buena nueva 22

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may-jun 2010 nº 22 Revista para la Nueva Evangelización Precio España 3 Bienaventurados los limpios de corazón Entrevista a Olías-Soler • El suicidio Tu nombre es ungüento derramado Celos delirantes • El Misterio de la Cruz Sobre la pederastia • No te fíes de mí

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buena nueva 22 revista catolica

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Page 1: Buena Nueva 22

may-jun 2010 nº 22

RReevv ii ss tt aa pp aa rr aa ll aa NN uu eevvaa EE vvaa nn gg ee ll ii zzaa cc ii óó nn

Precio España 3 €

BBiieennaavveennttuurraaddooss llooss lliimmppiiooss ddee ccoorraazzóónnEEnnttrreevviissttaa aa OOllííaass--SSoolleerr •• EEll ssuuiicciiddiioo TTuu nnoommbbrree eess uunnggüüeennttoo ddeerrrraammaaddoo

CCeellooss ddeelliirraanntteess •• EEll MMiisstteerriioo ddee llaa CCrruuzz SSoobbrree llaa ppeeddeerraassttiiaa •• NNoo ttee ffííeess ddee mmíí

Page 2: Buena Nueva 22

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HACIA ORIENTE1 ...y después de la Resurrección

2 ARCA DE NOÉ

TESTIGOS DE LA VERDAD6 Entrevista al matrimonio Olías-Soler

Victoria Luque

SI HOY ESCUCHÁIS SU VOZ14 Bienaventurados los limpios de corazón

Cesar Allende

22 Pentecostés, culminación de PascuaJuan Javier Flores Arcas, OSB

28 Tu Nombre es ungüento derramadoAntonio Pavía Martín-Ambrosio

KERIGMA36 Decir sí a la vida, decir sí a Cristo

Christoph Schönborn

FAMILIA DE NAZARET 40 Celos delirantes

Aquilino Polaino Lorente

46 La BellezaVicky Vega

48 La familia naturalJuan José Guerrero Roiz de la Parra

54 Ser abuela demasiado pronto

EDUCACIÓN PARA LA VIDA56 Mamá, no te mueras

Vicky Vega

RAZÓN CREADORA58 El suicidio

José Antonio Gris

62 ¿Sociedad del bienestar?Jesús Esteban Barranco

SED SANTOS70 La lucha de San Antonio del desierto

José María de Montells y Galán

ESPADA DE DOS FILOS74 No te fies de mí

Jorge L. Santana

80 El Misterio de la CruzJuan Javier Flores Arcas, OSB

ALDEA PLANETARIA84 Sobre la pedofilia

Buenanueva

NUEVA ESTÉTICA92 Noli me tangere

Pilar Gordillo Isaza

MOSAICO98 Relaciones judeo-cristianas

Sor Ionel Mihalovici

104 A tiempo y a destiempo106 La oración de Jesús

Santiago R. Sánchez de Ruíz

110 La fe de dos militaresIgnacio Barrios Plaza

114 Treinta mil jinetes árabesEryel Martínez Quero

FUERZA EN LA MIRADA100 Llevo cuatro años huyendo120 Jornada Mundial de la Juventud

LUZ PARA EL MUNDO113 La vida humana tiene un valor intrínseco

Bendicto XVI

126 ENTRETENIMIENTO128 Fray Buenaventura

ORACIÓN129 Canción final

Felicidad Ramírez

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hacia oriente

¡Ya es Pascua! Pasó lo viejo. Se desquebrajan las cade-nas. No remendamos los afectos como los tejidos rotos,ni usamos los odres viejos para escanciar el vino joven,porque Cristo lo hace todo nuevo; esta es la única espe-ranza válida. No proseguimos anclados en historias rui-nes o maniatados en afectividades tiranizantes ni subyu-gados por los brillos del oropel; sino más bien corremosa los brazos abiertos del Padre que ha salido a buscarnoscon sus ojos clavados en ti… y en mí, impulsados por unviento del mar y del oriente, que nos impele hacia los ver-des pastos de las balsameras. Ahí está tu amado…, ¿loves? Te persigue para declararte su amor. No rebuscamos

entre los raquíticos amoríos y exiguas devociones que nos oprimen, nientre los escombros de vanos placeres que nos van sorbiendo la sangrey nos reducen despóticamente a polichinelas. “Cantadnos nos decíannuestros opresores… y nuestras guitarras colgaban de los sauces, afóni-cas y quietas” (Sal 137).El mar se abrió a mis pies, pero yo no he obrado nada. Ha pasado elángel de la muerte por mi lado y alguien había embadurnado los dinte-les de las puertas con sangre y ha pasado de largo. Los primogénitos dela tiranía han sido estrellados contra las peñas, pero yo no he obradonada. Tuve sed y brotó agua de la roca, tuve hambre y apareció comosemilla de cilantro, blanco, y de sabor como la miel, pero yo no he obra-do nada. Así emerge la “shekiná”, la presencia de la Luz y te dejasembalsamar con los aromas del viento insólito; con la mirada del reodespués de haberle negado no tres, sino setenta veces siete, con la pie-dra inmensamente sepulcral movida como si fuera una china, sólo lasvendas y el sudario y la tumba vacía… ¡Oh, “Rabbuní”! Has restauradocon tu resurrección la gris estera de mi vida, has bajado a oler el humodel infierno y has vuelto de la muerte con aroma de incienso esculpidoen la piel. Todos los días voy al sepulcro a comprobar que no estás: ¡qué poca fe!También te debo las ansias de ir, no creas... Y apareces en la gruta, enel lago, en la estancia o en el camino; y, después de tantos milagros yde diseñar en mi ser, Pascua a Pascua, que sólo queda el vendaje y lamortaja, de meter los dedos en tus llagas, de examinar el orificio de tucostado…, me preguntas: “Pedro, ¿me amas?” (Jn 21,15). ¡Oh, Señor!,¿cómo me preguntas esto?, ¿qué puedo decirte…? “Tú lo sabes todo,Señor” (Jn 21,17). Pero ¡tal vez quieras escucharlo de mi boca! ¡Tantome amas…!

Jorge L. Santana

…y después de la Resurrección

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arca de Noé

Es curioso cómo el pueblo he-breo tenía una gran tradición so-bre el tercer día

• Hay un tercer día para la vueltaa la vida: “El tercer día nos le-vantará y viviremos en su pre-sencia”.

• Hay un tercer día de las tribus:“José les dijo el tercer día: Hacedesto y viviréis”.

• Hay un tercer día de los espíasde la tierra prometida: “Ocultaosallí durante tres días”.

• Hay un tercer día para Jonás:“Jonás estuvo en las entrañas delpez durante tres días”.

• Hay un tercer día para Ester, sal-vadora del pueblo: “El tercer día,Ester se vistió los vestidos de larealeza; se vistió [los vestidos de]la realeza de la casa de su padre”.

• Hay un tercer día para nuestropadre Abrahán: “El tercer día...vio el lugar de lejos”. ¿Qué es loque vio? Vio una nube colocadasobre la montaña, el lugar dondeel Santo de Israel le dijo que sa-crificara a su hijo Isaac. “Yo y eljoven iremos hasta allí. Nospostraremos y volveremos avosotros”. Anunció que volveríadel Moria en paz. Los rabinosenseñan que todo se ha dadogracias a la postración: Abrahánvolvió en paz gracias a la pos-tración. Israel no se salvó másque gracias a la postración,como está dicho: “El pueblocreyó, supieron que el Señor ha-bía visitado a los hijos de Israel...Se inclinaron y se postraron”. LaTorá no se dio más que graciasa la postración, como está di-cho: “Se postraron de lejos”.

Ana no fue visitada más quegracias a la postración, comoestá dicho: “Se postraron de-lante del Señor”. Los desterradosno se reunirán más que graciasa la postración, como está di-cho: “Aquel día el Señor tocaráel gran sofar... Volverán y se pos-trarán sobre la montaña santaen Jerusalén”. El Templo no seconstruyó más que gracias a lapostración, como está dicho:“Exaltad al Señor nuestro Dios,postraos ante su montañasanta”. Los muertos no reviviránmás que gracias a la postración,como está dicho: “Venid, pos-trémonos, inclinémonos, doble-mos la rodilla delante del Señorque nos ha creado”.

Hay otro monte en el que yaciótotalmente postrado el Mesías,y..., al tercer día, resucitó.

eell tteerrcceerr ddííaa

Un día, Abrahán invitó a un mendigo a comer en su tienda.Cuando Abrahán estaba dando gracias, el otro empezó a mal-decir a Dios Y a decir que no soportaba oír su Santo Nombre.

Presa de indignación, Abrahán echó al blasfemo de su tienda.

Aquella noche, cuando estaba haciendo sus oraciones, le dijoDios a Abraham: «Ese hombre ha blasfemado de mí y me hainjuriado durante cincuenta años y, sin embargo, yo le he dadode comer todos los días. ¿No podías haberlo soportado tú du-rante un solo almuerzo?».

eell ppaann nnuueessttrroo ddee ccaaddaa ddííaa

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arca de Noé

Se encontraba una familia pasando el día en la playa.Los niños estaban haciendo castillos de arena junto alagua cuando, a lo lejos, apareció una anciana, con suscanosos cabellos y sus vestidos sucios y harapientos,que decía algo entre dientes mientras recogíacosas del suelo y las introducía en una bolsa.

Los padres llamaron junto a sí a los niños y lesdijeron que no se acercaran a la anciana.

Cuando ésta pasó junto a ellos, inclinándoseuna y otra vez para recoger cosas del suelo,dirigió una sonrisa a la familia. Pero no le devolvieronel saludo. Muchas semanas más tardesupieron que la anciana llevaba todasu vida limpiando la playa decristales para que los niñosno se hirieran los pies.

LLaa aanncciiaannaa ddee llaa ppllaayyaa

Hay una reveladora historia acerca de un monjeque vivía en el desierto egipcio y al que las ten-taciones atormentaron de tal modo que ya nopudo soportarlo. De manera que decidió aban-donar el cenobio y marcharse a otra parte.

Cuando estaba calzándose las sandalias para lle-var a efecto su decisión, vio, cerca de donde élestaba, a otro monje que también estaba po-niéndose las sandalias.

«¿Quién eres tú?», preguntó al desconocido.

«Soy tu yo», fue la respuesta. «Si es por micausa por lo que vas a abandonar este lugar,debo hacerte saber que, vayas adonde vayas,yo iré contigo».

Un paciente, desesperado, le dijo al psiquiatra:«Vaya adonde vaya, tengo que ir conmigomismo... iy eso lo fastidia todo!»

Tanto aquello de lo que huyes como aquello porlo que suspiras está dentro de ti.

ccoonnmmiiggoo mmiissmmoo

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El diablo, transformado en ángel, seapareció a uno de los santos Padresdel Desierto y le dijo: «Soy el ángelGabriel y me ha enviado a ti elTodopoderoso».

El monje replicó: «Piénsalo bien. Segu-ramente has sido enviado a otro. Yo nohe hecho nada que merezca la visita deun ángel».

Con lo cual, el diablo se esfumó y ja-más volvió a atreverse a acercarse almonje.

Siento galopar la aurora que trae el amanecer a la grupa de la luna.

Despacio, arroyo, no cantes que se despierta la brisa, saltándose los cabellos

para jugar con tus cintas. ¿No reparas en la alfombra que la noche te ha tendido para ocultar mis pisadas?

¡Calla, junco, no te muevas! ¿Te extraña ver mis recuerdos

pasar junto a orillas claras?

Ya me acerco a ti, Señor. Ya mi amor es golondrina: tenues alas, vuelo blando..., tristeza, alegría, lloro, canto...

¿Incertidumbres? ¿Cómo te quiero? Interrogaciones mías

que tiñen el horizonte de tintes color lucero.

jSilencio! Que la brisa duerme.

Así, en silencio con tu amor, dueño de mis secretos, quiero ser tu confidente.

Más, Señor, mírame más y sin decir nada dame saber para adivinar tu pena.

Artífice de bellezas supo plasmar en tu boca el dolor y la plegaria. Y en tus ojos la tristeza de un amor que a fuego lento va consumiendo las almas.

He de entrar por tus pupilas anchas, mirando el mar de tus ojoscomo a una ola mecer mis alas. Sentirme calar, derretirme poco a poco,haciéndome cuerpo tuyo de la superficie al fondo.

Después, Señor, sólo quiero ver mi sombra en la sombra del madero.

Ya miro con tu mirada hablándome

Quejándote, yo me quejo de lo que padeces y por mí padezco.

Y mientras la brisa duerme, los juncos y el arroyuelo, deja marcharse las noches con amaneceres lentos...

C. S-Cañete Oria

AAnnttee eell CCrriissttoo ddee llaa cclleemmeenncciiaa ddee JJ.. MMaarrtt íínneezz MMoonnttaaññééss

LLaa hhuummiillddaadd aalleejjaaaall ddeemmoonniioo

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arca de Noé

Page 7: Buena Nueva 22

Cuentan que una vez se reunieron en un lugarde la Tierra todos los sentimientos y cualidadesde los hombres. Cuando el AAbbuurrrriimmiieennttoo habíabostezado por tercera vez, la LLooccuurraa, como siem-pre tan loca, les propuso: ¿Jugamos al escondite?

La IInnttrriiggaa levantó la ceja, lógicamente intrigada, yla CCuurriioossiiddaadd, sin poder contenerse, preguntó: ¿Alescondite? ¿Cómo se juega a eso?

Es un juego, explicó la LLooccuurraa, en que yo os doyla espalda y me tapo la cara para no ver nada;luego, comienzo a contar desde uno hasta un mi-llón. Mientras tanto vosotros os escondéis por ahíy, cuando yo termine de contar, me pongo a bus-caros y al primero que descubra, le tocará ponerseen mi lugar para continuar así el juego.

El EEnnttuussiiaassmmoo se puso a bailar, secundado por laEEuuffoorriiaa; la AAlleeggrrííaa comenzó a dar saltos hasta elpunto de convencer a la DDuuddaa, e incluso a la AAppaa--ttííaa, que nunca se interesaba de nada. Pero no to-dos quisieron participar, como la VVeerrddaadd, que pre-firió no esconderse, ¿para qué?, si al final siemprela hallaban.

La SSoobbeerrbbiiaa opinó que era un juego muy tonto (enel fondo lo que le molestaba era que la idea nohubiese sido de ella) y la CCoobbaarrddííaa prefirió no arries-garse.

Uno, dos, tres… comenzó a contar la LLooccuurraa.

La primera en esconderse fue la PPeerreezzaa, que comosiempre se tumbó tras la primera piedra del ca-mino.

La FFee subió al cielo y la EEnnvviiddiiaa se escondió trasla sombra del TTrriiuunnffoo, que con su propio esfuerzohabía logrado subir a la copa del árbol más alto.La GGeenneerroossiiddaadd casi no alcanzaba a esconderse,ya que cada sitio que hallaba le parecía maravi-lloso para alguno de sus amigos: que si un lagocristalino, ideal para la BBeelllleezzaa; que si el vuelo dela mariposa, lo mejor para la VVoolluuppttuuoossiiddaadd; quesi una rendija de un árbol, ideal para la TTiimmiiddeezz;que si la ráfaga del viento, magnífico para la LLii--bbeerrttaadd. Así que terminó por ocultarse en un ra-yito de sol.

El EEggooííssmmoo encontró un sitio muy bueno desdeel principio, pero sólo para él. La MMeennttiirraa se es-condió en el fondo de los océanos, mientras laRReeaalliiddaadd se escondió detrás del arco iris y la PPaa--ssiióónn y el DDeesseeoo dentro de los volcanes. Al OOll--vviiddoo… se me olvidó donde se escondió, pero noimportaba. Cuando la LLooccuurraa iba por el 999.999,el AAmmoorr todavía no había encontrado sitio para es-conderse, pues todo se encontraba ocupado,hasta que divisó un rosal y enternecido decidióesconderse entre sus flores.

“Un millón”, grito la LLooccuurraa y comenzó a buscar.La primera en aparecer fue la PPeerreezzaa, a tres pa-sos de una piedra. Después se escuchó a la FFeediscutiendo con Dios en el cielo sobre la TTeeoolloo--ggííaa; y a la PPaassiióónn y el DDeesseeoo los sintió en el vibrarde los volcanes. En un descuido encontró a la EEnn--vviiddiiaa y, claro, pudo deducir dónde estaba el TTrriiuunnffoo.

Al EEggooííssmmoo no tuvo ni qué buscarlo, solito salió dis-parado de su escondite, que había resultado serun nido de avispas. De caminar sintió sed y, al acer-carse al lago, la LLooccuurraa descubrió a la BBeelllleezzaa, y conla DDuuddaa resultó más fácil todavía, pues la encon-tró sentada sin decidir dónde esconderse. Y así fueencontrando a todos. Al TTaalleennttoo entre la hierbafresca, a la AAnngguussttiiaa en una oscura cueva, a la MMeenn--ttiirraa detrás del arco iris… (¡mentira!, porque ella es-taba en el fondo del Océano), y descubrió hastael OOllvviiddoo, que ya había olvidado que estaban ju-gando a las escondidas. Pero…el Amor no apa-recía por ningún sitio.

La LLooccuurraa buscó detrás de cada árbol, en cada arro-yuelo del planeta, en la cima de las montañas... y,cuando estaba por darse por vencida, divisó un ro-sal y las rosas. Tomó una horquilla y comenzó a mo-ver las ramas, cuando de pronto un doloroso gritose escuchó: las espinas habían herido los ojos delAAmmoorr. La LLooccuurraa no sabía qué hacer para disculparse:lloró, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser sulazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez sejugó al escondite en la Tierra, el AAMMOORR es ciegoy la LLOOCCUURRAA siempre lo acompaña.

LLaa llooccuurraa yy eell aammoorr

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arca de Noé

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testigos de la verdad

“La vida llama a la vida”

EEnnttrreevviissttaa aa llaa ffaammiill iiaa OOllííaass--SSoolleerr ((ttrreeccee hhii jjooss))

Victoria Luque Vega

Ángel y Mari Carmen con los nueve hijos que están en su casa

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testigos de la verdad

LLa familia Olías-Soler vive en Paracuellos deJarama (Madrid) desde hace dos años y medio.Confidencialmente me dicen que, en su casa,

hay siempre mucho “jaleo”; nada extraño si tenemosen cuenta que Ángel y Mari Carmen tienen trece hijos,de los cuales nueve viven ahora con ellos, pues losotros cuatro ya están casados. Con cuatro nietos y encamino el quinto, esta familia es particularmente aco-gedora. Al final, tras la foto en el jardín, nos sentamos adegustar unas lonchas de jamón y queso, mientrasunos tímidos rayos de sol nos tocan la cara; cosa extra-ña, en pleno invierno.

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testigos de la verdad

Los Olías-Soler son nueve chicos y cuatro chicas,a saber: Juan (el mayor: 29 años), Ignacio,Francisco y María (mellizos), Javier, Miguel Ángel,Esteban, Carmen, Emmanuel, Luis, Yael, Raquely Andrés (el pequeño: 9 años). “Trece hijos enel transcurso de dieciocho años”, comenta MariCarmen, quien señala que para ella, sus hijosson “una auténtica bendición de Dios”.

¿Cuál es vuestra historia? ¿Cómo os haenganchado el Señor para su viña?

MMaarrii CCaarrmmeenn:: Yo provengo de una familia cris-tiana, mis padres tenían una inquietud enormepor hallar respuestas al porqué de su existen-cia… Mi padre José María se tomaba la vidamuy en peso, era un inconformista, siemprequiso que su vida se correspondiera con su fe.Fue cursillista (de los Cursillos de cristiandad)y ahí conoció a Kiko Argüello, el iniciador delCamino Neocatecumenal, que por aquelentonces también era cursillista… Un díallamó por teléfono a Kiko para que dirigierauna “ultrella” (convivencia de grupo) y suspadres le comentaron que ya no vivía allí, queestaba en una chabola en Palomeras.

Mi padre fue a buscarlo, y Kiko le dijo: “Mira,Jose Mari, nadie da lo que no tiene; yo hevenido aquí a buscar a Cristo y de aquí no mevoy”. Mi padre quedó tan impactado que dejóCursillos y comenzó a participar de esa expe-riencia nueva… Yo, desde los seis años, acom-pañaba a mis padres a la celebración de laPalabra y de la Eucaristía en las barracas.Entonces no tenía capacidad de análisis y con-templaba esa experiencia religiosa comohacen los niños, acogiéndola en el corazón.Cuando crecí, vi la acción del Espíritu Santoentre los pobres.

ÁÁnnggeell: A mí, mis padres me transmitieron lafe en un contexto católico de misa losdomingos, bendición de la mesa, colegioreligioso, hasta que entré en la Universidad;pero la fe de mis padres llegó un momentoen que se me había quedado pequeña: eranlos últimos años de la época de Franco,había mucha agitación social y política, ycreo que, existencialmente, algo cambió den-tro de mí. No me convencía esa forma de verla Iglesia que me habían inculcado mispadres, los curas…; así que en esa crisis devalores, existencial, me alejé de la Iglesia, aun-que permanecía en búsqueda constante a tra-vés de la cultura, de los estudios, de la políti-ca...; tenía una inquietud de solidaridad socialmuy grande… Así estuve hasta que, aparen-temente por casualidad (pienso que lascasualidades no existen, sino que todo formaparte de la historia de salvación de Dios paracada uno), un amigo me invitó a acompañar-le a unas catequesis. Fui a regañadientes(tenía 19 años), y aquello cambió radical-mente mi vida.

Escuché una serie de cosas que jamás habíaoído antes; se me presentó una imagen de loque era la Iglesia que yo desconocía. Pensé:o lo que me han transmitido hasta ahoratiene poco que ver con la Iglesia de Cristo, oesto es otra cosa distinta… No sé si sonherejes, cismáticos; pero esto me convencey lo anterior no. Entonces no se llamaba nisiquiera Camino Neocatecumenal; corría elaño 1976 y, por entonces, era Papa Pablo VI.Después conocí a Mari Carmen, nos hicimosnovios y me empapé muchísimo de lo quefueron los comienzos del Camino, porque sufamilia tenía mucha relación con KiKoArgüello.

AA NNUUEESSTTRROOSS HHIIJJOOSS LLOOSS HHEEMMOOSS RREECCIIBBIIDDOO CCOOMMOOUUNNAA AAUUTTÉÉNNTTIICCAA BBEENNDDIICCIIÓÓNN,,

CCOOMMOO UUNN RREEGGAALLOO DDEE DDIIOOSS PPAARRAA NNOOSSOOTTRROOSS ((MMAARRII CCAARRMMEENN))

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testigos de la verdad

Supongo que os preguntarán muchas veces,por qué tenéis trece hijos.

ÁÁnnggeell: Sí. Hubo un momento determinante ennuestra vida matrimonial que nos hizo reflexio-nar profundamente sobre el hecho de estarabiertos a la vida. Y fue que nuestro tercer hijomurió al nacer. Nació, vivió tres minutos y semurió… Aquello fue como una sacudida, tequedas sorprendido… LLegamos a la conclu-sión de que el Señor era el dueño de la vida yde la muerte, de que nosotros no teníamosningún poder para dar la vida ni para conser-vársela a nadie… En ese sentido, muchísimoantes de que en el Camino se empezase ahablar de esta concepción de estar abiertos ala vida (no como un moralismo ni como unaley, sino como una disposición de estar abier-tos a la voluntad de Dios, en definitiva, tambiénen muchos otros ámbitos), ya nosotros había-mos asumido esa verdad. Esta experiencia nosllevó a estar dispuestos a salir de misión, pocotiempo después, adonde Dios quisiera.

MMaarrii CCaarrmmeenn:: Cuando murió este hijo me dicuenta, parecerá una perogrullada, que nace-mos para morir, que la muerte forma parte dela vida y que yo no la controlo. Recuerdo quecuando llegué del hospital, miraba a mis doshijos mayores y pensaba: “Entonces, habéisnacido para morir”. Fui consciente de algo queracionalmente es tan evidente: nacer paramorir. Fui consciente de que, si no teníamosuna respuesta ante la muerte, todo era absur-do: era un absurdo casarse, era un absurdotener hijos… Así me di cuenta de que mishijos nacían para la vida eterna.

Y tuve una experiencia personal muy fuertecon Cristo resucitado. En mi interior Él medecía: “Tú no entiendes nada, pero entende-rás”. Tuve la certeza de que mi hijo había sidollamado para la trascendencia. Yo a mis hijosles procuraré comida, vestido, estudios, todoel amor del que sea capaz…; pero han nacidopor una razón fundamental, porque existe lavida eterna.

Ángel Olías y Mari Carmen Soler con nuestra periodista Victoria Luque y su marido

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testigos de la verdad

Cuando alguno tiene una crisis de fe (quizásparezca fundamentalista lo que voy a decir,pero quiero que lo comprendan), les digo:“Prefiero verte muerto que perdido. Tú hasnacido porque eres hijo de Dios, has nacidopara la Vida junto a Él: no malgastes este lega-do precioso que tienes”.

MMaarrii CCaarrmmeenn vvaa ddeessggrraannaannddoo uunnaa aauunnaa llaass mmaarraavvii ll llaassqquuee eell SSeeññoorr hhaahheecchhoo ccoonn eell llooss¿Qué podemos decir nosotros de nuestroPadre Dios? comenta M. Carmen, en un susu-rro: Pues que ha sido bueno, buenísimo…Nos lo ha dado todo, por ejemplo, esta casa.Nosotros hemos estado viviendo quince per-sonas en un piso en Tres Cantos (un barrio deMadrid) hasta hace algo más de dos años; nosorganizábamos en literas de tres, pero ibancreciendo… hasta que el Señor permitió quenos concedieran la hipoteca de esta casa, algoinsoñable para nosotros (tiene 400 metroscuadrados más el jardín). Pues mira, ahora nospodemos reunir toda la familia, somos veinti-tantos a comer todos los domingos…

También podría decirte que efectivamente elsufrimiento existe, que tenemos que aceptarser criaturas, y que es maravilloso vivir sabien-do que tienes un Padre que te cuida. Mis nie-tos, por ejemplo, no se plantean el interrogan-te: ¿mamaré mañana? No, ellos duermen plá-cidamente en la confianza que tienen en suspadres… Esto mismo es lo que yo he conoci-do a través de Jesucristo: el profundo amorque nuestro Padre nos tiene a cada uno denosotros.

Y para redondear la reflexión, Mari Carmendesvela lo más íntimo de sí misma: Las doscosas que siempre he querido conquistar enmi vida, las he encontrado en Cristo Jesús: elser querida y querer, y el ser libre… Es impre-sionante que ni el amor de los padres, ni elamor conyugal (aunque es reflejo del amor deDios) son perfectos; ninguno te sacia comple-tamente. Sólo Cristo me ha dado el amor y lalibertad que yo buscaba. Verdaderamente estávivo y resucitado.

Ángel Olías en el jardín de su casa

HHAAYY TTAAMMBBIIÉÉNN UUNNAA CCAATTEEQQUUEESSIISS PPLLÁÁSSTTIICCAA,, ““VVIIVVAA””,,QQUUEE TTÚÚ PPUUEEDDEESS DDAARR AALL MMUUNNDDOO:: LLAA DDEE LLOOSS HHIIJJOOSS

((ÁÁNNGGEELL))

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testigos de la verdad

Después de la muerte de vuestro tercer hijo,vosotros decidisteis poneros al servicio de laIglesia, para anunciar el Evangelio allí dondese necesitara; estuvisteis como itinerantes enlas diócesis de Murcia, Alicante y Albacete;después en Costa Rica y, como familia enmisión, en Venezuela.

En la itinerancia estuvimos, desde el año1982hasta 1990, año en que regresamos a España.Pero, da igual donde se esté. Sabemos que,simplemente, por ser una familia grande, esta-mos abiertos a dar razón de nuestra esperan-za a todo el que nos la pida.

Hay una cosa muy curiosa, de la que me hedado cuenta con el paso del tiempo, es queyo pensaba que para anunciar el Evangelio(aparte de las obras; lo dice San Pablo: “la feviene por la predicación”), había que escuchary anunciar. Toda la Escritura está jalonada poresta idea: “Escucha, Israel”, “anúnciaselo a losde corazón cansado”, “espabila el oído”; perohay también una catequesis plástica, “viva” (yno uso esta expresión como una metáfora)que tú puedes dar al mundo: la de los hijos.

Así, hubo un tiempo, cuando regresamos deuna itinerancia, en que fueron cientos, y noexagero, las personas que –literalmente— lla-maban a nuestra puerta; se nos acercaban enla guardería, en el colegio; nos buscaban parapreguntarnos, para hablar con nosotros, y note abordaban diciéndote: “¿Vosotros creéis enDios? ¿Por qué estáis en la Iglesia?”, sino quela llave que abría la conversación era: “¿Tenéistrece hijos? ¿Cómo es esto? Me gustaría cono-ceros”. Y a partir de ahí, venían a casa, charlá-bamos, tomábamos café…

Y nos veían en nuestra realidad, como somos,sin ese halo de santidad, que a veces creenque tenemos… Es como aquella compara-ción de los Padres de la Iglesia, sobre la luna:que da luz, pero no es una luz propia, sinoreflejada; y, si te acercas mucho, ves que laluna está formada por una materia gris, iner-te, volcánica… “Vosotros sois la luz delmundo”, dice Jesús, pero en otro momentodice de forma más solemne: “Yo soy la luz delmundo”. De alguna manera nosotros estamosreflejando pálidamente la luz que hemos reci-bido, que no es nuestra. Unas veces refleja-mos luz, otras veces la absorbemos como unagujero negro y lo único que la gente ve esoscuridad, cabreos… Esto me parece impor-tante para no dar una imagen distorsionadade lo que es ser un cristiano.

Digo esto porque existe una idea muy moralis-ta entre la gente que no va a la iglesia, de quepara ser cristiano tienes que ser bueno, purísi-mo, sin ningún tipo de defecto, pecado… Puesno es así: nos enfadamos, se nos escapa algúninsulto, y a lo mejor estás sin hablarle a tumujer dos días; sin embargo, junto a esto, hayotra realidad, y es que nosotros estamos reci-biendo todos los días, y somos conscientesde ello, una cantidad enorme de bendicionesdel Señor. Y esto, también se trasluce, dealguna manera. Esta ambivalencia, que nosomos santos de altar ni bichos raros, puedellamar a la fe a aquellos que no la tienen.

DDEE AALLGGUUNNAA MMAANNEERRAANNOOSSOOTTRROOSS EESSTTAAMMOOSS

RREEFFLLEEJJAANNDDOO PPÁÁLLIIDDAAMMEENNTTEE LLAA LLUUZZ

QQUUEE HHEEMMOOSS RREECCIIBBIIDDOO,, QQUUEE NNOO EESS

NNUUEESSTTRRAA.. UUNNAASS VVEECCEESS

RREEFFLLEEJJAAMMOOSS LLUUZZ,,OOTTRRAASS VVEECCEESS LLAA

AABBSSOORRBBEEMMOOSS CCOOMMOOUUNN AAGGUUJJEERROO NNEEGGRROO

((ÁÁNNGGEELL))

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MMaarrii CCaarrmmeenn:: En nuestra casa hemos aprendido apedir perdón y a perdonar, todos los días. Y no cabeduda de que estos hijos son una bendición, lo digoabsolutamente convencida, porque se cumple elsalmo: “Los hijos son como flechas en manos de unguerrero, cuando llame el enemigo a tu puerta, notemerás”. Para mí, mis hijos han sido los hilos que mehan sujetado a la cruz y, gracias a eso, yo he experi-mentado que la cruz es gloriosa.

Y vosotros, ¿qué decís? ¿Cuál es vuestra experienciade hijos, entre vosotros mismos, y con vuestros com-pañeros de clase, amigos…?

JJuuaann ((eell mmaayyoorr)): En mi caso personal, no lo pasébien…Los críos en cuanto ven algo distinto lo macha-can, tanto si eres pelirrojo, como gordito o tienes docehermanos… Esto me hizo sufrir bastante, porque veíaque éramos muchos hermanos, que rezábamos lau-des los domingos, que íbamos a la eucaristía los sába-dos por la noche… Años después usé mi libertadcomo quise y tuve momentos de mayor sufrimiento…En esta familia he experimentado el perdón, la convi-vencia; nosotros somos una piña, estamos bastanteunidos, a pesar de todos los jaleos que hay, a veces,entre nosotros… Yo, ahora, tengo una meta clara,tengo una experiencia de la actuación del Señor en mivida, en el sufrimiento y, por supuesto, estoy orgullosí-simo de mi familia, y le doy gracias a Dios por dondehe nacido y por todo lo que el Señor me ha dado.

ÁÁnnggeell:: Yo quisiera apostillar algo —que les he oídodecir a ellos en casa—: indudablemente, nuestra fami-lia es distinta a muchas otras del colegio, por ejemplo;pero también es cierto que hay otros ambientes conlos que ellos se identifican y se encuentran cómodos. Así, cuando van a casa de sus primos(nuestra macrofamilia está formada por sesenta y tantos primos), o a casa de cualquier fami-lia con hijos de nuestra comunidad, o de otras comunidades, ellos ven que comparten lamisma forma de vida, los mismos problemas, situaciones semejantes… y esto los conforta.Quisiera añadir que allí donde estés, eres cristiano, y esto se lo estamos transmitiendo a nues-tros hijos, y qué duda cabe de que se está gestando un pueblo –cristiano—, una nueva cul-tura… No es ya una familia rara que tiene hijos, sino que ya somos muchas.

YYOO NNOO SSOOYY NNAATTAALLIISSTTAA,,

EENN EELL SSEENNTTIIDDOO MMOORRAALLIISSTTAA DDEE

DDEECCIIRR QQUUEE HHAAYY QQUUEETTEENNEERR MMUUCCHHOOSS

HHIIJJOOSS.. NNOO.. HHAAYY QQUUEETTEENNEERR LLOOSS HHIIJJOOSSQQUUEE DDIIOOSS TTEE DDÉÉ

((ÁÁNNGGEELL))

Mari Carmen Soler en su casa

testigos de la verdad

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testigos de la verdad

LLuuiiss:: Yo quiero decir que en el colegio siemprese han metido mucho conmigo, y tener tantoshermanos que me han venido a defender,¡eso es lo que más mola de todo! (risas).

MMaarrii CCaarrmmeenn:: Detrás de lo que está diciendohay una historia muy dura de acoso escolar.Gracias a Dios, Luis ya ha dejado atrás todaslas secuelas que tuvo, que fueron graves; yahora este hijo nuestro tiene una sensibilidadenorme con todo el que sufre… El Señor, decualquier mal, saca el bien.

CCaarrmmeenn:: Yo soy la octava de la familia, y soymuy orgullosa: perdonar me cuesta, peromuchísimo más me cuesta pedir perdón; ycon mis hermanos muchas veces me he teni-do que humillar e irles a pedir perdón… Y ahíyo veo mi salvación, porque descansas.

¿Saben vuestros compañeros de clase quesois cristianos?

CCaarrmmeenn:: Sí, en mi colegio todos lo saben.Tengo una amiga que tiene una relación consus padres muy mala, y el año pasado yo leofrecí lo mejor que tengo, haber conocido aDios, y así se lo dije… Yo no puedo hablar consus padres, pero sí puedo ayudarla a ella, lainvité a hacer las catequesis y ahora está enuna comunidad.

Me da la impresión de que no se tienen máshijos porque estamos acogotados por el miedo,no nos fiamos de Dios, tenemos miedo al futu-ro, a no poder darles una educación…

MMaarrii CCaarrmmeenn:: No cabe duda de que la pater-nidad y la maternidad son la mejor escuela deamor y generosidad. Cuantos más hijos tienes,más estás saliendo de ti mismo. En esto nohay medallas, no hay mérito, es pura gratuidadde Dios; pero sí que es verdad que te tienesque poner en sus manos, y cuando te ponesa tiro, cuando le dices “Aquí estoy, Señor, parahacer tu voluntad”, el Señor te coge la palabra¡y haces su voluntad!, efectivamente (risas).Podemos decirte que ha habido docenas dematrimonios que se han animado a tener unhijo más, mirándose en nuestra familia; hanvisto que los hijos no son una “maldición”, quese puede, que Dios está detrás, que no temueres… Y ésta ha sido la alegría de su vida.La vida llama a la vida, esto es así.

ÁÁnnggeell:: Yo no soy natalista, la Iglesia Católica noes natalista en el sentido moralista de decirque hay que tener muchos hijos. No. Hay quetener los hijos que Dios te dé; si Dios te dauno, pues uno: ¡esa es la voluntad de Dios! Ysi te da trece, pues trece.

JJuuaann:: Yo quiero contar una anécdota: Al salirde una eucaristía, íbamos en el coche diezhijos, más los padres (no cabíamos…), y enun semáforo, el del coche de al lado empezóa contarnos con el dedo, y a decirle a suacompañante, haciendo gestos con lasmanos: ¡diez!; y yo, sin arredrarme, empecé acontarles a ellos, también con los dedos, y dije,gesticulando, enseñándoles dos dedos, ymirando a mis hermanos: ¡dos! ¡Los raros sonellos! ¿Por qué vamos a serlo nosotros?

EESSTTAA AAMMBBIIVVAALLEENNCCIIAA,,QQUUEE NNOO SSOOMMOOSS

SSAANNTTOOSS DDEE AALLTTAARR NNIIBBIICCHHOOSS RRAARROOSS,, PPUUEEDDEELLLLAAMMAARR AA LLAA FFEE AA

AAQQUUEELLLLOOSS QQUUEE NNOO LLAATTIIEENNEENN ((ÁÁNNGGEELL))

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si hoy escucháis su voz

Bienaventuradoslos limpiosde corazón porque ellosverán a DiosDDee llaa rraazzóónn aa llaa VVeerrddaadd

César Allende García

VVer a Dios y quedar con vida era imposible,según una de las creencias más arraigadasde Israel (Ex 33,18-20). Si la confrontamos

con la Bienaventuranza que el Señor nos propone,saltan a la vista tanto cierta continuidad entre laAntigua y la Nueva Alianza como sus profundas dife-rencias. Jesús de Nazaret es el vértice y plenitud delos dos Testamentos.Sabido es que la afición por lalimpieza era proverbial en Israel, sobre todo entre lasclases dirigentes. La pureza legal y ritual llegaba aextremos increíbles: como que daba la vuelta y per-vertía el orden querido por Dios al darles la Ley, quees santa y buena (Rm 3,31; 7,12ss).

““LLooss ddee ccoorraazzóónn ll iimmppiioo ssoonn ddiicchhoossoossyy bbiieennaavveennttuurraaddooss;;qquuee ttooddooss ssuuss ccuuiiddaaddoosslleevvaannttaarroonn aa ffiinneess ttaann gglloorriioossooss,, ccoommoo aaggrraaddaarr aall qquuee ssuuss ccuullppaass qquuiittaa;;ppoorrqquuee vveerráánn aa DDiiooss,, lluuzz iinnffiinniittaa””..

