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Buenas Nuevas INFORMATIVO CENTRAL BOGOTÁ 2009 Edición Nº 54 Febrero La comunicación como elemento espiritual y social La obra misionera en Argentina Una escuela constante con el Señor Jesús, 100% Dios, 100% hombre Dios, más humano de lo que usted y yo creemos

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Buenas Nuevas

INFORMATIVO CENTRAL BOGOTÁ

2009Edición Nº 54 Febrero

La comunicación como elemento espiritual y social

La obra misionera en Argentina

Una escuela constante con el Señor

Jesús, 100% Dios, 100% hombre

Dios, más humano de lo que usted y yo creemos

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Como cristianos sabemos que la comunicación es un me-

dio esencial para cada asunto de nuestra vida porque permanen-temente hablamos con Nuestro Dios en oración. Otra área en la cual utilizamos la comunicación es al llevar las buenas nuevas de salvación a los perdidos, ya que al establecer el diálogo, sabemos que es posible comunicarnos de mane-ra santa, respetuosa y eficaz para alcanzar así grandes victorias.

Al comunicarnos con DIOS y con las almas…

» Utilicemos, pues, la comunicación de la mejor forma, no destruyendo con las palabras, sino rogando al SEÑOR JESUCRISTO que nos dé sabiduría para que cada frase que pronunciemos sea con la inspiración de Él, con la unción en abundancia que sólo ÉL puede darnos.

Editorial / Alexandra Martínez / Comité Prensa 2009 / IPUC Central de Bogotá

El Señor Jesucristo, en su soberanía, nos enseñó a usar la co-municación a través de la oración, donde podemos expresarle a Él nuestro agradecimiento, alabanza, hacer intercesión y oración. De ahí que Él nos enseñó: “Orad en todo tiempo”. Así que nuestra comunicación con Él debe ser constante, precisa y de corazón, y así no lo veamos, podemos recibir de ÉL la respuesta, ya que los asuntos espirituales traen otra dimensión y es necesario conocer la manera como el Señor Jesucristo se comunica con nosotros: Él nos habla a tra-vés de Su Palabra, de la predicación o consejo de uno de sus siervos, en fin, Él siempre nos muestra y comunica su misericordia para que estemos tranquilos.

Como se mencionó al principio, otra manera de comunicarnos es al evangelizar; ¡qué lindo cuando dialogamos con un persona y le hablamos de las maravillas que hace Nuestro Redentor! Por ello, qué importante es aplicar la habilidad de escuchar porque de esta manera entenderemos la necesidad de quien aún no es bautizado en el Precioso Nombre del Señor Jesucristo. Así mismo, al entrar en el proceso del diálogo, si somos buenos emisores y transmitimos el mensaje de salvación con unción y contun-dencia, nuestro receptor entenderá cada palabra sazonada con sal que pronunciemos.

Pastor:Carlos Urrego

Delegado de la Junta:Rodolfo Palacios

Director:Ricardo Meneses

Secretaria:Ofir Duque

Tesorero:John Anzola

Vocales:Juliana Londoño

Rafael FlórezFelipe Pachón

Colaboradores: Magali DuqueXimena Ávila

Alexandra MartínezMa. del Pilar CastroArmando Calderón

Orlando AguillónOrlando Molina

Diseño y Diagramación:Ricardo Meneses

Impresión:Rafael García S.

Correo electrónico:[email protected]

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Reflexión

si bien es cierto son hermosas y quizás algu-nas hasta necesarias, no son indispensables y, precisamente éstas, las indispensables, las han olvidado.

Un hombre que obtuvo todo lo que cualquie-ra deseara, humanamente hablando: riquezas, fama, sabiduría, placeres, entre otras, al llegar a su vejez escribió un libro a los jóvenes, precisa-mente, para que no malgastaran su vida.

Quiso este hombre descubrir qué fuese para el hombre lo mejor de cuanto acá abajo se hace durante los contados días de su vida. No era un hombre necio, sino sabio, y en todo cuanto hacía reflexionaba y llegaba a una misma conclusión: ¡Vana ilusión, vana ilusión! ¡Todo es vana ilusión!

