actividad física y deporte en personas con problemas pulmonares
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Actividad física y Deporte en personas con problemas pulmonares
MERXE BATIDOR LLABRÉS*
INTRODUCCIÓN
Los estudios en población general indican que la práctica de una actividad física regular, estable y moderada ayuda a mejorar tanto la salud física como la psicológica, incrementando así la calidad de vida
El ejercicio físico mejora el rendimiento cardiovascular debido a cambios hormonales, metabólicos, neurológicos y de la función respiratoria. La perfusión de los pulmones se intensifica gracias a las adaptaciones inducidas por el ejercicio, y se facilita el paso de oxígeno de los alvéolos a los capilares pulmonares (F.I.M.S., 1989). Las adaptaciones inducidas por el ejercicio contrarrestan las modificaciones del sistema respiratorio típicas de la persona fumadora. Interviene en la modificación de los factores de riesgo cardiovascular y, en consecuencia, desempeña un papel relevante en la prevención primaria y secundaria de la cardiopatía isquémica, según José A. Prieto Saborit y Paloma Nistal Hernández*4
Como se puede comprobar en estudios el ejercicio físico realizado con unas determinadas condiciones es beneficioso para prevenir numerosas enfermedades, ayuda en la mejora de la condición física de los sujetos practicantes y ofrece una ayuda más favorable.
MECANISMO DE LA FISIOLOGÍA RESPIRATORIA DURANTE EL EJERCICIO
La respuesta pulmonar al ejercicio –cualquiera que sea la duración e intensidad del mismo- tiene como función principal el control homeostático de la concentración de los gases en la sangre arterial para minimizar en lo posible el coste fisiológico del ejercicio que se está realizando, según A. Lucía Mulas*5
Durante el ejercicio -sobre todo cuanto más intenso sea éste- el sistema respiratorio ha de realizar las siguientes funciones:
q Contribuir a oxigenar y disminuir el grado de acidez de una sangre venosa mixta marcadamente hipercápnica o hipoxémica
q Mantener un bajo grado de resistencia vascular pulmonar
q Minimizar el paso de agua al espacio intersticial pulmonar
Por otra parte los músculos respiratorios tienen que generar- y mantener-unas altas presiones intratorácicas, a veces a la máxima presión que estos músculos son capaces de generar
COSTE ENERGÉTICO DE LA VENTILACIÓN
Según A. Lucía Mulas*5 las personas sanas raramente sienten que realizan un esfuerzo al respirar, incluso durante un ejercicio de intensidad moderada. En individuos afectados por alguna patología respiratoria, el simple trabajo de la respiración puede considerarse un trabajo en sí. En aquellas personas que padecen una patología pulmonar obstructiva el coste energético de la ventilación se incrementa considerablemente, llegando a representar el 40% del consumo de oxígeno necesario para realizar el ejercicio. Esto, a su vez, disminuye la cantidad de oxígeno disponible para los músculos no respiratorios, limitando por ello considerablemente la capacidad de realizar ejercicio en este tipo de pacientes.
SINTOMATOLOGÍA RESPIRATORIA EN DEPORTISTAS Y PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO PARA PERSONAS CON ENFERMEDADES PULMONARES
Según P. Martín Escudero*1, los síntomas más frecuentes presentados por un deportista son la diseña, el dolor torácico, tos y hemoptisis.
La prescripción del ejercicio consiste en proporcionar una dosificación del ejercicio que sea segura y efectiva para mejorar la condición vascular. El tipo, la intensidad, la frecuencia y duración del ejercicio son factores que se incorporan a las directrices de la prescripción de ejercicio para conseguir los objetivos deseados.
El entrenamiento con ejercicio es la llave principal de los programas de rehabilitación pulmonar. Los beneficios documentados del entrenamiento físico en personas con enfermedades respiratorias son múltiples e incluyen incremento de la capacidad funcional y/o resistencia y del estado funcional, descenso en la severidad de la diseña y mejora de la calidad de vida.
En la actualidad no existe evidencia de que los principio de entrenamiento deban ser diferentes para los pacientes con diferentes enfermedades pulmonares
BENEFICIOS POTENCIALES DEL EJERCICIO
La actividad física resulta beneficiosa en general pero también en aquellas personas con problemas pulmonares ya sea asma, epoc, bronquitis,.....por ejemplo según F. Drobnic y J. Armengol*2 en el asma los beneficios del ejercicio son a nivel de la enfermedad hay un aumento de la tolerancia al ejercicio, disminución de la respuesta broncoconstrictora, disminución de los síntomas, menor uso de medicación en general y menor uso de medicación de rescate.
Así como indica Jorge R. Taborda*7, Los pacientes con enfermedades respiratorias discapacitantes (Asma crónica, enfisema, bronquitis crónica, epoc, enfermedades pulmonares restrictivas), presentan una limitación de causa multifactorial para el ejercicio por su enfermedad de base (limitación ventilatoria, debilidad muscular, disfunción cardiaca, motivación, etc.) que pese a recibir todos los recursos farmacológicos disponibles, continúan con una situación de inactividad física, principalmente al ejercicio y un desentrenamiento que hace entrar al paciente en un círculo vicioso de cada vez mayor inactividad y postración. La incapacidad al ejercicio aumenta la sintomatología de los enfermos y tiene una repercusión innegable en su calidad de vida. Un programa pionero en Fisioterapia pulmonar es la Pulmonary Education and Research Foundation en EEUU.
Muchos son los que piensan en los beneficios de la actividad física. Tanto para asmáticos como para personas con epoc como para personas con bronquitis crónicas,... la actividad física ayudará a mejorar su condición respiratoria y su resistencia al esfuerzo.
La actividad a realizar dependerá de cada uno por ejemplo los asmáticos pueden realizar cualquier tipo de deporte (si mantiene unas normas mínimas para evitar la crisis) aunque claro está que son mejores aquellas actividades que se realizan en un ambiente cálido y húmedo, como los acuáticos, los de carácter intermitente, los que desarrollan toda su acción en un corto periodo de tiempo o los que se desarrollan a cubierto, según Juan J. Morell Bernabé*9 (Asma y deporte, www.respirar.org )
La natación es uno de los deportes más beneficiosos según explica el artículo de la guía completa de la salud*6 uno de los beneficios de variar la posición vertical del cuerpo a la horizontal es que provoca el movimiento de las secreciones bronquiales, lo que hace más fácil eliminarlas. La utilización de los músculos superiores del cuerpo puede servir en mucho a una reeducación respiratoria. Por ello, nadar resulta muy beneficioso para personas con problemas respiratorios, como el asma bronquial.
Según J. Antonio Hernández*10 en su libro ¿porqué nadar? La práctica regular de la natación hace que los músculos respiratorios adquieran elasticidad y movilidad. Los pulmones son capaces, consecuentemente, de tomar mayor cantidad de aire, con lo que también las células del cuerpo se benefician con un mayor aporte de oxígeno. La expulsión de los gases de desecho al espirar resulta también mas eficiente. Los pulmones son órganos elásticos que dependen, para un buen funcionamiento, de la capacidad de contracción y expansión de los músculos de la pared torácica. Estos músculos adquieren fortaleza y trabajan con mayor efectividad en respuesta a un ejercicio efectuado de manera regular.
En definitiva, el deporte resulta positivo para las personas no sólo con asma sino para las personas con bronquitis crónica, epoc,.. en estos últimos el ejercicio a todos los niveles, mejora la utilización del oxigeno, la capacidad de trabajo y la mentalidad de los pacientes que sufren la enfermedad. Las actividades de bajo esfuerzo son más fáciles de practicar, para estos enfermos, que las actividades de alta intensidad, afirma el diario médico*8 en la página, www.ondasalud.com
Según el Dr. Jorge R. Taborda*7 (Jefe Unidad Neumología del Hospital Interzonal) en su artículo “rehabilitación respiratoria y ejercicio” de la revista web salud deporte:
La intensidad del ejercicio determina habitualmente en los individuos sanos sobre la base de la respuesta circulatoria que el mismo provoca. Esto hace obteniendo por tabla la frecuencia del ejercicio hasta alcanzar aquella que lleva frecuencia cardiaca al 60% de este valor. En los pacientes con EPOC, este valor puede resultar excesivamente bajo, por lo cual es habitual realizar la ejercitación al nivel de actividad seleccionado por el paciente que les resulte bien tolerado. Este nivel de actividad debe mantenerse durante 30 a 60 minutos, pudiendo realizar las interrupciones que resulten necesarias. Se debe tener en cuenta que si el paciente desarrolla hipoxemia durante el ejercicio es necesario suministrar oxígeno durante el entrenamiento. No es necesario realizar entrenamiento todos los días.
Para obtener efectos apreciables en un Programa de Fisioterapia, debería cumplirse durante más de 6 semanas. Pero mantener sus efectos debe hacerse de por vida. Esto logra aumento en la tolerancia al ejercicio y una reducción apreciable en la disnea. En los pacientes que logran alcanzar un nivel de actividad muscular suficiente para cruzar su umbral anaeróbico se logra además una disminución en los requerimientos ventilatorios durante el ejercicio, ya que para el mismo nivel de actividad es menor el consumo de oxígeno y la producción CO2.
