américa: mirada interior figari, reverón, santa maría

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Por últim o, Noruega , co n el monó- l ogo de una polifacética actri z, Elsa Kva mm e, esc rito y dirigi do por ella mism a, El hombre qu e dio a luz una mujer o siete tentativas de cambio, te xt o po lé rni co y po ét ico, mos tr ó al go co mpletame nt e dis tint o de lo visto dur a nt e la se m ana . Para mayores de ocho años Si la mu es tra de t ea tro d ejó as pira - cion es ins atisfechas , l os g rupo s de tít er es, marg inados por l os horarios , l os ma los esce nari os y la críti ca, ofre- cieron una muestra co mple ta por lo di ver sa, los planteami e ntos n ovedo - sos, la buena técni ca, los bellos tex- tos y, co mo si fuera poco la n ac io n a- li dad co lombiana de to do s l os gr u- po s. El primero fue Granito Ca feci- to, g rupo manizaleño de mu cha tra - yec tor ia qu e abrió las mej ores pers- p ect ivas. Lu ego El Ta ll er de Art es de Medellín, con El so l negro, ca nt o a la vida , co n inmejor él ble t éc ni ca. El t erce ro: Barquito de Papel, de Ca li , no por tr adi cio nal menos bue- no . Vino lu ego la ver sión de titirit e- r os de La Fanfarr ia de M ede llín , co n La s aventuras de don Goriloche en su vago coche: el papel y el origam i pu estos al se rvicio del arte. De Bogo- tá: La paciencia de la guayaba, y La Li bélula Dorada con Espíritus lúd i- cos, bue nos, co mo siempre. Nos per- mitimo s incluir aquí el Tall er Es- cue la de Teatro y Títeres de la Uni- vers idad Nacio nal, de E nriqu e Var- gas, co n un inter esan te ex perim e nto de contar his torias valiéndo se de un a esce nografía en miniatura . H ay, sin e mbargo , una falta que e mpaña la actuación de los titirit e- r os : todo s, abs olutamente tod os, sin exce pci ón, se quejaron de qu e l os niñ os g ritaban y se reían mu c ho , im- pidié nd o le oír a algún crítico ti eso que los pudiera alabar en el periódi- co. El te rcer día ll ega ron a impla nt ar la ce ns ur a "Para m ayores de oc ho os", se le ía a la e ntrada . El teatro se enfrenta en la ca lle Quince día s a nt es de qu e los "es pe- cia li s tas" aterr i zaran en Manizale s, un gr up o de dieci is acto r es, ju gla- r es, maromeros o saltim banquis , como quie ran llamarse, ll ega ron co n sus za ncos, máscaras, muñ ecos, tromp e ta s y tambores, par a insta- larse en barr ios marginal es de la ciu- dad y ll e var a cabo -co mo e ll os lo ll aman- "S imbiosi s: Labor ator io es- p ec culo en un so bresalto ". Durante la prim era se mana se de- dicaro n a cr ea r e ntr e t odos una pr o- pu esta de montaje , a program ar el trab ajo y a r ea li za r funcione s no ctur- nas en l os ba rri os, medi a nt e las qu e se fueron ga na nd o prim ero a los ni- ño s y lu ego a los adu ltos, r eac ios como co nsec uencia de l os se rmon es de l os curas. A la se m ana sig uient e contaban co n 260 per so n as, e ntre niño s, viejos y ado l esce nt es, qu e qu e rían partici- par en el es p ec táculo. T odos fuer on en ex pedición al bas ur e ro muni cipal, de dond e sacaron desechos para que c ada quien vistiera su perso naj e. Las seño ras cosieron, los