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Sector Social – División de Género y Diversidad – Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social 1 Chile Nota Sectorial: Participación Laboral Femenina y Calidad del Empleo Versión: Julio 11, 2014 Este documento fue preparado por Claudia Piras (SCL/GDI) y Graciana Rucci (SCL/LMK), con los aportes de Andrea Bentancor (consultora), Dante Contreras (consultor), Cristobal Huneeus (consultor) y Marcela Perticará (consultora)

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  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    1

    Chile

    Nota Sectorial: Participacin Laboral Femenina y Calidad

    del Empleo

    Versin: Julio 11, 2014

    Este documento fue preparado por Claudia Piras (SCL/GDI) y Graciana Rucci (SCL/LMK), con

    los aportes de Andrea Bentancor (consultora), Dante Contreras (consultor), Cristobal Huneeus

    (consultor) y Marcela Perticar (consultora)

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    2

    Contents

    I. INTRODUCCIN ............................................................................................................. 4

    II. ESTADO DE LA SITUACIN DE LA PARTICIPACIN LABORAL Y LA CALIDAD DEL EMPLEO FEMENINO EN CHILE ..................................................................................................... 5

    III. MARCO LEGAL E INSTITUCIONAL DEL SECTOR ............................................................ 13

    IV. AVANCES Y PRINCIPALES DESAFOS ............................................................................ 15

    V. PRIORIDADES GUBERNAMENTALES ............................................................................ 22

    VI. REAS PROPUESTAS DE INTERVENCIN DEL BANCO .................................................. 23

    VII. RIESGOS Y MEDIDAS DE MITIGACIN .......................................................................... 29

    VIII. INSUMOS PARA LA ESTRATEGIA: MATRIZ DE RESULTADOS ........................................ 30

    IX. BIBLIOGRAFA ............................................................................................................ 30

    X. ANEXOS ...................................................................................................................... 35

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    3

    Acrnimos

    APIL Agencias Privadas de Intermediacin Laboral

    BTM Bono al Trabajo de la Mujer

    CASEN Encuesta de Caracterizacin Socioeconmica Nacional

    CORFO Corporacin de Fomento de la Produccin

    DT Direccin del Trabajo

    EBP Estrategia del Banco con el Pas

    INE Instituto Nacional de Estadstica

    MINDES Ministerio de Desarrollo Social

    MINEC Ministerio de Economa

    MTPS Ministerio de Trabajo y Previsin Social

    NENE Nueva Encuesta Nacional de Empleo

    OMIL Oficinas Municipales de Intermediacin Laboral

    OTEC Organismo Tcnico de Capacitacin

    OTIC Organismo Tcnico Intermedio para Capacitacin

    SEJ Subsidio al Empleo Joven

    SENCE Servicio Nacional de Capacitacin y Empleo

    SERCOTEC Servicio de Cooperacin Tcnica

    SERNAM Secretara Nacional de la Mujer

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    4

    I. Introduccin

    Esta nota sectorial de poltica tiene como objetivo facilitar el dilogo informado con el gobierno sobre la

    situacin de la mujer en el mercado laboral en Chile, de cara a la nueva Estrategia del Banco con el Pas

    (EBP) para el perodo 2014-2018.

    La presente contribucin describe en primer lugar el Estado de situacin de la igualdad de gnero en el

    mercado laboral de Chile a partir del anlisis de los indicadores ms comnmente utilizados en el sector,

    lo cual permite concluir la persistencia de lo que se ha denominado la excepcin/paradoja Chilena.1

    As se ha llamado a la inusual circunstancia que presenta Chile, donde las mujeres chilenas exhiben una

    de las tasas de participacin laboral ms bajas de Latinoamrica, a pesar del crecimiento econmico de

    las ltimas dcadas y de tener el mayor nivel de escolaridad de la regin. En esta seccin se analizan las

    caractersticas de la participacin laboral para distintos grupos de mujeres, las condiciones de empleo

    para aquellas que se insertan y las tendencias de los ltimos aos. Tambin se ensayan algunas de las

    variables que estaran detrs de las brechas de gnero existentes, en particular para las mujeres de

    menores ingresos, entre las cuales se encuentran los bajos niveles salariales para los grupos de menores

    niveles de educacin, las dificultades de conciliar el trabajo remunerado con las responsabilidades de

    cuidado y las normas culturales sobre el rol tradicional de la mujer.

    En la siguiente seccin se describe el marco legal e institucional en materia de oportunidades

    econmicas para la mujer en Chile. En la cuarta seccin se estudian los avances y desafos pendientes en

    el sector. La quinta seccin identifica las prioridades de poltica pblica definidas por las nuevas

    autoridades gubernamentales para los prximos aos. A continuacin, en la sexta seccin, se presentan

    las reas de trabajo del Banco en materia de oportunidades econmicas para la mujer y se realizan

    algunas propuestas de apoyo en base a tres objetivos estratgicos: a) Consolidacin de polticas y

    programas de capacitacin e intermediacin laboral; b) Ordenamiento y articulacin de otros servicios

    vinculados para potenciar las posibilidades de que las mujeres participen de la fuerza laboral y lo hagan

    en empleos de calidad; y c) Desarrollo de instrumentos y mecanismos para generar evidencia sobre la

    efectividad de las polticas orientadas a aumentar a la participacin laboral y empleabilidad de las

    mujeres. Estas propuestas encuentran su justificacin en la evidencia emprica analizada, que es citada

    como punto de referencia. Finalmente, se plantea una matriz con indicadores de manera tal de poder

    evaluar a futuro los resultados alcanzados. La nota busca por lo tanto convertirse en un insumo analtico

    y de conocimiento al conjunto de posibles soluciones que se estn planteando para incrementar las

    oportunidades laborales de la mujer en Chile.

    1 Ver Contreras et al (2012b) y Fort et al (2007).

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    5

    II. Estado de la situacin de la participacin laboral y la calidad del

    empleo femenino en Chile2

    En los ltimos aos se ha acumulado creciente evidencia que demuestra que el empoderamiento de la

    mujer representa un uso ms eficiente de la dotacin de capital humano de un pas, y que la

    disminucin de las desigualdades de gnero reduce la pobreza e incrementa la productividad y el

    crecimiento econmico (Daly 2007, World Bank 2012a, World Bank 2012b). A lo largo del tiempo, la

    competitividad de un pas depende entre otras cosas, de cmo educa y utiliza el talento de la poblacin

    femenina. En particular, estudios realizados para el caso de Chile encuentran que de incrementarse la

    participacin laboral femenina al promedio de los pases de la regin se reducira en un 15% la pobreza

    total y en un 20% la pobreza extrema (BID et al, 2009).

    De acuerdo al Global Gender Gap Report 2013, elaborado por el Foro Econmico Mundial, de 136 pases

    a nivel mundial Chile ocupa el lugar 91, una posicin mucho menos estelar que su ranking de

    competitividad, donde ostenta el puesto 34 de 148 pases segn el Global Competitiveness Report 2013-

    2014. Ya que la participacin femenina en el mercado de trabajo es uno de los indicadores medidos por

    el ndice Global de Competitividad, Chile mejorara su posicionamiento en el ranking mundial si lograra

    incrementar la tasa de participacin laboral de la mujer. A su vez, en el Global Gender Gap Report, el

    subndice de Participacin Econmica y Oportunidad, es el que peor desempeo muestra para Chile,

    ocupando el lugar 112 de 136.

    2 Los datos que se presentan en esta seccin provienen de diferentes fuentes (CASEN, NENE, Superintendencia de

    Pensiones, Seguro de Cesanta) y de la ltima encuesta disponible a la fecha. La seleccin de la fuente a utilizar depende

    del tema en cuestin, ya que cada encuesta tiene caractersticas diferentes. Para las comparaciones internacionales se

    utiliza la encuesta que presenta los indicadores comparables a los dems pases.

    2008 2009 2010 2011 2012 2013 2008 a 2013

    Indice de Competitividad Global 28 30 30 31 33 34 6

    ndice Global de Desigualdad de Gnero 65 64 48 46 87 91 26

    Subndice de Participacin y Oportunidades Econmicas 106 112 108 106 110 112 6

    Fuente: Global Competitiveness Reports, 2008-2012; Global Gender Gap Reports 2008-2012

    Nota: El ndice de Desigualdad de Gnero mide las brechas en participacin y oportunidad, logros educativos, salud, y

    participacin poltica. El ndice de Participacin Laboral y Oportunidades Econmicas mide las brechas de participacin laboral,

    remuneracin, y ascenso laboral con respecto al gnero de los trabajadores.

    Tabla 1: Chile en el ranking de Competitividad e Igualdad de Gnero

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    6

    A pesar del importante

    aumento de la insercin

    laboral femenina en los

    ltimos aos, la igualdad

    de gnero en el mercado

    laboral es un rea en la

    que Chile se encuentra a la

    zaga de otros pases de

    Amrica Latina y el Caribe,

    y de naciones de ingresos

    medios-altos. Con una

    tasa de 43.4% en el 2011

    Chile contina exhibiendo

    un nivel de participacin

    laboral femenina (entre las

    de 15 aos y ms)

    considerablemente ms

    bajo que el promedio de

    Latinoamrica, con una brecha de casi 10 puntos porcentuales respecto al promedio regional, que se

    encuentra en 52.8% (CEPAL).3 Este rezago es de ocho puntos porcentuales frente a la media de la OCDE.4

    Al comparar la participacin de las

    mujeres en edad productiva (25-64

    aos) y separar el rango de edad

    correspondiente a las ms jvenes (15-

    24 aos), que pueden estar fuera del

    mercado laboral por estar estudiando,

    se observa que Chile se encuentra

    rezagado, con una tasa de

    participacin laboral femenina del

    57%, en comparacin con la mayor

    parte de los pases de la regin. Ver

    grfico 1.5

    3 Se utiliza el rango de edad de 15 y ms debido a que es el indicador utilizado por la OIT y World Development

    Indicators, que permite la comparacin internacional.

    4 La comparacin con la OCDE se refiere a mujeres entre 15-64 aos, en la que Chile tiene una tasa de 54,7% versus

    62.3% para el promedio de pases de la OCDE.

    5 Cabe destacar que Chile presenta bajas tasas de participacin laboral, tanto para hombres como para mujeres, lo cual

    hace pensar en factores estructurales que explican esta situacin. Sin embargo, la brecha de Chile respecto al promedio

    de la regin es mucho mayor en el caso de las mujeres.

