sandra contreras godoy -...
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1. INTRODUCCIÓN
Actualmente en la fruticultura, al igual que en otros sistemas productivos, es muy
importante conseguir altos rendimientos, productos sanos y de excelente calidad, para
así poder competir en el mercado de las exportaciones.
Como indica AGUSTÍ, (2000), en cítricos por ejemplo, son numerosos los artrópodos
que viven a expensas de estas plantas, y su presencia afecta tanto la producción como
la calidad de los frutos. Por consiguiente, la rentabilidad de las exportaciones puede
verse seriamente reducida por su presencia.
Esto ocurre, prácticamente, en todas las especies frutales, por lo que se hace
fundamental la identificación de las diferentes especies de plagas que atacan a los
cultivos, además de conocer su biología, hábitos, y los daños que produce, de manera
de hacer un buen control de ellas.
En el caso del níspero (Eriobotrya japonica Lindl.), por ser considerado un cultivo de
poca importancia económica para el país, siendo catalogado como un frutal menor
(ODEPA, 2003), es una especie muy poco estudiada en nuestro país, en especial en lo
concerniente a sus plagas.
Algunas de sus plagas, sin embargo, han sido bastante estudiadas, debido a que son
plagas principales de otros cultivos más importantes comercialmente para el país,
como cítricos y paltos. Por el contrario, existen plagas de las cuales no hay
información alguna, es el caso del ácaro del níspero, Aceria eriobotryae (Keifer). Es
por esto que en el presente Taller, se pretende hacer un estudio que genere
información con respecto al comportamiento y presencia de este eriófido a nivel
regional.
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El Objetivo general del presente taller es:
• Generar información acerca del comportamiento y la presencia del eriófido
del níspero, Aceria eriobotryae Keifer, en huertos de la V región.
Esto se conseguirá desarrollando los siguientes objetivos específicos:
• Determinar el comportamiento del ácaro Aceria eriobotryae Keifer.
- Determinar la estacionalidad del ácaro Aceria eriobotryae Keifer.
- Determinar el tipo de brote en que se desarrolla.
- Determinar la distribución en el huerto.
• Determinar la presencia del ácaro Aceria eriobotryae Keifer, en huertos de la
V región.
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2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
2.1. El cultivo del níspero:
2.1.2. Origen
El níspero, es originario del Sudeste de China. A Europa llegó, en el siglo XVIII,
como árbol ornamental procedente de Japón. El consumo de los frutos en toda el área
mediterránea se inició en el siglo XIX, donde se adaptó muy bien a las zonas de
cultivo de los cítricos. A finales de los años 60 y principios de los 70, comenzó a
desarrollarse el cultivo intensivo, cuando empezaron a implantarse las variedades y
técnicas de cultivo actualmente utilizadas (INFOAGRO, 2004).
2.1.3. Taxonomía y morfología
Según se indica en INFOAGRO (2004), el níspero pertenece a la familia Rosaceae,
especie Eriobotrya japonica (Thunb.) Lindl. (níspero japonés), próximo a Mespilus
germanica (níspero europeo).
En China, el níspero en estado silvestre, según indica TAMARO, (1963), es un árbol
no muy alto, arbustivo y con fuertes ramificaciones espinosas. Posee hojas grandes y
largas. Al cultivar la planta se desarrolla un árbol de tamaño mediano de cinco o seis
m de altura, el cual posee una copa piramidal o esférica, lo que le otorga un aspecto
magnífico.
Su tronco es derecho, aunque a veces se divide en la base formando un arbusto; sus
ramas del año son gruesas y tomentosas, se van desarrollando de a dos, rara vez
poseen más de tres ramificaciones; las ramas de dos o más años son derechas,
escamosas y provistas de pocas hojas. Las hojas son grandes, de 20 cm de largo,
coriáceas, lanceoladas, de pecíolos cortos, brillantes en la cara superior y pubescente
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en la inferior, se encuentran principalmente sobre las ramas del año. En el extremo de
las ramas aparecen las flores agrupadas en panojas, las cuales se caracterizan por
poseen un agradable olor a almendras. Los frutos son pomos coronados en el cáliz, de
color amarillo y algo vellosos, generalmente están en grupos de cuatro o cinco, rara
vez se encuentran solitarios (TAMARO, 1963).
El árbol emite brotes principalmente en dos épocas, a inicios y fines de primavera.
Los brotes que aparecen a inicios de primavera, normalmente se desarrollan a partir
de yemas ubicadas en las axilas de las hojas. Los emitidos a fines de primavera, lo
hacen también a partir de yemas latentes, ubicadas en las ramas o en la base de los
racimos con fruta, cuando esta es recién cosechada o incluso con la fruta aún
presente. Los brotes detienen su crecimiento en el verano. En el extremo de los brotes
nuevos se forman las yemas florales, muy poco después de haber cesado su
crecimiento terminal. Generalmente, solo la mitad o la tercera parte de las flores del
racimo dan origen a frutos. Estos últimos cuajan a inicios de invierno, siguiendo su
desarrollo durante el invierno, terminando de crecer y madurando en primavera
(RAZETO, 1988).
Para comprender mejor lo anterior, según indica GIL, (1997), se puede definir el
brote como el órgano vegetativo que se desarrolla en una temporada, el cual al
principio es tierno, pero a medida que el tejido va madurando se va haciendo más
sólido o lignificado, está compuesto por hojas, yemas apicales y yemas axilares. Las
yemas son esenciales en el ciclo de crecimiento, el cual se inicia o termina con ellas,
pues las yemas pueden dar origen a brotes, flores, inflorescencias o brote con flores.
Están compuestas por cualquiera de estos tejidos, pero estos se encuentra en forma
comprimida bajo escamas protectoras o brácteas, contiene tejido meristemático, capaz
de multiplicar sus células, de modo que al crecer por división y expansión celular
origina esos órganos.
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2.1.4. Fenología
La clasificación de los estados fenológicos, permite el estudio del crecimiento y
desarrollo de las yemas de los distintos frutales. A cada estado se le ha asignado una
letra del alfabeto, como se presenta en el Cuadro 1, que caracteriza desde el estado de
reposo invernal hasta el de pequeño fruto recién formado (GIL y VELARDE, 1996).
CUADRO 1. Estado tipo del níspero europeo (Eriobotrya japonica Lindl.), según Martínez-Valero, R. Melgarejo, P. y col. (GIL y VELARDE, 1996).
