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Universidad de ChileFacultad de ArtesEscuela de Postgrado
Restauracin y Conservacin
De Cermica Arqueolgica Mapuche
Tesis presentada para optar al Posttulo de Restaurador - Conservador de Patrimonio cultural
mueble
Francisca Rojas Pohlhammer
Profesor Gua
Luis Solar Labra
Santiago, Chile
2009
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AGRADECIMIENTOS
En esta oportunidad quisiera agradecer a mi profesor gua, Luis Solar, quien con
paciencia y confianza me ayud a emprender esta tarea.
Debo agradecer tambin, y muy especialmente, a Mara Irene Alcalde, conservadora delMuseo Arqueolgico de Santiago, pues la confianza que deposit en m, su inters y
disposicin hacia mi trabajo, me instaron a seguir en esta pequea empresa e hicieron de
mi trabajo una muy linda experiencia.
A toda la gente del museo, por su cordialidad diaria.
A mi familia, por su apoyo incondicional.
Y por ltimo, a mi amiga G. Pia, compaera de escritos.
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NDICE
1. INTRODUCCIN
2. ANTECEDENTES
2.1 Alfarera Mapuche y Complejos funerarios: Morfologa y Decoracin en cada estilo
cermico
2.1.1 Tradiciones alfareras y complejos funerarios
2.1.2 Complejo Pitrn2.1.2.1 Morfologa y Decoracin de la alfarera Pitrn
2.1.3 Complejo El Vergel
2.1.3.1 Morfologa y Decoracin de la alfarera El Vergel
2.1.4 Estilo Valdivia
2.1.4.1 Decoracin en la alfarera Valdivia
2.2 Breve Tipologa cermica segn tamao, funcin y forma
2.3 La Cermica y sus tcnicas de fabricacin
2.3.1 La Pasta cermica
2.3.2 La arcilla (rag)
2.3.3 El antiplstico (uk)
2.3.4 Sistemas de produccin
2.4 Deterioros frecuentes en el material cermico
3. ANTECEDENTES TERICOS
3.1 Principios de Conservacin y Restauracin
4. RESTAURACIN Y CONSERVACIN DE LAS PIEZAS SELECCIONADAS
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4.1 Planteamiento del Trabajo
4.1.1 Metodologa de Trabajo4.2 Pieza N 1
4.3 Pieza N 2
4.4 Pieza N 3
4.5 Justificacin de Materiales
5. ANLISIS CIENTFICOS5.1 Radiografas; pieza N 2
5.2 Difraccin de rayos X; pieza N 2
5.3 Anlisis elemental; pieza N 2
5.4 Microscopa electrnica; piezas N 1, 2, 3, 4, 5, 6
5.5 Anlisis de presencia de sales solubles; piezas N 1, 2, 3, 4, 5, 6
6. CONCLUSIONES
ATLAS DE IMGENES
BIBLIOGRAFA
ANEXOS
Currculum MAS
Fichas Clnicas
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1. INTRODUCCIN
El presente trabajo se basa en la prctica profesional realizada desde noviembre de 2008
hasta la fecha, en las instalaciones del Museo Arqueolgico de Santiago (MAS)1,
perteneciente a la Fundacin Cultural Plaza Mulato Gil de Castro.
En el transcurso del ao 2010, el Museo Arqueolgico tiene programado el cambio de su
exposicin permanente, con el objetivo de formar un centro enfocado a exhibir
nicamente material perteneciente a la cultura Mapuche. En el marco de dicho proyecto
y ante la necesidad del museo de contar con piezas en buen estado para su exhibicin, es
que decid, con mucho inters de por medio, escoger exclusivamente piezas cermicas
mapuche para ser restauradas, desechando la posibilidad de intervenir material de otras
culturas, con el que tambin cuenta el museo. Para ello seleccion seis cermicas2
pertenecientes a dicha coleccin, las cuales fueron sometidas a intervenciones tanto de
conservacin como de restauracin.
Es necesario destacar que el trabajo se vio centrado principalmente en tres piezas que,
dadas sus condiciones, necesidades y el inters personal que suscitaron en m, fueron
analizadas ms acuciosamente, siendo objeto de procesos de restauracin completos,anlisis cientficos y estilsticos, a diferencia de las otras tres piezas restantes, a las
cuales slo se les diseo una ficha clnica (de la que carecan), se les diagnostic y
analiz, aplicando a su vez algunos tratamientos indispensables.
El anlisis y las intervenciones a las tres cermicas principales sern la directriz de esta
tesis.
1 El Museo Arqueolgico de Santiago funciona anexado al Museo de Artes Visuales (MAVI). Sus
dependencias son compartidas, al igual que su laboratorio y depsitos.
El MAS cuenta con una coleccin que se estima cercana a las 3.420 piezas, convirtindolo en una de las
colecciones arqueolgicas ms importantes a nivel nacional. Sin embargo sus instalaciones no permiten
exhibir ms que una mnima parte. (ver anexo N 1)2En el transcurso de esta memoria se har referencia a las piezas, identificndolas por un nmero que se le
ha asignado a cada una. Es recomendable, antes de comenzar a leer, revisar las fichas clnicas, ubicadas en
los anexos, al final de la tesis.
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Si bien me hubiese gustado abordar con mayor profundidad la totalidad de las piezas
seleccionadas, entiendo que no es propsito de esta memoria expandir tanto el campo deinters. De todos modos he quedado sumamente conforme con la decisin de incluir la
informacin y el material que he rescatado de ellas en este periodo de trabajo. Su
insercin dentro de este informe ha sido de enorme ayuda al entregarme la posibilidad
de recorrer con mayor amplitud la historia Mapuche desde la alfarera.
La restauracin y conservacin de cada pieza signific el descubrimiento de
caractersticas y particularidades que desconoca por completo en la tcnica alfarera
Mapuche. Cada una de ellas fue escogida minuciosamente entre una enorme cantidad de
piezas que componen la coleccin. El criterio de seleccin empleado se bas tanto en la
necesidad de intervencin que cada una de las cermicas presentaba, como en su inters
estilstico.
Para dar una mirada ms holgada a este trabajo es que decid seleccionar piezas de
diferentes complejos y pocas, con caractersticas particulares y de enorme valor
esttico.
Las cermicas pertenecen a los estilos alfareros Pitrn, El Vergel y Valdivia, incluyendo
adems piezas ms atpicas dentro de estos mismos, como es el caso de una olla/sonajeracon protuberos y un jarro con incrustaciones de loza posthispnico.
Fue ciertamente motivante y de mucho inters interiorizarme con un mismo tipo de
material trabajado por una misma cultura a lo largo de su historia, sintiendo adems la
satisfaccin de aportar, aunque mnimamente, a la preservacin del patrimonio de la
Cultura Mapuche.
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2. ANTECEDENTES
2.1 Alfarera Mapuche y Complejos funerarios:
Morfologa y Decoracin en cada estilo cermico
La cermica mapuche representa uno de los pocos vestigios que, en la zona sur de Chile,
se han podido recuperar a pesar del paso del tiempo y de la rpida degradacin que
ofrece este tipo de suelo. Gracias a su composicin matrica de origen inorgnico, la
cermica, junto al material ltico, son casi los nicos testimonios que se han mantenido
ntegros. Sin embargo slo la alfarera ha constituido por excelencia el ofertorio fnebre,
por lo que su presencia ha sido el denominador comn en las excavaciones de
cementerios realizadas en la zona sur. La cermica constituye a su vez, una
manifestacin particularmente permeable a los cambios temporales y culturales
vivenciados por los distintos grupos mapuches, por lo que a travs de ella es posible
recorrer someramente la historia de dicha cultura.
Al tener una presencia sistemtica en el tiempo y espacio, las piezas de alfarera seesbozan como las principales protagonistas del conocimiento que hoy en da tenemos de
la cultura araucana, razn por la cual es de suma importancia preservar el material
existente, asegurando de esta misma manera la posibilidad de su estudio, difusin y
comprensin contextual.
Los datos contextuales referidos a la cultura e historia Mapuche, para efectos de este
trabajo, sern expuestos en base a los complejos alfareros que se han aislado,considerando a su vez, las diferentes locaciones en donde se asentaron los mismos. Para
ello se tomar como referencia los trabajos expuestos en diversos congresos, jornadas,
boletines y simposios de arqueologa chilena, poniendo especial atencin tambin a los
trabajos y publicaciones realizadas por Carlos Aldunate, Leonor Adn, Margarita
Alvarado, Menghin, Dillehay, entre otros.
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2.1.1 Tradiciones alfareras y complejos funerarios
Como recientemente se ha dicho, las condiciones y caractersticas del suelo en la zona
sur han propiciado la conservacin casi exclusiva del material cermico, cuyo hallazgo
se encuentra asociado generalmente a enterratorios. Las excavaciones arqueolgicas en
el sur de Chile han apuntado bsicamente a contextos fnebres, rescatndose
mayoritariamente restos inorgnicos dentro de los cuales el material ltico y cermico
corresponden a los mejor conservados, siendo este ltimo, sin embargo, el ms
abundante. Debido a la falta de excavaciones capaces de ilustrar de modo general el
desarrollo cultural en esta zona, es que los profesionales del rea han decidido aislar
complejos funerarios, identificando de esta manera caractersticas particulares para cada
uno de ellos, segn modalidad de entierro y tipo de ofrenda. Es necesario sealar a su
vez que, como el ofertorio en la mayor parte de los casos se compona prioritariamente
de cermicas, los complejos fnebres aislados se condicen casi invariablemente con los
complejos ceramolgicos del mismo nombre.
2.1.2 Complejo Pitrn
El pitrenense es identificado por Menghin en 1962 como el estilo alfarero araucano ms
antiguo del que se tiene conocimiento, asentado en la IX y X regiones (provincias de
Valdivia y Temuco) ms especficamente ubicado desde la cuenca del ro Bo-Bo hasta
la ribera norte del lago Llanquihue. Sus ocupaciones se vincularon preferentemente a
sitios precordilleranos y de bosques templados (Aldunate, 1989), aunque segn trabajos
realizados por Hajduk en Argentina, vestigios pertenecientes a este complejo tambinhan sido encontrados en el centro y norte de la provincia de Neuqun. Dillehay, por su
parte, sita al complejo desde Angol hasta Ro Bueno, coincidiendo tambin con la
presencia de asentamientos Pitrn hacia el oriente, en Neuqun.
