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POEMA EPICO

E N ELOGIO

D E A L G U N O S G E N I O S S U B L IM E S

DE NUESTRA REVOLUCION,

ÜNO D E LOS Q U A L E S A C AB A D E L L E G A R Á E S T EV E K T U B O S O P U E R T O P A R A I L U S T R A R N O S , E D I F J C a B N O S Í U A C E II

K U K S T R A F E L IC ÍD A D 5T LA D E T O D A JíSPAÑA.

C A D I Z :

E n l a i m p r e n t a d e l e m a , c a i x s db s a n f r a n c is c o .

AÑO í 8 i 3.

ODWà AIíHOT

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E L F IL O SO F O D E A N T A Ñ O A S U S A M A ^

.dos antañínosy ogañinos dos palabritas con barrun^

tos de palabrón.

A le g r a o s generosos habitantes de la Hesperia: dad saltos de placer, ilustres moradores de la in­victa y sin par ciudad de Cádiz : la hermosa Auro^ ra de la felicidad, habiendo extendido su brillante manto en medio de las aguas del mediterráneo, em ­pieza ya á derramar sobre nuestro orizonte sus gra­ciosos refiexos. ¡O Cádiz ! levanta tu cuello sobre todas las islas de los m ares, y sobre todos los pue­blos del continente. Los genios iluminadores, que desde el siglo de Augusto, volando á las espaciosas regiones del éter, avandonaron nuestro triste globo á las horrorosas tinieblas de la superstición y fana^ tismo , volviendo de su enagenamiento, han tendi­do sus ojos compasivos sobre las tristes generacio­nes que arrastraban ominosas cadenas*, y á su po­deroso influxo debe la Europa casi toda haber disi­pado ya las densas nubes que la cubrían. ; Feliz Alemania, feliz I ta l ia , y feliz , sobre todas, F ran ­cia!... Ya se desplomó el soberbio alcázar que en Roma erigieron al error los negros genios del mal y de la ignorancia : el melancólico Buho que la habi­taba ha sido derribado de su infausto trono , yen- cerrado en recóndita masmorra..., ya no se perci­birá mas su granznido debastador.... ¡ O mil veces venturoso Cádiz! Pluxo á los benéficos genios de la

sabiduría hacerte el gran foco en que te se reú­nen ó redactan todos los rayos de sus inmensas lu­ces. ¡Qué volcan de fuego sagrado y de admirable ilustración vas á difundir por toda la península, y por toda la superficie de la tierral | España, Espa-> ñ a , en breve excitarás la embidia en quantas na-* ciones cubre el azulado manto del ciclo!

Cayó arruinado e l tribunal é^íahipO'^ cresíaquQte deshonraba..,, tu suelo será limpiado de los monstruos negruzcos que lo dehoran^y lo^-feos éuervos perderán alas y picos,,., y e o procesiones de capilludos , soltando la camisa como las culebras dando tímidos saltos., como conejos en soto quemado^ Apareced ya sin tQmotyimprescriptibles derechos det hombre^ fundados en la bella armonía con que las moléculas se han combinado en los órganos de la sensibilidad para hacerlo capaz de apetecer y dis" frutar los deleites mas alhagüeños Se derribó para siempre el edificio déla tiranía: el sagrado despotzsmfi demogógico-democr ático revolucionario sobrel^s ruinas su rnagestuoso trono *. todos los espanoles^ eaagenados con su inefable dulzura, seremos sus ri­sueñas v íc tim as; y nuestra sangre inchiendosin ce- sar su dorada copa, deleitará su paladar filantropía co. ¡ O dias dichosos de los Marats y Robespierrcs! También nosotros tendremos el dulce placer de ver renovadas en nuestro suelo vuestras deiicio'i.is es­cenas. ¡O regeneración! ¡O admirable refundición del género humano! en España!... ¡O ideas sumamente U- songeras!...

Pero , qiieridosantañinos y ogañinos mios^ j qué es esto? ¿ con quien hablo? ¿qué es lo que digo? ¿qué ¡espíritu libérálico charlatan se ha apoderado de'mí, y ha puesta en mi cerebro las nobles ideas y frases de’ íosQuintauas, Gallardos, Arguelles y demas/Wiúwi¿^

¡bs? E l caso es g rac ioso : lo c o n ta ré p a ra que mi* am igachos se rian.

