calculo grafico y nomografia

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ENCICLOPEDIA CIENTIFICA PUBLICADA BAJO LA DIRECCIÓN DEL D-. TOULOUSE WWW.FREELIBROS.COM Cálculo Gráfico y Nomografía POR DI. D 'OCAGNE ByPriale D aniel JORRO, editor , M adrid

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Page 1: Calculo Grafico y Nomografia

ENCICLOPEDIA CIENTIFICAPU BLICAD A BA JO LA DIRECCIÓ N D E L D -. TO ULO U SE

WWW.FREELIBROS.COM

Cálculo Gráfico y Nomografía

POR DI. D'OCAGNE

ByPriale

D a n ie l JORRO, e d it o r , M a d r id

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ENCICLOPEDIA CIENTÍFICAí'UOUOADA ÍIAJÜ LA DMKiXJKS.-í

dol 0r< Toulouse, Director de Laboratorio en la Escuela de Estudios Superiores.

Secretario general: H. Piéron, Profesor agregado de la Universidad.

BIBLIOTECA DE MATEMÁTICAS APLICADASDivector: M. D'Ocagne,

Ingeniero en Jefe de Caminos, Canales y Puertos, Profesor en la Escuela Politécnica y en la Escuela de Caminos

CÁLCULO 6EÁÍIC0Y

NOMOGRAFÍA

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ENCICLOPEDIA CIENTÍFICA

T O M O S P U B L I C A D O S

Busquet (H.)— La función Sexual. T raducción de Anselmo González. M adrid , 191;?.

Duprat (G\ L .)—Solidaridad social. T raducoión de F . Pe'yró Garrió. M ad rid , 1913.

Guyot (I.) — El comercio y los comerciantes. T raducción de Rafael U rbano. M adrid, 1914.

Mazzareila ( J .)— Los tipos sociales y el Derecho. T raducción de Carlos G. Posada. M adrid, 1918.

Ocagne ‘‘M.l — Cálculo gráfico. Traducción de L uis G u tié ­rrez del A rroyo. M adrid. 1914.

Richard (Gastón)__Pedagogía experimental. T raducción deA nselm o González. M adrid, 1913.

Vailaux (Camilo).—El suelo y él Estado (Geografía social). T raducción de Carlos G. Posada. M adrid, 1914.

E stas obras constan de tomos de 400 a 500 páginas, tam a­ño 3.9 X 12, con o sin figuras en el texto, encuadernados en te la con planchas.

P recio de cada tomo: i pesetas.

Page 4: Calculo Grafico y Nomografia

Cálculo GráficoY

N O M O G R A F Í A

POR

m . d ’o c a c n e

nntEsusHO im w n ük camisos. <;anambm y rc-Kuros, i’KOKEíiOj! es t.A nsoirr.i.A roí.iconica v en i.a escoki,a »g caminos

C o n 146 figu ra s.

TRAPUCCIÓIT I>E

LUIS GUTIÉRREZ DEL ARROYO

M A D R ID : D A N IE L JO R R O , ED ITO R

2 3 , C A L L E D E LA PA Z, 2 8

Page 5: Calculo Grafico y Nomografia

ES FIÍOl'IKDAP

5.981,—Tipolifc. L. Faure.—M adrid.—Teléfono 2.056.

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P R Ó L O G O

Sobre la aplicación del método gráfico al arte del cálculo 1

La aplicación de las matemáticas a un objeto práctico conduce, en último análisis, al cálculo numérico de cier­tas cantidades incógnitas, ligadas a cantidades dadas por relaciones (fórmulas o ecuaciones 2) conocidas.

Debemos tratar, para proceder lo mejor posible, de re­ducir esta determinación numérica, de la cual no interesa más que el resultado, a la operación más sencilla la más rápida, así como la menos sujeta a error.

L ección in a u g u ra l del cu rso l ib re d© Cálculo Gráfico y Nomografía, a b ie rto en la S o rbona el 1.“ de M arzo de 1907y cuyo d esa rro llo co n stitu y o el p re se n te vo lum en .

L a s llam ad as al ín d ic e b ib lio g rá fico q u e va a l final del v o lum en se in d ic a n p o r el n o m b re d e l a u to r en le tra b a s ta rd illa ,

a Se ha hecho m u y g e n e ra l la c o s tu m b re d e d e c ir fór­mula o ecuación, s e g ú n q u e la re lac ió n em p lead a h a g a co­n o ce r la in c ó g n ita ba jo fo rm a e x p líc ita o im p líc ita .

J

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2 CÁLCULO GRÁFICO

El empleo del método gráfico ha revelado, desde este punto de vista, su particular eficacia, y parece que habrá de imponerse más aun cada día, por lo menos, y esto es lo que ocurre generalmente en la práctica, siempre que la aproximación relativa no necesite pasar de 0,001, ó, todavía más, do 0,0001.

Apenas podremos citar más excepciones, respecto a esto, que, de una parte, ciertos cálculos de Astronomía, de Geodesia o de Física matemática, que deben ofrecer una precisión por lo menos igual a la que permiten alcan­zar los instrumontos de medida más perfectos; de otra, los cálculos financieros, cuando se trata de fijar definitiva­mente la suma por la cual se regula una cierta transac­ción, pues los intereses que entran en juego no permiten ningún sacrificio sobro la aproximación llevada hasta los céntimos, cualquiera que sea la importancia de la suma considerada.

Aun en las aplicaciones de este género, está muy lejos ol método gráfico do carecer de toda utilidad. En los cálcu­los científicos de precisión proporciona, sin esfuerzo, ya ciertos valores iniciales moditicables por los métodos co­nocidos do aproximaciones sucesivas, bien, por el contra­rio, ciertos términos correctores cuyo valor no influye más que sobre un pequeño número de decimales. En el terreno financiero permite la discusión rápida de ciertas operaciones quo no den lugar a cálculos llevados hasta el final—y para los cuales las máquinas de calcular se­rán preciosos auxiliures—más que en ol momento do la realización.

Pero hay un inmenso campo donde, dado el grado de aproximación prácticamente útil, el método gráfico casi

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PRÓLOGO 3

puede bastar por completo: es el de la ciencia del inge­niero, tomando este término en su acepción más general; y precisamente por los servicios prestados a esta ciencia y por los que se prevé que pueda aún prestarle, es porlo que goza hoy de una importancia indiscutible.

Yamos a ver que esta intervención de lo gráfico en el dominio del cálculo puede tener lugar bajo dos formas que conviene separar claramente una de otra, no porque no existan entre ellas punios de contacto evidentes, sino poique responden en realidad a concepciones teóricas esencialmente distintas y, sobre todo, porque se traducen en la práctica en procedimientos operativos completa- mente diferentes.

A decir vordad, esta distinción no se ha afirmado defi­nitivamente hasta una fecha muy reciente 1. Esto es, por lo demás, lo que ha ocurrido siempre en la elabora­ción de todas las ramas de la ciencia pura o aplicada, pues el progreso de las ideas conduce fatalmente a una nueva ordenación de las nociones que en un principio se han presentado un poco confusamente al espíritu humano.

Entiéndase, pues, que aunque en el bosquejo que va­mos a presentar de la génesis de nuestro asunto, nos es­forzamos en separar lo que se refiere a cada uno de estos órdenes de ideas, en realidad, sus desenvolvimientos his­tóricos no han estado tan separados.

1 Véase: O., 11.

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4 CÁLCULO GRÁFICO

I

El primer modo de reducción de los elementos del cálculo al método gráfico, se basa en la sustitución de los números sometidos al cálculo por segmentos de rec­tas, cuyas longitudes representan aquellos segmentos, cuando se ha elegido una cierta unidad; sobre estos seg­mentos se efectúan construcciones que dan por resultado otros segmentos, cuyas longitudes dan a conocer los va­lores de las incógnitas.

Tal es la esencia del Cálculo gráfico propiamente di­cho, del cual vamos a ocuparnos primeramente. Supone, como se ve, la ejecución, en cada caso, de un dibujo he­cho, es necesario decirlo, con el mayor cuidado posible. Se dirige, pues, sobre todo a los que están acostumbra­dos al dibujo de precisión; pero siendo, en cierto modo, habitual este dibujo en las oficinas de ingenieros se pue­de prever que no será en ellas rechazado este procedi­miento de cálculo.

Se puede, acaso, confundir el origen de este cálculo por medio de líneas, con el mismo de la geometría clási­ca, en la cual toda propiedad métrica de una figura pla­na puede ser utilizada para la ejecución de un cierto cálculo. Así es como, por ejemplo, al descubrir su céle­bre teorema del cuadrado de la hipotenusa, Fitágoras

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PRÓLOGO 5

nos ha dado el medio de efectuar, por una construcción muy sencilla, las operaciones

Va* + b* J V« - — h'¿

Para realizar las construcciones geométricas, los ins­trumentos de que nos servimos son la regla y el com­pás, a los cuales ha venido a añadirse la escuadra, que introduce ñtiles simpííficaciouea en los trazados, pero cuyo empleo no es, de ningún modo, indispensable. En reali­dad, se podría prescindir también de la regla y no recu­rrir más que al empleo del compás, como lo ha demos­trado el italiano Mascheroni, eu su Geometría del Com- passo (1787). Sin desconocer el interés de tal tentativa, no podemos ver en ella más que una simple curiosidad matemática. Otros geómetras, entre los cuales conviene citar sobre todo a Schooten (1656), el mismo Maschero­ni (1753), Servois (1804), G. de Lonchamps (1890), han intentado, por el contrario, no hacer uso más que de la regla solamente; pero ésta no permite, como el compás, recorrer todo el campo de las construcciones geométricas. El ilustre Poncelet ha hecho esta curiosa observación: que para que la regla pueda después intervenir sola, basta que un círculo cualquiera, pero de centro determi­nado, haya sido previamente trazado, de una vez para todas, en el plano de la figura. Esta idea ha sido después desarrollada por Steiner.

Cualquiera que sea el papel predominante, ya de la regla, ya del compás, la cuestión que se plantea es ésta: ¿Todas las relaciones de magnitud, expresables analítica­

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6 CÁLCULO GRÁFICO

mente, pueden traducirse en construcciones geométricas realizables por medio de la regla y el compás?

La respuesta a esta cuestión, ya bien averiguada hoy, es negativa, y las razones que la establecen han sido expuestas por M. Félix Klein 1 con una gran sen­cillez:

«La condición necesaria y suficiente para que una ex­presión analítica pueda ser construida con la regla y el compás, es que se deduzca de magnitudes conocidas por operaciones racionales o por raíces cuadradas en número finito.

»Por consiguiente, para demostrar que una magnitud no puede ser construida con la regla y el compás, basta­rá hacer vor que la ecuación que la determina no es re­soluble por un número finito de raíces cuadradas.

»Con mayor razón ocurrirá lo mismo cuando la ecua­ción del problema no es algebráiea...» 2.

Si, pues, se demuestra que un cierto número no puede ser raíz de niuguna ecuación algebráiea de coeficientes enteros, queda establecido por ello la imposibilidad de su constrncción con la regla y el compás. Esto es lo ocurri­do con el número n , relación de la circunferencia al diámetro, gracias a los admirables trabajos de Hermite, completados en este punto particular por M. Liademann, que han probado definitivamente la imposibilidad de la cuadratura del círculo.

1 Lecciones sobre ciertas cuestiones de Geometría elemen­tal, de M. K le in , reed itadas en francés por M. J . G riess, P arís , N ony y V u ibert, 1896.

* Loe. cit., pág. 12.

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PRÓLOGO 7

No se puede, por tanto, pensar en construir rigurosa­mente, por modio de la regla y el compás, un segmento de recta que tenga la misma longitud que un arco de círculo dado. Pero hay que detenerse un instante en esta palabra: rigurosamente. Cuando se habla de las construc­ciones proporcionadas por la Geometría clásica, se supo­ne quo realizan las condiciones ideales fijadas por los enunciados de los teoremas correspondientes. Pero esto está muy lejos do ocurrir así. Basta, para convencerse de ello, reflexionar un instante en cómo se trasladan al di­bujo las longitudes obtenidas por medio de una cierta escala métrica (cuya división está ya generalmente afec­tada de pequeños errores). La precisión así obtenida— apenas es necesario indicarlo,—lejos de ser indefinida es, por el contrario, muy rápidamente limitada, aunque no sea más que por el espesor mismo de los trazos que nos sirveu para figurar en el papel las líneas ideales de la geometría. ¿Se puede responder generalmente de la dé­cima de milímetro? Sería muy aventurado asegurarlo. Pero, además, ordinariamente, estamos muy lejos de ne­cesitar en la práctica una precisión llevada hasta ese punto. Entonces, si una construcción, no rigurosa sino aproximada, nos da a conocer el resultado con un error que permanece inferior, ya a la tolerancia admitida se­gún el objeto propuesto, ya a las menores desviaciones susceptibles de caer bajo la comprobación directa de nuestros sentidos, esta construcción aproximada tendrá para nosotros el mismo valor que una construcción rigu­rosa. Así, por ejemplo, a falta de la rectificación riguro­sa, teóricamente imposible, de un arco de círculo, pode­mos recurrir a un trazado aproximado con toda la preci­

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8 CÁLCULO GRÁFICO

sión de que tengamos necesidad, y decir, por consiguien­te, que la cuadratura del círculo puede ser •prácticamente realizada 1.

Síguese de aquí que los procedimientos del cálculo gráfico tendráu más amplitud que los que derivan de la estricta aplicación de las proposiciones rigurosas de la geometría, y, por consiguiente, que el campo de sus apli- cacioues será de más vasta extensión.

II

Además de todo esto, la simple acumulación de las construcciones, tan diversas, deducidas de ios elementos de Geometría, no hubiesen bastado para constituir lo que puede llamarse un cuerpo de doctrina. Era necesario, para esto, codificar de algún modo un número restrin­gido de construcciones fundamentales susceptibles de aplicaciones extensas, desarrollándose según una marcha sistemática.

La primera tentativa que parece haberse hecho seria­mente en este sentido, es debida a uu ingeniero de Ca­minos francés, Cousinery, y se remonta al año 1839 2. Esta tentativa, seguramente interesante, hubiese mere­cido ser, por lo menos, alentada. Pasó, sin embargo, casi inadvertida; la reforma no estaba aún madura. Para que

1 Véase especia lm en te la construcoión, m uy sencilla , rep ro d u c id a más ade lan te (fig. 60), q u e hem os dado p a ra este objeto.

s Cousinery.

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PRÓLOGO 9

una doctrina dirigida a un objeto práctico llegue a impo­nerse, es necesario que responda a una especie de nece­sidad preexistente de ias ramas de aplicación a que se dirige. Esto no ocurría, hacia 1840, con el cálculo grá­fico preconizado por Cousinery. Fue necesario, para llegar a ello, que veinte años más tarde se obtuviese la prueba de la eficacia del mótodo gráfico en una aplicación par­ticular: la determinación de las dimensiones de las diver­sas partes de una obra, mediante el conocimiento de los esfuerzos que han de resistir. Esta aplicación había, por otra parte, dado origen a una doctrina especial cons- , truída por Culmann, la estática gráfica l .

A decir verdad, la determinación puramente geomé­trica de las condiciones de estabilidad y de resistencia había tentado antes de Culmann los esfuerzos de diversos sabios o ingenieros, a la cabeza de los cuales es preciso citar a Poncelet, y después a Saint-Guilhem, Móry y otros. «Pero, como ha hecho observar SI. Favaro, sus investi­gaciones, limitadas a ciertas cuestiones especiales, no han dado por resultado la obtención de los principios gene­rales que hubiesen podido servir, de base a verdaderos métodos» 2.

Estos principios generales debían derivar del empleo sistemático de ciertas nociones fundamentales antigua­mente adquiridas, pomo las del polígono do las fuerzas, de Yarignon, y del polígono funicular, de las cuales no se había en un principio advertido la utilización posible para este objeto. Por lo menos, no se había notado el

1 Culmann.“ Favaro, in tro d u cc ió n al tom o I .

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grado de generalidad que podía alcanzar esta utilización; pues diversos ensayos aislados habían precedido al de Culmann, debidos a Lamé y Clapeyron, entonces jóvenes ingenieros de Minas, en comisión en San Pctersburgo (1826), a Taylor, simple delineante en casa del construc­tor inglés Cochrane, a Maequorn Rankine, a Clerk Max­well; *pero, sobre todo, al capitán de ingenieros francés Michon, cuyas lecciones, desde 1843, en la escuela de aplicación de Metz «completamente conformes, dice M. Pavaro, con el espíritu de los métodos de la estática gráfica, presentan la primera aplicación directa de las propiedades del polígono de las fuerzas y del polígono fu­nicular al estudio de la estabilidad de las bóvedas y de los muros de revestimiento».

Sin embargo, a Culmann es a quien corresponde in­contestablemente el honor de haber fundado definiva- mente, con su enseñanza en la Escuela Politécnica, de Zurich, a partir de 1860, la estática gráfica como cuerpo de doctrina, dicho sea sin rebujar en nada el mérito de' los que han contribuido desde entonces a perfeccionar la teoría y a extender sus aplicaciones, entre los cuales es necesario citar, en primera fila, a Mohr, Cremona y M. Mauricio Lévy.

La estática gráfica, a causa de su objeto especial, se sale del cuadro de nuestras lecciones, limitado a los principios generales del cálculo gráfico, independiente­mente de tal o cual aplicación particular; pero no podía­mos aquí pasarla en silencio, pues de su difusión data el favor concedido por los técnicos al empleo del dibujo para el cálculo.

Los autores de los grandes tratados de estática gráfi­

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PRÓLOGO 11

ca, empezando por Culmann (quieu, en esta ocasión ha exhumado los antiguos ensayos de Cousinery) han creído útil exponer, a título de prolegómenos, algunos princi­pios generales de cálculo gráfico. Por otra parte, la ex­tensión adquirida por la noción primitiva, bajo la forma de las curvas funiculares que permitían efectuar gráfica­mente verdaderas integraciones, hizo prever la posibilidad de nuovas generalizaciones. Era necesario, para esto, que estas diferentes nociones se desprendiesen completamente del carácter un poco mecánico que tenían desde su ori­gen, y fuesen fundadas sobre una base puramente geo­métrica.

Esta nueva reforma ha sido la obra de un sabio inge­niero belga, M. Massau, quien, en una serie de notables Memorias, aparecidas de 1878 a 1890 1 ha constituido definitivamente un método general de integración gráfi­ca, absolutamente exento de toda sujeción con respecto a la estática. En la obra de M. Massau, marcada con el sello del espíritu de un gran investigador, la exposición de los principios no está separada de las aplicaciones, de gran amplitud y de interés considerable, pero con las cuales están un poco confundidos. Nos ha parecido que separándolas de este conjunto para encadenarlas segdn un orden más didáctico, se podía, para la mayoría de los estudiantes, darles mayor valor. Y si hemos modificado un poco el orden y las demostraciones del autor, ha sido con el objeto de asegurar más completamente la unidad del punto de vista en que hemos querido colocarnos, tra­tando de constituir una especie de elementos de cálculo

1 Massau, 1.

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gráfico—integración inclusive—análogos a lo que son los elementos de Algebra clásica, tal como se enseñan en Francia, en las clases de Matemáticas especiales.

.Indiquemos aún, con dos palabras, otros procedimien­tos de cálculo gráfico, análogos al precedente, pero que utilizan la representación de los números por segmentos cuya longitud no les sea proporcional, sino que estó li­gada a ellos por ciertas funciones de uso corriente, como el logaritmo (escala logarítmica) o las potencias enteras (escalas parabólicas).

M. Mehmke ha realizado interesantes investigaciones sobre el empleo en el cálculo gráfico de la escala logarít­mica 1 y M. F. Boulad 2, con objeto de ciertas aplica­ciones a los cálculos de resistencia, ha hecho un feliz uso de las escalas parabólicas.

III

Llegamos ya al segundo modo de intervenir el método gráfico en el dominio del cálculo. Es, como hemos dicho, esencialmente distinto del precedente, y, sin embargo, todo lo que de él se conocía hasta est09 últimos tiempos, había permanecido mezclado con los principios del cálcu­lo gráfico propiamente dicho, del cual apenas se le dis­tinguía. Hoy ha conquistado a su vez una autonomía propia bajo la forma de cuerpo de doctrina, que ha reci­bido el nombre de nomografía. Es fácil hacer compren*

1 Véase, más adelan te , tiúms. 22 y 98.4 V éase núm . 75.

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PRÓLOGO 13

der a priori lo que constituye su esencia por medio de una comparación familiar.

Todo el_ mundo conoce los gráficos por medio de los cuales el' Observatorio Central Meteorológico indica la repartición de las alturas barométricas en una fecha dada. Sobre estos mapas figuran tres sistemas de líneas, provistas cada una de una cierta numeración; los meri­dianos, cuya cota es la longitud; los paralelos, cuya cota es la latitud; las líneas llamadas isóbaras, que unen todos los puntos en que la altura barométrica alcanza un mis­mo valor, inscrito como cota al lado de cada una de ellas. He aquí, pues, un número, la altura barométrica que de­pende de otros dos, la longitud y la latitud, que es fu n ­ción de ellos, como diceu los matemáticos {sin que este término implique la menor idea de causalidad), y del cual se conoce su valor leyendo simplemente la cota de una cierta linea, la isóbara, que pasa por el punto de en­cuentro do las otras dos, el meridiano y el paralelo, aco­tados por medio de los valores de los números dados. Este sencillo ejemplo basta para hacer comprender cómo estando trazados ciertos sistemas de líneas acotadas (aquí, los meridianos, los paralelos y las isóbaras), una simple lectura de cota, guiada por una cierta relación de posi­ción (aquí, el paso de tres líneas por un punto), permite obtener el valor del número buscado. En este ejemplo, este número está determinado empíricamente, y las líneas acotadas trazadas sobre la cuadrícula de los datos no sirven más que para registrar los resultados de ciertas observaciones físicas. Pero podría muy bien tratarse de un número determinado por un cierto cálculo ofectuado con dos números dados, y, en este caso, las líneas acota­

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14 CiÍLOÜLO GRÁFICO

das tendrían por objeto, no solamente registrar, sino de­terminar los resultados de este cálculo correspondientes a todos los valores de los datos comprendidos en el cua­dro considerado. El trazado de estas lineas se réduce en­tonces a ciertas construcciones que ai matemático corres­ponde conseguir todo lo sencillas y rápidas que sea po­sible.

Se coucibe, desde luego, que los sistemas acotados po­drán ser empleados en mayor númoro, haciéndolos, si es necesario, móviles los unos con relación a los otros, suje­tos a relaciones de posición más o monos complicadas, y que así se formaráu tablas gráficas acotadas o nomogra­mas aplicables a cálculos efectuados con un número de datos cada vez mayor, y comprendiendo relaciones de forma cada vez más generales. El estadio de estos no­mogramas es lo que constituye el objeto de la nomo­grafía.

Siendo la construcción de Jos nomogramas resultado de un dibujo, síguese de aquí que la aproximación que con ellos se obtiene estará dentro de los mismos límites que la del cálculo gráfico propiamente dicho. Ya hemos visto, por otra parte, que en la práctica osta aproxima­ción es muy suficiente en la mayoría de los casos. Pero hay de una disciplina a la otra esta diferoncia capital: que e! nomograma nos da la expresión numórica de una cierta relación matemática a Ja vez para todos los valo­res que pueden tomar los datos en los límites fijados por su cuadro, mientras que las construcciones del cálculo gráfico deben ser rehechas para cada nueva elección de los datos.

Los cuadros acotados del tipo de cuadrícula preceden-

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PRÓLOGO 15

teniente descrito, llamados también ábacos 1, que cons­tituyen la forma en cierto respecto más natural del no­mograma, y durante mucho tiempo, ia más corriente, tie­nen su origen en la consideración de las coordenadas de Descartes. Es digno de notarse también que al imaginar este sistema de coordenadas, el gran filósofo creyó más bien poner el arte de las construcciones geométricas al servicio del álgebra, que reducir el estadio de las cues­tiones geométricas a deducciones puramente analíticas, y, sin embargo, evolucionando en este último sentido, ha sido cómo, para bien del progreso do nuestros conoci­mientos, ha podido mostrar el método su maravillosa fe­cundidad. Sin embargo, no es menos cierto que las apli­caciones mucho más modestas a que se prestan en el campo nomográfico, acaso respondan más exactamente a la concepción primitiva del ilustre inventor.

EL primer ensayo sistemático de reducción de las ope­raciones de cálculo al empleo de ábacos cuadriculados, parece debido a Pouchet (1795), aunque so puedan en­contrar antes que él algunos ejemplos aislados, y hasta de cierta importancia, como el que se oncuentra. en las curiosas Longitud Tables y Horary Tablas, de Margetts, publicadas en Londres en 1791 2.

Por lo demás, hasta unos cincuenta años más tarde, el empleo de las tablas gráficas de cálculo no comenzó a

1 A p e sa r de su etim olog ía , que lo refiere a un tab le ro de ajedrez ien g rie g o oste té rm ino se em plea ta m ­b ién frecu en tem en te p a ra d e s ig n a r do un m odo g en era l u n nom ogram a.

a L a ex is ten c ia de estas tab la s nos ha sido rev e lad a por el in g en ie ro iefe de H id ro g ra fía M. Favé.

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10 CÁLCULO GRÁFICO

extenderse en las prácticas corrientes, a raíz de los tra­bajos del ingeniero de caminos Lalanne, quien, en 1843, introdujo en su construcción ingeniosas simplificaciones. Estas simplificaciones procedían del principio llamado de la anamorfosis, que permitía en muchos casos sustituir al cuadro primitivo que contenía ciertos sistemas de cur­vas, otro cuadro, especie de imagen deformada del pri­mero, sobre el cual todas estas curvas se han convertido en rectas, Por lo demás, M. Massau es quien, en 1884, ha llevado este principio al más alto grado de genera­lidad.

Para el caso eu que cada uno de los sistemas acotados que figuran en el cuadro estó formado de rectas parale­las, M.. Lallemand, sustituyéndolas sobre sus abacos exa- gotudes, por tres ejes concurrentes trazados sobre un transparente que se mueve conservando la misma orien­tación, ha indicado en 1886 el origen de numerosos perfeccionamientos desde el punto de vista de las dis­posiciones prácticas y de generalizaciones interesantes relativas a ecuaciones que contienen datos en n ó mero cualquiera; de forma muy especial, a la verdad, estas ecuaciones son, sin embargo, frecuentes en la prác­tica,

Pero desde 1884 se abrió un nuevo campo a la nomo­grafía con 1a. introducción do la noción de puntos ali­neados. Parece a primera vista que hay algo de ilógico en que la idea, de recurrir sistemáticamente para las ne­cesidades del cálculo a simples puntos acotados en lugar de líneas acotadas, se haya presentado en último lugar. Es, sin embargo, fácil comprender la razón de ello. La línea acotada ha nacido, puede decirse, del agrupamiento

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PRÓLOGO 17

de una infinidad de puntos 011 el que se puede considerar que un cierto elemento, dependiente de la posición, de cada uno de ellos, tiene un mismo valor. EL punto aco­tado puede igualmente ser considerado en cierto modo como el lugar común de una infinidad de rectas, para cada una de las cuales cierto elemento ligado a su posi­ción tiene también un mismo valor. En el caso de las Líneas acotadas, es el punto el que se toma como elemen­to primordial del plano, y en el de los puntos acotados es la recta. .Los matemáticos dirán que, en el primer caso, la interpretación geométrica de los hechos analíticos tiene lugar en el campo puntual, y en el segundo caso, que tiene lugar en el campo tangencial. Ahora bien, nosotros estamos más habituados a ver en el primero de estos cam­pos que en el segundo; de ahí el orden que ha seguido la génesis de estas diversas ideas.

Desde el punto de vista práctico, los nomogramas de puntos alineados ofrecen la ventaja de hacer más rápida y más precisa, trazada una recta entre dos puntos acota­dos, la lectura de cota del punto en que aquélla encuentra a una tercera escala, que discernir en medio de una red de líneas acotadas las que concurren en un mismo pun­to, y seguir cada una de ellas entre este punto de con­curso, y el en que su cota se encuentra inscrita. Pero lo que tiene más valor aun os la posibilidad de hacer co­existir sobre un mismo nomograma sistemas de puntos acotados en número, por decirlo así, indefinido, posibili­dad que 110 existe en los sistemas de líneas acotadas; de donde una mayor flexibilidad al mismo tiempo que un campo de generalización mucho más vasto. La extensión y las aplicaciones nuevas que ha recibido el método

2

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18 CÁLCULO GRÁFICO

desde que ha aparecido, prueban por otra parte más que todas las disertaciones que sobre 61 pudieran ha­cerse 1.

Además, el estudio de las ecuaciones reductibles a la forma que corresponde a cualquier variedad de nomo­grama de alineación, ha hecho nacer una teoría mate­mática de un interés intrínseco, que se ha enriquecido todavía últimamente con los trabajos del ingeniero H. So- reau y del profesor M. Clark. Más aun, tal es la genera­lidad de los caracteres algebráicos así puestos en eviden­cia, que no hay, por decirlo así, n i D g u n a ecuación sacada de las aplicaciones prácticas que se escape a ella. Siem­pre se podría, por lo demás, si por azar una ecuación no llenase las condiciones exigidas, referirla aproximada­mente a ella, ai menos entre límites suficientemente apro­ximados; el capitán Lafay ha indicado para esto un pro­cedimiento gráfico interesante 2.

En fin, la consideración de la recta móvil, que sirve para tomar las alineaciones y que puedo suponerse tra­zada sobre un plano transparente (cuyo movimiento con relación al plano fijo que lleva las escalas tiene tres gra­dos de libertad) conduce naturalmente a la idea de trazar sobre este transparente, o aun sobre varios transparen­tes superpuestos, líneas menos sencillas y hasta siste­mas de elementos acotados, pudiendo dar lugar a re­laciones do posición más complicadas entre elementos cada vez más numerosos. Esta sumaria indicación basta para hacer entrever la extensión de los horizontes que

1 V éase O.,14.* Lafay.

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PRÓLOGO 19

se abren aún aute nosotros en el campo de la Nomo­grafía i .

Nota bene.— Por tener que ajustarse a las dimensiones del presente volumen, las figuras que siguen no deben ser consideradas más que como imágenes de los dibujos o nomogramas, tales .como debieran ser efectivamente construidos en la práctica.

1 Se puedo, por otra parto, extender este campo a cier­tas máquinas de calcular en las cuales se han establecido conexiones mecánicas entre escalas funcionales. Estas má­quinas, a la cabeza de las cuales es necesario citar las muy notables de M. L. Torres para la resolución de laa ecua­ciones, aparecen así como verdaderos nomogramas mecá­nicos.

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IN TR O D U CCIÓ N

Sobre algunas nociones de Geometría analítica.

1. Coordenadas cartesianas.—Para referir un pun­to P de un plano a dos ejes Ox y O y situados de cual­quier modo en este plano, se puede trazar por el punto P paralelas P A y PB a dos direcciones fijas A,r y ±Vt res­pectivamente conjugadas de O* y O #, y considerar los segmentos x ~ O A, y — OB así determinados sobre los ejes.

A estos segmentos, o mejor, a los números, con su signo, que expresan su magnitud y su sentido (cuando se ha elegido una cierta unidad de longitud), se les llama las coordenadas de P en el sistema de ejes considerado.

Cuando los ejes Ox y O y son rectangulares, lo más natural es tomar las direcciones \ x y respectivamente perpendiculares a Ox y a O y, o, lo que es lo mismo, pa­ralelas a Oy y a Ox.

Cuando los ejes no son rectangulares, lo más frecuen­te, para la elección do y de a es sujetarse a la última condición expresada, es decir, tomar a paralela a O y y A paralela a Ox- (fig. 1).

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22 CALCOLO g r á f ic o

Pero se podría también—y, de hecho, encontraremos ejemplos de ello en lo que sigue—atenerse a la primera

forma, tomando ^ y respectivamente perpendi­culares a Ox y O y. Las coordenadas así obtenidas podrían llam arse ortogo­nales.

Es, por otra parte, bien fácil el paso del uno al otro sistema. Si, en efecto, sien­

do o; el ángulo de los ejes, llamamos x e y las coordena­das oblicuas ordinarias definidas por estos ejes, g y i) las coordenadas correspondientes a las direcciones y \ respectivamente perpendiculares a los mismos, se ve in­mediatamente que se tiene

S = x -\-y eos o>7] = y -\-x eos »

I — r, eos <j>

Fifi. 1.

de donde x

.v =

sen ’ u>— ? eos «sena e>

Basta reemplazar x e y por estos valores en la ecua­ción cartesiana ordinaria de una línea cualquiera para obtener la ecuación de esta línea en 5 y ij; se ve que esta sustitución no altera el grado de la ecuación trans­formada; en particular, la recta tiene una ecuación en £ y r¡ de primer grado.

Pero se puede también obtener, muy sencillamente, una determinación directa de la recta por medio de las coordenadas g, *¡.

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INTRODUCCIÓN 23

Estableceremos para ello la relación fundamental si­guiente:

Sean tres ejes Og, Or¡, 0?, completamente arbitrarios, con un mismo origen O, y sobre cada uno de los cuales fijaremos un sentido positivo, indicado por una ílecha (fig. 2). El ángulo que la dirección Orí forma con Og, y que nosotros representa-remos por gy¡, queda así defin ido sin ambigüe­dad 1 lo mismo ocurre

-''N,con y¡£ y con Esto supuesto, si se proyecta un punto cualquiera, M., en m , m ' y m " sobro los tres ejes, y si llamamos g, r¡, £ a las longitudes, tomadas con sus signos, de Om, Om ', Om " , se tiene la relación general

/ \ /N(1) g sen r,Z + ’I sen ?g + ? sen — OSi, en efecto, w, «/, &>" son los ángulos que OM forma

con los tres ejes, osta relación se reduce a''V A

eos tu sen v¡í + eos <d' sen ££ 4 - eos cu" sen gv¡ = 0 A hora , se tiene

<a — cu — gv¡

(ti -

S? * 5=7

® -- ( e i + í c )

2* — ( í ¡ + í s )

1 R ecordem os q u e e s te án g u lo es el m enor quo h ab ría que d esc rib ir , haciendo g ira r en el sen tid o d irec to !a p a r ­te positiva de l eje Og p ara hacerla co in c id ir con la po sitiv adel eje O r,.

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CALCULO g e Af ic o

y la sustitución de estos valores en la expresión prece­dente la transforma en una identidad, como se ve inme­diatamente desarrollándola con relación a eos w y sen ta .

Como caso particular, haremos notar que si 0(¡ es la bisectriz del ángulo gO-r¡, que llamaremos 26, se tiene

61 = 20,

y la relación se convierte en

(2) 5 -M = 2S.coMsuscoptible, bajo esta forma, de una verificación inme­diata.

Basta suponer r constante en la relación (1) para que el punto 41 describa una recta perpendicular a O?, cuya relación, en la cual g y y¡ son las únicas variables, nos da la ecuación de aquella recta en este sistema de coorde­nadas.

Observación.—Tres vectores dirigidos respectivamente,A

según Mm, Mm', I m " , y proporcionales a sen v¡£, / \ / \

sen £§, sen teniendo una resultante nula, se ve que la relación (1) oxpresa para estos vectores el teorema de lo9 momentos, tomados éstos con relación al origen O.

2. Coordenadas tangenciales. Principio de duali­dad.—La ecuación cartesiana de una recta puede, en ge­neral, ponerse bajo la forma

ux + vy -f- 1 = OEsta recta está completamente determinada cuando se

conocen los valores de los parámetros u y v. Definiendo

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INTRODUCCIÓN 2 5

cada uno de estos pares de números («7 v) una recta, así como cada par de números (x, y) definen un punto, pue­de decirse que u y o son las coordenadas do la recta co­rrespondiente.

Así como s>i x e y están ligados por una cierta ecua­ción, el punto correspondiente está situado sobre una cierta línea que puede ser considerada como definida por esta ecuación en x e y; del mismo modo, cuando u y v están ligados por una cierta ecuación, la recta correspon­diente es tangente a una cierta línea que puede ser con­siderada como definida por esta ecuación en u y v.

CJna ecuación en x é y, que define, según esto, el con­junto de los puntos de una línea, es la ecuación puntual de esta línea; análogamente, a una ecuación en u y v, de­finiendo el conjunto de tangentes de una línea, se le lla­ma la ecuación tangencial de esta línea; de aquí el nom­bre de coordenadas tangenciales dado a u y v.

Si en la ecuación anterior se dan a u y v valores fijos a y b, todos los sistemas de valores de x e y que satisfa­cen a la ecuación

ax by + 1 — 0

definen los puntos de la recta de coordenadas a, b; so tiene, pues, así la ecuación puntual de esta recta.

Análogamente, ai en esa ecuación se dan a x e y va­lores fijos a y b} todos los sistemas de valores de u y v que satisfagan a la ecuación

att -(- bv + 1 = o

definirán las rectas que pasan por el punto de las coor­

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2 6 CÁLCULO GRÁFICO

denadas a y b; se tiene, pues, así la ecuación tangencial de este punto.

Notemos, además, que la condición algébrica para que tres rectas concurran en un punto en el primer caso, o para que tres puntos estén en línea recta en el segundo, es idénticamente la misma, la cual puede escribirse

a b i a' b' l a" b" 1

0

Se ve así que, segiin que las coordenadas corrientes se las considere, ya como coordenadas puntuales, ya como tangenciales, se puede de las mismas condiciones algé­bricas doducir interpretaciones geométricas diferentes. Las dos figuras que traducen las mismas ecuaciones, una en el campo puntual, la otra en el tangencial, se llaman correlativas la una de la otra. A los puntos de una co­rresponden las rectas de la otra y recíprocamente.

Como toda relación geométrica puede, mediante el em­pleo de las coordenadas puntuales, traducirse algébrica­mente, bastará sustituir, en las ecuaciones que sirven para expresarla, las coordenadas tangenciales a las coor­denadas puntuales, e interpretar geométricamente las ecuaciones así modificadas, para obtener una relación geométrica correspondiente. En esta especie de corres­pondencia es en lo que consiste el principio de dualidad. Principio de gran fecundidad en lo que se refiero a la transformación de las propiedades de las figuras, espe­cialmente de las propiedades proyectivas, gracias a la igualdad existente entre la relación anharmónica de cua­

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INTRODUCCIÓN 27

tro puntos de una de las figuras y la de las cuatro rectas correspondientes de la figura correlativa.

Pero, para el objeto que nosotros nos proponemos, concluiremos solamente de todo lo que precede, la posi­bilidad, dada una figura compuesta de rectas, de susti­tuirla por una figura compuesta de puntos, y tal, que si tres rectas de la prim era figura pasan por un mismo punto, los tres puntos correspondientes de la segunda están sobre una m ism a recta.

Para construir esta segunda figura, dada la primera, es preciso conocer la interpretación geomótrica de las coordenadas de una recta, tales como acabamos de defi­nirlas. Esta interpretación es inmediata.

Si llamamos M y N a ios puntos en que la recta

ux 4- vy - f 1 = 0 c o r ta respectivamente a los ejes Q x y O y (fig. 3), y hace­mos sucesivamente

y —0 y # = 0

tendremos

1 [U OM ’ V ~ ON

Las coordenadas tangenciales así definidas se llaman pliickerianas, del nombre del geómetra que ha hecho un empleo sistemático de ellas. Estas coordenadas constitu­yen un instrumento analítico de primer orden. Práctica­mente, tienen el defecto de no representar directamente longitudes de segmentos, de suerte que, si determinando

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en una figura las coordenadas puntuales, se quiere cons­truir la figura correlativa 1, es necesario, para ello, to­mar las inversas de todos los segmentos que representan estas coordenadas, para obtener los que representan estas mismas coordenadas consideradas como tangenciales. Esta es una complicación que convendrá mucho evitar. La cuestión se reduce a encontrar un sistema de coorde­nadas tangenciales que permita la aplicación del princi­pio de dualidad (es decir, en el cual el punto teuga una ecuación de primer grado), pero que representen directa­mente segmentos de recta. Vamos a ver por qué aná­lisis lógico se puede llegar al conocimiento de un tal sistema.

3. Diferentes sistemas de coordenadas tangencia­les ligadas a coordenadas cartesianas.—La ecuación de una recta cualquiera del plano puede ponerse bajo la forma

(au-\- bv-\- c) x + (a u -)~ b 'v -{ -c ) y -f- a u + b"v -f c" — 0,

siendo u y v parámetros variables de una recta a otra, los cuales, por consiguiente, podrán ser considerados como coordenadas de esta recta, y todos los demás coefi­cientes, constantes de las cuales se podrá disponer arbi­trariamente.

Observemos, desde luego, que con estas coordenadas

28 OÁLCÜLO GRÁFICO

1 Es m uy fácil de ver que cada figura y la sim étrioa de la o tra respecto del origen son polares reciprocas con re la ­ción al círculo de radio 1, ouyo centro está en el origen.

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INTRODÜÓCIÓN 29

u j v la ecuación del punto será de primer grado *, pues para todas las rectas (u, v) que pasan por un punto (x} y) dado, se tendrá (escribiendo simplemente la ecua­ción precedente bajo otra forma):

(ax-\-a 'y -\-a") u + ib x + b'y + b") v + cx + c'y-\-c” ~ 0

Busquemos ahora la significación geométrica de estas coordenadas u y v. Para ello, consideremos las rectas

(A) ax + a’y + a" = 0(B) b x b ' y - \ - b " — 0(C) c x -f- c’y -4* o” = 0

y supongamos que estas rectas formen un triángulo ABC (designando cada vértice por la misma letra que el lado opuesto), lo que supone el determinante

a b e a V d a" b" c"

diferente de 0.

1 D e aq u í se deduoe que la ecuación en n y v de una cu rva de la clase n s e rá de g rado n. E n efecto, estando de­fin idas las coordenadas de las tan g e n te s trazadas desde un punto a una cu rv a p a r las ecuaciones en U y en v de este punto y de esta ourva, y siendo la p rim era de estas de p r i­m er grado, s i la seg u n d a es d e grado n la s so luciones co­m unes serán en núm ero de n; diolio de otro modo, desde el pu n to se podrán traza r n tan g en te s a la curva, y é s ta será de la clase n. E n p a rticu la r, u n a eouaoión de segundo grado anu y v defin irá u n a cónica.

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so o Al o u l o g r á f ic o

Sean H y N los puntos en que la recta considerada encuentra a las (B) y (A) (fig. 4).

Las coordenadas del punto N, satisfaciendo a la vez a las ecuaciones

(A) u + (B) v 4* (C) = 0 y (A) = Osatisfarán también a

(B)« + (C) = 0

Ahora, las distancias NH y NK del punto N a (B) y a (C) son proporcionales a los resultados obtenidos por sustitución de las coordenadas de este punto en los pri­meros miembros de las ecuaciones de estas rectas (repre­sentadas por las mismas notaciones). Por otra parte, se tiene

UH = NC sen CNK = NB sen B.

La última ecuación escrita da, pues,

Page 36: Calculo Grafico y Nomografia

siendo ¡l una constante de La cual es indtil escribir la ex­presión detallada.

Se tendrá igualmente, considerando el punto M:

. M AU = A

INTRODUCCIÓN 31

MC

Si se toma una porción particular 4f0 Nü de la recta MN, se tiene:

, MCA No B0 MoC' V o ~ ' x N UC ’

y las expresiones encontradas para u y v pueden ponerse bajo la forma

MoC . MA N 0C . N BU - (til nT . V VoM 0A , M C ’ No B _ q

Para encontrar, a partir de esto, el sistema plückeria- no, basta llevar la recta (C) al infinito, porque entonces, tendiendo la9 relaciones

M A N BMv A ■y NoB

a 1, se tiene en el límite

«o • Mo C v0 . No Cu — M C ’ N C

Se puede, además, escoger siempre la recta M^Nq de manera que

«o. M0C =* ve ■ N0C = 1,

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32 CÁLCULO GRÁFICO

a fin de obtener las expresiones mismas do Plücker:

1 1U~ CM ’ v '~' CN *

Al adoptar este caso particular del triángulo de refe­rencia, hemos hecho desaparecer los numeradores de las

, , *. ■ MA NBexpresiones de u y de v proporcionales a y -^q-«Para que las coordenadas de u y v sean directamente proporcionales a los segmentos son, por el contrario, los denominadores, los que, por una particularización del triángulo de referencia, hay que hacer desaparecer. Ahora, esta particularización es evidente; consiste, man­teniendo la recta (C) a distancia finita, en llevar el vérti­ce C al infinito, es decir, en tomar las rectas (A) y (B) paralelas. En estas condiciones, las relaciones

RToO NoCMC ^ NC ’

tendiendo hacia la unidad, y la recta M0N0 pudiendo siempre escogerse de modo que

Uo _ _ Vo _ 1M0A ~ NoB - ’

se tiene en el límite

![ = AM, v = BN.

Así, las coordenadas tangenciales que representan di­rectamente segmentos de recta, y que dan para el punto una ecuación lineal en « y v, son las definidas como

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INTRODUCCIÓN 83

sigue: Dados dos ejes paralelos, cada uno con un origen, A y B (fig. 5), si If y N son los puntos en que una recta cualquiera corta a estos ejes, tomaremos como coordenadas de esta recta los seg­mentos

u — A M , v = B N .

Tales son las coordenadas tangen­ciales llamadas paralelas, de las que aquí haremos uso exclusivamente.

4. Coordenadas paralelas.—Con el empleo de estas coordenadas se puede construir un sistema general de geometría analítica, que se prestaría a útiles aplicacio­nes pero nosotros, de toda su teoría, sólo tendremos en cuenta aquéllo que nos sea indispensable para lo que sigue.

Para construir el punto definido por la ecuación

(1) au -f- bv -j- c — 0,

basta conocer dos sistemas de soluciones en u y v de esta ecuación, y tomar el punto de encuentro de las dos rec­tas que tienen por coordenadas cada uno de estos sis­temas.

Hagamos, en particular, de una parte, u = 0, de otra, v = 0, en osta ecuación; sean v = y u — <*, los valores correspondientes de la segunda coordenada, es decir

* O. 2.8

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84 CÁLCULO GRÁFICO

Si, atendiendo al signo, se toman, sobre los ejes A m

A Q = a, B R = p,

tendremos el punto P busca­do, como intersección de las rectas AH y BQ (fig. 6).