Estado Características
A
B
C1
D1
D2
E1
E2
F
G
H
I
J
K
L
M
Yema de invierno
Yema hinchada
Se ven las primeras hojitas
Aparición del botón floral (se ve el cáliz)
Apertura del cáliz
Se ve la corola
Corola hinchada (no viéndose los estambres por ser cortos)
Floración
Caída de pétalos
Cuajado del fruto
Fruto joven
Fin de la diferenciación del embrión
Hinchamiento del fruto
Maduración del fruto
Caída de hojas
Fuente: Martínez-Valero, R. Melgarejo, P. y col. (GIL y VELARDE, 1996)
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2.1.5. Importancia económica del cultivo
Según indica RAZETO (1988), el níspero es un árbol conocido desde hace mucho
tiempo en Chile. Ha sido cultivado por siglos en forma de huertos caseros o como
árboles aislados en los jardines de las casas, siendo esto último muy frecuente aún.
En nuestro país, el cultivo comercial del níspero es bastante reciente, comenzó hace
no más de 30 años, esto coincide con la introducción de variedades mejoradas desde
California, las cuales dan fruta mucho más grande y de mejor calidad que las
cultivadas tradicionalmente. Comúnmente a estas variedades se les denomina
nísperos californianos (RAZETO, 1988).
Según el último Catastro Frutícola V región (2002), se indica que en la región existen
19 explotaciones, con un total de 47,4 ha, las que representan el 57,3 % de la
participación nacional de una superficie total estimada de 83,2 ha.
2.1.6. Las plagas del níspero
Las plagas del níspero en Chile, según PRADO (1991), son las siguientes:
Aceria eriobotryae (Keifer)
Aphis gossypii Glover
Aphis spiraecola Patch.
Aspidiotus nerii Bouché
Ceratitis capitata (Wied.)
Chilecomadia valdiviana (Phil.)
Dexicrates robustus (Bl.)
Grapholita molesta (Busck)
Hemiberlesia lataniae (Sing.)
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Naupactus xanthographus (Germ.)
Proeulia auraria (Clarke)
Pseudococcus affinis (Maskell)
Pseudococcus longispinus (Targ. – Tozz.)
Cabe destacar que sólo el eriófido del níspero (Aceria eriobotryae Keifer), es plaga
específica del níspero, mientras que las otras son generalistas o tienen a otros cultivos
como sus hospederos preferidos (LÓPEZ y PARRA, 2004).
2.2. Los Ácaros:
Después de los insectos, los ácaros constituyen el grupo más importante dentro de las
especies plaga de las plantas cultivadas, comprendiendo entre un 15 y 20 % de las
especies plaga de mayor incidencia económica en los cultivos (INFOAGRO, 2004).
APABLAZA (2000), afirma que a nivel mundial se conocen algo más de 30.000
especies, descritas en 1.700 géneros.
2.2.1. Clasificación
Diversas autoridades consideran a los ácaros como constituyentes de la subclase
Acari (ex Acarina) (APABLAZA, 2000).
Según DORESTE (1988), se puede resumir la ubicación de la Subclase Acari en el
reino animal de la siguiente manera:
Reino: animal
Subreino: Metazoa
Phyllum: Arthropoda
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Subphyllum: Chelicerata
Clase: Arachnida
Subclase: Acari
2.2.2. Características generales
Como lo indica DORESTE (1988), los ácaros son animales muy pequeños, la
mayoría de ellos se encuentra al límite del campo de la visión humana.
Los ácaros, se caracterizan por poseer un cuerpo compacto y ovalado, además este
puede carecer de segmentos o poseer una segmentación muy limitada, según lo indica
APABLAZA (2000).
2.2.3. Comportamiento
Existen ácaros fitófagos, saprófitos y depredadores. Según indica GARCIA et al.
(1991), los ácaros fitófagos suelen ser de tegumento poco esclerotizado y bastante
sedentarios, generalmente presentan coloraciones rojas, verdes o amarillas, se
alimentan de las células epidérmicas del tejido vegetal, pudiendo causar
deformaciones en éste por afectar a órganos en desarrollo o por inyectar sustancias
tóxicas. Los ácaros saprófitos suelen ser de movimientos lentos, mientras que los
depredadores son los que muestran mayor velocidad, y suelen poseer largas patas y
tegumento esclerotizado.
Los ácaros están bien adaptados a los ciclos climáticos que ocurren en el año, por
ejemplo, durante la época caliente y seca o también en épocas frías, se retiran a sitios
protegidos y húmedos o tienen generaciones con la anatomía exterior más resistente.
En algunos casos las hembras ponen huevos resistentes a esas condiciones adversas o
entran en estado de reposo o de diapausa. Este fenómeno es frecuente en los
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Tetranychidae y Eriophyidae y puede suceder en el estado adulto o de huevos
(DORESTE, 1988).
En cultivos herbáceos y frutales se pueden encontrar, entre los ácaros plaga, especies
monófagas u olífagas y también algunas muy polífagas (INFOAGRO, 2004).
2.2.4. Principales familias
Las familias de mayor interés para plantas cultivadas, según indica APABLAZA
(2000), son las siguientes:
Familia Phytoseiidae (depredadores de arañitas fitófagas)
Familia Tarsonemidae (plagas ocasionales)
Familia Tetranychidae (arañitas rojas, de gran importancia)
Familia Tenuipalpidae (arañitas planas)
Familia Eriophyidae (ácaros de las yemas y de las erinosis)
Familia Penthaleidae (plaga ocasional)
Familia Stigmaeidae (depredadores benéficos)
Familia Acaridae (plagas ocasionales)
En Chile existen más de 40 especies de arañitas, la mayoría de ellas son especies
introducidas, las cuales atacan tanto árboles frutales como cultivos bajos extensivos y
hortalizas (APABLAZA, 2000).
2.3. Familia Eriophyidae:
Los Eriophyidae constituyen una gran familia de ácaros fitófagos. Muchas de sus
especies pueden producir daños importantes en las plantas cultivadas, y son capaces
de transmitir virosis (ácaros de las agallas), esto debido a que, como indica GARCÍA
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et al. (1991), suelen vivir ocultos en órganos en desarrollo como brotes o yemas,
produciendo a menudo deformaciones o agallas donde se refugian en gran número.
Normalmente estas son especies que presentan una alta especificidad por su huésped,
algunas sólo se pueden desarrollar sobre una especie vegetal, y otras pueden
extenderse a especies relacionadas o incluso a géneros distintos (INFOAGRO, 2003).