Vale la pena leer las reflexiones de este sabio anciano y las podemos encontrar en Eclesiastés, uno de los libros sapiensales de la Biblia. Les invitamos a que las lean concienzudamente.

Algunos creen que es el dinero, otros que es el placer, unos cuantos que la fama, y otros pocos que la ciencia, en fin, como dicen que cada cabe-za es un mundo, entonces cada quien busca lo que quiere, le parece o le produce felicidad.

Pero qué decepcionadas vemos a esas perso-nas luego de haber conquistado aquellas cosas por las que luchaban; basta con observar los noticieros y analizar lo que les ocurre a aque-llos famosos y adinerados. Si el dinero o la fama producen la verdadera felicidad, ¿por qué se suici-dan, por qué caen en la depresión y en las drogas, por qué terminan en clínicas de salud mental?

Obviamente el viejo y sabio predicador tenía razón: no son esas cosas la esencia de la vida.

Las personas dan prioridad en sus vidas a aquellas cosas que, consideran ellas, les cau-

sarán mayor felicidad.

Cómo nos gustaría al final de la vida hacer un balance positivo de la misma, y no tener que lamentarnos de no haber hecho tal o cual cosa. Hay una historia que circula por internet que nos ayudará a introducirnos al tema:

Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos, al pasar delante de una caverna, escuchó una voz misteriosa que desde adentro le decía: “Entra y toma todo lo que de-sees, pero no te olvides de lo principal. Recuerda algo: Después que salgas, la puerta se cerrará para siempre; por lo tanto, aprovecha la oportu-nidad… pero no te olvides de lo principal”.

La mujer entró en la caverna y encontró muchas riquezas. Fascinada por el oro y las joyas, puso al niño en el piso y empezó a juntar ansio-samente todo lo que podía en su delantal. La voz misteriosa le habló nuevamente: “¡TIENES SÓLO OCHO MINUTOS!”

Agotado el tiempo, la mujer cargada de oro y piedras preciosas corrió hacia afuera de la caver-na y la puerta se cerró… recordó, entonces, que el niño quedó dentro y la puerta estaba cerrada para siempre.

Aquí termina la leyenda, pero empieza nuestra reflexión: ¿Cree usted que la señora de la leyen-da disfrutó a plenitud la riqueza conseguida? ¿O más bien se llenó de amargura por la pérdida de lo más importante, su propio hijo?

Cuántas personas vagan por la vida como la señora de la leyenda, amontonando cosas que

Adonay Rojas Ortiz / Pastor IPUC / http://www.adonayrojasortiz.blogspot.com

A la hora de la verdad, ¿en qué vale la pena gastar la vida?

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Reflexión

¿A qué nos dedicamos entonces? ¿En qué cosas vale realmente la pena gastar la vida?

Hay un precepto divino que no debemos pasar por alto: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (He. 9:27). Y eso hay que pensarlo bien. El viejo y sabio predicador lo dijo de otra manera: “Diviér-tete, joven, ahora que estás lleno de vida; disfru-ta de lo bueno ahora que puedes. Déjate llevar por los impulsos de tu corazón y por todo lo que ves, pero recuerda que de todo ello Dios te pedirá cuentas” (Ec. 11:9).

A la hora de la verdad, entonces no vale nada lo material que hayamos conseguido aquí en esta existencia temporal; si de eternidad se trata, lo único que vale es lo que tengamos de Dios. Por eso al terminar su discurso el sabio nos recomienda: “El discurso ha terminado. Ya todo ha sido dicho. Honra a Dios y cumple sus mandamientos, por-que eso es el todo del hombre” (Ec. 12:13).

¡Las paradojas de la vida! En aquello que la mayoría de gente desprecia está el verdadero sentido de la vida; la felicidad sólo se encuentra cuando el hombre llena la sed de su alma.

Bien lo recordó siglos después el maestro por excelencia, el Señor Jesucristo: “Así que no se pre-ocupen, preguntándose: ‘¿Qué vamos a comer?’ o ‘¿Qué vamos a beber?’ o ‘¿Con qué vamos a vestir-nos?’ Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celes-tial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas” (Mt. 6:25-34).

Que Dios nos ayude a gastar muy bien nuestro tiempo en la tierra para no tener que lamentar-nos en la eternidad.

Paz de Cristo.

