheviques insistían en el cumplimiento de las medidas enumeradas en la declaración. Según ellos, esto era necesario para "apaciguar" a los obreros. El 16 de mayo, el Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado aprobó la resolución sobre la lucha contra el desbarajuste económico, documento que debería servir de guía práctica a la parte "socialista" del Gobierno. El documento contenía algunas disposiciones sobre la estatalización de los trusts, la obligación laboral general y otras. Pero de principio, la resolución era irreal, ya que el cumplimiento de las tareas se encomendaba a los capitalistas. Como era de esperar, la burguesía rechazó las decisiones del Soviet de Petrogrado. Los líderes del Soviet, asustados de que pudiera desintegrarse la coalición con la burguesía, consideraron mejor poner bajo el tapete la resolución y siguieron en el cauce de la política de la burguesía. Testimonio de ello era, en particular, el llamamiento de M. I. Skóbelev, ministro del Trabajo, a los obreros de Rusia (28 de junio). Al principio no escatimó frases "revolucionarias", pero seguidamente condenó las acciones "arbitrarias" de los obreros y su lucha

112 Boletín del Gobierno Provisional, 6 de mayo de 1917.

por elevar los salarios, que, según él, "desorganizaba" la producción.

La burguesía, al ver la fragilidad de su supremacía política y el infructuoso afán del Gobierno de terminar con la dualidad de poderes, lanzó contra la revolución las armas del sabotaje y el hambre. Los líderes de los capitalistas, reunidos el 1 y el 2 de junio en Petrogrado, en la Conferencia de representantes de las organizaciones industriales y comerciales de toda Rusia, decidieron crear el Comité de defensa de la industria, así como agrupar todas las organizaciones de empresarios para ejercer constante presión sobre el Gobierno. Los ministros capitalistas expresaron su plena simpatía para con el programa de los organizadores de los lock-outs.

Como resultado de la ofensiva desarrollada por los capitalistas contra los obreros, el número de fábricas cerradas en mayo y junio aumentó en un 80%, en comparación con los meses de marzo y abril, y el número de obreros despedidos, en 5 veces113. Los capitalistas obstaculizaban cualesquiera medidas encaminadas a "regular la economía", escondían las mercancías, ocultaban el monto real de utilidades y se sustraían del pago de los impuestos. Los lock-outs adquirirían, indudablemente, muchísima mayor envergadura si no fuese por la reacción del proletariado y las decididas acciones de los bolcheviques, quienes alzaron su voz de protesta contra esos actos de los capitalistas.

El Gobierno Provisional, por su parte, adoptó una serie de disposiciones dirigidas a proteger el secreto comercial, preservar a los bancos del control de las organizaciones democráticas y librar de la responsabilidad a los suministradores del tesoro público por incumplir los plazos de los suministros debido a los conflictos con los obreros, ayudando a desenvolver la ofensiva de la burguesía contra la clase obrera.

En la lucha contra las acciones revolucionarias, la burguesía recurría cada vez más a las medidas represivas, utilizando para estos fines a los ministros "socialistas".

Por efectuar acciones antibélicas en el frente, el Gobierno Provisional estableció, el 30 de mayo, el destierro a trabajos forzados. Las unidades militares con espíritu revolucionario deberían disolverse inmediatamente.

El carácter imperialista del Gobierno Provisional coalicionista también se reflejaba de manera evidente en su política de gran potencia en el problema nacional. Ante el creciente movimiento popular, dirigido contra la opresión nacional y social, los nacionalistas burgueses de las regiones periféricas de Rusia contaban con el apoyo de la burguesía imperialista rusa. Los nacionalistas burgueses no

113 La situación económica de Rusia en vísperas de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Documentos y materiales, II parte, M.-L., 1957, pág. 44.

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planteaban todavía la separación de las regiones periféricas de Rusia, sólo se limitaban a presentar exigencias de autonomía, exhortando al mismo tiempo a sus pueblos a supeditarse al Gobierno Provisional. Los cálculos de los nacionalistas burgueses se justificaron totalmente. Ellos recibían toda clase de ayuda no sólo de la burguesía rusa, sino también de los partidos pequeñoburgueses aliados a ella.

Después de que en mayo de 1917 entraran en el Gobierno coalicionista los eseristas y mencheviques, éstos trataron de lograr el cumplimiento de su resolución en cuanto al problema nacional, cuya esencia se reducía a la creación de la "autonomía cultural-nacional", o sea cualquier ciudadano, independientemente del lugar de residencia, podía declararse miembro de la nación, y cada nación, compuesta de ese modo, constituía una integridad jurídica, con el derecho de imponer tributación coactiva a sus miembros, con el derecho de convocar su parlamento para solucionar las cuestiones de la cultura nacional, la escuela, el idioma, etc. La prensa conciliadora pregonaba este programa como el más democrático. En realidad, era un programa burgués que no tenía nada de común con la comprensión socialista de la nación ni con la solución del problema nacional en interés de los pueblos del país. Semejante solución del problema nacional no daba nada a los trabajadores de las naciones oprimidas, ya que dejaba a cargo del Gobierno la solución de todos los problemas de la economía y la política, es decir, dejaba, en realidad, todo el poder en manos del Gobierno burgués. Además, el programa nacional conciliador escindía el frente único del proletariado.

El Gobierno Provisional no se apresuraba a estudiar el problema nacional. La consigna de Rusia, "única e indivisible", era la base de la política gubernamental. Este ni siquiera deseaba satisfacer las modestas exigencias de la autonomía que cuadraban enteramente en los marcos de la democracia burguesa.

Particular agudeza adquirieron los roces entre el Gobierno y la burguesía nacional de Ucrania. La Rada Central Ucraniana, creada en marzo de 1917 por los partidos y grupos que expresaban los intereses de la burguesía y de la intelectualidad pequeñoburguesa ucranianas, planteó el problema de la autonomía de Ucrania. La política nacionalista burguesa de la Rada no conducía a la unión, sino a la desunión de las fuerzas de los pueblos ruso y ucraniano, socavaba la amistad fraternal entre ellos. No obstante, una parte considerable de los trabajadores de Ucrania, principalmente los campesinos, siguió a la Rada. Esta logró adquirir capital político como resultado, principalmente, de su conflicto con el Gobierno Provisional. Sin esperar el consentimiento del Gobierno, la Rada Central comenzó a crear radas provinciales, distritales y

subdistritales, es decir, a poner arbitrariamente en práctica la consigna de autonomía nacional. Con soldados ucranianos se formaban regimientos nacionales que con frecuencia se utilizaban para aplastar el movimiento revolucionario.

A finales de mayo de 1917, la Rada Central se dirigió al Gobierno Provisional con la proposición de dar pasos reales en el camino de la autonomía de Ucrania. Entre las medidas de primer orden estaba incluida la de crear el cargo de comisario especial para los asuntos de Ucrania adjunto al Gobierno Provisional; ucranizar la escuela de enseñanza media y superior; nombrar solamente a personas que hablasen ucraniano a los cargos de responsabilidad en Ucrania. El Gobierno Provisional se negó discutir esta cuestión hasta la convocación de la Asamblea Constituyente. La Rada Central publicó un bando sobre la autonomía nacional dentro de los marcos de la Rusia burguesa. El orden y el régimen en Ucrania, se decía en el documento, deberá establecerlos la Asamblea Ucraniana. El Gobierno Provisional rechazó también esta exigencia.

V. I. Lenin consideraba que exigir la autonomía de Ucrania era una cosa modesta y legal, mientras que la actitud del Gobierno Provisional respecto al pueblo ucraniano lo calificó de "un descaro inaudito, de una insolencia salvaje por parte de los contrarrevolucionarios"114. Sin embargo, de aquí no se deduce que el partido de los bolcheviques apoyara a la Rada ucraniana en sus reivindicaciones nacionalistas. Pronunciándose contra la política del Gobierno Provisional, que había declinado las justas reivindicaciones de autonomía de Ucrania, el Partido Bolchevique desenmascaraba al mismo tiempo a los nacionalistas burgueses que se pronunciaban, junto con la burguesía rusa, contra el movimiento revolucionario de las masas. El conflicto entre el Gobierno Provisional y la Rada Central terminó con un compromiso, y ésta comenzó a reprimir todos los intentos de los ucranianos de efectuar por su propia cuenta la autonomía de Ucrania, aplazando la cuestión hasta la convocación de la Asamblea Constituyente. El Gobierno Provisional, por su parte, permitió a la Rada elaborar el proyecto de la autonomía de Ucrania y presentarlo a la Asamblea Constituyente.

Los nacionalistas burgueses del Cáucaso y Asia Central también preferían vivir en paz con los capitalistas y terratenientes rusos y junto con ellos aplastar el movimiento de liberación nacional. En el comportamiento de la burguesía de las regiones periféricas nacionales se manifestaba de manera muy clara su doble naturaleza. Por una parte, estaba interesada en liquidar la dependencia de los imperialistas rusos; por la otra, no podía pasarse sin la colaboración con ellos. 114 V. I. Lenin. Ucrania y la derrota de los partidos gobernantes de Rusia. O.C., t. 32, pág. 351.

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3. El trabajo de los bolcheviques entre las

masas después de la Conferencia (de abril) de toda Rusia del POSD(b)R.

V. I. Lenin, dirigente del partido, se encontraba en el centro de la ardorosa y multifacética actividad de los bolcheviques entre los obreros y soldados. Recibía a funcionarios de las organizaciones locales del partido, conversaba con obreros, soldados y delegados campesinos. Sus artículos casi todos los días se publicaban en el Pravda. Desde que regresó a Rusia hasta comienzos de julio, es decir, en tres meses, Lenin escribió más de 170 artículos, llamamientos, resoluciones y folletos que trataban de las más importantes cuestiones de la revolución. En la educación política de las masas, tenían gran importancia los discursos de Lenin en los populosos mítines de obreros y soldados, que en aquel período habían adquirido la más amplia divulgación. Esa forma de trabajo tenía tanto mayor interés por cuanto en las reuniones y mítines participaban con sus programas representantes de diversos partidos; la confrontación de las palabras con los hechos, de los partidos, ayudaba a los obreros y soldados a asimilar con mayor rapidez el programa de los bolcheviques. Es muy característico e incluso típico el mitin de 20.000 obreros de la fábrica Putílov, celebrado el 12 de mayo. Los partidos conciliadores enviaron al mitin experimentados oradores y dirigentes: V. M. Chernov, ministro de Agricultura, N. D. Avxéntiev, F. Dan y otros. Uno tras otro subían a la tribuna los representantes de los partidos pequeñoburgueses para argumentar la certitud de su política. Chernov arremetió contra el Partido Bolchevique, amenazando a los obreros de que si seguían a los bolcheviques, bien podía ser que "se quedasen con dos palmos de narices".

Lenin vino a la fábrica invitado por los bolcheviques, miembros del comité fabril, para participar en la discusión. Su discurso produjo gran impresión entre los obreros. "Toda la atención de los presentes -cuenta I. Ereméev, uno de los participantes en el mitin- estaba concentrada en la bajuela figura de Ilich. Lenin hablaba apasionada y sugestivamente. Hablo a los obreros de los horrores de la guerra imperialista, de los miles de millones de superganancias que se embolsaba la burguesía a costa de la guerra mundial y les explicó a quién convenía y era necesaria esa matanza. Olvidándose de la resolución por ellos propuesta, Chernov, Avxéntiev, Mártov y otros líderes de los partidos pequeñoburgueses, abucheados por los gritos de los obreros de "¡Fuera los conciliadores!" y "¡Abajo la guerra!", abandonaron apresuradamente el patio de la fábrica”115. Lenin habló también en otras empresas de

115 I. Erernéiev. Lenin con los obreros de la fábrica Putílov. En la compilación Anales del Gran Octubre. Abril-octubre de 1917. M., 1958, págs. 50-51.

la capital. Ese mismo día, Lenin hizo uso de la palabra en el

mitin de los obreros de los astilleros del Almirantazgo y de la fábrica Franco-Rusa. A los pocos días hizo un informe sobre la situación actual y las tareas del proletariado a los obreros de la fabrica "Skorojod" y de otras empresas del distrito de Moscú. Los obreros de la fábrica Obújov cuentan así la intervención de Lenin: "Después de escucharle, para nosotros quedaron completamente claras las tareas planteadas ante la revolución, se esfumó la verborrea nebulosa con que los oradores de otros partidos envolvían a los obreros y soldados"116. Por eso no es de extrañar que la fábrica Obújov, esta "ciudadela del defensismo", no tardase en alinearse bajo las banderas de los bolcheviques. Bajo la dirección de Lenin, el Partido Bolchevique, con tenacidad y tesonería, conquistaba soldados y obreros a los mencheviques y eseristas. Entre las masas era cada vez más fuerte el descontento por la política antipopular de los líderes menchevique-eseristas en los Soviets. Se hacían más frecuentes las exigencias de reelegir los Soviets, reivindicaciones promovidas por la parte más revolucionaria de obreros y soldados y apoyadas por el partido de los bolcheviques. El 7 de mayo, Pravda publicó el Proyecto de mandato para las elecciones de delegados al Soviet de diputados obreros y soldados, redactado por V. I. Lenin.

Durante mayo y junio, los bolcheviques lograron organizar la reelección en una serie de Soviets del país. Los obreros revocaban a los diputados mencheviques y eseristas de los Soviets y elegían en su lugar a bolcheviques. Así ocurrió en la fábrica de armas de Sestroretsk, en la "Novi Lessner" y en otras importantes empresas capitalinas. Los bolcheviques obtuvieron éxitos considerables en la fábrica Putílov, ganándose cientos de obreros. En los talleres de laminado de acero, material ferroviario, forja y turbinas de la empresa, los obreros eligieron solamente diputados bolcheviques, privando de su confianza a los representantes de los partidos pequeñoburgueses. Se intensificó considerablemente la influencia de los bolcheviques en los Soviets distritales de la capital.

Los bolcheviques moscovitas lograron grandes éxitos en la lucha por atraer a las masas, y en particular, a los obreros y soldados. A mediados del año, 6 de los 10 Soviets distritales de Moscú se encontraban bajo la influencia de los bolcheviques. Como resultado de las nuevas elecciones celebradas en mayo, el grupo bolchevique en el Soviet de Moscú

116 A. A. Antónov, A. S. Gúndorov y E. P. Onúfriev. V. I. Lenin habla a los obreros de la fábrica Obújov. En la compilación Lenin en Octubre. Memorias. M., 1957, pág. 156.

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se convirtió en el más numeroso117. La influencia de los bolcheviques se intensificó

también en otros Soviets locales: en Sarátov, Ekaterimburgo, etc.

Cada vez eran más los diputados que apoyaban a los bolcheviques en los problemas de la guerra y la paz, del control obrero y de la tierra.

En el acrecentamiento del espíritu revolucionario de las masas y el paso de los obreros, soldados y campesinos a las posiciones de los bolcheviques, ejercieron gran influencia los acontecimientos relacionados con la decisión del Soviet de Kronstadt. A mediados de mayo, este Soviet se declaró único poder en la fortaleza, destituyó al comisario del Gobierno Provisional V. N. Pepeliáev y decretó mantener relaciones únicamente con el Soviet de Petrogrado. Esta resolución alarmó mucho al Gobierno y a los conciliadores, que iniciaron una campaña difamatoria contra el Kronstadt revolucionario. El ejemplo del Soviet de Kronstadt lo siguieron otros Soviets. Bajo la presión de los Soviets locales, a finales de mayo fueron destituidos y reemplazados por electivos 30 (el 60%) de los 50 comisarios provinciales del Gobierno Provisional y 260 (el 59%) de los 437 comisarios distritales118.

Los bolcheviques lograron relevantes éxitos en los comités fabriles y en los sindicatos, particularmente en Petrogrado y Moscú. Esto se atestiguó palmariamente en la I Conferencia de comités fabriles de Petrogrado, celebrada del 30 de mayo al 3 de junio. En el Palacio de Táuride se reunieron 568 delegados de 367 comités fabriles que representaban a más de 337.000 obreros. El 75% de los delegados a la conferencia mantenía la línea de los bolcheviques. El problema central discutido fue el del control obrero, que los bolcheviques consideraban como importante medio de lucha contra el sabotaje y los lock-outs de la burguesía. En la conferencia hizo uso de la palabra V. I. Lenin y los delegados aprobaron una resolución, escrita por él, sobre las medidas para combatir la ruina.

Efectuando el control sobre la producción y la distribución, la clase obrera impedía la actividad contrarrevolucionaria de la burguesía y se capacitaba para la gestión de la producción. En muchas empresas, especialmente en las de la industria metalúrgica y del textil, los comités fabriles intervenían en las funciones de la administración, investigaban la situación económica de las fábricas y ponían coto al sabotaje de los capitalistas. La burguesía comprendía qué peligro tan serio entrañaba para su dominio el control obrero. Al objeto de engañar a los obreros, intentaba sustituir la consigna

117 El movimiento revolucionario en Rusia en mayo-junio de 1917. La manifestación de junio. M., 1960, pág. 216. 118 Archivo Estatal de la Revolución de Octubre y de la Edificación Socialista del Ministerio de Defensa, f. 683,1. 1, exp. 10, fol. 98.

de control obrero por la de "control estatal". También en esta cuestión los mencheviques acudieron presurosos en ayuda de la burguesía, manifestándose contra el control obrero y ensalzando el "control estatal", silenciando, naturalmente, que el control del Estado burgués se ejercería en interés de la burguesía y no de los obreros. En su discurso en la I Conferencia de comités fabriles, Lenin desenmascaró la esencia burguesa de la idea del "control estatal". En la resolución redactada por él, sobre las medidas económicas de lucha contra el desbarajuste, se señalaba que esta contienda tendría éxito únicamente a condición de que todo el poder del Estado pasase a manos de los proletarios y semiproletarios119. La conferencia eligió el Consejo Central de comités fabriles de Petrogrado compuesto por 25 personas, incluidos 19 bolcheviques120, organismo que hasta octubre de 1917 desempeñó el papel de centro nacional y actuó en estrecho contacto con los sindicatos. Presidente del Consejo Central se eligió al bolchevique N. A. Skripnik.

Tras la Conferencia de Petrogrado, el 16 y 17 de junio se celebró en Moscú el Congreso de comités fabriles de la Región Industrial Central. Asistieron delegados de 164 comités fabriles que representaban cerca de 200.000 obreros del textil. El Congreso aprobó una resolución de lucha contra los lock-outs, propuesta por los bolcheviques. Conferencias y congresos análogos de comités fabriles se celebraron en Ivánovo-Voznesensk, Yaroslavl y otras ciudades. Estas conferencias, tanto por su composición partidaria como por el carácter de las resoluciones aprobadas, eran una demostración de que la influencia de los bolcheviques en la clase obrera había aumentado considerablemente, mientras que la de los mencheviques continuaba reduciéndose.

A finales de abril de 1917, el número global de sindicados superaba el millón y medio121. Por iniciativa de los bolcheviques se crearon agrupaciones sindicales denominadas burós centrales, los cuales aglutinaban a todos los sindicatos del territorio respectivo. En marzo se formaron los burós centrales de sindicatos de Moscú y Petrogrado. En junio funcionaban ya 51 burós centrales que agrupaban 967 sindicatos con 1.475.429 afiliados122.

En la III Conferencia de los Sindicatos de toda Rusia, celebrada del 21 al 28 de junio, se eligió un órgano único de dirección del movimiento sindical

119 V. I. Lenin. Resolución sobre las medidas económicas contra la ruina. O.C., t. 32, pág. 197. 120 Los bolcheviques de Petrogrado en 1917. Crónica de acontecimientos, pág. 253. 121 Historia del movimiento sindical en la URSS. t. 2, M., 1955, pág. 9. 122 A. G. Egórova. Los sindicatos y los comités fabriles en la lucha por el triunfo de Octubre (marzo-octubre de 1917). M., 1960, pág. 89.

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del país: el Consejo Central de la Unión de Sindicatos de toda Rusia (provisional). En dicha conferencia, los bolcheviques lograron la aprobación de una directiva sobre la organización de los sindicatos por el principio de producción, contra lo cual se oponían los conciliadores. En las resoluciones sobre las tareas de los sindicatos y la lucha económica de la clase obrera, aprobadas por una mayoría insignificante, reinaba el espíritu conciliador.

Los bolcheviques activaron el trabajo político entre la juventud y las mujeres trabajadoras. Las uniones de juventud proletaria comenzaron a crearse ya en la primavera de 1917. El Partido Bolchevique defendía los derechos políticos de la juventud y emprendió una campaña masiva porque se concedieran derechos electorales a los jóvenes de 18 y 19 años de edad. "Si el Estado envía a las trincheras a los jóvenes de 18 y 19 años, no hay motivo alguno para privarles de los derechos políticos"123 -escribía Sotsial-Democrak ("El Socialdemócrata"), órgano de los bolcheviques moscovitas. El Gobierno Provisional decidió conceder derechos electorales a los ciudadanos que habían cumplido los 20 años de edad.

En la vida política de Rusia se consideró como un gran acontecimiento las elecciones a las dumas distritales y urbanas, celebradas en mayo de 1917. Las antiguas dumas, elegidas por las leyes zaristas, estaban constituidas, principalmente, por representantes de la burguesía y actuaban en interés de ésta. Por primera vez en Rusia, los organismos locales de autoadministración se elegían sobre la base del sufragio universal. El Gobierno Provisional pensaba reducir la campaña electoral a la discusión de pequeñas cuestiones económicas de importancia local. Los mencheviques y eseristas trataban de celebrar las elecciones bajo el signo de lucha puramente económica por lograr algunas reformas en la autoadministración local, mientras que los bolcheviques utilizaban la campaña electoral para movilizar a las masas, para hacer propaganda contra la guerra imperialista y por el paso del poder estatal a manos de los Soviets.

Como base de la plataforma electoral de los bolcheviques y a la cabeza de la lista de reformas, V. I. Lenin planteaba tres puntos principales:

'"1) Ningún apoyo a la guerra imperialista... 2) Ningún apoyo al Gobierno capitalista. 3) Impedir la restitución de la policía, que debe

ser reemplazada por una milicia popular"124. La burguesía también se preparaba intensamente

para las elecciones. Todo el aparato estatal burgués fue movilizado para asegurar el triunfo al Partido

123 Sotsial-Demokrat ("El Socialdemócrata"), 24 de mayo de 1917. 124 V. I. Lenin. Han olvidado lo principal. O.C., t. 32, pág. 25.

Demócrata Constitucionalista. Se pusieron en juego los procedimientos experimentados de la burguesía: adulteraciones, falsificación de las elecciones, sobornos, etc. Se practicaba ampliamente la exclusión de las listas electorales a los obreros y soldados que no gozaban de la confianza de la burguesía. Pero a pesar de todo, los demócratas constitucionalistas no consiguieron conquistar la mayoría. En Petrogrado, los demócratas constitucionalistas, junto con otros partidos burgueses, sólo obtuvieron el 25% de los votos, sin poder lograr la mayoría en ninguna duma distrital de la capital. Entre los 806 concejales de las dumas distritales, 156 (el 19,4%) fueron elegidos por las listas del Partido Bolchevique. En la duma urbana de Moscú, los demócratas constitucionalistas obtuvieron 34 escaños; los bolcheviques 23; los mencheviques, 24 y los eseristas, 106125. Para el 1 de agosto, las elecciones se habían celebrado en 276 ciudades.

Las elecciones demostraron la alta influencia del Partido Bolchevique entre las masas proletarias y semiprolerarias, sobre todo en los grandes centros industriales. No obstante, la mayoría de los electores, aunque expresó su desconfianza en la burguesía, todavía no había roto con los partidos conciliadores. Un número considerable de ciudades dio la mayoría a los mencheviques y eseristas.

Los bolcheviques elegidos a las dumas, aunque componían la minoría, utilizaban sus tribunas para denunciar la política de los demócratas constitucionalistas, mencheviques y eseristas, y ganarse de ese modo a las masas trabajadoras, I. I. Skvortsov-Stepánov, presidente del grupo bolchevique en la duma urbana de Moscú, escribía: "Nuestro grupo, sin desconcertarse por su pequeño número, respondía a cada golpe con otro golpe. Desde los primeros días, se encontró en el centro de la exasperada lucha. Y esta contienda la desenvolvía con tanta energía, que en vísperas de los días de reunión, el edificio de la duma estaba asediado por una enorme muchedumbre que deseaba presenciar la sesión… Pese a las protestas unánimes de los demócratas constitucionalistas, eseristas y mencheviques, nosotros presentábamos, una tras otra, proposiciones prácticas: la confiscación inmediata de todas las ex posesiones del departamento palaciego y el empleo de éstas en interés de las capas humildes: el paso inmediato de todas las posesiones y el capital de la Iglesia y de los monasterios a disposición de la ciudad; inventariar los locales de vivienda"126.

Desde los primeros días de la Revolución de Febrero, los bolcheviques desplegaron una gran labor entre los soldados que se encontraban en la

125 VI Congreso del POSD(b)R. Agosto de 1917. Actas. M., 1958, pág. 57. 126 I. Stepánov. Como llegó Moscú a las jornadas de Octubre. En Moscú en octubre de 1917. Recopilación ilustrada de comentarios y memorias. M., 1919, pág. 110.

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retaguardia y el frente con el objetivo de atraerlos al lado de la clase obrera. El ejército se componía, principalmente, de campesinos. La lucha por las masas de soldados, la parte avanzada y armada del campesinado, era una lucha por la alianza de la clase obrera con los campesinos pobres, fuerza decisiva en la contienda contra la burguesía de la ciudad y el campo. Al mismo tiempo, la influencia de los eseristas y mencheviques en los soldados era todavía muy considerable. Un ejemplo de ello era la composición de los comités de soldados de ejército, frente y otros. Los soldados seguían teniendo fe en estos partidos, creían que después de caer la autocracia, la guerra había dejado de ser imperialista, de rapiña.

Para transformar al ejército en fuerza activa de la revolución proletaria había que arrancar a los soldados de la influencia de los partidos conciliadores, ante todo del partido de los eseristas. Los bolcheviques realizaban todo el trabajo de agitación masiva en el ejército bajo la consigna de la entrega del poder a los Soviets. Sólo este poder, explicaban los bolcheviques, está en condiciones de acabar con la guerra imperialista y de solucionar el problema agrario en interés de los campesinos.

En la cuestión de ganarse a los soldados al lado del proletariado, un papel importante pertenecía a las organizaciones militares bolcheviques. En marzo de 1917, se creó la Organización Militar aneja al Comité petrogradense del POSD(b)R, que tenía la misión de realizar trabajo entre los soldados de la guarnición. La encabezaba el bolchevique N. I. Podvoiski. Más tarde, se crearon organizaciones militares en Moscú, Vorónezh, Tula y muchas otras ciudades donde había guarniciones militares. El 15 de mayo, el CC del POSD(b)R reestructuró la Organización Militar aneja al Comité de Petrogrado en organismo del CC del Partido (Voenka), y el periódico Soldátskaya Pravda ("La Verdad del Soldado") pasó a ser órgano del Comité Central y del Comité petrogradense del POSD(b)R. Este periódico gozaba de gran popularidad entre los soldados y ejercía en ellos gran influencia. La Voenka estableció amplios contactos con el frente. Sólo en junio, por ejemplo, acudieron diariamente a la Organización Militar, en Petrogrado, más de 300 delegados del frente. M. S. Kédrov, miembro de la Voenka, traza en sus memorias un vivo cuadro del trabajo que realizaba el Buró Militar anejo al CC del POSD(b)R: "El Palacio de Kshesínskaya, Estado Mayor de la Voenka, era un verdadero hervidero. Desde la mañana hasta muy avanzada la noche no cesaba la afluencia de soldados... Reuniones, entrevistas y asambleas continuas. Peticiones de oradores para mítines que habían de celebrarse hoy, mañana, pasado mañana”127. 127 M. S. Kédrov. Conferencia de toda Rusia de las organizaciones militares del POSD(b)R 16-23 de junio de

En el Palacio de Kshesínskaya se organizó el Club del Soldado, que llevaba el nombre de Pravda y que muy pronto se convirtió en el lugar preferido de los soldados. Aquí se pronunciaban conferencias, se organizaban seminarios para agitadores, encuentros con obreros y delegados de los frentes, etc. "El Club del Soldado -señalaba N. I. Podvoiski en el VI Congreso del POSO(b)R- era un crisol donde se transformaba a la masa de soldados con bastante rapidez, donde se discutían nuestras divergencias con los eseristas y mencheviques y donde se forjaban nuevos partidarios del bolchevismo"128. En el club, Lenin dirigió muchas veces la palabra a los soldados. Después de sus informes -recuerda el bolchevique A. Alexéiev-, "era raro el que saliera de allí sin ser bolchevique o simpatizante con ellos"129. La influencia de los bolcheviques entre la guarnición de Petrogrado era cada día mayor. La Organización Militar aneja al CC del POSD(b)R tenía en mayo casi 6.000 miembros130 a quienes les seguía una parte considerable de los soldados de la guarnición de Petrogrado.

En abril, los bolcheviques moscovitas organizaron células del partido en los 55, 56 y 85 regimientos de infantería de reserva. El Club del Soldado anejo a la Organización Militar, lo mismo que en Petrogrado, se convirtió en centro de actividades entre los soldados. Los miembros de la Organización Militar actuaban en los cuarteles, hablaban en las reuniones y mítines, explicaban el programa del partido de los bolcheviques, su actitud para con la guerra y la cuestión de la tierra. Valiéndose de su mayoría en los Soviets de diputados obreros y soldados de Moscú, los mencheviques y eseristas trataban de amenguar la influencia que ejercían los agitadores bolcheviques entre los soldados y tomaban medidas para impedir la entrada de los bolcheviques en los cuarteles. Mas esto no podía salvar la situación. "Si nos impedían entrar por la cancela, los altos muros no suponían obstáculo alguno para nosotros"131 -recordaba E. Yaroslavskí, que trabajaba entonces entre los soldados de Moscú. El Buró Militar anejo al Comité moscovita del POSD(b)R mantenía amplios contactos con el frente. En el transcurso de dos meses y medio, visitaron el Buró 838 soldados del frente.

1917. Del libro La Gran Revolución Socialista de Octubre. Recopilación de memorias de los participantes en la revolución en Petrogrado y Moscú. M., 1957, págs. 71, 72. 128 VI Congreso del POSD(b)R, pág. 60. 129 A. Alexéiev. En la "Voenka" de Petrogrado en 1917 (Fragmentos de memorias)."Krásnaya létopis" ("Anales Rojos"), 1926, N° 1, pág. 74. 130 V. V. Anikéiev. Datos acerca de las organizaciones bolcheviques desde marzo hasta diciembre de 1917. "Voprosi istorii KPSS" ("Cuestiones de la Historia del PCUS"), 1958, N° 3, pág. 140. 131 Em. Yaroslavski. La organización militar bolchevique de Moscú en 1917. En la recopilación La organización militar bolchevique de Moscú en 1917. M., 1937, pág. 8.

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En mayo y junio se enviaban cada día al frente, gratuitamente, hasta 3.000 ejemplares de periódicos y más de un millar de folletos y libros.

Eran sólidas las posiciones de los bolcheviques entre los marineros de la Flota del Báltico. En Helsingfors (hoy Helsinki), trabajaban experimentados funcionarios del partido: B. A. Zhemchuzhin, V. N. Zalezhski, M. G. Roshal y otros. "De ordinario, nuestros agitadores -escribía Zalezhski- hablaban dos veces al día en los buques o en las unidades militares, y una vez por semana, comúnmente los domingos, se convocaba un mitin público..."132. Bajo la influencia de los bolcheviques se encontraba el Comité Central de la Flota del Báltico (Centrobalt), que en realidad controlaba la actividad de los oficiales y del mando de la flota.

Gran trabajo político entre los soldados se había organizado en los frentes, particularmente en el Norte y Oeste. A finales de julio de 1917, la Organización Militar del XII Ejército del Frente Norte contaba con 1.800 bolcheviques y tenía la posibilidad de realizar una gran labor entre los soldados133. Publicaba el periódico Okópnaya Pravda ("La Verdad de las Trincheras"), que gozaba de gran autoridad entre los soldados. Estos se iban apartando de los partidos conciliadores para mantener la línea de los bolcheviques.

El general Brusílov, jefe supremo del ejército, en un parte enviado el 23 de junio a Kerenski, se lamentaba de que en muchas unidades del V Ejército del Frente Norte "el estado de ánimo es extremamente exaltado y en algunos regimientos se ha declarado abiertamente que para ellos no hay más autoridad que la de Lenin"134.

Los soldados procedentes de las guarniciones de retaguardia contribuían a la bolchevización del frente. Encontrándose en contacto con los obreros y participando junto con ellos en mítines y manifestaciones, los soldados asimilaban las ideas bolcheviques que difundían luego en el frente. Y lo cierto es que había muchos de estos soldados. Desde abril hasta junio de 1917, fueron enviados al frente unos 750.000 soldados de las unidades de reserva acantonadas en distintas ciudades135. Una buena parte de estos soldados se convirtió en activo portador de la influencia proletaria en el frente.

Del 16 al 23 de junio, en Petrogrado se celebró la Conferencia de organizaciones militares del frente y de la retaguardia del Partido Bolchevique. El trascendental papel que desempeñó esta conferencia

132 V. N. Zalezhski. Helsingfors en la primavera y verano de 1917. "Proletárskaya revolutsia" ("La Revolución proletaria"), 1923, N o 5, pág. 135. 133 VI Congreso del POSD(b)R, pág. 72. 134 El movimiento revolucionario en Rusia en mayo-junio de 1917. La manifestación de junio, pág. 372. 135 Rusia en la guerra mundial de 1914-1918 (en cifras). M., 1925, pág. 20.

en la bolchevización de los soldados se caracterizaba no sólo por el hecho de haberse reunido por primera vez los representantes de los bolcheviques de todos los frentes, sino, principalmente, por el carácter de las resoluciones aprobadas en ella. Acudieron a este comicio delegados en representación de 26.000 afiliados al Partido Bolchevique de 43 organizaciones del frente y 17 de retaguardia, todas militares136.

Los participantes en la conferencia aguardaban con impaciencia la intervención de V. I. Lenin. En el informe sobre la situación actual, pronunciado el 20 de junio, Lenin señaló que las masas no seguían aún a los bolcheviques, sino a los conciliadores. Por esta razón -advertía-, hay que impedir las acciones prematuras, acumular fuerzas y fortalecer nuestra influencia en los Soviets. Los conferencistas escucharon también con gran atención el informe de Lenin sobre el problema agrario. Todas las resoluciones de la conferencia estaban encaminadas a acrecentar la influencia de los bolcheviques en el ejército; ayudaron a las organizaciones militares a elaborar una línea única de lucha para atraer a las masas de soldados. La conferencia eligió el Buró de la Organización Militar de roda Rusia, compuesto por N. I. Podvoiski (presidente), N. V. Krilenko, M. S. Kédrov, K. A. Mejonoshin, V. J. Nevski y otros.

El sector más difícil para los bolcheviques era el campo. La ignorancia, la dispersión, el embrutecimiento y el casi total analfabetismo eran factores que dificultaban enormemente el trabajo de propaganda entre los campesinos. Los pocos periódicos que había eran, principalmente, demócratas constitucionalistas o menchevique-eseristas. Los campesinos pobres no leían la prensa y se enteraban de las principales novedades a través de las cartas que llegaban del frente. En tales condiciones, eran necesarias formas especiales de trabajo entre el campesinado. Y esa forma fue hallada. Eran las sociedades de paisanos que se crearon en abril y mayo en Petrogrado, Kronstadt y otras ciudades. Dichas sociedades agrupaban a obreros y soldados oriundos de una misma localidad: subdistrito o provincia; enviaban al campo literatura y periódicos y también a sus propios representantes. En el mes de julio, las sociedades de paisanos de Petrogrado agrupaban a más de 30.000 personas de 21 provincias137.

En el trabajo de estas sociedades participaban también los eseristas de izquierda. El Buró Central de las sociedades de paisanos lo constituían siete bolcheviques y dos eseristas de izquierda. En el Reglamento de estas sociedades, elaborado por los bolcheviques y eseristas de izquierda, se decía: "Las sociedades de paisanos, siendo organizaciones sin

136 El PCUS en resoluciones y acuerdos de congresos, conferencias y plenos del CC, p. I, pág. 354. 137 N. I. Podvoiski. El año 1917. M., 1958, pág. 50.

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partido, mantienen, no obstante, la plataforma de los partidos socialistas que exigen la confiscación de todas las tierras y su entrega al pueblo, sin pago de rescate alguno”138.

Para explicar su programa a los campesinos y apartarlos de los eseristas, el Partido Bolchevique aprovechó exitosamente un acontecimiento tan importante en la vida política del campesinado como era el I Congreso de diputados campesinos de toda Rusia, inaugurado el 4 de mayo en Petrogrado139, al que asistieron 1.115 delegados: eseristas y mencheviques predominantemente, 465 sin partido y unos 20 bolcheviques140. La mayoría de los delegados apoyaban al Gobierno Provisional y su política. A ello contribuían también los discursos de los socialtraidores de la II Internacional: Albert Thomas, Emile Vandervelde y otros que asistieron al congreso y que declararon que los trabajadores de Inglaterra, Francia y Bélgica deseaban continuar la guerra hasta derrotar a los alemanes para recibir después "una paz eterna".

V. I. Lenin se encontraba en aquellos días enfermo y no pudo asistir a la inauguración del congreso, pero se dirigió a los participantes con una carta abierta en la que aclaraba los problemas más importantes que preocupaban a los campesinos: la tierra, la guerra y el poder. Lenin desenmascaraba a los eseristas y mencheviques, quienes intentaban persuadir a los campesinos de que aplazasen el problema de la tierra hasta la convocatoria de la Asamblea Constituyente, y aconsejaba a los campesinos que se apoderasen de las tierras inmediatamente. Tan pronto se restableció, Lenin acudió al congreso y el 22 de mayo pronunció un discurso sobre el problema agrario. "¡Nosotros queremos -señaló- que los campesinos obtengan los campos de los terratenientes inmediatamente, sin perder un solo mes, una sola semana, ni siquiera un solo día!"141. Invitando a los campesinos a apoderarse organizada e inmediatamente de las fincas de los terratenientes, Lenin subrayaba que sólo la firme alianza de los obreros y los campesinos pobres, sólo la victoria de la clase obrera sobre el capitalismo, asegurarían la solución de los problemas de la tierra y la paz.

El bolchevique A. P. Kuchkin, que participó en las labores del congreso, recuerda: "Al principio se

138 A. Smirnov. Acerca de la actitud de los bolcheviques para con los eseristas de izquierda. "Voprosi istorii KPSS" ("'Cuestiones de la Historia del PCUS"), 1966, N 2, pág. 22. 139 La Gran Revolución Socialista de Octubre. Crónica de acontecimientos, t. I, M., 1957, pág. 673. 140 P. N. Sóbolev. El campesinado pobre, aliado del proletariado en la Revolución de Octubre. M., 1958, pág. 111. 141 V. I. Lenin. I Congreso de diputados campesinos de toda Rusia. O.C., t. 32, pág. 174.

oyeron réplicas desde los escaños de la derecha. Pero después cesaron. Los delegados, sobre todo los campesinos, mantenían fijas sus miradas en el rostro y los gestos de Lenin. Este andaba de un lado a otro por el estrado, su voz era tonante y sus palabras claras, concisas y comprensibles para todos.

Cuando Lenin terminó de hablar, la mayoría del congreso le otorgó una clamorosa ovación que sorprendió incluso a muchos de los que le aplaudían: hasta tal punto les había cautivado el discurso de Vladimir Ilich"142.

Para atenuar la impresión producida por el discurso de Lenin, la presidencia eserista suspendió por dos días las labores del congreso. Después del correspondiente trabajo de captación entre los delegados, la mayoría conciliadora del congreso aprobó una resolución de confianza al Gobierno Provisional y de continuar la guerra "hasta el final victorioso", y también otra resolución sobre la tierra, inspirada en el espíritu eserista. El congreso eligió el Comité Ejecutivo del Soviet de diputados campesinos de toda Rusia compuesto por eseristas, trudoviques143 y socialistas populares144, encabezado por el eserista de derecha Avxéntiev.

Las resoluciones aprobadas por el congreso no ayudaron a los cabecillas eseristas a lograr el apaciguamiento de los campesinos. Los disturbios campesinos y la ocupación de los campos de los terratenientes, que habían empezado a raíz de la Revolución de Febrero, iban adquiriendo cada vez mayor envergadura. En marzo de 1917, la estadística oficial registró 12 "infracciones de la ley" en cuanto a la tierra; en abril, 163; en mayo, 512; en junio, 855 y en julio, 767145.

Donde más disturbios se registraban era en las regiones de Rusia Central, pues aquí eran muy fuertes las reminiscencias de la servidumbre. Las principales formas en que se manifestaba el movimiento campesino en marzo-julio eran la ocupación de tierras, henares y pastos (35,3%); la apropiación del inventario vivo y muerto, semillas y heno (17%); la limitación de derechos a la propiedad terrateniente y capitalista, que consistía en prohibir la tala de bosques y la recolección de la cosecha, en ocupar los molinos y las fabricas para elaborar

142 A. Kuchkin. En el I Congreso de diputados campesinos de toda Rusia. En la compilación Recuerdos sobre Vladimir Ilich Lenin, p. 1, M., 1956, pág. 512. 143 Trudoviques: miembros del "Grupo de Trabajo", organización de demócratas pequeñoburgueses surgida en 1906. Se pronunciaban por la república democrática y por el rescate de las fincas de los terratenientes a costa del Estado; expresaban los intereses del campesinado acomodado. 144 Socialistas populares: miembros del Partido Socialista Popular del Trabajo, que en l 906 se separó del partido de los eseristas. Defendían los intereses de la burguesía rural y se pronunciaban contra la revolución socialista. 145 Rabochi ("El Obrero"), 26 de agosto de 1917.

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productos agrícolas, en reducir el arrendamiento y en renunciar a los contratos de arriendo (cerca del 20% )146.

Los comités campesinos, creados por la ley del 21 de abril con la finalidad de distraer al campesinado de la ocupación arbitraria de los campos de los terratenientes, no justificaron las esperanzas que ponía en ellos el Gobierno Provisional. Influenciados por los campesinos, estos comités con frecuencia apoyaban activamente la lucha contra los terratenientes y por la entrega de las tierras al pueblo trabajador sobre el principio del usufructo igualitario.

La lucha de clases en el campo se agudizaba. El campesinado se daba cuenta de que no recibiría tierra del Gobierno Provisional ni de los mencheviques y eseristas que estaban en ese Gobierno; de que el problema agrario podría solucionarse única y exclusivamente por la vía revolucionaria que proponían los bolcheviques.

Bajo la influencia del movimiento revolucionario de la clase obrera en las regiones centrales, se recrudecía también la lucha de los pueblos oprimidos de Rusia. Las masas obreras y campesinas se organizaban en torno a los Soviets y a las organizaciones democráticas revolucionarias nacionales. En Asia Central, esas organizaciones eran los Soviets de obreros musulmanes y las uniones de trabajadores musulmanes, no sólo integrados por obreros y artesanos, sino también por intelectuales avanzados y representantes de la pequeña burguesía descontentos con la política de los círculos gobernantes nacionales. Desenmascaraban a las organizaciones nacionalistas de Asia Central y Kazajstán. En la cuenca del Volga influía de manera notable el Comité Socialista Musulmán, en torno del cual se agrupaban las fuerzas democráticas de la intelectualidad y parte de los obreros de Tartaria.

Los hombres avanzados de las naciones oprimidas formaban parte del partido proletario único, llevando a las masas las consignas de los bolcheviques; aquí, con particular brillantez, se puso de manifiesto el principio del internacionalismo proletario, base de la construcción y de la táctica del partido. Los obreros y el campesinado trabajador de Ucrania, Bielorrusia, las regiones del Báltico, Cáucaso y Asia Central se pronunciaban por el cese de la guerra y la liquidación de la propiedad terrateniente. Exigían la liquidación de la opresión nacional, el libre desarrollo del idioma y la cultura paternos y la igualdad de todas las naciones. "Nosotros, obreros ucranianos de las minas de Auerbach, de la cuenca del Donbás -se decía en un telegrama enviado el 10 de junio a nombre del Congreso de los Soviets de toda Rusia-, protestamos contra la política de opresión del Gobierno coalicionista en el problema nacional"147.

146 Ibídem. 147 El movimiento revolucionario en Rusia en mayo-junio de 1917. La manifestación de junio, pág. 462.

En la lucha por la emancipación social y nacional, los trabajadores de los pueblos oprimidos marchaban hombro a hombro con los trabajadores de Rusia. El propósito de la burguesía nacional de separarlos del pueblo ruso encontraba resuelta resistencia. El grupo bielorruso en el I Congreso de diputados campesinos de toda Rusia, integrado por 200 personas, aprobó el 16 de junio esta resolución: "En nombre de la población bielorrusa que nos ha elegido y enviado al Soviet de diputados campesinos de toda Rusia, declaramos que el pueblo trabajador de Bielorrusia no desea separarse bajo ningún concepto de Rusia, nuestra Patria común, entendiendo todos los propósitos de separación como el deseo de las clases pudientes de Bielorrusia para coger el poder en sus manos y no dar a los campesinos ni tierra ni libertad”148. Luchando consecuentemente contra la política jingoísta del Gobierno Provisional, el partido de la clase obrera desenmascaraba simultánea y resueltamente a los nacionalistas burgueses. La revolución enseñaba a los trabajadores no sólo a ver su enemigo en los colonizadores imperialistas, sino también en la burguesía nacional.

4. I Congreso de los Soviets de diputados

obreros y soldados de toda Rusia. La manifestación de junio.

El 3 de junio, cuando se redoblaba el movimiento revolucionario en el país y aumentaba la influencia de los bolcheviques, en Petrogrado se inauguró el I Congreso de los Soviets obreros y soldados de toda Rusia, al que asistieron 1.090 delegados: 822 con derecho a voz y voto y 268 con derecho a voz. De los 777 delegados que declararon su filiación política. 105 eran bolcheviques; 285, eseristas, y 248, mencheviques149.

Los delegados de 305 Soviets representaban a 20 millones de obreros y soldados organizados. El Congreso de los Soviets, apoyándose en millones de personas, podría tomar todo el poder en sus manos, pero esto no entraba en los planes de los líderes del bloque conciliador. El menchevique M. Líber (M. I. Goldman) pronunció un discurso acerca de la actitud que debería adoptarse en cuanto al Gobierno coalicionista y rechazó de plano la idea sobre la posibilidad de la torna del poder por los Soviets. Le apoyó I. G. Tsereteli, otro líder de los mencheviques y ministro de Correos y Telégrafos. Argumentando la necesidad de la alianza con la burguesía, intimidaba a los delegados con el fantasma de un cataclismo si se debilitaba la coalición entre la burguesía y los partidos pequeñoburgueses. Al finalizar su discurso, Tsereteli declaró que en Rusia no existía partido político capaz de asumir la responsabilidad por el

148 Ibídem, pág. 469. 149 I Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia. Actas taquigráficas, t. I, M.-L., 1930, pág. XXVII.

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presente y, menos aún, por el futuro del país. Respondiendo a esta declaración, en la sala se oyó la voz de V. I. Lenin: "¡Ese partido existe!" En su discurso en el congreso, Lenin expuso detalladamente un claro y preciso programa de lucha por el triunfo de la revolución y por la transformación de Rusia. Exhortó apasionadamente a los delegados a terminar con la dualidad de poderes y a concentrar la plenitud del poder en manos de los Soviets. Declaró que el partido de los bolcheviques estaba dispuesto a asumir la responsabilidad por los destinos del país.

El discurso de Lenin causó gran impresión en los delegados al congreso. Los líderes eseristas y mencheviques lanzaron al combate sus mejores fuerzas. Uno tras otro subían a la tribuna Kerenski, Skóbelev, Chernov, Dan y otros abogados de la burguesía, intentando demostrar que la consigna de "¡Todo el poder a los Soviets!", propugnada por Lenin, era irrealizable. Los mencheviques y eseristas, que predominaban en el congreso, aprobaron una resolución que ratificaba la formación del Gobierno coalicionista. La propuesta de los bolcheviques sobre el paso del poder a manos de los Soviets fue rechazada una vez más.

En el discurso consagrado al problema de la guerra y la paz, pronunciado en el congreso el 9 de junio, V. I. Lenin se mofaba despiadadamente de los mencheviques y eseristas que exhortaban a los pueblos a derrocar a los zares, reyes y banqueros de sus países, mientras que ellos mismos apoyaban a los mayores capitalistas de Rusia. Mientras en el país siga detentando el poder un Gobierno en el que los capitalistas están en mayoría -subrayaba Lenin-, éste realizará "la política exterior por medio de la guerra imperialista, apoyando íntegramente los tratados que Nicolás II concluyó en Rusia"150. De la guerra sólo se puede salir con la victoria de la revolución socialista. El alférez bolchevique N. V. Krilenko, que había llegado del frente, declaró en el congreso que los soldados no deseaban luchar más. "Yo no exhortaré por la ofensiva" -dijo Krilenko, dirigiéndose a Kerenski que se encontraba en la presidencia.

No obstante, la mayoría eserista-menchevique predeterminó la resolución del congreso en los problemas de la guerra y la paz. Y el 12 de junio se aprobó una resolución sobre la ofensiva en el frente. Ahora, la cuestión de la fecha de la ofensiva la decidiría el Gobierno. Las posiciones de los bolcheviques fueron expuestas con precisión en el proyecto de la resolución dado a conocer en el congreso el 12 de junio. Los bolcheviques exigían que el congreso opusiera inmediatamente resistencia a los contrarrevolucionarios que preparaban la ofensiva. Pero su destino había sido decidido por la mayoría eserista-menchevique. La aprobación de 150 V. I. Lenin. I Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia. O.C., t. 32, pág. 281.

semejante resolución en interés de la burguesía situaba a los partidos conciliadores en una complicada situación: negar a la burguesía sus exigencias acerca de la ofensiva significaba romper la alianza con ella; aceptar su proposición significaba presentar a sus partidos ante los soldados, obreros y campesinos como partidos que defienden los intereses de la burguesía. Los líderes de los partidos conciliadores prefirieron lo segundo, con la esperanza de que el furor del defensismo aún era grande y se lograría lanzar a los soldados a la ofensiva.

Mientras sesionaba el Congreso de los Soviets, en Petrogrado maduraba espontáneamente una manifestación de obreros y soldados que reivindicaban del congreso la toma del poder en sus manos. La indignación de las masas proletarias de la capital por la política del Gobierno Provisional, amenazaba con transformarse en acción abierta. La situación se agravó con la disposición del Gobierno Provisional de apropiarse de la villa del antiguo dignatario zarista P. Durnovo, en la que se encontraban organizaciones obreras, sindicatos y un club obrero. Por eso, en señal de protesta, los obreros del distrito de Víborg se declararon en huelga. Al día siguiente, el paro abarcó 28 fábricas. La ocupación de la villa de Durnovo por el Gobierno no era más que un pretexto para iniciar la ofensiva. No era menor el descontento de los soldados por la política del Gobierno Provisional, quienes se desvivían por echarse a la calle.

Los bolcheviques conocían y tenían en cuenta el estado de ánimo de las masas. El CC del partido, junto con el Comité de Petrogrado, la Organización Militar y representantes de todos los distritos de la capital, acordó celebrar el 10 de junio una manifestación pacífica, acuerdo que apoyaron los dirigentes del Consejo Central de comités fabriles y los mayores sindicatos. Los partidos conciliadores decidieron frustrar la acción de las masas y, en vista de ello, Lenin escribía: "Los líderes eseristas y mencheviques, enredados en acuerdos con la burguesía y por la política imperialista de la ofensiva, se sintieron aterrados, viendo que perdían su influencia en las masas. Se alzó un griterío general contra la manifestación, en él que esta vez las voces de los demócratas constitucionalistas contrarrevolucionarios se unían a las de los eseristas y mencheviques"151. Aprovechando su mayoría en el Congreso de los Soviets, los conciliadores hicieron aprobar una resolución que prohibía la demostración, lo que era un atentado abierto contra los derechos revolucionarios del pueblo. Mas los bolcheviques no podían ir contra esta decisión del congreso. Las masas no estaban todavía preparadas para la acción abierta contra las fuerzas mancomunadas de la 151 V. I. Lenin. Las enseñanzas de la revolución. O.C., t. 34, pág. 66.

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burguesía, mencheviques y eseristas. Tomando esto en consideración, el CC del POSD(b)R acordó, en la noche del 10 de junio, suspender la manifestación. Con gran dificultad se logró retener a las masas.

Pero los conciliadores pusieron en juego una patraña provocadora de la supuesta "conspiración militar bolchevique" que amenazaba a las "conquistas revolucionarias". Con este pretexto, Tsereteli propuso desarmar a los obreros capitalinos y disolver inmediatamente las unidades de la guarnición de Petrogrado influenciadas por los bolcheviques.

Por indicación del CC del POSD(b)R y el Buró del grupo bolchevique en el Congreso de los Soviets, V. P. Noguín se dirigió a los delegados al congreso con una declaración, en la que se decía: "Teniendo plena conciencia de las consecuencias a las que conduce la política provocadora de semejante género, desenmascaramos ante el Congreso de toda Rusia y ante las masas populares que éste representa, y en primer lugar las masas proletarias, esta ofensiva del Gobierno Provisional que se prepara entre bastidores contra la revolución "152. El menchevique E. P. Gueguechkorn, presidente del congreso, interrumpió al orador y exigió poner fin a la lectura de la declaración de los bolcheviques. Esto era un caso sin precedentes para el período de desarrollo pacífico de la revolución, cuando todavía los líderes de los conciliadores se aferraban a las formas aparentes de la democracia. El texto de la declaración, que se prohibió leer en el congreso, fue publicado en el Pravda.

Los líderes eseristas y mencheviques que habían prohibido la manifestación, no podían, sin embargo, ignorar la indignación que colmaba a los obreros y soldados. Los delegados al I Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia, que visitaron en aquellos días las fábricas de la capital (Putílov, "Stari Parviainen", "Novi Lessner" y otras) y los cuarteles, informaban que por doquier se observaba descontento con la resolución que había tomado el Congreso de los Soviets. Los líderes eseristas y mencheviques decidieron maniobrar: acordaron celebrar la manifestación el 18 de junio bajo las consignas de confianza al Gobierno Provisional y aprobación de la ofensiva en el frente. En nombre del Congreso de los Soviets, se publicó un llamamiento al ejército, en el que se exhortaba a los soldados a ir al combate sin vacilar, por la libertad y la felicidad de la patria, sin temor ni desconfianza. Los bolcheviques decidieron encabezar la manifestación y comenzaron a prepararse enérgicamente para ese día.

Llegó el 18 de junio. Un potente torrente de manifestantes se encaminó hacia el Campo de Marte, donde se encontraban los sepulcros de los mártires de 152 I Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia, t. II, M.-L., 1931, pág. 23.

la revolución. Todas las empresas e instituciones de la capital estaban cerradas; se interrumpió la circulación del transporte. En la manifestación participaron cerca de medio millón de obreros y soldados. Sobre las columnas ondeaban centenares de banderas rojas, y con ellas arriadas pasaban las interminables filas junto a las tumbas de los caídos por la revolución. Los manifestantes proclamaban: "¡Paz sin anexiones!" y "¡Todo el poder a los Soviets!" A despecho de lo que esperaban los mencheviques y eseristas, los manifestantes, obreros y soldados de Petrogrado, exigían el paso del poder a los Soviets. No hubo ni una sola fábrica o regimiento que saliera a la manifestación con la consigna de confianza al Gobierno Provisional. Este fue un gran golpe para la política de los mencheviques y eseristas.

La manifestación demostró lo mucho que había aumentado la confianza de los obreros y soldados en los bolcheviques y lo populares que eran sus consignas revolucionarias. "La manifestación -escribía Lenin- ha disipado en pocas horas, como una nubecilla de polvo, toda esa vacua charlatanería sobre los bolcheviques conspiradores, y ha demostrado con irrefutable claridad que la vanguardia de las masas trabajadoras de Rusia, el proletariado industrial de la capital y sus tropas están, en su aplastante mayoría, por las consignas mantenidas siempre por nuestro partido"153. Manifestaciones y mítines de masas se celebraron también en Moscú, Tver, Ivánovo- Voznesensk, Kovrov y en una serie de grandes ciudades de las regiones nacionales. En la mañana del 18 de junio comenzaron a llegar a los puntos de concentración los obreros y soldados de Kíev. De allí las columnas de manifestantes se encaminaron a la Kreschátik, arteria central de la ciudad. En las banderas estaba escrito: "¡Todo el poder a los Soviets!" Cerca de 60.000 habitantes de Riga acudieron ese día al cementerio Brátskoe. Sobre las filas de los manifestantes se divisaban transparentes: "¡Abajo los 10 ministros capitalistas!" y "¡Todo el poder a los Soviets de obreros, soldados y campesinos sin tierra!"

En Petrogrado, Rusia Central y algunas regiones nacionales, las manifestaciones eran dirigidas por los bolcheviques y fue una demostración de la creciente conciencia política y del grado de organización de sus participantes. No obstante, en las regiones distanciadas del centro del país la indignación de las masas por la política contrarrevolucionaria del Gobierno Provisional no llegó a tener tanta fuerza ni fue tan amplia la incorporación como en la capital. Lenin señalaba que la principal particularidad de ese período era que la mayoría del pueblo no había

153 V. I. Lenin. El dieciocho de junio. O.C., t. 32, pág. 360.

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perdido todavía la confianza en los conciliadores154. Sin contar con la opinión y las reivindicaciones de

los obreros y soldados, el Gobierno Provisional emprendió la ofensiva en el frente. Decenas de miles de soldados fueron lanzados al combate por intereses ajenos a ellos.

Pero esta ofensiva, que realizó el ejército ruso en el mes de junio, fracasó. Durante los 10 días que duró, las bajas en el Frente Sudoeste ascendieron a cerca de 60.000 muertos y heridos155. A este precio tan caro pagaron los obreros y campesinos su confianza en los partidos pequeñoburgueses.

Por el país se extendió una oleada de mítines antibélicos de obreros y soldados. El descontento con la política contrarrevolucionaria del Gobierno Provisional y la ofensiva en el frente estaba a punto de reventar en una acción armada.

5. Fin de la dualidad de poderes. Los obreros y soldados tenían fuerzas suficientes

para derrocar al Gobierno Provisional y tomar el poder. Pero más difícil era mantenerlo, ya que la mayoría del pueblo confiaba aún en los mencheviques y eseristas,

Lenin tomaba todas las medidas para impedir las acciones armadas prematuras. El 21 de junio, Pravda publicó el artículo El Congreso de los Soviets y los obreros petrogradenses, en el que se explicaba la inconveniencia de la acción. El 22 de junio, esa misma cuestión se examinó en la reunión del CC del POSD(b)R con representantes de los comités locales, en la que se expresó también la opinión sobre la inconveniencia de la acción prematura. Pero resultaba extraordinariamente difícil contener a las masas. Los soldados del I Regimiento de Ametralladoras eligieron, el 3 de julio, un comité revolucionario provisional encargado de dirigir la acción y se enviaron delegados del regimiento a las unidades de la guarnición de Petrogrado y a las fábricas.

El odio hacia el Gobierno Provisional era tan grande que tampoco se logró contener a los obreros.

A pesar de todos los esfuerzos aplicados por los bolcheviques para contener la acción de las masas, los marineros de Kronstadt también acordaron dirigirse a Petrogrado.

El llamamiento a la acción era acogido por todas partes con ferviente aprobación. Los manifestantes se encaminaron hacia el Palacio de Táuride, a donde no tardó en llegar una columna de 30.000 obreros de la fábrica Putílov, que por el camino iba engrosándose con obreros de otras empresas. Los manifestantes se situaron en torno al palacio y designaron una delegación para comunicar al Comité Ejecutivo Central de los Soviets de diputados obreros y

154 V. I. Lenin. La revolución, la ofensiva y nuestro partido. O.C., t. 32, pág. 366. 155 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 1, pág. 127.

soldados y al Comité Ejecutivo del Soviet de diputados campesinos de toda Rusia las reivindicaciones sobre el paso de todo el poder a los Soviets. Los delegados declararon que la manifestación no se disolvería hasta que no se resolviese este problema.

Al encuentro de los manifestantes salió el eserista Chernov, ministro de Agricultura del Gobierno Provisional. Encaramado en un coche de alquiler y agitando unas cuartillas, gritaba que éstas eran las leyes tan esperadas, las cuales darían la tierra a los campesinos. El escritor norteamericano Albert Rhys Williams, testigo presencial de esta escena, contaría:

"Está bien -gritaron desde la multitud-. Pero sus leyes, ¿entrarán en vigor inmediatamente?

- Entrarán en vigor tan pronto lo permitan las circunstancias -respondió Chernov.

- Ya conocemos esas circunstancias -voceaba el gentío-. ¡No! Queremos que eso se realice ahora mismo, inmediatamente. ¡Entreguen inmediatamente toda la tierra a los campesinos! ¿Qué han estado haciendo ustedes todas estas semanas?

- ¡Yo no estoy obligado a rendirles cuentas de mis actos! -gritó Chernov, lívido de ira"156.

Los obreros y soldados, indignados, echaron al ministro y comisionaron por segunda vez una delegación al Palacio de Táuride. Esta vez salió a hablar con los manifestantes el líder de los mencheviques Chjeídze, pero al ver el estado de ánimo de los obreros y soldados, se metió a toda prisa en el recinto.

Ante el partido de los bolcheviques se planteó una tarea dificilísima: a pesar de la enorme tensión revolucionaria, era necesario conjurar la acción, impedir los choques armados. En vista de que era imposible evitar la manifestación, se acordó realizarla el 4 de julio bajo la consigna de "¡Todo el poder a los Soviets!" y darle un carácter pacífico. Para dirigirla, se creó una comisión especial que celebró una reunión con representantes de las unidades militares. Fueron elaboradas una serie de medidas para asegurar el orden y la disciplina entre los soldados y se enviaron a las unidades las instrucciones correspondientes. Por la mañana temprano del 4 de julio, en las barriadas obreras ya se distribuían octavillas de los bolcheviques invitando a participar en la manifestación pacífica.

Salieron a la calle los obreros y los soldados de la guarnición de Petrogrado, así como algunas unidades de Peterhof (actualmente Petrodvorets), Oranienbaum (hoy Lomonósov), Krásnoie Sielo y Kronstadt. Desde los distintos distritos de la capital, las columnas de manifestantes se dirigían hacia el Palacio de Kshesínskaya. Cuando los marineros de Kronstadt pasaban frente al palacio, Lenin les dirigió desde el balcón unas breves palabras, expresando la 156 A. R. Williams. Acerca de Lenin y de la Revolución de Octubre. M., 1960, pág. 103.

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seguridad de que la consigna de "¡Todo el poder a los Soviets!" debería vencer y vencería y exhortándolos a mantener serenidad, firmeza y vigilancia. En la manifestación participaba más de medio millón de personas.

A continuación, los manifestantes se dirigieron hacia el Palacio de Táuride. Aquí, representantes de 54 grandes empresas de Petrogrado, así como delegados de algunas unidades militares, participaron en la reunión conjunta del Comité Ejecutivo Central y el Comité Ejecutivo de los Soviets de diputados campesinos, en la que exigieron nuevamente que el Comité Ejecutivo Central de los Soviets tomase inmediatamente el poder en sus manos, rompiese con la burguesía imperialista, concertase una paz justa, entregase la tierra a los campesinos y realizase un control eficaz sobre la producción.

Los conciliadores hicieron caso omiso de estas reivindicaciones y acordaron prohibir la manifestación. Los mencheviques y eseristas, una vez más, se negaron a cumplir las exigencias de los obreros y soldados acerca de la torna del poder por los Soviets. Simultáneamente, el Comité Ejecutivo Central conciliador combinó con el Gobierno Provisional la adopción de medidas conjuntas para aplastar las acciones revolucionarias de los obreros y soldados. En varios distritos de Petrogrado se abrió fuego de fusil contra los manifestantes. En la comisión gubernamental creada para luchar contra el pueblo revolucionario, figuraban representantes del Comité Ejecutivo Central: el menchevique Skóbelev y los eseristas Avxéntiev y Gots. Al mismo tiempo, a Petrogrado fueron enviadas unidades militares del frente, en las que el Gobierno Provisional confiaba.

Una vez obtenido el apoyo de los mencheviques y eseristas, el Gobierno Provisional pasó a la ofensiva. El general P. A. Pólovtsev, comandante en jefe de la Región Militar de Petrogrado, ordenó al jefe del grupo de artillería de reserva de la guardia enviar piezas de artillería a la Plaza del Palacio y levantar los puentes, prohibió a los habitantes salir a la calle y prescribió a las unidades militares comenzar inmediatamente a "restablecer el orden"157.

En cumplimiento de esta orden, los cadetes, oficiales y cosacos atacaron a la manifestación pacífica de los trabajadores. Cuando las columnas de obreros pasaban por la Plaza Sennaya, en la iglesia de enfrente empezaron a sonar las campanas: era la señal para que los contrarrevolucionarios emboscados abriesen fuego de fusil y ametralladora contra los manifestantes. Disparaban desde las ventanas y tejados de las casas situadas en la esquina de la avenida Nevski y la calle Sadóvaya, en la avenida Liteini, en la Plaza Sennaya y cerca del Castillo de Ingenieros. Los que disparaban eran delincuentes sacados de la cárcel para este fin. Como 157 Los bolcheviques de Petrogrado en 19/7. Crónica de acontecimientos, pág. 329.

es natural, los soldados, atacados por los provocadores, tomaron medidas de autodefensa. Empezaron los choques armados. Las calles de la capital se tiñeron con la sangre de obreros y soldados. Hubo varios cientos de muertos.

Un destacamento de soldados atacó el local de la redacción del periódico Pravda. Los trabajadores que allí se encontraban fueron apaleados y detenidos. Ese mismo día fue desarticulada la tipografía Trud ("El Trabajo"), donde se imprimían periódicos bolcheviques. Por distribuir el Listok Pravdi ("La Hoja de la Verdad"), los contrarrevolucionarios asesinaron al obrero bolchevique I. A. Vóinov.

En la noche del 5 de julio, la reunión de los miembros del CC y del Comité petrogradense del POSD(b)R, dirigida por Lenin, acordó cesar la manifestación. En el llamamiento del CC del POSD(b)R se decía: "No den motivo alguno a la enfurecida reacción para que se nos acuse de violencias, no caigan en la provocación. Ninguna acción en la calle, ningún choque"158.

En la noche del 6 de julio, Pólovtsev, con la venia del Comité Ejecutivo Central de los Soviets, ordenó apoderarse del Palacio de Kshesínskaya y de la Fortaleza de Pedro y Pablo.

La reunión conjunta del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de diputados obreros y soldados y del Comité Ejecutivo del Soviet de diputados campesinos de toda Rusia, examinó el ametrallamiento de la manifestación y declaró que las medidas del Gobierno correspondían a los intereses de la revolución. Esto fue el colmo de degradación moral de los líderes de los partidos conciliadores. Declarando su solidaridad con los verdugos, los conciliadores dejaban completamente libres las manos a la contrarrevolución.

Debido a que se comenzó la persecución de los bolcheviques, el CC del POSD(b)R tomó el acuerdo de que Lenin pasara inmediatamente a la clandestinidad. En la mañana del 5 de julio, Y. M. Sverdlov lo comunicó a Lenin y éste, acatándose a la decisión del CC, abandonó el apartamento de los Elizárov y pasó al domicilio de M. L. Sulímova (calle Kárpovka, 25), donde permaneció hasta la mañana del 6 de julio. Este día, Lenin participó en la reunión de la Comisión Ejecutiva del Comité petrogradense del POSD(b)R, celebrada en la garita de los guardas de la fábrica "Renault Ruso". A propuesta suya, se acordó lanzar un llamamiento a los obreros para que éstos reanudasen el trabajo el 7 de julio.

La contrarrevolución continuaba la ofensiva. Se declaró el estado de guerra en Petrogrado. Todo el poder en la ciudad pasó a manos del general

158 El PCUS en la lucha por el triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre. 5 de julio-5 de noviembre de 1917. Compilación de documentos. M., 1957, pág. 30.

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Pólovtsev, comandante en jefe de la Región Militar de Petrogrado, al que le ayudaban los mencheviques y eseristas designados por el Comité Ejecutivo Central de los Soviets. Comenzó una campaña de salvaje acoso contra el Partido Bolchevique. Se pusieron en juego infundíos contra V. I. Lenin, amañados sobre la base de deposiciones de provocadores. El Gobierno Provisional acordó el arresto de Lenin. El 7 de julio, Lenin se ocultaba en el domicilio del obrero S. Y. Allilúev, viejo militante del partido159. Según cuenta el propio Allilúev, Lenin estaba tranquilo, escribía notas alentadoras a los camaradas y se reía con toda su alma de los rumores difundidos entre los petrogradenses acerca de que los principales culpables de los sucesos de julio y los agentes secretos de Guillermo habían huido a Alemania en un submarino.

En el domicilio de Allilúev se celebró una reunión que trató sobre la comparecencia de Lenin ante el tribunal. Para tratar de este problema, Sergó Ordzhonikidze fue al Comité Ejecutivo Central de los Soviets donde aclaró que este organismo no garantizaba la seguridad de Lenin. En vista de ello, se decidió que no podría haber ninguna conversación acerca de su comparecencia ante el tribunal. La permanencia de Lenin en Petrogrado era peligrosa. En la tarde del 9 de julio comenzó a prepararse para trasladarse a Sestroretsk: se afeitó la barba, se cortó el bigote y se vistió con un abrigo de color marrón y gorra de visera gris. Disfrazado de tal suerte y acompañado por N. A. Emeliánov, obrero de la fábrica de Sestroretsk, partió en el último tren de esa noche para la estación Razliv, donde residió varios días en el desván de la leñera que había en el patio de la casa de Emeliánov. Más tarde, haciéndose pasar por un segador, vivió en una choza a orillas del lago Razliv. Lenin trabajaba mucho, leía y escribía; con frecuencia le visitaban los camaradas, miembros del CC del partido.

Los acontecimientos del 3 y 4 de julio en Petrogrado resonaron con poderoso eco por todo el país. Las acciones de los obreros y soldados en otras regiones no sólo fueron la repercusión de los acontecimientos en Petrogrado, sino también el resultado lógico del desarrollo de las contradicciones clasistas y una demostración del creciente abismo que existía entre los líderes de los mencheviques y eseristas y las masas que ellos representaban en los Soviets; era una demostración de que si no fuese por la política traicionera de los mencheviques y eseristas, el Gobierno Provisional sería barrido por las masas de obreros y soldados revolucionarios que se habían levantado a la lucha.

El ametrallamiento de la manifestación pacífica de los obreros petrogradenses activó las fuerzas de la contrarrevolución. La burguesía comenzó a tomar 159 Lenin en 1917. Fechas de su vida y actividad (marzo-octubre), M., 1957, pág. 79.

medidas drásticas, extremas. El Gobierno Provisional formó una comisión especial para enjuiciar a los soldados y obreros que habían participado en la manifestación. Con ayuda de los "socialistas", la burguesía realizaba con gran éxito su política de represiones contra los obreros bolcheviques y los soldados revolucionarios.

El 8 de julio, el eserista Kerenski fue nombrado primer ministro. Una vez a la cabeza del Gobierno Provisional, dio la orden de reprimir con la fuerza de las armas todas las acciones revolucionarias en el ejército Tsereteli, titular del Ministerio del Interior, ordenó a los comisarios provinciales y regionales del Gobierno Provisional aplicar medidas urgentes y drásticas para terminar con todas las acciones arbitrarias en el ámbito de las relaciones agrarias160. Los terratenientes recurrían a las tropas para aplastar las acciones campesinas; a los campesinos los encarcelaban, enviaban a las compañías de castigo o desterraban a trabajos forzados.

Las conversaciones de los demócratas constitucionalistas con los representantes de los partidos socialistas terminaron el 24 de julio con la formación del segundo Gobierno coalicionista161. Los puntos fundamentales de su programa se reducían a continuar la guerra imperialista y a seguir luchando contra la revolución. El Gobierno Provisional, al que el CEC y el CE del Soviet de diputados campesinos de toda Rusia denominaron "Gobierno de salvación de la patria y la revolución", implantó la pena de muerte en el frente. Kerenski ordenó poner fin a la publicación y difusión de periódicos bolcheviques entre los soldados; se prohibieron las reuniones, congresos y mítines de los soldados. Así es como se puso fin a la dualidad de poderes. Concluyó el período pacífico de la revolución.

Encontrándose en la clandestinidad y siguiendo atentamente el desarrollo de los acontecimientos, V. I. Lenin no sólo valoró con gran precisión la situación creada en el país después de los sucesos de julio, sino que trazó el plan de la actividad ulterior

160 Boletín del Gobierno Provisional, 18 de julio de 1917. 161 Formaron parte de este Gobierno: A. F. Kerenski, ministro-presidente y ministro de la Guerra y la Marina; N. V. Nekrásov, ministro-presidente adjunto y ministro de Finanzas; ministros: N. D. Avxéntiev (eserista, del Interior; M. I. Teréschenko, de Asuntos Extranjeros; A. S. Zarudni (socialista popular), de Justicia; S. F. Oldenburg (demócrata constitucionalista), de Instrucción Pública; S. N. Prokopóvich (próximo a los demócratas constitucionalistas), de Comercio e Industria; M. V. Chernov, de Agricultura; A. M. Nikitin (menchevique) de Correos y Telégrafos; M. L Skóbelev, del Trabajo; A. V. Peshejónov, de Abastos; L N. Efrémov (Partido Radical Democrático), de la Beneficencia Pública; P. P. Yurenev (demócrata constitucionalista), de Vías de Comunicación; A. V. Kartashev (demócrata constitucionalista), procurador general del Sínodo; F. F. Kokoshkin (demócrata constitucionalista), Inspector del Estado.

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del partido, determinó su táctica en las nuevas condiciones, encaminada a preparar las fuerzas para conquistar el poder mediante la lucha armada. Terminó la dualidad de poderes; toda la plenitud del poder había pasado a manos de la burguesía contrarrevolucionaria. Los Soviets se convirtieron en un impotente apéndice del Gobierno Provisional. El partido de los bolcheviques, como dirigente y portavoz de los intereses de la mayoría del pueblo, debía preparar a los obreros y a los campesinos pobres para obtener el poder mediante la insurrección armada. Comenzaba una nueva etapa en el desarrollo de la revolución.

Capítulo III. Incremento de la crisis

revolucionaria. l. Curso hacia la insurrección armada. Los artículos escritos por Lenin después de los

sucesos de julio daban respuestas exhaustivas a las preguntas que entonces inquietaban a todo el partido.

La cuestión relacionada con la táctica de los bolcheviques en las nuevas condiciones estaba en el centro de la atención del VI Congreso del POSD(b)R, celebrado en Petrogrado del 26 de julio al 3 de agosto de 1917.

La inauguración del congreso corrió a cargo del viejo bolchevique M. S. Olminski. Los delegados aceptaron con clamorosos aplausos la proposición de elegir presidente de honor a V. I. Lenin, que entonces se encontraba en Razliv. El congreso inició sus labores en el distrito de Víborg, en la casa N° 37 de la avenida Bolshói Sampsónievski, bajo la custodia de obreros, y sus labores transcurrían en condiciones de desenfreno de la contrarrevolución, de furioso acosamiento a los bolcheviques. El 28 de julio, el Gobierno Provisional tomó una decisión especial en la que se confería al ministro del Interior y al de la Marina el derecho de "prohibir y clausurar cualquier reunión o congreso..." Esto era una preparación palmaria para desbaratar el congreso de los bolcheviques, por lo que sus labores ulteriores se desarrollaron en la clandestinidad. Las sesiones hubo que celebrarlas en diferentes locales del distrito de Narva y reforzar la custodia del congreso. Los piquetes de guardias rojos, apostados ocultamente, vigilaban día y noche, listos para hacer frente a los pogromistas contrarrevolucionarios.

Asistieron al congreso 267 delegados: 157 con derecho a voz y voto y 110 con derecho a voz. Entre ellos había muchos revolucionarios profesionales que pasaron la dura escuela de la clandestinidad, de las cárceles y de las deportaciones. De 171 delegados que llenaron cuestionarios, casi un 25% señaló que había comenzado su actividad en el partido antes del año 1905; como término medio, cada uno de ellos participaba en el movimiento revolucionario no menos de 10 años, y más de 8 años pertenecía a organizaciones bolcheviques. Por sus actividades

revolucionarias, 110 delegados habían cumplido en total 245 años de condena en las cárceles; 150 personas habían sido detenidas 549 veces. Al llegar la Revolución de Febrero, sólo 79 delegados se encontraban en libertad; los restantes estaban encarcelados, deportados o emigrados. Varios delegados desempeñaban destacados cargos en los organismos soviéticos y sindicales; 9 eran miembros del Comité Ejecutivo Central de los Soviets, 109 diputados a los Soviets locales; 55 habían terminado estudios superiores; los restantes poseían enseñanza media y primaria.

A pesar de las represiones, había aumentado la capacidad combativa de los bolcheviques y seguía creciendo su autoridad entre los trabajadores. En los tres meses transcurridos después de celebrarse la VII Conferencia (de Abril) del POSD(b)R y hasta la convocatoria del VI Congreso en julio, el número de organizaciones del partido se había más que duplicado: de 78 a 162. En este mismo período, el número de afiliados al partido había aumentado hasta 240.000162. Sobre todo habían engrosado mucho las organizaciones de los grandes centros industriales del país. La organización de Petrogrado, por ejemplo, registró un aumento desde 16.000 hasta 41.000 afiliados; la de Moscú, desde 7.000 hasta 15.000 afiliados. En vísperas de inaugurarse el VI Congreso, la Zona Industrial Central, incluida Moscú, contaba con 50.000 afiliados al partido; los Urales, con 25.000; el Donbás, con 16.000; Kíev y su región, con casi 10.000; el Cáucaso, con 9.000; la cuenca del Volga, con 13.000; Siberia, con 10.000 y las regiones del Báltico, con 14.000163.

Según los datos de la encuesta sobre la prensa partidaria, en aquel tiempo se editaban en el país 30 periódicos y 11 revistas bolcheviques con una tirada global de 235.000 ejemplares, sin contar el Pravda, cuya tirada diaria promedia era de 85.000 números. 27 periódicos y revistas se editaban en ruso y los restantes en letón, lituano, estonio, armenio, azerbaidzhano, georgiano y polaco. A raíz de los acontecimientos de julio, 8 periódicos fueron clausurados y Pravda aparecía con otros nombres.

Toda la labor del congreso del partido transcurría bajo la dirección de V. I. Lenin, aunque no pudo estar presente por encontrarse en la clandestinidad. Entre Lenin y el partido se logró organizar un enlace permanente. Por encargo del CC del partido, A. V. Shotrnan, delegado al congreso, visitaba casi diariamente a Lenin en Razliv. El delegado B. Z. Shurniatski señalaba que "la mano del jefe se hacía sentir por doquier. Tesis, proyectos, resoluciones y directivas, todo eso partía de Ilich..."164.

Las labores del congreso se centraron en torno a

162 VI Congreso del POSD(b)R. Agosto de 1917. Actas. M., 1958, pág. VII. 163 Ibídem, pág. 36. 164 Pravda, 4 de noviembre de 1927.

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la cuestión sobre el momento actual. En las jornadas de julio, el proletariado había sufrido una derrota temporal. Algunos funcionarios del partido vieron en ello el final de la revolución. El delegado al congreso E. A. Preobrazhenski y algunos más, alegando al atraso del país y al reducido número del proletariado, hicieron la conclusión de que en Rusia era imposible la revolución socialista. El destino ulterior de la revolución rusa -decían ellos-, depende enteramente del triunfo de la revolución proletaria en los países euroccidentales. También N. I. Bujarin cometió graves errores teóricos y políticos. El consideraba que todo el campesinado estaba en bloque con la burguesía imperialista y que no apoyaría al proletariado en la revolución socialista. Según la opinión de Bujarin, la clase obrera de Rusia debería contar, única y exclusivamente, con la ayuda del proletariado euroccidental. Tal característica del campesinado, como un todo único, no reflejaba la realidad objetiva, no tenía en consideración la diferenciación del campesinado, ignoraba a los campesinos pobres que se pronunciaban por la alianza con el proletariado. En todas estas intervenciones se traslucía la incomprensión de que la revolución en Rusia podría triunfar con las fuerzas del proletariado en alianza con los campesinos pobres. Bujarin y sus partidarios menospreciaban el papel que jugaba la alianza de la clase obrera y los campesinos pobres como fuerza decisiva para derrocar el poder de la burguesía.

El congreso señaló la plena inconsistencia de esas afirmaciones y puntos de vista que ponían el destino de Rusia en dependencia de la revolución en el Occidente. Apoyándose en la teoría leninista de la revolución socialista y en la conclusión de Lenin sobre la posibilidad del triunfo de la revolución en un solo país, el VI Congreso del POSD(b)R argumentó, bajo todos los aspectos, la existencia de premisas para la conquista del poder político en Rusia por la clase obrera y el campesinado pobre. El congreso estimaba que era totalmente posible un desarrollo de los acontecimientos en el país cuando "...el nuevo e inevitable auge de la revolución lleve al poder a los obreros y campesinos pobres antes de suceder la revolución en los países capitalistas de Occidente"165.

Todas las resoluciones del congreso estaban saturadas de la idea leninista sobre la alianza de la clase obrera y el campesinado pobre como fuerza decisiva en el triunfo de la revolución socialista. La liquidación total de la dictadura de la burguesía contrarrevolucionaria -se indicaba en la resolución del congreso sobre la situación política- podrá lograrla el proletariado revolucionario únicamente con el apoyo de los campesinos pobres.

En plena concordancia con las indicaciones leninistas, el congreso determinó la táctica del

165 VI Congreso del POSD(b) R, pág. 254.

partido en la situación creada a raíz de las jornadas de julio, cuando había desaparecido la posibilidad del desarrollo pacífico de la revolución. Ateniéndose a la proposición de Lenin, el congreso retiró temporalmente la consigna de "¡Todo el poder a los Soviets!" Pero esta resolución no significaba que el partido de los bolcheviques desistiera de la lucha por los Soviets. No se trataba de los Soviets en general, sino de los Soviets conciliadores que ahora desempeñaban el papel de apéndice del Gobierno Provisional burgués. El congreso exhortó a los bolcheviques a seguir en los Soviets y trabajar allí para conquistarlos.

El congreso determinó el curso de la insurrección armada para derrocar a la burguesía. En la resolución se subrayaba: "En el momento actual, el desarrollo pacífico y el paso del poder a los Soviets sin violencia son imposibles, ya que el poder ha pasado, en realidad, a manos de la burguesía contrarrevolucionaria.

En el momento actual, la única consigna correcta puede ser la liquidación total de la dictadura de la burguesía contrarrevolucionaria"166.

El congreso no exhortaba a la inmediata insurrección armada contra el Gobierno Provisional. Todavía no se había iniciado el nuevo auge revolucionario, del que Lenin escribiera que era condición imprescindible para la insurrección armada. Sin embargo, era evidente la inminencia de este auge, pues ningún problema de la revolución se había resuelto y la misión del partido consistía en propagar la necesidad de la insurrección armada.

El congreso eligió el Comité Central compuesto por 21 miembros167 y 10 miembros suplentes. Debido a que existía el peligro de que se suspendiese el congreso y fuesen detenidos los delegados, las elecciones al CC se celebraron antes de terminarse el congreso y en él no se dieron a conocer los resultados de la votación; solamente fueron anunciados los nombres de cuatro miembros del CC que habían recibido el mayor número de votos. Lenin fue nombrado el primero. Las decisiones del VI Congreso estaban saturadas de un verdadero internacionalismo proletario. En ellas se indicaba la necesidad de romper totalmente con los socialchovinistas y se subrayaba la unidad de tareas del proletariado de todos los países. El congreso formuló así la necesidad de la unión de las fuerzas del movimiento obrero internacional: "¡El socialismo revolucionario internacional contra el imperialismo

166 Ibídem, pág. 256. 167 V. I. Lenin, Artem (F. A. Serguéev), Y. A. Berzin, A. S. Búbnov, N. I. Bujarin, F. F. Dzerzhinski, G. E. Zinóviev, L. B. Kámenev, A. M. Kollontái, N. N. Krestinski, V. P. Miliutin, M. K. Muránov, V. P. Noguin, A. I. Ríkov, Y. M. Sverdlov, I. T. Smilga, G. y. Sokólnikov, I. V. Stalin, L. D. Trotski, M. S. Uritski y S. G. Shaumián.

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internacional!"168. El VI Congreso del POSD(b)R realizó una tarea

de enorme importancia histórica. Debido a que era imposible el desarrollo pacífico de la revolución en aquella etapa, el congreso encauzó al partido y al país hacia la conquista del poder mediante la lucha armada. Indicó al partido y a los trabajadores de Rusia el camino que libraría a los trabajadores de la opresión capitalista y terrateniente. Guiándose por las resoluciones de su congreso, el partido desplegó una ardorosa actividad entre los obreros, soldados, marineros y campesinos, preparándolos para la insurrección armada.

2. La derrota de la sublevación

contrarrevolucionaria del general Kornílov. El auge revolucionario, de cuya inevitabilidad

había hablado Lenin, llegó más pronto de lo que se podía esperar. Ello se debía a la lucha contra el levantamiento contrarrevolucionario del general Kornílov.

A pesar de que en el segundo Gobierno de coalición entraron siete "socialistas", no cabía la menor duda de que aquí el papel dirigente lo desempeñaba el Partido Demócrata Constitucionalista. Sin embargo, la burguesía imperialista no estaba satisfecha y decidió terminar de un golpe con los restos de la democracia, a los que consideraba nefastos para su política. Necesitaba un dictador, y lo halló en la persona del general Kornílov, jefe supremo de las Fuerzas Armadas, quien agradaba a los círculos gobernantes por su carácter reaccionario.

La elección fue aprobada por los imperialistas ingleses, franceses y norteamericanos. El embajador inglés George Buchanan declaró que Kornílov era el único hombre suficientemente fuerte y capaz de restablecer la disciplina en el ejército, tan necesario a los imperialistas para continuar la guerra169.

Kornílov comenzó a preparar la campaña contra la revolución. Empezó ordenando disolver 59 divisiones "ineptas para combatir". En realidad, en esta categoría de unidades se incluían, principalmente, las que mantenían espíritu revolucionario.

Al mismo tiempo, se inició la formación de batallones de choque para luchar contra la revolución. A finales de agosto, el Cuartel General logró formar 33 de estos batallones170. Hacia Petrogrado se desplazaban unidades cosacas. Se creaban organizaciones contrarrevolucionarias en las capitales, en una serie de grandes ciudades y en el ejército. Surgió el Comité Principal de la Alianza de

168 VI Congreso del POSD(b)R, pág. 263. 169 G. Buchanan. Mi misión en Rusia. Memorias de un diplomático, t. 2, Berlín, 1924, pág. 130. 170 Archivo Estatal Central Histórico-Militar, f. 2003, 1. 2, exp. 350, fol. 167.

Oficiales que se planteó la tarea de preparar las condiciones en el ejército y crear una fuerza armada para implantar la dictadura militar en el país.

En el II Congreso comercial-industrial de toda Rusia se fundó la Asamblea de Fuerzas Sociales compuesta por unas 300 personas, representantes del Partido Demócrata Constitucionalista y del de los octubristas. Aquí se aprobaron definitivamente todos los detalles para el golpe de Estado señalado y el establecimiento de la dictadura militar; también se eligió un Buró Permanente, del que formaron parte M. V. Rodzianko, P. P. Riabushinski, P. N. Miliukov, N. M. Kishkín, P. B. Struve, A. I. Shingariov y otros171. El 9 de agosto, Kornílov recibió el siguiente telegrama firmado por Rodzianko: "En la terrible hora de duras pruebas, la Rusia pensante le mira con esperanza y fe. ¡Que Dios le ayude en su gran hazaña de reunificar el potente ejército para la salvación de Rusia!"172.

El 12 de agosto, en el teatro Bolshók de Moscú se inauguró la Asamblea de Estado, convocada por el Gobierno Provisional. Sus partícipes eran representantes de organizaciones políticas, nacionales, comerciales, industriales y cooperativas, altos rangos del ejército, miembros de la Duma de Estado de las cuatro legislaturas y representantes del clero. La delegación de los Soviets estaba compuesta por mencheviques y eseristas.

El día de la inauguración de la Asamblea, los obreros de Moscú y de sus alrededores, respondiendo al llamamiento de los bolcheviques y pese a la prohibición del Gobierno Provisional y de las protestas de los mencheviques y eseristas de los Soviets moscovitas, declararon la huelga general en la que participaron más de 400.000 personas. Los obreros y soldados retuvieron un regimiento de cosacos que llegaba a Moscú y mantuvieron bajo un control avizor a las unidades militares fieles a Kornílov, acantonadas en la ciudad. "La huelga del 12 de agosto en Moscú -escribía Lenin-, demostró que el proletariado activo apoya a los bolcheviques…"173. Huelgas masivas de protesta contra la Asamblea de Estado tuvieron lugar en Ekaterimburgo, Kíev, Járkov, Vladímir, Gus-Jrustalni, Nizhni Nóvgorod, Tsaritsin, Sarátov, Kostromá y otras ciudades.

En la reunión del CC del partido, celebrada el 5 de agosto, se examinó la cuestión de la Asamblea y se acordó "organizar un grupo que elaboraría una declaración y abandonaría la Asamblea tan pronto como se inaugurase y eligiese la presidencia (antes

171 V. Komin. La bancarrota de los partidos burgueses y pequeñoburgueses de Rusia en el periodo de preparación y triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre. M., 1965, págs. 345-346. 172 Ibídem, pág. 346. 173 V. I. Lenin. Rumores sobre una conspiración. O.C., t. 34, págs. 77, 78.

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de comenzar la Asamblea sus labores)". Así procedieron los bolcheviques. En la Declaración de los bolcheviques, miembros de la delegación a la Asamblea de Moscú se desenmascaraban los planes conspirativos proyectados por la burguesía y se indicaba la necesidad de la lucha enérgica de los obreros y campesinos pobres contra la contrarrevolución.174

Mostrando celo ante la burguesía, el primer ministro Kerenski, sin cohibirse, declaró en su intervención que las tareas fundamentales del Gobierno eran continuar la guerra e imponer "el orden" en el ejército y en el país. Más tarde, Kerenski reconocería que merece la pena hojear el Izvestia ZIK ("Noticias del Comité Ejecutivo Central") de julio y agosto para convencerse de la lucha tan tensa que estaba librando el Comité Ejecutivo Central de los Soviets de diputados obreros y soldados contra el bolchevismo. Los ministros Prokopóvich y Nekrásov confirmaron que la política realizada por el Gobierno no sufriría cambios. El general Kornílov exigía el establecimiento de la dictadura militar en el país y la implantación de la pena de muerte no sólo en el frente, sino también en la retaguardia. De lo contrario, amenazaba con entregar Riga. El atamán175 cosaco Kaledin pronunció un discurso pogromista, propuso disolver los Soviets y comités y militarizar los ferrocarriles y la industria. A su vez, los líderes menchevique-eseristas Tsereteli, Chjeídze y Avxéntiev prometieron a la burguesía apoyar todas las medidas trazadas por ella para restablecer el "orden". Los conciliadores no objetaban, en principio, a los líderes burgueses la liquidación de los Soviets y comités en general, pero les aseguraban que aún no había llegado la hora de "quitar los andamios, pues no estaba terminada la construcción del edificio de la Rusia libre y revolucionaria"176. No se trataba de conservar los Soviets y comités, sino de fijar la fecha de su supresión. La posición tomada por los conciliadores en la Asamblea fue acogida con entusiasmo por los Estados aliados de Rusia. El Presidente de los EE.UU., W. Wilson, envió un telegrama a la Asamblea en el que la felicitaba y prometía "prestar toda clase de apoyo material y moral al Gobierno de Rusia"177.

Después de celebrarse la Asamblea de Estado, el Cuartel General se convirtió en el centro de la contrarrevolución, a donde venían a entrevistarse con Kornílov banqueros, fabricantes y líderes de los partidos contrarrevolucionarios; aquí se concentraban las fuerzas contrarrevolucionarias del generalato y de los demócratas constitucionalistas. Los representantes de los Estados Unidos, Inglaterra y

174 Actas del Comité Central del POSD(b)R, págs. 7-9. 175 Atamán: jefe de los cosacos. 176 Asamblea de Estado. Actas taquigráficas. M.-L., 1930, pág. 122. 177 Proletarii ("El Proletario"), 15 de agosto de 1917.

Francia prometieron ayudar a Kornílov en la lucha contra el movimiento revolucionario, En aquellos días, el embajador norteamericano Francis escribía al Secretario de Estado de su país: "Tenemos que hacer todo lo posible para apoyar y reforzar la situación existente aquí"178.

Con el fin de asestar un golpe en el propio corazón de la revolución, la burguesía decidió entregar Petrogrado a los alemanes. En el tiempo transcurrido desde el 23 de julio hasta el 18 de agosto, el Alto Mando ordenó retirar del sector de Riga, en el Frente Norte, 17 regimientos y gran cantidad de artillería que cubrían los accesos a la capital.

El 19 de agosto, las tropas alemanas iniciaron la ofensiva sobre Riga. El XII Ejército estuvo durante 26 horas seguidas rechazando los ataques del enemigo, pero no logró mantener la ciudad. La camarilla militar contrarrevolucionaria traicionó a las tropas rusas y entregó premeditadamente Riga, que fue ocupada por los alemanes el 21 de agosto. El enemigo se encontraba a las puertas del Petrogrado revolucionario. El Cuartel General aprovechó la situación creada como pretexto para acelerar el traslado de tropas fieles a él a la capital. La entrada de las tropas Kornílovianas en la capital estaba prevista para el día 27 de agosto. Los conspiradores esperaban que para esa fecha se organizasen en la ciudad manifestaciones de obreros y soldados, que el Gobierno Provisional tildaría de "motín bolchevique", proporcionando la posibilidad de aplastarlas con fuerzas armadas.

Los conspiradores calculaban apoderarse rápidamente de Petrogrado, desarmar a los obreros y a las tropas revolucionarias de la guarnición de Petrogrado y detener a los bolcheviques. Simultáneamente a la ofensiva de Kornílov sobre Petrogrado, el atamán A. M. Kaledin preparaba la sublevación en la Región de los Cosacos del Don. En la preparación del complot de Kornílov tomaron parte activa los representantes diplomáticos de los EE.UU., Inglaterra y Francia. Según atestiguaría el coronel norteamericano R. Robins, los automóviles blindados ingleses que participaban en la ofensiva sobre Petrogrado amenazaban con abrir fuego contra las unidades Kornílovianas en caso de que éstas se negaran ir más allá de Pskov. Cifrando sus esperanzas en Kornílov, los imperialistas extranjeros vinculaban con él la posibilidad del ulterior sojuzgamiento de Rusia y, principalmente, su participación activa en la guerra. Lenin configuró un cuadro preciso y completo sobre el plan del complot y de su magnitud. En la prensa apareció una serie de artículos suyos que trazaban el plan de acción del partido del proletariado en caso de que los Kornílovianos iniciasen la ofensiva. Lenin prevenía 178 Los bolcheviques petrogradenses en la Revolución de Octubre. L., 1957, pág. 251.

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categóricamente al partido de la inadmisibilidad de cualesquiera acuerdos con los mencheviques y eseristas en defensa del Gobierno Provisional; recomendaba dirigir el golpe principal contra la Korníloviada, sin debilitar al mismo tiempo la lucha contra Kerenski, lucha que sólo debería cambiar sus formas. En la carta enviada al CC del POSD(b)R, Lenin señalaba: "Vamos a combatir y combatimos a Kornílov, como lo hacen las tropas de Kerenski, pero nosotros no apoyamos a Kerenski, sino que desenmascaramos su debilidad... Es una diferencia bastante sutil, pero archiesencial y no se la puede olvidar"179.

El 27 de agosto, el CC y el Comité petrogradense del POSD(b)R, la Organización Militar aneja al CC del partido, el Consejo Central de comités fabriles y los grupos bolcheviques en el Comité Ejecutivo Central de los Soviets de diputados obreros y soldados y en el Soviet de Petrogrado hicieron público el llamamiento conjunto A todos los trabajadores, a todos los obreros y soldados de Petrogrado, exhortándoles a levantarse en defensa de la capital revolucionaria180.

En aquellos días, Petrogrado hacía recordar un avispero soliviantado. En las fábricas, unidades militares e instituciones, nada más que se supo la noticia del alzamiento de las tropas Kornílovianas contra el Petrogrado revolucionario, se celebraron mítines de protesta contra las acciones de la contrarrevolución. En las fábricas se organizaban destacamentos de la Guardia Roja.

Los Soviets distritales de Petrogrado desempeñaron un gran papel en la organización del proletariado capitalino para luchar contra la Korníloviada. La Asamblea interdistrital de los Soviets181, dirigida por los bolcheviques, desempeñó en realidad la función de Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado. La asamblea acordó incluir sus representantes en todos los organismos de combate con la contrarrevolución, crear inmediatamente la milicia obrera, para lo cual era necesario iniciar la confección de las listas de obreros revolucionarios, establecer el control directo de los Soviets distritales sobre los actos de los comisarios del Gobierno Provisional y organizar destacamentos móviles para detener a los agitadores contrarrevolucionarios182. Se 179 V. I. Lenin. Al Comité Central del POSD(b)R. O.C., t. 34, pág. 120. 180 El movimiento revolucionario de Rusia en agosto de 1917. Aplastamiento de la korniloviada. M., 1960, págs. 474-475. 181 La Asamblea interdistrital de los Soviets de Petrogrado y de sus alrededores fue creada por decisión del Soviet petrogradense. Después de los acontecimientos de julio, la dirección de la asamblea pasó a manos de los bolcheviques. 182 El movimiento revolucionario de Rusia en agosto de 1917. Aplastamiento de la korniloviada. M., 1960. M., 1959, págs. 483-484.

acordó también que todas las disposiciones dadas por los Soviets distritales pasasen a través de la Asamblea interdistrital. Las acciones resueltas de este organismo neutralizaban en grado considerable los obstáculos que ponían los líderes del Soviet petrogradense a la organización revolucionaria de las masas.

En aquellos días, el número total de guardias rojos en Petrogrado alcanzó las 13.000-15.000 personas183. Los destacamentos de la Guardia Roja eran una fuerza temible para el enemigo. A principios de septiembre, sólo en 12 fábricas del distrito de Víborg se inscribieron en la Guardia Roja más de 2.000 personas184. El Soviet del distrito de Víborg, ayudado por los guardias rojos, estableció en su territorio un orden público ejemplar, puso bajo su control los establecimientos comerciales y las imprentas, se dedicaba al armamento y la instrucción militar de los obreros. En las empresas del distrito se crearon destacamentos de obreros, y en los centros donde la mayoría la componían mujeres, se formaron destacamentos de hermanas rojas de la caridad. Las resoluciones e indicaciones del Soviet se cumplían sin objeción. En el distrito de Petrogrado, los guardias rojos impidieron que entrasen en la fábrica Langenzippen los cadetes que habían llegado con el pretexto de custodiar la empresa; crearon un centro distrital de lucha contra la Korníloviada y establecieron el servicio de guardia de obreros armados. El Soviet de diputados obreros y soldados de la fábrica de explosivos de Shlisselburgo organizó el control del despacho de pólvora. Los obreros de esta empresa enviaron a Petrogrado más de 200 cajas de explosivos para equipar a la Guardia Roja. En las fábricas de explosivos de Sestroretsk y de Ojta y en el Arsenal de Petrogrado, los obreros pusieron bajo su control la comunicación telefónica y se apoderaron de fusiles y de otro material bélico. En los distritos se organizaban destacamentos para abrir trincheras, construir casamatas y tender alambradas en torno a Petrogrado.

En la movilización y organización de las masas para combatir la Korníloviada participaron activamente los sindicatos y comités fabriles. Con ayuda de los últimos, los bolcheviques formaban destacamentos de la Guardia Roja, organizaban la vigilancia de las empresas, atajaban los intentos de los capitalistas de parar la producción y declarar lock-outs. En esos días se activó más el control obrero. Los comités fabriles obligaron a los empresarios a pagar a los obreros por las horas que dedicaban a la guardia en las empresas, por las que invertían en la construcción de fortificaciones o las que pasaban en los destacamentos de la Guardia

183 V. Stártsev. Relatos sobre la historia de la Guardia Roja y la milicia obrera de Petrogrado. M.-L., 1965, pág. 164. 184 Ibídem, pág. 163.

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Roja. El sindicato de metalúrgicos tomaba parte activa en la formación, pertrechamiento y financiación de los destacamentos obreros. El sindicato de chóferes y mecánicos automovilistas concedió todos los vehículos y talleres de reparación existentes. El sindicato de empleados del comercio y trabajadores de la alimentación asumió la organización del avituallamiento a los obreros y sus familias. El sindicato de impresores estableció el control sobre las tipografías de la ciudad, aseguró la salida de las ediciones extraordinarias y tiradas complementarias de periódicos y proclamas del Partido Bolchevique. Actuaban enérgicamente los ferroviarios del nudo de Petrogrado: retenían los convoyes de los Kornílovíanos en las estaciones de Luga, Dno, Gátchina, Pskov y otras, levantaban los rieles, metían en vías muertas los trenes con tropas Kornílovianas y averiaban sus locomotoras.

En el transcurso de tres días marcharon a luchar contra los Kornílovianos más de 10 destacamentos obreros de la fábrica Putílov185. Intensificaron sus acciones los obreros de muchas fábricas. Siguiendo el ejemplo de los obreros y respondiendo al llamamiento de los bolcheviques, por doquier se levantaban los soldados revolucionarios para combatir con los Kornílovianos.

La clase obrera encontró ardiente apoyo entre los soldados de la guarnición de Petrogrado y los marinos de la Flota del Báltico. Respondiendo al llamamiento del CC del POSD(b)R, salieron cuatro destructores de Helsingfors y dos de Reval186. El 30 de agosto, el Soviet de Reval acordó "enviar de esta ciudad unidades de tropas con artillería" para aplastar la sublevación Korníloviana. El Regimiento de Granaderos, los de Izmáilovo, Kexholm, Letonia, Moscú, Pavlovsk, Preobrazhenski y otros designaron destacamentos mixtos para defender Petrogrado.

En Kronstadt, el Comité Ejecutivo del Soviet puso bajo su control el telégrafo y la administración de correos, organizó una comisión especial de lucha contra la Korníloviada y envió a Petrogrado más de 3.000 marineros para combatir con los sublevados187.

Al comprender el peligro que se corría, las fuerzas revolucionarias del país se pusieron en movimiento.

En la etapa de lucha contra la Korníloviada, la alianza de la clase obrera y el campesinado pobre se manifestó como la fuerza decisiva de la revolución. Durante tres días, se logró crear en torno a Petrogrado una potente fuerza armada de obreros, soldados y marineros revolucionarios; en total, no

185 M. Mítelman. El año 1917 en la fábrica Putilov, L., 1939, pág. 137. 186 P. Sivkov. Los marinos de la Flota del Báltico en la lucha por el poder de los Soviets en 1917. M., 1946, pág. 170. 187 Los marineros del Báltico en la preparación y realización de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Documentos y datos. M.-L., 1957. pág. 198.

menos de 60.000 combatientes188. Los conjuradores no tenían ni un tercio de las tropas que se les enfrentaban en las cercanías de Petrogrado. Estaba claro que el complot fracasaría. Semejante correlación de fuerzas se produjo no sólo en Petrogrado, sino también en otros lugares donde los Kornílovianos se proponían actuar.

La lucha contra la Korníloviada estaba encabezada por el Partido Bolchevique. A. V. Lunacharski, entonces teniente de alcalde, escribiría acerca de aquellas jornadas: "Los eseristas y mencheviques de la Duma eran presa del pánico. Ahora veían en los demócratas constitucionalistas a fautores de Kornílov; y en nosotros, el apoyo y los salvadores... La Duma votaba unánimemente las proposiciones de carácter defensivo que nosotros proponíamos..."189.

El primer ministro Kerenski estaba de acuerdo con Kornílov en lo tocante a la lucha contra la revolución. Pero viendo en la persona del general un peligroso rival y asustado por la poderosa acción de las masas, capaces no sólo de liquidar la Korníloviada, sino también de barrer al Gobierno Provisional, el primer ministro declaró reos a Kornílov y demás generales rebeldes. En realidad, esta "lucha" entre Kerenski y Kornílov no se reducía más que a los métodos de aplastar la revolución.

Los líderes menchevique-eseristas declararon que apoyarían incondicionalmente a Kerenski en la batalla contra Kornílov, considerando a éste como "el mal mayor".

Desde la tarde del 27 de agosto hasta la mañana del día siguiente estuvo sesionando el Comité Ejecutivo Central de los Soviets y el Comité Ejecutivo de los Soviets de diputados campesinos. Debido a que en esos días los ministros del Partido Demócrata Constitucionalista presentaron la dimisión, la mayoría menchevique-eserista encomendó a Kerenski formar el Gobierno según su propio parecer. En esta sesión se aprobó una resolución para crear el "Comité de lucha popular contra la contrarrevolución", del cual formaron parte representantes de los partidos eserista y menchevique, del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de diputados obreros y soldados, del Comité Ejecutivo de los Soviets de diputados campesinos, del Consejo Central de los sindicatos y del Soviet petrogradense de diputados obreros y soldados. Los bolcheviques también entraron en el comité. Se creó un órgano de coalición para combatir el complot de Kornílov. En relación con esto, el CC del POSD(b)R informó a las organizaciones locales acerca de su táctica: "En aras de rechazar a la contrarrevolución, trabajamos en colaboración técnica e informativa con el Soviet, manteniendo una línea política

188 N. Y. Ivanov. El Gran Octubre en Petrogrado. L., 1957, pág. 207. 189 A. V. Lunacharski. Semblanzas. M., 1965, pág. 485.

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completamente independiente”190. Según datos incompletos, en los Soviets de 100 ciudades se crearon centros revolucionarios para luchar contra la Korníloviada191.

En la primera sesión, celebrada el 28 de agosto, el "Comité de lucha popular contra la contrarrevolución", aprobó la siguiente resolución compromisoria: "Reconocer necesario armar ciertos grupos de trabajadores para defender los barrios obreros, bajo la dirección inmediata de los Soviets y el control del comité"192. De este modo, el armamento de los obreros adquirió reconocimiento legal por parte de un organismo extraordinario, creado para combatir la contrarrevolución. No obstante, este comité, en el que predominaban mencheviques y eseristas, actuaba de un modo indeciso. Los verdaderos centros que organizaban la lucha contra los facciosos Kornílovianos eran el CC del POSD(b)R, el Buró de la Organización Militar y el Comité de Petrogrado.

Como resultado de las enérgicas acciones del CC del POSD(b)R y de los comités revolucionarios creados en las provincias, se hizo cenizas el plan encaminado a aplastar la revolución, ideado detalladamente y aprobado por el imperialismo internacional. La clase obrera y los soldados, que actuaban conjuntamente bajo la dirección del Partido Bolchevique, alcanzaron la victoria. Kornílov y algunos de sus allegados fueron detenidos. El aplastamiento de la Korníloviada no sólo fue una seria derrota de la burguesía de Rusia, sino también de los que estaban detrás de ella: los imperialistas ingleses, franceses y norteamericanos.

Organizando a las masas para aplastar el complot Korníloviano, los bolcheviques realizaban una singular táctica de unidad de acción, creaban intensamente el ejército político de la revolución socialista. Lo conseguido en unos días de lucha contra la Korníloviada no hubiera podido hacerse en varios meses de desarrollo ordinario de la revolución. La sublevación Korníloviana demostró claramente la bancarrota de la política de los conciliadores. Los campesinos y soldados abandonaban a los eseristas y pasaban al lado de los bolcheviques. Era una demostración de que sólo el poder de los obreros y campesinos pobres podía impulsar a la revolución y consolidar sus conquistas. La lucha contra la Korníloviada ayudó a muchos soldados y obreros a desechar las ilusiones de que mediante un acuerdo con la burguesía se podría lograr la salida de la guerra imperialista, el establecimiento del control obrero sobre la producción y la entrega de las tierras

190 Correspondencia del Secretariado del CC del POSD(b)R con sus organizaciones locales, t. I, M., 1957, pág. 31. 191 N. Ivanov. La korniloviada y su aplastamiento. L., 1965, pág. 184. 192 Citado por V. Stártsev. Obra indicada, pág. 147.

de los terratenientes a los campesinos. Los soldados, particularmente los de los frentes Norte y Oeste, así como los de muchas guarniciones de retaguardia, rompían con la política de los partidos conciliadores y se pasaban al lado de los bolcheviques.

A finales de agosto y principios de septiembre de 1917, es decir, durante el combate con la Korníloviada, en el país se creó una situación muy peculiar. El poder del Gobierno Provisional en la capital y las provincias se había debilitado y minado su autoridad; en cambio, los Soviets y comités activaron su labor. De nuevo surgieron posibilidades reales para el paso pacífico del poder a manos de los Soviets. El partido de los bolcheviques decidió aprovechar esa posibilidad para evitar víctimas innecesarias. En el artículo Acerca de los compromisos, escrito el 1 de septiembre, Lenin planteó el problema del compromiso con los partidos pequeñoburgueses. "Es un compromiso por nuestra parte -escribía Lenin- retornar a nuestra reivindicación de antes de julio: todo el poder a los Soviets, formación de un Gobierno constituido por eseristas y mencheviques, responsable ante los Soviets". Y más adelante señalaba: "Sólo en nombre de este desarrollo pacífico de la revolución, posibilidad extraordinariamente rara en la historia y extraordinariamente valiosa, exclusivamente rara, sólo en nombre de ella, pueden y deben, a mi parecer, los bolcheviques, partidarios de la revolución mundial y de los métodos revolucionarios, aceptar tales compromisos”193.

Los Soviets debían y podían tomar todo el poder y formar un Gobierno soviético, proponer inmediatamente a todos los pueblos beligerantes la paz basada en condiciones democráticas, declarar abolida sin pago de rescate la propiedad privada de la tierra, entregar ésta a disposición de los comités campesinos e implantar el control obrero sobre la producción y el consumo. A condición de que se garantizase la plena libertad de agitación, igual que antes de julio, los bolcheviques podrían lograr el incremento de su influencia y conquistar la mayoría en los Soviets. En aquel tiempo nadie podría pensar en oponer resistencia a los Soviets, al igual que en el período anterior a julio.

No obstante, pronto desapareció la posibilidad del desarrollo pacífico de la revolución. Los mencheviques y eseristas, que se encontraban en la dirección de los Soviets, se coaligaron nuevamente con la burguesía. El 1 de septiembre, el Gobierno Provisional publicó un decreto por el cual el Imperio Ruso pasaba a llamarse República de Rusia. Para su gobernación, se creó un "directorio" compuesto por cinco personas y presidido por Kerenski. Y aunque en el "directorio" no figuraban legalmente representantes de los demócratas constitucionalistas, 193 V. I. Lenin. Acerca de los compromisos. O.C., 1. 34, págs. 134-135.

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en la práctica era una forma solapada de alianza entre la burguesía y los partidos pequeñoburgueses. El 2 de septiembre, el Comité Ejecutivo Central de los Soviets, cediendo a la petición de los líderes eseristas y mencheviques, aprobó una resolución de apoyo al "directorio". Este era un poder bonapartista contrarrevolucionario, una forma de dictadura de la gran burguesía que, apoyándose en la camarilla militarista, maniobraba entre las clases beligerantes, que más o menos se equilibraban entre sí, y se protegía con consignas de "interés nacional al margen de las clases". Hablando de los líderes de los partidos menchevique y eserista, Lenin señalaba que ellos se habían "vuelto a hundir en la charca de los sucios y viles regateos con los demócratas constitucionalistas"194.

3. La ruina económica. La previsión de Lenin acerca de la inevitabilidad

de un nuevo auge revolucionario fue confirmada a través de todo el desarrollo ulterior de los acontecimientos. Una de las evidentes manifestaciones de que maduraba la crisis era la ruina económica.

El Gobierno Provisional no se preocupaba por evitar el desastre económico. En 1917, es decir, en el tercer año de guerra, el transporte ferroviario se encontraba en estado de decadencia. Se reducía el suministro de materias primas a las fábricas; disminuyó la extracción de hulla. Tan sólo en el Donbás, desde marzo hasta septiembre, descendió en un 23,4%195. Comparando con 1913, año anterior a la guerra, la fundición de arrabio se rebujo de 282,9 millones a 190,5 millones de puds, y la producción de hierro y acero, bajo de 246,5 millones a 155,5 millones de puds196. Los gastos de guerra alcanzaban sumas astronómicas. En 1915, Rusia invertía diariamente en la guerra 25 millones de rublos, ascendiendo en 1917 a la suma de 58 millones de rublos197. Comparando con 1916, el presupuesto de guerra aumentó casi la mitad, lo que, sin duda, caía con todo su peso sobre los hombros de los trabajadores. Para cubrir el déficit presupuestario, el Gobierno Provisional inundó el país con papel moneda, cuyos billetes se llamaban "kérenki". Si desde el inicio de la guerra hasta febrero de 1917 había en circulación 8.200 millones de rublos en papel moneda, durante los últimos ocho meses ya estaban circulando cerca de 9.500 millones de rublos

194 V. I. Lenin. Del diario de un publicista. O.C., t. 34, pág. 262. 195 La situación económica de Rusia en vísperas de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Documentos y datos, par. 2, M.-L., 1957, pág. 86. 196 P. I. Liáschenko. Historia de la economía nacional de la URSS, 1. 2, M., 1956, pág. 669. 197 La situación económica de Rusia en vísperas de la Gran Revolución Socialista de Octubre, p. 2, pág. 379.

más198. El rublo perdía su valor de día en día. Aumentaba la deuda estatal de Rusia, llegando a la suma de 49.00050.000 millones de rublos, de la que cerca de 12.000 millones pertenecían al capital extranjero199.

La burguesía, tratando de aplastar la revolución ascendiente, declaraba lock-outs y cerraba empresas, con lo que acrecentaba la ruina económica. Mediante el sabotaje y los lock-outs, los capitalistas calculaban poner de rodillas al pueblo revolucionario. Desde marzo hasta julio de 1917, en el país se cerraron 568 empresas, cuya mayoría pertenecía a la industria de labrado de metales200. En octubre, los propietarios se disponían a cerrar otras empresas en las que trabajaban 300.000 personas201. Es difícil calcular el daño material que la burguesía causó a la economía de Rusia con su política de lock-outs y sabotajes. El Comité Económico Principal anejo al Gobierno Provisional legalizó, en septiembre, los lock-outs como medio de lucha contra el proletariado. Según datos oficiales, desde marzo hasta septiembre de 1917 se registraron 114.000 parados en la Zona Industrial Central202.

La campaña de la burguesía contra la clase obrera iba acompañada de una ofensiva dirigida contra el nivel de vida de los trabajadores.

En una reunión conjunta de la Directiva Central del sindicato textil y de sus 16 secciones, celebrada a finales de agosto, se señalaba que "últimamente, los fabricantes se niegan a cumplir los convenios concertados con el sindicato, dando motivo a muchos conflictos"203. Amenazando con cerrar las empresas, los capitalistas exigían de los obreros la renuncia a la jornada laboral de 8 horas, esa importantísima conquista de la clase obrera.

En el país subieron muchísimo los precios de los productos alimenticios y de los artículos de primera necesidad. Sólo en septiembre y octubre de 1917 aumentaron en un 340% y alcanzó un 1.020% en comparación con el nivel de anteguerra204. Mientras tanto, el salario de los obreros quedaba muy a la zaga de la incesante alza de los precios. En septiembre, el salario en varias empresas de Moscú no superaba 2

198 A. L. Sídorov. La situación financiera de Rusia en los años de la I Guerra Mundial (1914-1917). M., 1960, págs. 143,144. 199 Ibídem, págs. 92, 518, 526. 200 A. M. Pankrátova. Los comités fabriles de Rusia en la lucha por la fábrica socialista. M., 1923, pág. 218. 201 Historia de la guerra civil en la URSS, 2ª ed., t. 1, M., 1939, pág. 191. 202 G. A. Trukán. En torno a la cuestión del salario del proletariado de Rusia en vísperas de la Revolución de Octubre. "Istoria SSSR" ("Historia de la URSS"), 1959, Nº 6, pág. 119. 203 Archivo Central Estatal de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 5457, 1. 1, exp. 5, fol. 23. 204 M. P. Kojn, Índices de precios en Rusia. M., 1926, pág. 160.

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rublos al día. "Con este salario -comunicaban los obreros en una de sus cartas- sólo puede uno morirse de hambre, pero no vivir"205. Para el mes de octubre, los salarios de las empresas textiles de Shuisk habían aumentado, como promedio, en 3,5 veces, en comparación con el período de anteguerra, mientras que los precios de los productos alimenticios habían subido 912 veces. En Gus-Jrustalni, el mínimo de vida de un obrero con su familia era de 248 rublos, sin embargo, él ganaba cuatro veces menos206. Los impuestos del azúcar, té, cerillas, keroseno, tabaco y otros artículos de consumo aumentaron en cinco veces, comparando con 1916207. Mientras tanto, la burguesía seguía llevando una lucha tenaz contra la elevación de los salarios e incluso exigía la reducción de éstos.

La burguesía, tratando de someter a los obreros mediante el agotamiento, inició la organización del hambre en el país. El millonario Riabushinski declaró cínicamente en el II Congreso de la Unión de Comercio e Industria de toda Rusia que la mano descarnada del hambre debería atenazar a la revolución por la garganta y estrangularla. La burguesía acaparaba y ocultaba los productos alimenticios.

En agosto de 1917, el Gobierno Provisional subió los precios del pan en dos veces, prohibiendo a los empresarios elevar los salarios a los obreros. El Gobierno señalaba que la aprobación de esa decisión era necesaria para restablecer la "justicia" e igualar con las "demás clases" la situación del agricultor. Los principales detentares de cereales comerciables eran los terratenientes y kulaks, por eso el alza de los precios del pan, realizada por el Gobierno, los bolcheviques la calificaban, con mucha razón, como un daño directo al pueblo hambriento, a los millones de campesinos y obreros que compraban el pan, y como un regalo directo a los terratenientes208.

En el otoño de 1917, muchas provincias consumidoras de la zona central de Rusia se encontraban en una situación dificilísima. Los suministros de comestibles se reducían de mes en mes. Si a principios de abril Moscú y las provincias centrales recibían el 43,4% de los víveres planificados, en septiembre el abastecimiento ya se había reducido hasta el 15,2%209. En las ciudades empezaba a sentirse mucho el hambre. En Moscú, por ejemplo, se daban 100 gramos de pan por

205 Archivo Central Estatal de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 5457,1. 1, exp. 29, fol. 66. 206 G. A. Trukán. En torno a la cuestión del salario..., pág. 119. 207 Archivo Central Estatal de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 5457,1. 1, exp. 32, fol. 52. 208 Rabochi Put ("La Senda Obrera"), 14 de octubre de 1917. 209 G. A. Trukán. En torno a la cuestión del salario..., pág. 122.

persona y a veces ni siquiera había eso. En el otoño de 1917, la situación con los productos alimenticios ya era catastrófica.

También en el frente reinaba una situación muy penosa con los comestibles. Uno de los intendentes militares escribía: "El autócrata más terrible- el hambre- ya exhala su aliento directamente en el ejército. Parte de las panaderías ya han cesado de funcionar y dentro de dos o tres días, se pararán las restantes por falta de harina”210.

Y esto ocurría en un país que todavía contaba con grandes reservas de trigo cosechado en los años 1915-1916. Baste decir que sólo la región de Novorossiisk disponía de 374 millones de puds de sobrantes cerealistas211 y podía, sin esforzarse, alimentar a ambas capitales y a las provincias hambrientas. Pero el trigo se encontraba en poder de los kulaks, terratenientes y comerciantes que se habían planteado la tarea de estrangular la revolución con ayuda de la mano descarnada del hambre. Para mejorar la situación con los productos alimenticios, era necesario concentrar su distribución en manos del Estado y prohibir el comercio privado con estos productos. Pero el Gobierno Provisional, debido a su naturaleza clasista, no recurrió a esas medidas. Los acopios de cereales, realizados por el Ministerio de Abastos para el ejército y la población, seguían descendiendo: en julio constituyeron 28.000 puds y en agosto, 19.700 puds, o sea, el 16,9% del plan212. Estaba claro que el Gobierno burgués era incapaz de resolver el problema de la alimentación, así como otros acuciosos problemas, en interés de las masas trabajadoras.

La catástrofe de proporciones sin precedentes continuaba tomando fuerza. La responsabilidad por la situación creada, la burguesía y los líderes menchevique-eseristas intentaban descargarla sobre los bolcheviques que con su política "minaban los pilares estatales".

El Partido Bolchevique hacía todo lo posible para salvar al país de la amenazante catástrofe. En el mes de septiembre, V. I. Lenin dedicó a este importantísimo problema un trabajo especial titulado La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla, en la que señalaba que los tormentos de la guerra, el hambre y la ruina que estaba sufriendo el país eran el resultado del mangoneo de la burguesía y los terratenientes, apoyados por los partidos de los eseristas y mencheviques; que precisamente la burguesía y los partidos conciliadores eran los verdaderos culpables de la calamitosa situación del pueblo.

210 Se cita por el libro de G. P. Gólikov Esbozo de la historia de la Gran Revolución Socialista de Octubre. M., 1959, pág. 213. 211 La situación económica de Rusia en vísperas..., p. 2, pág. 280. 212 P. I. Liáschenko. Obra citada, t. 2, pág. 668.

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Lenin subrayaba que nada salvaría al país del hundimiento si no se tomaban medidas revolucionarias, tales como el control sobre la producción y la distribución, la nacionalización de los bancos y su unificación en un Banco de Estado y la nacionalización de la gran industria.

Las medidas económicas propuestas por Lenin en nombre del Partido Bolchevique para salvar al país de la catástrofe que se avecinaba, eran al mismo tiempo pasos necesarios para seguir adelante, hacia el socialismo.

"En la Rusia del siglo XX, que ha sabido conquistar por la vía revolucionaría la república y la democracia, es imposible avanzar sin caminar hacia el socialismo, sin dar pasos hacia él..."213. Únicamente el proletariado, encontrándose en el poder, podría salvar al país de la catástrofe; únicamente el proletariado podría llevar a cabo las medidas que garantizasen la renovación económica de Rusia y un mejoramiento radical en la situación de las masas trabajadoras. Los pueblos de Rusia deberían confiar su suerte al proletariado, de lo contrario al país le amenazaría la ruina.

Las conclusiones de Lenin, quien estaba plenamente convencido del próximo y grandioso futuro de Rusia, se asentaban en una base estrictamente científica, en el análisis marxista de la situación económica y política del país. Lenin veía con claridad que Rusia se había aproximado de lleno a la revolución socialista que cortaría el "nudo gordiano" de los problemas sociales candentes. En Rusia existía una gran concentración de capital industrial-financiero; tenían gran influencia las agrupaciones monopolistas que comenzaron a convertirse, sobre todo en los años de la I Guerra Mundial, en capitalismo monopolista de Estado.

4. El auge revolucionario en el país en el otoño

de 1917. El acrecentamiento de la crisis revolucionaria en

el país se manifestó con un nuevo auge revolucionario. La realización de las reivindicaciones de la clase obrera respecto a la elevación del nivel de vida, al mejoramiento de la situación con los abastos, a la jornada laboral de 8 horas y otras tropezaba con la cuestión del poder. En la reunión conjunta de los Comités Ejecutivos de los Soviets de Moscú, celebrada el 18 de octubre, los representantes de numerosos sindicatos señalaban que los obreros entendían perfectamente la inevitabilidad de la acción general bajo la consigna de "¡Todo el poder a los Soviets!" para mejorar la situación214. El hecho de que las masas proletarias comprendiesen la necesidad de dar la batalla decisiva a la burguesía, llevó al

213 V. I. Lenin. La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla. O.C., t. 34, pág. 192. 214 E. Ignátov. El Soviet de Moscú en 1917. M., 1925, pág. 344.

cambio en las formas y la envergadura de la lucha clasista. En lugar de las huelgas aisladas, con frecuencia espontáneas, vinieron las acciones organizadas de los obreros a nivel de ramas enteras de la industria o de grandes zonas del país. La bolchevización de los Soviets, sindicatos y comités fabriles creaba condiciones para organizar esas acciones del proletariado. En las regiones donde la clase obrera componía un exiguo grupo de población (Siberia, Asia Central, Cáucaso), la huelga general no era una condición obligatoria que precediera al paso del poder a manos del proletariado, mientras que en las grandes zonas industriales (en los Urales, el Donbás y la Zona Industrial Central), las huelgas generales, a la par con la implantación del control obrero, eran el medio principal en la preparación de las masas para la lucha armada. Es notorio lo siguiente: en marzo de 1917, hubo 66 acciones obreras distintas; y en septiembre, 880215, es decir, las acciones obreras aumentaron en más de 10 veces. Las huelgas de obreros surgían una tras otra, incorporándose a la lucha masas cada vez más amplias de trabajadores, soldados y campesinos.

En las condiciones cuando estaba madurando la crisis nacional, este movimiento se convirtió rápidamente en la lucha por el derecho a ejercer el control obrero sobre la producción y por liquidar el régimen capitalista.

Debido a que los empresarios no desearon aceptar la nueva tarifa, en agosto comenzó, en Moscú y sus alrededores, la huelga de los curtidores, que poco más tarde se convirtió en huelga general, en la que participaban 100.000 obreros. Esta huelga fue apoyada por los obreros de Petrogrado, Vladímir, Oriol y otras ciudades. El Comité moscovita del POSD(b)R exhortaba a los obreros de Moscú a prestar ayuda a los huelguistas. "La causa de los curtidores -se indicaba en el llamamiento- es la causa de todos los obreros...

¡Camaradas! Muestren su solidaridad. Acudid en ayuda de los camaradas curtidores y la victoria será completa".

La huelga económica de los curtidores, la cual duró más de dos meses, se convirtió al fin en huelga política. A principios de octubre, los curtidores aprobaron una resolución sobre la entrega de todo el poder a los Soviets y exigieron expropiar las empresas de los capitalistas que no deseasen ponerse de acuerdo con los obreros. Sin esperar indicaciones del Comité Huelguístico Central, que mantenía una táctica de expectación, los comités fabriles iniciaron el inventario de las mercancías y máquinas. Estas acciones de los huelguistas obligaban a los empresarios a aceptar la mayor parte de las reivindicaciones de los obreros.

En la noche del 24 de septiembre estalló la huelga 215 El movimiento campesino en 1917. M.-L., 1927, suplemento.

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general de los ferroviarios. El CC del POSD(b)R consideraba que su misión en aquel período era hacer todo lo posible para que los obreros de las vías férreas no se encontrasen aislados en su lucha contra la burguesía y llamaba a los obreros de otras ramas a expresar su solidaridad proletaria con los huelguistas. El Gobierno Provisional se vio obligado a aceptar el aumento de sueldos de los ferroviarios. El Comité Ejecutivo de Ferroviarios de toda Rusia, en su mayoría compuesto por conciliadores, declaró el 27 de septiembre el cese de la huelga. Los obreros de algunos ferrocarriles declararon abiertamente que no se subordinarían a este comité y continuaron el paro, expresando de ese modo su protesta contra la política de los partidos conciliadores.

En la historia de movimiento obrero, inscribió una brillante página el proletariado de Bakú. Bajo la dirección de P. A. Dzhaparidze, I. T. Fiolétov y M. A. Azizbékov, el 27 de septiembre comenzó la huelga de los petroleros de Bakú, en la que participaban más de 30.000 personas. Les apoyaron los obreros de otras empresas, los soldados revolucionarios de la guarnición de la ciudad y los marinos de la Flota Mercante del Caspio. Los propietarios de las explotaciones petrolíferas se vieron obligados a capitular y a concertar un convenio colectivo con los obreros.

Una de las mayores acciones del proletariado ruso en vísperas de la Revolución de Octubre fue la huelga de los obreros textiles de la Zona Industrial Central, organizada por los bolcheviques. En septiembre, en Moscú se formó el Comité Central Provisional de toda Rusia del sindicato, encabezado por los bolcheviques M. V. Rikunov e Y. E. Rudzutak. Los obreros del textil exigieron de los fabricantes el aumento de sueldos. Estos se negaron incluso a discutir esta reivindicación y, en respuesta, declararon lock-outs en varios lugares. Los obreros contestaron ocupando las fábricas y deteniendo a los patronos.

El 21 de octubre estallaron huelgas en Ivánovo-Voznesensk, Shuia, Kostromá, Kovrov y Kíneshma, en las que participaron cerca de 300.000 obreros de la industria textil216.

Los capitalistas, con la ayuda del Gobierno Provisional, intentaron frustrar la huelga, pero tropezaron con la monolítica resistencia de los obreros. Los huelguistas establecieron el control en muchas empresas, pusieron guardia armada y prohibieron sacar de las fábricas la producción acabada.

Son muy significativas la firmeza y la inconciliabilidad para con los explotadores, que manifestaron los mineros del Donbás en septiembre de 1917. Por disposición del Soviet de Scherbínovka, los obreros confiscaron los pozos que pertenecían a 216 La Gran Revolución Socialista de Octubre. Crónica de acontecimientos, t. IV, M., 1959, págs. 531, 532.

los más contumaces saboteadores, quienes fueron arrestados por desobedecer las resoluciones del comité distrital de control obrero. Cuando el Gobierno se enteró de este acontecimiento de extraordinario carácter, Kerenski exigió poner inmediatamente en libertad a los patronos y devolverles las minas, y ordeno también arrestar, por "arbitrariedad y anarquía"217, a los miembros del Soviet que habían aprobado la resolución antigubernamental. Pero los mineros se negaron a cumplir esta exigencia de Kerenski. Temiendo que la acción de los obreros adquiriese un carácter más amenazante, el Gobierno Provisional envió al Donbás, "para mantener el orden", unidades cosacas del atamán Kaledin y trasladó del Frente Rumano una división de caballería218. No obstante, estas medidas del Gobierno Provisional no quebrantaron la voluntad de los mineros. El atamán Kaledin terminaba así el Informe enviado al Gobierno: Los obreros han declarado que no devolverían las minas y que no deseaban reconocer más poder que el de los Soviets.

En este mismo mes de septiembre, también estallaron huelgas en Kíev, Ekaterinoslav, Odesa y otras ciudades de Ucrania. Los choques abiertos de la clase obrera con la burguesía tenían un carácter político muy elocuente. La Conferencia de la región de Járkov del sindicato de metalúrgicos del Sur de Rusia aprobó una resolución sobre el paso del poder a manos de los Soviets.

Por su envergadura, las acciones obreras del otoño de 1917 superaban muchísimo al movimiento huelguístico en vísperas del derrocamiento de la autocracia. En enero y febrero de 1917, en el país participaron en las huelgas cerca de 700.000 obreros, mientras que en agosto-octubre fueron al paro cerca de 2.000.000 de personas219. Las acciones de los obreros en septiembre y octubre de 1917 estaban encaminadas a solucionar la principal tarea de la revolución: la toma del poder. Para el otoño de 1917, el partido de los bolcheviques ya había logrado ganarse a la clase obrera y prepararla para el combate decisivo contra la burguesía, por el triunfo de la revolución socialista.

El acrecentamiento de la crisis revolucionaria en el país se caracterizaba también por la intensificación del movimiento campesino. La experiencia acumulada en los meses de revolución transcurridos demostró a los campesinos que el Gobierno Provisional, en el que se encontraban los líderes de los mencheviques y eseristas, no estaba dispuesto a

217 I. S. Chernomaz. La lucha de la clase obrera de Ucrania por el control sobre la producción. Járkov, 1958, pág. 91. 218 Ibídem, pág. 92. 219 Los cálculos se han efectuado por las recopilaciones de documentos y monografías aparecidas en 1957-1963, así como por la prensa periódica de 1917.

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resolver el problema agrario. Los hechos demostraban que los eseristas habían renunciado a su programa agrario, sustituyéndolo por el proyecto reaccionario de la ley agraria, propuesto por el eserista S. L. Máslov, ministro de Agricultura. "El partido eserista -escribía Lenin- ha engañado a los campesinos: ha abandonado su proyecto agrario para caer en el plan terrateniente, demócrata constitucionalista..."220. A las exigencias de los campesinos respecto a la entrega de las tierras, el Gobierno Provisional y los ministros mencheviques y eseristas respondían con expediciones punitivas, detenciones de los miembros de los comités agrarios y declaración del estado de guerra en provincias enteras. Sin embargo, estas medidas no alcanzaban sus objetivos. El movimiento agrario continuaba extendiéndose.

El Partido Bolchevique, tanto en los Soviets y en los Congresos de los Soviets de toda Rusia como en la prensa, se expresaba determinantemente por la confiscación inmediata de los campos de los terratenientes sin esperar la convocatoria de la Asamblea Constituyente. Y ahora, preparándose para las elecciones a dicha Asamblea, los bolcheviques intensificaron más aún la agitación por la entrega inmediata de las tierras a los campesinos. Para realizar la labor entre el campesinado, tuvieron gran importancia las conferencias provinciales de los bolcheviques, celebradas en septiembre y octubre de 1917. Después de celebrarse estas conferencias, los comités provinciales y distritales de los bolcheviques comenzaron a enviar con mayor frecuencia al campo a propagandistas obreros y soldados revolucionarios que exhortaban a los campesinos a tomar las tierras de los terratenientes sin dilación.

El movimiento campesino se desenvolvió con extraordinaria fuerza en Rusia Central. En esta zona, que se distinguía por el alto nivel de desarrollo industrial, se encontraba también el mayor número de haciendas terratenientes y aquí eran particularmente estables las reminiscencias de la servidumbre. Continuaba ascendiendo el número de las llamadas "infracciones de la ley". Si en marzo de 1917 se registraron 73 acciones campesinas, en septiembre la cifra ya había aumentado hasta 3.017221. Este número de acciones nos da únicamente una idea vaga del acrecentamiento del movimiento agrario, pues, en realidad, el número de acciones campesinas era mucho mayor que el registrado por los organismos del Gobierno Provisional.

La gran envergadura del movimiento campesino ejerció influencia en los acuerdos de una serie de congresos distritales y provinciales de los Soviets de diputados campesinos, los cuales, a despecho del Gobierno, aprobaban resoluciones sobre la entrega de

220 V. I. Lenin. Un nuevo engaño del partido eserista a los campesinos. O.C., t. 34, pág. 428. 221 El movimiento campesino en 1917, suplemento.

la tierra a los campesinos sin esperar a que se reuniese la Asamblea Constituyente.

En el partido de los eseristas se produjo la escisión. De él se separó el ala izquierda que fundó el nuevo partido de eseristas de izquierda. En una serie de cuestiones, los eseristas de izquierda actuaban con los bolcheviques. Así sucedió en el II Congreso de delegados de la Flota del Báltico, en el que los eseristas de izquierda apoyaron a los bolcheviques; así fue también en el III Congreso regional de diputados del ejército, la flota y los obreros de Finlandia. Los eseristas de izquierda exigían la entrega de todas las tierras a los comités agrarios.

El movimiento campesino con frecuencia se transformaba en acción armada contra el Gobierno Provisional y sus organismos provinciales. En los telegramas al Gobierno, los terratenientes y la burguesía rural pedían unidades militares para aplastar las insurrecciones campesinas. Telegramas de esta índole se recibían en abundancia. Reunido en sesión el 27 de septiembre para tratar el problema del movimiento agrario, el Gobierno Provisional tuvo que reconocer que era necesaria la adopción de las medidas más drásticas para aplastar el movimiento campesino y ordenó a los comisarios provinciales que emplearan para ello la fuerza militar. Pero los soldados de los destacamentos punitivos, aunque vestían capote de soldado, también eran campesinos y tenían los mismos objetivos. En este sentido, es significativa la reunión de dirigentes del Soviet moscovita de diputados soldados y el Buró de los Soviets de la región de Moscú, convocada por el mando de la Región Militar de Moscú. En dicha reunión se puso en claro que no había tropas, en las que se pudiese confiar, para aplastar el movimiento campesino. Por eso el coronel Riábtsev, comandante en jefe de la Región Militar, declaró que enviaría a las zonas rurales a cadetes y cosacos fieles al Gobierno. Para cada una de esas expediciones punitivas, los mencheviques y eseristas designaban su emisario. Lo mismo ocurría en otras provincias.

Durante septiembre y octubre, sólo a 7 provincias de Rusia Central fueron enviadas 18 expediciones punitivas que contaban con 3.000 cosacos, cadetes y dragones. Si en los meses de marzo-junio se aplastaron con ayuda de la fuerza militar 17 motines campesinos, en septiembre y octubre ya fueron 150222.

No obstante, el movimiento campesino seguía su línea ascendente y adquiría formas cada vez más violentas. En algunos distritos, según comunicaban de la provincia de Smolensk, los campesinos expulsaron a todos los terratenientes. Tan sólo en el distrito de Kozlov, provincia de Tambov, fueron asaltadas e incendiadas en el mes de septiembre 46 haciendas, y de allí el movimiento se extendió a la 222 Historia de la guerra civil en la URSS. M., 1939, t. 1, pág. 200.

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provincia de Riazán223. El movimiento siguió abarcando nuevas regiones del país -las provincias de Podolia y Volinia- y al poco tiempo se extendió a las de Kíev, Ekaterinoslav, Járkov y otras.

En Siberia y Extremo Oriente, regiones en las que no existía la propiedad agraria terrateniente, el movimiento campesino adquiría otras formas: insubordinarse a las autoridades, labrar sin autorización los terrenos incultos, negarse a pagar el arriendo y los impuestos y expulsar a los guardias. En el otoño de 1917, al movimiento agrario se habían incorporado ya los campesinos de más del 90% de los distritos del país. A. M. Nikitin, ministro del Interior, propuso a A. I. Verjovski, ministro de la Guerra, un plan detallado para aplastar el movimiento campesino. En las provincias de Kíev, Besarabia, Podolia, Volinia, Minsk y Moguilev, que eran zonas cercanas al frente, recomendaba utilizar las unidades del ejército de operaciones, y en las provincias de Nóvgorod, Járkov, Penza, Tambov, Jersón, Samara y Vorónezh, los regimientos acantonados en las ciudades de estas provincias. En 16 provincias, él pedía acantonar escuadrones de regimientos de caballería de retaguardia. Nikitin terminaba así su carta a Verjovski: "Además, le ruego crear en Moscú, Kazán, Járkov, Sarátov, Perm y Omsk destacamentos mixtos para los casos de llamada urgente durante los excesos de masas"224.

Sin embargo, esto no alcanzaba sus objetivos. Cuando los soldados llegaban a la aldea, éstos con frecuencia se pasaban al lado de los campesinos y apoyaban sus reivindicaciones en lo referente a la tierra. Según comunicaban los funcionarios del Gobierno Provisional, en las provincias de Volinia, Riazán, Podolia, Besarabia y Minsk los campesinos, apoyados por los soldados, se apropiaban de los campos de los terratenientes, talaban los bosques e incendiaban las haciendas. El general P. S. Balúev, comandante en jefe del Frente Oeste, comunicaba que un cuadro análogo se observaba también en las provincias de Tver, Vítebsk, Smolensk, Kaluga y Oriol. El Mando del Frente Sudoeste retiró de las posiciones avanzadas a la 5 y 6 divisiones de cosacos del Don para lanzarlas a la lucha contra el movimiento revolucionario en el campo. Pero cuando los regimientos cosacos, en los que el Gobierno Provisional cifraba particular esperanza, se veían envueltos en la caldeada atmósfera de la guerra campesina, se negaban a cumplir el papel de fuerzas punitivas.

Lenin concedía gran importancia al movimiento campesino como una de las manifestaciones más trascendentales de la crisis nacional. En el artículo La crisis ha madurado, fechado el 27 de septiembre de

223 El movimiento revolucionario en Rusia en septiembre de 1917. La crisis nacional general. M., 1960, pág. 505. 224 El movimiento revolucionario en Rusia en vísperas de la insurrección armada de Octubre. M., 1961, pág. 459.

1917, decía: "Cae de su peso que si en un país agrario, después de siete meses de república democrática, se ha podido llegar a una insurrección campesina, dicha insurrección demuestra irrefutablemente la bancarrota nacional de la revolución, su crisis, que ha alcanzado una fuerza sin igual, y el acercamiento de las fuerzas contrarrevolucionarias a la última línea"225.

Lenin veía en la insurrección campesina, conjugada con otros factores, no sólo el crac de la política menchevique-eserista de conciliación con la burguesía, sino también la existencia de una crisis revolucionaria necesaria para la insurrección armada. El movimiento democrático campesino por la tierra se fundía en un torrente único con el movimiento socialista de la clase obrera por la liquidación del capitalismo en Rusia.

Al mismo tiempo, se caldeaba la atmósfera revolucionaria en el frente. El proceso de bolchevización en el ejército había progresado con particular rapidez después de la Korníloviada. En lugar de la embriaguez defensista, que había envuelto al país a raíz de la Revolución de Febrero, vino el inaguantable deseo de terminar cuanto antes con la guerra. "Los soldados -escribía Lenin- están extenuados, los soldados están descalzos, los soldados pasan hambre, los soldados no quieren pelear en defensa de los intereses de los capitalistas, no quieren "tolerar" que se les obsequie sólo con bellas palabras acerca de la paz y que, en realidad, se demore durante meses (como lo demora Kerenski) la proposición de la paz, de una paz justa, sin anexiones, a todos los pueblos beligerantes"226. La autoridad de los bolcheviques en el ejército seguía ascendiendo. A mediados de septiembre en el Frente Oeste había 6.548 afiliados al Partido Bolchevique; y en el Frente Norte, un mes más tarde, cerca de 13.000227. Estos trabajaban en el seno de las masas de soldados, compartiendo con ellos todas las calamidades y desgracias que acarreaba la guerra.

Masas de soldados se apartaban de los partidos conciliadores, lo que encontró su expresión en el cambio de la composición de los comités de soldados. En las reelecciones de los comités de soldados de compañía, regimiento y, parcialmente, de división y cuerpo de ejército, se elegían, principalmente, bolcheviques. En el otoño de 1917, en manos de los eseristas y mencheviques quedaban, principalmente, los comités de ejército y de frente, pero éstos no se apoyaban en las masas de soldados ni expresaban su estado de ánimo.

El mayor auge del movimiento revolucionario se

225 V. I. Lenin. La crisis ha madurado. O.C., t. 34, pág. 277. 226 V. I. Lenin. A los obreros, a los campesinos y a los soldados. O.C., t. 34, págs. 284-285. 227 La Gran Revolución Socialista de Octubre. Crónica de acontecimientos, t. IV, págs. 54,441.

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observaba en los frentes Norte y Oeste. En los partes del Mando del Frente Norte de la primera semana de septiembre se indicaba que en las asambleas celebradas, los soldados se manifestaban con dureza contra los oficiales, los calificaban de contrarrevolucionarios y traidores. La reunión de delegados de 23 regimientos de infantería del Frente Norte, celebrada el 10 de septiembre, se negó a reconocer el "directorio" y exigió la entrega inmediata del poder a los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos228. Los soldados aunaban ahora el cese de la guerra con el paso del poder a los Soviets, y esto se expresaba clara y concisamente en las resoluciones de los soldados. El Congreso del comité del 35 Cuerpo de Ejército del Frente Oeste y los comités de las divisiones y regimientos de esta agrupación militar, celebrado en octubre, exigía en su resolución que el próximo congreso de los Soviets "tomara el poder en sus manos, publicase los acuerdos secretos concertados con los gobiernos aliados, anunciase inmediatamente las condiciones democráticas de paz y firmase acto seguido el armisticio en todos los frentes"229.

Era demostrativo en este aspecto el estado de ánimo de los soldados del 33 Cuerpo de Ejército del Frente Rumano. El 30 de septiembre se celebró el Congreso de representantes del cuerpo, al que acudieron delegados de todas sus unidades. Todos los mandatos de las unidades se reducían a una sola cosa: la exigencia de concertar inmediatamente la paz.

La delegación elegida por este congreso llegó el 5 de octubre a Petrogrado y en la sesión del Comité Ejecutivo Central de los Soviets, el alférez V. N. Vasilevski dio lectura al mandato del Congreso del Cuerpo de Ejército: "Nosotros, delegados del 33 Cuerpo de Ejército, hemos venido para exigirles, ante todo, una respuesta, que llevaremos a las trincheras, a la pregunta de dónde están sus medidas prácticas, dónde están sus pasos activos para iniciar las conversaciones de paz. Durante varios meses sólo hemos escuchado sus declaraciones, sus palabras; respondan ¿dónde están sus hechos? Hemos venido para advertirles que en las amplias masas de soldados todavía se conserva, aunque débil, la fe en ustedes como órgano central de la democracia y que si no llevamos a nuestros camaradas la respuesta concreta de qué han hecho ustedes para aplastar el deseo de la burguesía de alargar la guerra..., esta fe en ustedes morirá definitivamente... Hemos venido aquí para hacerles saber que de lo contrario, ocurrirá una catástrofe, cuya responsabilidad recaerá enteramente

228 El movimiento revolucionario en Rusia en septiembre de 1917. La crisis nacional general, págs. 413-415. 229 II Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia. Recopilación de documentos. M., 1957, pág. 177.

sobre ustedes"230. El proceso de bolchevización del ejército se

desarrollaba con mayor intensidad aún en las guarniciones de retaguardia. El Comité Regional del POSD(b)R del Territorio del Suroeste, al que pertenecían las provincias de Kíev, Chernígov, Poltava, Volinia, Podolia, Jersón y Táuride, comunicaba el 16 de septiembre al CC del partido: "En muchas unidades hay compañías enteras que a la pregunta de si "hay bolcheviques entre vosotros", contestan: "¡Todos somos bolcheviques!" No hay duda de que la mayoría de las tropas está al lado de nuestro partido..."231.

