a la magistrada juez presidente del tribunal...

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Página 1 de 23 A LA MAGISTRADA JUEZ PRESIDENTE DEL TRIBUNAL SUPERIOR ADMINISTRATIVO A S U N T O : MEDIDA CAUTELAR.- SOLICITUD DE SUSPENSIÓN PROVISIONAL del reglamento en fecha 31 de octubre de 2012, dictado por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, sobre Compra de Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios. Accionante: Movimiento Cívico CIUDADANOS CONTRA LA CORRUPCIÓN (C3). Abogados: DR. REEMBERTO JOSE DE JESUS PICHARDO JUAN, DRA. JOSEFINA JUAN DE PICHARDO, LIC. HERMES LEONALD GUERRERO BAEZ, LIC. LUÍS EMILIO ALMONTE Y LIC. RICARDO DIAZ POLANCO. Parte Accionada: JUNTA CENTRAL ELECTORAL y su PRESIDENTE, EL DR. ROBERTO ROSARIO MARQUEZ. Intervinientes Forzosos: PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA Y LA DIRECCIÓN GENERAL DE CONTRATACIONES PÚBLICAS. Referencia: Acción principal en nulidad en contra del Reglamento de fecha 31 de octubre de 2012, emitido por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, sobre la Compra de Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios. HONORABLE MAGISTRADA: El movimiento cívico CIUDADANOS CONTRA LA CORRUPCIÓN (C3), organización no gubernamental, debidamente constituida en virtud de la Ley No. 122-05 sobre Asociaciones sin fines de lucro, con Registro Nacional de Contribuyente No. 4-30-12830-9, representada por su Presidente DR.REEMBERTO JOSÉ DE JESÚS PICHARDO JUAN, dominicano, mayor de edad, abogado de los tribunales de la República, matriculado en el Colegio Dominicano MOVIVIENTO CÍVICO CIUDADANOS CONTRA LA CORRUPCIÓN C3

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A LA MAGISTRADA JUEZ PRESIDENTE DEL

TRIBUNAL SUPERIOR ADMINISTRATIVO

A S U N T O : MEDIDA CAUTELAR.- SOLICITUD DE SUSPENSIÓN

PROVISIONAL del reglamento en fecha 31 de octubre de 2012, dictado por

la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, sobre Compra de Bienes y

Contrataciones de Obras y Servicios.

Accionante: Movimiento Cívico CIUDADANOS CONTRA LA

CORRUPCIÓN (C3).

Abogados: DR. REEMBERTO JOSE DE JESUS PICHARDO JUAN, DRA.

JOSEFINA JUAN DE PICHARDO, LIC. HERMES LEONALD

GUERRERO BAEZ, LIC. LUÍS EMILIO ALMONTE Y LIC. RICARDO

DIAZ POLANCO.

Parte Accionada: JUNTA CENTRAL ELECTORAL y su PRESIDENTE,

EL DR. ROBERTO ROSARIO MARQUEZ.

Intervinientes Forzosos: PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA Y LA

DIRECCIÓN GENERAL DE CONTRATACIONES PÚBLICAS.

Referencia: Acción principal en nulidad en contra del Reglamento de fecha

31 de octubre de 2012, emitido por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL,

sobre la Compra de Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios.

HONORABLE MAGISTRADA:

El movimiento cívico CIUDADANOS CONTRA LA CORRUPCIÓN (C3), organización no

gubernamental, debidamente constituida en virtud de la Ley No. 122-05 sobre Asociaciones

sin fines de lucro, con Registro Nacional de Contribuyente No. 4-30-12830-9, representada

por su Presidente DR.REEMBERTO JOSÉ DE JESÚS PICHARDO JUAN, dominicano, mayor

de edad, abogado de los tribunales de la República, matriculado en el Colegio Dominicano

MOVIVIENTO CÍVICO CIUDADANOS CONTRA LA CORRUPCIÓN C3

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de Abogados bajo el número 23303-197-01, provisto de la cédula de identidad y electoral

número 001-0141965-3, residente en el apartamento 310-A de la tercera planta de la Torre

Atalaya del Mar, Kilómetro 10 ½ de la Carretera Sánchez, esquina calle El Diamante, sector

El Pedregal de esta ciudad, quien además actúa como abogado, conjuntamente con los

letrados, LIC.HERMES LEOPALD GUERRERO BAEZ, dominicano, mayor de edad, abogado,

provisto de la cédula de identidad y electoral No. 001-1368271-0, con matrícula del Colegio

de Abogados de la República Dominicana No. 27879-224-04, DRA. JOSEFINA JUAN DE

PICHARDO, dominicana, mayor de edad, provista de la cédula de identidad y electoral

No.001-1290843-9, Abogada, con matrícula del Colegio de Abogados de la República

Dominicana No.187821-4280; LIC. LUÍS EMILIO ALMONTE, dominicano, mayor de edad,

portador de la cédula de identidad y electoral número 031-0228644-4, abogado, inscrito y

matriculado en el Colegio de Abogados de la República Dominicana, bajo el número 233-

201256-0, debidamente juramentado por ante la Suprema Corte de Justicia; y LIC. RICARDO

DÍAZ POLANCO, dominicano, mayor de edad, portador de la cédula de identidad y electoral

No. 301-0206468-4, abogado de los tribunales de la República, inscrito y matriculado en el

Colegio de Abogados de la República Dominicana, bajo el No. 16348-168-95, debidamente

juramentado por ante la Suprema Corte de Justicia; todos (incluyendo la organización cívica)

con domicilio procesal en el apartamento 310-A de la tercera planta de la Torre Atalaya del

Mar, Kilómetro 10 ½ de la Carretera Sánchez, esquina calle El Diamante, sector El Pedregal

de esta ciudad de Santo Domingo de Guzmán, del Distrito Nacional.

La presente instancia contiene la solicitud de medida cautelar, en los términos del artículo

7 de la Ley No.13-07 del 05 de febrero de 2007, a fin de que se disponga la suspensión

provisional de los efectos jurídicos del reglamento de fecha 31 de octubre de 2012, emitido

por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, sobre Compra de Bienes y Contrataciones de

Obras y Servicios por los motivos que se exponen más adelante, hasta tanto se conozcan la

demanda en nuilidad principal sometida en fecha 20 de agosto de 2014.

I.- ANTECEDENTES.