Es situado cronolgicamente como una poca inmediatamente preincaica, presente
desde el 300 d.C. hasta el 1050 d.C. aun cuando el nico fechado absoluto obtenido de
un enterratorio Pitrn sea del 660 d.C. +- 80, en el cementerio Huimpil, el cual
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representa una de las pocas excavaciones sistemticas de este complejo (Gordon, 1985).
Aldunate postula sin embargo, la existencia de una fase oriental ms tarda, a lo cualadhiere la teora de una fase Pitrn lacustre tarda.
Los grupos Pitrn se establecieron en ncleos familiares menores, cercanos a las riberas
de ros o lagos. Es posible que hayan practicado el nomadismo estacional, dependiendo
de los periodos de caza y recoleccin, principales fuente de su economa. La dieta
derivada de dichas costumbres consista principalmente en carne de camlido, piones y
frutos propios de los bosques de roble (Aldunate, 1989).
El complejo Pitrn se considera la base de las manifestaciones agroalfareras ulteriores en
la zona sur de Chile. Su enorme influencia, en la cermica que fue desarrollada con
posterioridad, hace que sea posible considerarlo tambin como una tradicin
propiamente alfarera (Dillehay, 1990).
Si bien los grupos Pitrn se estiman como ocupaciones agroalfareras, su acercamiento
hacia la agricultura no alcanz a ser muy acabado. De este modo es posible que slo
hayan practicado el cultivo de la papa y el maz, y nicamente en paos de tierra de muyreducida extensin, derivado a la vez de su asentamiento en bosques y el exclusivo
aprovechamiento de los claros de luz que la vegetacin permite. As mismo, se cree que
la domesticacin del camlido o chiliweke tambin haya comenzado en este periodo
(Aldunate, 1989).
La alfarera Pitrn posee un sinfn de atributos ciertamente homologables a la cermica
de la zona central perteneciente al complejo Llolleo, cuya data es cercana a la Pitrn.Llolleo se ubica cronolgicamente entre el 200 d. C. y el 900 d.C. Varios autores han
reparado ya en sus similitudes, sealando rasgos que les son comunes a ambos estilos
cermicos, tanto en morfologa como en decoracin. A grandes rasgos la estructura del
jarro en ambos complejos coincide en sus clasificaciones de jarro y jarro globular
asimtrico con papada, presentando adems aspectos decorativos comunes como figuras
antropo y zoomorfas, ahumado, pintura, etc (Falabella y Planella, 1980). Existen adems
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otros estilos alfareros tempranos y ms septentrionales aparentemente muy cercanos al
estilo Pitrn, como el Molle y la cultura Candelaria en Argentina.Segn Adn y Alvarado, no es posible analizar el complejo Pitrn sin anexarlo al estudio
de los restos arqueolgicos encontrados al otro lado de la cordillera, estableciendo as
que las poblaciones alfareras tempranas constituyeron antao una sola unidad. Para
ilustrar dicho postulado se mencionan los trabajos realizados en Bajo el aejo, sitio
ubicado en territorio argentino, donde adems de encontrar cierta homogeneidad en los
restos de las manifestaciones culturales, se hallaron residuos orgnicos malacolgicos
provenientes del ocano pacfico, dato que respalda la teora de la ocupacin de todo el
territorio como un mismo ncleo cultural.
A grandes rasgos, el complejo Pitrn habra ocupado los tres mbitos longitudinales,
caractersticos del territorio chileno, es decir, costero, llano central y cordillerano.
El mbito costero se vincula invariablemente con los recursos del mar y de la cordillera
de la costa, cercano adems a los lagos, lagunas y ros que se forman cerca del cordn
montaoso.
El mbito del llano central fue el ms poblado por los grupos Pitrn, ubicndose enantiguas terrazas de cursos fluviales. A su vez, este se subdivide en sectores oriental,
meridional y septentrional, siendo este ltimo el ms habitado.
El mbito cordillerano por su parte, se asocia a la cordillera de Nahuelbuta, a la de Los
Andes y a cordones montaosos menores, aprovechando de esta manera las principales
rutas de acceso. Existe tambin un mbito precordillerano andino lacustre, del cual los
antiguos grupos humanos aprovecharon tanto los recursos existentes como sus accesos,
vinculndose as fuertemente a las provincias argentinas. Este factor habra caracterizadola fase oriental del complejo Pitrn (Adn y Alvarado, 1999).
Aldunate entrega una descripcin de los sectores oriental, meridional y septentrional,
mencionados recientemente para el mbito del llano central, a partir de los estudios de
Gajardo (1983).
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El sector oriental se asocia a la precordillera y pampas argentinas del norte y centro de
Neuqun, por lo que existen numerosos pasos cordilleranos. El terreno se inclina hacia eleste, con vegetacin gramnea como el coirn. Existen sectores en los que llega el
bosque de araucaria, especialmente apto para la recoleccin y la caza, lo que sumado a la
presencia de lagos, lo convierte en un sitio muy favorable para la ocupacin humana.
El Sector meridional comprende desde el cordn transversal de Mahuindache- Lastarria
hasta el golfo de Reloncav. Predomina el bosque laurifolio, tan espeso y hmedo que se
hace poco apto para el asentamiento humano, al igual que su geomorfologa escarpada.
El plano inclinado que cae de oriente a poniente provee de recursos para la caza y la
recoleccin, dejando abierto el acceso a circuitos transcordilleranos de baja altura,
factibles de ser usados incluso en invierno.
El sector septentrional se caracteriza por estar dominado por grandes extensiones de
bosque de roble. Este tipo de vegetacin es bastante despejada, con rboles grandes,
frondosos y caduciformes, permitiendo la insolacin del suelo. Esto ltimo favorece la
prctica de la agricultura, la ganadera y la recoleccin, condiciones que hacen de lazona septentrional un muy buen territorio para el asentamiento de grupos humanos. Son
propios de esta zona, el canelo y el laurel, considerados sagrados por las comunidades
mapuche. De esta misma forma, hacia es sector cordillerano oriental, comienza a
aparecer la araucaria, cuyo fruto, el pehuno pin, es hasta hoy uno de los alimentos
ms consumidos por este pueblo.
Este sector se extiende desde las cuencas de los ros uble e Itata hasta el cordn de
Mahuindache-Lastarria. Forma un plano inclinado de este a oeste que da lugar aplanicies. Por la accin de la cordillera de Nahuelbuta se crea un biombo climtico que
convierte al valle central en un terreno ptimo para la prctica de la agricultura.
(Aldunate, 1989)
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2.1.2.1 Morfologa y Decoracin de la alfarera Pitrn
En la cermica Pitrn es frecuente encontrar modelados fitomorfos (zapallos),zoomorfos (ranas, patos) o antropomorfos (con ojos tipo grano de caf), ya sea
adoptando la forma total del ceramio o bien, con alguna figura adherida al cuerpo o asa.
Un rasgo diagnstico de este complejo lo constituye la aparicin de una o dos incisiones
entre el cuello y el cuerpo, con un abultamiento anular (Aldunate, 1989).
Toda la alfarera Pitrn posee una muy buena factura. Su tcnica de coccin es
sumamente acabada, permitiendo la obtencin de ceramios de paredes firmes y delgadas,
aun cuando presenten rasgos arcaicos. Es en general un tipo de cermica muy liviana y
resistente.
Morfolgicamente, las piezas ms numerosas corresponden a jarros asimtricos
globulares. Por lo comn son de asa puente, comenzando en el labio y rematando en el
cuerpo con alguna figura zoomorfa. Con mucha frecuencia este tipo de cermicas
presentan un abultamiento en el cuello, similar a una papada. Sus asas cintadas nacen de
la zona media del cuello y llegan al cuerpo rematadas, generalmente, por una
protuberancia en el rea superior.
Por su parte, los jarros simtricos son mayoritariamente globulares, con cuello cilndricoy recto, ostentando a veces asas de suspensin circulares de pequeo formato.
Se han encontrados tambin piezas adscribibles al complejo Pitrn de las siguientes
caractersticas: jarros globulares simtricos con un mango recto que nace oblicuo del
cuerpo rematado con una figura zoomorfa y ceramios cubiertos de pintura roja con
decoracin de puntos y lneas verticales en negro (Menghin, 1962).
Leonor Adn y Margarita Alvarado desarrollaron una Tipologa morfolgica de lacermica Pitrn, basndose en el estudio de piezas pertenecientes a museos de la zona
sur y considerando para ello las formas geomtricas del cuello, cuerpo y base (para la
categora morfolgica), as como tambin el tipo de pasta, tratamiento de superficie,
color y tamaos. La decoracin fue sistematizada segn la clasificacin de Rye (1981).
Segn estos criterios la categora de los jarros sera la ms frecuente. Su forma
constructiva, en tanto, estara dada en base a un enrollamiento anular con el
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ahuecamiento o aplanado de una bola de arcilla que acta como base. El asa es del tipo
arco de correa y se aplica perforando la pieza y con sistema de remache, elemplazamiento es vertical y nace siempre bajo el borde y remata en el cuerpo superior
(Adn y Alvarado, 1999: 249), en cuanto al tipo de pasta se seala que Las pastas son
mayoritariamente arenosas y compactas, sin faltar algunos casos en que se registran
inclusiones mayores que otorgan a la pasta una apariencia granulosa y otros de
apariencia colada. Las piezas fueron cocidas en ambiente oxidante y oxidante
incompleta.(Adn y Alvarado, 1999: 250).Por ltimo, referente al tipo de decoracin,
las autoras exponen que Las superficies son pulidas con una amplia variacin de
colores: caf oscuro, caf claro, caf rojizo, beige, rojo y negro, entre otros. Se decoran
por medio de incisiones en el punto de inflexin o angular cuello-cuerpo, por la
impronta intencional y evidente de hojas y por una decoracin bicroma, estas ultimas en
tcnica negativa. La decoracin por modelado se efecta en el extremo de un asa lateral
o asa mango y en el extremo superior del asa en arco de correa vertical. (Adn y
Alvarado, 1999: 250).
Para los jarros se distinguen cuatro tipos: jarro simtrico de cuerpo esfrico, ovoide o
elipsoidal3; jarro de cuerpo bitroncocnico, cuello cilndrico y base plana; jarro de asaoblicua lateral o asa mango y jarro con asa en el cuerpo.
