x domingo de la mujeres miroforas x · web viewel Ángel, pues, les contestó diciendo: “¡no...

EL OCTÓIJOS - LIBRO DE LOS OCHO TONOS - TONO CUARTO

Tono CuartoTono Cuarto

GGRANDESRANDES V VÍSPERASÍSPERAS

Después Del Salmo Vespertino y al canto de “Te invo-co Señor...” serán retenidos Diez Stíjos y serán can-tadas Siete Estijéras para el Tono y Tres, Cuatro y hasta Seis del Menéon, para el Santo o la Santa del día, en caso que son celebrados, como sigue en el

Tono Cuarto10- ¡Saca mi vida de la cárcel para dar gracias a

Tu Nombre! Sin cesar, nos prosternamos ante Tu

Cruz Vivificadora, Cristo Dios, y glorificamos Tu Resurrección al tercer día. Pues, por me-dio de ellas, ¡Todopoderoso!, renovaste la naturaleza corrompida de los hombres y nos aclaraste el camino que nos asciende al cielo, porque Tú sólo eres el Bondadoso y Amante de la humanidad.

9- Y me harán corro los justos por Tus Favores conmigo.

¡Dios y Salvador Todopoderoso! Siendo clavado voluntariamente en el madero de la Cruz, anulaste el castigo que ha sido conse-cuencia del madero de la desobediencia. Y con Tu descenso al Infierno rompiste las

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ataduras de la Muerte. Nos prosternamos, pues, ante Tu Resurrección de entre los muertos, exclamando con júbilo y alegría: “¡Señor Todopoderoso, gloria a Ti!”.8- Desde lo hondo a Ti grito, Señor: ¡Señor, escu-

cha mi clamor! ¡Señor! Con Tu Muerte, aboliste los por-

tales del infierno, aniquilaste el señorío de la Muerte, liberaste al género humano de la corrupción y otorgaste al mundo la vida, la incorruptibilidad y la gran misericordia.

Otras - Por Anatolio7- ¡Estén atentos Tus Oídos a la voz de mis súpli-

cas! ¡Venid, pueblos! Alabemos la Resurrec-

ción del Salvador al tercer día, por medio de la cual fuimos liberados de las inquebranta-bles cadenas del Infierno; y todos hemos re-cibido la vida y la incorruptibilidad, excla-mando: “¡Sálvanos por Tu Resurrección! Tú que fuiste crucificado, sepultado y resuci-taste, ¡Único Amante de la humanidad!” 6- Si retienes las culpas, Señor, ¿quién, Señor, re-

sistirá?Pero el perdón está contigo, para ser así temido. ¡Salvador!, los Ángeles y las gentes ala-

ban Tu Resurrección al tercer día, por la

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cual los confines de la tierra han sido ilumi-nados; y todos nosotros, que hemos sido re-dimidos de la esclavitud del adversario, ex-clamamos: “¡Sálvanos, por Tu Resurrección, Salvador, Vivificador Todopoderoso y Único Amante de la Humanidad.”5- Aguardo anhelante al Señor, espero en Su Pa-

labra; mi ser aguarda al Señor.

¡Cristo Dios! Aboliste las puertas de bronce, rompiste los cerrojos y levantaste al género humano caído. Por tanto, al unísono Te exclamamos: “¡Tú, que resucitaste de entre los muertos, Señor, gloria a Ti!”

4- Más que el centinela a la aurora; más que el centinela a la

aurora, aguarde Israel al Señor. Tu nacimiento del Padre, Señor, es

eterno y sin tiempo. Mas los hombres no pueden describir ni explicar Tu encarnación de la Virgen. Y Tu descenso al infierno ha si-do temible por el demonio y sus ángeles. Pues Tú habías pisoteado la Muerte y resu-citado al tercer día, otorgando a la humani-dad la incorruptibilidad y la gran misericor-dia.

Y luego serán cantadas las Estijéras del Menéon y el ‘Gloria’.

