alma y vida de los cerros

10
PROGRAMA DE ESPECIALIZACIÓN EN COMUNICACIÓN DIRIGIDO A DOCENTES DE INSTITUCIONAES EDUCATIVAS DEL NIVEL DE EDUCACIÓN SECUNDARIA DE EDUCACIÓN BÁSICA REGULAR Sincretismo religioso en un relato lambayecano: Vida y alma de los cerros Marianela Martínez Torres (coordinador) Martín Casas Montenegro (versiones) Sandro Nizama Flores (fuentes) Yolanda Lejabo Chinchay (fuentes) Álvaro Ortiz Cueva (editor) La literatura oral de Lambayeque constituye un espacio discursivo a partir del cual se puede recuperar las tensiones y representaciones sobre lo religioso y lo sagrado. Uno de los elementos míticos es el cerro el cual, a través del tiempo ha sido considerado como un lugar sagrado y mítico, que encierra un gran misterio sobre el cuales han tejido diversas cosmovisiones sobre el mundo. Dentro de la cosmovisión andina es donde se concibe al cerro como un ente que tiene vida y que es capaz de generar vida o influencia en otros seres de la naturaleza. Los antiguos pobladores andinos creían que los cerros era la morada de su dios Rupay, el sol, el cual es imperecedero, tan igual como las almas que se encuentran sepultadas en sus faldas, ellas viven junto al sol y también tienen vida eterna, pues estas se transmutan en nubes blancas y luego en lluvia, dando origen a un ciclo de vida y movimiento que nunca acaba. En contraposición con las nubes blancas mencionadas en el relato (almas buenas y puras) aparecen las nubes oscuras (almas pecaminosas), esto denota que el relato refiere a la lucha constante entre el bien y el mal. En el relato en análisis se puede interpretar que decir que lucha entre Rupay y Supay, el demonio, el bien prevalece sobre el mal. Los cerros se constituyen como lugares que poseen un alma propia y un alma colectiva y que protege pero que a la vez puede castigar al hombre. En el texto también se hace mención a la culebra de oro la cual es el único ser que puede penetrar el cerro. La culebra de oro simboliza el alma del cerro y la de los hombres puesto que estos no están inmóviles sino más bien siempre están en movimiento. En realidad, el texto señala que los cerros guardan un gran secreto el cual, solamente puede ser conocido por hombres privilegiados, estos son los curanderos o chamanes. Antes de explicar los tópicos identificados en el análisis crítico del texto “Vida y alma de los cerros” según datos del ingeniero Julio C.

Upload: martin-casas-montenegro

Post on 07-Nov-2015

57 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Un cuento de la interculturalidad de Lambayeque -Perú

TRANSCRIPT

Sincretismo religioso en un relato lambayecano: Vida y alma de los cerros

Marianela Martnez Torres (coordinador)

Martn Casas Montenegro (versiones)

Sandro Nizama Flores (fuentes)

Yolanda Lejabo Chinchay (fuentes)

lvaro Ortiz Cueva (editor)La literatura oral de Lambayeque constituye un espacio discursivo a partir del cual se puede recuperar las tensiones y representaciones sobre lo religioso y lo sagrado. Uno de los elementos mticos es el cerro el cual, a travs del tiempo ha sido considerado como un lugar sagrado y mtico, que encierra un gran misterio sobre el cuales han tejido diversas cosmovisiones sobre el mundo. Dentro de la cosmovisin andina es donde se concibe al cerro como un ente que tiene vida y que es capaz de generar vida o influencia en otros seres de la naturaleza. Los antiguos pobladores andinos crean que los cerros era la morada de su dios Rupay, el sol, el cual es imperecedero, tan igual como las almas que se encuentran sepultadas en sus faldas, ellas viven junto al sol y tambin tienen vida eterna, pues estas se transmutan en nubes blancas y luego en lluvia, dando origen a un ciclo de vida y movimiento que nunca acaba. En contraposicin con las nubes blancas mencionadas en el relato (almas buenas y puras) aparecen las nubes oscuras (almas pecaminosas), esto denota que el relato refiere a la lucha constante entre el bien y el mal. En el relato en anlisis se puede interpretar que decir que lucha entre Rupay y Supay, el demonio, el bien prevalece sobre el mal.