(1) El Estado Dominicano forma parte del conjunto de Naciones que han adoptado y

suscrito los instrumentos de derecho público internacional para combatir la corrupción en la

Administración Pública. En primer lugar, tenemos la Convención Interamericana Contra la

Corrupción, de fecha 29 de marzo de 1996 y ratificada en fecha 8 de junio de 2009. Mas

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luego, en fecha 10 de diciembre del año 2003, el Estado Dominicano suscribió la

Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción, del 30 de octubre de 2003, la

cual en su artículo 9 dispone lo siguiente:

“Artículo 9.- Contratación pública y gestión de la hacienda pública.-

l. Cada Estado Parte, de conformidad con los principios fundamentales de su

ordenamiento jurídico, adoptará las medidas necesarias para establecer sistemas

apropiados de contratación pública, basados en la transparencia, la competencia y

criterios objetivos de adopción de decisiones, que sean eficaces, entre otras cosas, para

prevenir la corrupción. Esos sistemas, en cuya aplicación se podrán tener en cuenta

valores mínimos apropiados, deberán abordar, entre otras cosas:

a) La difusión pública de información relativa a procedimientos de contratación pública

y contratos, incluida información sobre licitaciones e información pertinente u oportuna

sobre la adjudicación de contratos, a fin de que los licitadores potenciales dispongan de

tiempo suficiente para preparar y presentar sus ofertas;

b) La formulación previa de las condiciones de participación, incluidos criterios de

selección y adjudicación y reglas de licitación, así como su publicación;

c) La aplicación de criterios objetivos y predeterminados para la adopción de

decisiones sobre contratación pública a fin de facilitar la ulterior verificación de la

aplicación correcta de las reglas o procedimientos;

d) Un mecanismo eficaz de examen interno, incluido un sistema eficaz de apelación,

para garantizar recursos y soluciones legales en el caso de que no se respeten las

reglas o los procedimientos establecidos conforme al presente párrafo;

e) Cuando proceda, la adopción de medidas para reglamentar las cuestiones relativas

al personal encargado de la contratación pública, en particular declaraciones de

interés respecto de determinadas contrataciones públicas, procedimientos de

preselección y requisitos de capacitación.

2.- Cada Estado Parte, de conformidad con los principios fundamentales de su

ordenamiento jurídico, adoptará medidas apropiadas para promover la transparencia y

la obligación de rendir cuentas en la gestión de la hacienda pública. Esas medidas

abarcarán, entre otras cosas:

a) Procedimientos para la aprobación del presupuesto nacional;

b) La presentación oportuna de información sobre gastos e ingresos;

c) Un sistema de normas de contabilidad y auditoría, así como la supervisión

correspondiente;

d) Sistemas eficaces y eficientes de gestión de riesgos y control interno; y

e) Cuando proceda, la adopción de medidas correctivas en caso de incumplimiento de

los requisitos establecidos en el presente párrafo.

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3. Cada Estado Parte, de conformidad con los principios fundamentales de su derecho

interno, adoptará las medidas que sean necesarias en los ámbitos civil y administrativo

para preservar la integridad de los libros y registros contables, estados financieros u

otros documentos relacionados con los gastos e ingresos públicos y para prevenir la

falsificación de esos documentos.”

(2) En interés de actualizar nuestra legislación interna a los estándares internacionales, y

crear un marco jurídico único, el Congreso Nacional aprobó y fueron promulgadas varias

leyes, entre estas, la Ley No. 340-06 de fecha 18 de agosto de 2006, sobre Contratación

Pública de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones, que derogó la Ley No.295, del 30 de

junio de 1966, de Aprovisionamiento del Gobierno, y sus Reglamentos de Aplicación; la Ley

No.105, del 16 de marzo de 1967, que somete a concurso para su adjudicación, todas las

obras de ingeniería y arquitectura de más de RD$10,000.00. y la Ley No.2701, del 2 de

febrero del 2001, sobre Fondos Fiscales, así como cualquier otra que le sea contraria.

(3) En cumplimiento de las previsiones de los artículos 4 y 78 de la Ley No. 340-06 de

fecha 18 de agosto de 2006, sobre Contratación Pública de Bienes, Servicios, Obras y

Concesiones, el Poder Ejecutivo produjo el Decreto No. 490-07 del 30 de agosto de 2007,

que establecía el reglamento a la referida Ley.

(4) En vista de la entrada en vigencia del Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos

de América y los países de Centroamérica (USA-DR- CAFTA por sus siglas en ingles), fue

necesario producir una modificación en nuestra legislación interna, para adecuarla a la

implementación del referido acuerdo.

(5) Bajo esas circunstancias se produjo la Ley No. 449-06 del 6 de diciembre de 2006, que

introdujo algunas modificaciones a la Ley No. 340-06 de fecha 18 de agosto de 2006, sobre

Contratación Pública de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones.

(6) El 26 de enero de 2010, la Asamblea Nacional proclamó la nueva Constitución de la

República, la cual en sus artículos 147, 238 y 246 establece lo siguiente:

“Artículo 147.- Finalidad de los servicios públicos. Los servicios públicos están

destinados a satisfacer las necesidades de interés colectivo. Serán declarados por ley.

En consecuencia:

1) El Estado garantiza el acceso a servicios públicos de calidad, directamente o por

delegación, mediante concesión, autorización, asociación en participación,

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transferencia de la propiedad accionaria u otra modalidad contractual, de conformidad

con esta Constitución y la ley;

2) Los servicios públicos prestados por el Estado o por los particulares, en las

modalidades legales o contractuales, deben responder a los principios de

universalidad, accesibilidad, eficiencia, transparencia, responsabilidad, continuidad,

calidad, razonabilidad y equidad tarifaria;

3) La regulación de los servicios públicos es facultad exclusiva del Estado. La ley

podrá establecer que la regulación de estos servicios y de otras actividades

económicas se encuentre a cargo de organismos creados para tales fines.

Artículo 238.- Criterios para asignación del gasto público. Corresponde al Estado

realizar una asignación equitativa del gasto público en el territorio. Su planificación,

programación, ejecución y evaluación responderán a los principios de subsidiaridad y

transparencia, así como a los criterios de eficiencia, prioridad y economía.

Artículo 246.- Control y fiscalización de fondos públicos. El control y fiscalización

sobre el patrimonio, los ingresos, gastos y uso de los fondos públicos se llevará a cabo

por el Congreso Nacional, la Cámara de Cuentas, la Contraloría General de la

República, en el marco de sus respectivas competencias, y por la sociedad a través de

los mecanismos establecidos en las leyes.

(7) Posteriormente, luego de haber transcurrido 5 años de la puesta en aplicación del

Reglamento No. 490-07, y con el objetivo de incluir las regulaciones necesarias para una

correcta y más eficiente aplicación de la Ley 340-06, modificada por la Ley 449-06, el Poder

Ejecutivo produjo el Decreto No. 543-12 de fecha 6 de septiembre de 2012, que constituye el

Reglamento vigente a la Ley de Contratación Pública de Bienes, Servicios, Obras y

Concesiones. De modo, que en la República Dominicana existe un marco jurídico

claramente establecido para regular todo el sistema de Contratación Pública de Bienes,

Servicios, Obras y Concesiones, situación que no puede ser desconocida por ninguno de sus

organismos.

(8) Sin embargo, en fecha 31 de octubre de 2012, la JUNTA CENTRAL ELECTORAL,

emitió un reglamento sobre Compra de Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios, con el

cual pretende colocarse al margen de la Ley No. 340-06, modificada por la Ley 449-06,

sustituir el Reglamento contenido en el Decreto No. 543-12 de fecha 6 de septiembre de

2012, y desconocer la competencia de la Dirección General de Compras y Contrataciones,

como órgano Rector para conocer de las impugnaciones que se produzcan, con motivo del

proceso de licitación y adjudicación, realizados por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL

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(9) En razón de ello, mediante la instancia de fecha 25 de agosto de 2014, el movimiento

cívico CIUDADANOS CONTRA LA CORRUPCIÓN (C3), apoderó al TRIBUNAL SUPERIOR

ADMINISTRATIVO, de una ACCIÓN PRINCIPAL EN NULIDAD en contra del reglamento de

fecha 31 de octubre de 2012, emitido por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, sobre Compra

de Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios.

