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“Dinámicas complejas del aislamiento en la representatividad de los distintos usos del patrimonio cultural de Valle Fértil (Prov. De San Juan).”
Luis Rodríguez Mamby*
Introducción.
La dificultad que tienen en la actualidad los artesanos de Valle Fértil para montar
festivales en las localidades más alejadas del departamento plantea un problema logístico
a la organización de eventos públicos en una jurisdicción administrativa que de por sí se
encuentra aislada. En los parajes poblados del interior de la sierra y apartados de las
principales vías de comunicación, los distintos usos del patrimonio cultural descubren la
desigual distribución de los recursos públicos. Esta diferencia responde a un desigual
acceso a los recursos que puede convertir a la producción material de estos
asentamientos tanto en productos directamente vendibles al que viene de afuera o en
expresiones culturales que no cumplen con el target esperado en el mercado turístico. La
falta de representatividad que reviste el patrimonio cultural del interior de Valle Fértil
expresa un problema de integración geográfica entre los asentamientos del interior de la
sierra y los pueblos vecinos que se encuentran sobre los principales accesos. Los
distintos valores sociales otorgados a las variantes del patrimonio se desarrollan a la par
del proceso de diferenciación de las distintas rutas de acceso y el crecimiento desigual de
los sistemas de comunicación vallistas.
Aquí abordaremos el estudio de la distribución social de los espacios de difusión del
patrimonio cultural -como por ejemplo los distintos festivales populares. Mediante el
estudio de la recursividad de las regulaciones sobre el uso social del territorio
explicaremos cómo es imaginado el mapa del patrimonio cultural departamental.
Siguiendo los estudios del Programa de Geografía Medica de la universidad Nacional de
San Juan sobre la influencia mutua entre la distribución génica a lo largo del poblamiento
de Valle Fértil y el cambio de las rutas de comunicación a lo largo de distintos períodos
históricos (cf. Verhasselt, Curto & Pickerhynd, 1997, 2000, 2002), el aislamiento creciente
de los habitantes del interior de la sierra es reproducido por ideologías funcionales a los
intereses de agentes desiguales. La difusión del patrimonio cultural, como cualquier otro
medio de comunicación, juega con este doble sentido sobre el uso que se le dé. Por lo
* Estudiante tesista de la Licenciatura en Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras – UBA.
tanto, en esta investigación compararemos los patrones de integración de dos tipos
distintos de artesanos de Valle Fértil (artesanos oficiales y artesanos del interior) mediante
un análisis de integración axial de los espacios en que éstos ocupan.
Nuestro objetivo es analizar el cambio de los patrones de difusión de las distintas vías de
comunicación en distintas épocas. Siguiendo las dinámicas no lineales que han organizan
el desarrollo de la circulación de interacción humana a lo largo de la historia de la región,
vemos que las transformaciones en los sistemas de comunicación condicionaron las
relaciones geopolíticas de cada lugar con sus vecinos. En el departamento estudiado,
aparecen poblados que con antes fueron focos poblacionales, pero que paulatinamente
se fue orientando hacia su aislamiento. En este sentido, veremos que las continuidades y
discontinuidades que tienen que ver con el mapa geopolítico de la información -en este
caso en particular me referiré a la distribución diferencial de distintas versiones del
patrimonio cultural- se ajustan a los cambios ocurridos en las vías de la comunicación
conformados por los procesos de diferenciación social acaecidos con la creciente
sociedad de consumo. Junto con el aislamiento de los espacios, le siguen como parte de
estos procesos de diferenciación la desintegración económica de ciertos agentes y la
desvalorización de sus versiones del patrimonio cultural. En este sentido, explicaremos
los procesos históricos que produjeron una transformación del sistema de integración
geográfica de las distintas localidades de Valle Fértil, que a la larga incidieron en la
organización del patrimonio cultural y la distribución de su representatividad.
Distintos usos ideológicos del espacio social para difundir el patrimonio cultural.