Estos mismos conceptos se aplican al entrenamiento de la musculatura del tren superior. Sus resultados son valiosos porque los pacientes con EPOC sufren una disnea aparentemente desproporcionada cuando realizan actividades con los brazos, en especial cuando estas implican elevarlos sin apoyo. Esto se debe a que parte de la musculatura de los miembros superiores es simultáneamente auxiliar de la respiración y su uso para mover los brazos provoca asincronía respiratoria. El entrenamiento de estos grupos musculares puede mejorar francamente la aptitud del paciente para tareas como peinarse, afeitarse, etc., que habitualmente son penosas en la EPOC avanzada. Cada vez más hay mayor evidencia del importante papel que desempeña la fuerza muscular periférica, con desarrollo de gran potencia en un corto intervalo de tiempo.
En resumen, podemos comprobar que la actividad física es beneficiosa para las personas con problemas pulmonares.
*BIBLIOGRAFÍA
1. Revista española e iberoamericana de Medicina de la Educación Física y el Deporte. Selección F.E.D.A.M.E.F.I.D.E. (federación Española de Asociaciones de Especialistas en Medicina de la Educación Física y el deporte). “Sintomatología respiratoria en deportistas y prescripción de ejercicio para personas con enfermedades pulmonares” P. Martín Escudero, Nº 3, 2001
2. Revista española e iberoamericana de Medicina de la Educación Física y el Deporte. Selección F.E.D.A.M.E.F.I.D.E. (federación Española de Asociaciones de Especialistas en Medicina de la Educación Física y el deporte). “Beneficios de la actividad Física en el niño con asma” P. Martín Escudero, Nº 3, 2001, artículo de F. Drobnic y J. Armengol
3. Revista española e iberoamericana de Medicina de la Educación Física y el Deporte. Selección F.E.D.A.M.E.F.I.D.E. (federación Española de Asociaciones de Especialistas en Medicina de la Educación Física y el deporte). “Relación entre actividad Física deportiva y el consumo de tabaco” P. Martín Escudero, Nº 3, 2001
MERXE BATIDOR LLABRÉS*
*Alumna de Fisioterapia de la Universidad de les Illes Balears
4. Artículo sobre actividad física y salud, lecturas E.F y DEPORTE, “la importancia del deporte-salud”, José A. Prieto Saborit y Paloma Nistal Hernández
5. “Fisiología del ejercicio” 2ª edición, José López Chicharro y Almudena Fernández Vaquero. Editorial médica Panamericana, 1998. Artículo A. Lucía Mulas
6. Artículo de internet, www.latinsalud.com la guía de la salud.
7. Artículo de internet, revista web salud – deporte, “Rehabilitación respiratoria y ejercicio”, Dr. Jorge R. Taborda
8. Artículo de internet, www.ondasalud.com, diario del médico.
9. Artículo de internet, www.respirar.org, Juan José Morell Bernabé
10. Artículo de internet, www.i-natacion.com, J.A. Hernández Mellado
EDUCACIÓN PARA LA PRÁCTICA DE DEPORTE EN ASMÁTICOS
Pau Mas* y Tomeu Llabres*
El ejercicio físico proporcionará, sobretodo a los niños, una serie de ventajas:
* Facilita y permite un correcto desarrollo físico y psíquico del niño.
* Favorece la integración del niño en grupo.
* Mejora la autoestima del individuo adolescente.
* Mejora la condición física general.
* Permite una mayor tolerancia al ejercicio.
* La crisis, en caso de aparecer, lo hace para trabajos mucho más intensos.
* Permite mayor control de la crisis y conocimiento de la enfermedad.
Todo ello nos lleva a un mejor conocimiento del asma y el establecimiento de dosis más ajustadas de medicación.
Asma inducida por el ejercicio AIE
El AIE es una obstrucción aguda de los bronquios tras un ejercicio de intensidad y duración variable, que ocurre después de una fase inicial de broncodilatación, y que es una manifestación clínica que puede aparecer en la mayoría de los asmáticos, como parte de la enfermedad o como fenómeno aislado. Se define también como un descenso de la función pulmonar, con más de un 10% de caída del FEV1 basal, que sucede de forma inmediata o tras 15' de un ejercicio moderado y que tiene una recuperación espontánea a los 30-90'.
La crisis de asma ocasionada por el ejercicio es indistinguible de aquella precipitada por otro estímulo; y suele manifestarse con tos, sibilancias, dolor torácico o sensación de opresión torácica y un grado variable de dificultad respiratoria, que ocurre durante, o sobre todo, tras el ejercicio. Sólo ocasionalmente se manifiesta con tos como único síntoma, y muy rara vez es tan grave como para requerir hospitalización. Además, a diferencia de los alergenos, las virasis o la aspirina, el ejercicio no causa obstrucción bronquial intensa ni prolongada; tampoco induce deterioro de la función pulmonar ni incrementa la hiperreactividad bronquial, por lo que, por sí sólo no determina la necesidad de usar terapia continuada.
En la actualidad se acepta que el AIE es consecuencia de la pérdida de calor y agua que se produce en la mucosa de las vías respiratorias.
El diagnóstico de AIE es sencillo cuando se piensa en él. Se realiza por la historia clínica y se confirma con la prueba de esfuerzo. En la historia clínica debemos detallar: el grado de ejercicio que produce el problema, el tiempo de comienzo y los síntomas que desarrolla; así como la necesidad de tomar o no medicación.
Como prueba de esfuerzo podemos emplear: la carrera libre, la banda sin fin y otros sistemas ergométricos más complejos (cicloergómetro, el ergómetro de remos).
La caída en el descenso del FEV1 es el parámetro principal para el diagnóstico de AIE. Por definición se considera positivo un resultado con descenso del FEV1 > 10%; Pero hay autores que consideran normal caidas de hasta un 15%. Por ello, hay que considerar otros parámetros como el PEF y los flujos mesoespiratorios FEF25-75%.
Deportes que se pueden practicar
En principio, CUALQUIER DEPORTE es bueno para el asmático; el mejor es el que a él o ella le parezca que es con el que se divertirá más. Quizás el deporte donde hay más asmáticos, o por lo menos más se conocen, es en natación, debido a que es el deporte donde menos molestias puede tener un asmático al realizarse en un ambiente cálido y húmedo.
Sólo hay un deporte que no puede hacer: el buceo con botellas de aire. En principio son mejores aquellos que se realizan en un ambiente cálido y húmedo, como los acuáticos, los que tienen un carácter intermitente con momentos de acción y reposo no superiores a los 5', como son los deportes de equipo, o los que desarrollan toda su acción en un corto período de tiempo, como los velocistas, o los que se desarrollan a cubierto mejor que al aire libre, como el judo. Entre los más asmógenos se encuentran la carrera libre y el ciclismo, que además del esfuerzo requerido y la hiperventilación, pueden ocurrir en circunstancias de aire frío, con altos índices de polinización o de contaminación atmosférica. En la natación hay que considerar también la posibilidad de asma o reactividad bronquial inducida por irritantes como el cloro necesario para desinfectar el agua de la piscina.
Normas para hacer un ejercicio
1. Tomar la medicación antes de la actividad física
2. Realizar un calentamiento prolongado y progresivo
3. El ejercicio debe procurar ser a intervalos
4. Si es posible, son más beneficiosos los deportes en ambientes cálidos
y húmedos
5. Cuando sea posible procurar respirar por la nariz
6. Llevar siempre la medicación de rescate en la bolsa de deporte; y si lo
usa el medidor de PEF.
7. No cometer imprudencias estando sólo o en situaciones de riesgo
¿Que podemos evitar?
* Evitar realizar una actividad física intensa cuando el asma basal no
* está controlado
* Evitar hacer un ejercicio intenso si se tiene una infección respiratoria
* No realizar ejercicio intenso cuando se está con sibilancias o tos intensa
* Nunca hacer ejercicio cuando se está en mediciones de PEF <60%; y vigilar la actividad física cuando está en mediciones entre 60-80-%.
* Evitar cuando sea posible ambientes fríos y secos (o usar mascarilla)
* Evitar ejercicios prolongados o de mucha intensidad si no se ha conseguido una buena condición física o no se conocen los límites personales del ejercicio.
* Evitar el ejercicio en ambientes contaminados o cargados de humo.
¿Qué pasa si inicia una crisis durante el ejercicio?
1. Actuar con calma y parar el ejercicio
2. Permitir que se pueda respirar bien; no situarse alrededor
3. Tomar la medicación de rescate lo antes posible
4. Iniciar la respiración abdominal
5. Si se soluciona la crisis, reanudar la Nunca hacer ejercicio cuando se está en mediciones de PEF <60%; y vigilar la actividad física cuando está en mediciones entre 60-80-%.actividad con menor intensidad
6. Antes de irse a casa hacer una medición de PEF: si está entre 60-80% tomar otra dosis de broncodilatador. Si no se recupera o en mediciones de <60% tomará una nueva dosis de broncodilatador y tras 5' repetirá la medición de PEF: si no se recupera consultar un médico y/o acercarse a un centro asistencial.