Sin duda alguna, una de las cosas más hermosas en el momento de leer el texto neotestamentario es ima-ginar los distintos hechos y dichos de Jesús durante su ministerio. Palabras como: “Levántate, Lázaro”; refiriéndose a la hija de Jairo: “Ella no está muerta, sólo duerme”; palabras como “Tu fe te ha hecho salva”; frente a la mujer adultera: “Ni yo te condeno, vete y no peques más” y muchas de las más hermosas frases acompañadas de actos milagrosos del Salva-

dor nos muestran la eterna divinidad del llamado hijo de Dios; pero en este momento quiero traer a su mente aquellos momentos en que el Señor Jesús, sin dejar de ser Dios, mostró su humanidad: estuvo en las bodas de Caná; su amigo era Lázaro; luego de un día muy largo de trabajo se quedó dormido en medio de una gran tempestad; tuvo hambre; antes de ir al calvario dijo: “Si es posible pasa de mí esta copa”, en la cruz dijo: “Tengo sed”. »»» Continúa

Por: John Anzola / Comité Prensa 2009 / IPUC Central de Bogotá

Dios, más humano de lo que usted y yo creemos - II parte

Jesús, cien por ciento Dios, cien por ciento hombre

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Opinión

Muchas veces olvidamos a ese Jesús, un Je-sús humano. Juan, en la introducción a su

evangelio dice: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. La Traducción en Lenguaje Actual (TLA) dice: “…habitó entre nosotros y fue como uno de nosotros”. El término en el original da el sentido de poner la tienda de campaña, y eso mis-mo hizo Dios, puso su tienda de campaña junto a nosotros, es decir, vivió como uno de nosotros. La intención no es demostrar que Jesús es menos Dios por actuar como hombre, no. La intención es mostrar un Dios más cercano al hombre, porque él fue hombre, estuvo entre nosotros, vivió como uno de nosotros, nos conoce, sabe lo que es ser humano, no ignora nuestra naturaleza.

El autor de Hebreos, hablando de esta magní-fica manifestación en carne y de lo que significa ser humano, dice: “…fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado...” De ma-nera que se compadece de nuestras debilidades porque fue como uno de nosotros. En otras pala-bras, Dios en su gran amor se manifestó en carne sin dejar de ser Dios, pero siendo un ser humano. Entonces no fallamos cuando decimos que Jesús es cien por ciento Dios y cien por ciento hombre. Dios es más humano de lo que pensamos en la medida en que piensa en seres humanos, habla con seres humanos, tuvo relación durante los si-glos antiguos con seres humanos, decidió venir a salvar a seres humanos, murió por seres hu-manos y no se quedó en la tumba, resucitó para dar vida eterna a seres humanos, gente de carne y hueso. En una palabra, Dios ama y acepta a se-res humanos, hombres y mujeres como usted y como yo, gente común que se equivoca, pero que pide perdón, que lo ama, que le rinde alabanza. Si Dios estuviera interesado en gente perfecta ha-bía constituido una iglesia de ángeles, de seres santos y pulcros que no se equivocaran pero no, él no quiso eso, él quiso seres humanos.

Creo que en este punto podemos sacar por lo

menos tres ideas principales: en primer lugar, Dios me conoce y me acepta como soy, porque Él lo vivió; en segundo lugar, durante siglos muchos hombres tuvieron una relación cercana a Él y to-dos tuvieron errores y así Él los aceptó —no estoy justificando el pecado de los antepasados, sino reconociendo su estado carnal y pecaminoso—. Y por último, puedo confiar plenamente en Dios.

Hoy, Él no quiere una iglesia con gente per-fecta; Él ama, murió y tiene una patria celestial para gente como nosotros. Él instituyó un cami-no y una forma de acercarse a seres humanos, no a ángeles. De manera que es un buen momento para confiar más en un Dios amigable, un Dios que me conoce, que me ama con mis errores, pro-blemas, temores; un Dios que decidió perdonar a seres humanos pecadores, con defectos y que abrió una nueva puerta de gracia para hombres y mujeres como nosotros. Creo que el mejor amigo del ser humano es aquél que lo entiende como tal y ese requerimiento lo llena el Señor Jesucristo, Él me conoce y me acepta como soy. Únicamente me basta hacerle una invitación a que confíe ple-namente en Él porque lo ama tal y como usted es, si tiene algo que a Él no le agrada, no se preocu-pe, usted no es el indicado para cambiarlo, Él se encarga de cambiarlo, tranquilícese y acérquese a Él, quien también fue hombre y sabe qué es lo mejor para nosotros.