2.3.1. Taxonomía y morfología
Según indica FERRAGUT (2002), los eriófidos son ácaros que pertenecen a la
superfamilia Eriophyoidea, la cual está formada por más de 1.300 especies. Son de
forma alargada y tamaño muy pequeño (de 100 a 300 micras), invisibles a simple
vista, presentan una gran reducción en su estructura corporal, poseen un idiosoma
blando y anillado, carecen de casi todas las quetas. El emporio de las patas es en
forma de uña plumosa “featherclaw”, y con diferentes ramificaciones. Poseen
genitalia en posición proximoventral. Tienen sólo dos pares de patas en posición
anterior, careciendo de los dos pares de patas posteriores, según indica APABLAZA
(2000), todos los estados móviles presentan cuatro patas, dado que tanto los adultos
como las ninfas y las larvas son activas y tienen igual hábitat y alimento.
Todas estas características morfológicas, que los diferencian de los otros ácaros, se
consideran como una adaptación para vivir en microambientes protegidos sobre las
plantas, aunque posteriormente algunos se han adaptado a vivir en ambientes abiertos.
Según el hábitat donde viven se pueden diferenciar dos tipos de eriófidos: los de vida
libre que viven sobre las hojas sin estar protegidos y los de vida oculta que pasan la
mayor parte de su vida protegidos dentro de agallas, yemas o ampollas. Los de vida
libre suelen ser más cortos y redondeados lo cual les adapta mejor a las condiciones
ambientales (FERRAGUT, 2002).
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DORESTE (1988), afirma que los eriófidos poseen una mínima protección contra los
cambios climáticos que se suceden en el año, ya que su cuerpo es blando y de
pequeño tamaño, por lo que dependen principalmente de su comportamiento para
poder vencer estas dificultades. Estos pueden ser: migraciones a lugares protegidos, la
distribución de la población sobre la planta, entrar en diapausa, o la secreción de
estimulantes de crecimiento para mantener los tejidos vegetales suculentos o inducir
la formación de agallas.
Con respecto a lo anterior, existen especies como Eriophyes sheldoni (Ewing), a las
cuales, según indica GARCÍA et al. (1991), casi nunca se les ve fuera de la
protección que ofrecen las brácteas de las yemas, en donde encuentra las condiciones
óptimas para la multiplicación de sus colonias, con una humedad relativa cercana al
100 %.
Además, FERRAGUT (2002), indica que los Eriophyidae que viven en plantas
caducifolias, como por ejemplo Eriophyes pyri, pasan el invierno en las yemas
reproduciéndose mientras la temperatura y el alimento lo permiten, para pasar a las
nuevas hojas y empezar los ciclos reproductivos a la primavera siguiente. En el caso
del ácaro de las yemas del limonero, Eriophyes sheldoni (Ewing) que vive sobre
plantas perennifolias, la reproducción no se detiene durante el invierno, aunque el
desarrollo y la reproducción están ralentizados por las menores temperaturas.
Durante su desarrollo el eriófido pasa por tres estadíos, huevos, ninfas y adultos. Los
últimos estados pueden ser normales (macho y hembra) o con proceso deuterogénico,
en que existen machos y hembras primarias activas y hembras secundarias
(deutóginas) invernantes, estas últimas tienen una morfología distinta a las hembras
primarias (protóginas) y poseen espermateca para almacenar los espermios durante su
fase de invernación. El ciclo evolutivo que presentan los eriófidos es corto, y el
número de generaciones anuales puede también ser muy breve; en este caso, el
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eriófido es capaz de estivar bajo las yemas y luego continuar invernando hasta la
próxima primavera como sucede con la erinosis del peral, en que el periodo de ataque
y consecuente daño ocurre desde la brotación hasta la cuaja de frutos solamente.
Otras especies pueden cumplir numerosas generaciones hasta fines de verano, como
ocurre con el ácaro del plateado del duraznero, que se va movilizando desde las hojas
dañadas hacia las nuevas, de modo que cuando cesa la emisión de estas últimas, se
transforman en hembras deutóginas (hembras secundarias), las cuales carecen de
macho (GONZÁLEZ, 1989).
2.3.2. Dispersión
La dispersión de los eriófidos, se realiza arrastrados por el viento, o sobre insectos o
aves. En cualquier caso se transmiten con bastante lentitud, siendo esta la razón por la
cual la gran mayoría de especies viven sobre plantas arbóreas perennes. Existen
también especies que viven sobre plantas anuales, en este caso, se cree que invernan
en plantas perennes cercanas a las plantaciones (FERRAGUT, 2002).
2.3.3. Daños
Los daños causados por los eriófidos a las plantas pueden ser de varios tipos. Los
ácaros de vida libre suelen provocar la aparición de decoloraciones herrumbrosas o
“russeting”, plateados, mosaicos; ligeras deformaciones como enrollados de hojas, y
algunas especies apenas suelen causar daños observables. Los de vida oculta suelen
inyectar sustancias con la saliva, que cuando atacan tejidos en crecimiento provocan
la formación de agallas o malformaciones; o también la formación de eríneas (zonas
con pelos hipertrofiados), ampollas, daños en yemas como los “badocs”, etc. Otros
síntomas que pueden producir es el “brooming” (proliferación de yemas),
acortamiento de entrenudos, ausencia de hojas en las brotaciones y otros similares a
los producidos por algunas virosis (FERRAGUT, 2002).
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El tipo de daño en la planta es muy específico, en el sentido que permite muchas
veces la fácil identificación de la especie causante (GONZALEZ, 1989).
2.3.4. Tipos de hospederos
Según DORESTE (1988), en los eriofioideos y, especialmente, en los Eriophyidae de
rostro pequeño, existe una marcada tendencia a la especificidad en cuanto a la planta
hospedera. FERRAGUT (2002), además, afirma que desarrollan sus poblaciones
sobre una sola especie vegetal, y normalmente sobre una misma planta, debido a su
escasa capacidad para dispersarse.
2.3.5. Especies más frecuentes de la Familia Eriophyidae
Según APABLAZA (2000), las principales especies de la familia Eriophyidae
presentes en Chile, son las siguientes:
Aculus cornutus (Banks), ácaro del plateado del duraznero.
Aculus schlechtendali (Nalepa), agamuzado del manzano.
Colomerus vitis (Pagenstecher), erinosis de la vid.
Epitrimerus pyri (Nalepa), agamuzado del peral.
Eriophyes erinea (Nalepa), erinosis del nogal.
Eriophyes sheldoni Swing, ácaro de las yemas de los cítricos.
Phytoptus pyri Pachenstecher, erinosis del peral.