(10) Al momento del depositito de la presente instancia se cumplen los trámites relativos a la

notificación de la referida demanda, tanto a la parte demandada como a los que son llamados

en intervención forzosa.

II.- FUNDAMENTOS PARA LA SUSPENSIÓN COMO MEDIDA CAUTELAR

(11) Es de principio, que los procesos que atañen al orden público y al alto interés social,

como son los que tienen que ver con la juridicidad de los actos emanados de autoridad

pública, deberían resolverse dentro de los plazos razonablemente cortos y sin demoras

innecesarias, sin embargo, la realidad impone una agenda diferente.

(12) Debido, por un lado, a la concentración de todos los asuntos de naturaleza

administrativa en tres salas, con categoría de tribunales nacionales y debido además, a la

actitud delictiva de una gran parte de instituciones del Estado dominicano, que se resisten a

someterse al imperio de la ley --lo que contribuye a multiplicar el número de acciones por

parte de los ciudadanos,-- la capacidad del Tribunal Superior Administrativo ha sido

desbordada, lo que impide dar satisfacción oportuna, con la premura deseada, a la gran

cantidad de procesos que a diario le son sometidos.

(13) Afortunadamente, el propio legislador ha establecido las medidas cautelares, como un

mecanismo que podría servir de paliativo, para impedir que el paso inexorable del tiempo

convierta en ineficaz e inoperante la jurisdicción de amparo, o que cuando se produzcan las

decisiones se hayan consumado los daños irreparables que se pretendían prevenir o se

desvanezcan los derechos que se intentan tutelar.

(14) En su parte principal y en el párrafo I del artículo 7 de la Ley No.13-07 del 05 de

febrero de 2007, se consigna lo siguiente:

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Artículo 7.- Medidas Cautelares. El recurrente podrá solicitar, en cualquier

momento del proceso, por ante el Presidente del Tribunal Contencioso

Tributario y Administrativo, la adopción de cuantas medidas cautelares sean

necesarias para asegurar la efectividad de una eventual sentencia que acoja el

recurso contencioso administrativo o contencioso tributario. Esta petición se

someterá mediante instancia separada del recurso principal. Una vez recibida,

el Presidente del Tribunal, o el de una de sus Salas que designe mediante auto,

convocará a las partes a una audiencia pública que celebrará dentro de los

cinco (5) días siguientes, a los fines de escuchar sus argumentos y

conclusiones, debiendo fallar el asunto en un plazo no mayor de cinco (5) días.

Párrafo I. Requisitos para la adopción de Medidas Cautelares. El Presidente

del Tribunal Contencioso Tributario y Administrativo, o el de una de sus Salas,

adoptará la medida cautelar idónea siempre que: (a) Pudieran producirse

situaciones que impidieren o dificultaren la efectividad de la tutela que pudiera

otorgarse en la sentencia; (b) De las alegaciones y documentos aportados por

el solicitante, sin prejuzgar el fondo del asunto, parezca fundada la pretensión;

y (c) No perturbare gravemente el interés público o de terceros que sean parte

en el proceso. Si de la medida cautelar pudieran derivarse perjuicios podrá

exigirse la constitución de una garantía o acordarse las medidas que sean

adecuadas para evitar o paliar dichos perjuicios. En este caso la medida

cautelar adoptada no se llevará a efecto hasta que se acredite el cumplimiento

de la garantía.”

(15) Por su lado, aunque aplicable a los procesos de amparo, el artículo 86 de la Ley No.

137-11 del 13 de junio de 2011, modificada por la ley No. 145 del 4 de julio de 2011,

contiene disposiciones que complementan lo expresado en el artículo 7 de la Ley No.13-07

del 05, al expresar lo siguiente:

“Artículo 86.- Medidas Precautorias. El juez apoderado de la acción de amparo

puede ordenar en cualquier etapa del proceso, a petición escrita o verbal del

reclamante o de oficio, la adopción de las medidas, urgentes que, según las

circunstancias, se estimen más idóneas para asegurar provisionalmente la

efectividad del derecho fundamental alegadamente lesionado, restringido,

alterado o amenazado

Párrafo I.- Para la adopción de las medidas precautorias, el juez tomará en

cuenta la verosimilitud del derecho invocado y el peligro irreparable que

acarrearía la demora.

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Párrafo II.- Las medidas precautorias adoptadas permanecerán vigentes hasta

el dictado de la sentencia sobre la acción de amparo. Sin embargo, en cualquier

estado de causa, si sobrevienen circunstancias nuevas, el juez podrá modificar o

revocar las medidas previamente adoptadas.

Párrafo III.- Las sentencias dictadas sobre las medidas precautorias sólo

pueden ser recurridas junto con las sentencias que sean rendidas sobre la

acción de amparo.”

(16) Como podrá apreciar la Presidencia del Tribunal, en el presente caso están dadas todas

las condiciones previstas en el párrafo I del artículo 7 de la Ley No.13-07 del 05 de febrero

de 2007, toda vez que:

1. De permitirse la ejecución del reglamento impugnado, la Junta Central Electoral, continuaría

realizado procedimientos de compra, contratación, licitación y adjudicación de bienes y

servicios, al margen de la ley, lo que no solamente comprometería la legitimidad de todos esos

los procesos, sino, que además se tornaría inefectiva la tutela que pudiera otorgarse en la

sentencia que conozca el fondo de la demanda.

2. Sin prejuzgar el fondo del asunto, ésta presidencia ha podido verificar que la acción principal en

nulidad del reglamento impugnado, parece bien fundada tanto en hecho como en derecho;

3. La suspensión provisional del reglamento impugnado, hasta tanto se decida la acción en nulidad,

no perturba el interés público, o de terceros, ya que en nada perjudica a la Junta Central

Electoral, ni a los proveedores, acogerse a los procedimientos establecidos en la Ley No. 340-06,

modificada por la Ley 449-06, y al Reglamento contenido en el Decreto No. 543-12 de fecha 6

de septiembre de 2012.

(17) A seguida pasamos a explicar de manera sucinta e individual, cada una de las

circunstancias antes enunciadas.

1.- De permitirse que se mantenga en ejecución el reglamento impugnado, la JUNTA

CENTRAL ELECTORAL, continuaría realizado procedimientos de compra,

contratación, licitación y adjudicación de bienes y servicios, al margen de la Ley, lo que

no solamente comprometería la legitimidad de todos esos los procesos, sino, que

además, se tornaría inefectiva la tutela que pudiera otorgarse en la sentencia que

conozca el fondo de la demanda.

(18) Como se ha dicho, la primera circunstancia a tomar en cuenta para disponer medida

cautelar, es el periculum in mora, el cual, en el presente caso radica en el hecho de que,

durante el tiempo de la tramitación, instrucción y fallo de la demanda en nulidad del

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reglamento, la JUNTA CENTREAL ELECTORAL, pudiera seguir realizando los

procedimientos de compra, adjudicación o licitación de bienes y contrataciones de obras y

servicios, al amparo de un instrumento nulo de pleno derecho, por tanto, todos los actos que

sean su consecuencia carecerían de legitimidad.