    59.0 61.668.5

    75.178.9

    29.835.9

    42.047.5

    57.7

    0.0

    10.0

    20.0

    30.0

    40.0

    50.0

    60.0

    70.0

    80.0

    90.0

    I II III IV V

    Grfico 2

    Participacin laboral por quintiles de ingresos

    Hombre MujerFuente: CASEN 2011

    57.2 28.7

    0 20 40 60 80

    Honduras

    Dominican Rep.

    Nicaragua

    Costa Rica

    Chile

    Mexico

    El Salvador

    Ecuador

    Panama

    Venezuela

    Brazil

    Paraguay

    Colombia

    Bolivia

    Uruguay

    Peru

    Grfico 1

    Participacin Laboral Femenina

    15-24 anios 25-64 aniosFuente: SEDLAS, consultado en 2014

    61.8 37.3

    Promedio LA

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    7

    Al comparar la tasa promedio de participacin en la fuerza laboral de hombres y mujeres se observa

    una brecha de 25 puntos porcentuales (CASEN 2011). Al igual que en otras naciones de Amrica Latina y

    el Caribe, en el caso chileno la desigualdad de gnero en la participacin en la fuerza laboral no va de la

    mano con una brecha de gnero en la educacin, donde se alcanz la paridad hace muchos aos.

    La tasa promedio, sin embargo, esconde una heterogeneidad importante. Las tasas de participacin de

    las mujeres aumentan de manera importante por nivel educativo y nivel socioeconmico. En el ao

    2011 la tasa de participacin de mujeres con educacin superior completa ms que duplica la tasa de

    participacin de mujeres sin educacin o con bsica incompleta. Una diferencia similar se registra entre

    las tasas de participacin de mujeres en el quinto (57,7%) y primer quintil (29,8%), como se observa en

    el grfico 2. Si bien la correlacin positiva entre niveles de ingreso y participacin de la mujer en la

    fuerza laboral es un patrn caracterstico de la regin, la diferencia en el caso de Chile es mucho mayor.

    Si bien la participacin femenina

    en un momento determinado es

    baja, es importante entender la

    dinmica de la insercin laboral de

    la mujer, la cual tiene un patrn

    muy diferente a la del hombre,

    como se observa en el grfico 3.

    Un anlisis de las trayectorias

    laborales por gnero entre

    aquellos de 20 a 44 aos evidencia

    que casi el 80% de las mujeres

    participa en el mercado laboral

    en algn momento de su vida,

    pero con una mayor

    discontinuidad y menor

    intensidad que el hombre (UNDP,

    2010).

    Visto desde otra perspectiva, al analizar las brechas de gnero por edad se observa que sta comienza a

    ampliarse a los 20 aos cuando los hombres se vinculan a la fuerza de trabajo en tasas ms altas que las

    mujeres. De hecho, el fenmeno de los NINI (ni estudia ni trabaja) tiene un fuerte matiz de gnero,

    con 34% de las mujeres entre 18 y 24 aos es esta condicin versus el 18% de los hombres. Esta

    condicin est mayoritariamente concentrada en los primeros quintiles de la distribucin de ingresos.

    En el primer quintil, el 55% de las mujeres son NINI versus el 11,4% de las mujeres en el quinto quintil.

    En el caso de las mujeres, el fenmeno NINI est asociado a la maternidad, donde ms de la mitad de las

    mujeres NINI son madres (53%).

    En el ao 2012, el desempleo femenino fue 7,9% versus 5,4% de los hombres. Una diferencia que se ha

    mantenido relativamente estable en las dos ltimas dcadas (en base a NENE, del INE). La brecha de

    desempleo entre mujeres y hombres es cercana al 40% y se acenta en los segmentos ms

    0%

    20%

    40%

    60%

    80%

    100%

    Mujeres Hombres

    Grfico 3

    Trayectorias Laborales entre los 20 y 44 aos

    Nunca ha participado

    Retiro prematuro

    Retiro intermedio

    Insercin tarda

    Insercin permanente

    Fuente: UNDP. Desarrollo Humano en Chile: Gnero los desafos de la igualdad (2010),

    en base a datos de la Encuesta de Proteccin Social 2006

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    8

    vulnerables. Datos de CASEN 2011 muestran que la tasa de desempleo femenina es un 75% superior

    que la de los hombres en el caso de aquellos con menos de 12 aos de educacin, mientras que entre

    los trabajadores con ms de 12 aos de educacin, la diferencia se reduce a un 20% superior que para

    los hombres.

    Analizando la situacin de los que se encuentran trabajando, se observa que la tasa de empleo femenina

    se sita cerca de 40%; mientras que la de los hombres es 25 puntos porcentuales ms alta. Al igual que

    ocurre con la participacin, hay una gran disparidad en el empleo de la mujer segn su nivel de

    educacin, su relacin de pareja y las demandas de cuidado en el hogar. As, la diferencia en la tasa de

    empleo entre las mujeres con menos de 12 aos de educacin y las con ms de 12 aos de educacin es

    de casi 30 puntos porcentuales (26.0% frente a 55.7%). Igualmente, las mujeres sin pareja muestran

    tasas de ocupacin cercanas a 20 puntos superiores a las que tienen pareja. Por otra parte, como se

    observa en la Tabla 2, la presencia de nios y adultos mayores en el hogar est asociada a una menor

    tasa de empleo femenino.

    Tabla 2: Tasa de Empleo femenino y demandas de cuidado

    Mujeres de 18 a 44 Mujeres de 18 a 65

    Nios/as menores de 6 aos Adultos mayores de 65

    Tiene No tiene Tiene No tiene

    Tasa de empleo 44.4 51.4 39.3 48.7

    Fuente: Clculos propios en base a CASEN 2011

    En cuanto al nivel de informalidad, aproximadamente el 35.5% de las mujeres ocupadas son

    informales.6 De ellas, el 43% son dependientes sin contrato y 56% trabajadoras por cuenta propia o

    empleadoras sin cotizaciones previsionales vigentes. Entre los hombres, el 32% trabaja en la

    informalidad, donde el 32% son trabajadores dependientes sin contrato, mientras que 67% son

    independientes sin cotizaciones vigentes. Como se desprende de estos nmeros, la diferencia en cuanto

    a niveles de informalidad entre hombres y mujeres viene dado por la mayor frecuencia de trabajo

    asalariado sin contrato entre las mujeres, en gran medida explicada por la situacin laboral de las

    trabajadoras domsticas.7 Entre los trabajadores formales no se observan diferencias de gnero por

    tipo de contrato.

    Una forma de definir los empleos de calidad es si los trabajadores cotizan o estn afiliados a la seguridad

    social en pensiones por su trabajo. Los datos de la CASEN 2011 indican una brecha de gnero en este

    sentido, que muestra una mayor precariedad de los empleos femeninos. Mientras el 71.9% de los

    hombres cotizan a la seguridad social, solo el 66.5% de las mujeres ocupadas lo hace.

    6 Se considera trabajadores informales aquellos que estn en condicin de dependencia pero no tienen contrato de

    trabajo, as como los trabajadores por cuenta propia o empleadores que no cotizan al sistema previsional. Los datos son

    clculos propios en base a Casen 2011.

    7 La diferencia respecto al total de trabajadores informales se refiere a los trabajadores familiares no remunerados (1%

    entre los hombres y 2% entre las mujeres).

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    9

    El mercado laboral chileno sigue reflejando importantes niveles de segregacin horizontal por gnero.

    En la tabla 3 se sombrean aquellas ramas de actividad con mayor proporcin de trabajadores. Se

    aprecia que las mujeres estn concentradas en los sectores comercio (25%), enseanza (13%) y servicio

    domstico (12%). Por su parte, los sectores construccin, agrcola y comercio son los principales

    empleadores de hombres. La segregacin es mayor entre la poblacin de menores ingresos; las tres

    ramas de mayor ocupacin femenina emplea al 64% de las trabajadoras del primer quintil, versus el 50%

    en el ltimo quintil.

    I V Total I V Total

    Agricultura, ganadera, caza y silvicultura 14% 3% 8% 30% 9% 17%

    Pesca 1% 0% 1% 3% 2% 2%

    Explotacin de minas y canteras 0% 1% 1% 2% 11% 7%

    Industrias manufactureras 6% 5% 6% 10% 8% 10%

    Suministro de electricidad, gas y agua 0% 0% 0% 1% 1% 1%

    Construccin 1% 2% 1% 16% 9% 14%

    Comercio al por mayor y al por menor; reparacin de vehculos 26% 19% 25% 18% 16% 18%

    Hoteles y restaurantes 6% 6% 7% 2% 3% 2%

    Transporte, almacenamiento y comunicaciones 2% 4% 3% 8% 10% 10%

    Intermediacin financiera 0% 3% 2% 0% 2% 1%

    Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler 3% 9% 5% 3% 9% 5%

    Administracin pblica y defensa; planes de seguridad social 4% 7% 5% 2% 7% 5%

    Enseanza 7% 20% 13% 1% 6% 3%

    Servicios sociales y de salud 3% 11% 7% 1% 4% 2%

    Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales 3% 5% 4% 2% 2% 2%

    Hogares privados con servicio domstico 23% 4% 12% 2% 1% 1%

    Total 100% 100% 100% 100% 100% 100%

    Fuente: Clculos propios en base a Casen 2011

    Tabla 3: Distribucin de la Ocupacin de Mujeres y Hombres por Rama de Actividad, Sexo y Quintil de Ingreso

    Quintiles QuintilesMujeres Hombres

    En relacin a la distribucin del empleo por tamao de empresa, se observa que las mujeres tienen una

    menor participacin en las empresas de mayor tamao que los hombres, donde el 25% de las

    ocupadas se trabajan en empresas medianas y grandes, en comparacin con el 30% de los empleados

    hombres. (Casen 2011). El hecho de que relativamente menor proporcin de mujeres trabaja en

    empresas grandes, podra implicar menor acceso a capacitacin laboral a travs de la franquicia

    tributaria, ya que est es ms utilizada por las empresas de mayor tamao.

