8 la gestión de la investigación educativa

9
Disponível em: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=14002101 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Eduardo Weiss La gestión de la investigación educativa Revista Mexicana de Investigación Educativa, vol. 9, núm. 21, abril-junio, 2004, pp. 261-268, Consejo Mexicano de Investigación Educativa, A.C. México Como citar este artigo Fascículo completo Mais informações do artigo Site da revista Revista Mexicana de Investigación Educativa, ISSN (Versão impressa): 1405-6666 [email protected] Consejo Mexicano de Investigación Educativa, A.C. México www.redalyc.org Projeto acadêmico não lucrativo, desenvolvido pela iniciativa Acesso Aberto

Upload: veritho-urrutia-silva

Post on 29-Jun-2015

202 views

Category:

Investor Relations


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: 8 la gestión de la investigación educativa

Disponível em: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=14002101

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Sistema de Información Científica

Eduardo Weiss

La gestión de la investigación educativa

Revista Mexicana de Investigación Educativa, vol. 9, núm. 21, abril-junio, 2004, pp. 261-268,

Consejo Mexicano de Investigación Educativa, A.C.

México

Como citar este artigo Fascículo completo Mais informações do artigo Site da revista

Revista Mexicana de Investigación Educativa,

ISSN (Versão impressa): 1405-6666

[email protected]

Consejo Mexicano de Investigación Educativa,

A.C.

México

www.redalyc.orgProjeto acadêmico não lucrativo, desenvolvido pela iniciativa Acesso Aberto

Page 2: 8 la gestión de la investigación educativa

Revista Mexicana de Investigación Educativa 261

RMIE, ABR-JUN 2004, VOL. 9, NÚM. 21, PP. 261-268

Editorial

LA GESTIÓN DE LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA

l tema central del presente número es la gestión de la educación básica;este editorial y un documento importante de la Organización para la

Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que publicamos enla sección final, se refieren a la gestión de la investigación educativa. Losdos temas se intersectan más allá del énfasis en la gestión. Uno de los retoscentrales para México, señalado por el reporte de la OCDE, es fortalecer lainvestigación sobre la educación básica y, especialmente, sobre las políti-cas y la gestión de la educación básica.

El Center for Educational Research and Innovation (CERI) de la OCDE

promueve una nueva gestión del conocimiento. Sylvia Schmelkes, comomiembro del Consejo Directivo del CERI, y Margarita Zorrilla, como pre-sidenta del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), ges-tionaron la visita de una misión del CERI-OCDE para evaluar –dentro deuna serie de estudios en países miembros de la Organización– la ges-tión, la coordinación y el uso de la investigación educativa en México.Previo a la visita, el COMIE elaboró –por encargo de la Secretaría deEducación Pública (SEP)– un background report. Este documento, delque soy autor con el apoyo de muchos colegas, fue publicado en el nú-mero 19, septiembre-diciembre 2003, de nuestra revista (pp. 847-898).En septiembre de 2003 la misión –integrada por Susan Fuhrman, recto-ra de la Escuela de Graduados en Educación, Universidad de Pennsylvania,Estados Unidos; F. Javier Murillo, profesor en la Facultad de Formaciónde Profesorado y Educación, Universidad Autónoma de Madrid, Espa-ña; Sergio Martinic Valencia, profesor y coordinador del programa dedoctorado en Ciencias para la Educación en la Universidad PontificiaCatólica de Chile y Kurt Larsen, analista principal del CERI de la OCDE–visitó por una semana instituciones y autoridades en el Distrito Federaly Guadalajara. El 22 de junio de 2004 se presentó públicamente en Méxicosu reporte.

E

Page 3: 8 la gestión de la investigación educativa

Weiss

Consejo Mexicano de Investigación Educativa262

Fue un gran acierto invitar a una misión externa con el prestigio del CERI

para realizar un diagnóstico y recomendaciones sobre la investigación educa-tiva en México, sus usos y su coordinación.

En primer lugar, me gustaría destacar las coincidencias entre el backgroundpaper elaborado por el COMIE y el reporte de la misión en puntos cruciales:

a) la insuficiencia del número de investigadores educativos en el país, tan-to a nivel nacional en su conjunto como especialmente en los estados,frente a las necesidades de investigación y desarrollo educativos del país;

b) el insuficiente número de posgrados de alta calidad para formar inves-tigadores futuros;

c) aun cuando egresan pocos estudiantes de posgrados de calidad, faltanposiciones para insertar investigadores jóvenes y el cuerpo actual estáenvejeciendo;

d) todo ello es un problema del sistema de coordinación y de incentivos,pero también de las condiciones institucionales; no sólo en el sentidotradicional de recursos insuficientes, sino también con problemas paraotorgar posiciones a las personas calificadas y para formar grupos concapacidad de realizar investigación con rigor.

