yokozawa no baai 4

111
Capítulo 6 Alcanzando detrás de él para bloquear la cerradura, Yokozawa Takafumi se quitó los mocasines utilizando sus talones. —Estoy en casa —llamó al apartamento vacío mientras buscaba a tientas el interruptor de la luz, un espectáculo al que se había acostumbrado ultimamente. Aunque antes sentía esto bastante solitario, en los últimos días tenía un portaretrato que le había dado Hiyori para hacerle compañía —un colagge de fotografías que ella había tomado durante su viaje de verano junto con algunas de Sorata también. Sólo una mirada al marco, decorado llamativamente con pedrería y lindos stickers, llenaba a Yokozawa con afecto y aunque honestamente era un poco embarasoso tener fotografías que lo incluían en su habitación, aún dejaba el lugar con una sensación ligeramente más brillante. Era extraño, sin embargo, cómo Sorata parecía adoptar una expresión tan digna cuando posaba para las fotografías de Hiyori; siempre parecía tan indiferente con Yokozawa. Sonriéndose mientras recordaba el pasado, jaló su corbata para aflojarla y buscó en su bolsa con su mano libre, intentando arreglar las cosas para el día siguiente antes de darse un baño. Cuando miró en su bolsa, sin embargo, se quedó inmóvil, estupefacto. —Lo... olvidé. Trataba de tomar su celular para dejarlo cargar toda la noche, sólo para encontrar que no estaba donde usualmente lo metía. Había regresado a su apartamento luego de cenar en la casa de los Kirishima, así que debió haberlo dejado allí. Aunque no le hubiera puesto demasiada atención si no hubiera notado su ausencia en primer lugar, en el momento en que se dio cuenta que lo dejó en algún lugar se sintió sobrecogido por una extraña sensación de ansiedad. Si lo hubiera notado antes, podría haber regresado a por él mientras aún estaba de camino, pero simplemente ya no había tiempo de hacerlo ahora. Garantizado, casi nunca recibía llamadas o mensajes enmedio de la noche en una semana, y cualquier contacto de emergencia con su familia podría ser a través de su línea residencial, así que seguramente podría sobrevivir a una noche sin su teléfono celular sin que el mundo se cayera. Así que aunque esto haría que Kirishima lo molestara de una forma u otra, pedirle que le llevara el teléfono a la oficina era la ruta a tomar que resultaba más lógica. Tomó su libreta y la hojeó hasata encontrar el número de la casa de Kirishima y llamó usando su línea residencial, haciendo nota mental de que probablemente era una buena idea para un futuro el mantener su número de celular anotado en algún lugar para circunstancias inesperadas como esa.

Upload: 1999kauabx

Post on 21-Jul-2016

292 views

Category:

Documents


5 download

DESCRIPTION

"Y bien, ¿que será...? ¿La cena? ¿Un baño? O... ¿yo? Yo, por supuesto, ¿verdad?" Yokozawa Takafumi, vendedor de Marukawa Shoten, se encuentra en una relación amorosa en el trabajo con el editor en jefe de la revista de manga shonen "Japun", Kirishima Zen. Pero luego de que su "tiempo juntos" estuviera en espera por algo así como tres semanas gracias al trabajo y a que Hiyori, la hija de Kirishima, pescara un resfriado, Kirishima se siente como un recién casado al conseguir asegurar finalmente un encuentro juntos. Sin embargo, justo cuando las cosas se están poniendo lindas... el tío del compañero de clases de Hiyori y vendedor del la casa editorial Libros Fujino, Iokawa, comienza a acercarse demasiado a Yokozawa...

TRANSCRIPT

Page 1: Yokozawa no baai 4

Capítulo 6

Alcanzando detrás de él para bloquear la cerradura, Yokozawa Takafumi se quitó los mocasines utilizando sus talones. —Estoy en casa —llamó al apartamento vacío mientras buscaba a tientas el interruptor de la luz, un espectáculo al que se había acostumbrado ultimamente. Aunque antes sentía esto bastante solitario, en los últimos días tenía un portaretrato que le había dado Hiyori para hacerle compañía —un colagge de fotografías que ella había tomado durante su viaje de verano junto con algunas de Sorata también.

Sólo una mirada al marco, decorado llamativamente con pedrería y lindos stickers, llenaba a Yokozawa con afecto y aunque honestamente era un poco embarasoso tener fotografías que lo incluían en su habitación, aún dejaba el lugar con una sensación ligeramente más brillante.

Era extraño, sin embargo, cómo Sorata parecía adoptar una expresión tan digna cuando posaba para las fotografías de Hiyori; siempre parecía tan indiferente con Yokozawa. Sonriéndose mientras recordaba el pasado, jaló su corbata para aflojarla y buscó en su bolsa con su mano libre, intentando arreglar las cosas para el día siguiente antes de darse un baño. Cuando miró en su bolsa, sin embargo, se quedó inmóvil, estupefacto.

—Lo... olvidé.

Trataba de tomar su celular para dejarlo cargar toda la noche, sólo para encontrar que no estaba donde usualmente lo metía. Había regresado a su apartamento luego de cenar en la casa de los Kirishima, así que debió haberlo dejado allí. Aunque no le hubiera puesto demasiada atención si no hubiera notado su ausencia en primer lugar, en el momento en que se dio cuenta que lo dejó en algún lugar se sintió sobrecogido por una extraña sensación de ansiedad.

Si lo hubiera notado antes, podría haber regresado a por él mientras aún estaba de camino, pero simplemente ya no había tiempo de hacerlo ahora. Garantizado, casi nunca recibía llamadas o mensajes enmedio de la noche en una semana, y cualquier contacto de emergencia con su familia podría ser a través de su línea residencial, así que seguramente podría sobrevivir a una noche sin su teléfono celular sin que el mundo se cayera. Así que aunque esto haría que Kirishima lo molestara de una forma u otra, pedirle que le llevara el teléfono a la oficina era la ruta a tomar que resultaba más lógica.

Tomó su libreta y la hojeó hasata encontrar el número de la casa de Kirishima y llamó usando su línea residencial, haciendo nota mental de que probablemente era una buena idea para un futuro el mantener su número de celular anotado en algún lugar para circunstancias inesperadas como esa.

Page 2: Yokozawa no baai 4

—¿Sí? Residencia Kirishima.

—¡Ah! ¿Hiyo? Soy yo, Yokozawa —Hiyori había sido la primera en contestar el teléfono, casi olvidando anunciarse a sí mismo acostumbrado a llamar desde Ah—Hiyo? It’s me, Yokozawa.” Hiyori had been the first to answer the phone. Almost forgetting to announce himself, so used to calling via cell phone as he was, he frantically reassured her of who he was.

—¿Oniichan? ¿Qué pasa? ¡Nunca llamas al teléfono de la casa! —No podía culparla por estar confundida; solo momentos antes le había dicho buenas noches y se había marchado de su casa.

—Lo siento, creo que dejé mi celular en tu casa. No lo ves por allí, ¿o sí?

—Hmm, no está en la mesa... ¡Iré a buscarlo! ¡Aquí está papá mientras tanto! Oye, papá, Oniichan llamó a la casa.

—¿A la casa?

—Sí, se olvidó de su celular, dice. ¡Toma!

Kirishima tomó el teléfono de su hija luego de un poco de movimiento. —Así que, ¿olvidaste tu celular? Un tropiezo bastante tonto para tí.

—Sí, sí, cállate. Pensé que la tenía en mi bolsa. —Hizo una pausa para hacer un recuento de la cadena de eventos en su mente. Había metido el objeto en su bolsa, pero cuando escuchó el sonido que anunciaba un nuevo mensaje lo sacó de nuevo.

—Bueno, no lo veo. ¿Dónde lo dejaste?

—Estoy bastante seguro que debería estar por el sofá. No está bajo los cojines o algo, ¿verdad? —Recordaba al menos que miró sus mensajes en la sala de los Kirishima. Cuando digitó una respuesta al mensaje, Kirishima se había quejado de que él no debería trabajar durante su tiempo libre, añadiendo en un rasposo tono de reprimenda: “Es porque les respondes que ellos te envían ese tipo de mensajes a todas horas de la noche”. Y aunque Yokozawa admitió que tenía un punto, su mente estaba llena de pensamientos de trabajo 24­7. Entendió que probablemente sería más eficiente el tener un interruptor de encendido y apagado como Kirishima, pero si realmente fuera tan fácil solo “apagarse” así, lo habría hecho hace mucho.

Su intercambio de entonces había empujado los pensamientos de su celular de su mente, y probablemente lo puso en algún lugar olvidándose completamente de él.

—No está bajo los cojines, y no está enterrado en las grietas tampoco. Hiyo, ¿te importaría llamar al teléfono de Yokozawa por mi?

Page 3: Yokozawa no baai 4

—¿Sólo quieres que marque su número? —Un momento después de que preguntara eso, Yokozawa captó el sonido de su propio teléfono haciendo eco por el auricular. Como lo sospechaba, estaba en algún lugar del apartamento de los Kirishima.

—Hiyo, ¿puedes decir de donde viene?

—Viene del sofá... Puedo escucharlo por aquí. ¿Y tú, papá?

—Ah, ¡lo encontré! ¿Por qué rayos estaba Sorata sobre él...? —Pudo escuchar a Kirishima ofreciendo una disculpa teñida de risa por el teléfono, posiblemente para calmar a Sorata que fue interrumpido en su siesta.

—Gracias.

—Lo llevaré al piso de ventas a primera hora del día. Probablemente estés allí más temprano que yo, después de todo. ¿Verdad?

—Sólo llámame cuando llegues y subiré a traerlo yo mismo. —Era suficientemente malo que tuviera que pedirle al sujeto que llevara algo que él olvidó como para hacerlo que entregara el objeto en persona desviándose hasta el departamento de Yokozawa.

—¿Para qué desperdiciar tiempo llamando a tu extensión? Sería más rápido para mi solo ir allá cuando llegue.

—No hay gran diferencia de esfuerzo en ambas formas.

—¿Oh? O qué, quizá no quieres que muestre mi rostro en tu piso, ¿es eso?

—Eso no es lo que... —Aunque tratara de negarlo vocalmente, sin embargo... el tipo estaba más o menos en lo correcto. Casi todos en la compañía ya estaba enterado que Yokozawa y Kirishima eran cercanos, pero todavía tenían los detalles de su relación bajo sombras, y Yokozawa no tenía intención de hacer eso de conocimiento público en un tiempo cercano. Además, también estaba el hecho de que Yokozawa tenía unos cuantos colegas que parecían distraídos e indiferentes a primera vista, pero podían sorprendentemente agudos en ocasiones; no podía negar que preferiría que no los vieran interactuando—. Sólo, ¿te importaría mirar si tengo algún mensaje nuevo?

—Cht, cht, alguien está siendo descuidado, preguntarle a otra persona ese tipo de cosas. Tú nunca sabes si podría abrir un mensaje al azar que captara mi interés.

—No es como si tuviera algún mensaje que me importaría que vieras. —La mayoría de las configuraciones en su teléfono todavía estaban en su estado de fábrica; casi nunca usaba su cámara, no tenía tonos especiales o similares tampoco. Todo lo que le importaba era ser capaz

Page 4: Yokozawa no baai 4

de hacer llamadas y mandar mensajes. Todas las imágenes en la carpeta de fotos eran las que Hiyori había enviado.

—...Ugh, qué wallpaper tan aburrido. ¿Quieres que lo cambie a una foto de mi hermosa persona? —Él casi podría escuchar la mirada lasciva en la voz de Kirishima, y entendiendo bastante bien que el sujeto lo estaba sugiriendo para molestar a Yokozawa, optó por no ser arrastrado tan fácilmente esa noche.

—Haz lo que quieras, luego lo volveré a cambiar.

—Sabes, has estado bastante menos encantador que lo usual últimamente.

—Bien por mi. —Encontrar cualquier cosa sobre Yokozawa remotamente “adorable” o “encantador” en primer lugar era demente, a su opinión, y Kirishima era probablemente la única persona en el mundo lo suficientemente benevolente para considerarlo de esa forma. Sería realmente un peso menos sobre los hombros de Yokozawa si el sujeto se rindiera y se diera cuenta de lo “peculiares” que eran sus gustos.

—Aww, no seas así. Aunque tengo que admitir, tu naturaleza contraria es, en sí misma, encantadora en su propia forma.

—¡No estoy siendo contrario, te estoy diciendo exactamente lo que siento! —Luchó contra el deseo de acunar su cabeza entre sus manos ante la inesperada respuesta de Kirishima. Era en momentos como ese que se preguntaba qué había hecho mal en su vida para llegar a donde estaba, pero entonces algo siempre ocurría que lo conmovía profundamente, y era recordado que siempre habían pros y contras al enamorarse tan duro de alguien.

—Vamos, no te enojes. Sólo te estaba bromeando un poquito.

—Tú... —El rostro de Yokozawa se crispó ante la vergonzosa excusa, cuestionándose qué tanto es “un poquito”.

Tal vez sintiendo que estaba en peligro de seriamente tentar la ira de Yokozawa, Kirishima cambió de tema forzosamente. —Ah cierto, se suponía que chequeara tu telefono... no veo ninguna llamada nueva o mensaje. Además, no puedo imaginar a alguien enviándote mensajes a esta hora.

—A veces recibo solicitudes urgentes de confirmación.

—Haz esa mierda al día siguiente, entonces. Te las arreglaste para perder tu teléfono por una noche, toma un descanso del trabajo, ¿por qué no?

—¡No es como si pudiera evitarlo! Es... ¡así soy yo! —Su tipo de personalidad era bastante

Page 5: Yokozawa no baai 4

menos “sensible” y más de plano “excitable” y tal como estaban las cosas, prefería estar en una posición de usar su tiempo particular para ocuparse de los asuntos tan pronto como se volvían un tema que soportar luego diciéndose si sólo hubiera hecho esto...; era una mejor forma de mantener su cordura.

—Bueno, sólo trata de bajarle a tu lado “workahólico” un poco, ¿de acuerdo? No te presiones hasta la muerte temprana trabajando así todo el tiempo.

Al ser el blanco de las burlas de Kirishima todo el tiempo hacía que esos raros momentos cuando él expresaba su genuina preocupación fueran de lo más raros, y Yokozawa cubrió su bochorno con un súbito fin a la conversación. —No seas dramático; sólo... tráeme el teléfono mañana.

—Sí, sí, de acuerdo.

—Entonces... Buenas noches.

—Buenas noches; te veré mañana. —Era ligeramente extraño, y un poco vergonzoso para rematar, el intercambiar tales sutilezas por teléfono, y con un dejo de pesar, Yokozawa suavemente volvió a colocar el auricular en su lugar.

—¿Está Yokozawa aquí? —Era cerca de las 9 AM cuando Kirishima apareció en el piso de ventas.

—¿Qué ocurre, Kirishima­san? ¿Hay algo... que ver al respecto? —Las horas de oficina en el piso de vents eran establecidas, así que la mayoría de los miembros del personal estaban ya en sus escritorios, pero difícilmente ninguno de aquellos trabajando horario flexible había llegado a la oficina aún. Kirishima era siempre uno de los primeros en llegar a la oficina, ansioso por tener un poco de trabajo en proceso, pero hoy había llegado particularmente temprano, haciendo que Henmi entrara en pánico al asumir que algo había ocurrido de nuevo.

—Vengo a hacer una entrega, como me ordenó Yokozawa.

Por la forma de hablar de Kirishima, los ojos de Henmi parpadearon grande. —¿Él se lo ordenó?

—...Kirishima­san, ¿podrías por favor no usar un modo de hablar escandaloso que podría ser malinterpretado por los oyentes? No te lo ordené, amablemente te lo pedí.—Yokozawa tuvo que reprimir el impulso de descargar su ira verbalmente, en lugar de pronunciar sus palabras con educación. Si actuara de acuerdo a esos impulsos, sólo terminaría luciendo más infantil en comparación con Kirishima para aquellos a su alrededor. Sabía que adoptaba una actitud

Page 6: Yokozawa no baai 4

basatante arrogante y orgullosa cuando interactuava con Kirishima en privado, pero una buena parte de la motivación para ello podía ser atribuido a la constante provocación de Kirishima.

—Eh, ¿cual es la diferencia? Toma... tu celular. Trata de no olvidarlo de nuevo, ¿quieres?

Page 7: Yokozawa no baai 4

—G­gracias. —La forma en que Kirishima casualmente le entregó el teléfono sacó a Yokozawa del juego; se había preparado completamente para una buena ronda de bromas, pero Kirishima pareció retirarse bastante fácil esta vez.

—Bueno, te veo luego. Te contacaré acerca de la feria entonces. —Y se marchó despidiéndose con la mano.

—Fiu... ¡Eso me alarmó! Me estaba muriendo de la preocupación de que nos hubiéramos equivocado otra vez. —Henmi dejó salir un suspiro de alivio, aparentemente había estado ansioso de que hubiese cometido algún error garrafal sin darse cuenta.

—¿Tratas de decirme que te equivocas así de seguido?

—¡Claro que no! Pero no puedo decir al 100% que no me he equivocado en algún lugar sin saberlo... como antes, ¿recuerdas? —Esto hizo recordar a Yokozawa cómo el personal de ventas entero había terminado teniendo que limpiar luego de que uno de los empleados —ahora transferido a una compañía afiliada— había estropeado por completo un proyecto. Aunque parte de la culpa había recaído en ellos por no darse cuenta de este mal manejo antes, habían estado completamente abrumados en ese tiempo. Para este punto, sin embargo, habían logrado arreglar todo y regresar a sus operaciones standard, pero a la vez, cada miembro del departamento vagaba alrededor en un pálido estupor.

—Ten un poco de confianza en tu trabajo. Te tengo cubierto; no voy a dejar que nada como eso vuelva a ocurrir. —Esto era, de cierta forma, una manera de autosugestión; el mismo Yokozawa era solo humano, después de todo, y no podía decir al 100% que nunca lo echaría a perder tampoco. No obstante, todos necesitaban tener un poco más de confianza en su trabajo. Más desastres impredecibles ocurrían como resultado de negligencia, y aunque tenía dificultad de separar su vida privada del trabajo, mantener un nivel constante de vigilancia sólo podía ayudar a disminuir la incidencia de tales descuidos.

—Eso me recuerda, Yokozawa­san... ¿dónde olvidó su teléfono? No es propio de usted el olvidar las cosas.

—¿Qué importa dónde lo olvidé? —Imaginó que el sujeto podría de nuevo enfocarse en algo molesto, murmuró para sí mismo, y cuando desvió su mirada, Henmi demostró su agudo sentido de intuición.

—¡Ah! Espere, ¿fue de nuevo a casa de Kirishima­san? ¡Hombre, estoy tan celoso! ¡Desearía que me invitara también alguna vez! —Henmi parecía tener algún tipo de admiración por Kirishima, comentando en ocasiones sobre cómo quería ser igual a Kirishima cuando creciera. Aunque Yokozawa quería contraatacar con recordatorios de que él ya estaba “crecido”, no podía

Page 8: Yokozawa no baai 4

atreverse a destrozar los sueños de Henmi sin razón alguna, y en cambio lo dejaba balbucear como deseara.

Después de todo, la única razón por la que Henmi admiraba a Kirishima era porque no conocía la verdadera naturaleza del sujeto. Desde que los dos se habían hecho cercanos, Yokozawa se había sorprendido en algunas ocasiones; Kirishima tenía un lado sorprendentemente infantil, con una personalidad molesta que lo guiaba a encontrar placer en molestar a Yokozawa.

—Entonces por qué no le dices tú mismo.

—¡Nunca podría ser tan descarado! ¡Todavía me siento nervioso de solo estar frente al sujeto! —Tenía un punto, mientras Kirishima mantenía su boca cerrada, emanaba un extraño aire de intimidación, lo que tal vez era el punto de mantener todo tan casual como fuera posible en el trabajo.

—Qué pena por tí, entonces.

—¡¿EH?! P­pero se supone que diga cosas como, “Bueno, entonces sólo déjamelo a mí” en momentos como este, ¿o qué no?

—Ni un carajo. Ahora deja de parlotear y regresa al trabajo. —Los hombros de Henmi cayeron por el sonoro rechazo de Yokozawa, y se dirigió hacia su escritorio.

Yokozawa se llenó de una renovada urgencia por evitar que Kirishima se asomara por el departamento de ventas a menos que fuera absolutamente necesario, ya que hacerle frente a las consecuencias de sus apariciones era demasiado molesto.

Regresó su concentración a la propuesta en la que había estado trabajando, intentando construir algún tipo de plataforma de lanzamiento para discutir antes de la reunión de más tarde. Tipeando en un modo bastante práctico, sin embargo, su mente se desvió hacia la actitud de Kirishima más temprano. Había sido mucho más manejable de lo que solía ser, aún para estar en público.

Un momento, ¿qué si le había hecho algo a su celular? Recordando la conversación de la noche anterior y cómo Kirishima había estado quejándose por el estado del wallpaper de su teléfono, deslizó la mano en su bolsillo, sacando el aparato.

Si había puesto alguna imagen escandalósa en la pantalla de inicio, sería bastante malo si alguien más lo veía, así que por si acaso, abrió la pantalla bajo su escritorio, mirándola rápidamente, pero su preocupación había sido por nada pues la pantalla era la misma de siempre. —Supongo que sólo estoy exagerando.

No era como si el sujeto fuera el tipo de tontear todo el tiempo; él era quien actuaba extraño

Page 9: Yokozawa no baai 4

aquí, como si los trucos que Kirishima le jugaba fueran asunto diario.

Ordenándose a sí mismo, volvió su atención a la pantalla de la computadora y se puso a trabajar.

_______________________________

—Ugh...

El día había estado lleno de reuniones y llamadas, dejando a Yokozawa incapaz de atender el trabajo que había estado esperándolo en su escritorio con poca opción sino hacer tiempo extra para terminarlo. Aunque podría haberlo fácilmente dejado para el siguiente día sin problemas, terminarlo rápido y con tiempo de sobra era más gentil con sus nervios. Quería hacerse cargo de sus asuntos de antemano, así pudiera estar seguro de poder marcharse del trabajo a tiempo cuando llegara el viernes.

Pero estaba demasiado tenso en ese momento para ponerse al pie del cañón, y antes de volver a enterrarse en su trabajo, consideró que la mejor idea era posiblemente ir a estirar sus piernas un momento. —Tomaré un descanso —anunció, deslizando su celular y algo de cambio en su bolsillo.

—¿Eh? ¿Significa que se va a quedar por más tiempo? —preguntó Henmi con la sorpresa clara en su rostro. Probablemente era difícil para el chico el marcharse mientras Yokozawa todavía estaba cerca, y dando una mirada al resto del piso, la mayoría de los demás trabajadores ya se había marchado a casa ese día.

—Me iré después de hacerme cargo de un poco más de papeleo. Puedes irte si deseas —era su propia culpa que todavía estuviera allí, así que era difícilmente justo pedirle a sus subordinados que hicieran lo mismo. Claro, habían algunos en la oficina que forzaban a sus subalternos a ir con su ritmo, pero Yokozawa no era uno de ellos y aunque sí ponía valor en el espíritu de cooperación, demasiada presión para conformarse e ir con la corriente era completamente ineficiente.

—¡Entonces me iré en cuanto haya encontrado un buen punto para detenerme! Será cuestabajo desde aquí, después de todo.

—Ya veo. Entonces, no te sobrepases.

Henmi rió por el consejo casual. —¡Podría decirle lo mismo! Asegúrese de no sobreexigirse, Yokozawa­san.

Yokozawa no pudo reprimir una sonrisa irónica ante el comentario. —Nunca pensé que oiría eso viniendo de ti. Supongo que mejor tendré cuidado, entonces. —No había esperado escuchar las

Page 10: Yokozawa no baai 4

mismas palabras que Kirishima le dirigió de uno de sus propios subordinados. Tal vez desde la perspectiva de un extraño, él realmente parecía estar exigiéndose mucho; un cambio en su estilo de vida podría soportar alguna consideración, sopesó, y con un suave suspiro se dirigió hacia el cuarto de descanso.

Cuando volvió en sí, se dio cuenta de que su cabeza estaba asentada en un ángulo extraño y el material puesto debajo de él era demasiado duro para ser una almohada, y un poco demasiado alto también. Algo aturdido como estba, la hora y el lugar eran difíciles de recordar, y no podía tomar conciencia sobre exactamente dónde estaba en ese momento. Rebuscando en su mente, sin embargo, recordó finalmente que se había dirigido a la sala de descanso para una breve pausa mientras trabajaba horas extra.

Definitivamente recordaba haber comprado un café, pensando en inyectar un poco de vida en sus huesos cansados con un poco de cafeína y azúcar, pero cuando se sentó, fue repentinamente invadido por una ola de agotamiento y se inclinó para apoyarse contra la pared. Después de eso, sin embargo, todo se desvaneció, lo que sugería que había perdido su batalla con el sueño.

Sabía que tenía que levantarse y volver al trabajo, pero no podía sacudirse la somnolencia, y justo cuando estaba luchando para mantener sus pesados párpados abiertos, una voz por encima de él pronunció —Puedes dormir un poco más; te despertaré en unos 10 minutos.

Page 11: Yokozawa no baai 4

Ah, bien entonces... pensó tontamente, totalmente preparado para rendirse al sueño una vez más, pero la sensación de dedos enredándose entre su cabello lo regresó a la realidad en un

Page 12: Yokozawa no baai 4

instante. De golpe, sus ojos se abrieron de par en par, dejándolo cara a cara con Kirishima que lo miraba fijamente. Antes de que pudiera reflexionar sobre por qué Kirishima estaba allí, sin embargo, se levantó de un salto casi por reflejo. —¿Qu­é dem...?

El repentino movimiento hizo que su cabeza se estrellara contra la barbilla de Kirishima con un golpe seco, ambos se encontraron rápidamente cuidando las áreas lesionadas.

—¡Owwwowowowowow... qué demonios. ¡Eso duele! Maldita sea, imbécil!

—¡Podría decir lo mismo para tí! ¿Qué demonios estás haciendo? —Su tono reflejaba el pánico ante la inesperada situación en la que se encontró. Acababa de despertarse, también, para empeorar las cosas, así que no se las había ingeniado para organizar sus pensamientos aún.

—¿Qué quieres decir con qué estoy haciendo? Dejandote dormir en mi regazo. Duh. Deberías haber visto la posición en la que estabas intentando dormir. Amablemente te presté mi regazo como almohada, no obstante, y ¿esto es lo que obtengo?

—No tomes ese tono condescendiente conmigo. —No era como si él hubiera pedido a Kirishima que hiciera tal cosa, y aunque casi todos en la oficina ya se habían ido, realmente deberían ser más discretos considerando que todavía habían algunos editores por allí.

—¿Estás diciendo que no era cómodo?

—Ese no es el tema, en primera, y ni un carajo, ¡no eres cómodo para alguien más!

—Vamos, no hay que ser exigente, era mejor que ninguna almohada en absoluto, ¿verdad, señor casi tiro la silla en la que estaba sentado?

—Entonces podrías haberme despertado.

—¿Por qué demonios haría eso? No siempre tengo la oportunidad de verte en ese estado, ¿quieres ver? —Sacó su teléfono para mostrarle a Yokozawa la fotografía que aparentemente había tomado. Era sin duda algo para ser visto, pero no había razón para que el sujeto tomara una fotografía y lo forzara a verla.

—Sigo diciéndote, no me tomes fotografías como esa. ¡¿Cuando vas a meterte eso en tu cabeza?! —Su indignación creció, vergüenza y disgusto mezclados dando vueltas en su mente batallando por dominarla. El agotamiento que lo había vencido momentos antes no estaba en ningún lugar visible ahora.

—Vamos, esto no es nada. Eres un hombre, así que sácate los calzones del trasero. Serías más popular si aprendieras a mantenerte calmado y sereno.

—No quiero escuchar eso de tí... —Su sien comenzó a temblar con irritación, y recordándose

Page 13: Yokozawa no baai 4

que estallar sólo lo dejaría a merced de los juegos de Kirishima, se tragó el resto de su ahora­frío café de un solo. Había ido a ese lugar para tomar un respiro, pero aguantar a Kirishima había minado su fuerza una vez más. Realmente deseaba que el chico creciera y dejara de burlarse sin piedad.

—Ah, y para que quede claro; yo estoy bien con la posibilidad de usar un brazo como almohada a cambio de prestarte mi regazo.

La casual y descarada forma en que ofreció este intercambio guió a Yokozawa a responder en casi el mismo estado de ánimo. —¿...el brazo de quién?

—Tuyo.

—¿...para quién?

—Para mi.

Después de tomar una pausa para considerarlo por solo un momento, rápidamente volvió a si mismo. —¿Quién demonios podría...? —Sólo lo había imaginado por un momentito, pero ese instante había probado ser tan asqueroso que sus pensamientos se detuvieron en seco. No podía entender la mentalidad de Kirishima para que pudiera pedir algo así tan casualmente. Regazo de almohada, brazo como almohada... esas no eran cosas que dos hombres de más de 180 cm de altura hicieran el uno por el otro.

—Aww, vamos... ¿sólo por un ratito? No es justo que Sorata se lleve toda la diversión; también quiero un poco de acción.

—¡No te pongas celoso de un gato! —Era difícil decir qué tan serio era el sujeto en este punto, siempre había la posibilidad de que no estuviera bromeando en lo más mínimo con Kirishima, y tomó un paso atrás ante la expresión hosca y seria de Kirishima.

—No estoy celoso, sólo... lo envidio, eso es todo. Si el brazo es un no rotundo, estoy bien con tu regazo también.

Tratar de amonestar a alguien como Kirishima que era sordo a todo argumento era un error en sí mismo, por lo que era mejor no intentar ese tipo de cosas sin sentido en primer lugar. —Deja de estar vagando por aquí y lleva tu trasero a casa; Hiyo te está esperando, ¿que no?