En las categoras morfolgicas entregadas por Adn y Alvarado se consideran tambin
ollas, botellas, escudillas, cuencos, tazas, jarros asimtricos y formas restringidas
complejas, sin embargo estas no sern profundizadas en esta ocasin, debido a que no
contribuyen al anlisis de las piezas seleccionadas.
En cuanto a la tipologa decorativa del complejo Pitrn, las autoras describen tres
modalidades tcnicas: negativo, modelado y grabado. Para efectos de este trabajo solo sehar hincapi en la decoracin modelada, de la cual se identifican mltiples variedades.
La variedad i corresponde al modelado fitomorfo4, que se lograra a partir de seis
hendiduras verticales realizadas precoccin, con la pasta an blanda.
3La Pieza N 4, abordada en esta tesis, es atribuible a esta categora.
4La Pieza N 4 se adscribe a esta variedad.
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Cronolgicamente, y de un modo bastante preliminar, es posible especular que la Pieza
N 4, al ser monocroma y modelada, sea atribuible a la primera o segunda asociacintemporal establecida por Adn y Alvarado. Estas constituyen contextos
predominantemente monocromos con mayor o menor presencia de decoracin
modelada. A su vez, supondran una cronologa ms temprana que la tercera asociacin,
vinculndose adems hacia el valle central o el mbito lacustre precordillerano.
2.1.3 Complejo El Vergel
El complejo se denomina El Vergel a partir del sitio donde se realizaron los hallazgos de
diferentes tipos de inhumaciones y utensilios, vinculados todos a una misma clase de
asentamiento. Existen varios autores que postulan la idea que el vergelense constituye
una fase inmediatamente posterior a Pitrn, distinguindose para el complejo dos etapas,
una prehispnica: El Vergel I, y una tarda: El Vergel II.
Son caractersticos de este complejo los enterratorios de nios y adultos en urnas
cermicas, aunque tambin se atribuyen a l los de posicin extendida, de cuerpos
rodeados con piedras y en wampo o canoa funeraria (Bullock, Gordon. Citados porAldunate, 1989: 339). Los cementerios, sea cual sea su modalidad, son siempre
acotados, no encontrndose nunca ms all de de tres o cuatro tumbas asociadas
(Bullock 1970, Inostroza, 1981. Citado por Aldunate, 1989).
Como ya se ha mencionado, El Vergel se emplaza en el sitio del mismo nombre, ubicado
al lado oriente de la cordillera de Nahuelbuta, y en todos los alrededores de Angol. Se
crey que su ocupacin era preferentemente en el valle central entre el Bo-Bo y elToltn, afirmacin que en estos das es refutada por el mismo Carlos Aldunate (quien la
formul el ao 89), sosteniendo hoy que la fase martima vergeliana fue tan importante
como la regional.
El Vergel se instalara cronolgicamente en fechas prximas al 1100 y 1300 d.C.
(Gordon 1978:61, citado por Aldunate, 1989). Sus asentamientos ligados al valle
sugieren la cercana a ros, con su consecuente uso para el regado de plantaciones como
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cultivos, incluan guanaco, lobo marino, aves, moluscos, equinodermos, crustceos y
peces (Massone et al.2002, citado por Massone, 2003).De los trabajos realizados en la isla, uno de los sitios ms representativos y que entreg
la mayor profusin de datos acerca de los modos de vida de los grupos mapuche y su
posterior contacto espaol, corresponde al denominado Don Celestino. De l Massone
expone el siguiente patrn de asentamiento El sitio Don Celestino, SM-6, parece
corresponder a un amplio espacio de asentamiento de ocupacin temporal o
semipermanente, probablemente vinculado a actividades habitacionales, hortcola, de
recoleccin, caza y otras, propias de grupos que reutilizaban el espacio peridicamente.
Estas actividades se infieren por el nmero de basurales conchferos y la variedad de
especies malacolgicas representadas, la presencia de restos de mamferos (68%),
peces (27%), y aves (5%), la frecuencia de cermica y la diversidad de grupos
cermicos representados, la variedad de artefactos de molienda, los fragmentos de pipa
que sealizan actividades sumatorias, los adornos corporales en hueso, algunos
artefactos lticos vinculados a la caza y pesca (puntas y pesas)(Massone, 2003: 349).
Se sabe que en el mencionado segundo viaje, los indgenas haban desplegadoresistencia a la invasin fornea, con dos caciques sitiando la isla, uno con 200 y el otro
con 450 hombres armados. La referencia demogrfica entregada a travs del nmero de
hombres en ejrcito, arroja una poblacin estimada de 2000 habitantes al momento del
contacto hispano. Los indgenas intentaron posteriormente, sin xito, resistir la invasin
espaola (Jeria, 2000; citado por Massone, 2003). Datos entregados por Ovalle y
Rosales afirman la presencia de grupos El Vergel en la isla hasta mediados del siglo
XVII, aunque sometidos a la dominacin espaola.
Massone realiza un anlisis cualitativo y cuantitativo sobre la fragmentera cermica de
diez sondeos estratigrficos en siete sitios arqueolgicos, vinculados a El Vergel, todos
ubicados en la isla Santa Mara. Entre ellos identifica veintitrs tipos cermicos,
considerando el tratamiento de la superficie, pasta, coccin, espesor de las paredes y
formas. Del universo de estudio denuncia que la gran mayora son efectivamente de
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manufactura indgena, sin embargo una pequea porcin la considera atribuible a
fabricacin europea. Dentro de este ltimo grupo se encontraron fragmentosposiblemente vinculados a cermica hispnica colonial y uno correspondiente a
maylica espaola reutilizada por los indgenas6.
El fragmento en cuestin representa uno de los primeros acercamientos de la cultura
mapuche hacia este tipo desconocido de material y su consecuente inters por ocuparlo.
Su reutilizacin se devela por el desgaste intencional de sus bordes y una perforacin en
su parte central, con la intencin de convertirlo en un elemento decorativo. El fragmento
de maylica espaola encontrado es atribuible al complejo El Vergel II (el autor no
utiliza esta denominacin), es decir, a la fase tarda y postcontacto de estos grupos
mapuche7.
La isla Santa Mara fue utilizada por los espaoles, hacia fines del siglo XVI, para el
cultivo del trigo, transformndose posteriormente en una guarida militar.
Los restantes grupos cermicos son asociados en su totalidad al complejo El Vergel del
periodo agroalfarero tardo, tanto pre como post contacto. Los fechados por
termoluminiscencia realizados a la fragmentera establecen que la ocupacin de estos
grupos se prolonga ms all incluso del contacto hispano, yendo del 970 al 1595 d.C.(Massone, 2003).
Por ltimo, me parece importante destacar la similitud que identifica el autor entre los
grupos Vergel de la isla y los de la costa de Arauco y Concepcin, suponiendo as el uso
de la navegacin.
6Quisiera detenerme en este punto para advertir la filiacin de este hallazgo con la pieza N 6 que se trata
en esta tesis. El anlisis de Massone, al estar hecho en base a fragmentos, no puntualiza ni realiza paralelo
alguno con piezas cermicas completas, por lo que no es posible establecer que se traten de un mismo tipode manifestacin cultural, sin embargo la inclusin de maylica o loza como decoracin, en el caso de la
pieza N 6, es un signo indudable del contacto hispano y expone, a su vez, una posible vinculacin
temporal, cultural y/o espacial con el fragmento de maylica asociado a una etapa tarda de El Vergel.
7 nicamente es posible establecer entonces, que la pieza N 6 corresponde a un periodo similar o
posterior a la data de este hallazgo, pero sin duda, ya en un periodo Vergel tardo, encontramos la
inclusin de la loza espaola como material decorativo.
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2.1.3.1 Morfologa y Decoracin en la alfarera El Vergel
De la cermica El Vergel se encuentran tanto ofrendas funerarias como piezas de uso
domstico. De este modo Aldunate puntualiza jarros simtricos y asimtricos
monocromos, engobados de negro y rojo, y ollas utilitarias con dos asas y estras
anulares en el cuello. Aparece la cermica decorada rojo o negro sobre blanco en
forma de jarros simtricos y asimtricos. La forma de estos ceramios es prcticamente
la misma que se presenta en el complejo Pitrn, es decir, las asas cinta nacen bajo el
labio y con frecuencia tienen protuberancias verticales (Aldunate, 1989: 339).
Durante mucho tiempo se sugiri la existencia de una fase Tira que caracterizara la
ocupacin costera y tarda de El Vergel como un estadio cermico independiente. Dicha
teora, planteada inicialmente por Schneider (1927) fue avalada posteriormente por
Latcham (1928) y retomada y modificada por Menghin en 1962, sosteniendo que Tira
se tratara de una cermica decorada preincaica contempornea a la primera fase del
vergelense a la que sigue una lnea evolutiva representada por la segunda fase del
vergelense, con influencias incaicas y que termina con la cermica Valdivia, que
considera posthispnica (Menghin, 1962: 46, citado por Aldunate, 1989: 341). Sinembargo ya desde entonces, no existan datos suficientes para aislar a Tira como una
fase diferente de El Vergel y, con el conocimiento que hoy se tiene de las diferencias
lgicas existentes entre las manifestaciones Vergel del litoral y del valle, sigue siendo
poco prudente establecer que Tira sea una manifestacin autnoma. Aldunate establece
que Tira Presenta inhumaciones tumulares en cistas de piedra y ofertorios de una
cermica muy caracterstica (Aldunate, 2003: 332), pero no avala la hiptesis ofrecida
por Menghin y sus antecesores.Segn la tipologa desarrollada por Adn, Mera, Uribe y Alvarado, la cermica El
Vergel se agrupara en tres tipos, el Tipo 3, el Tipo 5y el Tipo 88.
8Los tipos no siguen un orden numrico correlativo debido a que esta tipologa se ha desarrollado en
conjunto con el estilo Valdivia, por ser considerados parte de una misma tradicin alfarera.
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El Tipo 3 presenta una sola variante (3A) con superposicin de bandas de zig-zag
mltiples. En el cuello se observan una o varias bandas de zig-zag o bien, una bandaamplia de chevrones. El cuerpo, en tanto, se divide en tres o cuatro campos con zig-zag.
