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    Universidad de ChileFacultad de ArtesEscuela de Postgrado

    Restauracin y Conservacin

    De Cermica Arqueolgica Mapuche

    Tesis presentada para optar al Posttulo de Restaurador - Conservador de Patrimonio cultural

    mueble

    Francisca Rojas Pohlhammer

    Profesor Gua

    Luis Solar Labra

    Santiago, Chile

    2009

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    AGRADECIMIENTOS

    En esta oportunidad quisiera agradecer a mi profesor gua, Luis Solar, quien con

    paciencia y confianza me ayud a emprender esta tarea.

    Debo agradecer tambin, y muy especialmente, a Mara Irene Alcalde, conservadora delMuseo Arqueolgico de Santiago, pues la confianza que deposit en m, su inters y

    disposicin hacia mi trabajo, me instaron a seguir en esta pequea empresa e hicieron de

    mi trabajo una muy linda experiencia.

    A toda la gente del museo, por su cordialidad diaria.

    A mi familia, por su apoyo incondicional.

    Y por ltimo, a mi amiga G. Pia, compaera de escritos.

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    NDICE

    1. INTRODUCCIN

    2. ANTECEDENTES

    2.1 Alfarera Mapuche y Complejos funerarios: Morfologa y Decoracin en cada estilo

    cermico

    2.1.1 Tradiciones alfareras y complejos funerarios

    2.1.2 Complejo Pitrn2.1.2.1 Morfologa y Decoracin de la alfarera Pitrn

    2.1.3 Complejo El Vergel

    2.1.3.1 Morfologa y Decoracin de la alfarera El Vergel

    2.1.4 Estilo Valdivia

    2.1.4.1 Decoracin en la alfarera Valdivia

    2.2 Breve Tipologa cermica segn tamao, funcin y forma

    2.3 La Cermica y sus tcnicas de fabricacin

    2.3.1 La Pasta cermica

    2.3.2 La arcilla (rag)

    2.3.3 El antiplstico (uk)

    2.3.4 Sistemas de produccin

    2.4 Deterioros frecuentes en el material cermico

    3. ANTECEDENTES TERICOS

    3.1 Principios de Conservacin y Restauracin

    4. RESTAURACIN Y CONSERVACIN DE LAS PIEZAS SELECCIONADAS

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    4.1 Planteamiento del Trabajo

    4.1.1 Metodologa de Trabajo4.2 Pieza N 1

    4.3 Pieza N 2

    4.4 Pieza N 3

    4.5 Justificacin de Materiales

    5. ANLISIS CIENTFICOS5.1 Radiografas; pieza N 2

    5.2 Difraccin de rayos X; pieza N 2

    5.3 Anlisis elemental; pieza N 2

    5.4 Microscopa electrnica; piezas N 1, 2, 3, 4, 5, 6

    5.5 Anlisis de presencia de sales solubles; piezas N 1, 2, 3, 4, 5, 6

    6. CONCLUSIONES

    ATLAS DE IMGENES

    BIBLIOGRAFA

    ANEXOS

    Currculum MAS

    Fichas Clnicas

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    1. INTRODUCCIN

    El presente trabajo se basa en la prctica profesional realizada desde noviembre de 2008

    hasta la fecha, en las instalaciones del Museo Arqueolgico de Santiago (MAS)1,

    perteneciente a la Fundacin Cultural Plaza Mulato Gil de Castro.

    En el transcurso del ao 2010, el Museo Arqueolgico tiene programado el cambio de su

    exposicin permanente, con el objetivo de formar un centro enfocado a exhibir

    nicamente material perteneciente a la cultura Mapuche. En el marco de dicho proyecto

    y ante la necesidad del museo de contar con piezas en buen estado para su exhibicin, es

    que decid, con mucho inters de por medio, escoger exclusivamente piezas cermicas

    mapuche para ser restauradas, desechando la posibilidad de intervenir material de otras

    culturas, con el que tambin cuenta el museo. Para ello seleccion seis cermicas2

    pertenecientes a dicha coleccin, las cuales fueron sometidas a intervenciones tanto de

    conservacin como de restauracin.

    Es necesario destacar que el trabajo se vio centrado principalmente en tres piezas que,

    dadas sus condiciones, necesidades y el inters personal que suscitaron en m, fueron

    analizadas ms acuciosamente, siendo objeto de procesos de restauracin completos,anlisis cientficos y estilsticos, a diferencia de las otras tres piezas restantes, a las

    cuales slo se les diseo una ficha clnica (de la que carecan), se les diagnostic y

    analiz, aplicando a su vez algunos tratamientos indispensables.

    El anlisis y las intervenciones a las tres cermicas principales sern la directriz de esta

    tesis.

    1 El Museo Arqueolgico de Santiago funciona anexado al Museo de Artes Visuales (MAVI). Sus

    dependencias son compartidas, al igual que su laboratorio y depsitos.

    El MAS cuenta con una coleccin que se estima cercana a las 3.420 piezas, convirtindolo en una de las

    colecciones arqueolgicas ms importantes a nivel nacional. Sin embargo sus instalaciones no permiten

    exhibir ms que una mnima parte. (ver anexo N 1)2En el transcurso de esta memoria se har referencia a las piezas, identificndolas por un nmero que se le

    ha asignado a cada una. Es recomendable, antes de comenzar a leer, revisar las fichas clnicas, ubicadas en

    los anexos, al final de la tesis.

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    Si bien me hubiese gustado abordar con mayor profundidad la totalidad de las piezas

    seleccionadas, entiendo que no es propsito de esta memoria expandir tanto el campo deinters. De todos modos he quedado sumamente conforme con la decisin de incluir la

    informacin y el material que he rescatado de ellas en este periodo de trabajo. Su

    insercin dentro de este informe ha sido de enorme ayuda al entregarme la posibilidad

    de recorrer con mayor amplitud la historia Mapuche desde la alfarera.

    La restauracin y conservacin de cada pieza signific el descubrimiento de

    caractersticas y particularidades que desconoca por completo en la tcnica alfarera

    Mapuche. Cada una de ellas fue escogida minuciosamente entre una enorme cantidad de

    piezas que componen la coleccin. El criterio de seleccin empleado se bas tanto en la

    necesidad de intervencin que cada una de las cermicas presentaba, como en su inters

    estilstico.

    Para dar una mirada ms holgada a este trabajo es que decid seleccionar piezas de

    diferentes complejos y pocas, con caractersticas particulares y de enorme valor

    esttico.

    Las cermicas pertenecen a los estilos alfareros Pitrn, El Vergel y Valdivia, incluyendo

    adems piezas ms atpicas dentro de estos mismos, como es el caso de una olla/sonajeracon protuberos y un jarro con incrustaciones de loza posthispnico.

    Fue ciertamente motivante y de mucho inters interiorizarme con un mismo tipo de

    material trabajado por una misma cultura a lo largo de su historia, sintiendo adems la

    satisfaccin de aportar, aunque mnimamente, a la preservacin del patrimonio de la

    Cultura Mapuche.

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    2. ANTECEDENTES

    2.1 Alfarera Mapuche y Complejos funerarios:

    Morfologa y Decoracin en cada estilo cermico

    La cermica mapuche representa uno de los pocos vestigios que, en la zona sur de Chile,

    se han podido recuperar a pesar del paso del tiempo y de la rpida degradacin que

    ofrece este tipo de suelo. Gracias a su composicin matrica de origen inorgnico, la

    cermica, junto al material ltico, son casi los nicos testimonios que se han mantenido

    ntegros. Sin embargo slo la alfarera ha constituido por excelencia el ofertorio fnebre,

    por lo que su presencia ha sido el denominador comn en las excavaciones de

    cementerios realizadas en la zona sur. La cermica constituye a su vez, una

    manifestacin particularmente permeable a los cambios temporales y culturales

    vivenciados por los distintos grupos mapuches, por lo que a travs de ella es posible

    recorrer someramente la historia de dicha cultura.

    Al tener una presencia sistemtica en el tiempo y espacio, las piezas de alfarera seesbozan como las principales protagonistas del conocimiento que hoy en da tenemos de

    la cultura araucana, razn por la cual es de suma importancia preservar el material

    existente, asegurando de esta misma manera la posibilidad de su estudio, difusin y

    comprensin contextual.

    Los datos contextuales referidos a la cultura e historia Mapuche, para efectos de este

    trabajo, sern expuestos en base a los complejos alfareros que se han aislado,considerando a su vez, las diferentes locaciones en donde se asentaron los mismos. Para

    ello se tomar como referencia los trabajos expuestos en diversos congresos, jornadas,

    boletines y simposios de arqueologa chilena, poniendo especial atencin tambin a los

    trabajos y publicaciones realizadas por Carlos Aldunate, Leonor Adn, Margarita

    Alvarado, Menghin, Dillehay, entre otros.

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    2.1.1 Tradiciones alfareras y complejos funerarios

    Como recientemente se ha dicho, las condiciones y caractersticas del suelo en la zona

    sur han propiciado la conservacin casi exclusiva del material cermico, cuyo hallazgo

    se encuentra asociado generalmente a enterratorios. Las excavaciones arqueolgicas en

    el sur de Chile han apuntado bsicamente a contextos fnebres, rescatndose

    mayoritariamente restos inorgnicos dentro de los cuales el material ltico y cermico

    corresponden a los mejor conservados, siendo este ltimo, sin embargo, el ms

    abundante. Debido a la falta de excavaciones capaces de ilustrar de modo general el

    desarrollo cultural en esta zona, es que los profesionales del rea han decidido aislar

    complejos funerarios, identificando de esta manera caractersticas particulares para cada

    uno de ellos, segn modalidad de entierro y tipo de ofrenda. Es necesario sealar a su

    vez que, como el ofertorio en la mayor parte de los casos se compona prioritariamente

    de cermicas, los complejos fnebres aislados se condicen casi invariablemente con los

    complejos ceramolgicos del mismo nombre.

    2.1.2 Complejo Pitrn

    El pitrenense es identificado por Menghin en 1962 como el estilo alfarero araucano ms

    antiguo del que se tiene conocimiento, asentado en la IX y X regiones (provincias de

    Valdivia y Temuco) ms especficamente ubicado desde la cuenca del ro Bo-Bo hasta

    la ribera norte del lago Llanquihue. Sus ocupaciones se vincularon preferentemente a

    sitios precordilleranos y de bosques templados (Aldunate, 1989), aunque segn trabajos

    realizados por Hajduk en Argentina, vestigios pertenecientes a este complejo tambinhan sido encontrados en el centro y norte de la provincia de Neuqun. Dillehay, por su

    parte, sita al complejo desde Angol hasta Ro Bueno, coincidiendo tambin con la

    presencia de asentamientos Pitrn hacia el oriente, en Neuqun.