A diferencia de lo que indica el ideal capitalista del libre mercado y la igualdad de
oportunidades comerciales, los distintos puesteros de festividades populares en Valle
Fértil no se benefician todos de la misma manera, ni siquiera sus perspectivas de
ganancias son homogéneas.1 En cambio, vemos que los artesanos que participan en los
festivales más populares es siempre la misma, evidenciando un proceso en el cual cuanto
1 Si elaboráramos un gráfico de la relación entre las variables “cantidad de recursos invertidos” y “representación de versiones del patrimonio cultural” en cada fiesta popular, éste nos indicaría que cuanto menos artesanos participan en la organización de la feria, mayor es la cantidad de recursos que invierten sus participante y mejores son los beneficios económicos que cada uno obtiene por la comercialización de su obra artesanal (Ver Gráfico 1). Esta relación no se condice con una curva normal en donde se esperaría una distribución homogénea de los réditos económicos entre todos los casos estudiados, acumulándose la mayor cantidad de festivales alrededor de un valor medio de versiones del patrimonio representadas.
menor sea la cantidad de artesanos enriquecidos estos serán más famosos y
reconocidos. En otros términos, en virtud de una ventaja acumulativa, aquellos pocos
agentes que lograron acaparar un espacio social en los festivales tienden a ser artesanos
mejor valorados que aquellos que quedaron desplazados de la participación de esos
eventos.2 Estos conceptos son aplicados por la Teoría de Redes Sociales para explicar el
aumento de la frecuencia de los vínculos entre agentes cuando mayor es la influencia
social que éstos tienen. En este sentido, desde el punto de vista de The Social Logic of
Space (Bill Hillier y Julienne Hanson, 1984), sus autores arguyen la idea de la ciudad
como un fenómeno reticular en el que unos cuantos elementos ordenados en el espacio
mediantes reglas conforman un conjunto que se distribuye de acuerdo una sintaxis
espacial. En otros términos, espacio e interacción humana se ordenan formando conjunto
poblacionales, imponiendo restricciones a los procesos aleatorios de agregación de los
elementos que componen el sistema.3
Kevin Lynch (1962), en su teoría sobre los mapas cognitivos asegura que cada habitante
construye una imagen de su ciudad, desarrollando colectivamente una representación en
la que cada elemento conserva una estructura e identidad compartidas por todos. En este
sentido, se llega a una noción de la “imagen pública” de la ciudad, en la que ésta se
vuelve como una entidad imaginable gracias a que está bien formada, es decir, cuando
sus partes bien definidas la hacen instantáneamente reconocible por el habitante común,
desapareciendo toda referencia a giros confusos o inconsistentes. En otros términos, la
ciudad imaginable desvanece la identificación de posibles contradicciones en los usos de
los espacios sociales. Desde este punto de vista, se prioriza la idea de que un mapa
cognitivo es una construcción que simplifica la información, evitando al agente sentirse
confundido.4
2 Este tipo de relación respondería mejor a la Ley Potencial y al principio de “conexión preferencial”. Lejos de aparecer la minoría de los festivales en el extremo de la curva donde más diversidad del patrimonio participa, el gráfico muestra que esta minoría de expresiones culturales se relaciona con una mayor cantidad de recursos invertidos. Por esta razón, la mayoría de los casos no se acumulan en el centro de la curva alrededor de un valor normal, ni tampoco las minorías se ubican en los extremos de la campana.3 “La sintaxis espacial comienza con la observación de que el espacio es la base común de las ciudades física y social. La ciudad física es un patrón de espacio complejo, mientras que toda la actividad social ocurre en el espacio Toda actividad social deja trazas espaciales en forma de patrones recursivos”. (Hillier y Vaughan 2007).4 En este sentido, se destaca la imposibilidad de percibir paradojas en los mapas cognitivos, aunque los distintos usos ideológicos del espacio dedicado a la difusión de la cultura reflejen la conflictividad como característica propia de esos procesos sociales, como la identidad, la memoria o el patrimonio cultural.
Al analizar el calendario de eventos sociales vallistas (como el Festival de la fundación del
departamento, Semana Santa o el Rally de vehículos conocido como “el Safari tras la
sierras”), la distribución de los recursos económicos dedicados a los festivales culturales a
lo largo del año benefician sólo a una minoría de versiones artesanales. Estos espacios
de comunicación son oportunidades en las que se representan y transmiten ante un
público masivo unas pocas versiones del patrimonio cultural, apareciendo estos eventos
sociales como espectáculos con los que se atrae a la gente.5
Cantidad de
recursos invertidos
Versiones del patrimonio cultural representadas en cada festival
Gráfico 1 – Conexión preferencial en la que una mayoría de recursos financian el comercio de una minoría de
artesanos.
