articulo: componente psicocultural de la violencia

30
1 DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Upload: dey-peralta

Post on 16-Jan-2016

216 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Componente Psicocultural

TRANSCRIPT

Page 1: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

1

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 2: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

2

EL COMPONENTE PSICO-CULTURAL EN LA VIOLENCIA FAMILIAR Y

SEXUAL

“En este sentido nos parece importante insistir que es

responsabilidad de cada adulto y de cada Estado, de crear

las condiciones para que todos los niños y niñas tengan

acceso a los cuidados, la protección y la educación que

Esto es una garantía para que éstos lleguen a ser

ciudadanos y ciudadanas adultas, poseedores de una

postura ética y de los comportamientos altruistas

necesarios para establecer relaciones conyugales,

parentales, familiares y sociales basadas en modelos de

buenos tratos hacia sí mismos y hacia los demás” (Barudy

y Dantagnan)

La literatura especializada sobre violencia familiar y sexual en el Perú

trata sobre tres tipos de violencia: física, psicológica y sexual, en base a

ello las entidades públicas y organizaciones sin fines de lucro (ONGs)

diseñan y realizan una serie de actividades con el fin de reducir esta

violencia en el país. Se aborda el problema con sensibilizaciones,

capacitaciones, fortalecimiento de redes institucionales y comunitarias,

y atenciones intersectoriales, muy centrado a la denuncia. Algunas

instituciones como el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables

sistematizan estudios/investigaciones realizados por investigadores y

proyectos de ONGs.

El presente artículo parte de la pregunta si el maltrato infantil y la

cultura patriarcal interactúan decisivamente en la generación de la

violencia en los hogares.

Escasos estudios han analizado seriamente la interconexión entre el

maltrato infantil y la cultura patriarcal. Algunas investigaciones vinculan

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 3: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

3

el maltrato infantil con las víctimas y agresores pero quedan en ese

nivel.

Se describen los comportamientos violentos, mas no se realiza un

análisis causal. Por ejemplo, se menciona el comportamiento psicológico

abusivo de parte del varón, solo se detalla sus prácticas: menosprecio o

humillación a la víctima en público o privado; prohibición a su pareja a

salir de la casa o la encierra con llave; obliga a ver material pornográfico

contra sus deseos; asusta o intimida a propósito; y amenaza con

violencia o amenaza con herir a alguien más de los que ella cuida.1

En la mayoría de los estudios mencionados que abordan la problemática

de la violencia familiar y sexual, no se observa este comportamiento

abusivo como una manifestación de una anomalía psicológica o

emocional digna de preocupación de parte de la ciudadanía y del

Estado. Cuando nos debería preocupar más debido a que nuestra

realidad nos indica que de cada 10 mujeres con pareja, 6 de ellas son

víctimas de este tipo de violencia2, y además porque coexiste con

agresiones físicas y sexuales de diversa índole y severidad.

Las causas de este comportamiento no son abordadas por los

investigadores y decisores de políticas públicas, solo se intervienen las

manifestaciones, ocurrencias, los casos, que van a acumular la data

estadística, cuando no el mejoramiento del acceso de las víctimas a los

servicios públicos.

1 Extraído de “Violencia contra la mujer: una encuesta de la Unión Europea 2014”. Agencia de la Unión

Europea para derechos fundamentales.

2 ENDES 2012.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 4: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

4

Hace más de 30 años se ha invertido significativamente con fondos

privados y públicos sin resultados positivos: a nivel nacional la violencia

familiar y sexual no ha disminuido significativamente3.

La mayoría de intervenciones sobre la violencia familiar y sexual

comprenden los efectos y no las causas, la prevención de los sectores

involucrados con este tipo de violencia en la práctica no contemplan las

causas de la violencia desde el punto de vista psicológico, relacional y

familiar.

Como veremos más adelante, una persona que humilla en público a su

pareja, la encierra, o la amenaza con ejercer violencia, también es capaz

de agredir física y sexualmente, y en casos extremos puede cometer

delitos4. Esta persona cuando aún no llega al crimen, circula en nuestro

vecindario libremente sin censura u hostigamiento público, no es

vigilado ni perseguido por sus vecinos.