AArrccáánnggeell ddee AAllaarrccóónn..((FFrraaggmmeennttoo ddeell ppooeemmaa ””SSoobbrree llaass oocchhoo BBuueennaavveennttuurraannzzaass””))

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si hoy escucháis su voz

Bienaventuradoslos limpiosde corazón porque ellosverán a Dios

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si hoy escucháis su voz

acondicionamiento ddeell ccoorraazzóónnEn esta Bienaventuranza se encierran muchas cosas, de entre las cuales no sonde menor importancia la presencia de lo viejo y lo nuevo, y una maravillosa pro-pedéutica para el conocimiento, amor y goce de Dios, fuente de todo bien y detoda felicidad. Y en el punto álgido, según me parece, está la cuestión, eterna yhodierna, nada menos que de la relación (de semejanza y diferencia) entre larazón y la Verdad.

Jesús, que tan bien nos conoce, empieza siempre por “Felices de verdad”. Noes una mera fórmula introductoria, sino ante todo delicada forma —y sabia, muysabia— de atraernos a sus palabras: las dos Alianzas, lo viejo y lo nuevo, la ra-zón y la Verdad, lo de fuera y aparente, y lo de dentro y auténtico no son másque esos dos hombres que somos todos y que conviven en la misma cosa denuestra única persona, compartiendo la misma carne y el mismo espíritu, si bienno siempre en buena vecindad (Rm 7,25b; 8,5).

Pablo entró de lleno en la comprensión de esta Bienaventuranza: “No somos deu-dores de la carne para vivir según la carne, pues, si vivís según la carne moriréis.Pero si con el Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis (Rm 8,12-13).Hacer morir, dar muerte o mortificar es un ejercicio de limpieza o acondiciona-miento del corazón, necesario de todo punto para que en él se instale, comoen residencia habitual, el Espíritu de Jesús Resucitado.

Entre los términos “verán” y “los limpios”, que usa Mateo, se da la misma rela-ción que establecemos nosotros cuando decimos: “después de operarme lo veotodo estupendamente”. Le ocurre al corazón lo que a los ojos: a éstos les salencataratas y aquel se va rodeando de un tejido gravoso que acaba por escleroti-zarlo, impidiéndole amar, que es lo suyo propiamente. También puede endure-cerse rápidamente, casi de la noche a la mañana; aunque no es lo más frecuente.

sentado a la diestra ddee DDiiooss¡Si hiciéramos caso al Señor! “Procurad que vuestros corazones no se apeguencon la crápula y las preocupaciones de la vida” (Lc 21,34). San Pablo, por suparte, es igualmente claro; hablando de los gentiles, les dice a los romanos: “Suinsensato corazón se entenebreció, por cuanto habiendo conocido a Dios no leglorificaron como a Dios” (Rm 1,21).

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Estas tinieblas son la imposibilidad real de co-nocer y ver a Dios. En 2,5 habla de la durezae impenitencia del corazón; y en 2,29 les es-cribe acerca de la circuncisión del corazón. Si estáincircunciso, embridado por las ocupaciones ypreocupaciones de este mundo, no puede ele-varse a las cosas de arriba, donde está Cristo sen-tado a la derecha de Dios (Col 3,1-4); y de estemodo el hombre se ve obligado a mirar al suelo,inmerso en un horizonte sin trascendencia, cre-yendo que lo que ve así es lo único que existe,confundiendo lo que se le aparece con lo quees en verdad.

Por el contrario, si el corazón está en la verdad,se mueve en el amor de verdad, encontrara elaquietamiento que procede de Dios; pues auncuando nos acuse y reprenda, Dios es mayor queél y lo conoce todo. Por la gracia de Dios tene-mos puesta en él la confianza (1Jn 3,19-21).Es más: el punto capital de cuanto venimos di-ciendo es que “tenemos un Sumo Sacerdotetal, que se sentó a la diestra del trono de la Ma-jestad en los cielos (…), Mediador de una me-jor Alianza. Esta es la Alianza: mis leyes en susmentes, grabadas en sus corazones (…) por-que me apiadaré de sus iniquidades y de suspecados ni me acordaré ya“ (Hb 8,1-13).¿Cómo Dios habría llevar de cuenta de nues-tros pecados, si fueron lavados por la sangre desu Hijo? (1Jn 1,7).

EESSTTAA CCIIRRCCUUNNCCIISSIIÓÓNN DDEELL CCOORRAAZZÓÓNN

EESS UUNN DDOONN DDEE DDIIOOSS YY UUNNAA OOBBRRAA QQUUEE EELL MMIISSMMOO PPAADDRREE

HHAARRÁÁ EENN NNOOSSOOTTRROOSSPPOORR MMAANNOO

DDEELL EESSPPÍÍRRIITTUU,, QQUUIIEENN,, CCUUAALL SSOOLLÍÍCCIITTOO

DDUUEEÑÑOO DDEE LLAA VVIIDD,, LLAA PPOODDAA,, LLAA LLIIMMPPIIAA

en la esperanza yy llaa VVeerrddaaddLimpio de corazón, ve bien para caminar en laluz, estando en comunión unos con otros yobrando conforme a la verdad (1,6). Quien viveasí vive en la esperanza y en la Verdad: es bien-aventurado porque se abre ante él un futuro deeternidad, donde Dios será conocido tal cual es;y mientras tanto, esta misma esperanza nos pu-rifica, nos limpia como Él es puro y limpio (1Jn3,2-3).

Esta “peritomé cardías” (Rm 2,29) o circunci-sión del corazón es un don de Dios y una obraque el mismo Padre hará en nosotros por manodel Espíritu del Señor, cual solícito dueño de lavid, que la poda, la “limpia” para que dé frutomayor y mejor (Jn 15,2). El pensamiento de Pa-blo y Juan son confluyentes: de un corazón lim-pio brota la fe y de ésta la justificación (Rm10,10) y el punto espléndido del Amor a Cristo,que supera cualquier felicidad, pues es un “gozoen plenitud” (Jn 15,11).

Ante todo es un don de Dios, no resultado deuna ascesis o esfuerzo ético propio de grandesespíritus. Y como don, mira al ser sobre todo:lo que no cabe no entra; es una experiencia co-mún y persistente. No así en el don de Dios.Siendo Él infinito cabe en el corazón de los pe-queños, de los “nepioí”: basta que esté limpio.

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limpios por llaa PPaallaabbrraaLa ética tiene un discurso de compromiso,esfuerzo y cumplimiento de lo norma-tivo y legal. Sin embargo (y recono-ciendo el valor que lo ético tiene —quéduda cabe—), en términos cristianos eldiscurso reza así: “Vosotros ya estáislimpios por la Palabra que os he ha-blado; permaneced en mí y que mispalabras permanezcan en vos-otros”(Jn 15,3; 15,7), de modoque, ”habiendo purificado vues-tras almas en la obediencia a laverdad para un amor fraternono fingido, os améis de cora-zón, intensamente, unos a otroscomo reengendrados… por laPalabra de Dios, vivo y eterno”(1P 22,23).

Y, por si quedara alguna vacila-ción, añade Pedro: “Y esta es la Pa-labra que os fue comunicada porel Evangelio”; o sea, el Evangelio deMateo 5,8, palabra viva y eficaz. Ta-jante espada que, cortando por am-bos lados, separa, discierne y en-juicia. La Palabra es viento recioque belda en la era, separando eltrigo de la paja, poniéndonos enla obediencia de la verdad, o enel lado opuesto.

Todo el que es de la Verdad es-cucha esta Palabra. Su juicio está enque lleva a la razón a sus cotas másaltas, la potencia en orden al conoci-miento de la realidad auténtica de las co-sas, superando al docentismo, pariente cer-cano del relativismo, personajes que gozan deprestigio en nuestros días.

Pilato es la razón práctica, utilitarista,que se atiene a lo que puede co-nocer experimentalmente y, desdeestos supuestos, controlarlo y ma-nipularlo todo. Esta razón se ex-tiende tanto al ámbito de los prin-cipios ontológicos y éticos, comoa los antropológicos y anímicos.Jesús, por el contrario es la Verdad,con pretensiones de salvación enel Amor y en la Esperanza. Pueses en la existencia personaldonde las proposiciones “racio-nales” de la lógica se transfor-man en vitalmente globales.

nacer oottrraa vveezzQuiero decir que en cualquierasunto, más importante que te-ner razón es tener la verdad; ylo decisivo es que la verdad nostenga a nosotros. Para pasar dela razón a la Verdad debe la Pa-labra de Dios haber purificadonuestro corazón de tal modo, queveamos a Dios: que seamos ca-paces de conocer la realidad au-

téntica, que es de estructura relacio-nal: en su interior, y sin confundirse con

ella, se patentiza la presencia de Dios, comosu fundamento y razón de ser.

PPAARRAA PPAASSAARR DDEE LLAA RRAAZZÓÓNN AA LLAA VVEERRDDAADD,,

DDEEBBEE LLAA PPAALLAABBRRAA DDEE DDIIOOSSHHAABBEERR PPUURRIIFFIICCAADDOO NNUUEESSTTRROO CCOORRAAZZÓÓNN DDEE TTAALL MMOODDOO QQUUEE VVEEAAMMOOSS AA DDIIOOSS::

QQUUEE SSEEAAMMOOSS CCAAPPAACCEESS

DDEE CCOONNOOCCEERR LLAA RREEAALLIIDDAADD AAUUTTÉÉNNTTIICCAA

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EELL AANNTTIIHHUUMMAANNIISSMMOO

MMOODDEERRNNOO SSEEEESSFFOORRZZÓÓ EENNPPRROOPPAALLAARR LLAAIIDDEEAA DDEE QQUUEE

EELL HHOOMMBBRREE NNOOEESS OOTTRRAA CCOOSSAA

QQUUEE UUNNAAEESSTTRRUUCCTTUURRAA

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DDIICCIIEENNDDOO YY HHAACCIIEENNDDOO

CCOOSSAASS,, SSIINN MMÁÁSS

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QQUUEE LLAA NNIIEEBBLLAANNEEGGRRUUZZCCAA

DDEE UUNNAA DDEEFFIINNIITTIIVVAA

DDIISSOOLLUUCCIIÓÓNN

Esta Palabra, que lleva la razón a la Verdad, se explica a símisma en dichos como: “El que busque su vida la perderá;pero quien la pierda por mí la ganara”, o “Amad a vuestrosenemigos”, o también ”Lázaro, sal de la tumba”; o si se pre-fiere, “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”; también “siendoÉl Dios, se abajó y despojó de su rango divino, haciéndosecomo uno de tantos; el esclavo de todos”, y de igual modo“tenéis que nacer otra vez”, o bien, ”quien tenga sed, vengaa mí y beba; de su corazón brotará vida para siempre”.

Pasar a la Verdad, no quedarse en la apariencia, es pasar aver a Dios, que es tanto como encontrar la respuesta a “¿cuáles mi verdad?”. Es cierto que somos una pretensión de feli-cidad, que vive dramáticamente la cohabitación de dos hom-bres en el interior: viejo y nuevo; carnal y espiritual; es ciertoque somos un cuerpo de muerte (Rm 7,24) que pelea con-tra la apetencia al bien. Esto es así, pero ¿solo somos esto?

devolverle lo que eess ssuuyyooEl antihumanismo moderno se esforzó en propalar la idea deque el hombre no es otra cosa que una estructura vacía queanda por el mundo diciendo y haciendo cosas, sin más hori-zonte de llegada que la niebla negruzca de una definitiva di-solución. ¡Pero no! El Señor en el Monte nos ha mostrado elacceso a la verdadera realidad que nos constituye. No somos,desde luego, una mera frase que se articula y desarticula enmedio de las cosas, somos, por la Palabra de Dios, hijos su-yos en su Hijo único, que vive en nosotros.

De esta condición profunda de ser, brota una actitud corres-pondiente hacia Dios: un culto “lógico”, verdaderamente razo-nable, propio de la persona que somos. Al Dios que nos amale devolvemos así lo que es suyo. Es lo justo: así lo ha expli-cado el Papa en su mensaje para esta Cuaresma. La justiciaque Dios quiere es la que el Señor realizó: cumplir su volun-tad, para que ”purificados por el Espíritu Eterno… rindamosculto al Dios vivo” (Hb 9,14), “acercándonos con sincero co-razón, en plenitud de fe, limpios los corazones de mala con-ciencia… al que es fiel autor de la Promesa” (Hb 10,22-23).

¡Qué consuelo pensar que nuestros padres desde esa mismafe, con los ojos puestos en la recompensa veían el día delSeñor Jesús, y se alegraban en él! Esto fortalece nuestro ánimopara no desfallecer (Hb 12,2-3), mirando fijamente a Jesússentado a la diestra de Dios; como el primer mártir, Esteban.En verdad, los santos con su vida nos dan la clave de la nues-tra, pues no en otra cosa consiste la santidad sino en el gozoque nos da el Espíritu Santo, sin el cual “nadie podrá ver alSeñor” (Hb 12,14).

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Nosotros no hemos visto al Señor y, sin em-bargo, lo amamos; queremos amarlo: quere-mos el oráculo de Ezequiel (36,24-28) en nues-tra alma: ser purificados con agua pura, para quela santidad de Dios Padre se manifieste a la vistade las naciones; deseamos la Alianza nueva deJeremías. Deseamos lo que Dios más desea:que habitemos la tierra que nos tiene prome-tida. Esta es la forma que Dios tiene de serSanto, o sea, feliz del todo: siéndolo nosotros.

Para nosotros, que somos débiles y nuestro co-razón tiembla ante el pecado y la muerte, Diosha pensado un remedio eficaz: renovarnos pordentro con un Espíritu de firmeza, como Davidle pidió, respondiendo a la pregunta del profeta:“¿Quién es el que se jugaría la vida por llegarsea mí?” (Jr 30,21).

vé ante mis ojos,dduullccee JJeessúússY… junto a la Cruz estaba la Madre de Jesús.Transido su corazón por una espada de mil do-lores, María Santísima tuvo la dicha de ver mo-rir a su Hijo.

Dicen que cuando una madre asiste a la muertede un hijo, muere con él. Así también Maria. Ycon Él resucitó, y con Él está en el cielo, viendoa Dios, para que en ella tenga pleno cumpli-miento la palabra del Apocalipsis: Los siervosde Dios, en la Jerusalén celeste, “verán su ros-tro y llevarán su nombre en la frente (22,3-4).¿Quién más siervo de Dios que su esclava y Ma-dre? ¿En qué frente lucirá más y mejor el nom-bre de Dios que en la de María?

Camino de Emaús, Cleofás y su acompañanteven a Jesús hacer primero un signo con la Pa-labra, que luego repetiría con el pan: fraccionarlay dársela (Lc 24,27-32). La explanación de lasEscrituras, la fracción de la Palabra, hace arderel corazón de los discípulos. La Palabra resuci-tada abrasa y purifica el corazón por la palabradicha, y prepara así para ver a Dios en Jesús, ya Jesús como Dios, poco después en la mesa.

Y otra vez: ¿Qué corazón mejor preparado queel de nuestra Señora? También ella podría ha-ber recitado aquellos versos enamorados: “Vé-ante mis ojos, dulce Jesús bueno, véante misojos, muérame yo luego”.

Para esta generación de hoy, estancada y atrin-cherada en la razón relativista, de menguadoempuje, Dios ha encendido en el cielo una es-trella, de luz radiante y esplendor de madrugada.

La razón de hoy también puede esperar, conMaría, la gozosa liberación de los hijos de Diosen la Verdad. Por eso, bajo su dulce amparo yamor, como en los primeros tiempos, la Iglesiaentera ora al Padre: “Señor Padre Santo, Tú quenos has mandado escuchar a tu Hijo, el predi-lecto, alimenta nuestro espíritu con tu Palabra;así con mirada limpia contemplaremos gozososla gloria de tu rostro”. Amén. (Oración colectade la misa de la Transfiguración del Señor).

2200

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¡¡SSII HHIICCIIÉÉRRAAMMOOSS CCAASSOO AALL SSEEÑÑOORR!!““PPRROOCCUURRAADD QQUUEE VVUUEESSTTRROOSS

CCOORRAAZZOONNEESS NNOO SSEE AAPPEEGGUUEENN CCOONN LLAA CCRRÁÁPPUULLAA

YY LLAASS PPRREEOOCCUUPPAACCIIOONNEESS DDEE LLAA VVIIDDAA””

QQUUEERREEMMOOSS AAMMAARRLLOO,, SSEERRPPUURRIIFFIICCAADDOOSS CCOONN AAGGUUAAPPUURRAA,, PPAARRAA QQUUEE LLAA SSAANNTTIIDDAADD DDEE DDIIOOSSPPAADDRREE SSEE MMAANNIIFFIIEESSTTEE AA LLAASS NNAACCIIOONNEESS

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Las Dominicas Contemplativas de Palencia vamos acelebrar unas convivencias, con la intención de poderayudar de algún modo en su discernimiento a aquellasjóvenes que están a la escucha de la misión a la que elSeñor las llama en la Iglesia. Será un fin de semana aelegir (del 2 al 4 o bien del 9 al 11 de Julio), paracompartir con nosotras la Liturgia, la Palabra y laComunidad y así poder experimentar lo que dice elsalmo: “Dichosos los que viven en tu casa, siempre cantantus amores”.

Sabemos por experiencia propia las dudas y temores queasaltan cuando una comienza a oír la voz del Señor, ocuando aún no se sabe qué es lo que el Señor te tienepreparado. Por eso, abrimos nuestra casa y nuestrocorazón para que el tuyo pueda escuchar Su Voz.¿Vendrás?

Más información e inscripciones:

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si hoy escucháis su voz

Pentecostés,culminación dePascua

Juan Javier Flores ArcasRector del Pontificio Ateneo de San Anselmo, Roma

El año litúrgico puede descri-birse como el conjunto decelebraciones con que la

Iglesia vive anualmente el misteriode Cristo; es por tanto el año delSeñor, del Kyrios glorioso, delCristo resucitado que está presen-te en medio de su Iglesia, con lalarga historia que lo precede y loacompaña. Tiene su centro en laPascua anual, todo brota de ella ytodo tiende a ella.El continuo cele-brativo pascual debe ser punto departida de toda reforma del añolitúrgico. No existe más que unciclo que es el pascual, junto alcual hay que poner otros cicloscolaterales. La Pascua de Cristose sitúa en el centro de la acciónlitúrgica, de ahí que toda espirituali-dad cristiana deba ser una espiri-tualidad pascual, es decir una espi-ritualidad polarizada por el hechodivino de salvación, por el misteriopascual vivido por Cristo y celebra-do memorialmente por la Iglesia.

LLAA VVIICCTTOORRIIAAPPAASSCCUUAALL

DDEE CCRRIISSTTOOMMAARRCCAA LLAA VVIIDDAA

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YY EENN ÉÉLL CCOONNTTEEMMPPLLAAMMOOSS

NNUUEESSTTRRAA PPRROOPPIIAA

VVIICCTTOORRIIAA

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si hoy escucháis su voz

EEll MMiisstteerriioo PPaassccuuaall ccoommoo oorriiggeenn,, ccoonntteenniiddoo yy pprreesseenncciiaa ppeerrmmaanneennttee ddee llaa cceelleebbrraacciióónn ll iittúúrrggiiccaaLa celebración litúrgica, en la celebración de los sacramentos, en la oración de las ho-ras, en los sacramentales, reactualiza constantemente el misterio pascual de Jesucristo.Partiendo de que el centro culminante de todo el año litúrgico es el santo Triduo Pas-cual de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, preparada en la cuaresma y con-tinuada en el tiempo pascual, todo el ciclo del año se debe organizar a partir de él.

Los tres días del Triduo pascual condensan todo el misterio pascual de Cristo. Los cris-tianos estos tres días santos imitan sacramental y miméticamente a Cristo. No otra cosapretenden los ritos especiales que acompañan las celebraciones de estos días: el la-vatorio de los pies del Jueves Santo quiere ser la sacramentalización del Evangelio pro-clamado; la vigilia de oración hasta la medianoche del mismo día pretende introdu-cirnos contemplativamente en los sentimientos de Cristo cuando iba a pasar de estemundo al Padre. La adoración de la cruz el Viernes Santo nos lleva directamente alGólgota, donde muere Cristo junto a Juan y su Madre.

El silencio del Sábado Santo es reposo sabático, es el día después, como el vacío quequeda en una familia el día siguiente de enterrar a un ser querido. Pero en la noche másgrande del año, la “noche dichosa en que se une el cielo con la tierra, lo humano y lo di-vino” (Pregón Pascual), rompemos el duelo para celebrar el paso de la muerte a la vida.

PPaassccuuaa:: uunnaa eessppiirr iittuuaall iiddaadd ppeenntteeccoossttaallLos cincuenta días de pascua son una fiesta del Espíritu Santo. Se destacan el primery el último día, es decir, el Domingo de Pascua y el de Pentecostés. Se ha querido res-tituir a este tiempo la unidad original, dado que los cincuenta días que van del Do-mingo de Resurrección al Domingo de Pentecostés se celebran con alegría, como unsolo día festivo, más aún como un gran domingo. Una unidad a recomponer, sin de-masiadas fiestas intermedias hasta que el Domingo de Pentecostés concluya este sa-grado tiempo con la conmemoración de la donación del Espíritu Santo derramado so-bre los Apóstoles, el comienzo de la Iglesia y el inicio de su misión a todos los pueblos,razas y naciones.

LLAA PPAASSCCUUAA EESS EELL CCOONNTTIINNUUOO

CCEELLEEBBRRAATTIIVVOO DDEELL AAÑÑOO

LLIITTÚÚRRGGIICCOO

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si hoy escucháis su voz

El tiempo pascual es como ungran domingo que dura cin-cuenta días, todos ellos festivosy gloriosos. Se subraya espe-cialmente el primer y el últimodía, es decir el santo día dePascua y el día cincuenta queconcluye todo el tiempo con lasolemnidad de Pentecostés.

La Misa vespertina de la vigiliadel día cincuenta recuerdacomo Dios ha querido “quecelebráramos el misterio pas-cual durante cincuenta días”por lo que se pide renovar elprodigio de Pentecostés, paraque los pueblos divididos porel odio y el pecado se con-greguen por medio del mismoEspíritu.

La solemnidad de la Ascensióndel Señor no interrumpe estaunidad. Se trata de cincuentadías que anticipan la felicidadde los tiempos victoriosos.

¿¿UUnnaa ffiieessttaa ddeellEspíritu Santo?El Espíritu Santo no tiene unafiesta concreta, como no latiene el Padre eterno. La litur-gia celebra eventos salvíficos,hechos concretos y no ideas.Con la Encarnación de Cristo,con su aparición en carne hu-mana en medio de los hom-bres, tiene inicio la liturgia cris-tiana, en sentido estricto yconcreto. Hasta entonces habíaprefiguraciones, preparacionesy anticipaciones. Una vez queCristo ha nacido, ha nacidotambién la liturgia cristiana.

Dice San Agustín:«Cree en el Cristonacido de la carney llegarás al Cristonacido de Dios, Diosjunto a Dios». La Sagrada Litur-gia nos propone todo el Cristoen todas las condiciones de suvida, desde su nacimiento a sumuerte en Cruz, su ascensióny su resurrección con el envíodel Espíritu Paráclito. No existemás fiesta que la fiesta que ce-lebra a Cristo, encarnado,muerto y resucitado por nos-otros. La liturgia como fiesta ola fiesta de la liturgia celebra aCristo que se encarnó, que mu-rió y que resucitado vive eter-namente junto al Padre eterno.

EEll nnuueevvoo ccuullttooen CristoRESUCITADO

Es el Espíritu Santo el quedesde la Palabra de Dios, vivay eficaz, se convierte en el vi-vificante de cada participanteen la liturgia.

Es el Espíritu el que une a cadafiel en comunión con toda laIglesia.

Es el Espíritu, el principio vivi-ficante de la acción litúrgica, elque permite que la liturgia ce-lebrada sobre la tierra perte-nezca ya al orden de las reali-dades celestes.

Es el Espíritu el que alimentay vitaliza la unión que se creaentre los fieles que celebran,porque El hace estable la co-munión con y en Cristo.

Es el Espíritu el que produce laintimidad con Dios, la cual sedinamiza por medio del Espí-ritu Santo.

Es el Espíritu el que santifica.Hacia él se vuelve todo lo quetiene necesidad de santifica-ción. Vivimos bajo la ley del Re-sucitado. El punto de partida dela fe y de la reflexión cristianaes la resurrección del Crucifi-cado. Lo mismo podemos de-cir de las fuentes litúrgicas, dela celebración y de la espiri-tualidad que de ella deriva.

Toda la liturgia gira en torno ala Pascua, el tránsito de Jesu-cristo al Padre. La Pascua es elcontinuo repetitivo de la liturgia.

EELL TTIIEEMMPPOO PPAASSCCUUAALL FFUUEELLLLAAMMAADDOO EENN LLOOSS PPRRIIMMEERROOSSSSIIGGLLOOSSPPEENNTTEECCOOSSTTÉÉSS,, EESS DDEECCIIRR,, EELL TTIIEEMMPPOO DDEELLEESSPPÍÍRRIITTUUSSAANNTTOO

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si hoy escucháis su voz

En los sacramentos, en los sa-cramentales, en todas las ac-ciones litúrgicas celebrativas,la Pascua es continuamenteactualizada. La liturgia, en suconjunto, es el lugar privile-giado de nuestro encuentrocon Dios. Por medio de los sa-cramentos, nuestra vida se in-jerta en la vida misma deDios. Y todo ello gracias a laobra salvífica del Misterio Pas-cual de Cristo.

CCoonn CCrriissttoo sseeha inauguradouunn nnuueevvoo ccuullttooEl Espíritu Santo hacer penetraren el mundo y en la acción li-túrgica el memorial en que con-siste la acción litúrgica. Con lacelebración de la Pascua deCristo, de su Ascensión y del en-vío del Espíritu a la iglesia, Je-sucristo ha inaugurado unnuevo culto y una nueva liturgia.

Toda la acción litúrgica tomafuerza celebrativa de la únicaPascua de Cristo. El Evange-lio está lleno de textos eneste sentido: “No os dejaréhuérfanos; volveré a vosotros.Dentro de poco mundo yano me verá, pero vosotros sí

me veréis, porque yo vivo ytambién vosotros viviréis” (Jn14,18-19). Por tanto, el Es-píritu del Señor Resucitadoestá presente en la Iglesia yalienta la liturgia, que es ac-ción sagrada por excelencia.

En efecto, Cristo vive eterna-mente. Esta es la fuerza de laIglesia. El contraste entre el pa-sado y el presente, entre lamuerte y la vida de la Resu-rrección poseída para siempre,constituye el núcleo del credocristiano y de toda nuestra fe.La muerte, por tanto, ya nopuede amenazar a los cristia-nos, porque Cristo la ha ven-cido. Cristo nos ha dado elejemplo de morir en una cruz,y nosotros recorremos nuestrocamino hacia la cruz con lafuerza y la esperanza de quienha vencido ya al resucitar.

EELL TTIIEEMMPPOO PPAASSCCUUAALL EESSCCOOMMOO UUNN GGRRAANN DDOOMMIINNGGOOQQUUEE DDUURRAA CCIINNCCUUEENNTTAA DDÍÍAASS,,TTOODDOOSS EELLLLOOSS FFEESSTTIIVVOOSS YY GGLLOORRIIOOSSOOSS

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si hoy escucháis su voz

La victoria pascual de Cristomarca la vida y la espiritualidaddel cristiano y en Él contem-plamos nuestra propia victoria.Esta es la vida que, pasandopor la cruz, brota de la resu-rrección del Salvador y que loscristianos recibimos en nuestrobautismo, y que a su vez ce-lebra la Sagrada Liturgia. Laexaltación a la vida eterna deJesucristo como triunfador so-bre los poderes infernales,marca el giro que ha tomadotoda la liturgia a raíz de la re-surrección del Señor.

Todo esto ocurre porque al en-carnarse, Jesucristo ha adop-tado una dinámica típicamentehumana, utilizando el mismolenguaje y la misma simbolo-gía de los hombres de sutiempo. Así se ha hecho com-prender por el hombre de sutiempo y su mensaje ha po-dido ser asimilado sin dificul-tad. La liturgia es, por tanto, ac-ción teándrica, es decir, accióndivino-humana, en la que con-vergen el hombre y Dios.

La liturgia debe estar imbuidade esta fuerza neumatológicaque le proporciona una mayorreverencia y doxología trinitaria.

Por todo ello, debe ser una li-turgia en el Espíritu; es decir,una liturgia que, con la fuerzaque lleve en sí misma, noslance hacia el Misterio y nosexplique la acción de Dios. ElEspíritu además de principioanimador de la liturgia, esprincipio de interiorización yprofundización.

No hay experiencia de Dios enla que no esté la acción del Es-píritu Santo, pues es Él quienasegura el contacto íntimo conDios y por el que el hombre secomunica con la Divinidad.

LLaa PPaassccuuaa,,tiempoddeell EEssppíírr iittuuEl tiempo pascual fue llamadoen los primeros siglos Pente-costés, es decir, el tiempo delEspíritu Santo. Hoy Pentecostéses la fiesta que concluye estetiempo de Pascua, que estambién tiempo del EspírituSanto. Desde Pentecostés, elEspíritu ocupa el lugar de Cristoen la celebración litúrgica. Viviren Pentecostés y volver a esecenáculo orante es siempreuna necesidad de la Iglesia.

El día de Pentecostés enla oración despuésde la comunióndecimos: «¡OhDios, que hascomunicado atu Iglesia los

bienes delcielo: queel EspírituS a n t o

sea siempre nuestra fuerza!».Los cincuenta días de Pascuason celebración del Espíritu deCristo Resucitado. El Domingode Pentecostés concluye estesagrado período de cincuentadías con la conmemoración dela donación del Espíritu Santoderramado sobre los Apósto-les, el comienzo de la Iglesia yel inicio de su misión a todoslos pueblos, razas y naciones.

Pentecostés es la culminaciónde la Pascua, su cumplimiento.Pascua nos da por la incorpo-ración a Cristo una vida nueva.Pentecostés es el día del naci-miento de la Iglesia. De ahíque las oraciones de esta so-lemnidad pidan que los donesdel Espíritu santifiquen a la Igle-sia de modo que «el EspírituSanto sea siempre nuestrafuerza» (oración después de lacomunión).

El Espíritu Santo es enviadopara dar plenitud a este mis-terio de la Pascua de Cristo. Asílo indica el prefacio de la fiesta:“Pues, para llevar a plenitud elmisterio pascual, enviaste hoyel Espíritu Santo sobre los quehabías adoptado como hijospor su participación en Cristo”.Cristo Resucitado nos envía suEspíritu. Una oración sobre lasofrendas, del actual Misal, pideel Espíritu para comprenderbien la celebración:“Te pedi-mos, Señor, que según la pro-mesa de tu Hijo, el EspírituSanto nos haga comprender larealidad misteriosa de este sa-crificio y nos lleve al conoci-miento pleno de toda la ver-dad revelada”.

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mosaico

Librería Ntra. Sra. de Fátima S.L.

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si hoy escucháis su voz

Tu Nombre es ungüento derramadoAntonio Pavía Martín-AmbrosioMisionero Camboniano

EEll aauuttoorr ddeell ll iibbrroo ddeell CCaannttaarr ddee llooss CCaannttaarreessppoonnee llaass ppaallaabbrraass ““TTuu nnoommbbrree eess uunnggüüeenn--ttoo ddeerrrraammaaddoo”” eenn llaa bbooccaa ddee llaa eessppoossaa

ccuuaannddoo ssee aaddeennttrraa eenn llaass ppaarraaddiissííaaccaass eexxccee--lleenncciiaass ddeell aammoorr,, ppaassiioonnaallmmeennttee aarrrreebbaattaaddoorr,,hhaacciiaa ssuu EEssppoossoo.. EEss ccoommoo uunn iinntteennttoo ddee ddaarr--nnooss aa ccoonnoocceerr llaa rr iiqquueezzaa iinnccoonnmmeennssuurraabbllee qquueeeenncciieerrrraa ssuu nnoommbbrree ((CCtt 11,, 22--33))..

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si hoy escucháis su voz

Cada vez que Dios mira almundo salido de sus manos,vierte sobre él el ungüento quetonifica, ilumina y armoniza suspotencialidades. La primera vezque puso sus ojos en la tierra eraun amasijo de caos, confusión yoscuridad (Gn 1,2). En éstas,Dios habló. Hizo valer su palabra:“Haya luz” (Gn 1,3). El ungüentoprecioso de su artística creativi-dad se fue abriendo paso entrelas grietas que deformaban la tie-rra. Apareció la existencia con-sistente, la que tiene sentido.Desde entonces, Dios no ha de-jado de mirar con amor la obrade sus manos y, sobre todo, suobra maestra: el hombre. Cadaser humano es un receptáculoque recoge, en todas y cada unade sus dimensiones, el un-güento perfumado de Dios, subelleza, su intuición creativa, sumúsica, su danza, su luz. Y so-bre todo su grandeza: la lleva im-presa en su alma.

Israel es el ungüento derra-mado de Dios entre todas lasnaciones. Tiene la misión deperfumar con su existencia losconfines de la tierra. Así lo pro-clamó, con la terminología pro-pia de la espiritualidad que Diosotorgó a su pueblo santo, el au-tor del libro de la Sabiduría alafirmar que los hijos de Israelhabían sido elegidos para dar almundo la luz incorruptible de laPalabra (Sb 18,4).

Es el pueblo elegido sobre elque Dios vertió su ungüento,perfumó al mundo entero consu Sabiduría. A la luz de esta sinpar historia de amor entre Diose Israel, éste vio la necesidad deungir con óleo perfumado, bal-sámico, a todos aquellos queDios elegía de entre el pueblopara que pudiesen cumplir consu misión. Ungüento derra-mado, elección y misión van dela mano en la experiencia de fedel pueblo santo.

amor puroyy vveerrddaaddeerrooLas palabras de la esposa delCantar de los Cantares con lasque hemos encabezado eltexto podrían parecer todo unatrevimiento siendo como sonreferidas a Dios. Se habla delamor pasional que el almasiente por Él y que de Él nace.Son un atrevimiento, una osa-día, pero sucede que el almano puede contenerse, ha sidoavasallada por el Amor; y algotendrá que decir aun sabiendoque sus palabras siempre sequedarán cortas. Así pues, seatreve, lo proclama y deja elcampo abierto para que cadacual pueda hacer su experien-cia. Así comprenderá por quéesta esposa tuvo que expre-sarse con tanto atrevimiento.

IISSRRAAEELL EESS EELLPPUUEEBBLLOO EELLEEGGIIDDOOSSOOBBRREE EELL QQUUEEDDIIOOSS PPEERRFFUUMMÓÓAALL MMUUNNDDOO EENNTTEERROO CCOONN SSUU SSAABBIIDDUURRÍÍAA

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si hoy escucháis su voz

En realidad se trata de la histo-ria de amor entre el alma yDios. No hay alma que no tengasu historia por hacer; y Dios seaviene a ello, pues Él es el prin-cipio y causa de estos amores.Justo para dar pie y cabida aeste amor, se encarnó. Jesu-cristo es el ungüento nombradoy proclamado por la esposa, y,como tal, está vivo entre nos-otros. El es el perfume de Diosque atrae los deseos y miradasdel alma. Así, con las más va-riadas fragancias que se identi-fican con su túnica, nos describeel salmista al Mesías que va alencuentro de su amada: “Túamas la justicia y odias la im-piedad. Por eso Dios, tu Dios, teha ungido con óleo de alegríamás que a todos tus compa-ñeros; mirra, áloe y casia son to-dos tus vestidos (Sal 45,8-9).

La princesa, que no es sino elalma, habla por la boca de laesposa del Cantar de los Can-tares. Dirá que “los amores delEsposo son más dulces que elvino” —imagen de la fiesta—. Yhabla también de perfumes yde besos...; sí, los besos deDios. Acerca de estos besos, re-cogemos lo que nos dice sanBernardo: afirma que cada vezque Dios abre su Palabra a unode sus amigos, que se la ilu-mina y se la interpreta, está be-sando su alma.

Antes que san Bernardo, Israel,el pueblo santo de Dios, ya te-nía una bellísima iluminaciónacerca de los besos de Dios alalma. Como sabemos, los is-raelitas instruían a sus hijos enla fe por medio de las Escrituras

inspiradas que habían recibido;interpretaciones que ellos lla-maban los “Misdrás”, que seasemejan mucho a lo que nos-otros llamamos catequesis.

Uno de estos “Misdrás” inter-preta la muerte de Moisés, ynos parece excepcional encuanto a su profundidad y be-lleza pues narra las últimas ho-ras del santo libertador de Is-rael. En ese trance, Samael, elángel perverso identificado conSatanás, intentó arrebatar elalma de Moisés, ante lo cualDios intervino. En el instantemismo de la muerte de suamigo, besó su alma salvándolaasí de las garras de Satán, suacusador.

dulce fraganciaderramada pormmiisseerriiccoorrddiiaa Jesucristo es el beso por exce-lencia de Dios al hombre. Elbeso que nos rescata de las ga-rras, revestidas de seducciones,del Acusador. Dios vierte su un-güento sobre toda la humani-dad por medio de su Ungido.

Él es el perfume de Dios queenloquece de amor a todaslas almas que lo aspiran. Lasenloquece de amor y tambiénde gozo cumplido, ya que sufragancia tiene el poder de darsentido de totalidad a todo locreado y a todo el hacer delhombre.

La palabra catequesis se derivadel verbo griego “katajeo”, quesignifica verter, derramar dearriba hacia abajo. Dios vierte,derrama su gracia, la hace des-cender entre nosotros por me-dio de la Encarnación: el Hijo,que está en el Padre, se viertesobre el hombre haciéndoseEmmanuel, Dios con nosotros.Resucitado, vierte el EspírituSanto sobre su Iglesia. Ya Israelcantaba proféticamente al Me-sías en su misión de derramarla gracia por su boca, por su Pa-labra. Era eso lo que hacía deÉl el más hermoso de los hom-bres (Sal 45,3).

En la misma línea vemos ex-presarse a la esposa del Cantarde los Cantares en la incompa-rable descripción que hace delamado de su alma, de quiendice que “sus labios son liriosque destilan mirra fluida” (Ct5,13). Gracia, ungüento, mirra,sabiduría..., todos estos términosson sinónimos de la Palabra devida que Dios pone en la bocadel Mesías. Es justamente esto,lo primero que ven en Élcuando “se estrenó” como elenviado del Padre, como el Me-sías, ante los suyos en la sina-goga de Nazaret (Lc 4,16-22).

Recordemos el comentario deestos primeros judíos que le oye-ron: “Todos daban testimonio deél y estaban admirados de laspalabras llenas de gracia que sa-lían de su boca” (Lc 4,22).