    Es situado cronolgicamente como una poca inmediatamente preincaica, presente

    desde el 300 d.C. hasta el 1050 d.C. aun cuando el nico fechado absoluto obtenido de

    un enterratorio Pitrn sea del 660 d.C. +- 80, en el cementerio Huimpil, el cual

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    representa una de las pocas excavaciones sistemticas de este complejo (Gordon, 1985).

    Aldunate postula sin embargo, la existencia de una fase oriental ms tarda, a lo cualadhiere la teora de una fase Pitrn lacustre tarda.

    Los grupos Pitrn se establecieron en ncleos familiares menores, cercanos a las riberas

    de ros o lagos. Es posible que hayan practicado el nomadismo estacional, dependiendo

    de los periodos de caza y recoleccin, principales fuente de su economa. La dieta

    derivada de dichas costumbres consista principalmente en carne de camlido, piones y

    frutos propios de los bosques de roble (Aldunate, 1989).

    El complejo Pitrn se considera la base de las manifestaciones agroalfareras ulteriores en

    la zona sur de Chile. Su enorme influencia, en la cermica que fue desarrollada con

    posterioridad, hace que sea posible considerarlo tambin como una tradicin

    propiamente alfarera (Dillehay, 1990).

    Si bien los grupos Pitrn se estiman como ocupaciones agroalfareras, su acercamiento

    hacia la agricultura no alcanz a ser muy acabado. De este modo es posible que slo

    hayan practicado el cultivo de la papa y el maz, y nicamente en paos de tierra de muyreducida extensin, derivado a la vez de su asentamiento en bosques y el exclusivo

    aprovechamiento de los claros de luz que la vegetacin permite. As mismo, se cree que

    la domesticacin del camlido o chiliweke tambin haya comenzado en este periodo

    (Aldunate, 1989).

    La alfarera Pitrn posee un sinfn de atributos ciertamente homologables a la cermica

    de la zona central perteneciente al complejo Llolleo, cuya data es cercana a la Pitrn.Llolleo se ubica cronolgicamente entre el 200 d. C. y el 900 d.C. Varios autores han

    reparado ya en sus similitudes, sealando rasgos que les son comunes a ambos estilos

    cermicos, tanto en morfologa como en decoracin. A grandes rasgos la estructura del

    jarro en ambos complejos coincide en sus clasificaciones de jarro y jarro globular

    asimtrico con papada, presentando adems aspectos decorativos comunes como figuras

    antropo y zoomorfas, ahumado, pintura, etc (Falabella y Planella, 1980). Existen adems

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    otros estilos alfareros tempranos y ms septentrionales aparentemente muy cercanos al

    estilo Pitrn, como el Molle y la cultura Candelaria en Argentina.Segn Adn y Alvarado, no es posible analizar el complejo Pitrn sin anexarlo al estudio

    de los restos arqueolgicos encontrados al otro lado de la cordillera, estableciendo as

    que las poblaciones alfareras tempranas constituyeron antao una sola unidad. Para

    ilustrar dicho postulado se mencionan los trabajos realizados en Bajo el aejo, sitio

    ubicado en territorio argentino, donde adems de encontrar cierta homogeneidad en los

    restos de las manifestaciones culturales, se hallaron residuos orgnicos malacolgicos

    provenientes del ocano pacfico, dato que respalda la teora de la ocupacin de todo el

    territorio como un mismo ncleo cultural.

    A grandes rasgos, el complejo Pitrn habra ocupado los tres mbitos longitudinales,

    caractersticos del territorio chileno, es decir, costero, llano central y cordillerano.

    El mbito costero se vincula invariablemente con los recursos del mar y de la cordillera

    de la costa, cercano adems a los lagos, lagunas y ros que se forman cerca del cordn

    montaoso.

    El mbito del llano central fue el ms poblado por los grupos Pitrn, ubicndose enantiguas terrazas de cursos fluviales. A su vez, este se subdivide en sectores oriental,

    meridional y septentrional, siendo este ltimo el ms habitado.

    El mbito cordillerano por su parte, se asocia a la cordillera de Nahuelbuta, a la de Los

    Andes y a cordones montaosos menores, aprovechando de esta manera las principales

    rutas de acceso. Existe tambin un mbito precordillerano andino lacustre, del cual los

    antiguos grupos humanos aprovecharon tanto los recursos existentes como sus accesos,

    vinculndose as fuertemente a las provincias argentinas. Este factor habra caracterizadola fase oriental del complejo Pitrn (Adn y Alvarado, 1999).

    Aldunate entrega una descripcin de los sectores oriental, meridional y septentrional,

    mencionados recientemente para el mbito del llano central, a partir de los estudios de

    Gajardo (1983).

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    El sector oriental se asocia a la precordillera y pampas argentinas del norte y centro de

    Neuqun, por lo que existen numerosos pasos cordilleranos. El terreno se inclina hacia eleste, con vegetacin gramnea como el coirn. Existen sectores en los que llega el

    bosque de araucaria, especialmente apto para la recoleccin y la caza, lo que sumado a la

    presencia de lagos, lo convierte en un sitio muy favorable para la ocupacin humana.

    El Sector meridional comprende desde el cordn transversal de Mahuindache- Lastarria

    hasta el golfo de Reloncav. Predomina el bosque laurifolio, tan espeso y hmedo que se

    hace poco apto para el asentamiento humano, al igual que su geomorfologa escarpada.

    El plano inclinado que cae de oriente a poniente provee de recursos para la caza y la

    recoleccin, dejando abierto el acceso a circuitos transcordilleranos de baja altura,

    factibles de ser usados incluso en invierno.

    El sector septentrional se caracteriza por estar dominado por grandes extensiones de

    bosque de roble. Este tipo de vegetacin es bastante despejada, con rboles grandes,

    frondosos y caduciformes, permitiendo la insolacin del suelo. Esto ltimo favorece la

    prctica de la agricultura, la ganadera y la recoleccin, condiciones que hacen de lazona septentrional un muy buen territorio para el asentamiento de grupos humanos. Son

    propios de esta zona, el canelo y el laurel, considerados sagrados por las comunidades

    mapuche. De esta misma forma, hacia es sector cordillerano oriental, comienza a

    aparecer la araucaria, cuyo fruto, el pehuno pin, es hasta hoy uno de los alimentos

    ms consumidos por este pueblo.

    Este sector se extiende desde las cuencas de los ros uble e Itata hasta el cordn de

    Mahuindache-Lastarria. Forma un plano inclinado de este a oeste que da lugar aplanicies. Por la accin de la cordillera de Nahuelbuta se crea un biombo climtico que

    convierte al valle central en un terreno ptimo para la prctica de la agricultura.

    (Aldunate, 1989)

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    2.1.2.1 Morfologa y Decoracin de la alfarera Pitrn

    En la cermica Pitrn es frecuente encontrar modelados fitomorfos (zapallos),zoomorfos (ranas, patos) o antropomorfos (con ojos tipo grano de caf), ya sea

    adoptando la forma total del ceramio o bien, con alguna figura adherida al cuerpo o asa.

    Un rasgo diagnstico de este complejo lo constituye la aparicin de una o dos incisiones

    entre el cuello y el cuerpo, con un abultamiento anular (Aldunate, 1989).

    Toda la alfarera Pitrn posee una muy buena factura. Su tcnica de coccin es

    sumamente acabada, permitiendo la obtencin de ceramios de paredes firmes y delgadas,

    aun cuando presenten rasgos arcaicos. Es en general un tipo de cermica muy liviana y

    resistente.

    Morfolgicamente, las piezas ms numerosas corresponden a jarros asimtricos

    globulares. Por lo comn son de asa puente, comenzando en el labio y rematando en el

    cuerpo con alguna figura zoomorfa. Con mucha frecuencia este tipo de cermicas

    presentan un abultamiento en el cuello, similar a una papada. Sus asas cintadas nacen de

    la zona media del cuello y llegan al cuerpo rematadas, generalmente, por una

    protuberancia en el rea superior.

    Por su parte, los jarros simtricos son mayoritariamente globulares, con cuello cilndricoy recto, ostentando a veces asas de suspensin circulares de pequeo formato.

    Se han encontrados tambin piezas adscribibles al complejo Pitrn de las siguientes

    caractersticas: jarros globulares simtricos con un mango recto que nace oblicuo del

    cuerpo rematado con una figura zoomorfa y ceramios cubiertos de pintura roja con

    decoracin de puntos y lneas verticales en negro (Menghin, 1962).

    Leonor Adn y Margarita Alvarado desarrollaron una Tipologa morfolgica de lacermica Pitrn, basndose en el estudio de piezas pertenecientes a museos de la zona

    sur y considerando para ello las formas geomtricas del cuello, cuerpo y base (para la

    categora morfolgica), as como tambin el tipo de pasta, tratamiento de superficie,

    color y tamaos. La decoracin fue sistematizada segn la clasificacin de Rye (1981).

    Segn estos criterios la categora de los jarros sera la ms frecuente. Su forma

    constructiva, en tanto, estara dada en base a un enrollamiento anular con el

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    ahuecamiento o aplanado de una bola de arcilla que acta como base. El asa es del tipo

    arco de correa y se aplica perforando la pieza y con sistema de remache, elemplazamiento es vertical y nace siempre bajo el borde y remata en el cuerpo superior

    (Adn y Alvarado, 1999: 249), en cuanto al tipo de pasta se seala que Las pastas son

    mayoritariamente arenosas y compactas, sin faltar algunos casos en que se registran

    inclusiones mayores que otorgan a la pasta una apariencia granulosa y otros de

    apariencia colada. Las piezas fueron cocidas en ambiente oxidante y oxidante

    incompleta.(Adn y Alvarado, 1999: 250).Por ltimo, referente al tipo de decoracin,

    las autoras exponen que Las superficies son pulidas con una amplia variacin de

    colores: caf oscuro, caf claro, caf rojizo, beige, rojo y negro, entre otros. Se decoran

    por medio de incisiones en el punto de inflexin o angular cuello-cuerpo, por la

    impronta intencional y evidente de hojas y por una decoracin bicroma, estas ultimas en

    tcnica negativa. La decoracin por modelado se efecta en el extremo de un asa lateral

    o asa mango y en el extremo superior del asa en arco de correa vertical. (Adn y

    Alvarado, 1999: 250).

    Para los jarros se distinguen cuatro tipos: jarro simtrico de cuerpo esfrico, ovoide o

    elipsoidal3; jarro de cuerpo bitroncocnico, cuello cilndrico y base plana; jarro de asaoblicua lateral o asa mango y jarro con asa en el cuerpo.