Los balances de las elecciones a las dumas distritales de Moscú, celebradas el 24 de septiembre, manifestaron la creciente influencia de los bolcheviques entre los soldados de las guarniciones de retaguardia. De los 17.819 soldados y oficiales que acudieron ese día a las urnas, 14.467 dieron sus votos a los bolcheviques232. Los soldados de las guarniciones de retaguardia eran una fuerza enorme. En las unidades de reserva y de retaguardia había, como promedio, cerca de cuatro millones de soldados.

Los soldados detenían con bastante frecuencia a los oficiales con orientación contrarrevolucionaria. "El arresto de oficiales por la mínima sospecha de fidelidad al antiguo régimen -se decía en uno de los partes de septiembre de la censura militar acerca del estado de ánimo en el ejército- se ha convertido en un fenómeno habitual"233.

En septiembre y octubre de 1917, en el frente eran cada vez más frecuentes los casos de fraternización con los soldados austro-alemanes. En las trincheras resonaba cada vez más fuerte la ansiada palabra de "paz". La actitud de las amplias masas de soldados para con la guerra -informaba el Mando al Cuartel General-, "es de lo más negativa; la aspiración a la paz se hace espontánea y la mejor confirmación de ello es el gran éxito de las consignas e ideas bolcheviques en el frente"234.

El ejército desobedecía al Gobierno Provisional, dejaba de ser el arma de opresión y violencia de las clases explotadoras. De 1.700.000 soldados de los frentes Norte y Oeste, en el otoño de 1917 la masa fundamental seguía a los bolcheviques; y en la Flota del Báltico, casi todos los marinos estaban con los bolcheviques.

230 Soldat ("El Soldado"), 11 de octubre de 1917. 231 Correspondencia del Secretariado del CC del POSD(b)R con sus organizaciones locales. M., 1957, t. 1, pág. 237. 232 Preparación y triunfo de la Revolución de Octubre en Moscú. Documentos y datos. M., 1957, pág. 317. 233 Se cita por el libro de P. A. Gólub Las masas de soldados del Frente Sudoeste en la lucha por el poder de los Soviets. Kíev, 1958, pág. 122. 234 Ibídem, pág. 123.

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En los frentes Sudoeste, Rumano y Caucásico, así como en la Flota del Mar Negro, que a finales de abril contaban con más de 5.000.000 de efectivos235, las masas de soldados y marineros se apartaban de los partidos conciliadores con mayor lentitud. Eso no sólo era la consecuencia de que estaban alejados de los centros políticos e industriales del país, sino también de la ausencia de grandes fuerzas proletarias en las retaguardias inmediatas. También se notaba la actividad desorganizadora de los partidos y organizaciones burgueses nacionalistas ucranianos, georgianos, armenios y otros en estos frentes y en sus zonas de retaguardia. Pero en el otoño de 1917, también aquí los bolcheviques lograron grandes éxitos en la conquista de las masas de soldados.

Refiriéndose a la moral del ejército en vísperas de Octubre y a su disposición para apoyar al proletariado en la lucha armada contra la burguesía, Lenin señalaba que la mitad del ejército era bolchevique. En los puntos y en el momento decisivos, los bolcheviques tenían una enorme superioridad de fuerzas sobre la burguesía. Indicaba: "En noviembre de 1917, los bolcheviques tenían ya también en el ejército una "agrupación de choque" política, que les aseguró una superioridad aplastante de fuerzas en el lugar decisivo y en el momento decisivo. No podía caber ninguna resistencia del ejército contra la Revolución de Octubre del proletariado, contra la conquista del poder político por el proletariado, pues en los frentes Norte y Occidental los bolcheviques tenían una superioridad gigantesca, y en los frentes alejados del centro los bolcheviques tuvieron tiempo y posibilidades de arrebatar las masas campesinas al partido eserista..."236.

Esta era la correlación de fuerzas que había en el país en vísperas de la insurrección armada en Petrogrado.

Influenciados por la revolución ascendente, los pueblos oprimidos de Rusia intensificaron también su lucha. Con una oleada de huelgas y con un acrecentamiento de acciones campesinas respondían los trabajadores de Ucrania, de las regiones del Báltico y de Bielorrusia a los actos contrarrevolucionarios del Gobierno Provisional y de la burguesía local. En el transcurso de esta lucha, crecía la autoridad de los bolcheviques y la clase obrera. Los pueblos oprimidos veían en el Partido Bolchevique al defensor de sus intereses. Se ahondaba el aislamiento de los partidos y grupos nacionalistas-burgueses de carácter reaccionario. Los trabajadores de las nacionalidades oprimidas se convencían en su propia experiencia de que sólo la

235 Rusia en la guerra mundial de los años 1914-1918 (en cifras). M., 1925, pág. 24. 236 V. I. Lenin. Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado. O.C., 1. 40, pág. 10.

victoria de la clase obrera les emanciparía del yugo nacional y social. El movimiento de liberación nacional, que por su carácter era democrático igual que la lucha por la tierra, se entroncaba cada vez más con la lucha del proletariado por el poder, por la revolución socialista.

Es demostrativo el aumento de la organización y la actividad política de las masas en Asia Central, donde reinaban aún las relaciones patriarcal-tribales y la población indígena era totalmente analfabeta. El mayor auge revolucionario se manifestó en Tashkent durante las jornadas de septiembre de 1917. Los trabajadores de esta ciudad ya hacía tiempo que estaban indignados con la política del Gobierno Provisional. El 12 de septiembre, en el Parque de Alejandro se celebró un mitin multitudinario de obreros y soldados rusos y de trabajadores uzbekos. Las intervenciones de los bolcheviques y sus llamamientos para crear un comité revolucionario, requisar inmediatamente las reservas de productos alimenticios a los beys237 y kulaks, nacionalizar las empresas bancarias y entregar toda la tierra sin pago de rescate a los campesinos, encontraron el ferviente apoyo de los asistentes. El mitin aprobó una resolución sobre la entrega del poder al Soviet y eligió el Comité Revolucionario Provisional238. Después de celebrarse el mitin, fue reelegido el Comité Ejecutivo del Soviet de Tashkent, donde estaban en mayoría, igual que en el Comité Revolucionario, los eseristas de izquierda que apoyaban a los bolcheviques en una serie de cuestiones. Por disposición del Soviet y el Comité Revolucionario de Tashkent, fueron detenidos el general L. N. Cherkés, comandante en jefe de las tropas de la Región Militar del Turquestán, y otros representantes del Gobierno. Pero la indecisión de la mayoría de los eseristas de izquierda en el Soviet permitió a los contrarrevolucionarios reunir fuerzas. Poco más tarde, en la ciudad entraron tropas del Gobierno Provisional.

Estallaron insurrecciones de los dejkanes (labriegos) en las regiones de Semirieche y Turgái: ocupaban las haciendas de los terratenientes y se apoderaban de los bienes de los beys y de los kulaks rusos. La administración de la región de Turgái comunicaba alarmada al Gobierno: "En caso de que no se tomen medidas urgentes y decisivas, toda la estepa kirguiza turgaiana no tardará en verse envuelta por una conmoción general, como ocurrió el año pasado”239 (alusión a la insurrección de 1916).

Hervía también todo el multinacional Cáucaso del Norte, donde los bolcheviques, dirigidos por S. M.

237 Bey: ganadero, propietario de tierras o comerciante en Asia Central. 238 El triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre en el Turquestán. Tashkent, 1947, págs. 54,56. 239 Archivo Estatal Central de la RSS de Kazajia, f. 18, t. 1, exp. 7, fol. 29.

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Kírov, estaban realizando una gran labor política entre los trabajadores, prestando gran atención a la lucha contra los elementos que fomentaban la enemistad nacional en el Cáucaso. Esta era precisamente una de las singularidades en el trabajo de los bolcheviques en esta región, singularidad determinada por las condiciones locales.

Para el otoño de 1917, adquirió agudo carácter la lucha por la emancipación nacional de Finlandia. A pesar de todas las prohibiciones de los gobernadores provisionales de Rusia, el 15 de septiembre se celebró en Helsingfors una sesión de la Dieta finlandesa, lo cual provocó una agitada reacción por parte del Gobierno Provisional. En la sesión de la comisión jurídica del Gobierno Provisional, el demócrata constitucionalista M. Adzhémov declaró que el poder supremo en Finlandia, que antes pertenecía a los monarcas rusos, ahora debía pertenecer al Gobierno Provisional. Dicho Gobierno no deseaba examinar ninguna cuestión referente a la autodeterminación, a la separación de Finlandia de Rusia o al derecho de solucionar ella misma los problemas locales.

Los soldados y marineros del ejército ruso acantonados en Finlandia apoyaron la exigencia de conceder a este país la independencia nacional. Teniendo en cuenta la influencia "negativa" que ejercían los soldados entre la población, el Gobierno dispuso sacar de Finlandia las tropas más revolucionarias. El Comité Regional del ejército, la flota y los obreros de Finlandia, en el que predominaban los bolcheviques, se negó a acatar esta disposición. Encontrándose en la clandestinidad, Lenin seguía atentamente el desenvolvimiento de los acontecimientos y cuando se enteró de que el Gobierno Provisional retiraba las tropas de Finlandia, so pretexto de que allí no hacían falta (y esto conduciría al debilitamiento de las posiciones de los bolcheviques), escribió a I. T. Smilga, presidente del Comité Regional, de que había que impedir por todos los medios la retirada de las tropas y estar dispuestos en aras de ello a todo: a la insurrección, a la toma del poder, para entregárselo después al Congreso de los Soviets240. La negativa del Comité Regional del ejército, la flota y los obreros de Finlandia de retirar las tropas era el cumplimiento directo de las indicaciones de Lenin.

Seguía creciendo la confianza que depositaban los pueblos oprimidos en el proletariado ruso. Apreciando en aquel tiempo las relaciones existentes entre las naciones oprimidas y el proletariado ruso, Lenin señalaba: "La gran masa de la población de las naciones oprimidas, es decir, su masa pequeñoburguesa, confía más en el proletariado de Rusia que en la burguesía, pues la historia ha puesto

240 V. I. Lenin. Carta a J. T. Smilga, presidente del Comité Regional del ejército, la flota y los obreros de Finlandia. O.C., t. 34, pág. 265.

sobre el tapete en nuestro país la lucha por la emancipación de las naciones oprimidas contra las naciones que las oprimen. Y si la burguesía ha traicionado infamemente la causa de la libertad de las naciones oprimidas, el proletariado permanece fiel a esta causa"241.

5. El acrecentamiento del proceso de

bolchevización de los Soviets. Una vez liquidada la Korníloviada, en la

conciencia política de los obreros, soldados y campesinos se produjo un brusco viraje. Los meses de cruenta lucha de clases en la ciudad y el campo fueron para los trabajadores una gran escuela política. Las ilusiones pequeñoburguesas de conciliación con la burguesía iban desapareciendo poco a poco de la conciencia de las masas. Los obreros y soldados comenzaron a comprender mejor que los problemas radicales de la revolución podrían solucionarse únicamente con el paso del poder a manos del proletariado, dirigido por el partido de los bolcheviques. Esto, al fin de cuentas, determinaba el acrecentamiento de la confianza que los obreros, soldados y campesinos tenían en los bolcheviques.

El viraje que sucedió en la conciencia de las masas a raíz de la Korníloviada y el abandono de éstas a los partidos pequeñoburgueses, encontró su reflejo en la creciente bolchevización de los Soviets. Este proceso se observaba en la etapa pacífica, pero tampoco se detuvo después de los sucesos de julio, aunque se redujo considerablemente. El proceso de bolchevización de los Soviets se aceleró sobre todo en el otoño. El CC del POSD(b)R decidió que había llegado el momento de realizar acciones resueltas. El 31 de agosto, en la reunión ampliada del CC del POSD(b)R con los representantes de los grupos bolcheviques del Comité Ejecutivo Central y del Soviet de Petrogrado, se aprobó una resolución en la que se rechazaba categóricamente la política de conciliación con la burguesía y se proponía crear un poder con representantes del proletariado y el campesinado revolucionario. La resolución proponía que ese poder admitiese como base de su actividad lo siguiente: decretar la república democrática, anular la propiedad privada de las fincas de los terratenientes, implantar el control obrero sobre la producción y la distribución y proponer inmediatamente una paz democrática general242. Como medidas urgentes, la resolución exigía: poner fin a las represiones contra la clase obrera, derogar la pena de muerte en el frente, retirar del ejército al personal de mando contrarrevolucionario, llevar de hecho a la práctica el derecho de las naciones a la autodeterminación y convocar inmediatamente la Asamblea

241 V. I. Lenin. ¿Se sostendrán los bolcheviques en el poder? O.C., 1. 34, pág. 299. 242 Actas del Comité Central del POSD(b)R. Agosto de 1917- febrero de 1918. M., 1958, págs. 37,256.

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Constituyente. El grupo bolchevique presentó esta resolución al

Soviet de Petrogrado y en la noche del 1 de septiembre fue aprobada por la mayoría de los diputados. Este desenlace causó gran sorpresa a los líderes de los partidos conciliadores que se sentían dueños del Soviet. El Presídium conciliador del Comité Ejecutivo convocó a una segunda votación, pero el resultado fue el mismo. Entonces, los conciliadores se lanzaron a otra aventura. Después de examinar los resultados de la votación, el Presídium se negó nuevamente a reconocerlos. El pleno extraordinario del Soviet, celebrado el 9 de septiembre, expresó su desconfianza al viejo Presídium. Los líderes menchevique-eseristas Chjeídze, Tsereteli, Skóbelev y otros se vieron obligados a deponer sus poderes. La dirección del Soviet de la capital pasó a los bolcheviques243.

En la resolución Acerca del poder, aprobada por el Soviet, se indicaba que el poder debería pasar a manos de los representantes del proletariado y el campesinado revolucionarios. En realidad, esto equivalía a la realización de la consigna de "¡Todo el poder a los Soviets!" La aprobación de esta resolución del Soviet de Petrogrado tenía enorme importancia para la bolchevización de los Soviets en todo el país.

El 5 de septiembre, la sesión conjunta de los Soviets de diputados obreros y soldados de Moscú aprobó la resolución acerca del poder, propuesta por el grupo bolchevique244, que tenía como base la resolución del CC del POSD(b)R del 31 de agosto. La resolución del Soviet de Moscú indicaba la necesidad de romper totalmente con la política de los conciliadores y exhortaba a las amplias masas populares a luchar resueltamente por el poder de los Soviets de diputados obreros y soldados. El pleno del Soviet de diputados obreros de Moscú eligió poco más tarde nuevos Comité Ejecutivo y Presídium. En el Comité Ejecutivo entraron 32 bolcheviques, 16 mencheviques, 9 eseristas y 3 unificadores245. El bolchevique V. P. Noguín, miembro del CC del partido, fue elegido presidente del Comité Ejecutivo. En el Comité Ejecutivo del Soviet de diputados soldados, los bolcheviques se encontraban aún en minoría, pero cuando se celebraban reuniones conjuntas de ambos Soviets de diputados obreros y soldados, se aprobaban las resoluciones propuestas por los bolcheviques.

Apreciando el hecho de la bolchevización de los Soviets de Petrogrado y Moscú, Lenin consideraba que en esta cuestión el lugar decisivo pertenecía a la

243 S. Gonchárskaya. El Soviet se ha hecho bolchevique. En la compilación Hablan los participantes en el Gran Octubre. M., 1957, pág. 56-59. 244 Sotsial-Democrat, 8 de septiembre de 1917. 245 Preparación y triunfo de la Revolución de Octubre en Moscú. M. 1957, pág. 310.

experiencia de las masas. La mayoría en estos Soviets era "pura y exclusivamente", fruto de la historia de los meses de julio y agosto, de las enseñanzas de las "represalias" contra los bolcheviques y de las enseñanzas de la Korníloviada"246.

Numerosos documentos de aquel período son testimonio del intenso proceso de bolchevización de los Soviets en los meses de septiembre y octubre. Del 30 de septiembre al 5 de octubre, se celebró el II Congreso de los Soviets de la región de Moscú, al que asistieron 119 bolcheviques, o el 54,4% de todos los delegados247, mientras que en el I Congreso de los Soviets de diputados obreros y campesinos de la región de Moscú, celebrado a últimos de mayo y principios de julio, los bolcheviques componían cerca de un 33 % del número total de delegados. En el otoño de 1917, 42 Soviets de diputados obreros y soldados, de los 104 existentes, enviaron al congreso solamente a bolcheviques; más de la mitad de los delegados elegidos en 14 Soviets eran bolcheviques; y 4 Soviets enviaron a bolcheviques e internacionalistas que conjuntamente componían la mayoría de los delegados248. Los Soviets de las provincias industriales, como la de Moscú, Vladímir, Smolensk y Kostromá, estaban representados, generalmente, sólo por bolcheviques. El proceso de bolchevización de los Soviets avanzaba por doquier. "La bolchevización observada en toda Rusia -escribía S. G. Shaumián desde Bakú-, se ha manifestado también y en las más amplias proporciones en nuestro reino del petróleo... Los mencheviques, hasta ayer dueños de la situación, no se atreven a mostrarse en los barrios obreros"249.

El 8 de septiembre, el Soviet de diputados obreros de Kíev aprobó por primera vez una resolución propuesta por el grupo bolchevique. Los mencheviques, eseristas y bundistas250 trataban de asustar a los diputados abandonando el Comité Ejecutivo del Soviet. El Soviet aceptó la dimisión y

246 V. I. Lenin. El marxismo y la insurrección. O.C., t. 34, pág. 243. 247 G. A. Trukán. La bolchevización de los Soviets de Rusia Central en vísperas de Octubre. En la compilación Octubre y la guerra civil en la URSS. M., 1966, pág. 103. 248 Ibídem, pág. 104. 249 S. G. Shaumián. Obras Escogidas. M., 1958, t. 2, pág. 95. 250 Bund (en hebreo significa Unión): organización nacionalista pequeñoburguesa que agrupaba, fundamentalmente, a capas semiproletarias de artesanos hebreos. Surgió en 1897. Exigía la división del partido proletario por el indicio nacional; en todas las cuestiones más importantes del movimiento revolucionario mantenía posiciones oportunistas; en 1917, junto con otros partidos pequeñoburgueses, se pronunciaba contra la revolución socialista.

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acordó "reelegir su Comité Ejecutivo"251. El Comité Regional del POSD(b)R del territorio

del Sudoeste escribía en su balance, fechado el 16 de septiembre, acerca de la creciente influencia general bolchevique en los Soviets de diputados obreros y soldados252. Acerca de cómo se desarrollaba el proceso de bolchevización de los Soviets en el país a raíz de la Korníloviada, puede juzgarse aunque no sea nada más que por las resoluciones aprobadas en un solo día. Por ejemplo, el 1 de septiembre, fueron 126 Soviets locales los que se dirigieron al Comité Ejecutivo Central exigiendo la entrega del poder a los Soviets253.

En los Soviets renovados, en los que ahora predominaban los bolcheviques, se observaba una paulatina ampliación y afirmación de las funciones de los órganos del poder. Según los datos de las encuestas de los bolcheviques, delegados al II Congreso de los Soviets de toda Rusia, en los territorios de 123 Soviets se hacía notar la gran labor creativa que realizaban los bolcheviques para mejorar la situación de los trabajadores. 55 delegados señalaban que los Soviets habían establecido el control obrero de la producción; 47, que estaban combatiendo el paro. La mayoría de los representantes de los Soviets escribían que habían declarado la lucha contra la especulación, tomado medidas para organizar el aprovisionamiento de las ciudades y establecido estrechos vínculos con las organizaciones obreras del transporte ferroviario y de correos y telégrafos. Los Soviets se oponían a los lock-outs y los sabotajes, limitaban o liquidaban totalmente una serie de importantes funciones del aparato estatal burgués en las provincias. Crecía el significado y el papel de los Soviets bolcheviques en la solución de los problemas más importantes. En Barnaul, por ejemplo, las órdenes del jefe de la guarnición se consideraban nulas sin la sanción del comité de la guarnición, anejo al Soviet. El delegado del Soviet de Izhevsk escribía que el jefe de la milicia "era elegido y sustituido únicamente por el Soviet". El representante del Soviet de Yaroslavl señalaba que el Soviet había destituido al jefe de la guarnición y disuelto el batallón de choque. En Gus-Jrustalni, "el poder, en realidad, se encuentra en manos de los Soviets, y los funcionarios gubernamentales se subordinan a ellos".

El cambio de la composición y de la política de la inmensa mayoría de los Soviets del país, ante todo en Petrogrado y Moscú, así como su transformación en organismos combativos de las masas, crearon premisas objetivas para que el Partido Bolchevique

251 La preparación de la Gran Revolución Socialista de Octubre en Ucrania. Compilación de documentos y datos. Kíev, 1955, págs. 85, 650. 252 Correspondencia del Secretariado del CC del POSD(b)R con sus organizaciones locales, t. 1, pág. 239. 253 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 1, pág. 215.

plantease de nuevo la consigna de "¡Todo el poder a los Soviets!". Pero esta consigna tenía ahora otro significado, había cambiado su contenido: si antes de las jornadas de julio era la consigna del desarrollo pacífico de la revolución, ahora era la consigna de la insurrección. "Por lo menos -escribía Lenin- desde mediados de septiembre, esta consigna equivale al llamamiento a la insurrección"254. En septiembre, la cuestión sobre la toma del poder comenzó a figurar en el orden del día.

Lenin, que en ese tiempo se encontraba en Finlandia, continuaba elaborando los principales problemas de la teoría y la práctica de la revolución. Y en esta situación, cuando la cuestión de la conquista del poder por el proletariado se planteaba como una tarea práctica del día, Lenin dio cima a su trabajo El Estado y la revolución, en el que desarrollaba la doctrina de los clásicos del marxismo acerca del Estado.

El estudio de esta cuestión era una necesidad apremiante para el proletariado. El problema de la demolición del viejo aparato estatal de poder y la creación de otro nuevo, el problema de con qué sustituir a la máquina estatal burguesa destrozada, tenía para el partido una trascendencia primordial. En su trabajo, Lenin sometió a crítica demoledora a los jefes de la II Internacional que tergiversaban la doctrina de C. Marx y F. Engels sobre el Estado. Analizó la experiencia de las revoluciones en Occidente, incluida la experiencia de la Comuna de París, la de la revolución de 1905-1907 y la del proceso revolucionario de 1917; señalaba que el aparato estatal burgués -los funcionarios, la policía, los tribunales y el ejército- era el fiel guardián de los explotadores, inconciliablemente hostil a los trabajadores y a las tareas de la revolución; este aparato de poder había que destruirlo y el proletariado debía crear un aparato estatal nuevo que sirviera a los intereses del pueblo.

V. I. Lenin consideraba que los Soviets eran la forma estatal de la dictadura del proletariado y que esta dictadura se necesitaba para aplastar la resistencia de la burguesía, para dirigir la enorme masa de población y para transformar revolucionariamente a la sociedad capitalista en socialista.

Subrayaba también que el proletariado sólo emplearía la violencia contra la burguesía, los terratenientes y sus acólitos que presten resistencia. En cuanto a las masas trabajadoras, el poder proletario será una auténtica democracia. Todo el sistema estatal de la dictadura del proletariado realizará una política única, determinada por el destacamento de vanguardia de la clase obrera: el Partido Comunista.

Lenin reservaba al Partido Comunista no sólo el 254 V. I. Lenin. Carta a los camaradas bolcheviques. O. C: t. 34, pág. 388.

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papel decisivo en la conquista del poder, sino también en el afianzamiento de la dictadura del proletariado, en la edificación del socialismo. Determinando los fines y las tareas del partido en todo un período histórico, el libro El Estado y la revolución se convirtió en un documento programático para organizar y edificar el Estado de tipo nuevo, el Estado socialista.

6. La crisis ha madurado. Perdida la mayoría en los Soviets de diputados

obreros y soldados de los principales centros industriales y administrativos del país, los mencheviques y eseristas decidieron sustituir el Congreso de los Soviets, fijado para septiembre, por la Asamblea Democrática. El orden de representación en la Asamblea, elaborado por los líderes eserista-mencheviques, ofrecía una serie de ventajas a las organizaciones en las que aún era bastante considerable la influencia de los conciliadores. A los Soviets, sindicatos y comités fabriles, que agrupaban a decenas de millones de obreros, campesinos y soldados revolucionarios, se les redujo mucho su representación en la Asamblea, en comparación con las dumas urbanas, cooperativas y zemstvos. De las organizaciones militares sólo acudieron representantes de los comités de frente y de ejército.

La Asamblea Democrática de toda Rusia sesionó en Petrogrado del 14 al 22 de septiembre. El principal asunto fue el problema del poder. Según la certera expresión de Lenin, la Asamblea se asemejaba a un tremedal, al que los conciliadores trataban de arrastrar a los bolcheviques, apartarlos de las masas y, de ese modo, crear un obstáculo a la revolución socialista. Lenin propuso a los bolcheviques que se dirigiesen a la Asamblea con una declaración, exigiendo la destitución del Gobierno y el paso inmediato del poder a manos del proletariado revolucionario. Después, los bolcheviques deberían abandonar esta Asamblea falsificada, pero dejando varias personas para el enlace y enviando todas sus fuerzas a las fábricas y cuarteles, pues precisamente allí era donde se decidía la suerte de la revolución socialista que maduraba, y no en el Teatro de Alejandro, donde sesionaba la Asamblea.

Los bolcheviques desplegaron una gran labor para desenmascarar las intenciones contrarrevolucionarias de los organizadores de la Asamblea Democrática.

A propuesta de Lenin, los bolcheviques dieron a conocer su declaración en la Asamblea. En ella se señalaba que la revolución había llegado a su punto más crítico, que el pueblo se hallaba extenuado por la guerra y quizá más agotado aún por la indecisión y atormentado por las vacilaciones de los partidos políticos. En el documento se indicaba también que, pese a todos los esfuerzos de los líderes

mencheviques y eseristas por menoscabar el significado de los Soviets, la consigna lanzada por el partido de los bolcheviques en el mismo comienzo de la revolución de "¡Todo el poder a los Soviets en el centro y las provincias!", se había convertido en la voz de todo el país revolucionario. La declaración denominaba poder de la violencia y de las represiones contra los trabajadores al poder coalicionista proclamado por los mencheviques y eseristas.

En las reuniones y mítines, los bolcheviques explicaban a los obreros y soldados los verdaderos objetivos de los organizadores de la Asamblea. Los obreros y soldados aprobaban airadas resoluciones contra el juego a la democracia y exigían la entrega del poder a los Soviets. Es típica para una asamblea obrera la resolución de la colectividad de la fábrica militar de herrajes de Petrogrado: "Declaramos que no nos dejaremos engañar por ninguna asamblea democrática ni por ningún anteparlamento. Solamente creemos en nuestros Soviets, por el poder de los cuales lucharemos hasta la muerte".

Como era de esperar, los líderes menchevique-eseristas Chjeídze, Tsereteli y otros se manifestaron en la Asamblea Democrática por la creación de un nuevo Gobierno coalicionista, con lo que se empañaron más aún, ya que la coalición con los demócratas constitucionalistas era condenada por la gran mayoría de la población del país. Por la resolución que aprobaba el principio de la coalición se manifestaron 185 personas; contra, 262 representantes de los diputados obreros, soldados y campesinos.

En vista de que en la Asamblea sufrieron una derrota, los líderes de los partidos conciliadores inventaron un nuevo ardid: propusieron destacar de la Asamblea un Anteparlamento (Soviet Democrático de toda Rusia). Este era un organismo consultivo sin ningún derecho, facultado únicamente para examinar las cuestiones aprobadas por el Gobierno. Los miembros del Anteparlamento debían ser confirmados por el Gobierno Provisional. La creación de esta institución perseguía objetivos a largo alcance: distraer a los obreros, soldados y campesinos de la revolución que maduraba.

Lenin se expresó rotundamente por el boicot al Anteparlamento255. Kámenev y otros miembros del grupo bolchevique en la Asamblea Democrática insistían en participar en el Anteparlamento como "oposición de izquierda". Lenin señaló que esa táctica era perniciosa para la revolución, pues frenaba la preparación de la insurrección y sembraba ilusiones constitucionales entre las masas.

Las mayores organizaciones del partido en el país apoyaron la propuesta de Lenin de boicotear el Anteparlamento, que fue la táctica que triunfó. Esto 255 V. I. Lenin. Del diario de un publicista. O.C., t. 34, pág. 262.

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encontró su expresión en la resolución de la sesión del CC del POSD(b)R, celebrada el 5 de octubre. El CC acordó (sólo Kámenev estaba en contra) abandonar el Antepartamento256. El grupo bolchevique dio a conocer su declaración en la apertura del Anteparlamento y abandonó la sala de sesiones. La declaración decía que los bolcheviques no querían, ni directa ni indirectamente, encubrir la actividad criminal contra el pueblo que se llevaba a efecto entre los bastidores del Anteparlamento257. A la declaración de los bolcheviques se unieron los delegados del II Ejército, del sindicato ferroviario, de las organizaciones nacionales y del Consejo Central de los comités fabriles presentes en la sesión.

El "directorio" creado para ese tiempo y dirigido por Kerenski, no era capaz de dominar la situación en el país y decidió acelerar las negociaciones con el Partido Demócrata Constitucionalista para formar el tercer Gobierno de coalición. Entraron en este nuevo gabinete, formado el 25 de septiembre, los demócratas constitucionalistas N. M. Kishkín y A. V. Kartashov, los grandes monopolistas moscovitas A. I. Konoválov, S. N. Tretiakov, S. A. Smirnov y otros. El carácter coalicionista del Gobierno era en realidad una ficción: la burguesía tenía 11 carteras de las 17.

El socialdemócrata finlandés Juho Latukka, en el domicilio del cual se ocultaba entonces Lenin, recuerda: "Cuando Vladímir Ilich supo que en el nuevo Gobierno habían entrado Gvózdiev, Liverovski, Kishkín y otros, suspiró profundamente y dijo: "Esto quiere decir que, al fin, se ha formado el último Gobierno de Kerenski"258.

El impetuoso desarrollo de los acontecimientos confirmó la apreciación leninista del momento. La situación del nuevo Gobierno coalicionista era menos estable que la del anterior. El 25 de septiembre, el Soviet de Petrogrado exigió, en nombre de los obreros y soldados de la capital, la dimisión del Gobierno de violencia y exhortó a crear un poder verdaderamente revolucionario. Resoluciones análogas se aprobaban por todo el país.

El trastrueque gubernamental no cesaba. De los 197 días de existencia del Gobierno Provisional -decía con amargura Teréschenko a finales de septiembre-, 57 se fueron en las crisis. Unos ministros sucedían a otros, pero la situación no mejoraba.

El nuevo Gobierno tampoco gozaba de gran confianza entre las agrupaciones monopolistas. En las asambleas de la Sociedad de Fabricantes de Petrogrado se decía directamente a finales de septiembre que el Gobierno no podía hacer nada y que se dedicaba "al eterno arreglo de los conflictos".

256 Actas del Comité Central del POSD(b)R, págs. 76, 265. 257 Ibídem, págs. 77-79. 258 Juho Latukka. Lenin en la clandestinidad en Finlandia. En la compilación Lenin en Octubre. Recuerdos. M., 1957, pág. 273.

Los cabecillas monopolistas se desengañaron definitivamente de la coalición, y de nuevo comenzaron a cifrar todas sus esperanzas en el establecimiento de una dictadura militar. Esa actitud de la burguesía para con su propio Gobierno era una de las demostraciones de la profundísima crisis que atravesaban los "círculos dirigentes".

Un reflejo del viraje hacia la izquierda de las masas era la descomposición en el seno de los partidos eserista y menchevique. El ala izquierda de los eseristas criticó duramente al CC de su partido. Entre los mencheviques crecía también el grupo de "izquierdistas" que se oponía a la política de conciliación con los demócratas constitucionalistas, llevada a cabo por la dirección de su partido. Caracterizando el estado de cosas, la sesión del Buró del CC de los mencheviques, celebrada el 13 de octubre, señalaba que el partido se encontraba en estado de "desorganización". Las contradicciones y conflictos en el seno de los partidos conciliadores, exacerbadas hasta llevarlos a la escisión, eran uno de los exponentes de la bancarrota total de la política de conciliación con la burguesía; era una demostración más de que se habían creado las condiciones para la acción armada del proletariado y los campesinos pobres contra la burguesía.

La crisis nacional general abarcó todo el país. Con motivo de ella, Lenin escribía: "La ley fundamental de la revolución, confirmada por todas las revoluciones, y en particular por las tres revoluciones rusas del siglo XX, consiste en lo siguiente: para la revolución no basta con que las masas explotadas y oprimidas tengan conciencia de la imposibilidad de seguir viviendo como viven y exijan cambios; para la revolución es necesario que los explotadores no puedan seguir viviendo y gobernando como viven y gobiernan. Sólo cuando los "de abajo" no quieren y los "de arriba" no pueden seguir viviendo a la antigua, sólo entonces puede triunfar la revolución. En otras palabras, esta verdad se expresa del modo siguiente: la revolución es imposible sin una crisis nacional general (que afecte a explotados y explotadores)”259. Liquidar el dominio de la burguesía y establecer el poder de los trabajadores representado por los Soviets, tal era la inflexible exigencia de los obreros, campesinos y soldados. Paralela a la disposición de la clase obrera y del campesinado pobre de emprender la acción contra la burguesía, alcanzó proporciones inusitadas la crisis del poder burgués y de los partidos pequeñoburgueses que le apoyaban.

También era propicia para las fuerzas revolucionarias la situación política exterior. Inglaterra, Francia y Estados Unidos con sus aliados estaban enzarzados en una cruenta lucha contra los países del bloque austro-alemán. Las fuerzas 259 V. I. Lenin, La enfermedad infantil del "izquierdismo" en el comunismo. O.C., t. 41, págs. 69-70.

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fundamentales de las dos agrupaciones imperialistas estaban inmovilizadas en los frentes, lo que les impedía acudir rápidamente en ayuda de la contrarrevolución rusa. Además, en muchos países de Europa Occidental arreciaba también el movimiento revolucionario. En Francia, las manifestaciones antibélicas se convertían en contiendas callejeras. Durante varios días de agosto combatieron los obreros de Turín (Italia) contra la policía y las tropas. En ese mismo mes estalló la insurrección de los marineros alemanes; bajo la presión de las masas revolucionarias, crujía el fragmentario imperio de Austria-Hungría. La lucha contra la guerra imperialista se convertía en un combate contra el imperialismo, prestando de este modo ayuda inapreciable a la revolución en Rusia.

Analizando todo el conjunto de acontecimientos en el país, Lenin llegó a la conclusión de la necesidad de emprender la insurrección armada. En sus trabajos El marxismo y la insurrección, Consejos de un ausente y otros llamaba a la insurrección armada y al mismo tiempo subrayaba que el poder proletario tenía garantizados la simpatía y el apoyo abnegado de los trabajadores y de los explotados de todo el mundo en general, de los países beligerantes en particular, y de los campesinos rusos sobre todo. Proponiendo concertar inmediatamente una paz democrática, entregando sin demora la tierra a los campesinos y restableciendo las instituciones y las libertades democráticas, los bolcheviques constituirán un Gobierno que nadie podrá derrocar.

Había llegado el momento propicio para romper las cadenas del imperialismo en el eslabón más débil que era Rusia. El 29 de septiembre, Lenin escribió el artículo La crisis ha madurado, en el que insistía resueltamente en empezar la insurrección antes de celebrarse el Congreso de los Soviets. El artículo contenía también indicaciones concretas para organizar y llevar a cabo la insurrección; "Está en juego todo el porvenir de la revolución rusa -escribía Lenin-. Está en juego todo el honor del Partido Bolchevique. Está en juego todo el porvenir de la revolución obrera internacional por el socialismo”260.

Capítulo IV. Preparación de la insurrección

armada. En sus históricas cartas Los bolcheviques deben

tomar el Poder y El marxismo y la insurrección, así como en su artículo Consejo de un ausente, V. I. Lenin demostraba convincentemente que la crisis nacional general había madurado y que habían surgido las condiciones necesarias para transformar la consigna de preparación política general de la insurrección armada en consigna de acción práctica; desarrolló la doctrina de C. Marx y F. Engels sobre la insurrección armada como un arte; remarcó la 260 V. I. Lenin. La crisis ha madurado. O.C., t. 34, pág. 280.

seriedad y la responsabilidad de esta forma de lucha; advirtió contra el aventurerismo y el juego conspirador para "adueñarse" del poder. "Para poder triunfar -escribía Lenin-, la insurrección no debe apoyarse en una conjuración, en un partido, sino en la clase avanzada. Esto en primer lugar. En segundo lugar, debe apoyarse en el auge revolucionario del pueblo. Y en tercer lugar, la insurrección debe apoyarse en aquel momento de viraje en la historia de la revolución ascensional en que la actividad de la vanguardia del pueblo sea mayor, en que mayores sean las vacilaciones en las filas de los enemigos y en las filas de los amigos débiles, a medias, indecisos, de la revolución"261. En el otoño de 1917 se daban todas las condiciones señaladas por Lenin.

Teniendo en cuenta la situación creada en el país, en la carta que Lenin envió desde Víborg, el 1 de octubre, al CC, a los comités de Moscú y Petrogrado y a los bolcheviques miembros de los Soviets de Petrogrado y Moscú, Lenin expresaba la plena seguridad de que "la victoria está asegurada, existiendo el noventa por ciento de posibilidades de conseguirla sin derramamiento de sangre.

Esperar es un crimen ante la revolución"262 Únicamente la insurrección armada frustraría la

confabulación de los imperialistas rusos y extranjeros contra Rusia, sólo ella podría conjurar una nueva conspiración Korníloviana y evitar el sangriento aplastamiento de la revolución que preparaba la burguesía.

Lenin enlazaba el éxito de la insurrección armada con su esmerada y multilateral preparación; indicaba que para llevar a buen término la insurrección era necesario concentrar en el lugar y en el momento decisivos fuerzas muy superiores, porque, de lo contrario, el enemigo, mejor preparado y organizado, aniquilaría a los insurrectos; que una vez comenzada la insurrección, había que proceder con la mayor energía y pasar indispensablemente a la ofensiva; que "la defensiva es la muerte de toda insurrección armada"; que había que esforzarse por sorprender al enemigo y aprovechar el momento en que sus tropas se hallen dispersas; que había que esforzarse por obtener triunfos diarios, aunque fuesen pequeños, manteniendo a toda costa la "superioridad moral"263.

Para la revolución tenía importancia decisiva la victoria de la insurrección armada en Petrogrado y Moscú, en los frentes Norte y Oeste, y en los principales centros industriales del país. En Petrogrado y Moscú era donde primeramente el proletariado podía y debía infligir la derrota a la

261 V. I. Lenin. El marxismo y la insurrección. O.C., t. 34, págs. 242- 243. 262 V. I. Lenin. Carta al CC, a los comités de Moscú y Petrogrado y a los bolcheviques miembros de los Soviets de Moscú y Petrogrado. O.C., t. 34, pág. 341. 263 V. I. Lenin. Consejos de un ausente. O.C., t. 34, pág. 383.

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burguesía264. Lenin propuso organizar un ataque combinado con destacamentos de la Guardia Roja obrera, marineros y unidades militares para cercar y apoderarse de Petrogrado. De acuerdo con su plan, era muy importante ocupar ciertos puntos de la capital: el Palacio de Invierno (residencia del Gobierno Provisional), el Palacio de María, en el que sesionaba el Anteparlamento, y la Fortaleza de Pedro y Pablo; consideraba también necesario ocupar y mantener a toda costa Teléfonos, Telégrafos, estaciones ferroviarias y puentes sobre el Neva; para la realización de esta tarea proponía designar destacamentos de obreros y marineros más decididos y más fieles a la revolución.

El 24 de septiembre se celebró una reunión de los miembros del CC del Comité petrogradense del POSD(b)R con los funcionarios de las organizaciones locales del partido. En la resolución El momento actual y las tareas del proletariado, aprobada en la reunión, se subrayaba que la burguesía estaba conduciendo al país hacia la guerra civil contra el pueblo y que por eso el partido del proletariado debía aplicar todas las fuerzas para movilizar las amplias masas populares y luchar por el paso del poder a manos de los Soviets265.

El 27 y 28 de septiembre, la sesión plenaria del Buró Regional moscovita del POSD(b)R aprobó la resolución sobre la necesidad de comenzar a organizar y orientar el creciente movimiento espontáneo de las masas y su transformación en acción revolucionaria decisiva; se preveía la creación de centros combativos en las localidades y el establecimiento de estrechos contactos entre ellos266.

En aquellos días, Lenin se encontraba ya en la capital y vivía ilegalmente en el distrito de Víborg, en el domicilio de M. V. Fofánova, participante en el movimiento revolucionario. "Todo él, por entero -recordaría después N. K. Krúpskaya-, vivió Lenin este último mes con el pensamiento puesto en la insurrección, sólo pensando en esto, contagiando a los camaradas su estado de ánimo, su convicción"267.

En la preparación de la insurrección armada, tuvo muchísima importancia la reunión del CC del partido celebrada el 10 de octubre de 1917. Más tarde, Lenin diría que ésta fue "la reunión decisiva del Comité Central"268. Se celebró en condiciones de riguroso sigilo. En el informe sobre el momento actual, Lenin desarrolló sus puntos de vista a favor de la

264 V. I. Lenin. Los héroes del fraude y los errores de los bolcheviques. O.C., t. 34, pág. 254. 265 Actas del Comité Central del POSD(b)R. Agosto de 1917-febrero de 1918. M., 1958, págs. 70-71. 266 Preparación y triunfo de la Revolución de Octubre en Moscú. M., 1957, pág. 326. 267 N. K. Krúpskaya. Recuerdos sobre Lenin. M., 1957, pág. 310. 268 V. I. Lenin. Llamamiento del CC del POSD(b)R... O.C., t. 35, pág. 74.

insurrección armada en los próximos días; señaló que la insurrección era inevitable, que la mayoría ahora seguía a los bolcheviques y era necesario pasar a las acciones resueltas; que el momento decisivo estaba muy próximo y que desde el punto de vista político las cosas habían madurado plenamente para la transferencia del poder y que era menester prestar atención al aspecto técnico de la insurrección, pues en eso residía toda la cuestión269.

La resolución del CC del POSD(b)R acerca de la insurrección, propuesta por Lenin, fue aprobada por mayoría: 10 votos contra 2 (Kámenev y Zinóviev). Para dirigir en el sentido político la preparación de la insurrección, en la reunión se eligió un Buró Político encabezado por Lenin. Las mayores organizaciones del partido fueron informadas respecto a la resolución del CC del POSD(b)R del 10 de octubre.

Las ideas leninistas acerca de los preparativos para la insurrección armada encontraron el más ardiente apoyo en las conferencias y reuniones urbanas del partido, celebradas en el centro y en las localidades en vísperas de Octubre. En aquel período se celebraron más de 30 conferencias provinciales. En total, sesionaron más de 90 conferencias regionales, territoriales, provinciales, distritales y urbanas, así como conferencias de las organizaciones militares del partido.

La III Conferencia urbana de los bolcheviques petrogradenses (7-11 de octubre) aceptó el proyecto de la resolución propuesto por V. I. Lenin en su carta del 7 de octubre270. Dicha conferencia exigió del CC "que adopte todas las medidas necesarias para dirigir la inevitable insurrección de los obreros, los soldados y los campesinos con el fin de derribar al Gobierno antipopular y terrateniente de Kerenski"; acordó "enviar inmediatamente delegaciones a Helsingfors, Víborg, Kronstadt, Reval, a las unidades militares que se encuentran al Sur de Petrogrado y a Moscú con objeto de hacer agitación en pro de la adhesión a esta resolución y de la necesidad de derrocar a Kerenski con una rápida insurrección general para abrir el camino de la paz, de la salvación de Petrogrado y de la revolución, de la entrega de la tierra a los campesinos y del poder a los Soviets"271.

En la sesión de clausura, la Conferencia escuchó y discutió el informe de V. I. Nevski sobre la Guardia Roja, donde se subrayaba que la Guardia Roja de Petrogrado debería ser la fuerza de choque de la insurrección; que ella "tiene enorme importancia en el comienzo de la insurrección", pues es capaz de asestar el primer golpe certero al enemigo, y que, por

269 Véase V. I. Lenin. Reunión del Comité Central del POSD(b)R. O.C., t. 34, págs. 391-392. 270 Véase V. I. Lenin. Carta a la Conferencia de la ciudad de Petrogrado. O.C., t. 34, págs. 347-350. 271 Archivo Central del Partido del Instituto de Marxismo-Leninismo, f. 66,1. 1, exp. 3, fol. 8. Archivo del Partido de Leningrado, f. 1, I. 1, exp. 10, fol.

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lo tanto, es necesario organizar la instrucción militar de los obreros de la manera más diversificada. "Es necesario crear en cada distrito tropas especiales", pues sólo de este modo podrá evitarse la derrota, como ocurrió en Moscú en diciembre de 1905272. Durante los debates, el delegado N. A. Skripnik propuso estudiar el plano de Petrogrado y prepararse para la lucha armada en las calles de la ciudad273.

Las conferencias de partido que se celebraron en el país fueron una demostración de la unidad ideológica y organizativa del Partido Bolchevique. El partido estaba unido -escribía E. Yaroslavski refiriéndose a aquellos días-, "no hubo una organización o ciudad en donde las organizaciones del partido se expresasen en el momento decisivo contra la insurrección o reconociesen injusta la línea del CC'274.

En octubre, el Partido Bolchevique contaba con no menos de 400.000 afiliados275, mientras que a finales de abril tenía 80.000. Este era un exponente objetivo de la creciente influencia del partido de los bolcheviques entre las masas trabajadoras. El crecimiento de las filas del partido puede juzgarse por dos organizaciones capitalinas: la organización bolchevique de Petrogrado tenía en marzo 2.000 militantes; en julio, 32.000 y en octubre, cerca de 50.000; la de Moscú tenía en marzo cerca de 600 afiliados; en abril, 7.000; en julio, 15.000 y en octubre, cerca de 20.000. La guarnición de Petrogrado tenía 5.800 militantes, y la de Moscú, cerca de 5.000; el Frente Norte (junto con la Flota del Báltico) contaba con más de 13.000 y el Frente Oeste, con 21.000 militantes del POSD(b)R y con más de 27.000 simpatizantes276. Las mayores fuerzas del partido estaban concentradas precisamente en los puntos donde se decidía la suerte de la revolución.

Según datos incompletos, en otoño de 1917 en el país había 348 organizaciones distritales del partido, 334 urbanas, 24 provinciales y 12 regionales277. En las últimas semanas y días de la preparación de la insurrección, el CC del partido organizó contactos muy estrechos con sus organizaciones locales. Si en el período comprendido entre marzo y septiembre el CC del POSD(b)R había remitido a las provincias poco más de mil cartas, durante los dos meses incompletos antes de la insurrección armada envió 550. También se intensificaron considerablemente

272 Archivo Estatal Central del Ejército Soviético, f. 1, I. 1, exp. 298, fs. 1 y 2. 273 Ibídem. 274 Em. Yaroslavski. Los bolcheviques en Octubre. "Proletarskaya revolutsia" ("La Revolución Proletaria"), 1927, Nº 10, pág. 73. 275 Actas del CC del POSD(b)R, pág. 94. 276 V. V. Anikéiev. Datos acerca de las organizaciones bolcheviques desde marzo hasta diciembre de 1917. Cuestiones de la historia del PCUS, 1958, W 2, pág. 132. 277 Ibídem.

los contactos personales. Sólo en el mes de septiembre acudieron al CC del partido más de 70 delegaciones del ejército. A través del Secretariado del CC del partido, creado en agosto y con sede en el Instituto Smolny, fueron enviados en septiembre agitadores a todas las provincias de la parte europea de Rusia y de Siberia. Además, representantes del Comité Central del partido, en septiembre y octubre, visitaron 43 organizaciones partidarias278.

En vísperas de la insurrección armada de Octubre en Petrogrado, los bolcheviques editaban 53 periódicos con una tirada semanal de 2.180.000 ejemplares como promedio279. A finales de octubre, la tirada diaria del periódico Rabochi Put ("La Senda Obrera"), órgano central del partido, era de 200.000 ejemplares280.

Toda la propaganda y agitación verbal e impresa estaban supeditadas a una tarea: preparar la insurrección armada del proletariado. N. I. Podvoiski recordaba que en aquellos días los agitadores iban a las masas a convencer y a triunfar, pues ante sus argumentos cedía la más hábil dialéctica de los oradores conciliadores y burgueses281. Como dijera A. V. Lunacharski, era la "época de oro de los mítines"; la agitación se hacía de un modo directo y eficiente en el sentido de preparar una nueva revolución282.

Los temas de los discursos que pronunciaban los bolcheviques ante las masas eran muy diversos: "¿Qué dio la revolución durante los 7 meses?", "La guerra actual y cómo terminarla", "El momento actual y el papel de la clase obrera", "El momento actual y las tareas de la Guardia Roja", "Las tareas del movimiento sindical", "El Congreso de los Soviets y la Asamblea Constituyente", "Sobre el Estado", "El problema nacional", "Acerca del régimen socialista", "Anarquismo o socialismo", "Las tareas del arte proletario" y otros283.

El 16 de octubre tuvo lugar una sesión ampliada del CC del POSD(b )R, la Comisión Ejecutiva del Comité petrogradense, la Organización Militar, el Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado, los sindicatos, los comités fabriles, el Comité del partido de la región de Petrogrado y los ferroviarios, la cual debería examinar el estado de preparación para la insurrección armada. En esta 278 El PCUS. Compendio. M., 1965, págs. 142,143. 279 V. P. Búdnikov. La prensa periódica del Partido Bolchevique en la etapa de preparación y realización de la Revolución de Octubre. Autoponencia de la tesis de doctor en ciencias históricas. M., 1963, pág. 38. 280 A. V. Lunacharski. Semblanzas. M., 1965, pág. 492. 281 N. Podvoiski. La Organización Militar del CC del POSD(b)R y el Comité Militar Revolucionario (1917). "Krásnaya Liétopis" ("Anales Rojos"), 1923, Nº 6, pág. 70. 282 Archivo Central del Partido del Instituto de Marxismo-Leninismo, f. 142, 1. 32, exp. 1, fol. 15. 283 Rabochi Put, 1, 7 y 21 de octubre de 1917.

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reunión Lenin dio a conocer la resolución del CC de partido del 10 de octubre y adujo una serie de argumentaciones nuevas que demostraban la necesidad y la inevitabilidad de la insurrección. También fueron sometidos a un circunstanciado análisis los informes de representantes de los distritos de Petrogrado, del Buró Militar y de otras organizaciones.

El CC del POSD(b)R aprobó la resolución propuesta por Lenin (20 personas votaron por la resolución, 2 en contra y 3 se abstuvieron), en la que se exhortaba a todas las organizaciones del partido, a todos los obreros y soldados, a "preparar intensamente y en todos los aspectos la insurrección armada, apoyar el Centro que instituía el Comité Central para estos afectos..."284. La reunión expresó la plena seguridad de que el CC del partido y el Soviet de diputados obreros y soldados indicarían a tiempo el momento oportuno y los métodos convenientes para la ofensiva. En la reunión, Kámenev y Zinóviev volvieron a manifestarse contra la insurrección armada y fueron los únicos que votaron contra la resolución de V. I. Lenin.

Lenin sometió a una crítica acerba la posición de Kámenev y Zinóviev, quienes oponían a la insurrección armada métodos "parlamentarios", "pacíficos", para solucionar la cuestión del poder.

Del mismo modo que Kámenev y Zinóviev cifraban las esperanzas en la Asamblea Constituyente, Trotski consideraba posible solucionar la cuestión del poder en el Congreso de los Soviets. Cualquier conversación sobre la solución de la cuestión del poder a través del Congreso de los Soviets o de la Asamblea Constituyente, Lenin la calificaba de engaño, de mentira y de traición a la revolución. "No cabe la menor duda -escribía Lenin- de que si los bolcheviques cayeran en la trampa de las ilusiones constitucionalistas, de la "confianza" en el Congreso de los Soviets y en la convocatoria de la Asamblea Constituyente, de la "espera" del Congreso de los Soviets, etc.; no cabe duda de que esos bolcheviques serían unos traidores miserables a la causa proletaria"285. Advertía al partido que sin el derrocamiento del Gobierno de Kerenski, podría resultar que tuviese "magníficas resoluciones y Soviets, ¡pero sin poder!"286

El Congreso de los Soviets, según la idea de Lenin, de ninguna manera podría ser un organismo que derrocase al Gobierno Provisional. El Congreso podría cumplir su tarea -proclamar el poder de los Soviets y crear el Gobierno soviético- únicamente como resultado de la insurrección armada victoriosa.

284 Actas del Comité Central del POSD(b)R, pág. 104. 285 V. I. Lenin. La crisis ha madurado. O.C., t. 34, pág. 279. 286 V. I. Lenin. Carta a t. T. Smilga, presidente del Comité Regional del ejército, la flota y los obreros de Finlandia. O.C., t. 34, pág. 265.

Lenin exigía que se supeditara precisamente a esta tarea la lucha del partido por la convocatoria del II Congreso ordinario de los Soviets de toda Rusia; exhortaba a realizar la "preparación de las mentes" para la insurrección bajo la consigna de "entrega inmediata del poder al Soviet de Petrogrado, que lo entregará al Congreso de los Soviets"287.

En el otoño de 1917, la consigna bolchevique de "¡Todo el poder a los Soviets!" agrupaba, mancomunaba a millones de seres. Era el lema de acción de todas las organizaciones de masas trabajadoras. Lenin consideraba que la preparación de la insurrección y la conquista del poder debería efectuarse a través de los Soviets; subrayaba que sin los últimos, la insurrección no podría ser firme, rápida y segura288. Los Soviets podrían unificar en el sentido político la insurrección a nivel de todo el país, ser órganos del poder revolucionario del pueblo, un aparato del sistema estatal nuevo, proletario. La tarea de tomar el poder los Soviets es la tarea de la exitosa insurrección, indicaba Lenin, y "renunciar hoy a la insurrección armada equivaldría a renunciar a la consigna más importante del bolchevismo (todo el poder a los Soviets) y a todo el internacionalismo proletario-revolucionario en general"289.

Bajo la presión de las fuerzas revolucionarias y por exigencia de los Soviets provinciales, el Comité Ejecutivo Central de los Soviets se vio obligado a fijar para el 20 de octubre la convocatoria del II Congreso de los Soviets de toda Rusia, tratando de optar al congreso, mediante diversas maquinaciones, una apropiada composición de delegados para imponerle después las resoluciones deseables. Trazado ese plan, el Comité Ejecutivo Central aplazó la inauguración del Congreso para el día 25 de octubre. En torno a la fecha de apertura del Congreso se desplegó una lucha entre los bolcheviques y los partidos conciliadores.

Los principales jalones en la vía de la preparación del II Congreso de los Soviets y la movilización de las masas para la insurrección armada eran los congresos regionales de los Soviets. Lenin concedía particular importancia al Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de la Región Norte, inaugurado en Petrogrado el 11 de octubre y en el que estaban representados los Soviets de Petrogrado, Moscú, Nóvgorod, Kronstadt, Helsingfors, Reval y otras ciudades, el Frente Norte y la Flota del Báltico. La composición partidaria del Congreso era la siguiente: 51 bolcheviques, 24 eseristas de izquierda, 10 eseristas de derecha, 1 menchevique

287 Ibídem , págs. 266-267. 288 V. I. Lenin. Carta a los camaradas. O.C., t. 34, pág. 408. 289 V. I. Lenin. Consejos de un ausente. O.C., t. 34, pág. 382.

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internacionalista290 y 4 mencheviques defensistas291. N. V. Krilenko fue elegido presidente del Congreso. Lenin se dirigió con una carta especial: A los camaradas bolcheviques que participan en el Congreso de los Soviets de la Región 8orte. El congreso escuchó los informes de las localidades, sobre el momento actual, sobre la situación político-militar, sobre el problema de la tierra y sobre la convocatoria del II Congreso de los Soviets. Exhortó a las guarniciones militares de la región a que elevasen su disposición combativa. En el llamamiento a los campesinos, el congreso les invitaba a apoyar la lucha por el poder de los Soviets. Los bolcheviques y eseristas de izquierda en el congreso obraban en común acuerdo en lo tocante al problema de la entrega del poder a los Soviets y la cuestión de la tierra. Al Comité Regional de los Soviets fueron elegidos 11 bolcheviques y 6 eseristas de izquierda292. El congreso formó un comité para la lucha por la convocatoria del Congreso de los Soviets de toda Rusia y la coordinación de las acciones de las organizaciones militares revolucionarias293.

Los delegados de las localidades informaban acerca de la disposición de los obreros y soldados para iniciar la lucha decisiva. El congreso declaró: "Ha llegado el momento cuando únicamente a través de la acción resuelta y unánime de todos los Soviets puede salvarse al país y la revolución, y solucionar el problema del poder central”294.

Albert Rhys Wiliams, escritor norteamericano y participante en la Revolución de Octubre, señalaba al respecto: "Los congresos de los Soviets demostraron que de las entrañas de las masas populares se oyó el potente grito de "¡Todo el poder a los Soviets!" Lo que en julio exigía la capital, ahora comenzó a exigirlo todo el país"295.

Los congresos de los Soviets activaron la lucha por la urgente convocación del Congreso de los Soviets de toda Rusia, reavivaron su actividad los Soviets locales, contribuyeron a intensificar la campaña por la reelección de los Soviets y la expulsión de ellos a los representantes de los partidos conciliadores. Los congresos de los Soviets, celebrados en septiembre y octubre, demostraron que

290 Mencheviques internacionalistas: ala izquierda de los mencheviques, surgida en los años de la I Guerra Mundial. Se pronunciaban contra la guerra imperialista. 291 La insurrección armada de Octubre en Petrogrado. Documentos y datos. M., 1957, pág. 924. 292 A. Smirnov. Sobre la actitud de los bolcheviques para con los eseristas de izquierda en el período de preparación de la Revolución de Octubre. "Voprosi Istorii KPSS", ("Cuestiones de Historia del PCUS"), 1966, W 2, pág. 21. 293 La insurrección armada de Octubre en Petrogrado, pág. 88. 294 Ibídem, pág. 84. 295 Albert Rhys Williams. Acerca de Lenin y de la Revolución de Octubre. M., 1960, págs. 147-148.

los Soviets habían recobrado fuerzas y que deberían convertirse en órganos de poder en el país. Según datos incompletos, en vísperas de la insurrección armada de Octubre, en el país había 1.429 Soviets: 706 Soviets de diputados obreros y soldados, 235 Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos, 33 Soviets de diputados soldados y 455 Soviets de diputados campesinos296.

Para preparar y llevar a cabo la insurrección armada, era necesario crear el Estado Mayor de la insurrección, cosa que ya había propuesto Lenin en sus cartas al CC a mediados de septiembre.

Dicho organismo fue creado el 9 de octubre en el pleno del Soviet de Petrogrado. Al Comité Ejecutivo del Soviet se le encomendó organizar un "comité revolucionario de defensa" para proteger al pueblo de "los ataques que estaban preparando abiertamente los Kornílovianos militares y civiles"297.

El proyecto del reglamento fue aceptado, con algunas modificaciones, por el Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado el 12 de octubre en su sesión a puertas cerradas, y aprobado definitivamente el 16 de octubre en la sesión plenaria del Soviet petrogradense. A este organismo se le llamó Comité Militar Revolucionario298. Formaban parte de él representantes del CC y del Comité petrogradense del POSD(b)R, de las organizaciones militares del partido, del Presídium del Soviet de Petrogrado y de su sección de soldados, del Comité Regional de Finlandia, del Comité Central de la Flota del Báltico, de los comités fabriles, del Estado Mayor de la Guardia Roja, de los sindicatos y de otras organizaciones revolucionarias. A disposición del Comité Militar Revolucionario pasaron la Guardia Roja y las unidades revolucionarias de la guarnición y la flota. El 20 de octubre, el Comité Militar Revolucionario celebró su primera sesión, en la que se eligió el Buró del Comité, compuesto de cinco personas: los bolcheviques N. I. Podvoiski, V. A. Antónov-Ovséienko y A. D. Sadovski y los eseristas de izquierda P. E. Lazimir y G. N. Sujarkov. Primeramente, presidía el Comité Revolucionario el eserista de izquierda Lazimir, después Podvoiski.

Las cuestiones de principio, relacionadas con la actividad del Soviet de Petrogrado y del Comité Militar Revolucionario, las estudiaba Lenin, y, por lo general, eran examinadas previamente en la reunión del CC del POSD(b)R. El Centro Militar Revolucionario del CC del Partido Bolchevique, creado el 16 de octubre y compuesto por A. S.

296 D. A. Chugáev. Historia de la creación y fortalecimiento del Estado soviético. Informe que generaliza el contenido de los trabajos científicos presentados para defender el título de doctor en ciencias históricas. M., 1964, pág. 10. 297 Rabochi Put, 24 de octubre de 1917. 298 La insurrección armada de Octubre en Petrogrado, págs. 204-205, 206.

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Búbnov, F. E. Ozerzhinski, y. M. Sverdlov, I. V. Stalin y M. S. Uritski, se convirtió en el núcleo dirigente del Comité Militar Revolucionario.

La posición de los eseristas de izquierda, miembros del Comité Militar Revolucionario, no era consecuente. Así, el 23 de octubre, es decir, varios días después de crearse este órgano, los eseristas de izquierda, cuando en el Anteparlamento se examinaba el problema de la "insurrección bolchevique" que se preparaba, apoyaron la resolución propuesta por el menchevique Dan, que condenaba la insurrección y exhortaba a los obreros, campesinos y soldados a "mantener tranquilidad y cumplir con su deber"299.

El Partido Bolchevique reunía y preparaba enérgicamente las fuerzas armadas de la revolución para los próximos combates. En septiembre y octubre, se produjo un incremento muy rápido de los destacamentos de la Guardia Roja: en vísperas de la insurrección armada de Octubre, la Guardia Roja de Petrogrado y de sus alrededores contaba con cerca de 23.000 efectivos300; la de Moscú, con 10.000-12.000. En el transcurso de los combates de octubre, la Guardia Roja de Moscú aumentó numéricamente. Según comunicaba el bolchevique A. S. Vedérnikov, destacado organizador de la Guardia Roja obrera moscovita, en las jornadas de Octubre, en Moscú había casi 25.000 obreros armados301.

A mediados de septiembre de 1917, la Organización Militar aneja al CC del POSD(b)R organizó cursos de 10 días para los instructores de la Guardia Roja de toda Rusia, que se convirtieron en escuela permanente para la preparación de cuadros de mando.

En la preparación organizativo-militar de la insurrección desempeñó un gran papel la prensa bolchevique. El periódico Soldat ("El Soldado") ilustraba ampliamente en sus páginas los problemas de la organización técnico-militar y la preparación combativa de los guardias rojos; publicó un programa modelo de preparación combativa de los guardias rojos, que incluía la instrucción de tiro, el combate a la bayoneta, los ejercicios tácticos vinculados con la lucha en las trincheras y la topografía, la táctica del combate en la calle y en las barricadas, la instrucción de orden cerrado y el estudio de las armas.

En septiembre y octubre, la Guardia Roja se armaba intensamente, a lo que contribuían mucho los comités fabriles y los obreros de las empresas

299 Se cita por el libro de V. Komin La bancarrota de los partidos burgueses y pequeñoburgueses de Rusia en el período de preparación y triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre. M., 1965, pág. 511. 300 E. Erikálov. La Guardia Roja en la lucha por el poder de los Soviets. M., 1957, pág. 39. 301 De la historia de la Guardia Roja obrera de Moscú. Materiales y documentos. M., 1930, pág. 150.

militares. El 27 de septiembre, el Comité Ejecutivo del Soviet del distrito de Víborg se dirigió al comité de la fábrica de municiones de Petrogrado solicitándole 5.000 cartuchos para la Guardia Roja. El comité fabril dispuso: "Despachar la cantidad indicada de cartuchos para la instrucción de la Guardia Roja"302. El 23 de octubre, el comité de la fábrica de municiones acordó despachar cartuchos a petición del Comité Militar Revolucionario. Ese mismo día, recibió municiones el Estado Mayor de la Guardia Roja del distrito de Víborg. Se ha conservado el siguiente recibo: "Al comité fabril de la fábrica de municiones. El Estado Mayor de la Guardia Roja anejo al Soviet de diputados obreros del distrito de Víborg ha recibido 83 cajas de cartuchos de bala -600 unidades en cada una- y 3 cajas de cartuchos de instrucción militar, lo que se certifica con la firma y la selladura"303.

En las fábricas de Petrogrado (Putílov, del Báltico y otras) y de Moscú, así como de Járkov, Lugansk, Sarátov y Ekaterimburgo, los obreros organizaron la producción y reparación de armamento para la Guardia Roja. De acuerdo con el programa trazado, los guardias rojos aprendían el arte militar. Solamente en septiembre, se inició la instrucción de los guardias rojos en 79 empresas de Petrogrado304. A finales de septiembre, en la fábrica Putílov recibían instrucción 12 destacamentos de guardias rojos, con 120-150 hombres en cada uno de ellos (algunos tenían hasta 200 hombres). La instrucción de orden cerrado se realizaba de tres a cinco veces por semana, durante varias horas305. Por lo general, los que enseñaban el arte militar a los guardias rojos eran soldados que estaban distribuidos por fábricas.

La Conferencia de los guardias rojos de Petrogrado, celebrada el 22 de octubre, aprobó el Reglamento de la Guardia Roja. Esta estaba agrupada en sentido organizativo y tenía dirección centralizada a nivel de toda la ciudad306. Después de clausurarse la Conferencia, se celebró una sesión ampliada de la comandancia central de la Guardia Roja, de la que formaban parte un representante de cada distrito, en la que se eligió el Buró de la comandancia central. A las comandancias distritales se les encomendó organizar la movilización de todo el transporte, crear destacamentos especiales para ocupar los puntos estratégicos más importantes, reforzar la custodia de

302 Materiales de la historia de la URSS, t. 1, M., 1955, págs. 29-30. 303 Ibídem, págs. 53, 61, 72, 80, 211. 304 N. I. Podvoiski. La Guardia Roja en las jornadas de Octubre. En la recopilación. La insurrección armada de Octubre en Petrogrado. Memorias de partícipes activos en la revolución. L., 1956, pág. 46. 305 M. Mítelman y otros. Historia de la fábrica Putilov. 1801-1917. M., 1961, pág. 663. 306 Reglamento de la Guardia Roja obrera de Petrogrado. Petrogrado, 1917.

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las empresas, designar destacamentos de guardia y mantenerlos en estado de alerta permanente por si fueran solicitados por el Comité Militar Revolucionario. Para establecer el enlace operativo, cada distrito enviaba dos guardias rojos al Buró de la comandancia central.

De acuerdo con el Reglamento, la Guardia Roja se dividía en unidades de combate y comandos técnicos (de demolición, de motociclistas, de telégrafos, de ametralladoras, de artillería, etc.). La principal unidad combativa de la Guardia Roja era la decena. Cuatro decenas componían un pelotón; tres pelotones, una centuria; tres centurias, un batallón. Todos los batallones del distrito componían el destacamento distrital. De acuerdo con esto, el personal de mando, que era electivo, contaba con jefes de decena, de pelotón y de centuria. A todos los destacamentos los agrupaba la Comandancia Central de la Guardia Roja obrera.

En las filas de la Guardia Roja se encontraba la flor y nata de la clase obrera: destacamentos armados dispuestos a luchar abnegadamente por el triunfo de la revolución proletaria.

Partiendo de la principal tarea estratégica -la lucha conjunta de la clase obrera y el campesinado pobre contra la burguesía-, los bolcheviques se ganaron a su lado a los efectivos de la guarnición de Petrogrado (hasta 150.000 soldados)307 y de los frentes Norte y Oeste, próximos a la capital, así como a los marinos de la Flota del Báltico. En la Carta a I. T Smilga, presidente del Comité regional del ejército, la flota y los obreros de Finlandia, del 27 de septiembre, Lenin escribía que la actitud marxista para con la insurrección requería del partido una labor sistemática en la preparación de sus fuerzas militares. También daba una serie de indicaciones concretas referentes a la preparación de las tropas que se encontraban en Finlandia y de la Flota del Báltico para el derrocamiento inminente del Gobierno Provisional; aconsejaba estudiar escrupulosamente la dislocación de las unidades cosacas y organizar la propaganda sistemática entre sus efectivos. Atribuyendo gran importancia a la participación de los campesinos al lado de la clase obrera, Lenin proponía organizar grupos de agitadores, compuestos de soldados que iban a pasar un breve descanso en sus aldeas, para que éstos realizasen propaganda en el campo. Destacando la importancia que suponía el bloque con los eseristas de izquierda, Lenin le recomendaba a Smilga: "Organicen ustedes allí inmediatamente ese bloque, organicen la publicación de volantes (vean qué pueden hacer desde el punto de vista técnico, así como para introducirlos en Rusia). Cada grupo de propaganda enviado al campo deberá estar compuesto por no menos de dos personas: un 307 V. A. Antónov-Ovséienko. En la revolución. M., 1957, pág. 134.

bolchevique y un eserista de izquierda. El "nombre" de eserista sigue siendo popular en el campo, y ustedes deben aprovechar la oportunidad (ustedes tienen algunos eseristas de izquierda) para formar en el campo un bloque de los bolcheviques con los eseristas de izquierda, aprovechando ese nombre, un bloque de campesinos y obreros y no de campesinos y capitalistas"308.

Los marinos de la Flota del Báltico eran una gran fuerza militar de la revolución. La Flota del Báltico tenía unos 700 buques de combate y auxiliares, incluidos 7 buques de línea, 9 cruceros y 68 destructores309; protegía los accesos inmediatos al Petrogrado revolucionario; podía prestar ayuda urgente a la capital enviando buques de combate y efectuando desembarcos para participar en las operaciones terrestres.

En septiembre de 1917, en la Flota del Báltico había tal situación que, prácticamente, el poder se encontraba en manos de los Soviets de comités de marineros y soldados. Después del II Congreso de representantes de la Flota del Báltico, el nuevamente elegido Comité Central lo dirigió el bolchevique P. E. Dibenko. Este organismo estableció el control de la actividad de los mandos de los estados mayores, designando allí a sus comisarios. En los buques se formaron destacamentos combativos de marineros, dispuestos a salir en ayuda de Petrogrado tan pronto fuera recibida la señal de los bolcheviques.

Las guarniciones capitalinas, la Flota del Báltico, las tropas revolucionarias en Finlandia y la mayoría de las tropas de los frentes Norte y Oeste estaban listas para participar junto con la clase obrera, bajo la dirección de los bolcheviques, contra el Gobierno Provisional. La mayoría de las guarniciones de retaguardia del país, igual que la guarnición de Petrogrado, apoyaban al proletariado.

Como resultado de la multifacética preparación del estado técnico de la insurrección armada, el partido de los bolcheviques logró, para octubre de 1917, crear grandes fuerzas armadas de la revolución; los destacamentos obreros de guardias rojos de Petrogrado contaban con unos 23.000 combatientes; la Flota del Báltico, con más de 80.000 marineros; la guarnición de Petrogrado, junto con los soldados de las guarniciones próximas a la capital (Tsárskoe Sieló, Pávlovsk, Krásnoie Sieló, Strelka, Lígovo, Gátchina, Peterhof y Oranienbaum) y las tropas terrestres de la fortaleza de Kronstadt, constituían un ejército de 200.000 hombres. Así pues, el Partido Bolchevique en vísperas de la insurrección armada en Petrogrado se apoyaba en una fuerza armada de obreros, marineros y soldados que contaba

308 V. I. Lenin. Carta a I. T. Smilga, presidente... O.C., 1. 34, pág. 266. 309 V. V. Petrash. Los marinos del Báltico en las jornadas de Octubre. En la recopilación de artículos La insurrección armada de Octubre, págs. 185-186.

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con más de 300.000 combatientes310. Los resultados de las elecciones a la Asamblea

Constituyente muestran que ya en octubre, la inmensa mayoría del proletariado apoyaba a los bolcheviques, quienes tenían superioridad de fuerzas en los puntos decisivos: Petrogrado, Moscú y Zona Industrial Central. Les apoyaba también la mitad del ejército, y en los frentes más importantes, casi 2/3 de los soldados. En la Flota del Báltico, los bolcheviques tenían el 57,7% de votos, y los eseristas de izquierda, que apoyaban a los primeros en el derrocamiento del Gobierno Provisional, cerca del 26%. En las ciudades provinciales y regionales, los bolcheviques obtuvieron el 36,5 % de los votos; los demócratas constitucionalistas, el 23,9%; los eseristas, el 14,5% y los mencheviques, el 5,8%. De 68 ciudades, los bolcheviques obtuvieron mayoría en 32 de ellas311.

Se aproximaba la batalla decisiva con la contrarrevolución. El Gobierno Provisional trataba de emprender medidas para adelantarse a la insurrección y coger la iniciativa en sus manos. En una reunión cerrada del Gobierno, celebrada el 17 de octubre, los ministros, uno tras otro, hacían uso de la palabra y declaraban: "¡No se puede esperar!". Teréschenko y Maliantóvich proponían "provocar una acción para aplastarla". Sin embargo, otros, comprendiendo la debilidad del Gobierno, vacilaban sin ocultar el temor. Prokopóvich decía: "El marasmo se ha apoderado de nosotros, puesto que no podemos crear un poder en el país. Mientras falten fuerzas, será imposible hacer algo". "Me fastidia oír eso -le hacía eco Verjovski, ministro de la Guerra-; no hay posibilidad de obrar activamente. Existe un plan, mas hay que esperar la acción del otro bando. El bolchevismo se encuentra en el Soviet de diputados obreros y no hay fuerza capaz de suprimirlo. Yo no puedo poner a disposición del Gobierno Provisional una fuerza real y por lo tanto pido la dimisión". Kerenski concluyó: "Nuestras pláticas son el efecto de la sugestión de Petrogrado"312 y exigió la designación de una persona con amplios poderes para aplastar al Petrogrado revolucionario. Del frente fueron urgentemente reclamadas tropas fieles al Gobierno Provisional. De los alrededores de Petrogrado se enviaron a la ciudad varias escuelas de alféreces y de cadetes, un batallón de choque, el "batallón de la muerte" femenino y artillería de la guardia: se declaró el estado de alarma en las

310 E. F. Erikálov. La insurrección armada de Octubre en Petrogrado. L., 1966, pág. 303. 311 L. M. Spirin. Las clases y los partidos en la guerra civil de Rusia. Autoponencia de la tesis de doctor en ciencias históricas. M., 1965, págs. 26-27. 312 Borrador del acta de la reunión a puertas cerradas del Gobierno Provisional, celebrada el 17 de octubre de 1917. "Istoricheski arjiv'' ("Archivo Histórico"), 1960, N° 5, pág. 85.

escuelas militares y la milicia urbana; se reforzó la guardia en los palacios de Invierno y de María, en el Estado Mayor de la Región Militar, en el Banco de Estado, en Correos y Telégrafos y en la Central Telefónica. El Estado Mayor de la Región Militar dio una serie de órdenes prohibiendo cualquier acción masiva en las calles de Petrogrado.

La contrarrevolución reunía febrilmente fuerzas, tratando de crear una agrupación de choque y concentrarla en los puntos decisivos: Petrogrado, Moscú, Minsk, Donbás y otros grandes centros políticos y estratégicos del país. Se intensificó la formación de unidades especiales: batallones y destacamentos de choque voluntarios. A principios de octubre, en el frente se habían formado cerca de 70 batallones y regimientos independientes de choque313. La burguesía cifraba grandes esperanzas en las 26 escuelas de cadetes y 38 escuelas de alféreces situadas en la capital y en otros importantísimos centros del país. El número total de estas tropas, según datos incompletos, casi llegaba a las 250.000 personas314. Sin embargo, a disposición de la contrarrevolución en la capital había poco más de 10.000 personas armadas, dispuestas a combatir al lado del gobierno. Entre ellas se encontraban los oficiales dispersos por las unidades de la guarnición y la flota (7.000-8.000 hombres); las formaciones especiales (unidades de choque, destacamentos de voluntarios, regimiento de combatientes mutilados, destacamentos estudiantiles armados y otros; en total, unos 6.000-7.000 efectivos); los cadetes de diversas instituciones docentes militares (9.000-10.000 personas); los cosacos (3.000-4.000 personas); los efectivos de la milicia urbana y los así llamados destacamentos de la guardia civil (no más de 5.000-7.000 hombres)315.

Los bolcheviques tenían considerable superioridad en fuerzas. Los políticos sensatos en el extranjero, temiendo la explosión revolucionaria en Rusia y teniendo en cuenta la correlación de fuerzas en el país, consideraban que el Gobierno Provisional necesitaba ayuda extranjera. El almirante inglés Kemp estimaba que era necesario enviar de Londres un destacamento de tropas para defender al Gobierno Provisional316. Francis, embajador de los EE.UU. en Rusia, proponía a su Gobierno desembarcar tropas norteamericanas en Rusia. "¿Qué opina usted -escribía en la mañana del 24 de octubre de 1917 al secretario de Estado, Robert Lansing- sobre nuestro

313 G. I. Zhuravliov. Acerca del complot contrarrevolucionario en vísperas de la revolución socialista. "Istoricheskie zapiski" ("Memorias Históricas"), t. 56, pág. 281. 314 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 1, pág. 254. 315 E. F. Erikálov. Obra citada, págs. 303-304. 316 S. M. Mirni, I. V. Bezemer. La revolución rusa vista por el Occidente. Impresiones de testigos. "Istoria SSSR" ("Historia de la URSS"), 1957, Nº 4, pág. 192.

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envío de dos o más divisiones de tropas a través de Yladivostok o Suecia en ayuda de Rusia, si yo pudiese lograr el consentimiento del Gobierno ruso o, incluso, forzarle a que se dirigiese con esta petición?"317. Esa misma idea la desarrollaba el agregado militar norteamericano Crosley, quien proponía a su Gobierno enviar a Petrogrado un destacamento militar de la colonia extranjera en Pekín318.

En esa situación política creada en el país, adquiría gran importancia, si no era la decisiva, la cuestión referente a la fecha de la insurrección armada. En sus cartas escritas en septiembre, Lenin no mencionaba el día de la insurrección, pero ya entonces prestaba la atención del partido a la elección del momento, que debería determinarse únicamente basándose en un estudio minucioso del estado de ánimo de las amplias masas. En octubre, ese momento para la insurrección había llegado.

La fecha designada con anticipación podría resultar inoportuna, ya que la situación variaba con gran rapidez. Además, se podría trascender al conocimiento público. Era necesario que la circular de emprender la acción de las tropas revolucionarias y la propia acción coincidiesen en el tiempo. Esta era la única manera de poder ocultar del enemigo el comienzo del ataque y, con ello, asegurar a los insurrectos la ventaja del golpe inesperado contra las tropas del enemigo. Lenin consideraba absolutamente necesario realizar la insurrección antes de inaugurarse el Congreso de los Soviets.

La insurrección estaba preparándose. El 22 de octubre se celebró el Día del Soviet de Petrogrado, que fue una revista de las fuerzas revolucionarias en vísperas de la insurrección. Ese mismo día se celebró una conferencia de la Guardia Roja de la ciudad de Petrogrado. En las fábricas y cuarteles se celebraban mítines y asambleas de masas. El tema principal del día era exigir la entrega del poder a los Soviets. El periódico 8óvaya Zhizn ("Vida Nueva") apreciaba así este acontecimiento: "El domingo pasado, el Día del Soviet, fue una jornada en la que se hizo el recuento decisivo de las fuerzas del bolchevismo en la guarnición y el proletariado de Petrogrado. Las fuerzas resultaron suficientes. La guarnición, en todo caso, se encontraba en la esfera de influencia del Partido Bolchevique..."319

Todo se desenvolvía según el plan trazado. En la víspera, el 21 de octubre, el Comité Militar Revolucionario había destinado sus comisarios a las unidades de la guarnición de Petrogrado y a otras instituciones. Para los cargos de comisario eran

317 A. V. Berezkin. El curso leninista del partido hacia la revolución socialista y el imperialismo norteamericano. "Voprosi istorii KPSS". 1965, N° 6, págs. 53-54. 318 S. M. Mirni. Obra citada, pág. 192. 319 Los bolcheviques petrogradenses en la Revolución de Octubre. L., 1957, pág. 361.

promovidos bolcheviques, activistas de la Organización Militar del partido. Desde el 21 hasta el 23 de octubre, el Comité Militar Revolucionario designó cerca de 60 comisarios a los principales puntos de la capital y a las unidades militares acantonadas en la ciudad y en la provincia de Petrogrado.

En la noche del 22 de octubre, el Comité Militar Revolucionario envió al Estado Mayor de la Región Militar una delegación, la cual exigió, en nombre del CMR, que se permitiera a los comisarios de dicho Comité controlar todas las disposiciones del Estado Mayor. Este rechazó la exigencia, declarando que no reconocía a los comisarios del Comité Militar Revolucionario. Entonces, el Comité envió a todas las unidades de la guarnición un telefonema en el que se comunicaba que el Estado Mayor, desde el momento en que se negaba a reconocer a los comisarios, rompía con la guarnición de la capital y se convertía en "un arma directa de las fuerzas contrarrevolucionarias", y que debido a ello, todas sus disposiciones que no estuvieran firmadas por el Comité Militar Revolucionario, se considerarían nulas. El Comité Militar Revolucionario exhortó a los soldados a mantener vigilancia, firmeza y disciplinas320.

El 22 y 23 de octubre se celebraron asambleas con representantes de los regimientos de la guarnición en las que se confirmó que dicha guarnición estaba al lado del Soviet de Petrogrado y que cumpliría única y exclusivamente las disposiciones del Comité Militar Revolucionario. En la sesión extraordinaria del Soviet de Petrogrado, celebrada en la tarde del 23 de octubre, se hizo la conclusión de que las fuerzas combativas estaban listas para el asalto.

II. TRIU FO DE LA GRA REVOLUCIÓ

SOCIALISTA DE OCTUBRE. I STAURACIÓ DEL PODER SOVIÉTICO E EL PAÍS.

Capitulo V. Derrocamiento del gobierno provisional. II Congreso de los soviets de toda Rusia.

1. El triunfo de la insurrección armada en Petrogrado

Esforzándose por conjurar la revolución que se avecinaba, el Gobierno Provisional, en la noche del 24 de octubre, ordenó detener y entregar a los tribunales a los miembros y comisarios del Comité Militar Revolucionario y prohibir los periódicos bolcheviques Rabochi Put y Soldat. El Estado Mayor de la Región Militar de Petrogrado envió destacamentos militares reforzados a las principales arterias de la ciudad. De acuerdo con el plan trazado de antemano, Petrogrado fue dividido en sectores, por cada uno de los cuales respondían determinadas unidades militares. Las autoridades militares 320 La insurrección armada de Octubre en Petrogrado. Documentos y datos, pág. 234.

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elaboraron escrupulosamente el plan para aplastar la revolución. Parecía que lo habían previsto todo. Destacamentos especiales de cadetes y de choque sustituían a los soldados que vigilaban las instituciones gubernamentales, estaciones de ferrocarril, arsenales, plantas eléctricas y otros importantes objetivos. El jefe de la milicia urbana ordenó a las comisarías enviar grupos reforzados para recorrer las calles y efectuar registros y redadas, y preparar destacamentos para "aplastar la acción política que se esperaba"321.

Para reforzar la custodia del Palacio de Invierno, residencia del Gobierno Provisional, el Estado Mayor de la Región Militar, cumpliendo la disposición personal de Kerenski, ordenó a las escuelas militares de Pablo I, Vladímir y Konstantín "situarse en plena disposición combativa en la plaza frente al Palacio de Invierno". A Petrogrado fueron enviados los efectivos de las escuelas de oficiales y unidades militares, fieles al Gobierno Provisional, acantonadas en las afueras de la capital. Especial atención se prestaba a la vigilancia de los almacenes de armas y arsenales. Al general A. A. Manikovski, ayudante del ministro de la Guerra, se le encomendó redoblar el control del trabajo de estos objetivos y entregar armas y municiones únicamente por indicación personal del jefe del Estado Mayor de la Región Militar322.

En la madrugada del 24 de octubre, un destacamento de cadetes, por orden del Gobierno, irrumpió en la tipografía Trud ("El Trabajo"), donde se editaba el periódico Rabochi Put, órgano central del Partido Bolchevique. Los cadetes destrozaron las planchas, sellaron la tipografía, se llevaron 8.000 de los 20.000 ejemplares impresos del periódico y apostaron su guardia323.

En el plan de preparación de la lucha contra la revolución se prestaba especial atención a la ocupación y custodia de los puentes que dividían la capital en zonas. El Gobierno decidió levantar los puentes sobre el Neva al objeto de aislar el Smolny, Estado Mayor de la revolución, del distrito de Víborg, barriada proletaria muy importante. A las 3 de la tarde, los cadetes empezaron a ocupar los puentes. El Comité Ejecutivo Central menchevique-eserista de los Soviets se dirigió a los soldados de la guarnición de Petrogrado exhortándoles a desobedecer las órdenes del Comité Militar Revolucionario y subordinarse sólo al Estado Mayor de la Región Militar; envió un telegrama al frente comunicando que rompía con el Comité Militar

321 Archivo Estatal de la Revolución de Octubre y la Edificación socialista, f. 148, t. 1, exp. 11, fol. 24; f. 131,1. 1, exp. 13, fol. 48. 322 Archivo Estatal Central Histórico-Militar, f. 11, t. 1, exp. 10002, fol. 123, 124. 323 Rabochi y Soldat ("El Obrero y el Soldado"), 24 de octubre de 1917; Rabochi Put, 25 de octubre de 1917.

Revolucionario y que abandonaba el "Instituto Smolny por ser el punto de apoyo del Soviet petrogradense rebelde”324.

El 24 de octubre se inauguró la sesión del Anteparlamento. El primer ministro Kerenski, quien hizo uso de la palabra, exigió que se otorgasen al Gobierno poderes extraordinarios. El grupo menchevique-eserista se conformó. Los eseristas de izquierda en el Anteparlamento criticaron duramente al Gobierno. No obstante, éstos propusieron crear un poder "en el que no figurasen elementos que organizan demostraciones en honor de Kornílov”325. Es decir, crear un poder en el que estén representados todos los partidos, excepto los demócratas constitucionalistas.

En el Anteparlamento, los eseristas de izquierda tenían 15 escaños; los de derecha, 110. Por eso fue aprobada la exigencia del primer ministro de conceder al Gobierno poderes extraordinarios. Del mismo modo actuaban los conciliadores en otras instituciones y organizaciones. En la sesión de la duma urbana petrogradense, celebrada el 24 de octubre, los concejales de los grupos menchevique y eserista protestaron contra la designación de comisarios del Comité Militar Revolucionario a las unidades e instituciones militares y exigían aunar los esfuerzos para combatir a los bolcheviques326. Esta plena coincidencia de puntos de vista de los demócratas constitucionalistas y los conciliadores en la lucha contra la revolución que se avecinaba, también la destacaba el periódico eserista Riech ("La Palabra"), declarando que tanto los primeros como los segundos hablaban el mismo idioma.327

Pero la revolución se desenvolvía inconteniblemente. En la madrugada del 24 de octubre, el CC del POSD(b)R escuchó el Informe del Comité Militar Revolucionario, le encomendó enviar inmediatamente retenes de guardia a la imprenta con el fin de asegurar la salida oportuna del número ordinario del periódico Rabochi Put. También se enviaron representantes del CC del partido a los principales sectores de combate para dirigir la insurrección.

El CC del POSD(b)R encomendó a distintos miembros del Comité Central del partido las siguientes tareas: a Y. M. Sverdlov, vigilar las acciones del Gobierno Provisional; a A. S. Búbnov, enlazarse con los ferroviarios; a F. E. Dzerzhinski, establecer contacto con los empleados de Correos y Telégrafos; a V. P. Miliutin, organizar el

324 Golos Soldata ("La Voz del Soldado"), 25 de octubre de 1917. 325 8oticias del CEC de los Soviets, 25 de octubre de 1917. 326 Actas taquigráficas de la sesión de la Duma urbana de Petrogrado, celebrada el 20 de agosto de 1917 (Biblioteca pública estatal M. E. Saltikov-Schedrín, sección de manuscritos), t. 1, págs., 2, 3, 50-52,53-57. 327 Riech ("La Palabra"), 25 de octubre de 1917.

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avituallamiento. Debido a la gran importancia que tenía la Fortaleza de Pedro y Pablo como arsenal y como importante centro estratégico, a Sverdlov se le encomendó también la misión de mantener enlace constante con ella. A. Lómov y V. Noguín deberían mantener constante comunicación con Moscú para informar todo lo que sucedía en Petrogrado y después salir para allá.

A las 8 de la mañana, el Comité Militar Revolucionario envió a la imprenta Trud un destacamento de soldados del Regimiento de Lituania y del 6 Batallón de zapadores de reserva, dirigido por P. V. Dashkévich, miembro del Comité Militar Revolucionario. Los soldados desalojaron el retén de cadetes y a las 11 de la mañana se reanudó la impresión del periódico328. Igualmente fue frustrado el propósito del Gobierno de cerrar el periódico vespertino Rabochi y Soldat ("El Obrero y El Soldado"), del Soviet petrogradense, que se imprimía en la tipografía "Kopeika". Un destacamento de milicia confiscó el periódico, pero el Comité Militar Revolucionario, al enterarse del suceso, envió dos secciones del Regimiento Preobrazhenski para custodiar la imprenta.329

Por indicación de F. E. Dzerzhinski, fueron destinados a Telégrafos, en calidad de comisarios del Comité Militar Revolucionario, S. S. Pestkovski, funcionario del Secretariado del CC del partido, y los bolcheviques A. M. Liubóvich e Y. M. Leschinski.

El CC del partido ordenó a todos sus miembros permanecer en el Smolny durante todo el día, sin abandonar el recinto a no ser con permiso especial.

A eso de las 9 de la mañana, el Comité Militar Revolucionario envió la directriz Nº 1 a las unidades militares acantonadas en Petrogrado y en las afueras de la ciudad, a los Soviets distritales, a los Estados Mayores de la Guardia Roja, a Kronstadt y Helsingfors, que decía: "Un peligro directo amenaza al Soviet de Petrogrado. Esta noche, los conspiradores contrarrevolucionarios intentaron traer de las afueras de Petrogrado a cadetes y batallones de choque. Han sido cerrados los periódicos Soldat y Rabochi Put. Se ordena mantener el regimiento en disposición combativa. Esperen indicaciones ulteriores. Cualquier retardo o confusión será calificado de traición a la revolución. Envíen dos representantes a la reunión de delegados que se celebrará en el Smolny”330. Al mismo tiempo, el Comité Militar Revolucionario imprimió proclamas en las que advertía al pueblo sobre las acciones

328 Rabochi Put, 25 de octubre de 1917; Informes de los comisarios del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado. M., 1957, pág. 220. 329 Rabochi Put, 26 de octubre de 1917; Rabochi y Soldat, 25 de octubre de 1917. 330 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 1236, 1. 1, exp. 3, fol. 46; La insurrección armada de Octubre en Petrogrado, págs. 293-294.

contrarrevolucionarias del Gobierno Provisional y le exhortaba a mantener vigilancia y serenidad. En la proclama dirigida a los soldados de las guarniciones locales, el Comité Militar Revolucionario exigía proteger los accesos a Petrogrado, encontrarse en disposición combativa completa, informar acerca de todos los movimientos de tropas, impedir el paso hacia Petrogrado a unidades militares sin el previo conocimiento de su fidelidad a la revolución. Las proclamas del Comité Militar Revolucionario se divulgaban por las empresas, instituciones y unidades de la guarnición; también se fijaban en las calles.

Los distritos obreros de la capital se pusieron en movimiento. El Comité del distrito de Víborg del POSD(b)R, junto con el Comité Ejecutivo del Soviet distrital y el Estado Mayor de la Guardia Roja, aprobó la siguiente resolución: "Todos los obreros deberán permanecer en sus fábricas y esperar las directivas generales del Soviet, del Estado Mayor y del comité del distrito"331. Ese mismo día, el Soviet del distrito de Narva protestó categóricamente contra las represiones del Gobierno y exigió la prohibición de todos los periódicos contrarrevolucionarios332. Intensa actividad se desenvolvía también en la guarnición de la capital. En las asambleas de soldados y en las reuniones de comités de compañías y regimientos de Moscú, de Granaderos, de Cazadores, de Kexholm, Preobrazhenski, de Lituania, de Pávlovsk y de Finlandia, todos ellos de reserva de la guardia, en el 1, 3 y 171 regimientos de infantería de reserva y en muchas otras unidades de la guarnición de Petrogrado, se acordó mantener a las unidades en disposición combativa. La asamblea de los comités de buques y del Comité Central de la Flota del Báltico (Centrobalt) aprobó una resolución en la que se declaraba que los marineros de la Flota del Báltico estaban dispuestos a vencer o morir en la lucha por el poder de los Soviets333. El Soviet de Kronstadt, después de discutir el llamamiento del Comité Militar Revolucionario sobre el aseguramiento de los accesos a Petrogrado, decidió poner a las unidades militares de Kronstadt en disposición combativa completa, así como organizar un destacamento mixto de tropas para enviarlo a Petrogrado334.

El Gobierno Provisional no logró la realización de los planes trazados: la prensa bolchevique seguía apareciendo; los miembros y comisarios del Comité Militar Revolucionario, que por decisión del Gobierno deberían estar detenidos, desarrollaban enérgica actividad revolucionaria. En lo que respecta

331 Ibídem, pág. 295. 332 Archivo Estatal de la Revolución de Octubre y la Edificación Socialista, f. 100,1. 1, exp. 2, fol. 31. 333 Los marinos del Báltico en la preparación y realización de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Recopilación de documentos. M.-L., 1957, pág. 262. 334 Ibídem, págs. 259-260.

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a la ocupación de los distritos capitalinos por las unidades de la guarnición, en las que depositaba confianza el Mando, es menester señalar que, efectivamente, ocuparon posiciones, pero nada más que las indicadas por el Comité Militar Revolucionario. Por eso, de las unidades militares, acantonadas en las afueras de Petrogrado, sólo logró entrar en la ciudad un reducido grupo de cadetes de la escuela de Oranienbaum y de la escuela de alféreces del Frente Norte, situada en Gátchina. Las demás no lograron pasar.

Toda la preparación de la insurrección, realizada por el partido de acuerdo con el plan de Lenin, demostraba que ella debería iniciarse como una acción masiva y organizada de las tropas revolucionarias para la ofensiva decisiva contra los objetivos y puntos de apoyo más importantes del enemigo.

A las 2 de la tarde del 24 de octubre, se celebró una reunión del grupo bolchevique en el II Congreso de los Soviets. El informe sobre el momento actual corrió a cargo de Trotski, quien se había pronunciado reiteradamente contra el comienzo de la insurrección antes de inaugurarse el Congreso de los Soviets; en esta reunión seguía defendiendo su posición.

A las 7 de la tarde del mismo día, se celebró la sesión del Soviet de Petrogrado, en la que Trotski declaró una vez más que la insurrección en vísperas del congreso "no entraba en nuestros planes"335. Semejantes declaraciones en un momento tan crítico desorientaban las filas de obreros y soldados, listos para iniciar el combate. Tanto en esta cuestión como en otras. Trotski coincidía, en realidad, con los puntos de vista de Kámenev y Zinóviev, quienes negaban la posibilidad del triunfo de la revolución socialista en Rusia y se pronunciaban contra la propia insurrección armada.

Mientras el Soviet de Petrogrado sesionaba, la situación en la ciudad se ponía cada vez más tensa. El Gobierno, que había perdido la fe en la guarnición de Petrogrado y que únicamente se apoyaba en los batallones de choque, en los cadetes y en los oficiales, enviaba telegramas al frente exigiendo el envío de tropas fieles. En la respuesta recibida se comunicaba que estaban aproximándose a Petrogrado el 3, 5 y 10 batallones de ciclistas.

Llegó el momento cuando las horas determinaban el éxito de la insurrección armada. En la resolución del Comité petrogradense del POSD(b)R, aprobada el 24 de octubre, se decía: "El Comité petrogradense considera que la tarea imprescindible de todas las fuerzas de la revolución es derrocar inmediatamente al Gobierno y entregar el poder a los Soviets, tanto en el centro como en las localidades. Para cumplir esta tarea, el Comité petrogradense estima necesario pasar a la ofensiva con toda la fuerza organizada de

335 Rabochi y Soldat, 25 de octubre de 1917.

la revolución, sin la menor demora, sin esperar a que la contrarrevolución, recobre fuerza y disminuya la posibilidad de nuestra victoria"336.

V. I. Lenin, encontrándose en un domicilio clandestino, que no podía abandonar sin la autorización del CC del partido, mantenía contacto permanente con el Smolny a través de mensajeros del CC del Partido Bolchevique. Durante el día 24 de octubre, envió tres cartas al Smolny, exigiendo que se pasase, sin demora, a la ofensiva decisiva. Lenin estaba al corriente de la intervención de Trotski en el Soviet de Petrogrado, del que era presidente a la sazón. También conocía la posición que ocupaban Zinóviev y Kámenev. Por eso en la Carta a los miembros del CC, escrita en la tarde del 24 de octubre, señalaba que la situación se había agravado hasta tal punto crítico, que había llegado el momento de iniciar la ofensiva decisiva, y por eso no se podía esperar la inauguración del Congreso de los Soviets, ni dejar el poder en manos de Kerenski hasta el 25 de octubre. "Aguardar a la votación incierta del 25 de octubre -señalaba Lenin- sería echarlo todo a perder, sería un puro formalismo; el pueblo tiene el derecho y el deber de decidir estas cuestiones no mediante votación, sino por la fuerza;

....El Gobierno vacila. ¡Hay que acabar con él, cueste lo que cueste!

Demorar la acción equivaldría a la muerte"337. La carta de Lenin desempeñó su papel. Se inició

la insurrección armada. Por indicación del CC del POSD(b)R, el Comité Militar Revolucionario designó un grupo operativo encargado de dirigir las acciones combativas, compuesto por V. A. Antónov-Ovséienko, N. I. Podvoiski y G. I. Chudnovski. Entre las 8 y las 10 de la noche del 24 de octubre, los destacamentos obreros y las tropas revolucionarias comenzaron a ocupar los puntos más importantes de la capital. A P. E. Dibenko, presidente del Comité Central de la Flota del Báltico, se le transmitió a Helsingfors, por radiograma cifrado, la orden de enviar marineros y barcos de guerra a Petrogrado. La misma misión la recibió Kronstadt. El comisario de la Fortaleza de Pedro y Pablo preparaba el recinto para hacer frente en caso de que fuese atacado por la contrarrevolución.

Por indicación del Comité Militar Revolucionario, en el Smolny se concentró un destacamento mixto de la Guardia Roja compuesto por unas 1.500 personas. También llegaron destacamentos del Regimiento de Lituania, del 6 Batallón de zapadores y de marineros. En el edificio se emplazaron ametralladoras, y en la entrada principal, piezas de artillería. En la plaza frente al Smolny en el trayecto hasta el Puente del Gran Ojta, por la avenida Suvórov y a lo largo del

336 La insurrección armada de Octubre en Petrogrado. pág. 287. 337 V. I. Lenin. Carta a los miembros del CC. O.C., t. 34, págs. 435, 436.

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Neva, hacían guardia patrullas de guardias rojos y soldados.

Cerrada la noche del 24 de octubre, Lenin abandonó su domicilio clandestino y, acompañado de Eino Rahja, salió para el Smolny. Parte del camino, hasta la esquina de la calle Botkin, lo hicieron en tranvía; luego a pie, atravesando el Puente Liteini, y a continuación por la calle Shpalérnaya. A eso de las 11 de la noche, Lenin se presentó en el Smolny. El CC del partido comunicó inmediatamente esta noticia a todos los distritos, regimientos y fábricas. Esta medida era necesaria debido a que las amplias masas de obreros, soldados y marineros desconocían el paradero de Lenin. Ellas sabían que él se encontraba en la clandestinidad y que el Gobierno Provisional lo buscaba. Y ahora, los obreros y soldados deseaban que Lenin estuviese cuanto antes en Petrogrado para encabezar la insurrección. El comunicado del CC infundía fe en la victoria sobre la burguesía. Recordando esa tarde histórica, Podvoiski escribiría más tarde: "De todas las partes de Petrogrado comenzaron a dirigirse a Lenin los jefes de destacamentos de la Guardia Roja y de las unidades insurrectas: todos querían cerciorarse de que Lenin estaba con ellos, deseaban escuchar indicaciones personalmente de él"338. Lenin citaba a miembros del Comité Militar Revolucionario, conversaba con guardias rojos, marineros y soldados que partían a cumplir misiones combativas, daba indicaciones sobre problemas referentes al cumplimiento del plan de la insurrección. Se encontraba en constante comunicación con el trío operativo, del Comité Militar Revolucionario, encargado de dirigir las acciones combativas; supervisaba su actividad.

La insurrección se desenvolvía. Llegaron guardias rojos de las afueras de la capital. Los efectivos de la Guardia Roja en Petrogrado aumentaron hasta 40.000. Los marineros de la Flota del Báltico pusieron a disposición del Comité Militar Revolucionario cerca de 25 barcos de guerra y no menos de 15.000 combatientes (incluidos los guardias rojos y soldados de la fortaleza de Kronstadt)339. De los 200.000 y pico soldados de la guarnición de Petrogrado y los suburbios, participaban en la insurrección, según cálculos muy aproximados, más de 50.000 soldados. En total, el ejército de la revolución contaba con más de 100.000 combatientes activos que se habían levantado a la lucha contra la burguesía340. En la tarde del 24 de octubre, se pasó al lado de los insurrectos el Grupo de automóviles blindados de reserva, que era una gran fuerza combativa en la lucha callejera.

En concordancia con el plan trazado, los destacamentos de obreros, soldados y marineros se

338 N. I. Podvoiski. El año 1917. M., 1958, pág. 128. 339 E. F. Erikálov. La insurrección armada de Octubre en Petrogrado. L., 1966, págs. 368,373. 340 Ibídem, págs. 367, 373, 433.

apoderaban de los principales puntos de apoyo y de las instituciones gubernamentales en la capital y los suburbios. En las condiciones de Petrogrado, los puentes sobre el Gran Neva tenían importancia primordial, pues unían los distritos obreros con el centro de la ciudad. A las 11 de la noche del 24 de octubre, guardias rojos de la Isla Vasílievski y soldados del 180 Regimiento de Infantería tendieron el Puente de Nicolás, pero los soldados de choque que llegaron, obligaron a los obreros y soldados a recular y de nuevo levantaron el puente. A las 03.30 del 25 de octubre, frente al Puente de Nicolás aferró el ancla el crucero Aurora. Un comando de marinos del barco, apoyado por marineros de la 2 Escuela Naval del Báltico y guardias rojos, dispersó a los soldados de choque y a los cadetes. A las 7 de la madrugada, los guardias rojos del distrito de Petrogrado y de la Isla Vasílievski, junto con marineros, ocuparon también el Puente del Palacio. Igualmente fueron ocupados otros puentes sobre el Gran Neva, Pequeño Neva y Gran Nevka, que unían los populosos distritos de la capital.

Por la mañana del 25 de octubre, las tropas revolucionarias ocuparon las estaciones ferroviarias del Báltico, de Varsovia, de Nikolás, de Tsárskoie Sieló y de Finlandia, así como las principales instituciones de comunicaciones. La lucha por la Central de Telégrafos comenzó a las 5 de la tarde del 24 de octubre. Los soldados del Regimiento de Kexholm, que custodiaban la empresa, acordaron entonces subordinarse al comisario del Comité Militar Revolucionario. La Central de Telégrafos se puso al servicio de la revolución. Al enterarse de lo sucedido, el Estado Mayor de la Región Militar envió a la Central de Telégrafos una sección de cadetes, pero los soldados del Regimiento de Kexholm se negaron a entregar los puestos y continuaron montando la guardia. A las 9 de la noche, un destacamento de marineros capitaneado por G. K. Starka, miembro del Comité de Helsingfors del POSD(b)R, ocupó la Agencia Telegráfica de Petrogrado. Por la noche, el Estado Mayor de la Región Militar trató de recuperar la Agencia, pero no tuvo éxito. La guardia de esta entidad fue reforzada con guardias rojos y soldados del Regimiento de Kexholm. Cerrada la noche, ocuparon Correos; a las 06.30 del 25 de octubre, el Banco de Estado; a las 7 de la mañana de ese mismo día, las tropas revolucionarias se apoderaron de la Central de Teléfonos341.

También resultaron vanos los intentos del Estado Mayor de la Región Militar de utilizar en la lucha las escuelas militares y escuelas de oficiales. Algunas escuelas militares, como la de Pablo I, por ejemplo, fueron desarmadas antes de empezar a actuar; otras

341 La insurrección armada de Octubre en Petrogrado, pág. 345; 8oticias del CEC, 26 de octubre de 1917; Riech, 26 de octubre de 1917.

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fueron bloqueadas por destacamentos de tropas revolucionarias y no podían prestar ayuda al Gobierno. No desearon actuar en defensa del Gobierno y se declararon "neutrales" el 1, 4 y 14 regimientos de cosacos, en los que el Estado Mayor de la Región Militar cifraba grandes esperanzas.

Pasó a disposición de los insurrectos el arsenal de la Fortaleza de Pedro y Pablo, en donde había unos 100.000 fusiles almacenados. En la noche del 25 de octubre, se realizó en dicho arsenal la entrega en masa de armamento a los destacamentos de las tropas revolucionarias.

El plan de la insurrección, elaborado por Lenin, se cumplía con éxito. Durante la noche y la mañana siguiente fueron ocupadas todas las instituciones gubernamentales más importantes, las plantas de energía eléctrica y las empresas de la economía municipal. Petrogrado se encontraba en manos del pueblo insurrecto. El Gobierno Provisional, que se hallaba en el Palacio de Invierno, no tenía salida. Todos los accesos al Palacio estaban controlados por obreros y soldados insurrectos.

A las 9 de la mañana del 25 de octubre, G. P. Polkóvnikov, comandante en jefe de la Región Militar, informó a uno de los ministros, quien se interesaba por la situación en Petrogrado, de que la situación era crítica, ya que "no había soldados a disposición del Gobierno"342. En un telegrama al comandante en jefe del Frente Norte, Polkóvnikov comunicaba que la situación en la ciudad era peligrosa. "En las calles no se registran acciones ni desórdenes, lo cual no es óbice para que de manera sistemática vayan ocupando las instituciones y estaciones de ferrocarril y se realicen detenciones. No se cumple ninguna orden. Los cadetes entregan sus puestos de guardia sin oponer resistencia; los cosacos, a pesar de las reiteradas disposiciones, no han salido hasta el momento de sus cuarteles”343.

En esas condiciones, el Mando de la Región Militar veía la única salvación en la urgente llegada de soldados del frente. Pero los refuerzos no llegaban. La mayoría de los soldados, principalmente de los frentes Norte y Oeste, más próximos a la capital, apoyaban a los bolcheviques. Dos batallones de ciclistas, que venían del frente, fueron detenidos a 70 km de la capital por soldados revolucionarios.

El 25 de octubre, en Petrogrado triunfó la insurrección armada de obreros, marineros y soldados revolucionarios. El histórico llamamiento ¡A los ciudadanos de Rusia!, escrito por V. I. Lenin, decía que el Gobierno Provisional había sido depuesto y que el poder del Estado había pasado a manos del Comité Militar Revolucionario, órgano del Soviet de Petrogrado. El llamamiento decía más

342 Diario de A. V. Liverovski sobre las últimas horas del Gobierno Provisional. "Istoricheski arjiv" ("Archivo Histórico"), 1960, Nº 6, págs. 40-41. 343 "Krasnii arjiv" ("Archivo Rojo"), 1927, Nº 4, pág. 149.

adelante: "Los objetivos por los que ha luchado el pueblo -la propuesta inmediata de una paz democrática, la supresión de la propiedad agraria de los terratenientes, el control obrero de la producción y la formación de un Gobierno soviético- están asegurados"344. Ese mismo día el llamamiento fue transmitido por la emisora del crucero Aurora y publicado en el periódico Rabochi y Soldat; después apareció en los demás periódicos que a la sazón se editaban en Petrogrado y en 21 diarios locales de distintas zonas del país345.

A las 14.35 del 25 de octubre, en la sala de actos del Instituto Smolny se inauguró la sesión extraordinaria del Soviet de Petrogrado. Además de los diputados al Soviet, estaban presentes muchos delegados al II Congreso de los Soviets de toda Rusia, así como representantes de los Soviets distritales de Petrogrado y mandatarios de las unidades de la guarnición y de la flota. Se escucharon los informes del Comité Militar Revolucionario sobre el estado de las cosas. La asamblea, en pie, aclamó a V. I. Lenin que había entrado en la sala. Durante varios minutos no cesó la ovación, acompañada de apasionadas exclamaciones de "¡Viva Lenin!". Después de establecerse el silencio, Lenin pronunció las palabras que conmovieron a todo el orbe: "¡Camaradas! La revolución obrera y campesina, de cuya necesidad han hablado siempre los bolcheviques, se ha realizado"346. En su corto discurso, Lenin subrayó la enorme importancia que tenía esta revolución. "Se inicia hoy -señaló- una nueva etapa en la historia de Rusia, y esta revolución, la tercera revolución rusa, debe conducir, en fin de cuentas, a la victoria del socialismo"347. Lenin consideraba que las tareas inmediatas del poder creado por la revolución, eran: terminar urgentemente la guerra, publicar los tratados secretos, liquidar la propiedad terrateniente e instituir el verdadero control obrero sobre la producción.

En la resolución aprobada se decía que el Soviet de Petrogrado saludaba el triunfo de la revolución y reconocía "la cohesión, organización y disciplina, la plena unanimidad de que han dado prueba las masas en esta insurrección, extraordinariamente incruenta y extraordinariamente feliz". En la resolución se indicaban las principales tareas del nuevo poder y se expresaba la inquebrantable seguridad de que el Gobierno soviético, que creará la revolución, "marchará firmemente hacia el socialismo, único medio para salvar al país de las inauditas

344 V. I. Lenin. ¡A los Ciudadanos de Rusia! O.C., t. 35, pág. 1. 345 Indicador cronológico de las obras de Lenin, p. 2, M., 1962, págs. 93-94. 346 V. I. Lenin. Sesión del Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado. 25 de octubre (7 de noviembre) de 1917. O.C., t. 35, pág. 2. 347 Ibídem, pág. 2.

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calamidades y horrores de la guerra". El Soviet exhortó a todos los obreros y campesinos "a apoyar abnegadamente con la mayor energía la revolución obrera y campesina" y expresó la convicción en que el proletariado de los países eurooccidentales ayudaría a la clase obrera de Rusia a "llevar la causa del socialismo a la victoria completa y firme"348.

El Soviet acordó también enviar comisarios al ejército en campaña y a todas las regiones del país para informar a la población acerca de la revolución realizada. Esto era un acto muy importante del Soviet de Petrogrado, encaminado a ganarse rápidamente a las masas trabajadoras del país. El Comité Militar Revolucionario, a su vez, envió un telegrama a las tropas de los frentes y a las guarniciones de retaguardia, en el que se comunicaba el triunfo de la insurrección armada en Petrogrado y las resoluciones aprobadas por el Soviet de Petrogrado. "Informando al ejército en el frente y en la retaguardia sobre este hecho -decía el telegrama-, el Comité Militar Revolucionario llama a los soldados revolucionarios a vigilar con ojo avizor la conducta del personal de mando; los oficiales, que no se unan directa y abiertamente a la revolución realizada, deben ser arrestados inmediatamente como enemigos". Los soldados deberán impedir el "desplazamiento de unidades sospechosas del frente a Petrogrado". El Comité Militar Revolucionario exigía que dicho telegrama fuese leído "ante las unidades militares de todas las armas" y advertía a los mandos que el hecho de ocultar de los soldados el contenido del telegrama sería considerado "como el más grave delito ante la revolución, castigándose con toda la rigurosidad de la ley revolucionaria”349.

En esos momentos, los ministros del Gobierno Provisional continuaban sesionando en el Palacio de Invierno, aunque tenían pocas esperanzas de que Kerenski, quien había huido a frente en la mañana del 25 de octubre, pudiera cambiar la situación. Ese mismo día, los ministros acordaron conceder "poderes extraordinarios para restablecer el orden en la capital" al miembro del Gobierno, demócrata constitucionalista N. M. Kishkín. Como ayudantes suyos fueron designados P. I. Palchinski y el eserista P. E. Rutenberg350.

Cerca del Palacio de Invierno combatían obreros, soldados y marineros para apoderarse del Palacio de María, que fue ocupado a la una del 25 de octubre, por soldados del Regimiento de Kexholm, guardias rojos y marineros de la Escuela Naval de la Guardia. El Anteparlamento, que sesionaba allí, se declaró disuelto. El cerco, que abarcaba el Palacio de Invierno y el edificio del Estado Mayor de la Región Militar, continuaba estrechándose.

348 Ibídem, págs. 4-5. 349 La insurrección armada de Octubre en Petrogrado. pág. 354. 350 8oticias del CEC, 26 de octubre de 1917.

Seguían llegando a las inmediaciones de la Plaza del Palacio nuevos destacamentos de guardias rojos y unidades de la guarnición y de la flota.

A las 6 de la tarde, se había sitiado totalmente el Palacio de Invierno y el Estado Mayor de la Región Militar de Petrogrado.

Unos 20.000 guardias rojos, marineros y soldados estaban listos para comenzar el asalto y combatir contra los 3.000 efectivos que defendían el Palacio351. A las 6 y 50 de la tarde, el Comité Militar Revolucionario presentó un ultimátum en el que se proponía "la capitulación de los miembros del Gobierno Provisional y de sus tropas". Para la respuesta, se concedió una tregua de 20 minutos352. Pasó el tiempo indicado, pero no se recibió contestación. A las 7 y 40 de la tarde, las tropas revolucionarias ocuparon el Estado Mayor de la Región Militar. Lenin, quien dirigía la actividad del grupo operativo y seguía el desarrollo de los acontecimientos, exigía la urgente ocupación del Palacio de Invierno. Desde las 11 de la mañana hasta las 11 de la noche -escribiría después N. I. Podvoiski-, Vladímir Ilich nos colmó de esquelas. Indicaba que estábamos infringiendo todos los planes, que el congreso estaba a punto de inaugurarse, pero que el Palacio de Invierno seguía sin ocupar y el Gobierno Provisional no había sido detenido aún. Lenin exigía categóricamente que fuese asaltado el Palacio de Invierno y detenidos los ministros para informar sobre eso al Congreso de los Soviets353. No se podía perder más tiempo.

A las 9 y 45 de la noche, el crucero Aurora, por la señal de la Fortaleza de Pedro y Pablo, disparó un cañonazo con proyectil de fogueo, anunciando el inicio del asalto al Palacio de Invierno. Se intensificó el fuego de ametralladoras y fusiles contra los cadetes y destacamentos de choque parapetados tras las barricadas levantadas frente al Palacio. A eso de las 10 de la noche, abandonaron el Palacio los cadetes de las escuelas de alféreces de Oranienbaum y de Peterhof y los restos de las centurias cosacas. Las mujeres del batallón de choque, que habían quedado en el Palacio, levantaron la bandera blanca y, bajo escolta, fueron conducidas a los cuarteles del Regimiento de Pávlovsk. Según atestiguaba Chudnovski, para las 10 de la noche se fueron, en total, cerca de 1.000 personas354. No obstante, los cadetes de la escuela de alféreces de tropas de ingeniería, así como los oficiales y soldados de choque, se mantenían en sus posiciones. Pero la situación de los sitiados iba de mal en peor. En el Palacio comenzaron a penetrar grupos de 50-100 personas: guardias rojos, marineros y soldados.

Por orden del Estado Mayor de las tropas

351 E. F. Erikálov. Obra citada, pág. 435. 352 Diario de A. V. Liverovski, pág. 45. 353 N. I. Podvoiski. V. I. Lenin en 1917, pág. 131. 354 Pravda, 8 de noviembre de 1917.

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revolucionarias, a las 12 de la noche se inició el asalto general. Los atacantes avanzaban, desde todas las direcciones, hacia el Palacio de Invierno. John Reed, socialista norteamericano y participante en el asalto, escribía: "Al salir a la plaza echamos a correr, agachándonos y apretándonos unos a otros. Corrimos así hasta chocar con el pedestal de la Columna de Alejandro... Tras unos minutos de permanencia allí, el destacamento, que contaba con varios cientos de hombres, cobró ánimos y de pronto, sin ninguna orden, volvió a lanzarse adelante. En este momento, a la viva luz que salía de las ventanas del Palacio de Invierno, observé que los doscientos o trescientos hombres de la vanguardia eran todos guardias rojos. Había muy pocos soldados entre ellos. Trepamos a las barricadas de leña y al saltar abajo lanzamos gritos de triunfo: a nuestros pies había montones de fusiles abandonados por los cadetes. Las puertas del edificio a ambos lados de las entradas principales estaban abiertas de par en par"355.

No era la una de la madrugada del 26 de octubre cuando guardias rojos, marineros y soldados irrumpieron en el Palacio y los cadetes se vieron obligados a abandonar un piso tras otro. Los asaltantes se dispersaban por los pasillos y salas del enorme edificio. Los obreros de la Guardia Roja manifestaban extraordinaria conciencia, alta organización y firmeza. Con el fin de proteger los valores artísticos del Palacio, se situaron centinelas. A las 2 y 10 del 26 de octubre, el Palacio de Invierno ya se encontraba en manos de los insurrectos; los ministros del Gobierno Provisional fueron detenidos y enviados a la Fortaleza de Pedro y Pablo.

El triunfo de la insurrección armada en Petrogrado era el resultado de la puesta en práctica de la doctrina marxista-leninista de la insurrección como un arte.

El 25 de octubre, fecha en que triunfó la insurrección en Petrogrado, entró en la historia como el día que dio comienzo él la Gran Revolución Socialista de Octubre en el país y que abrió una nueva era en la historia de la humanidad.

2. II Congreso de los Soviets de Diputados

Obreros y Soldados de toda Rusia. Los primeros delegados al II Congreso de los

Soviets de toda Rusia empezaron a llegar a Petrogrado el 17 de octubre. Los delegados bolcheviques se incorporaron inmediatamente al trabajo activo para preparar la insurrección armada en la capital. Varios delegados fueron incluidos en el Comité Militar Revolucionario y representaban en ese organismo a diversas zonas del país.

Muchos delegados al Congreso, por indicación del Comité Militar Revolucionario, fueron designados comisarios de unidades militares, 355 John Reed. Diez días que estremecieron el mundo. M., 1959, pág. 98.

instituciones, etc. Los grupos partidarios acordaron inaugurar el

congreso el 25 de octubre por la tarde. Para ese tiempo, la inmensa mayoría de los delegados ya había llegado a Petrogrado. Los mencheviques y eseristas, quienes todavía encabezaban el Comité Ejecutivo Central de los Soviets, intentaban restringir la labor del congreso a la discusión de algunas cuestiones de segundo orden. En el orden del día, elaborado el 17 de octubre por el Buró del Comité Ejecutivo Central de los Soviets, no figuraban los problemas fundamentales, tales como la cuestión del poder, de la paz y de la tierra. No obstante, esta maniobra de los conciliadores también fracasó. Como ya hemos señalado, el CC del Partido Bolchevique, después de examinar, el 21 de octubre, el asunto de la celebración del congreso, acordó preparar los siguientes informes: sobre la tierra; sobre la guerra; sobre el poder (informante V. L Lenin); sobre el control obrero (Miliutin); sobre el problema nacional (Stalin); sobre el momento actual (Trotski)356. En el curso de la preparación ulterior para el congreso, en el orden del día fueron introducidas, por lo visto, algunas precisiones.

Para las 7 de la tarde del 25 de octubre, habían llegado 559 delegados al congreso, incluidos 126 con derecho a voz357. Los delegados al congreso vinieron de 309 ciudades y localidades del país, entre ellos, 37 de Ucrania, 11 de Bielorrusia, 9 del Cáucaso y Transcaucasia, 15 de Kazajstán y Asia Central, 12 de Estonia, Letonia y Lituania y 2 de Besarabia. Los principales centros industriales y políticos enviaron el mayor número de delegados: Petrogrado, 26; Moscú, 23; Kíev, 17; Nizhni Nóvgorod, 12; Odesa, 8; Ekaterinoslav, 7; Reval, 7; Járkov, 5; Bakú, 4358. Los delegados representaban a 402 Soviets359, incluyendo 358 Soviets de diputados obreros. En lo que se refiere a los representantes de los campesinos, es de señalar que debido a la posición saboteadora que mantenía el Comité Ejecutivo eserista-menchevique del Soviet de diputados campesinos de toda Rusia, en el congreso había pocos delegados de Soviets campesinos: únicamente representaban a 19 Soviets. Teniendo en cuenta a los Soviets unificados de diputados obreros, soldados y campesinos, al campesinado lo representaban en total delegados de 138 Soviets. En el congreso estaban presentes también delegados del sindicato de ferroviarios. El ejército en campaña envió al congreso más de 200

356 Actas del Comité Central del POSD(b)R. Agosto de 1917-febrero de 1918. M., 1958, pág. 118. 357 Rabochi Put. 26 de octubre de 1917. 358 Se ha calculado por las listas de los delegados (II Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia. M.-L., 1928). 359 V. Avériev. Los Soviets ante la Revolución Socialista de Octubre. "Soviétskoye gosudarstvo y pravo" ("El Estado Soviético y el Derecho"), 1941, Nº 1, pág. 26.

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delegados360. El II Congreso de los Soviets era un órgano representativo de un país multinacional y el verdadero portavoz de los intereses de los trabajadores.

La mayoría de los delegados apoyaban a los bolcheviques. La posición de los Soviets locales encontró su viva expresión en las numerosas resoluciones-mandatos aprobadas en las localidades con motivo de convocarse el Congreso de los Soviets de toda Rusia. En el mandato del Soviet de Minsk se decía: "Todo el poder en el país debe pertenecer solamente a los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos. Ningún acuerdo con la gran burguesía, ninguna participación en el Gobierno de los capitalistas361. En el mandato del Comité Central de la Flota del Báltico a los delegados al congreso se indicaba: "Exigimos que se aniquile inmediatamente el venal Gobierno de coalición... A ustedes, representantes del Báltico, les encomendamos... coger el poder en sus manos, en manos de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos"362. El paso inmediato del poder a los Soviets lo exigía la asamblea de representantes de soldados de la guarnición de Petrogrado, celebrada el 22 de octubre363.

Exigencias semejantes las trajeron también delegados de diversas regiones del país. Según las encuestas del grupo bolchevique en el II Congreso de los Soviets, de 368 Soviets y comités del ejército representados en el comicio, cuyos delegados indicaron la actitud de sus Soviets respecto al poder, 257 se expresaron incondicionalmente por el paso del poder a los Soviets; 36 no definieron su posición y sólo 75 apoyaron la exigencia menchevique-eserista: "Todo el Poder a la democracia" y "Coalición sin demócratas constitucionalistas"364.

Antes de inaugurarse el congreso, los burós de los grupos partidarios notificaron la afiliación de 649 delegados: 390 bolcheviques, 160 eseristas, 72 mencheviques y 27 de otros partidos y grupos365. De este modo, los bolcheviques constituían más del 60% del número total de delegados (390 de 649). Es característico el hecho de que algunos delegados que no pertenecían a ningún partido o eran miembros de otros partidos, se registraron en el grupo bolchevique como afiliados al Partido Comunista. En el grupo de los eseristas, la posición rectora la ocupaban los eseristas de izquierda, posición que no era consecuente, aunque en una serie de cuestiones

360 Se ha calculado por las listas de los delegados a II Congreso de los Soviets. 361 II Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia. Compilación de documentos. M., 1957, pág. 180. 362 II Congreso de los Soviets..., M., 1957, pág. 186. 363 Rabochi Put, 23 de octubre de 1917. 364 II Congreso de los Soviets..., M., 1957, págs. 386-398. 365 Pravda, 29 de octubre de 1917.

coincidía con la bolchevique. Los bolcheviques, junto con el grupo de eseristas de izquierda, tenían la mayoría en el congreso.

El 23 de octubre, se iniciaron las reuniones de los grupos partidarios. Ese mismo día se reunió el grupo de delegados del frente. Los líderes eserista-mencheviques intentaron formar un grupo especial de delegados del frente, independientemente de su afiliación partidaria. Sin embargo, los delegados bolcheviques del frente ignoraron esta tentativa y se inscribieron en el grupo de su partido. Prácticamente, el grupo de delegados del frente se descompuso. No obstante, los eseristas y mencheviques continuaban interviniendo por doquier en nombre de todos los delegados del frente.

A la reunión del grupo bolchevique, celebrada el 25 de octubre después de la sesión extraordinaria del Soviet de Petrogrado, asistieron 350 personas366.

Y. M. Sverdlov, presidente del Buró del grupo bolchevique, informó a los delegados sobre los sucesos del día, subrayó que los bolcheviques en el congreso tendrían la mayoría. Después se escucharon los informes de las localidades: de V. P. Noguín (Moscú), P. I. Stárostin (Odesa), F. I. Goloschekin (Urales), V. A. Vatin (Donbás)367. Goloschckin, miembro del Buró del grupo bolchevique, recuerda que Lenin hizo un discurso sobre las tareas del grupo en el congreso a celebrar368.

El 25 de octubre sesionó el grupo de los mencheviques y el de los eseristas. Antes de inaugurarse la sesión de su grupo, el CC menchevique condenó el paso del poder a los Soviets y acordó no participar en las labores del congreso, sino mantener conversaciones con el Gobierno Provisional para crear un nuevo poder. Una posición análoga la ocupaba también el CC del partido de los eseristas. Pero esta política de los líderes eserista-mencheviques suscitaba descontento incluso en el seno de esos partidos. A la hora de inaugurarse el congreso, la lucha entre los diversos grupos y corrientes en el seno del bloque pequeñoburgués había alcanzado su máxima agudeza. En la reunión del grupo eserista, los eseristas de izquierda, quienes no habían roto definitivamente con sus colegas de partido, decidieron, a diferencia de los eseristas de derecha, no abandonar el congreso, planteándose la tarea de exigir a la mayoría bolchevique que se invitase a participar en el Gobierno a representantes de todos los partidos socialistas. Nuestra idea principal -decía V. A. Karelin, uno de los líderes de los eseristas de izquierda-, es la creación de un órgano democrático de poder; nosotros debemos proponer a los bolcheviques la creación de un bloque

366 En las jornadas de la Gran Revolución proletaria. M., 1937, pág. 175. 367 De Febrero a Octubre, págs. 275-276. 368 Ibídem, pág. 112.

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de la democracia revolucionaria369. La proposición de Karelin fue aceptada. Más adelante, en la resolución del grupo eserista se decía que si en el congreso se formaba un Gobierno compuesto por bolcheviques exclusivamente, los eseristas de izquierda no formarían parte de él, sino sólo entrarían en el Comité Ejecutivo Central de toda Rusia370. El proyecto de resolución, propuesto por el eserista de derecha M. Y. Guéndelman, de abandonar el Congreso, fue rechazado por 92 votos contra 60.

Teniendo en cuenta que en aquella etapa a los eseristas de izquierda les seguía una parte considerable del campesinado, los bolcheviques, en la sesión del CC del POSD(b)R, estimaron posible crear un Gobierno con la participación de los eseristas de izquierda. Por eso los bolcheviques propusieron participar en el nuevo Gobierno a los eseristas de izquierda B. D. Kamkov, V. B. Spiro y V. A. Karelin. Sin embargo, los eseristas de izquierda no desearon participar en el Gobierno soviético, continuaron defendiendo la idea de crear un Gobierno sobre la base de la coalición de todos los partidos, aunque era evidente la esencia contrarrevolucionaria de algunos de ellos.

Mayor disensión aún reinaba entre los mencheviques. A la par con las diversas agrupaciones mencheviques de derecha (grupo "Unidad", grupo de Potrésov y otros), actuaban los mencheviques de "izquierda" representados por los llamados internacionalistas y unificadores (su órgano era 8óvaya Zhizn “Vida Nueva"). El CC del partido de los mencheviques y todos los grupos de derecha ocupaban, en cuanto al Congreso, una posición francamente hostil y trataban de torpedearlo. Los mencheviques internacionalistas, encabezados por Mártov, se proponían primero exigir del congreso su conformidad para crear el poder con representantes de todos los partidos socialistas; después, en función de la actitud del comicio, decidir si era necesario abandonarlo. El menchevique N. Sujánov (N. N. Guimmer) escribía más tarde que en lo tocante a la cuestión de abandonar el congreso, Mártov vacilaba y maniobraba", "pero entre sus acólitos más cercanos había decididos partidarios de abandonarlo"371.

En la tarde del 25 de octubre, a propuesta del Buró del grupo bolchevique, se celebró una sesión conjunta de los burós de todos los grupos, en la que se llegó al acuerdo de acelerar las labores de los grupos partidarios e inaugurar el congreso cuanto antes. A las 10 y 40 de la noche, el menchevique F. Dan, en nombre del Comité Ejecutivo Central de los

369 V. Komin. La bancarrota de los partidos burgueses y pequeñoburgueses de Rusia en el período de preparación y triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre. M., 1965, pág. 592. 370 Ibídem. 371 N. Sujánov. Apuntes sobre la revolución, libro VII. Berlín, 1923, pág. 195.

Soviets de la primera legislatura, inauguró el congreso. V. A. Avanésov, en nombre del grupo bolchevique, propuso formar la presidencia sobre los principios de la proporcionalidad partidaria. Guéndelman, representante de los eseristas, declaró que el grupo eserista no participaría en la elección de la presidencia. Esa misma declaración la hizo L. M. Jinchuk, del grupo menchevique, al que se le unió Mártov, de los mencheviques internacionalistas.

Después de largos debates, el congreso aprobó la composición de la presidencia. Del grupo bolchevique fueron elegidos V. I. Lenin, V. A. Antónov-Ovséienko, A. M. Kolontái, N. V. Krilenko, A. V. Lunacharski, V. P. Noguín, P. I. Stuchka y otros.

Los mencheviques y eseristas de derecha hacían todo lo posible para torpedear el comicio; pusieron en juego declaraciones demagógicas de que el congreso era incompetente, calumnias contra los bolcheviques y tergiversaciones de todo género en cuanto al sentido y el carácter de los sucesos ocurridos en Petrogrado. El delegado del XII Ejército, menchevique Y. A. Jarash, gritaba desde la tribuna del congreso: "Ahora, en el momento en que se ha cañoneado el Palacio de Invierno, en el momento cuando los delegados de los partidos socialistas, que no han sido revocados por sus partidos, sesionan en el Palacio de Invierno, en este momento inaugura su sesión el congreso". Los grupos menchevique y eserista, decía él, aplicarán todas sus fuerzas para "oponerse a esta aventura"372, calificando de esta manera a la insurrección de los obreros y soldados revolucionarios. El menchevique G. D. Kuchin, presidente del comité del XII Ejército, declaró que hablaba "en nombre del grupo del frente". Dijo que el II Congreso de los Soviets era incompetente y exhortaba a los delegados a abandonarlo. La respuesta a la intervención fueron gritos llenos de indignación de los delegados bolcheviques del frente: "¡Usted habla en nombre del Estado Mayor y no en representación del Ejército!" y "¡Kornílovianos!”373

A la tribuna subían, uno tras otro, los delegados militares, verdaderos representantes de las masas de soldados. Con gran satisfacción fue escuchado el discurso del bolchevique K. Péterson: "Ustedes han oído las declaraciones de dos representantes de comités de Ejército y estas declaraciones tendrían valor si sus autores fuesen verdaderos representantes del ejército. Yo no hablo sin fundamentos. Ellos no representan a los soldados"374.

Cuando G. M. Ehrlich, representante de los bundistas, se enteró de que los demócratas constitucionalistas, junto con los eseristas y mencheviques de la duma urbana, estaban

372 II Congreso de los Soviets..., M.-L., 1928, págs. 35, 36. 373 Ibídem, págs. 36, 37. 374 Ibídem, pág. 38.

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organizando una procesión hacia el Palacio de invierno, con fingido énfasis invitaba a los delegados a ir con los miembros de la duma y compartir la suerte de los ministros. El eserista de derecha V. Y. Gurévich, representante del Comité Ejecutivo de diputados campesinos, invocaba al congreso: "Nosotros partiremos ahora mismo, para morir junto a los que fueron a poner en práctica nuestra voluntad"375. Al comprender que no lograrían frustrar el comicio, los mencheviques, eseristas de derecha y bundistas, bajo los indignados gritos de "¡Desertores!", "¡Traidores!" y "¡A enemigo que huye puente de plata!", abandonaron el Congreso. Al día siguiente, la prensa demócrata constitucionalista y eserista-menchevique decía que el congreso era incompetente e ilegal; que después de marcharse los "representantes de la democracia" (como se denominaban a sí mismo los conciliadores), el congreso se había convertido en una asamblea particular de los bolcheviques y que no representaba la voluntad de los Soviets, de las amplias masas de la población376. Esta era una mentira de turno, con la que se pensaba engañar a los obreros, soldados y campesinos.

Basándose en el recuento efectuado después de marcharse los mencheviques y eseristas, la comisión de encuestas estableció e informó al congreso: "El número de delegados que ha abandonado definitivamente el congreso oscila entre 25 y 51 personas, lo que representa un porcentaje insignificante con relación a los que se han quedado". La comisión expresó su profunda indignación por la actitud del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de la primera legislatura que divulgaba en su prensa "noticias falsas y sin fundamento alguno"377. El congreso aprobó una resolución propuesta por los bolcheviques, en la que se decía que la deserción de los conciliadores no debilitaba a los Soviets, sino, al contrario, los fortalecía, pues "depuraba a la revolución obrera y campesina de elementos contrarrevolucionarios”378.

La deserción de los mencheviques, eseristas de derecha y bundistas mostró una vez más la auténtica faz de éstos. Ellos no deseaban actuar junto con los partidos y grupos que expresaban los intereses de la clase obrera y del campesinado. Esa actitud de los líderes de los partidos conciliadores aceleraba el proceso de su autodesenmascaramiento. Durante las labores del congreso, muchos miembros de filas de los partidos menchevique y eserista, perdiendo la fe en la política de sus dirigentes, abandonaban estos partidos para unirse a los grupos de izquierda o a los bolcheviques. El grupo de los eseristas de izquierda y el de los bolcheviques iban aumentando.

375 Ibídem, págs. 39-40,45. 376 Golos Soldata, 25 de octubre de 1917. 377 Pravda, 29 de octubre de 1917. 378 II Congreso de los Soviets..., M.-L., 1928, pág. 8.

A las 3 y 10 de la madrugada del 26 de octubre, después de un receso de media hora, el congreso reanudó sus labores. Para ese momento se había recibido la noticia de la toma del Palacio de Invierno. Cuando el presidente de la sesión informó de que estaban detenidos los ministros del Gobierno Provisional, el comunicado fue acogido por los delegados con clamorosa ovación y entusiasmo. El comisario de Tsárskoe Sieló y delegado de los soldados ciclistas comunicó al congreso que el 3 Batallón de Ciclistas se había pasado al lado del pueblo revolucionario379. El alférez N. V. Krilenko comunicó que el Comité Militar Revolucionario organizado en el Frente Norte, reprimía todas las tentativas de la contrarrevolución de enviar tropas a Petrogrado.

A. V. Lunacharski dio lectura al llamamiento, escrito por Lenin, en el que se decía, en particular: "Apoyándose en la voluntad de la inmensa mayoría de los obreros, de los soldados y de los campesinos y en la insurrección victoriosa de los obreros y de la guarnición de Petrogrado, el congreso toma en sus manos el poder". El documento proclamaba que "todo el poder en las localidades pasa a los Soviets de diputados obreros, soldados, campesinos", exhortaba a los obreros y a los campesinos a edificar y fortalecer los Soviets en las localidades, se expresaba la seguridad de que "el ejército revolucionario sabrá defender la revolución contra todos los ataques del imperialismo..."380. El llamamiento fue aprobado casi unánimemente por los delegados. La primera sesión del Congreso terminó cerca de las 6 de la mañana del 26 de octubre.

Ese mismo día se celebró una reunión del CC del POSD(b)R, en la que se examinó la composición del Gobierno soviético. La lista de Comisarios del Pueblo se discutió también en la reunión del grupo bolchevique en el congreso.

A las 9 de la noche del 26 de octubre, comenzó la segunda (y última) sesión del congreso. Con clamorosa ovación, que duró varios minutos, los delegados recibieron al jefe de la revolución socialista, Lenin, que por primera vez aparecía en el congreso. Antes de discutir los principales, problemas -sobre la paz, la tierra y la formación del Gobierno soviético-, el congreso aprobó un decreto sobre la abolición de la pena de muerte en el frente, la liberación de los miembros de los comités agrarios encarcelados y el arresto de Kerenski; se discutieron y aprobaron los llamamientos al frente, a los cosacos y a los ferroviarios y el llamamiento a todos los Soviets para asegurar el orden revolucionario en las localidades.381

A continuación, Lenin hizo el informe sobre la

379 Ibídem, págs. 49, 50. 380 V. I. Lenin. ¡A los obreros, a los soldados, a los campesinos! O.C., t. 35, págs. 11, 12. 381 II Congreso de los Soviets..., M., 1957, págs. 414- 417.

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cuestión de la paz. "Cuando Lenin apareció en la tribuna -recuerda A. Andréiev, delegado al congreso-, toda la sala se puso en pie y se abalanzó hacia la tribuna donde estaba Lenin, el cual, durante largo rato, no pudo comenzar su discurso por los incesantes aplausos y gritos de "¡Viva Lenin!".

En la sala de sesiones ocurría algo inenarrable. Los aplausos se fundían con las exclamaciones de alegría. No sólo estaban presentes los delegados al congreso; la abarrotaban los obreros, soldados y marineros concentrados en el Smolny. Las gentes se subían a los antepechos de las ventanas, a los salientes de las columnas y a las sillas, ansiosos de ver a Lenin en la tribuna. Volaban gorros y gorras de soldados, marineros y paisanos, centelleaban los cañones de los fusiles en alto"382. Cuando cesó la ovación, Lenin comenzó su informe.

"El problema de la paz -señaló- es un problema candente, palpitante, del momento actual. Mucho se ha hablado y escrito acerca de este problema y es seguro que todos vosotros lo habéis discutido muchas veces". Lenin leyó el proyecto del Decreto de la paz, escrito por él. El documento exponía con gran precisión y claridad el punto de vista del Partido Bolchevique en cuanto a este importantísimo problema. Se señalaba que el Gobierno soviético, creado por la revolución del 24 y 25 de octubre y que se apoyaba en los Soviets, proponía a todos los pueblos beligerantes y a sus Gobiernos entablar negociaciones inmediatas para concertar la paz. "El Gobierno -señaló Lenin- considera que continuar esta guerra por el reparto entre las naciones fuertes y ricas de los pueblos débiles conquistados por ellas es el mayor crimen contra la humanidad y proclama solemnemente su resolución de firmar sin demora unas cláusulas de paz que pongan fin a esta guerra en las condiciones indicadas, igualmente justas para todas las nacionalidades sin excepción”383.

Declarando su decisión de firmar inmediatamente la paz sin anexiones ni contribuciones, el Gobierno de los Soviets señalaba que estaba dispuesto a discutir también cualesquiera otras condiciones de paz, "insistiendo únicamente en que sean presentadas con la mayor rapidez posible por cualquier país beligerante y estén redactadas con toda claridad, sin ninguna ambigüedad y fuera de todo secreto"384.

Objetando a los que calificaban de muestra de impotencia la aceptación de examinar cualesquiera condiciones de paz, Lenin decía: "Nosotros creemos que la conciencia de las masas es la que determina la fortaleza del Estado. Este es fuerte cuando las masas lo saben todo, pueden juzgarlo todo y lo hacen todo

382 A. A. Andréiev. Acerca de Vladimir Ilich Lenin. En la compilación Recuerdos sobre Vladimir llich Lenin, p. 2, M., 1957, pág. 19. 383 V. I. Lenin. Informe sobre la paz. 26 de octubre (8 de noviembre). O.C., t. 35, págs. 13,14. 384 Ibídem, pág. 15.

conscientemente"385. Con el fin de facilitar el comienzo de las

negociaciones de paz, a todos los países beligerantes se les proponía concertar inmediatamente un armisticio que debería durar tres meses como mínimo. Como primer paso, el Gobierno soviético manifestaba su resolución de publicar inmediatamente los tratados secretos ratificados o concertados por el Gobierno de los terratenientes y capitalistas, desde febrero hasta el 25 de octubre de 1917. Lenin decía: "Rechazamos todas las cláusulas de bandidaje y de violencia, pero aceptaremos con satisfacción y no podemos rechazar las cláusulas que establezcan relaciones de buena vecindad y acuerdos económicos”386.

El proyecto del Decreto de la paz estaba dirigido directamente no sólo a los Gobiernos, sino también a los pueblos y sobre todo a los proletarios conscientes de los principales países beligerantes, exhortándolos a que ayudasen con su lucha resuelta al proletariado de Rusia a llevar a cabo felizmente la causa de la paz.

Los delegados al congreso escucharon en pie el discurso de Lenin y aprobaron por unanimidad el proyecto del Decreto de la paz por él propuesto. Este documento asentó las bases de la actividad del Gobierno soviético en la política exterior, proclamó el principio de la coexistencia pacífica entre Estados con distintos sistemas políticos.

Después de aprobar el histórico Decreto de la paz, el congreso pasó a discutir la siguiente e importantísima cuestión que preocupaba al multitudinario campesinado ruso: el problema de la tierra. Lenin hizo un informe sobre esta cuestión. Demostró de una forma convincente el carácter antipopular que tenía la política del Gobierno burgués derrocado respecto al problema campesino. El Gobierno de Kerenski y los partidos del bloque conciliador, decía Lenin, demoraban bajo distintos pretextos la solución del problema agrario y, de ese modo, condujeron al país a la ruina y a la insurrección campesina. "Cuanto dicen acerca de los pogromos y de la anarquía en el campo son falsedades y un cobarde engaño. ¿Cuándo y dónde se ha visto que los pogromos y la anarquía sean suscitados por medidas sensatas? ¿Es que las masas campesinas se habrían agitado si el Gobierno hubiera actuado sensatamente y sus medidas hubiesen respondido a las necesidades de los campesinos pobres? Pero todas las medidas gubernamentales, refrendadas por los Soviets de Avxéntiev y Dan, iban dirigidas contra los campesinos y los empujaban a la insurrección"387.

Lenin dio lectura al proyecto del Decreto sobre la tierra. Las fincas de los terratenientes, así como todas

385 V. I. Lenin. II Congreso de los Soviets de toda Rusia. O.C., t. 35, pág. 21. 386 Ibídem, pág. 20. 387 Ibídem, pág. 23.

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las tierras de la Corona, de los monasterios y de la Iglesia, con todo su ganado de labor y aperos de labranza, edificios y todas las dependencias, pasaban a disposición de los comités agrarios subdistritales y de los Soviets de diputados campesinos de distrito. A los Soviets se les imponía la obligación de proteger con el mayor rigor revolucionario todas las explotaciones agrícolas, edificios, aperos, ganado y reservas de productos que pasaban al pueblo. Cualquier deterioro de los bienes confiscados, que desde ese momento pertenecían a todo el pueblo, se consideraba un grave delito, punible por el tribunal revolucionario. En el proyecto figuraba una cláusula especial de que no se confiscaban las tierras de los simples campesinos y cosacos.

En calidad de guía para ejecutar las transformaciones agrarias se utilizó el mandato campesino, incluido en el decreto y confeccionado sobre la base de 242 mandatos campesinos enviados ya al I Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia. El primer punto del mandato decía que quedaba abolido para siempre el derecho de la propiedad privada sobre la tierra; toda la tierra se convertía en patrimonio de todo el pueblo y pasaba en usufructo a todos los que la trabajan. El mandato determinaba que las tierras con haciendas de alto nivel técnico no serían repartidas: éstas se convertían en haciendas modelo y "transferidas en usufructo exclusivo al Estado o a las comunidades, según su extensión e importancia"388. A continuación, en el mandato se decía que el usufructo del suelo debería ser igualitario, y las formas de usufructo de la tierra -individual, en cortijo, comunal o cooperativa-, se establecía conforme lo decidiesen las distintas aldeas y poblados. Los delegados al congreso aprobaron el decreto sobre la tierra con gran entusiasmo revolucionario. Con este acto histórico, se cumplían los anhelos y esperanzas seculares del campesinado de toda Rusia.

Con palabras de gratitud al Partido Bolchevique y a su jefe, Lenin, habló en el congreso K. G. Zhigunov, campesino del distrito de Rzhev, de la provincia de Tver. Su discurso, sencillo y expresivo, fue convincente. Aplaudido por los delegados, Zhigunov declaró que "era portador de una profunda reverencia y de un saludo a esta asamblea" y que transmitía en nombre de sus electores campesinos "un saludo y el agradecimiento al camarada Lenin, como el más firme defensor del campesinado pobre"389.

Después de aprobar el Decreto de la paz y el Decreto sobre la tierra, el II Congreso de los Soviets resolvió el problema del nuevo Gobierno. Hasta ese momento, el poder estatal en el país lo ejercía el Comité Militar Revolucionario. El Congreso de los

388 Ibídem, pág. 25. 389 8oticias de los Soviets de diputados trabajadores de la URSS, 7 de noviembre de 1957.

Soviets dispuso: "Formar para la dirección del país, hasta la convocatoria de la Asamblea Constituyente, un Gobierno Obrero y Campesino provisional, que se denominará Consejo de Comisarios del Pueblo"390.