JJEESSUUCCRRIISSTTOO EESS EELL PPEERRFFUUMMEE DDEEDDIIOOSS QQUUEE EENNLLOOQQUUEECCEE DDEE AAMMOORR AATTOODDAASS LLAASS AALLMMAASS QQUUEE LLOO AASSPPIIRRAANN

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EELL CCAANNTTAARR DDEE LLOOSS CCAANNTTAARREESSEESS LLAA HHIISSTTOORRIIAA DDEE AAMMOORR EENNTTRREE EELL AALLMMAA YY DDIIOOSS

Aun así, cerraron sus oídos porque,como bien dijeron, no era sino elhijo del carpintero. ¿Cómo sepuede ser tan perverso ante la evi-dencia? Pues sí. Se puede ser, ynormalmente se es, pues somosmaestros en esquivar a Dios. Se es-quiva la conversión porque no laconsideramos como buena paranuestras proyecciones. La salidaen falso de los judíos de Naza-ret no puede ser más pueril.¡Si no es más que el hijo delcarpintero! Pueriles tambiénlas razones con las quenos parapetamos anteun Dios que “no hacemás que aguarnos lavida”.

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si hoy escucháis su voz

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amar no esppeeddiirr,, eess ddaarr Tu nombre es ungüento quese vierte, oímos una y otra veza la esposa, a quien imagina-mos abriendo el cuenco de sualma a la divinidad que su Es-poso le ofrece. Esposa que nosrecuerda a aquella novia quese está preparando para susdesposorios con un rey. Me re-fiero al salmo 45 del que yahemos entresacado tanta ri-queza. Una vez que se ha pre-sentado el Esposo, quien,como sabemos, es llamado “elmás bello de los hombres”, elautor exhorta a la esposa aembellecerse a fin de cautivara su Amado: “Escucha, hija,mira y pon atento el oído, ol-vida tu pueblo y la casa de tupadre, y el rey se prendará detu belleza” (Sal 45,11-12).

Es una exhortación en ordena la belleza del alma. ¡Escu-cha, mira, pon atento el oído,ábrelo a tu Dios! Sus palabrasde gracia, ungüento perfu-mado, mirra, sabiduría, sonsu patr imonio para t i ,¡ábrete a sus dones! ¡Llé-nate de ellos! Dios se pren-dará de la fragancia de tualma, le cautivas con talderroche de hermosura.Repuesto, como

quien dice, del esplendor detu alma, se acercará a ti y tedirá como a la esposa delCantar de los Cantares: “¡Le-vántate, amada mía, hermosamía, y vente! Paloma mía, enlas grietas de la roca, en es-carpados escondrijos, mués-trame tu semblante, déjameoír tu voz; porque tu voz esdulce, y gracioso tu sem-blante” (Ct 2,13-14).

A la luz de estos textos pode-mos afirmar que el nombre deDios: “Su Ser”, se vierte sobretodos aquellos que creen enÉl. Puesto que esta afirmaciónpodría parecer gratuita, nosacercamos al Prólogo de sanJuan y parafraseamos cate-quéticamente algunos de susversículos: “La Palabra era laluz verdadera que ilumina atodo hombre que viene a estemundo... Vino a su casa, y lossuyos no la recibieron. Pero atodos los que la recibieron lesdio poder de hacerse hijos deDios, a los que creen en sunombre” (Jn 1,9-12).

Como hemos podido ver enel texto, Juan empieza con unenunciado acerca de la Pala-bra. Ella es la luz verdaderaque ilumina a todo hombre.Es luz verdadera en la mismalínea en que llama al Hijo deDios el Verdadero (1Jn 5,20). También en la misma línea enque el mismo Jesús se llama así mismo la vid verdadera (Jn15,1), y también el pan verda-dero enviado por el Padre (Jn6,32). Palabra salida de suboca que hace frente a todatentación del Príncipe de lamentira (Mt 4,4).

Esta Palabra, continúa diciendoJuan, vino a su casa, al pueblosanto escogido por Dios; los su-yos, sin embargo, no la reci-bieron. Nos detenemos unmomento en esta apreciacióncatequética de Juan. La fe esuna gestación, no una acumu-lación de creencias y “saberes”.Es una gestación, y en cuantotal, primero se recibe, y poste-riormente se concibe. Es, por lotanto, una Encarnación de Diosanalógicamente igual a la deMaría de Nazaret. Ella, primero

recibió, por medio del ángel,la Palabra, y luego la

concibió.

CCAATTEEQQUUEESSIISS DDEERRIIVVAA DDEELL VVEERRBBOO GGRRIIEEGGOO ““KKAATTAAJJEEOO””,, QQUUEE SSIIGGNNIIFFIICCAA VVEERRTTEERR,, DDEERRRRAAMMAARR

DDEE AARRRRIIBBAA HHAACCIIAA AABBAAJJOO3322

si hoy escucháis su voz

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Empezó a gestarse cuando miró de frente al enviado deDios, y, sabiendo que este Dios es el Dios de los impo-sibles, le dijo confiadamente: Hágase; es decir, suplicó ala Palabra: ¡Hazte en mí!

Es un concebir en el alma tan real que provoca en losy las gestantes una verdadera creación: la creación enJesucristo, como le llama san Pablo (2Co 5,17). El un-güento de Dios, su divinidad, se ha derramado, vertido,sobre estos hombres con tal profusión que el mismoPablo dice de ellos que son “el buen olor de Cristo” (2Co2,14-15).

Hablamos de la fe adulta, la que se concibe, crece y sedesarrolla por medio de la predicación del Evangelio:“La fe viene de la predicación, y la predicación, por laPalabra de Cristo” (Rm 10,17). Es la fe adulta la quenace de esta predicación que, precisamente porquese apropia de todo nuestro ser, permite a Dios ofre-cerse tal y como es, es decir, nos da todo lo que Éles; todo el ungüento que contiene su Nombre: “YoSoy el que Soy” (Ex 3,14).

tu voluntadeess mmii ddeell iicciiaaVolvemos al texto del Prólogo de Juan que dejamosantes en suspenso: “A todos los que le recibieronles dio poder de hacerse hijos de Dios, a los quecreen en su nombre”. Juan se está refiriendo a to-dos aquellos que creen, se apoyan, se abrazan,se estrechan contra este Nombre en el que la es-posa del Cantar de los Cantares reconoció la fra-gancia de su alma, de su existencia. No hay ab-surdo, ni desvarío, ni sin sentido, en lo que estádiciendo esta mujer; comprendió que toda ellaestaba en Él, y que todo Él vivía en ella. Llamóungüento a su Nombre y comprendió que erael amor de Dios el que le movería a Él mismoa inclinarse sobre ella derramando así su elec-ción y predilección... ¡Su propio Nombre!

¡Tu propio Nombre pronunciado sobre mí!,exclama fuera de sí Jeremías. No cabe en síde asombro, sorpresa y gozo. Tú, le dice aDios, me das tus palabras que alimentan mife. Mi relación de amor contigo es tal quemás que comer tus palabras, las devoro.

LLAA FFEE EESS UUNNAAGGEESSTTAACCIIÓÓNN,,NNOO UUNNAA AACCUUMMUULLAACCIIÓÓNNDDEE CCRREEEENNCCIIAASSYY ““SSAABBEERREESS””

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Por medio de ellas viertes so-bre mí tu Nombre: “Cuandoencontraba palabras tuyas, lasdevoraba; tus palabras eran migozo y la alegría de mi corazón,porque tu nombre fue pro-nunciado sobre mí, Señor,Dios mío” (Jr 15,16).

No está loco Jeremías. No estábajo ninguna crisis ni es uncaso patológico. Está viviendoy, al mismo tiempo, anun-ciando proféticamente, el donque Dios dará a los hombrespor medio de su Hijo. Juan loexpresa admirablemente en ellibro del Apocalipsis: “Al ven-cedor le daré maná escondido;le daré también una piedreci-lla blanca, y, grabado en la pie-drecilla, un nombre nuevo quenadie conoce, sino el que lo re-cibe” (Ap 3,17).

El maná escondido: la Sabidu-ría de Dios, y que Él encierraen el Evangelio de su Hijo.Maná que está oculto para lossabios e inteligentes de estemundo, y a flor de tierra paralos pequeños de Dios (Mt11,25-27).

Como hemos visto, junto conel maná escondido, Jesús pro-mete un nombre nuevo —elsuyo-, grabado en una piedrablanca. Es la piedra angular so-bre la que el discípulo apoya suvida, su fe. La piedra angular esel mismo Señor Jesús. En ellaescribe su nombre, convir-tiendo al discípulo en TemploSanto de la gloria de Dios. ElTemplo nuevo, profetizado porAgeo, que supera en gloria, esdecir, en Presencia, al antiguoTemplo de Jerusalén (Ag 2,9).

Por supuesto que la profecíatiene su pleno cumplimientoen Jesucristo, Templo de la glo-ria y santidad de Dios; mastambién se cumple en todos ycada uno de sus discípulos.Templos de Dios, moradas deDios, de su gloria y santidadpor el hecho de que Él mismoviene a habitar en todo aquelque escucha y guarda su Pa-labra, tal y como lo dice elmismo Señor Jesús: “Si algunome ama, guardará mi Palabra,y mi Padre le amará, y ven-dremos a él, y haremos mo-rada en él” (Jn 14,23).

MMAANNÁÁ QQUUEEEESSTTÁÁ OOCCUULLTTOOPPAARRAA LLOOSSSSAABBIIOOSS EE IINNTTEELLIIGGEENNTTEESSDDEE EESSTTEEMMUUNNDDOO,, YY AA FFLLOORR DDEE TTIIEERRRRAA PPAARRAA LLOOSSPPEEQQUUEEÑÑOOSS DDEE DDIIOOSS

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kerigma

DDeecciirr ssíí aa CCrriissttooDDeecciirr ssíí aa llaa vviiddaa

HHoommii ll ííaa ddeell ccaarrddeennaall CChhrriissttoopphh SScchhöönnbboorrnn eenn eell CCeennááccuulloo

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Hay muchas cosas que están en nuestros cora-zones, en este lugar donde Jesús dijo a sus após-toles: “De esto vosotros sois testigos“. ¿De quésomos testigos? Estamos llamados a ser testigosen la Europa de hoy, de lo que “los discípulos deEmaús han vivido a lo largo del camino”, cuandohan “vuelto” —el término griego “anastrofé” es laconversión—. Han sido convertidos en la fraccióndel Pan con Jesús y han vuelto a Jerusalén, al“colegio” de los discípulos.

Querría deciros una cosa que me ha venido alcorazón: ¿Cuál es la culpa de Europa? Su culpaprincipal es el nnoo aa llaa vviiddaa.. Europa ha dicho tresveces no a su futuro. La primera vez en 1968(ahora “celebramos” tristemente los cuarentaaños del rechazo de la “Humane vitae”); lasegunda vez fue en 1975, cuando las leyes delaborto han inundado Europa; y, la tercera, es lageneral aprobación por parte de muchos gobier-nos del “matrimonio” de los homosexuales.

Europa se está muriendo por haber dicho nnoo aa llaavviiddaa. Siento en el corazón deciros que tambiénes un pecado de nosotros, los obispos, aunqueninguno de los presentes fuera obispo en 1968.

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kerigma

AAfinales de marzo de 2008, tuvo lugar en la DomusGalileae, en el Monte de las Bienaventuranzas(Israel), una convivencia de los Obispos de

Europa, unos ciento ochenta en total, de ellos nueve car-denales, promovida por el Camino Neocatecumenal,para exponerles cómo es la iniciación cristiana de adul-tos según el modelo de sus comunidades, e impulsar laNueva Evangelización. Después de escuchar unkerygma, escrutar en silencio la Palabra de Dios y par-ticipar en una celebración penitencial, concelebraronuna Eucaristía en el Cenáculo (Jerusalén), donde elCardenal-Arzobispo de Viena pronunció una homilía dela que Buenanueva extrae los siguientes párrafos:

EESSTTAAMMOOSS LLLLAAMMAADDOOSS AASSEERR TTEESSTTIIGGOOSS EENN LLAAEEUURROOPPAA DDEE HHOOYY,, DDEE LLOOQQUUEE ““LLOOSS DDIISSCCÍÍPPUULLOOSSDDEE EEMMAAÚÚSS HHAANN VVIIVVIIDDOO AALLOO LLAARRGGOO DDEELL CCAAMMIINNOO””

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En Alemania, por ejemplo, por cada cien padres hay sobre sesenta y cuatro hijos y cuarenta ycuatro nietos. Esto quiere decir que en una generación, la población alemana sin la inmigracióndisminuye a la mitad.

Hubo algunas excepciones a aquel rechazo general de la encíclica de Pablo VI, entre ellas la delCardenal-Arzobispo de Cracovia, el que luego sería Juan Pablo II, que, con un grupo de 76 teó-logos redactó proféticamente un memorándum en 1976, que envió a Pablo VI. Personalmentepienso que este testimonio de un obispo de la Iglesia Mártir, de la Iglesia del Silencio, pesó másque todos los estudios que Pablo VI encargó sobre la cuestión, y que le hizo tomar esta atrevi-da decisión, con la que quedó en una terrible soledad.

Sin embargo, hay una innegable realidad defendida y vivida por muchas familias, que aceptan felicesla vida como un gran regalo de Dios.

En cambio, nosotros, no pocos obispos, cerrados tras las puertas por la angustia no de losjudíos sino de la prensa y ttaammbbiiéénn por eI miedo de la incomprensión de nuestros fieles, nohemos tenido valentía. Cuando ha venido la ola del aborto, la Iglesia estaba debilitada. El Papa Juan Pablo II nos ha enseñado durante todo su pontificado este coraje de ddeecciirr ssíí aaDDiiooss,, aa JJeessúúss,, aa ppeessaarr ddeell rriieessggoo ddee sseerr ddeesspprreecciiaaddooss.. Tenemos que arrepentimos de estepecado del episcopado europeo y de su graves consecuencias.

3388

kerigma

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“Hermanos, sé que actuasteis por ignorancia”, les dice Pedro alos judíos, a sus hermanos. Si hubiéramos sabido las conse-cuencias de este no a la vida, nunca hubiéramos dicho un noa la “Humane vitae“. Habríamos tenido el ánimo de decirles anuestros fieles: “Tened confianza, creed en la vida”. Todosconocemos cuánto dolor hay en quien ha abortado, arrastran-do una vida triste. Somos corresponsables de esta tristeza deEuropa.”Arrepentíos y convertíos” dice Pedro.

Yo sé que hay familias, como las de las comunidades de ini-ciación cristiana en muchas parroquias del mundo, que por lapredicación y el carisma de unos “locos” que creyeron lo quedecía el Papa —sí a la vida—, han tenido el ánimo de vivir lasalegrías de la obediencia a la Iglesia y soportar los sufrimien-tos de tal carisma.

Dejadme que os cuente alguna de mis experiencias de obis-po, pobre pecador, como testigo de este carisma: los carismasson dados gratuitamente para la lglesia, para su edificación.No significan automáticamente una santificación del portador delcarisma; son también una invitación al portador del carisma asantificarse, pero sobre todo son un don para la Iglesia. Y yo veoque aquí hay un don para la Iglesia. Este proceso de iniciacióncristiana, este itinerario de fe, no siempre es bien acogido en lasdiócesis y en las parroquias. Hay tensiones. Se dice que lascomunidades dividen las parroquias. Yo no soy tan valiente desostener siempre a los débiles, a los perseguidos; pero una cosapuedo decir: que un cuerpo siempre tiene tensiones, sólo uncuerpo muerto no las tiene.Y éstas también son parte de la conversión necesaria. Esto no justi-fica las equivocaciones humanas que ocurren, cierto; pero cuandoel Evangelio es proclamado para la conversión, crea tensión inevita-blemente. Y nosotros, obispos, debemos preguntarnos: “Si hay ten-siones, ¿no son quizás saludables?” Sí, porque velamos, como espropio de uno de nuestros “oficios” o misión pastoral, porque nospermiten preguntarnos qué quiere Dios de nosotros. Entonces poresto querría, en este santo lugar, pedir que el Señor entre, aun-que nuestra puerta esté cerrada, y nos dé coraje, si es eso lo quenos ha faltado en los últimos cuarenta años, para decir ssíí aa llaa vviiddaa..

SSIINN EEMMBBAARRGGOO,,HHAAYY UUNNAA

IINNNNEEGGAABBLLEERREEAALLIIDDAADD

DDEEFFEENNDDIIDDAA YY VVIIVVIIDDAA PPOORR

MMUUCCHHAASS FFAAMMIILLIIAASS,, QQUUEE

AACCEEPPTTAANN FFEELLIICCEESS LLAAVVIIDDAA CCOOMMOO UUNN GGRRAANNRREEGGAALLOO DDEE DDIIOOSS

JJUUAANN PPAABBLLOO II II NNOOSS HHAA EENNSSEEÑÑAADDOODDUURRAANNTTEE TTOODDOO SSUU PPOONNTTIIFFIICCAADDOOEESSTTEE CCOORRAAJJEE DDEE DDEECCIIRR SSÍÍ AA DDIIOOSS,,AA JJEESSÚÚSS,, AA PPEESSAARR DDEELL RRIIEESSGGOO DDEESSEERR DDEESSPPRREECCIIAADDOOSS

3399

kerigma

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4400

familia de Nazaret

CCeellooss delirantesAquilino Polaino-LorenteCatedrático de Psicopatología de la Universidad CEU-San Pablo

LLos celos en la pareja suelen ser relativamente fre-cuentes. En ocasiones, están más vinculados a laafectividad y sexualidad, y se resuelven cuando

las personas maduran. Otras veces, muy poco o nadatienen que ver con la realidad,por lo que habrá quepensar en un posibletrastorno psíquico.Sea como fuere,¿qué es lo que seesconde tras loscelos? En las líneasque siguen trata-ré de desentrañarlo que en ellos seoculta, tanto enlo relativo a suorigen como enlo que respectaa sus nefastasconsecuencias.

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familia de Nazaret

Lo que acontece es que las personas nos comparamos. Esto es un hechorelativamente horroroso. Si cada persona es un ser único e irrepetible, lacomparación es imposible, un imposible metafísico. Por eso, toda compa-ración resulta invalidada además de odiosa. Ciertamente, no somos com-parables; pero el hecho es que, frecuentemente, nos comparamos con losdemás. En esto juega un papel determinante la inseguridad en sí mismoy la envidia.

A lo que parece, se comparan más las chicas que los chicos, por lo quesuelen ser más celosas las mujeres que los hombres. El varón suele com-pararse con los otros en lo que se refiere al rendimiento en su trabajo,los resultados que obtiene, el prestigio social alcanzado y, si es joven, ensus habilidades y destrezas deportivas. Entre las mujeres, en cambio, sue-len darse muy variadas clases de comparaciones: comparaciones acercade si combina o no su forma de vestir, de la elegancia, del buen o malgusto, de la belleza, del peso y el tipo, de la educación, de los modales,de si atraen al varón, etc.

En la estructura del comporta-miento celoso están presentescasi siempre las compara-ciones. Pero, cada per-sona es un ser único,incognoscible e im-predecible, por loque no tiene sen-tido alguno com-pararse con losdemás.

PPUUEESSTTOO QQUUEE CCAADDAA PPEERRSSOONNAA EESS UUNN SSEERR

ÚÚNNIICCOO,, NNOO TTIIEENNEE SSEENNTTIIDDOO

CCOOMMPPAARRAARRSSEECCOONN LLOOSSDDEEMMÁÁSS

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familia de Nazaret

nnoo ssoonn aammoorr,, sino temorEn el matrimonio el diálogocambia cuando se parte de lacomparación. El diálogo es-pontáneo es sustituido por lainterpretación y el cálculo. Unode los cónyuges dice esto paraque se entienda lo otro; se dasólo hasta aquí para que elotro cónyuge entienda que sele ha dado hasta allá. Cálculo,cálculo... Es decir, no se hablacon espontaneidad de lo quehay que hablar. Se habla re-buscando las palabras y calcu-lando su efecto en el otro. Estemodo de conducirse es insin-cero. Por esta vía se cae ense-guida en la manipulación.

Tiene celos quien no sabeamar, quien es inseguro, quienes desconfiado. Tener celos su-pone una presunción no fun-dada acerca de la supuesta in-fidelidad del otro. Si unapersona está segura del cariñode su mujer o su marido, noexperimentará los celos. La ce-lotipia es consecuencia delafecto, sí, pero de un afectoque hinca sus raíces en la in-seguridad. Lo que experimentasobre todo la persona celosaes el temor a perder el cariñode la otra persona.

Si una persona quiere a supareja, por esa sola razón notiene por qué tener celos. Silos tiene, se sitúa automáti-camente en una de las dosposiciones psicológicas si-guientes:

En primer lugar, es posible quese considere a sí misma comomuy poco valiosa (subestima-ción). Si considera, además,que la otra persona vale muchomás que ella, acabará por pen-sar que “lo mismo ésta sebusca otra persona que valgamás que yo”. Lo que manifiestaque esa persona está insegurarespecto de su propio valer. Estaactitud acabará por arruinar larelación entre ellos, suscitandola dependencia afectiva.

�En segundo lugar, aparecerá lainseguridad y desconfianza res-pecto de sí misma. Esa mismainseguridad le hará dudar de lafidelidad que le es debida porel otro cónyuge. Esto significaque vivirá bajo el temor, bajola amenaza de que la otra per-sona le pueda ser infiel.

ssuussppiiccaacciiaassque envenenan llaa rreellaacciióónnPiense el lector: ¿qué sería deun matrimonio que dispu-siera de graves razones paratemer que, en cualquier mo-mento, le van a embargar sucasa? ¿Se imaginan que sedespertasen y dijeran “miraque si hoy vienen los del juz-gado y me embargan?”

Una vida bajo una continuaamenaza es incompatible conla felicidad. Una vida bajo sos-pecha, forzosamente ha deser desgraciada. Una esposao esposo bajo la continuaamenaza de que el amor delotro cónyuge se extinguirá o

que, antes o después, leabandonará, vive a la sombradel temor que acaba por di-solver su amor.

Es posible que una madrealabe a su hija con expresionescomo esta: “Oye hija, tu maridoparecer estar celosísimo de ti.Eso es porque te quiere mu-cho”. No es cierto lo que diceesa madre a su hija. Su maridoes más bien una persona in-segura y, muy probablemente,desconfiada. Lo que dificulta elque ella se confíe a él, porquehará malas interpretaciones.Esto conducirá, de forma casiobligada, al ocultamiento de laverdad, especialmente enaquellos casos en que se sos-peche que contarle algunacosa puede disparar sus celos.De aquí que comiencen las pe-queñas mentiras.

—“Oye —preguntará el es-poso—, ¿dónde estuviste ayer?Te llamé y no estabas en casa”.

—“Pues es que a la vecina deal lado le faltaba aceite y fui-mos juntas a comprarlo, por-que no quería ir sola y tuveque acompañarla”.

EELL CCÓÓNNYYUUGGEE

CCEELLOOSSOO

SSUUEELLEE

SSEERR

IINNSSEEGGUURROO

YY DDEE BBAAJJAA

AAUUTTOOEESSTTIIMMAA

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Imaginemos que el esposo, al día siguiente, se encuentra conla vecina en el ascensor. Supongamos que el esposo inicia laconversación con ella, con éstas u otras palabras parecidas:

—“Hola, buenos días. Ya sé que el otro día estuvo mi mujeracompañándola cuando fue a comprar aceite”.

—“¿Cómo? —responde la vecina—. ¿Yo? No, jamás he ido consu mujer a comprar aceite”.

—“Ah!, perdón —contesta el esposo—, será que la he confun-dido con otra persona”.

Pero en modo alguno supondrá que se ha confundido. Darávueltas en su cabeza a lo sucedido hasta que concluya parasí: “Si ésta no ha ido a comprar aceite como me dijo, enton-ces, es que me está engañando. ¿Y cuál será la razón por laque me engaña?”

En cuanto se advierte el más pequeño motivo de engaño,el comportamiento celoso se acrece. En este sentido, loscelos se nos revelan como una especie de afectos pose-sivos, en los que se ha radicalizado el concepto de ex-clusividad, de posesión exclusiva.

la delirante exigencia ddee sseerr aammaaddoo Si los celos entre los cónyuges hacen sufrir tanto, esporque se pierde la confianza entre ellos y se sos-pecha de la existencia de una tercera persona.El autocontrol del comportamiento celoso es di-fícil de lograr; en cierto modo porque el cónyugeceloso suele ser una persona insegura, con bajaautoestima y un concepto negativo de sí mismo,ya que continuamente se está infravalorando a símismo.

El esposo/a celoso/a está persuadido/a de queel afecto que su mujer/marido le tiene es lo másvalioso que le ha ocurrido. Entre otras cosas, por-que proviene de la persona que para él/ella más vale.Por consiguiente, el afecto que recibe de ella/él setransforma en un valor que le transforma y hace deél/ella una persona valiosa. No es tanto que el cón-yuge se perciba a sí mismo como una persona ini-cialmente valiosa —por lo que el otro le quiere—, sinomás bien al contrario: que siendo una persona no va-liosa, al recibir el cariño (el valor) de la otra/o, estevalor le transforma en alguien valioso.

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Como esta autovaloración personal está fun-damentada y sostenida por el comportamientoafectuoso del otro, es lógico que el esposo ce-loso razone erróneamente del modo siguiente:si no recibo el cariño (valor) de mi esposa, de-jaré de ser valioso. Esto le hace ser todavía másvulnerable e inseguro de sí mismo. Pero ob-sérvese que esa inseguridad ya preexistía an-tes de que comenzara a manifestarse la con-ducta celosa.

Precisamente por esto el cónyuge celoso no lo-gra casi nunca controlar sus propios pensa-mientos, a pesar del gran esfuerzo que pone enello. Lo que suele ocurrir es que encubre sus ce-los, es decir, simula su conducta, sin que por ellologre evitar la reacción emocional que sufre.

Ahora bien, ¿de qué sirve el enmascara-miento del comportamiento celoso, si elsentimiento que le da origen, se prolongay acrecienta, sin que el cónyuge puedacontrolarlo? Es precisamente esta falta decontrol sobre los celos, lo que hace to-davía más vulnerable a la persona.

Nada de extraño tiene que ante este pobreautocontrol de las emociones, el cónyuge ce-loso acabe por manifestar su impotencia. Deaquí que, antes o después, acabe por mani-festar lo que le pasa. Surge entonces el com-portamiento agresivo y vejatorio para la personaque más anhela le ame.

ccaaddeennaa ddee atropellos yy oobbsseessiioonneess Observemos ahora algunas de sus conse-cuencias. Los efectos de los celos nunca sonbuenos. Las consecuencias que pueden deri-varse de ellos son muy variadas para las pare-jas, con independencia de que sean patológi-cos o no.

Entre las más frecuentes se encuentra la sos-pecha, la indignación, la irritabilidad, la suspi-cacia, la cólera y el maltrato. Si esta secuenciano se controla a tiempo, sucederá lo peor paraesa pareja: la ruptura, la alienación y la pérdida.

La frialdad, el distanciamiento y la susceptibili-dad son malos compañeros de viaje del com-portamiento celoso porque, como aves de malagüero, presagian una evolución más patológicay complicada acerca del futuro de la pareja.

En cambio, la aparición en el cónyuge celosode actitudes victimistas sugiere la posibilidad deestar ante una personalidad histriónica, necesi-tada y dependiente de afecto, y dotada de lasnecesarias disposiciones para la manipulaciónde los que le rodean.

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DDAAÑÑIINNOOSS

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familia de Nazaret

El comportamiento ansioso suele ser otra de lasfrecuentes consecuencias. La dependenciaafectiva y la hostilidad, constituyen un excelentecaldo de cultivo donde la ansiedad puede cre-

cer sin ninguna limitación. Esta ansiedadpuede transformarse y sufrir todo tipode metamorfosis, en función de lapersonalidad, el contexto social y fa-miliar, etc.

Como consecuencia de los ce-los pueden aparecer numerosostrastornos psicosomáticos comotaquicardia, dificultad para res-pirar, molestias digestivas, in-somnio, etc. Estos trastornos sue-

len desaparecer cuando los celos seextinguen. En otras personas, ese

modo de reaccionar se organiza y croni-fica dando lugar a un patrón de comporta-

miento agresivo que —consciente o incons-cientemente, controlado o no— puede llegar acaracterizar su permanente talante.

El comportamiento hostil varía mucho en susmanifestaciones: de la descalificación verbal alhostigamiento irónico que pone al otro públi-camente en ridículo; de la irritabilidad manifiestaa la sutil hostilidad encubierta que se ceba enla destrucción de la relación.

Los sentimientos de culpa patológica es otra delas consecuencias. Las acusaciones pueden te-ner un cierto fundamento y prolongar el com-portamiento hostil del cónyuge celoso. Pero sino se resuelven pronto, emergerán los senti-mientos de inferioridad o se proyectará la culpasobre el cónyuge inocente.

Los celos pueden transformarse en delirios deinfidelidad (creencias irracionales y patológicasque no suelen modificarse, cualquiera que fuerela evidencia de las pruebas racionales que seaporten en su contra). Las personalidades psi-copáticas y los numerosos rasgos que caracte-rizan a las personalidades neuróticas parecenestar relacionados también, de una u otra forma,con el problema de los celos.

Pueden sentir miedo a ser calificados de celo-sos por sus amigos y compañeros. Su propiasusceptibilidad les hace suponer que sus com-pañeros le humillan y le tratan mal. El cónyugeceloso se hará más susceptible e inseguro y tra-tará de ocultar todavía más lo que le pasa, comoconsecuencia de la vergüenza que siente. Elmiedo le conducirá a aislarse todavía más.

En otros casos, los celos se “contagian” de unasa otras personas. El contagio es más frecuenteentre los esposos, donde las crisis explosivas,las descalificaciones, los insultos y los conflic-tos entre ellos generan una crispación insoste-nible.

Así pues, lo que está detrás de los celos en lapareja es la inseguridad, la envidia y las com-paraciones; lo que está delante de ellos —el fu-turo— es la completa destrucción del amor. No,no es buena costumbre esto de las compara-ciones. Ya lo dijo Séneca cuando afirmaba que“a nadie le gusta lo propio cuando mira laajeno”. A lo que Horacio apostillaba “no es deextrañar que aquel que apetece la suerte deotro odie la suya”.

EELL CCEELLOOSSOO AADDOOPPTTAA

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DDEELL AAMMOORR

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—¿Y tú, por qué eres tan bonita?Ella, se me quedaba mirando, y no contestaba nada, así que yo ledaba la respuesta:—Porque Dios te ha hecho así.A la niña aquello se le debío quedar grabado a su manera, y undía, cuando le pregunté, en medio de un achuchón... —¿Y tú, por qué eres tan bonita?Ella, ni corta ni perezosa, me espetó, con una gran sonrisa:—Porque Dios me ha nacido. Me acuerdo que entonces solté una enorme carcajada; peroluego, pensándolo detenidamente, me he dado cuenta de queesa frase de mi hija, tiene mucha “enjundia”.“Dios me ha nacido”... Es verdad que cuando Dios Padre “te nace”,te regala la belleza... porque tú, yo, cualquiera que se deje hacerpor Él, participa de Su Belleza. Conozco a unas cuantas personas,a las que la paz y la alegría que les brota por los ojos, las hace her-mosas; y esa paz va intimamente ligada a haberse fiado de Quienno defrauda. Ese descanso en el Señor de tu vida es el que da labelleza. Y esto va más allá de ser guapo o estiloso, es una bellezaque nace del corazón, que acoge, abraza, sirve...Hace poco tuvimos una experiencia de este tipo. Pasamos un díaen el campo con Enrique y Nuria y sus diez hijos. No hicimos nadaextraordinario, si no se considera extraordinario compartir tu tiem-po, tus vivencias, tu alegría, tu fe con unos —casi— desconocidosque éramos nosotros: nos abrieron su vida, su casa, y nos senti-mos acogidos. Cuando terminó el día, me encontraba feliz, porquesabía que había tocado la Belleza.

LLaa BBeell lleezzaaVicky VegaMadre de familia numerosa

HHay una anécdota que hoy quiero traer aquí, porquea mí, en su día, aparte de hacerme “gracia”, meayudó a pensar... Victoria debía tener unos cinco

o seis años, y hubo un tiempo largo en que, cuando laabrazaba o le daba un beso, siempre le decía...

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Esta belleza (fruto del amor de Dios) es la queno deja indiferente a nadie, y es la que cam-bia a las personas que se dejan tocar por ella.Creo firmemente que para tocar esa Bellezahe de dejarme empapar por Su Palabra y, ade-más, comer Su carne y beber Su sangre:hacerme una con Él.Pero volviendo a la Belleza de la Palabra, dicela Escritura que es como espada afilada quecala hasta lo más profundo. En otro lugar, diceque la Palabra es como lluvia fina que empa-pa la tierra —yo— y no se vuelve de vacío, sinoque la fecunda.Esto sólo quiero, Tu Palabra, tu Palabra en misentrañas.Realmente quien se asoma con temblor a laPalabra de Dios, descubre una sabiduría inau-dita, una Belleza sobrecogedora.

Creo que esta Belleza es el Espíritu Santo,derramado... Es lo que dice San Pablo: elEspíritu del Señor ratifica a mi espíritu queCristo, el crucificado, es la Verdad, es decir,que se puede pasar por la cruz con paz, queel sufrimiento no te mata: te doblega, sí, tehace mirar hacia Arriba, pero lo que realmen-te te mata es el pecado. Ese es el que tequita, me quita, la Belleza...Postdata: Ya sé que esta palabra “pecado” notiene buena audiencia; sin embargo, el peca-do no es más que la ausencia de Dios en mivida. La ausencia de la Belleza, la ausenciadel sentido profundo de mi historia, el des-conocimiento de que la muerte ya ha sidovencida.Ánimo, que la Belleza, que es Cristo, estáresucitado. Y nosotros también resucitaremos

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La familia naturalJuan José Guerrero Roiz de la Parra

AAraíz de la multitudinaria manifestación que huboen Madrid a finales del año pasado, con moti-vo de la fiesta o Día de la Familia, en el ámbi-

to de nuestros dirigentes políticos se asegurabaque el gobierno “está haciendo una apuestadecidida y sin precedentes para apoyar a todoslos modelos de familia sin imposiciones y librede prejuicios. La familia, institución natural queprecede a todas las demás creadas por el hom-bre para vivir en sociedad, admite una serie dedefiniciones, recogidas en el Diccionario Espasay en el de la Real Academia de la LenguaEspañola, en las cuales siempre se hace referencia alos vínculos de sangre expresados de diversas mane-ras y, también, a la autoridad del señor de la casa y a un“techo común”, en clara referencia a la servidumbreque, en tiempos no muy lejanos, llegaba a ser conside-rada parte de la familia unida por la sangre, por su leal-tad y continuidad en el ejercicio de sus funciones.

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La familia natural

Lo que en ninguna parte aparece es la consideración de “familia” aplicada a uniones ho-mosexuales. Lo cual es lógico por su carácter antinatural, sin que este hecho objetivo su-ponga ninguna discriminación ni condena de las personas que han optado por esta formade vida. Lo mismo ocurriría si un solitario amante de la naturaleza viviese rodeado de pe-rros, gatos y pájaros. A esta unión podría apli-cársele cualquier denominación me-nos la de “familia”.

La frase citada “todos los mo-delos de familia” es un eufe-mismo en el que se incluyetoda suerte de uniones anti-naturales que corrompen ysutilmente desvirtúan el ver-dadero concepto de familia; ymantener que se hace sin“imposiciones y libre de pre-juicios” es no querer ver el per-juicio de las familias en la ma-yoría de los españoles.

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Según datos del Instituto Na-cional de Estadística (INE), elporcentaje del PIB destinadoen 2006 a la familia era del1,2, mientras que en Dina-marca, por ejemplo, era del 3,7y la media de la UE estaba en2,1, casi el doble que en nues-tro país. En cuanto al valor eneuros por persona y año dedi-cado a prestaciones familiares,en España fue de 212, mien-tras que en Francia llegó a649, en Alemania a 796, en el

Reino Unido a 449, en Dina-marca a 1353, siendo 439 lamedia de la UE. Así, la presta-ción media a la familia espa-ñola por hijo es de sólo 24,25euros mensuales.

Sin ser el único, este desinte-rés es un factor importante queincide en el bajo índice de na-talidad que sufren las familiasespañolas: 1,39 hijos por mu-jer, cuando para que se consi-guiera el relevo generacionalharían falta al menos 2,21.

La consecuencia de esto es la-mentable, sobre todo para lamujer, como muestra otro es-tudio de la Fundación de lasCajas de Ahorro: el 72% delas que tienen entre 20 y 49años y que viven en hoga-res con hijos, están ocupa-

das a tiempo com-pleto, ya que la

mayoría delos hombresno ayudanen las tareasdomésticas,de formasignificativa

y continua, salvo en el caso deque sus mujeres tengan unalto sueldo. Por otra parte, estemismo estudio afirma que el25% de las mujeres nacidasen 1994 nunca tendrá hijos.

En aquel Día de la Familia seexaltaban los valores de lamisma, en contraposición atantos ataques directos que mi-nan la estabilidad familiar(aborto, divorcio, matrimonioshomosexuales…). Otro políticoreivindicaba tales acciones por-que esas cosas suponían “avan-ces en derechos individuales.”

“Los avances en derechos in-dividuales” es algo muy posi-tivo que en toda cultura sedebe tratar de conseguir, man-tener y mejorar; de no ser así,la cultura en cuestión acaba pordesaparecer. Sin embargo, res-pecto a lo que verdadera-mente es cultura y a tales “de-rechos individuales” convienetener en cuenta el comentariode Jacques Maritain en su libro“Religione e cultura”: “La cul-tura es la expresión de la vidapropiamente humana, que per-mite conducir una existenciaéticamente conforme a las le-yes de la naturaleza y es capazde impulsar un desarrollo realde las distintas aptitudes pre-sentes en el hombre”. En estecontexto es evidente que talespolíticas no pueden consi-derarse “avances en de-rechos individuales”,porque están en claradisonancia con las le-yes de la naturaleza.

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¿No habría que hablar, másbien, de una denuncia de cos-tumbres antinaturales que,como tantas veces ha ocurridoa lo largo de la historia, co-rrompen la civilización hasta suexterminio?

Por otra parte, es evidente quela Iglesia ha mantenido siem-pre una posición y exposiciónclara de su doctrina sobrecuestiones de fe y de costum-bres, que ahora lo hace sin em-pleo de expresiones duras, sindescalificar a ninguna persona,y dirigiéndose a quienes pro-fesan la misma fe que sus pas-tores, lo que provoca interpre-taciones tan sesgadas sobre elpueblo cristiano, sus pastores ysus fieles. Aquí sí que podría-mos hablar de prejuicios, pues¿qué puede importarle a un in-dividuo que no participa de lafe de la Iglesia, que la jerarquíaeclesiástica oriente a sus fieles?Por la misma razón podría ex-presar su indignación si el pre-sidente de un club, al cual élno pertenezca, decide au-mentar la cuota mensualque pagan sus socios.

Con estos ejemplos de opi-nión, entresacados de afirma-ciones de personas que se con-sideran laicistas, progresistas y,además, demócratas, se ha tra-tado de poner de relieve elabismo que separa a quienesparticipan de estas opinionesde la postura que siempre hamantenido la Iglesia católica.