    Es posible que parte del las brechas de gnero en el mercado laboral chileno se explique por

    preferencias por la contratacin masculina por el lado de la demanda. Si bien no existe documentacin

    sobre este tema, un anlisis preliminar de las vacantes de la Bolsa Nacional de Empleo parece indicar

    una mayor oferta de plazas con explcita preferencia por hombres que mujeres.8

    8 Las intervenciones del Banco en el sector procurarn llenar ese vaco de informacin.

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    10

    A pesar de los mayores niveles de escolaridad de las mujeres que participan en el mercado laboral con

    respecto a los hombres, las mujeres ganan un 16% menos por hora; esa diferencia aumenta con la

    escolaridad, llegando a 36% entre los ocupados con estudios universitarios completos.9 Ver Tabla 4.

    Ingresos

    mensuales

    Hombres ($)

    Ingresos

    mensuales

    Mujeres ($)

    Brecha ingresos

    mensuales

    Brecha ingresos

    por hora

    Todos 527,775 364,589 30.9% 16.1%

    - Hasta educacin bsica 284,691 167,294 41.2% 15.4%

    - Educacin media incompleta 351,626 236,945 32.6% 14.3%

    - Educacin media completa 425,924 281,698 33.9% 18.8%

    - Educacin terciaria incompleta 598,625 341,680 42.9% 24.7%

    - Educacin terciaria tcnica completa 706,174 512,511 27.4% 14.3%

    - Educacin universitaria completa 1,510,347 891,034 41.0% 36.1%

    Fuente: Clculos propios en base a Casen 2011

    Tabla 4: Ingresos mensuales y por hora, por nivel de educacin y sexo

    Una de las posibles explicaciones de la brecha de ingresos por hora entre hombres y mujeres de la Tabla

    4 es que los salarios son ms altos en las ocupaciones vinculadas a carreras de mayor especializacin,

    donde hay mayor participacin de trabajadores hombres.10 El Grfico 4 muestra para el caso de Chile la

    correlacin negativa entre los salarios promedio de carreras universitarias y el porcentaje de mujeres en

    dichas carreras. Otro factor explicativo es la diferencia en los aos de experiencia laboral (opo, 2012).

    Grfico 4

    9 Esta brecha se refiere a la diferencia salarial por hora para diferentes niveles de educacin, sin controlar por otros

    factores.

    10 El anlisis estadstico relaciona el salario ganado por un trabajador/a con el porcentaje de mujeres empleadas en dicho

    oficio, ajustando por escolaridad, edad, estado civil, nmero de hijos y jefatura de hogar, encuentra una clara relacin

    negativa entre el salario y los trabajos femeninos en los trabajadores con estudios superiores, mientras que en los otros niveles la relacin no es estadsticamente significativa (UNDP, 2010).

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    11

    Fuente: UNDP (2010). Desarrollo Humano en Chile: Gnero los desafos da la igualdad, en base a datos del Sistema Nacional de Informacin de la Educacin Superior (SIES) de la Divisin de Educacin Superior del MINEDUC.

    El anlisis de gnero a nivel geogrfico evidencia brechas de participacin y salariales muy dismiles

    por regiones. Como se observa en los grficos 5 y 6 la brecha de participacin entre hombres y mujeres

    es mayor en Antofagasta y Atacama (regiones mineras), donde supera los 30 puntos porcentuales.

    Precisamente en estas mismas regiones se detecta la mayor brecha salarial en el sector formal a favor

    de los hombres.11

    Grfico 5 Grfico 6

    En el Anexo I se presenta un resumen de la extensa literatura sobre los determinantes de la

    participacin laboral femenina en Chile. Visto el panorama actual aqu presentamos los mltiples

    factores de contexto, as como los cambios demogrficos y de poltica pblica que han inducido los

    avances en la participacin laboral femenina. En primer lugar, Chile es una economa que ha ms que

    triplicado su PIB per cpita desde el ao 2000, generando una amplia oferta de nuevos puestos de

    trabajo e incrementos en los salarios reales superiores a un 50 por ciento. Este contexto de expansin

    11

    En este caso la brecha salarial se refiere a la diferencia en los salarios mensuales.

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    12

    econmica gener condiciones objetivas en el mercado laboral para una mayor participacin

    femenina (Contreras, Puentes y Bravo, 2005).

    En segundo lugar, durante las ltimas dcadas se da un sostenido aumento en la escolaridad de la

    mujer y reduccin de la fecundidad que permiten una mayor insercin laboral femenina (Larraaga,

    2006). Parte del incremento registrado en la participacin de las mujeres se explica por un efecto

    composicin, dada la creciente proporcin de mujeres con educacin superior, que exhiben las tasas

    ms elevadas de insercin laboral. No menos significativo ha sido la notable cada en la fecundidad, que

    coloc a Chile como el segundo pas de la regin (despus de Cuba) con una tasa de fecundidad a niveles

    inferiores a la tasa de reproduccin (CELADE, 2012).12

    En tercer lugar, se evidencian cambios en las normas culturales que muestran una actitud ms

    favorable hacia el trabajo femenino y el rol de la mujer en el cuidado de la casa y la familia,

    particularmente entre los ms jvenes, los ms educados y los habitantes urbanos. Sin embargo, es

    importante resaltar que el cambio en los patrones culturales es transversal a todos los grupos

    (Contreras, 2010).

    Un cuarto elemento que podra haber facilitado la incorporacin de la mujer son las polticas pblicas

    que han contribuido a remover las barreras que dificultan la participacin femenina, en particular cabe

    mencionar la significativa expansin de la oferta de servicios de cuidado infantil.13 Los cambios en las

    restricciones culturales en torno a los roles de gnero y la mayor oferta pblica de cuidado infantil se

    evidencian en la creciente proporcin de mujeres casadas y con hijos pequeos que trabajan de forma

    remunerada, como se ve en el grfico 7.

    12

    Actualmente, Costa Rica, Uruguay, Argentina y Brasil se encuentran en el mismo grupo.

    13 La cobertura para nios de 0-3 aos aument de 11% en el 2000 al 26% en el 2011. Para los nios de 4-5 aos pas

    del 55% en el 2000 al 83% en el 2011(OECD, 2013).

    41.8 55.3

    28.4 40.0

    2.5

    5.7

    2.8

    4.3

    55.7 38.9

    68.8 55.7

    1996 2011 1996 2011

    No Tiene Tiene Hijo

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    13

    III. Marco Legal e institucional del sector

    En materia laboral el Ministerio de Trabajo y Previsin Social es el principal gestor de polticas laborales. Existen, sin embargo, otros tres ministerios que pueden estar ligados a intervenciones especficas o pueden colaborar con el Ministerio del Trabajo en el diseo y gestin de algunos programas.

    Ministerio de Trabajo y Previsin Social (MTPS): cuenta con dos subsecretaras: la de Previsin Social y

    la del Trabajo. La primera procura resguardar el adecuado funcionamiento del Sistema de Pensiones y

    de todas las normativas relacionadas con el rea de la Seguridad Social. Bajo su dependencia se

    encuentran el Instituto de Previsin Social (IPS), la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO), la

    Superintendencia de Pensiones (SP) y el Instituto de Seguridad Laboral (ISL). La segunda subsecretara

    disea, coordina y evala las polticas, programas e instrumentos que buscan promover la generacin de

    ms empleos. Asimismo, presta soporte administrativo y de gestin. Tambin supervisa al Servicio

    Nacional de Capacitacin y Empleo (SENCE) y a la Direccin del Trabajo (DT).

    El SENCE administra los programas de capacitacin que se llevan adelante con recursos pblicos

    (aproximadamente 20% del total) y administra la franquicia tributaria (80% de los fondos orientados a

    capacitacin). El SENCE tambin administra la Bolsa Nacional de Empleo y participa en la administracin

    del Bono Mujer Trabajadora.

    El SENCE se encuentra comenzando un proceso de reforma (con apoyo del BID). Durante 2012 una

    comisin externa (Comisin Larraaga) evalu la situacin del SENCE y realiz un diagnstico respecto a

    la efectividad de los programas de capacitacin en trminos de generacin de oportunidades de empleo

    y mejoras salariales. Los resultados mostraron que la gran mayora de la oferta de capacitacin del

    SENCE a travs de sus distintos programas no era efectiva en lograr mejoras para los trabajadores

    sujetos a capacitacin.14 Al mismo tiempo, se identific una serie de limitaciones en los sistemas de

    acreditacin de cursos y falta de un sistema de monitoreo pertinente que permita realizar evaluaciones

    peridicas de las diversas iniciativas en curso. Las conclusiones de la Comisin prueban con evidencia

    cuantitativa, diagnsticos y anlisis previos realizados (BID 2010-2011).

    A partir de este trabajo el MTPS y el BID firmaron en 2013 un programa de prstamo CH-L1064 Apoyo a

    la efectividad del SENCE, para 2013-2016, por 7.5millones de dlares de financiamiento BID (ms

    financiamiento local). El objetivo es apoyar al MTPS a mejorar la cobertura y efectividad de las acciones

    de capacitacin e intermediacin del SENCE por medio acciones en los tres pilares principales: i) el

    fortalecimiento de la capacidad rectora del MTPS y de la capacidad reguladora del SENCE en el mbito

    de la capacitacin e intermediacin laboral; ii) la mejora de la calidad y pertinencia de los programas de

    capacitacin del SENCE; y iii) la mejora de la gestin administrativa del SENCE. El resultado esperado

    responde al objetivo, medido como: i) aumento de la diferencia de salario promedio entre las personas

    14

    En particular, se identific adems una serie de problemas relacionados con la efectividad del funcionamiento de la

    Franquicia Tributaria y de la estructura de capacitacin vigente a travs de OTECs (agencias de capacitacin) y OTICs

    (intermediarios entre empresas y agencias). Existan problemas de incentivos, integracin vertical, pertinencia de los

    cursos de capacitacin, calidad de los mismos, etc.

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    14

    que usaron el servicio del SENCE y aquellas que no; ii) porcentaje de personas que us un servicio del

    SENCE que tienen mejor salario o un empleo formal (respecto a promedio de grupo comparable y/o

    relativo a un perodo anterior); y iii) porcentaje de personas capacitadas que pasaron por un proceso de

    diagnstico de necesidades antes de capacitarse.15

    La DT fiscaliza, procurando que las leyes laborales se cumplan. Se reconoce que a futuro debera

    reformarse para separar sus funciones interpretativa (de la ley), fiscalizadora, mediadora y penalizadora.

