xxi jornadas nacionales de investigadores en...
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XXI Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación
Departamento de Ciencias de la Comunicación (FaCSo •UNSJ)
5, 6 y 7 de octubre de 2017, San Juan
Autor o autores:
Apellido:COLLADO
Nombre:Guillermo
Correo electrónico:[email protected]
Institución a la que pertenece:U.N.S.Juan
Apellido:GÁLVEZ
Nombre:Ruth
Correo electrónico:[email protected]
Institución a la que pertenece:U.N.S.Juan Título de la ponencia:
ANÁLISIS INTERDISCIPLINARIO-INTEGRADOR DE UN PERIÓDICO DE SAN JUAN, SIGLO XIX
Área temática:
Historia, memoria y comunicación
Palabras claves (3): [Periodismo] – [Prensa] – [Periódico]
1- Resumen (máximo 1600 caracteres sin espacios):
Esta ponencia toma un caso en particular de un proyecto de investigación más abarcativo,
que se propone abordar el estudio de periódicos en San Juan, Argentina, siglo XIX (1825-
1900), integrando los enfoques disciplinares del Periodismo, la Tipografía, la Publicidad y
el Fotoperiodismo y trascender, de este modo, de un estadio de pluridisciplinariedad en que
el equipo a cargo venía desarrollando estudios anteriores, a otro de interdisciplinariedad,
generando así una instancia superadora de trabajos previos. Partiendo de un marco teórico
integrador, se infieren de él categorías de análisis que se aplican al corpus seleccionado,
para así extraer conclusiones pertinentes. La experiencia en proyectos anteriores lleva a
los/las integrantes del equipo ejecutor a acotar la línea de tiempo del objeto de estudio y los
enfrenta a la necesidad de efectuar un abordaje integrador. Se pretende así establecer
concordancias y discordancias entre los distintos componentes constitutivos al interior de
cada periódico y de distintos periódicos entre sí, a lo largo del tiempo y de ese modo, poder
establecer bases de comparación útiles para el desarrollo de investigaciones futuras.
ACLARACIÓN: en este trabajo se analizan dos periódicos sanjuaninos de la década de
1820, “El Repetidor” y “El Ingenuo Sanjuanino”, que polemizan entre sí, el contenido de
uno de los cuales no se entiende sin el del otro. Se presentó el análisis del primero en las
XXIas
Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación en San Juan, 2017 y el del
segundo en el XIXº Congreso de RedCom en Comodoro Rivadavia, Chubut, de este año.
Unidad de análisis: “El Repetidor”.
Repositorio: Hemeroteca del Museo Mitre de Buenos Aires.
Ejemplares disponibles: 6 (seis), desde el 23/10/1826 hasta el 05/01/1827.
Fuente: Gnecco, María Julia (Coord.) (2016). Patrimonio hemerográfico de la Provincia
de San Juan: Rescate y difusión (1825-1852), San Juan, F.F.H.A. - U.N.S.J, Ministerio de
Turismo y Cultura-Gobierno de la Provincia.
Formato: libro.
Páginas: de 4 (cuatro) a 6 (seis).
Papel: 1 (un) pliego doblado en 2 (dos) o éste más ½ (medio) pliego.
Tipografía: Romana Antigua, con Serif.
Diagramación: a dos columnas, sin corondel. Título del periódico con recuadro.
Epígrafe o lema: “La vertu seule fait les Republicains.-La virtud sola hace los
republicanos”
Editor(es): no hay mención explícita de ellos. Conocidos manuales de Historia del
Periodismo Argentino lo atribuyen a Francisco Narciso de Laprida y Víctor Barrau.
Frecuencia: “Este periodico (sic) no tiene dia (sic) señalado para su publicación (sic)”.
Tirada del ejemplar: no se consigna.
Precio del ejemplar: no se consigna.
Modo de suscripción o adquisición: no se consigna.
Lugar de venta: no se consigna.
Publicidad: “… los avisos de toda clase que los SS. Subscriptores deseen insertar en él, se
imprimiran (sic) gratis”.
Marco Contextual:
Toda la aparición de este periódico se desarrolla durante la Presidencia de Bernardino
Rivadavia a nivel nacional, quien gobernó la República entre el 8 de febrero de 1826 y el
27 de junio de 1827. A nivel provincial, coincide con la segunda Gobernación de José
Antonio Sánchez, desde el 12 de marzo de 1826 hasta el 5 de enero de 1827, entre las
gobernaciones de José de Navarro (12/09/1825-12/03/1826) y la de Valentín Ruiz
(05/01/1827-17/01/1827) (Peñaloza de Varese y Arias, 1966: n.p.; Videla, 1972: 666, 679,
693, 710).
Redacción y estilo periodísticos: informativo y opinativo a la vez (ver casos por
ejemplares). Como se señala en el artículo de fondo del primer número: “los Editores no
han tenido la ambición de ser colocados en el rango de los Escritores; sino la de ser útil al
público; convencidos que la verdad es siempre apreciable”. Por otra parte, en su Nº 2, bajo
el título de “El Repetidor”, afirma: “… nuestro nro. 1º ha incurrido en la censura de algunos
ignorantes que se hacen los entendidos y que juzgan de un papel público como juzgarían de
un golpe imprevisto en el paro, en el monte o en el reñidero de gallos;… no se merecen sus
autores otra opinión que la de envidiosos vengativos u egoístas. / … los dejaremos hablar a
su gusto, sin retroceder un paso en la carrera que hemos emprehendido, y sin variar el plan
que hemos adoptado en decir la verdad.”. Y más adelante, en ese mismo artículo:
“Acabaremos pues por asegurar a nuestros lectores… que nuestra obligación nos impone la
de decir la verdad: protestamos no faltar a ella,….” Por otra parte, no se observa una
pretensión de desapasionamiento, propia de periódicos nacionales o provinciales de finales
del siglo XIX o bien principios del XX, por influencia que, entendemos, proviene del
positivismo. Como ejemplo de la característica de este periódico que acabamos de
mencionar, encontramos el siguiente: “la mayor parte de los tenderos se han complotado
capitaneados por tres o cuatro de ellos ¡y qué cuatros!!! Estamos seguros que si se
alambicasen todos juntos, no resultaría de la operación un solo adarme de espíritu. Que
cualesquiera vaya a comprar géneros en las tiendas; un tendero tendrá la desfachatez de
pedir ocho pesos en papel por un efecto que ofrece por doce reales en plata. Otro con un
tono cafard [= delator], dice: que se conduele en el alma de la miseria que agobia a los
pobres pero que a pesar de su sensibilidad no puede menos que vender su azúcar a 18 reales
libra; y que todos los que quieran vender billetes del Banco, él los comprará a razón de dos
y medio reales cada peso. / A un miserable peón, padre de familia que había recibido papel
moneda de su patrón, le tomaron uno de a peso por una cabeza de vaca que aquí vale real y
medio, no habiendo en la carnicería más cabeza de buey que la del carnicero que ya era
vendida. / Más! Más! oíd lectores: hasta las cosas de la Iglesia han seguido el ejemplo del
ponteví y de la [¿Bretaña?], hasta ahora estábamos en la creencia que el señor Cura no tenía
facultad de alterar el arancel eclesiástico, pero él nos ha desengañado graciosamente y
vemos que los sacramentos son susceptibles de aumentación; pero no de disminución de lo
que nos enseña que no pueden ser cantidades, ved aquí un ejemplo. / Un ciudadano mandó
pagar en billetes el casamiento de un peón suyo, cuyo importe era de diez pesos y medio
pero el Señor Cura viendo la moneda, que le ofrecían, dijo: que no podía admitirla si no le
daban el duplo, es decir, 21 pesos por razón de que el papel moneda no tenía el valor de la
plata. / Qué tal? qué les parece de la caridad cristiana? es una virtud muy apreciable, sobre
todo en boca de sus primeros ministros: que nos digan ahora los libertinos, que no debemos
tributar al Señor Cura un respeto religioso. Estamos armados y prontos a entrar en [¿lisa?]
con ellos. / …. / Las que más han de sentir esta medida serán las pobres almas benditas del
Purgatorio que tendrán que consumirse por más tiempo en los fuegos purgativos, pues para
salir más pronto de sus apuros, nosotros no conocíamos puerta más segura que la de las
misas; pero como ha de ser, así lo ha dispuesto el Señor Cura, que aguanten con paciencia.
amén.” En el segundo número habla de “los abusos de la usura”. Con motivo de una posible
invasión a la Provincia por parte de Facundo Quiroga, en su Nº 1, expresa: “Ya el
estandarte sangriento del fanatismo se ha enarbolado en esta provincia: ya el tigre feroz, el
azote de los riojanos, el inmoral Facundo Quiroga ha puesto el colmo a sus iniquidades; a la
cabeza de una tropa de salteadores, insulta a las leyes, ultraja a los ciudadanos, desafía a las
demás provincias, y piensa levantar su trono sobre un montón de ruinas y de cadáveres
despedazados, / Este monstruo que no tiene otras leyes que su capricho, otra guía que su
ignorancia y otra fuerza que sus crímenes.”. Y en el Nº 2 refiere a este personaje como: “un
hombre que tiene a sus órdenes 700 a 800 bandidos, y que ha tomado el pomposo título de
defensor de la fe. ¡Ah! para robar, matar, violar, saquear sin duda….”. También en el
segundo número, se dirige al periódico con el que polemiza, “El Ingenuo Sanjuanino”, del
siguiente modo: “Sois tan ingenuo que vuestra ingenuidad se parece mucho a la bestialidad,
y tan ingenuamente nos contáis tantas ingenuas cositas, e ingenuas calumnias que por
nuestra parte no podemos menos que reírnos de las primeras y perdonárselas.”. Más
adelante expresa: “No nos tomaremos el trabajo de contestar punto por punto a vuestro
ingenuo papelucho, pues creemos que no lo merece,….” Este periódico tampoco cumple
con la premisa de brevedad o concisión, ni necesariamente del atractivo -al menos de sus
títulos-, propias del periodismo moderno. Se caracteriza, entre otras cuestiones, por su
constante autoreferencialidad. Bajo el título de “Comunicado” incorpora intervenciones
equivalentes a las actuales “Cartas al Director”, por lo general firmadas con seudónimos, a
modo de anonimato encubierto, muy fácilmente atribuible a la redacción del mismo
periódico, usualmente con un estilo argumentativo. Como recurso literario, utiliza la
reiteración; por ejemplo, en el siguiente caso: “en vano se empeñaba este vecino y su
familia en persuadir al soldado a que abandone su proyecto, en vano era darle señales para
hacérsele conocer; en vano le hablaba el otro compañero y se interesaba en hacerlo ceder de
su empeño: en vano eran las amenazas y protestas de acusarlo ante el Gobierno; nada le
valió, y se vio obligado este ciudadano a echar mano de sus armas que felizmente llevaba
para ponerse en defensa, corriendo el riesgo de ser víctima de este salteador encarnizado en
presencia de su familia; pero afortunadamente se aparecieron tres o cuatro jóvenes que
también se retiraban y pusieron fin a esta contienda no sin bastantes esfuerzos por parte de
éstos, pues el soldado estaba empeñado en consumar la obra que había principiado.”
Tambiénb utiliza la pregunta retórica como un recurso literario, así: “Ahora bien, ¿cuál fue
el motivo que dio este ciudadano para semejante atropellamiento? ¿el haber mandado a sus
criadas que se incorporasen con la demás familia que venía con él? ¿Y cuál fue el objeto
del soldado en quererlo llevar de recluta? El imponerle silencio para que le cediese sus
criadas, su esposa y su bolsillo. Porque ¿a qué llevar a un hombre que él sabía no podía
serle útil para el objeto que se había propuesto?”.
Ámbitos de tematización: impresión, circulación, utilización, credibilidad y dificultades
en la implementación del primer papel-moneda; probable futura invasión a la Provincia por
parte de Facundo Quiroga, actividad de la Legislatura Provincial (incluidas quejas por el
descompromiso o mal desempeño de sus integrantes), implementación de un Departamento
de Policía en la Provincia, funciones que deberían cumplir las fuerzas de seguridad.
Postura ideológica: iluminista, republicana, liberal, legalista, anticlerical, unitaria,
pacifista frente a la posibilidad o inminencia de una guerra.
Análisis del corpus
Se aclara, en este punto, que, por razones de practicidad, las transcripciones textuales se
efectuarán con ortografía actual y salvando eventuales (y evidentes) errores tipográficos.
Asimismo, se insertan entre corchetes algunas extensiones para aclarar el sentido.
Número: 1.
Fecha: 23/10/1826.