Preguntas como: ¿el que agrede física o sexualmente a su pareja, es

porque tiene problemas psicológicos serios?, ¿cuáles son esos

problemas?, ¿cómo se desarrolla la violencia con su pareja en las

personas con esos problemas?, ¿Cómo es que llega a matar? ¿qué tipo

de relación establece la víctima con su pareja agresor que hace que la

violencia hacia ella continué?, ¿por qué el público cuestiona, hostiga y

agrede a personas que maltratan a animales, y no sucede lo mismo con

los agresores de pareja?, ¿si intervenimos estos problemas disminuirá la

violencia contra la mujer?, no son respondidas.

3 Datos de los CEMs y de la PNP indican un aumento tendencial. ENDES 2011 y 2012 indican que en esos años, el 38.9 % y 37,2% de mujeres encuestadas, habían sufrido alguna vez violencia física y/o sexual. 4

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 5: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

5

El CONTEXTO SOCIAL DE LA VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL EN

EL PERÚ

A continuación se describen las principales características del contexto

social peruano vinculadas a la violencia familiar y sexual.

Los agresores “normales”

Existe un grupo importante de varones que para nuestra cultura

predominante no tienen afectaciones en su salud mental, son agresores

que no llegan a matar y están permitidos socialmente de ejercer

violencia mientras no cometan delitos. Es la denominada “violencia

normalizada” que es aceptada por la mayoría de varones y mujeres.

Es el tipo de agresor más generalizado y considerado como persona

normal dentro de nuestra cultura. Por este motivo, no existen programas

ni protocolos de detección y atención para estas personas.

Son capaces de menospreciar o humillar a la víctima en público o

privado; prohibir a salir de la casa o encerrarla con candado y/o llave.

Capaces de ejercer violencia física sin ser seriamente castigados si las

lesiones ocasionadas en la víctima no sobrepasan los 9 días de

hospitalización. Y capaces de violar sexualmente impunemente a su

pareja5. Capacidades fomentadas y avaladas por nuestra cultura.

La depresión y adicción a las drogas

5 Todas estas acciones se encuentran sancionadas por cierto, pero en la práctica estas personas viven bajo

un manto de impunidad, avalada por una cultura basada en construcciones sociales que subordinan a las

mujeres frente a los varones, con una normatividad ineficaz.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 6: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

6

La violencia contra las mujeres ejercida por estas personas “normales”,

afecta la salud mental de sus parejas mujeres. Según datos de la Región

La Libertad (2013), los tamizajes en salud mental por etapas de vida,

indican que la violencia en las mujeres va aumentando según avanzan

sus edades, a diferencia de los varones que va disminuyendo. Las

adicciones en mujeres adolescentes y jóvenes van en aumento y son

mayores que las adicciones en varones. Las depresiones son más

frecuentes en mujeres y van en aumento hasta la etapa adulta, a

diferencia de los varones que van disminuyendo.

N° DE TAMIZAJES EN SALUD MENTAL POR ETAPAS DE VIDA Y SEXO

NIÑO ADOLESCENTE JOVEN ADULTOADULTO MAYOR

F M F M F M F M F MVIOLENCIA 51259 50417 33140 23820 45423 3234 40213 6216 6401 4735ADICCIONES 419 337 11193 9887 4888 1579 5970 2466 1574 1475DEPRESIÓN 7771 7516 11586 9724 5513 1058 7538 2149 2556 1843Fuente: Oficina Estadística Regional, 2013

Estadísticamente se desconoce la proporción de mujeres víctimas de

violencia que padecen de adicciones a drogas y alcohol, y depresión.

En un estudio sobre 60 mujeres víctimas de violencia familiar y sexual,

desarrollado por Sánchez6, se aplicó un test de medición de la depresión

BECK BDI – II y se encontró que todas tenían depresión: 30% con

depresión leve, 37% con depresión moderada, y 33% con depresión

grave. Con altos puntajes en la disminución del interés por el sexo

6 SANCHEZ, H.; “Niveles de depresión en mujeres afectadas por la violencia conyugal”, Lima, 2011.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 7: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

7

(59%), alteraciones en el sueño (55%), tristeza (55%), llanto (52%),

autoacusación (53%).