—Mi mamá se quedará esta noche, así que estará bien. Tuve muchas reuniones hoy, una tras otra, así que me está tomando una eternidad el ponerme al corriente. No quiero dejarlo hasta el viernes, sin embargo, así que estoy tratando de hacerlo mientras puedo.

—Razón de más para no estar perdiendo el tiempo de esta forma.

Page 14: Yokozawa no baai 4

—Hey, todo mundo necesita un descanso de vez en cuando, ¿no?

—¿Cómo rayos es esto un descanso...?

—Como sea; al menos logré verte, y eso es suficiente para hacerme sentir mejor. Me comprometeré con tu hombro, así que ríndete.

—¿Hombro? —En lugar de responder, sin embargo, Kirishima simplemente se acomodó con gentileza contra el hombro de Yokozawa, y aunque la sensación de su cabello rozándole contra el cuello y orejas era un poco cosquilludo, lo soportó en silencio.

—...Sí, eres muy duro.

—Si tienes un problema con eso, estaré más que feliz de recuperar mi hombro.

—Sólo ofrecía mi opinión.

Yokozawa no podía imaginar que la posición fuera de alguna forma cómoda, pero Kirishima continuó acomodando su peso contra él, el sentimiento de su respiración en tan cercana proximidad provocaba una sensación extraña por cierto.

—Yokozawa... nunca le prestes tu hombro o brazos o regazo a nadie sino a mí, ¿de acuerdo?

—...Eres el único que los querría, en primer lugar.

—¿De verdad lo crees?

—Lo creo. —No pudo evitar la suave risa que se le escapó ante la ridícula preocupación de Kirishima, y seguido al gesto, los hombros de Kirishima se sacudieron con alegría también.

—Ngh... ¿qué dem...?Su celular sonaba estridente al lado de su almohada, aparentemente no lo había confundido consu alarma. Yokozawa entrecerró los ojos en la oscuridad mientras miraba la hora; era demañana, pero apenas, y todavía tenía un poco de tiempo antes de que necesitara despertarse.—...Quién mierda llama a esta hora...Dependiendo de quien se tratara, tenía muchas ganas de colgar la llamada sin responder, perocuando abrió la pantalla y vio el nombre de la persona que llamaba, se resistió.

Donde debería estar el nombre de quien llamaba simplemente estaba la palabra Querido~♥ y una fotografía de Kirishima en una pose con estrellas resplandecientes y corazones decorando llamativamente la imagen. —...Cual es la gran idea...?! —gruñó en el auricular luego de presionar el botón de responder, pero todo lo que recibió a cambio fue una risa divertida.

—Bueeeeeeeeeenos días. ¿Tuviste dulces sueños?

Page 15: Yokozawa no baai 4

—Olvida eso. ¡¿Qué demonios es esto?!

—Hey, tú fuiste el que me dijo que podía hacer lo que quisiera. Y me gustaría recordarte que ya que sabías que era yo quien llamaba, eso significa que debes aceptar el hecho de que en verdad soy tu “Querido”.

—Deja de ser un cretino, ¿qué demonios quieres a esta hora? —Todavía le quedaban unos 20 minutos antes de que necesitara despertar, y no estaba complacido en lo más mínimo de que su sueño matutino fuera perturbado de esa forma, su ira estaba al borde de la explosión.

—Es tu llamada para despertarte, claro está. No habías notado la pequeña broma que te jugué, así que tuve que poner cartas sobre el asunto.

—............... —Dándose cuenta de que esa había sido la única razón por la que lo había llamado tan temprano en la mañana, Yokozawa no pudo siquiera reunir la energía para quedarse estupefacto.

—Una foto impresionante, ¿eh? Hiyo la tomó por mí y... —cortó la llamada con solo pulsar un botón, no estaba de humor para escuchar los sinsentidos de Kirishima, y navegó por el libro de contactos para editar la entrada.

—Ese cretino, por qué siempre... Un tipo de su edad, haciendo mierdas como esta es simplemente... —murmurando para sí mismo, desactivó la opción de mostrar la fotografía y luego se dirigió a borrar la imagen en sí de la carpeta de datos... y luego se detuvo. —.......

En realidad... no había necesidad de borrar la imagen, ahora que lo pensaba, y cerró su teléfono. Enterrando su cara en la almohada, sintió que lo invadía una ola de agotamiento.

¿Cuándo iba a cansarse ese sujeto de alterarlo así? Igualmente sorprendente, sin embargo, era cómo a pesar de estar enojado desde el fondo de su ser con el hombre... no podía decidirse a ponerle un alto total a sus acciones tampoco.

—...Supongo que esto es lo que quieren decir con “el amor te hace débil”, ¿eh?

En un esfuerzo por olvidarse acerca de estas emociones que sabía que no tenían remedio, se dejó caer sobre la cama. Tenía la alarma activada y tenía al menos otros quince minutos para dormir, y no sabiendo que una hora después lamentaría haber ehcho eso, se deslizó de nuevo en el sueño.

Capítulo 7

Yokozawa se asomó a la habitación oscurecida de Hiyori, caminando sigilosamente hasta estar

Page 16: Yokozawa no baai 4

cerca de su cama a la luz que se colaba desde el pasillo. Encendiendo la luz cercana a su almohada con un suave click, cuidadosamente examinó su color; sus mejillas que habían estado profundamente sonrojadas habían recobrado su usual rosa pálido, y se miraba infinitamente mejor de lo que había estado. Aún su respiración ahora mientras dormía, antes dificultosa y resollante, se había calmado comparado con su estado más temprano esa tarde. Por como se veían las cosas, estaba claro que al fin se había recuperado y Yokozawa sintió que el alivio lo invadía.

Con delicadeza, retiró la compresa fría de su frente y estiró el futón, que se había comenzado a resbalar, hasta que estuvo por encima de sus hombros. Sorata, quien había estado enroscado a los pies de la cama, se levantó para hacer su propia inspección.

—Está durmiendo ahora, no te atrevas a despertarla. —Aparentemente, ella había caminado a casa en un repentino aguacero que había caído la tarde del viernes y terminó por atrapar una fiebre de verano. Este año, el verano había sido por completo sofocante, pero Hiyo no había sido afectada en lo más mínimo. Aún así, tan pronto como terminaron las vacaciones, era como si todo el cansancio que se había estado acumulando en su interior la golpeó de una vez.

Había escuchado que solía tener fiebre bastante a menudo desde que era pequeño, pero esa era la primera vez que Yokozawa la había visto yacer en cama de esa forma desde que comenzó a ir al apartamento de los Kirishima. Había estado fuera de sí por la preocupación, pero el doctor aseguró que si se encargaban de nutrirla bien y de que descansara, estaría tan bien como nueva en poco tiempo.

Su escuela iba a celebrar un campamento al aire libre al final del mes y se suponía que ella pasaría esa noche con algunos amigos de su salón para practicar el curry que prepararían durante esa sesión, pero ahora había sido reprogramado para el siguiente fin de semana. Hiyori había estado muy emocionada y parecía descorazonada por no ser capaz de pasarla con sus amigos, pero necesitaba recuperar sus fuerzas primero. Si se presionaba demasiado y terminaba siendo incapaz de asistir al evento al aire libre, eso sería simplemente intolerable.

—Sorata, no te sientes allí, la estás aplastando. —El gato había acomodado sus patas en el hombro de la niña para mirar a su cara. Sorata originalmente había sido su mascota, pero luego de que los Kirishima lo cuidaran cuando no se estaba sintiendo bien, el gato terminó haciéndose un lugar en su nuevo hogar. Yokozawa había dudado en tomar a Sorata y volver a su apartamento, viendo cuán bien él y Hiyori se llevaban, y antes de que lo supiera, el que Sorata viviera allí era algo dado por hecho.

Ayudaba que ambos Kirishima y Hiyori le aseguraran que estaba bien que Sorata se quedara para siempre, incluso, adulando al gato, y Sorata tenía que estar disfrutando estar en su nueva

Page 17: Yokozawa no baai 4

morada, sin tener que estar solo por largos períodos de tiempo como había tenido en el apartamento de Yokozawa.

Como fuera, no podía dejar que el animal molestara a Hiyori ahora que su condición se había finalmente estabilizado, así que cargó a Sorata en brazos para llevarlo a la sala, por lo que Hiyori lo presintió y abrió sus ojos. —¿Oniichan?

—Ah, lo siento, supongo que te desperté. ¿Hice mucho ruido?

Ella negó lentamente con la cabeza, sus ojos reflejaban que se acababa de despertar. —No... creo que fue porque tengo sed. —Ya no estaba tosiendo, pero su garganta sonaba un poco rasposa.

—Entonces, ¿qué tal una bebida? ¿Puedes sentarte?

—Sí. —Sorata, puesto de vuelta en la cama por Yokozawa, tomó nuevamente su lugar al lado de Hiyori y Yokozawa tomó su propio asiento en una silla junto a la cama, ayudando a Hiyori a sentarse.

—Muy bien, ahora tómate tu tiempo al beber.

—Gracias. —Le pasó una bebida deportiva luego de que se acomodara en posición sentada. Debió estar bastante deshidratada, ya que al momento que la pajilla tocó sus labios, se bebió la mitad del contenido en un solo trago.

A ella le gustaba llamarlo oniichan, pero por ninguna razón eran hermanos sanguíneos como el término sugería; ella era, en realidad, la hija de su pareja. Entre ser invitado a su casa y convidado a una cena, e incluso que ella cuidara de su gato enfermo, en algún lugar del camino se hicieron muy cercanos así que él y Sorata disfrutaban de una relación casi familiar con ella ahora. —¿Cómo te sientes?

—No me siento mal al menos, y mi cabeza ya no duele. —Perdió casi todo su apetito debido a que el resfriado la tenía sintiéndose mal, así que no había tomado mucha comida sólida ese día. Se las había arreglado para tomar tres bocados de papilla de verduras que Yokozawa había preparado, pero eso era todo lo que había logrado tomar.

—No tienes hambre, ¿o sí?

Sacudió suavemente la cabeza por su pregunta. —Comí algo de gelatina más temprano, así que no tengo hambre. —Ahora recordaba que Kirishima había mencionado más temprano que comió algo de gelatina cuando había despertado.

Se había vuelto una especie de tradición ahora para Yokozawa el dirigirse a casa de los

Page 18: Yokozawa no baai 4

Kirishima todos los viernes al terminar su trabajo, y escoger algún bocadillo para Hiyori cada se mana era algo que Yokozawa disfrutaba enormemente. Esa semana, había llevado gelatina con trozos de fruta verdadera de un famoso puesto de furtas; había dudado entre la gelatina y pastelillos enrollados, pero ahora estaba contento de haber ido por el más refrescante de los dos.

—¿Cómo está tu fiebre? ¿Sientes calor? —Cuando puso su mano gentilmente sobre su frente, pudo ver que la fiebre había bajado bastante. A ese paso, estaría de vuelta a óptimas condiciones por la mañana.

—Ya no tanto. Pero tus manos están frías, oniichan, se sienten bien.

—¿Eso crees?

—Jeje, y las patas de Sora­chan son suaves y se sienten bien —rió apretando suavemente las patas delanteras de Sorata que se había sentado sobre su regazo.

—Tomaré tu temperatura, sólo para estar seguros. ¿Te importa? —Introdujo el termómetro en su oido y presionó el botón, seguido momentos después por un suave pitido. —...36.8, eh. Bajó bastante; a este paso, estarás como nueva en la mañana. Lo apuesto. Probablemente estás aburrida hasta los huesos de tener que estar en cama, pero sólo será un momento más.

—Sí, señor.

Los ojos de Yokozawa se arrugaron con alegría y le dio palmaditas en la cabeza por la respuesta amable. Aunque Hiyori podía ser ciertamente más madura de lo que su edad sugería, también podía mostrar un lado bastante infantil a veces. Tal vez porque se había sentido indispuesta, ese día estaba siendo un poco más necesitada que lo usual.

—...Oye, Oniichan, ¿dónde está papá?

—Estaba aquí hasta hace poco, pero está en el baño ahora. ¿Quieres que lo llame?

—Nah; te tengo a tí y a Sora­chan aquí, así que estoy bien. ¿Te quedarías conmigo un poquito más...?

Yokozawa sintió una sonrisa inconsciente formarse en sus labios ante la forma en que ella lo vio con los ojos fijos en él, guiándolo a preguntarse si ese sentimiento era lo que querían decir con la frase “la niña de tus ojos”. —No te preocupes, me quedaré aquí hasta que te duermas.

—Gracias, Oniichan, Sora­chan.

—Ahora descansa y recupera tus fuerzas.

Page 19: Yokozawa no baai 4

—De acuerdo. —Volvió a acomodarse acostada y Yokozawa la arropó con diligencia, bajando la intensidad de la luz un poco. Sin embargo, sentarse allí silencioso al lado de Hiyori lo dejó sintiéndose un poco aburrido, así que ofreció: —...¿quieres que te lea un libro?.

—... Oniichan, ¿no es eso algo un poco más apropiado para niños más pequeños?

—...ahora que lo mencionas, supongo que sí. —Cuando se detuvo a pensar en ello, se dio cuenta que los niños de quinto grado eran un poco mayores para que les leyeran libros, y se sonrojó avergonzado cuando Hiyori se rió suavemente de él. Hiyori era la única niña de su edad que Yokozawa conocía, así que con frecuencia se encontraba perdido en cómo lidiar con ella apropiadamente.

—Hmm... sabes, pensándolo bien, tal vez sí quiero que me leas algo. ¿Podrías leerme un libro de imágenes, Oniichan? —presionó, con un tono burlón bastante obvio en su voz; parecía que no se había perdido de su bochorno por su señalamiento de lo inapropiado de su sugerencia.

—No te burles de tus mayores. —Si se estaba sintiendo lo suficientemente bien para bromear así, sin embargo, eso sugería que estaba bastante mejor. —No te leeré ningún libro... pero te haré cualquier cosa que quieras comer mañana. ¿Tienes algún pedido?

—Hmm, entonceeeees... ¡pudín! ¡Quiero probar aquel que vimos en la televisión el otro día!

—¿El otro día? —Rebuscó en sus memorias lo que describía. —Oh, ¿aquel con las rebanadas de manzana en él? —Si recordaba bien, era un pudín horneado relleno de manzana caramelizada. Si buscaba en el sitio web del programa, probablemente podría encontrar la receta y comenzó a preguntarse si podía arreglárselas con los ingredientes que tenía a mano en el apartamento.

—¿Crees... que sea difícil de hacer?

—Hmm, creo que me las arreglaré de alguna forma. Pero será mejor si no escucho una sola queja de tu parte si sabe mal, ¿de acuerdo?

—Pero todo lo que haces es delicioso.

—Si tú lo dices.

—¡La carne de hamburguesa que hiciste antes estaba bastante bien también!

—Eso es porque me ayudaste con esto. Amasaste la carne e hiciste la salsa, también, ¿recuerdas? —Todo lo que había hecho Yokozawa era partir las cebollas y atenerse a las partes de la receta que requerían trabajar en la estufa; en su mayoría estuvo de mero expectador.

Page 20: Yokozawa no baai 4

—Cocinemos juntos otra vez, ¿de acuerdo? —Sus palabras tomaron un leve ceceo, probablemente porque se estaba canzando, y su pesado parpadear demostraban que sus párpados se cerrarían en cualquier momento. Su voz se fue apagando, y un poco después, el cuarto estuvo lleno del sonido de su tranquila respiración.

—...noches —se despidió suavemente, volviendo a arreglar las frazadas una vez más. Reconociendo que al tener a Sorata a su lado evitaría que se sintiera sola cuando despertara, se rindió al tratar de llevarse al gato. —Cuida de ella, ¿quieres?

Silenciosamente se levantó, siendo cuidadoso de no hacer ruido alguno, y salió de la habitación. Mientras salía al pasillo, encontró que Kirishima había ido a ver a su hija. Yokozawa lo había animado a que se relajara durante su baño, pero parecía que solo había saltado a la tina y salido rápidamente. —¿Cómo está?

—Su fiebre bajó y se siente mejor. Se acaba de dormir, sin embargo, para mantenerla baja.

—Ya veo... —Se asomó por la grieta en la puerta para ver sus facciones antes de volver a cerrarla silenciosamente. Este era Kirishima Zen, actual editor en jefe de la revista mensual de Marukawa Shoten, Japun. Era el principal creador de éxitos de toda la compañía, bien respetado por todos sus subordinados. En privado, sin embargo, era un padre sobreprotector con su hija, y a pesar de perder a su esposa por enfermedad algunos años antes, había criado a Hiyori como una buena niña. —Aún así, han sido años desde que tuvo una fiebre. Realmente me tomó fuera de guardia.

—¿De verdad? Me pareciste bastante equilibrado.

—Bueno, difícilmente puedo dejarme quebrar frente a Hiyo. Estoy contento de que solo haya sido un resfriado, algunos pueden contagiarse de una infección durante el verano, después de todo. —El pequeño alivio de todo el asunto era el hecho de que se había enfermado durante el fin de semana; gracias a eso, habían sido capaces de cuidarla hasta que mejorara sin distracciones, estando a su lado constantemente. —Gracias, de verdad. Por todo. Realmente ayudó tenerte aquí. Probablemente no lo hubiera podido hacer todo yo solo.

—Sólo te regreso el favor, me ayudaste hace un tiempo con Sorata, ¿recuerdas? Yokozawa estaba seguro de que aún si no hubiera estado allí, Kirishima siempre hubiera podido buscar la ayuda de sus padres, que vivían a la vuelta de la esquina; pero... aún así embargó una oleada de felicidad al saber que él había sido en quien Kirishima se había apoyado.

—Sí, pero... de todos modos, gracias.

—...Bueno, ¿cuanto tiempo vamos a estar por aquí? No queremos despertar a Hiyo. —Sabía que debería haber simplemente respondido un por nada, pero ante tan honesta gratitud

Page 21: Yokozawa no baai 4

demostrada se sentía extrañamente avergonzado. Podía sentir a Kirishima sonriéndole a su espalda, pero sabía que si giraba para confirmar tal cosa, revelaría su propia expresión, y por lo tanto permaneció dándole la espalda al sujeto, dirigiéndose directo a la cocina.

Había sido una noche tormentosa la que tan repentinamente había unido a Kirishima y Yokozawa, quienes nunca habían intercambiado más que un par de palabras fuera de las reuniones. Con el corazón roto y desesperado por un escape de las emociones que lo invadían, Yokozawa habia tratado de perderse en botellas de licor cuando Kirishima se acercó a él. A pesar de que difícilmente compartían más que el ocasional saludo en la oficina, Kirishima había sido forzado por el ebrio Yokozawa a tomar asiento a su lado y provó ser un compañero de conversación bastante irritable... y cuando Yokozawa recuperó sus sentidos, se encontró compartiendo un cuarto de hotel con el hombre. Había estado conmocionado de encontrarse durmiendo desnudo, pero su corazón casi se detuvo en su pecho cuando Kirishima salió del baño, fresco de la ducha.

Desde entonces, habían pasado por más de unas cuantas aventuras, pero quizá lo más sorprendente de todo había sido el comenzar una relación con Kirishima. Con toda honestidad, todavía era difícil de creer que se encontraba tan íntimamente involucrado con alguien con quien antes casi nunca interactuaba en la oficina.

Tenía la seguridad, sin embargo, de que ese sentido de incredulidad no era debido a alguna duda sobre sus sentimientos el uno por el otro o algún tipo de desconfianza. Era simplemente... que todo eso lo hacía pensar a veces que la situación entera era como salida de un sueño, y la inhabilidad de Yokozawa para sacudirse ese sentimiento era probablemente porque simplemente estaba malditamente feliz en ese momento.

El tiempo que pasaba en casa de Kirishima era relajado y agradable; su única hija, posiblemente en una edad difícil, le había tomado bastante cariño y lo trataba como un miembro de su propia familia. Era verdaderamente una vida soñada.

Y tal vez esa era la razón por la que ocasionalmente todavía se veía tomado con la guardia baja por las palabras y acciones de Kirishima; este tipo de vida se había vuelto normal, esperado por él ahora, tal vez descrito como un “golpe de suerte”, una sonrisa de la fortuna.

Abrió la puerta del refrigerador, verificando si tenían o no los ingredientes para el pudín que Hiyori había pedido, cuando sintió que alguien se acercó a su espalda, rehusándo alejarse para darle espacio y creando un sentimiento de irritación. —No tenías que seguirme hasta aquí, sabes.

—Sólo vine a traer una bebida, eso es todo; qué, ¿eres así de sensible a mi presencia?

—C­carajos, no.

Page 22: Yokozawa no baai 4

—Sí, claro. —Una mirada lasciva se extendió por sus atractivas facciones, Kirishima rozó con Yokozawa para alcanzar una botella de oolong tea del refrigerador. La cocina en sí era bastante grande, pero dos hombres de más de 180 cm de altura parados el uno junto al otro en ella, el lugar se sentía apretado. —¿Qué estás haciendo?

—Hiyo dijo que quería comer un pudín, así que vine a ver si tenemos los ingreidentes.

—Tu pudín es su comida favorita ahora, ¿sabes?

—Pudín es casi la comida favorita de cualquier niño. Ella dijo que quería uno con rebanadas de manzana en él, ¿aún nos quedan?

—Bastantes; de hecho traté de pelar una antes, pero caray, apesto en ello; difícilmente quedó algo cuando terminé.

—Oi, ¿en qué demonios pensabas? ¿Qué si te lastimabas? —El sujeto difícilmente podía sostener un cuchillo apropiadamente, tenía que estar fuera de su mente. Realmente deseaba que Kirishima intentara ese tipo de cosas donde él pudiera vigilarlo.

—¿Oh? ¿Te preocupas por mi? —Sus labios se curvaron en una sonrisa divertida, dejando a Yokozawa darse cuenta de su error al hablar.

—Mierda, no. Si te lastimas la mano, terminará por afectarme en la oficina, sin embargo. La fuerza de ventas es quien tiene que recuperar el tiempo perdido por ustedes al no sacar sus libros en su tiempo apropiado.

—Esa es una clásica respuesta tsundere. —Ver los hombros de Kirishima sacudirse con una risa reprimida encendió la irritación de Yokozawa aún más.

—E­eso no es lo que yo...

—De acuerdo, de acuerdo, me detendré. Así que, ¿cuales son tus planes para mañana?

Dejar que Kirishima aplicara cualquier interpretacion que se le antojara a las palabras de Yokozawa lo dejaba con un poco de indigestión, pero sabía que no había forma en que pudiera ganar contra el sujeto de esa forma. Aprendió bien durante los seis o mas meses anteriores que lo mejor era no entablar ninguna pelea que no tuviera la esperanza de ganar para comenzar. —Nada en particular; con Hiyo así, es probablemente mejor que no salgamos a hacer compras. —Habían planeado salir el domingo a comprar las cosas que necesitaría para su aventura al aire libre, pero no era una buena idea el presionar su suerte cuando ella recién se recuperaba de una enfermedad.

Los fines de semana sin planes en particular eran en su mayoría pasados en departamento de

Page 23: Yokozawa no baai 4

los Kirishima en esos días. A veces salían como un trío, otras veces Hiyori salía a jugar gon sus amigos y el par saldría de compras los dos solos; aún así otras veces, ellos simplemente la pasarían en casa todo el día.

—Es verdad; no podemos hacer que su resfriado vuelva, después de todo. Tal vez sea una buena excusa para limpiar el DVR entonces.

—Realmente no comió mucho hoy, así que tengo que asegurarme de prepapar algo rico y nutritivo. ¿Qué hay de tí? ¿Hay algo que quieras comer? Lo que me recuerda, muero de hambre... quizá haga un bocadillo nocturno.

Yokozawa hizo puré de vegetales antes para Hiyori, que no tenía tanto apetito, y él y Kirishima comieron eso para la cena, pero como era de esperar, no había sido suficiente para satisfacerlos completamente.

—A decir verdad... hay algo que quiero. Pero me abstendré por ahora.

—¿Por qué demonios harías eso? Qué, ¿te preocupas por tu figura? —Recordó que Kirishima se había estado quejando unos días antes acerca de ganar mucho peso, y ya que Yokozawa no podía decir a dónde se habían ido las supuestas libras extra, suponía que Kirishima estaba en una edad donde ese tipo de cosas le molestaba.

—...Dios, eres realmente despistado —murmuró Kirishima con un suspiro entrelazado en sus palabras—. No te estás haciendo el loco a propósito, ¿verdad?

Las cejas de Yokozawa casi se juntaron por la insinuación. —¿Haciéndome el loco con qué?

—... ¿de verdad no entiendes lo que estoy diciendo?

—¿Diciendo hacerque de qué, maldición? —insistió con irritación en aumento cuando Kirishima se rehusó a darle una respuesta directa.

—Estoy hablando de tí, idiota.

—¿De mí? —No podía conectar esa respuesta a la pregunta inicial en ninguna forma, y pasó su mirada sobre Kirishima con la confusión evidente en sus facciones.

—...si aún no lo entiendes, entonces supongo que eso significa que de verdad no estás jugando al tonto adorable, ¿eh? Qué tal si lo pongo de esta forma: Te quiero a tí.

—... … ¿!...!? —el corazón de Yokozawa recibió un golpe directo por las palabras soltadas como una bomba ante él. Reflexionando en su conversación, las insinuaciones de Kirishima habían sido muy lejanas a lo sutil, y Yokozawa no pudo negar que en realidad era bastante

Page 24: Yokozawa no baai 4

despistado.

—Realmente me encantaría que comenzaras a ser capaz de leer entre líneas un poco mejor... Arruinas mi estrategia.

—Tú... no necesitas ninguna estúpida estrategia.

—¿Es esa tu forma de decir “sólo ven y tómame”, entonces?

—¡Sabes que eso no es lo que... hng. —Kirishima lo tomó por la barbilla y acarició con el pulgar sus labios de forma sugestiva. Un escalofrío recorrió su espalda y Yokozawa dio un salto hacia atrás.

—Caray, no tienes que reaccionar así, no es que vaya simplemente a saltarte encima. —Con un coqueto paso de su mirada sobre Yokozawa, se bebió el resto de su té oolong de un trago antes de deambular fuera de la cocina.

—Qu... —Yokozawa sintió un destello de ira encenderse en él, ¿Qué con esa actitud luego de tener el descaro de sacar de quisio a alguien de la forma en que lo había hecho? Pero sabía que si protestaba por la conclusión de alguna forma, sólo estaría alimentando la flama de Kirishima. Además, con Hiyori en cama con fiebre, no podían permitirse molestarla.

Todavía podía sentir el toque de Kirishima en sus labios, pero antes de que se dejara arrastrar por la memoria de sus besos, sacudió su cabeza ferozmente para dispersar sus pensamientos. Sintió un calor familiar amenazando con levantarse en su interior, pero se forzó a ignorarlo y en cambio se sumergió en preparar el pudín de Hiyori.

­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­

—Tsk... —se quejó Yokozawa irritado por el enésimo error que cometía al escribir ese día. El estado en el que estaba desde el principio de la semana estaba comenzando a afectar su trabajo también, pero a pesar de entender esto, tenía gran dificultad en cambiar su actitud.

Sabía bastante bien por qué se sentía de esa forma; no quería admitirlo... pero era porque no había logrado pasar nada de tiempo a solas con Kirishima en la pasada semana. Por encima de sus mutuas agendas frenéticas, Kirishima había tenido que salir de la ciudad a un evento de anime/manga por el fin de semana, y luego Yokozawa había sido llamado a un evento de autógrafos en el siguiente descanso de lunes, dejando al par sin poderse ver en sus días libres. Añadido estaba el hecho de que no había podido ver a Hiyori o a Sorata tampoco, y simplemente no había tenido tiempo de sentarse y relajarse.

Pensó en que quizá al menos serían capaces de almorzar juntos y envió un mensaje esa mañana sugiriendo tal cosa, pero aparentemente ese día marcaba el fin del ciclo, y Kirishima

Page 25: Yokozawa no baai 4

respondió que no podía tomar tiempo para dejar la oficina.

—Yokozawa­san, ¿tiene un momento? —llamó Henmi, interrumpiendo su suspiro, y después de cerrar la ventana que mostraba la propuesta que no iba a ningún lugar, entró de nuevo a modo “superior de trabajo”.

—¿Qué sucede?

—Llegaron las muestras del material promocional de la próxima campala, ¡en verdad se ven bien!

—Sí; estos definitivamente resaltarán en las tiendas.

—¡Muy cierto! Enconces, los llevaré al piso de edición.

—Gracias. Ah, espera, no. Tengo que hacer un encargo allá arriba, así que me encargaré de la entrega mientras estoy en ello.

—¿Eh? ¿Está seguro? —exclamó Henmi por sorpresa ante la oferta de Yokozawa. Dificilmente podían culparlo; Yokozawa generalmente hacía que Henmi hiciera los encargos en el departamento de edición para evitar encontrarse con Kirishima en la oficina, después de todo.

—Necesito discutir algo con ellos, y nos ayudaron antes al preguntarle a uno de sus mangakas si nos podía elaborar una ilustración para la campaña, sí que mejor les agradezco también. —Teniendo una excusa como esa evitaría que le hicieran preguntas innecesarias cuando se detuvo a verificar las cosas.

—Entendido. Oh, entonces cuando vuelva, ¿le importaría darle una mirada a mi propuesta de proyecto?

—Seguro, no debería tomar demasiado, así que estaré de vuelta pronto. —Tomó el sobre con los materiales promocionales y dejó el piso de ventas, subiéndose al elevador y subiendo al quinto piso —la división editorial de Japun. Se asomó a su área desde el pasillo, juzgando la condición lo mejor que podía.