    En las categoras morfolgicas entregadas por Adn y Alvarado se consideran tambin

    ollas, botellas, escudillas, cuencos, tazas, jarros asimtricos y formas restringidas

    complejas, sin embargo estas no sern profundizadas en esta ocasin, debido a que no

    contribuyen al anlisis de las piezas seleccionadas.

    En cuanto a la tipologa decorativa del complejo Pitrn, las autoras describen tres

    modalidades tcnicas: negativo, modelado y grabado. Para efectos de este trabajo solo sehar hincapi en la decoracin modelada, de la cual se identifican mltiples variedades.

    La variedad i corresponde al modelado fitomorfo4, que se lograra a partir de seis

    hendiduras verticales realizadas precoccin, con la pasta an blanda.

    3La Pieza N 4, abordada en esta tesis, es atribuible a esta categora.

    4La Pieza N 4 se adscribe a esta variedad.

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    Cronolgicamente, y de un modo bastante preliminar, es posible especular que la Pieza

    N 4, al ser monocroma y modelada, sea atribuible a la primera o segunda asociacintemporal establecida por Adn y Alvarado. Estas constituyen contextos

    predominantemente monocromos con mayor o menor presencia de decoracin

    modelada. A su vez, supondran una cronologa ms temprana que la tercera asociacin,

    vinculndose adems hacia el valle central o el mbito lacustre precordillerano.

    2.1.3 Complejo El Vergel

    El complejo se denomina El Vergel a partir del sitio donde se realizaron los hallazgos de

    diferentes tipos de inhumaciones y utensilios, vinculados todos a una misma clase de

    asentamiento. Existen varios autores que postulan la idea que el vergelense constituye

    una fase inmediatamente posterior a Pitrn, distinguindose para el complejo dos etapas,

    una prehispnica: El Vergel I, y una tarda: El Vergel II.

    Son caractersticos de este complejo los enterratorios de nios y adultos en urnas

    cermicas, aunque tambin se atribuyen a l los de posicin extendida, de cuerpos

    rodeados con piedras y en wampo o canoa funeraria (Bullock, Gordon. Citados porAldunate, 1989: 339). Los cementerios, sea cual sea su modalidad, son siempre

    acotados, no encontrndose nunca ms all de de tres o cuatro tumbas asociadas

    (Bullock 1970, Inostroza, 1981. Citado por Aldunate, 1989).

    Como ya se ha mencionado, El Vergel se emplaza en el sitio del mismo nombre, ubicado

    al lado oriente de la cordillera de Nahuelbuta, y en todos los alrededores de Angol. Se

    crey que su ocupacin era preferentemente en el valle central entre el Bo-Bo y elToltn, afirmacin que en estos das es refutada por el mismo Carlos Aldunate (quien la

    formul el ao 89), sosteniendo hoy que la fase martima vergeliana fue tan importante

    como la regional.

    El Vergel se instalara cronolgicamente en fechas prximas al 1100 y 1300 d.C.

    (Gordon 1978:61, citado por Aldunate, 1989). Sus asentamientos ligados al valle

    sugieren la cercana a ros, con su consecuente uso para el regado de plantaciones como

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    cultivos, incluan guanaco, lobo marino, aves, moluscos, equinodermos, crustceos y

    peces (Massone et al.2002, citado por Massone, 2003).De los trabajos realizados en la isla, uno de los sitios ms representativos y que entreg

    la mayor profusin de datos acerca de los modos de vida de los grupos mapuche y su

    posterior contacto espaol, corresponde al denominado Don Celestino. De l Massone

    expone el siguiente patrn de asentamiento El sitio Don Celestino, SM-6, parece

    corresponder a un amplio espacio de asentamiento de ocupacin temporal o

    semipermanente, probablemente vinculado a actividades habitacionales, hortcola, de

    recoleccin, caza y otras, propias de grupos que reutilizaban el espacio peridicamente.

    Estas actividades se infieren por el nmero de basurales conchferos y la variedad de

    especies malacolgicas representadas, la presencia de restos de mamferos (68%),

    peces (27%), y aves (5%), la frecuencia de cermica y la diversidad de grupos

    cermicos representados, la variedad de artefactos de molienda, los fragmentos de pipa

    que sealizan actividades sumatorias, los adornos corporales en hueso, algunos

    artefactos lticos vinculados a la caza y pesca (puntas y pesas)(Massone, 2003: 349).

    Se sabe que en el mencionado segundo viaje, los indgenas haban desplegadoresistencia a la invasin fornea, con dos caciques sitiando la isla, uno con 200 y el otro

    con 450 hombres armados. La referencia demogrfica entregada a travs del nmero de

    hombres en ejrcito, arroja una poblacin estimada de 2000 habitantes al momento del

    contacto hispano. Los indgenas intentaron posteriormente, sin xito, resistir la invasin

    espaola (Jeria, 2000; citado por Massone, 2003). Datos entregados por Ovalle y

    Rosales afirman la presencia de grupos El Vergel en la isla hasta mediados del siglo

    XVII, aunque sometidos a la dominacin espaola.

    Massone realiza un anlisis cualitativo y cuantitativo sobre la fragmentera cermica de

    diez sondeos estratigrficos en siete sitios arqueolgicos, vinculados a El Vergel, todos

    ubicados en la isla Santa Mara. Entre ellos identifica veintitrs tipos cermicos,

    considerando el tratamiento de la superficie, pasta, coccin, espesor de las paredes y

    formas. Del universo de estudio denuncia que la gran mayora son efectivamente de

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    manufactura indgena, sin embargo una pequea porcin la considera atribuible a

    fabricacin europea. Dentro de este ltimo grupo se encontraron fragmentosposiblemente vinculados a cermica hispnica colonial y uno correspondiente a

    maylica espaola reutilizada por los indgenas6.

    El fragmento en cuestin representa uno de los primeros acercamientos de la cultura

    mapuche hacia este tipo desconocido de material y su consecuente inters por ocuparlo.

    Su reutilizacin se devela por el desgaste intencional de sus bordes y una perforacin en

    su parte central, con la intencin de convertirlo en un elemento decorativo. El fragmento

    de maylica espaola encontrado es atribuible al complejo El Vergel II (el autor no

    utiliza esta denominacin), es decir, a la fase tarda y postcontacto de estos grupos

    mapuche7.

    La isla Santa Mara fue utilizada por los espaoles, hacia fines del siglo XVI, para el

    cultivo del trigo, transformndose posteriormente en una guarida militar.

    Los restantes grupos cermicos son asociados en su totalidad al complejo El Vergel del

    periodo agroalfarero tardo, tanto pre como post contacto. Los fechados por

    termoluminiscencia realizados a la fragmentera establecen que la ocupacin de estos

    grupos se prolonga ms all incluso del contacto hispano, yendo del 970 al 1595 d.C.(Massone, 2003).

    Por ltimo, me parece importante destacar la similitud que identifica el autor entre los

    grupos Vergel de la isla y los de la costa de Arauco y Concepcin, suponiendo as el uso

    de la navegacin.

    6Quisiera detenerme en este punto para advertir la filiacin de este hallazgo con la pieza N 6 que se trata

    en esta tesis. El anlisis de Massone, al estar hecho en base a fragmentos, no puntualiza ni realiza paralelo

    alguno con piezas cermicas completas, por lo que no es posible establecer que se traten de un mismo tipode manifestacin cultural, sin embargo la inclusin de maylica o loza como decoracin, en el caso de la

    pieza N 6, es un signo indudable del contacto hispano y expone, a su vez, una posible vinculacin

    temporal, cultural y/o espacial con el fragmento de maylica asociado a una etapa tarda de El Vergel.

    7 nicamente es posible establecer entonces, que la pieza N 6 corresponde a un periodo similar o

    posterior a la data de este hallazgo, pero sin duda, ya en un periodo Vergel tardo, encontramos la

    inclusin de la loza espaola como material decorativo.

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    2.1.3.1 Morfologa y Decoracin en la alfarera El Vergel

    De la cermica El Vergel se encuentran tanto ofrendas funerarias como piezas de uso

    domstico. De este modo Aldunate puntualiza jarros simtricos y asimtricos

    monocromos, engobados de negro y rojo, y ollas utilitarias con dos asas y estras

    anulares en el cuello. Aparece la cermica decorada rojo o negro sobre blanco en

    forma de jarros simtricos y asimtricos. La forma de estos ceramios es prcticamente

    la misma que se presenta en el complejo Pitrn, es decir, las asas cinta nacen bajo el

    labio y con frecuencia tienen protuberancias verticales (Aldunate, 1989: 339).

    Durante mucho tiempo se sugiri la existencia de una fase Tira que caracterizara la

    ocupacin costera y tarda de El Vergel como un estadio cermico independiente. Dicha

    teora, planteada inicialmente por Schneider (1927) fue avalada posteriormente por

    Latcham (1928) y retomada y modificada por Menghin en 1962, sosteniendo que Tira

    se tratara de una cermica decorada preincaica contempornea a la primera fase del

    vergelense a la que sigue una lnea evolutiva representada por la segunda fase del

    vergelense, con influencias incaicas y que termina con la cermica Valdivia, que

    considera posthispnica (Menghin, 1962: 46, citado por Aldunate, 1989: 341). Sinembargo ya desde entonces, no existan datos suficientes para aislar a Tira como una

    fase diferente de El Vergel y, con el conocimiento que hoy se tiene de las diferencias

    lgicas existentes entre las manifestaciones Vergel del litoral y del valle, sigue siendo

    poco prudente establecer que Tira sea una manifestacin autnoma. Aldunate establece

    que Tira Presenta inhumaciones tumulares en cistas de piedra y ofertorios de una

    cermica muy caracterstica (Aldunate, 2003: 332), pero no avala la hiptesis ofrecida

    por Menghin y sus antecesores.Segn la tipologa desarrollada por Adn, Mera, Uribe y Alvarado, la cermica El

    Vergel se agrupara en tres tipos, el Tipo 3, el Tipo 5y el Tipo 88.

    8Los tipos no siguen un orden numrico correlativo debido a que esta tipologa se ha desarrollado en

    conjunto con el estilo Valdivia, por ser considerados parte de una misma tradicin alfarera.

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    El Tipo 3 presenta una sola variante (3A) con superposicin de bandas de zig-zag

    mltiples. En el cuello se observan una o varias bandas de zig-zag o bien, una bandaamplia de chevrones. El cuerpo, en tanto, se divide en tres o cuatro campos con zig-zag.

    Este tipo posee una filiacin importante a los ofertorios fnebres en urnas.

