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VIII Seminario Regional (Cono Sur) ALAIC
“POLÍTICAS, ACTORES Y PRÁCTICAS DE LA COMUNICACIÓN: ENCRUCIJADAS DE LA INVESTIGACIÓN EN AMÉRICA LATINA”
27 y 28 de agosto 2015 | Córdoba, Argentina
La Revista Anfibia como caso del Nuevo
Periodismo
Lic. Juan Manuel Reinoso
Universidad Nacional de San Luis (Argentina)
juanmanuelreinoso@yahoo.com.ar
Resumen
En este trabajo exploramos la inscripción de la Revista Anfibia en el Nuevo
Periodismo desde una perspectiva socio semiótica. Surgida en mayo de 2012, la
publicación nació siendo alternativa.
Es un proyecto de la Universidad de San Martín con apoyo de la Fundación de
Periodismo Iberoamericano. En su primer año de existencia no responde a los
criterios de actualización de la prensa diaria, pero por otro tampoco lo hace con
respecto a los principios de actualización de los periódicos de carácter semanal,
mensual o bimensual. ¿Cómo trabaja en y con la actualidad?
Sus periodistas, todos “anfibios” trascienden las fronteras de lo previsible. La
publicación no se enmarca dentro de los tópicos del discurso periodístico de la
objetividad, sino desde la óptica del Nuevo Periodismo. Indagamos sus espacios
discursivos, la mirada subjetiva de sus narradores y su agenda temática.
Palabras Clave: Anfibia, Nuevo Periodismo, periodismo tradicional, discursos,
agenda temática.
VIII Seminario Regional (Cono Sur) ALAIC
“POLÍTICAS, ACTORES Y PRÁCTICAS DE LA COMUNICACIÓN: ENCRUCIJADAS DE LA INVESTIGACIÓN EN AMÉRICA LATINA”
27 y 28 de agosto 2015 | Córdoba, Argentina
Introducción
Los medios de comunicación han sido durante mucho tiempo instituciones que
naturalizaron las nociones como verdad, actualidad y verosimilitud. Asumimos
como punto de partida pensar a los mismos, al igual que cada una de las
instituciones que operan en nuestras sociedades, como incipientes productores
de verdad. Entender a la verdad como un producto es intentar visualizar procesos
de producción que durante años han estado ocultos. Han sido guardados, porque
la cocina de sentido no era conocida por los consumidores de medios.
¿Qué significados tienen hoy esas concepciones vinculadas a la idea de
verdad en la prensa y cómo fueron cambiando en diferentes momentos de la
historia del periodismo?
Entendemos al Nuevo Periodismo como una ruptura con el periodismo
tradicional. Un modo distinto de posicionarse frente a los hechos, de construir y
narrar diferentes acontecimientos. Exploramos la publicación para dar cuenta del
tratamiento de los diferentes temas y el uso de las fuentes de información en el
NP y particularmente en Anfibia.
En este trabajo, inscribimos a Anfibia en el NP, analizamos y describimos sus
estrategias discursivas como un caso del NP.
Periodismo tradicional y Nuevo Periodismo: ¿dos géneros incomparables?
“Hubo alguna vez un ideal periodístico, con su profesión y estilo. Era un mundo pleno de inocencias. Descendía quizás de las antiguas crónicas, como la
Crónica regnum francorum o Compendio delle croniche della città, simples ejemplos que en todas las épocas y en cualquier tiempo que busquemos, hay monjes o scriptores que procuran que el
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27 y 28 de agosto 2015 | Córdoba, Argentina tiempo no se escurra sin inscripciones en las hojas candorosas de la memoria. Quizás se pensaba
que se podía practicar un reflejo justo y ceñido de la realidad (…)”
1Horacio González
Creemos indispensable hacer un breve recorrido histórico sobre la
actividad periodística en la Argentina. Desde la aparición de la Gazeta de Buenos
Aires, el 7 de junio de 1810, el histórico periódico de Mariano Moreno, la prensa
ha cumplido roles políticos y sociales en la historia Argentina. El nacimiento de la
misma tuvo una relación directa con los ideales independentistas de la época. El
objetivo de la Junta de Gobierno era independizarse de los españoles, y la
prensa acompañó ese proceso teniendo un carácter marcadamente oficialista,
con una intencionalidad manifiesta de sostener esos ideales.
Más adelante en el mismo siglo XIX, con el nacimiento de los partidos
políticos la prensa adquiere un carácter decididamente panfletario y el terreno de
las pasiones políticas será el combustible de todo aquello que se imprima en la
época.
Desde la fundación de los diarios la Prensa y La Nación, en 1870, en el
periodismo empieza a naturalizarse la idea de la profesionalización de la
actividad. Desde entonces se ha entendido en el periodismo, la idea de
objetividad ligada a la idea de independencia: uno de los objetivos principales
para la profesionalización de la actividad es alejar las propias interpretaciones e
intereses a la hora de vincularse con la información. El concepto de la objetividad
implica pensar una distancia entre el periodista y los acontecimientos narrados.
Podemos, en términos de Verón, entender a ese tiempo como el auge de
las sociedades mediáticas donde se considera que los medios espejan la
realidad social y son los mediadores entre los acontecimientos y los ciudadanos.
1 González, Horacio (2013) en Historia Conjetural del Periodismo, Ed. Colihue, Bs. As.
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Durante años se profundiza esta tendencia que puede ejemplificarse en los
slogans de algunos productos periodísticos: reflejo real, el espejo de las noticias,
las dos caras de la moneda y contrapunto.
Los medios de comunicación, como tantas otras instituciones, producen
discursos. Producen sentidos a los que intentan atribuir un estatuto de verdadero
y de real. Desde el nacimiento de la prensa oficial en la Argentina, desde La
Gazeta hasta la actualidad, los medios han instaurado diversas miradas del
mundo como lo real y lo verdadero, lo que se diferencia significativamente de lo
verosímil.