—... … ...

El lugar estaba más lento y estancado de lo que había imaginado, una atmósfera opresiva impregnaba todo a la vista y se congeló en su lugar antes de poner un pie en el área. Kirishima había estado murmurando acerca de que las cosas iban particularmente difíciles este ciclo, y ahora recordaba que el sujeto se veía más frustrado de lo usual. Kirishima casi nunca llevaba una expresión amarga en la oficina, pero había estado indudablemente tenso hoy, quizá por la atmósfera general del departamento de edición, estando en ese lamentable estado.

Page 26: Yokozawa no baai 4

Todos los editores parecían al borde de la muerte, dejando a Yokozawa el replantearse la decisión de visitarlos y considerando subir en otro momento. Justo cuando se disponía a dar la vuelta para volver al departamento de ventas, sin embargo, Kirishima alzó la cabeza...

—¡¡!!

...y sus ojos se encontraron, poniendo una expresión agitada en los rasgos de Yokozawa. Apretó los dientes en frustración cuando se dio cuenta de que le había dado a Kirishima una oportunidad de oro para molestarlo. Había estado relativamente adepto a mantener rostro de poker en la oficina últimamente, pero golpes inesperados como ese todavía le afectaban.

Kirishima se puso de pie, asomándose en estado fantasmal, pero cuando Yokozawa tomó un titubeante paso hacia atrás por la intensidad de su atención, Kirishima tomó su brazo y arruinó cualquier plan de escape. —Llegaste justo a tiempo, Yokozawa.

—¿Qu­qué? —parpadeó varias veces seguidas ante su declaración, luchando por entender la intención de sus palabras.

Ignorando al totalmente confundido Yokozawa por un momento, Kirishima improvisadamente llamó al cercano Katou. —Saldré por un momento —y el par salió del piso de edición.

Con su brazo aún fuertemente agarrado por Kirishima, Yokozawa se halló arrastrado hacia el pasillo, aún inseguro de lo que el sujeto había querido decir con justo a tiempo. Si había algo que necesitaba que Yokozawa verificara, ¿entonces por qué salieron del departamento de edición? Incluso si se trataba de algo más como una “discusión”, todo lo que necesitaban era dirigirse a la sala de juntas disponible en cada piso. —¿Cual es la gran idea?

—Sólo cállate y sígueme. —Se mantuvo firme en su agarre al brazo de Yokozawa, recorriendo el pasillo y sus largas piernas pronto los tuvo subiendo una escalera.

Las piernas de Yokozawa casi se le enredaron al ser jalado en un ángulo tan incómodo, pero en corto tiempo se encontró empujado en un cuarto de reuniones vacío. —Caray, ¡¿qué demonios estás haciendo?! —Kirishima ignoró su pregunta, en cambio pasó el cerrojo de la puerta detrás de ellos antes de voltearse con expresión tenebrosa hacia Yokozawa. —¿Ki...Kirishima...­san? —Su expresión grave sugería que habían echado a perder algo otra vez, y el pecho de Yokozawa se contrajo con la posibilidad de lo que se aproximaba. —¿Hubo otro problema con... —comenzó, pero sus palabras fueron prontamente detenidas con un beso y sus labios fueron devorados ansiosamente sin dejarle siquiera el espacio para respirar.

La mente de Yokozawa se quedó en blanco por la acción inesperada, y cuando finalmente recoró sus sentidos después de unos latidos, se halló con un fuerte agarre alrededor de sus caderas. —¡Nn... hnm...! —Golpeó su puño en la espalda de Kirishima en protesta, pero sólo

Page 27: Yokozawa no baai 4

logró que el beso se profundizara en respuesta. Una lengua se deslizó por sus labios y se coló en su boca, y el húmedo sonido de sus besos y su respiración agitada provocó rápidamente un calor en él le gustara o no. —Hnn... nn...

Ferozmente se contuvo con los resquicios de su buen jucio sobre la parte de él que quería rendirse en el momento —esta era una sala de reuniones de oficina. Con la puerta cerrada como estaba, difícilmente alguien entraría, pero aún había una leve posibilidad. Más que eso, sin embargo, estaba el hecho de que estaban en hora laboral, y era imperdonable que dos adultos trabajadores iniciara ese tipo de acciones en tiempo de la compañía.

Sin embargo, aunque Yokozawa hubiera querido decirle todo esto a Kirishima, los labios que necesitaba para hacerlo estaban completamente comprometidos en ese momento. Justo cuando estaba considerando morder la lengua del sujeto para hacer que lo dejara, sin embargo, Kirishima finalmente rompió el beso, quizá sintiéndose en una especie de peligro mortal.

—¡Tu...!

—No tienes idea de lo contento que estoy de verte. Estaba de verdad perdiendo la cabeza, estaba tan endemoniadamente caliente —interrumpió Kirishima, sus palabras carecían de gracia y atascaron a Yokozawa en su jadeante y silbante intento de comerse su cabeza.

—¿...eh?

—Nunca pensé que tendría las bolas azules por tres semanas enteras. Ha sido una tortura.

—Pero qué... No estás tratando de decirme que esto es para lo que me arrastraste aquí, ¿o sí?

—Sí, ¿por?

—¿Dónde diablos crees que estamos?

—Una sala de reuniones en el trabajo. Y me aseguré de escoger uno con paredes gruesas, así que no te inquietes.

—Entonces practica algo de autocontrol ya que entiendes dónde estamos. —Tal vez unos cuantos tornillos se habían aflojado dentro de la cabeza del tipo a raiz de la destrucción traida por el fin de ciclo.

—No se puede, si no obtengo algo energizante en este instante, no hay forma de que pueda lograr pasar esta noche. —Deslizó un dedo hacia el nudo que amarraba la corbata de Yokozawa, jalándolo insistentemente, y antes de que Yokozawa se diera cuenta, el tipo ya había safado dos botones y puesto sus dientes en la piel desnuda de su cuello. —Ngh... ¡no...muerdas allí, demonios!

Page 28: Yokozawa no baai 4

—Está bien; nadie lo notará si mantienes la corbata bien puesta.

—Ese no es el problema... —Se arrastró hacia atrás en retirada, pero sus piernas eventualmente toparon con el borde de un escritorio, y sin tener a donde huir, comenzó a acomodar su peso encima del escritorio.

Kirishima no había detenido sus manos inquietas mientras discutía con Yokozawa, quien todavía no podía adivinar qué tan serio o no estaba siendo el sujeto, y continuó pellizcando la nuca de Yokozawa. La sensación de los dedos de Kirishima deslizándose por su columna vertebral se filtraba por las capas de su traje y sus manos pronto bajaron hasta sus caderas, deslizando bajo la ligera chaqueta del traje que estaba usando, y acariciando los músculos de su espalda baja. —Detén... te... ngh...

Page 29: Yokozawa no baai 4

Usando una rodilla para forzar que Yokozawa separara las piernas, Kirishima volcó sus

Page 30: Yokozawa no baai 4

atenciones hacia su entrepierna, usando la mano libre para pellizcarle un pezón, con tela y todo. Las cejas de Yokozawa se fruncieron ante el ligero dolor —su respiración se estaba haciendo más trabajosa ahora, y su conciencia estaba comenzando a desvanecerse. Trató de desviar la atención de las acciones que su cuerpo estaba recibiendo, pero era inútil.

—¡Dije que... te detu... hng...vieras! —juntando lo último de su fuerza, empujó a Kirishima con toda la fuerza que pudo recolectar.... si eso seguía por un momento más, no habría punto de retorno. Ya podía sentir un zumbido palpitando en lo más profundo de su ser, y su entrepierna rogaba por más atención. —Sólo... para que estemos claros, te lo preguntaré una vez más: Sí te das cuenta qe estamos en el trabajo y en hora laboral ahora, ¿verdad? —Se aseguró de formular su pregunta claramente, como si estuviera reprendiendo a un niño, pero Kirishima sólo respondió poniendo los ojos en blanco y forzando un suspiro.

—Dios, realmente eres demasiado rígido algunas veces.

—¡No, sólo es tu cerebro el que es demasiado blando! —espetó, corrigiendo al obviamente molesto Kirishima. Necesitaba que el sujeto entendiera quién era el que se estaba comportando ridículamente aquí.

—No tuve tiempo de almorzar hoy, así que ¿qué daño hace tomar un descanso por unos minutos?

—¿No has comido nada en todo el día?

—Bueno, una de las chicas del departamento vecino me dio una barra de chocolate.

—Realmente necesitas tener algo más nutritivo que... —Claro, podría funcionar en caso de necesitar un suministro de energía de emergencia, pero no había forma de que un hombre crecido pudiera pasar el día con solo una barra de chocolate como almuerzo. Pero ocupado como pudiera haber estado, todavía no disculpaba tal falta de conducta en la oficina.

—Bueeeeeeno, si cierta adorable esposa me hiciera un bento de vez en cuando, quizá podría tener una deliciosa y nutritiva comida. —Cerró ese deseo con una inocente mirada a la habitación vacía.

—... Oi, ¿tratas de decir que yo debería hacerte una caja de comida?

—Ooh, ¡lo entendiste! ¡Sabía que lo harías!

—Nunca dije que haría esa mierda —advirtió Yokozawa a Kirishima, que permaneció allí asintiéndo para sí mismo con satisfacción; no podía permitir que una observación casual se confundiera en una oferta como esa. —¿Por qué demonios debería, de todos modos? Ya tengo que estar despierto antes que tú, ¿tratas e decirme que quieres que me levante aún más

Page 31: Yokozawa no baai 4

temprano ahora?

A la vista de la irritación de Yokozawa, Kirishima respondió con gravedad sombría. —¿Por qué no despertamos juntos, entonces? Me apunto completamente para ayudar si tú me das las instrucciones. Ah, espera, despertar temprano mañana podría ser un poco difícil...

Yokozawa suspiró para sí mismo mientras Kirishima permanecía allí haciendo planes por su cuenta y señaló algo que obviamente se había escapado de la memoria del hombre. —Ni siquiera leiste el mensaje que te envié esta mañana apropiadamente, ¿verdad? No puedo ir contigo esta noche de todos modos, te dije en el mensaje que tengo una recepción de negocios esta tarde.

—¿Qué es más importante para tí, entonces? ¿Trabajo... o yo?

La irritación de Yokozawa se encenció por la infantil y juguetona respuesta; no estaba de ánimo para esas bromas sujestivas en ese momento. —¿Realmente quieres tocar ese tema ahora? ¿Cuando tú probablemente estarás atascado aquí hasta la mañana terminando tu ciclo?

—Trabajo y familia y mi amante son todos importantes para mí, además, el tiempo extra será más sencillo de pasar sabiendo que me estás esperando en casa.

—Sí, claro —Era inútil tratar de ponerse taco a taco con ese sujeto, y aunque Yokozawa le lanzó una fría mirada, pareció no tener efecto en Kirishima, quien inmediatamente cambió rumbo y trató un enfoque diferente, con el rostro iluminado.

—Ah, ¿qué tal mañana? Estarás allí mañana de seguro, ¿verdad?

—¿Mañana?

—¿Quién es el desmemoriado ahora? Hiyo irá a su pequeña aventura al aire libre comenzando mañana.

—Ah si... —Ahora recordaba. Al día siguiente, Hiyori se habría ido por tres días y dos noches en un viaje de acampada con la escuela. Ella se había recuperado completamente de su resfriado de dos semanas antes, y Yokozawa ahora recodaba que ella le había enviado un mensaje sobre eso en la mañana. Él se había dejado llevar e hizo una enorme porción del pudín que ella había pedido en ese entonces, pero ella se había comido casi todo ella sola. Cuando terminó, preocupadamente reflexionó, “Me pregunto si engordaré...”, pero dada su complexión, probablemente podía soportar poner un poquito más de peso a sus huesos. Además, Yokozawa siempre pensó que las niñas se veían más lindas con unas cuantas curvas en su cuerpo.

—Será la primera vez que tendremos un rato a solas en un buen tiempo...

Page 32: Yokozawa no baai 4

—...¿y eso qué?

—Que podemos ser tan melosos como querramos.

—¡Idiota! —Ese lenguaje dificilmente se acoplaba a un hombre de su edad.

—¿Qué? ¿No quieres ser meloso conmigo?

—¿De verdad me estás preguntado eso con una cara tan seria? —¿Acaso se estaba solo imaginando el dolor de cabeza que sentía formándose por esta discusión? Sus reflejos no podían durar mucho enfrentándose a este sujeto. Definitivamente tenía que estar pasando algo con Kirishima ese día, y quizá eso hablaba de cuánta presión estaba soportando con el trabajo en ese momento.

—Hey, creo que es muy importante determinar este tipo de cosas. No me gustaría hacer algo a lo que te opusieras, después de todo. "

—Sí, claro —lo dice el hombre que se excita con las burlas de mierda hacia mí.

—La culpa es tuya por mirarte tan malditamente lindo cuando estás enojado.

—¡No trate de echarme la culpa a mí!

—Oh, me encanta cuando haces esa cara.

—¡... … …! —El rostro de Yokozawa explotó en sonrojo por las palabras susurradas cerca de su oido. Por más que tratara, siempre estaba condenado en situaciones como esta. Hacía lo mejor que podía para maniobrar ágilmente entre las bromas infantiles de Kirishima, pero siempre resultaba vencido por la madura genialidad del hombre.

—Me volví loco sin tí la semana pasada...

—... … …

—Tú también estabas solitario, ¿no, Takafumi?

El que calla otorga, y justo cuando Yokozawa se preparaba, listo esta vez para aceptar a Kirishima cuyo rostro fue acercándose... el sonido de un teléfono sonando perturbó el aire.

—Demonios... Parece que se nos acabó el tiempo. ¿Sí? Habla Kirishima. —Aparentemente había vuelto a modo de trabajo, y por el auricular, Yokozawa pudo oir una voz llorando frenéticamente Kirishima­san, ¿a dónde se FUE? Por su patrón de habla, probablemente era Katou.

—Estaba a punto de regresar. Dame otro minuto, caray. —Su aire le hacía parecer como un

Page 33: Yokozawa no baai 4

gruñón vendedor de soba dando excusas por su lento servicio, y cuando Yokozawa murmuró silenciosamente Mentiroso, Kirishima se estiró y picó su mejilla, como si le ordenara mantenerse silencioso.

—¡Deja eso! —Siseó furiosamente tratando de no ser captado por el micrófono, palmeando las manos de Kirishima mientras continuaba con su provocación infantil. Pero Kirishima procedió a picar y empujar donde pudiera a pesar de la clara indignación de Yokozawa, todo mientras seguía su conversación telefónica. A pesar de que constantemente sus manos eran empujadas, Kirishima no cesó en sus esfuerzos, obviamente disfrutando de las reacciones de Yokozawa.

—Ah... bien, te dejaré eso a tí, entonces. Sí, eso está bien. Confío en tu juicio. De acuerdo. Estaré allí.

—¡... … …! —Yokozawa estaba casi a su límite, y empuñó la mano alrededor de la muñeca de Kirishima cuando él se estiró para picarle la mejilla una última vez. Lo apretó con toda su fuerza, y aunque el rostro de Kirishima mostró claro dolor, todavía parecía estar disfrutándolo.

—Lo tengo. Comienza por ahora. —Cortó la llamada y miró de reojo a Yokozawa, que todavía mantenía su fuerte agarre en la muñeca de Kirishima. Se estaba quedando sin formas de reaccionar cuando el sujeto parecía disfrutar todo lo que Yokozawa le lanzaba. —Vamos, no es nada para estar tan enojado.

—No estoy enojado; estoy impactado.¡Ahora guarda el teléfono y devuelve tu trasero al piso de edición!

—Caray, no eres nada divertido. Trata de ponerte en mis zapatos y piensa en lo duro que es para mi el dejarte justo ahora.

—NO MANOSEES MI TRASERO. —No quería tener que lidiar con ese tipo de cosas en casa, pero definitivamente no quería ser objeto de tal acoso sexual en la oficina tampoco.

—De acuerdo, tú ganas; dejaremos el resto para mañana... pero necesitarás hacerte cargo de tí por tu cuenta ahora; esto es duro para mí, también.

—¡No te hagas la víctima!

—Jajaja, de acuerdo, de acuerdo. Me iré ya entonces... oh, y no te preocupes. No merodearé en los baños de este piso, así que siéntete libre de usarlos si necesitas.

—¡...Como sea, sólo... vete ya! —No había forma de recuperarse si se encontraba a alguien en su presente estado; tendría que esperar y esperar enfriarse pronto. Pero mientras tomaba un

Page 34: Yokozawa no baai 4

profundo respiro, repentinamente recordó. —¡...Ah!

Había olvidado completamente el agradecerle a Kirishima por su ayuda con los materiales de la campaña y descuidó el pedirle que le diera su aprobación a los nuevos anuncios.

Recordando cómo había sido arrastrado en el momento, no se atrevía a echarle toda la culpa a Kirishima, pero cuando pensó en tener que volver a arrastrarse hacia el piso de edición una vez más... se sintió bastante deprimido.

­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­

Yokozawa agachó la cabeza en reverencia mientras observaba el taxi que llevaba a su cliente, y luego de asegurarse que el auto había rodeado la esquina y estaba fuera de vista, tanto él como Henmi finalmente dejaron salir un suspiro de alivio.

—Buen trabajo hoy.

—¡Fiu! Hoy realmente hizo mella en mi. ¡No esperaba que él bebiera tanto!

—Y yo no paraba de rezar para que no perdieras la cabeza con el alcohol. —El cliente de la reunión de ese día había sido un conocedor de licores, y además de su facilidad para darse gusto en beber varias botellas de vino en un parpadeo, el hombre se había atrevido a animar a Yokozawa y Henmi de que tomaran parte del agasajo también, forzandolos a beber un poco más de lo que era factible que aguantaran.

—¡No podía permitirme el estar borracho esta noche! Pero a decir verdad, ni siquiera pude sentir el sabor de la comida en sí... —Su cliente esa noche había sido el gerente de la principal sucursal de una gran cadena con la que Marukawa estaría haciendo negocios por primera vez. Dado que el hombre le estaría dando completo apoyo y cooperación a la próxima feria para Japun, Yokozawa lo había invitado a cenar para expresar su gratitud tanto como para afinar detalles.

—¿Cuáles son tus planes ahora? ¿Quieres beber un poco más?

—Ah... no, no, no, me iré a casa ahora. Si bebo un poco más esta noche las cosas se pondrán feas.

—Eso es extraño viniendo de tí; ¿estás sintiendo la fatiga del verano ya? —Usualmente, Henmi era el primero en apuntarse con un “¡Absolutamente!” de corazón, así que realmente debía estar exhausto ese día. Con todas las salidas a beber la semana pasada y tener que ir a la oficina para firmas de autógrafos en los asuetos, su cansancio debió haberse acumulado por algún tiempo.

Page 35: Yokozawa no baai 4

—Quizá... ¡o quizá me está entrando la edad!

—Sí, claro. Todavía eres joven; pero no puedo permitir que maltrates tu cuerpo, así que disfruta de tu descanso. —Con eso, los dos se separaron; no era cuestión de broma considerando qué podría pasar si Henmi estuviera fuera de servicio durante un período tan ocupado.

Yokozawa estaba exhausto él mismo, pero no se sentía con ganas de dirigirse directo a casa aún. —Supongo que una bebida más no hará daño... —murmuró para sí mismo, recordando que estaba cerca de un bar que frecuentaba bastante en el pasado, y se dirigió al establecimiento en cuestión.

—¡Bienvenido!

—Una cerveza, por favor.

Tal vez se mostraba reacio a regresar a su apartamento simplemente porque odiaba el hecho de que no había nadie allí esperándolo. Tal vez estaría mejor dejando de ser tan terco y sólo aceptando ir hacia la casa de los Kirishima. Pero del mismo modo, dado que el mismo Kirishima se retrasaría bastante en ir a casa, había una alta probabilidad de que su madre se fuera a quedar la noche cuidando a Hiyori, y aunque estaba en términos amistosos con la mujer, habiéndo convivido con ella en varias ocasiones, no podía atreverse a irrumpir en el apartamento cuando el dueño ni siquiera estaba en casa.

Se acomodó en el bar, velando la bebida que había ordenado y verificando su celular por algún mensaje que pudiera haber recibido recientemente, cuando captó el sonido de dos personas discutiendo justo detrás de él.

—No te importo nada, ¿verdad?

—Sólo cálmate, este no es el lugar para que armes una escena.

—Siempre le prestas demasiada atención a lo que otras personas piensan de ti. ¡Odio eso! ¿Me estás diciendo que te importa más lo que un grupo de extraños piensen que yo?

—No es así para nada... sólo estoy diciendo, piensa un poco en el lugar en el que estamos justo ahora...

Yokozawa casualmente dio una mirada por encima de su hombro a lo que parecía ser una discusión de pareja, cuando la mujer lo empapó con el contenido de un vaso de agua que ella tiró. Posiblemente había estado apuntándo al hombre sentado frente a ella, justo detrás de Yokozawa, pero él se había llevado la peor parte y ahora la chaqueta que tenía colgada en el respaldo de su asiento estaba empapada.

Page 36: Yokozawa no baai 4

—¡Deberías casarte con tu trabajo si tanto lo amas! —espetó ella en conclusión, batiendo la puerta mientras se marchaba a toda velocidad, dejando a todo el bar con el ánimo arruinado.

—L­Lamento tanto las inconvenniencias... —se disculpó el hombre incómodamente, sacudiendo un pañuelo para luego secar a golpecitos la chaqueta empapada de Yokozawa.

—Oh... no, no es nada. Se secará pronto, estoy seguro. Por favor, no se preocupe por eso. —Cuando alzó la vista, algo se le hizo familiar en el hombre, como si lo hubiera visto antes en otro lado, y después de revisar en sus memorias, tratando de encontrar el lugar, finalmente se dio cuenta: —¡Ah! Es Iokawa, el tío del compañero de clase de Hiyori que le llevó un regalo de cumpleaños recientemente.

La expresión de Iokawa se volvió confusa ante la exclamación de Yokozawa, pero luego de un momento viendo la cara de Yokozawa reaccionó casi en la misma manera. —Usted... es el hombre que conocí en casa de Kirishima­san, ¿cierto? Si recuerdo bien, su nombre era...

—Yokozawa —concedió antes de que el hombre batallara para recordar.

—Claro, claro, ¡Yokozawa­san! Mis disculpas; estoy mortificado de que tuviera que presenciar eso... —Parecía aún más avergonzado de lo ocurrido recientemente ahora que se enfrentaba a alguien que lo conocía. Seguramente cualquiera estaría en el mismo estado si un conocido presenciara tal escena.

Su interaccion con Iokawa ahora estaba desprovista de la gravedad de su pelea anterior, dejándolo más agradable ahora, pero ninguno de ellos podía sacudirse la pesada mirada de aquellos a su alrededor. —Uh... ¿le gustaría ir a otro lado? Su vaso parece que ya está vacío, de todos modos. —Fue una oferta apresurada, pero afortunadamente, el propio vaso de Yokozawa estaba casi vació también, y ellos probablemente tendrían trabajo en disfrutar una bebida relajante en ese establecimiento ahora.

—¡Ah, s­sí, tiene un punto! —Iokawa parecía haber notado los ojos de otros clientes ante la sugerencia de Yokozawa, y con una reverencia apologética hacia los observadores, precipitadamente sacó su billetera. Quizá en un esfuerzo por redimirse con Yokozawa, Iokawa intentó pagar por su bebida también, pero Yokozawa se negó, pagando su propia deuda antes de que los dos salieran del bar.

—Realmente lamento haberlo involucrado en mis asuntos, Yokozawa­san —se disculpó nuevamente con una reverencia y dejando a Yokozawa un poco incómodo al recibir tantas disculpas por un asunto insignificante.

—No le preste atención; en verdad estaba considerando salir pronto, así que no es realmente un problema. —Sólo tenía la intención de tomar una bebida, así que había sido una buena excusa

Page 37: Yokozawa no baai 4

para volver a casa.

—¿Le molestaría si... lo acompaño hasta la estación?

—De ninguna manera. —No tenía razón para negarse, después de todo, y hubiera sido incómodo el separarse a propósito cuando se estaban dirigiendo a la misma dirección. Pero el el hecho quedaba en que Yokozawa lo había sorprendido en una escena privada bastante embarazosa, así que no estaba seguro de hacia dónde seguir con la conversación.

—Así que... ¿va a ese bar con frecuencia, Yokozawa­san?

—¿Eh? Ah... bueno, solía hacerlo. No he llegado últimamente, sin embargo; hoy era la primera vez en un rato, en realidad.

—Ya veo... entonces más razón para que me disculpe por arruinar un momento que de seguro estaba disfrutando.

—No, no, no, de verdad... no se preocupe de más por eso.

—Si hubiera sabido que las cosas explotarían así... hubiera elegido un lugar diferente... —admitió con una sonrisa torcida, murmurando para sí mismo que nunca sería capaz de aparecerse en ese bar de nuevo. Yokozawa no podía pensar en nada para consolar al hombre, así que en su lugar guardó silencio. —...me disculpo por decir cosas tan extrañas. Creo que debo estar un poco ebrio. Estoy seguro que se siente bastante incómodo escucharme de esta forma.

—Oh, no... eso no... quiero decir, ¿puedo prestarle un oido si lo necesita? —A veces ayudaba el hablar los asuntos con alguien con una perspectiva ajena de la situación, y aunque Yokozawa se hubiera negado si genuinamente le hubieran suplicado por un consejo, siempre era mejor dar voz a esos sentimientos que guardárselos dentro.

—Pensé... bueno, que ella quizá reaccionaría más calmadamente si estábamos en un lugar público. Supongo que eso se puso en mi contra, ¿eh? Hemos estado saliendo desde la escuela, pero nos hemos apartado un poco después de graduarnos. Entonces, cuando me ocupé bastante con el trabajo y no pude hacer tiempo para ella... me engañó con alguien más.

—¿Qu...? —Si ese era el caso, entonces ella debía ser la que fuera atacada esa noche; Yokozawa no podía comprender la lógica que la hizo comportarse tan intransigente con Iokawa en cambio.

—Dijo que era mi culpa por desbordarme en trabajo y hacerla sentir sola, lo que, bueno... no hemos logrado vernos mucho en los últimos meses, así que...

Page 38: Yokozawa no baai 4

—Pero aún así, ¿no es eso un tanto ridículo? Incluso si usted estaba mal por hacerla sentir sola, esa es difícilmente una razón para engañarlo. —Yokozawa sabía muy bien la soledad que venía por no ser capaz de encontrar el tiempo de estar con tu amado; sin embargo, ese agujero en el corazón no era uno que pudiera ser llenado pasando el tiempo con alguien más. Si ella había sido capaz de satisfacer sus necesidades con adulterio, entonces tenía que haber problemas con sus sentimientos por su novio para comenzar.

—...en verdad, usted es una buena persona, Yokozawa­san.

—¿Eh?

—Bueno, es solo nuestra segunda vez hablando, y aún así usted está siendo muy paciente en escuchar mis problemas. Sólo sujetos verdaderamente amables pueden hacer ese tipo de cosas. La mayoría correrían tan pronto pudieran antes que prestar su oido a un tipo que acaba de ser cortado.

—Supongo... —No pudo evitar concordar, como si estuvieran hablando de alguien más. Claro, era naturaleza humana el querer evitar ser arrastrado a situaciones molestas, pero él realmente no lo había pensado tanto hasta que Iokawa lo señaló.

—Jajaja, veo que ni siquiera se había dado cuenta. Aún así, muchas gracias. Gracias a usted, creo que seré capaz de mantenerme en pie luego de esto.

—Oh, no, para nada. Dije que escucharía sus problemas, y luego abrí mi gran bocota.

—No. En verdad estoy agradecido. Seguro seré capaz de meterme a toda marcha en el trabajo mañana. Temo que mi trabajo tendrá que ser mi amante en el futuro previsto —anunció Iokawa con indiferencia, y aunque probablemente no se había recuperado por completo de la tarde, era bueno que no se viera tan abatido. La sonrisa que tenía podía haber sido forzada, pero aún así, el tiempo sanaría todas las heridas.

Incómodo sobre continuar una discusión acerca de amores perdidos, Yokozawa buscó algún otro tópico de conversación que pudieran compartir, recordando el día en que se conocieron. —Eso me recuerda, ¿por qué fue usted quien llegó al apartamento el otro día, Iokawa­san?

—¿El otro día? ¡Ah!, ¿se refiere al cumpleaños de Hiyori­chan? Sí... supongo que parece un poco extraño para un tío el ir con su sobrino en lugar que sus padres.

—No necesariamente diría extraño, pero sí me hizo preguntarme.

—Bueno, vivo en el mismo complejo de apartamentos, en primer lugar, pero creo que él es muy penoso para hablarle a sus padres sobre la niña que le gusta, pronto entrará en la pubertad, después de todo, así que me ofrecí para escucharlo. Es hijo único, también, así que soy algo así

Page 39: Yokozawa no baai 4

como un hermano mayor para él.

Yokozawa podía entender en parte cómo el chico se debía sentir; el tener a sus padres apoyando sus esfuerzos completamente entusiasmados demostraba ser embarazoso, pero sería inaguantable el que lo molestaran por eso, también. Como tal, también se encontraría queriendo confiar en un tío de cierta forma ajeno a la situación.

—Originalmente había planeado ir solo, pero se acobardó en el último minuto, así que terminé acompañándolo.

—Ya veo... Así que así fue. —Saltaba a la vista lo nervioso que había estado el pobre chico, aunque Hiyori no parecía haberse percatado en lo más mínimo de su enamoramiento. La niña podía ser sorprendentemente madura en ocasiones, pero cuando se trataba de asuntos de romance, ella era bastante una niña todavía. Garantizado, Yokozawa no estaba seguro si podía manejar el que creciera demasiado rápido, así que desafortunadamente por Iokawa­kun, él esperaba que se quedara de la forma en que ella era.

