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TOXICOLOGIA INDUSTRIAL
Parte 3 – Toxicodinamia
1. INTRODUCCIÓN
La Toxicodinamia estudia el mecanismo de acción de los tóxicos con los sistemas biológicos, a
partir del cual se producen los efectos adversos (los efectos del tóxico sobre el organismo). Los
mecanismos de acción tóxica son ilimitados si consideramos la complejidad de los fenómenos
fisicoquímicos y bioquímicos de los sistemas biológicos.
El organismo es inmensamente complejo con numerosos componentes, todos los cuales
desempeñan funciones precisas necesarias para mantener la salud y el bienestar del cuerpo. Un mal
funcionamiento de cualquier componente puede resultar en una alteración de una porción del
organismo, comúnmente referida como enfermedad. Los tóxicos pueden dañar un órgano o un
sistema de órganos de tal manera que no puedan funcionar apropiadamente, conduciendo a la
muerte o enfermedad del organismo (por ejemplo, insuficiencia renal o hepática). Sin embargo, en
casi todos los casos, el tóxico ejerce su efecto nocivo directamente sobre células o bioquímicos
específicos dentro del órgano afectado. Estos cambios celulares y químicos ocasionan un mal
funcionamiento del tejido o del órgano.
La mayoría de los tóxicos son usualmente específicos en su efecto nocivo para órganos o tejidos
particulares, llamados “órganos blanco” o bien “tejidos blanco”. De hecho, los efectos tóxicos
pueden afectar sólo un tipo específico de células o de reacciones bioquímicas. Por ejemplo, el
efecto tóxico del monóxido de carbono es debido a su unión a una molécula específica
(hemoglobina) de una célula específica (eritrocito). Otro ejemplo de efecto altamente específico son
los órganofosforados que inhiben la enzima acetilcolinesterasa, responsable de modular la
neurotransmisión en las sinapsis nerviosas.
Por otra parte, el efecto de algunos tóxicos puede ser generalizado y afectar potencialmente todas
las células, todos los tejidos y así todos los órganos. Un ejemplo es la producción de radicales libres
por una radiación completa del cuerpo. La radiación interactúa con el agua celular para producir
radicales libres altamente reactivos que pueden dañar los componentes celulares. El resultado puede
ser un rango de efectos desde la muerte celular, a un mal funcionamiento de la célula, y falla de la
división normal (por ejemplo, el cáncer). Un ejemplo de un químico tóxico multiorgánico es el
plomo, que afecta a varios tipos de células incluyendo las del riñón, las células nerviosas y los
glóbulos rojos o eritrocitos.
El cuerpo es una máquina viviente compleja consistente de trillones de células y multitudes de
reacciones bioquímicas. Cada célula tiene una función específica y trabajan en concierto para
mantener la salud y la vitalidad del organismo. El número y tipos de reacciones tóxicas es asimismo
muy grande.
El objetivo de este documento es proporcionar un panorama de los mecanismos tóxicos primarios
con algunos ejemplos que ilustren estos mecanismos. Es importante entender que los cambios en un
nivel del organismo pueden afectar la homeostasis de varios otros niveles.
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2. HOMEOSTASIS
Homeostasis es la capacidad del organismo para mantener la función y estabilidad relativa aún
cuando ocurran cambios drásticos en el ambiente externo o en una porción del cuerpo. La
homeostasis es mantenida por una serie de mecanismos de control, algunos funcionando a nivel de
órgano o tejido y otros controlados centralmente. Los mayores controles homeostáticos a nivel
central son los sistemas nervioso y endocrino.
Continuamente, nosotros estamos sometidos a agentes químicos, físicos, biológicos, psicosociales,
lesiones y enfermedades, mismos que pueden interferir con la homeostasis. Cuando el cuerpo pierde
su homeostasis, puede salirse fuera de control manifestándose por un mal funcionamiento,
enfermedad y aún la muerte. La homeostasis en el tejido, el órgano o el sistema de órganos, refleja
las acciones combinadas y coordinadas de muchas células. Cada célula contribuye a mantener la
homeostasis.
Para mantener la homeostasis, el cuerpo reacciona a los cambios anormales (inducidos por un
tóxico, organismo biológico u otros agentes estresores) y hace ciertos ajustes para contrarrestar el
cambio (un mecanismo de defensa). Los componentes primarios responsables del mantenimiento de
la homeostasis son:
Estímulo Un cambio en el ambiente, tal como un irritante, pérdida de sangre o presencia de una sustancia química extraña.
Receptor El sitio dentro del organismo que detecta o recibe el estímulo, siente el cambio de lo normal y envía señales al centro de control.
Centro de control El punto operativo, en el cual las señales son recibidas, analizadas, y una respuesta apropiada es determinada. Esto es algunas veces referido como un centro de integración ya que integra las señales y otra información, para determinar si una respuesta es necesaria y la naturaleza de la respuesta.
Efector El sitio del organismo donde una respuesta es generada para contra-restar el estímulo inicial y así tratar de mantener la homeostasis.
Mecanismos de retroalimentación
Métodos por los cuales el organismo regula el grado de respuesta que ha sido provocada. Una retroalimentación negativa deprime el estímulo para cortar o reducir la respuesta del efector, mientras que una retroalimentación positiva tiene el efecto de incrementar la respuesta del efector.
Un ejemplo de mecanismo homeostático puede ilustrarse por la reacción del cuerpo a un tóxico que
causa anemia e hipoxia (baja concentración de oxígeno en los tejidos). La eritropoyesis
(producción de glóbulos rojos o eritrocitos) es controlada principalmente por la hormona
eritropoyetina. La hipoxia (el estímulo) interactúa con la proteína heme (el receptor) que envía
señales al riñón para producir la eritropoyetina (el efector). Esto estimula la médula ósea para
incrementar los glóbulos rojos y la hemoglobina, incrementando la capacidad de la sangre para
transportar el oxígeno y de esta manera aumentar los niveles de oxígeno en la sangre y en los
tejidos. El incremento en los niveles de oxígeno en los tejidos sirve para suprimir la síntesis mayor
de eritropoyetina (mecanismo de retroalimentación). En este ejemplo, puede verse que las células y
los químicos interactúan para producir cambios que pueden perturbar o restaurar la homeostasis. En
este ejemplo, los tóxicos que afectan al riñón pueden interferir con la producción de eritropoyetina,
o los tóxicos que afectan la médula ósea pueden evitar la producción de glóbulos rojos. Esto
interfiere con el mecanismo homeostático descrito provocando anemia.
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3. ADAPTACIÓN FISIOLÓGICA
La célula y los efectos químicos no pueden ser convenientemente separados puesto que las células
están constituidas por una variedad de químicos de diversos tipos. Los cambios químicos
intracelulares específicos pueden manifestarse como cambios en la célula, ya sea en su apariencia o
en su función. En realidad, los mecanismos que provocan un daño a la célula habitualmente son de
naturaleza bioquímica.
Para mantener la homeostasis, las células y los tejidos:
constantemente se adaptan a los cambios en el ambiente tisular;
intentan responder a estímulos externos para hacer frente a las nuevas demandas; y
su adaptabilidad puede ser de naturaleza benéfica (fisiológica) o perjudicial (patológica).
Los ejemplos de adaptación fisiológica son:
un incremento en las células musculo esqueléticas en atletas debido al ejercicio y al
aumento de la demanda metabólica;
el incremento en número y tamaño de las células epiteliales en las mamas de las mujeres
por estimulación endocrina durante el embarazo y la lactancia.
