ensayo sobre familia sistémica
Post on 08-Jul-2016
234 Views
Preview:
DESCRIPTION
TRANSCRIPT
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
UNIDAD 3
LA ENTREVISTA COMO HERRAMIENTA DIAGNÓSTICA
ENSAYO
ASIGNATURA: TEORÍA Y TÉCNICA DE LA ENTREVISTA II
PROFESOR: ESTHER GONZÁLEZ OVILLA
ALUMNA: CHIAPA LÓPEZ NANCY
CUENTA: 406023557
GRUPO: 9261
CORREO: nancychiapa@gmail.com
FECHA: 11 – MARZO – 2016
La terapia sistémica familiar tiene reglas y una estructura diferente. Su misma naturaleza
enfocada a la dinámica familiar plantea dentro de la entrevista inicial y en las consecuentes, para
el terapeuta, el supervisor y a los integrantes de la familia diferentes roles que ayudarán a
establecer una evaluación e intervenciones dentro de un marco de confianza. Esto plante algunas
preguntas ¿Cómo aborda la terapia sistémica familiar el síntoma?¿Qué busca entonces la terapia
sistémica y como es su desarrollo? ¿Cuál es el uso que se le da a la entrevista?¿Puede ayudarnos
a evaluar, intervenir y tomar decisiones?
Se puede comenzar a entender la entrevista en terapia sistémica en el ambiente
terapéutico desde la relación que se establece entre el supervisor y el terapeuta a lo largo de las
mismas. En éstas se da una colaboración constante que, más que tener jerarquías tiene roles
diferentes. El supervisor retroalimenta y guía al terapeuta ya que no solamente lo observa a él, o
a la familia de manera aislada, sino a ambos en una dinámica en donde el terapeuta puede verse
enganchado, perdiendo de vista alianzas, jerarquías, roles o incluso formando parte de la energía
negativa que mantiene estático al sistema Es también importante mencionar al equipo terapéutico
que observa desde el otro lado del espejo y tiene la oportunidad de retroalimentar al entrevistador
desde una perspectiva de la primer cibernética o tiene la oportunidad de ayudarlo con hipótesis,
clarificar la evaluación de la información y plantear nuevas estrategias de intervención y cambio.
En las entrevistas y del primer contacto con la familia, donde el terapeuta brinda un
espacio y tiempo para que cada uno de los miembro de la familia tengan la oportunidad de
expresar de manera equitativa su perspectiva sobre la problemática que los lleva a terapia y que
no exista el encasillamiento en el paciente sintomático. Debe evitar dar interpretaciones, consejos
o engancharse con algún miembro de la familia. Andolfi (1991) menciona que el planteamiento
más adecuado consistiría en entender cómo la situación hace que el miembro con el síntoma se
comporte de esa manera. Es entonces terea del terapeuta “obtener ulteriores informaciones,
evidenciar modelos transaccionales habituales, límites personales e interpersonales, canales
funcionales y disfuncionales, que constituyen modalidades operativas” (Andolfi, 1991). De esta
manera se podrá tener durante la entrevista un mapa que nos ayudará a entender como está
organizada la familia y aunque es estático, como refiere Minunchin (como se cita en Andolfi,
1991) “es un poderoso instrumento de simplificación, que ayuda al terapeuta a organizar el vasto
material que va recogiendo y a formular hipótesis sobre sectores familiares que funcionan bien o
que pueden ser disfuncionales”. Entonces la entrevista nos ayuda a entender la estructura de la
familia y de esta manera sean más claras las relaciones e interacciones que existen y que
posteriormente ayudarán a elaborar hipótesis de evaluación e intervención.
