articulo habilidades para la vida

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Dirección Ejecutiva de Educación para la Salud HABILIDADES PARA LA VIDA Y SU IMPORTANCIA EN LA SALUD *Lic. Mercedes Arévalo Guzmán **Mg. Ambrosio Tomás Rojas **Lic. Lelis Mendoza Vilca La persona, como ser social, ha tenido siempre que establecer relaciones con su entorno, en el que se encuentran por supuesto otras personas, esta situación exige que seamos capaces de poder interactuar eficazmente en el contexto social que nos toque vivir. No siempre es posible desenvolvernos adecuadamente, no porque no estemos aptos para hacerlo, sino porque no hemos adquirido las habilidades para la vida necesarias. Decimos entonces que todos podemos aprender estas habilidades. Gran parte de los problemas de las personas en su vida diaria tienen que ver con esto, ya que si carecemos de algunas habilidades para la vida, entonces no podremos llevar una buena relación con aquellos que nos rodean (nuestra familia, nuestra pareja, nuestros amigos, etc.) y tener una vida saludable. Las habilidades para la vida se refieren, a las aptitudes necesarias para comportarse de manera adecuada y enfrentar con éxito las exigencias y desafíos de la vida diaria. Estas favorecen comportamientos saludables en las esferas físicas, psicológicas y sociales. Comprende tres categorías de habilidades: sociales, cognitivas y para el control de las emociones (OPS, 2001). En este contexto, las habilidades para la vida se convierten en un eje temático de vital importancia en la promoción de la salud, por cuanto ésta última, busca lograr un estado de bienestar físico, mental y social, en la que los individuos y/o grupos puedan tener la posibilidad de identificar y lograr aspiraciones, satisfacer necesidades y hacer frente a su entorno. Las habilidades para la vida han sido adoptadas, como estrategia de la promoción de la salud, en muchos lugares de Latinoamérica, dentro de la iniciativa de trabajo de la OMS y OPS. Hacia principios de la década de los noventa, la División de Salud Mental de la OMS, comenzó a difundir los materiales informativos y educativos diseñados para apoyar y promover internacionalmente la educación en habilidades para la vida en las instituciones educativas. La propuesta inicial de la OMS consistió en un grupo de habilidades o destrezas psicosociales, las que a partir de entonces se conocen como “Habilidades para la Vida” (OMS, 1993). Sin embargo, esta iniciativa no era nueva, por ejemplo en Estados Unidos, en la década de los ochenta Goldstein y Glick (1987), integraron las tres categorías de habilidades para la vida (sociales, cognitivas y para el control de las emociones) sin denominarlas como tales, su intervención consistió en un programa denominado Aggression Replacement Training el cual implicaba tres componentes: El aprendizaje estructurado para mejorar los niveles de habilidad prosocial, el entrenamiento para el control de las emociones y la educación moral. Otras experiencias exitosas en la implementación del enfoque de habilidades para la vida las constituyen:

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Brigadas Comunitarias

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Page 1: Articulo Habilidades Para La Vida

Dirección Ejecutiva de Educación para la Salud

HABILIDADES PARA LA VIDA Y SU IMPORTANCIA EN LA SALUD

*Lic. Mercedes Arévalo Guzmán **Mg. Ambrosio Tomás Rojas

**Lic. Lelis Mendoza Vilca

La persona, como ser social, ha tenido siempre que establecer relaciones con su entorno, en el que se encuentran por supuesto otras personas, esta situación exige que seamos capaces de poder interactuar eficazmente en el contexto social que nos toque vivir. No siempre es posible desenvolvernos adecuadamente, no porque no estemos aptos para hacerlo, sino porque no hemos adquirido las habilidades para la vida necesarias. Decimos entonces que todos podemos aprender estas habilidades.

Gran parte de los problemas de las personas en su vida diaria tienen que ver con esto, ya que si carecemos de algunas habilidades para la vida,

entonces no podremos llevar una buena relación con aquellos que nos rodean (nuestra familia, nuestra pareja, nuestros amigos, etc.) y tener una vida saludable.

Las habilidades para la vida se refieren, a las aptitudes necesarias para comportarse de manera adecuada y enfrentar con éxito las exigencias y desafíos de la vida diaria. Estas favorecen comportamientos saludables en las esferas físicas, psicológicas y sociales. Comprende tres categorías de habilidades: sociales, cognitivas y para el control de las emociones (OPS, 2001).

En este contexto, las habilidades para la vida se convierten en un eje temático de vital importancia en la promoción de la salud, por cuanto ésta última, busca lograr un estado de bienestar físico, mental y social, en la que los individuos y/o grupos puedan tener la posibilidad de identificar y lograr aspiraciones, satisfacer necesidades y hacer frente a su entorno.