Otro estudio7 basado en los comportamientos disfuncionales en relación

al desistimiento de la denuncia por violencia familiar y sexual de parte

de 80 mujeres víctimas que presentaron sus denuncias en las comisarías

encontró que la ansiedad y depresión que padecían las víctimas

desempeñaban un rol importante en tales comportamientos.

Se han visibilizado estas enfermedades en las mujeres víctimas de

violencia familiar y sexual, se han integrado al conjunto de

consecuencias de la violencia familiar y sexual. Enfermedades de salud

mental que las hace más dependientes, más aisladas, más tristes, más

incapaces de gozar de la vida. Mujeres infelices que no pueden controlar

su enfermedad y tienen que acudir a un/a psicóloga y/o psiquiatra para

controlarla.8.

7 Miranda, C.; Actitudes disfuncionales, niveles de ansiedad y depresión en las mujeres que continúan y desisten del proceso de la denuncia por violencia conyugal en las Comisarías de Piura y Chiclayo, 2010.8 En la Región La Libertad, sólo el 2.4% de las mujeres con depresión acuden a programas o servicios de salud mental agregar fuente

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 8: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

8

La relación psico-cultural de dependencia de la mujer con su

pareja

No existiría un varón violento con su pareja si es que ella no se lo

permitiera. En este permiso subyacen “mandatos” interiorizados desde

su infancia que tienen que cumplir, se expresan en creencias, normas,

ideas sobre cómo debe ser una mujer y un varón, entre otros.

Se establece una relación entre dos personas en que uno es agresor y la

otra víctima.

“Una vez traté un caso de una chica de 15 años que ya

convivía con su pareja y dejaba que la golpeara porque

decía que lo amaba, me explicó también que cuando

eran enamorados él ya mostraba signos de violencia.

(…). Dicen “mi esposo tan sólo me grita” sin darse

cuenta que eso también es violencia y que viola sus

derechos fundamentales” (Psicóloga de un CEM)

Con el riesgo de generalizar un problema heterogéneo que exige mayor

cuidado y profundidad, se puede sustentar que en las mujeres existe

una necesidad crónica -generada desde la infancia- de tener y brindar

afecto de parte de las mujeres que no es correspondido por sus padres,

que al contrario las maltratan hasta generar entre otras vivencias, la

rabia en ellas, expresándose esta rabia en acciones violentas contra

otros y/o autodestrucción en ellas. Esta mujer cuando es niña se

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 9: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

9

relaciona con un entorno familiar y social que la forma para ser sumisa,

dependiente y obediente hacia su padre y, posteriormente, a su pareja9.

Esta relación de pareja condicionada por elementos psico-culturales

explica la invisibilidad de la magnitud de este tipo de violencia y su no

denuncia.

Resumiendo, la violencia “normalizada”, la limitada atención a la

depresión y adicciones de las mujeres víctimas, y la relación de

dependencia y subordinación de las mujeres víctimas con sus parejas,

constituyen una tríada de hechos que caracteriza el estado actual de la

violencia familiar y sexual en el Perú.

EL MALTRATO INFANTIL Y LA CULTURA PATRIARCAL COMO

CAUSAS FUNDAMENTALES DE LA VIOLENCIA FAMILIAR Y SEXUAL

Sobre el tema de los maltratos en los niños y niñas y su relación con la

violencia, Barudy y Dantagnan10, en base a sus experiencias clínicas y

de otros, sostienen que los daños que los niños/as sufren son: trastornos

del apego y de la socialización, trastornos de estrés postraumático de

evolución crónica, traumatismos severos y alteración de los procesos

resilientes. Afirman que si los niños/as no reciben protección oportuna y

adecuada, ni tratamientos para reparar estos daños existe una gran

probabilidad que en la adolescencia el sufrimiento se exprese por

9 El proceso del maltrato diferenciado por sexo que da como resultado conductas violentas, es un tema por investigar.10 Barudy J. y Dantagnan, M.; “Los buenos tratos a la infancia”, editado por Gedisa, Barcelona, 2006.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 10: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

10

manifestaciones externalisantes: comportamientos violentos,

delincuencia, abusos sexuales, uso de drogas etc. Y que todo no termina

allí, si no que los malos tratos en la infancia junto con los factores

culturales vinculados a la ideología patriarcal, juegan un papel

preponderante en la producción de la violencia conyugal que hace

víctimas y asesina a muchas mujeres.