Cuando estas células o tejidos están dañados, el organismo intenta adaptarse y reparar o limitar los
efectos nocivos. Con frecuencia los cambios de adaptación resultan en células u órganos que no
pueden funcionar normalmente. Esta adaptación imperfecta es un cambio patológico.
Algunos ejemplos de adaptaciones patológicas son:
Cambio del epitelio columnar ciliado a un epitelio escamoso no ciliado en la tráquea y
bronquios de los fumadores. El reemplazo del epitelio escamoso puede resistir mejor la
irritación del humo del cigarro. Sin embargo, la pérdida de los cilios y secreciones mucosas
propias del epitelio columnar, disminuye los mecanismos de defensa traqueo-bronquial.
Reemplazo de las células hepáticas por células fibróticas en los alcohólicos crónicos
(conocido como cirrosis hepática). Un hígado con cirrosis severa es incapaz de un
metabolismo normal, mantenimiento de la nutrición y destoxificación de xenobióticos.
Si el cambio es menor, la adaptación celular puede resultar y sanar hasta la normalidad. Cuando el
daño es muy severo, el resultado puede ser la muerte de la célula o la incapacidad funcional
permanente.
Existen tres tipos básicos de adaptación celular a agentes tóxicos:
Aumento en la actividad celular
Disminución de la actividad celular
Alteración de la morfología celular (estructura y apariencia) o de la función celular.
3.1 Tipos Específicos de Adaptaciones Celulares
La atrofia es una disminución del tamaño de las células. Si están involucradas un número
suficiente de células, el tejido u órgano también pueden disminuir su tamaño. Las causas más
comunes de atrofia son: la disminución en el uso de las células, falta de estimulación hormonal o
nerviosa, disminución en la nutrición, reducción del flujo sanguíneo al tejido y el envejecimiento
natural. Un ejemplo de atrofia es la disminución del tamaño de los músculos en las personas que
sufren parálisis de las piernas, una extremidad enyesada o por uso poco frecuente (pacientes
postrados en cama).
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La hipertrofia es un aumento en el tamaño de las células. La hipertrofia ocurre generalmente en
situaciones donde el órgano o tejido no pueden adaptarse al aumento en la demanda por medio de la
formación de más células. Esto se ve comúnmente en las células musculares cardiacas y músculo-
esqueléticas, que no se dividen para formar más células. Las causas comunes de hipertrofia son el
aumento de trabajo o estrés en un órgano o por estimulación hormonal. Un ejemplo de hipertrofia es
el incremento compensatorio en el tamaño de las células en un riñón cuando se ha removido el otro
o se encuentra enfermo.
La hiperplasia es un aumento en el número de las células en un tejido. Esto generalmente resulta
en un alargamiento de la masa del tejido y del tamaño del órgano. Ocurre sólo en tejidos con
capacidad de mitosis como el epitelio de la piel, intestino y glándulas. La hiperplasia a menudo es
un mecanismo compensatorio para cumplir un aumento en las demandas del cuerpo. La hiperplasia
es una respuesta frecuente a agentes tóxicos y daño a los tejidos como las heridas o traumatismos.
En la cicatrización de las heridas, la hiperplasia del tejido conectivo (por ejemplo, fibroblastos y
vasos sanguíneos) contribuye a la reparación de la herida. En muchos casos, cuando se elimina el
estrés tóxico, el tejido regresa a la normalidad. La hiperplasia puede resultar de una estimulación
hormonal; por ejemplo, el agrandamiento de las mamas y el útero debido al incremento en la
producción de estrógenos durante el embarazo.
La metaplasia es la conversión de un tipo de célula madura a otro tipo de célula madura. Es un
proceso de reemplazo celular. Una respuesta metaplásica a menudo ocurre con la irritación e
inflamación crónicas. Esto origina un tejido más resistente al agente externo por el reemplazo con
células que son capaces de sobrevivir bajo circunstancias donde las células originales no podrían
sobrevivir. Sin embargo, los cambios celulares usualmente resultan en una pérdida de la función,
que era desempeñada por las células originales que se perdieron y reemplazaron.
Algunos ejemplos de metaplasia son:
La condición común que una persona sufre de reflujo crónico del contenido ácido del
estómago hacia el esófago (esofagitis péptica por reflujo). Las células normales del esófago
(epitelio escamoso) son sensibles al reflujo del ácido y mueren. Entonces son reemplazadas
con células columnares del estómago que son resistentes a la acidez. Esta condición
patológica se conoce como “esófago de Barrett”.
El cambio en las células de la tráquea y los bronquios de los fumadores crónicos, de un
epitelio columnar ciliado a un epitelio escamoso estratificado no ciliado. Los sitios de
metaplasia frecuentemente son también sitios para transformaciones neoplásicas. El
reemplazo de las células disminuye el mecanismo de defensa realizado por los cilios en el
movimiento de partículas hacia arriba y afuera de la tráquea.
Con la cirrosis hepática, que es una condición común de los alcohólicos crónicos, las
células hepáticas normales son reemplazadas por tejido fibroso no funcional.
La displasia es una condición de cambios celulares anormales o alteraciones en el crecimiento
celular en los cuales las células son cambiadas estructuralmente en tamaño, forma y apariencia
original. Unas características comunes de las células displásicas es que su núcleo es más grande de
lo normal y tienen una velocidad de mitosis más alta que los células predecesoras normales. Las
causas de displasia incluyen la irritación y la infección crónicas. En muchos casos, la displasia
puede ser reversible si se elimina el agente causal. En otros casos, la displasia puede ser permanente
y representa un cambio precanceroso. Un ejemplo de displasia son las células atípicas del cuello del
útero que preceden al cáncer cervical (del cuello de la matriz). El examen de rutina de las células
del cuello uterino es la prueba de Papanicolaou, que detecta la displasia y el cáncer cervical en fase
temprana. El cáncer puede ocurrir en el sitio del esófago de Barrett y en los bronquios de los
fumadores crónicos (carcinoma broncogénico de células escamosas).
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La anaplasia se refiere a las células que están indiferenciadas. Estas tienen núcleos irregulares y
estructuras celulares con diversas fases de mitosis (numerosas figuras mitóticas). La anaplasia está
asociada frecuentemente con malignidad y sirve como un criterio para graduar la agresividad de un
cáncer. Por ejemplo, un carcinoma anaplásico es aquel donde la apariencia celular ha cambiado de
un tipo celular original bien diferenciado, a un tipo celular con ausencia de características normales
de la célula original. En general, las células anaplásicas han perdido los controles celulares
normales que regulan la división y la diferenciación.
La neoplasia es básicamente un crecimiento nuevo de tejido y comúnmente se le denomina como
tumor. Hay dos tipos de neoplasia; benigna y maligna. La neoplasia maligna es el cáncer. Como el
cáncer es un problema médico muy importante y complejo, se tratará este asunto en una sección por
separado.
4. DAÑO CELULAR Y REPARACIÓN DEL TEJIDO
El daño tóxico a las células puede causar la muerte individual de la célula y, si hay pérdida
suficiente de células, el resultado puede ser una falla del órgano o tejido, que conlleva finalmente a
la muerte del organismo. Virtualmente, es imposible separar una discusión de toxicidad celular y
toxicidad bioquímica. La mayoría de los cambios celulares y muertes celulares observadas se deben
a cambios bioquímicos específicos dentro de la célula o en el tejido vecino. Sin embargo, existen
pocas situaciones donde un agente tóxico físico o químico puede ocasionar daño celular sin afectar
realmente a un químico específico en la célula o en su membrana. Los agentes físicos, como el calor
y la radiación, pueden dañar una célula por coagulación de sus contenidos. En este caso, no hay
interacciones químicas específicas. La afectación del suministro de nutrientes (como la glucosa y el
oxígeno) puede privar a la célula de materiales esenciales necesarios para la vida.