2.4. El eriófido del níspero (Aceria eriobotryae Keifer):
Es un ácaro fitófago específico del níspero (Eriobotrya japonica Lindl.). Se ubica
alrededor de las yemas del huésped, entre la pilosidad existente (Figura 1). En hojas
produce una distorsión característica (VERGARA y PERALTA, 1990).
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FIGURA 1. Eriófido del níspero (Aceria eriobotryae Keifer), presente en flor.
Quillota, 2003.
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PRADO (1991), afirma que es una plaga sin importancia económica, cosmopolita, y
no tiene enemigos naturales conocidos.
2.4.1. Taxonomía
PRADO (1991), afirma que el eriófido del níspero Aceria eriobotryae Keifer
pertenece a la familia Eriophyidae del orden Acarina.
Según se indica en la Base de Datos Tropical (2004), el eriófido del níspero Aceria
eriobotryae Keifer (1938), presenta la siguiente clasificación taxonómica:
Filo: Arthropoda
Subfilo: Chelicerata
Clase: Arácnida
Subclase: Acari
Familia: Eriophyidae
Por lo tanto, y de acuerdo a dichas investigaciones la clasificación taxonómica del
eriófido del níspero, es la siguiente:
Reino: animal
Subreino: Metazoa
Phyllum: Arthropoda
Subphyllum: Chelicerata
Clase: Arachnida
Subclase: Acari
Orden: Acarina.
Familia: Eriophyidae
Genero: Aceria
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Especie: eriobotryae
2.4.2. Su dispersión
VERGARA Y PERALTA (1990), en actividades del proyecto Diagnóstico y
Vigilancia del SAG, en la comuna de Codegua, VI región, determinaron en un huerto
casero la presencia del eriófido Aceria eriobotryae Keifer, constituyendo ésta la
primera determinación de la especie para el país.
PRADO (1991), afirma que en Chile se encuentra desde la V a la VII región.
OJIMA, ROSSETTO y RIGINATO (1976), afirman que la primera constatación de la
presencia de la especie Aceria eriobotryae Keifer en Brasil, fue realizada por Keifer
en 1938. Este eriófido, se encuentra en las campiñas de dicho país teniendo como
único sustrato al níspero (Eriobotrya japonica Lindl), localizándose bajo sus brácteas
formando grandes poblaciones.
2.5. Distribución espacial de las poblaciones:
Un componente fundamental de la ecología de una especie y su historia de vida es la
disposición espacial que estos organismos presentan. El patrón, en el cual los
individuos se disponen en el espacio, es una característica biológica de considerable
significancia ecológica que afecta la elección del método de muestreo para estimar la
abundancia poblacional con un nivel de precisión dado, y permite evaluar
adecuadamente la relación entre la densidad y los diversos factores que afectan la
mortalidad y natalidad (CÉCERE, 2004).
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CLAVIJO (2004), afirma que los tipos clásicos de distribución o disposición espacial
de las poblaciones han sido clasificadas como: al azar, agregada y uniforme (Figura
2).
2.5.1. Distribución al azar
Una población se distribuirá al azar, cuando cualquier lugar del espacio tiene la
misma probabilidad de ser ocupado por un individuo de la población, sin que esta
ocupación afecte la ubicación de otros individuos pertenecientes a la misma
población (CLAVIJO, 2004).
2.5.2. Distribución agregada
Se denomina distribución espacial agregada en aquellos casos en los que la presencia
de un individuo genera una mayor probabilidad de encontrar en las cercanías otros de
la misma población (CLAVIJO, 2004).
2.5.3. Distribución uniforme
La distribución espacial es uniforme, cuando los individuos son encontrados
siguiendo un patrón regular, de manera que localizar un ejemplar, disminuye la
probabilidad de encontrar otro en las cercanías (CLAVIJO, 2004).
Según (APABLAZA, 2000), el alimento es uno de los factores más importantes que
determina la distribución de los insectos. Esta dispersión se ha visto facilitada por el
hombre a través de los medios de transporte, sus viajes, y en especial por el traslado
de plantas cultivadas. La agricultura también ha entregado condiciones ideales para
que haya abundancia de insectos fitófagos, ya que provee alimentos de calidad y en
grandes cantidades, lo que es aprovechado por unas pocas especies de insectos,
permitiéndoles a estas alcanzar niveles dañinos y convirtiéndolas en plagas.
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FIGURA 2. Tipos de distribución espacial de las poblaciones animales en el campo (CLAVIJO, 2004).
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2.6. Evaluación de infestación:
2.6.1. Muestreo sistemático
Según APABLAZA (2000), el muestreo sistemático puede ser utilizado cuando se
trata de huertos o potreros relativamente homogéneos y de plagas que se distribuyen
en forma relativamente uniforme. Proceder sistemáticamente es prefijar la forma de
muestreo; por ejemplo, una muestra cada cien metros o cada 15 árboles.
2.6.2. Muestreo selectivo
Según APABLAZA (2000), un muestreo selectivo consiste en tomar muestras que
cumplan ciertas condiciones, basado en el conocimiento de la plaga, su efecto en las
plantas, etc. Por ejemplo, tomar muestras de árboles con el follaje agujereado, o de la
parte baja del potrero, o de las plantas con color anormal, etc.
2.6.3. Muestreo al azar
Según APABLAZA (2000), el muestreo al azar, es especialmente útil para determinar
la intensidad general de ataque en un hábitat heterogéneo.
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3. MATERIALES Y MÉTODOS
3.1. Localización:
Para la determinación del comportamiento del ácaro, Aceria eriobotryae Keifer, las
observaciones y la extracción de muestras, se realizaron en dos huertos de la comuna
de Quillota, pertenecientes a la V región, los cuales fueron la Sociedad Agrícola
“Huerto California” Ltda. y el Fundo “El Rodadero”, Parcela 2, ambos ubicados en el
sector de San Isidro.
Para la determinación de la presencia del ácaro en huertos, se visitaron los siguientes
predios: Parcela “EL Cerrillo”, que posee una plantación de 5 ha, está ubicado en el
sector de Pocochay, comuna de La Cruz; “Huerto California”, posee 5,5 ha de níspero
(Eriobotrya japónica), y el Fundo “El Rodadero”, Parcela 2, que posee 2,5 ha de
níspero, ambos ubicados en San Isidro, comuna de Quillota, y por último “Hacienda
Palmas de Ocoa” que posee 10 ha de níspero, ubicado en el sector de Ocoa, comuna
de Hijuelas.
3.2. Determinación del comportamiento del ácaro:
3.2.1. Determinar la estacionalidad del ácaro Aceria eriobotryae Keifer
El estudio se basó en la observación, bajo las brácteas de yemas, cada 15 días,
determinándose así la ausencia o presencia del eriófido.