Los autores detallan las consecuencias de los trastornos traumáticos,

que solo para efectos de este estudio exploratorio tomamos en cuenta

las consecuencias en el área conductual: conductas autodestructivas y

violencia hacia los demás.

Existen pocos estudios que han intentado seriamente hallar un perfil

psicológico de los agresores con violencia extrema. Un estudio sobre

agresores de pareja españoles en prisión11 dividió a sus informantes en

dos grupos de acuerdo a su nivel de autoestima. El grupo con mejor

autoestima ejercía mayoritariamente violencia contra su pareja, y

asumían estilos de personalidad compulsiva, narcisista e histriónica,

muestran un control elevado de su ira, expresándola en contadas

ocasiones. Este rasgo de hipercontrol les hace acumular tensiones hasta

que explotan en forma desmesurada. La agresión psicológica es menor

en estos sujetos. Su estilo de apego es predominantemente seguro,

mostrando comodidad en sus relaciones, pueden desarrollar empatía,

con conducta pro social y con mayor deseabilidad social que el grupo

con menor autoestima. En conclusión llevaban una vida aparentemente

normal, pasaban desapercibidos.

El grupo 2, con menor autoestima, informó en mayor medida de haber

sufrido algún tipo de maltrato en la infancia, presentó mayor prevalencia

de dependencia del alcohol y de sustancias (evaluadas con el MCMI-III) y

11 “Estudio de las tipologías de agresores de pareja en los centros penitenciarios”. Ismael Loinaz Calvo, 2010.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 11: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

11

mayor frecuencia de condenas previas. Su violencia se extendía más allá

de la pareja y con conductas antisociales, paranoide. Mostraban una

mayor impulsividad, falta de empatía y mayor frecuencia de violencia

psicológica. Expresaron un estilo de apego inseguro y hostil.

La investigación descubrió que los agresores de pareja, en general,

muestran apego inseguro, poca estabilidad emocional y gran ansiedad

frente al rechazo o abandono por parte de la pareja (Babcock, Jacobson,

Gottman y Yerington, 2000; Dutton et al., 1994; Holtzworth-Munroe,

Stuart y Hutchinson, 1997; Twed y Dutton, 1998). Este apego inseguro

hace que la persona tenga una mayor necesidad de dominio en las

relaciones íntimas (Mauricio y Gormley, 2001). (Mayor detalle ver

bibliografía del estudio en mención).

Según datos sistematizados sobre feminicidio, por el psicólogo peruano

Néstor Vergara, los perpetradores sienten que existe un “permiso social”

para el ejercicio de la violencia, no respetan los derechos de las mujeres,

en el vínculo de pareja cosifican a la mujer, se perciben como su

“propietario”. Contienen una baja resistencia a la frustración, dificultad

para admitir un “no” de la pareja. Ha ejercido episodios agudos de

violencia familiar, y la denuncia policial no lo contiene.

Por lo expuesto, existen por lo menos dos tipos de comportamientos

agresivos extremos: uno controlado, “normalizado”, y otro

marcadamente antisocial, considerado “peligroso”. Ambos con

necesidades de apego y dominio. Ambos con afectaciones en su salud

mental.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 12: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

12

Un estudio sobre el perfil de personalidad de los padres maltratadores12,

realizado en Lima, entre otros hallazgos señala que más de la mitad de

los padres o tutores tuvieron antecedentes de maltrato durante la

infancia.

Wenzel, S. L. y cols.13 en un estudio longitudinal realizado en 810

mujeres indigentes de Los Ángeles, Estados Unidos, para determinar los

factores de riesgo referidos a la violencia física en contra de ellas, y

luego de un análisis multivariado, encontraron los siguientes factores de

riesgo: presencia de violencia física o sexual en la niñez, la violencia

física experimentada en los 6 meses previos al inicio de la investigación,

el tener múltiples parejas sexuales, la presencia de sufrimiento

psicológico y el pobre soporte social. Afirma que la pobreza extrema es

un factor de riesgo prospectivo que permite determinar la persistencia

de la violencia física en sus vidas.

Un estudio cualitativo realizado en el Perú por Ramos14, asegura que los

agresores de pareja provienen de hogares donde sus padres vivían

relaciones violentas, sobre todo del varón hacia la mujer, y que el

chantaje emocional se complementaba con la agresión física. Los

motivos de la agresión física se ligaban fuertemente al hecho de no

respetar la autoridad del varón.