Bibliografía
1.-www.respirar.org
artículo ASMA Y DEPORTE Dr. Juan J. Morell Bernabé
2.http://escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones/Boletin/html/asma/4_7.htmlhttp://escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones/Boletin/html/asma/4_7.html
Boletín Esc. de Medicina, P. Universidad Católica de Chile 1995; 24: 22-25 / MANEJO DEL ASMA EN FASE ESTABLE / Dr Rodrigo Moreno Bolton Profesor Adjunto de Medicina Departamento de Enfermedades Respiratorias
Pau Mas*
Tomeu Llabres*
* Alumnos de Fisioterapia de la Universitat de les Illes Balears
ASMA Y DEPORTE
Nicácio Leite de Araujo*.
1. ¿QUÉ ES ASMA?
El asma es una enfermedad que determina crisis de falta de aire (disnea), comportando una dificultad en la entrada de aire en los pulmones, y principalmente en su salida. Esta dificultad es consecuencia de un proceso inflamatorio crónico de las vías aéreas, de manera que la liberación de ciertas sustancias determinan la contracción de los músculos que envuelven los bronquios, estrechando su luz (broncoconstricción) y causando la dificultad en la respiración. Este estrechamiento es, generalmente, reversible.
Los enfermos asmáticos padecen de un aumento excesivo de la sensibilidad que determina una exagerada capacidad de reaccionar a ciertas sustancias irritantes, las cuales el enfermo es alérgico. Es esta hipersensibilidad que determinará la inflamación y contracción de los músculos que envuelven los bronquios. Ejemplos de otros estímulos no alérgicos pueden ser: el aire frío, infecciones virales del tracto respiratorio, como la gripe o un resfriado.
Los principales síntomas del asma son: tos, principalmente en la mitad de la noche y el inicio de la mañana, presión pectoral y falta de aire con un ruido en el pecho.
2. ¿EL ASMA TIENE CURA? TARTAMIENTOS.
No, pero los tratamientos modernos dotan de un control eficaz de la enfermedad permitiendo un ritmo de vida normal. Si la enfermedad se manifiesta antes de los 16 años puede haber una completa regresión.
En las crisis agudas empleamos medicamentos bronquiodilatadores y corticoides. Éstos últimos obtienen el mejor resultado por vía inhaladora.
3. PRINCIPALES FACTORES DE RIESGO Y DESENCADENANTES DE UNA CRISIS ASMÁTICA.
Los factores de riesgo para el desarrollo de una respuesta inflamatoria son: infecciones virales en la infancia, ausencia de lactancia materna, exposición a un entorno de fumadores y una dieta con bajos componentes de antioxidantes (vitamina C, E).
El asma puede desencadenarse a consecuencia de: inhalación de polvo doméstico (ácaros), polen, pelos de gato, irritantes (humo de tabaco, polución ambiental, propano), polvo de tiza, aerosoles químicos y cambios de temperatura y presión del ambiente, hiperventilación (reír, llorar, gritar)
4. ASMA EN EL DEPORTE.
¿Puede un enfermo de asma practicar deporte?
Sí, el deporte jamás debe ser desaconsejado para un enfermo con asma ya que puede controlarse con los medicamentos, regulados por el Comité Olímpico cuando se trata de atletas de alto nivel.
¿Existe alguna relación entre el tipo de deporte y el asma?
Sí. Los atletas con mayor prevalencia de asma son aquellos que participan en competiciones ciclistas y “mountain biking”. La frecuencia de las crisis asmáticas varía del 45% en los ciclistas y en mountainbikers hasta la ausencia del asma en nadadores y alterofilistas. La intensidad y frecuencia en el AEI ( asma esfuerzo-inducida) varía en los diferentes deportes:
TABLA DE DEPORTES ASOCIADOS AL AEI
Mayor frecuencia de crisis en actividades con alta ventilación por minuto.
Menor frecuencia de crisis en actividades con alta ventilación por minuto.
Atletismo Gimnasia rítmicaCiclismo-45% CaminarPatinaje sobre hielo-30-45% TenisMountain Biking-45% GolfEsquí de fondo-50-55% Voley ballRugbi Waterpolo
Como ejemplo de deportistas famosos asmáticos son la regatista Theresa Zabell o el ciclista Alex Zulle.
5. CONCLUSIÓN
Si se observa algún síntoma asmático procure acudir a un pneumologista y consultar su caso para obtener un rápido tratamiento o, de lo contrario, su mayor tranquilidad.
El médico es el profesional cualificado para el diagnóstico y tratamiento del asma brónquica.
BIBLIOGRAFÍA
Pierre A. Telles Filho.
http://www.asmabronquica.com.br/pierre/index.htm
Nicácio Leite de Araujo*.
*Alumno de Fisioterapia de la Universitat de les Illes Balears
1. ¿QUÉ ES ASMA?
El asma es una enfermedad que determina crisis de falta de aire (disnea), comportando una dificultad en la entrada de aire en los pulmones, y principalmente en su salida. Esta dificultad es consecuencia de un proceso inflamatorio crónico de las vías aéreas, de manera que la liberación de ciertas sustancias determinan la contracción de los músculos que envuelven los bronquios, estrechando su luz (broncoconstricción) y causando la dificultad en la respiración. Este estrechamiento es, generalmente, reversible.
Los enfermos asmáticos padecen de un aumento excesivo de la sensibilidad que determina una exagerada capacidad de reaccionar a ciertas sustancias irritantes, las cuales el enfermo es alérgico. Es esta hipersensibilidad que determinará la inflamación y contracción de los músculos que envuelven los bronquios. Ejemplos de otros estímulos no alérgicos pueden ser: el aire frío, infecciones virales del tracto respiratorio, como la gripe o un resfriado.
Los principales síntomas del asma son: tos, principalmente en la mitad de la noche y el inicio de la mañana, presión pectoral y falta de aire con un ruido en el pecho.
2. ¿EL ASMA TIENE CURA? TARTAMIENTOS.
No, pero los tratamientos modernos dotan de un control eficaz de la enfermedad permitiendo un ritmo de vida normal. Si la enfermedad se manifiesta antes de los 16 años puede haber una completa regresión.
En las crisis agudas empleamos medicamentos bronquiodilatadores y corticoides. Éstos últimos obtienen el mejor resultado por vía inhaladora.
3. PRINCIPALES FACTORES DE RIESGO Y DESENCADENANTES DE UNA CRISIS ASMÁTICA.
Los factores de riesgo para el desarrollo de una respuesta inflamatoria son: infecciones virales en la infancia, ausencia de lactancia materna, exposición a un entorno de fumadores y una dieta con bajos componentes de antioxidantes (vitamina C, E).
El asma puede desencadenarse a consecuencia de: inhalación de polvo doméstico (ácaros), polen, pelos de gato, irritantes (humo de tabaco, polución ambiental, propano), polvo de tiza, aerosoles químicos y cambios de temperatura y presión del ambiente, hiperventilación (reír, llorar, gritar)
4. ASMA EN EL DEPORTE.
¿Puede un enfermo de asma practicar deporte?
Sí, el deporte jamás debe ser desaconsejado para un enfermo con asma ya que puede controlarse con los medicamentos, regulados por el Comité Olímpico cuando se trata de atletas de alto nivel.
¿Existe alguna relación entre el tipo de deporte y el asma?
Sí. Los atletas con mayor prevalencia de asma son aquellos que participan en competiciones ciclistas y “mountain biking”. La frecuencia de las crisis asmáticas varía del 45% en los ciclistas y en mountainbikers hasta la ausencia del asma en nadadores y alterofilistas. La intensidad y frecuencia en el AEI ( asma esfuerzo-inducida) varía en los diferentes deportes:
TABLA DE DEPORTES ASOCIADOS AL AEI
Mayor frecuencia de crisis en actividades con alta ventilación por minuto.
Menor frecuencia de crisis en actividades con alta ventilación por minuto.
Atletismo Gimnasia rítmicaCiclismo-45% CaminarPatinaje sobre hielo-30-45% TenisMountain Biking-45% GolfEsquí de fondo-50-55% Voley ballRugbi Waterpolo
Como ejemplo de deportistas famosos asmáticos son la regatista Theresa Zabell o el ciclista Alex Zulle.
5. CONCLUSIÓN
Si se observa algún síntoma asmático procure acudir a un pneumologista y consultar su caso para obtener un rápido tratamiento o, de lo contrario, su mayor tranquilidad.
El médico es el profesional cualificado para el diagnóstico y tratamiento del asma brónquica.
BIBLIOGRAFÍA
Pierre A. Telles Filho.
http://www.asmabronquica.com.br/pierre/index.htm
Nicácio Leite de Araujo*.