Para esto, en el Fundo “El Rodadero”, se colectaron, en cada visita, cinco brotes en
estado fenológico A o B (Martinez-Valero R. Melgarejo, P. y col. en GIL y
VELARDE, 1996), que presentaban el síntoma (hojas encarrujadas) elegidos al azar.
Las muestras fueron colocadas en bolsas plásticas debidamente identificadas con la
fecha de recolección, posteriormente fueron llevadas al laboratorio de Control
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Biológico de la Facultad de Agronomía, de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso, lugar en donde se analizaron.
De cada muestra, se cortó un trozo de yema de 3 cm de largo, la cual fue observada
bajo la lupa estereoscópica. A cada yema, se le fueron revisando una a una las
brácteas, elegidas al azar, en caso de ser encontrados los eriófidos activos en la
primera bráctea observada, se consideró efectiva la presencia del ácaro sin necesidad
de seguir revisando las demás brácteas. En caso contrario, se revisaron un máximo de
cinco brácteas.
Se llevó un registro en donde se fue anotando la fecha de recolección, presencia o
ausencia del ácaro en cada una de las muestras y otras observaciones.
3.2.2. Determinación del tipo de brote en que se desarrolla
Se colectaron brotes con cuatro condiciones distintas: brotes en estado fenológico A o
B, con hojas sanas (fig. 3), brotes en estado fenológico A o B con hojas que presentan
el síntoma (fig. 4), brotes con flores (en estado fenológico D1, D2, E1, E2, F y G,
dependiendo de la fecha de recolección) con hojas sanas y con daño (fig. 5 y 6) y
brotes con fruto (en estado fenológico H, I, J, K y L, dependiendo de la fecha de
recolección) con hojas sanas y con hojas que presentan el síntoma (fig. 7 y 8).
Al huerto “El Rodadero”, se hicieron visitas mensuales, y en cada una de ellas se
sacaron cinco muestras al azar de cada condición, luego fueron llevadas al laboratorio
en donde se examinaron, bajo lupa, yemas de 3 cm de largo. Se revisaron como
máximo cinco brácteas elegidas al azar, levantando y observando bajo ellas la
presencia del eriófido. Si se encontraban eriófidos activos en al menos una de las
brácteas se consideró la presencia del ácaro como efectiva, sin necesidad de seguir
revisando las demás brácteas.
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En el caso de los brotes en estado D1 - G, se revisaron brácteas que estaban ubicadas
en el brote, bajo la inflorescencia, y brácteas que se encuentran en la inflorescencia
misma, algunas muy cercanas a las flores o botones florales, incluso en algunos
casos, se revisaron las flores para ver si en ellas se encontraba al eriófido. Al igual
que en el caso anterior, se revisaron como máximo cinco brácteas. Al encontrar
eriófidos activos en al menos una de las brácteas, se consideró la presencia del ácaro
como efectiva, sin necesidad de seguir revisando las demás brácteas.
En el caso de los brotes en estado H - L se procedió de igual manera, revisándose
incluso los frutos.
Se llevó un registro de cada una de las mediciones y la fecha en que fue realizada.
3.2.3. Distribución en el huerto
Se realizó un muestreo sistemático, en el Huerto California, el cual consistió en
revisar el 27 % de un total de 1.423 árboles, revisándose cada tres hileras, partiendo
por la primera, y sobre ellas cada cuatro árboles, partiendo por el primero. Cada uno
de los árboles se revisó de forma visual buscando solamente la presencia del síntoma.
Si este era encontrado en al menos una de las ramas del árbol, se consideró efectiva la
presencia del eriófido.
3.3. Determinación de la presencia en huertos:
Se visitaron cuatro de los huertos más representativos de la V región, determinándose
en ellos la presencia o ausencia del eriófido. Para esto se realizó una búsqueda visual
del síntoma en el 10 % de los árboles, de cada huerto, cuando se encontró el síntoma
(hojas encarrujadas) en al menos uno de los árboles se consideró que efectivamente el
ácaro estaba presente en el huerto.
23
FIGURA 3. Brote de níspero en estado B, según Martinez-Valero R. Melgarejo, P. y
col. (GIL y VELARDE, 1996), con hojas sin daño, junio 2004, Parcela “El Cerrillo”, Pocochay, Quillota.
24
FIGURA 4. Brote de níspero en estado B, según Martinez-Valero R. Melgarejo, P. y
col. (GIL y VELARDE, 1996), con hojas que presentan daño, junio 2004, Huerto “El Rodadero”, San Isidro, Quillota.
25
FIGURA 5. Brote de níspero en estado F, según Martinez-Valero R. Melgarejo, P. y col. (GIL y VELARDE, 1996), y con hojas sin daño, junio 2004, Huerto “El Rodadero”, San Isidro, Quillota.
26
FIGURA 6. Brote en estado F, según Martinez-Valero R. Melgarejo, P. y col. (GIL y
VELARDE, 1996), y con hojas que presentan el daño, Junio 2004, Huerto “El Rodadero”, San Isidro, Quillota.
27
FIGURA 7. Brote en estado K, según Martinez-Valero R. Melgarejo, P. y col. (GIL y
VELARDE, 1996), y con hojas sin daño, julio 2004, Parcela “El Cerrillo”, Pocochay, Quillota.
28
FIGURA 8. Brote en estado K, según Martinez-Valero R. Melgarejo, P. y col. (GIL y
VELARDE, 1996), con hojas que presentan daño, julio 2004, Parcela “El Cerrillo”, Pocochay, Quillota.
29
Para la elección de los árboles, se dividió el huerto en nueve cuadrantes lo más
homogéneos posible, y dentro de cada cuadrante, se eligieron al azar el 11 % de los
árboles presentes en él. Así se obtuvo el 10 % del total de los árboles del huerto para
la revisión.
3.4. Materiales:
Para el desarrollo de esta investigación, se tomaron muestras de brotes de níspero de
la variedad Golden Nugget y se emplearon los siguientes elementos: una lupa
estereoscópica, tijeras de podar, bolsas plásticas, pinzas y alfileres entomológicos.
30
4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
En la revisión de las muestras además de ver al eriófido del níspero (Aceria
eriobotryae Keifer), se encontraron otros ácaros de la familia de los Phytoseidae, que
posiblemente podrían ser controladores biológicos del eriófido. Para verificar esto se
debiera realizar un estudio más profundo al respecto, ya que como indica PRADO
(1991), este eriófido no tiene enemigos naturales conocidos.