—Por cierto, Yokozawa­san, ¿de casualidad usted es empleado de Marukawa Shoten?

—Lo soy... ¿Pero cómo lo...?

—Oh, no, solo... escuché de mi sobrino que Kirishima­san es editor en jefe de Japun, y usted se presentó como su subordinado cuando nos conocimos el otro día, así que me preguntaba si usted era editor quizá.

Podía ver la lógica en el hilo de pensamiento de Iokawa; Kirishima no era del tipo de ir anunciando su rama de trabajo, pero no era extraño que padres y guardianes tuvieran un nivel diferente de información personal que otros.

—Bueno, no... en realiad, no soy su subordinado en sí. Trabajo en ventas —corrigió. Aunque tal información podría invitar a la curiosidad de por qué dos personas tan lejanas en edad eran tan cercanos como él y Kirishima parecían en su tiempo libre, no podía mantener la mentira.

—Oh, ¿en serio? ¡También yo soy vendedor en una editorial! Aunque no somos ni remotamente cercanos a lo grande que es Marukawa­san, por supuesto.

—¿En serio? ¿Puedo preguntar con quién trabaja, entonces? —Era extraño que Yokozawa encontrar una oportunidad para conversar con alguien más en su línea de trabajo, y pura curiosidad presionó la pregunta.

—Libros Fujino.

—Ya veo, así que está en ventas para Libros Fujino, entonces. Soy un fan de las novelas de

Page 40: Yokozawa no baai 4

misterio, así que he leído varias de las obras de Fujino.

Libros Fujino era una casa de publicaciones veterana de mediano rango, proveyendo no solo ciencia ficción, misterios y literatura extranjera, sino también alojaba una impresionante biblioteca de libros ilustrados y literatura infantil. Las estanterías de Hiyori estaban provistas con más de algún título de Fujino.

—¡Wow, estoy emocionado! ¡Ah, pero claro, yo leo las piezas de Marukawa también! La última publicación de Usami­sensei realmente era una novedosa idea, la disfruté mucho.

—Entonces muchas gracias por su patrocinio; aunque me temo que no estoy a cargo del departamento de literatura yo mismo.

—¿En qué género se desenvuelve entonces? Ah, viendo lo cercano que es con Kirishima­san, sospecho que debe ser... ¿manga?

—En efecto. Me encargo de los asuntos de los comics.

—Me temo que no leo mucho manga, pero tengo todos los tomos de Za Kan. No puedo adivinar hacia donde va la historia, así que siempre me deja boquiabierto. ¡Incluso rompí en llanto con uno de los últimos capítulos! —Iokawa parecía callado en la superficie, pero todo señalaba que tenía un lado bastante comunicativo en él también. Por como lucían las cosas, el sujeto probablemente alucinaría si supiera que Kirishima era el editor a cargo de Ijuuin Kyou.

—Oh... me doy cuenta de que es un poco tarde para este tipo de cosas, pero, ¿puedo darle mi tarjeta?

—Claro, gracias. Le daré una de las mías también, si está bien. —Yokozawa nunca pensó que se encontraría a sí mismo en una situación como intercambiar tarjetas de presentación en una de las calles de la ciudad a la mitad de la noche.

—Estoy encantado de haber conocido a alguien como usted, Yokozawa­san. Espero que alguna vez podamos salir a tomar una copa. Siempre he querido tener una plática con algún vendedor de otras firmas. —Sus palabras eran posiblemente un poco más que detalles sociales, pero recibir tal alabanza definitivamente no dejaba a Yokozawa con un mal sentimiento. La mayoría de las personas tendían a evitarlo del todo, y con frecuencia lo tomaba como si estuviera de mal humor si no decía nada por disipar el malentendido. El hecho de que Iokawa lo estuviera tratando tan amablemente en tan solo la segunda ocasión de encontrarse era probablemente en parte debido al alcohol, pero también debido a la relación de Yokozawa y Kirishima también. Tales conexiones tendían a hacer a la gente más abierta.

—Sí, hagámoslo. —Y arrastrado por la sonrisa de Iokawa, la expresión de Yokozawa se relajó.

Page 41: Yokozawa no baai 4

___________________________________________________________

Yokozawa comenzó a tachar artículos en su lista de control interna; había terminado de preparar la mayoría de los materiales que necesitaría para la reunión de la próxima semana para decidir volúmenes de impresión, y la alineación para la siguiente feria estaba lista para ser discutida también. Todo lo que quedaba era darle a todo una revisión a fondo y entregársela a su jefe para confirmación.

No tenía ninguna ronda qué hacer hoy, así que el día había terminado siendo usado para nada más que preparación de materiales. Verdaderamente, no era tan adepto al trabajo de escritorio, pero no podía exactamente evitarlo, y después de asegurarse que había puesto las horas necesarias a la tarea, comenzó a limpiar el área de su escritorio.

Kirishima tenía una reunión con un autor en la tarde, aparentemente, así que informó a Yokozawa temprano en la mañana que se dirigiera directo a casa una vez hubiera terminado. A media semana como se encontraban, Yokozawa se dirigía a la casa de Kirishima esa tarde ya que Hiyori estaría ausente en su tres­días­y­dos­noches de campamento con la escuela.

En otras palabras, ellos finalmente podrían tener su muy­esperado tiempo juntos a solas.

Yokozawa no había sido capaz de relajarse desde esa mañana, no porque tuviera su cabeza en las nubes como Kirishima, de eso seguro, sino porque estaba sencillamente nervioso. Difícilmente sería la primera vez que estuvieran solos en ese apartamento, y aún así el hecho de que ellos finalmente estarían solos por primera vez en mucho tiempo lo tenía completamente en el borde.

Mientras Yokozawa permaneció de pie, dando un vistazo alrededor para asegurarse que no hubiera olvidado algo, su subordinado Henmi se giró hacia él sorprendido. —Oh, ¿se va a casa ya, Yokozawa­san?

—¿Algún problema con ello?

—No, para nada; simplemente pensé que era extraño que se dirigiera a casa a hora puntual en Miércoles... Ooh, ¿quizá usted tiene una cita?

—Idiota... difícilmente. Me estoy yendo a casa porque terminé mi trabajo. Eso es todo. —Retroceder sólo picaría la curiosidad de Henmi un poco más, y viendo que eso más que seguro no era una “cita”, no estaba mintiendo.

—Entonces... ¿significa eso que no tiene novia en este momento?

Sus cejas se fruncieron ante la inesperada pregunta en la que Henmi escogió poner su

Page 42: Yokozawa no baai 4

atención. —¿Por qué demonios preguntas eso tan de repente?

Henmi se excusó, —Bueeeeno, más o menos como que... me pidieron que averiguara. Si está o no viendo a alguien. ¡Se ha vuelto bastante popular ultimamente, sabe, Yokozawa­san!

—¿Quién demonios pregunta ese tipo de cosas? —replicó a Henmi, fácilmente evadiendo la broma, pero Henmi se resistió a contestar.

—¡No puedo revelar eso, por asuntos de privacidad!

—Entonces no te voy a decir nada, tampoco. —Si la persona que preguntaba tenía su derecho a la privacidad, entonces también la tenía Yokozawa.

—¿¿Eeeh?? Pero prometí que lo averiguaría sin pensarlo. ¡Por favor dígame!

—¿Quién admite ese tipo de idiotez?

—Así que... ¿puedo ir y decirle que usted no está viendo a nadie?

Ante esa sugerencia irresponsable, Yokozawa consideró que lo mejor era no continuar más allá con la línea de conversación de Henmi. —Dí lo que quieras; me voy. Buen trabajo hoy.

—Espe.... ¡¡Yokozawa­san!!

Dejando salir un suspiro de alivio al haberse escapado del interrogatorio de Henmi, Yokozawa se dirigió directo al elevador —...¿Hm? — cuando su teléfono comenzó a vibrar en su bolsillo; era un mensaje de Kirishima, que estaba fuera de la oficina en el momento.

/Terminé mi reunión, así que me voy a casa/

Si iba a volver al apartamento desde donde hubiera tenido su reunión, era casi seguro de que llegaría allá antes que Yokozawa. Digitó un mensaje de que estaba dejando la oficina también y devolvió el teléfono en su bolsillo justo cuando las puertas del elevador se abrieron.

—Ah, buen trabajo hoy, Yokozawa­san —llamó el ocupante del elevador... Hatori. Dado el sobre que tenía en su mano, era claro que él al menos no se dirigía a casa aún.

—Lo mismo digo. ¿Trabajando hasta tarde de nuevo esta noche?

—En efecto; ¿va de salida ahora, Yokozawa­san? Bastante temprano para usted.

—Hmm, bueno... sí. —Él y Hatori eran aves del mismo plumaje en el aspecto de sus modos workahólicos, así que ninguno era visto con frecuencia dejando su trabajo a tiempo. Ambos eran tipos capaces de hacer casi cualquier cosa en la que pusieran su mente, y recibían un sentido de valor de un trabajo bien hecho. Como tal, su tiempo con frecuencia se escapaba de ellos

Page 43: Yokozawa no baai 4

mientras estaban sentados en sus escritorios. Kirishima, en cambio, siempre dejaba la oficina tan pronto como era humanamente posible luego de terminar su trabajo cada día y difícilmente llevaba trabajo a casa, en parte por el bien de Hiyori, pero también porque no quería que su carrera se comiera su vida personal.

—...¿ocurrió algo bueno?

—¿Qu­qué quiere decir “algo”? ¿Por qué pregunta eso? —respondió.

—Oh.... no, sólo tenía un presentimiento. —Primero Henmi lo había molestado acerca de una “cita”, ¿y ahora esto? ¿Era tan obvia su expresión...? Tal vez debería verse en el espejo...

—Nada en realidad. Aunque las ventas de las publicaciones nuevas están yendo bastante bien este mes.

—Es cierto; suena como que el reciente fin de semana largo nos dio un buen empuje. Eso me recuerda... quería agradecerle por su consejo en ese asunto el otro día.

—Oh... no, yo debería estar agradeciéndole. Así que... ¿cómo le va a Yoshikawa­sensei en estos días? Su reciente publicación tiene comentarios muy favorables, y escuché que a su trabajo serializado le está yendo bastante bien. —Dio un vistazo al poster de publicidad que cubría la pared del elevador.

—Gracias a usted, bastante bien. Aunque ha estado arrastrándose por detrás de su agenda, como es usual... —El rostro de Hatori fue inexpresivo y miró al espacio; parecía que estaba a manos llenas con Yoshikawa Chiharu, y Yokozawa había tocado un tema sensible.

Rebuscó sus palabras, esperando aliviar el ambiente. —Bueno... eso sólo demuestra cuán bajo demanda está, ¿cierto? Suena como si realmente estuviera dando lo mejor. Es una bendición para nosotros en ventas, también, que siempre esté a disposición de ayudarnos con las campañas. Quizá... ¿no hay necesidad de ser tan duro?

—Eso está fuera de cuestión; si le doy una pulgada se tomará una milla, si no puedo hacer que trabaje lo que necesita cuando lo debe hacer, nunca terminará su manuscrito.

Page 44: Yokozawa no baai 4

—Y­ya veo... —Había escuchado que Hatori y Yoshikawa eran amigos de la infancia, y por su

Page 45: Yokozawa no baai 4

actitud, Hatori se mostraba más como un guardián que como un editor, quizá era esa relación tan extensa la que lo hacía reaccionar de esa forma. Aunque una gran parte de la razón que por la que Yoshikawa­sensei siempre rehusaba las ofertas para firmas de autógrafos era por su timidez, Yokozawa sospechaba que Hatori no quería que se mostrara mucho tampoco. Si saludar al público arriesgaba que se extenuara mucho, según había explicado Hatori, era mejor que se enfocara en terminar sus manuscritos a tiempo.

Su puño de acero con sus autores mostraba cuánta importancia ponía él en su éxito; él era del tipo de luchar con todo lo que tenía, sin prestar atención a algún daño que pudiera llevarse, si había algo que se mostraba desfavorable para sus autores.

Cuando Emerald estaba peleando para volver a levantarse, sus editores habían sido forzados a enfrentar una cuota bastante alta de situaciones difíciles, pero todas las dificultades que sobrellevaron entonces eran la razón por la que su división era de esa forma ahora.

—Si hay algo con lo que podamos ayudar de nuevo, siéntase libre de hacérmelo saber. Yoshikawa está más que feliz de hacer lo que sea posible para ser de ayuda.

—Me alegra escucharlo. Haré lo mejor para vender un gran lote de su próximo libro.

—Contaré con ello.

—De acuerdo, me voy. Buen trabajo hoy. —Se separaron en cuanto llegaron a la planta baja, y después de pasar por el escritorio de recepción, Yokozawa salió del edificio. El calor del verano aún era brutal, pero una vez llegaron a mediados de septiembre, las tardes al menos se convirtieron en algo más placentero. El sol aún no se ponía a esa hora, pero la brisa que acariciaba sus mejillas era un muy bienvenido alivio, y con un ligero salto en su paso, Yokozawa procedió a bajar la colina.

______________

Yokozawa no podía evitar el sentir ese tipo de inhabilidad para relajarse mientras caminaba por el pasaje familiar con las manos vacías cuando usualmente lo atravesaba mientras llevaba bocadillos para Hiyori, y en poco tiempo llegó a su destino. Había enviado un mensaje a Kirishima por si acaso necesitaba que llevara algo, pero todo lo que recibió como respuesta fue un breve: /No, sólo apúrate y trae tu trasero a casa/.

Digitando el código que le habían dado, abrió la puerta automática de la entrada y se dirigió a los elevadores. —...me pregunto qué intenta hacer acerca de la cena, entonces... —sopesó para sí mismo, dándose cuenta solo entonces de que estaba bastante hambriendo. Había estado tan preocupado por el hecho de que estarían solos esa noche que los pensamientos sobre comer ni siquiera se habían pasado por su mente. Pero dado que no le había pedido recoger nada...

Page 46: Yokozawa no baai 4

¿quizá Kirishima estaba haciendo algo él mismo?

Presionó el botón del intercomunicador, todavía incapaz de atreverse a usar la llave extra que le habían confiado, y fue inmediatamente bienvenido por el sonido del pestillo siendo liberado mientras la puerta era abierta desde el interior.

—Bienvenido a casa.

—...estoy de vuelta. —Encontraba un poco vergonzoso decir ese tipo de cosas después de todo ese tiempo; ¿por qué era que no tenía problemas con el saludo si venía de Hiyori pero no podía evitar ser demasiado consciente de todo cuando enfrentaba a Kirishima?

—Así que... ¿quieres cenar? ¿O un baño? O quizá.... ¿a mí?

—……….

Cualquier molestia o nervios que estuvieron plagando a Yokozawa sobre la velada... fueron completa y totalmente disipadas por el asquerosamente cursi comentario.

—...¿qué? Caray, dí algo, ¿quieres?

—...Bueno, tengo bastante hambre... así que será cena, entonces. —Cualquier reacción exagerada sólo alentaría a Kirishima, después de todo. Siempre había asumido que el sujeto recurría a este tipo de comentarios en un esfuerzo por sacar de quicio a Yokozawa, pero de nuevo, quizá sólo tenía afinidad por las bromas muy cursis.

—Sí, claro... obviamente quieres decir que a mí, ¿cierto?

—¿Eh? —Ante esto, Kirishima cerró la puerta hacia el vestíbulo detrás de Yokozawa, dándo a su espalda un suave empujón antes de que pudiera sacarse los zapatos.

—¡Vamos! Reacciona.

—¡Hey! ¿Qué estás haciendo? —Frenéticamente trató de quitarse los zapatos, sabiendo que no debería usarlos dentro de la casa, pero su bolsa y chaqueta le fueron arrebatadas rápidamente mientras era conducido al dormitorio de Kirishima. —¿QUé clase de broma es...

—¿Quién está bromeando?

—¡Uwah! —Luego de la respuesta indiferente, una mano subió hasta el pecho de Yokozawa y le dio un suave empujón, robándole su balance y lo envió derrocado de espaldas a la cama. Sin embargo, antes de que pudiera enderezarse, Kirishima se deslizó en el colchón y se colocó victorioso a horcajadas sobre el cuerpo de Yokozawa. —E­espera, aguarda un segundo...

Sabía que el sujeto había estado de un ánimo extraño desde el día anterior, pero no había

Page 47: Yokozawa no baai 4

esperado seriamente lo tendría sobre su espalda en la cama a solo momentos de cruzar por la puerta de entrada.

—Sólo ríndete, ¿quieres? No vas a decirme que no viste venir esto, ¿verdad? —Rápidamente jaló la corbata para aflojarla y luego procedió a desabotonar la camisa de Yokozawa. Él estaba desconcertado de cómo Kirishima no podía manejar el pelar una manzana y aún así demostraba sorprendente finesa con tareas como esa.

—¡Te dije que tenía hambre!

—Ajá, y yo estoy hambriento de tí. Así que sin más alboroto...

—¡Oww! ¡No me muerdas, maldición! —saltó mientras Kirishima rozaba sus dientes sobre el cuello desnudo para su apreciación, pero Kirishima simplemente rió alegremente en respuesta.

—Lo dices como si no te gustara, lo que sabemos que es pura mierda. Además, un poco de dolor es un poco excitante, ¿a que no?

—Basta de comentarios sucios. —Él podía hacerlo bien sin que Kirishima lo hiciera sonar como un enfermo pervertido.

—Hey... a mí no me mires; estoy contento de admitir que me gusta cuando me lo haces a mí.

—¿Cuándo demonios te he mordido?

—Nunca has mordido, pero sí he sentido tus uñas. No creerías el trabajo que me toma evitar que Hiyo vea las marcas.

—Eso... yo nunca quise... —No era como si hubiera estado arañando conscientemente a Kirishima; era simplemente que, ante una sensación tan abrumadora, era conocido que se aferraba a la espalda de Kirishima. Los arañazos eran simplemente un subproducto de tal placer.

—Entonces tampoco fue mi intención... es solo que cuando te tengo en mis brazos no puedo evitarlo.

—¡Nn... hng...! —Su posterior beso se tornó un contacto brusco, su lengua se lanzó entre los dientes de Yokozawa y barrió su boca. Las cejas de Yokozawa dibujaron un surco en su frente mientras sus lenguas se deslizaban juntas. La congelante parálisis de su mente resonó por su columna vertebral, llegando hasta su núcleo, con los dedos de Kirishima siguiéndolo a su paso.

Acariciando la cadera de Yokozawa, sus dedos se deslizaron por sus muslos introduciéndose en el espacio entre ellos, tocando el interior de estos enviando un agudo y leve tirón por su cuerpo. —Al menos... déjame cambiarme... —A ese paso su pantalón iba a arrugarse y no

Page 48: Yokozawa no baai 4

podía soportar a cierto nivel el dejarse llevar tan fácilmente. Difícilmente se negaba al acto en sí, simplemente no le gustaba esa clase de provocación unilateral.

Pero Kirishima no estaba de acuerdo. —De ninguna manera; quitarte ese traje es parte de la diversión.

—Qu.... —Antes de que siquiera se diera cuenta, todos los botones de su camisa habían sido desabrochados, y Kirishima batió su cinturón al quitárselo, yendo directo al cierre ahora.

Con una mano tratando valientemente de evitar que su ropa interior fuera bajada junto con sus pantalones, Yokozawa fijó una mirada feroz sobre Kirishima. —¿Por qué mierda soy yo el único siendo desvestido?

—¿Qué... tanto así quieres verme desnudo? Pervertido~

—Sólo cállate y quítate la ropa. —Sonrojarse o mostrarse avergonzado solo era invitar a la diversión de Kirishima, así que Yokozawa hizo lo máximo para mantener un semblante tranquilo.

—Esto es suficiente, ¿no? —Kirishima se quitó la camiseta que había estado usando y la tiró a un lado y la tiró a un lado sin órden ni concierto, inmediatamente tiró de los pantalones y ropa interior de Yokozawa con su mano libre en un solo movimiento. Desnudo repentinamente, estando al descubierto sin previo aviso, Yokozawa dejó escapar un grito. —¡Vamos! Eres joven y viril, trata de mostrar un poco más de entusiasmo.

—Qu...¡¿Qué estás tocando tan de repente!? —Kirishima ahora tenía sus dedos envolviendo el aún flácido miembro de Yokozawa, quien pasó saliva con dificultad. Sin concederle el tiempo para siquiera considerar una protesta, Kirishima rápidamente comenzó a trabajar en su tronco, enviando calor acumulado al núcleo de Yokozawa..

—Eso es, ese es el espíritu...

—Nngh... hn... —El tacto habilidoso de Kirishima tenía poca dificultad en excitar a Yokozawa, y aunque hubiera querido, en algún nivel, regañar al sujeto, sentía que cualquier apertura innecesaria de su boca dejaría salir en su lugar algún sonido embarazoso, así que en cambio apretó los dientes y se concentró en aguantar las sensaciones que brotaban de entre sus caderas... cuando Kirishima, sin advertencia, se enroscó entre sus piernas y...

—¡¡!!

Las caderas de Yokozawa dieron un salto cuando la lengua de Kirishima tocó la punta, su mano aún trabajaba fervilmente su erección mientras lo levantaba para lamer una larga línea de un

Page 49: Yokozawa no baai 4

extremo a otro por debajo. —Not... tienes que... hacer e... ngh...

—Excepto que quiero hacerlo. ¿Cuántas veces tengo que recordártelo?

—¡Ba...st... hnn! —Kirishima ansiosamente deslizó su lengua alrededor de lo que podía mantener en su boca, provocando los testículos de Yokozawa con su mano libre y presionaba la abertura con la punta de su lengua de vez en cuando, induciendo a que sus caderas temblaran con ligeros saltos en cada pasada.

La tibia y provocativa humedad que lo envolvía dejaba a Yokozawa sintiendo como si sus caderas fueran simplemente a derretirse, y embistió casi dolorosamente en el abrazo de la boca de Kirishima. —De...ten... Dé... ja, voy a...

Su mente era un turbio desastre de vergüenza y placer, y enterró los dedos en el cabello de Kirishima, tratando de alejarlo, pero no pudo reunir fuerza para hacerlo y las caricias que Kirishima le proveía sólo se hicieron más y más apasionadas. Reacio a soltar cualquier tipo de sonido embarasoso, apretó los dientes con todo su poder, sin embargo, sonidos que no podía creer fueran suyos se filtraron por su garganta. —¡Hnn... ahn..!

—Anda... sólo vente ya. —Con esto, él tomó a Yokozawa profundo en su boca y respiró hondo.

—... … ¡Ahn... ngh! —La visión de Yokozawa se puso en blanco, e incapaz de contener la necesidad, culminó con un gran estremecimiento de su cuerpo. Él era débil a la felación en gran parte porque Kirishima se bebía su escencia con una expresión tan tranquila y compuesta, y a pesar de las contínuas demandas de Yokozawa para que no lo hiciera, él nunca le prestó atención.

Levantando la mirada, deslizó un dedo a lo largo de sus delgados labios en un gesto tan gráfico que forzó a Yokozawa a ver a otro lado.

—¿Cuándo haré que te acostumbres a eso, eh? —picó Kirishima con una risita.

—Cállate —replicó, aunque sin mucha sorna, su cuerpo debilitado por el reciente clima apenas le dio la energía para hacer algo como mirar duramente a Kirishima. Se permitió tomarse un largo momento para recuperar su respiración, tendido de espaldas... pero esto provó ser un error.

Desprevenido como estaba, Kirishima arrancó los pantalones y ropa interior aún enredados a sus pies, sacando incluso los calcetines con rápidos y precisos movimientos, dejando a Yokozawa darse cuenta de lo que ocurria hasta segundos después. —¡Hey... espera un minuto...!

Page 50: Yokozawa no baai 4

—¿Es eso todo lo que sabes decir? ¿Por qué no cambias tus líneas de vez en cuando?

—Espe... —Pero sus palabras fueron cortadas al sentir los dedos bañados de loción entre sus lenguas, y tragó con dificultad ante la húmeda y fría sensación. Aún cuando él estaba aún trabajando en preparase mentalmente para lo que venía luego, los dedos se empujaron hacia adentro.

—Eso d...ngh...

—No duele... no con todo el lubricante, ¿cierto? ¿O es esta tu forma de rogarme que sea más delicado contigo?

—Mierda, no —Lanzó una dura mirada hacia Kirishima, quien le sonrió con superioridad, sosteniendo una botella de lubricante en su mano... pero no tardó mucho. Justo como Kirishima se había jactado, no dolía...pero de todos modos se sentía extraño. Hizo una mueca cuando los dedos comenzaron a hacer movimiento de tijera en su interior, sintiéndose no tanto como un animal en espera del sacrificio como si estuviera sentado en la silla del dentista, esperando. —Hngh...

Sus dedos rozaron contra él desde el interior mientras Kirishima lo ensanchaba, preparando el lugar que no se suponía para aceptar intrusiones. Luchó contra los suspiros que emergían mientras los dedos se deslizaban dentro y fuera, y cuando inconscientemente apretó los dientes, se apretó contra sus dedos.

Kirishima acercó su rostro al de Yokozawa y susurró suavemente con palabras que eran como un vago aliento —Está bien; sólo relájate...

—Nn... —Hizo todo lo posible por distraerse de los dedos y su exploración, pero simplemente no funcionaba. —...’ta bien, sólo... hazlo... —Haciéndose el conforme era simplemente una fachada para su incomodidad, prefería ser montado con rudeza mil veces antes que ser mimado así... al menos, de esa manera, podría perder la persistente razón que todavía se aferraba a su conciencia.

Kirishima deslizó sus dedos para liberarlos y presionó las piernas de Yokozawa para abrirlas, y las articulaciones de su cadera montaron una breve protesta pues sus rodillas fueron presionadas hacia atrás y abajo, doblándolo prácticamente a la mitad. —Ow... ¡Demonios, no se van a abrir más!

—Sabes, he pensado esto antes, pero: eres realmente rígido.

—Cállate... Esta es difícilmente la ocasión para mencionar eso.

—Siempre puedes simplemente decír “Te quiero ahora” cuando estás tratándo de suavizarme,

Page 51: Yokozawa no baai 4

¿sabes?

—Qu... ¿quién demonios... —Pero ni siquiera tuvo la oportunidad de terminar su objeción, el aliento se le atoró en la garganta cuando Kirishima presionó la punta de su miembro, cubierto en un delgado condón, adentro, entrando suavemente más y más profundo, enviando chispas que destellaban justo frente a los ojos de Yokozawa.

—¡...Nnaah...ngh! —Kirishima apoyó las manos en las caderas de Yokozawa, levantándolas con todo lo que tenía.

No importaba cuántas veces lo experimentara, la sensación de algo duro presionando su camino dentro del cuerpo de Yokozawa nunca dejaría de sentirse extraño, y saber cómo eso lo guiaría al placer simplemente hacía el cuerpo humano más fascinante a sus ojos.

No le disgustaba ser capaz de compartir esa experiencia con Kirishima en lo más mínimo, pero no podía evitar la lever resistencia que aún se acumulaba en él cada vez que se encontraba presionado abajo con las piernas ampliamente abiertas. Quizá era porque simplemente encontraba la vergonzosa e indefensa posición completamente humillante. Sólo lo permitía porque era Kirishima —él no estaba abajo porque él quisiera, él no quería ser follado así. Simplemente no podía encontrar la razón para negarle a Kirishima que tan fevientemente buscaba a Yokozawa de esa manera.

O quizá pensando excusas así a la mitad de tal acto era la única forma en que podía encontrar refugio de enfrentar la realidad. Luchó para no perderse en la necesidad de morir de la vergüenza, aún si era asaltado por el placer. ¿Cuánto más le tomaría hasta que pudiera aceptar eso como normal?

—Hngh...

—Abre los ojos. Mírame.

—No me... digas qué... hacer.

—Mírame, Takafumi.

—Cá­cállate. —Luchó por levantar sus párpados, tragándose una demacrada respiración y fijó sus ojos en los de Kirishima que lo miró de vuelta... y en ese instante, no podría haber desviado la mirada si lo hubiera querido.

Page 52: Yokozawa no baai 4

—Así mismo...

Page 53: Yokozawa no baai 4

—¡No tienes por qué... sonar tan... engreído —ahngh! —Su columna se retorció ante una estocada particularmente profunda y sus dedos se enterraron en las sábanas con fuerza sorprendente. Las embestidas se volvieron más castigadoras ahora, sellando toda protesta y dejando a Yokozawa sentirse como si hubiera sido arrastrado hacia una tormenta.

Las penetracioens comenzaron a empujarlo más y más dentro de la cama, pero las manos en su cadera intervinieron, jalándolo hacia afuera de nuevo mientras Kirishima buscaba una penetración más y más profunda, y con cada paso, se sintió aferrándose al tronco que lo taladraba.

—¡Aah—ah! —Su voz se quebró con aliento irregular. Había perdido la cuenta de cuántas veces había deseado ser libre, una vez vuelto a sí mismo, de cualquier memoria de lo que hacía al dominio de la pasión. Desafortunadamente, sin embargo, la realidad era que podía revivir tales momentos tan vívidamente como si los estuviera recreando en un sueño.

—Sigo... diciéndote... déjame escuchar tu voz aún más.

—¡Haa...ah! ¡Nggah! —Sobresaltado y trepidante como estaba a la estela de la arremetida, Yokozawa se halló finalmente deslizando sus brazos alrededor de la espalda de Kirishima y aferrándose a sus hombros al haberlos llevado a un abrazo. Los labios que presionaban besos en su sien y nuca casi quemaban.