(19) Sobre el peligro irreparable que acarrearía la demora, el Dr. Eduardo Jorge Prats, ha

expresado lo siguiente:

“B. Peligro irreparable que acarrearía la demora. La LOTCPC identifica los

dos requisitos que la doctrina ha exigido tradicionalmente como

presupuestos de las medidas cautelares -"peligro en la demora" y "daño

inminente o irreparable"- y los engloba ambos bajo la fórmula "peligro

irreparable que acarrearía la demora", de modo que puede afirmarse que, a los

fines de adopción de las medidas cautelares en el proceso de amparo, periculum

in mora y daño inminente o irreparable no son requisitos diferentes en tanto este

último se haya subsumido en el primero. De todos modos, la concurrencia de

ambos requisitos es ineludible pues "el peligro en la demora sin daño es

normalmente irrelevante y la posibilidad del daño irreparable hace presumir el

peligro en la demora" (RUZA- FA: 359). Lo que ocurre es que, para la

LOTCPC, todo proceso acarrea una demora y toda demora es "demora dañosa"

(PROTO PISANI: 296) pero no todos los daños derivados de una demora

judicial resultan irreparables. De ahí que la clave de este presupuesto de las

medidas precautorias es la irrebatibilidad de los daños acarreados por la

demora. Puede afirmarse entonces que el requisito "del perjuicio irreparable se

encuentra subsumido en el recaudo genérico de peligro en la demora por cuanto

se vincula con el estado en que se encuentra el derecho principal, con la

posibilidad o certidumbre de que la actuación normal del derecho llegará tarde,

o con el peligro probable de que la tutela jurídica que la actora aguarda de la

sentencia a pronunciarse en el proceso principal no pueda, en los hechos,

realizarse; es decir que, a raíz del transcurso del tiempo, los efectos del fallo

final resulten prácticamente inoperantes" (RUZAFA: 359).

Y es que "el periculum in mora no consiste pues en el peligro del retardo de la

providencia definitiva, sino en la posibilidad de que en el período de tiempo

necesario para la realización de los intereses tutelados por el Derecho mediante

el ejercicio de la función jurisdiccional, se verifique un evento, natural o

voluntario, que suprima o restrinja tales intereses, haciendo imposible o

limitando su realización por medio de los órganos jurisdiccionales. El carácter

preventivo de la providencia cautelar no debe ser puesto en relación ni con la

providencia llamada definitiva, sino que debe inferírselo de la actividad

jurisdiccional cautelar que se dirige a evitar la posibilidad de un daño (peligro)

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que pueda abolir o restringir los intereses, sustanciales o procesales, tutelados

por el derecho objetivo, durante todo el tiempo necesario para la realización

por medio de los órganos jurisdiccionales del Estado, de dichos intereses, en

virtud de la declaración de certeza, la condena y la realización coactiva"

(Rocco: 77).

De modo que "el peligro en la demora está dado en el grado de urgencia que

posee cada caso concreto, de manera tal que si en el mismo no se adopta la

medida solicitada, se causará un daño irreparable al solicitante de ésta [ ... ] El

elemento peligro en la demora debe revestir una urgencia tal, una magnitud y

entidad tal, que si no se despacha favorablemente la medida se causará al

solicitante de la misma un daño irreparable, que ni siquiera podrá repararse a

través de una indemnización en dinero, es decir que el riesgo en la tardanza en

ese caso concreto apreciando las particularidades del mismo, hará que sea

necesario dictar la medida o no, ya que habrá que analizar si con ese riesgo de

tardanza se causará un perjuicio irreparable al solicitante o no" (AIRASCA:

164). 1

(20) Así las cosas, permitir que durante todo el proceso de contratación de bienes y servicios

que serán necesarios para la organización de las próxima elecciones de 2016, se realice al

amparo de un marco jurídico irregular y bajo el cuestionamiento judicial, sería una burla al

sistema de tutela cautelar efectiva, pues, de qué serviría, que el artículo 139 de la

Constitución de la República, conceda a los ciudadanos el derecho de acudir a los tribunales

mediante los procedimientos establecidos en la ley, y a los jueces la atribución expresa de

ejercer el control de legalidad de los actos emanados de la Administración Pública, si de

todas maneras, a pesar de haber sido impugnados, esos actos siguieran en ejecución

surtiendo un efecto que la propia Ley no le reconoce.

(21) Además, tal situación podría degenerar en una fuente de múltiples conflictos judiciales

que afectaría significativamente todos los procesos de compras, contrataciones, licitación o

adjudicaciones de bienes y servicios durante el proceso de organización de las próximas

elecciones nacionales pautadas para el año 2016.

(22) La probabilidades de que se produzcan múltiples controversias y contestaciones

judiciales, con motivo de la aplicación del reglamento impugnado, en el sistema de Compra

de Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios, ha sido advertida al menos por uno de los

1 Eduardo Jorge Prats, Comentarios a la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional...” año 2011, p.

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propios miembros de la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, como se advierte por el voto

razonado de fecha 22 de enero de 2013, emitido por el Miembro titular, Dr. José Ángel

Aquino Rodríguez, en el cual refiere lo siguiente:

“7.- Si bien es cierto que conforme la Constitución de la república, “la Junta Central

Electoral es un órgano autónomo con personalidad jurídica e independencia técnica,

administrativa, presupuestaria y financiera (Art. 212), esto no equivale a decir que el

organismo puede actuar al margen de la ley, especialmente de aquellas que

expresamente le regulan.”

“9. Del mismo modo, la Ley 340-06 sobre sobre Compras y Contrataciones de Bienes,

Servicios, Obras y Concesiones en su artículo 2 indica que: “están sujetos a las

regulaciones previstas en esta ley y sus reglamentos, los organismos del sector público

que integran los siguientes agregados institucionales: …1) El Gobierno Central…

Párrafo I.- A los efectos de esta ley se entenderá por Gobierno Central, la parte del

sector público que tiene por objeto la conducción político-administrativa, legislativa,

judicial, electoral y fiscalizadora de la República, conformada por el Poder Ejecutivo,

Poder Legislativo, Poder Judicial, la Junta Central Electoral y la Cámara de Cuentas.”

“11. Es innegable entonces, que dichas legislaciones son aplicables a la Junta central

Electoral…”

“18. Por todo lo antes expuesto consideramos que de convocarse la indicada licitación

bajo la modalidad aprobada por el Pleno dela JCE, la misma sería susceptible de ser

declarada ilegal e inconstitucional por los órganos judiciales competentes, al violentar

frontalmente disposiciones básicas previstas en la legislación de la materia.”

(23) Así las cosas, es más que evidente, que en existe un real y efectivo peligro en la

demora, con lo cual se configura el primer requisito para que la Presidencia de este Tribunal

Superior Administrativo, disponga como medida cautelar, la suspensión provisional del

reglamento de fecha 31 de octubre de 2012, dictado por la Junta Central Electoral, hasta

tanto se conozca el fondo de la acción principal en nulidad.