*Alumno de Fisioterapia de la Universitat de les Illes Balears
EFECTOS DE LA FISIOTERAPIA RESPIRATORIA EN PACIENTES INFANTILES CON ASMA
RESUMEN
El asma es una enfermedad crónica compleja, heterogénea, con una gran variabilidad
y que tiene un enorme impacto, no solo en los pacientes que la padecen sino también
en sus familias y en la sociedad en general. Una proporción importante de las
personas que padecen asma sufren sus primeros síntomas en los primeros años de
vida y durante los últimos años la prevalencia de asma en niños ha aumentado en los
países desarrollados. La línea básica de los programas de tratamiento esta definida
por la medicación, la educación y la rehabilitación respiratoria, con la finalidad de
ayudar a los asmáticos a llevar una vida normal sin restricciones. El objetivo del
presente trabajo es describir la eficacia de los programas de rehabilitación respiratoria
en el paciente con asma infantil, para valorar cuales son los interrogantes mas
importantes en relación a este tema. En su realización se observó cierta controversia
entre los estudios analizados y se concluye que es necesario realizar más estudios al
respecto.
Keywords:
Asthma
Physiotherapy
Respiratory rehabilitation
Treatment
Children
ABSTRACT
Asthma is a chronic, complex, heterogeneous, with great variability and has a
profound impact not only in patients who suffer but also their families and
society in general. A significant proportion of people with asthma have their first
symptoms in early life and in recent years the prevalence of asthma in children has
increased in developed countries. The basic line of treatment programs is defined by
medication, education and pulmonary rehabilitation, in order to help asthmatics to live
a normal life without restrictions. The objective of this paper is to describe the
effectiveness of pulmonary rehabilitation programs in patients with childhood asthma,
to assess which are the most important questions in relation to this issue. In its
implementation there was some controversy among the analyzed studies and
concluded that it is necessary more studies.
Introducción
El asma, es definida en la Estrategia Global para el Asma, como una inflamación
crónica de las vías aéreas en la que desempeñan un papel destacado determinadas
células y mediadores. El proceso se asocia con la presencia de hiperrespuesta
bronquial (HRB) que produce episodios recurrentes de sibilancias, disnea, opresión
torácica y tos, particularmente durante la noche o la madrugada. Estos episodio se
asocian generalmente con un mayor o menor grado de obstrucción al flujo aéreo a
menudo reversible de forma espontánea o con tratamiento (1) .
Se trata de una enfermedad crónica que afecta a todas las edades. Una proporción
importante de las personas que padecen asma sufren sus primeros síntomas en los
primeros años de vida; por ello, para hacer un correcto diagnóstico de asma en el niño
lactante y preescolar, el III Consenso Internacional Pediátrico define el asma como la
existencia de silbilancias recurrentes y/o tos persistente en una situación en la que el
asma es probable y se han descartado otras enfermedades menos frecuentes(2).
La prevalencia de asma varía enormemente entre los distintos países del mundo. La
prevalencia de asma en niños parece estar aumentando de forma constante en los
países industrializados durante los últimos 20-30 años. Los motivos del aumento de la
prevalencia de asma no están bien establecidos. El aumento de la prevalencia de
atopia, junto con las evidencias sobre la relación inversa entre exposición a
endotoxinas y asma, sugiere que una menor exposición a agentes infecciosos en los
primeros años de vida puede haber favorecido una mayor prevalencia de atopia y una
mayor susceptibilidad al asma(3). El factor desencadenante más frecuente es la
infección respiratoria, y existe un predominio actual de las infecciones virales
(bronquiolitis por virus respiratorio sincitial [VRS]) sobre las infecciones bacterianas en
lactantes y niños, que ocasionan hasta el 34 % de los casos cuadros de sibilancias
durante los 3 años primeros de vida (estudio de Tucson). El resto de factores estarían
vinculados a los avances en las técnicas de reanimación neonatal (prematuridad y
bajo peso al nacer), factores genéticos y factores medioambientales (aumento de la
polución atmosférica y tabaquismo en período de gestación). La alergia constituye el
factor ambiental de mayor riesgo para desencadenar asma(4).
Son muchas las Sociedades, Asociaciones y Grupos de profesionales sanitarios
involucrados en las enfermedades respiratorias, que han editado una gran variedad
de guías, protocolos y consensos, de ámbito local y mundial, con mayor o menor
repercusión, para una buena práctica clínica con el paciente asmático. Estas
recomendaciones de referencia abarcan aspectos desde el punto de vista de la
medicina asistencial, como la anatomía patológica, la epidemiología, la clínica, el
tratamiento y la educación del paciente asmático. En nuestro país, la guía de
referencia es la “Guía Española Para El Manejo Del Asma” (GEMA)(3). A pesar de ser
guías interdisciplinares, es notoria la ausencia de la mención del tratamiento basado
en la rehabilitación respiratoria, intervención desarrollada por los fisioterapeutas y que
se dirige a reducir los síntomas y optimizar el estatus funcional, a incrementar la
participación y reducir los costes sanitarios mediante la estabilización o revirtiendo las
manifestaciones clínicas de la enfermedad(5). Con esta observación, cabe
preguntarse por la existencia de evidencia científica y consensos acerca del abordaje
del paciente asmático, adulto e infantil, con terapia respiratoria. Un artículo
recientemente publicado, (2010) y titulado “Eficacia de los programas de educación
terapéutica y de rehabilitación respiratoria en el paciente con asma”, resume las
técnicas fisioterápicas empleadas y la evidencia científica de la eficacia de las
mismas, encontradas durante la realización de una revisión de estudios con pacientes
asmáticos, principalmente adultos(6). El objetivo del presente trabajo es describir la
eficacia del tratamiento con fisioterapia respiratoria, en el paciente asmático infantil,
para valorar y decidir cuales son los interrogantes más importantes en relación a este
tema.
Papel de la rehabilitación respiratoria en el asma infantil.
La finalidad del tratamiento del asma es ayudar a los asmáticos a llevar una vida
normal, sin restricciones; disminuyendo el absentismo escolar, el número de crisis, las
visitas a urgencias y los ingresos hospitalarios, controlando la sintomatología y la
función pulmonar, y aportando una mayor autonomía social y psíquica.
Las actuaciones para conseguir este objetivo dependerán del tipo de asma y de su
gravedad (moderada o severa), pero la línea básica de los programas viene definida
por la educación, la medicación y la rehabilitación respiratoria(7).
Actualmente en España, la rehabilitación respiratoria en el asma despierta un interés
creciente, sin embargo, presenta una baja implantación ya que según la Sociedad
Española de Rehabilitación Cardiorrespiratoria (SORECAR) solo el 6% de estos
pacientes realizan ejercicios de rehabilitación respiratoria.
La evidencia científica sobre la efectividad de dichos programas en algunas
enfermedades respiratorias como el asma es insuficiente, debido a las limitaciones
inherentes a estos estudios como la imposibilidad de mantener el cegamiento de
pacientes y terapeutas, así como la ausencia de protocolos de actuación, por lo que
existe una falta de consenso sobre la técnica estándar con la que poder comparar las
nuevas técnicas emergentes y una escasa objetividad en las variables medidas(8).
Los cambios fisiopatológicos en el asma son distintos en el caso de una crisis
asmática y en el estado de intercrisis, si bien la fisioterapia respiratoria actuará en
esta última fase sobre las consecuencias ocasionadas por la hiperrespuesta y la
obstrucción bronquial. Se producen alteraciones en la pared de la vías aéreas:
contracción del músculo liso bronquial, inflamación y edema de la pared; y una
exagerada secreción mucosa: aumento de la viscoelasticidad y la adhesividad con
deshidratación de las secreciones, lo que dificulta su transporte.
La obstrucción se traduce en un aumento de la resistencia al paso del aire con
aumento del trabajo respiratorio. La respiración abdominodiafragmática está alterada
provocando un mayor reclutamiento de la musculatura intercostal frente al diafragma.
Durante la fase espiratoria se mantiene el reclutamiento de la musculatura inspiratoria
impidiendo que la presión abdominal aumente al final de la espiración, lo que sitúa en
ventaja mecánica al diafragma para su acción. La musculatura respiratoria se
encuentra debilitada y la consecuencia de ello genera disnea y baja tolerancia al
esfuerzo.
Los valores de la función pulmonar se encuentran
alterados, con descenso del volumen espirado en el primer segundo de espiración
(FEV1), los flujos mesoespiratorios (FEF25-75 %) y el índice de Tiffeneau
(FEV1/FVC). De forma característica, a diferencia de lo que ocurre en otras
enfermedades bronquiales, la obstrucción es reversible a los pocos minutos de inhalar
un agonista beta-adrenérgico. En los pacientes con asma, el FEV1 tiene a reducirse a
un ritmo mayor que en la población sana, y en fases avanzadas, con gran inflamación
y cambios estructurales, la obstrucción es poco reversible y responde menos a
broncodilatadores y glucocorticoides. La capacidad funcional residual y la capacidad
pulmonar total se hallan aumentadas, como respuesta de adaptación del sistema
toracopulmonar para intentar disminuir la resistencia al paso del aire aumentando la
tracción radial de las vías por la hiperinsuflación. En ocasiones, el niño asmático se
encuentra respirando en su volumen de reserva inspiratorio(9).