    Por ltimo, las Oficinas Municipales de Intermediacin laboral (OMIL), son organismos dependientes

    desde el punto de vista tcnico del SENCE, pero administrativamente dependen de las municipalidades,

    lo cual ha dificultado su fortalecimiento. Su funcin es entregar informacin y orientacin para el

    empleo y la capacitacin, actuando como la puerta de entrada a los programas sociales relacionados con

    empleo y capacitacin que ejecuta el Estado.

    Ministerio de Desarrollo Social (MINDES): Creado por ley16 en Octubre 2011, cuenta con dos

    subsecretaras: la de Evaluacin Social y la de Servicios Sociales. A travs de este ministerio, se ejecuta

    desde Mayo de 2012 el Ingreso tico Familiar, el cual tiene entre sus componentes un subsidio al

    empleo femenino, llamado Bono Mujer Trabajadora. A travs del sistema Chile Solidario promueve la

    incorporacin de familias y personas en situacin de extrema pobreza a la red de polticas sociales; en

    ese marco, tambin lleva a cabo funciones de intermediacin y capacitacin.

    Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM): Aunque la directora tiene rango de ministra, el SERNAM es un

    servicio que est en el organigrama del MINDES. Tiene a su cargo la coordinacin de la

    transversalizacin de gnero en todo el Estado. En 2002 se incluy la equidad de gnero dentro de los

    objetivos del Programa de Mejora de la Gestin (PMG), lo cual le dio al SERNAM un importante

    instrumento para interactuar con ministerios y servicios. A pesar de eso, su institucionalidad es an

    dbil y su presupuesto reducido (US$67 millones en 2013). Tiene cuatro programas que tienen por

    objeto la insercin laboral de la mujer: Programa Mujer Trabajadora y Jefa de Hogar, Programa Buenas

    Prcticas Laborales, Programa 4 a 7 y el Programa Emprendimiento.

    Ministerio de Economa, Fomento y Turismo (MINEC): cuenta con tres subsecretaras: de Economa,

    Turismo y Pesca. De este ministerio depende CORFO, entidad orientada a fomentar la innovacin de las

    empresas, promover la eficiencia y el crecimiento a travs de mejoras de procesos, y facilitar

    financiamiento. SERCOTEC es una corporacin de derecho privado dependiente del MINEC, que

    promueve y apoya iniciativas de mejoramiento de la competitividad de las micro y pequeas empresas,

    procurando fortalecer el desarrollo de la capacidad de gestin de sus empresarios. SERCOTEC maneja las

    iniciativas Capital Semilla y Capital Abeja. Esta ltima atiende solamente a mujeres que requieren de

    financiamiento para emprender (tienen una idea, con la que concursan) o fortalecer su micro empresa.17

    15 Vase anexo 1 para detalle del programa y avances durante 2013. 16

    La norma reestructur y redefini las acciones del antiguo Mideplan, de ese proceso se desprende el nuevo ministerio. 17

    Solo las mujeres pueden postular al programa Abeja; la versin Emprendimiento asigna entre los 500.000 pesos y los

    1.500.000 pesos. Mientras tanto, Abeja Empresa entrega entre 1 milln y 3 millones de pesos. Mujeres y hombres

    pueden postular al programa Semilla; Semilla Emprendimiento entrega entre 1 y 2 millones de pesos y Semilla

    Empresa asigna entre 3 y 6 millones de pesos.

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    15

    En trminos del marco normativo la legislacin chilena proclama el principio de igualdad. La ley es

    taxativa al prohibir cualquier tipo de discriminacin entre los trabajadores, por motivos entre los que se

    considera el sexo (Cdigo de Trabajo, Art. 2). Sin embargo, en los ltimos cinco aos se aprobaron tres

    leyes vinculadas a los derechos laborales que tienen el potencial de afectar la situacin de la mujer en el

    mercado laboral.

    La Ley N 20.348, que resguarda el derecho a la Igualdad de Remuneraciones entre hombres y

    mujeres, aprobada en Junio de 2009, durante el primer gobierno de la Presidenta Bachelet.

    La Ley N 20.545, que modifica las normas de proteccin a la maternidad, e incorpora el permiso

    de postnatal parental, la cual fue una promesa de campaa del Presidente Piera y fue

    aprobada el 17 de Octubre de 2011.

    La Ley 20.607, que modifica el Cdigo del Trabajo sancionando las prcticas de acoso laboral,

    aprobada el 8 de Julio de 2012.

    La ley de igualdad de remuneraciones fue evaluada en Junio de 2013 por el Departamento de Evaluacin

    de la Ley de la Cmara de Diputados, encontrando que el procedimiento definido por la Ley presenta

    obstculos prcticos, que perjudican su aplicacin. El plan de gobierno prev modificar este

    instrumento legal. Las leyes de proteccin a la maternidad y de acoso laboral aprobadas en el gobierno

    del Presidente Piera an no han sido evaluadas.

    Quizs una de las normativas ms controversiales en la legislacin chilena en relacin a la participacin

    laboral femenina es el Artculo 203 del Cdigo del Trabajo, que establece el derecho a sala cuna, para

    las trabajadoras cuya empresa contrate a 20 o ms mujeres. Por aos se ha argumentado que dicha

    normativa desincentiva la contratacin de mujeres, pero el mismo no se ha modificado. El gobierno de

    la Presidenta Bachelet contempla eliminar dicho artculo y en su lugar crear un sistema universal de

    cuidado infantil y estimulacin temprana para todos los hijos e hijas de trabajadores y trabajadoras

    financiado con un fondo solidario tripartito (Estado, trabajador y empleador).

    IV. Avances y principales desafos

    Uno de los grandes desafos que Chile an tiene por resolver es la baja tasa de participacin laboral

    femenina. Como se mencion anteriormente, ste es un aspecto que est limitando la competitividad

    del pas. La participacin femenina en el mercado del trabajo es especialmente baja en los grupos de

    menor condicin socioeconmica, puesto que enfrentan condiciones ms adversas en trminos de

    salarios y tipos de trabajo disponibles, normas culturales contrarias al trabajo remunerado de la mujer,

    menores niveles educativos, mayor nmero de hijos y menor cooperacin por parte de sus parejas con

    las tareas domsticas, entre otros factores determinantes.

    Respecto a aquellas que ya estn participando y adems se encuentran trabajando, deben abordarse las

    brechas que existen en nivel y calidad del empleo (cotizacin a la seguridad social, existencia de

    contrato, entre otros) entre hombres y mujeres, as como entre distintos grupos de mujeres, con alto

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    16

    y bajo nivel educacional. Datos de la NENE muestran que la ocupacin aument fuertemente entre

    2010 y 2013, ayudando a cerrar la brecha de gnero, con un aumento de dos puntos porcentuales en el

    caso de los hombres y cinco en el caso de las mujeres. Entre las tendencias destacables de ms largo

    plazo se encuentran los cambios en la composicin del empleo femenino. La fraccin de mujeres que

    trabajan desempendose en servicio domstico (uno de los que menor proteccin laboral brinda) ha

    bajado desde 20% en 1980 hasta 12% en el 2013, fluyendo el empleo desde este sector al sector

    asalariado.18 Entre las mujeres el empleo asalariado se increment del 23% al 35%, entre 1997 y el

    2012. Sin embargo, a pesar de esta tendencia favorable, las mujeres continan estando

    sobrerepresentadas en los trabajos informales y la informalidad femenina se concentra en la parte

    baja de la distribucin. En efecto, el 40% de las mujeres del quintil ms bajo no tienen contrato,

    comparado con el 22% de los hombres, y el 56.4% de las trabajadoras del quintil I son informales, al

    tiempo que solo 30.1% de las del quintil V lo son.

    Mirando la calidad del empleo segn la cotizacin a la seguridad social, se observa el mismo fenmeno.

    Mientras las mujeres ocupadas tienen una tasa de cotizacin del 66.5%, los hombres muestran un

    porcentaje de 71.9%. La brecha es mucho ms pronunciada en los niveles de baja educacin, donde la

    tasa es de 47% para las mujeres y 57% para los hombres. Entre los ocupados de alta educacin no hay

    una diferencia por gnero. La evolucin reciente muestra que se han creado empleos de mayor calidad

    para ambos sexos, ya la tasa de formalidad medida por la cotizacin aument 7 puntos porcentuales

    entre el 2006 y el 2011, tanto para los hombres como las mujeres. Claramente, a pesar del aumento

    general en los empleos de calidad, cerrar esta brecha de gnero sigue siendo un desafo.

    La jornada parcial es mucho ms frecuente entre las mujeres (26,4% del empleo femenino y 13,0% del

    masculino). Aproximndose por el lado de la oferta, puede argumentarse que algunas mujeres que

    tienen personas a su cuidado trabajan de esta manera de forma voluntaria, en respuesta a una jornada

    completa que es de 45 horas semanales (a lo que se suman los tiempos de traslado). De hecho, 41,3%

    de las madres que estn en pareja y trabajan en jornadas parciales responden que no desean trabajar

    ms horas.19 Un aspecto preocupante del trabajo en jornada parcial es que se caracteriza por su alta

    informalidad (66.1%). En los ltimos aos se observa una baja respuesta en el porcentaje de tiempo

    parcial en el segmento asalariado, junto a un muy significativo incremento en los empleos de tiempo

    parcial en el grupo de trabajadores independientes. El por qu es ms probable que los empleos en

    jornadas parciales sean informales puede deberse a una eventual reticencia de los empleadores a

    emplear bajo esta modalidad (factores legales como el artculo 203 del Cdigo del Trabajo,20 de

    organizacin de turnos). Es necesario entender a cabalidad la razn de la baja elasticidad de respuesta

    en la jornada parcial en los empleos asalariados al ingreso de la mujer al mercado laboral,

    considerando que representan casi un 80% del total de los empleos femeninos y que la mayor parte del

    18

    Al igual que en otros pases de Latinoamrica (Mora y Valenzuela, 2009), esta ocupacin contina siendo

    porcentualmente la ms importante. En la Tabla 3 se observa que el servicio domstico representa el 23% de los

    empleos femeninos del primer quintil.

    19 Entre todas las trabajadoras en jornadas parciales 37,0% responde no querer trabajar ms horas.

    20 Este artculo establece el derecho a sala cuna, para las trabajadoras cuya empresa contrate a 20 o ms mujeres,

    independientemente de la duracin de su jornada laboral.