12 ARACELI, B. ; “Perfil de la personalidad de los padres de niños maltratados que acuden al

servicio mamis”, Lima 2002.

13 Wenzel SL, Tucker JS, Elliot MN, Marshall GN, Williamson SL. Physical violence against impoverished women: a longitudinal analysis of risk and protective factors: Women Health Issues. 2004 Sept-Oct; 14(5):144-54. 37. En: Estudio Epidemiológico de Salud Mental en la ciudad de Abancay 2010. Informe General. Anales de Salud Mental, MINSA, INSMHD-HN.

14 RAMOS, M.; “Masculinidades y violencia conyugal”, 2004.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 13: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

13

Estos padres maltratadores, desde niños han sido formados por nuestra

cultura predominante como “machos”, fuertes física y

psicológicamente, y violentos, es decir, su violencia por traumas

psicológicos encuentra sentido y reconocimiento por la cultura patriarcal

como portadores de violencia15.

Creencias como “una mujer solo debe casarse una vez en la vida”16, “el

varón debe mandar en la casa, no la mujer”, “el varón a veces grita y

pega porque tiene un problema”, “mi pareja se puede corregir”, “si mi

pareja me controla es porque me quiere”

Costumbres como “el jefe de familia debe estar en la cabecera de la

mesa”, “esperar que el jefe de familia comience a comer para que los

demás lo hagan”, “el jefe de familia castiga a su pareja si es que le

desobedece”, “el jefe de familia” puede tomar alcohol en exceso y

puede llegar tarde, la mujer, no”, “la mujer cría a sus hijos/as”.

Ideas como “varón que no manda a su mujer no es hombre”, “primero

es la salud de mi esposo y de mis hijos/as”, “la mujer es un objeto

sexual”, “el uso del condón es el símbolo de la desconfianza e

infidelidad”, “cuando ocurren las primeras violencias no es necesario

denunciar”, “la mujer debe controlar su deseo sexual”.

Normas como “hay que aceptar tener relaciones sexuales con tu pareja,

aunque no desees”, “el varón debe trabajar y la mujer debe quedarse

en casa”, “se debe obedecer el mandato del jefe de la familia”. “la

mujer debe criar y cuidar a sus hijos/as”.

15 Es una apreciación parcial porque habría que descubrir cuáles son los elementos causales que explican cómo las personas maltratadas en su niñez no se convierten en padres/madres maltratadores/as.16 Muy ligada a la religión.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 14: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

14

La interacción entre el maltrato infantil y la cultura patriarcal, en

general moldea una relación entre varones violentos y mujeres

tolerantes a la violencia contra ellas.

El empoderamiento de las mujeres víctimas mediante conocimiento,

emprendimiento, ejercicio de derechos y conexión social aunado al

fortalecimiento y/o desarrollo de resiliencia en ellas, forman un escudo

de protección contra la violencia insuficiente mientras no se cierre la

fábrica.

CAUSAS SOCIALES Y POLÍTICAS DE LA PREVALENCIA DE

VIOLENCIA EN LOS HOGARES

Existe un conjunto de causas coyunturales sobre la persistencia de la

violencia familiar y sexual, que influyen en las decisiones políticas e

intervenciones socio-políticas de las entidades del Estado y

organizaciones de la sociedad civil.

1. Los modelos teóricos causales

Una revisión de la literatura vigente en el ente rector de la problemática

de la violencia familiar y sexual - Ministerio de la Mujer y Poblaciones

Vulnerables-MIMP- encuentra un bagaje conceptual para explicar la

violencia de los varones.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 15: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

15

Un estudio interesante de Bardales y Vásquez17del Ministerio de la Mujer

y Poblaciones Vulnerables, aborda el feminicidio como un problema de

“factores socioculturales” que explicarían la violencia en los varones.

En otras fuentes oficiales se utiliza el concepto del “ciclo de la violencia

familiar”, donde se señala la existencia de una etapa violenta, de

explosión violenta, cuando el hombre explota y castiga duramente a su

pareja. En esta descripción, al igual que la anterior, se omite el maltrato

infantil como elemento generador de violencia.