Si, además, pusiéramos ex­plícitos los valores de « y p en la ecuación (1), ésta podría escribirse

( ! ') - + -£- = 1.

Es preferible, generalmente, recurrir a ejes cartesia­nos, para la construcción del punto P.

Los que nosotros emplearemos uniformemente en lo que sigue—a menos de especificar lo contrario—pueden definirse así: como origen O, el punto medio de AB, to­mando esta recta por eje de las x con sentido positivo de O hacia B; el eje O y paralelo a los ejes A lt y Bv y del mismo sentido positivo; se representará) además, el segmento OB por 6. En estas condiciones, siendo las ecuaciones de las rectas BQ y AR, respectivamente

y Bu, los segmentos

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INTRODUCCIÓN 35

so deduce inmediatamente, reemplazando a y p por 6us valores anteriores,

a - b

(2)

X = — 8

y = —

a + & ’ c

a + b'

Así, el conocimiento de la ecuación (1) de un punto, en coordenadas paralelas, implica immediatamente el de sus coordenadas cartesianas definidas por las fórmu­las (2). A estas dos fórmulas sencillas casi so limita lo esencial que hay que tener en cuenta de la teoría de las coordenadas paralelas para comprender las aplicaciones que van a hacerse en lo que sigue.

Notemos todavía que, según los valores de a y 3, es­critos más arriba, las ecuaciones anteriores de las rec­tas AB. y BQ pueden escribirse

(3)2b Sy -f- c ( x + 8) = 0, 2 « 8 y — c ( x — í) — 0.

Observación.—Se pueden obtener las fórmulas (2) por el procedimiento puramente elemental siguiente:

Si la recta H P divide el intervalo entre AM y BN en la relación

A H bHB a '

se tiene, en el trapecio A M N B ,

AM —H P b H P — BN - a

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o a . AM-j- b • BN — (a + b) . HP;

es decir, poniendo AM = u, BN = H P = y,

au -f- bv = (a + &)y-

Si, pues, la recta MN varía pasando por el punto P, supuesto fijo, lo que equivale a tomar a y como constan­te, so vo, poniendo

(a + b)y — — c,

que se tiene:

an 4- bv 4* c = 0.

Esta última ecuación es, pues, perfectamente aplicable a todas las rectas (u, v) que pasan por el punto P de ordenada

3 5 CÁLCULO GRÁFICO

y = «+& ’

situado sobre la paralela H P a los ejes y tal que

(4) A JL — Jlw IIB a '

o, poniendo OH = x, OB = 8,

s -f- x _ b

es decir6- — x a'

a + b '

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INTRODUCCIÓN 87

Así se encuentran, pues, las fórmulas (2) anteriores.Se ve, además, que la relación desempeña aquí el

mismo papel que el coeficiente angular en las coordena­das cartesianas 1; el carácter geométrico común a los d i­versos puntos para los cuales esta relación os la misma, consiste en su situación sobre una misma recta paralela a los ejes A u y Bv.

En particular, si a — b, el punto correspondiente está en el infinito, y la ecuación correspondiente

a (u — v) c = O

define una dirección, aquélla cuyo coeficiente angular está dado por

V — 11 _ c28 2 a a •

5. Sistemas de puntos.— Si la posición de un punto sobre un plano depende de un parámetro variable «, los coeficientes de la ecuación en u y v de este punto se ex­presan en función de este parámetro, y esta ecuación se escribe:

u f (a) v y (a) -(- t}> (a) = 0.

La posición del punto correspondiente a cada valor

1 P ara la traducción geom étrica com parada do los mis­mos símbolos, de una p arte en coordenadas cartesianas, do otra, en coordenadas paralelas, véanse los capítulos IX y X de la obra O., 2.

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88 CÁLCULO GRÁFICO

del parámetro a puede ser definida en coordenadas carte- sianas por medio de las fórmulas (2) en las cualos a, b, c, estarían reemplazadas por sas valores en función de a, y la eliminación do « entre estas fórmulas haría conocer la ecuación cartesiana del lugar del punto variable.

Pero se puede tambión determinar esté logar por su ecuación en u y v, obtenida por la eliminación de a en­tre la ecuación del punto variable y su derivada tomada con relación a <x.

Este problema es, en efecto, analíticamente el mismo que el que, en el campo correlativo, consisto en encon­trar la envolvcnté de una recta que depende de un pará­metro variable.

Si la ecuación es do primer grado en u y v, puede es­cribirse:

(1) u + «v = o,

representando U y V funciones liueales en u y v. Es cla­ro que, en esto caso, el punto («) se oncuentra sobre la recta que une los puntos

U = 0 y V — O.

Si la ecuación es de segundo grado en «, puede es­cribirse:

(2) U + a V + «*W = 0.

El lugar del punto ( «) es entonces la curva cuya ecua­ción en u y ?>, es:

V a — 4UW = O,

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INTRODUCCIÓN se

ecuación que define una cónica l . Esta ecuación se in­terpreta, por lo demás, geométricamente, de un modo análogo a la ecuación correlativa en coordenadas carte­sianas. Así como ésta define una cónica tangente a las rectas U = 0, y W = 0 en los puntos en que son corta­das por la recta V = 0, del mismo modo, en coordena­das u y v, se tiene una cónica que pasa por los puntos U = 0 y TV = 0, en los cuales las tangentes son las rectas que los unen con el punto Y = 0.

Es, además, esencial hacer notar que un sistema de segundo grado puede ser engendrado por la intersección de dos haces de rectas que proyectan cada uno un siste­ma de primer grado. Si, en efecto, se considera el punto que corresponde a un valor particular a0 de a, punto cuya ecuación es:

se ve que las coordenadas de la recta que une este punto con un punto cualquiera (a) del sistema, satisfaciendo a la vez a las ecuaciones (2) y (4), satisfacen también a su diferencia, la cual, dospués de la supresión del factora. — a„, diferente de 0, será

y define un sistema de primer grado situado sobre la rec­ta que une los puntos Y = 0 y W = 0 . Por consiguien­te, tomando dos valores particulares de a, a cada uno de los cuales corresponderá un haz de primer grado, defini­

(4) U + a0V + a„»W=0,

(5) V + {a + *o) w = O,

1 Véase la uota de la pág. 29.

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40 CÁLCULO GRÁFICO

do por una puntual tal como (5), se engendrará el siste­ma de segundo grado.

El mismo procedimiento reduciría la construcción de un sistema do nésimo grado a ia de dos sistemas del (n — i)<5s¡mo. por consiguiente, por aplicación repetida de este procedimiento, se ve que se puede construir un sistema de grado cualquiera partiendo de sistemas ex­clusivamente de prim er grado. Esta observación será ampliamente utilizada eu lo sucesivo.

6. Transformación homográfica más general,—Re­cordemos primeramente quo el producto de dos determi­nantes del m\9mo orden puede ponerse bajo la forma de un determinante de este orden, aplicando la regia que se expresa eu el caso en que son de tercer orden, por la relación

«i bi ci | l m n a i b j c iai bi cs X : 1' ni' ri a ib 9c aas bu cB ¡ 1" m" n" atb» c i

con (para i = 1, 2, 3),

, a'i — l a¡ - f m bi + »( I ) b'i ~ v a i + m' b¡ + n cit

I c i — l"ai 4 - m“bi 4* »"c,.

Si se representan estos tres determinantes por 4, D j A\ de modo que

a .d = a \

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INTRODUCCIÓN 41

se ve que, si D es diferente de 0, el ser A — 0 supone a ' = O, y recíprocamente.

Ahora, si a, b, o se consideran, de un modo general, como las coordenadas homogéneas de un punto P , A = 0 expresa que los tres puntos P^, P 2, P3, están en línea recta, y lo mismo A' = 0 para los tres puntos P'-j, P '2, P '3. Por consiguiente, las fórmulas (1) (en las que se puede hacer abstracción del índice i) definen una tran s­formación en la cual se corresponden los puntos P y P ' de tal suerte que si tres puntos están en línea recta en la prim era figura, lo m ismo ocurrirá con sus corres­pondientes en la segunda. Una transformación de este género se llama homográfica.

En lugar de considerar, según acabamos de hacer, a,b, c, como las coordenadas homogéneas de un punto, se las puede considerar como los coeficientes de la ecuación de un punto en coordenadas tangenciales, y, más parti­cularmente, en coordenadas paralelas, teniendo en cuen­ta que, en este segundo caso como en ol precedente, la condición de estar en línea recta loa tres puntos se ex­presa por

a — 0.

Se puede ver que las dos figuras, geométricamente distintas, así definidas, son homográficas una de la otra, En efecto, si a ', b ' , c’, son las coordenadas homogéneas del punto para el cual a, b, c son coeficientes de la ecua­ción en coordenadas paralelas, las fórmulas (2) del nú­mero 4 muestran que se tiene:

« == — 8 (a — 6), b‘ — — c, c' — a + b,

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fórmulas comprendidas en Jas del grupo (1) anterior, haciendo

l = — 6, m — B, n = 0,1' = (i, m = 0, n = — 1.1“ = 1, m" = 1, «" — 0.

Esto muestra que considerando los valores do a, b, e, ya como coordenadas homogéneas, ya como coeficientes de ecuaciones en u y v, se obtendrá la misma figura me­diante ol empleo de coeficientes l, m , n, en el primer caso, l0, m Q) « 0, en el segundo, ligados unos a otros por las relaciones

l — — & { lo -— l o ) , l ■—- — l Ol l ==z lo "i- 2 Oj

y lo mismo para m y n.Recordemos en fin, que la transformación homográfica

—como es fácil de verificar—conserva la relación auhar- mónica, es decir que a cuatro puntos en línea recta de una figura, corresponden, sobre la transformada, otros cuatro puntos también en línea recta, cuya relación an- harmónica es la misma que la de los cuatro primeros.

Observación.— Las coordenadas de la transformada homográfica más general de un punto eucierran bajo for­ma homogénea los 9 coeficientes l, m, n " \ dependen, pues, en realidad de 8 parámetros. Esto muestra, puesto que la posición de un punto sobre un plano depende de2 parámetros, que pueden darse arbitrariamente las trans­formadas de 4 puntos cualesquiera.

42 CÁLCULO GRÁFICO

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LIBRO PRIMERO

C Á L C U L O G R Á F I C O

CAPITULO PRIMERO

a h i t & i é t i c a y á l g e b r a g r á f i c a s

A.— Operaciones aritméticas.

7. Escalas métricas.—Para operar gráficamente con números, conviene primeramente representar cada uno de ellos por un segmento de recta del cual expresa su longitud medida con una cierta unidad—escogida arbi­trariamente—que llamaremos el módulo.

La operación, que consiste en pasar de un número al segmento correspondiente, o al contrario, exige el em­pleo de una escala métrica obtenida repitiendo consecu­tivamente un cierto número de voces, sobre una recta, el módulo elegido.

Cada uno de los segmentos unitarios puede ser dividi­do en un mismo número de partes iguales, gubdivididas

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44 CALCULO g r a f i c o

estas mismas a su vez, a condición de no descender a in­tervalos gráficos demasiado pequeños. El medio milíme­tro es un limite del que parece no puede pasarse prácti­camente. Aun convendrá, en general, no descender más abajo del milímetro, por la razón, considerando la inter­polación visual, que daremos más adelanto.

Estrictamente, una escala métrica no permite repre­sentar más que un número exactamente compuesto de unidades del orden decimal correspondiente a su menor intervalo. Por ejemplo, si el módulo es de 1 cm., una escala de 1 metro de largo, dividida en milímetros, no permite representar más que números que varíen de 0 a 100 por intervalos de 0,1. El número 36,25, por ejem­plo, no está efectivamente representado sobre la escala; no es difícil, sin embargo, tomar sobre esta escala el segmen­to correspondiente, teniendo en cuenta que es muy fácil colocar mentalmente entredi trazo correspondiente a 36,2 y el que corresponde a 30,3, los dos efectivamente m ar­cados, el punto que dividiría su intervalo en dos partes iguales. Esta intercalación mental de trazos interme­diarios entre ios que están efectivamente marcados, lle­va el nombre de interpolación visual. TJn operador ejer­citado llega a practicar fácilmente, a simple vista, la interpolación a 1/4 o un 1/5 sobre una escala milimó- trica; puede, además, pretender alcanzar el 1/10 ayudán­dose de una lente. Con el medio milímetro apenas se puede contar, a simple vista, mas que en la interpolación al 1/2, y esto es lo que prueba que, en el caso de las es­calas métricas, no hay gran ventaja eu descender más allá del intervalo del milímetro, a menos— lo que tam­bién ocurre—que la naturaleza de la cuestión limite pre-

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(¿saínente la aproximación que se busca a la mitad de la unidad correspondiente al intervalo del milímetro; lo cual sucederá, especialmente, si se trata de ulimeros que ex­presen cantidades de moneda y si el milímetro de la es­cala corresponde al décimo.

Se puede, además, obtener rigurosamente (dentro de los límites do precisión, por lo menos, que lleva consigo la ejecución del dibujo) la aproximación correspondiente al intervalo do 0,mm, 1, y esto gracias a uu artificio que no deja do tener cierta analogía con el nonius empleado para la lectura de las divisiones do ios instrumentos de precisión, y el que puedo llamarse, por consiguiente, un nonius gráfico.

Si una escala está dividida en centímetros, es inútil subdividir cada uno de ellos en milímetros; basta efec­tuar esta subdivisión en un centímetro suplementario, colocado antes del 0 de la escala, y que constituye lo que se llama la contra-escala. Así es como están construidas las escalas métricas adjuntas a las cartas geográficas. El segmento comprendido, por ejemplo, entre el trazo 7 de la escala y el 4 de la contra-escala representa entonces el número 74 (si el módulo se ha tomado igual al milí­metro).

Coloquemos ahora paralelamente una a otra dos de es­tas escalas (fig. 7) y dividamos !a zona de separación en diez partes iguales por ejt>s paralelos. Los trazos de divi­sión que correspondan, eu estas escalas, a un mismo nú­mero de centímetros se prolongarán con rectas, llamadas de correspondencia, perpendiculares a la dirección común de las escalas. Unamos ahora por oblicuas los trazos 0,1, 2, 3, ... do la contra-escala quo lleva el eje superior

ARITMÉTICA Y ALGEBRA GRÍFIOAS 45

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46 CALCULO GRAFICO

respectivamente a los trazo9 1, 2, 3, 4, ... de la contra­escala que tiene el eje inferior, afec- taudo estas oblicuas de la numera­ción de la primera. De este modo determinamos sobre ios ejes inter­medios—yendo de arriba a abajo— contra-escalas cuyos orígenes están respectivamente separados 0 ™ 1, 0 mm, 2, 0 mmj 3, ... del 0 de la es­cala correspondiente; es decir, que si las escalas intermedias están nu­meradas de 1 a 9, yendo de arriba a abajo, los trazos do la contra-es­cala, sobre el eje de orden n, estarán retirados 0 “ “ , n con relación a la posición que ocuparían normalmeu- se sobre este eje. Si, pues, tomando como módulo el milímetro, se quiere obtener el segmento representativo del número 36,4, basta tomar sobre la horizontal que lleva el número 4 la distancia entre la oblicua cuyo número es 6 y la línea de corres­pondencia que lleva el 3.

Inversamente, si se quiere evaluar la longitud de un segmento (ya sea tomada por medio de un compás, ya

fíí?. 7. Por dos trazos marcados en el borderectilíneo de una hoja de papel) se

busca, en el sistema que acaba de ser definido, la escalaen la cual, colocado uno de los extremos de este seg-

Page 52: Calculo Grafico y Nomografia

cuento sobre una de las líneas de correspondencia, su otra extremidad cao, lo más rigurosamente posible, sobre una de las oblicuas. Si, por ejemplo, sobre la horizontal que lleva el número 6, las do9 extremidades caen respec­tivamente sobre la línea de correspondencia número 2 y la oblicua número 7, se leerá 27,6.

En la práctica del cálculo gráfico, toda longitud infe­rior al dócirao de milímetro, puede considerarse como absolutamente despreciable.

Cualquiera que sea el procedimiento, gráfico o simple­mente visual, por medio del cual se efectúa la interpola­ción, se ve que, en cada caso, los números no están grá­ficamente determinados, sino con un cierto grado de aproximación que depende de la escala admitida. Se com­prende, pues, que cuando se habla del segmento repre­sentativo de un número dado, se trata del número más próximo exactamente represen¿afíle por medio de la es­cala de que se dispone. Así es como deberá entenderse esta expresión en todo el resto de esta obra.

Los procedimientos gráficos do cálculo no son, pues, como los procedimientos numéricos, susceptibles de una aproximación indefinida. En general, vistas las dimen­siones del campo a que se les aplica, no permiten repre­sentar más que números expresados (en unidades, por lo demás, de un orden decimal cualquiera) por medio de3 cifras significativas, o 4 a lo sumo. Conviene añadir que esta aproximación es muy suficiente en una mul­titud do casos prácticos, especialmente en la mayoría de los que interesan a los ingenieros. Para Jas aplicaciones que exigen el conocimiento de un gran número de cifras, como las referentes a l$i Astronomía o a las operaciones

ARITMÉTICA Y .ÁLGEBRA GRAFICAS 47

Page 53: Calculo Grafico y Nomografia

financieras, daa aún la posibilidad de obtener, en una primera aproximación, ciertos resultados que los métodos conocidos permiten en seguida corregir para obtener ma­yor exactitud.

Observación.—Resulta de lo que precede, que no habrá que distinguir, desde el punto de vista del cálculo gráfi­co, los números racionales de los que no lo son, debiendo tanto unos como otros, para sor representados por medio de una escala métrica, ser reemplazados por el número más aproximado exactamente representable por medio de las menores divisiones de esta escala.

48 o í l c d l o g r á f i c o

B’

.....Ja

b

8. Operaciones fundamentales de la Aritmética.—Para efectuar la adición y la sustracción aritméticas, re­ducidas a una sola operación, la suma algébrica, por la

consideración de las cantida­des positivas y negativas, bas­ta, haciendo corresponder a ca­da signo un sentido convencio­nal, llevar unos a continuación de otros, los vectores represen­tativos (conforme a lo visto en

_ el número precedente) do los números dados, y en un senti­do correspondiente a su signo.

Ocurre frecuentemente, cuando se deben adicionar su­cesivamente varios de estos vectores, ser preferible, a medida que se introduce cada uno de ellos, pasar a un nuevo eje paralelo al precedente. La figura 8 muestra esta construcción para la suma

Fij?. 5»

a -f l> — c +1 A,

Page 54: Calculo Grafico y Nomografia

cuyo valor está, represeutado por la ordenada final O '" D " '; las ordenadas intermedias O ' B ' y O " C " ha­cen conocer las samas parciales o - f 6 y a-f -A — o.

La multiplicación y la división resultan de la observa­ción siguiente: si entre dos paralelas mM y wN a Oí/ (n las que llamaremos constantemente en el resto de esta obra líneas de correspondencia), separadas por el inter­valo m n — a (fig. 9), trazamos una recta MN de coefi­

ARITMÉTICA Y ALGEBRA GRÁFICAS 49

ciente angular b, la diferencia NH o c de las ordenadas de los puntos 31 y N es igual a ab. Para tener la direc­ción de coeficiente angular b, basta, además, habiendo tomado sobre la parte negativa de Ox el segmento OP igual a la unidad de longitud, llevar sobre Oy el segmen­to OQ igual a b, tomado con su signo, y trazar P Q 1. La recta MN es paralela a PQ.

En lo sucesivo, para mayor simplificación nos limita­

* Es claro que se puede constru ir el triángulo O P Q en cualquier parte del plano, conservando su orientación, puesto que la recta P Q no in terv iene más que con su d i­rección.

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5 0 CÁLCULO GRÁFICO

remos a decir que la rocta MN, así construida, tiene Ja dirección b.

Inversamente, si los datos fuesen c y a, bastaría trazar­la paralela PQ a MN para tener, sobre Oy, el cociente b de c por a.

Hemos supuesto hasta ahora que los segmentos m n , OQ y H jJ (respectivamente iguales a a, b, c) estaban medidos con una misma unidad de longitud. Poro la co­modidad de las aplicaciones obliga casi siempre a adoptar para estos segmentos, medidos según O ce, O y, o las líneas de correspondencia, unidades de longitud (o módulos) di­ferentes, cuyas magnitudes, evaluadas con la misma frac­ción de metro, se representarán por «, p, y . No hay, en este caso, cambio alguno que hacer en la construcción precedente, a condición que la longitud 5 del segmento OP, expresada también con esa fracción de metro, sea tal que

= y 5.

En efecto, estando entonces representadas las longitu­des de los segmentos m n , OQ, HN, referidas a la misma unidad, por a a, b ¡i, e y , respectivamente, el paralelis­mo de las rectas MN y PQ se expresa por

c y _ b p a * — 5 ’

o, en virtud de la relación precedente

c — ah.

Esta es la construcción fundam ental sobre la cual va

Page 56: Calculo Grafico y Nomografia

a basarse todo el cálculo gráfico, tal como lo considera­remos aquí.

El punto P se llama el polo de la construcción y el segmento PO — 8, su base. Síguese de aquí que, en las aplicaciones, se escogerán para «, p y v (de donde so de­duce 5) los valores más sencillos posibles segán las exi­gencias a que haya que satisfacer.

Notemos además, que, permaneciendo p y 5 los mis­mos, * y y pueden ser multiplicadas por un mismo factor.

Queda, pues, sobreentendido en todo el resto de esta obra, que los segmentos contados sobre Ox, sobro O y o sobre las líneas de correspondencia, estáu medidos res­pectivamente con los módulos a, p, y» siendo la base 8

i * P iguala

Cuaudo algunos de estos módulos deban escogerse iguales entre sí, lo advertiremos previamente. Salvo estos casos, estos diversos módulos, de un modo general, so su­pondrán siempre desiguales.

9. Suma de productos. Media.—A partir de M0 lle­vemos sobre O a:, unos a continuación de los otros, los in­tervalos M oWj , n ii m<¿, m ^} ... (fig. 10) respectiva­mente iguales a a t , a 2, « s ,-- tomados con su signo, y a partir de Mo, construyamos una línea quebrada M0MiM2M3... cuyos vértices estén sobre las líneas de correspondencia de m i} m 2, m 3)... y cuyos lados tengan sucesivamente las direcciones b2, b3}... (obtenidas llevando estas cantidades en Oj i j , O n 2, O n 8,... so­bre O y).

ARITMÉTICA Y ÁLGEBRA GRÁFICAS 51

Page 57: Calculo Grafico y Nomografia

52 ClLOtJLO GRÁFICO

En virtud de la construcción fundamental, tenemoi

Wil 1M i = ££i frj, Na My “ Élg j,

y, por consiguiente.

« iMi — aib i,«i¡ Ms = a¡ b¡ + a2 b,,

di a M $ — u i b i a 2 b 2 ~{“ ^3 t •

Para simplificar, diremog que el polígono es de direcciones bit b2, b3)... y resumiremos con una

Fig. lo.

palabra su construcción diciendo que está tendido sobre las líneas de correspondencia de viif ?h2,

Para tener ia media

fli b\ a<i hj -{*■ di b»dt U ¡ ~\~ Uí ’

basta dividir el número que representa m 3 Ms por el nú­mero que representa M0m 3, os decir, trazar por el polo P Ja paralela. P^o a M0MS. Ei segmento Ojio representa la media buscada.

Page 58: Calculo Grafico y Nomografia

La construcción es, por lo demás, completamente ge­neral, medianto la consideración de los signos correspon­dientes a los segmentos.

Sea, por ejemplo, efectuar la operación

a-íbi-^r as bt aa — «i

Se escribirá

(— «») (■—■ bi) H- *2c— ------------------- ¡---------------— ai -J- a*

y la construcción será la que indica la figura 11, cuya

ARITMÉTICA Y ALGEBRA GRÁFICAS 58

notación, después de lo dicho, es lo bastante clara para que no haya que insistir más en ella; los datos son:

M o»h = — «i y WiíMi— aa,0 (1 , — — i>, y O n a = = 5 >;

el resultado,

O no => c.

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54 OÍLCÜLO GRlFICO

10. Series recurrentes.—Esta construcción nos da un procedimiento muy sencillo de cálculo gráfico de los términos sucesivos'de una serie recurrente.

Vamos a indicarlo pora el caso de las seríes de segun­do orden (tal como aparecen en algunos problemas de re­sistencia de materiales), pero su generalidad es evidente.

Sea, pues, la serie definida por la escala de recurrencia

«„*=*

y los valores de los términos iniciales y u 2.Después de haber llevado (figura 12) JSI0 = h,

m i — k, y O i» t 0 ^ 2 = « 2; 60 traza, parale­lamente a los vectores P n x y P n 2, el polígono M0M1M2; si so ha hecho de modo que y == basta proyectar M<¡ sobre O y en i*3, para tener Ojj.8 = « 3. De igual ma­nera se deduce de u 2 y de u 8 por medio del polígono M0M'2M3 cuyos lados son paralelos a P p 2 y y de la proyectante Ms n4; se tiene O i*4 — ^£4, y así sucesi­vamente.

Page 60: Calculo Grafico y Nomografia

ARITMÉTICA Y ÁLGEBRA GRÁFICAS 55

B.— Sistemas de ecuaciones lineales.

11. Esquema gráfico de ecuaciones lineales. S is­temas escalonados.—Sea una ecuación lineal cualquiera que, para mayor simetría en los trazados subsiguientes, escribiremos:

«o 4- «i z\ + ciiZi + ... 4 a„ z n — o.

Si, on la forma que constituye el primer miembro, da­mos a x i} *2í... ¡tn im sistema de valores cualesquiera, podemos obtener el valor que toma entonces esta forma aplicándole la construcción explicada en el núm. 9, y que es la siguiente: después de llevar sobre O® los inter­valos O m 0) n i0 m i t m 2, ... m „ _ t m n respectiva­mente iguales a a 0, a \ , « 2 ,.- a n (6g- 13), se tenderá so­bro las líneas de correspondencia de los puntos m 0, m ir m z, ... m n , el polígono OMoMjMjj ... M„ de direccio­nes 1, x t , x 2, ...

La ordenada final ra„ Mn da a conocer el valor bus­cado.

Cuando se hace variar el sistema de valores escogido para x i t x %,... z„t los plintos m 0, m i , m 2, ... m n no cam­bian (como tampoco el punto M0). Su conjunto constitu­yo lo que puede llamarse el esquema gráfico, o más sim­plemente, el esquema de la forma que constituye el pri-

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56 CÁLCULO GRÁFICO

raer miembro de la ecuación considerada. A todo sistema de valores de x if z 2, ... corresponde un polígono ten­dido sobre este esquema.

Si el sistema considerado satisface a la ecuación co­rrespondiente, el punto M„ coincido con el punto m„. Diremos entonces que el polígono tendido sobre el es­quema cierra este esquema.

Se observa inmediatamente que, según la construc­ción, la ordenada íw0M0 es igual al segmento que mide a0 (según el módulo y ). Este punto, independiente del sistema de valores de x if *2, ... z„ puede ser tomado co­mo punto inicial del polígono variable l f 0iT1i r 2 — M„( y como definiendo con los puntos m 0) m i) ... m„ el es­quema de la ecuación considerada.

El problema de la resolución gráfica de un sistema de n ecuaciones lineales con n incógnitas so reduce, pues, a esto: después de trazados los esquemas de las n ecua­ciones paralelamente los unos a los otros, cerrar estos esquemas por medio de polígonos que tengan todos las mismas direcciones.

Page 62: Calculo Grafico y Nomografia

ARITMETICA Y ALGEBRA GRAFICAS Oí

La solución de este problema es inmediata si las n ecuaciones se presentan bajo !a forma : 1

+ « ! * , = 0,3 , ^ 3 • . 2 _+ a a - f a 2 = 0,O 1 i i 1 3 3 1

3 , 3 i 5 . 3 z, = 0.O ' | i 1 2 3 * 3 3 1

< + < * , + < *a + < * 3 + ... + <*„ = o,

en cuyo caso consti­tuyen lo que se pue­de llamar un sistema escalonado.

Construyamos, en efecto, los esquemas de e s ta s d iv e rs a s ecuaciones llev an d o (fig. 14), de una parte (mod. a), los segmen­tos m l — a ) ;O 1 t 1m m — a a y m* a 3; m 3 = a 3, m 3 m 3 = a \0 | i*' i i 3 7 O I I t 3 3y = a 3 de otra parte (mod. y ), las ordenadas

DI.

K ,ni*> XTX

lH <v-,"y.(mT

s ni m¡{

mi mí7 \ ?> ».i wi \ v

r 2

Fig. U.

1 Aquí, y en todo el resto del párrafo, en el que no hay confusión posible, los índices superiores son simples Indi­ces de orden, como los índices inferiores, y no exponentos de potencias. Los índices superiores hacen referencia a las ecuaciones, loa inferiores a las incógnitas.

Page 63: Calculo Grafico y Nomografia

58 CALCOLO GRÁFICO

tomados desde luego unos y otros con su signo. Para cerrar el esquema de la 1.» ecuación, basta trazar la rec­ta llevada esta dirección en M’l í ’ sobre el es­quema de la 2.a ecuación, basta, para cerrar éste, trazar la recta M’-m*; llevadas en M’ M* y en las dosprimeras direcciones obtenidas sobre el esquema de la 3.* ecuación, basta, para cerrar 6ste, trazar la recta M y así sucesivamente. Trazando por el polo P las paralelas P ^ , P ^ 2> IVa> — a las direcciones así suce­sivamente obtenidas, se tiene en O ti*, 0 | i 2, 0 ¡ i3, ... (mod. p) los valores de las incógnitas x t , z 2, %a> ... buscadas.

12. Eliminación gráfica.—Si se trata de un sistema de n ecuaciones lineales con n incógnitas, do forma cual­quiera, se puede siempre, por eliminaciones sucesivas convertirle en la forma escalonada anterior. Suponga­mos, para mayor generalidad, las n ecuaciones comple­tas, es decir, conteniendo cada una las n incógnitas. Hó aquí como se procede: entre una de las n ecuaciones, la pésima f p0r ejemplo, y cada una de las n — 1 restantes, se podrá eliminar separadamente una misma incógnita,

por ejemplo; las n — 1 ecuaciones resultantes no con­tendrán más que las tí — 1 incógnitas x if ... Operando de la misma manera en estas n — 1 ecuacio­nes con la incógnita %n- i} se obteudrán, aparte de la n — 1 Ó8ima' conservada tal como es, n — 2 ecuaciones, no conteniendo más que x t , x 2, ... 2, 7 así sucesiva­mente. Se ve que conservando solamente cada vez la úl­tima ecuación del último grupo obtenido, se acabará por

Page 64: Calculo Grafico y Nomografia

tener n ecuaciones conteniendo cada una, respectiva­mente, 1, 2, ... n — 1 y « incógnitas, es decir, constitu­yendo, en el sentido anteriormente definido, un sistema escalonado.

La resolución de un sistema cualquiera de ecuaciones lineales se reducirá, pues, a una serie de operaciones pu­ramente gráficas si se sabe eliminar gráficamente una incógnita z n entre dos ecuaciones tales como

«o + a¡ 2 i -}- «3 2» -+• • • • "4- = O,b o - \ - b iZ i - \ - b » Z t - ) r ••• 4 b n Z n — 0.

El principio de esta eliminación descansa en la pro-

ARITMÉTICA T ÍLQEBRA ORÍFICAS 59

0 \ ct, ce / ce

o" \ r , n / r \ /r „ ,

< \ / -/ \

t»(\ / O . ¡Pl /?». 'Pn

Fi;. 15.

piedad algébrica de que todo sistema de valores de x if z 2> ... que satisfagan a la vez a las dos ecuaciones precedentes, satisfacen también a

“4“ ( an -4- ^ b n ) Z n — 0 ,

teniendo X un valor cualquiera. Si se dispone de este va­lor de modo que anule el coeficiente a„ -)- x¿»„ de x n , esta incógnita quedará eliminada.

Sean, ahora, O k 0 » 1 ... «„ y O ' - Pn (8g- 15),

Page 65: Calculo Grafico y Nomografia

60 CÁLCULO GRÁFICO

los esquemas de las dos ecuaciones dadas, obtenidos lle­vando, de una parte, O « 0 — # 0, a 0« 1 = a t , . . . « n - 1 «» = an ; de otra, O' ¡30 == 60, p0 p4 = b i} . . .

— i P» — b„. Unamos los puntos correspondientes por transversales a 0 ¡i0, «4 p *, . . . a„ f Si timamos ahora una paralela cualquiera a los ejes de I03 dos primeros es­quemas, estas transversales determinan sobre esta para­lela un conjunto de puntos que constituye el esquema de ana ecuación de la forma

(a0 4- X&o) + («» + ■+■ . . . + (an -j- X6„ ) z„ = 0.

En efecto, si de un modo general, ponemos

V<-i ~ Tí =

y si ponemos, además,

0 0 " - 3lO" O' — '

la propiedad enunciada en la Observación del núm. 4 muestra que (1 -f- x) = a¡ .

Bastará entonces hacer pasar el eje 0"YoYi ... por el punto de encuentro de las transversales «B_ j P„_i y «* P» para que, de la ecuación resultante, quede elimi­nada Esta ingeniosa construcción es debida a M. F.-J. van den Berg 1 ,

Si las rectas a „ _ i p „ - i y «n p„ se cortan bajo un án­gulo muy pequeño, se puede, para obtener un punto del eje resultante, tomar sobre el eje 0 ” un segmento

1 Van den Berg.

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ARITMÉTICA Y ÁLGEBRA GRÁFICAS 81

P '»-iP 'n igual a P„_i y tal que las transversales y an P’t. se corten bajo mejor ángulo. Se

conseguirá el máximum de este áugulo cuando los pun­tos medios de los segmentos a „ _ i a„ y p '„ - i P '„ estón sobre una misma perpendicular a la dirección común de los ejes.

Ejemplo de aplicación.—La figura 16 muestra la apli­cación del método precedente a la resolución del sistema

Zi~f - z» = 4 ,2^1 — Za ~\~4tZs ■— 2j3z, - f 2Zi — Zg = 8 ,

al cual corresponden los esquemas Otj On y Om, cons­truidos con 9 — 8 — 20mm, * = y = 10 mm. La eli­minación de x 3 entre O,, y 0 „ da 0 1V., entre O n y Om da Ov ; la elimiuación de %<¡ entre 0 I7 y 0 T da 0^ . Las ecuaciones de esquemas O Ov y Om forman un sistema escalonado cuya resolución está indicada con rectas de trazos. Se encuentra

z i — 0,25, Z i —— 1,5, Z z 0,1í)

Observación I .—Se puede, si así se prefiere, llevar los segmentos representativos sobre cada eje, a partir del origen, en lugar de llevarlos unos a continuación de otros. En este caso, para eliminar x k> hay que hacer pa­sar el.eje de la ecuación resultante por el punto de en­cuentro de la transversal de índice k y de la que une los orígenes.

Observación I I .—Puesto que se puede, en cada ecua­ción, hacer variar proporcionalmente todos los coeficien­tes, habrá libertad para adoptar un módulo diferente para el esquema de cada una de ellas, o, lo que viene a ser lo

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62 CÁLCULO GRÁFICO

mismo, habiendo trazado un cierto esquema para una de

estas ecuaciones, se le puede sustituir por otro, proyec­tando el primero, a partir de un punto S cualquiera, so­

Pig

. 16

.

Page 68: Calculo Grafico y Nomografia

bre un eje paralelo. En particular, si se toma el nuevo eje simétrico del primero con relación al punto S, se ve que se puede invertir el sentido del primer esquema tra­zado, lo que puede ser útil cuando, con la primera dispo­sición adoptada, el punto de encuentro de las dos trans­versales que determinan el eje resultante se encuentra fuera de los límites del dibujo.

M. Parid Boulad, que había encontrado, por su par­te, y siu previo cono­cim ien to de 61, el principio de M. Van den Berg, ha deduci­do de esto una va­riante del método.

Habiendo unido al punto S (fig. 17) los puntos 1, 2, 3 , ... que limitan los segmentos representativos de los co efic ien tes de una ecuación, todos lleva- i?,dos a partir del orí"gen O, se puede suponer el eje que contiene estos seg­mentos situados en el infinito. En este caso, las transver­sales que unen los puntos situados sobre este eje a los V , 2 ', 3 ', ... que, sobre otro eje de origen O', corres­ponden a otra ecuación, acaban por confundirse con las paralelas trazadas por 1 ', 2 ', 3 ', ... a los rayos S I, S2, S3, ... Y como la transversal que une los orígenes viene a ser la paralela trazada por O' a SO, se ve que para eliminar z k es preciso hacer pasar el eje resultante por el punto de encuentro 0 " de las paralelas a SO y a S&, trazadas por O' y k ' . El punto O” es, además, el origen del eje resultante.

13. Resolución general de un sistema de ecuacio­nes lineales.—En lo que precede hemos referido el sis-

ARITMÉTICA Y ÁLGEBRA GRÁFICAS 63

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64 OÁ LCULO O R Í FICO

tema propuesto a la forma escalonada por eliminaciones sucesivas, para poder así resolverlo por el sencillo proce­dimiento indicado en el ntim. 11. Pero M. Massau hadado a conocer1 un método de falsa posición que permite resolver un sistema cualquiera sin recurrir a eliminación alguna.

Este método puede fundarse sobre un lema algebráico casi evidente, qite se enuncia así:

Si, pura cada uno de los sistemas de valores (en nú­mero infinito) de las n variables z i} z 2> ..., z„ que satis­facen a las n — 1 ecuaciones

s, + « * 2 , + ■ • • +

a\ + + al z> + • •1 + M » 3 ° ’

an -1 _|_ an -1 2 _j_ an - l ^ = 0i

se forman las funciones lineales

U = hiZi -f- biZj + . . . - f 6n antV — C iZ i 4* C tü i + c n 2n,

existe entre U y Y una relación lineal

M J + nV + v = 0,

en, la cual X y y. son independientes de los términos constantes a*, a ', . . . a " “ 1.

1 Massau, 2.

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a r it m é t ic a y á l g e b r a g r á f ic a s 65

Basta, para verlo, eliminar z ly x..¿, . . . x„ entre las n -f- l ecuaciones escritas, lo que da:

- u b i K • - K- V ei ct

ai al ai ■ ■ «»ai al al a2

an ~ü1 a n -

ii a » ~ \

i a’l ~ 1

y notar que el desarrollo de este determinante tiene la forma enunciada, siendo, además, los menores que co­rresponden a U y V, independientes de a‘ t a , ... «" ~ 1 que no figuran más que en la primera columna.

Vlg. 16.

Visto esto, después de constiuído el esquema O ... m n (fig. 18) de una n éuima ecuación

+ * „ - o ,

tendamos sobre este esquema un polígono M0M .\ . . .cuyas dilecciones satisfagan a las n — 1

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OG CALCULO GltÁFICO

ecuaciones precedentes. De un modo general, la ordena­da del vértice M'< está dada por

Sí - « ; + < + • - • + a'¡

Luego, en virtud del lema anterior, existo entre Cí_iy uua relación lineal tal quo

' i £*—i + Ia¿ + '‘ i — °>

y como y t. son las coordenadas paralelas de larecta 31'( , resulta, según lo que liemos visto enel núm. 4, que cuando se hace variar el sistema de lasdirecciones x if z<>, . . . z„ satisfaciendo siempre a lasn — 1 primeras ecuaciones, el ladoiI'<_i M'< gira alre­dedor del punto fijo P<,

Imaginemos, pues, un segundo polígono

M , M ”, ... M"»—i M "n ,

tendido sobro el mismo esquema y cuyas direcciones sa­tisfagan también a las n — 1 primeras ecuaciones. Sus lados nos darán, por sil encuentro con los lados corres­pondientes del primero, los n — 1 puntos de giro P 1;V i . • • P «—i .

Si, pues, partiendo do m „ , se tiendo sobre el esquema un polígono cuyos lados sucesivos

■fttti ¿I t. — 1 « üí M — 1 Mn -ü) • • •

pasen, respectivameuto por los puntos P„ , P„ _ a • • •

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y que termino en M0, las direcciones de este último po­lígono satisfacen a la vez a las n ecuaciones considera­das. Basta, pues, trazarles paralelas por el polo para te­ner sobro O y (mod. £) loa valores de las incógnitas bus­cadas.

Esto supone, como se ve, que so han podido formar dos sistemas do valores x2, . . . x n que satisfagan a la s« — 1 primeras ecuaciones. Si, dándose arbitraria­mente el valor de una de ellas, se quieren tener los va­lores correspondientes de las otras n — 1 , so debe resol­ver un sistema de n — 1 ecuaciones lineales.

Dicho de otro modo, la construcción do M. Mnssau reduce la resolución gráfica de un sistema do n ecuacio­nes lineales a la de dos sistemas do n — 1 ecuaciones; por consiguiente, repitiendo el procedimiento, a la do 2" ~ 1 ecuaciones no conteniendo cada una más quo una incógnita.

Observación.—En virtud do la última parto del lema algebráico anterior, cuando se hacen variar solamente los términos constantes a'„, a \, . . . los coeficientes \ i y jij no cambian; por consiguiente, en virtud del pen­último párrafo de la Observación del núm. 4, los polos P¡ se mueven permaneciendo sobre las mismas líneas do correspondencia.

14. Marcha sistemática para la aplicación ¿el método.— El mismo M. Massau lia dado 1 también una indicación sumaria sobro una manera sistemática do apli­car su método para obtener el resultado buscado por una vía lo más rápida posible. Nosotros vamos a desarrollar

ARITMÉTICA Y XLOKDRA G ALFICAS C7

1 Massau, 2, núm. 1G.

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68 OÁLOtTLO aRXFIOO

aquí esa indicación. Conduce, partiendo d e» sistemas de soluciones que satisfacen a la primera ecuación, a deter­minar sucesivamente n — 1 sistemas que satisfacen a las dos primeras, después n — 2 sistemas que satisfacen á las tres primeras, y así* sucesivamente hasta el sistema único que satisface al conjunto de las n ecuaciones da­das *, que es lo que se busca.

Se puede observar desde luego que, si por un procedi­miento cualquiera se han podido obtener dos sistemas de direcciones S 4 y S ' 1 teniendo comunes las n — k pri­meras direcciones y cerrando los esquemas de las A; — 1 primeras ecuaciones, se deduce de ello inmediatamente un sistema 2 * que cierra los esquemas de las k primeras ecuaciones y que tiene también comunes con S t y S'^ las n — k primeras direcciones. En efecto, sobre los es­quemas de las k primeras ecuaciones tendamos, a partir de los puntos iniciales JIJ , H ’ , . . . M J- 1 , polí­gonos paralelos a las n — k primeras direcciones comu­nes a S{ y S 't ; estos polígonos terminan, respectivamen­te, sobre las n — k ésim!VB líneas de correspondencia en puntos , M“( _ k . . . M* _ fc, que podemos tomar asu vez como puntos iniciales de l¿ esquemas parciales ex­tendiéndose sobre los k intervalos restantes. Los sistemas s* y formados por las 1c últimas direcciones de S4 y S% cierran los le — 1 primeros de estos sistemas parciales; sabemos, pues, deducir de aquí (núm. 13) un sistema o.j que cierra los k esquemas parciales: y las direcciones de este sistema unidas a las n — k primeras no modifi­cadas, forman un sistema de n direcciones que cie­rran los k primeros esquemas tomados integralmente.

1 iíl sistema se supone compatible y determinado; los que ea la práctica se encuentran, nunca son de otro modo. La marcha que aquí se indica para sor empleada por la vía gráfica, nos parece recomendable, aun para cuando se ope­re por la vía numérica.

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A esta primera observación hay que añadir una se­gunda, que constituye con ella toda la economía del procedimiento; consiste en que, si se conoce ahora otro sistema cualquiera S2 de direcciones, que cierre los es­quemas de las A;— 1 primeras ecuaciones, se deduce in­mediatamente de ello un nuevo sistema S 2 que cierra los de las k primeras. En efecto, según lo que precede, si a este sistema S2 se asociase un segundo S' 2 que tuviera comunes con él las n — k primeras direcciones, se podría determinar, como acabamos de ver, el sistema z 2, dedu­ciendo o2 de los sistemas parciales s2 y s \ como a, ha sido deducido de y s \ Ahora, en virtud de la Obser­vación del número precedente, no habiendo cambiado los intervalos, los k — 1 nuevos centros de giro necesarios a esta transformación están sobre las líneas de correspon­dencia de los k — 1 centros que, do los sistemas y s't , han permitido deducir . Estas líneas de corresponden­cia determinan, pues, los nuevos centros sobre los I: —. 1 últimos lados del polígono tendido paralelamente a S2 sobre el esquema de la k ialma ecuación sin que haya que recurrir realmente al sistema S'2; este puede, pues, su­primirse para el paso del sistema S2 que satisface a las k — 1 primeras ecuaciones, al sistema s 2 que satisface a las k primeras.

Todo lo que acaba de decirse muestra que del conoci­miento de p sistemas de direcciones satisfaciendo a las k — 1 primej-as ecuaciones, se puede deducir el de p—L sistemas que satisfagan a las k primeras ecuaciones, siempre que dos de estos p siste?nas tengan comunes las n — k primeras direcciones.

De aquí, la marcha, sistemática que nos ocupa: se em­pieza por formar n sistemas de direcciones S¡, SJ, . . .

que cierran el“ esquema de la primera ecuación y ta­les que y S 1 + x tengan comunes sus p — 1 primeras direcciones para p >■ 2. En v irtud de lo que precede, y comenzando por tomar primero S 1 _ 1 y (que, tcnien-

ARITMÉTICA Y ÁLGEBRA GRAFICAS 69

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70 CÁLCULO GRAFICO

do comimos las n — 2 primeras direcciones, ciarán un centro de giro en el último intervalo) se deducirán n — 1 sistemas SJ, SJ, . . . S?,_i cerrando el esquema de las2 primeras ecuaciones y tales que S ^y S ’ 4. 1 tendrán comunes las p — 2 primeras direcciones para p >• 3. De óstos so deducirán igualmente SJ, S*', SJj, . . . S’ _ a cerrando el esquema de las 3 primeras ecuaciones y tales que S j, y 4.1 tendrán comunes las — 3 primeras di­recciones para p > 4; y así sucesivamente hasta S", que, cerrando el esquema de las n ecuaciones, nos dará la solución buscada.

