artículo de adolfo corujo y manuel bermejo
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Por: Adolfo Corujo, socio y director de LLORENTE & CUENCA para Iberia / [email protected] Bermejo, experto en Empresa Familiar y Emprendedurismo / [email protected]
Uno de los retos principales de cualquier empresa es la continui-dad. Sin embargo, es el deseo de perpetuarse a través de generacio-nes lo que da impronta a los ne-gocios de familia. Cuando se con-versa con uno de sus ejecutivos es frecuente que este nos recuerde que se deben solo a sí mismos y que la lucha por sobrevivir y cre-cer es de medio y largo plazo.
En cualquier caso, no se debe confundir esa visión con una falta de urgencia. Las empresas fami-liares son conscientes de que ne-cesitan experimentarla aún más que el resto para competir en mercados cada día más globales.
En ese camino, la reputación es el principal activo que les acompaña y se convierte en uno de los más importantes que traspasan de una a otra generación.Y si el proce-so de sucesión es exitoso permi-te ir incorporando valores y mati-ces a la consideración pública de la compañía.
Así se enriquecen las dos marcas, la corporativa-empresarial y la personal-familiar. El buen nom-bre es fundamental en ambos. Se trata del doble reto que deben asumir siempre quienes ostentan responsabilidades en negocios de familia, de ahí la particular difi-cultad en la gestión de estetipo de organizaciones.
La reputación es la suma de las imágenes mentales que cada miembro de las comunidades que interesan a una empresa se hace de su excelencia. Siempre se basa en la comparación. Se valora más o menos a una compañía en re-lación a sus referentes. La valora-ción es continua y se da a partir de diferentes fuentes.
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La reputación es el principal activo que acompaña a las empresas familiares.
La más importante es la expe-riencia directa, que proviene de la interacción entre la persona y las realidades de la empresa. Pero se complementa a través de otros mecanismos indirectos porque no siempre se da la oportunidad de relacionarse en primera persona con las organizaciones. De mane-ra indirecta también influyen los procesos de observación, infor-mación, documentación y conver-sación. Estos cuatro surgen a par-tir de las expresiones que emiten otros miembros de la comunidad, sus líderes de opinión, en general otros stakeholders y, por supues-to, la propia empresa.
Reputación e Internet
En la Red se dan cita a diario mi-
La empresa familiar y la gestión de la reputación en Internet
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llones de internautas. Todos son stakeholders de alguna compañía.Además, el fenómeno de las re-des sociales ha demostrado que la máxima “los mercados son con-versaciones” se hace patente en Internet como en ningún otro si-tio. En efecto, al igual que ocu-rría en los mercados de abastos en el siglo XIX, los distintos pú-blicos de las compañías se dan-cita en la Web. Tienen la oportu-nidad de probar directamente los productos y los servicios, conoce a los empresarios, las opiniones de otros usuarios como ellos, las de los líderes de las comunidades que les rodean, etc.
La empresa familiar no permanece ajena a este fenómeno. El famo-
so “perfil bajo mediático” es un mantra al que no se puede recurrir en la Red. Precisamente porque no se circunscribe a los medios. Tradicionalmente, los empresarios han gestionado su protagonismo en los soportes de la comunica-ción de masas intentando regular sus apariciones y menciones.
Sin embargo, la mayoría de las expresiones que se vierten a diario acerca de una empresa y del em-presario en Internet no pasan por el filtro de un editor o de un pe-riodista profesional. La comunica-ción en redes es personal, abierta e interactiva. Permite que la opi-nión de cada uno pueda encon-trar su propio público.
Claves para gestionar la reputación en Internet
Las claves que atañen a la gestión
de la reputación en Internet sue-
len resumirse en una célebre sen-
tencia de John D. Rockerfeller:
“hacer las cosas bien y que se se-
pa”. E Internet ofrece innumera-
bles herramientas para que una
organización se relacione adecua-
damente con sus stakeholders y lo
parezca:
• Comunidades: es preciso contar
con un mapa de estas que sea co-
herente con los objetivos estraté-
gicos
• Posicionamiento: conocer cuál
es el punto de partida y determi-
nar en dónde se quiere situar la
imagen.
• Palancas de mejora: hay que sa-
ber cuánto nos conoce nuestra
comunidad y cuánto nos valora.
• Principales objetivos: aumen-
tar los conocimientos intensivos y
conseguir valoraciones personales
favorables.
• Y el corazón de la gestión, la
Escucha Activa: informa el grado
de conocimiento y utilidad de los
contenidos elaborados y se pue-
de identificar de forma temprana
oportunidades y amenazas.
La comunicación en redes permite que la opinión de cada uno encuentre su propio público.