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    LA CIENCIA POLTICA CONTEMPORNEA:CONSTRICCIN DE LA CIENCIA Y

    ANIQUILAMIENTO DE LO POLTICO?APUNTES CRTICOS PARA LOS ESTUDIOS POLTICOS

    EN AMRICA LATINA

    Martn Retamozo*

    RESUMEN. El ensayo de Giovanni Sartori Hacia dnde va la cienciapoltica? ha generado una importante polmica. En este contexto,el artculo recupera la discusin terica y epistemolgica sobre elstatus actual y las perspectivas de la ciencia poltica. Para ello,revisa las intervenciones que se han suscitado y difundido, prin-cipalmente en el mbito acadmico latinoamericano sobre elasunto y discute algunos ejes epistemolgicos, tericos y polticos.En especial argumenta que una visin acotada tanto de cienciacomo de poltica (prescindiendo de lo poltico) ha llevado a la cri-sis del paradigma norteamericano (estadounidense) de cienciapoltica. Esta situacin, lejos de ser una tragedia, es una opor-tunidad para el replanteo de los estudios polticos en AmricaLatina, superando las constricciones temticas, tericas ymetodolgicas difundidas por el paradigma con pretensioneshegemnicas.

    PALABRAS CLAVE: Ciencia poltica, epistemologa, la poltica, lo poltico,Amrica Latina.

    * Doctor en Ciencias Sociales (FLACSO-Mxico). Profesor-Investigador del Centro deInvestigaciones Socio-Histricas, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin,Universidad Nacional de La Plata (Argentina). Investigador del Consejo Nacional deInvestigaciones Cientficas (CONICET-Argentina). Correo electrnico:[email protected]

    Volumen 6, nmero 11, agosto, 2009, pp. 71-100

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    MARTN RETAMOZO

    ...la ciencia es una empresa esencialmenteanarquista: el anarquismo terico es ms humanistay ms adecuado para estimular el progreso quesus alternativas basadas en la ley y el orden.

    PAUL FEYERABEND

    ...corre entre nosotros desde los ltimos siglos, apaso redoblndose hasta unos aos atrs unadesafortunada idea de la ciencia poltica. Su padrefue racionalista, su madre positivista, y sus her-manos mayores empirio-naturalistas: la familia delcientificismo.

    CARLOS STRASSER

    INTRODUCCIN

    Cuando Giovanni Sartori (2004) manifest su profunda incomodi-dad con el molde norteamericano de la ciencia poltica, el debate sobreel status de la disciplina cobr una fuerza inusitada.1 Las primeras reac-ciones provinieron de los defensores del paradigma puesto en cuestin,pero pronto, desde otros posicionamientos, se sumaron vocesdispuestas a levantar el guante e inmiscuirse en una saludable polmicaque oblig a situar sobre la mesa un conjunto de implcitos y supuestosontolgicos, tericos, epistemolgicos, metodolgicos e ideolgico-polticos en el estudio de la poltica. La puesta en jaque a la posicinms extendida y con pretensiones hegemnicas en ciencia poltica porparte de uno de sus miembros (un sujeto epistmico pertinente al in-terior del paradigma) ofici como un tbano socrtico y moviliz elintercambio y la controversia. Prueba de ello son los trabajos de Negretto(2004), Colomer (2004), Laitin (2004), Zolo (2006), Oxhron (2006),Molina (2006), Covarrubias (2006), Cansino (2006 y 2008) y Lucca(2008), que de una u otra forma presentan posiciones en el marco de

    1 En 1986, Sartori public su ensayo Hacia donde va la ciencia poltica?. All afirmaba:de lo que s estoy convencido es que la parte ms grande de la ciencia poltica (la que veoy la que vivo en Estados Unidos) no va en los ltimos diez o quince aos mejor, sino peor(1991:22). Es claro que el debate sobre la situacin de la ciencia poltica no es una no-vedad; sin embargo, la intervencin de Sartori le dio un nuevo impulso.

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    LA CIENCIA POLTICA CONTEMPORNEA

    la polmica. La reapertura de la discusin es especialmente relevan-te para el futuro de los estudios polticos en Amrica Latina puesto quecomo es conocido el paradigma norteamericano se ha extendidohacia muchos centros de produccin acadmica latinoamericanos,proyectando sus luces y especialmente sus sombras.2

    El impacto que tuvieron las palabras de Sartori se comprende, enparte, por el lugar que retricamente eligi para pronunciarse:3 co-fundador de la disciplina, viejo sabio, convencido de la Ciencia (de laposibilidad de un abordaje cientfico de la poltica) y de que el modelopertinente para la ciencia poltica es la economa.4 Pero tambin, por elcontenido de sus conclusiones. Sartori sostiene en su ensayo, entreotras cosas, que el fracaso de la constitucin de la ciencia poltica comociencia blanda en la actualidad radica en la imposibilidad de encontrarun mtodo. Y no contento con atacar el status epistmico-metodolgicode la ciencia poltica, el politlogo italiano interviene en otro nivel dela discusin al preguntarse por la utilidad de la ciencia poltica y no en-contrar respuestas satisfactorias. En unas pocas pginas, el trabajo deSartori insina una serie de tpicos que podemos distinguir entre as-pectos epistemolgicos de la ciencia poltica y de filosofa de la cienciapoltica los cuales suscitaron la atencin (y la reaccin) de politlogosde diversas procedencias cuyas respuestas fueron publicadas en revistasprincipalmente mexicanas.5