Ahora, para formar de la manera más sencilla posible los sistemas iniciales S¡, SJ, . . . S('(, llenaudo las con­diciones exigidas, lo mejor parece formar por medio de dos rectas solamente (6g. 19): una, paralela a Ox,

Fig. 19.

partiendo del punto inicial para terminar en la línea do correspondencia do índice p — 1 (lo que equivale a hacer = x 2 = . . . — , = 0) , que encuentra enel punto IT _ t al punto terminal m'n sobre Ox (lo que equivale a hacer xp = * ¿ , + 1 = . . . — z„ ).

Se puede, además, notar que la determinación de cada uno de los n — 1 sistemas S2 exige un centro do giro, cada uno de los n — 2 sistemas Ss, 2 centros, . . . el sis­tema S„ , n — 1 centros. El húmero total de los centros

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ARITMÉTICA Y ÁLGKliRA GRÁFICAS 71

utilizados para la resolución de un sistema de n ecua­ciones lineales es, pues, en el caso general, igual a

l (» — J i + 2 (» — 2» ■+• O (n — 8) -j- . .. -|- (n — !) i í»4- 1) n (n— I)

“ o

es decir, al coeficiente de x3 en el desarrollo de

(l + x) >* -I-1.

Pero el sistema de las n ecuaciones podrá ofrecer tal particularidad que resulte de ella una sensible disminu­ción de este número. Más adelante (uiim. 15) se encon­trarán diversas indicaciones respecto a esto.

Ejemplo de aplicación.—La figura 20 muestra la apli­cación del método al sistema

*i ■+ 2 2» -f- = 4,2Zi — Zí + éZt> = 2,3«, -f- 2z* — = 3,

ya tratado por otro procedimiento en el núm. 12. Aquí,además, se han tomado « == p = 10 mm, y — 5“ m,5 = 20mm. Los cuatro centros que exige esta resolución han sido rodeados cada uno de un pequefio círculo; dos están fuera do los límites de la figura, en las direcciones que indican las flechus. Esto nos conduce a mostrar cómo se pueden utilizarlos centros inaccesibles por estar fuera de los límites del dibujo. Entre dos lincas de correspon­dencia A1), A 'D ' (fig. 21), consideremos dos pares do rectas AA', BB', do una parte, CO', 1)1)', de otra, cor­tándose respectivamente eu los puntos P y Q, situados sobre una misma línea do correspondencia; las rectas AB',

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T i CÁLCULO GRÁFICO

BA', de una parte, CD', DC', de otra, se cortan en pun­tos Pl7 Qlf situados también sobre una línea de corres-

Figr. 20.

pondencia conjugada de PQ con relación a AI) y A 'D '. Si, pues, el punto P está definido, fuera de ios límites del dibujo, por el encuentro de las rectas AA' y BB' prolongadas, se puede construir P* y trazar su línea de correspondencia. Esto hecho, para unir el punto D al

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ARITMÉTICA T ÁLGEBRA GBjÍFICAS 73

punto de encuentro inaccesible de CC' y de la iínea decorrespondencia de P, no habrá más que

punto P el que hu­biese que unir con D,se aplicaría ia cons- fíb. 21.tracción precedente,haciendo coincidir CC' con una de las rectas AA' o BB'.

15. Sistemas de forma especial. Reducción del nú­mero de centros.—Cuando el sistema dado ofrece cier­tas particularidades de forma, se puede reducir el núme­ro C* + 1 de centros que exige la solución general. Exa­minaremos sucesivamente dos casos de importancia en la práctica.

Primer caso particular. Sistema de n ecuaciones de las cuales n — 1 son homogéneas.—Sea, por ejemplo, n', — «Ü — . . . = - 1 = 0 . Supongamos que hemosobtenido un solo sistema de valores de x2, . . . x„ , satisfaciendo a estas n — 1 primeras ecuaciones. Vamos a ver que es inútil buscar un segundo sistema, como exi­giría la solución general. En efecto, siendo los valores de x 2, . . . x-,t buscados proporcionales a los que han sido determinados, se podrá siempre disponer de la base 8 de modo que los coeficientes angulares de las direccio­nes obtenidas sean iguales a ios valores buscados. Para

trazar LC' que corta la línea de correspon-

es la recta buscada. Si fuese el mismo

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u CÁLCULO GRAFICO

esto, partiendo del punto terminal m JJ de la n4”1™ 11 ecua­ción, tendamos sobre el esquema de osta ecuación un po­lígono, cuyas direcciones sucesivas, marchaudo hacia el origen, sean los valores que acaban de obtenerse para

, *» — i, - • • Obtenemos asi, sobre la línea do co­rrespondencia del punto »?”, el punto H", y bastará que este sea precisamente el punto inicial del esquema, para que este último quede cerrado; esto ocurrirá, segúu lo que se ha visto anteriormente (uúm. 1 1 ), si el segmento mj*Hj es precisamente igual a a» (según el módulo y )- Ahora, no habiendo hasta aquí intervenido este módulo para nada en la construcción, se ie puede dar la magni­tud necesaria para ello. No queda más que determinar los valores numéricos correspondientes de x1, . . .

, por medio do un eje O y de módulo ¡5 y de un polo P, a la distancia 8 de O, pudiendo ser p y 5 arbitraria - riamente escogidos, a condición de que «p = y8, loque equivale a decir que se puede elegir libremente uno u otro. En general se elige p, para poder deducir 5 por la relación

cuya traducción gráfica es inmediata.Como, asociando por el procedimiento de Van den

Berg (núm. 1 2 ) cada una de las n — 1 primeras ecuacio­nes a la n“5®11““ se puede siempre hacer desaparecer el término constante de cada una de ellas, so ve que en to­dos los casos se puede utilizar esta simplificación, refi­riendo la resolución de un sistema de n ecuaciones a la

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ARITMÉTICA Y ÁLGEDEA GRÁFICA8 75

de un sistema de n — 1 , y reduciendo, por consiguiente, el ndmero de centros de C’ + 1 a C* .

Notemos, además, que para obtener un sistema de valo­res de x it %2, . . . x n que satisfagan a las n — 1 primeras ecuaciones, estamos en libertad de imponer a este sistema una condición suplementaria cualquiera; esta observación será utilizada más adelante en el ejemplo de aplicación.

2.° Caso 'particular. Sistema (le ecuaciones escalona­do.—El escalonamiento considerado en el núm. 1 1 con­sistía en la introducción sucesiva de las diversas incóg­nitas, de una ecuación a otra, partiendo de una primera ecuación que no contenía más que una sola incógnita. Se pueden igualmente considerar sistemas escalonados a partir de una ecuación que coutenga fc incógnitas; en este caso, las incógnitas contenidas en las le últimas ecuaciones comprenden la i , y como, cuando sedan arbitrariamente, x if . . . las n — fc+ 1primeras ecuaciones proporcionan, sin ninguna falsa po­sición, o condición suplementaria, los valores de x k , ** + i , ••• x n i que, con los precedentes, formen un sis­tema que satisfaga a las n — k -}- 1 primeras ecuacio­nes, se ve que pueden obtenerse directamente k sistemas de valores de **, *2) . . . x„ satisfaciendo a las n — / » + 1 primeras ecuaciones. Bastará partir de aquí para formar por falsas posicionos k — 1 sistemas que satisfagau a las

1 Esto no im plica que todas ellas necesariam ente con­tengan todas las n incógnitas, pues algunas de las incógni­tas de índice inferior pueden haber desaparecido de alguna eouaoióiti lo q u e no hace cam biar absolutam ente nada de lo que aquí se dioe.

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76 CÀLCOLO GRÁFICO

n — k-\- 2 primeras ecuaciones, después k — 2 que sa­tisfagan a las n — k -f- 3, y, finalmente, un sistema que satisfaga a las n ecuaciones. El número de falsas posicio­nes es entonces ei mismo que si se tratase de resolver k ecuaciones con k incógnitas.

En particular, si el escalonamiento comienza por una ecuación con 2 incógnitas, bastarán dos falsas posiciones.

Este es el caso especialmente del cálculo de los mo­mentos de una viga continua sobre apoyos múltiples, cálculo que el teorema do los tres momentos reduce a la resolución de un sistema de ía forma

a!. -f- a I zy -\- a\ Zi — 0,

al + *, + a\ z, + a\ zj ~ °>n\ + ^ z3 + aj a ]z i = 0,

«Ó‘ _ 1 + < - 2 z„ -2 + < Z [ zn_ i + a" - 1 = O,< + < - i * » -i + «2 *» = O.

La resolución de este sistema por el procedimiento in­dicado, muestra que en total no se necesita más que un solo centro determinado sobre el esquema de la última ecuación por los dos sistemas cualesquiera, formados di­rectamente, que satisfacen a las n — 1 primeras ecua­ciones.

Ejemplo de aplicación.—Tomaremos como ejemplo el problema del puente de Wheatstone en el caso de la figu­ra 2 2 en la cual (designando las letras i las intensida­des de la corriente en los diferentes hilos, y las letras r

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a r it m é t ic a y Al g e b r a g r Apic a s 77

las resistencias) las notaciones están suficientemente ex­plícitas *.

c

Si E es la diferencia potencial entre los puutos A y ,D, las ecuaciones del problema son:

íl) ie = ti -(- i$,(II) ii — ii ia >(III) ¿4 = ¿ a —{— ts,(IV) = r5ia + r , i>,(V) r j i t + Viii — rti* -4* r»H,(VI) r, ii + r j j j -f f-oú = E,

de donde, siendo conocidas las 6 resistencias r y la dife­rencia de potencial E, se trata de deducir las 6 inten­sidades i.

Observemos primero que de estas 6 ecuaciones las 5 primeras son homogéneas; el sistema está, pues, dentro

1 Massau, 2. En este folleto (ntim. 17) está tratado el pro­blema por un método especial, fundado en la consideración de las líneas de los niveles potenciales y de sus derivadas gr¿fioas. Nos ha parecido interesante hacer ver con qué sencillez el método general, cuyo principio ha dado el m is­ino M. Massau, perm ite resolver este problema, mediante el artificio que refiere el sistem a a la forma escalonada, aquí considerada.

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78 ClLCÜLO GRÁFICO

del primer ejemplo anterior. Podemos, en consecuencia, prescindiendo de la última ecuación, tratar de satisfacer a las 5 primeras, imponiendo a las incógnitas i una con­dición suplementaria cualquiera, por ejemplo, la expresa­da por la ecuación

(VI bis) r t ti •+■ »"sis =

siendo X una cantidad a la cual haremos corresponder en el esquema un segmento arbitrariamente escogido. He­cho esto, añadiendo esta ecuación a las 5 primeras ante­riores, escribiremos el sistema como sigue:

(VI bis) rv i, -j-r t i 2 =(II) t i — i t — t» = 0,(IV) rt ia — r , i t — rA i 4 = 0,(III) t j — i 4 i» — 0,( V bis) r t Í 4- \ - r t i i — /~,(I) i»— »'« = 0.

Las 5 primeras forman un sistema escalonado de 5 in­cógnitas, comprendido en el segundo caso particular an­terior, y comenzando por una ecuación con dos incógni­tas. Podremos, pues, resolverlo por medio de dos falsas posiciones que conducen, sobre el esquema do la última ecuación, a un solo centro. Los valores de e i 6 trans­portados gráficamente sobro et esquema do la 6.® darán-¿0.

Resta llevar los valores de i i f e ¿ 0 a la última del sistema inicial. Ahora, en el esquema de la primera ecua­ción del sistema escalonado, so tiene ya sobro la última Unen de correspondencia el segmento representativo do X igual (según la forma misma de esta ecuación) a r ± ¿i -|- r 2 i 2. Basta, pues, añadirle r 6 ¿e (cosa fácil, puesto que i 6 acaba do ser determinado) para obtener ei segmento representativo de E.

Sólo falta, según la observación hecha anteriormente,

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ARITMÉTICA Y ALGEBRA GRAFICAS 79

escoger ol módulo y con el cual la medida de este seg­mento sea precisamente igual a E para deducir de 6! la base 5 y, por consiguiente, el polo P. Las paralelas a las direcciones últimamente obtenidas para i ir *2, . . . i 0, trazadas por este polo determinan sobre Oy (mod. p) los valores buscados para estas cantidades.

Las operaciones gráficas que hay que efectuar en ios esquemas de las 6 ecuaciones están indicadas en la figu­ra 23. La cantidad auxiliar 7. está representada sobre los esquemas de las ecuaciones (VI bis) y (Y bis), por los segmentos Ow0 y 3 w '0.

Los dos sistemas de valores arbitrariamente escogidos para i i} i 2, i3, ji5, trazados sobre los esquemas (VI (II), (IV), (III), (V bis) (línea de puntos y línea de trazos) dan sobre el último de estos esquemas el cen­tro del cual so deducen, retrocediendo, tas direcciones co­rrespondientes a los valores buscados do estas cinco in­cógnitas. Transportando e í 5 sobro el esquema de (I) so tiene ¿0; en fin, i Ci, i 2, i 4 transportados sobre el esquema de (VI), a partir del punto terminal, dan ol punto inicial M0; el módulo y debe elegirse de manera que el número que mide 0Mo sea igual al valor dado de E. Para esto, habiendo llevado el módulo « en 0 « sobre el esquema de (VI) y el segmento representativo de E (mód. p) sobre O//, se traza a H 0<* por E una paralela que corta a Ox en P. La9 paralelas a las direcciones i k trazadas por P cortan a O// en puntos cujas ordenadas, medidas con el módulo (J, sou iguales a los valores i k buscados.

16. Empleo de Intervalos variables. Esquemas ra­diantes.— Partiendo de la consideración de los polino­mios súmatenos definidos en el nüm. €, hemos obtenido en el núm. I I la representación de las formas lineales

<*0 -f- ® a 2» "I- ■ - .' H” &n Zn I

haciendo corresponder los coeficientes a0, a iy . . . oM a

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Fig. 23.

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los intervalos, coutados según Ox, entre las líneas de co­rrespondencia, *y los valores de Jas variables a las ordena­das contadas sobro O y, o, lo que viene a ser lo mismo, a las direcciones de los lados del polígono sumatorio ten­dido sobre estas líneas de correspondencia.

Evidentemente, hubiéramos podido — aunque esto soa menos natural—proceder de contrario modo. En este se­gundo sistema de representación, a los coeficientes a0, ait . . . a„ corresponden direcciones fijas para los lados del polígono sumatorio, a las variables z2, . . . %„ intervalos variables entre las líneas de correspondencia. II. I 1. Boulad se ha dedicado a resolver, por medio de este sistema de representación, los diversos proble­mas que se refieren a los sistemas lineales. Nos pro­ponemos indicar aquí algunas de sus ingeniosas solu­ciones. ,

Ocupémonos primero do la eliminación. Así como, precedentemente, el esquema de una ecuación lineal es­taba constituido por los segmentos representativos de los coeficientes a0, ai} . . . a„ , llevados sobro un mismo eje, estará constituido nquí por las direcciones repre­sentativas de estos coeficientes, partiendo de un mis­mo punto P 1. A un tal esquema le llamaremos ra­diante.

Eutonces, el teorema correlativo del de Van den Berg (núm. J 2) será el siguiente: Si los raijos correspondien­tes de los esquemas radiantes da dos ecuaciones

(la Ui 2 1 -f- (l? -\~ . . . -j- a>¡ Zn = 0,

b o -f- 2j -f- b i Zv -f- . . . -f- bn Zn " 0,

ARITM ÉTICA T Xr.GEBRA O R IF IC A S S í

1 Para obtener estas direcciones, se toma el punto P a la distancia 6 de Oy, sobre el cual se lleva a partir de O loa segmentos representativos de <Jo, «i, . . . an (mod. £), y se une el punto P a los extremos de estos segmentos.

o

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82 CÁLCULO GRÁFJCO

•partiendo, respecti vamente, de los puntos P y P ' se cor­tan dos a dos en los 'puntos 0 , 1 , 2 , . . . n, basta unirestos punios a un punto cualquiera P " de la reda PP ' para tener el esquema radiante de mui eciuición que .<te satisface al mismo tiempo que las precedentes.

La demostración de este teo­rema es inmediata. En efecto, siendo a i y bi los coeficientes angulares de las rectas que unen el punto i a los polos P y P ' (fig. 24), si se toma el punto P " de tal modo que

P " Pp, p „ = X, se tiene parael coeficiente angular c¿ de la recta ¿P "

( l 4 - X K j = a¡ 4 X l)4 ,

y esto basta para establecer la proposición.Ahora, para eliminar la incógnita xn , basta tomar el

punto P " sobre P P ' do manera que la recta n ¥ " sea paralela a Ox.

'De aquí, por eliminaciones sucesivas, un nuevo medio de reducir un sistema dado a la forma escalonada simple

a; + «; z, — o,rt’ + z -j- z — ü,O 1 I I ».1 2 9 7"Ü + rtí z , + al z ' + al z% = °-

Conocidos entonces los coeficientes de estas diversas ecuaciones por sus esquemas radiantes, se obtienen los valores de las incógnitas x i) x2, *s, . . . por la construc­ción siguiente:

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a r it m é t ic a y Al g e b r a g r á f ic a s 83

Habiendo tomado sobre Ox (fig. 25) el segmento0 0 = a, se tiende sobre la línea de correspondencia del punto 0, a partir de O, el polígono de direcciones (as¿, a¡)? lo que da sobre Ox el punto terminal 1 , y 0 1 ==z1; so­bre las líneas de correspondencia de 0 y de 1 se tiende, a partir de O, el polígono de direcciones (a\, a \ , a]), lo que da sobre Ox el punto terminal 2, y 1 2 = *a> y así sucesivamente.

i _ni3

0 Jl• — ■— V)

Fig. 25.

M. Tí. Boulad ha observado igualmente que este modo de representación implica tambión un teorema correla­tivo del de Massau (núro. 13), permitiendo referir la re­solución de un sistema cualquiera de n ecuaciones a la resolución de dos sistemas de n — 1 ecuaciones.

Sea, en efecto, (fig. 26)un polígono cuyas direcciones sean los coeficientes a ? > • • • w"_i> a » d© la Ké8ima ecuación y cuyos inter­valos x \ , x \ , . . . x'„ satisfacen a las otras n — 1 ecua­ciones. Las coordenadas del vértice M'( de este polígo­no son:

Zt ¿a + • •• + ■*<»

Vi = ( ! • + « , + a., \ 4 - • • • 4 - « j z'i-

Luego, en virtud del lema algébrico del núm. 13, exis­te entre x¡ e y ( una relación lineal tal como

Xi x < + í*< Vi + v< = °;

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81 CÁLCULO GRÁFICO

dicho de otro modo: cuando se cambia el sistema z \ , . . . x 'n satisfaciendo siempre a las n — 1 ecuaciones p ri­m eras, el punto describe una recta a¡ . Se puede aña­d ir todavía que esta recta A{ conserva una dirección fija

si se hacen variar solamente lo8 térm inos constantes a'0¡ a \ , . . . a ? ~ l , puesto que los coeficientes X{ y (i< son^ independientes de ellos.

Dos sistemas de valores {x,\ x ' \ y (x " ,x ") que satisfacen a las n — 1 ecuaciones prim eras de­term inan las recta9 a 2, . . . A»—i , a„. El punto de en­cuentro de esta últim a con O a: es el punto term inal m „ del polígono resolvente para la « é8im® ecuación. Tendien­do, a p a itir de esto punto sobre las rectas A„ —i , . . . a8, a un polígono cuyos lados sean de direcciones (aJ| y a j ¡ _ t , . . . a ” ), se obtienen los puntos M „ _ iM n_ a, ... M | U 0, cuyos intervalos sucesivos hacen conocer las raíces buscadas (mod. «).

C-— Ecuaciones de cualquier grado.

17. Esquema de los polinomios enteros de cual­quier grado.— Habiendo afectado cada uno de los cuatro lados de un cuadrado de uu sentido positivo, marcado

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ARITMÉTICA Y ÁLGEBRA GRÁFICAS 85

por una flecha, y de un índice 0, 1, 2 y 3 (6g. 27), y conviniendo en lle­var los segm entos do índice 4 p -j- 1 paralelam ente a la flecha de índice i, o en sentido contrario, según que sean posi­tivos o negativos, construyamos el es­quema del polinomio Fig. 87.

aoZ* 4- «i 2" “ 1 4- «»2" ~ 24 ••• 4 a„_ i z + an>

trazando sucesivamente los segmentos

Momo, ... »«„ — i >«„ ,

representativos, según esta convención, de los coeficien­tes a0, a t , ... a„ medidos con el mismo módulo. Esto equivale a tomar « = y y, por consiguiente, p = 8 , re­presentando siempre este último segmento la distancia del polo P, al origen O. La figura M0 m 0 ... w » _ i m n así obtenida, llamada ortógono, constituye el esquema gráfico del polinomio de grado n dado.

Hecho esto, tracemos otro ortógono, partiendo igual­mente del punto 3f0, y cuyos vórtices sucesivos 3I1,

M„ estén sobro los lados *n0m1r ..del precedente. Estojo expresaremos diciendo

simplemente que este segundo ortógono está tendido so­bro el primero.

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86 CÁLCULO GRÁFICO

Si el lado MoM j es paralelo a la dirección x, es decir, a la recta que une el polo P al extremo del segmen­tó x llevado a partir de O sobre O y (mód. p), se tiene w 0M1 = a 0»; luego, adoptando ahora como sentido po­sitivo el de la flecha 1 , se tiene también — a0x,y por consiguiente, Mi m i — a0x-\-ai .

Como la dirección x con relación al eje M0»í0 está dada por M0M1, se tendrá esta dirección * con relación al eje M1?»1, perpendicular al primero, trazando por M4 !a perpendicular M1 i l 2 a M0M1. Entonces se tiene

W i M j = a ¡)z = ’ao«’ + <tiZ,

siendo el sentido positivo el del eje M0m0 primitivo; adoptando ahora como sentido positivo el de la flecha 2, se tiene también M = a0x 2 UfX, y, por consi­guiente,

Ms»ij = a<12a -j- aiZ -j- «*•

Continuando del mismo modo, se ve que

M» m» — a«zn 4- aiZn~ l + • • ■ +•<!„_i* + <*„.

Luego, la distancia (contada positivamente según la flecha de Indice i si w = 4p -f- «) del último vértice del ortógono tendido sobre el esquema, para cierta dirección z, al punto terminal de este esquema, hace conocer (mó­dulo <x) el valor que toma el polinomio para el valor considerado de z.

Tal es el teorema que Birve de fundamento al método

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de Lilii, que a continuación se expone, para la resolu­ción de las ecuaciones de cualquier grado.

18. Resolución de ecuaciones de cualquier grado.Se tendrá una raíz de la ecuación,

« t í » + « i 2 * '“ 1 + ■ • • + « „ _ ! * + «ti = 0 ,

si para este valor de x, el polinomio del primer miembro toma el valor O, es decir, si el último vórtice M„ del or­tógono tendido sobre el esquema de este polinomio, coin­cide con el punto terminal m n de este esquema, en cuyo caso se dice que el esquema está cerrado por el ortógono.

En general, no se podrá obtener este valor de z, más que por tanteos. Se dará arbitrariamente un valor a próximo a la raíz x 0 buscada {que en la práctica se co­noce casi siempre aproximadamente); esto conduce a tra­zar arbitrariamente el primer lado M0M, del ortógono trazado sobre el esquema. Se comprobará en qué punto

termina el ortógono obtenido, a partir de este primer lado, por un giro de noventa grados sobre los sucesivos del esquema, y se modificará progresivamente la direc­ción del primer lado MqHj hasta que el punto M„ venga a coincidir con el punto terminal ?nn del esquema.

Estos tanteos se facilitan mucho por un artificio indi­cado por Lili 2 cuando publicó su método, y que consiste

a r it m é t ic a y A i.g b b h a o r í k io a 8 87

1 Lili. V éase también: Arnoux et Deny; de este último es de quien hemos tomado el térm ino de ortógono.

s Lili, pág. 361. Sobre otro aparato destinado a facilitar los tanteos, véase también Arnoux.

Page 93: Calculo Grafico y Nomografia

88 oXlc ü lo o r íf ic o

en hacer uso de un transparente provisto de una cuadrí­cula de malla tupida (al milímetro, por ejemplo) que se aplica sobre el esquema de la ecuación, y sobre el cual es muy fácil seguir a simple vista los lados sucesivos de un ortógono que tonga sus vórtices sobre el esquema sin tener que truzar efectivamente e¡»te ortógono.

Se puede también obtener muy aproximadamente la solución buscada por una construcción gráfica auxiliar, cuando se ha logrado trazar sobre el esquema dos ortó- gonos terminando en puntos H„ y 3 1 situados a distin­to lado del punto terminal m„ . Después de trazar, por el polo P, a los primeros lados de estos ortógonos, para­lelas que cortan a O y en (i y n', se trazan por estos pun­tos perpendiculares a este eje, sobre las cuales se llevan, respectivamente a un lado y otro del eje, los segmentos iiv = Mn m„ y (iV = 1T„ m„ . Si la recta w’ corta a O y en (i0, Ojio es muy sensiblemente igual a la raíz busca­da, como se puede además verificar trazando sobre el es­quema el ortógono, cuyo primer lado es paralelo a Pn„. Esto es, como se ve, una nueva aplicación del principio de donde procede el método de aproximación por partes proporcionales para la resolución de las ecuaciones nu­méricas.

Además, cuando la ecuación so reduce al 2." grado, se obtiene la solución sin tanteos. Sea, en efecto, M0w0to1i« 2 (fig. 28) el esquema de la ecuación

a» 2* + «i z + «» — O,

y MqMuMjj el ortógono que corresponde a una de la9 raíces, coincidiendo M¡¡ con Siendo recto el ángulo

Page 94: Calculo Grafico y Nomografia

ARITMÉTICA Y ÁLGEBRA GRÁFI0A8 89

M,

en M1; este punto estará sobre el círculo que tiene M0rn2 por diámetro, de donde se deduce la construcción siguiente: se des­cribe sobre i l 0m4 como diámetro ■un círculo que corta a m0m2 e7i Mt y M'*; si las paralelas a M0 M4 y MqM'í trazadas por el polo P cortan a Oy en (i, y p',, las raíces vendrán dadas en mag­nitud y signo por 0 [ii y Oii\(mód. fi = PO).

Es muy fácil, por otra parte, justificar esta construc­ción de un modo completamente elemental. Basta, en efecto, establecer que las raíces son iguales a

0 II M„

K\

h, . / y y\\ ¡ Xi

h; / \M ,¡L---" 'ii»2 ‘ •

Fi*. 28.

m;

Míq M 1 M ■] ’•wq

dicho de otro modo, que

■»o M'i M o »> o

«¿o M i -|- í« o3J 'i = — « i ,

y m0 W j . tu» M ’i = a»«»,

igualdades evidentes en la figura 28, si se observa que el círculo de diámetro H 0mz2 Pasa Pur el pi° H de la per­pendicular bajada a M0ra0 desde ?«a.

Observemos, de paso, que el mótodo precedente da el medio de extraer gráficamente las raíces ?i<ía!m8‘ , opera­ción que conduce a resolver la ecuación

z n - a = ú.

Page 95: Calculo Grafico y Nomografia

90 CÁLCULO GUXFICO

Bu particular, ea el caso del segundo grado, se en­cuentra así !a construcción clásica basada sobre la pro­piedad fundamental de la altura del triángulo rectángulo.

En el caso general, se puede gráficamente (como se liaría algébricamente) rebajar en una unidad el grado de la ecuación, en cuanto ba sido determinada una raíz x0. Se sabe, en efecto, que se tiene:

ao zn - f a, z n~ l - f . . . + ai¡_ l z + an— (* — *«) ( a, zn~ l + a, zn~ l +• . . . « ',_ ,)

siendo

aií = «o /di — flo ¿o tfi

a, = zl + a3 0 0 1 I 0 1 1

fl« - l = «„ ^ r l + a, z’l ~2 + ... +

Ahora, según lo que se ha visto en el número prece­dente, estas diversas cantidades están respectivamente dadas, sobre el gráfico, por M0m0, M1w 1, M2w 2, - . .

Basta, pues, construir, a partir del pauto M0, el ortógono cuyos lados sucesivos son equipolentes a estos segmentos sucesivos, tomados con su signo, para obtener el esquema del polinomio a \x n~ 2 -{-. . . -(- ® l_ i, <lue se tratará a su vez de la misma ma­nera i . Se continuará así hasta que se llegue a un poli­

1 Cremona, 1, pág.47.—Aquí, la observación se completa con esta otra (pág. 74): que si z0 y Z\ son dos raíces de f(z) ~ 0, de suerte que los ortógonos de z<> y de z, cierren el esquema de f(z), los lados correspondientes de estos dos

Page 96: Calculo Grafico y Nomografia

a r itm étic a v Alg eb r a g r á f ic a s 91

nomio de 2 .° grado, cuyas raíces se obtendrán como aca­ba de decirse (fig. 28). Nuuca habrá, pues, que hacer más que n — 2 ensayos para obtener todas las raíces de una ecuación de grado n, suponiendo, además, todas las raíces reales. En particular, bastará un solo ensayo para una ecuación de 3.er grado. La figura 29 muestra, como ejemplo, la aplicación del método a la ecuación

2* — 2* — 1,59 2 + 1,26 = 0,

de 3a cual solamente la raíz — 0,7 se ha obtenido por tanteo sobre el esquema M0w 0 por medio del ortógono MoMíMaMs- Las otras dos, determinadas en seguida como raíces de la ecuación de 2 .° grado, cuyo esquema es (obtenido llevando w,m, —M,wí,y m \in \ — M,m t\ son %\ — 1,5 y x"— —1,2. Además, aquí hemos tomado el polo P coincidiendo con el punto inicial M0, lo que evita el trazar las paralelas a las rectas

M M , M M \ M m ".0 17 0 17 0 i

Por otra parte, cuando en una aplicación práctica hay que resolver una ecuación de grade superior, es raro que haya necesidad de determinar más de una raíz, además

ortógonos se cortan en puntos que forma otro ortógono que (prescindiendo de una rotaoión de los ejes y un cambio de módulo) puede ser considerado como el esquema de

f fí) z ) • En la práctica, es preferible el procedi­miento de reduooión arriba indicado.

Page 97: Calculo Grafico y Nomografia

92 CÍLCULO onírico

aproximadamente conocida de antemano, lo que impide que pueda confundirse con otra. Y todavía, cuando el grado de la ecuación es impar, esta raíz es con frecuen­cia la única real que poseo la ecuación.

y ............

/ " M, Ti., ' V '1'»

/ M,

i / . •••

..U*

0 y

\ / /

< - .........." " " "

vi«, üa

19. Transformación por la abscisa.—El sistema de representación do los polinomios que acaba de indicarse puede sustituir a ia escritura algébrica. El esquema grá­fico define completamente el polinomio; pero se necesita una nueva construcción, sobre este esquema, para cada

Page 98: Calculo Grafico y Nomografia

valor atribuido a la variable si se quiere tener el valor correspondiente del polinomio, sin poder abrazar de una ojeada las variaciones simultáneas de estos dos elemen­tos. Si tuviéramos necesidad de esto, babrfa que recurrir a la curva representativa obtenida cuando se consideran los valores del polinomio como ordenadas correspondien­tes a los valores de la variable tomados como abscisas. Vamos a ocuparnos ahora de la construcción de tal cur­va por trazados lineales. La haremos derivar de un modo de transformación propuesto, en 1761, para este objeto, por J.-A. ven Segner 4:

Sea (M) una curva cuya ecuación, referida a los ejes Ox y O y, es

y = F (re),

estando además, si se quiere, la abscisa x y la ordenada y medidas con módulos diferentes « y ¡5. Llamaremos transformada directa por la abscisa de la propuesta, la curva (M4) cuya ecuación sea

y , = jo F (x).

A su vez, la curva (M), se llamará la transformada inversa por la abscisa de la curva (M-j).

La construcción que permite pasar del punto M al punto (fig. 30), e inversamente, resulta iumediata-

ARITMÉTICA Y ÁLGEBRA GRÁFICAS 93

1 Segner. L a m ism a construcción ha sido tam bién inven ­tad a por B ellav itis (Favaro, pág. 204). Sa encon trará más adelan te (núm. 75) el p rincip io de una construcción com­p letam ente d iferen te .

Page 99: Calculo Grafico y Nomografia

9.4 CÁLCULO GRÁFICO

mente de la construcción fundamental del núm. 8, que se puede además aplicar haciendo coincidir el polo con

Si sobre este eje tJY se toma el punto m ' de igual ordenada que M, trazando la paralela Mm ' a Ox, basta trazar Om ' para obtener sobre la línea de corresponden­cia del punto 1L el punto Esta construcción resulta además inmediatamente de la semejanza de ios triángu­los OíwMí y O U » /, que da, en efecto,

oFiff. 80.

el origen O, lo que equi­vale a llevar la base 5 en 0 0 sobre la parte positiva de Oa:. El ori­gen O se llama entonces el polo, y la línea de correspondencia UV el eje de la transforma­ción.

m M i U m 'O m ~ 0 0

o __ yX 1

Es fácil, además, conocer la relación que existe entre las tangentes en M y M* a las curvas (M) y (M^). Las ecuaciones de estas tangentes, son, en efecto:

Page 100: Calculo Grafico y Nomografia

ARITMÉTICA Y ÁLGEBRA GRÁFICAS 95

o, teniendo en cuenta la igualdad de definición,

(2) Y — ¿cy = + x - ~ j (X — x).

Eliminando entre las ecuaciones (1) y (2) (multi- eando la primera por — x y sumando), se obtiene

Y (1 — x) = y (X — x),

que es la ecuación de la recta m m '.Esta recta mm' pasa, pues, por el punto de encuentro

ile las tangentes en M y en 1 1 1 a las curvas (1 1 ) y (Mi). Este teorema permite, cuando se conoce una de las dos tangentes, construir inmediatamente la otra. Para la apli­cación de e9te teorema, hay necesidad, sin embargo, de considerar aparte los casos siguientes:

1.° Si el punto M está sobre O y, en cuyo caso el punto se confunde con O, la tan­gente en Mt se confunde con Om ‘(fig. 31). Inversamente, si se da el punto M* en O, el punto M es inde­terminado, a no ser que se conoz­ca la tangente en a la curva que describe este punto. En efecto, en y¡8. 8i.este caso, según lo que acabamos de ver, si la tangente en O a esta curva corta al eje U"V en m ‘, el punto II es el punto de O y de igual ordenada que m !.

2 .° Si el punto M se encuentra sobre U V (6g. 32), los puntos H, Mj y m ' están confundidos, y no puede

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96 CÍLCÜLO GRÁFICO

aplicarse Ja propiedad anterior de las tangentes en M y en M4; pero se puede notar que en este caso, la tangente M1 T1 y la pa­ralela a MT trazada por U se cor­lan sobre el eje 0 y. En efecto, se­gún su ecuación (2 ), la tangente M * ^ tiene por ordenada on el origen:Flg. 82.

<lydx

(biendo aquí x igual a 1 ), y lo mismo la paralela MT trazada por U, que tiene aquí por ecuación,

dydx

3.° Si ol punto M se encuentra sobre Ox, (fig. 33), los puntos M, Mi y m están confundidos, y la propiedad fundamental de las tangentes tampoco es aplicable; pero, en este caso, la tangente MT y la paralela a M1 T 1 traxada por U se cortan sobre O y. En efecto, según su ecuación (1 ), la tangente MT tiene por or-

d¡)F¡ff. »3.

denada en el origen x -£ 2 (siendo aquí y igual a 0), 3

lo mismo la paralela a MdTt trazada por U, que tienen aquí por ecuación,

dy

Page 102: Calculo Grafico y Nomografia

■ARITMÉTICA Y ÁLGEBRA GRÁFICAS 97

Observación I .—Hemos supuesto la ordenada, y con­tada a partir de O x; hubiéramos podido también supo­nerla contada a partir de una curva do referencia (/«) cualquiera (fig. 34). Para efectuar la construcción por la cual se enlazan los puntos M y M’,, basta tomar un eje O 'x ' instantáneo cual­quiera (por ejemplo, para­lelo a O#). Tomándolo diri­gido según la tangente en m a la curva (m) de refe­rencia, se tiene la ventaja do poder, cuando se pasa a la posición infinitamente próxima, considerar el pini­to m como moviéndose a lo largo do este eje, y, por con­siguiente, que con el eje O 'x ' así escogido, la propiedad arriba demostrada para las tangentes subsiste.

Observación I I .— Si se suponen iguales los módulos a y p, es fácil encontrar la relación entre los radios do curvatura R y R4 de las curvas (M) y (M t) . La igualdad de definición derivada dos veces da, en efecto,

fl*t/i _ <> jjjL _l d *V i x -1 ~ <lx 1 x d x * '

o, llamando 8 y 9 t los ángulos de las tangentes MT y M,T con O#,

Ricos30i ■ tg 0 4- ¡{eosio 1

20. Curva representativa de un polinomio.—Inter­polación parabólica gráfica.—-Ahora estamos ya en con­diciones de construir la ordenada, correspondiente a un

Flg. 34.

Page 103: Calculo Grafico y Nomografia

98 CÁLCULO GRÁFICO

valor cualquiera de x, de la curva representativa del polinomio

<xaz" + « r z" •• 2 + rc„.Para esto no tendremos que hacer sino una aplicación

repetida de la transformación por la abscisa a partir delina recta paralela a Ox; pero si se quiere que las orde­nadas de las transformadas sucesivas puedan ser medidas con el mismo módulo 1, se necesita, a partir de la prime­ra transformación, tomar y~ P y, por consiguiente, 5=ot.

Habiendo, pues, elegido un primer eje O ^ ., do absci­sas (fig. 35) y trazado por el punto Mt a la unidad de

distancia (0 1U 1 = «mm) la pa- •” > ratela TJ V a O y, tomemos una

abscisa cualquiera O = x. A esta abscisa corresponde, sobre la recta Or)ce,i de orde­nada a („ un punto M0 cuyatransformada 31 por la abs­cisa tiene por ordenada a„ %. Hagamos descender el origen, una cantidad O^O.» — «.j 2. Con relación al eje 0 2¿r2

pi». 85. punto II j tiene por ordenada________ Oo2 -|-aj,

1 Esto no es absolutam ente necesario; se puede tomar para Y valo r Y i d iferen te de $5. Pero, en este caso, a la segunda transform ación, debiendo tom arse y , para mó­dulo fl, las ordenadas de la nueva transform ada deberán m edirse con Vs ta l que «Yi — Ys5j de igual modo, las de la te rcera con Y i ta l que ct y a = Y s 5 , y a s í sucesivam ente.

8 Si a i fuese negativo, el descenso negativo equivaldría a una elevación.

Page 104: Calculo Grafico y Nomografia

ARITMÉTICA Y Á LG E B R A GRÁFICAS 9S)

y su transformada por la abscisa

«i z.

Bajemos de nuevo 0 2 la cantidad 0 20<| = n2, y así sucesivamente. Finalmente, et punto 3f„ reforido al ejeO ,( + i a.„+i tendrá por ordenada

íi(ií” + íi]?’l_ 1 -|- ■. ■ + „ _ i a o„ .

Repitiendo la misma construcción para un cierto nú­mero de valores x, atribuidos a la abscisa, se obtiene !a curva representativa de este polinomio referido a los ejes 0 „4-1 x„ -f- 1 y O„ + 1 y; esta curva es una parábola ge­neral de orden n. En todo lo que sigue, designaremos tal parábola con la notación n M .

Observemos, como aplicación del primero de los tres casos particulares examinados en el núrn. 1 0 , que, de una manera general, la parábola n„ pasa por el punto 0„ , en que su tangente es On TJ„_ L.

Puesto que la ecuación de una parábola n„ contiene n -(- 1 parámetros, se necesitan n -)- .1 condiciones geo­métricas simples para determinarla; por ejemplo, es ne­cesario conocer p puntos y las tangentes en q de estos puntos, si

}> + 1 = » + 1 •

El problema que consiste, dados estos p puntos y estas q tangentes, en construir el punto (con su tangente) co­rrespondiente a una abscisa cualquiera, es el de la inter­polación parabólica gráfica.

Page 105: Calculo Grafico y Nomografia

100 CALCOLO q r Af ic o

La Solución descansa en el principio siguiente: de los elementos dados, por medio de n — 1 transfor­

maciones inversas por la abscisa, se deducen dos puntoso un panto y una dirección, que determinan una recta que, por las n — 1 transformaciones directas exacta­mente contrarias a las precedentes, da la parábola ge­neral de orden n buscada.

Para efectuar las n — 1 transformaciones inversas, se toma cada voz por origen uno de los puntos dados por la transformación precedente, lo que conduce a anular en el polinomio correspondiente el término constante; de esta manera, dividiendo por z, so obtiene un po'inomio entero en x de grado inferior en una unidad. Esto es lo que permite obtener las reducciones sucesivas de que acabamos de hablar.

Cada uuo de los puntos, excepto el tomado por origen, dará un punto correspondiente de la transformada in­versa, y toda tangente en uno de estos puntos una tan­gente correspondiente; este enunciado puede además re­ducirse a su primera parte si se considera un punto y la tangente en 61 como el conjunto de dos puntos infini­tamente próximos.

El punto tomado por origen no da ningún punto co­rrespondiente de la transformada: sin embargo, si se tiene, entre los datos, la tangente en este punto es como si se conociese otro punto (infinitamente próximo a éste), y este otro punto debe dar uno de la transformada. So está en­tonces, en efecto, en el primer caso particular del mim. 19, y la construcción indicada en este sitio permite deducir de la tangente en el origen de la curva dada, el punto de la transformada inversa situado sobre el eje O y.

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21. Aplicación a la representación de resultados de observaciones físicas.—Cuando se ha determinado por observaciones físicas, la manera de variar una magnitud y respecto de otra magnitud x, se empieza, para encon­trar la ley de esta variación, por marcar sobre un plano los puutos cuyas coordenadas (medidas si es necesario con módulos diferentes # y p) están dadas por los pares de valores de x e y, y se trata de determinar la ecuación de la línea media sobre la cual vienen a situarse estos puntos, tratando primero de referirla aproximadamente a la forma de un polinomio algébrico y entero: dicho de otro modo, se procura hacer pasar por los puntos encon­trados una n „ cuyo orden sea notablemente inferior al número l í de estos puntos. Si estos puntos están sensi­blemente dispuestos sobre una n „ — 1 aplicaciones de la transformación inversa por la abscisa 1 con una base 8 cualquiera (pudiendo además variar de una transfor­mación a otra) siempre que se tome de cada vez por ori­gen uno de los últimos puntos obtenidos, darán

X — n -f- 1

puntos sensiblemente en línea rec ta . Trabando esta recta media A, se podrá, recoriendo en sentido contrario la cadena de las transformaciones precedentemente efec­tuadas, determinar tantos nuevos puntos como se quieran de la n „ con la cual se realiza la interpolación gráfica.

ARITMÉTICA Y ÁLGEBRA GRÁFICAS 101

1 E s ta s constru cc io n es se rán m ucho m ás fáciles si se opera so b re u n a hoja de p apel cu ad ricu lad o a l m ilím etro .

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102 CÁLCULO GKÁF1CO

Poro, en la práctica, lo que se busca en general, son los valores numéricos de los coeficientes de la ecuación

;/=>«„ + r t , . í ’* ~ 1+ x 4 an ,

de esta ir„ referida a los ejes primitivos que llamaremos 0 „ + i x„ + l y 0„ + l / / . Para obtenerlos, es necesario poder efectuar, en sentido contrario, la construcción indicada en la figura 35 pasando del eje 0 „ + 1 a;n + 1 a On x n , después a O „ _ i* „ _ t ( y as* sucesivamente hasta 0 0 ^o- Los segmentos O0 O 4, . . . On O„ + i, to­mados positivamente de arriba hacia abajo, harán cono­cer los coeficientes a0, . . . « „s i se les mide con elmódulo p *.

Pasando de la recta A precedentemente obtenida a la parábola n M> se podrá determinar, como se ha dicho más arriba, no solamente el punto 0 „ en que esta parábola n„ encuentra al eje On _|_i y, sino también la tangente en esto punto que, según la construcción indicada en el nú­mero precedente, es indispensable para determinar 0 „ _ i por la transformación cuyo polo está en (>„ . Sin embar­go, esta transformación no dará a conocer la tangente en On_ t a la parábola II „ _ i que determina, y que, a su vez, será necesaria para la construcción subsiguiente del punto On_ 2. Será preciso, para obtenerla, procediendo con un número suficiente de puntos de Jln-xcom o se ha

1 Esto supone que se ha tomado, como más arriba, a = lo que im plica Si no fuese así, los m ódulos serían d i­ferentes para los d iversos segm entos O 0O ,, OiO», . . . , O n —l O n , conform e se ha explicado en la no ta 1.a do la pág ina 98.

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ARITMÉTICA Y ¿LGEBRA ORIFICAS 103

hecho con los d e n „ , llegar, por repetición sucesiva del procedimiento, a una recta A' que, por la marcha inversa de las transformaciones efectuadas, permitirá obtener la tangente en 0„ _ i a Renovándose esta necesidaden el paso de cada punto 0 K_ ¿ al siguiente, se ve que, en el caso general, no dejará de ser la construcción bas­tante larga. Pero, basta frecuentemente, una interpola-

Fig. 86.

ción de segundo grado, a veces de tercero. Y en estos dos casos, en el primero sobre todo, la construcción toma una forma verdaderamente sencilla.