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(Refiérase a página 9) sino directamente el ‘Theotókion’: (Himno a la Soberana Madre de Dios)

Gloria… Ahora... David el Profeta, que por Ti ¡Madre de

Dios!, se ha devenido en antepasado de Dios, anticipó y cantó antiguamente exclamando a Aquél que en Ti ha hecho grandes cosas: “La Reina se estableció a Tu diestra” Porque Dios, que no tiene padre, Te manifestó como Madre y fuente de la vida, cuando aceptó encarnarse de Ti, a fin de renovar a Su imagen, al hombre corrompido por las pasiones; y de encontrar la oveja extraviada en los montes, llevándola sobre sus hombros para ofrecerla al Padre y agre-garla, según Su Voluntad, a las huestes celestiales y salvar al mundo; porque Él es el Cristo que posee la rica y gran misericordia.

EL ISODÓN Desde el Isodón y hasta el Inicio de las Apostíjas.

(Refiérase a páginas 10 - 14)

LAS APOSTÍJAS Estijéras - Tono Cuarto

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¡Señor! Con Tu Ascenso sobre la Cruz, has borrado nuestra maldición ancestral; y con Tu Descenso al infierno has liberado a los que estaban encadenados desde los siglos, otorgando la incorruptibilidad al género humano. Por tanto con las alabanzas glorificamos Tu Salvadora y Vivificadora Resurrección.(Stíjo) El Señor reina, vestido de majestad. El Se-

ñor vestido, se ceñido de poder. Cuando fuiste colgado sobre el Madero,

Tú que eres el Único Poderoso, has sacudido a la Creación entera. Y Cuando fuiste sepultado resucitaste a los que yacían en los sepulcros, concedido al género humano la vida y la incorruptibilidad. Por lo tanto con alabanzas glorificamos Tu Resurrección al tercer día.

(Stíjo) Y así el orbe está seguro, no vacila. ¡Cristo!, el pueblo transgresor Te

entregó a Pilato y Te condenó a la crucifixión. Así se manifestó ingrato y abominable hacia su Benefactor. Pero Tú soportaste la sepultura voluntariamente, y por Tu propia Potestad, como Dios, resuci-taste al tercer día otorgándonos vida eterna y gran misericordia.

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(Stíjo) La santidad es el ornato de Tu Casa, Señor, por días sin término.

Llorando, las mujeres llegaron al sepul-cro buscándote; y al no hallarte, con llantos exclamaron: “¡Ay de nosotras, Salvador nuestro y Rey de todos! ¿Cómo fuiste hurtado? y ¿Qué lugar contiene ahora Tu Cuerpo Dador de la vida?” El Ángel, pues, les contestó diciendo: “¡No lloréis!, sino id y proclamad que el Señor había resucitado, concediéndonos el júbilo, como Él es el Único Compasivo”. El ‘Gloria’ para el Santo del día y el ‘Ahora’ del Octoi-

jós acorde al Tono del ‘Gloria’. (Refiérase a página 16) sino directa-

menteGloria... Ahora...

Responde a las suplicas de Tus siervos, ¡Virgen exenta de toda mancha!; aparta de nosotros las turbulencias de los peligros y sálvanos de toda angustia. Porque Te hemos tenido por nuestra única segura y firme ancla; y hemos adquirido Tu Protección. No dejes que seamos avergonzados, nosotros los que imploramos Tu Socorro, ¡Soberana!; sino apresúrate y responde a las súplicas de los que, con fe,

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Te exclaman: “¡Salve, Señora, Socorro de todos, Regocijo, Amparo y Salvación de nuestras almas!”

El que preside:La Oración del Justo Simeón y lo que sigue, hasta el

Tropario. (Refiérase a página 16 - 17)

APOLITIKÍ (Tropario) - Tono Cuarto Las discípulas del Señor aprendieron del

Ángel la gozosa proclamación de la Resu-rrección; Pues apartaron de sí la condena-ción ancestral. Y orgullosas se dirigieron a los Apóstoles diciendo: “La muerte es cauti-vada, y Cristo Dios ha resucitado, otorgando al mundo la gran misericordia”.