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    17

    incremento en la fuerza de trabajo en aos recientes corresponde a mujeres con pareja. Entre las

    mujeres inactivas, la posibilidad de tener un horario conveniente es una de las condiciones que sealan

    para buscar un trabajo.21

    Uno de los principales desafos es la importante diferencia que an persiste en materia de ingresos y

    salarios entre hombres y mujeres. Como se seal anteriormente, al analizar a los asalariados de entre

    15 y 65 aos, se detecta que las mujeres ganan 16% menos por hora que los hombres de ese segmento

    de edad, pero que deberan ganar 9% ms habida cuenta de sus caractersticas (bsicamente mayor

    escolaridad). Por lo tanto, la penalizacin para las mujeres asalariadas, ajustada por los atributos, sera

    del orden del 23%. Si parte de la brecha salarial se explica por las menores remuneraciones en las

    ocupaciones feminizadas, es necesario impulsar acciones efectivas para reducir la segregacin

    ocupacional por gnero.22

    El desempleo tambin es mayor entre las mujeres, y para atender la brecha de desempleo es preciso

    disear estrategias que tomen en cuenta las necesidades especficas de las personas. Cabe destacar

    que el tipo de gestiones que realizan los desempleados en su bsqueda de empleo difieren de modo

    importante por nivel de educacin y gnero. Entre las mujeres, el 64,7% de las ms educadas envi su

    CV, pero solo el 35,6% de las que tienen menos escolaridad lo hizo. Por el contrario, 49,0% de las

    desempleadas de menor educacin pidi ayuda a conocidos o familiares, pero esa proporcin fue 28,4%

    entre las de mayor escolaridad. Respecto a las OMILs, los datos revelan un uso muy limitado de sus

    servicios por parte de los desempleados, con un mayor acceso por parte de las mujeres. En el caso de

    las mujeres, el porcentaje de desempleadas que dice haberse inscrito o revisado anuncios en estas

    entidades para la bsqueda de empleo es de 8,1%, en comparacin con el 4,1% de los hombres. Este

    porcentaje sube a 15,0% entras las mujeres de menor escolaridad.23

    Se detecta una importante heterogeneidad regional en la participacin, el desempleo y los salarios,

    producto entre otros factores de la localizacin de ciertos sectores, como Minera en el norte y

    Salmones en el Sur, circunstancias que han sido ampliamente estudiadas en la literatura (ver estudios

    sobre clusters del Consejo Nacional de Innovacin). As como se observa heterogeneidad entre las

    regiones, tambin se detectan diferencias dentro de las grandes ciudades. En el caso del Gran Santiago,

    por ejemplo, en Maip (la segunda comuna ms grande de Chile) las mujeres entre 18 y 39 aos tienen

    una tasa de empleo formal de 40%. Mientras tanto, en las comunas de San Bernardo, El Bosque y la

    Pintana (BBP), la tasa de empleo formal es 30%, estando separadas ambas zonas por menos de 15km.

    Una parte de esas brechas se debe a las diferencias en educacin entre esas zonas. Por ejemplo, 40% de

    las mujeres de Maip tiene ms de 12 aos de educacin; 20% de las de BBP tiene ese nivel de

    21

    Encuesta Voz de Mujer 2011.

    22 Un estudio de Contreras (2011) sobre el trabajo femenino en rubros no tradicionales concluye que stos no parecen

    ser la panacea para mujeres de baja educacin, y recomienda polticas de fiscalizacin ms estrictas de normas del

    trabajo y de anti-discriminacin, as como la conformacin de sindicatos.

    23 Datos de la NENE 2013. La Encuesta Voz de Mujer tambin muestra la relativa poca relevancia de las OMILs como

    recurso de bsqueda y obtencin de empleo: solamente 2,0% de las mujeres urbanas consultadas en 2011 crean haber

    conseguido su ltimo empleo gracias a estas entidades. En tanto, un 36,2% declaraban haber obtenido su ltimo empleo

    gracias a familiares, amigos, vecinos, ex-compaeros de trabajo o ex-empleadores.

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    18

    escolaridad. Otra parte de esas diferencias puede responder a la demanda de empleo. El tamao

    promedio de la empresa en Maip es 15 personas y en BBP es 20. Otra parte de esas diferencias puede

    deberse a los costos y tiempos de traslado. Mientras Maip tiene acceso a Metro, BBP no tiene Metro.

    Qu sabemos de la efectividad de las polticas para promover el empleo femenino?

    Chile es uno de los pases de la regin que ms ha invertido en los ltimos aos en polticas y

    programas pblicos, incluyendo programas de capacitacin, polticas educativas, reforma previsional,

    polticas de igualdad de gnero y polticas de cuidado infantil. Si bien es cierto, que no es posible

    identificar una poltica o programa en particular que explique por si sola la creciente participacin

    femenina en el tiempo y el desempeo laboral en sentido amplio (salario, condiciones de trabajo,

    acceso a proteccin previsional y seguro de cesanta, etc.), la evidencia de distintos programas (ver

    Anexo III) muestra que stos han tenido efectos positivos pero limitados, lo cual parecera indicar que es

    el conjunto de polticas, de manera integral, sumado a los cambios sociodemogrficos y en el contexto

    lo que estaran explicando las tendencias de las ltimas dcadas.

    Dos leyes emblemticas se promulgaron en los ltimos aos: la Ley de Igualdad de Remuneraciones por

    parte del gobierno de la Presidenta Bachelet y la Ley de Postnatal Parental por parte del gobierno del

    Presidente Piera (que en la prctica extendi el permiso de 3 a 6 meses). An no estn claros los

    efectos que estas dos polticas podran haber tenido.24 En el caso de la extensin del postnatal, hay que

    evaluar cules podran haber sido sus consecuencias sobre participacin, empleo y salarios.

    Durante el gobierno de Bachelet se realiz una fuerte expansin de la oferta de salas cunas pblicas.

    Hay varios estudios que buscan evaluar el impacto de la expansin de las salas cunas sobre el nivel de

    empleo y condiciones de trabajo de las madres. La evidencia no es concluyente sobre cules han sido

    los efectos de esta poltica sobre la oferta laboral femenina. La mayora de los estudios no encuentran

    efectos del aumento de salas cunas sobre la participacin laboral femenina (Encina y Martnez, 2009;

    Medrano, 2009; Contreras et al., 2012 y Manely y Vasquez, 2013), aunque dos estudios recientes si

    encuentran efectos en participacin y salarios.25 Entender qu mecanismo est detrs de la relativa

    inelasticidad de la participacin laboral femenina a la oferta de cuidado infantil resulta crucial para

    disear mejores programas en este mbito.

    El cuidado infantil de nios en edad escolar tambin puede ser un gran escollo para la insercin

    laboral de las mujeres en el pas y hay evidencias que la poltica pblica puede ser efectiva en

    solucionar esta barrera. Contreras y Seplveda (2013) y Hernando (2009), encuentran un efecto positivo

    de la expansin de la jornada escolar completa sobre la participacin laboral de la madre. En Chile si

    bien ha habido varias experiencias locales (ONGs, Municipalidades) ofreciendo cuidado infantil a madres

    trabajadoras, hay un solo programa nacional, el Programa 4-7 coordinado por el SERNAM que ofrece

    24

    Respecto a la ley de igualdad de remuneraciones el Congreso Nacional encarg una evaluacin cualitativa que

    concluye que sta no ha tenido efectos en lo que respecta a su objetivo de reducir la brecha salarial. Pero no existen an

    estudios cuantitativos.

    25 Urza et al (2013) s identifica efectos sobre salarios de las mujeres beneficiarias y Bentancor (2013), usando la

    Encuesta Voz de Mujer, encuentra efectos del programa sobre la participacin laboral.

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    19

    cuidado infantil a nios en edad escolar, con el objetivo especfico de facilitar el trabajo de las madres.

    Una evaluacin de corto plazo realizada por el BID encuentra efectos positivos en la probabilidad de

    trabajar y en la probabilidad de participacin, aunque no hall efectos en salarios, horas de trabajo o en

    la calidad del empleo. Los resultados de la evaluacin indican que los efectos son altamente sensibles al

    horario en el que se imparte el programa y que es esencial mejorar el diseo de este tipo de programas,

    su cobertura y su coordinacin con otras polticas (salas cunas, por ejemplo).

    Uno de los desafos a futuro ser desarrollar un modelo de atencin pblica costo-efectivo para apoyar

    en el cuidado de los adultos mayores dependientes. El cuidado de los adultos mayores dependientes

    requiere en forma intensiva tiempo de otras personas, el cual ha sido tradicionalmente proporcionado

    por las mujeres (esposas, hijas, hermanas, nueras). Para el ao 2030 las proyecciones INE-Celade

    anticipan que el porcentaje de poblacin de adultos mayores alcanzar el 18%. Este acelerado aumento

    en la proporcin de hogares con adultos dependientes podra constituirse en una fuerte barrera a la

    participacin laboral femenina.

    Si bien hay una alta heterogeneidad entre los programas de subsidio al empleo, programas de

    capacitacin y programas de apoyo al emprendimiento, en trmino de cobertura, costos, tipos de

    asistencia, etc. a grandes rasgos la evidencia apunta a que varias de estas iniciativas han sido

    relativamente exitosas en promover ms empleo y participacin, aunque no siempre han tenido

    impacto sobre salarios.

    Un programa emblemtico de los ltimos aos, ha sido el Subsidio al Empleo Joven (SEJ), lanzado el ao

    2009, que fue diseado e implementado con el objetivo de abordar el problema de la baja participacin

    laboral entre los jvenes, aumentando los incentivos a trabajar de stos. Se entrega al trabajador un

    subsidio de 20% del salario. Por su parte, el empleador recibe un subsidio de un 10%. Los jvenes han

    postulado al subsidio ms que las empresas y evaluaciones recientes (Rau, 2012) muestran que este

    programa ha tenido un impacto positivo sobre la tasa de empleo y participacin de este grupo. Para

    incentivar el empleo femenino, el gobierno de Sebastin Piera extendi en el 2012 el subsidio de los

    jvenes a mujeres entre 25 y 59 aos, programa que se denomin Bono Mujer Trabajadora, cuyo

    diseo es similar al del subsidio al empleo joven.26 Dado el poco tiempo que ha transcurrido, el

    programa no ha sido an evaluado. Sin embargo le introdujeron varias limitaciones27 que

    potencialmente reduciran su impacto sobre la participacin laboral y sobre la proporcin de adultos del

    hogar que trabaja. El nudo crtico en un contexto de expansin del programa es cuidar de no introducir

    variantes al diseo que atenten contra los objetivos mismos del Programa, pero tambin incluir un

    esquema suficientemente flexible para acomodar a grupos con distintos costos de oportunidad.28

    26

    Durante el ao 2012, de aproximadamente 410 mil mujeres potenciales postulantes para recibir el Bono al Trabajo

    de la Mujer, 180 mil comenzaron a recibir este subsidio. 27

    Por un lado, el subsidio es slo por 4 aos, que rigen desde que la mujer postula la primera vez. Segundo el subsidio

    introduce un segundo mecanismo de focalizacin, adems de la Ficha de Proteccin Social, que entre otras cosas

    dificulta su funcionamiento y complejiza su difusin.