Sea, por ejemplo, determinar los coeficientes a0, a it «2, de la n 2 que pasa por los puntos Á 2, B 2, C2 referi­dos a 0 3a;s y O3y (fig. 36). Para obtener la recta desig­nada anteriormente por A, basta, tomando A 2 por polo y

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lO i CÁLCULO GRÁFICO

la Jínea de correspondencia de C2 como eje de la trans­formación, construir la transformada inversa B \ de B2 (estando C'^ confundido con C2). La recta A es, entonces,

que corta a O3 y en 0 \ . La transformada directa O'j (con el mismo polo Az y el mismo eje C2Cj) es 0 2 i, y la tangeuto en este punto Ü2 T2. Encontrando esta tan­gente en al eje CJ3V (cnja abscisa es igual al módu­lo a), la proyección do U.J sobro 0 :ii/ haco conocer ()i . Para obtener la recta transformada de la II2, basta tomar la transformada inversa A d de A 2 para el polo y el ejo II, V. Esta recta corta a Ü4V en U0 que so proyecta en O0 sobro O\y . Entonces los coeficientes buscados vie­nen dados por los segmentos OdO*, 0 ()2, 0 20 -i (toman­do el sentido positivo de arriba hacia abajo). En la figu­ra 36, construida con los módulos a = 2ora, p = l ctn 2, se tiene a f)= 1,5, «! = — 4, a¡¡ = 5. Con relación a los ejes (>3*3 y O-Ayz escogidos, los puntos A2, B2, C2, per­tenecen, pues, a la n 2 representativa de

1 , óx's — 4x-\-ñ .

En el caso de una interpolación de tercer orden, bas­ta además, determinar (como se ha indicado más arriba) la tangente en el punto de partida O3.

’ R epitiendo la m isma construcción a p a r tir de varios puntos obtenidos em píricam ente, tom ados sucesivam ente por polos A ,, se obtienen o tras tantas determ inaciones del mismo punto 0 2; lo que, en ta l caso, ofrece el medio de au ­m entar la precisión efectuando la compensación de estas diversas determ inaciones.

* X.a figura original lia sido reducida al cuarto para la im presión.

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a r it m é t ic a y Al g e b r a g r Af io a s 105

22. Imagen logarítmica de un polinomio. - En todo lo que precede—y ese es el carácter esencial del cálculo gráfico ordinario—los números han sido representados, mediante las escalas métricas, por segmentos de recta cuyas longitudes les son proporcionales. So puedo ima­ginar otro sistema de cálculo gráfico en el cual todo nú­mero estó ropresontado por un segmento proporcional a una función dada de este número, definida gráficamente por medio de una escala apropiada. Resultará ordinaria­mente de esto una complicación inútil; en algunos casos, sin embargo, con una elección conveniente de la escala funcional utilizada, puedon obtenerse ciertas ventajas es­peciales. Así es como, por ejemplo, 3£. Mehmke ha llega­do u considerar un sistema de cálculo gráfico fundado en el empleo de una escala logarítmica

Esta escala está definida del siguiente modo: a partir de un mismo origen se llevan sobre un oje segmentos proporcionales a log n, para diferentes valores de n, inscribiendo cada vez el valor de n al lado de la extre­midad del sogmento correspondiente. El origen lleva ne­cesariamente la cota 1 , puesto que log. 1 — 0, y el mó­dulo de la escala es igual a la distancia entre este punto do cota 1 y el punto de cota 10 2. Para tener el segmen­to representativo del número n basta, pues, tomar sobre esta escala, el segmento comprendido entre los puntos de cotas 1 y n, y recíprocamente.

Sabido esto, si se considera como abscisa el segmento representativo de x¡ como ordenada el de f(x), tomados uno y otro en esta escala logarítmica, se obtiene la ima­gen logarítmica de esta función. En particular, la ima­

1 MehmJce. V erem os más lijo s (núm. 75) que todavía sepuede hacer in te rv en ir con u tilidad o tras escalas funcio­nales en el cálculo gráfico propiam ente dicho.

4 So tra ta aquí de logaritm os vulgares. P a ra más d e ta ­lles sobre las escalas logan'tm ioas, véase núm . 49.

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106 CÁLCULO g r á f ic o

gen de un monomio tal como a x n soríi una recta cuyo coeficiente angular será igual a n, y la ordenada en el origen a lo^ a . Construir esta imagen conduce, en efec­to, a poner

x — los y = log agn ,

y se tiene y = nx-\- log«.

En este modo do representación, la operación más sencilla do efectuar gráficamente es la multiplicación (o la división), puesto que basta adicionar los segmentos representativos de los factores p-.fra obtener el del pro­ducto. Por el contrario, aquí la adición (o la sustracción), resulta una operación transcendente. Para efectuarla,II. Mehmlre ha propuesto el procedimiento siguiente que puedo ser considerado como una interpretación gráfica do) principio do los logaritmos de adición, propuesto primero por Leonelli *, encontrado más tarde por G-auss 2,

Como se puede escribir:

log (a + b) = log b + log ( 1 + ~ ) ,

se ve qu6, si se pone:

log — = log b — log a = log í ,

se tiene: log («-(-&) = log b + log 1 -+■ •

Construyamos, pues, una curva tal (fíg. 87) que si con

1 Suplem ento logarítm ico; B urdeos, año X I (1802).5 Zach’s monntlichc Korrespondenz, t . X X V I, pág . 498

( 1812).

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ARITMÉTICA Y ALGEBRA GRAFICAS 107

el módulo de la escala logarítmica de que nos servimos, la abscisa de un punto es .c = log t, su ordenarla sea:

?/=\og ( J + .

A esta curva la llamaremos Fig. ;¡t.logarítmica de adición.

Si, en la escala logarítmica, tomamos el segmento que separa los puntos a y 6, este segmento, igual en virtud de la construcción de la escala, a log b — log a, lo será a log t. Si luego este segmento se lleva como abscisa sobre la fig, 37, la ordenada correspondiente será igual a

log ( l H- y ) ’ y bastará añadirla al segmento represen­tativo de log b para tenor el de log (a - j- b).

Luego, para tener la imagen de la suma de dos fun­ciones, 7jjí y Z2, conociendo las do cada una de estas funciones, bastará para todo valor de la abscisa, efectuar sobre las ordenadas la operación precedente, que puede enunciarse así: tomando como abscisa de la curva de la figura 37, la diferencia de las ordenadas de las imáge­nes (Zf) y (Z2), y midiendo la ordenada correspondiente, basta añadirla a la mayor de las dos ordenadas preceden­tes para obtener la ordenada del punto correspondiente de la imagen (Z4—|—Z2).

Sea, por ejemplo, construir la imagen logarítmica de n tx ^ - \ - a *;*. Las de los dos monomios a tx? y a t x5* son rectas de construcción inmediata, como se ha visto más arriba; aplicándoles la construcción que acabamos de indicar, se deducirá la imagen curva de

(i z ■+■ z • t \ 1 a uSe puede, por repetición de la misma operación, cons­

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108 CÁLCULO GRÁFICO

truir de igual modo la imagen de un polinomio entero ono, de un número cualquiera de términos. En particular, la figura 38 muestra la imagen logarítmica del polinomio

1 _ — 10,1 ir ' + 2 V a' + l,5 .r

deducida de las tres rectas imágenes de sus tres términos.

Para sustituir al empleo de la curva logarítmica de adi-

Fis- ,s8- ción, M. Brauor ha imaginadoun compás especial de tres

ramas (fig. 39) construido de tal manera que si la sepa­ración de las puntas I y II es igual a log t, la de las puntas Tí y III es igual alog 1 -|— . Bicho deotro modo, si las puntas I y II están colocadas en los extremos de las ordenadas (para igual abscisa) de las imágenes componentes, la punta III cae sobre el pun­to correspond ien te de la imagen resultante.

Fig. !)&.

Page 114: Calculo Grafico y Nomografia

ISTKGRAOIÓ.S GKÁFrOA

CAPITULO II

A .— Prop iedades fundamentales de las curvas integrales.

23. Definición de las curvas integrales.—Para re­presentar geomót rica mente ía función

V = /'<*),

en el sistema cartesiano, haciendo uso de dos ejes Ox y 0 y {núm. 1 ) (que nosotros dibujaremos, en general, per­pendiculares, pero que pueden suponerse formando un ángulo cualquiera), se puede, a menos de necesidades particulares, adoptar para las abscisas, contadas según Ox, y para las ordenadas, contadas según O y, módulos diferentes que representaremos respectivamente, como basta ahora, por a y .

En estas condiciones, la integral de la función f(x) entre x Q y es el número que expresa el área compren­dida entre la curva representativa de esta función, el eje Ox y las ordenadas que corresponden a las abscisas x 0 y

Page 115: Calculo Grafico y Nomografia

110 CÁLCULO GRÁFICO

:c\, cuando se toma por unidad de superficie el paralelo- gramo de dimensiones « y p, superficie que designare­mos por [x ¡sj t . Esta condición quedará sobrentendida en todo lo que sigue.

Entonces, la curva C, representativa de esta integra), o curva integral de la curva representativa C de la fun­ción f(x), será una curva tal que la diferencia de sus or­denadas (medidas con un cierto módulo y) correspondien­tes a dos abscisas cualesquiera, sea igual en número al área (medida con el módulo |a(3]) limitada entre las mis­mas abscisas por la curva C y el eje O*.

Para simplificar el lenguaje en lo que sigue, diromos que la curva C t es una integral de la curva C.

Añadamos que supondremos siempre—lo que ocurrirá en todas las aplicaciones quo vamos a considerar—la función f(x) finita y uniforme (pero no necesariamente continua) en el intervalo en que se hace la integración.

La ecuación de la integral C if cuando se pone en evi­dencia la constante arbitraria c, puede escribirse:

Geométricamente, la introducción de la constante ar­bitraría equivale a decir que se puede hacer pasar la in­tegral Ci por un punto At arbitrariamente escogido (fi­gura 40). Si, por este punto, se traza una paralóla al eje Oí/’, se ve, según la definición misma de la integral, que

’ E ste paralelógramo, cuyos lados son paralelos a Ox y O y, se convierte en un rectángulo en el caso de ejes rec­tangulares, y en este caso, su superficie es efectivamente igual a » p ™ 1.

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INTEGRACIÓN GRAFICA 111

la diferencia de ordenadas H 'B 1 (medida con el m ódu­lo y ) y el área a A B ¿ (medida con el módulo [«pj) so expresan por el mismo número. P a ra mayor sencillez, diromos que la ordena­da relativa H B 4 es igual al área « A B í. Esta expresión, incorrecta en sí misma, pero cayo sentido queda bien precisado en lo que precede, se impone por una evi dente necesidad de simplificación de lenguaje.

Si, del mismo modo, construimos la integral C, de otra curva C , a partir del mismo punto inicial A 1, vemos que la diferencia de ordenadas B.¡ es, según la misma convención de lenguaje, igual al área A A 'B 'B com ­prendida entre las curvas C y C '.

Las curvas C y C ' pueden estar constituidas por los dos arcos de un contorno sim ­plemente enlazado, limitados en los puntos A y B en que este contorno toca a sus ta n ­gentes paralelas a O y (fig. 41). E l segmento B 1B '1 es enton­ces igual al área encerrada en el contorno.

Observación J. — Si C se confunde con O .r, es una recta paralela a Ox.

Si C es una recia paralela a O .r, C t es una recta de dirección determinada.

Page 117: Calculo Grafico y Nomografia

Si C os u n a re c ta c u a lq u ie ra , C* es u n a p a rá b o la de seg u n d o g rado .

E n efecto:

P a ra // = (>, so t ie n e :# , =-* ,:■ y — (lo, • i/i «= «o X -j- r tj,» //=«(>./' + a i , » yt = ' ~ ^ ---}- a , * -+- « s ;

siendo a 0, a { , a 2, co n s ta n te s a rb itra r ia s re sp ec tiv am en te p a ra e l 1 .°, el 2.° y el te rc e r caso.

E n g en e ra l, la in te g ra l de u n a p a ráb o la II „ es u n a pa­rábo la H „ + 1, d e te rm in a d a a p a rto de u n a tras lac ió n p a ra le la a Oír/.

Observación I I .— Si dos cu rv as C y C t , p a rtie n d o del m ism o p u n to A, tien en en este p u n to u n co n tac to de o r ­den n , su s in te g ra le s C, y C \, tra z a d a s a p a r t i r del m is­mo p u n to A 1, tien en en este p u n to u n con tac to de o r­den n - 1-1. Si, en efecto , x 0 es la ab sc isa del p u n to A , la d ife ren c ia de las o rd en ad as y ' e y de C ' y C , p ró x im as a l p u n to A , e s tá d ad a p o r

v ' — y — f- (X — ;>•«>“ 1 -f-. . .

de d onde , p u esto q u e la c o n s ta n te de in te g ra c ió n es la m ism a en los dos casos,

' / •.»< i - i

E n p a r tic u la r , la in te g ra l de la ta n g e n te en u n p u n to de C es la p a ráb o la I I 2 o scu la triz de C., en el p u n to co­rre sp o n d ien te , etc.

24. Integrales de diversos órdenes.— Si C 4 es unain te g ra l de la c u rv a C, se puede, de ig u a l m odo, consi-

112 CÁLCULO G RÁ FICO

Page 118: Calculo Grafico y Nomografia

i n t e g r a c i ó n g r à f i c a 113

dorar u n a in tegral C 2 de C , constru ida a p a r tir do un punto cualqu iera A 2, después una in tegral C 3 de C 2, y asi sucesivam ente. E stas in tegrales sucesivas C 2, C 3, ... se llam arán in tegrales de 2, 3, ... orden do la cu rva C. N ada im pide, adem ás, suponer las o rdenadas de estas d iversas in teg ra les m edidas con m ódulos d iferentes

V eam os cual es la significación geom étrica de la in teg ral C „ re la tiva a la curva dada C. P a ra esto, esta­blezcam os un lema:

Dado un arco A B de cu rva (cuyo origen A podemos tom ar siem pre sobre el eje O y), llam arem os momento de orden n del á rea lim itada por esto arco, con relación a BZ>, y rep resen tarem os por i*„ la in tegral

Y i , Y*> • • • Y „ ,

= J V (a; — i ) ” <l 6 ,

donde £ es la abscisa del punto móvil en tre A y B , y que, cuando los ejes son rec tangu-lares, se confunde con la e x - apresión del m om ento de ordenn, tal como se defino habitual- Am ente, del área ÜAB¿> con relación al eje B¿> (fig. 42).

Dicho esto, observem os que se tiene:

K¡k. 42

y n ( x — i y l 1 í?g==»iji »1—1«

Page 119: Calculo Grafico y Nomografia

.114 CALCULO GRXFICO

y, por consiguiente,

siendo c una constante de integración.Como se confunde numéricamente con el área

0 A B 6, es decir, a excepción de una constante de inte­gración, con la ordenada del punto de la primera integral A , B t que corresponde al punto B, se deduce, que 1

y,. + l = ^ + r . i

representando P „ un polinomio arbitrario, de grado n en x. Así, pues, prescindiendo de este polinomio arbitrario, las ordenadas de la integral representan losnocientes por n! de los momentos de orden n del área li­mitada por la curra dada hasta la línea de referencia correspondiente.

Si C„ + i y C'„ + i son las integrales de orden n -j-.l de C y C , obtenidas haciendo uso a cada iutegración del mismo punto inicial, el polinomio P„ será el mismo para y n y para y'n, y se tendrá:

Ahora, — p‘n representa el momento de orden n, tomado con relación a la línea de correspondencia termi­

1 Recordemos que 1h notación n i representa la factorial1 .2 .3 . . . n.

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INTEGRACIÓN GRAFICA 115

nal, del área comprendida, a partir de la línea de corres­pondencia del punto A, entre las curvas C 7 C'. Se pue­de, pues, decir que el segmento determinado sobre una linea de correspondencia cualquiera por las integrales C„+i y C'n + i partiendo del mismo punto A ,1 + 1 es igual (mód. y « + 1) al cociente por 11! del momento de orden n, tomado con i-elación a esta línea de corres­pond ida , del área comprendida entre las curvas C y C' en el intervalo de esta línea de correspondencia y de la del punto A.

En particular, si se toma para C ' el eje Ox, C '„ + 1 es una parábola n „ , teniendo con Cn + i en el punto B„ un contacto de orden n {Observación I I del núm. 23), y se ve que la diferencia de las ordenadas de la n 1 éaimo. integral C„ +l y de la parábola- II „ que le es osculatrix en el punto inicial A„ + j, multiplicada por n!, hace co­nocer el momento de orden n del área O A B b con rela­ción a J3 b .

E s preciso no olvidar, para la aplicación de estos teo ­rem as, que las d iferencias y„ + i — + í deben m edirsecon el m ódulo T„ + 1 .

Pero puesto que yn + í — y'„ + x debe ser multiplicada por n! para dar el momento , se tendrá directamente este momento midiendo y„ | i — +. 1, no con el módu­

lo Y„ +.1 , sino con el módulo -

Si se quiere que los momentos se tomen, 110 con rela­ción a la línea de correspondencia Bé que limita las áreas, sino con relación a una línea de correspondencia H 27/ cualquiera, basta prolongar cada arco, tal como AB por la ordenada final tib y el segmento bk de 0 ¿c, no al­

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116 CXl.CtTLO GRÁFICO

terando esto los momentos tomados con relación a A H Z> puesto que el segmonto bh da con 0 / un área nula.

Pero las integrales do bh, considerado como unido por la ordenada Bb al arco A £ , son perfectam ente determ ina­das. L a prim era es la paralela a O í trazada por B4; la segunda, la tangente en B2 al arco A 2B 2, y así sucesi­vam ente, hasta la q Ue es ja parábola n „ os-culatriz en B „ + 1 al arco A n + i B , + i .

Se deduce inm ediatam ente de aquí que el momento de orden n, tomado con relación a una linea de correspon­dencia cualquiera, del área comprendida entre C y C! en el intervalo de las líneas de correspondencia de los puntos A i/ B (si las curvas C „ + i y C 'n + 1 parten del mismo punto A „ + i ) es igual al producto por n! del segmento determinado sobre H 2h por las parábolas de orden n osculatrices a C„ + 1 y C '„ + 1 en B„ + ! y B 'n+ i.

E n particular:El momento de l.er orden con relación a H 2h es igual

al segmento H 2H / 2 determinado sobre H 2h por las tan­gentes en B a y B '2 a C 2 y C '2 (fig. 42).

De dondo se deduce este corolario:[ja linca de correspondencia del centro de gravedad Gr

del área considerada pasa por el punto de encuentro T2 de las tangentes en B 2 y B '2 a tas integrales pues, con relación a esto oje, el momento de l . or orden es nulo.

Interpretación particular en el caso de los problemas de equilibrio elástico.— A unque en el presente volumen, estudiamos el cálculo gráfico solo considerado en gene­ral, independientem ente de cualquiera aplicación p arti­cular, no podríamos dejar de señalar aquí la m anera de

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INTEGRACIÓN GRÁFICA 117

intervenir, en el campo de la resistencia de materiales, la noción do las integrales sucesivas que acabamos de considerar.

Si las ordenadas comprendidas entro C y C ' represen­tan la carga continua soportada por una viga, las com­prendidas entre C, y C ' representan los esfuerzos cor­tantes correspondientes, las comprendidas entro C y C ' los momentos flectores.

Si a la carga continua se añaden cargas aisladas, pu- diendo ser de cualquier signo (las reacciones de apoyos intermedios pueden, por ejemplo, considerarse como car­gas negativas), el esfuerzo cortante debe, en el sentido de cada uno de ellos, sufrir una variación, tomada con su signo, equivalente. De aquí resultará, en la línea de los esfuerzos de fractura bruscas discontinuidades, según las líneas de correspondencia respectivas, que producirán en la línea de tos momentos flectores, puntos angulosos.

'Pero hay más: si la fibra media do la viga no cargada es una recta horizontal, las ordenadas comprendidas en­tre C 3 y C'3 dan a conocer las inclinaciones de la fibra deformada, y las comprendidas entre C* y C '4 las orde­nadas de esta misma fibra. Si, pues, se ha hecho pri­mero coincidir 0 * con la fibra media, y si se ha tenido cuidado de tomar cada vez sobre Ox el punto inicial de la nueva integral, de manera que coincidan las integrales sucesivas de 0 * con O x mismo, la integral C 4 da el per­fil de la fibra media deformada, es decir, lo que se llama la linea elástica (prescindiendo del cambio do escala de las abscisas y de las ordenadas)1 .

25. Tangente a la Integral.— La definición de la in­tegral dada en el uúm. 23 muestra que //1 puede ser con­siderada (prescindiendo de una constante, ordenada de)

1 Massau, libro V, núm. 689.

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118 CALCOLO (IH A h ig o

pun to in icial A.j) como la sum a de una infinidad de ele- m entos infin itam ente pequeños yd.r. S i se efectúa esta

sum a m ediante la cons­trucción indicada en el núm . 9, se ve, pasando al lím ite, que la tan g en ­te MÍ 'J1 en cada punto Mj de la curva integral C 4 (fig. 43) es paralela a la recta que une el polo P a la proyección n del

punto correspondiente I f de la curva C sobre O y.Recordem os, adem ás, que si las abscisas se miden con

el m ódulo « , las ordenadas de la curva C (que se tom an sobre O y) con el módulo p y las ordenadas de la in tegral

con el m ódulo y , la base P O , o 5 , de la in tegración está dada por

Observemos que si, por el punto M, se traza una p a ra ­lela AIS a la tangen te H /J '^ y , por consigu ien te a P p , el segm ento S m es constante e igual a 8. Sobre esta pro­piedad se basa el in tógrafo que se describe en el sigu ien­te núm ero .

L a construcción an te rio r perm ite verificar inm edia ta­m ente las observaciones siguientes, traducciones gráficas de proposiciones de análisis bien conocidas:

1 .° Según que la ordenada de C sea positiva o n eg a­tiva, la in teg ra l Cit yendo en el sentido de las x positi­vas, se elevará o descenderá cou relación a Ox, y, por

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INTEGRACIÓN «REPICA 119

consiguiente, en los puntos que corresponden a aquéllos en que la curva C encuentra a 0 :f , se ve que la integral C) tiene su tangente paralela a Oar: punto M* (fig. 44).

2 .° Sobre una lí­nea de corresponden­cia en que la curva C presente una discon­tinu idad , la integral C i presenta un punto anguloso: punto M ', (fig. 44).

3.“ Según que la curva C suba o baje con relación a Oa; tomado en el sentido positivo, la integral C i vuelve su concavidad al lado positivo o negativo de O y, y, por consiguiente, si la tangente a C es paralela a O*, en el punto correspondiente de C f hay inflexión: punto (figura 44).

4.° Si se hace partir del mismo punto A* las integra­les de dos curvas que pasau por el punto A , estas inte­grales son tangentes en A {.

Esto 110 es, por otra parte, más que un caso particular de la Observación I I del núm. 23.

Observación.— La construcción precedente, efectuada en sentido inverso, permite, en todos los casos, obtener punto por punto la curva C devivada de una curva dada C|. Se ve, en efecto, que si la paralela a la tangente en H'i a C t traxada por el polo IJ, corta al efe O¡/ en p (figu­ra 43) la paralela a O x traxada pór ¡x corta a la línea de correspondencia de-Mt en el punto 11 correspondiente de la curva C.

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120 C .ÍLC Ü LO O R IF IC O

2 (>. Principio del intègrafo.— Sobre la propiedad fun ­dam ental de la tangente a la c u rra in teg ra l, dem ostrada en el núm ero precedente, es tá fundado el instrum ento llam ado intègrafo x, que perm ite traza r m ecánicam ente la in tegral partiendo de la curva C.

Este instrum ento tiene por órgano esencial una ruede- cilla aplicada contra un plano horizontal y cuyo eje está colocado eu una a rm adura provista de un árbol vertical. Un esfuerzo horizontal ejercido sobre este árhol se d e s ­com pone en dos, uno norm al al plano de la rueda, que sodestruye por el fro tam iento, el otro d irigido según este plano y que determ ina el m ovim iento de aquélla.

EL intègrafo puede reducirse esquem áticam ente 3 a lo siguiente: el lado 8 »« de la escuadra móvil S m M resbala

a lo largo del eje O;* (fig. 45); alo largo de una corredera p rac ti­cada en el lado m M t puedeu des­lizarse: 1 .° un estilete M obligado a m overse, adem ás, en la corre-

__ dera del árbol SM que g ira a lre ­dedor del pun to S a distancia constan te de m , 2 .° un árbol ver­tical que lleva el eje A 1 B 1 do

u n a ruedecilla J.l suficientem ente com prim ida co n tra el plano horizontal sobre el cual se coloca el aparato . E ste eje y la b a rra A B que, por construcción es p e r­pend icu lar a S M , están unidos por un paralelogram o a r­

1 Abdank-Abakanowicz.* Se dará unu descripción detallada en el volumen do la

Knciclopedia que trata del Cálculo mecánico.

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INTEGRACION GRÁFICA 121

ticulado, fie modo que el piano en el cual se efectúa la rotación de la rueda R es siempre paralelo a SM. Esta rueda (cuyo borde está biselado de modo que pueda sur­car ligeramente el papel sobre el cual se apoya) se desplaza siempre en la dirección de este plano (cuando so mueve la escuadra a lo largo de Ox) a causa de la li­bertad del deslizamiento del árbol que la soporta a lo largo de m H. De aquí resulta que el punto de contacto M, de esta rueda y del plano describe sobre este una cur- vu cuya tangente os en cada momento paralela a S i l . Si, pues, se ha tomado Sm igual a la basfe 5 de la inte­gración, la curva que describe Mt es la integral de la curva C que describe M 1.

Si se dispone de esto aparato, los procedimientos gráfi­cos dados a continuación para la construcción aproximada de las integrales resultan superfinos; pero, a causa de su precio elevado, no puede considerarse como de uso abso­lutamente corriente; de donde, el interés de los procedi­mientos que no exigen más que la regla y el compás.

27. Centro de curvatura de la integral.—-En el pto- sonte número supondremos los ejes rectangulares.

Para aplicar la fórmula que hace conocer el radio de

1 Se puede, además, colocar el estilete con el que se sigue la. curva C en un punto cualquiera invariablemente unido aM, y el punzón que describe en un punto invariable­mente unido a Mi (esto es lo quo ocurre en el modelo que construye la casa Corradi); de esto resultará, simplemente una desviación de Ci con relación a C dada por el intervalo entro las líneas de correspondencia do los puntos iniciales de estas dos curvas.

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122 cjAl c u l o g r Xk ic o

curvatura en un punto de una curva plana, se debei suponer las abscisas y ordenadas expresadas por medii una misma unidad de longitud, sea, por ejemplo, la qu- ha servido para expresar los módulos a, p, f . Designe mos entonces por X, Y, Z, los números que representa« la abscisa común y las ordenadas de los puntos M y Mt ligados a los precedentes por las relaciones

X == s t Y = ?//, Z = y z.

La construcción de la tangente a la integral, obtenida en el uúm. 25, muestra que se tiene (aplicando a las deri­vadas tomadas con relación a X la notación de Lagrange):

siendo 6 la base de la integración. Por consiguiente, la expresión del radio de curvatura R , de C i, ea decir

TI, = I l + J g l í .y :

puede escribirse: R, .= 8 .Y’

»

Y , **

Si 8 y 6, son los ángulos que las tangentes en M y en M1 a las curvas C y forman con el eje Ox, esto da

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INTEGRACIÓN ÜKÍF1CA 123

Estando el centro de curvatura. (JL de la curva (figu­ra 46) proyectado ortogo­nalmente en ja', sobre la lí- nea de correspondencia de M-t, después en n',' sobre la normal Mt pj, el primer miembro de esta ecuación representa la proyección de sobre O re; el se­gundo representa la sub- tangeute m T. Resulta de esto que el ■punto i»'* se proyecta en T sobre Ox;lo cual, por el trazado TV'-i ¡¡■‘i h-.1( da la construcción buscada del centro de cur­vatura 1.

Esta construcción nos vuelve a dar inmediatamente el tercer corolario del núm. '25. Se ve, además, que si la tangente en M es perpendicular a 0;c, el punto M, sobre Ci es de retroceso (punto M'" de la figura 44).

28. Ordenada y abscisa medias.—Consideremos un arco de curva AB referido a los ejes Ox y O y (fig. 47). Si la paralela IJ a Ox determina un paralelogramo alJb de igual área que aACñb, el lado de este paralelogramo paralelo a Oi/es la ordenada media del arco AB. Si, pues, h es la longitud del segmento ab medido con el

1 Al dar por primera vez esta construcción (Nouv. Ann. de M a th 3.a serie, fc. VII, 1888, pág. 488), hemos hecho notar que si la ourva C se reduce a una recta que corta a Ox en T, Ci es una parábola do segundo grado cuyo eje es la pa­ralela a Oy trazada por T. Se encuentra así una conatruu- oión clásica del centro de Curvatura de la parábola.

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1'2-í c á l c u l o '] n n X i'reo

módulo «, e Y la de la ordenada media medida con el módulo p, se tiene:

i>¡/tlx.

La integral de la paralela IJ a Ort es, segán lo que se lia visto, en el mim. 23 (Observación 1), una línea rec­ta. Si hacemos pasar esta recta por At , debe necesaria - mente tener su extremo en B1; puesto quo, por defini­ción, las áreas definidas por la recta IJ y el arco AB

tienen igual valor entre las lineas de correspondencia Al y BJ. Dicho de otro modo, la cuerda At Bt es integral de la línea IJ . De aquí resulta, en virtud dol teorema del número 25, quo la cnerda Aj Bt es paralela a la roela que une el polo de la integración al punto de encuentro de IJ y de O y.

Cambiando los papeles de O-r y O y, se defino de igual modo la abscisa media cuya longitud X (mód. «) es da­da, si k es la longitud de a’b' {mód. p), por

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INTEGRACIÓN C.ftXpiCA 12S

Supongamos tomadas la ordenada y la abscisa medias on m U y vi' V sobre las paralelas a O v/ y O a; trazadas por el punto medio de la cuerda AB. Diremos que los puntos ( J y T son respectivamente los ceñiros de ordena­da y de abscisa media del arco A.B. Es fácil de ver que la recta ti Y que une estos centros es paralela a la cuerda AB.

En efecto, tenemos, para área del segmento compren­dido entre el arco AB y su cuerda

Area ACB = Area « ACB&— Area «ABfc,

o, llamando Yo la longitud de *¡M {mód. {¡), y teniendo en cuonía los convenios hechos en el niim. 23.

Area A O B = /i (Y — Yo).

Do igual modoAve» ACH = A-(X — X,),

llamando X n la longitud do m' M (mód. a). Do aqui resulta:

h (Y — Y.,) = AMX—X«),

o bien, obsorvando que Y —Y0 y X —X 0 miden MU y MV, respectivamente con ios módulos p y *,

MU HA MV ~ HB ’

que demuestra la proposición enunciada.Se puede, en fin, observar que las tangentes m A jjr

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126 CÁLCULO GRÁFICO

a la integral A4 se cortan sobre la línea de corres­pondencia K L del centro de abscisa media V.

En efecto, por definición, las areas a'ACBb' y a'KLb’ son iguales. Restándoles a ambas el paralelogramo a’ÁHb' para añadirles el paralelogramo tfHB¿>, se ve que las áreas «ACB6 y «A KLB 6 son también iguales. Resulta de esto, que la integral de la línea AKLB par­tiendo de A-i, constituida por dos rectas que se cortan sobre KL, termina en Bt .

Ahora, las integrales de AK y de AB son tangentes en At (4.“ corol. del núm. 25); también lo son las deBL y BA en Bt . Las dos rectas cortándose sobre KL, que constituyen la integral de AKLB, son, pues, las tangen­tes AÍT1 y E jT j a la curva A-iB*, y la proposición está demostrada.

29. Ordenada media de un arco parabólico.— Si elarco AB pertenece a una parábola H „ cuya ecuación sea

y — «.i 4- a i x -r + ■ •■ +«„ .<•" ,

suponiendo (lo cual no influye nada en la generalidad del resultado) al eje O// confundido con la línea de corres­pondencia equidistante de A y B y el módulo de O.s igual a la mitad de A. B (lo que da para los puntos A y B las abscisas —f y + 1 ), un cálculo muy fácil, muestra que la ordenada media viene dada por

V — n . 4_ _l a>¡‘\ - « . + y + " • + 2p + í *

representado por 2p el mayor número par inferior o igual

Page 132: Calculo Grafico y Nomografia

INTEGRACIÓN GRXVIOA 127

a n. Ahora, si dividimos el intervalo comprendido entre A y B en 2p partes iguales, vemos que, dejando aparte la ordenada y0 situada sobre O y, las otras 2 p ordenadas correspondientes a los puntos de división (comprendiendo los extremos A y B) se distribuyen en pares formados por dos ordenadas simétricas con relación a O?/ y te­niendo cada uno una suma que se expresa por medio de los coeficientes de índice par. De un modo general

y_ , + yt - 2«. + ¿ «, (^ -)4 + • • ■ + « « „ ( y ) ” '

Se sigue de aquí que ios p -\- l coeficientes n0, a2,. . . podrán expresarse por medio de las p sunias * /-< + yt y de La fórmula anterior se transfor­mará entonces en

Y = Xt„| + SfXt (*K + »,),

y se ve que permanece la misma, ya sea n igual a 2p o a 2p~\~ 1., lo que significa que la misma fórmula de Cotes sirve para una n ,p y una l l3l)+1

1 Esta propiedad puede tomar la forma geométrica si­guiente: Si, habiendo tomado sobre una parábola rc,Pl 2p-M puntos cuyas ordenadas sean equvlixtantcs, se hace pasar por estos puntos una parábola n,¡,+, cualquiera, la suma algébrica de las áreas comprendidas entre tas dos parábolas, en el inter­valo de las ordenadas extremas, es nula. Hemos enunciado esto teorema en los Noiwelles A males de Mathématiques (4.a serie, t. V,19()5, pág. 240). Después de esto, hemos sabido que njon- sieur Mansión, por su parte, había hecho la misma obser­vación que utiliza desde hace varios años en su Curso de la Univorsidad de Gante.

Page 133: Calculo Grafico y Nomografia

128 CÁLCULO GRAFICO

El cálculo desarrollado para el caso en que p = 1 pa­rábolas n 2 y II3) único que nos intoresa, da

Y - + -jj-,además

y = o. — - « 3 >»1 -- rt„ +«! + « ! +«.! í

de donde

v -, + !/, ~ - no + 2«j iy, puesto que

■*'. = \ >resulta:

Y = * v " + y~ ' + y - 6

La traducción gcomótrica de esta fórmula es inmedia­ta: si OC es la ordenada media y 0 de! arco AB (fi­gura 48), que la cuerda AB encuentra en M, el cen­tro U de ordenada media

oes tal que MU = -^- M C.il

Pero este centro de or­denada media puede igual­

mente deducirse de un modo muy sencillo de las tangen­tes al arco en sus extremos A y B, y esta nueva cons­trucción será la que utilizaremos más lejos (núm. 30).

Page 134: Calculo Grafico y Nomografia

i n t e g r a c i ó n g r á f i c a 129

Estando, en efecto, la ordenada en el origen de la tan­gente en (*, y), dada por

r* = y ~ x 4 f = *• ~ “• ** - 2u'* S'

ne deduce de aquí que

r¡ 4- vi = 2a — 2«.1 —i 1 1 I 0 t

y, por consiguiente, que

y__ r ,- , + *), -t-2 (y _ , + y,)0

fórmula que se interpreta así: S i W es el punto medio tlcl ¡tegmento ST de la ordenada media comprendida en­

tro las tangentes AS y BT, se tiene MU = - ~ MW, oJtambién el centro de ordenada media U *e confunde con el centro de, gravedad del triángulo WAB 1.

Observemos de paso que, según resulta de osto, el punto W, cualquiera que sea !a parábola l l 3 trazada porA, C, B, es el simétrico de Jí con relación a C.

Así, la construcción precedente es siempre aplicable, ya pertenezca el arco AB a una n 2 o a una W3. Única­

1 Xfassuu, 1, núm. 25. M. Massau estableció eate resulta­do partiendo de la fórmula de Cotes especial para et caso de una «s, distinta, por consiguiente, de la que se aplica■x nuu n 3. La propiedad de que hemos partido nosotros-Uoné la ventaja de reunir los dos casos en una sola demos­tración.

S

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130 CÁLOUliO g r á f ic o

mente, en el primor caso, las tangentes en A y B se cor­tan sobre la línea de correspondencia equidistante de A y B. Dicho de otro modo: los puntos S y T y, por con­siguiente, también el puDto W están confundidos en uno solo.

B .— Trazado gráfico de las Integrales.

HO. Polígonos Inscritos y circunscritos a una inte­gral.—Imaginemos la curva que so trata de integrar di­

vidida en arcos sucesivos AB, BC, . . . {fig. 49) de los cuales se sabe obtener los centros de ordenada media U, W, . . . Proyectemos los puutos A, B, . . . U, W, . . . en a', b', . . . u ’, w ‘, . . . sobro O y y tomemos sobre la parte negativa de Ore el polo P, a una distancia 5 delorigen dada por 5 = ——, si a, p y y son los módulosrespectivamente escogidos para las x, las // y las Se verá, además, on la observación que va al final de este

Page 136: Calculo Grafico y Nomografia

INTEGRACIÓN GRAFICA 181

número cómo, o a la práctica, se puetle, para obtener la disposición más conveniente, determinar y y 5 cuando « y p son dados.

Según el primer teorema del núm. 28, si por el punto inicial A t , arbitrariamente escogido para la curva inte­gral, se traza la paralela A1 B1 a Fu', Bd pertenece a la curva integral; lo mismo para C\ obtenido por medio de la paralela B1C.1 a Pw/, y así sucesivamente. Luego tra­zando, a partir de A., un polígono cuyos vértices se en­cuentren sobre las líneas de correspondencia de los pun­tos B, C, . . . y cayos lados sean paralelos a los vectores P u ', Pw', . . se obtiene un polígono inscrito en la in­tegral de la curva ABC.

Además, en virtud del teorema del núm. 25, las tan­gentes en B4, Ctj . . . son respectivamente paralelas a P a ', P¿>', Pe', y se obtiene así un polígono A1Si T1 ... circunscrito a la integral. Este polígono circunscrito pue­de, además, construirse directamente sin que ¿aya nece­sidad de trazar previamente el polígono inscrito. Para convencerse de ello, basta observar que, según el tercer teorema del núm. 28, sus vértices St , T*, . . . caen sobre las líneas de correspondencia de los centros V, Z, . . . de abscisa media de ios arcos AB, BC, . . . cuyos centros, según el 2 .° teorema del mismo número, se deducen in­mediatamente de los centros de oídenada media 17, W ,... supuestos conocidos.

Eú general, no se sabrá determinar rigurosamente los centros IT, W ,.. pero dividiendo convenientemente el arco que se va a integrar, se podrán siempre obtener es­tos puntos con una aproximación suficiente. La primera idea que so ocurre consiste en dividir el arco total en ar-

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.182 CÁLCULO G R ÁFIC O

eos parciales AB( BC, . . . bastante pequeños para que cada uno de ellos se confunda sensiblemente con su cuer­da, en cuyo caso los centros U, W, . . . son respectiva­mente los puntos medios de AB, B C ,. . . Pero se pueden considerar también arcos parciales menos pequeños, cuya curvatura, por consiguiente, sea más pronunciada, asimi­lando cada uno de ellos a un arco parabólico que le sea tangente en sus extremos.

£ 1 arco parabólico de menor grado por medio del cual se puede satisfacer esta condición es, en general, de ter­cer orden, a menos que las tangentes en los extremos del arco se encuentren sobre la línea de correspondencia equidistante de estos extremos, en cuyo caso, este orden desciende al segundo. Tanto en un caso como en otro, el centro de ordenada media viene dado por la construc­ción que está al tinal del mlm. 29. £1 gráfico mismo muestra si los puntos S y T (y, por consiguiente, el pun­to W) (fig. 48) están confundidos en uno sólo.

Cuando se han determinado así los polígonos inscritos y circunscritos a la integral, se puede trazar ésta como se hace con las curvas obtenidas por puntos, en los dibu­jos de geometría descriptiva, dejándose guiar, como se dice, por el sentimiento de la continuidad.

Tal es el método propuesto por M. Massau para el tra­zado aproximado de la integral *. Es, como se ve, pura­mente gráfico, es decir, independiente de toda propiedad geométrica particular de la curva que ha de integrarse, y se aplica, por consiguiente, trátese o no de una función que se sepa integrar analíticamente. Sin embargo, cuau-

1 Massau, 1 , libro I, cap. Y, §§ 1 , 2 , 3.

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INTEGRACIÓN GRÁFICA 133

do se trata de polinomios enteros, se puede, como se verá más adelante {sección O), emplear trazados teóricamente rigurosos. Pero, teniendo en cuenta los pequeños errores de trazado inseparables de toda construcción gráfica, no hay, en realidad, desde el punto de vista práctico, sensi­ble ventaja en esto.

Observación I .—La construcción del centro de orde­nada media del arco A.B, supone el conocimiento de las tangentes en A y B.

Si estas tangentes no están determinadas rigurosamen­te, se puede siempre obtener el punto de encuentro de cada una de ellas, con la línea de correspondencia inter­media MU (fig. 48) valiéndose de lo que se llama una curva de error. Si, por ejemplo, se une el punto A a un punto P variable sobre la curva dada 1, y si, a partir del punto Q en que la recta AP corta a MU, se lleva sobre sobre esta recta el segmento Q R = AP, el lugar del pun­to R (curva de error) cortará a MU en el punto S situado sobre la tangente buscada. Si, además, se han obtenido dos posiciones, do R próximas a MU, y a distinto lado de esta recta, bastará unirlos por una recta para obtener el punto S sobre MU, lo que equivale a reemplazar un arco muy pequeño de la curva de error que contiene el punto S por su cuerda.

Observación I I .—Estando los módulos #, p y y adop­tados para las x, las y (ordenadas de C) y las ]j\ (orde­nadas de Ct). ligados a la base 8 , u OP, de la integra­ción, por la relación

«P = y5?

si se llevan estos módulos en 0 « sobre la parte negativa de Ox, Op y Oy sobre O y (fig. 50), se ve que las rectas

1 H ágase la ¿gu ra .

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134 c Xl c d l o GRjÍFICO

«Y y Pg son paralelas; esto permite, dados « y p, deter­minar el polo r si se da el módulo y , o recíprocamente.

Podemos, además, elegirlo de tal modo, que la integral que parte de At termine sensiblemente en un punto B4, fijado de antemano sobre la línea de correspondencia de la extremidad B dol arco que se va a integrar. En efecto, según el primer teorema del núm. 28, la cuerda At Bt do la integral es paralela a PK, si OK os igual a la or­denada media del arco A B. Ahora, en general, es fácil obtener aproximadamente este punto K; basta trazar a

O a; una paralela IJ que determine con AB ¿reas AIC y BJC que sean, a ojo, sensiblemente equivalentes. Tra­zando entonces por K una paralela a A., Bt> se obtiene el polo P, despuós, trazando por a una paralela a P g, el punto t tal que Oy = Y* Como es conveniente que este módulo se exprese por un número simple de milímetros, se fija definitivamente su valor por el número redondo más próximo del que mide el segmento Oy obtenido co­mo acaba de decirso. Kesulta de esto que, sobre la línea de correspondencia del puuto B, el punto Bt se encuen­tra un poco desviado de la posición que se le había asig­nado primeramente. Bu todo caso es seguro que no se desviará mucho.

Si a causa de la extensión del arco AB, resultase el

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INTEGRACIÓN GHXKICA 135

polo P domasiado alejado del origen O, se fraccionaría el arco AB a fin do no aplicar la construcción indicada más que a iutervalos más reducidos.

Ejemplo de aplicación. — Las figuras 51 j 51 bisC ’ dxmuestran el cálculo gráfico de la integral -— 1 -,J . loga;

donde log x representa un logaritmo vulgar. J5n el pri­mer caso (fig. 51) el arco AB que se va a iutegrar ha

Fig. 51.

sido dividido en 5 intervalos iguales (lo que ha exigido el cálculo de las ordenadas correspondientes a x — 2, x = 2,2 , x = 2,4, x = 2,6, x — 2 ,8 , ;c=3); cada arco parcial ha sido sustituido por su cuerda, cuyo punto me­dio ha sido tomado entonces como centro do ordenada media. En ol segundo caso (fig. 51 bis), se han cons­truido las tangentes AS y BT como se ha dicho en la Observación i , se ha tomado por centro de ordenada me­dia del arco AB todo él asimilado a un arco de Ms, el punto U situado al tercio de la distancia del punto M al medio do ST, sobre la línea de correspondencia equidis­tante de A y B (núm. 29).

Las dos construcciones (de las cuales las figuras 51 y 51 bis dan la reducción exacta a la mitad) lian sido eje­cutadas con « = 10om, = y = 2om , 3 = 5cm.

Page 141: Calculo Grafico y Nomografia

Ambas han dado para ordenada del punto terminal B*, muy sensiblemente el mismo valor 5C“ ,15. Se tiene, pues:

186 cX l c u l o g r Xf i c o

5.15 _ 0 ~ 2 ” = 2’°“7-

Se pasaría de los logaritmos vulgares a los logaritmos neperianos, multiplicándolos por M = 0,4343, lo que da­ría 1,118. En este caso, la función definida por la inte-

Fig» 51 bis.

gración es lo que se llama el logaritmo integral, que se representa a veces por li x. El resultado anterior puede entonces escribirse:

li 8 —li 2 = L118.

31. Límiie superior del error cometido.—Si se tiene on cuenta, no el trazado continuo de la integral, sino la determinación do su valor en el intervalo de dos lineas de correspondencia dadas (es decir, una cuadratura defi­nida) se puede considerar el trazado precedente como uua traducción gráfica del método de cuadratura de Simpaon. Habiendo hecho esta observación X. Nassau y npli-

! Massau, t , libro I, cap. Y, § 4.

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INTEGRACIÓN GkX fICA 137

cando el mismo procedimiento de traducción gráfica al método de cuadratura de Poncelet; ha llegado a un nuevo trazado que conduce a la determinación de un limite 4 superior del error cometido, cuando la curvatura es del mismo sentido en toda la extensión del arco que se va a integrar.

Dividamos el intervalo comprendido entre las líneas de correspondencia de los extremos A y G del arco que ha de integrarse en un número par de partea iguales, lo que nos da sobre este arco los puntos intermedios B, C, D, E, F (fig. 52).