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Invitación

Qué lindo es una iglesia que le canta al Señor, que lo reconoce en la reunión de los santos

a través de cantos que exaltan sus atributos, su poder y su gloria exclusiva y única.

Alguien levanta sus manos en señal de rendi-ción, otro llora estremecido por la misma presen-cia del Salvador, alguien se postra en tierra de-rramando su alma ante el Dios de misericordia, y otro en su asiento percibe el silbo apacible de la gloria de Dios. Qué bueno es alabar a Dios y can-tar salmos a su Nombre, unidos como hermanos que somos, con un mismo sentir.

Me gozo cuando veo a los hermanos dando homenaje al Rey de Reyes, cada uno concentra-do en dar honor a Cristo. Me fortalezco en fe y sé que tengo un compromiso grande delante de Dios al guiar al pueblo a adorar. Entre ellos encuentro hermanos que han pasado por dificultades, pro-blemas diversos y días no tan buenos, pero veo en ellos reflejadas las palabras y la actitud de Ha-bacuc cuando decía: “Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación” (Hab 3: 18). Y viendo estas escenas medito: “Si yo, siendo humano, me emociono al ver al pueblo en alabanza y fiesta…. ¿cómo se sentirá nuestro amado Señor viendo a sus redimidos agradecien-do con lágrimas, alabanza, aplausos oraciones, ofrendas materiales, entre otras, la obra maravi-llosa que Él ha hecho en nosotros?”... ¡ALELUYA!

Me atrevo a afirmar que en el momento que el Señor Jesucristo llevaba la cruz que nosotros debíamos llevar, ese gozo puesto delante de Él, como lo relata Hebreos 12: 2, era la visión de un pueblo santo, redimido y agradecido, que estaba destituido de la gloria de Dios, pero que conoció el amor demostrado por Jesús, y el propósito di-vino y eterno de ser creados para gloria suya. Frente a tal misericordia y amor lo único que nos

queda por hacer es recibir esa gracia y alabarlo de continuo en nuestra boca como resultado de lo que debe abundar a diario en nuestro corazón… “Si tratara de contar tus bendiciones mi Dios...”

Me asombra ver hermanos que dicen: “¿Para qué cantan tanto?, no se demoren…” Me pregunto ¿qué hay en el corazón de alguien que piensa así? Si nos diéramos a la tarea de cantar una canción por cada una de las bendiciones que Dios nos da cada día… ¡se nos iría todo el día dando gracias, gloria y más gloria al Señor! “Bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios… Él es quien perdona tus iniquidades… sana tus dolencias…. rescata del hoyo tu vida… te corona de favores y misericordias...” (Sal 103:2-4).

Querido hermano:

• Si has recibido alguna bendición de nuestro Dios, ¡alábalo! Sal: 117.

• Si te ha dado la salud y el tiempo para ir al tem-plo: aprovecha ese momento y ¡contémplalo en tu casa! Sal 27:4.

• Si estás pasando por un mal momento: ¡ofrece sacrificio de alabanza! He 13:15.

• Si quieres ver a tus amigos y familia no creyente a los pies del Señor: ¡publica su gloria y da testi-monio de lo que Él ha hecho en ti, eso también es alabanza! Isaías 43:21.

“Jehová está en su Santo templo” tú eres templo del Dios viviente…

¡ALÁBALE QUE ÉL VIVE!Es tiempo de adorar, de levantar manos santas, sin ira ni contienda, reconociendo que lo que tene-mos y somos es por la gracia y la misericordia del único Dios y salvador Jesucristo. “Porque en él vi-vimos, y nos movemos y somos…” (Hechos 17:28).

Marco Antonio Soto Lopera / Director de Música / IPUC Central de Bogotá

¡Alabemos a Dios!

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Opinión

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué 1:8).