Asimismo, Todorov le otorga varios sentidos a la verosimilitud. El primero,
enunciado por Corax, tiene que ver con una mirada ingenua, “aquél según el cual
se trata de una relación [del] texto con la realidad” pero aquí nos interesa
destacar el más actual de los sentidos, que tiene que ver con “hablar de
verosimilitud de una obra en la medida en que ésta trate de hacernos creer que
se conforma a lo real y no a sus propias leyes; dicho de otro modo, lo verosímil
es la máscara con que se disfrazan la leyes del texto” ( 1970: 13).
En la historia de la prensa- no solamente argentina- se ha podido
consolidar una idea de verdad que se encuentra naturalizada en y por los medios
de comunicación. Esta idea está sujeta a las propias leyes del género, a las que
podemos pensar como el resultado de una serie de estrategias discursivas
ligadas a un efecto de objetividad. El mismo autor afirma que “hay tantos
verosímiles como géneros” (Todorov, 1970:13).
Nos preguntamos acerca del verosímil que construye el discurso
informativo y suponemos que varía, según se trate de periodismo tradicional o del
NP. Escudero Chauvel plantea que este discurso “no funciona demasiado
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diferente al de la ficción, ya que en ambos casos se tratan de construir mundos
posibles narrativos” (1996: 39).
Retomamos aquí el planteamiento de Escudero Chauvel cuando afirma
que “(…) las propiedades de los objetos de la información que predica muy a
menudo no son explicitadas y el lector las da por descontadas en el mundo real”
(1996: 39).
Desde esta perspectiva es que en la historia de la prensa se han intentado
naturalizar discursos que no revisten de ningún tipo de transparencia, inocencia u
objetividad. La historia de la prensa en todo caso es la historia de la
naturalización del efecto de verdad y objetividad que se generan a través del uso
de una serie de estrategias discursivas. Como todo discurso se construye, tiene
marcas de la historia y la cultura que lo atraviesan y determinan.
El Nuevo Periodismo, el nacimiento de un nuevo género
En 1956 con la publicación de Operación Masacre la obra más significativa
de la historia del periodismo en la Argentina, y la aparición ocho años después,
en Estados Unidos de A Sangre Fría, se genera una nueva corriente en la
actividad periodística que no será ajena a los cambios de la época y las posibles
significaciones vinculadas al entendimiento del mundo como el hippismo, el Mayo
Francés y la Revolución Cubana, entre otros.
La investigadora María Paulinelli afirma que “el Nuevo Periodismo no
ofrece solamente la narración organizada de los hechos o un testimonio
documentado de los sucesos” (Johnson, 1975 en Navarrete, 2010: 3). La autora
se refiere a una de las características más relevantes del periodismo tradicional
que ha entendido la lógica del tratamiento informativo como una organización de
sucesos que parecen ser ajenos a la mirada de los sujetos. Por ello, Johnson
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plantea un cambio radical con la aparición de esta nueva corriente narrativa, ya
que el relato en el Nuevo Periodismo “estaría regido por el modo en que se
entrelazan los sucesos que halló (el periodista), por cómo afectaron sus propios
sentimientos, y sus pensamientos, y por cómo constituyeron una experiencia
humana concreta para él, y para otras personas involucradas en ellos” (Johnson,
1975 en Navarrete, 2010: 3).
El periodismo tendrá, desde el surgimiento de esta nueva corriente, una
vinculación diferente con la realidad. Johnson describe la aparición del Nuevo
Periodismo desde una mirada renovadora del ejercicio profesional, haciendo
hincapié en esta “nueva clase de periodistas” donde lo subjetivo, lo cándido y lo
creativo son elementos claves de la inscripción en un nuevo modo de hacer
periodístico. Todos estos recursos influyeron irremediablemente en la escritura a
partir de los años sesenta.
Escribir desde la subjetividad es posicionarse, al menos, desde otra
perspectiva. De todas maneras creemos importante aclarar que no tiene
necesariamente que ver con la parcialidad –Nuevo Periodismo-o la imparcialidad
–Periodismo tradicional. No se trata de ser parciales o imparciales, subjetivos u
objetivos, sino de la puesta en juego de diferentes estrategias, que responden a
dos géneros distintos. Es decir dos modos de exponer con verosímiles diferentes.
Las estrategias se corresponden con dos ideas de actualidad distintas también.
Johnson dirá además que el periodismo en los años 60, no puede ser
ajeno a los cambios propios de una época que se pronunciaba contra un nuevo
orden mundial, muy vinculado al neoliberalismo, que exigía nuevas lecturas e
interpretaciones de una realidad compleja y significativa: “Durante los 60, esos
cambios se han producido tan rápido y profundamente, y el reclamo de actitudes
morales y de comprensión ha sido tan fuerte, que el periodismo consciente se ha
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metamorfoseado a sí mismo, en un intento de estar a tono o participar
comunicativamente de esos cambios” (Johnson, 1975 en Navarrete, 2010: 3).
Estos cambios supondrán pensar en una perspectiva donde la mirada del
que narra será un importante punto de partida. Una de las características más
relevantes del Nuevo Periodismo como género será que hay una mayor
participación del periodista, quien se involucra con mayor compromiso en el
proceso de producción de un suceso, donde su sello personal juega un rol
fundamental en su oficio.
El Nuevo Periodismo, trabaja de otra manera su relación con las fuentes
de información, ve con ojos críticos las fuentes oficiales: desconfía de los poderes
y se acerca de un modo distinto al periodismo tradicional, a las problemáticas
sociales.
El Nuevo Periodismo: de corriente a género
Entendemos al Nuevo Periodismo como un género. Esa noción es un
concepto central en el análisis de Anfibia. Para poder pensar al Nuevo
Periodismo como tal nos remitimos a Bajtín quien afirma “cada esfera del uso de
la lengua elabora sus tipos relativamente estables de enunciados, a los que
denominamos géneros discursivos” (1998:1)
Además plantea que “los enunciados y los géneros discursivos son
correas de transmisión entre la historia de la sociedad y la historia de la lengua.
El mismo autor afirma “donde existe un estilo existe un género. La transición de
un estilo de un género a otro no sólo cambia la entonación del estilo, sino que
destruye o renueva el género mismo” (1998:2).