Los cerros se constituyen como lugares que poseen un alma propia y un alma colectiva y que protege pero que a la vez puede castigar al hombre. En el texto tambin se hace mencin a la culebra de oro la cual es el nico ser que puede penetrar el cerro. La culebra de oro simboliza el alma del cerro y la de los hombres puesto que estos no estn inmviles sino ms bien siempre estn en movimiento.

En realidad, el texto seala que los cerros guardan un gran secreto el cual, solamente puede ser conocido por hombres privilegiados, estos son los curanderos o chamanes.Antes de explicar los tpicos identificados en el anlisis crtico del texto Vida y alma de los cerros segn datos del ingeniero Julio C. Rivadeneyra, es necesario precisar algunas ideas y simbolismos encontrado en el relato mencionado y estos son:El cerro, simboliza la vida (el cerro...se contrapone al fro de la muerte).

El Rupay o el sol, simboliza la energa de la vida en la tierra (el sol enva y...alimenta a las plantas, a los animales y a los hombres).

Cuando el Rupay, el sol, tiene sueo o se duerme, simboliza la condicin del hombre en la tierra, es decir nace, crece, se reproduce y muere (dormirse es morir por etapas: dormirse es despertar un poco; despertarse es trabajar, despertarse es tambin alegarse).

Las arcadas de los cerros, que son las puertas de los cerros para la vida, simboliza el punto de partida de reflejar en nuestras vidas la luz del sol que por generaciones imperecederas lo han conseguido (despus de un largo viaje siguiendo...a Rupay...por generaciones imperecederas...de la paz perpetua y de la felicidad eterna).

Las nubes blancas, simbolizan aquellas almas o personas buenas que retornarn y vivirn eternamente (ser...nube blanqusima...es la ms grande aspiracin y el mayor beneficio, porque la nube blanca no siente fro, ni hambre, no sufre, ni padece y es el smbolo de la serenidad constante).

Las nubes negras o Supay, simbolizan aquellas almas o personas malas, representada por el demonio (las...nubes negras reflejan el demonio, o lucha contra el Rupay).

La lluvia de las nubes blancas, simbolizan las acciones buenas de las personas (cuyo fuego se apaga porque las nubes blancas se transforman en lluvia...sino el rayo quemara al mundo).

El entierro de los muertos en las arcadas de los cerros, simboliza estar cerca al Rupay o sol, para ser nubes blancas de la vida y la paz (Por eso, precisa enterrar a los muertos en las arcadas de los cerros con abundantes alimentos, para que estn junto al sol y para que puedan seguir el largo viaje con el sol y por su mismo camino).

La lectura Vida y alma de los cerros refleja la cosmovisin del mundo andino, representado por el sol (Dios) y el demonio (Maldad). Tambin nos instruye a guiarnos en la vida con bondad haca el bien para generar una cultura de paz perpetua y de la felicidad eterna.

A partir de la lectura del relato Vida y alma de los cerros explicaremos cada uno de los tpicos que contiene el texto en anlisis.Los cerros y el hombre: vida, poder y castigo

En diversas culturas, en especial las americanas, la concepcin de la vida, la fertilidad, la proteccin, el bien; y sus antagnicos la muerte, la infertilidad, el castigo y el mal, estn directamente relacionados con el culto y respeto hacia la naturaleza. Esta cultura del hombre se ha ido forjando a travs del tiempo y se ha transmitido de generacin a generacin bsicamente a travs de la tradicin oral. Es en esta cosmovisin que los cerros ocupan un lugar determinante, pues se constituyen como lugares sagrados, morada de dioses, dadores de vida y fertilidad para beneficio del hombre.