Este tipo posee una filiacin importante a los ofertorios fnebres en urnas.
El Tipo 5 tambin posee una sola variante. sta presenta rasgos formales ligados a la
cermica Pitrn.
Decorativamente, existe predominio del achurado o zig-zag, dispuesto en barras
alternadas, tanto en el cuerpo como en el cuello.
El Tipo 8, con su nica variante 8A, presenta en el cuello una banda de tringulos en
oposicin arriba-abajo. Los tringulos estn rellenos con lneas paralelas al lado ms
largo del tringulo que sin embargo presentan una variacin tpicamente vergeliana
dada por la presencia de lneas perpendiculares que cortan el conjunto mayor formando
por sectores unos pequeos achurados. Puede presentarse tan solo una banda o la
superposicin de dos con el mismo motivo. En el cuerpo se aplica la misma decoracin
y puede configurar una o tres bandas. En el cuerpo inferior se registra un sector con
engobe rojo. La disposicin es estrellada por tringulos, desplazada. Slo ocurre en
jarros asimtricos (Adn et al,2003).
2.1.4 Estilo Valdivia
La cermica Valdivia, muchas veces asociada a El Vergel como tradicin alfarera
bicroma rojo sobre blanco (Adn y Mera, 1997), supone una ubicacin ms ligada hacia
el sector meridional de la Araucana entre el ro Toltn y el golfo de Reloncav. Su
distancia con El Vergel se establece ms bien en trminos cronolgicos y espaciales,pues decorativamente las similitudes son amplias. Sin embargo varios autores plantean
an que ambos estilos conformaran una sola tradicin alfarera.
Se le ha llamado estilo y no complejo, como a Pitrn y El Vergel, debido a que estos
ltimos conforman tradiciones funerarias a las cuales se asocia un tipo cermica a la que
se le asigna el mismo nombre, que no es el caso de la cermica Valdivia. Esta forma una
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tradicin alfarera conjunta con El Vergel diferencindose en tiempo y especialidad, no
as en el contexto funerario en el cual han sido encontradas.Dillehay sita cronolgicamente al estilo Valdivia como una manifestacin prehispnica
(1000-1300 d.C.), prolongada hasta pocas histricas, siendo caracterstico de los
periodos colonial y republicano temprano (siglos XVII a XIX) (Aldunate 1989: 341).
Hoy en da se considera a Valdivia como un estilo predominantemente histrico, es
decir, postcontacto. En trminos geogrficos el autor plantea su ubicacin desde Angol
hasta Osorno.
Su distribucin es preferentemente meridional, encontrndose la mayor profusin de
ceramios entre Loncoche y Valdivia, concentrndose su presencia al sur del Toltn.
Un rasgo diagnstico de este estilo, con lo cual se diferencia del vergelense es la
anulacin de caracteres formales Pitrn. El Vergel mantiene rasgos de esta cermica, no
as Valdivia en los que este referente ha desaparecido.
La tradicin Valdivia presenta jarros principalmente simtricos, de composicin
globular, la mayora, sin representaciones fitomorfas o zoomorfas, como pueden
encontrarse en otros complejos. Asimismo, no se han encontrado representaciones
Valdivia del denominado jarro pato, bastante comn en la alfarera vergelense.
2.1.4.1 Decoracin en la alfarera Valdivia
Segn trabajos sistemticos realizados en la zona centro sur de Chile por Adn, Mera,
Uribe y Alvarado, los tipos de vasijas decoradas pertenecientes a la tradicin bicroma y
correspondientes al estilo Valdivia, se agrupan en lo que se denomin como Tipos 1, 2,
4, 6 y 7con sus respectivas variantes. Sin embargo, en esta ocasin slo se expondrn acabalidad las variantes del Tipo 1, debido a que es el representativo de lo que se conoce
por estilo Valdivia.
El Tipo 1corresponde a cermicas con el cuerpo decorado por bandas de tringulos con
lneas paralelas en oposicin arriba-abajo. Este patrn decorativo es el que se presenta
con mayor frecuencia en la alfarera Valdivia y se encuentra en jarros, jarros asimtricos
y platos.
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El cuello, en tanto, se caracteriza por estar decorado con una sola banda chevrones,
abarcando toda el rea.Para este tipo, la primera variante, es decir la variante 1A, posee una ubicacin
geogrfica mayoritariamente meridional. Su decoracin, en tanto, esta dada por una
Superposicin de bandas de tringulos opuestos rellenos con lneas. La composicin
del cuello se caracteriza por una banda de chevrones, mientras que el cuerpo se divide
en dos campos o bandas de tringulos opuestos rellenos con lneas paralelas al lado
ms largo del tringulo. Las bandas se separan por 4 5 lneas horizontales sucesivas.
La disposicin es de tipo estrellada por tringulos concntricos opuestos dobles9
(Adn et al, 2003).
Los autores puntualizan tambin, que existen casos en los que las piezas, adems de
presentar los diseos ya expuestos, incluyen elementos decorativos en el cuello, cuerpo
y/o labio como puntos, cruces o tringulos opuestos rellenos. Asimismo, para la banda
que separa los campos de tringulos, que generalmente son lneas, se incorpora en
ocasiones el diseo en clepsidras.
Esta variante es por lejos la ms comn y representativa dentro del estilo Valdivia.
La variante 1B corresponde a una decoracin con Superposicin de bandas de
tringulos opuestos rellenos con lneas con variacin en la composicin del cuello. El
cuello de esta variante se compone por la superposicin de una banda achurada y otra
en la que se sucede el elemento clepsidra. En algunos casos se trata de tres bandas, la
primera y la tercera achurada y la segunda con clepsidras. El cuerpo se comporta de la
misma manera que en la variante anterior. Se observa una disposicin estrellada por
tringulos concntricos dobles (Adn et al, 2003).
En la variante 1C la decoracin y disposicin es igual a la presentada en la 1A, salvo porel elemento principal del cuerpo que, en este caso, corresponde a tringulos rellenos
enmarcados por un tringulo mayor en oposicin arriba-abajo.
9 La pieza N 1 es adscribible a esta variante. Su decoracin corresponde invariablemente a las
caractersticas enunciadas en la definicin.
Pertenece al grupo ms representativo del estilo Valdivia.
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La variante 1D utiliza el mismo tipo de banda con tringulos rellenos por lneas
paralelas en oposicin arriba-abajo, presente en las variantes 1A y 1B, sin embargo, eneste tipo de ceramios slo se observa una banda en el cuerpo, limitada inferior y
superiormente por una serie de lneas horizontales. La disposicin es estrellada simple,
formada por tringulos concntricos.
El cuello posee una banda nica de chevrones o bien, una sucesin de bandas donde se
alterna el achurado y las clepsidras, tal como en la variante 1B.
Las piezas de la variante 1E poseen las caractersticas generales de las variantes
anteriores, aadiendo la presencia de barras en el cuerpo que dividen la pieza en dos, tres
y cuatro partes.
De acuerdo a la composicin del cuerpo en aquellas piezas con slo un campo en el
cuerpo se observan disposiciones a) estrellada con tringulos simple y cuatripartita, b)
estrellada con tringulos simple y tripartita; mientras que en aquellas variedades en la
que se forman dos campos observamos disposiciones c) estrellada con tringulos
opuestos dobles y bipartitos, d) estrellada con tringulos opuestos dobles y bipartitos
desplazados, y e) estrellada por tringulos, concntricos dobles y cuatripartito(Adn
et al, 2003).El Tipo 2 utiliza bandas superpuestas de tringulos, aadiendo el elemento del zig-zag
mltiple. El cuerpo se divide en dos campos.
Este tipo posee una sola variante, la 2A. El cuello presenta el mismo diseo que la 1A,
es frecuente que se observen elementos decorativos entre el cuerpo y el cuello como
puntos o cruces.
El cuerpo se separa en dos campos, el primero estando ocupado por tringulos opuestos
rellenos con lneas paralelas y el segundo con lo que se ha denominado zig-zag mltiple,el cual corresponde a un conjunto de lneas paralelas oblicuas.
El Tipo 4 posee 3 variantes. La primera o variante 4A, presenta un solo campo de
rombos reticulados. El cuello se compone de una banda de chevrones, mientras que el
cuerpo se configura como un nico campo en el que se suceden rombos achurados o
rellenos con lneas paralelas (Adn et al, 2003).
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La variante 4B es igual a la anterior, salvo que en vez de tener un solo campo de rombos
en el cuerpo, posee dos o tres.La variante 4C posee bandas superpuestas alternadas de rombos y otros diseos en el
cuerpo y cuello.
El cuello puede tener chevrones o clepsidras y achurado, mientras que el cuerpo presenta
dos campos con distintos diseos; el superior con rombos rellenos de lneas paralelas y
el inferior con zig-zag o tringulos en oposicin arriba-abajo.
El Tipo 6es sumamente parecido a la variante 5A, descrita para El Vergel.
Su caracterstica bicroma esta dada exclusivamente por el color rojo
La variante 6A presenta una sucesin de barras con clepsidras en el cuerpo y cuello
con chevrones. El cuello se compone por una banda de chevrones. En el cuerpo, por su
parte, la decoracin ms comn esta compuesta por un nico campo bcromo que
abarca casi la totalidad del cuerpo donde se suceden barras con clepsidras mltiples
separadas por lneas de puntos. En algunos casos los rombos en blanco que dejan las
clepsidras son completados delineando rombos y dibujando un punto en el centro
(Adn et al, 2003).
Esta variante presenta un sector con engobe rojo en la parte inferior del cuerpo.10La variante 6B utiliza una superposicin de bandas de clepsidras en el cuello y una
sucesin de barras de clepsidras en el cuerpo, es decir, ocupa el mismo diseo en cuello
y cuero slo que en diferente orientacin.
Por ltimo, el Tipo 7 presenta una sola variante, la 7A que corresponde a cuerpo con
aspas y cuello en tres modalidades: de chevrones, rombos o clepsidras.
10La pieza N 5 tratada en esta tesis corresponde a esta variante, presentando todos los rasgos
diagnsticos.
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especficas para los tipos de comida, recibiendo algunas una denominacin particular,
como es el caso de la challa ilo, utilizada para la carne, y la kelwe usada comocontenedor de la bebida autctona, vale decir, muday(Alvarado, 1997).