Kirishima suavemente susurró su nombre en su oreja... y el impacto lo llevó al borde, los deseos que había estado combatiendo finalmente emergieron libres y derramó su pasión en una brillante explosión. —¡¡————...!!

Kirishima encontró su propia descarga casi en el mismo instante, llegando al orgasmo y luego colapsando encima de Yokozawa en una pila poco elegante al dejar salir el aliento que había estado conteniendo, con su trabajosa respiración mezclándose entre los dos.

Mientras la fiebre lentamente se filtraba de su cuerpo, la razón que lo había abandonado momentos antes gradualmente comenzó a tomar forma de nuevo, llenando a Yokozawa con la vergüenza de su estado.

—...Sólo, quítate de encima; estás pesado.

—Vamos, no es tan malo.

—Siento como si me fueras a aplastar. Estás un poco más redondo, ¿o no?

—Hey... ¿qué parte de mí está redonda? Si vamos a señalar las fallas del otro, podría mencionar que estás poniendo un poco de peso extra por aquí—

Page 54: Yokozawa no baai 4

—¡No me pellizques! —espetó, dando un manotazo a la mano que se había acercado para tomar un poco de la carne alrededor de la cintura de Yokozawa. Estaba bastante seguro que no había ganado peso, pero era un poco sensible acerca de perder definición.

—Sé justo lo que lo causó también: No haces suficiente ejercicio.

—...sólo querías decir eso; ahora quítate.

—¿Eh? Seguramente debes estar bromeando. No pensarás seriamente que hemos terminado, ¿verdad?

—Qu... pero, ¡ambos tenemos que trabajar en la mañana! —Seguramente Kirishima tenía que ser el que bromeaba, sugiriendo algo como esa con un semblante tan serio. Era media semana, así que realmente necesitaba que Kirishima pensara a largo plazo.

—Eres joven; ten algo de valor. Es muy pronto para que te me acobardes ahora.

—¡No trates de sugerir esto como si fuera sólo un asunto de echarle ganas o no!

—Entonces vamos a hablar sobre esto tranquilamente... luego. Tenemos una larga noche por delante.

—¡No hay nada de qué hablar!

—Mira el lado positivo. Será una gran oportunidad de obtener el ejercicio que te ha hecho falta.

—¡......! —Pero naturalmente, las protestas de Yokozawa cayeron en oídos sordos, y la noche se prolongó...

—Ugh, muero de hambre...

—Caray, me pregunto culpa de quién es eso. —El actual estado de completo cansancio de Yokozawa podía ser completamente atribuido al hecho de que había sido arrastrado directo a la habitación al llegar a casa del trabajo, ni siquiera concediéndole el placer de una comida nocturna. Dificilmente podía culpársele de la irritación que se encendió cuando Kirishima se quejó acerca del vacío de su hestomago.

El sujeto tenía demasiada energía para su edad; incluso había estado atrapado en la oficina hasta altas horas de la noche la jornada anterior debido a que tenía que lidiar con el fin de ciclo. ¿Por qué Yokozawa no lo había podido detener? Sabía que era muy poco, muy tarde, pero no podía evitar pensar demasiado las cosas.

Se juró a sí mismo a utilizar esto como una oportunidad de aprendizaje para el futuro, pero no

Page 55: Yokozawa no baai 4

podía dejar de sospechar que iba a encontrarse siendo arrastrado así otra vez con el tiempo.

—... Eso me recuerda, ¿qué trajiste para la cena?"

—Cerdo y col.

—¿Eh? —Esos eran ingredientes, no un platillo. ¿Estaba imaginando las cosas, o esto no era una buena señal...?

—Bueno, quería puerco al gengibre.

—¿No tratas de decirme que tú lo hiciste? —se aventuró y la expresión que recibió a cambio fue sorprendida.

—Cómo diablos. Me cortaría los dedos si tratara de picar la col, lo sabes. Oh, pero me aseguré de remojar el arroz y ponerlo al vapor. Y aprendí mi lección después de la última vez y compré el cerdo rebanado fino. Así que... debería estar bien.

—Dices eso como si fuera algo digno de estar orgulloso... —Las excusas de Kirishima lo dejaron exhausto, minando cualquier voluntad de arrastrarse fuera de la cama. Cuando le pidió a Kirishima que comprara abarrotes unos días antes, el sujeto había regresado con un gran bloque de carne. Se explicó diciendo que había asumido que carne era carne y eso era tan bueno como cualquier otro pero lucía genuinamente herido cuando Hiyori expresó su incredulidad ante su compra.

—El arroz probablemente ya está listo ahora, sin embargo... vamos, hagamos la cena. Me aseguraré de sacar el delantal para ti, también.

—......

No había forma de que Yokozawa tuviera siquiera remotamente la fuerza restante para preparar una comida... lo que significaba que su única otra opción era enfurruñarse en la cama, y silenciosamente se giró en el colchón y le dio la espalda a Kirishima.

—Oi... ¿Yokozawa? Espera... ¿estás cansado? ¿Holaaaaa...?

Quizá asumió que si seguía llamando, eventualmente Yokozawa le respondería, pero en cambio, Yokozawa sólo apretó sus ojos con toda su fuerza.

___________________________________________

—¿Terminaste con los bentos? Se ven deliciosos.

—Los tengo enfriando ahora, así que no piques nada tratando de probar algo.

Page 56: Yokozawa no baai 4

—¡No los he tocado!

—¡Por eso te digo que no lo hagas! —Kirishima se había asomado en la cocina justo cuando Yokozawa había colocado los toques finales en las cajas del almuerzo que había preparado, dando una palmada a la mano que se había estirado hacia ellas antes de que cualquier daño se pudiera hacer. Las cajas contenían puerco al gengibre como plato principal, la comida que Kirishima había pedido la noche anterior.

Exhausto en cuerpo y mente por ser arrastrado a la habitación en el momento que puso pie en el apartamento la noche anterior, no había sido capaz de reunir la fuerza para preparar comida alguna y aunque hubiera estado feliz de dejar que su intento de sueño fingido para quitarse de encima a Kirishima se volviera un sueño verdadero, su estómago vacío se rehusó a permitirle tal libertad. Pero aún después de arrastrarse fuera de la cama, todavía no tenía la energía para preparar algo de mérito y terminaron satisfaciendo su hambre con sobras, dejando al cerdo convertirse en su almuerzo para hoy.

En algún lugar del camino, Kirishima había hurgado dos cajas de bento, tranquilizando a Yokozawa con: “Me aseguré de encontrar dos diferentes, así nadie sacará conclusiones” Yokozawa, sin embargo, hubiera preferido que aplicara tal discresión en otros asuntos, pero esa era probablemente una orden muy grande.

—Ni un dedo sobre estos, ¿entiendes? —le recordó.

—Sí, señor~ Entiendo —aceptó Kirishima, y con eso, Yokozawa se dirigió de vuelta a la habitación para cambiarse. Dado que en ocasiones se quedaba a dormir durante la semana, se aseguró de dejar un traje de repuesto y una camisa de vestir colgando en el armario. Después de todo, ningún vendedor de su calibre podía mostrarse en el trabajo usando lo mismo que el día anterior. Rasgó la cubierta de plástico protector y se colocó la camisa, seguido de sus pantalones. Recién comenzó a atar una corbata que escogió al azar cuando Kirishima sintió que necesitaba ofrecer un comentario.

—Yo no usaría esa corbata si fuera tú.

—Es la misma corbata que siempre uso con este traje. —Además, sólo mantenía tres corbatas allí, y ninguna de las otras corbatas realmente iban con lo que tenía.

—Cambia las cosas de vez en cuando, ¿qué hay de esta?

—...Esa es tuya, sin embargo. —La corbata que Kirishima le extendió era de un tono bastante más llamativo con un patrón que Yokozawa nunca hubiera elegido para sí mismo. Podía irle a Kirishima, pero Yokozawa no creía que le hiciera justicia.

Page 57: Yokozawa no baai 4

—Y como dije, está bien. Además, se supone que uses algo de tu amante siempre que te quedas a dormir en su casa.

—¿Quién dice?

—Sólo confía en mí. Te verás grandioso con esta... mira, incluso la ataré por tí; mira al espejo.

—...Haz lo que quieras. —El sujeto todavía parecía estar en su mejor ánimo por la noche anterior. Deslizó sus brazos por debajo de los de Yokozawa, forzándolo a levantarlos de modo que no se entrometiera en el camino mientras Kirishima se encargaba de atar la corbata.

—...es difícil atar la corbata de alguien más...

—Entonces lo haría yo mismo, caray...

—Qué diablos... sólo era un comentario. Casi termino, así que cállate y déjame terminar.

—Sí, sí... —Posiblemente no estaba acostumbrado a atar corbatas dado que rara vez usaba una. Yokozawa no podía evitar pensar que sería más rápido solo rendirse y hacerlo él mismo, incapaz de relajarse apropiadamente mientras observaba a Kirishima hacer los movimientos, cerrando los ojos para distraerse. El calor corporal que se filtraba por su espalda, el peso de la cabeza de Kirishima descansando en su hombro, la presencia de sus dedos cerca de su pecho, todo trabajaba en conjunto para mantener a Yokozawa alerta y al borde. ¿Cómo se suponía que describiera ese sentimiento de inquietud...?

—Listo, ¿qué piensas? —A la pregunta de Kirishima, él abrió los ojos, mirando fijamente al espejo, y aunque se resistía a inflarle el ego a Kirishima más de lo que ya lo tenía, tenía que admitir que en realidad no se veía ni la mitad de mal.

—...está bien, supongo.

—Vamos, no seas tímido... Te ves genial, te lo estoy diciendo.

—Como sea, ¿cuánto más estás planeando colgarte de mi? Si ya terminaste, quitate. —Bajó las manos para apartar a Kirishima que había colocado las suyas en su cintura, sujetándolo por los dedos, finalmente soltándose de su abrazo. Un día entre semana era dificilmente el momento para dejarse llevar. —Sabes... no hay razón para que vengas a la oficina conmigo. ¿Por qué no te relajas de vez en cuando? —A diferencia de la división de ventas, los editores trabajaban en horarios flexibles, así que dado que Hiyori no volvería de su excursión hasta la siguiente tarde, Kirishima podía permitirse el lujo de llegar un poco más tarde de lo usual.

—¿Qué? ¿No quieres que vaya contigo, entonces?

Page 58: Yokozawa no baai 4

—No podria importarme mentos; no soy un niño que necesita un chaperón.

—Qué idiota... ser un niño es divertido. ¿Qué hay de malo en revivir tu infancia?

—Tú eres muchísimo más idiota de lo que yo nunca podría ser. —El sujeto podía estar brotando flores en su cabeza, pero cuando le regresó el comentario, en cambio recibió una risa sorprendida.

Entró al baño, usando algo del producto de Kirishima por su cabello antes de volver a la cocina, donde encontró las cajas bento ya afuera y selladas con sus tapas.

—Ah... envolví nuestros bentos.

—...Sí, puedo verlo. —Los extremos del pañuelo que envolvía cada caja habían sido atados en nudos de abuelita, que aunque no eran bonitos, eran pasables. El sujeto realmente quería ayudar de alguna forma. —De acuerdo, Sorata, ya nos vamos. Cuida del lugar mientras nos vamos —le dijo al gato, que se sentó en el tope de su pequeña torre erigida en la sala, viendo hacia la ventana. La adquisición había sido una compra impulsiva de Kirishima cuando los tres visitaron una tienda de muebles para el hogar un tiempo atrás. Sorata había estado un poco dudoso sobre la torre al inicio, pero ahora parecía haberse acostumbrado a ella completamente.

—Hey, ¿has visto mi reloj, Yokozawa?

—Claro que no, ¿lo dejaste en la habitación? Y avíspate... vamos a llegar tarde. Me adelantaré a sacar la basura.

—Oi, espérame un minuto, ¿quieres?

—Esperaré... abajo.

—No, ¡espérame en el genkan!

Yokozawa ignoró la súplica, tomando la bolsa de basura incinerable y el fajo de revistas que debían ser tirados mientras salía del apartamento. El complejo de apartamentos de los Kirishima permitía que la basura fuera colocada cualquier día de la semana, con Kirishima a cargo de la basura normal y Hiyori a cargo de separar los reciclables.

Poniendo un pie en el elevador, Yokozawa dejó salir un suspiro; el buen ánimo de Kirishima esa mañana ya lo habían dejado exhausto antes de que siquiera comenzara el día. Si lo presionaran para admitirlo... estaba lejos de ser infeliz de que finalmente hubieran encontrado un poco de tiempo juntos a sola. Era simplemente que no sabía cómo responder ante tanta energía... —...caray...

Tiró para abrir la puerta del contenedor de basura y puso la bolsa y paquete en sus lugares

Page 59: Yokozawa no baai 4

respectivos, pero cuando se movió para cerrar la puerta de nuevo, una voz lo llamó por detrás.

—Buenos días.

—Oh, buenos días... ¿Iokawa­san? —Cuando se giró, allí estaba Iokawa, a quien se había encontrado solo dos noches antes. Parecía que también había salido a tirar su basura, y Yokozawa sostuvo la puerta para evitar que se cerrara, presionando una mano en ella.

—Ah, lo siento... muchas gracias.

Volver a encontrarse con el sujeto así sugería que las coincidencias tendían a repetirse. —Veo que pasó la noche en casa de Kirishima­san ayer, ¿verdad?

—Oh... ah, sí. Como que me pasé un poco con las bebidas, así que... —La suposición de Iokawa, dada la aparición de Yokozawa a esa hora en la mañana, no estaba tan lejana a la realidad, y reaccionar de más a cada pequeño comentario sólo generaría sospecha. Si eran tan cercanos para que Kirishima invitara a Yokozawa de vez en cuando, entonces era lógico que dejara que Yokozawa se quedara la noche sin ser muy extraño. No había razón para que Iokawa sospechara nada malo de su relación en absoluto.

—¿Está bien su resaca, entonces?

—En realidad no tiendo demasiado a tener resaca. Así que, ¿siempre sale a esta hora hacia el trabajo, Iokawa­san? —preguntó inocentemente, en un intento de cambiar el tema.

—Usualmente salgo un poco más tarde, en realidad, pero desperté temprano esta mañana por alguna razón. Excepto que parece que olvidé algo en mi apartamento y debo volver, así que ahora el inicio temprano ha sido un desperdicio. —Se rió por su propio estado y Yokozawa fue recordado, así como noches anterior, que el sujeto parecía algo despistado. —OH... y estoy seguro de que en realidad no quiere oir esto, pero... hablé con mi novia por teléfono luego del incidente la otra noche, y hemos decidido romper formalmente.

—...Ya veo. —Quizá creyó que Yokozawa merecía escuchar cómo habían terminado las cosas luego de haber sido arrastrado a involucrarse. Por su expresión, al menos, Iokawa parecía refrescado, aliviado en comparación con dos noches antes.

Todos lidiaban con el amor de forma diferente, y Yokozawa difícilmente tenía la experiencia en el acto para irle dando consejos a otros, pero sospechaba que Iokawa encontraría a alguien más apropiado en el futuro.

—He estado un poco preocupado con este asunto últimamente, pero ahora puedo poner todo mi enfoque en el trabajo. Tengo la intención de hacer una jornada intensiva de ventas, para que

Page 60: Yokozawa no baai 4

lo sepa... ¡no voy a perder contra usted, Yokozawa­san!

Mientras regresaban a la entrada del complejo, con la declaración de Iokawa en sus oidos, Kirishima salió del elevador. —Maldición, Yokozawa... ¡Te dije que esper... Ah, ¿Iokawa­san?

—Oh, Kirishima­san. Buenos días.

—Buenos días. ¿También va al trabajo, Iokawa­san? —Su pregunta reflejó la pregunta de Yokozawa de más temprano. Esa era probablemente el único tipo de conversación que uno fácilmente podía sostener con alguien que solo llegaba a conocido casual.

—No... he olvidado algo en mi apartamento, así que estaba a punto de regresar. Y luego de que me iba tan bien habiendo comenzando antes también... ¡soy tan torpe! Oh... muchas gracias por dejar que mi sobrino pasara por su casa el otro día. Estaba muy emocionado de obtener un regalo en respuesta.

El sobrino de Iokawa le había llevado un regalo para su cumpleaños, y al ser consultado por la niña de qué tipo de regalo le gustaría a un niño, Kirishima y Yokozawa se habían roto la cabeza pensando en algo apropiado.

—Es bueno escuchar eso, suena como que fue buena decisión el escoger algo junto con Hiyori. Por cierto, ¿cuándo usted y Yokozawa se hicieron tan cercanos?

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Yokozawa por la pregunta; ellos sólo habían estado charlando, ciertamente nada sospechoso.

—Oh, nos encontramos en un bar antenoche. Él estaba sentado en una silla detrás de la mía.

—¿Antenoche?

—Ah... eso fue luego de la cena de negocios de la que te hablé; simplemente tropezamos.

—Ya veo... aunque es la primera vez que escucho sobre esto. —Sus ojos, sin embargo, acusaban un Tú nunca me lo dijiste.

—Simplemente no tuve la ocasión de mencionarlo. —No había hecho nada malo, pero traer el hecho de que había estado presente cuando Iokawa discutía con su nombre hubiera violado la privacidad de Iokawa.

—Él como que fue arrastrado dentro de mis problemas, y me temo que lo molesté bastante. Pero luego de que conversamos un poco después, ¡estaba bastante sorprendido de averiguar que él es un vendedor como yo!

—¿Vendedor?

Page 61: Yokozawa no baai 4

—Aparentemente Iokawa­san es un vendedor para Fujino Books.

—¿Es eso cierto? Mi hija es una ávida lectora de sus libros para niños.

—¿De verdad? ¡Eso es genial! Difícilmente tengo la oportunidad de conocer a otros en mi línea de negocios, así que me emocioné algo con la conversación cuando descubrí que Yokozawa­san estaba en ventas también.

—Hmmm... sólo negocios, ¿eh?

—Me encantaría charlar de nuevo si tenemos la oportunidad.

—Oh, yo también, en todos los sentidos... estoy muy curioso de saber qué tipo de cosas dijo Yokozawa.

—Y ya te dije que no fue nada especial. —Sudor frío bajó por su espalda mientras luchaba contra el pánico de que Kirishima fuera a soltar algo acerca de su relación... decidió no podía dejar que ninguno de los dos conversara más, y rápidamente terminó el intercambio. —¡Oh... mira la hora! En verdad tenemos que irnos... ¡llegaré tarde al trabajo! —sugirió, mirando fijamente a su reloj.

—Sí, tienes razón. ¿Nos vamos?

—¡Oh, mis disculpas por retenerlos!

—Para nada; fue un placer volver a verlo. Bueno entonces, nos vamos. —Kirishima ofreció a Iokawa un asentimiento con la cabeza antes de salir.

—¡Hey... espera! Ah, lo siento, tengo que irme. —Yokozawa asintió también antes de trotar para alcanzar a Kirishima, nervioso. Aproximándose al hombre y devanándose los sesos sobre cómo explicarse, notó que Kirishima estaba decididamente de mal humor ahora.

—...Tú fuiste asquerosamente amable con él —señaló malhumorado, encendiendo la irritación de Yokozawa. No recordaba haber sido particularmente amistoso con Iokawa, ni había hecho nada que mereciera la ira de Kirishima.

—Fue pura coincidencia cuando nos encontramos antes, lo que nos guió a hablar un poco, y eso fue coincidencia también. La mayoría de la gente saludaría a un mero conocido cuando se topa con ellos, ¿verdad?

—Parecía más que un “mero conocido” para mí.

—Ambos estamos en ventas; claro que hay afinidad entre nosotros.

—Quizá. Pero... no te hubiera matado el contarme antes, al menos. —Tal vez simplemente

Page 62: Yokozawa no baai 4

estaba irritado de que algo hubiera pasado y no supiera sobre eso... y Yokozawa sí se sentía un poco de culpa en lo que respectaba a no contarle a Kirishima sobre su encuentro, pero en realidad, era algo que difícilmente merecía tal acusación.

—Y como dije... simplemente no tuve la oportunidad de mencionarlo. Has estado bastante ocupado últimamente...

—Podrías haberlo dicho ayer.

—¿Y de quién fue la culpa de que no tuvieramos un momento libre para hacer eso? —la noche anterior difícilmente había sido el mejor momento para conversar, Kirishima tenía que saberlo mejor que nadie.

—No te hubiera tomado más de 5 minutos para mencionar que te tropezaste con él.

—Dios que eres molesto; no es tu maldita incumbencia con quién me asocio.

—¿No es de mi incumbencia?

—!……! —El error en las palabras escogidas le llegó de golpe... no debió haber usado tal lenguaje. Aún si eso no le concernía a Kirishima, ese no era el tipo de cosas que le decías a alguien con quien estás en una relación. Sabía que el comportamiento de Kirishima era simplemente un producto de celos, pero ser acosado así había empujado a Yokozawa al límite. —Quiero decir... sólo... no es nada de lo que debas preocuparte... es lo que estaba tratando de... decir...

—...no estoy preocupado, sólo irritado. —Yokozawa, más que la mayoría, podía entender lo que los celos podían hacerle a una persona; pero él no había hecho nada, ni nunca haría, para traicionar a Kirishima, y tales reacciones exageradas ante un parloteo casual era simplemente molesto.

¿O en realidad era tan poco digno de confianza? —...Bien, entonces quédate enojado si eso quieres —escupió, aplicando la ley del hielo en Kirishima por el resto de su viaje.

Había sido una cosa tan pequeña... pero ahora ambos estaban en sintonías muy diferentes.

___________________________________________________

Ni Yokozawa ni Kirishima hablaron otra palabra por el resto de su viaje, el silencio se prolongó hasta que llegaron a la oficina. Siendo que iban hacia el mismo lugar, difícilmente podían separarse en algún punto durante el camino, así que el insoportablemente incómodo viaje empezó.

Page 63: Yokozawa no baai 4

Se habían visto una vez más durante la reunión que había recién terminado, pero no habían intercambiado una sola palabra durante ese tiempo, y dando una mirada fugaz hacia Kirishima, ocupado con los otros editores, Yokozawa se levantó preparándose a dejar.

Sabía que situaciones como esa debían ser resueltas más temprano que tarde, pero estaba reacio a ser el primero en ceder, y además... no había encontrado un solo momento para entablar una conversación incluso si lo quisiera. Tendría que esperar por un poco más de tiempo, y mientras dejaba salir un suave suspiro para sí mismo, se crispó cuando una mano se posó en su hombro desde atrás, sorprendiéndolo.

—Una palabra, Yokozawa.

—... Oh, eres tú, Masamune.

—¿Qué te pasa hoy? No es tu costumbre estar tan distraído.

—¿Lo estoy? Quizá porque no dormí mucho anoche. —Lo que no era una mentira. Había trasnochado tratando de aguantarle el paso a Kirishima, que no parecía inclinado a disminuir el paso en ningún momento.

—¿Te sientes bien?

—Sí. Si puedo salir de esta semana, las cosas estarán bien.

—Bueno... no te presiones demasiado. … Hey, ¿tus gustos cambiaron?

—¿Qué quieres decir? —Sus cejas se fruncieron ante el comentario salido de la nada.

—No, sólo... tu corbata; no es realmente un patrón que te haya visto usar ante. No solías usar este tipo de cosas antes, ¿verdad?

—...Oh, yo solo... lo tenía por allí... —Ningún otro miembro de su departamento lo había mencionado, así que se había olvidado por completo de que estaba usando la corbata de Kirishima hoy. No habría esperado que fuera Takano de entre todos quien lo notara y ahora se encontraba bastante nervioso.

—Hey, ¿por qué te estás alterando?

Tratar de encontrar una excusa sólo lo haría parecer más sospechoso, y después de un momento de duda, se lo sacudió con un inofensivo: —...¿crees que se ve raro?

—...supongo que está bien. No se mira mal, de hecho.

—O­oh, okay... —Sus labios inconscientemente se curvaron en una sonrisa por el halago, pero dándose cuenta de esto recompuso sus facciones una vez más. No habían estado peleando

Page 64: Yokozawa no baai 4

esa mañana cuando Kirishima le ayudó con la corbata.

Llevó sus dedos hacia arriba, frotándolos sobre el nudo que Kirishima había atado.

¿Por qué... habían peleado por algo aparentemente tan insignificante...?

—Oh... lo siento, me quedé en lal una. Acerca de la feria que se acerca... —Yokozawa se metió de vuelta en modo trabajador, llevando toda su atención a la discusión con Takano, pero pronto sintió como si alguien lo estuviera viendo, y dando una mirada casual hacia su lado, encontró a Kirishima viéndolos fijamente con expresión ferrea.

—¡¡... …!!

—...¿Yokozawa? ¿Me estás escuchando?

—Por supuesto —regresó al asunto, pero no pudo sacudirse la apariencia de Kirishima en su mente. Siendo honesto, ninguno de los sentimientos que tenía por Takano antes permanecía ahora, y aunque todavía sentía algo de vergüenza por cómo había actuado antes, todo lo que sentía por Takano era el sencillo afecto de un amigo.

El consuelo de Kirishima que no tendrás que olvidarte de cómo lo amaste le había permitido llegar a un acuerdo con sus propios sentimientos. Si hubiera estado convencido de que definitivamente tenía que olvidar, superarlo, probablemente sólo habría hecho el rechazo golpear más duro, y posiblemente no hubiera sido capaz de recuperarse.

¿Qué demonios pasaba con Kirishima hoy...? Justo cuando pensaba que el sujeto estaba de buenos ánimos, su humor había tomado un repentino y agudo pique. Seguramente había algún límite al término “inestabilidad emocional”.

—Así que contaré con tu ayuda en tal aspecto.

—Oh, si, claro. Déjamelo a mi.

—¿...qué pasa?

—No... es nada. —Sin darse cuenta, Kirishima había salido del salón de conferencias. El Kirishima usual habría posiblemente caminado hacia ellos entrometiéndose en su conversación con Así que, ¿de qué están hablando ustedes dos?

—Muy bien entonces; te enviaré un correo cuando tenga los detalles.

—Claro, listo. —Takano hizo su retirada y Yokozawa se dio cuenta que él era el único que quedaba en el salón vacío. El silencio inquietante era bastante sombrío, y rápidamente salió de

Page 65: Yokozawa no baai 4

la habitación.

Comenzaba a sentir que si dejaba las cosas entre Kirishima y él de la forma en que estaban, la situación sólo empeoraría, y aún así todavía no tenía la más mínima pista de cómo actuar para resolver las cosas. Al menos, él sentía que no era quien tenía que disculparse. No estaba al tanto de que hubiera hecho algo malo, después de todo, y aunque sí se sentía mal por herir los sentimientos de Kirishima con sus comentarios, la reacción del hombre había sido demasiado intolerante en primer lugar.

¿Pero qué hacía que Kirishima se sintiera tan irritado acerca de Iokawa para comenzar? Había estado bastante desasosegado la primera vez que se vieron también.

—¡Ah, bienvenido de vuelta! Estaba planeando pedir ramen para el almuerzo, ¿qué hay de usted, Yokozawa­san? —Henmi le habló, con billetera en mano, cuando regresó al piso de ventas.

—Oh... ¿hora de almuerzo ya? Comeré aquí hoy.

—¡Qué raro que haya comprado un almuerzo listo!

—Uh, sí... bueno —No era tanto comprado como hecho por él mismo, pero no había razón para anunciar este hecho.

—Eso me recuerda... cuando pasé por Japun más temprano, ¡Kirishima­san estaba mostrando su bento! Me pregunto si su hija se lo hizo. Caray, eso suena tan bien...

—...Sí, supongo que sí. —Con no poca cantidad de alivio de que Henmi no pareciera sospechar que Yokozawa lo había preparado, optó por no sacar su propio bento donde Henmi pudiera verlo.

—¡Tal vez intentaré arreglar uno para mí alguna vez! ¿Eh? ¿A dónde va, Yokozawa­san?

—No es asunto tuyo. —Apresuradamente reenvolvió la caja de bento y tomó sus cosas, levantándose para marcharse en busca de un lugar donde pudiera comer en paz. Decidiendo que se haría cargo de sus rondas luego de terminar su almuerzo, metió los materiales necesarios en su bolsa también.

Primero consideró ir hacia el techo, pero no podía descontar la posibilidad de que alguien de la oficina tuviera la misma idea, así que decidió ir hacia afuera. Había un gran santuario localizado a poca distancia de la oficina; tendría bancas y posiblemente pocos visitantes, dado que no era la estación para observar flores. La luz del sol todavía era bastante brutal, pero el calor al menos ya no era opresivo. A veces era bueno salir de la oficina para el almuerzo.

Page 66: Yokozawa no baai 4

Tomó una pausa en el camino para comprar una bebida de una máquina expendedora antes de buscar un rincón poco poblado en el territorio del templo para instalarse. Mirando a su alrededor, se sorprendió de encontrar no solo a parejas turistas y padres caminando con sus hijos, sino también uno que otro ejecutivo tomando un descanso. Era posiblemente más fácil relajarse allí afuera que en los confines de la oficina.

—Qué... —Un escalofrío lo agitó cuando finalmente levantó la cubierta de su bento. Él sabía que no había puesto nada encima del arroz esa mañana... pero ahora allí había una capa de nori dispuesta de una forma bastante torpe. Obviamente había sido cortada a mano... y colocada encima del arroz con forma de corazón. —Ese bastardo...

Page 67: Yokozawa no baai 4

Eso sólo podía ser obra de Kirishima. Había pensado que el sujeto había estado cureoseando

Page 68: Yokozawa no baai 4

en los bentos y debió haber sido para hacer eso. Se encontró sin palabras ante lo ridículo que podía ser Kirishima. Si no hubiera peleado esa mañana... quizá habría sido capaz de reirse de eso, pero en ese momento, sólo podía sentirse vacío.