Las habilidades para la vida han sido adoptadas, como estrategia de la promoción de la salud, en muchos lugares de Latinoamérica, dentro de la iniciativa de trabajo de la OMS y OPS.

Hacia principios de la década de los noventa, la División de Salud Mental de la OMS, comenzó a difundir los materiales informativos y educativos diseñados para apoyar y promover internacionalmente la educación en habilidades para la vida en las instituciones educativas. La propuesta inicial de la OMS consistió en un grupo de habilidades o destrezas psicosociales, las que a partir de entonces se conocen como “Habilidades para la Vida” (OMS, 1993).

Sin embargo, esta iniciativa no era nueva, por ejemplo en Estados Unidos, en la década de los ochenta Goldstein y Glick (1987), integraron las tres categorías de habilidades para la vida (sociales, cognitivas y para el control de las emociones) sin denominarlas como tales, su intervención consistió en un programa denominado Aggression Replacement Training el cual implicaba tres componentes: El aprendizaje estructurado para mejorar los niveles de habilidad prosocial, el entrenamiento para el control de las emociones y la educación moral.

Otras experiencias exitosas en la implementación del enfoque de habilidades para la vida las constituyen:

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En Colombia El Ministerio de Salud determinó a través de un estudio realizado en 1993 que la violencia, específicamente el homicidio, era la causa principal de muerte en el país, y que los jóvenes eran los principales afectados. Debido a este estudio, Fe y Alegría, una ONG nacional, recibió la tarea de desarrollar y hacer una prueba piloto de un plan de desarrollo de habilidades para la vida en las escuelas. Esta prueba piloto estaba dirigida a jóvenes marginales. Se desarrollaron tres módulos: Expresión y control de sentimientos, positivismo y control de conflictos. Los temas específicos de salud que estuvieron entretejidos en los planes fueron la violencia, el uso del alcohol y el tabaco. Las metas del programa tuvieron un doble propósito: Llevar a las escuelas hacia el enfoque no sólo de los aspectos cognitivos del desarrollo de los jóvenes, sino también a la formación integral que incluye las necesidades emocionales y sociales; y enfocar el problema de la violencia por medio del aprendizaje de habilidades interpersonales. Los planes de habilidades para la vida se ampliaron para incluir el pensamiento crítico y la toma de decisiones.

En España en el País Vasco desde 1989 , Se viene desarrollando el programa La aventura de la vida, este es un esquema de educación para la salud y formación en valores, dirigido a niños y niñas de educación primaria, que involucra a los educadores y a las familias. Se centra en cuatro ejes temáticos: Autoestima, habilidades para la vida, hábitos saludables y drogas, y desde 1994 se viene aplicando en Latinoamérica (EDEX, 2002).

En México, se ha implementado el programa denominado “Planeando Tu Vida”, se trata de una intervención educativa dirigida a adolescentes, cuyos resultados dan cuenta del incremento de la capacidad para tomar decisiones relacionadas a la postergación de la iniciación sexual y al uso de métodos de protección, en la población intervenida (IMIFAP, 2000).

En el Perú, desde la década de los 80, se ha trabajado más con el modelo de Goldstein y Glick (1987), a veces solamente tomando el componente de habilidades sociales (sin denominarlo habilidades para la vida), un ejemplo de ello son las siguientes intervenciones:

Vásquez (1983) validó un programa de aprendizaje estructurado de habilidades sociales en estudiantes del 4º año de secundaria de un colegio particular de Lima Metropolitana. Los

hallazgos indicaron que el grupo al que se le aplicó este programa evidenció una mejoría significativa en cuanto a la conducta prosocial, en comparación al grupo control.

Varona (1991) aplicó un programa para la sustitución de la agresión, mediante el desarrollo de habilidades sociales y el autocontrol, en menores de 11 a 15 años en condiciones especialmente difíciles institucionalizados del COMAIN. Los resultados indican que el grupo al que se le aplicó el programa evidenció una mayor ocurrencia de habilidades prosociales que el grupo control. Se logró una mejora significativa en las siguientes habilidades sociales: formular una queja, comprender los sentimientos de los demás, prepararse para una conversación difícil, responder a la cólera, mantenerse al margen de las peleas, enfrentar una acusación, enfrentar la presión del grupo, expresar afecto y responder al fracaso; no lográndose una mejora significativa en la habilidad de ayudar a otros. Además se evidenció un mayor nivel de autocontrol que el grupo control, es decir, la técnica que mostró mayor éxito para promover el autocontrol fue la de control de la cólera (respiración profunda, conteo regresivo, imágenes tranquilizadoras y/o agradables y recordatorios). Al finalizar el programa el grupo experimental mostró un menor nivel de agresión que al inicio de éste.

