antología poder y campo simbólico, uam-x, 2002

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1 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA Dr. Luis Mier y Terán Rector General Lic. Edmundo Jacobo Molina Secretario General UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA- XOCHIMILCO Dra. Patricia Aceves Pastrana Rectora Dr. Ernesto Soto Reyes Garmendia Secretario de Unidad Lic. Gerardo Zamora Fernández de Lara Director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades Lic. Roberto Constantino Toto Secretario Académico Lic. Dolly Espínola Frausto Jefa del Departamento de Educación y Comunicación Lic. Rosa María Ponte Coordinadora de la Licenciatura en Comunicación Social Cuidado de Edición Milo Montiel Romo Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco Noviembre 2001 ISBN Calzada del Hueso 1100, México, D.F., 04960

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ÍNDICEUNIDAD II: ESTUDIOS SOBRE EL PODER Y EL CAMPO DE LA PRODUCCION SIMBOLICA (LENGUAJE Y PODER) ...................................................................... 5Giménez, G., «Los fenómenos del poder» ............................................................... 7 Giménez, G., «El Estado» ...................................................................................... 27 Foucault, M. «El sujeto y el poder» ........................................................................... 47 Cevallos, Héctor; «Definición general del poder» ..................................................... 63 Giménez, G., «La sociología de Pierre Bourdieu» .................................................... 81 Bourdieu, Pierre; «Algunas propiedades de los campos» ....................................... 99 Bourdieu,Pierre;«El mercado lingüístico»............................................................. 107Licenciatura en Comunicación SocialUniversidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México, Julio 2002

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  • 1UNIVERSIDAD AUTNOMA METROPOLITANA

    Dr. Luis Mier y TernRector General

    Lic. Edmundo Jacobo MolinaSecretario General

    UNIVERSIDAD AUTNOMA METROPOLITANA- XOCHIMILCO

    Dra. Patricia Aceves PastranaRectoraDr. Ernesto Soto Reyes GarmendiaSecretario de UnidadLic. Gerardo Zamora Fernndez de LaraDirector de la Divisin de Ciencias Sociales y HumanidadesLic. Roberto Constantino TotoSecretario AcadmicoLic. Dolly Espnola FraustoJefa del Departamento de Educacin y ComunicacinLic. Rosa Mara PonteCoordinadora de la Licenciatura en Comunicacin Social

    Cuidado de EdicinMilo Montiel Romo

    Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad XochimilcoNoviembre 2001ISBNCalzada del Hueso 1100, Mxico, D.F., 04960

  • 2

  • 3NDICE

    UNIDAD II: ESTUDIOS SOBRE EL PODER Y EL CAMPO DE LA PRODUCCIONSIMBOLICA (LENGUAJE Y PODER) ...................................................................... 5

    Gimnez, G., Los fenmenos del poder ............................................................... 7

    Gimnez, G., El Estado ...................................................................................... 27

    Foucault, M. El sujeto y el poder ........................................................................... 47

    Cevallos, Hctor; Definicin general del poder ..................................................... 63

    Gimnez, G., La sociologa de Pierre Bourdieu .................................................... 81

    Bourdieu, Pierre; Algunas propiedades de los campos....................................... 99

    Bourdieu, Pierre; El mercado lingstico ............................................................. 107

  • 4

  • 5UNIDAD II: ESTUDIOS SOBRE EL PODER Y EL CAMPO DE LAPRODUCCION SIMBOLICA (LENGUAJE Y PODER)

    OBJETIVOS:

    Un primer objetivo de esta unidad es presentar algunas de las aproximaciones tericas que han abordado la

    problemtica del poder, ubicando su filiacin terica y sus implicaciones para el anlisis. Tambin se pretende

    analizar las caractersticas y manifestaciones del poder, las relaciones de poder en la estructura social y en

    las instituciones as como su manifestacin en el discurso.

    INTRODUCCION.

    Dado que uno de los objetivos del mdulo es mostrar que la produccin discursiva, entendida sta como un

    conjunto de construcciones simblicas, debe ser analizada desde una perspectiva socio-cultural que considere

    al lenguaje como un fenmeno social, es decir, como un fenmeno inmerso en relaciones de poder, en situaciones

    de conflicto y en procesos de cambio social, es fundamental incluir un acercamiento a los fenmenos del poder

    y ver su relacin con el lenguaje.

    El estudio de la produccin discursiva, como seala Thomspon (1993), implica en cierto sentido, estudiar el

    lenguaje en el mundo social, estudiar la manera en que el lenguaje es usado en la vida social cotidiana y estudiar

    los modos en que los mltiples y variados usos del lenguaje se entrecruzan con el poder, ya sea para ejercerlo,

    reforzarlo, sostenerlo o cuestionarlo.

    El poder ha sido uno de los temas que ms ha interesado investigar a los cientficos sociales. El poder es, sin

    duda, uno de los conceptos claves en el pensamiento poltico occidental, desde Maquiavelo, pasando por Marx

    y Hegel hasta la actualidad el pensamiento social ha reflexionado alrededor del poder, pero todava hoy no existe

    consenso acerca de sus caractersticas fundamentales.

    Los socilogos y politlogos funcionalistas se preocuparon por elaborar un concepto del poder y por la medicin

    del poder. Los marxistas, en cambio, desdearon casi siempre el tema o, lo que resulta casi lo mismo, lo

    redujeron a un poder de la clase dominante concentrado en el Estado. Solamente en tiempos ms recientes la

    teora marxista ha retomado la problemtica del poder.

    Adems los estudios sociolgicos o politolgicos sobre el poder han estado centrados, en su mayora, o sobre el

    poder poltico o sobre el poder de las organizaciones (tanto pblicas como privadas). Se ha estudiado las

    personas que detentan el poder y se ha hecho una historia de las instituciones. Pero, como sealaba Foucault en

    1978, el poder en sus estrategias a la vez generales y afinadas, en sus mecanismos nunca ha sido estudiado.

    Es precisamente con Foucault que se inicia esta nueva etapa del estudio del poder que va a estar encaminada

    al anlisis de las estrategias ms que al poder en sus generalidades.

    Haciendo una revisin de los diferentes enfoques o aproximaciones se pueden detectar las siguientes vertientes:

  • 6a) la aproximacin weberiana y neoweberiana segn la cual los individuos o grupos pueden actuar, con xito,

    sobre las conductas de otros. 2) La aproximacin marxista segn la cual es poder es una relacin entre clases.

    3) La propuesta de Foucault para quien el poder se ejerce desde innumerables puntos y 4) la propuesta de

    Pierre Bourdieu que conceptualiza al poder como un poder simblico.

    Si bien existen diferentes concepciones sobre el poder se pude sealar que existe un punto en que todas estn

    de acuerdo: el campo del poder es estrictamente relacional. El considerar al poder como una relacin, de

    acuerdo a Minello (1986:60), tiene, por lo menos dos ventajas. Por un lado supone que los individuos, grupos o

    clases tienen poder en relacin con otros individuos grupos o clases; es decir, que son otros quienes le dan

    sentido al poder. Esto supone entre otras cosas, una posibilidad de apreciacin objetiva del poder. En segundo

    lugar, al entenderse como una relacin, puede suponer una posibilidad de cierta influencia recproca que, tratndose

    del poder, puede estimarse como la capacidad que tiene uno de los elementos de la relacin de resistir al otro.

    Por supuesto que en todos los casos se supone una relacin asimtrica; si as no fuera- es decir, que la relacin

    fuera equivalente o proporcional no estaramos ante la relacin de poder.

    Otra de las caractersticas de cmo ha sido estudiado y analizado el poder es que muchos de los estudios que

    se han llevado a cabo sobre el tema se centran en una de sus modalidades: la dominacin. Como sealan

    Hodge y Kress, en las sociedades capitalistas como en la mayora de las formaciones sociales, existen inequidades

    en la distribucin del poder. Como resultado existen divisiones en el tejido social entre los gobernantes y los

    gobernados. Tales sociedades muestran caractersticas de dominacin. Para poder mantener estas estructuras

    de dominacin, los grupos dominantes intentan representar el mundo en formas o maneras que reflejan sus

    propios intereses, los intereses de su poder (1989:3). Entre las modalidades de dominacin que son

    particularmente importantes en las sociedades modernas se encuentran aquellas que implican asimetras

    sistemticas del poder, como por ejemplo, entre clases, sexos, razas y entre naciones y Estados.

    Si bien, como ya se ha mencionado anteriormente, existen diferentes aproximaciones al fenmeno del poder

    que parten de postulados tericos diferentes y que conllevan diferentes maneras de analizarlo, en esta antologa

    slo son retomadas las siguientes concepciones: la weberiana y neoweberiana, la marxista, la de Michel Foucault

    y la de Pierre Bourdieu .

  • 7TEXTO NO. 1Gimnez, G., Los fenmenos del poder, cap. I de Poder, Estado y Discurso, UNAM, Mxico, 1983, pp- 9-36.

    En este texto Gilberto Gimnez presenta un panorama general en torno al estudio del poder. Primeramente

    ofrece un estado de la cuestin donde ubica las principales interrogantes sobre el estudio del poder. Posteriormente,

    pasa a presentar tres corrientes fundamentales que han abordado la problemtica y el estudio del poder. Empieza

    con la exposicin de la aproximacin weberiana y la neoweberiana al estudio del poder y hace nfasis en una

    distincin analtica de tres modalidades puras de poder: la dominacin, la autoridad y la direccin as como de

    los medios a travs de los que se ejercen sus mecanismos y sus contrapartes. La explicacin de estas tres

    modalidades es extensa y completa. Luego presenta la aproximacin al problema desde la tradicin marxista

    retomando fundamentalmente los aportes de Gramsci y su concepto de hegemona. Posteriormente presenta la

    concepcin de Foucault, aunque no la titula como tal (en el texto aparece como: correlacin de fuerzas, estrategias,

    tcticas), en su exposicin parte de la premisa de que el poder se ejerce, que es una de las premisas bsicas de

    Foucault. Luego trabaja la caracterizacin del poder poltico. En la parte final presenta algunas reflexiones sobre

    la historicidad del poder.

    GUIA DE ESTUDIO:

    1. Explique el concepto de poder en Max Weber.

    2. Explique las tres modalidades puras del poder.

    3. Cmo ha sido abordada la problemtica del poder dentro de la tradicin marxista?

    4. Explique el concepto de correlacin de fuerzas.

    5. Explique la caracterizacin que hace Gimnez del poder poltico.

    6. Explique por qu la historicidad es la primera caracterstica del poder.

  • 8CAPITULO I

    LOS FENOMENOS DEL PODERGilberto Gimnez

    1. Estado de la cuestin

    El discurso poltico-jurdico y sus correspondientes aparatos son indisolubles de los fenmenos de poder y,

    particularmente, de las formas estatales de poder. De ah la tentacin de definir simplemente esta forma de

    discurso como discurso del poder o en torno al poder.