El terapeuta debe buscar en la información que le da la familia durante la entrevista las
interacciones que están originando al síntoma y las relaciones que lo están manteniendo. De esta
manera será capaz de ofrecer a la familia una nueva formulación del problema, que deja de estar
enfocado en uno de sus miembros para ser responsabilidad de todos los integrantes. Así la
solución al problema no se propone como algo externo al sistema y en gran medida mágico, sino
como una colaboración donde toda la familia debe involucrarse, para lograr establecer un
objetivo común que los llevará a un cambio y que proviene desde adentro del sistema. Entonces
podemos hablar de la terapia sistémica como “Un intercambio continuo entre paciente y
terapeuta –sistema abierto de codificación, evaluación, formulación de hipótesis – que hace
posible el desarrollo de actitudes nuevas y alternativas por parte del paciente” (Andolfi, 1991).
Estos diversos elementos hacen que las entrevistas iniciales y dentro del tratamiento
posean una estructura y un desarrollo peculiar, en donde existen de acuerdo a Navarro (1992),
según el grupo de Milán las siguientes etapas: ficha telefónica, pre-sesión, sesión, intervención
final, post-sesión y seguimiento, con el objetivo final de recabar información sobre el estado del
paciente identificado y de su familia (evaluación) y modificar algún aspecto relacionada con el
síntoma (intervención).
Un primer contacto se realiza cuando se hace una ficha telefónica en donde se obtendrá
información del cliente (persona interesada) y del paciente (quien porta el síntoma). Ya que
puede ser que, quien solicite la terapia no sea quien posea el síntoma. En este primer contacto se
determinan las expectativas, referencias y creencias sobre la terapia y lo que se espera obtener
de ella, las actitudes de quien se muestra interesado y todo lo relacionado con el problema y el
síntoma, es decir información relevante sobre cuando apareció, su prevalencia, su gravedad,
como esto ha afectado a la familia y que soluciones se han intentado. Puede realizarse un
genograma que abarque tres generaciones y la evaluación general que se le da al problema.
Una vez recabados datos e información, se procede a realizar una pre-sesión, en donde se
discute con el equipo terapéutico lo más relevante y se procede a elaborar hipótesis de trabajo
sobre lo que se considera podría estar pasando con la familia. También se discuten estrategias de
intervención y como podrían ser estas logradas. En relación a las hipótesis que ayudarían a
comprender la problemática de la familia a lo largo de la entrevista se pueden plantear las que
tienen que ver con el juego familiar, y través del genograma entender la estructura de la familia y
a partir de ahí generar una hipótesis relacional que nos ayude a entender alianzas y exclusiones y
que “definen el papel de todos los miembros en la secuencia sintomática” (Navarro, 1992). Otra
manera de generar hipótesis sería de acuerdo al ciclo vital que está viviendo la familia y que son
de corte evolutivo. En una primera entrevista el desarrollo se plantearía indagando los temas que
abordarían con la familia, cuales son los objetivos que tendrán y la planeación de a quienes y en
que orden se preguntará de manera estratégica. Las entrevistas posteriores a la primera se
centrarían en la evaluación del cambio y si éste se ha logrado o no, que factores han influido para
el cumplimiento o incumplimiento de las tareas y la generación de nuevas hipótesis.
Navarro (1992) plantea que la entrevista posee dos objetivos: una función de evaluación
en la que se busca obtener información sobre lo que está ocurriendo o en el caso de las
entrevistas posteriores cómo es que la familia ha respondido a las tareas que se propusieron para
lograr el cambio. La segunda es una función de intervención en donde se debe “procurar un
cambio conductual y/o cognitivo de alguna pauta relacionada con el síntoma” (Navarro, 1992).