Gloria...(Refiérase a nota página 17) Sino para la Soberana Ma-

dre de DiosGloria… Ahora… - Tono Cuarto

El misterio, que estaba oculto desde los siglos y era desconocido por los Ángeles; Por Ti, Madre de Dios, fue revelado a los que moran en la tierra, pues Dios se en-carnó en una unión sin confusión; y para no-sotros y por Su propia Voluntad aceptó la Cruz; y por medio de Ella levantó al primer

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creado y salvó a nuestras almas de la muer-te.

APÓLISIS La Conclusión Común del Oficio de los domingos

(Ver el Oficio de las Vísperas)

LLOSOS M MAITINESAITINES

Después el inicio y hasta “Dios es el Señor...” y sus Stíjos en el Tono Cuarto, serán cantados los mismos

Troparios como en las Vísperas. (Refiérase a páginas 18 - 29) y 96

Después de la PEQUEÑA LETANÍA y la exclamación (Pág. 29)

Primera Estijológia - PRIMERA KATÍSMATA Al fijar su vista en la entrada del sepul-

cro, las portadoras del bálsamo, no sopor-taron contemplar el radiante resplandor del Ángel. Entonces, asombradas y estremeci-das dijeron: “¿Acaso fue robado Aquél que abrió el paraíso para el ladrón, o más bien resucitó Aquél que anunció la Resurrección antes de la Pasión? En verdad, Cristo Dios

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había resucitado, otorgando la vida y la re-surrección a los que están en el infierno”.

Gloria... Soportaste voluntariamente la cru-

cifixión, ¡Salvador!; y los mortales Te pusie-ron en un sepulcro nuevo, a Ti, ¡Que, por una palabra, estableciste los confines de la tierra. Por esto, la extraña muerte adversa-ria ha sido encadenada, aniquilada y venci-da; y por Tu Resurrección Vivificadora, to-dos los que estaban en el Hades exclama-ron diciendo: “Cristo, el Dador de la vida, ha resucitado y permanecerá por los siglos”.

Ahora... ¡Madre de Dios! Cuando José, Tu novio y

custodio, vio Tu Concepción sin simiente que supera la naturaleza, se pasmó maravi-llado; y recordó el rocío que descendió so-bre el vellón, la zarza ardiente con el fuego sin consumirse y la vara floreciente de Aa-rón; y dando testimonio ante los sacerdo-tes, exclamó: “¡La Virgen da a luz, perma-neciendo aun virgen!”.

Segunda Estijológia - SEGUNDA KATÍSMATA Siendo por naturaleza Inmortal,

resucitaste levantando del infierno, Cristo

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Dios y Salvador; y por Tu Resurrección, le-vantaste a Tu mundo y con poder aboliste el señorío de la Muerte; y revelaste la Resu-rrección a todos, Compasivo. Por tanto Te glorificamos, ¡Único Amante de la humani-dad!

Gloria... Gabriel, revestido de una túnica blanca,

descendió desde lo alto y se acercó de la piedra del sepulcro, en donde estaba la Ro-ca de la vida; y hacia aquellas que lloraban, exclamó diciendo: “¡Cesad vuestras lamen-taciones y llantos, por las tantas ternuras y compasiones que tenéis!, y con complacen-cia confiad, porque en verdad ha resucitado Aquél que buscáis llorando. Por lo tanto, ex-clamad a los Apóstoles que el Señor ha re-sucitado”.

Ahora... Todas las Huestes Angelicales quedaron

atónitas ante el misterio de Tu Concepción temible, ¡Purísima!; y en cómo fue contenido, como hombre, en Tu Seno, Él que todo lo contiene solamente con Su Gesto. Pues de Ti llevó un comienzo temporal Aquél que está antes de los siglos; y de Ti amamantó leche, Él que alimenta

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toda alma con Su Inefable Benevolencia. Por esto, todos Te glorifican alabándote, como eres verdaderamente la Madre de Dios.

LAS EVLOGITARIAS Y lo que sigue (Refiérase a páginas 31 - 32)

EL IPAKOÍ Las Mujeres portadoras del bálsamo, se

apresuraron, y anunciaron a los Apóstoles la maravilla de Tu Resurrección Cristo, dicién-doles que siendo Dios Tú habías resucitado, otorgando al mundo la gran misericordia.