    Por lo que toca especialmente a la relacin entre poder y derecho, sta se impone con tal evidencia que no

    faltaron autores que intentaran incluso reducir el primero al segundo. Ya para Locke y muchos de sus

    contemporneos, el poder poltico se reduca a la facultad de juzgar y de imponer sanciones, es decir, a la

    capacidad de producir leyes y de hacerlas aplicar mediante el recurso a la fuerza.1 Y un autor moderno de talla,

    como Kelsen, llega a identificar pura y simplemente Estado y derecho, absorbiendo el primero en el ltimo.2

    Parecera conveniente, entonces, no entrar a abordar directamente la problemtica del discurso poltico-jurdico

    antes de explorar los fenmenos de poder que la envuelven como un clima y constituyen su marco o su terreno

    de inscripcin.

    Pero, qu es el poder?

    Curiosamente, ni la ciencia poltica ni -muchos menos- la ciencia jurdica han podido dar hasta ahora una respuesta

    satisfactoria a esta cuestin.Han sido estudiadas las personas que detentaban el poder. Se trataba de la historia anecdtica de losreyes. A sta se le ha opuesto la historia de los procesos, de las infraestructuras econmicas. A su veza sta se ha opuesto una historia de las instituciones, es decir, aquello que se considera comosuperestructura en relacin a la economa.Ahora bien, el poder en sus estrategias, a la vez generales y afinadas, en sus mecanismos, nunca hasido muy estudiado.3

    Ni siquiera el marxismo, que comporta una teora de la revolucin, ha llegado a desarrollar en forma explcita y

    acabada una teora propiamente dicha del poder. Se han barajado diferentes hiptesis para explicar este vaco

    lamentable. Lo cierto es que slo en tiempos muy recientes la teora marxista se ha decidido a tematizar de un

    modo explcito y pertinente la problemtica del poder, respondiendo a estmulos provenientes en gran parte de

    mbitos total o parcialmente ajenos a la tradicin marxista.4

    Los constitucionalistas suelen ocuparse con frecuencia de poderes. Pero no hay que engaarse: estos

    poderes son definidos en trminos puramente jurdicos como facultades o potestades ilimitadas (soberana)

    o limitadas (investiduras, habilitaciones para el ejercicio de determinadas competencias). De aqu la distincin

    clsica en derecho constitucional entre poder constituyente y poderes constituidos. No es ste el fenmeno que

    1 J. Locke, Essai sur le pouvoir civil, Pars, PUF, 1953, cap. 9. A propsito de las ideas de este autor sobre el poder, consltese Marie-Claude Bartholy, Le pouvoir, Paris, Editions Magnard, 1977, pp. 82-832 H. Kelsen, Compendio de teora general del Estado, Barcelona, Casa Edit. Bosch, 1934, pp. 123 y ss.3 Michel Foucault, Microfsica del potere, Madrid, Las Ediciones de La Piqueta, 1978, p. 99.En caso necesario citaremos tambin la edicin italiana de esta misma obra, Microfsica del poder, Torino, Einaudi, 1977 que contienemateriales nuevos que no aparecen ni en la edicin original francesa, ni en la traduccin espaola.4 Ver a este propsito el trabajo de Dominique Lecourt, Dissidence ou rvolution?, Pars, Maspero, 1978, pp. 71 y ss.

  • 9aqu nos interesa, sino algo previo: lo que los mismos constitucionalistas denominan a veces muy de paso

    factores extrajurdicos o factores reales de poder, que condicionan directamente la efectividad de los

    poderes y de las soberanas jurdicas.

    Refirindose a la Constitucin de 1824, que no pudo menos que recoger ciertos principios impuestos por la

    poca, entre ellos la intolerancia religiosa, escribe Felipe Tena Ramrez:Se trata de los factores reales de poder, que rigen en el seno de toda sociedad y que funcionan segn lafrmula expresiva de Lasalle: Se toman esos factores reales de poder, se extienden en una hoja depapel, se les da expresin escrita y, a partir de este momento, incorporados a un papel (la Constitucin),ya no son simples factores reales de poder, sino que se han erigido en derecho, en instituciones jurdicas,y quien atente contra ellos atenta contra la ley, y es castigado.5

    Tena Ramrez termina citando esta frase de Heller: En ltima instancia siempre veremos confirmarse la regla de

    que la Constitucin real consiste en las relaciones reales de poder.6

    Pues bien, qu son estos factores o relaciones reales de poder? Cules son sus bases o fundamentos?

    Cul es el mecanismo de su eficacia social?

    No se trata, por cierto, de substancializar el poder ni de buscar la definicin de su esencia intemporal bajo la

    diversidad de sus manifestaciones histricas. Las definiciones esencialistas deben descartarse de las ciencias

    sociales en nombre de una sana epistemologa.7 El poder no es una substancia ni una esencia, sino un

    concepto relacional histricamente determinado. El poder no es algo que se pueda adquirir, arrebatar o

    compartirse, algo que se pueda conservar o dejar escapar; el poder se ejerce a partir de innumerables puntos de

    apoyo y dentro de un juego de relaciones desiguales y mviles.8

    Por otra parte, estas configuraciones mviles del poder varan cualitativamente segn las diferentes formaciones

    sociales que se han dado en la historia. La historicidad es la primera caracterstica del poder. Sus fundamentos,

    sus tecnologas y su eficacia social son diferentes segn se trate de una sociedad arcaica, de una sociedad

    feudal o de una sociedad capitalista avanzada.

    Esto no significa que no se pueda decir algunas generalidades sobre el poder. Se puede hablar del poder en

    general, como Marx hablaba de la produccin en general. Pero esta generalidad no debe interpretarse como

    expresin conceptual de una esencia, sino como esquematizacin nominal de ciertos rasgos comunes extrados

    por comparacin de las diferentes formas histricas del fenmeno. Para el establecimiento de las particularidades

    como determinaciones y de la generalidad como sus rasgos comunes a pesar de sus divergencias, se est

    suponiendo ante todo a estas divergencias como formas distintas y no como manifestaciones diversas de una

    forma nica de desarrollarse, escribe Miriam Limoeiro Cardoso.9 De este modo la generalidad de un concepto

    no vale por s misma, no es en s misma un principio de teorizacin. Su valor, por el contrario, es su capacidad de

    discriminacin de las diferencias esenciales que marcaron las particularidades, nicas formas en las cuales

    existen concretamente1 0

    5 Felipe Tena Ramrez, Derecho constitucional mexicano, Mxico, Porra, 1977. p. 25.6 Ibid., p. 267Cf. Pierre Bourdieu y otros. Le mtier de sociologue, Pars, Mouton, 1973, pp. 34 y ss.8 M. Foucault, La volont de savoir, Pars, Gallimard, 1976, p. 123 (hay traduccin espaola).9 Miriam Limoeiro Cardoso, La construccin de conocimientos, Mxico, Ediciones Era, 1977, p.61.10 Ibid., p. 26

  • 10

    2. Aproximacin weberiana al problema

    Cuando hablamos de poder nos referimos por la general a cierta capacidad (fsica y no jurdica) de accin, es

    decir, a una modalidad del hacer. Poder algo es tener la posibilidad de realizarlo, es estar en condiciones de

    reunir los medios para lograr un fin. Es, por ejemplo, la capacidad de modificar el medio ambiente para arrancarle

    los recursos necesarios para la subsistencia. En este caso hablamos del poder del hombre sobre la naturaleza.

    Pero poder no es solamente la capacidad de hacer algo por s mismo. Es tambin la capacidad de hacerlo por

    medio de otros, la posibilidad de disponer de la capacidad de accin de otros para lograr determinados fines. Lo

    que supone alguna forma de dominio sobre los otros y la emergencia de disimetras y desequilibrios en las

    relaciones sociales. El poder se expresa fundamentalmente mediante los smbolos de la desigualdad -dice J.

    Baechler.1 1

    Se inscribe en esta perspectiva la conocida definicin de Max Weber, segn la cual el poder no es ms que la

    capacidad de imponer la propia voluntad a otros.1 2 J. Baechler reasume esta definicin en la siguiente frmula:

    A dispone de un poder sobre B (A > B) si A se halla en condiciones de lograr o de impedir que B realice o no una

    accin X. En esta frmula A y B pueden ser dos individuos (v.g, un padre y un hijo ); o A un individuo y B un

    grupo (v.g un patrn frente a sus obreros); o tanto A como B son grupos relacionados entre s (v.g. un sindicato

    vs. una empresa). A y B pueden representar tambin a Estados y sociedades enteras que pueblan la escena

    internacional.1 3

    Olvidemos provisoriamente el tenor subjetivista y psicologizante de esta definicin para extraer de ella una

    distincin importante que nos apresuramos a sealar: el poder como capacidad o virtualidad y el poder como

    ejercicio o performance. Por implicacin lgica, este ltimo presupone al primero. No hay performance sin una

    capacidad o competencia correlativa y no toda capacidad se actualiza en forma de performance. Foucault ignora

    esta distincin elemental de la lgica modal cuando afirma que el poder slo existe como ejercicio de estrategia

    y de tecnologas complejas: poder es el nombre que damos a una situacin estratgica compleja en una

    sociedad determinada.1 4 Los mecanismos del poder descritos por Foucault -el gran encierro, la vigilancia,

    las disciplinas- pertenecen al orden de la perfomance y presuponen una capacidad correlativa que consiste en la

    disposicin de determinados medios o aparatos (control de los medios de produccin o de coaccin, monopolio

    de la informacin, etctera), llamados recursos de poder o potencial de poder.

    Un anlisis ms detallado de estos medios o recursos nos conduce a la distincin analtica de tres modalidades

    puras de poder: la dominacin, la autoridad y la direccin.1 5 Esta distincin tripartita, inspirada en Max Weber,

    resulta de la observacin y clasificacin tpico-ideal de los diferentes modos de ejercicio del poder en las sociedades

    histricas modernas.11 Jean Baechler, Le pouvoir pur, Pars, Calmann-Lvy, 1978, p. 8Tambin para F. Perroux la esencia del poder deseado, esperado o previsto con un coeficiente de probabilidad en la relacindisimtrica . F. Perroux, Pouvoir et conomie, Pars, Bordas, 1973, p. 3012 He aqu la definicin precisa de Max Weber, tantas veces repetida: Poder significa la probabilidad de imponer la propia voluntad,dentro de una relacin social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad. Max Weber,Economa y sociedad, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1974, vol. I, p. 43.13 Jean Baechler, op. cit., pp. 10 y ss.14 M. Foucault, La volont de savoir, ed. cit., p. 123.15 El anlisis que sigue recoge una de las contribuciones importantes de J. Baechler, en su obra ya citada, aunque este autor partede una perspectiva terica radicalmente diferente a la nuestra.

  • 11

    La dominacin (llamada por Max Weber poder a secas y por otros poder puro) es una modalidad de poder

    cuyo medio especfico es la fuerza entendida como el uso o la amenaza de la violencia fsica. Tal es, por ejemplo,

    el poder machista que se prevalece de la fuerza fsica dentro del marco familiar, o la situacin de poder en que

    se encuentra el vencedor con respecto al vencido que ha sido desarmado fsica y moralmente despus de una

    batalla.