En especial, hay acuerdo al señalar la necesidad de fortalecer la capacidadpara la investigación. Las medidas específicas propuestas tienen algunos mati-ces, pero coinciden en lo principal. La misión propone:

a) aumentar el financiamiento de la investigación educativa y para la for-mación de investigadores;

b) ofrecer más incentivos a las universidades para sostener programas deposgrado de alta calidad centrada en la investigación y en la formaciónde investigadores;

c) fortalecer la formación en el extranjero (agregaría, no sólo dependien-do de solicitudes individuales de estudiantes interesados);

d) fortalecer la colaboración internacional y nacional en redes y centrostemáticos; y

e) crear posiciones para investigadores jóvenes.

Todo ello requiere más recursos de los que actualmente se asignan al rubrode investigación educativa. Actualmente, en los programas del Consejo

Page 4: 8 la gestión de la investigación educativa

La gestión de la investigación educativa

Revista Mexicana de Investigación Educativa 263

Nacional para la Ciencia y la Tecnología (CONACyT ) y de la Subsecretaríade Educación Superior y Científica, sólo figura como un rubro insignifi-cante de las múltiples subáreas a atender. Además, si se quiere fomentar lainvestigación educativa, se requiere un esfuerzo intencional e integral enlos programas correspondientes –como los programas integrales de Forta-lecimiento Institucional (PIFI) y de Posgrado (PIFOP)– y becas al extranje-ro del CONACyT. Hay que seleccionar instituciones y redes temáticas conpotencial y fortalecerlas a mediano plazo.

También se acuerda en ambos documentos la crítica a incentivos equi-vocados, a criterios que no fomentan la difusión y el uso de la investiga-ción educativa. El CONACyT ha cambiado sus políticas, sin embargo, enel Sistema Nacional de Investigadores, hay un puntaje insuficiente paratrabajos de difusión en editoriales de prestigio, que no alienta a los auto-res mexicanos para que escriban textos para las licenciaturas y posgradosen educación. El actual esquema de apoyo a revistas científicas no con-sidera a las especializadas que combinan la investigación y la difusión deinnovaciones.

Los criterios también deben cambiar en las instituciones líderes. ¿Cuá-les son los incentivos equivocados que dirigen la mayor parte de la inves-tigación de las universidades al estudio de su propio quehacer? Consideramos–a diferencia de la misión– que la investigación sobre educación superiores también de primordial importancia en un país donde este nivel se ex-pande rápidamente, se reestructura frente a los retos del futuro y es piedraclave para formar los cuadros profesionistas e intelectuales, incluyendo losque orientan y administran la educación básica.

En la cuestión de cómo fortalecer la investigación utilizable por laspolíticas educativas y por los maestros hay coincidencias, pero tambiéndiferencias.

Son importantes los nuevos tipos de fondos orientados a los estudiosen temas prioritarios desde la perspectiva de los usuarios (desde las subse-cretarías de Educación Básica y Normal y de Servicios Educativos del Dis-trito Federal, hasta los fondos mixtos del CONACyT), pero hay deficienciasy la estrategia de disponer de fondos para realizar proyectos de investiga-ción o innovación, por sí sola, es insuficiente. Tienen, por ejemplo, ladeficiencia de que todas las convocatorias han salido demasiado tarde paraplanear proyectos serios que involucren el trabajo en redes. Como estrate-gias aisladas son insuficientes. Hay que formar grupos de buena calidad

Page 5: 8 la gestión de la investigación educativa

Weiss

Consejo Mexicano de Investigación Educativa264

Weiss

para hacer investigación verdaderamente útil; poco garantiza el hecho deque exista un fondo que convoca a temas pertinentes.

El reporte de la misión enfatiza la necesidad de fortalecer en México lainvestigación cuantitativa. Coincidimos en que tenemos pocos investiga-dores de alto nivel, formados con estas metodologías para trabajar temasdel sistema escolar. Las administraciones educativas han construido bancosde datos y las convocatorias de los fondos solicitan analizarlos. Psicólogoseducativos empiezan a cubrir las demandas al tener experiencia en meto-dologías cuantitativas, pero muchas veces carecen –como vemos en artícu-los enviados a la Revista– de experiencia y conocimiento en las didácticaso la institución escolar en el contexto mexicano: obtienen de la literaturainternacional un modelo poco adecuado, generan datos con instrumentosno validados, los incluyen en un programa de análisis estadístico y obtie-nen resultados poco serios –la mayoría son espurios– y poco útiles para latoma de decisiones. Lo que requerimos es la colaboración entre investiga-dores cualitativos y cuantitativos para construir mejores modelos e instru-mentos de medición, pertinentes a nuestra realidad y problemas.