La concepción del hombre, elsentido de la vida y la visión delmundo entre estos dos grupos

es tan opuesta que no es po-sible establecer ninguna posi-bilidad de diálogo entre ellos.

El laicismo, que en principio noes más que una doctrina quedefiende la independencia delEstado respecto de cualquierorganización o confesión reli-giosa, ha derivado hacia una in-transigencia total hacia la reli-gión, en especial la católica: esel paso de un laicismo asépticoa una rabiosa posición laicistade beligerancia pura ydura.

Por eso, la formaciónlaicista parte de unossupuestos relativistasdiametralmente opues-tos a la concepcióncristiana del mundo,de la vida y delhombre.

Para ellos Dios no existe o nose ocupa de nada; no hay tras-cendencia; la finalidad de hom-bre es vivir gozando haciendosu voluntad, para acabar en elabsurdo de la muerte, ante laque no pueden ofrecer nin-guna explicación. Así, la familiapuede ser cualquier cosa en laque alguien se aparea con al-guien, etc.

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Entre esta manera de entendertodo y el rechazo visceral a locatólico, se ve la inutilidad decualquier argumentación quepretenda exponérseles. Los ar-gumentos han de servir, úni-camente para confirmar en lafe a los que ya son católicos.

Ante esta imposibilidad de diá-logo, viviendo a contracorrienteen un mundo cada vez máshostil, ¿qué podemos hacer loscristianos para defender nuestrafe, para no vernos arrastradospor las erradas formas de afron-tar la vida preconizadas por tan-tos medios audiovisuales?¿Cómo conseguiremos desen-gañar a tantas personas equi-vocadas por las que Jesucristo,también, ha dado su vida?

A estos interrogantes es fá-cil contestar: viviendonuestra fe con cohe-rencia, siendo fieles

al Evangelio. Lo que ya no estan fácil, es ponerlo en práctica,pues supone que no haya di-visión entre la fe que se pro-fesa y la vida que se lleva. Estoes posible si se está conven-cido de que por mucho que al-boroten y se opongan a Cristo,éste vencerá al final. Sabemosque estará con nosotros hastala consumación de los siglos yque ante Él se doblará toda ro-dilla. Nuestra labor es la de per-severar. Recurriendo a Él por laoración, sacaremos fuerzas deflaqueza ayudados por el Espí-ritu Santo y seremos invenci-bles. La familia es el lugar másapropiado para vivir y contagiar

la fe, cuando todos susmiembros participande estas creen-cias, oran encomún y ex-ponen sus vi-cisitudes ante

los demás haciendo una con-versación estimulante, con con-tenido, a la vez que alegre ydistendida.

A título individual, esta manerade actuar se traduce en unasactitudes muy concretas entrelas que cabe destacar las si-guientes:

�• AAlliimmeennttaarr llaa ffee vviivviieennddoo uunnii--ddooss aa uunnaa ccoommuunniiddaadd ddee ccrree--yyeenntteess.. No se puede ser cris-tiano por libre. Jesucristo dijoque a sus seguidores se les co-nocerá porque entre ellos sedarán dos señales: el signo delamor, incluso hasta poder dar lavida por el otro, y el signo de launidad que todos, como her-manos, formarán entre sí. Es im-prescindible fortalecerse cons-tantemente para rechazar losataques de Satanás, para resis-tir a las tentaciones y mante-nerse firme, cuando los demás,instigados por el Maligno,

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familia de Nazaret

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pongan a prueba nuestra pa-ciencia y la inamovilidad denuestras convicciones.

• DDaarr tteessttiimmoonniioo ccoonn llaa ppaallaabbrraayy ccoonn eell eessttiilloo ddee vviiddaa.. De estamanera se crea un interroganteen quienes no piensan comonosotros o viven dejándose lle-var por la corriente sin haberseplanteado nunca los grandesinterrogantes de la existencia.Cuando se nos dé pie paraello, debemos dar razón denuestra fe, sin complejos, sintratar de imponerla, sin entraren discusiones bizantinas quea nada conducen y hacen per-der los nervios. Y, cuando seanecesario, corrigiendo o amo-nestando por amor, sin malosmodos, guiados por el Espírituque se nos ha dado.

• NNuunnccaa hheemmooss ddee jjuuzzggaarr yy,,mmuucchhoo mmeennooss,, ccoonnddeennaarr aa nnaa--ddiiee.. Nos debe guiar el amor alenemigo. Este amor es el queverdaderamente diferencia aun seguidor de Jesucristo decualquier otro hombre, es laprueba de fuego del cristiano.

Por otra parte, ¿cómo pode-mos juzgar a nadie si ignora-mos las gracias que ha reci-bido, el uso que ha hecho deellas y cuál es el tiempo enque el Señor tiene previsto en-contrarse con él?

• AAppeerrttuurraa aa llaa vviiddaa.. La familiacatólica ha de estar abierta atener los hijos que Dios quiera.Él es quien sabe lo que con-viene a cada cual. No sepuede ser cristiano descon-fiando de Dios. Esta apertura ala vida incluye no sólo la pro-creación, sino también la edu-cación de laprole y, so-bre todo,el pasar-les la fe.

TTrraattaarr ddee aaccttuuaarr eenn ttooddoo mmoo--mmeennttoo sseeggúúnn llaa vvoolluunnttaadd ddeeDDiiooss.. Este es, en definitiva, elconsejo que nunca se debeperder de vista. A cada personaen concreto Dios le asigna unamisión. No vivimos para satis-facer nuestros deseos, sinopara amar a Dios y a los de-más hombres hasta que Él nosllame a disfrutar de la verda-dera vida, la eterna a su ladoy con cuantos hemos conocidoy amado.

Por último, conviene recalcarque nada de esto ha de serproducto de nuestro esfuerzopersonal; sería un fracaso. Diosenvía gratuitamente su Espíritua quienes de corazón lo des-een para que se comportenasí y, viéndoles, los hombresreconozcan al único Dios.

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familia de Nazaret

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familia de Nazaret

Mi nombre es Laura, tengo 39 años y dos hijos maravillosos. Desde hace unosaños vivo sola con mis hijos; mi matrimonio se rompió y tuve que trabajarduro para cuidar y criar a mis hijos. No me importó demasiado, porque porlos hijos se hace lo que sea.

Soy de esas mujeres que saben lo que es ser madre y padre a la vez, y loúltimo que quería es que mi hija Sara, la pequeña, pasara por algo pare-cido. Pero ocurrió: Sara se quedó embarazada hace un año, cuando tenía16. No era el momento, no era lo que nos venía bien. Ella estudiaba en elInstituto, yo trabajaba casi todo el día, fue un duro golpe cuando me lo contó.

Sobre todo sabía que su vida había cambiado, se había complicado y no sabíacómo íbamos a afrontar aquello.

El chico que la había dejado embarazada no quería saber nada del tema, y mejor así, por-que sólo le decía que abortara, que sería lo mejor para los dos y su relación.

Sara lo tuvo claro desde el principio: no quería abortar, quería tener a su bebé, a pesar delas dificultades que pudiera suponer ser madre con 16 años y sin el apoyo del padre de suhija.

Y es que Sara no estaba sola, nos tenía a su hermano y a mí, su madre, que la apoyába-mos en su decisión y estaríamos a su lado siempre.

Nuestros amigos y familiares nos criticaron muy duramente, nos decían que estábamos lo-cas, cómo se nos ocurría no abortar, permitir que mi hija fuera madre tan joven. Facilida-des para abortar teníamos muchas, incluso se lo podían hacer gratis, nos dijeron.

Pero no quisimos escuchar, nadie podía obligar a mi hija a abortar, si ella no quería. Sa-bíamos que lo mejor para ella misma era tener a su bebé; el aborto no nos habría traídomás que tristeza y depresión a toda la familia.

Además contamos con la ayuda profesional de las personas que trabajan en la FundaciónRedMadre, que nos aconsejaron y nos acompañaron durante todo el embarazo. Tambiénnos facilitaron los enseres que necesitábamos para el bebé.

Los profesores del Instituto también apoyaron a Sara y, según ellos, su rendimiento me-joró muchísimo durante el embarazo. La ponían de ejemplo ante sus compañeros y yo es-taba muy orgullosa de ella. Y lo sigo estando; ya ha nacido mi nieta Alba,una preciosidad de niña que nos tiene locos a todos.

Mi hija seguirá estudiando, pero sin dejar de ser responsable de su niña,ella es su madre. Para cualquier madre es muy duro aceptar que su hijaadolescente se ha quedado embarazada tan pronto; pero si no la apoya-mos, si no aceptamos ese embarazo y la forzamos a abortar, le estaremoshaciendo un daño quizás irreparable.

Ser abuelademasiado pronto

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—Yo no me voy a morir. Pero si por casualidadme muero, no pasa nada. Desde el cielo cui-daré de vosotras. Y de todos. Sólo cambiaré delugar. Yo estaré con Dios, mi Padre, y seré muyfeliz, y vosotras podéis hablar conmigo, y pe-dirme lo que necesitéis. Que yo le digo a la Vir-gen: “María, mis hijas necesitan esto, y ella selo pide a Jesús.

—Yo no quiero que te mueras. ¿Qué haremosnosotras? ¿Quién nos llevará al colegio? Papá nosabe hacer la comida.

—A ver. Papá podría buscar a alguien que le ayu-dase a cuidaros, a daros la comida, a llevaros alcolegio.

—Pero, aunque no te mueras ahora, te morirásantes que nosotras —decía Victoria—, y yo noquiero que te mueras.

—Mirad, todas las personas hemos sido creadaspara la vida, no para la muerte. Este deseo quetenemos de vivir siempre, es porque Dios noslo ha puesto en el corazón.

—¿Y por qué nos tenemos que morir? —espetóVictoria—. ¿Por qué, a Adán y Eva se les ocu-rrió comer de una manzana? No es justo.

—A ver. Lo de Adán y Eva es una historia quequiere decir algo. Es un cuentecito. El hombrey la mujer han sido creados para amar, y sóloamando somos felices. Dios nos creó para serfelices; pero también nos creó libres. Dios noquiere esclavos. Quiere personas que lo amenlibremente. Porque Él es bueno y todo lo ha he-cho hermoso.

—Lo que pasa es que Adán y Eva hicieron casoa la serpiente —dijo Inés.

—Sí. Por causa de Satanás entró la muerte enel mundo. Cuando hacemos el mal, y no el bien,morimos por dentro. El mal nos aleja de Dios;por esto tuvo que venir Jesús a la tierra, paraabrirnos las puertas del cielo que estaban ce-rradas para nosotros. Cristo Jesús venció a lamuerte. Clavó todas nuestras debilidades en lacruz. Así que ya no hay que tener miedo a mo-rir. Jesucristo nos ha preparado un lugar, aquíestamos un ratito, pero nuestra verdadera casaestá allí, con Él.

—¿Y habrá comida? ¿Y estaremos todos juntos?

—No sabemos muy bien cómo será. Nuestrocuerpo será glorioso, mantendremos nuestra iden-tidad, pero desarrollaremos capacidades nuevas.

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educación para la vida

Vicky VegaMadre de familia numerosa

MMaammáá,,nnoo ttee mmuueerraass

LLa otra noche, en ese ratito en que rezo con laspequeñas, Victoria, medio llorando, me dijo:“Mamá, tengo miedo de que te mueras. Si te

mueres, yo me muero.” Inés, por mimetismo, llorabatambién. Y en ese desconsuelo, yo trataba de ponerun poco de sentido común.

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educación para la vida

Dice Julián Marías, un señor que sabe mucho,que cuando estemos junto a Dios, podremos,por ejemplo, descubrir facetas desconocidashasta ahora en nosotros: por ejemplo, el don dela música, o de la pintura...; y que, al no haberallí tiempo, podríamos conocer a la vez a la per-sona en su presente, pasado y futuro...; en fin,un lío.

Mirad, Jesús, cuando resucitó, una de las ve-ces que se apareció a sus amigos, comió conellos pescado; otra vez, dice el Evangelio que,“estando las puertas cerradas por miedo a losjudíos, Jesús se presentó en medio de ellos”.Es decir, que atravesó las paredes, comió…;pero era Él mismo, porque les enseñó sus ma-nos, y tenía el “agujero” de los clavos. A unode ellos, no recuerdo ahora cómo se llamaba,le mostró sus manos y el costado, y le dijo:“Mete tu dedo” y “no seas incrédulo, sino cre-yente”. Y éste mismo —ahora me acuerdo, sellamaba Tomás—, cuando vio que era verdad,que había resucitado, lo reconoció diciendo:“Señor mío, y Dios mío”.

—Pues yo me quiero morir ya para ir con Je-sús —concluyó Inés.

Creí que me iba a dar algo. Aquello se estabadesbordando. Como pude, les expliqué quehabía que esperar a que Dios nos llamara.

Que no valían las prisas. Al final, conseguí quese durmieran sin más preguntas.

Pero, al margen de la anécdota, creo que esimportante hablarles a los hijos de la muertecon naturalidad. Porque tenemos una espe-ranza y esta esperanza hay que transmitirla. Esurgente acabar con el tabú de la muerte. Losniños necesitan saber que van a morir, pero queese no es el final, que este es un autobús, cuyaúltima parada es el cielo.

Es curioso observar cómo la gente vive, come,duerme, trabaja, ríe y sufre sin plantearse la ma-yor parte del tiempo qué hace aquí. Qué sen-tido tiene su vida. Por qué vive. Es curioso ob-servar cómo unos suben y otros bajan delautobús (la vida) sin plantearse, hacia dóndeva ese autobús. Cuál es su parada final, quiénle ha dado el billete y qué tiene que hacer du-rante el trayecto.

Quiero que mis hijos sepan que tienen un Pa-dre que los quiere aunque hagan cosas malas,y que los perdona y los acoge si ellos lo bus-can sinceramente.

Quiero que tengan discernimiento. Que sepandónde está el bien y dónde el mal. Y quecuando caigan, sepan de dónde les viene elperdón y el amor. Y se levanten.

Los niños necesitan ver un sentido a la vida. Urgemostrarles el amor de Dios. Educar en la Espe-ranza es primordial para que nuestros hijos, mishijos, crezcan sanos por fuera y por dentro.

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EEll ssuuiicciiddiiooJosé Antonio GrisEspecialista en Psicología Clínica

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CCada año se suicidan en elmundo más de un millón de per-sonas, cifra que supera a los

muertos por guerras, sida o cáncer depulmón. Los países más desarrolladosson los que tienen las tasas más altasde suicidio. En Japón, que es la segun-da potencia mundial, hay unos 30.000suicidios al año. En España, en 2.008se registraron 3.421 suicidios, de loscuales 2.649 eran hombres y 772mujeres. Todos hemos leído en losmedios de información que, en nuestropaís, el número de quienes se quitan lavida es mayor que los muertos por acci-dente de tráfico. Por cada suicidio con-

sumado, hay veinte veces másde intentos de suicidio. Y luegoestá el impacto traumático que elsuicidio crea en la familia y losamigos. Se ha demostrado quecada suicidio crea trastornos psi-cológicos graves, como ansie-dad, depresión, etc., en unamedia de cinco personas. El suici-dio también es muy frecuenteentre los deportistas. La presiónque reciben de aficionados yfamiliares, el dopaje y las drogas y

el impactante paso de la fama al de lavida anónima, forman un cóctel explosi-vo. Después de la popularidad, algunosno son capaces de adaptarse a unavida normal. Pero lo que más preocupaa las autoridades sanitarias es el granaumento de suicidios en adolescentes.

EENN EELL MMUUNNDDOO SSEE SSUUIICCIIDDAANN

AALL AAÑÑOO MMÁÁSS DDEE UUNN

MMIILLLLÓÓNN DDEE PPEERRSSOONNAASS,, EENN SSUU MMAAYYOORRÍÍAA DDEE LLOOSS PPAAÍÍSSEESS

MMÁÁSS DDEESSAARRRROOLLLLAADDOOSS

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ffaaccttoorreess qquuee ppuueeddeenn iinnfflluuiirr eenn eell ssuuiicciiddiiooddee aaddoolleesscceenntteessLos siguientes factores, aparte de producir infelicidad, son los más frecuentes en lafamilia del adolescente suicida:

• Consumo excesivo de alcohol u otras sustancias. • Separación o divorcio de los padres.• Excesivo autoritarismo de los padres o pérdida de autoridad. • Padres con trastornos mentales.• Antecedentes familiares de suicidio. • Humillaciones que le causan sus padres. • Violencia familiar. • Escasa comunicación con su familia. • Incapacidad para manifestar afecto.• Frecuentes cambios de domicilio.

DDeepprreessiióónn.. Como todos sabemos, la depresión es muy frecuente y afecta al ser humano en sutotalidad. En adolescentes los síntomas más habituales son tristeza, pérdida de interés entodo, culpabilidad, aislamiento social, pensamientos suicidas, alcohol y drogas, cansancio o ago-tamiento, insomnio o hipersomnia, etc.

TTrraassttoorrnnoo ddee aannssiieeddaadd. Pulso acelerado, sensación de falta de aire, sudoración excesi-va, temblor, excesiva tensión muscular, cefaleas, timidez, aislamiento, evitación deactividades sociales, etc.

AAttaaqquueess ddee ppáánniiccoo.. Ansiedad extrema con pulso acelerado, hiperventilacióno respiración rápida y superficial, miedo a perder el control, vértigo, etc.

FFoobbiiaa ssoocciiaall.. Se trata de una fobia muy incapacitante, ya que el ado-lescente evita cualquier relación con los demás, miedo ahacer el ridículo, a hablar en público, no se atreve a

responder a los demás, etc.

AAnnssiieeddaadd ddee sseeppaarraacciióónn.. Excesiva depen-dencia de los padres, miedo a ir alcolegio, evita hacer cualquiercosa sin sus padres, miedo aperder a sus padres, etc.

TTrraassttoorrnnoo oobbsseessiivvoo ccoomm--ppuullssiivvoo ((TTOOCC)).. Conductasrepetitivas, rituales excesi-vos, no poder controlar lospensamientos u obsesio-nes, etc.

ppssiiccooppaattoollooggííaa ddeell aaddoolleesscceennttee ssuuiicciiddaaHoy día sabemos que casi la totalidad de los suicidios en adolescentes se danen quienes tienen una enfermedad psicológica. Las más habituales son:

CCAADDAA SSUUIICCIIDDIIOOCCRREEAA TTRRAASSTTOORRNNOOSS PPSSIICCOOLLÓÓGGIICCOOSS GGRRAAVVEESS EENN UUNNAAMMEEDDIIAA DDEE CCIINNCCOOPPEERRSSOONNAASS

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TTrraassttoorrnnoo ddee eessttrrééss ppoossttrraauummááttiiccoo.. Está oca-sionado por un acontecimiento traumático degran intensidad, y que se caracteriza por laaparición de muchas conductas de evitaciónde situaciones relacionadas con el traumasufrido.

TTrraassttoorrnnoo ddee aalliimmeennttaacciióónn.. Severos trastornosde la conducta alimentaria como anorexia ner-viosa o bulimia.

TTrraassttoorrnnoo ddiissoocciiaall ddee llaa ppeerrssoonnaalliiddaadd. Es otrofactor de riesgo de suicidio en la adolescenciay se caracteriza por agresión a personas, ame-naza e intimidación a los demás, violacionesgraves de las normas sociales, robo, destruc-ción de la propiedad ajena, etc. Este trastornoproduce un deterioro social, académico olaboral al máximo, y con mucha frecuenciadesarrolla dependencia de sustancias.

DDeeppeennddeenncciiaa ddeell aallccoohhooll.. Consumo excesivode alcohol, que le lleva a incumplir sus obliga-ciones, problemas legales frecuentes, etc.

EEssqquuiizzooffrreenniiaa.. Alucinaciones auditivas o visua-les, ideas delirantes, cree que tiene poderessobrenaturales, posturas extrañas, respuestasemocionales inadecuadas, empobrecimientodel lenguaje, etc.

FFaaccttoorreess ddee ppeerrssoonnaalliiddaadd.. Conducta agresiva,elevada impulsividad, cambios de ánimo muyfrecuentes, no tiene habilidades sociales, pen-samientos extraños, conducta disocial, se sien-te rechazado por todos, etc.

Conductas ddiivveerrssaass• A continuación enumeraré aquellas conductasmás usuales que pueden llevar al suicidio:

• Tener una enfermedad física grave.

• Haber sido víctima de un desastre natural.

• Haber sido víctima de violación o abusosexual.

• Fracaso escolar.

• Estar sometido a amenazas de muerte.

• Incumplir lo que los padres esperan de él.

• Estar sufriendo acoso escolar.

• Muerte de un ser querido.

• Separación de amigos o novio�novia.

• Problemas familiares importantes.

eell aammoorr aa DDiiooss la principal prevenciónEn varios estudios sobre el suicidio se ha com-probado que el principal factor que evita el sui-cidio es el ser creyente. Los que creemos enDios podemos desarrollar las mismas enfer-medades que los que no creen, pero la vidatiene otro sentido y trascendencia. Sabemosque Dios es el dueño de la vida, que comoun Padre está llevando nuestra historia.Además , estamos seguros de que hay otravida, que es la Vida Eterna. El suicidio es con-trario al amor de Dios.

Más del 50% de los suicidios son de ancianos.

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¿¿SSoocciieeddaadd ddeell

bbiieenneessttaarr......??

Jesús Esteban Barranco

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Pues bien, ahí están los datos: en 2008 —que eso era anteayer; hoylos índices habrán subido— nueve personas se suicidaron cada díaen España, en total 3.421 en ese año, cifra superior a los fallecidosincluso en accidentes de carretera en el mismo período (ocho cadadía), situándose así en el primer puesto de la clasificación de los muer-tos por causas externas. Si a esto añadimos que las tentativas de sui-cidio, según datos de expertos (Centro Científico de Psiquiatría Serbskide Moscú), arrojan cifras pavorosas —unas veinte personas intentansuicidarse por cada una de las que se suicidan de hecho—, no po-demos cerrar los ojos ante un panorama tan escandaloso como cruel,tan fatídico como bochornoso, de una humanidad que se precia detan civilizada, científica y técnica, sin caer en la cuenta o sin quererloadmitir que lleva en su seno el veneno de esa rémora.

Y habría que añadir que no se sabe con exactitud si en estos datosse recogen los casos de eutanasia activa, dada la tendencia actual aconsiderarlos como simples episodios médicos, que, en la mayoríade los casos, si no en todos, recuerdan claramente “la solución fi-nal” del nazismo, que efectivamente tiene todos los elementos de“final”, pero ninguno de “solución”. Echar mano del suicidio, en formade eutanasia, es un cómodo recurso de una sociedad egoísta queno sabe o no quiere dar respuesta al problema que plantean los en-fermos terminales. No es el dolor físico de por sí el que lleva a esaopción —que normalmente se puede mitigar y se mitiga hoy día—,sino el miedo a la muerte, el pánico a dejar de existir, el pavor porsi hay algo más allá..., y aquí no se ofrece al paciente ninguna es-peranza de dar sentido a su vida mientras dure.

¡¡Finalmente! ¡Ya era hora de que salieran a la luz públicalas cifras de suicidio en España, tema tabú desde hacetiempo! Todos sospechábamos que eran muy altas,

pero no tanto; todos decíamos que los medios de comu-nicación social, tal vez encorsetados o censurados porotros poderes políticos o mediáticos, no se atrevían a aire-arlas, porque eso, aparte de tener muy mala prensa —ynunca mejor dicho, pues ¡a ver qué prensa quería jugarseel tipo por publicar tan malas noticias!—, dejaba en pañosmenores a la tan cacareada sociedad del bienestar, pro-mocionada con más ínfulas y alharacas que con hechosreales que acaban por colocarnos en nuestro sitio: en lasociedad del “mal-estar”, ya que muy mal tiene que estaruna sociedad para llegar a tales extremos, como asíapuntaba ya a finales del siglo XIX el célebre sociólogofrancés, Émile Durkheim.

LLAA AANNGGUUSSTTIIAA

VVIITTAALL MMAATTAA MMÁÁSS

GGEENNTTEE QQUUEE

EELL TTRRÁÁFFIICCOO

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El atajo de la eutanasia no es la respuesta ade-cuada para estos enfermos que, en el fondo loque piden es ayuda para superar el miedo amorir: Jesucristo vino “para aniquilar mediantela muerte al señor de la muerte, es decir, al Dia-blo, y liberar a cuantos, por temor a la muerte,estaban de por vida sometidos a la esclavitud”(Hb 2,14-15), en este caso, la esclavitud del sui-cidio. Esa seducción por la muerte es una sibi-lina ponzoña de Satanás para encubrir la fasci-nación por la vida.

cada tres segundos,uunn ssuuiicciiddiioo Ya un año antes de ese “anteayer”, es decir, en2007, la Organización Mundial de la Salud(OMS) alertaba de que cada día se suicidabantres mil personas en el mundo, que suponíamás de un millón cien mil personas al año, loque, para resaltarlo mejor, equivale a un suici-dio cada tres segundos. Lo más llamativo es queesta realidad aparece como una de las tres cau-sas principales de muerte en las personas jó-venes comprendidas entre los 15 y 34 años,aunque la mayoría de los casos ocurre en per-sonas de más de 60 años. Las otras causas demuerte son el infarto y el cáncer.

Alguien podrá decir que todo ello se debe algran aumento de trastornos psicológicos que lle-van a un grado de enajenación mental, que pro-vocan esos desenlaces; pero también las esta-dísticas dicen que no es significativo este dato.En cualquier caso, sean como sean las causasy las circunstancias, no es para que esta socie-dad se pavonee del bienestar: la cosa no escomo para tirar cohetes, antes al contrario, espara taparse la cara de sonrojo. ¿Alguien se de-tiene en dejar constancia de la devastación mo-ral a la que se llega en el círculo de personas(familiares y amigos) de quien se suicida o in-tenta suicidarse? Hay una conmoción generalen ese ambiente que suele dejar mudo, sin po-der dar explicaciones satisfactorias.

Nos hemos consolado fácil y tontamente pen-sando que estas cosas ocurrían principalmenteen los países anglosajones, teutónicos y nór-dicos en general, especialistas en quitarse lavida a imitación más o menos cruenta de losnipones y su ritual del harakiri: ahora las clíni-cas de estos países y de Centroeuropa se handoctorado en regalar, más o menos a la chitacallando, la muerte dulce a quien la solicita, en-grosando, si no las estadísticas, sí la triste rea-lidad del suicidio.

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Los japoneses lo hacían y hacen por un desenfocado sentidodel honor; las clínicas europeas lo practican con un impúdicosentido del deshonor. No hace mucho se aireaban los mil ri-cos de Estados Unidos que se quitaron la vida y sólo haceunos cuantos meses que una conocida compañía telefónicaeuropea ha visto cómo se han borrado de la escena de estemundo un buen grupo de sus cuadros directivos en sus di-versos escalafones, bajo el pretexto de una gran presión la-boral. Así anda el mundo y así están las cosas; y resulta que,cuando creíamos que tales cosas pasaban en el extranjero oen los países ricos, las cifras recientes de suicidios en Españanos dejan con las vergüenzas al aire en esta mal llamada so-ciedad del bienestar y bien calificada como sociedad del ma-lestar.

No pretendemos aquí reelaborar datos estadísticos —y menosexhaustivos— de este desagradable asunto. Sabíamos que enesos países aludidos es un tópico que la gente se suicide. Ydesatendíamos datos de otros países no tan ricos o, más bien,pobres. ¿Qué pasa, por ejemplo, en Cuba y en Rusia? Por ra-zones obvias —no es políticamente correcto hablar de ello nidar datos—, no es fácil saber cómo está el tema en Cuba: lamisma OMS en 2007 aportaba datos, pero referidos a 1996,señalando que sobrepasaban los dos mil suicidios en la isla,de los que un buen número era de gente joven o relativa-mente joven. Otras fuentes indican, por ejemplo, que en 2007se suicidaron 341 soldados en Rusia y 108 militares en el ejér-cito de los Estados Unidos. Las cifras en Rusia alcanzan cotashirientes: 42.855 suicidios en 2006, el equivalente a un 30por 1000, ocupando así el segundo lugar en este penoso yluctuoso ranking mundial; el primer puesto se lo lleva nadamenos que Lituania y el tercero Letonia.

En el arco de tiempo que va de 1995 a 2003 en Rusia secalcula medio millón de suicidios, más diez millones de ten-tativas concomitantes de suicidios. Y como mal de muchos, con-suelo de tontos, no está de más recordar que la glamourosaFrancia es el país europeo con la tasa más alta de suicidiospor cada cien mil habitantes (17,7 de media). En Europa la OMSda cifras que se acercan a los 60.000 suicidos anuanles, ¡7.000más que por accidentes de carretera! Y en Japón, que nuncaha ocultado su afición al suicidio, ha proliferado una nueva ge-neración de jóvenes que, más que vivir, vegetan y malvivende noche como murciélagos —pero ellos sin radar—, llegandoa quitarse la vida a una media de cuatro por hora… porque“no hay vida después de la muerte”, cuando lo que les ocu-rre es que tampoco la tenían antes de suicidarse.

¿¿PPOORR QQUUÉÉ TTOODDOO

HHAA PPEERRDDIIDDOOCCUUAALLQQUUIIEERRRREECCUUEERRDDOO

DDEE FFRRAAGGAANNCCIIAADDEE DDIIOOSS,, YY SSEE HHAA

CCOONNVVEERRTTIIDDOOEENN UUNNAA SSEENNTTIINNAA

NNAAUUSSEEAABBUUNNDDAA??

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ccaaeerr eenn eell ppoozzoode la desesperaciónDejemos a un lado las cifras y estadísticas y volvamos al fondode la cuestión, pues no tenemos la pretensión de abordar aquíun tratado sobre el suicidio. Fue en los primeros días de marzode este año cuando salta a la prensa la noticia en España conun titular que, más o menos, viene a decir que la angustia vi-tal mata más gente que el tráfico (y nadie nos rasgamos las ves-tiduras si nos enteramos de que la falta de agua potable causamás muertes que la guerra...; pero ésa es otra cuestión). Un parde titulares aquí y allá, alguna tertulia en los medios radiofóni-cos y televisivos y pare usted de contar: todo fue como el heno,flor de un día, porque en los días sucesivos la noticia quedó cu-bierta con los tópicos que diariamente nos abruman: la crisiseconómica, el paro, el terrorismo... Interviene algún sociólogoy, sobre todo, algún especialista en psicología clínica y psiquia-tría. Todos se mantienen en el ámbito del fenómeno socioló-gico y de los trastornos de la psique; se analizan los hechos,las posibles causas y remedios y... Dios no aparece por ningúnlado, como si no tuviera nada que ver ni que decir, porque pa-rece que la vida ha aparecido en el mundo por generación es-pontánea o por esporas y el Creador no pinta nada.

Pero no faltan “intelectuales”, filósofos y pensadores, que que-dan fascinados por la opción libre que hace quien se uicida,como si eso eso fuera un canto a la libertad, bien supremo quehay que defender y exaltar por encima de todo… Pues no, porencima de todo, no: la libertad (aunque la gramática diga quees un sustantivo) no lo es, no tiene entidad propia, es más bienun adjetivo, una cualidad que se adosa a una sustancia: anteshay que ser, para luego poder ser libre. De hecho no es antesla libertad que la verdad, es decir, no es antes la Vida que la li-bertad; y, en la antropología cristiana, primero es la esencia di-vina, Verdad absoluta, el Ser, “causa de las causas”, como ensus no cortas luces decía el mismo Cicerón, que “luego” es ab-solutamente libre. Es la Verdad la que nos hace libres, no es lalibertad la que origina la verdad.

Y es esta Verdad, esta Vida (Dios mismo) lo que absurda e inútil-mente se pretende descartar en el suicidio, desbancado a Diosde nosotros mismos. ¿Es posible saber dónde está la solución?Desde pequeñitos muchos la habíamos memorizado: “¿Y para quéfin ha creado Dios al hombre? Para servirle en esta vida y despuésgozarle en la eterna” (pregunta y respuesta número 250 del an-tiguo Catecismo de Astete). Digámoslo de una forma igual de clara,pero más sintética: para vivir en comunión sempiterna con Dios.

NNIINNGGÚÚNN TTEESSTT PPSSIICCOOLLÓÓGGIICCOOPPUUEEDDEE DDEETTEECCTTAARR LLAA AACCCCIIÓÓNN MMAALLÉÉFFIICCAA DDEE SSAATTAANNÁÁSS;; NNII TTAAMMPPOOCCOO DDEESSCCUUBBRRIIRR LLAA AACCCCIIÓÓNN IINNFFIINNIITTAAMMEENNTTEESSUUPPEERRIIOORR YY SSAALLVVÍÍFFIICCAA DDEELL EESSPPÍÍRRIITTUUSSAANNTTOO

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¿Qué es lo que pasa por la mente de esta genteque se ve abocada a llegar a esos extremos?¿En qué punto de su vida ha desaparecido laesperanza y se ha enseñoreado el desencantopor la vida? ¿Por qué todo se le convierte enchato y aplanado, con indiferencia por el gustode la vida? ¿Qué fluido deja de transcurrir poresas neuronas incoloras e insípidas ofreciendoun encefalograma espiritual plano? ¿Por qué yani siquiera les queda un clavo ardiendo al queagarrarse para sobrevivir? ¿Por qué esa que-rencia irresistible a quitarse la vida, al mismotiempo que algo se desgarra por dentro y grita:“¡No!, no quiero morir!”? ¿Por qué todo ha per-dido cualquier recuerdo de fragancia de Dios —el “buen olor de Cristo”—, convirtiéndose en unasentina nauseabunda?, pues “nosotros somospara Dios el buen olor de Cristo...; para los unos,olor que de la muerte lleva a la muerte; paralos otros olor que de la vida lleva a la vida” (2Co2,15-16).

No queda ahí ningún atisbo de rayo de luz, nin-gún consuelo de un posible destello que hagaposible intuir siquiera la salida de un túnel ato-rado: todo es tenebroso en esa cloaca de vidasin esbozo de luz, que “si la luz que hay en ties oscuridad, ¡qué oscuridad habrá! (Mt 7,23).Quizás en la andadura de esa gente por su vidaen este mundo hubo alguna vez un trazo be-llo que dejó impreso en su alma un divino pin-cel; ¿por qué ahora todo son signos borrosos yconfusos que provocan hastío y rechazo? ¡Quéhorripilante se ha vuelto todo! Ya no hay la másmínima evocación o regusto de algo dulce, con-vertido todo en ajenjo de fatal garrafón.

ccoommoo lleeóónn rruuggiieennttee,,busca a quien devorar Pero ¿quién diablos está tan interesado en lle-var al hombre a esos extremos de echar manode la guadaña para segar su propia vida? Pues¿quién va ser sino el mismo Diablo, que es “ho-micida desde el principio”? (Jn 8,44). Él, inca-paz de amar desde el momento en que fue ca-tapultado del cielo y aherrojado al infierno, notolera que el hombre pueda vivir en comunióncon Dios. Por eso se vale de todas sus artima-ñas y argucias para engañarlo y obcecarlo y ha-cerle partícipe de su inmensa desgracia, “men-tiroso y padre de la mentira”, como es.

Cierto que la Psicología Clínica detecta los tras-tornos de la psique y hay que curarlos; y hayque crear ambientes sanos en el seno de la fa-milia y de la sociedad que nos rodea, pero“nuestra lucha no es contra la carne y la san-gre, sino contra los Principados, contra las Po-testades, contra los Dominadores de estemundo tenebroso, contra los Espíritus del Malque están en las alturas” (Ef 6,12). No hay nin-gún test psicológico que detecte la acción ma-léfica de Satanás; como tampoco lo hay paradescubrir la acción infinitamente superior y sal-vífica del Espíritu Santo: el ámbito de la fe nose rige por comprobaciones empíricas ni por losnexos lógicos que atan los silogismos.

En algún sitio ya dejé escrita esta idea: Satanásse frota las manos ante tanta hemorragia de vidaque se le escapa a chorros a esta sociedad decadáveres ambulantes que, frecuentemente, ca-minamos por la vida, aunque a veces sea conla sonrisa en los labios y otras, como en el triste

caso del suicidio, con el rejón diabólicode la muerte clavado en nuestro co-razón. Por eso, en fin de cuentas,lo mejor —¿lo mejor— es qui-tarse la vida, desaparecer delmapa, dejar de sufrir y que sealo que el hado quiera.

¿Y no te das cuenta, querido

PPAARREECCEE QQUUEE LLAA VVIIDDAA HHAA AAPPAARREECCIIDDOOPPOORR GGEENNEERRAACCIIÓÓNNEESSPPOONNTTÁÁNNEEAA YY EELL CCRREEAADDOORR NNOO PPIINNTTAA NNAADDAA

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del alma, que echarse en los brazos de ese otrosustituto de Dios es lo mismo que rendir el su-premo culto del sacrificio —el sacrificio propiode la propia vida— a ese “otro” en un acto deadoración al dueño de la muerte? Te escapasa velocidad pasmosa del centro y eje de tu sery te abandonas a “otra” religión asfixiante y ani-quiladora. Huyes de Dios y quieres toparte conotro diosecillo, cuyo abrazo te sume en la in-felicidad perpetua. ¿No te acuerdas en la pará-bola del hijo pródigo —mejor dicho, del Padremisericordioso— que fue éste quien, apenas vis-lumbró en el horizonte al hijo perdido, echó acorrer y lo abrazó con cariño entrañable cu-briéndole de besos, sin apenas dejarle balbu-cear su arrepentimiento?

El Demonio te ha expropiado de lo que te per-tenece por herencia ganada por Jesucristo: tequiere robar la tierra para que no entres en eldescanso. No puedes seguir jugando comoaquellos niños tontos, cuando se enfadan en-tre sí y el más zaherido sale por los cerros deÚbeda: “¡Ah!, ¿sí? ¿Así me tratáis?, pues ahorano juego y me quedo sin respirar”. Es lo queocurre cuando alguien llega al trance del suici-dio: todo le es adverso y “quiere dejar de res-pirar”. Pero no, no es un juego: el drama fatí-dico del suicidio nos hace tambalear hasta másallá, la tragedia sin sentido.

atribulados en todo,mmaass nnoo aappllaassttaaddooss Por favor: hay un combate —a muerte porparte del Demonio; a vida por parte deDios— entre Vida y Muerte: tú, inspiradopor ese diosecillo quieres para ti lamuerte; Dios, inspirándote por suEspíritu, quiere para ti la Vida conJesús resucitado de entre losmuertos. Por favor, no es-cojas irte a la región

de los muertos que no resucitan. Es verdad, teestás muriendo a chorros y ya es hora de aca-bar con esta vida; pero hubo uno que, antesque tú, se desangró a chorros por ti y por mí,para que ninguno pasáramos por ese trago an-gustioso que nos llevaba a la muerte eterna. Je-sucristo te tiende una mano y te ofrece la Vida.