    28 El Bono Mujer Trabajadora no distingue entre mujeres con hijos y sin hijos, quienes tienen costos de oportunidad

    distintos de salir a trabajar.

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    20

    Una de las formas de mejorar la calidad del empleo de las mujeres es mediante la capacitacin,

    aumentando su productividad mediante ms conocimientos y habilidades. La encuesta Casen 200929

    muestra que el 12,5% de los hombres y 9,7% de las mujeres trabajadores recibi capacitacin laboral

    durante el ao anterior. La gran mayora de los trabajadores recibi capacitacin a travs de las

    empresas (68% de los capacitados) pero con diferencias relevantes entre mujeres y hombres (75% de

    los hombres y slo 59% de las mujeres). La brecha de gnero se da tanto en la capacitacin que se

    ofrece pagada por la empresa como en la que se ofrece con financiamiento de la Franquicia

    Tributaria.30 El 16% de las mujeres se capacitan a travs de programas pblicos de becas vs. 6% de los

    hombres. En general se observa un patrn claramente regresivo de la cobertura de capacitacin por

    ingreso, lo cual es particularmente problemtico para las mujeres dado que los mayores dficits de

    participacin y calidad del empleo se encuentran precisamente entre las de menores ingresos.

    Se han implementado diversos programas de capacitacin laboral y se ha avanzado en reducir la

    atomizacin de programas y mejorar la coordinacin entre los distintos Ministerios. Sin embargo, la

    efectividad y cobertura de los mismos no ha impactado significativamente todava. Evaluaciones de

    escritorio y/o con data administrativa echan luces sobre resultados de varios de los programas. Por

    ejemplo, programas de apresto laboral, como el Programa Mujer Trabajadora y Jefa de Hogar31,

    reportan efectos sobre variables blandas, como autoestima, satisfaccin personal, entre otras, pero no

    encuentran efectos sobre empleo o salarios. Programas ms intensivos (ms largos) como el Programa

    Aprendices o programas altamente intensivos como el Programa de Formacin en Oficios (ex Especial

    de Jvenes) parecieran tener efectos sobre empleo, horas de trabajo, salarios y tipo de empleo (con o

    sin contrato, tipo de contrato, con cotizaciones). Cuando la evaluacin considera hombres y mujeres

    por separado (por ejemplo Especial de Jvenes o Programa Aprendices) para las mujeres usualmente no

    se encuentran efectos en salarios (y si existen efectos estadsticamente significativos, stos son menores

    a los encontrados para los hombres) o en horas, pero si se mantienen los efectos sobre empleo y tipo de

    empleo. La evidencia apunta a focalizar recursos en programas ms intensivos, largos y combinando

    habilidades, a partir de un buen diagnstico de las habilidades de los trabajadores.32

    Chile ha hecho mucho en diseo de programas de capacitacin, con alta participacin de mujeres

    (siendo o no focalizados). Sin embargo, a nivel de diseo, algunos elementos fundamentales han sido

    poco enfatizados. Y sobre todo, a nivel de la implementacin y funcionamiento, los esfuerzos limitados

    29

    Se utiliza la CASEN 2009 ya que la del 2011 no contiene informacin sobre capacitacin.

    30 La Franquicia Tributaria permite al empleador descontar del pago de impuesto a la renta de la empresa, hasta 1% de

    la planilla salarial, si es que destina esos recursos a financiar la capacitacin de sus trabajadores o trabajadoras.

    31 Este programa en su primera parte consiste en un curso de apresto laboral; luego las mujeres optan por empleo

    independiente (pudiendo acceder a otros instrumentos focalizados en estas mujeres) o por empleo asalariado (pueden

    elegir de una parrilla de cursos financiados por recursos SENCE). 32

    Esta evidencia para Chile es consistente con la reportada para otros pases (ver Buvinic et al., 2013; Urza y Puentes,

    2011; Kluve, 2010). La literatura recoge que los programas ms efectivos parecen ser aquellos que combinan una fase

    de diagnstico, con capacitacin (relativamente intensiva de al menos 250-300 horas) y con foco en generar habilidades

    y capacidades, focalizados en personas ms bien jvenes y que tambin tienen un componente de intermediacin

    laboral. En la literatura tambin se destaca que los programas de capacitacin son ms efectivos si adems de

    capacitacin brindan certificacin de competencias laborales.

  • Sector Social Divisin de Gnero y Diversidad Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social

    21

    de monitoreo, fiscalizacin, seguimiento y evaluacin no han permitido tener buenos resultados.33 Por

    ejemplo, ha faltado incorporar servicios clave para que la capacitacin sea pertinente y de calidad de

    forma tal de ser realmente efectiva, como el diagnstico de habilidades de las personas, mdulos de

    nivelacin de estudios, certificacin de la capacitacin tomada, servicios de informacin, orientacin y

    asesoramiento laboral, coordinacin con otros servicios pblicos, como salas cunas, etc. Todos estos

    son aspectos cruciales sobre todo para los grupos ms vulnerables laboralmente, entre los que se

    encuentran las mujeres.

    Vinculado con lo anterior, el rea ms dbil dentro de las polticas activas de empleo ha sido la

    intermediacin laboral. Las OMIL son los entes tcnicos que deben intermediar entre la oferta y la

    demanda, a travs de una bolsa de empleo. Si bien existe un Seguro de Cesanta desde el ao 2002 y

    una Bolsa Nacional de Empleo desde el 2007, el sistema de intermediacin an presenta severas

    limitaciones que le impiden cumplir con un rol facilitador en cuanto a la insercin laboral.34 Frente a este

    diagnstico, en el 2009 el SENCE comenz a ejecutar un programa de fortalecimientos de las OMILs

    (FOMIL) que tena por objetivo dotar de mejor infraestructura y equipos a las oficinas municipales, y a la

    vez capacitar a su personal.35 El SENCE es responsable de administrar la actual Bolsa Nacional de Empleo

    (BNE), un sistema informtico destinado a facilitar la bsqueda y el ofrecimiento de vacantes de empleo

    para los trabajadores cesantes afiliados al Seguro de Cesanta. El ao 2012 fue licitada la administracin

    de la nueva BNE por un perodo de tres aos, de manera que se introdujeron nuevos cambios a la

    misma, posibilitando, entre otros, un mejor seguimiento de los beneficiarios de las OMIL.

    En el ao 2011 se implement un programa piloto de Agencias Privadas de Intermediacin Laboral

    (APIL), quienes deban levantar las necesidades de capital humano de las empresas y reclutar a aquellos

    desempleados que cumplieran con dichos requisitos. Este piloto presentaba problemas de diseo, por

    cuanto las APIL deban buscar a los potenciales clientes para luego proceder a intermediarlos, lo que

    encareca sus costos de funcionamiento. As mismo, no exista en ese momento un programa

    informtico y operativo adecuado en SENCE, mientras que las APIL tambin se vieron expuestas a una

    competencia fuerte desde las mismas OMILs, a quienes vean como competidoras en la captacin de

    recursos para colocacin.

    Frente a esta experiencia, actualmente el SENCE est en la fase de diseo de un nuevo programa piloto

    de intermediacin laboral operado por agencias de colocacin privadas, que trabajara en dos niveles.

    En el primer nivel, el modelo perfecciona el sistema actual de servicios de intermediacin laboral

    33

    El programa Jvenes Bicentenario tena un diseo ptimo, al incorporar todas las aristas que debiera atacar un

    programa de intervencin focalizado en jvenes, pero su ejecucin evidenci lo sensible que pueden ser los resultados a

    algunos detalles de implementacin. En este caso, la secuencia de ejecutores y los protocolos de atencin y derivacin

    (que significaron tiempos de espera 10-12 semanas en algunas regiones), generaron altas tasas de desercin, lo que

    claramente fue en detrimento del impacto del Programa.

    34 Si bien lo anterior es cierto tanto para hombres como para mujeres su necesidad y potencial impacto es mayor en el

    caso de las mujeres y jvenes, quienes han estado alejadas de la vida laboral por razones de cuidado infantil o de

    adultos dependientes o se insertan por primera vez al mercado laboral.

    35 Gran parte del financiamiento actual de las OMIL proviene de este programa, sujeto al cumplimiento de metas de

    gestin y de colocacin.

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    22

    entregado por las OMIL. Para esto se espera que esta agencia privada genere nuevos protocolos de

    atencin y de derivacin, entregue asistencia tcnica y capacite al equipo OMIL en diferentes mbitos y

    controle la gestin corrigiendo desviaciones. Este trabajo de coordinacin tendr una jerarqua

    funcional, ya que las OMIL seguirn dependiendo a nivel jerrquico de las municipalidades. En el

    segundo nivel, se crea un nuevo servicio de mayor sofisticacin para personas que no pueden ser

    intermediadas satisfactoriamente por las OMIL. En paralelo, el modelo articula una red de derivacin

    con los programas de capacitacin de SENCE, as como otros servicios y programas de gobierno, segn

    las necesidades de los usuarios. Tanto la primer versin de APILs como este programa piloto son

    insumos esenciales para el rediseo del sistema de intermediacin laboral chileno.

    El SERNAM por su parte ha venido impulsando medidas para promover una mayor equidad de gnero

    en la forma en que las empresas gestionan sus recursos humanos. En el 2012 se aprob la Norma

    NCh3262 que permite a las empresas de manera voluntaria certificarse en sus buenas prcticas

    laborales. El SERNAM estara otorgando el sello de calidad Iguala-Conciliacin como reconocimiento a

    las empresas que se certifican. Ser necesario monitorear la implementacin del sello y los resultados

    de esta novedosa poltica.