La línea (discontinua sobre las líneas de corresponden­cia de los puntos C y E) formada por las tangentes en B, D, F a la curva dada, determina, evidentemente, una in­tegral superior a la integral buscada.

La línea poligonal de vértices ABDFG determina, al contrario, una integral inferior.

Como cada udr de estas líneas está, compuesta de rec­tas, el método del número precedente, bajo una u otra de sus variantes, permite obtener rigurosamente su integral. Se tendrá así dos límites, entre los cuales estará necesa­riamente comprendida la integral buscada. Además, por un fraccionamiento en número bastante grande de partes, se podrá hacer la diferencia entre estos límites tan pe­queña como se quiera. Su límite común será Ja integral buscada. Pasemos a la ejecución del trazado.

' El autor advierte que no emplea aquí la palabra límite en el sentido preciso que tiene siempre en las ciencias ma­temáticas, como el valor hacia el cual tiende una cantidad variable: sino como un valor seguramente superior al de una cantidad que esta i n determinad a.

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138 cXlcdi.o grXpico

Para la primora línea (formada por las tangentes en

B, D, F), emplearemos el trazado por el polígono inscrito (mim. 30). Siendo btí, d D, fF las ordenadas medias de

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INTEGRACIÓN GRAFICA 139

los segmentos sucesivos, no tendremos más que trazar la línea poligonal A1 C1 E1 G-1 cuyos lados son respectiva­mente paralelos a los vectores Pb', P d‘, Pf ' , para tener, por la diferencia entre las ordenadas de los puntos extremos y G1 (diferencia medida con el módulo y), el valor de la integral correspondiente.

Para la segunda lluea (polígono ABDEG), empleare­mos el trazado por el polígono circunscrito. Los lados de esto polígono correspondientes a los vértices B, D, F, siendo respectivamente paralelos a los vectores Pb', Pd', Pf , y cortándose sobre la línea de correspondencia de los centros de abscisa media (aquí confundidos con cC y eE), podrán tomarse como coincidiendo con los ladosB.)Cd, C-jEt y E1 F i del polígono precedente. Las líneas de correspondencia de los centros de abscisa media de los lados AB y FG- del polígono son las de los puntos me­dios m de ab y n de fg. Los lados Bt C4 y E 1 F 1 deben, pues, prolongarse, el uno hasta el otro hasta Nt . Ahora, siendo I03 lados del polígono circunscrito corres­pondientes, uno al vértice A, el otro al vértice Gr, res­pectivamente paralelos a P« ' y P//', no falta más quo trazar respectivamente por Mt y por Nt las paralelas MjA'í y N1 G-'i a estos vectores. La diferencia a \G \ de las ordeuadas de los puntos extremos A'* y (siempre medidas con el módulo y) hará entonces conocer el valor de la integral correspondiente.

Si, pues, V es el valor de la integral del arco A O, se tiene:

•A

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140 cXlcülo grífioo

y el orror cometido es menor que

o-, Cr( — n t C*t = (ir, — < * ,« ,•

Se puede reducir a la mitad este límite del error adop­tando para valor aproximado de la integral la media

2

Se tiene, 011 ofocto,

V = a, G, — s = a'G^4-

siendo * y positivos. So deduce do aquí, de una parte,

■ir — fl, G . + gí G » , a’- _ e .2 + 2 ’

de otra,n, O , - a\ _ _*_+ •'

“ 2 ~ 2 ' ’O

Ü-'G-,— a[ay __ e + £'2 2

So tione, pues, en valor absoluto

Se puede, utilizando lo que acaba de decirse, llegar, por un fraccionamiento conveniente del intervalo total so-

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INTEGRACIÓN OR.<KICA 141

hre el cual se hace la integración a conseguir que el error cometido sea inferior a cualquier limite fijado á priori.

Ahora, en la aplicación del ntini. 30 al trazado aproxi­mado de una integral, los errores cometidos en cada uno de los arcos sucesivos, asimilados a un arco de n„ se ucu- nnilan hasta el punto terminal. Es, pues, útil tener un medio de verificar directamente la posición de éste. Este medio resulta inmediatamente del método expuesto en el presen­te número, el cual, desde este punto de vista, constituye un importante complemento al del número precedente.

En particular, la aplicación de este método a la figu­ra 51 no ha revelado algún error apreciable, en la escala de esta figura.

32. Integral de la zona comprendida entre dos curvas.—Si se quiere efectuar la integración de la zona comprendidas entre dos curvas C y C', se puede, como se ha indicado en el núrn. 23, construir separadamente las integrales Ci y de estas dos curvas. Hecho esto, el valor de la integral de la zona comprendida entre dos curvas C. y C' en el iutervalo de dos lineas de correspon­dencia, será igual a la diferencia de los segmentos com­prendidos sobre cada una de estas lineas de correspon­dencia, entre las curvas C¡ y CV Pero se puede llegar a obtener los valores de la integral de tal zona no tra­zando más que una sola curva integral; se consigue esto por el siguiente procedimiento *:

Si se lleva sobre cada línea de correspondencia una or­denada íwM" igual al segmento M'M comprendido entre

1 Massau, 1, libro I, oap. VI.

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142 cXl c u l o g r a f ic o

VI....c- ^ >

. c’—

T.C>

► ÍT

Fi^. 58.

las curvas C y C' (6g. 53), el área engendrada por esta ordenada, entre dos lineas de correspondencia- cuales­

quiera, será igual a la com­prendida entre las curvas C y C'. Por consiguiente, esta última estará dada, como la precedente, por la integral <le la curva C " engendrada por M". Para determinar una tangente M1 T 1 a esta integral, basta conocer la dirección del

vector Pn." correspondiente a cada ordenada m i " . Aho­ra, si, trazando la línea de correspondencia del polo P, proyectamos, paralelamente a Qx, M' eu ¡i', sobre esta línea de correspondencia al mismo tiempo que proyecta­mos M en ¡i, sobre O y, vemos que es paralelo a Pfi”, y, por tanto, a M1 Tt . Esta simple observación muestra que es inútil trazar la curva auxiliar C" para obtener las direcciones de las tangentes a su integral.

Por lo demás, la misma observación se extiende inme­diatamente a la cuerda de Ca comprendida entre dos lí­neas de correspondencia cualesquiera, cuando los puntos (v y n' son las proyecciones respectivas de los centros de ordenada media de los arcos de las curvas C y C', com­prendidas eu el intervalo de estas líneas de correspon­dencia. De aquí, el procedimiento anunciado:

Habiendo dividido el intervalo que se ha de integrar en un número suficiente do partea (generalmente iguales) por líneas de correspondencia, se determinan para los di­versos arcos cortados por estas líneas sobre C y sobre C'

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INTEGRACIÓN GRÀFICA 143

los centros de ordenada inedia; proyectados los de la línea superior C sobre O y, los de la línea inferior C' sobre la linea do correspondencia del polo P, se unon estas pro­yecciones dos a dos en el orden en que ellas se corres­ponden, y se tiene así las direcciones de los lados suce­sivos dol polígono inscrito en la integral buscada y te­niendo sus vértices sobre las líneas de correspondencia escogidas.

Se obtienen de igual modo las direcciones de los lados del polígono circunscrito sirviéndose de los misinos-pun­tos tomados sobre las curvas C y C' en lugar de los cen­tros de ordenada media de los arcos que los soparan. La figura 54 muestra un ejemplo de apli­cación de este tra­zado. Las curvas que limitan el área que hay que inte­grar son aquí las curvas de intradós y de estrados de una bóveda. La fík. &i.curva integral asíobtenida se confunde, según lo que se ha dicho anterior­mente (pág. 117) con la curva do los esfuerzos cortantes de la bóveda sometida a su solo peso. Se debe, además, referir esta integral a la paralela A4 a (Xr, tra­zada por su punto inicial A^.

B3. Integral referida a una línea cualquiera.—Si seevalúa la integral de la curva C a partir de la línea de

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U 4 CÁLCÜI.O GRÁFICO

correspondencia del punto A, los valores de esta inte gral vienen dados por las ordenadas de la curva Ct , tomados a partir de la paralela Ox trazada por el pun­to A4 . Veamos cómo convendría transformar esta in­tegral C-t si se quisiera que diese estos valores por sus ordenadas tomadas a partir de una línea de referencia cualquiera (fig. 55). Para esto, consideremos la curva derivada r de r d (que podríam os construir segdn la Observación del núm. 25, pero que aquí no interviene más que para la demostración).

Puesto que las ordenadas R* M., y represen­tan, respectiva­mente, los valores de las integrales de C y de r referidas a O a:, la ordena­da Mt representará la suma de estas integrales, o lo que viene a ser lo mismo, si se toma la simétrica r ' de r con relación a Ox l, la iutegral de la zona comprendidu entre C y r'. Resulta de esto, según el número prece­dente, que si se proyecta M en ¡x sobre O y, R' en p'

1 Se trata aquí, bien entendido, de una sim etría oblicua paralela a O y que tínicamente se confundirá con la sime­tría ordinaria, es decir, ortogonal, cuando los ejes Ox y Oy sean rectangulares.

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INTEGRACIÓN GRXFICA J.45

sobre la línea de correspondencia del polo P, la tangente011 Mt a la integral buscada es paralela a pV- Ahora, si E se proyecta en p sobre O y, la simetría de R y R' con relación a O# muestra que p'O es paralela a Pp ; pero, según la definición misma de la curva r , Pp es paralela a la tangente en a la curva IV, luego, bastará, para obtener el punto p', trazar por O una paralela a esta tangente.

Así, estando el punto M de la curva C que se va a integrar proyectado en ji sobre O y, y puesto que la para­lela trazada por O a la tangente correspondiente K1 S 1 de la líneá de referencia escogida corta a la línea de co­rrespondencia del polo P en p , la tangente M1 T1 a la integral Ct buscada es paralela a p>.

Si, en lugar de la integral de C referida a O*, se quie­re obtener la do la zona comprendida entre C y CJ (fi­gura 55 bis), se ve como en el núme­ro precedente, que para o b ten e r el punto p' que da con |i la dirección pV de la tangente31., I 1! a la integral Ct , es n ecesa rio trazar a la tangen­te R 1 S 1 de la lí­nea de referencia Ti una paralela, no por el punto O, sino por la proyeccióu ji' de M' sobre O y .

Para la construcción efectiva, si se quiere proceder por el polígono inscrito, es claro que en lugar de proyeo-

Fi«. 65 bit.

10

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146 CÁLCULO GBÍFICO

tar sobre 0 y los puntos tales como M y 5¿L' de las curvas C y C', se proyectarán los centros de ordenada media de los arcos sucesivos de estas curvas, comprendidos entre las líneas de correspondencia escogidas, y que; en lugar de trazar paralelas a las tangentes de la linea de referen­cia 1\ , se trazarán paralelas a las cuerdas que unen los puntos de esta línea de referencia situados sobre las mis­mas líneas de correspondencia.

La figura ñfc) muestra la aplicación de un trazado de

esta clase al caso ya tratado (fig. 54), pero refiriendo ahora la integral A1 B1 a «na línea de referencia cur­vilínea

El caso particular más importante os el de una inte­gral ordinaria (no de la integral de una zona limitada por dos curvas), cuando la nueva línea de referencia es

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INTEGRACIÓN O R Í FICA 147

recta. En este caso, en efecto, todos los puntos p' de la construcción precedente (fig. 55) se confunden en un solo punto P ' de la línea de correspondencia del polo P. La construcción de la integral sólo difiere de la construcción ordinaria en que el polo P está reemplazado por el polo V . Como la dirección de la nueva línea de referencia es cualquiera, también será cualquiera el punto P ' de la li­nea de correspondencia del punto P. Por otra parte, esta línea de correspondencia, estando a la distancia 8 del ejeO y, puede ser también cualquiera, con tal que el módu­lo y que sirve para medir las ordenadas do la integral (a partir de la linea de referencia escogida) estó siempre dada por

Finalmente, se ve que el polo de la integración puede escogerse de cualquier manera en el -plano de la curva que se ha de integrar que suponemos referida a ejes cua­lesquiera Ox y O y. Una vez escogido este polo P, se tiene 8 (y por consiguiente, y) tornando, paralelamente a Ox, la distancia de P a O»/; además, la línea de referen­cia a partir de la cual han de ser medidas (con el módu­lo y) las ordenadas de la curva integral, deberá tomarse paralela a la recta OP; se la puede hacer pasar, además, por un punto cualquiera, puesto que se dispone en la evaluación de la integral de una constante arbitraria.

Pudiendo tomarse un puuto cualquiera como polo de integración, busquemos la relación geométrica que existe entre las integrales de una misma curva, correspondien­tes a dos polos diferentes.

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UH OÁLOULO GRÁFICO

34. Relación geométrica entre las Integrales de una misma curva para dos polos diferentes.—A manera do lema, recordaremos La definición geométrica de las figu­ras recíprocas, de Cremona 1. .Dos figuras, compuestas de rectas, so7i recíprocas si a cada recta de una corresponde una recta paralela de la otra, y a tres rectas concu­rrentes de una corresponden tres rectas no concurrentes en la otra.

La posibilidad de construir talos figuras puede esta­blecerse en el caso do seis rectas, por el procedimiento olcmental siguiente: sean A, B, C, D, cuatro puntos cua­lesquiera (fig. 57) unidos dos a dos por las rectas nume­

radas de 1 a 6 . Después de construido el triángulo At Bt 0 4 directamente semejante a ABO {trazando las rectas 1*,

3*, respectivamente paralelas a 1, 2, 3), tracemos por Ai la recta 51 paralela a la recta 5 que pasa por E, y por B, la recta 4^ paralela a la recta 4 que pasa por A. Obtendremos así los puntos 0* y que uniremos por la recta ^ Si esta recta 6., es paralela a 6, la figura A 1 B 1 C1 D1 es recíproca de ABCD, según 1a. definición

1 Cremona, 2.

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INTEGRACIÓN GRitPICA 149

anterior. También es evidente, pues así resulta de Ja construcción efectuada, que so tiene:

O, A, OA O , B i _ O D O , D, _ OBü i Bj OB ’ 0 , 0 , 0~A ’ O. A, ' 0 0 *

de donde, multiplicando miembro a miembro,

0 , D , _ 01)0 , 0 , “ 0 0 ’

lo que prueba que C iD * es paralela a CD.Visto esto, sean A jB.j y A'^B', arcos do integrales de

Fig. 58.

una misma curva AB, tomados entre las dos líneas de co- urespondencia cualesquiera AA4 y BB-j (fig. 58), y co­rrespondiendo respectivamente a los polos P y P '. Si el centro de ordenada media del arco A B está proyectado en u sobro O y, las cuerdas A^B* y A ^B ^ son respec­tivamente paralelas a P íí y P 'u ; do igual modo, si A. está proyectado en a sobro O y, las tangentes en At y A'.,

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350 CÁI.OULO g r Xp ic o

a Las integrales son respectivamente paralelas a Pa? y P 'a . Como, además, A., A'^ es paralela a ua, resulta, si las tangentes en Aj y A' 4 se cortan en T1; y las cuerdas A1 B1 y A'jB'., en St , que los sistemas de los cuatro puntos A 1 A'1TÍ S1, de una parte, a u F P ' de otra, son recíprocos, eu el sentido arriba definido, y, por consi­guiente, que las rectas StT, y P P ' son paralelas.

Así, las cuerdas A4 B.j y A \B '{ se cortan sobre la pa­ralela trazada por el punto de encuentro de las tangentes en A( y A.\ a la recta que une los dos polos P y P '. De igual modo se vería que estas cuerdas so cortan sobre 1a. paralela a la misma dirección trazada por el punto de encuentro do las tangentes en B, y B'4. Esta paralela es, pues, la misma en los dos casos, y como las líneas d§ correspondencia A t A \ y B1 B'1 son absolutamente cualesquiera, se llega a esta conclusión:

Las tangentes a los dos integrales en puntos situados sobre una misma línea de correspondencia, lo mismo que la$ cuerdas que unen dos pares de puntots correspon­diéndose sobre dos líneas de correspondencia, se cortan todas, dos a dos, sobre una misma paralela a la recta que une los polos de las dos integrales.

Dicho de otro modo:Las dos integrales son komológicas, estando el centro

de homología en el infinito en la dirección de Oy y el eje de homología paralelo a la recta que une los polos de estas integrales.

Observación.— No puede dejar de sorprender la iden­tidad entre los polígonos inscritos en las integrales y los polígonos funiculares de vectores paralelos, dirigidos se­

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tNTKGRACIÓN O R IFIC A

gún las lineas de correspondencia consideradas, y que tengan por magnitudes las diferencias de las ordenadas medias de los arcos separados por estas líneas de corres­pondencia. El resultado últimamente obtenido se con­funde entonces con un teorema fundamental de la es­tática gráfica de Culmann. Aquí, como se ve, resulta de consideraciones geométricas directas completamente ele­mentales.

35. Integrales sucesivas. Determinación de las cons­tantes arbitrarias.—Si se construyen, por el método que acaba de exponerse, las integrales sucesivas C4, C¡¡,. . . C„ , . . . de una curva dada C tomando arbitrariamente, sobre una misma línea de coi'respondencia, el punto ini­cial de cada una de ellas, esto equivale a tomar para va­lor inicial de la abscisa, los valores de la integral n ásimu y de sus n -1 primeras derivadas.

Se puede, además, conforme se ha dicho en el núme­ro 24, afectar a las ordenadas de estas diversas integra­les de los módulos diferentes yi} Y2, . . . Y„ , . . . esco­gidos de antemano. Basta, para esto, que las bases suce­sivas de integración satisfagan a las relaciones

xp — Y, 5,,* T i = f i ,

a y . _i_ y S1 n — 1 - » n n

Cambiar, después de la integración, los valores de las constantes arbitrarias, equivale a sustituir a las ordena­das ?/„ de C„ las y'„ que vienen dadas por

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m o Xl c ü l o o r Xf ic o

siendo los coeficientes a0, ait . . . <z„_i arbitrarios. Gou una elección particular de estos coeficientes, bastaría construir (núm. 20) la parábola H„ de ecuación

,, = _ + ?i - 2 +. . . + « „ .

Se tendría entonces

!Ú ^ !/»-!/■

Dicho de otro modo: la integral C„ dará a conocer con sus ordenadas, los valores buscados, a condición de ser referidos a una línea confundida, no ya con el eje O x, sino con la parábola n n_ L,

Se puede, en particular, definir las n constantes arbi­trarias por la condición de que, para n valores dados de x, y'„ tenga valores dados. Nada más fácil entonces que construir la parábola M „_i. En efecto, habiendo sido trazada la integral C„ con constantes arbitrarias absolu­tamente cualesquiera, tomemos sobre esta integral los punto3 A„ , Bn , . . . correspondientes a los valores da­dos de x, j sobre las líneas de correspondencia de estos puntos llevemos los segmentos A„ A'„ , B„ B'„ , . . . iguales (mód. Y«) a los valores dados de y 'n cambiados de signo. No falta más que hacer pasar por los puntos A '„ , B '„, . . . la parábola I l„ _ i que determinan sin ninguna ambigüedad. Este es el problema de la interpo lación gráfica tal como se ha resuelto en el núm. 20 .

Conviene observar que las bases que deben emplearse para las diversas transformaciones por la abscisa son las mismas 3n , . . . que han servido para las inte­graciones.

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En particular, si so trata do la integral primera, basta tomar el punto correspondiente a uu solo panto At y trazar por este punto A'< una paralela H0 a Ox; si se trata de la integral segunda, basta tomar los puntos A'a y B'a correspondientes a dos puntos A2 y B2 y unir estos puntos A'2B'2 por una recta Hj, etc.

En las aplicaciones, las integraciones sucesivas se apli­can, en general, a zonas limitadas a dos curvas C y C', tomadas a partir de una cierta línea de correspondencia. Las constantes arbitrarias se obtienen teniendo en cuenta que, sobre esta línea de correspondencia, las integrales sucesivas deben ser nulas. Dicho de otro modo, si se construyen separadamente las integrales sucesivas co­rrespondientes de una parte a C, de otra a C/, las inte­grales C„ y C'n deben, cualquiera que sea n, partir del mismo punto A„ de la línea de correspondencia inicial.

Se puede, además, conforme se ha visto en e¡ núm. 32, obtener los valores del área comprendida entre C y C' por medio de una sola integral Ct cuyas ordenadas se tomen a partir de la paralela A ^ a Ox, trazada por el punto inicial A j do C*. Para las integrales siguientes, no hay que cambiar nada a lo que precedo a condición de que se tome el eje A*** para C \ . En este caso, de un modo general, C'n será una parábola n n_ t de orden n — 1 osculatriz (contacto de orden n — 1 ) a C„ en el punto A

Pero se puede evitar fácilmente el trazado de estas pa­rábolas HB_ 1 sucesivas. Basta, en efecto, para efectuar la segunda integración, tomar A lx i como eje de las x, escogiendo el polo P4 sobre este eje; la integral C \ es entonces la paralela A2£ 2 trazada a At#* por el punto

INTEGRACIÓN GBXPIOA 15Ü

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CÁLCULO GRÁFICO

inicia], Aa arbitrariamente escogido para C2. De igual modo, tomaremos A2 como eje de las » para la tercera integración, y así sucesivamente. De esta manera, las parábolas n „ _ i sucesivas quedan todas reemplazadas por paralelas a O*.

36. Integrales diversas ligadas a una curva dada.— Longitud, momento, centro de gravedad de un arco de curva.—Si y representa la ordenada del punto móvil de una curva C, llamaremos integral ligada a esta curva toda integral de la forma

Si, sobre la ordenada de cada punto M de esta curva se lleva el segmento MM' representativo (mód. p) de la

dado por el área (mód. [<x[3]) engendrada por el segmento de ordenada MM' entre las Uneas de correspondencia re­lativas a los límites escogidos. Esta área viene, además, dada por la diferencia de ordenadas (mód. y) de los pun­tos correspondientes de las integrales C* y C 'j de la cur­va C y de la C' descrita por M', partiendo estas dos in­tegrales de un mismo punto At de la línea de correspon­dencia inicial. Se pueden obtener estas diferencias de ordenadas por medio de nna sola integral referida a una paralela a Ox (nóm. 32).

La cuestión se reduce, en cada caso particular, a cons­

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IN T E G R A C IÓ N G R A F IC A 155

truir por puntos la curva C', y aun si es posible con sus tangentes.

Podemos citar como ejemplo la determinación de los momentos tomados con relación a O y. Estando dado el momento de orden n por

ia curva C' puede obtenerse por la aplicación n veces x-epetida de la transformación por ia abscisa (núm. 19). Se obtiene eu seguida el momento M„ por medio de una sola integración en lugar de las n-f- 1 que se han indi­cado en el núm. 24 1.

Propongámonos, como otro ejemplo, determinar la longitud de un arco de curva AB (fig. 59), y su momen­to con relación a O* que suponemos aquí perpendicular a O 2. Además hay que suponer necesariamente iguales los módulos i y p relativos respectivamente a las absci­sas y a las ordenadas, sin lo cual el módulo con e! que debería ser medido cada elemento infinitamente pequeBo del arco dependería de la inclinación de óste sobre O.c.

’ Este procedimiento, propuesto porH. Collignon, tiene sobre el que se ha indicado en el núm - 24 la ventaja de no exigir más que una sola integración cualquiera que sea n; pero, en cimbio, exige la renovación del trazado ouundo se cambia el eje (aquí confundido con O.v) con relación al cual se toman loa momentos, mientras que la construcción Jel núm. 24 permanece la misma cuando este eje varía conservando su dirección.

1 Collignon, págs. 17 y 24.

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15l> c A l c ü l o ^ Q r X f i c o

Si llamamos o el ángulo de la tangento 011 M con 0.r,

o lo que viene a ser lo mismo, el ángulo de la normal MN con la ordenada MM', tenemos para la longitud dol arco

Llevemos sobre la normal MN una longitud MK igual a una constante cualquiera k (raód. cu) y levantemos en

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INTEGRACIÓN GRXPICA 157

K a MN la perpendicular KM'. Tendremos para ol nú­mero y' que mide MM' (mód. «)

.Basta entonces, para obtener directamente el número que da el valor de s, medir la ordenada final, compren­dida entre las integrales Ci y C \ de las curvas AB y A' B', con una unidad de longitud igual a 7cy on lugar de y . '

En cuanto al momento n del arco AB tomado con re­lación a O a;, viene dado por

No habrá, pues, más que llevar sobre la línea de co­rrespondencia de M el segmento MM" igual a MN e in­tégratela zona entre las curvas AB y A "B ".

Observemos que si y \ es la diferencia de las ordena­das de los puntos terminales B* y B 'i do las integralesC, y C i, y de igual modo y" la diferencia do las orde­nadas de B, y Eí', se tiene, para la ordenada Y del cen­tro de gravedad de! arco AB,

k

Luego

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l o a O.íLCtXLO G R XP ICO

expresión fácil de construir gráficamente. Este centro de gravedad estará, pues, completamente determinado si se conoce la línea de correspondencia sobre la cual se en­cuentra. Ahora, esta línea de correspondencia es eviden­temente la misma que la del centro de gravedad del área A A 'B 'B , la cual, según lo que hemos visto ya (núme­ro 24), pasa por el punto de encuentro de las tangentes en B2 y B '2 a las integrales segundas de tos arcos AB y A 'B '.

Como complemento, vamos a hacer ver cómo, cuando se conoce el centro de curvatura m de la curva AB co­rrespondiente al puuto ¿i, se pueden construir las tan­gentes en M' y en M " a las curvas A 'B ' y A "B " , de­terminando los puntos T ' y T " en que encuentrau a la tangente en M a AB (fig. 59).

Si m' es el punto en que la normal en M' a A 'B ' corta a Mw, se tiene entre las diferenciales d(M), d(M'), rf(K) de los arcos descritos simultáneamente por los pun­tos M, M ', K, y notando que, puesto que ItK es cons­tante, el lugar de K, paralelo al de M, admite también para centro de curvatura el punto m,

<í(M) _ MT' d(M'j MW d(K) _ K m á(M') M'T' ’ d(K) Km ’ d(M) Mw ’

de dondo, multiplicando miembro a miembro

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INTEGRACIÓN GRAFICA

igualdad que conduce a

J5 9

M'T'wp' = H T ni;

pero, siendo el cuadrilátero T 'M M 'm ' íuscriptible, pues­to que los ángulos T 'M w ' y T 'M 'w ' son rectos, se tiene

M 'T 'ni = M ‘ M m \

o, trazando mT paralelamente aO *,

M 'T V = MTm.Luego

"MTju = MTm ,

lo que muestra que

MT' —MT,

de donde se deduce la construcción del punto T' simé­trico con relación a H del punto T donde la tangente en M es cortada por la paralela « O í traxada por el centro de curvatura m.

En cuanto a la determinación del punto T", resulta do que, siendo MM" de dirección fija, tendremos

d{M) M T " _ M T “d . M M " M M " M N ‘

Si, por otra parte, la normal a la envolvente de MN

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1 G0 OXLOüLO GRAFICO

(perpendicular levantada en vi a M'N) corta a la perpen­dicular levantad» en N a Ox en ol punto n, se tiene:

t i . MN

Resulta de aquí que

d (M) _ M m

M T' Mm51N

Los triángulos rectángulos MT"N y m lfn, que tienen los catetos dos a dos perpendiculares, serán semejantes, y tendrán, por consiguiente, sus hipotenusas también perpendiculares. Dicho de otro modo, el punto T" está m la intersección de la tangente en M y (le la perpen­dicular bajada desde N sobre Mu.

Caso particular del arco de círculo. — Recordaremos aquí que, para el caso particular del arco de circulo, he­

mos dado una construcciónaproxim ada 1 que puede enunciarse así (fig. 60): Si se toma sobre la cnerda AB el punto M tal queA If = — AB, y si el radioque pana por el panto M corta al arco AB en el pimto L, la cuerda AL es

2igual a los — del arco AB

con un error relativo que permanece inferior a 0,0001 hasta más allá de las 35”, a 0,001 hasta más allá de

o\s. I».

1 Nouvelles Annáles de Mathéniuliqucs, 1907, pág. 1.

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INTEGRACIÓN GRÁFICA 10 í

¡os {55", y quo no llega más que a 0,008 para un arco de 90°. Si, pues, se traxapor B la paralela BP a ML, se tiene A P=arc AB, con el grado de aproximación que acaba de indicarse.

Observemos que esta construcción permite, inversa­mente, llevar sobre el círculo, a partir del punto A, un arco AB de longitud dada. También per­mite obtener el centro de gravedad G de un arco BAB' (fig. 60 bis), teniendo en cuenta que, si sobre la tangente en A se lleva el segmento AQ igual al arco AB rec­tificado en AP, el cen­tro de gravedad G es la proyección sobre DA del punto de encuentro H de OQ y de la paralela a Ó A trazada por la extremidad B del arco.

37. Integrales deducidas de varias curvas.—Se pue­de también considerar integrales de la forma

/ F íx, y, u\ ■■■) <lx,

siendo y, ij , . . . las ordenadas de las curvas C, C', . . . correspondientes a una misma abscisa x. Si, a la manera <le lo hecho en el número precedente, se puede construir de modo sencillo la ordenada Y definida por

Y •= F y.t), y. y, ... ),

estaremos dentro del caso ordinario. Pero ocurre también que se pueda obtener, para cada valor de x, la direccióu

íl

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162 c X l c o l o g r A k ic o

correspondiente de la tangente a la integral sin tenor que determinar efectivamente a Y. He aquí un ejemplo que so presenta en ciertas aplicaciones:

Sea efectuar la integración

f yy'dx,

siendo y , >/ las ordenadas de las curvas C y C' (fig. Gl).Si P es el polo de la integración tal que O P = 3 , tendría­

mos la in te g ra l do y uniendo los puntos tales como n, proyocción del punto móvil M de C so­bre Oy, al polo P. En lugar de multiplicar O ¡i por y ' y unir la extre­midad del nuevo seg­mento obtenido sobre O y al polo P para toner la dirección do la tangente a la nueva integral, po­

dremos también, conservando Oix, dividir OP por y ' to- *mando O n " = — ; la dirección h"íi así obtenida para latangente en Mi será la misma. Ahora, para determinar

OPel punto ¡i' tal que On" > basta, después de habertomado sobre O y el segmento OQ —p y proyectado M' eu ji' sobre O y, trazar la paralela Qn" a Pía’ .

Es de importancia hacer noíar que se cometería aquí uu gran error, si para obtener, en lugar de la dirección do una tangente, la de una cuerda comprendida entre dos ciertas líneas de correspondencia, so sustituyesen en la construcción precedente, los puntos J5f y M' por los cen­tros de ordenada media de los arcos de las curvas C y C' comprendidos entre estas iíueas de correspondencia. Tal

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IN T EG R A C IÓ N G RAFICA 163

trazado jüo sería suficientemente aproximado a no ser que se tomasen las líneas de correspondencia bastante próxi­mas para que Jas tangentes en los extremos del arco de integral comprendido entre dos de ellas puedan ser con­sideradas como encontrándose sobre la línea de corres­pondencia equidistante de óstas. Mientras que, en efecto, si las ordenadas móviles se añaden o se restan, como en los núms. 32 y 33, la relación entre las ordenadas medias es la misma que entre las ordenadas móviles, no ocurre lo mismo cuando las ordenadas móviles se multiplican.

C . — Integrales parabólicas.

38. Polígonos integrantes.—Se puede, en las aplica­ciones, tener necesidad de integrar parábolas n n , ya porque resulten de integraciones sucesivas a partir do líneas rectas, ya porque hayan sido obtenidas como re­sultado de interpolación gráfica (nüms. 20 y 21). El mé­todo fundado en la consideración de los centros de orde­nada inedia da, en este caso, una construcción no sólo aproximada, sino rigurosa, basta las parábolas n 3; míís allá de óstas, vuelve a ser aproximada. Pero se pueden, en este caso, obtener rigurosamente, cualquiera que sea n, tantos puntos como se quiera de la integral de la pa­rábola n„ por el siguiente mótodo, debido igualmente a IT. Massau *.

1 Massau, 1, núm. 69. Si la línea que se va a in teg ra r es poligonal, este método es recom endable para determ inar loa puntos de las in teg ra les sucesivas situadas sobre las lineas do correspondencia d é lo s vértices, donde se enlazan los arcos de parábolas d is tin tas de que se componen estas in teg ra les.

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c á l c u l o g r á f i c o

Tomemos cuino primora linca para integral', una rocta paralela a Ox, la cual, para la completa generalidad de nuestras notaciones llamaremos una Jl0 y cuya integral {recta’cuya inclinación resulta de la ordenada de n 0) será una H ,.

Dicho esto, definiremos del siguiente modo la opera­ción sobre que se basa el método.

Sea P,- una línea poligonal de i lados cuyos »—|— 1 vér­tices designados por A”, Aj, . . . A i están situados sobre líneas de correspondencia equidistantes (el primero de los cuales y sobre el que se encuentra A° se podrá siem­pre suponer en coincidencia con O y). Proyectemos los vértices A¿, . . . A* sobre O y y unámoslos al polo P< de la integración; después, habiendo dividido el intervalo entre las líneas de correspondencia extremas en ¿-(-1 partes iguales, construyamos, a partir de un punto A°+i tomado sobre O y, una nueva línea poligonal A°.+ A’i+i . . . A ‘+ ‘ cuyos vértices estén sobre las líneas de corres­pondencia sucesivas trazadas en último lugar y cuyos la­dos A< + 1a} + ,, A í+ ,A{+1, . . . A- + tA|+) sean respec­tivamente paralelos a los vectores P¿ A °¡, P<«{, . . . P««í- Obtenemos así la línea poligonal P <+1.

Efectuando sucesivamente esta construcción, a partir de una recta P 0 paralela a O* (la cual, según la conven­ción precedente, puede llamarse también una n 0), los polígonos Pt- así obtenidos se flaman los integrantes de esta P 0 o n 0■ vamos a ver, muy pronto, la razón de ello.

La figura 62 muestra la construcción de I09 tres pri­meros integrantes de una ti 0; para hacerla más clara, se ba dado al eje Ox, al pasar de cada polígono Pf al si-

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INTEGRACIÓN GRXKICA 165

guíente, una traslación paralela a O y, con objeto de se­parar el nuevo trazado del precedente. Se ha supuesto,

Fig. G2.

además, que so conservaba la misma base de integración

(2 = 0 V = O P = O P = O P )\ O O f 1 * » A 8/7

cuando nada impide cambiarla a cada integración me­diante el cambio correspondiente del módulo Yj como se ha visto en el ndm. 35.

Si, de una manera general, llamamos ;¡y* la ordenada del vértice A* referida al eje Oix { correspondiente, de modo que el cuadro completo de las ordenadas hasta P„

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166 CALCULO g r á f ic o

se escriba:0yn y\> V» • • vi ••• vi ‘ vi0■n — i Vn-l Vn-, ••• V n - , •0Vi l 5l

Vi •• Vi

0y.

iy.

0y,

iy,

0K

propongámonos calcular y {nSuponiendo que los módulos sucesivos satisfacen siem­

pre a la relación fundamental (núm. 8), la construcción indicada, cuando so consideran las diferencias de las or­denadas de una misma línea, se traduce, si x representa la abscisa de la línea de cori^spondeucia extrema, por la relación

(1) £ y U lf

de donde, repitiendo sucesivamente el cálculo, se obtiene de un modo inmediato

(1 M A u \ = (M — ¿4 -1 ) y n-k.

Ahora, la relación fundamental del cálculo de las di­ferencias, que se escribe simbólicamente

2/« = ( l+ A )V m,

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INTEUR ACIÓN GRAFICA í 67

es decir

< « i i , » > H*— 1) . » " i i *• • • 1 . í "Vit ~ y n & Vn “i“ 1 2 ^fl ' * ' 1 i y H 1

da, cuando se tiene en cuenta a (1 bis),

10) y* = y * + ± a ; + *<>—1 ) . y « - .' ; 1 re 1.2 «O —1)

+ . .. X-jliÍ --------x<»1 ... I

y, en particular,o

(2 bis) y l = + I j p . x + + • • '

1. . . n

JÜsta última fórmula, idéntica a la fórmula de Maclau- ñn aplicada a la función y (cuyo valor, y el de sus n de­rivadas, para x — 0, son y an, y°n_ í , . • ■ y"), muestra que el punto A” pertenece a la parábola II „ } násiraa integral de n 0 cuando las n constantes de la integración se toman- iguales a las ordenadas de los puntos A,, A,, . . . A „.

Se tiene así un medio de construir, y esta vez riguro­samente, el punto de la integral parabólica n „ ,situado sobre una línea de correspondencia cualquiera. Además, siendo n cualquiera, los puntos A “T¡, A”—1> . . . A, describen al mismo tiempo las integrales parabó-

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168 OÁLOÜLO GRÁFICO

Esta construcción sugiere inmediatamente las siguien­tes observaciones:

Observación I .—Perteneciendo ios puntos A» y A? a la parábola n< , los lados A¿+1A5+i y A,- + ,A l+ ;, que son respectivamente paralelos a los vectores I^A^yP,-«*- son tangentes a la parábola n <+,. Eu particular, n n es tangente a A^a',, y A ”~ ‘A".

Observación I I .—Si, tomando como línea de corres­pondencia inicial la del punto A ” sobre la cual estén marcados los puntos A*, A*, . . . A", se trata de obtener el punto A° sobre O y tomado como línea de correspon­dencia final, los polígonos integrantes son los mismos que los de la construcción precedente, pero recorridos esta vez en sentido inverso.

Observación I I I .—La fórmula (2 bis) muestra que los elementos de la línea superior del cuadro (I) se expresan linealmente por medio de los elementos de la columna de la izquierda de este cuadro. Ahora, estos últimos definen completamente la parábola JI„ •„ lo mismo ocurrirá, pues, con los primeros, y como, además, los puntos A„ y Añ pueden ser cualesquiera sobre estas parábolas, se puede decir que una integral parabólica está completamen­te, determinada por d polígono integrante de n lados P„ traxado entre dos cualesquiera de sus puntos donde, se­gún la Observación /, es tangente a los lados extremos de este polígono. Por esta razón, P„ se llama el integran- te fe n„ en el intervalo de las líneas de corresponden­cia de A „ y de A j.

Pudiendo aplicarse la misma observación, según la fórmula (2), a los t’- j- l primeros elementos de la línea su­perior del cuadro (I), unidos a los primeros elemen­tos, a contar por arriba de la primera columna de este cuadro, se deduce de esto que los i primeros lados del in­tegrante P„ definen el contacto de orden i de la parábola

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INTEGRACIÓN G R ÍFIC A ICO

n„ en el punto Á°n. Bicho de otro modo: Si dos parábo­las II„ y 1 1 tienen en An un contacto de orden i, y si. se construyen sus integrantes P„ y P'„ en un mismo in­tervalo a partir de la línea de correspondencia de A°„ estos integrantes tienen comunes sus i primeros lados a partir de A„-

Observación IV .—El criterio de contacto de orden i, puesto en evidencia en la observación precedente, puede extenderse inmediatamente a dos parábolas y nn. de órdenes diferentes. Sea, por ejemplo, n '—n—v. Basta tratar la parábola H,/ como una parábola II„ para la la cual se tuviese:

v\= y]= vl= = »

después, a partir del índice v, ■¡/t—y’u-», lo que condu­ce, una vez construida la recta n 1> integral de H0j a aplicar la construcción de los integrantes sucesivos par­tiendo de los puntos de esta recta, situados sobre las lí­neas de correspondencia que dividen el intervalo consi­derado en v —|— J. partes iguales.

Observación V.—La fórmula (í) da inmediatamente:

V i - ?/«=

*=«— x Vn ' V„.

o, si w„_, es la ordenada del centro de gravedad G„_, de los vórtices de P„_l(

y”—vi =

Por consiguiente, si este centro de gravedad se pro-

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170 CÁLCULO GRÁFICO

yecta en sobre O y, la recta A°,A¡¡ es paralela a P l o que permite, para obtener A” partiendo de A„, economizar el trazado de Pn si se conoce G„_,,

Busquemos, por ejemplo, la construcción del G8 de un Pa tal como ASA* Aa A° (fig. 63). Este centro de grave­

dad G8 está en el punto medio del segmento MN do la línea de correspondencia que une el medio de A , A, al medio N de a Ja ", y se tiene:

MC _ MN _ H A > K A ; _ |(M S+M T.)MtT’ ------2----------------1----------------------4---------

_ MS+MT ~ ti

o, si W os el medio de ST,

Ahora, según la Observación I , las rectas A°S y A^T son tangentes en A, y A¡ a la parábola n,. Volvemos así a encontrar la construcción del centro de ordenada me­dia de un arco de n , obtenida directamente en el nú­mero 2Í).

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IN TEG RAC IÓ N GRAFICA 171

39. Generación de una integral parabólica por dila­tación de su polígono integrante.—Acabamos de ver (uúrn. 38, Observación III) que una integral parabólica n „ está completamente determinada por el polígono inte­grante A A 'A " . . . A» construido entre dos cualesquiera de sus puntos A y A» , y cuyos vértices intermedios se encuentran sobre las líneas de correspondencia que divi­den eí intervalo de A a A" en n partes iguales. Es, pues, evidente ápriori que partiendo de este polígono tomado como dato inicial, se podrá construir directamente el punto de n K situado sobre una línea de correspondencia cualquiera, sin llegar a la né3íma derivada n o de Hn.

Veamos primero, si damos al intervalo x que separa la línea de correspondencia de A" de la de A, el incremento A x , en que se convierten las ordenadas de los vórtices del polígono integrante que va de A a A ", ordenadas cuyos nuevos valores designaremos por medio de la nota* ción YJ,. Basta, por otra parte, para obtener reempla­zar en la expresión (2) de y J, encontrada en el número anterior, x por x -^ -k x , lo que da inmediatamente:

Y* = «/* 4- — • A ¿ c + - ^ ~ 1; • - 4 - — Ax 2 + . . .” » » ^ i n 1.2 «(»—1) ^O, i ■■ .1 Vn-i . i

1. .. i é-f-l/l ’o, teniendo en cuenta la fórmula (1 bis) del número an­terior, y poniendo

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172 CÁLCULO GRÁFICO

So puede transformar esta expresión por medio de la fórmula bien conocida que se escribe simbólicamente (el trazo sobre la t/ indica que los exponentes deben, después del desarrollo, considerarse como Índices de orden)

*ru i r - i / ; , - ' 'f o - i ) - -

Tonemos entonces:

(1 bis) 1 = (i + p)¿ ~ ~ p(i+ p)‘ ' 1 y í r 1l >(Í— l.1 í ,, | í— ! s - . . ¡ i . . . 1 i n

+ r~2~ P ' ~hP‘ V" +•••4-' — 1 / y .T 7 T p ?/" ’

que se puede escribir simbólicamente:

^ «—['í + p1 i/,, f-3*•

La expresión (1 bis), lineal con relación a yn, yn, ... y„, nos muestra que YJ, puede obtenerse por una construc­ción en que no se empleen más que líneas rectas. A fin de dar al enunciado de esta construcción una forma lo

más sencilla posible, defi­niremos primero la opera­ción gráfica que nos propo­nemos llamar dilatación en ínter mío de una línea po­ligonal.

pj?. Sea primeramente unsegmento dirigido Á Á (figu­

ra 64). Si damos a la línea de correspondencia de su extremo A' un desplazamiento ix , tomado con su signo,

Page 178: Calculo Grafico y Nomografia

IN TE G R A C IÓ N G R .ÍM C A

y lluvamos ostc extremo a 15' haciéndolo resbalar a k> largo de AA', diremos que el segmento AB' resulta de A A' por una dilatación ¿x en intervalo.

Sabido esto, sea una línea poligonal A A 'A " . . . A*‘ , cuyos lados sucesivos A A', A 'A ”, . . A”~>A" supone­mos comprendidos en intervalos iguales entre sf (fig. 65).

A XDemos a todos estos lados una dilatación----- en inter-nvalo; obtenemos así los puntos B', B", . . . B" ; demos aún a los segmentos B 'B ", B "B " ', . , . B M-’Bn una di-

ArElatacióa----- en intervalo; y así sucesivamente, hastanque lleguemos a un último segmento L'‘~ 'L ’* que, dila-

tado —- - eu intervalo, nos dará, en fin, el punto Mhi El

polígono A B' C" . . . Ln _ tM'‘ se llamará transformado de A A 'A " .. . A” - > A'* por la dilatación ¿x en intervalo.

La figura 05 muestra la construcción *en el caso de n = 4.

Page 179: Calculo Grafico y Nomografia

174 o X l c u l o g h Xp i o o

A fin lie evitar confusión con la notación do) nómero anterior, designemos las ordonadas de los puntos prece­dentes en el orden

A A' A" ... AB_’A" B' B" ... li'*— 1B"

M"por medio de la notación

0 1 8 — | «i//.. w„ u. . . . u¡‘ ' h"u, ... n? V*

un~ ‘u’‘“m — i —i

y, llamando siempre x el intervalo comprendido entre A

y A " , pongamos como antes —:— = p.

En estas condiciones, tomadas siempre las diferencias entro elementos de una misma línea, se ve que la opera­ción elemental a que se reduce la dilatación se expresa por

k .AyM

«? => « ? _ ,+ — a « ? _ ; = + p á # * _ ;;n

de donde, por un cálculo inmediato

«* = < + y “ o"”

+ - - - + f e r pjA’< i

Page 180: Calculo Grafico y Nomografia

INTEGRACIÓN G r XFICA

y, en particular, para /,==■/

i i I • j — i < 1- i' í> w 1) * * * i -«1 = < + Y ? á « . ' + 1-2 p A

■ i • 1 < i ( 5+ ■ ■ • + r .T 7 T p “ *«•

Basta comparar esta expresión con la (1) de Y*, para ver que, si para u\, u \, . . . n {c, . . . w*, se toma y°n, y'n • • • ?/>•> : • • {Jn, tendremos:

Luego, si el polígono A A '. . . A» es el integrante de la parábola n„ qué va del punto A al punto A" que está separado de él x en intervalo, el polígono A B '. . . H “ es el integrante de la misma parábola, yendo del punto A al punto H" que está separado de 61 x-f- Ax en intervalo.