C om o tengo el honorífico encargo de h is to r iad o r de los he rm anos l ibe ra le s , los b u s c o , los s ig o , los-o b s e rv o , m ézclom e en sus asam bleas , y...... y a sevé, se me pegan sus maneras, su lenguage g iro -vano , y ......lo peor e s , que mi im aginación se im presio ­na algunas veces tan fu e r te m e n te d e sus ideas ,que c á ­ta te m e h zW o improvhadamente^ de improvisQ^y á todo improvisar^ (a) hecho un Uberalísim o energúm eno .- Ni mas ni ménos me ha sucedido a h o ra ; to m o la p lum a lleno de jú b i lo , p a ra anunciaros los nuevos m onum en tos y frescas no tic ias de l l iberalism o que acabo d e a d q u i r i r , á f in d e e x c i t a r vues tra curiosidad , p a ra que p rocuré is d e scu b r i r el i lu s tre p ro to l ibe- r a l ,c u y a llegada á este rec in to (d ichoso sin duda , por habe r lo rec ib ido) se m cav isa de luengas aguas; mas apénas la habia e n r is tra d o e n tre mis dedos, hé tem e que me siento a r r e b a ta d o de un ¿estro sag rado del div ino entusiasmo , y me pa rece h a l la rm e en el café de los zapa te ro s y sastres , alias (según la m o d ern a n o m en c la tu ra liberal) de los P a t r i o t a s , em p inando a l te rn a t iv a m e n te con ellos las copas reunidas , c u ­y o espíritu renovado r tan fu riosam ente m e a g i ta ­b a , que me hacia c h a r l a r , tan desgab il ladam en te com o ellos suelen.

E u e fe c to ; nii p lum a siguió in v o lu n ta r iam e n te el impulso del entusiasmo disparatorio democrático-li~ beral reunido^ y quando he vuelto en m í ha llo la pe-

. (a) E?ios tgriniimos taa resahdos líi? he aprendido dpi ccle- Icbre historiador dtí la borraciícrj y r^unionanii p.uriotiija de los aiíar^juisia« pro>csÍQuariüs dcl alto Apolay fjoria , que coa Carteles públicos auieaat.irou al Cüagrc^o, para desviarlo de U eleccioa de la princesa C.irlota en rc^o.ite de Españaj iiisülea- cia , cuya iinpuuidad inoraremos algaa dia.

luca que cubre mi venerable calva , rodando por el suelo , me encuentro con un sartal de lindezas, las que dexo intactas para que conozcáis lo que puede el vértigo contagioso de mis incomparables héroes; pero con la solemne protesta de que habéis de mirar estos rasgos como efectos de miasmas frenéticos ad­quiridos momentáneamente por comunicación eléc* trico-galvánica: es decir , por nulos y no escritos.

Mi intento es informaros de los nuevos descubri­mientos, harto importantes para mi historia general; y (restituido ya á mi natural frescura), lo desempe­ño, dándoos á la letra la carta y poema que acabo de recibir, el que ofrezco á vuestra pia considera­ción y curiosa averiguación, como asunto de un ta­maño é Ínteres descomunal.

filósofo de antaño otro de ogaño: salud y buena pro.

"M u y Sr. mio: no tengo el honor de conocer á V d., y dos mares nos separan ; pero apenas ha lle­gado á mi noticia la noble y gloriosa empresa en que so halla empeñado, no puedo contener los impulsos de mi secreta afición hácia Vd. Considéreme, pues, intimamente unido á sus principios é ideas. Es de su­ma é incalculable importancia el justo elogio de los insignes héroes fundadores , componedores y direc- res del liberalismo galo-éspañol ó secta liberal naci­da en Francia y propagada en España baxo el au­xilio y alta protección de las águilas Bonapartinas. {Ahí es un comino! Ellos van á cubrir de gloria in­mortal á nuestra nación. |Qué desgracia si sus he­chos, doctrina y habilidades se viesen envueltas en el antiguo manto de la desidia española! ¡Bendito Vd. mil veces envidiable amigo! Yo quiero ayudarle con lodo mi caudal y fuerzas. D ebe, p u es , Vd. saber qu&