El reporte de la misión usa reiteradamente la expresión evidence based.Actualmente, en la discusión de organismos internacionales sobre la in-vestigación educativa y su uso, hay una fuerte tendencia en el sentido deexigir de la investigación educativa no sólo resultados rigurosos, sino queprovean evidencias claras para la toma de decisiones. El libro ScientificResearch in Education (2002), realizado por una comisión de alto nivel eny para Estados Unidos de América, busca reivindicar la cientificidad de lainvestigación educativa y, a la vez, demostrar su utilidad y presenta comoun ejemplo destacado los avances en la medición del aprendizaje. Sin duda,en México también necesitamos desarrollar más nuestros sistemas de me-dición de aprendizaje y tener bases de datos longitudinalmente compara-bles para orientar las políticas educativas; por ejemplo, para realizar estudiossobre escuelas eficientes, como se desprende del artículo de Posner en estenúmero de la Revista. Sin embargo, al mismo tiempo, se requiere involu-crar a los actores en formas diversas de evaluación para la mejora escolar,como se observa en el artículo de Murillo, que también se incluye en estaentrega. Respecto de la discusión en Estados Unidos recomendamos a nuestroslectores consultar la revisión crítica de la historia de la investigación edu-cativa en dicho país, de Lagemann (2003), publicado en el número 18 denuestra revista, donde señala los orígenes históricos del triunfo de los pro-

Page 6: 8 la gestión de la investigación educativa

La gestión de la investigación educativa

Revista Mexicana de Investigación Educativa 265

motores del testing service, inspirados en Thorndike, sobre las propuestasalternativas de evaluación derivadas de Dewey.

En el CERI de la OCDE hay un programa paralelo a las revisiones degestión y uso de la investigación educativa en varios países miembros, comola que aquí se presenta. Se trata del proyecto de Evidence Based PolicyResearch. En la convocatoria a un seminario en Washington, realizado enconjunto entre CERI-OCDE y la Oficina de Educación del Gobierno deEstados Unidos y co-organizado por la Coalition for Evidence Based Policy,se vislumbra una noción combativa, ingenua y positivista de los conceptosde evidencia y validación. En el Project Proposal se considera sólo a losexperimentos capaces de llegar a conclusiones causales, especialmente enel caso de evaluaciones de innovaciones educativas. En este enfoque, lainvestigación paradigmática propone asignar, a escala estatal, la variablede intervención por azar a determinados maestros y escuelas, para así po-der excluir efectos del contexto y tener una prueba experimental a escalanatural de los efectos de determinada intervención o programa educativo.La discusión mostró que los resultados experimentales sólo son unívocos,cuando la pregunta es sencilla y a corto plazo; por ejemplo, si son máscosto-eficaces grupos pequeños por alumno que los usuales. Sin embargo,la mayoría de las preguntas que tienen los políticos educativos son bastan-te más complejas, como muestra la actual discusión sobre la reforma de laeducación secundaria en México.

La discusión en aquel seminario también mostró –y por presión de va-rios participantes quedó reconocido en el informe final– que la experi-mentación “decisiva” requiere de múltiples fases previas de investigación ydesarrollo, donde se utiliza una amplia gama de teorías y metodologías.Incluso en el caso de la investigación médica –presentada como paradig-ma a seguir por la investigación educativa– se requiere de la multidisciplinariaantes que la clínica, de la exploración teórica para asegurar el mejor tipode intervenciones, una fase de modelaje de los componentes de la inter-vención, experimentos exploratorios parciales y una ejecución a largo pla-zo (para acceder a los papers presentados en el seminario véase: http://www.excelgov.orgdisplayContent.asp?NewsItemID=5205&Keyword=prppcEvidence).

El reporte de la misión tiene razón en señalar que en México hay ciertodivorcio entre la investigación académica y aplicada, y que la primera hasido guiada, por demasiado tiempo, por los criterios del SNI que, en su momento,

Page 7: 8 la gestión de la investigación educativa

Weiss

Consejo Mexicano de Investigación Educativa266

resultaron de utilidad. Sin embargo, para reorientar la investigación no bas-ta incentivar la aplicada o dar estatus de investigador a quienes la realizan,como pareciera sugerir en algunos pasajes el reporte de la misión.

En ocasiones el reporte parece recaer en la vieja división entre investi-gación básica y aplicada y atribuye a los investigadores académicos sólo elpapel de producir la de carácter básico. Me parece más importante avanzarhacia el modo II de producción de conocimiento de Gibbons que, de he-cho, ya se practica en algunos grupos. Hay que lograr más grupos querealicen investigación aplicable de alta calidad, derivada de líneas que par-tan de problemas nacionales y latinoamericanos y, a través del estudio per-severante y teóricamente informado de problemas prácticos, sean capacesde producir nuevos conocimientos, básico y aplicado, así como innovacio-nes educativas.