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Por otra parte, establece una relación indisoluble entre género y discurso:
“Los géneros discursivos organizan nuestro discurso casi de la misma manera
como lo organizan las formas gramaticales. Aprendemos a plasmar nuestro
discurso en formas genéricas, y al oír el discurso ajeno, adivinamos su género
desde las primeras palabras, calculamos su aproximado volumen. Si no
existieran los géneros discursivos y si no los domináramos, si tuviéramos que
irlos creando cada vez dentro del proceso discursivo, libremente y por primera
vez cada enunciado, la comunicación discursiva habría sido casi
imposible”(1998:4).
Tomamos también para nuestro estudio a Oscar Steimberg, quién retoma
al linguista ruso y su noción fundante de género, entendiéndolo como “clase de
textos u objetos culturales, discriminables en todo lenguaje o soporte mediático,
que presentan diferencias sistemáticas entre sí y que en su recurrencia histórica
instituyen condiciones de previsibilidad en distintas áreas de desempeño e
intercambio social” (1998:37). Así además plantea algunos de los elementos para
una caracterización de los géneros: para su descripción podemos recurrir a sus
rasgos temáticos, retóricos y enunciativos “las clasificaciones de géneros se
circunscriben a un conjunto de regularidades, que permiten asociar entre sí
componentes de una o varias áreas de productos culturales” (1998: 41).
Por otra parte, la teoría de los discursos sociales sostiene que en la red de
semiosis infinita pueden distinguirse las condiciones de producción,
reconocimiento y circulación. Esta diferenciación metodológica debe realizarse
cada vez que se elige un objeto para el análisis del discurso. Por ello en nuestra
elección de Anfibia, un soporte de sentido concreto, sus condiciones de
producción resultan determinantes tanto en el estilo, la estética y todo aquello
que conforma la propuesta editorial.
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Distintos enfoques en el ejercicio profesional
Es pertinente también introducir la mirada de Ana María Miralles, quién
propone en sus estudios sobre periodismo y ciudadanía una nueva e innovadora
propuesta: el Periodismo Público. El mismo establece una serie de características
que, al igual que el Nuevo Periodismo, se diferencian del modelo del periodismo
tradicional como género. Podemos destacar entre ellas algunas que aún hoy
permanecen en la producción discursiva de cualquier medio de comunicación: el
objetivismo, la verdad medieval, el modelo bipolar, la opinión pública ilustrada y la
pobreza cualitativa. Algunas de ellas resultan fundamentales para repensar el
modelo profesional de un periodismo vinculado a una idea tradicional, donde los
manuales de estilo han hecho escuela sobre una idea de la realidad limitada en
términos de participación ciudadana, vinculaciones entre periodismo y política y la
apertura de la agenda de los distintos temas de los que la prensa elige ocuparse.
Las críticas de Miralles al periodismo liberal-tradicional señalan las
condiciones de posibilidad del Nuevo Periodismo. Creemos además que estas
herramientas propuestas por la autora nos posibilitan pensar una convergencia
de ambos modelos, claramente diferenciables del periodismo tradicional.
Pensamos al Nuevo Periodismo y al Periodismo Público como géneros con
condiciones de producción diferentes pero con propuestas que los alejan del
hacer periodístico y de la industria informativa serializada de noticias.
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Características del Nuevo Periodismo
Retomamos a Steimberg para definir el estilo y el género del NP desde los
niveles temático, retórico y enunciativo, como aspectos que lo caracterizan.
Desde la entrada temática, el NP se caracteriza por el tipo de agenda que
construye. Se distancia de la idea de actualidad informativa, preponderante en la
prensa, al escoger temáticas presentes en la mayoría de los medios pero
abordados desde diferentes puntos de vista. Dice Paulinelli “se parte de una
actitud de compromiso que va mucho más allá de los temas cotidianos, de los
sucesos de actualidad para incorporar todo tipo de contenidos” (1989:2).
La elección de temas –en apariencia minúscula o trivial- y el modo de
abordarlos, en cada caso, nos permite inferir que detrás de cualquier anécdota,
por banal o superflua que parezca, pueden hallarse pistas de la trama
económica, política o simbólica de la Argentina contemporánea. El propio Tom
Wolfe, como una de las voces más trascendentes del NP, manifestó en los 60
que no recuerda un tema o principio lógico que no haya sido tratado por el nuevo
género.
La agenda temática de la prensa tradicional, se vincula además con un
tratamiento de los temas de una actualidad sujeta a las leyes del mercado. Como
señala Ramón Reig: “La mercantilización de los medios es tal que los contenidos
se intoxican para lograr la venta del producto informativo. La espectacularidad
como característica indispensable está presente en la mayoría de las parrillas
televisivas de todos los países. Tampoco la prensa denominada más seria ha
podido huir de la tabloidización de sus contenidos, que paulatinamente van
dando prioridad a temas más ligeros y que cumplen de forma fundamental la
función de entretener” (2004: 125).
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En relación a la agenda comparte temáticas con los medios de prensa
tradicionales, pero con tópicos emergentes que involucran cuestionamientos al
poder y a las fuentes oficiales dándole visibilidad a nuevas voces estigmatizadas
históricamente por gran parte de los medios de comunicación social.
El NP rompe con las reglas sacerdotales del hacer periodístico, el estilo
resulta de “la intención del escritor de ser personal, participante y creativo, en
relación a los sucesos que informa y comenta, y que lleva en sí el claro sello de
su compromiso y su personalidad” (Paulinelli, 1989:2).
En la dimensión retórica, podríamos caracterizar al NP por el fino límite
entre ficción y actualidad, el uso frecuente de los recursos narrativos propios de
la ficción, la utilización de múltiples puntos de vista, y el uso de fuentes de
información lejanas al poder político y económico. El abandono de los titulares de
la prensa tradicional y el abordaje de otros que incitan una mayor atención del
lector. La tipografía también se modifica, dice Wolfe: “descubrí que cosas como
los signos de exclamación, las cursivas y los cambios bruscos (guiones) y las
síncopas (puntos) contribuían a crear la ilusión no sólo de que una persona
hablaba sino también de que una persona que pensaba”(Wolfe, 1977 citado en
Paulinelli,1989: 7) .
Es por ello que toma relevancia la narración polifónica, que retoma y hace
visibles en un primer plano, voces y personajes marginadas en la prensa
tradicional. Podemos afirmar que paralelamente a cada narración, se construye
un relato acerca del género que lo sitúa en los márgenes del discurso
informativo.