Contenido:
En una especie de introducción, a modo de editorial y firmado, justamente, por “Los
Editores.”, su contenido podría desglosarse como sigue:
“Declaración de Principios”: “Haciéndose sentir diariamente en San Juan la falta de un
periódico que sea el eco de las lamentaciones de los infelices, que ponga traba a los abusos
y relajación que se notan haberse introducido tanto en las instituciones de la administración
provincial, como en el comercio. En fin que sea el conducto por donde los ciudadanos
puedan manifestar más públicamente sus opiniones, y ser instruidos de los grandes
intereses que se tratan en el C.G.C. [Congreso General Constituyente] y que se defienden
en el Ejército.” Más adelante señala: “… es digno de lástima el ver hasta qué punto la
mayor parte de la especie humana se degrada, sobre todo por este despreciable furor de
engrandecerse y de vivir cómodamente sin inquietarse que los otros tengan, o no un pedazo
de pan para alimentar a su desgraciada y tierna familia. ¡Ay de esta clase de hombres,
existen muchos en nuestro pueblo; pero el tiempo de sus viles maquinaciones ha pasado, ya
no quedaren desconocidas estas sanguijuelas que fundaban su alegría sobre la humana
miseria, y si antes minaban impunemente la destrucción de este virtuoso pueblo que los ha
acogido y enriquecido, seguros que sus maldades no serían acusadas; el Repetidor pondrá
un freno a sus atrocidades y cuando los habrá marcado con el sello de la reprobación; la
opinión pública indicará el lugar que deben ocupar en la sociedad, y que se habrán
justamente merecido por sus iniquidades.”
El porqué de su nombre y mención de fuentes: “Nos hemos resuelto publicar uno con el
título de repetidor, pues una gran parte de nuestras columnas serán extracto de los varios
periódicos que lleguen a nuestras manos, y que creamos más dignos de ser ofrecidos a
nuestros conciudadanos;….”
Autoreferencia(lidad): “… y cuando suceda que hagamos algunas reflexiones, podemos
asegurar que la verdad y la imparcialidad serán nuestros únicos móviles. / Al tomar este
difícil cargo, los Editores no han tenido la ambición de ser colocados en el rango de los
Escritores; sino la de ser útil al público; convencidos que la verdad es siempre apreciable,
aunque aparezca sobre labios que carecen de las flores de la retórica.”
Postura ideológica: “…, nuestro más vivo deseo es de animar a nuestros conciudadanos de
un noble amor hacia nuestra cara Patria y ponerlos en aptitud de distinguir el verdadero del
falso republicanismo. La diferencia es bien visible, pues lo que es digno de notarse en unos
verdaderos republicanos, es el ver este espíritu de independencia que ha formado de ellos
un cuerpo ilustrado, estrechamente unido y perfectamente feliz. / Consideremos pues los
buenos republicanos, y observemos cuál es el espíritu que conduce a cada uno. / Todos
trabajan por la felicidad común, todos están sujetos a las leyes. Ningún interés particular les
hace olvidar del bien público. No admiten entre sí otras distinciones que las de la virtud y
de los talentos. No se vio jamás aun al más infeliz quejarse de su condición ni abandonar su
país disgustado de verse olvidado y sin bienes; se creen al contrario perfectamente libres y
perfectamente felices; y lo son en efecto: son libres porque no dependen sino de las leyes.
Son felices porque el concurso de todos en sus diferentes servicios, produce seguramente
una abundancia que hace la riqueza de cada uno.”
“BILLETES DEL BANCO.”: “Ya circulan entre nosotros los Billetes del Banco; pero de un
modo tan escandaloso que los hombres honrados y adictos a su país y a las leyes se
indignan al ver la calma con que el Gobierno tolera abusos tan perjudiciales. No contentos
los comerciantes de haberse agarrado los únicos medios metálicos que circulaban aquí,
piden por sus efectos precios tan desatinados, que la clase menesterosa se ve en la
necesidad de no poder subvenir a sus necesidades. Principalmente la mayor parte de los
tenderos se han complotado capitaneados por tres o cuatro de ellos ¡y qué cuatros!!!
Estamos seguros que si se alambicasen todos juntos, no resultaría de la operación un solo
adarme de espíritu. Que cualesquiera vaya a comprar géneros en las tiendas; un tendero
tendrá la desfachatez de pedir ocho pesos en papel por un efecto que ofrece por doce reales
en plata. Otro con un tono cafard [= delator], dice: que se conduele en el alma de la miseria
que agobia a los pobres pero que a pesar de su sensibilidad no puede menos que vender su
azúcar a 18 reales libra; y que todos los que quieran vender billetes del Banco, él los
comprará a razón de dos y medio reales cada peso. / A un miserable peón, padre de familia
que había recibido papel moneda de su patrón, le tomaron uno de a peso por una cabeza de
vaca que aquí vale real y medio, no habiendo en la carnicería más cabeza de buey que la del
carnicero que ya era vendida. / Más! Más! oíd lectores: hasta las cosas de la Iglesia han
seguido el ejemplo del ponteví y de la [¿Bretaña?], hasta ahora estábamos en la creencia
que el señor Cura no tenía facultad de alterar el arancel eclesiástico, pero él nos ha
desengañado graciosamente y vemos que los sacramentos son susceptibles de aumentación;
pero no de disminución de lo que nos enseña que no pueden ser cantidades, ved aquí un
ejemplo. / Un ciudadano mandó pagar en billetes el casamiento de un peón suyo, cuyo
importe era de diez pesos y medio pero el Señor Cura viendo la moneda, que le ofrecían,
dijo: que no podía admitirla si no le daban el duplo, es decir, 21 pesos por razón de que el
papel moneda no tenía el valor de la plata. / Qué tal? qué les parece de la caridad cristiana?
es una virtud muy apreciable, sobre todo en boca de sus primeros ministros: que nos digan
ahora los libertinos, que no debemos tributar al Señor Cura un respeto religioso. Estamos
armados y prontos a entrar en [¿lisa?] con ellos. / …. / Las que más han de sentir esta
medida serán las pobres almas benditas del Purgatorio que tendrán que consumirse por más
tiempo en los fuegos purgativos, pues para salir más pronto de sus apuros, nosotros no
conocíamos puerta más segura que la de las misas; pero como ha de ser, así lo ha dispuesto
el Señor Cura, que aguanten con paciencia. amén.”
“RIOJA.”: “Ya el estandarte sangriento del fanatismo se ha enarbolado en esta provincia: ya
el tigre feroz, el azote de los riojanos, el inmoral Facundo Quiroga ha puesto el colmo a sus
iniquidades; a la cabeza de una tropa de salteadores, insulta a las leyes, ultraja a los
ciudadanos, desafía a las demás provincias, y piensa levantar su trono sobre un montón de
ruinas y de cadáveres despedazados, / Este monstruo que no tiene otras leyes que su
capricho, otra guía que su ignorancia y otra fuerza que sus crímenes. / … ha adoptado una
bandera cuya emblema es una espada y cuya lema es: Religión o Muerte. Ha forzado la
Legislatura Provincial a sancionar tres artículos en que se manda al Ejecutivo: 1º. No
reconozca el Presidente de la República.- 2º. Declare guerra a todos los que no sean
católicos apostólicos romanos.- 3º. Haga cerrar la comunicación con las demás provincias. /
Hasta cuándo los malvados harán servir el augusto nombre de [la] religión a sus infames
designios? ….”
“LEGISLATURA PROVINCIAL.”: “El 19 del corriente, la H. J. de RR. [Honorable Junta de
Representantes] ha tenido dos sesiones extraordinarias y secretas. Hasta ahora ignoramos el
resultado, pero suponemos que el motivo de su reunión ha sido una comunicación que se
dice ha dirigido a nuestro Gobierno el de la Provincia de Catamarca pidiendo auxilio contra
el invasor Facundo Quiroga. / Creemos que nuestros RR. [representantes] no dejarán pasar
una ocasión tan oportuna de señalar más particularmente el patriotismo con que siempre se
han distinguido, y que no quedarán quietos espectadores en una Lucha de cuyo resultado
debemos esperar la felicidad o la desgracia de nuestra Provincia.” Ante esto, el periódico
señala que, así como el año anterior San Juan requirió y obtuvo de Mendoza una ayuda para
restablecer un gobierno constituido, del mismo modo esta vez San Juan debería responder
afirmativamente.
“POLICÍA.”: comienza quejándose de que el Poder Ejecutivo concibió un Reglamento de
Policía y que éste se halla “sepultado” en los archivos de la Secretaría de Gobierno, sin
poderse implementar, en detrimento del interés general y la felicidad. Continúa analizando
algunos de sus artículos, adhiriendo, en general, a su contenido, pero advirtiendo que en ese
entonces no se están cumpliendo y los riesgos que esto último podría acarrear.
“AVISO.”: “Nuestras columnas están francas a los de nuestros conciudadanos que quieran
honrarnos con sus ideas; con la condición que deberán dirigirnos sus Comunicados por el
conducto del Administrador de esta Imprenta y bajo las garantías que prescribe la Ley.”
Unidad de análisis: “El Ingenuo sanjuanino”.
Fecha: 27/10/1826.
Formato: libro.
Páginas: 1 (una) sola.
Papel: ½ (medio) pliego de los que se utilizaban para los periódicos precedentes.
Tipografía: Romana Antigua, con Serif.
Diagramación: a una sola columna. Título del periódico sin recuadrar.
Epígrafe o lema: no lleva.
Editor(es): no figuran.
Frecuencia: no se explicita.
Tirada del ejemplar: no se consigna.
Precio del ejemplar: no aparece.
Modo de suscripción o adquisición: no figura.
Lugar de venta: no figura.
Publicidad: no lleva.
Contenido:
Reacciona en contra de lo publicado por “El Repetidor”, especialmente en lo referido a la
utilización del papel-moneda en San Juan, pretendiendo desmentir algunas de sus
aseveraciones y focalizar, en cambio, en otras cuestiones. Le solicita al otro periódico
enmendar lo que le marca como mentiras.
“El Repetidor” (continuación)
Número: 2.
Fecha: 01/11/1826.
Contenido:
“EL REPETIDOR.”: “… nuestro nro. 1º ha incurrido en la censura de algunos ignorantes que
se hacen los entendidos y que juzgan de un papel público como juzgarían de un golpe
imprevisto en el paro, en el monte o en el reñidero de gallos;… no se merecen sus autores
otra opinión que la de envidiosos vengativos u egoístas. / … los dejaremos hablar a su
gusto, sin retroceder un paso en la carrera que hemos emprehendido, y sin variar el plan que
hemos adoptado en decir la verdad.”
Continúa diciendo: “Estos caballeros se resintieron mucho contra nosotros, por que no
hemos adulado a Facundo Quiroga, argumentando a su modo ¡y qué modo! que la situación
en que nos hallamos, no nos permitía enunciar nuestros pensamientos tan francamente que
debemos mirar con consideración a un hombre que tiene a sus órdenes 700 a 800 bandidos,
y que ha tomado el pomposo título de defensor de la fe. ¡Ah! para robar, matar, violar,
saquear sin duda….”
En su defensa, esgrime el artículo de la “Carta de Mayo” que concierne a la libertad de
pensamiento, de opinión, de palabra o expresión y de prensa o imprenta sin censura previa,
siempre y cuando no dañe los derechos de otro.
Prosigue refiriéndose a sus detractores de la siguiente manera: “… no tuvieron otra
educación que la de los changadores y que criados en las tinieblas de la ignorancia no
pueden sufrir la luz de la verdad y de la ilustración;….”
El último párrafo del artículo establece: “Acabaremos pues por asegurar a nuestros
lectores… que nuestra obligación nos impone la de decir la verdad: protestamos no faltar a
ella, y si hasta ahora nos hemos visto en la penosa obligación de levantar la voz contra los
abusos de la usura.”
“SOR. INGENUO [el nombre del periódico con el que compite]”: “Sois tan ingenuo que
vuestra ingenuidad se parece mucho a la bestialidad, y tan ingenuamente nos contáis tantas
ingenuas cositas, e ingenuas calumnias que por nuestra parte no podemos menos que
reírnos de las primeras y perdonárselas.” Más adelante expresa: “No nos tomaremos el
trabajo de contestar punto por punto a vuestro ingenuo papelucho, pues creemos que no lo
merece,….”