    El Tipo 5 tambin posee una sola variante. sta presenta rasgos formales ligados a la

    cermica Pitrn.

    Decorativamente, existe predominio del achurado o zig-zag, dispuesto en barras

    alternadas, tanto en el cuerpo como en el cuello.

    El Tipo 8, con su nica variante 8A, presenta en el cuello una banda de tringulos en

    oposicin arriba-abajo. Los tringulos estn rellenos con lneas paralelas al lado ms

    largo del tringulo que sin embargo presentan una variacin tpicamente vergeliana

    dada por la presencia de lneas perpendiculares que cortan el conjunto mayor formando

    por sectores unos pequeos achurados. Puede presentarse tan solo una banda o la

    superposicin de dos con el mismo motivo. En el cuerpo se aplica la misma decoracin

    y puede configurar una o tres bandas. En el cuerpo inferior se registra un sector con

    engobe rojo. La disposicin es estrellada por tringulos, desplazada. Slo ocurre en

    jarros asimtricos (Adn et al,2003).

    2.1.4 Estilo Valdivia

    La cermica Valdivia, muchas veces asociada a El Vergel como tradicin alfarera

    bicroma rojo sobre blanco (Adn y Mera, 1997), supone una ubicacin ms ligada hacia

    el sector meridional de la Araucana entre el ro Toltn y el golfo de Reloncav. Su

    distancia con El Vergel se establece ms bien en trminos cronolgicos y espaciales,pues decorativamente las similitudes son amplias. Sin embargo varios autores plantean

    an que ambos estilos conformaran una sola tradicin alfarera.

    Se le ha llamado estilo y no complejo, como a Pitrn y El Vergel, debido a que estos

    ltimos conforman tradiciones funerarias a las cuales se asocia un tipo cermica a la que

    se le asigna el mismo nombre, que no es el caso de la cermica Valdivia. Esta forma una

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    tradicin alfarera conjunta con El Vergel diferencindose en tiempo y especialidad, no

    as en el contexto funerario en el cual han sido encontradas.Dillehay sita cronolgicamente al estilo Valdivia como una manifestacin prehispnica

    (1000-1300 d.C.), prolongada hasta pocas histricas, siendo caracterstico de los

    periodos colonial y republicano temprano (siglos XVII a XIX) (Aldunate 1989: 341).

    Hoy en da se considera a Valdivia como un estilo predominantemente histrico, es

    decir, postcontacto. En trminos geogrficos el autor plantea su ubicacin desde Angol

    hasta Osorno.

    Su distribucin es preferentemente meridional, encontrndose la mayor profusin de

    ceramios entre Loncoche y Valdivia, concentrndose su presencia al sur del Toltn.

    Un rasgo diagnstico de este estilo, con lo cual se diferencia del vergelense es la

    anulacin de caracteres formales Pitrn. El Vergel mantiene rasgos de esta cermica, no

    as Valdivia en los que este referente ha desaparecido.

    La tradicin Valdivia presenta jarros principalmente simtricos, de composicin

    globular, la mayora, sin representaciones fitomorfas o zoomorfas, como pueden

    encontrarse en otros complejos. Asimismo, no se han encontrado representaciones

    Valdivia del denominado jarro pato, bastante comn en la alfarera vergelense.

    2.1.4.1 Decoracin en la alfarera Valdivia

    Segn trabajos sistemticos realizados en la zona centro sur de Chile por Adn, Mera,

    Uribe y Alvarado, los tipos de vasijas decoradas pertenecientes a la tradicin bicroma y

    correspondientes al estilo Valdivia, se agrupan en lo que se denomin como Tipos 1, 2,

    4, 6 y 7con sus respectivas variantes. Sin embargo, en esta ocasin slo se expondrn acabalidad las variantes del Tipo 1, debido a que es el representativo de lo que se conoce

    por estilo Valdivia.

    El Tipo 1corresponde a cermicas con el cuerpo decorado por bandas de tringulos con

    lneas paralelas en oposicin arriba-abajo. Este patrn decorativo es el que se presenta

    con mayor frecuencia en la alfarera Valdivia y se encuentra en jarros, jarros asimtricos

    y platos.

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    El cuello, en tanto, se caracteriza por estar decorado con una sola banda chevrones,

    abarcando toda el rea.Para este tipo, la primera variante, es decir la variante 1A, posee una ubicacin

    geogrfica mayoritariamente meridional. Su decoracin, en tanto, esta dada por una

    Superposicin de bandas de tringulos opuestos rellenos con lneas. La composicin

    del cuello se caracteriza por una banda de chevrones, mientras que el cuerpo se divide

    en dos campos o bandas de tringulos opuestos rellenos con lneas paralelas al lado

    ms largo del tringulo. Las bandas se separan por 4 5 lneas horizontales sucesivas.

    La disposicin es de tipo estrellada por tringulos concntricos opuestos dobles9

    (Adn et al, 2003).

    Los autores puntualizan tambin, que existen casos en los que las piezas, adems de

    presentar los diseos ya expuestos, incluyen elementos decorativos en el cuello, cuerpo

    y/o labio como puntos, cruces o tringulos opuestos rellenos. Asimismo, para la banda

    que separa los campos de tringulos, que generalmente son lneas, se incorpora en

    ocasiones el diseo en clepsidras.

    Esta variante es por lejos la ms comn y representativa dentro del estilo Valdivia.

    La variante 1B corresponde a una decoracin con Superposicin de bandas de

    tringulos opuestos rellenos con lneas con variacin en la composicin del cuello. El

    cuello de esta variante se compone por la superposicin de una banda achurada y otra

    en la que se sucede el elemento clepsidra. En algunos casos se trata de tres bandas, la

    primera y la tercera achurada y la segunda con clepsidras. El cuerpo se comporta de la

    misma manera que en la variante anterior. Se observa una disposicin estrellada por

    tringulos concntricos dobles (Adn et al, 2003).

    En la variante 1C la decoracin y disposicin es igual a la presentada en la 1A, salvo porel elemento principal del cuerpo que, en este caso, corresponde a tringulos rellenos

    enmarcados por un tringulo mayor en oposicin arriba-abajo.

    9 La pieza N 1 es adscribible a esta variante. Su decoracin corresponde invariablemente a las

    caractersticas enunciadas en la definicin.

    Pertenece al grupo ms representativo del estilo Valdivia.

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    La variante 1D utiliza el mismo tipo de banda con tringulos rellenos por lneas

    paralelas en oposicin arriba-abajo, presente en las variantes 1A y 1B, sin embargo, eneste tipo de ceramios slo se observa una banda en el cuerpo, limitada inferior y

    superiormente por una serie de lneas horizontales. La disposicin es estrellada simple,

    formada por tringulos concntricos.

    El cuello posee una banda nica de chevrones o bien, una sucesin de bandas donde se

    alterna el achurado y las clepsidras, tal como en la variante 1B.

    Las piezas de la variante 1E poseen las caractersticas generales de las variantes

    anteriores, aadiendo la presencia de barras en el cuerpo que dividen la pieza en dos, tres

    y cuatro partes.

    De acuerdo a la composicin del cuerpo en aquellas piezas con slo un campo en el

    cuerpo se observan disposiciones a) estrellada con tringulos simple y cuatripartita, b)

    estrellada con tringulos simple y tripartita; mientras que en aquellas variedades en la

    que se forman dos campos observamos disposiciones c) estrellada con tringulos

    opuestos dobles y bipartitos, d) estrellada con tringulos opuestos dobles y bipartitos

    desplazados, y e) estrellada por tringulos, concntricos dobles y cuatripartito(Adn

    et al, 2003).El Tipo 2 utiliza bandas superpuestas de tringulos, aadiendo el elemento del zig-zag

    mltiple. El cuerpo se divide en dos campos.

    Este tipo posee una sola variante, la 2A. El cuello presenta el mismo diseo que la 1A,

    es frecuente que se observen elementos decorativos entre el cuerpo y el cuello como

    puntos o cruces.

    El cuerpo se separa en dos campos, el primero estando ocupado por tringulos opuestos

    rellenos con lneas paralelas y el segundo con lo que se ha denominado zig-zag mltiple,el cual corresponde a un conjunto de lneas paralelas oblicuas.

    El Tipo 4 posee 3 variantes. La primera o variante 4A, presenta un solo campo de

    rombos reticulados. El cuello se compone de una banda de chevrones, mientras que el

    cuerpo se configura como un nico campo en el que se suceden rombos achurados o

    rellenos con lneas paralelas (Adn et al, 2003).

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    La variante 4B es igual a la anterior, salvo que en vez de tener un solo campo de rombos

    en el cuerpo, posee dos o tres.La variante 4C posee bandas superpuestas alternadas de rombos y otros diseos en el

    cuerpo y cuello.

    El cuello puede tener chevrones o clepsidras y achurado, mientras que el cuerpo presenta

    dos campos con distintos diseos; el superior con rombos rellenos de lneas paralelas y

    el inferior con zig-zag o tringulos en oposicin arriba-abajo.

    El Tipo 6es sumamente parecido a la variante 5A, descrita para El Vergel.

    Su caracterstica bicroma esta dada exclusivamente por el color rojo

    La variante 6A presenta una sucesin de barras con clepsidras en el cuerpo y cuello

    con chevrones. El cuello se compone por una banda de chevrones. En el cuerpo, por su

    parte, la decoracin ms comn esta compuesta por un nico campo bcromo que

    abarca casi la totalidad del cuerpo donde se suceden barras con clepsidras mltiples

    separadas por lneas de puntos. En algunos casos los rombos en blanco que dejan las

    clepsidras son completados delineando rombos y dibujando un punto en el centro

    (Adn et al, 2003).

    Esta variante presenta un sector con engobe rojo en la parte inferior del cuerpo.10La variante 6B utiliza una superposicin de bandas de clepsidras en el cuello y una

    sucesin de barras de clepsidras en el cuerpo, es decir, ocupa el mismo diseo en cuello

    y cuero slo que en diferente orientacin.

    Por ltimo, el Tipo 7 presenta una sola variante, la 7A que corresponde a cuerpo con

    aspas y cuello en tres modalidades: de chevrones, rombos o clepsidras.

    10La pieza N 5 tratada en esta tesis corresponde a esta variante, presentando todos los rasgos

    diagnsticos.

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    especficas para los tipos de comida, recibiendo algunas una denominacin particular,

    como es el caso de la challa ilo, utilizada para la carne, y la kelwe usada comocontenedor de la bebida autctona, vale decir, muday(Alvarado, 1997).

    Esta cermica posee un doble propsito, por un lado acta como sonajera, donde son los mamelones (o

    atributo femenino) los elementos percutivos, y por otro, funciona como contenedor.