El centro del periodismo tradicional está caracterizado por una agenda
focalizada en la idea de una actualidad impactante e inmediata de todo aquello
que sucede a diario y debe cubrirse. Desde el NP se trabaja con la posibilidad de
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producir relatos más perecederos vinculados a una temporalidad distinta al del
periodismo diario.
El Nuevo Periodismo tiene una vinculación diferente con la realidad.
Cuando Paulinelli sostiene que no “presenta una narración organizada de los
hechos o un testimonio de los mismos”, supone pensar en una perspectiva donde
la mirada del que narra será tan importante como lo que se narra. Una de las
características más relevantes del Nuevo Periodismo como género es que hay
una mayor participación del periodista. Se involucra con mayor compromiso en el
proceso de producción de un suceso, y donde tanto su mirada como su punto de
vista y su sello personal juegan un papel fundamental en el desempeño
profesional.
Tom Wolfe focaliza los procesos de producción del Nuevo Periodismo
como género en cuatro procedimientos básicos (Wolfe, 1977 citado en Paulinelli,
1989: 7):
A) La construcción escena por escena
B) La inclusión del diálogo
C) Inclusión de los puntos de vista
D) Inclusión de detalles simbólicos de las vidas de las personas.
El NP marca además diferencias haciendo una utilización innovadora de
las fuentes de información, lo que se vincula con la idea de un espíritu crítico: el
periodista desconfía de los poderes y se acerca más a las problemáticas
sociales, a las voces de las víctimas, a los silenciados. Es por eso que la
utilización de las fuentes ya no estará vinculada directamente a los sectores de
poder (políticos, hombres del establishment económico, jueces y policías) sino a
sectores a los que la prensa convencional no suele otorgarles un espacio
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significativo, sólo como grupos sociales estigmatizados con denominaciones
estereotipadas (prostitutas, adictos, presos políticos, delincuentes, y pobres).
Por otra parte, en el nivel enunciativo, el NP construye una idea de
periodista -una idea de enunciador- más libre, mejor formado, dueño de tomar
algunas decisiones, "un intelectual autónomo"; mientras que la idea de periodista
y enunciador que podemos rastrear en el PT es menos libre, sumido y sometido
a esa maquinaria informativa que lo excede plenamente, en ritmos, en temas, en
formatos, etc. Nos referimos a la construcción de un intelectual orgánico,
asalariado, inserto en una línea de producción seriada e infinita.
En este sentido, hallamos dos ideas de lector construidas por los
dispositivos de producción que en cada género son diferentes:
En el periodismo tradicional el lector se cree informado porque lee todos
los diarios, ve todos los noticieros, es un ciudadano "enterado" de todo lo que
pasa.
En el Nuevo Periodismo este lector sabe que esa actualidad en forma de
vorágine que nos provee la industria de la información no es más que una
construcción, una ficción entre tantas. Y como es un lector formado prefiere
escoger ficción, de la buena.
Esta caracterización del yo y el tú nos habilita a definir el contrato que, en
general, propone el NP como simétrico. Se trata de una relación propuesta por un
intelectual (o grupo de intelectuales) a al menos un enunciatario informado de
aquello que se habla.
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Se trata de la construcción de otro tipo de ficción, de un diálogo entre
iguales, un contrato de lectura entre dos sujetos discursivos marcados por la
complicidad del saber. Desde este tipo de contrato el NP parece decir: “dejemos
las primicias y urgencias permanentes que se suceden sin interrupción y el
bombardeo cotidiano de información superflua para esos otros lectores. Acá,
sabés, vas a enterarte realmente de lo que pasa, que las cosas importantes son
pocas, y nosotros te las contamos”.
[Escriba aquí]
Anfibia, como caso del Nuevo Periodismo
Asimismo, inscribimos a Anfibia en el NP pensando el lugar del sujeto en la construcción del
discurso informativo, la selección y tratamiento temático, el uso de las fuentes, y la noción de
actualidad que construye.
La revista Anfibia se presenta como una propuesta alternativa. Parece no enmarcarse
dentro de los tópicos del discurso periodístico tradicional. Es una publicación digital que, por un
lado, no responde a los criterios de rutina informativa de la prensa diaria, pero por otro,
tampoco lo hace con respecto a los principios de actualización de los periódicos de carácter
semanal, mensual o bimensual. La misma tiene cambios de contenido irregulares, es decir que
no se repiten en iguales períodos de tiempo. Su criterio de actualización es otro: todo lo que
allí se publica no presenta una marca de registro claramente identificable para el análisis.
Quizás sea manifiestamente intencional la actualización de su contenido de modo irregular, y
eso haga de la misma una marca visible para que los lectores de esta revista entiendan que lo
que la diferencia es un contrato de lectura donde se construye la “actualidad periodística” de
un modo distinto.
La revista tiene un enfoque de tapa diferente a los diarios o periódicos digitales del
periodismo tradicional. Teniendo en cuenta que su conexión con los lectores es digital y no
impresa, no presenta, en su portada, una única titulación de tapa, sino cinco temas que
pueden ser considerados centrales, y van rotando en la página central (home page). Las notas
van cambiando continuamente y es el lector el que puede elegir en qué punto temático
sumergirse en la revista, lo que le da un carácter propio de los mecanismos de lectura
actuales de la era digital.
En cuanto a la propuesta editorial de la revista, Anfibia es presentada en su propio sitio web
como “una revista digital de crónicas y relatos de no ficción”. Ambas son características
fundantes del Nuevo Periodismo. Además “se propone desmalezar algunas zonas de la
realidad Argentina e internacional, con especial énfasis en América Latina, y ofrece un viaje
[Escriba aquí]
literario con el mayor rigor periodístico e investigativo, desde los nuevos relatos de la
contemporaneidad” 2
Anfibia se inscribe dentro del Nuevo Periodismo: un género que desde mediados de los 60
en Argentina y Estados Unidos, generó diferentes espacios alternativos a la prensa tradicional
y masiva. Entre las publicaciones afines al género, pertenecientes a la prensa gráfica
argentina, podemos mencionar: Crisis, Contorno, Primera Plana y Página 12.