Los objetivos que persiguen los programas de rehabilitación respiratoria de acuerdo a
revertir la fisiopatología que se produce son:
Reducir la obstrucción de las vías aéreas y prevenir y tratar las complicaciones
derivadas de la misma.
Administrar pautas de manejo de control e identificación de los síntomas.
Reeducar el patrón respiratorio optimizando su funcionamiento en el periodo
intercrisis.
Aumentar las fases espiratorias con ayudas instrumentales
Realizar una técnica correcta inspiratoria.
Practicar técnicas de relajación para el control de la ansiedad en los periodos
de crisis.
Tratar los tejidos blandos para procurar una mecánica ventilatoria adecuada.
Introducir el ejercicio físico, mejorar la condición nutricional y la calidad de vida
del paciente.
Las técnicas respiratorias mas empleadas para conseguir los objetivos citados
anteriormente son: los ejercicios respiratorios de reeducación del patrón respiratorio,
el entrenamiento de los músculos respiratorios y periféricos, las técnicas espiratorias y
ayudas instrumentales de limpieza mucociliar, el ejercicio aeróbico y las técnicas
complementarias(6).
Eficacia de las técnicas respiratorias.
Es imprescindible aplicar todas estas acciones rehabilitadoras lo más precozmente
posible, en las edades infantiles, por ser el Asma Bronquial una enfermedad que al
progresar en la adultez y asociarse con otras complicaciones cardio–pulmonares,
representa un peligro para la vida.
La ventilación dirigida abdominodiafragmática es el ejercicio respiratorio que se
emplea para reeducar el patrón respiratorio, es decir, se trata de la técnica que tiene
el objetivo de implantar una respiración más eficiente. Esto se logra a partir de
reequilibrar volúmenes y capacidades pulmonares, reexpandir territorios colapsados y
elastificar los tejidos toracopulmonares. Consiste en hacer una baja frecuencia
respiratoria y un alto volumen pulmonar, de tal manera que, el paciente tiene que ser
consciente de realizar una inspiración nasal, durante la cual el abdomen se hincha, y
una espiración con labios fruncidos de forma lenta y prolongada, durante la cual el
abdomen retrocede. El terapeuta debe dar estímulos verbales y táctiles, además de
controlar las compensaciones, como son, utilizar la musculatura accesoria y realizar
una respiración supracostal o paradójica(10). Durante su aprendizaje debe ponerse
énfasis en la mecánica ventilatoria adecuada y no en la profundidad de la respiración,
ya que este último aspecto podría exacerbar los broncoespasmos(11). Una vez que el
paciente realiza correctamente la técnica en decúbito supino, se practica en otras
posiciones y situaciones.
Una revisión sistemática, que analizó 6 ECA, sobre la eficacia de dichos ejercicios,
demostró que la práctica de ejercicios respiratorios aporta a los pacientes con asma
moderada, beneficios relacionados con la sintomatología y consecuentemente con la
calidad de vida percibida. También asegura que no se encontró evidencia de que
estos ejercicios sean perjudiciales(12).
Sin embargo, en el estudio de Ashe et al(13) se concluyó que los ejercicios
respiratorios no parecen ser eficaces en el asma severa.
Existen otros estudios, como el de Nagarathma et al(14), que valoran la práctica de
yoga, actividad que incluye ejercicios respiratorios como componente principal, por
parte de adolescentes con asma. Para realizar este estudio se reclutaron 106
pacientes asmáticos, a partir de 9 años de edad, que fueron aleatoriamente asignados
a un grupo de tratamiento que recibió yoga durante 2 semanas y un grupo control,
siendo emparejados por sexo, edad, tipo y gravedad del asma. Los resultados
mostraron como el grupo que recibió tratamiento de yoga disminuyeron el consumo de
agonistas beta2 y el número de ataques de asma. Estas estrategias respiratorias
deben ser practicadas por el paciente de manera habitual para que resulten efectivas.
De forma indirecta los ejercicios respiratorios ayudan a movilizar las secreciones y
viceversa, es decir, las técnicas espiratorias contribuyen a reeducar el patrón
respiratorio. La práctica de las técnicas espiratorias favorece el transporte mucociliar y
la eliminación de las secreciones, disminuyendo la obstrucción y la resistencia de las
vías aéreas, consiguiendo una efectiva higiene bronquial y evitando infecciones
pulmonares recurrentes. De este conjunto de técnicas, las más utilizadas son la elt-
gol, la elpr, el drenaje autógeno (técnicas a alto volumen y bajo flujo que desplazan
secreciones de vías distales a vías proximales intratorácicas), el acbt y la tef (técnicas
a bajo volumen y alto flujo que desplazan secreciones de vías aéreas proximales
intratorácicas a vías extratorácicas). Incluidas en programas de fisioterapia
respiratoria, su efectividad queda reflejada, por ejemplo, en la mejoría que
experimenta la niña del caso clínico expuesto por González et al(4) o los niños
matriculados en la Escuela de Asmáticos y Diabéticos "Celia Sánchez Manduley"(15).
Las ayudas instrumentales como la Acapella-choice, el Flutter VR1 o el Cornet,
favorecen la limpieza de las vías aéreas mediante la vibración, la presión positiva o
ambas. En un estudio realizado en 2003(16), se reclutaron 45 niños asmáticos agudos
entre 6 y 16 años de edad, que fueron aleatoriamente asignados a un grupo de
tratamiento que recibió tratamiento convencional combinado con flutter y un grupo que
recibió tratamiento convencional aislado. Los resultados mostraron como el grupo que
recibió tratamiento convencional combinado con flutter mejoraron significativamente
su capacidad vital y su fev1, frente al grupo que solo recibió tratamiento convencional.
Tanto las técnicas espiratorias como las ayudas instrumentales deben ir precedidas
de una nebulización medicamentosa o de suero salino y seguidas de al menos una
maniobra de la tos. el paciente debe aprender correctamente la maniobra de la tos,
con el fin de expulsar las secreciones de manera eficaz y disminuir la fatiga(7). Para
cada enfermo, existe una hora de drenaje bronquial privilegiada la cual debe ser
esperada y aprovechada. Una vez orientados y aprendidos los ejercicios respiratorios
y las técnicas de drenaje bronquial, estas pueden llevarse a cabo de forma conjunta.
Otro tipo de ejercicios son los que están orientados al entrenamiento de los músculos
respiratorios, para mejorar su fuerza y resistencia. Habitualmente se ha recomendado
el entrenamiento de la musculatura inspiratoria principal (diafragma) partiendo de la
creencia de que la musculatura inspiratoria estaba debilitada en los pacientes
asmáticos, sin embargo se observa cierta controversia entre los estudios
analizados(17). Los estudios más recientes indican que la musculatura inspiratoria
presenta adaptaciones al sobreesfuerzo, como hipertrofia de los músculos accesorios
e intercostales, debida a los periodos de crisis de broncoespasmo y déficit de
contracción excéntrica durante la espiración(18-20). También se ha demostrado una
capacidad mayor de la musculatura inspiratoria en pacientes asmáticos cuando se
comparaba con población sana(21). Weiner et al(22) demostró que la disminución de
la fuerza y la resistencia de los pacientes con asma estaba relacionada con la
hiperinsuflación pulmonar. En contraposición, los pacientes asmáticos pueden tener
afectados sus músculos respiratorios por el uso prolongado de corticoides(23,24).
No obstante, en el estudio de Verusca et al(25), en el que se reclutaron 50 niños
asmáticos entre 8 y 12 años de edad, que fueron aleatoriamente asignados a un
grupo de tratamiento que recibió un programa de educación, ejercicios respiratorios y
entrenamiento de la musculatura inspiratoria, durante 7 semanas y un grupo que
recibió solo el programa de educación; los autores concluyeron que los programas
que incluyen ejercicios respiratorios y entrenamiento muscular inspiratorio pueden
aumentar la eficiencia mecánica de los músculos respiratorios, así como la mejora del
Pef y las variables de severidad.
Estos beneficios se corroboraron en otros estudios con pacientes adultos y en una
revisión sistemática del grupo Cochrane(26) en la que se incluyeron 5 ECA se estudió
el efecto del entrenamiento de la musculatura inspiratoria en pacientes asmáticos
moderados y severos mediante dispositivos de entrenamiento muscular inspiratorio
resistentes externos. Se incluyeron datos de 76 pacientes y los resultados mostraron
un efecto significativo en la máxima presión inspiratoria alcanzada, comparado con el
grupo control que no recibió tratamiento adicional.
Las estrategias de entrenamiento de la musculatura inspiratoria deben ser
recomendadas cuando se objetive la debilidad muscular, aunque existe controversia
en cuanto al tamaño de la carga utilizada durante el entrenamiento y en cuanto a la
frecuencia y duración de este.