—¿Por qué diablos soy yo el que está aquí sintiéndose ansioso... —Su sorpresa pronto cambió a irritación; había estado allí preocupándose por la situación él solo, pero luego luego de murmurarse sobre los contenidos del bento, no podía evitar sentirse un poco molesto también. —Maldición, ni diablos que seré yo el primero en ceder.

Sabía que era puro orgullo infantil, pero se prometió eso, esta vez al menos, no sería él que que cedería terreno.

________________

—Ugh...

¿Qué estaba haciendo Yokozawa allí? Matando tiempo en un parque porque no se atrevía a ir a casa... estaba actuando como un niño con miedo de ser reprendido por su madre.

Kirishima le había informado con términos intransigibles el día anterior que también debía ir al apartamento ese día, pero no le había recordado esa promesa ese día... como tal, había planeado en volver a su apartamento.

En su enésimo suspiro en muchos minutos, sin embargo, un gato callejero apareció vagando, frotándose contra sus piernas. —...Oi, no estoy de humor para jugar contigo, así que márchate, vete... —gruñó, pero eso sólo parecía atraer aún más gatos. No era como si fuera por allí llevando bocadillos o nada de ese tipo, los gatos sólo parecían agradarle. —Ugh, bien, hagan lo que quieran... ¡Ah!

Su celular comenzó a vibrar en su bolsillo, causándole una sorpresa mayor de lo que típicamente haría, quizá por su estado distraído. Se sacudió, provocando que los gatos se deslizaran lejos de él. —Maldición, no me asustes así...

Cuidadosamente miró la pantalla de identificación del contacto... como era de esperarse, allí estaba el nombre de Kirishima. Incapaz de contestar inmediatamente, miró fijamente al teléfono vibrando insistentemente por un rato... pero nunca se detuvo, dando lata para obtener su atención.

Medio consideró sólo colgar la llamada, pero al final, se armó de valor y presionó el botón de

Page 69: Yokozawa no baai 4

“contestar” —...Sí.

—Así que finalmente respondes. Será mejor que no me digas que planeas no venir esta noche, Yokozawa. Ya ordené comida para dos, así que apúrate y trae tu trasero aquí.

—.........

El tono arrogante hizo arder en irritación a Yokozawa; como sospechaba, realmente hubiera sido mejor si sólo hubiera colgado la llamada antes de contestarla... y entonces, Kirishima continuó con un dejo de bochorno enlazado a su tono.

—Es que... si no vienes a casa, entonces... no puedo explicarme.

—...¿Eh? —Era la respuesta más estúpida que Yokozawa podría haber dicho, pero era todo lo que podía murmurar.

—Lo que quiero decir... sólo... estoy arrepentido.

—...¿Arrepentido de qué?

—Tú sabes... sobre... esta mañana. —Parecía que estaba tratando de disculparse por su comportamiento anterior, pero si el sujeto simplemente no se explicaba qué exactamente estaba tratando de enmendar, Yokozawa no tenía forma de responder a sus esfuerzos.

—......... —Mientras se quebraba la mente para tratar de decidir cómo continuar desde allí, uno de los gatos callejeros volvió a acercarse, rasguñando a Yokozawa por su atención.

—¡Ow... maldición, deja eso tú pequeño...! —le gritó al animal, sosteniendo el teléfono en una mano y acallando su voz para evitar que Kirishima escuchara al otro lado... pero falló.

—Oi... ¿con quién estás? No me digas que en verdad estás engañando...

—Qué dem... ¿¡A quién rayos estás acusando?!

—¿Entonces quién es?

—¡Es un gato, iditoa! —No quería realmente que Kirishima supiera que un grupo de gatos intentaba que él jugara con ellos, pero difícilmente tenía elección ahora.

—...¿un gato? Espera, ¿dónde estás?

—En... el parque, cerca de tu casa. —Kirishima podría haber sospechado que estaba en casa de alguien, y realmente no estaba de ánimo para hacer que el sujeto hiciera alguna otra conjetura ridícula. Estaba completamente preparado para ser molestado sin piedad por vagar y arrastrar sus pies para matar tiempo, pero la respuesta que recibió fue decididamente

Page 70: Yokozawa no baai 4

inesperada.

—...De acuerdo, iré por ti así que espera allá.

—¿Eh? Espera... ¿venir por mí? ¿Qué estás... —Pero la línea se cortó con un click. ¿Acaso el sujeto hablaba en serio? Aún así, después de haber sido ordenado que esperara, probablemente era mejor no irse ahora. Miró fijamente al teléfono en su mano, la llamada terminó, cuando otro gato hizo un movimiento hacia él. —Demonios, ya te dije que no puedo jugar en este momento, por favor... sólo, ¡ya basta! —Mientras se paraba allí, nervioso de cómo lidiar con el insistente felino, la risa resoplante de alguien alcanzó sus oidos.

—¡Pffft, jajaja! —La risa no aminoraba y Yokozawa sintió una oleada de vergüenza al haber sido capturado peleando con un gato. Levantó la cabeza para explicarse... cuando se encontró con un rostro familiar. —Lo siento, no quise reirme... ¡de verdad! Sólo no pude evitarlo. Usted realmente es una buena persona, ¿no, Yokozawa­san?

—Iokawa­san...

—Encontrarnos dos veces en el mismo día... ¡debe ser el destino! Casi “predestinado” incluso, ¿no lo cree?

—Supongo. —Dado que se manejaba en círculos similares, era muy posible que se encontraran el uno al otro más y más ahora... aún así, no era raro sentir algún tipo de conección, encontrándose con tanta frecuencia como hasta ahora.

—¿Le importa si me siento a su lado?

—Es libre de hacerlo.

Conforme Iokawa se acercaba a la banqueta, todos los gatos se dispersaron, yendose por distintas vías. —Aww, supongo que no les agrado.

—Estoy seguro que solo son tímidos.

—Espero que ese sea el caso; ¿usted frecuenta este parque, Yokozawa­san?

—No diría que lo frecuento, pero... —Sí le gustaba usarlo como atajo para llegar al apartamento de los Kirishima al volver de compras.

—Me gusta pasar por aquí y tomar una cerveza por las tardes cuando la luna está bonita. Los árboles de cerezo por aquí florecen hermosos en Primavera, así que tengo mi propia fiesta personal para ver las flores. Aunque los árboles detrás de mi complejo de apartamentos son bastante agradables de ver también. —El complejo donde vivían los Kirishima tenía algunos árboles de cerezo plantados en sus terrenos, permitiendo que los residentes disfrutaran su

Page 71: Yokozawa no baai 4

florecimiento por un tiempo relativamente más largo, y Yokozawa había visto algunas familias relajándose afuera y disfrutando la vista.

—¿Vive solo en su apartamento, Iokawa­san?

—Sí... aunque debo confesar, en realidad sólo estoy cuidando la casa para unos parientes mientras están fuera del país. Me estan dejando vivir aquí sin pagar renta mientras están fuera a cambio de cuidar el lugar.

—Cuidar de las cosas de alguien más siempre tiende a hacerlo a uno más cuidadoso de lo usual, ¿eh? —Claro, había ventajas de vivir libre de renta en un condominio tan expansivo como esos apartamentos, pero cuidar del lugar parecía que le haría daño a tus nervios.

—En efecto. Soy sólo un huésped pasajero, así que tengo que tener cuidado de no ensusiar o rayar nada. Siempre como fuera, sin embargo, por lo que he conseguido no echar a perder la cocina por lo menos. Siempre había soñado con vivir en un apartamento muy espacioso así, pero ahora que lo he intentado... siento como que es un poco demasiado para mí. ¿Qué hombre soltero necesita una casa con 2 habitaciones, sala, comedor y cocina para él solo? —Se encogió de hombros con una sonrisa irónica.

—Tiene un punto... si todo lo que hace es usarlo para dormir, un sitio más compacto podría sentirse más manejable. —Sus períodos de mucho trabajo le dejaba poco dispuestos a cocinar algo para sí mismo, y había veces que no podía ni siquiera reunir la voluntad para limpiar alrededor de su lugar. En ese sentido, Sorata y Hiyori habían sido algo así como un regalo del cielo. Tener a alguien de quién ocuparse lo ayudó a pasar los tiempos difíciles.

—¿También vive solo, Yokozawa­san?

—Ah... sí, aunque tengo un gato. —Excepto que dicho gato se encontraba actualmente disfrutando una confortable vida con los Kirishima.

—Ya veo... así que eso explica porqué estaba rodeado así antes. ¡Probablemente sienten su aura de “amante de los gatos”!

—No sé sobre eso...

—Siento envidia; a los animales no les agrado. Siempre me rehuyen.

—¿Quizá es demasiado rígido alrededor de ellos? —Los animales podían sentir cuando alguien se les aproximaba con nervios, y convencerte a tí mismo de que no “eres bueno” con ellos sólo guiaría a que ellos te dieran bastante espacio.

—Takafumi —lo llamó alguien, su nombre deslizándose mientras Yokozawa se movía para

Page 72: Yokozawa no baai 4

continuar la dispersa conversación con Iokawa.

Fuera de su familia sólo había una persona que lo llamaba así. —¡¡.......!! —Kirishima realmente había llegado por él, y aunque estaba haciendo lo mejor por ocultarlo, su respiración desigual sugería que había corrido todo el camino. Estaba vestido con una camiseta y jeans, y en sus pies tenía los tenis que prefería en sus días libres.

—Buenas tardes, Iokawa­san. ¿Le importa si interrumpo su placentera conversación?

—¡Ah, Kirishima­san! ¿Fuera para hacer compras? —Quizá el hecho de que Kirishima fuera con las manos vacías había sacado esa pregunta.

Pero Kirishima no tuvo pelos en la lengua para contestar. —No; vine a recoger a Yokozawa.

Page 73: Yokozawa no baai 4

—¿Qué ...! —Enunciado sus intenciones de esa forma dejaba espacio para que Iokawa

Page 74: Yokozawa no baai 4

adivinara la naturaleza exacta de su relación. Una cosa era hablar así con alguien que sabía que a Kirishima le gustaba bromear con chistes subidos de tono de vez en cuando, pero Iokawa no tenía ni idea de ese aspecto de su personalidad.

—Ah, ya veo. Ustedes dos realmente son cercanos, ¿o no? —Iokawa no parecía tan perturbado por el comentario, simplemente admirando su relación aparentemente platónica. Yokozawa dejó salir una silenciosa plegaria de gratitud de que el sujeto no pareciera ser tan sagaz.

—Así es; escuchamos eso todo el tiempo. —Él quería encontrar una forma de hacer que se callara, pero no podía permitirse hacer ningún movimiento en falso.

—Debo decir, ¡estoy bastante celoso! Ah, si no le importa, ¿le gustaría salir a tomar un trago juntos alguna vez? ¡Me encantaría charlar con usted también, Kirishima­san!

—Absolutamente, me encantaría. Sin embargo... en el futuro, apreciaría si todo contacto con Yokozawa lo hiciera a través de mi. Tenemos planes juntos en el futuro cercano, así que ¿le importaría guardar su distancia?

Un estremecimiento recorrió a Yokozawa por lo totalmente obvio que estaba siendo en su intento de mantener a Iokawa a raya. —¡Hey­...!" —comenzó, posando una mirada furiosa en Kirishima.

—¡Entendido! ¡Usted casi suena como su manager! —Iokawa rió, gracias a Dios tomando el lenguaje de Kirishima como broma y completamente pasando por alto el verdadero significado de todo eso.

—Bueno entonces, nos marchamos ahora. Tenemos asuntos bastante urgentes que atender, así... vamos a casa, Takafumi —Tomó el brazo de Yokozawa, hacíendo que se levantara del banco, y se alejaron.

—¡¿......?! —Ni siquiera tuvo la oportunidad de ofrecerle una despedida a Iokawa antes de que fuera prácticamente arrastrado mientras Kirishima se alejaba a trote, apresurándose por el camino de vuelta al apartamento. Los dedos clavándose en la muñeca de Yokozawa le dolían, e incapaz de seguirle el paso al ritmo de Kirishima, se tropezaba con frecuencia en el camino. —Qué diablos... ¡deja de arrastrarme!

Cuando se sacudió la mano que sujetaba la suya, Kirishima al fin aminoró su ritmo. Había pensado que habían logrado reestablecer su relación en algún lado con la llamada de más temprano, pero las cosas ahora simplemente eran incómodas otra vez. Sin embargo, morderse la lengua ahora... sólo guiaría a repetir lo de esa mañana, y con gran esfuerzo, Yokozawa habló en un tono normal. —¿Cual era el punto en marcharse así de todos modos? Vive en el mismo

Page 75: Yokozawa no baai 4

complejo que tú, ¿sabes?

—No podría haber durado otro minuto con él.

—¿Eh?

—No... lo siento, sólo... me hablaba a mí mismo.

Yokozawa dejó salir un gran suspiro por la evasiva de Kirishima. —Sólo para que sepas... el otro dia y esta mañana también fueron solo coincidencias. No hay nada ocurriendo o lo que sea que deba causarte preocupación. —Se aseguró de añadir entre líneas que Kirishima no tenía terreno para desconfiar de nada, lo que provocó una mueca abochornada.

Kirishima replicó, con tono un poco malhumorado, mientras se explicaba. —Lo sé... y confío en tí, realmente lo hago.

—¿Entonces por qué...?

—Porque... ¡porque no puedo evitar ponerme celoso! Si te hace sentir mejor, estoy tan impresionado como tú. Nunca esperé que resultaría ser tan... demonios, mezquino

Dándose cuenta de que Kirishima también ocasionalmente se encontraba a sí mismo abrumado por una inhabilidad de controlar sus emociones... Yokozawa sintió la energía bajar de sus hombros. Quizá... había tenido expectativas irrazonables para el sujeto todo ese tiempo.

Era mayor que Yokozawa, había experimentado bastante más... así que en algún lugar bastante profundo, él debió haber asumido que sería más inteligente en cómo conducirse a sí mismo. Pero el amor le roba a la gente su razón y sensatez... y si eres capaz de mantener la cabeza en una relación con alguien, entonces probablemente no era amor verdadero en primer lugar.

—Perdón por... ser un cretino.

—Lo dices como si no fueras un cretino todo el tiempo —dijo riéndo, dándose cuenta de que Kirishima había finalmente entendido lo infantil que podía ser.

—Sí... supongo que tienes un punto. —Yokozawa tuvo que tragarse la sorpresa por lo fácil que Kirishima parecía aceptar esto como un hecho... apenas se había terminado de disculpar; ¿No era muy pronto para cambiar de ánimos?

—Entonces, ya que pareces haberte dado cuenta, trata de actuar un poco más normal. ¿Qué si él capta la idea errada sobre nosotros?

—Quizá quería que lo hiciera.

Page 76: Yokozawa no baai 4

—¿En?

—Debo poner algunos límites.

—¿Por qué te ensañas con ese tipo? No hay razón para que le guardes algún rencor. —Cuando paraba a pensar sobre eso, esa simple pregunta descansaba en el centro de todo ese asunto. Kirishima generalmente era bastante sencillo de tratar en el exterior, y aunque tenía sus momentos de celos, no era del tipo que dirigía su ira contra las personas que no tenían cartas en el asunto.

—Algo me dice que él no es bueno.

—¿De qué forma?

—No lo sé. Sólo... no puedo evitar sentirme enfadado cuando los veo charlando. ¿Qué daño hay en un poco de celos?

—No trates de culparme. —En otras palabras, parecía que ni siquiera Kirishima entendía la razón detrás de sus acciones.

—Sólo... por todos los cielos, no dejes que te cortejen en un parque de todos los sitios. Prácticamente estás indefenso, así que tengo que quedarme quieto conteniendo mis celos.

—¿Quién diablos estaba siendo cortejado? Eres un idiota. —Era totalmente ridículo, ver una simple charla como coqueteo. Si Kirishima se ponía celoso sobre algo tan trivial, pronto comenzaría a ver a los colegas de Yokozawa como rivales. Además, Yokozawa había sido el que se preocupó por todo, tal como lo veía; no podía soportar que Kirishima hablara como si hubiera sido la única víctima aquí.

—Sólo te pido que no vayas por allí sin pensarlo siendo amable con todos los que ves.

—Ser grosero con mis atributos sólo asustará a la gente. —Él tenía una expresión bastante severa para comenzar, y no cambiaba mucho tampoco. La gente tendía a asumir que estaba en un eterno mal humor a menos que abriera la boca para asegurar lo contrario, así que hacía todo su esfuerzo por ser tan educado como pudiera con los que lo rodeaban.

—¿Y qué? Yo debería ser el único que entendiera cuán adorable puedes ser.

—...Maldición, ¡podrías sólo parar eso...! —Cuando agitó la cabeza para mirar en dirección a Kirishima, el sujeto tenía la misma expresión de siempre, posiblemente complacido por haber avergonzado a Yokozawa. —¡No te rias!

—No lo hago. —El temblor de sus palabras traicionó la mentira, sin embargo.

Page 77: Yokozawa no baai 4

—¡Por un demonio... sí lo haces!

—Simplemente te encuentro adorable, eso es todo.

—¡¿Qué diferencia hace eso?! —La amplia sonrisa de Kirishima se hizo mayor con la respuesta de Yokozawa a su provocación, y dándose cuenta de que nuevamente estaba jugando en la palma de la mano de Kirishima, presionó sus labios y guardó silencio.

______________

—¿Te importaría recordarme por qué dos hombres fornidos deben compartir una tina? —murmuró Yokozawa amargamente por su situación.

—Vamos... somos amantes. Te estoy dando algo de espacio conformándome con sólo sentarnos cara a cara, así que no quiero escuchar ninguna queja.

—¡Sé razonable! ¡Yo sólo quiero tomar un baño relajante! —La tina de Kirishima era relativamente espaciosa, pero no había sido hecha para soportar a dos hombres adultos al mismo tiempo, y ambos se acurrucaron con las piernas flexionadas para evitar toparse el uno con el otro.

—Aw, dame un respiro. Siempre he soñado con poder compartir un baño contigo, después de todo.

—Compartimos un baño cuando fuimos de vacaciones. —El hotel en el que se quedaron durante su descanso de verano tenía incluída una gran área de baño que daba al océano. La vista que los agasajó desde el otro lado del área vidriada parecía algo salido de una postal, y Kirishima había parecido complacido con la vista.

—Ese era un baño público, sin embargo, y no estabamos solos.

—Qué quisquilloso; ¿qué importa cuánta gente había? Un baño es un baño.

—Ponle un poco más de atención a los sentimientos involucrados, ¿quieres? La situación es importante para este tipo de cosas.

—Como sea. —Esto no era un manga barato; no podía dejarse preocupar con talles detalles tan complicados en cada oportunidad. Inicialmente asumió que Kirishima se enfocaba en esas cosas porque era un padre... pero quizá era sólo porque él de verdad gustaba de tales eventos.

Page 78: Yokozawa no baai 4

—¿Te importa si salgo ahora? Comienzo a sentirme mareado por el calor.

—Seguro... luego de que cuentes hasta 100. Siempre tomas baños muy rápidos.

Yokozawa se quedó boquiabierto ante el tono que parecía de un padre regañando a su hijo. —No soy un pequeño mocoso; de verdad me siento mareado.

—Y tú siempre me haces sentir así.

—¡Qu...! —Yokozawa rebuscó palabras, incapaz de responder a la aparentemente pretenciosa línea que Kirishima había pronunciado con una ligera risa; parecía satisfecho con haber agitado las plumas de Yokozawa, pero él lo ignoró, parándose para salir de la tina... cuando Kirishima estiró la mano para tomar su muñeca, jalándolo de vuelta. —¡¡Uwah...!! —Perdiendo el balance, se deslizó y cayó de espaldas, aterrizando con un gran saplicón apoyado en los brazos de Kirishima. Se las arregló para evitar lastimarse, pero ahora estaba completamente empapado por el agua desplazada con su caida. —¡Qué demonios...!

—Nunca dije que podías irte. Y ahora mira... la mitad de nuestra agua se ha ido...

—¿¡Y de quién crees que es la culpa?! Déjame ir, maldición... —Su posición ahora, con los brazos de Kirishima enredados alrededor de él desde atrás, era más que solo un poco vergonzosa, y Yokozawa se retorció en su lugar, luchando por liberarse... pero fue en vano, ya que los brazos de Kirishima enrrollados a su alrededor se rehusaron a moverse.

—O no, no lo harás, estás loco si crees que dejaré esta oportunidad escaparse..

—Y te estoy diciendo que esto no me gusta. —Sólo tocarlo lo ponía suficientemente incómodo, por lo que estar así de juntos no le convenía en lo absoluto. Aún su pelea era un poco más que una farsa para este punto.

—Vamos... usa tus palabras propiamente. No es que no te guste... simplemente estás abochornado. Tu cuerpo es mucho más honesto que tu boca.

—...Ngh, ¡¿dónde diablos crees que estás tocando?! —saltó mientras una mano se deslizaba abajo entre sus piernas y sus dedos rodeaban su miembro, acariciando perezosamente hasta provocar su erección.

—Sólo te pongo de ánimos, eso es todo.

—Gracias, pero no gracias.

Este sujeto realmente no dejaba grietas en su armadura. Aunque Yokozawa tratara de detenerlo antes de que pudiera provocarlo, Kirishima rápidamente tomó la delantera, apretando su agarre

Page 79: Yokozawa no baai 4

sobre su rígido miembro.

Yokozawa contuvo el gemido que clamaba por escaparse, pero las crecientes atenciones forzaron sonidos por su garganta de todos modos. Apretó los dientes y contuvo un jadeo, declarando entre dientes: —Dijiste... que no harías... nada... —La promesa había convencido a Yokozawa de aceptar a regañadientes lla petición de Kirishima de bañarse juntos, y aunque no podía negar que había sido algo inocente con sus acciones, no podía simplemente quedarse callado y aguantarse.

—¿Y tú me creíste?

—Eso... fue bajo —gruñó, aguantándo como Kirishima le devolvió la pregunta. No había sido tanto que le hubiera creído a Kirishima como que simplemente no había pensado en esta inevitable conclusión.

—Quizá... pero amas eso de mi.

Page 80: Yokozawa no baai 4

Yokozawa abandonó todo esfuerzo para refutar la descarada fanfarronería de Kirishima y en

Page 81: Yokozawa no baai 4

cambio comenzó a activamente montar su revuelta, fortaleciendo sus manos contra los bordes de la tina mientras luchaba por levantarse y escapar del abrazo de Kirishima... pero simplemente no tenía la fuerza para continuar, a merced de las atenciones expertas de Kirishima. —¡Deja... eso...! —El agua restrante salpicaba a su alrededor a compaz con la resistencia de Yokozawa.

—Eso es de mala educación. —Los dedos se escabuían sobre su piel, delineando la forma de sus abdominales, y sus labios se presionaron contra su nuca, succionando la piel en ese lugar. Finalmente, Yokozawa se rindió en tratar de separarse físicamente de la tina y se enfocó en cambio en remover los brazos de Kirishima, sujetando fuertemente con sus uñas al atacar... pero los dedos acariciando su miembro nunca cesaron sus atenciones.

—Sólo ríndete y juega conmigo tranquilo; es por tu propio bien —murmuró Kirishima en el oido de Yokozawa, que tenía las extremidades sujetadas. Sonaba como un policía de un show de televisión, tratando de inducir a un criminal para confesar su culpa. Aún así, Yokozawa no tenía intención de rendirse tan fácilmente, y aún si era como archilla en las manos de Kirishima al final, simplemente no era su naturaleza el agachar la cabeza y aceptar las cosas sin rechistar.

—¿Quíen... hará lo que quiera que digas...? —Trató de decirse que la ola de mareo que lo invadía era sólo por el baño... y eso fue todo lo que pudo hacer para contener los gemidos que amenazaban con escapar de su garganta.

—¡Buenos días!

—Días. —Con un gran bostezo, Yokozawa se arrastró hasta el escritorio. Kirishima lo había hecho quedarse hasta tarde otra vez, desvelándose la noche anterior y dejándolo completamente exhausto. Eran dos noches seguidas en las que no había logrado dormir bien, y empujarse así, a su edad, lo había dejado físicamente agotado. Era genial que finalmente hubiera resuelto las cosas con Kirishima, pero a cambio, tenía que lidiar de nuevo con un Kirishima bastante alto de ánimos, y aunque incondicionalmente rehusó otra sesión para preparar bentos o viaje juntos, fue forzado a un “beso de despedida” en el genkan al marcharse.

Definitivamente no debería mostrarle su lado débil a Kirishima, comenzaba a darse cuenta; una vez el sujeto tomaba viaje, no había forma de evitar que sobrepasara.

Se suponía que Hiyori regresaría de su viaje ese día, pero se estaba decidiendo a ir directo a su propio apartamento esa tarde; no podía lidiar con un Kirishima tan irreflexivo. Anhelaba escuchar a Hiyori agasajarlos con las historias de sus aventuras, pero necesitaba desesperadamente descansar primero —asegurar su propia salud física era su deber como miembro de la

Page 82: Yokozawa no baai 4

sociedad.

Sacó su agenda del maletín, revisando el horario pra ese día, cuando Henmi se asomó, riéndo suavemente. —Yokozawa­san, ¡veo que está usando otra tierna corbata hoy! ¿Fue un regalo de su novia?

—Sí, claro... idiota. —Había sido arrastrado a otra sesión de arreglo de corbata esa mañana también terminando con una de Kirishima, pero estaba bastante seguro que no era un patrón tan extraño que mereciera la risa de Henmi. Sin embargo, aunque podría no haber sido un tono que le favoreciera, si dejaba mostrar su malestar, eso sólo provocaría más preguntas inquisitivas, así que se sacudió el comentario... cuando la expresión de Henmi cambió a una de completa sorpresa.

—Espere... no querrá decir que usted compró eso por su cuenta, ¿verdad?

—¿Por qué ese tono tan sorprendido?

—No, es solo... —La mirada de Henmi se fijó en la corbata, y como Yokozawa siguió la mirada, echando un vistazo hacia abajo para examinar mejor la corbata, notó que una porción del patrón fino estaba hecho de pequeñas siluetas de osos. Viendo que las imágenes eran de tan solo unos milímetros de tamaño, ni siquiera lo había notado hasta que Henmi lo señaló.

—....... —Por lo que oyó, la corbata que Kirishima había escogido para ese día había sido elegida por Hiyori y su abuela para el día del padre el año anterior. Confesó que no había tenido mucha oportunidad de usarla antes... posiblemente menos por su línea de trabajo y más debido a ese patrón. Ahora se daba cuenta que esa había sido la razón por la que Kirishima había estado sonriendo como chiflado cuando lo observó marcharse... y la razón por la que las chicas de secundaria que estaban frente a él en el tren habían estado riendo disimuladamente también. Aunque le hubiera favorecido a alguien con rostro angelical como Henmi, no había forma de que le favoreciera a alguien como Yokozawa.

La corbata que prestó el día anterior había sido bastante llamativa pero aún así de un diseño relativamente normal; sin embargo, había dejado su guardia baja con respecto al área de su pecho cuando dejó el apartamento esa mañana y ahora sentía que la vergüenza se le acumulaba dentro.

—Así que... ¿realmente la escogió usted mismo?

—Yo... ¡por supuesto que la presté! ¡Ni por los mil diablos compraría algo así para mí mismo!

—¿Prestada? ¿De quién? Takano­san... no tendría algo como eso, probablemente. Ah, entonces, ¿quizá Kirishima­san?

Page 83: Yokozawa no baai 4

—...voy a regresarla. —Sacó la corbata de emergencia que mantenía en su cajón y se paró para marcharse. Nada hubiera ocurrido si no se hubiese dado cuenta, pero ahora que había notado la razón por la que captaba las miradas desde temprano, definitivamente no podía mantenerla puesta.

—Aww, ¿qué daño hace? Yo creo que es bastante encantador, ¡realmente lindo!

—...Henmi. Estás sonriendo. —Fijó una dura mirada en su subordinado, que dirigió su atención a otro lado, aunque su expresión traicionaba sus intentos para contener su risa. —Maldición. —Rápidamente salió de su departamento, tirando de la corbata mientras se dirigía hacia un baño con un espejo en él.

Capítulo 8

—¡Ya volví! ¡Ya envié mi carta! —anunció Hiyori a su regreso del recado al que acudió a la tienda de conveniencia. Aparentemente había hecho amigos cuando se fue a pasar sus vacaciones de verano con sus abuelos maternos, e intercambiaban detalles de sus vidas por carta. Era algo bastante Hiyori­esco —optar por cartas por encima de enviar mensajes en estos días— y aparentemente ella siempre había soñado con intercambiar cartas con amigos de lugares lejanos. También disfrutaba de seleccionar papel especial y utensilios de escritura para enviar sus cartas, asegurándose de mostrarle a Yokozawa las nuevas piezas que había seleccionado.

—Bienvenida de vuelta, Hiyo.

—Wow, ¡huele delicioso aquí! —se deleitó, asomándose a la cocina... y ella estaba en todo lo ccorrecto, ya que no solo la cocina sino todo el apartamento estaba lleno de una dulce fragancia.

Hiyori había mostrado un interés reciente en confiterías, aparentemente por haber disfrutado tanto el hacer pudín con Yokozawa. Siempre había tenido un talento para cocinar, y todo lo que tocaba parecía salir delicioso.

Hoy ella había estado toda la mañana preparando un lote de magdalenas. Parecía que eran las favoritas de su abuela, así que había trabajado duro en practicar la preparación de la receta para el cumpleaños próximo de la mujer. Yokozawa había sido llevado a ayudar, ya que el padre de Hiyori era torpe en la cocina. Dejar a un sujeto que ni siquiera podía pelar apropiadamente una manzana entrar a la cocina era sólo invitar a los problemas.