Si revisamos la literatura oficial sobre prevención de la violencia familiar,

la mayor parte de ella parte de la hipótesis que con “actividades

preventivo promocionales”18, es decir, informando, sensibilizando y

capacitando principalmente a las mujeres y varones, familia y 17 BARDALES, O. y VASQUEZ, H.: Feminicidio bajo la lupa, 2012.18 LINEAMIENTOS PARA LAS ACCIONES PREVENTIVAS PROMOCIONALES DE LOS CENTROS DE EMERGENCIA MUJER, Unidad Gerencial de Prevención y Desarrollo de Capacidades, MIMP.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 16: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

16

comunidad, se va a contribuir a la reducción de la violencia, es decir, se

cree que a través del conocimiento se producirá el cambio conductual.

Un modelo aplicado por el Ministerio de Salud (MINSA) es el modelo de

los determinantes de la salud, el cual comprende un conjunto de

factores –personales, sociales, políticos y ambientales- que determinan

el estado de salud de los individuos y las poblaciones. El estilo de vida

es un determinante de la salud que se define como un conjunto de

pautas y hábitos de comportamiento cotidianos de una persona, tales

como: hábitos dietéticos, ejercicio / sedentarismo, abuso de sustancias,

alcohol, tabaco o drogas, y conductas violentas.

La limitación de los factores determinantes de la salud es que son

considerados como causas absolutas, en las que no se analizan otros

elementos subyacentes que podrían condicionar la aparición de éstos.

En el caso del estilo de vida, se limita a la identificación y modificación

de conductas. Por este motivo, el Programa de Atención Integral de

Salud (MAIS) del mencionado ministerio concibe el maltrato y violencia

familiar19 dentro de la promoción de la salud como un problema de

paternidad responsable.

Estas herramientas conceptuales se enriquecerían más si se

consideraran las personalidades de las mujeres y de los varones

maltratados en su familia desde su niñez. El individuo con sus traumas

psicológicos interactuaría con lo social y cultural, y obtendríamos una

comprensión más integral.

19 Dentro de los criterios de selección de las familias pilotos a ser intervenidas, no se encuentran estos problemas de salud pública.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 17: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

17

2. Programas del Estado sin intervención efectiva en las familias

El Estado peruano tiene dos programas de atención a los niños y niñas,

uno es el Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (INAFIB)

del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, y el otro es el

Programa de Atención Integral de Salud (MAIS) basado en familia y

comunidad, del Ministerio de Salud. El primero de los nombrados tiene

como población objetivo a los niños/as y adolescente en estado de

abandono o en riesgo, generalmente son remitidos por un juzgado. Los

evalúan psicológicamente entre otras acciones y remiten a los niños/as

si necesitan de atención especializada. El MAIS es un programa que

trabaja con la familia a partir de los determinantes de la salud, en los

que se encuentran los estilos de vida, y dentro de ellos las conductas

violentas.

Estas conductas afectan la salud de las personas, pero las causas de

estas conductas no se trabajan, es decir, el maltrato a niños y niñas en

las familias no se aborda como una de las causas de la violencia en el

hogar, debido al modelo de los factores determinantes.

Este programa fue creado en el 2003 y ha experimentado

actualizaciones que se han concretado en un documento técnico en el

2011. Ha obtenido resultados positivos en la reducción de la mortalidad

materna e infantil, desnutrición crónica, entre otras enfermedades

importantes, pero no se sabe con exactitud cuál ha sido su aporte en la

familia y comunidad respecto a la violencia familiar y sexual.

En efecto, la respuesta del Estado ante la desintegración y violencia

familiar es mínima e ineficaz. No cumple con proteger eficazmente a la

familia según el art. Cuarto de la Constitución y tratados internacionales

que tienen fuerza de ley en nuestro territorio. En el año 2002, el Acuerdo

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 18: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

18

Nacional incluyó entre las Políticas de Estado, la décimo sexta política de

“Fortalecimiento de la Familia, Protección y Promoción de la Niñez, la

Adolescencia y la Juventud.”