    V. Prioridades Gubernamentales

    Las prioridades gubernamentales para los prximos aos estn plasmadas en el programa de gobierno

    de la presidenta Michelle Bachelet, donde los captulos de trabajo y gnero estn tambin nutridos de

    numerosas propuestas.

    En el mbito laboral se propone robustecer la posicin de los trabajadores, a partir del fortalecimiento

    de la actividad sindical, modernizar el Cdigo del Trabajo, a partir de la ampliacin del espectro de

    materias a negociarse entre sindicatos y empleadores y ratificar los compromisos internacionales (OIT

    189) respecto a trabajadoras/es de casa particular, a efectos de avanzar en cuanto a trabajo decente,

    mejorando en particular la longitud y tipos de jornada. Para mejorar la participacin laboral y la calidad

    del empleo se propone extender el Subsidio al Empleo de la Mujer a los tres primeros quintiles, crear

    un fondo solidario (Estado, empresas, trabajadores/as) para financiar las salas cuna (sustituyendo el

    artculo 203) e introducir en la Alta Direccin Pblica acciones afirmativas a favor de la mujer.

    En materia de capacitacin se propone eliminar programas que no tengan impacto, y priorizar las

    estrategias de capacitacin en mujeres (300 mil beneficiarias en cuatro aos; 40 mil cupos para

    microemprendimiento) y en jvenes. El foco en jvenes estar en atacar a los NINIs, brindando

    nivelacin escolar, y vinculando la capacitacin con el sistema escolar. Asimismo se prev la creacin de

    un sistema de intermediacin laboral que incluir informacin y orientacin, diagnstico de

    empleabilidad, apresto laboral, certificacin de competencias laborales y capacitacin.

    En materia de polticas de gnero se prev avanzar hacia un Sistema Nacional de Cuidado, lo cual

    incluye todas las etapas de cuidado (nios, adultos mayores dependientes, enfermos crnicos y

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    23

    discapacitados). El financiamiento del cuidado infantil en edades tempranas prev la creacin de un

    fondo tripartito empresa-estado-trabajador e implica la derogacin del artculo 203 del Cdigo del

    Trabajo. Se plantea tambin la expansin de la red pblica de salas cunas (90.000 cupos adicionales

    para menores de 2 aos) y jardines infantiles (34.000 cupos para menores entre 2 y 4 aos),

    proponindose as mismo la ampliacin horaria de la red de jardines, salas cunas pblicas y colegios.

    Se propone tambin modificar la Ley de Igualdad de Remuneraciones, revisar la formacin docente,

    textos y programas de estudio para combatir estereotipos y garantizar la continuidad educativa para

    madres adolescentes.

    VI. reas Propuestas de Intervencin del Banco

    El objetivo estratgico sectorial (GDI/LMK) del Banco con el pas es mejorar la participacin laboral y

    empleabilidad de grupos vulnerables laboralmente, en especial de las mujeres. Se proponen tres

    grandes lneas de acciones:

    1) Consolidacin de polticas y programas de capacitacin e intermediacin laboral con especial

    nfasis en diagnstico del tipo de vulnerabilidad; informacin, orientacin y asesoramiento a la

    buscadora de (mejor) empleo; certificacin de las habilidades aprendidas por parte de la industria y

    colocacin real, de calidad y sostenible.

    2) Ordenamiento y articulacin de otros servicios vinculados para potenciar las posibilidades de

    que las mujeres participen de la fuerza laboral y lo hagan en empleos de calidad; incluyendo desde

    servicios de cuidado infantil y de adultos dependientes, a nivelacin de estudios derivando a la

    educacin formal.

    3) Desarrollo de instrumentos y mecanismos como parte de la poltica pblica- para generar

    evidencia que permita entender mejor las causas de la baja participacin de la mujer y la menor calidad

    de los empleos femeninos, la efectividad de los servicios y programas disponibles (incluyendo los

    programas de capacitacin e intermediacin focalizados) y los efectos de la legislacin laboral sobre el

    empleo femenino.

    Primera lnea. La evidencia reciente seala que mayoritariamente las polticas de capacitacin en el pas

    han sido inefectivas o con efectos muy modestos en incrementar salarios y probabilidad de empleo. En

    el caso de las mujeres, la efectividad de los programas de capacitacin est circunscrita a aumentos

    fundamentalmente en la tasa de empleo y en la probabilidad de que la mujer tenga un trabajo

    asalariado y/o ms protegido (seguridad social, contrato de trabajo, etc.). Las lecciones aprendidas en

    esta materia a nivel internacional enfatizan la importancia de transitar a financiar programas

    comprehensivos, que incluyan elementos de diagnstico inicial de los trabajadores, los guen hacia

    alternativas de capacitacin (tanto en aula como pasantas en empresas) y finalmente les brinden

    asistencia en la bsqueda de empleo. En lo que respecta a los componentes de capacitacin, deben

    tener una longitud adecuada de horas (desde 250), contener tanto capacitacin en sala como en

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    24

    actividades propias del oficio, preferentemente en empresas y no en talleres habilitados por el

    capacitador; con certificaciones con real valor agregado (Urza y Puentes 2010).

    El programa que se propone para mujeres (y jvenes si se incluyeran) tiene que combinar capacitacin

    e intermediacin, a partir de un diagnstico de las habilidades y necesidades de la persona. La

    evaluacin inicial es fundamental para poder derivar eficientemente al tipo de servicio que necesite:

    informacin, orientacin, asesoramiento, o nivelacin/capacitacin correspondiente. Al mismo tiempo

    contribuye a ir desarrollando y consolidando los servicios ms necesitados. El componente de

    intermediacin es vital para garantizar el xito de la intervencin, el cual es especialmente dbil en el

    contexto actual, donde los proveedores de capacitacin no tienen incentivos correctos a la colocacin

    de calidad y duradera. El objetivo final debera ser lograr una determinada tasa de empleabilidad de

    empleos formales de los beneficiarios del programa. Esta tasa puede ir subiendo en el tiempo y

    ajustarse de acuerdo a las condiciones econmicas existentes. Al mismo tiempo, las instituciones que

    participan en el programa y que no cumplen con esta tasa mnima tendran un perodo para mejorar, de

    lo contrario no podran seguir siendo proveedor con fondos pblicos.36 Los contenidos, duracin y

    modalidad de capacitacin se disean a partir de un buen diagnstico de las habilidades que tienen y no

    tienen las mujeres, y es comprensivo para relevar otras causas que impiden conseguir un (mejor)

    empleo.

    Dependiendo del dficit de habilidades (blandas, transversales, especficas), el programa de capacitacin

    tiene que incluir clases en aula (nivelacin si no termin los estudios formales) y experiencia prctica,

    idealmente en empresas. La duracin, modalidad y contenido de los cursos se determinar en base a la

    evidencia existente, los resultados del estudio de diagnstico, y gradualmente a partir de nueva

    evidencia y mecanismos regulares de monitoreo que se irn implementando y expandiendo en el

    tiempo (como perfiles de cualificaciones validados por industria, evaluaciones de resultados, inteligencia

    de mercado laboral sobre sectores demandantes de ciertos grupos especficos, etc). Es fundamental

    tener en cuenta que en los cursos cortos no se identifican impactos, y la posibilidad de tenerlos

    disminuye cuanto mayor es el problema de empleabilidad.

    Si bien el SENCE (CH-L1064) ha diseado y se encuentra en etapa de implementacin, un modelo de

    gestin de calidad de los servicios de capacitacin que involucra entre otros aspectos transparencia de

    gestin de los OTECs-, es crucial profundizar en el aseguramiento de calidad de las instituciones

    formadoras, diseando e implementando incentivos apropiados para hacer competitivo y eficaz al

    mercado, y fiscalizando con estndares bien definidos. En tal sentido debe existir una ventana nica de

    entrada (y no dejar todo el poder en los proveedores), que dependiendo del nivel de vulnerabilidad del

    trabajador lo derive slo a intermediacin (primer piso), o lo derive a capacitacin, para luego una vez

    cubierta esta etapa, pase a intermediacin. Por el otro lado, y en lnea con el aseguramiento de la

    pertinencia, resulta crucial desarrollar un sistema de certificaciones que tengan valor agregado. Y en esa

    lnea, el continuar y profundizar el desarrollo de consejos sectoriales, puede contribuir para definir

    quin y cmo se certifican las habilidades adquiridas.

    36

    El mecanismo debe incentivar la colocacin de los egresados, tomando en consideracin las tasas de insercin de los

    distintos grupos de beneficiarios (hombres y mujeres).

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    25

    Los potenciales beneficiarios del programa sern determinados por el SENCE-Ministerio del Trabajo va

    cruce de bases de datos37. Dado el objetivo del programa un primer filtro sera aquellas mujeres que

    tengan menos de una cierta cantidad de cotizaciones en el Seguro de Cesanta. La primera lista de

    potenciales beneficiarias se comparte a los Municipios, para que puedan implementar el instrumento de

    diagnstico a stas personas.38 A partir de esta informacin se le entrega una lista preliminar a los

    ejecutores de los programa de Capacitacin. Este nuevo diseo reducira costos y acelerara la ejecucin

    de los programas. Esto tendra, adems, el efecto que incentivara al Estado a mejorar la calidad de sus

    datos para de esa forma mejorar la focalizacin de sus polticas.

    Dadas las capacidades actuales del SENCE, la implementacin de dimensiones claves del programa debe

    ser gradual. Dada estas caractersticas, se sugiere que se disee e implemente en la primera mitad del

    ao 2014 el estudio del diagnstico de mujeres/jvenes y en la segunda mitad se realice el diseo de los

    contenidos de los programas de capacitacin a partir de ese estudio. A principios de 2015 se licita el

    programa de capacitacin e intermediacin para el perodo 2015-2018. El separar la implementacin en

    dos perodos, 2014 y 2015-2018, permitir por una parte, mejorar la institucionalidad del SENCE39 para

    la implementacin del programa y por la otra, asegurar que los oferentes de capacitacin van a tener la

    capacidad de atender la cobertura deseada. El programa de gobierno en trminos de cobertura es bien

    ambicioso, 300.000 mujeres y 150.000 jvenes de cursos de larga duracin, durante el perodo de

    gobierno. Para el ao 2014, se sugiere hacer un programa ms acotado va el registro especial de OTEC.