Dicho de otro modo: Si al polígono integrante de n„ , construido entre don puntos cualesquiera A. y A'* de esta parábola, se da, a partir de A, una dilatación cualquie­ra en intervalo, la extremidad. M" del polígono dilatado describe TI«

Además, siendo el polígono dilatado el integrante en el intervalo de A a Mf, el lado L"—’M" es tangente en M” a la parábola n„ ¿egún la Observación I del número precedente.

Observación I. — La construcción precedente permite trazar una n 8 de la que se den dos puntos A y A" y la tangente en uno de estos puntos, A por ejemplo. En efecto, si esta tangente corta a la línea de corresponden-

Page 181: Calculo Grafico y Nomografia

170 c í l c o l o o r i f i c o

cía equidistante Je A. y A" en A', A 'A" es la tangente en A", y la línea poligonal A A 'A " constituye el inte­grante de la H, considerada de A a A". La figura 66

Fig. 66.

maestra la construcción de un punto cualquiera C" de esta n í coji la tangente B 'B " en esto punto i, construc­ción fundada en la igualdad de los intervalos entre A' y B', A" y B", tí" y C".

Lo mismo puede decirse del trazado de una n i de la cual se dan dos puntos A y A"' y las tangentes en estos puntos. Si, en efecto, las iíneas de correspondencia que dividen el intervalo do A a A"' en tres partes iguales en­cuentran estas tangentes respectivamente en A.' y A", el integrante de la n» considerada, de A a A"' está consti­tuida por la línea poligonal AA'A" A"'. La construcción correspondiente del punto móvil D'" con la tangente C "C '" en este punto está indicada en la figura 67.

Observación II.—Según el trazado del polígono dila­tado, las líneas de correspondencia de los puntos B“, . . . L", M”, están separadas de la de A" por los inter-

1 Es muy notable que la oonstruooión así obtenida sea precisamente la misma que la que hemos indicado en otro tiempo (Gcnie Civil, t. IX, 1886, pág. ilO), para el trazado de las parábolas de los momentos fleetores de una viga uni­formemente cargada. Se ve, en efecto, inmediatamente so­bre la figura que B’'C" —IB'.

Page 182: Calculo Grafico y Nomografia

valos , 2 , . . . rt ; todos,, pues, equidistanA cr■ , y se ve que si, tomando el punto A ” como origen,

se dilata x en intervalo el polígono M” L" ...15» A ",

INTE0RA.0X(3N g r á f ic a 177

se encuentra Mn L " —« . . . B 'A. Resulta de esto que M.” L” . , - B" A" no es otra cosa que el integrante de la misma U „ de M" a A'* .

Puesto que del integrante entre A y A’> hemos dedu­cido así el integrante entre A” y M” , podremos del mis­mo modo deducir de este último el integrante entre M" y otro punto cualquiera de n n Dicho de otro modo: del integrante entre dos puntos cualesquiera de H „ se puede deducir el integrante entre otros dos puntos cualesquie­ra de la misma H„.

Observación I I I .—Si, para dos parábolas II „ , que tienen común el punto A, se ha trazado, a partir de este punto, lo8 polígonos integrantes que corresponden a in­tervalos diferentes, basta, para aplicarles el criterio de contacto indicado en la Observación I I I del número pre­cedente, dilatar uno de estos integrantes para extenderlo al intervalo del otro; si despuó3 de la dilatación, sus i primeros lados se confunden con los i primeros de éste, entre las dos parábolas hay, en el puuto A, un contacto de orden i.

19

Page 183: Calculo Grafico y Nomografia

178 CÁLCULO G liÁ FIC O

40. Construcción del Integrante de una parábola n „ dada por n -\-1 puntos.—Repitiendo sucesivamente la construcción indicada en el rtúm. 38 vemos que, del in­tegrante de una n„ cualquiera, eutre dos líneas de corres­pondencia cualesquiera, se pueden deducir los integran­tes de las integrales sucesivas Hn + 1, n H + J, . . . de esta n„ entre las mismas líneas de correspondencia. Por otra parte, deduciéndose, por el teorema de! núm. 39, del co­nocimiento del integrante entre do» puntos cualesquiera de una integral parabólica, la construcción rigurosa de todos los puntos y aun de todas las tangentes, de esta parábola, se puede decir que el conocimiento de un inte­grante cualquiera de una parábola n„ lleva consigo la determinación rigurosa de todas las integrales sucesivas de esta parábola. Poro ocurre, en las aplicaciones, que la parábola n n que ha de integrarse está definida por íí—1 de sus puntos. Se presenta entonces el siguiente proble­ma: Conociendo n -}-1 puntos de una parábola n„ cons­truir un integrante de esta parábola.

Se puede, tomando por origen uno de los n-j-1 puntos dados, y aplicando la transformación inversa por la abs­cisa definida en el miro. 19, obtener n puntos que defi­nan una la cual, aplicando la transformación di­recta opuesta a la precedente, reproducirla la n n dada.

De esta n n_ (, se podría pasar de igual modo a una H „_ i>yasl sucesivamente a una n t es decir, a una recta, la cual, entre dos cualesquiera de sus puntos, es ella mismu su propio integrante.

Por consiguiente, para llegar, partiendo de aquí, a ob­tener el integrante de la II„ considerada entre dos líneas de correspondencia cualesquiera, basta saber resolver este problema: conociendo el integrante de una parábola de orden n — 1 entre dos líneas de correspondencia cuales­quiera, encontrar, entre las mismas líneas de correspoíi- dencia, el de la parábola de orden u obtenida transfor­mando la primera por la abscisa a partir de un origen cualquiera.

Page 184: Calculo Grafico y Nomografia

i n t e g r a c i ó n g e Aí i c a 170

Llamemos y la ordenada móvil de la U „ obtenida (la que hemos representado por Y¡¡ en el núm. 39), y 0, ?/i , y2, . . . y„ las ordenadas de los vórtices de su integrante entre las líneas de correspondencia consideradas (lo que representábamos en el núm. 38, por y„, y \ , y „ ,.. .y").

La fórmula (1 Lis) del miro. 30, para i —n, da'.

y=(l-f-p)" y,, — -j- p(l-f p)’,-J# „ _ ,

■“ 1 ) • | ■» ft * i / J V ti+ -;■■■- - p u + p ) yn- , + nya-

Del mismo modo, tendremos para la transformada in­versa por la abscisa, adoptando la letra r¡ para las orde­nadas que so refieren a ella

n = (i+ ? )’*- n,I_I- JLp -p (l+ P )"-* n B_t

+ p 'd + p)”~‘ ’i«-. • • • + < - o - p ”- ' v

Ahora, si n y v son las abscisas de las líneas de corres­pondencia U y V, entre las cuales se toma el integrante, tendremos, según la definición de la cantidad ? dada en el número 39, para la abscisa correspondiente a las orde­nadas y y k),

a-|-(l-f-p) ( v — k )= (1 + p )u — pit.

Luego, la relación entre las ordenadas y y r¡ se escribirá:

y = [(L-|-p)t> — P«]i).

Reemplazando eu esta ecuación y y n por sus valores

Page 185: Calculo Grafico y Nomografia

180 CÁLCULO GRÁFICO

anteriores e identificando, para todo valor de p se tiene:

ny. iv-fit-,,

ny0 =nur,

El problema gráfico que hay que resolver, se reduce, pues, a esto: si numeramos 1', 2', 3', . . . (n— 2)' las li­neas de correspondeucia que dividen en n — 1 partes iguales el intervalo de las líneas de correspondencia de abscisas u y v [numeradas 0' y (n — 1)'], y 1,2,3, . . . (»—1) las líneas de correspondencia que dividen en n partes iguales el intervalo de las mismas líneas de correspondencia (numeradas ahora 0 y n), se trata, lle­vadas las diversas ordenadassobre las líneas de co­rrespondencia i ', de deducir de ellas gráficamente las or­denadas y ( sobre las líneas de correspondencia i (fig. 68).

La relación general que da y{ puede escribirse:

Ó i U A V *F ig . 68.

Page 186: Calculo Grafico y Nomografia

IN TEGRACIÓN G R ÍF IC A 181

Ahora, si dividimos también el intervalo entre el ori­gen y la primera línea de correspondencia del integrante (abscisa u) en n partes iguales por medio de líneas de correspondencia numeradas 1", 2", . . . i ”, . . . a partir del punto de abscisa u numerada Ó", se ve que las abs­cisas O í" o i " i vienen dadas por

n—iOí --------— u,ni " i .-= — — (ti — u) .n 1 n ' ’

y, por consiguiente, que

Si, pues, sobre la línea de correspondencia cuya abs­cisa O A es igual al módulo oc del ejo de las x, se proyec­ta en mi y los extremos M< y Mj_, de las ordena­das el principio enunciado en el nüm. 9 mues­tra que, para obtener el extremo P< de la ordenada y( sobre la línea de correspondencia i, basta traxar la pa­ralela P¡ Pj a Om¡_, por el punto P¡ en que la rectaO mi corta a la línea de correspondencia i" .

Tal es la construcción elemental que por repetición su­cesiva permitirá construir el integrante de una n n dada por Jí-j-1 puntos cualesquiera. Esta construcción se sim­plifica grandemente cuando se supone u = 0, es decir, cuando el polo de la transformación por la abscisa se en­cuentra sobre la primera línea de correspondencia del in-

f»tegranto, porque entonces todos los puntos tales como P< confundiéndose con O, el jnmto P| se entumirá en la intersección de la línea de correspondencia i y de la recta Omir i .

Desgraciadamente, la elección de este polo no es arbi­traria. Debe, cuando se sigue la marcha descendente,

Page 187: Calculo Grafico y Nomografia

182 C Á LCU LO G R ÁFIC O

coincidir cada vez con uno de los pantos del último sis­tema obtenido.

Se puede, sin embargo, si se prefiere, en la marcha as­cendente, tomar cada vez por primera Unea do corres­pondencia dol integrante que se ha de transformar la que pasa por el polo de la transformación por la abscisa co­rrespondiente; pero se puede entonces, entre dos de estas transformaciones consecutivas, recurrir a una dilatación del integrante tal como ha sido definida en el mím. Si).

La figura 69 muestra la aplicación dol mótodo a unaparábola definida por tres puntos A, B, C. Tomando por ori­gen el punto A y por módulo la abscisa del punto C, so deduce del punto B el punto B0, obteniéndose la recta CB0 como trans­formada de la pará­bola; esta recta pro­longada hasta A 0 es ella misma su pro­pio integrante. Para transformar este inte­grante según la últi­ma construcción in­

dicada, basta, despuós do proyectar el punto A o en a0, paralelamente a O* sobre la línea de correspondencia Cb0, tomar el punto T de encuentro de Acr0 con la línea do correspondencia equidistanto de AA0 y 0 a 0: ATC es el integranto do la H2 buscada; dicho de otro modo, TA y GT son las tangentes en A y C a esta parábola. Se puede notar que esta construcción es la que resulta del primero de los tres casos particulares examinados en el número 19 (fig. 31).

Cuando, en un cierto intervalo, se sustituye un arco

Page 188: Calculo Grafico y Nomografia

de curra cualquiera por el arco de parábola n„ que pasa por n-}-l de sus puntos comprendidos en ello9 sus ex­tremos, la teoría precedente permite efectuar su integra­ción por medio del polígono integrante.

INTEGRACIÓN GRAFICA 183

D .— Ecuaciones diferenciales de primer orden.

41. Curvas Isocllnas. Dada una ecuación diferen­cial de primer orden

F (*•*’- £ ) ==°-

si se considera cada par de valores de x e y (medidos, por lo demás, con módulos diferentes « y P) como defi­

niendo un punto dei plano, se ve que el valor de - ^ - de­

ducido de la ecuación precedente, hace conocer la direc­ción de la tangente a la curva integral pasando por este punto. En realidad, la ecuación puede conducir a varias determinaciones de esta dirección (si tiene varias ralees

reales en pero admitiremos—lo que ocurre en las

aplicaciones prácticas—que se ha elegido una de estas determinaciones y que la integración está limitada en un campo que no encierra ninguna singularidad y en e! in­terior del cual, por consiguiente, partiendo de una cierta determinación en un cierto punto, se conoce sin ambi­güedad la dirección de la tangente en todos los puntos subsiguientes.

d ifDicho esto, si reemplazamos, en la ecuación dada,

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184 c í l o u l o g r í f i o o

por diversos valores constantes k, y si consideramos las curvas (k ) correspondientes, cuya ecuación es de la forma

I 1 (x, y, k) = 0,

vemos que en todos los puntos de la curva (Ar) la direc­ción de la tangente a la curva integral tiene un coefi­ciente angular igual a k, lo que expresaremos, designada cada dirección por el coeficiente angular correspondien­te, diciendo que, en el campo considerado, todas las in­tegrales cortan a la curva (k) según la dirección k . Por esta razón, M. Jfassau, que ha fundado la integración gráfica de las ecuaciones diferenciales de primer orden en la consideración de estas curvas, les ha dado el nom­bre de curvas isoclinas *.

Para definir las direcciones correspondientes, bastará trazar por un polo cualquiera paralelas a estas direccio­nes, indicando su correspondencia con las isoclinas por medio de un índice común.

A fin de hacer esta correspondencia más estrictamente gráfica y permitir, en este caso las interpolaciones, nos­otros propondremos la adopción de un artificio que pue­de, desde cierto punto do vista, considerarse como una generalización del que ha servido para las simples cua­draturas. Consiste, después de tomar el polo P, sobre la parte negativa de Ox, a una distancia OP igual al mó­dulo «, en llevar los diversos valores de k (según el mó­dulo p) en O ki Ok2, O lc3, . , . sobre O y (fig. 70) de ma­nera que las direcciones correspondientes sean P/c*, r t „

' Massail, lib. VI, cap. m .

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x n t e q r a c i ó n g r X f i c a 1 8 5

P&s, . . . y después trazar por los puntos k+, k>¡, ka, . . . paralelas a Ox que corten las isoclinás correspondientes en K 1? K 2, K3 , . . . El lugar de estos pinitos es una lí­

nea \ que llamaremos la directriz de la integración, y que es fácil construir á prior i, y cuya ecuación, en vir­tud de su misma construcción, no es otra que

í 1 (x, y, y) — 0,

puesto que cada punto K está en la intersección de la curva

F (x,y, k) -= O,

j de la recta y — k.

Trazada la directriz A, sé ve que para obtener la direc­ción según la cual una isoclina es atravesada por las integrales, basta proyectar sobre O y, paralelamente a Ox, el punto de encuentro de esta isoclina y de la direc­triz y trazar la recta que une esta proyección al polo P.

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186 CÁLCULO GRÁFICO

Observación.—Por medio del eje O y y de la directrizA, hemos establecido sencillamente una relación gráfica entre las isoclinas (k) y los rayos, de dirección k, que parten del polo P. Pero para conseguir esto, hubiéramos podido igualmente hacer intervenir una línea cualquiera r distinta do O y. Trazando por los puntos de encuentro de esta línea y de los rayos h que parten de P paralelas a O# hasta las isoclinas (le) correspondientes, obtendría­mos otra directriz a cuyo papel sería exactamente el mismo que el de la precedente.

En particular, si se tomase para T el lugar de los pun­tos de encuentro de los rayos k con las isoclinas (k), la línea A se confundiría entonces con r .

42. Relación de las singularidades de las Ente* grates con las Isoclinas.—La determinación bien cono» cida de las singularidades de las integrales de una ecua­ción diferencial de primor orden está ligada a la conside­ración de sus isoclinas, las cuales puede ser cómodo, desdo este punto de vista, considerar como las proyec­ciones de las curvas de nivel de la superficie obtenida

reemplazando por * eu la ecuación dad^.

En primer lugar, si se traza a cada isoclina {!:) una tan­gente paralela a la dirección k correspondiente, que la toca en el punto I, la integral que pasa por este punto I (y que, por consiguiente, es tangente a la isoclina consi­derada) presenta en £>1 un punto de inflexión. Esta pro­piedad, que se establece por el análisis, se verifica gráfi­camente, como lo muestra la figura 7], Consideremos dos isoclinas cortando respectivamente la directriz A en K y en K', y tracemos a una de ellas la tangente para­lela a la dirección correspondiente V k} que la toca en 1.

Page 192: Calculo Grafico y Nomografia

INTEGRACIÓN GRÁFICA 187

La integral qne pasando por 1, toca en este punto a la isoclina IK, encuentra a la isoclina inmediata en los

puntos M' y en que las tangentes son ambas para­lelas a P k'\ lo qne indica, en general, la existencia de un punto de inflexión en I.

El lugar de estos puntos I, que designaremos por la letra I, se llamará según esto, curva de las inflexiones. Su ecuación se obtiene por la eliminación de k entre

F(x,y,k) = 0, y + * - ~ = 0 .

Se ve, además, que si la curva I es, en uno de sus puntos, tangente a la isoclina correspondiente, ósta pre­senta también en este punto una inflexión, y su contacto con la integral que pasa por oste punto se elova al tercer orden.

Puedo considerarse también la envolvente de las ¡so- dinas, tocando a cada una de ellas en un punto R. Se sabe, por el análisis, que este punto es, en general, para la integral que pasa por él, un punto de retroceso, como

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188 CÁLCULO G R A F IC O

se verifica gráficamente en la figura 72, en la cual, sien­do la tangente en R paralela a P k, las tangentes en M'

1%. 72.

y M " son respectivamente paralelas a P i ' y P á " . Por esta razón, la curva lugar del punto R, aquí designada por R, cuya ecuación se obtendría por eliminación de k entre

¿ yF(x,y,Ay = 0, y - j y = 0

se llama la curva de los retrocesos.Si, para una cierta isoclina, el punto R coincide con

el punto 1; dicho de otro modo, si en el punto en que esta isoclina toca a su envolvente la tangeute es paralela a la dirección k correspondiente, la integral que pasa por este punto R particular es tangente en 61 a la curva R, y se ve también que en genera! do& ramas de inte­grales son tangentes eu este punto.

Cuando esta circunstancia se verifica para los puntos R de todas las isoclinas, las integrales admiten una en­volvente, o lo que vieue a ser lo mismo, la ecuación di-

Page 194: Calculo Grafico y Nomografia

INTEGRACIÓN GE A PICA 189

fereucial propuesta posee una solución singular; en este caso, las curvas I y R coinciden en toda su extensión, y esta curva en la que ambas se confunden, es la que cons­tituye la solución singular *.

43. Trazado aproximado de las integrales. —Si lasisoclinas han sido dibujadas para valores suficientemente próximos de la dirección, se puede trazar a ojo una línea que corte a cada una de ellas segón la dirección querida, obtenida por medio de la directriz. Este género de traza­do es completamente análogo al de la trayectoria ortogo­nal de un sistema de líneas trazadas sobre un plano cuando se opera a ojo. Lo que se determina primera­mente, de un modo aproximado, es, como se vo, un polí­gono circunscrito a la integral. Al indicar esta construc­ción, M. Hassau se limita a recomendar 2 que se tomen los vórtices de este polígono «aproximadamente hacia el medio de los intervalos que separan las curvas isoclinas».

Para dar una precisión un poco mayor a esta construc­ción, se puede, por ejemplo, tratar de constituir la línea integral aproximada por medio de arcos sucesivos de pa­rábolas n 2 (parábolas de segundo orden teniendo su eje paralelo a 0?/).

1 Para más detalles sobre esta cuestión, véase Jíasaaw.1 , núms. 717 a 783. Este autor estudia además aparte o) caso en que las isoclinas son rectas y examina en qué se convierten entonces las singularidades de las integrales. Aquí, nuestro objeto es, sobre todo, dar a conocer, en el caso general, un trazado práctico de las integrales en las regiones que no-contienen singularidades.

1 Massau, 1, núm. 717.

Page 195: Calculo Grafico y Nomografia

t&o CáLCOLO G R A FIC O

Sea, por ejemplo, A i el punto inicial de la integra escogido sobro una primera isoclina (fig. 73). En es: punto, si el punto de encuentro A de la isocliua y de 1 directriz A se proyecta en a sobre O y, la tangente A^l es paralela a P a. Tratemos entonces de obtener, sobre! isoclina siguiente, el punto B., tal que el arco de pará bola n 2 tangente en a A jT i tenga en B j una tan gente B 4T 4 paralóla a P b. Es preciso para esto que €

punto de encuentro T* de las tangentes caiga sobre la linea de correspondencia equidistante de las de los pun­tos A i y B*. Entonces, si trazamos una paralela cual­quiera B ,T , a B.jT.1 , la Línea de correspondencia de T[ estará también equidistante de las de A i y de B 'i, de donde se deduce la construcción pedida: habiendo toma­do un punto T 'i cualquiera sobre la tangente en A* se traza por este yunto una paralela a Pb, sobre la cual se toma el punto B 'i tal qtte el intervalo 1 entre este

* R ecordem os q u e intervalo significa aquí d iferencia de abscisas de dos líneas de correspondencia.

Page 196: Calculo Grafico y Nomografia

INTEGRACION ORA PICA 191f » 4 *punto y T, sea igual al intervalo entre T, y A,,- la recta

A i B'-l corta entonces a la segunda isoclina en el puntoB, buscado, y la tangente en este punto es también paralela a P b .

De la taugente en B^ se deducirá de igual modo un punto Ct sobre la isoclina siguiente, de Cj un punto D* sobre la siguiente, y así suebsivamonte. El conjunto de los arcos A 1B 1, B t Ct , C1D1, . , . proporciona una ima­gen aproximada de la integral partiendo de A*, imagen evidentemente tanto más aproximada cuanto más pró­ximas estén, unas a otras, las isoclinas efectivamente trazadas.

Para corregir esta primera imagen, do manera que se aproxime más aun a la foima exacta do la integral, M. Runge ha propuesto el siguiente procedimiento, que puede considerarse como la traducción gráfica del co­nocido método de aproximaciones sucesivas debido a M. Emile Picard.

Dejando de trazar la directriz con objeto de no com­plicar la figura, consideremos las isoclinas 1, 2; 3, 4, a las cuales corresponden las direcciones que parten de P, designadas por la numeración correspondiente del eje O y (fig. 74), y sea ABCD una primera integral aproximada trazada como acaba de decirse y que suponemos, por e) momento, tal, que sus tangentes extremas, paralelas a P1 y P4, tengan sensiblemente iguales inclinaciones, pero de sentido contrario, sobre Ox.

Llamemos y x la ordenada móvil de esta primera inte­gral Ci referida a Oír. Si, sobre las líneas de correspon­dencia do los puntos A, B, C, D, tomamos los puntos a,b, c, d, de igual ordenada respectivamente que los puntos

Page 197: Calculo Grafico y Nomografia

192 . CÁLCULO GRÁFICO

1, 2, 3, 4, de Oy, y se escribe la ecuación diferencial ' propuesta:

^ = f ( x , y ) ,

los puntos a, b, c, d pertenecerán a la líuea cuya ecua­ción es:

y — /fac, Vi),

línea que trazamos sobre la figura. Si, entonces, a partir

del punto A, cuyas eoordeuadas representamos por h y k, trazamos, sea por medio del intègrafo (nám. 24), sea pot­ei método del mim. 30 (completado si es necesario como se ha dicho en el núm. 31), la mtegral de la línea abcd i ,

1 Es necesario observar que debiendo ser aquí medidas las ordenadas de las ísoelinas y de las integrales oon el mismo módulo, es preciso tomar p = Y y, 'por consiguiente8 = «.

Page 198: Calculo Grafico y Nomografia

INTEORAOIÓN GRXFIOA Í83

obtenemos una nueva línea C2 cuya ecuación os:

Cortando a su vez esta línea C2 a las isoclinas en los puntos B ', C', P ', deduciremos de ella de igual modo que anteriormente, una nueva línea ab 'c 'd ' que, inte­grada a su vez a partir del punto A, dará una línea Cg cuya ecuación será:

y así sucesivamente. Cuando la dltima línea así obtenida Cn coincide suficientemente con la precedente C„_,, se la tomará como la representativa de la integral buscada. Si, en efecto, fuese y la ordenada móvil de esta integral rigurosamente trazada, se tendría:

Si, pues, en el campo considerado, el valor absoluto

y, por consiguiente:

l

—/’O, y»-,)

f(x,y)—f ( x—yn_t)d e ------------------------

V—Vnno excede de un cierto límite m

le

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194 oXlculo o r X f i o o

so tiono:

I y ~ V» Í < »* { a? — A/ n 1 .'/-y..-, 1,lx

I as — & |

oy - vn | j x ~1> | • val. med. | y — y„_i |,

lo que muestra quo mientras m | x — h \ < 1, los orrores correspondientes a las aproximaciones sucesivas decrecen como los términos de una progresión geométrica.

Para conseguir esto en el mayor intervalo posible, es por lo que conviene suponer, como hemos hecho, el ejo Ox dirigido aproximadamente según la bisectriz de las direcciones de las tangentes extremas. Si esto no ocurre, bastará, para la aplicación del método de M. Runge, ha­cer girar el eje de las x alrededor del polo P hasta que tai condición se realice, sin tocar, durante esta rotación, ni a las isoclinas, ni a los vectores que partiendo de P definen las direcciones correspondientes 1.

1 Para el caso en que los módulos « y (1 no fuesen ijjun- les, es preciso recordar quo si ostos módulos se toman, en magnitud y dirección, como semi-ojes de una elipse, el mó­dulo relativo a cualquier otra dirección del plano, viene dado por ©1 semi-diámetro de esta elipse paralelo a la di­rección considerada.

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LIBRO IIN O M O G R A F Í A 1

CAPÍTUL'O IIIj

RKPRKSEKTACIÓN NO.MOGRÁJMCA POR I.ÍNGAS CONCURRENTES

A .—Escalas funcionales.

44. Escala métrica aplicada a la representación de una variable 2.—Hemos visto en el núm. 1, cómo se to­man sobre una escala métrica de módulo cualquiera, los segmentos representativos de números dados, determi­nando, por medio de una contra-escala, las subdivisiones del módulo.

Para representar a la vez todos los valores que es capaz

1 P ara su h is to ria véase O ., 7.s Hemos dado en otrj. ooasión (O-, 4, póg. 9) a una enca­

la de eate género el nombre de escala regular; e l nom bre de esoala métrica nos ha parecido ú ltim am ente más expresivo-

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196 NOMOGRAFÍA

de tomar una variable x entre dos valores limites a y b, es necesario trazar la escala métrica correspondiente, en­tre a y b, coa todas las divisiones que exija el grado de aproximación que se desee, teniendo en cuenta, además, la que pueda obtenerse de la interpolación visual. Gra­cias al empleo, de distancia en distancia, de trazos más largos, se puede, por lo demás, como se hace en el doble decímetro de los dibujantes, dejar de inscribir las cotas de todos los trazos de división marcada.

Si el módulo (unidad de longitud empleada) es tN J si la amplitud de la variable representada va de a a b, la longitud 1 de la escala está dada por

(1) l—ií(b—a i.

Llamaremos intervalo i la distancia de dos trazos de división consecutivoS-marcados sobre la escala, escalón e el incremento constante de la variable, y tendremos entonces:

(2) _

estando, des'de luego, expresadas las tres longitudes n, l,i, por medio de la misma fracción de metro.

Los datos son, en goneral, el escalón e (que correspon­de al grado de aproximación que se busca) y la amplitud b— a. Despuós de elegir el intervalo i (generalmente el milímetro o el medio milímetro, segón el intervalo sobre el que se quiere emplear la interpolación visual), se de­duce el módulo n de la fórmula (2), que llevado a la fór­mula (1) da entonces a conocer ia longitud l.

Si, por ejemplo, queremos, sin interpolación visual,

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LÍNEAS OONCÜRBENTEB 197

representar una variable que crece de 0 a 100 por esca­lones do 0,5. podremos hacer corresponder a este escalón un intervalo do 0m“ 5, lo que equivale a tomar la longitud do la escala será entonces /= 1 0 0 mm, y en esta longitud estarán indicados todos los medios milíme­tros exactamente lo mismo que on los doble-decímetros de los dibujantes. Únicamente la numeración 1, 2, 3,... 10 de este doble decímetro estará reemplazada por 10, 20, 30, . . ., 100 (fig. 75). Frente al punto M, por ejemplo, so leerá 46,5.

Supongamos ahora que admitiendo que pudiésemos

9 J’ ° Sí iOOWj...............’ MILI)____________ uJ

Fig. 75.

1efectuar una interpolación visual al — en el milímetro,quisiéramos representar uua variable creciente de 5 a 20 por escalones de 0,01. Haremos corresponder esto esca­lón al intervalo de 0™m,2; entonces, on virtud de (2) el módulo vendrá dado por [i= 2 0 min y, en virtud de (1), la longitud por / = (20—■ 5)20mm= 300mm. Sobre esta longitud de 30om marcaremos primeramente todos los dobles centímetros con la numeración 5, 6, 7 , . . . 19, 20. Un el interior de cada uno de estos dobles centímetros estarán marcados los dobles milímetros, divididos a su vez por un trazo más corto que corresponden a los 0,5, leyéndose los 0,1 por interpolación visual. Por ejemplo, sobre la figura 76, frente al punto M se leerá 15,84.

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198 NOMOGRAFÍA

45. Representación de una ecuación de dos varia­bles. Escalas cartesianas.—Convendremos, de un modo genera], en representar las diversas variables que inter­vienen en una cuestión por x l , x2, x3, . . . y designar una función de un cierto número de estas variables por

5 lí 16 20Lu..........i.i.t.i.i.i.i.l i.r.i 1lLj

MFlg. 70.

una letra afectada de los índices de las variables corres­pondientes; dicho de otro modo, en lugar de escribir f¡xt), f(Xi, %2)> • - • escribiremos /*, f i2, . . . En virtud de esta convención, la ecuación de dos variables más general se escribirá

/it=0 .

Para representarla, construimos la curva C que esta ecuacióu define en coordenadas cartesianas, adoptando respectivamente los módulos y para las abscisas y las ordenadas, es decir, poniendo

Se llevan, además, las escalas (xt ) y (*2) así definidas sobre Ox y sobre O y (o sobre paralelas a estos ejes), con­forme se ha dicho en el número precedente, dando a cada una de ellas la amplitud que exijan las necesidades de la aplicación de que se trate, trazando por los puntos de di­visión así marcados sobre cada eje coordenado paralelas al otro eje (fig. 77).

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L ÍN E A S C O N C U R RE N TE S 199

Entendiendo por ejes de la cuadrícula así construida, ya los que están efectivamente trazados, ya los que, men­talmente, se pueden intercalar entre éstos, con el grado de aproximación que tolere la interpolación visual, se ve

io.sc.s0,7o.e 3.5 0,4 . 0,30,2

c.l

2 .

JO X

Fig. 77.

que el modo de representación aquí considerado puede enunciarse como sigue: los ejes de la cuadrícula con las cotas z.j y z 2 se cortan sobre la curva C.

Se puede tomar una de las dos variables, x t y x<¡, como independiente, y la otra como función, lo que equi­vale a suponer la ecuación dada puesta bajo la forma

Z* = fi-

En estas condicionos, el valor de la función x 2 de x t, correspondiente a un valor dado de se obtiene leyen­

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2 0 0 NOM OGRAFÍA

do sobre O y la cotu de Ja paralela a 0.r que pasa por el punto de encuentro de la curva C y de la línea de corres­pondencia que pasa por el punto do Ox cuya cota es xt . Se puede, pues, decir que el cuadro así trazado da sobreO y Los valores de la función f¡ entre los límites conside­rados; le daremos, por esto, el nombre de escala carte­siana de la función f x, llamando al eje (aquí el Oy) sobro el cual está determinado el valor de la función el soporte de esta escala.

La figura 77 representa así la escala de la función *2= lo g (designando aquí log, y en todo lo que sigue, un logaritmo vulgar, de base 10), de x.t = l a con = 5mm y j»2= 5 0 mm.

No es preciso decir que basta considerar a su vez, el otro eje coordenado como soporte de escala, para tener la escala de la función inversa de la precedente. Si, por ejemplo, en la figura 77, es Ox el que se considera como soporte, esta figura constituye la escala cartesiana de %\ — 10*'.

46. Escalas funcionales.—Si, como ocurre constan­temente en nomografía, se desea tener sobro el spporte de la escala segmentos proporcionales a los valores que toma la función para ciertos valores de la variable, sin tener necesidad de conocer la expresión numérica de estos valores de la función, bastará escribir, al lado de cada punto del soporte de la función, el valor correspon­diente de la variable.

Después de haber dividido, por ejemplo, en dos los in­tervalos de la escala O y de la figura 77, tomaremos, mediante la construcción que indica la figura 78, cada

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LÍNEAS CONCURRENTES 2 0 1

valor correspondiente de la variable leído sobre Qx, para inscribirlo al lado de cada punto de 0// *• Obtene-

10 t^i 7.9* 7.08 t,M S.«í 5,0 JUM1.9»3.S5¿ , \ S

Zfi I Z.lU 1,93 1,7 i i. 6« 1,411 , Z €

I Al 1 O 1 2 5 ^ 5 6 7 8 9 1 0 *Figf. 78.

tnos así, sobre este eje O y, tomado como soporte, la escala déla función /i (aquí log Zj); y esta escala se llama isograda, porque todos sus intervalos son iguales

1 Indicamos aquí la íormacióu gráfica de las escalas?- porque es la más significativa; pero es claro que, ai se tiene una tabla do la función /\, basta, para construir la escala, llevar a partir del origen (si «i es el límite inferior de la variable ir,) segmentos iguales a (ii — (a»)]- Se to­marán de la tabla los valores de /i(2i), sucediéndose por intervalos iguales y se inscribirá, al lodo de cada punto, el valor correspondiente de z t. Por ejemplo, los números ins­critos sobre O y (fig. 78) son aquéllos cuyos logaritmos son iguales a 0,05, 0,1, 0,.l5, 0,20, . . .

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202 NOM O G RA FÍA

Una escala de esta clase, separada de la construcción que ha servido para obtenerla, es decir, reducida a su soporte con su graduación, ofrece muy pocas ventajas, porque no se presta cómodamente a la interpolación visual *.

Para que esta interpolación pueda practicarse fácil­mente, hay que tomar, sobre el soporte do la escala de la función, puntos correspondientes a intervalos iguales de la variable, a partir de un' valor en números redondos tomado como límite inferior. Se obtiene así una escala normal de la función, en la cual, ahora, los intervalos son desiguales.

La figura 79 muestra la determiuación de la escala normal de la función log x^ para una amplitud de í«:a = 1 a %i= 10, con los intervalos sucesivos de 0,2 (de 1 a 7) y de 0,5 (de 7 a 10) 2. A este cambio de intervalo, nece- rio cuando el intervalo correspondiente se hace demasia­do pequeño, podremos llamarle una cisura. En el ejemplo de la figura 79 hay, pues, cisura en el punto 7.

El módulo debe, en la práctica, escogerse de tal ma­nera que el menor de los intervalos correspondiente a las porciones sucesivas de las escalas (tomadas entre dos ci - suras consecutivas) responda al grado de aproximación

1 De hecho, nosotros no hemos encontrado n inguna escala isógrada, más que sobre e) ábaco de la ecuación del aloance lum inoso de los faros de M. E. A llard (O. 4, página 65).

* L a escala logarítm ica, im aginada en 1624 por Q unter, y que W in g a te aplicó el mismo año a la construcción de la reg la de cálculo (O ., 7, pág. 113), es, sin duda, ol prim or ejemplo conocido de una escala funcional.

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que se necesita, teniendo en cuenta, además, la interpo­lación visual.

No hay necesidad de decir que lo que constituye la es-

LÍNEAS CONCURRENTES 203

cala propiamente dicha, es el soporte (aquí Oy) con su graduación. El resto de la figura no tiene otro objeto que <iar a conocer la determinación gráfica de esta escala.

Observación I ,—Toda escala de una función conocida queda, gráficamente, determinada por dos de sus puntos provistos de sus cotas.

Observación I I .—Toda ecuación entre dos variables, considerada bajo la forma

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pnede representarse por el simple conjunto de las escala« de las fuuciones /j y f¡¡, construidas con el mismo módulo.

47. Construcción geométrica de las escalas. Cam­bio de módulo.—Se podrá construir geométricamente la escala de una función siempre que se sepa determinar, punto por punto, la curva C que nos ha servido para su definición.

Esto es lo que ocurre, .por ejemplo, con las escalas pa­rabólicas, es decir, con las de las fuuciones z 2, x B, . . . x n , . . . Las curvas C correspondientes se obtienen, en efecto, por medio de 1, de 2, . . . de n — 1, . . . trans­formaciones por la abscisa (nóm. 19) aplicadas a la recta

y *— x.

La construcción de las escalas parabólicas de 2.° y 3.or grado, so ha indicado sobre la figura 80, donde (ha­biendo elegido los dos módulos segón Ox y O y iguales a 88mm) se ha tomado para soporte de la escala x 2 el

O y, y para soporte de la escala x a la línea de corres­pondencia 1.

Para cambiar el módulo de una escala, basta, después de unir todos I09 puntos de esta escala a un centro cual­quiera de proyección por rectas que constituyen el hax ■proyectante de la función, cortar este haz por una para­lela al soporte primitivo, sobre la cual los rayos que ter­minan en los extremos del módulo comprendan un seg­mento igual al nuevo módulo que se quiere adoptar.

Las escalas así determinadas sobre dos paralelas cua­lesquiera AB y CD o AB y EF a los soportes primitivos

20 4 NOM OGRAFÍA

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LÍNEAS CONCORRENTKB 205

so llaman conjugadasi . La segunda da a conocer {según el módulo CD o EF) los valores de la función correspon­dientes a los de la variable representados sobre Ja pri­mera (según el módulo AB).

Observemos, además, que cuando se trata simplemente

de tomar sobre estas escalas los segmentos representati­vos de los valores correspondientes de la variable y de la función, bastará con indicar, de una escala a otra, la co­rrespondencia de los puntos por medio de una numera­ción absolutamente cualquiera.

1 Esta noción de las escalas conjugadas ha sido utilizada por M. Boulad en la construcción de parábolas de orden superior, de que se tratará más adelante (núm. 75).

Page 211: Calculo Grafico y Nomografia

206 NOMOGRAFÍA

48. Escalas derivadas y transformadas. Escalas pro- yectivas.—La escala de y{x) se llama derivada de la de f{z) si se puede escribir

<P (*)=/■[?(*)],

siendo g una función cualquiera; por ejemplo, la escala

de f ( m- Í H \ os derivada de la de f(x). Si sobre el bor- V P*+<1 j

de de una regla (reducida, en caso de necesidad, a una hoja de papel grueso) se ha trazado la escala de f(x), bastará, después de calcular los diversos valores de g{x) correspondientes a los de x oscogidos, medirlos con esta regla leyendo sobre su borde aplicado a lo largo del so­porte trazado, de la misma manera que se miden longi­tudes sobre una recta por medio del doble decímetro.

La escala de <f (2) se llama transformada de la de f (x), si se puede escribir:

siendo g una función cualquiera; por ejemplo, la escala

de es transformada de la de f(x).p f ( z )+qCuando la función g es racional, se puede siempre en

este segundo caso deducir geométricamente la escala de cp (*) de la de f(x).

fíx) -4-wEn particular, la escala de —-„f-—7— se obtiene por ' M * ) + 4

proyección de la de f(x) desde un centro conveniente­mente escogido. Se dice, en consecuencia, que es pro- yectiva de la de f (*).

Page 212: Calculo Grafico y Nomografia

LÍNEAS CONCURRENTES 207

Para asegurarse de esta proyectividad bastará verificar que la razón anharmónica de ios puntos correspondientes a cuatro valores cualesquiera x, x ', x " , x ' " , de la va­riable es la misma en las dos escalas, es decir, si se pone

■F(z),P /'(*)+2

que se tiene:

F f ¿ i - F ( z " ) F C a O - F U ' " ) F(*i — F{z"‘) ' k 'iz’J—Fte")

_ f(z) — fiz" ) f ) — f{z"' i t(z) — f(z'") * f(z' )—fiz")

igualdad que se verifica, en efecto, inmediatamente.De aquí se deduce que si sobre su soporte se han mar­

cado tres puntos de la escala de F(z) de cotas x', x” , x '" , bastará llevar esta base sobre el haz proyectante de f (x), de modo que estos tres puntos caigan respectivamente sobre los rayos de igual cota del haz; las intersecciones de los demás rayos con el soporte así colocado, propor­cionan la escala do F (x) pedida.

Para llevar el soporte de F(x) sobre el haz proyectan­te de f(x) de manera que los puntos a, b, c de este sopor­te, correspondientes a las cotas x ', x ”, x '" , caigan sobro los rayos SA, SB, SC del haz, que corresponden a las mismas cotas, se puede (y en ia práctica es lo que se hace frecuentemente) proceder por tanteos; pero se puede tam­bién recurrir a la construcción rigurosa siguiente (fig. 81): haciendo pasar primeramente el soporte por el centro S de modo que el punto c coincida con este centro, toman­do entonces los puntos a y b las posiciones a y p, y tra­

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208 NOM OGRAFÍA

zando por a y p las paralelas *a, p&\ a SC, que cortarána SA y SB en a' y b'\ toman­do en seguida sobre a ' £' los segmentos c' aí y c'b i iguales respectivamente a ca y cb, y trazando por a t y las para­lelas y bxb a SC, que eo?-tarán a SA y SB en los pun­tos a y b buscados. La demos­tración es evidente.

En lugar de llevar el sopor­te de ]?(*) sobre el baz pro­yectante /(*), se puede trazar (provisionalmente, para bo­

rrarlo en seguida) el haz proyectante, relacionándolo con el soporte del siguiente modo: por uno de los tres puntosde cota conocida, a por ejemplo (fig. 82), de la escala deF(*), se t raza una rect& cualquiera so­bre la cual, con un módulo cualquiera, se lleva la escala de f{x), de manera que en el punto a tenga la misma cota que la de I'(x). Si sobre esta escala auxiliar b' y c' son los puntos de igual cota respectiva­mente que los puntos b y e marcados sobre la escala que se va a construir, se trazan los rayos bb' y ce', que se cortan en S, centro desde el cual basta proyectar la escala

Page 214: Calculo Grafico y Nomografia

auxiliar trazada en ab’, para tener sobre ab la escala pedida.

Si se toma la función f(x) igual a x, su escala es la

escala métrica, cuyas escalas provectivas seP * + í

llaman homográficas i

Observación.—Toda escala proyectiva de la de una función conocida está, gráficamente, determinada por tres de sus puntos provistos de sus cotas.

Si la escala es semejante a la que se proyecta, los puntos correspondientes en una y otra al valor infinito de ía función, serán los mismos; bastará entonces conocer solamente otros dos puntos, conforme hemos dicho en la Observación 1 del núm. 46.

49. Patrones de graduación.—Para construir sobre una cierta recta tomada como soporte una escala, sea de­rivada o transformada de la de f(x), es necesario haber construido primeramente esta última. Si la función f(x) es de constante uso, nos convendrá marcar de un modo permanente su escala sobre el borde de una regia bisela­da, de la cual nos serviremos como del doble-decímetro; tendremos así lo que podemos llamar un patrón de gra­duación.

El patrón métrico estará constituido precisamente por la graduación del doble-decímetro.

Después de éstej el que se usará más frecuentemente

LÍNEAS CONCURRENTES 209

1 Nosotros hemoa llamado también (O., 4, pág. 14) a una escala de este género, lineal; pero este término se presta a confusión.

u

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21Q. - NOMOGRAFÍA

que ninguno, será el patrón logarítmico; pero así como el primero permite bastante bien tomar escalas cuyo módu­lo esté en una relación sencilla con el que ha servido para su construcción, no ocurre lo mismo con el segundo (ni cou ningún otro no métrico) que obliga en esos casos a recurrir a úna escala proyectante (núm. -17). Será, pues, conveniente, para la aplicación práctica, tener a mano varios tipos de este patrón, construidos con módulos di­ferentes.

Por estas razones, y atendiendo a nuestros consejos, la casa Tavernier-Gravet ha construido un modelo de regla de doblo bisel con cuatro patrones logarítmicos, cada uno con una extensión de 1 a 10 (siendo, por lo demás, cada sección de 10” a 10"+ l semejante a ésta mediante la multiplicación por 10“) con los siguientes módulos:

1." 50 om (intervalos de 0,005, de 0,01 y de 0,02, cou cisuras en los puntos 2 y 5);

2 .o 25 cm (intervalos de 0,01, de 0,02 y de 0,05, con cisuras en los puntos 2 y 4);

3.° 12 om,5 (intervalos de 0,02, de 0,05 y de 0,1, con cisuras en los puntos 2 y 5)

4.° 6 cm,25 (intervalos de 0,05, de 0,1 y de 0,2, con cisuras on los puntos 3 y 6); esta última, repetida dos veces consecutivas.

Es importante observar que así como en una escala métrica, a una misma desviación corresponde igual error absoluto sobre el número leído, a esta misma desviación corresponde sobre una escala logarítmica el mismo error

1 É sta es la graduación de la regla de cálculo de tipo más corriente.

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LÍN E A S CONCURRENTES 211

relativo;, el cual, en muchos casos prácticos, responde mejor a las necesidades reales.

Se ve, por esto, que sobre las tres secciones sucesivas de cada uno do los cuatro patrones arriba definidos, la precisión relativa varía como sigue:

, „ „ 1 1 , 1 1 » , 11. JUo------ a —....- : de ------ a ------ ; de -------200 -iüO 200 500 ' 250L

H 500 ;o , r\ 1 1 . I 1 i

100 a 200 ' 100 a 200 ; 801

“ 100 ’3.* I)e -jr-y a -jqq- ; de — a ^ ; de a ;

. « -n 1 1 , 1 1 , 1 1J- De W a W ' d0 30 n W ; de "30" a “50"'

Según sea, pues, la precisión relativa que una deter­minada aplicación requiera, será fácil elegir en virtud de esto el patrón que conviene emplear i .