Esta cermica posee un doble propsito, por un lado acta como sonajera, donde son los mamelones (o
atributo femenino) los elementos percutivos, y por otro, funciona como contenedor.
La falta de tizne hace presumir que la pieza no fue utilizada como olla para cocinar, sino que pudo
corresponder a una olla de almacenamiento o de fabricacin exclusiva como ofertorio fnebre.
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2.3 La Cermica y sus tcnicas de fabricacin
2.3.1 La Pasta cermica
El producto alfarero nace de la elaboracin de un material llamado pasta cermica, cada
uno de sus elementos constitutivos pertenecen a un contexto natural que, al
desvincularse de ste pasan a lo que conocemos como estado cultural, es decir, en
conjunto forman parte de la tecnologa de un determinado grupo social.
La pasta cermica se compone principalmente de tierra arcillosa. sta es una mezcla de
silicatos de almina, vale decir, xidos de silicio ms xidos de aluminio hidratados,
procedentes de la descomposicin de minerales de aluminio. Se origina de la
degradacin de rocas con alto contenido de feldespato, demorando miles de aos en
generarse.
El feldespato en un conjunto de minerales compuesto por silicio, aluminio, oxgeno y un
in metlico (rubidio, litio, potasio, sodio, etc).
La coloracin de la arcilla depender del tipo y cantidad de impurezas que contenga,
siendo blanca en estado puro, a este tipo se le denomina caoln. Posee partculassumamente pequeas, se caracteriza por ser maleable y plstica al ser mezclada con
agua, volvindose en cambio un material duro, firme y refractario al ser expuesto a altas
temperaturas.
En la composicin de la pasta cermica encontramos tanto elementos plsticos como
antiplsticos. Los primeros son propios de la arcilla y el caoln, ambos principales
componentes de la pasta y sumamente dctiles. Por esta razn es que es necesario
agregar elementos antiplsticos que den firmeza al material.
El antiplstico aumenta la densidad y grado refractario de la pasta. Generalmente este
elemento dice mucho de la locacin donde se fabric la cermica. Por ejemplo, de
tratarse de concha molida es posible establecer la cercana al mar del asentamiento e
indicar una dieta rica en mariscos.
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Las comunidades costeras reservaron espacios denominados conchales para limpiar los
mariscos que consuman, estos sitios eran el lugar ms idneo para ir en busca delantiplstico pues as no era necesario el proceso de recoleccin.
Los tipos de antiplsticos ms comunes son las conchas molidas de mariscos, distintos
tipos de arenas, cuarzos y fragmentos de cermicas cocidas que fueron trituradas para
volverse a integrar.
2.3.2 La arcilla (rag)12
Mineralgicamente a las arcillas se les conoce como minerales secundarios, debido a su
procedencia de segundo orden. Se generan a partir de rocas incandescentes que al estar
expuestas a degradaciones mecnicas, qumicas y bioqumicas, van sufriendo cambios a
nivel molecular, convirtindose en finas estructuras cristalinas de slice y aluminio.
Las arcillas se clasifican segn su cercana de la roca madre, siendo primarias aquellas
que se encuentran en el mismo lugar donde fueron generadas, y secundarias aquellas
que, arrastradas por el agua o el viento, se encuentran en un lugar distinto del original.
De otra manera, desde el punto de vista qumico, la arcilla es una estructura cristalinatetra u octadrica, compuesta generalmente de silicio y aluminio, aunque si es
proveniente de tierras alcalinas su composicin cambia a silicio, magnesio y hierro, no
siendo utilizada esta ltima para la produccin de piezas cermicas.
Dentro de las arcillas la ms pura es el caoln o caolinita, de apariencia blanquecina, son
formadas por feldespatos acidificados. En su composicin se encuentran tanto metales
como no metales, siendo la almina su principal componente.
Las arcillas resisten altas temperaturas y poseen un grado elevado de refraccin(Garrison, 1989).
12En Mapudungn
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2.3.3 El antiplstico (uk)13
Para disminuir la plasticidad de una pasta cermica se agregan elementos externos de
naturaleza orgnica o inorgnica, denominados antiplsticos. Su proporcin vara
dependiendo de la granulometra inicial de la arcilla, requirindose de un mayor
porcentaje si la arcilla es de grano muy fino o si es muy pura (arcilla primaria).
Entre los antiplsticos de origen mineral ms comunes se encuentran las sales, cuarzos,
arenas, conchas molidas, polvo seo, etc. Por su parte, en los de origen orgnico se
encuentran comnmente races, pasto seco, semillas, entre otros. Aquellos de naturaleza
orgnica se pierden en el proceso de coccin debido a que se queman por la accin del
fuego, convirtiendo la pasta cocida en un material mucho ms poroso y menos resistente.
Los antiplsticos permiten a la arcilla una menor absorcin de agua, vale decir, la pasta
se satura ms rpido. De esta manera se hace posible la maleabilidad y resistencia del
material.
Este tipo de elementos regulan la porosidad de la cermica, hacindola as ms
resistente, densa y con mejor ndice de refraccin, permitiendo adems que la pieza
modelada se contraiga menos durante su etapa de secado.
2.3.4 Sistemas de produccin
En la alfarera mapuche, las piezas cermicas pueden tener una funcin tanto domstica
como ritual, en ambos casos cada artefacto sigue ciertos patrones de produccin e
identificacin, ya sea a nivel simblico, esttico o social.
La tcnica alfarera consta de cuatro fases, estas son: la seleccin de la materia prima, lapreparacin de la pasta, el modelado y la coccin.
1. Seleccin de la materia prima
Los materiales a escoger son la arcilla y el antiplstico.
13En Mapudungn
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La arcilla o rag es un tipo de tierra con caractersticas plsticas, que con la exposicin al
calor cambia sus propiedades fsicas. Sin embargo, la consistencia de dicho material noes la adecuada como para levantar las delgadas paredes de un artefacto cermico, para
ello es necesario aadir un material espesante, denominado antiplstico o ku.
2. Preparacin de la Pasta
Tanto la arcilla como el antiplstico deben ser molidos y tamizados.
Una vez terminados dichos procesos se prosigue con la incorporacin del agua, logrando
de este modo una pasta hmeda pero compacta.
La relacin porcentual entre agua, arcilla y antiplstico depender de las caractersticas
de cada material, sin embargo la incorporacin de este ltimo oscila entre el 20% y 50%
en relacin a la arcilla hidratada.
La pasta o masa de greda en mapudungn se denomina nglag.
Previo al modelado es necesario amasar y sobar la pasta.
3. Modelado
Una de las tcnicas ms difundidas y utilizadas en la alfarera mapuche es el modeladoporpiuloso rollos. A continuacin se describir brevemente este sistema de produccin.
La fabricacin de la pieza comienza generalmente a partir de una base o asiento desde
donde se levantaran las paredes de la pieza. A esta parte del artefacto se le denomina
anm.
Las paredes se van armando a partir de pequeos rollos, los cuales peridicamente se
van uniendo entre s para formar una sola pared. De esta manera se levanta el artefacto y
adquiere los diferentes tipos de formas y atributos.Posteriormente se agregan las asas opilun, si es que el tipo de utensilio as lo requiere.
Una vez seca la pieza se pule la superficie utilizando piedras planas y lisas.
Las caractersticas finales estarn dadas segn la decoracin, ya sea por adicin de pasta,
dando diferentes formas, y/o por decoracin pintada.
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La presencia de sales ocasiona los deterioros ms frecuentes en las cermicas. Estas
pueden ser de naturaleza soluble o insoluble, aun cuando su medio sea, la mayor parte delas veces, el agua. La capilaridad de la arcilla predispone a las piezas a absorber el agua
cargada de cloruros, sulfatos, nitratos, silicatos, acetatos, fosfatos, entre otros. A una
temperatura, humedad relativa y presin constantes, la presencia de esta solucin salina
no afecta al material cermico, sin embargo, un cambio en cualquiera de estas variables
detona la migracin del agua hacia la superficie y con ello tambin, el movimiento de las
sales. Cuando los cristales quedan alojados a nivel interno de la pasta se le denomina
subflorescencia.
Una vez que el agua alcanza el exterior tiende a evaporarse, dejando depositadas las
sales al interior de la arcilla. La falta de un medio acuoso en el cual solubilizarse o
suspenderse obliga a las sales a cristalizar, aumentando con ello su tamao. De este
modo los cristales de sal ejercen presin en los poros de la arcilla pudiendo agrietarla, o
de lleno, fracturarla. Cuando este mecanismo se ha desencadenado, se visualiza sobre la
superficie de la cermica una capa blanquecina y pulverulenta de gusto salado, que
corresponde justamente a las sales que han logrado migrar a la superficie. A esta
condicin se le denomina eflorescencia.Otro tipo de agente extrnseco de deterioro puede estar dado por el contexto de entierro
de una pieza. Un suelo de gravilla o limo constituye un medio abrasivo para la superficie
cermica, deteriorando mecnicamente el material enterrado.
Qumicamente en tanto, el pH del suelo condiciona otro tipo de dao, dependiendo de
su naturaleza cida o alcalina.
La acidez por ejemplo, es capaz de degradar algunos antiplsticos y/o formar depsitos
de sales, volviendo la arcilla frgil y pulverulenta. Un suelo bsico en tanto, promuevetambin la cristalizacin de sales solubles, las cuales en dicho proceso aumentan su
tamao, pudiendo provocar fisuras a causa de la presin.
Los cambios de temperatura y humedad relativa posibilitan la migracin de sales hacia
la superficie, del mismo modo la pieza puede contraerse o dilatarse, decohesionando el
material. La radiacin por su parte, afecta la coloracin de los objetos, ya sea
decolorndolos o alterando su tonalidad original.
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Cuando los objetos han sido retirados de su entierro, comnmente se encuentran con un
ambiente cargado de polucin. El dixido de carbono presente en dicha contaminacinatmosfrica reacciona qumicamente con el agua, en decir, con la humedad relativa del
aire, formando cidos. Estos ltimos degradan los componentes de la arcilla y el
antiplstico.
Del mismo modo los agentes biolgicos suponen tambin degradaciones extrnsecas, ya
sea causadas por la accin de microorganismos, plantas, animales o insectos. De todas
ellas la que suele ser ms destructiva e irreversible corresponde a la accin de los hongos
y lquenes, que afecta a la pieza tanto esttica como estructuralmente.