No hay nada más maravilloso que estar en la senda del Señor Jesucristo, que es una cons-

tante escuela en nuestro diario vivir; una de ellas es como muchas personas tienen la idea de que el cristianismo sólo consiste en orar, ofrendar, compartir su fe y ser buenos. Pero también es sentir el anhelo diario de estar con Dios, tener un mayor conocimiento de intimidad con Él. Un creyente puede estar satisfecho con la presencia del Señor Jesucristo viviendo dentro de él y, sin embargo, seguir sediento. Uno de los principios básicos de la fe cristiana es que cuanto más cono-cemos al Señor, más queremos aprender de Él. Antes de las riquezas del mundo, o de cualquier otro anhelo que tengamos, nuestro pro-pósito debe ser buscarlo a Él, cada vez más.

Recibimos las cosas bue-nas de la vida, es decir, lo que Dios desea para nosotros, cuando lo buscamos. Una men-te puesta en el éxito material no conocerá la senda de la plenitud espiritual. Sin embargo, buscar al Señor no implica abandonar los planes y los sueños; significa solamente que debemos someter sinceramente nuestras esperanzas

a su voluntad. Cuando nos esforzamos por cono-cerlo, nuestros deseos cambian para reflejar los suyos. Él, en cambio, se responsabiliza por no-sotros y pone nuestras metas a nuestro alcance. Nos da todas las cosas buenas que desea nuestro corazón moldeado por Él.

¿Pero cómo podemos buscar del Señor?

Sonará reiterativo, pero es importante que lo ten-gamos en cuenta:

Estudiar su Palabra y pedirle que nos dé su dirección. Todo cristiano que quiera conocer la voluntad de nuestro Dios puede esperar su ense-ñanza. Cuando recibimos un nuevo conocimiento de Él, nuestro deseo de estar a su lado se conver-tirá en una gran llama. Cuando más busquemos aprender de Dios más queremos conocerlo.

Por: Orlando Aguillón / Comité de Prensa 2009 / IPUC Central de Bogotá

Una escuela constante con el Señor

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Sin lugar a duda, la comunicación en el con-texto cristiano es una de los ejes principales

para cumplir con el mandato bíblico: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatu-ra” (Marcos 16: 15). Sin embargo, me sorprendió cuando me propusieron el tema del artículo para Buenas Nuevas: “Las nuevas tecnologías de la in-formación y comunicación al servicio del evange-lio”; entonces comencé a investigar sobre el tema y encontré múltiples artículos, además de coinci-dir con el lanzamiento del portal en Internet de una Iglesia.

La página de la Sociedades Bíblicas Unidas se-ñala: “Debido a que las nuevas tecnologías están cambiando, la sociedad y la iglesia cristiana ten-drán que revisar su posición ante estos adelan-tos. Se necesitaron treinta y ocho años para que la radio fuese utilizada por cincuenta millones de personas en Estados Unidos, trece para la te-levisión y un decenio para el cable, mientras que al Internet le ha tomado sólo cinco años” (http://labibliaweb.com/?tag=nuevas-tecnologias).

Una de las principales herramientas en cualquier trabajo es la Internet y de allí, si se busca expandir o darse a conocer, es uno de los medios de mayor cobertura; no obstante, existen otros: los medios escritos, la tele-visión, la radio, los mensajes pregrabados para ser uti-lizados en los MP3, MP4 o la distribu-ción a través de los tradicionales CD’s o los mensajes en los ce-lulares, son algunas de las estrategias contemporáneas.

Pero no debemos perder el oriente de nues-tra labor como cristianos, “a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio” (1 Corintios 9:14), pero no como una labor de mercadeo, sino como un buen obrero buscando que el arado esté listo. Nuestra preocupación debe ser no sólo el medio, sino también el mensaje que se comuni-ca, lo que hablamos y cómo lo hablamos. Si bien Nuestro Señor es el mismo ayer y hoy y lo será mañana, el mundo al cual le debemos hablar si ha cambiado, por ello la existencia de espacios como Buenas Nuevas, su difusión y la agenda que se han propuesto va encaminado en ese proyecto: Construir puentes, tender la redes del evangelio para llegar a cumplir la gran misión que nos ha sido encomendado: “En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo: predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, repren-

de y anima con mucha pacien-cia, sin dejar de enseñar”

(2 de Timoteo 1-2. Nueva Versión internacional).