La mayoría de los efectos tóxicos, especialmente los debidos a xenobióticos, se deben a
interacciones bioquímicas específicas sin causar daño identificable a una célula o a sus organelos.
Algunos ejemplos son:
Interferencia con un químico que transmite un mensaje a través de una sinapsis neuronal
(por ejemplo, la inhibición de la enzima colinesterasa por un plaguicida organofosforado).
Cuando un químico tóxico inhibe o reemplaza a otro químico esencial (por ejemplo, el
reemplazo de oxígeno de la hemoglobina por monóxido de carbono).
El cuerpo humano es extremadamente complejo. Además de los más de 200 tipos diferentes de
células y casi igual número de tejidos, literalmente existen miles de diferentes bioquímicos que
pueden actuar solos o en concierto para mantener funcionando correctamente todas las funciones
del cuerpo.
Algunos tejidos tienen una gran capacidad de reparación, como la mayoría de los tejidos epiteliales.
Otros tienen capacidad limitada o no tienen para regenerarse y repararse, como el tejido nervioso.
La mayoría de los órganos tienen una capacidad funcional de reserva para que puedan continuar
desempeñando su función corporal, aunque quizás un tanto disminuida. Un ejemplo es que la mitad
del hígado de una persona puede ser dañada y el organismo puede regenerar hígado nuevo
suficiente (o reparar la sección dañada con un reemplazo fibroso) para mantener la mayor
capacidad del hígado original. Otro ejemplo es la hipertrofia de un riñón para asumir la capacidad
perdida cuando el otro riñón se ha perdido o ha sido extirpado quirúrgicamente.
El daño tóxico a las células y tejidos puede ser transitorio y no letal o, en casos severos, el daño
puede causar la muerte de las células y de los tejidos. Hay cuatro puntos principales para la
toxicidad celular o bioquímica:
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El tejido puede ser completamente reparado y regresar a la normalidad.
El tejido puede ser incompletamente reparado pero es capaz de sostener su función con
capacidad reducida.
Muerte del organismo o la pérdida completa de un tejido u órgano. En algunas instancias, el
organismo puede continuar viviendo con ayuda de tratamiento médico; por ejemplo, el
reemplazo de insulina o transplante de órganos.
Puede resultar un neoplasma o cáncer, muchos de los cuales provocarán la muerte del
organismo y sólo algunos pueden ser curados con tratamiento médico.
4.1 Daño Celular Reversible
La respuesta de las células a una lesión tóxica puede ser transitoria y reversible una vez que el
agente ha sido removido o se han hecho los cambios celulares compensatorios. En algunos casos
regresa la capacidad completa de las células dañadas. En otros casos, permanece un cierto grado de
daño permanente con una capacidad celular o tisular disminuida. En adición a los cambios celulares
de adaptación discutidos previamente, dos cambios comúnmente encontrados están asociados con
exposiciones crónicas, edema celular y cambio en el metabolismo de los lípidos.
El edema celular (que está asociado con hipertrofia) se debe a la hipoxia celular que daña la
bomba de sodio-potasio de la membrana. Esto cambia el balance intracelular de electrolitos con un
flujo mayor de fluidos hacia el interior de la célula, ocasionando el edema. El edema celular es
reversible cuando la causa ha sido eliminada.
El cambio graso es más serio y ocurre con el daño celular severo. En esta situación, la célula se ha
dañado y es incapaz de metabolizar adecuadamente los lípidos. El resultado es que se acumulan
vacuolas pequeñas de grasas que se dispersan en el citoplasma. Mientras el cambio graso puede
ocurrir en varios órganos, habitualmente se observa más en el hígado por el hecho de que la
mayoría de las grasas se sintetizan y metabolizan en las células hepáticas. El cambio graso puede
ser reversible pero es un proceso mucho más lento que el edema celular.
4.2 Lesión Letal (muerte celular)
En muchas situaciones, el daño a la célula puede ser tan severo que la célula no puede sobrevivir.
La muerte de la célula ocurre por dos formas: necrosis y apoptosis.
La necrosis es una falla progresiva de los componentes esenciales de la célula, tanto metabólicos
como estructurales, y que usualmente están en el citoplasma. La necrosis generalmente involucra un
grupo de células continuas o bien ocurre a nivel tisular. El deterioro progresivo de la estructura y la
función conlleva rápidamente a la muerte de la célula o “necrosis celular”.
La apoptosis (referida como “muerte celular programada”) es un proceso de auto-destrucción del
núcleo de la célula. La apoptosis es la muerte individual de una célula, en la cual las células muertas
no son contiguas sino esparcidas por todo el tejido. La apoptosis es un proceso normal en la
rotación de las células que tienen una vida finita y mueren espontáneamente. Durante el desarrollo
embrionario, ciertas células son programadas para morir y no son reemplazadas, como las células
entre cada dedo en desarrollo. En este caso, si las células programadas no mueren; el feto termina
con los dedos incompletos o unidos por una membrana interdigital.
Después de la necrosis, el tejido intenta regenerarse con el mismo tipo de células que han muerto.
Cuando el daño o lesión es mínimo, el tejido puede reemplazar efectivamente las células perdidas o
dañadas. En los tejidos dañados severamente o en situaciones crónicas de largo plazo, la capacidad
del tejido para regenerar los mismos tipos de células y estructura tisular puede sobrepasarse y
entonces ocurre una reparación imperfecta o diferente. Un ejemplo de esto ocurre en los alcohólicos
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que presentan un daño crónico al tejido hepático, y el organismo no puede reemplazar más a los
hepatocitos con hepatocitos, sino con tejido conectivo fibroso. Los fibrositos y la colágena
reemplazan a los hepatocitos y a la estructura normal del hígado por un tejido cicatrizal. El tejido
fibroso cicatrizal apuntala el daño pero no puede reemplazar la función del tejido hepático perdido.
Con el cambio fibroso constante, la función hepática disminuye continuamente hasta que el hígado
no puede mantener más la homeostasis. El reemplazo fibroso del hígado se conoce como “cirrosis”.
5. CÁNCER
Durante mucho tiempo, el cáncer ha sido considerado una enfermedad celular, ya que los cánceres
están compuestos de células que crecen y proliferan sin restricción en varias partes del cuerpo.
Estos crecimientos de células cancerosas pueden reemplazar a las células o tejidos normales
ocasionando severas malformaciones (como los cánceres de la piel y del hueso) y falla de los
órganos internos, lo que conduce frecuentemente a la muerte. El desarrollo del cáncer es un proceso
demasiado complejo. Una vez que la célula ha iniciado su camino hacia el cáncer, progresa por una
serie de etapas, lo que continua mucho tiempo después de que la causa inicial ha desaparecido
Existen tantos tipos de cáncer como existen tantos tipos diferentes de células en el organismo (más
de 100 tipos). Algunos tipos de células se dividen se reemplazan constantemente (como las células
de la piel o de la sangre). Otros tipos de células rara vez o nunca se dividen (como las células del
hueso y las neuronas). En las células existen mecanismos sofisticados para controlar cuando y
como replicarse. El cáncer ocurre cuando estos mecanismos se pierden y entonces tiene lugar la
replicación de una manera descontrolada y desordenada.
5.1 Terminología del Cáncer
La terminología asociada con el cáncer puede ser confusa y ser utilizada de manera diferente entre
el público y las comunidades médicas. A continuación se enlistan los términos más frecuentemente
utilizados sobre cáncer:
Cáncer: un tumor maligno que tiene la capacidad para dar metástasis o invadir los tejidos
vecinos.