2.- Sin prejuzgar el fondo del asunto, ésta Presidencia podrá verificar la verosimilitud

del derecho invocado y por consiguiente, que la acción principal en nulidad del

reglamento impugnado, parece bien fundada tanto en hecho como en derecho.

(24) Siguiendo los parámetros previstos en los artículos 7 de la Ley No.13-07 del 05 de

febrero de 2007 y el artículo 86 de la Ley 137-11 del 13 de junio de 2011, sin prejuzgar el

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fondo del asunto, como segunda circunstancia apreciable para que se disponga la medida

cautelar solicitad, por la apreciación que hace el juzgador de la verosimilitud del derecho

invocado, o como prefiere la doctrina, el "fumus bonis juris. esta Presidencia puede

comprobar que la acción principal en nulidad del reglamento impugnado, parece bien

fundada.

(25) Sobre la apreciación de la verosimilitud del derecho invocado, en su obra “Comentarios

a la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional...” el Dr. Eduardo Jorge Prats, ha anotado lo

siguiente:

“A. Verosimilitud del derecho invocado. El "fumus bonis juris", el olor a buen

derecho, es un requisito sine qua non de las medidas precautorias. El solicitante

de una medida precautoria debe acreditar, aunque sea sumariamente, que le

asiste la razón en la cuestión que motiva el amparo. Ahora bien, no se exige "un

examen de certeza sobre la existencia del derecho pretendido sino solo un grado

de aceptable verosimilitud, como la probabilidad de que exista y no como la

incuestionable realidad que solo se logrará al agotarse el trámite, si bien aquella

debe resultar de los elementos incorporados al proceso que objetiva y prima facie

lo demuestren" (RUZANA: 354). Sin embargo, en el caso de amparos contra

actos administrativos, como bien ha establecido la jurisprudencia argentina, "aún

cuando no se requiera una prueba incontestada de la existencia del derecho, es

necesaria la comprobación sumaria de los hechos que prima facie determinarían

la arbitrariedad del acto recurrido o la violación de la ley; a fin de hacer cesar la

presunción de legitimidad y, por ende, su ejecutoriedad" (CNFed.CAdm, sala II,

8-3-94, "Lista Azul No. 4 e / Soplad", J.A. 1998-1, Síntesis).” 2

(26) En el presente caso, como se advierte por la simple lectura de la instancia de fecha 25

de agosto de 2014, que contiene la acción principal en nulidad del reglamento de fecha 31 de

octubre de 2012, dictado por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, se fundamenta en tres

aspectos básicos:

1. El Reglamento para la Compra de Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios,

instrumentado por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, en fecha 31 de octubre de 2012,

ha sido emitido por un organo incompetente, que ha rebasado los límites de sus

atribuciones, en violación de los artículos 4 y 212 de la Constitución; 6de la Ley

Electoral No. 275/97 del 21 de noviembre de 1997.

2 Eduardo Jorge Prats, Comentarios a la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional...” año 2011, p. 180.

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2. El Reglamento instrumentado por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, en fecha 31 de

octubre de 2012, para la Compra de Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios,

colisiona estrepitosamente con la Ley No. 340-06 de fecha 18 de agosto de 2006, sobre

Contratación Pública de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones, modificada por la Ley

No. 449-06 del 6 de diciembre de 2006, y vulnera los principios de unidad y coherencia,

de juridicidad y de subordinación de los reglamento a la ley, como norma con rango

superior

3. El Reglamento emitido por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, pretende sustituir e inaplicar el

Reglamento vigente de la Ley de Contratación Pública de Bienes, Servicios, Obras y

Concesiones, contenido en el Decreto No. 543-12 de fecha 6 de septiembre de 2012, emitido por

el Poder Ejecutivo, viola el principio de unidad del ordenamiento jurídico, de seguridad jurídica,

y fomenta el caos y la anarquía, enervando los niveles de transparencia en la Admisintación

Pública.

(27) En este punto, invitamos a la Presidencia de éste Tribunal a ponderar los medios antes

enunciados y explicados ampliamente entre las páginas 13 hasta la 43 de la instancia

depositada en fecha 25 de agosto de 2014, y que contiene la acción principal en nulidad del

Reglamento emitido por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL. Como se ha visto, la referida

demanda apoderó al dicho Tribunal, de las conclusiones siguientes:

“PRIMERO: En cuanto a la forma, declarar regular y válida la presente acción

principal en nulidad del reglamento de fecha 31 de octubre de 2012, emitido por

la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, sobre Compra de Bienes y Contrataciones de

Obras y Servicios, por haber sido ejercida con arreglo a las previsiones legales,

y por consiguiente, proceder con arreglo a las previsiones de los artículos 24 y

siguientes de la Ley 1494 del 2 de agosto de 1947, que instituye la Jurisdicción

Contenciosa Administrativa, así como el párrafo I del artículo 6 de la Ley No.

13-07 del 5 de febrero de 2007.

SEGUNDO: En cuanto al fondo, comprobar y declarar mediante la decisión a

intervenir, que el Reglamento dictado en fecha 31 de octubre de 2012, por la

JUNTA CENTRAL ELECTORAL, sobre Compra de Bienes y Contrataciones de

Obras y Servicios, contiene los vicios siguientes:

1.- Ha sido emitido por un organo incompetente, que ha rebasado los límites de

sus atribuciones, en violación de los artículos 4 y 212 de la Constitución; 6 de la

Ley Electoral No. 275/97 del 21 de noviembre de 1997;

2.- Colisiona estrepitosamente con la Ley No. 340-06 de fecha 18 de agosto de

2006, sobre Contratación Pública de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones,

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modificada por la Ley No. 449-06 del 6 de diciembre de 2006, y vulnera los

principios de unidad y coherencia, de juridicidad y de subordinación de los

reglamento a la ley, como norma con rango superior.

3.- Al pretender sustituir e inaplicar el Reglamento vigente de la Ley de

Contratación Pública de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones, contenido en el

Decreto No. 543-12 de fecha 6 de septiembre de 2012, emitido por el Poder

Ejecutivo, viola el principio de unidad del ordenamiento jurídico, de seguridad

jurídica, fomenta la anarquía y la arbitrariedad, y enerva los niveles de

transparencia en la Admisintación Pública.

TERCERO: Declarar nulo y sin ningún valor jurídico, el Reglamento dictado en

fecha 31 de octubre de 2012, por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, sobre

Compra de Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios, por cada uno o por el

conjunto de los motivos antes expuestos, ordenando a dicho organismo, acatar

la Ley No. 340-06 de fecha 18 de agosto de 2006, sobre Contratación Pública de

Bienes, Servicios, Obras y Concesiones, modificada por la Ley No. 449-06 del 6

de diciembre de 2006 y el Reglamento contenido en el Decreto No. 543-12 de

fecha 6 de septiembre de 2012, emitido por el Poder Ejecutivo. Bajo toda clase

de reservas.”

(28) Es obvio entonces, existe una contestación seria, que cumple con el requisito de

verosimilitud del derecho invocado, con lo cual, sin necesidad de prejuzgar el fondo, esta

Presidencia puede dar por establecida la apariencia de buen derecho, quedando entonces,

satisfecha la segunda causal para el otorgamiento de una medida cautelar según lo

establecido en las leyes que regulan la materia.