Por ltimo, es necesario considerar la actividad antropognica como uno de los factores
que con mayor frecuencia afectan el buen estado de una pieza cermica. Los accidentes
al ser manipulada, su extraccin desde el subsuelo, las restauraciones inadecuadas, el
transporte, embalaje y almacenamiento deficientes, entre otros, constituyen los
principales mecanismos de este tipo de deterioro.
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3. ANTECEDENTES TERICOS
3.1 Principios de Conservacin y Restauracin
A modo introductorio, es necesario hacer una pequea resea acerca de las
consideraciones ticas y convenciones generales en restauracin, con el afn de aunar
criterios y respaldar el trabajo que ha motivado esta tesis.
Para exhibir los parmetros de intervencin en esta materia, he seleccionado a Cesare
Brandi como principal terico. Sin embargo, con el propsito de actualizar la
informacin recabada, sus postulados se relacionarn invariablemente con convenciones
internacionales de la UNESCO y definiciones patrimoniales reconocidas, logrando dar
as una visin ms bien panormica, aunque certera, de los criterios de intervencin en
materia patrimonial. Se hace necesario recordar, en esta ocasin, que Chile carece
propiamente de ley de patrimonios, slo manifestando su aprobacin o rechazo a las
convenciones de la UNESCO y considerando legislativamente el tema patrimonial como
una apndice de la ley de educacin. Por esta razn es que se incluyen definiciones
extradas de leyes ajenas, como la espaola.En primera instancia, se requiere definir la nocin que hoy en da se tiene de bien
cultural, con el objetivo de acotar dicho concepto y ponderar la relacin que se establece
entre l y las piezas cermicas restauradas, que en esta memoria se exponen.
La expresin bien cultural es muchas veces homologada a la de patrimonio culturalo
patrimonio histrico, entendindose en la actualidad como sinnimos. Esta concepcin
ha sido ampliamente difundida por la UNESCO, siendo presentada oficialmente por
primera vez en la Convencin de la Haya de 1954, la cual fue patrocinada por la
organizacin. As, en dicha ocasin el concepto de bien culturalfue definido a partir de
tres categoras, que se exponen a continuacin:
a) Los bienes muebles e inmuebles que presentan una gran importancia para elpatrimonio cultural de los pueblos, como los monumentos de arquitectura, de
arte o de historia, religiosa o laica, los sitios arqueolgicos, los conjuntos de
construcciones que, en cuanto tales presentan un inters artstico, histrico o
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arqueolgico, as como las colecciones importantes de libros, de archivos o de
reproduccin de bienes definidos precedentemente.b) Los edificios cuyo destino principal y efectivo es el de conservar y exponer los
bienes culturales muebles definidos en el pargrafo a), como los museos, las
grandes bibliotecas, los depsitos archivsticos, as como los refugios destinados
a acoger, en caso de conflicto armado, los bienes culturales muebles definidos
en el pargrafo a).
c) Los centros que comprenden un nmero considerable de bienes culturales, queson definidos en los prrafos a) y b), llamados centros monumentales
(Gonzlez-Varas, 1999).
Para efectos de esta memoria, es importante esclarecer un concepto ms puntual acerca
de bien cultural y bien arqueolgico, estableciendo a su vez las diferencias entre ambas
nociones.
De las categoras recientemente mencionadas, los objetos a tratar en esta tesis, se
inscriben evidentemente dentro del prrafo a), sin embargo, esta definicin es
sumamente amplia y no acota los parmetros para circunscribir piezas cermicasarqueolgicas. De este modo las siguientes definiciones pueden prestar una mayor ayuda
al momento de intentar precisar un marco terico pertinente para las piezas que aborda
este trabajo.
Bienes culturales.
Pertenecen al patrimonio cultural de la nacin los bienes que hagan referencia a la
historia de la civilizacin. Estn sujetos a la ley los bienes de inters arqueolgico,histrico, artstico, ambiental y paisajstico, archivstico y librario y todo otro bien que
constituya testimonio material dotado de valor de civilizacin (Comisin Franceschini,
citado por Gonzlez-Varas, 1999: 45).
Asimismo, el material arqueolgico, que constituye un bien cultural, puede ser abordado
con mayor precisin a partir de la definicin que se menciona a continuacin.
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Bienes Arqueolgicos.
Se entienden por bienes arqueolgicos, a los fines de la ley independientemente de sumrito artstico, las cosas inmuebles y muebles que constituyan testimonio histrico de
pocas de civilizacin, de centros y asentamientos cuyo conocimiento se realiza
preminentemente a travs de excavaciones y hallazgos (Comisin Franceschini, citado
por Gonzlez-Varas, 1999: 45).
De esta manera, el bien arqueolgico se define tambin conforme a la disciplina
arqueolgica, evidenciando los procedimientos mediante los cuales se rescata el
material, lo que supone un factor distintivo entre esta clase de bien cultural y el resto. En
este sentido el bien cultural posee un valor dual, tanto histrico como artstico. Si bien
los vestigios arqueolgicos no poseen intrnsecamente un importe propiamente artstico,
sino ms bien esttico, su valor histrico-documental se hace protagnico al momento de
evaluar su importancia en cuanto cultura. Se vuelve sumamente importante exponer
dicha consideracin al momento de evaluar intervenir objetos arqueolgicos. Muchas
veces al devolver el valor esttico a una pieza se ponen en riesgo aspectos documentales.
Se hace necesario entonces, ponderar las razones por las cuales se optar por realizar unaintervencin de ndole esttica a bienes arqueolgicos y si, a su vez, la esttica
constituye un aspecto documental tambin.
Gonzlez-Varas, en su libro Conservacin de bienes culturales, propone que estos
poseen aquel doble valor que se ha mencionado en el prrafo anterior, pero establece una
diferencia entre los que pertenecen a la categora de obras de arte y los que no,
arguyendo que slo los primeros gozaran de dicha dualidad. A mi juicio esta
aseveracin es por lo menos rebatible, si se considera que los objetos de carcterarqueolgico poseen dimensiones simblicas y sociales que no conocemos con certeza,
siendo necesario precisar adems que el concepto de obra de arte se hace relativo,
tanto temporal como socialmente.
Por esta razn es que he preferido referirme al valor artsticoutilizando la denominacin
de valor esttico.Este ltimo concepto es ms genrico en su acepcin y no asigna en su
semntica una carga distinta a la visual, contrario a lo que es relativo al arte, que es
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dotado de estimacin social. La cermica arqueolgica, en su dimensin
mayoritariamente domestica y utilitaria, posee un cargado y ampliamente reconocidovalor documental, sin embargo su valor esttico no es menos importante si se considera
la necesidad de remontarse a su visualidad original para comprender aspectos histricos
de la misma. El desconocimiento que hoy en da tenemos de la importancia social
efectiva que se le otorgaba a los aspectos estticos desarrollados en la alfarera, tales
como la decoracin o el mismo estilo cermico, tambin comportan un dato importante a
la hora de sopesar dicho aspecto de una pieza arqueolgica.
Habiendo realizado la aclaracin anterior y estableciendo dichos postulados como
premisas, me referir a la tica profesional en la restauracin-conservacin y los
principios que rigen su ejercicio.
Los conceptos de restauracin y conservacin suponen nociones cercanas pero dispares.
Existen en este mbito sutilezas no menores a la hora de intervenir un bien. En la carta
del Restauro de 1972 se establece un paralelo entre ambos conceptos.
Se entiende por salvaguarda cualquier medida de conservacin que no implique la
intervencin directa sobre una obra; se entiende por restauracin cualquier
intervencin destinada a mantener en funcionamiento, a facilitar la lectura y a
transmitir ntegramente al futuro las obras y los objetos definidos en los artculos
precedentes (Brandi 1989:131).
Cesare Brandi postula, a partir de lo anterior, que la prctica de la restauracin debe
procurar la preservacin tanto del valor artstico como del histrico. Si bien su teora de
la restauracin esta referida directamente a obras de arte, desde la concepcin occidental
del trmino, es posible ampliar dichas nociones hacia todo el campo de bienes culturales,
teniendo siempre en consideracin el caso a caso de cada objeto, previendo as que
existen bienes cuyo fin original es propiamente artstico y otros, como la mayor parte del
material arqueolgico, en que su valor estriba en cuanto testimonio histrico-
documental.
Brandi se refiere de la siguiente manera al quehacer restaurativo:
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La restauracin debe dirigirse al restablecimiento de la unidad potencial formal de laobra de arte, siempre que esto sea posible, sin cometer una falsificacin artstica o
histrica, y sin borrar huella alguna del transcurso de la obra de arte a travs del
tiempo (Brandi 1989:17).
En la cita anterior Brandi utiliza el concepto de unidad potencial formal, como el estado
idneo de una obra de arte, entendido ya no como un mero estado de conservacin, sino
que involucrando la completitud del objeto en su valor dual, de bien esttico e histrico.
Su unidad as, no radica en su integridad material, sino que es considerada como un
objeto testimonial en cuanto patrimonio.
Adentrndonos ya en la prctica de la restauracin y conservacin y sus respectivas
intervenciones, quisiera proponer una definicin aportada por Ignacio Gonzlez-Varas
para ambos conceptos.
Intervenciones de conservacin: son operaciones cuya finalidad es prolongar y
mantener el mayor tiempo posible los materiales de los que est constituido el objeto;
operaciones caractersticas de conservacin son el anlisis de los factores de deterioro,
la prevencin del deterioro, el control de las condiciones ambientales, la intervencin
sobre el ambiente, el control del estado de conservacin del objeto, el mantenimiento
ordinario y la intervencin directa de conservacin (Gonzlez-Varas, 1999:74).
Intervenciones de restauracin: son operaciones cuya finalidad es la restitucin o
mejora de la legibilidad de la imagen y el restablecimiento de su unidad potencial, si
sta se hubiera deteriorado o perdido; operaciones caractersticas de restauracin sonla reintegracin de lagunas, la limpieza y las operaciones de eliminacin de aadidos
juzgados perjudiciales para la integridad fsica o esttica de la obra de arte (Gonzlez-
Varas, 1999:74).