En la primer sesión se establece el contexto en el que las entrevistas tendrán lugar. En un
primer momento el entrevistador se presenta con la familia y la familia con él, se orienta a los
miembros sobre el desarrollo del tratamiento, su duración, quienes han de participar, costo y
número de las entrevistas. Se explican las cuestiones técnicas de la cámara, la existencia del
equipo terapéutico al otro lado del espejo, así como la dinámica en la que existirán dos
momentos en donde habrá una pausa para consultar con ellos lo que están viendo. En esta
dinámica el terapeuta puede tomar diversas posturas: de superioridad, de igualdad y de
inferioridad. Dentro de la terapia sistémica Navarro (1992) sugiere mantener una postura de
igualdad, aunque menciona que el terapeuta puede llegar puede llegar a tomar las tres, como una
estrategia. La familia puede tener tres tipos de respuesta, de aceptación, de no aceptación y de
aceptación encubierta en relación al establecimiento del acuerdo terapéutico. No sólo es
importante su aceptación para poder continuar con la terapia, sino que esto ayudará a dar al
terapeuta una visión sobre la manera en que la familia enfrenta el cambio y si existe para ella la
posibilidad de la negociación. El conocimiento de los pacientes sobre la dinámica de la entrevista
ayudará a establecer un primer compromiso donde ellos han aceptado ser activos.
Durante la entrevista se tratará de obtener la mayor cantidad de información sobre la
familia y la situación problemática que los llevó a terapia en relación al síntoma; también se
planteará un cambio en la situación sintomática, que de acuerdo a Navarro (1992) se puede
conseguir de tres formas: forzando una respuesta nueva, haciendo que la familia vea el problema
diferente o lograr que acepten tareas. Es importante considerar que la pregunta de inicio
determinará en gran medida la respuesta de la familia y cada uno de los miembros deben
expresarse, mientras el terapeuta presta atención constante a sus expresiones verbales y no
verbales mediante la escucha activa. Finalmente se preparará el terreno para una intervención
que favorezca el cambio basados en las observaciones e hipótesis que el terapeuta ha generado.
Durante las consultas con el equipo se dan espacios que permiten que el terapeuta plantee
las preguntas de una manera más adecuada, puede también ser un respiro para el mismo u ofrecer
por parte del equipo terapéutico una nueva perspectiva sobre la dinámica familia. La primer
pausar ayuda a establecer la evaluación para el resto de la entrevista, que determinará la hipótesis
en la que se estructuraran la búsqueda de información. El segundo momento ayudará a establecer
una intervención en donde se planteará una conclusión a la familia. En la intervención final se
pretende que la familia logre un cambio en relación al síntoma y se da una conclusión cognitiva
que “ofrece una explicación desde la cual el cliente pueda contemplar sus problemas con
mayores posibilidades de cambio” (Navarro, 1992). Será en la postsesión cuando la familia dará
un feedback sobre la hipótesis del terapeuta y donde la confirmará o no y en este último caso
negativo deberán plantearse nuevas hipótesis para entenderla y posteriormente promover el
cambio. El proceso se da por terminado en el seguimiento que se da seis meses después de la
terapia y se investigan los cambios, permanencia o nuevos síntomas que pudieron aparecer.
En la terapia sistémica, la entrevista es una forma de evaluar a la familia y de intervenir
en dirección al cambio. Pero la entrevista también puede ser abordada como una herramienta que
ayuda a tomar decisiones, ya que transforma la información en opciones. Esta es una modalidad
que ayudara al terapeuta a establecer tareas de acuerdo a las respuestas que la familia va dando a
lo largo de la entrevista y que lo guiarían de una manera más precisa en la compresión de lo que
se ha intentando y ha fallado. En conclusión, la entrevista en la terapia sistémica es una compleja
interacción de elementos que intentan comprender y evaluar a la familia y a su problemática.
Logra no encasillar a uno de sus miembros en un síntoma, sino que promueve la participación y
la intervención de todos sus integrantes, lo que será logrado con sus propios recursos a través de
una nueva perspectiva y del movimiento que generarán sus acciones en compañía del terapeuta,
del supervisor y del equipo terapéutico quienes intervienen a favor de un cambio.
Referencias
Andolfi, M. (1991) Capítulo 2. La formación del sistema terapéutico. En M. Andolfi.
Terapia Familiar. Pp. 36- 73. Barcelona: Paidós.
Navarro, G. (1992) 2. La entrevista en Terapia Familiar. En Navarro, G. Técnicas y
programas en Terapia Familiar. Pp. 17-44. Barcelona: Paidós.
top related