3.- La suspensión provisional hasta tanto se decida la acción en nulidad del reglamento

impugnado, no perturba el interés público, o de terceros, ya que acogerse a los

procedimientos establecidos en la Ley No. 340-06, modificada por la Ley 449-06, y al

Reglamento contenido en el Decreto No. 543-12 de fecha 6 de septiembre de 2012, en

nada perjudica ni a la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, ni a los proveedores y al interés

general.

(29) Una condición que la propia Ley impone al juzgador al momento de establecer una

tutela cautelar, es que al hacerlo, esta “no perturbare gravemente el interés público o de

terceros que sean parte en el proceso.”

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(30) Es lógico que así sea, pues, como lo dispone en el artículo 8 de la Constitución de la

República, “Es función esencial del Estado, la protección efectiva de los derechos de la

persona, el respeto de su dignidad y la obtención de los medios que le permitan

perfeccionarse de forma igualitaria, equitativa y progresiva, dentro de un marco de libertad

individual y de justicia social, compatibles con el orden público, el bienestar general y los

derechos de todos y todas.”

(31) En esa virtud, mal pudiera la parte accionante promover ante este o cualquier otro

tribunal una medida que trastorne las labores de la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, con lo

cual se pondría en peligro el clima estabilidad de un organismo que está llamado a ser

equilibrio de la democracia en la República Dominicana.

(32) Así las cosas, la parte accionante no tiene como objetivo, ni dañar la imagen de la

JUNTA CENTRAL ELECTORAL, ni afectar su funcionamiento, ni entorpecer sus labores. De

lo que se trata de es de hacer respetar el ordenamiento jurídico que rige en las instituciones

del Estado de Derecho. De modo, que nuestro accionar se circunscribe a los parámetros de

niveles de prudencia y de preservación del principio de que “no se perturbe gravemente el

interés público o de terceros que sean parte en el proceso.”

(33) Un ejemplo del buen uso de esta disposición lo constituye la sentencia No. TC/274/13

del 26de diciembre de 2013, en la cual, para no crear un vacío legislativo que pudiera causar

un trastorno al ejercicio de la abogacía, el Tribunal Constitucional, aun declarando la

inconstitucionalidad de la Ley No. 91, de fecha tres (3) de febrero de mil novecientos

ochenta y tres (1983), que crea el Colegio de Abogados de la República, dispuso que: “una

sentencia de inconstitucionalidad con efectos inmediatos tendría un fuerte impacto negativo,

por lo cual se justifica que este tribunal difiera en el tiempo los efectos de la decisión. Esta

medida le permitiría al Congreso llenar el vacío legislativo que producirá la decisión del

Tribunal.”

(34) En el presente caso, lo que debe verificar la Presidencia del Tribunal Superior

Administrativo, es, por un lado, que como se ha dicho, al amparo de las previsiones de los

artículos 4 y 78 de la Ley No. 340-06 de fecha 18 de agosto de 2006, sobre Contratación

Pública de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones, el Poder Ejecutivo produjo el Decreto

No. 543-12 de fecha 6 de septiembre de 2012, que constituye el Reglamento vigente a la

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referida Ley. Es obvio entonces, que ni la suspensión provisional ni la expulsión definitiva

del ordenamiento jurídico del reglamento de fecha 31 de octubre de 2012, crearían un vacío

normativo en esta materia, toda vez que, que en la República Dominicana existe un marco

jurídico claramente establecido para regular todo el sistema sobre Contratación Pública de

Bienes, Servicios, Obras y Concesiones.

(35) Otro aspecto que debe ser tomado en cuenta por este Tribunal, es que, la creación en

fecha 31 de octubre de 2012, de un reglamento paralelo, que pretender sustituir e inaplicar

el Reglamento vigente de la Ley de Contratación Pública de Bienes, Servicios, Obras y

Concesiones, contenido en el Decreto No. 543-12 de fecha 6 de septiembre de 2012, emitido

por el Poder Ejecutivo, constituyó una turbación manifiestamente ilícita, que viola los

principios de unidad del ordenamiento jurídico y de seguridad jurídica, que fomenta la

anarquía y la arbitrariedad, y enerva los niveles de transparencia en la Admisintación

Pública.

(36) Por tanto, lejos de que se “perturbe gravemente el interés público o de terceros que

sean parte en el proceso.” lo que haría éste Tribunal sería hacer cesar la perturbación creada

en el ordenamiento jurídico administrativo, por la propia JUNTA CENTRAL ELECTORAL, al

introducir en el mismo un instrumento irregular, con el deliberado propósito de no someterse al

imperio de la ley y de organizar procesos de contratación pública de bienes, servicios, obras y

concesiones, sin ningún tipo de medida de control o vigilancia por los otros órganos del

Estado.

(37) Por otra parte, contrario a lo que pretende la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, en el

contexto Constitucional dominicano, la calidad de los organismos autónomos y

descentralizados en el Estado, provistos de personalidad jurídica, con autonomía

administrativa, financiera y técnica, lo que significa es que estos no están sometidos a

ninguna otra autoridad, ni reciben órdenes de ningún otro órgano del Estado, pero jamás, ello

supone que no estén sometidas al imperio de la Constitución, la ley y a los controles de

fiscalización, vigilancia y del sistemas de contrapeso que la misma Constitución y las leyes

establecen para garantizar la transparencia de la Administración Pública.

(38) Por aplicación de los principios de taxatividad y juridicidad de la función pública, en

nuestro ordenamiento jurídico no existe posibilidad alguna de invocar facultades implícitas,

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como lo pretende la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, pues la regla es muy clara, si una

atribución no está expresada en la ley, entonces no existe. Es así pues, que ningún funcionario u

organismo del Estado puede ejercer una función o arrogarse una atribución, si no ha

recibido de la Ley su autorización, su competencia y las reglas de forma que deben

seguirse en el cumplimiento de su misión. Como lo ha expresado la doctrina, en la pluma de

Gustavo Penagos:

“El gobierno no puede invocar facultades implícitas con el fin de expedir

reglamentos, pues el legislador, ni el constituyente primario, en un Estado de Derecho

confiere facultades implícitas, sino expresas, conforme a los textos citados (arts. 6º y

121 C.N.), así como en el artículo 122: “no habrá empleo público que no tenga

funciones detalladas en la ley o reglamento”.3

(39) Como vemos, en este caso no se puede alegar que la suspensión provisional de los

efectos jurídicos del reglamento impugnado pudieran afectar la autonomía, ni el

funcionamiento normal de la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, pues, el estado de normalidad

aceptado por todos es el cumplimiento y sometimiento al ordenamiento jurídico creado en la

Ley 340-06, y por el contrario, lo que resulta anormal es el desconocimiento y la rebeldía

ante la Ley, por parte de dicho organismo. su desconocimiento. Entonces, en este caso, lo

que haría la decisión a intervenir sería hacerle retornar a la legalidad y colocar la situación

en el estado en que se encontraba al momento, en que fue perturbada por la intervención del

reglamento impugnado.