Además del patrón métrico y del logarítmico, los que

1 Estos tipos son suficientes en la mayoría de las apli­caciones técnicas corrientes; sin embargo, la casaTavernier- Gravet ha construido también un patrón de módulo de un metro con intervalos do 0,002, de 0,005 y de 0,01, con cisu­ras en los puntos 2 y 5, lo que implica una preoisión rela­tiva que varia de ! ■ a —4-— en la primera y tercera seo-

□00 1000

ción, y de _ L - a ^ en la segunda.

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212 NOMOGRAFÍA

coavendrá también poseer, cuando se trata de las apli­caciones trigonométricas de la nomografía (principal­mente las que se refieren a Jos cálculos náuticos), son los de las funciones sen. x, tang. x y de sus logaritmos; estos últimos, cuando se tiene uua tabla de senos y tangentes naturales, se obtienen rápidamente como derivados (nú­mero 48) del patrón logarítmico.

En cuanto a los patrones del seno y de la tangente, pueden obtonerse por proyección de una división del círculo en partes ¡guales, hecha, do un lado, ortogonal­mente sobre un diámetro; de otro, a partir del centro so­bre una tangente.

B . — Abacos cartesianos.— Anamorfosis.

50. Representación de una ecuación con tres varia­bles. Abacos cartesianos. -P ara representar la ecua­ción de tres variables x<, *2, xa, que se escribe

se puede dar sucesivamente a una de las variables, xa, por ejemplo, diversos valores fijos, creciendo, a partir de un cierto valor en números redondos, por intervalos igua­les. Cada uno de los valores escogidos, llevado a la ecua­ción dada, la transforma en una ecuación de dos varia­bles, *■! y «2, representable de la manora indicada en el número 45, acotando la curva C según el valor corres­pondiente de *3, y pudiendo entonces ser designada por curva (z8) .

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LÍNEAS CONCURRENTES 213

El cuadro gráfico acotado así constituido, se compon­drá, pues, de los ejes acotados (xt ) y (x2) do la cuadrícu­la formada, como se lia dicho en el núm. 45, y de las curvas (*8), trazadas a través de esta cuadrícula y limi­tadas en su campo (fig. 83). A causa de su aspecto aje­drezado (eu griego: se da a este cuadro el nombrede ábaco cartesiano 1.

Se puede observar con Terqucm 2, que si en la ecuación dada se miran *1, z 2> x3 como coordenadas cartesianas x, y, x, esta ecuación define una superficie en la cual las curvas (x3) del ábaco son las líneas de nivel proyectadas sobre el plano de las xy.

Una vez construido el ábaco, la manera de emplearlo para obtener el valor do z3, que corresponde a un par dado de x x y se reducirá a esto: leer la cota de la linea (z3), que pasa por el punto de. encuentro de los

1 Nosotros, a pesar de esta etimología muy particular, hemos extendido en nuestro Tratado (O., 4) el término ába­co a toda clase de diagrama acotado que sirva para la representación de una ecuación, aun cuando algunos de estos diagramas no tienen la disposición de un tablero de ajedrez. Esto nos ha conducido, mediante una observación de M- F. Schilling, autor de un resumen alemán de nuestro Tratado (Schüling), a adoptar el término nomograma. Pero muchas personas continúan prefiriendo el término más breve de ábaco, a pesar de su impropiedad etimológica. El lector que quiera conservar esta antigua costumbre no ten­drá, en todo lo que sigue, más que reemplazar el término nomograma por el de ábaco, que nosotros reservamos aquí a los nomogramas de cuadrícula, que recuerdan, por consi­guiente, la disposición de un tablero de ajedrez.

* Terquem.

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214 NOM OGRAFIA

ejes de la cuadrícula, acotados con los -valores dadosr/o •7.. í; 1.

liste enunciado so refiere, bien entendi­do, no sólo a Jas líneas efectivamente traza­das sobre el ábaco, sipo t ambién a las que la interpolación visual permite inter­calar entre éstas.

No hay necesidad de decir, además, quo el mismo ábaco per­mite también obtener el valor de una de las

variables o x3, cuando se da el valor de la otra oüí y el 23, y que para que el enunciado anterior conven­ga a todos los casos, basta ponerlo bajo esta forma simé­trica: las líneas (z*), (z2), (z3), cuyas cotas satisfacen a la ecuación dada, concurren en un mismo punto.

Sin embargo, para construir un ábaco del género indi­cado, se escogerán con preferencia para variables z+ y z2,

1 El p rim er ensayo sistem ático de cálculo por medio de estoe ábaco s parece debido a P o u c h e tfPoucJtet ) ,am i cuando otros, an tes que él, hayan recurrido a olios para ciertos p ro­b lem as particu lares. Véase, respecto a esto, el prólogo (pá­g in a 15). L a fig- 83 no es o tra cosa que el ábaco construido p o r Pouchet para la m ultip licación expresada por la ecua­ción

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a las cuales se liarán corresponder los ejes do la cuadrí­cula, aquóllas que ordinariamente se tomen como datos, determinando los valores límites de estos datos, bajo forma de rectángulo, el campo de la parte útil del ábaco.

Si, en efecto, fuesen ?. 2 y xs las que se hubiesen, to­mado conío variables independientes, y x x como función, el campo de la parte útil estaría constituido por los dos ejes de la cuadrícula correspondientes a los valores lími­tes de y las dos curvas correspondientes a los valores límites do s3. Los diversos elementos geométricos que intervienen en el ábaco serían, pues, los mismos que en el caso precedente, pero limitados por un campo distinto.

Estas son las particularidades que desde el punto de vista práctico conviene no olvidar. Teóricamente, la re­presentación geométrica de una ecuación con tres varia­bles, estará constituida por tres sistemas continuos de líneas indefinidas; prácticamente lo estará por tres sis­temas discontinuos (estando fijada esta discontinuidad por el intervalo adoptado) de líneas limitadas por un cuadro que determinan los valores límites atribuidos a los de las variables que se toman como independientes.

Observación I.—Las líneas del ábaco serán rectas si la ecuación dada es de la forma

y , z . + K Z. + / , =°-

Esto será lo que ocurra, por ejemplo, con toda ecua­ción trinomia

*7+j>*" + 2=0,

en la cual se puedo tomar Xi—p, *2 = <¿>

l í n e a s c o n c u r r e n t e s 21.5

Page 221: Calculo Grafico y Nomografia

n o m o g r a f i a

La figura 84 muestra el àbaco así construido por La- lanne para la ecuación trinomia de 3.6r grado 1

Observación I L —Si dos cantidades x a y se deter-« P '

f i b . a i .

minan en función de las mismas variables x t y x-2 por ecuaciones tales como

/“» - o,

se podrá, adoptando para una y otra la misma cuadri-

1 Lalanne, 2 .

Page 222: Calculo Grafico y Nomografia

l I m b a s c o n c u r r e n t e s 2 1 7

cala (xi, x2), trazar a la vez sobre esta cuadrícula las líneas (*8) y las (**), lo que equivale a superponer los dos ábacos relativos a estas ecuaciones 4. Pero no se po­drá generalmente superponer más de dos de estos Abacos.

51. Fraccionamiento de los ábacos. Superposición de las graduaciones.—La aproximación pedida implica, como se ha visto en el núm. 44, la determinación del módulo para cada una de las variables independientes x y (contadas a lo largo de Ox y O y), de donde (dada, además, la amplitud para cada una de ellas) se deducen las dimensiones' útiles del ábaco. Si óstas exceden de los límites prácticamente admisibles, se hace necesario, para no sobrepasarlos, sin sacrificar en nada a la precisión, recurrir a un fraccionamiento. Habiendo dividido la es­cala (*1) en fragmentos sucesivos, que designaremos por A i, B i , Ct, . . . e igualmente (*2) en A 2, B s, C 2, . . . se construyon separadamente los ábacos cuyos límites respectivos resultan de las asociaciones de fragmentos(Aifla), (A,Ba), (A1C2), - -i <B4A ¿, • - •, (C-jA2)> • • .

1 Como ejemplos de tales superposiciones, citaremos los' ábacos Davaine (O., 4, núm. 105) y Lalanne (O-, 4, núme­ro 108) para el cálculo de los perfiles de terraplenes, el p ri­mero de los cuales constituye, además, el ejemplo más an­tiguo, entre los que nosotros conocemos, de una doble re­presentación de esta clase. Citaremos también el ábaco marino de MM. Favé y Rollet de l ’Isle (O., 4, núm. 100) y, a este propósito, señalaremos uua falta que hay que corre­g ir en el lugar citado; liay que permutar, siempre, en el texto las coordenadas x e y, y, por consiguiente, en la figu­ra 108, permutar las letras y «» al lado de las gradua­ciones colocadas en loa bordes del ouadro.

Page 223: Calculo Grafico y Nomografia

JT.Esta muestra quo si una de las escalas ha sido fraccio­nada en n x partes, y la otra en « 2, habrá que substituir, al ábaco único, n^n 2 ábacos parciales.

Estos ábacos’ parciales deberán, generalmente, estar construidos sobre hojas diferentes. En ciertos casos, sin embargo, las líneas de que ostán formados, podrán ser exactamente superponibles, variando solamente la nume­ración en una y otra.

Un primer ejemplo de esto, bien sencillo, lo encontra­mos en el ábaco de la multiplicación puesta bajo la forma

218 NOMÓGRA'PÍA

Se ve, en efecto, que si a las numeraciones adoptadas primeramente pura y «2,se sustituyen las que respec­tivamente se deducen do ellas por la introducción de los factores x j y X t (teniendo estos, valores bastante sencillos, como potencias de 10 , por ejemplo, para que el producto pueda con facilidad hacerse mentalmente), las líneas zs permauecerán las mismas, viniendo su numeración sim­plemente multiplicada porx, xs. Esto rQsulta de la iden­tidad

W M .

Otro ejomplo viene dando por el ábaco de la ecuación trinomia

2"' + p zH + q ~ 0

en quo so toman respectivamente p, q y z¡ para f2 y *3.Si, en efecto, un cierto valor de x satisface, para va lo­

Page 224: Calculo Grafico y Nomografia

res dadjos de p y q, a esta ecuación, se tiene idéntica­mente

( X 2 ) ”* + X ' " ~ np ( X 3 ) “ + X’n í = 0

lo que muestra que si a las graduaciones p y q so susti­tuyen las graduaciones n p y a’" q, las líneas («), que son rectas, permanecen geométricamente las mismas, vi­niendo la numeración de cada una de etlus simplemente multiplicada por x.

Se puede, en este caso, considerar el ábaco construido como equivalente a una infinidad de ábacos cuyas gra­duaciones se superpusieran a la suya, deduciéndose ade­más estas graduaciones de aquélla por medio de opera­ciones bastante sencillas para que puedan ser efectuadas mentalmente 1.

52. Principio de la anamorfosis.— Evidentemente, es lo más natural, para la representación cartesiana do la ecuación / 123 = 0, hacer primeramente corresponder a las variables y x 2 escalas métricas a lo largo de O a; yO y; por esto se debía, pues, comenzar, pero no hay nin­guna necesidad de ello. Se puede muy bien imaginar, una vez construido el ábaco cartesiano, como se ha dicho en el núm. 50, que se le transforma haciendo correapon-

I.ÍNKA8 CONCTJRRKNTE8 219

1 Nosotros hemos dado (O., 4, núm. 21) tipos muy gene­rales de ecuación que llevan consigo la superposición de Jas graduaciones y do las cuales los dos ejemplos aquí moncionados son casos particulares. M. Kccnigs ha hecho ver, además (O., 4, núm. 155), que los dos tipos a que había­mos llegado erau, cada uno en su género, los más generales.

Page 225: Calculo Grafico y Nomografia

220 n o m o g h a p I a

der respectivamente a las variables x^ y x2 a lo largo de Ox y de O y las escalas funcionales (núin. 46)

y=|i*A-

Si además se conserva para cada «na de estas varia­bles el mismo intervalo quo precedentemente; se ve que a la cuadrícula regular correspondiente a las escalas mé­tricas primeramente construidas va a ser sustituida una cuadrícula irregular sobre la cual las líneas (z3) estarán deformadas.

Para tener la nueva ecuación de estas líneas (<r3), bas­ta eliminar y entre las dos ecuaciones preceden­tes y la ecuación dada. El caso más iuteresante es aquél en que esta ecuación es de la forma

(1) /’i?s + /'sAs + /» = 0.

porque se tiene entonces para ecuación de las líneas (*s)

[iiffsaj-f f t i i W s —<>,

que representa rectas.A una transformación de esta clase, imaginada por

él 1, ha dado Lalanne el nombre de anamorfosis.Él no lo había considerado, por lo demás, en un prin­

cipio, más que para ol caso particular en que las r/3 y ha son reemplazadas por constantes, es decir, en que la

1 Lalanne, 1 y 2.

Page 226: Calculo Grafico y Nomografia

LÍNEAS CONCURRENTES 221

ecuación dada toma la forma

(1 bis) /i-f-/*4~/»—O.

£1 interés de la anamorfosis consiste en que en lugar de las curvas que figuraban en el puro Abaco cartesiano, y cada una de las cuales no podía ser determinada más que por un gran número de puntos, permite no trazar más que rectas, determinada cada una por dos puntos solamente.

Teóricamente, no es siempre fácil reconocer que una ecuación /"123= 0 dada es susceptible de tomar la forma(1) anterior. No se ve inmediatamente, por ejemplo, que la ecuación 1

<f ,+ V 1+ ‘fí

puede tomar la forma (1 bis) cuando se pone:

f, = iog(<pi-t-\/l+cf>;).

f, — log (? ,+ Vl-f-cpj) ,

f, — — log ( <P, + V <PÍ—i) ■

Los caracteres diferenciales por los cuales se reconoce que tal transformación es posible han sido obtenidos para el caso particular de la forma (1 bis), por el Conde P . de Saint-Robert; para el caso general de la forma (1)'

1 O., 4, pág. 421.

Page 227: Calculo Grafico y Nomografia

222- NOMOGRAFÍA

por JIM. Massau y Lecornu i. Ellos presentan un Indis­cutible interés teórico; pero en la práctica apenas hay que recurrir a ellos, pues las ecuaciones que en las apli­caciones so presentan, casi siempre se ofrecen desde lue­go, ya bajo la forma (I) o (1 bis) (Ja cual, desde el punto de vista que nos ocupa, puede llamarse canónica) o fácil

de reducir a ellas por transformaciones evi­dentes.

Así, por ejemplo, la forma muy frecuente

1,

se reduce a (1) y da lu­gar a iiu ábaco del tipo indicado por la figura 85 cuando se pone

h = —— > ¡7.= !, = V

y a {1 bis) cuando se pone

/ ,= >og<p,, f = l f = \og<f,.

Es, por otra parte, bajo esta forma de la anamorfosis logarítmica como se ha ofrecido primeramente el princi­pio a Lalanne, cuyo primer ábaco {fig. 86) traducía la

1 O., 4, ndms. 152 y 158.

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ecuación, de la multiplicación puesta previamente bajo la forma

log z i + log Z t—log Zt = 0.

Observación Esto ejemplo nos conduce, además, a marcar una distinción cuya importancia no es de nin-

LÍNEAS CONCURRENTES 223-

Fig. 60.

gán modo despreciable cuando se pasa a las aplicacioues; una ecuación formada do ciertas funciones de las varia­bles tomadas aisladamente (?*, <í>2 y <f>8 en el ejemplo an- anterior), puede reducirse a la forma canónica por susti­tución de las funciones componentes que presenta en su forma primitiva por otras funciones que estén con ella,ya en una simple' relación de proyectividad (como —con >,), ya en relación más compleja, y hasta en re­

Page 229: Calculo Grafico y Nomografia

224 n o m o g r a f ía

lación transcendente (como log 9* con <pt). Como, según lo que se ha visto más arriba (núdi. 48), el conocimien­to de la. escala de una función cualquiera permite, a la vez referir a ella todas las que le son proyectivas, se concibe que se pueda examinar aparte el caso en que la reducción a la forma canónica puede efectuarse proyec­tam ente.

Observación II.—La escala funcional, llevada a lo lar­go de un eje, para la construcción de un ábaco anarnor- foseado, se tomará generalmente bajo la forma normal (núm. 46); pero se puede, si se considera conveniente, darle la forma cartesiana (núm. 45). Esto será lo que ocurra cuando se trate de una función definida empírica­mente, y que haya sido interpolada por medio de una cierta curva , .

53. Generalización de la anamorfosis.—El princi­pio de la anamorfosis, tal como acaba de ser expuesto, introduce útiles simplificaciones en la construcción de los ábacos; pero no modifica su modo de empleo que per­manece siempre comprendido en este enunciado: las lí­neas acotadas por medio de los valores correspondientes de zir z2 y z3 concurren en un mismo punto.

Estas líneas han sido hasta aquí, para y x 2 rectas pertenecientes a dos haces paralelos, estando trazadas las rectas de cada haz por los puntos de una escala (mé­trica o no, según que el ábaco no sea o sea anamor- foseado).

Pero se puede también construir un nomograma de

1 Como ejemplos de empleo de estas escalas cartesianas, véase O., 4, pága. 47 y 59.

Page 230: Calculo Grafico y Nomografia

LÍNEAS CONCURRENTES 225

líneas concurrentes i, haciendo corresponder a las varia­bles x t y x 2 líneas cuaiesquiera definidas respectivamen- te por las ecuaciones

f\ (X, >j, 2 0= 0 , ft (x, y, Zi)=0,estando las líneas (*a) definidas a su vez por la ecuación

f t (x,y, za) —0 ,

resultante de la eliminación de x x y entre las dosecuaciones precedentes y la ecuación 3 = 0. La ope­ración que consiste en formar así las ecuaciones de los tres sistemas (%*), (x2) y (¿3) lleva ei nombre de separa­ción de las variables.

Se puede tambión presentar este principio de Ja anamor­fosis generalizada como resultante de la sustitución de las coordenadas cartesianas por coordenadas curvilíneas cua­lesquiera 2 definidas por la red de líneas ^ = 0 y f 2~ 0.

1 Nosotros habíam os llegado por nuestra parte a esta generalización cuando M. P. T errie r nos dió a conocer el trabajo de M. Massau, que la tra ta explícitam ente (M. Mas- nau, 1» ndm. 181). Es, pues, sin duda alguna, al sabio inge­niero belga a qu ien corresponde su prioridad.

1 Sí en la ecuación /'m = 0 , las variables z x y z , se coa* sideran como coordenadas d istin tas de las cartesianas, el nomograma obtenido puede, pues, ser considerado como anamorfoseado con relación al puro ábaco cartesiano. Y asi es por lo que si Z\ y Zj se toman como ooordenadas pola­res p y (o, en cuyo caso se está dentro de los ábacospolares de M. Gk Pesci (O., 4, núm. 55), so puede ver en estos) Aba­cos anamorfoseados generales, en los cuales Jas líneas (z,) y (Z j) son respectivam ente círculos de ceatro O y rectas- que parten de O.

Page 231: Calculo Grafico y Nomografia

226 NOMOGRAFIA

Una anamorfosis do esta clase no presentará evidente- monto interés alguno, si no conduco a trazados más sen­cillos que los quo resultan do la anamorfosis ordinaria. Para reconocer el caso en que puedo existir tal simplifi­cación, es necesario considerar la cuestión en sentido in­verso: dar á priori las ecuaciones de las líneas (?2) y (z3) y formar la ecuación /1123 = 0 correspondiente por eliminación do x o y entro las tres ecuaciones dadas.

El caso evidentemente más interesante, y el cual, por lo demás, ha sugerido a M. Massau esta generalización, es aquél en quo todas las líneas quo intervienen en el no­mograma son rectas, es decir, en quo las ecuaciones do las líneas {xt), (*2), (*5) son respectivamente de la forma

en cuyo caso la ecuación representada puede escribirse:

o, bajo una forma más condensada, que se explica por sí misma

Ko nos detendremos ahora en esta forma muy impor­tante do ecuación que habremos de estudiar más ade­lanto apiopósito del mótodo de los puntos alineados.

Añadiremos solamente quo aparto del caso en que las

xf i+ ygi+hi^O,o,

xfa+i/gn'\-hi>=Q,

d)fiQthif ìf/zkt — 0;fi h »

I Uüi | = 0 .

Page 232: Calculo Grafico y Nomografia

líneas acotadas del nomograma son todas rectas, se puo- de considerar aquél en que sean círculos *. ,

54. Anamorfosis por sistemas de círculos.—En este caso, las ecuaciones de las líneas (74), (z2), (z3) pueden escribirse, si se suponen los ejes rectangulares y los mó­dulos adoptados para x e y iguales,

í l (x * + v * )4 a ;/ 'l + j/5< i+ 7fi= 0 ,

t j (x !+ y ' ) + a; f t + ! / + h > = 0,t, (x * - f ?/»)+ x f a + y g3 +li»= 0,

Para formar la ecuación f i23 = 0 correspondiente, se puede proceder como sigue:

La eliminación de x--\-y2 entre estas ecuaciones to­madas dos a dos, da:

‘ ( U ti ~ U * . ) * + ( 9 í *j ~ 9 j i t ) V + ( h i * j ~ hJ t t ) — °'

representando (i, j) las diversas combinaciones (1, 2), (2, 3), (3, 1).

Si se suman las tres ecuaciones así obtenidas despuó9 de haberlas multiplicado respectivamente, primero por 9\y 9i¡ 93> después por fx, f2; f3, se obtiene (sirviéndose de la notación arriba definida) las dos siguientes:

1 h9ih I a* - | UOiki |=0-

| f\<lí*í | V— I /'<«<*< | =0*

1 Yo creo haber ai do el primero on considerar esto tipo de nomograma en toda su generalidad (O-, 4, núme. 62 y 63).

LÍNEAS CONCURRENTES 227

Page 233: Calculo Grafico y Nomografia

22S NOMOGHAFÍA

Además, si se multiplican Jas tres ecuaciones dadas respectivamente por f zg3— fzgz, ízOi— fa z 7 U y se hace la suma, se tiene:

t U s ^ t | {*’ + </s) + | fiVí ^ í ! — o.

La eliminación de x e y entre las tres últimas ecua­ciones escritas da la resultante buscada:

I I '+ | /<*<&< [ *+ | fi9 ih | • | ft9 iK | = 0.

Si se conviene en representar por D el determinante | fiOihi j y por Df , D?, D;i, los que resultan de reempla­zar en 61, respectivamente, las f(, las g.¡ o las h. por las t{> se puede poner esta ecuación bajo la forma condensada

(2) D’ + D‘ + D ,D = 0 .

Se obtienen, además, tipos de ecuación más simples, dentro de ésto, haciendo diversas hipótesis particulares en los tres sistemas (a^), (x2l, (x3). Si, por ejemplo, uno de ellos (í, ) se reduce a un sistema de rectas, basta ha­cer 11 = 0; si no ocurro osto, so puedo siempre, sin que influya en la generalidad, tomar t {= 1.

Supongamos, por ejemplo, los sistemas (í*) y (a2) rec­tilíneos, de donde t i = t i = 0, y el haz (zt) pasando por el origen, de donde — 0; además, el sistema (z3) com­puesto do círculos que pasan por el origen y teniendo sus centros sobre Ox, do donde ¿r3 = &a — 0. Sustituyendo estos valores particulares en (2 ) y desarrollando, obtene-

Page 234: Calculo Grafico y Nomografia

líneas concurrentes

mos así el tipo más particular229

(2 bis) h ,[fl + g\) + f , 9t (t,g t — f ' 9¿=*O.

representable por Los tres sistemas:

ttx+ g xy=0,

ftx-\-gty -\-h ~ o,

x = 0.

Ejemplo.—Sea La ecuación 1

(ktg<p — =0,

donde k representa la relación entre la base y la altura de la sección rectangular de un muro que sostiene un terreno perfilado según su ángulo natural <t, siendo p la relación entro el peso específico de esta tierra y el de la obra de fábrica.

Esta ecuación es idéntica a (2 bis) cuando se pone:

A = tg » , gt — — 1, f ,= — g-, g, — k, hí—k*, =

de donde, los tres sistemas:

(?)- y=i<¿<t.x,

1 Tomada de la Resistencia de Materiales, de Collignon, 8." wd.( pág. 6tì9.

Page 235: Calculo Grafico y Nomografia

230 NOM OGRAFÍA

(recta por el origen, de inclinación <p sobre Ox),

(*) - | - + * z / + A a= 0 ,

[recta que une los puntos (x= 0 , y — — k)7 (x—Sk, y - l —lc)]\

[p'j x*-\ry3—px= 0,

Fijj. 87.

La parte útil del nomograma, cuando se hacen variar los datos <p de 20° a 45°, y p de 0,4 a 1, está represen­tada 011 la figura 87.

55. Representación de las ecuaciones cuadráticas por sistemas de círculos.—JE1 principal interós de los nomogramas está eu que se aplican a toda una categoría de ecuaciones que se presentan en las aplicaciones y no son susceptibles de reducción a la forma (1) del número procedente; no representabas, por consiguiente, por tres sistemas rectilíneos.

Page 236: Calculo Grafico y Nomografia

Estas ecuaciones son las que pueden escribirso bajo la forma:

LÍNEAS CONCURRENTES 231

designando i , j , k, las diversas permutaciones circulares do 1, 2, 3, y los A, B, O, D, coeficientes numéricos. Como ya hemos hecho notar, no hace mucho, por pri­mera vez 1, se puede, en efecto, representar siempre tal ecuación por dos haces de rectas paralelas y nn sis­tema de círculos bilangentes a una cónica, a condición de que una de las cantidades A ¡A; — B k sea posilica.

Supongamos, por ejemplo, A,A, — B j> 0 .Bou gamos, tomando a lo largo do Ox y do Oy los mó­

dulos M-i y Ha,x= W ifi,

Si estas ecuaciones determinan los sistemas (íj) y {Zo), tendremos para el sistema (í3):

A 5- *«+8 xy+2 xn, u,l»t ti,

+ 2 ^ + P j . y + A i/--+2Ci/t+D==0)

1 B ull. de la Soc. M alh. de Frunce, t. X X IV , 1S9G, p6g. 81, y O., 4, cap. V I, § 2, C. J ja dem ostrac ión quo aq u í dam os da eote teo rem a es la q u e M. Soreau ha su s titu id o a la n u es tra (<Sorean, 1, pág- 221), y cu y a sim plificación consiste en la elección p a r tic u la r de los ejes ob licuos em pleados, en vez d e loa eies re c ta n g u la re s de quo noso tros nos habíam os serv ido .

Page 237: Calculo Grafico y Nomografia

232 NOMOGRAFÍA

ecuación que representará un círculo si los módulos y V-* y el ángulo e de los ejes son tales que

nt jt, ti, n, coseA, ~ A, ~ B.

de donde se deduce;

tii V a ,- y eos 6 — ..-r—T- , i V A iA í

igualdades que, según la hipótesis hecha, dan valoresJ íl

. 1X5sean del mismo signo y, además, quereales para — y para e, pues aquólla exige que A* y A2

B s < 1 .Va , a

Poniendo:

_J*i_____ JÜ- _ tiVa T Va Í ~

vemos que la ecuación de los círculos (z8) se convierte en

r * + v , ■ ... i .8 »,... rw_i_2 J M í + £ l „•r +2/ + VÁ7T, J y + ¿ V a; mi3 i / a -4— O2 3

+ 2 y — ' ft,V + |i'1(A » /s-(-2C»/8+D; = 0.

La ecuación de la envolvente de estos círculos que se obtiene expresando que la precedente tiene una raíz do-

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ble en fa> es:LÍNEAS CONCURRENTES 233

) ’

Esta envolvente es, pues, una cónica. Además, el lu­gar de los centros de estos círculos, que resulta de la eli­minación de /a entre las ecuaciones

X J L ---- ^ ---- , B i / ' . + C iV a Ta ; Va , ,1- 0’

B.A+O, ------------ (1=0,

es una recta. Estos circuios son, pues, bitaugeutes a su envolvente de la cual esta recta es un eje.

Ejemplo.—Sea la fórmula de M. Boussinesq:

que da conocer aproximadamente la longitud l de «na elipse de semi-ejes a y b. Puede escribirse:

« » + & “+ 2 i « * _ a J L í « = o.

Bajo esta forma, se ve que podrá ser representada, con

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284 NOM OGROFti

relación a ejes Ox y O y que formen entre sí el ángulo e dado por

(J) ¡cs+ 0 a+ 2 - |- x y - 2 . - ^ - « * + ,) +

Aquí, la envolvente de los círculos (i) se reduce a:

es decir, al sistema de los ejes Ox y O y y, por consi­guiente, el lugar de sus centros a la bisectriz O t del án­gulo de estos ejes. Por lo demás, las coordenadas ortogo­nales (núm. 1) de uno de estos centros (abscisa y orde­nada de los puntos de contacto con Ox y O j) vienen dadas por

Estos contros forman, pues, sobre O t una escala mó-

' Se puede decir, evidentemente, puesto que aquí las escalas llevadas sobre Ox y sobre Oy son métricas, que con esta elección de ejes no ha3'’ anamorfosis- Con relación al ába- co que se construye en coordenadas rectangulares, habría anamorfosis, y esta anamorfosis se traduce precisamente en la elecoión del ángulo 9 de los nuevos ejes.

por medio de los tres haces *:

(«)(*)

x=^\ia,

x y = 0

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trica definida porLÍNEAS CONOÜBEENTUa 235

t » l ü ___ L = J L ¡ .S* • *V2

El ábaco correspondiente *, construido con l1 =» 5nim, está representado en la figura 88. Para a<= 9, 6 = 3 ,

Fitf 88.

por ejemplo, da i = 40. Como además, por definición, basta limitar el ábaco a la parte comprendida en*-

tre el eje Qx y la bisectriz Oí del ángulo xOy.Se puede tambión observar, como lo ha hecho M. So-

reau, que, por todo puuto dol plano, pasan dos circuios {/). Esto consiste en que la ecuación desarrollada que se ha representado, permanece la misma si, en la expresión del, se cambia el signo de \fab. Pero es fácil distinguir

1 Soreau, 1, pá¿j. 228.

Page 241: Calculo Grafico y Nomografia

242 NOMOGRAFÍA

los por paralelas a uno de los ejes de coordenadas, lo que volverá a dar entonces las escalas binarias consideradas primeramente.

F ig . 00.

Observación.—Se puede reducir la determinación de las cotas de un sistema condensado a! empleo de una es­cala binaria por el procedimiento siguiente: las abscisas de los puntos de encuentro del sistema condensado (1) con el eje Ox, estfin dadas por la ecuación

1' (®, 0, f„) =- ü,

de donde se deduce

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LÍN EA S CONOÜRKENTE8 243

que determina una cierta esoala binaria. Se puede enton­ces decir que la directriz de esta escala binaria y la cur­va del sistema condensado, que corresponden a un mismo par de valores de y xZ) cortan al eje_Oa: en el mismo punto 1.

57. Sistemas ramificados. Nomogramas más ge­nerales de líneas concurrentes.—Un sistema condensa- do, como acabamos de ver, está definido por medio de una cierta red de cotas, constituida por dos haces acota­dos. Nada impide evidentemente considerar estos mismos haces como condensados, provisto cada uno de ellos de una cierta red de cotas, y así sucesivamente. Se puede, de este modo, por ramificaciones sucesivas de sistemas condensados, llegar a la noción de un sistema acotado por medio de los valores de n variables distintas 2.

Por ejemplo, supo­niendo cada una de las líneas trazadas parte de un haz, la figura 91 muestra, bajo forma es- |,-ig. ei.quemática, una curva tdependiente de 4 variables %, x9, %tr por una ecua-

1 Eiemplo de sistema condensado así definido en un no­table ábaco, deludo al ingeniero de caminos M. Crépin (Ann. des Ponts et Chaussées, primer sem. 1381, pág. 138, yO., 4, pág. ñ6).

a Massau, 1, núm. 187.

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244 NOM OGRAFÍA

í ' [x, y , f ( f a f u ) 1 = 0.

De aquí, por el concurso do tres líneas dependiente cada una, mediante sistemas ramificados, de un cierto número de variables, el medio de representar sobre un plano ciertas ecuaciones de un número cualquiera de va­riables.

La figura 92 muestra así esquemáticamente tres líneas

ción de la forma

F lg . 92.

concurrentes en un punto A y dependientes cada una de cuatro variables, dando, por consiguiente, la representa­ción de una ecuación de 12 variables.

Observemos, además, que un nomograma de este gé­nero puede ser considerado de diversas maneras; se pue­de, por ejemplo, en el caso do la fig. 92, considerar que la representación está realizada por el concurso en el punto C de las líneas fau), y de la linea CB la cual,

Page 244: Calculo Grafico y Nomografia

por ramificaciones sucesivas, puede ser considerada como dependiendo de las otras JO variables de ¿i a z i0.

En particular, refiriéndonos a la fig. 89, se puede, como aplicación de esta observación, considerar el modo de representación que realiza como definido por el con­curso en un mismo punto de las líneas (a'^), (x<¿) y de las paralelas a O y consideradas como rectas (t8, st4, *5).

Síguese de aquí que el nomograma más general, cons­tituido por concurso de líneas, puede ser referido al tipo en el que dos de estas líneas pertenecen a haces que depen­den de una sola variable, y la tercera a un sistema rami­ficado dependiente de un número cualquiera de variables.

Analíticamente, como acabamos de ver, tal sistema de­pende de Jas variables que lo definen por un encadena­miento de funciones de dos variables. Dicho de otro modo: para formar la ecuación más general representa- ble por líneas concurrentes, es preciso reemplazar, en una ecuación cualquiera de, tres variables, cada una de ellas por una función cualquiera de otras dos variables, después cada una de éstas, a su vez, por una función de dos variables, y así sucesivamente.

Gracias a la introducción de variables auxiliares, la ecuación así formada apareco como el resultado de eli­minaciones sucesivas entre ecuaciones que no contienen cada una más de tres variables. Cada una de estas ecua­ciones de tres variables puede ser representada por un nomograma de tros haces de líneas, teniendo común dos de estos nomogramas el haz correspondiente a la varia­ble que se elimina entre las ecuaciones que representan. El conjunto de los nomogramas parciales, así enlazados dos a dos, constituye el nomograma de la ecuación resnl-

LÍNEAS CONCURRENTES 245

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246 n o m o g r a f í a

tante. Si ésta encierra n variables, se ve, siguiendo el procedimiento de formación de su nomograma, que éste comprende n haces acotados y n — 3 haces de enlace, eu total 2 n — 3, de los cuales n — 1 pueden ser esco­gidos arbitrariamente, a condición de que no haya entro éstos más de dos que pertenezcan a un mismo nomogra­ma parcial 1.

Por ejemplo, una ecuación de cuatro variables estará.

98.

representada por cuatro sistemas acotados y uno de en­lace, pudiendo estar constituidos dos de los sistemas acotados por paralelas a O y , y el sistema de enlace por paralelas a Ox. 1S1 nomograma podrá entonces ser consi­derado como resultante de la simple unión de dos escalas

1 Lob nom ogram as asi form ados sou a los que M. H il­b e r t se ha referido en la com unicación que nosotros reco r­dam os m ás adelan te (nota 1 d e l núm . 73).

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LÍNEAS CONCOHRENTES 247

binarias a lo largo de O y (fig. 98) 1, lo que supone que la ecuación puede ponerse bajo la forma

f tí fu-

C .— fcmpleo de transparentes m óvile s. A b a c o s exagonales.

58. Transparente de dos índices.—Volvamos al caso prácticamente más importante de una ecuación con tres variables solamente, representada por un àbaco cartesia­no ordinario (núm. 50) o anamorfoseado (núm. 52). Tan­to en un caso como en otro, el àbaco está constituido por dos haces de rectas paralelas, unas (%i) a Oí/, las otras (x2) a Ox, y de un haz de líneas cualesquiera (za), siendo un sistema de valores de z 2) z 3, que satisface

1 Do un resultado obtenido por M. G-oursafc (Bull. de la Soc. math. de France, t. XXVII, pág. 27), se deduce fácil­mente que la condición necesaria y suficiente para que la ecuación !F1!¡U — 0 pueda ponerse bajo esta forma, es quo se tenga idénticamente (teniendo en cuenta, si os necesa­rio, la ecuación misma):

¿ g 0 ( * ' - £ ) « ■ o.te A D(*,, z i) te., 0 (2 ,, 2 :¡)

DO?, O)designando ■■■ — -r-, como es costumbre, el ¡acobianoD (*i. * .)

I &F d<b I dz t dzl i d P d <I>

dz2 dz3

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248 NOMOGRAFÍA

a la ecuacióu representada, tai, que las tre* iíneas acota­das correspondientes seau concurrentes.

Este sistema do representación nomogràfica por con­curso de líneas tiene la ventaja, que merece seguramente ser tomada en consideración, de que, una vez el àbaco construido, puede, sin inconveniente, sufrir cualquier de­formación, puesto que las líneas que pasaban primitiva­mente por un mismo punto continuaráu pasando por un mismo punto, y el modo de emplear el abaco está, funda­do únicamente en esta propiedad í . Este carácter, obser­vémoslo desde luego, no se encontrará en los sistemas de representación que utilizan elementos si» enlace perma­nente los unos con los otros, siuo enlazados solamente, en el momento de la lectura, por medio de ciertos ele­mentos móviles, y cuyas deformaciones podrán alterar las relaciones de posición supuestas rigurosamente reali­zadas en el momento de ia construcción mediante estos elementos móviles.

En realidad, estas alteraciones (producidas por defor­mación de la hoja sobre la cual se ha trazado ei dibujo, bajo la influencia de las variaciones do temperatura, es­tado higrométrieo,...) caerán en general por debajo de ios errores prácticamente admisibles. Apenas habrá que pre­ocuparse de ellas, a no ser en el caso de ábacos de gran­des dimensiones referentes a cálculos que exigen una

' De osta observación procede la posibilidad de hacer sufrir a tales nomogramas anamorfosis puram ente gráfi­cas, no obedeciendo siquiera a ninguna ley matemática. Véase a este respecto: Lalanne, 2, pág. 874, y O., 4, núme­ros 39 y 40,

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LÍNEAS CONCURRENTES

procisióu especial. A\ lado de esta ventaja, hay que con­siderar, en los ábacos anteriormente descritos, ciertos inconvenientes:

1.“ Es preciso, para la lectura, seguir cada una de las líneas concurrentes en todo el recorrido que separa el punto en que se verifica el concurso de aquél al lado del cual está inscrita la cota de la línea, y, aparte de que a la larga resulta de esto cierta fatiga para la vista, se corre el riesgo a veces, cuando (por alcanzar mayor pre­cisión) las líneas de cada haz están bastante próximas, de pasar de aquélla que se debe seguir a la inmediata;

2.° La interpolación visual, que consiste en interca­lar mentalmente, entre las líneas efectivamente trazadas de un cierto haz, las que corresponderían a cotas inter­medias, es sensiblemente más delicada y exige una aten­ción mucho más sostenida que la que no descansa más que sobre la graduación de una escala;

3.° En el caso en que es útil recurrir a un fracciona­miento (núm. 51) es, en general, necesario representar los ábacos parciales sobre otras tantas hojas distintas;

4." En fin, la representación por líneas concurrentes no se aplica, para más de tres variables, más que a las ecuaciones engendradas por simples sustituciones sucesi­vas de funciones de dos variables (niim. 57).

Entre los desidorata que hacen nacer estas observa­ciones diversas, el último sólo tiene íntima relación con la naturaleza matemática del método empleado, y exigirá una reforma profunda de éste. Las tres precedentes pue­den, al menos en ciertos casos, satisfacerse gracias a di­versos artificios que no modifican el carácter esencial de la representación.

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2 6 0 n o m o g r a f í a

Respecto a los dos primeros inconvenientes señalados, se llega fácilmente a hacerlos desaparecer en lo que con­cierne a los haces (^) y (s2) respectivamente paralelos aO y y a Ox, por el siguiente medio: borremos las rectas representadas de cada uno de estos haces, no conservan­

do de ellas mis que sus graduaciones res­pectivas llevadas la una sobré Ox, la otra sobre O y (fig. 94), y pongamos sobre el ábaco un transparen­te provisto de dos rec­tas respectivamente paralelas a Ox y aO y, que se llamarán sus índices y cuyo punto de encuentro se llamará el centro.

Si hacemos correr este transparente sobre el ábaco, man­teniendo su orientación fija-t, veremos que cuando sus índices pasen por los puntos de las escalas (*d) y (*2) que

’ La constancia de esta orientación puede obtenerse, como ha propuesto M. Lallemand, por el trazado de una se­rie de paralelas equidistantes, de igual dirección que uno do los índioes, cuyo paralelismo a estas rectas directrices se aprecia con suficiente rigor. Se puede también recortar el transparente en fina materia rígida limitada por bordes exactamente paralelos a la dirección de los índicos y que se puede hacer resbalar a lo largo de una regla como se haoe con uua esouadra.

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LÍNEAS CONCURRENTES 251

tienen por cotas los valores dados de estas variables, su centro caerá sobre la línea (ss) quo tieue por cota el va­lor correspondiente de esta tercera variable.

Los inconvenientes 1.° y 2." no subsistirán entonces más que para la lectura de z8 solamente.

59. Transparente de tres índices. Abacos exago- nales.—Para quo ol mismo beneficio alcance a la varia­ble 2¡s, es necesario que las líneas acotadas correspon­dientes formen también un kaz paralelo. Bastará, enton­ces, hacer pasar por el ceutro del transparente un tercer índice paralelo a la dirección de este haz.

En este caso, la ecuación representada es necesaria­mente de la forma

(1) 0) y si se adopta un mismo módulo a lo largo de Cte y de0 y, supuestos rectangulares, se ve que las líneas (¡c3), cuya ecuación es

#+»+»»/*=<>, determinau sobre la bisectriz Oí del ángulo <cOy, per­pendicular a su dirección, una escala definida por

es decir, la de la función f3 llevada sobre 0 1 con el móduloJX \

y - , siendo el sentido positivo de Oí el que es exte­

1 Un artificio de este género, ha sido aplicado no hace mucho a los abacos de Lalanne para el cálculo de los perfi­les de terraplenes por M. Blum. [Ann. des Ponts et Ohaussées, prim er som., 1881, pág. 455).

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252 NOMOGRAFÍA

rior a xOy. Esto puedo considerarse como una aplicación de la fórmula (2) del núm. 1, que nos enseña además que, para que la escala de /j¡ se tome con el mismo mó­dulo que las de f\ y f t , es preciso adoptar coordenadas rectangulares con ejes de 12O". O dicho de otro modo: continuando las direcciones de los índices I ,, I 2, I s, sien­

do perpendiculares u las es­calas de f A, de y de f 9) éstas deben llevarse con el mismo módulo sobre tres ejes Ox, O y, O t cuyas di­recciones positivas formen entre si, dos a dos, ángulos de 120° (fig. 95).

En este caso, los tres ín­dices aparecen como las diagonales de un exágono regular, de donde procede

Fi«- el nombre de abacos exa-gonalcs dado por M. La-

tlemand 1 a esta variante, imaginada por él, de los ába- cos cartesianos sobre los cuales las líneas (¡?3) [lo mismo que las líneas (í^) y (*2)] forman un haz paralelo.

Observemos además que es inútil llevar Jas tres esca­las (zt), (z2) y (z-,j) sobre los mismos ejes O.r, Oy y Ot. Las lecturas sobre estas tres escalas permanecerán las mismas si, por traslaciones respectivamente paralelas a los índices correspondientes, se transportan a las bases

* Lallemand, 1 y 2 .

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LÍNEAS OONOURBENTES '253

O^r^, 0 2x2, 03¡c3, paralelas # O je, O y, Oí y formando, por consiguiente, un triángulo equilátero.

Puede tomarse arbitrariamente este triángulo equilá­tero a condición: 1.°, que los orígenes O*, 0 2, 03 (o los puntos relativos a un sistema cualquiera de valores co­rrespondientes de x it z2, a3) estén simultáneamente bajo los índices del transparente, o lo que viene a ser lo mis­mo, que las perpendiculares a las tres bases trazadas por estos puntos, sean concurrentes; 2.*', que los sentidos po­sitivos sobre 0 1a:1, 0 2a;2, 0 3¡c3, sean los determinados por el movimiento de un punto que recorre de un modo continuo el contorno del triángulo formado por estas tres rectas, verificándose, por lo demás, este movimiento en un sentido o en otro.

Esta segunda condición se realiza en la práctica, en cierto modo por sí misma, pues deja libre la elección del sentido positivo de dos de los ejes, Ol a;1 y 02a;2, por ejemplo, y cuando éstos se han graduado según las fun­ciones /i y fi, la graduación de f<¿ resulta necesariamente de ellas; basta, por ejemplo, habiendo reconocido dos sis­temas de valores x\ y z'‘, z", que satisfacen ala ecuación (1) hacer pasar los ejes e I2, de una parte, por los puntos x\ y zj, de otra, por los puntos z" y z"j en estas dos posiciones !a intersección de I3 con Oscc3 da los puntos y z'í que determinan enteramente la es­cala (z3).

Observación.— El principio de los ábacos exagonales puede exponerse bajo la forma completamente elemental siguiente:

Si los índices L4, 12, 13 cortan a la bisectriz O l en los puntos A1} A2, A 3, el punto medio de A1A2 es A3; so

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254 NOMOGRAFÍA

tiene, pues,2 O A s=s O A i + O A íi

Pero si, con la convención que hemos hecho respecto a los signos, llamamos x, y, t, a los segmentos determi­nados sobre los ejes Qx, O y, O í, por los tres Índices, tendremos, puesto que ios ángulos que OA8 forma con O# y O y son de 60",

OAi = 2 í , O K; = '¿y.

Por otra parte,O A t — —

De donde:x-\-yJr l = 0.

60. Propiedades especiales de los ábacos exago- nales.—Además de los inconvenientes 1" y 2.“ del nú­mero 58, que hacía desaparecer el transparente de dos índices utilizable en el caso general, el de tres índices, tal como se emplea en el caso de los ábacos exagonales, suprime también el inconveniente 3.°; es decir, tales ába­cos son susceptibles de fraccionamiento sobre una misma y única hoja. Esto es evidente á priori, puesto que los diversos sistemas de líneas, cuya superposición debe evi­tarse en el caso general, uo existen en este caso particu­lar, en que están reemplazados por los índices del trans­parente, y las escalas destinadas a fijar la posibilidad de estos índices pueden estar dispuestas unas al lado de las otras.