Tumor: término general para un crecimiento descontrolado de células que empeoran
progresivamente con el tiempo. Los tumores pueden ser benignos o malignos.
Neoplasma: lo mismo que tumor.
Neoplasia: crecimiento de tejido nuevo con proliferación celular anormal o no regulada.
Tumor Benigno: un tumor que no da metástasis o no invade a los tejidos vecinos.
Tumor Maligno: un tumor que tiene la capacidad para dar metástasis o invadir los tejidos
vecinos (lo mismo que cáncer).
Metástasis: capacidad para establecer crecimientos tumorales secundarios en un lugar
nuevo, alejado del sitio original.
Carcinogénesis: la producción de un carcinoma (cáncer epitelial). A veces, carcinogénesis
es utilizado como un término general para la producción de cualquier tipo de tumor.
Generalmente, la mayoría de los tumores se denominan de acuerdo a un esquema de nomenclatura
acordado internacionalmente, pero hay muchas excepciones. Los tumores se clasifican y se
nombran basándose en:
La célula o el tejido de origen.
Si es benigno o maligno.
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La mayoría de los tumores malignos caen dentro de una de dos categorías, carcinomas o sarcomas.
Las mayores diferencias entre carcinomas y sarcomas se enlistan a continuación:
Carcinoma Tumor maligno que se origina en el epitelio.
La forma más común de cáncer.
Usualmente se disemina por el sistema linfático.
Sarcoma Tumor maligno que se origina en el tejido conectivo o muscular.
Habitualmente se disemina por el torrente sanguíneo.
Frecuentemente da metástasis a pulmón.
5.2 Período de Latencia para el Desarrollo del Cáncer
El cáncer es una condición crónica, que se desarrolla gradualmente en un período de tiempo, y se
manifiesta como una manifestación clínica muchos años después de la exposición inicial a un
cancerígeno. A este período de tiempo se le denomina “período de latencia”, el cual es variable con
el tipo de cáncer y puede ser tan corto como unos pocos años, o tan largo como hasta 30 años. Por
ejemplo, el período de latencia para la leucemia después de una exposición a benceno o a radiación
puede ser tan corto como de 2 a 5 años. En contraste, el período de latencia puede ser de 20 a 30
años para el cáncer de la piel después de una exposición a arsénico, y el mesotelioma (cáncer de la
pleura) después de la exposición a asbestos (sobre todo del grupo de los anfíboles, principalmente
la crocidolita o asbesto azul).
5.3 Causas de Cáncer
Muchas sustancias químicas industriales, farmacéuticas y ambientales han sido identificadas como
cancerígenos potenciales por pruebas de laboratorio en animales. Los estudios epidemiológicos en
humanos han confirmado verdaderamente que muchos son también cancerígenos en humanos. Sin
embargo, mientras que es aparente que los químicos y las radiaciones juegan un papel sustancial,
parece que el estilo de vida y las infecciones son los factores mayores que conllevan la probabilidad
de que una persona desarrolle cáncer. Se considera que los factores del estilo de vida juegan un
papel causal en más del 75% de los casos de cáncer. Las infecciones (como la hepatitis y el herpes
simple) parecen estar asociados con alrededor del 10% de los casos de cáncer.
Factores de Estilo de Vida Porcentaje
Dieta 35%
Tabaquismo 30%
Comportamiento Sexual y Reproductivo 7%
Consumo del Alcohol 3%
Infecciones 10%
Exposiciones Ocupacionales 4%
Factores Geofísicos (incluyendo radiación ionizante y UV) 3%
Contaminación 2%
Iatrogénicos (procedimientos médicos y fármacos) 1%
Aditivos de Alimentos < 1%
Productos Industriales < 1%
Otros 3%
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5.4 Patogénesis del Cáncer
La carcinogénesis es referida como una enfermedad genética multifactorial y multietápica. Todos
los tumores conocidos están compuestos de células con alteraciones genéticas que las hacen
comportarse de manera diferente de sus células progenitoras. El proceso de carcinogénesis es muy
complejo e impredecible, consiste de varias fases o etapas e involucra a múltiples eventos genéticos
(mutaciones) que tienen lugar en un período largo de tiempo (por lo menos 10 años para la mayoría
de los tipos de cáncer).
Para que un tumor sea detectado, debe alcanzar un tamaño de por lo menos un centímetro cúbico
(casi el tamaño de un chícharo). Este pequeño tumor contiene de 100 a 1000 millones de células en
ese momento. El desarrollo desde una simple célula hasta ese tamaño también significa que la masa
se ha duplicado por lo menos 30 veces. Durante el largo y activo período de proliferación celular,
las células cancerosas pueden volverse agresivas en su crecimiento y convertirse en un tipo celular
menos diferenciado (no similar al tipo celular de origen).
En el proceso de la carcinogénesis, se identifican por lo menos tres fases principales:
Iniciación
Promoción/ Conversión
Progresión
La fase de iniciación consiste en la alteración del DNA (mutación) de una célula normal, lo cual es
un cambio irreversible. La célula iniciada ha desarrollado una capacidad para el crecimiento
individual y es indistinguible de las otras células similares en el tejido. El evento iniciador puede
consistir en una exposición única a un agente cancerígeno o, en otros casos, puede ser un efecto
genético hereditario. Un ejemplo es el retinoblastoma, en el cual los niños están predispuestos a
desarrollar el cáncer y el defecto es transmitido a través de generaciones sucesivas. La célula
iniciada (ya sea hereditaria o una nueva célula mutada) puede permanecer latente (inactiva) por
meses o años y puede no desarrollar un caso de cáncer clínico, a menos que ocurra un evento
promotor.
Procesos Básicos en la Carcinogénesis
Fases Operativas Mecanismos Bioquímicos Apariencia Clínica
Iniciación Mutación
Daño permanente al DNA No hay cambio evidente
Promoción Estimulación del crecimiento
de las células alteradas Normalmente sólo
detectado por biopsia
Conversión
Mutación
Crecimiento descontrolado y expansión
Tumor benigno
Crecimiento expansivo
Progresión
Mutación
Pérdida completa del control celular
Cáncer
Invasión y metástasis
La fase de promoción/ conversión es el segundo paso en el proceso de carcinogénesis, en el cual
agentes específicos (llamados promotores) aumentan el mayor desarrollo de las células iniciadas.
Los promotores a menudo, pero no siempre, interactúan con el DNA de la célula e influencian la
mayor expresión del DNA mutado de tal manera que la célula iniciada prolifera y avanza en el
proceso de la carcinogénesis. En esta etapa, el clon de células que está proliferando toma una forma
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compatible con un tumor benigno. La masa de células permanece como un grupo cohesivo y
físicamente se mantienen en contacto unas con otras.
La progresión es el tercer paso reconocido y está asociado con el desarrollo de la célula iniciada
hacia una población de células biológicamente malignas. En esta etapa, una porción de las células
del tumor benigno pueden convertirse a formas malignas, desarrollando un verdadero cáncer. En
esta etapa final, las células individuales pueden separarse, alejarse e iniciar nuevos clones de
crecimientos distantes del sitio original del desarrollo del tumor. Esto es conocido como metástasis.
6. NEUROTOXICIDAD
El sistema nervioso es muy complejo y los tóxicos pueden actuar en muchos puntos diferentes de
este intrincado sistema. Esta sección posiblemente no pueda describir en detalle la anatomía y
fisiología del sistema nervioso. Tal vez tampoco se pueda proporcionar información profunda de los
muchos neurotóxicos y neurotoxinas que hay en nuestro ambiente y de las vías delicadas que
pueden dañar del sistema nervioso o interferir con su función.