(40) Además, el reglamento paralelo que ha sido impugnado, no garantiza los niveles de

transparencia que exigen las normas constitucionales y legales, pues, unos de los elementos

esenciales para asegurar la transparencia en los actos realizados por los organismos y

funcionarios públicos, es que los mecanismos de control y contrapeso no se encuentren

subordinados a ellos mismos, sino, colocados en áreas externas al órgano controlado. Resulta

absurdo suponer que un comité nombrado por el propio Presidente de la JUNTA CENTRAL

ELECTORAL, examine la regularidad del proceso que ha conducido el propio Presidente de

dicho organismo. Todo lo contrario, eso conduce a la opacidad no a la transparencia.

3 Gustavo Penagos, El Acto Administrativo T. II, 9na edición, Bogotá, p. 355

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(41) Finalmente, en este punto tampoco se puede invocarse la posibilidad de causar algún

trastorno a los terceros, pues, la medida solicitada solo se aplicaría a partir de la decisión que

intervenga, sin extender sus efectos sobre cuestiones ya consumadas.

(42) En adición a todo lo anteriormente expresado, debemos resaltar los criterios que éste

mismo Tribunal ha sentado en la aplicación del artículo 7 de la Ley No.13-07 del 05 de

febrero de 2007. En una de sus más recientes decisiones, en un caso muy similar, en la

sentencia No. 065-2014 del 20 de agosto de 2014, ha expresado lo siguiente:

“16.- Las medidas cautelares son el instrumento necesario para garantizar la

efectividad de la tutela judicial efectiva, o para garantizar el cumplimiento de las

sentencias en materia administrativa, cumplimiento que en principio, y con carácter

general, ha de ser íntegro. Estas se constituyen en la protección que los órganos

jurisdiccionales otorgan, en forma provisional, al derecho que se defiende, para evitar

que durante el tiempo en que se tramita el proceso, ese derecho sufra un daño, de

características tales, que resulte imposible o muy difícil de reparar cuando se dicte la

sentencia que lo reconoce.

17.- El párrafo I, del artículo 7, de la Ley No. 13-07, de Transición hacia el Control

Jurisdiccional de la Actividad Administrativa del Estado establece: “Párrafo I.

Requisitos para la adopción de Medidas Cautelares. El Presidente del Tribunal

Contencioso Tributario y Administrativo, o el de una de sus Salas, adoptará la medida

cautelar idónea siempre que: (a) Pudieran producirse situaciones que impidieren o

dificultaren la efectividad de la tutela que pudiera otorgarse en la sentencia; (b) De las

alegaciones y documentos aportados por el solicitante, sin prejuzgar el fondo del

asunto, parezca fundada la pretensión; y (c) No perturbare gravemente el interés

público o de terceros que sean parte en el proceso. Si de la medida cautelar pudieran

derivarse perjuicios podrá exigirse la constitución de una garantía o acordarse las

medidas que sean adecuadas para evitar o paliar dichos perjuicios. En este caso la

medida cautelar adoptada no se llevará a efecto hasta que se acredite el cumplimiento

de la garantía.”

18.- Las medidas ordenadas pueden dejarse so efecto en los siguientes casos: (a)si se

prueban circunstancias que no pudieron tenerse en cuenta al concederse, y que harían

variar la decisión;(b) si cambian las circunstancias en virtud de las cuáles se

adoptaron; (c) si la entidad pública demandada acredita que la medida cautelar

adoptada lesiona gravemente el interés público.

19.- En necesario entender que el derecho a la tutela judicial cautelar no es más que

como una manifestación del derecho constitucional a la tutela judicial efectiva. En

realidad, se trata de una de sus modalidades más esenciales, y en el contencioso

administrativo cobra mayor relevancia, por cuanto existe la alta probabilidad de que

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la sentencia final que declara procedente la pretensión del recurrente y condena la

Administración a una prestación, resulte inejecutable por haberse notificado la

situación fáctica o jurídica existente al inicio de la causa, o bien, porque para el

momento en que se dicte la sentencia de fondo, se le haya producido alguna pérdida

irreparable a quien ha ganado el juicio 4.

20.-La jurisprudencia Constitucional Colombiana es de la línea que la tutela cautelar

judicial tiene su fundamento en: i) el hecho de que las decisiones judiciales deber ser

ejecutadas y cumplidas, por lo que no tendría ningún sentido que el juez dicte una

sentencia que no pueden ser materialmente ejecutada o que resulte inocua; ii) que el

acceso efectivo e igual a la justicia debe garantizarse a toda persona y que ese acceso

no debe ser puramente formal, por lo que los justiciables deben poder acceder a

mecanismos que, como las medidas cautelares, aseguran la efectividad de las

sentencias que les son favorables; y (iii) que es vital que el derecho de acceso a la

justicia contribuya a un mayor equilibrio procesal en tanto asegure que el justiciables

mantenga a lo largo del proceso un estado de cosa semejante al que existía cuando

acudió a la justicia.5

21.- Para determinar la procedencia de una medida cautelar, es necesaria la

ponderación de los intereses públicos en juego. Conjugados con la ponderación de

intereses, la apariencia de buen derecho y bel peligro en la mora determinan la

procedencia o no de la medida cautelar, y es en este campo en el cual el juez tiene

margen de apreciación.

22.- Que en ese sentido, la doctrina ha establecido que la medida cautelar tiene como

finalidad evitar el peligro que para el derecho pueden suponer la existencia misma de

un proceso en la lentitud propia e inevitable del mismo6; esto es así, doctrinarios

plantean que: “La medida cautelar exige un cálculo preventivo de probabilidad sobre

el periculum in mora que no puede separarse de otro preventivo cálculo de

probabilidad que es el que se hace sobre la existencia del derecho cuya tutela sed

solicita”7 por lo que, la recurrente está en la obligación de probar que el alegado daño

es irreparable o de difícil reparación por causa de la ejecución del acto administrativo

y, así el juez podrá estar en condiciones para realizar la indagación y comprobación de

la certeza del posible daño.

23.- Que en ese orden, la Presidencia de este Tribunal Superior Administrativo luego

de estudiar de manera extensa lo alegatos de las partes y la glosa procesal en la

especie, ha podido constatar que verdaderamente existe un peligro en la demora, que

pudiera dificultar la ejecución de la sentencia definitiva que posteriormente emanará

4 TORREALBA Sánchez, Miguel A. Manual Contencioso Administrativo (Parte General), Caracas, Venezuela, Editorial Texto 2009. 5 Corte Constitucional, Sentencia C-490-00 de mayo 4 de 2000, Mp Alejandro Martínez Caballero y C-039-04 de enero 27 de 2004 Mp

Rodrigo Escobar Gil. 6 CHINCHILLA. M., Carmen. La Tutela Cautelar en la nueva Justicia Administrativa, 1991, p. 41

7 P. Calamandrei, Intrusione allo studio sistemático del provvedimenti cautelari, Padova, 1936. P. 4

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en respuesta del recurso contencioso administrativo del que depende la presente

solicitud.

24.- Es menester señalar, que también hemos podido verificar, a raíz de los documentos

y pretensiones de las partes, que existe sin necesidad de prejuzgar el fondo la

apariencia de buen derecho Quedando satisfecha la segunda causal para el

otorgamiento de una medida cautelar según lo establecido en las leyes que regulan la

materia.