se ñ ores se rru- cha ron , l os niños se divirti ero n y to- do s estuv ieron el sábado 31 en Sim- biosis , es p ec culo ca ll ejero que a nun ció doce ho ras co ntinu as y un intento r ea l de acerca mi ento al - blico, de co nfr o nt ación del actor co n el ciudadano co mún y corrient e. Definitivame nte so n los t ea tr er os de la ca ll e los que se la ju ega n co n un a co nciencia mu y políti ca, p or lo co nt es t ata ri a, y algunas veces m uy refinad a, co mo es el caso del gru po La Pap aya Pa rtí a y sus súc ub os, quien es, ade más de sus rituales y sti cas pr ese ntaciones, invit aro n e l miér co les a un a ce na en la pl aza de Bolívar, e n la que co n una actuac ió n irreverente y es tética se preg untaron por el ha mbr e, sin panfl etos ni es tr i- dencias. Otro día, in es per adame nt e los s úcub os se tr epa ron plá sti ca me nt e por los sa nt os de la catedra l de Ma- ni za l es (ce r rada por una enorme rej a), pr eg unt a nd o sin palab ras y co n ac ierto por la ce ns ura con qu e e l cle ro cas tigab a al festival. De destacarse, ta mbi én, la actua- ción de un g rupo nu evo , Orden es de ·có mi cos banda de arlequin o, co n un trabajo elabo rado. Los t ea tr er os de la calle es tán a todas horas y en todas pa rtes, convo- can y re ún e n , le ro ban so nrisas a todo el mund o y ro mpen el es pa cio VARIA co n sus co lo r es y sus za ncos y so n los mi smos que el año pasado se to- ma ron el f es tival sin se r invitado s y le dieron una ape rtura que a n ad ie se le o lvid a r á, cuando un personaj e, a tr es me tr os de a ltur a, se enfrentó al seño r pr es idente de la r epúb li ca. So n l os ca ll ejeros l os que el ritm o. Simbio sis, en es pe cial, es una expe riencia sin precedentes que , a unqu e su r es ultad o fina l ag uanta va- ri as crít i cas, permite a la ge nt e vivir el t eat ro por co ndu cto de e ll os, qu e son, en definitiv a, los que co nv ocan a Lucife r. ÁN G ELA M ARfA P t. R EZ Mirada posterior A mérica : mirada int er ior Figari, Reverón, Santa María Biblioteca Luis Ánge l Arango, Bogotá, julio -agosto de 1985 Nunca antes se h abían tomado e ntr e nosotro s tal es medidas de seguridad , que en algún mome nt o llegaron a ser r eal me nt e e xtr e mada s, co mo cuando ll ega ro n las obras al aeropuerto y fueron tran s portada s en ca rro s blin- dados y a una vel ocidad mínim a hasta el ce ntr o de la c iudad , con la esco lta de siete g uardia s del Ban co de la Re públi ca. Los re quisitos de climati zac ión , para las obras qu e ve- nían de Ven ez uela, ll ega ron al mar- gen del m ayo r re fin amie nto. La Ga - lería Nacional de Ca r ac as asignó a la museó l oga Gipsy Venegas la tar ea de fi sca li zar perso na lmente el c um - plimie nto de toda s las condiciones t éc nicas y po li civas para evitar el - nimo de ter ioro a las ob ra s de Reve- rón. Lo s venezolanos , h ay que decir - lo, han desarrollado un a g ran se nsi- bilidad por la co nse r vac ió n de su pa - trim on io c ultur al , justam e nte por las 101 brought to you by CORE View metadata, citation and similar papers at core.ac.uk provided by Revistas y Boletines - Banco de la República