La dirección de las distintas ramas de la vida del Estado se encomendaba a comisiones, las cuales, en estrecha unión con las organizaciones de masas trabajadoras, deberían asegurar la aplicación del programa proclamado por el congreso. El poder gubernamental se concedía al Colegio de presidentes de estas comisiones, es decir, al Consejo de Comisarios del Pueblo: el control sobre la actividad de los Comisarios del Pueblo y el derecho de revocarlos pertenecería al Congreso de los Soviets de toda Rusia y a su Comité Ejecutivo Central. "Lenin era intransigente en las cuestiones de principios de la ideología y la política... Luchador infatigable, por su naturaleza, sabía aceptar, cuando hacía falta, un compromiso..."391. Lenin se expresó por la creación de un Gobierno con la participación de los eseristas de izquierda. No obstante, éstos rechazaron la proposición de los bolcheviques de entrar en el Gobierno. Por eso el Consejo de Comisarios del Pueblo estaba constituido solamente de bolcheviques.

El congreso eligió el Comité Ejecutivo Central compuesto por 101 miembros; de ellos, 62 bolcheviques, 29 eseristas de izquierda, 6 socialdemócratas internacionalistas unificados, 3 socialistas ucranianos y 1 eserista maximalista.

A las 5 y 15 del 27 de octubre, bajo las exclamaciones "¡Viva la revolución!" y "¡Viva el socialismo!" y el canto de La Internacional, el II Congreso de los Soviets concluyó sus labores. Los delegados partieron para todas las regiones del enorme país para difundir la nueva acerca del triunfo de la insurrección armada en Petrogrado y de la creación del primer Gobierno de obreros y campesinos en el mundo.

3. Aplastamiento del motín contra-

rrevolucionario de Kerenski-Krasnov El primer ministro del Gobierno Provisional,

Kerenski, se fugó del Palacio de Invierno y se dirigió al Estado Mayor del Frente Norte, donde desenvolvió una actividad febril pensando reunir fuerzas para dirigirlas contra los obreros y soldados insurrectos de Petrogrado. La noche del 26 de octubre, Kerenski la pasó en Pskov, y por la mañana salió para Ostrov,

390 V. I. Lenin. II Congreso de los Soviets de toda Rusia. O.C., 1. 35, pág. 28. 391 L. I. Brézhnev. Cincuenta años de grandes victorias del socialismo. Informe y palabras de clausura pronunciados en la sesión solemne conjunta del Comité Central del PCUS, del Soviet Supremo de la URSS y del Soviet Supremo de la RSFSR, celebrada en el Palacio de los Congresos del Kremlin el 3-4 de noviembre de 1967. Editorial de la Agencia de Prensa Nóvosti. Moscú, 1956, pág. 18.

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donde se encontraba el Estado Mayor de P. N. Krasnov, jefe del 3 Cuerpo de Caballería. Seguidamente envió un telegrama a los ejércitos de todos los frentes en el que se decía que él, Kerenski, ya estaba entrando en Petrogrado y que las guarniciones de la capital y de Kronstadt se habían rendido392. Esto era una provocación. En realidad, la situación era distinta. Las tentativas del general Cheremísov, comandante en jefe del Frente Norte, de cumplir la orden de Kerenski respecto al envío de tropas contra el Petrogrado revolucionario, no dieron ningún resultado. Así, el jefe del 42 Cuerpo de Ejército, al que se le encomendó preparar unidades para avanzar hacia Petrogrado, informó a Cheremísov que la 5 División Caucasiana no deseaba actuar y que el 26 de octubre, el comité divisionario había acordado "enviar a Petrogrado dos baterías a disposición del comité revolucionario”393. Una respuesta análoga la recibió Cheremísov del jefe de las tropas terrestres de la base naval de Reval. En realidad, el Comité Militar Revolucionario de Reval se había convertido en el dueño de la situación en la base y prohibió el envío de tropas en ayuda de Kerenski.

Las conversaciones de Cheremísov con los mandos y los comités del V y XII ejércitos del Frente Norte tampoco dieron resultados palpables.

El jefe del Estado Mayor del Mando Supremo, general Dujonin, trató de enviar contra el Petrogrado revolucionario tropas del Frente Oeste. En la noche del 26 de octubre, mantuvo conversaciones con el comandante en jefe de dicho Frente, general P. S. Balúev. A la pregunta de si había en el Frente unidades militares que apoyasen incondicionalmente al Gobierno Provisional, el general contestó que no había tales unidades, y añadió: "Incluso las unidades que están cerca de mí, es posible que no sirven más que para detener los pogromos y los desórdenes, pero es poco probable que sirvan para apoyar al Gobierno Provisional"394. No sólo la inmensa mayoría de los soldados del Frente Norte, sino también del Frente Oeste, estaba al lado de los bolcheviques ya antes de iniciarse la insurrección armada en Petrogrado. El 26 de octubre, el general Balúev y su Estado Mayor fueron detenidos por soldados del frente. Así es como se desmoronó el plan de sofocar la revolución, elaborado por Kerenski y sus allegados.

Una pequeña parte de tropas que se logró enviar contra Petrogrado, no pudo llegar hasta allí. Las tropas eran detenidas y desarmadas por los soldados revolucionarios. Así, el Buró de la Organización Militar de los bolcheviques del V Ejército comunicó a Petrogrado que "había logrado poner avanzadas en

392 Soldátskaya Pravda ("La Verdad del Soldado"), 3 de noviembre de 1917. 393 "Krasnii arjiv", 1927, N° 4, pág. 163. 394 La insurrección armada de Octubre en Petrogrado, pág. 600.

las vías hacia Petrogrado-Rézhitsa-Sokólniki y establecer comunicación hasta Smolensk", detener tres regimientos cosacos, 16 automóviles blindados y un tren blindado395. En la estación de Dno fueron detenidos los trenes de la 3 División de Finlandia, traída del Frente Sudoeste. Los soldados enviaron a sus representantes a Petrogrado, los cuales, después de conocer la situación que reinaba en la capital, aseguraron al Comité Militar Revolucionario que la 3 División de Finlandia no iría contra el Gobierno soviético396. El 26 de octubre, el Comité Militar Revolucionario recibió del VI Ejército del Frente Sudoeste el comunicado de que los soldados del 3 Regimiento de Fusileros habían aprobado unánimemente el paso del poder a los Soviets y de que estaban listos, "sin perder un solo minuto", para defender este poder con las armas en las manos397. El estado de ánimo de la mayoría de los soldados en los frentes cercanos a la capital confirmaba la justa conclusión de Lenin de que los soldados no irían contra el poder que les había dado tierra y paz.

La principal fuerza de Kerenski era el destacamento del general Krasnov, que en la tarde del 27 de octubre contaba con unos 500 hombres, 8 ametralladoras y 16 piezas de artillería398. Más tarde, a este destacamento se unieron varias unidades, incluidos los cadetes de la Escuela de Alféreces en Gátchina. A disposición de Kerenski se encontraban también un tren y un automóvil blindados, que los cosacos habían capturado por el camino hacia Púlkovo. Cuando comenzó la ofensiva contra Petrogrado, Kerenski no tenía más de 5.000 hombres399. En la propia capital, las fuerzas contrarrevolucionarias se preparaban también para luchar contra el Poder soviético. Se suponía que la acción contra los Soviets se iniciaría simultáneamente: tanto las fuerzas de Kerenski como las que deberían estar preparadas en el propio Petrogrado. En la noche del 26 de octubre, en la sesión de la duma urbana de Petrogrado se organizó el "Comité de Salvación de la Patria y la Revolución", que debería dirigir la formación de las unidades contrarrevolucionarias en la capital. Formaron parte de ese comité eseristas, mencheviques, demócratas constitucionalistas y monárquicos que odiaban el Poder soviético y estaban dispuestos a hacer todo lo posible para derrocarlo. A través de N. D. Avxéntiev, uno de los

395 Correspondencia del Secretariado del CC del POSD(b)R con sus organizaciones locales, t. II, M., 1957, pág. 460. 396 La insurrección armada de Octubre en Petrogrado, pág. 771. 397 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 1.236, t. 1, exp. 12, fol. 128. 398 P. N. Krasnov. En el frente interno. L., 1925, pág. 84. 399 La insurrección armada de Octubre en Petrogrado, págs. 620, 629, 644.

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líderes eseristas, se estableció contacto con el embajador inglés George Buchanan. El "Comité de Salvación de la Patria y la Revolución" creó una organización militar para dirigir la acción armada, comenzó a publicar proclamas exhortando a los soldados de la guarnición de Petrogrado a no subordinarse al Comité Militar Revolucionario y a sus comisarios; y a los funcionarios y empleados, a desobedecer a los órganos del Poder soviético. La principal fuerza del "Comité de Salvación" deberían constituirla los cadetes de las escuelas militares. Las tentativas del "Comité de Salvación" de ganarse a los soldados de la guarnición fracasaron totalmente; sólo logró reunir varias centenas de personas. En los materiales del "comandante en jefe de las tropas del "Comité de Salvación", coronel Polkóvnikov", se conservó una nota por la que puede constatarse que a disposición de los conspiradores había 830 cadetes dispersos por toda la ciudad400. Así pues, no más de 5.000 hombres tenía, Kerenski y 830 cadetes el "Comité de Salvación de la Patria y la Revolución": eso era todo lo que logró "reunir" la contrarrevolución para combatir el Poder soviético.

Se calculaba asestar un golpe inesperado contra las fuerzas revolucionarias desde la retaguardia, en el momento cuando las tropas de Kerenski-Krasnov comenzasen a atacar Petrogrado desde Tsárskoe Sieló. La contrarrevolución creía que este plan, aun contando con pocas fuerzas, daría el resultado deseable. En la madrugada del 27 de octubre, el destacamento del general Krasnov ocupó Gátchina; al día siguiente, Tsárskoe Sieló, donde se encontraba la radioemisora. Estos éxitos alentaron a Kerenski y éste pensaba que la victoria no estaba lejos.

En el llamamiento a las tropas, Kerenski exigía que todas las unidades de la guarnición de la Región Militar de Petrogrado cumpliesen incondicionalmente sus órdenes. Utilizando distintas vías y procedimientos, en Petrogrado, en los frentes y en el país se propagaban rumores de que "el bolchevismo se descompone, está aislado y en Petrogrado ya no existe como fuerza organizada”401.

Cuando Kerenski inició su cruzada, el "Comité de Salvación" acordó comenzar las acciones combativas en el propio Petrogrado. Se decidió ocupar en primer lugar la Central Telefónica y el Picadero Mijáilovski, donde se estacionaban los automóviles blindados. A los cadetes de las escuelas de Pablo I y de Vladímir se les planteó la misión de ocupar la Fortaleza de Pedro y Pablo, después de lo cual las fuerzas unidas de los facciosos deberían atacar y ocupar el Smolny. La acción se fijó para el 30 de octubre, cuando las tropas de Kerenski-Krasnov, según los cálculos del "Comité de Salvación", estarían ya cerca de Petrogrado. A la revolución le amenazaba un gran

400 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 2, M., 1942, pág. 194. 401 "Krasnii arjiv", 1927, W 5, pág. 79.

peligro, pero éste no consistía en que hacia Petrogrado avanzaban fuerzas contrarrevolucionarias de unos 5.000 efectivos, sino en que algunos soldados de la guarnición manifestaban vacilaciones y no estaba clara la posición de los soldados en los frentes alejados. Para dirigir las acciones combativas de las tropas revolucionarias se creó el Estado Mayor militar. A iniciativa de Lenin, en la defensa de Petrogrado participaron barcos de guerra de la Flota del Báltico. El 27 de octubre, Lenin telefoneó a Mijáilov, representante del Comité regional del ejército y la flota de Finlandia, y a N. F. Ismaílov, presidente del Comité Central de la Flota del Báltico, y les exigió que enviasen a Petrogrado, además de refuerzos en hombres, también barcos de guerra. De acuerdo con las indicaciones de Lenin, el crucero Oleg y el destructor Pobedítel echaron anclas en el Canal Marítimo, y por el río Neva, hacia el pueblo Ribatski, pasaron los torpederos Zabiyaka, Mietki y Dalni, que tenían la misión de mantener encañonados el suburbio nordeste de Tsárskoe Sieló y los accesos al ferrocarril de Nikolás.

En la noche del 29 de octubre, Lenin visitó la fábrica Putílov. Los obreros de la empresa justificaron totalmente las esperanzas que Lenin había cifrado en ellos: formaron destacamentos de guardias rojos y enviaron a la lucha contra Kerenski-Krasnov plataformas blindadas, 4 automóviles con cuatro cañones antiaéreos de tres pulgadas, 4 camiones con proyectiles, 2 automóviles habilitados como ambulancias, 2 automóviles con cocinas de campaña y 23 piezas de artillería402.

El 29 de octubre, el Comité Militar Revolucionario de la capital convocó una asamblea de representantes de los regimientos de la guarnición de Petrogrado, en la que Lenin hizo uso de la palabra. Subrayó que en el momento actual, la cuestión política coincidía con la militar, e indicó las tareas concretas para organizar la derrota del enemigo. En la reunión se aprobó unánimemente un llamamiento a los soldados de la guarnición de Petrogrado: ponerse en defensa de la revolución. Atendiendo a esta llamada, muchos soldados de la guarnición de Petrogrado marcharon voluntarios al frente para luchar contra las tropas de Kerenski-Krasnov.

Cumpliendo indicaciones del CC del partido y del Gobierno soviético, el Comité Militar Revolucionario emitió una orden en la que se decía: "El ejército y la Guardia Roja de la revolución necesitan el apoyo inmediato de los obreros. Ordenamos a los Soviets distritales y comités fabriles: 1. Designar el mayor número posible de obreros para abrir trincheras, levantar barricadas e instalar alambradas. 2. Para cumplir estas tareas inmediatamente, cesar el trabajo en las fábricas si ello fuera necesario. 3. Reunir todas las reservas de alambre corriente y de púas, así como 402 La insurrección armada de Octubre en Petrogrado, pág. 782.

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todo el instrumento necesario para abrir trincheras y levantar barricadas. 4. Todo el que tenga armas, deberá llevarlas consigo. 5. Observar la más rigurosa disciplina y estar listos para apoyar con todos los medios al ejército de la revolución"403.

Los miembros del CC y del Comité petrogradense del partido, de la Organización Militar aneja al CC del POSD(b)R y del Comité Militar Revolucionario fueron a las fábricas y a los cuarteles para organizar allí mismo las fuerzas revolucionarias. Los obreros de una serie de empresas se declararon movilizados y se inscribían íntegramente en la Guardia Roja o marchaban a levantar obras defensivas. Durante un día, en la fábrica del Almirantazgo se alistaron en la Guardia Roja 400 personas y en la Franco-Rusa, 1.000. Todos los guardias rojos del 2 distrito urbano se fueron a luchar contra las tropas de Kerenski-Krasnov404. Cuando el Comité Militar Revolucionario ordenó a la Comandancia Central de la Guardia Roja enviar a las 7 de la mañana del 29 de octubre 20.000 obreros para levantar obras defensivas405, fueron muchísimos más los que se presentaron.

Los estados mayores de la Guardia Roja desenvolvieron una gran actividad. El Estado Mayor de la Guardia Roja del distrito de Víborg anunció la movilización total de los guardias rojos. En la orden de movilización se decía: "1. Todos los comités fabriles y destacamentos de la Guardia Roja deberán enviar inmediatamente al Estado Mayor destacamentos de las fábricas, en disposición combativa completa y con el armamento, así como adquirir por todos los medios y en la mayor cantidad posible palas de hierro para convertirlas en herramientas de zapa (cortar los mangos). 2. Asimismo, proveerse de pan para un día como mínimo. 3. Todos los guardias rojos deben estar puestos en pie de guerra, aunque para ello fuera necesario parar la producción. 4. Mantener preparados todos los automóviles, tanto camiones como coches. 5. Organizar inmediatamente equipos para abrir trincheras y comunicar al Estado Mayor la cantidad. 6. Aclarar la existencia de armas y cartuchos, y, en caso de que fuera insuficiente la cantidad de los últimos, recibirlos en el Estado Mayor... 8. Enviar inmediatamente al Estado Mayor destacamentos de obreros u obreras para abrir trincheras"406.

El Comité Militar Revolucionario, a través de sus comisarios y los estados mayores de la Guardia Roja,

403 8oticias del Comité Ejecutivo Central, 29 de octubre de 1917. 404 La labor creativa de los obreros revolucionarios del 2º Distrito urbano de Petrogrado. Petrogrado, 1918, pág. 10. 405 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS. f. 1.236, t. 1. exp. 29, fol. 2. 406 Archivo Estatal de la Revolución de Octubre y la Edificación Socialista, f. 413, t. 1, exp. 2, fol. 9.

durante los días 27, 28 y 29 de octubre logró solucionar en lo fundamental el problema del abastecimiento de las tropas con armas, municiones y víveres. La artillería, que al fin de cuentas fue la que determinó el resultado del combate en las alturas de Púlkovo, había sido preparada y formada en baterías en las fábricas Putílov, Obújov e Izhorsk. Una parte de las piezas de artillería se trajo del Polígono Naval. El 28 de octubre apareció en el frente un tren blindado preparado y completado con obreros de la fábrica Putílov. Cuando el Estado Mayor de la Guardia Roja del distrito de Víborg tuvo dificultades en la obtención de granadas y municiones para la batería de artillería creada por este Estado Mayor, Lenin ordenó al almacén de explosivos de Ojta: "Entregar inmediatamente al cam. Orlov, miembro del Estado Mayor de la Guardia Roja y del Soviet del distrito de Víborg, granadas de mano y 300 proyectiles explosivos (de trotil)"407.

El Estado Mayor de la Guardia Roja del distrito de Víborg recogió todo el armamento existente en el distrito, requisó los automóviles particulares, logró pertrechar totalmente dos baterías de artillería y tres compañías de ametralladoras compuestas de guardias rojos. El Estado Mayor cogió bajo su control los aviones de combate de la Escuela de Aviación. El 29 de octubre, el Soviet del distrito de Víborg ordenó al comandante del aeródromo de la Escuela de Aviación entregar a disposición del Estado Mayor de la Guardia Roja todos los aviones y automóviles que se encontrasen en la escuela. El 30 de octubre, debido al sabotaje del mando de esta escuela, el Comité Militar Revolucionario ordenó al Estado Mayor desarmar a todos sus oficiales408.

Gran importancia tenía el aseguramiento de las tropas revolucionarias con víveres y vestuario. En condiciones del sabotaje organizado por el aparato de intendencia y como resultado de la débil organización del avituallamiento en general, los guardias rojos, soldados y marineros, que se marchaban al frente, carecían, al principio, de lo más necesario. Por iniciativa de los comités del partido de los distritos de Peterhof y Moscú, los estados mayores de la Guardia Roja organizaron en estos distritos puntos de alimentación para las tropas de paso. En la reunión del Comité petrogradense del Partido Bolchevique, celebrada el 29 de octubre, el representante del distrito de Peterhof informó que en su territorio se habían organizado cinco puntos de alimentación y que todos los víveres del distrito estaban bajo el control de las organizaciones distritales. El 30 de octubre, se organizaron dos puntos de alimentación más. Durante cinco días -desde el 28 de octubre hasta el 2 de noviembre-, los

407 V. I. Lenin. Correspondencia militar (1917-1920). M., 1956, pág. 9. 408 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 1.236, t. 1, exp. 27, fol. 3.

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puntos de alimentación distribuyeron más de 300 puds de pan, 100 puds de granos y 10 barriles de arenque. En el distrito de Moscú fueron adaptados para puntos de alimentación los comedores de las fábricas Rechkin, Siemens-Schuckertwerke, "Dinamo", "Skorojod" y de otras empresas, que atendían a las tropas que marchaban al frente409.

El grueso de las tropas revolucionarias salieron de Petrogrado el 27 y el 29 de octubre para hacer frente a las unidades de Kerenski-Krasnov. En los combates participaban, junto con la Guardia Roja y marineros, soldados revolucionarios de la guarnición de Petrogrado, incluidos efectivos de los regimientos de Ismáilovo, de Granaderos, de Pávlovsk, 1 de Ametralladoras y otros. El 29 de octubre, el distrito de Peterhof envió al frente 2.000 guardias rojos; el de Narva, un destacamento de 500 hombres, compuesto, en lo fundamental, de guardias rojos de la fábrica "Treugólnik"410; el de la Isla Vasílievski, cerca de 3.000 guardias rojos de las fábricas de Tuberías y del Báltico; el 2 Distrito Urbano, 1.200 guardias rojos. En total, salieron para el frente no menos de 10.000-12.000 guardias rojos, marineros y soldados411.

Fue un gran mérito del Estado Mayor de la defensa la exitosa formación de baterías de artillería y automóviles blindados. La necesidad de crear tales unidades quedó sobre todo clara cuando el enemigo ocupó Tsárskoe Sieló con ayuda de artillería, de la que no disponían las tropas revolucionarias al iniciarse las hostilidades.

Como resultado del trabajo preparatorio, realizado en Petrogrado bajo la dirección personal de Lenin, se crearon las condiciones para derrotar al enemigo. Ante todo, se terminó con los conspiradores contrarrevolucionarios en la propia ciudad. Su plan fue descubierto antes de empezar a ponerlo en práctica. Esto ocurrió así.

En la noche del 29 de octubre, los guardias rojos detuvieron a A. A. Bruderer, miembro del CC del partido de los eseristas, al que le encontraron la orden para la intervención de los cadetes, firmada por G. P. Polkóvnikov y A. R. Gots. Cuando en el "Comité de Salvación" se enteraron de que había sido descubierto el plan de la conspiración, Polkóvnikov ordenó actuar inmediatamente. Los cadetes lograron apoderarse del Picadero Mijáilovski y de la Central Telefónica. Se intentó también alzar los regimientos de la guarnición. A los cuarteles del Regimiento Semiónovski vinieron delegados del "Comité de Salvación" proponiendo dinero a los soldados "si

409 Ibídem, exp. 14, fol. 4. 410 Archivo del partido de Leningrado, f. 5,1. 10, exp. 90, fol. 1. 411 I. A. Buliguin. El aplastamiento del motín contrarrevolucionario de Kerenski-Krasnov, "Istoria SSSR" ("Historia de la URSS"), 1957, Nº 5, pág. 50.

éstos intervenían contra los Soviets"412. Y a pesar de que no se logró alzar al regimiento, los cabecillas de los conjuradores se apresuraron a anunciar, en una relación jactanciosa de que habían ocupado todos los puntos más importantes y de que "estaban concentrándose fuerzas para ocupar los últimos refugios de los bolcheviques: la Fortaleza de Pedro y Pablo y el Instituto Smolny, que están totalmente aislados gracias a las medidas adoptadas”413.

Los documentos del "Comité de Salvación" que cayeron en poder del Comité Militar Revolucionario permitieron determinar los puntos de apoyo de los facciosos. Partiendo de ello, se elaboró un plan para aplastarlos. Las escuelas militares y unidades que se preparaban para participar en el motín fueron cercadas por tropas revolucionarias. La sublevación fue aplastada nada más iniciarse. La Escuela de Pablo I se entregó a los guardias rojos sin oponer resistencia. En la mañana del 29 de octubre, los guardias rojos de las fábricas Rosenkranz, de artículos metálicos y "Fénix" y los del distrito de Víborg, así como un destacamento de la Guardia Roja de Schlisselburgo, atacaron y ocuparon la Escuela de Artillería del gran príncipe Mijaíl. La Central Telefónica, que defendían los cadetes de la Escuela de Ingeniería de Nikolás I, fue atacada por un destacamento mixto de guardias rojos y marineros. En poder de los cadetes se encontraba un automóvil blindado que habían cogido en el Picadero Mijáilovski, pero el vehículo fue averiado por los guardias rojos al iniciarse el ataque. A las 5 de la tarde, los cadetes se rindieron.

Un encarnizado combate se desató junto a los muros de la Escuela de Vladímir, cercada por guardias rojos de la Fábrica de Tuberías, marineros y soldados del Regimiento de Granaderos de Reserva, con dos piezas de artillería y el apoyo del vehículo blindado Yaroslav. Antes de comenzarse el ataque, a los cadetes se les presentó un ultimátum que ellos rechazaron. Los guardias rojos cañonearon la escuela y los cadetes izaron la bandera blanca. Los marineros y guardias rojos no hicieron más que aproximarse a la escuela con las armas en las manos, cuando los cadetes, de repente, abrieron fuego. La perfidia no salvó a los cadetes: a las 4 de la tarde, la Escuela de Vladimir fue ocupada, apoderándose los guardias rojos de una pieza de artillería, 11 ametralladoras y 1.000 fusiles414. Igualmente fue ocupada la Escuela de Ingeniería de Nikolás I, donde se encontraba el Estado Mayor de los facciosos.

La liquidación del motín en la capital mejoró considerablemente la situación de las tropas

412 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 1.236, 1. 1, exp. 12, fol. 54. 413 La insurrección armada de Octubre en Petrogrado, pág. 818. 414 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 1.236,1. 1, exp. 12, fol. 47.

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revolucionarias en las cercanías de Petrogrado. Los destacamentos de guardias rojos, que habían aniquilado a los cadetes, aparecieron en el frente, en las alturas de Púlkovo.

En la mañana del 28 de octubre, los cosacos, a los que Kerenski logró engañar comunicándoles que Petrogrado estaba "en poder de los alemanes", ocuparon Tsárskoe Sieló después de un breve combate. Una parte considerable de la guarnición de esta plaza se declaró neutral y se quedó en Tsárskoe Sieló; el 2 Regimiento se retiró hacia Petrogrado y el 1 Regimiento se unió, cerca de Púlkovo, a los guardias rojos, participando más tarde en los combates.

Cuando se recibió la noticia de que los cosacos avanzaban hacia Tsarskoe Sieló, el Comité Militar Revolucionario concentró el grueso de las fuerzas en la dirección de Púlkovo.

En la madrugada del 30 de octubre, el general Krasnov, con nueve centurias de cosacos, 18 piezas de artillería, un automóvil y un tren blindados, intentó ocupar las alturas de Púlkovo. Al combate fueron lanzadas unidades del Regimiento Cosaco de Oremburgo, en el que Krasnov cifraba grandes esperanzas, pero los ataques de los cosacos fueron rechazados.

A las 3 de la tarde, se intensificó el fuego de artillería de ambas partes. Los partidarios de Krasnov abrieron fuego con todas las piezas del tren blindado que actuaba en la estación de Alexándrovskaya. Al amparo del tren blindado, los cosacos emprendieron el ataque, que fue rechazado con grandes pérdidas para ellos. El destacamento de la Guardia Roja de Kólpino, que combatía en este sector, dejó que los cosacos se aproximaran a poca distancia y después abrió fuego de fusilería y de dos ametralladoras de un automóvil blindado. La centuria cosaca quedó eliminada casi totalmente. En la segunda mitad del día, las tropas revolucionarias se internaron en los flancos de las tropas de Krasnov, creándose la amenaza de penetrar en la retaguardia del enemigo. Las unidades de Krasnov iniciaron la retirada, que después se convirtió en fuga. A finales del día 30 de octubre, las tropas revolucionarias ocuparon Tsárskoe Sieló.

Kerenski y los miembros del "Comité de Salvación" (los líderes de los mencheviques y eseristas Avxéntiev, Gots y otros) se dirigieron a los soldados de los frentes, pidiéndoles ayuda en la ofensiva contra Petrogrado, pero los llamamientos no alcanzaron el objetivo. La situación que se había creado en el campo de Kerenski intranquilizó mucho a los imperialistas extranjeros. El 31 de octubre, a Kerenski lo visitó el general francés Niessel, quien había llegado del Cuartel General. En la conversación mantenida, Kerenski y Krasnov expresaron su insistente deseo de tener "aunque sólo

fuera un batallón de tropas extranjeras..."415. Pero también esta posibilidad estaba excluida. La situación en el campo de la contrarrevolución empeoraba cada vez más. El 31 de octubre, los cosacos que habían participado al lado de Kerenski, enviaron a Tsárskoe Sieló una delegación con la proposición de cesar las hostilidades. En nombre del Comité Militar Revolucionario, salió para Gátchina una delegación encabezada por P. E. Dibenko, donde acordó con los cosacos el cese de las acciones militares. En la noche del 1 de noviembre, las tropas revolucionarias ocuparon Gátchina. Krasnov fue detenido; Kerenski logró huir.

En el día de la liquidación total de la sublevación de Kerenski-Krasnov, en la prensa inglesa apareció el comunicado de que el Poder soviético se mantenía solamente en algunos distritos de Petrogrado y de que todo el poder se encontraba en manos de Kerenski. "Kaledin -anunciaba la prensa inglesa- es el caudillo de Rusia Meridional. Las órdenes del Gobierno Provisional son firmadas por los señores Kerenski, Kornílov y Kaledin. Ahora, las embajadas de los aliados mantienen relaciones con el señor Kerenski". Los imperialistas extranjeros, que inspiraban a la contrarrevolución rusa y que la ayudaban en la lucha contra los obreros y campesinos, se engañaron en sus cálculos. Lo deseado lo hacían pasar por realidad.

Como resultado de los combates, las tropas de Kerenski-Krasnov perdieron un considerable número de muertos y heridos, toda la artillería y el tren blindado. Las tropas revolucionarias tuvieron 200 bajas entre heridos y muertos. En esa lucha resuelta contra las fuerzas de la contrarrevolución, la Guardia Roja, soldados y marineros manifestaron valor sin límites, salvaguardaron las conquistas del Gran Octubre.

Capítulo VI. La implantación del poder

soviético en Moscú. El triunfo de la revolución proletaria en todo el

país dependía mucho del resultado de la lucha por el poder de los Soviets en la segunda capital de Rusia, Moscú. V. I. Lenin, al elaborar el plan de la insurrección armada, concedía gran importancia a la simultaneidad de la acción en Moscú y la toma del poder en Petrogrado. Por eso subrayaba: "Tomando el poder simultáneamente en Moscú y Petrogrado (no importa quién empiece; quizá pueda empezar incluso Moscú), triunfaremos de modo absoluto y seguro”416

Los bolcheviques moscovitas y sus organismos dirigentes iniciaron la preparación de la insurrección armada. En las cartas Los bolcheviques deben tomar el poder (dirigida al CC y a los comités de Petrogrado y Moscú del POSD(b)R y El marxismo y

415 P. N. Krasnov. En el frente interno. L., 1925, pág. 100. 416 V. I. Lenin. Los bolcheviques deben tomar el poder. O.C., t. 34, pág. 241.

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la insurrección417 (dirigida al CC del POSD(b)R), Lenin dedicaba un lugar especial a la argumentación de la necesidad de realizar la insurrección armada y señalaba: "Se trata de hacer clara esta tarea para el partido: plantear a la orden del día la insurrección armada en Petrogrado y Moscú (comprendida la región), conquistar el poder, derribar el Gobierno"418. La carta Los bolcheviques deben tomar el Poder se puso en conocimiento de los miembros de la organización moscovita del partido. El 27 y 28 de septiembre, se celebró el Pleno del Buró Regional de Moscú, en el que se discutió el momento actual. Nadie dudaba de que la lucha abierta por la implantación del poder de los Soviets era una cuestión del futuro más cercano, sin embargo, en lo referente a la forma de tomar el poder, a pesar de las indicaciones de Lenin en esta carta, no había unanimidad entre los participantes en el Pleno. La mayoría consideraba que la conquista del poder por los Soviets sucedería a través de la insurrección; otros (la minoría) vinculaban la toma del poder con la convocatoria del Congreso de los Soviets. Estos desacuerdos encontraron su reflejo en la resolución aprobada en el Pleno. En ella, a la par con la constancia acerca de que "en las condiciones del momento actual la lucha política se vierte a la calle", se exigía convocar inmediatamente el Congreso de los Soviets de toda Rusia, "en el que nuestro partido exigirá la proclamación del paso de todo el poder a manos de los Soviets"419. Precisamente contra esa táctica se pronunciaba de manera resuelta Lenin, quien indicaba que no podía esperarse el congreso para solucionar la cuestión del poder.

El Pleno aprobó una resolución que apoyaba el punto de vista de Lenin sobre la necesidad de abandonar inmediatamente la Asamblea Democrática, señalando que el CC "debe tomar la línea, determinada y clara, de la insurrección"420.

A principios de octubre, se celebró una reunión de los dirigentes del Comité de Moscú, del Buró Regional de Moscú y del Comité Provincial de Moscú, donde se examinó la Carta al CC, a los comités de Moscú y Petrogrado y a los bolcheviques miembros de los Soviets de Petrogrado y Moscú, en la que el jefe de la revolución, Lenin, expresaba la idea de que el Soviet de diputados obreros de Moscú podía ser el iniciador de la acción. Algunos de los participantes en la reunión (A. I. Ríkov, O. A. Piátnitski) consideraban que Moscú no podía asumir tal responsabilidad y, en general, ponían en duda el éxito de toda la empresa. Pero la mayoría no dudaba de la necesidad de la lucha armada por el poder de

417 Ibídem, págs. 239-247. 418 Ibídem, pág. 240. 419 Preparación y triunfo de la Revolución de Octubre en Moscú. Documentos y datos. M., 1957, pág. 326. 420 El movimiento revolucionario en Rusia en septiembre de 1917. La crisis nacional general. M., 1961, pág. 99.

los Soviets. El 10 de octubre, se celebró una conferencia de la organización del partido de Moscú. El texto de la resolución aquí aprobada se asemejaba bastante al texto del proyecto de la resolución escrito por Lenin el 7 de octubre para la conferencia de la organización petrogradense del partido. La conferencia encomendó al Comité de Moscú tomar medidas para "poner en disposición combativa a las fuerzas revolucionarias"421.

El 14 de octubre se celebró una reunión del Buró Regional de Moscú del partido de los bolcheviques. Después de escuchar el Informe del secretario del Buró, V. N. Yákovleva, referente a la reunión del CC del 10 de octubre, a la que ella asistió como representante de la organización del partido de la región de Moscú, y a las resoluciones allí aprobadas, la reunión, sin debates, apoyó las resoluciones del CC del POSD(b)R sobre la insurrección armada. Simultáneamente el Buró Regional de Moscú acordó crear un centro combativo del partido "para coordinar las actividades en el momento de actuar y para dirigir la propia acción"422.

No obstante, debido al desacuerdo entre el Buró Regional de Moscú y el Comité moscovita del partido, no se pudo crear dicho centro partidario hasta el 25 de octubre.

En la mañana de ese mismo día (25 de octubre), entre Petrogrado y Moscú se restableció el contacto interrumpido durante algún tiempo. A mediodía, el presidente del Soviet de diputados obreros de Moscú, V. P. Noguín, que a la sazón se encontraba en Petrogrado, logró comunicarse con los camaradas moscovitas e informarles sobre el triunfo de la insurrección en la capital423. La nueva obligó a superar rápidamente las desavenencias organizativas y a obrar de consuno. Por decisión conjunta del Comité de Moscú, del Buró Regional de Moscú y del Comité Provincial de Moscú del POSD(b)R, el 25 de octubre fue creado el centro combativo del partido.

En la reunión del Comité moscovita del partido se discutió y acordó elegir el Comité Militar Revolucionario anejo al Soviet de diputados obreros y al Soviet de diputados soldados. Comprendiendo que era imposible aplazar la creación del Centro combativo anejo a estos Soviets, los miembros del Comité moscovita del POSD(b)R mantenían, no obstante, distintos puntos de vista en lo tocante a su composición: unos proponían incluir en el Comité Militar Revolucionario a representantes de los grupos partidarios en los Soviets, de la Guardia Roja y de los sindicatos; otros consideraban que esa composición

421 Preparación y triunfo de la Revolución de Octubre en Moscú, pág. 351. 422 El movimiento revolucionario en Rusia en vísperas de la insurrección armada de Octubre. M., 1962, págs. 82-83. 423 La marcha triunfal del Poder soviético. Documentos y datos, p. I. M., 1963, pág. 251.

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no era lo suficientemente representativa. I. V. Tsivtsivadze, miembro del Comité moscovita del partido, decía que sin el contacto con los mencheviques y eseristas "nuestro organismo quedará en el aire"424. O. A. Piátnitski, a su vez, proponía incluir en el Comité Militar Revolucionario a representantes del Comité Ejecutivo de los ferroviarios de toda Rusia y de la Unión de Correos y Telégrafos.

Teniendo en cuenta que el Soviet de diputados soldados seguía influenciado por los eseristas, algunos miembros del Comité moscovita del partido proponían efectuar con antelación la reelección del Comité Ejecutivo del Soviet de diputados soldados. Pero hubo que negarse por falta de tiempo. Fue rechazada la proposición de incluir en el Comité Militar Revolucionario a representantes de la Unión de Ferroviarios y de la Unión de Correos y Telégrafos. Se acordó encomendar al grupo bolchevique de los Soviets "crear inmediatamente el centro combativo, basándose en la proporcionalidad", compuesto de tres bolcheviques, un menchevique y un eserista, miembros del Soviet de diputados obreros y del Soviet de diputados soldados, así como un representante de la Guardia Roja y otro del Estado Mayor de la Región Militar de Moscú, a razón de cuatro bolcheviques y tres representantes de otros partidos.

La participación de representantes de la Guardia Roja y de los sindicatos debería acrecentar la influencia de los bolcheviques en el Comité Militar Revolucionario, sin embargo, era errónea la decisión de incluir en este organismo a mencheviques, eseristas y, sobre todo, al representante del Estado Mayor de la Región Militar de Moscú, cuyas posiciones contrarrevolucionarias no suscitaban dudas.

El centro combativo del partido envió a todas las localidades de la región de Moscú telegramas concordados con anticipación y que eran la señal para el comienzo de la insurrección. Destacamentos de obreros y soldados revolucionarios apostaron guardia en Correos, Telégrafos y Central Telefónica; destacamentos de ciclistas se aproximaron al edificio del Soviet de Moscú en la Plaza Skóbelevskaya (actualmente Plaza Soviética) y al Museo Politécnico, donde sesionaba, por lo general, el Pleno del Soviet. A los Soviets distritales se les propuso "mantener en estado de alerta a todo el aparato combativo". También fue aprobada una resolución extraordinariamente importante y necesaria en interés de la revolución: cerrar los periódicos burgueses Rússkoe Slovo ("La Palabra Rusa"), Utro Rossii ("El Amanecer de Rusia"), Russkie Viédotnosti ("Noticiario Ruso") y Ránnee Utro ("La Madrugada"), que publicaban artículos provocadores 424 La marcha triunfal del Poder soviético. Documentos y datos, p. I. M., 1963, pág. 252.

e instigadores. En la mañana del día 25 de octubre se celebró una

reunión del Buró de los grupos partidarios del Soviet de diputados obreros de Moscú, en la que participaron el eserista de derecha V. V. Rúdnev, alcalde de la ciudad, y el coronel Riábtsev, jefe de la Región Militar de Moscú y también eserista de derecha. De los bolcheviques estaban presentes P. G. Smidóvich y E. N. Ignátov. Después de intercambiar opiniones, se aprobó una resolución "conciliadora" para presentarla al Pleno unificado del Soviet de diputados obreros y el Soviet de diputados soldados de Moscú, que se suponía convocar ese mismo día. Al Pleno se le proponía elegir un "órgano democrático revolucionario provisional”425 para "mantener el orden y defender las conquistas de la revolución", en el que estarían incluidos no sólo representantes de los Soviets, sino también de la administración autónoma urbana, del zemstvo, de la Unión de Ferroviarios, de la Unión de Correos y Telégrafos de toda Rusia y del Estado Mayor de la Región Militar de Moscú. Estaba claro que este organismo no podría estar de acuerdo con la toma del poder por los Soviets.

Los representantes bolcheviques, en principio, no se pronunciaban contra esta resolución, expresando su inconformidad únicamente en cuanto a las normas de representación en este organismo. Esa posición estaba en contradicción con la decisión del Comité moscovita del partido respecto a la composición del Comité Militar Revolucionario.

A las 6 de la tarde del 25 de octubre, en el aula magna del Museo Politécnico se reunió el Pleno unificado del Soviet de diputados obreros y el Soviet de diputados soldados de Moscú para elegir el Comité Militar Revolucionario. Aquí se desenvolvió una exasperada lucha interpartidaria426. Los eseristas y mencheviques exhortaban a "no hacerse cargo del poder" en vísperas de la convocatoria de la Asamblea Constituyente, pues, según ellos, era la única competente para decidir la suerte del pueblo, e insistían en aprobar la resolución "conciliadora" elaborada, en la víspera, por el Buró de los grupos partidarios de los Soviets. Los unificadores ocuparon una posición vacilante. Por una parte, declaraban que había que apoyar al Petrogrado revolucionario; por la otra, insistían en incluir en el órgano revolucionario a representantes de todas las organizaciones mencionadas en la resolución "conciliadora".

Después de mucho polemizar, el grupo bolchevique del Soviet de diputados obreros propuso una resolución que decía: "El Soviet de diputados obreros y el Soviet de diputados soldados de Moscú eligen en la reunión plenaria de hoy el Comité

425 8oticias del Soviet de diputados obreros de Moscú, 26 de octubre de 1917. 426 La marcha triunfal del Poder soviético, p. 1, págs. 259-261.

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Revolucionario compuesto por 7 miembros. A este Comité se le concede el derecho de cooptar a representantes de otras organizaciones y grupos democráticos revolucionarios, con el sancionamiento del Pleno del Soviet de diputados obreros y el Soviet de diputados soldados. El Comité Revolucionario elegido comienza a actuar inmediatamente, planteándose como tarea prestar apoyo en todo lo posible al Comité Revolucionario del Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado"427. Dicha resolución fue aprobada por 394 votos contra 106 y 23 abstenciones.

En la resolución indicada, el proletariado de Moscú y los diputados soldados declararon que estaban dispuestos a luchar por el poder de los Soviets, apoyar a los obreros de Petrogrado y a los soldados y marineros revolucionarios. Los eseristas, excepto el grupo de "izquierda", no participaron en la votación ni desearon participar en el Comité Militar Revolucionario, declarando que su influencia partidaria la encaminarían a distraer a las masas de la insurrección. Los mencheviques, que votaron contra la resolución bolchevique, declararon al mismo tiempo que participarían en el Comité Militar Revolucionario "para luchar allí contra la táctica de los bolcheviques”428.

El Comité Militar Revolucionario estaba compuesto de 13 miembros y miembros suplentes: 8 bolcheviques y 5 representantes de los mencheviques y unificadores. Entre los elegidos, 9 eran del Soviet de diputados obreros y 4 del Soviet de diputados soldados. Más tarde, el Comité se complementó mediante la cooptación y entraron en él representantes del Comité Ejecutivo del Soviet de diputados obreros, de la Unión de obreros y empleados urbanos y de otras organizaciones democráticas. También se cooptó a A. S. Vedérnikov, uno de los dirigentes de la Guardia Roja. En total, el Comité Militar Revolucionario estaba compuesto de 30 personas. A la par con los partidarios consecuentes de la insurrección, al Comité se cooptaron también partidarios de la línea conciliadora, lo que se manifestó negativamente en toda su actividad.

Anejo al Comité Militar Revolucionario, se creó un Estado Mayor que concentró en sus manos la dirección operativa de la insurrección. En los 12 distritos de la ciudad también se eligieron comités militares revolucionarios, compuestos casi exclusivamente de bolcheviques, hecho que determinó toda su labor, activa y consecuente, en el transcurso de la insurrección. En muchas fábricas se creaban "quintetos" y "tríos" combativos que organizaban destacamentos de guardias rojos en las empresas, conseguían armas y mantenían contacto

427 8oticias del Soviet de diputados obreros de Moscú, 26 de octubre de 1917. 428 Ibídem.

con los distritos. La Guardia Roja de Moscú, que en vísperas de la

insurrección contaba con 5.000-6.000 efectivos, solamente durante el día 25 de octubre aumentó el doble. Al lado del Comité Militar Revolucionario también se encontraba la mayoría de los soldados de la guarnición de Moscú. Para las tropas revolucionarias, eran una gran fuerza los "dvinskistas" (cerca de 900 personas)429. En total, las fuerzas de la revolución disponían de unos 30.000 combatientes activos, cuyo número aumentó después el doble430.

Las fuerzas contrarrevolucionarias se aunaron para luchar contra el proletariado revolucionario. Ya el 24 de octubre, la duma urbana acordó apoyar por todos los medios al Gobierno Provisional y crear un órgano "revolucionario" para combatir las "acciones anárquicas de elementos irresponsables"431. Al día siguiente, mientras en el Museo Politécnico se celebraba la reunión de los Soviets y se elegía el Comité Militar Revolucionario, la duma se reunió en su última sesión. El alcalde de la ciudad, eserista V. V. Rúdnev, caracterizó los acontecimientos acaecidos en la capital como acto de un grupito de conspiradores y declaró que la duma, poder supremo de la ciudad, "no puede dar aquiescencia a lo que estaba ocurriendo en Petrogrado"432.

Después de Rúdnev, hizo uso de la palabra el bolchevique I. I. Skvortsov-Stepánov, quien señaló: "Ahora ustedes son la minoría. En este momento la duma no representa a la población. En aras del futuro del país, nosotros hablamos valiente y resueltamente. El poder no lo toma una minoría insignificante, sino los representantes de la mayoría del país"433. Acto seguido, el grupo bolchevique abandonó la reunión.

La duma, con 80 votos contra 14, aprobó la resolución de los eseristas de derecha sobre la lucha resuelta contra las "tentativas de tomar el poder"434. Aquí mismo se instituyó el "Comité de Seguridad Pública" encabezado por Rúdnev y Riábtsev, jefe de la Región Militar. Además de los miembros de la duma y militares del Estado Mayor de la Región Militar de Moscú, formaron parte de dicho comité

429 Se llamaban "dvinskistas" a los soldados del V Ejército del Frente Norte, a quienes el Gobierno Provisional había detenido por hacer propaganda revolucionaria y recluido en la cárcel de Dvinsk (de aquí su nombre); algo más tarde, parte de ellos fueron trasladados a Moscú y encerrados en la prisión Butírskaya. Bajo la presión de las masas, en septiembre de 1917 fueron puestos en libertad y en octubre tomaron parte activa en la insurrección armada de Moscú. 430 G. S. Ignátiev. Octubre de 1917 en Moscú. M., 1964, págs. 54, 132. 431 "Krasnii arjiv", 1933, Nº 6, pág. 27. 432 8oticias del Soviet de diputados obreros de Moscú, 26 de octubre de 1917. 433 Ibídem. 434 Ibídem.

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representantes del Comité Ejecutivo del Sindicato de Ferroviarios de toda Rusia, de la Unión de Correos y Telégrafos, del consejo del zemstvo provincial de Moscú y de los comités ejecutivos de los Soviets de diputados campesinos y soldados, que no reflejaban los puntos de vista políticos de los miembros de filas de esas organizaciones. Después de recibir el comunicado sobre la inauguración del II Congreso de los Soviets de toda Rusia, en Petrogrado, Rúdnev envió a las administraciones urbanas y de los zemstvos del país un telegrama en el que proponía "elegir inmediatamente delegados, los cuales, tan pronto fueran llamados, deberían reunirse para organizar el apoyo a la Asamblea Constituyente"435. El congreso de las administraciones urbanas y de los zemstvos, que Rúdnev proyectaba convocar en Moscú, se pensaba contraponerlo al II Congreso de los Soviets de toda Rusia. También se ideaba crear un nuevo Gobierno Provisional, a cuyo favor obraba, además, la llegada a Moscú, el 26 de octubre, de algunos miembros del Gobierno Provisional que habían huido de Petrogrado. En el telegrama enviado al Cuartel General, Rúdnev escribía que "ante Moscú se había planteado la necesidad de organizar el Gobierno Provisional”436.

El motín de los cadetes en Petrogrado, la campaña de las tropas de Kerenski-Krasnov contra la capital y la creación de un nuevo Gobierno Provisional en Moscú eran parte del plan general orientado a restablecer el poder de la burguesía, plan que entrañaba gran peligro para la causa de la revolución, y sobre todo porque su cumplimiento se apoyaba en las fuerzas armadas que se encontraban a disposición de la contrarrevolución. Bajo las órdenes del Estado Mayor de la Región Militar de Moscú estaban 3.200 cadetes de las escuelas militares Alejandro I y Alexéi y hasta 3.600 personas de seis escuelas de alféreces. Tres Cuerpos de Cadetes podían presentar unos 300 combatientes. En los destacamentos organizados por la juventud estudiantil burguesa y estudiantes de las instituciones de enseñanza superior había cerca de 3.000 hombres armados. En Moscú se encontraban también muchos oficiales que en su mayoría mantenían una orientación hostil para con la revolución. En total, Riábtsev disponía de unos 15.000 combatientes437. Las unidades contrarrevolucionarias estaban bien instruidas y armadas. Además, podían contar con el apoyo de la "guardia casera", compuesta por las capas burguesas de la población, que venían a ser unos 5.000 hombres. El "Comité de Seguridad Pública" cifraba sus mayores esperanzas en los refuerzos del frente, de donde llegaban telegramas alentadores. Dicho

435 "Krasnii arjiv," 1933, Nº 6, pág. 26. 436 Ibídem, pág. 31. 437 O. Piátnitski. De la historia de la insurrección de Octubre en Moscú. "Lstorik-marksist" ("El Historiador Marxista"), 1935, N° 5-6, págs. 8-9.

"comité" se dirigió a la población con un llamamiento que decía que únicamente el "Comité de Seguridad Pública" era el poder legal y que "todas las disposiciones que partían del Comité Militar Revolucionario no debían cumplirse”438.

La situación en Moscú era tal que la mayoría de los distritos de la ciudad estaban controlados por los comités revolucionarios allí organizados. Las fábricas eran puntos de apoyo donde se concentraban las principales fuerzas de la revolución. Las estaciones ferroviarias estaban controladas por tropas revolucionarias. En el Kremlin, con su gran arsenal de armamento, se encontraban cinco compañías del 56 Regimiento de Reserva, fieles a la revolución. Verdad es que aquí mismo se hallaba el cuartel principal del jefe de la Región Militar de Moscú, Riábtsev, y el Estado Mayor de las formaciones ucranianas, lo cual complicaba la situación. Los organismos dirigentes de la insurrección -el Centro del partido y el Comité Militar Revolucionario- se situaron en el edificio del Soviet en la Plaza Skóbelevskaya y mantenían enlace permanente con los distritos.

Los principales puntos de apoyo de la contrarrevolución estaban situados en la parte céntrica de la ciudad. Eran el edificio de la duma urbana en la Plaza Voskresénskaya (actualmente Museo de V. I. Lenin en la Plaza de la Revolución), donde sesionaba el "Comité de Seguridad Pública", el hotel Metronol, el Picadero, el Estado Mayor de la Región Militar de Moscú en la calle Prechístenka (actualmente calle Kropotkin), la Escuela Militar Alejandro I en la esquina de la Plaza Arbat y la calle Známenka (actualmente calle Frunze), los almacenes de víveres del servicio de intendencia en la Plaza de Crimea, el edificio del Liceo del príncipe heredero Nikolái en la esquina de la calle Ostózhenka (hoy calle Metrostróevskaya) y la Plaza de Crimea. Además, la contrarrevolución en los distritos se apoyaba en la 5ª. Escuela de Alféreces distrito Jamóvnicheski-Dorogomílovski), el Cuerpo de Cadetes (distrito Basmanni) y los cuarteles Krutitski (distrito Rogozhski).

Era indudable que la superioridad numérica, la situación ventajosa, la iniciativa y, al fin, la supremacía moral al comienzo de la insurrección pertenecían al Comité Militar Revolucionario de Moscú. Tales condiciones requerían el absoluto y preciso cumplimiento de la doctrina marxista sobre la insurrección armada como un arte, que requiere el paso de todas las fuerzas de la revolución a la ofensiva más resuelta. Los acontecimientos, no obstante, se desenvolvieron de otra manera. En vez de dirigir la insurrección, en el Comité Militar Revolucionario comenzaron las discusiones sobre la composición de éste y de los pasos prácticos. Los

438 El Octubre en Moscú. M.-L., 1932, pág. 181.

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mencheviques propusieron incluir en el Comité Militar Revolucionario a representantes de otras organizaciones "democráticas" y entablar negociaciones con el Estado Mayor de la Región Militar de Moscú para llegar a un "acuerdo pacífico”439. Estas proposiciones fueron rechazadas por los bolcheviques del Comité Militar Revolucionario. Seguidamente se aprobó y en la mañana del día 26 de octubre se publicó la primera orden del Comité Militar Revolucionario en la que se declaraba que dicho Comité, elegido para luchar por el poder de los Soviets, tomaba posesión de su cargo y ordenaba a todas las unidades de la guarnición de Moscú estar alerta para entrar en acción en cuanto lo ordenase el Comité Militar Revolucionario y que no debía cumplirse ninguna orden o disposición que no partiera del Comité440. A los Soviets distritales se envió un telefonema ordenándoles designar comisarios especiales en las unidades militares, milicia, Correos y Telégrafos, organizar la custodia de los distritos con las fuerzas de la Guardia Roja441. También se publicaron los llamamientos A los camaradas soldados, ¡Camaradas campesinos!, ¡Camaradas ferroviarios! y A los empleados de Correos y Telégrafos, en los que se explicaba el sentido de los sucesos que estaban ocurriendo y se exhortaba a la lucha por el poder de los Soviets442. Estas eran acciones políticas importantes y necesarias, pero en ellas faltaba el llamamiento a la acción armada inmediata, a la toma del poder, a la detención de los cabecillas de la contrarrevolución y al aplastamiento y desarme de los destacamentos de oficiales y cadetes.

La mañana del 26 de octubre había comenzado tranquilamente. Ninguno de los bandos mostraba actividad. Al amanecer, el bolchevique E. Yaroslavski, al que habían designado comisario del Kremlin, seguido de una compañía del 193 Regimiento, entró en esta plaza para reforzar su guarnición y tomar armas del arsenal, cuya insuficiencia se hacía sentir mucho en los destacamentos de la Guardia Roja. Los cadetes, sin poner obstáculo alguno, dejaron entrar en el Kremlin a los soldados revolucionarios, pero cuando los vehículos cargados de fusiles salían por las Puertas de la Trinidad, detuvieron los automóviles y se apoderaron de las armas. Como recordara Yaroslavski, había plena posibilidad de abrirse el camino por la fuerza y llevarse las armas, pero en ese momento comunicaron del Comité Militar Revolucionario que estaban manteniéndose conversaciones con Riábtsev y no debían permitirse

439 Vperiod ("Adelante"), 27 de octubre de 1917. 440 8oticias del Soviet de diputados obreros de Moscú, 26 de octubre de 1917. 441 Preparación y triunfo de la Revolución de Octubre en Moscú, págs. 386-387. 442 Sotsial-Demokrat, 26 de octubre de 1917.

choques armados443. En efecto, en los momentos cuando era necesario actuar resueltamente, en el Comité Militar Revolucionario predominaba la línea de mantener conversaciones con el "Comité de Seguridad Pública". El bolchevique V. P. Noguín, que ya había regresado de Petrogrado, y un grupo de miembros del Comité Ejecutivo del Soviet de Moscú, que mantenía la línea conformista, insistieron en continuar las conversaciones, pretextando la debilidad de las fuerzas revolucionarias y la insuficiencia de armas. Exhortando al acuerdo con el "Comité de Seguridad Pública" y alegando a la victoria sin derramamiento de sangre alcanzada en Petrogrado, Noguín no tenía en cuenta que esa victoria no se había logrado gracias a las negociaciones con los enemigos de la revolución, sino a las acciones resueltas del CC del partido, del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado y de los obreros y soldados. En cambio, la conformidad de Riábtsev de mantener conversaciones, con lo que trataba de ganar tiempo y encontrar el momento propicio para la ofensiva, se consideraba como el deseo sincero de arreglar el asunto mediante la paz.

En el transcurso de las conversaciones, Riábtsev trapaceaba y se escabullía, insistiendo en retirar del Kremlin a la compañía del 193 Regimiento, prometiendo, a cambio, retirar el cordón de cadetes que cercaba la fortaleza. Tan pronto fue cumplida la exigencia y la compañía abandonó el Kremlin en la mañana del 27 de octubre, Riábtsev mostró sus verdaderas intenciones. El cerco en tomo al Kremlin volvió a cerrarse y en la tarde de ese mismo día, el Soviet de Moscú recibió un ultimátum en el que Riábtsev exigía disolver el Comité Militar Revolucionario y retirar del Kremlin todas las fuerzas revolucionarias, amenazando, en caso contrario, con cañonear el Soviets444.

Al mismo tiempo, en la ciudad se pusieron en movimiento todos los elementos, partidos y grupos contrarrevolucionarios. Siguiendo el ejemplo de Riábtsev, los mencheviques exigieron de modo perentorio que las disposiciones del Comité Militar Revolucionario fuesen firmadas por todos los siete miembros, lo que en las condiciones creadas era equivalente a la desorganización total de dicho comité. Los mencheviques también insistían en delegar representantes del Soviet al "Comité de Seguridad Pública" y cumplir incondicionalmente las exigencias del Estado Mayor de la Región Militar de Moscú, expuestas en el ultimátum de Riábtsev. De ese modo, se trataba de liquidar el Comité Militar Revolucionario como órgano dirigente de la insurrección. Cuando los bolcheviques rechazaron

443 Em. Yaroslavski. Cómo se vertió la sangre. De la compilación de memorias La Gran Revolución Socialista del Octubre. M., 1957, pág. 411. 444 Ensayos sobre la historia de la Revolución de Octubre en Moscú, pág. 279.

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esas exigencias, los mencheviques abandonaron el Comité Militar Revolucionario. La salida de los mencheviques permitió que el Comité cerrase filas y elevara su capacidad combativa. Sin embargo, el tiempo y la iniciativa para la lucha se habían perdido en grado considerable. Lo que dos días antes podía lograrse con bastante facilidad y el mínimo de víctimas, ahora habría que alcanzarlo a costa de grandes esfuerzos y sacrificios. El ultimátum de Riábtsev fue rechazado unánimemente y sin votación. El Comité Militar Revolucionario aprobó el Plan general del ejército revolucionario, que se reducía a lo siguiente:

"1. Todas las acciones combativas estarán dirigidas hacia el centro.

2. La función de los distritos consistirá en mover planificadamente sus fuerzas militares hacia el centro. Las operaciones por separado se permiten siempre y cuando no infrinjan el plan general.

3. Tener presente que la zona de retaguardia de los distritos es insegura y puede convertirse en teatro de operaciones del ejército revolucionario en las afueras de Moscú.

4. Actuar con decisión y energía..."445 Mientras tanto, los distritos de Moscú ya habían

empezado las acciones combativas. El 26 de octubre, destacamentos de la Guardia Roja de Zamoskvorechie ocuparon la central eléctrica y aseguraron la protección del distrito Zamoskvorechie por la parte del Puente Kámenni. En el distrito Símonovski fueron rechazados los intentos de los cadetes de ocupar los polvorines. En el distrito Suschevski-Márinski, los guardias rojos ocuparon Correos, la sucursal del Banco, las comisarías de milicia y el cine Olimpia en la calle Alexándrovskaya (actualmente calle de Octubre).

Las acciones enérgicas emprendidas por el Comité Militar Revolucionario después de salir de él los mencheviques, fueron totalmente asentidas por las organizaciones de obreros y soldados. La reunión extraordinaria conjunta del Buró Central de los sindicatos y 17 directivas se solidarizó con el Comité Militar Revolucionario y eligió un centro revolucionario compuesto de 9 personas, que tenía la misión de coordinar las acciones con el Comité Militar Revolucionario y el Soviet de diputados obreros446. La reunión de comités de compañías y la conferencia de representantes de todas las unidades de la guarnición de Moscú, celebradas ese mismo día, aprobaron resoluciones señalando que los soldados reconocían como único poder al Soviet de diputados obreros y el Soviet de diputados soldados y que cumplirían única y exclusivamente las órdenes del Comité Militar Revolucionario; también exigieron que Riábtsev retirase inmediatamente los

445 "Krasnii arjiv", 1934, W 4-5, págs. 173, 179. 446 El Consejo de sindicatos de Moscú en 1917 (Actas). M., 1927, págs. 120, 124.

cadetes del Kremlin y liberase a los soldados del 56 Regimiento que estaban allí sitiados.

Gran influencia ejerció en los obreros y soldados de Moscú los comunicados acerca de que el 26 de octubre, en Kolomna, Podolsk, Bogorodsk, Oréjovo-Zúevo, Klin, Mozhaisk y otras ciudades de las cercanías de Moscú, el poder había pasado a manos de los Soviets447. La actividad revolucionaria en Moscú se intensificó; se avecinaban las acciones resueltas. El Comité Militar Revolucionario ordenó a los comisarios distritales poner en estado de alerta a los guardias rojos armados, y a los desarmados mandarlos a disposición del Comité448.

El jefe de la Región Militar de Moscú planteó la misión de bloquear y ocupar el edificio del Soviet de Moscú. Con este fin, trató de aislar los distritos obreros, principalmente el distrito Zamoskvorechie, del centro de la ciudad y apostó patrullas de cadetes en los accesos a los puentes Moskvoretski, Kámenni y Krimski. Por orden del Comité Militar Revolucionario, en la tarde del 27 de octubre, cuatro compañías de dvinskistas, capitaneadas por E. N. Sapunov, intentaron desplazarse de Zamoskvorechie al Soviet de Moscú; atravesaron el Puente Moskvoretski, pero en la Plaza Roja los recibieron a tiros. Los dvinskistas sufrieron considerables bajas y con gran dificultad lograron abrirse paso a la plaza Skóbelevskaya. En la escaramuza fue herido de muerte el jefe Sapunov. También los cadetes sufrieron grandes bajas. Así fue como en Moscú comenzó la lucha armada abierta que duró una semana. Esa misma noche, los cadetes aniquilaron el Comité Militar Revolucionario del distrito Danílovski; penetraron en los dispositivos de la I Brigada de Artillería de Reserva, se apoderaron de dos cañones y averiaron varios más. Otro destacamento de cadetes ocupó el Puente Borodinski con el fin de mantenerlo hasta la llegada de tropas del frente a la estación de Briansk (actualmente de Kíev).

Durante la noche y el día del 28 de octubre, los cadetes ocuparon un sector de la calzada Sadóvoie, desde el Puente Krimski hasta el mercado de Smolensk, cortando del centro al distrito Jamóvnicheski-Dorogomílovski. Consolidándose en el edificio de la gobernación de la ciudad, en el paseo de Tver (actualmente de Pushkin), destacamentos de oficiales y cadetes pusieron bajo amenaza directa el Soviet de Moscú. Los obreros insurrectos sufrieron las mayores bajas en la mañana del 28 de octubre. Riábtsev comprendía perfectamente que mientras el Kremlin -potente fortaleza que domina el centro de la ciudad- permaneciera controlado por el Comité

447 G. S. Ignátiev. De la historia de la lucha por el triunfo de la Revolución de Octubre. En la compilación de artículos 40 años de la Gran Revolución Socialista de Octubre. M., 1957, págs. 292-296. 448 Preparación y triunfo de la Revolución de Octubre en Moscú, pág. 397.

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Militar Revolucionario, las fuerzas contrarrevolucionarias no podrían lograr rápidos éxitos. Y careciendo de fuerzas suficientes para asaltarlo, Riábtsev recurrió a la provocación. La situación de los soldados del 56 Regimiento que custodiaban el Kremlin era muy difícil; no había comunicación con el Comité Militar Revolucionario; los teléfonos estaban controlados por los oficiales que habían quedado en la fortaleza, y el comandante del Kremlin, alférez O. M. Berzin, quien había sustituido a Yaroslavski, no sabía nada de lo que estaba ocurriendo en la ciudad. De eso se aprovechó precisamente Riábtsev. Se comunicó por teléfono con Berzin y le dijo que el Comité Militar Revolucionario estaba detenido y que la ciudad se encontraba en manos del "Comité de Seguridad Pública"; después le propuso entregar inmediatamente la fortaleza, amenazándole, en caso contrario, con abrir fuego de artillería449. Berzin accedió y ordenó abrir las Puertas de la Trinidad. Los cadetes irrumpieron en el Kremlin y cometieron sangrientas represalias con los soldados que se habían entregado. El propio Berzin fue detenido y apaleado.

La noche del 28 de octubre fue el período más penoso y verdaderamente crítico para las fuerzas revolucionarias moscovitas. En esa etapa, la iniciativa pertenecía a las fuerzas de la contrarrevolución. El enlace entre el Comité Militar Revolucionario y los distritos era muy deficiente. En las calles de Moscú aparecieron barricadas. En esa situación, el Comité Militar Revolucionario, después de una larga discusión, dispuso: "Establecer estrecho contacto con los distritos, asegurándose la base del comité en uno de ellos. Iniciar las acciones combativas en el centro y la lucha de guerrillas en los distritos"450. Algunos miembros del Comité Militar Revolucionario, sin comprender las consecuencias políticas ni lo desastrosa que era la táctica defensista, proponían abandonar el edificio del Soviet de Moscú, trasladarse a uno de los distritos y pasar a la defensa. Sin embargo, la mayoría rechazó esa proposición. Los obreros y guardias rojos que se encontraban en el edificio del Soviet de Moscú protestaron resueltamente contra la proposición de abandonar el centro de la ciudad; declararon con franqueza que "era mejor morir aquí, en el entrañable Soviet, que entregárselo cobardemente a los guardias blancos"451. Se decidió que una parte de los camaradas marcharía para organizar la lucha en los distritos, mientras que la otra se quedaría en el Soviet de Moscú para

449 O. M. Berzin. Las jornadas de Octubre en Moscú. "Proletárskaya revolutsia" ("La Revolución proletaria"), 1927, N° 12, pág. 181. 450 "Krasnii arjiv” 1927, N° 4, pág. 70. 451 Moscú en Octubre. Recopilación ilustrada de comentarios y memorias de los participantes en el movimiento. M., 1919, pág. 58.

mantenerlo como centro político y ciudadela combativa de la revolución. La contrarrevolución se regocijaba. El coronel Riábtsev comunicó al Cuartel General que la "insurrección había adquirido un carácter desorganizado"; el Cuartel General, a su vez, se apresuró a comunicar a los frentes: "En Moscú, los bolcheviques hoy se han entregado al Comité de Salvación de la Revolución. El Kremlin está liberado. Están entregándose las armas"452.

Pero el júbilo de la contrarrevolución era prematuro. A pesar del fracaso temporal, el proletariado moscovita no había perdido la fe en el triunfo de la insurrección armada. Moscú no estaba solo. La insurrección en Petrogrado había triunfado totalmente. El II Congreso de los Soviets de toda Rusia concluyó sus labores; había aprobado el Decreto de la paz y el Decreto sobre la tierra y creado el Gobierno soviético encabezado por V. I. Lenin. El CC del partido seguía con gran atención los acontecimientos en Moscú y preparaba fuerzas para prestarle ayuda. Apreciando la situación creada en aquellos días en Moscú, Lenin decía que las fuerzas de la contrarrevolución "se apoderaron del Kremlin, pero no controlan los suburbios, donde viven los obreros y la población más pobre en general"453. Fracasaron los intentos del Cuartel General de enviar a Moscú unidades militares del frente.

En el mismo Moscú, los actos cometidos por el "Comité de Seguridad Pública" y sobre todo la brutal represión contra los soldados del 56 Regimiento en el Kremlin, provocaron una explosión de indignación entre los obreros y soldados. El 28 de octubre, el periódico Izvestia Moscóvskogo Sovieta Rabochij Deputatov ("Noticias del Soviet de Diputados Obreros de Moscú") publicó el llamamiento del Comité Militar Revolucionario, Consejo Central de los sindicatos de Moscú, Unión Central de empleados y obreros moscovitas, Comité moscovita del POSD(b)R y organización moscovita de la socialdemocracia de Polonia y Lituania, exhortando a comenzar la huelga.

Se trataba de alzar a toda la clase obrera de Moscú para asestar el golpe decisivo a la burguesía. Los locales de los Soviets distritales se convirtieron en estados mayores combativos; aquí se reunían centenas de obreros que exigían armas y la orden para combatir a la contrarrevolución. Junto con los obreros actuaban también los soldados de la guarnición. La reunión de los comités de regimientos, compañías, comandos y brigadas de la guarnición acordó no subordinarse al Estado Mayor de la Región Militar de Moscú y reelegir el Soviet de diputados soldados, cuyos dirigentes mencheviques y

452 "Krasnii arjiv” 1927, N° 4, pág. 71; 1933, W 6, págs. 33,55. 453 V. I. Lenin. Reunión de los delegados de los regimientos de la guarnición de Petrogrado. O.C., t. 35, pág. 36.

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eseristas, traicionando a la causa de la revolución, habían entrado en el "Comité de Seguridad Pública". Aquí mismo se eligió el Comité provisional del Soviet de diputados soldados -el Consejo de los diez-, dirigido por los bolcheviques S. Y. Budzinski y S. A. Sava-Stepniak, Al principio, la "decena" intentó incitar al "Comité de Seguridad Pública" a hacer concesiones y celebrar un acuerdo con el Comité Militar Revolucionario. Pero al ver que los "socialistas" en el "Comité de Seguridad Pública" mantenían una posición irreconciliable, la "decena" entró en contacto con el Comité Militar Revolucionario y sus representantes formaron parte de él. Esto tenía gran importancia en el auge de la actividad de la guarnición de Moscú. Antes de elegirse la "decena", la guarnición, de uno o de otro modo, estaba influenciada por el Soviet de diputados soldados existente y compuesto en su mayoría de mencheviques y eseristas.

El Comité Militar Revolucionario aplicaba grandes esfuerzos para armar a los guardias rojos y soldados. Al Estado Mayor de la Guardia Roja se le ordenó tomar las medidas necesarias para conseguir armas y municiones. Ordenes de conseguir armamento se enviaron al I Regimiento de Telégrafos y Reflectores, al almacén moscovita de la artillería de plaza, a los almacenes de artillería de Misa-Ráevo y a otros. En muchas empresas se organizó la producción de granadas de mano y de armas blancas. Ese mismo día, el guardia rojo I. Markin descubrió en los andenes de carga de la estación de Sokólniki vagones con 40.000 fusiles estriados, todos nuevos. El problema del armamento se había resuelto. Durante toda la noche, los camiones estuvieron transportando fusiles de la estación ferroviaria a los distritos.

El 28 de octubre, los obreros y soldados revolucionarios pasaron a la ofensiva. Con guardias rojos, soldados del 55 y 85 regimientos y dvinskistas, el Comité Militar Revolucionario creó un destacamento especial, comandado por el alférez G. V. Sablin, eserista de izquierda, que acababa de llegar del II Congreso de los Soviets celebrado en Petrogrado. El destacamento recibió la misión de echar a los cadetes del edificio de la gobernación urbana situado en el paseo de Tver y liberar del enemigo los accesos al Soviet de Moscú. En ese momento llegó a la plaza Skóbelevskaya una batería de cuatro piezas de la I Brigada de Artillería de Reserva para cubrir el Soviet de Moscú.

La ofensiva contra los cadetes se desplegaba desde las afueras hacia el centro de la ciudad. En esta ofensiva, cada distrito desempeñaba una función determinada, que dependía de su situación y de la existencia de fuerzas. Un gran papel en la insurrección lo desempeñó Zamoskvorechie, cuya Guardia Roja había aumentado en dos días de 800 a varios miles de combatientes. Las hostilidades

corrían a cargo del Comité Militar Revolucionario distrital dirigido por el bolchevique y profesor de astronomía P. K. Shtémberg. Eran dirigentes de los destacamentos de guardias rojos P. A. Apákov, tranviario de las cocheras de Zamoskvorechie; P. G. Dobrinin, tornero de la fábrica de teléfonos; M. I. Brun, soldado del 251 Regimiento de Infantería de Reserva; P. G. Arutiuniánts y Y. S. Mishkin, estudiantes del Instituto de Comercio de Moscú; M. V. Krzherninski, ajustador de la fábrica Michelson, y otros. Junto con los obreros peleaban soldados revolucionarios del 55 Regimiento de Reserva, del 196 Destacamento de Fusileros y los dvinskistas.

En la mañana del 28 de octubre, destacamentos de guardias rojos intentaron atravesar los puentes Kámenni y Krimski, pero el primer puente no pudieron pasarlo de inmediato al ser detenidos por el fuego de ametralladoras de los cadetes, por lo que tuvieron que fortificarse en los malecones de Sofía y de Bersénevskaya. En otra dirección, guardias rojos comandados por Dobrinin se abrieron paso a través del Puente Krimski y entablaron combate en la zona de Ostózhenka y Prechístenka. Esto les permitió unirse a los guardias rojos del distrito Jamóvnicheski-Dorogomílovski y atacar conjuntamente el edificio del liceo y los almacenes de los servicios de intendencia en la Plaza de Crimea.

Al declinar el día 28 de octubre, destacamentos de guardias rojos cercaron el centro de la ciudad que estaba casi todo bajo el control de los cadetes. Y aunque los éxitos operativos de las fuerzas revolucionarias no habían sido muy grandes en ese día, el entusiasmo era enorme. El paso de la iniciativa a manos del Comité Militar Revolucionario infundía en los corazones de los obreros y soldados ánimo y seguridad en la cercana victoria, con tanta más razón por cuanto en las ciudades y poblados de las cercanías de Moscú, según las noticias que llegaban de allí, los Soviets mantenían sólidamente el poder en sus manos.

En la madrugada del 29 de octubre, las tropas revolucionarias iniciaron la ofensiva en todas las direcciones. El destacamento especial, capitaneado por G. V. Sablin, apoyado por la artillería emplazada en la Plaza de la Pasión (actualmente Plaza de Pushkin), atacó el edificio de la gobernación civil de Moscú, después irrumpió en él, obligando a los defensores a capitular. Los guardias rojos obligaron a los cadetes a retirarse de los callejones adyacentes a la calle de Tver, arrojándolos a la línea de las Puertas de Nikita. Al mismo tiempo, se liberaron la calle de Tver y parte de la calle Ojotni Riad. El Soviet de Moscú estaba ya fuera de peligro y de ese modo pudo restablecer el contacto con los distritos. Por la tarde fueron recuperados Correos y Telégrafos, ocupados por cadetes en la víspera. Realizaron acciones enérgicas los obreros armados de Presnia dirigidos por su Comité Militar Revolucionario. Ellos salieron

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a la Plaza Kúdrinskaya (actualmente Plaza de la Insurrección) y desde allí iniciaron la ofensiva a lo largo de las calles Spiridónovka (hoy calle A. Tolstói) y Málaia Brónnaia y el callejón Granatni (actualmente calle Schúsev), en dirección a las Puertas de Nikita.

Los guardias rojos del distrito Jamóvnicheski y media compañía del 193 Regimiento, dirigidos por el alférez A. A. Pomerántsev, se apoderaron de los almacenes de los servicios de intendencia y junto con la Guardia Roja del distrito Zamoskvorechie, salieron a Ostózhenka, avanzando hacia el Estado Mayor de la Región Militar de Moscú, donde se libraron encarnizados combates. Las tropas revolucionarias en este sector de gran importancia las dirigía el obrero Dobrinin, que resultó ser un jefe de talento. Los tranviarios de Zamoskvorechie, encabezados por P. A. Apákov, cubrieron tranvías con chapas de hierro y sacos de arena) en esos improvisados "trenes blindados" actuaban en los sectores más peligrosos, efectuando el reconocimiento y transportando municiones y demás pertrechos. En la mañana del 29 de octubre, destacamentos mixtos de los distritos Basmanni, Blagushe-Lefórtovo, Rogozhski y Símonovski tomaron tres de los cinco edificios de la Escuela Militar de Alexéi.

Ese mismo día, el Comité Militar Revolucionario moscovita se dirigió a los comités revolucionarios de las ciudades cercanas a Moscú con el llamamiento de enviar destacamentos armados en ayuda del proletariado moscovita. A Moscú comenzaron a llegar guardias rojos de Sérpujov, Pávlovo-Posad, Tula y otras ciudades. A la cabeza de las fuerzas armadas del distrito de Shuisk-Ivánovo se encontraba M. V. Frunze, que el 30 de octubre llegó a Moscú con un destacamento armado de 2.000 obreros y soldados.

Durante el día 29 de octubre se determinó claramente el éxito militar de las tropas revolucionarias. La suerte de la contrarrevolución estaba sentenciada. Por la tarde, el ayudante del jefe de la Región Militar de Moscú comunicó al Cuartel General: "Nuestras fuerzas... se van agotando poco a poco y están cansadísimas... Se necesita ayuda urgente, ya que la situación, sin la perspectiva de recibir apoyo, no es de las brillantes"454.

Ese mismo día, el Comité Militar Revolucionario de Petrogrado, aplicando medidas resueltas, liquidó el motín de los cadetes y puso en situación crítica a las tropas de Kerenski-Krasnov que no escatimaban fuerzas por entrar en la capital. La contrarrevolución mordía el polvo en los principales puntos del país. El 29 de octubre, el Comité Ejecutivo conciliador del sindicato de ferroviarios de toda Rusia, que a toda costa trataba de salvar a la contrarrevolución, exigió perentoriamente del Gobierno soviético la creación

454 "Krasnii arjiv” 1933, N° 6, pág. 38.

de un "Gobierno socialista homogéneo", compuesto de representantes desde el Partido Bolchevique hasta los socialistas populares inclusive, así como el cese de las hostilidades durante las conversaciones. Una exigencia análoga la presentó el Buró moscovita de esa organización, que a todas luces pensaba ganar tiempo y dar posibilidades al "Comité de Seguridad Pública" para reunir sus fuerzas. El CC del POSD(b)R examinó el ultimátum del Comité Ejecutivo del Sindicato de Ferroviarios de toda Rusia y rechazó toda posibilidad de participar en el Gobierno mencheviques, eseristas de derecha y socialistas populares, pero aceptó mantener negociaciones con dicha organización, considerándolas como "un encubrimiento diplomático de las acciones combativas"455. No obstante, la lucha armada no cesó en Petrogrado. En Moscú, los acontecimientos se desenvolvían de otro modo.

A pesar de haberse ya determinado claramente el éxito de las fuerzas de la revolución, los miembros del Comité Militar Revolucionario de Moscú con orientación oportunista, seguían igual que antes haciéndose ilusiones acerca de la posibilidad de celebrar un acuerdo pacífico con el jefe de la Región Militar de Moscú. Y cuando el Buró moscovita del sindicato de ferroviarios de toda Rusia presentó la proposición del armisticio, el Comité Militar Revolucionario lo aceptó sin comprender el paso tan peligroso que estaba haciendo. La mayoría de los miembros del Centro del partido se encontraba a la sazón en Zamoskvorechie y no previno esta decisión errónea del Comité Militar Revolucionario. Se anunció un armisticio de 24 horas: desde medianoche del 30 de octubre hasta medianoche del día siguiente. Pero en realidad no hubo armisticio, pues fue infringido de inmediato por los cadetes. La mañana del 30 de octubre, llegó del frente un destacamento de choque que, junto con los cadetes que lo habían recibido, logró pasar a mano armada desde la Estación de Briansk, a través del Puente Borodinski, hasta la Escuela Militar Alejandro I, en la Známenka, reforzando así su guarnición. Los cadetes estuvieron atacando durante varias horas la última casa en el paseo de Tver, en las Puertas de Nikita. Aquí se defendían siete intrépidos guardias rojos, cuatro de los cuales perecieron luchando y tres fueron hechos prisioneros. También se combatía en otros lugares denominados "zona neutral". Esto demostraba una vez más que la contrarrevolución procuraba entablar conversaciones con el fin de movilizar sus fuerzas. Y, a pesar de todo, el Comité Militar Revolucionario aceptó mantenerlas. En la comisión de "conciliación", creada por el Comité Ejecutivo del sindicato de ferroviarios de toda Rusia, entraron representantes del "Comité de Seguridad Pública", de 455 Actas del Comité Central del POSD(b)R. Agosto de 1917-febrero de 1918. M., 1958, pág. 127.

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la organización moscovita de los mencheviques, de la vieja composición del Soviet de diputados soldados, del Estado Mayor de la Región Militar de Moscú, del Buró moscovita del sindicato de ferroviarios y de la Unión de empleados de Correos y Telégrafos. El Comité Militar Revolucionario estaba representado en la comisión con dos miembros: P. G. Smidóvich y P. I. Kúshner.

La nueva acerca de la conclusión del armisticio fue recibida con indignación. Los obreros condenaban la acción del Comité Militar Revolucionario, exigían que no se hiciese concesión alguna a la contrarrevolución.

En la tarde del 30 de octubre, en el pabellón del zar de la Estación de Nikolái se iniciaron las conversaciones; ambas partes expusieron proposiciones que reflejaban sus posiciones políticas. En el proyecto del Comité Militar Revolucionario se proponía reconocer el poder de los Soviets de diputados obreros, campesinos y soldados y completar este comité con "representantes de otras organizaciones democráticas", mantener la Guardia Roja "en interés de la defensa de la revolución" y disolver la guardia blanca456. El proyecto propuesto por el Comité Ejecutivo del sindicato de ferroviarios de toda Rusia exigía crear en Moscú un Comité provisional "para dirigir la vida del pueblo hasta que el Gobierno central solucione la cuestión de la organización del poder en las localidades", en el que, a la par con los representantes de los Soviets, deberían participar miembros de la duma urbana, del zemstvo provincial y de otras organizaciones hostiles a la revolución. Además, este proyecto preveía la subordinación de las tropas al jefe de la Región Militar de Moscú y el desarme de la Guardia Roja457.

Ni siquiera los miembros del Comité Militar Revolucionario de tendencia conformista podían aceptar las condiciones propuestas, ya que esto significaría negarse totalmente del poder de los Soviets. Las conversaciones se prolongaban. Con el consentimiento de los representantes del Comité Militar Revolucionario, la comisión acordó prolongar el armisticio 12 horas más, hecho que otra vez le venía al pelo a la contrarrevolución.

El Centro del partido, al enterarse de las conversaciones, condenó severamente la posición conciliadora del Comité Militar Revolucionario y 5 minutos antes de terminarse el armisticio, este último envió al "Comité de Seguridad Pública" un telefonema comunicando que el acuerdo propuesto por el Comité Ejecutivo del sindicato de ferroviarios de toda Rusia era "de principio y por su forma, inadmisible" y que por eso era "imposible continuar

456 "Krasnii arjiv", 1935, N° 4, pág. 101. 457 Ensayos sobre la historia de la unión de 1917. Recopilación de la segunda comisión para el estudio de la historia del movimiento sindical en el transporte. M., 1924, págs. 86-87.

el armisticio”458. No obstante, el Comité Militar Revolucionario volvió a cometer otro error grave: propuso al "Comité de Seguridad Pública" poner fin a las hostilidades con la condición de que fuese reconocido el poder de los Soviets y creado el órgano provisional del poder, sancionado por el Soviet, con la participación de representantes de la duma urbana, del zemstvo y de otras organizaciones y grupos contrarrevolucionarios a todas luces'459. Pero el "Comité de Seguridad Pública" no quiso reconocer el Poder soviético. Después de eso, incluso los miembros más vacilantes del Comité Militar Revolucionario comprendieron perfectamente que eran ilusorias las esperanzas en el resultado pacífico de las conversaciones.

En la noche del 31 de octubre, el Comité Militar Revolucionario anunció a las tropas revolucionarias y a la Guardia Roja el cese del armisticio y las exhortó a la lucha activa. La orden decía: "Desde este momento, entramos en un período de acciones resueltas460. El Comité Militar Revolucionario lanzó sus fuerzas a la ofensiva decisiva. A Moscú continuaban llegando refuerzos: 350 guardias rojos de Sérpujov; un destacamento mixto de obreros del distrito de Brónnitsa; 500 soldados de la guarnición de Mizoráevsk; cerca de 800 guardias rojos de Podolsk. El Comité Militar Revolucionario de Zvenígorod envió un destacamento de 400 combatientes dirigido por el oficial bolchevique Reútov, que cayó en uno de los combates.

También Petrogrado prestó ayuda a Moscú. V. I. Lenin y el Comité Militar Revolucionario de Petrogrado seguían atentamente el desarrollo de los acontecimientos en Moscú. En cada reunión del Comité Militar Revolucionario se escuchaban comunicados sobre el desenvolvimiento de la insurrección en la segunda capital de Rusia. El 31 de octubre, en el Estado Mayor de la Región Militar de Petrogrado se celebró una reunión especial, presidida por Lenin, en la que se acordó enviar a Moscú un destacamento mixto de guardias rojos y marineros. En el destacamento se incluyeron el 428 Regimiento de Lodéinoie Polie y marineros-radistas de la emisora "Nueva Holanda". Entre los marinos enviados a Moscú había un grupo de marineros del crucero Aurora. Este destacamento de marineros y soldados de Petrogrado llegó a Moscú el 4 de noviembre, ya que durante la travesía, en la estación de Bologóie, tuvo un encuentro con fuerzas contrarrevolucionarias, como resultado del cual se apoderó de un tren blindado que pertenecía a los guardias blancos.

En resumidas cuentas, de los distritos y ciudades próximos a Moscú y de Petrogrado, llegaron a la

458 "Krasnii arjiv'', 1935, N° 4, pág. 70. 459 "Krasnii arjiv'', 1935, N° 4, pág. 71. 460 Preparación y triunfo de la revolución de Octubre en Moscú, pág. 416.

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segunda capital de Rusia no menos de 10.000 combatientes461. La supremacía de las tropas revolucionarias era grande.

En la noche del 31 de octubre, en Moscú empezaron combates encarnizados. El Comité Militar Revolucionario ordenó abrir fuego de artillería contra los puntos de resistencia del adversario. Dos piezas de artillería emplazadas en Jamóvniki cañonearon el Estado Mayor de la Región Militar de Moscú; los cañones emplazados en Presnia disparaban contra la Escuela Militar de Alejandro I y las Puertas de Nikita; desde el Soviet de Moscú se disparaba contra el hotel 8acional, y desde la Plaza de la Pasión, contra las Puertas de Nikita. Desde Shviva (actualmente calle Volodarski), dos piezas de artillería pesada batían el Kremlin.

Al amparo de la noche, destacamentos de guardias rojos y soldados ocupaban las líneas de partida para el ataque. Al amanecer, comenzaron el avance. Bajo doble golpe se hallaban la zona del Arbat, la Plaza de Smolensk, Prechístenka y Známenka. Desde la Plaza Kúdrinskaya, los destacamentos de Presnia avanzaban hacia las Puertas de Nikita, Arbat y Plaza de Smolensk. Por otro lado avanzaban los destacamentos de Zamoskvorechie, Jamóvniki y Dorogomílovo.

Se combatía en Prechístenka y Ostózhenka. En el combate por la toma del monasterio de la Concepción fue nuevamente herido Piotr Dobrinin, esta vez de muerte. En la dirección de Prechístenka y Ostózhenka dificultaban el avance las ametralladoras de los cadetes atrincherados en el templo del Redentor, enclavado junto a las Puertas de la Purísima. Después que la artillería apaciguó las ametralladoras de los cadetes parapetados en dicho templo, los destacamentos revolucionarios pudieron acelerar la ofensiva. Luego de cañonearla, capituló la 6 Escuela de Alféreces, situada en los cuarteles Krutitski.

Al declinar el día 31 de octubre, las fuerzas revolucionarias lograron grandes éxitos. A los cadetes les quedaba el Kremlin y las manzanas adyacentes a él, así como Prechístenka, Ostózhenka, Plaza de Arbat y la zona de las Puertas de Nikita. El 1 de noviembre, en los suburbios de Moscú ya estaba todo tranquilo. Los combates se desarrollaban en el centro de la ciudad. Por la mañana, las piezas de artillería emplazadas junto al Teatro Bolshói y en el callejón 2 Spasski, frente al Teatro Zimin, comenzaron a cañonear el hotel Metropol y el edificio de la duma urbana, en el que se encontraba el "Comité de Seguridad Pública". Al Comité Militar Revolucionario de Zamoskvorechie se le ordenó cañonear el Kremlin desde la Voljonka, la Mojováia y el Puente Kámenni. En el callejón Miliutin (actualmente calle Marjlevski), un destacamento de

461 G. S. Ignátiev. Octubre de 1917 en Moscú, pág. 110.

guardias rojos, dirigido por G. A. Usiévich, se apoderó de la Central Telefónica, después de bombardearla. A eso de la una del día, el Comité Militar Revolucionario recibió el comunicado de que habían sido tomados el edificio de la duma urbana y el Museo de Historia. El "Comité de Seguridad Pública" se ocultó en el Kremlin.

En la tarde del 1 de noviembre, la situación de las fuerzas contrarrevolucionarias ya era irremediable. En esas condiciones, el presidente del "Comité de Seguridad Pública", Rúdnev, con ayuda de los unificadores, intentó una vez más salvar la situación. Cerrada la noche, una delegación de unificadores se presentó en el Comité Militar Revolucionario con la proposición de concertar un nuevo armisticio y crear un comité provisional compuesto de representantes de ambos bandos. Pero los conciliadores recibieron una respuesta rotunda: la lucha cesará únicamente a condición de que el "Comité de Seguridad Pública" declare la capitulación, desarme a sus fuerzas y reconozca el paso de todo el poder a los Soviets462.

En la madrugada del 2 de noviembre, Rúdnev, comprendiendo que era inútil seguir resistiendo, se dirigió al Comité Militar Revolucionario con una carta en la que indicaba que el "Comité de Seguridad Pública" estaba dispuesto a cesar la lucha armada463. Una vez recibida la carta, el Comité Militar Revolucionario comenzó a elaborar las condiciones de la capitulación. Se encomendó mantener las conversaciones a P. G. Smidóvich y V. M. Smirnov, miembros del Comité Militar Revolucionario. En la confección del proyecto de las condiciones de la capitulación participaron representantes de seis partidos "socialistas" y varios de ellos hicieron todo lo posible para que éstas no fuesen muy duras.

Mientras se mantenían las conversaciones, las hostilidades no cesaban, aunque sí se dio la orden de suspender el fuego de artillería. La orden del Comité Militar Revolucionario de suspender el cañoneo contra los últimos puntos de resistencia de los blancos, debido a las conversaciones que estaban manteniéndose, provocó descontento entre los guardias rojos, y por eso en algunas partes continuaba el fuego de artillería. A eso de las 11 de la mañana, se ocupó después de un combate el Metropol y cerca de 120 cadetes fueron hechos prisioneros; a las 3 del día, el Kremlin se encontraba ya cercado y las piezas de artillería emplazadas en la calle Nikólskaya disparaban a tiro directo contra las Puertas de San Nicolás de la fortaleza.

La capitulación se firmó a las 5 de la tarde. La redacción definitiva se efectuó en términos más tibios aún que el proyecto inicial: a las escuelas de cadetes se les dejaba el armamento "necesario para la instrucción"; se incluyó un punto sobre la liberación

462 "Krasnii arjiv", 1927, N° 4, pág. 79. 463 Documentos de la Gran Revolución proletaria, t. II, M., 1948, pág. 177.

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inmediata de los prisioneros; la formulación correcta y precisa sobre el desarme, ahora estaba sustituida por una frase evasiva y nebulosa: "devolución de las armas"464.

La capitulación firmada de esa forma era una demostración de que la mayoría de los miembros del Comité Militar Revolucionario mantenían aún el deseo de solucionar la cuestión mediante un acuerdo de los bandos, incluso en la etapa cuando ya estaba totalmente clara la esencia contrarrevolucionaria del "Comité de Seguridad Pública" y cuando ya se había determinado el desenlace de la lucha. Obreros y soldados expresaron en una serie de resoluciones su descontento por el contenido del pacto y exigían que se incluyese un punto sobre el arresto de los cabecillas de la contrarrevolución y el desarme total de los cadetes y oficiales.

Al amanecer del 3 de noviembre, los destacamentos revolucionarios entraron en el Kremlin abandonado poco antes por los cadetes. El Comité Militar Revolucionario publicó un manifiesto que decía: "Después de cinco días de sangrientos combates, los enemigos del pueblo que alzaron su mano armada contra la revolución han sido derrotados completamente. Se han rendido y han sido desarmados. Se ha logrado la victoria a costa de la sangre de valerosos combatientes obreros y soldados. Desde este momento queda instaurado en Moscú el poder popular: el poder de los Soviets de diputados obreros y soldados"465.

El carácter prolongado que adquirió la insurrección en Moscú fue debido a que, en particular, los dirigentes de la insurrección, principalmente el Comité Militar Revolucionario de la ciudad, cometieron una serie de errores de carácter político y militar. Las acciones resueltas del Centro del partido, emprendidas por él en la mañana del 25 de octubre, no se desarrollaron después de elegirse el Comité Militar Revolucionario, el cual, en las primeras etapas, fundaba sus principales esperanzas en el acuerdo pacífico con el "Comité de Seguridad Pública", tratando de evitar el derramamiento de sangre. Muchas de las acciones del Comité Militar Revolucionario eran una infracción de la doctrina marxista-leninista sobre la insurrección como un arte, cuyo sentido consiste en que una vez comenzada la insurrección, hay que proceder con la mayor energía y pasar indispensablemente a la ofensiva.

No cabe duda de que fue un error admitir en el Comité Militar Revolucionario a los mencheviques, quienes desempeñaban, en realidad, el papel de agentes contrarrevolucionarios y constantemente estaban tratando de lograr la reconciliación con el "Comité de Seguridad Pública" y de crear un "Gobierno homogéneo". Los mencheviques acrecentaban las vacilaciones en el seno del Comité 464 "Krasnii arjiv", 1935, N° 4, pág. 105. 465 Sotsial-Demokrat, 4 de noviembre de 1917.

Militar Revolucionario; impedían el desenvolvimiento de la insurrección; insistían en firmar armisticios y compromisos con el adversario, lo que se manifestaba de manera negativa en el desarrollo de la insurrección.

La victoria del Poder soviético en Moscú se logró a un precio muy caro. Según datos incompletos, en los combates murieron no menos de un millar de personas; solamente en la fosa común junto a las murallas del Kremlin, en la Plaza Roja, yacen los restos de unos 400 combatientes que dieron sus vidas por el poder de los Soviets.

A pesar de todas las complejidades y dificultades de la lucha, la clase obrera de Moscú, junto con los soldados revolucionarios, dirigidos por el CC del POSD(b)R y la organización del Partido Bolchevique de Moscú, alcanzaron la victoria decisiva sobre el enemigo.

El 3 de noviembre, respondiendo al llamamiento del Comité Militar Revolucionario y el Consejo de sindicatos, los obreros moscovitas reanudaron el trabajo. Las calles de Moscú iban adquiriendo poco a poco un aspecto pacífico: se rellenaban las trincheras, se recogían las alambradas y se desmontaban las barricadas; y sólo los balazos y cañonazos en las paredes de los edificios hacían recordar los sangrientos combates. El 5 de noviembre se permitió el movimiento libre por la ciudad, tanto de día como de noche; al día siguiente comenzaron a funcionar los primeros tranvías.

El 4 de noviembre, el Comité Militar Revolucionario acordó disolver la duma urbana contrarrevolucionaria, la cual no deseó dimitir voluntariamente de sus poderes; y el 16 de noviembre, este acuerdo se confirmó con un decreto del Consejo de Comisarios del Pueblo firmado por Lenin466. El 7 de noviembre, el Comité Ejecutivo del Soviet de diputados obreros de Moscú rechazó en su sesión las proposiciones sobre el acuerdo con los mencheviques y eseristas de derecha y reconoció necesario crear el Soviet conjunto de diputados obreros y soldados como único órgano del poder. A su vez, el Soviet de diputados soldados reelegido aprobó la resolución sobre la necesidad de fusionarse el Soviet de diputados obreros y el Soviet de diputados soldados, creándose uno solo. El 14 de noviembre, en la reunión conjunta de los plenos de ambos Soviets se acordó crear un Soviet único con una sección de obreros y otra de soldados467. Se eligió el Comité Ejecutivo y el Presídium del nuevo Soviet. En el Comité Ejecutivo entraron 62 bolcheviques, 10 mencheviques, 13 eseristas de izquierda y 4 unificadores; en el Presídium, 11 bolcheviques, 3 eseristas de izquierda y 1

466 Decretos del Poder soviético, t. I, M., 1957, pág. 100. 467 Preparación y triunfo de la Revolución de Octubre en Moscú pág. 474.

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unificador468. El conocido historiador y bolchevique M. N. Pokrovski fue elegido presidente del Soviet. Ese mismo día, el Comité Militar Revolucionario renunció a sus poderes ante el nuevo organismo soberano: el Soviet de diputados obreros y soldados de Moscú.

El triunfo de la revolución socialista en ambas capitales y las resoluciones del II Congreso de los Soviets de toda Rusia tuvieron gran importancia para la marcha victoriosa de la revolución por el país.

Capítulo VII. El triunfo de la revolución

socialista en los frentes y en el territorio del país. 1. El triunfo de la revolución en los frentes. La Gran Revolución Socialista de Octubre

transcurría en las condiciones de la I Guerra Mundial, hecho que ejercía gran influencia en el desenvolvimiento de la revolución.

El ejército ruso, que en el otoño de 1917 contaba con más de 7 millones de efectivos en el frente y la retaguardia469, era una enorme fuerza revolucionaria. En sus filas se encontraba una parte considerable de la población activa del país, principalmente campesinos. La participación de los soldados en la revolución era una viva demostración de la alianza de la clase obrera con el campesinado pobre. En el transcurso de la guerra, el ejercito, según la expresión de Lenin, "había reunido en sus filas la flor y nata de las fuerzas del pueblo..."470, adquirido "una importancia excepcional en toda la vida del Estado"471. Los soldados no participaban en la revolución como cierta fuerza independiente, sino como representantes de clases determinadas. Después de arrebatar la mitad del ejército a los partidos burgueses y pequeñoburgueses, en octubre y noviembre de 1917 el Partido Bolchevique se aseguró una de las principales condiciones para el triunfo exitoso de la revolución. Lenin señalaba que sin ganar para su causa al ejército, el proletariado no podría triunfar472.

Los frentes y las guarniciones más activas y revolucionarias eran los situados en las zonas donde estaban concentradas grandes masas obreras; donde existían fuertes organizaciones bolcheviques que desenvolvieron gran actividad entre los soldados. Esos frentes eran, particularmente, el Frente Norte y el Frente Oeste.

468 El Moscú rojo. Años de 1917-1920. M., 1920, pág. 34. 469 Rusia en la guerra mundial de 1914-1918 (en cifras), M., 1925, pág. 20. 470 V. I. Lenin. Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado, O.C., t. 40, pág. 8. 471 V. I. Lenin. La crisis ha madurado. O.C., t. 34, pág. 278. 472 V. I. Lenin. Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado. O.C., t. 40, pág. 8.

En el plan leninista de la insurrección armada, dichos frentes ocupaban un lugar importantísimo. Siendo los más próximos a Petrogrado, a Moscú y a toda la Zona Industrial Central, deberían proteger los puntos de apoyo de la revolución de la posible cruzada de fuerzas contrarrevolucionarias desde el frente y, en caso de necesidad, prestar ayuda armada directa a Petrogrado y Moscú.

Al prepararse para conquistar el poder político, el partido de los bolcheviques creó en los frentes próximos a la capital, como se expresara Lenin, agrupaciones políticas de choque. Como demostraron los congresos celebrados en los frentes en noviembre de 1917, los bolcheviques y los eseristas de izquierda eran apoyados por el 80% de los soldados de los frentes Norte y Oeste473. Esa supremacía abrumadora de fuerzas en el momento decisivo en las capitales y los frentes cercanos al centro, Lenin la consideraba una de las tres condiciones más importantes para el triunfo de la Revolución de Octubre474.

Al iniciarse la insurrección, en el Frente Norte (junto con la Flota del Báltico) había más de 13.000 militantes del Partido Bolchevique475; en el Frente Oeste, más de 21.000476. Eso suponía casi 3/4 partes de todas las fuerzas del partido en el ejército en campaña (sin contar el Frente Caucásico). A ellas les prestaban toda clase de ayuda las organizaciones del partido de la zona de retaguardia inmediata, principalmente Petrogrado y Moscú: un destacamento que contaba con más de 100.000 bolcheviques.

El Partido Bolchevique concentró en los frentes decisivos el grupo más numeroso de experimentados dirigentes del partido, que disfrutaban de gran confianza y cariño entre los soldados y marineros. El CC del POSD(b)R y su Organización Militar mantenían el más estrecho contacto con los bolcheviques de los frentes más cercanos al centro. Una vez aprobada la resolución del CC del POSD(b)R sobre la insurrección, se envió al Frente Norte un grupo complementario de activistas bolcheviques.

Al comenzar la insurrección, los bolcheviques de la Flota del Báltico y del Frente Norte estaban respaldados por muchos comités de soldados de unidades, así como por el Comité Regional del ejército, la flota y los obreros de Finlandia, el comité del 42 Cuerpo de Ejército (Finlandia), el CC de la Flota del Báltico (Centrobalt), el comité del V

473 Golos Revoliutsii ("La Voz de la Revolución"), 9 de diciembre de 1917; Soldátskaya Pravda ("La Verdad del Soldado"), 1 de diciembre de 1917. 474 V. I. Lenin. Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado. O.C., t. 40, pág. 10. 475 Okopnii 8abat ("El Rebato de las Trincheras"), 17 de octubre de 1917. 476 Soldat ("El Soldado"), 13 de octubre de 1917.

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Ejército y el Comité Ejecutivo del Soviet unificado de diputados fusileros letones. En el XII Ejército del Frente Norte, como contrapeso al comité eserista-menchevique del Ejército, actuaba el bloque de izquierda de las unidades revolucionarias de esa gran unidad, encabezado por bolcheviques.

En vísperas de la insurrección armada en Petrogrado, los bolcheviques del XII Ejército crearon comités revolucionarios clandestinos dirigidos por el Comité Militar Revolucionario de la zona de esa gran unidad, que trazó un plan general de acción477. En el distrito de Reval se organizó el Comité Militar Revolucionario del Territorio de Estonia. En la Flota del Báltico, la función del Comité Militar Revolucionario la asumió el Centrobalt bolchevique; en las tropas de la región de Finlandia, el Comité Regional y el comité del 42 Cuerpo de Ejército.

Las organizaciones partidarias de la Flota del Báltico y de los frentes Norte y Oeste estaban listas para la acción. En nombre de la conferencia de los bolcheviques del XII Ejército, se envió al CC del POSD(b)R el siguiente telegrama: "Entregamos todas nuestras fuerzas a disposición del CC y, al primer grito de éste, comenzaremos a poner en práctica la voluntad única de todo el proletariado socialista de Rusia y de la Internacional".

Nada más que triunfó la insurrección armada en la capital, a través del telégrafo, la radio, la prensa bolchevique y los numerosos comisarios del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado se divulgó por el frente la noticia de la victoria. El II Congreso de los Soviets de toda Rusia, que había aprobado los históricos decretos, notificó a los soldados en el frente que el poder en el ejército pasaba a los comités revolucionarios plenipotenciarios de soldados, les exhortó a crear en todas partes esos organismos y subordinar a ellos al personal de mando y a mantener el orden y la firmeza revolucionarios en el frente. En lugar de los comisarios del Gobierno Provisional derrocado, el Congreso acordó enviar al ejército comisarios del Poder soviético. La importancia política de ese hecho era enorme, ya que significaba la verdadera democratización del ejército sobre la base de la victoria de la dictadura del proletariado. Procediendo de ese modo, se asestaba un golpe demoledor a la élite dirigente del ejército, se le daba salida a la energía revolucionaria de las masas de soldados en el frente.

La noticia de la victoria de la insurrección en Petrogrado fue acogida con entusiasmo en los frentes. Defender al poder de los Soviets, apoyarlo con todas las fuerzas, ése era el arrebato unánime de los marineros revolucionarios del Báltico y de los soldados de los frentes Norte y Oeste. "Toda la Flota del Báltico tiene absoluta confianza en el poder de los Soviets nuevamente organizado -declaró el 477 Okópnaya Pravda ("La Verdad de las Trincheras"), 24 de diciembre de 1917.

Comité Central de la Flota del Báltico bolchevique- y se le subordina sin objeción, reconociendo este poder como el único legal... Por todas nuestras reivindicaciones entregaremos nuestras fuerzas y nuestras vidas"478. "Estamos totalmente con nuestros hermanos soldados, obreros y campesinos", notificaba la Organización Militar de los bolcheviques del XII Ejército en nombre de centenares de miles de soldados del Frente479. "Todo el ejército revolucionario está por la insurrección, por el poder de diputados obreros, soldados y campesinos", escribía el periódico Zvezdá ("La Estrella") de Minsk, del 1 de noviembre de 1917, al comentar el estado de ánimo de los soldados del Frente Oeste.

La Flota del Báltico apoyó con abnegada resolución la insurrección. En la tarde del 24 de octubre, el Comité Central de la Flota del Báltico, el Soviet de Helsingfors y el Comité Regional de Finlandia, así como los comités de los buques y regimientos, reunidos urgentemente en Helsingfors, acordaron unánimemente: apoyar al Soviet y al Comité Militar Revolucionario de Petrogrado con todos los medios en la lucha por el poder de los Soviets480. El Soviet de Kronstadt decidió enviar el buque de línea Zariá Svobodi a Petrogrado, poner a todas las unidades en completa disposición combativa; designó comisarios a ese buque y al destacamento mixto preparado para ser enviado a la capital.

En la noche del 25 de octubre, el Centrobalt, dirigido por el bolchevique P. E. Dibenko, ordenó a sus comisarios poner bajo su control los medios de comunicación y las actividades del personal de mando. Acto seguido, a la señal del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado, se comenzó el envío de buques y destacamentos de combate a la capital.

Los marinos bolcheviques del Báltico establecieron con mano firme el poder revolucionario en la Flota, obligaron subordinarse al mismo al comandante de la Flota y su Estado Mayor, destituyeron de sus cargos a los comisarios del Gobierno Provisional y arrestaron a los manifiestos saboteadores de la oficialidad. Todos los medios de comunicación pasaron a disposición del Centrobalt.

En el distrito de Reval, el Comité Militar Revolucionario del Territorio de Estonia, presidido por I. V. Rabchinski, el 26 de octubre estableció totalmente su poder en las tropas terrestres y en los buques de la base de Reval. Sin perder tiempo, los bolcheviques enviaron a Petrogrado buques de guerra

478 Los marinos del Báltico en la preparación y realización de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Documentos y datos. M.-L., 1957, pág. 288. 479 Okopnii 8abat, 26 de octubre de 1917. (Suplemento extraordinario). 480 Los marinos del Báltico en la preparación y..., págs. 262-264.

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y auxiliares de la Flota del Báltico481, así como miles de marineros; de la región de Finlandia, el 422 Regimiento de Kólpino, el 509 de Gzhatsk y el 511 de Sichevsk; destacamentos mixtos del 428 Regimiento de Lodéinoie Palie y otras unidades, así como comandos de artilleros, zapadores, comunicadores y gran cantidad de armamento y municiones482.

En el XII Ejército, el más próximo a Petrogrado, se desató una lucha exasperada. Los conciliadores hicieron todo lo posible para mantener allí sus posiciones y para lanzar las tropas, en el momento crítico, en ayuda del Gobierno Provisional. El 26 de octubre, la Organización Militar del XII Ejército publicó un número extraordinario del periódico Okopni Nabat ("El Rebato de las Trincheras") en el que notificaba al ejército sobre la insurrección, exhortaba a los soldados a apoyar con toda la fuerza de las armas al Petrogrado revolucionario, observar disciplina y unidad, actuar únicamente por indicación de la Organización Militar que estaba en contacto con el Comité Militar Revolucionario petrogradense. Ese mismo día, el Comité Militar Revolucionario de la zona del XII Ejército imprimió urgentemente proclamas en las que avisaba a las unidades que ese organismo iniciaba sus actividades y lanzó el grito de impedir que del XII Ejército se enviara siquiera una sola bayoneta punitiva a Petrogrado y de reprimir cualquiera acción de esa índole efectuada por los estados mayores contrarrevolucionarios483. Los ferroviarios también apoyaron al Comité Militar Revolucionario y le ayudaron a establecer el control en las vías férreas.

Comenzaron su actividad legal los comités revolucionarios creados por los bolcheviques en las unidades y grandes unidades del Ejército, así como en los mayores puntos de su retaguardia: Wenden, Volmar, Yúriev y otros; ponían bajo su control la actividad de los estados mayores, el personal de mando, los medios de comunicación y los nudos ferroviarios. Sobre todo, estaba bien organizado el asunto en los regimientos letones. Los comités revolucionarios de los regimientos y brigadas, bajo la dirección del Comité Ejecutivo de los fusileros letones y del Comité Militar Revolucionario del Ejército, pusieron inmediatamente a los 40.000 fusileros letones en defensa del poder de los Soviets. Un grupo reducido de oficiales, que trató de impedirlo, fue destituido del mando y sustituido por soldados elegidos.

En esta situación, los partidos conciliadores decidieron utilizar en contra de la insurrección el

481 Ibídem. págs. 356-359. 482 Documentos de la Gran Revolución Proletaria, t. I, M., 1938, págs. 78-79,86. 483 El Partido Comunista de Letonia en la Revolución de Octubre de 1917. Documentos y datos. Riga, 1963, pág. 495.

Congreso del Ejército, inaugurado en Wenden el 28 de octubre. Ellos tomaron medidas para que al congreso no fuesen enviados delegados soldados, sino de los comités que ya hacía tiempo que no se reelegían, lo que aseguraría a los conciliadores una amplia representación. Al congreso fue invitado V. M. Chernov, uno de los líderes del partido de los eseristas. También los bolcheviques estaban preparándose para el congreso, los cuales estaban dirigidos por S. M. Najimsón, apoderado del CC del partido, gran organizador y favorito de las masas de soldados. En el informe sobre el momento actual, Najimsón comunicó al Congreso del Ejército acerca de los sucesos revolucionarios en Petrogrado. Los delegados bolcheviques que habían asistido al II Congreso de los Soviets de toda Rusia hicieron un relato sobre los decretos leninistas. La organización bolchevique del ejército logró que se aprobara la resolución del bloque de izquierda por 248 votos contra 243. No obstante, el congreso no aprobó la resolución sobre la cuestión principal: el poder484. Los bolcheviques propusieron convocar en lo más breve otro congreso de representantes de los soldados, que expresara verdaderamente los intereses del frente. Por el momento, hasta la convocatoria de ese congreso, los bolcheviques decidieron entrar en el Comité Ejecutivo de soldados coalicionista, elegido en el Congreso del Ejército. Los bolcheviques y representantes de los partidos pequeñoburgueses recibieron por igual en ese organismo 22 puestos485.

La coalición de los bolcheviques con los conciliadores fue duramente criticada por muchos miembros de la Organización Militar del XII Ejército, exigiendo que se aplicasen todas las fuerzas para concluir la insurrección, ampliar y ahondar la actividad del Comité Militar Revolucionario486. En realidad, la Organización Militar, terminado el congreso, avanzó precisamente por ese camino; sus representantes en el Comité Ejecutivo de soldados, convencidos de lo erróneo que era el bloque, comenzaron a preparar a los soldados para un nuevo congreso del Ejército. El Comité Ejecutivo de soldados coalicionista se descompuso.

Lenin prestó gran ayuda a los bolcheviques del XII Ejército en cuanto a la corrección de la línea táctica. A comienzos de noviembre, se entrevistó con K. A. Gailis, delegado al II Congreso de los Soviets de toda Rusia, quien partía para el XII Ejército, y le dio indicaciones sobre la más rápida conclusión del pronunciamiento revolucionario en el ejército y la ayuda militar que debería prestar esa gran unidad a Petrogrado487. Con el mandato de emisario de la zona

484 Okópnaya Pravda, 12 de noviembre de 1917. 485 "Krasnii arjiv", 1927, W 5, pág. 73-74. 486 Okópnaya Pravda, 28 de diciembre de 1917. 487 "Istoricheskii arjiv" ("Archivo Histórico"), 1957, N° 5, págs. 193-195.

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del XII Ejército, Gailis llegó a Wenden y fue incluido en el Comité Militar Revolucionario488, el cual emprendió una lucha resuelta por la liquidación del centro contrarrevolucionario en el Estado Mayor del Ejército.

Los decretos aprobados por el II Congreso de los Soviets y publicados en los periódicos bolcheviques suscitaron grandes cambios en el estado de ánimo político de los soldados. Por indicación del CC del POSD(b)R y del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado, al ejército llegaban una tras otra delegaciones de los marinos del Báltico para consolidar allí las posiciones bolcheviques. Todo eso permitió a la Organización Militar efectuar la depuración de los comités de soldados, desenmascarar ante las amplias masas de soldados la gran traición de los eseristas y mencheviques.

Por orden del Comité Militar Revolucionario, fusileros letones y siberianos y un batallón del Regimiento de Nueva Ládoga, bajo el mando general de A. G. Vasíliev, miembro del Buró de la Organización Militar del Ejército, cercaron Valk y exigieron que el Estado Mayor del Ejército, dislocado allí, se subordinase al poder revolucionario489. Al no disponer de fuerzas reales, el Estado Mayor del Ejército se entregó. En el Congreso del Ejército, inaugurado en Wenden el 14 de noviembre, los mencheviques y eseristas fueron derrotados totalmente. La victoria alcanzada por los bolcheviques en el Ejército, uno de los mayores y de los más próximos a Petrogrado, consolidó muchísimo las posiciones del Poder soviético y la situación de la capital revolucionaria. El Comité Militar Revolucionario de la zona del XII Ejército envió inmediatamente a la capital el 6 Regimiento Letón de Tukums y un batallón mixto de otros regimientos letones490.

En los demás ejércitos del Frente Norte, los partidos conciliadores y los mandos no pudieron oponer gran resistencia a las fuerzas de la revolución y por eso la victoria allí se logró en el transcurso de unos días.

Con grandes esfuerzos, los bolcheviques lograron apoderarse del Estado Mayor del Frente Norte, dislocado en Pskov, el cual, igual que el Cuartel General, representaba un gran peligro para la causa de la revolución. En vísperas de la insurrección de Octubre, en Pskov se creó el comité revolucionario clandestino, del que formaban parte representantes del CC del partido: V. L. Pániushkin (presidente) y B. P. Pozern, así como los dirigentes de la organización local M. P. Ushárnov, M. G. Ivanov y

488 Archivo Estatal Central Histórico-Militar, f. 2.286, I. 1, exp. 6, fol. 411. 489 8oticias del Comité Militar Revolucionario del 8oroeste (Pskov), 10 de noviembre de 1917. 490 El Partido Comunista de Letonia en la Revolución de Octubre, págs. 539, 546.

A. Ivanov491. Tan pronto se supo la noticia de la insurrección en

Petrogrado, el grupo bolchevique del Comité Ejecutivo de los Soviets de la Región del Noroeste, junto con representantes del Soviet de Petrogrado, logró crear, el 26 de octubre, el Comité Revolucionario del Noroeste492, que se planteó la tarea de unificar las fuerzas revolucionarias del Frente Norte y de la Región del Noroeste, pero su actividad fue paralizada prácticamente debido al sabotaje de los defensistas y a las vacilaciones de los eseristas de izquierda. En la sesión del Soviet de Pskov, celebrada ese mismo día, los bolcheviques lograron que se acordase crear el Comité Militar Revolucionario de Pskov, compuesto sólo de bolcheviques, al que se le encomendó impedir el desplazamiento de cosacos y de unidades de choque hacia Petrogrado493. En la noche del 27 de octubre, en la reunión del Comité Ejecutivo de los Soviets de la Región del Noroeste los bolcheviques lograron la aprobación de una resolución para establecer el control en todos los puntos más importantes.

El Comité del partido de Pskov, que agrupaba unos 300 militantes, movilizó todas sus fuerzas para apoyar al Comité Militar Revolucionario. Los agitadores trabajaban día y noche en las empresas y en la guarnición. El 27 de octubre, apareció el primer número del periódico bolchevique Pskovski Nabar ("El Rebato de Pskov") con el epígrafe de "¡Todo el poder a los Soviets!". El Estado Mayor del Frente Norte quedó bajo el control de los comisarios del Comité Militar Revolucionario.

El 6 de noviembre, en Pskov se reunió la Conferencia de representantes de 20 comités revolucionarios, entre los que se encontraban los del V y XII Ejércitos y los de Pskov, Reval, Valk, Yúriev, Vítebsk, Luga, Rézhitsa, Yamburg y otros. "Los comités militares revolucionarios creados a la ligera -se decía en el informe de la conferencia-, resultaron muy activos y viables. Su amplia red abarca la Región del Noroeste, y al estar enlazada con el Comité Regional, forma un todo único muy fuerte"494. La conferencia aprobó unánimemente una directiva a los comités revolucionarios locales para ejercer inmediatamente la reelección de los Soviets conciliadores, revocar de todos los puestos a los mencheviques y eseristas y celebrar en breve

491 A. Ivanov. Las jornadas de Octubre en Pskov. En la compilación Los obreros leningradenses en la lucha por el poder de los Soviets. 1917. Artículos, memorias, documentos. L., 1924, pág. 146. 492 8ash Put ("Nuestra Senda") (Pskov), 26 de octubre de 1917. 493 Establecimiento y afianzamiento del Poder soviético en la provincia de Pskov. Compilación de documentos. Pskov, 1957, pág. 124. 494 8oticias del Comité Militar Revolucionario del 8oroeste (Pskov), 10 de noviembre de 1917.

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congresos de los Soviets distritales y, si fuera posible, provinciales.

En esa situación, el Cuartel General ya el 1 de noviembre se vio obligado a ordenar que se suspendiera el desplazamiento de sus tropas a las cercanías de Petrogrado. La Flota del Báltico y el Frente Norte no sólo detuvieron a las unidades contrarrevolucionarias que se dirigían a la capital, sino también le proporcionaron una gran ayuda armada. En este sentido, la experiencia de la revolución rusa es muy aleccionadora. La condición del éxito era conquistar a los soldados de los frentes más próximos a la capital.

El 28 de noviembre, en Pskov se reunió el I Congreso de representantes del Frente Norte, en el que predominaban los bolcheviques. El congreso apoyó, sin vacilación alguna, los decretos del Poder soviético, elaboró el plan de la democratización del ejército, que ya entonces habían iniciado los soldados, eligió el Comité bolchevique del Frente y dispuso instituir un órgano colegial: la Dirección del Frente, que sustituiría al comandante en jefe495. La revolución en el Frente Norte, el más cercano a la capital, había triunfado.

En el Frente Oeste, los acontecimientos se desenvolvían de un modo más o menos igual. Aquí había una red relativamente extensa de células bolcheviques. En la II Conferencia de la Región del Noroeste del POSD(b)R, celebrada en octubre de 1917, estaban representados bolcheviques de 12 divisiones de fusileros, 62 regimientos de infantería, 3 comités de cuerpos de ejército, 2 Soviets de diputados campesinos de ejército y más de 70 unidades especiales496. La organización bolchevique del II Ejército se había creado ya a finales de septiembre. En el Comité de la Región del Noroeste del POSD(b)R había representantes de todos los ejércitos del Frente, lo que aseguraba su estrecho contacto con las localidades. El Comité de la Región del Noroeste integró a todas las organizaciones bolcheviques del Frente y las mancomunó con la clase obrera de los centros proletarios, principalmente de Bielorrusia. Eso contribuyó a la creación y al fortalecimiento de la alianza de los soldados revolucionarios en el frente con los obreros y campesinos pobres y facilitó el triunfo de la revolución en el Frente y en la región.

El Comité de la Región del Noroeste del POSD(b)R disponía de experimentados cuadros partidarios y mantenía estrecho y permanente contacto con el CC del partido.

La insurrección en Petrogrado coincidió con los congresos de soldados, en los que los combatientes expulsaban a los conciliadores, designaban a

495 El ejército y la flota de la Rusia obrera y campesina, 30 de noviembre y 15 de diciembre de 1917. 496 El Partido Comunista (Bolchevique) de Bielorrusia en resoluciones, 1934, pág. 71.

bolcheviques a la cabeza de los comités y confirmaban el poder revolucionario. El 25 de octubre, el Comité Militar Revolucionario de Petrogrado transmitió a Minsk, centro político del Frente Oeste, un telegrama comunicando el triunfo de la insurrección armada en la capital. El Comité Ejecutivo bolchevique del Soviet de Minsk, cumpliendo las indicaciones del Comité de la Región del Noroeste del POSD(b)R y apoyándose en la Guardia Roja y en la guarnición revolucionaria, asumió el poder en la ciudad497. Con los casi 2.000 soldados revolucionarios que salieron de la cárcel, los bolcheviques organizaron inmediatamente el I Regimiento Revolucionario, luego ocuparon los almacenes del ejército, armaron a la guarnición y a la Guardia Roja y se apoderaron de todas las instituciones más importantes, incluido el Estado Mayor del Frente Oeste498. Con dirigentes del Comité Regional y del Comité de Minsk del Partido Bolchevique se organizó el Comité Militar Revolucionario del Frente Oeste y de la región, encabezado por A. F. Miasnikov, presidente del Comité de la Región del Noroeste del POSD(b)R. El Comité Regional puso en acción a toda la organización de los bolcheviques y atrajo a los simpatizantes para contar a los obreros, soldados y campesinos la verdad de la revolución.

La misión más importante que se planteaba ante el Frente Oeste -cerrar el paso a las unidades contrarrevolucionarias que se dirigiesen hacia Petrogrado, Moscú y toda la Zona Industrial Central- se cumplía con éxito. La fuerte barrera que alzaron los bolcheviques en la retaguardia del Frente Oeste se unió con la barrera de la zona de retaguardia del Frente Norte. Gracias a ello, los centros proletarios lograron aniquilar rápidamente a las fuerzas de Kerenski-Krasnov en las cercanías de Petrogrado, a los cadetes en Moscú y a otros focos de guardias blancos.

Los regimientos, divisiones y cuerpos de ejército no cesaban de enviar por teléfono, telégrafo, radio y correo especial al Comité de la Región del Noroeste del POSD(b)R, al Soviet de Minsk y al Comité Militar Revolucionario de Petrogrado comunicados emotivos que expresaban la decisión de apoyar al poder de los Soviets con todas las fuerzas del Frente. El 30 de octubre, el Congreso del Cuerpo de Granaderos, cuya mayoría la componían soldados que habían llegado de las trincheras, votó por el poder de los Soviets y su política.

El congreso declaró en su resolución: "El Cuerpo de Granaderos pone todo su poderío militar a disposición del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado y está listo para intervenir en cualquier

497 Burevestnik ("El Albatros") (Minsk), 27 de octubre de 1917. 498 Las jornadas de Octubre y su preparación en la región Occidental. Rasgos y memorias. Minsk, 1918, pág. 45.

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momento en defensa del poder de los Soviets de diputados soldados, obreros y campesinos. Saludamos al Gobierno de Comisarios del Pueblo. ¡Transmitimos un caluroso saludo al jefe de la nueva revolución, camarada Lenin!"499.

No obstante, la contrarrevolución no pensaba entregarse sin lucha; su plan se reducía a tomar Minsk, liquidar los órganos dirigentes de los bolcheviques y, apoyándose en las unidades contrarrevolucionarias, arrollar los regimientos revolucionarios. El Mando del Frente, junto con los conciliadores, creó el "Comité de Salvación de la Revolución" y decidió actuar. El 27 de octubre, entró en la ciudad la División de Caballería Caucásica. El Estado Mayor del Frente contaba con unos 20.000 combatientes500, mientras que las fuerzas del Comité Militar Revolucionario en ese tiempo no llegaban a 5.000 soldados501. Para ganar tiempo y traer refuerzos del frente, el Comité Regional del POSD(b)R y el Soviet de Minsk llegaron a un acuerdo con el "Comité de Salvación de la Revolución", pero bajo la condición de que no sería enviada a Petrogrado y Moscú ni una de las unidades del frente502. "Al mismo tiempo -escribiría más tarde A. F. Miasnikov-, todas nuestras fuerzas disponibles fueron lanzadas al frente tan pronto como lo ordenó el partido"503.

El generalato contrarrevolucionario y los conciliadores decidieron que ahora tenían las manos desatadas. El Cuartel General ordenó al Mando del Frente Oeste enviar urgentemente una brigada de caballería con artillería, unidades de la División de Cosacos del Kubán, un destacamento mixto de infantería y automóviles blindados para aplastar la insurrección en Moscú; y a las cercanías de Petrogrado, un destacamento de autos blindados y otras unidades504. Pero las fuerzas contrarrevolucionarias tenían cerrado el paso a Petrogrado y Moscú. El Estado Mayor del Frente Oeste comunicaba el 31 de octubre al Cuartel General que "en todas nuestras acciones no operativas estamos atados de pies y manos..."505.

La organización del partido de la Región del Noroeste, actuando junto con los bolcheviques de la

499 Zvezdá ("La Estrella") (Minsk), 7 de noviembre de 1917. 500 K. Lánder. 1917. La Revolución de Octubre en Bielorrusia. Compilación de memorias y documentos. Minsk, 1927, pág. 40. 501 I. I. Saladkov. Los bolcheviques de Bielorrusia en el periodo de la preparación y realización de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Minsk, 1957, pág. 244. 502 Zvezdá (Minsk), 1 de noviembre de 1917. 503 A. F. Miasnikov. 8uestro partido en las jornadas de Octubre en la región Occidental y en el frente. En la compilación Las jornadas de Octubre y su preparación en la región Occidental. Minsk, 1918, pág. 43. 504 "Krasnii arjiv", 1927, Nº 4, págs. 167,172. 505 Ibídem, págs. 173-174.

zona de retaguardia, impidió que las unidades contrarrevolucionarias irrumpieran en los centros proletarios decisivos del país y, de ese modo, prestó gran ayuda a la revolución. Los trenes con cosacos y soldados de choque fueron detenidos en Vítebsk, Orsha, Viazma, Gzhatsk, Zhlobin, Gómel y otras localidades.

Apoyándose en los soldados del Frente, el Comité Militar Revolucionario de la Región arrestó el 2 de noviembre al comisario del Gobierno Provisional, después disolvió el "Comité de Salvación" y designó a S. E. Schukin comisario suyo en el Estado Mayor del Frente. Luego de reconocer verbalmente el poder del Comité Militar Revolucionario, el Estado Mayor del Frente comenzó a sabotear sus órdenes. Entonces, el Comité destituyó al comandante en jefe del Frente, general Balúev, y designó a su puesto al alférez V. V. Kámenschikov, miembro del Comité Regional de los bolcheviques. Para ese tiempo, los bolcheviques, con firmeza revolucionaria, habían terminado la depuración en las jefaturas de los tres ejércitos del Frente. Después de una gran labor preparatoria de las organizaciones bolcheviques, los representantes de los combatientes celebraron los congresos de los ejércitos. Para dirigirlos, las organizaciones bolcheviques enviaron a sus militantes más experimentados. A los congresos asistían también delegados al II Congreso de los Soviets de toda Rusia que llegaban de Petrogrado con los decretos leninistas sobre la paz y la tierra.

La composición partidaria de los congresos demostró que había terminado el dominio de los mencheviques y eseristas en los comités de los ejércitos, sin hablar ya de los comités de las unidades menores. En el Congreso del II Ejército, casi todos los delegados eran bolcheviques; en el del X Ejército, los bolcheviques componían 2/3 partes; en el del III Ejército, de los 335 delegados con derecho a voz y voto, 155 eran bolcheviques506.

Los congresos de los ejércitos del Frente Oeste apoyaron unánimemente la Revolución de Octubre, eligieron los comités de los ejércitos y los comités militares revolucionarios, todos ellos bolcheviques, a los que se les otorgó toda la plenitud del poder en esas grandes unidades.

El 20 de noviembre se inauguró en Minsk el Congreso del Frente Oeste, que refrendó la victoria de la revolución en ese sector. De 714 delegados al congreso, al bloque de representantes de los partidos pequeñoburgueses pertenecían menos de 50 personas507. Los delegados expresaron con gran entusiasmo su apoyo a la política del Gobierno soviético. Los delegados de las trincheras fueron

506 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Bielorrusia, t. 2, pág. 136; Golos 10 armii ("La Voz del X Ejército"), 8 de noviembre de 1917; Pravda, 9 de noviembre de 1917. 507 Soldátskaya Pravda, 5 de diciembre de 1917.

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saludados por los representantes del CC del POSD(b)R y del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia, G. K. Ordzhonikidze y V. Volodarski. El congreso aprobó las resoluciones bolcheviques referentes a todas las cuestiones del orden del día, declaró que los soldados del Frente estaban dispuestos a apoyar la política del Consejo de Comisarios del Pueblo y eligió al bolchevique Miasnikov comandante en jefe del Frentes508.

El rápido y resuelto triunfo de la revolución en los frentes Norte y Oeste fue un gran éxito del Partido Bolchevique. Señalando esa circunstancia, Lenin escribía: "No podía caber ninguna resistencia del ejército contra la Revolución de Octubre del proletariado, contra la conquista del poder político por el proletariado, pues en los frentes Norte y Oeste los bolcheviques tenían una superioridad gigantesca, y en los frentes alejados del centro los bolcheviques tuvieron tiempo y posibilidades para arrebatar las masas campesinas al partido eserista..."509.

Sin embargo, la revolución encontró ensañada resistencia por parte del generalato y la oficialidad reaccionarios. Uno de los focos más peligrosos de esa resistencia era el Cuartel General que se encontraba en Moguiliov. El Comité General del Ejército anejo al Cuartel General, compuesto de mencheviques y eseristas, envió llamamientos provocadores a los frentes, mientras que el propio Cuartel General comenzó a desplazar al 3 Cuerpo de Caballería y el 17 y 22 Cuerpo de Ejército, así como a soldados de choque, a la línea Nével-Velíkie Luki-Vitebsk-Orsha, enfilándolos hacia Petrogrado. De todo el país acudían al Cuartel General enemigos de la revolución; enviados por sus centros partidarios, llegaron allí líderes de los mencheviques y eseristas que comenzaron a formar un Gobierno contrarrevolucionario510. Sus acciones eran inspiradas y apoyadas por las misiones militares de los EE.UU., Inglaterra, Francia y Japón, que habían emprendido el camino de groseras injerencias en los asuntos internos de Rusia.

Por el cariz que tomaba, la conspiración en el Cuartel General amenazaba seriamente a toda la revolución, por lo que el Partido Bolchevique tomó medidas para liquidarla. El 7 de noviembre, Lenin, en nombre del Gobierno soviético, ordenó al general Dujonin, Jefe Supremo interino, que propusiese el armisticio a todas las potencias beligerantes, de acuerdo con la decisión del II Congreso de los Soviets. Dujonin se negó a cumplir la disposición. Los Gobiernos de los EE.UU., Inglaterra y Francia exigieron cínicamente que Rusia continuase las

508 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Bielorrusia, t. 2, págs. 266-282. 509 V. I. Lenin. Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado. O.C., t. 40, pág. 10. 510 "Krasnii arjiv", 1927, Nº 5, págs. 95, 97.

hostilidades en el frente. Entonces el Gobierno soviético destituyó a Dujonin y designó Jefe Supremo al alférez bolchevique N. V. Krilenko. A los Gobiernos de la Entente se les elevó una protesta resuelta contra la ingerencia en los asuntos internos del país. Lenin y Krilenko se dirigieron por radio a todos los soldados del ejército revolucionario exhortándoles a desbaratar el complot del generalato, a tomar en sus manos la causa de la paz y a mantener en el frente el más rígido orden revolucionario511.

La noticia sobre el complot en el Cuartel General suscitó en las trincheras una tempestad de ira. Apoyándose en los soldados revolucionarios, el Gobierno soviético aplicó medidas resueltas para aniquilar el avispero contrarrevolucionario en el Cuartel General. Con ese fin, fue enviado Krilenko a la cabeza de un destacamento mixto de marinos del Báltico y de soldados. De Petrogrado fue enviado al Comité Militar Revolucionario del Frente Oeste el bolchevique M. K. Ter-Arutiuniánts con las directivas combativas del Gobierno soviético512. Basándose en ellas, el Comité Militar Revolucionario del Frente Oeste elaboró el plan para derrotar al Cuartel General. Con unidades del III Ejército y de las guarniciones de Orsha, Vítebsk y otras ciudades, se formó al Grupo Norte mandado por R. I. Berzin; con unidades del II Ejército y de las guarniciones próximas, en la región de Minsk se creó el Grupo Sur capitaneado por E. I. Lisiakov, miembro del Comité Militar Revolucionario del II Ejército. Para la guarnición de Moguiliov salió V. Feierabend, miembro del Comité Militar Revolucionario del III Ejército. El CC del partido y el Comité Militar Revolucionario de Petrogrado destinaron comisarios a la zona de concentración del 3 Cuerpo de Caballería y del 17 y 22 Cuerpo de Ejército, que eran el apoyo del Cuartel General513. Con la ayuda de los enviados de Petrogrado, las organizaciones del partido locales iniciaron una intensa agitación entre los soldados.

El cerco de las tropas revolucionarias en torno al Cuartel General iba cerrándose. Los generales, enfurecidos, exigían refuerzos, pero éstos no llegaban.

El mando contrarrevolucionario, junto con las misiones militares de los países de la Entente, preparaba la fuga a Kíev, al amparo de la Rada Central. Pero los soldados revolucionarios de la guarnición de Moguiliov lo impidieron.

El 18 de noviembre, en la ciudad se organizó el Comité Militar Revolucionario bolchevique que tomó el poder en sus manos y estableció el control sobre el Cuartel General. Dos días después, en la ciudad entró el destacamento mixto de Petrogrado.

511 V. I. Lenin. Radio a todos. O.C., t. 35, págs. 81-82. 512 Instituto del Marxismo-Leninismo, archivo de la sección de historia del PCUS, f. 1, t. 1, exp. 27 a, fol. 633. 513Ibídem, fols. 633,646-647; f. 2, 1. 5, exp. 11, fol. 1.

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Dujonin fue detenido, pero los soldados indignados lo arrebataron a la guardia y lo mataron. Las instituciones del Cuartel General pasaron a disposición del Gobierno soviético.

El Partido Bolchevique descabezó a las fuerzas de la contrarrevolución en el ejército, se adueñó del aparato central de dirección de las tropas y, de ese modo, contribuyó muchísimo a la lucha revolucionaria de los soldados en otros frentes alejados de los centros proletarios, donde la lucha por el triunfo de la revolución tenía un carácter más duradero. La retaguardia inmediata allí eran zonas agrarias y las fuerzas locales del partido y del proletariado eran reducidas. Eso creaba condiciones favorables para la actividad de los partidos pequeñoburgueses. En alianza con ellos, los partidos nacionalistas burgueses de Ucrania, Moldavia y Transcaucasia iniciaron una lucha encarnizada contra la unión internacional de los soldados, tratando de escindir sus filas e impedir el triunfo del Poder soviético.

Pero la revolución seguía inconteniblemente su camino hacia las regiones más alejadas de Rusia. Los decretos del II Congreso de los Soviets de toda Rusia, particularmente los decretos sobre la paz y la tierra, muy pronto se convirtieron en patrimonio de los soldados. Los bolcheviques agrupaban en torno al partido a amplias masas de soldados.

En vísperas de la Revolución de Octubre, a las organizaciones del partido en los ejércitos del Frente Sudoeste las agrupaba el Buró del Frente, que trabajaba bajo la dirección del CC del POSD(b)R y el Comité de la Región del Sudoeste, con sede en Kíev. En el Frente Rumano, únicamente existía organización del partido en el VIII Ejército. En los demás ejércitos existían aún organizaciones agrupadas con los mencheviques, pero también allí iban creándose células bolcheviques independientes. En el Frente Caucásico, las organizaciones militares bolcheviques del frente y la retaguardia las agrupaba el Buró Territorial provisional, creado en octubre de 1917 y anejo al Comité Territorial Caucásico de los bolcheviques; estaba encabezado por el bolchevique G. N. Korgánov, quien más tarde sería uno de los comisarios de la Comuna de Bakú.

El Comité de la Región del Sudoeste, el Comité Territorial Caucásico, los comités de Kíev, Odesa, Tiflis, Bakú y otros de las zonas de retaguardia, dirigidos por el CC del POSD(b )R, acrecentaban cada vez más la ayuda a los bolcheviques de los frentes meridionales. El CC del partido envió a los frentes Sudoeste, Rumano y Caucásico decenas de experimentados comisarios, emisarios, agitadores, delegados al II Congreso de los Soviets de toda Rusia, marineros del Báltico y soldados revolucionarios de la guarnición de Petrogrado.

A finales de octubre, el Comité Territorial Caucásico del POSD(b)R convocó en Tiflis una

conferencia de las organizaciones militares. Saludó ardientemente la victoria de la revolución socialista y a su jefe, V. I. Lenin, trazó el plan para la organización acelerada de células del partido en las unidades del Frente Caucásico y en las guarniciones de retaguardia, así como para el desenvolvimiento de la agitación bolchevique. El 27 de octubre, el Buró de las organizaciones militares se dirigió a los soldados revolucionarios con el siguiente llamamiento: "Ayudemos al Petrogrado revolucionario -¡éste es el grito de guerra! No suelten de las manos ni un fusil, ni una ametralladora, ni una pieza de artillería. No cumplan ni una sola orden referente al desarme y a la disolución de unidades... Todas las bayonetas, todos los cartuchos, todas las ametralladoras y piezas de artillería, contra los enemigos de la revolución..."514.

En el Frente Rumano, los bolcheviques abandonaron las organizaciones unificadas, crearon centros independientes en los ejércitos y organizaron el Comité general del Frente. Se inició una labor enérgica para convocar las conferencias de los ejércitos y del Frentes515.

Las conferencias bolcheviques de los ejércitos del Frente Rumano, celebradas en noviembre, demostraron que las filas del partido crecían rápidamente.

Del 28 al 30 de noviembre, en Kishiniov se celebró la Conferencia de los bolcheviques del Frente Rumano, a la que asistieron unos 200 delegados de las unidades516. El CC del partido y el Comité Militar Revolucionario de Petrogrado enviaron como representantes suyos a un grupo de marineros de la Flota del Báltico517. Esta conferencia apoyó totalmente al CC del POSD(b)R y al Consejo de Comisarios del Pueblo; el Comité de los bolcheviques del Frente, elegido en ese comicio, así como las organizaciones bolcheviques de los ejércitos, se pusieron a la cabeza de la revolución en el Frente Rumano.

En el Frente Sudoeste, los primeros que cogieron el poder en sus manos fueron los bolcheviques del 2 Cuerpo de Ejército de la Guardia. Con la participación del comisario del VII Ejército, I. P. Vasianin, que había llegado de Petrogrado, el 1 de noviembre se creó el Comité Militar Revolucionarios518, que estableció control armado en los teléfonos, telégrafos y sistema Hughes. Después

514 Kavkazski Rabochi ("El Obrero Caucasiano"), 25 y 27 de octubre de 1917. 515 8oticias del Comité del IX Ejército, 19 de noviembre de 1917. 516 Archivo Estatal Central Histórico-Militar, f. 2.085, t. 1, exp. 22, fs. 156-162. 517 8oticias del Soviet de diputados obreros y soldados de Kishiniov, 2 de diciembre de 1917. 518 Archivo Estatal Central Histórico-Militar, f. 2.003, t. 1, exp. 52, fol. 8.

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se organizaron comités militares revolucionarios en otras unidades y grandes unidades. En los regimientos, divisiones y cuerpos de ejército, los soldados expulsaban de los comités a los eseristas y mencheviques y en su lugar elegían a los bolcheviques.

También les llegó su última hora a los conciliadores del Comité del Frente. El 18 de noviembre, en Berdíchev debía reunirse el Congreso Extraordinario del Frente; los mencheviques y eseristas hicieron todo lo posible para orientarlo contra el Poder soviético. El Buró del Frente pidió ayuda al CC del partido y al Comité de los bolcheviques de la Región del Sudoeste. Estos organismos del partido enviaron al congreso a sus apoderados.

De los 658 delegados al congreso con derecho a voz y voto, cerca de 270 eran bolcheviques519, 213 eseristas (incluidos 50 eseristas de izquierda) y 47 mencheviques520. Entre los mandatos de los soldados traídos al congreso, 150 se pronunciaban por el poder de los Soviets y 102 exigían la creación de un poder "socialista homogéneo", aunque también esos mandatos contenían muchas reivindicaciones bolcheviques521. Después de seis días de intensa labor, el congreso no pudo decidir el problema principal: la cuestión del poder. Aquí desempeñaron un papel negativo los eseristas de izquierda, que todo el tiempo procuraban conciliarse con los eseristas de derecha y los mencheviques. No obstante, apoyándose en la voluntad de las masas de soldados, expresada claramente en los mandatos, los bolcheviques lograron crear el Comité Militar Revolucionario que debería actuar hasta la convocatoria del congreso ordinario. En ese Comité entraron 18 bolcheviques, 5 eseristas de izquierda, 9 eseristas de derecha, 2 mencheviques y un sin partido522.

El 26 de noviembre, el Comité Militar Revolucionario del Frente, presidido por el bolchevique G. V. Raszhivin, publicó la orden N° 1, en la que indicaba que el órgano supremo del poder en el país era el Consejo de Comisarios del Pueblo, y en el Frente, el Comité Militar Revolucionario que se subordina a dicho Consejo523. Así triunfó la revolución en el Frente Sudoeste, lo cual ayudó muchísimo a los trabajadores de Ucrania a implantar el poder de los Soviets en una amplia zona cercana al Frente.

Después del Frente Sudoeste, la revolución

519 Golos Fronta ("La Voz del Frente"), 21 de noviembre de 1917. 520 Soldátskaya Pravda, 1 de diciembre de 1917. 521 8oticias del Comité Militar Revolucionario del Frente Sudoeste, 30 de noviembre de 1917. 522 Soldátskaya Pravda, 1 de diciembre de 1917. 523 Archivo Estatal Central Histórico-Militar, f. 2.067, t. 1, exp. 94, fol. 629.

triunfó también en el Frente Rumano, aunque la influencia de los partidos eserista y menchevique aquí era mucho más fuerte y la situación se complicaba debido a que en esa zona existían fuerzas nacionalistas burguesas que desenvolvían gran actividad. Al recibir la primera noticia sobre el triunfo de la insurrección en la capital, los estados mayores y comités conciliadores comenzaron a formar una división punitiva mixta para ayudar a Kerenski. Todo empezó por la decisión del Congreso Extraordinario del Frente, compuesto en su mayoría de mencheviques y eseristas. El 31 de octubre, dicho congreso aprobó una resolución que condenaba la insurrección armada en Petrogrado y aprobaba la idea de organizar una expedición punitiva para enviarla en ayuda del Gobierno Provisional. Pero cuando se comenzó a formar la división, se puso en claro que el envío de tropas a Petrogrado podía provocar una explosión de indignación entre los soldados, capaz de barrer a los estados mayores y a los comités conciliadores. En las condiciones de fuerte tensión revolucionaria entre los soldados, los comités eserista-mencheviques tenían que pensar en sí mismos y no en la salvación del Gobierno Provisional.

El auge revolucionario seguía su ascenso por todo el Frente Rumano y eso lo habían demostrado de un modo evidente los congresos de las unidades del Frente, celebrados en los meses de noviembre y diciembre, en donde los mencheviques y eseristas sufrían una derrota tras otra. Los bolcheviques, que formaban bloque con los eseristas de izquierda, lograron la aprobación de sus resoluciones. Los soldados ponían a los bolcheviques y eseristas de izquierda a la cabeza de los comités de los ejércitos y de los comités militares revolucionarios. El Comité bolchevique del Frente se preparaba para asestar el golpe decisivo al centro fundamental de la contrarrevolución: el Estado Mayor y el "Comité revolucionario" conciliador del Frente con sede en Yassi. El 2 de diciembre, salió de Kishiniov para Yassi el comité de los bolcheviques que convocó una reunión con la participación de representantes de los comités ejecutivos de las guarniciones de Yassi y Sokoli, del Comité del IV Ejército, del Comité odesita del POSD(b)R y el representante del Consejo de Comisarios del Pueblo, Reison, quien había llegado en calidad de ayudante del comisario del Frente Rumano524. En la reunión se creó el Comité Militar Revolucionario del Frente.

Ese mismo día, a instancia del Comité Militar Revolucionario, el "Comité revolucionario" eserista-menchevique renunció a sus poderes. El 3 de diciembre, el Comité Militar Revolucionario del Frente informó al ejército y comunicó al Consejo de Comisarios del Pueblo sobre la victoria del poder de 524 Boletín del Buró de comisarios militares, 17 de enero de 1918, pág. 5.

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los Soviets en el Frente Rumanos525. Tres días después llegó de Petrogrado el comisario soviético del Frente Rumano, S. G. Roshal, quien encabezó el Comité Militar Revolucionario.

El 10 de diciembre, en Odesa se inauguró el Congreso de representantes del Frente Rumano y de la región, que saludó cordialmente los pasos revolucionarios del Gobierno soviético, condenó la política alevosa del Rumcherod526 eserista-menchevique y eligió un nuevo órgano dirigente del Frente y de la región, presidido por el bolchevique V. G. Iudovski.

En condiciones más o menos similares se desenvolvían los acontecimientos en el Frente Caucásico.

Después de que las organizaciones militares bolcheviques y el Comité Territorial Caucásico del POSD(b)R realizaron una vasta labor preparatoria, el 10 de diciembre se reunió en Tiflis el II Congreso Territorial del Ejército Caucásico. El grupo bolchevique lo encabezaba S. G. Shaumián, miembro del CC del Partido Bolchevique. Los bolcheviques, junto con los eseristas de izquierda, constituían la mayoría en el congreso. En la resolución aprobada, el congreso reconoció el poder del Consejo de Comisarios del Pueblo, refrendó los decretos aprobados por el II Congreso de los Soviets de toda Rusia y condenó resueltamente la política de los mencheviques y eseristas de derecha. El congreso se negó a reconocer al Comisariado Transcaucásico contrarrevolucionario y eligió un nuevo Soviet Territorial del Ejército Caucásico en el que 52 de los 100 escaños pertenecían al bloque de izquierda527. En el mensaje que envió el congreso al Gobierno soviético en nombre de los soldados revolucionarios del Frente Caucásico se decía que a través de las altas cordilleras del Cáucaso, por encima del furor contrarrevolucionario en Ciscaucasia, ellos tienden la mano de solidaridad fraternal a los obreros y soldados de toda Rusia.