La revista salió al mercado, en mayo de 2012, sin la presión de un proyecto empresarial,
como una propuesta académica de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y la
Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), lo que le imprimirá un carácter
particular, que la diferencia de otras propuestas, en cuanto a su agenda y exploración
temática.
La publicación define en su nombre una clara propuesta editorial, pero también estética:
Anfibia se define como “el cruce de los discursos del periodismo hacia las fronteras
académicas y de los discursos de la teoría y el análisis hacia las nuevas narrativas”3.
Trata los temas desde la academia con la mirada literaria que aporta el Nuevo Periodismo.
La revista tiene clara su intencionalidad al decir “Lo contemporáneo requiere de nuevas
lecturas y de nuevas escrituras. La misión de las crónicas de Anfibia es dar cuenta de esa
complejidad desde la calidad narrativa”4
En cambio, desde otro enfoque, el periodismo tradicional trabaja con otras reglas. Escudero
Chauvel dirá en Malvinas, el Gran Relato –aunque refiriéndose al discurso informativo en
general- los medios declaran “en la deontología periodística, el sujeto de la enunciación debe
2 Qué es Anfibia (en línea). Disponible en web:www.revistaanfibia.com/que-es-anfibia(úlitmo acceso: 24
de julio de 2013).
3Qué es Anfibia. (en línea). Disponible en web:www.revistaanfibia.com/que-es-anfibia[úlitmo acceso: 24
de julio de 2013]. 4Qué es Anfibia. (en línea). Disponible en web:www.revistaanfibia.com/que-es-anfibia[úlitmo acceso: 24
de julio de 2013].
[Escriba aquí]
cancelarse detrás de una estrategia de presentación de los hechos, sin comentarios, como
sucede en la novela realista con el autor omnisciente” (1996:36).
Semejante afirmación dispara al menos un interrogante: ¿Es posible pensar en la
cancelación del sujeto periodístico? Una primera respuesta podría ser que el periodismo
tradicional ha creado un discurso verosímil con leyes discursivas propias –vinculadas a la
objetividad, la neutralidad, la imparcialidad- , pero no por eso producen verdad sino, en todo
caso, un efecto de verdad porque bajo esa lógica, cada género establece sus propias leyes de
verosimilitud.
El NP y la revista Anfibia, en este caso por estar inscripta dentro del género, no parece
cancelar el sujeto que enuncia, porque entiende que eso no es posible, trabaja con otras
reglas que producen una idea de verosímil distinta a la del periodismo tradicional.
En contraposición a algunas ideas del periodismo tradicional, Johnson establece una clara
diferenciación con el NP, al decir que bajo esta corriente los periodistas se vinculan de otro
modo con aquello que narran: “Es quizás, esa relación con el material tratado lo que importa
más y ha merecido, por otra parte, mayor atención de la crítica del movimiento. Tanto como
era posible, los reporteros se hacían presentes y se vinculaban con los hechos sobre los
cuales escribían; buscaban la información por dentro en lugar de confiarse en los rumores o
los relatos de la prensa oficial; su periodismo intentaba comunicar los hechos en sí, como un
estilo personal de interés y participación”(Johnson, 1975 en Navarrete, 2010: 2).
Como plantea el autor esta vinculación con los hechos y el sello propio de los sujetos
narradores nos aporta una idea para poder pensar en las marcas que diferencian al Nuevo
Periodismo de otros estilos. Anfibia está llena de marcas que no son casuales sino todo lo
contrario. Las lleva como huella identitaria donde el sello de quién dice marca el rumbo de
cómo se narra. Creemos importante aclarar que existen al menos dos tipos de estrategias
discursivas: aquellas que revelan marcas del sujeto enunciador y aquellas que las ocultan. El
discurso que trabaja sobre la cancelación del sujeto enunciador, es el discurso de la prensa
tradicional; en cambio hay otros que eligen revelarlo, como es el caso de cierto tipo de
literatura. Anfibia parece revelarlo, al utilizar la crónica como el género que la define. Hace uso
[Escriba aquí]
de ella, no como una narración cronológica de sucesos, sino desde una estrategia narrativa
con sujetos que narran aquello que miran con un relato que los atraviesa.
Lucrecia Escudero Chauvel nos plantea: “Como el mundo posible narrativo, el mundo
posible mediático suministra al lector un conjunto de informaciones simplificadas y
estereotipadas que presuponen un trabajo de selección, interpretación y ensamblaje. El mundo
posible mediático también es parasitario, porque las propiedades de los objetos de la
información que predica muy a menudo no son explicitadas y el lector las da por descontadas
en el mundo real (1996: 39).
La autora se refiere aquí a una de las características más relevantes del discursivo
informativo, que ha entendido la lógica del tratamiento informativo como una organización de
sucesos que parecen ser ajenos a la mirada de los sujetos. Por ello Johnson plantea un
cambio radical con la aparición de una nueva corriente narrativa, el Nuevo Periodismo, que
“estaría regido por el modo en que se entrelazan los sucesos que halló (el periodista), por
cómo afectaron sus propios sentimientos, y sus pensamientos, y por cómo constituyeron una
experiencia humana concreta para él, y para otras personas involucradas en ellos”. (Johnson,
1975 en Navarrete, 2010: 3).
El periodismo tendrá, desde el surgimiento de esta nueva corriente, una vinculación
diferente con la realidad. Paulinelli afirma que el Nuevo Periodismo no presenta una narración
organizada de los hechos o un testimonio de los mismos. Esto supone pensar en una
perspectiva donde la mirada del que narra será tan importante como lo que se narra. Una de
las características más relevantes del Nuevo Periodismo, como género, será que hay una
mayor participación del periodista, quién se involucra con mayor compromiso en el proceso de
producción de un suceso, y donde tanto su mirada como su punto de vista y su sello personal
juegan un papel fundamental en el desempeño profesional.