A nivel de las víctimas, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones

Vulnerables tiene a los Centros de Emergencia Mujer (CEM) que son

servicios públicos gratuitos que brindan orientación legal, defensa

judicial y consejería psicológica a las personas víctimas de violencia

familiar y sexual, la mayoría mujeres. Además, estos centros desarrollan

actividades principalmente de prevención mediante capacitaciones y

campañas. El servicio psicológico proporciona sólo consejería a las

víctimas de violencia, no a los agresores. Con estas funciones de los

CEMs, más orientadas a la denuncia, se espera reducir la violencia en

las familias.

A nivel de la comunidad, el Estado creó un programa de educación

sexual integral20 con el fin de promover y fortalecer el desarrollo sexual

saludable en las y los estudiantes de las escuelas, propiciando su

ejercicio pleno y responsable, contribuyendo al desarrollo de factores

protectores que los preparen para enfrentar las situaciones de riesgo.

Surgió un conflicto entre el Estado y la Iglesia, debido a que el programa

intervenía a los hijos/as de las familias y, por tanto, se ponía en riesgo el

estado “natural” en que se encontraba la familia.

Es un programa que podría ser utilizado para formar a la niñez en el

cuidado y protección de su cuerpo. Podría formarse nuevos niños/as

portadores de derechos, defensores de su integridad física, psicológica y

sexual, pero un importante número de padres de familia y la Iglesia

Católica Peruana no lo permitieron porque en el fondo de lo que se

trataba es de dar derechos a los hijos/as, en especial a las mujeres.

20 Dirección de Tutoría y orientación educativa; “Lineamientos para una educación sexual integral. Documento de Trabajo”, abril 2008.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 19: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

19

Como consecuencia de las presiones y discursos públicos de estos

actores sociales, el Estado no pudo implementar este programa.

3. La familia y el poder de la Iglesia

LA institución familiar y la cultura predominante poseen más fuerza que

la normatividad jurídica vigente.

En el Perú, existen leyes, convenios y políticas públicas de protección a

la víctima de la violencia familiar y sexual, de la familia21 y el niño (a)

que lamentablemente no han impedido que se siga transgrediendo los

derechos de las mujeres y de los niños y niñas.

Pese a que el Estado peruano es laico, la Iglesia católica influye

decisivamente en nuestro quehacer familiar, social y político. Como se

ha mencionado, existe un programa nacional de educación sexual

integral que se encuentra cuestionado por la Iglesia debido a que, según

ella, se omite el rol de la familia como agente natural y primario de la

educación de sus hijos y sus consecuentes derechos, reconocidos en la

Constitución. El carácter de obligatoriedad de los lineamientos de este

programa, nos dice, no deja mayor margen de acción a los padres para

objetar aquellos contenidos que pudiesen atentar contra sus

convicciones religiosas y morales.

La Iglesia se opone a la implementación de este programa por intentar

cambiar profundamente la naturaleza de la familia y la

protección de la vida.

El Pontificio Consejo para la Familia, en su Carta de los derechos de la

Familia, del 22 octubre 1983, establece que:21 Ley Nº 26260 de protección contra la Violencia Familiar, Plan de Igualdad de Género, Plan Nacional de Apoyo a la Familia 2004-2011, Convención sobre los derechos del niño, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, entre otros.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 20: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

20

“D. La familia, sociedad natural, existe antes que el Estado o cualquier

otra comunidad, y posee unos derechos propios que son inalienables;

E. La familia constituye, más que una unidad jurídica, social y

económica, una comunidad de amor y de solidaridad, insustituible para

la enseñanza y transmisión de los valores culturales, éticos, sociales,

espirituales y religiosos, esenciales para el desarrollo y bienestar de sus

propios miembros y de la sociedad”.

Como puede apreciarse, la Iglesia asume la defensa de la familia y el

matrimonio, se convierte en el defensor de la familia, pero no menciona

algo en contra del poder del padre, la violencia y el asesinato reinantes

en la familia y en los matrimonios. Por no permitir ningún cambio que

atente contra la “naturaleza” de la familia, se opone también a la “unión

civil no matrimonial”22, el uso de los preservativos y a cualquier tipo de

aborto, incluso el terapéutico. Para la Iglesia Católica, todo cambio

atenta contra lo establecido en la familia desde antes de Cristo.