No obstante, la lucha entre las fuerzas de la revolución y la contrarrevolución no terminó aquí. Los altos mandos de los ejércitos y sus fieles servidores -mencheviques, eseristas, nacionalistas burgueses de Ucrania, Moldavia y Transcaucasia y la reacción rumana- se agruparon contra el Poder soviético. Tras esas fuerzas contrarrevolucionarias se hallaba el imperialismo anglo-franco-norteamericano. A últimos de noviembre, llegaron del Cuartel General a Kíev misiones militares de los

525 Archivo Estatal Central Histórico-Militar, f. 2.309, t. 2, exp. 2, fol. 227. 526 Rumcherod: nombre abreviado del Comité Ejecutivo del Soviet de diputados soldados, marineros, obreros y campesinos del Frente Rumano, de la Flota del Mar Negro y de la Región Militar de Odesa. 527 Kavkazski Rabochi, 29 de diciembre de 1917.

países de la Entente528. Como representantes de sus Gobiernos ante la Rada Central, llegaron también urgentemente un diplomático norteamericano, el cónsul inglés en Odesa y un general francés529. En Yassi actuaban los representantes norteamericano, inglés y francés, así como misiones militares: la norteamericana, la francesa y otras530. Cumpliendo las instrucciones de sus Gobiernos, ellos se encontraban en el centro del complot de los facciosos. Instigados y apoyados por esas misiones militares, la Rada ucraniana y el Comisariado Transcaucásico se apoderaron temporalmente del poder en Ucrania y Transcaucasia, cortaron los frentes Sudoeste, Rumano y Caucásico de la Rusia soviética y cesaron el avituallamiento a centenares de miles de combatientes, exigiéndoles que rindiesen las armas. Con el asenso de los imperialistas anglo-franceses y norteamericanos, el "Sfatul Tari" ('"Soviet del País"), el Estado Mayor del Frente Rumano y el Gobierno Real Rumano lanzaron tropas rumanas para ocupar Besarabia y desarmar a los soldados que habían reconocido el Poder de los Soviets. El general D. G. Scherbachev, a la sazón comandante en jefe del Frente Rumano, confesaba cínicamente: "En todos los problemas políticos más importantes, yo trabajaba en común acuerdo con los embajadores de las potencias de la Entente”531. En plena unanimidad con los últimos, en Ucrania actuaban los nacionalistas S. V. Petliura, M. S. Grushevski y otros cabecillas de la contrarrevolución en diversas regiones.

Los enemigos del Poder soviético elaboraron un plan para aniquilar la revolución; desenvolvieron la agitación nacionalista tratando de destruir la unidad internacional de los soldados, forjada por el partido de los bolcheviques, dividir el ejército en contingentes nacionales, azuzar a unos contra otros, desorganizar el frente y exponer al peligro de las bayonetas alemanas el poder de los Soviets que aún no había cobrado fuerzas. En los frentes Norte y Oeste, esas tentativas fueron reprimidas pronto y de un modo resuelto. Pero en los frentes Sudoeste y Rumano, desde diciembre de 1917 estaba librándose una ensañada lucha armada entre las fuerzas de la revolución y de la contrarrevolución. En Rovno, los petliurovianos hicieron una incursión contra el comité revolucionario del Ejército Especial, arrestaron parte de sus miembros y saquearon la caja del ejército. En Starokonstantínov, se apoderaron del Estado Mayor del XI Ejército y detuvieron a una parte de los miembros del Comité Militar

528 Kievskaya Misl ("El Pensamiento de Kíev"), 23 de noviembre de 1917. 529 Lucha de clases, 1931, N° 2, pág. 74. 530 Létopis revolutsii ("Anales de la Revolución"), 1925, N° 1, págs. 97-123. 531 Archivo Estatal Central Histórico-Militar, f. 2.085,1. 1, exp. 25, fol. 56.

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Revolucionario de esa gran unidad. En Berdíchev, ocuparon el Estado Mayor del Frente Sudoeste y apresaron parte de los miembros del Comité Militar Revolucionario del Frente. En Moguiliov-Podolski, con el apoyo de los cosacos, arrestaron a parte del comité revolucionario del VIII Ejército. En el IX Ejército desarticularon el Soviet de diputados obreros. En el IV Ejército detuvieron al jefe electivo de esa gran unidad y a muchos bolcheviques; en Yassi y Sokoli, a parte de los miembros del Comité Militar Revolucionario del Frente Rumano y algunos destacados cuadros del partido. En el Cáucaso, las unidades nacionalistas hacían lo mismo.

El representante del Gobierno francés en Kíev expresó públicamente el apoyo a semejantes actos de la Rada Central contrarrevolucionaria532. En Yassi, los representantes de la Entente participaban directamente en la organización de incursiones bandidescas contra los centros dirigentes bolcheviques del Frentes533. En el Cáucaso, el cónsul norteamericano F. Smith y el general inglés Shore fueron activos organizadores del salvaje fusilamiento de soldados, cometido por las bandas del Comisariado Transcaucásico en 1918 cerca de Shamjor, Dalliar, Elisavetpol y otros lugares534.

La penosa lucha por el poder continuaba. A finales de febrero de 1918, los soldados del Frente Sudoeste, después de encarnizados combates, liberaron casi totalmente de los petliurovianos la Ucrania de la orilla derecha del Dniéper, ayudaron a las tropas del Gobierno soviético ucraniano a tomar Kíev y a derrumbar el poder de la Rada Central.

El VIII Ejército del Frente Rumano también logró rechazar con éxito el empuje de las bandas petliurovianas y restablecer el poder revolucionario en su zona de retaguardia. Aquí mismo salieron, librando combates, el 18 y 40 Cuerpo del IX Ejército. Los soldados del IV y VI ejércitos, que se encontraron en una situación muy difícil, después de numerosos y pesados combates contra los intervencionistas rumanos y unidades de guardias blancos, cruzaron el frente y fueron internados por las tropas austro-alemanas. Parte de los soldados de esos ejércitos se abrieron paso a la zona de Odesa-Tiráspol, donde lucharon heroicamente contra los ocupantes rumanos, conjuntamente con el I Ejército revolucionario que había llegado de Kíev, enviado por el Gobierno soviético para ayudar a los soldados del Frente Rumano. Después de una serie de derrotas, Rumania se vio obligada a firmar un acuerdo sobre la retirada de sus tropas de Besarabia.

En el Frente Caucásico, una parte de las tropas revolucionarias se retiró a la zona de Bakú y

532 Kíevskaya Misl, 8 de diciembre de 1917. 533 Létopis revolutsii, 1925, N° 1, pág. 108. 534 Papers Relating to the Foreign Relations of the United States, 1918. Rusia, vol. 2, Washington, 1932, págs. 589-590.

participó en la heroica defensa de la Comuna de Bakú; otra parte se abrió paso con las armas en las manos a Ciscaucasia, donde luchó por la instauración del Poder soviético en el Kubán y en la zona adyacente al Mar Negro.

En el transcurso de la revolución en el frente se desenvolvió en toda su amplitud la democratización del ejército, necesidad que emanaba de la propia esencia de la revolución socialista. Su objetivo principal consistía en retirar definitivamente de la dirección de las fuerzas armadas a las clases explotadoras y utilizar el ejército en interés del fortalecimiento del Poder soviético. Durante los meses de noviembre y diciembre de 1917, el generalato y la oficialidad contrarrevolucionarios fueron destituidos de los cargos que ocupaban y sustituidos por jefes electivos. Al frente de muchos Cuerpos de Ejército, divisiones y regimientos se designó a soldados y suboficiales revolucionarios que gozaban de la confianza de los combatientes. Para dirigir el ejército, el partido de los bolcheviques utilizaba también parte de los oficiales leales.

En los decretos del Gobierno soviético Sobre la igualdad de derechos de todos los militares y Sobre el principio electivo y la organización del poder en el ejército, aprobados por el Consejo de Comisarios del Pueblo el 15 de diciembre de 1917, se determinaba que "el ejército, siendo el servidor de la voluntad del pueblo trabajador, se subordina al intérprete supremo de esa voluntad, el Consejo de Comisarios del Pueblo" y que "toda la plenitud del poder en cada unidad militar y en su gran unidad, pertenece a los respectivos comités y Soviets de soldados"535. Con esos decretos, las tropas salían de la subordinación del mando reaccionario, poniéndose al servicio del Poder soviético.

Las organizaciones bolcheviques destacaban a los soldados y marineros más conscientes, disciplinados y revolucionarios para aplastar los focos de la contrarrevolución interna. Los soldados más avanzados se integraban en las filas de la Guardia Roja para defender las conquistas de la Revolución de Octubre. Como resultado, la burguesía y los terratenientes se privaron de uno de sus instrumentos más importantes -el ejército-, mientras que la revolución adquirió una fuerza armada que, junto con la Guardia Roja obrera, pudo aplastar rápidamente los motines antisoviéticos de la reacción y fortalecer el Poder soviético.

Merced a los enormes esfuerzos del Partido Bolchevique, el ejército era para millones de soldados una magnífica escuela de educación internacionalista. Los soldados y marineros revolucionarios ayudaron a los obreros y campesinos de Estonia. Letonia, Bielorrusia, Ucrania, Moldavia y el Cáucaso en la lucha por el poder de los Soviets, en

535 Decretos del Poder soviético, t. 1, M., 1957, pág. 244.

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el desenmascaramiento del nacionalismo burgués y el chovinismo de gran nación y en la afirmación de las ideas del internacionalismo proletario.

Con ayuda de sus organizaciones militares partidarias, los bolcheviques divulgaban las ideas revolucionarias entre los soldados de los ejércitos alemán y austro-húngaro. Los bolcheviques, sobre todo a raíz de los sucesos de Octubre, convirtieron el frente fraternizante en una grandiosa conferencia pacífica, que asestó un serio golpe a la ideología chovinista de todo el campo imperialista e hizo avanzar mucho la causa de la solidaridad proletaria internacional. Eso aceleró la maduración de las revoluciones en Alemania y Austria-Hungría. La propaganda bolchevique -reconocía el general Max Hoffmann, jefe del Estado Mayor de las tropas alemanas en el Frente Oriental- tenía para el imperialismo alemán "consecuencias fatales"536.

Durante la desmovilización del antiguo ejército, que comenzó a últimos de 1917, las organizaciones militares del POSD(b)R ayudaron a destacar a los soldados más conscientes y combativos para integrar las filas del nuevo Ejército Rojo. A comienzos de 1918, el Frente Norte dio 24.000 soldados; el Frente Oeste, 15.000537; el Frente Caucásico, unos 10.000. El ejército de la Comuna de Bakú, con sus 18.000 efectivos, lo componían en su mayoría soldados del Frente Caucásico538. Muchas unidades con orientación bolchevique ingresaron casi íntegramente en el Ejército Rojo.

El triunfo de la revolución en el frente tuvo extraordinaria importancia para la instauración del poder de los Soviets en el territorio de Rusia, sobre todo en el campo. Millones de soldados desmovilizados, que habían pasado la escuela de lucha revolucionaria en el ejército, se dispersaron por todo el país como agitadores y combatientes por el Poder soviético. Encontrándose ya en sus localidades natales, los soldados y marineros, siendo ellos mismos en su mayor parte campesinos trabajadores, desempeñaron un gran papel en la cohesión de las masas campesinas en torno a la clase obrera. Precisamente por eso Lenin señalaba en marzo de 1918 que las organizaciones soviéticas "sólo ahora, cuando han vuelto los soldados del frente, se han extendido hasta la última aldea"539.

La experiencia del Gran Octubre confirmó de una forma convincente el postulado del marxismo-

536 General Hoffmann. La guerra de las posibilidades perdidas. M.-L., 1925, pág. 199. 537 Archivo Estatal Central del Ejército Soviético, f. 11, 1. 8, exp. 164, fol. 44. 538 De la historia de la guerra civil en la URSS. Compilación de documentos y datos, t. 1, M., 1960, pág. 554. 539 V. I. Lenin. Discurso pronunciado en el Soviet de diputados obreros, campesinos y soldados rojos de Moscú. O.C., t. 36, pág. 85-86.

leninismo de que la condición más importante para el triunfo de la revolución socialista es la conquista de las fuerzas armadas del país por parte del proletariado y su partido.

2. Instauración del poder soviético en el país. El paso de las masas de soldados al lado de la

revolución cambió radicalmente la correlación de fuerzas en el país. La alianza de la clase obrera con el campesinado pobre, en cuya creación había trabajado durante mucho tiempo el partido de los bolcheviques, se fortaleció aún más. Acerca de ese período, Lenin decía: "Triunfábamos con extraordinaria facilidad precisamente porque el fruto estaba maduro, porque las masas ya habían pasado por toda la experiencia de la política de pactos con la burguesía. La consigna de "¡Todo el poder a los Soviets!", comprobada prácticamente por las masas a lo largo de una gran experiencia histórica, fue perfectamente asimilada por dichas masas"540.

La revolución desfilaba triunfalmente por el país, aunque su propagación se distinguía por la gran diversidad.

A la vanguardia de la lucha por la instauración del poder de los Soviets en la Rusia multinacional marchaban la clase obrera y el campesinado pobre, ante todo de las provincias centrales. Allí estaban concentradas las masas fundamentales de la clase obrera y había grandes fuerzas bolcheviques. A la par con Petrogrado, Moscú, la Zona Industrial Central, parte de Ucrania, regiones del Báltico, Bakú y la Zona Industrial de los Urales, en Rusia había grandes zonas agrícolas y enormes extensiones poco habitadas de Siberia y el Extremo Oriente, en las que predominaba también la producción agrícola. En el seno de las distintas zonas de Rusia había un considerable abigarramiento de relaciones socioeconómicas. Por su composición nacional, la población de las regiones centrales era principalmente rusa. Mas allí también vivían otras nacionalidades y algunas de ellas componían masas bastante compactas: regiones del Volga, los Urales, el Norte y Ciscaucasia. En virtud de ello, la lucha por el triunfo de la Revolución de Octubre en esas regiones tenía sus peculiaridades. No obstante, el proceso de instauración del Poder soviético también aquí transcurría sobre la base de las regularidades generales de la revolución socialista.

Las más desarrolladas en sentido industrial eran Petrogrado con sus alrededores y las provincias adyacentes a Moscú, que en 1913 dieron cerca del 40% de la producción total industrial del país, donde estaban concentrados numerosos cuadros del proletariado. En las empresas sometidas a la vigilancia de la inspección fabril, de la Zona Industrial Central y de la provincia de Petrogrado, 540 V. I. Lenin. VII Congreso Extraordinario del PC(b) de Rusia. O.C., t. 36, pág. 5.

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trabajaban, en total, cerca de 1.300.000 obreros; es decir, más de la mitad de todos los obreros industriales del país541.

Sin embargo, también allí predominaba la población campesina y muchas de las provincias eran agrarias, como las de Smolensk, Kaluga, Riazán, Kursk, Vorónezh, Tambov, Nóvgorod, Pskov, Penza, Arjánguelsk, Vólogda y la mayoría de las regiones del Volga. Los obreros de esas provincias estaban dispersos, principalmente por pequeñas empresas semiartesanas, que con frecuencia sólo trabajaban por temporadas; la mayor parte de los obreros, igual que en las provincias industrialmente desarrolladas, la componían campesinos de las aldeas vecinas, que no rompían con la agricultura. Verdad es que en las zonas agrarias de la parte europea de Rusia también existían grandes focos industriales donde estaban concentrados considerables contingentes de obreros (Briansk, Samara, Tsaritsin, Kazán y otros).

La composición social de la población en las regiones centrales de Rusia se distinguía, en general, por el alto porcentaje de obreros en relación con otras regiones del país. La presencia de fuerzas proletarias relativamente grandes era la condición principal que convirtió a esa zona de Rusia en la base de la revolución socialista. Allí, el proletariado revolucionario contaba con el sólido apoyo del campesinado pobre. La población rural predominante en dichas regiones se componía, principalmente, de campesinos pobres. Según datos de 25 provincias centrales del país, el 28,7% de todas las haciendas campesinas no tenían caballos; el 47,6% disponían de un caballo; el 11,5% no tenían superficie de siembra; y el 79,6% sembraban de 1 a 8 desiatinas542, que eran evidentemente insuficientes para mantener la familia: Igual que en el resto del país, el proletariado y el campesinado pobre eran las principales fuerzas sociales que decidieron el éxito de la lucha por la instauración del Poder soviético.

En la lucha por el poder de los Soviets, a la alianza de los obreros y los campesinos pobres se oponían las fuerzas de la burguesía y de los partidos pequeñoburgueses. Por lo general, los "Comités de Seguridad Pública", "Comités de Salvación de la Patria y la Revolución" y otras organizaciones contrarrevolucionarias semejantes, creadas por los enemigos de la revolución en una serie de ciudades, eran, junto con el mando reaccionario de las guarniciones locales, los principales centros que se oponían a la instauración del Poder soviético en las localidades y los organizadores de la lucha contra la revolución socialista.

La homogeneidad de la composición nacional de la población en la parte central de Rusia determinó el

541 Historia de la guerra civil en la URSS. t. 3, M., 1957, pág. 15. 542 Estratificación económica del campesinado en 1917-1920. M, 1922, pág. 21.

hecho de que la revolución socialista no encontrara allí, por lo común, una resistencia seria por parte de los nacionalistas burgueses ni experimentara las dificultades con las que tuvo que enfrentarse en las periferias nacionales del país. Por su composición nacional, eran muy abigarradas las regiones del Volga inferior y medio, así como el Norte, lo que complicaba la lucha por el triunfo de la revolución socialista en esas regiones y la resistencia de los elementos nacionalistas burgueses creaba dificultades complementarias a la instauración del Poder soviético. La condición más importante para la rápida victoria de la revolución socialista eran la existencia de organizaciones bolcheviques, su cohesión, el alto grado de organización y los vínculos con las masas trabajadoras de la ciudad y el campo.

Las organizaciones de Moscú y las provincias de la Zona Industrial Central, agrupadas por el Buró Regional de Moscú del POSD(b)R, contaban con 70.000 militantes543; la organización partidaria de Samara, con 4.000 afiliados544; la de Sarátov tenía alrededor de 3.600545. No obstante, las organizaciones bolcheviques de una serie de provincias eran aún muy reducidas. En Astrakán, por ejemplo, había poco más de 100 bolcheviques546; el mismo número de afiliados al partido, aproximadamente, había en Simbirsk y Penza.

En numerosas provincias, los bolcheviques disponían de una amplia red de organizaciones de base que agrupaban a los comunistas de las empresas, unidades militares y distritos urbanos y rurales. Los principales cuadros bolcheviques estaban concentrados en las grandes ciudades y centros industriales de Rusia. En las aldeas y pueblos, los eseristas gozaban de gran influencia, sobre todo entre el campesinado.

Sin embargo, la influencia bolchevique en vísperas de la Revolución de Octubre también iba aumentando incesantemente en el campo. En algunos distritos y subdistritos, principalmente de las zonas industriales, se creaban organizaciones bolcheviques. Así, según datos incompletos, sólo en siete provincias cercanas a Moscú, durante los meses de septiembre y octubre de 1917 surgieron 30 células rurales del partido. Pero la bolchevización más activa del campo se desplegó a raíz del triunfo de la 543 I. I. Mints. El triunfo de la revolución socialista en las localidades. "Istoria SSSR" ("Historia de la URSS"), 1957, Nº 4, pág. 67. 544 E. I. Medvédev. La conquista y el afianzamiento del poder de los obreros y campesinos en la provincia de Samara. En la compilación de artículos El establecimiento del Poder soviético en las localidades en los años 1917-1918.1. 2, M., 1959, pág. 312. 545 El año de 1917 en la provincia de Sarátov. Compilación de documentos. Sarátov, 1957, pág. 5. 546 La lucha por el poder de los Soviets en el Territorio de Astrakán. Documentos y datos, p. 1, Astrakán, 1958, pág. 19.

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insurrección armada de Octubre en Petrogrado y transcurría al mismo tiempo que iba implantándose el Poder soviético en las zonas rurales.

Preparando a las masas para la revolución socialista, los bolcheviques acrecentaban su influencia en las distintas organizaciones de trabajadores. A comienzos de octubre de 1917, los sindicatos, comités de soldados, uniones juveniles y gran parte de los Soviets eran el puntal seguro del Partido Bolchevique y apoyaban las reivindicaciones de entregar todo el poder a los Soviets. De 140 Soviets de la parte europea de Rusia que en las encuestas del grupo bolchevique en el II Congreso de los Soviets de toda Rusia expresaron su actitud respecto al poder, 108 estaban por el poder de los Soviets, 21 por el "poder de la democracia" y solamente 11 por el "poder de la coalición"547. Al momento de realizarse la revolución de Octubre, los bolcheviques en la mayoría de los Soviets de las ciudades industriales y grandes urbes ocupaban una situación dirigente. Siguiendo el ejemplo de Petrogrado, esos Soviets creaban comités militares revolucionarios que eran los centros organizativos de la lucha por la instauración y el fortalecimiento del Poder soviético en las localidades. En los Soviets provinciales, donde antes de la Revolución de Octubre no predominaban los bolcheviques (Nizhni Nóvgorod, Kursk, Arjánguelsk, Smolensk, Tambov, Tula y algunas otras provincias), la lucha por la instauración del Poder soviético se complicaba.

En la parte central de Rusia, el partido de Lenin en octubre de 1917 llevaba tras de sí no sólo a la clase obrera y la mitad del ejército, sino también a gran parte del campesinado trabajador. Una idea acerca de eso pueden dárnosla los resultados de las elecciones a la Asamblea Constituyente, celebradas unos días después de triunfar la insurrección armada de Octubre en Petrogrado. Si los bolcheviques en todo el país obtuvieron el 25 % de los votos, en la parte central de Rusia el porcentaje fue más alto. Por ejemplo, en la Región Septentrional, de la que formaban parte las provincias de Arjánguelsk, Vólogda, Petrogrado, Nóvgorod, Pskov y Liflandia, los bolcheviques obtuvieron el 40% de los votos, y en la Zona Industrial Central, que agrupaba las provincias ele Vladímir, Kostromá, Moscú, Nizhni Nóvgorod, Riazán, Tula, Tver y Yaroslavl, el 44% de los votos; en varias provincias, el porcentaje fue mayor aún: en la de Petrogrado, el 50%; en la de Moscú, el 56%; en la de Tver, el 54%; en la de Vladímir, el 56%548; en la de Tula, el 46%; en la de

547 El cálculo se ha realizado de acuerdo con los datos expuestos en el libro El II Congreso de los Soviets de toda Rusia. Compilación de documentos. M... 1957. págs. 386-396. 548 V. I. Lenin. Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado. O.C., 1. 40, pág. 3-4.

Smolensk, el 55%; en la de Kostrorná, el 40% y en la de Yaroslavl, el 38,5549. Es característico el hecho de que precisamente en dichas regiones, los demócratas constitucionalistas -principal partido de la burguesía- obtuvieran también más votos que en cualquier otra zona del país. En la Región Septentrional ellos obtuvieron el 13% de los votos y en la Zona Industrial Central, el 10%550. Lenin señalaba que "en esos centros la lucha de clases aparecía en la forma más tajante. Allí era, precisamente, donde se hallaban las fuerzas principales de la burguesía; allí, y sólo allí, era donde el proletariado podía derrotar a la burguesía"551.

Era mucho menor el número de votos que obtuvieron los bolcheviques en las regiones agrarias de la parte central de Rusia.

La presencia de fuerzas armadas revolucionarias tenía gran importancia para la instauración del Poder soviético en tal o cual región. Como ya se ha señalado, en vísperas y durante las jornadas de Octubre los bolcheviques prestaban especial atención a la creación de destacamentos de la Guardia Roja, cuyo número total llegó a alcanzar, en el período de la revolución de Octubre, 200.000 combatientes, aproximadamente. En Nizhni Nóvgorod, por ejemplo, había más de 1.000 guardias rojos; en Sarátov, 2.600; en Yaroslavl, 400-500; en Astrakán, más de 500552. En el transcurso de la lucha por la instauración del Poder soviético, los destacamentos de la Guardia Roja iban aumentando en número y componían la base de las fuerzas armadas de la revolución socialista.

En desarrollo de los acontecimientos revolucionarios desempeñaron un gran papel las guarniciones de retaguardia, que actuaban en alianza con la clase obrera y bajo la dirección de los bolcheviques. En casi todas las ciudades grandes había guarniciones militares. En los regimientos de reserva de la Región Militar de Moscú, que territorialmente casi coincidía con la Zona Industrial Central, en vísperas de octubre de 1917 había más de 292.000 soldados y oficiales, es decir, más de 1/3 de los efectivos de todas las regiones militares del país553. En Kazán había 60.000; en Sarátov, 30.000;

549 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 3, pág. 16; P. I. Kozlov y N. I. Rezvi. Instauración del Poder soviético en la localidades de Yaroslavl, en la compilación El establecimiento del Poder Soviético en las localidades, (II tomo), pág. 249. 550 V. I. Lenin. Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado. O.C., t. 40, pág. 3. 551 Ibídem, pág. 19. 552 P. I. Kozlov y N. I. Rezvi. Obra citada. pág. 23; La lucha por el poder de los Soviets en el Territorio de Astrakán, pág. 27. 553 Rusia en la guerra mundial de 1914-1918 (en cifras). M, 1925, pág. 29.

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en Samara, 51.000 y en Ufá, 30.000 soldados554. El curso y el desenlace de la revolución socialista

dependía en sumo grado de con quién iban los soldados. Para octubre de 1917, en casi todos los centros proletarios se habían creado ya organizaciones militares bolcheviques que agrupaban a los soldados en tomo a la clase obrera. Junto con los destacamentos de la Guardia Roja, los soldados eran la fuerza militar decisiva de la revolución socialista.

Las históricas resoluciones del II Congreso de los Soviets de toda Rusia y los primeros decretos y disposiciones del Gobierno soviético demostraron a los trabajadores de la ciudad y del campo qué tareas se planteaba el Partido Bolchevique y el Gobierno soviético. Ya las primeras transformaciones revolucionarias realizadas por el proletariado victorioso ganaron para su causa a las grandes masas de la población del país. "Al simple obrero y campesino -señalaba Lenin- le hemos ofrecido inmediatamente nuestras nociones de política en forma de decretos. Resultado de esto fue la conquista de esa inmensa confianza de la que hemos gozado y gozamos entre las masas populares"555.

Las noticias sobre el triunfo de la revolución en Petrogrado y las resoluciones del II Congreso de los Soviets llegaban a los rincones más remotos del país y levantaban a los trabajadores a la lucha por la instauración del Poder soviético. El CC del Partido Bolchevique mantenía permanente contacto con sus organizaciones y con los diversos bolcheviques que trabajaban en las localidades, informándoles acerca de las cuestiones políticas y prácticas más importantes de la revolución.

La sección de contacto con las provincias, organizada por el Comité Ejecutivo Central de toda Rusia, envió a la periferia a varios miles de emisarios que desempeñaron un gran papel en la movilización de las fuerzas revolucionarias en las localidades. El CC del partido y el Consejo de Comisarios del Pueblo se esforzaban por enviar a las localidades a personas probadas en la lucha revolucionaria, entre las que se destacaban los enviados por el Petrogrado revolucionario. Según datos incompletos, sólo la capital envió a las provincias, desde octubre de 1917 hasta marzo de 1918, cerca de 15.000 agitadores bolcheviques556.

En la movilización de las masas en las localidades también desempeñó un gran papel el Comité Militar Revolucionario de Petrogrado. Del 29 de octubre al 24 de noviembre, dicho Comité examinó unas 29

554 II Congreso de los Soviets de toda Rusia, págs. 340, 358; F. V. Chebaevski. La marcha triunfal del Poder soviético, en la compilación de artículos El triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre, M 1957, pág. 381. 555 V. I. Lenin. XI Congreso del PC(b) de Rusia. O.C., t. 45 pág. 111. 556 Historia del PCUS, t. 3, vol. I. M., 1967, pág. 355.

veces el desarrollo de la lucha por la instauración del Poder soviético en 45 ciudades y regiones de Rusia557.

En los primeros días de noviembre de 1917, el Comité Militar Revolucionario de Petrogrado creó una comisión especial de agitación que tenía la misión de enviar agitadores a todos los confines de Rusia. Esa comisión envió a las localidades unos 800 agitadores e instructores.

En la explicación de la verdad acerca de la revolución tenían gran importancia los delegados de las localidades, que eran enviados a Petrogrado para entrevistarse con los miembros del CC del partido y personalmente con Lenin. Los mensajeros de los trabajadores deseaban saber acerca de los acontecimientos ocurridos, recibir explicaciones de muchas cuestiones. Desde octubre de 1917 hasta febrero de 1918 visitaron el CC del Partido Bolchevique cerca de 1.500 delegados de las localidades558. En ese mismo tiempo, visitaron la sección militar del Comité Ejecutivo Central de toda Rusia 1.637 delegaciones, sin contar los centenares de representantes aislados; durante los tres primeros meses de 1918, la sección de enviados del departamento campesino del Comité Ejecutivo Central de toda Rusia recibió a unos 1.800 enviados campesinos559.

Con esos delegados que venían a Petrogrado conversaban los dirigentes del partido y del Gobierno, contestando a las preguntas que les preocupaban y ayudándoles con consejos y hechos prácticos.

La información sobre el triunfo de la revolución socialista y los históricos decretos del Poder soviético llegaba a los trabajadores a través de la prensa bolchevique. En el país se difundían diariamente más de 100.000 ejemplares del periódico Pravda y 40.000 del Dereviénskaya Biednotá ("El Campesinado Pobre"). Además de estos periódicos del CC del partido, también editaban sus rotativos muchas organizaciones bolcheviques de las provincias y distritos de la parte europea de Rusia. A comienzos de 1918, en el país se editaban 884 periódicos y 753 revistas, todos ellos órganos bolcheviques y soviéticos560.

La ayuda que prestaba el centro a las fuerzas revolucionarias de las localidades tenía grandísima

557 G. E. Reigberg. Actas del Comité Militar Revolucionario como fuente histórica en Estudio de las fuentes históricas de la sociedad soviética, M., 1964, pág. 56. 558 Historia del PCUS. t. 3. vol. I, pág. 448. 559 M. M. Neélov. El trabajo político de masas del Partido Comunista en el período de establecimiento y afianzamiento del Poder Soviético (octubre de 1917-julio de 1918), Omsk, 1970, págs. 43-44, 146. 560 La prensa de la URSS en 40 años. 1917-1957. M. 1957, pág. 107, 123.

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importancia para el éxito de la lucha por la instauración del Poder soviético en el país. Pero esa ayuda no sería tan efectiva sin el apoyo de los trabajadores en las localidades.

En muchas ciudades de Rusia, los Soviets locales, dirigidos por los bolcheviques, ya poseían el poder real antes de triunfar la insurrección armada de Octubre en Petrogrado. Tales eran los Soviets de las ciudades y poblados industriales de las cercanías de Moscú, de Ivánovo-Voznesensk, Kostromá, Tver, Kazán, Briansk, Yaroslavl, Ribinsk, Sizran, Riazán, Vladímir y otros. La proclamación del Poder soviético en el país legalizó y afianzó su situación como órganos del poder absoluto en las localidades.

Sin embargo, en Rusia también había muchos Soviets en los que, después del triunfo de la revolución en las capitales, seguían predominando los mencheviques y eseristas, en los cuales los bolcheviques tuvieron que mantener una dura lucha contra los conciliadores. Semejante situación se creó en los Soviets de Nizhni Nóvgorod, Kursk, Arjánguelsk, Smolensk, Tambov, Tula, Simbirsk, Penza y algunas otras ciudades. Pero también aquí, bajo la influencia de la propaganda bolchevique y los primeros decretos del Poder soviético, así como con la ayuda de los enviados proletarios del Centro, los trabajadores no tardaron mucho en librarse de la influencia de los conciliadores e instaurar el poder de los Soviets. Ya durante la primera semana después de triunfar la revolución en Petrogrado, el Poder soviético se estableció en 17, y un mes después en 28 ciudades provinciales y en casi todos los centros industriales del país561. Por lo general, allí donde los Soviets no eran todavía bolcheviques, a la instauración del Poder soviético le precedía la reelección de los Soviets y la expulsión de los eseristas y mencheviques de esos órganos. Es significativo el ejemplo de la lucha por el poder de los Soviets en la provincia de Tula. En 1917, aquí había cerca de 370 empresas industriales con 70.000 obreros562. Los mencheviques gozaban de notable influencia entre los obreros, situación que se mantuvo cierto tiempo también después de triunfar la insurrección en Petrogrado y pasar el poder a manos de los Soviets en una serie de ciudades de Rusia Central. Además de los errores cometidos por los dirigentes de la organización bolchevique de Tula, la causa de esa situación se debía a que en los años de guerra había sufrido considerables cambios la composición de los obreros tulenses. En las empresas de la industria bélica se habían emboscado elementos de las capas pequeñoburguesas de la población: comerciantes y kulaks que eludían así ser

561 Enciclopedia histórica soviética, t. 3, M, 1963, pág. 51. 562 P. G. Bogdánov. La lucha por la instauración del Poder soviético en la ciudad y en la provincia de Tula, en la compilación El establecimiento del Poder soviético en las localidades en los años 1917-1918. II tomo, pág. 111.

movilizados al ejército. En esas empresas existía también un considerable sector de obreros bien pagados y privilegiados.

A comienzos de octubre de 1917, en la provincia de Tula había cerca de 1.500 bolcheviques, mientras que los mencheviques llegaban hasta 2.330563. La organización eserista de Tula tenía su milicia de combate. En el Soviet de diputados obreros y en el Soviet de diputados soldados predominaban los mencheviques y los eseristas.

Cuando el 26 de octubre se supo que la insurrección armada en Petrogrado había triunfado, los bolcheviques de Tula reunieron a los activistas del partido de la ciudad y eligieron el Comité Militar Revolucionario, el cual, no obstante, manifestó lentitud. Aprovechándose de eso, el Soviet eserista-menchevique decidió, con ayuda de la milicia armada, mantener en sus manos Correos, Telégrafos y los bancos; destacamentos del conciliador Comité Central del Sindicato de Ferroviarios de toda Rusia que disponían de un tren blindado, controlaban el nudo ferroviario y tenían la ciudad amenazada con sus cañones. La duma urbana creó el contrarrevolucionario "Comité de Seguridad Pública". En la ciudad se caldeaba la atmósfera. El 30 de octubre, en el pleno del Soviet, los mencheviques y eseristas torpedearon la resolución bolchevique sobre la entrega del poder a los Soviets y aprobaron una disposición que trataba de la instauración del poder "democrático homogéneo". En Tula se instituyó el llamado "Comité de Lucha Popular", pero en realidad, el poder en la ciudad quedó en manos de los órganos del Gobierno Provisional derrocado y de la duma urbana. Esa situación se prolongó hasta finales de noviembre, cuando los bolcheviques triunfaron en las elecciones al Soviet de diputados soldados. El 7 de diciembre, el contrarrevolucionario "Comité de Lucha Popular" fue disuelto y todo el poder pasó al Soviet.

En la mayoría de las veces, el Poder soviético en las ciudades de la Rusia europea se estableció rápidamente. Sólo en algunas ciudades grandes la contrarrevolución pudo oponer resistencia armada a la revolución socialista. De 95 ciudades grandes de Rusia, en 73 de ellas el poder pasó a los trabajadores sin necesidad de lucha armada, y sólo en 12 hubo necesidad de aplicar las armas564. Pero también en estas ciudades la lucha terminaba, por lo general, con la victoria relativamente rápida de los trabajadores.

Así, en Smolensk había 8.000 obreros y la guarnición tenía cerca de 25.000 soldados565. Aquí había muchos oficiales, pues en la ciudad se encontraba el Estado Mayor de la Región Militar de

563 El Octubre en Tula. Recopilación de materiales y datos. Tula, 1957, pág. 44. 564 Historia del Estado y el Derecho, t. 1, M., 1968, pág. 10. 565 II Congreso de los Soviets de toda Rusia, pág. 349.

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Minsk. Además, estaban acantonadas unidades de cosacos. En agosto de 1917, la organización bolchevique de Smolensk contaba con 207 miembros566. En el Soviet de diputados obreros y soldados predominaban los eseristas y mencheviques; los bolcheviques sólo tenían 27 de los 220 escaños de diputados. En la reunión del Soviet de Smolensk, celebrada el 26 de octubre, los mencheviques y eseristas propusieron una resolución que condenaba la revolución proletaria. La proposición fue rechazada. El Soviet dispuso organizar el Comité Militar Revolucionario. En respuesta a ello, los conciliadores abandonaron la reunión del Soviet y junto con los miembros de la duma urbana crearon el "Comité de Salvación de la Patria y la Revolución", el cual se pronunció contra las decisiones del II Congreso de los Soviets de toda Rusia y la creación del Consejo de Comisarios del Pueblo. El 30 de octubre, el Soviet de Smolensk escuchó el informe del delegado al II Congreso de los Soviets de toda Rusia y acordó tomar el poder en sus manos. Entre los destacamentos del Comité Militar Revolucionario y los cosacos que apoyaban al "Comité de Salvación" se produjo un choque armado. Las tropas contrarrevolucionarias fueron desarmadas. El 31 de octubre, en Smolensk se implantó el Poder soviético.

Más difícil fue la lucha por el poder de los Soviets en la provincia de Kaluga. En la propia ciudad, la empresa más grande eran los talleres ferroviarios, con una plantilla de 2.000 operarios. La población agraria de la provincia estaba estrechamente vinculada a la ciudad. Después de que del 17 al 19 de octubre las tropas del Gobierno Provisional desarticularon el Soviet de Kaluga, fueron acantonados en la ciudad unos 40.000 cosacos, dragones y soldados de los batallones de "choque"567. A los soldados revolucionarios de la guarnición se les envió al frente. El 26 de octubre, cuando a Kaluga llegó la noticia del triunfo de la insurrección armada en Petrogrado, la duma urbana aprobó una resolución en apoyo del Gobierno Provisional. Los cadetes y cosacos fueron puestos en estado de alerta. Comenzaron las detenciones de bolcheviques. Estos, en la clandestinidad, se preparaban para aniquilar a las fuerzas contrarrevolucionarias. El 3 de noviembre, los ferroviarios protestaron contra las acciones del "órgano del poder provincial" y exigieron que "se pusiese inmediatamente en libertad a todos los socialistas detenidos dentro de los límites de la provincia de Kaluga"568.

El 5 de noviembre, el Buró de la Región de Moscú del POSD(b)R constataba que "Kaluga estaba

566 VI Congreso del POSD(b)R. Agosto de 1917. Actas. M., 1958, pág. 347. 567 I. I. Mints. Obra citada, pág. 72. 568 La instauración del Poder soviético en la provincia de Kaluga, págs. 19, 20.

convirtiéndose en el centro de reunión de oficiales y cadetes derrotados en otras ciudades" y exigió el desarme de las unidades contrarrevolucionarias. En la reunión celebrada por la comisión que había llegado de Moscú, y en la que participaron representantes de los órganos soviéticos locales y de las organizaciones de los bolcheviques, mencheviques y eseristas, se acordó disolver el "órgano del poder provincial" y restablecer en sus derechos al Soviet de diputados soldados. A propuesta del representante del Comité Central del Sindicato de Ferroviarios de toda Rusia, se acordó crear en Kaluga un "poder socialista homogéneo, desde los socialistas populares hasta los bolcheviques inclusive", denominado "Comité Socialista Revolucionario Provincial"569.

Semejante resolución no podía satisfacer a los obreros y soldados. La reunión de representantes de la guarnición reconoció necesario crear un órgano de poder que mantuviese la plataforma del II Congreso de los Soviets de toda Rusia. El 15 de noviembre, en Kaluga se formó el comité revolucionario integrado por 8 bolcheviques y 4 eseristas de izquierda570, pero ese organismo no contaba con el suficiente apoyo armado, mientras que la duma urbana disponía de considerables fuerzas.

La situación en Kaluga se discutió el 22 de noviembre en el Comité Militar Revolucionario de Petrogrado y luego en el Consejo de Comisarios del Pueblo. A Kaluga fueron enviados un regimiento de Minsk y destacamentos de guardias rojos de Moscú y de Tula. El destacamento moscovita llegó a Kaluga el 28 de noviembre, ocupó la estación del ferrocarril y encañonó la ciudad. Comprendiendo su desesperada situación, las unidades contrarrevolucionarias no se decidieron a entablar lucha armada y los destacamentos revolucionarios tomaron la ciudad sin derramamiento de sangre571.

En la provincia de Vorónezh, la lucha tuvo un carácter agudo, aunque breve. Aquí la prepotencia de los eseristas se dejaba sentir más debido a que poseían la mayoría en los Soviets de diputados obreros y soldados, sin hablar ya de los Soviets de diputados campesinos. Los enemigos de la revolución cifraban grandes esperanzas en esa provincia. Calculaban lanzar las unidades militares de la guarnición de Vorónezh sobre Moscú, abriendo así el camino hacia la segunda capital a los cosacos blancos del atamán Kaledin acantonados en el Don.

Por decisión del Comité Provincial del POSD(b)R, el 26 de octubre en Vorónezh fue creado el Comité Militar Revolucionario. En el Pleno del Soviet de la ciudad, el comunicado de la detención del Gobierno Provisional fue acogido por obreros y soldados con aplausos y gritos de "hurra". Los

569 Ibídem, pág. 20. 570 Ibídem, págs. 190, 192, 193. 571 I. I. Mints. Obra citada, pág. 72.

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bolcheviques propusieron saludar la victoria de la revolución socialista, ratificar el Comité Militar Revolucionario y proclamar el Poder soviético en la provincia. Sin embargo, la propuesta fue rechazada. Los conciliadores, aprovechándose de la mayoría en el Soviet, aprobaron una moción sobre la creación del "Comité de Salvación Pública" y el apoyo al Gobierno Provisional. El 28 de octubre, el "Comité de Salvación Pública" dio a conocer un llamamiento en el que se decía que Kerenski estaba ya a las puertas de Petrogrado, al frente de tropas fieles a él, y que sólo se necesitaban unas horas para restablecer el "orden" en la capital. La sección campesina del Soviet, compuesta íntegramente por eseristas, se negó a reconocer el poder de los Soviets y exhortó a los Soviets distritales de diputados campesinos a oponerse al Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado.

En la noche del 30 de octubre, el comité revolucionario del 5 Regimiento de Ametralladoras, acantonado en Vorónezh, acordó, junto con los miembros del Comité Provincial del Partido Bolchevique, entrar en acción. Ese mismo día, en la ciudad comenzaron los combates que terminaron con la victoria de los soldados revolucionarios y los obreros. El Comité Ejecutivo conciliador del Soviet fue disuelto572. A comienzos de noviembre se celebraron nuevas elecciones al Soviet de diputados obreros, soldados y campesinos de Vorónezh, del que fueron expulsados los mencheviques y eseristas de derecha. Igual que la mayoría de los demás Soviets, el nuevo Soviet compuesto, principalmente, de bolcheviques y eseristas de izquierda, emprendió la puesta en práctica de los decretos del Poder soviético.

En la mayoría de las veces, el Poder soviético se instauraba primero en los centros provinciales, en las ciudades industriales distritales y en los poblados fabriles, donde estaban concentrados los principales cuadros del proletariado y del partido; después iba estableciéndose de un distrito a otro y de un do; después iba estableciéndose de un distrito a otro y de un subdistrito a otro de las zonas rurales. Pero también en esta regla había excepciones. En la provincia de Kursk, por ejemplo, la instauración del poder de los Soviets no comenzó en el centro de la provincia, sino en la ciudad de Bélgorod, centro industrial del distrito. La organización bolchevique de esta ciudad tenía 370 miembros573. El Estado Mayor revolucionario, creado a iniciativa del Soviet de Bélgorod después de celebrarse el II Congreso de los Soviets de toda Rusia, el 30 de octubre ya se

572 P. N. Sóbolev. Instauración del Poder soviético en la provincia de Vorónezh, en la compilación El establecimiento del Poder soviético en las localidades en los años 1917-1918. I tomo., M., 1953, págs. 343-345. 573 Correspondencia del Secretariado del CC del POSD(b)R con sus organizaciones locales, t. 1, pág. 486.

había convertido en el dueño de la ciudad y el distrito.

Mientras tanto, el "Comité de Salvación Pública" de Kursk había logrado atraer a su lado a una parte de la guarnición. No obstante, también aquí el 20 de noviembre el Soviet de diputados obreros y soldados acordó reconocer el poder de los Soviets y apoyar al Consejo de Comisarios del Pueblo. La reunión de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos de la provincia, celebrada el 26 de noviembre, dispuso entregar el poder a los Soviets. El nuevo Soviet disolvió el "Comité de Salvación Pública", arrestó al comisario del Gobierno Provisional y envió a las aldeas y pueblos de la provincia a sus comisarios.

En la provincia de Oriol, las primeras ciudades en las que se instauró el Poder soviético fueron Briansk y Bézhitsa. En esas ciudades, los bolcheviques tenían la mayoría en los Soviets ya antes de triunfar la insurrección armada en Petrogrado. En Briansk, por ejemplo, ya el 20 de octubre se había organizado el Comité Militar Revolucionario que comenzó enérgicamente a crear destacamentos de la Guardia Roja y preparar a la guarnición para tomar el poder. Cuando se supo en la ciudad que el Gobierno Provisional había sido derrocado, el Soviet declaró la implantación del Poder soviético.

El poder en Oriol pasó al Soviet algo más tarde: en noviembre. Los mencheviques y eseristas que predominaban en los Soviets urbano y provincial, junto con los demócratas constitucionalistas, crearon el "Comité para la Defensa de las Conquistas de la Revolución" y se proponían entregar el poder a una "comisión ejecutiva" especialmente designada, es decir, a un órgano coalicionista. No obstante, los bolcheviques, con el apoyo de los obreros avanzados y los soldados revolucionarios y la ayuda de los Soviets de Briansk y Bézhitsa, lograron que el Soviet de diputados obreros y soldados de Oriol aprobase la decisión de celebrar nuevas elecciones. Como resultado, en el nuevo Soviet triunfaron los bolcheviques y eseristas de izquierda.

En la provincia de Tambov, los eseristas gozaban de gran influencia. En Kozlov (actualmente Michúrinsk), cabeza de distrito donde la organización bolchevique tenía 400 miembros574, el Poder soviético se instauró antes que en Tambov. El 26 de octubre, aquí ya se había formado el comité revolucionario local: y el congreso campesino del distrito, celebrado en los primeros días de enero, adoptó la plataforma del Poder soviético, mientras que los bolcheviques de Tambov sólo lograron hacerse dueños del Soviet de la ciudad el 23 de enero de 1918. El 31 de enero, el Soviet de diputados obreros y soldados de Tambov decretó oficialmente la transición del poder a los Soviets.

574 Ibídem, pág. 489.

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En las ciudades industriales de la cuenca del Volga, el poder de los Soviets se implantó en cuanto triunfó la insurrección en Petrogrado. El Soviet de diputados obreros, soldados y campesinos de Kazán se había pronunciado por la entrega del poder a los Soviets ya antes de la insurrección armada en Petrogrado. Como respuesta, la contrarrevolución creó el llamado "Bloque socialista", que agrupaba a los partidos pequeñoburgueses. Apoyándose en los oficiales, cadetes, cosacos, parte de soldados y nacionalistas burgueses tártaros, este bloque intentó el 24 de octubre desarmar a las tropas revolucionarias. Dos días duró la lucha armada en la ciudad. En la tarde del 25 de octubre, los obreros y soldados revolucionarios se apoderaron del centro de la ciudad y cercaron la fortaleza. Después de una breve resistencia, las unidades contrarrevolucionarias se rindieron.

El 26 de octubre, la sesión conjunta del Soviet de diputados obreros, soldados y campesinos de Kazán, de los comités fabriles y de los comités de las tropas constituyó el comité revolucionario provisional, en el que entraron bolcheviques. Los destacamentos de la Guardia Roja ocuparon Correos, Telégrafos, la Central Telefónica, la estación del ferrocarril y el Banco. Fueron detenidos el jefe de las tropas de la Región Militar y el comisario militar del Gobierno Provisional.

Los mencheviques y eseristas del Soviet de Kazán ofrecieron tenaz resistencia al comité revolucionario; organizaron el "Comité de Salvación de la Patria" y encabezaron el sabotaje de los empleados de Correos, Telégrafos, Banca y Tesoro. A comienzos de noviembre se celebraron nuevas elecciones al Soviet de Kazán, cuyo resultado consolidó aún más las posiciones de los bolcheviques. En su llamamiento a la población, el Soviet declaró que, cumpliendo la voluntad del II Congreso de los Soviets de toda Rusia, "se ponía, desde ese momento, al frente del gobierno de la provincia575.

El Poder soviético venció rápidamente en Samara. La organización bolchevique de la ciudad -4.000 afiliados576-, ya mucho antes de Octubre contaba con la mayoría en el Soviet urbano. Los bolcheviques se apoyaban en la fábrica de tuberías, en la que estaban ocupados 23.000 obreros. En esta empresa se organizaron destacamentos de la Guardia Roja. También se encontraba influenciada por los bolcheviques la guarnición de la ciudad, que contaba con 51.000 efectivos577. Los mencheviques y eseristas, en cambio, sólo tenían el apoyo de las capas pequeñoburguesas de la población y de una

575 M. K. Mujariámov. Octubre y el problema nacional en Tartaria (octubre de 1917-julio de 1918). Kazán, 1958, pág. 73. 576 Correspondencia del Secretariado del CC..., t. 1, pág. 498. 577 Historia de la guerra civil, t. 3, pág. 21.

pequeña parte de soldados. El 25 de octubre, en Samara se celebró una

reunión conjunta de los comités ejecutivos del Soviet de diputados obreros y soldados y del Soviet de diputados campesinos. En ese tiempo, los obreros se habían apoderado del telégrafo ferroviario y a través de los telegramas que llegaban se enteraron de cómo iban desarrollándose los acontecimientos en Petrogrado. Al día siguiente, se celebró una reunión ampliada del Soviet de diputados obreros y soldados y del Soviet de diputados campesinos de Samara, en la que participaron también representantes de los sindicatos, comités fabriles y comités de regimientos y compañías. El comunicado sobre el triunfo de la revolución en la capital y la formación del Consejo de Comisarios del Pueblo, encabezado por V. I. Lenin, fue acogido con entusiasmo. La reunión eligió el Comité Militar Revolucionario que tomó en sus manos el poder en la ciudad y en la provincia.

En Sarátov, la lucha por el poder se demoró algo y la cuestión hubo que resolverse mediante la lucha armada. Pero también aquí la revolución triunfó al cabo de unos días.

La instauración del Poder soviético en las provincias y grandes ciudades de la parte europea de Rusia transcurrió en los siguientes plazos, aproximadamente. Desde el 25 de octubre hasta el 20 de noviembre de 1917, el poder de los Soviets se estableció en Petrogrado, Moscú, Vladímir, Vorónezh, Ivánovo-Voznesensk, Kazán, Kronstadt, Nóvgorod, Nizhni Nóvgorod, Oriol, Oréjovo-Zúievo, Pskov, Riazán, Samara, Sarátov, Smolensk, Tver, Tsaritsin y Yaroslavl.

Del 21 de noviembre de 1917 al 18 de enero de 1918, el Poder soviético triunfó en Vólogda, Kaluga, Kostrorná, Kursk, Penza, Petrozavodsk, Simbirsk y Tula; el 25 de enero, en Astrakán; el 31 de enero, en Tambov; el 17 de febrero, en Arjánguelsk.

Aunque la mayoría de la población de Rusia la constituían campesinos y en las ciudades solamente vivía el 17,7 % de la población total, no obstante, la suerte de la revolución se decidía en las ciudades grandes, las cuales, con su ejemplo, arrastraban tras de sí a la población rural. La lucha por el triunfo del Poder soviético en el campo transcurría en condiciones muchísimo más difíciles que en la ciudad. Allí, los campesinos ricos jugaban un papel bastante importante, mientras que los campesinos pobres no tenían aún el suficiente grado de organización y de conciencia.

Entre los campesinos disfrutaban de gran influencia los eseristas, quienes en una serie de provincias obtuvieron en las elecciones a la Asamblea Constituyente del 38 al 70% de todos los votos578. Los eseristas ya no formaban un partido

578 V. I. Lenin. Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado. O.C., t. 40, pág. 3.

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único. De su seno se destacó otro partido: el de los eseristas de izquierda, que apoyaba las fundamentales resoluciones del II Congreso de los Soviets de toda Rusia. Los bolcheviques, por su parte, pactaron con los eseristas de izquierda para ampliar el frente de la lucha revolucionaria. Así se constituyó el bloque de los bolcheviques y los eseristas de izquierda, que permitió atraer a los campesinos al lado del proletariado.

El Decreto sobre la tierra resonó, igual que el toque a rebato, sobre la Rusia campesina, alzando a la lucha a millones de campesinos, situándolos muy pronto y resueltamente al lado del proletariado victorioso y de su partido. Lenin escribía que "el proletariado de Rusia arrebató a los eseristas las masas del campesinado, y se las arrebató literalmente a las pocas horas de haber conquistado el poder estatal, pues unas cuantas horas después de haber derrotado a la burguesía en Petrogrado, el proletariado triunfante promulgó el "decreto sobre la tierra", en el que con una rapidez, una energía y una abnegación verdaderamente revolucionarias, dio satisfacción plena e inmediata a todas las necesidades económicas apremiantes de la mayoría del campesinado, mediante la expropiación total de los terratenientes sin ninguna indemnización"579.

Las noticias sobre el triunfo del Poder soviético y sus primeros decretos llegaban a los pueblos y aldeas más tarde que a las ciudades. En las zonas rurales, no había entonces ni radio, ni teléfono ni telégrafo. La emocionante noticia de que toda la tierra había pasado a manos de los trabajadores la trajeron a las aldeas remotas los soldados desmovilizados que ya habían pasado la escuela de la lucha revolucionaria junto con el proletariado, y los agitadores enviados por el partido al campo.

Haciendo uso de la palabra en la reunión del CC del partido, celebrada el 1 de noviembre de 1917, Lenin señaló: "Debemos apoyarnos en las masas, debemos enviar agitadores al campo"580. Varios días después, Lenin firmó instrucciones especiales para los agitadores que iban al campo581. Sólo el Buró Central de las sociedades de paisanos, creado en Petrogrado, envió a las zonas rurales más de 10.000 obreros con la misión de explicar el sentido de la Revolución de Octubre582. Miles de agitadores y organizadores fueron enviados por las organizaciones bolcheviques y soviéticas de las ciudades provinciales y distritales a los pueblos y aldeas.

579 Ibídem, pág. 13. 580 V. I. Lenin. Intervenciones en la reunión del CC del POSD(b) de Rusia. 1 (14) de noviembre de 1917. O.C., t. 35, pág. 43. 581 El PCUS en la lucha por el triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Julio-noviembre de 1917. M., 1957, pág. 182. 582 G. P. Gólikov. Esbozo de la historia de la Gran Revolución Socialista de Octubre. M., 1959, pág. 331.

Al enterarse de que el Poder soviético iba triunfando en las ciudades y al conocer sus primeros decretos, los campesinos instauraban el poder de los Soviets en sus aldeas y pueblos. Los eseristas perdían su influencia entre los campesinos, quienes veían que sólo el Poder soviético, que sólo los bolcheviques, eran capaces de satisfacer sus reivindicaciones vitales.

Los Soviets campesinos aparecieron con mayor intensidad en enero y febrero de 1918, cuando al campo se lanzó un verdadero torrente de soldados desmovilizados, cuando se desplomó la ingenua fe de los campesinos en la Asamblea Constituyente y comprendieron que nadie más que el Poder soviético daría satisfacción a sus aspiraciones a la tierra y la paz.

En enero de 1918, había Soviets de diputados campesinos en 263 distritos de los 310 existentes en las provincias de la parte europea de Rusia583. Según datos recogidos en 1.926 subdistritos de los 4.082 existentes en las provincias centrales de la parte europea de Rusia, a comienzos de marzo de 1918, se habían organizado Soviets en un 74,8% de los subdistritos, y en abril del mismo año, ya existían en el 91,5% de ellos584.

A medida que iban creándose los Soviets subdistritales, éstos liquidaban las instituciones de los zemstvos locales y cogían el poder real en sus manos. Los Soviets subdistritales se convirtieron en órganos soviéticos absolutos en el campo. Siguiendo el ejemplo de los obreros, creaban destacamentos de la Guardia Roja, integrados, principalmente, por soldados desmovilizados y campesinos pobres; llevaban a la práctica el Decreto sobre la tierra y otras decisiones del Gobierno soviético.

Verdad es que esos Soviets eran, en la mayoría de las veces, órganos para la lucha común de los campesinos contra los terratenientes y, como regla, no llevaban una lucha activa contra los kulaks. Lenin escribía acerca de ellos: "Los Soviets agrupaban a los campesinos en general. La diferenciación de clase en el seno de la masa campesina no estaba todavía madura, no se había manifestado todavía exteriormente.

“Este proceso fue desenvolviéndose durante el verano y el otoño de 1918"585.

Mas en esa etapa, los Soviets ayudaron al partido de los bolcheviques y al Gobierno soviético a concluir la liquidación de la clase de los terratenientes y a crear en el campo las condiciones necesarias para el desenvolvimiento de la revolución

583 J. Y. Eritsián. Los Soviets de diputados campesinos en la Revolución de Octubre. M., 1960, pág. 187. 584 P. N. Abrámov. En torno a la época en que se organizaron los primeros Soviets subdistritales. "Istoria SSSR" ("Historia de la URSS"), 1960, N° 5, pág. 160. 585 V. I. Lenin. La revolución proletaria y el renegado Kautsky. O.C., t. 37, pág. 313.

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socialista. El proletariado adquirió la posibilidad de dirigir, a través de los Soviets, al campesinado también por la línea estatal.

La lucha por la instauración del Poder soviético se desenvolvía en una situación complicada en las regiones donde vivían nacionalidades no rusas. La población de esas regiones antes de la Revolución de Octubre experimentaba doble opresión: la clasista y la nacional. El movimiento de masas que se desarrolló allí en 1917 no sólo era una lucha por la emancipación política y social, sino también contra la opresión nacional. Este último factor trataban de utilizarlo por todos los medios los nacionalistas burgueses, quienes se esforzaban por encauzar la lucha revolucionaria de los trabajadores de las naciones oprimidas por el camino del estrecho nacionalismo y crear un sistema estatal nacional burgués, apartando dicha lucha del movimiento revolucionario que abarcaba toda Rusia. A los nacionalistas burgueses les ayudaban activamente los eseristas y mencheviques locales, con frecuencia creando un bloque único contra la creciente revolución socialista. Por eso la actividad de los bolcheviques en esas regiones requería un tacto especial y mucha flexibilidad.

Las organizaciones bolcheviques en las regiones nacionales de Rusia Central realizaban una gran labor entre los trabajadores de las nacionalidades oprimidas; utilizaban también las organizaciones nacionales democráticas para atraer a los trabajadores al lado de la revolución. Así, los bolcheviques de Kazán colaboraron con el Comité Socialista Musulmán, el cual, aun siendo una organización pequeñoburguesa que cometió una serie de errores, de todos modos desempeñó un papel bastante importante en la conquista de los trabajadores musulmanes al lado del Poder soviético.

El principal procedimiento, mediante el cual los nacionalistas burgueses trataban de dar un carácter estrictamente nacionalista a la lucha revolucionaria de las masas, era su afirmación acerca de la unidad de las naciones oprimidas y de la ausencia de lucha de clases entre ellas.

A lo largo del agitado año de 1917, en las regiones nacionales de Rusia Central surgieron numerosas organizaciones nacionalista de toda suerte. En Chuvashia actuaban la "Sociedad Nacional Chuvasha", el "Comité Regional Militar Chuvasho" y el "Comité de la Guarnición de Chuvashia"586. Entre la población tártara realizaban su labor los comités musulmanes "Jarbi-Shuro"587, "Ittifik" y otras organizaciones pantúrquicas. En las regiones de los

586 La Revolución de Octubre y la instauración del Poder soviético en Chuvashia. Compilación de documentos. Cheboksari, 1957, págs. 15- 23. 587 S. G. Batíev. El movimiento liberal-burgués nacionalista tártaro y su evolución. "Istoria SSSR", 1964, N° 4, págs. 60-61.

mari, los nacionalistas burgueses se agruparon en torno a la "Unión Central de los Mari"588. Todas esas organizaciones, así como otras semejantes a ellas, realizaban activa propaganda nacionalista en una serie de distritos de las provincias de Kazán, Nizhni Nóvgorod, Simbirsk y otras.

Por lo general, las organizaciones nacionalistas burguesas se pronunciaron contra la instauración del Poder soviético en las regiones nacionales, renunciaron a la mayoría de sus reivindicaciones democráticas planteadas anteriormente, se coaligaron con otras fuerzas contrarrevolucionarias, emprendieron el camino de la traición a los intereses nacionales en aras de conservar el dominio clasista de la burguesía y de los terratenientes. Como contrapeso a las consignas de la Revolución de Octubre, a las consignas de la liquidación de la opresión nacional y social, de la igualdad de las naciones y de la amistad de los pueblos, ellas plantearon reivindicaciones nacionalistas de la autonomía cultural-nacional y de la creación de Estados nacionales burgueses; iniciaron la lucha contra la revolución socialista. La Asamblea Nacional Musulmana, reunida en Ufá a finales de octubre de 1917, se negó a reconocer el poder del Consejo de Comisarios del Pueblo, declarando que "la gran nación turco-tártara no podía unir su suerte con la del poder de tres días" de los bolcheviques. Los nacionalistas comenzaron a organizar fuerzas armadas para combatir al Poder soviético589. Los nacionalistas burgueses tártaros promovieron la consigna de crear "el Estado de los Urales y el Volga" como Estado burgués tártaro e iniciaron la lucha abierta contra el poder de los Soviets. A comienzos de 1918, proclamaron en la región de Kazán la "República del Transbulak", tratando de utilizarla como centro de reunión de las fuerzas nacionalistas antisoviéticas. Pero esa aventura fue liquidada rápidamente por los trabajadores de Kazán con el apoyo de un destacamento de marineros de la Flota del Báltico. Contra el Poder soviético se pronunciaron los nacionalistas de Chuvashia, Mordovia y otras zonas de Rusia Central. No obstante, la resistencia de los nacionalistas burgueses pronto fue superada.

La política nacional leninista, que halló su expresión en los primeros decretos del Poder soviético, atrajo al campo de la revolución socialista a los trabajadores de las nacionalidades oprimidas.

* * * La lucha por el poder de los Soviets en las

regiones meridionales de Rusia se desenvolvía en condiciones extraordinariamente complicadas. Esas

588 S. A. Kórobov. El triunfo y afianzamiento del Poder soviético en el Territorio de los Mari, en la compilación El establecimiento del Poder soviético en las localidades en los años 1917-1918. I tomo, págs. 374-375. 589 S. G. Batíev. Obra citada, págs. 60, 61.

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provincias se distinguían por el gran abigarramiento de relaciones clasistas y nacionales. Una de sus particularidades esenciales era la existencia de cuatro grandes tropas cosacas: del Don, del Kubán, de Astrakán y del Térek, que eran el apoyo armado de la contrarrevolución.

En octubre de 1917, se formó la "Unión sudeste de tropas cosacas, montañeses del Cáucaso y pueblos libres de las estepas". Ese pomposo nombre enmascaraba a la organización de los inveterados contrarrevolucionarios de los círculos dirigentes de los cosacos del Don, del Kubán, del Térek, de Astrakán y del Ural, de los montañeses del Cáucaso Septentrional y de los calmucos de las provincias de Astrakán y de Stávropol590. El objetivo de la "Unión", que agrupaba a los gobiernos de las tropas cosacas, era aislar de la Rusia revolucionaria a las regiones cosacas y luchar contra la revolución socialista.

La región del Don se convirtió en el centro de reunión de las fuerzas contrarrevolucionarias. En 1916, la población de esa región superaba los tres millones y medio de habitantes; el 47% de ella la componían cosacos privilegiados que disponían del 85 % de las tierras. De la población no cosaca que vivía en la región del Don, 900.000 personas eran campesinos "aborígenes" y 800.000 "foráneos"591. El cabecilla de los cosacos del Don, atamán Kaledin, concentraba en esa región regimientos cosacos del frente y de otros lugares; allí se reunía también la oficialidad contrarrevolucionaria; allí maduraba el foco más peligroso de la contrarrevolución de toda Rusia.

Pero en la provincia del Don también había y se engrosaban fuerzas revolucionarias. A la par con la población cosaca y campesina, en el Don había considerables cuadros proletarios. En 1916, en la región había 219.168 obreros592 concentrados, principalmente, en las zonas industriales: en Rostov, 40.000; en Taganrog, 40.000; en la parte del Donbás que formaba parte de la provincia del Don, 80.000593. Esas zonas proletarias constituían la base principal de lucha por el poder de los Soviets. Entre la población rural de la región existía una ostensible diferencia en cuanto al estado material y jurídico. Era sobre todo difícil la situación de los "foráneos": el 94,8% de ellos carecía de tierra; el 58,2% no disponía de ganado de labor; y el 65,1 % no tenía aperos de

590 G. V. Maláshenko y L. I. Berz. La derrota de la kalediniada y la instauración del Poder soviético en el Don (noviembre de 1917-febrero de 1918), en la compilación de artículos La Revolución de Octubre en el Don. Rostov del Don, 1957, págs. 181-182. 591 I. I. Mints. Obra citada, pág. 90. 592 Yu. I. Serii. Composición y situación de la clase obrera del Don en vísperas de la Revolución de Octubre, en la compilación La Revolución de Octubre en el Don, pág. 60. 593 I. I. Mints. Obra citada, pág. 90.

labranza. Tampoco era mejor la situación de los campesinos "aborígenes": el 23,8% de ellos carecía de tierra y los demás disponían de míseras parcelas594.

Tampoco los cosacos eran homogéneos; la disgregación clasista también había echado profundas raíces en su ambiente. Entre las haciendas cosacas, el 18% no tenía sembrados; el 18,6% no disponía de ganado de labor; el 19,6% carecía de vacas. Pero entre los cosacos había una fuerte capa de kulaks que explotaba despiadadamente a los campesinos y cosacos pobres595. En el Don también existían, aunque pocas, grandes haciendas terratenientes. Sobre esa base social, la lucha de clases en el Don adquirió un carácter muy tirante,

Para octubre de 1917 había crecido considerablemente la organización bolchevique del Don que encabezó la lucha por la instauración del poder de los Soviets en la provincia. A comienzos de octubre, el Buró del Partido Bolchevique de la Región del Don agrupaba 6.851 miembros. Los principales cuadros bolcheviques estaban concentrados en los centros industriales de la región: en Rostov había 1.100 bolcheviques; en el distrito de Grúshevka- Vlásovka, 550; en el de Gúkovka, 216; en el de Sulin, 65; en el de Taganrog, 350; en el de Makéievka, 1.000596; en el de Alexándrovka-Grúshevka, 832; en el de Kalmiuss, 1.630 y en el de Yasínovka, 910597.

Los bolcheviques tenían gran influencia entre los obreros y soldados de la provincia. Ya antes del triunfo de la insurrección armada en Petrogrado, los bolcheviques tenían predominio en una serie de Soviets de ciudades y minas de la provincia, incluido también el de Rostov. A propuesta de los bolcheviques, a últimos de septiembre se comenzó la formación y el armamento de destacamentos de la Guardia Roja. En Rostov se organizó el Estado Mayor Central de la Guardia Roja.

El 26 de octubre de 1917, en el Teatro Marte, donde sesionaba el Soviet de Rostov-Najicheván, se presentó el radista del buque de enlace Koljida, anclado en el puerto de Rostov, quien trajo la noticia recibida por la estación de radio del buque sobre el triunfo de la revolución socialista en Petrogrado. El Soviet, a despecho de los conciliadores, aprobó una resolución propuesta por los bolcheviques que reconocía al Poder soviético y creó el Comité Militar Revolucionario provincial encabezado por los bolcheviques. La nueva sobre el triunfo de la

594 V. A. Zólotov. El movimiento campesino en el Don en el período de preparación de la Gran Revolución Socialista de Octubre, en la compilación La Revolución de Octubre en el Don, pág. 97. 595 I. I. Mints. Obra citada, pág. 90. 596 Correspondencia del Secretariado del CC..., t. 1, pág. 496. 597 I. I. Mints. Obra citada, págs. 90-91.

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revolución socialista fue acogida con alegría por los obreros y soldados de Rostov, Taganrog y los poblados mineros. Los Soviets dirigidos por bolcheviques tomaban el poder en sus manos y ponían en práctica los decretos del Consejo de Comisarios del Pueblo.

El Comité Militar Revolucionario del Don, elegido por el Soviet, desenvolvió gran actividad. Estableció estrecho contacto con los soldados de las guarniciones, con los obreros y con las unidades cosacas revolucionarias, preparando fuerzas para la lucha por la instauración y el fortalecimiento del poder de los Soviets en la provincia. En la solución de esa tarea principal de la revolución en el Don, el proletariado y los soldados revolucionarios pronto tropezaron con fuerzas bien preparadas de la contrarrevolución. El 25 de octubre, el atamán Kaledin envió a todas las unidades militares de la región un telegrama en el que comunicaba que "los bolcheviques, al usurpar el poder, habían cometido un hecho delictivo y totalmente intolerable" y que "en estrecha alianza con los gobiernos de otras tropas cosacas, prestará pleno apoyo al existente Gobierno Provisional de coalición". Kaledin también declaró que el Gobierno de las tropas, "a partir del 25 de octubre del presente, asumía toda la plenitud del poder ejecutivo estatal en la provincia del Don, hasta que fuera restablecido el poder"598. En una serie de distritos de la provincia, Kaledin implantó el estado de sitio.

Los actos de Kaledin revestían gran peligro para la revolución socialista en el país. Y ese peligro era mayor aún debido a que en torno a Kaledin ya se había creado y continuaba acrecentándose un núcleo organizado de la contrarrevolución rusa. Las acciones de Kaledin adquirían un carácter de importancia nacional. El 29 de octubre, el Gobierno de las tropas del Don envió a diversos puntos del país un telegrama en el que declaraba que "invitaba al Gobierno Provisional y a los miembros del Consejo de la República a Novocherkassk, donde se podrá organizar la lucha contra los bolcheviques y garantizar la seguridad personal de unos y de otros"599. Al Don acudieron los generales Kornílov, Denikin, Lukomski y otros. También llegaron al Don los líderes de los partidos burgueses: Miliukov, Struve, Trubetskói y otros cabecillas demócratas constitucionalistas. Representaba gran peligro para los bolcheviques el hecho de convertirse la Región de las Tropas del Don en el centro de reunión de grandes fuerzas militares. A comienzos de noviembre, en Novocherkassk apareció el general Alexéiev, jefe del Estado Mayor del Mando

598 La lucha por el poder de los Soviets en el Don. Compilación de documentos. Rostov del Don, 1957, págs. 144-145. 599 Descomposición del ejército en 1917. Compilación de documentos. M.-L., 1925, págs. 157-158.

Supremo, quien consideraba, según sus propias palabras, que el Don era "la base para actuar contra los bolcheviques600. En el Don comenzó la formación del "Ejército voluntario", que se convirtió en el núcleo de las tropas de guardias blancos en el sur de Rusia.

En ayuda de Kaledin acudieron apresuradamente los imperialistas extranjeros. Ellos vieron en el atamán una fuerza capaz de aplastar a la revolución. "El único rayo de esperanza es, o parece ser, solamente lo que hace o puede hacer el atamán cosaco Kaledin", declaró el lord Robert Cecil601. Robert Lansing, Secretario de Estado de los EE.UU., en un informe sobre la situación en Rusia, comunicaba a W. Wilson que el "único núcleo visible del movimiento organizado, lo bastante fuerte para sustituir a los bolcheviques y establecer un Gobierno, es el grupo de oficiales encabezado por el general Kaledin, hetman de los cosacos del Don"602. A Novocherkassk, capital kalediniana, llegaron representantes de EE.UU., Inglaterra y Francia.

A comienzos de diciembre, Lansing dio indicaciones al embajador norteamericano en Londres para conceder a Kaledin un crédito secreto. Al atamán le transfirieron grandes sumas de dinero de bancos norteamericanos, ingleses y franceses y le enviaban, por todas las vías posibles, armamento y municiones.

Viendo en Kaledin una fuerza que podía convertirse en la base de la contrarrevolución, a él comenzaron a dirigirse todos los reaccionarios. El comandante en jefe, general Dujonin, insistía que se apoyara la acción del general Krasnov; Riabtsev, jefe de la Región Militar de Moscú, pedía el envió de cosacos a esta ciudad; también pedían ayuda desde Sarátov. Respondiendo a esas peticiones, Kaledin ordenó a los regimientos cosacos, dislocados en la zona de Petrogrado, que apoyasen al general Krasnov; al jefe de la 7 División Cosaca le ordenó ocupar Vorónezh y continuar el avance hacia el norte, liquidando en todas partes el poder de los Soviets: Kaledin trataba de crear un bloque antisoviético, concertando la alianza con otros cabecillas antisoviéticos: el atamán Dútov en el territorio de Oremburgo; el general Scherbachev en el Frente Rumano y la Rada Central en Ucrania.

En el Don se creó una situación muy complicada y peligrosa para la revolución; se formaron dos centros hostiles y opuestos, situados muy cerca uno del otro: en Rostov, el centro revolucionario dirigido por los bolcheviques; en Novocherkassk, el centro contrarrevolucionario encabezado por Kaledin. En la lucha por el poder de los Soviets, los bolcheviques se

600 G. V. Maláshenko y L. I. Berz, Artículo citado, pág. 184. 601 M. Lévidov. En torno a la historia de la intervención de los aliados en Rusia, la parte. M., 1925, pág. 13. 602 Ibídem, pág. 17.

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apoyaban en los obreros, soldados revolucionarios, cosacos y campesinos trabajadores. Kaledin, junto con los generales huidos al Don, se apoyaba en la oficialidad, la élite cosaca y las tropas contrarrevolucionarias aquí concentradas. El centro revolucionario recibía apoyo y ayuda del Gobierno soviético y de los trabajadores del país, donde había triunfado el poder de los Soviets; el campo reaccionario contaba con la ayuda de los imperialistas extranjeros y de la contrarrevolución de toda Rusia. Maduraba la lucha armada entre estos dos campos hostiles.

Kaledin comprendía que no podría aplastar la revolución socialista en el país sin derrotar primero el movimiento revolucionario en la propia provincia del Don. Y ese movimiento se desenvolvía tan impetuosamente que amenazaba con liquidar el foco kalediniano de la contrarrevolución.

El 4 de noviembre de 1917, los bolcheviques del Don comunicaron al CC del POSD(b)R: "El estado de ánimo de las masas obreras está a favor nuestro; la inmensa mayoría de la guarnición, también; hay escisión incluso entre las unidades cosacas"603. Testimonio del estado de ánimo antikalediniano, que existía en una serie de unidades cosacas, fue la sublevación iniciada el 9 de noviembre de 1917 en las unidades cosacas acuarteladas en la stanitsa604, Uriúninskaya, sublevación, que aunque fue aplastada por Kaledin, frustró sus planes de avanzar sobre Vorónezh y más al norte, como se había planeado anteriormente. La sublevación fue una demostración del creciente estado de ánimo bolchevique entre los cosacos, demostró una vez más que la masa cosaca no era homogénea y que Kaledin no podía contar con todos los cosacos. Teniendo en cuenta ese hecho, Kaledin tomó una serie de medidas para aplastar cuanto antes a las fuerzas revolucionarias del Don. Cumpliendo órdenes del atamán, los destacamentos cosacos desarticulaban los Soviets y liquidaban las organizaciones bolcheviques, desarmaban y disolvían los regimientos de infantería con orientación revolucionaria, retiraban urgentemente del frente las unidades cosacas.

Por su parte, los bolcheviques de Rostov y de otras zonas de la provincia tomaron una serie de medidas encaminadas contra los kaledinianos. Pero los destacamentos revolucionarios no tenían la suficiente cantidad de armas. Uno de los más importantes puntales de apoyo militar de los bolcheviques eran las unidades de infantería acantonadas en Rostov y en otros puntos de la provincia. El 6 de noviembre, el Comité Militar Revolucionario de Rostov ordenó "a todos los comités de regimientos y compañías, a los oficiales y soldados fieles a la revolución, no cumplir ninguna

603 Correspondencia del Secretariado del CC..., t. II, pág. 234. 604 Stanitsa: pueblo de cosacos.

orden encaminada a desarmar a la guarnición"605. Respondiendo a la petición del Comité Militar Revolucionario, en breve llegó a Rostov una flotilla de barcos de la Flota del Mar Negro, y de Sebastopol salió para el Don un destacamento de marineros.

El Comité Militar Revolucionario del Don también tomó medidas para armar los destacamentos de guardias rojos de Rostov, Taganrog y poblados mineros. Pero para iniciar la ofensiva contra las tropas de Kaledin, los bolcheviques del Don no tenían todavía suficientes fuerzas.

La situación en el Don se agravaba, lo que inquietaba muchísimo al Gobierno soviético, al CC del partido y personalmente a V. I. Lenin. Comprendiendo el gran peligro que representaba la kalediniada para la revolución socialista, el partido tomó una serie de medidas para extinguir ese foco contrarrevolucionario. "O vencer a los Kaledin y los Riabushinski o entregar la revolución"606, así apreciaba Lenin la amenaza kalediniana. Partiendo de esa amenaza, el Comité Militar Revolucionario de Petrogrado ya el 2 de noviembre había examinado la situación creada en la provincia del Don y después casi todos los días se dedicaba a las cuestiones de la lucha contra la kalediniada607.

El Gobierno soviético encomendó al bolchevique V. A. Antónov-Ovsiéenko la organización práctica del aplastamiento del motín de Kaledin. Para ayudar a los bolcheviques del Don, el CC del partido envió a Rostov a uno de sus miembros: A. S. Búbnov. De Petrogrado, Moscú, Járkov y otras ciudades, así como del Donbás, fueron enviados destacamentos de guardias rojos, marineros y soldados revolucionarios para combatir a los kaledinianos.

Pero para aquel tiempo, Kaledin había logrado desarmar los regimientos de infantería en Novocherkassk y en la stanitsa Kámenskaya y ordenó disolver todos los regimientos de infantería acantonados en la provincia. Algunos soldados se fueron para casa; otros, influenciados por los conciliadores, en los acontecimientos que estaban desenvolviéndose ocuparon la posición de "neutralidad". Las unidades cosacas cercaron Rostov.

En la noche del 26 de noviembre, los kaledinianos emprendieron la lucha armada en Rostov, pero al cabo de tres días de combate fueron derrotados y arrojados de la ciudad. No obstante, la situación seguía siendo muy tensa.

Kaledin reorganizó y completó sus unidades y comenzó nuevamente la ofensiva sobre Rostov. Se entablaron encarnizados combates en los accesos y

605 La lucha por el poder de los Soviets en el Don, pág. 156. S. S. Jesin, Marineros de la revolución. M., 1958, págs. 221-224. 606 V. I. Lenin. Gente del otro mundo. O.C., 1. 35, pág. 230. 607 Documentos de la Gran Revolución Proletaria, t. 1, M., 1938, págs. 157, 167, 174-175,177 y otras.

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en la propia ciudad. Los defensores de la ciudad rechazaban heroicamente los ataques del enemigo, pero los destacamentos de los guardias rojos eran poco numerosos, estaban mal armados e instruidos; los soldados de la guarnición continuaban manteniendo la posición de "neutralidad" y la flotilla del Mar Negro, que había desempeñado un gran papel al rechazar la primera ofensiva de los kaledinianos, ahora se encontraba sin municiones. A los guardias rojos enviados de otras ciudades no les dio tiempo prestar ayuda. El 2 de diciembre Kaledin ocupó Rostov.

Una vez solucionada esa tarea, Kaledin emprendió la ofensiva hacia el norte, tratando de salir al centro del país. Las bandas de Kaledin avanzaban por la provincia del Don liquidando por doquier los Soviets y castigando cruelmente a los funcionarios del partido y de los Soviets.

La ofensiva de las tropas de Kaledin hacia el centro del país fue la señal para la acción de todas las fuerzas antisoviéticas, cuyos planes, como puede uno suponer, estaban coordinados con anticipación. En ayuda de Kaledin se apresuró la Rada ucraniana. Favoreciendo a la concentración de tropas contrarrevolucionarias en el Don, la Rada impedía el movimiento de los destacamentos soviéticos. Las unidades nacionalistas de la Rada iniciaron la lucha armada contra los destacamentos que iban a combatir contra los cosacos de Kaledin. Al mismo tiempo, activaron las acciones el atamán cosaco Dútov en la región de Oremburgo, la Rada del Kubán y el general Scherbachev en el Frente Rumano. Se creó un frente antisoviético único con su centro en el Don.

El 25 de noviembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo se dirigió con el llamamiento A toda la población, en el que se decía que la "revolución está en peligro. Es necesario llevar la causa popular hasta el final. Es necesario barrer a los criminales enemigos del pueblo. Es necesario que los conspiradores contrarrevolucionarios, los generales cosacos y sus inspiradores demócratas constitucionalistas sientan la mano de hierro del pueblo revolucionario". El Consejo de Comisarios del Pueblo declaró el estado de sitio en las zonas de rebelión, y a los cabecillas del motín, fuera de la ley; prohibió mantener con ellos cualesquiera conversaciones y exhortó a todas las fuerzas revolucionarias a realizar acciones enérgicas608.

A las zonas ocupadas por Kaledin se dirigieron destacamentos complementarios de tropas soviéticas y se acrecentaron los envíos de armamento a los guardias rojos del Donbás, En Járkov comenzó sus acciones el Estado Mayor, que tenía la misión de combatir la contrarrevolución en el sur del país.

Lenin se interesaba personalmente por la formación y el armamento de las tropas soviéticas 608 Decretos del Poder soviético, t. 1. M., 1957, págs. 154-155.

que se dirigían a sofocar el motín de Kaledin, así como por la rapidez de su desplazamiento hacia el frente. A proposición de Lenin fueron asignadas grandes sumas para luchar contra la kalediniada. Además, el partido y el Gobierno adoptaron una serie de medidas para explicar a los cosacos los verdaderos objetivos de Kaledin y la política del Poder soviético con el fin de apartar, de ese modo, a los cosacos trabajadores del movimiento kalediniano.

De acuerdo con el informe de Lenin sobre la visita que le hizo una delegación de la Unión de Tropas Cosacas, el Consejo de Comisarios del Pueblo acordó el 25 de noviembre dirigirse a los cosacos con un llamamiento y enviar agitadores a las zonas cosacas.

En el llamamiento del Consejo de Comisarios del Pueblo se hacía un relato de las primeras medidas adoptadas por el Poder soviético, se demostraba de modo convincente la esencia contrarrevolucionaria y los planes antipopulares de los atamanes facciosos609. El 30 de noviembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó la proposición de la Sección Cosaca del Comité Ejecutivo Central de toda Rusia sobre la elaboración de proyectos de leyes para asegurar los intereses de los cosacos trabajadores.

El 9 de diciembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo hizo pública una disposición por la que se abolía el servicio militar obligatorio de los cosacos, se les pertrechaba y equipaba a costa del Estado y se establecía la libertad de su desplazamiento610. Esas medidas, al igual que otras puramente militares, tenían gran importancia para la descomposición de las tropas de Kaledin.

A través de numerosos agitadores enviados a las zonas cosacas y de los cosacos que regresaban del frente para sus hogares, la noticia sobre esas medidas del Poder soviético penetraba en el ambiente cosaco. La verdad bolchevique acerca de los acontecimientos que estaban sucediendo acrecentaba la excitación en las tropas cosacas, relajaba ese sostén de la contrarrevolución.

Simultáneamente, en la retaguardia kalediniana activaron su labor las organizaciones bolcheviques que habían pasado a la clandestinidad. Todo el trabajo lo dirigía el Comité Militar Revolucionario del Don, que se había trasladado a Vorónezh, y el comité bolchevique clandestino de Rostov. Bajo la dirección de esos comités, los trabajadores de la provincia del Don se levantaban a la lucha contra Kaledin. La estratificación de los cosacos y del campesinado del Don continuaba acrecentándose. Los cosacos y campesinos pobres, que por medio del engaño fueron enrolados en el movimiento, se apartaban del atamán faccioso. Al descontento y a la descomposición en el ejército de Kaledin también favorecía el empuje cada vez más fuerte de las tropas 609 Ibídem, págs. 156-159. 610 Ibídem, pág. 199.

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soviéticas. Después de cercar las zonas envueltas en la

sublevación, las tropas soviéticas comenzaron a prepararse para el combate decisivo. Contra Kaledin salieron más de 8.000 combatientes con trenes blindados, artillería y ametralladoras. La ofensiva se desarrolló en varias direcciones. A medida que iban acercándose a Rostov, las tropas soviéticas se complementaban incesantemente a costa de los obreros del Donbás.

A iniciativa de las unidades cosacas con orientación revolucionaria que habían llegado del frente, en aquellos días se celebró en la stanitsa Kámenskaya el Congreso de Cosacos del Frente que "discutió la política pérfida y traidora del atamán…"611. El 10 de enero, el congreso acordó unánimemente "declarar la guerra a Kaledin y adueñarse de todo el poder en la provincia del Don"612; eligió el Comité Militar Revolucionario cosaco del Don, el cual exigió de Kaledin, de un modo terminante, el cese de la lucha contra el Poder soviético. El atamán declinó la reivindicación. El congreso envió a Petrogrado una delegación que fue recibida por Lenin y que participó en las labores del III Congreso de los Soviets de toda Rusia.

La situación de Kaledin empeoraba de día en día. Y aunque sus destacamentos habían ocupado Lijáia, Zvérevo y Kámenskaya, sin embargo, no pudieron avanzar más. Los kaledinianos se encontraban atenazados: desde el frente avanzaban las tropas soviéticas; en la retaguardia se alzó a la lucha contra Kaledin la población trabajadora del Don. Las unidades cosacas comenzaron a desobedecer a Kaledin y no deseaban luchar contra los destacamentos revolucionarios.

El 15 de enero, las tropas soviéticas ocuparon Matvéev Kurgán y se aproximaron a Taganrog. Los obreros de la ciudad, bajo la dirección del Comité Militar Revolucionario creado por los bolcheviques, se sublevaron el 17 de enero y arrojaron a los kaledinianos de la ciudad. A finales de enero se liberó Zvérevo, Lijáia y Sulin. El 29 del mismo mes, Kaledin comunicó al Gobierno de las Tropas: "Nuestra situación es irremediable. La población, además de no apoyarnos, mantiene para con nosotros una actitud hostil"613. Comprendiendo que no tenía salida, Kaledin se pegó un tiro.

Cumpliendo indicaciones de Lenin, el 24 de febrero las tropas soviéticas liberaron Rostov y al día siguiente, Novocherkassk. El foco más peligroso de la contrarrevolución rusa fue liquidado y en el Don se instauró el Poder soviético.

Al sur de la provincia del Don, se extienden las

611 Yu. K. Kirienko. El Congreso de combatientes cosacos en Kámenka. "Historia SSSR", 1964, N° 5, pág. 131. 612 "Krasnii arjiv", 1936, Nº 3, pág. 27. 613 G. V. Maláshenko y L. I. Berz, Artículo citado, pág. 209.

amplias estepas de Kubán, que llegan hasta la zona premontañosa del Cáucaso y el litoral del Mar Negro. En la provincia del Kubán vivían entonces 2.940.000 personas, siendo cosacos el 47%. Las relaciones sociales en la provincia eran aproximadamente las mismas que en la del Don. La diferencia esencial entre ambas provincias era que en el Kubán no había grandes centros industriales y, por consiguiente, era mucho más reducido el número de proletarios. También era relativamente pequeño el número de guarniciones de retaguardia.

Para octubre de 1917, los bolcheviques del Kubán y del litoral del Mar Negro ya habían conquistado la mayoría en varios Soviets, incluido el de Ekaterinodar. En las ciudades y las stanitsas se organizaba la Guardia Roja. Los bolcheviques eran apoyados por los soldados revolucionarios de las guarniciones militares acantonadas en esa región.

La revolución encontró aquí un enemigo fuerte y bien organizado: la Rada de las Tropas del Kubán, que se apoyaba en la élite cosaca y en grandes destacamentos de cosacos. La Rada de las Tropas formó el "Gobierno de las Tropas", apoyado por el coronel Filimónov, atamán de los cosacos del Kubán. La contrarrevolución de la región mantenía estrechos vínculos con Kaledin. El Kubán, igual que el Don, atraía a la oficialidad reaccionaria que esperaba encontrar allí el apoyo para organizar la lucha armada contra la revolución socialista.

La nueva acerca del triunfo de la revolución socialista llegó al Kubán y a los territorios adyacentes al Mar Negro el 26 de octubre. El Soviet de Ekaterinodar, el de Novorossiisk y otros acordaron tomar inmediatamente el poder en sus manos. Mas no lograron poner en práctica la decisión. El "Gobierno de las Tropas" declaró el estado de sitio en el Kubán, sus destacamentos ocuparon Correos y Telégrafos de Ekaterinodar, desarmaron al Grupo de Artillería que tenía orientación revolucionaria y arrestaron a los miembros del Comité Ejecutivo del Soviet de la ciudad. Respondiendo al llamamiento de los bolcheviques, los obreros de Ekaterinodar declararon una huelga de protesta y junto con los soldados de la guarnición organizaron un mitin masivo. Pero los cosacos y cadetes abrieron fuego y lo dispersaron.

El 5 de noviembre, el Soviet de Ekaterinodar decidió "avisar inmediatamente a todos los Soviets de la situación existente en la provincia del Kubán y pedir ayuda para combatir a la descarada contrarrevolución". I. I. Yankovski, presidente del Soviet, comunicó al Soviet de Petrogrado acerca de los sucesos ocurridos en la ciudad614.

El I Congreso de Campesinos Foráneos, celebrado en Ekaterinodar a comienzos de noviembre, aprobó

614 La lucha por el Poder soviético en el Kubán en 1917-1920. Compilación de documentos. Krasnodar, 1957, págs. 115-116.

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la resolución propuesta por los bolcheviques, en la que señalaba que el atamán y el "Gobierno de las Tropas" no eran reconocidos "como poder estatal ni gozaban de autoridad entre la mayoría de la población de la región" y exigió la anulación del estado de sitio declarado por ellos. Pero los eseristas y mencheviques presentes en el congreso lograron realizar la segunda votación, revocando la resolución bolchevique615.

Mientras tanto, al Kubán iban llegando del frente soldados con orientación revolucionaria; ellos traían a las ciudades y stanitsas la noticia sobre los primeros decretos del Poder soviético, levantaban a las masas a la lucha por la instauración del poder de los Soviets.

El 23 de noviembre, en Novorossiisk inició sus labores el Congreso de representantes de los Soviets de la provincia del Mar Negro, convocado por los bolcheviques. El congreso saludó a la Revolución de Octubre y al Consejo de Comisarios del Pueblo con V. I. Lenin a la cabeza; declaró el poder de los Soviets en toda la provincia y formó la República Soviética del Mar Negro616.

Pero también en el Kubán se organizaban las fuerzas de la oficialidad contrarrevolucionaria que huía a esa región de todos los confines de Rusia. La contrarrevolución se hacía cada vez más insolente. El 9 de diciembre, la Rada del Kubán declaró, abiertamente que no reconocía el poder de los Soviets y exhortó a los cosacos a la lucha armada contra el bolchevismo. Los bolcheviques tuvieron que pasar a la clandestinidad y Ekaterinodar se convirtió en el centro de la Rada.

La liquidación de la Rada del Kubán y la derrota de sus fuerzas armadas se convirtió en la tarea fundamental de los bolcheviques del Kubán y de la zona adyacente al Mar Negro. La organización clandestina de los bolcheviques de Ekaterinodar, aun siendo muy difíciles las condiciones de trabajo, seguía organizando y armando a la Guardia Roja. A mediados de diciembre, los obreros de la ciudad ya habían reunido cerca de 3.000 fusiles, 6 ametralladoras y 2 piezas de artillería617. Los bolcheviques también sentían el apoyo de las unidades acantonadas en la región, que habían llegado del frente.

Para afianzar la situación de la Rada, el 12 de diciembre los conciliadores convocaron en Ekaterinodar el II Congreso de Campesinos Foráneos, en el que se acordó unirse a la Rada, creando de ese modo una apariencia de unión entre cosacos y foráneos. No obstante, los bolcheviques consiguieron que el congreso les siguiera a ellos; divulgaron entre los delegados el llamamiento del Consejo de Comisarios del Pueblo a los cosacos. El

615 Ibídem, págs. 116-117. 616 Ibídem, págs. 14,410. 617 Ibídem, pág. 15.

congreso aprobó la resolución en la que se reconocía la "necesidad de entregar en el Kubán toda la plenitud del poder a manos de los Soviets de diputados obreros, soldados, campesinos y cosacos"; también expresó su desconfianza a la Rada y a la "Alianza del Sudeste"; reconoció el poder del Consejo de Comisarios del Pueblo y exhortó a los trabajadores del Kubán a luchar por el poder de los Soviets. Se eligió un órgano provisional del Poder soviético en el Kubán: el Soviet revolucionario de diputados populares de la región del Kubán, al que se le encomendó convocar en Ekaterinodar, el 25 de enero de 1918, el I Congreso de los Soviets de la provincia del Kubán618. Pero los contrarrevolucionarios, que disponían de superioridad de fuerzas, arrestaron a los miembros del Soviet de diputados populares y a una serie de activistas bolcheviques, desarticularon el periódico bolchevique Prikubánskaya Pravda ("La Verdad del Kubán") y comenzaron las represiones contra los trabajadores. La Rada logró estrangular el movimiento revolucionario en la región y aniquilar a muchos activistas del partido. Pero esa victoria fue efímera, pues tropezaba con la resistencia de las amplias masas trabajadoras.

A mediados de enero de 1918, el poder de los Soviets se proclamó en la mayoría de las ciudades y stanitsas de la provincia. Sólo en Ekaterinodar se mantenía aún el dominio de la contrarrevolución. Los acontecimientos en el Kubán se desenvolvían con gran rapidez. El 17 de enero, en la stanitsa Krímskaya se celebró una conferencia de representantes de los distritos del Kubán que proclamó la instauración del Poder soviético en la provincia. Dicha conferencia creó el Comité Militar Revolucionario del Kubán y el Mar Negro y acordó empezar la ofensiva sobre Ekaterinodar para ocuparla antes del 25 de enero, día de la convocatoria del I Congreso de los Soviets de la región del Kubán619.

Sin embargo, la ofensiva estaba mal preparada; los destacamentos de guardias rojos que avanzaban de Novorossiisk fueron derrotados y tuvieron que retroceder con grandes pérdidas. Las unidades contrarrevolucionarias ocuparon una serie de stanitsas y ejecutaron a muchos trabajadores.

El 24 de enero, la reunión del Comité Ejecutivo Central de la República del Mar Negro, en la que estaban presentes representantes de las organizaciones bolcheviques y de la Guardia Roja, acordó suspender la ofensiva e intensificar la preparación de un nuevo golpe sobre Ekaterinodar. La sección militar del Comité Ejecutivo Central de la República del Mar Negro se fusionó con el Comité Militar Revolucionario del Kubán y el Mar Negro y en toda la región se comenzó a formar, armar e instruir destacamentos de la Guardia Roja. Al Kubán 618 Ibídem, págs. 15, 133-137. 619 Ibídem, págs. 16, 411.

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llegaron agitadores y mandatarios de los órganos del partido y soviéticos, quienes prestaron gran ayuda a las fuerzas revolucionarias locales.

El 14 de febrero de 1918 se reunió en Armavir el I Congreso de los Soviets del Kubán, en el que estaban representados todos los distritos de la región, excepto Ekaterinodar y varias stanitsas donde aún dominaba la contrarrevolución. El congreso eligió el Soviet de la provincia del Kubán. El 22 del mismo mes, el Comité Ejecutivo del Soviet declaró fuera de la ley al "Gobierno de las Tropas" ya la Rada620.

A finales de febrero, después de aniquilar a la kalediniada, el Kubán estableció comunicación directa con el centro. Para ese tiempo se había terminado la preparación de la nueva ofensiva sobre Ekaterinodar, que empezó unos días después y terminó con la toma de la ciudad el 14 de marzo. La Rada del Kubán, el "Gobierno de las Tropas" y sus acólitos huyeron a la zona premontañosa del Cáucaso. En todo el territorio del Kubán y el litoral del Mar Negro se estableció el poder de los Soviets.

La lucha por el poder de los Soviets en las zonas premontañosas y montañosas del Cáucaso también transcurría en complicadas condiciones. Estas zonas estaban habitadas por muchas nacionalidades que con frecuencia estaban enemistadas entre sí y sojuzgadas por las más diversas supervivencias religiosas y feudales. En el Daguestán vivían más de 30 nacionalidades y grupos étnicos que hablaban en 32 lenguas y dialectos distintos. La parte privilegiada de la población de esa región la componían los cosacos del Térek y los campesinos foráneos. En el Térek y el Daguestán no había más de 25.000-30.000 obreros, lo que suponía poco más del 3% de la población621, concentrados, principalmente, en las explotaciones petrolíferas de Grozni y en Port-Petrovsk (actualmente Majach-Kalá). Las nacionalidades aborígenes no tenían casi su proletariado industrial. Las mejores tierras se encontraban en poder de los cosacos, de los kulaks prevenientes de otras regiones de Rusia y de la nobleza feudal local. La mayor parte de la población estaba desprovista de tierra o tenía muy poca, lo que la condenaba al hambre y la miseria.

Las fuerzas reaccionarias del Térek y el Daguestán se apoyaban en las capas acomodadas de los cosacos del Térek y en el clero; atizaban por todos los medios la enemistad nacional, azuzaban a unos pueblos contra otros, valiéndose de las costumbres y de las tradiciones estamentales y nacionales, y sobre todo de los prejuicios religiosos.

En octubre de 1917, en Stávropol, el Térek y el Daguestán actuaban varias organizaciones bolcheviques. Junto con la clase obrera, en el derrocamiento del poder de la burguesía

620 Ibídem, págs. 171-172. 621 S. M. Magomédov. Octubre en el Térek y en Daguestán. Majach-Kalá, 1965, págs. 4, 6.

desempeñaron un papel importante en el transcurso de la lucha revolucionaria las unidades militares acantonadas en la región. A los trabajadores de la región también les prestaron gran apoyo los bolcheviques de Transcaucasia y principalmente los de Bakú.

Teniendo en cuenta las particularidades locales, los bolcheviques, aplicaban una táctica flexible, atraían al lado de la revolución socialista a las organizaciones democráticas que habían surgido aquí anteriormente. Así, los bolcheviques de Vladikavkaz colaboraban con el partido Kermén y lograron incorporar a sus miembros a la lucha contra la hostilidad nacional, a colaborar con el proletariado en la revolución socialista. Los bolcheviques del Daguestán también colaboraron exitosamente con el grupo socialista daguestano que expresaba los intereses democrático-revolucionarios del campesinado nativo. Este grupo desempeñó un papel bastante importante en la lucha por el triunfo de la revolución socialista en la región.

El papel más decisivo en esa lucha lo desempeñaba la política nacional leninista del Gobierno soviético, quien declaró que aseguraría "a todas las naciones que habitaban Rusia el verdadero derecho a la autodeterminación”622. En el llamamiento del Gobierno soviético A todos los trabajadores musulmanes de Rusia y del Este, divulgado ampliamente en el Daguestán, se decía: "Organicen su vida nacional de una manera libre y sin obstáculos. Ustedes tienen ese derecho. Sepan que todos sus derechos, igual que los de todos los pueblos de Rusia, son protegidos con todo el poderío de la revolución y de sus órganos, los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos. ¡Apoyen, pues, esta revolución y su Gobierno plenipotenciario!623

A últimos de septiembre, los bolcheviques ya habían logrado la mayoría en el Soviet de VIadikavkaz y poco más tarde en el de Grozni. Crecía la influencia bolchevique en los Soviets de Port-Petrovsk, Kizliar y otras ciudades, así como entre los pueblos montañeses.

Después de recibirse la noticia del triunfo de la Revolución de Octubre en la capital, por muchas ciudades pasó una ola de mítines de trabajadores que exigían la transición del poder local a manos de los Soviets. El 28 de octubre, el Soviet de Vladikavkaz se expresó por el apoyo a la revolución socialista, y el 4 de noviembre, después de escuchar el informe de S. M. Kírov, conocido bolchevique que había asistido al II Congreso de los Soviets de toda Rusia, aprobó una resolución en la que testimoniaba "su fidelidad al nuevo Gobierno proletario y campesino que había

622 La lucha por la instauración del Poder soviético en Daguestán. 1917-1921. Recopilación de documentos y datos. M., 1958, pág. 50. 623 Decretos del Poder soviético, t. 1, pág. 114.

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tomado en sus manos la causa del cese de la masacre de cuatro años, la solución inmediata del problema de la tierra a favor de los trabajadores del campo, la regulación de la producción que está siendo destruida por la burguesía antipopular y la emancipación de las nacionalidades oprimidas"624. Tres días después, el Soviet de Port-Petrovsk también acordó reconocer al Consejo de Comisarios del Pueblo e instaurar en la ciudad el Poder soviético. Pero la contrarrevolución del Daguestán logró traer del frente unidades de cosacos del Térek y la "División salvaje". Estaban preparándose fuerzas armadas para sofocar a la revolución. Además, algunos de los Soviets, en los que aún eran dueños los mencheviques y eseristas, también se pronunciaron contra la Revolución de Octubre.

El 12 de noviembre, en Vladikavkaz se reunió el Congreso de representantes de la élite cosaca que acordó no reconocer el poder de los Soviets. El llamado "Gobierno montañés", instituido por la nobleza feudal, la burguesía y el clero musulmán, y el "Gobierno Provisional de las Tropas" se convirtieron en centros de la lucha contrarrevolucionaria: el 1 de diciembre organizaron el "Gobierno Provisional del Térek y el Daguestán", que logró desarticular los Soviets de Vladikavkaz y Grozni, arrestar a sus dirigentes y provocar choques sangrientos entre cosacos y montañeses y entre ingushes y osetios. En ese tiempo, los nacionalistas del Daguestán concentraron sus destacamentos armados en Temir-Jan-Shurá, preparándose para declarar en esa región la monarquía encabezada por el imán N. Gotsinski.

No obstante, los bolcheviques, junto con el grupo socialista daguestano, organizaron destacamentos de obreros, soldados y montañeses pobres y obligaron a Gotsinski con sus bandas a huir a las montañas. Pero quedaba aún el "Gobierno Provisional del Térek y el Daguestán" que se oponía a la proclamación del poder de los Soviets.

La reacción atizaba intensamente la enemistad entre las nacionalidades, especulaba con los sentimientos nacionales de los pueblos locales, excitaba el odio hacia la población rusa, cuyos representantes desempeñaban un importante papel en el desarrollo del movimiento revolucionario entre los pueblos montañeses. Estaba contaminada por el nacionalismo la parte acomodada de la población montañesa, pero no los pobres. Su punto de vista encontró el reflejo en la resolución aprobada en Piatigorsk, a finales de enero, en la reunión de las organizaciones democráticas y de representantes de las zonas montañesas. En ella se decía que "el pueblo kabardo no tiene más que un sentimiento: el de amistad y de sincero respeto hacia la población rusa; que el pueblo kabardo se distancia resueltamente de

624 I. I. Mints. Obra citada, págs. 93-94.

la ola de expoliaciones, de bandidaje y de excesos nacionalistas que abarcó a Chechenia e Ingushia, y que sólo desea una cosa: convivir pacíficamente con todos los pueblos en aras del trabajo común..., fortalecer los principios de la libertad, la igualdad y la fraternidad..." y que "la revolución rusa, que proclamó el principio de la autodeterminación de los pueblos, lleva la paz y la libertad a todos los pueblos"625

La principal tarea de las fuerzas bolcheviques ahora era cohesionar a los trabajadores de todas las nacionalidades de la región para luchar contra la reacción, desenmascarar los manejos de la contrarrevolución nacionalista. En la solución de esas tareas desempeñó un gran papel el I Congreso de los pueblos del Térek, inaugurado en Mozdok a finales de enero. Los bolcheviques agruparon a las fuerzas democráticas del congreso, crearon un bloque socialista y propusieron, en nombre de éste, terminar ante todo con la enemistad nacional, que era el mayor peligro para la revolución. El congreso consideró necesario "crear ante todo un órgano de poder capaz de agrupar a la democracia de la región del Térek y que tenga autoridad entre las masas de la población, independientemente del estamento y de la nacionalidad"626. Ese órgano de poder fue el Soviet Popular del Térek, elegido en el congreso, del cual formaron parte representantes de todas las nacionalidades y organizaciones democráticas del Térek.

A comienzos de marzo de 1918, en Piatigorsk se celebró el II Congreso de los pueblos del Térek, en el que S. M. Kírov desempeñó el papel dirigente. Los bolcheviques propusieron proclamar en el Térek el Poder soviético. El 17 de marzo, el congreso, en nombre de los trabajadores del Térek, envió un telegrama a Lenin comunicándole la decisión de reconocer el Consejo de Comisarios del Pueblo627. Se formó la República Popular Soviética del Térek dentro del marco de la RSFSR. En un breve plazo, los destacamentos revolucionarios derrotaron a las tropas contrarrevolucionarias y a últimos de marzo en todo el Térek se instauró el Poder Soviético. El "Gobierno del Térek y el Daguestán", con los restos de sus bandas, huyó a Temir-Jan-Shurá, pasando poco más tarde a Georgia.

En el Daguestán, la lucha por el poder de los Soviets adquirió un carácter más prolongado. A últimos de marzo, Port-Petrovsk era, en realidad, la única ciudad del Daguestán en la que el poder se encontraba en manos del Soviet. En las demás localidades de la región dominaban los conciliadores

625 Por el poder de los Soviets en Kabardá y Balkaria. Documentos y datos. Nálchik, 1957, pág. 41. 626 S. M. Kírov. Artículos y discursos escogidos. M., 1957, pág. 21. 627 Por el poder de los Soviets en Kabardá y Balkaria, pág. 72.

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y nacionalistas burgueses. El Comité Militar Revolucionario de Port-Petrovsk emprendió medidas para afianzar el Poder soviético.

A su vez, los contrarrevolucionarios daguestanos comenzaron a preparar las acciones combativas. El Comité Ejecutivo regional del Daguestán, creado ya durante el Gobierno Provisional, se convirtió en el centro de reunión de las fuerzas contrarrevolucionarias de la región. Las bandas nacionalistas burguesas de Gotsinski y unidades del Cuerpo de Caballería del general Pólovtsev ocuparon Port-Petrovsk el 25 de marzo, después de vencer la heroica resistencia de los escasos destacamentos de guardias rojos de la ciudad. El Comité Militar Revolucionario y los funcionarios soviéticos se vieron obligados a evacuarse a Astrakán. El imán Gotsinski exhortó a los montañeses a la guerra "sagrada" contra los bolcheviques y comenzó a provocar choques sangrientos entre los pueblos del Daguestán. Para los trabajadores de la región comenzaron días difíciles.

En su ayuda acudieron los trabajadores de Bakú y Astrakán. El 18 de abril, del puerto de Bakú salieron rumbo hacia Port-Petrovsk varios barcos acompañados de cañoneras, teniendo a bordo un destacamento de desembarco de tropas revolucionarias. Al día siguiente, de Astrakán salió para Port-Petrovsk otro destacamento, en el que se encontraban los miembros del Comité Militar Revolucionario de Port-Petrovsk628.

En la noche del 20 de abril, el destacamento de Bakú desembarcó en Port-Petrovsk y entró en combate. Los destacamentos contrarrevolucionarios se dieron a la fuga y en la ciudad fue restablecido el Poder soviético. Poco más tarde, los destacamentos revolucionarios, apoyados por los trabajadores de las aldeas, limpiaron todo el Daguestán de las bandas de Gotsinski.

El 2 de mayo de 1918, en el liberado Temir-Jan-Shurá se formó el Comité Militar Revolucionario de la provincia del Daguestán, que proclamó el Poder soviético en toda la región.

* * * La lucha por el poder de los Soviets en los Urales

y las regiones adyacentes se distinguía por una serie de particularidades. Los Urales eran una de las mayores regiones industriales del país; en sus numerosas empresas trabajaban más de 300.000 obreros; con los Urales lindaba la provincia de Viatka, que contaba con más de 38.000 obreros, siendo Izhevsk su principal centro industrial629. La gran mayoría de los obreros uralenses estaba ocupada

628 N. Emírov. La instauración del Poder soviético en Daguestán y la lucha contra los intervencionistas germano-turcos. M., 1949, pág. 61. 629 I. I. Mints. Obra citada, pág. 74; La instauración y el afianzamiento del Poder soviético en la provincia de Viatka. Recopilación de documentos. Kírov, 1957, pág. 4.

en la industria minera y metalúrgica; muchos de esos obreros, igual que los de otras regiones de Rusia, estaban ligados con la agricultura. Las zonas más desarrolladas en sentido industrial se encontraban en el centro de los Urales, cuya ciudad más importante era Ekaterimburgo (actualmente Sverdlovsk), aunque la capital de la provincia era Perm.

En los Urales, los rusos componían, aproximadamente, el 71 % de la población; los bashkires, el 13 %; los tártaros, el 5 %; los udmurtos, el 4 %; los mari, el 2 %; otras nacionalidades, cerca del 5%630. La abigarrada composición nacional también era característica para las provincias adyacentes a los Urales.

Las zonas de los Urales meridionales eran agrarias, donde también había una considerable capa cosaca agrupada en la Tropa Cosaca de Oremburgo. Igual que en las demás zonas cosacas, los cosacos privilegiados eran el baluarte armado de la contrarrevolución. Las principales fuerzas de la contrarrevolución uralense se concentraban en la provincia de Oremburgo, en cuyas ciudades vivía el 7% de la población. En 1917, en esa provincia había menos de 5.000 obreros631. Los cosacos de Oremburgo eran dueños de 4 millones de desiatinas de tierras de labranza (en total había 6 millones). El promedio de las parcelas de los cosacos era de 67,4 desiatinas, mientras que la de los campesinos era de 6,6. Sin embargo, tampoco aquí los cosacos eran homogéneos por su situación económica. El 8,5 % de las haciendas cosacas tenían de 100 a 1.000 desiatinas de tierra cada una, mientras que el 12,9% no tenían tierras de labranza o no poseían caballo632. La población de la provincia era también multinacional: el 30% de la población la componían kazajos, bashkires, tártaros y representantes de otras nacionalidades no rusas.

Para el desarrollo de los acontecimientos en los Urales tenía gran importancia su situación geográfica. En el occidente, esa zona lindaba con la cuenca media del Volga; en el oriente, detrás de la cordillera de los Urales, comenzaban las ilimitadas extensiones de Siberia; en el sur, lindaba con regiones pobladas por nacionalidades no rusas, sometidas a doble opresión: la clasista y la nacional. El territorio de la región de Oremburgo colindaba con las tierras kazajas, donde los nacionalistas manifestaban bastante actividad.

En el otoño de 1917, en las ciudades y poblados fabriles de los Urales, así como en los territorios adyacentes, se activó el trabajo de las organizaciones

630 I. I. Mints. Obra citada, pág. 75. 631 N. K. Lisovski. La marcha triunfal del Poder soviético en los Urales del Sur, en la compilación El establecimiento del Poder soviético en las localidades en los años 1917-1918. II tomo, M., 1959, pág. 397. 632 N. K. Lisovski. El aplastamiento de la dutoviada (1917-1919). M., 1964, págs. 4-6.

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bolcheviques. La organización más fuerte se creó en Ekaterimburgo, donde se encontraba el Comité del POSD(b)R de la región de los Urales. En octubre de 1917, los bolcheviques de la región editaban 7 periódicos de masas633.

Los centros industriales y los poblados fabriles de los Urales se convirtieron en el baluarte del Partido Bolchevique. En vísperas de la Revolución de Octubre, los bolcheviques ocupaban la posición dirigente en la mayoría de los Soviets de los centros industriales de la región.

Preparándose para la revolución socialista, los bolcheviques de la región organizaban destacamentos de la Guardia Roja. Igual que en todo el país, los bolcheviques estaban apoyados por los soldados revolucionarios de las guarniciones uralenses.

De ese modo, la revolución socialista contaba con el fuerte apoyo de las masas de la mayor parte de las zonas uralenses, y excepto la provincia de Oremburgo, logró triunfar con relativa facilidad.

En el centro de los Urales, el poder de los Soviets se estableció a raíz del triunfo de la insurrección armada en Petrogrado. Los Soviets de Ekaterimburgo y de los poblados fabriles, apoyándose en los obreros y soldados revolucionarios, se hicieron dueños del poder. Durante octubre y noviembre de 1917, el Poder soviético se estableció, por vía pacífica, en la mayoría de las ciudades y poblados fabriles de los Urales.

En muchos centros industriales de los Urales meridionales, los Soviets declararon la toma del poder en sus manos después de conocerse el triunfo de la revolución en Petrogrado. Pero en los Soviets de una serie de ciudades y poblados de la región (Zlatoust, Bieloretsk, Verjne-Uralsk, Sotka y Kusa) dominaban los mencheviques y eseristas, por eso la lucha por la instauración del Poder soviético se demoró varios meses y a veces se convertía en conflictos armados.

Adquirió particular agudeza la lucha por la instauración del poder de los Soviets en Perm, centro administrativo de los Urales. Los conciliadores predominaban en el Soviet de esa ciudad, tenían influencia entre los soldados de la guarnición. En Perm también se encontraba el Soviet regional de diputados obreros y soldados de los Urales, donde los eseristas y mencheviques ocupaban la posición dirigente. Los conciliadores se pronunciaron contra la instauración del Poder soviético en los Urales. Sin embargo, Perm se encontraba rodeado de distritos donde ya había triunfado el poder de los Soviets. Las nuevas elecciones al Soviet de la ciudad de Perm dieron superioridad a los bolcheviques.

En contraposición a este Soviet, los conciliadores, junto con la burguesía, crearon el "Consejo para gobernar la provincia". Los bolcheviques uralenses 633 La lucha por el triunfo de la Revolución Socialista de Octubre en los Urales. Sverdlovsk, 1961, pág. 293.

desplegaron un activo trabajo para celebrar el congreso provincial de los Soviets que se inauguró el 16 de diciembre. De los 139 delegados, 108 eran bolcheviques, 27 eseristas de izquierda, 2 anarquistas y 2 sin partido. Estaban representados 62 Soviets uralenses que agrupaban a 417.335 obreros y soldados de la provincia de Perm. El congreso reconoció como único poder supremo del país al Comité Ejecutivo Central y al Consejo de Comisarios del Pueblo y declaró que "el proletariado y los campesinos pobres de la provincia de Perm marcharían hombro con hombro con ellos"634. Para dirigir la provincia, el congreso eligió el Comité Ejecutivo provincial.

También las diversas organizaciones nacionalistas burguesas de los Urales y territorios adyacentes oponían resistencia a la revolución socialista: la "Sociedad cultural-educativa de los udmurtos de Glázov" y el "Buró de alógenos" en los distritos de Izhevsk, Vótkinsk y Glázov; en las provincias de Ufá y Oremburgo se pronunciaron contra la revolución los nacionalistas burgueses bashkirios agrupados en torno al "Shuró nacional bashkir".

Los bolcheviques explicaban a los trabajadores de las zonas nacionales la política nacional del Poder soviético y la esencia contrarrevolucionaria de las organizaciones nacionalistas. En esa labor le correspondía el papel fundamental al grupo tártaro-bashkirio, perteneciente al Comité de Ufá del POSD(b)R. Poco a poco, los trabajadores de los Urales y de las zonas adyacentes iban rompiendo con el movimiento nacionalista burgués e incorporándose en las filas de los combatientes activos por el poder de los Soviets.

Se desenvolvió una lucha tenaz por el poder en la región de Oremburgo, donde surgió uno de los focos más peligrosos de la contrarrevolución rusa: el motín de Dútov. Este atamán organizó el "Gobierno de las Tropas", reunió en la zona de la ciudad unidades de oficiales y cosacos que contaban con unos 7.000 efectivos635 y encabezó la acción contra el poder de los Soviets. Para organizar las bandas de Dútov, la burguesía de Oremburgo reunió mediante la suscripción más de 2 millones de rublos; apoyaban también a Dútov los imperialistas extranjeros. El propio atamán reconocía: "Franceses, ingleses y norteamericanos tienen conmigo relaciones directas y

634 La lucha por el triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre en los Urales, pág. 377; La lucha por el triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre en la provincia de Perm, págs. 42, 531; La instauración y el afianzamiento del Poder soviético en la provincia de Viatka, págs. 247,253. 635 Por el poder de los Soviets. Memorias de los participantes en la guerra civil en la provincia de Oremburgo. Chkálov, 1957, pág. 28.

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nos prestan ayuda"636. Al enterarse de la victoria de la revolución

socialista en el centro, Dútov se adueñó del poder en Oremburgo y exhortó a los cosacos a luchar contra el Poder soviético. En su ayuda acudieron los conciliadores que habían creado en Oremburgo el "Comité de Salvación de la Patria y la Revolución". Dútov estableció contacto con los dirigentes de las tropas contrarrevolucionarias en el Don, en la cuenca baja del Volga y en Siberia, así como con los nacionalistas de Bashkiria y Kazajstán. Iniciando la rebelión antisoviética, el atamán se planteaba ocupar los Urales, cortar Siberia y Asia Central de la parte europea de Rusia, unirse con Kaledin en el Volga y continuar la ofensiva conjunta hacia el centro del país. Con el fin de poner en práctica los planes, Dútov comenzó la ofensiva sobre las ciudades y poblados industriales de los Urales meridionales. Su compañero de lucha, el atamán Tókarev, a la cabeza de destacamentos cosacos que contaban con varios miles de hombres concentrados en la zona de Tróitsk y Verjne-Uralsk637, ocupó esas ciudades y siguió avanzando en dirección de Cheliábinsk. Levantó cabeza la contrarrevolución local. Los demócratas constitucionalistas, mencheviques y eseristas se agruparon en torno a la duma urbana de Cheliábinsk y exigieron la liquidación del Poder soviético. Los cosacos blancos presentaron al Soviet un ultimátum exigiendo la entrega del poder a la duma. En esa situación, el 2 de noviembre el Soviet declaró ante las fuerzas unificadas de la contrarrevolución que entregaba el poder en la ciudad a la duma urbana, preparándose al mismo tiempo para iniciar la lucha armada.

Empezaron a formarse urgentemente destacamentos de guardias rojos. El 8 de noviembre, los obreros de Oremburgo declararon la huelga general que no cesó hasta el momento de liberarse la ciudad de las bandas de Dútov. El 14 de noviembre, en Oremburgo se creó el Comité Militar Revolucionario bolchevique. Mas tampoco dormían las fuerzas de la contrarrevolución. Esa misma noche detuvieron al Comité Militar Revolucionario y la organización del partido tuvo que pasar a la clandestinidad.

Dútov disponía de grandes fuerzas armadas. Era necesario crear superioridad sobre ellas. El 23 de noviembre, en Oremburgo se organizó el Estado Mayor clandestino para crear la Guardia Roja638, armar e instruir ilegalmente destacamentos de guardias rojos. En ayuda de los trabajadores de la región de Oremburgo acudieron los obreros de los Urales y de la cuenca del Volga. El 20 de noviembre llegó a Cheliábinsk un destacamento mixto de

636 La guerra civil en la provincia de Oremburgo, pág. 111. 637 N. K. Lisovski. Obra citada, pág. 9. 638 La guerra civil en la provincia de Oremburgo, pág. V.

guardias rojos de Ufá, Sízran y Samara y con su ayuda fue restablecido en la ciudad el poder de los Soviets y creado el Comité Militar Revolucionario639.

El 25 de noviembre, en Cheliábinsk se inauguró el Congreso territorial de los Soviets del sur de los Urales; instituyó el Buró del Soviet territorial y presentó a Dútov un ultimátum que exigía la liberación de los bolcheviques y los miembros del Soviet que estaban detenidos. El 2 de enero de 1918 se inauguró la III Conferencia de los bolcheviques de la región de los Urales, que acordó "formar cuadros armados de la Guardia Roja rural compuesta de campesinos pobres organizados en torno a los Soviets, movilizar inmediatamente a todos los obreros desde 18 hasta 40 años de edad para organizar batallones unificados de la Guardia Roja" y considerar a todos los miembros del partido, capaces de empuñar las armas, combatientes de la Guardia Roja640.

Las fuerzas revolucionarias se organizaban rápidamente por toda la región de los Urales. Se crearon grandes destacamentos en Cheliábinsk, Ekaterimburgo, Perm y Ufá. También se levantaron a la lucha contra los cosacos de Dútov los trabajadores de Asia Central, quienes organizaron destacamentos de guardias rojos en Tashkent, Samarcanda y Chimkent. Paralelamente, los bolcheviques intensificaron la agitación entre los campesinos y cosacos trabajadores, explicándoles los verdaderos objetivos que se planteaba Dútov.

Este atamán, que tenía superioridad de fuerzas, continuaba manteniendo en sus manos la mayor parte de la provincia de Oremburgo; logró cortar casi totalmente la comunicación del centro de Rusia con Siberia y Asia Central; estaban bajo amenaza las zonas industriales de los Urales y la cuenca del Volga.

La cuestión referente a la lucha contra el motín de Dútov se discutió muchas veces en el Consejo de Comisarios del Pueblo y en una serie de reuniones del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado. A comienzos de noviembre, P. A. Kóbozev fue designado comisario extraordinario de la provincia de Oremburgo y jefe del ferrocarril de Tashkent. Basándose en la decisión del Consejo de Comisarios del Pueblo, el 2 de diciembre Kóbozev declaró el estado de sitio en la provincia de Oremburgo y ordenó "no celebrar con los facciosos ningún acuerdo, declarando a los cabecillas fuera de la ley. Actuar resuelta e implacablemente contra ellos, procurando, al mismo tiempo, siempre y cuando lo permitan las posibilidades, proteger a los cosacos trabajadores de las graves consecuencias del motín

639 N. K. Lisovski, Obra citada, pág. 19. 640 Ibídem, págs. 21-22.

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dutoviano"641. El 26 de noviembre, Lenin recibió a una

delegación de ferroviarios de Oremburgo. En el mandato que la delegación presentó al Consejo de Comisarios del Pueblo se exponía la situación reinante en la región de Oremburgo y se solicitaba a este organismo "tomar medidas rápidas y resueltas para liquidar el motín contrarrevolucionario en... la provincia de Oremburgo", así como también designar medios para ayudar a los huelguistas de la ciudad de Oremburgo642. Lenin encomendó al Mando Militar de la República prestar ayuda urgente a la lucha contra los cosacos de Dútov643. En adición a las medidas tomadas, a finales de noviembre salió de Petrogrado, para luchar contra las tropas de Dútov, un destacamento de marineros, organizado urgentemente, que recibió el nombre de "Destacamento Relámpago del Norte". A mediados de diciembre, en la zona de Buzuluk se concentraron cerca de 2.000 guardias rojos que habían llegado de Samara, Simbirsk, Ufá, Kazán, Izhevsk, Vótkinsk, Ekaterimburgo, Perm y otras ciudades. El 16 de diciembre, aquí se organizó el Estado Mayor del Frente de Oremburgo.

El 18 de diciembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo volvió a examinar la situación en la provincia de Oremburgo. Se le encomendó a Podvoiski "presentar diariamente al Consejo de Comisarios del Pueblo un informe escrito acerca de las medidas tomadas" para liquidar la rebelión de Dútov644.

El 25 de diciembre, los destacamentos de guardias rojos concentrados en Cheliábinsk con el "Destacamento Relámpago del Norte" a la cabeza, que en total contaban con 2.500 efectivos645, liberaron Tróitsk de las bandas dutovianas, pero fracasó la ofensiva de las tropas soviéticas en la dirección de Buzuluk-Oremburgo. 6.000 cosacos bien armados e instruidos rechazaron sin grandes esfuerzos los ataques de 2.000 guardias rojos insuficientemente instruidos y mal armados.

Cuando se desenvolvían los combates en la región de Oremburgo, el Consejo de Comisarios del Pueblo acordó el 24 de diciembre enviar armamento y guardias rojos complementarios para combatir a las tropas de Dútov. A comienzos de enero de 1918, contra los dutovianos se concentraron más de 10.000

641 Los bolcheviques de los Urales en la lucha por el triunfo de la Revolución Socialista de Octubre. Compilación de documentos. Sverdlovsk, 1957, pág. 254. 642 La guerra civil en la provincia de Oremburgo, págs. 17-19. 643 V. I. Lenin. A 8. P. Podvoiski o B. A. Antánov-Ovséienko. O. C, t. 50, pág. 10. 644 La guerra civil en la provincia de Oremburgo, págs. VII, 38. 645 N. K. Lisovski. La Revolución de Octubre en los Urales del Sur, pág. 118.

combatientes soviéticos646. Las medidas militares emprendidas por el

Gobierno soviético, en combinación con el amplio trabajo político de masas, comenzaron rápidamente a dar sus frutos. Los cosacos de filas, implicados mediante el engaño y la provocación, se apartaban del atamán faccioso. Se frustraron los cálculos de Dútov de recibir apoyo de los bashkirios, tártaros y kazajos. Los nacionalistas burgueses no lograron prestar substancial ayuda a la rebelión dutoviana. Las masas trabajadoras iban comprendiendo poco a poco el contenido de la política nacional leninista, enterándose de las medidas emprendidas por el Gobierno soviético para liquidar la opresión nacional y solucionar el problema agrario. Esas circunstancias predeterminaron la actitud de los trabajadores kazajos y de otras nacionalidades para con el motín. Crecía la descomposición de las tropas de Dútov; los tártaros, kazajos y bashkirios, no deseando servir a los nacionalistas burgueses, se pasaban al lado del Poder soviético; se formaban destacamentos que volvían las armas contra Dútov.

A comienzos de enero de 1918, las unidades de guardias rojos iniciaron una nueva ofensiva sobre Oremburgo. El 16 del mismo mes, los obreros de la ciudad se levantaron en armas y dos días después Oremburgo fue liberado gracias al golpe simultáneo de los insurrectos y las tropas soviéticas. Dútov con un grupo de cosacos huyó a Verjne-Uralsk. En casi toda la región de Oremburgo comenzó a ondear la bandera de los Soviets.

* * * Más allá de la cordillera de los Urales se

encuentran las vastas extensiones de Siberia y el Extremo Oriente. Siberia se distinguía por la extraordinariamente baja densidad de la población; los habitantes de esa región no llegaban a los 10 millones, de los cuales un millón eran de nacionalidades no rusas647. La distancia entre los poblados alcanzaba a veces centenares de kilómetros. En vísperas de la Revolución de Octubre, la industria de Siberia no daba más del 1,8% de la producción industrial de Rusia y el número de obreros ocupados en las empresas siberianas sólo componía el 1 % del número total de obreros en el país648. El proletariado estaba concentrado, principalmente, a lo largo del Ferrocarril Transiberiano, en las ciudades, minas y placeres. En total, en Siberia había unos 325.000 obreros industriales.

Cerca del 90% de la población siberiana se dedicaba a la agricultura; en vísperas de la I Guerra

646 S. S. Jesin. Marineros de la revolución, pág. 270. 647 M. M. Shórnikov, Los bolcheviques de Siberia en la lucha por el triunfo de la Revolución de Octubre. Novosibirsk, 1963, pág. 81; L. M. Spirin. El aplastamiento del ejército de Kolchak. M., 1957, pág. 17. 648 V. P. Safrónov. El Octubre en Siberia. Krasnoyarsk, 1962, págs. 37, 38.

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Mundial, aquí se producían anualmente más de 70 millones de puds de cereales comerciales y cerca de 4,5 millones de mantequilla.

Como particularidad característica de la agricultura siberiana puede destacarse la casi completa ausencia de la propiedad terrateniente y la existencia de grandes extensiones de tierras baldías. Verdad es que cerca de 68 millones de hectáreas de tierras siberianas pertenecían al mayor terrateniente ruso: el zar649. El campesinado siberiano, en su mayoría, era más rico que el campesino de otras regiones del país. Cada hacienda tenía, como promedio, más de 17 desiatinas de tierra, lo que superaba considerablemente a las parcelas campesinas en la parte europea de Rusia y más del doble de ganado que en las regiones centrales.

No obstante, la estratificación clasista del campesinado siberiano en 1917 avanzó muchísimo. La población del campo siberiano se dividía del modo siguiente: kulaks, 15-20%; campesinos medios, 30-35%; campesinos semipobres y pobres, 50-55%650. En Siberia y los territorios vecinos vivían unos 550.000 cosacos privilegiados651. En la lucha contra la revolución, la reacción siberiana cifraba grandes esperanzas en los kulaks, cosacos y capas pequeñoburguesas del campo.

La contrarrevolución en Siberia contaba con el apoyo particularmente activo de los imperialistas extranjeros que se aprovechaban de las incalculables riquezas del territorio. Por ejemplo, más del 60% de las acciones de la sociedad aurífera del Lena pertenecía a la compañía inglesa "Lena Goldfields”652. En los años de guerra, Siberia estaba inundada de diplomáticos extranjeros y misiones militares y económicas que trataban de apoderarse del nervio fundamental de esa vasta región, el Ferrocarril Transiberiano, y meter la mano en las zonas industriales más importantes de Siberia. Sólo en el Ferrocarril Transiberiano aparecieron más de 500 "expertos" norteamericanos653. Los imperialistas de los EE.UU., el Japón, Inglaterra y Francia desempeñaron un gran papel en la elaboración y realización de los planes de lucha contra la revolución en Siberia y el Extremo Oriente.

Esa situación social y política en Siberia condicionó muchas dificultades, con las que tuvo que enfrentarse allí la revolución socialista, determinó una larga y muy considerable influencia de los partidos pequeñoburgueses en las masas.

Igual que en el resto del país, la principal fuerza revolucionaria de Siberia la constituían los obreros y campesinos pobres, dirigidos por los bolcheviques.

649 M. M. Shórnikov. Obra citada, pág. 117. 650 Ibídem, págs. 151, 158. 651 L. M. Spirin. Obra citada, pág. 17. 652 La lucha por el poder de los Soviets en la provincia de Irkutsk, pág. 11. 653 V. P. Safrónov. Obra citada, pág. 58.

En agosto de 1917, el Buró regional de los bolcheviques de Siberia Central agrupaba 5.000 afiliados al partido654. Pero los bolcheviques de varias ciudades siberianas cometieron un grave error: durante mucho tiempo (hasta el otoño-invierno de 1917) siguieron militando en organizaciones unificadas con los mencheviques.

En la lucha por el poder de los Soviets se destacaron mucho los soldados de las guarniciones acantonadas en Siberia. En 1917, aquí se encontraban casi 250.000 soldados.

Para octubre de 1917, la influencia bolchevique entre los trabajadores siberianos había crecido considerablemente, hecho que se manifestó del modo más preciso en las ciudades y poblados obreros. En ese tiempo, algunos Soviets de las ciudades siberianas estaban al lado de los bolcheviques y apoyaban la reivindicación de entregar todo el poder a los Soviets. Eran los Soviets de Barnaúl, Irkutsk, Kansk, Tobolsk, Tomsk, Krasnoyarsk y de algunas ciudades más.

Como ya habíamos señalado, en vísperas de la Revolución de Octubre se celebró en Irkutsk el I Congreso de los Soviets de Siberia, en el que estaban representados 69 Soviets. De los 184 delegados, 64 eran bolcheviques, 35 eseristas de izquierda, 50 eseristas de derecha, 11 mencheviques y 24 representantes de otros partidos o sin partido. Los eseristas de izquierda y algunos delegados sin partido apoyaban a los bolcheviques. Por eso el congreso transcurrió bajo la influencia bolchevique y exigió la entrega de todo el poder a los Soviets655. En el congreso se creó el Comité Ejecutivo Central de los Soviets de Siberia (Centrosibir), encabezado por bolcheviques, que se convirtió en el centro dirigente soviético de lucha por el triunfo de la revolución socialista en Siberia.

Sin embargo, en la mayoría de los Soviets de Siberia, sobre todo en las aldeas, predominaban los partidos pequeñoburgueses, principalmente el de los eseristas. Los mencheviques y eseristas estaban coligados con los demócratas constitucionalistas y otros contrarrevolucionarios, tanto antes como después del 25 de octubre de 1917. En la lucha contra los Soviets, la contrarrevolución siberiana se valía de la consigna de "autonomía regional de Siberia", que en realidad significaba la separación de los trabajadores siberianos de la Rusia revolucionaria. Ante los bolcheviques de Siberia se planteaba la tarea de explicar a los trabajadores el sentido contrarrevolucionario de la política de los partidos conciliadores y el sentido de la consigna

654 Correspondencia del Secretariado del CC..., t. 1, pág. 500. 655 Por el poder de los Soviets. Compilación de documentos acerca de la lucha por el poder de los Soviets en la provincia del Yeniséi (marzo de 1917-junio de 1918). Krasnoyarsk, 1957, págs. 304-305.

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sobre la autonomía. El primero que se adueñó del poder fue el Soviet

de Krasnoyarsk. En la noche del 29 de octubre, destacamentos de guardias rojos y soldados revolucionarios ocuparon las principales instituciones de la ciudad y destituyeron la antigua administración local. A finales de 1917, el Poder soviético se estableció en toda la provincia del Yeniséi. El atamán cosaco Sótnikov, apoyado por los eseristas, organizó una rebelión antisoviética, pero fue aplastada rápidamente.

En otras provincias siberianas, los bolcheviques, en algunas ocasiones, tuvieron que apoderarse del poder con la fuerza de las armas. En Omsk, centro administrativo y político de Siberia Occidental, el Soviet de la ciudad, a pesar de que en él predominaban los conciliadores, aprobó la resolución bolchevique por la que el Comité Ejecutivo del Soviet tomó el poder en sus manos el 28 de octubre. Pero lo hizo con el fin de desorientar a las masas. En la ciudad se organizó la "Unión de Salvación de la Patria, la Libertad y el Orden" contrarrevolucionaria, que se levantó en armas. La Guardia Roja, bajo la dirección de los bolcheviques, que contaba entonces con 3.000 efectivos656, aplastó con bastante facilidad la rebelión. En la segunda mitad de noviembre, se celebraron nuevas elecciones al Soviet de Omsk. De los 16 escaños que tenía el Comité Ejecutivo, 9 los recibieron los bolcheviques. El 30 de noviembre, el Comité Ejecutivo del Soviet acordó declarar al Soviet único poder en la ciudad. El Presídium del Soviet de Omsk publicó el 6 de diciembre un llamamiento sobre el paso del poder a manos del Soviet en la ciudad y sus suburbios657.

El III Congreso regional de los Soviets de Siberia Occidental, celebrado en Omsk a comienzos de diciembre, en el que participaron delegados de 30 Soviets, por mayoría absoluta de votos aprobó la proposición de los bolcheviques sobre el apoyo al Consejo de Comisarios del Pueblo y la proclamación del poder de los Soviets en toda Siberia Occidental. El 18 de enero de 1918, a esa resolución se unió el IV Congreso de los Soviets de diputados campesinos de Siberia Occidental658. La resolución fue recibida con exasperada resistencia en algunos lugares de Siberia Occidental. Por ejemplo, el Soviet de Novonikoláevsk, en el que predominaban los conciliadores, se pronunció resueltamente contra la instauración del poder de los Soviets. Los bolcheviques lograron la reelección del Soviet. El 13

656 Omsk en las jornadas de Octubre y la instauración del Poder soviético. Omsk, 1947, pág. 45. 657 Los bolcheviques de Siberia Occidental en la lucha por la revolución socialista (marzo de 1917-mayo de 1918). Compilación de documentos. Novosibirsk, 1957, págs. 234-235. 658 Ibídem, págs. 214-217. Omsk en las jornadas de Octubre y la instauración del Poder soviético, pág. 69.

de diciembre, el nuevo Soviet declaró que tomaba el poder en sus manos.

A mediados de diciembre, el Poder soviético fue instaurado en muchas localidades de la provincia de Tomsk. Pero en el propio Tomsk la situación resultó mucho más complicada. El 6 de diciembre, el Soviet de la ciudad acordó hacerse cargo del poder y el 11 del mismo mes se instituyó el Comité Ejecutivo de la provincia659. Sin embargo, en la ciudad también actuaba otro centro: el contrarrevolucionario. Ya en vísperas de la Revolución de Octubre, aquí se celebró el Congreso de los "regionalistas", apoyado por los partidos conciliadores y burgueses. Este declaró que lucharía por el "sistema autónomo" de Siberia y creó un órgano del poder burgués: la Duma regional siberiana. El 7 de diciembre, la duma convocó en Tomsk el Congreso extraordinario de "regionalistas", que acordó entregar el poder a ese organismo. Así fue como surgieron dos centros diametralmente opuestos, que se hacían frente uno al otro y que ambos se consideraban poder.

Cumpliendo la voluntad de los trabajadores de Siberia que exigían la liquidación de la Duma regional contrarrevolucionaria, el 16 de enero de 1918 el Centrosibir propuso al Comité Ejecutivo de la provincia de Omsk disolver la duma. En la noche del 26 de enero de 1918, la duma fue disuelta y detenidos sus dirigentes.

En Siberia Oriental, los conciliadores predominaban en los Soviets de Irkutsk y de muchas otras localidades. Ellos rechazaron la proposición de los bolcheviques sobre la toma del poder por los Soviets, situación que continuó hasta diciembre de 1917. En los primeros días de diciembre, se celebraron nuevas elecciones al Soviet de Irkutsk, obteniendo los bolcheviques la mayoría en ese organismo. El 8 de diciembre, los contrarrevolucionarios se sublevaron, pero en ayuda de Irkutsk acudieron destacamentos de guardias rojos de Cheremjovo, Kansk, Krasnoyarsk y otras ciudades siberianas. Después de nueve días de encarnizados combates, el motín fue aplastado y el 22 de diciembre el Soviet de Irkutsk declaró que todo el poder en la ciudad y la provincia pasaba a él y al Buró regional de los Soviets. En ese Buró continuaban predominando los conciliadores. Con el fin de paralizar su influencia, el 26 de diciembre se creó el "Comité de Organizaciones Soviéticas de Siberia Oriental", en el que el Buró regional y sus líderes perdieron toda su influencia. El III Congreso de los Soviets de Siberia Oriental, celebrado en Irkutsk del 29 de enero al 3 de febrero de 1918, aprobó la proposición de los bolcheviques de que "como órgano de poder de la República obrero-campesina de toda Rusia, el congreso únicamente reconoce al Soviet de diputados obreros, soldados, 659 La lucha por el poder de los Soviets en la provincia de Tomsk, págs. XXVI, 182, 186,218.

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campesinos y cosacos de toda Rusia y al Comité Ejecutivo designado por él"660.

El balance de la lucha por el poder de los Soviets se hizo en el II Congreso de los Soviets de Siberia, celebrado en Irkutsk a mediados de febrero de 1918. En el congreso estaban representados 72 Soviets. De los 202 delegados con derecho a voz y voto, 123 eran bolcheviques661. El congreso eligió el Centrosibir, poder central en Siberia.

La lucha por la instauración del Poder soviético en Transbaicalia se desenvolvía en condiciones difíciles y complicadas. La reducida clase obrera estaba dispersa a lo largo de la vía férrea, así como en las minas de oro y de carbón y en los talleres semiartesanos. La composición nacional de la población era bastante abigarrada. Entre los obreros de Transbaicalia había chinos, coreanos, buriatos, evenkos y otros. Los cosacos privilegiados de Transbaicalia ascendían a las 260.000 personas662.

A lo largo de todo el año 1917, los bolcheviques de Transbaicalia formaban parte de organizaciones unificadas con los mencheviques y sólo en la primavera de 1918 rompieron en sentido organizativo con los conciliadores. Los mencheviques, eseristas y nacionalistas burgueses de la región gozaban de gran influencia. La noticia del triunfo de la Revolución de Octubre llegó a Transbaicalia con gran atraso. En muchas ciudades y pueblos comenzaron a formarse destacamentos de la Guardia Roja, a implantarse el control obrero en las minas y a ponerse en práctica los decretos del Consejo de Comisarios del Pueblo.

En el II Congreso de campesinos de la provincia de Transbaicalia, los mencheviques y eseristas de Chitá formaron, el 22 de diciembre de 1917, el llamado "Soviet popular", que estableció contacto con el Comité Nacional de Buriatia, organismo nacionalista burgués, y con otros organismos contrarrevolucionarios y trató de desarmar a los guardias rojos. En ese tiempo, G. M. Semiónov, capitán de las tropas cosacas, logró formar, con ayuda de los imperialistas extranjeros, destacamentos de cosacos que a mediados de enero de 1918 penetraron en Transbaicalia y comenzaron a liquidar los Soviets y las organizaciones obreras y a reprimir cruelmente a los trabajadores. De hecho, el "Soviet popular" contribuía a los crímenes de Semiónov; en vez de organizar la resistencia armada a sus bandas, se limitó a preguntarle acerca de sus planes y acciones. Como respuesta, Semiónov envió a Chitá un vagón con los cadáveres descuartizados de los miembros del Soviet de la estación de Manchuria.

En ayuda de los trabajadores de Transbaicalia acudieron los bolcheviques de Siberia, quienes enviaron destacamentos de guardias rojos y de

660 La lucha por el poder de los Soviets en la provincia de Irkutsk, págs. 22, 199. 661 Ibídem, págs. 28, 210-212. 662 V. P. Safrónov. Obra citada, pág. 82.

combatientes cosacos que simpatizaban con la revolución. Las tropas revolucionarias detuvieron la invasión de las bandas de Semiónov. El 5 de febrero de 1918, el Soviet de Vierjnieudinsk declaró que tomaba el poder en sus manos; dos semanas después, se hizo cargo del poder el Soviet de Troitskosavsk663. A comienzos de febrero, el Soviet de Chitá ya era bolchevique; con ayuda de destacamentos de la Guardia Roja y cosacos revolucionarios, el 16 de febrero disolvió el "Soviet popular" y se hizo cargo del poder.

El 24 de marzo de 1918, en Chitá se inauguró el III Congreso de delegados obreros, campesinos, cosacos y buriatos de la provincia de Transbaicalia, al que asistieron 386 personas con derecho a voz y voto y 93 con derecho a voz664. Como resultado de la ensañada lucha contra los conciliadores y nacionalistas burgueses, los bolcheviques lograron la victoria. El congreso proclamó el poder de los Soviets en Transbaicalia y eligió el Comité Ejecutivo del Soviet provincial.

En el Extremo Oriente, la lucha por la instauración del Poder soviético tenía también sus particularidades, determinadas por la situación socioeconómica y geográfica. En 1917, allí había unos 200.000 obreros. Los principales cuadros del proletariado los componían los obreros del transporte y de los astilleros y los mineros. Los mayores centros del Extremo Oriente eran Vladivostok, Jabárovsk y Blagovéschensk. En la agricultura del Extremo Oriente, igual que en la de Siberia, había un número relativamente grande de campesinos acomodados y un número insignificante de campesinos pobres, en comparación con la Rusia Central. En 1917, el 22% de los campesinos del Extremo Oriente eran kulaks; el 45%, campesinos medios; y el 33%, campesinos pobres665. Por lo tanto, las fuerzas del campesinado pobre -el aliado del proletariado- eran mucho más reducidas que en las regiones centrales de Rusia.

En el Extremo Oriente habitaban unas 40 nacionalidades. En 1917, en la provincia del Amur vivían más de 32.000 chinos, coreanos y japoneses666. La mayoría de los extranjeros eran obreros, pero también aquí había bastantes traficantes y aventureros que venían en busca de fortunas fáciles. En la región había muchas misiones,

663 La lucha por el poder de los Soviets en Buriato-Mongolia, págs. 9, 86-91; Por el poder de los Soviets. Chitá, págs. 51-52. 664 Ibídem, pág. 429. 665 La lucha por el poder de los Soviets en el Extremo Oriente (19171922). Recopilación de documentos. Vladivostok, 1955, pág. 6. 666 V. P. Málishev. La lucha por el poder de los Soviets en el Amur. Blagovéschensk, 1961, pág. 16; L. Bélikova, La lucha de los bolcheviques por la instauración y el afianzamiento del Poder soviético en el Extremo Oriente. Vladivostok, 1957, pág. 4.

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consejeros ferroviarios, comisiones de control y agentes de comercio extranjeros.

Los imperialistas japoneses, así como sus rivales, los norteamericanos, en 1917 manifestaron aquí una actividad extraordinaria, tratando de apoderarse de las riquezas de Siberia. Se aprovechaban de que Vladivostok, debido al estado de guerra, era casi el único puerto a través del cual ingresaban en Rusia las mercancías de los países aliados.

En el Extremo Oriente no había grandes guarniciones de retaguardia. Los cosacos del Amur, que gozaban de grandes privilegios y ventajas en comparación con el resto de la población, contaban con cerca de 90.000 hombres667. Lo mismo que en las demás regiones, la élite cosaca constituía el apoyo principal de la contrarrevolución del Extremo Oriente. Las fuerzas revolucionarias, además del proletariado, estaban representadas por unidades de infantería de la fortaleza de Vladivostok, por marinos de las flotillas de Siberia y del Amur y por pequeños destacamentos de cosacos.

En tan complicada situación, los bolcheviques trabajaban para establecer el Poder soviético en el Extremo Oriente. En septiembre de 1917, el Buró territorial del Extremo Oriente del partido agrupaba 4.700 bolcheviques668, cuya mayor parte se encontraba en las ciudades de esa región. Sólo en septiembre de 1917 los bolcheviques del Extremo Oriente abandonaron las organizaciones unificadas con los mencheviques.

La institución de organizaciones de partido independientes permitió fortalecer considerablemente su influencia entre los trabajadores.

En octubre de 1917, los partidos y organizaciones conciliadores, e incluso burgueses, tenían gran influencia entre la población de la región. La mayoría de los Soviets del Extremo Oriente se encontraba en manos de los mencheviques y eseristas. En las ciudades y pueblos actuaban las dumas, zemstvos y comités de seguridad pública, todos ellos burgueses, que eran apoyados por los imperialistas extranjeros. En la provincia del Amur ocupó una posición extremamente negativa respecto a la revolución el "Gobierno de las Tropas" cosaco, que disponía de considerables fuerzas armadas.