El NP, marcó diferencias, haciendo una utilización innovadora de las fuentes de información,
lo que se vincula con la idea de un espíritu crítico: el periodista desconfía de los poderes y se
acerca más a las problemáticas sociales, a las voces de las víctimas, a los silenciados. Es por
eso que la utilización de las fuentes ya no estará vinculada directamente a los sectores de
poder (políticos, hombres del establishment económico, jueces y policías) sino a sectores a los
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que la prensa convencional no suele otorgarles un espacio significativo, sólo como grupos
sociales estigmatizados con denominaciones estereotipadas (prostitutas, adictos, presos
políticos, delincuentes, y pobres).
La agenda temática de la prensa tradicional, se vincula además con un tratamiento de los
temas de una actualidad fuertemente mercantilizada. Como señala Ramón Reig: “La
mercantilización de los medios es tal que los contenidos se intoxican para lograr la venta del
producto informativo. La espectacularidad como característica indispensable está presente en
la mayoría de las parrillas televisivas de todos los países. Tampoco la prensa denominada más
seria ha podido huir de la tabloidización de sus contenidos, que paulatinamente van dando
prioridad a temas más ligeros y que cumplen de forma fundamental la función de entretener”
(2004: 125).
Algunas características de la inscripción de Anfibia en el NP
Desde un primer acercamiento vemos que la revista Anfibia le otorga cuantitativamente
menor espacio- casi inexistente- a los contenidos publicitarios. Esto se vincula con su
sostenimiento institucional, a diferencia de los medios tradicionales. La revista no parece estar
fundada en la idea de generar ganancias posicionándose como producto comercial. Este es un
punto fundamental, que creemos se ve reflejado en su composición y en el modo de abordar
que pueda darse a los distintos temas que trata.
A diferencia de otros medios, la revista cuenta con una serie secciones que la distinguen en
su singularidad. La misma se divide en:
Crónicas
Fotos
Videos
Ferias
Blog
Autores
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Crónicas
La sección de crónicas es la primera en aparecer en la parte superior izquierda de la
pantalla, en la portada web de la revista. Es claramente la más importante y la que le da un
carácter distintivo al tratamiento informativo. Desde la óptica del Nuevo Periodismo, la crónica
es uno de los recursos narrativos más utilizados, imprime la mirada del autor como principio
fundamental, lo que la hace un género periodístico donde lo que dice el autor estan importante
lo que se enuncia, hecho que lo distancia de toda idea de objetividad y neutralidad, ideas
vertebrales del periodismo tradicional.
Anfibia presenta la sección de crónicas como la de mayor importancia, y eso nos muestra
una evidente inclinación por una concepción del lenguaje cercano a Todorov, quién impugna la
idea del lenguaje-sombra como una descripción plana de lo real. Es por eso que pensamos al
lenguaje desde otra perspectiva, la de creer en el mismo como elemento que crea/construye lo
que entendemos por real. En otras palabras, poder repensar a la narración informativa bajo
esa estructura donde se suele narrar intentando ocultar huellas de quién va narrar un
acontecimiento.
Algunas crónicas nos aportan una mirada inicial sobre aquello que venimos enunciando,
hablar de Supremo Anfibio en la titulación de un artículo, haciendo referencia al prestigioso
juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni, es una propuesta al menos interesante. La crónica
sobre el juez describe de una manera minuciosa y elocuente el perfil de un hombre que se
mueve con mucha soltura en todos los terrenos, mostrando confianza y seguridad en un
profesional que se destaca por una marcada y conocida trayectoria.
Otra propuesta narrativa e innovadora de la revista se evidencia en una de sus crónicas
donde destaca al Erudito del porno, un coleccionista de films pornográficos en VHS de
diferentes épocas. La revista propone allí una mirada sobre cómo colecciona este hombre,
dándole un carácter positivo y presentándolo como un gran coleccionista, quitándole toda la
estigmatización que lo prohibido tiene en una sociedad donde los medios no suelen darle voz a
todo aquello que está considerado como tabú en el imaginario colectivo. Durante toda la
crónica está claro donde se sitúa quién narra.
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Nos parece significativo destacar que estos dos ejemplos ilustran la relación entre algunas
reglas de estilo del NP y la propuesta de Anfibia –selección temática, uso de las fuentes,
posición del sujeto-.
En la propia declaración del posicionamiento editorial, la revista se propone como principio
la importancia de poder generar nuevos posicionamientos en cuanto a las lecturas y escrituras
en una sociedad contemporánea, sin perder calidad narrativa. : “(…) La misión de las crónicas
de Anfibia es dar cuenta de esa complejidad desde la calidad narrativa”5
Fotos
La sección fotos de la revista se encuentra situada al lado de las crónicas. Al hacer doble
click en la misma nos muestra todas y cada una de las fotogalerías–fotorreportajes-. Creemos
que el hecho de separarlas de la crónicas, sin tomarlas sólo como fotografías ancladas a las
mismas evidencia la idea de poder pensar en la autonomía del relato visual, de un sentido que
podría ser complementario al de las crónicas si lo pensáramos como producto acabado. Sin
embargo parece posicionarse como sección con un sentido propio y autónomo. No todas las
fotografías que aparecen en la sección de fotos están necesariamente en las crónicas sobre el
mismo tema.
Si tomamos la crónica del 17 de mayo del año 2012 titulada El supremo anfibio sobre el juez
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Raúl Eugenio Zaffaroni, tenemos por un lado
tres fotografías que ilustran las tres páginas de la crónica sobre el juez, pero también tenemos
en la sección de fotos dieciocho retratos más.
Lo que queremos decir, con el ejemplo, es que los narradores anfibios le otorgan otros
sentidos a este apartado, es decir que la sección fotos puede ser vista por los lectores sin la
necesidad de remitirse necesariamente a la sección crónica. También podemos presuponer,
que cuando un tema es tratado desde la crónica y desde el fotorreportaje, el lector podrá
construir una idea de lo que el fotógrafo de la revista quiso plasmar del sujeto entrevistado por
el cronista, sin hacer fotos netamente ilustrativas de las redacciones.
5Qué es Anfibia. (en línea). Disponible en web:www.revistaanfibia.com/que-es-anfibia[úlitmo acceso: 24
de julio de 2013].