“PELUCONES” [~ “clericalistas”]: critica a los autores del motín del 26 de julio del año
anterior, que depuso al Gobernador Salvador María del Carril, aplicándoles atributos tales
como “espíritu fanático y anárquico”, “malvados”, “más insolente, más chocante y más
indecente que nunca”. A uno de los jefes de esta facción lo llama “Don Mea Culpa” y dice
de él que “arrastra en todas partes su gótico esqueleto, armado del escandaloso y
despreciable nro. 26 del „Consegero Argentino‟”, habla de “su odiosa presencia” y de que
“trabaja sin cesar a la ruina total de su patria: abusa del desprecio con que le han mirado
siempre, trama conspiraciones, seduce incautos y corre al pie de los altares del Dios de Paz
a dar gracias por el mal que haya causado”. Continúa diciendo “El método que ha adoptado
para hacerse prosélitos es en todo digno de su caduca calavera”, para luego agregar: “con el
dicho papel en la mano se coloca en los parajes públicos; allí rodeado de sus nobles colegas
exhorta a los que pasan a su lectura; exclama que es el solo escrito digno de ser leído de
todos y basta que se diga en él, injurias de nuestro ilustre Presidente y de sus Ministros,
para que sea a su ver una obra sapientísima: pues este caballero raramente raciocina, y por
consiguiente es incapaz de juzgar de un escrito público. Se esfuerza en persuadir a los que
tienen la paciencia de oír sus disparates, que bien pronto vendrá a ampararle el Libertador
Bolívar, y que mientras tanto deben esperarlo todo del coraje y talento del salvador
Facundo; unos bienaventurados del Evangelio le escuchan con éxtasis, se ríen, aprueban su
discurso, y nuestro orador hinchado de viento y de esperanzas se encamina otra vez a la
iglesia guiando a su escuadrón turbulento a repetidos golpes dados en su seco pecho.” Más
adelante añade: “Desean al Señor Bolívar como al Mesías, al redentor; y toda su confianza
la han puesto por ahora en Facundo Quiroga, sin reparar que estos dos jefes están en
contradicción en sus obras, y que por consiguiente deben serlo en sus pensamientos; pues el
primero ha echado a todos los frailes como gente muy inútil en una República. (y al
Repetidor le parece muy bien pensado) además por no quedar atrás ha permitido a las
monjas el salir de sus conventos y gozar de las dulzuras de la sociedad en el seno de sus
familias. (1) El segundo, siguiendo un camino en todo opuesto al primero, acoge en su reyo
a cuanto bicho encapillado se presente, y declara guerra como ya lo hemos dicho a todos
los que no sean católicos apostólicos romanos.” Esta conducta de Facundo es opuesta en
todo a la del señor Bolívar, pues nadie nos hará creer que debe ser buen fanático romano el
que licencia tan redondamente a los soldados coronados del sumo pontífice por cuya razón
si viniera acá el libertador, lo que dudamos no podría menos que declarar guerra el
protector de las pelucas y de los cerquillos, aquél no resistirá, éstos perderían todas sus
esperanzas en el polvo, entonces los veríamos entrar pues el Libertador no sería tan
paciente como nuestra policía; a quien suplicamos encarecidamente no los pierda de vista,
pues si divierten los hombres sensatos con sus manejillos pueden seducir a incautos y el
resultado no dejará de ser fatal”.
(1) “Ojalá estas desgraciadas víctimas del fanatismo, de la ambición y de la
barbaridad aprovechen una ocasión tan oportuna en volver al mundo a cumplir con las
obligaciones que les ha impuesto Dios y la Naturaleza.”
“C.G.C.” [= “Congreso General Constituyente”]: comienza lamentándose no poder dar
cuenta de todas las sesiones de éste, anunciando que sólo consignará los artículos que
vayan siendo sancionados de la Carta Magna en discusión. Transcribe los artículos: 1º, que
ratifica la independencia de toda dominación extranjera; 2º, que reivindica el sistema
republicano de gobierno; 3º, que reconoce a la religión católica una protección por parte del
Estado; 4º, que define a quiénes se considerará ciudadanos argentinos y 5º, que tipifica
casos de pérdida de la ciudadanía nacional. La transcripción de éste último se encuentra
trunca y finaliza en un “Continuará.”, que marca un pase a una edición siguiente.
“BANDA ORIENTAL.”: bajo este titular se reproduce un fragmento tomado del periódico
porteño “El Mensagero Argentino”. Es éste un artículo breve, de un solo párrafo, que da
cuenta de novedades relacionadas con la Guerra contra el Imperio de Brasil: una revuelta en
un campamento portugués y una toma de prisioneros con sus correspondientes
consecuencias.
“RUMOR PELIGROSO”: éste es un artículo tomado del periódico “El Duende de Buenos
Ayres”, cuyo título alude a que el Ministro Plenipotenciario de Gran Bretaña en las
Provincias Unidas del Río de la Plata, Lord John Ponsonby, habría estado en tratativas con
las autoridades del Imperio del Brasil para que haya un armisticio en la guerra que nuestro
país estaba llevando a cabo en contra de aquél, manifestándose el periódico a favor del
levantamiento del bloqueo a que nuestro país fue objeto y seguro de que el Gobierno
nacional rechazaría tal acuerdo. El periódico señala a Brasil como el culpable o iniciador de
la guerra. Se manifiesta contrario a que nuestro país se encuentre en guerra, más aún
cuando parecía que acababa de salir de conflictos internos, pero se opone a que el Río de la
Plata firme la paz a cambio de conceder territorio.
“ALTO PERÚ.”: este artículo informa que el Congreso General acababa de sancionar una ley
por la cual, entre otras cuestiones, los sacerdotes regulares podían secularizarse con
mayores facilidades que antes y establece el procedimiento correspondiente, con
intervención, supervisión y garantía por parte del Estado en cuanto a la ejecución de este
procedimiento y el aseguramiento del destino de los afectados o involucrados. También
propicia que las monjas vuelvan a sus respectivos hogares o, en su defecto, “donde su
honestidad y decoro no padezca”, añadiendo a continuación: “No se les permitirá la salida
sin que el gobierno civil, de acuerdo con el eclesiástico quede satisfecho de la honradez de
la casa en que han de vivir”. Prohíbe la incorporación de novicios o novicias excepto en los
monasterios del Carmen. Dispone, asimismo, la subsumisión de los conventos con menos
de 12 religiosos/as. Establece, además, que el “Gobierno Supremo” nombrará
administradores de los conventos y les pedirá rendiciones de cuentas. Prescribe que esta ley
sea leída una vez al mes en cada convento o monasterio, en presencia de una autoridad
local.
“COMUNICADO.”: bajo este título se publica una carta que tiene por destinatario al “Sor
Repetidor.”, firmada por “M.Q.” y que dice: “Dignaos insertar en las páginas de vuestro
estimable periódico el siguiente comunicado. Él no tiene otro objeto que poner a cubierto
contra los tiros de la maledicencia y de la calumnia, la opinión de un ciudadano pacífico
que respeta las leyes y ama a su patria. / No dudo que por el amor a la verdad, que hacéis
profesión de sostener, hagáis este servicio a que os quedará sumamente reconocido”.
A esto responde un/el editor del periódico, dirigiéndose al “Señor Ingenuo Sanjuanino.”,
haciéndole notar que se ha dado cuenta de que él es un sacerdote y refutándole que le
cuestione que sigue directivas de algún residente en Buenos Aires, cuando él es un
comerciante asociado a otro de esa ciudad, pero no en calidad o carácter de subordinado.
Puntualmente, le responde a sus críticas en cuanto al uso del recientemente implementado
papel moneda. Termina con una oración inconclusa, que le daría a entender a su
interlocutor que tiene más para decirle, pero que no se detendría a hacerlo en esta edición.
Lo formula en los siguientes términos: “Pero vos Sanjuanino e ingenuo, quizá en
adelante….”
“TEATRO.”: con este título se anuncia lo que, entendemos, se trata del segundo aviso
publicitario en la historia del periodismo gráfico o impreso de la Provincia y que dice así:
“El 12 del corriente a las 8 de la noche, se exhibirá la famosa pieza titulada LA
FILANTROPÍA, comedia en tres actos, y dará fin con un chistoso Sainete.” [No incluye
mención de precio alguno y da a entender que el público conoce el lugar de la exhibición.]
“CONTESTACIÓN AL REPETIDOR.” [= ¿Continuación de “El Ingenuo Sanjuanino”?]
En una hoja volante y bajo este solo título, se responde a “El Repetidor”, reivindicando la
libertad de prensa y cuestionando el estilo con que ese periódico responde a las críticas que
recibe, dirigiéndose a él con los términos de: “Sr. Editor, o señor desvergonzado”, “se hará
confirmar en la opinión y juicio que han hecho nuestros conciudadanos, cual es de
colocarlo en la línea de los pedantes”, “su gran talento jumentino [= “asnal”]”, “su
respetable periódico… no nos presenta más que un lenguaje fastidioso y chocante y una
censura mal fundada”, “Sor. Escritor, o señor mono de la bata verde, le llamo así, porque
aquel animalejo como U[d]. no hace sino imitar, o repetir lo que ve, como su merced
respecto los escritores de las otras provincias, pero es U[d]. mono aun en lo sucio y vil,
pues sus mugrientos papeluchos exhalan… fetidez”, “mono miserable”, “señor monuelo”,
“es necesario que esconda el rabo dentro de la casaca verde”, “es necesario que
adquiera,…, el carácter de editor ilustrado aún cuando no lo sea”, “señor pedante o Señor
Repetidor”, “U. necesita aún aproximarse mucho en el manejo de la pluma, y según la
opinión pública, hasta aquí, no es más que el payaso o arlequinillo de los demás periodistas;
o de no, qué ideas, qué máximas, qué discursos relativos a algún ramo se nos ha anunciado
en sus mamotretos? nada más que coces, y jumentadas”, “señor escritor monicaco”, “cómo
se habrá envanecido su mollera de asno al persuadirse que es el más ilustrado de este
pueblo, y mucho más viéndose ya hecho un escritor, de modo que en su idea estará muy
satisfecho que todo un pueblo le admira por los abortos que hace esa cabeza de bronce;
pero desengáñese, amigo, que lo que le hablo es ídem per ítem, porque ella es la opinión
pública. Le repito señor espantajo de los periodistas, que adopte un modo decoroso para
que adquiera opinión que no la tiene ninguna”, “si quiere que se le honre en todos respectos
cual merece un escritor, el Ingenuo lo hará cuando los imite según prescriben la decencia y
la moderación, emanadas de un alma ilustrada”.
“El Repetidor” (continuación)
Número: 3.
Fecha: 10/11/1826.
Contenido:
“El Repetidor.”:
insta a los “amigos de la libertad” a “tomar las armas” para “salvar a la Patria”. Entre otras
expresiones, les manifiesta: “¿Consentiréis que dos o tres hombres para contentar su
inmoderada ambición, y satisfacer a un vil deseo de venganza hagan de la Patria el campo
de sus carnicerías? ¿Consentiréis que después de haber saciado su sed sangrienta del
desorden, la hagan caer bajo el yugo despótico de un extranjero?, “unámonos contra estos
tigres que siempre han sido el azote de los virtuosos patriotas”, “Aunque debilitados al
interior por los esfuerzos de los anarquistas que predican la guerra civil, venceremos; y si
no podemos confiar en nuestras fuerzas, debemos contar con la protección del Dios de
justicia que vela sobre las almas puras y que se complace a proteger los amantes de la
libertad”, “Conservemos siempre el grande nombre de libres”, “si algún tirano se atreve a
atentar a nuestra libertad, corramos en su defensa, muramos por ella y la muerte nos
parecerá todavía suave y envidiable”.
En clara alusión a Bernardino Rivadavia, profiere: “Confiemos en el grande hombre que se
esmera en edificar entre nosotros templos a esas dos hijas del cielo la razón, y la virtud, él
es quien rodeado de todas partes de los viles satélites del fanatismo y de la anarquía,
levantó el pueblo abatido y gimiendo bajo sus cetros tiránicos, le dio un nuevo ser, y la
instruyó en fin de sus derechos: derechos sagrados, inajenables, que la naturaleza había
revelado, pero que la ignorancia y el despotismo ocultaron largo tiempo”, “Este sabio hijo
de la ilustración… despierta a sus compatriotas adormecidos en un vil estado de
aislamiento, y de un vuelo majestuoso quiere elevar a nuestra amada patria al rango de las
más grandes y civilizadas naciones”, “Auxiliémosle en sus benéficos proyectos, huyamos
de los crímenes, de las desgracias producidas por la ambición y la envidia, por el culpable
delirio de estos jefes de malvados, quienes sobre las ruinas de la libertad quieren fundar su
aborrecible poder, usurpar los derechos de los hombres, gobernar por un código horrible
hecho por la ignorancia en favor de la tiranía y de la superstición y que aún hoy quieren
sepultarla en los abismos de la anarquía”, “el grande nombre del autor de nuestra felicidad,
del inmortal Rivadavia será bendecido de nuestros nietos y envidiado de los extranjeros”.