Masías (1994) aplicó un programa de Sustitutos de la Agresión en adolescentes de alto riesgo de sectores tugurizados de Barrios Altos, Lima. Los resultados indicaron un cambio significativo en el grupo experimental, reduciendo las conductas antisociales, agresivas y aumentando las conductas prosociales a diferencia del grupo control, a quien no se le aplicó el programa.

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Anicama, Mayorga, Henostroza, Antinori, Ochoa y Tomás (1997) adaptaron el programa Aggression Replacement Training (ART) y lo aplicaron a 54 niños (27 hombres y 27 mujeres) de 9 a 12 años, considerados en extrema pobreza y en alto riesgo, con el objetivo evaluar cambios en diversos componentes de la personalidad. Con tal propósito emplearon un diseño cuasi­experimental y se midieron los cambios en la autoestima, neuroticismo, extraversión­introversión, así como en habilidades sociales, autocontrol emocional y razonamiento moral. El programa fue capaz de producir cambios significativos en todas las variables: elevando la autoestima, logrando un mayor control emocional, haciéndolos mas estables emocionalmente, mas extrovertidos, con un mayor numero de habilidades sociales y un mayor nivel de razonamiento moral.

El Instituto Nacional de salud Mental Honorio Delgado­“Hideyo Noguchi” implementó, en 1999, un programa de Habilidades Sociales para la prevención de conductas violentas en adolescentes del Centro Educativo 3037­Gran Amauta del distrito de San Martín de Porres, obteniendo resultados positivos (Arévalo, Gupio y Velásquez, 2000). Esta iniciativa se viene trabajando actualmente en otras instituciones educativas del Cono Norte de Lima y en Barranca.

Mas recientemente, en el 2004, AMARES realizó un estudio previo a la implementación de un programa de habilidades para la vida en escolares de tres redes de colegios estatales, encontrando que el 36% de dicha población escolar señaló que “nunca se consideró una persona valiosa”, el 36% que “cuando tenía problemas trataba a de resolverlos solo”, mientras el 80% presentó niveles entre bajo y mediano de asertividad. Datos que evidenciaron una carencia de soporte social. El término habilidades para la vida se utilizó por primera vez en nuestro medio en 1992, por el Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (CEDRO), quienes implementaron un programa y elaboraron un manual con esta denominación.

Aquí sería conveniente hacer un deslinde conceptual entre habilidades para la vida y habilidades sociales. Las primeras ya fueron definidas en párrafos precedentes. Con respecto a las habilidades sociales, éstas se definen como la capacidad que un individuo posee para ejecutar acciones sociales, las cuales implican percibir, entender, descifrar y responder a los estímulos

que ocurren en situaciones de interacción entre personas (Tomás, 1995). Desde esta perspectiva, las habilidades sociales sólo estarían comprendiendo aspectos socio­comportamentales; mientras que las habilidades para la vida constituirían un enfoque mas general y holístico, ya que implican un conjunto más amplio de circunstancias en la vida de un individuo. Por ello, las habilidades para la vida, desde su definición, implican a las habilidades sociales.

Las intervenciones citadas arriba, tienen como denominador común el enfoque de la prevención (drogas, violencia, etc.). Aunque en un esfuerzo por acercarse al enfoque promocional, se han implementado estrategias de formación de educadores de pares y capacitación a docentes, profesionales de salud y padres de familia; asimismo, se han incorporado las habilidades sociales en el diseño curricular nacional.

Se puede apreciar, que en la actualidad existe suficiente evidencia como para señalar que las habilidades para la vida (sociales, cognitivas y de control de emociones) pueden satisfacer en forma específica las necesidades de niños que están creciendo en condiciones desventajosas y que carecen de oportunidades para desarrollar estas habilidades, las cuales constituyen componentes esenciales para el desarrollo saludable en la niñez y adolescencia, y son necesarios para lograr una transición exitosa de la niñez a la edad adulta.

Las habilidades para vida, dentro del enfoque de promoción, están dir igidas a consol idar el

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desarrollo de las personas, porque favorecen comportamientos saludables al incidir sobre los determinantes de la salud; por ejemplo, contribuyen a consolidar estilos de vida saludables, mejorar el entorno, adquirir prácticas saludables de alimentación y nutrición; es decir, favorecen el desarrollo humano.

Saber controlar las emociones, las relaciones interpersonales, mejorar nuestros espacios, y saber como alimentarnos bien, es tan importante como el intelecto para lograr éxito en la vida. Los programas que se enfocan únicamente en la transferencia de información son menos efectivos en la promoción y prevención de la salud que los programas que incorporan el desarrollo de habilidades para la vida, las cuales han demostrado ser mediadoras en las conductas problemáticas.