5 Este grupo de artesanos reconocidos por la opinión pública - al que llamaremos “oficializado”, en virtud de su relación con el gobierno municipal - invierte de su bolsillo para pagar su participación en el festival, con el objeto de acaparar muchos más recursos humanos y financieros que los generados en otros festivales. La masividad de estos eventos impone en estos artesanos una mayor atención en las prescripciones que describen los estándares de calidad de sus obras. En un festival estudiantil de artesanos organizado por la comisión municipal de educadores que programa actividades culturales entre las escuelas del departamento, el jurado integrado por artesanos reconocidos que intervenían frecuentemente en las ferias y hasta tienen comercios estables, afirman que las reglas que describen la calidad que los artesanos deben alcanzar incumben la fabricación manual, la utilización de elementos autóctonos, la diversidad de materiales utilizados, la manipulación de distintas herramientas, la reproducción de motivos del imaginario cultural local, etc. Para este grupo, la profesionalidad de la práctica de los distintos tipos de oficios artesanales es reducida al respeto de estas ideas sobre el diseño de los artículos fabricados para ser vendidos como artesanías. Lejos de ser propios de la cultura vallista, estos criterios de la calidad que deben tener estos productos son impuestos por el mercado y como resultado conlleva la transformación de una obra cultural según su acomodamiento a una demanda de artesanías.
Con respecto al resto de fiestas populares -es decir, aquellas no patrocinadas por la
municipalidad-, se prescinde de esos controles de calidad y de la difusión masiva para
trasmitir sus expresiones alternativas de la cultura del departamento. A la inversa que
aquellos eventos organizados por instituciones reconocidas, la mayor parte de estos
festivales se montan con un mínimo de recursos. Estos son invertidos por un grupo
importante de organizadores aunque los recursos humanos y económicos financiados son
mínimos. En comparación con las fiestas oficiales, en estos festivales generalmente
organizados en el hinterland de Valle Fértil, el intercambio monetario interviene con
mucha menos frecuencia. La distribución de los beneficios se hace entre el total de
organizadores que intervinieron. Dado que en proporción éstos son mucho más
numerosos que en los festivales oficiales, las ganancias per cápita son escasas. Los
beneficios sacados por los artesanos que intervienen en estos festivales son
desproporcionadamente exiguos frente a su erogación.
Los procesos de segregación y aislamiento describe la distribución geográfica de la
valoración social del patrimonio cultural. Cada una de sus variedades negocia sus
posibilidades de difusión con el resto.6 De esta manera, los procesos de negociación
sobre los espacios sociales explican la fuerte tendencia vallista de fomentar la
comercialización de artesanía al turista en desmedro de la valoración social de la
artesanía doméstica del interior. Siguiendo una noción dinámica sobre el patrimonio
cultural7, al ser creado con el objetivo de servir como producto de la industria turística, la
distribución del reconocimiento colectivo sobre la diversidad de producción cultural es
auto-organizada mediante gramáticas recursivas que regulan los cambios que sufre la
valoración social de cada una de las variantes del patrimonio cultural. En las sucesivas
iteraciones que van configurando la red del mercado turístico de artesanías, los agentes
que la componen se van agregando en procesos aleatorios, constituyendo una sintaxis
espacial de la distribución social del patrimonio cultural dentro del departamento. Estos
procesos pueden acumularse hasta producir cambios de fase que describen el proceso de
diferenciación cultural. Al descomponer la grilla urbana del departamento en líneas
axiales, la distribución de sus principales accesos de comunicación (como, por ejemplo, la 6 La cultura no es antagónica entre sí, sino que compite con ella misma. Aunque la difusión de cualquier expresión cultural del patrimonio (en este caso artesanal) no implica la negación entre las distintas versiones de éste, no quita la competencia entre estas por el reconocimiento público.7 Los estudios sobre las dinámicas de la valoración de la multiculturalidad en áreas como el patrimonio cultural, el turismo y las artesanías se han interesado más en sus usos ideológicos que como productos objetivados. En este sentido, los aportes que hemos recogido apuntan a distinguir el comportamiento de los agentes en tanto se piense en el patrimonio cultural como negocio turístico a explotar o como conocimiento digno de conservarse. (Durham, 1984; Prats, 1997; Rotman, 2005; Benedetti, 2009)