Hasta ahora quizás sabes lo que es vivir mu-riendo, probando tantas desgracias; pero no sa-bes lo que es esa muerte eterna, como tam-poco sabemos del todo qué es la Vida: llevamosequis años viviendo y ¿qué es la vida? ¿Lo quie-res saber de una vez? La Vida es Jesucristo: “Yosoy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6).

Esto no es una teoría ni una definición espe-culativa. Él es la Palabra que, desde el princi-pio, estaba en Dios y “en ella estaba la vida”(Jn 1,4).

HHAAYY QQUUEE RREEPPEETTIIRR UUNNAAVVEEZZ MMÁÁSS,, AA TTIIEEMMPPOO YY AA DDEESSTTIIEEMMPPOO,, QQUUEE NNUUEESSTTRROO CCUUEERRPPOOMMOORRTTAALL EESSTTÁÁ LLLLAAMMAADDOOAA LLAA RREESSUURRRREECCCCIIÓÓNNCCOONN JJEESSUUCCRRIISSTTOO

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Y puesto que todo lo que ha sido creado, hasido hecho por esta Palabra o Jesucristo (Jn1,3), de modo especial en cada uno de nos-otros hay una participación de esa misma Vidaque es Jesucristo. Por favor, no podemos des-arraigarla de nosotros mismos; sólo Satanás pre-tende arrancarlas de su raíz —la raíz es el mismoCristo, autor de la Vida— para transmitirnos suincapacidad eterna de amar. Por eso el aviso delSeñor: “No deis a los perros lo que es santo,ni echéis vuestras perlas delante de los puer-cos” (Mt 7,6).

Y puesto que no hay periódicos o muchos me-dios de comunicación que lo digan abierta-mente, es necesario proclamarlo HOY y AHORA,para ti y para mí, que Jesucristo es el Autor dela Vida, que Él ha venido al mundo para quetengamos vida, “y vida en abundancia” (Jn10,10), que Él “no hizo la muerte” (Sb 1,13),sino que “creó al hombre incorruptible, le hizoimagen de su misma naturaleza; mas por en-vidia del demonio entró la muerte en el mundoy la experimentan los que le pertenecen” (Sb2,23-24).

Hay que repetir una vez más, a tiempo y a des-tiempo, que este nuestro cuerpo mortal está lla-mado a la resurrección con Jesucristo, “primo-génito de los muertos” (Col 1,18). Cristo seyergue sobre el sepulcro y los cielos de los cie-los cantan: “¡Oh muerte!, ¿dónde está tu victo-ria?” (1Co 15,55). “Muerte y Vida se han en-frentado en un prodigioso duelo” y el SeñorJesús ha salido victorioso sobre el pecado quetrajo la muerte, sobre la muerte que introdujoel Demonio y sobre el Demonio que a todosnos mordió en el calcañar, menos a la Señoraque pisoteó su cabeza.

¿Sociedad del bienestar o del “mal-estar”? Yano me importa cómo queramos llamarla, aun-que sea una pedrada en los ojos y una cozen los dientes considerarla del bienestar,cuando campa a sus anchas la angustia mor-tal. Ante un hombre amorfo sin esqueleto, sineje vital ni quicio que le remita a su Creador,con esa mirada que no puede traspasar el her-metismo de sus propios nubarrones, con unyo encerrado en un inmanentismo opaco, unhombre siempre en equilibrio inestable, sinfundamentos ni base de sustentación ontoló-gica, continuamente anegado en las arenasmovedizas de su propia miseria vital, le salesal paso la Escritura interpelándole: “Cuandofallan los cimientos, ¿qué podrá hacer el hom-bre?” (Sal 10).

A esta pregunta, el Demonio le susurra“como” solución evidente: “Está claro, el sui-cidio”; mas Jesucristo, a su vez, por la fuerza(“dynamis-virtus”) del Espíritu Santo, no ya“como” evidente, sino con rotunda claridad yserenamente nos dice: “Venid, benditos de miPadre, recibid la herencia del Reino preparadopara vosotros desde la creación del mundo”(Mt 25-34). “Os quiero conmigo, resucitados,en el banquete nupcial del Reino de mi Pa-dre. Así se lo pedí a Él, como ya os lo dije:‘Pues el Padre mismo os quiere’ (Jn 16,27) y‘quiero que donde yo esté, estén también con-migo los que tú me has dado’” (Jn 17,24). Esla fiesta de las bodas eternas con el Cordero,donde “no habrá ya muerte ni habrá llanto, nigritos ni fatigas” (Ap 21,4) y el suicidio no serásiquiera un lejano recuerdo inexistente, de unmundo viejo que pasó, porque todo será unanueva sinfonía luminosa de la celebracióneterna de la Vida.

yy eennjjuuggaarráá ttooddaa lágrima de sus ojos

MMUUEERRTTEE YY VVIIDDAA SSEE HHAANN EENNFFRREENNTTAADDOO EENN UUNN PPRROODDIIGGIIOOSSOO DDUUEELLOO YY EELL SSEEÑÑOORR JJEESSÚÚSS

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La lucha de San Antonio del desierto

José María de Montells y Galán

EEn origen, el ermitaño era un monje que fija-ba su misión en el cuidado y protección deuna ermita dedicada a algún santo y, por lo

general, en algún territorio despoblado y poco visi-tado. El retiro del ermitaño se consideraba partede su vida espiritual y de su entrega cristiana.Entre todos ellos, para mí que brilla con luz propia,San Antonio del Desierto o San Antonio Abad, unhombre que abandona sus bienes y crece ensantidad y se convierte en un modelo de vida.Ascético y austero, durante su vida durmió en unsepulcro vacío. Según Jacopo della Voragine, en“La leyenda dorada” fue reiteradamente tentadoen el desierto por el demonio.

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eell ttuuffoo ddeell mmaall iiggnnooVivimos en un tiempo, en el que se ignora al diablo. Parael hombre de hoy Satán no existe. Es invento anacrónico,producto de mentes supersticiosas y anticuadas que tra-taban de sumergirnos en el miedo. Ahora ya no se le tienemiedo al demonio. Pero uno tiene la convicción de queel Mal existe y está entre nosotros. ¿Qué otra cosa es elgrave pecado de la pedofilia en el seno de la Iglesia? Estáescrito que Belzebú intentará arruinar los pilares de la Igle-sia. Su tufo se extenderá por todo el mundo, pero nues-tro olfato se acostumbrará a su hedor.

Veamos una muestra de la influencia del Malo en nues-tros días: En estas últimas jornadas, mucho me ha extra-ñado la repercusión mediática de los casos de curas pe-dófilos, cuando provienen de medios de comunicaciónque han saludado a la nueva Ley del Aborto como unaconquista social. El asesinato del inocente como un de-recho. Hace tan solo cien años, el aborto se considerabaun pecado gravísimo y un delito execrable. Escandalizabaa todos, incluso a los no creyentes. Me malicio que cuandointerese a sus planes, estas mismas personas se pronun-ciarán por la despenalización de la pedofilia. Es cuestiónde tiempo y del influjo del demonio.

Acontece que los que se definen a sí mismos como pro-gresistas no tienen argumentos contra la pederastia, por-que como señala muy bien Pío Moa:

“La extensión actual de la pederastia entre religiosos, ma-yor que antaño, procede de actitudes típicamente pro-gresistas fomentadas en diversos medios de la Iglesia araíz del concilio Vaticano II y ligadas a una gran toleranciahacia la homosexualidad: la pederastia entre religiosos (yno religiosos) suele ser homosexual. Así, parece que elentusiasmo del New York Times, otro abanderado de estacampaña, disminuyó un tanto cuando comenzó a aflorarel dato de la homosexualidad: ya se sabe que esta prensacultiva el orgullo gay, la presunción de que esta forma desexualidad es tan correcta como la normal, y trata de im-poner un tabú a cualquier discrepancia. Su progresismotodavía no ha llegado a justificar las prácticas sexuales deadultos con niños, pero está sólo a un paso de ello, decrear un nuevo orgullo”.

¿O alguien cree que los males de la sociedad actual se de-ben a una casualidad, sin conexión alguna con el demonio?

PPAARRAA EELL HHOOMMBBRREEDDEE HHOOYY SSAATTÁÁNN NNOO

EEXXIISSTTEE.. EESS IINNVVEENNTTOO

AANNAACCRRÓÓNNIICCOO,,PPRROODDUUCCTTOO DDEE MMEENNTTEESS

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EENNTTRREE NNOOSSOOTTRROOSS

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sufrió terribles tteennttaacciioonneessSabemos por los Padres delDesierto que San AntonioAbad fue varias veces tentadopor el demonio en el desierto.Siendo el primer monje de laCristiandad que se retiró a unacueva del desierto egipciopara purificar su espíritu, lejosde las tentaciones mundanas,se vio asediado por la evoca-ción de los placeres de lacarne, la consecución del po-der y la obtención de una granfortuna.

“(...) Pero el demonio empezóa traerle temibles tentaciones.Le presentaba en la mentetodo el gran bien que él podríahaber hecho si en vez de re-partir sus riquezas a los pobreslas hubiera conservado paraextender la religión. Y le mos-traba lo antipática y fea que se-ría su futura vida de monje er-mitaño. Trataba de que sesintiera descontento de la vo-cación a la cual Dios lo habíallamado. Como no lograbadesanimarlo, entonces el de-monio le trajo las más deses-perantes tentaciones contra lapureza. Le presentaba en laimaginación toda clase deimágenes impuras...”

“(...) Un día el demonio, en-furecido porque no lograbavencerlo, le dio un golpe tanviolento que el santo quedócomo muerto. Vino un amigoy creyéndolo ya cadáver se lollevó a enterrar, pero cuandoya estaban disponiendo los fu-

nerales, él recobró el sentidoy se volvió a su choza a orar ymeditar. Allí le dijo a NuestroSeñor: ¿Adónde te habías idomi buen Dios, cuando el ene-migo me atacaba tan dura-mente? Y una voz del cielo lerespondió: Yo estaba presen-ciando tus combates y conce-diéndote fuerzas para resistir.Yo te protegeré siempre y entodas partes (...)“

contra ellos esnnuueessttrraa lluucchhaaYo he visto las tentaciones deSan Antonio en un lienzo ad-mirable de Dalí. En el cuadro,se ve al ermitaño tentado porla lujuria, el poder y la riqueza,las tentaciones eternas, so-portadas por unos elefantesimposibles de larguísimosmiembros, mientras negrosnubarrones se ciernen sobreel desierto. Un caballo enca-britado parece provenir delmismo infierno. Es toda unaalegoría de nuestro mundo.Como dijo el propio santo:

“Luchemos, pues, para que laira no sea nuestro dueño ni laconcupiscencia nos esclavice.Pues está escrito que ‘la iradel hombre no hace lo queagrada a Dios’ ( St 1,20). Y laconcupiscencia ‘cuando haconcebido, da a luz el pecado;y de este pecado, cuando estadesarrollado, nace la muerte’(St 1,15). Viviendo esta vida,mantengámonos cuidadosa-mente en guardia y, comoestá escrito, ‘guardemos nues-tro corazón con toda vigilancia’

(Pr 4,23). Tenemos enemigospoderosos y fuertes: son losdemonios malvados; y contraellos ‘es nuestra lucha’, comodice el apóstol, ‘no contragente de carne y hueso, sinocontra las fuerzas espiritualesde maldad en las regiones ce-lestiales, es decir, los que tie-nen mando, autoridad y do-minio en este mundo oscuro’(Ef 6,12). Grande es su nú-mero en el aire a nuestro al-rededor, y no están lejos denosotros. Pero la diferenciaentre ellos es considerable.Nos llevaría mucho tiempodar una explicación de su na-turaleza y distinciones, tal dis-quisición es para otros máscompetentes que yo; lo únicourgente y necesario para nos-otros ahora es conocer sólosus villanías contra nosotros”.

Cuando recientemente, uncura joven al que muchoquiero, me preguntó en TVde qué se valía el demoniopara tentarnos, le contestésin dudar que del “poder dela seducción”. Como a SanAntonio Anacoreta, Belzebúno ceja en el empeño de in-tentar seducirnos. Nos se-duce con lo que pensamosque nos hará felices. Es unatrampa. Un engaño. Con-viene que no olvidemos alenemigo. Él sigue su batallacontra la luz en el escenariode nuestro débil corazón ycuenta para vencer connuestra insufrible soberbia.Nos hemos creído el centrode la Creación y solo Dios esel rey de todo lo creado.

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CCOONNTTRRAA EELLLLOOSS ““EESS NNUUEESSTTRRAA LLUUCCHHAA,,NNOO CCOONNTTRRAA GGEENNTTEEDDEE CCAARRNNEE YY HHUUEESSOO,,SSIINNOO CCOONNTTRRAA LLAASSFFUUEERRZZAASS EESSPPIIRRIITTUUAALLEESS DDEE MMAALLDDAADD EENN LLAASS RREEGGIIOONNEESS CCEELLEESSTTIIAALLEESS,, EESS DDEECCIIRR,, LLOOSS QQUUEETTIIEENNEENN MMAANNDDOO,,AAUUTTOORRIIDDAADD YY DDOOMMIINNIIOO EENN EESSTTEEMMUUNNDDOO OOSSCCUURROO”” ((EEFF 66,,1122))

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SSeguimos fijándonos en el de al lado, en los defuera, en los que no tienen “chrisma”; denun-ciando y maximizando sus mundanidades y for-

jando con los adobes del maniqueísmo y del humanis-mo una perfecta Babel farisea, donde los ateos, paga-nos, agnósticos y publicanos no deben acceder. Lacuestión es que, si no tienen el oído abierto, la premisa“el que tenga oídos que oiga” tal vez no vaya dirigida aellos, sino a quien se le ha dado la gracia de oír y no oye.“El Señor me ha dado entendimiento —me ha abierto eloído— y yo no me he resistido ni le he vuelto las espal-

das” (Is 50,5), confirmado por el salmista: “Encambio, me has abierto los oídos. Por

eso he dicho: Aquí estoy para hacertu voluntad” (Sal 40,7-9).

NNoo ttee ffííeess ddee mmíí

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Jorge L. Santana

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llooss ddee ddeennttrroo y los de fueraPocas veces Jesucristo acusa a los de fuera, lospublicanos, o a los poderes establecidos, los ro-manos. Pocas veces inculpa y condena a losateos, agnósticos, escépticos, nihilistas y genti-les; más bien denuncia el fariseísmo y juzga muyduramente a los de dentro, a los que “cumplenla ley”, a los que no matan, ni se van de prosti-tutas, ni se emborrachan, ni pegan a sus muje-res, a los que cumplen religiosamente con elprecepto dominical, dan el diezmo, hacen ora-ción y ayuno, dan limosna y son bien vistos porel pueblo. Y no solo eso, sino que satisfacenlos 613 preceptos de la ley mosaica: “¡Oh Dios!Te doy gracias porque no soy como los demáshombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tam-poco como este publicano. Ayuno dos vecespor semana, doy el diezmo de todas mis ga-nancias” (Lc 18,9). ¿Quién es el justificado:

el que cumple la ley y se ensalza juzgando alos demás, o el pecador que no puede ni mi-rar al cielo por el peso de sus culpas, pero ensu angustia suplica piedad? Jesucristo nos diceque el segundo.

¡Oye!, ¡que nuestro padre es Abrahán! ¡Cuidado,no me juntes con la chusma incrédula! Pero elmaligno, ¿no hará más daño en el interior, allídonde socava los cimientos y las estructuras ter-minan cediendo? “Vosotros sois la sal de estemundo, pero si la sal se desvirtúa…” (Mt 5,13).La conspiración del mal anida en lo interno,oculta entre el bien y la apariencia donde la re-percusión hacia los de fuera es piedra de es-cándalo. Los que “cumplen la ley” van a lapi-dar a la adúltera; no hay discernimiento, no hayperdón, no hay misericordia, solo cumplimiento.¿A quién les dice Jesús “el que esté libre de pe-cado que tire la primera piedra”? ¿A los de fuera,a los publicanos, a los incrédulos, a los ateos,o más bien a nosotros?

No te f íes de mí

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Es más fácil creer en Dios que amarlo. Por el contrario es másfácil amar a Satanás que creer en él. ¿Cuándo nos creeremosque “nuestra lucha no es contra la carne y la sangre (huma-nidad), sino contra los espíritus del mal (ángeles superiores alhombre) que habitan en este mundo tenebroso” (Ef 6,12-13)?

vvoollvveerr aattrráássPara resucitar hay que saber morir. El hijo pródigo, sufre, muere,padece la transgresión y se agarra a su carne hasta que le hacediscernir su error. Pasa por un instante el “kairós”, y se puedeproducir la “teshuvá”, el retorno, se agarra a la conversión, al“pesaj” de Dios liberando al hombre de la esclavitud. Un gritose oye en Ramá, como aquel en la nona desde la desespe-ración “¡Elí, Elí!, ¿lemá sabactaní?”, desde la muerte, desde elinfierno, desde la demostración de la impotencia. ¿Hemos ex-perimentado alguna vez “si Dios no aparece, me muero”, osiempre hemos tenido nuestro espacio reservado donde que-remos mostrar a todos que sólo entra Dios, pero en el queen realidad vive a sus anchas es Satanás? ¿No seremos másbien el hijo mayor, que estamos dentro pero sojuzgando a losde fuera? Por eso, aquella frase del hermano mayor “…esehijo tuyo” nos denuncia la incapacidad para disfrutar del per-dón; Nos preguntamos: Perdón ¿de qué…?, si hemos estadosiempre al pie del cañón, en la casa del Padre, obedeciendo,manteniendo correctamente los preceptos… Si eso es verdad,¿por qué condenamos a nuestro hermano pequeño?

Podemos caer de nuevo en la inquisición, pues el exceso decelo puede convertirnos a los cristianos en los jueces más im-placables y en los acusadores más virulentos. ¡Cuidado!, pues,al acercarnos a la perfección demoníaca, a una fe orgullosa,indudable y segura de su salvación, pero humillante y des-preciativa con los pecadores. La orgullosa seguridad y pre-sunción de ser “ovejas entre lobos”, nos puede convertir en“ser lobos disfrazados de ovejas”.

Tal vez es más cristiano dudar de nuestra fe, de nuestra bon-dad, de nuestra fidelidad, de ser cristiano realmente, inclusode nuestra salvación, que exhibirnos con la excusa de decla-rarnos partidarios de Dios ante los hombres. Ser cristiano esun encuentro con el resucitado, no una doctrina aprendida,pues como dice Tertuliano: “No podemos ser cristianos si nohacemos la virtud sin esfuerzo”. El humanismo correcto y per-feccionista nos invita a cambiar la mística por la moral, la cruzpor la norma y la gracia por el esfuerzo y a transformar losacontecimientos y la actuación de Dios en hechos controla-bles y previsibles que, en realidad, no nos alteran y, a veces,ni nos rozan.

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¿¿QQUUIIÉÉNN EESS EELLJJUUSSTTIIFFIICCAADDOO::EELL QQUUEE CCUUMMPPLLEE LLAALLEEYY YY SSEEEENNSSAALLZZAA JJUUZZGGAANNDDOO AA LLOOSSDDEEMMÁÁSS,, OO EELL PPEECCAADDOORRQQUUEE NNOOPPUUEEDDEE NNIIMMIIRRAARR AALLCCIIEELLOO PPOORREELL PPEESSOO DDEESSUUSS CCUULLPPAASS,,PPEERROO EENN SSUU AANNGGUUSSTTIIAASSUUPPLLIICCAA PPIIEEDDAADD??

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Miramos y juzgamos duramente a los de fueray nos olvidamos de la moral de la misericordia.Vemos muy clara y nítida la brizna en el ojo delotro, pero… ¡y la viga de nuestro ojo! “Si en nues-tros ojos —pues decimos que vemos— hay os-curidad, ¡cuanta oscuridad habrá!” (Mt 6,23). Mi-remos más bien la miseria de nuestra vida, laruina de nuestros propósitos, el fracaso de nues-tra piedad, la frustración de nuestras enmiendas,nuestros pecados, más que los de los demás,esos pensamientos que sólo nosotros conoce-mos, concupiscencias que nos hincan en el polvode la impotencia, y que la gracia viene, muchasveces a pesar nuestro, a levantarnos cuando yano podemos ni clamar, porque Dios sí alza delpolvo al desvalido. Mostrando la debilidad sus-citamos la indulgencia y la compasión, pero elhombre religioso seguro de su fe y control de símismo, provocará la mayor de las repugnancias.

nnoo ppooddeemmooss aammaarrAunque queramos, no podemos amar a Diossin amar al prójimo, sería una teocracia farisaica,como tampoco se puede amar al prójimo sinamar a Dios, lo que se convierte en un huma-nismo ateo. Estas son las dos grandes tenta-ciones en esta generación. La del que desea so-meter el mundo a Dios porque le escandalizala libertad, y su justificación es la ley; y la delque desea fabricar un hombre nuevo perfec-cionado por la técnica, pero sin contar con Dios.Puede parecer una paradoja, pero querer serel principio del bien puede ser el origen del mal.La idolatría por erradicar el mal se puede con-vertir en un ídolo mayor, en una religión de lahumanidad, en el becerro de oro del huma-nismo, donde Dios ya no es necesario.

No se puede perdonar desde la altura, desdela distancia. El auténtico perdón se realizacuando el que perdona sabe y experimentaque es aún peor que el perdonado y que loúnico que le salva es la gracia de Dios. Co-noceremos nuestra santidad en la medida enque nos creamos inferiores a los demás. “Nadahagáis por rivalidad, ni por vanagloria, sino conhumildad, considerando cada cual a los demáscomo superiores a sí mismo, buscando cadacual no su propio interés sino el de los demás”(Flp 2,3). San Francisco reconoce ante un con-denado a muerte que sin la misericordia deDios habría sido un criminal incluso peor queél: esto hace al reo convertirse, mirar a Diosy no compararse con el otro. Y San Felipe Nerile dice a Dios: “Señor no te fíes de mí, que tela juego”.

no te fíes de mí, SSeeññoorrQuien confía en sí mismo, hace vano a Dios,le exilia de su vida. El que no confía en su in-teligencia, en su bondad, en sus proyectos, semuestra humilde frente al Maligno; éste sabeque, entonces, el que va a pelear es el Señory se retira hasta una nueva ocasión. Pero elque se apoya en sí, tendrá que luchar contrael mal y el mal lo vencerá. La auténtica hu-mildad no está en abajarse —ya nos abaja lavida—, sino en dejarse levantar por Dios. Diosactúa, aparece, lucha donde nosotros no po-demos: “No, no te soltaré hasta que no mebendigas” (Gn 32,26).

AAUUNNQQUUEE QQUUEERRAAMMOOSS,, NNOO PPOODDEEMMOOSS AAMMAARR AA DDIIOOSSSSIINN AAMMAARR AALL PPRRÓÓJJIIMMOO,, SSEERRÍÍAA UUNNAA TTEEOOCCRRAACCIIAAFFAARRIISSAAIICCAA,, CCOOMMOO TTAAMMPPOOCCOO SSEE PPUUEEDDEE AAMMAARR AALLPPRRÓÓJJIIMMOO SSIINN AAMMAARR AA DDIIOOSS,, LLOO QQUUEE SSEE CCOONNVVIIEERRTTEE

EENN UUNN HHUUMMAANNIISSMMOO AATTEEOO

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¿Quién puede estar seguro de que amaa Dios, para juzgar a los que creemosque no lo aman? Una de las grandesangustias del cristiano es precisamentela de dudar constantemente de su amora Dios. Dice Santa Teresa: “…y lo queno se puede sufrir, Señor, es no podersaber cierto que os amo, ni si son acep-tos mis deseos delante de Vos”. Y la Ma-dre Teresa de Calcuta dice: “Piensan quemi fe, mi confianza, que mi intimidadcon Dios, mi unión a su Voluntad, de-ben absorber mi corazón, ¡Si supieran!Si supieran que mi alegría es sólo lamáscara tras la que oculto el vacío y lamiseria…” ¡Que distancia de estos pen-samientos a nuestro fariseísmo!

Si yo puedo, Dios se retira y me deja ha-cer, y aparece el Maligno con el que metengo que aliar para conseguir los ob-jetivos, pues mi humanidad no puedecon un ser espiritual. Mas si yo no puedoni dar un paso sin errar —“¡Señor, queme hundo!”—, aparece Jesús tomán-dome de la mano. “¡Qué poca fe! ¿Porqué has dudado? Yo tampoco te con-deno”.

Imputamos a los de fuera creyendo quenosotros estamos dentro, pero “Os ase-guro que los publicanos y las prostitu-tas os llevan la delantera en el Reino deDios” (Mt 21,28). Tal vez la Nueva Evan-gelización no esté dirigida a los ateos ypublicanos, sino a las “ovejas de Israel”,a los que Dios ha llamado a su Casa yestamos recostados mirando por la ven-tana —como las antiguas porteras— yjuzgando y maldiciendo a todo el pasa.

El que condena se alía con Satanás, acu-sador y mentiroso desde el principio; elque justifica y olvida se sube a la cruz conCristo para decir: “Padre, perdónalos, por-que no saben lo que hacen” (Lc 23,34).

¡¡CCUUIIDDAADDOO,, PPUUEESS,, AALL AACCEERRCCAARRNNOOSS AA LLAA PPEERRFFEECCCCIIÓÓNN DDEEMMOONNÍÍAACCAA,, AA UUNNAA FFEE OORRGGUULLLLOOSSAA,, IINNDDUUDDAABBLLEE YY SSEEGGUURRAA DDEE SSUU SSAALLVVAACCIIÓÓNN,, PPEERROO HHUUMMIILLLLAANNTTEE YY DDEESSPPRREECCIIAATTIIVVAA CCOONN LLOOSS PPEECCAADDOORREESS!!

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VVoollvveerr aa CCaasseell

Juan Javier Flores Arcas, OSBRector Magnífico del Pontificio Ateneo de San Anselmo

El Misterio de la Cruz

LLa mejor recensión deun libro, si está bien he-cha, suele estar en el

prólogo del especialista quelo presenta. Es el caso delpresente libro de Odo Casel,“El Misterio de la Cruz”, cuyopreámbulo “Volver a Casel”creemos que es una exce-lente recensión-presentaciónde esta obra. Es indiscutible elinflujo de su autor en la re-forma Litúrgica antes y des-pués del Concilio Vaticano II.Buenanueva extraer los pá-rrafos principales de dichopreámbulo, que, por sí solo,expone y sintetiza la profun-didad del Misterio y del Mis-terio de la Cruz, obra des-empolvada después de hacemás de cincuenta años quevio la luz por vez primera.

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LLaa eesseenncciiaa ddee llaaddooccttrriinnaa ddeell mmiisstteerriiooLos misterios del culto se actúan ante todo en la celebración,del mismo modo que las imágenes del arte sacro cristianonos permiten percibir la presencia del misterio que tiene queser celebrado.

Toda la liturgia proclama el carácter mistérico del culto cris-tiano. La liturgia, de manera recurrente, se refiere a los «myste-ria, sacramenta» que celebra. La Iglesia ha utilizado muy amenudo y con mucha generosidad esta terminología que giraen torno al misterio, porque consideraba su propio culto comoun auténtico «mysterium».

En su estudio de las oraciones romanas, Casel llamó la aten-ción sobre el hecho de que muchas de ellas presentaban elbinomio «actio-effectus». Lo interesante, en este caso, es que,según él, el «effectus» no significaba simplemente el efectodel sacramento, sino la realidad contenida en el mismo bajoel velo de los ritos, es decir, lo que la acción externa simbo-liza y logra que sea realidad invisible, presente y operante.

Estudiando la terminología que hace referencia a los miste-rios, Casel se detiene pormenorizadamente a considerar laanámnesis.

La anámnesis de la liturgia romana constituía el núcleo cen-tral de la plegaria eucarística y manifestaba, así, la universa-lidad y la antigüedad de la fe de la Iglesia universal en la misa,como memorial de la muerte redentora de Cristo. El elementomás antiguo de la anámnesis es la conmemoración de la pa-sión, entendida como muerte redentora que incluye, en símisma, también la resurrección (cfr. 1Co 15,14ss). Pero laanámnesis tiene también una importancia en relación conla resurrección ya desde los tiempos más antiguos. Más tarde,a la muerte de Cristo se añadió la ascensión y, a fines del si-glo IV, se introdujeron en algunas liturgias todas las fases dela redención, a partir de la encarnación hasta la segunda ve-nida.

De ese contexto, Casel dedujo que toda la obra de la reden-ción se hizo y se hace presente en la misa. Y la coincidenciade todas las liturgias en torno a la anámnesis no sólo confirma,sino que manifiesta también la antigüedad de la fe de la Igle-sia. Casel siempre ha sostenido que, en el misterio del culto,está la obra de la redención en su «realidad total». Es la mismaacción redentora de Cristo que se hace presente no sólo comoun efecto, sino en la totalidad de su obra.

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Por la voluntad del Señor, la vida cristiana con-siste principalmente en una comunidad demuerte y resurrección con Cristo, que no debeentenderse como una unión intencional, sino másbien como una realidad objetiva, es decir, un mo-rir y un resucitar con Cristo de manera místico-real. Pero, para que se pueda morir realmente conCristo, es necesario que también Cristo muera re-almente, «hic et nunc» (aquí y ahora).

Según la tradición patrística, los sacramentos nosólo significan la gracia de Cristo, sino tambiénsu misma pasión. Es más, los sacramentos con-tienen y realizan todo lo que representan, porlo que también la misma pasión de Cristo estácontenida en ellos. Casel además pensó que,si los sacramentos contenían realmente la efi-cacia de la pasión, dicha eficacia resultaría serde orden físico. La razón de esa eficacia se en-cuentra en la misma pasión, realmente conte-nida en el sacramento.

Casel, sin titubeos, admitió la presencia del Se-ñor en el misterio del culto, de modo que, ad-mitiendo la presencia de las acciones redento-ras de Cristo en el misterio del culto, por legítimaconsecuencia llegó a afirmar la presencia delmismo Cristo. Y, al afirmar la presencia objetivade los actos salvíficos en el culto, insiste en queel misterio del culto es en primer lugar la re-presentación objetiva y necesaria de la acciónsalvífica de Cristo y, por tanto, está en el cen-tro de la existencia cristiana. El misterio de Cristose hace visible y eficaz en el misterio del culto,por tanto es una especie de prolongación y ul-terior desarrollo de la «oikonomía» de Cristo. Sinél, ésta no podría comunicarse a todas las ge-neraciones de la comunidad de salvación quese extiende en el espacio y en el tiempo.

Para Casel, los misterios de la vida de Cristoson hechos históricos que suceden en untiempo y un lugar determinados. Sin embargo,la doctrina del misterio no afirma que la acciónhistórica se hace presente en cuanto tal, por-que la repetición de un mismo episodio his-tórico es metafísicamente imposible. La reali-dad que propiamente se hace presente en elmisterio del culto no es la persona del Señor,

desde el momento en que esta última es sóloun requisito, mientras que el elemento domi-nante y decisivo en el culto es la misma pre-sencia de las acciones salvíficas de Cristo. Detodo ello se puede decir que los principales re-presentantes de la doctrina del misterio sos-tienen que en el culto no se hace presente sólola muerte del Señor, sino toda la obra de la re-dención.

Naturaleza de la pprreesseenncciiaa mmiissttéérriiccaaCuando trató de determinar la naturaleza de lamisma presencia mistérica, Casel señaló que setrataba de una pprreesseenncciiaa ssaaccrraammeennttaall. En rea-lidad, la obra redentora se hace presente en elssaaccrraammeennttoo yy eenn eell mmiisstteerriioo, interpretando es-tas expresiones no en el sentido local, sinocomo equivalencias que expresan el modo enel que se realiza esa presencia, según lo ex-presan los adverbios ssaaccrraammeennttaallmmeennttee yy mmiiss--ttéérriiccaammeennttee..

El misterio del culto es la representación y re-novación ritual del misterio de Cristo, de modoque se hace posible que nosotros entremos aformar parte de su mismo misterio. Dicho mis-terio de culto es, por tanto, un medio con el queel cristiano vive en el misterio de Cristo, en elámbito de una reactualización objetiva.

La tesis de la doctrina del misterio no limitó lapresencia de la obra redentora al sacrificio dela misa, sino que la extendió a todos los sa-cramentos e incluso a todos los actos del cultocristiano. En ellos se realiza también la mismaobra redentora, pero en cada uno de modo di-ferente, según su propia naturaleza, su propiofin y su propio significado.

CCoonncclluussiióónnLa doctrina del misterio, partiendo de la obraredentora de Cristo y de su actualización en elculto, integra en un sistema orgánico todas lasrealidades cristianas, a partir del plan redentoroculto en Dios, escondido, desarrollado y cen-trado en la persona de Cristo.

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La tesis fundamental de la doctrina delmisterio afirma la presencia sacra-mental del acto mismo de la muertey resurrección de Cristo, en sentido sa-cramental y no en el físico, en la Eu-caristía y en algunos otros actos prin-cipales del culto cristiano.

Para Casel el misterio de Cristo ali-menta el misterio del culto, para quenosotros, mediante el mismo, poda-mos llegar a la realidad del misterio deCristo. En este sentido Casel ocupauna posición hegemónica en la teolo-gía moderna. Un mérito suyo indiscu-tible fue el haber insertado la liturgiaen una dimensión salvífica, colocán-dola en el corazón del cristianismo yen el mismo corazón de la teología. Laacción salvífica aparece como misteriocelebrado en el culto. El haber reco-nocido que la liturgia es un misteriocultual equivale a haberla puesto en laIglesia como símbolo viviente y comoimagen plena de la humanidad deCristo que, así, continúa realizando enlos hombres su obra de redención.

En el conjunto de la reforma y de larenovación litúrgica se nota el influjode un trasfondo abiertamente case-liano. La doctrina de los misteriosquiere clarificar, de manera más pre-cisa, la verdadera esencia del sacra-mento.

En todo ello se percibe claramentecómo Odo Casel fue un auténtico pre-cursor del Concilio Vaticano II. Una plé-yade de autores está detrás y delantede la Constitución conciliar de liturgia,antes, durante y después de las se-siones conciliares. El teólogo JosephRatzinger, hablando de la producciónde Odo Casel, la definió como «la ideateológica quizás más fecunda de estesiglo». Por eso hemos de volver a Ca-sel y a sus grandes intuiciones litúrgico-sacramentales.

El Misterio de la CruzOdo CaselEdita: Asociación Bendita MaríaColección: Libros Buenanueva15,5 X 22 cm.256 páginasPVP: 20 €Pedidos: 91 759 79 68o en la web:www.revistabuenanueva.com

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LLAA SSIITTUUAACCIIÓÓNN Llevamos una temporada enque los medios de comunica-ción nos traen casi a diario di-ferentes noticias a cerca de lapedofilia y de la implicación enella de miembros de la Iglesia.Primero fue Irlanda y despuésAlemania (por no hablar de lasde EE.UU. que ya pertenecen aun pasado más lejano). No haypalabras para expresar la indig-nación y el bochorno que sesiente, como católico y comosacerdote, por el comporta-miento de los clérigos que hanprovocado dichas noticias, y le-jos de nosotros el pretenderdisculpar o minimizar la grave-dad de la culpa.

Se aprovecha la circunstanciapara atacar a la Iglesia, la jerar-quía y al mismo Papa, asícomo el celibato como si fueraéste el causante de esos com-portamientos.

Es cierto que aunque sólo hu-biese un solo caso es ya inex-cusable y condenable. Perotambién es cierto que los nú-meros no acompañan el sen-sacionalismo de muchos me-dios de comunicación.

En el país en donde más casosha habido, es EE.UU. (no hable-mos de otros donde los casos sehan contado con los dedos delas manos).

PPooddeemmooss ccoonnssiiddeerraarr qquuee eellpprroobblleemmaa hhaa aaffeeccttaaddoo ssoo--llaammeennttee aall 00,,33%% ddeell cclleerroo..

La cifra, citada en el libro “Pe-dophiilia and Priests”, escrito porel estudioso no católico PhilipJenkins, está tomada del estu-dio más amplio que existe hoydía sobre este tema. Concluyeel estudioso que solamente 11 ddee eennttrree 22225522 ssaacceerrddoo--tteess qquuee ffoorrmmaarroonn ppaarrtteeddeell eessttuuddiioo aa lloo llaarrggoo ddeeuunn ppeerrííooddoo ddee mmááss ddeettrreeiinnttaa aaññooss,, se ha visto afec-tado por la pedofilia.

En los escándalos tan conoci-dos de Boston, diócesis en laque parece que hubo más ca-sos, solamente 4 de entre losmás de los 80 sacerdotes eti-quetados por los medios de co-municación como “pedófilos”fueron en realidad culpables deabusar de menores.

Las estadísticas que hablan deun 0,3 por ciento de sacerdo-tes que cometieron pedofilia, si-túan a éstos en el mismo nivelo inferior que a los hombres ca-sados, y si se habla de profe-siones, por lo menos en Esta-dos Unidos se han dadomucho más casos entre profe-sores y educadores que entresacerdotes. Allí mismo, el hechode que haya muchos casos depedofilia entre los profesoresno se difunde para que los pa-dres no pierdan la confianza enel profesorado, cosa que no seevita respecto a los sacerdotes.

EELL PPEEDDÓÓFFIILLOOEl retrato robot del pedófilo, noincluye ningún rasgo aplicableexclusivamente a los sacerdotesy poco aplicable a los casados.Las conclusiones sobre el per-fil de un pedófilo son similaresen la gran mayoría de los estu-dios consultados. El retrato ro-bot se elabora a partir del estu-dio de los detenidos porpedofilia, y habla de hombres enel 90% de los casos; de mayo-res de 35 en un 70%; de pro-fesionales de nivel socioeconó-mico medio o alto en sumayoría; sin antecedentes pe-nales también en su mayoría,y en cuya casa “normal” esigualmente “normal” que pue-dan albergar una familia propiacon hijos pequeños propios.

LLaa ccoonncclluussiióónn aa llaa qquueennooss ccoonndduuccee eessttee ppeerrffiill eessiinnqquuiieettaannttee,, ppuueeddee rreess--ppoonnddeerr aa llaa ddee ccuuaallqquuiieerrppeerrssoonnaa.. El peligro que puede tener unsacerdote de caer en estasprácticas no es mayor ni menorque el de otro hombre.

Pedófilo se es ya a los 15, 16años; sin embargo la promesade vivir el celibato no la hacenlos sacerdotes hasta los 25 ó 30años, cuando la identidad sexualya está plenamente definida.