    La falta de tizne hace presumir que la pieza no fue utilizada como olla para cocinar, sino que pudo

    corresponder a una olla de almacenamiento o de fabricacin exclusiva como ofertorio fnebre.

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    2.3 La Cermica y sus tcnicas de fabricacin

    2.3.1 La Pasta cermica

    El producto alfarero nace de la elaboracin de un material llamado pasta cermica, cada

    uno de sus elementos constitutivos pertenecen a un contexto natural que, al

    desvincularse de ste pasan a lo que conocemos como estado cultural, es decir, en

    conjunto forman parte de la tecnologa de un determinado grupo social.

    La pasta cermica se compone principalmente de tierra arcillosa. sta es una mezcla de

    silicatos de almina, vale decir, xidos de silicio ms xidos de aluminio hidratados,

    procedentes de la descomposicin de minerales de aluminio. Se origina de la

    degradacin de rocas con alto contenido de feldespato, demorando miles de aos en

    generarse.

    El feldespato en un conjunto de minerales compuesto por silicio, aluminio, oxgeno y un

    in metlico (rubidio, litio, potasio, sodio, etc).

    La coloracin de la arcilla depender del tipo y cantidad de impurezas que contenga,

    siendo blanca en estado puro, a este tipo se le denomina caoln. Posee partculassumamente pequeas, se caracteriza por ser maleable y plstica al ser mezclada con

    agua, volvindose en cambio un material duro, firme y refractario al ser expuesto a altas

    temperaturas.

    En la composicin de la pasta cermica encontramos tanto elementos plsticos como

    antiplsticos. Los primeros son propios de la arcilla y el caoln, ambos principales

    componentes de la pasta y sumamente dctiles. Por esta razn es que es necesario

    agregar elementos antiplsticos que den firmeza al material.

    El antiplstico aumenta la densidad y grado refractario de la pasta. Generalmente este

    elemento dice mucho de la locacin donde se fabric la cermica. Por ejemplo, de

    tratarse de concha molida es posible establecer la cercana al mar del asentamiento e

    indicar una dieta rica en mariscos.

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    Las comunidades costeras reservaron espacios denominados conchales para limpiar los

    mariscos que consuman, estos sitios eran el lugar ms idneo para ir en busca delantiplstico pues as no era necesario el proceso de recoleccin.

    Los tipos de antiplsticos ms comunes son las conchas molidas de mariscos, distintos

    tipos de arenas, cuarzos y fragmentos de cermicas cocidas que fueron trituradas para

    volverse a integrar.

    2.3.2 La arcilla (rag)12

    Mineralgicamente a las arcillas se les conoce como minerales secundarios, debido a su

    procedencia de segundo orden. Se generan a partir de rocas incandescentes que al estar

    expuestas a degradaciones mecnicas, qumicas y bioqumicas, van sufriendo cambios a

    nivel molecular, convirtindose en finas estructuras cristalinas de slice y aluminio.

    Las arcillas se clasifican segn su cercana de la roca madre, siendo primarias aquellas

    que se encuentran en el mismo lugar donde fueron generadas, y secundarias aquellas

    que, arrastradas por el agua o el viento, se encuentran en un lugar distinto del original.

    De otra manera, desde el punto de vista qumico, la arcilla es una estructura cristalinatetra u octadrica, compuesta generalmente de silicio y aluminio, aunque si es

    proveniente de tierras alcalinas su composicin cambia a silicio, magnesio y hierro, no

    siendo utilizada esta ltima para la produccin de piezas cermicas.

    Dentro de las arcillas la ms pura es el caoln o caolinita, de apariencia blanquecina, son

    formadas por feldespatos acidificados. En su composicin se encuentran tanto metales

    como no metales, siendo la almina su principal componente.

    Las arcillas resisten altas temperaturas y poseen un grado elevado de refraccin(Garrison, 1989).

    12En Mapudungn

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    2.3.3 El antiplstico (uk)13

    Para disminuir la plasticidad de una pasta cermica se agregan elementos externos de

    naturaleza orgnica o inorgnica, denominados antiplsticos. Su proporcin vara

    dependiendo de la granulometra inicial de la arcilla, requirindose de un mayor

    porcentaje si la arcilla es de grano muy fino o si es muy pura (arcilla primaria).

    Entre los antiplsticos de origen mineral ms comunes se encuentran las sales, cuarzos,

    arenas, conchas molidas, polvo seo, etc. Por su parte, en los de origen orgnico se

    encuentran comnmente races, pasto seco, semillas, entre otros. Aquellos de naturaleza

    orgnica se pierden en el proceso de coccin debido a que se queman por la accin del

    fuego, convirtiendo la pasta cocida en un material mucho ms poroso y menos resistente.

    Los antiplsticos permiten a la arcilla una menor absorcin de agua, vale decir, la pasta

    se satura ms rpido. De esta manera se hace posible la maleabilidad y resistencia del

    material.

    Este tipo de elementos regulan la porosidad de la cermica, hacindola as ms

    resistente, densa y con mejor ndice de refraccin, permitiendo adems que la pieza

    modelada se contraiga menos durante su etapa de secado.

    2.3.4 Sistemas de produccin

    En la alfarera mapuche, las piezas cermicas pueden tener una funcin tanto domstica

    como ritual, en ambos casos cada artefacto sigue ciertos patrones de produccin e

    identificacin, ya sea a nivel simblico, esttico o social.

    La tcnica alfarera consta de cuatro fases, estas son: la seleccin de la materia prima, lapreparacin de la pasta, el modelado y la coccin.

    1. Seleccin de la materia prima

    Los materiales a escoger son la arcilla y el antiplstico.

    13En Mapudungn

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    La arcilla o rag es un tipo de tierra con caractersticas plsticas, que con la exposicin al

    calor cambia sus propiedades fsicas. Sin embargo, la consistencia de dicho material noes la adecuada como para levantar las delgadas paredes de un artefacto cermico, para

    ello es necesario aadir un material espesante, denominado antiplstico o ku.

    2. Preparacin de la Pasta

    Tanto la arcilla como el antiplstico deben ser molidos y tamizados.

    Una vez terminados dichos procesos se prosigue con la incorporacin del agua, logrando

    de este modo una pasta hmeda pero compacta.

    La relacin porcentual entre agua, arcilla y antiplstico depender de las caractersticas

    de cada material, sin embargo la incorporacin de este ltimo oscila entre el 20% y 50%

    en relacin a la arcilla hidratada.

    La pasta o masa de greda en mapudungn se denomina nglag.

    Previo al modelado es necesario amasar y sobar la pasta.

    3. Modelado

    Una de las tcnicas ms difundidas y utilizadas en la alfarera mapuche es el modeladoporpiuloso rollos. A continuacin se describir brevemente este sistema de produccin.

    La fabricacin de la pieza comienza generalmente a partir de una base o asiento desde

    donde se levantaran las paredes de la pieza. A esta parte del artefacto se le denomina

    anm.

    Las paredes se van armando a partir de pequeos rollos, los cuales peridicamente se

    van uniendo entre s para formar una sola pared. De esta manera se levanta el artefacto y

    adquiere los diferentes tipos de formas y atributos.Posteriormente se agregan las asas opilun, si es que el tipo de utensilio as lo requiere.

    Una vez seca la pieza se pule la superficie utilizando piedras planas y lisas.

    Las caractersticas finales estarn dadas segn la decoracin, ya sea por adicin de pasta,

    dando diferentes formas, y/o por decoracin pintada.

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    La presencia de sales ocasiona los deterioros ms frecuentes en las cermicas. Estas

    pueden ser de naturaleza soluble o insoluble, aun cuando su medio sea, la mayor parte delas veces, el agua. La capilaridad de la arcilla predispone a las piezas a absorber el agua

    cargada de cloruros, sulfatos, nitratos, silicatos, acetatos, fosfatos, entre otros. A una

    temperatura, humedad relativa y presin constantes, la presencia de esta solucin salina

    no afecta al material cermico, sin embargo, un cambio en cualquiera de estas variables

    detona la migracin del agua hacia la superficie y con ello tambin, el movimiento de las

    sales. Cuando los cristales quedan alojados a nivel interno de la pasta se le denomina

    subflorescencia.

    Una vez que el agua alcanza el exterior tiende a evaporarse, dejando depositadas las

    sales al interior de la arcilla. La falta de un medio acuoso en el cual solubilizarse o

    suspenderse obliga a las sales a cristalizar, aumentando con ello su tamao. De este

    modo los cristales de sal ejercen presin en los poros de la arcilla pudiendo agrietarla, o

    de lleno, fracturarla. Cuando este mecanismo se ha desencadenado, se visualiza sobre la

    superficie de la cermica una capa blanquecina y pulverulenta de gusto salado, que

    corresponde justamente a las sales que han logrado migrar a la superficie. A esta

    condicin se le denomina eflorescencia.Otro tipo de agente extrnseco de deterioro puede estar dado por el contexto de entierro

    de una pieza. Un suelo de gravilla o limo constituye un medio abrasivo para la superficie

    cermica, deteriorando mecnicamente el material enterrado.

    Qumicamente en tanto, el pH del suelo condiciona otro tipo de dao, dependiendo de

    su naturaleza cida o alcalina.

    La acidez por ejemplo, es capaz de degradar algunos antiplsticos y/o formar depsitos

    de sales, volviendo la arcilla frgil y pulverulenta. Un suelo bsico en tanto, promuevetambin la cristalizacin de sales solubles, las cuales en dicho proceso aumentan su

    tamao, pudiendo provocar fisuras a causa de la presin.

    Los cambios de temperatura y humedad relativa posibilitan la migracin de sales hacia

    la superficie, del mismo modo la pieza puede contraerse o dilatarse, decohesionando el

    material. La radiacin por su parte, afecta la coloracin de los objetos, ya sea

    decolorndolos o alterando su tonalidad original.

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    Cuando los objetos han sido retirados de su entierro, comnmente se encuentran con un

    ambiente cargado de polucin. El dixido de carbono presente en dicha contaminacinatmosfrica reacciona qumicamente con el agua, en decir, con la humedad relativa del

    aire, formando cidos. Estos ltimos degradan los componentes de la arcilla y el

    antiplstico.

    Del mismo modo los agentes biolgicos suponen tambin degradaciones extrnsecas, ya

    sea causadas por la accin de microorganismos, plantas, animales o insectos. De todas

    ellas la que suele ser ms destructiva e irreversible corresponde a la accin de los hongos

    y lquenes, que afecta a la pieza tanto esttica como estructuralmente.