—Es probable que pronto termine el tiempo de horneado. —El cronómetro les recordó que sólo

Page 84: Yokozawa no baai 4

faltaban cinco minutos de espera, y la masa visible por la ventana del horno había tomado un color dorado.

—¿En serio? ¿Podemos probarlas cuando estén listas? ¿O deberíamos esperar a que se hayan enfriado un poco?

—Probablemente sean más sabrosas saliendo dle horno. Comenzaré a preparar todo, así que corre a lavarte.

—Okay, ¡vengo enseguida!

De acuerdo con el reloj, eran casi las 3 PM, una hora perfecta para un bocadillo. Mientras preparaba el té, el horno anunció su culminación y Hiyori regresó justo cuando Yokozawa sacaba la bandeja del horno.

—¡Woooooo, realmente se hornearon bien!

—Verifica y asegúrate de que se hornearon hasta el fondo.

—¡Oh, cierto! —la receta les había instruído usar un palillo para probar la cocción. Yokozawa nunca había tenido la oportunidad de probar hornear dulces hasta hace poco, pero se había dado cuenta que con un poco de práctica y recurriendo a lo básico, se las podía arreglar. —¡Se ven bien, Oniichan!

—Entonces toma un plato... uno suficientemente grande para contener todas.

—¿Qué tal el que tiene el patrón floral?

—Seguro, ese debería ser del tamaño adecuado, creo. —Levantando las magdalenas una por una del molde, cuidadósamente las colocó en el plato que Hiyori había traído. Era aparentemente un plato de una de las últimas marcas favoritas de su madre y los Kirishima tenían todo un juego de mesa también.

Hiyori tomó una de las magdalenas y la colocó en un platillo más pequeño, llevándolo al pequeño altar familiar que mantenían para su madre.

—...Ooh, esos se ven deliciosos.

—¡...! ¡Oi, no te asomes así por encima del hombro de la gente! —saltó Yokozawa cuando Kirishima miró por encima de su hombro para ver qué estaba haciendo. Realmente deseaba que el sujeto dejara de hacer ese tipo de cosas mientras Hiyori estaba cerca.

—¿Podemos probarlos?

—Para eso estoy haciendo preparaciones ahora. Si no tienes nada qué hacer, toma unas tazas

Page 85: Yokozawa no baai 4

para la mesa.

—Sí señor, ¿pocillos estarán bien?

—Pregúntale a Hiyo.

—¡Hiyo! ¿Qué tazas debemos usar para el té?

—¡Quiero beber en las tazas de té, las que tienen florecitas! —Las tazas, listas con hojas de té, y la tetera a juego eran parte de un set que habían descubierto recientemente mientras limpiaban. Eran aparentemente parte de un set más grande de vajilla que Kirishima había recibido como regalo de bodas años antes. Casi nunca lo usaron, así que cuando se mudaron a ese apartamento, aparentemente fue apilado y olvidado. Hiyori había sido quien los detuvo de devolverlo al closet de nuevo con —¡Yo lo usaré! —Aparentemente había aprendido a servir el té pasando una tarde en casa de una amiga recientemente y quería probarlo ella misma.

La vista de la mesa, repleta con el juego de té y magdalenas, reflejaba una atmósfera bastante doméstica y Yokozawa reflexionó con no poca alegría que sólo seis meses antes, nunca hubiera imaginado que estaría disfrutando ese tipo de vida.

—Oh claro, ¡había una carta en el correo, papá!

—Ah, gracias... parece que es de la Asociación Infantil del complejo. —Sacó el papel doblado del sobre que ella le entregó, ojeando el contenido—. Hm, parece que tendrán una fiesta de Halloween el próximo mes. Los niños de primaria pueden participar, y la Asociación Infantil proveerá los bocadillos. Tienes que fabricarte un disfraz tú misma, sin embargo.

—La gente en estos apartamentos seguro que son tiquismiquis con sus eventos. —Entre las reuniones para observar las flores y los festivales de verano, siempre estaban buscando nuevas formas de crear hamistad entre los residentes con cada cambio de estación. Aún Kirishima, que con frecuencia estaba lejos de su hogar de papá soltero, hacía cada esfuerzo para atender a las funciones cada vez que podía, al parecer.

—Bueno, es fácil perder contácto con tus vecinos cuando vives en un lugar así... así que se toman el trabajo de hacer estas cosas para mantener a la gente en contacto el uno con el otro. —¿Qué dices, Hiyo? Les haré saber que te apuntas si quieres ir.

—¡Suena divertido! ¿Puedo primero preguntarle a Yuki­chan y a los otros?

—Por supuesto; asegúrate de preguntar sobre el disfraz, también. Pero basta de eso, ¿podemos probar estos ahora?

—Claro, ¡sírvete! —mantuvo su mirada fija en Kirishima mientras llevaba una de las

Page 86: Yokozawa no baai 4

magdalenas a su boca, aparentemente curioso de su sabor, frescas del horno como estaban. —...¿y bien?

—Deliciosa. Tan buena que podría verlas vendiéndose en cualquier restaurante en este momento.

—¿En serio? ¡Gracias al cielo!

—Por supuesto, se hornearon muy bien. —El tiempo de horneado y la dulzura eran perfectas, a ese paso, sería fácil comer una docena en un parpadeo. Hiyori mordisqueó su magdalena antes de sonreir ampliamente. Yokozawa debía admitir que no era adepto a los dulces, así que era un misterio el por qué sentía que los bocadillos horneados por Hiyori eran particularmente sabrosos. —Estoy seguro que tu abuela los amará.

—Eso espero... Hey, Oniichan, me gustaría probar con otro sabor... ¿qué piensas?

—¿Otro sabor?

—Como fresa, o té verde. ¡Ah! Pero té negro también sería sabroso.

—No veo por qué no. ¿Quieres probar de nuevo la próxima vez? —Todavía había tiempo hasta el cumpleaños de su abuela, así que no haría daño experimentar un poco. Ya podía imaginarse a la mujer radiante.

—Eso me recuerda... ¿cuando es tú cumpleaños? —preguntó Kirishima casualmente, estirándose por otra magdalena.

—Oh, ¿nunca lo dije? El 18 de junio —replicó fácilmente, sin pensarlo mucho... cuando el par ante él se congeló por un momento antes de responderle en estéreo con:

—¡¿Por qué no lo dijiste antes?!

Page 87: Yokozawa no baai 4

—¿L­lo siento? —Las miradas idénticas de Kirishima y Hiyori lo tenían titubeando. Se sentía mal

Page 88: Yokozawa no baai 4

por no mencionar su fecha de cumpleaños, pero nunca esperó que reaccionaran con tanta furia por revelarla hasta ahora.

—¡Eso es dos días después del mío, maldición!

—¡Si hubiera sabido, podríamos haber celebrado el tuyo y el de papá juntos!

La visión de Yokozawa se deslizó mientras el par arremetía contra él, uno tras otro. —Y­yo es que tuve mucho qué hacer y olvidé... —Había estado totalmente preocupado en ese entonces con los pensamientos del cumpleaños de Kirishima y no había tenido momento para pensar en su propio cumpleaños.

—¡Como si eso fuera excusa!

—¡No puedo creer que olvidaras tu propio cumpleaños!

—Pero... ¿a quién le importa mi cumpleaños? No estoy en una edad en la que alguien celebre ya. —Pero las palabras que había intentado usar para suavizar su enojo sólo sirvió para atizar el fuego.

—Caray, ¡no lo entiendes! —Hiyori infló las mejillas con enojo, levantándose y luego de poner su taza de té en el lavadero, corrió a su habitación.

—Hiyo... Lo siento, en verdad no quise... —Yokozawa dedujo que no había sido tan considerado como debió ser, pero realmente no podía entender qué estaba tan mal sobre toda la situación. Al menos, parecía que su intento por disculparse no había sido la mejor idea.

—Ayayayyyy, realmente la hiciste enojar. —Kirishima rió al observar a Yokozawa buscar una respuesta, y aunque usualmente le hubiera contestado por eso, en ese momento el arrepentimiento que sentía por enojar a Hiyori era más importante, y no pudo obligarse a encontrar una respuesta mordaz.

—¿Qu... qué hago ahora?

Sin embargo, la mirada que Kirishima le dirigió mientras buscaba consejo en su confusión, estaba llena de irritación. —Para que sepas, también estoy bastante enojado también. ¿Cómo diablos pudiste esperar tanto para decirnos? ¿Me quieres decir que olvidaste tu propio cumpleaños por tres meses enteros?

—¡No lo hice a propósito! En realidad no lo recordé. —Las únicas veces que realmente le prestaba atención a su cumpleaños era en los años cuando necesitaba ir a renovar su licencia de conducir.

Page 89: Yokozawa no baai 4

—Bueno, sería bueno si Hiyo aceptara eso, pero...

—Quiero decir, tengo 28 años. ¿Quién le pone atención a su cumpleaños a esa edad? —Yokozawa era del tipo más diligente entre su círculo de conocidos, pero nunca prestaba tanta atención a sí mismo. E incluso si hubiera recordado, probablemente no lo habría mencionado. La mayoría de los años, lo recordaba hasta que habían pasado algunos meses.

—Dios, eres un idiota. ¡Tu cumpleaños es el día en que la gente celebra que naciste! Es algo para celebrar sin importar la edad.

—Bien, claro, lo entiendo, pero...

—No, obviamente no lo entiendes. Tal como lo ve Hiyo, acabas de arruinar uno de los días más importantes del año para ella. ¿Cómo te hubieras sentido si ella no te hubiera dicho su cumpleaños y hubiera pasado sin celebrarse?

—....... —Completamente entendió lo que Kirishima quería decir y no tenía lugar a dudas. Se había convencido de que era un asunto que el día tenía diferente importancia para la Hiyori de 10 años y el Yokozawa de 20, pero quizá sólo se estaba tranquilizando a sí mismo.

—...así que, ¿reflexionamos un poco sobre lo que hicimos?

—...sí.

—Bueno, estoy seguro que lo superará. Déjala ser por ahora.

—...Eso espero. —Antes, él había sido capaz de convencerla de perdonarlo luego de muchas disculpas y promesas de regalos, pero no estaba seguro si sería así de fácil esta vez, entre otras cosas porque la merienda se había terminado por el día.

Aún así, ir a verla a su habitación quizá sólo encendería su ira más, así que optó por tomar el consejo de Kirishima y ver cómo resultaban las cosas.

__________________________________________________

Como sospechó, el consuelo de Kirishima sólo había concedido una tranquilidad temporal.—... … …Hiyori todavía tenía que perdonar a Yokozawa por no decirle sobre su cumpleaños. La mayoría de los días, ella hubiera estado llenando su casilla del teléfono con historias sobre lo que había hecho en la escuela o fotografías de Sorata, pero toda esa semana no había recibido una sola nota de ella, y no respondía ningún mensaje que él le enviara tampoco.Naturalmente había reflexionado a profunidad sobre su falta de tacto, pero nunca esperó que su enojo hacia él durara tanto así. Aún así, no había nada que hacer al respecto aún.Se descubrió mirando a su cellular una y otra vez, como un adicto anhelando contra todo pronóstico por una dósis, pero ningún mensaje le llegaba, y se estaba rompiendo los sesos por

Page 90: Yokozawa no baai 4

cómo exactamente pedir su perdón.—Yokozawa­san, ¿qué ocurre? Parece de bajón últimamente.—…Nada. —Hiyori todavía estaba molesta con él; por supuesto que se iba a deprimir. La expresión alegre de Henmi lo molestaba más de lo usual hoy.—Sin embargo, esa no se ve como una cara de “nada”. ¿Tuvo una pelea con su novia? Oh, espere… usted dijo que no tenía una, ¿cierto?—….. —fijó una mirada feroz en Henmi por su comentario presuntuoso, pero ya que no estaba viendo a Yokozawa, no tuvo efecto.—¡Anímese! ¡No parece usted mismo cuando no está siendo todo intenso e intimidante!—…métete en tus propios asuntos. —Si hubiera sido Kirishima con quien estuviera peleando,sería capaz de salir con alguna solución para todo el asunto por su cuenta… pero era Hiyori. Laculpa caía directamente sobre él, pero a pesar de haber hecho todo lo que podía hacer paracontentarla, todavía no se ganaba su perdón. Se le acababan las opciones.—¡Oh, hey! ¿Por qué no discute sus preocupaciones con Kirishima­san? Parece que élentiende la forma en que piensan las mujeres.—Idiota, como si yo fuera… —a hacer eso, comenzó a decir, pero se calló a sí mismo. Pedirleayuda a Kirishima para ayudarlo a enmendar la ofensa podría ser la única forma de resolver lascosas, y aunque no estaba completamente seguro de que Kirishima fuera capaz de ofrecerlegran ayuda, él era el padre de Hiyori y por lo tanto la entendía mejor que nadie.—…¿Yokozawa­san?—Olvídalo. Además, ¿estás seguro de que deberías estar parloteando conmigo? Si terminastecon el trabajo a tu cargo, estaré contento de encontrarte un poco más para que te encargues.Ante la sugerencia de Yokozawa, Henmi se puso nervioso y rápidamente se devolvió a suescritorio, y se sumergió en el contenido de la pantalla de su computadora.—Está… bien así. ¡Tengo suficiente trabajo tal como está!Luego de asegurarse que nadie más estaba prestándole atención, Yokozawa sacó su cellular y miró a la pantalla… una vez más, ningún mensaje de Hiyori. —………—Luego de un poco de duda, disparó un mensaje para Kirishima. Esto significaba que posiblemente se encontraría más endeudado con el sujeto, pero a veces sacrificios debían hacerse para un bien mayor.———————————A cambio de ayudar a Yokozawa con sus problemas, fue decidido que compartirían unas cuantas bebidas en el apartamento de Yokozawa —parcialmente porque Yokozawa realmente no estaba interesado en derramar su triste historia en público, pero también por petición personal de Kirishima. Luego de haber comprado algunos bocadillos y licor en su camino a casa, Yokozawa encendió las luces en su apartamento.No había tenido oportunidad de limpiar mucho ultimamente, pero dado que no pasaba mucho tiempo en casa en primer lugar, no estaba realmente tan desastroso, y aunque había un poco de polvo acumulándose en las esquinas del pasillo de entrada, dudó que Kirishima lo fuera a notar.—Voy a entrar… Demonios, este lugar está tan vacío como es usual…—Cierra el pico. —No podia defender la atmósfera lúgubre, pero la ausencia de muchas cosas en la habitación era principalmente debido a Sorata. Dada la tendencia del gato a saltar y trepar, no podia dejar las cosas por allí, y aunque Sorata no volvía con frecuencia a su apartamento

Page 91: Yokozawa no baai 4

ahora que se estaba quedando con los Kirishima, eso no había cambiado mucho. —Voy a preparar todo, acomódate.—¿Necesitas ayuda?—Sólo seras de estorbo; toma asiento. —Deslizó las cervezas en el refrigerador y, luego de lavar el arroz, puso la arrocera antes de sacar los platos para colocar los bocadillos que había comprado. Aún para los platos instantaneous, era muy triste dejarlos en su envoltorio plástico.—Realmente puedes decir mucho de una persona al ver su estante de libros… No solo tienes todo organizado por nombre de autor, también los tienes categorizados alfabéticamente por editorial. ¿Qué diablos eres? ¿Una librería?—Es más fácil encontrarlos de esa forma; asegúrate de poner lo que tomes en el lugar de donde lo sacaste. —A pesar de haberle dicho que tomara asiento, Kirishima se había tomado la libertad de ir a investigar los contenidos de la librera en el cuarto de Yokozawa, al parecer. Estaba un poco curioso de lo que el sujeto podría tramar, pero no era nada para regañarlo. No mantenía nada de lo que pudiera avergonzarse de poseer en ningún lugar visible, después de todo —no que sintiera que pudiera tener algo que mereciera ser escondido para comenzar.—Qué d… ¡me dijiste que no necesitabas esta revista! Y vengo a encontrarme que compraste tu propia copia. Te habría dado una gratis si me hubieras dicho…—Hey… ¡¿qué diablos haces revisando las cosas de los demás sin preguntar?! —se apresuró hacia la habitación, frenético; estaba seguro de que había escondido la revista donde nadie la pudiera encontrar… pero cuando encontró a Kirishima parado frente a la librera… no había nada en sus manos.—…así que sí la compraste.—……… —apretó los dientes, dándose cuenta de que había sido hábilmente engañado para Kirishima, que le sonreía ampliamente. ¿Cómo podía haber sido tan estúpido?—…¿quieres una copia extra para tener guardada?—Ni mierda. —La revista de la que Kirishima hablaba era, por supuesto, la revista para mujeres que contenía la entrevista y sesión de fotos para la que Kirishima había posado recientemente. Había mantenido en secreto que terminó comprando una copia para sí mismo, guardándola al fondo de su closet, ya que estaba demasiado avergonzado de tenerla en su estanteríaa.—Aww, qué… ¿nos sentimos tímidos?—No.—Ese tipo de respuestas engreídas sólo lo hace todo más sospechoso. Dilo de una vez, ¿para qué ibas a usarlo?—¡¿Quíen diablos lo usaría para algo?!—Ah… ¿Acabas de imaginarte sus “usos” ahora? Te estás sonrojando, ¿sabes? Probablemente estabas pensando en algo sucio, ¿verdad?—Quién…—¿Debería adivinar? Veamos… probablemente tú terminaste…—¡Ya basta! —espetó, empujando a Kirishima con su cuerpo hacia la cama a su lado ya que continuaba con la provocación sin piedad. Sabía que no podía competir con Kirishima cuando se trataba de conversación, pero aunque el sujeto podría tener la ventaja en fuerza física pura, Yokozawa tenía la confianza de que tenía una oportunidad si lo tomaba desprevenido. —¿Cuánto tiempo más piensas abrir tu bocota?

Page 92: Yokozawa no baai 4

—Oh, alguien está enérgico hoy. No puedo decir que me moleste que me devuelvas la jugada así.—…¿cómo diablos te las arreglas para ver todo a una luz tan positiva? —No importaba cuánto Yokozawa rabiara con él, todas sus quejas pasaban sobre Kirishima como viento a en las copas de los sauces.Kirishima se rió suavemente, con ambas manos bien sujetas, ya que Yokozawa dejó caer su cabeza en derrota. —Es porque estoy enamorado, por supuesto.—…se supone que hables en sueños después de irte a dormir. —No podía seguirle el ritmo a las bromas de Kirishima, pero cuando se movió para levantarse de nuevo, se encontró con que sus caderas eran jaladas hacia abajo, casí causando que cayera sobre Kirishima. —¡Qué demonios…!—Tú fuiste quien me tiró a la cama. ¿Cómo puedes llamarte hombre luego de alimentar mis esperanzas de esta forma?—No estoy alimentando tus esperanzas. —Él sólo trataba de detener la provocación de Kirishima, pero no parecía haber funcionado para nada.—Hmm, volver a casa a la mañana siguiente no es tan malo de vez en cuando. Hiyo se está quedando con mi madre, después de todo, y Hiyo se encarga de Sorata, así que…—Espera… ¿piensas quedarte toda la noche?—No te importa, ¿verdad? Y ya estamos en cama, así que… ¿por qué no tomar ventaja de la situación?—¡Eso no fue para lo que te traje! —tenía la intención de consultarle a Kirishima acerca de Hiyori. No tenían tiempo para juguetear de esa forma.—Vamos, suéltate un poco… no es como si no quisieras.—~~~~~~ngh, ¡cuidado dónde tocas! —Kirishima había pasado un dedo por su columna, enviando un escalofrío corriendo por su espalda. Las cosas se pondrían peor si se quedaba así de cerca, y con un poco de temblor, Yokozawa trató de nuevo de levantarse… pero dado el férreo agarre que Kirishima tenía sobre sus caderas, todo lo que pudo hacer fue levantar su torso y poner alguna distancia entre sus rostros.—Es tu culpa por ser tan sensible.—Deja de culparme por todo.—Ah, ya veo… entonces es solo que soy tan bueno. Acepto que eso es parte del problema.—No era un halago… ahora déjame ir, maldición. No estoy de ánimo para esto hoy.—¿En verdad? —Kirishima deslizó su pierna entre las rodillas de Yokozawa, separándolas, frotando su entrepierna contra la de Yokozawa insistentemente, alentando su ya endurecido miembro a una completa erección con la inesperada atención.—¡……!—No estás de ánimos, ¿eh?—Deja eso… ¡cualquiera reaccionaría si alguien le hiciera eso!—Ah, pero la forma masculina es una cosa delicada. No estarías en este estado si no tuvieras ganas.—Hng… deja… eso…—¿Cuál es el punto en jugar al tímido justo en este momento? Cuando conocemos el cuerpo el uno del otro de cabeza a pies.

Page 93: Yokozawa no baai 4

—¡Deja… de usar frases raras como esa! Sólo cierra la boca de una vez, ¿quieres?—Hey, ya sabes cómo hacerme callar, ¿verdad? ¿O necesitamos una demostración?—¡Cállate! —En ese punto, era más fácil rendirse a la provocación del sujeto, y luego de soltar su corbata y desabotonar su cuello, Yokozawa se inclinó y selló los labios de Kirishima con los propios, introduciendo su lengua dentro en un ataque de irritación.Kirishima aceptó el beso con notable facilidad y entusiasmo, tirando de la camisa de Yokozawa para librarla de los pantalones. Ya que Kirishima procedió a acariciarle las caderas y las espaldas donde podía darse gusto, Yokozawa respondió profundizando más el beso.—Hnn… ngh… —las manos de Kirishima bajaron para acariciar su trasero en “represalia” por tal, y Yokozawa, con la intención de mantener la ventaja, deslizó la rodilla para presionar contra la ingle de Kirishima. Acababa de decidir el presionar de esa forma y darle a Kirishima una buena follada, sin embargo, cuando el sujeto deslizó su mano y le dio un fuerte apretón al trasero de Yokozawa. Él se congeló, con las extremidades rígidas, y tomando ventaja de esa grieta en su armadura, Kirishima los hizo rodar hasta revertir sus posiciones en un solo movimiento. —¡¿Qu…?!—Sí… creo que es mejor de esta forma. ¿No crees?—¡N­no me pidas que esté de acuerdo contigo!—¿Oh? ¿Preferirías montarme?—¡Eso no es lo que dije! —Esperando volver a tomar la ventaja, luchó para cambiar sus posiciones de vuelta, pero no tenía caso.—Tut, tut, qué ingenuo. —Usando su brazo izquierdo para presionar contra la clavícula de Yokozawa para mantenerlo en su lugar, Kirishima le quitó su cinturón con la derecha.Aceptando que posiblemente no sería capaz de voltearle la jugada de nuevo, Yokozawa alcanzó la cintura de Kirishima para devolverle el favor, pero sujeto como estaba, su mano no podía estirarse lo suficiente. —Nngh…Mientras Yokozawa tentaba, sin embargo, Kirishima metió la mano en la ropa interior expuesta de Yokozawa, sujetándolo fuertemente y sacando un grito de la garganta de Yokozawa ante la sensación de los dedos envueltos alrededor de él. Ya medio duro por la atención hasta ahora, la gentil y perezosa caricia puso sus caderas a temblar. Con gran esfuerzo, se las arregló para mantener un resquicio de cordura, sin entregarse completamente al placer, y convocó su fuerza para empujar a Kirishima.No pudo devolver a Kirishima contra la cama completamente, pero sí se las arregló para al menos hacerlo levantarse de su cuerpo, y antes de que Kirishima pudiera retomar su posición, estiró la mano hacia la cintura de Kirishima y rápidamente soltó el sujetador de sus pantalones, deslizándo su mano dentro tal como Kirishima había hecho con él.—Oh cielos… pero qué audaz de tu parte~—…Ugh, quita ese tono espeluznate de tu voz.Mientras Yokozawa estaba distraido, despistado por el tono que sólo había sido más hostigamiento provocativo, Kirishima tomó la oportunidad para renovar sus atenciones.—No deberías bajar la guardia.—Eso… no es justo…—Hey, mi plan funcionó… eso es todo —se enorgulleció, sonriendo como un niño que acababa de lograr una broma, mientras sus dedos, háblies y experimentados, continuaban volviendo loco

Page 94: Yokozawa no baai 4

a Yokozawa. Bajó aún más la ropa interior de Yokozawa, exponiéndolo completamente, e inmediatamente tras liberarlo del confinamiento, las caricias de Kirishima se intensificaron.—Haa… ¡ah…! —El líquido que se filtraba hacia sus dedos, y la húmeda sensación sólo aumentaba el placer, minando a Yokozawa de todo pensamiento consciente. Aunque trataba de devolver el favor, simplemente no podía centrar sus pensamientos lo suficiente como para enfocarse propiamente en la tarea en cuestión; y si bien el miembro de Kirishima en su mano se estaba endureciendo, era difícil decir quién estaba más cercano al climax.—Levanta el rostro.—Para… qué… nghn…! —El beso mordelón que recibió ante esto llegó por sorpresa, la lengua de Kirishima deslizándose dentro y barriendo en su boca, dejándolo desconcertado mientras Kirishima succionaba bruscamente su lengua, suficiente para adormecerla.

Page 95: Yokozawa no baai 4

Apenas podia respirar, pero su cuerpo continuaba calentándose, como si la sangre en sus

Page 96: Yokozawa no baai 4

venas estuviera hirviendo. —Hnn… nn! —El calor comenzó a formar una bola de fuego abrasador, corriendo salvaje, y con un ligero roce de sus dedos sin apenas poder detrás de él, rápidamente llegó a su punto culminante. —¡Ngh…! —Con una temblorosa sacudida de sus caderas, su passion explotó, y apretó los dientes mientras se dejaba llevar por las olas que le siguieron.—Hey… el mío no se va a masturbar solo.—Cálla…te… ngh… —y con la esperanza de lograr por lo menos una pequeña medida de venganza, él mordió suavemente al sonriente Kirishima en el cuello, como una rata acorralada peleando contra un gato.

_________________

Su pasional retozo no duró por mucho tiempo, y aunque su razón inicial para invitar a Kirishima fue dejado de lado luego de que aceptara el reto de Kirishima (sólo para caer rápidamente a sus manos), Yokozawa no se había olvidado para nada de ello. Simplemente se estaba recuperando.

—Fiu... ¡comí como un cerdo! Yokozawa... té.

—Eres un invitado, demonios. ¿Podrías practicar un poco de tacto? —protestó, pero dado que ya estaba levantándose para ir a servir el té como le había pedido, sólo podía culparse a sí mismo. Era precisamente porque había consentido a Kirishima de esa forma que al sujeto se le había subido a la cabeza.

—Así que... ¿qué exactamente era lo que querías hablar?

—¡No te olvides! ¡Estamos aquí para hablar sobre Hiyo!

—Ooooooh, cierto, cierto. Lo siento.

—......... —clavó su dura mirada en Kirishima por su disculpa dicha con tanta ligereza. Yokozawa estaba bastante dudoso de si el sujeto siquiera tenía la intención de ofrecer algún consejo serio.

—Bueno... personalmente, realmente no pienso que sea nada para ponerse tan nervioso.

—¿Entonces por qué no regresa ninguno de mis mensajes? —Si disculparse era todo lo que tenía que hacer, entonces iría a su apartamento en ese momento y agacharía la cabeza para rogar perdón. Pero considerando que ella encontraría su terca insistencia bastante molesta, no se atrevía a tomar ese paso.

—Nah, está bien. Ella sólo está algo emberrinchada, estoy seguro.

—Sólo dices eso porque eres su padre. —La relación de Yokozawa con Hiyori podría ser vista

Page 97: Yokozawa no baai 4

como de amigos —a pesar de la gran diferencia de edad entre ellos— y aunque Yokozawa sabía cómo lidiar con gente de su edad, sentía profundamente la brecha generacional cuando se enfrentaba con una niña de 10 años.

La primera vez que se encontraron, su lado infantil era más prominente, pero en el último tiempo ella estaba mostrando un lado adulto más maduro. Como tal, no había duda en la mente de Yokozawa que ella pronto mostraría el temperamento característico de las niñas que pasan por la pubertad —lo que era mayor razón por la que no quería arruinar todo el asunto.

—Te estás preocupando por nada. Ten un poco de fe en Hiyori. Ella no es tan cabeza dura como para eso.

—Bueno, sí, lo sé, pero aún así...

—Si estás tan preocupado... ¿por qué no le hablas? Pregúntale cómo puedes hacer para volver a caerle en gracia. Las indirectas no funcionan en ella, después de todo.

—Sí... tienes un punto. Supongo que eso sería lo mejor... —Hiyori no era del tipo que hería a alguien más sin una buena razón; la únicas veces que ella se enojaba realmente eran cuando estaba realmente molesta por algo.

Suspiró, sorbiendo su té tibio; sintió que había logrado arreglar sus pensamientos en algún nivel de orden ahora que Kirishima había escuchado su triste historia. —...Oh, eso me recuerda... ¿no dijiste que tenías algo que querías hablar conmigo también? —Cuando le mencionó su inquietud a Kirishima más temprano, él mensionó que quería hablar con él también.

—Claro, claro... escucha; algo serio está pasando en la familia Kirishima. Algo malo.

—¿Serio...? —Yokozawa estaba inmediatamente en guardia, dada la seria expresión que Kirishima fijó en él. Había... ¿ocurrido algo con Hiyori?

—Escucha, y trata de no desmayarte del shock, ¿de acuerdo?

—¿Qué diablos estás preparando para revelar? ¡Escúpelo ya! —espetó con irritación creciente.

—Este sábado... Hiyo irá en una cita.