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Page 1: América: mirada interior Figari, Reverón, Santa María

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

Por último, Noruega , con el mo nó­logo de una polifacé tica actriz, Elsa Kvamme, escrito y dirigido por ella misma, El hombre que dio a luz una mujer o siete tentativas de cambio, texto polérnico y poético, mostró algo completamente distinto de lo visto durante la semana .

Para mayores de ocho años

Si la muestra de teatro dejó aspira­ciones insatisfechas , los grupos de títe res, marginados por los horarios , los malos escenarios y la críti ca, ofre­ciero n una muestra completa por lo d iversa, los planteamie ntos novedo­sos, la buena técnica, los bellos tex­tos y, como si fue ra poco la nacio na­lidad colo m biana de todos los gru­pos. El primero fue Granito Cafeci­to , grupo manizaleño de mucha tra­yectoria que abrió las mejores pe rs­pectivas. Luego El Taller de Artes de Medellín , con El sol negro, canto a la vida , con inmejorélble técnica. E l tercero: Barquito de Papel, de Cali , no por tradicional me nos bue­no . Vino luego la versión de titirite­ros de La Fanfarria de Medellín , con Las aventuras de don Goriloche en su vago coche: el pape l y e l origami puestos al servicio del arte. De Bogo­tá: La paciencia de la guayaba, y La Libélula Dorada con Espíritus lúdi­cos, buenos, como siempre. Nos per­mitimos incluir aquí e l Talle r Es­cuela de Teatro y Títeres de la Uni­versidad Nacional , de E nrique Var­gas, con un inte resante experimento de contar historias valiéndose de una escenografía en miniatura.

H ay, sin e mbargo , una falta q ue e mpaña la actuación de los titirite­ros: todos, absolutamente todos, sin excepción, se quejaron de que los niños gritaban y se re ían mucho , im­pidié ndo le oír a algún crítico tieso que los pudiera alabar en e l pe riódi­co. E l terce r día llegaro n a implanta r la censura " Pa ra mayores de ocho años", se le ía a la entrada .

El teatro se enfrenta en la calle

Quince días antes de que los "espe­cialistas" aterrizaran en Manizales, un grupo de dieciséis acto res, jugla­res, maromeros o saltimbanquis, como quieran llamarse, llegaro n con

sus zancos, máscaras, muñecos, trompe tas y tambores, para insta ­larse en barrios marginales de la ciu­dad y llevar a cabo -como ellos lo ll ama n- "Simbiosis: Labora torio es­pectáculo e n un sobresalto".

Durante la primera semana se de­dicaron a crear entre todos una p ro­puesta de montaje , a programar e l trabajo y a rea lizar funciones noctu r­nas en los barrios, mediante las que se fue ro n ganando primero a los ni ­ños y luego a los adultos , reacios como consecuencia de los sermones de los curas.

A la semana siguiente contaban con 260 personas, entre niños, viejos y adolescentes, que querían partici­par e n el espectácu lo. Todos fuero n en expedició n a l basurero municipal, de donde sacaron desechos para que cada quie n vistie ra su personaje. Las señoras cosie ro n , los señores serru­charon , los niños se divirtieron y to­dos estuvie ro n e l sábado 31 e n Sim­biosis , espectáculo calleje ro que anunció doce ho ras continuas y un intento real de acercamiento al pú­blico , de confro ntación del actor con el ciudadano común y corriente.

De finitivamente son los teatreros de la calle los que se la juegan con una conciencia muy política, por lo contestataria, y algunas veces m uy refinada, como es el caso del grupo La Papaya Partía y sus súcubos , quienes, además de sus rituales y místicas presentaciones, invitaron e l miércoles a una cena en la plaza de Bolívar, e n la que con una actuació n irreverente y estética se preguntaro n por el hambre, sin pa nfletos ni estri­dencias.

Otro día, inesperadame nte los súcubos se treparon plásticamente por los santos de la ca tedral de Ma­niza les (cerrada por una eno rme reja), preguntando sin palabras y con acierto po r la censura con que e l cle ro castigaba al festival.

D e destacarse, también , la actua­ción de un grupo nuevo , Ordenes de

·cómicos banda de arlequino, con un trabajo e laborado.

Los teatre ros de la calle es tán a todas ho ras y en todas partes, convo­can y reúne n, le ro ban sonrisas a todo e l mundo y rompe n e l espacio

VARIA

con sus colo res y sus zancos y son los mismos que el año pasado se to­maron el fes tival sin ser invitados y le dieron un a apertura que a nad ie se le o lvidará, cuando un pe rsonaje, a tres metros de altura, se e nfre ntó a l señor presidente de la república. Son los callejeros los que mantien ~11

e l ritmo. Simbiosis, e n especial, es una experie ncia sin precedentes que , a unque su resultado fina l aguanta va­rias críticas, pe rmite a la gente vivir e l teat ro po r conducto de e llos, que son , e n definitiva, los que convocan a Lucife r.