“BANCO NACIONAL.”:
Alusión a la rutina productiva: “Íbamos a tomar la pluma para tratar del descrédito que
algunos se esfuerzan de dar al Banco Nacional cuando ha llegado a nuestras manos el
número 100 del Mensagero Argentino, este amable periódico lo hace con mucha más
elegancia y persuade más que el Repetidor podía esperarlo de sí mismo, por lo que nos
complacemos en extraer algunos trozos de sus sabias máximas: ojalá nuestros
conciudadanos se penetren bien de su contenido, y que dejen las vías oscuras que hasta aquí
se han empleado para tratar de un asunto tan importante, la prensa es un conducto más
noble y volvemos a ofrecer nuestras columnas aun a los opositores, Oíd conciudadanos, el
Mensagero es el que habla.”
En su contenido, cuestiona la posición de un diputado nacional por la provincia de Santiago
del Estero, José Francisco Ugarteche, quien, al defender el sistema federal de Estado,
también defendió la existencia de bancos subalternos (al Nacional) en las provincias y
desde la visión de ese periódico porteño, puso en peligro la supervivencia de una única
moneda. Tras este planteo, y fundado en una escasez de oro y plata sellada, ese periódico
defiende la existencia del billete de papel, argumentando que éste cuenta con la suficiente
garantía como para poder circular, que con esos billetes se están afrontando los gastos del
Ejército de la Nación -que en ese momento se encuentra en guerra-, así como toda otra
necesidad de carácter público, incluida, expresamente, la educación. En alusión a la
oposición, afirma: “no podemos decir mal que les pese a los anarquistas del país; pues ellos
mismos no tendrían qué comer si no fueran los billetes”. Volviendo al mencionado
congresal, refiere: “ha dicho cosas el señor Ugarteche en el Congreso que en ninguna boca
estarían en su lugar, sino en la de un enemigo de la República”, “su razón de repugnante”.
Y retomando su defensa del billete de papel, expresa: “ni los diputados que van al Congreso
a contarnos cuentos del príncipe de Asia que cenó porotos, y le dio cólico dejan de recibir
su sueldo que no se paga sino en estos billetes, y con ellos y nada más, mandan comprar
qué cenar al mercado”. Culmina manifestando que, pese a que el país se encuentra en
guerra, el Gobierno Nacional continúa haciendo frente a todas sus obligaciones y que no ha
impuesto contribución obligatoria alguna que se haya debido a esa circunstancia. Y
finalmente, a modo de sentencia, remata así: “el honor que de esto resulta al gobierno de la
República será sin duda envidiado de muchos gobiernos; y cuando se conozca a fondo todo
lo que esto importa, entonces una gratitud imprescindible hará justicia a los que la
merecen”.
“PANAMÁ.”:
Este artículo, también tomado de “El Mensagero Argentino”, refiere a un congreso
diplomático que tuvo lugar en esa ciudad en 1826, donde el representante del Perú, en un
discurso inaugural efectuó una defensa “de la justicia y de la libertad” y abogó por “el
mantenimiento de una paz sólida, la adopción del comercio franco, de la tolerancia
religiosa, de la emigración europea y de la libertad de esclavos”. Y a continuación, apuntó a
dos principales escollos: el deseo de engrandecimiento de unos estados a costa de otros y el
peligro de que un ambicioso quiera aspirar a la tiranía y esclavizar a sus hermanos.
Seguidamente reseña que [el duque de] Sully y Enrique IV [de Francia], en Europa,
proyectaron un tribunal para impedir lo primero y que, para la época en que este periódico
fue publicado, [el ministro –plenipotenciario- inglés en Río de Janeiro, Robert] Gordon
escribió un tratado sobre la misma materia.
A favor de un pacifismo, subraya: “Evitemos guerra reduciéndola a mediaciones”, “Una
flecha tirada en nuestros campos o montañas será un horrendo trueno que se haga sentir en
todo el continente y en las islas”.
Y continúa diciendo: “El segundo peligro [de que un ambicioso quiera aspirar a la tiranía y
esclavizar a sus hermanos] se cautela con reglas muy sencillas:
1. Que los gobiernos confederados se garanticen su libertad e independencia.
2. Que nunca se confíe a un individuo más poder que el necesario al fin para [el] que su
autoridad fue instruida.
3. Que cuanto mayor sea el poder, sea menor el tiempo que se ejerza, si esto es compatible
con su objeto.
4. Que al que se le confía la fuerza se le haga siempre depender de la parte de la nación,
que se halla desarmada.
5. Que no se tengan ejércitos permanentes, sino en tiempo de guerra.
6. Que se evite este espantoso mal inconciliable con el orden interior de las sociedades por
cuantos medios estén a nuestro alcance, y dicten el honor y la prudencia.”
“y hablando del reconocimiento de nuestra independencia dice: (….) La existencia de un
estado no depende de nuestro reconocimiento: éste sólo sirve para abrir relaciones. El ser
de una nación consiste en su organización interior política.”
“Guardemos decoro: no admitamos extranjeros que no vengan autorizados con las fórmulas
diplomáticas. No consintamos que [en] nuestros puertos se enarbolen pabellones, sino de
aquellos reinos y repúblicas donde los nuestros sean admitidos.”
El artículo finaliza informando que cuando llegó a Lima la noticia de este discurso, el
Gobierno del Perú removió al ministro que lo pronunció.
“BRASIL.”:
Es ésta otra nota, asimismo relevada de “El Mensagero”, que a su vez reproduce una carta
fechada en Pará el 10 de enero de ese mismo año y que fuera publicada por el periódico
inglés “The Sun”. Se refiere a una revolución habida en Cameta, en contra de los europeos,
que hasta ese momento no pudo ser sofocada y para la cual se estaba preparando una
segunda expedición. En ese entonces, los comerciantes portugueses se disponían a emigrar.
Por otra parte, se temía un apoyo de Colombia a la mencionada revolución.
En alusión a la forma de gobierno, señala: “Fuera de la capital se piensa que una república
es el gobierno más perfecto, y hombres que apenas saben escribir se creen capaces de ser
presidente de la república”.
“NAVEGACIÓN DEL BERMEJO.”:
Al igual que en los casos precedentes, se trata de otro escrito tomado de “El Mensajero” y
también está basado en una carta, esta vez fechada en Corrientes, el día 17 del mes anterior,
sobre cuya fuente afirma: “la persona que escribe es respetable”. La nota comienza
criticando al presidente de Paraguay, en los siguientes términos: “Francia el tirano del
Paraguay, es uno de aquellos malvados de primer orden, y poco comunes, que hacen los
mayores males por el sólo placer de hacer mal” o bien, “un monstruo de los que presenta
pocos el mundo y ninguno la América”, “un tirano feroz e insensato”. Da cuenta de que una
embarcación procedente de Salta, que efectuaba un reconocimiento de ese río, fue apresada
por una guardia paraguaya y su tripulación apresada e incomunicada, sin haber interpuesto
resistencia alguna, pese a disponer de armamento con el que habían repelido la agresión de
una o más tribus de tobas, en cuya acción tuvieron un muerto y un herido.
La misma carta referida informa de una revolución que tuvo lugar en Misiones contra el
gobernador de Corrientes, pero que ya fue sofocada.
“AVISOS.”:
“Los comunicados que los SS. deseen insertar en este periódico, deberán dirigirse cerrados
al Repetidor, de lo contrario no se insertarán.”
“El Repetidor”
Número: 4.
Fecha: 24/11/1826.
Contenido:
[a modo de artículo de fondo, sin firma, ni siquiera de “El Editor” o “Los Editores”]:
“En todos tiempos los grandes amigos de la humanidad han sido perseguidos y
calumniados por los viles satélites de la ignorancia, del fanatismo y del error, que siempre
se han esforzado en neutralizar los buenos efectos que debíamos esperar de las sabias
meditaciones y de los benéficos proyectos de aquellos grandes amigos de la verdad. ¡Ah!
cuántos ejemplos nos ofrecen los tiempos antiguos en apoyo de nuestra aserción.” A
continuación cita ejemplos de Zoroastro (a quien llama “Zoroastres”), Sócrates,
Anaxágoras y Galileo. En relación con el primero, afirma: “estos hombres interesados en
que los pueblos vivan siempre en la ignorancia y en la barbaridad; no dudaban de la verdad
de sus máximas pero se oponían al poder que habían adquirido a favor de la superstición;…
el grande Zoroastres [fue obligado] a refugiarse en una tierra extranjera”. Y a continuación
agrega: “Cuando Sócrates reveló a los atenienses el dogma de la unidad de un Dios fue
acusado de ateísmo y conducido delante el tribunal del Areópago que lo condenó a beber la
cicuta; aquel mártir de la verdad, obtuvo después de su muerte los honores de una estatua”.
El en siguiente párrafo señala: “Anaxágoras, que fue el primero que reveló en la Grecia la
existencia de una inteligencia suprema, perecía en los suplicios, si no lo hubiese defendido
el elocuente Pericles”. Concluye los ejemplos del siguiente modo: “Galileo… que dio a luz
un sistema astronómico, reconocido hoy como una verdad demostrada; acusado entonces de
herejía por unos bárbaros ha sufrido la afrenta de una condenación humillante”.
Remata así: “Pero sería demasiada (sic) larga la nomenclatura de los hombres grandes que
han sido víctimas de su amor a la ilustración. Nos limitaremos en (sic) observar los
hombres que hoy están expuestos a padecer una suerte igual. / Entre nosotros hay cuatro o
cinco de estos que sacrifican todo a la felicidad pública; placeres, fortuna, dulzuras de la
sociedad, reposo y quietud personal. Sus desvelos, su paciencia, sus esfuerzos para
hacernos felices nos prueban demasiado el interés que los mueve en todas sus
determinaciones. Su moderación al oír las injurias que les prodigan, su generosidad en
perdonarlas cuando pueden hacer un ejemplo que escarmiente a los malvados, son señales
no equívocas de la gloria que resultará a la Nación de su sabia administración. Expuestos a
los tiros de la envidia y de la calumnia, a los sarcasmos de un gran número de indecentes
anarquistas que minan la destrucción de la nación, que han desterrado el pudor de sus
corazones sin permitir que habite aún sobre sus labios: conducen a la patria a la ilustración
por un camino rodeado de precipicio y a ellos solos conocidos (sic). Seguros de la opinión
de los hombres ilustrados, fuertes con la quietud de su conciencia miran con una compasión
filosófica a sus viles detractores. Se conduelen al ver aquellas desgraciadas víctimas de la
ignorancia, del fanatismo, y de la envidia arrojarse imprudentes en el camino de su
perdición sin oír la voz del honor, de la virtud y de la patria que les convida a que
retrocedan y a merecer de nuevo la estima de sus conciudadanos, pero éstos, sordos a la voz
del honor, humillados de las virtudes de nuestros gobernantes rehúsan su ejemplo. En poder
de las furias y de los remordimientos, alimentados con el veneno de la discordia, no
conocen más ley, no tienen otros deseos que de saciar su horrible sed de venganza. El
cúmulo de males que amenazan a la patria no es nada para ellos, todo lo desprecian, de todo
se ríen y los horrores de la guerra civil es su espectáculo más favorecido. / Monstruos! Si la
sed de la sangre os devora, porque no vais, en los campos orientales a saciarla en medio de
las filas de los enemigos, al menos vuestra ferocidad sería útil a alguna cosa, pero no, allí
hay peligros y no os atrevéis a afrontarlos, el interior os ofrece un campo más seguro a
vuestras carnicerías y podéis con sosiego emprender en él, la carrera de los crímenes,
hablad ¿qué deseáis? ¿qué os mueve a tantas maldades? la costumbre de dañar o el cuadro
horroroso de la guerra civil ved aquí este cuadro y alegraos por anticipación queréis ver
horrores; ved las espigas caídas y holladas bajo los pies de vuestros caballos; los árboles
caídos cuyas ramas dispersas atestan por algunas frutas su antigua fertilidad: los pueblos
reducidos a cenizas: vuestras hordas asesinas inmolando a todos los habitantes que pueden
alcanzar: el cadáver del labrador cerca de su ara[d]o roto, la madre violada y degollada,
tiene su hijo muerto sobre su seno despedazado, el esposo y la esposa asesinados y bañados
en su sangre están caídos cerca uno de oro. Sus brazos ensangrentados tienen todavía sus
cadáveres abrazados: arroyos de sangre van a perderse en unos montones de cenizas y unos
cóndoros (sic) hambrientos, solos seres vivientes en estas moradas asoladas, se disputarán a
gritos los horribles dones que les habréis proporcionado; pero desconfiáis de vuestras
fuerzas llamáis a un extranjero para que sea cómplice de vuestras iniquidades y de este
modo haceros menos odiosos; os engañáis ya la opinión os ha entregado a la execración
pública, ya lleváis el sello de la reprobación; cualquiera que sea el mortal que los dioses
han destinado a gobernar la república pronto os conocerá y vuestro suplicio es inevitable; y
el sabio que llevará el hilo de nuestra historia se estremecerá al escribir vuestros
aborrecidos nombres que serán el horror de la posteridad.”