—¡¿UNA... CITA?! ¡Ella es muy joven para eso! —Su silla retumbó con un fuerte golpe ya que se puso de pie de un salto , derrumbando una lata de cerveza que derramó su contenido en la mesa. Por fortuna, estaba casi vacía, así que el daño era mínimo, pero Yokozawa tenía mayores preocupaciones en el momento.

—Bueno, como ella lo pone, no es una cita, aparentemente. Ella dijo que sólo irían de compras,

Page 98: Yokozawa no baai 4

pero el punto es que, ella irá con un chico.

—¡Eso seguro que suena como una cita para mí! ¿Con quién irá?

—Iokawa­kun, aparentemente.

—¡¡!! —En consideración lógica, el “iokawa” al que Kirishima se refería aquí no era el tío sino más bien el sobrino, compañero de clases de Hiyori. Aunque Yokozawa no sabía cómo estaba tomando Hiyori esta salida suya, el chico casi seguramente veía esto como nada menos que una cita real. Aunque era una perspectiva mejor a que Hiyori saliera con alguien del que nunca habían escuchado, aún era duro sacudir la preocupación que venía con que dejarían a los dos abandonados a su propia suerte.

Recordando que todavía estaba de pie, Yokozawa se aclaró la garganta y regresó a su asiento. —A­así que lo que ella dice que irán de “compras”... ¿A dónde sería eso?

—Recuerdas el centro comercial al que los tres fuimos la otra vez, ¿verdad? Aparentemente es allí a donde ellos van.

—¡Eso es completamente una cita! —Apretó los puños, dominando la necesidad de saltar sobre sus pies una vez más. El centro comercial no sólo tenía restaurantes, sino un centro de juegos, cine, espacio para eventos y más. Ir de compras juntos era suficientemente malo, cómo diableos iba a quedarse de ocioso mientras ella se sentaba sola en un oscuro cine con algún chico que tenía otras intenciones con ella.

Había estado completamente enfocado en tratar de hacer que Hiyori lo perdonara hasta ese momento, pero ahora no podía importarle menos, y comenzó a bombardear a Kirishima con preguntas. —¿Qué tan grande es el grupo en el que irán? No me dirás que ellos van a ir so...

—Sólo ellos dos, parece.

—¿Por qué carajos permites eso?

—¡No es como si tuviera mucha elección en tal asunto! Si le dijera que no a ella sin ninguna razón en particular para prohibirlo, ella comenzaría a prestarle más atención al chico! Además... no quero que ella piense que soy uno de esos molestos padres que se entromete con ella todo el tiempo. —No era como si Yokozawa no pudiera simpatizar con esos sentimientos, pero, ¿no debería él estar jugando al tipo malo en este caso?

—Pero... ¿qué si pasa algo? —La única vez que había visto al chico, parecía un jovencito muy serio y educado, así que no había una razón lógica para estar inquieto porque Hiyori, pasara tiempo con él, pero preocuparse acerca de este tipo de cosas era lógico.

Page 99: Yokozawa no baai 4

—Tengo un plan.

—¿Un plan?

Ya que Yokozawa repitió su respuesta, la expresión de Kirishima se volvió misteriosa mientras explicaba los detalles de dicho plan: —Estoy pensando en seguirla ese día.

—... Sí, esa es una mala idea —contraatacó ante la impactantemente descarada sugerencia. Eso era ir demasiado lejos en violar la privacidad de Hiyori.

—¿Por qué tanta arrogancia? No puedes decirme que no estás curioso también.

—Por supuesto que tengo curiosidad; ¿pero qué si te ve?

—Sólo tengo que asegurarme de que no lo haga.

—... … … —Pensó que tal vez el sujeto había ideado un plan brillante, pero ahora parecía que no había pensado en esto en lo más mínimo. Podía sentir un dolor de cabeza cayendo sobre él.

—Si parece que nuestra cubierta será revelada, podemos pretender que estamos teniendo una conversación y perdernos en la multitud.

—Espera... ¡¿Ahora yo debo ir contigo?!

—¡Por supuesto! ¿Qué pensabas?

Dos hombres adultos de más de 180 cm de altura resaltarían suficiente de por sí; si eran atrapados acechando a dos niños de primaria por un centro comercial, no había forma de que no fueran reportados. Él ya estaba caminando sobre hielo delgado con Hiyori; no pensaba que sería capaz de recuperar su relación si ella llegaba a odiarlo más de lo que ya lo hacía. Nunca le daría otra oportunidad después de esto.

—Ve por tu cuenta; no me arrastres a tu plan cabeza hueca.

—Así que, ¿no estás preocupado por Hiyori?

—Sólo porque estoy preocupado por ella no me da ningún derecho para acecharla.

—No la estaremos acechando, la estaremos cuidando.

—Le estás buscando tres pies al gato.

—No te angusties por pequeñeces. Ahora, el primer paso en formar nuestra estrategia involucra conocer a nuestro enemigo.

—¿Siquiera me estás escuchando? —Kirishima ignoró su advertencia, sacando su agenda en

Page 100: Yokozawa no baai 4

cambio y ojeando el contenido.

—Veamos... Iokawa Yuuto; edad: 10. Estudiante de quinto grado. De estatura promedio comparado con sus compañeros, con calificaciones razonables... pero es malo en japonés. Es bueno en deportes y popular con sus compañeros y compañeras de clase, pero no tiene novia en el momento.

—¿Quien diablos te dijo todo eso?

—Hiyo, por supuesto.

—¿Cómo hiciste que lo escupiera?

—Sólo le pregunté. Le dije que quería saber qué tipo de niño era el chico que se apareció el otro día.

—........ —El hecho de que respondiera al interrogatorio sin pestañear sugería que no tenía ningún sentimiento especial por el chico, y aunque esto aliviaba a Yokozawa en cierto grado, también lo llenaba con un poco de piedad por el pobre chico.

—Ahora... nos encontraremos en la estación el sábado. Se supone que ellos se encontrarán a las 10 AM, así que imagino que 9:50 estará bien para nosotros. Tengo que asegurarme de salir antes que ella. Oh, y asegúrate de usar algo discreto.

—Espera. ¡Nunca dije que iría! —Intentó corregir a Kirishima, quien parecía hacer planes para ambos a su gusto, pero Kirishima no pareció ponerle atención en lo más mínimo, parloteando con seguridad. Uno de estos días, Yokozawa realmente quería averiguar de donde venía tanta seguridad.

—Nah, definitivamente vendrás.

—Al diablo si lo hago.

—No estaría tan seguro de eso. Mis predicciones tienden a ser precisas —respondió, con una sonrisa sin miedo plantada en sus rasgos frente a la obstinada negativa de Yokozawa.

________________________

Luego de mucho pensarlo... Yokozawa eventualmente se dirigió al lugar donde Kirishima sugirió que se encontraran. Él no estaba, quería ser claro, intentando seguir a Hiyori en su cita; él iba con la intención de vigiliar a Kirishima; sin embargo, a pesar de recordarse este hecho no podía evitar la frustración que venía con haber cedido una vez más a los caprichos de Kirishima.

Mirando alrededor para identificar a Kirishima en la concurrida estación, lo encontró

Page 101: Yokozawa no baai 4

escondiéndose detrás de un pilar y dando vistazos hacia las taquillas. Más allá de su línea de visión podía ver que Hiyori ya estaba allí. Sin embargo, a pesar de sentir una abrumadora sensación de aprensión, se recordó a sí mismo que no podía echar para atrás ahora.

—¿...tienes idea de lo sospechoso que te ves ahora?

—¡Ja!, sabía que vendrías. ¿No te dije que mis predicciones tendían a acertar?

—............ —Más que su predicción estar de acuerdo, Yokozawa casi se sentía como si hubiera sido amenazado para llegar, y al darse cuenta una vez más que iba a estar atorado jugando al detective todo el día, sólo pudo exhalar un decayente suspiro.

—Ven acá. Hiyo te notará parado de esa forma. —Kirishima lo tomó del brazo y lo jaló hacia atrás del pilar también, y Yokozawa hizo su mejor esfuerzo para ocultarse detrás de un pilar que difícilmente podía ser llamado perfecto para esconderlos a ambos.

—De alguna forma me siento como si llamaramos más la atención escondiéndonos así... —Dos hombres adultos vigilando desde las sombras para espiar a dos chicos de primaria era más que sospechoso. Si no eran cuidadosos, iban a ser reportados con la policía.

—¿Qué demonios estás usando, de cualquier forma? Las gorras no te favorecen para nada...

—Cierra el hocico; tú fuiste el que dijo que viniera disfrazado, y esto es todo lo que tenía... —Estaba vestido de jeans y un capuchón que casi nunca usaba, junto con una gorra de beisbol que sacó del fondo de su closet, pero honestamente, no podía evitar pensar que de alguna forma se veía más sospechoso en ese atuendo sombrío. —Sí, bueno, ¿qué hay de ti? ¿Qué hay con esos lentes? ¿Són solo de pantalla?

El atuendo de Kirishima era un estilo que tampoco le había visto mucho. Las ropas casi negras que estaba usando eran probablemente para ayudarlo a mezclarse con la multitud, pero la general apariencia de Kirishima siempre tendía a atraer miradas de otros.

—Hay una ligera prescripción en ellos. Los compré hace un tiempo, pero me dan jaqueca si los uso mucho tiempo, así que los dejé de lado. Nunca pensé que los usaría en este contexto, sin embargo, debo admitirlo...

—¿Para qué es la cámara, entonces? No me digas que vas a tomar fotografías de ellos?

—Estaba pensando en hacerme pasar por turista.

—....no te ves ni un poco como turista. —Desde la punta del pelo hasta la punta de los pies, nada de él parecía casual o cómodo.

—Bueno, estaremos bien. Nadie nos prestará atención, confía en mi. —Yokozawa no estaba

Page 102: Yokozawa no baai 4

tan seguro, el sujeto atraía miradas de los transeuntes sólo con estar parado allí, y eso no ayudaba a reforzar sus palabras... pero si lo mencionaba, sólo le estaría dando un cumplido ambiguo, así que cerró los labios, optando por cambiar de tema a cambio.

—¿Qué le dijiste cuando te marchaste?

—Que tenía un asunto de trabajo al cual asistir.

—¿Cómo es esto relacionado al trabajo?

—Hey... no le mentí. Preocuparse por su preciosa hija es el trabajo de un padre.

—Y eso es lo que llaman jugar con las palabras.

—Ooh... el chico Iokawa ha llegado.

—.......... —Kirishima en verdad no tenía intención de escucharlo, parecía ser, y finalmente dándose por vencido en aleccionar al hombre, Yokozawa giró su mirada hacia las taquillas como Kirishima había hecho.

Iokawa Yuuto avanzó tímidamente hacia Hiyori y parecía estarse disculpando por algo —¿quizá por hacerla esperar?—. Él entonces corrió hacia la máquina de boletos él solo antes de comprar uno y regresar, pereciendo haber pagado por el de Hiyori también. Yokozawa tenía que admitir que para un niño de primaria era bastante competente en este tipo de cosas. Nunca hubiera sido capaz de practicar ese tipo de tacto con las mujeres cuando era de la edad de Yuuto.

—Muy bien, tiempo de que nos omovamos también. —Sugirió Kirishima, saliendo una vez que se aseguró de que Hiyori y Yuuto habían pasado por las taquillas. Bajaron por la escalera contraria a la que el par y mantuvieron una casual vigilancia desde la plataforma. Yuuto parecía estar de lo más nervioso, pero Hiyori estaba fresca como una lechuga, nada diferente a lo usual.

—Eso me recuerda... ¿qué van a comprar? ¿Hiyo dijo algo¿

—Nop, ella se plantó sobre sus talones y vilmente se rehusó a decirme.

—Un viaje de compras no tomará mucho tiempo, sin embargo. ¿Crees que van a ver una película también?

—Podría ser... ¿quieres unirte?

—¿...por qué demonios haces esto realmente?

—Acechar además de una cita.

Page 103: Yokozawa no baai 4

—¿No querrás decir acechándolos en una cita?

—No, oiste bien. Acechar. Además, una cita. Piensa como una especie de cita doble.

—¡¿Qu...?! —Él muy bien podría haber insistido tanto para que Yokozawa fuera con él para ese propósito desde el principio.

—Es un poco divertido, verdad?

—...me vyo.

—¿De qué estás hablando? Mira... el tren llegó. —Kirishima estiró el brazo y tomó el de Yokozawa mientras giraba los talones para irse, arrastrándolo al vagón más cercano del tren que recién había llegado a la estación.

—¡Dejame... ir!

—Haz una escena y Hiyo nos atrapará.

—........

—Hemos llegado tan lejos... será mejor que lleguemos hasta el final.

Las puertas del tren se deslizaron para cerrarse con un susurro mientras Yokozawa dejaba salir un profundo y atribulado suspiro.

________________

—¡Están saliendo, escóndete!

Con el aviso de Kirishima, Yokozawa rápidamente se deslizó hacia las sombras para esconderse, y con un suspiro de alivio que Hiyori y Yuuto no hubieran caminado en su dirección, el par los siguió de nuevo.

—Parece que terminaron sus compras.

—Es una gran bolsa de papel la que llevan. —En lugar de una tierna tienda de las que parecía atraer a las chicas jóvenes, el par había hecho sus rondas en nada menos que tiendas para hombres... quizá habían salido de compras para Yuuto en su lugar.

—Ese niño es bastante audaz, teniendo el sentido de abrirle las puertas y escoltarla a esa edad.

—Sí. —Si Yokozawa calificara el comportamiento de Yuuto, tendría que darle al niño altas calificaciones. Probablemente él no habría ganado si hubiera sido una competencia. —Parece que se están deteniendo a comer ahora. —Los dos se estaban dirigiendo al área de

Page 104: Yokozawa no baai 4

restaurantes, sus pequeñas piernas posiblemente estaban cansadas de tanto correr por allí.

—Demonios, ¿tan tarde es? Muero de hambre también, ahora que pienso en eso... ¿Quieres que consigamos algo para nosotros?

—¿Conseguir qué? No podemos ir a ninguno de esos restaurantes.

—No irán a ninguna parte por un rato. Aquí, iré a traernos algo, así que espera aquí en esta banca.

—Oi... ¿a dónde diablos... maldición... Nunca escucha una palabra de lo que la gente dice... —Yokozawa se fue acallando, murmurando para sí mismo mientras se acomodaba en la banca. Por lo que había visdo de Hiyori y Yuuto, probablemente no había necesidad de preocuparse. Hiyori no rompería su toque de queda, y Yuuto se estaba comportando como todo un caballero.

—Lamento la espera. Tienes que comer de estos en una cita, ¿cierto? —Anunció Kirishima a su regreso, con una crepa en cada mano.

—¿Qué demonios es eso? —Sin pensar aceptó la crepa que Kirishima le ofreció.

—El especial de fresa y chocolate. Tiene fresas, chocolate, helado de fresa, brownie y un poco de crema batida también. Compré uno de atún con queso crema para mí.

—¡Entonces dame ese! —No era que le disgustaran los dulces; sólo no quería comer algo tan abrumantemente dulce para el almuerzo.

—Vamos, es tierno, ¿a que no?

—¿Y a quién le importa esa mierda?

—Se va a derretir si no te apuras y te lo comes.

—Ugh... ¡es tu culpa por comprar algo con helado en é! —espetó, mordiendo la crepa en pánico mientras el helado comenzó a gotear, justo como Kirishima había advertido.

—Dame un respiro, sólo quería probar comprarla una vez.

—Entonces tú cómetela.

—Bien, te darás cuenta que si intercambiamos ahora, cuenta como un beso indirecto, ¿verdad?

—...estoy bien comiendo esto, entonces. —Dudaba de qué tan apropiado fuera para dos hombres de su edad estar sentados comiendo crepas juntos, pero no podía dejar que la comida se desperdiciara... pero tan enfocado estaba en mantener su crepe con una mano mientras

Page 105: Yokozawa no baai 4

evitaba los toques molestos de Kirishima con la otra que se olvidó por completo de estar atento a su alrededor.

—¿...qué están haciendo ustedes dos, papá?

—¡¡………!! —Yokozawa sintió que la sangre se le drenó del rostro en un instante al escuchar la voz de Hiyori detrás de ellos, todos sus esfuerzos por evitar ser reconocidos se fueron al caño.

Pero en contraste con la agitación de Yokozawa, Kirishima parecía fresco como una lechuga. —¡Bueno, bueno, pero si es Hiyo! Qué casualidad encontrarte aquí.

—¿Están haciendo compras también? ¿No dijiste que tenías trabajo que hacer?

—Nah... tenemos una cita.

—¡NO, NO LA TENEMOS! ¡Estamos aquí por asunto de trabajo! ¡Recolección de datos! ¡Sí, sólo le estoy haciendo compañía a tu padre y ayudándolo a reunir información! —disparó Yokozawa como explicación, señalando la cámara en manos de Kirishima.

Afortunadamente para él, Hiyori procedió a dar una útil —aunque incorrecta— conclusión. —¡Ah! ¿Están tomándo más fotografías para manga?

—¡Exacto! Uno de sus autores nos lo pidió, ves! —Dirigió una ruda mirada hacia Kirishima a su lado, sin poder explicarse por qué él era el único que tenía que pensar en esas rápidas excusas, pero el sujeto simplemente se hizo el tonto.

—Ah... um... b­buenas tardes... —Yuuto, con expresión más avergonzada e incómoda que la de Yokozawa, saludó desde su posición junto a Hiyori, habiendo reunido hasta el último resquicio de valor, al parecer. Posiblemente no había pensado ni remotamente que tendría que ver al padre de la niña que le gustaba en medio de su cita.

—Hola. Gracias por cuidar de Hiyori hoy.

—¡Oh no, el placer es todo mío! ¡Siempre me encuentro en deuda con Kirishima­san! —replicó con rigidez, con la espalda estirada, y Kirishima le dirigió una expresión madura.

—¿Estás seguro que ella no está siendo egoista y siendo una molestia?

—¡Por supuesto que no! ¡Yo soy el único que siempre le causa problemas! —El chico estaba completamente rígido por los nervios... pero también, cualquiera sufriendo una atención tan intensa del padre de la chica que le gustaba probablemente se atrofiaría en su lugar.

—Así que Hiyo, ¿qué planes tienes ahora?

Page 106: Yokozawa no baai 4

—Bueno, terminamos nuestras compras y acabamos de almorzar, así que estamos tratando de decidir qué hacer.

—Entonces... ¿por qué no van a ver una película?

—¿No te importa? Si vamos... podría llegar un poquito más tarde de lo que dije a casa. ¿Seguro está bien?

—Sólo llámame cuando termine. ¿Cómo suena eso, Iokawa­kun?

—¡Por mí está totalmente bien!

—Entonces asegúrate de hablar con tus padres antes de que la película comience. ¿Tienes suficiente efectivo contigo, Hiyo?

—Sip, estoy bien.

Su actitud mientras interactuaba con Kirishima era la misma que de costumbre, pero por alguna razón ella no miraba a Yokozawa a los ojos. Pero si ellos no resolvían las cosas entre ellos aquí y ahora, las cosas sólo se pondrían peor, determinó Yokozawa, y se armó de valor para llamarla. —Hiyo, yo... lo siento. Por el otro día.

—¿Eh...?

—Fui realmente insensible.

—No estoy enojada contigo ya. Fue solo una rabieta —respondió con una sonrisa tímida cuando Yokozawa se disculpó por no revelar su cumpleaños antes. Habían sido días desde que la había visto sonreir, y sintió que un gran peso bajó de sus hombros. —Pero lo siento también. No fue muy maduro de mi parte el enojarme contigo de esa forma.

—Nah... lo merecía por no ejercer un poco de tacto.

—Bien por tí... ¡lograste arreglar las cosas!

—¡Oww! —Típicamente hubiera buscado venganza por esta acción, pero no podía hacer el ridículo frente al amigo de Hiyori.

—Hey, Oniichan... ¿estás libre mañana?

—¿Mañana? Bueno, sí, pero...

—Entonces ven a nuestra casa a las 12, ¿de acuerdo? ¡Ni antes ni después!

—¿D­de acuerdo? —asintió atontado, aturdido por la repentina solicitud.

Page 107: Yokozawa no baai 4

—¡Bueno, ustedes dos hagan lo mejor con su trabajo, entonces! ¡Vamos, Iokawa­kun!

—¡Umm, bueno, adios! —Yuuto hizo una reverencia con la cabeza educadamente antes de trotar tras Hiyori en dirección de los cines.

Después de observar al par marcharse, Yokozawa se preguntó, —...¿por qué al mediodía?

—No tengo idea... Pero mejor si haces lo que ella dice. Ahora... ¿deberíamos continuar nuestra pequeña cita?

—Sigo diciéndote, no es una cita —espetó mientras Kirishima descaradamente pasaba un brazo sobre sus hombros, sacudiéndose la atención. Podía sentir las pesadas miradas de las chicas observándolos mientras pasaban pero avanzó estóicamente a grandes zancadas, tratando de parecer como si no se hubiera dado cuenta.

—Hey, ¿a dónde vas, Takafumi?

—......... —Sabía que perdería si respondía, y luchando con la necesidad de liberar su irritación sobre Kirishima, simplemente se enfocó en seguir avanzando.

___________________________________

A pesar de haber sido instruido que llegara a mediodía, Yokozawa parecía haberse adelantado y llegado media hora antes. Con nada más que hacer, se acomodó en una banca dentro del terreno del complejo para matar tiempo, y con cinco minutos de ventaja, abordó el elevador.

—¿Que querría decir con “ni antes ni después”? —Hiyori le había enviado un correo de recordatorio la noche anterior, instruyéndolo que llegara con las manos vacías, lo que hacía las cosas más confusas, pero en última instancia decidió que lo averiguaría cuando llegara, y así llegó al apartamento de Kirishima, presionando el timbre del intercomunicador nerviosamente.

—¿.....? —Usualmente respondían inmediatamente, pero por alguna razón, no había respuesta hoy, y al tiempo que consideraba presionar el timbre de nuebo, la puerta de adelante se abrió con un gran estallido de ruido.

—¡¡Feliz cumpleaños!!

—¿Q­qué? —Tomó unos pocos pasos hacia atrás por el sonido, pero en una inspección más cercana, se dio cuenta que había tiras de confetti arcoiris flotando a su alrededor.

—¡Son serpentinas! Es algo batante estándar, ¿no lo crees?

—¿Estan... dar...?

Ante la expresión completamente desconcertada, claramente sin entender lo que ocurria,

Page 108: Yokozawa no baai 4

Kirishima replicó con un resoplico. —Es una fiesta tres­meses­tarde de cumpleaños, ¡por supuesto! ¿Me estás diciendo que de verdad no sospechabas nada!

—P­para nada.

—Tenemos suerte, ¿eh, Hiyo? ¡Parece que nuestra sorpresa salió sin problemas! —Hiyori se lahzó hacia Yokozawa para jalarlo hacia el interior, instándolo a apurarse, ya que se había quedado boquiabierto estúpidamente en el pasillo.

—¡Por aquí, oniichan!

—Espe... ¿qué es todo esto? —La sala a la que habían sido arrastrados estaba llena dedecoraciones de fiesta. El pastel en la mesa era obviamente hecho en casa, con la leyenda­hecha de galletas, al parecer­ que decía “FELIZ CUMPLEAÑOS”. —Hiyo... ¿tú hiciste todoesto?—¡Sip, yo solita! ¡Practiqué en casa de la abuela toda la semana pasada!—Ella realmente quería mantenerlo en secreto, así que por eso no tuvo tiempo para enviartemensajes —explicó Kirishima, dejando a Hiyori un poco tímida.—Así que por eso fue...—Bueno, si te enterabas, ¡no hubiera sido sorpresa! Lo lamento mucho, sin emgargo, por noresponder tus mensajes.Dándose cuenta de que todo el tiempo que él había estado preocupado, Hiyori había estadohaciendo todo eso sólo para él, su pecho se hinchó de calor. Eso también significaba queKirishima había sabido exactamente lo que pasaba cuando Yokozawa había tratado deconsultarle sobre Hiyori; la razón por la que él ni siquiera había tratado de escucharloseriamente, cambiando el tema en cada oportunidad, debía haber sido porque sabía qué estabaplaneando ella.Estaba tan abrumado por la emoción en ese momento, que no podía encontrar las palabraspara expresarse... y fue aquí cuando Hiyori tímidamente presionó una caja envuelta, atada conun moño, en sus manos. —Y... ¡toma esto también!

—¿Esto es... para mí?

Asintió, penosa. —Sip... ¡así que ábrelo! Realmente espero que te guste...

Hizo lo que ella sugería, su corazón latía fuertemente mientras ella lo observaba con ojos esperanzados y en suspenso. —Dado que es algo que tú escogiste, no hay forma de que no me gu... ¿una... camiseta?

—Luego de pensarlo mucho, pensé en algo que normalmente uses sería lo mejor.

—Gracias, Hiyo. ¡Estoy encantado, realmente!

—¡Jeje! ¡No hay de qué, entonces! ¡Mira si te queda! Si no, la gente de la tienda dijo que podías

Page 109: Yokozawa no baai 4

cambiarla.

La camiseta tenía un diseño que probablemente le iría más a alguien un poco más joven... pero no era malo del todo, y aunque un poco avergonzado de hacerlo, cumplió con su petición y sostuvo la camiseta para asegurar que le quedara. —¿Qué crees?

—¡Se ve genial! Y el tamaño parece perfecto, también... ¡gracias al cielo!

—Me aseguraré de cuidarla. —Nunca le habían regalado ropa antes, y aunque recibir un regalo era en sí una razón para ser feliz, apreciaba aún más la consideración de Hiyori al haber trabajado duro en elegir algo para él.

—En realidad... no sabía realmente qué comprarte yo sola... ¡así que le pregunté a Iokawa­kun si me podía ayudar a elegir algo!

—Ya veo... —Parecía que la razón por la que se refirió a la salida como “de compras” en lugar de “una cita” era porque ella tenía claro propósito al ir al centro comercial. Aunque Yokozawa no estaba seguro de cómo había visto Yuuto su salida, Hiyori había estado obviamente más preocupada en comprarle un regalo que nada más.

—¡Cuando me encontré contigo y mi papá ayer, estaba realmente preocupada de que pudieras descubrir algo de la celebración de cumpleaños! Por cierto, ¿lograron conseguir buenas fotografías?

—Oh... uh, ¡sí! Logramos obtener buenas tomas. ¿Verdad? —Hasta entonces recordó que había puesto de excusa para su salida con Kirishima el reunir fotografías de referencia para un mangaka. ¿Qué si quería ver algunas de las tomas, sin embargo? Casi por reflejo dirigió la mirada hacia Kirishima, buscando ayuda.

—Absolutamente. Tenemos un montón de fotografías grandiosas.

Hiyori, aún muy animada, sacó un regalo envuelto de forma similar y lo sostubo. Aparentemente lo tenía esperando en una silla, oculto de la vista. —De hecho... ¡compré algo para tí también, papá!

—¿Para mi? —Parecía que había planeado una ligera sorpresa para su padre también, y Kirishima, quien había estado sentado a su lado con expresión de suficiencia todo el tiempo, reaccionó con los ojos muy abiertos cuando ella le extendió el regalo.

—Pensé que se te vería bastante bien a tí también, así que considéralo especial, ¡sólo por este año!

—¿En mí también?

Page 110: Yokozawa no baai 4

—¡Sólo apúrate y ábrelo ya!

Ante su premura, jaló el moño para aflojarlo y sacó otra camiseta del paquete. —¡Hey mira, ahora Yokozawa y yo estamos iguales!

—¡Sip! No estaba segura qué color sería mejor... pero estoy contenta de haber elegido ese.

La de Yokozawa había sido azul marino, y Kirishima tenía un fondo negro. Él rápidamente sostuvo la camiseta para escrutinio de Hiyori. A la vista de Yokozawa, le quedaba bastante bien.

Sin embargo, aunque disfrutaba la sonrisa de Hiyori y buena voluntad, no podía alegrarse del hecho de que ahora poseía otro objeto que era parte de un par con algo de Kirishima. Probablemente tendría que asegurarse de no usarlo en ningún lugar donde se topara con Kirishima. Al menos de esa forma, podrían evitar casos involuntarios de “trajes a juego”, donde las parejas se presentaban usando ropas iguales.

Como si pudiera leer el pensamiento de Yokozawa, sin embargo, Kirishima intervino con una amplea sonrisa en su rostro. —Debemos asegurarnos de que la próxima vez que salgamos usemos estas camisetas, ¿eh, Yokozawa?

—Al diablo si... —comenzó a rechazar la idea inmediatamente, pero luego recordó que estaban frente a Hiyori y cerró los labios. Usualmente habíra expresado su objeción aquí, pero no podía atreverse a hacerlo frente a Hiyori, y teniendo en cuenta el conflicto de sentimientos de Yokozawa, Kirishima sólo lo miró de reojo. Yokozawa por lo tanto optó en solo darle un golpe en la espinilla en lugar de abrir su boca.

—¡Oniichan, toma asiento! ¡No pude hacer un gran festín como tú, pero papá y yo preparamos algo juntos!

—¿Juntos?

—Verdaderamente, todo lo que hice fue cortar algunos vegetales.

Mientras se sentaba en la silla que Kirishima había jalado para él, Hiyori trajo ensalada, sopa y pasta. —Realmente se lucieron.

—¿¿Cierto?? —Hiyori resplandeció ante su cumplido.

—Bueno, ¿brindamos? —Kirishima llenó las copas de champaña ante él con ginger ale.

—¡Feliz cumpleaños, Oniichan! —Juntaron sus copas con un tintineo musical antes de beber su contenido.

La tres­meses­tarde fiesta de cumpleaños posiblemente sería una que Yokozawa nunca

Page 111: Yokozawa no baai 4

olvidaría, y él se sintió algo abrumado de emoción ante aquella tarde tan tranquila y feliz.