línea que sigue a la ruta provincial 510, cruzando a Valle Fértil de norte a sur) indica la
tendencia del proceso de desarrollo urbano junto a la vinculación cultural entre distintas
localidades en distintos momentos históricos.8
Una lectura sobre la integración axial que arroja la distribución de los accesos viales
dentro del departamento indica el modo en que los distintos agentes vinculados al
patrimonio cultural se han relacionado mediante el reconocimiento y la difusión de sus
versiones.9 De esta manera, una minoría de artesanos vinculados políticamente y con
comercios prósperos, a lo largo del tiempo, han devenidos en el grupo de los productores
de artesanías más socialmente reconocidos por sus obras, obteniendo participación
política en distintas instituciones, como en la Biblioteca y el Centro Cultural Municipal o en
la Secretaría de Turismo. El desarrollo de la influencia social que movilizan estos
artesanos conectados preferencialmente, a su vez, es invertida en emprendimientos de
comunicación cultural.
En resumen, la red que conecta preferentemente a los artesanos más conocidos con los
principales festivales es la misma que la que relaciona con más influencia a unas
locaciones con otra, haciendo a otros sitios espacios satelitales del circuito principal. Los
recursos comunicativos que se desarrollan al abrir una nueva vía de comunicación entre
agentes sociales distantes responden también a una conexión preferencial entre diversos
puntos geográficos. Impulsado por factores económicos y políticos externos10, estas
conexiones preferenciales entre personas y entre lugares conducen a un proceso de
diferenciación cultural que lleva a dos facciones de la sociedad a competir. En la
actualidad, la sociedad vallista ha conformado una creciente red de agentes afiliados a
una determinada perspectiva sobre su cultural. Estos vínculos son en los que se apoya la
inversión de emprendimientos turísticos que comercializa el patrimonio cultural. Estos
8 En estos procesos no sólo se disputan aquellos lugares dedicados a la representación del patrimonio (como en el caso de la organización de festivales y otros evento popular), sino que también, de igual manera, éstos inciden en la discusión de otro tipo de recursos territoriales (como la distribución de las comunicaciones y los accesos viales o el desarrollo de centros de salud en el interior de la sierra). 9La tendencia que liga los indicios de progreso económico en Valle Fértil con las formas más reconocida del patrimonio cultural, también describe el ordenamiento geo-político de la distribución de la riqueza de la sociedad vallista, conformando un mapa en el que se muestra cuáles son los agentes que se vinculan preferencialmente a través de los sistemas de rutas, las líneas de telecomunicación, la industria de extracción de recursos naturales, las conexiones entre los distintos centros urbanos, asentamientos y parajes, etc. 10 La ubicación territorial del desarrollo de infraestructura pública y la inversión de capitales en la industria no vinculan aleatoriamente los espacios geográficos del departamento, sino que son determinados intereses de agentes socio-políticos que impulsan esas vinculaciones, (por ejemplo, las empresas extranjeras y la extracción de recursos minerales o el oligopolio de la industria turística sobre los recursos naturales y culturales).
agentes nucleados en distintas organizaciones sociales -educadores, artesanos,
intelectuales, etc.- son los que instituyen los estándares de calidad artesanal. La conexión
preferencial influye en la evaluación social sobre la profesionalidad de la obra,
disminuyendo cierta producción de artesanos por ser rústicas, simples o estéticamente
feas. De esta manera, estos criterios sobre una artesanía vendible a los turistas
condicionan el valor social de los otros tipos de artesanos y su difusión, limitando su
capacidad de comercialización.
Integración espacial de las localidades de Valle Fértil en distintos períodos históricos.