Visin religiosa del cerro

Un acercamiento para la comprensin de la concepcin religiosa del cerro, tanto para la cultura andina, la cultura hispana, y en general la universal, es considerar que en todas ellas como parte de sus cosmovisiones hay un profundo significado religioso referido a un ser supremo en relacin al cerro o la montaa. A travs de los tiempos el cerro ha sido visto como el escenario propicio para llevar a cabo ceremonias religiosas. En las Sagradas Escrituras, por ejemplo, encontramos diversas narraciones donde el cerro (o la montaa), es el lugar elegido para el encuentro entre el hombre y Dios. En el Gnesis (Antiguo Testamento) se da cuenta de que Moiss sube a la montaa, a pedido de Dios, para recibir los mandamientos que regirn a su pueblo. Otro ejemplo es cuando Abraham, a solicitud del todopoderoso, sube a la montaa para ofrecer a su hijo en sacrificio. Pero la ms trascendental connotacin religiosa se alcanza en el monte calvario, lugar emblemtico para todo cristiano, puesto que en l se cumple la promesa de la salvacin eterna, en la persona del hijo de Dios, llamado Jesucristo.

En cuanto a la visin andina, los cerros son concebidos como lugares sagrados, morada de dioses (en al caso del relato ledo es la morada del dios Rupay, el sol), dadores de vida, que tienen personalidad, alma propia y alma colectiva; y desde tiempos remotos se les concibe como lugares ideales para prctica de ritos religiosos, as como centros de devocin y peregrinaje.

Esta concepcin se conserva y se hace visible a travs de prcticas culturales que evidencian la fe, tales como: La veneracin de cruces ubicadas en la cima de los cerros (Cruz de Motupe y Cruz de Chalpn), de las vrgenes, tambin ubicadas en la cima de los cerros (Virgen de Guadalupe, la virgen del cerro de la vieja) y de otros smbolos de religiosidad que traspasan el plano local (El Cristo Redentor de Cruz de la Esperanza o el de Pan de Azcar, en Brasil).

Las peregrinaciones hacia los cerros en nuestra cultura y en otras son innumerables, pero es preciso destacar, a propsito del relato ledo, el arraigo de los pobladores de distintas procedencias a su religiosidad, a pesar de todos los esfuerzos que hicieron los evangelizadores por eliminar todo elemento de sus creencias religiosas autctonas.Los cerros y el curanderismo

La cultura ancestral de curar con la ayuda de los elementos de la naturaleza ha persistido a travs de la historia. En la costa norte del Per el curanderismo o tambin llamado chamanismo es una de las tradiciones ms arraigadas de nuestros pobladores.

La medicina natural se sigue practicando y a veces mezclada con ritos y prcticas mgicas en las manos sabias del curandero o maestro. Es en estas prcticas donde aparece la relacin entre los cerros como protectores de aquel ser que conoce el secreto de la curacin del cuerpo y del alma.Alrededor de los cerros se realizan ceremonias, rituales llenos de misticismo y respeto, donde se reafirma el culto a la naturaleza como dadora de bienestar y salud. Piotrowska (2012) dice que Durante una ceremonia de curacin, cada curandero recurre a sus patrones particulares entre el conjunto de tutelares (p.12), de esta manera el curandero invoca el alma del cerro, para que le d la sabidura que necesita para curar. A decir de Narvez (2001) Las mesas ceremoniales de los maestros curanderos, tienen generalmente en su lado izquierdo (lado ganadero) una piedras que ellos conocen como cerros; los hay buenos y malos, cobran vida, se expresan durante la ceremonia y obedecen al maestro (p. 96). El cerro cobra protagonismo en la mesada y se convierte en el aliado del bienestar y la sanacin; sin embargo este aliado necesita de ofrendas que permitan continuar con esta eterna alianza, esta relacin de colaboracin y sostenimiento mutuo a travs de ritos elaborados a decir de Arguedas. De este modo la creencia ancestral en el alma del cerro se actualiza a travs de estas prcticas mtico-religiosas que se niegan a desaparecer y que forman parte de la identidad cultural de nuestro pueblo.El cerro como un ser superior que premia y castiga.Todo lo que existe en el mundo andino tiene vida. No slo el hombre, sino tambin los elementos de la naturaleza como las piedras, los ros, los cerros y cuanto est en el entorno natural. En el mundo andino no existe algo inerte, por lo tanto todos participan del movimiento de la vida.