Los bolcheviques se apoyaban en los obreros y los campesinos pobres, en los cosacos que regresaban del frente, en los marineros de las flotillas del Extremo Oriente y en los soldados de las guarniciones. La noticia sobre el triunfo de la Revolución de Octubre fue acogida de diferentes maneras. La mayoría conciliadora de los Soviets se pronunció contra la entrega del poder a los Soviets. En la solución de la cuestión del poder sólo podía haber dos caminos: la lucha armada o la conquista de

667 V. P. Safrónov. Obra citada, pág. 82. 668 Correspondencia del Secretariado del CC..., t. 1, pág. 502.

la mayoría en los Soviets. Los bolcheviques del Extremo Oriente eligieron el segundo camino. Ellos iniciaron una campaña enérgica por la reelección de los Soviets. A propuesta de los bolcheviques, el 5 de noviembre se eligió un nuevo Comité Ejecutivo del Soviet de Vladivostok, del que formaban parte 18 bolcheviques, 11 eseristas, 3 mencheviques y 8 sin partido que apoyaban a los bolcheviques. El 18 de noviembre, el Soviet declaró que aplicaría la línea de llevar a la vida todas las decisiones del Consejo de Comisarios del Pueblo669. El ejemplo de VIadivostok lo siguieron los Soviets de Suchán, Nikolsk-Ussuríisk y otras localidades del Extremo Oriente.

N. S. Rusánov, comisario del Gobierno Provisional en el Extremo Oriente, y el menchevique Vakulin, presidente del Comité Ejecutivo territorial, elevaron una protesta contra la toma del poder por los Soviets. El cuerpo consular en VIadivostok se negó a reconocer el Poder soviético, declarando que sólo trataría con la duma y el zemstvo. En ese tiempo, en la rada de Vladivostok apareció el crucero norteamericano Brooklyn, llevando a bordo al comandante en jefe de la Flota del Pacífico estadounidense, almirante A. Knight. El cónsul norteamericano J. Caldwell y Knight fueron recibidos con entusiasmo en los "círculos de negocios" de Vladivostok, quienes declararon que expresaban "profundo reconocimiento en nombre de la opinión pública avanzada rusa a nuestros amigos norteamericanos por no habernos abandonado en la época de grandes calamidades que arremetieron contra Rusia"670. Los representantes norteamericanos aseveraron a la burguesía de Vladivostok que el Gobierno de los EE.UU. prestaría amplio apoyo a la lucha contra el Poder soviético. Para la actividad práctica en esa dirección, fue creado el "Comité ruso-norteamericano económico-militar", organismo que participó de la manera más activa en la organización de la intervención de los imperialistas extranjeros en el Extremo Oriente.

Los bolcheviques se preparaban para sostener una lucha tenaz: se organizaron destacamentos de la Guardia Roja, se intensificó la propaganda entre los obreros y soldados, así como entre los marineros rusos y norteamericanos, para explicarles la verdad sobre los acontecimientos revolucionarios que estaban sucediendo en Rusia. Poco más tarde, el Brooklyn abandonó VIadivostok. Desde el crucero, los marineros enviaron a la ciudad un telegrama que decía: "Saludamos con entusiasmo al proletariado ruso, que fue el primero en alcanzar la victoria sobre el capital, el primero que llevó a efecto la dictadura del proletariado"671. Esto era la expresión de la

669 L. Bélikova. Obra citada, págs. 91, 92. 670 B. A. Beliáev. Los hombres y los acontecimientos en el Extremo Oriente. M., 1959, pág. 38. 671 8oticias del Soviet de Vladivostok, 25 de enero de 1918.

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solidaridad internacional de los trabajadores estadounidenses con el proletariado ruso.

A la vez que se fortalecía el poder de los Soviets en Vladivostok, se desarrollaba la lucha por la instauración del Poder soviético en otras ciudades del Extremo Oriente, ante todo en Jabárovsk. Los obreros, soldados y marineros de esa ciudad exigían en los mítines y asambleas la toma de todo el poder por el Soviet, pero éste, compuesto en su mayoría por conciliadores, se negó a cumplir la reivindicación. Los bolcheviques lograron la reelección del Soviet, obteniendo en él la mayoría. No obstante, en la ciudad, junto con el Soviet, continuaban funcionando la duma urbana, el zemstvo y otras organizaciones contrarrevolucionarias.

Una situación complicada se creó en Blagovéschensk. En noviembre, aquí se formó la Guardia Roja integrada por 1.000 obreros672. Por la ciudad pasó una oleada de mítines y asambleas que exigían la entrega del poder al Soviet; pero éste, compuesto en su mayoría de mencheviques y eseristas, no deseó admitirlo. Aprovechándose de eso, I. M. Gámov, atamán de las tropas cosacas del Amur, el 21 de noviembre declaró que "el Gobierno de las tropas cosacas tomaba temporalmente en sus manos toda la plenitud del poder"673. El 18 de diciembre, el Soviet se vio obligado a declarar que se hacía dueño del poder en la ciudad. Pero eso sólo era una declaración, pues el Soviet no disponía de fuerzas reales para cumplir su decisión. Únicamente al cabo de un mes, cuando los bolcheviques consiguieron celebrar nuevas elecciones al Soviet y obtener en él la mayoría, el Soviet de Blagovéschensk emprendió la vía revolucionaria. Al Comité Ejecutivo fueron elegidos 16 bolcheviques, 6 eseristas y 6 mencheviques674. Y sólo en diciembre de 1917 y enero de 1918 los Soviets se hicieron cargo del poder en Svobodni y en otras localidades de la provincia del Amur.

A pesar de la complicada situación que reinaba en el Extremo Oriente, ya para diciembre de 1917 el poder en la mayoría de los distritos del territorio se encontraba en manos de los Soviets. El 12 de diciembre, en Jabárovsk comenzó sus labores el III Congreso de los Soviets del Extremo Oriente, en el que participaron 84 delegados: 46 bolcheviques, 27 eseristas de izquierda, 9 mencheviques y 2 sin partido675. El congreso aprobó la declaración propuesta por los bolcheviques que reconocía al Consejo de Comisarios del Pueblo como "único poder central"; declaró en todo el Extremo Oriente el poder de los Soviets y encomendó a los Soviets "llevar a la vida, consecuente e inmediatamente, todos los decretos, disposiciones e indicaciones del

672 V. P. Málishev. Obra citada, pág. 65. 673 Ibídem, pág. 66. 674 Ibídem, pág. 70. 675 L. Bélikova, Obra citada, pág. 96.

Gobierno representado por el Consejo de Comisarios del Pueblo"676. Los bolcheviques obtuvieron predominio en el Comité Ejecutivo de los soviets de la región, elegido en el Congreso.

La lucha por el Poder soviético en el Extremo Oriente había entrado en una fase nueva. El poder de los Soviets continuaba extendiéndose por toda la geografía del territorio. Pero la contrarrevolución, apoyándose en las dumas, zemstvos y élite de los cosacos, preparaba febrilmente acciones antisoviéticas.

El 25 de febrero de 1918, en Blagovéschensk se inauguró el IV Congreso provincial de trabajadores, convocado por iniciativa de los bolcheviques. Asistieron 605 delegados con derecho a voz y voto y 193 con derecho a voz, que representaban a los obreros, campesinos y soldados de la provincia del Amur. Y aunque entre los delegados no había más que 15 bolcheviques, eran ellos los que dirigían las labores del congreso. Lenin fue elegido presidente de honor. El comicio acordó "reconocer como único poder, tanto en el centro como en las localidades, al Soviet de diputados obreros, soldados, campesinos y cosacos", organizar la Guardia Roja y disolver las dumas y zemstvos; también declaró la instauración del Poder soviético en toda la provincia677. En el Comité Ejecutivo de los Soviets de la provincia, los bolcheviques obtuvieron más de 2/3 de los puestos. Sin embargo, el Comité Ejecutivo provincial manifestó lentitud al organizar la Guardia Roja, disolver las dumas, los zemstvos y el "Gobierno de las Tropas" y desarmar los destacamentos contrarrevolucionarios. De eso se aprovechó el atamán Gámov: el 6 de marzo organizó en Blagovéschensk una sublevación armada. En ese tiempo, el atamán disponía de varios miles de cosacos y oficiales bien armados e instruidos y de la milicia burguesa. Los efectivos de los destacamentos revolucionarios en la ciudad apenas llegaban a los 1.000 combatientes mal armados. A Gámov le apoyaron activamente los residentes japoneses arraigados en Blagovéschensk. Los facciosos lograron detener al Comité Ejecutivo provincial y apoderarse de la ciudad. Los destacamentos soviéticos se replegaron a la aldea de Astrajánovka, cerca de Blagovéschensk, donde pasaban el invierno algunos barcos de la Flotilla Militar del Amur.

La rebelión representaba un gran peligro para el Poder soviético en todo el Extremo Oriente. Gámov estableció contacto con las bandas de Semiónov en Transbaicalia y con el servicio de información norteamericano y japonés y recibió ayuda de todas las fuerzas antisoviéticas.

Astrajánovka se convirtió en el centro de lucha

676 M. I. Gubelmán. La lucha por el Extremo Oriente soviético (1918-1922). M., 1958, pág. 59. 677 El Octubre en el Amur. Recopilación de documentos. Blagovéschensk, 1961, págs. 29, 30-33.

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contra las tropas de Gámov. Aquí se organizó el Comité Militar Revolucionario; llegaron destacamentos de obreros y marineros de Jabárovsk, ferroviarios y guardias rojos de Bochkarev, VIadivostok, Nikólsk-Ussuríisk y Chitá, campesinos de los pueblos y aldeas de los alrededores. En unos días, en Astrajánovka se concentraron cerca de 12.000 combatientes. El mando de las tropas soviéticas, deseando evitar el derramamiento de sangre, propuso a Gámov poner fin a la rebelión y desarmar a sus destacamentos, pero el atamán se negó. Al amparo del fuego de los buques de la Flotilla del Amur, el 12 de marzo las tropas soviéticas iniciaron la ofensiva contra los destacamentos facciosos que fueron derrotados después de varios días de encarnizados combates. En Blagovéschensk fue restablecido el Poder soviético.

Ya en marzo de 1918, el poder de los Soviets había triunfado en todo el Extremo Oriente.

* * * Para un país tan multinacional como era Rusia,

donde el 57% de la población la componían pueblos no rusos, tenía particular importancia la instauración del Poder soviético en las regiones nacionales.

La lucha por el poder de los Soviets en Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, las regiones del Báltico, Asia Central, Kazajstán y Transcaucasia era una parte del proceso revolucionario general que se desenvolvía en el país. Pero también tenía sus peculiaridades que eran determinadas por el carácter específico de la situación socioeconómica de estos pueblos y el alineamiento de las fuerzas clasistas.

Los pueblos de la Rusia multinacional se encontraban en distintos escalones del desarrollo económico y cultural. Excepto Ucrania y las regiones del Báltico, todas las demás regiones nacionales eran típicamente agrarias. Su particularidad consistía también en que a la par con los partidos de la gran y pequeña burguesía, generales para toda Rusia, como eran los partidos de los demócratas constitucionalistas, de los mencheviques y de los eseristas, también había partidos nacionalistas burgueses. Las organizaciones creadas después de febrero de 1917, tales como la Rada Central de Ucrania, la Rada de Bielorrusia, los "Soviets nacionales" en Letonia, Estonia, Georgia, Armenia y Azerbaidzhán, los "Shurá e Islam", "Ulemá" y "Alash" en Asia Central y Kazajstán, deseaban la autonomía burguesa dentro de los marcos de Rusia.

La victoria del Poder soviético en el centro hizo cambiar radicalmente la táctica de la burguesía nacional. Tratando de aislar a los trabajadores de las nacionalidades no rusas de los acontecimientos revolucionarios, la burguesía de las periferias nacionales exigió la separación de la Rusia soviética. Se desplegó una amplia propaganda entre "sus" trabajadores y con ese fin la burguesía nacional trataba de aprovechar la consigna bolchevique de la

autodeterminación de los pueblos hasta la separación, para formar en las regiones nacionales Gobiernos nacionalistas burgueses.

Esas circunstancias complicaban la labor de los bolcheviques en las regiones nacionales de Rusia, dificultaban la lucha por la instauración del poder de los Soviets. Por eso la justa política nacional de los bolcheviques tenía enorme importancia para atraer a los trabajadores de las nacionalidades no rusas al lado de la revolución socialista.

"Después del problema agrario -escribía Lenin-, en la vida estatal de toda Rusia tiene una importancia particularmente grande, sobre todo para las masas pequeñoburguesas de la población, el problema nacional"678. De cómo sería resuelto en Rusia el problema nacional dependía en sumo grado el desarrollo y el resultado de la revolución. Era necesario poner fin a la desconfianza de las nacionalidades no rusas hacia el pueblo ruso, desconfianza que durante muchos años estuvieron inculcando las autoridades zaristas.

Lenin tenía todas las razones para afirmar que "el zarismo y la burguesía rusa con su opresión, han dejado en las naciones vecinas enorme irritación y desconfianza hacia los rusos en general, y esta desconfianza debe ser disipada con hechos y no con palabras”679.

El partido de los bolcheviques consideraba que el primer paso que debía hacerse en la solución del problema nacional después de conquistar el poder era el establecimiento de la igualdad de los pueblos.

El 2 de noviembre de 1917, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó la Declaración de los derechos de los pueblos de Rusia y el 20 del mismo mes, el llamamiento A todos los trabajadores musulmanes de Rusia y el Este. El Gobierno soviético proclamó la igualdad y la soberanía de los pueblos de Rusia, su derecho a la libre autogestión, incluso hasta la separación y formación de Estados independientes, y la abolición de los privilegios nacionales y religiosos. El Poder soviético manifestó extraordinario respeto a las costumbres y tradiciones de los pueblos antes oprimidos. A los pueblos se les devolvió sus reliquias y santuarios nacionales, de las cuales se habían apoderado las autoridades zaristas. Esta conducta del Gobierno soviético contribuyó al fortalecimiento de la confianza de los pueblos no rusos hacia el Poder soviético, el proletariado ruso y su partido.

Llevando a la vida de una manera consecuente la consigna del derecho de las naciones a la autodeterminación, el 3 de diciembre de 1917 el Consejo de Comisarios del Pueblo reconoció los derechos nacionales y la independencia del pueblo

678 V. I. Lenin. La crisis ha madurado. O.C., t. 34, pág. 277. 679 V. I. Lenin. A propósito de la revisión del programa del partido. O.C., t. 34, pág. 379.

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ucraniano680, hecho que tuvo gran importancia en el fortalecimiento de la amistad entre los trabajadores de Ucrania y Rusia. El 18 de diciembre del mismo año, el Gobierno soviético reconoció la independencia estatal de Finlandia. Once días más tarde, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó el decreto Acerca de la "Armenia Turca". La Armenia Turca (Occidental), que había sido ocupaba por Rusia durante la I Guerra Mundial, estaba gobernada por las autoridades rusas. El Gobierno soviético declaró que apoyaba los derechos de los armenios de la Armenia Turca a la libre autodeterminación, llegando incluso a la independencia estatal. El Gobierno soviético también declaró que anulaba todos los tratados inicuos concertados por el Gobierno zarista con China, Irán y otros Estados. El 29 de agosto de 1918, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó un decreto por el que se concedía a Polonia, ocupada por las tropas austro-germanas en el transcurso de la I Guerra Mundial, el derecho a decidir ella misma su propio destino.

Después de conquistar el poder político, el proletariado, dirigido por el Partido Bolchevique, pudo comenzar inmediatamente a solucionar a lo marxista el problema nacional en interés de las masas trabajadoras. Ya los primeros pasos del Poder soviético en ese ámbito demostraron con evidencia a los pueblos de Rusia la gran importancia que se concedía a la política nacional.

* * * La región del Báltico (sobre todo Letonia y

Estonia) se distinguía por su alto grado de desarrollo capitalista; era una de las mayores zonas de concentración de la industria de construcción de maquinaria y de vagones y de la producción cauchera de Rusia. A la par con el desarrollo del capitalismo en la industria, ese proceso se desenvolvía también en la agricultura; las capas medias del campesinado iban desapareciendo poco a poco, engrosando las filas del proletariado y semiproletariado del campo. Más de 3/4 partes de la población de la región del Báltico las componían obreros agrícolas sin tierra, braceros y pequeños arrendadores. Las contradicciones clasistas se entrelazaban con las contradicciones nacionales. Los campesinos sin tierra o con poca eran, en lo fundamental, representantes de las nacionalidades locales, mientras que los terratenientes (barones "negros") eran nobles alemanes.

Los partidos más fuertes que existían en Letonia en 1917 eran la "Alianza campesina", partido de los kulaks (barones "grises"), y el Partido Republicano, de la burguesía urbana letona. Estos dos partidos prometían al pueblo libertades de toda índole y exigían la convocatoria de la Asamblea

680 V. I. Lenin. Manifiesto al pueblo ucraniano con la exigencia perentoria a la Rada ucraniana. O.C., 1. 35, pág. 143.

Constituyente de Letonia para proclamar la autonomía burguesa de la región dentro del marco de Rusia. Entre ambos partidos se desenvolvía una lucha tenaz. La burguesía letona se esforzaba por desplazar a los barones alemanes que dominaban en la región y ocupar las posiciones rectoras en la economía y la política; mientras que aquellos, a su vez, trataban de fortalecer sus posiciones.

Los nacionalistas burgueses letones se agrupaban en torno al "Consejo nacional", organización surgida a raíz de la Revolución de Febrero. Además de los partidos mencionados, este "Consejo" estaba también integrado por mencheviques letones y otros partidos y grupos pequeñoburgueses.

En Estonia, la burguesía rural y urbana estaba agrupada en el Partido Democrático, en el Partido Radical Democrático y en otros. El centro contrarrevolucionario de Estonia era el Consejo del Zemstvo provincial. La burguesía estonia, igual que la letona, antes de la Revolución de Octubre no pretendía separarse de Rusia, ya que la última era un amplio mercado para sus mercancías. Los nacionalistas burgueses planteaban la consigna de la autonomía de Estonia dentro del marco de Rusia.

Jugando con los sentimientos nacionales de la población, los nacionalistas burgueses de la región del Báltico, igual que los nacionalistas de otras zonas de Rusia, lograron arrastrar tras de sí a una parte del campesinado y de los soldados. La burguesía letona se valía hábilmente del odio secular que sentía el pueblo letón hacia los avasalladores alemanes para, atizando el chovinismo con motivo de la guerra, acrecentar sus posiciones a costa de la nobleza local y la burguesía alemanas. Ya al desencadenarse la guerra, la burguesía letona comenzó a formar unidades militares nacionales: regimientos de fusileros letones. Ella logró convencer por algún tiempo a los fusileros letones de que la guerra contra Alemania era una lucha contra el eterno enemigo del pueblo letón: los barones alemanes. A su vez, la burguesía de Estonia también organizaba sus unidades nacionales estonias.

Las organizaciones bolcheviques de la región del Báltico eran pequeñas en el sentido numérico, aunque firmes y templados destacamentos del partido. El CC de la Socialdemocracia de Letonia, el Comité de Estlandia del POSD(b)R en Estonia y el Buró Central provisional de las secciones lituanas del POSD(b)R ya antes de 1917, y sobre todo después de la Revolución de Febrero, realizaban un gran trabajo entre los obreros, campesinos y soldados, incluidas también las unidades militares nacionales. Una de las particularidades del desarrollo revolucionario de la región del Báltico a raíz de la Revolución de Febrero fue el hecho de crearse, a la par con los Soviets de diputados obreros y soldados, también Soviets de diputados campesinos sin tierras en Letonia y comités de campesinos sin tierras en Estonia.

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Estonia y la parte no ocupada de Letonia eran la zona adyacente al frente. Aquí se encontraban bases de la Flota del Báltico y unidades del Frente Norte. Junto con los obreros y campesinos de Letonia y Estonia, participaban activamente en la lucha por la instauración del poder de los Soviets en la región del Báltico los soldados del Frente Norte, sobre todo los fusileros letones que formaban parte del XII Ejército y los marineros de la Flota del Báltico.

La organización de partido de los fusileros letones era la organización bolchevique más fuerte de Letonia. Ella logró conquistar para su causa a los fusileros. El Gobierno Provisional intentó disolver y desarmar los regimientos letones, no obstante, los fusileros y la mayoría de los soldados del XII Ejército lo impidieron.

Para el otoño de 1917, los bolcheviques ya habían conquistado los Soviets de las grandes ciudades de Letonia y Estonia. En Reval (actualmente Tallinn), no sólo el Soviet, sino también la duma urbana pasó a manos de los bolcheviques.

En octubre de 1917, todos los Soviets de Letonia, excepto el Comité Ejecutivo eserista-menchevique del Soviet de diputados soldados del XII Ejército, exigían el derrocamiento del Gobierno Provisional y la entrega del poder a los Soviets. En la parte de Letonia no ocupada por los alemanes, el Poder soviético triunfó rápidamente y sin derramamiento de sangre.

Las fuerzas contrarrevolucionarias concentraron en la ciudad de Valk considerables unidades militares. Crearon el "Comité de Salvación de la Patria y la Revolución", del que formaron parte representantes de la burguesía y de la oficialidad letonas. Valk no estaba lejos de Petrogrado y por eso era peligrosa esa concentración de fuerzas contrarrevolucionarias. En ayuda de los trabajadores de la ciudad acudieron los fusileros letones, los cuales, junto con unidades revolucionarias rusas, entraron en la ciudad el 7 de noviembre. Una vez ocupada la ciudad de Valk, pasó a manos de los Soviets el poder en la parte de Letonia no ocupada por los alemanes.

El 8 y 9 de noviembre de 1917 se celebró el Pleno del Iskolat (Comité Ejecutivo de los Soviets de Letonia) que tomó la decisión de liquidar los organismos locales autogestores: consejos de los zemstvos, dumas urbanas y otros. El Pleno ordenó a los Soviets crear en las ciudades, localidades y subdistritos destacamentos de la Guardia Roja, compuestos de obreros y campesinos sin tierras. También se decidió establecer contacto con el Estado Mayor de la Guardia Roja de Petrogrado y otros y con el Comité Militar Revolucionario petrogradense. A una comisión especial se le encomendó la tarea de confeccionar un plan concreto para poner en práctica el Decreto sobre la tierra.

Desempeñó un papel trascendental en el

fortalecimiento del Poder soviético el II Congreso de diputados obreros, soldados y campesinos sin tierras de Letonia, celebrado del 16 al 18 de diciembre. El congreso eligió el Gobierno Soviético de Letonia, aprobó la ley sobre la nacionalización de las tierras y estableció la jornada laboral de 8 horas.

Temiendo al triunfo de la revolución socialista, la burguesía de Letonia, igual que la burguesía de otras regiones nacionales, trataba de aprovechar la consigna de "autodeterminación de las naciones" con el fin de separar a Letonia de la Rusia soviética.

Explicando debidamente a los trabajadores el sentido contrarrevolucionario de las exigencias de los nacionalistas burgueses sobre la así llamada independencia, los bolcheviques de Letonia, no obstante, sin tener en cuenta lo popular que era entre el pueblo la consigna de crear el sistema estatal nacional, se pronunciaban por conceder a Letonia solamente el derecho de autonomía dentro de los marcos de la RSFSR, hecho que utilizaron para sus fines los nacionalistas burgueses, quienes llegaron a un acuerdo con los imperialistas alemanes. En el territorio ocupado de Letonia, los intervencionistas alemanes crearon un Estado marioneta: el Ducado de Curlandia. Los nacionalistas burgueses, traidores del pueblo letón, junto con los barones alemanes de la región del Báltico, se dirigieron al kaiser de Alemania pidiéndole que permitiese a Curlandia formar parte de Alemania.

En la declaración del 24 de diciembre de 1917, el CC de la Socialdemocracia de Letonia y el Comité Ejecutivo de los Soviets de esa región desenmascararon a los barones alemanes y al grupito de burgueses letones que querían hacerse pasar por representantes del pueblo letón y se acordaba disolver el "Consejo nacional" contrarrevolucionario. Pero el fortalecimiento del poder de los Soviets en la región fue interrumpido por la agresión de los imperialistas alemanes y la ocupación de Letonia en febrero de 1918.

El triunfo de la Revolución de Octubre en el centro del país acrecentó el movimiento revolucionario de los trabajadores en la Lituania ocupada. La lucha de los trabajadores contra los ocupantes y los explotadores locales transcurría bajo la dirección del Buró Central provisional de las secciones lituanas del CC del POSD(b)R. Dicho buró creaba en la Lituania ocupada organizaciones comunistas, enviaba allí a comunistas de Rusia y publicaciones bolcheviques. Los trabajadores de Lituania que huían de la invasión alemana a las regiones centrales de Rusia, participaban, junto con los obreros rusos, en la lucha por el Poder soviético.

El centro de las fuerzas contrarrevolucionarias en Lituania era la "Tariba", organización creada en vísperas de la Revolución de Octubre por los nacionalistas burgueses lituanos, con el apoyo de los imperialistas alemanes. Eran miembros de esa

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organización los grandes terratenientes, capitalistas y sacerdotes católicos. Experimentando temor ante la revolución, el 11 de diciembre de 1917 la "Tariba" firmó una declaración sobre la independencia de Lituania. El documento declaraba el establecimiento de la unión perpetua con el Imperio Alemán y la anulación de los vínculos con otros Estados, es decir, con la Rusia soviética681.

El día 26 de octubre, después de recibir la noticia de la insurrección armada en la capital, el Comité Militar Revolucionario de Estonia se dirigió a todos los obreros, soldados y marineros, a toda la población de esa región, con un llamamiento en el que se comunicaba sobre la victoria de la revolución en Petrogrado y el paso del poder en Estonia a manos del Comité Militar Revolucionario. Ese mismo día, en Estonia se celebraron numerosos mítines en los que obreros, soldados y marineros declaraban su apoyo al Poder soviético. De acuerdo con la decisión del Comité Militar Revolucionario de Estonia, los Soviets de las localidades destituían a los comisarios del Gobierno Provisional y proclamaban el Poder soviético.

Siguiendo el ejemplo de Reval, los trabajadores de Estonia, junto con los marineros de la Flota del Báltico y los soldados del Frente Norte, durante los meses de octubre y noviembre de 1917 establecieron el poder de los Soviets en Yúriev, Narva, Piarnu y otras localidades de la región. Un gran mérito de los bolcheviques de Estonia consistió también en que no permitieron el avance de las unidades contrarrevolucionarias del general Krasnov hacia Petrogrado. Las fuerzas revolucionarias se enfrentaron en el territorio de Estonia contra las tentativas de la contrarrevolución de organizar una rebelión antisoviética. Como no disponía de suficientes fuerzas, la burguesía estonia se unió a los barones alemanes de la región del Báltico y a la burguesía rusa e intentó organizar destacamentos de guardias blancos en Yúriev, Villandi, Meriam y otras localidades. Los guardias rojos estonios liquidaron rápidamente esos destacamentos contrarrevolucionarios. Entonces la burguesía decidió utilizar para la lucha contra la revolución el Consejo del zemstvo provincial, disuelto a raíz de la Revolución de Octubre. El 15 de noviembre de 1917, los nacionalistas burgueses estonios convocaron una reunión extraordinaria del Consejo del zemstvo, proclamándolo único poder supremo en Estonia682, pero los obreros, marineros y soldados reunidos en Reval para celebrar una manifestación, dispersaron ese agolpamiento de la contrarrevolución. También fracasaron los intentos de la contrarrevolución de

681 A. M. Andréev. La lucha del pueblo lituano por el Poder soviético (1918-1919). M., 1954, pág. 32. 682 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Estonia. Compilación de documentos y datos. Tallinn, 1958, pág. 307.

organizar en Yúriev una manifestación y proclamar al Consejo del zemstvo órgano del poder supremo en Estonia.

La burguesía estonia, igual que la letona, aplicaba todos los medios para separar Estonia de la Rusia soviética. La esencia de las reivindicaciones y el contenido de la agitación realizada por los nacionalistas burgueses se reducía a la creación de la República Estonia "independiente" y su separación de la Rusia soviética.

Pero los bolcheviques estonios cometieron en el problema nacional el mismo error que los bolcheviques letones; no consideraron oportuno declarar a Estonia república independiente y eso lo utilizaron los nacionalistas burgueses en su agitación contrarrevolucionaria. Entusiasmados con la organización de grandes economías socialistas, los bolcheviques estonios no prestaron la debida atención a las reivindicaciones de los campesinos trabajadores de entregarles inmediatamente las tierras en usufructo personal. Eso impedía afianzar la alianza de la clase obrera y el campesinado, obstaculizaba la atracción de los campesinos al lado del Poder soviético. El proletariado de Estonia no logró mantener el poder de los Soviets y la principal causa de eso fue la intervención de los imperialistas alemanes. Las amplias masas de obreros y soldados estaban por los Soviets. Pero los ocupantes, con la fuerza de las armas, lograron sofocar la revolución en gran parte de la región del Báltico.

Los acontecimientos revolucionarios en Bielorrusia se desenvolvían impetuosamente. En sentido industrial, Bielorrusia estaba mucho más atrasada que las regiones centrales de Rusia y la zona del Báltico. Era una región agraria. La reducida clase obrera de Bielorrusia se componía, en sentido nacional, de bielorrusos, rusos, ucranianos, polacos y lituanos. La masa fundamental de obreros trabajaba en empresas pequeñas y medias de tipo artesano. El número de empresas grandes era muy reducido. Las masas proletarias y semiproletarias en el campo componían el 70% de toda la población rural de Bielorrusia683.

En la revolucionarización de los trabajadores desempeñaron un gran papel los cuadros obreros de Moscú, Petrogrado, los Urales, el Donbás y otros centros industriales, movilizados para trabajar en los talleres de fabricación y reparación de armamento. En el territorio de Bielorrusia se encontraba más de un millón y medio de soldados684, que junto con los obreros y campesinos luchaban por el poder de los Soviets.

El centro dirigente de los bolcheviques de la

683 I. M. Ignatenko. El campesinado pobre, aliado del proletariado en la lucha por el triunfo de la Revolución de Octubre en Bielorrusia (1917-1918). Minsk, 1962, pág. 8. 684 Ensayos de la historia del Partido Comunista de Bielorrusia. 1883-1920. p. 1, Minsk, 1961, pág. 232.

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región era el Comité del POSD(b)R de la región del Noroeste.

La organización bolchevique más fuerte era la de Minsk. Bajo su dirección trabajaba el Soviet de diputados obreros y soldados de la ciudad. Como resultado de las elecciones celebradas en septiembre, los bolcheviques y los sin partido que les apoyaban componían en el Soviet de Minsk el 70,9%685.

En vísperas de Octubre, una parte considerable de obreros, soldados y campesinos pobres de Bielorrusia seguían a los bolcheviques.

Pero también eran considerables las fuerzas contrarrevolucionarias en esa región. Los nacionalistas burgueses bielorrusos estaban agrupados en la Rada de Bielorrusia, que expresaba los intereses de los kulaks, terratenientes, burguesía e intelectuales nacionalistas. Sus reivindicaciones no iban más allá de la autonomía territorial-nacional de Bielorrusia dentro del marco de Rusia. La Rada tenía influencia entre una parte de campesinos y soldados. Al lado de la contrarrevolución se encontraba el Cuartel General del Mando Supremo en Moguiliov y el Estado Mayor del Frente Oeste en Minsk.

Los obreros de Minsk y los soldados de la guarnición recibieron la noticia del triunfo de la insurrección armada en Petrogrado y el derrocamiento del Gobierno Provisional el 25 de octubre. Ese mismo día, el Soviet de Minsk declaró el paso del poder en la ciudad y en sus alrededores a manos del Soviet de diputados obreros y soldados. Simultáneamente, el Soviet se dirigió con un llamamiento a todas las organizaciones revolucionarias exhortándolas a instaurar el Poder soviético en las localidades.

El I Regimiento Revolucionario, denominado "Soviet de Minsk", organizado por los bolcheviques, y los destacamentos de la Guardia Roja se convirtieron en la punta de lanza del Poder soviético en la ciudad. A los obreros de Minsk y a los soldados de los regimientos de infantería de reserva, que apoyaban a los bolcheviques, se les entregó el armamento de los almacenes de artillería.

El Soviet de Minsk destinó comisarios a las instituciones estatales, Correos, Telégrafos, ferrocarriles y estados mayores de las unidades militares del Frente Oeste. Adjunto al Soviet de Minsk se creó el Comité Militar Revolucionario de la región del Noroeste y del Frente Oeste, el cual declaró que todo el poder en la región debería pertenecer a los Soviets. En Bielorrusia se organizaban urgentemente destacamentos de guardias rojos y se completaban al mismo tiempo los ya existentes. El destacamento de Vítebsk contaba con 800 hombres; el de Moguiliov, con 600; el de Gómel, con unos 1.000.

La contrarrevolución intentó impedir la extensión

685 Ibídem, pág. 285.

del poder de los trabajadores a otras zonas de Bielorrusia. El "Comité de Salvación de la Revolución" eserista-menchevique, creado en Minsk el 27 de octubre, mantenía estrechas relaciones con el Estado Mayor del Frente Oeste y estableció sus patrullas en las calles de la ciudad. Con ayuda del Comité del Frente, que era conciliador, a Minsk llegaron unidades militares del frente fieles al Gobierno Provisional. Apoyándose en ellas, el "Comité de Salvación" presentó al Soviet de Minsk un ultimátum exigiéndole la entrega de todo el poder en la ciudad y en el Frente Oeste. Teniendo en cuenta que en ese momento los contrarrevolucionarios tenían superioridad de fuerzas, el Soviet de Minsk decidió celebrar un acuerdo provisional con el "Comité de Salvación", enviando allí a sus representantes. El "Comité de Salvación" se comprometió a no enviar tropas en ayuda de la contrarrevolución, pero todo el poder en la zona del Frente Oeste debería encontrarse en manos de dicho "Comité". Los bolcheviques de Minsk celebraron el acuerdo y de ese modo ganaron el tiempo necesario para movilizar sus fuerzas.

Faltando a sus compromisos, el "Comité de Salvación" dejó pasar a través de Minsk varios trenes con tropas contrarrevolucionarias que se dirigían hacia Petrogrado y Moscú. Pero fueron detenidos en otras ciudades. El Soviet de Minsk retiró a sus representantes del "Comité de Salvación" y rescindió el acuerdo. Para ese tiempo, ya estaban llegando a la ciudad unidades revolucionarias del frente. En la noche del 2 de noviembre de 1917, en ayuda del Soviet de Minsk llegó a la ciudad un tren blindado del frente686. Todo eso cambió la correlación de fuerzas y ayudó al Soviet de Minsk a consolidar su poder. El 4 de noviembre, el Comité Militar Revolucionario de Bielorrusia y del Frente Oeste disolvió el "Comité de Salvación". El día 12 del mismo mes se envió un telegrama a Lenin comunicándole la conclusión de la acción revolucionaria en Minsk. Durante octubre y noviembre de 1917, los Soviets se hicieron cargo del poder, sin lucha armada, en Vítebsk, Gómel, Orsha, Rogachov y otras ciudades de la parte no ocupada de Bielorrusia.

El Soviet de Moguiliov, en el que predominaban los mencheviques, eseristas y bundistas, acogió con hostilidad la nueva sobre el triunfo de la revolución. Pero como resultado del paso de los soldados de la guarnición de Moguiliov al lado de la revolución, cambió la composición partidaria del Soviet de la ciudad. El 18 de noviembre de 1917, el Soviet acordó tomar el poder en Moguiliov. El Comité Militar Revolucionario, organizado en esa misma sesión, se hizo dueño del poder y estableció el control sobre el

686 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Bielorrusia. Documentos y datos, t. 2, Minsk, 1957, pág. 71.

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Cuartel General, ocupado dos días después por unidades soviéticas.

Durante noviembre y comienzos de diciembre, el Poder soviético se estableció en toda Bielorrusia, excepto los territorios ocupados por las tropas alemanas. El Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de las provincias de Minsk, Moguiliov y Vítebsk, el Congreso de diputados campesinos de las provincias de Minsk y Vilna y el Congreso de diputados soldados de los ejércitos del Frente Oeste se pronunciaron resueltamente en sus resoluciones por el apoyo al Gobierno soviético y la proclamación del poder de los Soviets en Bielorrusia687. Los comités ejecutivos, elegidos en los congresos, se integraron y el 26 de noviembre de 1917 crearon el órgano supremo de poder en la región: el Comité Ejecutivo de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos de la región del Noroeste y del Frente Oeste688. Se formó el Consejo de Comisarios del Pueblo de la región y el Frente Oeste.

Los nacionalistas burgueses bielorrusos establecieron contacto con los nacionalistas burgueses ucranianos, hebreos, lituanos y polacos. El 15 de diciembre, la Rada de Bielorrusia, con la activa participación de los eseristas de derecha, convocó el Congreso de "toda Bielorrusia" para "decidir" la suerte de esa región. El congreso estaba integrado por representantes de los zemstvos, dumas urbanas, eseristas de derecha, mencheviques y nacionalistas burgueses. Acudieron también representantes de campesinos trabajadores que no habían comprendido aún la esencia contrarrevolucionaria de la Rada de Bielorrusia, aunque se pronunciaban en defensa del Poder soviético.

Los líderes del congreso se encontraban en una situación embarazosa. Ellos decidieron declarar que reconocían el Poder soviético central, pero se pronunciaron contra los Soviets locales en Bielorrusia, proponiendo crear otro órgano bielorruso, al que pasaría todo el poder en Bielorrusia y en el Frente. Los representantes del campesinado, tras comprender las intenciones de los nacionalistas bielorrusos, abandonaron el congreso. Teniendo en cuenta el carácter contrarrevolucionario de éste, el Consejo de Comisarios del Pueblo de la región del Noroeste y del Frente Oeste lo disolvió689.

También se acordó disolver la Rada de Bielorrusia, pero ella no se acató a esa decisión y comenzó a realizar labor clandestina contra el Poder soviético. La Rada estableció contacto con el Cuerpo (Legión) contrarrevolucionario polaco mandado por el general I. R. Dowbór-Musnicki Esa Legión la habían formado los nacionalistas burgueses polacos con los soldados polacos que se encontraban en las

687 Ibídem, págs. 233, 235, 239. 688 Ibídem, págs. 294-296. 689 Ibídem, págs. pág. 599.

unidades militares del ejército ruso. En diciembre de 1917, contaba con 15.000 soldados y 1.505 oficiales690. En tomo a ella comenzaron a reunirse fuerzas contrarrevolucionarias. Con el fin de preparar una rebelión contra el Poder soviético, Dowbór-Musnicki concentró unidades del Cuerpo en la línea Rogachev-Bobrúisk-Slutsk; esas unidades aterrorizaban a la población local, cometían arbitrariedades y violencias. A. F. Miasnikov, comandante en jefe del Frente Oeste, exigió que Dowbor-Musnicki se subordinase a la jefatura soviética, pero el general se negó y el 12 de enero de 1918 se alzó en armas contra el Poder soviético. Al día siguiente los legionarios polacos ocuparon Rogachev, después Bobrúisk, Orsha y otras ciudades691. En la organización del motín antisoviético participaron los imperialistas extranjeros y los terratenientes polacos, quienes enviaban armas y vestuario al Cuerpo.

La jefatura del Frente Oeste anunció la disolución del Cuerpo polaco y a Dowbor-Musníckí se le declaró fuera de la ley. Atendiendo al llamamiento del Consejo de Comisarios del Pueblo de la región del Noroeste y del Frente, los trabajadores de Bielorrusia iniciaron acciones contra los insurrectos. En ayuda de los primeros acudieron tropas revolucionarias que para últimos de enero liberaron Rogachev, Zhlobin, Smolensk y Dorogobuzh692.

Al comprender las verdaderas intenciones del Mando, los soldados polacos se negaron a luchar contra los obreros y campesinos de la Rusia soviética. Parte de los soldados salieron del Cuerpo polaco. Con estos soldados se formó en Minsk el I Batallón Revolucionario Polaco que entró a formar parte del Regimiento Revolucionario "Soviet de Minsk". A mediados de febrero de 1918, el motín del Cuerpo polaco de Dowbór-Musnicki fue aplastado. Los primeros ataques de la contrarrevolución dirigidos contra el Poder soviético en Bielorrusia habían sido rechazados.

* * * Fue mucho más complicada la lucha en Ucrania,

región desarrollada en sentido económico. En los años de 1913 y 1914, Ucrania dio el 71 % de la extracción global de hulla, el 68% de la producción de arrabio, el 58% de acero, el 57% de laminados y el 80% de azúcar693. Allí trabajaban 3,5 millones de obreros694, de los que se contaban fabriles 812.500695.

690 Historia de la RSS de Bielorrusia, t. 2, págs. 79-80. 691 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Bielorrusia, t. 2, págs. 755, 831. 692 Ibídem, t. 2, pág. 870. 693 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Ucrania (febrero de 1917-abril de 1918). Recopilación de documentos y datos, t. 1, Kíev, 1957, págs. VII, IX. 694 M. A. Rubach. El proletariado de Ucrania en vísperas de la revolución socialista, en la compilación La clase

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Pero la industria en Ucrania estaba distribuida muy desigualmente. La industria pesada estaba concentrada, en lo fundamental, en el Donbás y Krivói Rog. En las demás zonas había empresas para la elaboración de productos agrícolas. Gran parte de Ucrania era agraria. La mayoría de las tierras pertenecía a los terratenientes. Los kulaks componían, aproximadamente, el 13% de la población campesina, pero poseían más de la mitad de todas las tierras. Los campesinos pobres constituían el 63% del campesinado ucraniano696.

La Rada Central Ucraniana se convirtió en el principal centro de reunión de las fuerzas contrarrevolucionarias de Ucrania. La base de su actividad era la consigna de autonomía territorial-nacional. El Secretariado General, organizado por la Rada, pretendía al cargo de Gobierno territorial. En las localidades actuaban las radas provinciales, distritales y subdistritales, las sociedades campesinas, las "organizaciones educacionales" y otras organizaciones nacionalistas creadas por la Rada después de la Revolución de Febrero. Con los soldados ucranianos, la Rada creó unidades militares nacionales; y con los kulaks, destacamentos de "cosacos libres" (haydamakos), que eran una considerable fuerza armada. A la Rada la apoyaban los partidos nacionalistas burgueses conciliadores. La influencia de los nacionalistas burgueses se dejaba sentir bastante en el seno de una buena parte del campesinado, así como entre los soldados y obreros atrasados.

La masa fundamental del campesinado seguía a los eseristas. En vísperas de la Revolución de Octubre, en los Soviets de las grandes urbes (Járkov, Kíev, Ekaterinoslav, Odesa, Nikoláiev y otras) predominaban aún los mencheviques, eseristas y nacionalistas burgueses. Los bolcheviques, que aquí se habían ganado a la mayor parte de los obreros, no eran seguidos por la mayoría de los soldados en las guarniciones.

A la cabeza de la lucha revolucionaria en Ucrania se encontraban los obreros dirigidos por los bolcheviques. Según datos incompletos, en noviembre de 1917 la región contaba con cerca de 70.000 afiliados al Partido Bolchevique697. Pero en Ucrania no había un centro único del partido. Existían dos organizaciones regionales del partido: cuenca del Donets-Krivói Rog, con el centro en Járkov, y territorio del Suroeste, con el centro en

obrera y el movimiento obrero en Rusia en 1917. M., 1964, pág. 71. 695 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Ucrania, t. 1, pág. IX. 696 M. A. Rubach. Ensayos sobre la historia de la transformación revolucionaria de las relaciones agrarias en Ucrania. Kíev, 1957, pág. 12. 697 Ensayos de la historia del Partido Comunista de Ucrania. Kíev, 1964, pág. 210.

Kíev. La fuerza armada de la revolución la componían

la Guardia Roja y las unidades revolucionarias de los soldados de las guarniciones de retaguardia y del Frente Suroeste. En septiembre de 1917, los destacamentos de la Guardia Roja contaban con unos 600 guardias rojos en Ekaterinoslav; 800 en Lugansk; 3.000 en Kíev, más de 3.000 en Járkov, cerca de 1.000 en Nikoláiev y 3.200 en Odesa698.

A raíz del triunfo de la insurrección armada en Petrogrado el Poder soviético se instauró en los distritos obreros, en primer lugar en una parte considerable del Donbás. En Lugansk, Górlovka, Kramatorsk, Makéevka, Scherbínovka y algunos otros puntos situados en la zona cercana al frente, los Soviets se hicieron dueños del poder rápidamente y por vía pacífica. El Donbás revolucionario, siendo la punta de lanza del Poder soviético en el sur de Rusia y en Ucrania, malquistaba las fuerzas contrarrevolucionarias en Ucrania y en la Región de las Tropas del Don. El CC del POSD(b)R y los bolcheviques de Ucrania prestaban especial atención al Donbás. El Poder soviético en la mayor parte de esta región se estableció por la fuerza de las armas, proceso que se prolongó hasta enero de 1918.

En Kíev reinaba una situación extraordinariamente complicada. El Estado Mayor de la Región Militar de Kíev disponía de considerables fuerzas militares, incluidos regimientos de cosacos, unidades punitivas de choque y destacamentos de cadetes: hasta 10.000 efectivos en total. Las fuerzas armadas de la revolución en Kíev las constituían unos 6.600 soldados y guardias rojos699.

En la tarde del 27 de octubre, en Kíev se celebró el Pleno conjunto del Soviet de diputados obreros y el Soviet de diputados soldados con la participación de representantes de las unidades de la guarnición, de los sindicatos y de los comités fabriles700, en el cual se eligió el Comité Militar Revolucionario. Ese mismo día, el Comité de Kíev del POSD(b)R y el Comité Militar Revolucionario se dirigieron a los obreros y soldados con el siguiente llamamiento: "Obreros y soldados de Kíev, todos los que sufren las consecuencias de la guerra, la carestía y el desempleo, todos los oprimidos y desdichados, todos los que padecen hambre y frío, ahora debéis cerrar filas para apoyar a los obreros y soldados insurrectos de Petrogrado, para combatir a la burguesía contrarrevolucionaria"701. Pero tampoco dormían los enemigos.

En la víspera, el 26 de octubre de 1917, en la asamblea de la Duma urbana de Kíev se había

698 Ibídem, pág. 197. 699 Historia de Kiev, t. 2, Kíev, 1964, pág. 24. 700 Ibídem, t. 2, Kíev, 1964, pág. 26. 701 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Ucrania (febrero de 1917-abril de 1918). Recopilación de documentos y datos, t. 2, Kíev, 1957, pág. 29.

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acordado apoyar al Gobierno Provisional. Aunque la Rada, con fines pérfidos, declarara su neutralidad, en realidad estaba preparando a escondidas sus fuerzas para iniciar la lucha armada contra la revolución. La Rada, que disponía de considerables unidades nacionales, mantenía estrechos contactos con el Mando de la Región Militar y junto con él se preparaba para asestar un golpe inesperado a las fuerzas revolucionarias. Al mismo tiempo, la Rada estaba dispuesta a aprovecharse de la caída del Gobierno Provisional con el fin de afirmar su poder y crear un Estado ucraniano burgués. Por orden del Estado Mayor de la Región Militar de Kíev, los cadetes y cosacos irrumpieron en el edificio del Comité Militar Revolucionario y arrestaron a casi todos sus miembros.

El 29 de octubre, en la reunión conjunta del Comité de los bolcheviques de Kíev y los representantes de las fábricas y unidades militares se formó un nuevo Comité Militar Revolucionario702. Ese mismo día, los obreros y soldados revolucionarios de Kíev comenzaron la lucha armada, a cuya vanguardia se encontraban los obreros de la fábrica Arsenal (actualmente fábrica V. I. Lenin) y de la Ruso-Meridional, así como los soldados revolucionarios. Respondiendo al llamamiento de los sindicatos y comités fabriles; el 30 de octubre comenzó en la ciudad la huelga general de obreros y empleados.

El Estado Mayor de la Región Militar de Kíev intentó recibir ayuda del Frente Sudoeste, de donde se enviaron urgentemente a esa ciudad 17 trenes con tropas, pero fueron detenidos por los bolcheviques. Los combates en Kíev duraron tres días. Los obreros, guardias rojos y soldados diezmaron las unidades que apoyaban al Gobierno Provisional derrocado.

No obstante, mientras los obreros y los soldados revolucionarios mantenían encarnizados combates en las calles de Kíev, la Rada Central, que hipócritamente había declarado su neutralidad, trajo a la ciudad unidades militares nacionalistas y en la noche del 1 de noviembre ocupó Telégrafos, la Central Telefónica, Correos y otras instituciones gubernamentales703. Agotados por los duros combates, los obreros ya no podían enfrentarse a las unidades frescas de la Rada. Además, los Soviets conciliadores de Kíev, Ekaterinoslav, Nikoláiev y otras ciudades de Ucrania declararon que reconocían a la Rada Central como poder territorial supremo en Ucrania. Eso desorientó a muchos obreros y soldados.

En el seno de los Soviets estaba desencadenándose una lucha tenaz entre los bolcheviques y los conciliadores. Bajo la presión de los obreros, el 27 de octubre el Soviet de Ekaterinoslav aprobó una resolución que saludaba el 702 Historia de Kiev, t. 2, Kíev, 1964, pág. 28. 703 Ibídem, pág. 29.

derrocamiento del Gobierno Provisional y declaraba su solidaridad con el proletariado de Petrogrado. Al Comité Ejecutivo se le propuso tomar medidas para hacerse cargo del poder en la ciudad. Pero la mayoría eserista-menchevique del Comité Ejecutivo no pensaba cumplir la voluntad de las masas y la situación en Ekaterinoslav no cambió nada.

En Járkov, los conciliadores tenían la mayoría en el Soviet de diputados obreros y soldados. En la ciudad estaban acantonadas unidades militares fieles al Gobierno Provisional y a la Rada Central, con las que contaba precisamente la contrarrevolución. En la reunión unificada del Soviet de diputados obreros y soldados de la ciudad de Járkov, del Soviet provincial de diputados campesinos y del Soviet territorial de la cuenca del Donets-Krivói Rog, celebrada el 26 de octubre de 1917, los mencheviques, eseristas y nacionalistas burgueses, que componían la mayoría en dicha reunión, rechazaron la proposición de los bolcheviques sobre el paso del poder a manos de los Soviets704.

Después de una dura lucha que llevaron a cabo los bolcheviques, se volvió a elegir el Soviet de Járkov; el 10 de noviembre de 1917, con 120 votos contra 75 se aprobó la resolución de transferir el poder al Soviet705. Sin embargo, la resolución no decidió la cuestión del poder. La contrarrevolución tenía superioridad en fuerzas armadas. La situación en la ciudad únicamente cambió después de llegar a Járkov un destacamento de obreros de Petrogrado y marineros de la Flota del Báltico. En la ciudad se organizó el Comité Militar Revolucionario. Al mismo tiempo, la Rada Central concentraba fuerzas haydamakas en los alrededores de Járkov, pero los bolcheviques ya tenían superioridad de fuerzas.

El 8 de diciembre de 1917, los guardias rojos de Járkov, junto con los obreros y marineros que habían llegado de la capital, ocuparon Correos, Telégrafos, la Central Telefónica y la Dirección de los ferrocarriles meridionales; luego, en la noche del día siguiente, desarmaron al grueso de las tropas de la Rada. El Soviet bolchevique de diputados obreros y soldados se hizo dueño de la situación en la ciudad706.

En Odesa, la mayoría de los obreros y parte de los marineros de la Flota del Mar Negro y de los soldados de la guarnición de la ciudad seguían a los bolcheviques ya en vísperas de la insurrección armada en Petrogrado. Pero la Guardia Roja de Odesa estaba mal armada y en sentido numérico

704 V. I. Astájov y Y. Y. Kondufor. El proletariado de Járkov en la lucha por el triunfo de Octubre. Járkov, 1957, pág. 139. 705 La ciudad y la provincia de Járkov en la Gran Revolución Socialista de Octubre. Compilación de documentos y datos. Járkov, 1957, págs. 274-275. 706 V. I. Astájov y Y. Y. Kondufor. Obra citada, págs. 169-171.

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cedía considerablemente a las fuerzas contrarrevolucionarias. La ciudad era la retaguardia del Frente Rumano; en ella se encontraba el Comité Ejecutivo Central eserista-menchevique de los Soviets y comités militares del Frente Rumano, de la Flota del Mar Negro y de la provincia de Odesa (Rumcherod), el cual, igual que la Rada provincial, mantenía una posición hostil para con el Poder soviético. Eso dificultaba en grado considerable la lucha de los bolcheviques por el poder. Teniendo en cuenta la importancia de Odesa como punto político y estratégico, así como el hecho de que aquí tenían gran influencia los contrarrevolucionarios, la Rada Central concentró en la ciudad varios regimientos haydamakos y escuelas de artillería, infantería y caballería, con un total de unos 10.000 soldados y oficiales707.

Bajo la presión de los obreros y soldados, el 27 de octubre el Soviet de diputados obreros, soldados, campesinos y marineros de Odesa aprobó una resolución sobre el paso del poder a manos del Soviet, pero su Comité Ejecutivo, compuesto en su mayoría de eseristas, mencheviques y nacionalistas burgueses, no pensaba cumplirla. El poder seguía en manos de la Rada. En una situación análoga se encontraban también muchas ciudades de Ucrania. Por eso el poder, a pesar de las resoluciones aprobadas por los Soviets a instancia de los obreros y soldados, quedaba en manos de la Rada Central. Sólo en una parte del Donbás y en la retaguardia próxima al Frente Sudoeste se estableció sólidamente el poder de los Soviets.

La situación creada en Ucrania la utilizaron hábilmente los nacionalistas burgueses. Estos se aprovecharon de los errores cometidos por algunos bolcheviques ucranianos, quienes consideraban que la consigna del derecho de las naciones a la autodeterminación no tenía gran importancia para Ucrania. Los nacionalistas burgueses se presentaban como los únicos defensores de los intereses de los trabajadores ucranianos, mientras que los bolcheviques de Ucrania, al subestimar el problema nacional, complicaban y agudizaban la lucha.

El 7 de noviembre de 1917, la Rada Central publicó su III Bando en el que proclamó la "República Popular Ucraniana", prometió implantar la jornada laboral de 8 horas, establecer el control estatal en la industria, etc.708 El punto central del documento era la cuestión sobre la tierra. La Rada prometió a los campesinos la entrega de toda la tierra, pero el problema debería resolverlo definitivamente la Asamblea Constituyente de Ucrania.

707 Odesa. Ensayo de la historia de la ciudad-héroe. Odesa, 1957, pág. 138. 708 La lucha por la instauración y el afianzamiento del Poder soviético. Crónica de acontecimientos. M., 1962, pág. 169.

La promesa de entregar las tierras perseguía el objetivo de ganar tiempo, de tranquilizar a los campesinos y, principalmente, de presentarse como defensores de sus intereses. No comprendiendo la esencia clasista de la Rada, en el primer tiempo los campesinos acogieron con credulidad el Bando y, en particular, la solución del problema agrario prometida. En el documento, la Rada no declaraba la separación de Ucrania de Rusia, pero sí exhortaba al pueblo ucraniano a luchar resueltamente contra la "anarquía", que así llamaban los nacionalistas a las acciones de los combatientes por el Poder soviético. De ese modo, el sentido del III Bando se reducía a separar Ucrania de Rusia, aunque no se dijese de modo directo. La idea principal del documento y la actividad práctica de la Rada fue bien comprendida por los bolcheviques de Ucrania. La Rada prohibió pasar por Ucrania a las tropas soviéticas que se dirigían al Don para combatir a Kaledin, pero no puso obstáculo alguno a las unidades cosacas que se movían en esa misma dirección. La Rada no permitió exportar trigo ucraniano para los obreros rusos y los soldados de los frentes Oeste y Norte. Los bolcheviques realizaron una gran labor de esclarecimiento entre los trabajadores de Ucrania para desenmascarar la política de la Rada. Era significativo en este sentido el discurso de Artiom (F. A. Serguéiev) en la reunión del Soviet de diputados obreros y soldados de Járkov en noviembre de 1917. "Prometiendo en el papel una República democrática Ucraniana -señalo Artiom-, la Rada priva del derecho electoral a regimientos enteros de soldados que entraron en territorio ucraniano al comenzar la guerra. Prometiendo la tierra sin rescate, la Rada, al mismo tiempo, reconoce los pagos por las letras de préstamo. Prometiendo la lucha por la paz, la Rada, en realidad, impide realizar todas las iniciativas del Consejo de Comisarios del Pueblo, menosprecia su poder y al mismo tiempo mantiene conversaciones con Kaledin. Por eso la actitud de los bolcheviques para con la Rada Central es la misma que mantenían con relación al ex Gobierno de Kerenski”709.

Los imperialistas norteamericanos, ingleses y franceses veían en la Rada Central a su aliado seguro en la lucha contra la revolución socialista en Rusia. Por eso los imperialistas prestaban a la Rada ayuda en todo lo posible. Los Gobiernos de los países de la Entente, designaron ante la Rada a sus representantes y consejeros militares. El Gobierno francés le concedió un empréstito por la suma de 180 millones de francos710.

Una vez fortalecidas sus posiciones y apoyándose en la ayuda de los imperialistas extranjeros, la Rada comenzó la lucha contra el Poder soviético. En

709 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Ucrania, t. 2, pág. 179. 710 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 3, M., 1957, pág. 39.

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Ucrania se desenfrenó un terror brutal. Por orden de la Rada, los haydamakos disolvían los Soviets y comités fabriles, desarmaban a los obreros y soldados revolucionarios, detenían y fusilaban a los bolcheviques. Por toda Ucrania correteaban "destacamentos de la muerte", compuestos de kulaks, terratenientes y cadetes, que cometían represalias contra los obreros y soldados revolucionarios. El Secretariado General de la Rada exigía de los comisarios provinciales y distritales del Gobierno Provisional, que apoyaban a la Rada, el incumplimiento de cualesquiera indicaciones del Consejo de Comisarios del Pueblo. La misma exigencia fue presentada también a los comités de las tropas del frente y de las unidades de retaguardia.

El Comité Central del partido, el Consejo de Comisarios del Pueblo y V. I. Lenin personalmente consideraban que la situación en Ucrania era muy alarmante. Desde mediados de noviembre hasta últimos de 1917, el Consejo de Comisarios del Pueblo analizó 29 veces la situación creada en Ucrania y adoptó medidas para prestar ayuda a los trabajadores ucranianos711. Durante octubre y noviembre de 1917, el Comité Militar Revolucionario de Petrogrado destinó a Ucrania 50 agitadores: obreros avanzados, soldados de la guarnición de Petrogrado y marineros de la Flota del Báltico712.

Respondiendo al III Bando de la Rada Central y a sus acciones contrarrevolucionarias, el 3 de diciembre de 1917 el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó el Manifiesto al pueblo de Ucrania, escrito por Lenin, en el que se confirmaba el reconocimiento de los derechos nacionales y la independencia del pueblo ucraniano. Al mismo tiempo, el Gobierno soviético desenmascaraba el carácter contrarrevolucionario de la Rada que "encubriéndose con frases nacionales... practica una política burguesa de doble sentido"713. El Consejo de Comisarios del Pueblo presentó un ultimátum a la Rada, de acuerdo con el cual ésta no debería dejar pasar al Don, a los Urales y a otros lugares ninguna unidad militar sin tener el consentimiento del Mando soviético. Se le exigió también que dejase de desarmar a las tropas soviéticas y a la Guardia Roja en Ucrania, que devolviese las armas arrebatadas y ayudase a las tropas revolucionarias en la lucha

711 M. I. Kulichenko. El papel de V. I. Lenin en la creación y el fortalecimiento de la unión estatal de la Rusia y la Ucrania soviéticas (1917-1922), "Voprosi istorii," 1961, Nº 4, págs. 22-23. 712 I. G. Díkov. La ayuda del Comité Militar Revolucionario petrogradense en la instauración del Poder soviético en las localidades, en la compilación El establecimiento del Poder soviético en las localidades en los años 1917-1918. M., 1953, pág. 158. 713 V. I. Lenin. Manifiesto al pueblo ucraniano... O.C., t. 35, pág. 144.

contra los cosacos de Kaledin714. La Rada Central rechazó las exigencias y

emprendió, de ese modo, el camino de guerra contra la Rusia soviética.

Los trabajadores de Ucrania insistían en la convocatoria del Congreso de los Soviets de toda Ucrania y la entrega del poder a ese comicio. Ellos se convencieron por propia experiencia de que la Rada estaba defendiendo los intereses de los terratenientes, kulaks y capitalistas. La aspiración de los trabajadores ucranianos a crear su Estado nacional soberano era apoyada totalmente por el Gobierno soviético. Por la formación de la República Soviética de Ucrania (así como por la convocatoria del Congreso del partido de toda Ucrania) se manifestaron la reunión de organizaciones bolcheviques ucranianas (mayormente del territorio situado en la orilla derecha del Dniéper), celebrada en Kíev, y la Conferencia de los bolcheviques de la región del Donets- Krivói Rog, celebrada en Járkov en los mismos días que la primera, a comienzos de diciembre de 1917. Tanto la reunión como la conferencia reconocieron que la Rada era un arma de la contrarrevolución y la declararon enemiga de todos los trabajadores y de las masas explotadas de las repúblicas populares de Ucrania y de Rusia715.

Las organizaciones bolcheviques comenzaron a prepararse para convocar el Congreso de los Soviets de toda Ucrania. La Rada intentó impedirlo, pero una vez convencida de que no lo lograría, ordenó a sus organizaciones en las localidades enviar al congreso a sus representantes para entorpecer la actividad del comicio.

El 4 de diciembre de 1917, en Kíev se inauguró el I Congreso de los Soviets de toda Ucrania. Los nacionalistas se apoderaron de la comisión de mandatos del congreso y, violando las normas establecidas de representación, repartieron los mandatos entre sus testaferros de las "sociedades campesinas" de los kulaks y otras organizaciones nacionalistas. En vez de 200 delegados, el congreso registró más de 2.000 personas716.

Los representantes de 29 Soviets de diputados obreros y soldados abandonaron el congreso y decidieron unirse a los delegados al III Congreso de los Soviets de la cuenca del Donets-Krivói Rog, que se celebraba a la sazón en Járkov. En realidad, el congreso unificado representaba todas las zonas de Ucrania. Por eso se decidió denominar a éste I Congreso de los Soviets de toda Ucrania, que sesionó el 11 y 12 de diciembre de 1917. El congreso aprobó la política del Consejo de Comisarios del Pueblo y se

714 Ibídem, pág. 145. 715 Las organizaciones bolcheviques de Ucrania en el período de instauración y afianzamiento del Poder soviético (marzo-noviembre de 1917). Compilación de documentos y datos. Kíev, 1957, pág. 100. 716 Historia de Kiev, t. 2, pág. 32.

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expresó por el establecimiento de relaciones federativas entre Ucrania y la Rusia soviética. Ucrania fue proclamada República Socialista Soviética. El congreso acordó activar la lucha contra la Rada y la declaró fuera de la ley717.

Se eligió el Comité Ejecutivo Central de los Soviets de Ucrania compuesto por 41 personas: 35 bolcheviques y 6 eseristas de izquierda, socialdemócratas ucranianos de izquierda y mencheviques internacionalistas718; 20 escaños quedaron libres para los representantes del campesinado. La Conferencia de diputados campesinos de toda Ucrania, celebrada en Járkov a mediados de enero de 1918, se adhirió a las decisiones del I Congreso de los Soviets de toda Ucrania y eligió sus representantes al Comité Ejecutivo Central de los Soviets de Ucrania.

El Comité Ejecutivo Central de los Soviets de Ucrania formó el primer Gobierno soviético de Ucrania. El Consejo de Comisarios del Pueblo de la República Soviética de Rusia declaró que reconocía al Gobierno de Ucrania y le ofreció pleno apoyo. El 19 de diciembre de 1917, el Consejo de Comisarios del Pueblo de la RSFSR designó a G. K. Ordzhonikidze comisario extraordinario de Ucrania, encomendándole prestar ayuda al Comité Ejecutivo Central de los Soviets de Ucrania y a sus organizaciones del partido719.

Los trabajadores ucranianos saludaron ardientemente la formación de la República Soviética de Ucrania. Por doquier se celebraban mítines en los que se aprobaban resoluciones exigiendo el derrocamiento del poder de la Rada Central y aprobando las decisiones del I Congreso de los Soviets de toda Ucrania.

Para los campesinos y soldados era cada vez más evidente el espíritu contrarrevolucionario de la política de la Rada; los campesinos no recibían las tierras que la Rada les había prometido solemnemente; el antiguo aparato estatal había quedado intacto. Los campesinos comenzaron a apartarse de la Rada; aumentaba el descontento entre las fuerzas armadas de la Rada.

Mientras tanto, la Rada concentraba apresuradamente fuerzas para luchar contra el Poder soviético. En el IV Bando, publicado en enero de 1918, la Rada proclamó la separación de la "República Popular de Ucrania" de la Rusia Soviética y amenazaba a todo el que atentase contra su "independencia". Especulando con la consigna del derecho de los pueblos a la autodeterminación, los

717 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Ucrania, t. 2, págs. 572, 573-576. 718 Ensayos de la historia del Partido Comunista de Ucrania, pág. 214. 719 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Ucrania (febrero de 1917-abril de 1918). Compilación de documentos y datos, t. 3, Kíev, 1957, pág. 9.

nacionalistas burgueses ucranianos no la interpretaban como un derecho, sino como la necesidad absoluta de separarse Ucrania de Rusia. Sabiendo lo popular que era el nombre de Lenin entre los trabajadores, "los chovinistas ucranianos propagaban la idea de que Lenin estaba por la separación, mientras que los bolcheviques en Ucrania luchaban contra esa separación y, por lo tanto, actuaban contra Lenin"720.

Los bolcheviques desarrollaban una campaña tenaz para atraer a su lado nuevas capas de trabajadores. En noviembre y diciembre de 1917, los bolcheviques de Ucrania se ganaron para su causa a los sindicatos de metalistas y de la industria de confección y a los comités fabriles de Ekaterinoslav, Kíev, Odesa y otras ciudades. Los trabajadores abandonaban en masa a la Rada y se pasaban al lado de los bolcheviques, hecho que cambió la correlación de fuerzas en la república. Las nuevas elecciones a los Soviets dieron la mayoría a los bolcheviques. Como indicara Lenin en diciembre de 1917, la correlación de fuerzas clasistas en Ucrania cambió a favor de la revolución. "En la propia Ucrania -escribió Lenin el 30 de diciembre de 1917-, el movimiento revolucionario de las masas trabajadoras ucranianas por la entrega de todo el poder a los Soviets, adquiere cada vez mayor amplitud y promete la victoria sobre la burguesía ucraniana en un futuro inmediato"721.

Se crearon las condiciones para derrotar definitivamente a la Rada. El centro de esa lucha era Járkov. Aquí se encontraban el Gobierno soviético de Ucrania y el Estado Mayor del comandante en jefe de las tropas para la lucha con la contrarrevolución en el sur de Rusia. Los bolcheviques ucranianos pidieron a Petrogrado ayuda en la lucha contra la Rada Central.

Por indicación del Consejo de Comisarios del Pueblo de la RSFSR, a Járkov llegaban destacamentos de guardias rojos de Moscú, Petrogrado y otras localidades de Rusia Central, así como marinos del Báltico, enviados para liquidar a Kaledin. Aquí se organizaban destacamentos de obreros del Donbás. El 18 de diciembre de 1917, el Comité Ejecutivo Central de los Soviets de Ucrania acordó organizar el Comité Militar Revolucionario de la región722, al que se le encomendó establecer contacto con los destacamentos de guardias rojos de las localidades y organizar nuevos destacamentos en Ucrania.

El 29 de diciembre, los obreros de Ekaterinoslav

720 S. I. Gopner. La Revolución de Octubre en Ekaterinoslav, en la compilación El triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre, pág. 297. 721 V. I. Lenin. Resolución del Consejo de Comisarios del Pueblo sobre la respuesta de la Rada. O.C., págs. 211, 212. 722 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Ucrania, t. 3, pág. 45.

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asestaron un golpe a la Rada: los haydamakos fueron derrotados totalmente y en la ciudad triunfó el Poder soviético723.

En enero de 1918 fue organizado el Estado Mayor Central de la Guardia Roja del Donbás724. Al armamento de los destacamentos de guardias rojos del Donbás prestaron gran ayuda los obreros de Moscú, Petrogrado, Tula y otras ciudades. En diciembre de 1917 y enero de 1918, las tropas soviéticas derrotaron a las bandas del atamán Kaledin y liberaron el Donbás. En enero, se activaron las fuerzas revolucionarias de Odesa. El CC del POSD(b)R destinó a esa ciudad a V. Volodarski, miembro del CC del partido, con un grupo de bolcheviques petrogradenses, marinos de la Flota del Báltico y soldados desmovilizados, nativos de Ucrania y Moldavia. Este grupo realizó una gran labor de agitación entre la población ucraniana, así como entre los soldados. Como resultado, surgieron condiciones para liquidar el Rumcherod eserista-menchevique. Por orden del Jefe Supremo del ejército, N. V. Krilenko, y el Comité Militar Revolucionario adjunto al Cuartel General, el 3 de diciembre fue disuelto el Rumcherod.

El II Congreso del Rumcherod, celebrado bajo la dirección de los bolcheviques (Odesa, 10-22 de diciembre), reconoció como único poder el del Consejo de Comisarios del Pueblo y eligió un Rumcherod nuevo, bolchevique, encomendándole, como órgano supremo del poder, tomar medidas para instaurar el Poder soviético en las zonas de su actividad.

El 14 de enero de 1918, en Odesa comenzó la insurrección armada725. Los encarnizados combates callejeros duraron más de tres días. El 18 de enero, haydamakos y cadetes rindieron las armas y en la ciudad triunfó el Poder soviético. El poder de los Soviets se instauró también en Nikoláiev, Chernígov, Jersón y Alexándrovsk (actual Zaporozhie).

Kíev continuaba en poder de la Rada. Allí se creó una situación muy grave: los haydamakos aterrorizaban a la población, ejercían represiones masivas. A comienzos de enero de 1918, destacamentos de guardias rojos ucranianos, junto con tropas llegadas de la Rusia soviética, comenzaron la ofensiva sobre Kíev. A mediados del mes, las fuerzas revolucionarias que avanzaban hacia esa ciudad liberaron Konstantinograd, Poltava, Grébenka, Lójvitsa y otros puntos.

Cuando las tropas revolucionarias estaban aproximándose a Kíev, el Comité del POSD(b)R de la ciudad decidió comenzar la insurrección armada

723 V. Y. Borschevski. La clase obrera y los Soviets de la cuenca del Donets-Krivói Rog en la Revolución de Octubre, 2a parte, Dniepropetrovsk, 1962, págs. 153-154. 724 Ensayos de la historia del Partido Comunista de Ucrania, pág. 218. 725 Ibídem, pág. 219.

para derrotar con mayor rapidez al enemigo mediante un golpe combinado. El 15 de enero de 1918 se celebró la reunión del Soviet de diputados obreros y soldados de Kíev y de los comités fabriles, en la que se acordó iniciar la insurrección armada y declarar la huelga general en la ciudad.

La insurrección comenzó en la noche del 16 de enero de 1918. Ese mismo día, el Comité de Kíev del POSD(b)R se dirigió a los obreros y soldados exhortándoles a derrocar a la Rada. En el llamamiento se decía: "La Rada Central no os conduce a la liberación nacional, sino a una nueva esclavitud... Vean lo que está haciendo la Rada y el Secretariado General: ¿Dieron tierra a los campesinos? ¡No! ¿Implantaron el control de los obreros sobre las empresas industriales? ¡No! ¿Convirtieron los Bancos en propiedad del pueblo? ¡No! Entretanto, ya han establecido estrecho contacto con los opresores de todos los pueblos pequeños, los capitalistas anglo-franceses, y están frenando la causa de la paz democrática general, por la que está luchando el poder de los Soviets"726.

Ese mismo día, en Kíev comenzó la huelga política general.

La Rada ucraniana trajo a la ciudad unidades nacionalistas del frente, pero a pesar de la superioridad numérica del enemigo, los obreros combatían valientemente. Junto con ellos entraron en combate los soldados de los regimientos Bogdán Jmelnitski y Tarás Shevchenko. Hombro a hombro con los obreros de Kíev también luchaban por el triunfo del Poder soviético los internacionalistas: los ex prisioneros que entonces se encontraban en la ciudad. Los obreros checoslovacos crearon su destacamento de guardias rojos727.

Los combates más encarnizados se desenvolvieron en el distrito Pecherski, en la fábrica Arsenal, la cual, igual que en octubre, era el centro de la insurrección en Kíev. Las tropas nacionalistas ocuparon la fábrica y castigaron cruelmente a los obreros.

El 22 de enero de 1918, las tropas soviéticas tomaron la estación de Dárnitsa y arrojaron a los contrarrevolucionarios del Arsenal. Al día siguiente comenzó la ofensiva sobre el centro de la ciudad y el 26 de enero Kíev fue liberado. La ciudad se hizo capital de la República Socialista Soviética de Ucrania.

La lucha por la instauración del Poder soviético en Crimea también se desenvolvió en complicadísimas condiciones. Aquí gozaban de gran influencia entre la población los nacionalistas

726 La Gran Revolución Socialista de Octubre en Ucrania, t. 3, pág. 166. 727 N. A. Golub. Fraternidad cimentada con sangre (los obreros y campesinos checoslovacos en la defensa de las conquistas de Octubre en Rusia en 1917-1920). M., 1958, pág. 14.

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tártaros. El partido nacionalista burgués tártaro "Milli-Firka", constituido en julio de 1917, promovió la consigna de "Crimea para los crimeanos"; trataba de emponzoñar la conciencia de los trabajadores tártaros con el veneno de la propaganda nacionalista. Los organizadores del "Milli-Firka" soñaban con separar a Crimea de la Rusia revolucionaria y crear un Estado burgués tártaro bajo el protectorado de Turquía. El Comité musulmán provisional burgués de Crimea, organizado en marzo de 1917, creó sus unidades con militares tártaros de la región.

A la par con la organización nacionalista burguesa tártara, en Crimea actuaban las comunidades rurales ucranianas, las organizaciones hebreas de sionistas y las organizaciones armenias de dashnakes728, En el otoño de 1917, en Crimea, principalmente en su litoral meridional, se reunieron terratenientes, capitalistas, oficiales y generales huidos de la Rusia Central.

Las organizaciones bolcheviques en Crimea eran muy reducidas, siendo la mayor de ellas la de Sebastopol. El CC del POSD(b)R prestaba gran ayuda a la organización bolchevique de Crimea. Al sur se enviaban experimentados cuadros del partido y publicaciones bolcheviques. La principal fuerza revolucionaria de Crimea la constituían los marineros de la Flota del Mar Negro, los obreros de Sebastopol, Kerch, Melitópol y Feodosia, los ferroviarios y los soldados de las guarniciones locales.

Los Soviets conciliadores de Crimea se pronunciaron contra las decisiones del II Congreso de los Soviets de toda Rusia. No obstante, el Soviet eserista-menchevique de diputados militares y obreros de Sebastopol, presionado por los obreros y marineros, el 27 de octubre de 1917 acordó hacerse dueño del poder en la ciudad729; mas, después de llegar a ese acuerdo, se puso a concentrar fuerzas antisoviéticas. El Congreso de los Soviets de la provincia de Táuride, celebrado en Simferópol, aprobó el 16 de diciembre de 1917 una resolución eserista-menchevique que condenaba la Revolución de Octubre730.

El Gobierno ("Directorio") nacionalista burgués tártaro de Crimea, formado en diciembre de 1917 en el congreso, también declaró que su objetivo era la lucha contra los Soviets y la creación de una república burguesa en Crimea731. Algo antes, en la

728 Dashnak: miembro del partido nacionalista burgués contrarrevolucionario armenio "Dashnaktsutiún", surgido a comienzos de la década del 90 del siglo XIX. 729 La lucha por el Poder soviético en Crimea (marzo de 1917-abril de 1918), t. I. Documentos y datos. Simferópol, 1957, pág. 96. 730 D. A. Tarasiuk. De la historia de la lucha por el poder de los Soviets en Crimea. "Véstnik MGU" ("Boletín de la Universidad de Moscú"), 1962, pág. 75. 731 L. Volóshinov. Octubre en Crimea y Táuride Septentrional. Simferópol, 1960, pág. 75.

región se había organizado la "Asamblea de representantes populares" demócrata constitucionalista y conciliadora, que pretendía ser órgano de poder en la provincia. A pesar de algunos desacuerdos entre ambos organismos contrarrevolucionarios, ellos concertaron entre sí y con la Rada Central un acuerdo sobre la lucha contra la revolución socialista. Para coordinar las acciones, crearon el "Estado Mayor de Crimea", que disponía de tropas compuestas, principalmente, del batallón musulmán y escuadronas del Regimiento de Caballería de Crimea.

Los bolcheviques de la región realizaban gran labor para atraer a las masas y ganarse a los soldados y marineros. Los marinos de la Flota del Mar Negro y los soldados insistían en la necesidad de instaurar el poder de los Soviets.

Producto de esa gran actividad fue el I Congreso de la Flota del Mar Negro, celebrado del 6 al 19 de noviembre de 1917, en el que los bolcheviques lograron la refrendación de los decretos del II Congreso de los Soviets de toda Rusia y el reconocimiento del Comité Ejecutivo Central de toda Rusia, elegido por dicho Congreso, como "única fuente de poder".

En Simferópol, Sebastopol, Eupatoria, Feodosia y Yalta se organizaron destacamentos de guardias rojos. A comienzos de diciembre de 1917, regresaron a Sebastopol los marinos de la Flota del Mar Negro y los guardias rojos de esta ciudad que habían estado luchando contra Kaledin en el Don. Teniendo en cuenta el cambio de fuerzas a favor de la revolución, el grupo bolchevique en el Soviet de Sebastopol abandonó ese organismo el 13 de diciembre y exigió la celebración de nuevas elecciones.

Los obreros, soldados y marineros apoyaron a los bolcheviques y el Comité Ejecutivo conciliador se vio obligado a dimitir. Unos días después se celebraron nuevas elecciones al Soviet de Sebastopol, cuya mayoría la obtuvieron los bolcheviques y eseristas de izquierda.

En la noche del 16 de diciembre de 1917, en Sebastopol fue organizado el Comité Militar Revolucionario provisional, al que se le concedió todo el poder732. En enero de 1918, el Poder soviético se estableció en Feodosia, Yalta, Eupatoria y otras ciudades de Crimea733. No obstante, la lucha por el poder de los Soviets en Crimea no había terminado.

Los nacionalistas tártaros, con el apoyo de la contrarrevolución rusa y ucraniana, intentaron asestar un golpe sobre Sebastopol. En los alrededores de la ciudad apareció la caballería tártara. El Comité Militar Revolucionario ordenó a todos los marineros

732 Los marinos en la lucha por el poder de los Soviets en Ucrania (noviembre de 1917-1920). Recopilación de documentos. Kíev, 1962, pág. 57. 733 La lucha por el Poder soviético en Crimea, t. I. págs. 150, 173, 174.

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de los barcos de la Flota del Mar Negro mantenerse en disposición combativa. En la noche del 11 de enero de 1918, destacamentos de nacionalistas tártaros irrumpieron en la zona de la fortaleza de Sebastopol, pero el 12 y 13 de enero las tropas enemigas fueron derrotadas por las fuerzas del Comité Militar Revolucionario de Sebastopol.

Tan pronto como en Simferópol se supo la noticia de la victoria alcanzada en las cercanías de Sebastopol, el comité revolucionario bolchevique dio la señal para empezar la insurrección armada. En ayuda de Simferópol llegaron de Sebastopol destacamentos de guardias rojos y marineros. Durante los días 12, 13 y 14 de enero de 1918, las unidades nacionalistas tártaras fueron derrotadas734. El poder en la ciudad pasó al Soviet de diputados obreros y soldados de Simferópol. En las postrimerías de enero de ese mismo año, el poder de los Soviets fue instaurado en toda Crimea. El Congreso de los Soviets de la provincia de Táuride, que sesionaba en aquellos días en Sebastopol, eligió el Comité Ejecutivo Central de diputados soldados, obreros y campesinos de Táuride, compuesto de 9 personas: 7 bolcheviques y 2 eseristas de izquierda. Presidente del Comité fue elegido el bolchevique Z. A. Miller735. El congreso declaró la disolución del Gobierno nacionalista burgués tártaro de Crimea y la "Asamblea de representantes populares" y aprobó una declaración que estaba basada en la Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado736.

En Moldavia737, la revolución socialista se realizó en condiciones no menos complicadas que en Ucrania y Crimea. La región era agraria, con una industria artesana y semiartesana y una población multinacional (moldavos, ucranianos, rusos, hebreos, búlgaros, alemanes). Aquí casi no existía proletariado industrial (en 1913, había cerca de 4.000 obreros ocupados en pequeñas empresas artesanas, en la construcción y los ferrocarriles; gran parte de ellos eran obreros temporeros). El 80% de la población vivía en aldeas.

En Moldavia, tenían considerable influencia las organizaciones nacionalistas burguesas. La principal era el Partido Nacional Moldavo, que expresaba los intereses de los terratenientes, de la burguesía y de la intelectualidad con orientación nacionalista. Los nacionalistas promovían la consigna de la autonomía burguesa de Besarabia dentro del marco de Rusia. Parte de los nacionalistas burgueses, al estar enlazada con los feudales rumanos, aspiraba a separar Besarabia de Rusia y unirla a la Rumania

734 L. Volóshinov. Obra citada, págs. 99, 100-101. 735 Ibídem, págs. 115-116. 736 La lucha por el poder de los Soviets en Crimea, t. I. pág. 196. 737 Gran parte del territorio de la Moldavia contemporánea pertenecía a la provincia de Besarabia, mientras que las zonas orientales, a las provincias de Podolia y de Jersón.

monárquica. Los nacionalistas burgueses moldavos, ucranianos, hebreos y otros atizaban la discordia nacional.

A la contrarrevolución moldava le prestaban apoyo los círculos gobernantes rumanos que trataban de arrancar a Besarabia de Rusia. El apoyo más fuerte de los reaccionarios moldavos era el Mando del Frente Rumano. Preparándose para la lucha contra las fuerzas de la revolución, los nacionalistas burgueses moldavos organizaban unidades militares nacionales y destacamentos de milicianos (cohortes). El Congreso militar moldavo, celebrado del 20 al 27 de octubre de 1917 y en cuyas labores participaron, en lo fundamental, oficiales y funcionarios reaccionarios, declaró la autonomía territorial de Besarabia. En vísperas de Octubre, en los Soviets de Moldavia tenían gran influencia los conciliadores y los bundistas, que dificultaban mucho la lucha revolucionaria de las masas. A comienzos de octubre de 1917, los bolcheviques de Kishiniov rompieron con los mencheviques defensistas y los bundistas, abandonando las organizaciones unificadas. Se creó una organización unificada de bolcheviques y socialdemócratas internacionalistas, en la que los primeros tenían su grupo738. Eso era un paso adelante por el camino de la creación de una organización bolchevique independiente. Organizaciones como esa fueron creadas en una serie de ciudades y en las grandes estaciones ferroviarias de Moldavia.

Moldavia era zona próxima al frente. En sus ciudades y pueblos estaban acantonadas unidades militares. Los soldados de las unidades técnicas -batallones de mantenimiento de las vías férreas, de automovilistas y de pontoneros- estaban formadas con obreros de Petrogrado, Moscú, Járkov, el Donbás y los Urales. En esas unidades, los bolcheviques gozaban de gran influencia. Los soldados revolucionarios ayudaban a los obreros de Moldavia a organizar destacamentos de guardias rojos. En vísperas de Octubre, ya había destacamentos de la Guardia Roja en Tiráspol, Benderi, Brichani, Ungueni y otras localidades.

A últimos de octubre y primera quincena de noviembre, los trabajadores de Benderi, Beltsi y Tiráspol y los soldados de muchas unidades militares aprobaron en mítines y asambleas resoluciones en apoyo del Consejo de Comisarios del Pueblo.

Una de las tareas primordiales que se planteaba ante los bolcheviques de Moldavia y del Frente Rumano era impedir el envío de unidades contrarrevolucionarias a Petrogrado. El grupo bolchevique del Rumcherod comunicó a Lenin que del Frente Rumano no se enviaría ningún soldado contra Petrogrado. Los bolcheviques establecieron guardia en las estaciones ferroviarias de Benderi, Tiráspol y Rasdélnaya y mantenían los 738 Ensayos de la historia del Partido Comunista de Moldavia. Kishiniov, 1964, pág. 63.

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destacamentos de guardias rojos en disposición combativa739.

Varios Soviets de Moldavia, incluido el de Kishiniov, primeramente no deseaban reconocer el poder del Consejo de Comisarios del Pueblo, pero el estado de ánimo revolucionario que surgió bajo la influencia de los decretos leninistas sobre la tierra y la paz no podía dejar de manifestarse en la correlación de fuerzas en los Soviets. En noviembre y diciembre de 1917, los Soviets de Kishiniov, Tiráspol y otras ciudades, así como muchos comités de soldados, se expresaron por el reconocimiento del Poder soviético. La reunión del Soviet de diputados obreros y soldados de Kishiniov, celebrada el 22 de noviembre de 1917 junto con los comités de soldados, acordó reconocer el Consejo de Comisarios del Pueblo y las decisiones del II Congreso de los Soviets de toda Rusia, así como la transferencia del poder en Moldavia a los Soviets. En la resolución también figuraba la exigencia de incluir en la composición del Gobierno central a representantes de todos los partidos socialistas, desde socialistas populares hasta bolcheviques740. El 29 de noviembre, en Kishiniov fue elegido el nuevo Presídium del Soviet encabezado por E. M. Venedíktov, activo combatiente por el Poder soviético741. Sin embargo, en el Comité Ejecutivo del Soviet y en el propio Soviet, los conciliadores y los bundistas seguían teniendo posiciones fuertes.

A los bolcheviques de Moldavia les prestaron gran ayuda los enviados de la Rusia soviética y de Ucrania. S. G. Roshal, a quien el Gobierno soviético había designado comisario del Frente Rumano, llegó a Kishiniov a comienzos de diciembre de 1917, acompañado de un grupo de marinos de la Flota del Báltico. A la ciudad llegaban delegaciones de obreros y agitadores de Kíev, Járkov, Odesa, Lugansk y Nikoláiev.

En la lucha de las masas revolucionarias por la instauración del poder de los Soviets en Moldavia desempeñó un gran papel la Conferencia de los bolcheviques del Frente Rumano, celebrada del 28 al 30 de noviembre de 1917 en Kishiniov. La conferencia exhortó a todas las organizaciones bolcheviques a activar la lucha por la afirmación del poder de los Soviets y declaró la necesidad de crear en Moldavia una organización bolchevique independiente. Cumpliendo las decisiones de la conferencia, los bolcheviques de Kishiniov crearon a principios de diciembre de 1917 una organización independiente del partido742.

739 Ibídem, pág. 68. 740 La lucha por el poder de los Soviets en Moldavia. Recopilación de documentos y datos. Kishiniov, 1957, pág. 184. 741 Ensayos de la historia del Partido Comunista de Moldavia, pág. 73. 742 Ibídem, págs. 71, 73.

En el camino de la instauración del Poder soviético en la región se alzaba un obstáculo muy serio: el "Sfatul Tári" ("Soviet Territorial"), instituido en Kishiniov, el 21 de noviembre de 1917, por los nacionalistas burgueses moldavos. Formaban parte de él terratenientes, capitalistas, nacionalistas burgueses moldavos, eseristas y mencheviques. El 2 de diciembre, los cabecillas del "Sfatul Tári" proclamaron a Moldavia "República Popular" y crearon su órgano ejecutivo: el Consejo de Directores Generales743.

Tratando de presentar su organismo como democrático, los nacionalistas propusieron a los Soviets enviar allí a sus representantes. Pero sólo algunos Soviets enviaron a sus representantes al "Sfatul Tári". Los bolcheviques de Moldavia no valoraron debidamente el peligro que representaba la creación de ese órgano. Ellos pensaban que cambiando la composición del "Sfatul Tári" podrían conseguir el paso de éste al lado del Poder soviético, lo que resultó un gran error. Los bolcheviques moldavos tampoco plantearon la consigna de la autonomía soviética, hecho que aprovechó el "Sfatul Tári" para declarar a Moldavia "República Popular".

Los líderes del "Sfatul Tári" se preparaban para separar a Besarabia de la Rusia soviética; pidieron ayuda militar al Gobierno rumano, mientras que ellos mismos organizaban fuerzas contrarrevolucionarias. Los nacionalistas establecieron contacto con la Rada ucraniana. El Rumcherod eserista-menchevique, que actuaba junto con el "Sfatul Tári", también impedía por todos los medios la instauración del poder de los Soviets en Moldavia.

En la primera mitad de diciembre de 1917, el Gobierno monárquico rumano, en confabulación con el Mando contrarrevolucionario del Frente Rumano, el "Sfatul Tári" y la Rada ucraniana, así como con el apoyo de las potencias imperialistas, comenzó a introducir sus tropas en el territorio de Besarabia. El 16 de diciembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo entregó a la embajada rumana en Petrogrado una nota de protesta contra la irrupción de las tropas rumanas744. Sin embargo, las tropas monárquicas continuaron ocupando Besarabia.

Era necesario organizar urgentemente las fuerzas revolucionarias. El 24 de diciembre, el Comité Ejecutivo regional, junto con el Presídium del Comité Ejecutivo del Soviet de Kishiniov y el Comité Militar Revolucionario de la Región Meridional, decidieron crear el Estado Mayor revolucionario de las tropas republicanas de la región de Besarabia, "instancia militar suprema para las

743 I. G. Díkov. Crónica de acontecimientos en Besarabia (marzo de 1917-marzo de 1918). Kishiniov, 1957, págs. 77, 88. 744 La lucha por el poder de los Soviets en Moldavia, págs. 237-238.

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tropas soviéticas en dicha región"745. El Rumcherod, que a la sazón ya era bolchevique, creó la Sección del Frente, que recibió la misión de asegurar el repliegue organizado de las tropas rusas del territorio rumano. La Sección del Frente ayudó a las fuerzas revolucionarias de la región a establecer el Poder soviético en el frente y en la zona próxima a éste. Esta sección se trasladó de Odesa a Kishiniov y comenzó sus actividades. Para el 28 de diciembre de 1917 ya había establecido contacto con las organizaciones revolucionarias locales y junto con ellas encabezó la lucha de los trabajadores de la región por la instauración del Poder soviético.

En la noche del 1 de enero de 1918, los trabajadores y soldados revolucionarios ocuparon los puntos más importantes de Kishiniov y ese mismo día en la ciudad triunfó el Poder soviético746. Acto seguido, la Sección del Frente publicó una orden comunicando que "asumía toda la plenitud del poder y el Mando de las tropas en el Frente Rumano y en la zona cercana al frente"747.

La Sección del Frente y el Comité Ejecutivo del Soviet provincial enviaron representantes a Ungueni, Tiráspol, Benderi, Soroki, Orguéev y otras ciudades para prestar ayuda a las fuerzas revolucionarias. A comienzos de enero de 1918, el Poder soviético se había instaurado en casi toda Moldavia.

En este tiempo, las fuerzas unidas de las tropas rumanas y de los destacamentos de contrarrevolucionarios rusos, ucranianos y moldavos comenzaron la ofensiva sobre Besarabia. Los bolcheviques llamaban a los trabajadores y soldados a defender con las armas en las manos el Poder soviético. El 6 y 7 de enero se desencadenaron fuertes combates entre las fuerzas revolucionarias y los intervencionistas. Al campo de los trabajadores se pasó el I Regimiento de Reserva Moldavo. Fue rechazado el ataque combinado de las tropas del Gobierno rumano, del "Sfatul Tari" y de la Rada ucraniana contra el Poder soviético. Pero las tropas rumanas, después de recibir refuerzos, se apoderaron de Kishiniov el 13 de enero, y en marzo de 1918 ocuparon toda Besarabia.

* * * Era muy difícil la situación reinante en

Transcaucasia, donde existía un complicado entrelazamiento de relaciones nacionales y sociales.

Transcaucasia era una zona económicamente atrasada del Imperio Ruso, excepto Bakú y su provincia, donde trabajaban 57.000 obreros en las explotaciones petrolíferas. En el territorio restante de

745 Ibídem, pág. 246. 746 El movimiento revolucionario en 1917 y la instauración del Poder soviético en Moldavia. Kishiniov, 1964, pág. 580. 747 Ibídem, 1964, pág. 581.

Transcaucasia había algo más de 15.000 obreros748. Era una región extraordinariamente multinacional por la composición de su población. La política zarista de enemistar a unos pueblos contra otros llevó en esta zona al odio y a las querellas nacionales que impedían la cohesión de los trabajadores. Los nacionalistas burgueses propagaban hábilmente la disensión nacional en el Cáucaso, utilizando los prejuicios religiosos y distrayendo a los trabajadores de la lucha contra los enemigos de clase. El nacionalismo era una gran arma en sus manos y el principal freno que impedía el auge del movimiento revolucionario en la región.

En octubre de 1917, las organizaciones bolcheviques del Cáucaso contaban con 8.626 afiliados. La organización de más fuerza y experiencia era la de Bakú, con 2.200 comunistas749. En el Comité del POSD(b)R de la ciudad trabajaban destacadas personalidades del Partido Bolchevique, como S. G. Shaumián, P. A. Dzhaparidze, N. N. Narimánov, M. A. Azizbékov, I. T. Fiolétov e Y. D. Zevin. Parte integrante de la organización del partido en Bakú era la organización Gummer ("Energía"), creada por el Comité del POSD(b)R de Bakú para trabajar entre la población azerbaidzhana, organización que desempeñó trascendental papel en la revolucionarización de los trabajadores. El Comité del partido de la ciudad dirigía también el trabajo de la organización socialdemócrata Adalet ("Justicia"), que realizaba su labor entre los obreros procedentes del Azerbaidzhán iraní.

El I Congreso territorial de las organizaciones bolcheviques del Cáucaso, celebrado en octubre de 1917, determinó las tareas de los bolcheviques de esta región en la lucha por el Poder soviético y eligió el Comité Territorial del POSD(b)R en el Cáucaso.

Cuando se conoció la noticia de la insurrección en Petrogrado, el Comité Territorial del POSD(b)R, en nombre de las organizaciones de partido del Cáucaso, declaró su plena solidaridad con el CC del POSD(b)R en todos sus actos. Los obreros y soldados de Bakú, Tiflis, Batum, Eriván, Alexandrópol, Kars, Sarikamish y otras ciudades saludaron en mítines y asambleas la Revolución de Octubre y manifestaron su firme decisión de luchar por la instauración del poder de los Soviets.

En octubre de 1917, los nacionalistas burgueses de Transcaucasia -mencheviques georgianos, dashnakes armenios y musavatistas750 azerbaidzhanos- eran una gran fuerza y gozaban de considerable influencia entre los campesinos y parte de los obreros. Entre los soldados del Frente

748 Historia de la guerra civil en la URSS, t., 3, M., 1957, pág. 51. 749 Ensayos de la historia del Partido Comunista de Azerbaidzhán. Bakú, 1963, pág. 240. 750 "Musavat"; partido nacionalista terrateniente burgués contrarrevolucionario, creado en Azerbaidzhán en 1911.

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Caucásico tenían influencia los eseristas. Después de la Revolución de Febrero, los musavatistas se plantearon la tarea de crear la autonomía burguesa de Azerbaidzhán dentro de los marcos de Rusia, sobre bases federativas. Los dashnakes postergaban la solución del problema nacional hasta la convocatoria de la Asamblea Constituyente, apoyando al mismo tiempo al Gobierno Provisional.

El Comisariado Especial Transcaucásico (CET), formado a raíz de la Revolución de Febrero, continuó ejerciendo sus funciones también después del 25 de octubre de 1917. En manos de los nacionalistas burgueses y de los partidos conciliadores se encontraba aún la mayor parte de los Soviets de Transcaucasia. A mediados de octubre de 1917, sólo en el Soviet de diputados obreros y militares de Bakú los bolcheviques mantenían posiciones rectoras.

El centro fundamental de la lucha revolucionaria en Transcaucasia era Bakú. El 26 de octubre de 1917, el Comité Ejecutivo del Soviet de la ciudad, examinó la cuestión del poder con los representantes de los partidos políticos, sindicatos, unidades militares y otras organizaciones. Los partidos nacionalistas burgueses y pequeñoburgueses lograron que se aprobase una resolución para crear en Bakú el "Comité de Seguridad Pública", que incluyera a representantes de todos los partidos.

Los bolcheviques y los eseristas de izquierda, que apoyaban a los primeros, protestaron la resolución del Comité Ejecutivo del Soviet de Bakú declarando que el órgano supremo de poder en la ciudad debía ser el Soviet y exigieron la convocatoria de una sesión ampliada de este organismo. Sin embargo, en la sesión, celebrada el 27 de octubre, los partidos contrarrevolucionarios de nuevo lograron rechazar la resolución de los bolcheviques sobre la entrega del poder al Soviet de Bakú. En vista de que la decisión del Soviet contradecía claramente a la voluntad de los trabajadores, el Comité del POSD(b)R de Bakú se dirigió a los obreros para que apoyaran la resolución de los bolcheviques, rechazada por el Soviet.

Bajo la presión de las masas, el Soviet de Bakú decretó el 31 de octubre tomar el poder en sus manos, y el 2 de noviembre eligió un nuevo Comité Ejecutivo, en el que entraron bolcheviques y eseristas de izquierda. Por decisión del Soviet, se disolvieron los órganos burgueses contrarrevolucionarios: "Comité de Seguridad Pública" y "Comité de Organizaciones Públicas". En el llamamiento a los trabajadores, el Soviet declaró que "defendería los intereses de la población pobre y... vejaría por el más completo orden revolucionario en la ciudad"751.

Sin embargo, el Soviet de Bakú no podía aún considerarse dueño de la situación en la ciudad. Paralelos a él siguieron actuando los "consejos

751 Los bolcheviques en la lucha por el triunfo de la revolución socialista en Azerbaidzhán. 1917-1918. Documentos y datos. Bakú, 1957, pág. 194.

nacionales" musulmán y armenio, así como la duma urbana. Los conciliadores y nacionalistas burgueses, que formaban parte del Soviet, torpedeaban todas las iniciativas de ese organismo encaminadas a liquidar los órganos burgueses de poder y saboteaban las resoluciones del Comité Ejecutivo del Soviet. Aceptando la proposición de los bolcheviques, el Soviet acordó celebrar nuevas elecciones, las cuales tuvieron lugar en diciembre de 1917. Al nuevo Soviet fueron elegidos 48 bolcheviques, 85 eseristas (principalmente de izquierda), 36 dashnakes, 18 musavatistas y 13 mencheviques752. En muchas cuestiones, los bolcheviques participaban en bloque con los eseristas de izquierda, por eso en el Soviet era evidente la supremacía de fuerzas que estaban al lado de estos dos partidos. No obstante, los bolcheviques no pudieron considerar plenamente firme su posición en el Soviet.

La situación se complicaba también debido a que el poder de los Soviets no se había establecido aún en todo Azerbaidzhán. Muchos distritos todavía se encontraban en poder de los musavatistas. Los bolcheviques de Bakú procuraban fortalecer por todos los medios el Poder soviético en la ciudad. El Soviet, paso a paso, iba penetrando en todas las esferas de la vida política y económica de la ciudad y disolviendo las organizaciones contrarrevolucionarias; organizó la custodia de las explotaciones petrolíferas, fábricas, bancos, Correos, Telégrafos y estaciones de ferrocarril. El Comité Militar Revolucionario anejo al Comité Ejecutivo del Soviet, organizado el 12 de diciembre de 1917753, desempeñó un gran papel en la liquidación del sabotaje y otros actos contrarrevolucionarios, así como en el afianzamiento del Poder soviético en Bakú.

En condiciones cuando los partidos nacionalistas desenvolvían gran actividad en la creación de sus fuerzas armadas, para los bolcheviques de Bakú tenía especial importancia la organización de sus fuerzas armadas revolucionarias. A comienzos de 1918, en la ciudad había 3.500 guardias rojos; y en marzo, las tropas en las que podía apoyarse el Soviet de Bakú contaban ya con 6.000 combatientes754. Al Soviet también se le subordinaba la Flotilla Militar del Caspio.

De manera distinta se desarrollaron los acontecimientos en otras zonas de Transcaucasia, donde la capa proletaria, a diferencia de Bakú, era insignificante y los nacionalistas burgueses y los conciliadores estaban mejor organizados. La mayor parte de los Soviets de Transcaucasia, incluidos el

752 Ensayos de la historia del Partido Comunista de Azerbaidzhán, pág. 250. 753 Los bolcheviques en la lucha por el triunfo de la revolución socialista en Azerbaidzhan, pág. 220. 754 Ensayos de la historia del Partido Comunista de Azerbaidzhán, pág. 261.

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Soviet Territorial, el Soviet de Tiflis, el Soviet Territorial del Ejército Caucásico y los Soviets de Ereván, Kutaís y otras ciudades, ocuparon una posición hostil para con la Revolución de Octubre. Si Bakú era el puesto avanzado de la revolución, Tiflis, en contraposición a la primera, se convirtió en el centro de las fuerzas contrarrevolucionarias de Transcaucasia. Los bolcheviques de la región tuvieron que trabajar en condiciones muy difíciles, manifestar perseverancia y flexibilidad en sus acciones.

Por iniciativa de los comités del Cáucaso y de Tiflis del POSD(b)R se celebraron nuevas elecciones para renovar la Sección Militar del Soviet de diputados obreros y soldados de Tiflis y de todos los comités militares. Como resultado, para contrapesar al Soviet Territorial del Ejército Caucásico eserista-menchevique, los representantes de la guarnición de Tiflis eligieron de entre los soldados un Soviet bolchevique llamado Asamblea Delegada y una comisión que puso bajo su control el arsenal.

Desarrollaban también su actividad los partidos nacionalistas burgueses de Transcaucasia, que en el momento de triunfar la Revolución de Octubre en Rusia emprendieron la lucha para crear Estados "nacionales" y "redondear" sus fronteras. Entre los partidos nacionalistas burgueses de Transcaucasia también existían desacuerdos en cuestiones territoriales de los distintos grupos nacionalistas. Sin embargo, el "peligro bolchevique" les obligó a unirse. En la reunión de todas las fuerzas contrarrevolucionarias de Transcaucasia, celebrada el 11 de noviembre de 1917 en Tiflis, se discutió el problema de la organización del poder territorial en Transcaucasia. En la reunión participaron el Mando del Frente Caucásico, los agentes militares inglés y francés en el Estado Mayor del Ejército Caucásico, el cónsul norteamericano en Tiflis y otros755.

Como resultado de esta reunión, en lugar del CET, los mencheviques georgianos, los dashnakes armenios y los musavatistas azerbaidzhanos crearon, el 15 de noviembre, un nuevo poder territorial: el Comisariado Transcaucásico756.

Los círculos gobernantes de Inglaterra, Francia y Estados Unidos apoyaron a este Comisariado. En el telegrama del 13 de diciembre de 1917, el cónsul de los EE.UU. en Tiflis indicaba a Lansing, Secretario de Estado norteamericano, que era necesario prestar urgentemente ayuda financiera al Comisariado Transcaucásico757. Días antes, ese mismo cónsul había telegrafiado al Secretario de Estado

755 Documentos y datos sobre la política exterior de Transcaucasia y Georgia. Tiflis, 1919, págs. 3-4. 756 La lucha por el triunfo del Poder soviético en Georgia. Documentos y datos. Tiblisi, 1958, pág. 149. 757 La Gran Revolución Socialista de Octubre y el triunfo del Poder soviético en Armenia. Compilación de documentos. Ereván, 1957, pág. 149.

norteamericano: "Bakú está en manos de los bolcheviques. He aconsejado enviar allí tropas para aplastar la insurrección"758. Se trataba de agrupar las fuerzas externas e internas para luchar contra el Poder soviético. Los Estados extranjeros abrieron a los nacionalistas burgueses créditos por la suma de 20 millones de rublos para organizar unidades georgianas y armenias en el Cáucaso y el Irán.759

Con el fin de consolidar las fuerzas antisoviéticas, el Comisariado Transcaucásico estableció vínculos con los cosacos contrarrevolucionarios del Térek, del Kubán y del Don.

A la par con el Comisariado Transcaucásico, existían y funcionaban los "consejos nacionales": georgiano, armenio y musulmán; embriones de los futuros Gobiernos nacionalistas burgueses. Esos consejos organizaban unidades militares "nacionales", atrayendo para ello a los oficiales y generales del ejército zarista. También se formaban destacamentos de mencheviques ("guardia popular") y de dashnakes ("mauseristas").

El 29 de noviembre de 1917, destacamentos de la guardia menchevique y soldados de las unidades nacionales georgianas y armenias se apoderaron del arsenal de Tiflis; luego fueron desarmadas las unidades revolucionarias de la guarnición de la ciudad y desarticuladas las imprentas de los periódicos bolcheviques. Simultáneamente a los actos armados, fue puesta en juego la demagogia. En la declaración publicada por el Comisariado Transcaucásico había muchas promesas falsas de satisfacer las necesidades del pueblo.

Pero el Comisariado no pudo estar engañando durante mucho tiempo a los obreros, soldados y campesinos. A últimos de 1917 y comienzos de 1918, en Alexandrópol, Sarikamish, Kars y otras ciudades, los obreros, soldados y campesinos exigían que se reconociera el poder del Consejo de Comisarios del Pueblo. "Nuestros intereses y los de la Rusia trabajadora son idénticos -decía la resolución de los obreros de las explotaciones de Pitóev-. Conocemos y apoyamos el único poder auténticamente revolucionario, el poder de los Comisarios del Pueblo presidido por el camarada Lenin. Por eso estamos contra el llamado "poder" transcaucásico, formado por defensistas y nacionalistas”760.

Los obreros exigían también la subordinación del Comisariado Transcaucásico al Gobierno soviético y la puesta en práctica de todos los decretos del Poder soviético.

758 V. I. Adamia. De la historia de la intervención inglesa en Georgia (1918-1921). Sujumi, 1961, pág. 20. 759 G. A. Galoián. La revolución socialista en Transcaucasia y su interpretación por la historiografía burguesa. M., 1960, pág. 50. 760 Los bolcheviques en la lucha por el triunfo de la revolución socialista en Azerbaidzhán, págs. 213, 214.

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El II Congreso Territorial del Ejército Caucásico, celebrado del 10 al 23 de diciembre de 1917, aprobó una resolución en la que no reconocía al Comisariado Transcaucásico contrarrevolucionario y exhortaba a instaurar el Poder soviético. La resolución decía, en particular: "Sólo los Soviets, en los que están representadas todas las nacionalidades del Cáucaso en la persona de sus elementos trabajadores, pueden evitar el grandioso incendio que puede estallar a consecuencia de las pretensiones territorial-nacionales de cualquier nacionalidad del Cáucaso"761.

La contrarrevolución también se preparaba para la lucha y acumulaba fuerzas. En diciembre de 1917, paralelo al II Congreso del Ejército Caucásico, se celebró el II Congreso Territorial de los Soviets de diputados obreros. A diferencia del congreso militar, la mayoría en el Congreso Territorial pertenecía a los conciliadores; éste expresó su confianza al Comisariado Transcaucásico y se manifestó por la convocatoria de la Asamblea Constituyente de toda Rusia. En la composición del nuevo centro territorial de los Soviets entraron mayormente representantes de la burguesía nacionalista y de los partidos pequeñoburgueses. De este modo, dos congresos, celebrados a un mismo tiempo, aprobaron resoluciones diametralmente opuestas que determinaban su actitud respecto al Poder soviético. La contrarrevolución no podía por menos de comprender la amenaza que representaba para sus planes la posición del Soviet del Ejército. Aprovechándose de que los delegados habían salido para sus localidades y sólo quedaba un reducido número de miembros del Soviet Territorial del Ejército, los mencheviques, con la ayuda del Comisariado Transcaucásico, se apoderaron del local del Soviet y de todo su dinero, declarando la formación de un nuevo Soviet Territorial del Ejército. El Soviet Territorial de diputados obreros y campesinos eserista-menchevique se apresuró a reconocer ese nuevo Soviet. De este modo, en Transcaucasia surgieron dos Soviets territoriales del Ejército: el revolucionario y el contrarrevolucionario.

Respondiendo a ese acto hostil, el Soviet Territorial del Ejército Caucásico creó el Comité Militar Revolucionario. En Trapezundia, Sarikamish, Dzhulfa, Shajtajt y otras localidades también se organizaron comités militares revolucionarios762.

El CC del POSD(b)R, el Consejo de Comisarios del Pueblo y personalmente Lenin seguían con gran atención el desarrollo de los acontecimientos en Transcaucasia, daban consejos concretos y ayudaban en todo lo posible al Comité Territorial Caucasiano del partido.

El 16 de diciembre de 1917, el Consejo de

761 La marcha triunfal del Poder soviético. Documentos y datos, II parte, M., 1963, pág. 178. 762 La lucha por el triunfo del Poder soviético en Georgia, pág. 173.

Comisarios del Pueblo de la RSFSR discutió la situación creada en el Cáucaso y nombró a S. G. Shaumián comisario extraordinario para asuntos del Cáucaso hasta crearse el Poder soviético territorial; también decidió enviar medio millón de rublos al Soviet de Bakú.

Los bolcheviques de Transcaucasia trataban de establecer la amistad entre los pueblos transcaucásicos y el pueblo ruso, exhortaban a los trabajadores de la región a apoyar a la Rusia soviética. El Comité Territorial y el de Tiflis llamaban a los obreros y campesinos de Transcaucasia a actuar juntos y a dar la debida réplica a los partidos nacionalistas burgueses. La táctica de los bolcheviques de Transcaucasia no sólo presuponía la lucha armada por el poder, sino también la conquista pacífica de la mayoría de los Soviets y su transformación en órganos soviéticos de dirección. La mayoría del Comité Territorial del POSD(b)R consideraba que la consolidación del Poder soviético en el centro obligaría al Gobierno Transcaucásico a reconocer el Consejo de Comisarios del Pueblo. Sin embargo, los bolcheviques de Transcaucasia no plantearon la consigna de la autonomía del territorio, hecho que fue aprovechado por los nacionalistas burgueses en la lucha contra el Poder soviético.

El movimiento revolucionario en Transcaucasia continuaba ampliándose. En enero de 1918 se declararon en huelga los impresores de Tiflis; en febrero, los portuarios de Poti, los mineros de Tkvibuli y los obreros de las fábricas de Dzirul763. Los obreros de las explotaciones petrolíferas de Bakú -rusos, armenios, georgianos y azerbaidzhanos- protestaron contra la política contrarrevolucionaria del Comisariado Transcaucásico, exigieron su disolución y la entrega del poder a los Soviets764.

Las acciones de los obreros ejercieron influencia en los campesinos. A comienzos de 1918, el movimiento agrario abarcó toda Transcaucasia. El Comité Territorial del POSD(b)R envió al campo agitadores que explicaban a los campesinos la política del Partido Bolchevique, desenmascaraban a los mencheviques, musavatistas y dashnakes, invitaban a los campesinos a la lucha por la tierra. Hubo lugares donde los campesinos se apoderaban de las fincas de los terratenientes, asaltaban las haciendas, expulsaban a los terratenientes y mataban a los que eran conocidos por su crueldad. En varias aldeas del distrito de Shamshadín se crearon Soviets de campesinos y soldados, así como destacamentos de guardias rojos.

Los soldados del Ejército Caucásico condenaban la política del Comisariado Transcaucásico, se pronunciaban contra la formación de unidades

763 Ibídem, págs. 187, 189-190, 223-224. 764 Los bolcheviques en la lucha por el triunfo de la revolución socialista en Azerbaidzhán, pág. 259.

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militares "nacionales" y exigían la implantación del poder de los Soviets en Transcaucasia. El mitin de 30.000 soldados de la guarnición de Sarikamish, celebrado en enero de 1918, decidió desacatar las disposiciones contrarrevolucionarias del Comisariado Transcaucásico y ponerse a disposición del Gobierno soviético765.

La desmovilización del ejército, que se efectuaba de acuerdo con la decisión del Gobierno soviético, también empezó a realizarse en el Frente Caucásico.

Temiendo que los soldados revolucionarios rusos se unieran a las fuerzas de la revolución en Transcaucasia, los nacionalistas burgueses decidieron desarmar a los soldados que venían del frente. Los musavatistas cometieron un monstruoso crimen. Con la participación de F. Smith, cónsul de los EE.UU. en Tiflis, los nacionalistas transcaucásicos prepararon y ejecutaron una matanza en masa de los soldados que regresaban a sus hogares. En la zona de la estación de Shamjor, los musavatistas y mencheviques atacaron de sorpresa los trenes de soldados rusos. Las bandas armadas asesinaron a más de 2.000 soldados e hirieron a centenares de ellos. Las bandas nacionalistas se apoderaron de más de 15.000 fusiles, 70 ametralladoras y 20 cañones766.

El ametrallamiento de estos inocentes soldados suscitó incontenible indignidad entre los trabajadores de toda Transcaucasia. Obreros y soldados exigían la disolución inmediata del Comisariado Transcaucásico y el castigo de los culpables del crimen. Los nacionalistas decidieron formalizar jurídicamente la separación de Transcaucasia de la Rusia soviética. Fue creada la Dieta Transcaucásica compuesta por delegados de Transcaucasia elegidos a la Asamblea Constituyente. Pero esta Dieta, igual que el Comisariado Transcaucásico, era un instrumento en manos de los Estados imperialistas.

Para aplicarle a la Dieta un carácter "democrático" y velar su esencia contrarrevolucionaria, el Comisariado Transcaucásico propuso a los bolcheviques participar en ese órgano de poder, pero éstos se negaron.

Por iniciativa del Comité Territorial del POSD(b)R, el 10 de febrero de 1918 tuvo lugar en el Parque Alejandro, de Tiflis (actualmente, Parque de los Comuneros), un populoso mitin de obreros y soldados que protestaron contra la convocatoria de la Dieta Transcaucásica. La "guardia popular" menchevique cerró todas las salidas del parque y abrió fuego contra los participantes en el mitin.

Como respuesta a este crimen de la contrarrevolución, los obreros de Tiflis, atendiendo al llamamiento del Comité urbano del POSD(b)R,

765 La Gran Revolución Socialista de Octubre y el triunfo del Poder soviético en Armenia. Compilación de documentos. Ereván, 1957, págs. 160-162. 766 La lucha por el triunfo del Poder soviético en Georgia, págs. 193,196-200.

declararon la huelga política general. A su vez, la Dieta Transcaucásica implantó el estado de guerra en varios distritos. Contra los campesinos se enviaron expediciones punitivas y se dio la orden de arrestar a los bolcheviques. Comenzaron las represiones. Las organizaciones bolcheviques de Transcaucasia, excepto la de Bakú, se vieron obligadas a pasar a la clandestinidad.

La contrarrevolución también preparaba un golpe contra Bakú, ciudadela del Poder soviético en Transcaucasia. En la organización y preparación de la ofensiva sobre la ciudad participaron también los imperialistas extranjeros. Por un convenio concluido entre Inglaterra y Francia, el sur de Rusia se dividió en "zonas de acción". En la zona inglesa entró el Cáucaso y Asia Central. Pero en Transcaucasia chocaron los intereses de los países de la Entente y del Bloque Germano. A todos les atraía el petróleo de Bakú. Turquía, como aliada de Alemania en la guerra, amañaba planes para crear bajo su dirección un Estado pan turco, en el que entrarían el Cáucaso, Asia Central y Azerbaidzhán Septentrional.

Pero las contradicciones entre esas agrupaciones imperialistas quedaban relegadas a segundo plano ante el afán común de liquidar el Poder soviético en Bakú e impedir su divulgación por toda Transcaucasia. La lucha armada contra Bakú comenzó con el levantamiento armado organizado por los musavatistas en marzo de 1918. Ellos organizaron en Lenkorán y Shernaja una serie de acciones armadas contra destacamentos de guardias rojos.

El Comité de Bakú del POSD(b)R formó el Comité de Defensa Revolucionaria de la ciudad y de sus distritos. En la ciudad se declaró el estado de sitio. Por orden del Comité de Defensa Revolucionaria, las unidades del Ejército Rojo, los destacamentos de guardias rojos y los marineros revolucionarios de la Flotilla Militar del Caspio pasaron a la ofensiva. Desde el 30 de marzo hasta el 1 de abril se combatió encarnizadamente en las calles de Bakú, participando por ambas partes más de 20.000 hombres767. Los musavatistas fueron derrotados. Pero en ayuda de ellos acudieron las tropas de la Dieta Transcaucásica. A comienzos de abril, las fuerzas unificadas de la contrarrevolución de nuevo avanzaron sobre Bakú. La ciudad quedó aislada de las demás regiones de Transcaucasia. Una vez más los destacamentos del Ejército Rojo y de la Guardia Roja de Bakú opusieron resistencia a las bandas de los nacionalistas.

Rechazando el empuje de las fuerzas contrarrevolucionarias, el proletariado de Bakú emprendió las transformaciones socialistas y, al mismo tiempo, prosiguió la lucha por el triunfo del Poder soviético en Transcaucasia. El 25 de abril, en 767 Los bolcheviques en la lucha por el triunfo de la revolución socialista en Azerbaidzhán, págs. 347-350.

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la sesión del Soviet de diputados obreros y militares de Bakú se instituyó el Consejo de Comisarios del Pueblo de la ciudad, conocido con el nombre de la Comuna de Bakú, presidido por el destacado bolchevique S. G. Shaumián.

En Abjazia, otra región de Transcaucasia, la lucha por el poder también era tenaz. Ya en febrero de 1918, como resultado de las nuevas elecciones al Soviet de diputados obreros y soldados de la ciudad de Sujum, en vez del menchevique V. Chjikvishvili fue elegido presidente del Soviet el bolchevique E. Eshba. Los bolcheviques de Sujum comenzaron la preparación de la insurrección armada. Se creó el comité insurreccional encabezado por Eshba768. En Sujum y los distritos próximos a la ciudad se crearon destacamentos obreros, los cuales, junto con el destacamento campesino, cercaron Sujum en la noche del 8 de abril. Los mencheviques entregaron la ciudad y en la madrugada del mismo día las unidades revolucionarias entraron en Sujum y proclamaron el poder de los Soviets769.

Pero el Poder soviético en Abjazia no se mantuvo mucho tiempo. Presionados por fuerzas superiores de los nacionalistas georgianos, los destacamentos revolucionarios tuvieron que abandonar la ciudad el 17 de mayo y retirarse a las montañas770.

Los bolcheviques de Bakú comunicaban sistemáticamente al CC del POSD(b)R y a Lenin acerca de los acontecimientos en Transcaucasia, pidiendo ayuda a la República Rusa.

El 14 de mayo de 1918, Lenin escribió a Shaumián: "Estamos encantados con su política firme y resuelta. Sepa combinarla con la diplomacia más prudente que necesariamente impone la dificilísima situación actual, y la victoria será nuestra"771. A Bakú se enviaban tropas, víveres y dinero. El Consejo de Comisarios del Pueblo de la RSFSR acordó el 22 de mayo de 1918 asignar 100 millones de rublos para exportar petróleo de Bakú y pagar los salarios a los obreros de las explotaciones petrolíferas772. Como resultado, hasta septiembre de 1918 se exportaron de Bakú a Rusia, por el Mar Caspio, 1,4 millones de toneladas de petróleo y sus derivados773.

En julio de 1918, Rusia envió trigo para la población de Bakú. Un mes antes, los obreros de la ciudad habían recibido autos blindados, aeroplanos y

768 G. A. Dzidzaria. Ensayos de la historia de Abjasia. 1910-1921. Tiblisi, 1963, págs. 119,132. 769 La lucha por el Poder soviético en Abjasia. 1917-1921. Compilación de documentos y datos. Sujumi, 1957, págs. 86-87. 770 Ibídem, pág. 88. 771 V. I. Lenin. A S. G. Shaumián. O.C. t. 50, págs. 73-74. 772 "Krasnii arjiv", 1938, N° 4-5, pág. 13. 773 Ensayos de la historia del Partido Comunista de Azerbaidzhán, pág. 273.

otros equipos militares774. En ayuda de Bakú llegaron unidades militares del Frente Ucraniano. No obstante, en las condiciones de guerra civil que había comenzado y el desastre en el transporte, el Gobierno soviético no podía prestar a Bakú una ayuda rápida y oportuna. En esas condiciones, los bolcheviques se planteaban la tarea de utilizar todas las posibilidades internas para consolidar y ampliar el poder de los Soviets. Para ganarse a los campesinos pobres, en los pueblos se desplegaba ampliamente la agitación; se explicaban los decretos del Poder soviético. En muchos pueblos de Azerbaidzhán se organizaron Soviets campesinos. Pero el atraso económico, la ignorancia y el amedrentamiento de los campesinos que se encontraban muy influenciados por los príncipes, beys y nacionalistas burgueses, complicaban muchísimo el trabajo de los bolcheviques entre el campesinado. El Comité Territorial del POSD(b)R no logró unificar las fuerzas revolucionarias de Transcaucasia y alzarlas en el momento oportuno a la lucha en todas las localidades del territorio.

Los órganos transcaucásicos de la contrarrevolución desenvolvían gran actividad contra el Gobierno soviético. El Comisariado Transcaucásico, por ejemplo, no deseó reconocer el acuerdo pacífico de Brest-Litovsk. Bajo ese pretexto, las tropas germano-turcas ocupaban Transcaucasia775. Los nacionalistas burgueses preferían perder la independencia de Transcaucasia con tal de salvarse del "peligro bolchevique". No encontrando seria resistencia por parte de las unidades militares nacionales, en la primavera de 1918 las tropas turcas irrumpieron en la región, ocuparon Ardagán, Kars, Alexandrópol, Erzerum y Sarikamish, asesinaban a la población armenia, se llevaban el ganado, el trigo, etc. El Gobierno soviético intervino en defensa de la población armenia. El 13 de abril de 1918, G. V. Chicherin, Comisario del Pueblo del Exterior, envió un telegrama al cónsul alemán en Tiflis en el que expresaba la esperanza de que dicho cónsul ejercería influencia en las autoridades turcas "con el fin de evitar el exterminio de la población pacífica"776.

Por exigencia del Gobierno turco, el 22 de abril la Dieta Transcaucásica proclamó la "República Federativa Independiente" en Transcaucasia777, que duró poco más de un mes. Entre los partidos nacionalistas burgueses se desarrollaba una obstinada lucha que a veces adquiría la forma de agudos choques. Ello tuvo como resultado la disolución de la Dieta y el 26 de mayo los mencheviques georgianos

774 M. V. Tsertsevadze. Lenin y la lucha por el Poder soviético en Transcaucasia. Tiblisi, 1960, pág. 25. 775 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 3, pág. 394. 776 La Gran Revolución Socialista de Octubre y el triunfo del Poder soviético en Armenia, pág. 195. 777 Documentos y datos sobre la política exterior de Transcaucasia y Georgia, págs. 222-223.

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proclamaron Georgia "República independiente". También se proclamaron "repúblicas independientes" Azerbaidzhán y Armenia. En esas repúblicas se formaron Gobiernos nacionalistas burgueses contrarrevolucionarios, que se apoyaban en los imperialistas extranjeros.

Cumpliendo el acuerdo con el Gobierno menchevique georgiano, a comienzos de junio de 1918 las tropas alemanas entraron en Georgia.

La división de Transcaucasia en distintas repúblicas burguesas era ventajoso para los imperialistas, ya que debilitaba la unidad de la clase obrera de la región.

"Todos sabéis muy bien -señaló Lenin en la reunión conjunta del Comité Ejecutivo Central de toda Rusia, el Soviet de Moscú y los comités fabriles y sindicatos de la ciudad, celebrada el 29 de julio de 1918- que esa independencia de Georgia se ha convertido en puro fraude: en realidad es la ocupación y la absoluta dominación de Georgia por los imperialistas germanos, la alianza de las bayonetas alemanas y del Gobierno menchevique contra los obreros y campesinos bolcheviques..."778

En el verano de 1918, el peligro amenazaba a Bakú. Sobre la ciudad comenzaron la ofensiva bandas musavatistas y tropas turcas. A medida que las tropas iban aproximándose, en la ciudad se activaba la contrarrevolución interna. El 31 de julio de 1918, bajo la embestida de las tropas de la contrarrevolución interna y los agresores extranjeros, el Poder soviético en Bakú cayó779; después de arrebatar el poder en la región, los nacionalistas burgueses entregaron Transcaucasia a los imperialistas extranjeros. Se necesitó determinado tiempo para expulsar de Transcaucasia a los intervencionistas y a los Gobiernos reaccionarios que se mantenían a costa de las bayonetas. El 28 de abril de 1920, los obreros y campesinos insurrectos de Azerbaidzhán, apoyados por el Ejército Rojo, volvieron a instaurar en su territorio el poder de los Soviets. El 29 de noviembre se proclamó el Poder soviético en Armenia y el 25 de febrero de 1921, en Georgia. Toda Transcaucasia volvió a ser soviética.

* * * La lucha por la instauración del Poder soviético

en Asia Central780 y Kazajstán se dificultaba debido 778 V. I. Lenin. Discurso pronunciado en la reunión conjunta... el 29 de julio de 1918. O.C., t. 37, págs. 6-7. 779 J. Sh. Inoyátov y Sh. T. Tashlíev. La lucha por la instauración del Poder soviético en el Turquestán, "Istoria SSSR", 1957, N° 4, pág. 103. 780 El territorio de las actuales repúblicas soviéticas de Asia Central (excepto los territorios de los antiguos Emirato de Bujara y Kanato de Jiva) y de las regiones meridionales de la RSS de Kazajia formaba parte del llamado Territorio Turquestano, integrado por cinco provincias: Semirechie, Sir Dariá, Ferganá, Samarcanda y Transcaspio. Las regiones restantes de Kazajastán formaban parte de las provincias de Turgái, Akmólinsk,

al atraso socio-económico de ese territorio, cuya población se encontraba aún en los primeros escalones de su desarrollo económico.

Asia Central y Kazajstán eran las periferias más atrasadas del Imperio Ruso. Allí predominaban las relaciones patriarcal-feudales. La composición multinacional de la población del Turquestán, la reducida clase obrera, la ignorancia y el embrutecimiento de los campesinos, la desconfianza que sentía gran parte de la población indígena hacia todo lo ruso, resultado de la política colonizadora del zarismo, todo eso creaba enormes dificultades en la lucha por la instauración del poder de los Soviets.

Las organizaciones nacionalistas burguesas -"Shurá e Islam" en Turquestán y "Alash" en Kazajstán- lograron atraer a su bando a una gran parte de los trabajadores de Asia Central. Esas organizaciones los persuadían de que entre los musulmanes no podía haber lucha de clases, que ellos no estaban divididos por el islam en clases. Los nacionalistas se planteaban la tarea de crear la autonomía nacional-territorial dentro del marco de la Rusia burguesa. Los nacionalistas turquestanos estaban vinculados con los panturcos y panislamistas extranjeros.

Las fuerzas contrarrevolucionarias del territorio -oficialidad, feudales, beys, burguesía rusa y nacional, clero y organizaciones pequeñoburguesas y nacionalistas- actuaban en un frente único contra la revolución socialista.

Hasta el triunfo de la insurrección armada de Octubre en Petrogrado, los bolcheviques de Turquestán se encontraban en organizaciones unificadas con los mencheviques, lo que se manifestaba negativamente en el desarrollo de la lucha por la instauración del poder de los Soviets. Sólo en otoño de 1917 los bolcheviques del territorio rompieron los vínculos organizativos con los mencheviques. Hasta mediados de 1918, en el territorio no había centro bolchevique único. La labor revolucionaria la realizaban grupos bolcheviques y comunistas aislados.

A la vanguardia del movimiento revolucionario de los trabajadores de Turquestán marchaban los obreros rusos, principalmente los ferroviarios. El apoyo de los bolcheviques de Turquestán eran los llamados "trabajadores de retaguardia": trabajadores de las nacionalidades locales movilizados durante la guerra para las faenas de retaguardia en Rusia. Su número ascendía hasta los 100.000 hombres781. En Rusia se encontraron en el epicentro de los acontecimientos revolucionarios, percibieron las

Semipalátinsk y Ural y de la Horda de Bukéiev (la Horda de Bukéiev formaba parte de la provincia de Asfrakán, y después de octubre de 1917, de la provincia del Ural). 781 El triunfo de la Revolución de Octubre en Uzbekistán, t. I. Compilación de documentos. Tashkent, 1964, pág. 471.

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formas y métodos de lucha de los obreros rusos contra los explotadores. Cuando en el verano de 1917 retornaron a sus lugares natales, los "trabajadores de retaguardia", en su masa fundamental, se convirtieron en fuerza activa en la lucha por la revolución socialista.

Con la parte avanzada de los obreros de la población indígena y los campesinos pobres se organizaron Soviets de diputados obreros musulmanes y organizaciones masivas de trabajadores: uniones de trabajadores musulmanes creadas de acuerdo con la nacionalidad y la religión. Los Soviets de diputados obreros y soldados, de los que formaba parte la población rusa principalmente, y los Soviets de trabajadores nativos intercambiaban representantes, lo que más tarde condujo y la creación de organizaciones multinacionales únicas.

En la lucha por el poder de los Soviets en Asia Central jugaron un papel extraordinariamente transcendental los soldados de las guarniciones de Tashkent, Samarkanda, la fortaleza de Kushka, Ashjabad, Vierni (actual Alma-Atá) y Pishpek (actual Frunze). En otoño de 1917, la mayoría de los soldados de esas guarniciones ya seguía a los bolcheviques y luchaba por el derrocamiento del Gobierno Provisional.

El general P. A. Korovichenko, Comisario General del Gobierno Provisional, trató de disolver las unidades revolucionarias, principalmente las de la guarnición de Tashkent. En respuesta a ello, el 13 de octubre de 1917 el Soviet de diputados obreros y soldados de Tashkent prohibió el desplazamiento y la disolución de unidades militares sin la sanción del Comité Ejecutivo del Soviet782.

La asamblea de los comités de regimientos, compañías y destacamentos de la guarnición de Tashkent, celebrada el 16 de octubre de 1917 por iniciativa de los bolcheviques, declaró que se adhería a la disposición del Soviet de Tashkent y exhortó a la guarnición a prestar apoyo al Soviet en su lucha por el poder783.

El 25 de octubre de 1917, en la reunión cerrada del Presídium del Soviet de diputados obreros y soldados de Tashkent se discutió el plan de la insurrección armada784. De acuerdo con ese plan, a las unidades militares y empresas de la ciudad fueron enviados bolcheviques.

En respuesta, el general Korovichenko declaró en Tashkent el estado de guerra, arrestó a una parte de los miembros del Comité Ejecutivo del Soviet de la ciudad y desarmó a los soldados revolucionarios del 2 Regimiento Siberiano de Fusileros de Reserva.

Pero para ese momento los obreros ya se habían apoderado de las armas que se encontraban en los

782 Ibídem, pág. 471. 783 Ibídem, pág. 499. 784 Ensayos de la historia del Partido Comunista de Uzbekistán. Tashkent, 1964, pág. 36.

almacenes del I Regimiento Siberiano de Fusileros de Reserva y se preparaban para iniciar la insurrección.

En la madrugada del 28 de octubre, los obreros y soldados revolucionarios de Tashkent, respondiendo al llamamiento de los bolcheviques, iniciaron la insurrección armada. El centro de la insurrección eran los talleres ferroviarios centrales del Ferrocarril Centroasiático. Los soldados del I Regimiento Siberiano recibieron a tiro limpio a los cosacos y cadetes enviados por el general Korovichenko.

Ese mismo día fue creado el Comité Revolucionario que encabezó la batalla con la contrarrevolución. Al lado de la revolución actuaban el destacamento obrero que contaba con 2.500 combatientes, entre los que había 1.000 armados, los soldados del 1 y 2 regimientos siberianos de fusileros de reserva con dos baterías ligeras y varias unidades militares pequeñas.

El Comité Turquestano contrarrevolucionario contaba con el apoyo de la escuela de alféreces, la escuela militar, dos regimientos de cosacos, dos escuadrones de cosacos de Semirechie y el batallón musulmán. Esas unidades disponían de dos autos blindados y de 18 piezas de artillería785.

Al comenzar las hostilidades, la superioridad estaba a favor de las fuerzas contrarrevolucionarias, pero pronto las filas de las tropas revolucionarias comenzaron a engrosarse. Los Soviets de Kushka, Katta-Kurgán, Perovsk, Chardzhúi (actual Chardzhóu), Krasnovodsk y otras ciudades, comprendiendo que del resultado de la lucha en Tashkent dependería, al fin de cuentas, la situación en otras ciudades, acordaron reconocer el poder de los Soviets y apoyar a los obreros y soldados de Tashkent. El Soviet de Kushka envió a Tashkent un destacamento armado con piezas de artillería786; el de Krasnovodsk, 600 soldados787. Los obreros de la estación ferroviaria de Kushka enviaron a todos los Soviets y comités ferroviarios del Ferrocarril Centroasiático un telegrama invitándoles a prestar ayuda a los obreros y soldados revolucionarios de Tashkent en la lucha por el poder de los Soviets788.

Los combates en la ciudad duraron cuatro días. Junto con los obreros y soldados rusos luchaban uzbekos, tadzhikos y kazajos. Los trabajadores pobres locales organizaron un destacamento de

785 M. Vajábov. Tashkent en el período de las tres revoluciones. Tashkent, 1957, pág. 251. 786 El triunfo de la Revolución de Octubre en Uzbekistán, t. I, págs. 529, 536-540, 542-543, 545. 787 K. E. Zhítov. El triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre en Uzbekistán. Tashkent, 1957, pág. 131. 788 El triunfo de la Revolución de Octubre en Uzbekistán, t. I, pág. 538.

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combate de 300 hombres789. Después de encarnizados combates, los obreros y

soldados revolucionarios se apoderaron de Correos, Telégrafos y el Banco, y en la mañana del 1 de noviembre ocuparon la fortaleza790. El general Korovichenko capituló. Fueron detenidos los miembros del Comité Turquestano del Gobierno Provisional y los oficiales y desarmados los soldados que por medio del engaño se habían enfrascado en la lucha al lado de la contrarrevolución. Todo el poder en el territorio pasó a manos del Soviet de Tashkent, al que apoyaba la mayoría de los Soviets locales.

El Soviet territorial conciliador insistía en la creación del "Gobierno socialista homogéneo". La llamada asamblea de representantes de las organizaciones democráticas, en la que predominaban los mencheviques y eseristas, celebrada en Tashkent el 2 de noviembre de 1917, decretó la creación de un órgano territorial de poder: el Comité Ejecutivo Turquestano Provisional791, que se pronunció contra las medidas revolucionarias del Soviet de Tashkent.

Por exigencia de los Soviets locales, el 15 de noviembre se celebró en Tashkent el III Congreso Territorial de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos792. El congreso fue palestra de reñida lucha entre los bolcheviques y representantes de los partidos pequeñoburgueses. Los bolcheviques propugnaban la creación de un poder territorial único, sin la participación de los partidos hostiles al Poder soviético. Los mencheviques y eseristas de derecha insistían en que se formase un poder coalicionista.

El congreso de los Soviets siguió a los bolcheviques. Se formó un Gobierno territorial, denominado Consejo de Comisarios del Pueblo del Territorio Turquestano, integrado por 15 personas: 7 bolcheviques y 8 eseristas de izquierda.

El III Congreso Territorial de los Soviets proclamó el Poder soviético en todo el territorio de Turquestán. El 23 de noviembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo del Territorio Turquestano envió un telegrama a Lenin comunicándole la instauración del Poder soviético en el territorio turquestano y que el Turquestán Soviético se había planteado la tarea de poner en vigor los decretos del Gobierno soviético793.

En la mayoría de las ciudades de Turquestán, el

789 S. Kasimjodhzáev. Junto con los obreros rusos, en la compilación La Revolución Socialista de Octubre y la guerra civil en el Turquestán. Memorias, 1957, pág. 118. 790 El triunfo de la Revolución de Octubre en Uzbekistán, t. 1, pág. 556, 791 Ibídem. 546, 558-559. 792 Ibídem, pág. 578. 793 El triunfo de la Gran Revolución de Octubre en el Turquestán. Compilación de documentos. Tashkent, 1947, pág. 95-96.

poder de los Soviets se instauró, sin choques armados, en el transcurso de noviembre de 1917 a febrero de 1918.

En algunas zonas donde la contrarrevolución disponía de fuerzas considerables, los Soviets tuvieron que tomar el poder por la fuerza de las armas. A finales de 1917, las altas jerarquías cosacas crearon sus "Gobiernos de las Tropas": del Don, de Oremburgo y de Semirechie. Junto con la Horda de Alash, iniciaron acciones contra el Poder soviético.

Uno de los centros que agrupaba a todos los enemigos del Poder soviético en Asia Central era la "Organización Militar Turquestana" secreta, dirigida por el ex general zarista E. Dzhunkovski; agrupaba a oficiales, funcionarios y elementos burgueses que mantenían estrechos vínculos con los miembros del "Shurá e Islam" y con el "Ulemá", partido del clero musulmán. Ahora, cuando en el territorio se había instaurado el Poder soviético, la contrarrevolución turquestana exigió la autonomía de Turquestán para separar ese territorio de la Rusia Soviética, y a los trabajadores de las nacionalidades indígenas, aislarlos de la clase obrera rusa, aniquilando después el Poder soviético y restableciendo la dominación de los explotadores. Kokand se convirtió en el centro de los complots contrarrevolucionarios, en uno de los principales centros de la propaganda panislámica y panturca. Este papel de Kokand se debía también a que la ciudad se encontraba cerca de Kashgar, desde donde el consulado inglés ayudaba a la contrarrevolución.

En las postrimerías de noviembre de 1917, los nacionalistas convocaron en Kokand el IV Congreso Territorial Musulmán, que proclamó la autonomía de Turquestán. Se constituyó el Gobierno Provisional de la "República Autónoma Turquestana", integrado por representantes de la burguesía rusa y nacional, de los feudales y del clero. A la cabeza de ese "Gobierno" fueron puestos nacionalistas burgueses. El "Gobierno" de la "Autonomía de Kokand" recibía de los imperialistas ingleses armas, municiones y dinero; se puso en contacto con la contrarrevolución de Rusia, con el kan de Jiva, con el emir de Bujara y con los musavatistas de Azerbaidzhán; restableció en Kokand las leyes que salvaguardaban los intereses de la burguesía y los terratenientes, comenzó a preparar destacamentos armados para emprender la ofensiva sobre Tashkent, utilizando para eso las bandas de basmachís794; intentó alzar a los dejkanes contra el Poder soviético.

Los bolcheviques intensificaron el trabajo entre la población local, explicando a los trabajadores el sentido que tenían las exigencias de la contrarrevolución en lo referente a la autonomía de Turquestán. En el propio Kokand, bajo la dirección

794 Basmach: bandido contrarrevolucionario nacionalista en Asia Central durante el período de la instauración y el fortalecimiento del Poder soviético.

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de los bolcheviques, desplegó su trabajo la Unión de Trabajadores Musulmanes, encabezada por Y. Shamsutdínov, T. Urazbáevy otros. Esta unión organizaba en todas partes mítines y asambleas que adoptaban, generalmente, resoluciones bolcheviques.

En enero de 1918, las unidades de cosacos blancos que regresaban del Irán y de Jiva a sus tierras a través de Turquestán, se apoderaron de Chardzhúi y avanzaron sobre Samarkanda795. De acuerdo con el plan de los contrarrevolucionarios, el alzamiento de los cosacos blancos debería prestar ayuda a los autonomistas de Kokand y a Dútov y contribuir a la rebelión que preparaba la "Organización Militar Turquestana" en Tashkent. La superioridad de fuerzas estaba a favor de la contrarrevolución. Los destacamentos de guardias rojos de Samarkanda no pudieron mantener la ciudad y se replegaron hacia Dzhizak. Respondiendo al llamamiento de los bolcheviques, los destacamentos de guardias rojos de Tashkent, Ferganá y otras ciudades avanzaron hacia Samarkanda, Los obreros de la ciudad atacaron simultáneamente por la retaguardia a los cosacos blancos que fueron derrotados el 14 de febrero. En la segunda quincena del mismo mes, destacamentos de la Guardia Roja de Tashkent, con ayuda de los obreros de Kokand y los dejkanes de Ferganá, derrotaron al Gobierno de la "Autonomía de Kokand". Fue liquidado uno de los principales focos de la contrarrevolución interna y de los imperialistas extranjeros en Asia Central.

La victoria del poder de los Soviets en las provincias de Akmólinsk y Semipalátinsk estaba estrechamente vinculada con el desarrollo de la revolución socialista en Siberia Occidental. El III Congreso de los Soviets de Siberia Occidental, celebrado en Omsk del 2 al 10 de diciembre de 1917, acordó instaurar el Poder soviético en las localidades: en Siberia y en el Territorio Estepario796.

En Semirechie797, el Poder soviético triunfó en la primavera de 1918. En Vierni, la élite de la oficialidad y de los kulaks de las tropas cosacas de Semirechie, junto con los nacionalistas burgueses kazajos, ya en noviembre de 1917 habían desarticulado el Soviet y establecido la dictadura de los guardias blancos. Se creó el "Gobierno de las Tropas" de Semirechie. Aquí se concentraban las fuerzas contrarrevolucionarias expulsadas de los

795 L. Nekrásova y Yu. I. Aleskérov. 8uevos documentos acerca de los destacamentos de guardias rojos y unidades del Ejército Rojo de Samarcanda en Materiales de la historia de los pueblos de la RSS de Uzbekia. Boletín de la Universidad de Samarcanda A. Navoí. Serie nueva, fase. 125. Samarcanda, 1963, pág. 74. 796 El triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre en Kazajstán (1917-1918). Compilación de documentos y datos. Alma-Ata, 1957, págs. 171-172. 797 Semirechie: en la actualidad, algunas zonas de la RSS de Kazajia y de la RSS de Kirguizia.

demás territorios de Asia Central y Kazajstán. Los contrarrevolucionarios de Semirechie mantenían contacto con el cónsul británico en Kashgar, McCarthy, y el cónsul norteamericano en Tashkent, Treadwell, de los que recibían ayuda. En las zonas fronterizas se organizaban destacamentos de guardias blancos y se adquiría armamento.

Los bolcheviques de Semirechie pasaron a la clandestinidad y en complicadas condiciones comenzaron a preparar a los obreros y soldados para la lucha armada. Los primeros que se lanzaron a la acción en Semirechie meridional fueron los obreros de Pishpek798. Apoyándose en el "Destacamento armado popular", compuesto por obreros y soldados, el Soviet de diputados soldados, obreros y campesinos de Pishpek acordó el 1 de enero de 1918 "unirse al poder central de Petrogrado y Tashkent”799.

En la derrota del "Gobierno de las Tropas" desempeñaron un gran papel los soldados revolucionarios que regresaban del frente a Vierni y los "trabajadores de retaguardia" kazajos. El comité clandestino de los bolcheviques realizaba un gran trabajo entre los cosacos, como resultado de lo cual los cosacos rasos comenzaron a separarse poco a poco de la élite cosaca.

En enero de 1918, el II Congreso de diputados campesinos de la provincia de Semirechie, a pesar de las amenazas del "Gobierno de las Tropas", se expresó por la instauración del Poder soviético en Semirechie800. En Vierni continuaba actuando el "Gobierno de las Tropas", que hubo que liquidarlo con la fuerza de las armas. El mitin celebrado el 2 de marzo de 1918 acordó, a propuesta de los bolcheviques, iniciar la insurrección armada en Vierni. Se creó el Comité Militar Revolucionario801.

En la noche del 3 de marzo, destacamentos de la Guardia Roja, compuestos de obreros rusos y kazajos y de ex combatientes, en colaboración con los cosacos del 2 Regimiento de Semirechie, tomaron la fortaleza, Correos y Telégrafos de Vierni y desarmaron a los cadetes y a las unidades contrarrevolucionarias. Los cabecillas del "Gobierno de las Tropas" huyeron. En la ciudad triunfó el Poder soviético.

En el transcurso de marzo y abril de 1918, el Poder soviético se instauró en toda la provincia de Semirechie.

Una dura lucha por el poder se desencadenó en Uralsk. En enero de 1918, allí se celebró el Congreso de campesinos de la provincia del Ural, en el que a

798 La Gran Revolución Socialista de Octubre y la guerra civil en Kirguizia (1917-1920). Documentos y datos. Frunze, 1957, págs. 49-50. 799 Ibídem, págs. 49-50. 800 El triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre en Kazajstán, págs. 186-187. 801 S. I. Pokrovski. El triunfo del Poder soviético en Semirechie. Alma-Atá, 1964, págs. 122, 123.

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propuesta de los bolcheviques se proclamó el Poder soviético en la provincia. A últimos de marzo de 1918, los guardias blancos consiguieron liquidar mediante la lucha armada el Soviet de Uralsk802. Comenzó una salvaje represión contra los miembros del partido y funcionarios soviéticos. En la mayor parte del territorio de la provincia del Ural se derrocó el Poder soviético, que sólo fue restablecido en enero de 1919.

En las aldeas de Asia Central y Kazajstán, el poder de los Soviets iba implantándose mucho más lentamente que en el campo ruso. En las aldeas era aún muy fuerte la influencia de los beys y el clero, eran muy vivaces las relaciones patriarcal-feudales.

A comienzos de la primavera de 1918, el Poder soviético había triunfado en toda Asia Central y Kazajstán, a excepción del Kanato de Jiva y el Emirato de Bujara, donde el poder de los feudales y los beys se mantuvo hasta el año 1920.

La victoria del Poder soviético y, como consecuencia de ello, la emancipación de los pueblos de Asia Central, garantizaron la creación de su propio sistema estatal nacional. Todos los pueblos antes oprimidos recibieron la posibilidad de participar activamente en la edificación de una sociedad nueva, socialista.