El desarrollo de las comunicaciones de este departamento ha sido modificado numerosas
veces a lo largo de su historia y está íntimamente relacionado con su ubicación geográfica
marginal. Ubicado entre los áridos Llanos Riojanos al este y el nudo montañoso más
septentrional de las sierras pampeanas al oeste, a una locación equidistante entre las
capitales provinciales más cercanas (San Juan y La Rioja), la geografía de Valle Fértil se
ha caracterizado desde tiempos prehispánicos por ser una frontera entre espacios geo-
políticos distintos y una vía de paso para el tránsito humano entre diferentes centros
civilizatorios. Sin embargo, a lo largo del tiempo se ha transformado la valoración de los
distintos nodos que se conectan en Valle Fértil. La distribución del poblamiento de la
región ha cambiado numerosas veces, pero siempre ha estado impulsada por la
búsqueda de distintos tipos de recursos, bordeando los áridos llanos orientales y
asentándose en los parajes con disponibilidad del agua que baja desde el cordón serrano
del oeste.
En épocas anteriores a la llegada española, la integración económica de las poblaciones
de las llanuras riojanas se conectaba con Valle Fértil y con los pueblos huarpes de la pre-
cordillera sanjuanina, para llegar hasta la costa chilena. (Michieli, 1994, 2000). Con la
conquista española y el poblamiento de San Juan de la Frontera desde la Capitanía
chilena a partir de 1562, los antiguos pobladores vallistas fueron reclutados en
reducciones indígenas, sirviendo en encomiendas11. La ruta que unía a Santiago de Chile
-centro administrativo al que respondía Valle Fértil en esa época- con el resto del 11 Como en 1604 cuando el primer alzamiento vallista de los yacampis ajusticiaron a su encomendero Toribio de Dueñas.
Virreinato del Perú seguía siendo de este a oeste, como en tiempos prehispánicos. A
pesar de las relocalizaciones y el régimen de la encomienda, estos caminos se
encontraban poblados por comunidades hostiles a la dominación externa.
Así, se formaron los primeros asentamientos actuales en la región al pie de las sierras.
Alrededor de los cursos de agua se organizaron las estructuras edilicias de las primeras
encomiendas coloniales. Con posterioridad, las aglomeraciones de personas se fueron
constituyendo en torno a los cascos de estancias que, finalmente, se convirtieron en las
localidades actuales.12
Hasta fines del siglo XIX, la principal ruta de comunicación cruzaba Valle Fértil en un eje
este-oeste. La fundación en 1606 de Villa San Ramón en el territorio actual de La Rioja y
luego el fuerte Nuestra Señora del Rosario en 1623 marcaron el camino por el que el
comercio y las personas se comunicaban con otras regiones. Las caravanas de
mercancías que venían del Tucumán atravesaban las sierras por varios pasos para llegar
a la cuenca del Río Bermejo. Siguiendo hacia el occidente, las posibles rutas seguían
hacia Huaco y San José de Jáchal, y otras hacia Mogna. De otra manera, se podía seguir
hacia el sur, rumbo a San Juan, bordeando la cara norte del cerro Pie de palo. (cf.
Verhasselt, Curto & Pickerhynd, 2002)
Al encontrarse los indígenas internados en las sierras, las poblaciones actuales como
Chucuma, Tumanas o Astica se desarrollaron alrededor de cascos de estancias donde se
reclutaba la población indígena para trabajar. Así, estas localidades se desarrollaron
alrededor del comercio y la producción agropecuaria que vinculaba al occidente andino
con el Tucumán y Córdoba, haciéndose conocidas en los anales de la memoria regional
desde la época colonial. Otros recursos vallista como los minerales motivaron un mayor
interés en la ciudad de San Juan, impulsando al distrito a representar una importancia
específica para la provincia.
Luego de las reformas borbónicas y la creación del Virreinato del Río de la Plata, el
Gobernador Sobremonte fundó en 1788 a la Villa San Agustín de Jauregui, cobrando
mayor importancia la vinculación con San Juan y con Córdoba, que posteriormente se
12 Algunos de estos primeros poblamientos, como es el caso de Villa San Agustín de Jauregui, se fueron conformando de acuerdo a las disposiciones coloniales impuestas durante los tiempos del Virrey Toledo. Así, la actual cabecera administrativa, al igual que otros como asentamientos cercanos a la huella del camino que conectaban a las grandes poblaciones construyeron los pueblos en donde vivirían los españoles junto al de los pueblo de indios que se habían congregado con las primeras misiones religiosas en la región.
convertiría en la vía norte-sur, actual ruta 510. La antigua ruta que iba de este a oeste es
la actual ruta provincial 511 que cruza los Llanos Riojanos en dirección a Córdoba.