Reflexión

“Las nuevas tecnologías de la información y comunicación al servicio del evangelio”

Por: Magali Duque / Comité de Prensa 2009 / IPUC Central de Bogotá

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Se ha dicho por muchos que el funcionamien-to de la sociedad se da gracias a la co-

municación, actividad que consiste en la transmisión de información de un su-jeto a otro, de tal manera que nuestro receptor entienda de manera clara cuál es nuestro mensaje.

El comunicar implica una serie de pasos que llevan a la compren-sión entre el emisor y el receptor, haciendo posible avanzar poco a poco en la idea que se ha querido llevar. Cuando trasladamos este concepto al evangelismo, es cla-ro que el Señor Jesucristo, desde el principio, está dando a conocer cuál es su plan para el hombre, “Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la pala-bra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en voso-tros los creyentes (1 Tesalonicenses 2:13).

Hoy necesitamos un nuevo aprecio por la importancia en la comunicación del evangelio. Para Pablo la proclamación del mismo era lo más importante del mundo, era su única razón para vivir. En medio de la persecución, burla y la opo-sición, siguió adelante con la predicación de las buenas nuevas de Cristo. Así es como lo oímos decir: “No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego” (Romanos 1:16).

En el mundo de hoy, todos los terrados, casi siempre, se nos presentan como un bosque de transmisores y antenas, enviando y recibiendo

mensajes de todo tipo y desde los cuatro costa-dos de la tierra. Es de primordial importancia asegurarse de que, entre esos mensajes, no falte la Palabra de Dios. En la actualidad, proclamar la fe desde los terrados significa hablar con las palabras de Jesús en y a través del dinámico mun-do de las comunicaciones. No podemos dejar que otros mensajes sigan destruyendo a la humani-dad, aunque el mundo aparentemente se presen-te como hostil frente a los temas de fe, calzados con el apresto del evangelio, “A fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio” (Efesios 6:19), pues aún existe una gran parte del mundo que no ha escuchado de CRISTO.

“Según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres sino a Dios, que prueba nuestros corazones”

(1 Tesalonicenses 2:4).

Reflexión

Por: Ofir Duque B. / Comité de Prensa 2009 / IPUC Central de Bogotá

La comunicación como elemento fundamental del evangelismo

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Hoy en día es imposible dejar a un lado esta palabra llamada comunicación, pues con la

globalización de la economía, de las comunica-ciones, entre otras, se necesita estar informado de todo lo que está ocurriendo en el mundo. Entonces se consulta la televisión, el teléfono celular, el cable, la internet y otros medios dispo-nibles para este fin.

Aquí es donde se quiere llamar la atención sobre la comunicación que existe entre los cre-yentes de la iglesia. Se puede partir de la familia, que es el núcleo de la sociedad ¿Qué tanto se co-munican los miembros de la familiar? Si bien es cierto que se deben suplir todas las necesidades que se presenten en el hogar, también es cierto que es necesario estar atento a escuchar lo que los miembros de la familia pueden estar necesi-tando. Parece ser que por los afanes del día a día que vive la sociedad en que se mueve el pueblo de Dios no se le coloca atención a ciertas cosas que son de vital importancia en el desarrollo de algu-nos de los miembros del clan familiar. Existe una gran diferencia entre escuchar y oír.

Escuchar es poner atención a la persona que está al frente de nosotros y oír es percibir con el oído. Cuántas cosas se pasarán por alto en las familias porque simplemente no se le escuchó al hijo (a) cuando intentó (a) comunicarse con sus padres para comentarle de un problema que estaba afectando su vida y que necesitaba de un buen consejo, orientación y que, por aquellos afanes, se dejó pasar por alto (Pr 23:4) y cuando se dan cuenta ya es tarde.