Sobre la pedofilia

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LLOOSS DDAATTOOSS DDEE UUNNAA RREEAALLIIDDAADD

EEnn EEssttaaddooss UUnniiddooss,, según elestudio del año 2004 del JohnJayCollege Of Criminal Justice, los sa-cerdotes acusados en EEUU deefectiva pedofilia en 42 años, fue-ron 958, 18 por año. Las conde-nas fueron 54, poco más de unaal año (los sacerdotes y religiososen los Estados Unidos son alre-dedor de 109.000). DDuurraannttee eellmmiissmmoo ppeerrííooddoo hhuubboo 66000000ccoonnddeennaass aa pprrooffeessoorreess ddeeggiimmnnaassiiaa yy eennttrreennaaddoorreess,,ddeeccllaarraaddooss ccuullppaabbllee ddee eesseeddeelliittoo ppoorr ttrriibbuunnaalleess ddee lloossEEEE..UUUU.. Datos de Massimo In-trovigne: (http://www.docu-mentazione.info/article.php?id-sez=41&id=1107)

Los casos de pedofilia denun-ciados en USA, además de re-ducirse las denuncias año trasaño (lo cual es doblemente in-dicativo, porque denunciar hasido un gran negocio para vícti-mas y abogados), éstas repre-sentan sólo el 2% de las de-nuncias por pederastia en launión americana, frente a un 5%de profesores de escuela y unrango entre 40-60% de familia-res de las víctimas.

Si se ha buscado hacer del sa-cerdote una figura “temible” queahuyente a los niños, antes de-berían temerles a sus profesores,tíos e incluso padres o hermanos.

EEnn AAlleemmaanniiaa,, 94 casos sos-pechosos sobre un total de210.000. En un artículo del pe-r iodista Andrea Torniel l i(http://www.ilg iornale.it/in-terni/ sulla_pedofilia_ci_aiu-

tino_anche_istituzioni/07-03-2010/ar t ico lo- id=427497-page=0-comments=1), in-forma de que en Alemaniadesde 1995 se notificaron210.000 casos de delitos con-tra menores.

LLooss ccaassooss ssoossppeecchhoossoossddeennttrroo ddee llaa IIgglleessiiaa ccaattóólliiccaaffuueerroonn 9944 ((11 ssoobbrree 22000000)).. En este país, según las estadís-ticas criminales, cada año se danaproximadamente 15.000 casosdenunciados de niños víctimasde abusos sexuales; queda muyclaro que no son sólo la escuelao el club deportivo los ambien-tes en que sucede. Según BarblMeier, presidenta de una aso-ciación de ayuda, mmááss ddee llaammiittaadd ddee llaass vvííccttiimmaass ttiiee--nneenn uunnaa rreellaacciióónn ffaammiilliiaarrccoonn eell aauuttoorr;; aproximada-mente en el 20% de los casoses el propio padre y en otro20% es el padrastro o nuevo“compañero sentimental” de lamadre. Datos suficientementealarmantes que hablan de unasociedad enferma.

EEnn AAuussttrriiaa,, según las propiasautoridades civiles, los casoshallados en instituciones vincu-ladas a la Iglesia fueron 1 7,mientras que se produjeronotros 510 en otros ambientes.

EEnn IIrrllaannddaa,, el Informe Ryan delaño 2009 ha recogido los testi-monios de 1090 personas concasos de violencia (no sólo se-xual, sino sobre todo fisica y psi-cológica) en el sistema escolarde la isla desde 1914 hasta2000. Tras un examen minu-cioso de cientos de casos de vio-

lencia, llooss rreelliiggiioossooss aaccuussaa--ddooss ddee aabbuussoo sseexxuuaall aa nnii--ññooss ffuueerroonn 2233.. En las escue-las de niñas fueron acusadassólo 3 empleadas seglares. Envarias escuelas los abusos fueroncometidos por el personal o por vi-sitantes externos o por alumnosmayores y no por parte de sacer-dotes (http://www.laiglesiaenla-prensa.com/2009/05/el-informe-i r l a n d % C 3 % A 9 s . h t m l .<http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107>)El informe muestra, más que lapedofilia en la Iglesia, una clarasituación de abandono, violenciafisica y depravación común a losmétodos educativos de todo elsistema escolar.

SSoonn 330000 ccaassooss eenn ttooddoo eellmmuunnddoo,, ddee eennttrree aallrreeddeeddoorrddee 440000..000000 ssaacceerrddootteess..Mons. Scicluna, de la Congrega-ción para la Doctrina de la Fe,afirmó en una entrevista(<http://www.documenta-zione.info/artic le.php?idsez=41&id=1109>)que desde 2001hasta 2010, la congregación hatrabajado en cerca de 3000 ca-sos de sacerdotes diocesanos yreligiosos relacionados con crí-menes cometidos durante los úl-timos cincuenta años. Sólo en el10 % de los casos se ha tratadode actos de pedofiIia. El 60% setrata de “efebofilia”, o sea, atrac-ción sexual hacia adolescentesdel mismo sexo y el 30% son re-laciones heterosexuales.

De los tres mil asuntos en total,en el 20% de los casos se ha ce-lebrado un proceso penal o ad-ministrativo, normalmente en ladiócesis de procedencia bajo la

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supervisión de Roma para agilizarlos procedimientos. Muchos delos procedimientos terminan ensentencia condenatoria, pero nose contabilizan en los que el sa-cerdote fue declarado inocente.En el 60% de los casos no huboproceso, principalmente por laedad avanzada de los acusados,pero se dictaron sanciones ad-ministrativas y disciplinarias, comola prohibición de celebrar misacon presencia de fieles y de oírconfesiones, y la obligación de lle-var una vida retirada y de oración.

Los demás casos se resolvieronsin llegar a concluir un proceso ju-dicial canónico. En la mitad elSanto Padre asumió la responsa-bilidad de dimisión al estado cle-rical de esos sacerdotes. En el res-tante 10% de los casos losmismos clérigos acusados pidie-ron la dispensa de las obligacio-nes derivadas del sacerdocio,que fue concedida con prontitud.Los sacerdotes implicados en es-tos últimos casos tenían en supoder material de pornografía pe-derasta y por eso fueron conde-nados por las autoridades civiles.

RReessuummiieennddoo,, eell ttoottaall ddee ccaa--ssooss ccoommpprroobbaaddooss ddee ppeeddee--rraassttiiaa ppoorr ssaacceerrddootteess oo rreellii--ggiioossooss eenn ttooddoo eell mmuunnddooaasscciieennddee aa 330000 eenn cciinn--ccuueennttaa aaññooss,, ssoobbrree uunn ttoottaallddee ccaassii mmeeddiioo mmiillllóónn ddee ccuu--rraass eenn eessee mmiissmmoo ppeerrííooddoo..SSii ddee vveerrddaadd pprreeooccuuppaarraa rree--aallmmeennttee eell ddeelliittoo,, qquuiizzáá sseeddeebbeerrííaa pprreessttaarr mmaayyoorr aatteenn--cciióónn,, ppoorr eejjeemmpplloo,, aa llooss 222288ccaassooss ddee aabbuussooss aa mmeennoorreessqquuee ssee ccoommeetteenn ccaaddaa hhoorraaeenn IIbbeerrooaamméérriiccaa..

LLOOSS DDOOCCUUMMEENNTTOOSS CCOONN DDIISSPPOOSSIICCIIOONNEESS EEXXPPLLÍÍCCIITTAASSEn las informaciones sobre la pe-dofilia, se citan a menudo docu-mentos, que se interpretan comosi se ofrecieran instrucciones paraencubrir los casos de pedofilia.Pero la realidad es que todos losdocumentos tienen carácter oficialy son públicos y en ellos la acti-tud de condena es clara y fuerte.

Los malentendidos —si es que loson— surgen de malas traduc-ciones e imprecisiones debidasal hecho de que los documen-tos están escritos en latín y nohay traducciones oficiales enotros idiomas.

Así, por ejemplo, una mala tra-ducción al inglés dio pábulo aque se pensara que la SantaSede imponía el secreto paraocultar los hechos. Pero no eraasí. El secreto de instrucción ser-vía para proteger la buena famade todas las personas involucra-das, en primer lugar de las vícti-mas, y después de los clérigosacusados, que tienen derechocomo cualquier persona a la pre-sunción de inocencia hasta quese demuestre lo contrario. A laIglesia no le gusta la justicia es-pectáculo. LLaa nnoorrmmaattiivvaa ssoobbrreellooss aabbuussooss sseexxuuaalleess nnoo sseehhaa iinntteerrpprreettaaddoo nnuunnccaa ccoommoouunnaa pprroohhiibbiicciióónn ddee ddeennuunn--cciiaa aa llaass aauuttoorriiddaaddeess cciivviilleess..El primer documento de refe-rencia es la instrucción “CrimenSollicitationis”(texto en latínhttp://www.cesnur.org/2007/Cri-men_1962.pdf) un texto de1922, nuevamente propuestopor Juan XXIII en 1962. La Ins-trucción trata del delito de inci-

tación a actos indecentes porconfesores. El documento, quese refiere principalmente a otrosabusos, hace directa mención dela pedofilia llamándola “crimenpessimus”. Es explícita en el do-cumento la obligación de de-nunciar los delitos. (http://pa-pa r a t z i nge r -b l og r a f f ae l l a .blogspot.com/2007/05/crimen-sollicitation is-canoni-15-19.html).

El segundo documento es el “Dedelictis gravioribus” (texto en la-tín http://www.vatican.va/ro-man_curia/congregations/cfaith/do cumen t s / r c _ com_c f a i th_doc_20010518_epistula_gra-viora%20delicta_It.htmlc, en ita-liano <http://www.ratzinger.us/modules.php?name=News&file=artícle&sid= 202>, firmadopor Joseph Ratzinger y el car-denal Tarcisio Bertone, en 2001,que fue escrito para actualizar elmotu proprio “SacramentorumSanctitatis tutela” (en latínhttp://www.vatican.va/holy_fa-ther/john_paul_ii/motu_proprio/documents/hf_ jp- i i_motu-proprio_20020110_sacramento-rum-sanctitatis-tutela_It.html , enitaliano en una traducción no ofi-cial http://paparatzinger3-blo-graffaella.blogspot.com/2010/03/traduzione-in-italiano-del-motu-proprio.html) del PapaJuan Pablo II que, para evitar losencubrimientos y corruptelas lo-cales, asigna la competencia so-bre cuestiones de pedofilia a laCongregación para la Doctrina dela Fe. SSii hhaa hhaabbiiddoo eennccuu--bbrriimmiieennttooss yy oommiissiioonneess,,ssee ddeebbeenn aa uunnaa ffaallttaa ddeelleeaallttaadd aa llaass ddiissppoossiicciioonneessddeell PPaappaa yy ddeell MMaaggiisstteerriioo..

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EELL CCEELLIIBBAATTOO NNOO TTIIEENNEENNAADDAA QQUUEE VVEERR CCOONN LLAAPPEEDDOOFFIILLIIAA También, como ya hemos indi-cado, se ha hablado estos díasde un vínculo entre el celibatoy la pedofilia. El psiquiatraManfred Lutz, uno de los másimportantes expertos en eltema, explicó en una recienteentrevista (<http://www.docu-mentazione.info/article.php?id-sez=41&id=111 0>) cómoesta conexión no existe. EEss mmááss,, llooss eexxppeerrttooss ddiicceennqquuee llaass ppeerrssoonnaass qquuee vviivveennllaa aabbssttiinneenncciiaa sseexxuuaall ttiieenneennmmeennooss rriieessggoo ddee ccoommeetteerraabbuussooss qquuee llooss ccaassaaddooss.. Enel artículo de Introvigne(<http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107>)se hace referencia a los estudiosde Jerkins, que ha recogido cómola mayor parte de casos de abu-sos sobre niños se han dado enmayor medida entre las diversasdenominaciones protestantes,donde los pastores pueden ca-sarse. Incluso la cifra ya citada delos 6.000 casos de abuso en losEstados Unidos en el mismo pe-riodo, fueron cometidos en su ma-yoría por personas casadas. Por lotanto no parece existir una relacióndirecta entre pedofilia y celibato.

LLAA AACCCCIIÓÓNN CCLLAARRAA yy DDEECCII--DDIIDDAA DDEE BBEENNEEDDIICCTTOO XXVVII El Papa Benedicto XVI, primerocomo Prefecto de la Doctrina dela Fe y luego como Papa es sinduda el que más se ha compro-metido en la corrección de esteproblema en la Iglesia. En ese ám-bito se circunscribe la recientecarta a los católicos irlandeses

(http://www.vatican.va/holy_fa-ther/benedict_xvi/letters/2010 /do-cumen t s /h f _ben - x v i _ l e t _20100319_church-ireland_sp.html).En ella hay una condena clara deesas prácticas aberrantes y unaenérgica llamada de atención alos obispos para que asuman suspropias responsabilidades para re-parar y para garantizar que novuelva a suceder en el futuro. Lamisma claridad y determinaciónmostró el Papa durante su viaje alos EE. UU. (aquí una relación detextos con intervenciones suyassobre la pedofilia (http://magis-terobenedettox vi. blogs-pot.com/2008/05/la-strenua-lotta-del-papa-contro-la_16.html)y a Australia (aquí una relación detextos con sus intervenciones(http://magisterobenedettoxvi.blogspot.com/2008/ 05/la-stre-nua-lotta-del-papacontro-Ia.html).

AAuunnqquuee ssoolloo hhuubbiieerraa uunnccaassoo ddee ppeeddooffiilliiaa ddee uunn ssaa--cceerrddoottee,, yyaa sseerrííaa rreeppuugg--nnaannttee,, aassíí ccoommoo lloo eess uunnssoolloo ccaassoo ddee iinncceessttoo oo uunniinnffaannttiicciiddiioo. De los datos, de losdocumentos y las respuestas seobserva que el Papa invita a laIglesia en su conjunto a hacer unesfuerzo para tomar sobre sushombros y reparar las faltas deunos pocos. Mientras tanto, uninforme reciente de la Confe-rencia Episcopal de EEUU(http://www.usccb.org/comm/archives/2010/10-052.shtml)revela que el número de de-nuncias de presuntos casos deabuso infantil por parte del cleroha alcanzado su nivel más bajodesde 2004 (desde que se co-menzó a registrarlos).

EEss uunnaa sseeññaall ddee qquuee llaa ““ppoo--llííttiiccaa”” ddee BBeenneeddiiccttoo XXVVII eessttááhhaacciieennddoo eeffeeccttoo. De hecho, la mayoría de las acu-saciones que están apareciendoen los medios de comunicación,son casos antiguos, sustancial-mente cerrados y conocidosdesde hacía tiempo: la plaga dela pedofilia es una tragedia delpasado, con la que se está ba-tallando con eficacia.

CCOONNFFUUSSIIOONNEESS MMEEDDIIÁÁTTIICCAASS Hasta ahora han sido mostradosalgunos casos de pedofilia quede alguna manera parecen tocaral Pontífice. El primero es el dedos casos de abusos que se pro-dujeron en Regensburg alrede-dor del año 1958, que parecíanimplicar al hermano del Papa. Enrealidad ambos casos eran co-nocidos, jurídicamente cerradosy referidos a un período diferentede la dirección del coro de Ge-org Ratzinger desde 1964 a1994 (véase el artículo de Tor-nielli, explicando los dos casos(http://www.ilgiornale.it/interni/sulla_pedofilia_ci_aiutino_anche_istituzion i/07-03-2010/articolo-i d = 4 2 7 4 9 7 - p a g e = 0 -comments=1).

El segundo es el caso de un pe-dófilo en la Archidiócesis de Mu-nich y Freising, donde Ratzingerfue arzobispo en esa época. Elcaso se remonta a 1980. Surgióen 1985 y fue juzgado por un tri-bunal alemán en 1986. El tribu-nal observó, entre otras cosas,que la decisión de aceptar al sa-cerdote en la Archidiócesis no seprodujo por el cardenal Ratzingerque ni siquiera la había conocido

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(Massimo Introvigne<http://www.documentazione.info/article.php?idsez=41&id=1107>.El tercer caso es el de un sacer-dote acusado de pedofilia en ladiócesis de Milwaukee en losaños setenta. Los documentosdicen que la Congregación parala Doctrina de la Fe (de la queera prefecto Ratzinger) fue con-sultada veinte años después delos hechos e invitó a mantenerel sacerdote fuera de la actividadpastoral, a pesar de que habían pa-sado tantos años sin evidencia denuevos delitos y a pesar de que lamisma justicia civil había cerrado elcaso (aquí la explicación completa(http://www.avvenire.it/Mondo/pre t e + M i l w a u k e e _201003251301581200000.htm).

EELL IINNFFOORRMMEE IIRRLLAANNDDÉÉSSLo repetiremos una vez más paraevitar equívocos: un caso deabuso ya es demasiado. Es im-posible minimizar la importanciade lo aportado por el informe dela Comisión de investigación ir-landesa sobre abusos contra ni-ños. Al mismo tiempo, como setrata de un texto larguísimo (cincovolúmenes, 2575 páginas), po-demos presumir que poca gentelo ha leído, incluidos la gran ma-yoría de los que han escrito so-bre el tema en la prensa.

El informe se basa en el testimo-nio de 1090 personas y cubredesde 1914 hasta el año 2000,aunque el periodo más destacadoes desde 1936. Se estudia la si-tuación educativa de los internadosirlandeses, masculinos y femeni-nos, llevados por congregacionesreligiosas. El informe explica queusa el término abuso en su acep-ción más amplia: no se refiere

solo a abuso sexual sino, sobretodo, a abuso físico (castigos, vio-lencia), psicológico y, en general,dejadez, abandono, malas con-diciones de vida, alimento, bajonivel sanitario. El informe no in-cluye ningún nombre de víctimasni de culpables, y no tiene una fi-nalidad judicial. Lo que pretendees aliviar, con este reconoci-miento, las penas de las víctimasy evitar que situaciones similaresse puedan repetir en el futuro.

Sobre 25.000 alumnos de cole-gios, hogares y casas correcciona-les en el período que examina, se-ñala 253 acusaciones de abusossexuales a chicos y 128 a chicas.

Del total de centros femeninos,se acusa a tres personas de ha-ber cometido abusos sexuales:las tres son laicas, trabajadorasde los centros. En el caso de loscentros masculinos: son 23 reli-giosos acusados.

El resumen dice que “los testigosafirmaron haber sido sometidosa abusos sexuales por religiososy por personal laico en las es-cuelas e instituciones y por co-rresidentes y otros, incluyendoprofesionales, tanto externoscomo internos de las institucio-nes. También afirmaron habersido abusados sexualmente pormiembros del público en gene-ral, incluyendo trabajadores so-ciales, visitantes, empleados, fa-milias de acogida”. Se denuncia,sobre todo, la ineficacia de los or-ganismos públicos, y de la mismasociedad y las familias, pues todoparece indicar que muchos de losabusos eran conocidos.

SSee ccoommpprruueebbaa qquuee llaa ddee--pprraavvaacciióónn eessttáá mmááss eexxtteenn--

ddiiddaa ssoocciiaallmmeennttee ddee llooqquuee ssee ccrreeee;; eell pprroobblleemmaannoo eess eessppeeccííffiiccoo ddee llooss rree--lliiggiioossooss,, aauunnqquuee eell ffooccoommeeddiiááttiiccoo ssóólloo ssee hhaayyaappuueessttoo eenn eell cclleerroo..

¿¿CCUUÁÁNNTTOOSS AABBUUSSOOSS SSEE--XXUUAALLEESS SSEE PPRROODDUUCCEENNEENN AALLEEMMAANNIIAA YY CCUUAANNTTOOSSTTIIEENNEENN QQUUEE VVEERR CCOONN LLAAIIGGLLEESSIIAA CCAATTÓÓLLIICCAA?? Según el vaticanista Luigi Accattoli(“Liberal”, 9 de marzo de 2009)ddeessddee 11999955 ssee hhaann ddeennuunn--cciiaaddoo eenn AAlleemmaanniiaa 221100..000000ccaassooss ddee aabbuussooss sseexxuuaalleess;;ddee eellllooss,, 9944 aaffeeccttaann aa iinnssttii--ttuucciioonneess oo ppeerrssoonnaass ddee llaaIIgglleessiiaa CCaattóólliiccaa.. UUnn 00,,000044%%..Se calcula que hay unos 15.000casos de abusos a menores de-nunciados cada año, la mitad enel ámbito familiar.

¿Qué tiene que ver específica-mente el ámbito eclesiástico- sa-cerdotal con los abusos a meno-res? En principio, nada. Lospredadores sexuales acuden allídonde hay menores: colegios, clu-bes deportivos, guarderías, etc.Hay casos de abusos en las igle-sias con clero casado y tambiénen grupos sin clero, como los ad-ventistas o los Testigos de Jehová.

Los abusadores buscan lugaresdonde ganar la confianza delos adultos para acceder a losmenores.

Uno de los axiomas marginalesque se estudia en marqueting,es que en todas las profesiones,grupos y clases sociales, hay undiez por ciento de indeseables.No es de extrañar que haya ha-

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bido 94 denuncias, en cincoaños, aunque no se hayan de-nunciado algunos casos, peroson pocos dentro de los210.000 casos, y posiblementerelacionados algunos con elmismo individuo. ¿Son sufi-cientes casos como para esta-blecer la alarma social y el es-tigma que algunos quierencolocar a la Iglesia y al clero?, ¿ono hay de fondo una campaña“orquestada” para derribar elprestigio de una institución?

¿¿QQUUÉÉ HHAAYY DDEETTRRÁÁSS DDEE LLOOSS EESSCCÁÁNNDDAALLOOSS??

La discusión actual sobre los sa-cerdotes pedófilos —consideradadesde el punto de vista socio-lógico— representa un ejemplo tí-pico de “pánico moral”. El con-cepto nació en los años 1970.Los “pánicos morales” han sidodefinidos como problemas so-cialmente construidos y carac-terizados por una amplificaciónsistemática de los datos reales,tanto en la representación me-diática como en la discusión po-lítica. Son problemas sociales quesurgieron hace decenios y son re-planteados como “nuevos”, ocomo en dramático crecimientoreciente; además, su incidencia esexagerada mediante estadísticasno confirmadas académicamente,pero que se repiten desde unmedio de comunicación a otro ypueden inspirar campañas me-diáticas persistentes.

Philip Jenkins ha subrayado el pa-pel que juegan los “empresariosmorales”, cuyas intenciones noson siempre claras, en la creacióny gestión de esos pánicos. Los“pánicos morales” no hacen biena nadie, distorsionan la percep-ción de los problemas y com-

prometen la eficacia de las me-didas que deberían resolverlos. Los “pánicos morales” contienenen principio condiciones objeti-vas y peligros reales. No se in-ventan la existencia de un pro-blema, sin embargo exageran susdimensiones estadísticas.

En una serie de estudios ex-haustivos, el mismo Jenkins hammoossttrraaddoo ccóómmoo llaa ccuueessttiióónnddee llooss ssaacceerrddootteess ppeeddóóffiilloosseess ttaall vveezz eell eejjeemmpplloo mmááss ttíí--ppiiccoo ddee uunn ““ppáánniiccoo mmoorraall””..

En primer lugar, existe el datoreal: existen sacerdotes pedófilos.Algunos casos son desconcer-tantes y desagradables, han lle-vado a condenas definitivas y losmismos acusados nunca se hanproclamado inocentes. Estos ca-sos en los Estados Unidos, en Ir-landa, en Australia explican lasseveras palabras del Papa y susolicitud de perdón hacia las víctimas. Sin embargo, dadoque pedir perdón no basta, sinoque se necesita que los casos no se repitan, no es indi-ferente saber si los casos sondos, doscientos o veinte mil.Tampoco es irrelevante saber siel número de casos es mayor omenor entre los religiosos cató-licos de los que hay en otras ca-tegorías de personas.

Los datos más completos hansido recogidos en los EstadosUnidos, donde en el 2004 laConferencia Episcopal encargó unestudio independiente al JohnJoy College of Criminal Justice dela City University of NewYork, queno es una universidad católica yes unánimemente reconocidacomo la institución académicamás acreditada de los USA enmateria de criminología.

Este estudio nos dice que, desdeel 1950 al 2002, 4392 sacer-dotes americanos (entre más de109.000) han sido acusados depresuntas relaciones sexualescon menores. De estos, pocomás de un centenar han sidocondenados por los tribunales ci-viles. El bajo número de conde-nas por parte del Estado se debea denuncias a sacerdotes ya fa-llecidos, o a hechos prescritos, oa la ausencia de violación de unaley civil (en distintos Estadosamericanos, una relación sexualconsentida con un menor demás de dieciséis años, no es de-lito). Pero también ha habidomuchos casos clamorosos de sa-cerdotes inocentes acusados.Estos casos, además, se hanmultiplicado en los años 1990,cuando algunos bufetes de abo-gados han creído que podían ob-tener beneficios millonarios so-bre la base de simplessospechas.

Según aquella investigación el78,2% de las acusaciones se re-fiere a menores que han superado la pubertad. Tener re-laciones sexuales con una chicade 17 años no es un hecho elo-giable, menos aún para un sa-cerdote: sin embargo, no se tratade pedofilia. PPoorr lloo ttaannttoo,, lloossssaacceerrddootteess aaccuussaaddooss ddeeeeffeeccttiivvaa ppeeddooffiilliiaa eenn lloossUUSSAA ssoonn 995588 eenn 4422 aaññooss,,1188 ppoorr aaññoo.. LLaass ccoonnddeennaasshhaann ssiiddoo 5544,, ppooccoo mmááss ddeeuunnaa ppoorr ccaaddaa aaññoo..

Sin embargo, de los 62.000 au-tores de abusos a menores a lolargo del 2008, los que corres-ponden a sacerdotes no son nirepresentativos.

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EEll hheecchhoo ddee qquuee aappaarreezzccaanniinnssiisstteenntteemmeennttee aaqquueelllloossccaassooss qquuee ssee rreeffiieerreenn aalláárreeaa ggeeooggrrááffiiccaa ddee BBaavvaarriiaa,,ddee ddoonnddee pprroovviieennee eell PPaappaayy qquuee,, hhaabbiieennddoo tteenniiddoo lluu--ggaarr eenn llooss aaññooss 11998800,, sseepprreesseenntteenn ccoommoo rreecciieenntteess;;yy qquuee,, aa ppaarrttiirr ddee eelllloo sseepprroovvooqquuee uunnaa eessppiirraall ddeeppoolléémmiiccaass ccaappcciioossaass qquueeccoonnssttiittuuyyeenn uunn aattaaqquuee ddii--rreeccttoo aannuunncciiaaddoo ccaaddaaddííaa ccoonn ggrraannddeess ttiittuullaarreess,,aaccoommppaaññaannddoo aa nnuueevvooss““ddeessccuubbrriimmiieennttooss””,, ppoonnee ddeemmaanniiffiieessttoo ccóómmoo eell ““ppáánniiccoommoorraall”” eess pprroommoovviiddoo ppoorr““eemmpprreessaarriiooss mmoorraalleess”” ddeemmaanneerraa oorrggaanniizzaaddaa yy ssiissttee--mmááttiiccaa..

El caso que —como algunos pe-riódicos han titulado— “involucraal Papa” es, un paradigma. Se re-fiere a un episodio en el que unsacerdote de Essen, ya culpablede abusos, fue acogido en 1980por la Arquidiócesis de Müncheny Freising, de la que era arzo-bispo el actual Pontífice. El casose conoció en 1985 y fue juz-gado por un tribunal alemán en1986, aclarándose además quela decisión de acoger al mencio-nado sacerdote no había sido to-mada por el Card. Ratzinger,quien ni siquiera la conocía, loque no es extraño en una grandiócesis con una compleja bu-rocracia. EEll hheecchhoo ddee qquueehhooyy uunn ppeerriióóddiiccoo aalleemmáánnddeecciiddaa rreeaabbrriirr eell ccaassoo,, yypprreesseennttaarrlloo eenn pprriimmeerraa

ppllaannaa 2244 aaññooss ddeessppuuééss ddeellaa sseenntteenncciiaa,, ssee ddeebbeerrííaaccuueessttiioonnaarr..

Según los estudios de Jenkins, sise compara la Iglesia católica deEEUU con las principales deno-minaciones protestantes se des-cubre que la presencia de pedó-filos es de dos a diez veces másalta en estas últimas. La cuestiónes relevante porque muestra queel problema no es el celibato: lamayor parte de los pastores pro-testantes está casada.

En el mismo período en el queun centenar de sacerdotes ame-ricanos era condenado por abu-sos sexuales sobre menores, elnúmero de profesores de gim-nasia y entrenadores de equiposdeportivos juveniles —en su ma-yoría casados— juzgados culpa-bles del mismo abuso por los tri-bunales USA rozaba los 6000.

Peor aún, considerando los infor-mes periódicos del gobierno ame-ricano, aproximadamente 66%de los ataques sexuales a meno-res son causados por familiares:padrastros, tíos, primos, hermanosy por desgracia también los pro-pios padres de familia. Datos si-milares existen en otros países.

FFiinnaallmmeennttee,, hhaayy uunn ddaattoommuuyy ssiiggnniiffiiccaattiivvoo:: mmááss ddeell8800%% ddee llooss ppeeddóóffiilloossssoonn hhoommoosseexxuuaalleess,, vvaarroonneessqquuee aabbuussaann ddee vvaarroonneess..

Según Jenkins, más del 90% delos sacerdotes católicos conde-nados por abusos sexuales sobremenores y pedofilia es homose-xual. SSii eenn llaa IIgglleessiiaa ppuueeddeehhaabbeerr hhaabbiiddoo eeffeeccttiivvaammeennttee

uunn pprroobblleemmaa,, ééssttee nnoo sseeddeebbee aall cceelliibbaattoo,, ssiinnoo aa uunnaattoolleerraanncciiaa hhaacciiaa llaa hhoommoossee--xxuuaalliiddaadd,, eenn ppaarrttiiccuullaarr eennllooss sseemmiinnaarriiooss eenn llooss aaññoosssseetteennttaa,, cuando se ordenaba lagran mayoría de los sacerdotesque posteriormente han sidocondenados por los abusos. Esun problema que Benedicto XVIestá corrigiendo enérgicamente.

Pero ¿por qué replantear en2010 casos viejos o muchas ve-ces ya conocidos, al ritmo deuno al día, atacando siempremás directamente al Papa –paradójico, si se considera lagran severidad del antes car-denal Ratzinger y después Be-nedicto XVI sobre este tema?Los “empresarios morales” queorganizan el pánico tienen unaagenda que va emergiendocada vez con más claridad, ycuyo objetivo no es precisa-mente la protección de los ni-ños: lobbys muy poderososbuscan descalificar ante todola voz de la Iglesia medianteuna acusación infamante yhoy muy fácil de hacer: la defavorecer o tolerar la pedofilia.

PPEERRIIOODDIISSTTAASS PPOORR LLAARREEVVOOLLUUCCIIÓÓNN SSEEXXUUAALL «Es fácil explicar el ensaña-miento de los medios sobre elclero católico —dice Accattoli—el mundo de los periodistasapoya espontáneamente la “re-volución sexual”. Se concentraclaramente en el clero católicola mayor resistencia a tal orien-tación, de aquí el ímpetu conel que da realce —si puede— alas contradicciones».

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Sorprende también que la aten-ción se haya desviado, por ejem-plo, hacia el celibato y no haciala homosexualidad que hay de-trás de la mayoría de los casos.Se silencia, en muchos medios,el dato positivo de que la Iglesiaesté reaccionando ante lo suce-dido entre sus filas, así como eldesolador panorama moral de lasociedad en general.

NNuueessttrraa ssoocciieeddaadd cciivviill yyppoollííttiiccaa ppaarreeccee nnoo aaddvveerrttiirrllaa ccoorrrruuppcciióónn oommnniipprree--sseennttee,, eell ttrrááffiiccoo iinnddeecceenntteeddee ppoorrnnooggrraaffiiaa yy pprroossttiittuu--cciióónn iinnffaannttiill.. ¿Se ha organizado una coberturasiquiera parecida para combatir laprostitución infantil en Tailandia,Filipinas, el Caribe..., que esclavizaa cientos de miles de niñosdesde hace años?

SSIINN OOBBJJEETTIIVVIIDDAADD HHAACCIIAA LLAA IIGGLLEESSIIAA No son pocos los que consi-deran que la prensa interna-cional presenta los casos deabusos sexuales en el clero deforma distinta que en cualquierotro colectivo. Cada año hay unramillete de profesores seglaresen nuestro país condenados porabusos contra menores y nadiepide al Ministro de Educaciónque comparezca ante los mediosy prometa erradicar un pro-blema que según un estudiomuy citado por las asociacionesespecializadas (del doctor FélixLópez, encargado por el Minis-terio de Asuntos Sociales en1994) afecta a un 23% de las ni-ñas y un 10% de los niños.

Es paradigmático el caso del pe-riódico The New York Times quepierde el equilibrio y la objetivi-dad cuando se trata de infor-mar sobre la Iglesia Católica. Loque está sucediendo con esteperiódico sale de lo ordinario.

NNooss eennccoonnttrraammooss aannttee llaanneeggaacciióónn ddee llaass mmááss eellee--mmeennttaalleess rreeggllaass pprrooffeessiioo--nnaalleess ddeell ppeerriiooddiissmmoo,,ccuuaannddoo ssee aaffiirrmmaann ccoonn iinn--ssiisstteenncciiaa ccoossaass qquuee nnoo sseeddeemmuueessttrraann,, yy ssóólloo ccaabbeepprreegguunnttaarrssee ppoorr llaass ccaauu--ssaass ddee sseemmeejjaannttee ccoomm--ppoorrttaammiieennttoo..

EEss vveerrddaadd qquuee aall sseerr llaa ffeellaa ddeeppoossiittaarriiaa ddee llaa ccoonn--ffiiaannzzaa eenn eell ssaacceerrddoottee,, eessmmááss eessccaannddaalloossoo qquuee sseeaapprreecciissaammeennttee ééssttee eell ccaauu--ssaannttee ddee aabbuussooss..También es cierto que un solocaso es injustificable y lamenta-ble. Ha repugnado, y con razón,el silencio sistemático sobre es-tos casos durante años, sugi-riendo una cierta complicidad oencubrimiento por parte de al-gunas autoridades eclesiásticas,que en ocasiones preferían el“buen nombre” a la justicia y lareparación. Ahí probablementeha estado el error más funesto yla lección aprendida en el arcoque va del año 2002 a 2010.

EEll PPaappaa mmiissmmoo hhaa rreeccoonnoo--cciiddoo yy hhaa llllaammaaddoo sseevveerraa--mmeennttee llaa aatteenncciióónn,, pprriimmeerrooaa llooss oobbiissppooss aammeerriiccaannooss

eenn eell 22000022,, aahhoorraa aa llooss iirr--llaannddeesseess eenn eell 22001100,, qquuee--ddaannddoo mmuuyy ccllaarraa llaa mmaanneerraaddee pprroocceeddeerr eenn aaddeellaanntteeppaarraa llaa IIgglleessiiaa uunniivveerrssaall.. Es verdad que se trata de una“horrible enfermedad”, y el Papamismo afirma: ““QQuuee nnaaddiiee sseeiimmaaggiinnee qquuee eessttaa ddoolloorroossaassiittuuaacciióónn ssee rreessoollvveerráá ddee iinn--mmeeddiiaattoo.. SSee hhaann ddaaddoo ppaa--ssooss ppoossiittiivvooss ppeerroo ttooddaavvííaaqquueeddaa mmuucchhoo ppoorr hhaacceerr””.. Es decir, no es momento de“cantar victoria”; por el contrario,es la hora de la penitencia, de laoración y del examen para queno vuelva a suceder; es la horade tomar medidas claras y firmesen los seminarios y en las deci-siones disciplinares; es el mo-mento de aplicar con todo el ri-gor necesario el derecho, tantocivil como eclesiástico, sabiendoque eso resulta a la larga la so-lución más pastoral, acorde conla dignidad humana y el presti-gio de la Iglesia.

LLooss aabbuussooss aa mmeennoorreess ppoorrppaarrttee ddee rreessppoonnssaabblleess eeccllee--ssiiaalleess ssoonn eessppeecciiaallmmeenntteerreepprroobbaabblleess,, ppeerroo llaa ccuueess--ttiióónn eess mmááss aammpplliiaa yy ffooccaa--lliizzaarr llaass aaccuussaacciioonneess eenn llaaIIgglleessiiaa ffaallsseeaa llaa ppeerrssppeeccttiivvaa..

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NNooll ii mmee ttaannggeerree

Pilar Gordillo Asanza

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GGuido di Pietro da Mugello había nacido en 1400en el pequeño pueblo de Vicchio, en la Toscana.A los dieciocho años ingresó en el convento

dominico de Fiésole, con el nombre de Giovanni daFiesole, donde con los años llegaría a ser prior. Se des-conoce todo sobre su aprendizaje como pintor, aunquese cree que aprendiera como iluminador de misales yotros libros litúrgicos con un estilo influenciado por elGótico Internacional. Tras algunos retablos y tablas pin-tados en Fiésole, a raíz del traslado a Florencia desarro-lló la técnica de la pintura al fresco. Al contrario de lo quepudiera pensarse por su condición de fraile, fue un artis-ta muy profesional, conocedor de los avances del artede su tiempo debido a los viajes que importantes encar-gos le llevaron a hacer: Orvieto, Peruggia y Roma,donde pintó al fresco la capilla del Sacramento porencargo del papa Eugenio IV (hoy desaparecida) y lacapilla privada del Papa Nicolás V en el Vaticano conescenas de la vida de los santos Esteban y Lorenzo ydonde le sorprendió la muerte en 1455 siendo sepulta-do en la iglesia de Santa María sopra Minerva.

DDe él dijo Vasari que era el hombre más sencillo ymás santo, poseedor de un "raro y perfectotalento", de extraordinaria devoción, que "nunca

levantó el pincel sin decir una oración ni pintó el crucifijosin que las lágrimas resbalaran por sus mejillas"; llama-do por ello desde muy pronto Angélico, BeatoAngélico, a pesar de que su beatificación oficial, tras laque pasó a ser considerado como patrón de los artis-tas, tuvo lugar en 1982.

La tradicional escena conocida con el título lati-no de “Noli me tangere” (“No me toques”)representa la aparición de Jesús resucitado aMaría Magdalena, que había quedado descon-solada ante el sepulcro por la desaparición delcuerpo de Cristo. Fra Angelico, fraile dominico ypintor, recurre a esta escena para narrar laResurrección, en una pintura al fresco, sobre lapared de una celda en su convento de Florencia.

El convento y la iglesia de San Marcos enFlorencia fue cedido en 1436 por Cosme deMédicis el Viejo, a los dominicos. Fra Angelicoy un grupo de ayudantes se dedicaron a pin-tar el claustro, la sala capitular y las entradas alas veinte celdas de los frailes en los corredo-res superiores con escenas de la Pasión,Muerte y Resurrección de Cristo.

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MMuujjeerr,, ddiimmee ppoorr qquuéé ll lloorraass,,a quién buscas

En el relato de la Resurrección, el Evangelio de Juan con-tiene más detalles y matices, puesto que los testigos yoyentes de lo sucedido estuvieron muy cercanos al evan-gelista. Es Magdalena y no las tres mujeres quien descu-bre todavía de noche que la piedra que cerraba el sepul-cro estaba retirada (Jn 20,1). Es ella quien corre a avisar aPedro y a Juan, quienes a su vez corren a verlo, y entran yven los lienzos en el suelo y el sudario doblado, lo cual leshace pensar que no han robado el cuerpo, sino que haresucitado según estaba profetizado en la Escritura (Jn20,3-10). Parece que el Evangelio de Juan quiere comba-tir insistentemente la controversia con los judíos de quelos propios discípulos habían robado el cuerpo. CuandoMagdalena vuelve una segunda vez al sepulcro, la encon-tramos llorando porque sigue pensando que han robadoel cuerpo; por ello, al encontrar a los dos ángeles, vuelvea declarar: “se han llevado a mi Señor y no sé dónde lehan puesto” (Jn 20,11-13).