Para intervenir cualquier objeto que se considere un bien cultural, ya sea mediante
procesos de restauracin o conservacin, se han desarrollado pautas generales que
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norman las acciones a seguir. Cesare Brandi ha sido el terico de mayor influencia en
este mbito que, con su libro Teora de la Restauracin, ha sentado las bases de loscriterios generales de intervencin patrimonial.
De este modo, se desglosan de la teora recientemente mencionada, cinco premisas a
seguir, consideradas como los principales criterios de intervencin:
1. Respeto al original; cualquier intervencin realizada debe ser secundaria y no
falsear en modo alguno la originalidad de la pieza.
2. Diferenciacin de las intervenciones; toda restauracin de un objeto debe poder
ser identificada como una intervencin distinta del original, permitiendo apreciar
la pieza integralmente, pero distancindose visualmente si se la observa con
atencin. Este enunciado guarda estrecha relacin con el punto 1.
3. Mnima intervencin; se debe intervenir lo menos posible al objeto, intentando
realizar nicamente procesos que sean indispensables para la preservacin de la
pieza.
4. Compatibilidad entre materiales; los materiales utilizados en los procesos de
restauracin deben ser qumica y fsicamente compatibles con los materiales
constitutivos del objeto a restaurar.5. Reversibilidad; en toda intervencin que se realice se deben utilizar materiales
que sean factibles de retirar, previendo la posibilidad de tener que volver a
intervenir el objeto en el futuro.
Es necesario establecer un marco terico a partir del cual tomar las decisiones
pertinentes para comenzar un trabajo de restauracin conservacin. En esta instancia
se ha definido el concepto de bien cultural y arqueolgico, situando los objetos tratadosdentro de un contexto, para posteriormente acotar las clases de intervenciones a realizar,
tambin definidas, y las pautas a seguir.
El material arqueolgico supone un campo de accin en el cual la figura del restaurador
juega un rol sumamente protagnico al momento de decidir las intervenciones que se
realizarn. Al no tratarse de obras de arte propiamente tal, los criterios presentan lmites
ms ambiguos, por lo que se hace necesario evaluar el caso a caso para que el rescate del
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valor histrico no vaya en desmedro del esttico. Muchas veces nos encontramos, por
ejemplo, con piezas cuya suciedad denota su contexto de enterramiento, sin embargoste impide apreciar la decoracin superficial del mismo. Se hace imprescindible
entonces, optar por la salvaguarda de alguno de los dos aspectos o encontrar una
solucin satisfactoria para preservar las cualidades relevantes de ambos, siendo
generalmente el propio criterio del restaurador el que dirime el conflicto.
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4. RESTAURACIN Y CONSERVACIN DE LAS PIEZAS SELECCIONADAS
Como se ha mencionado anteriormente, las seis piezas que se analizan y cuyas
intervenciones se exponen en esta tesis, pertenecen al MAS, sin embargo, a pesar de ser
propiedad de una institucin relativa al rubro, ninguna de las piezas posee informacin
antecedente que pueda dar luces de sus contextos, o bien aclarar si su hallazgo fue parte
de una excavacin profesional o no. Al carecer incluso de ficha de identificacin y ficha
clnica, es de suponer que los ceramios no fueron extrados formalmente, por lo que toda
su informacin contextual se ha perdido. Sin embargo, al tratarse de piezas completas,
pueden ser objeto de otro tipo de anlisis, siendo posible adscribirlas a diferentes tipos
de complejos, etapas, usos, etc, quedando en claro siempre que todo veredicto que se
formule a partir de ellas es slo hipottico, pues se desconocen muchos datos de su
origen.
Segn referencias verbales, es posible que las piezas pertenecieran a lotes completos
adquiridos de modo informal, por lo que es muy probable que las cermicas en cuestin
no hayan sido extradas por profesionales o bien, eventualmente la informacin
rescatada de algunas de ellas haya perdido filiacin con la pieza hace tanto tiempo queya se hace prcticamente irrecuperable.
Desconociendo los datos especficos del origen de cada ceramio, se hace mucho ms
importante rescatar la informacin que hoy en da puede entregarnos la pieza y no los
datos contextuales que ya se han perdido. La informacin relativa a su poca, complejo
asociado, etc, ser inferida a partir de la investigacin expuesta en los antecedentes de
esta tesis, tomando como referencia los estudios y la sistematizacin tipolgica,
morfolgica y decorativa desarrollada por los autores que en dicho capitulo se exponen.En el presente captulo se expone el trabajo de restauracin realizado en las piezas 1, 2 y
3, correspondientes a las que recibieron el tratamiento completo. Por su parte, las
intervenciones hechas a las piezas 4, 5 y 6, slo se exhibirn a travs de las respectivas
fichas clnicas diseadas para cada una de ellas. Los trabajos que se realizaron a estas
ltimas tres piezas, corresponden nicamente a intervenciones enfocadas a mejorar sus
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condiciones actuales, sin embargo esto no contempla en ningn caso la totalidad de los
tratamientos requeridos por cada una de las piezas.
4.1 Planteamiento del Trabajo
A diferencia de lo que comnmente se cree, la cultura Mapuche ha sido escasamente
estudiada y sus vestigios materiales, debido a las condiciones climticas en donde se ha
desarrollado dicha cultura, son muy menores en comparacin al profuso patrimonio de
las etnias nortinas. Es por esta razn y por la importancia que suscita la historia del
pueblo Mapuche, que me parece de primer orden conservar y restaurar el poco material
que an se tiene de ella.
El producto alfarero expone el cambio evolutivo que fue sufriendo la etnia a travs de
los aos.
La cermica, al ser un material inorgnico y bastante resistente, constituye uno de los
pocos vestigios que se conservan en un relativo buen estado, sin embargo su antigedad,
la humedad y las sales del suelo en donde estuvieron enterradas, el cambio de ambientesufrido al ser extradas del subsuelo y la falta de medidas de preservacin en su
almacenamiento, han propiciado que este tipo de patrimonio no se conserve en las
condiciones que debera, esto sumado muchas veces a la accin de huaqueros que, no
slo destrozan las piezas en el proceso de excavacin, sino que adems nos privan de
toda la informacin que dichos elementos pudieron habernos entregado de haber sido
desenterrados sistemticamente.
Es de suma importancia entonces, conservar y restaurar el material con el que se cuenta,para posteriormente poder exhibirlo y dar a conocer la cultura Mapuche.
En este contexto y bajo dichos propsitos se realizan los procedimientos a continuacin
expuestos.
Como objetivos generales dentro de este trabajo se consideran la preservacin de piezas
pertenecientes a la Cultura Mapuche y el aporte a la comprensin de su alfarera. Del
mismo modo, dentro de los objetivos especficos que persigue este trabajo se cuenta la
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realizacin de procesos de conservacin y restauracin a seis piezas pertenecientes a la
coleccin del MAS, el acondicionamiento de las mismas para su eventual exhibicin enel museo, desarrollar fichas clnicas para cada uno de los ceramios, analizar tipolgica y
estilsticamente las piezas y realizar anlisis cientficos conducentes a conocerlas ms a
cabalidad.
4.1.1 Metodologa de trabajo
Preliminarmente el trabajo consisti en la eleccin de las piezas, considerando de modo
particular y exclusivo a los elementos correspondientes a la coleccin de cermicas
mapuche, ubicadas en los depsitos del museo.
Las piezas seleccionadas pertenecen a distintos complejos alfareros y dentro de ellas se
escogi a aquellas cuyo estado de conservacin requera imperiosamente de tratamiento,
priorizando de este modo el principio de mnima intervencin. Sin embargo, segn la
poltica del museo y sus requerimientos circunstanciales, las tres piezas restauradas fue
necesario dejarlas completas para su exhibicin.Una vez hecha la seleccin se concurri peridicamente al laboratorio de restauracin
del MAS.
El primer paso fue la realizacin de una sesin de fotografas, con el fin de registrar el
estado inicial en el que se recibi a las piezas. Posteriormente se hizo el diagnstico de
cada ceramio, estableciendo cules piezas requeran con mayor urgencia procesos de
restauracin-conservacin y cules no. Tres de las cermicas fueron seleccionadas para
ser objeto de un proceso de restauracin completo, para cada una de ellas se estableciuna propuesta de intervencin, con supervisin del profesor gua.
Se realizaron anlisis preliminares para corroborar la inocuidad de algunos materiales
que no son propios del rea de la restauracin (aunque se usan con frecuencia), sumado
tambin a exmenes de presencia de sales solubles a todas las piezas, a modo preventivo
y fotografas de microscopa electrnica.
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Primero se intervinieron las tres piezas principales y posteriormente las dems. De cada
una de estas labores se llev un acucioso registro, tanto fotogrfico como escrito.En el camino fue necesario realizar un anlisis radiogrfico a la pieza N 2, debido a las
caractersticas particulares que present, las cuales sern explicadas ms adelante.
De modo paralelo toda la informacin recabada, sumada al estudio de la alfarera
mapuche y la tcnica cermica, fueron sistematizadas en esta tesis, con el fin de aportar
a una mayor comprensin de este tema.
Adems del trabajo realizado a partir de la prctica, se estudiaron diferentes tpicos
relacionados con la cermica mapuche, contando con el aporte de diversos profesionales
que guiaron mi bsqueda bibliogrfica.
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4.2 PIEZA N 1
Descripcin Formal
La pieza corresponde a una vasija restringida compleja, con una sola asa cintada y
decoracin bicroma, marrn (tierra de sombra natural) sobre blanco (crema).
El cuerpo del jarro es globular, de base circular y plana, con punto de inflexin entre
cuello y cuerpo.
El cuello es evertido con labio plano y divergente.
El asa es plana, nace del labio y termina en el cuerpo del jarro.
La tcnica de manufactura es por modelado. La superficie exterior e interna del cuello
fue bruida y terminada con engobe. La superficie interna en tanto, fue solamente
alisada.
Perteneciente a la cultura Mapuche, se asocia al estilo cermico Valdivia, es decir, se
trata de una cermica posthispnica.
Presenta decoracin bicroma en pintura positiva, precoccin.La decoracin de la vasija exhibe diseos geomtricos compuestos por lneas delgadas
marrones sobre fondo blanco.
La base no presenta engobe.
El pigmento marrn se vuelve anaranjado en zonas del ceramio, lo que hace presumir
alteraciones en la coccin. Es posible que sta sea la causa del extremo debilitamiento de
la pintura.