4.1. Determinación del comportamiento del ácaro:
4.1.1. Comportamiento estacional del ácaro Aceria eriobotryae Keifer
Durante los nueve meses que duró la investigación, desde el mes de octubre de 2003
hasta el mes de junio de 2004, en todas las muestras revisadas, se pudo observar que
el ácaro estaba presente y activo, Cuadro 2, pues se podía ver al eriófido moviéndose
bajo las brácteas de las yemas. Por lo tanto, se puede afirmar que el ácaro está activo
durante todo el año.
CUADRO 2. Estacionalidad de la presencia de Aceria eriobotryae Keifer en el Huerto “El Rodadero” (Quillota, 2003 - 2004).
Fecha Yema 1 Yema 2 Yema 3 Yema 4 Yema 5
16 de octubre de 2003 Presente Presente Presente Presente Presente 31 de octubre de 2003 Presente Presente Presente Presente Presente 19 de noviembre de 2003
Presente Presente Presente Presente Presente
3 de diciembre de 2003 Presente Presente Presente Presente Presente 18 de diciembre de 2003
Presente Presente Presente Presente Presente
6 de enero de 2004 Presente Presente Presente Presente Presente 21 de enero de 2004 Presente Presente Presente Presente Presente 5 de febrero de 2004 Presente Presente Presente Presente Presente 17 de febrero de 2004 Presente Presente Presente Presente Presente 2 de marzo de 2004 Presente Presente Presente Presente Presente 25 de marzo de 2004 Presente Presente Presente Presente Presente 8 de abril de 2004 Presente Presente Presente Presente Presente 27 de abril de 2004 Presente Presente Presente Presente Presente
31
14 de mayo de 2004 Presente Presente Presente Presente Presente 27 de mayo de 2004 Presente Presente Presente Presente Presente 14 de junio de 2004 Presente Presente Presente Presente Presente 30 de junio de 2004 Presente Presente Presente Presente Presente
Esto se puede deber a que los eriófidos se encuentran muy bien protegidos entre la
pilosidad, bajo las brácteas de las yemas, por lo que no se ve afectado mayormente
por agentes climáticos como el exceso de calor en verano o el frío y lluvias de
invierno.
También hay que considerar que en esta zona el clima es templado, no hay
temperaturas muy extremas en invierno ni en verano. Además, el huerto de níspero,
en donde se tomaron las muestras, está ubicado en una ladera de cerro, en donde
existe un menor riesgo de heladas (GARDIAZABAL, 1998), debido a que el aire frío,
que es más denso que el aire caliente, se desplaza rápidamente hacia los sectores
bajos (MAPIS, 2004).
Por otro lado, pareciera ser que este eriófido se encuentra activo en invierno, bajo las
brácteas de las yemas, pero solo en estado adulto, pues en los meses de invierno no se
vieron estadíos juveniles (ninfas). Seguramente se encuentran como hembras
fertilizadas deutogénicas, las cuales no se está reproduciendo como suele ocurrir
también en otras especies de eriófidos, como es el caso de erinosis de la vid,
Colomerus viti Pgst.. Como indica HIDALGO, (1999), la raza que se localiza en las
yemas, inverna en estado adulto en las yemas de las cepas, principalmente en las
basales, luego, en primavera, incrementan su actividad alimentándose y
multiplicándose.
4.1.2. Tipo de brote en que se desarrolla
El muestreo, se realizó desde el mes de octubre de 2003, hasta el mes de junio de
2004. Los resultados se pueden ver en el Cuadro 3.
32
CUADRO 3. Tipos de brotes en que se encuentra el eriófido del níspero (Aceria eriobotryae Keifer). Huerto “El Rodadero” (Quillota, 2003 - 2004).
Fecha Brote
Nº Brote en estado A o B sin daño
Brote en estado A o B con
daño
Brote en estado
D1-G sin daño
Brote en estado
D1-G con daño
Brote en estado H-
L sin daño
Brote en estado H-
L con daño
1 Presente Presente - - Ausente Presente 2 Presente Presente - - Presente Presente 3 Presente Presente - - Presente Ausente 4 Presente Presente - - Ausente Presente
31 de octubre de 2003
5 Presente Presente - - Ausente Presente 1 Presente Presente - - Presente Presente 2 Presente Presente - - Presente Ausente 3 Presente Presente - - Ausente Ausente 4 Presente Presente - - Ausente Ausente
3 de diciembre
de 2003
5 Presente Presente - - Ausente Ausente 1 Presente Presente - - Presente Ausente 2 Presente Presente - - Ausente Ausente 3 Presente Presente - - Ausente Ausente 4 Presente Presente - - Ausente Ausente
6 de enero de
2004
5 Presente Presente - - Ausente Ausente 1 Presente Presente - - - - 2 Presente Presente - - - - 3 Presente Presente - - - - 4 Presente Presente - - - -
5 de febrero de 2004
5 Presente Presente - - - - 1 Presente Presente Presente Presente - - 2 Presente Presente Presente Ausente - - 3 Presente Presente Presente Presente - - 4 Presente Presente Presente Presente - -
2 de marzo de
2004
5 Presente Presente Presente Presente - - 1 Presente Presente Presente Presente - - 2 Presente Presente Presente Presente - - 3 Presente Presente Presente Presente - - 4 Presente Presente Presente Presente - -
8 de abril de 2004
5 Presente Presente Presente Presente - - 1 Presente Presente Presente Presente - - 2 Presente Presente Presente Presente - - 3 Presente Presente Presente Presente - - 4 Presente Presente Presente Presente - -
14 de mayo de
2004
5 Presente Presente Presente Presente - - 1 Presente Presente Presente Presente Presente Presente 2 Presente Presente Presente Presente Presente Presente 3 Presente Presente Presente Presente Presente Presente 4 Presente Presente Presente Presente Presente Presente
14 de junio de
2004
5 Presente Presente Presente Presente Presente Presente
33
Al analizar los resultados del muestreo de brotes en estado A o B, con daño y sin
daño, se puede ver que en todas las muestras revisadas, se observa la presencia del
eriófido del níspero (Aceria eriobotryae Keifer), tanto en las muestras de brotes sin
daño como en las muestras de brotes con daño.
Esto se puede deber a que las yemas de estos brotes poseen un tejido tierno, que es lo
que buscan los ácaros, pues al ir madurando más el tejido y poniéndose más duro y
seco, los eriófidos van migrando a nuevos tejidos tiernos, como ocurre con el ácaro
de las yemas del limonero (Eriophyes sheldoni (Ewing)), pues, según indica
GARCÍA et al. (1991), este vive y se alimenta normalmente en el interior de las
yemas y brotes, moviéndose continuamente hacia yemas de nuevas brotaciones.