Entonces escucha otra voz que le pregunta: “Mujer, dimepor qué lloras, a quién buscas”. En su congoja no se hafijado bien quién le habla y responde como una autó-mata: “Señor si tú lo has llevado, dime dónde lo haspuesto, y yo me lo llevaré” (Jn 20,15). El evangelistanos aclara que creía que era el encargado del huerto.Pero la voz masculina sigue hablando y esta vez se lehace reconocible porque la llama por su nombre:“María”. Y al sentirse reconocida, reconoce también lavoz, le trae resonancias dulces, recuerdos y vivencias úni-cas. Es la experiencia de la amada del Cantar de losCantares: “la Voz de mi amado, miradlo aquí llega” (Ct2,8). Dice el evangelio que ella se volvió (Jn 20,16),quizá le estaba dando la espalda envuelta en su llanto,echa un ovillo; quizá se levantó, secó sus lágrimas, abrióbien los ojos, porque es ahora cuando le reconoce, cuan-do se encuentra con el Resucitado, cuando puede sentirla tremenda impresión de ver que al que había dejadohoras antes enterrado en el sepulcro, el cuerpo quehabía comenzado a embalsamar con la mirra y el áloe,está frente a ella glorioso. Y exclama radiante y gozosa:“¡Rabbuní!”, que significa en arameo: ¡Mi querido Rabí!,¡Mi maestro amado! Lo normal hubiera sido llamarleMaestro, “Rabbí”, pero más respetuoso es “Rabbuní”.

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MMAARRÍÍAAMMAAGGDDAALLEENNAA,, TTAAMMBBIIÉÉNN LLLLAAMMAADDAA““LLAA MMIIRRÓÓFFOORRAA””,, EESS LLAA MMUUJJEERR QQUUEELLOO DDEEJJÓÓ TTOODDOO YY SSEE HHIIZZOO SSEEGGUUIIDDOORRAA DDEE CCRRIISSTTOO,, TTRRAASSSSEERR CCUURRAADDAA YYLLIIBBEERRAADDAA DDEESSIIEETTEE DDEEMMOONNIIOOSS

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LLAA VVOOZZ DDEE MMII AAMMAADDOO,, MMIIRRAADDLLOO

AAQQUUÍÍ LLLLEEGGAATTOOMMÁÁSS::

““SSEEÑÑOORR MMÍÍOO YY DDIIOOSS MMÍÍOO””

Más solemne. En ocasiones es la expresión empleada paradirigirse a Dios. Magdalena está haciendo una profesión defe en el Mesías como Hijo de Dios, similar a la exclamaciónde Tomás: “Señor mío y Dios mío” (Jn 20, 28).

No me rreetteennggaass

El Evangelio de Mateo aporta el dato de que las santas muje-res recibieron el anuncio de la Resurrección de labios de unángel; y, cuando se alejaban del sepulcro con miedo y gozo,Jesús les salió al encuentro y, acercándose, se postraron, cogien-do sus pies y lo adoraron, con un gesto que formaba parte desu lenguaje espiritual (Mt 28,9). De ahí que en el relato de Juanhaya que suponer que María Magdalena se había arrojado a lospies de Jesús para abrazarlos y que por ello él exclamase: “Nolime tangere”, una incompleta traducción del griego “Me aptou”:no me retengas más, no me entretengas más, “que todavía nohe subido al Padre” (Jn 20,17).

Para narrar la resurrección, los artistas del primer arte cristianorepresentaron la visitación de las mujeres al sepulcro o“Visitatio”. Desde el siglo III, en el baptisterio de Doura Europos(Siria) encontramos que esta escena es representada junto alepisodio de Jonás y la ballena, como prefigura de laResurrección. La ausencia de explicaciones acerca de cómo seprodujo la Resurrección, alejó a los pintores de elegir estarepresentación, quienes prefirieron la tremenda y bien docu-mentada escena, por el Credo apostólico y por los apócrifos,del Descenso a los infiernos o “Descensus ad inferos” o“Anastasis”. Es a partir del siglo XIII cuando empezaremos aconocer las primeras representaciones de Cristo saliendo delsepulcro triunfante, mientras los soldados a su alrededor, duer-men o caen despavoridos. El “Noli me tangere” del que enoccidente conocemos ejemplos del siglo X, será escogidacomo una de las apariciones más emotivas y plásticas.

Fra Angelico imbuido en el Quattrocento florentino nos pre-senta una escena conmovedora, con una gran economía en eldibujo y la composición, muy sencilla en sus personajes, acti-tudes y gestos, pero bien rica y llena de sutil belleza. En un jar-dín cuajado de flores se sitúa a la izquierda la puerta en pers-pectiva lineal del sepulcro excavado en la roca, y las figuras deMaría Magdalena agachada y en actitud de abrir los brazos yde Jesús de pie y con una azada al hombro. Han desapareci-do los ángeles, la composición se ha simplificado, la tensióndramática se concentra en un encuentro de solamente dos.Nuestra mirada, como es habitual a la hora de leer un cuadro,

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nueva estética

se introduce por el lado izquierdo dondequeda atrapada por la masa negra de la oscu-ridad de la cueva. El fraile pintor quiere hacer-nos revivir la experiencia de la muerte, de laausencia de luz y de sentido antes de mos-trarnos el resplandor de la resurrección. Y lafigura de María agachada, pequeña, es elcamino, el intervalo que la humanidad deberecorrer para llegar a la Vida verdadera. Por finllegamos a Cristo que ligero hace un pasoimposible para describir su movimiento, sureacción ante el abrazo de la mujer, su dina-mismo ante la misión de subir al Padre. La dia-gonal compositiva desde los brazos deMagdalena, hasta la mano que rehúsa el con-tacto en Cristo, expresa prontitud y apresura-miento en el deseo de unión, a la vez que lapostura del cuerpo envuelto en blanca luz yvuelto hacia la derecha, aporta vivacidad yrompe los límites del espacio. Jesús se vacaminando porque se va al Padre, y nosotrostambién podemos irnos con él. El desenlaceestá abierto y todo nos invita a salir y recorrerel mismo camino hacia Dios.

MMaarrííaa MMaaggddaalleennaa,, también llamada ““LLaa MMiirróóffoorraa””

María Magdalena, “La Mirófora” (del griero“mirón”, perfume y “fero”, llevar), es la mujerque lo dejó todo y se hizo seguidora de Cristo,tras ser curada y liberada de siete demonios,expresión no necesariamente asociada con lospecados, sino también con las enfermedadesgraves. Para muchos exégetas no tiene nadaque ver con la pecadora que unge con perfumea Jesús (Lc 7,36-50), ni con María de Betania,hermana de Lázaro, aunque algunas tradicionessimplistas hayan querido unificar todos estospersonajes en uno. Su nombre no deriva de laraíz hebrea “gadal”, grande, con el fin de ensal-zar la grandeza moral de su alma, como creyóOrígenes, sino que responde al gentilicio, de supueblo Magdala, en Galilea a orillas del LagoTiberíades (hoy “el-Medjdel” o La Torre).

Su misión es impresionante: es la primera testi-go de la Resurrección y ella será la encargadade llevar la noticia al resto de la Iglesia.

Resulta que el sepulcro nuevo, propiedad deJosé de Arimatea, estaba en un huerto, cercadel Gólgota. El arte que en ocasiones lleva alextremo detalles menores en los que basar surepertorio, pone el acento en el espacio ajar-dinado, cuanto más rico y exuberante, mejor.Un brillante tapiz de flores olorosas y llenas decolor, descritas con una minuciosidad de botá-nico, donde no pueden faltar los árboles sim-bólicos que la leyenda afirma se encuentran,por su especial forma de ser, en el paraíso: lapalmera, el olivo, el ciprés y el cedro delLíbano. El huerto está acotado por una vallaque con sus tonos ocres amarillentos aportaluz al marco de fondo como reminiscencia delos fondos góticos de pan de oro. Es un huer-to cerrado, un “hortus conclusus”: “Eres huer-to cerrado hermana y novia mía” (Ct 4,12),metáfora atribuida a María y a su virginidad. Elfruto de este huerto cerrado que es el Verboencarnado que ahora ha vuelto a la vida.

LLAA AAUUSSEENNCCIIAA DDEE EEXXPPLLIICCAACCIIOONNEESSAACCEERRCCAA DDEE CCÓÓMMOO SSEE PPRROODDUUJJOO LLAA RREESSUURRRREECCCCIIÓÓNN,,AALLEEJJÓÓ AA LLOOSS PPIINNTTOORREESSDDEE EELLEEGGIIRR EESSTTAA RREEPPRREESSEENNTTAACCIIÓÓNN

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nueva estética

Magdalena piensa que está hablando con elhortelano. Y los artistas, en su pedagogía casiinfantil, si Cristo es confundido con el hortela-no, pues a Cristo van a convertirlo en un hor-telano, como si verdaderamente le hubieransorprendido haciendo sus labores, azada enmano y sombrerito para protegerse del sol. Eneste caso el sombrero ha dejado paso alnimbo crucífero. Pero aun así, no hay rubor:estamos en plena Resurrección y el artista seagarra a un clavo ardiendo. Cualquiera semete a pintar un cuerpo glorioso, envuelto enluz, que ha entrado en otra dimensión físicatras el “fogonazo de energía” de la resurrec-ción, tal como se vislumbra en las huellas inex-plicables de la Sábana Santa.

Pero el significado de este episodio va más alláde lo puramente anecdótico: no me retengas,no quieras tener conmigo una relación mera-mente humana, afectiva, de este mundo.Querer retenerme es querer que te resuelvalos problemas. Si me retienes, me perderás.Cuando suba al Padre estaremos más cerca,con un enlace espiritual, esponsal, realizadopor el Espíritu Santo que te enviaré cuandohaya subido y esté con el Padre. Los proble-mas no desaparecerán, sino que los viviráscon esperanza y sentido.

Y resulta que incluso el disfraz del hortelanotiene un sentido más profundo. El novio delCantar de los Cantares entrará en su huertopara degustar la dulzura de los sabores, quesimbolizan el amor del corazón y la exquisitezde los aromas que aluden al alma: “He entra-do en mi huerto, hermana mía, esposa; hetomado mi mirra con mi bálsamo, he comidomi miel con mi panal, he bebido mi vino conmi leche. ¡Comed, amigos, bebed, oh queri-dos, embriagaos” (Ct 5,1). Vivir embriagado deamor, inundado de buenos pensamientos,ardiendo en buenos deseos hacia el otro.

La luz inunda toda la escena y se comportaaportando brillantez a los colores anaranjadosen el manto de Magdalena y los blancos inma-culados del Resucitado, esculpiendo la poten-cia de los pliegues de sus túnicas, aclarandolos cabellos casi rubios de Cristo, en una incre-íble búsqueda de la belleza fina y atenta, ydotando al paisaje de matices lumínicos y bri-llantes reflejos que han hecho pensar a losespecialistas en la intervención de BenozzoGozzoli, el más conocido de los discípulos deFra Angelico, como último realizador de laobra. Sin embargo, la gracias y la dulzura par-ticular de Fra Angélico sobrevuela en la pintu-ra: una sensación de serenidad gozosa loinunda todo. Belleza en los rostros, amor ydelicadeza en los gestos, devoción en los ros-tros, vitalidad en los movimientos intensidademotiva en la obra.

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EEn su visita a la sinagoga deMaguncia (Alemania) en 1980, elPapa Juan Pablo II pronunció dos

frases muy importantes para las relacio-nes entre judíos y cristianos. La primera:“Quien se encuentra con Jesucristo, seencuentra con el Judaísmo”; y la segun-da: “La alianza de Dios con Israel nuncaha sido derogada”.En un pasado muycercano, las relaciones entre las doscomunidades no han sido nada fraterna-les, a pesar de que judíos y cristianosvivimos en el mismo mundo, bajo elmismo cielo y adoramos al mismo Dios.La falsa acusación de que los judíosmataron a Jesús fue la base de muchasotras acusaciones injustas, como la decrimen ritual, la profanación de SagradasFormas, el envenenamiento de pozos,etc. Estas acusaciones y la falta de res-peto al otro desembocaron en grandesinjusticias, expulsiones y matanzas quehicieron olvidar que teníamos en comúna un solo Dios y su Palabra revelada.También hoy día el antisemitismo semanifiesta en muchos lugares utilizandoel pretexto político.

Relacionesjudeo-cristianasSor Ionel MihaloviciReligiosa de Nuestra Señora de Sión

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voluntad derreeccoonnccii ll iiaacciióónn Una enseñanza importante del Concilio VaticanoII es, entre otras, que al hablar de las relacionescon los judíos y el judaísmo en la declaración“Nostra Aetate” (1965), la Iglesia católica no uti-liza tradiciones del pasado, como lo hace para losdemás documentos, sino que se basa única-mente en las Sagradas Escrituras. Éstas, leídas sinprejuicios y sin ideas preconcebidas, son unafuente segura de reencuentro de los cristianos consus “hermanos mayores en la fe”, tal y comoqueda recogido en dicha declaración:

“Como es, por consiguiente, tan grande el patri-monio espiritual común a cristianos y judíos, esteSagrado Concilio quiere fomentar y recomendarel mutuo conocimiento y aprecio entre ellos, quese consigue, sobre todo, por medio de los estu-dios bíblicos y teológicos y con el diálogo fraterno”.

La Conferencia de Iglesias Europeas y el Consejode Conferencias Episcopales Europeas, reunidosen Estrasburgo, publicaron en 2001 la “Carta Ecu-ménica”, en la cual el párrafo “Ahondar en la co-munión con el Judaísmo” insiste sobre la impor-tancia de las relaciones con el pueblo judío.Citamos algunas de sus más importantes ense-ñanzas:

“Una comunión de carácter único nos une al pue-blo de Israel, con el que Dios selló una Alianzaeterna. Por la fe, sabemos a nuestros hermanosy hermanas judíos amados por Dios «en atencióna los patriarcas, pues los dones y la llamada deDios son irrevocables» (Rm 11,28-29). Ellos «fue-ron adoptados como hijos, tienen la presencia deDios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Su-yos son los patriarcas, de quienes, según lo hu-mano, nació el Mesías...» (Rm 9,4-5).

Lamentamos y condenamos toda manifestaciónde antisemitismo como los estallidos de odio ylas persecuciones. Pedimos perdón a Dios por elantijudaísmo cristiano y rogamos a nuestros her-manos y hermanas judíos que permitan que nosreconciliemos con ellos”.

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Numerosas organizaciones en todos los paísestrabajan para el mutuo conocimiento y respeto,así como contra el antisemitismo. Tanto en Eu-ropa como en América del Norte y del Sur hayinstituciones donde se estudia una nueva teo-logía para dar paso a una justa comprensión deljudaísmo y de la Alianza que Dios hizo con elpueblo de Israel y que nunca fue revocada.

Gran importancia tienen también la supresióndel falso concepto según el cual se considerabaque la Iglesia sustituía a Israel en el plan de sal-vación; el estudio de la “Shoah”, es decir de lapersecución y exterminio que los judíos sufrie-ron en Europa, de su significado tanto para ju-díos como para cristianos y, finalmente, la com-prensión justa del Estado de Israel, sondecisivos para luchar contra el antisemitismo.

Para cumplir con todos estos proyectos es im-portante la colaboración entre judíos y cristianosy también con todos los que siguen otras reli-giones u otros conceptos de la vida. Citaremosalgunas organizaciones que en el mundo se de-dican a la realización de dicha colaboración.

La primera de éstas fue la Amistad Judeo Cris-tiana de Francia que continúa siempre su trabajoen unión con las organizaciones judías tanto enel ámbito religioso como en lo social y en lo po-lítico. En Italia hay varias organizaciones para fo-mentar un diálogo sincero entre judíos y cristia-nos y cada año, el 17 de enero, tiene lugar el díapara el conocimiento de los judíos y del judaísmocon actos especiales en todas las parroquias del

país. Esto mismo se practica también en Austria,donde trabajan varias asociaciones para las rela-ciones judeo-cristianas, así como en Alemania.

En Bélgica, judíos y cristianos se reúnen en la“casa de Ana Frank” para estudiar juntos las lec-ciones aprendidas de los acontecimientos pa-sados, para la purificación de la enseñanza cris-tiana y los otros temas ya mencionados. Haymuchas otras organizaciones en Holanda, enel Reino Unido que trabajan todas en la mismalínea. En los Estados Unidos la “Nacional Con-ference of Christians and Jews” cuenta con lacolaboración de muchas organizaciones judíascomo la “B’nai B’rit”, la “American Jews Com-mitee”, la “Anti- Difamation League”. Impor-tantes actividades hay también en Polonia, Bra-sil, Costa Rica, Argentina, Uruguay etc.

A su vez, la “Comisión Mixta Judaísmo-IglesiaCatólica” reúne expertos judíos y cristianos enel Vaticano para las consultas interreligiosas. Asi-mismo el “Consejo Internacional de Judíos yCristianos”, con sede en Heppenheim (Alema-nia), celebra cada año una reunión de estudiosen la que participan los representantes de unostreinta países que forman parte de esta aso-ciación. En el mes de julio de 2009,los asistentes han hecho una lla-mada a judíos, cristianos y atodas las personas de buenavoluntad publicando docepuntos importantes paralas relaciones en el futuro.

rreellaacciioonneess jjuuddeeoo--ccrriissttiiaannaass en el mundo

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LLAA AALLIIAANNZZAA QQUUEE HHIIZZOO DDIIOOSS CCOONN EELL PPUUEEBBLLOO DDEE IISSRRAAEELL NNUUNNCCAA HHAA SSIIDDOO DDEERROOGGAADDAA

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EEssttooss ppuunnttooss ccllaavvee ppaarraa ffaavvoorreecceerr llaass rreellaacciioonneess eennttrree aammbbooss ssoonn::

Para las comunidades cristianas

Para ambas comunidades y todas las demás

Combatir el antisemitismo racista, religiosoo de cualquier otra índole.

Promover el diálogo interreligioso con losjudíos.

Desarrollar una comprensión teológica delJudaísmo que afirme su integridad espe-cífica.

Rezar por la paz en Jerusalén.

Reconocer los esfuerzos cumplidos por nu-merosas comunidades cristianas a finalesdel siglo XX para reformar su actitud frentea los judíos.

Revisar los textos judíos y la liturgia a la luzde estas reformas cristianas.

Hacer la diferencia entre la crítica imparcialde Israel y el antisemitismo.

Animar a Israel en sus esfuerzos para rea-lizar los ideales inscritos en su acta de na-cimiento, tarea que Israel comparte conmuchas naciones en el mundo.

Mejorar la educación interreligiosa e inter-cultural.

Promover la amistad y la cooperación en-tre las religiones y la justicia social en unasociedad globalizada.

Mejorar el diálogo con los organismos po-líticos y económicos.

Reunirse con todos cuyo trabajo corres-ponde a las exigencias de la preservaciónde la naturaleza.

Para las comunidades judías

QQUUIIEENN SSEE EENNCCUUEENNTTRRAACCOONN JJEESSUUCCRRIISSTTOO,,

SSEE EENNCCUUEENNTTRRAA CCOONN EELL JJUUDDAAÍÍSSMMOO

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Después de cinco siglos de ausencia de los ju-díos en España que tuvo como consecuenciaprejuicios y falsas tradiciones, los sefardíes vol-vieron al país cuyas tradiciones e idioma habíanconservado siempre. Así, en el año 1960 sefunda en Madrid la primera Amistad Judeo-Cris-tiana, y en el año 1972, Monseñor Enrique yTarancón, erigió en dicha archidiócesis el Cen-tro de Estudios Judeo-Cristianos, entidad dirigidapor las hermanas de la Orden de Sión.

Se crea también la Entesa Judeo-Cristiana deBarcelona y la Amistad Judeo-Cristiana de Se-villa y de Valencia. Por medio de conferencias,cursos de Biblia y de hebreo, y encuentros y co-laboración entre las dos comunidades, la judíay la cristiana, se trabaja contra los prejuicios re-ligiosos y políticos. Se fomenta también el res-peto mutuo de las diferencias y el desarrollo delo que tenemos en común. Después del esta-blecimiento de relaciones diplomáticas entre Es-paña e Israel, en casi cada provincia españolahay una Asociación España-Israel que colabo-ran en varias áreas culturales y políticas. Asi-mismo cabe subrayar que se ha despertado elinterés por las antiguas juderías como Córdoba,Toledo, Cáceres, Hervás, Segovia, Gerona, Tu-dela y Rivadavia que organizaron la asociación“Los Caminos de Sefarad” para unas visitas ins-tructivas de dichas juderías.

Siguiendo la decisión de la ONU, España cele-bra también el día de la Shoah, cada 27 deenero. Por su parte, la Casa Sefarad-Israel juntocon la colaboración de todas las instituciones,fomenta el conocimiento y la comprensión dela memoria del Holocausto.

CCeennttrroo ddee EEssttuuddiiooss Judeo-Cristianos ddee MMaaddrriiddDesde 1972 este centro, dirigido por las her-manas de Nuestra Señora de Sión, trabaja parafomentar las relaciones de aprecio y amistad en-tre judíos y cristianos, derribando prejuicios ypromoviendo el conocimiento mutuo entre am-bas religiones. Para este fin son numerosas lasactividades que lleva a cabo, como por ejem-plo: ciclos de conferencias sobre religión, his-toria, filosofía, la “Shoah” y otros temas afines;cursos de hebreo moderno; organización desimposios culturales hispano-israelíes; viajes aIsrael para conocer la Tierra de la Biblia y el Pue-blo de Israel; excursiones a lugares donde seencontraban importantes juderías para dar a co-nocer la aportación de los judíos a la cultura es-pañola; colaboración con la Comunidad Judía,Casa Sefarad-Israel y otras organizaciones.

rreellaacciioonneess jjuuddeeoo--ccrriissttiiaannaass eenn EEssppaaññaa

IINNSSTTIITTUUCCIIOONNEESSDDEE EEUURROOPPAA YY AAMMÉÉRRIICCAAFFOOMMEENNTTAANN UUNNAA JJUUSSTTAACCOOMMPPRREENNSSIIÓÓNNDDEELL JJUUDDAAÍÍSSMMOOYY DDEE LLAA AALLIIAANNZZAA DDEE DDIIOOSS CCOONN IISSRRAAEELL

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Destaca asimismo la amplia biblioteca especializada en:

1. El pensamiento judío.

2. Liturgia judía.

3. Mishná y Talmud.

4. Historia de los judíos en España.

5. Historia de Israel.

6. Holocausto.

7. Relaciones judeo-cristianas.

8. Comentarios bíblicos de judíos y cristianos.

9. Fuentes judía del Cristianismo y de la liturgia.

Esta entidad publica además la revista semestral “El Olivo, Documentación y Estudios para lasrelaciones entre judíos y cristianos”, para los socios del Centro, junto con una Circular bimen-sual para difundir noticias actuales relacionadas con acontecimientos judeo-cristianos.

Para más información las personas interesadas pueden dirigirse al Centro de Estudios Judeo-Cristianos (Madrid, Hilarión Eslava, 50 - 6.º izqda. - Teléf.: 91 543 12 51 - www3.planalfa.es/cejc

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TTodos los domingos por la tarde, después de lamisa matinal, el sacerdote y su sobrino de onceaños iban a repartir las hojas parroquiales por el

pueblo a cada persona que veían. Estas hojas, apartede algunos avisos, contenían información sobre lo

mucho que nos ama Dios y sobre la impor-tancia de ser católico. Este domingo en parti-cular, cuando llegó la hora de repartirlas, eltiempo estaba desapacible, la temperaturaera baja y además empezaba a lloviznar. Elniño se abrigó para soportar el frío y le dijoa su tío: “Ya estoy listo”. Su tío, el sacer-dote, le contestó: “¿Listo para qué?”.“Tío, es hora de ir a repartir nuestrashojas parroquiales”. A lo que su tíoexclamó: “Hace mucho frío y estálloviznando”.

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El niño lo miró sorprendido y dijo: “‘Pero lagente necesita saber de Dios aun en los díaslluviosos”. “Yo no voy a salir con este tiempo”,contestó el tío. Contrariado, el niño preguntó:“¿Puedo ir yo solo, por favor?”. El sacerdote titu-beó y luego contestó: “De acuerdo, pero tencuidado. Aquí tienes las hojas parroquiales”.

“¡Gracias tío!” Y el niño se fue a pesar de la llu-via. Caminó por todas las calles del pueblo,repartiendo las hojas parroquiales a las perso-nas que veía. Después de dos horas caminan-do y, cuando ya sólo le quedaba la última, sedetuvo en una esquina y miró a ver si veía aalguien a quien dársela; pero las calles estabantotalmente desiertas. Entonces se acercó haciala primera casa que vio, tocó el timbre variasveces y esperó a que respondieran.

Después de muchos intentos, finalmente elchico decidió marcharse; pero, al ver luz en laparte de arriba de la casa, volvió a tocar el tim-bre y a golpear la puerta fuertemente con losnudillos. Pese a que nadie respondía, el niñoseguía esperando: algo le hacía aguardar fren-te a la puerta. De nuevo tocó el timbre y estavez la puerta se abrió suavemente. Salió unaseñora de mirada muy triste que le preguntó:“¿Qué puedo hacer por ti, hijo?”.

Con unos ojos radiantes y una inmensa sonri-sa, el niño respondió: “Señora, siento moles-tarla; sólo quiero decirle qquuee DDiiooss rreeaallmmeennttee llaaaammaa.. He venido para darle la última hojaparroquial que me quedaba: habla sobre Diosy su gran amor”. El niño se acercó a ella y trasentregarle el papel se marchó.

El siguiente domingo por la mañana, el sacer-dote estaba en el púlpito y preguntó si alguientenía algún testimonio que quisiera compartir.De la última fila de la iglesia se puso en pie unaseñora mayor. Cuando comenzó a hablar, unamirada radiante y gloriosa brotaba de sus ojos:

“Nadie en esta iglesia me conoce. Nuncaantes había estado aquí; incluso todavía eldomingo pasado no era cristiana. Mi esposomurió hace tiempo y me quedé totalmentesola en este mundo. El domingo anterior fue

un día muy frío y lluvioso, pero también lo fueparticularmente en mi corazón. Ese día lleguéal final del camino, ya que no tenía esperanzaalguna ni ganas de vivir. Cogí una silla y unacuerda y subí al ático de mi casa. Até bien unextremo de la soga a las vigas del techo; mesubí a la silla y puse el otro extremo de la sogaalrededor de mi cuello. Parada en la silla, tansola y con el corazón destrozado, estaba apunto de tirarme cuando de repente escuchéel timbre de la puerta. Pensé esperar un ratopara que quien quiera que fuera se marchase.Esperé y esperé, pero el timbre cada vez eramás insistente, hasta que el desconocidocomenzó a golpear la puerta con fuerza.Entonces me pregunté quién podría ser; jamásnadie tocaba mi puerta ni venían a verme. Porpura curiosidad quise saber quién era. Solté lasoga de mi cuello y fui hasta la puerta, mien-tras el timbre seguía sonaba sin parar. Cuandoabrí la puerta no podía creer lo que veían misojos. Frente a mí estaba el más radiante yangelical niño que jamás había visto. Su sonri-sa, ¡oh!, ¡nunca podré describirla! Las palabrasque salieron de su boca hicieron que mi cora-zón, muerto hace tanto tiempo, volviera a lavida, cuando dijo, ““SSeeññoorraa ,, ssóólloo qquuiieerroo ddeecciirrlleeqquuee DDIIOOSS rreeaallmmeennttee llaa aammaa””..

Cuando el pequeño ángel desapareció <entreel frío y la lluvia, cerré mi puerta y leí cadapalabra del folleto que me dio. Entonces fui alático para quitar la silla y la soga. Ya no lasnecesitaría más. Como ven, ahora soy una hijafeliz de Dios Padre. Como la dirección de laiglesia estaba en la parte de atrás del hojaparroquial, vine personalmente para decirle‘gracias’ a ese pequeño ángel de Dios, quellegó justo a tiempo para rescatar mi vida deuna eternidad en el infierno”.

Todos estaban emocionados en la iglesia. Elsacerdote bajó del púlpito hasta el primerbanco donde estaba sentado el pequeñoángel; tomó a su sobrino en sus brazos y loabrazó entrañablemente. Tal vez no se habíavivido antes en esta iglesia un momento másconmovedor y glorioso.

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Esta oración consiste básicamente en una con-tinua invocación del Nombre de Jesús, de ahísu denominación (oración de Jesús, oración aJesús), cuya fuerza está en lo que dice el librode los Hechos de los Apóstoles: “Quienquieraque invoque el Nombre de Jesús se salvará”(2,21). En el contexto bíblico, el nombre quieredecir lo mismo que la propia persona. El Nom-bre de Jesús salva, cura, aleja y vence a los es-píritus impuros, purificando el corazón.

En la práctica, esta forma de oración consisteen repetir incesantemente la fórmula: “Señor Je-sús, Hijo de David, ten piedad de mí, que soyun pecador” (Lc 18, 38). Es el grito del ciegode Jericó, que implora a Jesús la curación; esla oración del publicano de la parábola, que re-petía desde lejos en el templo: “Dios mío, tencompasión de mí, que soy pecador” (Lc 18,13).

Es también el “Kyrie eleison” —Señor, ten pie-dad— de la liturgia. Las palabras de esta fórmulapueden variar, pero es recomendable atenersea una fija y breve. La oración sencilla de un niño,siempre, conmueve y enternece el corazón delPadre. Una sola frase le bastó al hijo pródigo oal publicano para obtener el perdón de Dios.Solo una palabra llena de fe, despertó la mi-sericordia de Dios y salvó al buen ladrón.

Es conveniente, para buscar el silencio de es-píritu, intentar evitar todos los pensamientos, in-cluso los que parecen buenos; mientras repe-timos en lo más profundo de nuestro corazónlas palabras “Jesús, Hijo de David, ten piedadde mí”. La oración se puede realizar de pie, sen-tado o incluso acostado, invocando al Señor Je-sús, con ferviente deseo y con paciencia ex-pectante, abandonando todo pensamiento.

La oración a Jesús

Santiago R. Sánchez Ruiz

DDe las Iglesias de Oriente y particularmente de laIglesia Ortodoxa Rusa proviene una forma deoración que alcanza gran profundidad, se trata

de la Oración a Jesús, también conocida como“Oración del corazón”. El origen de esta oración seremonta a los tiempos de los Santos Apóstoles, quenos exhortaban a orar ininterrumpidamente: “Orad sincesar” (1T 5,17); “Orando en todo tiempo, con todaoración y súplica en el Espíritu” (Ef 6,18), pues así lohabía recomendado el mismo Señor: “Velad y orad entodo momento” (Lc 21,36).

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En este tipo de oración el corazón posee una nuevadimensión espiritual. Cuando la oración de Jesús, setransforma en oración del corazón, su primer efecto esla iluminación. Los “ojos del corazón” deben, por tanto,abrirse a la luz divina. Así el corazón, queda iluminadoy con él todo el ser. Esta iluminación proviene exclu-sivamente de la gracia, de la acción del Espíritu Santoy, desde luego, tras un arduo trabajo y espera, ya queal encontrarse el corazón también bajo el dominio delpecado y de las tinieblas, es preciso con frecuencia ha-cer frente a esa oscuridad inicial mediante el arrepen-timiento y la penitencia.

La gracia hace reconocer al hombre su pecado, se lopone ante sus ojos y lo mueve a que se juzgue a símismo. Después, poco a poco, esta gracia va trans-formando a cada persona en un ser atento y lleno deternura, en el momento de la oración. El Creador vaobrando la “restauración” del mismo modo que lo haceen la “creación”: una vez que corazón y cuerpo cons-

tituyen una unidad total, se sumergen en Dios, parapermanecer en Él. Por eso los efectos de la

oración del corazón se dejan sentir entoda la persona, tanto en el cuerpocomo en el alma. Si el corazón (laraíz) es santo, todas las ramas loserán también, penetrando lagracia en todos los miem-bros del cuerpo: “Si tu ojo(tu corazón) está sano,todo tu cuerpo estarálleno de luz” (Mt 6,22).Esta luz pura, quetransfigura el cuerpo,no es más que unaanticipación de laResurrección.

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““SSEEÑÑOORR JJEESSÚÚSS,,HHIIJJOO DDEE DDAAVVIIDD,, TTEENNPPIIEEDDAADD DDEE MMÍÍ,, QQUUEESSOOYY UUNN PPEECCAADDOORR””.. EESS EELL GGRRIITTOO DDEELLCCIIEEGGOO DDEE JJEERRIICCÓÓ,,

QQUUEE IIMMPPLLOORRAA AA JJEESSÚÚSS

LLAA CCUURRAACCIIÓÓNN

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CCóómmoo eenncceennddeerr una llama continuaEsto decía Teófanes el eremita (Gueórgui Vasílievich, un obispo oriental del siglo XIX, que se retiró aun eremitorio y alcanzó la santidad, canonizado por la Iglesia Ortodoxa Rusa a finales del siglo XX):

Os explicaré cómo encender en vuestro corazón un continuo hogar de calor. Recordad cómo sepuede producir el calor en el mundo físico: se frotan dos trozos de madera uno contra otro y elcalor viene, luego el fuego; o bien se expone un objeto al sol: se calienta, y se concentran su-ficientemente los rayos sobre él, terminará por inflamarse. De la misma manera se produce elcalor espiritual. La fricción necesaria es la lucha y la tensión de la vida ascética; la exposición alos rayos del sol es la oración interior hecha a Dios.

El esfuerzo ascético por sí solo no inflama fácilmente el corazón, pues hay muchos obstáculosque cierran el camino. Los hombres experimentados en la vida espiritual descubrieron un me-dio de calentar el corazón: es la oración interior que dirigimos, de todo corazón, a nuestro Se-ñor y Salvador.

He aquí cómo se la debe practicar: permaneced con vuestro intelecto y vuestra aten-ción en el corazón, persuadidos de que el Señor está cerca y os escucha, ysuplicadle con fervor : “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí,que soy un pecador”. Haz esto constantemente, ya sea cuando estéisen la iglesia, en casa, en viaje, en el trabajo, en la mesa o en el le-cho, en una palabra, desde el momento en que abrís los ojoshasta que los cerréis para dormir. Será exactamente como simantuvierais una conversación, un objeto bajo el sol, puesse trata de manteneros vosotros mismos ante la faz del Se-ñor que es el sol del mundo espiritual.

Al principio deberéis fijar un momento bien determinado,por la mañana o la tarde, para consagrarlo exclusiva-mente a esta oración, por ejemplo, dedicando quinceminutos todos los días a esto en la oración de la ma-ñana. Luego descubriréis que la oración comienza a darsu fruto, se apodera de vuestro corazón y se arraigaráprofundamente en él. Cuando todo esto se hace concelo, sin negligencia ni omisión, el Señor mira a su ser-vidor con misericordia y enciende un fuego en su cora-zón; ese fuego demuestra con certeza que la vida espiri-tual se ha despertado en lo más secreto de vuestro ser yque el Señor reina en vosotros.

Ese calor constante de la oración es la verdadera respira-ción de esta vida, de tal modo que el progreso en nues-tro peregrinaje espiritual se detiene cuando se extingueese calor interior, igual que la vida del cuerpo seextingue cuando cesa la respiración natural.

LLAA OORRAACCIIÓÓNN SSEENNCCIILLLLAA DDEE UUNN NNIIÑÑOO,, SSIIEEMMPPRREE,, CCOONNMMUUEEVVEE YY EENNTTEERRNNEECCEE EELL CCOORRAAZZÓÓNN DDEELL PPAADDRREE

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rev i s t a p a ra l a n ueva evange l i za c i ó n

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La fe de dosmilitaresIgnacio Barrios Plaza

HHay dos centuriones en los evan-gelios que dan fe en la condi-ción de Jesús como Hijo de

Dios: uno es el que le pide que cure asu criado enfermo; el otro, quien des-pués de morir certifica su muerte:“Verdaderamente este hombre era Hijode Dios” (Mc 15,39).De los cuatroactos de fe más importantes que nosofrecen los Evangelios, dos son profe-sados por militares ¡y del ejército inva-sor! (lo cual, si cabe, le da un mayorrealce y no ha dejado nunca de asom-brarme). Sublime es el acto de fe quenos ofrece San Pedro cuando, arequerimiento de Jesús, le proclamacomo “Cristo, el hijo de Dios vivo” (Mt16,16), respuesta que resume la ense-ñanza que de Él había recibido, y quenos descubría que, por primera vez, undiscípulo había entendido todo y alcan-zado a ver que era verdaderamenteHijo de Dios, aunque no fuese la carnela que se lo revelase. Pero ¡claro!, Pedroera discípulo directo del Maestro y vivíacon Él. Su gran mérito era haber sido elúnico apóstol que le supo contestar.

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el buen ladrón,, DDiimmaassNo menos grandioso y emotivo es el acto defe realizado por el buen ladrón, a quien cono-cemos por San Dimas, quien en las puertas mis-mas de la muerte y después de una atroz ago-nía, no duda en recriminar al otro delincuente,que sufría también los horrores de la crucifixióny se mofaba de Jesús con los mismos in-sultos del populacho: “Acuérdate de mícuando vayas a tu Reino” (Lc 23,42).

Maravilloso acto de fe y esperanza a la vez,que surgía de la profunda convicción de queJesús es el Rey de los judíos, por lo tanto elMesías, luego Dios; que precisamente fue loque, burlándose, le negaban los judíos quepresenciaban su calvario.

Fe completamente recompensada con la pro-mesa de Jesús: “Yo te aseguro: hoy estarás con-migo en el Paraíso”. Pero Dimas era judío ycomo tal esperaba desde siempre la llegadadel Mesías.

Sin embargo, para un romano, el llegar a creeren algún momento con la fe que profesaban

los judíos, era muy difícil; no porque nofuesen tolerantes con las religiones de lospueblos conquistados, pues de muchosde ellos habían acogido a sus dioses, alos que agregaban tranquilamente a laslargas listas de deidadespropias y

extrañas,sino que, precisa-

mente por eso, no podían creeren una religión que preconizaba ta-jantemente que solo existía un Dios,por lo que todos los demás eran fal-sos, incluido el César, a quien se leatribuía una particular divinidad. Ymás nos sorprende que militares decierta graduación, como eran loscenturiones destacados en el paísde los judíos, aceptasen sin más aun Dios único, no romano además,si no era debido a un completoconvencimiento.