ÁNG ELA M ARfA P t. R EZ

Mirada posterior

América : mirada interior Figari, R everón, Santa María Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá, julio-agosto de 1985

Nunca antes se habían tomado entre nosotros tales medidas de seguridad , que e n algún mome nto llegaron a ser realme nte extremadas, como cuando llegaro n las obras al aeropuerto y fueron transportadas en carros blin­dados y a una ve locidad mínima hasta e l centro de la ciudad , con la escolta de sie te guardias del Banco de la República. Los requisitos de climatización , para las obras que ve­nían de Venezue la , llegaron al mar­gen de l mayor re fin amiento. La Ga­lería Nacional de Caracas asignó a la museóloga Gipsy Ve negas la tarea de fiscalizar personalmente el cum­plimiento de todas las condiciones técnicas y po licivas para evitar e l mí­nimo deterioro a las obras de R eve­rón. Los venezolanos , hay que decir­lo, han desarrollado una gran sensi­bilidad por la conservació n de su pa­trimonio cultural , justame nte por las

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Page 2: América: mirada interior Figari, Reverón, Santa María

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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condiciones desfavorables de clima y, en el caso de Reverón, por las audaces y en muchos casos precarias técnicas de realización de sus traba­jos: telas sin preparar , colores vege­tales preparados por él mismo, eje­cución rápida y enteramente libre, a veces simples trazos de tiza sobre pa­pel común. Además, después de su participación póstuma en la Bienal de Venecia de 1955, las obras de Re­verón no habían salido de su país. Fue, pues, una exposición de guantes blancos. Pero valió la pena: Améri­ca: mirada interior pudo realizarse sin tropiezos y se constituyó en una de las pocas muestras de verdadera significación en el terreno compara­tivo y monográfico de nivel latinoa­mericano que se hayan realizado en nuestro país.

La idea surgió de un viejo texto de Marta Traba , publicado en su His­toria abierta del arte colombiano 1•

Allí, en el capítulo IV , titulado "Pro­blemas de influencias, de universa­lismo y localismo, de técnicas y sig­nificados en la obra de Andrés de Santa María" , la historiadora del arte asoció por primera vez esos tres nombres de la mirada interior: Pedro Figari (1861-1938), Armando Reve­rón (1889-1954) y Andrés de Santa María (1860- 1945). Pasando sobre las diferencias de tiempo y lugar, Marta Traba encontró una actitud común entre estos tres pintores: la rebeldía frente a la pintura que se practicaba en sus respectivos países -Uruguay, Venezuela, Colombia-, es decir , su rechazo al academicismo imperante y su negativa a dejarse en­casi llar en el convencionalismo pic­tórico. Otra característica común a los tres artistas fue el ext rañamiento, bien por exilios voluntarios en E~­ropa (Figari y Santa María) , bien por confinamiento y enajenación (Reve­rón). Dice Marta Traba: "[ ... ] actúan como extranjeros , se desvinculan en una u otra forma de la sociedad que debería contenerlos, sus temas los eximen de la relación simple de espe­jo, de la relación de identidad que

1 la. ed. Cali: Museo La Tertulia , 1974. 2a. ed. Bogotá: Colcultura, 1984.

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los pintores menores mantienen con ella, pero representan , en sus com­portamientos artísticos, los puntos de vista más lúcidos , los únicos acla­ratorios acerca de esas mismas socie­dades. Como ocurre en toda gran pintura, siguiendo el rastro de los re­tratos de Santa María, de los paisajes y figuras de Reverón y de las escenas coloniales de Figari, llegamos a saber la verdadera historia del medio social colombiano, venezolano y uruguayo de fin de siglo"2

. Es de advertir que Marta Traba asocia a este grupo los nombres de otros dos desarraigados: el cubano Wifredo Lam (1902-1982) y el chileno Roberto Matta (1912). Ellos, en conjunto, son para la críti­ca, en el momento en que escribe - finales de los años sesenta-, "las figu­ras más notables y decisorias del des­tino del arte moderno continental".