En tal sentido, el Ministerio de Salud, a través de la Dirección General de Promoción de la Salud, ha elaborado el modelo teórico de abordaje de promoción de la salud en el que se consideran siete ejes temáticos, siendo uno de ellos habilidades para la vida, a ser aplicado en cuatro escenarios: familia, instituciones educativas, centros laborales y municipios. En el escenario de las instituciones educativas se viene utilizando el manual de habilidades sociales en adolescentes escolares, elaborado por el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado – “Hideyo Noguchi” en el 2004, el cual contiene cinco temas que se desarrollan a manera de módulos:

• Módulo I: COMUNICACIÓN. Comprende cinco sesiones: a) Aprendiendo a escuchar, b) Utilizando mensajes claros y precisos, c) Estilos de comunicación, d) Aceptación positiva, y e) Aserción negativa.

• MÓDULO II: AUTOESTIMA. Comprende tres sesiones: a) Aceptándome, b) Conociéndonos, y c) Orgulloso de mis logros.

• Módulo III: CONTROL DE LA IRA. Comprende tres sesiones: a) Identificando pensamientos que anteceden la ira, b) Autoinstrucciones, y c) Pensamientos saludables.

• Módulo IV: LOS VALORES. Comprende tres sesiones: a) Escala de valores, b) La honestidad, y c) El respeto.

• Módulo V: TOMA DE DECISIONES. Comprende dos sesiones: a) La mejor decisión y b) Proyecto de vida.

Podemos afirmar que las habilidades para la vida contribuyen a satisfacer las múltiples necesidades de salud y desarrollo de los niños, adolescentes y adultos. Específicamente, en las escuelas ayudan a hacer frente a las múltiples demandas de los planes sobre prevención y promoción, al presentar un enfoque integral y unificado. En el aspecto promocional, éstas han formado parte de los programas orientados al desarrollo integral de los escolares, contribuyendo a la formación de valores, la planificación de la vida y el aprendizaje socio­emocional.

REFERENCIAS

Anicama, j.; Mayorga, E.; Henostroza, C.; Antinori, B.; Ochoa, M. y Tomás, A. (1997). Efectos de un programa conductual cognitivo para prevenir y controlar la violencia de menores en extrema pobreza y alto riesgo. Wiñay Yachay, 2(1), 71­81.

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AMARES (2004). Estudio diagnóstico basal sobre habilidades para la vida en escolares de tres redes de colegios estatales. Lima: Autor.

Arévalo, M.; Gupio, G. y Velásquez, W. (2000). Sistematización de la experiencia: “Prevención de conductas violentas en adolescentes”. Anales de Salud Mental, 16(1,2), 13­53.

CEDRO (1992). Manual de habilidades para la vida. Lima: Autor.

EDEX (2002). Evaluación de la aplicación en 10 países de Iberoamerica del programa de educación sobre drogas: La aventura de la vida. Bilbao: Autor.

Goldstein, A. y Glick, B. (1987). Aggression replacement training: a comprehensive intervention for aggressive youth. Champaing, Illinois.

IMIFAP (2000). Planeando tu vida, programa de habilidades para la vida y de educación sexual. Resumen de investigación Acción. México: Autor.

Masías, C. (1994). Efectos de un programa integral de sustitutos de la agresión en un grupo de adolescentes hombres de alto riesgo entre 14 y 18 años de edad de sectores tugurizados de Barrios Altos. Tesis Maestría. Lima: USMP.

OPS (2001). Enfoque de habilidades para la vida para un desarrollo saludable de niños y adolescentes. Washington: Autor.

Tomás, A. (1995). Conducta tipo A y habilidades sociales en estudiantes de 1º al 5º año de psicología de una universidad nacional. Tesis Licenciatura. Lima: UNFV.

Varona, S. (1991). Efectos de un programa para la sustitución de la agresión mediante el desa­ rrollo de habilidades sociales y el autocontrol en menores de 11­15 años en condiciones especialmente difíciles institucionalizados del COMAIN. Tesis Maestría. Lima: UPCH.

Vásquez, R. (1983). Validación de un programa de aprendizaje estructurado en adolescentes deficientes en habilidades sociales del 4º año de secundaria. Tesis Bachiller. Lima: UPCH.

AUTORES

*Mercedes Arévalo Guzmán, Directora Ejecutiva de Educación para la Salud, autora del manual de habilidades Sociales para la Prevención de Conductas Violentas y el Manual de Habilidades Sociales en el Escolar, ha realizado investigaciones en salud mental y violencia juvenil.

**Lelis Mendoza Vilca, Consultor de la Dirección General de Promoción de la Salud para el desarrollo del eje temático en Habilidades para la Vida en el programa de promoción de la salud en las Instituciones Educativas.

**Tomas Ambrosio Rojas, Consultor de la Dirección de General de Promoción de la Salud para brindar asesoría técnica al personal de salud en el programa de promoción de la salud en las Instituciones Educativas.,autor de diversas investigaciones en Habilidades Sociales.

Fotos: Dirección General de Promoción de la Salud