[Dentro del mismo artículo y tras la aclaración de “Nota.”, en virtual diálogo con otros
medios del País, anuncia:] “El modo de expresarse del Repetidor, incorrecto, pero verídico
no agradará sin duda al federal de Córdoba (Bustivia [evidente neologismo habido de la
mixtura entre „Bustos‟ –caudillo federal de aquella provincia- y „Bolivia‟]” ni al tribuno de
Buenos Aires. el 1ro. poco nos importa y no tenemos nada de él a no ser las excomuniones:
el 2do. es otra cosa, es tribuno y un tribuno siempre es algo, pero es muy diferente de los
tribunos romanos, pues aquéllos defendían a los plebeyos y el de Bs. As. defiende a los
anarquistas: si decreta nuestra muerte después de leer esto, moriremos contentos si nos hace
el favor de buscar en las fuentes puras de los clásicos epitafios uno para colocar sobre
nuestro sepulcro; sobre todo que sea tan moral y tan decente como él, que se ve sobre cierto
monumento fúnebre del cementerio de la recoleta y que un magnífico compadre dedicó a
una cierta comadre fenecida tribuno nos entendéis? os reiréis pero…
[Concluye rematando del siguiente modo:]
“Tel qui rit vendredi dimanche pleurera [= „Aquél que ríe el viernes, el domingo llorará‟]
[JEAN] RACINE [Francia: 1639-1699].”
“NOTABLE.”: [alusión a la rutina productiva]: “A llegado a noticia des (sic) Repetidor que
algunas cartas han sido dirigidas desde aquí a los diferentes puntos de la República, en
cuyas cartas sus autores se esforzan en persuadir que…, el Repetidor cree de su deber
desmentir públicamente estos ruidos que seduciendo a algunos pocos advertidos dejaron en
problema la opinión y el republicanismo de los pacíficos, y honrados habitantes de esta
Provincia; es preciso que sepan todos que….”
[alusión a eventuales adversarios]: “…; es preciso que sepan todos que la oposición que
aquí se advierte dimana de 3 o 4 anarquistas bien conocidos que se esmeran en seducir a
incautos incapaces como sus predicadores de calcular los beneficios que reportará a la
Provincia este establecimiento, pero que para contentar sus intereses personales les supone
muy poco que se trastorne el orden público: estos pedantes además de consentir en sus
casas conciliábulos indecentes y oscuros, han elegido como agente de sus viles
maquinaciones a un petimetre (2) orador de cafés y de barberías, quien no contento de
oponerse abiertamente a las leyes y eso a las barbas de los encargados de la policía que
toleran pacíficamente estos abusos, se atreve a desacreditar la buena opinión de un joven de
mérito, quien por sus prendas personales y la familia a que pertenece se ha hecho digno de
la estima general; no es nuestro intento defender la causa de este Señor conocemos sus
talentos y esperamos que no guardará el silencio en detrimento de su opinión y que se
apresurará en hacer conocer estas serpientes que abrigamos en nuestro seno.”
[Alusión a la rutina productiva, a sus adversarios y a su posición ideológica; marca de su
estilo redaccional:] “Muchos proyectos se han descubierto y el Repetidor espera que se
atrevan a contestarle para hacer una relación de las tramas urdidas por estos malvados para
derribar el templo que nos esforzamos de elevar a la ilustración; entre tanto nos es muy
satisfactorio asegurar a nuestros lectores que los más culpables de ellos no tienen el honor
de haber nacido en esta benemérita provincia son forasteros que por premio de la
hospitalidad que han recibido no intentan nada menos que sumergir al país en los abismos
de la anarquía. ¡Qué reconocimiento! ¡qué gratitud!”
[Nota de pie de página, en referencia al término “petimetre”:] (2) “Este nombre damos al
autor de ciertos escándalos que se han advertido en el café y en una barbería de esta
Ciudad y si se resiste le avisamos que estamparemos su nombre en nuestras columnas para
que conozcan todos los miserables que intentan echar en tierra nuestras instituciones.”
“CONTESTACIÓN.”: en este artículo, el periódico responde a “El Ingenuo sanjuanino”,
dirigiéndose al redactor de éste con expresiones tales como: “calificáis al Repetidor con los
epítetos que os convienen perfectamente y que más de una vez habréis oído pronunciar,
hablando de vuestra despreciable persona”, “vuestra ignorancia sin que la confeséis está
bien conocida de todo este pueblo”, “de vuestra bajeza habéis dado pruebas no equívocas
de ella en la revolución del año pasado en el mero hecho de someteros a dos o tres canallas
cuales eran los sargentos para despedazar el seno de vuestra patria”, “el Repetidor no os
hace el honor de calificaros de escritor”, “partidario del desorden”, “enemigo de la
ilustración y del pueblo”, “apóstol del infierno”, “hijo de la oscuridad”, “habéis enredado a
un joven en un laberinto de males, lo habéis expuesto a un castigo público”, “para contentar
vuestra sed de calumniar, para dar un libre curso a la hiel que os roe el corazón no habéis
temido el exponer una familia honrada a la infamia”, “acordaos del honrado ciudadano que
habéis llamado charlatán, embustero”, “acordaos que podéis ser llamado en juicio, y que el
imprudente que ha dado la firma para la publicación de vuestro libelo recibirá el castigo
que vos merecíais por el escarmiento de vuestros semejantes”, “Acabaré pues ingenuo por
aseguraros que la mejor contestación que se le puede dar es de cooperar a la circulación de
vtro. escrito y le prometemos enviar un ejemplar a cada uno de los periodistas de quienes
nos hemos constituido el Repetidor, para que vean cuáles son los talentos de los miserables
que como vos se constituyen los campeones de los anarquistas”, “el que turba la
tranquilidad pública, el que no obedece a las leyes esto es a las condiciones con que los
hombres se sufren y se defienden recíprocamente debe ser excluido de la sociedad; es decir
desterrado de ella”.
[Adelanto del próximo periódico y mención de la opinión pública:] “El Repetidor nunca
tuvo la ambición de ser contado en el rango de los escritores (ved la introducción del
número 1ro) y está pronto a dar el lugar a otro que lo haga mejor que él, la opinión pública
decida si debe callar delante del Ingenuo.”
“BUENOS AYRES. / PROYECTO DE LEY ORGÁNICA / para el régimen y administración
interior de las provincias”: [deja el título indicado en una página y continúa en la otra;
transcribe el articulado del proyecto y finaliza en un “Continuará.”.]
“AVISOS.”:
[Nº 1:] “En la tienda de Don Ignacio Espínola, se halla detenido un jarro de plata que se fue
a empeñar de un modo sospechoso. Se entregará a quien compruebe pertenecerle.”
[Nº 2:] “Bajo el título de los amigos del orden se publica un periódico en Tucumán: las
ideas que arrojan sus editores son interesantes para un pueblo que aspira a perfeccionar sus
intereses; al mismo tpo. que se impone el deber de obedecer las resoluciones del G.N. Los
ciudadanos que gusten suscribirse a él, podrán ocurrir a la tienda de D. Saturnino Laspiur.”
“El Ingenuo Sanjuanino” (continuación)
Fecha: “San Juan Diciembre 5 de 1826.”
Tamaño: de bolsillo (“pocket”).
Páginas: 5 (cinco).
Contenido:
Dirigiéndose explícitamente al “Repetidor”, habla de “los sarcasmos de vuestro periódico”,
“grabas mi conducta con los epítetos que nuestros conciudadanos a vos os han confirmado
por venirte éstos más a pelo que no a mí”, “los nombres que te doy en mi 2do. papel más
armonía hacen en tu persona que en la mía”, “el callo que tienes en los oídos, de tanto oír”,
“¡Embustero!”, “tu verdinegra bilis no puede contener tu exaltación, y es necesario que
vomites el veneno que os atormenta y corrompe”, “¿es éste el republicanismo tuyo? ¿Es
ésta la virtud que lo adornas? qué mal suena en tu papel estos preciosos nombres, de que te
sirves para infamar una porción de vecinos, sin tener una miaja de autoridad”, “por lo de
que soy el principal del círculo, el partidario del desorden, el enemigo de la ilustración, y
del pueblo, y el apóstol del infierno, eso no, sin duda ninguna que vos, os habrás oído
nombrarte con estos nombres y de aquí los has tomado para dármelos; pero os aseguro que
a vos te vienen mejor”, “qué cuentas tiene el diablo con los santos del cielo, ni los santos
del cielo con el diablo; vos también has comprometido a un pobre hombre a que os ayude
en tus preciosas tareas; pero lo has comprometido de tal suerte que él será el que ha de
responder a los cargos que vos dices”, “No te contentas con querer ser escritor, sino que
también te quieres abrogar todos los privilegios de escribir lo que a vos se te antoje, y que
nadie más lo haga, pero si es vuestra la imprenta, si todos los ciudadanos dependen de vos,
si es tuya la República, y si la libertad, vos, nos la has dado, es muy justo pongas trabas
como dueño absoluto; pero si nada es tuyo [¿]cómo quieres privar que escriban con
libertad, y opinen lo mismo; luego eres un déspota y no un republicano”, “me dices que soy
el campeón de los anarquistas sin otro principio, que por haberos dicho la verdad tan
amarga para vos”, “Concluiré pues por deciros que en cuanto a estar pronto vos, a ceder el
lugar que ocupas a otro que lo haga mejor, hazlo muy enhorabuena pero que tus tareas se
transmitan a los beneméritos amigos del orden, pues estos periodistas son muy acreedores a
ocupar un puesto, que en otra ocasión lo han desempeñado con más bizarría que vos, sin
ocuparse en personalidades, ni hacerse odiosos”, “¡ojalá! que vuelvan estos genios
benignos a publicarnos sus saludables discursos, y a hacernos felices con sus máximas
sabias, que a vos como enemigo de todos los hombres te den de baja”.
“AVISO.”: “El Ingenuo promete no proseguir en adelante por no causarle malos ratos al
repetidor; y al mismo tiempo suplica a sus lectores, toleren las faltas que han notado;
aunque el intolerante repetidor dice que estoy lleno de ellas, y yo digo que él no tiene
ningunas, pues desendit de oelis, y debe ser completo, y completísimo un personaje como
éste que su alcurnia es celestial&& (sic).”
“REMITIDO.”: comienza diciendo “Señor Ingenio caro amigo, parece que nuestro
periodista el Repetidor se ha propuesto hacernos un vil objeto de desprecio para los que
distan de nosotros”; más adelante refiere a “aquel golpeteo favorito con que siempre nos
atormenta” y culmina el primer párrafo profiriendo: “Monstruo si la sed de sangre os
devora &a”. Prosigue con la pregunta retórica “Qué dirán amigo nuestros comprovincianos
de nosotros cuando oigan a nuestro Platón?, para responderse “dirán y con justicia, que el
recinto que ocupa nuestro caro suelo, sólo se compone de indecentes anarquistas, y no de
ciudadanos amantes del orden”. Y continúa del siguiente modo: “antes de tener semejante
orador éramos amantes unos de otros y no lobos sangrientos como él dice, éramos
decididos por el orden público y no revoltosos, y éramos amantes a las leyes, respetadores
del Magistrado, y no protervos; es neserio (sic) amigo la paciencia de un Job para tolerar a
este mentecato, y ser demasiado insensible para oír tanta calumnia que arroja su lengua y
no exaltarse”, para luego referirse a su adversario periodístico e ideológico como “un
escritor sin opinión, sin ilustración, sin política, sin buenos sentimientos y sin ninguna otra
cualidad buena que requiere encerrar un censor y escritor público” y concluir otro párrafo
instando a “no hacernos hacer caso a sus dicterios, pues él es quien se degrada con pintar en
su papel negras injurias”. Unas líneas más avanzado el texto, apunta: “…: verá usted
también amigo mío, que para adquirir reputación copia del gran Volney buenos retazos, lo
mismo que la historia antigua, y de no, observe en su número 4to. aquello de Zoroastres,
Sócrates, Anaxágoras y Galileo, que si estos personajes resucitasen y viesen en qué
periódico estaban estampados sus nombres, ciertamente que volverían a caerse muertos de
puro sentimiento.” Y antes de despedirse, remata con el siguiente párrafo: “Por fin amigo,
hasta aquí es mi narración[;] usted en adelante dese más importancia en no contestar a un
periódico que no tiene opinión; manténgase silencioso, sin abatimiento y no haga caso de
las calumnias con que mancha su acreditada conducta el nuestro Platón, déjelo que censure
y hable como buen republicano, que al fin veremos quién sale más airoso, si él por buen
decidor, o usted por mejor escuchador y prudente. Su amigo piensa hacerlo lo mismo, callar
y no contestar a quien no conoce razón, pero ni tampoco hacerle el menor caso aunque me
diga que soy el mismo satanás.”