Hoy, especialmente después de la exposición de la Luis Ángel Arango , podemos discernir otros puntos en común, a partir de los orígenes de los tres pintores en el acervo del po­simpresionismo. Ante todo, su defi­nida tendencia hacia el expresionis­mo. En este sentido, los tres son figu­ras precursoras en América Latina de un movimiento que acabaría por imponerse en Occidente, tanto en sus manifestaciones figurativas, como en las abstractas, hasta pasar por el informalismo (puede pensar­se, por ejemplo, en el énfasis sobre · la materia de este último movimiento y su relación con la pintura acentua­damente matérica de Santa María). Otro punto en común: la mancha . Figari aparece precisamente como un heredero de los macchiaiuoli ita­lianos del fin de siglo. Santa María construye sus cuadros con generosas manchas aplicadas a pincel y espátu­la. Reverón trabaja también a base de materia en una ejecución pura­mente gestual. Finalmente, los te­mas: mirada interior , fruto del aisla­miento individual. Retratos del ám­bito familiar y temas religiosos en Santa María , escenas del pasado na­cional recuperadas a través de la me­moria en Figari, el paisaje y el deli-

2 Jbíd, 2a. ed ., pág. 93.

rante mundo cerrado de Macuto en Reverón.

Pero hay más lugares en común. Santa María es un pintor burgués, revolucionario en la pintura local. Fi­gari es un burgués que pinta escenas de un pasado burgués y revoluciona con ello la pintura local. Reverón es no sólo un revolucionario en pintura sino también un antiburgués, que se niega a instalarse en los valores de la burguesía. En él no hay un solo in­tento de colaboración con el estable­cimiento. Figari y Santa María, en cambio, dirigen durante algún tiempo las escuelas de bellas artes de las capitales de sus respectivos paí­ses, gestión que no produce en ellos más que desilusión y un replegarse definitivo hacia su pintura y estilo personal. Por su parte, Figari y Re­verón comparten su situación en los límites del primitivismo, puramente pictórico en el primero, más esencial y vital en el segundo. Los tres , en fin , terminan por crearse mundos ar­cádicos; Santa María en la medita­ción plástico-religiosa; Figari en las referencias a un pasado "feliz", a un mundo operático, sin conflictos, na­tural; Reverón en un regreso obse­sivo y elemental a la naturaleza.

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Un lote de quince obras por artista fue más que suficiente en esta expo­sición para observar las afinidades y diferencias. Las ayudas audiovisua­les permitieron un acercamiento muy revelador a la persona detrás del creador. El montaje de Alberto Sie­rra , la curaduría de Beatriz González y Ana María Escallón, los textos de Juan Calzadilla, Ángel Kalenberg y la misma Beatriz Gonzf.lez tuvieron la virtud -rara en esta clase de expo­siciones muy amplias y ambiciosas­de integrar un todo , de conformar

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una visión abarcadora resultante de las propias obras, de la interpreta­ción y de Jos abundantes elementos de juicio suministrados al espectador.

Cabe una pregunta: ¿En qué me­dida contribuyó la muestra a aclarar nuestra posición frente a Santa Ma­ría? Aun no hay acuerdo entre los cr íticos. Pasando por alto la franja temporal de los años veinte y treinta en que los tres pintores coinciden en etapas de la mayor creatividad , Eduardo Serrano afirma : "Aunque es cie rto que el prestigio de Santa María ha ido en ascenso en e l país desde la exposición de su trabajo en el Museo de Arte Moderno en 1970, también es verdad que poco pro­greso se ha llevado a cabo "!n cuanto a la comprensión de su pintura y a la identificación de sus aportes en e l medio colombiano. Recientemente, por ejemplo, se realizó una exposi­ción en Bogotá que equiparaba su trabajo con el del pintor venezolano Armando Reverón (quien hubiera podido ser su nieto) [?] y con e l del uruguayo Pedro Figari , sin reparar que la contribución al arte latinoa­me ricano se produjo con cuatro dé­cadas de anterioridad [?] a la de los o tros dos pioneros de l mode rnismo en este continente"3

.