Además, las poblaciones bajo cada bráctea, están compuestas por cientos de
individuos, por lo que deben estar siempre desplazándose hacia nuevos tejidos para
poder conseguir su alimento.
En el caso de los brotes en estado A o B, que aun no tienen sus hojas encarrujadas, se
puede deber a que los eriófidos han llegado hace poco tiempo a colonizar esas yemas,
no hubo presencia de ellos cuando las hojas eran embrionales, y por eso el daño no se
manifestó en las hojas ya presentes. Puede que en las hojas de las brotación siguiente
de esas yemas, sí se manifieste el daño.
No se ve en realidad diferencia en cuanto a la presencia de los eriófidos en brotes sin
daño y brotes con daño.
Las muestras de brotes en estado D1 – G, con daño y sin daño, fueron revisadas desde
el mes de marzo hasta junio de 2004.
Se puede ver que en todas las muestras tomadas de los brotes en estado D1 – G, sin
daño, está presente el eriófido, en cambio, en el caso de los brotes con flor y con
34
daño, se puede observar que en sólo una de las muestras no estaba presente el
eriófido, en todas las demás muestras se observa la presencia del eriófido. Esto se
puede deber a que la inflorescencia presenta un tejido tierno, que recién se ha
formado.
En el caso de la muestra en la cual no se encontró al eriófido, se puede deber a que
simplemente, los eriófidos ya habían migrado a otro brote y que el daño fue
provocado mucho antes, en la brotación anterior.
En los brotes en estado D1 - G, además se encontraron eriófidos sobre toda la
superficie de la inflorescencia, es decir, sobre los botones florales, bajo los sépalos de
las flores, entre los botones, etc.
Finalmente en los brotes en estado H – L, sin daño y con daño, se recolectaron
muestras desde el mes de octubre de 2003 hasta el mes de enero de 2004, y se volvió
a muestrear en el mes de junio de 2004.
En los brotes en estado H – L sin daño, de un total de 20 muestras, en 10 de ellas
estaba presente el eriófido, mientras que en las 10 restantes el eriófido estaba ausente.
En el caso de los brotes en estado H - L con daño, ocurrió lo mismo, de 20 brotes
recolectados, en 10 de ellos se encontró presente el eriófido, mientras que en los 10
restantes estaba ausente.
En todas las muestras de brotes en estado H – L y que presentan encarrujamiento,
tomadas en el mes de enero, y la mayoría de las tomadas en el mes de diciembre, el
eriófido está ausente. Esto se puede deber a que el tejido ya está demasiado
lignificado, los frutos están ya muy maduros, en muchos casos secos, lo que les
35
impide a los eriófidos conseguir su alimento, por lo tanto, se van a otros brotes con
tejidos más tiernos o a otras yemas.
Otro factor que pudo haber influido en este resultado, es el clima, ya que en estos
meses de pleno verano, diciembre y enero, poseen temperaturas muy altas, además,
en los brotes con fruto los eriófidos se encuentran más desprotegidos, porque los
racimos de fruta poseen menos pilosidad, y las brácteas también están más secas y
muchas han caído.
En las últimas muestras obtenidas en el mes de junio, los frutos están pequeños aún,
algunos incluso recién cuajados. El tejido aun está blando y apetecible para los
eriófidos, esto puede explicar su presencia en todas las muestras. A medida que van
creciendo y madurando los frutos, el tejido va endureciéndose por lo que es menos
factible encontrar al eriófido, ya que estos buscan siempre los tejidos tiernos de las
nuevas brotaciones
Al revisar las muestras en estado H – L, también se pudo verificar la presencia del
eriófido dentro de la cavidad calicinal de algunos frutos, además de encontrarse
presente bajo las brácteas ubicadas muy cercanas al fruto. Sin embargo, en estos
casos habían menos de 50 individuos por bráctea, tal vez, por que el tejido ya estaba
muy seco y dañado, pues en tejidos más tiernos se encuentran poblaciones formadas
por cientos o miles. Esto también se observó en un estudio realizado en Brasil por
OJIMA, ROSSETTO y RIGINATO (1976), los cuales encontraron, como promedio,
80 individuos por bráctea en época de floración, mientras que en la etapa de
fructificación, solamente se encontró como promedio a 4,2 individuos por bráctea.
Cuando se revisaron las últimas flores de la temporada, encontraron solamente como
promedio 4,2 individuos por bráctea, mientras que en los frutos pequeños no se
encontró ningún eriófido. Ellos afirman que esta caída en la población se debe a
factores intrínsecos de la planta, tal vez debido a cambios fisiológicos que sufre la
36
planta a través del año, los cuales desempeñan un papel importante en la dinámica
poblacional de este ácaro.
En este tipo de brotes, por lo tanto, se puede ver una diferenciación mayor, en cuanto
a la presencia y ausencia del eriófido.
4.1.3. Distribución en el huerto
Luego de realizado el muestreo sistemático en el Huerto California, se pudo observar
que el 100 % de los árboles revisados, tenían al menos uno de sus brotes con las hojas
encarrujadas, es decir que todos los árboles revisados presentaban el síntoma. Por lo
tanto, se puede afirmar que el eriófido del níspero, presenta una distribución de tipo
uniforme.
Esto se puede deber a que el huerto ya tiene bastantes años, la mayoría de sus árboles
ya son adultos y se encuentran en plena producción, por lo que ya están contaminados
todos los árboles.
Había un sector en que los árboles eran pequeños, de aproximadamente unos dos
años, todos estos presentaban ya el daño, lo más probable es que las plantas hayan
venido contaminadas desde el vivero, pues esta es la principal forma de dispersión de
este tipo de ácaros, como lo indica FERRAGUT (2002), para el caso de la erinosis de
la vid Colomerus viti Pgst, se cree que la principal forma de dispersión de esta plaga,
es a partir del material de vivero que se utiliza en nuevas plantaciones, por eso, la
plantación debe hacerse con material sano. Lo mismo ocurre con el ácaro de la yema
de los cítricos (Eriophyes sheldoni (Ewing)), para el cual GARCÍA et al. (1991)
indica como una de las principales estrategias de control, utilizar para plantaciones
nuevas, árboles procedentes de viveros que estén exentos de este ácaro puesto que
37
ésta es una de las formas más comunes de difusión de la plaga, junto con el injerto de
varetas con ácaros en sus yemas o de yemas contaminadas.