    A la dominacin responde un tipo de sumisin basado, no en el consentimiento, sino en el temor o en el terror. La

    reaccin especfica contra esta forma de poder es lo que se llama propiamente rebelin, que puede ser pasiva

    (resistencia pasiva, martirio, fuga hacia espacios de libertad, etctera) o activa (insurreccin, atentados, sabotajes,

    etctera).

    La sancin correspondiente slo puede ser la represin fsica y, en los casos lmites, el exilio y la muerte. La

    lgica de la dominacin pura es una lgica de exterminio que apunta a la eliminacin total, no slo de los

    rebeldes actuales, sino tambin de los potenciales. Y como todos los dominados son, dentro de este esquema,

    rebeldes potenciales,1 6 la lgica de la dominacin tiende a coincidir con esta mxima nihilista: matar a todo el

    mundo y luego irse.1 7

    La condicin primera de la dominacin no es la legitimacin ideolgica, sino el control y la vigilancia permanentes:El ejercicio del poder puro supone una organizacin particular del espacio: ese ejercicio no es posiblesino entre los lmites de recintos cuyas partes sean, en su totalidad, igualmente accesibles a la inspeccin,y cuyos accesos estn custodiados de modo que los movimientos de entrada y salida puedan sercontrolados y, si es necesario, prohibidos. La divisin del espacio en reas de observacin y de vigilanciadebe proseguirse hasta obtener circunscripciones lo bastante pequeas como para que seantransparentes. stas son forzosamente muy exiguas cuando el amo pretende vigilarlo todo. Lo que sloes posible en el universo carcelario.1 8

    La autoridad es una modalidad de poder que se funda en un sistema de creencias compartidas.1 9 Estas creencias

    constituyen para el grupo la fuente de legitimacin de las jerarquas de decisin y de mando, as como de la

    obligacin de someterse a las reglas establecidas. Son ejemplos clsicos la autoridad religiosa que se ejerce en

    una iglesia y la autoridad paterna dentro del marco familiar.

    El medio especfico de que se vale esta modalidad del poder son las ideologas de legitimacin, generadoras de

    consenso social. Estas ideologas pueden ser tradicionales o innovadoras (o carismticas), como ya la seal

    Max Weber.2 0

    Las creencias o ideologas tradicionales son propias de sociedades que no se perciben a s mismas bajo la

    modalidad del cambio, y consisten en un capital incesantemente reproducido de sabidura social. Estas ideologas

    16 Porque los que viven bajo la dominacin de un dspota no tienen ningn inters personal en obedecer las rdenes que le sonintimadas, ni en respetar las prohibiciones que vienen a limitar su libertad. Si el amo no pudiera recurrir a la fuerza fsica, nadie seplegara a sus rdenes. Paul Claval, Espace et pouvoir, Pars, PUF, 1978, p. 24.17 Es la terrible mxima del To Ubu. Cf. Baechler, op. cit., pp. 89-9018 Paul Clavan, Espace et pouvoir, Pars, PUF, 1978, p. 2419 Pierre Legendre ha intentado analizar desde el punto de vista del psicoanlisis institucional el carcter fantasmtico del poder encuanto basado en un rgimen de creencias. Segn el autor, el poder existe porque se cree en l. Si se lo separara de la raz de lascreencias y de la maquinaria de los smbolos, toda relacin con el poder se tornara incomprensible. Pierre Legendre, Jouir dupouvoir, Pars, Minuit, 1976, pp. 20 y ss.20 Max Weber, op. cit., vol. I, pp. 170-204

  • 12

    reflejan frecuentemente una visin del mundo rgidamente jerarquizada, en la medida en que consagra una desigualdad

    fundamental entre los hombres.2 1

    Las ideologas innovadoras o carismticas responden a la emergencia, dentro del grupo, de nuevas aspiraciones

    o expectativas eficazmente encarnadas y moduladas por un profeta o jefe carismtico. Estas ideologas

    suscitan una nueva legitimidad que entra en competencia con la legitimidad tradicional.El jefe carismtico es frecuentemente un profeta que propaga una nueva fe o se presenta comorestaurador de virtudes olvidadas de la antigua religin. En las sociedades tradicionales, su fuente deinspiracin son los mitos religiosos. En las sociedades modernas, los argumentos son tomados de lasmitologas laicas segregadas por las ciencias sociales desde hace tres siglos: el jefe arrastra a loshombres porque se presenta como instigador de uno de esos grandes misterios de purificacin colectivaque es una revolucin; se bate por la justicia social, por el fin de la explotacin del hombre por el hombre,por la igualdad, por la libertad, por la fraternidad; en otros casos, se convierte en defensor de un grupoamenazado, de una nacin que no llega a constituirse, de una raza que debe triunfar.2 2

    A la autoridad corresponde una forma de sumisin que puede llamarse asentimiento. En virtud de la estructura

    de creencia de las ideologas que lo fundan, el asentimiento suele presentarse dentro de un contexto fuertemente

    subjetivo que va del simple respeto al fanatismo y la obediencia ciega, pasando por la conviccin y el entusiasmo.

    La forma caracterstica de reaccin contra la autoridad es el disenso cuyas figuras tpicas son el desacuerdo

    ideolgico, la ruptura y el cisma. En estos casos la sancin slo puede ser de orden ideolgico (porque la

    autoridad, en su forma pura, reposa ntegramente sobre la comunidad de valores), y sus principales formas son

    la excomunin y la condena en nombre de la ortodoxia.

    Comparada con la dominacin pura, la autoridad representa una forma mucho ms econmica de organizacin

    del poder. Como se trata de una modalidad que por definicin implica la legitimidad y reclama el asentamiento,

    no requiere un control generalizado ni la instalacin de complejas redes de informacin y vigilancia. Reina plena

    confianza entre los que deciden y los que ejecutan, y estos ltimos interiorizan voluntariamente las normas

    instituidas, sin necesidad de que se recurra a la amenaza o al empleo de la coaccin fsica.

    Por el hecho de no requerir el control permanente de los subordinados, la autoridad, contrariamente a lo que

    ocurre con la dominacin, no implica directamente un principio territorial. Existen patriotismos de base tnica o

    religiosa que pueden mantenerse sin soporte espacial.

    Pero la ideologa que justifica la autoridad se expande generalmente en el mbito de un espacio homogneo,

    como el que corresponde a un determinado pas, por ejemplo. Tal es el caso de la fe nacionalista que ha llegado

    a ser fundamental desde hace dos siglos, y que identifica al soberano con el grupo aglutinado por la cultura, la

    lengua, la historia, las costumbres o la religin. Tambin la autoridad de tipo tradicional puede poseer una base

    espacial definida, en la medida en que reposa sobre una comunidad de creencias resultante de una aculturacin

    semejante: esta ltima suele producirse principalmente en reas culturalmente bien integradas2 3. Llegado a este

    punto, nos separamos de Max Weber para distinguir de los fenmenos anteriormente descritos una tercera

    21 En una sociedad de rdenes o de castas, los individuos pertenecen por nacimiento a una categora inserta en una jerarqua destatus. Por este solo hecho tienen obligaciones y derechos para con los que pertenecen a los escalones superiores o inferiores. A losprimeros deben respeto, obediencia y ciertas prestaciones econmicas. Si estn situados en los ms alto de la jerarqua, disponen deuna influencia ideolgica. Claval, op. cit., p. 4522 Claval, op. cit., p. 3023 Claval, Ibid., p. 32.

  • 13

    modalidad de poder que puede denominarse, siguiendo a J. Baechler, direccin. Es verdad que sta supone

    tambin cierta legitimacin a una relativa unanimidad entre dirigentes y dirigidos, pero su naturaleza es diferente

    porque su fundamento no radica en ideologas de legitimacin con estructura de creencias, sino en el clculo

    racional de los dirigidos y en el reconocimiento de una competencia en los dirigentes.

    La direccin es una forma de poder ligada a las exigencias de la divisin tcnica del trabajo y su medio especfico

    es la competencia. Su figura arquetpica es el poder del capitn de navo. Durante la travesa, los pasajeros

    delegan en l todo el poder necesario para asegurar el xito de la navegacin, basados en el reconocimiento de

    su competencia y en el clculo de las ventajas que este caso reporta para todos la delegacin de poder.

    De aqu derivan lgicamente las caractersticas propias del poder de direccin: ste es siempre un poder delegado

    y, en cuanto tal es temporal, reversible y circunscrito a una funcin bien definida. En efecto, la direccin resulta de

    una especie de contrato justificado por la necesidad de la cooperacin social y por los imperativos tcnicos de la

    divisin del trabajo.

    El tipo de obediencia que responde al poder de direccin puede llamarse consentimiento. ste se funda en

    una especie de clculo racional por el queB espera sacar un beneficio de la delegacin de voluntad en favor de A. Si bien es cierto que estadelegacin debe entenderse como un costo, puesto que B renuncia a la libre disposicin de s mismo, elconsentimiento activo resulta, sin embargo, de una suma positiva entre este costo y la ganancia que seespera de la delegacin.2 4

    La reaccin caracterstica frente al poder de direccin se llama oposicin (por abuso de poder, por mala gestin,

    por imputacin de incompetencia, etctera), cuya sancin, en el caso en que sta sea posible, es la exclusin de

    los opositores.

    En la medida en que el poder de direccin reposa sobre cierta pretensin de racionalidad, su expansin espacial

    no tiene lmites. Por eso los regmenes de autoridad racional poseen frecuentemente un aspecto universalista

    del que carecen los sistemas tradicionales, a menos que stos se apoyen en una religin ecumnica. Sin embargo,

    cuando esta racionalidad se aplica a asegurar la fortuna de una comunidad, esto es, cuando se torna nacionalista,

    se topa necesariamente con fronteras naturales -a no ser que se transforme en imperialismo y justifique la

    dominacin, por parte de un grupo elegido, de comunidades consideradas como inferiores.2 5

    Debe notarse que las modalidades de poder que acabamos de distinguir slo poseen un valor analtico, ya que

    raras veces -por no decir nunca- se encuentran en la realidad en forma pura y separada. El poder real y concreto

    que podemos observar en diferentes escalas de la sociedad es, por lo general, de naturaleza mixta y se halla

    articulado por formas de dominacin, de autoridad y de direccin en proporciones variables. Esto explica por qu

    suele utilizarse un mismo trmino -poder o, a veces, autoridad- para designar estas tres modalidades de disimetra

    social que se apoyan, sin embargo, en principios muy diferentes.

    Ms an, se puede demostrar con J. Baechler que cada una de las tres modalidades de poder requiere el

    concurso de las otras para poder perdurar.2 6

    Es fcil comprender, por ejemplo, que la lgica puramente represiva de la dominacin conduce a una espiral

    24 J, Baechler, op. cit., p. 4925 Claval, op. cit. p. 30.26 J. Baechler, op. cit., pp. 88 y ss.

  • 14

    suicidaria (o todos muertos o todos a la crcel) que slo puede detenerse si se logra un mnimo de consenso. El

    mantenimiento del orden por medio del terror permanente y universal, adems de ser costoso en extremo, slo

    puede dar por resultado un equilibrio precario e inestable, como ya lo advirtiera Gramsci en sus reflexiones sobre

    la hegemona.2 7

    La dominacin poltica tampoco puede perdurar si no da pruebas de un mnimo de eficacia sobre todo en el

    plano de la seguridad y en el de la produccin econmica. Lo que requiere un mnimo de colaboracin y de

    consentimiento por parte de los dominados, y la demostracin de cierta competencia por parte de los detentores

    del poder. De donde resulta que toda dominacin poltica concreta comporta necesariamente ingredientes de

    autoridad y direccin, y que la obediencia, la desobediencia y la sancin correspondientes tienen tambin

    correlativamente un carcter mixto.