EL ANÁVTEMI PRIMERA ANTÍFONA

Desde mi juventud muchas pasiones han batallado contra mí, pero Tú, Salvador, Sostenme y sálvame.

Vosotros que odiáis a Sión, sed aver-gonzados ante el Señor; porque como la hierba seca en el fuego, así vosotros seréis marchitados.

Gloria... Ahora... Por el Espíritu Santo, toda alma se vivifi-

ca y se purifica, exaltándose y brillando por la Trinidad Una, en un estado honorable y místico.

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SEGUNDA ANTÍFONA Con fervor y desde lo profundo de mi al-

ma, a Ti clamo, Señor: “¡Que Tus Oídos divi-nos estén atentos y me escuchen!”.

Todos los que han puesto su confianza en el Señor; están por sobre todas las aflic-ciones.

Gloria... Ahora... Por el Espíritu Santo, los manantiales y

arroyos de la Gracia se rebalsan y llenan al mundo con vida vivificadora.

TERCERA ANTÍFONA ¡Que mi corazón se eleve hacia Ti, Ver-

bo! De modo que ninguno de los placeres del mundo me seduce rebajándome.

Así como cada persona añora a su ma-dre; así también debemos tener un amor más ferviente hacia el Señor.

Gloria... Ahora... Por el Espíritu Santo se manifiesta la ri-

queza del conocimiento de Dios, la contem-plación divina y la sabiduría; pues por Él, el Verbo anuncia todos los preceptos del Pa-dre.

EL PROKÍMENON

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¡Alzate, Señor, ven en nuestra ayuda, rescá-tanos por Tu Amor! (Salmo 43 “44”: 27) (Dos Veces)(Stíjo) Oh Dios, nuestros oídos lo oyeron. (Ídem:

2a) Y se repite

¡Alzate, Señor, ven en nuestra ayuda, rescá-tanos por Tu Amor!

EL EVANGELIO MATUTINO Con relación a la lectura del Santo Evangelio y lo que

sigue:(Refiérase a las páginas 34 - 39)

KONTAKIÓN - ÍKOS - SINAXÁRION Kontakión

El Señor, mi Salvador y Redentor, ha resucitado al tercer día; y siendo Dios, levantó a los terrenales, soltando sus cadenas y abolió las puertas del infierno.

Íkos Alabemos, nosotros, todos los te-

rrenales, a Cristo el Dador de la vida, que resucitó del sepulcro al tercer día; y con Su Poder, abolió hoy las puertas de la muerte; mortificó al infierno, destruyó el poder de la Muerte y liberó a Adán y Eva. Mas con agra-decimiento y continuas alabanzas, exclame-mos: “Él había resucitado al tercer día, sien-

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do el Único Dios Poderoso y el Fuerte Sobe-rano.”

Sinaxárion Para el Sinaxárion, las Katavasías, las Magnifica-

ciones, el Exapostelarión y hasta el inicio del Aínos (las Alaban-zas) y su relacionada nota. (Refiérase a las páginas 40 -

44)

EL AÍNOS “Las Alabanzas”

Tono Cuarto 8- Esta Gloria es para todos sus justos.

¡Glorificamos Tu Resurrección Señor To-dopoderoso! Tú que soportaste la crucifi-xión y la muerte y resucitaste de entre los muertos.

7- Alabad a Dios en Su Santuario; Alabadlo en Su Poderoso Firmamento.

Con Tu Cruz, Cristo, nos liberaste de la antigua maldición; con Tu Muerte, aniquilas-te la tiranía del demonio contra nuestra na-turaleza y con Tu Resurrección, llenaste a todos de alegría. Por lo tanto, a Ti ex-clamamos diciendo: “Tú que resucitaste de entre los muertos, ¡Señor, Gloria a Ti!”.

6- Alabadlo por Sus Grandes Hazañas;Alabadlo por Su Inmensa Grandeza.

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Por Tu Cruz, guíanos hacia la verdad ¡Cristo Salvador! Tú, que resucitaste de en-tre los muertos, sálvanos de las trampas del enemigo y levántanos a nosotros, los caídos en el pecado, extendiéndonos Tu Brazo, por las intercesiones de Tus santos, ¡Señor, Amante de la humanidad!