El ejercicio físico es el principal componente de los programas de rehabilitación
pulmonar y tiene el objetivo de mantener una adecuada condición física general.
Aunque el ejercicio vigoroso puede aumentar la resistencia de las vías aéreas
después del ejercicio, la actividad física regular puede ser útil en el manejo del asma.
Por desgracia, el miedo a la disnea y a las crisis (broncoespasmo inducido por
ejercicio) inhibe la inducción de muchos pacientes a participar en el deporte con sus
compañeros, pero esto no debe entenderse como un problema si el paciente toma las
precauciones necesarias mediante los programas de educación terapeútica. El bajo
nivel de actividad física regular conduce a la crónica falta de condición física. Por
tanto, no es de extrañar, que algunos estudios han encontrado que los pacientes con
asma tienden a tener menor capacidad cardiorespiratoria que sus homólogos sanos.
El entrenamiento aeróbico ha demostrado ser eficaz en mejorar el estado
cardiopulmonar de niños asmáticos(27).
En el estudio de Silva et al(28) se reclutaron 69 pacientes con asma moderada entre 8
y 11 años de edad, que fueron aleatoriamente asignados a un grupo de tratamiento
que recibió entrenamiento por la mañana, a un grupo que recibió entrenamiento por la
tarde y a un grupo control. El entrenamiento se realizó dos veces a la semana, en
sesiones de 90 minutos y durante 4 meses. Los resultados mostraron como los
grupos de la mañana y la tarde que recibieron entrenamiento aumentaron la distancia
recorrida en 9 minutos y el número de abdominales en un minuto, y disminuyeron la
frecuencia cardiaca en reposo en comparación con el grupo control.
También Nickerson y otros(29), que estudiaron el efecto de un programa de
entrenamiento durante 6 semanas en 15 niños con asma grave, observaron un
aumento significativo en la distancia recorrida después del entrenamiento; y Neder et
al(30) observó una significativa reducción en el uso de esteroides inahlados y orales
en el grupo que recibió entrenamiento en comparación al grupo control.
Otros estudios han evaluado los efectos del ejercicio físico con programas deportivos,
como es el caso del estudio de Weisgerber et al(31), que asignó aleatoriamente a 45
niños con asma, con edades comprendidas entre 7 y 14 años, en un grupo que
desarrolló un programa de natación y en un grupo que desarrolló un programa de golf;
y que mostró una mejoría significativa en cuanto a los síntomas, a la calidad de vida y
al número de visitas a urgencias en ambos grupos, pero no se hicieron
comparaciones entre ellos.
Basaran et al(32) también hallaron diferencias significativas en relación a la calidad de
vida, a los síntomas, el uso de medicación y en la capacidad de ejercicio, a favor del
grupo de pacientes con asma leve o moderada que practicaron un programa de
baloncesto durante 8 semanas, en comparación al grupo de pacientes que formaban
el grupo control.
En una revisión Cochrane(33) publicada sobre los beneficios del ejercicio en el asma,
en la que se incluyeron 13 ECA en los que los pacientes practicaron ejercicio físico
durante al menos 20 min, durante 4 semanas, los autores concluyeron que el
entrenamiento físico mejoró el estado cardiopulmonar, medido por un aumento de la
captación máxima de oxígeno de 5,4ml/kg/min y la ventilación espiratoria máxima
6,0l/min
Todos estos estudios(28-33) muestran mejorías significativas en cuanto a ciertas
variables medidas, pero ninguno de ellos mostró cambios en relación a la función
pulmonar después de la realización de un programa de entrenamiento.
Especialmente en niños asmáticos, la natación es un deporte que se está
recomendando de manera habitual debido a que el alto nivel de humedad del
ambiente previene de la pérdida de calor y agua en las vías respiratorias, además de
tener un efecto beneficioso en la capacidad aeróbica del niño(34).
Al mejorar la actividad aeróbica y disminuir la ventilación minuto requerida para un
esfuerzo determinado, disminuyen las pérdidas de humedad y calor y decrecen los
estímulos desencadenantes de las crisis. Con una preparación adecuada, la mayor
parte de los jóvenes asmáticos es capaz de alcanzar niveles altos de actividad física,
y algunos llegan incluso a nivel de élite.
Otro aspecto estudiado es el momento del día en el que se debe llevar a cabo el
entrenamiento, bajo la suposición de que los ritmos circadianos pueden afectar la
actuación del atleta; pero este tema debe ser estudiado con mas profundidad, pues en
el estudio de Torii et al(35) se concluyó que la realización del entrenamiento debía ser
por la tarde, cuando comparó las mejorías de tres grupos (mañana, tarde y noche)
que recibieron el mismo entrenamiento durante 4 semanas, mientras que en el estudio
de Silva et al(28) no se encontraron diferencias significativas en las mejorías
experimentadas entre el grupo de la mañana y de la tarde, que recibieron el mismo
entrenamiento aeróbico.
Más del 50% de los asmáticos (niños y adultos) reciben algún tipo de terapia
complementaria como medida coadyuvante al tratamiento de rehabilitación
respiratoria, debido a la insatisfacción de los resultados del tratamiento y/o efectos
secundarios de la farmacología. Sin embargo, existe una falta de evidencia científica
que apoye el uso de estas terapias(36).
La acupuntura se encuentra como la terapia complementaria que cuenta con mas
estudios al respecto. Tanto en una revisión Cochrane(37) como en dos estudios
encontrados(38,39) con niños asmáticos, en los que se aplicó tratamiento de
acupuntura como medida coadyuvante en el tratamiento del asma; concluyen que no
se evidenciaron beneficios clínicos en la función pulmonar tras las intervenciones.
Otra modalidad de tratamiento que suele ser aplicada es la terapia manual, que
incluye la movilización y la manipulación osteopática y el masaje. Los estudios de
Balon et al(40) y Field et al(41), incluidos en una revisión sistemática del grupo
Cochrane(42), junto al estudio de Guiney et al(43), sugieren que esta terapia tiene
beneficios terapéuticos, pero sus autores afirman que es necesario la realización de
más ensayos clínicos para demostrar mejor su eficacia.
Los programas de rehabilitación respiratoria para el asma suelen incluir técnicas de
relajación, pues los factores emocionales como la ansiedad podrían aumentar el
broncoespasmo. Una revisión sistemática(44) identificó 5 ECA en los que se aplicaron
técnicas de relajación como tratamiento coadyuvante, de los cuales solamente dos
mostraron beneficios en la función pulmonar debido a la relajación muscular.
Por otra parte, se quiere destacar el papel de la ventilación mecánica no invasiva
(VMNI) durante el estado agudo de la enfermedad. Hay evidencia de que el
tratamiento precoz con VMNi puede mejorar el estado del niño y evitar la intubación
endotraqueal(45,46).
Conclusión y justificación
La evidencia parece mostrar beneficios positivos en la función pulmonar y limpieza de
secreciones en la vía aérea, así como en la calidad de vida de los niños asmáticos
moderados. Sin embargo, son necesarios estudios de mayor calidad metodológica,
mayor tamaño muestral y con un seguimiento a largo plazo, que permitan identificar
las técnicas de rehabilitación respiratoria más eficaces en el tratamiento del asma.
Entre todas estas técnicas revisadas, el entrenamiento de los músculos respiratorios
es una de las terapias que parece tener beneficios en los niños asmáticos, pero
también es la que presenta mayores controversias en cuanto a su forma de
aplicación.
Los estudios analizados muestran la efectividad de este entrenamiento con mejoras
en la presión inspiratoria máxima alcanzada, en el pef y en las variables de gravedad;
sin embargo no se conoce su repercusión sobre la disnea, la calidad de vida, la
tolerancia al esfuerzo físico, en la administración de medicamentos o en el tiempo de
los periodos intercrisis.
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Ejercicio físico y asma
El asma es un síndrome complejo cuyas principales características incluyen una
obstrucción al flujo aéreo en grado variable, hiperrespuesta bronquial e inflamación de
las vías aéreas. Sus factores desencadenantes son principalmente los alérgenos,
fármacos, virus, humo del tabaco y el frío y la humedad. El tratamiento principal es el
farmacológico, seguido de la fisioterapia respiratoria y la evitación de la exposición a
alérgenos, todos ellos acompañados por supuesto del ejercicio físico, tan temido por
los pacientes asmáticos.
La persona asmática no debe abstenerse de realizar ejercicio físico por su mera
condición de asmático, ya que el ejercicio físico, realizado de manera adecuada a su
patología, puede aportarle muchos beneficios.
El asma de modo general, no es un factor limitante para el ejercicio físico. Sin
embargo, en algunas personas asmáticas se ha observado una condición física menor
que la prevista para su edad. Esto puede ser debido a:
. Descondicionamiento físico.
. Mal estado nutricional debido al uso de corticoides.
. Otros factores como el equilibrio psicológico.