25.- Así mismo, la Presidencia de este Tribunal Superior Administrativo ha podido

comprobar que con la ordenanza de suspensión del acto administrativo impugnado el

interés general no se vería afectado.

26.- Que tras analizar los requisitos requeridos para la adopción de una medida

cautelar, la Presidencia de este Tribunal ha verificado que la parte recurrente

SEGUROS DHI ATLAS, S.A., cumple con los requisitos exigidos por el artículo siete (7)

de la Ley 13-07, sobre Transición hacia el Control Jurisdiccional de la Actividad

Administrativa del Estado, por lo que procede acoger la petición de adopción de

medida cautelar solicitada.”

(43) Por todo lo antes expuesto, es obvio entonces, que procede que esta Presidencia del

Tribunal Superior Administrativo, dicte una decisión que garantice la eficacia del proceso y

de sus resultados, y que, durante la tramitación de la demanda en nulidad principal del

reglamento emitido por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, dicho organismo no pueda

sustraerse de su obligación de someterse al cumplimiento de la Ley 340-06, y su reglamento,

ejerciendo la Presidencia de éste Tribunal el poder de sujetar a dicho organismo al control de

juridicidad previsto en nuestro ordenamiento jurídico, pues, como dijera Charles Louis de

Secondat, Señor de la Bréde y Barón de Montesquieu:

“Una experiencia de siglo enseña que cada hombre que posee poder está

impulsado a abusar de él. El siempre sigue adelante hasta encontrarse con

límites. ¡Quién lo hubiera pensado! Hasta la virtud necesita límites. Para que no

se pueda abusar del poder, es preciso establecer mediante el ordenamiento de

las cosas que el poder frene el poder.” 8

III.- ELEMENTOS PROBATORIOS

8 Montesquieu, Citado por José Alberto Cruceta, en la obra “Curso de Garantías Constitucionales”, p. 108

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(44) Para probar los hechos y circunstancias denunciados en la presente instancia,

conjuntamente con la presente instancia, la parte accionante somete los elementos

probatorios siguientes:

1. Copia del Reglamento dictado en fecha 31 de octubre de 2012, por la JUNTA CENTRAL

ELECTORAL, sobre Compra de Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios.

2. Copia del Reglamento vigente de la Ley de Contratación Pública de Bienes, Servicios, Obras y

Concesiones, contenido en el Decreto No. 543-12 de fecha 6 de septiembre de 2012, emitido por

el Poder Ejecutivo.

3. Copia del voto razonado de fecha 22 de enero de 2013, emitido por el Miembro titular, Dr. José

Ángel Aquino Rodríguez.

4. Copia de la instancia de fecha 25 de agosto de 2014, por medio de la cual, el movimiento cívico

CIUDADANOS CONTRA LA CORRUPCIÓN (C3), apoderó al TRIBUNAL SUPERIOR

ADMINISTRATIVO, de una ACCIÓN PRINCIPAL EN NULIDAD en contra del reglamento de

fecha 31 de octubre de 2012, emitido por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, sobre Compra de

Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios.

IV.- CONCLUSIONES

Por tales motivos y los que se invocarán oportunamente, en el curso de la investigación

preliminar, tenemos a bien solicitar lo siguiente:

PRIMERO: En cuanto a la forma, declarar regular y válida la presente solicitud de medida

cautelar, en procura de la suspensión provisional de la ejecución del Reglamento dictado en

fecha 31 de octubre de 2012, por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL, sobre Compra de

Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios, por haber sido ejercida con arreglo a las

previsiones legales, y por consiguiente, proceder conforme a las previsiones del artículo 7 de

la Ley No. 13-07 del 5 de febrero de 2007.

SEGUNDO: En cuanto al objeto de la demanda, comprobar y declarar mediante la decisión

a intervenir, lo siguiente: 1.- Que mediante la instancia de fecha 20 de agosto de 2014, el

movimiento cívico CIUDADANOS CONTRA LA CORRUPCIÓN (C3), apoderó al TRIBUNAL

SUPERIOR ADMINISTRATIVO, de una ACCIÓN PRINCIPAL EN NULIDAD en contra del

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reglamento de fecha 31 de octubre de 2012, emitido por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL,

sobre Compra de Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios; 2.- Que en el presente caso

se encuentran reunidas las circunstancias previstas en el artículo 7 de la Ley No. 13-07 del 5

de febrero de 2007, toda vez que:

1. De permitirse la ejecución del reglamento impugnado, la Junta Central Electoral,

continuaría realizado procedimientos de compra, contratación, licitación y adjudicación

de bienes y servicios, al margen de la ley, lo que no solamente comprometería la

legitimidad de todos esos los procesos, sino, que además se tornaría inefectiva la tutela

que pudiera otorgarse en la sentencia que conozca el fondo de la demanda.

2. Sin prejuzgar el fondo del asunto, ésta presidencia ha podido verificar que la acción

principal en nulidad del reglamento impugnado, parece bien fundada tanto en hecho

como en derecho;

3. La suspensión provisional del reglamento impugnado, hasta tanto se decida la acción en

nulidad, no perturba el interés público, o de terceros, ya que en nada perjudica a la

Junta Central Electoral, ni a los proveedores, acogerse a los procedimientos

establecidos en la Ley No. 340-06, modificada por la Ley 449-06, y al Reglamento

contenido en el Decreto No. 543-12 de fecha 6 de septiembre de 2012.

TERCERO: Disponer como medida cautelar, la suspensión provisional de la ejecución del

Reglamento dictado en fecha 31 de octubre de 2012, por la JUNTA CENTRAL ELECTORAL,

sobre Compra de Bienes y Contrataciones de Obras y Servicios, hasta tanto, el TRIBUNAL

SUPERIOR ADMINISTRATIVO decida sobre la ACCIÓN PRINCIPAL EN NULIDAD

contenida en la instancia de fecha 20 de agosto de 2014, ordenando de modo expreso a la

JUNTA CENTRAL ELECTORAL y a su Presidente, el DR. ROBERTO ROSARIO MÁRQUEZ,

abstenerse de aplicar el referido reglamento y acogerse al Reglamento contenido en el

Decreto No. 543-12 de fecha 6 de septiembre de 2012, emitido por el Poder Ejecutivo.

CUARTO: Disponer que la DIRECCIÓN GENERAL DE CONTRATACIONES PÚBLICAS y el

Procurador General por ante este TRIBUNAL SUPERIOR ADMINISTRATIVO, dar

seguimiento a la ejecución de la decisión a intervenir.

QUINTO: Declarar el carácter ejecutorio de la decisión a intervenir y compensar las costas.

Bajo toda clase de reservas.

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Es de justicia lo que se os pide. En la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito

Nacional, República Dominicana, a los veintinueve (29) días del mes de agosto del año dos

mil catorce (2014).

Por el Movimiento Cívico CIUDADANOS CONTRA LA CORRUPCIÓN (C3)

DR. REEMBERTO JOSÉ DE JESÚS PICHARDO JUAN

Presidente

Por los abogados:

DRA. JOSEFINA JUAN DE PICHARDO

LIC. RICARDO DIAZ POLANCO