    Por lo que toca a la autoridad, su funcionamiento cuasiautomtico es seguro mientras dure una situacin de

    unanimidad ideolgica, sin fisuras ni fallas. Tal ha sido, grosso modo, la situacin de la cristiandad en Espaa o

    en las colonias espaolas de ultramar. Pero la historia demuestra que tal situacin de unanimidad no puede

    durar a la larga porque se halla permanentemente amenazada por la disensin, la ruptura, la hereja o el cisma.

    Una autoridad pura, totalmente desprovista de elementos de coercin para reprimir las disidencias ideolgicas,

    estara condenada a una rpida desaparicin. Las iglesias percibieron muy bien este peligro como lo demuestran,

    por ejemplo, la tenebrosa historia de la Inquisicin y la no menos tenebrosa historia de sus relaciones con el

    brazo secular.

    Adems, la autoridad no puede permitirse la ineficacia y, por tanto, la falta de direccin.El acuerdo entre A y B, que funda la autoridad, no puede limitarse a ciertos valores trascendentescompartidos. B tiene el derecho de esperar de A la realizacin de valores consubstanciales a la unidadpoltica, como son la seguridad exterior, la concordia interior y la prosperidad. Un soberano o un jefecarismtico que se revelaran como permanentemente ineptos para realizarlos, suscitar la duda en elnimo de B. ste sacara inevitablemente la conclusin de que A ya no est en armona con el plantrascendental invocado tanto por A como por B. Estos determinismos se hallan perfectamentesimbolizados por la concepcin china tradicional del mandato del cielo. Una dinasta es legtimamientras el xito atestige que est en armona con el orden del mundo.2 8

    Se puede demostrar igualmente que la direccin se diluye irremediablemente si carece de ingredientes de

    dominacin y autoridad. En efecto, la direccin se basa en un contrato que prev necesariamente en favor de A

    cierta capacidad de coaccin para someter a los infractores y obligarles a respetar las reglas de juego establecidas.

    Si as no fuere, el contrato carecera de eficacia y A no estara en condiciones de alcanzar los objetivos que le

    fueron confiados por el grupo.

    Por otro lado, en el plano poltico se requiere, como en ningn otro, que la competencia se doble de prestigio. No

    basta el reconocimiento de la pura competencia tcnica. Hay que rodear tambin la funcin de los directores de

    un halo de veneracin y respeto. Lo que equivale a introducir en la funcin de direccin la figura inconfundible de

    la autoridad.

    27 Antonio Gramsci, Quaderni del carcere, Torino, Einaudi, 1975, vol. III, pp. 1636-1638 y 2010-201128 J. Baechler, op. cit., pp. 99-100

  • 15

    3. Aproximaciones al problema en la tradicin marxista

    Estas primeras generalidades -de filiacin claramente weberiana- sobre el poder, no son del todo extraas a la

    tradicin marxista. Las encontramos tambin, con ligeras diferencias terminolgicas, en los clsicos del marxismo,

    aunque slo en cuanto referidas al plano macro-poltico. Para nosotros, en cambio, dichas generalidades son

    aplicables en principio a todos los grupos humanos posibles e imaginables, cualquiera sea su tamao o su razn

    de ser (familia, club, hospital, asilo, monasterio, empresa, corporacin, etctera).

    Por de pronto, la teora de la dictadura de las clases sociales en Marx y en Lenin remite claramente a la figura

    de la dominacin, en la medida en que destaca en ella el papel de la fuerza fsica y de la capacidad coactiva. As

    lo entenda sin duda alguna Engels cuando escriba:Una revolucin es la cosa ms autoritaria que existe; es el acto por el que una parte de la poblacinimpone su voluntad a la otra parte por medio de fusiles, bayonetas y caones, que son medios bienautoritarios, si los hay. Y el partido victorioso debe continuar esta dominacin por el terror que sus armasinspiran a los reaccionarios, si no desea que su combate haya sido en vano. Hubiera podido durar unsolo da la Comuna de Pars si no se hubiera servido de la autoridad del pueblo en armas frente a losburgueses?2 9

    El trmino autoridad equivale en este texto, como se echa de ver fcilmente, a lo que nosotros hemos llamado

    dominacin, es decir, una modalidad de poder basada en el terror.

    En polmica contra los anarquistas de la 1 Internacional, Engels defiende en este mismo texto la necesidad de

    la direccin (que l sigue llamando autoridad) en cualquier tipo de organizacin social marcada por la divisin

    tcnica del trabajo.Supongamos -dice- que una revolucin social ha destronado a los capitalistas, cuya autoridad presidahasta ese momento la produccin y la circulacin de bienes. Supongamos, para discutir ms a fondo elpunto de vista de los antiautoritarios, que la tierra y los instrumentos, de trabajo han pasado a serpropiedad colectiva de los trabajadores. Habr desaparecido la autoridad o slo habr cambiado deforma? Vemoslo...Tomemos, por ejemplo, una hilandera de algodn... Todos los trabajadores, hombres, mujeres yadolescentes, se ven obligados a comenzar y terminar su trabajo a una hora determinada por la autoridaddel vapor, que se burla de la autonoma individual. Se requiere, por lo tanto, que los obreros se ponganprimero de acuerdo sobre el horario de trabajo; una vez fijado ste, todos sin excepcin debernsometerse. Despus surgirn en cada taller y en cada momento problemas de detalle concernientes almodo de produccin, la distribucin de los productos, etctera, que deben resolverse sobre la marchaso pena de que la produccin se detenga instantneamente. Sea que estos problemas se resuelvan porla decisin de un delegado puesto al frente de cada una de las ramas del trabajo, sea que se resuelvan,en caso de ser posible, por el voto de la mayora, la voluntad individual tendr que someterse siempre;lo que equivale a decir que los problemas tendrn que ser resueltos por la va autoritaria.Tomemos otro ejemplo, el de los ferrocarriles. Aqu tambin la cooperacin de una multitud de individuoses absolutamente necesaria, cooperacin que debe llevarse a cabo en horas bien precisas si no sequiere que se produzcan desrdenes. La condicin primera de las tareas es la existencia de una voluntaddominante que decida toda cuestin sometida a su competencia... Pero en ninguna otra parte se manifiestacon mayor evidencia la necesidad de la autoridad y, por cierto, de una autoridad imperiosa, como en unanave en alta mar. Aqu, en un momento de peligro, la vida de cada quien depende de la obedienciainstantnea de todos a la voluntad de uno solo...3 0

    29 Engels, Tre articoli sul lanarchismo, Napoli, Librera Colonese, 1970, artculo sobre La autoridad (a raz de la prdida de losmanuscritos originales de estos artculos, la traduccin italiana aparecida en 1874 en un Almanaque socialista tiene valor de origi-nal).30 Ibid.

  • 16

    Pero, sin duda alguna, es Gramsci quien desarrolla de modo ms coherente una teora general del poder en el

    plano poltico.

    Segn Gramsci, la supremaca de un grupo social sobre otros se manifiesta de dos maneras: como dominacin

    o coaccin, cuyo caso lmite es la dictadura, y como direccin intelectual y moral por va del consenso. Un

    grupo social es dominante de los grupos adversarios que tiende a liquidar o a someter aun con la fuerza armada,

    y es dirigente de los grupos afines y aliados.3 1 En este ltimo caso, Gramsci habla de hegemona, trmino que

    en sentido estricto, esto es, en cuanto contrapuesto a dictadura, recubre grosso modo los fenmenos de poder

    que hemos llamado autoridad y direccin. En efecto, hegemona significa, por una parte, una capacidad de

    direccin poltica que supone la capacidad de interpretar y de representar eficazmente los intereses de los

    grupos afines y aliados, cuya confianza y apoyo se conquistan de este modo; y, por otra, la capacidad de crear en

    torno a s una unidad o al menos una convergencia ideolgico-cultural generadora de legitimacin y de consenso.

    La hegemona gramsciana, por lo tanto, no es slo un hecho poltico, sino tambin un hecho cultural y moral que

    pone en juego una concepcin del mundo.3 2 Gramsci subrayar, en consecuencia, que la relacin de hegemona

    implica siempre, bajo cierto aspecto, una relacin pedaggica. De aqu la importancia atribuida a los intelectuales

    concebidos como elaboradores de la hegemona y mediadores del consenso.3 3

    Se puede esquematizar del siguiente modo la homologa entre el esquema gramsciano y la clasificacin tripartita

    de las modalidades de poder:

    4. Crtica de las concepciones neo-weberianas del poder

    Las teoras del poder que se inscriben en la tradicin weberiana, como la desarrollada por J. Baechler, presentan

    un gran inconveniente: conciben el poder en trminos de relaciones puramente intersubjetivas que se concretan

    en la confrontacin de una voluntad dominante -la de A- y una voluntad dominada -la de B- constreida a la

    obediencia.

    Cabe decir lo mismo de la microfsica del poder de M. Foucault, que pretende aprehender la naturaleza del

    poder a partir de sus formas familiares, sexuales, domsticas e interpersonales ms elementales.

    Estas concepciones remiten a cierta tradicin sociolgica que de Durkheim a Pareto y de Max Weber a Parsons

    pretende explicar los fenmenos de la sociedad global a partir de sus componentes ms elementales.3 4 La

    31 Gramsci, op. cit., p. 2010.32Cf, Luciano Gruppi, Il concetto di hegemonia in Gramsci, Roma, Editori Riuniti, 1977.33 Gramsci, op. cit., pp. 1121-113234 Cf. Jean Piaget, tudes sociologiques, Ginebra, Librairie Droz, 1965, pp. 27 y ss.

    Baechler Gramsci

    1. Dominacin pura

    2. Autoridad

    3. Direccin

    1. Dominacin / dictadura

    2.Hegemona: direccinintelectual y moral.

  • 17

    explicacin sociolgica consistira entonces en la operacin de reducir la complejidad de lo social a sus elementos

    constitutivos ms simples. De aqu la pretensin parsoniana de edificar todo el sistema social a partir del unit act,

    es decir, de la accin elemental de un individuo singular.3 5 De aqu tambin el empeo de Foucault por practicar

    un anlisis ascendente del poder a partir de sus tomos, es decir, de sus formas intersubjetivas.3 6

    Este modo de plantear las cosas implica, en el fondo, una regresin a las filosofas sociales presociolgicas (la

    sociedad es un agregado de individuos en interaccin), y olvida que la sociologa se constituye como ciencia

    justamente rompiendo con toda concepcin reduccionista de lo social.3 7 Ya para Durkheim la estructura social

    se presenta como una positividad coactiva irreductible al mbito de las subjetividades individuales. Los elementos

    de este orden, lejos de explicar por agregacin la totalidad social, son explicados por ella.3 8 Por eso la primera

    regla del mtodo sociolgico consiste en explicar lo social por lo social.