Los discursos de V. I. Lenin y el llamamiento del Comisariado del Pueblo para los Asuntos de las Nacionalidades A los Soviets de Kazán, Ufá, Oremburgo y Ekaterimburgo, al Consejo de Comisarios del Pueblo del Territorio de Turquestán y a otros, en los que se exponían las principales pautas del CC del partido y del Gobierno soviético sobre el problema nacional y se explicaba la diferencia radical que había entre la autonomía soviética y la burguesa, ayudaron a los bolcheviques de Turquestán en el trabajo preparatorio para proclamar la República de Turquestán.

Del 20 de abril al 1 de mayo de 1918 sesionó en Tashkent el V Congreso de los Soviets del territorio. Por primera vez en la historia de Turquestán, las sesiones del congreso se celebraban en dos lenguas: en ruso y en uzbeko, siendo la mayor parte de los delegados representantes de las nacionalidades indígenas. El congreso proclamó la formación de la República Soviética de Turquestán dentro de los marcos de la Federación Rusa y eligió el Comité Ejecutivo Central y el Consejo de Comisarios del Pueblo de la república. Todos los puestos de esos organismos fueron distribuidos en partes iguales entre los bolcheviques y los eseristas de izquierda. En el Gobierno de la República de Turquestán entraron también varios trabajadores de las nacionalidades locales. Con eso se iniciaba la amplia incorporación de las nacionalidades indígenas en la

802 T. Eleúov. La instauración y el afianzamiento del Poder soviético en Kazajstán (marzo de 1917-junio de 1918). Alma-Ata, 1961, págs. 338-339.

gestión del Estado. La creación de la autonomía soviética de

Turquestán contribuyó al fortalecimiento de la amistad fraternal entre los pueblos de Turquestán y los pueblos de la RSFSR y al acrecentamiento de la actividad política de los trabajadores de las nacionalidades locales. La República de Turquestán fue la primera república autónoma dentro de los marcos de la RSFSR.

En marzo de 1918, el poder de los Soviets había triunfado en casi todo el territorio del país. Haciendo uso de la palabra en la sesión del Soviet de Moscú, celebrada el 12 de marzo de 1918, Lenin señaló: "Se ha logrado que el Poder soviético no sólo sea patrimonio de las grandes ciudades y de las localidades fabriles, sino que haya penetrado hasta en los lugares más remotos"803

El período comprendido entre el 25 de octubre de 1917 y marzo de 1918 es el período de la marcha triunfal del Poder soviético por todo el país, período cuando al partido de los bolcheviques lo apoyó la enorme mayoría del proletariado y del campesinado pobre. Según palabras de Lenin, ese período se manifestó como "el punto último y superior del desarrollo de la revolución rusa..."804

La alianza de la clase obrera y del campesinado pobre, forjada por el Partido Bolchevique, fue la condición decisiva que determinó el éxito de la revolución socialista. El partido de los bolcheviques con Lenin a la cabeza, inspirador y organizador de la revolución, fundió hábilmente en un potente torrente revolucionario el movimiento democrático general por la paz, la lucha de los campesinos por la tierra y el movimiento de los pueblos oprimidos por la igualdad nacional con la lucha socialista de la clase obrera por el derrocamiento de la burguesía y la instauración de la dictadura del proletariado en forma de Soviets.

En la esfera política, la revolución socialista, señaló Lenin, tuvo brillantes éxitos porque existían los Soviets como forma de la dictadura del proletariado y porque "sólo nos restaba transformar mediante algunos decretos aquel poder de los Soviets que en los primeros meses de la revolución se hallaba en estado embrionario, en forma legalmente reconocida y plasmada en el Estado ruso: en la República Soviética de Rusia"805.

La marcha triunfal del Poder soviético por el país fue al mismo tiempo el desfile triunfal del bolchevismo; fue el resultado del abnegado y tenso trabajo del partido leninista que alzó a la labor

803 V. I. Lenin. Discurso pronunciado en el Soviet de diputados obreros, campesinos y soldados rojos de Moscú. O.C., t. 36, pág. 86. 804 V. I. Lenin. IV Congreso Extraordinario de los Soviets de toda Rusia. O.C., t. 36, pág. 95. 805 V. I. Lenin. VII Congreso Extraordinario del PC(b) de Rusia. O.C., t. 36, pág. 6.

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creativa revolucionaria, "a la libertad y a una vida independiente a los sectores más pobres de las masas trabajadoras oprimidas por el zarismo y la burguesía"806. Denunciando ante el pueblo el contenido burgués de los partidos conciliadores -mencheviques, eseristas y nacionalistas burgueses-, los bolcheviques lograron unificar la voluntad y las acciones de las masas proletarias y semiproletarias en la lucha por la afirmación de la dictadura del proletariado.

El Estado Mayor combativo de la revolución socialista era el Comité Central del Partido Bolchevique dirigido por V. I. Lenin, que fue quien determinaba la táctica del partido en las diferentes etapas de la lucha. El Comité Central inspiraba a las amplias masas proletarias, les indicaba la acertada perspectiva en la lucha, les inculcaba la seguridad en la victoria y les encauzaba a superar con audacia los obstáculos que se alzaban en el camino de la revolución.

Para el triunfo de la revolución socialista en los años 1917 y 1918, tuvo enorme trascendencia el hecho de que los órganos centrales del partido y soviéticos se apoyasen en las masas y en la iniciativa de los activistas locales. Los bolcheviques concedían enorme importancia al genio creador revolucionario de las amplias masas populares y a la experiencia de los propios obreros y campesinos en la creación del poder en las localidades.

Lenin señaló más tarde que la revolución había logrado sus objetivos en unos meses e incluso en varias semanas porque el partido confiaba plenamente en los elementos locales y les abría amplia libertad de acción. "Precisamente de las localidades -indicaba él- esperábamos el entusiasmo que hizo que nuestra revolución fuese rápida e invencible"807.

Una de las causas de la victoria relativamente rápida de la Revolución de Octubre consistía en que en ese período el imperialismo internacional no tenía posibilidades de lanzar contra el país revolucionario sus fuerzas armadas. Los rapaces imperialistas -tanto el bloque anglo-francés como el alemán- no podían prestar ayuda considerable con tropas a los capitalistas y terratenientes rusos. Las clases explotadoras de Rusia, por su parte, no podían aguantar solas el poderoso empuje de las fuerzas revolucionarias. Lenin decía que la lucha contra los explotadores "consistió no tanto en acciones militares como en agitación; sector tras sector, masas tras masas, hasta los cosacos trabajadores, fueron desprendiéndose de los explotadores que intentaban

806 V. I. Lenin. La tarea principal de nuestros días. O.C., t. 36, pág. 79. 807 V. I. Lenin. Discurso en la IV sesión del CEC de los Soviets de toda Rusia de la IX legislatura. O.C., t. 45, pág. 249.

apartarlos del Poder soviético"808 Como resultado de la Gran Revolución Socialista

de Octubre, los pueblos de Rusia rompieron las cadenas de la opresión social y nacional, se hicieron libres e independientes.

III. EDIFICACIÓ DEL ESTADO

SOVIÉTICO. TRA SFORMACIO ES REVOLUCIO ARIAS E EL PAÍS.

Capítulo VIII. Edificación del estado soviético. 1. Creación del aparato estatal central y

comienzo de su actividad. La Revolución de Octubre entronizó en Rusia,

uno de los más grandes países del mundo, la dictadura del proletariado en forma de República de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos, creó la virtual democracia para los trabajadores. De ese modo, fue creada también la premisa política principal para alcanzar el gran objetivo: el socialismo y el comunismo. Mas para que el proletariado pudiese construir el socialismo en alianza con las principales masas campesinas, tenía que recorrer un largo y difícil camino. Había que vencer la encarnizada resistencia de las fuerzas reaccionarias del viejo mundo dentro del país, asegurar la defensa de éste contra la agresión del imperialismo internacional, realizar la transformación socialista de la economía nacional y liquidar toda clase de explotación del hombre por el hombre. Estas tareas era imposible resolverlas sin la dictadura del proletariado.

Las clases explotadoras derribadas por la revolución luchaban contra el Poder soviético con la desesperación de condenados. Apoyándose en la oficialidad contrarrevolucionaria, en los funcionarios y en las masas pequeñoburguesas engañadas, utilizaban todos los medios de lucha: desde el sabotaje hasta las acciones armadas. La clase obrera, en alianza con el campesinado pobre, tenía que aplastar la resistencia de los explotadores y emprender las transformaciones socialistas en la ciudad y el campo. Eso sólo podía hacerse destruyendo el viejo aparato estatal de poder y creando otro nuevo. La cuestión consistía en que el viejo aparato de poder había sido creado para defender los intereses de las clases dominantes: los terratenientes y la burguesía. Las instituciones estatales estaban adaptadas para reprimir a los trabajadores que se levantaban a la lucha contra sus explotadores. Dichas instituciones estaban integradas, en lo fundamental, por representantes de la burguesía y los terratenientes o por gente ligada estrechamente a esas clases. Era evidente que el viejo aparato estatal no podría cumplir las tareas planteadas por la revolución. Ese aparato le era hostil. 808 V. I. Lenin. IV Congreso Extraordinario de los Soviets de toda Rusia. O.C., t. 36, pág. 95.

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Subrayando que el proletariado no puede utilizar la máquina estatal creada por la burguesía, V. I. Lenin señalaba al mismo tiempo que la demolición del viejo aparato estatal no significa la destrucción completa de todas sus partes. Sólo deben demolerse los órganos de poder que ejercen las funciones de aplastamiento y opresión de los trabajadores (ejército, policía, sistema judicial). Pero en el aparato estatal burgués existe también el aparato de contabilidad y estadística, el aparato económico. Ese aparato, el proletariado debe subordinárselo y utilizarlo para ordenar la economía.

En El Estado y la revolución y otros trabajos, Lenin desarrolló de manera creativa la doctrina marxista sobre el Estado, determinó los principios fundamentales de la organización y la actividad del aparato estatal que el proletariado debería crear en lugar del destruido. A diferencia del aparato estatal burgués, burocrático, alejado de las masas y hostil a ellas, el nuevo aparato de poder debe constituirse por los mismos trabajadores, estar estrechamente vinculado a las masas, contribuir al desenvolvimiento de las fuerzas creativas del pueblo trabajador para edificar la sociedad socialista. Lenin enseñaba: para que el poder estatal pueda cumplir todas las tareas de la dictadura del proletariado, él debe basarse en el principio del centralismo democrático. Esto significa que la amplia iniciativa de los trabajadores y de los órganos locales de poder, debe conjugarse con la rigurosa supeditación a los órganos supremos de poder; que todo el sistema estatal debe realizar una política única, determinada por el destacamento de vanguardia de la clase obrera: el Partido Comunista.

La creación de un Estado proletario, totalmente nuevo, era algo extraordinariamente difícil, pues la historia no había registrado todavía ningún ejemplo de edificación de un Estado análogo. Los partidos burgueses y pequeñoburgueses -menchevique y eserista- intimidaban a la clase obrera con los horrores del "caos" y la "desorganización del Estado" si ella atenta contra la vieja máquina estatal. Afirmaban falsamente que el país perecería, ya que los trabajadores solos, sin la burguesía, eran incapaces de regir el Estado.

La lucha de la clase obrera y el campesinado pobre, es decir, la inmensa mayoría de la nación, encaminada a derribar el viejo aparato estatal y edificar otro nuevo, la encabezó el Partido Comunista, que después del 25 de octubre se convirtió en partido gobernante, en fuerza rectora y orientadora del Estado soviético.

Tras el derrocamiento del Gobierno Provisional, en el país fueron liquidados los viejos ministerios y otros órganos centrales del aparato estatal. Paralelamente se iban creando nuevos órganos del Poder soviético. En el II Congreso de los Soviets de toda Rusia se instituyó el Gobierno -Consejo de Comisarios del Pueblo (CCP)- y el Comité Ejecutivo

Central de los Soviets de toda Rusia, hecho que desempeñó un enorme papel en la lucha posterior por el establecimiento y afianzamiento del poder de los Soviets en todo el país. Las funciones del Gobierno soviético las desempeñaban los comisarios del pueblo, que eran experimentados y virtuosos organizadores.

V. I. Lenin, presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo, fue el primer dirigente del Estado de obreros y campesinos que conoce la historia de la humanidad. En él se compaginaba la potencia teórica, la sabiduría y la perspicacia políticas con el genio de organizador, con la voluntad y el valor inquebrantables.

Al Consejo de Comisarios del Pueblo se le encomendó la demolición del viejo aparato estatal y la creación del nuevo, la puesta en práctica de la política interna y externa del primer Estado proletario del mundo.

El Consejo de Comisarios del Pueblo constaba de 15 comisarios, quienes presidían 13 comisiones (Comisariados del Pueblo), instituidas para dirigir las distintas ramas de la vida estatal. Originariamente, el Consejo de Comisarios del Pueblo tenía su sede en el Smolny (Petrogrado).

La situación en la que el Consejo de Comisarios del Pueblo emprendió el gobierno del país era extraordinariamente difícil: la ruina en la economía nacional, el desempleo y la crisis de subsistencias. Todo esto lo agravaba más aún el sabotaje meditadamente organizado por los funcionarios y la intelectualidad burguesa desde los primeros días de la victoria de la revolución. Los enemigos del Poder soviético no quisieron conformarse con su derrota, no creían que ya era imposible regresar al viejo orden de vida. El sabotaje fue uno de los medios con el que se calculaba alcanzar los fines contrarrevolucionarios. La burguesía, que había sido derrotada en la lucha abierta, pensaba estrangular la revolución mediante el sabotaje. En este sentido, ella no era original. Ya en 1871, la burguesía en el París revolucionario recurrió a ese mismo método de lucha contra el proletariado. La burguesía pensaba que con el sabotaje de los funcionarios, de la intelectualidad y de todo el aparato ocupado en las distintas esferas de la economía y de la cultura, podría paralizarse toda la vida en el país. La burguesía estaba segura de que el proletariado no podría subsistir sin el viejo aparato de poder y sus funcionarios, y al no disponer de cuadros propios, no podría mantener el poder.

Los comités centrales de los partidos demócrata constitucionalista, eserista de derecha y menchevique, la "Alianza de las uniones", que agrupaba a los altos funcionarios petrogradenses, el "Comité de Salvación de la Patria y la Revolución" y el "Gobierno Provisional" clandestino, compuesto por los ministros del ex Gobierno de Kerenski que no habían sido detenidos, se convirtieron en los centros

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dirigentes del sabotaje. A todos ellos les unía un odio feroz a la revolución proletaria.

Para financiar a los saboteadores se creó un fondo monetario especial sufragado por el Banco del Cáucaso, el Banco Agrario de Tula, el Banco Popular de Moscú y la casa comercial "Iván Stajéiev y Cía" (Moscú). El conocido industrial Riabushinski concedió para estos fines 5 millones de rublos809, el ex ministro demócrata constitucionalista Kútler dio 1.020.000 rublos810. Del Banco de Estado se sacaron 40 millones de rublos811. En la financiación de los saboteadores también participaban capitalistas extranjeros. A los saboteadores se les pagaban sus emolumentos con varios meses de adelanto, pero a condición de que no se presentasen al trabajo.

Se declararon en huelga los funcionarios de casi todos los ministerios. Ellos embrollaban los asuntos de las oficinas y liquidaban los documentos importantes. La burguesía trataba de provocar el caos y la desorganización en la vida de la sociedad; dejar a los obreros sin salario; a los inválidos, sin pensión y sin subsidio; a las fábricas, sin materia prima; a las ciudades, sin pan. El sabotaje debería impedir que el proletariado utilizase la parte del viejo aparato estatal que el Poder soviético deseaba conservar.

El 28 de octubre, un periódico menchevique escribía con júbilo: "No han pasado más que 24 horas desde la "victoria" de los bolcheviques y el sino de la historia comienza ya a vengarse cruelmente de ellos... Ellos... no pueden sencillamente tomar el poder estatal. Se les escapa de las manos..., están aislados de todos por la razón de que todas las dependencias y el aparato técnico del Estado se niegan a prestarles servicio"812.

Sin embargo, fracasaban uno tras otro los intentos de los saboteadores de desorganizar la vida en la capital y en todo el país. Apoyándose en los funcionarios de rango inferior, el Consejo de Comisarios del Pueblo efectuó la depuración de los aparatos ministeriales y fueron cerradas las fuentes de financiación a los saboteadores.

En la lucha contra el sabotaje en la capital desempeñó un gran papel el Comité Militar Revolucionario petrogradense, transformado en órgano extraordinario de poder. Poniendo en vigor las resoluciones del Consejo de Comisarios del Pueblo, el Comité Militar Revolucionario organizó la observancia del orden revolucionario en la capital; asumió los problemas del avituallamiento; distribuía la materia prima y la producción acabada; confiscaba

809 V. I. Lenin. Congreso Extraordinario de ferroviarios de toda Rusia. O.C., 1. 35, pág. 308. 810 M. Y. Lacis (Sudrabs). Dos años de lucha en el frente interior. M., 1920, pág. 12. 811 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 2, M., 1942, pág. 310. 812 Rabóchaya Gazeta ("El Periódico Obrero"), 28 de octubre de 1917.

los bienes de la burguesía. El Comité Militar Revolucionario descubrió y liquidó un importante complot de los monárquicos, encabezado por el ultrarreaccionario V. M. Purishkévich, dirigido contra el Poder soviético. El Comité Militar Revolucionario petrogradense también ayudaba a los Soviets locales y a sus comités militares revolucionarios a enfrentarse a la contrarrevolución.

En este período extraordinariamente difícil de afianzamiento del poder de los Soviets, cuando se daban solamente los primeros pasos para organizar la dirección del país, el Comité Ejecutivo del Sindicato de Ferroviarios de toda Rusia (CESFR), compuesto en su mayoría de mencheviques y eseristas, presentó un ultimátum exigiendo la creación de un "Gobierno socialista homogéneo" y amenazando con declarar la huelga general de los ferroviarios en caso de que los bolcheviques se negaran a formar un Gobierno con representantes de todos los partidos socialistas: desde los bolcheviques hasta los "socialistas populares" (los últimos se diferenciaban de los demócratas constitucionalistas solamente por el calificativo "socialista").

En principio, los bolcheviques nunca se habían manifestado contra la participación de otros partidos democráticos en el Gobierno soviético. No obstante, los comunistas consideraban que la participación de representantes de otros partidos en el Gobierno era posible siempre y cuando éstos reconociesen el programa revolucionario del Poder soviético.

Las conversaciones con el CESFR transcurrieron del 29 al 31 de octubre, en los días en que las tropas de Kerenski y Krasnov avanzaban sobre Petrogrado. Creyendo en una victoria rápida de las tropas de Kerenski-Krasnov, los contrarrevolucionarios exigieron la liquidación del poder de los Soviets. El menchevique Dan, por ejemplo, se manifestaba contra las resoluciones del II Congreso de los Soviets de toda Rusia y en general, trataba de conseguir que no se reconociese la celebración de dicho congreso. Los eseristas de derecha y los mencheviques demandaron la creación de un Gobierno integrado por todos los partidos, pero sin Lenin, y que cesasen las acciones militares contra las tropas de Kerenski-Krasnov.

Era evidente que el partido de los bolcheviques no podía celebrar una transacción con los mencheviques y eseristas, quienes, en realidad, se esforzaban por liquidar las conquistas de la revolución. Pero en vez de rechazar las exigencias absolutamente inadmisibles, Kámenev y Sokólnikov, que habían sido designados para mantener las conversaciones, se pusieron a examinar las condiciones presentadas por los contrarrevolucionarios.

En la noche del 2 de noviembre, el CC del POSD(b)R condenó en su sesión ampliada la posición oportunista de Kámenev, así como la actitud de Miliutin, Ríkov y Zinóviev que le apoyaban. En la

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sesión del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia, aquéllos intentaron pasar de matute una resolución sobre la creación de un "Gobierno socialista homogéneo", planeando que la mitad de los puestos en el Gobierno deberían pertenecer a los mencheviques y a los eseristas. El CC del partido les exigió que cesaran su labor desorganizadora y que se acataran a la disciplina del partido. En respuesta a esto, Kámenev, Ríkov, Zinóviev, Miliutin y Noguín declararon el 4 de noviembre que dimitían de sus puestos en el CC del partido. El mismo día, los Comisarios del Pueblo Noguín, Ríkov, Miliutin y Teodórovich anunciaron su salida del Consejo de Comisarios del Pueblo, so pretexto de estar en desacuerdo con la política del CC del partido y del Consejo de Comisarios del Pueblo813. El 8 de noviembre, el CC del POSD(b)R aprobó una resolución que retiraba a Kámenev del puesto de presidente del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia, sustituyéndosele por Y. M. Sverdlov. Al Consejo de Comisarios del Pueblo fueron designados nuevos trabajadores del partido: G. I. Petrovski pasó a desempeñar el cargo de Comisario del Pueblo del Interior, y A. G. Shlíjter, el de Comisario del Pueblo de Agricultura.

En diciembre de 1917, el Congreso extraordinario de los obreros ferroviarios de toda Rusia expresó su desconfianza al CESFR y en enero de 1918 este organismo fue suprimido.

El Gobierno soviético les daba a los trabajadores directrices orientadoras; en forma de decretos, acerca de los problemas más importantes, de principio, referentes a la transformación revolucionaria del país. Los primeros decretos fueron un llamamiento a las masas, un llamamiento a dar solución a las tareas primordiales de la revolución socialista. Más tarde, haciendo uso de la palabra en el VIII Congreso del partido (marzo de 1919), Lenin señalaba: "Recordamos como en el Smolny aprobábamos de una vez 10 ó 12 decretos en cada reunión. Aquello era una manifestación de nuestra decisión y nuestro deseo de despertar la experiencia y la iniciativa independiente de las masas proletarias”814.

Lenin escribió los decretos más importantes, de carácter programático; preparó personalmente resoluciones y redactó disposiciones del Consejo de Comisarios del Pueblo; trabajó en las comisiones que examinaban las cuestiones más importantes.

En los decretos del Consejo de Comisarios del Pueblo y del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia se reflejaban los principales aspectos de la vida de la República Soviética: la edificación del Estado proletario, la batalla a la contrarrevolución y la realización de las transformaciones en la

813 Actas del Comité Central del POSD(b)R. Agosto de 1917-febrero de 1918. M., 1958, págs. 135,136. 814 V. I. Lenin. VIII Congreso del PC(b) de Rusia. O.C., 1. 38, pág. 141.

economía y la cultura. Estos decretos eran, al mismo tiempo, directrices del Partido Bolchevique. El CC del POSD(b)R escribió a sus organizaciones locales: "Si ustedes necesitan conocer la línea del CC, les recomendamos prestar atención a todos los decretos del Consejo de Comisarios del Pueblo, pues ellos ponen en práctica los problemas programáticos de nuestro partido"815.

En el período de tensa actividad para el Consejo de Comisarios del Pueblo, cuando se creaba el aparato estatal soviético, Lenin prestaba gran atención a la selección de funcionarios para los Comisariados del Pueblo. Muchos bolcheviques sin experiencia en la dirección estatal, temían no poder cumplir con las nuevas y responsables misiones del partido, pero Lenin sabía inculcarles la fe en sus propias fuerzas. Recordando esa época, N. Krúpskaya escribía: "Ilich se encontraba en el centro de todo este trabajo, organizándolo... Era una labor que absorbía todas las fuerzas, que tensaba al máximo los nervios; había que superar dificultades extraordinarias, sostener la lucha más desesperada, lucha que con frecuencia había que llevarla contra camaradas con los que se mantenía estrecha amistad en el trabajo"816.

El viejo bolchevique V. I. Nevski fue nombrado miembro de la dirección colegiada del Comisariado del Pueblo de Vías de Comunicación. "Yo no quería este cargo -recordaba más tarde-. Yo no deseaba ocupar ningún puesto alto, pues me parecía que yo no valía para trabajar en una oficina, sino con las masas. Hice cuanto pude para eludir este nombramiento.

Pero llamado por V. I. Lenin, y después de escuchar todos sus razonamientos, acaté incondicionalmente la orden"817.

Lenin sabía encontrar organizadores de talento entre los obreros y campesinos, hacer de ellos estadistas. La fuerza de Lenin residía en que confiaba ilimitadamente en el genio creador de la clase obrera; él decía: "Al principio pueden surgir dificultades, debido a la inadecuada preparación. Pero es necesario aprender en la práctica a gobernar el país, aprender todo aquello que antes constituía el monopolio de la burguesía"818.

La trabajadora Serguéieva, designada al aparato del Consejo de Comisarios del Pueblo, narró como un grupo de obreros visitó a Lenin para pedirle que anulara sus nombramientos a uno de los Comisariados del Pueblo. "En la fábrica -aducían-

815 Correspondencia del Secretariado del CC..., t. II, M., 1957, pág. 81. 816 N. K. Krúpskaya. Recuerdos sobre V. I. Lenin. M., 1957, pág. 335. 817 V. Nevski. En Octubre, en la compilación de memorias La insurrección armada de Octubre en Petrogrado. L., 1956, pág. 159. 818 V. I. Lenin. Discurso pronunciado en el I Congreso de la Marina de Guerra de toda Rusia. O.C., t. 35, pág. 114.

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reportaremos más provecho a la revolución". Lenin los escuchó con gran atención y les dijo

cariñosamente: "Yo tampoco había dirigido nunca un Estado,

pero el partido y el pueblo me han encomendado este trabajo y debo justificar la confianza del pueblo. Les recomiendo a ustedes hacer lo mismo"819.

Los que ingresaban a trabajar en los Comisariados del Pueblo debían estar recomendados por las colectividades empresariales, las organizaciones sindicales y el partido.

Al aparato estatal eran destinados centenares de soldados y marineros revolucionarios que habían demostrado con hechos su fidelidad a la revolución. Los obreros y soldados no tenían experiencia -ni podían tenerla- en el trabajo estatal, pero, en cambio, disponían de entusiasmo revolucionario y de lealtad al Partido Bolchevique y a la revolución socialista. Esas valiosas cualidades les ayudaban a dominar con más rapidez la complicada función de dirigir el Estado.

A mediados de noviembre de 1917 fueron instituidas las direcciones colegiadas de muchos Comisariados del Pueblo, comenzaron a formarse también sus plantillas y ampliarse la escala de su actividad. El 15 de noviembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo decretó el traslado de los Comisariados del Pueblo a los edificios de los antiguos ministerios.

En el trabajo del Consejo de Comisarios del Pueblo y de los Comisariados se hizo sentir enseguida el estilo de dirección leninista. En el mes de diciembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó unas instrucciones, elaboradas por Lenin, sobre el orden de plantearse las cuestiones en la reunión del Gobierno. De cada Comisario del Pueblo se exigía una solicitud por escrito exponiéndose en breve la cuestión820.

Lenin aplicaba rigurosamente el principio de dirección colegial. Escuchaba a todos atentamente y convencía a los equivocados. Las resoluciones se aprobaban por mayoría de votos. Exigía de los funcionarios del Consejo de Comisarios del Pueblo espíritu de organización, severa disciplina y responsabilidad personal por las resoluciones adoptadas. Enseñaba a saber destacar las tareas prácticas que tenían trascendencia decisiva en la lucha por el triunfo de la revolución.

M. N. Skrípnik, que a la sazón trabajaba de secretaria del Consejo de Comisarios del Pueblo, narró un episodio ocurrido en una de las sesiones celebrada en los primeros días de diciembre de 1917. Se discutía el paso de la industria de Petrogrado a la producción de tiempos de paz. En vez de hacer un análisis concreto, el informante se enfrascó en

819 Lenin, jefe de Octubre. Memorias. L., 1956, págs. 271-272. 820 Compilación leninista, XXI, pág. 96.

disquisiciones generales acerca de la vida económica en Petrogrado. Lenin criticó severamente el informe. "El señaló que con esos métodos de trabajo no iríamos muy lejos, que no era hora de dedicarse a planes retumbantes e irrealizables.

- En esta cuestión necesitamos un trabajo práctico previo -dijo Lenin-. ¿Dónde tiene usted los clavos, los arados y las telas? ¿Cómo y con qué ha asegurado usted su fabricación para el campo?..."821.

Dirigido por Lenin, el Consejo de Comisarios del Pueblo no sólo era el órgano supremo de dirección del Estado, sino también una magnífica escuela de preparación de cuadros estadistas. G. I. Petrovski recordaba: "Fue la primera y única universidad de su tiempo en el mundo donde los Comisarios del Pueblo aprendían cómo había que estructurar el Poder obrero y campesino"822.

A últimos de noviembre y en diciembre de 1917 pasaron a formar parte del Gobierno soviético, en calidad de Comisarios del Pueblo, siete eseristas de izquierda: de Justicia (I. Z. Shtéinberg), de Correos y Telégrafos (P. I. Proshián), de Agricultura (A. L. Kolegáev); y de los Comisariados nuevamente creados: para Asuntos de Autogestión Local (V. E. Trutovski) y de los Palacios de la República (V. A. Karelin). Otros dos eseristas de izquierda fueron nombrados Comisarios del Pueblo sin cartera823.

Ya en el II Congreso de los Soviets de toda Rusia los bolcheviques no sólo habían propuesto a los eseristas de izquierda entrar en el Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia, sino también en el Gobierno. En el llamamiento del CC del POSD(b)R a todos los militantes del partido y a todos los trabajadores de Rusia, Lenin escribía en las primeras fechas de noviembre de 1917: "Hemos propuesto y seguimos proponiendo a los eseristas de izquierda que compartan con nosotros el Poder. No tenemos la culpa de que no hayan aceptado. Hemos entablado negociaciones también después de la clausura del II Congreso de los Soviets y hemos hecho, en el curso de esas negociaciones, concesiones de toda clase..."824.

Los bolcheviques trataban de atraer a los eseristas de izquierda para colaborar con el Poder soviético, concertar con ellos un "bloque gubernamental". En este caso, el principal objetivo de los bolcheviques era consolidar la alianza del proletariado con el campesinado trabajador. Accediendo a formar parte del Gobierno, los eseristas de izquierda se comprometieron a realizar la política general del

821 M. N. Skrípnik. El carácter concreto en la gestión de la economía, en la recopilación de memorias V. I. Lenin a la cabeza de la gran edificación. M., 1960, pág. 67. 822 Pravda, 20 de abril de 1955. 823 Decretos del Poder soviético, t. I, págs. 102, 103, 200, 215. 824 V. I. Lenin. Llamamiento del CC del POSD(b)R. O.C., t. 35, pág. 75.

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Consejo de Comisarios del Pueblo en su actividad práctica.

Los Comisariados del Pueblo se organizaban e iniciaban sus actividades en condiciones de sabotaje de los funcionarios de los viejos ministerios. Cuando los trabajadores de los Comisariados del Pueblo se presentaban para ocupar los locales ministeriales, se encontraban con las habitaciones vacías y los armarios y cajas fuertes cerrados. Los funcionarios no querían transferir los asuntos a los representantes del Poder soviético y sólo los empleados inferiores permanecían en sus puestos. Para organizar el trabajo de los Comisariados del Pueblo había que terminar con el sabotaje. En la lucha contra éste, los bolcheviques compaginaban los métodos coercitivos con los persuasivos. En primer lugar se asestó un golpe a los centros dirigentes del sabotaje. El "Comité de Salvación de la Patria y la Revolución" contrarrevolucionario fue suprimido. El 16 de noviembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó un decreto por el que se disolvía la Duma urbana de Petrogrado825, que también era un nido de contrarrevolucionarios. Se efectuaron nuevas elecciones y la nueva duma la encabezó M. I. Kalinin. El 20 de noviembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó una disposición sobre el arresto de todos los miembros del antiguo Gobierno de Kerenski, que seguían titulándose "Gobierno Provisional”826.

Los Comisarios del Pueblo, los miembros de las direcciones colegiadas de los Comisariados y los comisarios del Comité Militar Revolucionario realizaban paralelamente un gran trabajo esclarecedor entre los empleados sencillos de los ministerios. Las medidas del Gobierno soviético para mejorar la situación material de los intelectuales peor retribuidos ejerció gran influencia entre los empleados. El proceso de desmembración entre los funcionarios aumentaba por días. Gran parte de los empleados se reintegró al trabajo. Mermaban las filas de los saboteadores.

En la segunda quincena de noviembre se adoptaron medidas más enérgicas en relación a los saboteadores más contumaces. El 25 de noviembre, una disposición del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado declaraba a los saboteadores enemigos del pueblo827.

Sin embargo, el trabajo de los Comisariados del Pueblo se organizaba lentamente. Los nuevos funcionarios chocaban a cada paso con las consecuencias del sabotaje: embrollos de los asuntos y desaparición de muchos documentos. Con

825 Decretos del Poder soviético, t. I, págs. 91, 92. 826 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 130, t. 1, exp. 2, fol. 10. 827 De la historia de la Comisión Extraordinaria de toda Rusia. 1917-1921. Recopilación de documentos. M., 1958, págs. 65, 66.

frecuencia había que traer a los locales de los Comisariados del Pueblo, custodiados por guardias rojos, a los ex funcionarios dirigentes de los ministerios para obligarles a devolver los documentos que habían robado y para realizar trabajos técnicos.

Muchas dificultades surgían como resultado de la inexperiencia de los nuevos funcionarios del aparato estatal. G. I. Petrovski, que desempeñaba el cargo de Comisario del Pueblo del Interior, relataba: "Era mucho lo que entonces desconocíamos... A veces no sabíamos ni cómo iniciar la solución de este o aquel problema. Recuerdo que ya después de pasar a Moscú, "solucioné" con mucha facilidad la cuestión de qué hacer con instituciones como el Senado, el Sínodo y algunas organizaciones estamentales de la nobleza: colgué candados en las puertas de dichas instituciones y... se acabó. Cuando Lenin se enteró de esta "resolución", se echó la reír y luego señaló que antes de cerrar una institución, era necesario estudiar su actividad, conocer mejor a las personas que trabajan allí, atraer a los honrados que deseen trabajar y arrestar a los contrarrevolucionarios"828.

Tampoco se hallaron enseguida las formas y los métodos más racionales de trabajo de los Comisariados del Pueblo; existía cierta discordancia en su estructura y en la tramitación de asuntos. No obstante, se superaban muchas dificultades, el problema de la edificación y el afianzamiento del Estado soviético se solucionaba exitosamente.

El Comisariado del Pueblo del Interior fue uno de los primeros en crearse y en comenzar su trabajo. Para trabajar en esa institución, fue destinado un numeroso grupo de obreros de la fábrica Putílov. Este Comisariado tenía la misión de llevar a cabo la dirección inmediata y cotidiana en la estructuración del Poder soviético en las localidades.

El Comisariado del Pueblo del Interior unificaba la actividad de los Soviets locales, se ocupaba de la protección del orden revolucionario, dirigía la milicia y administraba la economía comunal.

Fue extraordinariamente complicado y difícil crear el Comisariado del Pueblo de Abastos. Debido a la política antipopular del Gobierno Provisional, hacia octubre de 1917 el país se encontraba bajo la amenaza del hambre. Después de triunfar la revolución, la contrarrevolución intentó organizar el sabotaje entre los trabajadores de los órganos de abastos de todo el país, calculando que los bolcheviques no podrían superar las dificultades existentes en el abastecimiento de víveres y tendrían que capitular.

En efecto, la revolución se encontraba en peligro. El 27 de octubre, en Petrogrado no había más que

828 G. I. Petrovski. Acerca de los acontecimientos revolucionarios de 1917, en la compilación de memorias El triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre. M., 1958, pág. 258.

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30.000 puds de harina, y eso cuando para una norma de hambre (media libra de pan por persona del día) se necesitaban 48.000 puds de harina diarios829. En Moscú, la ración de pan fue disminuida hasta 100 gramos por persona al día830. Los saboteadores emboscados en los órganos de abastos, embrollaban premeditadamente los asuntos y ocultaban las reservas de trigo que después vendían a los especuladores. Había que tomar medidas extraordinarias.

Por indicación del Comité Militar Revolucionario y del Comisariado del Pueblo de Abastos, los obreros de Petrogrado emprendieron la busca y la requisa de reservas de harina entre los especuladores. Ya en los primeros días fueron registrados y requisados 300.000 puds de harinas831. Además, fueron enviados a las regiones del Sur, a los Urales y a Siberia, donde existían grandes reservas de trigo, destacamentos de abastos para el acopio y envío de trigo a la capital. Los especuladores, igual que los culpables en detener intencionadamente las cargas de productos dirigidas a la capital, eran detenidos por disposición de los comités militares revolucionarios locales y entregados a los tribunales. Gracias a estas medidas extraordinarias, a finales de noviembre de 1917 se logró paliar un tanto la crisis de subsistencias. Era necesario crear urgentemente un aparato de abastos que estuviese al servicio de la revolución. Un grupo de experimentados militantes del partido fue designado para trabajar en el Comisariado del Pueblo de Abastos.

El 20 de noviembre, los miembros de la dirección colegiada de este comisariado se presentaron en el Palacio de Anichkov, donde se encontraba el Ministerio de Abastos, y, a pesar de las protestas de los funcionarios del ex ministerio, comenzaron su trabajo, ayudados por los empleados inferiores. Teniendo en cuenta que los órganos de abastecimiento se encontraban en todas partes en manos de elementos antisoviéticos, el Comisariado del Pueblo de Abastos, a últimos de diciembre, ordenó a los Soviets locales crear un nuevo aparato de abastos.

Durante el mes de noviembre y comienzos de diciembre se organizó la labor del Comisariado del Pueblo de Hacienda, del Banco de Estado y de otras instituciones financieras. Del ininterrumpido trabajo de estos organismos dependía mucho el cumplimiento de las medidas del Gobierno en la vida económica del país.

La contrarrevolución cifraba grandes esperanzas en el sabotaje de los funcionarios de los órganos financieros. Los funcionarios saboteadores no sólo

829 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 2, M., 1947, pág. 305. 830 "Krasnii arjiv'', 1935, W 4, pág. 111. 831 8oticias del Soviet de diputados obreros y soldados, 3 de noviembre de 1917.

financiaban a las organizaciones contrarrevolucionarias, sino que se negaban a entregar dinero para las necesidades del Gobierno soviético, para pagar los salarios a los obreros y para abastecer con víveres el ejército y la capital. Hacían todo lo posible para perturbar la vida económica de la república y provocar el descontento de los trabajadores para con el Poder soviético.

El Consejo de Comisarios del Pueblo tomó medidas enérgicas para terminar con el sabotaje en el Ministerio de Hacienda y en el Banco de Estado. Por orden del Consejo de Comisarios del Pueblo, firmada por Lenin, los cabecillas de los saboteadores de esas dos instituciones fueron despedidos y algunos de ellos detenidos.

Las organizaciones del partido y los sindicatos de Petrogrado enviaron para trabajar en el Comisariado del Pueblo de Hacienda y en el Banco de Estado a trabajadores fieles a la revolución. Al Banco de Estado fueron designados trabajadores de hacienda que se encontraban en el ejército. En las instituciones financieras empezaron a organizarse células bolcheviques y las secciones estaban encabezadas por comunistas.

En la edificación y el fortalecimiento del Estado multinacional, como era la República Soviética, desempeñó un gran papel el Comisariado del Pueblo para Asuntos de las Nacionalidades (CPAN), órgano absolutamente nuevo del aparato estatal.

La revolución socialista emancipó a todos los pueblos de Rusia de la opresión nacional. Era necesario atraer a los trabajadores de todas las nacionalidades para que participasen activamente en la edificación de la nueva sociedad. Esta tarea no era fácil de resolver debido al atraso económico y cultural de muchas nacionalidades y a la influencia de los elementos nacionalistas burgueses y clericales. Se necesitaba un órgano especial que dirigiese la construcción nacional sobre la base del Poder soviético. Este órgano fue el CPAN encabezado por I. V. Stalin.

La estructura del CPAN se diferenciaba de los demás Comisariados del Pueblo. Sus secciones y comisariados se estructuraban ateniéndose al principio nacional, ya que las particularidades del modo y de las condiciones de vida de cada nacionalidad exigían métodos especiales de trabajo. Desde noviembre de 1917 hasta febrero de 1918, en el sistema del CPAN fueron creados los comisariados polaco, lituano, bielorruso, armenio, hebreo y de otras nacionalidades.

Se nombraron comisarios a los militantes del partido de más prestigio, que conocían las condiciones y el modo de vida de los distintos pueblos. V. S. Mickevicius-Kapsukas, miembro del Buró Central de la Sección Lituana aneja al CC del POSD(b)R, fue confirmado comisario para los asuntos nacionales lituanos; V. A. Avanésov fue

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nombrado comisario para los asuntos de Armenia; M. Vajítov, comisario para los asuntos de los musulmanes.

Para llevar a la práctica la política exterior del Estado soviético se creó un aparato diplomático nuevo. Los funcionarios del ex Ministerio del Exterior se negaron a trabajar bajo la dirección del Consejo de Comisarios del Pueblo. El Comisariado del Pueblo del Exterior, que estaba organizándose, se encontraba al principio en el Smolny. El 4 de noviembre, los primeros trabajadores del Comisariado del Pueblo "ocuparon" el edificio del Ministerio del Exterior. Poco más tarde, a los antiguos dirigentes del Ministerio se les quitaron las llaves de todos los locales, armarios y cajas fuertes832.

Para trabajar en el Comisariado del Pueblo del Exterior fueron invitados obreros bolcheviques de la fábrica "Siemens-Schuckert" (actualmente fábrica "Electroapparat"), soldados y marinos de la Flota del Báltico. En la organización del Comisariado desempeñó un gran papel el marinero N. G. Markin, quien encabezó la sección encargada de editar la Recopilación de documentos secretos del archivo del ex Ministerio del Exterior.

Hasta marzo de 1918, el Comisariado del Pueblo del Exterior lo encabezó oficialmente L. D. Trotski, pero en realidad, a partir de enero de 1918, pasó a dirigirlo G. V. Chicherin, quien había regresado de la emigración y designado, a proposición de Lenin, Comisario del Pueblo adjunto833. Los primeros representantes soviéticos en el extranjero fueron M. M. Utvínov (en Gran Bretaña) y V. V. Vorovski (en los países escandinavos).

A medida que se organizaban los Comisariados del Pueblo, iba reduciéndose el volumen de trabajo del Comité Militar Revolucionario petrogradense. Sus funciones iban pasando a los correspondientes Comisariados del Pueblo y a las secciones del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia. Debido a ello, el 5 de diciembre dicho Comité Militar Revolucionario acordó la autodisolución, cesando así su actividad.

El CEC de los Soviets de toda Rusia era el órgano supremo legislativo, administrativo y controlador del Estado soviético en el período entre los congresos de los Soviets. El congreso de los Soviets le concedió el derecho a promulgar actos legislativos, nombrar y destituir al Gobierno o a algunos de sus miembros, ratificar, abolir o modificar los decretos y disposiciones del Consejo de Comisarios del Pueblo.

En el CEC de los Soviets de toda Rusia, la mayoría de los puestos pertenecía a los bolcheviques (el 62%). Desde el comienzo de su actividad, este

832 M. N. Próshnikov. De la historia de la organización del Comisariado del Pueblo del Exterior. "Lstoria SSSR", 1964, N° 1, págs. 109-110. 833 Ibídem, pág. 115.

organismo fue palestra de enconada lucha entre los bolcheviques y los grupos no bolcheviques, siendo el más numeroso el de los eseristas de izquierda. En una serie de problemas más importantes entraban en bloque con los eseristas de izquierda los oposicionistas del grupo bolchevique: Kámenev, Zinóviev, Riazánov y Ríkov. Sobre todo se caldeó el ambiente en la sesión del CEC de los Soviets de toda Rusia celebrada el 4 de noviembre, cuando se discutió el decreto acerca de la prensa, aprobado por el Consejo de Comisarios del Pueblo el 27 de octubre de 1917. Después de triunfar la insurrección armada en Petrogrado, todos los periódicos contrarrevolucionarios incitaban a derribar el poder de los Soviets, sembraban el pánico y calumniaban al Gobierno soviético. Por eso al segundo día de la revolución, es decir, el 26 de octubre de 1917, el Comité Militar Revolucionario petrogradense cerró los diarios contrarrevolucionarios Riech ("La Palabra"), Dien ("El Día"), 8óvoe Vremia ("Tiempos Nuevos") y otros. Por decreto del Consejo de Comisarios del Pueblo deberían clausurarse los órganos de prensa que tergiversasen los hechos, que exhortasen a oponer resistencia o a desacatar al Gobierno obrero y campesino o que instigasen a cometer delitos834. El cierre de varios periódicos burgueses provocó un furioso griterío entre los enemigos del Poder soviético. Los eseristas de izquierda, a su vez, también se pronunciaron contra el decreto del Gobierno. En la sesión del CEC de los Soviets de toda Rusia, les apoyaron varios oposicionistas del grupo bolchevique. En su intervención sobre esta cuestión, Lenin mostró toda la falsedad y el carácter reaccionario de la llamada "libertad de prensa" burguesa, por la que abogaban los conciliadores y oposicionistas. "Nosotros declaramos ya antes -dijo Lenin- que clausuraríamos los periódicos burgueses si tomábamos el poder. Tolerar la existencia de esos periódicos significa dejar de ser socialista... No podemos conceder a la burguesía la posibilidad de que nos calumnie..., no podemos agregar a las bombas de Kaledin las bombas de la mentira"835.

El CEC de los Soviets de toda Rusia aprobó plenamente los actos del Consejo de Comisarios del Pueblo. En señal de protesta, los eseristas de izquierda declararon que retiraban a sus representantes de todos los cargos de responsabilidad. Precisamente en ese momento fue cuando un grupo de Comisarios del Pueblo oposicionistas declaró su salida del Gobierno. A continuación, los eseristas de izquierda dieron a conocer en la sesión del CEC de los Soviets de toda Rusia una "interpelación urgente" al Consejo de Comisarios del Pueblo, acusándole de hacer públicos

834 Decretos del Poder soviético, t. I, págs. 24-25. 835 V. I. Lenin. Sesión del CEC de los Soviets de toda Rusia el 4(17) de noviembre de 1917. O.C., t. 35, pág. 54.

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los decretos sin discutirlos previamente en el CEC de los Soviets de toda Rusia.

Lenin tuvo que intervenir tres veces en los debates. Dijo que el Gobierno soviético en su actividad no podía tener en cuenta todas las formalidades cuando se trata de los intereses de la revolución, cuando la situación exige medidas resueltas y urgentes. Calificó a los eseristas de izquierda de apologistas de la obstrucción parlamentarias836.

Se sometieron a votación dos resoluciones: la de los eseristas de izquierda (desconfianza al Consejo de Comisarios del Pueblo) y la de M. S. Uritski (aprobación de la actividad del Gobierno soviético). Por mayoría de votos fue aprobada la gestión del Consejo de Comisarios del Pueblo837.

En bloque con otros representantes de los partidos pequeñoburgueses que formaban parte del CEC de los Soviets de toda Rusia, los eseristas de izquierda se manifestaron también contra la disolución de la Duma urbana de Petrogrado, contra el decreto sobre el arresto de los contrarrevolucionarios que desencadenaban la guerra civil y contra las conversaciones de paz con Alemania. En muchas sesiones del CEC de los Soviets de toda Rusia, hacían protestas, presentaban ultimátums e interpelaciones que creaban una situación tensa e impedían trabajar normalmente. Los eseristas de izquierda eran derrotados constantemente en todas las cuestiones planteadas, pero no se decidían a abandonar el CEC de los Soviets de toda Rusia. Explicando esa posición, uno de los líderes de los eseristas de izquierda, V. A. Algásov, decía en el primer congreso de ese partido, celebrado en noviembre de 1917, que abandonar el Smolny sería para los eseristas de izquierda "la mayor falta de delicadeza". "Nosotros no hubiésemos podido explicar a las masas por qué nos habíamos apartado de la revolución. No sería, en realidad, por el hecho de haber rechazado los bolcheviques nuestra exigencia de abrir 2 ó 3 periódicos burgueses”838.

Los representantes de los mencheviques saboteaban abiertamente el trabajo del CEC de los Soviets de toda Rusia. Algunos, después de terminarse la sesión de este organismo, se apresuraban a las reuniones del "Comité de Defensa de la Patria y la Revolución" contrarrevolucionario o al CEC de los Soviets de la primera legislatura, que no había acatado la resolución del II Congreso de los Soviets de toda Rusia y no había depuesto sus poderes. La contrarrevolución quería contraponer el CEC de los Soviets de la primera legislatura al

836 V Ibídem, págs. 56, 58. 837 Actas de las sesiones del CEC de los Soviets de diputados obreros, soldados, campesinos y cosacos de la 2ª legislatura. M., 1918, pág. 32. 838 Actas del I Congreso del partido de los eseristas de izquierda (internacionalistas). M., 1918, pág. 59.

Comité Ejecutivo Central de toda Rusia elegido por el II Congreso de los Soviets. Se intentó publicar, en nombre del viejo CEC, periódicos, proclamas y llamamientos antisoviéticos, pero los obreros de las tipografías se negaban a imprimirlos, y cuando se conseguía reproducirlos, en las empresas y organizaciones militares no querían recibirlos. "Dos veces lanzamos nuestras fuerzas a las fábricas, pero allí no quisieron ni escucharnos" -se lamentaba uno de los dirigentes del viejo CEC en una sesión clandestina. "La fuerza está en manos de los bolcheviques. Las fuerzas sociales también están al lado de ellos" -reconocía otro. "Las masas son hostiles a nosotros y en el momento actual no podemos... hacer nada" -decía desesperadamente el tercero839.

No obstante, los impostores del viejo Comité Ejecutivo Central, alentados por la contrarrevolución, no cesaban su actividad. El 8 de noviembre, el CEC de los Soviets de toda Rusia se dirigió a ellos exigiéndoles entregar todos los asuntos en el plazo de tres días840, pero la exigencia no fue cumplida. Por eso el Presídium del CEC de los Soviets de toda Rusia acordó en su sesión del 19 de noviembre embargar los bienes y los fondos especiales de los que se había apoderado el viejo CEC y tomar medidas para restituir el archivo y todos los expedientes841. Dos días después, el Consejo de Comisarios del Pueblo publicó un decreto por el que el CEC de la primera legislatura debía entregar al Estado los valores de que disponía842.

Superando el sabotaje de los grupos antisoviéticos y la rabiosa resistencia de la contrarrevolución, los bolcheviques aseguraron el trabajo constante del CEC de los Soviets de toda Rusia, el cumplimiento de su deber como órgano supremo revolucionario de poder estatal de la República Soviética.

Los bolcheviques llevaban todo el peso del trabajo en el CEC de los Soviets de toda Rusia, y especialmente su presidente Y. M. Sverdlov, quien entregó todas sus fuerzas y toda su indomable energía a la edificación y el fortalecimiento del Estado soviético. Sverdlov era un organizador de talento, revolucionario apasionado y persona atrayente; gozaba de enorme autoridad en el partido y entre los trabajadores.

Sverdlov presidía las sesiones del CEC de los Soviets de toda Rusia y encabezaba su Presídium, él mismo preparaba los materiales para la discusión, daba indicaciones a los trabajadores del CEC de toda Rusia y seleccionaba cuadros para el aparato estatal. Al mismo tiempo desempeñaba una gran labor como

839 "Krasnii arjiv", 1925, W 3, pág. 99, 102, 108, 120. 840 Actas de las sesiones del CEC... de la 2ª legislatura, pág. 45. 841 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 1.235,1. 32, exp. 3, fol. 7. 842 Decretos del Poder Soviético, t. 1, págs. 41,42.

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secretario del CC del partido. En las sesiones del CEC de los Soviets de toda

Rusia se examinaban importantísimos problemas relacionados con la edificación del nuevo Estado soviético: la composición del Gobierno y sus derechos legislativos, la convocatoria de la Asamblea Constituyente, la lucha contra el sabotaje contrarrevolucionario, los problemas de abastos, el control obrero y otros. En sus sesiones, el CEC de los Soviets de toda Rusia escuchaba los informes del Gobierno y de los distintos Comisariados del Pueblo y aprobaba los decretos.

Cuando los asuntos eran de suma importancia, los decretos se promulgaban en nombre del CEC de los Soviets de toda Rusia y del Consejo de Comisarios del Pueblo. En este aspecto, se ponía de relieve el estrecho vínculo y la unidad de acción de los órganos centrales del Poder soviético.

Una de las peculiaridades más importantes del CEC de los Soviets de toda Rusia residía en que no sólo dictaba leyes, sino también participaba en su realización. Los miembros de este organismo trabajaban en los Soviets locales, en los sindicatos y en las organizaciones militares. Al CEC de los Soviets de toda Rusia acudían muchísimas delegaciones de las localidades, lo visitaban centenares de soldados desmovilizados que regresaban del frente a sus hogares. A todos se les explicaba el significado de los decretos soviéticos y se les indicaba cómo llevarlos a la práctica; este organismo enviaba a ciudades, distritos y subdistritos a sus mandatarios, emisarios y agitadores, encomendándoles las tareas estipuladas en unas instrucciones especiales publicadas, firmadas por Lenin.

En la edificación y fortalecimiento del Estado soviético y de sus órganos centrales y locales de poder desempeñó un gran papel la unificación del CEC de los Soviets de toda Rusia de la segunda legislatura con el CEC de los Soviets de diputados campesinos.

Elegido ya en mayo de 1917 en el I Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia y dirigido por los eseristas de derecha, el Comité Ejecutivo del Soviet de diputados campesinos de toda Rusia seguía pretendiendo a ser el dirigente del campesinado incluso después de triunfar la revolución; incitaba a los Soviets campesinos y al ejército a no subordinarse al Poder soviético. Los bolcheviques tenían la tarea de desenmascarar a este órgano ante el campesinado y tratar, en bien de la revolución y el robustecimiento del Estado proletario, de unificar los Soviets de diputados campesinos con los Soviets de diputados obreros y soldados sobre la base de las resoluciones del II Congreso de los Soviets de toda Rusia. Así lo exigían también las masas campesinas, adoptando en sus asambleas las resoluciones correspondientes.

El II Congreso de los Soviets de toda Rusia, tomando en consideración que muchos Soviets campesinos no estaban representados en él, aprobó una disposición por la que el CEC de los Soviets de toda Rusia podía ser completado con representantes de los Soviets campesinos locales. Partiendo de ello, el CC del POSD(b)R reconoció posible completar el CEC de los Soviets de toda Rusia con delegados de organizaciones cuyos representantes habían abandonado el II Congreso de los Soviets de toda Rusia843. Los eseristas intentaron aprovecharse de esa resolución, con la esperanza de cambiar la composición del CEC de los Soviets de toda Rusia, elegido en el II Congreso de los Soviets de toda Rusia, así como su política. Ellos exigieron la inclusión mecánica de todos los miembros del Comité Ejecutivo del Soviet de diputados campesinos de toda Rusia en el CEC de los Soviets. Sus propósitos no podían ser más claros. Por cuanto el Comité Ejecutivo del Soviet de diputados campesinos de toda Rusia estaba compuesto por mencheviques y eseristas de derecha, su inclusión en el CEC de los Soviets de toda Rusia les daría superioridad sobre los bolcheviques. Los últimos rechazaron esta exigencia, pues el Comité Ejecutivo del Soviet de diputados campesinos de toda Rusia ya no reflejaba en modo alguno la voluntad de los campesinos. Los bolcheviques estimaban que sólo después de nuevas elecciones a este organismo y de ajustar su composición a tenor de la voluntad del campesinado, podría fusionarse con el CEC de los Soviets de toda Rusia. Para esto había que convocar un congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia.

El II Congreso de los Soviets campesinos de toda Rusia debería celebrarse ya en agosto de 1917, pero cuando los eseristas se percataron de que las masas se orientaban hacia la izquierda, aplazaron la convocatoria del congreso para septiembre, después para octubre y, por último, para noviembre de 1917844. Después del triunfo de la Revolución de Octubre, el Comité Ejecutivo con predominancia de eseristas de derecha emprendió el camino de la lucha abierta contra el Poder soviético.

La iniciativa de la convocatoria del II Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia la tomó en sus manos el CEC de los Soviets de toda Rusia elegido en el II Congreso de los Soviets de toda Rusia.

El Congreso de los Soviets de diputados campesinos se inauguró el 10 de noviembre, congreso que se denominó Extraordinario, pues el día de su apertura sólo había en Petrogrado un reducido número de delegados. Sin embargo, en el transcurso

843 Actas de las sesiones del CEC... de la 2ª legislatura, pág. 10. 844 Actas del I Congreso del partido de los eseristas de izquierda (internacionalistas), pág. 54-55.

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de las labores del congreso fueron llegando de todos los confines del país nuevos delegados y el 18 de noviembre asistían ya 330 con derecho a voz y voto, de los que 195 eran eseristas de izquierda, 65 eseristas de derecha y centristas y 37 bolcheviques845.

He aquí cómo John Reed describió el congreso: "La enorme sala la llenaba una tumultuosa muchedumbre. Una hostilidad profunda y obstinada dividía a los delegados en grupos inconciliables. En el ala derecha refulgían las charreteras de los oficiales, se destacaban los rostros barbudos patriarcales de viejos campesinos de aspecto más acomodado, en el centro había unos pocos campesinos, suboficiales y varios soldados, a la izquierda, en cambio, casi todos los escaños estaban ocupados por soldados rasos. Era la joven generación que servía en el ejército... Las galerías estaban abarrotadas de obreros..."846.

Encontrándose en minoría en el congreso, los eseristas de derecha cifraban todas sus esperanzas en atraerse a los eseristas de izquierda. Y el caso es que no andaban muy descaminados, pues los últimos no estaban dispuestos a romper totalmente con los primeros. Los eseristas de izquierda querían ser, como ellos decían, el "puente" entre los bolcheviques y "toda la democracia". No obstante, no se atrevían a atacar abiertamente a los bolcheviques, temiendo perder definitivamente la confianza de los campesinos. Convencidos de que no podrían llevar la voz cantante en el congreso, los eseristas de derecha abandonaron la sala.

Las sesiones del congreso prosiguieron en un ambiente de gran agitación. Sobre todo se entabló una lucha acerba al discutirse los problemas del poder y de la tierra. Los eseristas de izquierda, que constituían la mayoría del congreso, se negaron a escuchar el informe de V. I. Lenin, presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo. "Si concedemos ahora la palabra a los Comisarios del Pueblo -declaró el eserista de izquierda Kolegáev, cumpliendo el encargo de la presidencia-, de ese modo habremos determinado de antemano la cuestión del poder"847. Por eso Lenin no habló como presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo, sino como delegado al congreso por el grupo bolchevique. Lo principal era que los delegados campesinos oyesen del propio Lenin la verdad sobre el programa y la política de los bolcheviques. Ilustrando los problemas cardinales de la revolución, Lenin mostró que sólo la estrecha alianza de los campesinos trabajadores con el proletariado plasmaría sus anhelos seculares y desenmascaró implacablemente el carácter

845 8oticias del Congreso Extraordinario campesino. 22 de noviembre de 1917. 846 John Reed. 10 días que estremecieron al mundo, M., 1957, pág. 237. 847 8oticias del CEC y del Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado, 14 de noviembre de 1917.

contrarrevolucionario de los eseristas de derecha y la inconsecuencia de los eseristas de izquierda.

Derrotados en el Congreso Extraordinario de diputados campesinos, los eseristas de derecha seguían cifrando sus esperanzas en el II Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia, cuya inauguración se había acordado el 25 de noviembre en la sesión conjunta del CEC de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos de toda Rusia. El motivo de esta resolución se debía a que en los últimos días de noviembre habían llegado a Petrogrado muchos delegados que no habían podido asistir al Congreso Extraordinario de los Soviets de diputados campesinos. En lo fundamental, eran representantes de los Soviets provinciales de diputados campesinos, convocados urgentemente por el viejo Comité Ejecutivo eserista de derecha.

El II Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia sesionó del 26 de noviembre al 10 de diciembre. Participaban en él todos los delegados al Congreso Extraordinario y los recién llegados. Los eseristas de izquierda y los bolcheviques constituían la mayoría en el congreso. Los eseristas de derecha hacían todo lo posible para llevarse con ellos a los eseristas de izquierda y lograr la aprobación de las resoluciones que pretendían. Particular virulencia revistió la discusión acerca de la actitud que debía seguirse respecto a la Asamblea Constituyente y en torno al decreto del Consejo de Comisarios del Pueblo acerca de la detención de los cabecillas de la guerra civil contra la revolución y la declaración de los demócratas constitucionalistas enemigos del pueblo. Los eseristas de derecha tergiversaban el sentido de las medidas revolucionarias del Poder soviético, calumniaban a los bolcheviques y los acusaban de haber desencadenado la guerra civil.

El 2 de diciembre, Lenin habló en nombre del grupo bolchevique. Le precedió un menchevique que, repitiendo las acostumbradas imposturas de la prensa burguesa contra los bolcheviques, pretendía demostrar que el Poder soviético se mantenía solamente por la fuerza de las bayonetas y que los bolcheviques recibían dinero de los alemanes. Lenin reía oyendo estas patrañas. El orador se volvió hacia Lenin suponiendo que le había anonadado con su intervención, pero cuando vio que estaba riendo, exclamó: "¡Miren! ¡Miren! ¡Este hombre todavía se ríe!" En la sala estalló la hilaridad general y el azorado menchevique848, después de balbucear unas palabras incoherentes, abandonó la tribuna.

"Al llegar aquí -dijo Lenin- escuché parte del

848 Recuerdos sobre Vladímir llich Lenin, t. 2, M. 1957, pág. 123. El autor de las memorias, D. I. Grazkin, escribe que era eserista, mientras que en las actas del congreso figuraba como menchevique (véase V. I. Lenin. Obras, t. XXII, 3a ed., pág. 570, nota N° 57)

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discurso del último orador, quien, dirigiéndose a mí, les dijo que os quiero dispersar a punta de bayoneta849. Y continuó: "Cuando se me dice y grita desde la prensa enemiga que las bayonetas pueden ser dirigidas contra los Soviets, me río. Las bayonetas están en manos de los obreros, los soldados y los campesinos, y mientras estén en esas manos jamás serán dirigidas contra los Soviets”850.

Pasando a la cuestión de la Asamblea Constituyente, de la que los mencheviques y eseristas habían hecho bandera de lucha contra el Poder soviético, Lenin aclaró que los Soviets, como órganos de poder, estaban por encima de cualquier Asamblea Constituyente. Sin embargo, los bolcheviques no renunciaban a su convocatoria. La Asamblea Constituyente, continuó Lenin, se inaugurará en cuanto se reúnan 400 delegados, es decir, no menos de la mitad. Esta declaración fue un golpe para los eseristas de derecha, quienes afirmaban a las masas que los bolcheviques estaban contra la convocatoria de la Asamblea Constituyente.

En lo referente a la detención de los demócratas constitucionalistas, miembros de la Asamblea Constituyente -subrayó Lenin-, esto concuerda plenamente con la voluntad expresada por el II Congreso de los Soviets de toda Rusia. Y más adelante advirtió: "No podemos tener miramientos con las gentes que con una mano organizan el alzamiento contra los obreros y campesinos, contra los Soviets, y con la otra muestran el alto mandato a la Asamblea Constituyente"851.

En la resolución aprobada por el congreso se señalaba que el II Congreso de los Soviets de diputados campesinos considera necesario inaugurar sin demora la Asamblea Constituyente. El congreso opina, decía el documento, que la Asamblea Constituyente deberá resolver en primer lugar los problemas de la paz, de la tierra y del control sobre la producción y el consumo. El congreso insistía en que se sancionase inmediatamente el poder de los obreros y campesinos. "Cualquier tentativa por parte de la Asamblea Constituyente de entablar la lucha contra los Soviets de diputados campesinos, obreros y soldados como órganos del poder revolucionario, el II Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia la considerará como un atentado contra las conquistas de la revolución que aplastará de la forma más enérgica"852 .

El II Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia aprobó la labor del Consejo de Comisarios del Pueblo y eligió un nuevo

849 V. I. Lenin. Discurso en el II Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia. O.C., t. 35, pág. 139. 850 Ibídem, pág. 140. 851 Ibídem, pág. 141. 852 La voz del campesinado trabajador, 10 de diciembre de 1917.

Comité Ejecutivo Central de diputados campesinos que pasó a formar parte del CEC de los Soviets de diputados obreros, campesinos y soldados de toda Rusia. Dicho congreso clausuró sus sesiones con la aprobación de un llamamiento a los campesinos.

Después de unificarse el CEC de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia y el Comité Ejecutivo de los Soviets de diputados campesinos, los bolcheviques siguieron teniendo la mayoría en el CEC de los Soviets de toda Rusia. Este, junto con el Consejo de Comisarios del Pueblo, siguió aplicando tesonera y consecuentemente el programa revolucionario de los bolcheviques.

2. Abolición de los órganos coercitivos

burgueses. Creación del aparato para la defensa del estado proletario.

"Una revolución -dijo Lenin- sólo tiene valor cuando es capaz de defenderse..."853. En el artículo Los que temen el derrumbe de lo viejo y los que luchan por lo nuevo, Lenin, desarrollando la doctrina marxista de la dictadura del proletariado, subrayaba que "al período de transición de la sociedad burguesa a la sociedad socialista le corresponde un Estado especial..., a saber, la dictadura del proletariado". La dictadura del proletariado presupone "un estado de medidas militares de lucha contra los enemigos del poder proletario”854.

La ensañada lucha de las derrocadas clases explotadoras contra la revolución victoriosa exigía aplicar resueltamente este principio de la dictadura del proletariado: el aplastamiento de las acciones contrarrevolucionarias.

Para defender la revolución socialista era necesario comenzar inmediatamente la liquidación del principal bastión de la burguesía y los terratenientes: la vieja policía, los tribunales y el ejército. Al mismo tiempo había que crear los órganos defensivos del Estado proletario, órganos de aplastamiento de las clases explotadoras que se alzaban contra el Poder soviético.

La contrarrevolución destruía la industria y el transporte, minaba el avituallamiento de las ciudades, organizaba complots militares y preparaba el asesinato de estadistas soviéticos. Fraguaba las más repugnantes provocaciones para enfrentar a la parte atrasada de la población contra el Poder soviético. Así, a mediados de noviembre de 1917, en Petrogrado, Moscú y otras ciudades se registraron pogromos realizados por borrachos, saqueos de comercios y de domicilios, acompañados de incendios y asesinatos.

El Comité Militar Revolucionario de Petrogrado adoptó medidas resueltas contra los enemigos del

853 V. I. Lenin. Informe en la sesión conjunta del CEC..., O.C., t. 37, pág. 122. 854 V. I. Lenin. Los que temen el derrumbe de lo viejo y los que luchan por lo nuevo. O.C., t. 35, pág. 192.

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Poder soviético, pogromistas y provocadores. Con obreros de la Guardia Roja y marineros se formaron unidades para vigilar el orden público en la ciudad. El Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado creó un comité especial para dirigir la lucha contra los pogromistas. Destacamentos de obreros y marineros revolucionarios establecían el orden en todas partes, pero estas fuerzas armadas eran insuficientes.

El Estado soviético necesitaba tener su propia milicia obrera permanente, bien organizada y capaz de ser un auténtico y fuerte órgano de defensa del orden revolucionario. El 28 de octubre, el Comisariado del Pueblo del Interior tomó la decisión Acerca de la milicia obrera. Todos los Soviets de diputados obreros y soldados tenían que crear la milicia obrera855. Se disolvió la antigua policía y sus mejores representantes democráticos fueron aceptados en los nuevos órganos de defensa del orden revolucionario.

El Tribunal Popular asumió también la defensa del orden revolucionario y de la legalidad socialista. La fundación de tribunales revolucionarios había comenzado ya por iniciativa de las masas antes de decretar el Consejo de Comisarios del Pueblo la abolición del viejo aparato judicial burgués. Uno de los primeros tribunales proletarios fue instituido por los obreros del distrito de Víborg (Petrogrado) para combatir los saqueos, la especulación, el gamberrismo y las borracheras. Formaron el tribunal representantes del Soviet distrital, del Buró de los sindicatos del distrito, de los comités fabriles y de inquilinos y de los órganos administrativos del distrito856. A comienzos de noviembre se celebró la primera sesión de este tribunal insólito, que examinó varias causas. Sus fallos estuvieron dictados por la preocupación de defender el orden y la legalidad revolucionarios. Renunciando a las antiguas leyes penales, los tribunales populares se guiaban por la conciencia y la moral revolucionarias. Las leyes antiguas se aplicaban cuando no estaban en contradicción con los intereses de la revolución.

La experiencia de los tribunales populares surgidos por iniciativa de las masas, fue sintetizada por el Consejo de Comisarios del Pueblo en el decreto acerca de los tribunales, aprobado el 22 de noviembre de 1917. Con este mismo decreto se abolía todo el sistema judicial-fiscal anterior857.

El Comisariado del Pueblo de Justicia fue el encargado de dirigir la creación y la actividad del nuevo sistema judicial. Se establecieron elecciones directas democráticas de vocales con derecho a revocarlos; la publicidad del procedimiento judicial con el derecho a la defensa del acusado; al pronunciarse la sentencia, el centro de gravedad se

855 Dirección de Estadística, 1917, N° 1, pág. 15. 856 Los primeros tribunales populares en Petrogrado. "Istoricheskii arjiv", 1957, Nº 1, pág. 110. 857 Decretos del Poder soviético, t. 1, págs. 124-126.

transfería a la conciencia de justicia de las masas. Por primera vez en la historia, el tribunal no sólo

se hizo órgano de sanción, sino también de educación. En dependencia del delito cometido, los tribunales aplicaban tales medidas de castigo como trabajos sociales forzados, amonestación social y otras medidas encaminadas a reeducar a los inculpados mediante la actividad laboral. Principalmente, los tribunales populares examinaban los delitos comunes.

Para estudiar las causas de los contrarrevolucionarios y saboteadores se instituyeron tribunales revolucionarios. Al principio, los fallos de estos tribunales se distinguían por su extraordinaria benevolencia. En este aspecto es demostrativo el proceso incoado contra la antigua condesa S. V. Pánina, quien ocupando un cargo de responsabilidad en el Gobierno Provisional, había desfalcado una considerable suma de dinero que utilizaba para organizar el sabotaje contrarrevolucionario. La prensa burguesa levantó un escándalo inenarrable en torno al proceso de Pánina, a la que proclamaba "mártir" y "víctima de los bolcheviques". La sala del tribunal no pudo acoger a todos los que deseaban asistir a la vista. El tribunal revolucionario sólo condenó a Pánina a la amonestación pública, obligándola a devolver el dinero malversado.

El alboroto de la burguesía acerca de la "crueldad" de los bolcheviques era totalmente falso. Lenin dijo: "Si somos culpables de algo, es de haber sido demasiado humanos con los representantes del régimen burgués-imperialista, monstruosos por su traición"858.

Cuanto más se enfurecían los contrarrevolucionarios tanto más se aguzaba contra ellos el arma del proletariado. La experiencia de la lucha enseñó a los tribunales populares y revolucionarios a castigar implacablemente a los enemigos.

Pero los órganos de justicia no bastaban para desenmascarar y castigar a los delincuentes. Apoyada por los imperialistas extranjeros, la contrarrevolución interna movilizaba todas las fuerzas, preparándose para emprender acciones armadas abiertas. Era necesario crear órganos de defensa de la revolución que castigasen inmediatamente a todo el que intentase levantarse en armas contra el Poder soviético. Esta cuestión se debatió el 7 de diciembre en la sesión del Consejo de Comisarios del Pueblo. El informe corrió a cargo de F. E. Dzerzhinski. Antes de comenzar la sesión, Lenin le envió una nota con el proyecto del decreto Sobre la lucha contra los

858 V. I. Lenin. III Congreso de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos de toda Rusia. O.C., t. 35, pág. 283.

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saboteadores y los contrarrevolucionarios859, en la que aducía la necesidad de tomar medidas extraordinarias contra estos elementos: "La burguesía, los terratenientes y todas las clases ricas se esfuerzan desesperadamente por hacer fracasar la revolución, cuyo objetivo es defender los intereses de los obreros y de las masas trabajadoras y explotadas.

La burguesía no se detiene ante los más atroces crímenes, soborna a la escoria de la sociedad, a los elementos degradados y los emborracha para utilizarlos en los pogromos. Los partidarios de la burguesía, particularmente entre los altos empleados, funcionarios de bancos, etc., sabotean el trabajo y organizan huelgas para obstaculizar las medidas del Gobierno destinadas a realizar las transformaciones socialistas. Se llega incluso a sabotear la distribución de los alimentos, amenazando con el hambre a millones de personas"860.

Sobre la base del informe de Dzerzhinski, fundamentado en la nota de Lenin, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó una disposición por la que se creaba la Comisión Extraordinaria de toda Rusia para combatir a la contrarrevolución y el sabotaje (VChK).

Las tareas de la VChK eran: "1) reprimir y liquidar todas las tentativas y las acciones contrarrevolucionarias y saboteadoras en toda Rusia, sea quien sea el que las realiza; 2) entregar al tribunal revolucionario a todos los saboteadores y contrarrevolucionarios y elaborar medidas para luchar contra ellos"861.

La VChK se subordinaba directamente al Consejo de Comisarios del Pueblo. Se planteó quién debía dirigir la VChK. "Aquí necesitamos encontrar un buen jacovino revolucionario" -dijo Lenin, refiriéndose a las cualidades de los mejores revolucionarios franceses: inconciliabilidad para con los enemigos, arrojo, honradez y decisión. Un hombre de esta naturaleza era F. E. Dzerzhinski, ardiente e intrépido revolucionario, discípulo y compañero de Lenin. El Consejo de Comisarios del Pueblo nombró a Dzerzhinski Presidente de la VChK. La burguesía no tardó en sentir la mano dura de este bolchevique-leninista templado en la lucha. "El terror de la burguesía" -llamaban en aquel tiempo a Dzerzhinski. Para trabajar en la VChK fue designado un grupo de probados y firmes bolcheviques: I. S. Unszlicht, Y. J. Peters, I. K. Ksenofóntov y otros862. Las organizaciones del

859 V. I. Lenin. 8ota a F. E. Dzerzhinski con el proyecto del decreto sobre la lucha contra los saboteadores y contrarrevolucionarios. O.C., t. 35, pág. 156. 860 Ibídem, pág. 156. 861 De la historia de la Comisión Extraordinaria de toda Rusia, pág. 59. 862 Después de concertarse el acuerdo con los eseristas de izquierda, en la VChk entraron también varios representantes de ese partido.

partido y los sindicatos enviaron al aparato central de la VChK a los mejores obreros y marineros863.

La disposición del Consejo de Comisarios del Pueblo determinaba también las penas que podía aplicar la VChK en relación a los delincuentes: "...confiscación, expulsión, privación de cartillas de racionamiento, publicación de las listas de los enemigos del pueblo, etc.". Sin embargo, la vida obligó a efectuar enmiendas en esta disposición. La contrarrevolución desplegó en gran escala su actividad delictiva. Precisamente por eso fue necesario aplicar medidas más severas de lucha contra los enemigos de la revolución.

La VChK fue un vigilante insomne de la seguridad estatal de la república; se convirtió en el órgano central dirigente que dio la batalla a la contrarrevolución en el territorio de todo el país. Poco a poco fueron creándose comisiones extraordinarias provinciales y distritales.

En su llamamiento A todos los Soviets locales, publicado el 15 de diciembre de 1917, la VChK exhortaba a los obreros, soldados y campesinos a prestarle ayuda en la lucha contra los enemigos de la revolución864. Con el apoyo de las amplias masas trabajadoras, la VChK velaba atentamente por las conquistas de Octubre.

La VChK liquidó el centro contrarrevolucionario creado para dirigir el sabotaje antisoviético -"Consejo central de los comités de huelga"-, así como la contrarrevolucionaria "Unión para la Salvación de la Patria"; descubrió y liquidó en Petrogrado una organización de oficiales que se proponía derribar el Poder soviético e implantar una dictadura militar encabezada por Kaledin; descubrió varios complots antisoviéticos que se urdían bajo la bandera de la "Unión para la Defensa de la Asamblea Constituyente"; fueron descubiertos los vínculos existentes entre embajadas extranjeras y los conspiradores, en particular, los que mantenían los imperialistas norteamericanos con los oficiales de Kaledin. El embajador de los EE.UU. en Petrogrado, David Francis, y el funcionario de la misión de la Cruz Roja norteamericana, coronel H. Anderson, intentaron enviar a Kaledin en el Don un tren de 35 vagones cargados con 80 automóviles y equipos militares, pero el convoy fue detenido por la VChK865.

El 21 de diciembre de 1917, el Consejo de Comisarios del Pueblo examinó especialmente la cuestión de la "táctica y las medidas para cortar la actividad contrarrevolucionaria de la misión

863 E. N. Gorodetski. El surgimiento del Estado soviético. M., 1965, pág. 297. 864 8oticias del CEC y del Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado, 15 de diciembre de 1917. 865 De la historia de la Comisión Extraordinaria de toda Rusia, págs. 79, 80.

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francesa"866. No cesaban las detenciones de agentes del espionaje extranjero, de saboteadores y especuladores redomados; se descubrían sus complots.

El secreto de la exitosa actividad de la VChK como órgano de la dictadura del proletariado residía en sus estrechos vínculos con las amplias masas trabajadoras y con los órganos del partido y soviéticos. Dos años después, en el VII Congreso de los Soviets de toda Rusia (diciembre de 1919), Lenin diría: "Cuando el Poder soviético pasa por momentos difíciles, cuando los elementos burgueses organizan conspiraciones y cuando en un momento crítico logramos descubrir estas conspiraciones, ¿creen que se descubren por casualidad? No, no por casualidad. Se descubren porque los conspiradores viven entre las masas, porque sus conspiraciones no pueden salir bien sin los obreros y los campesinos, y aquí es, en última instancia, donde tropiezan con personas que se dirigen a la VChK... y dicen: "En tal lugar se han reunido unos explotadores"867. Y más tarde diría, refiriéndose a ese mismo organismo: "Esta institución ha sido nuestra arma contundente contra los innumerables complots, contra los innumerables atentados al Poder soviético realizados por gentes infinitamente más fuertes que nosotros"868.

Llevando una lucha resuelta contra los enemigos de la revolución, el Partido Bolchevique exhortaba a atenerse a la legalidad socialista, a poner fin a cualesquiera abusos. Asestando golpes implacables al enemigo, los revolucionarios abnegados, miembros de la VChK, observaban estrictamente la legalidad revolucionaria.

Para defender las conquistas de la revolución socialista, la República Soviética precisaba disponer de fuerzas armadas. A pesar de la lucha tenaz que sostenía el Gobierno soviético para concluir la paz, los imperialistas alemanes continuaban la guerra. En el frente ruso combatían 158 divisiones alemanas y austríacas869. El Estado soviético no podía utilizar el ejército antiguo, creado por los explotadores. Este ejército había desempeñado un gran papel en el triunfo y consolidación del Poder soviético, pero no estaba en condiciones de defender la República Soviética; estaba agotado por la guerra, ansiaba la paz y se desmovilizaba espontáneamente. Mientras tanto, los destacamentos de guardias rojos no podían desarrollar durante largo tiempo acciones militares contra el ejército regular enemigo.

Para defender las conquistas de la revolución era

866 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 130,1. 1, exp. 2, fol. 52. 867 V. I. Lenin. VII Congreso de los Soviets de toda Rusia. O.C., t. 39, pág. 418. 868 V. I. Lenin. IX Congreso de los Soviets de toda Rusia. O.C., t. 44, pág. 327. 869 S. M. Kliatskin. En defensa de la Revolución de Octubre. M., 1965, pág. 45.

necesario organizar un ejército nuevo, obrero-campesino. Como la guerra mundial continuaba, la organización de este ejército nuevo era una tarea extraordinariamente compleja.

Había que crear nuevas fuerzas armadas y mantener el frente con los efectivos existentes, realizando al propio tiempo su democratización y desmovilización paulatina.

El Consejo de Comisarios del Pueblo adoptó medidas para tomar en sus manos la dirección de los ministerios de la Guerra y de la Marina. Estas dos instituciones no podían ser liquidadas de un golpe, pues en ellas estaba concentrada la contabilidad y el abastecimiento del ejército y de la flota que contaban con millones de efectivos. Había que obligar al aparato de estos ministerios a realizar el trabajo técnico bajo la dirección de los bolcheviques.

El Ministerio de la Guerra lo encabezó el Comité para Asuntos Militares y Marítimos, elegido en el II Congreso de los Soviets de toda Rusia, compuesto por V. A. Antónov-Ovséienko, N. V. Krilenko y P. E. Dibenko. Más de 1.000 especialistas, los más hostiles, fueron despedidos del Ministerio de la Guerra870, sustituyéndoseles por soldados, suboficiales y oficiales fieles al Poder soviético.

El aparato militar y sus órganos de dirección sufrieron numerosos cambios. La guerra civil que ya había comenzado y la intervención extranjera exigieron el ulterior perfeccionamiento de éstos. El Comité para Asuntos Militares y Marítimos fue transformado en Comisariado del Pueblo para Asuntos Militares. El 7 de noviembre, al frente de este comisariado se designó a N. I. Podvoiski; Comisario del Pueblo de la Marina de Guerra fue nombrado P. E. Dibenko; y comandante en jefe de las fuerzas armadas, el alférez N. V. Krilenko871.

En el antiguo ejército se desenvolvía el proceso de democratización. Todas las unidades del ejército y de la Marina de Guerra fueron purgadas de la oficialidad y del generalato contrarrevolucionarios. Hasta mediados de diciembre de 1917, la democratización del ejército se efectuaba, principalmente, desde abajo, después se le concedió un carácter planificado y acelerado. El 16 de diciembre de 1917, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó los decretos Sobre el principio electivo y la organización del poder en el ejército y Sobre la igualdad de derechos de todos los militares872. De acuerdo con estos documentos, el ejército quedaba subordinado directamente al Consejo de Comisarios del Pueblo. En cada unidad de tropas, el poder pertenecía a los comités de

870 N. I. Shataguin. Organización y estructuración del Ejército Soviético en el período de la intervención militar extranjera y de la guerra civil (1918-1920). M., 1954, pág. 22. 871 N. I. Podvoiski. V. I. Lenin y el Ejército Rojo. "Voénnaya mysl" ("Pensamiento Militar"), N° 9, pág. 6. 872 Decretos del Poder soviético, t. 1, págs. 242-245.

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soldados. Todos los jefes, incluidos los de regimiento, se elegían en asambleas generales de soldados; los cargos superiores al de jefe de regimiento se elegían en los congresos de comités de soldados. En el ejército se implantaba una disciplina rigurosa que no era la disciplina del palo, sino una disciplina basada en la influencia camaraderil, en la autoridad de los comités de soldados y en la conciencia revolucionaria de éstos. Todos los militares quedaban igualados en derechos; se suprimían los rangos y títulos del viejo ejército, comenzando por soldado de primera y terminando por el de general. Se abolieron los distintivos de grado y el tratamiento oficial. A todos los militares se les adjudicaba el honroso título de soldado del ejército revolucionario.

Paralelamente a la democratización del ejército, el Partido Bolchevique y el Gobierno realizaban su desmovilización. Se llevó a cabo una grande y minuciosa preparación. Para dirigir la desmovilización, el Consejo de Comisarios del Pueblo designó al bolchevique M. S. Kédrov Comisario del Pueblo adjunto "para los asuntos militares en la sección de desmovilización del ejército873. Las cuestiones de la desmovilización se discutían en los congresos de Ejército y de Frente. Desde el 15 de diciembre de 1917 hasta el 3 de enero de 1918 estuvo reunido el Congreso de todo el ejército, dedicado a la desmovilización de las fuerzas armadas. En él fueron trazados planes concretos para llevar a cabo esta tarea.

Simultáneamente se hacían los preparativos para crear un ejército nuevo, socialista. En el frente y en la retaguardia se inició el alistamiento de voluntarios. Los obreros de Petrogrado dieron el ejemplo. Un nutrido destacamento del ejército socialista formado por ellos salió el 1 de enero de 1918 para el frente. Despidiendo al destacamento, Lenin saludó calurosamente a los combatientes y en su representación "a los primeros voluntarios, a los primeros héroes del ejército socialista, que crearán un fuerte ejército revolucionario”874.

Continuaba la búsqueda de formas y métodos para crear las nuevas fuerzas armadas. El trabajo realizado permitió determinar el carácter y los principios de organización de este ejército nuevo. El 15 de enero de 1918, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó el decreto sobre la creación del Ejército Rojo875, y el 14 de febrero, el decreto sobre la organización de la Flota Roja Obrero-Campesina876. En los primeros tiempos, el nuevo ejército se creaba sobre el

873 8oticias del CEC y del Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado, 25 de noviembre de 1917. 874 V. I. Lenin. Discurso pronunciado en la despedida a los primeros convoyes de ejército socialista el 1 (14) de enero de 1918, O.C., t. 35, pág. 216. 875 Decretos del Poder soviético, t. 1, págs. 356, 357. 876 Dirección de Estadística, 1918, N° 23, pág. 325.

principio de voluntariedad. En sus filas se aceptaban obreros, campesinos pobres y soldados del antiguo ejército, fieles a la causa de la revolución, de acuerdo con las recomendaciones de los organismos del Partido Comunista y de las organizaciones soviéticas. A los cargos de mando se promovían obreros, soldados y marineros, así como oficiales del antiguo ejército leales al Poder soviético. El nuevo ejército se organizaba como arma de la dictadura del proletariado, para defender la patria socialista. Era un ejército compuesto de obreros y campesinos pobres, que plasmaba la alianza de la clase obrera con el campesinado pobre.

3. Estructuración y comienzo de la actividad de

los órganos locales de poder soviético Desde el primer día del triunfo de la revolución se

emprendió la estructuración y la ardorosa actividad de los Soviets, órganos de poder local.

En las localidades, la edificación socialista la dirigían los comités del Partido Bolchevique. Este partido destinaba a sus mejores fuerzas a trabajar en las instituciones soviéticas. Los obreros de vanguardia constituían en muchos lugares el núcleo fundamental de los primeros órganos de Poder soviético. Los soldados desmovilizados desempañaban un papel transcendental en la creación y actividad de los Soviets locales, y en primer término, en los Soviets de aldea y subdistritales, así como en la liquidación de los antiguos zemstvos y dumas. El CC del partido estaba en contacto con los bolcheviques locales y les daba indicaciones a través de los mandatarios, de la prensa y la correspondencia. En las instrucciones sobre cuestiones del trabajo práctico, distribuidas entre las organizaciones locales del partido de los bolcheviques, se decía que los Soviets de los respectivos lugares que no habían manifestado su apoyo al poder nuevo, revolucionario, debían ser reelegidos. Se recomendaba a los Soviets poner bajo vigilancia todos los almacenes de armas, organizar y pertrechar a la Guardia Roja, apoderarse de las instituciones estatales locales y luchar contra el sabotaje de los funcionarios877.

A su vez, el Comisariado del Pueblo del Interior, que dirigía la estructuración de los Soviets, distribuyó instrucciones referentes a los derechos y deberes de los Soviets y a la estructura de su aparato. En el documento se decía que los Soviets, como órganos de poder, son plenamente independientes en lo referente a resolver las cuestiones de importancia local, pero que debían actuar en congruencia con los decretos del CEC de los Soviets de toda Rusia y del Consejo de Comisarios del Pueblo, así como de las disposiciones de los Soviets superiores. Las instrucciones especificaban el círculo aproximado de 877 Correspondencia del Secretariado del CC..., t. II, págs. 44-47.

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problemas a los que debían dedicarse los Soviets locales. Los últimos podían proclamar disposiciones, clausurar los órganos de prensa contrarrevolucionarios, hacer requisas, confiscaciones y detenciones. Como tarea de los Soviets figuraba también la aplicación práctica de los decretos y disposiciones de los órganos de poder centrales. Los comités militares revolucionarios surgidos durante la insurrección armada de Octubre quedaban suprimidos. Se prescribía organizar las siguientes secciones: de dirección, de finanzas, Consejo de Economía Popular, agraria, de trabajo, de instrucción pública, judicial, médico-sanitaria y algunas otras878.

En los territorios del país poblados por nacionalidades no rusas prestaba gran ayuda a los Soviets en sus labores prácticas el Comisariado del Pueblo para los Asuntos de las Nacionalidades. Para que el Poder soviético fuese más querido y asequible a todos los pueblos era necesario velar atentamente por sus necesidades y tradiciones, manifestar mucho tacto respecto a las costumbres y creencias de éstos. Con este fin, en las localidades con población no rusa se creaban secciones y comisariados nacionales anejos a los Soviets.

Los Soviets incluían representantes de todas las nacionalidades del correspondiente territorio.

En aquel período, las directrices de los órganos centrales todavía no daban, ni podían dar, una respuesta detallada a todas las cuestiones relacionadas con la organización del poder local. ¿Cómo crear el nuevo aparato económico y administrativo? ¿Cómo debía ser su estructura? A estas y a otras muchas preguntas había que dar respuesta.

Se necesitaba buscar formas más óptimas para organizar los Soviets, establecer relaciones mutuas adecuadas entre los Soviets y el centro. En esta cuestión, como en otras muchas, el partido de los bolcheviques se apoyaba en la iniciativa de las masas populares.

Emprendiendo la creación del nuevo aparato estatal en el centro y las localidades, los bolcheviques consideraban que los propios trabajadores debían asumir la estructuración de los órganos de poder. Se precisaba superar el prejuicio burgués de que sólo pueden gobernar el país representantes de las "clases superiores". El Partido Bolchevique confiaba infinitamente en las fuerzas creativas del pueblo. "La victoria -decía Lenin- pertenecerá sólo a quienes tengan confianza en el pueblo, a quienes se hayan sumergido en la fuente de la vida del espíritu creador del pueblo"879.

Al principio, el Gobierno soviético sólo daba

878 Dirección de Estadística, 1917, N° 12, pág. 180. 879 V. I. Lenin. Reunión del CEC de los Soviets de toda Rusia del 4 (17) de noviembre de 1917. O.C., t. 36, pág. 61.

orientaciones generales acerca de la estructuración de los Soviets. Al mismo tiempo, estudiaba atentamente la práctica de las propias masas. La experiencia positiva se sintetizaba después en las leyes soviéticas. Así se iba consiguiendo compaginar la enorme actividad, la iniciativa creativa de los trabajadores y la dirección centralizada.

No hay que perder de vista que las directrices de los órganos centrales no llegaban inmediatamente a todas las zonas del país y no siempre se cumplían. El transporte funcionaba con grandes intermitencias; la comunicación postal y telegráfica la obstaculizaban en muchos sitios los saboteadores. En muchas regiones se combatía aún a los contrarrevolucionarios; en algunas provincias y ciudades distritales los Soviets eseristas-mencheviques todavía no reelegidos se negaban a reconocer a los órganos centrales de poder y no deseaban cumplir sus indicaciones. En estas circunstancias eran posibles los errores al crear los órganos locales de Poder soviético.

En una serie de provincias (de Moscú, Vladímir, Smolensk, Simbirsk y Ufá) y distritos, a semejanza del poder central, se instituían, además de los comités ejecutivos, también consejos de comisarios del pueblo. A. J. Brovkin, antiguo "Comisario del Pueblo de Sanidad" del Consejo de Comisarios del Pueblo del distrito de Elets (provincia de Oriol), recuerda que en mayo de 1918 salió para Moscú en comisión de servicio con un mandato firmado por I. N. Gorshkov, presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de Elets. Sverdlov leyó el mandato y sin poder ocultar su ironía, objetó: "La verdad es que nadie sabe quién encabeza nuestro poder: Lenin es presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo y Gorshkov también lo es". Cuando Lenin conoció por boca del "Comisario del Pueblo de Sanidad", Brovkin, la existencia del Consejo de Comisarios del Pueblo de Elets, rompió a reír y dijo: "¿Para qué necesitan ustedes el Consejo de Comisarios del Pueblo? Denominen a su poder local como en todas partes: Soviets de diputados". El Consejo de Comisarios del Pueblo de Elets fue suprimido inmediatamente.

La consigna de "¡Todo el poder a los Soviets!" se interpretaba con frecuencia en el sentido de que el poder local era independiente del poder central. En algunas partes empezaron a manifestarse tendencias descentralizadoras, localistas. Algunas provincias (de Kaluga, Kazán, Kursk, Tver y Altái), distritos e incluso suodistritos se proclamaban "repúblicas". Se registraron actos arbitrarios por parte de algunos Soviets. El Comité Ejecutivo del Soviet del distrito de Pokrovsk (provincia de Saratov), por ejemplo, se negó a subordinarse al Soviet provincial y no dejaba pasar las cargas de productos destinadas a Sarátov. Cuando el Comité Ejecutivo provincial le amenazó con severas sanciones, "decidió separarse y formar la

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república de Pokrovsk"880. Algunos Soviets requisaban las cargas, y especialmente los productos alimenticios, transportadas por ferrocarril para los centros industriales. Todo esto era una expresión de la insuficiente madurez política de la dirección de muchos Soviets. Semejantes acciones con frecuencia se debían también a la influencia perniciosa de los elementos enemigos infiltrados en los Soviets.

Era particularmente difícil el proceso de organización de los Soviets subdistritales y de aldea: éstos se creaban en una reñida lucha contra los kulaks encabezados por los eseristas.

Por ejemplo, en febrero de 1918 se celebró en la aldea de Koporie (provincia de Petrogrado) una asamblea campesina, a la que asistieron cerca de 2.000 campesinos de los pueblos y aldeas del subdistrito, para decidir la cuestión del poder local. Uno tras otro subían los oradores a la improvisada tribuna. Los partidarios del zemstvo eran kulaks en su mayoría. En pro de los Soviets se manifestaban los ex soldados que habían regresado del frente y los campesinos pobres. Después de largas discusiones se pasó a la votación. Al contar las manos en alto se armó un espantoso escándalo: cada bando quería demostrar que era suya la mayoría de votos. En vista de ello se decidió dividirse en dos grupos. Cuando se recontaron los votos resultó que los partidarios de los Soviets tenían mayoría. Faltó poco para que se llegara a las manos. Unos días después se reunieron los representantes de las aldeas y eligieron el Soviet subdistrital881.

Los Soviets subdistritales y de aldea se distinguían esencialmente de los Soviets urbanos por el sistema electoral. Los diputados a los Soviets urbanos se elegían por fábricas y empresas o por sindicatos y no por toda la población. Esto garantizaba relativa homogeneidad en la composición clasista de los Soviets urbanos; mientras que las elecciones a los Soviets de aldea y a muchos subdistritales se efectuaban en asambleas de toda la población que había cumplido los 18 años de edad. Este procedimiento electoral conducía frecuentemente a que se infiltrasen en los Soviets elementos hostiles a la revolución socialista. Por eso no era de extrañar que muchos Soviets subdistritales y de aldea fueran instrumentos dóciles de los kulaks.

En los primeros tiempos que siguieron a la instauración del Poder soviético, los congresos de los Soviets provinciales y distritales se convocaban muy a menudo, aprobándose en ellos resoluciones importantísimas que atañían a la vida local. Participando en las elecciones y en las labores de los congresos, centenares de miles de obreros y

880 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 393, 1. 4, exp. 14, fs. 69, 70. 881 N. Sautin. El Gran Octubre en el campo de la Rusia 8oroccidental (octubre de 1917-1918). L., 1959, págs. 20, 21.

campesinos se incorporaban a la actividad estatal y adquirían hábitos en la lucha política. En las localidades iban cohesionándose los Soviets de diputados campesinos con los Soviets de diputados obreros y soldados.

En la primavera de 1918, la unificación de los Soviets en el país había terminado en lo fundamental. Puede decirse que esta unificación de los Soviets configuró la alianza de la clase obrera y el campesinado a nivel estatal; ella acrecentaba el papel rector del proletariado y asestaba un sensible golpe sobre los eseristas.

La estructuración y fortalecimiento de los Soviets de abajo arriba se simultaneaba con la liquidación de los órganos burgueses de autogestión: las dumas urbanas y los zemstvos. Careciendo del aparato económico y administrativo necesario y de cuadros preparados, en los primeros tiempos el Poder soviético intentaba utilizar las dumas urbanas y los zemstvos. Sin embargo, estas organizaciones, igual que otros órganos del viejo aparato, creados durante el Gobierno Provisional y compuestos, principalmente, de demócratas constitucionalistas, mencheviques y eseristas, eran hostiles al Poder soviético y se convirtieron en centros aglutinadores de las fuerzas contrarrevolucionarias y del sabotaje antisoviético, oculto y abierto. Los Soviets locales se vieron obligados a emprender contramedidas como réplica a la actividad antisoviética de las dumas y zemstvos.

La liquidación de las dumas y zemstvos eseristas fue acelerada después de aparecer la directiva del Comisariado del Pueblo del Interior dirigida a los Soviets locales, del 24 de enero de 1918, en la que se decía que "al existir Soviets, no hay ninguna razón para que continúen los antiguos organismos de administración rurales y urbanos”882. A mediados de 1918, los zemstvos y dumas urbanas fueron suprimidos. Esto permitía a los Soviets seguir fortaleciéndose como únicos y auténticos órganos de poder en las localidades.

Las masas trabajadoras se convencían por propia experiencia de la necesidad de crear un sistema estatal soviético fuerte y centralizado. "En este momento -dijo Lenin el 18 de mayo de 1918-, la necesidad de la centralización está penetrando ya en la conciencia de las masas populares; y si bien el cambio se produce lentamente, por eso será más profundo y amplio..."883. En los meses de abril y mayo de 1918 desaparecieron casi por completo los casos de creación de "repúblicas", "consejos de comisarios del pueblo", etc.

En la lucha contra los elementos antisoviéticos

882 Boletín de la sección de autoadministración local del Comisariado del Pueblo del Interior, 1918, Nº 4, pág. 7. 883 V. I. Lenin. Informe en el Congreso de representantes de finanzas de los Soviets de toda Rusia. O.C., t. 36, pág. 351.

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infiltrados en los Soviets, tuvo gran importancia el decreto del CEC de los Soviets de toda Rusia del 21 de noviembre de 1917 Sobre el derecho a revocar los delegados884. Este decreto, firmado por Lenin, fue una brillante expresión del espíritu democrático del Poder soviético; concedía derechos a los congresos de los Soviets de celebrar nuevas elecciones en todas las instituciones representativas, estando obligados los Soviets a efectuarlas siempre y cuando lo exigiese más de la mitad de los electores. En la primavera de 1918 fueron reelegidos muchos Soviets provinciales y distritales, pasando los bolcheviques a ser la fuerza decisiva en ellos.

Bajo la dirección de las organizaciones del Partido Bolchevique, los Soviets provinciales, distritales y muchos subdistritales superaban exitosamente las dificultades de la estructuración. Poniendo en práctica los decretos del CEC de los Soviets de toda Rusia y del Consejo de Comisarios del Pueblo, los Soviets creaban los tribunales, la milicia y la Guardia Roja, luchaban resueltamente contra los especuladores, merodeadores, gamberros y demás desorganizadores del orden revolucionario.

Los Soviets tomaban medidas para vigilar las empresas y las haciendas de los terratenientes confiscadas, dirigían la aplicación del Decreto sobre la tierra, organizaban la economía y velaban porque se abasteciese a la población con productos alimenticios. Para mejorar las condiciones de vivienda de los trabajadores se requisaban las casas de la burguesía. En Moscú, por ejemplo, 20.000 obreros se mudaron de sótanos y barracones a casas confortables que antes pertenecían a los explotadores885.

Eran centenares de miles los trabajadores que participaban en las labores de los Soviets, fortaleciéndoles y poniendo en práctica la política soviética. En esto residía la gran fuerza de los Soviets, primeros órganos de poder de los obreros y campesinos en la historia universal.

De este modo, en el momento de triunfar la Revolución de Octubre, el viejo aparato de poder estatal fue sustituido por otro nuevo, verdaderamente popular. La clase obrera de la Rusia revolucionaria, dirigida por el partido de los bolcheviques, no volvió a cometer los errores de la Comuna de París, cuando el proletariado insurrecto parisiense se detuvo a medio camino, no demolió hasta el final el aparato estatal, lo que condujo a la derrota de la Comuna. En la Rusia soviética, la burguesía no pudo utilizar contra la revolución el aparato estatal. El nuevo aparato de poder estatal se convirtió en una poderosa arma de la revolución en la lucha contra sus enemigos.

Capítulo IX. Primeras transformaciones en la

884 Decretos del Poder soviético, t. I, págs. 116-119. 885 Cinco años de poder de los Soviets. M., 1922, pág. 411.

economía y en la cultura. 1. Creación del régimen socialista en la

industria. A diferencia de cualquier revolución burguesa, la

revolución socialista es un proceso más complicado y prolongado. Generalmente, las revoluciones burguesas terminan con la toma del poder, mientras que la revolución socialista sólo comienza con la conquista de éste; está llamada a terminar con las relaciones económicas y sociopolíticas existentes, basadas en la propiedad privada, en la explotación y opresión. Es decir, después de conquistar el poder, ante la clase obrera se plantean las tareas de la transformación socialista de la economía nacional y la creación de la base económica y técnica del socialismo886. Ya en el Manifiesto del Partido Comunista (aparecido en el año 1848), C. Marx y F. Engels señalaban: "El proletariado se valdrá de su dominación política para ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital, para centralizar todos los instrumentos de producción en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase dominante, y para aumentar con la mayor rapidez posible la suma de las fuerzas productivas"887.

Marx y Engels señalaban que el proletariado debía comenzar la solución de estas tareas socializando los medios de producción y, en primer lugar, nacionalizando la gran producción capitalista. Despojando paso a paso a la burguesía de los altos puestos de dirección en la economía, el proletariado los emplea para efectuar la transformación socialista de toda la economía. Esto no significa que el proletariado pueda nacionalizar la industria de golpe, al día siguiente de triunfar la revolución. La transformación radical de la economía sobre bases socialistas es una labor extraordinariamente complicada. En los primeros tiempos, el proletariado carece aún de experiencia para dirigir la economía y tampoco dispone de un aparato capaz de administrarla. Además, las clases explotadoras abatidas por la revolución ofrecen al proletariado la más encarnizada resistencia.

La clase obrera de Rusia fue la primera en el mundo que se liberó del yugo capitalista y que empezó a abrirse paso hacia el socialismo. Las dificultades en las transformaciones socialistas se acrecentaban también debido a que Rusia era un país atrasado en el sentido técnico y económico, donde predominaba la población campesina pequeñoburguesa. Por si fuese poco, continuaba aún la guerra mundial que originó la ruina y el hambre. Por último, la revolución socialista había triunfado únicamente en Rusia, en un solo país. La República Soviética se asemejaba a una isla, que aunque

886 Documentos programáticos de la lucha por la paz, la democracia y el socialismo. M., 1961, pág. 15. 887 C. Marx y F. Engels. Manifiesto del Partido Comunista. Obras, t. 4. 2a ed., pág. 446.

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grande, de todos los modos era la única en el océano de países capitalistas.

Emprendiendo las transformaciones socialistas en la economía nacional, el partido de los bolcheviques se guiaba por el programa económico elaborado por V. I. Lenin ya en vísperas de la revolución. En cuanto triunfó la insurrección armada de Octubre en Petrogrado, pasaron a ser patrimonio del pueblo las empresas que pertenecían al anterior Estado. Entre ellas había fábricas importantes, como la de Obújov, la del Báltico, la de Izhora y otras, así como una parte considerable de los ferrocarriles del país. La mayoría de las fábricas y minas, propiedad de particulares y de compañías, siguieron durante algún tiempo en manos de la burguesía.

El primer paso que se dio para nacionalizar la industria y crear la economía socialista fue la implantación del control obrero sobre la producción y distribución de los productos en las empresas privadas. Al mismo tiempo, esta era una medida eficiente para poner coto a los capitalistas que empleaban los métodos del sabotaje para combatir la revolución. Estos individuos deterioraban los equipos y se llevaban la producción acabada. Ya antes de promulgarse un decreto especial, los obreros habían comenzado a implantar el control sobre los actos de los empresarios. Fue útil la experiencia del control obrero acumulada antes de la Revolución de Octubre.

El Decreto sobre el control obrero fue publicado el 16 de noviembre de 1917.

El control obrero había que implantarlo en todas las empresas industriales, comerciales, bancarias, agrícolas, etc., donde hubiesen cinco obreros y empleados, como mínimo, o cuyo giro anual no fuese inferior a 10.000 rublos. En el documento figuraba un punto especial que prohibía la interrupción del trabajo de la empresa sin autorización de los representantes elegidos por los obreros y empleados. Las decisiones de los organismos del control obrero eran obligatorias para los empresarios. Con el fin de preservar la producción, la ley determinaba que los miembros de las comisiones de control, junto con los propietarios de las empresas, se hacían "responsables ante el Estado del riguroso mantenimiento del orden, de la disciplina y de la conversación de los bienes"888. Quedaba abolido el secreto comercial. "Los propietarios quedan obligados a presentar a los organismos de control obrero todos los libros de contaduría y cuentas", se decía en el decreto. Para dirigir el control obrero se creaba un sistema bastante armonioso: comités fabriles, consejos de síndicos, comisiones de control en las empresas y consejos de control obrero en las ciudades. En Petrogrado se instituyó el Consejo de Control Obrero de toda Rusia.

Con la dictadura del proletariado, la esencia y el

888 Decretos del Poder soviético, t. I, M., 1957, pág. 81.

contenido del control obrero cambiaba radicalmente: adquiría carácter socialista, puesto que los comités fabriles y las comisiones que ejercían el control, así como sus organismos supremos -consejos de control obrero- solucionaban ahora problemas del Estado socialista. El control era una medida transitoria para nacionalizar la industria y convertirla en propiedad socialista.

El decreto sobre el control obrero fue utilizado inmediatamente por los obreros de todo el país. El Consejo Central de comités fabriles de Petrogrado elaboró unas instrucciones sobre el modo de poner en práctica la ley del control obrero, las cuales el Comité Central del POSD(b)R enviaba a las localidades, ya que los obreros querían saber cómo realizar el control obrero889.

Los empresarios oponían feroz resistencia al control obrero, trataban por todos los medios de engañar y embrollar a los revisores obreros.

Muchas uniones de empresarios y fabricantes no deseaban ser controlados por los representantes obreros. En noviembre y diciembre de 1917, las más importantes organizaciones empresariales de los Urales, el Donbás y las regiones centrales de Rusia exhortaron a oponer resistencia activa al control obrero y a desacatar el decreto del Consejo de Comisarios del Pueblo. La asamblea de propietarios de minas de los Urales acordó que si se implantaba el control obrero, "las empresas cerrarían y cesarían las transferencias de dinero y de materiales"890. Al no confiar en sus propias fuerzas, los capitalistas cifraban grandes esperanzas en la intervención militar extranjera. El 21 de noviembre de 1917, el Boletín de la sociedad de fabricantes petrogradenses escribía: "Para restablecer nuestra vida económica es inevitable acudir al capital extranjero y entonces el obrero ruso, puesto de rodillas, ocupará la posición del coolí chino".

Del mismo modo actuaban los capitalistas extranjeros que tenían empresas en Rusia. En noviembre de 1917, los cónsules de los EE.UU. y Suecia se dirigieron al Comité Militar Revolucionario de Moscú protestando contra la implantación del control obrero. Capitalistas ingleses -propietarios de una fábrica mecánica de Moscú- enviaron desde Londres un telegrama comunicando que rechazaban categóricamente las exigencias del control obrero891. Sin embargo, la cosa no se limitó a simples protestas. En Nizhni Nóvgorod, por ejemplo, los navieros incendiaron los depósitos de algodón de Kanávino, hundieron una barcaza cargada de hierro, ocultaron y malgastaron los materiales necesarios

889 V. I. Lenin. Observaciones al "Proyecto del decreto sobre el control obrero". O.C., t. 35, pág. 448. 890 La nacionalización de la industria en los Urales, pág. 11. 891 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 3, M., 1957, pág. 76.

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para la construcción de buques892. Los obreros procuraban que en los órganos de

control participasen ingenieros, peritos y empleados de las empresas. Parte de ellos respondió a la llamada, pero la otra continuaba saboteando todas las medidas encaminadas a organizar la producción.

Los sindicatos, cuya situación había cambiado radicalmente después de la Revolución de Octubre, también participaban activamente en la encarnación del decreto sobre el control obrero. Sus tareas ya no eran la lucha contra el capital para mejorar la situación económica del proletariado, sino consistían en organizar la edificación de la nueva sociedad; los sindicatos se transformaban en escuela de educación comunista de los trabajadores. La tarea de los sindicatos consistía en atraer a las amplias masas trabajadoras para participar activamente en la organización y gestión de la producción.

Los sindicatos se reestructuraban por el principio de producción, lo cual creaba condiciones favorables para fusionar los sindicatos y los comités fabriles de todo el país. A medida que se fortalecía el poder de los Soviets, iba siendo mayor la influencia de los bolcheviques en los sindicatos.

En enero de 1918, se celebró en Petrogrado el I Congreso de Sindicatos de toda Rusia, que representaba a más de 2.600.000 afiliados893. De los 417 delegados con derecho a voz y voto, 273 eran bolcheviques.

El congreso aprobó una resolución de apoyo incondicional al Poder soviético. El peso central del trabajo de los sindicatos en las nuevas condiciones, se decía en esta resolución, debe ser transferido al terreno organizativo-económico. El congreso reconoció los grandes méritos de los comités fabriles en la lucha por los intereses de la clase obrera y acordó fusionarlos con los sindicatos; los comités fabriles pasaban a ser órganos de base de los sindicatos en las empresas. Con esta medida quedaba liquidado el paralelismo en la actividad de los comités fabriles y los sindicatos y se acrecentaba la influencia de los sindicatos entre las masas trabajadoras.

Después de terminarse el I Congreso de los Sindicatos de toda Rusia, se celebraron en todo el país congresos sindicales de cada rama de la industria que determinaron las tareas concretas de los obreros en la realización del control obrero. Estos congresos se convertían, por lo general, en palestra de reñida lucha entre los bolcheviques y los partidos pequeñoburgueses. Los mencheviques y eseristas se esforzaban por separar a los sindicatos del Partido Bolchevique y por desprestigiar la idea del control

892 S. F. Avdéev. Tres entrevistas con Lenin, en la compilación V. I. Lenin a la cabeza de la gran edificación, pág. 86. 893 Historia del movimiento sindical en la URSS, tomo 2, M., 1965, pág. 54.

obrero. Los conciliadores defendían la idea del apoliticismo y del neutralismo de los sindicatos en la lucha del Poder soviético contra sus enemigos; intentaban contraponer los sindicatos al Estado soviético, aislarlos de la actividad transformadora-revolucionaria del proletariado. La burguesía cifraba sus esperanzas en los elementos sindicales reformistas, creía que éstos podrían impedir que los obreros se inmiscuyeran revolucionariamente en los derechos de los empresarios.

Después de celebrarse el congreso, los sindicatos, junto con los Soviets, se incorporaron activamente a la organización de la producción en las localidades, creando en todas partes órganos de control obrero. Debido a que los empresarios saboteaban los decretos del Gobierno soviético y dejaban de financiar las empresas, el Sindicato de Obreros del Textil de la zona de Moscú tomó en sus manos la financiación de las empresas y organizó la venta de la producción. Las empresas continuaron trabajando. Con una parte del dinero recaudado se amortizaban los préstamos hechos por el sindicato; con la otra se aseguraba el trabajo continuo de las fábricas.

La fábrica de Niazepetrovsk, en los Urales, fue parada por los capitalistas ya antes de la Revolución de Octubre, pero los obreros decidieron ponerla en marcha. Mediante suscripciones efectuadas entre las organizaciones obreras de las empresas uralenses y personas particulares, el Soviet local de diputados obreros reunió 250.000 rublos. La fábrica, que había estado parada muchos meses, reanudó el trabajo894. Para asegurar el pago ininterrumpido del salario a los obreros, los Soviets recurrían a diversas medidas. Por ejemplo, por iniciativa de los bolcheviques de Ekaterimburgo, el Soviet aprobó una disposición que obligaba a los comerciantes a entregar diariamente la recaudación monetaria al Banco, el cual se encontraba en manos del Soviet. Para llevar a cabo esta medida, los sindicatos de empleados del comercio e industria asumieron el control de la actividad de los comerciantes y el cumplimiento por ellos de esta disposición del Soviet.

Las comisiones obreras realizaban en las fábricas y empresas un gran trabajo creador. Además de las medidas generales de control, ellas trataban de mejorar el trabajo de las empresas y aumentar la fabricación de artículos necesarios para el país.

A comienzos de 1918, el control obrero de la producción y distribución había sido ya implantado en todo el país. Por supuesto, en esta nueva y complicada cuestión eran inevitables las deficiencias, los errores y los descuidos, pues los obreros no tenían hábitos de control. Los órganos de control obrero con frecuencia solucionaban cuestiones prácticas desde el punto de vista de los intereses de su fábrica. Existían

894 La lucha por el Poder soviético en los Urales del Sur (1917-1918) Compilación de documentos y datos. Cheliábinsk, 1957, págs. 370-371.

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relaciones muy débiles entre las colectividades de las empresas de una misma ciudad. En algunas partes, los obreros acordaban pasar la fábrica a propiedad de la colectividad de la empresa dada, lo que era una grave violación de la política del Poder soviético.

Sin embargo, los obreros iban adquiriendo hábitos cada vez más amplios; los órganos de control iban abarcando toda la actividad de la empresa: la producción, las finanzas, la venta de la producción, etc. Más tarde, muchos trabajadores de los órganos de control obrero fueron dirigentes de las empresas que habían pasado a manos del Estado soviético, se convirtieron en talentosos organizadores de la industria socialista.

Generalizando la experiencia de la Revolución de Octubre, V. I. Lenin subrayaba en noviembre de 1918 que "el primero y más importante paso, obligatorio para todo Gobierno socialista, debe ser el control obrero"895.

El control obrero, no obstante, no podía liquidar el aislamiento en la actividad de las empresas. La vida planteaba la tarea de organizar una dirección centralizada de la industria en todo su conjunto.

Se creó el Consejo Supremo de Economía Nacional (CSEN). "Del control obrero -decía Lenin en el III Congreso de los Soviets de toda Rusia- pasamos a la formación del Consejo Supremo de Economía Nacional"896. Para dirigir la industria en las localidades se formaron consejos de la economía nacional.

El decreto sobre la formación del CSEN, aprobado por el CEC de los Soviets de toda Rusia y el Consejo de Comisarios del Pueblo el 2 de diciembre de 1917897, decía que este organismo coordina y unifica la actividad de las organizaciones reguladoras centrales y locales, órganos de control obrero encabezados por el Consejo de Control Obrero de toda Rusia898 y orienta la labor de las secciones económicas de los Soviets locales899. Fueron miembros del Presídium del CSEN los obreros metalúrgicos y bolcheviques V. Y. Chubar; Y. E. Rudzutak, presidente del Consejo del Sindicato de Obreros del Textil; G. D. Véinberg, secretario del Sindicato de Metalúrgicos de Petrogrado y miembro del Presídium del Consejo Central de los Sindicatos; A. V. Shotman y A. Lómov (G. I. Oppókov), miembro del Presídium del Consejo Central de los Sindicatos y vicepresidente del CSEN.

De ese modo, la composición del Presídium del

895 8acionalización de la industria en la URSS. 1917-1920. Compilación de documentos y datos. M., 1954, pág. 237. 896 V. I. Lenin. III Congreso de los Soviets de toda Rusia. O.C., t. 35, pág. 274. 897 Decretos del Poder soviético, t. I, págs. 172-174. 898 El Consejo de Control Obrero de toda Rusia no tardó en pasar a formar parte del CSEN. 899 Decretos del Poder soviético, t. I, págs. 172-174.

CSEN señalaba la estrecha relación que existía entre este organismo y los comités centrales de los principales sindicatos. Con la activa participación del Consejo Central de comités fabriles, el CSEN elaboró el Reglamento de los consejos de economía nacional distritales, regionales y locales.

La implantación del control obrero, a la par con la formación de los consejos de economía nacional encabezados por el CSEN, preparó el paso a la nacionalización de la gran industria. Ya en noviembre de 1917 algunas empresas privadas pasaron a ser propiedad del Estado; en ese mismo tiempo se inició la preparación para nacionalizar las ramas de la industria más sindicadas, como la petrolera, la azucarera y otras. Sin embargo, hasta la primavera de 1918 sólo pasó a ser propiedad del Estado una reducida parte de las empresas, principalmente las de los capitalistas que saboteaban las medidas del Poder soviético o las que revestían particular importancia para el Estado en el centro y en las localidades. La nacionalización de la gran industria era una necesidad objetiva. Sin esta medida era imposible realizar las transformaciones socialistas en la economía del país. No obstante, la nacionalización de la industria puede realizarse de diferentes maneras. Originariamente se pensaba conjugar la confiscación de las empresas con cierta indemnización. En la disposición del Consejo de Comisarios del Pueblo del 18 de abril se decía que los dueños de acciones y de otros valores que los habían registrado debida y oportunamente, "adquirirían el derecho a la recompensa, en caso de nacionalizarse la empresa, en cantidades y condiciones que serán determinadas por la ley de la nacionalización"900. Es decir, el Estado soviético estaba dispuesto a pagar una determinada parte de los medios de producción.

Los organismos soviéticos intentaron crear empresas mixtas con capital estatal y privado. Pero la burguesía, con su hostilidad hacia los Soviets y sus actos contrarrevolucionarios encaminados a desorganizar la economía nacional, obligó al proletariado a recurrir a los métodos de "ataque de la Guardia Roja contra el capital" y nacionalizar inmediatamente una serie de empresas confiscándolas. La encarnizada lucha de la burguesía contra el Poder soviético no dejaba lugar para los acuerdos y los compromisos. En la realización de la nacionalización era muy considerada la iniciativa de los obreros. Ellos eran quienes proponían al Gobierno soviético el paso de una u otra empresa a propiedad del Estado: Una de las primeras empresas nacionalizadas fue la manufactura de Líkino, en la provincia de Vladímir. Su propietario, A. V. Smirnov, ex miembro del Gobierno Provisional, ya en septiembre de 1917 había despedido a 4.000 900 8acionalización de la industria en la URSS. 1917-1920. pág. 316.

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obreros y cerrado la fábrica901. Los obreros no recibían salario desde agosto de 1917. Después de examinar la propuesta del Soviet de Moscú y del Sindicato de los Obreros del Textil acerca de la entrega de esta empresa en propiedad de la República Soviética, el Consejo de Comisarios del Pueblo dispuso el 15 de noviembre de 1917: "Promulgar un decreto motivando detalladamente por qué se confiscan fábricas y empresas saboteadoras"902. El decreto sobre la confiscación de la manufactura de Líkino debía servir de advertencia para otros capitalistas saboteadores.

En unos meses, de trabajo sin patrono, los obreros de esta manufactura no sólo amortizaron los atrasos en los salarios, sino empezaron a recibir beneficios. La experiencia de los obreros de esta fábrica interesó a los trabajadores de otras empresas. La fábrica la visitaban delegaciones obreras de otras localidades. Después de conocer el estado de cosas en la empresa, los delegados declaraban que "en cuanto regresaran a sus respectivos lugares, no temerían tomar en sus manos la administración de las empresas"903.

En señal de protesta contra la implantación del control obrero, la administración de la zona minera de Bogoslovsk, en los Urales, cesó la financiación de las empresas; los obreros se veían amenazados por el hambre. En vista de ello, enviaron a Petrogrado a sus delegados bolcheviques que tenían la misión de solicitar al Consejo de Comisarios del Pueblo la nacionalización de las empresas904. La delegación estaba integrada por el ajustador Mijaíl Andréiev y por Alexéi Kurlinin, presidente de la Unión Central de comités fabriles de la zona de Bogoslovsk, ambos diputados al Soviet de Nadiezhdinsk. En nombre del proletariado uralense, los delegados prometieron a Lenin que si las empresas de la zona pasaban a ser propiedad de la república, los obreros aumentarían la productividad del trabajo, mantendrían el orden y la disciplina laborales, entregarían al Estado toda la producción de las empresas de la zona y salvaguardarían los bienes del pueblo. Lenin prometió apoyar la solicitud de los obreros. El 7 de diciembre de 1917, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó un decreto por el que las empresas de la zona de Bogoslovsk pasaban a ser propiedad de la república en vista de que la administración de la sociedad se negaba a acatar el decreto del control obrero. A petición de los obreros de la cuenca minera de Simskoie, el Consejo de Comisarios del Pueblo

901 En las barricadas de la revolución. (De la vida de los obreros de Oréjovo-Zúevo. 1865-1927). Oréjovo-Zúevo, 1927, pág. 114. 902 Archivo Político Central del Instituto de Marxismo-Leninismo, f. 19, t. 1, exp. 1, fol. 2. 903 En las barricadas de la revolución, pág. 119. 904 M. A. Andréev. Los obreros uralenses conversan con Lenin, en la compilación V. I. Lenin a la cabeza de la gran edificación, págs. 79.

también decretó el 9 de diciembre la confiscación de las empresas de esta zona905.

El sabotaje de los capitalistas en las empresas de los Urales adquirió una envergadura particularmente amplia, por eso a últimos de diciembre de 1917 fueron aprobados los decretos sobre la confiscación de los bienes de las sociedades anónimas Serguínsk-Ufaléisk, Kishtim y Neviansk906. Para junio de 1918 ya se había nacionalizado el 85 % de toda la industria uralense907.

La mayoría de las empresas de los Urales, Petrogrado, Zona Industrial Central y Ucrania nacionalizadas antes de la primavera de 1918 pertenecían a la industria minera, a la metalúrgica y, principalmente, a la de transformación de metales. En este período, las empresas de la industria ligera se nacionalizaban, sobre todo, en las zonas de Moscú y Petrogrado.

A comienzos de 1918 se nacionalizaron muchas empresas en Bielorrusia, Letonia y Estonia. En marzo de 1918, el Consejo de Comisarios del Pueblo del Territorio de Turquestán declaró propiedad del Estado las empresas de la industria algodonera, de la minera y de la de combustibles de la región908.

La nacionalización de los ferrocarriles privados se efectuó en septiembre de 1918.

El Consejo de Comisarios del Pueblo nacionalizaba la industria con extraordinaria prudencia. Lenin explicaba muchas veces que en condiciones de Poder soviético es mucho más sencillo y fácil expropiar una fábrica a los capitalistas que organizar la gestión de la empresa. En la sesión del CEC de los Soviets de toda Rusia, celebrada en abril de 1918, Lenin narró como él, conversando con obreros que proponían confiscar la fábrica para que no se detuviese la producción, les decía que confiscar se puede rápidamente. "Pero ustedes digan: ¿han aprendido a hacerse cargo de la producción, han hecho el cálculo de la producción? ¿Conocen la relación entre lo que ustedes producen y el mercado ruso e internacional? Y resulta que todavía no lo han aprendido..."909.

Al tiempo que se nacionalizaban las empresas industriales más importantes, el Poder soviético descargó también un golpe demoledor sobre el sistema bancario, otra posición clave de la burguesía en la economía. Los bancos y el sistema de circulación monetaria y de crédito, estrechamente vinculado a ellos, tenían primordial importancia para todas las ramas de la economía nacional. Del trabajo ininterrumpido de los bancos dependía mucho el que

905 Decretos del Poder soviético, t. I, págs. 186-187, 195. 906 Ibídem, t. I, págs. 291, 292, 301. 907 8acionalización de la industria en los Urales, pág. 15. 908 8acionalización de la industria en la URSS, págs. 335-343, 360, 362. 909 V. I. Lenin: Reunión del CEC de los Soviets de toda Rusia el 29 de abril de 1918. O.C., t. 36, pág. 258.

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pudiesen realizarse las medidas del Gobierno soviético en la vida económica del país. Los bancos eran un instrumento de dominio de los capitalistas ingleses, franceses, norteamericanos, alemanes y otros en la economía de Rusia. El 1 de enero de 1917, los capitalistas extranjeros dominaban el 47% de los capitales básicos en ocho de los bancos más importantes de Rusia910.

El Banco de Estado era el centro del sistema bancario del país. El sabotaje contrarrevolucionario de los funcionarios fue liquidado y organizado el trabajo de esta institución. El 17 de noviembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo recibió del Banco de Estado cinco millones de rublos911. Estos eran los primeros ingresos que compusieron el presupuesto de la República Soviética. Con la incautación del Banco de Estado, facultado para la emisión de billetes de banco y que surtía de papel moneda a todos los bancos del país, el Gobierno soviético también puso bajo su control financiero a la banca privada.

Para comprender la importancia de este acto, es necesario tener en cuenta que los bancos privados habían cerrado las cuentas corrientes desde los primeros días de la Revolución de Octubre. Los comités fabriles y las administraciones empresariales no recibían dinero para el pago de los salarios y para otros gastos urgentes. Y únicamente cuando el Consejo de Comisarios del Pueblo advirtió que si continuaba el sabotaje, los directores y miembros de los consejos de administración de los bancos serían detenidos, las entidades bancarias, aunque con intermitencias, comenzaron a efectuar los pagos de dinero. Pero en aquella época los bancos no recibían ingresos y sus cajas pronto quedaron vacías. Los banqueros no tardaron en pedir al Consejo de Comisarios del Pueblo que se les concedieran empréstitos del Banco de Estado, que ahora se encontraba en manos del Estado soviético. Los bancos particulares se vieron obligados a concluir un acuerdo con el Banco de Estado, el cual les entregaba determinados empréstitos a condición de que le presentaran diariamente datos de su arqueo. Sin embargo, el acuerdo fue violado. Ocultando del Poder soviético el verdadero estado de las cosas, la banca privada continuaba apoyando a los saboteadores, financiaba los motines y complots antisoviéticos, pagaba grandes sumas a "sus gentes" por cheques viejos, anulados. Los órganos estatales soviéticos se enteraron de que el comité de bancos anónimos había decidido crear una alianza de los bancos rusos para emitir bonos por el valor de 1.000

910 M. S. Atlas. 8acionalización de los bancos en la URSS. M., 1948, pág. 33. 911 V. I. Lenin en los primeros meses de Poder soviético. Crónica biográfica. "Voprosi istorii KPSS", 1960, N° 3, págs. 156.

millones de rublos oro912. Preparando este golpe a la economía de la joven República Soviética, los "banqueros" cifraban sus esperanzas en el desamparo y la inexperiencia de ésta. Los empleados de la banca que simpatizaban con el Poder soviético ayudaron a descubrir esta maquinación de los banqueros.

Refiriéndose a este hecho, Lenin decía: "Entre los empleados de la banca surgieron hombres que sienten como suyos los intereses del pueblo y nos dijeron: "Les engañan, apresúrense a cortar su actividad criminal, orientada directamente a perjudicarlos". Y nos apresuramos"913.

En la madrugada del 14 de diciembre, desde las barriadas obreras de Petrogrado y del Smolny se dirigieron a los bancos destacamentos de guardias rojos. Al mediodía, toda la operación había terminado: los bancos fueron ocupados por obreros y marineros armados. El complot de los banqueros fue liquidado y sus cabecillas detenidos. Las llaves de las cajas y de los depósitos estaban en manos de los comisarios del Poder soviético. Una vez ocupados los bancos por destacamentos de guardias rojos, el CEC de los Soviets de toda Rusia aprobó el decreto de la nacionalización de los bancos. El Poder soviético no volvió a repetir los errores de la Comuna de París, que había dejado estas entidades en manos de la burguesía.

La función bancaria se proclamó monopolio del Estado. Todos los bancos particulares fueron unificados en el Banco de Estado914. Se aprobó también un decreto para revisar las cajas fuertes de los bancos privados: el oro se confiscaba y el dinero pasaba a la cuenta corriente del Banco de Estado. Por decisión de los órganos locales del Poder soviético, destacamentos de guardias rojos ocuparon los bancos en otras ciudades del país. El "poder omnímodo" de los bancos fue quebrantado. Los enormes recursos de los bancos, confiscados por el Poder soviético, fueron utilizados en interés de la república. La nacionalización de la banca no sólo tenía importancia local, sino también internacional; ponía fin a la dependencia de Rusia del capital extranjero; asestaba un golpe sobre los planes de la contrarrevolución y facilitaba el trabajo continuo de la industria.

Un importante paso para asegurar la independencia económica del país fueron los decretos del Gobierno soviético sobre la anulación de los empréstitos estatales y la nacionalización del comercio exterior. En el decreto del CEC de los Soviets de toda Rusia, aprobado el 21 de enero de 1918, se decía que quedaban anulados todos los

912 B. Rívkin. La política financiera en el período de la Revolución de Octubre. M., 1957, pág. 89. 913 V. I. Lenin. Discurso sobre la nacionalización de los bancos, pronunciado en la sesión del CEC de los Soviets de toda Rusia el 14 (27) de diciembre de 1917. O.C., t. 35, pág. 172. 914 Decretos del Poder soviético, t. I, pág. 230.

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empréstitos estatales concertados por los Gobiernos de los terratenientes y la burguesía de Rusia915. En el decreto se estipulaban particularmente los intereses de los pequeños tenedores de empréstitos, que el Gobierno satisfizo de una u otra forma. Desde aquel momento, los trabajadores de la República Soviética quedaban eximidos de pagar tributo a los banqueros de París, Londres, Berlín y Nueva York.

La protesta de los imperialistas por la anulación de los empréstitos fue rechazada por el Consejo de Comisarios del Pueblo.

El Gobierno soviético también se hizo cargo del comercio exterior. Un decreto del Consejo de Comisarios del Pueblo, del 22 de abril de 1918, estipulaba que "toda clase de contratos comerciales con el extranjero para importar y exportar" no podían realizarlos más que los órganos estatales soviéticos916.

Para desarrollar los vínculos comerciales entre la ciudad y el campo y poder organizar el abastecimiento de la población urbana con productos agropecuarios y el de la población rural con artículos industriales y máquinas, se implantó el monopolio estatal de las máquinas y aperos agrícolas y los tejidos y se requisó todo el stocks de telas que pasó a ser propiedad del Estado.

Así, paso a paso, el proletariado fue encarrilando la economía nacional por la vía del desarrollo socialista.

La situación de la clase obrera cambió radicalmente después de conquistar ésta el poder político y de efectuarse las primeras transformaciones en la economía del país. De clase explotada, privada de medios de producción, la clase obrera de Rusia se convirtió en clase dominante, en clase dirigente de la economía social. Los primeros decretos del Gobierno soviético estaban encaminados a mejorar las condiciones de vida de la clase obrera. El 29 de octubre se aprobó el decreto de la jornada laboral de 8 horas y la semana de trabajo de 48 horas: para los adolescentes se establecía la jornada laboral de 6 horas. El decreto prohibía utilizar a éstos y a las mujeres en el turno de la noche, así como en trabajos subterráneos y extraordinarios917.

El decreto del CEC de los Soviets de toda Rusia Sobre el seguro de enfermedad, aprobado el 11 de diciembre de 1917, desempeñó un gran papel en el mejoramiento de las condiciones de trabajo. Su vigencia se extendía "a todas las personas, sin distinción de sexo, edad, religión, nacionalidad y raza, que trabajasen a salario en todas las ramas de la producción..."918. El decreto preveía la unificación de las cajas de seguro de enfermedad; en vez de las cajas fabriles se creaban cajas urbanas y territoriales,

915 Ibídem, t. I, págs. 386, 387. 916 Ibídem, t. II, M., 1959, pág. 158. 917 Dirección de Estadística, 1917, N° 1, pág. 7. 918 Ibídem, 1917, N° 13, pág. 188.

eximiéndose a los obreros el pago de cuotas a ellas. La asistencia médica a los trabajadores pasaba a ser gratuita y en caso de enfermedad tenían derecho al subsidio. A la mujer trabajadora se le concedían vacaciones ocho semanas antes y otras tantas después del parto, conservándosele el salario.

Los mejores edificios, antes pertenecientes a los explotadores, el Gobierno soviético los puso a disposición de los obreros para utilizarlos como clubes, casas-cuna, guarderías infantiles, bibliotecas, casas de descanso y sanatorios. Las personas que no estaban ocupadas en la producción no recibían cartillas de racionamiento. El principio de "el que no trabaja no come" se convirtió en ley desde los primeros días de Poder soviético.

V. I. Lenin denominó "ataque de la Guardia Roja contra el capital" al período de los primeros cuatro meses de existencia del Estado soviético (desde el 25 de octubre hasta febrero de 1918). En aquel tiempo, aplastando la resistencia de la burguesía por métodos de "carga de caballería", el proletariado asaltaba sus posiciones clave en todas las esferas de la vida del país. La industria, los bancos y el transporte nacionalizados constituyeron la base del régimen socialista en la economía nacional. Una vez dueño de las posiciones dominantes en la economía, el Estado soviético pudo realizar las tareas económico-organizativas y cultural-educativas para la transformación socialista de la sociedad.

2. Realización del decreto sobre la tierra. Tras la ciudad, el torbellino de la tormenta

revolucionaria puso en movimiento también al campo. La revolución socialista resolvía de paso, sobre la marcha, las tareas que no había solucionado la revolución democrática burguesa; liquidaba las reminiscencias de las relaciones de servidumbre, incluida la propiedad agraria terrateniente; emancipó a los campesinos del yugo de los terratenientes. El campesinado emprendió inmediatamente la puesta en práctica del Decreto sobre la tierra aprobado por el II Congreso de los Soviets de toda Rusia.

El trabajo práctico para liquidar la propiedad terrateniente del campo se encomendó a los comités agrarios subdistritales y a los Soviets distritales de diputados campesinos. Sin embargo, los órganos dirigentes de los comités agrarios, creados ya durante el Gobierno Provisional y compuestos en su gran mayoría por representantes de la burguesía y de los partidos pequeñoburgueses, hacían cuanto podían para impedir o frenar la aplicación del Decreto sobre la tierra. El Comité Agrario Principal ocupó una posición claramente hostil para con el Poder soviético: envió telegramas a todas las provincias y distritos incitando a los comités agrarios locales a no acatar el decreto aprobado por el II Congreso de los Soviets de toda Rusia. Estas indicaciones creaban incertidumbre y confusiones en las localidades. Los

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campesinos no sabían cómo proceder cuando se recibían disposiciones diametralmente opuestas. Por eso hacían interpelaciones al CEC de los Soviets de toda Rusia y al Consejo de Comisarios del Pueblo o enviaban a sus delegados al Smolny para que el propio Lenin les hablara del nuevo poder y les indicara cómo incautar las fincas de los terratenientes. y por muy ocupado que estuviera, el jefe de la revolución siempre encontraba tiempo para recibir a los campesinos y hablar con ellos.

"Recuerdo perfectamente -contaba N. Gorbunov, que trabajaba a la sazón de secretario del Consejo de Comisarios del Pueblo- la postura característica de Lenin, sentado tan cerca del campesino que sus rodillas se tocaban, sonriéndole cariñoso, un tanto inclinado hacia adelante, escuchándole y preguntándole atento, sonsacándole, dándole indicaciones...

Después de hablar con Lenin, el campesino decía entusiasmado:

- ¡Este sí que es un poder! ¡Este sí que es el nuestro, el auténtico poder campesino!”919.

V. I. Lenin explicaba a los campesinos la esencia del Decreto sobre la tierra, decía que ellos mismos debían tomar todo el poder en las localidades, que las tierras de los terratenientes pasaban a disposición de los Soviets de diputados campesinos y que era necesario llevar el más riguroso inventario de ellas, que los bienes de los terratenientes eran ya patrimonio de todo el pueblo y que debían ser protegidos por el propio pueblo.

Teniendo en cuenta la complejidad de la situación creada en el campo como resultado de la posición hostil de los mencheviques y eseristas para con el Poder soviético, el CEC de los Soviets de toda Rusia y el Soviet de Petrogrado enviaron al campo un nutrido grupo de agitadores: obreros, soldados y marineros. También mandaban sus representantes al campo las organizaciones del Partido Bolchevique de Petrogrado, Moscú, Sarátov, Smolensk, Vorónezh, Ekaterimburgo, Járkov, Ivánovo-Voznesensk y de otras ciudades. Los campesinos recibían con gran júbilo los comunicados sobre los decretos del Poder soviético. "Este decreto -escribían los campesinos de la aldea Borki (distrito de Serdobsk en la provincia de Sarátov)- lo consideramos como un decreto sagrado que libera al pueblo trabajador del duro yugo secular... Los autores de este decreto son merecedores de honor y gloria, del más profundo y sincero agradecimiento del campesinado trabajador"920.

919 N. P. Gorbunov. Lenin recibe visitas, en la compilación Recuerdos sobre Vladímir llich Lenin, t. 2, M., 1957, pág. 61. 920 Se cita por el artículo de D. A. Chugáiev. La marcha triunfal del Poder soviético, en la recopilación de artículos La instauración del Poder soviético en las localidades en los años de 1917-1918. I tomo, M., 1953, págs. 30-31.

En la liquidación de la propiedad agraria terrateniente estaban interesados todos los campesinos, pero se enfrentaban a los terratenientes con distintos fines. Los pobres esperaban recibir la tierra y salvarse así del hambre; los kulaks, en cambio, calculaban redondear sus posesiones a costa de los campos de los terratenientes. Esta lucha contra los terratenientes, como decía Lenin, "unió a los campesinos trabajadores pobres, que no viven de la explotación del trabajo ajeno. Esta lucha unió también a la parte más acomodada e incluso más rica del campesinado, que no puede pasarse sin el trabajo asalariado"921.

A pesar de la indicación del Comité Agrario Principal y del partido de los eseristas de derecha para abstenerse de poner en práctica el Decreto sobre la tierra, muchos Soviets subdistritales y comités agrarios emprendieron la confiscación de las propiedades agrarias de los terratenientes. El comité agrario de Verjni Ufaléi respondió así al llamamiento del Comité Agrario Principal: "El comité agrario del zemstvo subdistrital local no necesita tales indicaciones contrarrevolucionarias, y con mayor motivo, porque éstas parten de organizaciones que no tienen el menor derecho para hacerlas. Nos subordinamos al Gobierno obrero y campesino y sólo llevamos a cabo sus disposiciones”922. No obstante, una parte considerable de los comités agrarios locales dirigida por los eseristas de derecha saboteaba la realización del Decreto sobre la tierra. Surgió la necesidad de reelegir los comités agrarios y de poner en práctica lo más rápido posible el Decreto sobre la tierra, pues de la solución de esta cuestión dependía en grado considerable la actitud del campesinado para con el Estado soviético y el partido de los bolcheviques.

El 13 de diciembre de 1917, el Consejo de Comisarios del Pueblo publicó el nuevo Reglamento de los comités agrarios923 e Instrucciones sobre cómo deben resolver los comités agrarios las cuestiones de la tierra y la agricultura924. Al ejecutar las leyes agrarias, el Gobierno soviético no prescindía de la ayuda de los comités agrarios, mas, no obstante, había necesidad de reelegirlos mediante el sufragio general, directo y secreto. En estos comités debían entrar, entre otros, representantes de los Soviets. El Consejo de Comisarios del Pueblo decretó disolver también el Comité Agrario Principal.

A pesar del descontento y la resistencia de los

921 V. I. Lenin. Discurso pronunciado en el I Congreso de secciones agrarias, comités de campesinos pobres y comunas de toda Rusia el 11 de diciembre de 1918. O.C., t. 37, pág. 353. 922 La lucha por el Poder soviético en los Urales del Sur, pág. 337. 923 Decretos del Poder soviético, t. I, pág. 218. 924 Dirección de Estadística, 1917, N° 7, pág. 105.

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eseristas, los campesinos reelegían los comités agrarios locales y, con frecuencia, incluso los liquidaban totalmente, creando en su lugar secciones agrarias anejas a los Soviets.

El orden de confiscar y distribuir las fincas y los aperos de los terratenientes se determinaba en unas instrucciones especiales. De acuerdo con este documento, los Soviets y comités agrarios hacían el inventario de las fincas de los terratenientes y el recuento de la tierra, después de lo cual ésta pasaba a disposición del comité agrario o del Soviet. Los bienes muebles e inmuebles se confiscaban y, por lo general, se distribuían entre los campesinos por un pequeño pago o gratuitamente. Los aperos y el ganado de raza quedaban en las fincas, si sobre la base de ellas se organizaban haciendas estatales o colectivas, o bien se entregaban a los puestos de alquiler organizados por los Soviets locales.

Los campesinos solucionaban la cuestión de la tierra aplicando diversas vías y procedimientos, pero al fin de cuentas todo se reducía a terminar lo antes posible con la propiedad agraria terrateniente.

El ganado y los aperos de labranza requisados a los terratenientes se entregaban, por lo general, gratuitamente o por un pequeño pago a los campesinos pobres, en primer lugar a las familias cuyos sostenes habían perecido en el frente. Así, el Soviet de diputados obreros, soldados y campesinos de Lgov, en la provincia de Kursk, y el comité agrario distrital dispusieron cobrar a las viudas de soldados 20 rublos por caballo y a los soldados 40 rublos. Mientras que en ese mismo distrito, los kulaks especuladores pedían a la sazón 1.000 rublos por caballo925. En el distrito de Klimóvichi, en la provincia de Moguilióv a los campesinos pobres se cobraba 25 rublos por caballo, mientras que a los campesinos acomodados, hasta 120 rublos. Si el campesino pobre no podía aportar todo el dinero de una vez, se le concedía una prórroga de dos años. En muchos subdistritos, el ganado se entregaba a los campesinos pobres gratuitamente926.

En una serie de provincias de Rusia, a la vez que se confiscaban las fincas terratenientes, se requisaban también el ganado y los aperos sobrantes a los kulaks.

La confiscación de las fincas fue el primer paso en la actividad de los Soviets subdistritales y de aldea creados en todas partes en la primera mitad del año 1918. Hacia febrero de ese mismo año se había confiscado ya cerca del 75% de las fincas

925 A. Govorkov. Liquidación de la propiedad agraria terrateniente en la provincia de Kursk en los años 1917-1918. Tesis de candidato a doctor. M., 1948, pág. 147. 926 I. E. Márchenko. Liquidación de la propiedad agraria terrateniente en Bielorrusia en los años 1917-1918, págs. 258, 259.

terratenientes927; el resto, en la primavera y el verano de 1918928.

Antes de instituirse los Soviets subdistritales, así como en vísperas de Octubre, eran frecuentes los asaltos a las fincas de los terratenientes, especialmente a últimos de 1917 en las provincias de la zona de tierras negras. En las postrimerías de 1917, en la provincia de Oriol asaltaron 158 haciendas929; y en la de Riazán, entre los meses de octubre y diciembre del mismo año, 99930. Los iniciadores de estos actos eran, como regla, los kulaks. A medida que el Poder soviético iba afianzándose en el campo, la confiscación de las fincas de los terratenientes adquiría un carácter cada vez más organizado, y el campesino que se apoderara, sin autorización, de aperos en las fincas, era obligado por los Soviets a devolverlos.

El Gobierno soviético se desveló mucho por conservar los bienes de las fincas. Contestando al presidente del Soviet del distrito de Ostrogozhsk (provincia de Vorónezh), que preguntaba qué hacer con los bienes confiscados durante la liquidación de las fincas de los terratenientes, Lenin telegrafió: "Realicen el inventario exacto de los bienes y guárdenlos en un lugar seguro; ustedes responden de su custodia. Las fincas son patrimonio del pueblo. Entreguen a los tribunales a los merodeadores. Comuníquennos las sentencias del tribunal"931.

La Guardia Roja, formada en los Soviets distritales y subdistritales con soldados desmovilizados, desempeñó un gran papel en la lucha contra los asaltos y robos de las fincas de los terratenientes. Fueron organizados destacamentos de la Guardia Roja en muchos subdistritos de las provincias de Moscú, Kaluga, Nóvgorod, Moguiliov, Chernígov, Pskov, Vorónezh, Sarátov, Nizhni Nóvgorod y otras. La Guardia Roja rural, junto con la Guardia Roja de las ciudades, era la fuerza armada con cuyo apoyo los Soviets lograron el cese de los asaltos a las fincas y recuperaban lo saqueado.

Así fue como la Revolución Socialista de Octubre terminó para siempre en Rusia con la propiedad

927 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 393, I. 3, exps. 65-493; f. 478, t. 6, exps. 224, 326-332. 928 Debido al comienzo de "la intervención militar extranjera y de la guerra civil hubo zonas (el Volga, los Urales y Ucrania) donde este proceso se prolongó hasta las postrimerías de 1919. 929 A. G. Dolgopólov. Liquidación de la provincia de Oriol en los años 1917-1918. Memorias de científicos de la escuela superior. Serie Ciencias históricas. M., 1960, N° 3, pág. 33. 930 E. A. Lutski. En tomo a la historia de la confiscación de las fincas de los terratenientes en 1917-1918. Boletín de la Academia de Ciencias de la URSS. Serie Historia y Filosofía. M.-L., 1948, t. 1, N° 6, págs. 510, 511. 931 V. I. Lenin. Telegrama al presidente del Soviet de Ostrogozhsk. O.C., t. 50, pág. 17.

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terrateniente en el campo, bochornoso vestigio del medievo.

Después de confiscar las fincas de los terratenientes, era necesario repartir las tierras, pues se aproximaba la temporada de siembra. Los principales documentos por los que se guiaban los campesinos y sus organizaciones al repartir los campos eran el Decreto sobre la tierra y la Ley de la socialización de la tierra, cuyo proyecto había sido aprobado ya, en lo fundamental, por el III Congreso de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos de toda Rusia (enero de 1918) y sancionado definitivamente el 27 de enero del mismo año por el CEC de los Soviets de toda Rusia. En esta ley se confirmaba una vez más la abolición de la propiedad privada de la tierra y se hacían indicaciones acerca de los principios que debían seguirse al distribuirse las tierras en las localidades.