Como el sistema nervioso inerva todas las áreas del cuerpo, algunos efectos tóxicos pueden ser muy
específicos y otros muy generalizados, y esto depende de si el tóxico ejerce o no su efecto en el
sistema nervioso como órgano blanco. Antes de abordar la manera como los neurotóxicos causan
daño, veremos un repaso sencillo y básico de la anatomía y fisiología del sistema nervioso.
6.1 Anatomía y Fisiología del Sistema Nervioso
El sistema nervioso tiene tres funciones básicas. Primero, las células especializadas detectan la
información sensorial del ambiente y transmiten esta información a otras partes del sistema
nervioso. Segundo, dirige las funciones motoras del cuerpo, normalmente como respuesta a un
estímulo sensorial; parte del sistema nervioso está involucrado en el procesamiento de la
información. La tercera función es para integrar los procesos del pensamiento, aprendizaje y
memoria. Todas estas funciones son potencialmente vulnerables a las acciones de los tóxicos.
El sistema nervioso consiste de dos divisiones anatómicas fundamentales:
El Sistema Nervioso Central (SNC); y
El Sistema Nervioso Periférico (SNP).
El Sistema Nervioso Central incluye al cerebro y a la médula espinal. El SNC sirve como el centro
de control, procesa y analiza la información recibida por los receptores sensoriales, y en respuesta
emite una orden motora para controlar las funciones del cuerpo. El cerebro, que es el órgano más
complejo del organismo, está integrado estructuralmente por seis áreas primarias:
Cerebro Controla los procesos de pensamiento, inteligencia, memoria, sentidos y funciones motoras complejas.
Diencéfalo (tálamo, hipotálamo, hipófisis)
Transmite y procesa la información sensorial. Control de emociones, funciones autónomas y producción de hormonas.
Cerebro medio Procesa la información auditiva y visual, y genera respuestas motoras involuntarias.
Protuberancia anular o Puente de Varolio
Una vía y centro de transmisión que también asiste en el control motor somático y visceral
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Cerebelo Responsable de actividades motoras voluntarias e involuntarias basadas en la memoria y en los sentidos.
Médula oblonga o bulbo raquídeo
Transmite información sensorial al resto del cerebro; regula funciones autónomas incluyendo la frecuencia cardiaca y la frecuencia respiratoria.
El Sistema Nervioso Periférico está integrado por todo el tejido nervioso fuera del SNC. El SNP
contiene dos formas de nervios: los aferentes, que transmiten información sensorial hacia el SNC,
y los nervios eferentes, que transmiten las órdenes motoras desde el SNC hacia varios músculos y
glándulas.
Los nervios eferentes están organizados en dos sistemas. Uno es el sistema nervioso somático
(también conocido como sistema voluntario), que conduce la información motora a los músculos
esqueléticos. El segundo sistema eferente es el sistema nervioso autónomo, que conduce la
información motora a los músculos lisos, al músculo cardiaco y a varias glándulas. La mayor
diferencia entre estos dos sistemas es el control consciente. El sistema somático está bajo nuestro
control voluntario (por ejemplo, nosotros podemos mover nuestros brazos diciendo
conscientemente a nuestros músculos que se contraigan). En contraste, nosotros no podemos
controlar conscientemente al músculo liso del intestino, al músculo cardiaco o la secreción de
hormonas. Estas funciones son automáticas e involuntarias y están controladas por el sistema
nervioso autónomo.
6.2 Células del Sistema Nervioso
En el sistema nervioso encontramos dos categorías de células: las neuronas y las células de la
neuroglia. Las neuronas son las células nerviosas funcionales directamente responsables de la
transmisión de la información hacia y desde el SNC para otras áreas el cuerpo. Las células de la glia
(también conocidas como neuroglia) proporcionan el soporte para el tejido neuronal, regulan el
ambiente alrededor de las neuronas y protegen contra invasores extraños.
Las neuronas comunican a todas las áreas del cuerpo y están presentes dentro del SNC y el SNP.
Sirven para transmitir impulsos rápidos hacia y desde el cerebro y médula espinal, a todos los
tejidos y órganos del organismo. Como tal, son las células más esenciales y su daño o muerte puede
tener efectos críticos en las funciones del organismo y la vida. Cuando las neuronas mueren, no son
reemplazadas. Conforme se pierden las neuronas, se pierden también ciertas funciones como la
memoria, la capacidad para pensar, las reacciones rápidas, la coordinación, la fuerza muscular y los
sentidos especiales (vista, audición, olfato, gusto y tacto). Si la pérdida o daño neuronal es
importante, pueden ocurrir trastornos severos y permanentes como la ceguera, parálisis y muerte.
Una neurona está integrada por un cuerpo celular y dos tipos de extensiones: numerosas dendritas y
un solo axón. Las dendritas están especializadas para recibir la entrada de información y enviarla
hacia el cuerpo celular de la neurona, a través de la transmisión de cargas eléctricas por el axón
hacia una o más uniones con otras neuronas o células musculares (conocidas como sinapsis). El
axón puede extenderse por largas distancias, más de un metro en algunos casos, para transmitir
información de una parte del cuerpo a otra. Algunos axones están envueltos con un recubrimiento
de capas múltiples, conocidas como vainas de mielina, que ayudan a aislar al axón de los tejidos y
fluidos circundantes, y previene que se escapen las cargas eléctricas del axón.
La información se transmite a lo largo de la red de neuronas entre el SNC, los receptores sensoriales
y los efectores por una combinación de impulsos eléctricos y neurotransmisores químicos. La
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información (cargas eléctricas) se mueve desde las dendritas en dirección al cuerpo celular y
después hacia el axón.
El mecanismo por el cual un impulso eléctrico se mueve por la neurona es muy complejo. Cuando
la neurona está en reposo, tiene un potencial eléctrico interno negativo (potencial de membrana en
reposo, que es de –85 milivoltios). Esto cambia cuando un neurotransmisor se une a una dendrita
receptora. Los canales de proteína de la membrana de la dendrita se abren permitiendo el
movimiento de los químicos cargados a través de la membrana, lo cual crea una carga eléctrica. La
propagación de un impulso eléctrico (conocido como potencial de acción) procede a bajar al axón
por una serie continua de aperturas y cierres de los canales y bombas de sodio-potasio. El potencial
de acción se mueve como una onda desde un extremo (terminación de la dendrita) hasta el extremo
terminal del axón. Sin embargo, la carga eléctrica no puede atravesar la brecha (sinapsis) entre el
axón de una neurona y la dendrita o axón de otra neurona, y una conexión con una célula muscular
(unión neuromuscular). La información se mueve a través de la sinapsis por sustancias químicas
llamadas neurotransmisores.
Las neuronas no hacen un contacto real entre ellas, sino que hay una brecha conocida como
sinapsis. Conforme procede el impulso eléctrico hacia arriba o abajo del axón, encuentra por lo
menos una unión o sinapsis. Un impulso eléctrico no puede pasar a través de la sinapsis. En el
extremo final de un axón hay una protuberancia sináptica que contiene sustancias químicas
conocidas como neurotransmisores.
Los neurotransmisores se liberan de vesículas que se estimulan por un impulso que se proviene de
la neurona presináptica. Los neurotransmisores difunden a través de la unión sinática y se unen a los
receptores de la membrana postsináptica. El conjunto neurotransmisor-receptor entonces inicia la
generación de un impulso en la siguiente neurona o célula efectora; por ejemplo, una célula
muscular o célula secretora.