    A la concepcin subjetivista del poder habr que oponer, por lo tanto, una concepcin que lo defina ante todo

    como una caracterstica objetiva y estructural de todo sistema social basado en relaciones disimtricas

    (principalmente de clase).

    Ambos enfoques no deben considerarse como absolutamente alternativos, Como se ha hecho tradicionalmente.

    Es claro que el ejercicio del poder se manifiesta fenomenolgicamente, en cualquiera de sus escalas, como una

    relacin interpersonal entre A y B. Pero es igualmente claro que esta relacin no se produce en el vaco, sino que

    se halla determinada por situaciones estructurales que remiten, en ltima instancia, a posiciones objetivas de los

    protagonistas en la trama de las relaciones sociales y en la jerarqua de los roles institucionales. En otras palabras,

    el poder tiene por base y fundamento una estructura objetiva de desigualdad social.3 9 Lo reconoce a regaadientes

    el propio Foucault cuando se ve obligado a admitir quelas relaciones de poder no se hallan en posicin de exterioridad con respecto a otros tipos de relaciones(procesos econmicos, relaciones de conocimiento, relaciones sexuales), sino que les son inmanentesen cuanto que son efectos inmediatos de las divisiones, desigualdades y desequilibrios que all seproducen4 0

    Pero, cmo reabsorber la concepcin subjetivista del poder dentro de una perspectiva ms estructural y

    objetivante? Asumiendo los trminos A y B de la relacin A>B, no como sujetos individuales o colectivos, sino

    como lugares o posiciones dentro de la estructura social o institucional que pueden ser ocupados por agentes

    individuales o colectivos, y que comportan, independientemente de toda subjetividad, posibilidades diferenciales

    35 Talcott Parsons, Hacia una teoria general de la accin, Buenos Aires, Kapelusz, 1968, particularmente pp. 75-188. Vase la crticade esta concepcin en Eliseo Vern, Conducta, estructura y comunicacin, Buenos Aires, Tiempo Contemporneo, 1972, pp. 79-130.Eliseo Vern se refiri a este mismo tema en su artculo: Vers une logique naturelle des mondes sociaux, Communications, nm. 20,1973, pp. 268 y ss.36 M. Foucault, La volont de savoir, op. cit., pp. 121 y ss. Se inscriben tambin dentro de esta ptica subjetivante la obra de FranoisBourricaud, Esquisse dune thorie, Pars, Plon, 1969, y las numerosas investigaciones norteamericanas sobre la distribucin delliderazgo en los pequeos grupos.37 La inversin de perspectivas que marc el descubrimiento del problema sociolgico exige, por el contrario, partir de la sola realidadconcreta que se ofrece a la observacin y a la experiencia, es decir, la sociedad en su conjunto; y a considerar al individuo con susconductas y su comportamiento mental como una funcin de esta totalidad, y no como un elemento preexistente y aislable como tal,provisto anticipadamente de las cualidades indispensables para dar cuenta de la totalidad social. J. Piaget, op. cit., p. 27.38 Ibid., pp.28-2939Franco Ferrarotti, Una sociologa alternativa, Bari, De Donato, 1975, pp. 247 y ss.40 M. Foucault, La volont de savoir, ed. cit., p. 124.

  • 18

    de acceso a los recursos de poder.

    Por ejemplo, est ligada a la posicin de clase capitalista (y no a determinados individuos o grupos capitalistas)

    la posibilidad objetiva de control de recursos tales como los aparatos de produccin, de informacin, de represin

    legal, de normalizacin y vigilancia preventiva, etctera, como est ligado a la posicin de clase subalterna (y

    no a tales grupos subalternos en particular) el posible acceso a otros recursos, como la movilizacin de masas,

    mediante los cuales se puede modificar la correlacin de fuerzas.

    La definicin del poder por referencia a lugares o posiciones estructurales, y no a sujetos, permite explicar

    un fenmeno frecuentemente observado en la historia: se puede cambiar o renovar totalmente el personal de la

    dominacin, sin que la relacin de poder vare en lo ms mnimo.

    A partir de las consideraciones hasta aqu desarrolladas, se comprende fcilmente la eficacia objetiva del poder.

    Visto de arriba hacia abajo, es decir, desde los lugares de la hegemona o de la dominacin, el ejercicio del poder

    es el requisito indispensable para la regulacin y la reproduccin de un micro o macro-orden de naturaleza

    esencialmente disimtrica y contradictoria. Visto de abajo hacia arriba, es decir, desde los lugares estructurales

    de la subalternidad, el poder se define esencialmente como resistencia y tiende, por su dinamismo objetivo, a

    mantener dentro de lmites tolerables la subordinacin o a invertir la correlacin de fuerzas desmoronando el

    orden establecido,Donde hay poder -dice Foucault- hay resistencia, y sin embargo, o ms bien por eso mismo, sta no seencuentra jams en posicin de exterioridad con respecto al poder... Las relaciones de poder no puedenexistir ms que en funcin de una multiplicidad de puntos de resistencia: stos desempean, dentro delas relaciones de poder, el papel de adversario, de blanco, de apoyo o de asiento para una ocupacin...Es, sin duda, la codificacin estratgica de estos puntos de resistencia lo que hace posible una revolucin,un poco como el Estado reposa sobre la integracin institucional de las relaciones de poder.4 1

    5. Correlacin de fuerzas, estrategias, tcticas

    En lo que sigue nos proponemos dilucidar ciertos conceptos bsicos estrechamente relacionados con el ejercicio

    del poder. Estos conceptos son los de correlacin de fuerzas, lucha, estrategia y tctica. Se trata de conceptos

    oriundos de la polemologa, pero se aplican analgicamente al conjunto de la conflictividad social bajo el supuesto

    de que, aun en ausencia de una lucha abierta y declarada, la vida social sigue siendo la continuacin de la

    guerra por otros medios o, como dice Foucault, una suerte de guerra generalizada que en ciertos momentos

    asume la forma de la paz.4 2

    Una correlacin de fuerzas es el equilibrio provisorio resultante de la desigualdad de situacin y de potencial de

    poder entre dos o ms protagonistas (individuos, grupos o naciones) confrontados entre s.

    Toda correlacin de fuerzas es a la vez resultado de luchas anteriores y condicin de surgimiento de nuevas

    luchas.Las relaciones de poder se inscriben, por una parte, al interior de luchas que son, por ejemplo, luchaseconmicas o luchas religiosas...; pero, por otra parte, las relaciones de poder abren un espacio dentrodel cual se desarrollan las Iuchas.4 3

    41 Ibid., pp. 125-127.42 M. Foucault, Microfsica del potere, ed. cit., p. 1743 M. Foucault, Precisazione sul potere. Risposta ad alcuni critici(entrevista realizada por Pascuale Pasquino). Aut-aut, nm. 167-168, sep-dic. 1978, p. 8.

  • 19

    De aqu su carcter mvil y sus desplazamientos incesantes.

    La lucha no es ms que la confrontacin en acto entre protagonistas dotados de un determinado potencial de

    poder en el marco de una determinada correlacin de fuerzas, con el objeto de modificar esta correlacin en

    sentido favorable sea al polo dominante, sea al polo dominado. La lucha es la forma principal, aunque no

    exclusiva, del ejercicio del poder. Su figura prototpica es la guerra, que puede definirse brevemente como el

    ejercicio durable de la violencia concentrada.4 4

    Tanto las luchas como las correlaciones de fuerza pueden plantearse en el plano econmico, en el poltico y en

    el ideolgico-cultural, adquiriendo en consecuencia las caractersticas propias y las implicaciones de cada una

    de estas instancias de la sociedad (que, como sabemos, no constituyen niveles topogrficos sino niveles analticos

    de la realidad social).4 5 Por eso se puede hablar con propiedad de luchas econmicas, polticas o ideolgicas.

    Los movimientos de correlacin de fuerzas pueden ser observados en el largo, en el mediano o en el corto plazo.

    En el primer caso tenemos, por ejemplo, los grandes ciclos revolucionarios (como el ciclo de las revoluciones

    burguesas en Mxico); en el segundo caso tenemos los periodos crticos (como el de la revolucin de

    Independencia); en el ltimo caso solemos hablar de coyuntura crtica. sta se define como un desplazamiento

    significativo de la correlacin de fuerzas sociales en el breve plazo, a raz de un acontecimiento desencadenante

    que funciona frecuentemente como revelador de las contradicciones sociales hasta entonces latentes.4 6 Una

    coyuntura se descompone en momentos (antecrisis, precrisis, crisis..) y consta de uno o ms nudos crticos

    que se identifican con los momentos de mayor condensacin de las contradicciones y, por lo tanto, de mayor

    presin y tensin.4 7

    Los procesos de lucha no se desarrollan, por lo general, de una manera desordenada y salvaje, sino bajo

    modalidades relativamente racionales que se denominan estrategias y tcticas.

    Se puede decir, en primera aproximacin, que la estrategia es el arte de entablar cualquier tipo de lucha en

    condiciones favorables4 8, lo que supone, evidentemente, cierta economa o modo de administracin del

    poder. Pero como la lucha tiene un carcter relacional y supone un antagonista, la aproximacin precedente

    puede desarrollarse an ms diciendo que toda estrategia implica un plan elaborado en funcin de un enemigo

    real o imaginario, concreto o potencial. O, dicho de otro modo: la estrategia es el arte de elaborar decisiones

    conformes a la promocin o defensa de un inters, tomando en cuenta el sistema de intereses confrontados y

    las posibilidades de decisiones y de defensa de los dems intereses.4 9

    Entendemos por tctica una estrategia a corto plazo orientada al logro de objetivos coyunturales que se

    relacionan slo mediatamente con los intereses fundamentales en juego. De aqu la distincin entre objetivos

    estratgicos, referidos siempre al largo plazo, y objetivos tcticos, referidos a las variaciones coyunturales. Los

    objetivos estratgicos tienden a ser estables y permanentes, mientras que las tcticas pueden ser, no slo

    44 Varios, Des rponses aux questions de Michel Foucault, Hrodote, nm. 6, 1977, pp. 1582-1589.45 Sobre este importante problema que ha dado lugar a tantos malentendidos estriles, cf. Robert Fossaert, La socit, t. I Unethorie gnrale, Pars, Seuil, 1977, pp. 29-3446 Ver el nmero especial consagrado a La notion de crise por la revista Communications, nm. 25, 1976 donde se encontrarncontribuciones tiles para la elaboracin de una teora de las coyunturas crticas. Consultar igualmente, sobre el mismo tema, laRevista Mexicana de Sociologa, nm.I enero-marzo de 1979 (nmero especial consagrado al anlisis coyuntura).47 Ives Dalahaye, La frontire et le texte, Pars, Payot, 1977, pp. 134-139 y 165-179.48 Varios, Des Rponses aux questions de Michael Foucault, loc. cit., p. 22.49 Ibid., p. 14.

  • 20

    variadas, sino tambin contradictorias.

    Con respecto al ejercicio cotidiano del poder se plantea el problema de la intencionalidad subjetiva de las estrategias

    y de las tcticas.

