nuevo periodismo, tom wolfe

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i\4 Áft JorgeLuis Pérel Materia : Fuentes Especializadas¡ Periodismo Impreso. Sección: TmoA El Nuevo Periodismo, Tom Wolfe. ??/^ }kU$Xp \ -c+r\_i_o \reJüyü ü*,_ Los tiempos decambios noson fáciles para todos. Lonuevo, lo ajeno, todisinto-ffgv-Lh a la rutina suele provocar recelos entre aquellos que han adoptado unpatrón especfncff =-- como labase desus vidas. Entre 1.960 y t.970, definitivamente algo deesto ocurrió enl el seno de la sociedad literata de los Estados Unidos que involucró por otra parte al periodismo. Dosesferas distintas, la de los novelistas y la de los grandes cronistas, fueron testigos de unafusión que hizo estremecer a los"burgueses" de ta literatura, y abrir nuevos horizontes para aquellos que se dedicaron ,; sencillamente a informar las noticias con esencia novelista. A mediados de L.962, Tom Wolfe era un periodista que había abandonado Washington D.C. para mudarse a la ciudad de Nueva York: capital que concentraba en eseentonces a los grandes periodistas de la época tal como noscuenta Wolfe en su libro "El Nuevo Periodismo" (The New Journalism): Charles Poftis, Dick Schaap, Jimmy Breslin, Michael Mok,entreotros,ocupaban los escritorios más privilegiados en las oficinas de prensa de la Gran Manzana; Sus columnas, ensayos, crónicas y reportajes hacían que cada una de las publicaciones para las que trabajaban participaran una dura competencia por la historia que causara mayor impacto o más relevancia entrelos fectores de la capital del mundo. Sin embareo; esto no lo eratodo. El mayor deseo de cualquier novato en la profesión -u oficio como otros le llamaban para la época sin ofensa alguna- erallegar al mayor rango en la jerarquía de los escritores: "El objetivo era conseguir empleo en un periódico, permanecer íntegro, pagar el alquiler, conocer el mundo, acumular experiencia, tal vez pulir algodel amaneramiento de tu estilo... luego, en un ' moménto, dejar el empleo sin vacilar, decir adiós al periodismo, mudarse a una cabaña en cualquier parte, trabajar día y noche durante seis meses, e iluminarel cielo con el triunfo final. Eltriunfo final sesolía llamar LaNovela." Más adelante en el texto, Wolfe nos cuenta que un nuevo movimiento empieza a escucharse tanto en los niveles más bajos de la estructura jerárquica, es decir entre los redactores de un periódico, como entre aquellos que ocupaban la cúpula de La Novela. Notenía nombre para entonces. Nadie sabía cómo catalogarlo. Era real, pero (Pó-¡.{r w

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Page 1: Nuevo Periodismo, Tom Wolfe

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Jorge Luis Pérel

Materia : Fuentes Especializadas¡

Periodismo Impreso. Sección: TmoA

El Nuevo Periodismo, Tom Wolfe. ??/^ }kU$Xp\ -c+r\_i_o \reJüyü ü*,_Los tiempos de cambios no son fáciles para todos. Lo nuevo, lo ajeno, to disinto-ffgv-Lh

a la rutina suele provocar recelos entre aquellos que han adoptado un patrón especfncff =--como la base de sus vidas. Entre 1.960 y t.970, definitivamente algo de esto ocurrió enlel seno de la sociedad literata de los Estados Unidos que involucró por otra parte alperiodismo. Dos esferas distintas, la de los novelistas y la de los grandes cronistas,fueron testigos de una fusión que hizo estremecer a los "burgueses" de ta literatura, yabrir nuevos horizontes para aquellos que se dedicaron ,; sencillamente a informar lasnoticias con esencia novelista.