Y qué decir de fundamentar la relación espiri-tual de los hijos (Esd 3: 2), de todos los miembros

de la familia, pues no es simplemente traerlos a la iglesia cada ocho días y se acabó, esto va más allá. ¿Cuántas de las familias de los creyentes de la iglesia hacen un devocional a la semana en sus hogares?, es verdad que están bastante ocupados en las cosas del trabajo, del estudio, de los ne-gocios, pero no creen que si se le saca tiempo a las cosas materiales, se debería también dar un espacio importante al Señor Jesucristo, nuestro salvador y por quien se tienen todas las cosas materiales que están en el hogar. Esto también es comunicación y por qué no hacerlo con la oración. El Comité de Caballeros está invitando a una cadena de oración las 24 horas del día, para los meses de febrero y mayo de 2009. Es una invitación a comenzar un nuevo año mejorando nuestra comunicación con el Dios que todo lo hizo y a quien le de- bemos todo lo que somos.

Opinión

Por William Ricardo Amaya C. / Comité de Caballeros / IPUC Central de Bogotá

La comunicación familiar

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Opinión

Informe misionero

La obra Misionera en Argentina

A continuación el hno. David Hernández nos hace un resumen de su labor, y es alentador

ver la forma como Dios se está moviendo en el país austral.

“Un saludo en el Nombre de Jesús desde la Ar-gentina. Quiero compartirles la forma como Dios ha estado respaldando la obra misionera en este país, por lo que presento un informe desde mi lle-gada (julio de 2005) a este país de Suramérica.

Iniciamos con 4 lugares de predicación en Gran Buenos Aires y hoy por la gracia de Dios son 28 lugares. Durante estos tres años y medio sa-lieron al santo ministerio un grupo de 11 obreros, 7 casados con hijos y los demás solteros. Tenemos dos parejas para ser ubicadas la próxima semana en sus nuevos lugares de trabajo, completando un número de trece obreros nuevos.

Rogamos sus oraciones, por la escuela para la formación de obreros cuyo nombre es EFON, que lleva dos años funcionando. El año entrante, si el Señor lo permite, estará ingresando un nuevo grupo de 10 a 12 obreros, quienes vienen de diver-sas partes del país, con el propósito de estudiar y formarse por dos años para servir en el santo ministerio. Éste es un trabajo que en lo económi-co se sostiene por la fe, pero Nuestro Dios se ha glorificado una y otra vez proveyendo lo necesa-rio para estos jóvenes obreros.

Tuvimos nuestra Convención Nacional los días 1 y 2 de noviembre y contamos con la ben-dición de tener como predicador al Hno. Jairo

Restrepo de la ciudad de Cúcuta, quien colabora como asesor del Departamento de Misiones de la IPUC. Fueron sellados con el poder del Espíritu Santo hablando en otras lenguas aproximada-mente 42 hermanos.

La fiesta no termino ahí, ya que a los 4 días de finalizada la Convención tuvimos la agradable visita de nuestro presidente, reverendo Reinel Galvis, quien lideró conferencias de formación dirigidas a pastores, y junto con él visitamos al-gunas de las congregaciones de Buenos Aires, en un hermoso ambiente espiritual”.

Bautizados en Argentina: 373

» Niños atendidos por Escuela Dominical: 484.

» Hermanos bautizados con el Espíritu Santo: 63.

» Hermanos bautizados en agua en el nombre de Jesucristo: 49.

» Personas que asisten de forma permanente a la iglesia como

simpatizantes y que ya están próximos a tomar la decisión de bautizarse: 237.

» Nuevos creyentes que están asistiendo a las clases para el bautismo: 42.

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Tesoros celestialesTodas las respuestas para este crucigrama, acerca de

tus tesoros, pueden ser hallados en Mateo 6: 19-21.

Horizontal4 ¿Cómo se llama la gente que toma cosas que no les pertenecen? (versículo 19).

6 ¿Qué es lo que hacen los ladrones y los que roban? (versículo 19).

8 ¿Dónde deben estar tus tesoros? (versículo 20).

9 Cuando un metal se queda afuera, ¿qué es lo que le va a pasar? (versículo 19).

Vertical1 ¿Qué son como las mariposas, pero son feas y destructivas? (versículos 19 y 20).

2 ¿En qué no debe acumular sus tesoros? (versículo 19).

3 ¿Porque donde está tu tesoro, ahí también estará tu... (versículo 21).

5 ¿Qué es lo que hacen las polillas y el óxido? (versículo 19).

7 ¿Qué debes acumular en el Cielo? (versículo 20).

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Pasatiempo