La ley concedía a las haciendas colectivas -comunas y arteles- un derecho preferencial, en comparación con las economías individuales, en la utilización de las tierras y contribuía al fomento de las haciendas colectivas en la agricultura. Pero a la sazón eran pocas las que existían. Faltaba experiencia y también ejemplos concretos que demostrasen su conveniencia. Las ventajas del laboreo colectivo de las tierras sólo las comprendía entonces una parte insignificante del campesinado. La mayoría de los campesinos exigía la distribución igualitaria de las tierras, principio que establecía precisamente la ley. El partido de los bolcheviques optó por la distribución igualitaria, aunque no estaba de acuerdo con ella, ya que no podía salvar a los campesinos pobres de la miseria ni evitar la diferenciación del campesinado en labriegos pobres y en burguesía rural. El Partido Bolchevique y Lenin personalmente consideraban que con el tiempo los campesinos se convencerían ellos mismos de la inconveniencia que acarreaba el reparto igualitario y que inevitablemente llegarían a la conclusión acerca de la necesidad de labrar colectivamente las tierras.

En la ley se subrayaba que sólo podrían usufructuar la tierra los ciudadanos que la cultivasen con su propio trabajo. En primer lugar, se concedía tierra a los campesinos que carecían de ella y a los obreros agrícolas. La ley reforzaba la alianza de la clase obrera con los campesinos pobres y aseguraba el paso del campesino medio al lado del proletariado. V. I. Lenin concedía gran importancia a esta ley. "Acaban ustedes de escuchar la ley acerca de la socialización de la tierra -decía Lenin en el III Congreso de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos de toda Rusia-. ¿Acaso esta ley no es garantía de que la alianza de obreros y campesinos es ahora indisoluble y que con tal unión estaremos en condiciones de superar todos los

obstáculos en el camino hacia el socialismo?"932. La distribución de los campos de los

terratenientes transcurría en un ambiente de enconada lucha entre los campesinos pobres y los kulaks. Estos últimos propugnaban que no se repartiesen todas las tierras, sino únicamente las de los terratenientes, y que las normas de entrega de tierra a los campesinos dependiesen directamente de la cantidad de aperos y ganado que éstos tuviesen. Si se hubiesen aceptado estas condiciones, los ricachones kulaks no sólo habrían podido conservar todas sus tierras, sino se hubieran agregado nuevas parcelas. Los campesinos pobres se negaban a tal clase de distribución y exigían que la tierra se repartiese por bocas. Por ejemplo, el V Congreso de campesinos del distrito de Usmán (provincia de. Tambov), celebrado del 6 al 17 de febrero, obligó a los Soviets subdistritales a que se prepararan para distribuir todas las tierras conforme al número de miembros de familia. "A todos los que tengan más tierras de la norma establecida -se decía en la disposición del congreso-, se les confiscarán los sobrantes..."933.

Las asambleas campesinas en las que se resolvía el problema del reparto de las tierras se transformaban con frecuencia en liza de ensañados choques, que llegaban hasta la lucha a brazo partido.

Era natural que el partido de los bolcheviques ayudase por todos los medios a los campesinos pobres. En un discurso pronunciado en los últimos días de enero de 1918 ante los agitadores enviados a las provincias, Lenin decía: "hay que ayudar a los campesinos pobres no de una manera libresca, sino con la experiencia, con la propia lucha. Hemos arrancado la tierra a los terratenientes no para que vaya a parar a manos de los ricachones y de los kulaks...

Explicad en el campo que es necesario reducir a los kulaks y a los parásitos"934.

Lenin prevenía de las tentativas de refrendar en decretos la lucha clasista de los campesinos contra la burguesía rural: los kulaks. Esto sería adelantarse, apartarse de la realidad que se había creado en el campo después de la conquista del poder por el proletariado. Criticando a Carlos Kautsky, quien presentaba de un modo tergiversado el desarrollo de la Revolución de Octubre, Lenin escribía: si los bolcheviques, sin haber esperado la estratificación del campesinado, sin haberlo preparado, hubiesen intentado "implantar el socialismo" en el campo en los meses de octubre y noviembre de 1917, esto hubiese sido una deformación del marxismo; los campesinos no hubieran comprendido a los obreros y esto podría llevar al debilitamiento de la alianza de la

932 V. I. Lenin. III Congreso de los Soviets de toda Rusia. O.C., t. 35, pág. 288. 933 La política agraria del Poder soviético, pág. 264. 934 V. I. Lenin. Discurso ante los agitadores enviados a las provincias. O.C., t. 35, pág. 326.

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clase obrera y el campesinado. En este caso “…una minoría habría intentado imponer su voluntad a la mayoría, se habría llegado a un absurdo teórico, a no comprender que la revolución de todos los campesinos es todavía una revolución burguesa y que sin una serie de transiciones, de etapas transitorias, no se puede hacer de ella una revolución socialista en un país arrasado"935.

Lenin subrayaba que la etapa democrática general y la etapa socialista de la revolución no están separadas por una muralla, diferenciándose simplemente por el grado de preparación del proletariado, por el grado de su alianza con el campesinado pobre936. Por eso el Partido Bolchevique, al realizar las transformaciones democráticas revolucionarias en el campo y solucionar las tareas que no habían sido resueltas por la revolución democrática burguesa, seguía al mismo tiempo el rumbo de la educación política de los campesinos pobres, de unirlos en tomo a la clase obrera.

Los soldados desmovilizados que llegaban del frente eran activos ayudantes del partido de los bolcheviques y de la clase obrera en las labores realizadas en el campo. En diciembre de 1917, un soldado que había llegado del frente a la aldea de Yákovlevka (distrito de Serdobsk, provincia de Sarátov) organizó a los campesinos pobres para requisar las tierras y el trigo de los terratenientes y kulaks937. En la primavera de 1918, en algunas aldeas del distrito de Venev (provincia de Tula) se organizaron "uniones de campesinos pobres" para combatir a los kulaks938.

Sin embargo, hasta la segunda mitad de 1918, las organizaciones de los campesinos pobres no eran muy difundidas. Por lo general, éstos seguían aislados, no tenían su propia organización para hacer frente a los kulaks y combatirlos exitosamente. A medida que se desarrollaba y profundizaba la revolución la lucha entre los campesinos pobres y los kulaks se acrecentaba, hecho que se reveló con particular vigor al repartirse las tierras de los terratenientes en la primavera de 1918.

Sin embargo, pocos fueron los repartos de las tierras de los kulaks que se registraron en la primavera de ese año. Esto sucedía, principalmente, en las provincias donde no había terratenientes y la masa fundamental de las tierras se encontraba en manos de los kulaks. En el primer semestre de 1918 había muchos Soviets de aldea y subdistritales en los que el papel preponderante lo desempeñaban los

935 V. I. Lenin. La revolución proletaria y el renegado Kautsky. O.C., t. 37, pág. 316. 936 Ibídem, pág. 312. 937 La voz del campesinado trabajador, 22 de diciembre de 1917. 938 8oticias del CEC de los Soviets de toda Rusia, 13 de julio de 1918.

campesinos acomodados. Son numerosos los documentos de aquella época

que relatan la situación existente en el campo. Los campesinos pobres de la aldea de Gridna (subdistrito de Paletsk) escribían en la declaración al Soviet del distrito de Nizhni Nóvgorod que los kulaks de la aldea no acataban ninguna disposición del Poder soviético, provocaban desorden en la vida de la comunidad, mediante el soborno y las promesas de dar trigo trataban de infiltrar en los Soviets a sus individuos que no simpatizaban en absoluto con el nuevo régimen, con el nuevo Poder soviético939. En el comunicado de la sección regional del Comité Ejecutivo de la provincia de Nizhni Nóvgorod, enviado al Comisariado del Pueblo del Interior, se decía que en la primavera de 1918 por toda la provincia había pasado una ola de reelecciones y dispersiones de los Soviets subdistritales, que condujo al reforzamiento de los kulaks en estos organismos. A mediados de 1918, el 58% de los escaños en los Soviets subdistritales pertenecían a los sin partido, que con frecuencia eran kulaks enmascarados; el 23% pertenecía a los representantes de los partidos de derecha y sólo el 19%, a los bolcheviques y eseristas de izquierda940. Por su composición clasista, los Soviets subdistritales en la provincia de Nizhni Nóvgorod no eran una exclusión.

En estas condiciones, los kulaks, que habían afianzado sus posiciones económicas gracias a la liquidación de la clase de los terratenientes, se activaron y su orientación era derrocar al Poder soviético; trataban de estrangular la revolución proletaria mediante el hambre; torpedeaban el monopolio cerealista y se negaban a vender al Estado el trigo por precios fijos, alimentando con él al ganado o haciendo aguardiente casero. Los kulaks eran el aliado, el báculo seguro de las fuerzas contrarrevolucionarias que luchaban contra el Poder soviético. En estas condiciones creadas en el país, el partido de los bolcheviques consideraba necesario realizar una serie de medidas transitorias, esperar a que madurase la división clasista en el seno del campesinado y, al mismo tiempo, activar la agitación política entre los campesinos pobres, explicándoles el contraste diametral que existía entre los intereses del campesinado pobre y los de los kulaks.

En la mayoría aplastante de las localidades, el reparto sólo atañía a las fincas de los terratenientes confiscadas, que se distribuían, como regla, por bocas. Este principio adquirió carácter de ley por las

939 El triunfo de la Revolución Socialista de Octubre en la provincia de 8izhny 8óvgorod. Compilación de documentos. Gorki, 1957, pág. 479-480. 940 I. I. Kiréev. Los comités de campesinos pobres y la lucha contra los kulaks en la provincia de 8izhni 8óvgorod, en Memorias científicas de la facultad de historia del Instituto de Pedagogía de Gorki, fasc. XIII. Gorki, 1959, págs. 13-14.

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Instrucciones provisionales de las medidas transitorias para poner en práctica la ley de la socialización de la tierra, aprobadas en abril de 1918 por el Comisariado del Pueblo de Agricultura. A cada individuo de la población campesina de diversas zonas no le correspondía la misma cantidad de tierra confiscada a los terratenientes: en unos casos eran 1,5 desiatinas por boca; en otros, bastante menos de una desiatina.

Según datos obtenidos mediante encuestas realizadas en 863 subdistritos de 18 provincias de la República Soviética, donde la propiedad terrateniente era la dominante, en mayo de 1918 las tierras habían sido distribuidas de la forma siguiente: en 597 subdistritos se repartían por el número de personas; en 163, entre los campesinos que no tenían tierra o que tenían muy poca; en 69, con arreglo a las normas de trabajo; en 34, entre todos los campesinos por el principio de "según lo que cada uno pueda sembrar". Por consiguiente, en el 86% del número indicado de subdistritos, la distribución de las tierras se hizo en beneficio de los campesinos pobres. No obstante, cuando llegó la primavera de 1918, casi un 35% de los subdistritos, por unas causas o por otras, no habían empezado aún la distribución de los campos de los terratenientes941.

También se aplicaban de manera diferente las leyes agrícolas soviéticas en las regiones de población no rusa. En las provincias del Báltico, por ejemplo, los trabajadores dirigidos por los bolcheviques se incautaron de las fincas rápida y organizadamente. Fueron abolidos todos los pagos y tributos de los campesinos a los terratenientes por arrendamientos. En Letonia, en cuyas fincas se utilizaba ampliamente el trabajo de los braceros, se creaban organizaciones sindicales de braceros y campesinos sin tierra. En enero de 1918, estas organizaciones agrupaban ya a 15.000-18.000 personas942. Los campos confiscados a los terratenientes no se repartían. Sobre la base de las fincas incautadas, en las regiones del Báltico se creaban grandes haciendas socialistas. Este apresuramiento en la organización de grandes haciendas de tipo socialista no contribuía al fortalecimiento de la alianza de la clase obrera con el campesinado trabajador.

También en Asia Central había sus peculiaridades y dificultades. Es sabido que en Turquestán las tierras y las aguas se encontraban en manos de los feudales. En este territorio, los campesinos no sólo querían recibir la tierra, sino también el derecho a

941 El cálculo se ha realizado de acuerdo con los materiales del Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 393, t. 3, exps. 65-493; f. 478, t. 1, exps. 224-332. 942 A. Spreslis y Yu, Netesin. El movimiento sindical en Letonia antes de la Gran Revolución Socialista de Octubre. M., 1958, pág. 108.

utilizar el agua. Para solucionar la cuestión agraria, allí se creaban comités de las tierras y las aguas. En las condiciones de ese territorio, el Decreto sobre la tierra no podía realizarse de golpe. Su población campesina, atrasada políticamente, se encontraba muy influenciada por los beys, kulaks y mullahs que contaban con el apoyo de los nacionalistas burgueses. Esto implicó que las transformaciones agrarias en Asia Central se fueran realizando paulatinamente. Sólo en casos aislados se repartieron en 1918 las tierras de los beys entre los campesinos.

En diciembre de 1917, el Consejo de Comisarios del Pueblo de Turquestán promulgó un decreto en virtud del cual se inventariaba inmediatamente toda la tierra no cultivada con el trabajo de sus propietarios943. En febrero de 1918, el Gobierno soviético de Turquestán emprendió la nacionalización de fincas y huertos frutales de importancia industrial y de otras grandes haciendas. Quedó prohibida la venta y compra de tierras. Sin embargo, en su conjunto, las tareas de la revolución agraria en Turquestán no se habían resuelto aún.

En la mayoría de los kishlaks944 se conservaba, en lo fundamental, el usufructo de tierras y aguas existente antes de la revolución. Sólo en 1924 se logró comenzar en Turquestán la reforma de las tierras y las aguas, que liquidó las haciendas en las que se empleaba el trabajo ajeno. No obstante, desde los primeros días de existencia del Poder soviético ya había empezado a mejorar el bienestar de los trabajadores. El Gobierno de Turquestán facilitó créditos, aperos agrícolas, abonos y semillas y las haciendas trabajadas por los propios campesinos. El Consejo de Comisarios del Pueblo de la RSFSR prestó gran ayuda en alimentos y en dinero a los trabajadores de Turquestán.

La aplicación de las leyes agrarias soviéticas era un fenómeno hasta entonces desconocido en la historia universal. Millones de haciendas campesinas sin tierras las recibieron gratuitamente de manos del proletariado, así como aperos agrícolas y ganado.

Como resultado de la Revolución de Octubre, enormes extensiones de tierras (hasta 152 millones de hectáreas), que antes pertenecían a los terratenientes945, a la Corona y a los monasterios, fueron entregadas a los campesinos.

Tan sólo en la Rusia Europea, el campesinado recibió cerca de 100 millones de desiatinas de campos de los antiguos terratenientes, de los comerciantes y del Estado zarista946. Además, se eximió al campesinado trabajador del pago anual por los arriendos a los terratenientes y de los gastos en la

943 Historia de la RSS de Turkmenia, II parte. Ashjabad, 1957, pág. 103. 944 Kishlak: aldea del Asia Central. 945 La economía nacional de la URSS en 1956. M., 1957, pág. 103. 946 La revolución agraria, II parte. M., 1928, pág. 229.

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compra de tierras, suma que ascendía a más de 700 millones de rublos oro. La deuda de los campesinos al Banco Agrícola Campesino, que el 1 de enero de 1914 ascendía a más de 1.300 millones de rublos, quedó anulada. El campesinado recibió bienes de los terratenientes valorados en 300 millones de rublos947.

"En este país campesino -escribía Lenin en octubre de 1917-, han sido los campesinos en general los primeros en salir favorecidos, los que más han ganado y los que de golpe han gozado los beneficios de la dictadura del proletariado... Bajo la dictadura del proletariado, el campesino por primera vez trabaja para sí y se alimenta mejor que el habitante de la ciudad. El campesino ha visto por primera vez la libertad de hecho: la libertad de comer su propio pan, la libertad de no pasar hambre"948.

La puesta en práctica del Decreto sobre la tierra contribuyó al fortalecimiento de la alianza de la clase obrera con el campesinado pobre.

Sin embargo, la entrega de tierras a los campesinos pobres, persistiendo la desigualdad en bienes y la insuficiencia de ganado y aperos de labranza, no podía eximir al campesinado trabajador de ser sojuzgado por los kulaks y de ir a la ruina. Para los proletarios y semiproletarios rurales no había ni podía haber otra salida de la miseria y la penuria que seguir por el camino de la revolución socialista junto con el proletariado urbano y bajo la dirección de éste.

3. Primeras medidas del poder soviético en la

esfera de la cultura. La subida al poder del proletariado creó

condiciones para efectuar la revolución también en la esfera de la cultura. En aquella época, el 73% de la población adulta de Rusia era analfabetas949; en las regiones de población no rusa, el analfabetismo era total.

En el fomento de la instrucción, la cultura y la ciencia eran un freno muy fuerte el régimen estamental monárquico, la desigualdad política y económica, la imposición de la Iglesia, la desigualdad de derechos de la mujer, la política colonizadora, la miseria y el salvajismo entre los numerosos pueblos del país. La revolución socialista terminó con estos vergonzosos vestigios del pasado dando a los trabajadores de todas las nacionalidades del país ilimitadas posibilidades para desarrollarse en todas las esferas: política, económica y cultural.

El 12 de noviembre de 1917, el CEC de los Soviets de toda Rusia y el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobaron el Decreto sobre la supresión de los estamentos y categorías civiles. Se eliminaban la

947 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 3, M., 1957, pág. 85. 948 V. I. Lenin. La economía y la política en la época de la dictadura del proletariado. O.C., t. 39, pág. 276. 949 V. I. Lenin. Rusos y negros. O.C., t. 22, pág. 346.

división estamental de los ciudadanos (nobles, clero, comerciantes, pequeños burgueses, etc.) y los privilegios y las restricciones estamentales; quedaban abolidas las categorías civiles, los tratamientos, los títulos y los privilegios de los que disfrutaba la élite de los funcionarios. El Poder soviético garantizó a las mujeres la plena igualdad política con los hombres. La emancipación de la mujer tenía enorme importancia. A partir de entonces, las mujeres, que constituían la mitad de la población del país, recibieron todas las posibilidades para incluirse en la labor creativa en condiciones iguales a los hombres. "Se dice -escribía V. I. Lenin en marzo de 1920- que la situación jurídica de la mujer es lo que mejor caracteriza el nivel cultural. En este aserto se contiene un grano de profunda verdad. Y desde este punto de vista, sólo la dictadura del proletariado, sólo el Estado socialista ha podido lograr y ha logrado el más alto nivel cultural"950.

El 20 de enero de 1918, el Consejo de Comisarios del Pueblo decretó separar la Iglesia del Estado, y la escuela, de la Iglesia. Todos los actos de registro social pasaban de la jurisdicción de la Iglesia a la de los organismos soviéticos951.

Por primera vez en la historia se establecía plena libertad de conciencia; los ciudadanos no sólo tenían ahora derecho a profesar cualquier religión, sino también el derecho a no aceptar ninguna. El decreto sobre la separación de la Iglesia del Estado, y la escuela, de la Iglesia, rompía las trabas religiosas que durante siglos habían frenado el desarrollo de la cultura.

El Partido Comunista se planteó la tarea de lograr que las propias masas trabajadoras, los obreros y los campesinos, participasen en la gestión del Estado, solucionasen los problemas esenciales de la vida económica y política del país. Mas para ello se necesitaban conocimientos, sin necesidad de hablar ya de la instrucción elemental. Esto no podía venir por sí solo. Por eso a los pocos días de triunfar la Revolución de Octubre, Lenin empezó con las sintomáticas palabras uno de sus artículos: "Para participar en la revolución con inteligencia, sensatez y éxito, es necesario estudiar”952.

La Revolución de Octubre demolió el viejo aparato estatal de instrucción pública, el cual, según la certera expresión de Lenin, perseguía "el objetivo de oscurecer el entendimiento popular"953. Fue creado el Comisariado del Pueblo de Instrucción Pública, organismo estatal soviético, nuevo, que dirigía la promoción cultural en el país. El Comisario

950 V. I. Lenin. Con motivo del Día Internacional de la Obrera. O.C., t. 40, págs. 192-193. 951 Decretos del Poder soviético, t. I, págs. 373-374. 952 V. I. Lenin. Tareas de la Biblioteca Pública de Petrogrado. O.C., t. 35, pág. 132. 953 V. I. Lenin. En torno a la política del Ministerio de Instrucción Pública. O.C., t. 23, pág. 125.

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del Pueblo de Instrucción Pública era A. V. Lunacharski, hombre de enorme erudición, magnífico conocedor de la literatura y el arte. Para trabajar en este organismo fueron designados N. K. Krúpskaya, una de las primeras pedagogas marxistas; el historiador marxista M. N. Pokrovski y los experimentados e instruidos trabajadores del Partido Bolchevique L. P. Menzhínskaya, V. P. Menzhínskaya, V. M. Pózner, V. M. Bonch-Bruévich (Velíchkina) y otros.

El Comisariado del Pueblo de Instrucción Pública emprendió su actividad en condiciones extraordinariamente difíciles. "Recuerdo -rememoraba Krúpskaya- cómo "tomamos el poder" en el Ministerio de Instrucción Pública. Anatoli Vasílievich Lunacharski y nosotros, un puñado de miembros del partido, nos encaminamos al edificio del Ministerio... En sus proximidades había un piquete de saboteadores... Excepto ordenanzas y mujeres de la limpieza, en el Ministerio no encontramos a nadie más. Recorrimos habitaciones vacías cuyas mesas estaban cubiertas de papeles revueltos; después, entramos en uno de los despachos y celebramos la primera reunión de la dirección colegiada del Comisariado del Pueblo de Instrucción Pública"954. La mayoría de los funcionarios del antiguo Ministerio de Instrucción Pública, como los de otros ministerios, saboteaban las medidas del Poder soviético. La burguesía y los conciliadores organizaron huelgas de maestros de escuela en distintas partes del país; cesaron las clases en las escuelas y en otras instituciones docentes. La mayor huelga fue la de los maestros de Moscú, que duró más de tres meses955.

El Comisariado del Pueblo de Instrucción Pública dio a la publicidad el llamamiento Acerca de la instrucción pública, en el que se exponían los principios fundamentales de la política del Poder soviético en la esfera de la enseñanza. En primer plano se planteaba la tarea de liquidar el analfabetismo; se señalaba la necesidad de organizar una escuela soviética única y fomentar todos los tipos de escuelas para adultos; se exhortaba a todos los pedagogos honrados a colaborar con el Poder soviético.

Comenzó la reorganización, consecuente y revolucionaria, de todo el sistema de instrucción pública. Se preparó y el 23 de diciembre de 1917 se introdujo la nueva ortografía, con la cual las amplias masas podían aprender a leer y escribir en ruso con mayor facilidad. La enseñanza en la escuela se declaró gratuita. Quedó prohibido enseñar en las

954 N. K. Krúpskaya. Recuerdos sobre Lenin, en la compilación V. I. Lenin a la cabeza de la gran edificación, pág. 42. 955 I. S. Smirnov. Lenin y la cultura soviética. La actividad estatal de V. I. Lenin en el ámbito de la edificación cultural. M., 1960, pág. 216.

escuelas cualesquiera que fueran las doctrinas religiosas y oficiar cultos religiosos. Se introdujo la enseñanza conjunta de chicos y chicas; se comenzó a idear y plasmar los principios generales de la instrucción politécnica. Como tarea para el futuro se planteaba la enseñanza de todos los niños de edad escolar.

En las dificilísimas condiciones de hambre, ruina económica y encarnizada batalla a la contrarrevolución, el Gobierno soviético encontraba medios para edificar escuelas, editar manuales de estudio y elevar el sueldo a los maestros. Se tomaron medidas para que en las instituciones de enseñanza superior pudieran estudiar los hijos de los obreros y campesinos.

En una conversación con Lunacharski, Lenin le propuso "procurar ampliar por todos los medios el acceso a las instituciones de enseñanza superior de las amplias masas y, en primer término, de la juventud proletaria"956.

El 2 de agosto de 1918, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó el decreto Acerca de las reglas para el ingreso en las instituciones de enseñanza superior957. El decreto facilitaba al máximo el ingreso de los trabajadores en la escuela superior: se suprimían las oposiciones; en las instituciones de enseñanza superior se admitían y estudiaban gratuitamente hombres y mujeres procedentes de familias obreras y campesinas.

En 1918 se inauguraron nuevas universidades en Nizhni Nóvgorod, Ekaterinoslav, Irkutsk, Vorónezh y Smolensk, así como la Academia de Minería de Moscú, el Instituto Agropecuario de Odesa, el Instituto Siberiano de Agricultura e Industria en Omsk y otros958.

En diciembre de 1918, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó el decreto Sobre la movilización de personas instruidas y la organización de la propaganda del régimen soviético959, por el que se atraía a toda la población alfabeta a la lectura de decretos, octavillas y periódicos a los iletrados. El movimiento alfabetizador adquirió gran amplitud en la ciudad, en el campo y en el Ejército Rojo. En las fábricas, empresas y clubes surgían círculos de autoinstrucción y escuelas de alfabetización. Adquirieron gran difusión las escuelas para adultos, 956 Se cita por el libro de A. V. Lunacharski. De los recuerdos de Octubre, en la compilación Recuerdos sobre Vladimir Ilich Lenin, t, I, M., 1956, pág. 549. 957 Decretos del Poder soviético, t. III, M., 1965, pág. 138-141. 958 A. S. Butiaguin y Yu. A. Saltánov. La instrucción universitaria en la URSS. M., 1957, pág. 50; V. V. Smolianínov. Con la participación de Vladímir llich Lenin. Boletín de la escuela superior, 1960, N° 4, pág. 15; A. F. Sujánov y A. A. Verbin. Los centros de enseñanza superior, coetáneos de Octubre. Boletín de la escuela superior, 1957, Nº 11, págs. 64,75, 83. 959 Dirección de Estadística, 1918, N° 93, pág. 932.

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los cursillos y las universidades populares, en las que los obreros, campesinos y soldados rojos elevaban su nivel de instrucción; además del ruso y de la aritmética, los alumnos adquirían conocimientos de ciencias naturales y sociales. En las fábricas, clubes y unidades militares se organizaban células de carácter cultural y educativo. Los clubes se transformaban en centros de la vida política y cultural.

En las ciudades y pueblos se abrían nuevas bibliotecas. Y aunque los órganos de instrucción pública nacionalizaban las más importantes colecciones de libros particulares para entregarlas a las bibliotecas y salas de lectura, de todos los modos faltaban libros. En sus memorias, Lunacharski recuerda que Lenin le dijo en una conversación: "Yo concedo gran importancia a las bibliotecas... El libro tiene una fuerza colosal. La afición por él después de la revolución aumentará mucho. Hay que asegurar al lector grandes salas de lectura y dar más movilidad al libro, el cual debe llegar por sí mismo hasta el lector"960. El 29 de diciembre de 1917, el CEC de los Soviets de toda Rusia aprobó el decreto Acerca de la Editorial del Estado, por el que al Comisario del Pueblo de Instrucción Pública se le encomendaba comenzar una amplia actividad editora y, en primer lugar, emprender la publicación masiva de clásicos rusos, así como libros de texto para el pueblo. Durante el año 1918 se editaron tiradas masivas de las obras de los clásicos de la literatura rusa: A. S. Pushkin, N. A. Nekrásov, L. N. Tolstói, A. P. Chéjov, N. V. Gógol, A. V. Koltsov, I. S. Nikitin, M. E. Saltikov-Schedrín, I. A. Krilov, V. A. Zhukovski, I. A. Goncharov, I. S. Turguénev y A. N. Ostrovski. Empezaron a publicarse trabajos y folletos divulgadores de la teoría marxista-leninista.

En la ciudad y el campo se difundía ampliamente la labor cultural educativa. Los mejores locales de las haciendas requisadas a los terratenientes pasaban a ser bibliotecas, clubes y casas del pueblo.

La prensa bolchevique era un medio importantísimo de educación política de las masas. Se fundaban nuevos rotativos soviéticos que insertaban los decretos del Gobierno soviético, informaban acerca de la situación internacional e interna de la República Soviética y publicaban numerosas cartas de los trabajadores en las que éstos compartían su experiencia en la estructuración de la nueva vida. Especialmente disfrutaban de gran popularidad entre los obreros, soldados y campesinos los diarios centrales Pravda e Izvestia en los que aparecían con frecuencia artículos de Lenin. Sólo en el primer semestre de existencia de la República Soviética, en estos periódicos se publicaron más de 300 artículos suyos y muchos de destacados funcionarios del Partido Comunista y de estadistas961.

La Revolución de Octubre creó condiciones para 960 A. V. Lunacharski. Obra citada, pág. 549. 961 I. S. Smirnov. Obra citada, pág. 119.

el rápido y fructífero desarrollo de la ciencia y la técnica. "Antes -decía Lenin en el III Congreso de los Soviets de toda Rusia-, toda la inteligencia del hombre, todo su genio, sólo creaba para brindar a unos los bienes de la técnica y de la cultura, y privar a otros de las mínimas necesidades de la instrucción y el desarrollo. De ahora en adelante, en cambio, todas las maravillas de la técnica, todas las conquistas de la cultura pertenecerán a todo el pueblo, y ya nunca la inteligencia del hombre y su genio serán utilizados para la opresión y la explotación"962.

Ninguna clase estaba tan interesada en el fomento de la ciencia y la técnica como el proletariado triunfante. Los bolcheviques comprendían muy bien que sólo utilizando los adelantos novísimos de la ciencia y la técnica sería posible solucionar la tarea de crear una productividad del trabajo más elevada que en el capitalismo. He aquí por qué la ciencia ocupó un puesto de honor en el Estado soviético, en la edificación socialista. Se cumplían los sueños de los científicos progresistas de todos los tiempos de servir al pueblo, de trabajar para su bienestar y su prosperidad.

A últimos de 1917 y comienzos de 1918 se advirtió un viraje de algunos científicos hacia el Poder soviético. Aquí desempeñó un gran papel el ejemplo del gran sabio K. A. Timiriázev, quien saludó a la revolución desde su mismo principio. A comienzos de 1918 tuvieron lugar conversaciones con la Academia de Ciencias de Rusia acerca de su incorporación en el cumplimiento de las tareas del Gobierno soviético. La Academia expresó su disposición para colaborar con el Poder soviético. En los primeros días de marzo de 1918, el Comisario del Pueblo de Instrucción Pública dirigió una carta a la Academia de Ciencias en la que le planteaba la tarea de aunar todas las fuerzas científicas del país para solucionar importantes problemas de la economía nacional. En su respuesta, A. P. Karpinski, presidente de la Academia de Ciencias, comunicaba su conformidad de principio con la proposición. Cada día era mayor el número de científicos que reconocía al Poder soviético y que expresaba su deseo de trabajar bajo los auspicios del Gobierno soviético.

En abril de 1918, Lenin escribió su Borrador del plan de trabajos científico-técnicos, en el que en nombre del CSEN proponía encomendar a la Academia de Ciencias "formar varias comisiones de especialistas para confeccionar con la mayor rapidez posible un plan de reorganización de la industria y del ascenso económico de Rusia"963. En este plan -escribía Lenin- debe preverse la distribución racional de la industria y su máximo desarrollo y asegurar al

962 V. I. Lenin. III Congreso de los Soviets de toda Rusia. O.C., t. 35, pág. 289. 963 V. I. Lenin. Borrador del plan de trabajos científico-técnicos. O.C. t. 36, pág. 228.

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país todos los tipos fundamentales de materia prima y producción industrial. Se prestaba atención singular "a la electrificación de la industria y del transporte y al empleo de la electricidad en la agricultura"964. Este magnífico documento leninista fue programa de actividad para el Partido Comunista durante muchos años.

Ya en 1918 fueron organizadas nuevas instituciones de investigación científica: Instituto de Ciencias Agropecuarias de Rusia, Instituto Central de Aerohidrodinámica (ICA) dirigido por N. E. Zhukovski, Consejo Radiotécnico, etc.

Las ciencias sociales desempeñaron un importante papel en la formación del hombre nuevo, soviético. El centro que preparaba cuadros y trabajaba en los problemas palpitantes de la teoría marxista-leninista era la Academia Socialista de Ciencias Sociales, el Reglamento de la cual fue aprobado el 25 de junio de 1918 por el CEC de los Soviets de toda Rusia y el Consejo de Comisarios del Pueblo.

Los representantes progresistas de la literatura prerrevolucionaria se pasaban al lado de la Revolución de Octubre. Máximo Gorki, V. V. Mayakovski, A. A. Blok, V. Y. Briúsov, A. Serafimóvich y Demián Biedni entregaron todo el vigor de su talento a la revolución. "Octubre. ¿Aceptarlo o no? Esta pregunta no existió para mí. .. Esta era mi revolución. Fui al Smolny. Trabajé. Trabajé en todo lo que fuera necesario”965 -escribió en su autobiografía Mayakovski. "Llegué a la Revolución de Octubre cuando tenía medio siglo de vida, pero la cuenta de mis años la llevo desde que comenzó la revolución"966 -decía Serafimóvich, que ingresó en el Partido Bolchevique en 1918. "La revolución de 1917 fue también para mí un profundo viraje..."967 -recordaba el poeta V. Briúsov.

La revolución también abrió una nueva página en la historia del teatro ruso. La revolución liquidó la dependencia económica del teatro respecto a la burguesía; le abrió el camino hacia el pueblo trabajador. Al teatro acudió un nuevo espectador: obreros, campesinos y guardias rojos, para los que representaban insignes artistas de la escena, como K. S. Stanislavski, V. I. Kachálov, I. M. Moskvín, A. R. Yuzhin, M. N. Ermólova, A. V. Nezhdánova, I. V. Erhsov y L. V. Sóbinov.

El Gobierno soviético nacionalizó los palacios de Petrogrado y de sus afueras con todas las joyas de arte que guardaban. El 3 de junio de 1918, una disposición del Consejo de Comisarios del Pueblo nacionalizó la Galería Tretiakov, que no sólo tenía importancia nacional, sino también mundial; pasaron

964 Ibídem, págs. 228, 231. 965 V. Mayakovski. Obras completas, t. 1, M., 1955, pág. 25. 966 A. Serafimóvich. Obras, t. X, M., 1948, pág. 324. 967 V. Briúsov. Obras escogidas en dos tomos, t. 1, M., 1955, pág. 25.

a ser patrimonio del pueblo los tesoros del Ermitage en Petrogrado.

Las galerías de pinturas y los museos comenzaron a ser visitados por obreros, soldados y campesinos. En Petrogrado, Moscú y otras grandes ciudades se ampliaban los viejos museos y se creaban otros nuevos. Y si en 1917 había en Rusia 30 museos, en 1918 ya existían 87968.

Con el amplio apoyo de los trabajadores, el Gobierno soviético realizó una gran labor de inventario y conservación de los monumentos artísticos e históricos, transformados también en patrimonio de todo el pueblo. Se promulgaron varios decretos dedicados a la protección de los valores culturales y que prohibían su exportación; se designaron medios para efectuar trabajos de restauración. Por indicación personal de Lenin, comenzaron a restaurarse las catedrales y las torres del Kremlin. Se iniciaron grandes obras para restaurar los monumentos de la antigua pintura rusa en las catedrales de Dmítrov y Zvenígorod, en el Monasterio de Cirilo Bielozerski y en el de la Trinidad.

En otoño de 1917, muchos periódicos burgueses difundieron la especie de que los campesinos habían destruido en Yásnaya Poliana la finca de L. N. Tolstoi. Esto no era más que una villana calumnia. El 20 de septiembre se celebró una asamblea de campesinos de Yásnaya Poliana, en la que se acordó "colaborar por todos los medios para conservar tanto la casa como todos los bienes de la finca donde vivió y trabajó el gran amigo del pueblo L. Tolstoi, del que conserva sagrado recuerdo... toda la sociedad de Yásnaya Poliana"969. El 30 de marzo de 1918, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó una disposición por la que se concedía una pensión a la viuda del escritor y ratificaba la resolución de los campesinos para el usufructo perpetuo de la finca por la viuda. En 1918, los combatientes de la Brigada Bashkiria del Ejército Rojo, junto con los campesinos, repararon la casita de la nodriza de Pushkin en la aldea de Mijáilovskoie, deteriorada por un incendio, y establecieron allí una guardia permanente970.

Gracias a los desvelos de los organismos centrales y locales del Partido Comunista y del Poder soviético, con la ayuda de los propios trabajadores fueron conservados valiosos monumentos arquitectónicos y culturales, que pasaron a ser patrimonio del pueblo.

El 12 de abril de 1918, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó un decreto acerca de los monumentos de la República Soviética. Los

968 Historia del arte ruso, t. XI, M., 1957, pág. 14. 969 La Gran Revolución Socialista de Octubre. Crónica de acontecimientos, t. IV, M., 1961, pág. 119. 970 A. Gordin. Complejo memorial de Mijáilovskoye. M., 1956, págs. 12-13.

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monumentos erigidos en honor de los zares y sus servidores, pero "que no representaban interés histórico ni artístico", se demolían. En su lugar se decidió erigir monumentos a los revolucionarios y a las grandes personalidades de la ciencia y el arte del mundo. El decreto se basaba en la idea de utilizar el arte como medio de agitación masiva y de crear obras "llamadas a conmemorar los grandiosos días de la Revolución Socialista en Rusia"971.

Así es como la clase obrera, en alianza con el campesinado pobre, utilizaba la toma del poder en sus manos para el trabajo creativo encaminado a la reestructuración de las relaciones socioeconómicas. En el transcurso de esta labor, las masas trabajadoras adquirían experiencia en la edificación socialista, que no sólo se convirtió en patrimonio de los obreros y campesinos de Rusia, sino también de los trabajadores de otros países.

Ya las primeras medidas realizadas por el Poder soviético eran una evidente y profunda demostración de la esencia democrática del nuevo Estado socialista. El proletariado luchaba contra la explotación y la opresión de la burguesía: por primera vez en la historia todas las riquezas naturales y los medios de producción más importantes pasaban a ser patrimonio del pueblo. El campesinado trabajador sufría por falta de tierra y el poder de los Soviets liquidó la propiedad agraria de los terratenientes y entregó las tierras a los campesinos. Los pueblos oprimidos de la Rusia zarista sufrían por la ausencia de derechos y el Poder soviético estableció la igualdad de derechos de las naciones. La emancipación económica, social y política de las masas populares se convirtió en el objetivo del Poder soviético. En esto reside el profundísimo sentido del humanismo revolucionario de Octubre.

Capítulo X. Disolución de la Asamblea

Constituyente. III Congreso de los soviets de toda Rusia.

1. Disolución de la asamblea constituyente contrarrevolucionaria.

Un importante acto en la lucha por el fortalecimiento del Estado soviético fue la disolución de la Asamblea Constituyente.

En la batalla contra la autocracia, las masas populares exigían la convocatoria de un órgano popular para solucionar la cuestión del régimen estatal en Rusia. Esta exigencia era la consigna de combate del Partido Bolchevique. Derrocada la autocracia, el nuevo poder -el Gobierno Provisional burgués- prometió convocar la Asamblea Constituyente. Prometió, pero bajo distintos pretextos postergaba la solución del problema. El Partido Bolchevique, desenmascarando entonces la esencia contrarrevolucionaria del Gobierno 971 Decretos del Poder soviético, t. II, M., 1959, págs. 95-96.

Provisional, señalaba, en particular, también el engaño de éste en la cuestión referente a la inauguración de la Asamblea Constituyente. Sin embargo, para el propio Partido Comunista la consigna de la Asamblea Constituyente ya no tenía la importancia de antes. El partido de los bolcheviques ahora luchaba por la República de los Soviets y el II Congreso de los Soviets de toda Rusia proclamó legislativamente la nueva forma de poder estatal.

En las nuevas condiciones, todos los enemigos de la Asamblea Constituyente, que hasta el día de ayer seguían temiéndola y se pronunciaban contra su convocatoria, de repente sintieron un "ardiente cariño" por ella.

Toda la contrarrevolución, todos los partidos burgueses y pequeñoburgueses, ahora se hacían pasar por fervientes partidarios de la más rápida convocatoria de la Asamblea Constituyente. Los enemigos de la revolución esperaban asegurarse la mayoría en las elecciones a la Asamblea Constituyente y, a través de ella, terminar con el Poder soviético. ¿En qué se basaban sus planes? La Comisión nacional para las elecciones a la Asamblea Constituyente, instituida por el Gobierno Provisional ya en agosto de 1917, estaba compuesta, en lo fundamental, por demócratas constitucionalistas y eseristas de derecha. Las listas electorales habían sido confeccionadas a mediados de octubre, es decir, antes del triunfo de la revolución socialista. A la sazón, los eseristas de derecha y de izquierda integraban formalmente un solo partido, razón por la que los votos dados a los eseristas de izquierda podría adjudicárselos la dirección de los eseristas de derecha. Además, en el breve plazo transcurrido después de la victoria de la revolución socialista, las masas trabajadoras, fundamentalmente campesinas, aún no habían comprendido ni sentían a fondo todo su significado, circunstancia que tenían presente los enemigos del Poder soviético.

Y aunque la consigna de la Asamblea Constituyente después de la Revolución de Octubre había caído en desuso y se convirtió en el día de ayer de la revolución, el partido de los bolcheviques no denegaba su convocatoria. Debido a que muchos campesinos y parte de los obreros creían aún en la Asamblea Constituyente e insistían en su convocatoria, el Partido Bolchevique no podía por menos de tener esto en cuenta. Por eso los bolcheviques, después de venir al poder, estaban de acuerdo con celebrar las elecciones y convocar la Asamblea Constituyente. El partido de los bolcheviques partía de que las multimillonarias masas populares debían desembarazarse de las ilusiones respecto a la Asamblea Constituyente y llegar a comprender claramente cuáles eran los intereses que en realidad ella expresaba.

Polemizando con los comunistas de "izquierda" de los países europeos, Lenin escribía dos años y

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medio después: "¿Acaso nosotros, los bolcheviques rusos, no teníamos en septiembre-octubre de 1917 más derecho que todos los comunistas de Occidente a considerar que el parlamentarismo había sido superado políticamente en Rusia? Lo teníamos, naturalmente... Y, no obstante, los bolcheviques no boicoteamos la Asamblea Constituyente, sino que participamos en las elecciones, tanto antes como después de la conquista del poder político por el proletariado"972. Esta misma idea Lenin la desarrolló también en el II Congreso de la Internacional Comunista (1920), considerando que la experiencia de los bolcheviques tenía gran importancia para el movimiento internacional.

Al tercer día de la revolución, el 27 de octubre, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó una disposición para convocar el 28 de noviembre la Asamblea Constituyente, señalando para el 12 del mismo mes las elecciones a ella. En aquella época, el Poder soviético se había afianzado, principalmente, en las zonas centrales de Rusia. En las aldeas y subdistritos de las provincias agrarias mangoneaban los zemstvos eseristas y mencheviques. Las comisiones electorales locales, también compuestas por demócratas constitucionalistas, eseristas y mencheviques designados a ellas en tiempos del Gobierno Provisional, recurrían ampliamente a la falsificación de las elecciones. Abundaban los casos de no incluir en las listas a los electores de aldeas, fábricas y unidades militares de las que desconfiaban los eseristas y los demócratas constitucionalistas. Con frecuencia los electores no recibían las listas de los candidatos bolcheviques. Muchos campesinos desconocían los procedimientos electorales y los números que correspondían a las listas de cada uno de los partidos; se desorientaban entre decenas de listas electorales de los diversos partidos políticos. De esto se aprovechaban los eseristas y los representantes de otros partidos, haciendo pasar entre los campesinos sus listas por las de los bolcheviques. Como es natural, las elecciones celebradas en estas condiciones dieron la mayoría al partido de los eseristas: éstos obtuvieron el 58% de los votos, que sumados a los recibidos por los mencheviques constituían el 62%. Los bolcheviques obtuvieron el 25%; los demócratas constitucionalistas y otros partidos de la burguesía y los terratenientes, el 13%973. Los eseristas triunfaron principalmente a costa de las zonas periféricas y las provincias agrarias donde ellos tenían aún bastante influencia entre los campesinos. En las regiones centrales y las zonas industriales, los bolcheviques obtuvieron más votos que los eseristas.

972 V. I. Lenin. La enfermedad infantil del "izquierdismo" en el comunismo. O.C., t. 41, pág. 43. 973 V. I. Lenin. Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado. O.C., t. 40, pág. 2.

Por los bolcheviques votaron la mayoría de los electores no sólo de Petrogrado y Moscú, sino también de ciudades como Vladímir, Tver, Kostromá, Ivánovo-Voznesensk, Yaroslavl, Vítebsk, Pskov, Járkov, Odesa, Smolensk, Reval, Samara, Sarátov, Ekaterimburgo, Perm, Oremburgo y Tomsk. En 67 ciudades provinciales los bolcheviques obtuvieron en conjunto el 36,5 % de votos del número total de electores; los demócratas constitucionalistas, el 23,9%; y los eseristas, únicamente el 14,5%. A favor de los bolcheviques votó la mayoría de soldados de los frentes Oeste y Norte, así como de las guarniciones de muchas ciudades grandes del país974. Y aunque, como ya se ha señalado, la mayoría en la Asamblea Constituyente pertenecía a los partidos contrarrevolucionarios, los bolcheviques decidieron convocarla. Al dar este paso, ellos partían de que o bien la Asamblea Constituyente reconocía el poder de los Soviets y todos los decretos del Gobierno soviético, y entonces no representaría peligro para el proletariado, o bien se negaba a reconocer el poder de los Soviets, se negaba a sancionar los decretos de la paz y de la tierra, oponiéndose abiertamente con ello al proletariado, y entonces no sería difícil disolverla. Los bolcheviques partían de los intereses de los trabajadores y, naturalmente, la "democracia" formal, aplicada por la burguesía, no podría impedir que los comunistas defendiesen los intereses de las masas trabajadoras ni podría prevenir la disolución de la Asamblea Constituyente en caso de que resultase antipopular.

En el artículo Plejánov acerca del terror, publicado a últimos de diciembre de 1917, Lenin se mofó mordazmente de los mencheviques y eseristas que inculpaban demagógicamente a los bolcheviques de violar los "principios de la democracia". Lenin escribía que en 1903, J. Plejánov, quien a la sazón era uno de los más destacados representantes del socialismo revolucionario, decía: "Cada principio democrático dado no debe examinarse de por sí solo, en su abstracción, sino en su relación hacia aquel principio que puede denominarse principio fundamental de la democracia, precisamente hacia el principio que dice que salus populi suprema lex est" (Sea la ley suprema el bienestar del pueblo -8. de la Edit.). Entonces, escribía Lenin, Plejánov consideraba que "a los enemigos del socialismo se les podía privar por un tiempo no sólo de la inmunidad de la personalidad y de la libertad de prensa, sino también del sufragio general. A un parlamento malo hay que tratar de "dispersarlo" en dos semanas. El bien de la revolución, el bien de la clase obrera, esa es la ley suprema. Así razonaba Plejánov cuando era socialista, así razonaba junto con Plejánov la gran mayoría de los actuales 974 E. N. Gorodetski. El surgimiento del Estado soviético. M., 1965, págs. 437-441.

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mencheviques..."975. Pero los tiempos cambiaban o, mejor dicho, se convirtieron en otros los "ex socialistas", que traicionaron a los principios revolucionarios.

Los resultados de las elecciones alentaron a los enemigos del Poder soviético; ellos ya creían ver cercana la hora en que la Asamblea Constituyente anularía todas las conquistas de la Revolución de Octubre y restablecería en el país el viejo orden. Encubriéndose con la consigna de "¡Todo el poder a la Asamblea Constituyente!", la contrarrevolución emprendió la agitación antisoviética. Demócratas constitucionalistas, eseristas y mencheviques crearon en Petrogrado la organización contrarrevolucionaria "Unión para la Defensa de la Asamblea Constituyente" con filiales en muchas ciudades, que se convirtió en un centro de preparación de fuerzas armadas para luchar contra el Poder soviético. El partido de los demócratas constitucionalistas asumió el papel de Estado Mayor político de la contrarrevolución.

A las fuerzas antisoviéticas les prestaban ayuda los imperialistas extranjeros. La Asamblea Constituyente aún no existía, pero el embajador inglés Buchanan ya había declarado que Inglaterra podría reconocerla como poder. El embajador estadounidense Francis propuso a todos los representantes de los países de la Entente asistir a las sesiones de la Asamblea Constituyente a fin de elevar su autoridad y afianzar su posición.

El decreto del CEC de los Soviets de toda Rusia, del 21 de noviembre de 1917, sobre el derecho a revocar a los delegados, fue una poderosa arma en la lucha de los trabajadores contra los delegados antisoviéticos a la Asamblea Constituyente. Algunos Soviets inmediatamente hicieron uso de este derecho y acordaron retirar de la Asamblea Constituyente a ciertos líderes eseristas y mencheviques.

Para el día 28 de noviembre sólo se habían registrado 172 miembros de la Asamblea Constituyente976. Los partidos contrarrevolucionarios querían inaugurarla habiendo incluso un insignificante número de delegados, pero el Gobierno soviético no accedió a ello. El 26 de noviembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó el decreto En tomo a la apertura de la Asamblea Constituyente, según el cual ésta no podría inaugurarse hasta que no llegasen a Petrogrado 400 delegados como mínimo, es decir, no menos de la mitad de su composición.

Los demócratas constitucionalistas y los eseristas decidieron abrir por su propia cuenta la Asamblea Constituyente, haciendo coincidir su inauguración

975 V. I. Lenin. Plejánov acerca del terror. O.C., t. 35, pág. 185. 976 D. A. Chugáev. Destrozamiento de la máquina estatal burguesa y creación del aparato estatal soviético, en la compilación de artículos El triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre. M., 1957, pág. 465.

con una manifestación antisoviética. El 28 de noviembre, varios miles de oficiales, cadetes y funcionarios, todos ellos armados, se apoderaron del Palacio de Táuride, adonde había acudido un grupo de diputados para abrir la sesión de la Asamblea Constituyente.

Marineros revolucionarios y guardias rojos desarmaron a los rebeldes y detuvieron a los miembros del CC del partido de los demócratas constitucionalistas A. I. Shingariov, F. F. Kokoshkin y otros. El Consejo de Comisarios del Pueblo se dirigió a los trabajadores con un comunicado gubernamental acerca del levantamiento contrarrevolucionario de la burguesía, encabezado por el partido de los demócratas constitucionalistas977. Los miembros de dicho partido fueron declarados enemigos del pueblo. Esta era la primera ley del Gobierno soviético que prohibía la actividad de un partido político. Teniendo en cuenta el papel dirigente que desempeñaron los demócratas constitucionalistas en la organización de la guerra civil en el país y en la preparación de motines contrarrevolucionarios (Kaledin, Dútov y otros), el Consejo de Comisarios del Pueblo ratificó el decreto Acerca de la detención de los cabecillas de la guerra civil contra la revolución978, propuesto por Lenin.

La noticia de la intentona contrarrevolucionaria de la burguesía suscitó indignación entre los trabajadores. Dos mil obreros de los talleres de artillería pesada y de sitio de Moscú aprobaron ese mismo día la siguiente resolución: "Hemos elegido a la Asamblea Constituyente para plasmar la voluntad del pueblo y hemos enviado a ella a nuestros mandatarios con la sola y exclusiva misión de cumplir las exigencias del campesinado pobre, de los obreros y de los soldados, para respaldar los decretos del Consejo de Comisarios del Pueblo. Mas presenciamos lo contrario: se reunió un grupito de 60 individuos -los Kishkin, Burishkin, Avxéntiev y sus consortes, todos representantes de la burguesía- y se proclama dueño absoluto de la tierra rusa.

Declaramos que no permitiremos que esta conocida jauría emprenda su vergonzosa y miserable labor. ¡Abajo los aventureros y violadores! Sois enemigos del pueblo y no os dejaremos que atentéis contra la libertad conquistada..."979.

Las medidas resueltas del Gobierno soviético tuvieron la aprobación y el apoyo del pueblo trabajador. Pero los eseristas de izquierda no estaban de acuerdo con la posición de los bolcheviques en esta cuestión. El 1 de diciembre, en la sesión del CEC de los Soviets de toda Rusia, con el pretexto de las detenciones de los demócratas constitucionalistas, miembros de la Asamblea Constituyente, los

977 Decretos del Poder soviético, t. I, M., 1957, pág. 165. 978 Ibídem, pág. 162. 979 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 393,1. 4, exp. 56, fol. 58.

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eseristas de izquierda acusaron a los bolcheviques de violar el "espíritu democrático". En respuesta a ello, Lenin declaró: "No nos dejaremos engañar con consignas formales. Ellos desean estar en la Asamblea Constituyente y organizar simultáneamente la guerra civil... Los demócratas constitucionalistas gritan: "Todo el poder a la Asamblea Constituyente", palabras que, en realidad, significan en boca de ellos: "Todo el poder a Kaledin". Esto hay que decírselo al pueblo y el pueblo nos dará la razón"980.

Contra la línea leninista respecto a la Asamblea Constituyente intervinieron Kámenev, Ríkov, Larin, Riazánov, Miliutin y otros que formaban parte del Buró provisional del grupo bolchevique de la Asamblea Constituyente, quienes proponían desistir del control sobre la convocatoria de la Asamblea y de otras medidas realizadas por el Consejo de Comisarios del Pueblo. La cuestión de la línea oportunista de derecha que mantenía el Buró provisional del grupo bolchevique en la Asamblea Constituyente se discutió el 11 de diciembre en la reunión del CC del POSD(b)R. A propuesta de Lenin, el CC del Partido Bolchevique sustituyó la dirección del grupo. Se aprobó una disposición en la que se encomendaba a Lenin elaborar las tesis acerca de la Asamblea Constituyente. Al día siguiente, el grupo bolchevique de la Asamblea Constituyente aprobó por unanimidad las tesis de Lenin.

En éstas, Lenin escribía que la Asamblea Constituyente en una república burguesa era la forma suprema de democracia; por eso la exigencia de convocar la Asamblea era totalmente legitima para el partido del proletariado antes del triunfo de la revolución. Sin embargo, el espíritu democrático de una república burguesa con Asamblea Constituyente no puede compararse en ningún aspecto con el espíritu democrático de la República de los Soviets, que es la forma estatal de la dictadora del proletariado, una democracia de tipo más elevado. La contrarrevolución ha sido la primera en empezar la guerra civil -se decía más adelante en las tesis-, haciendo desaparecer con ello toda posibilidad de resolver las tareas históricas de la revolución por vía formalmente democrática, parlamentaria; la marcha de los acontecimientos y el desarrollo de la lucha de clases han llevado a que la consigna de "¡Todo el poder a la Asamblea Constituyente!" se transformara, en realidad, en bandera de lucha por el derrocamiento del poder de los Soviets; por lo tanto, no hay más que una salida de la situación creada: realizar rápidamente el derecho que tiene el pueblo a efectuar nuevas elecciones y que la Asamblea Constituyente reconozca el Poder soviético y su política.

Guiándose por las tesis de Lenin, las

980 V. I. Lenin. Reunión del CEC de los Soviets de toda Rusia, celebrada el I (14) de diciembre de 1917. O.C., t. 35, pág. 137.

organizaciones del Partido Comunista desenvolvieron una labor mucho más intensa entre las masas, especialmente en el campo, donde las ilusiones respecto a la Asamblea Constituyente eran más fuertes. La ingenua fe que muchos campesinos trabajadores depositaban en la Asamblea Constituyente no tenía nada de común con los cálculos de la burguesía. Incluso aprobando resoluciones en apoyo de la Asamblea Constituyente, los trabajadores, por lo general, le planteaban reivindicaciones que se volvían contra la mayoría contrarrevolucionaria de esta Asamblea: reconocer el poder de los Soviets y los decretos de la tierra y de la paz.

La inmensa mayoría de las resoluciones aprobadas en diciembre por los campesinos y soldados, sin hablar ya de los obreros, expresaba la voluntad inquebrantable de los trabajadores de terminar con la Asamblea Constituyente si ésta se expresaba contra el Poder soviético. Así la asamblea de campesinos del subdistrito de Troitsk (distrito de Vasilsursk en la provincia de Nizhni Nóvgorod) acordó:

"Nosotros, campesinos, apoyamos a nuestro Gobierno soviético promovido por la Revolución de Octubre... Exigimos que se dé una réplica resuelta a Kaledin, a Miliukov y a todos los elementos contrarrevolucionarios y que se les excluya de la lista a la Asamblea Constituyente; deben estar en la Fortaleza de Pedro y Pablo, y no en la Asamblea Constituyente”981. La resolución de los soldados del 32 Grupo Independiente de Artillería de Campaña decía: "Que la prensa burguesa no grite de que el poder popular amenaza a la Asamblea Constituyente y que no haga de ella un arma de lucha. Nosotros protegeremos la Asamblea Constituyente de soldados, obreros y campesinos, mas barreremos a la burguesa y contrarrevolucionaria como se barrió al Gobierno de Kerenski"982.

La voluntad del pueblo trabajador era la siguiente: la Asamblea Constituyente deberá ratificar todas las conquistas de la revolución socialista y ponerse incondicionalmente al lado de los obreros y campesinos; sólo entonces tendrá derecho a existir.

El 20 de diciembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo acordó inaugurar la Asamblea Constituyente el 5 de enero de 1918. Al mismo tiempo, el CEC de los Soviets dispuso convocar el III Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia y después el III Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia. En la resolución aprobada se decía: "El Comité Ejecutivo Central estima necesario apoyar con toda la fuerza organizada de los Soviets a la mitad izquierdista de la Asamblea Constituyente contra su mitad derechista,

981 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 393, t. 2, exp. 11, fol. 18. 982 Ibídem, f. 393, t. 4, exp. 56, fol. 70.

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burguesa y conciliadora; por eso dispone convocar el 8 de enero el III Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia y el 12 de enero, el III Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia"983.

La resolución del CEC de los Soviets de toda Rusia para convocar el III Congreso de los Soviets de toda Rusia causó gran alarma entre los demócratas constitucionalistas, eseristas de derecha y mencheviques, quienes comprendían que las masas apoyarían al congreso y no a la Asamblea Constituyente. La contrarrevolución desencadenó una furiosa campaña contra la convocatoria del congreso y arreció su lucha contra el Poder soviético. Los eseristas de derecha crearon una organización terrorista secreta que tenía la misión de "cercenar" la cabeza bolchevique984. En primer lugar se planteaba asesinar a V. I. Lenin. Algunos miembros de esta organización terrorista penetraron en el Smolny y seguían cada paso del jefe de la revolución.

El 1 de enero de 1918, Lenin habló en un mitin de guardias rojos en el Picadero Mijáilovski, en Petrogrado. Terminado el acto, se dirigió hacia el coche, acompañado de una entusiasmada muchedumbre de obreros. Cuando el vehículo arrancó, los terroristas contrarrevolucionarios abrieron fuego sobre él desde un callejón adyacente. Una de las balas perforó el parabrisas del coche, mas Lenin quedó ileso. El socialdemócrata suizo F. Platten, que iba sentado al lado, recibió una herida.

Los eseristas de derecha, demócratas constitucionalistas y mencheviques preparaban para el 5 de enero de 1918 un motín armado. Con este fin intentaron formar grupos de combate, pero sólo lograron reunir unas 60 u 80 personas. Al objeto de saber con qué fuerzas contaban en la guarnición de Petrogrado, los eseristas organizaron una encuesta entre los representantes de las unidades militares. Los resultados no pudieron serles más deplorables: entre los 33.863 soldados de las distintas unidades de la guarnición, sólo había 715 eseristas, según datos de los propios representantes985.

En los primeros días de enero fue descubierta la organización terrorista de los eseristas de derecha. Para combatir el motín que se preparaba se formó un Estado Mayor militar compuesto por Y. M. Sverdlov, N. I. Podvoiski, M. S. Uritski, V. D. Bonch-Bruévich y otros. La custodia del Palacio de Táuride y de las

983 Actas de las sesiones del CEC... de la 2a legislatura. M., 1918, pág. 177. 984 B. Sokolov. La defensa de la Asamblea Constituyente de toda Rusia, en la compilación La revolución y la guerra civil en las memorias de los guardias blancos. M.-L., 1926, pág. 358. 985 P. N. Sóbolev. El papel de los congresos de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia en la lucha del proletariado por ganarse al campesinado trabajador. "Voprosi istorii", 1957, N° 12, pág. 19.

manzanas contiguas se encomendó a un destacamento de marineros del crucero Aurora y del acorazado República. El barrio del Smolny y otros puntos importantes de Petrogrado también estaban custodiados por obreros.

Un serio golpe para los planes de la contrarrevolución, vinculados con la Asamblea Constituyente, fue la disposición del CEC de los Soviets de toda Rusia, aprobada el 3 de enero de 1918, que reconocía contrarrevolucionaria cualquier tentativa de "arrogarse la función de poder estatal por parte de quien sea o de la institución que sea"986.

Como a la contrarrevolución le faltaban fuerzas para el levantamiento, el CC del partido de los eseristas de derecha decidió sustituir la acción armada por una manifestación antisoviética. En la mañana del 5 de enero, muchedumbres de demócratas constitucionalistas, eseristas, mencheviques, funcionarios y estudiantes, portando las consignas de "¡Todo el poder a la Asamblea Constituyente!" llenaron varias calles de Petrogrado. En algunas partes se organizaron provocaciones: disparaban contra los guardias rojos y marineros desde ventanas y tejados y se arrojaron varias bombas987. Los manifestantes intentaron abrirse paso al Palacio de Táuride y al Smolny, pero los marineros que protegían estos edificios lo impidieron.

"Se han echado a la calle todos los saboteadores", "por lo visto las cosas les marchan mal y quieren el retorno del zar" -se decían entre sí, con ironía, los obreros y marineros que contemplaban la procesión del público burgués.

Para contrarrestar esta manifestación, unos 500.000 obreros, soldados y marineros salieron a las calles de Petrogrado con la consigna de "¡Todo el poder a los Soviets!". Hacia el mediodía, los últimos grupos de manifestantes burgueses desaparecieron de las calles de la capital. La manifestación contrarrevolucionaria había fracasado. Así terminaron también las acciones antisoviéticas en Moscú y otras ciudades. Todo esto demostró una vez más que la contrarrevolución estaba aislada del pueblo, que no encontraba ni encontraría el apoyo en él.

La Asamblea Constituyente se abrió a las 4 de la tarde del 5 de enero de 1918. Le correspondía inaugurarla a Y. M. Sverdlov como presidente del CEC de los Soviets de toda Rusia, remarcándose así la primacía del Poder soviético sobre la Asamblea Constituyente. Esforzándose por tomar la iniciativa en sus manos, los delegados contrarrevolucionarios intentaron inaugurar por su cuenta la Asamblea, eligiendo para este fin al eserista de derecha S. P. Shvetsov, que era el delegado de mayor edad. En cuanto apareció Shvetsov en la tribuna, los diputados

986 Decretos del Poder soviético, t. I, págs. 323-324. 987 A. F. Illín-Zhenevski, La tragicomedia de la Asamblea Constituyente. "Krásnaya létopis", 1927, N° 3, pág. 131.

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bolcheviques, así como los obreros y soldados que llenaban las galerías, le recibieron con gritos de "¡Fuera el impostor!". El lastimoso y azorado Shvetsov estuvo agitando la campanilla durante largo rato intentando decir algo, pero era imposible oírlo por el escándalo que reinaba en la sala.

De pronto, Sverdlov ocupó el lugar presidencial, apartó a Shvetsov y tomó la campanilla. En la sala se hizo el silencio. En nombre del CEC de los Soviets de toda Rusia, Sverdlov inauguró la Asamblea Constituyente y propuso aprobar la Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado escrita por Lenin y ratificada el 3 de enero por el CEC de los Soviets de toda Rusia.

"Queda proclamada en Rusia la República de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos -decía el primer punto de la declaración-. Todo el poder, tanto en el centro como en las provincias, pertenece a estos Soviets... A fin de realizar la socialización de la tierra, queda abolida la propiedad privada de la tierra, todo el fondo agrario se declara patrimonio de todo el pueblo y se entrega a los trabajadores sin ningún rescate sobre los principios de su usufructo igualitario"988.

Al final de la declaración se decía que ésta debería servir de base para la actividad de la Asamblea Constituyente.

Como era de esperar, la mayoría contrarrevolucionaria de la Asamblea se negó incluso a discutir la declaración, poniéndose abiertamente, por lo tanto, contra el Poder soviético, contra los decretos de la paz y de la tierra y contra todas las conquistas de los obreros y campesinos. Quedaba clara para todos, incluidos los campesinos, la esencia antipopular de la Asamblea Constituyente.

Gente del otro mundo -así tituló Lenin el artículo en el que participaba sus impresiones de esta sesión de la Asamblea Constituyente. "¡Como si la historia, involuntariamente o por error, hubiera vuelto atrás su reloj -escribía Lenin- y hubiésemos estado por un día no en enero de 1918, sino en mayo o junio de 1917!

...Ha sido un día pesado, aburrido y fastidioso en los elegantes locales del Palacio de Táuride, que incluso por su aspecto se diferencia del Smolny aproximadamente igual que el parlamentarismo burgués, elegante, pero muerto, se diferencia del aparato soviético, proletario, sencillo, desordenado e imperfecto aún en muchos aspectos, pero vivo y vital"989.

En vista de que la mayoría de la Asamblea Constituyente no deseaba discutir la Declaración, los miembros del grupo bolchevique abandonaron la sala de sesiones y se reunieron para cambiar impresiones en uno de los locales del palacio. "Nos reunimos en el local del grupo -hacía memoria uno de los

988 Decretos del Poder soviético, t. I, pág. 341. 989 V. I. Lenin. Gente del otro mundo. O.C., t. 35, págs. 229-231.

participantes, M. K. Vetoshkin-. Recuerdo muy bien que muchos de nosotros no se imaginaban claramente cómo proceder en adelante"990. Unos exigían disolver inmediatamente la Asamblea; otros proponían quedarse hasta la convocatoria del III Congreso de los Soviets de toda Rusia. En el ardor de la disputa apareció Lenin. Su discurso en esta reunión no se ha conservado textualmente, pero su contenido se expone en las memorias de P. Mostovenko, uno de sus participantes. El jefe de la revolución señaló que los mencheviques y eseristas no eran capaces de emprender ninguna acción y sus discursos no representaban peligro alguno; "por eso el Comité Central, después de discutir la situación creada, acordó: dar plena posibilidad a los mencheviques y eseristas de aprovechar la ocasión que se les ha presentado de "hablar". Nosotros no tenemos razones para reforzar su charlatanería con nuestra presencia ni emprender cualesquiera pasos, diríamos, en forma de dispersarlos. En el último caso, crearíamos en ciertos círculos, totalmente en vano y a favor de estos pobres charlatanes, el renombre de "mártires" o de personalidades públicas que "sufrieron por su idea". Así pues, dejémosles que parloteen. El Comité Central propone al grupo bolchevique limitarse a encomendar a uno de los camaradas la lectura de nuestra declaración en la Asamblea Constituyente... y negarse a seguir participando en ella"991. Lenin dio lectura al texto de la declaración, escrito por él, para proclamarlo desde la tribuna de la Asamblea Constituyente. La mayoría contrarrevolucionaria de la Asamblea Constituyente, se decía en este documento, lanzó un reto a todos los trabajadores de Rusia y rechazó las exigencias de reconocer las conquistas de la Gran Revolución Socialista de Octubre, los decretos soviéticos sobre la tierra, la paz y el control obrero, y, en primer término, de reconocer el poder de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos". La Asamblea Constituyente "expresa el ayer de la revolución e intenta atravesarse en el camino del movimiento obrero y campesino". Su mayoría eserista de derecha, igual que en la época de Kerenski, alimenta al pueblo con promesas, pero en realidad actúa contra el poder de los obreros y campesinos.

"No deseando encubrir ni un solo momento los crímenes de los enemigos del pueblo, declaramos que abandonamos la Asamblea Constituyente para transferir al Poder soviético la solución definitiva del problema de la actitud a adoptar ante la parte contrarrevolucionaria de la Asamblea

990 De Febrero a Octubre. M., 1957, pág. 86. 991 P. Mostovenko. El 5 de enero de 1918 (Páginas de las memorias), Pravda, 5 de enero de 1926.

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Constituyente"992. En la reunión se acordó no reintegrarse a la Asamblea Constituyente y en cuanto ésta terminase su sesión, disolverla por decisión del CEC de los Soviets de toda Rusia.

Después de marcharse los bolcheviques, los eseristas de izquierda intentaron aún llegar a un entendimiento con la parte contrarrevolucionaria de la Asamblea Constituyente, pero después abandonaron también la sala de sesiones.

Por la noche, P. Dibenko ordenó al marinero Zhelezniakov, jefe del retén de guardia, que expulsara a la parte contrarrevolucionaria restante de miembros de la Asamblea Constituyente. Cuando Lenin se enteró de esto, revocó la orden y dispuso: "...impedir toda clase de violencias respecto a la parte contrarrevolucionaria de la Asamblea Constituyente, dejar salir libremente a todos del Palacio de Táuride e impedir que entre nadie en él sin una orden especial"993.

Se acercaba la mañana, pero la sesión de los miembros contrarrevolucionarios de la Asamblea Constituyente no acababa de terminar. A las cuatro y pico de la mañana del 6 de enero, el marinero Zhelezniakov se dirigió al eserista Chernov, presidente de la Asamblea, y le dijo: "¡La guardia está cansada!". La sesión quedó clausurada y los diputados marcharon a sus casas.

Basándose en el informe de Lenin, el CEC de los Soviets de toda Rusia, en la noche del 7 de enero, aprobó el decreto acerca de la disolución de la Asamblea Constituyente. "El pueblo quiso convocar la Asamblea Constituyente -dijo Lenin-, y nosotros la convocamos. Pero sintió en seguida qué era en sí la decantada Asamblea Constituyente. Y ahora cumplimos la voluntad del pueblo, que versa: todo el poder a los Soviets"994.

Los obreros y campesinos, convencidos por propia experiencia de la esencia contrarrevolucionaria de la Asamblea Constituyente, recibieron con satisfacción la noticia de su disolución. No se confirmaron las esperanzas de los eseristas de que los campesinos se alzarían en defensa de esta Asamblea.

2. III Congreso de los Soviets de toda Rusia. El 10 de enero de 1918 comenzó sus labores en el

Palacio de Táuride el III Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia, y el 13 del mismo mes, se reunió en el Smolny el III Congreso de los Soviets de diputados campesinos de

992 V. I. Lenin. Declaración del grupo del POSD(b)R leída en la sesión de la Asamblea Constituyente el 15 (18) de enero de 1918. O.C., t. 35, págs. 227-228. 993 V. I. Lenin. Prescripción. O.C., t. 50, pág. 26. 994 V. I. Lenin. Discurso acerca de la disolución de la Asamblea Constituyente pronunciado en la reunión del CEC de los Soviets de toda Rusia el 6 (19) de enero de 1918. O.C., t. 35, pág. 241.

toda Rusia. Con atronadoras ovaciones recibieron los diputados campesinos la propuesta de Sverdlov de unificarse con el III Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia. En la tarde del 13 de enero, los delegados al Congreso de los Soviets de diputados campesinos acudieron al Palacio de Táuride donde fueron recibidos con gran entusiasmo por los delegados al Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados. Este acto que plasmaba la creciente unidad entre obreros y campesinos, terminó con la separación que existía entre los Soviets de diputados obreros y soldados y los Soviets de diputados campesinos.

A diferencia de la disuelta Asamblea Constituyente, el III Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados y campesinos de toda Rusia era un auténtico órgano supremo del país, elegido por el propio pueblo y portavoz de sus verdaderos intereses.

Descifrando la esencia del concepto de asamblea "constituyente de todo el pueblo", V. I. Lenin escribía ya en 1905: "Es, en primer lugar, una asamblea que expresa realmente la voluntad del pueblo;... en segundo lugar, una asamblea que posee realmente la fuerza y el poder necesarios para "constituir" un orden político que garantice la autocracia del pueblo"995. El III Congreso de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos de toda Rusia era precisamente una Asamblea Constituyente de todo el pueblo.

Enviaron sus delegados al III Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia 370 Soviets locales y 116 comités de Ejército, Cuerpo de ejército, división y regimiento; el III Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia representaba a más de 340 Soviets y 129 comités de Ejército, Cuerpo de ejército, división y regimiento. En las deliberaciones del congreso participaron, en total, cerca de 1.600 delegados con derecho a voz y voto996.

La composición de los delegados al III Congreso, toda su labor y las resoluciones por él aprobadas reflejaron los éxitos alcanzados en la edificación del Estado obrero y campesino en los dos meses y medio de su existencia. El congreso demostró también que había aumentado considerablemente la influencia de los bolcheviques en el seno de las masas populares. Y si en el II Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia, celebrado en octubre de 1917, los bolcheviques constituían el 51% de su composición, en el III Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados ya componían más

995 V. I. Lenin. Las tareas democráticas del proletariado revolucionario. O.C., t. 10, pág. 274. 996 E. G. Guimpelsón. Algunos datos nuevos acerca de la composición del III Congreso de diputados obreros, soldados y campesinos de toda Rusia. "Voprosi istorii", 1960, Nº 9, págs. 215-216.

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del 60%. En el II Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia había un 12% de bolcheviques, un 44% de eseristas de izquierda y un 39% de eseristas de derecha, mientras que en el III Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia los bolcheviques eran ya el 45 %, los eseristas de izquierda tenían cerca del 40% y los eseristas de derecha menos de 1%997. En enero de 1918, la influencia de los eseristas de derecha en los Soviets locales ya era insignificante.

El congreso aprobó por mayoría aplastante de votos la política exterior e interior del Gobierno soviético. De los 395 delegados al congreso campesino que llenaron encuestas, 385 declararon su actitud positiva para con el Poder soviético; 322 delegados de los Soviets campesinos aprobaron la salida de los bolcheviques y eseristas de izquierda de la Asamblea Constituyente y sólo 17 se expresaron contra esto; 367 delegados escribieron en la encuesta que sus Soviets estaban poniendo en práctica, exitosamente, los decretos del Consejo de Comisarios del Pueblo y sólo 16 señalaron que en sus localidades no se guiaban estos documentos. Las negociaciones de paz del Gobierno soviético con Alemania las aprobaron 325 delegados, manifestándose 10 en contra998.

Los delegados traían mandatos de los trabajadores: aprobar y apoyar totalmente la política y las medidas del Gobierno soviético; ayudarle por todos los medios en la lucha por el fortalecimiento del poder de los Soviets y el desarrollo ulterior de la revolución. "Apoyar por todos los medios al Consejo de Comisarios del Pueblo" -decía la resolución del Soviet de diputados obreros y soldados de Morshansk (provincia de Tambov). El congreso distrital de los Soviets de diputados campesinos de Velikie Luki (provincia de Pskov) acordó por unanimidad: "La Asamblea Constituyente... no debe existir más"; exigir que el III Congreso de los Soviets de diputados campesinos de toda Rusia sancione los decretos del Consejo de Comisarios del Pueblo; apoyar a este organismo en todos los casos999. Los soldados del 27 Cuerpo del V Ejército encargaron a su delegado apoyar todas las medidas del Gobierno soviéticos1000. El mandato del Soviet de diputados obreros y soldados de la ciudad de Lebedín (provincia de Járkov) decía: "Reconocemos a la República Federativa Rusa de los Soviets y por lo mismo reconocemos únicamente, tanto en Rusia como en Ucrania, al poder de los obreros y campesinos... reconocemos y nos adherimos, tanto en Rusia como en Ucrania, a los decretos promulgados

997 Ibídem, pág. 216; E. N. Gorodetski. Obra citada, pág. 479. 998 Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre de la URSS, f. 1.235, t. 2, exp. 45, fol. 1. 999 "Krasnii arjiv", 1937, N° 6, págs. 15,27. 1000 Archivo Estatal Central..., f. 1.235, t. 2, exp. 23, fol. 7.

por el Gobierno popular..."1001. Saludaron al congreso representantes de los

partidos obreros de Suiza, Polonia, Rumania, Noruega, Suecia y EE.UU. Superando enormes dificultades y exponiéndose al peligro, estos emisarios de los obreros extranjeros llegaron a Rusia para ser testigos de la primera revolución socialista triunfante en la historia del género humano. Ellos hablaron de la admiración que sentían los trabajadores de sus países por el heroísmo de los obreros y campesinos de Rusia, de su solidaridad con éstos y del movimiento en defensa de la República Soviética en una serie de países. Fue acogido cariñosamente por los delegados el periodista John Reed, representante de los obreros norteamericanos. Por su actividad revolucionaria e incansable desenmascaramiento de la calumnia antisoviética, las autoridades norteamericanas lo entregaron a los tribunales en su ausencia. Le amenazaba un largo encarcelamiento. En el congreso, J. Reed dijo que "la victoria del proletariado en uno de los países más poderosos no es un sueño, sino una realidad" y prometió narrar al proletariado norteamericano todo lo que se hacía en la Rusia revolucionarias1002.

Saludaron al congreso el alcalde de la capital, M. I. Kalinin, en nombre de los trabajadores de Petrogrado, y el marinero A. G. Zhelezniakov en nombre de los destacamentos revolucionarios del ejército y la flota. Se dio lectura a los mensajes de saludo enviados al congreso desde todos los confines del país.

En la segunda sesión celebrada el 11 de enero, Y. M. Sverdlov rindió cuentas de la labor realizada por el CEC de los Soviets de toda Rusia. Al final de su intervención propuso someter a discusión del Congreso la Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado, que una semana antes había sido rechazada por la Asamblea Constituyente. Los delegados al congreso recibieron con una tempestad de aplausos este documento histórico.

Esta era la primera declaración en la historia universal proclamada por la clase obrera victoriosa. Hasta ese momento, la historia únicamente había conocido "declaraciones de los derechos" burguesas. Ninguna de ellas escatimaba frases sobre la "democracia", la "igualdad", la "libertad" y los "derechos del hombre". Mas todas aquellas declaraciones tenían en cuenta los derechos y las libertades de la burguesía, pero no de los trabajadores. En 1789, la burguesía francesa, después de triunfar en la lucha contra los feudales, aprobó la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano. En su tiempo, era un documento muy importante. Exhortaba a liquidar los privilegios y la propiedad feudales. "Los hombres nacen libres e

1001 "Krasnii arjiv", 1937, Nº 6, pág. 23. 1002 III Congreso de los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos de toda Rusia. M., 1918, pág. 14.

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iguales en derechos" -proclamaba la declaración. Sin embargo, aboliendo la propiedad feudal, consagraba la propiedad burguesa. Para los trabajadores, los derechos inscritos en la declaración quedaban solamente sobre el papel. En realidad, no había ni podía haber igualdad entre los explotadores y los explotados. Las "declaraciones de los derechos" burguesas enmascaraban la esencia clasista de los Estados burgueses, mientras que el proletariado no tenía nada que enmascarar. Por eso declaró abiertamente que el poder lo utilizaría contra los explotadores, en interés de los trabajadores, de la enorme mayoría del pueblo.

En la Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado se abordaban las tareas fundamentales históricas del Poder soviético: terminar con toda explotación del hombre por el hombre, aplastar implacablemente a los explotadores, liquidar la división de la sociedad en clases y edificar el socialismo. Se sancionaban los decretos sobre la abolición de la propiedad privada de la tierra, el control obrero y el Consejo Superior de Economía Nacional, la nacionalización de la banca y la implantación del trabajo general obligatorio; se proclamaba la creación del Ejército Rojo de obreros y campesinos y se pregonaban los principios leninistas de paz en la política exterior de la República Soviética; también se declaraba la ruptura resuelta con la política de opresión de los pueblos pequeños y la igualdad de todas las naciones.

La declaración proclamaba la federación como forma de unificación estatal de las repúblicas soviéticas en un Estado multinacional único1003. Con la aprobación de la declaración, el III Congreso de los Soviets de toda Rusia proclamaba oficialmente la formación de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR). La estructura federativa del Estado soviético respondía a los intereses de todos los pueblos del país, contribuía a su aunamiento sobre la base de la autonomía soviética.

La declaración formulaba los principios básicos del Estado soviético y daba fuerza de ley a las conquistas de la revolución proletaria en todas las esferas de la vida política y económica. El documento contenía las bases constitucionales de la edificación estatal soviética, de las transformaciones económicas y de la política exterior del Estado proletario. El 12 de enero, la declaración fue aprobada por mayoría de votos.

Lenin rindió cuenta al congreso de la labor realizada por el Consejo de Comisarios del Pueblo. Abrió su informe comparando el Poder soviético con la Comuna de París. Los obreros de París -dijo Lenin- se mantuvieron en el poder 2 meses y 10 días; los enemigos lograron estrangular a la revolución y una de las causas fue que la inmensa mayoría del

1003 Decretos del Poder soviético. T. I, pág. 341.

campesinado francés no apoyó a los obreros, pues no comprendía el sentido ni los objetivos del poder obrero. En cambio, la República Soviética, a pesar de las enormes dificultades y de las condiciones extraordinariamente difíciles de Rusia, es invencible, pues la inmensa mayoría de los campesinos trabajadores ha prestado a la clase obrera un apoyo sin reservas1004. La alianza de la clase obrera con el campesinado pobre es la grandiosa fuerza de la revolución socialista.

Lenin subrayó que a los campesinos no se les podía imponer el socialismo por la fuerza; su experiencia de vida y el ejemplo progresista les ayudará a emprender el camino justo. Exponiendo ante el congreso la tensa lucha contra los explotadores, las victorias logradas en la edificación del Estado soviético y las primeras transformaciones en la economía realizadas en dos meses y medio, señaló: "Hemos iniciado muchas medidas que socavan la dominación de los imperialistas. Sabemos que nuestro poder debía unir la labor de todas las instituciones con un principio único, y ese principio lo expresamos con las siguientes palabras: "Queda proclamada en Rusia la República Socialista de los Soviets"1005. Con el vocablo "socialista" se subrayaba que el país había emprendido la vía de la edificación del socialismo y de este modo se proclamaba el programa del Poder soviético.

Las palabras finales del jefe de la revolución reflejaron la seguridad inquebrantable en el triunfo del socialismo y el orgullo por la República Soviética: "Nuestra República Socialista de los Soviets se mantendrá firmemente, como antorcha del socialismo internacional y ejemplo para todas las masas trabajadoras. Allá, pendencias, guerra, derramamiento de sangre; aquí, la verdadera política de paz y la República Socialista de los Soviets”1006.

El informe de Lenin suscitó ardientes debates. Los líderes mencheviques que asistían al congreso lanzaron contra los bolcheviques la falsa acusación de propiciar una "crueldad" innecesaria. El discurso del menchevique Mártov, calumniador desde el comienzo hasta el final, fue interrumpido reiteradamente por réplicas iracundas de los delegados. Cuando se puso a desbarrar acerca del "terror" de los bolcheviques, uno de los delegados le recordó desde el asiento el contrarrevolucionario "Comité de Salvación de la Patria y la Revolución", organizador del motín de los cadetes, en el que participaron mencheviques. El menchevique B. V. Avílov sacó del bolsillo un pedazo de papel, diciendo que tenía en sus manos la lista de las empresas cuyos obreros, según él, estaban descontentos con la política del Consejo de Comisarios del Pueblo. Pero

1004 V. I. Lenin. III Congreso de los Soviets de toda Rusia. O.C., t. 35, págs. 261, 262. 1005 Ibídem, págs. 271-272. 1006 Ibídem, pág. 279.

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bastó que Avílov comenzase a leer la lista en la que figuraban la fábrica de Obújov y la de Municiones de Petrogrado, para que los obreros de estas empresas, que asistían al congreso como delegados o como invitados, desenmascarasen su superchería. "¡Eso es mentira! ¡Es una suplantación de hechos! ¡Es una provocación!" -gritaban con indignación los exaltados obreros1007.

En sus palabras de clausura, Lenin dio a los mencheviques una merecida réplica. "Al escuchar hoy las objeciones hechas a mi informe por los oradores de la derecha -dijo-, me ha sorprendido que dichos oradores no hayan aprendido nada y hayan olvidado todo lo que ellos denominan en vano "marxismo". Lenin calificó los discursos de los mencheviques contra la dictadura del proletariado de "vieja morralla, inservible en absoluto", y a ellos mismos, de no ser socialistas, sino "lacayos y paniaguados de la burguesía"1008. "Mirad en las propias entrañas del pueblo trabajador -continuó-, en lo más profundo de las masas, allí bulle el trabajo creador, de organización; allí brota a raudales la vida, renovada y bendecida por la revolución"1009.

Los delegados al congreso expresaron su plena confianza al CEC de los Soviets de toda Rusia y al Consejo de Comisarios del Pueblo; aprobaron la política de paz del Gobierno soviético, concediéndole para el futuro los más amplios poderes.

El congreso aprobó una resolución que sancionaba la política nacional del Gobierno soviético y la disposición Acerca de las instituciones federativas de la República Rusa, en la que se exponían las bases de principio de la federación soviética, proclamada en forma general en la Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado.

El 18 de enero se aprobó por mayoría aplastante de votos la disposición Sobre la exclusión de la legislación soviética de las alegaciones a la Asamblea Constituyente1010.

Por decisión del III Congreso de los Soviets, del nombre "Gobierno Provisional Obrero y Campesino" quedaba excluido el vocablo "provisional".

El congreso aprobó en calidad de documento de base el proyecto de la ley acerca de la socialización de la tierra y eligió un nuevo CEC de los Soviets de toda Rusia compuesto de 306 personas. Las elecciones se realizaron proporcionalmente al número de delegados de cada fracción: se eligieron 160 bolcheviques, 125 eseristas de izquierda, 2 mencheviques internacionalistas, 3 anarquistas, 7 eseristas maximalistas, 7 eseristas de derecha y 2

1007 III Congreso de los Soviets..., págs. 35-36. 1008 V. I. Lenin. III Congreso de los Soviets de toda Rusia. O.C., t. 35, págs. 280-281. 1009 Ibídem, pág. 283. 1010 III Congreso de los Soviets..., pág. 85.

mencheviques defensistas1011. Haciendo el balance de la labor realizada por el

III Congreso de los Soviets de toda Rusia, Lenin subrayó que éste tenía enorme significado tanto para los trabajadores de la República Soviética como para el proletariado internacional. "Este congreso -señaló- ha refrendado la organización del nuevo poder estatal creado por la Revolución de Octubre y ha marcado el camino de la futura edificación socialista para todo el mundo, para los trabajadores de todos los países”1012.

Capítulo XI. La lucha de la Republica

Soviética por salir de la guerra. La paz de Brest. 1. Primeros pasos del poder soviético en la

lucha por terminar la guerra. El Decreto de la paz, aprobado por el II Congreso

de los Soviets de toda Rusia, determinó la línea general en la política exterior del Estado soviético. La Revolución de Octubre triunfó con la consigna de paz, consigna que se desprende de la propia esencia del nuevo poder, del poder de los obreros y de los campesinos interesados en el trabajo creador pacífico. Prediciendo la inevitabilidad del cambio de la sociedad capitalista por la socialista, ya Carlos Marx escribía: "...frente a la vieja sociedad, con sus miserias económicas y sus demencias políticas, está surgiendo una sociedad nueva, cuyo principio de política internacional será la paz, porque el gobernante nacional será el mismo en todos los países: el trabajo"1013.

La lucha por la paz no era una maniobra táctica de los bolcheviques, se hizo la médula, el contenido principal de la política exterior soviética. Al proclamar la lucha por la paz entre los pueblos, el Partido Comunista y su líder, V. I. Lenin, proclamaron el principio de la coexistencia pacífica entre Estados con distintos regímenes socioeconómicos.

Realizando la política exterior leninista de paz, el Gobierno soviético desplegó una gran campaña para poner fin inmediatamente a la guerra imperialista. La paz la necesitaban los trabajadores de todos los países, la necesitaban también los trabajadores de la Rusia soviética. En cuanto terminó el II Congreso de los Soviets de toda Rusia, a los Gobiernos de los Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia, Serbia y Bélgica se les dirigió una nota soviética en la que se les hacía saber que el Decreto de la paz debía entenderse como propuesta para concertar el armisticio en todos los frentes y comenzar

1011 Ibídem, pág. 87. 1012 V. I. Lenin. III Congreso de los Soviets de toda Rusia. O.C., t. 35, págs. 286, 290. 1013 C. Marx. Primer manifiesto del Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores sobre la guerra franco-prusiana. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 17, pág. 5.

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inmediatamente las negociaciones de paz1014. Pero no hubo respuesta. El 26 de octubre de 1917, en Petrogrado se celebró una reunión de los embajadores de los países de la Entente en la que se decidió no entablar ninguna clase de relaciones con el Poder soviético y no responder a sus llamamientos de paz1015. Los círculos gobernantes de los EE.UU., Inglaterra y Francia estaban convencidos de que los bolcheviques no se mantendrían mucho tiempo en el poder y de que no lograrían la paz. Pero la vida echó por tierra los cálculos de los imperialistas. El Cuartel General contrarrevolucionario en Mogiliov, que frenaba el comienzo de las negociaciones en el frente ruso-alemán, fue liquidado. Lenin se dirigió a los soldados invitándoles a que ellos mismos iniciasen las conversaciones con el enemigo. Era un paso decidido, que sólo podía darlo un Gobierno que tuviese gran fe en el pueblo.

En el llamamiento del Consejo de Comisarios del Pueblo, del 11 de noviembre, dirigido a todos los comités de regimiento, división, cuerpo de ejército y ejército y a los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos se decía: "Soldados, continuad vuestra lucha por el inmediato armisticio. Elegid vuestros delegados para las negociaciones. Vuestro comandante en jefe, el alférez Krilenko, sale hoy para el frente a fin de tomar en sus manos la lucha por el armisticio1016. Los comités militares revolucionarios de los regimientos y divisiones tomaron en sus manos la iniciativa. En distintos sectores del frente ellos comenzaron las negociaciones con las tropas austro-germanas para firmar el armisticio.

Tras los distintos regimientos y divisiones, las conversaciones para el armisticio se comenzaron también a escala de ejércitos y frentes. Al mismo tiempo, el Gobierno soviético hizo sus primeras tentativas de lograr el armisticio en todo el frente ruso-alemán. El 13 de noviembre fueron enviados parlamentarios a las posiciones de los ejércitos alemanes. La respuesta del Alto Mando de las tropas alemanas decía: "El comandante en jefe del Frente Oriental alemán está dispuesto a entablar negociaciones con el comandante en jefe ruso"1017.

En su nuevo llamamiento del 15 de noviembre de 1917, el Gobierno soviético exigía con insistencia de los gobiernos de Francia, Gran Bretaña, Italia, EE.UU., Bélgica, Serbia, Rumania, Japón y China que dijesen si deseaban entablar conversaciones de paz. "Les preguntamos ante sus propios pueblos -se

1014 Documentos de la política exterior de la URSS, t. 1, M., 1957. págs. 16-17. 1015 Papers Relating to the Foreign Relations of the United States, 1918, Russia (a continuación, Foreign Relations), vol. 1, Washington, 1931, p.226. 1016 Documentos de la política exterior de la URSS, t. I, pág. 24. 1017 Ibídem, pág. 28.

decía en el llamamiento del Gobierno soviético-, ante todo el mundo, si quieren o no empezar conversaciones de paz con nosotros"1018. En este mismo llamamiento, el Gobierno soviético exhortaba a los obreros, campesinos y soldados de todos los países beligerantes a luchar activamente por concertar una paz general democrática, advirtiendo que si los países aliados seguían desentendiéndose de las proposiciones de paz, él se vería obligado a iniciar negociaciones por separado, haciendo recaer la responsabilidad de todos los acontecimientos posteriores sobre la burguesía de los países aliados.

Los gobiernos de Alemania y Austria-Hungría declararon oficialmente que estaban dispuestos a comenzar las conversaciones de paz con la Rusia soviética1019.

Por supuesto, no es que los círculos gubernamentales de Alemania sintiesen simpatía por el Poder soviético; al contrario, eran sus enemigos jurados. Sólo la desesperada situación militar así como la difícil situación interna, obligaban a Alemania a iniciar las negociaciones. A últimos de 1917, los países de la Cuádruple Alianza (Alemania, Austria-Hungría, Bulgaria y Turquía), que combatían contra los Estados de la Entente, experimentaban serias dificultades económicas. Además, en estos países se extendía cada vez más el movimiento revolucionario y se intensificaba el antibelicismo. Se hicieron un fenómeno corriente las manifestaciones políticas de trabajadores en Berlín, Viena, Budapest y otras ciudades.

Los EE.UU. entraron en guerra contra Alemania en abril de 1917, pero en noviembre y diciembre no habían terminado aún el traslado de sus ejércitos y equipos a Europa. Por eso Alemania se apresuraba a activar sus operaciones en el Oeste antes de que llegasen las fuerzas norteamericanas. En los círculos gubernamentales de Alemania eran cada vez más las voces que deseaban concertar la paz en el Este para terminar con la guerra en dos frentes y concentrar todas las fuerzas en el Oeste. En Alemania consideraban que la conclusión de la paz (incluso con los bolcheviques) sería un golpe, tanto militar como moral, sobre los países de la Entente. Alemania consideraba también que las negociaciones con Rusia harían más complacientes a Inglaterra y Francia, y bien pudiera ser que lograra entenderse con ellas a costa de Rusia. Precisamente esto es lo que explica el que Alemania accediese a empezar conversaciones con la Rusia Soviética, lo que no implicaba, naturalmente, el reconocimiento del Poder soviético por los países del bloque alemán.

Los gobiernos de los países de la Entente entendían de manera distinta las proposiciones de paz del Gobierno soviético; ellos no querían que Rusia

1018 Ibídem, págs. 28, 29. 1019 Russia and Germany of Brest-Litousk. A Dokumentary History of the Peace 8egotiations. N. Y., 1919, pp. 16-17.

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saliese de la guerra, pues el frente ruso distraía fuerzas alemanas del Oeste, aliviando así la situación de las tropas inglesas y francesas. Al mismo tiempo, ellos suponían que podrían utilizarse las tropas alemanas para luchar contra el Poder soviético.

Los círculos imperialistas de los países de la Entente cifraban sus esperanzas en las fuerzas contrarrevolucionarias de Rusia, con cuya ayuda suponían abatir en un futuro próximo el Poder soviético. Los aliados acordaron entablar negociaciones con Rusia cuando existiese allí un "Gobierno firme".

Los dirigentes de los Estados Unidos, Inglaterra y Francia se oponían a cualesquiera contactos con el Gobierno soviético e intentaban impedir, en particular, que se estableciesen relaciones entre la República Soviética y los países neutrales. El ministro inglés de Asuntos Exteriores, A. Balfour, declaró que si los norteamericanos emprendían cualquier paso dirigido a impedir que se reconociese el Gobierno bolchevique por los países neutrales, el Gobierno inglés estaría dispuesto a prestarles su apoyo1020.

Contra el Gobierno soviético, que había presentado el programa para concertar la paz general, actuaron en un frente único tanto fuerzas internas como las externas de la contrarrevolución.

Al ver que los países de la Entente se negaban a comenzar las conversaciones, el Comité Central del Partido Bolchevique decidió emprenderlas por separado con el bloque germano-austríaco. La delegación soviética encargada de llevar a cabo las conversaciones la integraban representantes de los bolcheviques y de los eseristas de izquierda y la presidía el bolchevique A. A. Ioffe. Formaban también parte de ella representantes de todas las capas trabajadoras: el obrero N. A. Obújov, el campesino R. N. Stashkov, el marinero F. V. Olich, el soldado N. K. Beliakov y otros. Esta composición de la delegación era un fenómeno jamás visto en la práctica de la diplomacia internacional; reflejaba la esencia del nuevo régimen en Rusia; indicaba que el Poder soviético estaba llevando a cabo una política exterior nueva de principio en interés de las masas populares; que los mismos obreros y campesinos debían resolver los problemas de la guerra y la paz. En la delegación estaba incluido un grupo de expertos militares compuesto por oficiales del antiguo ejército leales al Poder soviético.

El 20 de noviembre, la delegación soviética llegó a Brest-Litovsk, donde se encontraba el Estado Mayor del Frente Oriental alemán y propuso concluir el armisticio en todo el frente ruso-alemán. Además, la delegación soviética se expresó por la prohibición del traslado de divisiones alemanas del Frente Oriental al Occidental y por la retirada de las tropas

1020 Foreign Relations, vol. 1, pág. 316.

alemanas dislocadas en las islas del Archipiélago de Moon.

La propuesta de prohibir el traslado de tropas alemanas del Este al Oeste arrancaba de la política general del Estado soviético, que luchaba por la paz general y que no deseaba que el armisticio tuviese como resultado el que un Estado imperialista se fortaleciese a costa de otro. La necesidad de evacuar las tropas alemanas dislocadas en las islas de Moon se debía a que su permanencia en ellas entrañaba una amenaza para Petrogrado, ya que permitía al enemigo pasar rápidamente a la ofensiva.

Los representantes del bloque austro-alemán rechazaron las proposiciones soviéticas. Sobre todo se negaron a aceptar el punto que prohibía el desplazamiento de tropas. Las negociaciones se suspendieron por una semana. El Gobierno soviético se dirigió de nuevo a los países de la Entente, invitándolos a participar en las conversaciones, pero los círculos gubernamentales de los Estados Unidos, Inglaterra y Francia tampoco contestaron esta vez a la nota del Consejo de Comisarios del Pueblo.

Las conversaciones en Brest-Litovsk se reanudaron el 30 de noviembre. La insistencia del Gobierno soviético y el deseo de la parte alemana de firmar el armisticio en el Frente Oriental condujeron a que Alemania aceptase las condiciones soviéticas, incluido el punto que prohibía el traslado de tropas1021. El 2 de diciembre de 1917 se firmó el tratado sobre el armisticio entre Rusia, de una parte, y Alemania, Austria-Hungría, Bulgaria y Turquía, de la otra. El armisticio se establecía para 28 días y su acción se extendía a las fuerzas de tierra, mar y aire en los frentes ruso-alemán, ruso-turco y otros. En caso de cancelar el armisticio, las partes firmantes debían declararlo siete días antes de vencer el plazo; de lo contrario, se consideraba prorrogado automáticamente.

La firma del armisticio con el bloque germano-austríaco puso fin a la primera etapa de lucha por salir Rusia de la guerra.

2. La paz de Brest. Las conversaciones para concertar la paz,

comenzadas el 9 de diciembre, se realizaron también en Brest-Litovsk. En esta etapa, la delegación soviética la dirigía A. A. Ioffe. A la cabeza de la delegación alemana se encontraba Richard von Kuhlmann, ministro de Negocios Extranjeros, y Max Hoffmann, Jefe del Estado Mayor del Frente Oriental; la delegación austro-húngara la presidía Ottokar Czernin, ministro de Negocios Extranjeros.

Como base para las conversaciones, la delegación soviética expuso seis puntos concretos:

1. No se admite ninguna anexión de territorios ocupados durante la guerra. Las tropas que ocupan 1021 Archivo del Ministerio de Asuntos Extranjeros de la URSS, f. 413, año de 1917, t. 1, exp. 11, fol. 8.

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estos territorios deben ser retiradas en el plazo más breve.

2. Se establece en toda su plenitud la independencia política de los pueblos que durante la guerra fueron privados de ella.

3. A los grupos nacionales que antes de la guerra no gozaban de independencia política, se les garantiza la posibilidad de resolver libremente, mediante el referéndum, la cuestión de su pertenencia a uno u otro Estado o de su independencia nacional.

4. En los territorios poblados por varias nacionalidades, los derechos de las minorías se protegen con leyes especiales, que les aseguren la independencia nacional-cultural, y si existen posibilidades reales, la autonomía administrativa.

5. Renuncia a las contribuciones. 6. Los problemas coloniales se resuelven de

acuerdo con los principios expuestos en los puntos 1, 2, 3 y 41022.

Estos principios de la política exterior del Estado soviético respondían a los anhelos de las amplias masas de trabajadores de todos los países. Si los rechazaban, los imperialistas revelarían ante todo el mundo el carácter agresivo de su política. Por eso Richard von Kuhlmann se vio obligado a declarar, en nombre de la Cuádruple Alianza, que las condiciones planteadas por la delegación rusa podían admitirse como base de las conversaciones de paz. Pero añadió a renglón seguido que "las propuestas de la delegación rusa podrían llevarse a cabo única y exclusivamente en caso de que todas las potencias que participan en la guerra... se comprometan a observar de la forma más exacta las condiciones generales para todos los pueblos"1023. Esta salvedad, a primera vista inocente, reducía a nada la declaración del ministro alemán. De hecho, significaba desechar la declaración soviética como base para las negociaciones, ya que la parte alemana estaba segura de que los países de la Entente no aceptarían las condiciones soviéticas de paz.

En su declaración, Kuhlmann expuso también las pretensiones territoriales de los países del bloque austro-alemán. Alemania -dijo el ministro- evacuará las regiones rusas ocupadas sólo después de que se firme la paz y de que haya terminado la desmovilización del ejército ruso. Queriendo hacer pasar a los gobiernos peleles, formados bajo el control de las tropas de ocupación alemanas en Polonia, Lituania y parte de Estonia y Letonia, como representantes de los pueblos de estos territorios, la delegación alemana exigió que la Rusia Soviética reconociese a estos gobiernos. El imperialismo alemán daba a comprender claramente su propósito de arrebatar a Rusia las regiones del Báltico.

1022 Documentos de la política exterior de la URSS, t. 1, M., 1957, págs. 60-61. 1023 8egociaciones de paz en Brest-Litovsk, t. 1, M., 1920, págs. 9-10.

Cuando se aclararon las posiciones de los deliberantes, la conferencia fue suspendida para 10 días.

Durante las negociaciones de paz se hizo más evidente aún la imposibilidad para la República Soviética de seguir combatiendo contra el imperialismo alemán y sus aliados. Millones de soldados rusos, agotados por los tres años de guerra, no pensaban más que en regresar a sus hogares lo antes posible. La desmovilización espontánea había adquirido a la sazón proporciones desmesuradas. En realidad, el frente había quedado abierto. Era necesario acelerar la organización del Ejército Rojo y Lenin prestaba especial atención a esta cuestión. M. D. Bonch-Bruévich, general del ejército ruso, que desde los primeros días de la revolución apoyó al Poder soviético, recordaría más tarde que Lenin, orientándose perfectamente en las cuestiones militares, llevaba él mismo todo el trabajo relacionado con la creación del Ejército Rojo1024.

El 17 y 18 de diciembre, el Consejo de Comisarios del Pueblo discutió el desenvolvimiento de las negociaciones para firmar la paz con Alemania y acordó continuar y dilatar las conversaciones. La táctica de dar largas a las conversaciones de paz tenía como objeto ganar el tiempo necesario para efectuar diversas transformaciones en la vida económica y política de Rusia y para organizar el Ejército Rojo. El Gobierno soviético propuso una vez más a los países de la Entente sumarse a las conversaciones, pero los gobiernos de estos países volvieron a desestimar la propuesta de la República Soviética. Ellos soñaban con aniquilar la República Soviética y con desmembrarla.

El 10 de diciembre de 1917 se celebró en París una conferencia de representantes de los países de la Entente. Inglaterra estaba representada por el lord R. Cecil, viceministro de Negocios Extranjeros, y el lord A. Milner, ministro de la Guerra; los EE.UU., por el coronel E. House, hombre de confianza del presidente; Francia, por el primer ministro G. Clemenceau y el ministro de Negocios Extranjeros, J. Pichon. Los participantes aprobaron un memorándum para prestar ayuda a todas las fuerzas que luchaban contra el Poder soviético. Se concertó un convenio secreto por el que una parte considerable del territorio de Rusia se dividía en esferas de influencia inglesa y francesa. En la zona inglesa entraban el Cáucaso, el Kubán y el Don; en la francesa, Besarabia, Ucrania y Crimea. Más tarde convinieron que el Extremo Oriente y Siberia serían, preferentemente, esferas de influencia de los Estados Unidos y del Japón. Se sobreentiende que estos fines agresivos se encubrían con declaraciones pacíficas de los círculos gubernamentales estadounidenses, británicos y franceses. El 8 de enero de 1918, el 1024 M. D. Bonch-Bruévich. Todo el poder a los Soviets. M., 1957, pág. 252.

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presidente de los Estados Unidos, W. Wilson, hizo público el "programa" de su política exterior, explanado en 14 puntos. El presidente no ocultaba que contraponía sus 14 puntos al programa de paz soviético1025.

En los comentarios al punto dedicado a Rusia se indicaba la necesidad de apoyar a todas las fuerzas contrarrevolucionarias en el interior de Rusia para luchar contra los Soviets, así como el deseo de que el Cáucaso se entregase a Turquía y se creasen "gobiernos" en Siberia y en Rusia Central1026. Por tanto, se trataba de privar de independencia nacional al país y de esclavizar a los pueblos de Rusia por los Estados imperialistas.

En esta situación de creciente agresión por parte del bloque alemán y también de los países de la Entente contra la Rusia Soviética, el 27 de diciembre se reanudaron en Brest- Litovsk las conversaciones de paz. Esta vez, la delegación soviética la encabezaba L. Trotski.

En Alemania se habían agravado bruscamente las contradicciones políticas internas. El grupo militarista ganaba cada vez más terreno y en correspondencia con esto iba cambiando también la posición de la delegación alemana. Dando de lado las últimas formalidades, el general Hoffmann dio a conocer las pretensiones territoriales de Alemania. Presentó a la delegación soviética un mapa, según el cual a Rusia se le arrebataba un territorio de más de 150.000 km2: Polonia, Lituania, Letonia, parte de Estonia y gran parte de las tierras pobladas por ucranianos y bielorrusos. La delegación soviética protestó contra la política anexionista de los imperialistas alemanes y exigió que la parte alemana declarase que Alemania renunciaba a la anexión de cualesquiera que fuesen las regiones del antiguo Imperio Ruso. La delegación alemana rechazó las propuestas soviéticas y el general Hoffman declaró que únicamente los alemanes eran los que podían dictar condiciones, "pues las victoriosas tropas alemanas se encuentran en territorio ruso". Acto seguido, la delegación soviética exigió una interrupción de 10 días.

Entre tanto, habían comenzado las negociaciones secretas entre la Cuádruple Alianza y la Rada ucraniana contrarrevolucionaria. Los imperialistas alemanes calculaban que con la ayuda de los nacionalistas ucranianos burgueses podrían separar a Ucrania de la Rusia Soviética y subordinarla a su influencia. A la delegación soviética le era cada vez más difícil alargar las conversaciones. Estaba claro que el enemigo tenía prisa en llevar a cabo sus planes de saqueo.

La contrarrevolución interna también se apresuró

1025 Woodrow Wolson. La guerra mundial. La paz de Versalles. Moscú-Petrogrado, 1923, pág. 10. 1026 Archivo del coronel House, t. IV, M., 1944, págs. 152, 153.

a utilizar en provecho propio la presión que ejercía Alemania sobre la República Soviética. Los demócratas constitucionalistas, mencheviques y eseristas de derecha coordinaban sus planes de derrocar al Poder soviético con la ofensiva de las tropas alemanas.

Representaba particular peligro el hecho de haberse manifestado contra la conclusión de la paz con Alemania los eseristas de izquierda que formaban parte del Gobierno soviético y el grupo de los "comunistas de izquierda" en el seno del Partido Bolchevique: N. Bujarin, K. Rádek, A. Lómov (G. I. Oppókov), N. Osinski (V. V. Obolenski), E. Preobrazhenski y también L. Trotski.

Los "comunistas de izquierda" exigían que se declarase la guerra revolucionaria a la Alemania imperialista. Negando la posibilidad de la coexistencia pacífica de la República Soviética con los países capitalistas, ellos consideraban que la conclusión de la paz con Alemania debilitaría al proletariado mundial.

Menospreciando lo importante que era conservar la República Soviética como principal base de apoyo de la revolución mundial, ellos sobreestimaban el grado del auge revolucionario en los países de Europa Occidental; consideraban que era necesario llevar a cabo la política de impulsar las revoluciones en el Oeste, sin tener en cuenta que la revolución se sitúa en el orden del día como resultado de los factores objetivos internos y que las ideas de acelerar la revolución estaban en patente contradicción con la teoría marxista-leninista acerca de la revolución socialista.

Los "comunistas de izquierda" reflejaban el estado de ánimo "ultrarrevolucionario" que había surgido como resultado de los primeros éxitos del Poder soviético. Esta mentalidad amenazaba con apoderarse también de una parte de la clase obrera. Se sembraban ilusiones de que el Poder soviético podría vencer fácilmente al imperialismo internacional. Las ideas de los "comunistas de izquierda" reflejaban la presión de los elementos pequeñoburgueses, para los cuales eran características la inestabilidad y los bandazos de un extremo a otro. La posición de Trotski, que promulgaba la consigna de "ni paz, ni guerra", estaba muy próxima a la de los "comunistas de izquierda". Trotski fundamentaba su punto de vista en que el proletariado alemán no permitiría la ofensiva contra la República Soviética. A semejanza de los "comunistas de izquierda", él no creía que el Poder soviético podría mantenerse sin el apoyo de las revoluciones en los países de Europa Occidental.

Lenin se manifestó resueltamente contra la táctica aventurera y desastrosa para la República Soviética de los "comunistas de izquierda" y de Trotski, quienes no comprendían que la República Soviética no estaba en condiciones de hacer la guerra, pues era

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enorme el desbarajuste que reinaba en la economía y en el ejército, en el que los soldados no pensaban más que en la paz. El 7 de enero, el jefe de la revolución escribió las Tesis sobre el problema de la conclusión inmediata de una paz separada y anexionista. El documento demostraba convincentemente la necesidad de una tregua pacífica, durante la cual se podría lograr la victoria sobre la contrarrevolución interna y emprender el restablecimiento de la economía nacional destruida por la guerra y por el mangoneo de los capitalistas. Lenin deshizo uno tras otro, paso a paso, todos los argumentos de los partidarios de la guerra "revolucionaria". Los intereses del movimiento revolucionario mundial -escribía él- exigen conservar y fortalecer por todos los medios la República Soviética; en el momento presente, la guerra revolucionaria es imposible, pues el ejército ruso no está en condiciones de rechazar la ofensiva alemana. Demostró que los partidarios de la guerra "revolucionaria" estaban perdiendo el contacto con la realidad, empujando al País de los Soviets a un camino aventurero y peligroso. En aras de la salvación del primer Estado de obreros y campesinos en el mundo, Lenin se manifestaba resueltamente por que se aceptasen las condiciones alemanas, incluso las archionerosas, y por qué se firmase la paz. De todas maneras tendremos que firmar la paz -advertía-, pues mañana mismo esta paz será mucho más desfavorable y dura, y, posiblemente, ya no podrá salvar al Poder soviético del hundimiento1027.

El problema de la paz se discutió en la sesión del Comité Central del Partido Comunista el 11 de enero de 1918. Lenin, que habló dos veces en esta sesión, no logró vencer la resistencia de los enemigos de la paz; la mayoría se expresó contra la firma de ésta. Sin embargo, se aprobó la resolución propuesta por él que recomendaba retrasar por todos los medios la firma de la paz1028. Proponiendo esta resolución, Lenin arrancaba del hecho de que las acciones revolucionarias, cada vez más intensas en Alemania y Austria-Hungría, permitían a la Rusia Soviética demorar durante cierto tiempo las conversaciones. Además, Lenin pensaba convencer a los enemigos de la paz de la necesidad de firmar ésta con el bloque germano-austríaco.

El 17 de enero de 1918 se reanudaron las conversaciones en Brest-Litovsk. Al día siguiente, la delegación alemana presentó a la Rusia Soviética exigencias prácticamente perentorias para que aceptase las bandidescas condiciones de paz. Trotski, que encabezaba la delegación soviética, tenía indicaciones del presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo, V. I. Lenin, de firmar la paz

1027 V. I. Lenin. Acerca de la historia sobre la paz desdichada. O.C., t. 35, págs. 248-250. 1028 Actas del Comité Central del POSD(b)R. Agosto de 1917-febrero de 1918. M., 1958, pág. 173.

en caso de que Alemania presentase un ultimátum y fuera imposible seguir retrasando las conversaciones. "Habíamos convenido -señaló Lenin- que nos mantendríamos hasta el ultimátum de los alemanes y que después del ultimátum cederíamos... Yo propuse del modo más concreto que se firmase la paz"1029. Pero Trotski no cumplió esta indicación y el 28 de enero declaró en la conferencia que la Rusia Soviética salía de la guerra y daba la orden de la desmovilización total en todo el frente, pero no firmaba la paz. En realidad, esto significaba negarse a oponer resistencia al enemigo. Trotski comunicó a Petrogrado que las conversaciones habían terminado y planteó la necesidad de publicar una orden sobre el cese inmediato del estado de guerra con Alemania y sus aliados y la desmovilización en todos los frentes. Paralelamente y a espaldas del Consejo de Comisarios del Pueblo, Trotski envió un telegrama al Alto Mando exigiendo que esta orden se diese a conocer a todo el ejército1030. M. D. Bonch-Bruévich, que en aquel período era Jefe del Estado Mayor del Cuartel General, refiere en sus memorias que en cuanto Lenin se enteró del telegrama que Trotski había enviado al Alto Mando, ordenó anularlo1031.

A continuación todo ocurrió como lo había previsto Lenin. El 18 de febrero, la artillería alemana abrió fuego por todo el frente ruso-alemán y, violando las cláusulas del armisticio, las tropas alemanas pasaron a la ofensiva. Por la tarde del día siguiente, cuando las tropas alemanas avanzaban hacia el Este, el Gobierno de Alemania, contestando a la interpelación del Comisario del Pueblo de Relaciones Exteriores, declaró que consideraba cancelado el armisticio y que reanudaba las operaciones militares contra la República Soviética1032.

En unos días, las tropas alemanas se apoderaron de Letonia y Estonia y de gran parte de Ucrania y Bielorrusia, amenazando a Petrogrado. Se hizo patente el peligro que corría el Poder soviético.

Durante los días 17 y 18 de febrero se celebraron sesiones del Comité Central del Partido Bolchevique en las que Lenin y otros partidarios de la paz combatieron duramente contra los "comunistas de izquierda", quienes se pronunciaban furiosamente contra la conclusión de la paz. Como resultado de los argumentos irrefutables de los partidarios de la paz y presionado por la situación real que amenazaba a la propia existencia de la República Soviética, el campo de los enemigos de la paz se escindió, y en la tarde del 18 de febrero el Comité Central del partido de los

1029 V. I. Lenin. VII Congreso Extraordinario del PC(b) de Rusia. O.C., t. 36, pág. 30. 1030 Archivo del MAE, f. 413, año de 1917,1. 1, exp. 88, fol. 63; exp. 89, fol. 54. 1031 M. D. Bonch-Bruévich. Obra citada, pág. 239. 1032 Documentos de la política exterior de la URSS, t. I, pág. 106.

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bolcheviques, por mayoría de votos, acordó firmar la paz. En la noche del 13 de febrero, Lenin, en nombre del Consejo de Comisarios del Pueblo, envió un radiograma al Gobierno alemán accediendo a firmar el tratado de paz en las condiciones propuestas por Alemania1033. El radiograma quedó sin contestar y las tropas alemanas siguieron avanzando. El 19 de febrero, el Consejo de Comisarios del Pueblo examinó la organización de la defensa del país.

El 20 de febrero, el Consejo de Comisarios del Pueblo se dirigió con un llamamiento a los trabajadores de Rusia: "El Consejo de Comisarios del Pueblo exhorta a todos los Soviets locales y organizaciones militares a entregar todas sus fuerzas para crear un ejército nuevo... ¡Obreros, campesinos y soldados! Que sepan nuestros enemigos de dentro y de fuera que estamos dispuestos a defender hasta la última gota de sangre las conquistas de la revolución"1034.

El 21 de febrero se creó en Petrogrado el Comité de Defensa Revolucionaria encabezado por Y. M. Sverdlov. En la capital se declaró el estado de guerra1035.

En el decreto del Consejo de Comisarios del Pueblo ¡La patria socialista está en peligro!, escrito por Lenin y publicado el 22 de febrero, se fijaban las medidas que deberían garantizar la defensa de la República1036. Respondiendo al llamamiento del Partido Comunista, decenas de miles de obreros y campesinos pobres se alzaron a la lucha contra los intervencionistas. La labor sistemática que se realizaba en todo el país para organizar el Ejército Rojo se aceleró debido a la ofensiva alemana. Por doquier se formaban destacamentos del Ejército Rojo y, a finales de febrero, sus efectivos contaban ya con 22.000 obreros petrogradenses; en Moscú se alistaron en los destacamentos del Ejército Rojo más de 20.000 personas; en la provincia de Kursk, 40.0001037.

El 22 de febrero, el Gobierno alemán contestó, al fin, al radiograma del Consejo de Comisarios del Pueblo. Ahora Alemania presentaba condiciones de paz más duras aún. No sólo pretendía quedarse con Polonia, Lituania y parte de Bielorrusia, sino también con toda Letonia y Estonia. A la Rusia Soviética se le proponía también retirar sus tropas de Ucrania y Finlandia, concertar un tratado de paz con la Rada

1033 V. I. Lenin. Proyecto del radiograma al Gobierno del Imperio alemán, O.C., t. 35, pág. 339. 1034 Documentos de la política exterior de la URSS, t. I, págs. 107-109. 1035 Archivo Histórico, 1960, N° 6, págs. 49, 50. 1036 V. I. Lenin. ¡La patria socialista está en peligro! O.C., t. 35, págs. 357-358. 1037 N. I. Shataguin. Organización y estructuración del Ejército Soviético en el período de la intervención militar extranjera y de la guerra civil (1918-1920). M., 1954, págs. 42-43.

ucraniana contrarrevolucionaria y, prácticamente, entregar a Turquía las regiones de Kars, Ardagán y Batum; Rusia debería desmovilizar por completo su ejército, concertar con Alemania un tratado económico desventajoso para la República Soviética y pagar una contribución de 6.000 millones de rublos1038. Se exigía que las condiciones presentadas fuesen aceptadas en el plazo de 48 horas1039. Se justificó la previsión de Lenin de que en caso de no aceptar sus exigencias, los enemigos presentarían condiciones de paz más duras aún.

Apoderándose de nuevas ciudades y zonas, las tropas alemanas se aproximaban a Petrogrado. El retraso en la contestación al ultimátum alemán amenazaba con hundir la Revolución de Octubre y llevar al país a la catástrofe. El 23 de febrero, la cuestión del ultimátum alemán se discutió en el Comité Central del POSD(b)R1040. Lenin señaló que los llamamientos a la guerra revolucionaria favorecían a los imperialistas y que concertando la paz, incluso tan dura, el Estado soviético obtendría una tregua. La mayoría de los miembros del Comité Central del partido apoyó a Lenin.

El 24 de febrero, después de escuchar un informe de Lenin, el CEC de los Soviets de toda Rusia aprobó una resolución para concertar la paz en las condiciones propuestas por Alemania. Esta resolución obtuvo 116 votos a favor, 85 en contra y 26 abstenciones1041.

A pesar del telegrama del CEC de los Soviets de toda Rusia indicando que se aceptaban las condiciones y anunciando la llegada de una delegación soviética a la frontera para reanudar las conversaciones, las tropas alemanas no cesaban la ofensiva. El 24 de febrero cayó Pskov; el enemigo se aproximó a Reval.

Los destacamentos del Ejército Rojo formados a toda prisa se dirigían al frente. También muchas unidades del viejo ejército respondieron al llamamiento del Gobierno soviético, V. D. Bonch-Bruévich describió en sus memorias un cuadro característico de la situación reinante en aquellos días. Una división de infantería se dirigía de la estación ferroviaria al Smolny para entregar las armas, el archivo y la caja y marcharse después a sus hogares. En este momento, junto al destacamento de cabeza de la división se detuvo un automóvil del que saltó un joven obrero que con un fajo de proclamas se dirigió a los soldados.

"¡El llamamiento de Lenin! -gritó-. ¡Los alemanes avanzan sobre Petrogrado! ¡La patria socialista está en peligro! -y el obrero comenzó a distribuir a diestra

1038 En agosto de 1918 se firmó un convenio especial que estipulaba el orden de pagar la contribución. 1039 Documentos de la política exterior de la URSS, t. I, págs. 112-113. 1040 Actas del Comité Central del POSD(b)R, pág. 211. 1041 Ibídem, pág. 287.

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y siniestra las octavillas. La división se detuvo. Su comisario militar tomó

una proclama y comenzó a leer en voz alta a los soldados el llamamiento de Lenin. Estos le escuchaban atentamente.

- Bueno, camaradas -dijo de pronto con voz tronante- ¿continuamos hacia el Smolny para desmovilizarnos?

- ¡Al frente! -sonaron miles de voces. Las voces de mando se sucedieron rápidamente.

La división se formó de nuevo en columnas y a la voz de mando "¡media vuelta, de frente, marchen!", se puso en marcha. Ahora hacia el frente, a las trincheras"1042.

Los obreros, guardias rojos y destacamentos del Ejército Rojo se opusieron decididamente a la ofensiva del enemigo. En conmemoración de esta lucha heroica, el 23 de febrero se celebra anualmente en la Unión Soviética como el día del Ejército Rojo.

En marzo de 1918, el Ejército Rojo contaba ya con 150.000 obreros y campesinos alistados voluntariamente1043.

La resistencia de las unidades del Ejército Rojo y de la Guardia Roja a la ofensiva enemiga y el temor del adversario de atascarse en el Frente Oriental bajó los humos a los círculos gubernamentales alemanes. El 1 de marzo se reanudaron en Brest-Litovsk las sesiones de la conferencia y dos días más tarde se firmó el tratado de paz. Los "comunistas de izquierda" y los eseristas de izquierda, sin hablar ya de otros partidos pequeñoburgueses, no querían resignarse con la firma de la paz y continuaban atacando la política del Partido Bolchevique. Ellos pretendían frustrar la ratificación del Tratado de Brest en el próximo Congreso de los Soviets de toda Rusia.

Teniendo en cuenta la extraordinaria agudeza e importancia de la cuestión de la paz, el Comité Central decidió convocar el VII Congreso del POSD(b)R.

El 7 de marzo, Lenin hizo un informe acerca de la guerra y la paz. Luego de hacer un análisis de los acontecimientos operados en Rusia después del triunfo de la insurrección armada de Octubre y de exponer las peculiaridades de la Revolución socialista, demostró de una manera convincente la necesidad de firmar la paz y de obtener una tregua para la República Soviética.

Lenin criticó despiadadamente a los "comunistas de izquierda" que exigían declarar la guerra "revolucionaria" al imperialismo alemán, este salteador de caminos internacional armado hasta los dientes. Después señaló la necesidad de aplicar una

1042 V. D. Bonch-Bruévich. V. I. Lenin en Petrogrado y en Moscú, en la compilación Acerca de Lenin. Recuerdos, relatos, esbozos. M. 1960, págs. 112-113. 1043 Historia de la guerra civil en la U RSS, t. 3, M., 1957, pág. 130.

política exterior flexible: maniobrar y replegarse temporalmente ante la presión de fuerzas superiores del imperialismo. Lo principal era conservar la República Soviética y las conquistas de la Revolución socialista. Con una tregua en la guerra -explicaba Lenin-, el Estado soviético obtendrá la posibilidad de concentrar todas sus fuerzas para fortalecer la capacidad defensiva, crear las Fuerzas Armadas y desplegar la edificación socialista.

Por mayoría de votos se aprobó la resolución propuesta por Lenin que refrendaba la firma de la paz de Brest y que proponía al Partido Bolchevique adoptar las medidas más enérgicas para reforzar la defensa del país1044.

Por decisión del Consejo de Comisarios del Pueblo, a comienzos de mayo se iniciaron los preparativos para trasladar la capital del Estado soviético a Moscú, debido a que Petrogrado se encontraba muy cerca de la frontera. A pesar de haberse firmado la paz, la situación de la República Soviética seguía siendo insegura. Los imperialistas, tanto los alemanes como los de los países de la Entente, podían realizar en cualquier momento un nuevo ataque. La situación estratégica de Moscú, enclavado en el centro del país, era más favorable. Una red de vías férreas enlazaba a la ciudad con todas las regiones del país. En la tarde del 11 de mayo, el tren gubernamental llegó a Moscú.

El 12 de marzo de 1918, sobre el Kremlin, sede del Gobierno soviético, se izó la enseña estatal de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. Moscú se hizo capital del Estado de obreros y campesinos.

Dos días después, en la nueva capital se inauguró el IV Congreso Extraordinario de los Soviets de toda Rusia, convocado para ratificar el Tratado de Paz de Brest. Asistían 1.232 delegados1045, de los cuales 795 eran bolcheviques y 283 eseristas de izquierda; los demás delegados eran sin partido o pertenecían a los partidos de los anarquistas, maximalistas y otros partidos pequeñoburgueses1046. Los delegados al congreso representaban a casi todas las provincias y distritos de la Rusia Central, Ucrania, Bielorrusia, los Urales, Siberia y las provincias septentrionales del Báltico. El congreso fue una auténtica expresión de la voluntad y los anhelos de millones de trabajadores de la Rusia revolucionaria.

En la primera sesión, el Vicecomisario del Pueblo de Relaciones Exteriores, G. V. Chicherin, dio a conocer a los congresistas las condiciones del Tratado de Paz de Brest.

Lenin hizo un informe acerca de la ratificación de dicho documento; examinó el estado de cosas en el

1044 El PCUS en resoluciones..., 1ª parte, pág. 404. 1045 Historia de la guerra civil en la U RSS, t. 3, pág. 120. 1046 Actas taquigráficas del IV Congreso Extraordinario de los Soviets de diputados obreros, soldados, campesinos y cosacos. M., 1920, pág. 64.

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país después del triunfo de la revolución; mostró el estado de la economía y del ejército, que no permitían continuar la guerra, e invitó a ratificar la Paz de Brest. Se desenvolvieron apasionados debates. Todos los representantes de los partidos pequeñoburgueses, incluidos los eseristas de izquierda, se pronunciaron contra la firma de la paz.

Sin embargo, la inmensa mayoría de los delegados cerró filas en torno a V. I. Lenin y votó por la resolución propuesta por los bolcheviques. Logrando la firma y la ratificación de la Paz de Brest, Lenin salvó a la joven República Soviética del irremediable hundimiento.

En señal de protesta contra la resolución del congreso, el 15 de marzo los eseristas de izquierda dimitieron de sus puestos en el Consejo de Comisarios del Pueblo.

Obreros, campesinos y soldados acogieron con entusiasmo la firma y la ratificación de la Paz de Brest. En el país se celebraban congresos de los Soviets distritales, provinciales y regionales que aprobaban resoluciones de confianza al Partido Comunista y al Gobierno soviético. En fábricas, empresas, pueblos y aldeas, los obreros y campesinos patentizaban en mítines multitudinarios su apoyo a la política exterior de su Gobierno y condenaban a los eseristas de izquierda, que se pronunciaban por la continuación de la guerra.

Capítulo XII. La lucha por crear las bases de

la economía socialista. Una vez firmada la paz con Alemania, la

República Soviética obtuvo la posibilidad de emprender el restablecimiento de la economía nacional y comenzar la edificación socialista.

Por primera vez en la historia era necesario abrir el camino hacia el socialismo. C. Marx y F. Engels, fundadores del comunismo científico, habían formulado en forma general las vías fundamentales de transición del capitalismo al comunismo. Los marxistas conocían la dirección general de esta vía y las fuerzas clasistas motrices, pero no podían conocer las formas y los métodos concretos de la edificación. Estaba claro que las formas y los métodos de la edificación dependerían en mucho de las condiciones y de las particularidades del desarrollo de uno u otro país, de la situación internacional, etc. V. I. Lenin escribía en 1917: "No pretendemos que Marx o los marxistas conozcan el camino al socialismo con toda exactitud. Eso es absurdo. Conocemos la dirección de ese camino, sabemos qué fuerzas de clase conducen por él, mas sólo la experiencia de millones de seres, cuando pongan manos a la obra, lo mostrará de una manera concreta y práctica"1047.

Y ahora, cuando esta cuestión se había convertido en la tarea práctica del día, era necesario armar a las 1047 V. I. Lenin. Del diario de un publicista. O.C. t. 34, pág. 116.

masas con un programa concreto de acción. Este programa argumentado científicamente, que tenía en cuenta las condiciones de Rusia, lo planteó Lenin en su trabajo Las tareas inmediatas del Poder soviético, escrito en la primavera de 1918. El jefe de la revolución trazó el plan de la edificación socialista, elaboró las bases de la política económica de la dictadura del proletariado y reveló a fondo el papel creador del Estado soviético en la edificación del socialismo. Al Estado proletario le correspondía resolver tareas jamás vistas por su envergadura: reordenar la dirección de la economía, planificar el trabajo en escala de toda la nación, organizar la contabilidad y el control de la medida del trabajo y del consumo, fomentar las fuerzas productivas, elevar el nivel cultural del pueblo y, sobre esta base, lograr una productividad del trabajo más alta, comparando con el capitalismo.

Lenin comenzó la característica de las nuevas tareas del Estado soviético analizando el camino histórico que había recorrido el partido de los bolcheviques: "Nosotros, el Partido Bolchevique, hemos convencido a Rusia, la hemos conquistado de manos de los ricos para los pobres, de manos de los explotadores para los trabajadores. Ahora debemos gobernarla. Y la peculiaridad del momento en que vivimos, toda la dificultad consiste en saber comprender las particularidades de la transición de una tarea principal, como la de convencer al pueblo y aplastar militarmente la resistencia de los explotadores, a otra tarea principal, la de gobernar"1048.

Lenin señalaba que los éxitos en la ofensiva contra la burguesía hicieron posible y necesario el cambio de los métodos de lucha por la creación de una economía socialista. El período de los "ataques de la Guardia Roja" había terminado en lo fundamental. El proletariado no sólo había quebrantado la resistencia militar del capital y el sabotaje de los especialistas burgueses, sino había adquirido también cierta experiencia administrativa. En el orden del día se planteaba la cuestión de "pasar de la tarea elemental de la expropiación sucesiva de los capitalistas a una tarea mucho más compleja y difícil, la de crear unas condiciones que imposibiliten la existencia y el resurgimiento de la burguesía"1049. Lenin prestaba gran atención a la contabilidad y al control sobre la producción y la distribución de productos, pues sin esto no se podía asegurar la dirección planificada de la economía ni incrementar la productividad del trabajo. La contabilidad y el control de la medida del trabajo y de la del consumo eran los medios más importantes de lucha contra el elemento pequeñoburgués, contra los aficionados a aprovecharse del trabajo ajeno: especuladores,

1048 V. I. Lenin. Las tareas inmediatas del Poder soviético. O.C., t. 36, págs. 172-173. 1049 Ibídem, pág. 175.

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haraganes y malversadores de la propiedad socialista. A la sazón, se daban en Rusia elementos de cinco

tipos distintos de economía social: 1) patriarcal, es decir, una economía campesina natural en grado sumo; 2) pequeña producción mercantil, principalmente la hacienda campesina que producía para el mercado; 3) capitalismo privado: empresas de los capitalistas y haciendas de los kulaks; 4) capitalismo del Estado: empresas capitalistas controladas por el Estado; y 5) tipo de economía socialista: empresas que habían pasado a ser propiedad del Estado soviético y haciendas colectivas que se organizaban en la agricultura. La predominante era la economía de pequeña producción mercantil, que se sometía difícilmente a la regulación y que engendraba la especulación y la anarquía en la producción. El elemento pequeñoburgués, cuyo representante en el campo eran los kulaks, implicaba entonces el principal peligro para el Poder soviético.

La lucha por la contabilidad y el control populares, por el auge de la productividad del trabajo y para poner coto al elemento pequeñoburgués, Lenin la examinaba en estrecha concatenación con el problema de utilizar las diversas formas del capitalismo de Estado (es decir, el capitalismo que el poder proletario admite en determinadas condiciones). Consideraba que para desarrollar distintas empresas estatales se podía atraer al capital privado, crear empresas y trusts mixtos (con capital estatal y privado) y concertar determinados acuerdos con los capitalistas que estuviesen dispuestos a trabajar bajo el control del Estado socialista. En las condiciones de dictadura del proletariado, el capitalismo de Estado no representaba un peligro para el poder popular. Al propio tiempo, opinaba Lenin, el capitalismo de Estado facilitaría al Estado soviético la lucha contra el elemento pequeñoburgués, dándole una determinada parte de la producción y contribuyendo al desarrollo de las fuerzas productivas del país.

El incremento de la productividad del trabajo -remarcaba Lenin- es condición importantísima para el triunfo del socialismo y para la elevación del nivel de vida de los trabajadores. La solución de esta tarea la vinculaba con la industrialización y la electrificación del país, con el empleo de los últimos logros de la ciencia y la técnica, con el desarrollo del nivel de instrucción general y técnico de los trabajadores.

"El crecimiento de la productividad del trabajo -escribía Lenin- exige, ante todo, que se asegure la base material de la gran industria: el incremento de la extracción de combustibles, el aumento de la fabricación de hierro, de maquinaria y de productos químicos"1050.

1050 Ibídem, pág. 188.

Como resultado del triunfo de la Revolución de Octubre y la socialización de los medios de producción, el Estado soviético, por primera vez en la historia, obtuvo la posibilidad de planificar la economía nacional.

Es característico que ya en 1918, a pesar de la ruina, el hambre y la falta de materias primas y combustibles, el Gobierno soviético emprendiese la preparación de los primeros planes de electrificación de la economía nacional y fomento de las fuerzas productivas del país. A comienzos de este mismo año inició su labor la Comisión para el estudio de las fuentes de energía de Rusia, aneja al Consejo Superior de Economía Nacional. En Petrogrado se formó el Comité de Electrificación; en Moscú, el Comité para la Electrificación de la Zona Industrial Central. Se organizó también un comité para elaborar el plan de electrificación del Donbáss. Las mejores fuerzas científicas de Rusia fueron incorporadas a la confección de los planes de electrificación. A propuesta de Lenin, en julio de 1918 el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó una disposición para la construcción de la central hidroeléctrica de Vóljov. Los primeros proyectos de esta hidrocentral fueron elaborados ya en 1911 por el destacado energético G. O. Graftio, pero antes de la revolución no se pusieron en práctica. El Gobierno soviético asignó medios y se comenzó la construcción. El Consejo de Comisarios del Pueblo acordó construir en las proximidades de Moscú la central eléctrica de Shatura. Se elaboraba un programa para desarrollar el combinado Uralo-Kuznetsk como organización económica única para dos grandes zonas del país, así como la construcción de ferrocarriles y la creación de sistemas de regadío en el Turquestán.

Como tarea inmediata del Partido Comunista, Lenin planteó la de inculcar en los trabajadores la disciplina socialista. Después del triunfo de la revolución, los obreros ya no trabajaban para los explotadores, sino para sí mismos; de su trabajo, del incremento de la producción, dependía la situación material de los trabajadores y el fortalecimiento del Estado soviético. Sin embargo, muchos trabajadores no siempre comprendían, ni mucho menos, que el incremento de la productividad del trabajo era su interés vital. Recordando la situación que reinaba en algunas empresas de Rusia durante los primeros meses después de la Revolución de Octubre, Krúpskaya escribía como se había presentado en su gabinete, en el Comisariado del Pueblo de Instrucción Pública, cierta trabajadora de una de las fábricas y le dijo: "En nuestra empresa hoy no trabaja nadie. Ayer hubo una asamblea general y como tenemos mucho que hacer en casa, votamos por no trabajar hoy. Para eso somos ahora los dueños"1051.

1051 N. K. Krúpskaya. Recuerdos sobre Lenin, en la compilación de recuerdos V. I. Lenin a la cabeza de la gran edificación. M., 1960, pág. 23.

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Era necesario combatir esa mentalidad desde los primeros días de la construcción económica, explicar con paciencia e insistencia cuán grande era la responsabilidad de los propios obreros por los destinos del país y por la producción después de subir ellos al poder. Se prestaba gran atención a la educación de una disciplina consciente en las empresas. En el período de transición del capitalismo al socialismo -indicaba Lenin-, para inculcar la disciplina laboral hay que aplicar también, además de los métodos de persuasión, medidas coercitivas respecto a los infractores, vagos y parásitos, contra todos los que se guían por el principio pequeñoburgués de "arrancar tajada y salir disparado".

Lenin consideraba que una de las tareas más importantes del Partido Bolchevique y del Gobierno soviético era la organización de la emulación socialista de los trabajadores. Liquidando la explotación del hombre por el hombre y transformando a los trabajadores en dueños de la producción y de los resultados de su trabajo, la revolución socialista crea posibilidades ilimitadas para la actividad creativa de las masas. Lenin veía en la emulación socialista un nuevo método de lucha para elevar la productividad del trabajo, inculcar una disciplina consciente e incorporar a las masas en la edificación socialista. Enseñaba al partido a tener una actitud solícita respecto a los brotes de lo nuevo, a estudiar la experiencia de los vanguardistas y hacerla patrimonio de todos. "La fuerza del ejemplo adquiere por vez primera la posibilidad de ejercer su influencia en vasta escala" -escribía Lenin1052.

Lenin concedía gran importancia a la búsqueda de formas y métodos adecuados para dirigir la economía nacional. Generalmente, en las empresas se creaban administraciones colegiadas: los obreros solucionaban todos los problemas a través de sus organizaciones electivas, en las asambleas y mítines. Esto era dictado por las condiciones de aquella época, cuando se demolían las formas capitalistas de gestión y los obreros carecían de sus organizadores de la producción. Sin embargo, las formas colegiadas de dirección tenían también insuficiencias; en particular, no había responsabilidad individual por las resoluciones aprobadas.

En la nueva etapa de edificación, que comenzó en la primavera de 1918, Lenin planteó el problema de introducir la dirección unipersonal en la producción como importante premisa para organizar correctamente el proceso laboral. Al propio tiempo, subrayaba la necesidad de conjugar la dirección unipersonal con el control por parte de los trabajadores de la actividad tanto de personas aisladas como de los organismos rectores. En esto él veía una garantía segura contra las posibles 1052 V. I. Lenin. Las tareas inmediatas del Poder soviético. O.C., t. 36, pág. 191.

tergiversaciones burocráticas. Lenin señalaba que el principio fundamental de dirección de la economía nacional debía ser el principio del centralismo democrático: conjugar la dirección estatal centralizada y planificada con el desenvolvimiento de la iniciativa de los órganos locales y la actividad creadora de las masas trabajadoras.

El socialismo, aducía Lenin, exige una gran producción social en la industria y en la agricultura; mas la gran industria mecanizada no puede organizarse sin los hombres de la ciencia y de la técnica, sin especialistas. Para dirigir la economía nacional se necesitaban cuadros que pudiesen administrar la gran industria. Cuadros de esta naturaleza, fieles al Poder soviético, había muy pocos y se precisaba tiempo para prepararlos. En el medio obrero se discutía a la sazón el problema de si era o no necesario utilizar a los viejos especialistas en el trabajo nuevo, creador. La mayoría de los especialistas estaba vinculada a la burguesía, procedía de ella, no aceptaba el Poder soviético y participaba en el sabotaje. Lenin advertía al Partido Comunista que éstos no comprenderían de golpe el significado de la revolución socialista y que se precisaba reeducarlos con paciencia. Para organizar la gran economía socialista era necesario utilizar a los especialistas burgueses, rodearles de atenciones y consideraciones, interesarles materialmente. El ingeniero-tecnólogo P. A. Kozmín, activo participante en la edificación económica, recordaría más tarde una conversación con Lenin, quien dijo: “Traiga ingenieros, camarada Kozmín, tráigalos al Smolny, pues sin especialistas estamos perdidos... A quien acuda a trabajar le trataremos mejor que los capitalistas. Después ya comprenderán que realizan una labor grandiosa"1053.

El proletariado tuvo que utilizar también a los organizadores de la industria capitalista. El Gobierno soviético estaba dispuesto a entablar conversaciones con los directores de los trusts, consorcios y bancos. El Gobierno soviético, decía Lenin, propuso a los capitalistas:

"Sométanse a la regulación estatal; subordínense al poder estatal, y en lugar de la destrucción completa de las condiciones que corresponden a los viejos intereses, costumbres y puntos de vista de la población, tendrán un cambio gradual de todo esto mediante la regulación estatal..."1054.

Los primeros intentos del Poder soviético de utilizar a los elementos del capitalismo de Estado se hicieron en las postrimerías de 1917, cuando se sostenían conversaciones entre los representantes del Consejo de Comisarios del Pueblo y un grupo de

1053 P. A. Kozmín. La preocupación de Lenin por los especialistas, en la compilación V. I. Lenin a la cabeza de la gran edificación, pág. 204. 1054 V. I. Lenin. VII Conferencia del partido de la provincia de Moscú. O.C.; t. 44, págs. 201-202.

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capitalistas encabezado por el gran industrial e ingeniero A. P. Mescherski. Las negociaciones se realizaban entonces para crear, sobre la base de las empresas del grupo industrial-financiero Sórmovo-Kolomna, un trust capitalista de Estado que concentrase el 88% de la construcción de locomotoras, el 50% de la de vagones, varias zonas mineras y fábricas metalúrgicas. Pero el grupo de Mescherski planteó condiciones inadmisibles. Las conversaciones se prolongaron desde noviembre de 1917 hasta abril de 1918 y terminaron sin resultado alguno. Durante ese tiempo, los órganos administrativos soviéticos y las organizaciones obreras prepararon el terreno para nacionalizar las fábricas de construcción de maquinaria y, sobre esta base, crear una agrupación estatal.

El 26 de febrero de 1918, la asamblea unificada de organizaciones fabriles de la empresa de Kolomna y de representantes del Soviet local y del sindicato de metalúrgicos discutió la labor realizada por la administración encabezada por Mescherski y señaló que ésta causaba daños a los intereses de la clase obrera. Se decidió "solicitar inmediatamente ante todas las organizaciones centrales y ante el Consejo de Comisarios del Pueblo que se expropie la fábrica de Kolomna a la sociedad anónima, poniéndola a disposición de la República de Rusia"1055.

Los fabricantes de cueros y tejidos reconocieron el control del Estado soviético. Las instituciones centrales que dirigían estas ramas de la industria se componían, en lo fundamental, de obreros que habían sabido aplicar la experiencia de los organizadores de la industria capitalista. El afán de los textileros por aprender de los capitalistas a administrar recibió la aprobación de Lenin.

El plan leninista de la edificación socialista fue recibido hostilmente por todos los enemigos de la dictadura del proletariado. Contra él se manifestaron también los "comunistas de izquierda". Estos estaban en contra de la contabilidad y el control del Estado, se oponían a la educación de la disciplina laboral, a la implantación de la dirección unipersonal, al empleo de los especialistas burgueses y al capitalismo de Estado, que ellos calificaban de retorno al régimen burgués. Pero fracasaron las tentativas de los "comunistas de izquierda" de torpedear la realización del plan leninista. Ya en la primavera de 1918 se iban perfilando los primeros éxitos en la lucha de los obreros de vanguardia y de los comunistas por el fortalecimiento de la disciplina laboral y por la elevación de la productividad del trabajo.

El regreso de los cuadros obreros que se encontraban en el ejército contribuía al reforzamiento de la disciplina laboral y al mejoramiento del trabajo

1055 8acionalización de la industria en la URSS. 1917-1920. Compilación de documentos y datos. M., 1954, pág. 353.

de las empresas. Paralelamente, abandonaban las ciudades los obreros antes vinculados con la agricultura, que en los años de guerra habían sido incorporados a la industria. De ese modo, las empresas se deshacían de los elementos pequeñoburgueses que intentaban "arrancar la mayor tajada".

En la lucha por reforzar la disciplina laboral se aplicaban tanto medidas educativas como coercitivas. En la primavera de 1918 adquirieron gran difusión en las empresas del país los tribunales de camaradas. Estos tribunales castigaban a los infractores de la disciplina laboral con la amonestación, la expulsión del sindicato o el despido de la empresa.

Al frente del movimiento para reforzar la disciplina se encontraban los obreros bolcheviques, quienes llevaban tras de sí a los demás trabajadores. A últimos de 1917 y comienzos de 1918, las colectividades obreras de vanguardia asumían compromisos para establecer un orden riguroso en sus empresas. En la primavera de 1918 este movimiento se hizo masivo. Alcanzó vasta popularidad el ejemplo de los obreros de la fábrica Brianski, en la ciudad de Bézhitsa. En febrero de 1918, la fábrica se había cerrado debido al sabotaje de los capitalistas. La empresa fue nacionalizada. Los obreros, superando las dificultades, decidieron ellos mismos organizar la producción. Antes, la fábrica se dedicaba únicamente a la producción de guerra y los obreros se prepararon para pasar a la producción de tiempos de paz. El 9 de mayo, el comité fabril y la administración obrera redactaron las Reglas provisionales del orden interno, por las que se establecía una rigurosa disciplina laboral en la empresa. Fueron prohibidos los mítines y reuniones durante las horas laborales, se pagaba solamente por el trabajo realizado y se fijaban sanciones para los infractores de la disciplina laboral.

En este documento se expresaba diáfanamente la idea acerca de la necesidad de implantar la dirección unipersonal en la producción. "No se cumplirá ninguna clase de disposiciones que se den al margen de las personas responsables de la producción -se decía en él-, es decir, del director de la fábrica y de los jefes de talleres y secciones"1056. Lenin elogió mucho las "Reglas de Brianski", aconsejando extenderlas a otras empresas1057.

Fue organizada la asistencia médica a los obreros y se mejoraron sus condiciones de vivienda; en la empresa se creó una universidad popular. Los obreros de la fábrica Brianski se incorporaron activamente a la lucha por una disciplina laboral nueva, socialista. Como resultado, el plan de producción se cumplía en un 100% y la productividad del trabajo en la fabricación de

1056 Ibídem, pág. 647. 1057 V. I. Lenin. Carta a la Conferencia de representantes de las fábricas nacionalizadas. O.C., t. 36, pág. 348.

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vagones alcanzó el nivel del año 1913. El reforzamiento de la disciplina permitió también

aumentar la producción en otras empresas. En la fábrica de frenos Westinghouse, de Petrogrado, se quintuplicó la producción; en los primeros meses de 1918, en la fábrica metalúrgica, en los astilleros del Báltico y en otras empresas la productividad del trabajo ascendió en 1,5-2,0 veces; en la primavera de ese mismo año, en los pozos de Súdzhenka (Kuzbáss) la extracción de hulla se triplicó en comparación con diciembre de 19171058.