A mediados de L.962, Tom Wolfe era un periodista que había abandonadoWashington D.C. para mudarse a la ciudad de Nueva York: capital que concentraba enese entonces a los grandes periodistas de la época tal como nos cuenta Wolfe en sulibro "El Nuevo Periodismo" (The New Journalism): Charles Poftis, Dick Schaap, JimmyBreslin, Michael Mok, entre otros, ocupaban los escritorios más privilegiados en lasoficinas de prensa de la Gran Manzana; Sus columnas, ensayos, crónicas y reportajeshacían que cada una de las publicaciones para las que trabajaban participaran una duracompetencia por la historia que causara mayor impacto o más relevancia entre losfectores de la capital del mundo. Sin embareo; esto no lo era todo. El mayor deseo decualquier novato en la profesión -u oficio como otros le llamaban para la época sinofensa alguna- era llegar al mayor rango en la jerarquía de los escritores:

"El objetivo era conseguir empleo en un periódico, permaneceríntegro, pagar el alquiler, conocer el mundo, acumular experiencia,tal vez pulir algo del amaneramiento de tu estilo... luego, en un' moménto, dejar el empleo sin vacilar, decir adiós al periodismo,mudarse a una cabaña en cualquier parte, trabajar día y nochedurante seis meses, e iluminarel cielo con el triunfo final. El triunfofinal se solía llamar La Novela."

Más adelante en el texto, Wolfe nos cuenta que un nuevo movimiento empiezaa escucharse tanto en los niveles más bajos de la estructura jerárquica, es decir entrelos redactores de un periódico, como entre aquellos que ocupaban la cúpula de LaNovela. No tenía nombre para entonces. Nadie sabía cómo catalogarlo. Era real, pero

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tenía elementos literarios, Zficticio? éObjetivo?, érepoftaje o cuento? No era ficticio, erareal; Sí era objetivo, pues los hechos eran veraces y totalmente comprobables; y noeran ni cuentos ni reportajes. Era el Nuevo Periodismo: un concepto que Wolfe preferíacatalogar con otro nombre, aunque finalmente fue esta primera denominación la que sepopularizaría en los años venideros.

Describe Wolfe en su libro que con el pasar los años, simples redactores, oincluso los periodistas de renombre, comenzaron a extraer de la literatura los elementosnecesarios para hacer de una noticia un hecho más cercano al lector. De hecho, elautor de "El Nuevo Periodismo" hace hincapié en el hecho de que los novelistas de laépoca habían abandonado ese nexo entre sus escritos y los lectores. En la búsqueda deuna obra que llegara aún más lejos, en sentido literario, que la de sus competidores.Por lo tanto, los lectores estaban expuestos a historias que hablaban de hazañas otramas increíbles de las cuales no se sentían identificados. Es en ese punto en que elNuevo Periodismo toma un curso explosivo entra la sociedad estadounidense y rescatala conexión entre el escritor y el lector.

"Eso resultó maravilloso para los periodistas... se lo puedo asegurar.Los años sesenta constituyeron una de las más extraordinariasdécadas en la historia de Nofteamérica en lo que a costumbres y éticasse refiere. tas costumbres y las éticas hicieron la historia de lossesenta. (...)A todo este lado de la vida nofteamericana que semanifestó impetuosamente cuando a la opulencia norteamericana dela posguerra le saltó la válvula de seguridad -a todo ello los novelistassencillamente le volvieron la espalda, renunciaron por negligencia-.Esto dejó un inmenso hueco en las letras americanas, un hueco lobastante grande como para cobijar a un juguete tan desgarbado comoel Nuevo Periodismo".

En "El Nuevo Periodismo', nuestro autor, Tom Wolfe, estampó un momentoclave en la historia contemporánea de la literatura y el periodismo en los EstadosUnidos. Un movimiento que debió superar cualquier tipo de obstáculo para lograr laposición que hoy en día se merece no sólo en ese país, sino en el continente entero.Wolfe, narró justamente la brecha transitoria entre lo que representó el estereotipo aseguir, y la forma en cómo se logró reivindicar el oficio del periodista. No era ya elsimple hecho de informar con grandes reportajes o a través de la noticia. Era contarlacon descripciones, narraciones, figuras literarias que hicieran los hechos más cercanosal lector. Tal como Wolfe describe: era "imaginar sentir lo que experimentaban loslectores"; No se pensaba como periodista ni como novelista, sencillamente de contabalo que estaba "ahí" en el hecho a ser vivido, sentido y transcrito.