    Para Foucault, quien concibe el ejercicio del poder como un proceso annimo, dicha intencionalidad debe

    descartarse a priori. Ciertamente, no existe ejercicio del poder sin blancos ni objetivos. Pero no significa que

    resulten de la opcin o de la decisin de algn sujeto individual. No busquemos entonces un Estado Mayor que

    presida esta racionalidad.5 0 Foucault subrayar, en consecuencia, el carcter implcito de las grandes estrategias

    annimas, casi mudas, que coordinan tcticas locuaces cuyos inventores o responsables se manifiestan muchas

    veces sin hipocresa alguna.5 1 En otras palabras, las tcticas son conscientes, explcitas y hasta localmente

    cnicas, pero no as las estrategias globales que las coordinan.

    Este anonimato de las grandes estrategias sociales es innegable y ha sido correctamente descrito por Foucault.

    Pero slo puede explicarse si se le asigna una base estructural: son los mecanismos estructurales de la

    reproduccin social o institucional los que prescriben modelos racionales de ejercicio de poder a los agentes

    que ocupan determinados lugares en la trama de las relaciones sociales. Las racionalidades estratgicas se

    hallan ligadas en primer trmino a dichos lugares objetivos, y no a la subjetividad de los protagonistas individuales

    o colectivos que los ocupan.

    6. El poder poltico

    Las generalidades hasta aqu desarrolladas se aplican, en principio, a cualquier tipo de poder. Se requiere, por lo

    tanto, una determinacin ulterior para caracterizar de algn modo la especificidad del poder poltico.

    Digamos, en primera aproximacin, que esta especificidad tiene que ver con la diferenciacin de escalas del

    espacio social. Por oposicin a la microfsica del poder que slo organiza o transforma espacios sociales

    considerados a muy grande escala (ncleo familiar, relaciones entre individuos, etctera), el poder poltico organiza

    o transforma espacios sociales considerados a muy pequea escala, como los espacios nacionales de los

    Estados o el espacio planetario de las superpotencias y de las transnacionales.

    El error de Foucault radica precisamente en haber privilegiado solamente la primera escala, sin tener en cuenta

    que:Slo cuando se aprehende el poder distinguiendo sistemticamente sus diferentes escalas espacialesy sus diferentes niveles de anlisis, se puede evitar la confusin, dentro de un mismo conjuntoindiferenciado y de una misma ubicuidad, de estructuras de poder muy diferentes, aunque articuladasentre si.5 2

    Tratemos de caracterizar de una manera ms precisa la naturaleza del espacio social que define el mbito de

    ejercicio del poder poltico.

    Si consideramos este espacio en relacin con su exterioridad diremos que se trata de un espacio social

    relativamente cerrado y delimitado por una frontera (en sentido amplio, y no necesariamente en el sentido

    50 M. Foucault, La volont de savoir, ed. cit., p. 125.51 Ibid.52 Cf. Herodote nm. 6, 1977, p. 3. Se encontrar una interesante y, sobre todo, til antologa sobre el poder poltico en PierreBirnbaum, Le pouvoir politique, Pars, Dalloz, 1975

  • 21

    estrictamente territorial del trmino).5 3 Ms all de esta frontera hay otros espacios sociales polticamente

    organizados, con los que slo es posible mantener relaciones de indiferencia, de alianza o de hostilidad. Desde

    este punto de vista el poder poltico se define como un poder de soberana externa que consiste en la capacidad

    de declarar la guerra o de decidir la paz frente a un espacio exterior actual o virtualmente enemigo.

    Si consideramos ahora la interioridad del espacio social abarcado por el poder poltico, diremos que se halla

    constituida por la totalidad de las relaciones sociales que se desarrollan dentro de su mbito, en cuanto organizadas

    y contenidas por un sistema reticular de poderes infrapolticos que no se reducen solamente a los micro-poderes

    de Foucault. El poder poltico no se superpone simplemente a estos poderes, sino que se define por la capacidad

    de englobarlos, de remodularlos en su conjunto o de neutralizarlos parcialmente en vista de la reproduccin/

    transformacin de las relaciones sociales vigentes. Desde este punto de vista el poder poltico se define como un

    poder de soberana interna (virtual o actual) capaz de hacer funcionar la totalidad del cuerpo social en beneficio

    de un grupo o de una clase dominante:

    Resumiendo: la especificidad del poder poltico remite a la vez a la seguridad (o expansin) exterior y a la

    integracin (o transformacin) interior de una unidad soberana.

    No debe confundirse poder poltico con poder estatal centralizado. La historia y la antropologa poltica demuestran

    que han existido espacios polticamente organizados, pero sin centralizacin estatal.5 4 El Estado burocrtico

    centralizado es un fenmeno relativamente moderno, cuya gnesis se remonta a los siglos XV y XVI.

    Pero ni siquiera el Estado moderno agota la totalidad de las relaciones de poder vigentes en una sociedad, como

    lo demuestra el anlisis ascendente del poder que arranca de los mecanismos infinitesimales, que tienen su

    propia historia, su propio trayecto, su propia tcnica y tctica, y ve despus cmo estos mecanismos de poder

    han sido y todava estn investidos, colonizados, utilizados, doblegados, transformados, desplazados, extendidos,

    etctera, por mecanismos ms generales y por formas de dominacin global.5 5

    Aunque contrariamente a la posicin de Foucault, que tiende a subestimar sistemticamente la especificidad del

    poder poltico, habra que dialectizar este anlisis ascendente por medio de un anlisis descendente que, partiendo

    de la dominacin global, haga ver cmo sta se pluraliza y repercute hacia abajo.5 6 El poder poltico no es una

    pura resultante de los micro-procesos del poder, como parece sugerir Foucault, sino tambin un mecanismo

    globalizador relativamente autnomo, capaz de incidir desde arriba sobre dichos micro-procesos, para imprimirles

    cierta orientacin global favorable a determinados intereses.

    La diferencia de escalas que distingue el espacio propio del poder poltico de todos los dems espacios, da por

    resultado la distincin entre espacios pblicos y espacios privados. Las fronteras, modalidades y relaciones

    recprocas entre estos espacios son histricamente variables. Pero se puede demostrar que esta distincin es

    correlativa a la emergencia del poder poltico y tiene un trayecto histrico que arranca de la dicotoma oikos-polis

    de la civilizacin grecorromana y culmina en la dicotoma pblico-privado del derecho burgus.

    Todo parece indicar que el poder poltico necesita de un espacio pblico correlativo a su naturaleza englobante

    53 Cf. Michel Miaille, Ltat du droit, Grenoble, Presses Universitaires de Grenoble, 1978, pp. 177-18354 Ibid., pp.32 y ss. Tambin Paul Claval, op. cit., pp. 73 y ss.55 M. Foucault, Microfsica del poder, ed. cit., pp. 144-14556 Ibid.

  • 22

    y cuasitrascendente. ste es el espacio donde el poder poltico publica sus decisiones, se teatraliza a s mismo

    revestido de los smbolos de la soberana, es objeto de recriminaciones y crticas (opinin pblica), y es aclamado

    con los calificativos de la supremaca: grandeza, soberana, majestad, gloria, dignidad, honor...5 7

    7. Historicidad del poder.

    Las generalidades que hemos desarrollado hasta aqu carecen de sentido si no contribuyeran a clarificar y a

    definir mejor las configuraciones histricas del poder con sus correspondientes economas.

    Desgraciadamente, son muy escasas las investigaciones realizadas bajo este respecto. stas se reducen a

    algunas contribuciones de la antropologa poltica y a los ensayos en gran parte programticos de M. Foucault.

    La figura de la dominacin pura constituye un caso lmite y casi una excepcin en la historia. Todas las sociedades

    conocidas han preferido sustituirla por una frmula ms eficaz y menos costosa de organizacin social: la

    combinacin autoridad / dominacin (o el mixto direccin/autoridad/dominacin, como en las sociedades

    modernas).

    Al parecer, la forma originaria de poder social ha sido la autoridad legitimada por creencias y mitos religiosos, con

    muy escasa capacidad de coaccin. Segn Claval, la forma centralizada y jerrquica de la autoridad tiene su

    origen inmediato en una revolucin religiosa que hizo aparecer como superiores los cultos y rituales colectivos

    administrados por mediadores poderosos que representan a todo el grupo.5 8 Esta transformacin ideolgica,

    que permiti el surgimiento de una autoridad socialmente reconocida, implicaba tambin el reconocimiento de

    una desigualdad constitutiva entre los hombres. Este reconocimiento fungi como una de las condiciones

    ideolgicas del surgimiento de estructuras sociales estamentales o de castas. Otro de sus efectos fue sin duda

    alguna:Facilitar la distribucin diferencial de los recursos: quien representa a todo el grupo y se responsabilizade l frente al ms all tiene derecho a regalos y dones sin contrapartida material. La reciprocidad siguefuncionando, pero lo que el jefe distribuye son beneficios morales, seguridad religiosa y la liberacin delas angustias experimentadas hasta entonces. Esta misma transformacin ideolgica origina elreconocimiento de una autoridad colectiva, la concentracin de las riquezas, la generalizacin de lasrelaciones de clientela y la emergencia de filosofas de la desigualdad social.5 9

    Las diferentes configuraciones histricas del poder dependen de las diferentes formaciones sociales. stas se

    caracterizan, como sabemos; por un modo de produccin dominante que implica determinadas condiciones

    tcnicas de produccin, de intercambio y de comunicacin.

    Un modo de produccin caracterizado por la debilidad de las fuerzas productivas, por la baja productividad, por

    la disponibilidad de transportes lentos y onerosos y, en fin, por la ausencia de escritura, no permite un potencial

    de poder capaz de organizar en gran espacio social. Las relaciones de poder pueden estructurar apenas relaciones

    sociales muy simples que se desenvuelven en espacios reducidos: relaciones de parentesco, de alianza, de

    intercambio, etctera. Las formas ms frecuentes de autoridad suelen ser, en este caso, las que rigen la estructura

    familiar, las jefaturas de las bandas y de las tribus primitivas, las que engendran situaciones de clientela (en

    57 Sobre este importante tema de la sociologa poltica, ver Jrgen Habermas, Lespace public, Pars, Payot, 1978, pp. 13-37.58 Claval, op. cit., p. 91.59 Ibid., pp. 91.92

  • 23

    virtud de una desigual disponibilidad de recursos) y, finalmente, las jefaturas de estructura segmentaria y piramidal,

    con fundamento religioso.6 0

    La invencin de la escritura permiti estructurar las primeras organizaciones de tipo burocrtico que dieron

    origen a los proto-Estados.Con ello -dice Claval- se facilita el desarrollo del poder poltico, pero la economa no sigue el mismoritmo de desarrollo; con excepcin del comercio de productos de lujo, la autarqua sigue siendo la regla.Esta situacin limita el campo de ejercicio del poder y dificulta su prctica: por falta de medios fciles demovilizar, el espacio social no puede ser estructurado todava por burocracias enteramente consagradasa esta tarea. El soberano se limita a afianzar los territorios que domina utilizando pre-burocracias menoscostosas en cuanto a su organizacin y funcionamiento.6 1

    Con el advenimiento de la economa mercantil, las condiciones de ejercicio del poder se modifican sustancialmente:Los sistemas polticos especializados pueden desarrollarse ahora plenamente; la autoridad-poder yadispone de medios para informarse y hacerse respetar, porque puede edificar burocracias administrativasy hacerlas vivir gracias a la percepcin regular de impuestos.6 2

    Como se echa de ver fcilmente, la emergencia del Estado moderno se halla ligada al progreso tcnico, pero

    precede a la revolucin industrial en la medida en que basta la comercializacin de la economa: para proporcionar

    al poder los recursos de que careca hasta entonces.6 3

    La contribucin de M. Foucault apunta ms especialmente a la descripcin histrica de las diferentes economas

    de poder que se definen por el sistema de dispositivos, tcnicas, estrategias y tcticas utilizados en el ejercicio

    cotidiano del poder.