Los cerros son considerados como seres superiores que cobran vida, tienen alma, se personifican. Cada cerro, segn los pobladores de diferentes regiones (para referirnos a nuestro pas) tiene su propia personalidad, un nombre, caractersticas particulares que lo hacen diferenciarse uno de otro. En nuestra regin Lambayeque, son muchos los cerros cuyos nombres forman parte del ideario colectivo de la gente. Por ejemplo tenemos a Chaparr y Yanahuanca (y su eterna lucha y a decir de los lugareos an continan odindose e insultndose), Mulato (y sus signos desconocidos e indescifrables), Corbacho (y sus riquezas encantadas), La raya (el que se come a la gente), Escute (y su msica encantada), entre otros.

Esta creencia en el alma del cerro, hace que se establezca una relacin ntima entre l y los hombres a los que beneficia; incluso el hombre entierra en el cerro a sus muertos, para que ste proteja a sus almas y les d la felicidad eterna. Sin embargo, en contraposicin a lo anterior el cerro puede ocasionar el mal para el hombre y de ah vienen las creencias acerca del mal del cerro, se le comera el cerro o el llamado encanto de los cerros. Lo ltimo es un detalle comn, segn Narvez, en varios relatos sobre cerros lambayecanos e incluso el arte moche tambin representa a hombres desnudos devorados por cerros en el desierto costero.

El cerro es un ser superior al hombre que le da a este beneficios para vivir, hace frtil a la tierra, controla los fenmenos atmosfricos, los protege, le da la salud; pero as como da beneficios y proteccin tambin puede castigar a los que osen descubrir sus secretos. Del comportamiento del hombre depender si este ser superior es un benefactor o un castigador, si te da la vida y la salud o la enfermedad y la muerte. Concepcin de la vida eterna y los cerros

En el texto en anlisis, se define al cerro como un almacn de calor (connotacin de vida) y que se contrapone al fro que connota muerte, adems seala que si los cerros dan vida, tambin la tienen. Desde el punto de vista de la cosmovisin andina, la vida est relacionada con los cerros puesto que ellos son moradas de su dios Rupay, el sol, quien penetra en ellos para dormir y sale para vivir, lo cual siempre es imperecedero. Es all donde radica la importancia de los cerros para el mundo andino ya que este representa la morada final de la vida y a la vez la entrada a otra vida, la eterna. Haciendo una comparacin con la cultura hispana, podemos decir que el sol (Rupay) es el dios andino mientras que para los hispanos su dios es Yahv, ambos dadores de vida.

Regresando al texto, la vida eterna se da cuando se menciona que para parecerse a Rupay, hay que enterrar a los muertos debajo de las arcadas (puertas de los cerros). Significa por lo tanto que en la cosmovisin andina, el cerro es un lugar sagrado, morada de su dios y en donde las almas enterradas en ese lugar, pueden vivir eternamente junto a l, gozando de una felicidad eterna. Adems, como todo est en movimiento, las almas enterradas se convertirn en nubes blancas (el color blanco representa el alma pura) las cuales luego se transmutan en lluvia y stas nuevamente en nubes y as viven eternamente.

Si hacemos un parangn entre la cultura andina y la hispana, la vida eterna despus de la muerte para la primera se manifiesta en la naturaleza (nubes y lluvia) mientras que para la segunda se da a travs del paraso, del cielo junto a Dios.Paralelismo antagnico