Después de que el impulso se ha sido iniciado de nuevo, el conjunto neurotransmisor-receptor debe
inactivarse, de lo contrario se generarán impulsos continuos hacia arriba y abajo del impulso
original. Esta inactivación es efectuada por enzimas que sirven para romper o interrumpir el
conjunto en el momento preciso, y sólo después de que se ha generado el impulso exacto.
Existen varios tipos de neurotransmisores y sus enzimas inactivadoras respectivas. Uno de los
mayores neurotransmisores es la acetilcolina, con la acetilcolinesterasa como su inactivador
específico.
Hay más de 50 neurotransmisores conocidos, aunque sólo se comprenden razonablemente los
siguientes:
Acetilcolina
Norepinefrina (noradrenalina)
Serotonina
Ácido Gamma Aminobutírico (GAMA)
Las neuronas se clasifican por su función en tres tipos:
Las Neuronas Sensoriales (neuronas aferentes) llevan información desde los receptores
sensoriales (habitualmente procesados por la neurona) hacia el SNC. Algunos receptores
sensoriales detectan cambios externos como la temperatura, presión y los sentidos del tacto y de la
visión. Otros vigilan los cambios internos como el equilibrio, la posición muscular, el gusto, la
presión profunda y el dolor.
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Las Neuronas Motoras (neuronas eferentes o efectoras) transmiten información desde el SNC
hasta los efectores terminales de otros órganos. Las neuronas motoras son las neuronas eferentes
tanto del sistema somático como del sistema nervioso autónomo.
Las interneuronas (asociación de neuronas) están localizadas sólo en el SNC y proporcionan las
conexiones entre las neuronas sensoriales y motoras. Estas pueden llevar tanto impulsos sensoriales
como impulsos motores. Están involucradas en los reflejos espinales (arcos reflejo), análisis de una
entrada sensorial y coordinación de impulsos motores. También juegan un papel muy importante en
la memoria y en la capacidad de pensamiento y aprendizaje.
Las células de la neuroglia son importantes ya que proporcionan una estructura para las neuronas,
las protegen contra organismos invasores externos y les mantienen un ambiente favorable
(nutrientes, suministro de oxígeno, etc.). Las neuronas están altamente especializadas y no tienen
todos los organelos celulares habituales que les proporcionen la misma capacidad de soporte de
vida. Las neuronas son altamente dependientes de las células de neuroglia para su función y
sobrevivencia. Por ejemplo, las neuronas tienen una capacidad limitada de almacenamiento de
oxígeno y esto las hace extremadamente sensibles a las bajas de oxígeno (hipoxia, anoxia) y pueden
morir en pocos minutos. Los tipos de células de neuroglia se describen a continuación:
Los astrocitos son células grandes, sólo en el SNC, y mantienen la barrera hemato-encefálica que
controla la entrada de fluidos y sustancias provenientes del sistema circulatorio al interior del SNC.
También proporcionan una rigidez a la estructura del cerebro.
Las células de Scwann y oligodendrocitos se envuelven por sí mismos alrededor de algunos
axones para formar la mielina, la cual sirve como un aislante. Las neuronas mielinizadas
normalmente transmiten impulsos a gran velocidad, como los que se necesitan en las neuronas
motoras. La pérdida de la mielina (desmielinización) causa una disfunción de estas células.
La microglia son células pequeñas, móviles y fagocíticas.
El SNC está bañado por un líquido especial llamado líquido cefalorraquídeo (LCR), el cual es
producido por las células ependimales.
6.3 Efectos y Daño Tóxico al Sistema Nervioso
El sistema nervioso es muy vulnerable a los agentes tóxicos ya que las sustancias químicas que
interactúan con las neuronas pueden cambiar los voltajes críticos, los cuales deben mantenerse
cuidadosamente. Sin embargo, la mayor parte del SNC está protegida por una barrera anatómica
entre las neuronas y los vasos sanguíneos, conocida como barrera hematoencefálica.
La mayoría de los cambios significativos consisten en uniones estrechas entre las células
endoteliales de los vasos sanguíneos en el SNC y la presencia de astrocitos alrededor de los vasos
sanguíneos. Esto previene la difusión de los químicos fuera de los vasos sanguíneos hacia los
fluidos intracelulares, excepto por moléculas pequeñas, liposolubles no polares. Existen
mecanismos específicos para transportar nutrientes esenciales (como la glucosa, aminoácidos y
iones) hacia el cerebro. Otro mecanismo de defensa dentro del cerebro para las sustancias que pasan
a través de la barrera vascular es la presencia de enzimas metabólicas. Ciertas enzimas
destoxificantes, como la monoamino-oxidasa, pueden biotransformar muchas sustancias químicas a
formas menos tóxicas tan pronto como entran en el líquido intercelular.
Los tipos básicos de cambios debidos a tóxicos pueden dividirse en tres categorías –sensoriales,
motores e interneuronales– dependiendo del tipo de daño sostenido.
Puede ocurrir un daño a los receptores sensoriales y a las neuronas sensoriales, que puede afectar
los sentidos básicos de presión, temperatura, visión, audición, gusto, olfato, tacto y dolor. Por
ejemplo, la intoxicación por metales pesados (especialmente por plomo y mercurio) puede
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ocasionar sordera y pérdida de la visión. Varios químicos, como las sales inorgánicas y los
compuestos organofosforados, pueden causar una pérdida de las funciones sensoriales.
El daño a las neuronas motoras puede causar debilidad y parálisis. La hidracida isonicotínica o
isoniacida (utilizada pata el tratamiento de la tuberculosis) puede causar dicho daño.
El daño interneuronal puede ocasionar deficiencias en el aprendizaje, pérdida de la memoria,
incoordinación y condiciones emocionales. Los niveles bajos de mercurio inorgánico y monóxido
de carbono pueden causar depresión y pérdida de la memoria.
El daño tóxico al sistema nervioso ocurre por los siguientes mecanismos básicos:
Daño directo y muerte de las neuronas y células de neuroglia.
Interferencia con la transmisión de los impulsos eléctricos.
Interferencia con la neurotransmisión química.
6.3.1 Muerte de las Neuronas y Células de Neuroglia
La causa más común de muerte de las neuronas y células de neuroglia es la interferencia con el
oxígeno, ya sea por anoxia (aporte inadecuado de oxígeno a las células) o por incapacidad de las
células para utilizar el oxígeno. La anoxia puede resultar por una disminución en la capacidad de la
sangre para suministrar oxígeno a los tejidos (por una alteración de la hemoglobina o por una
circulación disminuida), o por un problema de la célula para utilizar el oxígeno (como la inhibición
del sistema citocromo-oxidasa).
Por ejemplo, el monóxido de carbono y el nitrito de sodio pueden unirse a la hemoglobina haciendo
que la sangre sea incapaz de transportar oxígeno a los tejidos. El cianuro de hidrógeno y el sulfuro
de hidrógeno pueden penetrar la barrera hemato-encefálica y ser tomados rápidamente por las
neuronas y las células de neuroglia. Otro ejemplo es el fluoroacetato de sodio (comúnmente
conocido como Compuesto 1080®, que es un raticida) que inhibe a una enzima celular (aconitasa).
Estos químicos interfieren con el metabolismo celular y evita que las células nerviosas sean capaces
de utilizar el oxígeno. Este tipo de anoxia se conoce como anoxia histotóxica.