    En la sociedad feudal, dice Foucault, el mecanismo general del poder parece funcionar en todos los niveles

    segn el modelo de la relacin soberano-sbdito. En otros trminos, la relacin de soberana entendida de

    modo amplio o restringido, recubra la totalidad de cuerpo social.6 4 La sumisin se manifestaba mediante

    signos ritualizados de fidelidad, y el poder tena por objeto principal apoderarse del excedente producido por los

    sbditos (o por los enemigos) mediante el impuesto, el saqueo, la caza o la guerra.6 5 Este sistema de poder se

    hallaba codificado jurdicamente en trminos negativos (grandes prohibiciones bajo pena de sancin) y su principal

    dispositivo material era la punicin o represin fsica.

    Dentro de este sistema, el ejercicio del poder se realizaba en forma discontinua mediante intervenciones punitivas

    que revestan el carcter de escarmientos ejemplares. De aqu el comportamiento peculiar de la autoridad

    dentro de este esquema, consistente en una mezcla de tolerancia ms o menos forzada y de intervenciones

    circunstanciales, aunque aparatosas, con todo el lujo de la violencia punitiva.

    A partir de los siglos XVII y XVIII, marcados por nuevos problemas econmicos y demogrficos as como por la

    creacin y el desarrollo de los grandes aparatos del Estado -ejrcito, polica, administracin fiscal-, se produce,

    segn Foucault, una mutacin radical en la economa del poder: se pasa de la punicin a las disciplinas de

    vigilancia de control y de normalizacin que permiten un ejercicio continuo ininterrumpido del poder. Estas nuevas

    60 Ibid., pp. 73-9361 Ibid., p. 7262 Ibidem.63 Ibidem.64 Foucault, Microfsica del poder, ed. cit., p. 148.65 Microfsica del potere, ed. cit., p. 19.

  • 24

    tcnicas, a la vez mucho ms eficaces y menos dispendiosas (menos costosas econmicamente menos aleatorias

    en sus resultados, menos susceptibles de escapatoria o de resistencia) que las utilizadas hasta ese momento6 6

    tienden a desplazar el derecho como instrumento principal del poder.Con respecto a las sociedades que hemos conocido hasta el siglo XVIII, hemos entrado en una fase deregresin de lo jurdico; las constituciones escritas en el mundo entero desde la Revolucin Francesa,los Cdigos redactados y reformados desde entonces y toda la subsecuente actividad legislativapermanente y copiosa, no deben engaarnos: slo son formas que tornan aceptable un poderesencialmente normalizador.6 7

    Una caracterstica esencial de las nuevas tecnologas del poder es su incorporacin, en el sentido literal de la

    palabra, es decir, su inscripcin en el cuerpo individual y moral (la poblacin).A partir de los siglos XVII y XVIII, emerge un poder que ha comenzado a ejercitarse a travs de laproduccin y de la prestacin. Se trat de obtener de los individuos, en su vida concreta, prestacionesproductivas. Para esto se hizo necesaria una incorporacin del poder en sentido verdadero y propio,es decir, el poder tuvo que llegar hasta el cuerpo de los individuos, hasta sus gestos, actitudes ycomportamientos cotidianos; de aqu la importancia de procedimientos tales como las disciplinasescolares, que han logrado convertir el cuerpo de los nios en objeto de manipulacin y deacondicionamientos muy complejos. Pero, por otro lado, estas nuevas tcnicas de poder tenan queasumir los fenmenos de poblacin. En suma tenan que someter a tratamiento, controlar y dirigir laacumulacin humana. (A partir del siglo XVII, un sistema econmico que favoreca la acumulacin delcapital y un sistema de poder que diriga la acumulacin de hombres constituyen dos fenmenoscorrelativos que no pueden disociarse.) De aqu la aparicin de los problemas de demografa, de saludpblica, de higiene, de habitacin, de longevidad y de fecundidad.6 8

    Dentro de esta nueva economa de poder, la figura poltico-jurdica: de la soberana tiende a ser sustituida por lo

    que Foucault denomina gubernamentalidad, es decir, una forma de ejercicio del poder poltico que, en base a un

    conjunto de instituciones, procedimientos, anlisis y reflexiones, clculos y tcticas especficos, tiene por blanco

    principal la poblacin, por forma principal de conocimiento la economa poltica y por instrumentos tcnicos

    esenciales los dispositivos de seguridad.6 9 Segn Foucault, el fenmeno capital de la gubernamentalizacin

    de Estado tiene por fuente tres elementos principales: el modelo arcaico de la pastoral cristiana, las nuevas

    tcnicas diplomtico-militares y, finalmente, la polica en el sentido decimonnico de la palabra, es decir, como

    rgano de control poltico y social de la poblacin.7 0

    En cuanto a los fundamentos econmicos de este fenmeno, hay que buscarlos, segn Foucault, en el desarrollo

    del mercantilismo. En efecto, el mercantilismo es la primera forma de racionalizacin del ejercicio del poder

    como prctica de gobierno.7 1

    8. Poder y derecho

    El sentido comn suele contraponer el poder y la violencia al derecho. La tarea propia del derecho sera desplazar

    la violencia sustituyndola por el reinado de la equidad y de la ley y en caso de no poderse excluir la violencia, el

    derecho tendra por misin dulcificar y humanizar su ejercicio.

    66 Ibid., p. 13. Cf. Tambin en este mismo sentido, Michel Faffesoli, Logique de la domination, Pars, PUF, 1976, pp. 168 y ss.67 Foucault, La volont de savoir, ed. cit., p.190.68 Foucault, Microfsica del potree, ed. cit., p. 19.69 M. Foucault, La governamentalita, Aut-aut, nm. 167-168, pp. 12-29.70 Ibid., p. 37.71 Ibid., p. 23.

  • 25

    Esta visin del derecho es completamente ideolgica, como se ver mejor ms adelante.7 2 Lejos de constituir

    una alternativa diferente al poder, el derecho se define esencialmente como un modo de codificacin del poder y,

    por lo tanto, como uno de sus dispositivos o instrumentos.7 3 A peticin del poder real, en su provecho y para

    servirle de instrumento o de justificacin se ha construido el edificio jurdico de nuestras sociedades.7 4

    Por lo que toca a la violencia, el derecho, lejos de excluirla, la presupone por lo menos como ultima ratio. Porque

    la ley no puede estar desarmada, y su arma por excelencia es la muerte; a aquellos que la transgreden ella

    responde siempre, al menos como ltimo recurso, con esta amenaza absoluta. La ley remite siempre a la

    espada.7 5

    Si nos limitamos a un plano de generalidad, basta sealar que a cada una de las modalidades puras de poder

    corresponde lgica e ideal-tpicamente una manera particular de concebir la naturaleza, la fuente y el contenido

    del derecho.

    En el caso de la dominacin pura, la fuente exclusiva del derecho sera la voluntad del dspota. En la medida en

    que este derecho carecera de base natural o trascendente, slo podra fundarse en la arbitrariedad pura. Lo

    que constituye, por definicin, la negacin misma del derecho. Debe concluirse entonces que la lgica de la

    dominacin pura slo puede engendrar un seudo-derecho.Su contenido recoge las fantasas transitorias de A, cuya nica racionalidad procede de la necesidad deadoptar las medidas adecuadas en vista del afianzamiento y de la perpetuacin de su poder. Como B sehalla en estado permanente de rebelin virtual, no se siente ligado en absoluto por este seudo-derecho;la menor regresin del poder o de la voluntad de A provocar la recuperacin instantnea de suindependencia y el empleo contra A del poder que naturalmente detenta.7 6

    En el caso de la autoridad, el derecho tiene por fuente el conjunto de creencias trascendentes que lo legitiman.

    Esta fuente se identificar, por lo tanto, con la voluntad trascendente de la divinidad, de los antepasados o de la

    tradicin.

    Aqu el derecho se presenta como no arbitrario. Si cabe alguna arbitrariedad ser slo en el sentido de que la

    fuente misma del derecho no puede fundamentarse racionalmente, porque la divinidad, los antepasados o la

    tradicin pudieron haber manifestado una voluntad diferente de la expresada en las fuentes o en los textos

    transmitidos.

    Pero no puede decirse que este tipo de derecho sea arbitrario en sentido absoluto, porque una vez manifestada

    la voluntad trascendente, fundadora del derecho, sta obliga en principio a todos sus intrpretes, descartando

    toda interpretacin veleidosa.

    Pero como la voluntad trascendente no pudo haber previsto todas las circunstancias concretas de su aplicacin

    histrica, este tipo de derecho supone una segunda fuente, subordinada a la primera; la interpretacin autntica

    de los vicarios terrestres encargados de la adaptacin particular de la voluntad trascendente. De donde la necesidad

    de explicar un derecho positivo. El contenido de este tipo de derecho estar constituido, entonces, por los

    preceptos de la ley santa y por las leyes positivas de sus intrpretes autnticos.

    72 Ver ms adelante, captulos III y IV73 Ver ms adelante, captulo III.74 Foucault, Microfsica del potere, ed. cit., p. 140.75 Foucault, La volont de savoir, ed. cit., p. 189.76 J. Baechler, op. cit., p. 79.

  • 26

    A la direccin corresponde un derecho fundado en la naturaleza del contrato que la origina y en las reglas generales

    que puedan deducirse de la misma, en cuanto orientada a la consecucin del bien comn o del inters general.

    Este derecho podr llamarse natural si se afirma el carcter natural de la organizacin social, es decir, si se

    afirma ideolgicamente que los hombres propenden naturalmente a asociarse bajo una direccin determinada.

    Pero de cualquier manera este derecho natural tendr que explicitarse en un derecho positivo adaptado a las

    cambiantes situaciones histricas. Si se prescinde de toda consideracin filosfica acerca de la naturaleza de

    la sociedad, el derecho en cuestin ser considerado como puramente positivo.

    El contenido de este tipo de derecho comprende el conjunto de las proposiciones normativas que las generaciones

    sucesivas han establecido para resolver los problemas derivados de su modo de asociacin y de las coerciones

    que ste impone.7 7

    La direccin no implica, en teora, un derecho subjetivo en el sentido de que su fuente estara constituida por la

    voluntad de uno o de varios sujetos soberanos.