“El Repetidor” (continuación)
Número: 5.
Fecha: 12/12/1826.
Contenido:
“AGRICULTURA”: dice de ésta, entre otros conceptos: “…: ésta es sólida y
verdaderamente riqueza de un estado, y a ella debe el pueblo de los Estados Unidos de
Norte América su opulencia, y hasta el mismo presidente VVashington, o como él se
llamaba, el aldeano, fue tan industrioso en la Agricultura como valiente en el campo de
batalla y sabio en el gabinete. A su imitación muchas personas de una educación liberal, se
han contraído al fomento de este ramo, y han reportado ingentes caudales. ¿Y por qué no
debemos contar con iguales o mayores adelantos en un territorio mucho más fértil y
productivo? Es necesario pues salir de la apatía y renunciar aquella rutina que nos dejó por
herencia el sistema colonial.” Más adelante efectúa la bajada local: “En la provincia de San
Juan, dos han sido los obstáculos que han influido en el atraso de este ramo. Primero la
falta de fondos; segundo el desarreglo que ha habido en la venta de los terrenos de
propiedad pública. Esto ha depositado en manos de pocos un inmenso terreno ¿y para qué?
para tenerlo inculto con notoria infracción de las leyes establecidas en la materia, o para
sacrificar al infeliz colono que se atreva a trabajar alguna parte de él, recibiendo por última
recompensa el ser despedido cuando recién empezaba a reportar el fruto de sus fatigas y
sudores. Felizmente el S.C. [Soberano Congreso] ha puesto remedio a estos males con dos
sabias leyes que ha dictado en oportunidad. La que establece el reparto de terrenos en
enfiteusis y el decreto reglamentario expedido de S.E. el señor presidente de la República,
nada dejan que desear.” Y continúa explicando y elogiando la primera, para luego continuar
en los siguientes términos: “La otra ley de que hablábamos, es la del establecimiento del
Banco Nacional y la del Subalterno de esta Provincia, que desde luego le hace mucho honor
a más de las grandes ventajas que proporciona a sus habitantes.” Prosigue explayándose en
las ventajas de ésta última, para luego afirmar: “Lo que hemos indicado en cuanto a la
Agricultura puede aplicarse al laboreo de nuestros ricos minerales.” Más adelante,
argumenta: “Pero se nos dirá qué ventajas pueden reportar los agricultores y mineros con el
establecimiento del Banco cuando sus billetes no exceden de dos reales de la moneda
antigua por el peso de su valor escrito? ¿cómo podrán con ellos comprar todos los útiles
necesarios para estas faenas, conchabar peones y costearles la subsistencia, cuando los
mercaderes anarquistas y fanáticos, y algunos hacendados de esta ralea, en cuyo poder se
hallan tales elementos, se han complotado escandalosamente y haciendo inútiles las leyes
sancionadas, estafan al público con la mayor impudencia, y sin el menor remordimiento de
su conciencia religiosa, miran con placer la miseria en que han puesto a la mayor parte de
los habitantes de esta población? Llegando a tanto su osadía que a más de alterar el valor
que ha tenido hasta aquí la moneda de cobre, la han estancado con toda la demás
macuquina, para obligar a los compradores a emplear en sus mercados el importe íntegro de
los billetes sin devolución de un cuartillo para que puedan destinarlo a la compra de otros
artículos que necesitan, y ellos no tengan con que proveerlos.” Y continúa: “En verdad que
la dificultad sería indisoluble si se dejase a estos zánganos la licencia de robar
impunemente; ¿pero la H. J. de RR. de la Provincia no hallarán arbitrios para cortar estos
abusos en su origen, y escarmentar a unos usureros y ladrones?” Más adelante anota:
“Norte América luego de establecida la paz con la Gran Bretaña, sancionó esta ley, y a ella
debió en gran parte reparar los quebrantos de una guerra sangrienta y obstinada, y si bien
no surtió todos los efectos que eran de desearse[,] las circunstancias eran muy distintas de
las nuestras, y esto hace en favor de nuestro proyecto.” Remata diciendo: “Sólo resta que
las autoridades del país… adopten este arbitrio, u otros conducentes a reparar los males que
experimentamos por la sórdida codicia de algunos bribones que usan de esta conducta más
por poner al Pueblo en una completa anarquía, que por precaver sus intereses de la pérdida
que pueda ocasionarles el papel moneda, que por otra parte ellos reconocen estar
suficientemente garantido. Pero repetimos que no es bastante dictar leyes, y decretos si han
de quedar ilusorios. En tal caso menos malo es no expedirlos, y los que gobiernan ya que
incurren en la nota de indolentes, no serán al menos censurados por imbéciles, faltos de
firmeza para hacerse obedecer.” Y culmina con la siguiente reflexión: “Si en un pueblo
como San Juan, cuyos habitantes en la mayor parte son virtuosos, amigos del orden y
sumisos a las leyes, los díscolos y revoltosos que no faltan, como en todas partes, son
capaces de cruzar las providencias más bien meditadas ¿qué sucedería si la República
adoptase el sistema de Gobierno Federal[,] como nos entenderíamos si aún en el de unidad,
quién sabe, cómo andarían los negocios si las autoridades no usan de una energía e
inflexibilidad inexorable para hacer respetar las instituciones, suponiendo que los pueblos
de la República tengan todas aquellas calidades materiales para poder unirse en federación,
es decir, territorio, población y riquezas ¿dónde están las formales sin las que es imposible
conservarse federados? ¿cuál es el espíritu público, el amor al orden y a la ilustración que
tanto se necesita en este sistema para no desligarse y chocar a cada paso[?]. Señores
partidarios del federalismo, más por capricho que por razón y por convencimiento
reflexionad detenidamente sobre estas circunstancias y otras muchas de nuestra actual
posición, y no queráis dar principios por donde debemos concluir.”
“LEGISLACIÓN.”: “(….) Uno de los primeros deberes, como uno de los primeros
cuidados de todo legislador, es de ocuparse de la prosperidad del Estado, cuya
administración le ha sido confiada; pues el amparo de los infelices contra los esfuerzos de
los anarquistas que intentan seducirlos, y en general todo lo que coopera a apartar, o más
bien desterrar a los usureros y perturbadores del orden público, debe ser uno de los
primeros objetos de su solicitud.” Y continúa: “El legislador tan sabio, tan bien
intencionado que sea, no puede verlo todo, ni juzgar de todo por sí mismo, porque el
espíritu humano es limitado por su naturaleza, y como los genios los más vastos no pueden
abrazar todas las partes de las ciencias; de allí se sigue que toda ley que tenga por objeto el
ejercicio de una profesión científica o comercial, no puede hacerse, ni redactarse, sino
después de las consultaciones de hombres que tienen la reputación de excelentes en estos
ramos. / Sentado este principio[,] es absurdo decir que el legislador obra por sí mismo, y
por sus propias luces; cuando tiene obligación de abandonarse a la merced de los que, bajo
el especioso pretexto de dirigir su celo por el bien público no trabajan, sino por su interés
personal, v.g. como los 3 ó 4 de aquí y el de la barbería.” Más adelante profiere: “nos
vemos obligados de observar la conducta de los que sin saber cómo y por qué motivo han
sido llamados en el santuario de las leyes a cooperar a su formación.” y en el siguiente
párrafo retoma la misma idea en estos términos: “Aquí hemos visto hombres elevados a la
dignidad de legislador, sancionar sin la menor oposición y sin discusión, leyes que harían la
felicidad de la provincia y les granjearían la opinión y conversaciones privadas no
desmentían formalmente el voto que habían dado en el cuerpo legislativo. ¿Cuál es pues el
motivo que les impulsó a votar contra el dictamen de su conciencia? ¿Sería acaso por
malicia o por ignorancia? Si por malicia, la consecuencia y el objeto que se proponían no es
difícil de deducir: esperaban que cooperando a la sanción de una ley que ellos interiormente
reprobaban el pueblo la admitiría con disgusto, o la rechazaría. En estos dos casos hubiera
sido fácil a cualquier malvado aprovechar la ocasión para encender el fuego de la discordia
y sumergir al pueblo en los errores de la anarquía; si éstas eran sus intenciones como no lo
duda el Repetidor, deben ser castigados severamente, conocidos y marcados con el sello de
la reprobación, y declarados incapaces de desempeñar cualquier empleo que influya y
coopere a la felicidad de la nación. / Si por ignorancia[,] ¿por qué no se habrán conocido
antes de admitir un cargo que los llena de responsabilidades o se habrán figurado que en el
instante que se sientan en el templo de Themis su grosera inteligencia se transformaría en
sutil. ¡Qué error! y qué presunción tan despre[n]dida: ¿a qué se exponen pues estos amigos
de hacer papel? a (sic) la risa y burlas de un pueblo sensato que atento los sigue paso a paso
en la carrera penosa en que se han arrojado con imprudencia y sin temor de extraviarse en
ella. / Acuérdense los señores que votan por ignorancia del diputado en congreso que dio su
voto por el gobierno de unidad bajo la forma representativa federal; acuérdense también
del representante de cierta provincia que después de haber visto sancionar por sus colegas
el establecimiento del Banco Nacional, salió sofocado de la sala, y dijo afuera estas
palabras remarcables: bueno, se ha sancionado el banco, pero no el papel moneda. De este
otro que confesó públicamente su ignorancia y su incapacidad para desempeñar el campo
de representante y que no obstante esta profesión de fe, sigue oponiéndose indirectamente a
las leyes dadas por la legislatura provincial, será eso por ignorancia o por malicia; si fuera
ignorancia, se callaría, pues sería incapaz de calcular las ventajas que dichas leyes
reportarían al país, pero él habla y mucho; ¿será pues por malicia? y si es por eso se enojara
si lo llaman Anarquista. / Es de desear que todos los que componen un cuerpo legislativo
tengan iguales luces sobre la buena y verdadera política, o a lo menos que la ignorancia y la
maldad se callen delante los pocos hombres íntegros e ilustrados que se hallan algunas
veces en su seno.”
“GRANDEZA DE ALMA.”: “… la grandeza de alma habita tan placentera en el corazón de
pobre como en el del poderoso, por cuyo motivo los hombres todos deben tratarse con
consideraciones recíprocas hasta reconocer con señas inequívocas a los anarquistas,
usureros y embrollones; éstos solos deben ser rechazados de la sociedad, y despreciados de
los hombres de bien. / Un pobre peón padre de familia llamado Toribio Leguiza, que no
tiene otra fortuna que su azadón y su noble corazón, sabiendo que su patria estaba
amenazada por los malvados anarquistas que ya han principiado a bañarse en la sangre de
las desgraciadas víctimas de sus furores, se presentó al Gobierno y en su lenguaje sencillo
pero enérgico dijo: -„señor, yo sé que mi país necesita el socorro de sus hijos, vengo a
presentarme para volar en su defensa; pero como las tropas que deben restablecer el orden
tardarán algún tiempo en organizarse, suplico a V.E. se digne permitirme quedar en mi
trabajo hasta que llegue el instante de marchar; de este modo me será fácil pagar a mi
patrón una corta cantidad de dinero que le debo, cuya deuda si saliera sin satisfacerla no
dejaría sosegar un instante mi conciencia; pero juro que al primer llamado de mi país, me
presentaré en las filas de sus defensores, montado, y con las armas necesarias; entonces
libres de los remordimientos de no haber cumplido mi obligación, llevaré al campo de
honor la satisfacción de hombre de bien, y un corazón lleno del amor de la libertad de mi
país.‟ / Ea ingenuo, el de la barbería, y vosotros todos los anarquistas, decidme haríais lo
mismo?”