Aunque esta vía es tan antigua como la más, actualmente es una ruta de comunicación
olvidada y desplazada por la ruta provincial 510, el acceso principal.13
Mapa 1 – Región central de Valle Fértil. Análisis axial de la antigua ruta de los arrieros y el moderno acceso
asfaltado.
La tendencia que describe la historia del poblamiento de Valle Fértil indica que durante la
colonia se asistió a una dispersión total de las personas en el territorio, concentrando
crecientemente la población en localidades con la llegada del desarrollo. De esta manera
asistimos a un despoblamiento del interior de la sierra, en la que las poblaciones tienden a
arrimarse a las vías de transporte.
13 Aunque sigue sin asfaltarse completamente y se encuentra deshabitada desde que la ruta norte-sur cobró importancia con la construcción del ferrocarril Belgrano –desde fines del siglo XIX, el tren pasa por las salinas de Mascasín, al sur del departamento-, continua siendo la constante promesa que los intendentes vallistas hacen con la intención de emprender la gestión de nuevos proyectos que vinculen comercialmente al distrito con el resto del interior del país.
Alto de las TumanasRío TumanasBajo de las Tumanas
La Majadita
Quimilo
Valle
del
Ber
mej
o
Llanos Riojanos
San Ramón
Las Juntas
Astica
Chucuma
Río Valle Fértil
Río Pichinal
Río Chucuma
Usno
Río Usno
En el mapa 1, se representa la integración espacial de la antigua ruta que usaban los
arrieros y el moderno acceso que conecta a las distintas localidades del departamento.
Las líneas finas muestran la conexión en Villa San Agustín de la ruta provincial 510 con el
antiguo paso que tomaban las caravanas para cruzar la sierra hacia el oeste (actualmente
conocido como la abandonada ruta provincial 511, que se conecta con la más alejada y
olvidada localidad riojana de San Ramón). Las líneas gruesas marcan los cursos de agua
alrededor de los que se dispersaban la población campesina de la región. Los nodos
azules representan a las localidades estrechamente vinculadas por las rutas provinciales
510 y 511. Los nodos rojos indican las localidades del interior débilmente integradas por
las cuencas de los ríos. Los nodos amarillos indican el emplazamiento de la Villa San
Agustín, cabecera del distrito y núcleo poblacional más desarrollado.
Previo a la llegada del modo de vida urbano a Valle Fértil, tradicionalmente la economía
agropecuaria de la zona hacía que la mayor parte de casas se asentaran en el interior de
la sierra, donde cada familia se dedicaba a la cría de ganado caprino. Durante las últimas
tres décadas, la concentración en los núcleos urbanos condujo a la población de Valle
Fértil a abandonar la vida rural, adoptando una economía doméstica orientada a la
comercialización de servicios (como por ejemplo el turismo).
Siguiendo una teoría de los grafos, el análisis axial que a propósito de las rutas
tradicionales de los arrieros hasta principio del siglo XX arroja que el cruce de la sierra
debía ser siguiendo por las quebradas y los causes de agua. La manera de sortear el
cordón serrano por los arrieros de hace 200 años es aún hoy discutida entre los
especialistas. Se conocen tres caminos: el primero, por el norte de la sierra, siguiendo la
cuenca del Río Ischigualasto (Falchi, María Pía… [et. al.], 2007); el segundo por el sur de
la Sierra de la Huerta, siguiendo el lado norte del Cerro Pie de Palo; finalmente, el tercer
camino es el más discutido -ya que se trata de dos caminos que se pudieron haber
combinado para cruzar la Sierra de Chávez-, uno por la quebrada de Usno y el otro por
Las Juntas, por el centro mismo de la sierra (cf. Verhasselt, Curto & Pickerhynd, 2002).