““YYOO TTAAMMBBIIÉÉNN TTEENNGGOOMMAANNDDOO YY CCUUAANNDDOO

LLEE DDIIGGOO AA UUNN LLEEGGIIOONNAARRIIOO QQUUEE HHAAGGAA

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EELL PPOODDEERR ((……)),, LLEE EESSTTÁÁIINNSSIINNUUAANNDDOO AA JJEESSÚÚSS

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no soy digno de queeennttrreess eenn mmii ccaassaaY así encontramos que son dos centurionesquienes dan fe de la divinidad del Maestro. Elprimero le pide a Jesús que cure a su criadoque está a punto de morir. Su fe es tan grandeque le dice que no es necesario que vaya hastasu casa, pues le basta simplemente con decir“hágase” para que su criado se salve.

“Yo también tengo mando y cuando le digo aun Legionario que haga ésto o aquello, lo hace”(Mt 8,9). Tú tienes el poder de hacer un mila-gro, que solo un dios puede hacer, le está in-sinuando a Jesús. Pero no era un dios comoJúpiter o Marte, no. Era Dios, el de los judíos,el Único. Pues sabía que sólo a uno seguiríanestos: al Mesías que había de venir, al Cristo.

Siempre me ha impresionado la contestaciónde este centurión, compañero mío de armas.Pero me ha impresionado más el pensar quela Iglesia haya conservado sus palabras —Señor,no soy digno de que entres en mi casa, perouna palabra tuya bastará para salvarme (Mt8,8)— para ese momento tan sublime de laSanta Misa, cuando se va a recibir el Cuerpo deCristo en la comunión, como un acto íntimo ycolectivo de contrición. No en vano Jesús se ad-miró diciendo que ni en su pueblo había vistouna fe tan grande.

Otro Centurión —quizás llamado Longinos y qui-zás de la Bética— mandaba el pelotón de eje-cución en el Calvario. Cumpliendo con su de-ber, y sin saberlo, estaba siendo el artífice de laObra de Dios, efectuando escrupulosamente loque habían dicho los profetas sobre la Reden-ción del Hijo del Hombre: iba a realizar la se-gunda proclamación de su divinidad.

Efectivamente, él ordenó que le diesen a be-ber hiel y vinagre, que no le quebrasen los hue-sos y que le atravesasen el costado, manandoal instante agua y sangre... ¡precisamente lo queestaba escrito! Pues bien, de sus labios salie-ron las palabras más categóricas de toda aque-lla tragedia: “Verdaderamente este hombre erael Hijo de Dios”.

curtido en mil bbaattaall llaassÉl, que había participado con sus chanzas —qui-zás por su jerarquía no lo hiciese—, que habíavisto hundido a aquel hombre que se auto-proclamaba Dios, que había hecho cumplir aconciencia la orden de Pilatos de azotarlo cruel-mente, creyendo que el pueblo de Jerusalén seconformaría con este atroz castigo y así le sal-varía la vida, que lo vio humillado con una cañaen la mano como cetro y una corona de espi-nas; él, que tenía el corazón curtido en mil ba-tallas, no tiene reparos en manifestar en voz alta,haciéndose oír a través de los truenos y tem-blores de tierra, que ese pobre hombre, esa pil-trafa humana, es nada más y nada menos queDios. No dijo éste es el dios de los judíos, niun dios, dijo sencillamente: Dios. ¡Y acertó!

Téngase en cuenta que una de sus misiones eraser fedatario de que Jesús había muerto, ya quePilatos, extrañado de que con sólo seis horas decrucifixión estuviera ya muerto, lo requiere paraque le atestigüe su fallecimiento y así poder en-tregar el cuerpo a José de Arimatea. ¿Quién loiba a saber mejor? Pues no sólo el centurióncertificó al pretor y al mundo entero que habíamuerto —condición sine qua non para que pu-diese resucitar, lo que constituye la columna ver-tebral de la fe cristiana—, sino que testificó, por

los siglos de los siglos —y por eso lo dejaron escrito

los evangelistas— que este hom-bre que acababa de morir, era el Hijo

de Dios, del Dios Único de Israel y del orbe.Era Dios, era Cristo el Mesías.

Dos de cuatro. Dos autos de fe, de militares,entre los más claros e impactantes que nos de-jaron los Evangelios.

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VVEERRDDAADDEERRAAMMEENNTTEEEESSTTEE HHOOMMBBRREE EERRAA EELL HHIIJJOO DDEE DDIIOOSS

EESSEE PPOOBBRREE HHOOMMBBRREE,, EESSAA PPIILLTTRRAAFFAA HHUUMMAANNAA,, EESS NNAADDAA MMÁÁSS YY NNAADDAA MMEENNOOSSQQUUEE DDIIOOSS.. NNOO DDIIJJOO ÉÉSSTTEE EESS EELL DDIIOOSS DDEE LLOOSS JJUUDDÍÍOOSS,, NNII UUNN DDIIOOSS,, DDIIJJOO SSEENNCCIILLLLAAMMEENNTTEE:: DDIIOOSS.. ¡¡YY AACCEERRTTÓÓ!!

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TREINTA MIL JINETESÁRABES EN EL HORIZONTEEryel Martínez Quero

SSaann JJuuaann ddee AAccrree,, Tierra Santa, 1291 d.C.

AApesar de encontrarnos en unrecinto insuficiente para alber-gar a los más de seiscientos

caballeros que allí quedábamos, elsilencio era total y absoluto. Tansólo, y muy de vez en cuando, unosligeros carraspeos, casi mudos,rompían el ambiente de tensa espe-ra. Algún que otro ruido metálico alchocar entre sí alguna de las armas,o el simple roce de éstas con lapesada armadura que portabantodos y cada uno de mis hermanos,hacía que se miraran entre sí, mez-cla de miedo y enfado, como sipudieran ser escuchados por unenemigo al que no veían, pero quesentían y sabían muy cercano.Todos sin excepción, como si deun único cuerpo se tratara, esperá-bamos con ansiedad la entrada delGran Maestre, Jacques de Molay,para darnos las últimas instruccio-nes. Quizá el concepto de últimas,ahora mejor que nunca, tenía todoel significado claro de que nues-tras vidas estaban pendientes deuna última acción. Yo, Xacobo deGriñón, doy fe de ello.

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El calor era sofocante. Las bocas secas, la humedaddel recinto y el miedo, hacían que las gargantas delos templarios fueran brasas encendidas, aunque mu-cho peor era la quemazón que sentíamos en nues-tros ojos. El ambiente irrespirable por momentos noera motivo para que no persistiéramos en la con-centración. Con los músculos tensos, abrazados a lan-zas, o sujetando con firmeza la espada, los caballe-ros parecían ni sentir ni padecer la escasez de aguaque refrigerara sus secas gargantas y animara losmiembros sudorosos, cansados y repletos de heri-das ya cicatrizadas, herencia de más de cien batallasen tierra extranjera, la soñada Tierra Santa…

A escasos tiros de piedra de las murallas de la forta-leza Templaria de Acre, último bastión cristiano en tie-rras de “outremere”, cerca de cien mil infantes y otrostreinta mil jinetes árabes se mantenían firmes, a laespera de la señal de ataque frontal contra la mura-lla más dañada del castillo infiel. Expertos ingenieros,mandados por la mano firme del sultán Al-Ashraf, fue-ron minando como efectivas termitas los cimientosde las cuatro torres, antes imponentes y aparente-mente indestructibles, que coronaban cada esquinade la fortaleza. Cayó cual castillo de naipes sin quese pudiera hacer nada por evitarlo.

Dentro del recinto aún amurallado esperaban mil ca-balleros templarios, junto a poco más de mil solda-dos, incluidos jóvenes, y también niños, a los que seles había instruido en una elemental táctica de gue-rra defensiva cuerpo a cuerpo. El noble francés Pie-rre de Sivry, junto conmigo, nos ocupamos de darleslas instrucciones y las armas suficientes para que, almenos, pudieran matar a uno de los sarracenos an-tes de caer abatidos de muerte. Cuando el templa-rio Pierre dio una última palmada de ánimo a cadamozalbete, no pudo menos de dejar caer unas sin-ceras lágrimas, más por impotencia que por tristeza.Les estaban guiando a una muerte segura.

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Pocos días antes pudieronenviar todos los barcos dis-ponibles a la cercana isla deChipre. Barcos repletos demujeres, ancianos y niños,con la confianza de que pu-dieran llegar sanos y salvos alpuerto chipriota de Limassol.La disposición de la fortalezacon dos lados orientados almar y el tercero de frente aldesierto, proporcionaba laposibilidad de poder acer-carse, de momento, sin pro-blemas a los barcos que atra-caban a la vera del castillotemplario.

Otros cuatrocientos ca-balleros, repartidos porlo poco que quedabaen pie de las mura-llas, observaban conclaro estupor y, por

qué no, miedo el paisaje quetenían delante de sus ojos:una verdadera alfombra com-puesta por decenas de milesde sarracenos dispuestos alataque. Comprobaron cómoiban preparando las catapul-tas para poder arrojarles elfuego griego, pedruscos ycualquier material que consi-guiera erosionar aún máslos, hasta hace unos escasosdías, inexpugnables muros.

Todos y cada uno de los no-bles templarios éramos cons-cientes de que nosotros, ynadie ni nada más, éramosel último obstáculo que im-pedía a los musulmanes serlos amos de toda TierraSanta. Cuando apenas tressemanas antes nos llegó uncorreo, en manos de un sar-gento templario herido demuerte, con las últimas noti-cias sobre la suerte de la for-taleza de los hermanos Hos-pitalarios de Krak de losCaballeros, en el interior dePalestina, justo entre Tortosay Trípoli, también vecinas almar, comprendimos que el si-guiente objetivo de la todo-poderosa fuerza del nuevo

sultán éramos nosotros,

en San Juan deAcre. No nos sor-prendió saber queno había habido super-vivientes entre las filas hospi-talarias. Todos fueron cayendosalvajemente atacados y eje-cutados, cual si de animalesde corral se tratara. Una breveoración por sus almas y, deforma automática, toda lamaquinaria organizativa tem-plaria se puso manos a laobra para esperar el más queseguro inminente ataque.

Los seiscientos caballeros delinterior seguíamos espe-rando, por instrucciones di-rectas del Gran Maestre, en-cerrados dentro del Templo;armados y listos para sopor-tar el definitivo asalto sarra-ceno. La intención no era otraque tratar de conseguir queel ataque fuera lo más linealposible. Los caballeros del ex-terior, dispuestos en forma decuña invertida, deberían ha-cer que la línea imaginaria delataque se fuera reduciendoen su parte más adelantadapara que, conforme avanzara,se fuera estre-chando la línea deataque enemigo.

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De esa forma los caballerosencerrados podrían aplacar elempujón sarraceno y conse-guir que cada templario pu-diera abatir al menos a quinceenemigos antes de caer alsuelo.

Hasta ahora, no hubo jamás laintentona por parte musul-mana de atacar ningún en-clave templario si no era conuna superioridad de cien auno. Ni si quiera en su época,Saladino, enemigo, y la vezgran admirador de la fuerza yorganización del Temple, osóno cumplir a rajatabla esa pre-misa previa a cualquier ataque.

Unos metros más allá dedonde permanecíamos ence-rrados los nobles caballeros,Jacques de Molay estaba sen-tado apoyando sus brazos enla mesa de madera de roble

repleta de pergaminos y ma-pas. Su mirada estaba fija enel comendador de Chipre, elnoble de origen inglés, segúnse decía, Luth Fertinac, delcondado de York.

El Gran Maestre no dabacrédito a lo que estabaoyendo. Sir Luth le trataba deanimar y convencer di-ciendo que la mejor manerade salir con éxito y evitar unamasacre era ceder todas lasriquezas y tesoros del Tem-ple al rey de Francia Felipe elHermoso. Con esa riquezaestaba dispuesto a crear laúltima y definitiva cruzadaque salvara para siempreTierra Santa de las manos delos enemigos de la IglesiaCatólica. De hecho ya habíaconseguido los contactos su-ficientes con los reinos deAragón e Inglaterra. Tan sólobastaba una firma del GranMaestre en el pergaminoque tenía delante para quetodo se pusiese en marcha.

De Molay dudaba en su inte-rior. Sabía que por muy rápidoque pudiera actuar el comen-dador, cuando llegaran no ha-bría más que cadáveres portodo San Juan de Acre. Tododependía de él, del GranMaestre. Tantos y tantos añosde lucha, de oración, de orga-nización, de batallas entabladaspor los templarios dependíande que con una simple firmatodo fuera a parar a manos aje-nas al Temple. Su mente du-daba, mientras su mano dere-cha acariciaba la empuñadurade su espada. Intentaba rezar,

pedir a Dios que le diera luces,pero sin saber por qué, sentíaque Dios había abandonadoesa habitación. Sólo estaban él,Sir Luth y la decisión que de-bía tomar de inmediato.

Un ruido de tambores empezóa sonar de forma rítmica, ha-ciendo que los corazones detodos los habitantes de Acredieran un fuerte vuelco dentrode sus pechos. Mis hermanoscaballeros dispuestos en el ex-terior vieron como la alfombrahumana empezaba a tomarvida, acercándose lentamentehacia las murallas.

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fuerza en la mirada

"La mirada joven"

Mi nombre es Rocío, tengo 18 años y quiero contaros una historia un poco especial: lamía. Quizás muchos os estéis preguntando: “Y a mí, ¿qué? ¿Qué tiene ésta que ver con-migo?” Muy fácil.

Yo he sido alumna de La Salle. En este centro he cursado todo el bachillerato, he esta-do en las aulas en las que estáis vosotros ahora, he paseado por vuestros pasillos y,como algunos haréis en junio, me he enfrentado a la selectividad. Pero empecemos porel principio:

Comencé 1.° de Bachillerato con 16 años, como la gran mayoría de vosotros. Terminéel curso con muy buenas calificaciones que me permitían aspirar a cualquier carrera.

Empecé 2.° con energías renovadas ycon mi objetivo marcado: quería estu-diar Comunicación Audiovisual. Meenteré de que la Universidad Franciscode Vitoria concedía becas a la excelen-cia académica; es decir, si en bachille-rato tienes una media superior a 9, tepagan la carrera. Segundo fue un cursomuy duro para mí, en el que tuve queesforzarme al máximo. Me dejé la piely, finalmente, me concedieron la beca.

Pero no todo en mi vida eran estudios.Mi grupo de amigos, por ejemplo, seconvirtió en un pilar fundamental paramí. Siempre estuvieron cuando losnecesité, me apoyaron, me animaron ytambién me ayudaron a desconectar.

Otro punto importante fue el volunta-riado. Sí, el verano pasado viajé a Perúun mes con el colegio. Fue una expe-riencia increíble que recomiendo a todoel mundo. Así pues, los que estáis ahorapreparándoos, ¡ánimo! ¡Merece lapena!

LLlleevvoo ccuuaattrroo aaññooss hhuuyyeennddoo yy eessttooyy hhaarrttaaddee ccoorrrreerr mmiirraannddoo aattrrááss

Fachada del Convento de San Blas Dominicas de Lerma

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fuerza en la mirada

En fin, resumamos. Se puede decir quelo tengo todo en esta vida, ¿no creéis?Estudio lo que quiero, donde quiero, lacarrera me va estupendamente, tengo unmontón de amigos extraordinarios, heviajado a Perú, a Roma, a Sydney..., meespera un futuro prometedor y envidia-ble... ¡Tengo todo lo que una personajoven puede desear! Lo tengo todo y, sinembargo..., hay un vacío en mí que no helogrado llenar con nada de eso. ¿Conoces

esa sensación de vacío, de que te falta algo, de que hay algo dentro de ti que te pidemás? ¿Te has preguntado alguna vez por el sentido de tu vida? Y después, qué? ¿Quéhay detrás de todo esto?

Yo me hacía constantemente estas preguntas, pero no quería saber la respuesta. Teníamiedo, mucho miedo. Pero ya me he cansado. Llevo cuatro años huyendo y estoyharta de correr mirando hacia atrás. Ha llegado el momento de enfrentarme a ello.

A principios de este mes firmé mi solicitud de baja de la Universidad. He dejado lacarrera y he renunciado para siempre a mi beca. ¿Por qué? Porque Alguien me hamirado a los ojos y me ha dicho: “Déjalo todo... y sígueme”

Él ha estado mucho tiempo esperándome y yo he estado mucho tiempo huyendo.Pero llega un momento en el que no puedes más. ¿Por qué conformarte con cachitosde felicidad si puedes lograr la felicidad completa? Me niego a ser como el joven ricoque lo tenía todo... y se marchó triste. ¡Yo quiero ser feliz! Ya lo soy en realidad... Sí,queridos amigos; ya he tomado mi decisión y he decidido ser feliz. Este sábado, 21de noviembre he ingresado en el convento de las dominicas de Lerma, convento declausura. Y ¡ojalá me hubiera rendido antes! Tengo ahora una paz y una alegría queno cambio por nada. ¿Qué se puede esperar, teniendo el mejor novio del mundo?

A mí me ha costado cuatro años, pero, compañeros, compañeras: ¡Cristo está vivo!¡Y te ama con locura! Puedes escupirle, insultarle...; y Él no dejará de amarte. Y tequiere así, tal como eres. Él no te ama a pesar de tus errores, tus problemas. ¡Te amaprecisamente por ellos! ¡Cristo ama tu debilidad!

No quiere que seas perfecto, que no caigas nunca, ¡no! Cuando caigas, Él quiere ayu-darte a levantar. Ya lo decía San Pablo: “Cuando soy débil, entonces soy fuerte” ocomo dice el Señor: “Mi fuerza se realiza en tu debilidad”. Es, simplemente, unacuestión de trabajo en equipo. No es que uno trabaje y Otro mire, o al revés. Los dostienen que poner de su parte, remar juntos hacia un mismo destino.Así pues, ¡no ten-gáis miedo de Cristo! Si Él te promete la felicidad es porque puede dártela. ¡Es unAmigo que nunca falla!

Os espero en el convento de las dominicas de Lerma.

Rocío

Dominicas de Lerma

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Ya se está organizando la cita de Be-nedicto XVI con los jóvenes de todoel mundo; en el año 2008 fue en Sid-ney, esta vez toca en casa, en España.Desde que Juan Pablo II inició estaJornada con los jóvenes, por primeravez en Roma, en el año 1984 , dichoacontecimiento no ha dejado de sor-prender y afianzar la fe de los queallí han concurrido. El número de losparticipantes también ha ido in cres-cendo, y si en la primera Jornada Mun-dial de la Juventud (Basílica de SanJuan de Letrán, Roma) hubo cincuentamil jóvenes, para esta Jornada de 2011se espera un número no inferior a dosmillones de peregrinos.Según Yago de la Cierva, director deComunicación de la JMJ, “lo peculiarde que esta Jornada se desarrolle enMadrid, va a ser precisamente quetiene lugar en un país que ha sidosiempre fiel a la Iglesia Católica. Esun país que ha transmitido la fe a mu-chos continentes, la mayoría de loscatólicos de todo el mundo hablan es-pañol, precisamente porque han sidoevangelizados por españoles y nos gus-taría recuperar ese espíritu misio-nero. A veces se piensa que los mi-sioneros eran gente mayor, que iba apredicar fuera; y no, los misioneroseran gente de menos de 25 años. Nosgustaría recuperar ese espíritu y pre-sentarlo a los jóvenes de hoy”.Otra característica de la Jornada Mun-dial de Madrid es que realmente elinstrumento fundamental de comunica-ción va a ser Internet. En Sydney yase empezó, pero se prevé que en la JMJ2011 se consolide el uso de las nue-vas tecnologías. Será muy fácil estaren contacto, recibir las informacio-nes, aprovechar el teléfono, las ter-minales para recibir las traduccionesde las palabras del Santo Padre, losmensajes de la organización, etc.

La Jornada Mundial acogerá a jóvenescon inquietudes espirituales, cató-licos y no católicos, cristianos y nocristianos, que, a su vez, tengan in-terés por saber cómo viven, qué pien-san, qué experiencias tienen estosque se declaran católicos y que ma-nifiestan su alegría y su comunión aquien quiera escucharles. Dice Yago de la Cierva: “Van a serdías de fiesta, sí; pero vamos a in-tentar que haya de todo. Que hayaoración, catequesis, cultura, diver-sión, adoración eucarística…: que sevea que no existe contradicción en-tre la alegría que tenemos y nuestracreencia en Dios; esta es la imagende la Iglesia que queremos transmi-tir y vamos a mostrar el rostro másbello de la Iglesia, que son los jó-venes, para presentar a Jesucristo.Serán los mismos jóvenes los que nostransmitirán su fe”.

ddaattooss ccoonnccrreettoossLa participación en la Jornada Mundialde la Juventud Madrid 2011 es gra-tuita: cualquier persona puede asis-tir a los actos centrales de la JMJ(Misa de inauguración, ceremonia debienvenida al Papa, Via Crucis delviernes, Vigilia nocturna del sábado20 y Misa de envío del domingo 21 deagosto), donde habrá zonas habilita-das para los no inscritos. Pero se re-comienda vivamente la inscripción,como manifestación de solidaridad conlos demás participantes, para facili-tar la logística y contribuir a losgastos del evento.El plazo para inscribirse en la JMJse abrirá el 1 de julio de 2010.La JMJ Madrid 2011 ofrece seis moda-lidades de inscripción:

MMaaddrriidd,, ddeell 1166 aall 2211 ddee aaggoossttoo ddee 22001111

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fierza en la mirada

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MMooddaalliiddaadd SSEEMMAANNAA CCOOMMPPLLEETTAA ((AA)), desde el lunes 15 por la tarde hasta ellunes 22 por la mañana:1) Paquete A1: incluye el alojamiento y las comidas (desayunos, almuerzos

y cenas).2) Paquete A2: incluye las comidas pero no el alojamiento.3) Paquete A3: incluye el alojamiento pero no las comidas..4) Paquete A4: no incluye ni comidas ni alojamiento.

MMooddaalliiddaadd FFIINN DDEE SSEEMMAANNAA ((BB)),, desde el viernes 19 por la tarde al domingo 21por la tarde:5) Paquete B1: incluye alojamiento y comidas.6) Paquete B2: no incluye ni alojamiento ni comidas.

Todas las modalidades de inscripción incluyen seguro de accidente, trans-porte público durante la semana de la JMJ, mochila del peregrino (con ellibro para las ceremonias, gorro y camiseta, guía de Madrid y demás com-plementos), entrada gratuita a las actividades culturales del Festival dela Juventud (conciertos, exposiciones, visitas a museos, etc.), y accesoprioritario a las zonas reservadas para inscritos en los actos centralesde la JMJ.

La noche del 20 al 21 de agosto de 2011, después de la celebración de la Vigilia, los participantes pernoctarán al aire libre en el recinto de Cuatro Vientos.

Se recuerda que los peregrinos tienen completa libertad para organizarse como lo deseen: pue-den solicitar alojamientos a la organización, o si prefieren alojarse en hoteles, acudir a Viajes ElCorte Inglés, agencia oficial de viajes de la JMJ, o como estimen más conveniente.

fuerza en la mirada

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CCoonnttrriibbuucciioonneess eeccoonnóómmiiccaass

Las contribuciones a la JMJ en función de los servicios solicitados son las siguientes:

AA11 AA22 AA33 AA44 BB11 BB22

PPaaíísseess Semana Todo Todo Ni comida Fin de Fin semana

Todo menos menos ni alojamiento semana sin comida

incluido alojamiento comida Todo incl. ni alojamiento

GGrruuppoo AA 210,00 € 192,00 € 151,00 € 133,00 € 90,00 € 45,00 €

GGrruuppoo BB 163,00 € 150,00 € 117,78 € 103,74 € 70,00 € 40,00 €

GGrruuppoo CC 122,00 € 111,00 € 87,00 € 77,00 € 52,00 € 30,00 €

A estas cantidades se añade un donativo de 10 €€ como contribuciónvoluntaria al Fondo de Solidaridad, constituido para facilitar la partici-pación de jóvenes de países con dificultades económicas.

Páginas Web interesantes sobre:COOPERACIÓN, ALBERGUES, CARNÉS...Centros de Información Juvenil en España: para saber dónde se encuen-tran los distintos centros de información juvenil de las comunidades autóno-mas.Juventud y Europa: en esta página podréis hallar información sobre progra-mas relacionados con los jóvenes y Europa (los programas Leonardo, Sócrates,etcétera), sobre voluntariado europeo y temas similares.Juventud con Europa: página del INJUVE (Instituto de la Juventud) dedicadatambién al tema Juventud y Europa. Red de albergues: el INJUVE informa sobre los albergues españoles. Muy interesante si quieres viajar barato.Federación Internacional de Albergues.Carnés para jóvenes: lo que hay que saber sobre ellos desde el propio INJUVEJóvenes cooperantes: si estás interesado en la cooperación para el desarro-llo en esta página del INJUVE te dicen dónde puedes informarte.

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fuerza en la mirada

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LLaa vviiddaa hhuummaannaattiieennee uunn vvaalloorriinnttrríínnsseeccooExtracto del discurso pronunciado por el Papa Benedicto XVI el 13 de febrero de2010, al recibir en audiencia a los participantes en la XVI Asamblea General de laPontificia Academia para la Vida, que lleva por tema Bioética y Ley Natural

LLas problemáticas que giran en torno al tema de labioética permiten verificar cómo las cuestionessubyacentes en ella ponen en primer plano la

cuestión antropológica. Como afirmo en mi últimaCarta encíclica “Caritas in veritate”:

“En la actualidad, la bioética es un campo prioritario ycrucial en la lucha cultural entre el absolutismo de latécnica y la responsabilidad moral, y en el que está en

juego la posibilidad de un desarrollohumano e integral. Éste es un ámbi-to muy delicado y decisivo, dondese plantea con toda su fuerza

dramática la cuestión fun-damental: si el hom-bre es un productode sí mismo o sidepende de Dios.

Los descubrimientos cien-tíficos en este campo y las posibilidades de una inter-vención técnica han crecido tanto que parecen imponerla elección entre estos dos tiposde razón: una razón abierta a latrascendencia o una razón ence-rrada en la inmanencia” (n. 74).

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luz para el mundo

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luz para el mundo

Las cuestiones de bioética ponena menudo en primer plano la re-ferencia a la dignidad de la per-sona, un principio fundamentalque la fe en Jesucristo Crucificadoy Resucitado ha defendido desdesiempre, sobre todo cuando esdesatendido de cara a los sujetosmás sencillos e indefensos. Tam-bién la bioética, como toda dis-ciplina, necesita de una referen-cia capaz de garantizar unalectura coherente de las cuestio-nes éticas que, inevitablemente,surgen ante posibles conflictos in-terpretativos. En este espacio seabre la referencia normativa a laley moral natural. El reconoci-miento de la dignidad humana, dehecho, en cuanto derecho inalie-nable, encuentra su fundamentoprimero en esa ley no escrita pormano de hombre, sino inscrita porDios Creador en el corazón delhombre, que todo ordenamientojurídico está llamado a reconocercomo inviolable y cada personadebe respetar y promover (cfr. Ca-tecismo de la Iglesia Católica, nú-meros 1954-1960).

Sin el principio fundador de la dig-nidad humana, sería arduo en-contrar una fuente para los de-rechos de la persona e imposiblellegar a un juicio ético sobre lasconquistas de la ciencia que in-tervienen directamente en la vidahumana. Es necesario, por tanto,repetir con firmeza que no existeuna comprensión de la dignidadhumana ligada sólo a elementosexternos como el progreso de laciencia, la gradualidad de la for-mación de la vida humana o elpietismo fácil ante situaciones lí-mite. Cuando se invoca el respetopor la dignidad de la persona esfundamental que éste sea pleno,total y sin condicionantes, excepto

los de reconocer encontrarsesiempre ante una vida humana.Ciertamente, la vida humana co-noce un desarrollo propio y el ho-rizonte de investigación de laciencia y la bioética es abierto;pero es necesario reafirmar que,cuando se trata de ámbitos rela-tivos al ser humano, los científi-cos no pueden pensar nunca quetienen en mano sólo materia in-animada y manipulable. De he-cho, desde el primer instante, lavida del hombre se caracteriza porser vida humana y por esto por-tadora siempre, en todas partes ya pesar de todo, de dignidad pro-pia (cfr. Congregación Para la Doc-trina de la fe, Instrucción “Digni-tas personae” sobre algunascuestiones de bioética, n. 5).

Contrariamente, estaremossiempre en presencia del peligrode un uso instrumental de laciencia, con la inevitable conse-cuencia de caer fácilmente en ellibre arbitrio, en la discriminacióny en el interés económico delmás fuerte.

Conjugar bioética y ley moral na-tural permite verificar lo mejorposible la necesaria e inelimina-ble referencia a la dignidad quela vida humana posee intrínse-camente desde su primer ins-tante hasta su fin natural. Encambio, en el contexto actual,aun surgiendo con cada vez ma-yor insistencia la justa reclama-ción a los derechos que garanti-zan la dignidad de la persona, senota que no siempre estos de-rechos son reconocidos a la vidahumana en su desarrollo naturaly en los estadios de mayor de-bilidad. Una semejante contra-dicción hace evidente el com-promiso que hay que asumir en

los diversos ámbitos de la so-ciedad y de la cultura, para quela vida humana sea reconocidasiempre como sujeto inalienabledel derecho y nunca como ob-jeto sometido al arbitrio del másfuerte.

La historia ha mostrado cuán pe-ligroso y deletéreo puede llegara ser un Estado que procede alegislar sobre cuestiones que to-can a la persona y a la sociedad,pretendiendo ser él mismofuente y principio de la ética. Sinprincipios universales que per-mitan constatar un denominadorcomún para toda la humanidad,el riesgo de una deriva relativistaa nivel legislativo no debe serminusvalorado (cfr. Catecismode la Iglesia Católica, n. 1959).La ley moral natural, fuente desu propio carácter universal, per-mite conjurar este peligro y so-bre todo ofrece al legislador lagarantía para un auténtico res-peto, tanto de la persona comodel entero orden de la creación.Ésta se pone como fuente cata-lizadora de consenso entre per-sonas de culturas y religionesdistintas y permite ir más allá delas diferencias, porque afirma laexistencia de un orden impresoen la naturaleza por el Creadory reconocido como instancia deverdadero juicio ético racionalpara perseguir el bien y evitar elmal. La ley moral natural “per-tenece al gran patrimonio de lasabiduría humana, que la Reve-lación, con su luz, ha contribuidoa purificar y a desarrollar ulte-riormente” (cfr. Juan Pablo II,Discurso a la Plenaria de la Con-gregación para la Doctrina de laFe, 6 de febrero de 2004).

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entretenimiento

CCrriissiiss ccoonn bbuurrrroossLe pidieron a un financiero que explicara la crisisde modo sencillito, para entenderla. Y éste fue surelato: Un comerciante se dirigió a una aldeadonde nunca había estado antes y ofreció a sushabitantes 100 euros por cada burro que le ven-dieran. Una parte de la población le vendió susanimales. Al día siguiente volvió y ofreció 150euros, por cada burrito, y otra parte de la pobla-ción vendió los suyos. Y a continuación ofreció300 euros y el resto de la gente le vendió los últi-mos burros...

Al ver que no había más animales, ofreció 500euros por cada burrito, dando a entender que loscompraría a la semana siguiente, y se marchó.

Pero, al día siguiente, mandó a su ayudante a laaldea con los burros que había comprado antes...para que los ofreciera, a quien quisiera comprár-selos, a 400 euros cada uno.Ante la posible ganancia, a la semana siguiente,todos los aldeanos recompraron sus burros por400 euros; y quien no tenía el dinero lo pidióprestado... De hecho, incluso, compraron todoslos burros de la comarca.Como era de esperar, el ayudante desapareció,igual que el comerciante. Y nunca más volvieronpor allí.Resultado: la aldea quedó llena de burros. Y, ade-más, todos endeudados.

-- AA AAPPRREECCIIAARR UUNN TTRRAABBAAJJOO BBIIEENN HHEECCHHOO::“Si os vais a matar, hacedlo afuera. Acabode limpiar”.

-- RREELLIIGGIIÓÓNN:: “Reza para que esta mancha salgade la alfombra”

-- RRAAZZOONNAAMMIIEENNTTOO:: “Porque yo lo digo.

Por eso... y punto”.

-- PPRREEVVIISSIIÓÓNN:: “Asegúrate de que llevas ropainterior limpia, por si tienes un accidente”.

-- IIRROONNÍÍAA:: “Tú sigue llorando, verás como te doyuna razón para que llores de verdad”.

-- AA AAHHOORRRRAARR:: “Guárdate las lágrimas paracuando yo me muera”.

-- ÓÓSSMMOOSSIISS:: “Cierra la boca y come”.

-- CCOONNTTOORRSSIIOONNIISSMMOO:: “Mira la suciedad quetienes en la nuca, vuélvete”.

-- FFUUEERRZZAA DDEE VVOOLLUUNNTTAADD:: “‘Te vas aquedar sentado hasta que te comas todo”.

-- MMEETTEEOORROOLLOOGGÍÍAA:: “Parece que ha pasado unhuracán por tu cuarto”.

-- VVEERRAACCIIDDAADD:: “Te he dicho un millón de vecesque no seas exagerado”.

-- MMOODDIIFFIICCAACCIIÓÓNN DDEE PPAATTRROONNEESS:: “Deja deactuar como tu padre”.

-- VVEENNTTRRIILLOOQQUUIIAA:: “No me rezongues, cállate ycontéstame: ¿por qué lo hiciste?”.

-- LLEENNGGUUAAJJEE EENNCCRRIIPPTTAADDOO:: “No me...,no que... Que te, que te...”.

-- OODDOONNTTOOLLOOGGÍÍAA:: “Me vuelves a contestar y teestampo los dientes contra la pared”.

-- GGEEOOGGRRAAFFÍÍAA DDEE EESSPPAAÑÑAA:: “Como sigáis así osvoy a mandar a uno a Cádiz y al otro a LaCoruña”.

-- BBIIOOLLOOGGÍÍAA:: “Tienes menos cerebro que unmosquito”.

-- LLÓÓGGIICCAA:: “Mamá ¿qué hay de comer?...’’“¡COMIDA!”

-- RREECCTTIITTUUDD:: “Te voy a enderezar de un tortazo”.

Pero, con todas sus enseñanzas..., ¿a que no lacambiaríamos? ¡Pues eso!

MMII MMAADDRREE YY SSUUSSEENNSSEEÑÑAANNZZAASSMMII MMAADDRREE MMEE EENNSSEEÑÑÓÓ

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Profesor: “¿Qué debo hacer para repartir 11 pata-tas entre 7 personas?” �Alumno: “Puré de patata,señor profesor.”

Profesor: “Joaquín, diga el presente del indicativodel verbo caminar.” �Alumno: “Yo camino, tucaminas, él camina…” �Profesor: “¡Más deprisa!“Alumno: “Nosotros corremos, vosotros corréis,ellos corren.”

Profesor: “Llovía”, ¿qué tiempo es?“ �Alumno: “Esun tiempo muy malo, señor profesor.”

Profesor: “¿Cuántos corazones tenemos noso-tros?” Alumno: “Dos, señor profesor.” Profesor:“¿Dos?” �Alumno: “Si, el mío y el suyo.” � �

Dos alumnos llegan tarde a la escuela: El primerodice: “Me desperté tarde, he soñado que fui a laPolinesia y el viaje ha durado mucho.” �Y el segun-do dice: “Y yo he ido a esperarlo al aeropuerto.”

Profesor: “Paco, diga 5 cosas que contenganleche.” �Alumno: “Sí, señor profesor. Un queso y4 vacas”

Profesor preguntando en un examen oral a unalumno de Derecho: ”¿Que es un fraude?”Contesta el alumno:

“Un fraude es lo que está haciendo usted.” El profesor indignado: ”¿Cómo es eso?” Dice elalumno: “Según el código penal, comete fraudetodo aquel que se aprovecha de la ignorancia delotro para perjudicarlo.”

Profesora: “María, señale en el mapa dondequeda América”. María: “Aquí está” Profesora:“Correcto. Ahora los demás respondan “¿Quiéndescubrió América?”. Los demás: “María”

Profesora: “Juanito, dime con sinceridad, ¿rezasantes de las comidas?” Juanito: “No, señora.Profesora, no lo necesito, mi madre es buenacocinera.” � �

Profesora: “Arturo, tu redacción “Mi perro” esexactamente igual a la de tu hermano. ¿La hascopiado?” �Arturo: “No, profesora, es que el perroes el mismo.” � �

Profesora: “Carlitos, ¿que nombre se da a una per-sona que continúa hablando aunque los demásno estén interesados?”. Carlitos: ”Profesora”

NNiiññooss eenn llaa eessccuueellaa

Durante una visita a un Hospital Psiquiátrico,uno de los visitantes le preguntó con muchointerés al Director:

—Doctor, ¿qué criterio usan Ustedes para deci-dir si un paciente debe o no ser internado?

—Bueno —dijo el Director— tenemos unaprueba científica casi infalible. Consiste en losiguiente: llenamos completamente unabañera, luego le ofrecemos al paciente unacucharita, una taza y un balde y le pedimosque vacíe la bañera. En función de cómovacíe la bañera, sabemos si hay que internar-lo o no. Nos ha llevado años estudiar esta

prueba, pero es muyexacta

—Ah, entiendo —dijo elvisitante— una personanormal usaría el baldeporque es mucho másgrande que la cucharita yla taza.

—No —dijo el Director—una persona normal sacaríael tapón. Usted, ¿qué prefiere:una habitación con o sin vista aljardín?

LLaa pprruueebbaa ddeell aallggooddóónn

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entretenimiento

¡Ay!, Señor, estoymuy preocupado,tenemos muchasdeudas en esteconvento y en losotros diez quedependen de nosotros.

Es que me da unpoco de apuropreguntarte algunas cosas...

Señor, ¿qué es para tiun millón de años?

¿Y un millón de euros? Señor, ¿podrías darmeUN CÉNTIMO?

Señor, lo de la misericordia lodejamos para otro día. ¿Podemoshablar de tus RIQUEZAS?

No te preocupes, fray: Yo soy RICO en

misericordia

Tú preguntay pide por esa

boquita.

Un céntimo.

Un segundo

Espera... UN SEGUNDO.

Soy RICO sinlímites.

FFrraayy BBuueennaavveennttuurraa,, por Rodrigo

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oración

CCAANNCCIIOONN FFIINNAALL

"POSTERIORMENTE entramos en la NADA,

y sopla Dios de pronto..."BIas de Otero

Yo te busqué Cristo mío, por calles, por plazas, por casas de Ejercicios Espirituales. Buscaba tu perfil, tu intimidad, tu soledad... (Yo era una "sedienta" de Ti...) Una "loca" que quería encontrarte donde fuese y como fuese; tenerte, escuchartesaberte resucitado, vivo, activo y perdonando. La isla se vestía de encantos cuando Tú llegabas y gritabas mi nombre a las estrellas, a todos los elementos que llenabanel espacio: agua, sol, viento, ocaso... Espero. Espero tu regreso llegando de improviso por cualquier recodo del camino. Serás Tú de "verdad", gozoso, pleno, claridad y eco renovador. Serás TÚ, son y cansancio y amanecer sereno.

Felicidad Ramírez, de su último libro “En el laberinto de mi santuario”