Como dice Lvi-Strauss (2000) en sus Mitolgicas Mitos son para las sociedades que los cuentan signos que influyen en el comportamiento de sus miembros. Entonces como en todas las historias de los pueblos siempre hay hroes y villanos, buenos y malos, protagonistas y antagonistas que con sus actitudes o conductas representan acciones de poder y supremaca como nica manera de gobernar fsica y espiritualmente. Por ejemplo en la lectura Vida y alma de los cerros, los seres buenos son las nubes blancas y los seres malvados son las nubes negras. Este paralelismo antagnico de lucha de poder est en la memoria colectiva de todos los pueblos del mundo cristiano y no creyente; representado por sus dioses mitolgicos que son capaces de dar vida y muerte o de hacer el bien o el mal segn el deseo de sus corazones inmortales. En la cristiandad y en el catolicismo religioso el bien est representado por Jehov y el mal por Lucifer o Satans que luchan por las almas como trofeo de poder, como se dio en el caso de Job, donde result vencedor el bien, con grandes beneficios para el alma triunfante de proteccin y felicidad eterna. En la cosmovisin andina existen mundos simultneos, paralelos, a veces contrapuestos y comunicados entre s, en los que se reconoce la vida y la comunicacin entre las entidades naturales y espirituales con el hombre.

Visin triunfalista del bien sobre el mal en relacin a los cerros

La lucha eterna entre el bien y le mal, es una constante en muchos de los relatos de la tradicin oral universal. Esta caracterstica no es ajena a los relatos cuyo protagonista es el cerro y que se han concebido en Lambayeque, ejemplo de ello es la Leyenda de la enemistad entre los cerros Chaparr y Yanahuanca, smbolos de la lucha constante entre el bien y el mal; o la lucha mtica entre el cerro Chaparr y Mulato.

En el relato aparecen algunos actores que intervienen en l, as est Rupay, el dios sol; acompaado de las almas puras enterradas en las faldas del cerro y que luego mutan a nubes blancas; y por otro lado aparece la figura de Supay (el demonio) junto a las almas pecadoras, aquellas que no fueron sepultadas en los cerros y que luego son representadas por las nubes negras. Al respecto, Rivadeneyra en su relato menciona que: slo los malos se vuelven nubes negras que reflejan a Supay, el demonio y de la lucha entre Rupay, el sol, la nube blanca y Supay, la nube negra se enciende el rayo, que es el reflejo de la clera de ambos

En el relato se dice que el alma del cerro es guardin de las almas humanas que alberga. Relacionndolo con la visin cristiana, Rupay vendra a ser Dios (Yahv) quien tambin protege y ama a sus hijos.

La eterna lucha entre el bien y el mal en el relato se evidencia cuando se dice que si no fuera, por la nubes blancas, el demonio, el rayo quemara al mundo. Aqu se nota el poder del dios no permitiendo que el mal destruya a los hombres sino que l puede decidir sobre las cosas y seres, incluyendo al mismo demonio.

Los cerros y los ritos funerarios La fe nos ensea que el hombre est constituido por un cuerpo (que se corroe, descompone y desaparece) y un alma espiritual (que anima al cuerpo, con existencia en s misma, dada por un Ser Superior, e inmortal).

Ante la corrosin del cuerpo por una enfermedad terminal y el consecuente fallecimiento de la persona, en la iglesia catlica se ha instituido el sacramento de uncin de los enfermos. Esto no es ninguna novedad porque existen evidencias de estas mismas prcticas en otras culturas, como se lee en el Catecismo de la iglesia catlica:

1512En la tradicin litrgica, tanto en Oriente como en Occidente, se poseen desde la antigedad testimonios de unciones de enfermos practicadas con aceite bendito. En el transcurso de los siglos, la Uncin de los enfermos fue conferida, cada vez ms exclusivamente, a los que estaban a punto de morir. A causa de esto, haba recibido el nombre de "Extremauncin". A pesar de esta evolucin, la liturgia nunca dej de orar al Seor a fin de que el enfermo pudiera recobrar su salud si as convena a su salvacin (cf. DS 1696).

Con la uncin de los enfermos se concede al enfermo o al anciano, en peligro de muerte, una gracia especial, eficaz para fortalecerlo y reconfortarlo en su enfermedad, y prepararlo para el encuentro con Dios. Al igual que los dems sacramentos, la Iglesia catlica considera que la uncin de los enfermos fue instituida por Jesucristo quien, segn los textos neo testamentarios, hizo participar a sus discpulos de su ministerio de compasin y de curacin:

Y, yndose de all, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungan con aceite a muchos enfermos y los curaban (Evangelio de Marcos 6:13)

Nuestra cultura andina no estuvo exenta de esta connotacin bblica, pero con sus particularidades culturales. Este sincretismo religioso se evidencia en el mito Vida y alma de los cerros: Por eso precisa enterrar a los muertos en las arcadas de los cerros. Con abundantes alimentos, para que estn junto al Sol y para que puedan seguir el largo viaje con el Sol y por el mismo camino.