Lamentablemente, no podemos ayudar a dilucidar cuál de todas ellas es la teoría más
acertada; sin embargo, el análisis axial de estas dos rutas puede ayudarnos a entender el
proceso de diferenciación ocurrido en la población puestera del interior y que la ha
conducida a un aislamiento cada vez mayor.
Mapa 2 – Análisis de la convexidad en la región central de Valle Fértil.
La integración espacial de estas sendas de animales a través de las sierras destaca una
baja conectividad. Formada por asentamientos disgregados e interconectados por
caminos largos y dificultosos a través de los montes, la red de conexiones entre estos
asentamientos montaraces fue degradando sus vínculos hasta que cada nodo se unió
preferentemente con la nueva red de vías de comunicación.
La axialidad de la organización espacial de estos sistemas de caminos evidencia el
abandono del eje este-oeste y la importancia de la ruta norte-sur. Esto nos aporta una
información global parcial sobre la conexión preferencial de las localidades por las que
pasa la ruta provincial 510, especialmente con la ciudad de La Rioja. En este sentido, el
auge turístico del Parque Provincial Ischigualasto, ubicado al norte del departamento,
incrementa esta tendencia hacia la vinculación preferencial de las ciudades en un eje
norte-sur. Esta fuerte vinculación con la capital de la provincia norteña realiza una
tendencia moderna hacia la interconexión urbana. Sin embargo, esta nueva orientación
que tomó el desplazamiento por el territorio fue en detrimento directo de las antiguas rutas
de comunicación usadas tradicionalmente en la vida campesina. En tanto patrimonio
cultural de esa forma de vida rural, en la medida que se oficializaron las nuevas rutas de
transporte con San Juan y La Rioja, desaparecieron las largas travesías de 15 días
acarreando hasta 200 cabezas de ganado a los pueblos asentados en la pre-cordillera.
La convexidad del espacio nos aporta información local completa, apoyando los estudios
antropológicos de mediados de siglo XX acerca del poblamiento indígena de Valle Fértil
(cf. Grondona & Ardissone, 1953). A pesar de estar influidos por ideas difusionistas sobre
la influencia de las culturas diaguitas del noreste, nuestro análisis sobre los espacios
convexos indica que efectivamente el poblamiento se originó al pie de la sierra y de
espaldas al desierto oriental. Los valles y las quebradas se forman a medida que se baja
de la sierra a la amplitud del llano, siendo estos parajes los espacios ideales para
establecer asentamientos humanos. El alto nivel de concavidad de los valles y las
quebradas revela la forma en que estas caravanas se abrían paso hasta el Valle del
Bermejo. (Ver mapa 2)
Conclusión: El espacio de quienes pueden vivir de las artesanías.
Con respecto a las expectativas económicas que los distintos tipos de artesanos tienen
con su actividad, al preguntarles sobre la posibilidad que tiene su oficio de ser la principal
entrada económica del hogar, sólo los artesanos del interior del departamento afirman la
importancia de su producción como recurso económico. Por otra parte, dentro del grupo
de artesanos reconocidos, sólo algunos artesanos son productores de tiempo completo y
promueven una práctica profesional y totalmente comercial de su oficio. Otro grupo de
artesanos profesionales toma esta actividad como pasatiempo y representan en su
economía entrada secundaria, no vive solamente de su trabajo artesanal, sino que tiene
otros trabajos, relacionados a la administración pública, como de maestros, enfermeros o
empleados. Este grupo, que es la mayoría de los artesanos oficializados, reconocen que
es imposible subsistir con la artesanía como única entrada económica.
Las versiones mejor difundidas del patrimonio son las que responden a los intereses de la
industria del turismo cultural, trayendo mayor prosperidad a los artesanos que reproducen
versiones de la cultura artesanal vallista siguiendo los estándares de calidad impuestos.
Estas artesanías son creaciones consideradas por el público y los artesanos como
mejores para ser comerciadas. En este sentido, el patrimonio cultural no representa
políticamente a todos de la misma manera. El progreso y la prosperidad económica de los
difusores de la cultura vallista a través del turismo se concentran en un sector social
determinado distinto de aquellos interesados en la cultura como patrimonio sin hacer de
éste un recurso turístico.
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