    Por ltimo, es necesario considerar la actividad antropognica como uno de los factores

    que con mayor frecuencia afectan el buen estado de una pieza cermica. Los accidentes

    al ser manipulada, su extraccin desde el subsuelo, las restauraciones inadecuadas, el

    transporte, embalaje y almacenamiento deficientes, entre otros, constituyen los

    principales mecanismos de este tipo de deterioro.

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    3. ANTECEDENTES TERICOS

    3.1 Principios de Conservacin y Restauracin

    A modo introductorio, es necesario hacer una pequea resea acerca de las

    consideraciones ticas y convenciones generales en restauracin, con el afn de aunar

    criterios y respaldar el trabajo que ha motivado esta tesis.

    Para exhibir los parmetros de intervencin en esta materia, he seleccionado a Cesare

    Brandi como principal terico. Sin embargo, con el propsito de actualizar la

    informacin recabada, sus postulados se relacionarn invariablemente con convenciones

    internacionales de la UNESCO y definiciones patrimoniales reconocidas, logrando dar

    as una visin ms bien panormica, aunque certera, de los criterios de intervencin en

    materia patrimonial. Se hace necesario recordar, en esta ocasin, que Chile carece

    propiamente de ley de patrimonios, slo manifestando su aprobacin o rechazo a las

    convenciones de la UNESCO y considerando legislativamente el tema patrimonial como

    una apndice de la ley de educacin. Por esta razn es que se incluyen definiciones

    extradas de leyes ajenas, como la espaola.En primera instancia, se requiere definir la nocin que hoy en da se tiene de bien

    cultural, con el objetivo de acotar dicho concepto y ponderar la relacin que se establece

    entre l y las piezas cermicas restauradas, que en esta memoria se exponen.

    La expresin bien cultural es muchas veces homologada a la de patrimonio culturalo

    patrimonio histrico, entendindose en la actualidad como sinnimos. Esta concepcin

    ha sido ampliamente difundida por la UNESCO, siendo presentada oficialmente por

    primera vez en la Convencin de la Haya de 1954, la cual fue patrocinada por la

    organizacin. As, en dicha ocasin el concepto de bien culturalfue definido a partir de

    tres categoras, que se exponen a continuacin:

    a) Los bienes muebles e inmuebles que presentan una gran importancia para elpatrimonio cultural de los pueblos, como los monumentos de arquitectura, de

    arte o de historia, religiosa o laica, los sitios arqueolgicos, los conjuntos de

    construcciones que, en cuanto tales presentan un inters artstico, histrico o

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    arqueolgico, as como las colecciones importantes de libros, de archivos o de

    reproduccin de bienes definidos precedentemente.b) Los edificios cuyo destino principal y efectivo es el de conservar y exponer los

    bienes culturales muebles definidos en el pargrafo a), como los museos, las

    grandes bibliotecas, los depsitos archivsticos, as como los refugios destinados

    a acoger, en caso de conflicto armado, los bienes culturales muebles definidos

    en el pargrafo a).

    c) Los centros que comprenden un nmero considerable de bienes culturales, queson definidos en los prrafos a) y b), llamados centros monumentales

    (Gonzlez-Varas, 1999).

    Para efectos de esta memoria, es importante esclarecer un concepto ms puntual acerca

    de bien cultural y bien arqueolgico, estableciendo a su vez las diferencias entre ambas

    nociones.

    De las categoras recientemente mencionadas, los objetos a tratar en esta tesis, se

    inscriben evidentemente dentro del prrafo a), sin embargo, esta definicin es

    sumamente amplia y no acota los parmetros para circunscribir piezas cermicasarqueolgicas. De este modo las siguientes definiciones pueden prestar una mayor ayuda

    al momento de intentar precisar un marco terico pertinente para las piezas que aborda

    este trabajo.

    Bienes culturales.

    Pertenecen al patrimonio cultural de la nacin los bienes que hagan referencia a la

    historia de la civilizacin. Estn sujetos a la ley los bienes de inters arqueolgico,histrico, artstico, ambiental y paisajstico, archivstico y librario y todo otro bien que

    constituya testimonio material dotado de valor de civilizacin (Comisin Franceschini,

    citado por Gonzlez-Varas, 1999: 45).

    Asimismo, el material arqueolgico, que constituye un bien cultural, puede ser abordado

    con mayor precisin a partir de la definicin que se menciona a continuacin.

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    Bienes Arqueolgicos.

    Se entienden por bienes arqueolgicos, a los fines de la ley independientemente de sumrito artstico, las cosas inmuebles y muebles que constituyan testimonio histrico de

    pocas de civilizacin, de centros y asentamientos cuyo conocimiento se realiza

    preminentemente a travs de excavaciones y hallazgos (Comisin Franceschini, citado

    por Gonzlez-Varas, 1999: 45).

    De esta manera, el bien arqueolgico se define tambin conforme a la disciplina

    arqueolgica, evidenciando los procedimientos mediante los cuales se rescata el

    material, lo que supone un factor distintivo entre esta clase de bien cultural y el resto. En

    este sentido el bien cultural posee un valor dual, tanto histrico como artstico. Si bien

    los vestigios arqueolgicos no poseen intrnsecamente un importe propiamente artstico,

    sino ms bien esttico, su valor histrico-documental se hace protagnico al momento de

    evaluar su importancia en cuanto cultura. Se vuelve sumamente importante exponer

    dicha consideracin al momento de evaluar intervenir objetos arqueolgicos. Muchas

    veces al devolver el valor esttico a una pieza se ponen en riesgo aspectos documentales.

    Se hace necesario entonces, ponderar las razones por las cuales se optar por realizar unaintervencin de ndole esttica a bienes arqueolgicos y si, a su vez, la esttica

    constituye un aspecto documental tambin.

    Gonzlez-Varas, en su libro Conservacin de bienes culturales, propone que estos

    poseen aquel doble valor que se ha mencionado en el prrafo anterior, pero establece una

    diferencia entre los que pertenecen a la categora de obras de arte y los que no,

    arguyendo que slo los primeros gozaran de dicha dualidad. A mi juicio esta

    aseveracin es por lo menos rebatible, si se considera que los objetos de carcterarqueolgico poseen dimensiones simblicas y sociales que no conocemos con certeza,

    siendo necesario precisar adems que el concepto de obra de arte se hace relativo,

    tanto temporal como socialmente.

    Por esta razn es que he preferido referirme al valor artsticoutilizando la denominacin

    de valor esttico.Este ltimo concepto es ms genrico en su acepcin y no asigna en su

    semntica una carga distinta a la visual, contrario a lo que es relativo al arte, que es

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    dotado de estimacin social. La cermica arqueolgica, en su dimensin

    mayoritariamente domestica y utilitaria, posee un cargado y ampliamente reconocidovalor documental, sin embargo su valor esttico no es menos importante si se considera

    la necesidad de remontarse a su visualidad original para comprender aspectos histricos

    de la misma. El desconocimiento que hoy en da tenemos de la importancia social

    efectiva que se le otorgaba a los aspectos estticos desarrollados en la alfarera, tales

    como la decoracin o el mismo estilo cermico, tambin comportan un dato importante a

    la hora de sopesar dicho aspecto de una pieza arqueolgica.

    Habiendo realizado la aclaracin anterior y estableciendo dichos postulados como

    premisas, me referir a la tica profesional en la restauracin-conservacin y los

    principios que rigen su ejercicio.

    Los conceptos de restauracin y conservacin suponen nociones cercanas pero dispares.

    Existen en este mbito sutilezas no menores a la hora de intervenir un bien. En la carta

    del Restauro de 1972 se establece un paralelo entre ambos conceptos.

    Se entiende por salvaguarda cualquier medida de conservacin que no implique la

    intervencin directa sobre una obra; se entiende por restauracin cualquier

    intervencin destinada a mantener en funcionamiento, a facilitar la lectura y a

    transmitir ntegramente al futuro las obras y los objetos definidos en los artculos

    precedentes (Brandi 1989:131).

    Cesare Brandi postula, a partir de lo anterior, que la prctica de la restauracin debe

    procurar la preservacin tanto del valor artstico como del histrico. Si bien su teora de

    la restauracin esta referida directamente a obras de arte, desde la concepcin occidental

    del trmino, es posible ampliar dichas nociones hacia todo el campo de bienes culturales,

    teniendo siempre en consideracin el caso a caso de cada objeto, previendo as que

    existen bienes cuyo fin original es propiamente artstico y otros, como la mayor parte del

    material arqueolgico, en que su valor estriba en cuanto testimonio histrico-

    documental.

    Brandi se refiere de la siguiente manera al quehacer restaurativo:

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    La restauracin debe dirigirse al restablecimiento de la unidad potencial formal de laobra de arte, siempre que esto sea posible, sin cometer una falsificacin artstica o

    histrica, y sin borrar huella alguna del transcurso de la obra de arte a travs del

    tiempo (Brandi 1989:17).

    En la cita anterior Brandi utiliza el concepto de unidad potencial formal, como el estado

    idneo de una obra de arte, entendido ya no como un mero estado de conservacin, sino

    que involucrando la completitud del objeto en su valor dual, de bien esttico e histrico.

    Su unidad as, no radica en su integridad material, sino que es considerada como un

    objeto testimonial en cuanto patrimonio.

    Adentrndonos ya en la prctica de la restauracin y conservacin y sus respectivas

    intervenciones, quisiera proponer una definicin aportada por Ignacio Gonzlez-Varas

    para ambos conceptos.

    Intervenciones de conservacin: son operaciones cuya finalidad es prolongar y

    mantener el mayor tiempo posible los materiales de los que est constituido el objeto;

    operaciones caractersticas de conservacin son el anlisis de los factores de deterioro,

    la prevencin del deterioro, el control de las condiciones ambientales, la intervencin

    sobre el ambiente, el control del estado de conservacin del objeto, el mantenimiento

    ordinario y la intervencin directa de conservacin (Gonzlez-Varas, 1999:74).

    Intervenciones de restauracin: son operaciones cuya finalidad es la restitucin o

    mejora de la legibilidad de la imagen y el restablecimiento de su unidad potencial, si

    sta se hubiera deteriorado o perdido; operaciones caractersticas de restauracin sonla reintegracin de lagunas, la limpieza y las operaciones de eliminacin de aadidos

    juzgados perjudiciales para la integridad fsica o esttica de la obra de arte (Gonzlez-

    Varas, 1999:74).

    Para intervenir cualquier objeto que se considere un bien cultural, ya sea mediante

    procesos de restauracin o conservacin, se han desarrollado pautas generales que

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    norman las acciones a seguir. Cesare Brandi ha sido el terico de mayor influencia en

    este mbito que, con su libro Teora de la Restauracin, ha sentado las bases de loscriterios generales de intervencin patrimonial.