Las neuronas están entre las células más sensibles del organismo a una oxigenación inadecuada. La
disminución de oxígeno por unos pocos minutos es suficiente para causar cambios irreparables que
conducen a la muerte de las neuronas.
Otros neurotóxicos que son conocidos por dañar directamente o matar neuronas son:
Plomo
Mercurio
Arsénico
Algunos disolventes halogenados industriales, incluyendo el metanol
Glutamato (un aminoácido en algunos productos alimenticios)
Trimetil estaño
MPTP (un contaminante de las drogas callejeras parecidas a la heroína)
Mientras algunos agentes neurotóxicos afectan a neuronas en todo el cuerpo, otros son muy
selectivos. Por ejemplo, el metanol afecta específicamente al nervio óptico, la retina y las células
ganglionares relacionadas. El trimetil estaño mata neuronas en el hipocampo, que es una región del
cerebro. El MPTP (1-metil-4-fenil-1,2,3,6-tetrahidropiridina) es un compuesto que puede ser
creado durante la producción de heroína sintética. Es altamente neurotóxico y puede producir un
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síndrome virtualmente idéntico a la enfermedad de Parkinson porque daña a las neuronas en un área
del cerebro medio (sustancia nigra), y estas neuronas secretan dopamina.
Otros agentes pueden degradar la función de la neurona porque disminuyen su capacidad para
sintetizar proteínas, mismas que son necesarias para el funcionamiento normal de la neurona. Los
compuestos orgánicos de mercurio ejercen su efecto tóxico de esta manera.
Con algunos tóxicos y toxinas, sólo se afecta una porción de la neurona. Si muere el cuerpo celular,
la neurona entera morirá. Algunos tóxicos pueden causar la muerte o la pérdida de una porción de
las dendritas o del axón, mientras que la célula sobrevive pero con una disminución o pérdida total
de su función. Comúnmente los axones empiezan a morir por su extremo más distal, con necrosis
que progresa lentamente hacia el cuerpo celular.
Algunas sustancias organofosforadas (incluyendo los plaguicidas) causan esta axonopatía distal. El
mecanismo de esta muerte en retroceso no está claro pero puede estar relacionado con la inhibición
de una enzima (estearasa neurotóxica) dentro del axón. Otros químicos bien conocidos que pueden
ocasionar axonopatía distal son: etanol, disulfuro de carbono, arsénico, etilenglicol y acrilamida.
6.3.2 Interferencia con la Transmisión Eléctrica
Existen dos mecanismos básicos por los que una sustancia química extraña puede interrumpir o
interferir con la propagación del potencial eléctrico (impulso) que baja por el axón hacia la unión
sináptica. Uno es interferir con el movimiento del potencial de acción que viaja por el axón intacto.
El otro mecanismo es causar un daño estructural al axón o a su recubrimiento de mielina. Sin un
axón intacto, no es posible la transmisión de un potencial eléctrico.
La interrupción de la propagación del potencial eléctrico es causada por agentes que pueden
bloquear o interferir con los canales de sodio y potasio y con la bomba de sodio-potasio. Esto
interrumpirá de manera débil, lenta o completamente el movimiento del impulso eléctrico. Muchas
neurotoxinas y agentes neurotóxicos ejercen su toxicidad por este mecanismo.
La tetrodotoxina (una toxina en las ranas, algunos peces y otros invertebrados) y la saxitoxina (una
causa de intoxicación o envenenamiento por mariscos) bloquea los canales de sodio. La batraco o
batraciotoxina (toxina de las ranas de América del Sur, utilizada como veneno para flechas) y
algunos plaguicidas (DDT y piretroides) incrementan la permeabilidad de la membrana de la
neurona evitando el cierre de los canales de sodio, lo que conduce a disparos repetitivos de la carga
eléctrica y a un impulso exagerado.
Algunos químicos pueden producir desmielinización. Muchos axones (especialmente del SNP)
están envueltos con una capa protectora de mielina que actúa como aislante y restringe el impulso
eléctrico dentro del axón. Los agentes que dañan selectivamente estas capas de mielina, alteran o
interrumpen la conducción de los impulsos neuronales de alta velocidad. La pérdida de una porción
de mielina puede permitir el escape del impulso eléctrico al tejido circundante de la neurona, de tal
manera que el impulso no alcanza la sinapsis con la intensidad adecuada.
El algunas enfermedades, como la Esclerosis Múltiple y la Enfermedad de Lou Gehrig (Esclerosis
Lateral Amiotrófica), hay una pérdida de la mielina, lo que ocasiona parálisis y pérdida de la
función sensorial y motora. Se sabe que cierto número de sustancias químicas causan
desmielinización. La toxina diftérica produce pérdida de mielina porque interfiere con la
producción de proteínas por las células de Schwann, que son las que producen y mantienen la
mielina en el SNP. El trietil estaño (utilizado como un biocida, conservador y estabilizador de
polímeros) interrumpe las vainas de mielina alrededor de los nervios periféricos. El plomo también
produce pérdida de mielina alrededor de los axones motores periféricos.
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6.3.3 Interferencia con la Neurotransmisión Química
La disfunción sináptica es un mecanismo común para la toxicidad de una gran variedad de
sustancias químicas. Como ya vimos, hay dos tipos de sinapsis: aquellas entre dos neuronas (el
axón de una neurona y las dendritas de otra), y aquellas entre una neurona y una célula muscular o
una glándula. El mecanismo básico para la transmisión química es el mismo. La diferencia mayor
es que el neurotransmisor químico entre una neurona y una célula muscular es la acetilcolina,
mientras que hay varios tipos de neurotransmisores químicos involucrados entre las neuronas,
dependiendo del sitio del sistema nervioso donde esté localizada la sinapsis.
Existen cuatro pasos básicos relacionados con la neurotransmisión en la sinapsis:
Síntesis y almacenamiento del neurotransmisor (protuberancia sináptica del axón).
Liberación del neurotransmisor (protuberancia sináptica con movimiento a través de la
hendidura sináptica).
Activación del receptor (membrana efectora).
Inactivación del neurotransmisor (la enzima neutraliza al neurotransmisor deteniendo la
inducción del potencial de acción).
La llegada del potencial de acción a la protuberancia sináptica inicia una serie de eventos que
culminan en la liberación del neurotransmisor químico de sus depósitos de almacenamiento
(vesículas). Después de que el neurotransmisor difunde a través de la hendidura sináptica, se une a
un receptor (macromolécula rodeada por membrana) en el lado postsináptico. Esta unión hace que
se abra el canal de iones, cambiando el potencial de membrana de la neurona postsináptica, o del
músculo o glándula. Esto inicia el proceso de la formación del impulso o potencial de acción en la
siguiente neurona o célula receptora. Este conjunto transmisor-receptor debe ser inactivado, de lo
contrario los canales permanecerán abiertos con un impulso continuo. De esta manera se termina la
acción del transmisor. Esto se logra por enzimas específicas que pueden romper el vínculo y el
receptor de membrana regresa a su estado de reposo.
Hay medicamentos, drogas y químicos ambientales que pueden interactuar en puntos específicos de
este proceso para cambiar la neurotransmisión. Dependiendo de donde y como actúen los
xenobióticos, el resultado puede ser un aumento o una disminución de la neurotransmisión. Muchos
fármacos (como los tranquilizantes, sedantes, estimulantes, beta-bloqueadores) se utilizan para
corregir los desajustes en la neurotransmisión (como ocurre en la depresión, ansiedad y la
debilidad muscular cardiaca). El modo de acción de algunos analgésicos es bloquear los receptores
para evitar la transmisión de las sensaciones dolorosas al cerebro. Existen muchas otras más
situaciones en que se utilizan medicamentos para modificar la neurotransmisión.