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La pasta es de color gris, de textura rugosa y poco compacta, con antiplstico color
blanco y negro, de dimensiones entre 0,5 y 2mm. Presenta micas.
Detalle de la pasta, ncleo oscuro y antiplstico Detalle de cambio cromtico por coccin
diferencial y manchas de adhesivo
Dimensiones
Altura mxima: 26,5cm.
Altura Gollete: 8cm.
Altura Cuerpo: 18,5cm.
Dimetro Boca: 15cm.
Dimetro Punto de inflexin cuello-cuerpo: 9cm.
Dimetro Cuerpo: 16cm.
Dimetro Base: 9,5cm.
Largo del asa: 10,5cm.
Espesor promedio de la pasta: 7mm.
Descripcin Tecnolgica
Tcnicas de manufactura
La pieza fue fabricada por tcnica de modelado.
La elaboracin de la base se realiz de modo independiente a las paredes del cuerpo.
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Las paredes de la pieza fueron realizadas a partir de rodetes o piulos14, sin embargo
segn las marcas encontradas en el interior no es posible establecer si estos ltimosfueron colocados en espiral o de modo independiente.
El asa fue insertada posterior a la fabricacin de la vasija, sin encontrarse marcas de
incisin por el interior, lo que indica que fue adherida superficialmente.
La pasta es de color gris parduzco. Su textura es rugosa y poco compacta.
Sectores del ncleo se observan oscurecidos, condicin propia de una coccin deficiente
e irregular. Se aprecian manchas de fuego en la superficie externa. Es posible establecer
entonces que la pieza presenta una coccin oxidante incompleta, a una temperatura
cercana a los 700C.
El espesor promedio de las paredes es de 7mm.
El antiplstico se aprecia mayoritariamente blanco, con dimensiones que oscilan entre
0,5 y 4mm. Su forma es angulosa y su distribucin en la pasta es relativamente
homognea. Por estas caractersticas es posible pensar que se trate de material calcreo.
En menor medida encontramos un antiplstico de proporciones ms reducidas color
negro y otro blanco translcido, tratndose este ltimo posiblemente de algn tipo de
cuarzo. Se observaron tambin micas, aunque de modo aislado.Estos ltimos antiplsticos se asocian a materiales arenosos.
Tratamiento de la superficie
Se aprecian marcas de herramienta por el interior de las paredes del cuerpo y cuello. El
tratamiento de la superficie interior de la vasija fue nicamente alisado.
El exterior de la pieza y el interior del cuello (salvo la base) fueron pulidos y cubiertos
con engobe blanco. La capa de engobe posee un espesor que flucta entre 0,5 y 1mm.La base no recibi tratamiento superficial.
Sobre el engobe blanco se trazaron diseos con pigmento marrn, este ltimo muy poco
resistente. Es posible que por diferencia de temperatura al momento de la coccin el
color haya sido alterado, tornndose naranjado en zonas aleatorias de la vasija.
14En mapudungn
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Decoracin
a) Cuerpo.
La decoracin del cuerpo de la vasija se estructura principalmente en dos franjas
horizontales compuestas por tringulos, divididas por un ribete de 8 lneas tambin
horizontales y paralelas.
Las partes superior e inferior de la zona decorada estn rematadas por dos ribetes de las
mismas caractersticas, el de la parte superior con 7 lneas paralelas y el de la parte
inferior con 8 lneas paralelas.
Los ribetes (de lneas paralelas) dan vuelta a toda la pieza, interrumpindose slo la
franja superior por la irrupcin del asa. No son lneas continuas, ni tampoco estn hechas
con la intencin de ser absolutamente circulares, las lneas se componen por trazos
relativamente rectos que se superponen y van quebrndose para dar la curva.
Los tringulos nacen desde la primera lnea del ribete, se intercalan formando un orden
de base hacia arriba y base hacia abajo. Cada tringulo posee una serie de lneas que
van paralelas al lado derecho del mismo (desde la perspectiva del espectador).
La cantidad de lneas dentro de cada tringulo es variable, no teniendo un nmerodeterminado para cada uno, este ser establecido por el tamao del tringulo que, si bien
son relativamente uniformes, presentan variaciones.
La disposicin de los tringulos es estrellada y concntrica, tal como se explica en el
punto 2.1.4.1, en dnde se define la variante 1A, perteneciente al estilo Valdivia.
Los tringulos estn separados entre s por espacios blancos.
La franja superior consta de 19 tringulos, sta a diferencia de la inferior, no da la vuelta
completa a la vasija, siendo interrumpida por un diseo que remata la parte
inmediatamente inferior al asa. Este ltimo muestra un cuadrado formado por 4
tringulos inscritos unidos por el vrtice, donde los verticales siguen el modelo con
lneas paralelas en el interior y los horizontales son, al parecer, de color plano. Por el
mal estado de la pieza no se alcanza a distinguir con claridad si estas figuras
aparentemente monocromas fueron en principio pintadas con lneas sumamente juntas o
bien, de modo uniforme.
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La franja inferior es continua y esta formada por 24 tringulos.
b) Cuello.
La totalidad del rea del cuello esta decorada con chevrones. El nico sector donde se
descontina el diseo es debajo del asa, quedando un espacio de engobe blanco.
La decoracin del cuello se enmarca en dos lneas horizontales paralelas que definen la
zona superior inmediatamente debajo del labio y la zona inferior cercana al punto de
inflexin entre gollete y cuerpo.
c) Asa.
El asa presenta distribucin vertical. La franja esta delimitada por dos lneas paralelas
verticales que marcan los bordes externos de la misma. En su interior y naciendo de la
lnea izquierda (del espectador), aparecen 7 tringulos cuyas bases se apoyan en dicha
lnea.
Los tringulos son de las mismas caractersticas que los presentes en el cuerpo de la
vasija, con lneas paralelas en su interior. Del otro lado del asa queda el engobe blanco
que visualmente tambin forma estas figuras.
d) Labio.
Todo el recorrido del labio se encuentra decorado con franjas relativamente gruesas y
equidistantes.
Estado de conservacin
La pieza se recibi armada, fragmentada en 18 partes e incompleta, con 10 faltantes (ver
imgenes de Estado inicial en Atlas de imgenes).
Las intervenciones anteriormente realizadas correspondan al pegado de los fragmentos
y a una reintegracin con yeso en la zona del gollete.
Su estado de conservacin era malo, presentando la totalidad de la superficie, tanto
interior como exterior, con manchas de abundante adhesivo. Adems, como el armado
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Detalle abrasiones
Se aprecian 3 despostillos en el labio, 1 en el cuerpo y 1 en la base, adems de 2 grietas
en el cuello y 5 en el cuerpo.
Sumado al adhesivo, se encontr tierra adherida en el interior de la pieza. Por el exterior
se apreciaba tambin tierra y suciedad, pero en pocas cantidades.
No se encontraron sales solubles en el ceramio.
Por las caractersticas en las que se recibi la pieza y considerando su ausencia de datos
contextuales, es posible pensar que la cermica haya sido desenterrada informalmente,por huaqueros. Al estar completamente fraccionada se puede pensar que sufri algn
tipo de golpe, posiblemente de chuzo, en el rea del cuerpo donde los fragmentos son
ms pequeos y se presentan en mayor cantidad.
El abundante adhesivo escurrido por todas las junturas hace presumir que la pieza no
pas anteriormente por manos especializadas y que dicha intervencin se realiz
exclusivamente con el fin de darle completitud a la pieza, sin reparo alguno en su
cuidado.
La pieza presenta tambin deterioros derivados de su factura, especficamente como
resultado de una coccin incompleta e irregular.
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Detalle de grieta y abrasiones
Zona interna del cuello y labio
Propuesta de intervencin
1. Limpieza mecnica
2. Despegado de las partes
3. Limpieza qumica
4. Unin de fragmentos
5. Reintegracin estructural de faltantes
6. Reintegracin cromtica de faltantes
7. Consolidacin de grietas
Tratamiento aplicado
Limpieza mecnica
La pieza se recibi con polvo y tierra depositados de modo superficial por el lado
interior y exterior.
Se sac registro del estado inicial de la cermica.
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La suciedad era de tipo particulada, por lo que fue posible removerla en seco con una
brocha suave, teniendo especial cuidado en las paredes externas debido a la fragilidad dela decoracin.
Despegado de las partes
En primera instancia fue necesario hacer una prueba de solubilidad del adhesivo.
Con un hisopo de algodn humectado con acetona, se intent remover una pequea zona
de adhesivo de la superficie externa de la vasija, ubicada en un lugar poco visible y sin
pigmento marrn, previendo la posibilidad de que el solvente afectara la decoracin. El
adhesivo reaccion a la acetona, removindose con facilidad.
Una vez hecha la prueba de solubilidad se inyect acetona con jeringa directamente en
las junturas de los fragmentos. Se comenz despegando las partes desde la zona superior
hacia la inferior, desarmando as la pieza de manera controlada.
A medida que se inyectaba la acetona, era necesario esperar unos minutos a que el
material perdiera adherencia, evitando de este modo forzar los fragmentos al separarlos.
Se sac registro fotogrfico por ambos lados de cada uno de los trozos y se les numer.
Despegado de fragmentos en proceso
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Limpieza qumica
Preliminarmente se realiz un test de solventes con el objetivo de determinar qu tipo y
en qu proporcin resultaban ms inocuos para la pieza.
La metodologa y resultados se exponen a continuacin.
Test de solventes para limpieza superficial de la pieza.
Objetivos.
-Determinar el producto a utilizar en la limpieza interior y exterior.
-Determinar la concentracin del producto o el porcentaje de dilucin.
-Escoger tcnica de aplicacin del solvente.
Procedimiento.
Se realizan pruebas de solubilidad de la suciedad superficial en zonas poco visibles,
mediante la humectacin de hisopos de algodn con distintos solventes, registrando sus
resultados.
En el test de solubilidad se incluyeron los siguientes productos: enzimas naturales, agua
destilada, alcohol etlico y acetona.Los resultados se sistematizaron en dos tablas con dos variables cada una, indicando en
cada caso si el solvente remova o no lo indicado en la segunda variable, es decir, si los
productos actuaban disolviendo diferentes tipos de suciedad (en la Tabla 1) o bien, los
pigmentos de la decoracin (en la Tabla 2).
Resultados.
Tabla 1
Solucin
Suciedad