    2 Esto no significa que en las comunidades acadmicas de todos los pases de AmricaLatina, el enfoque norteamericano se haya vuelto dominante. Lesgart (2008: 230) sostiene,por ejemplo, que en Argentina, por la dinmica misma del campo disciplinario si bienobviamente no es desconocida la perspectiva estadounidense est lejos de ser hegemnica.No es casual que los principales debates en torno a la polmica de Sartori se desarrollenen Mxico, donde su influencia es mucho ms evidente (Loaeza, 2005).3 La intervencin de Sartori es una eximia pieza de retrica. La construccin de lalegitimidad del lugar de la enunciacin, la interpelacin y los argumentos inteligentes searticulan notablemente.4 Esta declaracin de Sartori llena de regocijo a autores como Colomer (2004), quienargumenta que no hay alternativa en el campo de las ciencias sociales de donde copiar elmtodo.5 Nos referimos al nmero 2, Vol. XI (2004) de la revista Poltica y Gobierno, del Centro deInvestigacin y Docencia Econmicas (CIDE), y Metapoltica, nm. 49, septiembre-octubrede 2006. Tambin se destaca el nmero temtico (001, vol. XXV, de 2005), que la chilena

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    MARTN RETAMOZO

    En este marco, el presente ensayo se propone revisar algunos de losejes ms relevantes que se desprenden de esta polmica, indagando enlos aspectos epistemolgicos y filosficos de la ciencia poltica en laactualidad. Asimismo, exploraremos senderos que pueden brindar otroscaminos para el estudio de los procesos polticos latinoamericanosdesde una perspectiva crtica. La hiptesis de lectura que se transfor-ma en el hilo argumental es que la ciencia poltica hegemnica presentatres aspectos que la constituyen como un gigante con pies de barro. Enprimer lugar, una visin acotada y superada de los que es la ciencia ysus mtodos (crtica al nivel epistemolgico); segundo, una visinrestrictiva de la cuestin poltica que olvida (o no contempla) la dis-tincin entre lo poltico y la poltica (crtica al nivel terico); y tercero,porque su visin de mundo impone una normatividad asociada alliberalismo (crtica al nivel ideolgico-poltico). La revisin profun-da de estos aspectos, sostenemos, es un primer paso para la aperturahacia otros horizontes en el estudio de lo poltico en Amrica Latina.

    LA CIENCIA POLTICA EN SU LABERINTO EPISTEMOLGICO

    El ensayo de Sartori nos da pie para otro captulo ms del demasiadasveces desdeado debate epistemolgico en la ciencia poltica.6 Eneste aspecto, el slo preguntarnos qu entiende por ciencia la ciencia po-ltica o, mejor an, qu entienden por ciencia quienes hacen cienciapoltica en el paradigma dominante, supone una molestia en el cora-zn del enfoque hegemnico en la disciplina.7 Para comprender el

    Revista de Ciencia Poltica dedic al estado de la disciplina en Amrica Latina, conuna serie de artculos de especialistas de distintos pases. La obtencin del premioSudamericana de Ensayo por parte de Csar Cansino con el trabajo La muerte de la cienciapoltica (2008) no deja de ser un indicador sobre la actualidad y trascendencia del debate.6 Naturalmente, existen importantes trabajos dedicados a esta temtica, aunque enocasiones ligados ms a asuntos metodolgicos que epistemolgicos. Entre los destacados,puede nombrarse a Marsh y Stoker (1997) Green y Shapiro (1994).7 Siendo tan frgil el sustento epistemolgico de la ciencia poltica estadounidense, escomprensible lo recurrente de los cuestionamientos (y el diagnstico de ciencia en crisis).Trabajos de mediados de los aos ochenta, como los de Ricci (1984) y el propio Easton(1985), y los italianos Zolo (1985), Fisichella (1986), Sartori (1991), Pasquino (1988),desnudaban las miserias del positivismo en ciencia poltica.

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    LA CIENCIA POLTICA CONTEMPORNEA

    origen de la posicin dominante y su lastre actual en este plano, podemosevocar el trabajo de Danilo Zolo (2006), quien siguiendo a JngenFalter identifica cinco caractersticas del programa originario de laciencia poltica, a saber: primero, la bsqueda de explicacin causal yprevisin con base en un modelo nomolgico, lo que implica la bs-queda de comportamientos regulares tanto de los actores como delsistema poltico; segundo, la concepcin de verificabilidad emprica apartir de la observacin del comportamiento de los actores polticos;tercero, la bsqueda de la cuantificacin y la medicin como objetivodel proceso cientfico riguroso; cuarto, una preocupacin por lasistematicidad y acumulacin de evidencia emprica que, medianteprocedimientos inductivos, permiten el progreso de la disciplina; fi-nalmente, en quinto lugar, la avaloratividad, esto es, el intento deestudiar los fenmenos polticos por fuera de las valoraciones o po-siciones ticas, procurando as alcanzar el ideal de objetividad cientfica.

    Esta posicin, que podra pensarse en desuso, emerge ms o menosexplcitament