Veamos como ejemplo la investigación en didáctica de las matemáti-cas en México, que tiene reconocimiento internacional y nacional. Tuvoque identificar problemas centrales en el aprendizaje y la enseñanza, porejemplo de las fracciones, y para ello partió de un proyecto de investiga-ción-acción longitudinal durante los seis grados, con los maestros de unaescuela; ha estudiado la epistemología histórica de conceptos matemáti-cos involucrados; ha realizado estudios con la metodología clínica cuali-tativa piagetana sobre el desarrollo de esos conceptos en los niños de laedad correspondiente; se ha nutrido de propuestas didácticas internacio-nales, aunque también de la investigación etnográfica mexicana sobre lapráctica docente cotidiana con sus restricciones, pero también con susbuenos saberes; realiza continuamente talleres con maestros; ha diseña-do situaciones didácticas que buscan mejorar la enseñanza y el aprendi-zaje de las fracciones; observa con métodos cualitativos el desarrollo delas clases e interacciones respectivas y analiza las dificultades con la pro-puesta; mejora las iniciativas y construye, con la participación de maes-tros con experiencia, innovaciones –como los nuevos libros de texto yprogramas de actualización para los profesores–; investiga la apropia-ción de los nuevos conceptos y enfoque por los maestros que aprobaronlos cursos de actualización y el uso que le dan en su salón de clase. Tam-bién ha participado en la construcción de mejores reactivos para las me-diciones del aprendizaje en matemáticas.

Creo que el ejemplo muestra que, de hecho, ya hemos avanzado másallá de la división clásica entre investigación básica y aplicada. También

Page 8: 8 la gestión de la investigación educativa

La gestión de la investigación educativa

Revista Mexicana de Investigación Educativa 267

evidencia que la investigación “cualitativa” en México es mucho más am-plia que la “etnográfica”, como supone el reporte de la misión, por ciertotambién la investigación etnográfica y la investigación-acción pueden orientarde manera importante la toma de decisiones; véase el artículo de Ezpeletaen este número. Como señalo en el background report más que en la evidencebased policy research creo en la interacción entre investigadores bien for-mados, tomadores de decisiones y maestros, en diferentes formas de cola-boración idóneas (diálogos, talleres, colaboraciones directas, etcétera).

Hay que nutrirse de y participar en la discusión internacional. Pero nobastan conocimientos y recetas internacionales; un ejemplo es la discusiónsobre escuelas eficientes. Cada vez es más claro que lo eficiente es alta-mente dependiente del contexto cultural. Recomiendo la lectura del ar-tículo de Javier Murillo en este número de la RMIE.

En ese sentido, me parece muy importante que siga existiendo en elCONACyT un fondo para investigación que, independientemente de cri-terios de prioridad y uso de corto plazo, permita a los investigadoresexplorar y profundizar sobre temas que consideran pertinentes. La auto-ridades del CONACyT y de la SEP han fomentado recursos adicionalespara estudios destinados a generar información sobre temas y problemasde corto plazo. Pero, sobre todo, requerimos de fondos y otras medidasacompañantes para generar redes e instituciones que acumulen, depureny difundan conocimiento en especialidades temáticas, donde se combi-nen la investigación básica y la aplicada, la investigación y la innovaciónde alto nivel, algo que propone también el reporte de la misión, lo llama“centros temáticos”.

La estrategia más importante que propone el citado reporte –y queconsidero un punto de partida muy fructífero– es el foro entre diferentesproductores, usuarios, intermediarios e instancias coordinadoras, parallegar a una agenda nacional de investigación y desarrollo educativos.Hay que discutir las deficiencias señaladas por la misión y posibles solu-ciones, con el objetivo de llegar a una agenda de desarrollo de la investi-gación educativa.

Dicha agenda debe entenderse no sólo como temática, sino también deestrategias para: aumentar la capacidad institucional de producción y di-fusión; fortalecer instituciones y redes; mejorar la formación y la coor-dinación así como los criterios y mecanismos de evaluación y apoyo financiero.Entremos a construir el foro.

Page 9: 8 la gestión de la investigación educativa

Weiss

Consejo Mexicano de Investigación Educativa268

Como parte de ese esfuerzo invito a los lectores de la Revista a enviar suscomentarios –no sólo a este editorial, en el que me permití una posición máspersonal que en el documento oficial del COMIE– sino, sobre todo, al reportede la misión y sus recomendaciones para empezar a consensuar criterios yprocedimientos. Los comentarios –enviarlos a [email protected]– sepublicarán en una sección específica de la versión electrónica de la Revista.

EDUARDO WEISS , ED ITOR

Referencias bibliográficasScientific Research in Education (2002). Washington, DC: National Academy Press.Condliffe Lagemann, Ellen (2003). “La investigación educativa en Estados Unidos: re-

flexiones para la historia”, Revista Mexicana de Investigación Educativa, vol. 8, núm.18, mayo-agosto, pp. 547-560.