    Lo mismo que el poder histrico real, el derecho real histricamente vigente constituye frecuentemente una

    combinacin diferentemente dosificada de arbitrariedad, de ideologas trascendentes (todo poder viene de

    Dios) y de legitimidades basadas en el contrato social (doctrinas pactistas).

    De todos modos, estas diferentes concepciones del derecho adquieren una inflexin ideolgica especial en las

    sociedades de clase, como se ver oportunamente.

    77 Ibid., p. 81.

  • 27

    TEXTO NO. 2

    Gimnez, G., El Estado, en Poder, Estado y Discurso, UNAM, Mxico, 1983, pp. 37- 58.

    En este texto Gimnez aborda la problemtica del Estado. Primeramente explica como ha sido trabajado este

    concepto en la literatura sobre el tema. Antes de empezar a explicar el fenmeno del Estado, Gimnez seala

    que para una aprehensin correcta del Estado se tendra que partir de su radical historicidad. Para explicar el

    concepto de Estado Gimnez parte de una doble dicotoma analtica: por una parte la distincin entre Estado y

    sociedad civil, y por otra la de poder de Estado y Aparatos de Estado. Sobre la primera dicotoma seala que

    aunque analtica, la distincin entre Estado y Sociedad civil no es arbitraria o puramente nominal, sino que

    reposa sobre un fundamento objetivo: la aparicin histrica de sociedades dotadas de un aparato poltico

    especializado y autnomo en relacin con otras instituciones sociales como la religin o el parentesco.

    Posteriormente trabaja la segunda dicotoma y seala que la dicotoma entre poder de Estado y Aparatos de

    Estado ayuda a aproximarnos adecuadamente a una cuestin: el Estado es simultnea e indisociablemente

    poder y aparato. Despus de esta aclaracin caracteriza puntualmente el poder de Estado y en el siguiente

    apartado trabaja el concepto de aparatos de Estado. Aunque el texto es ms extenso, para esta antologa, se

    decidi incluir solamente hasta el punto donde trabaja la historicidad del Estado.

    GUIA DE ESTUDIO:

    1. Por qu no puede existir una teora general del Estado?.

    2. Por qu para Gimnez la dicotoma Estado y sociedad civil, slo puede ser una dicotoma

    metodolgica y analtica?.

    3. Cmo se define al Estado en cuanto capacidad?

    4. Cmo se define al Estado bajo su aspecto de ejercicio?

    5. Qu son los aparatos de Estado?

    6. Explique la clasificacin que hace Fossaert de los aparatos de Estado.

  • 28

    CAPITULO II

    EL ESTADO

    Gilberto Gimnez

    1. Las teoras generales del Estado

    La literatura corriente sobre el Estado en mbitos ligados a la enseanza jurdica en Mxico es, con honrosas

    excepciones, francamente decepcionante.1

    Se puede pasar por alto un primer tipo de literatura que aborda los problemas del Estado desde una perspectiva

    filosfico-axiolgica, al margen de toda referencia emprica y de la ms mnima preocupacin epistemolgica.

    Se trata de una literatura que confunde alegremente la problemtica emprica con la del deber ser (ideolgico),

    que se complace en ignorar deliberadamente la ciencia poltica moderna y que fustiga a los socilogos modernos

    que persisten en difundir que el Estado es la fuerza coactiva poltica suprema.2 Porque el Estado se define ante

    todo por su contenido axiolgico:El Estado es el medio de que se sirve la sociedad poltica para llevar a cabo los fines del Derechonatural, como consecuencia de que la historia de la civilizacin del hombre consiste en superfeccionamiento, debido, en primer lugar, a un compromiso con su conciencia individual.3

    El idealismo -en el sentido sociolgico ms peyorativo de la palabra- de esta posicin es no slo manifiesto, sino

    reconocido y confesado a voces: La idea poltica es el motor de la historia.4

    El segundo tipo de literatura poltico-jurdica sobre el Estado tiene el mrito de la unidad y de la coherencia. Se

    trata de una literatura que se inscribe casi ntegramente en la tradicin del positivismo jurdico alemn (Jellinek,

    Kelsen, Haller) y se caracteriza por atribuir al Estado un carcter predominantemente jurdico. La concepcin

    kelseniana de la identidad entre Estado y derecho es aqu determinante, aunque en Mxico suele presentarse

    atenuada por una crtica benvola que sin negar el carcter predominantemente jurdico del Estado, encuentra

    otros elementos no jurdicos en los cuales se apoya el Estado.5

    Los constitucionalistas de la teora general del Estado suelen reasumir bajo esta ptica ms o menos kelseniana

    la doctrina tradicional de los elementos constitutivos del Estado, que representa la manera en que los juristas

    plantean y resuelven subrepticiamente el problema de la naturaleza y de la gnesis del Estado.Admtese generalmente -dice Tena Ramrez- que el territorio es uno de los elementos constitutivos delEstado, al igual que lo son el poder de mando y la poblacin. En frmula sucinta, el concepto de Estadose integra por la existencia de un poder pblico sobre la poblacin como prendida dentro de un espacioterritorial determinado. El poder pblico (por antonomasia el Estado), al hacer uso de su imperio sobrela poblacin dentro del territorio, excluye en la rbita internacional a todo poder extrao e incluye en lazona del derecho interno a todas las gentes que viven dentro del territorio, De este modo podemosafirmar con Kelsen que el territorio de un Estado no es otra cosa que el mbito espacial de validez delorden jurdico llamado Estado.6

    1 Entre las excepciones cabe sealar, entre otros, un trabajo pionero de Mario de la Cueva, La idea del Estado, Mxico, UNAM,1975; y, aunque no se halle ligada a los mbitos de la enseanza jurdica, la reciente contribucin de Marcos Kaplan, Estado ySociedad, Mxico, UNAM, 1978.2 Arniz, Aurora, Ciencia poltica, Mxico, Pax-Mxico, Librera Carlos Csarmean, 1976, p. 561.3 Ibid, p. 29.4 Ibid, p. 9.5 Serra Rojas, Andrs, Ciencia poltica, Mxico, Porra, 1975, p. 214, Ver tambin, a este respecto, Josef L. Kunz, La filosofa delderecho latinoamericano en el siglo XX, Buenos Aires, Lozada, 1951, p. 1956 Tena Ramrez, Felipe, Derecho constitucional mexicano. Mxico, Porra, 1977, p. 185

  • 29

    No es muy diferente la concepcin propuesta por otros tratadistas, como Andrs Serra Rojas, por ejemplo. Segn

    este ltimo, el Estado aparece como la totalidad del orden jurdico sobre un territorio determinado, en la unidad de

    todos sus poderes y como titular del derecho de soberana.7 Por lo que el Estado puede concebirse como una

    persona jurdica titular de derechos y obligaciones, de accin interna y de accin internacional. 8

    Esta manera de plantear la teora del Estado peca de idealismo y de juridicismo (que no es ms que una variante

    del idealismo), no slo porque atribuye un carcter predominantemente jurdico al Estado, sino sobre todo porque

    afirma la posibilidad de desentraar su naturaleza mediante un anlisis jurdico inmanente que prescinda, sin

    negarla, de su dimensin extra- jurdica (sociolgica e histrica). Recasens Siches representa muy bien este

    punto de vista cuando escribe:Para el jurista en el sentido estricto y riguroso de la palabra; situado exclusivamente en el punto de vistajurdico, la esencia del Estado es el sistema del Derecho vigente, y, por tanto, coincide con ste. Para eljurista el Estado existe slo en tanto y como se expresa en el ordenamiento jurdico, y de ningunamanera como poder social, ni como complejo de fuerzas histricas, ni como nacin, ni como opininpblica, ni como condicionantes econmicos, ni como proceso de integracin poltica, etctera.9

    Solo habra que preguntarse si es posible, cientfica y epistemolgicamente, aprehender an la dimensin jurdica

    del Estado escamoteando de este modo tan escandaloso su realidad histrica y social. Como se ver en prximos

    captulos, la respuesta es un rotundo no. Por lo dems, hoy da no faltan constitucionalistas que se expresen en

    el mismo sentido. Si en otras disciplinas jurdicas son posibles -no me interesa saberlo- los estudios jurdicos

    puros, en el derecho constitucional no lo son, afirma enfticamente Jorge Carpizo en un reciente estudio.1 0

    De todos modos, el resultado de este olvido metdico de la sociedad y de la historia en la teora jurdica del

    Estado suele ser la eternizacin de la ideologa liberal del Estado neutro y separado, rbitro tico-jurdico de las

    luchas sociales y encarnacin del bien comn.1 1 De hecho, la doctrina tradicional de los tres elementos

    constitutivos del Estado no hace ms que fijar el modelo del Estado capitalista en criterio de definicin todo

    sistema poltico.1 2

    La concepcin juridicista del Estado comporta consecuentemente una clasificacin de las formas de Estado y

    de gobierno basada en criterios puramente jurdico-formales.Aparentemente -dice Michel Miaille- la clasificacin es objetiva: mayor parte de las veces, las formas degobierno son repertoriadas segn el nmero de los que participan en la decisin poltica. Es la viejaproposicin de Aristteles: segn que todos, slo algunos o uno solo que decide, se tendr la formademocrtica, la aristocrtica o la monrquica, respectivamente. Se requiere prever, sin embargo, formasmixtas y, eventualmente, formas pervertidas. (As, la demagogia es el rgimen pervertido de la democracia,como la oligarqua lo es de la aristocracia y la tirana de la monarqua.) El estudiante encontrar estostrminos en los manuales donde reaparecen, como ligados por una mala suerte, las monocracias ylas democracias ... Evidentemente, un marco tan formal obliga a hacer acrobacias para incluir dentrodel mismo todas las formas polticas. Uno de los resultados ms inverosmiles ha sido la necesidad decolocar en la misma categora (monocracia) los regmenes fascistas y los socialistas: la URSS junto alPortugal de Salazar y a la Alemania de Hitler!.1 3

    7 Serra Rojas, Andrs, op.cit., p.473.8 Ibid.9 Recasens Siches, Luis, Vida humana, sociedad y derecho, Mxico, Porra, 1952, p. 36110 Carpizo, Jorge, El presidencialismo mexicano, Mxico, Siglo XXI, 1978, p. 11.11 Arniz, Aurora, op. cit., p. 28.12 Miaille, Michel, LEtat du droit, Grenoble, Presses Universitaires de Grenoble, 1978, p. 185.13 Ibid., p. 27. Norberto Bobbio ha escrito una excelente historia de la clasificacin de los regmenes polticos, desde Aristteles hastanuestros das, bajo el titulo de La teoria delle forme di goberno nella storia del pensiero poltico, Torino, G. Giappichelli Editore, 1976.

  • 30

    En el polo opuesto a la concepcin juridicista del Estado se encuentra un tercer tipo de literatura: la del marxismo

    economicista que -contrariamente a la mejor tradicin marxista- tiende a reducir el derecho a un mero reflejo de

    las relaciones de produccin y, consecuentemente, no considera interesante ni pertinente su tratamiento como

    objeto especfico de estudio, ya que la verdadera clave del funcionamiento social debe buscarse fuera y lejos de

    las instituciones jurdicas que son sim