La lista de neurotoxinas es larga y variada, por lo que sólo se presentan algunos ejemplos para
mostrar los mecanismos:
La ß–Bungarotoxina (un veneno potente de serpientes elápidos, como las cobras, búngaros,
mambas y corales) evita la liberación de neurotransmisores.
El veneno de escorpión potencia la liberación de un neurotransmisor (acetilcolina).
El veneno de la araña capulina (viuda negra) causa una liberación explosiva de
neurotransmisores.
La toxina botulínica bloquea la liberación de acetilcolina en las uniones neuromusculares.
La atropina bloquea los receptores de acetilcolina.
La estricnina inhibe el neurotransmisor glicina en los sitios postsinápticos, lo que resulta en
un nivel aumentado de excitabilidad neuronal en el SNC.
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La nicotina bloquea los receptores de acetilcolina.
Un tipo particularmente importante de neurotoxicidad es la inhibición de la acetilcolinesterasa o
colinesterasa (se aceptan ambos términos). La función específica de la colinesterasa es detener la
acción de la acetilcolina una vez que se ha unido a un receptor y ha iniciado el potencial de acción
en la segunda neurona o en las uniones neuromuscular o glandular. Si el conjunto acetilcolina-
receptor no es inactivado, la estimulación continua llevará a la parálisis y la muerte.
Muchas sustancias químicas comúnmente utilizadas, especialmente plaguicidas organofosforados y
carbamatos, intoxican a los mamíferos por este mecanismo. Los gases militares nerviosos (gases
que se utilizan con fines de guerra) también son inhibidores de la colinesterasa. La acetilcolina es
un neurotransmisor común, responsable de la transmisión en todas las uniones neuromusculares y
glandulares, así como en muchas sinapsis dentro del SNC.
La complejidad de la secuencia de eventos que tienen lugar en una sinapsis colinérgica típica son
los siguientes:
Paso 1 El impulso eléctrico llega a la protuberancia sináptica y despolariza la membrana y la terminación presinápticas.
Las vesículas sinápticas liberan acetilcolina (ACo).
Paso 2 Los iones de calcio entran al citoplasma de la protuberancia sináptica.
Las vesículas sinápticas liberan ACo.
Paso 3 La liberación de ACo se detiene conforme los iones de calcio se remueven de la protuberancia sináptica.
La ACo liberada difunde a través de la hendidura sináptica y se une a los receptores en la membrana postsináptica.
Los receptores regulados químicamente causan una despolarización gradual de la superficie postsináptica que después se transmite hacia abajo del axón o hacia la célula efectora.
Paso 4 La ACo es fragmentada por la acetilcolinesterasa en colina y acetato, los cuales se reutilizan para formar más ACo, que se almacena en las vesículas sinápticas para su uso posterior.
Como hemos visto, el sistema nervioso es el sistema más complejo del organismo. Aún hay muchas
lagunas que no entendemos, así como también hay muchos neurotóxicos y neurotoxinas de las
cuales se sabe poco. Lo que si es un hecho es que los tóxicos y toxinas más potentes son los que
actúan sobre el sistema nervioso, en cantidades extremadamente pequeñas y que son suficientes
para causar la muerte.
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7. MECANISMOS GENERALES DE TOXICODINAMIA
Como hemos visto al principio, la toxicodinamia estudia el mecanismo de acción de los tóxicos con
los sistemas biológicos, a partir del cual se producen los efectos adversos sobre el organismo. A
continuación se mencionan los mecanismos generales de acción tóxica:
7.1 Interferencia con el Oxígeno
a) Desplazamiento del oxígeno de la hemoglobina: el monóxido de carbono se combina
con la Hb y, por su afinidad de 210 veces superior al oxígeno, desplaza a éste
produciendo hipoxia, y ésta a su vez provoca las alteraciones generales que le son
propias.
b) Incapacidad de la hemoglobina para fijar el oxígeno: algunas sustancias oxidantes como
anilinas, gases nitrosos, nitratos, nitritos, quinonas, clorobenceno, etc., oxidan al hierro
ferroso (Fe++
) a hierro férrico (Fe+++
) produciendo incapacidad de la hemoglobina para
fijar el oxígeno.
c) Inhibición del sistema citocromo-oxidasa: el cianuro ejerce esta acción, impidiendo que
el oxígeno sea utilizado por la célula.
7.2 Inhibición de Sistemas Enzimáticos
a) Inhibición irreversible de las colinesterasas: los organofosforados, a partir de su
nitrógeno cuaternario (+), atraen el sitio esteárico (-) de la colinesterasa estableciendo
una unión covalente, lo que impide su acción fisiológica causando acumulación de la
acetilcolina. La enzima fosforilada es más o menos estable, dependiendo de la
estructura del éster organofosforado.
b) Inhibición reversible de las colinesterasas: los carbamatos, por el mismo mecanismo,
forman enlaces menos estables con la colinesterasa, que se deshacen espontáneamente
en minutos u horas.
c) Inhibición de enzimas con grupos sulfhidrilos (SH-): el plomo forma enlaces
covalentes con los grupos SH- de las proteínas y enzimas del grupo HEMO. Se traduce
en aumento de protoporfirina, disminución de la deshidratasa del ácido delta-amino-
levulínico y aumento de coproporfirinas urinarias, entre otras.
d) Desacoplamiento reversible de enzimas: el dinitrofenol y el dinitro-orto-cresol.
7.3 Bloqueo Enzimático por Inhibición de Activador o Cofactor.
a) Inhibición de enzimas de cofactores y grupos tioles: el arsénico trivalente (As+++) al
unirse a los grupos SH- inhibe las reacciones de descarboxilación oxidativa de los
ácidos cetónicos (principalmente el pirúvico), etapa esencial del metabolismo
oxidativo, acumulándose el ácido pirúvico.
b) Síntesis letal: el fluoroacetato de sodio (1080®) se comporta como una molécula de
ácido acético y se integra al ciclo de Krebs transformándose en ácido fluorocítrico, el
cual inhibe la aconitasa y bloquea la transformación de ácido cítrico a isocítrico. Se
acumula ácido cítrico en el organismo.
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7.4 Estimulación de la Actividad Enzimática.
a) El hexaclorobenceno aumenta la síntesis del ácido alfa-amino- levulínico y otros
precursores del HEM, saturando a esta vía y acumulando productos secundarios, como
las porfirinas (porfiria hepática).
b) El diclorodifenil-tricloroetano (DDT) y el etanol estimulan sus propios ciclos de bio-
transformación.
7.5 Remoción de Metales Esenciales
Los tiocarbamatos utilizados como plaguicidas y el ditiocarbamato como agente
vulcanizador y antioxidante, al igual que los quelantes tiene la capacidad de quelar el cobre
de la enzima deshidrogenasa aldehídica, responsable del paso de acetaldehído a ácido
acético. En estas condiciones, si un trabajador expuesto ha ingerido alcohol sufre un "efecto
antabuse".
7.6 Hemólisis
Los surfactantes, los derivados de la hidrazina, el cobre, los cellosolves y la arsina.
7.7 Efectos Varios
a) Formación de iones: el paraquat y las radiaciones.
b) Hipersusceptibilidad: en individuos con deficiencia congénita de la glucosa-6-fosfato
deshidrogenasa que mantiene el glutatión reducido (GSH), el cual es necesario para la
integridad de la membrana del eritrocito, si se exponen a compuestos que catalizan la
oxidación del GSH (sulfanilidas, acetanilidas, naftaleno), se produce hemólisis.