“LEGISLATURA PROVINCIAL.”: “En los momentos que la provincia está amenazada, en los
que necesita de toda la actividad de sus RR., advertimos en la mayor parte de ellos una
calma, e indiferencia que no sabemos a qué atribuir, a pesar de que su conducta nos abre un
campo bastante vasto a las reflexiones; pero, por ahora nos abstendremos de hacerlas y nos
limitaremos en publicar los nombres de los SS. que han asistido, de los que faltaron con
avisos &. (sic) pues es importante que el pueblo conozca en qué manos ha depositado sus
intereses y derechos. Principiando pues por la noche del 11 del corriente.”
“Asistieron – Los SS. Don Manuel Lima, Presidente, Dn. Juan Ferreira, Dn. Alejandro
Taylor, Dn. Francisco Salcedo, Dn. J. María del Carril, Presbítero Dn. Antonio Gómez, Dn.
Miguel Echegaray, Dn. Miguel Calderón, Dn. Manuel Vera.- Faltaron con aviso los SS.
Dn. Vicente Lima (enfermo) (1) Dn. Florencio Quiroga, (2) Presbítero Dn. Ángel Mallea,
Dn. Sinforoso Navarro, (3) – Sin aviso los SS. Dn. Vicente Pastoriza, Dn. Gregorio
Chirinos, Dn. Dionicio Navarro, Dn. Fernando Cano, Dn. Juan Aguilar, (4) Dn. Domingo
Castro y Calvo (5)[.] Estos últimos señores no han parecido ¿qué se habrán hecho?.”
Y luego, tras una línea divisoria, aclara:
“(1) Este señor el día de la citación, y al entrarse el Sol venía a caballo y de galope quizá
al apearse en su casa le habrá dado un insulto, ¡qué lástima!
(2) Mandó decir que estaba medio enfermo[,] que no podía asistir; medio enfermo……
quizá no quiera ser sorprendido por la otra mitad de la enfermedad.
(3) Este R. dice que no puede asistir a las sesiones por estar cosechando su trigo; es
menester que sea mucho este trigo para que valga más que los intereses generales de la
provincia.
(4) Este señor está empleado[.]
(5) Dice que ya no quiere asistir a la Junta [¿]quién sabe por qué será?
“AVISO.” [primer aviso clasificado sanjuanino]: “Don Juan José Araujo, ofrece comprar
por moneda corriente, oro y plata en pasta, chafalonía o acuñada a precios muy buenos,
pagando las onzas de oro sellado”
“Suplemento al Nº 5 del Repetidor”
Repositorio: Museo Histórico Provincial “Agustín V. Gnecco”.
Fecha: no figura.
Formato: libro.
Páginas: 1.
Diagramación: a una sola columna.
Tipo de letra: Romana con serif.
Contenido: [consta de sólo dos subtítulos]
“LEGISLATURA PROVINCIAL”: alude a una reunión de la Junta de Representantes de la
Provincia y a quiénes asistieron y quiénes no. Critica la acción de los diputados en general,
invocando el honor y la responsabilidad que suponen el ejercicio de tal función. Menciona
que pronto habrá una Constitución Nacional que regirá, entre otras cuestiones, sus
funciones y que estos diputados terminarán mereciendo el desprecio de sus conciudadanos.
La redacción del periódico propone que quienes se ausentaren a un mínimo de tres sesiones
sean expulsados del cuerpo e inhabilitados para ejercer otros cargos públicos.
“COMUNICADO”: con la firma de “El Imparcial”, se queja de la lectura de “El
Repetidor” por fastidiosa, por sus numerosos errores de imprenta, que llevan, incluso hasta
a “adivinar” el contenido de determinados artículos. Sugiere enviar el material para
publicar con más tiempo, pero deja traslucir una sospecha de que acaso sean enviados con
intriga y malicia. Finalmente, le sugiere ser no sólo escritor, sino también impresor.
“El Repetidor” (continuación)
Número: 6 [último].
Fecha: 05/01/1827.
Contenido:
“ESTADÍSTICA / AÑO 2581. [¿1825?]”
En el cuerpo, construido a modo de lista, se consignan cantidades para las siguientes
categorías: “Nacidos hombres”, “Id. Mujeres”, “Muertos hombres”, “Id. mujeres”,
“Matrimonios”, para arribar como resultado a la categoría concluyente de “Aumento de la
población”.
“Pasaportes y Licencias.”: asimismo, a modo de listado, se consigna el otorgamiento de
éstos, con fechas que van desde el 1º hasta el 19 de diciembre y que incluyen:
A. Con (tropa de) arria: D. Justo Frías, Juan Chaparro, a Córdoba; D. Hermenegildo
Carreño, Julián Castro, Venancio Flores, Pedro Navarro, Jacinto Álvarez, Juan Lucero,
Miguel Ríos, Melchor Maldonado, Miguel Muñoz, a Capital; Juan Vega, Vicente
Arévalo, a San Luis; D. Vicente Laciar, a Salta; D. Berardo Gómez, a Tucumán;
Antonio Reta, Celestino Quiroga, a Santa Fe; Eduardo García, a Los Llanos; Manuel
Robledo, a Mendoza.
B. A [= ¿Con?] diligencias propias: Alejo Aguiar, a San Luis; Jaime Perramón, a
Mendoza.
C. “Con cargas”: Marcelino Molina, a Chile.
D. “Negocio propio”: D. Alejandro Carril, a Capital.
E. Sin aclaración alguna: D. Francisco Mariño, D. Francisco Videla, Francisco Ponce, a
Mendoza; Joaquín Romero, a Santiago del Estero; Ramón Andino, a Santa Fe; D.
Joaquín y D. José Castro y Calvo, a Chile; Mariano Acosta, a Salta.
“Entraron.”: con la misma disposición que el subtítulo anterior, se consignan:
Benedicto Correa, de Salta.
Félix y Enrique Martínez, relojeros y Agustín Godoy, hojalatero, de Córdoba.
Bautista Bracamonte, de San Nicolás.
D. Ramón Estomba, coronel; D. Juan Pedernera, coronel graduado y D. José María
Plaza, teniente coronel, de Lima.
D. Eugenio Doncel, de Tucumán.
A continuación, se transcribe la “Copia de una factura de efectos mandada al Señor Dn.
Juan Crisóstomo Quiroga por el Señor Don Pedro Puyol y Sembra[,] residente en Bs. As. /
a saber.”: se enlistan telas, productos textiles, vestimenta, accesorios, calzado, en algunos
casos con la aclaración de que el precio corresponde a “la vara” o “la pieza”, cada una con
su correspondiente precio unitario.
Inmediatamente después, apunta: “El Repetidor… debe advertir que todos estos efectos han
sido comprados en Buenos Aires con los billetes del Banco, que algunos indecentes
anarquistas de acá se esfuerzan de desacreditar, diciendo que cada peso no vale más que ½
real de la moneda metálica, y con todo esto gritan que son buenos patriotas que obedecen a
las leyes &, y quieren que los crean ¡pobre gente!”.
“QUIJOTADA.”: se trata de la copia textual de una nota fechada en “Campamento en el
Río Hondo y noviembre 19 de 1826.”, que lleva la firma de “Juan Facundo Quiroga” y está
dirigida al “Exmo[.] Sr. Gobernador delegado de la Provincia de la Rioja”. Dice así:
“Es necesario que V.E. se empeñe en mandar trabajar pólvora y balas si es posible hasta
que se concluya el salitre de la Rioja, y plomo de los minerales que es lo único que exijo de
mi pago para salvarlo, si es que antes de realizarlo eso concluya con el término de mis días,
pues ya éstos se hacen intolerables a los agentes del titulado presidente de las provincias
según lo visto en el periódico número1. del Repetidor de San Juan; las amenazas de este
político no me arredran ni menos sus insultos son capaces de hacerme detener un momento
para contestarlos, ni tampoco ellos serán capaces de hacerme concebir prevenciones contra
el benemérito pueblo de San Juan, estando como lo estoy seguro de que no tiene la más
pequeña parte, pero si en esto yo estuviese equivocado, y aquel pueblo declarase la guerra,
me quedará la satisfacción de que por mi parte no ha sido provocado.”
[Luego de una línea divisoria y sin título alguno, se consigna una suerte de descargo del
periódico por esa nota:]
“El Repetidor ha visto con satisfacción que su número primero había llegado a manos del
caudillo Facundo Quiroga, y se complace a creer que su lectura habrá desengañado
completamente a aquel jefe de malvados si se hubiera imaginado que el virtuoso pueblo de
San Juan toleraba sus excesos y fuese pronto a tomar parte en sus bajezas; la opinión del
Repetidor es general, si exceptuamos a algunos pocos embrollones, autómatas vivientes, y
esqueletos ambulantes que desean a Facundo sólo por el placer de atormentar a sus
semejantes, pues muy bien saben ellos que un hombre cargado de crímenes, que ha pasado
su infancia en un vil ejercicio, y su mocedad entre cárceles, grillos y cadenas, es muy poco
propio para hacer la felicidad de un pueblo que lo detesta y lo desprecia; pero les supone
muy poco el robo, el saqueo, los asesinatos &. Si consiguen sumergir al país en la más
horrible miseria y esto no más que por el deseo de hacer mal, felizmente son poco temibles,
y como tienen el buen juicio de conocerlo se ven en la precisión de ladrar de lejos, a los que
estando nosotros ya acostumbrado[s], no nos ocuparemos más de sus tristes individuos, y
observaremos a Quiroga (o el cacique de los Llanos.) / No hemos podido detener la risa al
ver la quijotada de aquel arriero, cuando dice enfáticamente a su gobernador delegado de la
Rioja que concluya con el salitre y el plomo de aquel pueblo y ¿para qué? para que le
manden pólvora y balas (que de aquí a poco no necesitará) no exige otro pago en
compensación de la sangre que ha hecho vertir, que estos dos últimos renglones el
Repetidor (no extraña su deseo, pues los mayores agentes de la destrucción, son los solos
objetos capaces de deleitar su corazón feroz y sanguinario) y a más de eso, los exige para la
salvación de los pueblos, como si estos pueblos podían esperar algo de bueno viviendo bajo
su cetro de fierro; o de no, hablen los riojanos y digan ¿cuántas arbitrariedades no ha
cometido aquel facineroso sin exceptuar aun al bello sexo de sus voluntades bajas e
infames? / Dice que sus días se hacen intolerables a los agentes del Sr. Presidente de la
República, sin advertir que este grande hombre tiene por agentes a cuantos hombres de bien
existen en ella, porque conocen las ventajas y la gloria que resultará a la Nación de su amor
a los pueblos, de sus desvelos y meditaciones. Bien diferente en esto del cacique Quiroga
que no contento de disfrutar en paz de una fortuna colosal adquirida por fraude, levanta el
estandarte de la rebelión, para entregar el país en manos de un extranjero, y cooperar de
este modo a su deshonra y total ruina. / Desengañémo[s]nos Pueblos de la Unión; de un
lado tenemos la gloria y la prosperidad; del otro la vergüenza y la miseria, elegid; y si
algunos fanáticos os insinúan de tomar este último partido[,] conocedlos como a los
mayores enemigos del género humano. / Acabaremos pues por asegurar a Facundo Quiroga
que él ha sido el primero a declarar la guerra a todos los pueblos que no adoptasen su
sistema revolucionario, y que no debe extrañar la opinión general que se advierte
principalmente en este benemérito pueblo de San Juan[,] q. conoce sus intereses, y ha
jurado defender las leyes que dicte el Soberano Congreso; amigo del orden, nunca se
rebajará a tratar con un facineroso. / El Repetidor desea que las espías de Facundo que
tenemos acá, indiquen un lugar a donde pueda remitirles un ejemplar de este nº para que
por su conducto lleguen a manos de su amo el conquistador Quiroga.”
“COMUNICADO. / Señor Repetidor.”:
Se trata del equivalente a una actual “Carta al Director”. En este caso, abarca más de 4
(cuatro) columnas; es decir, una superficie comparable a más de dos páginas. Su remitente,
identificado como “un Sanjuanino”, denuncia un hecho acaecido el día jueves 22 de ese
mismo mes y año, referenciando su fuente como “según he sido informado por personas
respetables”:
“Un vecino se hallaba a las 10 de esa noche con su esposa y un amigo en la puerta de su
casa, que está situada en la plaza, en conversación familiar, y a poco rato observaron que se
dirigían hacia ellos dos soldados armados pertenecientes a la guardia de la cárcel de los
cuales dijo ser uno de ellos (N. Molina) comandante de dicha guardia y que como tal estaba
autorizado para obligarles a callar y aun para hacerlos retirar. Este amigo[,] al oír una
reconvención tan arbitraria como extravagante, no pudo menos que reconvenir al
comandante con bastante energía por el cumplimiento de sus deberes y el respeto a las
garantías públicas; pero el soldado insistiendo en su idea peregrina de hacer callar a estos
Ciudadanos, dio por toda respuesta que él estaba autorizado para hacer obedecer a toda
costa el orden que se le había encargado. En este estado el vecino, dueño de la casa, viendo
atropellado de un modo tan ig[n]ominioso sus derechos, y en riesgo a su amigo de que
sufriese mayores vejámenes por un comandante que se hallaba en el último grado de
embriaguez, trató de contenerlo con fuertes amenazas, y conjurándolo a que le había de
satisfacer ante la autoridad de un atentado, para el cual no podía estar autorizado. No
obstante todo esto, fue preciso para no dar lugar a que el sargento o cabo no llevase
adelante sus excesos, ceder a sus repetidas intimaciones, y dar parte al Gobierno del hecho,
como se verificó, según se me ha asegurado por el mismo conducto [alusión a las
fuentes]”. Éste es el hecho: y ahora me permitiré hacer algunas reflexiones al caso.”