En resumen, el Estado por ineficacia, la oposición de un importante

número de padres de familia: unos por defensa del patriarcado y otros

por desinformación, más la oposición de los representantes de la Iglesia

a todo cambio en la familia, fomentan una percepción de la familia

como algo sagrado, la panacea de todos los males, lugar donde impera

el amor y la solidaridad, el desarrollo igualitario de sus miembros.

Bajo esta concepción de la familia, se olvidan a las personas que las

componen: padres y madres generalmente víctimas de maltrato

infantil23 que convierten a sus hijos/as en nuevas víctimas de violencia.

22 Proyecto de Ley que regula derechos de personas del mismo sexo que deseen unirse civilmente en forma voluntaria. 23 Según comunicado del MIMP, 7 de cada 10 niños/as son víctimas de maltrato.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 21: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

21

4. La ciudadanía y las organizaciones de la sociedad civil.

La legitimidad de la cultura patriarcal en la vida cotidiana de parte de la

ciudadanía permite cierta tolerancia social hacia una relación jerárquica

y abusiva entre las parejas. Se fortalece esta legitimidad ante el rol

conservador que desempeña la Iglesia Católica frente a los cambios

normativos, morales y valorativos en las relaciones familiares.

Las organizaciones de la sociedad civil que se preocupan por enfrentar a

la violencia contra la mujer se encuentran muy apegadas al activismo de

derechos humanos en general, y de los derechos de las mujeres en

particular. Escasas entidades públicas y privadas fomentan y realizan

estudios, sin plantear la interacción entre los elementos psicológicos y

culturales como una causa de la mínima reducción de la violencia

familiar y sexual.

CONCLUSIONES

1. Entre las principales causas fundamentales generadoras de

violencia de los varones en el hogar, debemos considerar la

interacción entre el maltrato infantil y la cultura patriarcal

hegemónica.

2. Como causas coyunturales que contribuyen a la prevalencia de

dicha violencia, tenemos a los modelos teóricos causales, el rol

conservador de la Iglesia, los programas estatales que no trabajan

el maltrato infantil como eje de intervención, padres que

legitimitan la ideología patriarcal, y organizaciones de la sociedad

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 22: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

22

civil desinformadas sobre el componente psicológico en la

reproducción de la violencia.

3. Como agresores de pareja encontramos dos grupos de varones:

uno con afectación en su salud mental, que a su vez se dividen en

“aparentemente normales” y “antisociales” y otro grupo

conformado por agresores considerados normales por nuestra

cultura patriarcal predominante, éste grupo es el mayoritario y

menos estudiado y controlado socialmente. Queda por desarrollar

un análisis sobre las personas con conductas “antisociales”

normales y patológicos y su relación de pareja.

4. La persistencia de la violencia familiar y sexual en su vida

cotidiana y su limitada capacidad de afrontamiento de parte de las

víctimas mujeres, han traído como consecuencia la necesidad de

ellas en escaparse de su realidad a través de la depresión. El

empeoramiento de estas enfermedades llaman la atención sobre

la eficacia de las intervenciones realizadas por parte del Estado,

de las organizaciones privadas y de las organizaciones de la

sociedad civil.

5. La identidad de las mujeres como víctimas de violencia ejercida

por su pareja es nutrida por la cultura patriarcal predominante de

nuestra sociedad, que forma a las mujeres como dependientes y

sumisas mediante creencias, ideas, costumbres y normas que son

legitimadas incluso por las mismas mujeres. Sin embargo, el

resultado no el mismo en todas las mujeres, porque muchas de

ellas rompen este proceso y se convierten en mujeres autónomas.

6. La forma de concebir nuestra la problemática de la violencia en los

varones mediante modelos teóricos causales, empleados por las

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES

Page 23: Articulo: Componente Psicocultural de La Violencia

23

instituciones públicas, no incorpora los traumatismos psicológicos

en la niñez como causas fundamentales de dicha violencia.

7. La respuesta del Estado ante los problemas de violencia de pareja

en la familia se encuentra regida bajo un enfoque conductual de la

violencia. No existen programas que trabajen en profundidad la

prevención integral del maltrato infantil, atención terapéutica y

rehabilitación de los niños, niñas y adolescentes con historial de

maltrato, y cuyo objetivo consista en intervenir las familias para

lograr el bienestar emocional de sus miembros.

DE: MG. EDUARDO ESPINOZA GONZALES