En esta simbiosis cultural no se pone atencin al enfermo grave en peligro de muerte, para reconfortarlo en su enfermedad o prepararlo para el encuentro con su Ser Superior sino ms bien los ritos son funerarios o prcticas relacionadas con la muerte y el enterramiento de la persona. As, se hace evidente su creencia en otra vida o en una nueva vida que no est presente, pero que se ha de alcanzar y de ah la necesidad de procurarle el alimento necesario a sus muertos para continuar su destino.

En Vida y alma de los cerros el funeral exige la presencia de abundantes alimentos, es decir viticos para que puedan seguir el largo viaje.

Sin embargo, en ambas prcticas religiosas (la occidental y la andina) se coincide en proveer los viticos necesarios para ese largo viaje al encuentro con un Ser Superior, con el Sol y por el mismo camino.

Si el poblador andino precisa enterrar a los muertos en las arcadas de los cerros para unirse con el espritu de los cerros entiende que el hombre es poseedor tambin de un espritu (un espritu se une a otro espritu). Y, si bien posee un cuerpo sabe que este no es eterno sino temporal y tiene la necesidad de enterrar (materia va a la materia), de desligarse de l para liberar el espritu y enrumbar un largo viaje.

Los cerros y la dualidad simblica de la serpiente

La serpiente es uno de los animales preferidos por su simbolismo. Aparece en todas las religiones y civilizaciones, ya sea en forma benigna o maligna. Su simbolismo tiene que ver con la regeneracin, la vida y la muerte, hecho que se asocia con la muda permanente de su piel, como cambiando la "envoltura" pero no la esencia.

La reina Cleopatra tena en su tocado un spid y segn cuentan, ella se suicid utilizando la picadura de uno de estos animales como arma, lo que da idea de su veneracin, ya que una reina slo puede ser muerta por un dios.

As, tambin, en Mesoamrica los smbolos del poder y del saber eran el guila, el jaguar y la serpiente. En la civilizacin azteca, Quetzalcatl (soberano legendario de Mxico y considerado como el padre de los toltecas) era habitualmente identificado como la Serpiente Emplumada.

Pero, es el Antiguo Testamento en donde aparece como protagonista del hito cristiano de vida y muerte para la humanidad. La serpiente es encumbrada como poseedora de sabidura, uno de los atributos divinos: La serpiente era el ms astuto de todos los animales del campo que Yahv Dios haba hecho (Gn.3,1a); es mensajera de la tentacin y el pecado: Es cierto que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los rboles del jardn?(Gn.3,1b); es persuasiva y visionaria: Es que Dios sabe muy bien que el da en que coman de l, se les abrirn a ustedes los ojos; entonces ustedes sern como dioses y conocern lo que es bueno y lo que no lo es.(Gn.1,5).

En esta misma iconografa y de manera aparentemente contradictoria la serpiente se muestra, tambin, como portadora de salud y bienestar para el antiguo pueblo judo, en su afn por liberarse de un castigo divino.

Y Yahv le dijo a Moiss: "Hazte una serpiente-ardiente y colcala en un poste. El que haya sido mordido, al verla, sanar". Moiss hizo una serpiente de bronce y la puso en un poste. Cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba la serpiente de bronce y se sanaba (Nm.21, 8-9)

Toda esta variada connotacin mgica religiosa en torno a la serpiente aparece, tambin, en la creencia andina. Si bien la serpiente es un smbolo religioso de la iconografa cristiana, por lo antes citado, no es necesariamente su exclusividad.

Quizs en Vida y alma de los cerros este sincretismo religioso en torno a la serpiente alcanza su mayor connotacin.