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Autores
En la sección Autores, se los presenta a los mismos de una manera poco formal, bien
distinta a la prensa tradicional, ya que cada uno de ellos es caracterizado en referencias que
no suelen tener mucho que ver con su formación profesional. Allí se destacan más bien otras
experiencias de vida, que además tienen que ver con su intimidad. Veamos el relato de
presentación de uno de los cronistas:
“Daniel Alarcón quiso ser futbolista, un gran futbolista. No pudo. Se dedicó a escribir: crear
historias, inventar y entender las tramas que existen entre la gente. Fue una buena decisión.
Nació en Lima, pero se crió en Alabama. De chico, se sentaba con su papá en los
restaurantes, miraban a la gente que hablaba inglés, los veían gesticular y pensaban qué
podrían estar diciendo: juntos, se divertían mucho”.
Tenemos también la particular presentación de la fotógrafa Alejandra Sánchez Insunza: “Al
ir a acostarse Alejandra piensa en si va a poder dormir. Piensa en lo que tiene que hacer y no
ha hecho, en los viajes que le quedan, los proyectos pendientes. La angustia mucho no tener
tiempo suficiente para ver todo lo que quiere ver, para escribir sobre todo eso. Y se pone
ansiosa y piensa. Piensa en recuerdos de la infancia, planes, conversaciones, en otros
sueños, lejanos, concretos, alcanzados, en las posibilidades de desayuno, en tal o cual corte
pelo y, allí, finalmente, Alejandra se duerme”.
Volviendo a tomar como referencia a Eliseo Verón inferimos que por las marcas que
observamos en el contrato, se evidencia una complicidad entre cronistas y lectores. Los
anfibios se presentan como personas comunes, que pueden tener fortalezas y debilidades
como cualquiera. Miedo al dormir, a los animales, pero también se animan a soñar con esas
cosas que sueña cualquiera de nosotros. No serían enunciadores pedagógicos en términos
neronianos, recurso utilizado por el ejercicio periodístico tradicional, donde se hacen lecturas
de una realidad “compleja” intentando explicarle a quién lee cuales son las claves para
comprender eso que la prensa suele llamar actualidad. Aquí los anfibios eligen nadar
presentándose como narradores orilleros, un término puesto en vigencia por Roberto Arlten los
años 30. Lo hacen desde ese nuevo lugar, fundado en los sesenta por el Nuevo Periodismo,
donde hoy muchos cronistas se siguen animando a experimentar.
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Títulos
Las diferentes secciones de la revista tienen una forma de titular donde la complicidad está
presente regularmente en cada uno de ellos: El Supremo Anfibio -entrevista a Zaffaroni-,
Tráfico de Escarabajos-comercialización de insectos como mascotas-, Forzudas, la belleza del
cuerpo femenino -mujeres fisicoculturistas-, Nadar solo-muertos por la inundación en Bs. As-,
Fuiste mi primavera -Sobre alcohólicos internados-, y Esperando el milagro -elecciones en
Venezuela.
Cualquier lector que se precie de serlo, puede tomarse un momento frente a la mirada de
cualquiera de estas secciones y se dará cuenta que para entender de qué se trata deberá
haber un universo de significados compartidos entre autor y lector. Eliseo Verón establece una
serie de ideas en torno al contrato de lectura que cada medio de comunicación establece con
sus lectores. El contrato es “la relación entre el discurso de un soporte y sus lectores”.
En Anfibia está claro que ese contrato supone un universo de significados compartidos. La
forma y el modo de titulación de las secciones presentan marcas de opacidad, no se refiere
unívocamente a aquello que alude, no puede ser pensado desde una idea transparente del
lenguaje.
Detrás de todos esos relatos de Anfibia nos encontramos con lectores ya informados, que
buscan ir más allá de la mera recolección de datos. Los lectores de la revista buscan historias,
algo que podemos relacionar como una característica propia del Nuevo Periodismo. Buscar
historias, en este caso, no es buscar relatos literarios imaginarios, sino más bien recursos
estilísticos narrativos que contengan hechos sucedidos en un mundo real narrados a través de
recursos como el non fiction, pero que tienen elementos literarios que muestran una fuerte
reivindicación sobre la idea de que las apreciaciones de quién dice son tan importantes como
aquello que se dice.
Agenda y fuentes
Con sólo mirar la portada de cualquier medio periodístico uno podría encontrar algunas
claves para saber en qué términos maneja su agenda. La misma tiene varias implicancias, y
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una de ellas es cómo se construyen los temas que el medio elige tocar y cómo son tratados de
diferentes modos antes de transformarse en el producto final. Bernard Cohen plantea: “La
prensa puede no ser exitosa la mayor parte del tiempo para decirle a la gente qué pensar, pero
es sorprendentemente exitosa para decirle a sus lectores acerca de qué pensar”.6 Anfibia al
romper con una idea tradicional de actualidad, utilizada cotidianamente por la prensa diaria,
profundiza en temáticas que salen de la agenda setting. Esa misma que comparten la mayoría
de los diarios impresos y digitales. La revista parece no dejarse llevar por una imposición
temática, toca tópicos donde la profundización de sus interrogantes en torno a establecer
pistas o claves de una realidad compleja, pretenden profundizar más que explorar
superficialmente.
Nos animamos a pensar que cualquiera de las crónicas de esta revista podría leerse
atemporalmente, y sin embargo no por eso dejaría de tener trascendencia aquello que uno
está leyendo. Esta propuesta de atemporalidad, muy característica en la literatura, es lo que
nos lleva a pensar en la diferencia con respecto a la prensa diaria que con su idea de
actualidad se convierte en una maquina residual informativa. Todo aquello que se publica,
puede ser transformado en desechable en cuestión de horas.
¿Los cronistas de Anfibia se habrán preguntado qué valor puede tener todo un trabajo
intelectual que de un día para el otro puede arrojarse al olvido?
Desde ese punto es que podemos pensar en la construcción de otro tipo de agenda. La
agenda-Anfibia es en suma mucho más compleja; busca otorgarle espacio a aquellos temas
que no caben en los medios tradicionales. La complejidad de las prácticas sociales que suelen
no poder cumplir con los criterios de noticibilidad (Wolf) terminan dejando de lado toda aquella
información que no cumple con determinados requisitos.