Para verificar los resultados obtenidos, sería recomendable realizar este muestreo en
otros huertos para ver si la distribución sigue siendo la misma.
4.2. Determinación de la presencia del ácaro Aceria eriobotryae Keifer, en huertos de la V región:
Al revisar el 10 % de los árboles de cada uno de los huertos visitados, se encontró que
todos los árboles revisados presentaban el síntoma. Es decir, que el 100 % de los
árboles muestreados, presenta esta plaga.
Estos resultados se pueden ver en los Cuadros, 4, 5, 6 y 7. En los cuales se detalla el
número de árboles revisados en cada huerto, y el número de árboles que presentan
daño.
CUADRO 4. Presencia del ácaro Aceria eriobotryae Keifer en plantas de níspero (Eriobotrya japonica Lindl.), en Huerto “Palmas de Ocoa” (Hijuelas, 2004).
Bloque Nº N º total de
árboles revisados
Nº de árboles con
daño 1 37 37 2 37 37 3 37 37 4 37 37 5 37 37 6 37 37 7 37 37 8 37 37 9 37 37
Total 333 333
38
En el huerto Palmas de Ocoa, de un total de 3.333 árboles aproximadamente, se
revisaron 333 árboles, 37 árboles por cuadrante, de los cuales el total de los árboles
revisados presentan el daño.
CUADRO 5. Presencia del ácaro Aceria eriobotryae Keifer en plantas de níspero (Eriobotrya japonica Lindl.), en “Huerto California” (Quillota, 2004).
Bloque Nº Nº total de árboles
revisados Nº de árboles con
daño 1 66 66 2 66 66 3 66 66 4 66 66 5 66 66 6 66 66 7 66 66 8 66 66 9 66 66
Total 594 594
En el Huerto California de un total aproximado de 5.940 árboles, se revisaron un total
de 594 árboles, 66 árboles por cuadrante, de los cuales todos presentaban el daño.
CUADRO 6. Presencia del ácaro Aceria eriobotryae Keifer en plantas de níspero (Eriobotrya japonica Lindl.), en huerto “El Rodadero” (Quillota, 2004).
Bloque Nº Nº total de árboles
revisados Nº de árboles con
daño 1 15 15 2 15 15 3 15 15 4 15 15 5 15 15 6 15 15 7 15 15 8 15 15 9 15 15
Total 139 139
39
En el huerto “El Rodadero”, de un total de 1.389 árboles, se revisaron 139 árboles, 15
árboles por cuadrante, de los cuales el 100% de los árboles revisados presentaban el
daño.
CUADRO 7. Presencia del ácaro Aceria eriobotryae Keifer en plantas de níspero (Eriobotrya japonica Lindl.), en parcela “El Cerrillo” de Pocochay (Quillota, 2004).
Bloque Nº Nº total de árboles
revisados Nº de árboles con
daño 1 18 18 2 18 18 3 18 18 4 18 18 5 18 18 6 18 18 7 18 18 8 18 18 9 18 18
Total 162 162
En el Huerto “Pocochay”, de un total aproximado de 1.620 árboles, se revisaron 162
árboles, 18 árboles por cuadrante, de los cuales todos presentaban daño.
Pese a que en la actualidad, se le ha otorgado poca relevancia al eriófido Aceria
eriobotryae Keifer, como plaga del níspero (Eriobotrya japonica Lindl.), los
resultados obtenidos revelan su presencia en la totalidad de los huertos muestreados,
lo que nos indica la importancia de realizar más investigaciones con el fin de conocer
la real incidencia de este ácaro. Además, es fundamental conocer el nivel de daño
económico producido por esta plaga en el cultivo, de manera de poder determinar si
se justifica la utilización de estrategias para su control.
40
5. CONCLUSIONES
El eriófido del níspero (Aceria eriobotryae Keifer), está activo durante todo el año, en
estado adulto; está presente en los órganos de los diferentes tipos de brotes que posee
el níspero y presenta una distribución uniforme dentro del huerto.
El eriófido del níspero (Aceria eriobotryae Keifer), está presente en todos los huertos
muestreados de la V región. Además se puede afirmar que está presente en el 100%
de los árboles muestreados.
41
6. RESUMEN
El eriófido del níspero, Aceria eriobotryae (Keifer), es una especie asociada a este cultivo en Chile y sobre la cual no existe información respecto a su comportamiento o incidencia en el cultivo. Con el propósito de estudiar aspectos de su comportamiento se muestreó, cada 15 días un huerto comercial ubicado en la comuna de Quillota. Entre octubre de 2003 y junio de 2004, se colectaron brotes con daño para observar presencia de colonias del ácaro. Por otra parte, cada 30 días se tomaron muestras de brotes con daño y sin daño, brotes con flores y con frutos que presentaban daño o estaban con apariencia de sanos. En otro huerto comercial de la comuna de Quillota se muestreó árboles cada 3 hileras y cada 4 árboles sobre la hilera. Se hizo una revisión visual de la presencia o ausencia de daño. Finalmente, se tomaron 4 huertos comerciales de las comunas de Quillota, La Cruz e Hijuelas, determinando la presencia del ácaro en los huertos sobre una muestra del 10 % de los árboles, observando la presencia o ausencia del daño. Se observó presencia de ácaros activos durante todo el año y en los órganos de los distintos tipos de brotes, con presencia y sin presencia de daño. También se observó una distribución uniforme en el huerto y está presente en el 100 % de los árboles muestreados.
42
7. ABSTRACT
The loquat eriophyid mite, Aceria eriobotryae (Keifer), is a species commonly found in Chilean loquat orchards. At present, there is no information concerning its behaviour or its presence for this crop. In order to study various behavioural aspects, we sampled a commercial plot located in Quillota, Chile, 32º L. S.; 71º L. W., at 15 day intervals. From October 2003 to June 2004 we collected damaged shoots and inspected them to determine whether mite colonies were present. In addition, every 30 days we collected samples of damaged and healthy shoots, shoots with flowers or fruit that showed signs of damage and also those that appeared healthy. In another commercial orchard near Quillota, we sampled every third row, selecting the fourth tree in each row sampled. We checked visually for the presence or absence of damage. Finally, we selected four commercial orchards in Quillota and neighbouring areas (La Cruz and Hijuelas), determining the presence of mite colonies in a sample of 10 % of the trees, and noting the presence or absence of damage. We observed the presence of mites during the entire year and on the organs of different kinds of shoots, both with or without damage. We noticed a uniform distribution in the orchards, and mites were present in 100 % of the sampled trees.
43
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