[1] “Desde que al soldado se le disimule el menor acto de insubordinación, de falta de
respeto, se le deja el camino franco para ejercitar impunemente sus crímenes y todo género
de vicios; y esto es tan evidente que sería injurioso demostrarlo…. debo suponer al
Gobierno afectado más íntimamente de los ultrajes inferidos a los Ciudadanos, sobre
quienes ejercen su influencia inmediatamente, y esto me basta, mas es forzoso perseguir
por todos los medios la arbitrariedad en dondequiera que ella se halle; porque nada se
puede dispensar en esta materia.”
[2] “No es creíble que el comandante de la guardia de la cárcel recibiese de su Jefe una
orden tal como la que él ha pretendido hacer cumplir a estos Ciudadanos:… ¿no es claro
que este ciudadano ha traspasado la línea de sus deberes de un modo, escandaloso? ¿Y en
este caso[,] no deberá ser aprehendido con toda la severidad que merece un atropellamiento
semejante? Pero se dirá que el estado de ebriedad en que se hallaba, lo puede disculpar en
cierto modo,…, más yo espero demostrar que por este mismo hecho, él es digno de
mayores castigos.”
[3] “Si un comandante a quien se le encarga el cuidado de velar sobre los enemigos, sobre
la guardia que está bajo sus órdenes, es punible por el más leve [d]escuido; cuanto más no
deberá ser por emborracharse en circunstancias en que debe proceder, con toda
circunspección, tino, y cuidado? ¿Y si dicho comandante, o por su honor, o por su respeto a
su Jefe está penetrado de estas ideas, cómo se puede tolerar que se embriague? ¿No es esto
obrar mal intencionadamente? ¿No arguye esta conducta escandalosa falta de respeto al
público y de subordinación a sus jefes? ¿Y cómo puede esto merecer disculpa? De ninguna
manera; y repito que por este hecho,…, debe en mi concepto ser doblemente castigado;
porque de lo contrario sería autorizar un crimen mayor todavía que aquél de que se le
acusa.”
[4] “… podrá decirse que la conducta del soldado en esta ocasión es dispensable porque
puede atribuirse a un exceso de celo. Muy bien, ¿y el ciudadano que ha sufrido estos
insultos podrá conformarse con un exceso de celo que lo atropella y lo violenta,
exponiéndolo a ser sacrificado por la torpeza de un soldado? ¿y desde que esto se diga[,] no
se abre la puerta a los facinerosos para que ultrajen, roben y asesinen a los ciudadanos con
una impunidad vergonzosa? ¿Y esto puede decirse en un país en donde se respetan los
derechos individuales, en donde hay garantías públicas que aseguran la libertad de los
ciudadanos? En fin[,] en donde todo está subordinado a las leyes. ¿Cómo podrá tolerarse
que en nuestros días se diga que un soldado violente la casa de un ciudadano, lo robe y lo
mate si se le resiste, satisfaciéndosele con que es por un exceso de celo? Esto repito, y no
me cansaré de decirlo sobre ser degradante, es anárquico, es ridículo, S. Repetidor,… U.
debe dispensarme siempre que mi objeto sea el que me he propuesto. Él no es otro que
sostener la libertad que tantos sacrificios nos ha costado en 17 años de lucha. Por todo esto
yo desear[í]a que las autoridades, que son las que responden inmediatamente de la
seguridad pública, y las que deben asegurar a los ciudadanos en sus derechos, consagrasen
su atención a evitar los repetidos excesos que cometen frecuentemente nuestros soldados
bajo la salvaguardia de que no son descubiertos;… me permitiré hacerle a U. una relación
que ayudará a corroborar mis asertos…. / Un vecino honrado y bastante conocido se
retiraba a [¿su casa?] con su familia de una visita habrá ya como un mes más o menos a las
nueve de la noche, y en el camino le salieron al encuentro dos soldados, que empezaron a
decir mil insolvencias a las criadas de este vecino que venían adelante. El amo de ellas las
mandó detener para que reunidas a él y demás familia se contuvieran los soldados; mas uno
de éstos suponiéndose sargento y autorizado para reclutar gente, tiró el sable, intimando a
este ciudadano montarse a las ancas de su caballo para que fuese en calidad de recluta al
cuartel, en vano se empeñaba este vecino y su familia en persuadir al soldado a que
abandone su proyecto, en vano era darle señales para hacérsele conocer; en vano le hablaba
el otro compañero y se interesaba en hacerlo ceder de su empeño: en vano eran las
amenazas y protestas de acusarlo ante el Gobierno; nada le valió, y se vio obligado este
ciudadano a echar mano de sus armas que felizmente llevaba para ponerse en defensa,
corriendo el riesgo de ser víctima de este salteador encarnizado en presencia de su familia;
pero afortunadamente se aparecieron tres o cuatro jóvenes que también se retiraban y
pusieron fin a esta contienda no sin bastantes esfuerzos por parte de éstos, pues el soldado
estaba empeñado en consumar la obra que había principiado. Ahora bien, ¿cuál fue el
motivo que dio este ciudadano para semejante atropellamiento? ¿el haber mandado a sus
criadas que se incorporasen con la demás familia que venía con él? ¿Y cuál fue el objeto
del soldado en quererlo llevar de recluta? El imponerle silencio para que le cediese sus
criadas, su esposa y su bolsillo. Porque ¿a qué llevar a un hombre que él sabía no podía
serle útil para el objeto que se había propuesto? Que él sabía a quién insultaba, no puede
dudarse, pues que el compañero se le había hecho conocer: por consiguiente no hay un
pretexto que pueda justificar semejante atentado, sino es que diga también que es un exceso
de celo por el cual merece ser absuelto de todo cargo.”
[A modo de conclusión, alusión al rol del periódico:] “Sr. Repetidor, U. que se ha impuesto
el deber de repetir por medio de la prensa los abusos que cree dignos de ser removidos,
sobre ningunos debe a mi juicio estar más en guardia que sobre aquellos que afecten en
algún sentido a la seguridad y libertad de los Ciudadanos; porque desde que éstas se hallen
amenazadas, la vida y el honor corren un gran riesgo; no hay unión, ni respeto a las
autoridades, y esto es lo que se llama anarquía, que considero como una calamidad pública,
de que quisiera yo huir a costa de cualesquiera sacrificio…. Sin embargo aún estamos en
tiempo de cortar todos estos males, si como lo creo, las Autoridades, y U. por medio de su
periódico contribuyen a ello con firmeza, empezando desde ahora a no permitir que los
soldados anden armados, como los vemos con bastante frecuencia; y encargando la recluta
a Oficiales y no a cabos ni sargentos; porque éstos cometen violencias y sacrifican al
público, haciendo negocio y sacando ventajas de la misma confianza que se hace de ellos.”
El “Comunicado” lleva la firma de “un Sanjuanino”.
“RUMOR AGRADABLE” [construcción de la noticia acerca de Facundo Quiroga; alusión
a las fuentes]: “Hace algunos días se hace correr la voz que Don N. de Aráoz del Tucumán,
había podido lograr reunir 2000 indios, y que a su cabeza caminaba a operar su función con
las fuerzas unidas del Tucumán y Salta, para obrar en masa contra el Abate de los Llanos. /
Se dice también que dicho Abate Quiroga mandó una partida de ciento y tantos hombres a
explorar el campamento de los SS. Lamadrid y Arenales; pero que dicha partida fue
sorprendida por un destacamento de las tropas del orden y quedó enteramente prisionera,
cuya noticia cuando llegó a conocimiento de Facundo abandonó la ciudad del Tucumán, y
se retiró al paraje llamado el Tala después de haber sufrido una pérdida considerable en el
ataque que recibió al instante de efectuar la retirada. / Estas noticias no tienen bastante
autenticidad para que las demos por ciertas; pero como son más que probables no hemos
trepidado en insertarlas.”
“MILAGRO.”: [recurso literario, autoreferencialidad unipersonal y nueva alusión a
Facundo Quiroga -entre otros personajes-:]“El Lunes día de Navidad, pasando el Repetidor
por una vereda de la plaza, oyó que una Señora, que antes fue joven, contaba a sus oyentes
el milagro siguiente: „Una mujer ha parido tres hijos, el primero de ellos, al ver la luz,
pronunció muy claramente la palabra peste, el segundo dijo hambre, y el tercero seca.[‟] /
El deseo de saber la significación de estas tres palabras, lo más pronto posible, no nos
permite consultar el caso con el señor provisor de la república cordobesa; y así las
interpretamos a nuestro modo. / Estamos seguros que cuando el primero dijo peste, quiso
hablar de los tres facinerosos, Bustos, Quiroga e Ibarra como de los mayores enemigos que
tiene la República Argentina, y si es así, la comparación está muy fundada. / El 2º dijo
hambre porque sabía que la señora que contaría el milagro lo haría un poco antes de cenar.
Por lo que respecta a la palabra seca que dijo el 3º no la entendemos, a no ser que anuncie
que a cierto Juez de Paz se le ha antojado ir a componer el Río y dejarnos sin agua por 5 ó 6
días como ya lo ha hecho otra vez. / El Repetidor siente no haber oído el fin del milagro,
pero no teniendo el honor de ser admitido en los círculos de los bienaventurados, se
abstiene a lo que ha oído, quizá otro proseguirá el cuento.”
“COMUNICADO.” / “Contestación al Imparcial”: luego de una introducción, señala: “en
cuanto al celo del Imparcial nada nos importa; y si su mordacidad infiere malicia e intriga
de nuestra parte, que exponga los antecedentes que le hayan movido a deducir, que nos
delate; mas vivimos seguros de no temer a nadie, porque nuestra conciencia de nada nos
acusa, pues sólo el delito o el crimen deben hacer arredrar a los hombres.” Continúa
dándole un cierre con cierto rodeo a esta idea central. Firma: “Un Ofendido.”
“AVISOS.”: “En la esquina de Don José Antonio Oros, tienda de Don Fabián Domínguez,
se venden toda clase de efectos nuevos por moneda corriente a precios muy equitativos; y
por consiguiente se cambian plata por billetes del Banco.”
“OTRO.”: “Cuadra y media de la plaza al naciente, frente a la casa de Don José Varela, se
ha abierto una relojería, en la que se componen, relojes y se venden también nuevos a
precios cómodos, por el perito suizo Don Félix Martínez.”
Conclusión
“El Repetidor” es un periódico no-diario, que prioriza el periodismo interpretativo y de
opinión (o de ideas) por sobre el informativo. El hecho de que, por entonces, la única
imprenta de la provincia de San Juan haya estado en manos del Gobierno, en gran medida
implicó que la mayoría de los periódicos hayan sido oficialistas y que, al mismo tiempo,
hayan estado sujetos a los avatares políticos del momento, como durante la guerra civil
entre federales y unitarios. El formato de libro, la escasez de recursos tipográficos, la
inexperiencia no sólo en la diagramación, sino también en las rutinas productivas, la
reducida población alfabetizada que hubiese podido redactar en él o bien leerlo, fueron
características de la época a las cuales este “papel” adscribió. La alegoría de su nombre
anuncia una novedad que se repetirá, al menos, durante el resto del siglo XIX, cual es la
copia de textos de otros periódicos publicados en el País y en especial, en la Capital, tal el
caso, por ejemplo, de “El Mensagero (sic) Argentino”. Características propias del
periodismo moderno, tales como la brevedad, la claridad, la pretensión de objetividad o
independencia, parecen estar ausentes, aunque en algunas de sus columnas explícitamente
se preconice lo contrario. Aún no se prefiguran géneros específicos. Muy lentamente, van
apareciendo cada vez más avisos publicitarios y empiezan a configurarse los primeros
avisos clasificados. Carece de ilustraciones de cualquier tipo.