5- Alabadlo con el toque de cuerno;Alabadlo con arpa y con cítara.

¡Verbo Unigénito de Dios! Viniste a la tierra sin separarte del Seno de Tu Padre. Y por Tu Amor a la humanidad Te hiciste Hombre sin sufrir cambio alguno; soportaste la crucifixión y la muerte en el cuerpo, Tú, que, por Tu Divinidad, eres Exento de toda pasión; y por Tu Resurrección de entre los muertos, otorgaste al género humano la in-mortalidad, siendo el Único Todopoderoso.

Otras Estijéras - Por Anatolio4- Alabadlo con tambores y danzas;

Alabadlo con cuerdas y flautas. ¡Salvador! Aceptando la muerte en el

cuerpo, nos compraste la inmortalidad, ya-ciste en el sepulcro, para salvarnos del In-fierno y nos levantaste contigo. Sufriste, pues, como hombre y resucitaste como Dios, por lo tanto a Ti exclamamos: “¡Gloria

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a Ti, Señor, Dador de la vida y Único Aman-te de la humanidad!”. 3- Alabadle con címbralos sonoros; alabadle con címbalos y aclamación. ¡Todo cuanto respira ala-

be al Señor! Las rocas se partieron, cuando Tu Cruz

fue plantada en el Gólgota, Salvador. Y los porteros del Infierno se atemorizaron cuan-do fuiste puesto en el sepulcro como un muerto. Pues por Tu Resurrección, Salvador, aniquilaste el poder de la muerte y otorgas-te a todos los muertos la incorruptibilidad. ¡Señor, Dador de la vida, gloria a Ti!

2- ¡Álzate, Señor, extiende Tu Mano! ¡Nunca te olvides de los desdichados!

Deseando ver Tu Resurrección, Cristo Dios, las mujeres fueron precedidas por Ma-ría Magdalena que vino al sepulcro. Encon-traron, pues, la piedra removida de encima de él y un Ángel sentado, que les dijo: “¿Porqué buscáis al vivo entre los muertos?, como Dios, Él ha resucitado para salvar a todos”. 1- ¡Te doy gracias, Señor, de todo corazón, voy a

proclamar todas Tus Maravillas! Judíos, decid, ¿Dónde está Jesús que

pensasteis estar custodiando? ¿Dónde está Aquél que pusisteis en un sepulcro, y sobre

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Quien sellasteis la piedra? ¡Dadnos al muer-to, negadores de la Vida! ¡Dadnos al sepul-tado, o creed en Aquél que se levantó resu-citando! Porque si vosotros os callasteis acerca de la Resurrección ¡He aquí! Las pie-dras exclaman, y precisamente la piedra re-movida del sepulcro, que está diciendo: “¡Grande es Tu Misericordia, y grande es el misterio de Tu Dispensación, Salvador nues-tro, gloria a Ti!”.

Gloria... Correspondiente a la Eotina (Ver página 175)

Ahora... (Refiérase a página 47) 181

LA DOXOLOGÍA Y el Tropario “Hoy aconteció la Salvación…”

(Refiérase a páginas 47- 49) 182-184

DDIVINAIVINA L LITURGIAITURGIA

Según la voluntad de el que preside, en la Divina Litur-gia se cantan los Salmos Típicos y las siguientes Estijé-

ras con las bienaventuranzas. Por el árbol, Adán fue privado del Pa-raíso; y el ladrón, por el madero de la Cruz, fue a vivir en él. Aquél, al gustarse del árbol, desobedeció el mandamiento del Creador, y éste, al ser crucificado contigo, a

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ti Te confesó, Dios incógnito, exclamando, “Acuérdate de mi en Tu Reino.”

Cristo Dios nuestro y Único Amante de la humanidad; Tú, que fuiste elevado sobre la Cruz, aniquilaste el poder de la muerte y como Dios, borraste el decreto escrito contra nosotros; otórganos el arrepenti-miento del ladrón, a nosotros también, los que con fe Te adoramos y a Ti exclamamos: “¡Acuérdate también de nosotros en Tu Re-ino!”.