Las ventajas que aporta el ejercicio físico en el paciente asmático son:
1. Mejora la condición física y la propia tolerancia al ejercicio, porque mejora la de
manda ventilatoria, la capacidad máxima al ejercicio y la capacidad aeróbica...
2. Las hiperventilaciones que se ocasionan durante la realización del esfuerzo
físico se reducen o son menos fuertes a medida que la condición física
mejora...
3. Ayuda a disminuir la ansiedad y el nerviosismo ocasionado por los ataques. Es
decir, aporta beneficios psicológicos. Inclusive en asmáticos graves la
capacidad de reserva de sus pulmones es mayor a medida que mejora su
capacidad física general.
4. En los niños mejora el desarrollo mental y físico, proporciona beneficio
psicoemocional, les integra dentro de su grupo social y les enseña a
prepararse para una vida saludable cuando sean adultos.
Cuando empezamos una actividad física por primera vez todos nos cansamos,
sentimos fatiga y sensación de ahogo. En los pacientes asmáticos, tanto niños como
adultos, que no han hecho deporte antes, estas sensaciones son todavía más fuertes.
Por ello, la adaptación del paciente con asma a la actividad deportiva debe ser muy
progresiva, para que con el tiempo aprenda a distinguir entre la sensación de ahogo
normal por un ejercicio intenso y la sensación de ahogo por una crisis de asma.
Por esto la prescripción de un programa de ejercicio, para pacientes con asma, para
que sea completa, adecuada y no sea fuente de lesiones, debe mejorar al menos tres
cualidades físicas básicas del cuerpo humano, para que la adaptación efectuada
sobre el organismo conlleve una mejora global y bien planificada. En definitiva
cualquier tipo de prescripción de ejercicio debe preocuparse de mejorar la resistencia,
la fuerza y la flexibilidad de nuestro paciente, que a la postre será lo que le permita
obtener una mayor calidad de vida.
Tratamiento del asma desde el área de Educación Física
1. Introducción
En España, se estima que existen aproximadamente un millón de pacientes
asmáticos menores de 18 años. El asma bronquial es la enfermedad crónica más
frecuente de la infancia.
Cada vez se van conociendo más detalles sobre esta enfermedad y las posibilidades
de ser afrontada con una medicación adecuada y la práctica de ejercicios en una
dirección que no provoque los síntomas que el asma desencadena.
En el presente trabajo se pretende informar de las principales ideas que existen
sobre esta enfermedad, además de dar a conocer la importancia que debe abarcan
dentro del ámbito escolar, especialmente desde el área de Educación física, donde
debemos conocer el tratamiento que debemos llevar a cabo frente a un alumno/a que
padezca esta patología.
2. Concepto de asma
Entre las numerosas definiciones que podemos encontrar sobre el asma, hemos
querido destacar las siguientes:
Piñeiro y cols. (1995): “Enfermedad respiratoria caracterizada por la aparición
de ataques de disnea respiratoria de duración variable, debida a la contracción
espasmódica de los bronquios”.
Serra Grima (1996): “Proceso inflamatorio de las vías aéreas, cuyas células
primordialmente implicadas son los mastocitos y los eocinófilos. Su acción
produce una obstrucción al paso del aire, que es de tipo reversible, ya sea de
forma espontánea o por la acción de ciertos fármacos broncodilatadores”.
Miller y Keane (1996): “Estado caracterizado por ataques recurrentes de disnea,
con sibilancias por constricciones espasmódicas de los bronquios”.
En conclusión, el asma es una enfermedad de los bronquios, caracterizada por
accesos ordinariamente nocturnos e infebriles, con respiración difícil y anhelosa, tos,
expectoración escasa y espumosa, y estertores sibilantes.
Según Ruiz de Adana (1997) la crisis asmática se inicia con tos irritativa, seguida de
disnea y aumento del trabajo respiratorio con prolongación de la fase espiratoria. Los
pacientes con asma crónica van a presentar tos y disnea prácticamente a diario,
aunque con oscilaciones en su intensidad; refieren empeoramiento a primeras horas de
la mañana, lo cual explica por un ritmo circadiano en los niveles de obstrucción.
Mientras que en los pacientes con asma atípica solo se manifiesta por tos o disnea
exclusiva con el ejercicio.
3. Tipos de asma
En líneas generales podemos distinguir dos tipos de asma: el asma extrínseco o
alérgico y el asma intrínseco.
El asma extrínseco o alérgico es en el que se detectan mecanismos
inmunológicos. Suelen existir antecedentes, propios o familiares, de procesos
alérgicos. Se manifiesta de dos formas: la atópica y la no atópica.
El asma extrínseco atópico obedece a un fenómeno antígeno-anticuerpo ante
determinados alérgenos del ambiente, como el polen, polvo, etc., con la consiguiente
liberación de mediadores químicos que conlleva los efectos secundarios responsables
de las crisis asmáticas como edema, vasodilatación capilar, contracción de los
músculos bronquiales, etc.
En el asma extrínseco atópico la reacción frente a los alérgenos se puede evidenciar
mediante determinadas pruebas cutáneas y/o de provocación. Es el tipo más frecuente
de asma y suele afectar a menores y/o adultos jóvenes, con antecedentes propios o
familiares, de otros procesos de naturaleza atópica (rinitis, urticaria, eczema). El
alérgeno implicado más frecuentemente es el polvo doméstico y los pólenes. La
segunda forma es el asma extrínseco no atópico. En estos casos no se puede
demostrar la presencia de anticuerpos circulantes. Se da en sujetos no atópicos (no
alérgicos). La reacción antígeno-anticuerpo no se produce de forma inmediata, como
ocurre en el asma extrínseco atópico, sino que tiene lugar al cabo de un intervalo de 6
a 8 horas.
El segundo tipo es el asma intrínseco. Se da en aquellos casos en los que no se
puede identificar ningún condicionamiento ambiental desencadenante y en los
que son negativas las pruebas alérgicas cutáneas a los alérgenos habituales.
Aquí no suelen existir antecedentes propios o familiares de procesos alérgicos,
ni tampoco se suele demostrar la presencia de ningún mecanismo
inmunológico. Este tipo de asma se caracteriza por su comienzo tardío, la
tendencia ala sintomatología crónica, y el pobre resultado al tratamiento, a
excepción de la buena respuesta a los corticosteroides.
4. Causas que lo provocan
Entre las principales causas que pueden producir asma en el niño encontramos:
Factores que predisponen a su desarrollo: La atopia (predisposición hereditaria
a padecer enfermedades alérgicas), y la exposición a alergenos (pólenes,
ácaros del polvo doméstico, epitelios de animales y hongos). Ambos factores
originan sensibilizaciones concretas que son la causa del asma en la mayor
parte de los niños mayores de 5 años.
Factores que contribuyen a su desarrollo: Exposición al humo del tabaco,
infecciones repetidas de las vías respiratorias, contaminación ambiental
elevada, y bajo peso al nacimiento. Todos éstos son factores que favorecen el
posible desarrollo de la enfermedad, aunque no son imprescindibles.
5. Tratamiento y prevención
De acuerdo con el estudio publicado recientemente por los Centros para el Control y
Prevención de Enfermedades, la proporción de personas que enferman y la mortalidad
a causa de asma se pueden prevenir educando al paciente acerca de los factores
asociados con el asma y su tratamiento.
Según Miñuca (2000), el tratamiento incluye agentes antiinflamatorios y
broncodilatadores. Las nuevas formas de tratar el asma tienden a dividir los
medicamentos en dos categorías: medicinas de control a largo plazo, usadas para
lograr mantener el control de un asma permanente; y medicinas de rescate, a corto
plazo, para tratar síntomas agudos. Estos son:
Broncodilatadores: Efectivo para el asma esencial tanto como para el asma
producida cuando se realiza ejercicio.
Corticoesteroides: básicos para controlar la causa del asma, la inflamación de
los conductos de aire.
Además de estas dos categorías de medicamentos, la Dra. Canales (1998) establece
el uso de antagonistas de los inhibidores/receptores de leucotrienos.
Un tratamiento de asma a largo plazo con esteroides inhalados suprime la
enfermedad, en adultos y niños afectados por inflamación de las vías aéreas
profundas. Como resultado, los síntomas desaparecen y se recupera la función
pulmonar normal. Además, esta autora resalta la búsqueda de una nueva medicación
mediante inhalación, como aerosoles que liberan partículas porosas, lo cual disminuiría
tanto la cantidad como la frecuencia del inhalador.
En cuanto a la prevención, Miñuca (2000) en su artículo extraído de la revista “El
Nuevo Herald” (2000), establece los siguientes consejos:
Eliminar el polvo manteniendo limpia la habitación, las ropas, etc.
No acariciar a los animales, su caspa produce tos.
Cuidarse de las bebidas frías, pueden causar espasmos de los músculos
pulmonares.
Cubrirse bien del frío, especialmente la garganta y la nariz
Llevar consigo los medicamentos y tomarlos cuando sea el momento, sin sentir
pena por esto.