As nos lo hace saber el autor cuando nos habla de una dualidad simblica: Pero como el propio espritu del cerro y su alma colectiva necesitan personificarse para vivir, y, como solamente la culebra penetra libremente en las entraas de los cerros, estos se convierten en culebras de oro, lo que encierra un doble smbolo, ya que el ofidio representa a la tierra, al cerro y al hombre y el metal al Sol, a Dios y al tesoro.

Los cerros se convierten en culebras puesto que necesitan personificarse para vivir. Y las culebras son los nicos animales que penetran libremente en ellos, representando as a una triloga: la tierra, el cerro y el hombre.

Las culebras que logran penetrar en los cerros son convertidas en culebras de oro, simbolizando este preciado metal a la triloga: Sol, Dios Y tesoro.

La culebra en Vida y alma de los cerros es el nico ser vivo que asume un rol protagnico; y, en el que se sintetiza el relato atribuyndole una fusin de todos los elementos bsicos de su cosmovisin andina: los terrenales (tierra, cerro, hombre) y los ms preciados o espirituales (Sol, Dios, tesoro)

Sincretismo religioso en la veneracin a los cerros

Desde el comienzo de la historia humana, el hombre ha unido lo sobrenatural con sus temores, lo real con lo ideal; y sobre su mundanidad con lo sagrado. Por ello su lado religioso tambin est unido a una fe colectiva integrada por la religin. Como expresa Zavala y Vich en su obra oralidad y poder, al decir que el universo mtico o imaginario de cualquier grupo humano...constituye el ser colectivo...de la identidad de un pueblo...y su cultura. Por lo tanto los seres sociales siempre estarn unidos por una fe, un Dios y un poder.

El culto a los cerros y la sacralidad que se les asigna no terminaron con la conquista y la colonia, y en formas variadas permanece hasta nuestros das. Se gener el sincretismo religioso ya que se conservaron muchos ritos de nuestros antepasados pero dndoles un significado catlico. En la actualidad, en muchos de dichos ritos se pueden apreciar diferentes celebraciones religiosas, de nuestra cultura ancestral que se resisten a ser reemplazadas. Los ritos de veneracin a las huacas y los cerros fueron cambiados por veneracin a los santos, las cruces catlicas y las vrgenes, como lo mencionado en el aspecto que desarrollamos lneas arriba acerca de la visin religiosa del cerro.

De esta manera el cerro sigue manteniendo la connotacin religiosa ancestral, pero a travs de smbolos religiosos del catolicismo.

Finalmente, concluimos que a travs de los tiempos, el hombre en su intento por explicar la relacin existente entre su naturaleza humana y la existencia de un Ser Superior, ha desarrollado varias cosmovisiones respecto a los cerros,

Los cerros han sido siempre vinculados a la religiosidad del hombre y, por ello, motivo de constante veneracin a travs del tiempo.

Los cerros son y seguirn siendo parte de la vida del poblador andino y costeo; ya sea como ser sagrado, como lugar privilegiado por su imponencia y majestuosidad o por estar dotado de una fortaleza mtica ancestral. ReferenciasBaer, G. (2000) Dos mitos matsiguenga. Socit suisse des Amricanistes / Schweizerische Amerikanisten-GesellschaftBulletin.Gose, P. (2004). Aguas mortferas y cerros hambrientos. Ritos agrarios y formacin de clases de un pueblo andino.1ra ed. Quito-Ecuador.

Narvez, A. (2001). Dioses encantos y gentiles. Introduccin al estudio de la tradicin oral lambayecana.1ra ed. Lambayeque.

Piotrowsk, Z. (2012). Entre los cerros y curanderos. Culto a montaas sagradas entre los nahuas de la Huasteca. Lengua y Cultura Nahua de la Huasteca. Mxico D.F.

Zavala y Vich. (2004). Oralidad y poder. Editorial Norma.http://ftp.sil.org/americas/peru/spa-pop/quf.pdf

http://takiruna.com/takiruna/articulos/espiritualidad-andina/pachamama/