    La licitacin para adjudicar el programa podra ser dinmica y con opciones de financiamiento plurianual

    basado en resultados, para incentivar inversin en cursos pertinentes: los resultados en un perodo

    influyen en las posibilidades de obtener cupos en el ao siguiente, y la institucin que se lo adjudica

    tiene que hacerse cargo de la capacitacin e intermediacin (puede subcontratar esto ltimo con

    instituciones pblicas o privadas). La evaluacin tiene que ser sobre resultados de empleabilidad. La

    licitacin dinmica puede ser en s misma un instrumento que contribuye a la calidad y pertinencia. Por

    un lado, tiene la ventaja de entregar un horizonte de planificacin para que las instituciones

    capacitadoras puedan planificar sus inversiones y tener una mayor certeza de los ingresos que tendrn

    para implementar polticas para mejorar la calidad de sus cursos. Por otro, bien diseada y monitoreada,

    contribuye a los resultados esperados de la capacitacin.

    Es importante que Chile desarrolle un mercado de intermediacin laboral que permita a las personas y

    empresas encontrarse de manera fcil y en igualdad de condiciones. Para ello es urgente partir por

    crear un sistema de informacin, en base a la informacin del Seguro de Cesanta, que permita,

    aprovechando las nuevas tecnologas y la informacin que tiene el Estado, tener proyecciones de nivel

    de actividad por sectores y reas geogrficas, sectores dinmicos, niveles de salarios, entre otros. Estos

    insumos son bsicos para que los agentes pblicos a cargo de la intermediacin laboral puedan

    37

    Seguro de Cesanta, Ficha de Proteccin Social y otras fuentes de informacin

    38 De hecho se puede incluir a los municipios y otros entes pblicos en este diseo, por ejemplo que sean ellos los que le

    informen a los potenciales beneficiarios de estos programas y los incentiven a postular va web o va los municipios

    mismos. 39

    El BID actualmente apoya al gobierno de Chile en estas mejoras institucionales. Ver Anexo II.

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    26

    direccionar mejor sus recursos, a partir de los cuales basar parte de la asesora y orientacin que se d a

    las personas. As mismo, las usuarias del sistema pueden optar por tomar cierto tipo de curso de

    capacitacin o reconvertir sus habilidades para entrar a otro sector productivo. El uso de esta

    informacin depende significativamente de que la misma est disponible en forma fcil de entender

    para los trabajadores y todos los que lo deseen ser (variados intentos no han dado resultados por las

    limitaciones comunicacionales del instrumento). Es posible tener una primera plataforma funcionando

    el ao 2015 para los usuarios del programa de capacitacin-intermediacin de las mujeres y jvenes que

    mencionamos anteriormente.

    El programa de prstamo entre el Gobierno de Chile y el BID (20132016) que contempla el apoyo en

    una reformulacin del SENCE involucra el desarrollo de capacidades institucionales, de regulacin,

    fiscalizacin, monitoreo y evaluacin para instalar una estrategia de capacitacin costo-efectiva. Pero

    tambin involucra disear de mejor forma cmo se regula e incentiva al mercado de la capacitacin. En

    la etapa de puesta en marcha e implementacin de las acciones para el rediseo de SENCE, ste

    necesitar liderazgo poltico y ms recursos humanos, monetarios, operativos, etc.- para sostener el

    xito de estas reformas en el tiempo.

    Segunda lnea. La disponibilidad de otros servicios y opciones articuladas pueden contribuir a la

    participacin de la mujer y su mejor empleabilidad. Vinculado con la lnea anterior, el desarrollo de

    esquemas de nivelacin de estudios, para personas adultas con baja escolaridad y sobre todo para

    jvenes desertores, debe ponerse en marcha. De acuerdo con el estudio de las competencias bsicas de

    la poblacin adulta del ao 2013 (Microdatos, 2013) casi un 50% de las personas adultas (25-65 aos) no

    entiende lo que lee, ya sean textos en prosa, textos informativos o textos ms cuantitativos. Segn el

    estudio, en trminos generales, los hombres tienen un nivel de alfabetizacin promedio mayor que el de

    las mujeres. Ests diferencias por gnero son equivalentes a las encontradas cuando se hizo la primera

    medicin en 1998.

    Sin embargo, la capacitacin no debe sustituir al sistema educativo, sino integrarse en la lgica de

    aprendizaje a lo largo de la vida. Ministerios de Educacin y de Trabajo debieran trabajar conjuntamente

    para garantizar un men de opciones constructivo y que promueva la empleabilidad de los ms

    vulnerables. Y en tal sentido, para quienes no han completado la educacin formal obligatoria, es

    imprescindible generar una oferta educativa acorde a estos grupos, que les permita seguir formndose,

    incorporando en su diseo las caractersticas de dicha poblacin.

    La provisin de cuidado a nios de 6 a 13 aos despus de la jornada escolar puede potenciar la

    opcin de trabajo de las madres. Bajo esa premisa el SERNAM, con el apoyo del BID, ha puesto en

    marcha el Programa 4 a 7; a partir de la evidencia recogida podra en el futuro extenderse la experiencia

    tomando en cuenta las recomendaciones que surgen de la evaluacin del programa. Es importante, por

    ejemplo, disear programas que tengan horarios y das de funcionamiento acorde con el sistema

    productivo, funcionando por ejemplo los sbados a la maana, durante las vacaciones de invierno y

    verano; coordinar la oferta de cupos con la disponibilidad de servicios de salas cunas para los

    hermanos/as menores; y que las personas conozcan de su existencia y tengan centros cercanos a su

    lugar de trabajo. Los programas deben exhibir estndares de calidad que resulten atractivos para las

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    27

    madres y efectivos para el desarrollo y cuidado de nios. Para las madres, el saber que sus nios estn

    seguros y bien atendidos es crucial. Para los nios, la atraccin debe venir de actividades distintas a las

    que usualmente desarrollan en su horario habitual. Sera importante salvaguardar horarios dentro del

    programa en los que el nio pudiera cumplir con sus tareas escolares diarias y/o pudiera reforzar alguna

    materia en particular. En este sentido no parece lgico tener programas que estn disociados del

    establecimiento educativo.

    Paralelamente, la expansin y perfeccionamiento de las salas cunas, contribuira en la misma lnea,

    incluyendo mejoras al sistema actual en varias lneas para mejorar su acceso, financiamiento y

    calidad. Primero, es importante estudiar mejor la distribucin geogrfica adecuada para la apertura de

    salas cunas e identificar los resultados de la poltica que puedan afectar la empleabilidad femenina.

    Esfuerzos recientes para alinear los horarios en las salas cunas con las jornadas laborales debieran

    mantenerse. Servicios de cuidado en horarios extendidos (donde los nios pudieran permanecer por un

    par de horas, hasta que su mam o algn familiar puede recogerlos), mejores servicios de alimentacin,

    actividades ms ldicas, mayor involucramiento de los padres (participando por ejemplo en tareas

    voluntarias durante alguna tarde o un sbado), pueden mejorar la relacin de la comunidad con los

    centros de atencin y as generar mayor confianza en las madres o padres.

    Por ltimo, la racionalidad de mantener un subsidio al trabajo de la mujer radica en que, si bien no se

    esperara que un subsidio al empleo de la mujer fuera una estrategia para mantener niveles de

    empleabilidad en el largo plazo, ste puede servir para promover la insercin de mujeres en empleos

    formales. Actualmente los requisitos para acceder al Bono al Trabajo de la Mujer (BTM) determinan que

    este esquema sea usado por trabajadoras con cierto grado de precariedad, lo cual la evidencia ha

    confirmado. La evidencia tambin seala que ha sido mucho ms demandado por las trabajadoras que

    por las empresas. La experiencia internacional muestra que este tipo de polticas puede ser ms

    efectivo en estimular la oferta laboral que en generar nuevos empleos, razn por la cual debe ser vista

    como una poltica complementaria a las dems reformas, en particular, a un sistema de capacitacin

    efectivo. Introducir ciertas modificaciones permitira incrementar su impacto, sumando nuevas

    trabajadoras, en especial mujeres jvenes, que es donde este tipo de esquemas es ms efectivo, y

    garantizando un trabajo de calidad. El SEJ y el BTM pueden ser escalados, y puestos bajo un mismo

    diseo ms simple y directo de empleabilidad. En el caso del BTM, este debera evaluarse y analizar la

    sensibilidad a algunos cambios, como por ejemplo, el tiempo mximo de utilizacin, la conveniencia de

    un segundo elemento de focalizacin, la edad mxima de elegibilidad, y la adecuacin del monto en

    caso de tener hijos.40

    Tercera lnea. Existen una serie de polticas, leyes, programas y fenmenos emergentes sobre los

    cuales se desconocen sus efectos (esperados y no esperados) y alcances. Profundizar en este

    conocimiento permitir disear e implementar mejor todo tipo de poltica y programa orientado a

    aumentar a la participacin laboral y empleabilidad de las mujeres. En esta lnea, se incluyen

    diferentes tipos de estudios, pilotos e instrumentos/mecanismos que debieran ser parte estable de las

    entidades pblicas encargadas de dichas intervenciones. Resulta fundamental entender las barreras a la

    40

    Ver Huneeus y Repetto (2013) en relacin a estas propuestas.

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    28

    entrada al mercado laboral, a la permanencia y a la salida, desarrollando instrumentos de relevamiento

    y seguimiento de las personas. En trminos de legislacin ya existente, por ejemplo, es necesario

    realizar un estudio que permita examinar los efectos del posnatal en el mercado del trabajo, prestando

    especial atencin a los potenciales efectos heterogneos: nivel educacional, tipo de empresa, cargo, etc.

    As mismo, tambin interesara entender los canales a travs de los cuales la maternidad temprana

    podra estar incidiendo negativamente sobre las perspectivas laborales de las mujeres caracterizadas en

    el diagnstico como NINI.41 Es necesario adems saber con ms detalle el impacto de recientes polticas

    y modificaciones legales, como el subsidio al empleo de la mujer, aumento del cuidado infantil, ley de

    igualdad de remuneraciones, el sello Iguala-Conciliacin, entre otros, han tenido en la empleabilidad y

    salario de los grupos beneficiarios de estas polticas. Estos estudios sern de mucha importancia para

    disear e implementar las nuevas polticas laborales y consolidar existentes en