Eisenbeis (1996), Keddy Gazarian (1998) y Canales (1998), coinciden en que el
mejor tratamiento se basa en la prevención, en la correcta educación del paciente en
cuanto a la afección y el trabajo multidisciplinar.
Así, la determinación de la gravedad del asma permite, entre otras cosas, establecer
un tratamiento adecuado y valorar el resultado de una terapia determinada.
6. Tratamiento del asma en el centro escolar
Según la LOE (Ley Orgánica de Educación) se entiende por alumnado que presenta
necesidades educativas especiales, “aquel que requiera, por un período de su
escolarización o a lo largo de toda ella, determinados apoyos y atenciones educativas
específicas derivadas de discapacidad o trastornos graves de conductas”.
En el artículo 77.3, añade: “los centros contarán con la debida organización y
diversificaciones curriculares precisas para facilitar a todos los alumnos la consecución
de los fines establecidos”.
Es importante que la Administración disponga o proporcione los medios necesarios,
tanto físicos como materiales, para que a través de profesionales preferentemente
sanitarios se puedan difundir y transmitir conceptos esenciales sobre la etiología,
prevención y tratamiento de la enfermedad asmática, aplicar y adaptar dichos
conocimientos al entorno escolar, haciendo partícipe al profesorado e incluso al propio
alumnado.
También es importante la posibilidad de adaptar el currículo, sobre todo de
Educación física, a las necesidades del alumno. Esta adaptación curricular individual
está contemplada de forma oficial (BOE 10/7/1995) y en su desarrollo intervendrían
tutores y profesionales específicos, tras la petición familiar y acompañada de la
oportuna certificación médica.
El asma en el niño o la niña puede afectar su bienestar psicológico, disminuir su
rendimiento escolar y el contacto con compañeros y amigos.
Uno de los aspectos que más carga psicológica implica es la aceptación de la
enfermedad y de las limitaciones que conlleva. Es esencial que el niño y su familia
conozcan la enfermedad y sus precipitantes, así como el impacto emocional
consiguiente. Se le debe facilitar la aceptación de la enfermedad sin caer en la
sobreprotección.
Si el escolar falta frecuentemente a la escuela a causa de las crisis, los periodos de
hospitalización, las revisiones, etc., se produce un desfase escolar y social que debe
ser compensado, poniendo a su alcance los medios para que acuda regularmente a la
escuela y participe en el resto de actividades sociales que habitualmente realiza.
Muchas veces las ausencias están motivadas por la sobreprotección en la que se
encuentran inmersos estos niños.
El asma no sólo afecta a la vida académica y escolar de estas personas, sino
también a su vida social.
Por todo ello, es importante concienciar a la familia de la necesidad de que el niño/a
con asma participe, como cualquier otro, en todo tipo de actividades puesto que,
tomando las precauciones necesarias, puede ser perfectamente capaz de disfrutarlas.
Asimismo, conviene trabajar con el niño o niña la aceptación de su condición de
asmático con naturalidad y sin exageraciones.
Es importante controlar el ambiente que rodea al niño o la niña con asma. Hay que
vigilar los desencadenantes más frecuentes de las crisis asmáticas tales como
infecciones víricas, alérgenos inhalados, exposición a irritantes inespecíficos,
emociones, medicamentos y cambios de tiempo.
7. Asma y Educación Física
Con frecuencia, una duda surge en los padres de niños asmáticos: ¿pueden hacer
deporte? Y lo cierto es que, al contrario de lo que muchas personas piensan, la
enfermedad asmática no constituye una contraindicación para la práctica del deporte.
Al contrario, el deporte y la actividad física regular están considerados como partes
importantes en el tratamiento integral del asma y proporcionan un importante
beneficio físico y psíquico al paciente que sufre esta enfermedad.
Existe una amplia gama de actividades para conseguir una mejoría en la capacidad
física del asmático. Los expertos en fisiología pulmonar recomiendan aquellos deportes
que les estimulen a realizar esfuerzos progresivos, de duración media a larga y de
intensidades medias. Como consejo general hay que incidir en que el comienzo de los
asmáticos en el deporte ha de ser gradual, con el objetivo de divertirse y mejorar su
capacidad aeróbica. En ningún momento deben obsesionarse ni fijarse objetivos
difíciles o demasiado exigentes.
Como punto de partida, será necesario que se realice una valoración previa (médica)
para determinar el grado de intensidad del asma, así como el estado físico del sujeto,
grado de motivación hacia la práctica, etc. (Serra, 1996), de manera que en función de
esto podamos prescribir los ejercicios más aconsejados. Debemos tener en cuenta que
previo a la práctica de actividad física será conveniente realizar un trabajo de
fisioterapia para poder aprender a sacarle el mayor partido posible a su capacidad
respiratoria durante la práctica trabajando la musculatura respiratoria (Canales, 1998;
Serra, 1996).
Algunas indicaciones generales para la práctica de ejercicios aconsejados serían los
siguientes: (Serra, 1996)
Utilizar inhaladores previa realización de ejercicio físico (bajo prescripción
médica).
Realizar un calentamiento previo destinándole bastante tiempo a este así como
a la relajación (Canales, 1998).
Ejercicios aeróbicos de forma pautada y a ser posible de forma diaria
procurando la respiración nasal (caminar, subir escaleras, etc.) de manera que
haya una mejora cardiovascular y respiratoria (Baker, 1998).
La intensidad de trabajo dependerá de cada individuo y en general entre ½ y
2/3 del VO2 máximo o frecuencia cardíaca máxima.
La duración aconsejada será de 20 a 40 minutos.
Entrenamiento muscular en general con participación de grandes grupos
musculares y en especial los de la musculatura torácica y músculos
ventilatorios, de manera que incrementemos la fuerza, flexibilidad y resistencia
de estos evitando el fallo en la bomba de ventilación (Miller y Keane, 1996):o Maniobras repetidas de presión inspiratoria máxima y presión espiratoria
máxima.o Ventilación máxima mantenida.
Administración de líquidos para reponer las pérdidas producidas por la tos y
dificultad respiratoria (Miller y Keane, 1996).
Entre los ejercicios más aconsejados para los niños asmáticos encontramos el "trote
lento", es decir, la carrera a pie sin emplear ritmos elevados y con el único objetivo de
mejorar la resistencia. Al paciente asmático joven se le anima a correr sin agobios,
disfrutando de la carrera y sin plantearse objetivos de tiempo ni distancia. Con el
tiempo, la mejoría suele ser tan notable que muchos asmáticos se animan a tomar
parte en carreras populares o incluso en competiciones de la federación. Es en este
punto en el que el corredor asmático debe someterse a una estricta supervisión
médica si quiere competir a un alto nivel.
La práctica de la natación es otro deporte muy recomendado por los expertos en
aparato respiratorio para los enfermos con asma, incluso en aquellos aquejados de las
formas severas de la enfermedad. De hecho, existen numerosos ejemplos de
campeones olímpicos de natación que eran asmáticos y se fueron adaptando
progresivamente y mejorando sus resultados en la piscina.
En general, al enfermo con asma se le recomienda cualquier actividad aeróbica
(ejercicios de duración media o larga) pero sin alcanzar nunca el 80 por ciento de
intensidad en los primeros meses de práctica deportiva.
En los asmáticos con un cuadro severo es esencial la medicación previa al ejercicio.
Con el tiempo, el asmático que hace deporte necesitará cada vez dosis menores en su
medicación.
A muchos niños asmáticos se les limita la posibilidad de realizar ejercicio físico o se
les considera exentos de tomar parte en las clases de gimnasia en el colegio. Sin
embargo, la inactividad física en el adolescente puede conducir a una reducción de su
autoestima y capacidad de trabajo. En último caso se puede llegar a una situación de
introversión y aislamiento social. De hecho, un estudio llevado a cabo en Estocolmo
con niños asmáticos llegó a la conclusión de que pueden y deben realizar las
actividades normales de una clase de Educación física. En caso de tomar parte en el
deporte a un nivel más exigente, es aconsejable que sean supervisados por el pediatra
e inhalen la medicación momentos antes de la competición.
En cuanto a los ejercicios físicos desaconsejados podemos recalcar los que
desprendemos como consecuencia de todo lo extraído anteriormente y que exponemos
de forma resumida en:
Ejercicios anaeróbicos.
Ejercicios en ambientes secos o fríos.
Ejercicios competitivos que supongan al deportista un alto contenido de estrés.
Como regla general podemos señalar como ejercicios desaconsejados todos
aquellos que contradigan las indicaciones aconsejadas en líneas anteriores.
8. Conclusiones
Para finalizar, hemos de decir que es evidente que la práctica del ejercicio físico es
favorable no solo para el asma, sino para la mayoría de las patologías, pero debe de
ser una práctica controlada y bien dirigida por parte de las personas responsables de la
Educación física, que deben de tener una adecuada colaboración por parte de toda la
comunidad educativa, tanto padres, alumnos/as, personal sanitario y autoridades
educativas.
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