A la vez que luchaba por la contabilidad y el control popular de la producción, por el fortalecimiento de la disciplina laboral y por el ascenso de la productividad del trabajo en la industria y el transporte, el Poder soviético arremetió contra los saboteadores, los especuladores y los malversadores del patrimonio popular. Con ayuda de los trabajadores, los órganos de la VChK descubrían depósitos clandestinos de productos alimenticios y diversas mercancías, detenían a los especuladores. La VChK desenmascaró a muchos agentes extranjeros, participantes activos en especulaciones que socavaban la economía del país. De acuerdo con las cláusulas del Tratado de Brest, la República Soviética debía pagar todos los títulos de valor presentados por Alemania. Fueron detenidos varios especuladores que intentaban vender a los alemanes las acciones de una serie de minas. Los diplomáticos alemanes compraban joyas que después trasladaban a Alemania a guisa de "valija diplomática". Esto se descubrió de la manera siguiente: en una de las estaciones de Moscú, a un maletero se le cayó una caja con la inscripción "Berlín. Ministerio de la Guerra"; de dicha caja cayeron objetos de oro y de plata, obligaciones de empréstitos rusos y otros valores. La VChK tomó las medidas necesarias para poner fin a semejantes intentos de robar el patrimonio del pueblo.

El I Congreso de los Consejos de Economía Nacional de Rusia, convocado el 26 de mayo de 1918 por iniciativa del Comité Central del Partido Bolchevique, desempeñó un gran papel en la solución de los más importantes problemas de organización de la economía nacional. En el discurso pronunciado en este congreso, Lenin señaló que en la actividad de los organismos administrativos había "muchas cosas sin terminar, imperfectas y no organizadas", sin embargo, eso no debía despertar recelos; al solucionar las gigantes tareas encaminadas a reestructurar las bases económicas de la sociedad, no había posibilidades de estar aplicando con demasiada frecuencia el proverbio de "antes que te cases, mira lo que haces".

En el congreso suscitaron animada discusión los problemas de las relaciones mutuas entre el centro y 1058 Historia de la URSS. Época del socialismo (1917-1961). M., 1964, pág. 103.

las localidades, la dirección unipersonal y la colegialidad en la administración de la empresa. En el informe del CSEN se recalcaba la necesidad de la dirección centralizada de la industria: las empresas debían estar subordinadas a los consejos de economía nacional1059. Contra este planteamiento de la cuestión se manifestaron los "comunistas de izquierda". La misión del centro -decían ellos- no es dirigir, sino controlar. Este punto de vista descentalizador no tenía nada de común con el plan leninista de dirección centralizada de la industria.

En la resolución acerca de la situación económica del país y de la política económica, el congreso hizo constar que las medidas económicas del Poder soviético habían "liquidado la posesión terrateniente en el campo y apartado a la burguesía de la dirección de la vida económica del país"1060. El congreso también reconoció necesario terminar la nacionalización de las ramas más importantes de la industria.

Después de celebrarse el I Congreso de los Consejos de Economía Nacional de Rusia se intensificó la labor para nacionalizar ramas enteras de la industria. Ya en abril de 1918, el Comisariado del Pueblo de Comercio e Industria aprobó una disposición que prohibía la venta, la compra y otros tratos, de los que eran objeto las empresas comerciales e industriales1061, y el Consejo de Comisarios del Pueblo promulgó un decreto para el registro indispensable de todas las acciones y obligaciones, Estas medidas dificultaban a los industriales la ocultación y malversación de los valores y bienes de las empresas antes de realizarse la nacionalización.

Una de las primeras industrias nacionalizadas (2 de mayo de 1918) fue la azucarera, la cual, igual que la petrolera, era una de las ramas más sindicadas.

Por disposición del CSEN, el 18 de junio fueron nacionalizadas las empresas del grupo Sórmovo-Kolomna. Después de efectuar los preparativos necesarios, el Consejo de Comisarios del Pueblo promulgó el 20 de junio un decreto para la nacionalización de toda la industria petrolera1062.

La nacionalización de las empresas la realizaban los órganos de poder, tanto centrales como locales. Los órganos centrales -Consejo de Comisarios del Pueblo y Consejo Supremo de Economía Nacional- nacionalizaban, fundamentalmente, las grandes empresas; los órganos locales nacionalizaban, primordialmente, aquellas empresas de cuyo trabajo dependía la satisfacción de las necesidades de la población. En primer lugar se nacionalizaban las

1059 Trabajos del I Congreso de los Consejos de Economía 8acional. 26 de mayo-4 de junio de 1918. Actas taquigráficas. M., 1918, pág. 340. 1060 Ibídem, pág. 251. 1061 Dirección de Estadística, 1918, N° 32. pág. 425. 1062 Ibídem, N° 45, pág. 546.

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panaderías, molinos y curtiderías, ya que el cese del trabajo de estas empresas repercutía gravemente en el abastecimiento de la población con productos alimenticios y objetos de primera necesidad. A finales de julio de 1918 ya se habían nacionalizado 2.058 empresas industriales grandes, medianas y pequeñas1063.

La exitosa realización del control obrero en las empresas y las primeras experiencias obtenidas en la construcción económica sobre la base del plan leninista permitieron poner en práctica el programa de la nacionalización de las ramas fundamentales de la gran industria del país, trazado por Lenin ya en diciembre de 1917.

El 28 de junio de 1918, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó un decreto de suma importancia por el que se nacionalizaban las grandes empresas de todas las ramas básicas de la industria que pertenecían a compañías anónimas: minera, siderúrgica, textil, electrotécnica, forestal y maderera, tabacalera, cauchera y otras1064. Según este decreto, pasaban a ser propiedad del Estado soviético unas 1.500 empresas de sociedades anónimas.

De hecho, el traspaso de las empresas a propiedad del Estado proletario debería realizarse a medida que los órganos económicos fuesen preparando la socialización real de los medios de producción. A fin de crear las condiciones para que las empresas pasasen más organizadamente a manos del proletariado, el decreto del 28 de junio preveía dejar a los anteriores propietarios como arrendatarios provisionales. Este procedimiento garantizaba el paso sistemático del control obrero a la dirección obrera en escala de todo el país. La entrega de las empresas iba acompañada de una minuciosa comprobación de la maquinaria, materias primas, combustibles y medios monetarios.

Los sindicatos desempeñaron gran papel en la nacionalización y en la organización del trabajo de las empresas nacionalizadas. El Presídium del CSEN aprobó el 30 de julio de 1918 las instrucciones. "A los comités fabriles, comisiones de control. Soviets de diputados, departamentos principales y centros encargados de llevar a la práctica el decreto de la nacionalización de la industria".

Después de aprobarse el decreto del Consejo de Comisarios del Pueblo del 28 de junio de 1918, se aceleró el proceso de transferencia de las empresas a propiedad del Estado.

El II Congreso de los Consejos de Economía Nacional de Rusia, celebrado en diciembre de 1918, constató que la nacionalización de la industria había sido terminada en lo fundamental.

1063 V. Z. Dróbizhev. La socialización socialista de la industria en la URSS. "Voprosi istorii", 1964, Nº 6, pág. 58. 1064 Decretos del Poder soviético, t. II, M., 1959, págs. 498-503.

La nacionalización de la gran industria era un vigoroso golpe que el Poder soviético asestó al capital ruso y extranjero, privándolo de su base económica en el país para luchar contra el Estado soviético. La nacionalización de la gran industria tenía importancia decisiva para crear la base económica del socialismo y para transformar toda la economía nacional.

Los enemigos de la revolución socialista, esforzándose por desacreditar la política del Poder soviético, afirmaban que éste realizaba la nacionalización sin reflexionar, sin sistema alguno, que era un "proceso anárquico de usurpaciones". En realidad, se efectuaba de acuerdo con el programa elaborado por el partido leninista y teniendo en cuenta las condiciones concretas de Rusia.

Para el verano de 1918, el Poder soviético había dado los primeros, pero firmes, pasos en la edificación del socialismo. La experiencia entonces adquirida tenía importancia histórico-mundial.

"Cuando el país ha emprendido la senda de las más grandes transformaciones -decía Lenin-, el mérito de este país y del partido de la clase obrera, que ha triunfado en él, consiste en que hemos emprendido de lleno el cumplimiento práctico de las tareas planteadas antes en abstracto, teóricamente. Esa experiencia no se olvidará.... Esa experiencia ha entrado en la historia como una conquista del socialismo, y la futura revolución internacional erigirá sobre ella su edificio socialista"1065.

Capítulo XIII. La agresión de los imperialistas

contra la Republica Soviética. V Congreso de los Soviets.

1. Comienzo de la intervención militar extranjera y la guerra civil.

Los imperialistas de los Estados Unidos, Inglaterra, Francia y otros países capitalistas acariciaban la esperanza de que el "experimento bolchevique", como ellos llamaban la Revolución de Octubre, fracasaría. Hacían todo cuanto de ellos dependía para que así fuese: alentaban a la lucha antisoviética a la contrarrevolución de Rusia, la abastecían con armas y dinero, realizaban labor de zapa en la retaguardia soviética y organizaban el bloqueo económico y político de la República Soviética. Mas pasaban semanas y meses, pero las esperanzas de los imperialistas no se justificaban. La revolución socialista, superando todas las dificultades, se desarrollaba, logrando nuevas victorias.

Los imperialistas veían en la existencia del Estado soviético una amenaza para todo el sistema capitalista. Además, no querían conformarse con la pérdida de los enormes beneficios que obtenían explotando a los pueblos de Rusia y malversando sus 1065 V. I. Lenin. Discurso pronunciado en el I Congreso de los Consejos de Economía 8acional. O.C., t. 36, pág. 383.

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riquezas. La Paz de Brest, que afianzó la situación de la República Soviética e intensificó el anhelo de paz de todos los países, llenó de feroz indignación a los imperialistas de la Entente, quienes, abandonando el manto de la mansedumbre, decidieron atacar abiertamente a la República Soviética y acrecentar la ayuda a la contrarrevolución interna. Su objetivo principal consistía en derrocar el Poder soviético, restablecer el dominio de los terratenientes y capitalistas y obligar a Rusia a seguir participando en la guerra al lado de la Entente.

La intervención comenzó sin declaración de guerra, a espaldas de los pueblos de los EE.UU., Inglaterra, Francia y Japón. Para tener mayor libertad de acción los embajadores aliados se trasladaron de Petrogrado a Vólogda, desde donde les era más cómodo manejar los hilos de las conjuras antisoviéticas. Ya en marzo de 1918 desembarcaron en Múnnansk los primeros destacamentos de tropas anglo-francesas, a las que se unió en mayo un destacamento de infantería norteamericana. A los intervencionistas les ayudó el traidor A. M. Yúriev (Alexéev), quien encabezaba a la sazón el Soviet de Múrmansk. Sin el asenso y el conocimiento del Consejo de Comisarios del Pueblo, concertó con los intervencionistas un "tratado verbal", invitándoles a Múrmansk como si fuera para "defender" el Norte de las tropas alemanas.

Durante la primavera y el verano, la intervención en el Norte seguía ampliándose. A comienzos de agosto fue ocupado Arjánguelsk. Protegidos por las bayonetas de los intervencionistas, los guardias blancos formaron allí su "Gobierno" encabezado por el "socialista popular" N. V. Chaikovski.

A comienzos de abril desembarcaron en Vladivostok tropas japonesas y, después, inglesas, que ocuparon el territorio del Extremo Oriente. A finales de junio, allí aparecieron también tropas norteamericanas.

Desencadenando la guerra civil y comenzando la intervención contra el Estado soviético, la burguesía internacional, en alianza con la burguesía de Rusia, de nuevo obligaron a los obreros y campesinos a empuñar las armas.

En ese período, los países de la Entente no estaban todavía en condiciones de enviar a la Rusia Soviética grandes fuerzas militares. La guerra imperialista continuaba aún y las tropas estaban ocupadas en los frentes; por eso ellos cifraban sus esperanzas en la contrarrevolución de Rusia, la cual debía organizar una serie de sublevaciones en el interior del país.

La señal para las acciones resueltas de la contrarrevolución interna debía ser la sublevación antisoviética del Cuerpo checoslovaco. Esta gran unidad militar, integrada por 60.000 soldados y oficiales bien armados, había sido formada ya antes de la Revolución de Octubre con los checos y

eslovacos del ejército austro-húngaro hechos prisioneros o que se habían pasado al lado de Rusia. Se suponía utilizar este Cuerpo contra Alemania en el teatro de acciones militares de Francia. El Gobierno soviético permitió a los checoslovacos dirigirse al Extremo Oriente y, desde allí, salir para Francia por mar. En la primavera de 1918, los trenes de tropas checoslovacas se extendían desde el Volga hasta Siberia Occidental.

Confabulándose con el mando reaccionario del Cuerpo checoslovaco, los imperialistas preparaban el alzamiento. A través del general Janin, Francia entregó para este fin más de 11 millones de rublos; Inglaterra cerca de 90.000 libras esterlinas1066. El Presidente de los Estados Unidos, Wilson, les entregó sólo de su fondo particular cerca de 8 millones de dólares1067. Para alzar en armas a los checoslovacos contra los Soviets, les decían que el Consejo de Comisarios del Pueblo quería entregarlos a Austria-Hungría y que para evitarlo era necesario levantarse contra el Poder soviético. Por participar en la conjura antisoviética, a los checoslovacos les prometían la "independencia" de su país. Los soldados engañados se vieron envueltos en la lucha antisoviética. El alzamiento comenzó el 25 de mayo.

Sin embargo, no todos los soldados checoslovacos, ni mucho menos, se dejaron influenciar por la propaganda antisoviética y nacionalista. Unos 12.000 checos y eslovacos se negaron a combatir contra los obreros y campesinos rusos y se alistaron en el Ejército Rojo1068.

El Cuerpo checoslovaco, que ocupaba importantes vías de comunicación, representaba en aquellos tiempos una fuerza temible, mientras que el Ejército Rojo era todavía exiguo. Contra el Poder soviético se alzaron también los kulaks de las regiones del Volga y de Siberia. En el transcurso de junio, los facciosos ocuparon las ciudades de estas dos regiones. Se apoderaron de Cheliábinsk, Ekaterimburgo, Sízran, Samara, Omsk, Penza, Tomsk y otras ciudades.

En los territorios ocupados se disolvían los Soviets y se creaban "gobiernos" contrarrevolucionarios. Así, en junio de 1918 se creó en Samara un "Gobierno" constituido fundamentalmente por eseristas, ex miembros de la Asamblea Constituyente contrarrevolucionaria. Este "Gobierno" comenzó a denominarse "Comité de Miembros de la Asamblea Constituyente" (Komuch). Apoyándose en las bayonetas de los intervencionistas, los contrarrevolucionarios restablecieron en el territorio ocupado el régimen

1066 M. D. Bonch-Bruévich. Todo el poder a los Soviets. M., 1957, pág. 294. 1067 G. G. Alajvérdov, N. F. Kuzmín, M. V. Ribakov, A. M. Spirin y N. I. Shataguin. Compendio de la historia de la guerra civil en la URSS. M., 1960, pág. 31. 1068 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 3, M., 1957, pág. 185.

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burgués-terrateniente, asesinaban ferozmente a los comunistas, a los miembros de las instituciones soviéticas y a los obreros y campesinos de vanguardia.

Con el concurso de los imperialistas anglo-norteamericanos y franceses, en Omsk se organizó el "Gobierno" eserista-menchevique contrarrevolucionario de Siberia; en Ekaterimburgo, el "Gobierno Regional de los Urales", integrado por demócratas constitucionalistas, eseristas y mencheviques.

Para ese tiempo, Alemania, violando alevosamente la Paz de Brest, ocupó las provincias del Báltico, Bielorrusia y Ucrania. En Bielorrusia, los imperialistas alemanes formaron un "Gobierno" marioneta con representantes de la Rada nacionalista burguesa de Bielorrusia; en Letonia, Lituania y Estonia, "Gobiernos" integrados por la burguesía local y los barones alemanes del Báltico; a Ucrania regresó la Rada Central, pero los alemanes no tardaron en disolverla y organizaron una parodia para elegir hetman de Ucrania a su protegido P. P. Skoropadski, antiguo general zarista y opulento terrateniente ucraniano. Con su ayuda, los ocupantes alemanes se llevaron de Ucrania enormes cantidades de comestibles y productos industriales.

Los pueblos de Ucrania, Bielorrusia y provincias del Báltico, igual que todos los trabajadores de Rusia, se alzaron a la lucha contra los ocupantes y la contrarrevolución interna. Esta lucha adquirió proporciones particularmente grandes en Ucrania. El Comité Ejecutivo Central de los Soviets de Ucrania instituyó el Comité Extraordinario para la Defensa de la República y de la Revolución. En varias ciudades ucranianas estallaron sublevaciones contra los ocupantes. En el territorio ocupado por las tropas alemanas comenzó la lucha guerrillera. Los destacamentos de guardias rojos, manteniendo pesados combates, retrocedían bajo la presión de fuerzas superiores del enemigo, agotando a sus tropas.

En ese mismo tiempo, la contrarrevolución de Transcaucasia desarrollaba acciones enérgicas. Los mencheviques georgianos y los nacionalistas burgueses armenios y azerbaidzhanos se adueñaron temporalmente del poder y se confabularon con el mando germano-turco. Como resultado, Georgia y Armenia fueron ocupadas por las tropas de Alemania y Turquía.

A mediados de 1918, las tropas alemanas irrumpieron en la región del Don. Con ayuda de los invasores germanos, el general Krasnov formó aquí su ejército contrarrevolucionario cosaco. En el verano de 1918, este ejército marchó sobre Tsaritsin para cortar la comunicación por el Volga y unirse con el Cuerpo checoslovaco y con los cosacos del atamán Dútov.

Con medios de la Entente, en el Cáucaso

Septentrional se organizaba el ejército de guardias blancos de Denikin. Cumpliendo misiones del servicio de información inglés, los mencheviques, eseristas y nacionalistas burgueses preparaban en Bakú y en el Turquestán alzamientos contrarrevolucionarios que debían franquear el camino a las tropas inglesas. El Bakú soviético quedó totalmente cercado por tropas enemigas. No sólo las tropas inglesas, sino también las turcas, mandadas por oficiales alemanes, querían llegar a toda costa a la ciudad del "oro negro". La difícil situación de Bakú se agravó más aún debido a que el coronel Bicherájov, que mandaba el destacamento de cosacos del Térek, logró ganarse la confianza del Soviet de Bakú, proponiéndole emplear su destacamento contra los turcos. A finales de julio de 1918, en el período de lucha más tensa, Bicherájov traicionó al Soviet de Bakú y abrió el camino a los turcos.

En este momento, los ingleses ofrecieron hipócritamente su "ayuda" al Consejo de Comisarios del Pueblo de Bakú para hacer frente a los turcos. Los bolcheviques de la ciudad rechazaron estas ofertas y combatieron tanto contra los turcos como contra los ingleses. Sin embargo, los conciliadores del Soviet de Bakú se confabularon con los intervencionistas ingleses y decidieron, por mayoría de votos, invitar a la ciudad a las tropas inglesas. El 31 de julio de 1918, el Poder soviético en Bakú fue depuesto y unos días más tarde en la ciudad entró un destacamento de tropas británicas mandado por el general L. Dunsterville.

También comenzó la intervención abierta de las tropas inglesas en Turquestán. Los imperialistas ingleses habían preparado allí un alzamiento de guardias blancos rusos y de nacionalistas turkmenos. A mediados de julio se apoderaron de Ashjabad y crearon el "Gobierno" contrarrevolucionario del Transcaspio. En los últimos días de este mes ya dominaban casi toda la región del Transcaspio. Poco más tarde llegaron tropas inglesas e implantaron un sanguinario régimen colonial.

Los intervencionistas y sus mercenarios cometieron crímenes inenarrables en el territorio ocupado. Los soviéticos honran sagradamente la memoria de los 26 comisarios de Bakú, al frente de S. Shaumián, asesinados salvajemente por los intervencionistas y guardias blancos, y de los dirigentes de la República Turquestana, a la cabeza de P. Poltoratski, así como de decenas de miles de comunistas y de obreros y campesinos sin partido torturados y fusilados en el Norte, en la región del Volga y en otras zonas del país.

La República Soviética se encontró en un cerco enemigo. "Múrmansk en el Norte, el frente checoslovaco en el Este, Turquestán, Bakú y Astrakán en el Sudeste. Como vemos, casi todos los eslabones de la cadena forjada por el imperialismo

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anglo-francés están unidos entre sí"1069 -así apreciaba V. I. Lenin, el 29 de julio de 1918, la situación estratégico-militar creada.

De este modo, ya en la primera mitad de 1918 se habían unificado dos fuerzas antisoviéticas: la contrarrevolución interna y los imperialistas extranjeros. Como resultado de la intervención y la guerra civil, la República Soviética se vio privada de las zonas industriales y agrarias más importantes. El hambre en el país se hizo más cruenta.

Utilizando las tropas checoslovacas, los imperialistas se proponían asestar un golpe sobre el centro del país. Los checoslovacos blancos y los guardias rusos blancos, que disponían de gran superioridad numérica, ocuparon Ekaterimburgo y el 22 de julio se apoderaron de Simbirsk, con su gran fábrica de municiones y el polvorín. El 7 de agosto irrumpieron en Kazán, donde se guardaba la reserva de oro de la República Soviética, y comenzaron su avance hacia Moscú. En este período, el Frente Oriental pasó a ser el principal. El Consejo de Comisarios del Pueblo adoptó medidas enérgicas para rechazar al enemigo. "Somos defensistas desde el 25 de octubre de 1917... Somos defensistas de la Patria socialista"1070 -decía Lenin, exhortando al partido Bolchevique y a la clase obrera a crear un poderoso Ejército Rojo y una firme retaguardia. El 29 de mayo de 1918. el CEC de los Soviets de toda Rusia aprobó la disposición "Sobre el reclutamiento obligatorio al Ejército obrero y campesino". Comenzó el paso de la formación voluntaria del Ejército Rojo al servicio militar obligatorio general. En mayo de 1918, el Ejército Rojo tenía más de 260.000 efectivos y en el otoño del mismo año contaba ya con 80.0001071. Se introducía el instituto de comisarios políticos. En junio se creó el Consejo Militar Revolucionario de la República. El Partido Comunista destinaba al Ejército Rojo a experimentados funcionarios partidarios: M. V. Frunze, V. V. Kúibishev, A. F. Miasnikov, S. I. Gúsiev, P. K. Shtérnberg y otros. Se llevó a cabo una movilización masiva de los comunistas para el Frente Oriental. A finales de 1918, en este frente había más de 25.000 comunistas1072. Ellos y los komsomoles cimentaban las filas de las tropas soviéticas, eran para los soldados ejemplo de heroísmo en los combates. "El título de comunista -se decía en el recordativo de una de las secciones políticas de ejército- impone muchas obligaciones, proporcionando sólo un privilegio: ser el primero en

1069 V. I. Lenin. Discurso pronunciado en la reunión conjunta del CEC... el 29 de julio de 1918. O.C., t. 37, págs. 7-8. 1070 V. I. Lenin, Informe sobre la política exterior en la sesión conjunta del CEC de los Soviets de toda Rusia y del Soviet de Moscú. O.C., t. 36, págs. 341, 342. 1071 Historia de la guerra civil en la U RSS, t. 3, pág. 224. 1072 Ibídem, pág. 232.

la lucha por la revolución"1073. En el transcurso de dos a tres meses, el Gobierno soviético logró crear cinco ejércitos en las regiones del Volga y los Urales y la Flotilla Militar del Volga.

La sublevación del Cuerpo checoslovaco y la ofensiva de los intervencionistas y guardias blancos en el centro de la república eran apoyadas por motines de los kulaks en la retaguardia de las tropas soviéticas. Los eseristas, mencheviques, anarquistas, demócratas constitucionalistas y representantes de otros partidos contrarrevolucionarios organizaron en el verano de 1918 rebeliones de kulaks en todo el país. En Moscú se fraguaba un complot encabezado por la contrarrevolucionaria "Unión para la Defensa de la Patria y la Libertad".

El aplastamiento de todos los alzamientos antisoviéticos no hubiese representado gran dificultad si estas sediciones no estuviesen apoyadas por los Estados extranjeros; sus embajadas y misiones en la República Soviética se convirtieron en centros de reunión de las fuerzas contrarrevolucionarias, de organización de actividades subversivas y de espionaje. Lockhart, representante diplomático inglés y agente del servicio de inteligencia, el agregado militar británico Hill y el agente de espionaje Sidney Reilly; el representante diplomático de Francia, Noulens, y el cónsul general francés, coronel Grenard; el cónsul general estadounidense Poole y otros se dedicaban a organizar complots y agrupaban a todos los partidos y grupos contrarrevolucionarios, desde los monárquicos hasta los mencheviques y eseristas. Ya en la primera mitad de 1918 surgieron organizaciones antisoviéticas clandestinas: "Unión para la Defensa de la Patria y la Libertad", "Centro derechista", "Unión de renacimiento" y "Centro nacional". Un papel de particular importancia en los complots lo desempeñó a la sazón la contrarrevolucionaria "Unión para la Defensa de la Patria y la Libertad", dirigida por el eserista B. Sávinkov y financiada por los imperialistas. En mayo de 1918, la VChK descubrió y liquidó las secciones de esta organización que actuaban en Moscú y en Kazán. Sávinkov se refugió en la sede de la embajada inglesa. Pero la actividad de la "Unión" continuaba. Se preparaban alzamientos en 23 puntos del país, de tal modo que Moscú y Petrogrado se encontrasen simultáneamente en un cerco contrarrevolucionario. De acuerdo con este plan, Noulens ordenó a Sávinkov que hiciese coincidir el comienzo del alzamiento con el desembarco de nuevas tropas intervencionistas en Arjánguelsk, es decir, en las primeras fechas de julio1074. Se presuponía coordinar estos alzamientos con la ofensiva de los intervencionistas en el Norte y de los checoslovacos

1073 Cita del libro de Yu, Poliakov y D. Shélestov El combativo año dieciocho. M., 1958, pág. 50. 1074 Pravda, 30 de agosto de 1924.

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en el Este, creando así un frente contrarrevolucionario único.

Pero este plan tan ampliamente premeditado fracasó gracias a las medidas adoptadas por el Gobierno soviético. Únicamente en Yaroslavl lograron los contrarrevolucionarios organizar una sedición y mantenerse durante dos semanas (del 6 al 21 de julio). En Ríbinsk y Múrom, el alzamiento fue liquidado en su mismo comienzo, y en otras ciudades no se registró ningún disturbio. El fracaso del plan antisoviético se debía a que la contrarrevolución no tenía apoyo en las masas. Los obreros y campesinos denunciaban los complots y motines y junto con los órganos de la VChK los prevenían.

En la organización de las sediciones antisoviéticas tomaron parte activa los eseristas de izquierda descontentos con la política de los comunistas. El fortalecimiento de la dictadura del proletariado y el despliegue de la revolución socialista demostraban que los bolcheviques llevaban con seguridad al país por el camino del desarrollo socialista y que no había fundamentos para esperar cambios en la política del Poder soviético. Para los eseristas de izquierda la cuestión se planteaba así: defender los intereses de los obreros y campesinos, y por lo tanto, marchar en bloque con los bolcheviques, o ir junto con los que se pronuncian contra la dictadura del proletariado.

Después de firmarse la Paz de Brest, los eseristas de izquierda desplegaron una furibunda campaña de calumnias contra el Partido Bolchevique y el Poder soviético. Ellos se pronunciaron contra el monopolio del trigo, contra la dictadura en los productos alimenticios y contra los comités de campesinos pobres. Todo esto hizo que los campesinos, en los que antes se apoyaban, les volviesen la espalda. Privado de una base social, en el verano de 1918 el partido de los eseristas de izquierda se pasó definitivamente al bando de la contrarrevolución y emprendió la senda de los complots contra el Poder soviético. El 24 de junio, el Comité Central del partido de los eseristas de izquierda aprobó el plan de la sublevación armada en Moscú. La señal para el alzamiento, sincronizado con la apertura del V Congreso de los Soviets, debería ser el asesinato del embajador alemán Mirbach. Con esta provocación, los eseristas de izquierda pensaban frustrar la Paz de Brest, provocar la ofensiva de las tropas alemanas y adueñarse del poder en el país. La principal fuerza combativa de los facciosos era un destacamento de 600 hombres capitaneado por el eserista de izquierda Popov.

El particular peligro que representaban los alzamientos en estado de preparación consistía en que los eseristas de izquierda se encontraban en el aparato soviético, en el CEC de los Soviets de toda Rusia, incluso en la VChK y en el Ejército Rojo, desempeñando algunos de ellos cargos de responsabilidad.

En el momento que se preparaban aventuras bélicas, la contrarrevolución en el interior del país desencadenó el terrorismo contra personalidades dirigentes del Partido Bolchevique y del Estado soviético, contra los funcionarios del partido y de los Soviets en las localidades. De la envergadura que adquirió esta actividad terrorista en 1918 puede juzgarse por el hecho de que, sólo en julio, los contrarrevolucionarios perpetraron en 22 provincias de la RSFSR 414 actos terroristas contra representantes del Poder soviético1075, en los que perecieron miles de obreros y campesinos de vanguardia. El 20 de junio, en Petrogrado fue asesinado V. Volodarski, uno de los dirigentes de la organización petrogradense del Partido Comunista. El 30 de agosto, un miembro del partido eserista mató a M. S. Uritski, presidente de la VChK de Petrogrado. El mismo día, en Moscú se realizó el salvaje atentado contra la vida del jefe de la revolución. Cuando Lenin salía de una fábrica, donde había hablado a los obreros, sonaron los traidores disparos de la eserista Kaplán. Lenin resultó gravemente herido por dos balas envenenadas.

El atentado contra la vida del jefe de la revolución provocó una enorme oleada de ira e indignación entre los trabajadores de todo el país. En los mítines y asambleas de los obreros, campesinos y combatientes del Ejército Rojo se aprobaban resoluciones exigiendo castigar implacablemente a los contrarrevolucionarios. Respondiendo al terrorismo contrarrevolucionario, el 5 de septiembre el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó una resolución para aplicar el terror rojo masivo contra los contrarrevolucionarios1076. La VChK descubrió decenas de complots de organizaciones clandestinas y capturó a centenares de traidores, espías y saboteadores. En agosto y septiembre de 1918, la VChK liquidó el complot antisoviético del espía inglés R. Lockhart. Durante el registro en la embajada inglesa y en los domicilios de agentes extranjeros se confiscó gran cantidad de armas, municiones y documentos contrarrevolucionarios.

Mientras V. I. Lenin estaba enfermo, las tropas del Frente Oriental liberaron Kazán y Simbirsk. "¡Querido Vladímir Ilich! -le escribían los combatientes del I Ejército-, la toma de su ciudad natal es el resarcimiento por una de sus heridas, y para compensar la segunda ocuparemos Samara". Lenin les contestó: "La toma de Simbirsk -mi ciudad natal- es el mejor remedio, el mejor vendaje para mis heridas. Siento un nuevo impulso de ánimo y de fuerzas. Felicito a los soldados rojos por la victoria y, en nombre de todos los trabajadores, les expreso mi

1075 A. I. Lepioshkin. Los órganos de poder locales del Estado soviético (1917-1920). M., 1957, pág. 218. 1076 8oticias del CEC de los Soviets de toda Rusia y del Soviet de Moscú. 8 de septiembre de 1918.

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gratitud por todos sus sacrificios"1077. La joven República Soviética crecía y se

fortalecía en los combates contra los enemigos internos y externos. La revolución socialista seguía avanzando.

2. V Congreso de los Soviets de toda Rusia En los azarosos días estivales de 1918, el país se

preparaba para el V Congreso de los Soviets de toda Rusia. Se celebraban congresos provinciales y distritales de los Soviets, en los que se discutían los problemas más candentes de la edificación de la vida nueva y de la política interior y exterior del Gobierno soviético. En estos comicios se elegían los delegados al V Congreso de los Soviets de toda Rusia, a los que se les daba el mandato de apoyar en todo a los comunistas. Millones de obreros y campesinos expresaban su voluntad, por la que debería guiarse el Congreso de los Soviets de toda Rusia, órgano supremo del poder estatal de la República Soviética.

En el tiempo transcurrido desde la subida del proletariado al poder se habían operado muchos cambios en la vida política, económica y cultural del país. Se precisaba hacer el balance de la labor creadora revolucionaria realizada por los trabajadores de la República Soviética y trazar nuevas tareas.

Por encargo del CEC de los Soviets de toda Rusia, el 4 de julio Y. M. Sverdlov inauguró el V Congreso de los Soviets. La espaciosa sala del Teatro Bolshói de Moscú estaba repleta. Al congreso asistían muchos invitados: obreros, campesinos y soldados rojos.

En las labores del congreso participaron 1.164 delegados con derecho a voz y voto, de los cuales 773 eran comunistas, es decir, dos tercios. Pero también era numeroso el grupo de los eseristas de izquierda: 353 delegados1078. Además, los eseristas de izquierda confiaban en atraer a su lado a los "comunistas de izquierda", escisionando así el comicio.

El representante de los obreros ingleses dirigió un saludo al congreso. En la resolución del Partido Socialista Británico, leída a los congresistas, se decía: "Hay que recordar a los gobiernos imperialistas de todos los países que el proletariado internacional no les permitirá la menor ingerencia en los asuntos de la Rusia obrera y campesina"1079. El congreso recibió también mensajes de saludo de los grupos socialdemócratas de Alemania y de los campesinos de Noruega. En el momento cuando los imperialistas habían desencadenado las acciones

1077 V. I. Lenin. Telegrama al CE de la provincia de Penza y al Comité Militar Revolucionario del I Ejército. O.C., t. 37, pág. 95. 1078 V Congreso de los Soviets de diputados obreros, campesinos, soldados y cosacos de toda Rusia. Actas taquigráficas. M, 1918. págs. 249, 250. 1079 Ibídem. pág. 7.

militares contra la República Soviética, estos mensajes de los trabajadores extranjeros tenían un valor especial; evidenciaban el aumento de la autoridad internacional del País de los Soviets y de la solidaridad internacional; era la demostración de que los trabajadores de la República Soviética no se hallaban solos ante el bandidesco ataque.

El congreso recibió numerosos saludos de los trabajadores de las ciudades y aldeas del país y de las unidades militares. Los obreros y campesinos expresaban la certidumbre de que el Congreso defendería inquebrantablemente las conquistas de la revolución socialista y declaraban estar dispuestos a apoyar sus resoluciones.

Al inaugurar el congreso, Y. M. Sverdlov dio a conocer el orden del día del mismo: 1. Informe de balance del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia y del Consejo de Comisarios del Pueblo. 2. El problema de los abastos. 3. Organización del Ejército Rojo socialista. 4. Constitución de la República de Rusia. 5. Elecciones del CEC de los Soviets de toda Rusia.

Durante la discusión del orden del día, los eseristas de izquierda propusieron escuchar los informes de los delegados de las organizaciones locales acerca de su labor para poner en práctica los decretos soviéticos, calculando desacreditar la actividad del CEC de los Soviets de toda Rusia y del Consejo de Comisarios del Pueblo mediante la crítica de algunos defectos existentes en el trabajo del aparato soviético en las localidades. Pero la mayoría de los congresistas rechazó esta propuesta. Acto seguido, los eseristas de izquierda exigieron abolir el decreto sobre la pena de muerte para los enemigos del Poder soviético. Esta propuesta también fue rechazada por la mayoría del congreso. Cuando se sometió a votación la resolución de los comunistas que proponía al Gobierno soviético "purificar todas las unidades del Ejército Rojo de provocadores y mercenarios del imperialismo”1080, los eseristas de izquierda abandonaron demostrativamente la sesión.

En la segunda sesión, celebrada el 5 de julio, los delegados escucharon los informes de Y. M. Sverdlov y de V. I. Lenin sobre la gestión del CEC de los Soviets de toda Rusia y del Consejo de Comisarios del Pueblo.

"La actividad del Comité Ejecutivo Central -comenzó su discurso Sverdlov- está tan estrechamente vinculada con la actividad del Consejo de Comisarios del Pueblo que es totalmente imposible concebir su gestión por separado". El informante prestó particular atención al desenmascaramiento de los eseristas de izquierda y a su labor desorganizadora en el CEC de los Soviets de toda Rusia después del IV Congreso de los Soviets. "Todas las cuestiones importantes que estaban en el

1080 Ibídem. pág. 36.

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orden del día del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda Rusia -señaló- fueron aprobadas por nuestros votos contra los votos de los eseristas de izquierda, eseristas de derecha y mencheviques”1081. El orador demostró que los eseristas de izquierda ya no se diferenciaban en nada de los eseristas de derecha y de los mencheviques. Entre los eseristas de izquierda despertaba un odio especial la política de abastos del Gobierno soviético encaminada a salvar del hambre al ejército, a los obreros y a los campesinos pobres. En el país había suficiente trigo, pero los kulaks no querían entregarlo al Estado a precios de tasa. Esto obligó al CEC de los Soviets de toda Rusia y al Consejo de Comisarios del Pueblo a promulgar varios decretos acerca de la lucha contra la burguesía rural, la organización de comités de campesinos pobres y la creación de destacamentos de abastos formados por obreros.

Los eseristas de izquierda en el congreso decidieron presentar combate en lo referente a los comités de campesinos pobres y los destacamentos de abastos. M. A. Spiridónova, líder de los eseristas de izquierda, informó sobre la actividad de la sección campesina del CEC de los Soviets de toda Rusia. Su discurso, lleno de malignidad y de calumnias contra los bolcheviques y el Gobierno soviético, tenía como finalidad enfrentar a los campesinos contra los obreros.

En el informe sobre la gestión del Consejo de Comisarios del Pueblo y en su discurso de clausura, Lenin analizó el trabajo realizado por el Consejo de Comisarios del Pueblo, señaló las dificultades que tenían que superar los obreros y campesinos. "Cada mes de este trabajo y esta experiencia -dijo Lenin- vale por diez, si no por veinte años de nuestra historia"1082. Señaló la necesidad de fortalecer la disciplina, la cual debía asentarse sobre bases totalmente nuevas, debía ser una disciplina camaraderil, una disciplina de independencia e iniciativa en la lucha1083. En su informe, Lenin dio una réplica demoledora a los eseristas de izquierda por su política antisoviética; demostró que los obreros y campesinos aprobaban totalmente la política de los comunistas y que se pronunciaban contra los provocadores de la guerra.

El Gobierno soviético -señaló Lenin- ha prestado su principal atención al problema de los abastos y se han tomado las medidas más extremas para superar el hambre y aplastar el sabotaje de los kulaks. Tras los guardias blancos, los eseristas de izquierda gritaban que la organización de los comités de campesinos pobres era una lucha contra el campesinado trabajador. "¡Es falso -objetaba con insistencia Lenin-, y mil veces falso, decir que ésta es una lucha

1081 Ibídem. pág. 45. 1082 V. I. Lenin. V Congreso de los Soviets. O.C., t. 36, pág. 499. 1083 Ibídem, pág. 500.

contra el campesinado!... Quien afirme esto es un grandísimo criminal... No, no sólo no luchamos contra los campesinos pobres, sino tampoco contra los campesinos medios"1084. Subrayó con orgullo que la iniciativa creadora revolucionaria de los obreros y campesinos había dado ya resultados fructíferos y que el socialismo había pasado de la esfera de la teoría al terreno del trabajo práctico vivo.

Después de agitados debates fue aprobada por inmensa mayoría de votos la resolución propuesta por el grupo comunista: "…El V Congreso de los Soviets expresa su completa aprobación a la política exterior e interior del Gobierno soviético. El congreso sanciona particularmente las medidas del Poder central en la esfera de los abastos y de la organización de los campesinos pobres"1085.

Por mayoría de votos, el congreso rechazó la resolución propuesta por los eseristas de izquierda para la abrogación de la Paz de Brest y responsabilizó a los soldados de las zonas próximas al frente de vigilar a los que agitaban en pro de la ofensiva contra las tropas alemanas, detenerlos y castigarlos de acuerdo con las leyes de tiempo de guerra.

El 6 de julio, los eseristas de izquierda realizaron un alzamiento armado. Por encargo de su Comité Central, el eserista de izquierda Y. G. Bliumkin, funcionario de la VChK, penetró en la embajada alemana valiéndose de un carnet de identidad falso y asesinó al embajador Mirbach. El terrorista se refugió en el destacamento del eserista de izquierda Popov. A continuación, los eseristas de izquierda comenzaron el cañoneo del Kremlin e intentaron abrirse paso hacia el Teatro Bolshói para detener a los miembros del grupo comunista del V Congreso de los Soviets. Su propósito residía en derrocar por las armas al Gobierno soviético y después, en nombre del V Congreso de los Soviets, proclamar que el poder en el país había pasado a manos de los eseristas de izquierda.

El Gobierno soviético tomó medidas resueltas para liquidar el alzamiento. V. I. Lenin dirigía personalmente la lucha. Sus ayudantes más próximos eran Y. M. Sverdlov, N. I. Podvoiski, y G. I. Petrovski.

Los facciosos disponían tan sólo de unos 1.800 combatientes, un destacamento de caballería de 80 hombres, 6 u 8 piezas de artillería, 4 automóviles blindados y 48 ametralladoras1086. Pero fracasaron sus propósitos de ganar a su lado, mediante el engaño, a ciertas unidades del Ejército Rojo. Sin embargo, la sublevación de los eseristas de izquierda entrañaba gran peligro. El levantamiento en Moscú

1084 Ibídem, págs. 507-508. 1085 V Congreso de los Soviets..., pág. 98. 1086 V. Vladímirova. Los eseristas de izquierda en los años 1917-1918. "Proletarskaya Revoliutsia" ("Revolución Proletaria"), 1927, N° 4, pág. 125.

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no era más que una de las tantas acciones fijadas en una serie de zonas del país. Hubiese bastado un éxito parcial de los facciosos para que a ellos se uniesen otras fuerzas contrarrevolucionarias. Además, en Moscú había pocas tropas soviéticas. Una parte considerable de la guarnición capitalina se había enviado el 5 y 6 de julio a Tambov y a Yaroslavl, donde en aquellos días había comenzado la sublevación de los eseristas de derecha; otra parte de las tropas se encontraba acantonada en campamentos alejados de la ciudad.

El proletariado moscovita desempeñó un enorme papel en el aplastamiento de la sedición eserista en Moscú. En el transcurso de un día, los obreros de la ciudad organizaron destacamentos armados cuyo número global ascendía a 10.000 combatientes1087. En la organización de estos destacamentos prestaban gran ayuda a los comités del Partido Bolchevique y a los Soviets los grupos constituidos por 40-50 comunistas -delegados al V Congreso de los Soviets- que fueron enviados a los distritos de la ciudad. Los obreros y guardias rojos mantenían en los distritos un orden completo; muchos puntos importantes eran custodiados por retenes de la Unión de la Juventud de Moscú; se reforzó la guardia del Kremlin y del Teatro Bolshói: fue detenido el grupo de los eseristas de izquierda del V Congreso de los Soviets encabezado por Spiridónova y algunos otros dirigentes de los eseristas. La sublevación fue decapitada. A las 4 de la madrugada del 7 de julio, los obreros y guardias rojos comenzaron a cercar la zona de ubicación de los sediciosos.

Los eseristas de izquierda intentaron también amotinarse en el Frente Oriental, mandado a la sazón por el eserista de izquierda Muraviov. Los comunistas de Simbirsk, dirigidos por I. M. Vareikis, lograron desenmascarar rápidamente al traidor y aislarle de las masas. Durante la detención, Muraviov ofreció resistencia armada y en el tiroteo entablado resultó muerto. La traición de Muraviov creó dificultades complementarias en el Frente Oriental.

En mítines y asambleas, los obreros, campesinos y guardias rojos condenaban a los traidores del partido de los eseristas de izquierda.

El 9 de julio, después de un aplazamiento de tres días, el V Congreso de los Soviets de toda Rusia reanudó su trabajo. A los eseristas de izquierda no encartados en el alzamiento se les permitió asistir a la sesión. La labor del congreso comenzó a transcurrir en un ambiente de tranquilidad y trabajo práctico.

Después de escuchar el informe sobre los acontecimientos del 6 y 7 de julio, los delegados condenaron unánimemente la criminal aventura de los eseristas de izquierda que actuaban de común acuerdo con la contrarrevolución rusa y los imperialistas extranjeros. El congreso sancionó las 1087 Bednotá, ("El Campesino Pobre"), 10 de junio de 1918.

acciones enérgicas del Gobierno soviético dirigidas contra los sediciosos.

El V Congreso de los Soviets de toda Rusia prestó gran atención al problema de las subsistencias. A. D. Tsiurupa, Comisario del Pueblo de Abastos, caracterizó la difícil situación respecto al trigo, motivada por la guerra imperialista, la intervención y el sabotaje de los kulaks. El país se hallaba bajo el horrible peligro del hambre; era necesario mantenerse a toda costa durante mes y medio o dos meses hasta que se recogiese la nueva cosecha. Gracias al monopolio del trigo, a la dictadura en los productos alimenticios, a los destacamentos de abastos y a los comités de campesinos pobres, el Poder soviético podía, aunque con una norma muy reducida, alimentar a los obreros y campesinos pobres. El V Congreso de los Soviets aprobó plenamente la política de abastos del Gobierno soviético, confirmando la inmutabilidad del monopolio del trigo, de los precios cerealistas de tasa y de la política de organizar a los campesinos pobres para luchar contra los kulaks.

El 10 de julio, el V Congreso de los Soviets discutió el problema del Ejército Rojo. En las condiciones de comienzo de la intervención militar y la guerra civil, la creación de un fuerte Ejército Rojo regular obrero y campesino era cuestión de vida o muerte para el Estado soviético. No en vano los enemigos de la dictadura del proletariado hacían todo lo posible para malograr la organización de las Fuerzas Armadas sobre la base del servicio militar obligatorio general para todos los trabajadores. Los eseristas de izquierda calumniaban al Partido Comunista diciendo que éste restablecía el antiguo ejército y exigían la organización de destacamentos guerrilleros en lugar de un ejército regular y disciplinado.

El congreso aprobó la disposición Acerca de la organización del Ejército Rojo, que determinaba los principios de su estructura y el carácter clasista de las Fuerzas Armadas de la República Soviética. El ejército, se decía en este documento, debe ser centralizado, bien instruido y equipado, cohesionado por una disciplina férrea; educado por comisarios militares seleccionados entre los revolucionarios más irreprochables y firmes. La disposición sancionaba la implantación del servicio militar obligatorio general y proclamaba como deber sagrado y un derecho de honor para todos trabajadores "acudir a la primera llamada en defensa de la República Soviética contra los enemigos internos y externos"1088.

Ese mismo día, el congreso ratificó por unanimidad el texto de la Constitución Soviética, ley fundamental de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, y eligió la nueva composición del Comité Ejecutivo Central de los Soviets de toda

1088 Decretos del Poder soviético, t. II, M., 1959, pág. 542.

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Rusia. El proyecto de la Constitución Soviética lo elaboró una comisión especial del CEC de los Soviets de toda Rusia dirigida por Y. M. Sverdlov, en el que Lenin introdujo después una serie de adiciones que profundizaban el democratismo y las ideas del poder popular, en las que se basaba la Constitución.

Lenin participó también en la elaboración del escudo de la República Soviética. En el dibujo del escudo soviético del primer proyecto del sello estatal de la RSFSR había una espada junto con la hoz y el martillo cruzados. Cuando Lenin recibió el proyecto, relata V. D. Bonch-Bruévich, comenzó examinarlo detalladamente.

"¡Es interesante! -dijo Vladímir Ilich-. Idea hay, mas ¿para qué necesitamos la espada?... No necesitamos las conquistas. La política conquistadora nos es completamente ajena; nosotros no atacamos, sino que nos defendemos de nuestros enemigos internos y externos, nuestra guerra es defensiva y la espada no es nuestro emblema... Tenemos que quitar la espada del escudo de nuestro Estado socialista -continuó diciendo Lenin, y con un afilado lápiz negro la tachó con el signo de corrección-... En lo restante, el escudo está bien... -y firmó el dibujo”1089. El escudo de la República Soviética es el símbolo del trabajo y de la paz.

V. I. Lenin insistía porque en cada capítulo y en cada artículo de la Constitución se expresase con la mayor claridad la esencia clasista del Estado soviético, su pacifismo y democratismo. La implantación de "la dictadura del proletariado urbano y rural y de los campesinos pobres en la forma del potente Poder soviético de toda Rusia para aplastar completamente a la burguesía, extirpar la explotación del hombre por el hombre e instaurar el socialismo..."1090 -así definía la Constitución las tareas del Estado soviético.

La Constitución refrendaba el paso de los medios básicos de producción a propiedad del pueblo y la abolición de la propiedad privada sobre los instrumentos y medios de producción; ratificaba todas las medidas del Gobierno soviético que asentaban la base económica en la edificación del socialismo.

Con la Constitución se confirmaban los principios, elaborados por el Partido Comunista, de la estructuración soviética, o sea, la Federación Soviética, basada en la unión voluntaria de todas las nacionalidades del país; se ratificaba la inmutabilidad de las leyes soviéticas sobre la igualdad de derechos de las nacionalidades y razas y la inadmisibilidad de cualquier privilegio o ventaja de una nación sobre otra, así como cualquier opresión o restricción de derechos de las minorías nacionales. La Constitución

1089 V. D. Bonch-Bruévich. V. I. Lenin en Petrogrado y en Moscú (1917-1920), en la compilación Acerca de Lenin. Memorias, relatos, esbozos. M., 1960, págs. 119, 120. 1090 Decretos del Poder soviético, t. II, pág. 552.

ponía en vigor la libertad de conciencia, de prensa, de reuniones, de mítines y de asociaciones.

Las constituciones burguesas sólo proclaman las libertades y los derechos democráticos, pero no garantizan a los trabajadores las condiciones para llevar a efecto estos derechos. En la Constitución Soviética, el centro de gravedad estaba enfilado a garantizar los derechos de los trabajadores, a la posibilidad de aplicarlos realmente: cada artículo referente a los derechos especificaba las formas y los procedimientos de asegurarlos. Por ejemplo, la libertad de expresar los trabajadores sus opiniones se garantizaba liquidando la dependencia de la prensa del capital y poniendo a disposición de los obreros y campesinos todos los medios técnicos y materiales necesarios. La República Soviética se planteaba como tarea otorgar a los obreros y campesinos instrucción completa, multilateral y gratuita.

"Ningún Estado -decía V. I. Lenin- ha podido dar en 200 años lo que nos da la Constitución Soviética"1091.

Exponiendo los derechos, la Constitución determinaba también los deberes de los ciudadanos. Se proclamaba la consigna de que "El que no trabaja, no come". El trabajo se consideraba el deber primordial de todos los ciudadanos de la República Soviética. La defensa de la Patria socialista era un deber de honor de todos los trabajadores.

En la Constitución Soviética de 1918 se elaboraron y refrendaron los principios del sistema y del derecho electorales vigentes en el Estado soviético en el período de transición del capitalismo al socialismo, o sea, hasta mediados de los años 30, cuando fue aprobada la nueva Constitución de la URSS. De acuerdo con la Constitución de 1918, todos los trabajadores, independientemente del sexo, nacionalidad y creencia religiosa, que hubiesen cumplido los 18 años y no explotasen el trabajo ajeno, tenían derecho a elegir y ser elegidos a los Soviets. A los explotadores se les privaba del derecho electoral.

La forma soviética de dictadura del proletariado, que se había plasmado en nuestro país, no sólo reflejaba las condiciones específicas del período de transición del capitalismo al socialismo en Rusia, sino también las regularidades generales: realización del principio del papel dirigente de la clase obrera y su vanguardia, el Partido Comunista; alianza de la clase obrera con las masas fundamentales del campesinado y otras capas trabajadoras; poder absoluto de los órganos representativos electivos; control de los trabajadores sobre la actividad de todo el aparato; participación cada vez más amplia de los trabajadores en la gestión del Estado; aplicación consecuente del centralismo democrático. Los principios fundamentales sobre los que se basaba y 1091 V. I. Lenin. Discurso en el III Congreso de los sindicatos de toda Rusia. O.C. t. 40, pág. 309.

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funcionaba la forma de poder proletario en Rusia tienen carácter internacional.

La feroz resistencia de la burguesía, económicamente fuerte aún y que gozaba del apoyo del imperialismo internacional, obligó al proletariado a aplicar métodos especiales de aislamiento político de los explotadores. Lenin señalaba que "la restricción del derecho al sufragio" es un asunto específico nacional, y no un problema general de la dictadura. Es un problema que hay que enfocar con un estudio de las condiciones peculiares de la revolución rusa, con un estudio de su camino especial de desarrollo"1092. Esta era una medida provisional.

Las constituciones burguesas, bajo distintos pretextos, privan del sufragio a considerables masas de trabajadores. La Constitución Soviética, por el contrario, no reconocía ninguna clase de restricciones para los trabajadores y sólo prohibía votar a grupos de la burguesía y a sus defensores, insignificantes por su número, pero peligrosos para el Estado de obreros y campesinos.

La Constitución sintetizó y consolidó en una ley fundamental y única las grandes conquistas de la revolución socialista.

En la historia mundial, era la primera Constitución del Estado de la dictadura del proletariado, del Estado de tipo socialista. Se diferenciaba cardinalmente de las constituciones de los Estados burgueses, llamadas a defender el régimen burgués, el dominio de la minoría -los explotadores- sobre la mayoría, es decir, las masas trabajadoras. La Constitución Soviética defendía el poder de los obreros y campesinos, sus intereses clasistas, los intereses de la inmensa mayoría del pueblo, el cual, en los países capitalistas tiene, de acuerdo con la ley, los mismos derechos, pero que en realidad está privado de los derechos democráticos mediante miles de procedimientos y recursos. Por eso Lenin, al señalar la importancia internacional de la Constitución adoptada, decía que ella expresaba "los ideales del proletariado del mundo entero"1093.

Efectivamente, la Constitución Soviética inspiró la simpatía de los obreros de todos los países. "El vocablo "Soviet" -decía Lenin en noviembre de 1919- lo comprenden ahora todos, y la Constitución Soviética ha sido traducida a todos los idiomas y la conoce cada obrero"1094.

* * * Como se decía antes, en diciembre de 1917 los

eseristas de izquierda formaron parte del Gobierno.

1092 V. I. Lenin. La revolución proletaria y el renegado Kautsky. O.C., t. 37, págs. 265-266. 1093 V. I. Lenin. Discurso pronunciado en el mitin del distrito Jamóvniki. O.C., t. 36, pág. 534. 1094 V. I. Lenin. Informe en el II Congreso de las organizaciones comunistas de los pueblos de Oriente. O.C., t. 39, pág. 325.

Pero después de firmarse la Paz de Brest, en marzo de 1918 se retiraron del Gobierno en señal de protesta, aunque siguieron en el CEC de los Soviets de toda Rusia y en otros organismos centrales y locales de poder. Hasta el verano de 1918 tenían en muchos Soviets minorías que constituían hasta el 30-35% de los diputados.

En lo que concierne a los mencheviques, eseristas de derecha y otros miembros de partidos denominados "socialistas", que apoyaban al Gobierno Provisional, desde el mismo comienzo de la revolución se encontraron al otro lado de las barricadas junto con los partidos burgueses contrarrevolucionarios, aunque seguían existiendo legalmente y tenían sus órganos de prensa. Es más, los representantes de estos partidos formaban parte del CEC de los Soviets de toda Rusia y de los Soviets locales. Pero su posición de partidos legales y las posibilidades que les concedía la democracia soviética las utilizaban en perjuicio del Poder soviético. Al formar bloque con los demócratas constitucionalistas y otros elementos contrarrevolucionarios, el partido de los mencheviques y el de los eseristas de derecha comenzaron a participar directamente en la guerra civil que se desencadenaba en el país. Eran organizadores de los "gobiernos" contrarrevolucionarios en los Urales y en Siberia. Esto condujo a que el CEC de los Soviets de toda Rusia se viera obligado a tomar una decisión (14 de junio de 1918), por la que expulsaba del mismo y de todos los Soviets a los representantes del partido de los eseristas (de derecha y del centro) y del de los mencheviques.

En la resolución se decía: "En vista de que 1) el Poder soviético está atravesando un momento exclusivamente difícil, conteniendo al mismo tiempo el empuje del imperialismo internacional en todos los frentes y el de sus aliados en el interior de la República de Rusia, quienes en la lucha contra el Gobierno de los obreros y campesinos aplican todos los medios, desde las más desvergonzadas calumnias hasta el complot y la sublevación armada; 2) es totalmente intolerable la presencia en las organizaciones soviéticas de representantes de partidos que pretenden palmariamente desacreditar y derrocar el Poder de los Soviets; 3) de acuerdo con los documentos publicados anteriormente, así como los dados a conocer en esta sesión, se desprende con evidencia que los representantes del partido de los eseristas (de derecha y del centro) y del de los mencheviques, incluso los más responsables, han sido desenmascarados como organizadores de acciones armadas contra los obreros y campesinos en alianza con manifiestos contrarrevolucionarios -Kaledin y Kornílov en el Don, Dútoven los Urales, Semiónov, Jórvat y Kolchak en Siberia y, al fin, en los últimos días, los checoslovacos y los

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ultrarrevolucionarios adheridos a ellos..."1095. De acuerdo con la resolución del CEC de los Soviets de toda Rusia, en el segundo semestre de 1918 fueron expulsados de los Soviets los últimos representantes del partido de los mencheviques y del de los eseristas (de derecha y del centro). Estas medidas las aprobaron amplias masas de trabajadores. En lo referente al partido de los eseristas de izquierda, éste siguió el camino de los mencheviques y de los eseristas de derecha. Como se señalaba anteriormente, en el verano de 1918 realizaron alzamientos armados contra el Poder soviético. Por eso el V Congreso de los Soviets de toda Rusia acordó expulsar de todos los Soviets a los eseristas de izquierda que habían participado en los motines. En concordancia con ello, el Comisario del Pueblo del Interior envió a los Soviets locales una directiva por la que se retiraban de los cargos de responsabilidad todos los eseristas de izquierda. El hecho de que los eseristas de izquierda pasaran abiertamente al bando de la contrarrevolución condujo a este partido a la catástrofe y comenzó su rápida descomposición. La mayoría de sus miembros de filas abandonaron el partido y parte de ellos ingresó en el Partido Comunista.

Otros grupos pequeños, tales como el de los eseristas maximalistas, el de los socialdemócratas internacionalistas y otros, ni siquiera antes habían tenido considerable peso e influencia entre las masas. Sus constantes vacilaciones y ataques contra las actividades del Gobierno soviético los condenaron al pleno aislamiento de las masas.

Sólo en el Partido Comunista las amplias capas de la población urbana y rural veían al único intérprete de sus intereses.

Así es como en condiciones de aguda lucha clasista, como resultado del paso de los partidos pequeñoburgueses al bando de la contrarrevolución, se formaba el sistema unipartidista en el Estado soviético. Al actuar con las armas en la mano contra el Poder soviético, los partidos pequeñoburgueses suscitaron el odio de los obreros y campesinos y se excluyeron de la vida política del País de los Soviets.

Los enemigos del Estado soviético aprovecharon algunas de las particularidades de la democracia soviética (la supresión del derecho al sufragio de las clases explotadoras) para calumniar a la Revolución Socialista de Octubre y a la dictadura del proletariado. En su folleto La dictadura del proletariado, editado en 1918, Carlos Kautsky, uno de los líderes del revisionismo que traicionó al marxismo, demostraba la incompatibilidad de la dictadura del proletariado con el democratismo. V. l. Lenin criticó de manera convincente los puntos de vista de Kautsky. En su trabajo La revolución proletaria y el renegado Kautsky escribía que en la 1095 Decretos del Poder soviético, t. II, M., 1959, págs. 430-431.

determinación de democracia es necesario el enfoque clasista. Jamás hubo ni podrá haber una democracia "absoluta", "pura". En condiciones de sociedad clasista, la democracia expresa la voluntad y los intereses de las clases dominantes. La democracia burguesa, es, en realidad, dictadura de la burguesía, de la minoría del pueblo. A cada paso y con miles de astucias, ella priva a los trabajadores de la posibilidad de disfrutar de los derechos elementales.

El Poder soviético, en cambio, dio a los trabajadores, a la enorme mayoría de la población, derechos y libertades que nunca habían tenido. En condiciones de acerba lucha de clases, la dictadura del proletariado no sólo no contradecía a la democracia, sino también aseguraba su desarrollo.

Tratando de desacreditar al régimen estatal soviético, los ideólogos de la burguesía afirman que el sistema unipartidista es incompatible con la democracia. En realidad, en cada país que avanza por el camino de la edificación socialista, este problema se resuelve de acuerdo con las condiciones históricas concretas. Es de común saber que en una serie de países socialistas existen el multipartidismo; mientras que en otros, incluida la Unión Soviética, únicamente hay un partido.

La bancarrota de los partidos pequeñoburgueses fue el resultado lógico de su política antipopular. Al perder todo el apoyo en las masas, ellos desaparecieron de la arena histórica de la Rusia revolucionaria.

Capítulo XIV. El desenvolvimiento de la

revolución socialista en el campo. 1. La lucha de clases en el campo. Medidas del

estado soviético para luchar contra el hambre. La Constitución Soviética proclamó la abolición

de la propiedad privada sobre los instrumentos y medios de producción y de este modo refrendó el paso de los bancos, vías férreas y gran industria a propiedad de todo el pueblo. Se asentaron las primeras piedras en los cimientos del socialismo. La masa fundamental de la clase obrera comenzó a trabajar en el sector socialista, socializado, de la economía nacional.

La cosa era más difícil en la agricultura. Aquí la revolución había liquidado únicamente la propiedad terrateniente, mientras que la propiedad de la burguesía rural (los kulaks) casi no había sido tocada. Las haciendas privadas de los campesinos pequeños y medios seguían existiendo. Tanto antes como después de la revolución, el Partido Comunista consideraba que el campesinado debía convencerse en su propia experiencia de las ventajas del socialismo y no se planteaba la tarea de forzar las transformaciones socialistas en el campo.

En aquel período, el partido de los bolcheviques aún no planteaba como tarea inmediata la expropiación de la burguesía rural, como se había

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hecho con la gran propiedad de la burguesía en las ciudades.

La política del Estado soviético respecto a la burguesía rural consistía entonces en obligarla a cumplir los decretos del Poder soviético, en particular, la ley sobre el monopolio cerealista.

Sin embargo, los kulaks, a pesar de que tenían grandes reservas de víveres, se negaban a entregar el trigo al Estado y a los intentos de las organizaciones soviéticas de obtenerlo por vía coercitiva, respondían con acciones armadas, asesinatos de funcionarios soviéticos y miembros de los destacamentos de abastos. Ellos trataban de estrangular a la República Soviética mediante el hambre. En esta acción recibían ayuda de los funcionarios con orientación antisoviética que se encontraban en los órganos de abastos. En vez de llevar a la práctica el monopolio cerealista, éstos, en interés de los kulaks, elevaban los precios de acopio del trigo, exageraban las normas de consumo de comestibles y saboteaban bajo distintos pretextos el cumplimiento de las tareas para el acopio de cereales. El sabotaje a la política de abastos del Estado soviético adquirió en el país dimensiones tan enormes, que incluso el Kubán, uno de los mayores graneros del país, hasta marzo de 1918 no había enviado ni un solo pud de trigo para el ejército y para los obreros y sus familias hambrientos, mientras que los especuladores se llevaron de la región unos 2 millones de puds1096.

El hambre aumentaba. Sin embargo, el país disponía de la cantidad suficiente de productos alimenticios. Las reservas totales de trigo en las provincias productoras, sin contar Ucrania y otras regiones ocupadas por los intervencionistas, componían 330 millones de puds, mientras que las zonas consumidoras necesitaban, hasta la nueva cosecha, 332 millones de puds1097. De ese modo, sólo el trigo contabilizado era totalmente suficiente para abastecer a la población, pero para eso era menester quebrar la resistencia de los kulaks, liquidar el sabotaje y purificar los órganos de abastos de los elementos ajenos.

La difícil situación alimenticia de la República Soviética se agravó aún más cuando las tropas alemanas ocuparon Ucrania. Acto seguido, los ejércitos blancos cortaron las vías que unían a las regiones centrales con el Kúban y el Cáucaso Septentrional. La pérdida de estas grandes zonas trigueras empeoró catastróficamente el aprovisionamiento de la población.

Los acopios de trigo seguían reduciéndose de mes en mes. En febrero y marzo de 1918, las regiones consumidoras no recibieron más que el 12,3% del trigo planificado. El plan de acopios para Petrogrado

1096 A. Berkévich. Los obreros petrogradenses en la lucha por el pan. L., 1941, pág. 47. 1097 8oticias del Comisariado del Pueblo de Abastos, 1918, N° 4-5, pág. 11.

y Moscú fue cumplido en abril en un 6,1 %; el de mayo, en un 5,7%1098. A comienzos de mayo, a la población de Petrogrado se entregaron los últimos restos de la harina de patata y del pan seco. Los obreros de los centros industriales no recibían pan durante semanas enteras. En el país se difundían las enfermedades epidémicas: el tifus, el cólera y el trancazo, que segaban miles de vidas humanas. En esas condiciones, la lucha por el pan era la lucha por salvar a la República Soviética, por salvar las conquistas de la Revolución de Octubre.

El 9 de mayo de 1918, a los Soviets provinciales, comités de abastos y organizaciones sociales de las vías férreas se envió un alarmante telegrama firmado por V. I. Lenin y el Comisario del Pueblo de Abastos, A. D. Tsiurupa: "Petrogrado atraviesa una situación catastrófica inusitada. No hay pan... La capital roja está a punto de perecer de hambre. La contrarrevolución levanta la cabeza, encauzando el descontento de las masas hambrientas contra el Poder soviético... En nombre de la República Socialista Soviética exijo ayudar inmediatamente a Petrogrado"1099.

Debido a la gran escasez de víveres, materias primas y combustibles comenzaron a cerrarse las empresas, cuya producción era tan necesaria, ante todo, para la defensa del país. En la primera mitad de 1918, sólo en Petrogrado se cerraron 265 empresas de las 799 existentes1100. Los obreros abandonaban las ciudades y marchaban con sus familias a las aldeas. De Moscú y Petrogrado salieron un millón y medio de obreros con sus familias. El número de obreros en la gran industria del país se redujo en más del 50%1101. La reducción del censo del proletariado y el desleimiento de una parte considerable de él entre la masa pequeñoburguesa de la población campesina entrañaban gran peligro para la causa de la revolución, ya que debilitaba el papel dirigente de los obreros en la alianza con el campesinado, ponían en peligro las conquistas de la revolución.

En estas condiciones, la lucha por el pan era la lucha por salvar la República Soviética, por salvar las conquistas de la Revolución de Octubre.

El CC del POSD(b)R y el Consejo de Comisarios del Pueblo aplicaron medidas resueltas para combatir el hambre. A los kulaks y especuladores se les requisaban las reservas de productos, se implantaba una rigurosa contabilidad del trigo y su distribución por el principio de "el que no trabaja, no come". En las ciudades, en primer lugar se aseguraba con pan a los niños. En Moscú y en otras ciudades se

1098 Ibídem, N° 20-21, págs. 41,42. 1099 Decretos del Poder soviético. t. II, M., 1959, págs. 249- 250. 1100 B. Freidlin. Ataque de la "Guardia Roja" contra el capital. Historia del proletariado, 1933, N° 4. pág. 91. 1101 Los comités de campesinos pobres de la región de Moscú. M. 1938. pág. 17.

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organizaron comedores públicos. Una sopa aguada y unas pocas gachas de mijo eran entonces el menú corriente en los comedores públicos, pero incluso estas exiguas comidas no alcanzaban, ni mucho menos, para todos.

Indagando las vías de solucionar el problema alimenticio, el Gobierno soviético, a pesar de las posibilidades limitadas, decidió ampliar el intercambio de mercancías entre la ciudad y el campo. El 2 de abril de 1918 el Consejo de Comisarios del Pueblo puso a disposición del Comisariado del Pueblo de Abastos máquinas agrícolas, 400 millones de varas de tela, 2 millones de pares de chanclos de goma, 17 millones de puds de azúcar, etc.1102 Se suponía que con estas mercancías podrían obtenerse a cambio no menos de 120 millones de puds de trigo. Sin embargo, los kulaks contrarrevolucionarios y los elementos antisoviéticos que se encontraban en los organismos de abasto hicieron fracasar estos planes.

En los primeros días de mayo de 1918, V. I. Lenin elaboró un sistema de medidas extraordinarias para salvar a la República Soviética y fortalecer la dictadura del proletariado, medidas que se basaban en las siguientes tareas: a) organizar un aparato centralizado de abastos que se apoye en las amplias masas de la clase obrera y el campesinado pobre; b) crear destacamentos obreros de abasto para contabilizar y requisar el trigo a los kulaks; c) organizar a los campesinos pobres, educarlos políticamente, cohesionarlos con la clase obrera para luchar contra los intentos de restablecer el capitalismo.

Estas medidas propuestas por Lenin fueron refrendadas legislativamente con decretos del CEC de los Soviets de toda Rusia y el Consejo de Comisarios del Pueblo, convirtiéndose en programa de acción para los organismos del Partido Bolchevique y del Poder soviético.

El 9 de mayo, el CEC de los Soviets de toda Rusia aprobó el decreto Sobre la concesión al Comisariado del Pueblo de Abastos de atribuciones extraordinarias para luchar contra la burguesía rural que oculte las reservas de cereales y especule con ellas. El decreto confirmaba la inmutabilidad del monopolio del trigo y de los precios de tasa, se declaraba la guerra sin cuartel a los kulaks y especuladores. A los dueños del trigo se les obligaba entregar al Estado todos los excedentes a precios de tasa y en el plazo de una semana. Aquellos que no lo cumpliesen, así como los que se dedicasen a la destilación de aguardiente casero y a la especulación, se les declaraba enemigos del pueblo y se les entregaba al tribunal revolucionario.

El decreto exhortaba a todos los trabajadores, ante

1102 La política de abastos a la luz de la edificación económica general del Poder soviético. M., 1920, pág. 145.

todo a los campesinos pobres, a agruparse inmediatamente para combatir a los kulaks, para ayudar activamente a las organizaciones de abastos en la requisa del trigo a los kulaks y especuladores.

Todos los departamentos quedaban obligados a cumplir incondicionalmente las disposiciones del Comisariado del Pueblo de Abastos relacionadas con el avituallamiento del país. Para aplastar las acciones contrarrevolucionarias, a disposición de dicho Comisariado se designaron destacamentos obreros armados. En el país se implantó la dictadura de abastos que presuponía el implacable aplastamiento de la resistencia de los kulaks.

El 9 de mayo, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó también una disposición sobre la movilización de los obreros para combatir el hambre. Al Comisariado del Trabajo, de acuerdo con los sindicatos, se le proponía "movilizar el mayor número posible de obreros de vanguardia, organizados y conscientes, para ayudar a los campesinos pobres en la lucha contra los ricachones kulaks y para aplastar implacablemente la especulación con el trigo y el sabotaje del monopolio cerealista"1103.

A continuación, se planteó la cuestión de crear organizaciones especiales de campesinos pobres. El 20 de mayo, en la sesión del CEC de los Soviets de toda Rusia, Y. M. Sverdlov señaló la necesidad de crear sin demora organizaciones de campesinos pobres, capaces de aplastar a la burguesía rural. A despecho de los mencheviques y particularmente de los eseristas de izquierda que en el CEC de los Soviets de toda Rusia se pronunciaban contra las proposiciones de Sverdlov, fue aprobada por mayoría de votos una resolución acerca de la extrema urgencia de "cohesionar al campesinado trabajador contra la burguesía rural"1104. A los Soviets locales se les proponía esclarecer de la forma más enérgica a los campesinos pobres que sus intereses eran opuestos a los intereses de los kulaks.

Lenin cifraba grandes esperanzas en la clase obrera, la cual, en alianza con los campesinos pobres, podía vencer el hambre y, de este modo, salvar a la República de los Soviets del perecimiento. Lenin comprendía perfectamente que el campesinado pobre, sin la dirección y la ayuda de la clase obrera, no podía llevar a cabo con éxito la lucha contra los kulaks. A su vez, la clase obrera también tenía necesidad de la fuerza organizada de los campesinos pobres; sin la ayuda de éstos sería imposible superar la resistencia de los kulaks, descubrir y requisar el trigo ocultado por ellos.

Tras la decisión del CEC de los Soviets de toda Rusia acerca de la extrema urgencia de organizar a los campesinos pobres, el 22 de mayo Lenin se

1103 V. I. Lenin. Sobre la movilización de los obreros para la lucha contra el hambre. O.C., t. 36, pág. 319. 1104 Decretos del Poder soviético, t. II, pág. 295.

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dirigió con una carta a los obreros de Petrogrado. En dicha carta, titulada El hambre, escribía: "O

vencen los obreros conscientes, avanzados, agrupando a su alrededor a las masas de campesinos pobres y estableciendo un orden férreo, un poder implacablemente severo, la verdadera dictadura del proletariado, y obligan al kulak a someterse, implantando una distribución acertada de los cereales y del combustible en escala nacional; o la burguesía, ayudada por los kulaks y con el apoyo indirecto de los vacilantes y los desorientados (anarquistas y eseristas de izquierda), derribará el Poder soviético...

Una cosa u otra. No hay términos medios"1105. Lenin exhortaba a los obreros petrogradenses a

organizar la "cruzada" contra los especuladores con trigo, kulaks, funcionarios venales y explotadores. "Hacen falta decenas de miles de proletarios avanzados -decía más adelante-, templados, lo suficientemente conscientes para explicar la situación a los millones de campesinos pobres... y ponerse a la cabeza de esas masas... para soportar organizadamente todo el peso de la cruzada en todos los confines del país con objeto de instaurar el orden, reforzar los órganos locales del Poder soviético..."

El 27 de mayo, el CEC de los Soviets de toda Rusia aprobó un decreto acerca de la reestructuración del Comisariado del Pueblo de Abastos y de los órganos de abastos locales. La parte más importante de este documento era la dedicada a la creación de destacamentos especiales organizados con los obreros más conscientes, recomendados por las organizaciones del Partido Bolchevique, los sindicatos o los Soviets. Estos destacamentos, formados en los centros industriales, se enviaban ante todo a las provincias trigueras. Con el fin de reforzar la centralización en el acopio de productos alimenticios, El Consejo de Comisarios del Pueblo tomó una decisión (1 de junio) que prohibía el acopio de cereales por instituciones y organizaciones aisladas.

Paralelamente, el CC del POSD(b)R y el Consejo de Comisarios del Pueblo se dirigieron a la población con un llamamiento en el que exhortaban a prestar ayuda a los campesinos pobres, para vencer con los esfuerzos comunes a la burguesía rural y asegurar al país con pan.

La situación creada en el país en mayo y junio de 1918 estaba caldeada hasta el extremo. Después de sublevarse el Cuerpo checoslovaco, por todo el país comenzaron los motines de kulaks, que iban acompañados de salvajes represiones contra los funcionarios soviéticos y los activistas rurales. Estas circunstancias dictaban la necesidad de acelerar la creación de organizaciones especiales de campesinos pobres. Sólo en alianza con el campesinado pobre la

1105 V. I. Lenin. El hambre. O.C. t. 36, pág. 360.

clase obrera podría asestar un golpe demoledor a los kulaks. A mediados de 1918 surgieron también las condiciones objetivas para la creación de las organizaciones de campesinos pobres. El decreto del CEC de los Soviets de toda Rusia sobre la organización de los campesinos pobres y su abastecimiento con trigo, artículos de primera necesidad y aperos agrícolas, aprobado el 11 de junio de 1918, expresaba la madura necesidad de crear organizaciones de campesinos pobres.

De acuerdo con este documento, en todas las aldeas y subdistritos se instituían comités de campesinos pobres que deberían ser los puntos de apoyo de la dictadura del proletariado en el campo. Todos los campesinos, excepto los kulaks y ricachones, podían elegir y ser elegidos a los comités de campesinos pobres, lo que significaba la participación del campesino medio en las labores de estos organismos.

El decreto determinaba las atribuciones de los comités de campesinos pobres; ellos debían distribuir el trigo, los artículos de primera necesidad y los aperos agrícolas, prestar ayuda a los órganos locales de abastos en la requisa de los sobrantes de trigo a los kulaks y ricachones.

La organización de los comités de campesinos pobres se encomendó a los Soviets de diputados obreros y campesinos, con la participación de los órganos de abastos. La dirección general en la creación de dichos comités la efectuaban el CEC de los Soviets de toda Rusia y el Comisariado del Pueblo de Abastos.

La aprobación del decreto sobre los comités de campesinos pobres, Lenin lo consideraba como un paso de enorme importancia, como el punto crucial en el desarrollo y en el régimen de la revolución socialista. "Con este paso -señalaba- atravesamos la frontera que separa la revolución burguesa de la socialista, pues la sola victoria de la clase obrera en las ciudades y el traspaso de todas las fábricas al Estado proletario, no habrían bastado para crear y consolidar las bases de un régimen socialista si no hubiéramos creado para nosotros, no ya una base campesina general sino un pilar realmente proletario en el campo"1106.

Los eseristas de izquierda que se encontraban en el CEC de los Soviets de toda Rusia, en los Soviets provinciales, distritales, subdistritales y de aldea, y en los órganos de abastos emprendieron la lucha contra la organización de los comités de campesinos pobres y contra la política de las subsistencias del Gobierno soviético. Ellos intervenían en los comités ejecutivos, en los congresos de los Soviets y en las asambleas campesinas contando con el apoyo de los

1106 V. I. Lenin. Discurso en la sesión conjunta del CEC de los Soviets de toda Rusia, el Soviet de Moscú y el Congreso de los sindicatos de toda Rusia. O.C., t. 37, págs. 412-413.

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kulaks y de los partidos y grupos que luchaban contra el Poder soviético.

La tarea principal de los comités de campesinos pobres consistía en obligar a los kulaks a entregar el trigo al Estado soviético. Los destacamentos obreros, creados para combatir el hambre, desempañaban el papel de organizadores de los comités de campesinos pobres. A la cabeza iban los obreros de Moscú y Petrogrado.

En el mes de junio, en Moscú se celebró una serie de mítines y asambleas de obreros, en las que se discutieron las medidas para combatir el hambre. En estos actos hicieron uso de la palabra V. I. Lenin, Y. M. Sverdlov, G. I. Petrovski, A. V. Lunacharski, N. K. Krúpskaya, I. F. Armand y otros. En la formación de los destacamentos de abastos tomaron parte activa las organizaciones sindicales. Adjunto al Consejo Central de la Unión de Sindicatos de toda Rusia se creó una comisión militar especial para organizar los destacamentos obreros y fortalecer el aparato de abastos con los mejores representantes de la clase obrera.

V. I. Lenin concedía extraordinaria importancia a la correcta selección de los obreros que se enviaban al campo, exigía que cada colectividad obrera que comisionaba a sus representantes a los destacamentos de abastos respondiese por su probidad y disciplina; aconsejaba elegir a los obreros de tal manera que ni una sola mancha mancillase después los nombres de los que marchen al campo a luchar contra los kulaks para salvar del hambre a millones de trabajadores1107.

Los destacamentos obreros que habían salido para el campo enseguida chocaron con la resistencia armada de los kulaks, El periódico Pravda comunicaba que los destacamentos de abastos habían rechazado más de 100 veces los ataques de las bandas armadas de los kulaks; en estos encuentros, los ensañados kulaks asesinaron a miles de funcionarios de partido y soviéticos en el campo. "Dentro del país se ha sublevado contra nosotros la última y la más numerosa de las clases explotadoras"1108 -señalaba Lenin. "No obstante, creemos firmemente que evitaremos el curso "habitual" (como en 1794 y 1849) de la revolución y venceremos a la burguesía"1109.

Sin embargo, la situación con las subsistencias mejoraba lentamente. El trigo de la nueva cosecha ingresaba mal a los graneros estatales. El 2 de agosto, Lenin envió al Comisariado del Pueblo de Abastos, al CSEN, a los Comisariados de Agricultura, de Hacienda y de Comercio e Industria las Tesis sobre el problema de las subsistencias, en las que proponía enviar al campo toda clase de mercancías para

1107 V. I. Lenin. Sobre la organización de los destacamentos de abastos. O.C., t. 36, pág. 431. 1108 V. I. Lenin. ¡Camaradas obreros! ¡Vamos a la lucha final, a la lucha decisiva! O.C. t. 37. pág. 40. 1109 V. I. Lenin. A Clara Zetkin. O.C., t. 50, pág. 128.

intercambiarlas por víveres, así como elevar los precios de compra del trigo y permitir temporalmente a los obreros de Petrogrado y Moscú traer alguna cantidad de trigo de las aldeas.

Los obreros, entre los que había muchos comunistas, partían para el campo como organizadores, amigos y dirigentes del campesinado pobre en la lucha contra los kulaks. Los obreros platicaban con los campesinos, les describían la difícil situación que atravesaban las ciudades debido a la falta de productos alimenticios, les explicaban la política del Poder soviético y les aclaraban la importancia que tenía el decreto acerca de los comités de campesinos pobres y otros decretos del Consejo de Comisarios del Pueblo. A. E. Badáev, eminente funcionario del partido de los bolcheviques y dirigente de uno de los destacamentos obreros, escribiría más tarde: "Cada miembro del destacamento hablaba diariamente en alguna asamblea de campesinos... Los obreros, que acababan de dejar la máquina, se convirtieron en avezados oradores, hacían informes sobre los temas más diversos"1110. Era muy frecuente que después de las charlas de los obreros, los campesinos acordasen en sus asambleas enviar inmediatamente el trigo a la ciudad.

En la actividad de los destacamentos de abastos tenía muchísima importancia la separación de los elementos proletarios y semiproletarios del campo y su cohesión en torno a la clase obrera. Los obreros se ganaron la confianza y el respeto de los campesinos; en los representantes de la clase obrera, los pobres del campo veían a sus dirigentes y defensores en la lucha contra los explotadores kulaks. En este sentido eran características estas resoluciones de los campesinos: "Después de escuchar el informe del representante de los obreros de Moscú, C. Lísov, consideramos urgente comenzar la organización de los campesinos pobres, puesto que únicamente ellos están en condiciones de contabilizar y requisar los excedentes de trigo y enviarlos a los lugares afectados por el hambre"1111.

El 10 de julio, en la asamblea de los habitantes de la aldea Milnits (subdistrito de Sajtish, distrito de Súzdal, provincia de Vladímir) se leyó el decreto del Consejo de Comisarios del Pueblo sobre la organización de los comités de campesinos pobres. Después de discutirlo, los campesinos dispusieron por unanimidad: organizar inmediatamente el comité de campesinos pobres para "la lucha sin cuartel contra los kulaks, burgueses y saboteadores locales"1112.

1110 A. Badáev. Diez años de lucha y de edificación. L., 1927, págs. 50- 51. 1111 Archivo Político Central del Instituto de Marxismo-Leninismo, f. 17, t. 1, exp. 32, fs. 33-35. 1112 Los comités de campesinos pobres. Compilación de materiales, t. I. M.-L., 1933, pág. 137.

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A finales de agosto, en los distritos de la provincia de Vorónezh sucedieron grandes cambios: los distritos que antes no daban ni una libra de trigo, acopiaban ahora centenares de vagones. El delegado plenipotenciario del Comisariado del Pueblo de Abastos comunicaba en su informe que los obreros de los destacamentos de abastos, procedentes del centro, se comportaban "con una honradez intachable y con plena conciencia... actuando más mediante la agitación que por la fuerza de las armas... Gracias a su trabajo infatigable y abnegado, en casi todas las partes se han organizado comités de campesinos pobres; se han reorganizado y puesto a la debida altura los órganos distritales de abastos”1113. Así actuaban también los destacamentos obreros en otras provincias. En todas partes, los emisarios de la clase obrera se caracterizaban por su sencillez, honestidad y modestia. Soportando el hambre, no se permitían coger ni un gramo del trigo acopiado. No había mayor delito que el de adueñarse de ese trigo. El respeto y la infinita confianza por parte de los campesinos pobres, que veían en los representantes de los obreros a sus dirigentes, era lo que determinaba las relaciones entre los obreros y los campesinos pobres.

En los primeros tiempos, durante la organización de los comités de campesinos pobres, se cometieron algunos errores. El más peligroso era la indebida actitud para con el campesino medio. De acuerdo con el decreto del 11 de junio de 1918, los comités de campesinos pobres eran organizaciones del campesinado trabajador. En ellos debían participar también los campesinos medios. Como regla, estos comités se elegían en las asambleas de los campesinos pobres de la aldea o del subdistrito, con la participación de los campesinos medios. Sin embargo, en una serie de lugares a éstos no se les permitía participar en las elecciones de los comités de campesinos pobres. A veces, respecto al campesino medio, se aplicaban represiones infundadas. Lenin indicaba que "a menudo, por inexperiencia de los funcionarios soviéticos y por las dificultades del problema, los golpes destinados a los kulaks se descargaban sobre el campesinado medio"1114.

El 16 de agosto, V. I. Lenin escribió el proyecto de un telegrama a todos los Soviets sobre la alianza de los obreros y los campesinos, en el que condenaba resueltamente la injusta actitud hacia el campesinado medio, ya que eso únicamente favorecía a los enemigos de la revolución socialista1115. Al día

1113 La lucha por el Poder soviético en la provincia de Vorónezh, págs. 396, 397. 1114 V. I. Lenin. VIII Congreso del PC(b)R. O.C., t. 38, pág. 146. 1115 V. I. Lenin. Proyecto del telegrama a todos los Soviets de diputados sobre la alianza de los obreros y de los campesinos. O.C. t. 37, pág. 45.

siguiente, Lenin y el Comisario del Pueblo de Abastos, Tsiurupa, enviaron un telegrama a los Soviets provinciales y comités de abastos en el que se les proponía "esforzarse a toda costa por unificar a los pobres del campo y al campesinado medio garantizando los intereses de unos y otros"1116.

Gracias a la actividad de los obreros en el campo y a la creación en masa de los comités de campesinos pobres, se logró reprimir a los kulaks, mientras que el campesinado medio se acercaba cada vez más a la alianza con la clase obrera.

Una viva demostración de la cohesión del campesinado pobre en torno al Poder soviético fue el Congreso de los comités de campesinos pobres de la región del Norte, celebrado en Petrogrado del 3 al 5 de noviembre de 1918. Al congreso llegaron 20.000 representantes campesinos. Esto era un gran acontecimiento político en la vida de todo el país. Como señalara Lenin, el congreso demostró que "los campesinos pobres se agrupan y luchan en filas unidas contra los kulaks, los ricachones y los negreros"1117.

A finales de 1918, los comités de campesinos pobres ya se habían organizado en casi todas partes. La creación de organizaciones del campesinado pobre significaba que la revolución socialista había penetrado en las aldeas más remotas. "Después de haber llevado a cabo la revolución democrática burguesa con los campesinos en general -escribía Lenin-, el proletariado de Rusia pasó definitivamente a la revolución socialista cuando hubo logrado escindir el campo, cuando se hubo ganado a los proletarios y semiproletarios del campo, cuando supo unirlos contra los kulaks y la burguesía, comprendiendo en ésta a la burguesía campesina”1118.

V. I. Lenin consideraba que la organización de los campesinos pobres era "el primer paso grandioso de la revolución socialista en el campo”1119.

2. Actividad de los comités de campesinos

pobres. Dirigidos por los comunistas y los obreros de

vanguardia, los comités de campesinos pobres comenzaron a poner en práctica las tareas fundamentales planteadas ante el Estado soviético en el campo. Paralelamente a la solución del problema de las subsistencias, ellos purificaban los Soviets de

1116 Decretos del Poder soviético. t. III, págs. 223-224. 1117 V. I. Lenin. Discurso ante los delegados de los comités de campesinos pobres de las provincias centrales. O.C., t. 37, pág. 180. 1118 V. I. Lenin. La revolución proletaria y el renegado Kautsky. O.C., t. 37, pág. 315. 1119 V. I. Lenin. Discurso sobre el aniversario de la revolución, pronunciado en el VI Congreso Extraordinario de los Soviets de diputados obreros, campesinos, cosacos y soldados rojos de toda Rusia. O.C., t. 37, pág. 144.

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los elementos kulaks, cuidaban de que durante las elecciones a los Soviets se observase estrictamente la Constitución Soviética.

A medida que iba desarrollándose la revolución socialista en el campo y acrecentándose la influencia proletaria entre el campesinado, crecía la conciencia y el grado de organización de los campesinos pobres; los intentos de los kulaks de "ser la cabeza de la aldea" encontraban una respuesta resuelta. Los campesinos comenzaron a retirar de los Soviets a los diputados que no habían justificado la confianza, enlazados con los kulaks, y a elegir comunistas. Hubo muchos casos cuando los comités de campesinos pobres detenían a los kulaks y a sus acólitos que se habían infiltrado en los Soviets, recurrían a la disolución de estos organismos, desempeñando ellos mismos sus funciones. Después de disolver los Soviets, los comités de campesinos pobres debían organizar nuevas elecciones, pero en muchos lugares apareció la tendencia a liquidar los Soviets subdistritales y de aldea como órganos de poder y sustituirlos por los comités de campesinos pobres. A veces, la anulación de los Soviets por los comités de campesinos pobres se efectuaba por indicación de los Soviets y organizaciones del partido distritales, y en ocasiones provinciales. A últimos de agosto de 1918, el Comité Ejecutivo del Soviet de la provincia de Nóvgorod elaboró una instrucción para organizar los comités de campesinos pobres, en la que se decía que los Soviets deberían entregarlos todos los asuntos1120.

Las exageraciones y anormalidades en la edificación socialista en el campo eran engendradas por la aguda lucha de clases, pero en muchas ocasiones eran producto de la inexperiencia de los funcionarios soviéticos y del partido locales.

El 26 de septiembre de 1918, la cuestión acerca de la edificación socialista en el campo se examinó en el Comisariado del Pueblo del Interior. Fue aprobada y enviada a las localidades una disposición que determinaba las relaciones entre los Soviets y los comités de campesinos pobres. Se reconocía posible la transferencia de las funciones de los Soviets a los comités de campesinos pobres, pero solo como una medida provisional, hasta la reelección del Soviet que por alguna circunstancia se había encontrado en manos de los kulaks; a los Soviets subdistritales se les imponía la obligación de colaborar con los comités de campesinos pobres y de ayudarles en el cumplimiento de sus tareas directas1121. Después de recibir esta aclaración, los comités ejecutivos de los Soviets adoptaron medidas para corregir los errores cometidos en las localidades. Los Soviets subdistritales y de aldea suprimidos comenzaron a

1120 Instauración del Poder soviético en la provincia de 8óvgorod, pág. 210. 1121 Boletín del Comisariado del Pueblo del Interior, 1918, N° 23, pág. 5.

restablecerse. Los comités de campesinos pobres realizaron una

gran labor en la contabilidad de los excedentes de trigo y la requisa de las reservas de alimentos ocultados. Con ayuda de dichos comités, los destacamentos obreros establecían el control en los embarcaderos y estaciones ferroviarias. Los puestos de control en las estaciones de ferrocarril y embarcaderos de la provincia de Viatka requisaron a los kulaks y especuladores, solamente en un mes de 1918, más de 500.000 puds de trigo. A últimos de julio de 1918, los destacamentos de abastos, con ayuda de los comités de campesinos pobres, acopiaron en total y enviaron a los obreros de las ciudades más de 2 millones de puds de cereales1122.

Durante el envío del trigo a las ciudades había que superar grandes dificultades. Con el título Historia de un mendrugo de pan, el periódico Pravda publicó el 23 de julio de 1918 la reseña de un obrero moscovita. En ella se relataba como un destacamento de Moscú, compuesto por 60 obreros, llevaba a Tsaritsin 23 vagones de aperos de labranza para cambiarlos por trigo. Desde la estación de Povorino hasta Tsaritsin, el destacamento se vio obligado a entablar varias veces combate con los cosacos blancos y bajo el fuego del enemigo reparar la vía férrea destruida. Regresaban ya a Moscú con 30 vagones de subsistencias, pero en la estación de Filónovo les atacaron los cosacos blancos. El combate se prolongó toda la noche. Sólo al amanecer el enemigo retrocedió, desmantelando previamente la vía férrea a lo largo de más de 3 kilómetros. Sin soltar el fusil de las manos, el destacamento de obreros tuvo que reparar la vía para continuar el camino y facilitar trigo a la población hambrienta de Moscú1123. Casos de esta índole ocurrían con bastante frecuencia.

La requisa del trigo a los kulaks suavizaba en cierto grado la agudeza del hambre. Sin embargo, era evidente que no bastaba con aplicar solamente medidas coactivas para abastecer con víveres a los centros industriales y al ejército. En las primeras fechas de agosto, por iniciativa de V. I. Lenin se elevaron considerablemente los precios de acopio para los cereales y se aumentó la cantidad de mercancías destinadas al campo a cambio de trigo. Estas medidas, en conjugación con otras, mejoraron la situación reinante en el acopio de alimentos. En el segundo semestre de 1918 se acopiaron 67,5 millones de puds de trigo; de ellos, 20 millones quedaron en las zonas de acopio debido a la desorganización del transporte1124. Esta cantidad era insuficiente. La población de las ciudades y de las provincias

1122 8oticias del Comisariado del Pueblo de Abastos, 1918, N° 16-17, pág. 42. 1123 Pravda, 23 de julio de 1918. 1124 V. I. Lenin. Discurso en la reunión conjunta del CEC de los Soviets de toda Rusia, pronunciado el 17 de enero de 1919. O.C., t. 37, pág. 426.

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improductivas recibía de manera centralizada sólo la mitad del pan necesario. Los demás, los obreros y los pobres se veían obligados a comprarlo a comerciantes privados a precios especulativos. Sin embargo, con los esfuerzos heroicos de la clase obrera en alianza con el campesinado pobre, la República Soviética fue salvada; los enemigos de la revolución no lograron estrangularla mediante el hambre.

En la actividad de los comités de campesinos pobres ocupó un gran lugar el reparto de las tierras y la cuestión de abastecer al campesinado pobre con aperos de labranza y ganado de las fincas de los terratenientes y de las haciendas de los kulaks.

A últimos de 1918, los comités de campesinos pobres despojaron a los kulaks de una parte considerable de los aperos y de las tierras en las provincias de Oriol, Tambov, Vorónezh, Vítebsk, Tula, Tver, Simbirsk, Viatka y muchas otras provincias de Rusia.

Generalmente, los aperos requisados se entregaban a los centros de alquiler o se distribuían a precios bajos entre los campesinos pobres. Las normas de posesión de ganado y aperos de labranza para uno y otro poblado se determinaban en las asambleas de campesinos pobres.

A los kulaks les fueron confiscadas y distribuidas entre los campesinos pobres y medios más de 50 millones de hectáreas de tierra1125; como resultado, en el país se redujo ostensiblemente el número de haciendas de los kulaks; las tierras en usufructo de éstos disminuyeron de 80 millones de hectáreas que poseían hasta octubre de 19171126 a 30 millones de hectáreas a finales de 1918. La confiscación de los aperos y los sobrantes de tierra de los kulaks, que tenían por encima de la norma establecida para cada localidad, asestó un serio golpe a la economía de los kulaks y minó su posición política.

Cambió el aspecto económico y social de la aldea. El campesinado pobre, que en 1917 componía el 65%, a últimos de 1918 se redujo hasta el 35%; en vez del 20%, el peso de los campesinos medios en el censo de la población rural ascendió hasta el 60%; y el de los kulaks, se redujo del 15% al 5%1127. El campesino medio se convirtió en la figura central del campo.

La ayuda multilateral que prestaba el Estado al campesinado trabajador --distribución de tierras, provisión con ganado y aperos de labranza, expropiación parcial de la burguesía rural- mejoró considerablemente la situación de amplias masas del campesinado, pero conservándose las relaciones mercantiles en el campo era imposible prevenir el

1125 Historia de la economía nacional de la URSS (1917-1959). M., 1960, pág. 32. 1126 La economía nacional de la URSS en 1956. Anuario estadístico. M., 1957, pág. 103. 1127 Ibídem, pág. 104.

proceso de estratificación de las haciendas campesinas. Por eso el Partido Comunista indicaba al campesinado la única salida: la agrupación en grandes haciendas sociales. Las condiciones para esa unificación comenzaron a surgir debido a la nacionalización de la tierra y a otras medidas políticas y económicas del Poder soviético.

"Las comunas -escribía Lenin-, el laboreo colectivo, las sociedades de campesinos: he ahí el remedio para salvarse de las desventajas de la pequeña hacienda, he ahí el medio para elevar y mejorar la hacienda, ahorrar energías y luchar contra los kulaks, el parasitismo y la explotación"1128. Sin embargo, el surgimiento de haciendas colectivas en los primeros meses de Poder soviético no tuvo gran difusión. En noviembre de 1917, por ejemplo, en la provincia de Petrogrado había 33 haciendas colectivas; en las cercanías de Moscú, 12; en la provincia de Tambov, 101129.

Sobre la base de las propiedades terratenientes confiscadas surgieron las primeras haciendas estatales soviéticas (sovjóses). La organización de sovjóses y haciendas colectivas -arteles y comunas- adquirió mayor envergadura en el período de creación de los comités de campesinos pobres, en el verano y el otoño de 1918. A las haciendas colectivas se les entregaban las mejores tierras y se les concedía ganado, semillas y aperos de labranza. El 2 de noviembre de 1918, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó un decreto por el que se asignaban mil millones de rublos para conceder préstamos a las haciendas colectivas1130.

A finales de 1918, en el Comisariado del Pueblo de Agricultura se habían registrado 3.100 sovjóses, 975 comunas y más de 600 arteles1131, que agrupaban a millares de haciendas campesinas pobres. No todas las haciendas colectivas creadas entonces pudieron soportar las numerosas dificultades. Careciendo de experiencia, muchas de ellas no pudieron hallar inmediatamente las formas y los métodos de organización más convenientes para su actividad. No obstante, la aparición de haciendas colectivas en diversas zonas del país tuvo gran importancia para la ulterior edificación socialista en la agricultura.

Los destacamentos de abastos y los comités de campesinos pobres realizaron también un gran trabajo en la organización de la instrucción y la sanidad públicas en el campo. En 1918 se creó una amplia red de instituciones culturales y educativas:

1128 V. I. Lenin. Discurso ante los delegados de los comités de campesinos pobres de las provincias centrales. O.C., t. 37, págs. 179-180. 1129 Sesión científica dedicada a la historia de la agricultura del periodo soviético. "Lstoricheskie zapiski” ("Memorias históricas"), t. 43, pág. 249. 1130 La política agraria del Poder soviético (1917-1918). Documentos y datos. M., 1954, págs. 415-416. 1131 Ibídem, págs. 39, 508.

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bibliotecas, salas de lectura rurales, casas populares de cultura. Para llevar a cabo la labor cultural y educativa se atraía a la intelectualidad rural.

La actividad de los comités de campesinos pobres y destacamentos de obreros transcurría en condiciones de aguda lucha de clases. La resistencia que prestaban los kulaks a las medidas del Poder soviético con frecuencia se convertía en grandes insurrecciones armadas, que generalmente, eran dirigidas por los eseristas. Durante el primer año de Poder soviético, en 20 provincias de la parte europea de Rusia se registraron 245 sublevaciones de kulaks1132. La mayor parte de ellas recae a la segunda mitad de 1918. Las insurrecciones más notorias sucedieron en el verano de este año en las provincias de Tula, Yaroslavl, Tambov, Oriol, Nizhni Nóvgorod, Riazán, Kursk, Penza y Viatka.

En la lucha contra los kulaks, la clase obrera y el campesinado pobre perdieron a muchos de sus mejores hijos. En julio de 1918 fueron asesinados más de 4.000 funcionarios soviéticos y del Partido Comunista, y activistas rurales; en agosto, cerca de 340; en septiembre, más de 6.0001133. Además, durante los aplastamientos de las sublevaciones de los kulaks perecieron 5.000 funcionarios de las comisiones extraordinarias y miembros de los destacamentos de la VChK1134, y cerca de 4.500 obreros de los destacamentos de abastos, sin contar los heridos y las víctimas del terror en los territorios ocupados por los guardias blancos1135. El número total de bajas que sufrieron la clase obrera y el campesinado pobre en la lucha contra los kulaks, sólo en el segundo semestre de 1918, superó los 20.000 muertos.

Lenin alegaba repetidamente a Engels, quien había expresado la esperanza de que bien pudiera ser que se lograra pasar sin represiones, sin medidas de aplastamiento y expropiación de los campesinos ricos, es decir, los kulaks. En Rusia -decía Lenin-, debido a una serie de peculiaridades en la situación creada, "esta suposición no se confirmó: estuvimos, estamos y seguiremos estando en guerra civil directa contra los kulaks. Esto es inevitable"1136.

También el clero participaba activamente en la lucha contra el Poder soviético. El patriarca Tijon excomulgaba a todos los creyentes que colaboraban con el Poder soviético. Muchos monasterios se convirtieron en focos de acciones contrarrevolucionarias, ocultaban armas y literatura antisoviética. Valiéndose de los prejuicios y las

1132 M. Y. Lacis (Sudrabs). Dos años de lucha en el frente interno. M., 1920, pág. 75. 1133 Pravda, 13 de noviembre de 1918. 1134 M. Y. Lacis (Sudrabs). Obra citada, pág. 81. 1135 8oticias del Comisariado del Pueblo de Abastos, 1918, N° 24-25, pág. 36. 1136 V. I. Lenin. VIII Congreso del PC(b)R. O.C. t. 38, pág. 145.

supersticiones religiosos de los campesinos, el clero los instigaba contra el Poder soviético.

Subrayando el peligro que implicaban las sublevaciones de los kulaks, Lenin decía que éstos habían restablecido más de una vez en la historia la monarquía, el poder de los explotadores y ricachones. "O los kulaks exterminan a un número infinito de obreros -escribía Lenin en agosto de 1918-, o los obreros sofocan sin piedad las sublevaciones de los kulaks -que forman dentro del pueblo una minoría expoliadora- contra el poder de los trabajadores. Aquí no puede haber término medio. La paz es imposible: al kulak se le puede reconciliar, y fácilmente, con el terrateniente, el zar y el pope aun cuando hayan reñido, pero jamás se reconciliará con la clase obrera”1137.

Las medidas represivas contra los organizadores de las sublevaciones, los órganos soviéticos las conjugaban con una amplia labor de esclarecimiento y de educación política del campesinado trabajador. En la lucha contra las sublevaciones de los kulaks, Lenin aconsejaba utilizar todos los medios posibles para agrupar y cohesionar a los campesinos pobres: armarlos, explicarles, a través de la prensa, octavillas, llamamientos y propaganda verbal, los objetivos de los kulaks y las consecuencias de sus sublevaciones.

En el otoño de 1918, junto con el campesinado pobre, se levantaban a la lucha cada vez más resuelta contra los kulaks los campesinos medios.

* * * Fue una seria lección para el campesinado medio

el dominio de los guardias blancos y los intervencionistas en las regiones por ellos ocupadas. Los "gobiernos" eserista-mencheviques allí creados restablecían el régimen burgués-terrateniente. A los campesinos les arrebataban las tierras recibidas como resultado de la revolución socialista y las devolvían a los terratenientes. En las ciudades y pueblos se establecía el sangriento terror de los guardias blancos. Decenas de miles de obreros y campesinos fueron pasados por las armas o perecieron a consecuencia de las torturas y el hambre. Las masas campesinas de Siberia, de los Urales, de las regiones del Volga, del Norte y del Sur de Rusia experimentaron en su propia carne cuál era la "libertad" y la "democracia" de los ocupantes y de los mencheviques y eseristas que actuaban en complicidad con ellos.

Por la prensa, por las cartas de los soldados rojos que luchaban contra los ocupantes y por los testigos de las atrocidades y humillaciones cometidas por los guardias blancos, el campesinado del país se enteraba rápidamente de los "regímenes" establecidos en los territorios ocupados. En estos ejemplos, no sólo los campesinos pobres, sino también los campesinos 1137 V. I. Lenin. ¡Camaradas obreros! ¡Vamos a la lucha final, a la lucha decisiva! O.C., t. 37, pág. 40.

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medios veían todo el abismo que les separaba de los kulaks y los guardias blancos, quienes se esforzaban por derrocar el Poder soviético y restablecer el capitalismo.

Cada día eran más las pruebas que demostraban la justedad, la sabiduría y la perspicacia del Partido Comunista. En la lucha contra los guardias blancos y los intervencionistas, el Ejército Rojo alcanzaba una victoria tras otra. Durante septiembre y octubre de 1918, el Ejército Rojo liberó la región del Volga, haciendo retroceder a los checoslovacos y guardias blancos hacia los Urales; derrotó a las tropas cosacas del general Krasnov, arrojando al otro lado del Don a sus restos.

En otoño de 1918 estalló la revolución en Austria-Hungría y en Alemania. El 13 de noviembre del mismo año, el CEC de los Soviets de toda Rusia declaró anulado el Tratado de Paz de Brest1138. Comenzó la liberación del territorio soviético ocupado por las tropas alemanas: Ucrania, Bielorrusia y regiones del Báltico. Al iniciarse el año 1919, el Poder soviético ya había sido restablecido en la mayor parte del territorio de Ucrania. En enero de 1919 se celebró en Minsk el I Congreso de los Soviets de Bielorrusia en el que se proclamó la fundación de la República Socialista Soviética de Bielorrusia (RSSB). El Poder soviético triunfó también en las provincias del Báltico1139. Fue creada la República Socialista Soviética de Lituania. A mediados de enero de 1919, el I Congreso de los Soviets de Letonia, celebrado en Riga, proclamó la fundación de la República Socialista Soviética de Letonia1140.

El quebrantamiento del poderío económico y político de los kulaks era una demostración de que los comités de campesinos pobres habían cumplido su misión y desaparecía la necesidad de mantener en las aldeas y subdistritos, a la par con los Soviets, órganos extraordinarios, es decir, los comités de campesinos pobres. De acuerdo con la decisión del CC del PC(b)R, la cuestión de la supresión de los comités de campesinos pobres fue incluida en el orden del día del VI Congreso Extraordinario de los Soviets de toda Rusia, que se convocó el 6 de noviembre, en la víspera del primer aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Inaugurando el congreso, el presidente del CEC de los Soviets de toda Rusia, Y. M. Sverdlov, señaló la particularidad del año transcurrido: "Ahora podemos decir con plena seguridad que en toda la geografía de Rusia el Poder soviético se mantiene firme e

1138 Historia de la guerra civil en la URSS, t. 3, pág. 397. 1139 A finales de 1919 y comienzos de 1920, la burguesía de las provincias del Báltico, ayudada por los imperialistas de la Entente y Alemania, consiguió adueñarse del poder y mantenerse hasta el verano de 1940. 1140 Historia de la RSS de Letonia, t. 3, Riga, págs. 154-155.

inmutablemente"1141. El fortalecimiento del Poder soviético y el paso

del campesinado medio al lado de la clase obrera hallaron su reflejo en la composición partidaria del congreso. De los 1.231 delegados, 1.199 eran comunistas o simpatizaban con éstos. Al congreso sólo asistieron 7 eseristas de izquierda1142 (en el V Congreso de los Soviets de toda Rusia había 335 eseristas de izquierda, o sea, el 30%). El partido de los eseristas de izquierda sufrió una bancarrota política, perdió los restos de su influencia entre los campesinos al deslizarse al campo de la contrarrevolución. Entre los delegados había 4 anarquistas, 11 comunistas revolucionarios, 4 comunistas populares1143, 2 maximalistas y 1 menchevique1144. La composición partidaria del VI Congreso Extraordinario de los Soviets reflejaba los cambios socioeconómicos sucedidos en el país durante el primer año de dictadura del proletariado.

En su discurso en el congreso, V. I. Lenin hizo un resumen de la labor realizada por el Poder soviético en la edificación económica y estatal y en el fortalecimiento de la capacidad defensiva del país. Para ese tiempo ya se había nacionalizado casi toda la gran industria. La clase obrera concentró en sus manos todas las ramas principales de la industria, los bancos, el transporte y el comercio. De ese modo, se logró hacer "este paso fundamental, que ha echado los cimientos del socialismo"1145.

Lenin señalo el papel decisivo que habían desempeñado los obreros urbanos en la ilustración política y en la organización del campesinado pobre. "Ahora hemos logrado -señaló- que haya empezado la revolución socialista en el campo...

Y bien, la economía rural, los pobres del campo, uniéndose estrechamente a sus jefes, los obreros urbanos, sólo ahora proporcionan los cimientos definitivos y firmes para la verdadera edificación socialista”1146.

A propuesta del CC del PC(b)R, el congreso aprobó la disposición para realizar nuevas elecciones de los Soviets y suprimir los comités de campesinos pobres.

El VI Congreso de los Soviets demostró con particular evidencia que el Poder soviético contaba

1141 VI Congreso Extraordinario de los Soviets. Actas taquigráficas. M. 1919, pág. 23. 1142 Ibídem, Apéndice. 1143 Estos partidos se crearon en agosto y septiembre de 1918 como resultado de la descomposición del partido de los eseristas de izquierda. 1144 VI Congreso Extraordinario de los Soviets. Actas taquigráficas. M. 1919, Apéndice. 1145 V. I. Lenin. Discurso sobre el aniversario de la revolución, pronunciado en el VI Congreso Extraordinario de los Soviets de diputados obreros, campesinos, cosacos y soldados rojos de toda Rusia. O.C. t. 37, pág. 140. 1146 Ibídem, pág. 144.

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con el apoyo suficientemente firme de las masas trabajadoras1147.

Capítulo XV. Trascendencia internacional de

la Gran Revolución Socialista de Octubre. La historia de la humanidad conoce muchas

revoluciones, pero ninguna de ellas puede compararse con la Revolución Socialista de Octubre; ningún acontecimiento histórico puede compararse por la fuerza de su influencia en todos los países y todas las naciones, por los enormes cambios que ella suscitó en los destinos de los pueblos. Con la victoria de la Revolución de Octubre se puso fin a la dominación absoluta del capitalismo en el globo terráqueo, se inició la era de la afirmación del comunismo. Como resultado del triunfo de la Revolución de Octubre, el mundo se escindió en dos sistemas sociales, el del socialismo y el del capitalismo. La Revolución de Octubre confirmó la justeza de la doctrina marxista-leninista, doctrina que se comprobó con la experiencia.

El triunfo de la Revolución de Octubre, la creación del Estado de obreros y campesinos y las transformaciones revolucionarias en Rusia fueron la puesta en práctica del marxismo-leninismo, de la teoría del comunismo científico. El Gran Octubre señaló las vías por las que debía avanzar el género humano para terminar por los siglos de los siglos con el capitalismo, con las calamidades que éste acarrea al pueblo trabajador del mundo.

La experiencia de la Revolución de Octubre demostró a los trabajadores de todos los países que únicamente la revolución socialista es la que crea condiciones para las transformaciones revolucionarias radicales, que responden a los intereses de la enorme mayoría de la población de la Tierra. La lucha activa por la paz, el establecimiento de las libertades democráticas, la puesta en práctica del derecho de las naciones a la autodeterminación, la entrega de la tierra a los campesinos, la transformación de los principales medios de producción en propiedad de todo el pueblo, éstos eran los anhelos de los trabajadores de todos los países y continentes.

He ahí por qué los trabajadores del mundo entero consideraban y consideran su deber sagrado prestar todo el apoyo posible al primer Estado socialista del mundo. La Revolución de Octubre demostró la fuerza y la vitalidad de la solidaridad proletaria internacional, en cuya base yacen los intereses clasistas de los trabajadores de todos los países. Una viva manifestación de esa solidaridad fue la participación directa en la lucha por la victoria y la consolidación de la revolución socialista de decenas de miles de prisioneros de Alemania, Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria y Austria y de militares 1147 V. I. Lenin. Las preciosas confesiones de Pitirim Sorokin. O.C., t. 37, pág. 195.

polacos, rumanos, serbios y representantes de otros pueblos que en 1917 se encontraban en Rusia.

Estas gentes no conocían la lengua ni las costumbres del país donde se hallaban. Ellos soñaban con regresar lo antes posible a su patria, a sus hogares. Pero impulsados por el sentimiento de la solidaridad proletaria, se convirtieron voluntariamente en combatientes activos por el triunfo de la revolución socialista en Rusia.

Durante las insurrecciones armadas en Petrogrado y Moscú, prisioneros de distintos países participaron en los combates callejeros, luchaban por la instauración del Poder soviético en Rusia. Numerosos documentos de aquellos agitados días narras acerca de la solidaridad proletaria con la clase obrera de Rusia que terminó con el capitalismo. El 20 de febrero de 1918, los prisioneros que se encontraban en Petrogrado acordaron en un mitin: "Que sepan los señores imperialistas alemanes y sus colegas burgueses rusos que el proletariado de Rusia no quedará solo. En el momento crítico, estará asegurado el apoyo por parte de muchos y muchos miles de prisioneros de guerra. Únicamente por encima de los cadáveres de los proletarios podrán las bandas burguesas apoderarse de los baluartes rojos de la revolución rusa"1148.

En 85 puntos del país se organizaron destacamentos internacionales del Ejército Rojo: en Moscú, Samara, Sarátov, Perm, Oriol, Irkutsk, Yaroslavl y otras ciudades. Los comandaban los húngaros Tibor Szamuely, Béla Kun, Ferenc Munnich, Máté Zalka, el checo Jaroslav Hasek, el serbio Oleko Dundié y otros revolucionarios. Las unidades internacionales defendían valientemente la República Soviética en los combates contra los guardias blancos y los intervencionistas. En agosto de 1918, antes de salir para el frente el regimiento internacional varsoviano, en el mitin de los guardias rojos hizo uso de palabra el jefe del Gobierno soviético, V. I. Lenin: "Os ha correspondido el gran honor de defender con las armas en la mano ideas santas y de hacer realidad, luchando codo con codo con los alemanes, los austríacos y los magiares -ayer enemigos nuestros en el frente-, la fraternidad internacional de los pueblos"1149.

Comprendiendo perfectamente qué simpatías podía suscitar en los trabajadores la Revolución de Octubre, los círculos gobernantes de los países burgueses utilizaban todos los medios para desacreditarla. La prensa de los EE.UU., Francia, Inglaterra, Alemania y otros países estaba llena de fantásticos comunicados sensacionales acerca de la situación en la República Soviética y de las "monstruosidades" cometidas por los bolcheviques.

1148 Pravda, 21 de febrero de 1918. 1149 V. I. Lenin. Discurso pronunciado en un mitin del regimiento revolucionario de Varsovia el 12 de agosto de 1918. O.C., t. 37, pág. 26.

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El Gobierno británico editó el Libro Blanco, repleto de infundíos calumniosos respecto a los sucesos revolucionarios en Rusia.

En el verano de 1920, el periodista norteamericano Walter Lippmann y Charles Merz, que más tarde fue redactor del periódico 8ew York Times, publicaron un folleto en el que indicaban que dicho rotativo había comunicado 91 veces a sus lectores, desde noviembre de 1917 hasta noviembre de 1919, acerca de la bancarrota del Poder soviético.

Al mismo tiempo, las personas que decían la verdad de la Rusia Soviética eran sometidas a represiones policíacas y a persecuciones judiciales. El Senado norteamericano, por ejemplo, creó una comisión especial para procesar a los que eran testigos de la Revolución Socialista, a los que decían la verdad del triunfo del proletariado en Rusia. Ante este tribunal comparecieron los periodistas John Reed y Albert Williams, el coronel Raymond Robins, dirigente de la Cruz Roja norteamericana en Rusia y otros norteamericanos que habían regresado de la República Soviética.

El Gobierno francés condenó tres veces a pena capital en contumacia al capitán del ejército francés Jacques Sadoul, honrado y valeroso defensor de la verdad acerca de la Revolución de Octubre. Desde septiembre de 1917 se encontraba en Rusia con carácter de observador político de la misión militar francesa. Las entrevistas con V. I. Lenin y los heroicos acontecimientos en el país ejercieron gran influencia sobre él. Jacques Sadoul tomó el camino de defender el País de los Soviets, desenmascarando los criminales planes de los estranguladores de la revolución. El escribía:

"La intromisión armada de los bandidos aliados y de sus vasallos en los asuntos de la Rusia obrero-campesina de ninguna manera puede ser reconocida como guerra del pueblo francés contra el pueblo ruso. Es una guerra de la burguesía contra el proletariado, de los explotadores contra los explotados. En esta lucha de clases debe participar todo socialista sincero y, por lo tanto, mi puesto está entre los que combaten en las filas del ejército proletario contra el ejército de la burguesía. Yo ingreso en el Ejército Rojo"1150.

Las cartas que Jacques Sadoul enviaba a Romain Rolland, a Enrique Barbusse y a políticos de Francia reflejaban verazmente los grandes sucesos.

A pesar de las medidas tomadas por los círculos gobernantes de los países capitalistas, la verdad se abría paso a través de todos los obstáculos. Más tarde, el dirigente de los comunistas franceses, Maurice Thorez, escribiría: "Las campañas de mentiras y de calumnias desenfrenadas no producían seria impresión en los obreros de Francia. Incluso los más atrasados de ellos tenían una vaga idea de que en 1150 La causa de los trabajadores de todo el mundo. M., 1957, pág. 37.

Rusia estaba edificándose su república, que la causa por la que tan valerosamente luchan y mueren los soldados rusos, es su propia causa, la causa de los obreros de todos los países"1151.

Los pueblos de los países beligerantes, y no sólo ellos, acogieron con enorme entusiasmo la nueva acerca del Decreto de la Paz y de la lucha resuelta y consecuente del Gobierno soviético por terminar la guerra imperialista. El ejemplo de la Rusia Soviética mostraba que con la guerra se podía terminar, y terminar para siempre. Bajo la influencia de Octubre, en muchos países se desplegó un movimiento de masas por el cese inmediato de la guerra. En Berlín, Viena, París, Londres y Budapest se organizaron manifestaciones y huelgas masivas políticas en las que se exigía concertar la paz en las condiciones propuestas por la Rusia soviética. Solamente en enero de 1918, en la huelga política participó hasta un millón de obreros alemanes que exigían el cese de la guerra.

En los EE.UU., cuyo pueblo, a pesar de participar en la guerra, no había experimentado todos sus horrores, pasó una oleada de mítines y manifestaciones antibélicas. Uno de los líderes de los obreros norteamericanos, Eugenio Debs, dijo en un mitin: "Nuestros corazones están con los bolcheviques de Rusia. Sí, con esos heroicos hombres y mujeres, con esos camaradas invencibles que con sus sacrificios inscribieron una nueva y gloriosa página en el movimiento internacional. El primer acto de esa revolución inmortal fue que ellos proclamaron la paz a todo el mundo, y no se dirigieron a los reyes, ni a los emperadores, ni a los gobernantes, ni a los diplomáticos, sino a los pueblos de todos los países"1152.

En una serie de países capitalistas, los obreros, animados por los acontecimientos en Rusia, iniciaron una lucha activa por el derrocamiento del régimen explotador.

En Finlandia, a la que el Gobierno soviético había concedido la independencia, la clase obrera a finales de enero de 1918 derrocó al Gobierno burgués y creó la República Socialista Obrera de Finlandia. Sin embargo, la burguesía finlandesa pidió ayuda a las tropas alemanas y ahogó en sangre a la revolución.

En Alemania comenzó la revolución que en el otoño de 1918 derrocó a la monarquía. En muchas ciudades se crearon Soviets de diputados obreros. En enero de 1919 se realizaron manifestaciones masivas de obreros que en Berlín, Brema, Düsseldorf, Stuttgart y Leipzig se convirtieron en lucha armada. En abril de 1919, en Baviera se proclamó la República soviética. La burguesía alemana, con ayuda de los jefes socialdemócratas que traicionaron a la causa de los trabajadores, logró aplastar el

1151 Maurice Thorez. Hijo del pueblo. M., 1960. pág. 1,7. 1152 El Gran Octubre y el proceso revolucionario Mundial. M., 1967, pág. 138.

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movimiento revolucionario de los obreros. La ola revolucionaria que en el otoño de 1918

atravesó Austria-Hungría también condujo al derrocamiento de la monarquía. El imperio fragmentario, que era la cárcel de los pueblos que lo habitaban, se desintegró. De sus escombros surgieron nuevos Estados: Hungría, Austria, Checoslovaquia y Yugoslavia.

A finales de octubre de 1918, en Hungría triunfó la revolución democrática burguesa, cuya fuerza hegemónica era el proletariado. En marzo de 1919, los obreros y soldados de Budapest, dirigidos por el Partido Comunista, tomaron el poder en sus manos. Fue proclamada la República Soviética de Hungría que existió nada más que cuatro meses: con ayuda de tropas extranjeras, la burguesía logró estrangularla.

La Revolución de Octubre suscitó una potente ola de solidaridad con la Rusia soviética en todo el mundo. La asamblea de metalúrgicos del distrito de París, celebrada a mediados de febrero de 1918 y que representaba a 180.000 obreros organizados, había aprobado por unanimidad una resolución de solidaridad con la revolución rusa1153. En mayo del mismo año comenzó la huelga de 200.000 obreros de las empresas militares de París; lanzaron las consignas de "¡Abajo la maldita guerra!" y "¡Viva la revolución!".

En el verano de 1918 en Francia se celebraron numerosas manifestaciones de protesta contra la intervención en la Rusia Soviética. En el Congreso del Partido Socialista Francés, celebrado a comienzos de octubre, resonaban exclamaciones de "¡Viva la república socialista!". En grandiosos mítines obreros se aprobaban mensajes de saludo a la Rusia Soviética.

Entre los defensores activos de la Rusia Soviética figuraban destacados escritores, hombres de ciencia y personalidades sociales, los mejores representantes de la intelectualidad democrática francesa: Anatole France, Enrique Barbusse, Romain Rolland, Marcel Cachin, Paul Langevin, Paul Vaillant-Couturier y Jean-Ríchard Bloch. "Las masas francesas -decía Lenin refiriéndose a ese período- son, tal vez, de las más experimentadas, de las más educadas políticamente, de las más vivas y sensibles"1154.

También el proletariado inglés escribió muchas y brillantes páginas en la lucha revolucionaria. A la cabeza del movimiento revolucionario en Inglaterra se encontraban los miembros del Partido Socialista Británico, los dirigentes de los comités de delegados fabriles: William Gallacher, Harry Pollitt, Thomas Bell, Arthur McManus y otros. En el país se celebraban mítines masivos donde los obreros expresaban la solidaridad con la "fórmula rusa de

1153 La trascendencia internacional de la Gran Revolución Socialista de Octubre. M., 1958, pág. 317. 1154 V. I. Lenin. Acerca de la fundación de la Internacional Comunista. O.C., t. 37, pág. 517.

paz", exigían que Gran Bretaña "tendiese su mano a Rusia".

En Inglaterra, igual que en Francia, el movimiento obrero enarbolaba las consignas de "¡Fuera las tropas de Rusia!" y "¡Es criminal el que vaya a la guerra contra Rusia!"1155. En 1918, en Inglaterra se declararon 1.165 huelgas en las que participaron 1.116.000 obreros1156.

Con no menos entusiasmo acogieron los trabajadores de Italia la Revolución de Octubre. Los organizadores de la lucha de las masas fueron Antonio Gramsci y Palmiro Togliatti. "¡Hagamos lo que Rusia!" -tal era la consigna combativa del pueblo italiano. El hombre más popular en el país era V. I. Lenin. "¡Viva Lenin!", "¡Viva Rusia!" Estas palabras, escritas con carbón, tiza, pintura o lápiz en las fachadas de las casas, en los árboles, en las iglesias y en los cuarteles, podían verse en las zonas más diversas del país. Uno de los participantes en la lucha política de los trabajadores italianos escribía: "¡Lenin! Su nombre se gritaba en las plazas y en las calles de nuestro país como una amenaza a la burguesía y como la esperanza de una vida mejor. Las multitudes decían: "Lenin vendrá también aquí". Se parafraseaban las canciones populares introduciéndose en ellas el nombre amado del jefe de la Revolución de Octubre. La popular canción revolucionaria Bandiera Rossa, los obreros en las manifestaciones la terminaban así: "¡Viva Lenin, abajo el rey!"1157. El 30 de enero de 1918, en Nápoles se declaró el estado de sitio; muchas empresas militares interrumpieron el trabajo. Bajo la presión de las masas, la conferencia de representantes de organizaciones socialistas, sindicatos y cooperativas aprobó el 29 de diciembre de ese mismo año una resolución que exigía la inmediata retirada de las tropas intervencionistas de la Rusia soviética.

La Revolución de Octubre dio un poderoso impulso a la lucha de los trabajadores del Hemisferio Occidental y, en primer término, a los de los Estados Unidos de Norteamérica. Siguiendo el ejemplo de Rusia, en varias ciudades de los EE.UU. surgieron Soviets de obreros, soldados y marineros. El Soviet obrero de Seattle organizó mítines de masas en los que se aprobaron reclamaciones al presidente de los Estados Unidos de "reconocer el Gobierno soviético y renunciar a toda clase de acciones intervencionistas contra el pueblo ruso"1158. El Soviet de diputados

1155 V. I. Lenin. Discurso en la conferencia obrera del barrio de Presnia. O.C., t. 37, pág. 372. 1156 Statistical Abstract for Llnited Kingdom, for each of the fifteen Hears 1913 and 1918 to 1931, N° 76, London, 1933, p. 113. 1157 G. Germanetto. La Revolución Socialista de Octubre y los trabajadores italianos. "8oval Vremia" ("Tiempos Nuevos"), N° 32, 1957, pág. 10. 1158 Archivo Político Central del Instituto de Marxismo-Leninismo, f. 461, t. 1, exp. 33.467, fol. 1.

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obreros de Pittsburgo instó a los obreros de esta zona industrial a declararse en huelga en señal de protesta contra la ingerencia del Gobierno de los Estados Unidos en los asuntos internos de la República Soviética. En muchas zonas del país se fundaron organizaciones con el nombre de "¡Fuera las manos de la Rusia Soviética!". En mítines y asambleas se recogían fondos para ayudar a la República Soviética1159.

Los obreros norteamericanos creaban comités para alistar voluntarios que deseasen ir a Rusia y participar directamente en la lucha del pueblo soviético contra los enemigos externos e internos de la revolución. En marzo de 1918, el Comisariado del Pueblo de Relaciones Exteriores recibió un telegrama del Grupo Revolucionario Internacional Norteamericano que decía: "Estamos dispuestos a organizar y enviar a su país un ejército revolucionario internacional de Norteamérica". Creamos la Guardia Roja para ayudarles a defender la revolución -decía otro telegrama. Sólo en Seattle se reunió un grupo de 500 hombres dispuestos a partir para Rusia1160, pero el Gobierno norteamericano impidió la salida de los voluntarios. En 1918, en los EE.UU. se declararon más de 3.285 huelgas en las que participaron más de 1.200.000 obreros1161. En marzo de 1918, Lenin escribió: “¿En Norteamérica, en el país capitalista más poderoso y más joven, los Soviets gozan de una profunda simpatía entre las masas obreras"1162.

Manifestaciones y mítines masivos de solidaridad con la Rusia revolucionaria se celebraron también en muchas ciudades de América Latina.

Como es sabido, el Gobierno soviético renunció voluntariamente a los tratados inicuos concertados por el Gobierno zarista con países orientales. Eso tenía gran importancia para las masas populares. En la Rusia Soviética, los pueblos de los países coloniales y dependientes veían un amigo seguro y defensor de sus intereses. Las fuerzas progresistas del Oriente, superando los márgenes puramente nacionales, comenzaron a comprender la ligazón indisoluble que existía entre la lucha de los países coloniales y dependientes por su liberación y la lucha de los destacamentos revolucionarios en los Estados occidentales contra el enemigo común de los trabajadores, el imperialismo internacional.

La Revolución de Octubre ejerció gran influencia en China. La parte avanzada de la intelectualidad y de los obreros chinos aplaudió calurosamente a la revolución como el mayor acontecimiento en la

1159 S. Rutgers. Entrevistas con Lenin. "Istórik-marxist" ("El Historiador Marxista"), 1935, N° 2-3, pág. 87. 1160 Pravda, 27 de abril de 1918. 1161 A. M. Bing. War-Time Strikes and Their Adjustment. N.Y., 1921, p.293. 1162 V. I. Lenin. Lo conquistado y refrendado. O.C. t. 37, pág. 513.

historia de la humanidad. En el telegrama que envió el destacado revolucionario chino, Sun Yat-sen, al jefe del Gobierno soviético, V. I. Lenin, se expresaba el "gran respeto a la dura y magnífica lucha" que llevaba a cabo el Partido Comunista, así como la esperanza de que "los partidos revolucionarios de China y de Rusia se fusionarán y lucharán conjuntamente"1163. A finales de 1918, visitó Moscú un grupo de representantes chinos que fue recibido por Lenin. Describiendo al jefe del Gobierno soviético la situación en China y el ascenso de los acontecimientos revolucionarios en el sur del país, los delegados declararon que "la existencia de la Rusia Soviética era para todo el Oriente cuestión de vida o muerte"1164.

Las noticias acerca de los acontecimientos revolucionarios en Rusia penetraban también en la India y emocionaban profundamente a la opinión pública del país. Con motivo de ello, Jawaharlal Nehru dijo: "Nosotros en la India iniciamos una nueva fase de nuestra lucha por la libertad... Estábamos admirados de Lenin y sentíamos la influencia de su ejemplo"1165. En Delhi, la Liga Nacional Musulmana aprobó el texto de un mensaje de los pueblos de la India a la Rusia Soviética. Este emocionante documento apareció en los periódicos hindúes clandestinos en enero de 1918, luego lo trajeron a Moscú en noviembre del mismo año unos patriotas hindús que habían llegado a la capital soviética superando enormes dificultades y peligros. En el mensaje se decía:

"Jefes de la revolución rusa. India os saluda por la gran victoria lograda por vosotros en beneficio de la democracia del mundo entero”1166.

El 23 de noviembre, Lenin recibió a la delegación y mantuvo con ella una larga conversación1167.

Es difícil apreciar en toda su magnitud la influencia que ejerció la Revolución de Octubre en los destinos de los pueblos del Oriente Próximo y Medio. Con el apoyo de la Rusia Soviética se aseguró la independencia de Turquía. El Gobierno soviético renunció plenamente a todos los acuerdos y negocios concertados por el Gobierno zarista, enfilados contra los intereses de Turquía. Los trabajadores de este país expresaban su gran simpatía hacia el pueblo ruso que había instaurado el Poder soviético, al jefe de la revolución rusa y del proletariado internacional, V. I. Lenin. Es muy significativo el siguiente hecho. Cuando en 1918 se discutía en la Universidad de Constantinopla la adjudicación del Premio Nobel, por iniciativa de la

1163 Se cita por el libro de M. S. Kapitsa. Las relaciones soviético-chinas. M., 1953, pág. 22. 1164 8oticias del CEC de los Soviets de toda Rusia, 3 de diciembre de 1918. 1165 Pravda, 22 de junio de 1955. 1166 Pravda, 17 de noviembre de 1918. 1167 V. I. Lenin. O.C., t. 37, pág. 710.

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juventud se acordó que se le concediera a Lenin1168. Igualmente afín y querido se hizo el País soviético

para los pueblos del Oriente árabe. En uno de los documentos del Comité de Unidad de los Árabes, fundado en Siria, se decía: "El Gobierno de Lenin y sus amigos, y la Gran Revolución por ellos realizada para liberar al Oriente del yugo de los tiranos europeos, son considerados por los árabes como una ingente fuerza, capaz de proporcionarles la felicidad y el bienestar. La prosperidad y la tranquilidad del mundo entero dependen de la alianza de árabes y bolcheviques1169.

La Revolución de Octubre dio un poderoso impulso al desarrollo de la lucha liberadora en Egipto, Siria, Irak y El Líbano.

Los primeros decretos del Gobierno soviético anularon todos los acuerdos dirigidos contra la independencia del Irán; por eso los trabajadores de ese país consideraban a V. I. Lenin como al hombre que los había liberado del acoso del zarismo ruso y de Inglaterra. Los mítines y manifestaciones que se celebraban en el país contribuían a la creación de sindicatos y de otras organizaciones democráticas de los trabajadores.

La Revolución de Octubre abrió una nueva página en la historia de los pueblos de todo el Oriente. Dio comienzo a la descomposición del sistema colonial, inició la época de las revoluciones de liberación nacional en los países coloniales y dependientes. Jamás se había conocido en esta región un movimiento de liberación tan masivo.

Debido a una serie de factores (la influencia de los partidos socialreformistas que había arraigado en las masas, partidos que traicionaban al movimiento revolucionario, la ausencia de verdaderos partidos revolucionarios marxistas, la escisión en las filas de la clase obrera, etc.), las fuerzas revolucionarias en los países burgueses no lograron entonces conseguir la victoria. No obstante, los combates revolucionarios que se desplegaron bajo la influencia de la Revolución de Octubre dejaron sus huellas en las amplias masas populares. Los pueblos del mundo adquirieron experiencia de lucha política, clasista. En las condiciones de auge del movimiento obrero, en muchos países surgieron partidos comunistas que agruparon a los combatientes más consecuentes y firmes contra el imperialismo.

Se acrecentó el movimiento sindical obrero. Así, la Confederación General del Trabajo (Francia) aumentó el número de sus filas de 170.000 en 1917 a 2.048.000 en 1920. Las tradeuniones de Inglaterra, que en 1914 contaban con unos 4 millones de miembros, en 1921 ya tenían cerca de seis millones y

1168 M. Sübhi. Discurso en el I Congreso de la Komintern, en el libro El I Congreso de la Internacional Comunista. Marzo de 1919. M., 1933, pág. 245. 1169 Se cita por el libro de A. N. Jeifets El Gran Octubre y los pueblos oprimidos del Oriente. M., 1959, pág. 61.

medio. En Italia, el número de obreros organizados en sindicatos aumentó de 249.000 en 1918 a 2.320.000 en 19201170.

La trascendencia internacional de la Revolución de Octubre no se limita a la influencia directa en el movimiento revolucionario de los pueblos del mundo. Su importancia histórico-mundial consiste también en que ella demostró que sus rasgos radicales, sus leyes fundamentales, han de repetirse inevitablemente en cualquier país que emprenda la vía de desarrollo socialista.

"El ejemplo ruso -escribía Lenin en 1920- muestra a todos los países algo, y algo muy sustancial, de su futuro próximo e inevitable"1171.

La experiencia de la Revolución de Octubre hizo patente que sin la dirección de las masas trabajadoras por parte de la clase obrera no puede llevarse a cado la revolución socialista. Precisamente al proletariado, la clase más revolucionaria, es a quien la historia ha encomendado la magna misión de encabezar la lucha de las masas para extirpar todos los aspectos y formas de explotación.

Esta experiencia demostró que la existencia del partido marxista-leninista, como vanguardia organizada y revolucionaria, es condición indispensable para lograr el éxito en la lucha por la liquidación del régimen explotador y la edificación de la sociedad nueva, socialista. A diferencia de Rusia, la ausencia de ese partido era la causa principal de la derrota de las revoluciones en los países de Europa Occidental en los primeros años que siguieron a Octubre de 1917.

La experiencia histórica de la Revolución de Octubre hizo patente también que la subida al poder de la clase obrera y su curso a la edificación del socialismo encontrará –y eso lo confirman los sucesos que se operaron en el mundo después de 1917- feroz resistencia por parte de las clases explotadoras. Las fuerzas reaccionarias no abandonan voluntariamente la arena política. "Después de la primera derrota sería -escribía Lenin- los explotadores derrocados, que no esperaban su derrocamiento ni creían en él, que no aceptaban ni siquiera la idea de que pudiera producirse, se lanzan con energía decuplicada, con pasión, furiosa y odio centuplicado a la lucha por la restitución del "paraíso" que les ha sido arrebatado..."1172. La resistencia de la burguesía derrocada es particularmente peligrosa debido a que tiene posibilidades de apoyarse en el capital internacional, el cual, como sucedió en Rusia, no se detiene ni siquiera ante la agresión militar contra el país en el

1170 El Gran Octubre y el proceso revolucionario mundial. M., 1967, pág. 139. 1171 V. I. Lenin. La enfermedad infantil del "izquierdismo" en el comunismo. O.C., t. 41, pág. 4. 1172 V. I. Lenin. La revolución proletaria y el renegado Kautsky. O.C., t. 37, pág. 264.

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que triunfó la revolución socialista. La defensa de las conquistas de la revolución de los enemigos internos y externos es uno de los principios básicos del Estado socialista.

En la revolución de Octubre se manifestaron también tales principios como la abolición de la propiedad capitalista de los fundamentales medios de producción; la transformación socialista gradual de la agricultura; el desarrollo planificado de la economía nacional, orientado a elevar el nivel de vida de los trabajadores; la realización de la revolución socialista en las esferas de la ideología y la cultura.

La Revolución de Octubre y la actitud respecto a ella de los trabajadores extranjeros fueron testimonio de otro principio básico: el internacionalismo proletario, uno de los grandes medios de lucha de los pueblos por la paz, la democracia y el socialismo.

La Revolución de Octubre fue el modelo de cómo debe solucionarse el problema nacional, liquidarse la opresión nacional y establecerse la igualdad de derechos y la amistad fraternal entre los pueblos. La experiencia de Octubre demostró que la puesta en práctica de la política nacional leninista conduce a la liquidación de la hostilidad y la desconfianza entre los pueblos. Es más, los trabajadores de distintos pueblos comienzan a tender a la unión para luchar conjuntamente por una vida nueva. Los pueblos de Rusia antes oprimidos, y emancipados por la revolución, optaron por la unión en un Estado multinacional único para crear, con los esfuerzos comunes, una sociedad nueva y defenderla de todos los enemigos. La República Soviética de Ucrania, constituida ya a finales de 1917, entabló relaciones federativas con la RSFSR. Se fortalecía la alianza política, militar y económica entre la RSFSR y las repúblicas socialistas soviéticas que se crearon a últimos de 1918 y comienzos de 1919: de Bielorrusia, Lituania, Letonia y Estonia. Como resultado de la colaboración multilateral, la ayuda mutua fraternal y el fortalecimiento de la amistad entre los pueblos del país, en el transcurso de la lucha conjunta por el objetivo común, más tarde se formó un Estado socialista multinacional único: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La formación de la URSS fue la continuación directa del Gran Octubre.

"La formación y el exitoso desarrollo de la URSS tiene enorme trascendencia internacional, siendo un importante jalón en el progreso social de toda la humanidad. La experiencia soviética en la creación del Estado socialista multinacional, la edificación, con los esfuerzos comunes de todos nuestros pueblos, de una sociedad socialista desarrollada y la solución del complicadísimo problema nacional se granjeó la estimación mundial y presta inapreciable ayuda a todos los combatientes por la emancipación social y

nacional"1173. El carácter socialista del Estado soviético, creado

por la Revolución de Octubre, determinó su política de paz. Desde el primer acto del Poder soviético en la política exterior -el Decreto sobre la paz- hasta el Programa de Paz, aprobado por el XXIV Congreso del PCUS, el Gobierno soviético siempre luchó y lucha de una manera consecutiva por la paz, la libertad y la seguridad de los pueblos. La política exterior de la URSS responde a las aspiraciones más vitales de los pueblos. He ahí por qué siempre ha disfrutado de enorme simpatía entre los trabajadores de todos los países.

La política del Estado socialista en todas las esferas de la vida siempre ha ejercido influencia revolucionadora en los trabajadores del mundo y prestado ayuda en la lucha contra los explotadores. La burguesía se ve obligada a tener en consideración el progreso social en la URSS y, temiendo a la revolución, en muchos casos no le queda más remedio que hacer algunas concesiones a la clase obrera. Antes de la Revolución de Octubre, en el mundo capitalista, por lo general, no existía seguro social, semana laboral de 40 horas, etc. Como testimonia el escritor norteamericano Teodoro Dreiser, la implantación en los EE.UU. de la semana laboral de 40 horas, el mínimo de salario, el seguro estatal de cesantía y otras reformas en interés de los trabajadores fueron condicionadas por la influencia del País soviético. Todo eso se ha logrado, indica el escritor, merced a la Revolución de Octubre y por todo ello le agradezco a Marx y a la Rusia Roja.

La Revolución de Octubre y la edificación del socialismo en la URSS marcaron una apertura en la conciencia del género humano. Bajo la influencia de las conquistas del socialismo se formaban las ideas contemporáneas referentes a la justicia social, a los derechos del hombre al trabajo, a la instrucción, al descanso y a la asistencia en la vejez.

En 1946, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, aprobando la Declaración de los Derechos del Hombre, proclamó el derecho al trabajo, al descanso, a la instrucción y al seguro social, derechos que ya estaban refrendados anteriormente en la Constitución de la Unión Soviética.

No fue fácil el camino recorrido por el pueblo soviético. En este camino no sólo hubo la alegría de las grandes victorias y de las maravillosas creaciones; también hubo que hacer grandes sacrificios en las sangrientas guerras contra los agresores, superar enormes dificultades, conocer los fracasos y los errores temporales. No obstante, el pueblo soviético, dirigido por el Partido Comunista,

1173 Sobre la preparación para el cincuentenario de la formación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Disposición del CC del PCUS del 21 de febrero de 1972. M., 1972, pág. 20.

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Historia de la Gran Revolución Socialista de Octubre

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superó con honor todas las pruebas. El régimen socialista, desarrollándose inmutablemente por la línea ascendente, demostró su invencible fuerza vital. La transformación de la URSS de un país agrario atrasado en desarrollada potencia industrial-koljosiana, el florecimiento de la ciencia y la cultura y el incesante incremento del bienestar material de los trabajadores son testimonios convincentes de las grandes ventajas que ofrece el régimen socialista.

La existencia de la Unión Soviética, el auge de sus fuerzas económicas, el poderío bélico y la autoridad internacional fortalecen por doquier las posiciones de los luchadores por la paz, la democracia y el socialismo. En el desarrollo de la sociedad contemporánea ejerce enorme influencia la edificación del socialismo y el comunismo en la URSS.

En vísperas de la victoria de la Revolución de Octubre, V. I. Lenin ya escribía: "Todas las naciones llegarán al socialismo, eso es inevitable, pero no llegarán de la misma manera; cada una de ellas aportará su originalidad en una u otra forma de la democracia, en una u otra variante de la dictadura del proletariado"1174. La historia corroboró plenamente estas palabras de Lenin.

El triunfo de la revolución socialista en varios países europeos y asiáticos, así como en un país del continente americano -Cuba-, la creación del sistema socialista mundial, es la continuación de aquel proceso histórico irreversible que fue iniciado por el Gran Octubre.

También comenzó el viraje histórico en el movimiento de liberación nacional. Decenas de Estados de Asia y África emprendieron el camino del desarrollo independiente, el camino no capitalista de desarrollo, hecho que está vinculado inseparablemente con la Revolución de Octubre y con la edificación del socialismo y el comunismo en la URSS. La multiforme ayuda política y económica que presta la Unión Soviética a los Estados de Oriente contribuye en grado sumo al fortalecimiento de la independencia y al progreso económico y social de estos Estados.

Grandes éxitos ha logrado el movimiento comunista y obrero internacional. Si en octubre de 1917 existían en el mundo pequeños grupos de revolucionarios, ahora, en cambio, en Europa, Asia, América, Australia, África y Oceanía casi no se encuentran países donde no haya partidos comunistas y obreros. En el Informe de balance del CC del PCUS al XXIII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, el camarada Brézhnev señalaba: "Hoy, 88 partidos comunistas unen en todos los continentes a cerca de 50 millones de luchadores"1175.

1174 V. I. Lenin. Sobre la caricatura del marxismo y el "economismo imperialista". O.C., t. 30, pág. 123. 1175 Documentos del XXIII Congreso del PCUS. M., 1966, pág. 13.

También son decenas de millones de personas las que están agrupadas en sindicatos progresistas, en organizaciones femeninas y juveniles democráticas. El movimiento comunista mundial es la fuerza más grande en la sociedad contemporánea. "La vía principal de desarrollo de la humanidad la determina ahora el sistema socialista mundial, la clase obrera internacional, todas las fuerzas revolucionarias" -se señala en la resolución de la Conferencia Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros de 1969.

Así es cómo cambió el cuadro sociopolítico del mundo en el tiempo transcurrido después de la Revolución de Octubre.

En nuestros días, la experiencia de Octubre y del pueblo soviético, se complementa con la experiencia de otros países socialistas, de otros destacamentos del movimiento revolucionario mundial. Esta experiencia vuelve a confirmar una y otra vez, con nueva fuerza, el postulado leninista de que para edificar exitosamente el socialismo es necesario partir de las leyes generales de la edificación socialista, así como tener en consideración las particularidades concretas de cada país1176.

Temiendo a la influencia de la Revolución de Octubre en los pueblos del mundo, los ideólogos de la burguesía tratan de negar su importancia internacional. Pues reconocerlo significaría reconocer la inevitabilidad de las revoluciones socialistas en otros países. Por eso tratan de demostrar que el triunfo de la revolución en Rusia es una "anomalía de la historia", una "casualidad histórica", en todo caso, un fenómeno "puramente ruso". Sin embargo, la propia vida muestra la inconsistencia científica de los intentos de negar la importancia internacional que tiene la experiencia de Octubre. Por el camino trazado por la Revolución de Octubre ya avanzan muchos pueblos, y son millones de seres los que están librando una lucha resuelta contra el imperialismo.

La fuerza positiva de su ejemplo contribuye a acelerar el desarrollo de la humanidad por el camino trazado por la Revolución de Octubre.

Pasarán los siglos, y en su progreso, el género humano llegará muy lejos. Para los pobladores del globo terráqueo serán ya historia muy remota los tiempos del imperialismo, cuando un puñado de capitalistas saqueaba a los trabajadores, a pueblos enteros, y desencadenaba sangrientas guerras. Las futuras generaciones sólo conocerán a través de los libros los vocablos "capitalista", "terrateniente" y "guerra", pero la humanidad jamás olvidará el día 25 de octubre de 1917, punto de viraje en la historia mundial. Y fundido con estas efemérides, figurará eternamente el nombre del gran Lenin, organizador y dirigente de la revolución, fundador del primer 1176 Documentos del XXIV Congreso del PCUS. M., 1971, pág. 193.

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Varios autores

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Estado soviético en el mundo.