    De este modo, se desglosan de la teora recientemente mencionada, cinco premisas a

    seguir, consideradas como los principales criterios de intervencin:

    1. Respeto al original; cualquier intervencin realizada debe ser secundaria y no

    falsear en modo alguno la originalidad de la pieza.

    2. Diferenciacin de las intervenciones; toda restauracin de un objeto debe poder

    ser identificada como una intervencin distinta del original, permitiendo apreciar

    la pieza integralmente, pero distancindose visualmente si se la observa con

    atencin. Este enunciado guarda estrecha relacin con el punto 1.

    3. Mnima intervencin; se debe intervenir lo menos posible al objeto, intentando

    realizar nicamente procesos que sean indispensables para la preservacin de la

    pieza.

    4. Compatibilidad entre materiales; los materiales utilizados en los procesos de

    restauracin deben ser qumica y fsicamente compatibles con los materiales

    constitutivos del objeto a restaurar.5. Reversibilidad; en toda intervencin que se realice se deben utilizar materiales

    que sean factibles de retirar, previendo la posibilidad de tener que volver a

    intervenir el objeto en el futuro.

    Es necesario establecer un marco terico a partir del cual tomar las decisiones

    pertinentes para comenzar un trabajo de restauracin conservacin. En esta instancia

    se ha definido el concepto de bien cultural y arqueolgico, situando los objetos tratadosdentro de un contexto, para posteriormente acotar las clases de intervenciones a realizar,

    tambin definidas, y las pautas a seguir.

    El material arqueolgico supone un campo de accin en el cual la figura del restaurador

    juega un rol sumamente protagnico al momento de decidir las intervenciones que se

    realizarn. Al no tratarse de obras de arte propiamente tal, los criterios presentan lmites

    ms ambiguos, por lo que se hace necesario evaluar el caso a caso para que el rescate del

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    valor histrico no vaya en desmedro del esttico. Muchas veces nos encontramos, por

    ejemplo, con piezas cuya suciedad denota su contexto de enterramiento, sin embargoste impide apreciar la decoracin superficial del mismo. Se hace imprescindible

    entonces, optar por la salvaguarda de alguno de los dos aspectos o encontrar una

    solucin satisfactoria para preservar las cualidades relevantes de ambos, siendo

    generalmente el propio criterio del restaurador el que dirime el conflicto.

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    4. RESTAURACIN Y CONSERVACIN DE LAS PIEZAS SELECCIONADAS

    Como se ha mencionado anteriormente, las seis piezas que se analizan y cuyas

    intervenciones se exponen en esta tesis, pertenecen al MAS, sin embargo, a pesar de ser

    propiedad de una institucin relativa al rubro, ninguna de las piezas posee informacin

    antecedente que pueda dar luces de sus contextos, o bien aclarar si su hallazgo fue parte

    de una excavacin profesional o no. Al carecer incluso de ficha de identificacin y ficha

    clnica, es de suponer que los ceramios no fueron extrados formalmente, por lo que toda

    su informacin contextual se ha perdido. Sin embargo, al tratarse de piezas completas,

    pueden ser objeto de otro tipo de anlisis, siendo posible adscribirlas a diferentes tipos

    de complejos, etapas, usos, etc, quedando en claro siempre que todo veredicto que se

    formule a partir de ellas es slo hipottico, pues se desconocen muchos datos de su

    origen.

    Segn referencias verbales, es posible que las piezas pertenecieran a lotes completos

    adquiridos de modo informal, por lo que es muy probable que las cermicas en cuestin

    no hayan sido extradas por profesionales o bien, eventualmente la informacin

    rescatada de algunas de ellas haya perdido filiacin con la pieza hace tanto tiempo queya se hace prcticamente irrecuperable.

    Desconociendo los datos especficos del origen de cada ceramio, se hace mucho ms

    importante rescatar la informacin que hoy en da puede entregarnos la pieza y no los

    datos contextuales que ya se han perdido. La informacin relativa a su poca, complejo

    asociado, etc, ser inferida a partir de la investigacin expuesta en los antecedentes de

    esta tesis, tomando como referencia los estudios y la sistematizacin tipolgica,

    morfolgica y decorativa desarrollada por los autores que en dicho capitulo se exponen.En el presente captulo se expone el trabajo de restauracin realizado en las piezas 1, 2 y

    3, correspondientes a las que recibieron el tratamiento completo. Por su parte, las

    intervenciones hechas a las piezas 4, 5 y 6, slo se exhibirn a travs de las respectivas

    fichas clnicas diseadas para cada una de ellas. Los trabajos que se realizaron a estas

    ltimas tres piezas, corresponden nicamente a intervenciones enfocadas a mejorar sus

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    condiciones actuales, sin embargo esto no contempla en ningn caso la totalidad de los

    tratamientos requeridos por cada una de las piezas.

    4.1 Planteamiento del Trabajo

    A diferencia de lo que comnmente se cree, la cultura Mapuche ha sido escasamente

    estudiada y sus vestigios materiales, debido a las condiciones climticas en donde se ha

    desarrollado dicha cultura, son muy menores en comparacin al profuso patrimonio de

    las etnias nortinas. Es por esta razn y por la importancia que suscita la historia del

    pueblo Mapuche, que me parece de primer orden conservar y restaurar el poco material

    que an se tiene de ella.

    El producto alfarero expone el cambio evolutivo que fue sufriendo la etnia a travs de

    los aos.

    La cermica, al ser un material inorgnico y bastante resistente, constituye uno de los

    pocos vestigios que se conservan en un relativo buen estado, sin embargo su antigedad,

    la humedad y las sales del suelo en donde estuvieron enterradas, el cambio de ambientesufrido al ser extradas del subsuelo y la falta de medidas de preservacin en su

    almacenamiento, han propiciado que este tipo de patrimonio no se conserve en las

    condiciones que debera, esto sumado muchas veces a la accin de huaqueros que, no

    slo destrozan las piezas en el proceso de excavacin, sino que adems nos privan de

    toda la informacin que dichos elementos pudieron habernos entregado de haber sido

    desenterrados sistemticamente.

    Es de suma importancia entonces, conservar y restaurar el material con el que se cuenta,para posteriormente poder exhibirlo y dar a conocer la cultura Mapuche.

    En este contexto y bajo dichos propsitos se realizan los procedimientos a continuacin

    expuestos.

    Como objetivos generales dentro de este trabajo se consideran la preservacin de piezas

    pertenecientes a la Cultura Mapuche y el aporte a la comprensin de su alfarera. Del

    mismo modo, dentro de los objetivos especficos que persigue este trabajo se cuenta la

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    realizacin de procesos de conservacin y restauracin a seis piezas pertenecientes a la

    coleccin del MAS, el acondicionamiento de las mismas para su eventual exhibicin enel museo, desarrollar fichas clnicas para cada uno de los ceramios, analizar tipolgica y

    estilsticamente las piezas y realizar anlisis cientficos conducentes a conocerlas ms a

    cabalidad.

    4.1.1 Metodologa de trabajo

    Preliminarmente el trabajo consisti en la eleccin de las piezas, considerando de modo

    particular y exclusivo a los elementos correspondientes a la coleccin de cermicas

    mapuche, ubicadas en los depsitos del museo.

    Las piezas seleccionadas pertenecen a distintos complejos alfareros y dentro de ellas se

    escogi a aquellas cuyo estado de conservacin requera imperiosamente de tratamiento,

    priorizando de este modo el principio de mnima intervencin. Sin embargo, segn la

    poltica del museo y sus requerimientos circunstanciales, las tres piezas restauradas fue

    necesario dejarlas completas para su exhibicin.Una vez hecha la seleccin se concurri peridicamente al laboratorio de restauracin

    del MAS.

    El primer paso fue la realizacin de una sesin de fotografas, con el fin de registrar el

    estado inicial en el que se recibi a las piezas. Posteriormente se hizo el diagnstico de

    cada ceramio, estableciendo cules piezas requeran con mayor urgencia procesos de

    restauracin-conservacin y cules no. Tres de las cermicas fueron seleccionadas para

    ser objeto de un proceso de restauracin completo, para cada una de ellas se estableciuna propuesta de intervencin, con supervisin del profesor gua.

    Se realizaron anlisis preliminares para corroborar la inocuidad de algunos materiales

    que no son propios del rea de la restauracin (aunque se usan con frecuencia), sumado

    tambin a exmenes de presencia de sales solubles a todas las piezas, a modo preventivo

    y fotografas de microscopa electrnica.

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    Primero se intervinieron las tres piezas principales y posteriormente las dems. De cada

    una de estas labores se llev un acucioso registro, tanto fotogrfico como escrito.En el camino fue necesario realizar un anlisis radiogrfico a la pieza N 2, debido a las

    caractersticas particulares que present, las cuales sern explicadas ms adelante.

    De modo paralelo toda la informacin recabada, sumada al estudio de la alfarera

    mapuche y la tcnica cermica, fueron sistematizadas en esta tesis, con el fin de aportar

    a una mayor comprensin de este tema.

    Adems del trabajo realizado a partir de la prctica, se estudiaron diferentes tpicos

    relacionados con la cermica mapuche, contando con el aporte de diversos profesionales

    que guiaron mi bsqueda bibliogrfica.

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    4.2 PIEZA N 1

    Descripcin Formal

    La pieza corresponde a una vasija restringida compleja, con una sola asa cintada y

    decoracin bicroma, marrn (tierra de sombra natural) sobre blanco (crema).

    El cuerpo del jarro es globular, de base circular y plana, con punto de inflexin entre

    cuello y cuerpo.

    El cuello es evertido con labio plano y divergente.

    El asa es plana, nace del labio y termina en el cuerpo del jarro.

    La tcnica de manufactura es por modelado. La superficie exterior e interna del cuello

    fue bruida y terminada con engobe. La superficie interna en tanto, fue solamente

    alisada.

    Perteneciente a la cultura Mapuche, se asocia al estilo cermico Valdivia, es decir, se

    trata de una cermica posthispnica.

    Presenta decoracin bicroma en pintura positiva, precoccin.La decoracin de la vasija exhibe diseos geomtricos compuestos por lneas delgadas

    marrones sobre fondo blanco.

    La base no presenta engobe.

    El pigmento marrn se vuelve anaranjado en zonas del ceramio, lo que hace presumir

    alteraciones en la coccin. Es posible que sta sea la causa del extremo debilitamiento de

    la pintura.

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    La pasta es de color gris, de textura rugosa y poco compacta, con antiplstico color

    blanco y negro, de dimensiones entre 0,5 y 2mm. Presenta micas.