La posición de Ana María Esca­llón es más positiva: "En sus retra­tos, paisajes, temas religiosos, que fue ron aspectos muy formales de la pintura académica, se encuentra pre­cisamente esa posición lúcida de romper con Los esquemas estableci­dos y aventurarse así por e l campo inédito del mundo de la expresión propia y llegar as ~ a una nueva visión americana"4

. Galaor Carbone ll , por su parte, mantiene una actitud más escéptica: " A este respecto ha y que decir que , en medio de los o tros dos, [Santa María] es, quizás, quien juega e l papel menos radical. Porque, aun­que fue pintor con tremendas dotes

3 "Andrés de Santa María: un pintor colom­biano", El Espectador , Bogotá, 9 de agosto de 1985.

4 " Andrés de Santa María en el Museo Mar­mottan". El Espectador, Magazín domini­cal, núm . 136, Bogotá, 3 de noviembre de 1985.

de colorista y dibujante , entendió su labor en términos eminentemente estetizan tes, como quizás correspon­día a una persona de clase acomo­dada y distinguida, adinerada [ ... ] Como artista se dedicó a acumular espesas pastas con las cuales recubrió los lienzos, para conformar superfi­cies cuya opulencia y sensualidad no

logran ocultar su relativa falta de trascendencia [ ... ] De manera bas­tante ecléctica reunió los e lementos agradables de las últimas vanguar­dias, ignorando su dimensión revolu­cionaria, para 'poner al día' el medio en el cual se movió"5 .

Posiciones encontradas. Pero para el espectador desprevenido, América: mirada interior fue algo im­portante: sirvió para sacar la figura de Santa María de su aislamiento y situarla en e l contexto latinoamerica­no, en confrontación con otros dos artistas de actitudes semejantes. No se trataba de equipararlos en un plano simplificador e ideal , sino de­mostrar algo que lamentablemente se olvida cuando se habla de arte co­lombiano: que no estamos solos y que no somos hechos aislados y de generación espontánea. Es cierto: entre los artistas latinoamericanos no hubo comunicación directa. Pero sí relaciones evidentes, como este triángulo Santa María-Figari-Reve­rón o, lo que es lo mismo, el trián­gulo Andes, Caribe y la Pampa .

CAMILO CALDERÓN

Investigaciones sobre la Constitución entregaron diecinueve universidades al Banco de la República

La informació utilizada en este informe fue suministrada por Sara María Archila coor­dinadora del programa Centenario de la Constitución

E l 5 de agosto de 1985, el programa Centenario de la Constitución , del Banco de la Re pública, fue deposita-

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rio del resultado del trabajo reali­zado por grupos de investigadores de diferentes universidades del país, en e l cual participaron cerca de ochenta profesores e investigadores y más de trescientos cincuenta alumnos. Estos trabajos suman más de cien mil fo­lios, que se están microfilmandG, veinte mil fichas y alrededor de veinte volúmenes de índices que se­rán editados con el fi n de agilizar la consulta del investigador y faci li tar la divulgación para e l público en ge­neral .

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Hace más de dos años, en agosto de 1983, el Banco de la República había celebrado contratos de investi­gaci_ón con diecinueve universidades del país, con el fin de auspiciar pro­yectos de trabajo que contribuyeran a la clarificación del comportamiento jurídico-político de nuestras institu­ciones a partir de la carta constitucio­nal de 1886. Para ello tuvo en cuenta , igualmente, la necesidad de incenti­var la investigación en el campo de las ciencias sociales, mediante la uti­lización de las fuentes originales y una completa documentación que ofre­ciera interpretaciones lúcidas y obje­tivas, fundamentales para el avance de la historiografía colombiana.

Las investigaciones se centraron en dos aspectos de la Constitución de 1886: e l aspecto jur ídico-político , estudiado por cinco universidades de la capital de la república; y e l histó­rico, abordado por catorce universi­dades de todo el país, sobre la vida y obra de los delegatarios miembros del Consejo Nacional Constituyente.

Dentro de l aspecto jurídico-polí­tico se realizaron las siguientes inves­tigaciones: La Universidad Nacional de Colombia , con la coordinación del doctor Pablo J. Cáceres Corrales, llevó a cabo un estudio sobre el Pen­samiento constitucional de/legislador colombiano, para lo cual se tomó en

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