en estas rústicas islas se ha fundado también la ve­nerable secta y erigido cátedra liberal, que qual w a matutina trabaja heroicamente por rasgar este denso velo atmosférico. Gracias á esa célebre Atenas del liberalismo que nos envió un proto-liberal, do­tado de todo el espíritu, engendrador y trastornador^ y corifeo de la clarísima secta: éste con sus comuni^ cantes y a u x ilia n te s particularmente dos con quie­nes forjó el admirable Triunvirato, ha empezado la obra de felicidad. Tenemos empero el pro­fundo sentimiento de que le hayan a rrebatado , no tanto de nuestro suelo quanto de nuestro corazon, y lo hayan obligado ir á ese famosísimo Areopago, donde se presentará de una hora á otra. Vd. tendrá la incomparable dicha de verlo ,adm irarlo y reco­ger de sus armas inmenso caudal para su historia.

»» Aquí no nos descuidamos en transmitir á la posteridad la memoria de sin par ilustrado-res. En prueba de ello remito á Vd. el poema que en su elogio acaba de darse á la prensa, del que po­drá hacer el uso que gustare. Los nombres de los hé­roes van disimulados por no ofender su notoria mo­destia. Los poco instruidos, empeñados en designar las personas, se extravian notablemente. Muchos se persuaden que baxo el nombre de Sidonio está sig­nificado el célebre Sr. D. Isidoro Antillon, y se fun­dan en cierta semejanza que á su parecer encuentran en los ojos, cabeza, pescuezo, patas, gesticulación, hediondez [intolerable del aliento, y horrible fetor que, á manera de dos caños infernales, despiden ince-, santemente sus narices, & c ., atribuidas á Sidonio. Pero no se hacen cargo estos señores que los diablos se distinguen hasta en la c re s ta : que este mundo es­tá lleno de apariencias y falto de realidades: por lo que pasa en C á d iz , y Vd. sin duda habrá observa-

■do, esifácil de conocer la verdad de esta proposi* ó o n : Kay un sogeto de notoria probidad ; parecerá u a saíito, y es un jansenista : el Gallardo, el Redac­t o r , Conciso, &c., parecen sábios, y en la realidad, fion unos insignes botarates: en fin, nadie como Vd. Jiábrá comprendido que en este mundo no todo I0 ^ u e reluce es oro.

Por otra p a r te , los que creen que en el nombre ele Sidonio está figurado Antillon, no saben de que €n este célebre señor encuentran los liberales ciertas faltas mal avenidas con el puro liberalismo. Táchan- lo entre otras cosas de un poco supersticioso, por­que como buen aragonés se muestra entusiasmado y devotísimo de N tra. Sra. del P ilar, á par de los clarísimos héroes que defendieron á Zaragoza. Ade­m a s , lo reprenden- de iina nimia adhesión y vct neracion á la Iglesia y a l estado-estclesíástico secular y regular; vicios que dicen haber contraido de cier^ tas conexiones con el limo. Sr. Nadales, b4en cono­cido desde la época de sus caravanas en Madrid, por «lis principios anti-liberales y por sus eternas disen­siones con los nunca bien loados E s ta la , F o rn e t , y pandilla.

«Quede cadaqiial en su opinion, y Vd. en la inva­riable y total certeza de que es su fiel adheridozzÉ*/ mallorquín que escribe u la luz del medio dia^ y no a ¡a crepuscuiosa de la aurora.’’

P. D. " C on tinuaré rem itiendo á Vd. los p rec io ­sos d o c um en tos que están en prensa.

Ofrezco, pues, á todos mis lectores este precio­so poema, sin-quitarle ó añadirle una letra , lo que, sobre causar en el notable deformidad, sena siiidu­da en Olí un graa crím en.^V altte .

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DAD E NAVAR RA

PAPELES ' VARIOS

CURIOSOSFOLLETOS

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