    Detalle de la pasta, ncleo oscuro y antiplstico Detalle de cambio cromtico por coccin

    diferencial y manchas de adhesivo

    Dimensiones

    Altura mxima: 26,5cm.

    Altura Gollete: 8cm.

    Altura Cuerpo: 18,5cm.

    Dimetro Boca: 15cm.

    Dimetro Punto de inflexin cuello-cuerpo: 9cm.

    Dimetro Cuerpo: 16cm.

    Dimetro Base: 9,5cm.

    Largo del asa: 10,5cm.

    Espesor promedio de la pasta: 7mm.

    Descripcin Tecnolgica

    Tcnicas de manufactura

    La pieza fue fabricada por tcnica de modelado.

    La elaboracin de la base se realiz de modo independiente a las paredes del cuerpo.

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    Las paredes de la pieza fueron realizadas a partir de rodetes o piulos14, sin embargo

    segn las marcas encontradas en el interior no es posible establecer si estos ltimosfueron colocados en espiral o de modo independiente.

    El asa fue insertada posterior a la fabricacin de la vasija, sin encontrarse marcas de

    incisin por el interior, lo que indica que fue adherida superficialmente.

    La pasta es de color gris parduzco. Su textura es rugosa y poco compacta.

    Sectores del ncleo se observan oscurecidos, condicin propia de una coccin deficiente

    e irregular. Se aprecian manchas de fuego en la superficie externa. Es posible establecer

    entonces que la pieza presenta una coccin oxidante incompleta, a una temperatura

    cercana a los 700C.

    El espesor promedio de las paredes es de 7mm.

    El antiplstico se aprecia mayoritariamente blanco, con dimensiones que oscilan entre

    0,5 y 4mm. Su forma es angulosa y su distribucin en la pasta es relativamente

    homognea. Por estas caractersticas es posible pensar que se trate de material calcreo.

    En menor medida encontramos un antiplstico de proporciones ms reducidas color

    negro y otro blanco translcido, tratndose este ltimo posiblemente de algn tipo de

    cuarzo. Se observaron tambin micas, aunque de modo aislado.Estos ltimos antiplsticos se asocian a materiales arenosos.

    Tratamiento de la superficie

    Se aprecian marcas de herramienta por el interior de las paredes del cuerpo y cuello. El

    tratamiento de la superficie interior de la vasija fue nicamente alisado.

    El exterior de la pieza y el interior del cuello (salvo la base) fueron pulidos y cubiertos

    con engobe blanco. La capa de engobe posee un espesor que flucta entre 0,5 y 1mm.La base no recibi tratamiento superficial.

    Sobre el engobe blanco se trazaron diseos con pigmento marrn, este ltimo muy poco

    resistente. Es posible que por diferencia de temperatura al momento de la coccin el

    color haya sido alterado, tornndose naranjado en zonas aleatorias de la vasija.

    14En mapudungn

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    Decoracin

    a) Cuerpo.

    La decoracin del cuerpo de la vasija se estructura principalmente en dos franjas

    horizontales compuestas por tringulos, divididas por un ribete de 8 lneas tambin

    horizontales y paralelas.

    Las partes superior e inferior de la zona decorada estn rematadas por dos ribetes de las

    mismas caractersticas, el de la parte superior con 7 lneas paralelas y el de la parte

    inferior con 8 lneas paralelas.

    Los ribetes (de lneas paralelas) dan vuelta a toda la pieza, interrumpindose slo la

    franja superior por la irrupcin del asa. No son lneas continuas, ni tampoco estn hechas

    con la intencin de ser absolutamente circulares, las lneas se componen por trazos

    relativamente rectos que se superponen y van quebrndose para dar la curva.

    Los tringulos nacen desde la primera lnea del ribete, se intercalan formando un orden

    de base hacia arriba y base hacia abajo. Cada tringulo posee una serie de lneas que

    van paralelas al lado derecho del mismo (desde la perspectiva del espectador).

    La cantidad de lneas dentro de cada tringulo es variable, no teniendo un nmerodeterminado para cada uno, este ser establecido por el tamao del tringulo que, si bien

    son relativamente uniformes, presentan variaciones.

    La disposicin de los tringulos es estrellada y concntrica, tal como se explica en el

    punto 2.1.4.1, en dnde se define la variante 1A, perteneciente al estilo Valdivia.

    Los tringulos estn separados entre s por espacios blancos.

    La franja superior consta de 19 tringulos, sta a diferencia de la inferior, no da la vuelta

    completa a la vasija, siendo interrumpida por un diseo que remata la parte

    inmediatamente inferior al asa. Este ltimo muestra un cuadrado formado por 4

    tringulos inscritos unidos por el vrtice, donde los verticales siguen el modelo con

    lneas paralelas en el interior y los horizontales son, al parecer, de color plano. Por el

    mal estado de la pieza no se alcanza a distinguir con claridad si estas figuras

    aparentemente monocromas fueron en principio pintadas con lneas sumamente juntas o

    bien, de modo uniforme.

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    La franja inferior es continua y esta formada por 24 tringulos.

    b) Cuello.

    La totalidad del rea del cuello esta decorada con chevrones. El nico sector donde se

    descontina el diseo es debajo del asa, quedando un espacio de engobe blanco.

    La decoracin del cuello se enmarca en dos lneas horizontales paralelas que definen la

    zona superior inmediatamente debajo del labio y la zona inferior cercana al punto de

    inflexin entre gollete y cuerpo.

    c) Asa.

    El asa presenta distribucin vertical. La franja esta delimitada por dos lneas paralelas

    verticales que marcan los bordes externos de la misma. En su interior y naciendo de la

    lnea izquierda (del espectador), aparecen 7 tringulos cuyas bases se apoyan en dicha

    lnea.

    Los tringulos son de las mismas caractersticas que los presentes en el cuerpo de la

    vasija, con lneas paralelas en su interior. Del otro lado del asa queda el engobe blanco

    que visualmente tambin forma estas figuras.

    d) Labio.

    Todo el recorrido del labio se encuentra decorado con franjas relativamente gruesas y

    equidistantes.

    Estado de conservacin

    La pieza se recibi armada, fragmentada en 18 partes e incompleta, con 10 faltantes (ver

    imgenes de Estado inicial en Atlas de imgenes).

    Las intervenciones anteriormente realizadas correspondan al pegado de los fragmentos

    y a una reintegracin con yeso en la zona del gollete.

    Su estado de conservacin era malo, presentando la totalidad de la superficie, tanto

    interior como exterior, con manchas de abundante adhesivo. Adems, como el armado

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    Detalle abrasiones

    Se aprecian 3 despostillos en el labio, 1 en el cuerpo y 1 en la base, adems de 2 grietas

    en el cuello y 5 en el cuerpo.

    Sumado al adhesivo, se encontr tierra adherida en el interior de la pieza. Por el exterior

    se apreciaba tambin tierra y suciedad, pero en pocas cantidades.

    No se encontraron sales solubles en el ceramio.

    Por las caractersticas en las que se recibi la pieza y considerando su ausencia de datos

    contextuales, es posible pensar que la cermica haya sido desenterrada informalmente,por huaqueros. Al estar completamente fraccionada se puede pensar que sufri algn

    tipo de golpe, posiblemente de chuzo, en el rea del cuerpo donde los fragmentos son

    ms pequeos y se presentan en mayor cantidad.

    El abundante adhesivo escurrido por todas las junturas hace presumir que la pieza no

    pas anteriormente por manos especializadas y que dicha intervencin se realiz

    exclusivamente con el fin de darle completitud a la pieza, sin reparo alguno en su

    cuidado.

    La pieza presenta tambin deterioros derivados de su factura, especficamente como

    resultado de una coccin incompleta e irregular.

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    Detalle de grieta y abrasiones

    Zona interna del cuello y labio

    Propuesta de intervencin

    1. Limpieza mecnica

    2. Despegado de las partes

    3. Limpieza qumica

    4. Unin de fragmentos

    5. Reintegracin estructural de faltantes

    6. Reintegracin cromtica de faltantes

    7. Consolidacin de grietas

    Tratamiento aplicado

    Limpieza mecnica

    La pieza se recibi con polvo y tierra depositados de modo superficial por el lado

    interior y exterior.

    Se sac registro del estado inicial de la cermica.

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    La suciedad era de tipo particulada, por lo que fue posible removerla en seco con una

    brocha suave, teniendo especial cuidado en las paredes externas debido a la fragilidad dela decoracin.

    Despegado de las partes

    En primera instancia fue necesario hacer una prueba de solubilidad del adhesivo.

    Con un hisopo de algodn humectado con acetona, se intent remover una pequea zona

    de adhesivo de la superficie externa de la vasija, ubicada en un lugar poco visible y sin

    pigmento marrn, previendo la posibilidad de que el solvente afectara la decoracin. El

    adhesivo reaccion a la acetona, removindose con facilidad.

    Una vez hecha la prueba de solubilidad se inyect acetona con jeringa directamente en

    las junturas de los fragmentos. Se comenz despegando las partes desde la zona superior

    hacia la inferior, desarmando as la pieza de manera controlada.

    A medida que se inyectaba la acetona, era necesario esperar unos minutos a que el

    material perdiera adherencia, evitando de este modo forzar los fragmentos al separarlos.

    Se sac registro fotogrfico por ambos lados de cada uno de los trozos y se les numer.

    Despegado de fragmentos en proceso

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    Limpieza qumica

    Preliminarmente se realiz un test de solventes con el objetivo de determinar qu tipo y

    en qu proporcin resultaban ms inocuos para la pieza.

    La metodologa y resultados se exponen a continuacin.

    Test de solventes para limpieza superficial de la pieza.

    Objetivos.

    -Determinar el producto a utilizar en la limpieza interior y exterior.

    -Determinar la concentracin del producto o el porcentaje de dilucin.

    -Escoger tcnica de aplicacin del solvente.

    Procedimiento.

    Se realizan pruebas de solubilidad de la suciedad superficial en zonas poco visibles,

    mediante la humectacin de hisopos de algodn con distintos solventes, registrando sus

    resultados.

    En el test de solubilidad se incluyeron los siguientes productos: enzimas naturales, agua

    destilada, alcohol etlico y acetona.Los resultados se sistematizaron en dos tablas con dos variables cada una, indicando en

    cada caso si el solvente remova o no lo indicado en la segunda variable, es decir, si los

    productos actuaban disolviendo diferentes tipos de suciedad (en la Tabla 1) o bien, los

    pigmentos de la decoracin (en la Tabla 2).

    Resultados.

    Tabla 1

    Solucin

    Suciedad