¿Habrá lugar en los grandes medios argentinos para saber cómo ve la realidad el dueño de
un famoso Cabaret? ¿Tendrán espacio para saber que siente un cronista con un discípulo de
Ravi Shankar?
6Bregman, Dorine. “La función de agenda: una problemática en transformación”. En: El nuevo espacio público. Jean-Marc
Ferry, Dominique Wolton y otros. Gedisa. 1992. Barcelona. Pág. 212.
[Escriba aquí]
Los medios tradicionales estigmatizan aquello que no entienden. Lo que no se sabe es si no
lo entienden o las leyes del mercado no les otorgan tiempo para explicarlo. Anfibia se da ese
espacio, al menos en términos de agenda, parece no competir más que consigo misma, una
perspectiva que se refleja en sus contenidos. El hecho de que la revista haya salido al
mercado como un proyecto sostenido por la Universidad Nacional de San Martín y la
Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano le quita presión a la búsqueda informativa y
le aporta diferentes distintas concepciones de temas que se debaten en la academia:
concepciones de actualidad, realidad, agenda, etc.
Es diferente un medio con un sostenimiento institucional que uno sujeto directamente a las
leyes del mercado. La forma de sostenimiento influye claramente en la agenda. Determinados
temas que no revistan de un carácter rentable serán mucho más complicados de cubrir por
aquellos medios que tienen que pensar en su rentabilidad como principal forma de sustento.
Por ello nos interesa reforzar la concepción de la agenda temática en esta publicación. Es
para nosotros una característica que comparte con el Nuevo Periodismo. La revista trata
temas de los que el periodismo tradicional se ocupa pero desde otra óptica: juventud, género,
diversidad sexual, medio ambiente.
Creemos que la agenda al exponer dice. La selección temática que realiza el medio dice
mucho sobre su propuesta editorial. Anfibia no será ajena a esta lógica. Lo que importa en este
Nuevo Periodismo es la relación de diferentes verdades vinculadas a las diferentes miradas de
quienes narran. Es un sello como marca identitaria de la publicación.
Por otra parte es preciso no dejar de lado otra característica propia de Anfibia, que la
inscribe dentro del Nuevo Periodismo y es el papel asumido por el sujeto o los sujetos que
narran. El periodista asume un mayor involucramiento porque entiende que la objetividad y la
neutralidad no son objetivos de este modelo del ejercicio profesional. Este involucramiento se
constituye como una de las estrategias que mayor regularidad presentan en el NP.
Pensamos a la información como una inevitable producción de los medios de comunicación
y a la actualidad como el resultado de un conjunto de procesos intencionales, muchas veces
invisibilizados en la puesta en escena de cualquier producto periodístico.
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El Nuevo Periodismo y la revista Anfibia, en este caso por estar inscripta dentro de este
movimiento, no pretende cancelar al sujeto que enuncia, porque entiende que eso no es
posible, trabaja con otras reglas que producen un verosímil distinto al periodismo tradicional.
De este modo, Anfibia asume desde la propuesta editorial, que es un dispositivo productor
de sentido y no de representación del mundo, porque si bien todos los medios pueden ser
reconocidos como tales, muchos de ellos intentan mostrar una posición vinculada a la
neutralidad, ocultando sus huellas discursivas.
En la declaración de la propuesta editorial se establece como principio la preponderancia en
la narrativa profunda: “Lo contemporáneo requiere de nuevas lecturas y de nuevas escrituras.
La misión de las crónicas de Anfibia es dar cuenta de esa complejidad desde la calidad
narrativa” 7
Consideraciones finales
Nos planteamos en este trabajo inscribir a la revista Anfibia dentro de lo que se denominó, a
partir de la década del 60, la corriente del Nuevo Periodismo.
La idea principal fue explorar sobre el modo en que la revista se inscribe dentro de lo que
hoy consideramos un género. Allí trabajamos, por un lado, las marcas más importantes que
caracterizan al NP y, por otro, el modo en que aparecen en la revista analizada.
Nos pareció sumamente importante tener en claro que no era posible hablar de Nuevo
Periodismo sin compararlo con el periodismo tradicional como género. Entendemos que el NP
surge, no como un rediseño del tradicional, sino como producto de una serie de cambios
sociales, culturales, políticos e históricos que escapan a la actividad periodística pero la
involucran como a cualquier otra esfera de la actividad humana.
Desde allí tomamos algunos conceptos claves en materia de producción periodística:
verdad, objetividad, verosimilitud, fuentes de información y agenda temática. Los mismos
7Qué es Anfibia(en línea). Disponible en web:www.revistaanfibia.com/que-es-anfibia(úlitmo acceso: 24
de julio de 2013).
[Escriba aquí]
resultan fundamentales para pensar cualquier modelo de producción periodística. Por ello es
que atravesaron todo nuestro análisis de Anfibia.
Anfibia es una revista que se inscribe en el género Nuevo Periodismo. En la Home Page ya
nos encontramos con características que la sitúan siempre dentro del mismo. Ese
posicionamiento puede observarse también en el armado de las secciones y el abordaje
periodístico de las temáticas que toca. Desde la utilización de las estrategias discursivas que
han caracterizado al NP, desde su aparición en los años 60 hasta la actualidad: espíritu crítico,
uso de los puntos de vista, construcción escena por escena y registro del diálogo. Las
temáticas, aunque sean las mismas que aborda el periodismo tradicional, presentan en la
revista un enfoque diferente. Anfibia trabaja con la idea de que hay tantas visiones del mundo
como protagonistas para contarlas.
Anfibia pone en juego una serie de estrategias que develan la intención de crear un efecto de
verdad con características y estrategias propias del NP (tal como las que asigna Escudero
Chauvel al discurso de la prensa).
A diferencia del periodismo tradicional Anfibia revela al sujeto que enuncia. No hay marcas de
ocultamiento o cancelación del sujeto enunciador. Ninguna crónica se destaca por construir al
enunciador desde la primera persona del singular; hay en todas un narrador omnisciente, que
se sitúa llamativamente en la tercera persona del singular o del plural. Este narrador
omnisciente remite a la novela realista, reafirmando la falta de un límite claro entre ficción y no
ficción, o la voluntad de Anfibia de diluirlos.
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