Sobre la Cruz, por la lanza, has roto el decreto escrito contra nosotros, Cristo, Amante de la humanidad; y fuiste contado entre los muertos, pues amarraste al tirano gigante que está en el Hades; liberando a todos de sus ataduras, con Tu Resurrección, por la que hemos sido iluminados. Por tanto a Ti exclamamos: “Acuérdate también de nosotros en Tu Reino”.

¡Señor, el Único exento de la muerte! Tú, que fuiste Crucificado y por Tu propio Poder Te levantaste de la tumba al tercer día, levantando contigo a Adán, el primer creado; concédeme, Señor, volverme al arrepentimiento de todo corazón y que Te

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exclame siempre, con fe ferviente: “Acuérdate de mí, Salvador, en Tu Reino”.

El Exento de las pasiones, se ha deveni-do, por causa nuestra, en un hombre recibi-dor de la pasión; y, voluntariamente, fue clavado en la Cruz, resucitándonos pues consigo. Por lo tanto, glorificamos Su Cruz, Pasión y Resurrección; por las que nuestra creación ha sido renovada, y que por ellas seremos salvados, exclamando: “Acuérdate también de nosotros en Tu Reino”.

Venid, fieles, supliquemos al que resucitó de entre los muertos, cautivó la soberanía del infierno y apareció a las mujeres portadoras del bálsamo diciéndoles: “La paz sea con vosotras”, rogando que salve a nuestras almas de la corrupción; y exclamémosle, con la voz del agradecido ladrón: “Acuérdate también de nosotros en Tu Reino”.

Gloria... Venid, fieles, al unísono, supliquemos

que seamos dignos en verdad, de glorificar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; Una Sola Trinidad de la Divinidad Trina en Personas, Sencilla, sin división ni confusión; Trinidad

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Inaccesible, por La que seamos salvados del fuego del tormento.

Ahora... ¡Cristo, Soberano de abundante

compasión! Te ofrecemos a Tu Madre; La que, sin simiente, Te dio a luz en la carne, permaneciendo virgen aun después del alumbramiento, y verdaderamente sin corrupción alguna. Otorga, pues, siempre, el perdón de las transgresiones a los que Te exclaman: “Acuérdate también de nosotros en Tu Reino”.

Más, salvo que haya una Fiesta Señorial que tiene sus propias Antífonas y Stíjos, durante el año, serán

cantadas las Antífonas como hemos anticipado. (Refié-rase a páginas 51- 52)

Nótese que los variables serán solamente: El Tropario del Tono y lo del Santo celebrado, el Prokímenon y las

Lecturas Sagradas.Tono Cuarto

Las discípulas del Señor aprendieron del Ángel la gozosa proclamación de la Resu-rrección; Pues apartaron de sí la condena-ción ancestral. Y orgullosas se dirigieron a los Apóstoles diciendo: “La muerte es cauti-vada, y Cristo Dios ha resucitado, otorgando al mundo la gran misericordia”.

Después del Isodón se canta:

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1- El Tropario del Tono Cuarto “Las discípulas del Señor aprendieron del Án-

gel la gozosa proclamación de la Resurrec-ción;…”

2- El Tropario del Santo celebrado si lo hay3- El Tropario del Patrono del Templo, y

4- El Kontakión (Refiérase a páginas 53)

LAS LECTURAS SAGRADAS EL PROKÍMENON

¡Cuán numerosas tus obras, Señor! Todas las hiciste con sabiduría. (Salmo 103 “104”: 24a)

(Stíjo) ¡Bendice, alma mía al Señor! (Ídem: 1a)

LA EPÍSTOLADespués de la lectura de la Epístola, y “Paz a ti, lec-

tor” Se canta el Aleluya - Tono Cuarto y

¡Ciñe tu espada al costado, en tu gloria y tu esplendor marcha, cabalga! (Salmo 44 ‘45’: 4-5a)

(Stíjo) Amas la justicia y odias la iniquidad. (Ídem. 8a)

EL SANTO EVANGELIOY el resto de la Divina Liturgia

(Refiérase a páginas 54- 55)

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x domingo de la mujeres miroforas x · web viewel Ángel, pues, les contestó diciendo: “¡no...

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