Supongamos, por ejemplo, que uno de los ábacos par­ciales se extiende, para desde el valor x\ al x-"; y para

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LÍNEAS CONCURRENTES 255

z 2, del valor *' al valor x'í; siendo O' y O" las posicio­nes extremas correspondientes del centro del transparen­te (fig. 96), x\ y x'l los valores de z¡¡ para los pares de valores x\, x\ j x" z" de x t y x2, se deduce, como se ha dicho al final del número anterior, el fragmento corres­

pondiente de la escala (x¿) que designaremos por A* A2, si A4 y A2 sirven para designar los fragmentos conside­rados de las escalas (%) (*2).

Asociando dos a dos, de este modo, los fragmentos, At, B„ . . . de la escala (xd), dispuestos sobre paralelas a Ox, y los A2, B2) . . . de la escala (*2) dispuestos sobre paralelas a O;/, se obtienen, sobre paralelas al tercer eje Oí, los fragmentos correspondientes A1A2, A2B2, B1A2» B4B2, . . . de la escala (*8).

No hay necesidad de decir que reemplazando las esca­

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256 NOMOGRAFÍA

las simples del ábaco por escalas binarías 1 (núm. 56), se obtiene la representación de una ecuación de la forma

La fig. 97 da uu esquema de un ábaco de esta clase. Supongamos, para fijar las ideas, que dándose los valo­res de las cinco primeras variables, se quiere obtener el

de la sexta. Estando el transparente convenientemente orientado, se harán pasar los dos primeros índices res­pectivamente por los puntos (xt , *2) 7 {*■%, *4) de las es-

1 Recordaremos que con este motivo M. TUL Prévot ha. propuesto el empleo sistemático de estas escalas. M. Lalle- mand ha empleado esoalas do más de tres variables com­prendidas <>n el tipo general definido *?n el núm. 56. Espe­cialmente, se enouentran escalas ternarias en su notable ábaco de la desviación del compás (O., 4, núm. 132).

/¡s + /» + /» = 0.

Fie. 67.

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LÍNEAS CONCURRENTES 257

calaB binarias correspondientes. El tercer índico encon­trará a la linea (z5) de la tercera escala binaria en un punto por el cual pasará la línea (zn), cuya cota será el valor pedido.

En fin, gracias a la simotría de los tres ejes a que se les refiere, los ábacos exagonales permiten, por simples traslaciones del transparente, paralelas a las direcciones de dos de sus índices, multiplicar indefinidamente el nú­mero de entradas, y representar ecuaciones do la forma

(1) f t 4- f t + f, + ----- f f„ — O.o

{1 bis) f„ + f M + 4 . ■ • 4 f,n -„ ,» = 0,

cuando se hacen intervenir escalas binarias.Para darse cuenta de ello, basta introducir las varia­

bles auxiliares yB, <?«, <?t ■ ■ • definidas por las igualdades

/, 4- f.¿ 4-9, = 0,<p4 —/■, + ?>, = 0 ,<e4 + / í + ¥ ,= 0 ,

— t \ 4 - < p s = 0 ,

la eliminación de las cuales (cuando se hace la suma de todas estas igualdades, despuós de haber multiplicado las de lugar par por — 1) nos da la ecuación (1) anterior. Ahora, para la representación de estas ecuaciones sucesi­vas por ábacos exagonales, puede intervenir una misma escala (?) en dos de estos ábacos consecutivos. Se podrá

n

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258 NOMOGRAFÍA

tomar, por ejemplo, la misma escala (<ps) para los dos primeros, la misma escala (<p4) para los dos siguientes, y así sucesivamente.

Se podrán disponer así las escalas (x2), (xn), (ít4), {*5), . . . de f %, — f :i, f %,—frt, . . . paralelamente a Ox (fig. 98), la (zt ) de así como las de 4, ep<¡, . . . para­lelamente a O y, las de <p0, <fi, . - . paralelamente a Oí. La última ecuación escrita será:

/ap f ij>—1 p—io

VíP ~i~ f tp + i 0,

según que n sea par (n = 2p)

o impar (« = 2 ^ 4 -1).

En el primer caso, se ve que la escala (z ,jp), se llevará pa­ralelamente a O y [y, por consiguiente, a la escala (*1 )];

en el segundo , que la escala (zti>+,) se llevará paralelamente a Oí.

Hecho esto, si entrando en el primer ábaco por los valores de zi y tomados bajo los índices I t e I 2, ae supone marcada la es-

u<) cala <p3, se leerá bajo el índice I3el valor de esta variable auxiliar;

F|S‘ oa- poro no hay en esto utilidad al­guna, debiendo servir de entrada

este valor en el segundo ábaco, bastará para ir a tomar so­bro osto el valor de *3 bajo el Indice hacer simplemente

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LÍNEAS CONCURRENTES 259

resbalar ol íudico I¡( sobre sí mismo, os decir, trasladar el transparentó paralelamente a la flecha F '; do igual modo para pasar del segundo al tercer ábaco, basta trasladar el transparente paralelamente a la flecha F " , y así sucesi­vamente. Se ve así que es completamente superfino tra­zar las escalas de <p„, <p<, <j>5, . . . quedando realizada la eliminación de estas variables auxiliares por las trasla­ciones sucesivas de! transparente, alternativamente para­lelas a las flechas F ' y F " .

En resumen, habiendo dispuesto, como acaba de decir­se, las diversas escalas (**), (x2), (x3), . . . (*„) [o las es­calas binarias correspondientes si se trata de una ecua­ción de la forma (1 ¿>¿s)j, la manera de emplear el ábaco se reducirá a esto:

Hacer pasar los índices l j e I2 del transparente con­venientemente orientado respectivamente por los puntos acotados z t y z2, después, por medio de traslaciones, del transparente alternativamente paralelas a las flechas F ' y F " , hacer pasar el índice I 2 sucesivamente por los puntos acotados z¿, z4, . . . z„_ ,. Guando se ha llegado a esto, el índice I 4 o I s (según que n sea par o impar) pasa por el punto z n cuya cota es el valor buscado.

Observemos que el sistema de representación aquí con­siderado para cierto tipo, bastante particular además, de ecuacióu de n variables, entra en el tipo general estudia­do en el núm. 57 *, El ábaco obtenido puede, en efecto, considerarse como resultante de la reunión de ábacos re­

1 Conviene añadir que ha sido inventado por M. Lalle- maud, independientemente de la teoría general a que nos­otros lo referimos aquí.

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260 NOMOGRAFÍA

lativos a un cierto número de ecuaciones de tres varia­bles, unas figurando en la ecuación dada, otras introdu­cidas como auxiliares, teniendo estos ábacos dos a dos un haz de líneas común por el cual se efectúa la elimi­nación gráfica de una de las variables auxiliares. Estos haces eliminatorios (que para el último tipo de ábaco considerado, se reducen a haces de rectas paralelas a dos direcciones fijas, las de las flechas F ' y F " ), se sustitu­yen, en este caso, por traslaciones del transparente según estas dos direcciones.

Sólo por el método que va a estudiarse en el capítulo siguiente vamos a llegar por primera vez a tipos de no­mogramas que satisfagan al cuarto de los desiderata, for­mulados en el núm. 57, es decir, aplicables a ecuacio­nes que contienen más de tres variables y que no provie­nen simplemente de la reunión de nomogramas de tres variables entre los cuales se han efectuado eliminaciones gráficas.

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HEPRESKNTAC1ÓN NOMOORÁFICA POR PUNTOS ALINEADOS 1

CAPÍTULO IV

A. — G e n e r a l i d a d e s

61. Transformación dualística de ios nomogramas de rectas concurrentes. — Recordemos los desiderata resultantes de los inconvenientes señalados en el número 58 para los nomogramas de líneas concurrentes:

1.° No tener que seguir una línea trazada sobre un nomograma para conocer la cota correspondiente.

2.“ Reducir las interpolaciones visuales a la operación que las realiza sobre simples escalas.

3.° Hacer posible el fraccionamiento de un nomo­grama en un número cualquiera de partes sobre una hoja única.

4.° Conseguir la representación de ecuaciones de más de tres variables no comprendidas simplemente en el tipo definido en el uúm. 57.

1 O. 1; O., 3, cap. IV y VI; 0 „ 4, cap. I I I y V.

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262 NOMOGRAFÍA

Los tres primeros de estos desiderata han sido satis­fechos, pero solamente para las ecuaciones de la forma

fi + ft + /» = 0

por los ábacos exagonales (números 59 y 60).También van a ser satisfechos por el método que va­

mos a estudiar ahora, para las ecuaciones mucho más generales de la forma

ft 9, Kf» Oí j»

w 9S K

o, según el convenio hecho anteriormente (pág. 226),

I ft 9i | = 0.

Además, con este método conseguiremos por primera vez, satisfacer al cuarto desiderátum anterior i .

Según lo que se ha visto en el núm. 53, una ecuación de la forma anterior es representable por un nomograma formado de tres haces de rectas (*t ), (*2) y (*3); y cuan­do tres rectas, tomadas respectivamente en estos haces,

1 U na confusión en tre el orden lógico y el orden histó­rico ha dado origen a la creencia do que el m étodo de p u n ­tos alinoados lia sido Inventado después de los abacos exa- gonales. E ste e rro r hemos tenido ya ocasión de rectificarlo. V éase O., 7, nota 1 de la píig. 1.51. 751 princip io del método do los puntos alineados lia sido publicado en 1884 (0 , 1), el de los Abacos exagonales, en 1880 (ZiuUemand, 2).

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PONTOS ALINEADOS 263

tienen por cotas un sistema de valores de x ir x2, *s, Que satisfacen a ia ecuación dada; estas tres rectas son con­currentes.

Efectuemos una transformación dualística de la figura (núm. 2) dando a cada punto así obtenido la cota de la recta de la cual es correlativo. Entonces los tres sistemas precedentes de rectas vendrán sustituidos por tres siste­mas de puntos (fig. 99), constituyendo tres escalas de base rectilínea, o curvilínea (según que los haces corre-

ción dada, estos tres puntosestarán alineados sobre una misma recta puesto que las rectas correlativas concurren en un mismo punto.

Por lo demás, según lo que se ha visto (núm. 2), bas­tará, para efectuar tal transformación, reemplazar en las ecuaciones que definen las rectas del primer nomogra­ma, las coordenadas puntuales x e y, por coordenadas tangenciales u y v, y, particularmente, por coordenadas paralelas (núm. 4).

' Para comprobar esta alineación se podrá emplear biou uti transparente sobre ol cual esté trazado un solo índico rectilíneo, bien un hilo fino que se tiendo sobre ol nomo­grama.

lativos sean convergentes o tangenciales), y cuando tres puntos, tomados respectiva­mente sobre estas escalas, tengan por cotas un siste - ma de valores de zit % que satisfacen a la eeua-

<*»)(MFig. 99.

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264 NOMOGRAFÍA

El empleo de estas coordenadas especiales será eviden­temente ventajoso siempre que el nomograma que se vaya a construir sea correlativo de un ábaco cartesiano, anatnorfoseado o no, porque las escalas funcionales que hayan de ser construidas sobre los ejes Oajy O y, no ten­drán más que ser transportadas, sin modificación, sobre los ejes Au y Bt> del nomograma correlativo.

Esta simple observación permite también, dado un ábaco cartesiano, construir el nomograma de puntos ali­neados correlativo, sin necesidad de conocer la expresión analítica do la ecuación representada. Sea, en efecto, D una recta cualquiera del primer ábaco. Tomemos sobre esta recta un punto M cualquiera (fig. 100) cuyas coor­

denadas cartesianas son OH y OK; la recta H ' K ' co­rrelativa de M será aquélla cuyas coordenadas paralelas sean AH' = OH y BK' = OK. Tomando así las rectas correlativas de dos puntos cualesquiera de D, se obten­drá por su intersección el punto P correlativo de D. En particular, se podrán tomar las rectas B X ' y A Y ', co­rrelativas respectivamente de los puntos X o Y, en que

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PUNTOS ALINEADOS 265

la recta D encuentra a los ejes Ox y 0 y, 69 decir, tales que A X ' = OX y BY' = OY *.

Se ve, pues, que en este caso es la relación directa de las coordenadas tomadas en la primera figura, la que nos da la segunda, mientras que el empleo de las coordena­das plückerianas exigiría la determinación de las inversas de estas coordenadas, lo que complicarla sensiblemente la operación.

62. Principio general de los puntos alineados.—Para representar en puntos alineados una ecuación tal como 2

(1) ¡ fi y t h( | = O,

(de la que diremos que las funciones f it g it h{¡ son las funciones componentes) consideraremos los tres sistemas de puntos

( z {) fi + + 0 ( ? = 1 , 2 , 8 )

donde u y v son coordenadas paralelas.Las coordenadas cartesianas de tal punto, referido a

los ejes 0# y O y definidos en el núm. 4, cuando se toma como módulo a lo largo de Ox el segmento OB (repre-

1 Se encontrará un ejemplo uotable de uua transforma­ción de esta clase en O., 4, pág. 130 y 181. íig. 54 y 54 bis.

2 Nosotros tenemos que enunciar primeramente el prin­cipio del método en toda su generalidad; pero para los ca­sos particulares que se presentan con más frecuencia en las aplicaciones, puedo establecerse este principio d irecta­mente de un modo muy elemental, como no dejaremos de mostrarlo. Véase especialmente a esto respecto el núm. 66.

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tentado en el núm. 4 por 8), siendo cualquiera el módu­lo |i a lo largo de O y, están dadas por

, },i ~ 9i {‘/'i(2) a h, +g¡ ’ v ~ li{ + 9i

Se podrán calcular los valores de estas coordenadas para valores do Zi crecientes por intervalos iguales a par­tir de un cierto valor en números redondos, y se tendrá asi la escala de *,■ tomando este termino en una acepción más general que en el núm. 46, puesto que la base de esta escala puedo sor curvilínea. Volveremos más ade­lante sobre esta noción general de las escalas (núm. 64), y veremos que, en la mayor parte de los casos se puede construirlas geométricamente por medio de los patrones usuales de graduación (núm. 49). Si se busca la mayor precisión posible, lo mejor es calcular los valores sucesi­vos de x e y por medio de las fórmulas (2) para llevar en seguida los puntos correspondientes sobre ei dibujo t . Pero en la inmensa mayoría de los casos la precisión conseguida con las construcciones geométricas ordinarias es muy suficiente. También es interesante examinar apar­te el caso en que figuran sobre el nomograma, una o va­rias escalas rectilíneas, para las que tales construcciones alcanzan su máximum de sencillez.

Es claro que los puntos ( ) estarán distribuidos so­bre una recta si las funciones f iy git h¡ son linealmente dependientes, o, lo que es lo mismo, pueden expresarse

266 NOMOGRAFÍA

’ So puede, para efectuar este Transporte, recurrir al coordtnatógrafo do Coradi o al de Bamberg, oon loa cuales se puediv contar con una precisión media de <>,*nmG5.

Page 266: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 267

linealmente por medio de una misma función por fór­mulas tales como

/■,-= Aicp< + A () + /tj — Cj tp< + C,,

siendo A, B, C constantes, porque, en efecto, la ecuación del punto ( x¡ ) puede escribirse:

(Aj + Bj/í-f- 0 ^ ) 9 + A, + Bi«4-C<v=ü,

ecuación que define sobre la recta que uue los puntos

A< + Bf« + Gi t) = 0,A^-j-BjW + C fi^O ,

una. escala proyectiva de la escala de la función v¡ .Representaremos por la notación Np un nomograma

de puntos alineados con p escalas curvilíneas y, por con­siguiente, 3—p escalas rectilíneas, y diremos que es del genero p l .

Los caracteres diferenciales por los cuales se puede reconocer n priori que una ecuación de 3 variables dada

U = 0

1 En esta consideración del número délas escalas recti­líneas es en la que nosotros hemos fundado la clasificación de los nomogramas de este tipo en nuestro Tratado exten­so (O., 4, cap. III), poro sin precisar la noción do género uquí definida, que liemos llegado a hacor más tarde (O., 12), después do haber introducido M. Soveau la noción de ordtn nomogràfico (núm. 03).

Page 267: Calculo Grafico y Nomografia

268 NOMOGRAFIA

puede ponerse bajo la forma (1) han sido descubiertos re­cientemente por 31. F. H. G-ronwall i . Existen, sin em­bargo, tipos generales de ecuación, que se encuentran muy frecuentemente en la práctica, para los cuales se sabe efectuar esta transformación, es decir, separar las variables (pág. 225) por medio de tres ecuaciones linea­les en u y v. Daremos más adelante diversos ejemplos de la mayor importancia (núms. 68 y 72).

Aquí solamente haremos observar que, cuando una ecuación es susceptible de tomar la forma (1), lo es de una infinidad de maneras, siendo los diversos nomogra­mas correspondientes transformados homográficos unos de otros 2.

Esto es una aplicación inmediata de lo dicho en el nú­mero 6. Todos los nomogramas que corresponden a una misma ecuación vienen dados por las ecuaciones

f'i+ ug'i + vh'i— 0 donde Ti — lft Jr ‘>ngi + Jih{¡

,9i — l /{+»» Í'i + H/i+ i» + n hip

siendo los parámetros l, m, n, . . . n " cualesquiera, pero

1 Qronwall.■ La idea de re c u rr ir a la hom ogralía para perfeccionar

la disposición de las esoalas de un nomograma, em itida por prim era vez en O-, 3 (pág. 69), ha sido am pliam ente d es­arro llada en O., 4 (núm s. 61 y 62). Parece que hasta enton­ces la honiografía general no había sido em pleada más que con fines pu ram eute especulativos.

Page 268: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 269

tales, sin embargo, que el determinante

1 m nV m' nr m " ri‘

sea distinto de cero.En virtud de la Observación del núm. 6 podemos, se­

gún esto, disponer arbitrariamente do 4 puntos del no­mograma. Escogeremos evidentemente los que corres­ponden a los valores límites a 4 y b±, a2 y i 2 de las dos variables y x.2 que se consideran como independientes. Colocando estos cuatro puntos en los vértices de un rec­tángulo, obtendremos en todos los casos una bueDa dis­posición para el nomograma *.

Observación I.—Cuando la ecuación dada se presenta bajo la forma

fx ■ f» + 0, • 9U + h, ■ = °>

es muy natural, para efectuar la separación de las varia­bles, poner:

92» r ^M =|i—-i-, v=V.-J~.> 93 ' M

1 No conocemos mejor ejemplo de esto que el que hemos oitado en O., 4 (niím. 84), en el cual la separaoión, tal como se ofrece desde luego, oonduce a un nomograma sobre el cual una de las escalas es encontrada por el índice bajo un ángulo tan pequeño, que haría ilusorio el empleo de este nomograma sin la intervención de la homografia, que permite darle una excelente disposición.

Page 269: Calculo Grafico y Nomografia

270 NOMOGRAFÍA

y eliminar sucesivamente y -?<, entre estas dos últimas ecuaciones. Si las ecuaciones resultantes son lineales en u y v, la separación se efectúa bajo la forma requerida para la construcción de un nomograma de puntos ali­neados. Si no lo son, la ecuación no podrá referirse a esta forma, como lo ha establecido con todo rigor M. Clark i, a no ser quizá con una anamorfosis no pro- yectiva 2.

Observación I I .—La ecuación (1) anterior puede tam bión, si se quiore, considerarse como expresando la ali-

* Clark, núm. Sí). Por esto medio ha sido oómo, al p rin ­cipio de nuestras Investigaciones sobre los puntos aliuea- dos, hemos efectuado la separación de variables. Pero la consecuencia, arriba enunciada, deducida del hecho de no conseguirlo [consecuencia que ya hablamos previsto a pro­pósito de un Rjemplo particular (O., 3, pág. 28)] no ha sido rigurosam ente establecida hasta los trabajos de M. Clark.

a Sea, por ejemplo la ecuación

9.9 .+Vi-j-íí V l + íí + 9,,

considerada en el núm. 62. Si ponemos:

<*>., Vl+9Üu - ¡i — V = |1

obtendremos:98 9a

V l + 'p’ - w —9sV = 0,y

(«*—ti*)9j+íi* = 0.

La ecuaoión no es, pues, representable bajo esta forma, en puntos alineados. Pero se la reduce a una forma suscep­tib le de este modo de representación por la anamorfosis transcendente indicada en ol núm. 52.

Page 270: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 271

neación de los puntos definidos en coordenadas cartesia­nas por

Se puede, pues, enunciar el principio general, lo mis­mo colocándose en ol punto de vista puntual que en el tangencial. El nomograma definido por los últimos valo­res escritos para x e y es además el mismo que el dado en coordenadas paralelas por

— -!7i + (hi ~ f í )'<+ (/< < + /’() » = 0,

que está comprendido en el tipo general anterior me­diante una elección conveniente de los parámetros l, m, n, . . . Nosotros hemos hecho ya esta observación 1 sobre la cual está fundado el sistema de exposición adoptado por M. Soreau 2. Si nosotros adoptamos, por nuestra parte, el empleo de las coordenadas paralelas, es, primeramente, porque conduce a una mayor simetría entre las ecuacio­nes que corresponden sea al caso de las rectas concu­rrentes, sea al de los puntos alineados, y también, y so­bre todo, porque en el caso mucho más frecuente en que el nomograma pueda construirse con escalas rectilíneas (que por homografía se pueden siempre hacer paralelas), es decir, cuando este nomograma es del tipo N0 o N i, este empleo de las coordenadas paralelas proporciona el medio más directo y más natural de efectuar la separa­ción adecuada de las variables (véanse los números 66, 67 y 71).

Observación I I I .—Si se tiene idénticamente

Oi + hf — 0,

1 O., 4, núm. 61. s Soreau, 1, núra. 38.

Page 271: Calculo Grafico y Nomografia

272 NOMOGRAFÍA

todos tos puntos («* ), conforme se ha visto al final de la Observación del núm. 4, estarán en el infinito, cada uno de ellos en una dirección determinada por el coeficiente

\if,angular 25~ • este caso, es necesario, pues, marcartodas las direcciones (*.) así determinadas sobre un trans­parente móvil cuyos ejes O 'x ', O 'y' se mantengan pa­ralelos a los ejes Ox y O y de la parte fija del nomogra­ma que lleva las escalas (a .) y (xk) y la manera de em­plear el nomograma se deduce de que los puntos (2 .) y (zk) deben estar simultáneamente sobre la dirección (z.) del transparente.

63. Orden nomogràfico de las ecuaciones repre­sentares en puntos alineados. — Decimos que la ecuación

fu... ». ~

es nomogràficamente racional si puede escribirse

y que está ordenada nomogràficamente con relación a la variable si está puesta bajo la forma

K • fn ......= °>

siendo las funciones f x linealmente independientes. Si esta ecuación así ordenada contiene Wi-f-1 términos, se llama de orden nomogràfico n t con relación a *t . Y si es, con arreglo a esto, de orden n { con respecto a cada variable x (> su orden nomogràfico total es n = z n i.

Se ve que una ecuación representare en puntos ali-

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PUNTOS ALINEADOS 273

neados cuando está puesta bajo la forma (1 ) delnúm. 62, será generalmente de orden 6 . Sin embargo, como aca­bamos de ver, si la escala (z{) es rectilínea, indica que las funcioues f., gv h. son linealmente dependientes, y, en este caso, en virtud de la definición anterior, el orden nomogràfico con respecto a z. desciende de 2 a 1 , y el orden total disminuye una unidad. Resulta de aquí que a un nomograma N„ (pág. 267), corresponde en general una ecuación de orden nomogràfico p-f-3.

En particular, un nomograma N0 será representativo de una ecuación de orden nomogràfico 3.

Se puede, sin embargo, hacer que una ecuación de orden nomogràfico n esté representada por un de g6- nero p superior a n — 3. Supongamos, en efecto, que, so­bre este nomograma, dos de las escalas (?2) y (23), por ejemplo, tengan el mismo soporte S (en este caso, necesa- mente curvilínoo), sin que estas escalas sean idénticas, es decir, admitiendo que en cada punto de S, y 23 tengan valores distintos. Estos valores estarán necesariamente ligados por una relación tal como

<ft— Cf»,

y se ve que, por alineación tomada sobre el nomograma, se podrá asociar:

1.° Sea un sistema de z it z^, 23 que satisface a la ecuación representada, en el cual los valores de z2 7 zz corresponderán a dos puntos distintos del soporte S;

2.° Sean valores de z2 y correspondientes a un mismo punto de S con un valor cualquiera de zit

Esto muestra que ei nomograma se refiere en realidad a una ecuación que puede escribirse:

/■,»(?„ - ? : . ) = "•

Según que se asocien los valores de zit x a y de un

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274 n o m o g r a f í a

modo u otro, satisfarán a uno u otro de los dos factores, es decir, a la ecuación

o al factor parásito?2 — <P3~0.

Se puede, pues, decir que, en este caso, el nomograma representa la ecuación considerada a condición de no asociar juntos más que valores do % 7 xs Que pertenez­can a puntos distintos del soporte S, o, en el limite, si es­tos puntos coinciden, tomando como alineación corres­pondiente la tangente a S en este punto.

Igual observación hay que hacer si los tres soportes coinciden en uno solo; en cuyo caso, el nomograma re­presenta, además de una ecuación / j = & tres factores parásitos <p2—v3, 'J'a— 'i't, — x2, tales que cada unode ellos igualado a cero sea resultante de la eliminación entre los otros dos, igualados tambión a cero, de la va­riable que les común.

<54. Construcción de las escalas curvilíneas.—Yahemos visto (pág. 2(i(3) que si la ecuación de! sistema (z.'j os lineal en f. y se escribe:

U + /(V =0,

siendo U y V funciones lineales en u y r, la escala co­rrespondiente que tiene por soporte la recta que une los puntos U = 0 y V = 0 , es proyectiva con la escala de la función f¡_ Por lo tanto, cuando se conocen tres puntos de una de estas escalas, se sabe construirla, como se ha visto en el núm. 48.

La observación del ndm. 5 muestra que, si la ecuación

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P O N T O S A L IN E A D O S 275

deí sistema (*f) es algébrica y entera on f {, se podrá redu­cir su construcción a proyecciones partiendo de la es­cala de la función f . El caso más interesante, a causa de su relativa frecuencia, es el de una escala cónica, de­finida por una ecuación tal como

u + / y v + / ;w = o .

La base de esta escala está, en efecto, dada en coorde­nadas paralelas, por la ecuación

V s—4 U W = 0 ,

que define una cónica que pasa por los puntos U = 0, V = 0 , en los cuales las tangentes son las rectas que unen estos puntos al punto Y — 0.

Según lo que so ha visto en el núm. 5, el kax que pro­yecta esta escala desde uno cualquiera de sus puntos es también proyectante de la función f ¡ _

Se puede, por consiguiente, construir la escala por me­dio de dos de estos haces proyectantes.

Sean a, b, e, d, cuatro valores cualesquiera de la va­riable y A, B, C, D, los puntos correspondientes mar­cados sobre el nomograma. Consideremos, por ejemplo, el haz proyectante de vértice A; debiendo los rayos AB, AC, A l) de este haz corresponder a los valores b, c, d de la variable, sabemos, por la construcción indicada en el núm. 48 (fig. 81), construir este haz. Lo mismo para el haz proyectante de vértice B en el cual los rayos BA, BC, BD, deben corresponder a los valores a, e, d de la variable. Los puntos do intersección de los rayos homó­

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m n o m o g r a f í a

logos de estos dos haces, es decir, de los quo correspon­den a un mismo valor de dan a conocer ¡os puntos de la escala cónica pedida, acotados mediante estos valores de x¡ .

Haremos aquí una observación importante: geométri­camente, el conocimiento de un punto y la tangente en este punto equivale al do dos puntos (aquí infinitamente próximos); el conocimiento de los puntos A y B de la es­cala y el de !as tangentes A'!' y BT en estos puntos (figu­

ra 101) podría, pues, parecer ti priori equivalente al do cuatro puntos tales como A, B, C, D; sin embargo no es así, cuando interviene la consideración de las cotas. En efecto, en el haz proyectante de vértice A, por ejemplo, aparte del rayo AB correspondiente a x ,■ — b, no se co­noce mfis que ol rayo correspondiente a que soconfundo con la tangente AT- Estos dos rayos no bastan para determinar el haz proyectante de vértice A para la

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P O N T O S A L IN E A D O S 277

función f i . os necesario im tercer rayo; lo mismo para el haz proyectante de vórtice B. Será, pues, nocesario, ade­más de ios puntos A y B (con cotas a y b) y las tangen­tes AT y BT en estos puntos a la baso cónica, determi­nar otro punto cualquiera C (de cota c) de la escala.

El haz proyectante de vórtice A está entonces definido por los rayos AT, AB, AC, de cotas a, b, y c respectiva­mente, y el haz proyectanto de vórtice B, por los rayos BA, BT, BC, con iguales cotas a, b, c.

Si, en particular, se toman como puntos A y B aqué­llos cuyas ecuaciones son respectivamente U—0 y W =0. el punto T es, como acabamos de recordar, el que tiene por ecuación V = 0 . Bastará entonces añadirles como punto C el que corresponde a un valor cualquiera de aquél, por ejemplo, para el cual f t = 1, punto cuya ecuación es:

ü + V + W = 0 .

Observación I .—Si la función /i se reduce a t la es­cala, que entonces llamaremos cuadrática, se obtiene por medio de dos proyecciones de escala métrica. Se puede, en todos los casos, construir una escala cónica tomando primeramente por parámetro f{, lo que permite efectuar la construcción por medio de una escala métrica. Ha­biendo determinado, además, los valores de correspon­dientes a los valores de f( , se sustituyen éstos por aqué­llos para la graduación.

Observación I I .—Hemos visto (pág. 269) que, aplican­do la homografía general, se pueden dar arbitrariamente cuatro puntos acotados cualesquiera de un nomograma de puntos alineados; por otra parte, acabamos de ver que toda escala cónica está completamente determinada por cuatro de sus puntos acotados; se sigue de aquí, como ha

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278 n o m o g r a f í a

observado M. Clark que cuando una escala cónica figu­ra sobre un nomograma de puntos alineados, se puede siempre, gracias a la homografía, disponer de esta escala de un modo puramente arbitrario. Se puede, en particu­lar, hacer do manera que los puntos A, B, C, D, de cotas

a, b, c, d, sean los vórtices de un rectángulo arbitraria­mente escogido. Según la dis­posición de 69tos puntos, va­riará la naturaleza de la base cónica. M. Clarck ha obser­vado que se puede siempre conseguir que esta cónica sea un círculo. Si «, p, r> ®. son los valores de la función f { {*) en los puntos A, B, C, I>, y si

F¡e-loa- AT es la tangente en Á a lacónica base (fig. 102), tendre­

mos para la relación unharmónica p del haz A(TBCD),

Esta relación está también dada por

son (D, A) , sen (B, C)p~~ sen (D, C) . sen (B, A) '

Si la base es un círculo, se tiene:

(D, A) = (B, C) = 6, (D, C) = (B, A) = - ( - J — #) -

Resulta de esto quetg* 0 = p,

1 Clark, Jiúm. 27.

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PU N TO S A LIN E A D O S 279

y bastará dar a o el valor deducido de aquí, teniendo pol valor anterior para que la escala sea circular.

65. Escalas de varias variables. Punios condensa- dos. Redes de puntos.—Hemos extendido el principio de los nomogramas de líneas concurrentes, y particular­mente los ábacos cartesianos, a ecuaciones de más de tres variables por la introducción de los sistemas condensados {pág. 239) definidos por ecuaciones tales como

F (x, y, í) — O,

donde t es una función de dos variables y definida por

Evidentemente, podremos considerar de, igual modo puntos condbnsudos i, definidos en coordenadas parale­las, por una ecuación como

fit) + ug(t> + vhd) — <),

donde l estará aíín definida como anteriormente. Estando las coordenadas de uno de ostos puntos dadas por

h(t) —g(t) _ _h(t)+g U» ’

una u otra de esta9 fórmulas define una escala binaria (núm. 56) la cual, por su intersección con la base C de

1 O-, 4 , pág. 296.

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'2 8 0 n o m o g r a f í a

los puntos (l) (cuya ecuación estará dada por la elimina­ción de t entre las expresiones de a; o ;/) dará a conocer los puntos condensados (xt, *2) (%• 103).

tes; si, pues, el sistema de representación varía, el tipo de ecuación al cual se aplica, no puede, desde el punto de vista nomográfico, considerarse como nuevo.

Pero lo que permite al mótodo de puntos alineados conseguir de estos nuevos tipos, es que, mientras que las líneas que dependen do dos variables no pueden ser re­presentadas de una manera permanente sobre un nomo­grama, sino cuando son condensadas, no ocurre lo mismo con los puntos, quienes, si están ligados de un modo in­dependiente a dos variables, pueden ser representados por medio de una red cada uno do cuyos dos sistemas constitutivos corresponden a una de las dos variables. El punto (x^, *a) no es otro, entonces, que el que se encuen­tra en la intersección de las líneas acotadas x^ y x 2 en uno y otro haz de que está formada la red.

La ecuación general en u y v de un punto de dos co­tas x i y x 2 será de la forma

Si se introducen estos

Fijf. ioa.

,f puntos condensados en un uomograma de puntos ali­neados, so obtiene la repre­sentación c o rre la tiv a de una ecuación que podría estar igualmente represen­tada por sistemas conden­sados de rectas concurren-

Page 280: Calculo Grafico y Nomografia

PONTOS ALINEADOS

3 sus coordenadas se expresarán por

281

Para tener las ecuaciones de los sistemas (*4) y (*2) que constituyen la red {ziy z2) basta eliminar sucesiva­mente * 2 y x-i entre estas expresiones de x e y 1.

La ecuación más general representable por medio de puntos do dos cotas será., pues, de la forma

Él nomograma correspondiente está representado es­quemáticamente en la figura 104, correspondiendo la po­sición del índice, marcado por trazos en la figura, al ejemplo

en el cual se leerá *,¡ = 4.El caso prácticamente más importante es aquól en que

1 Excepcional mentó, puede hacerse que las curvas (z¡) y (z?) sean geométricamente las mismas y den origen a la red volviéndose a cortar ellas mismas. Un notable ejemplo do este particularidad se encuentra en nuestro nomograma general de la Trigonometría esférica (Bull, astr., t. X I, 1894, pág. 5, y O., 4, in'un. 121).

f* !>» K = 0 '

Z t—ü, za=2, zt~*±. z*>-=(y,

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282 N O M O G R A F ÍA

la sustitución de la rod no influye más que sobre una solu escala curvilínea, lo quo conduce a una ecuacióu de la forma

y se tiene así el primer ejemplo de uua ecuación de cua­tro variables directamente representada, sin que el no­mograma correspondiente provenga simplemente de la unión, por un haz común, de dos nomogramas separada­

mente aplicables a una ecuación de tres variables sola­mente (a saber: dos de las que figuran en la ecuacióu dada y una variable auxiliar correspondiente al haz co­mún y cuya eliminación gráfica resulta precisamente de la existencia, entre los dos nomogramas parciales, de este haz común).

F lg . 104.

Page 282: Calculo Grafico y Nomografia

PU N TO S A LIN EA D O S 283

B.— Nomogramas de simple alineación de los géneros O y 1 (N„ y N ().

06. Nomogramas N¡ de tres escalas paralelas.—Silas tres escalas rectilíneas de un nomograma N0son con­currentes—en cuyo caso designaremos este nomograma por la notación se puede siempre, por una transfor­mación homogríifica apropiada, llorar el punto de con­curso al infinito, es decir, hacerlas paralelas 1.

La forma canónica correspondiente es

que está dentro del tipo general del núm. 62 cuando se escribe:

Poro esta manera de escribir no salta a la vista inme­diatamente, mientras que se efectúa naturalmente la se­paración que conduce directamente al tipo do nomogra­ma propuesto, poniendo:

(1)

f , - i 0ft O - 1 = 0.

U 1 1

<*i)(*■2)

v = II f

1 A rueños, lo que es esoepcionol, quo las partes útiles del nomograma se* extiendan hasta el punto de concurso-

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2 8 4 N O M O G R A F ÍA

siendo y los módulos adoptados a lo largo do A?¿ y de Br. Deduciendo do aquí fx y f2 para llevarlos a la ecuación (1), se tiene:

í*8) ll * + l* ,í, + íJl1l*,/'. = V-

Según lo que hemos visto en el núm. 4, este punto está situado en las paralelas a los ejes Au y B¿-', cuyas distancias í i y ^ a estos ejes, tomadas con sus signos, son tales, que

y la ordenada de este punto, contada a partir de AB, que está confundido con O as, está dada por

(3)

o

si ponemos

es decir

(4)

Llamemos, para que sea mayor la simetría, 0 4 y 0 2 los orígenes de las escalas de f x y de f 2 (confundidos res­pectivamente cou A y B), u •! y « 2 los segmentos (ante­riormente llamados u y v) llevados respectivamente so­bre A?¿ y B r, Oa el origen de la escala do f 3 (en la in­

— —i1»

|ía

V = — (1=

V-i 11?

|l3 IX L }l,

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PCTNTOS A LIN EA D O S 285

tersección de su base con 0 40 2), ?t3 los segmentos lle­vados sobre esta base fes decir, y de la fórmula (3)]. La construcción dol nomograma N' representativo do la ecuación (1) anterior, que generalmente será más cómodo escribir:

i1 w»)

se reducirá a lo que sigue:Tomados arbitrariamente los ejes Oan.] // 0 2u2 y es­

cogidos los módulos correspondientes \>-i y ti2, se divide el intervalo 0 40 •¿'por el punto 0 3 en la relación

Oí Q.i__¡tiQ,Q, " W

y se traxa, pasando por este punto, el eje 0 3us paralelo a 0 1u l y O 2 u 2 sobre el cual (siendo el sentido positivo el mismo que sobre los otros dos ejes) el módulo será i»3, determinado por la fórmula (4). El nomograma de la ecuación (1 bis) está entonces constituido por las escalas de las funciones f(, f2 y v3 tomadas respectivamente con los módulos ¡»i, y t1« sobre los ejes Ot u1; 0 2u2 y 0 3u3 í .

Por lo demás, en la práctica, los orígenes O*, 0 2 y 0 3

* Convendría aquí, para proceder con un buen orden didáctico, referir el principio do este tipo particular de no­mograma al principio general del núm. 62; pero os de toda evidencia que este principio puede ser considerado como una consecuencia inmediata del teorema de geometría ele­mental indicado en la Observación del núm. 4, lo que per­mite, h¡ 80 quiove, exponerlo bajo una forma puramente olemeutal.

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2 8 6 N O M O G R A F IA

Mi ., . 111 : . . h

K> (*.)

al as

0, 0

no tendrán, en genera), que intervenir. Si, por ejemplo, n\ y bi> do una parte, a 2 y ¿2, de otra, son los valores límites respectivos de y de x 2, se construirán las es­calas correspondientes entre estos límites (trazos gruesos

de la figura 105) sin preocuparse de los plintos Oí y 0 2 correspon­dientes (que, hasta podrán, con frecuencia, estar fuera de los lí­mites del cuadro que se ha fijado).

Para determinar en seguida la escala (%3) (cuya base, como aca­bamos de ver, divide el intervalo entre y a 2¿>2 en la relación de los módulos) bastará conocer

dos de sus puntos sogiín la Observación I del núm. 46. Ahora, se puede siempre encontrar dos pares de valores en números redondos de y a 2 Para os cuales el cálculo del valor correspondiente de z 8 sea inmediato y aun puede hacerse mentalmente; y con frecuencia, además, estos pares de valores serán precisamente los valores límites de y a2, de una parte, y ¿>2, de otra, a los cuales corresponden tambión los valores límites a3 y b3 de x3.

Entre las ecuaciones que se refieren al tipo (1 bis) an­terior, las que aparecen con más frecuencia en la prác­tica son de la forma

F i¡f. 105.

(5)

que bastará anamorfosear logarítmicamente en

(5 bis) logzt ~~loifk— nl U>}gz1-\-n%h>gzt.

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P U N T O S A L IN E A D O S 287

Si se dispone de un patrón logarítmico de módulo ¡x (núm. 49) se podrá efectuar directamente el transporte de las escalas (xx) y (z2) por medio de este patrón toman­do, como módulos [ii y na,

lo quo, en virtud de la fórmula (4) anterior, da

Observación /.--Siempre se pueden escoger los módu­los jii y |ia de modo que las partes titiles axbx y a 2¿>2de las escalas (*t) y (z2) tengan la misma longitud. .Basta para esto que

m-, l t\ t K' ~ («, > ] “ n. 11\i K> -*>,)]•Si, para obtener la igualdad rigurosa de estas longitu­

des, en cuyo caso la figura ai bl b2a7¡ se convertiría en un rectángulo (caso particular de la disposición indicada para el caso general al final del núm. 62), fuese precisoadoptar para la relación — un valor incómodo, sería con-Jl2veniente sustituirlo por el valor simple más próximo, lo que equivaldría a dar a las escalas (*.,) y (z2) longitudes, no completamente, sino sólo aproximadamente iguales.

El interés en hacer estas longitudes casi iguales, está en que en este caso, el índice, por medio del cual se to­man las alineaciones, corta generalmente a las escalas bajo un ángulo más favorable.

Observación I I .—Si, en vista de la precisión que se necesita, hay que dividir las escalas {xy) y (x2) respecti­vamente en fragmentos A*, B 4, . . . y A2, Ba, . . . (nú­

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288 N O M O G R A F ÍA

mero 51), s© podrán disponer estos diversos fragmentos imos al lado de otros sobre otros tantos ejes paralelos, di­vidiendo siempre, desde luego, los ejes sobre los cuales estén situados los fragmentos correspondientes A 4A 2, A 1B2, — B j A • a los intervalos correspon­dientes en la misma relación 1.

[ls

Observación I I I .—Sean tres nomogramas N0 obtenidos asociando dos a dos las escalas paralólas OiU^, O^u^, Ó3?í3 (fig. 106). Llamemos O O ,u ,, O¿ u los

t*,'*»| Wj' A*

Ai Ai*_ _ - -

«,r ; »|V. • • • • " À,

*>.' o,- 0,0, o; o, o.Fifi. loe.

torceros ejes respectivos de estos tres Nó que representan entonces ecuaciones tales como

/; 4 A= 9 , ',/'3 == «P / *

/ , + /, = */■

1 E s con veniente hacer resa ltar la correspondencia en­tre ias d iversas escalas parciales por medio de colores d i­versos: es un artificio de aplicación siem pre fácil, para los nom ogram as constru idos a mano. Cuando se tra te de im­prim irlos, su realización resu lta más delicada y costosa; se puede, entonces, re c u rrir a otros m edios, pero aconsejamos al lector los com plete en seguida, a mano, con e¡ color.

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P O N T O S A L IN E A D O S 28í>

El comandante «le Ingenieros (hoy coronel) Bertrán ha observado que, según la fórmula (2) anterior, si se te man las alineaciones entre los puntos A.,, A2, A;( corre: pondientes a valores cualesquiera de x t, x 2, x 3, los pun tos A ^ A,-, A,'t obtenidos sobre las terceras escalas so los baricentros de los puntos A t, A e, As asociados dosdos cuando se afectan estos puntos de las masas — , — •r 11. Hs— respectivamente. Rosulta de aquí que las rectaA i A /, A 2A,'; A 8A,'j concurren eu itn mismo punt A 4 baricentro de estas tres masas, el cual, por consiguiei te, describe también una paralela O a los ejes. Pe otra parte, se tiene:

J_ _ i_ J_ J _P . O . _ |*9 j*ii_ _____ | i r _ ix.0 ,0 / J _ ‘ "_L_ Vi' ‘

t*. ti.

Si, pues, se lleva sobre ei eje la escala de la fui:ción cp4 con el módulo tal que

_!_1 . i _ 1 . i , iIÍ4 |ll Jll' Ji-1 H»’

se obtiene, por medio de las escalas Ot u 1} O,- u,-: 0*?/ la representación do la ecuación

f,o

Las alineaciones A( A^ y A s A,, conducen además evidentemente, al mismo resultado. En esto consiste e

19

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-290 N O M O G R A F ÍA

principio de la composición de las escalas paralelas del coronel Bertrand, que se extiende evidentemente a un número cualquiera de escalas paralelas, y do las cuales este autor ha hecho una excelente aplicación al cálculo de las distribuciones de agua *.

Ejemplo.— Sea la fórmula

, bh3 12 ’

que da a conocer el momento de inercia I de un rectán­gulo de base b y de altura h con relación a la paralela a su base trazada por su centro.

Esta ecuación, escrita asi:

log I-|-log 12=log Z>—f-3 log 7¿,

está comprendida en el tipo especial (5 bis) anterior. Aquí rif — 1, « 2 = 3. Luego, si las escalas (6) y (A) están construidas con el mismo módulo ¡i, la escala (I), cuya base divide al intervalo de las bases de las dos preceden­tes en la relación de 3 a 1, debe tomarse con el módulo-j. La figura 107 muestra este nomograma construidopara el caso en que b y h varían de 0,1 a 1, con ¡i=6cm,25 (Tipo 4.0 del núm. 49.)

Si se quiere contar con una precisión relativa mediade - i- sobre I, es preciso que la escala logarítmica co­rrespondiente sea la del tipo 3.° del núm. 49, es decir, que -~ = 12cm, 5, y por consiguiente, que n = 50om, o,

J Bertrand y O. 4, núm . 71.

Page 290: Calculo Grafico y Nomografia

P U N T O S A L IN E A D 0 8 291

dicho de otro modo, que se tomen Las esculas (A) y (h) con el patrón 1.“ del núm. 49 1.

tt o rÍ - 1

t>9- tI- C.Q S - O.J

M - --0 8

0.7- - 0,7

Ob- _o,o - 0.6

0.5 r -0.005 7 - o i

0,* J * n

(K) \ [lh -o.ooi (b) :

0,3- r-o.coo.s

1ji

o.S-i - 0 'i: - 0.000.1j

- “- 0.000 os

_ 0.000.0 10.1- 0.1

Tig. 107.

1 E ste nom ogram a, que figuraba ya con n=*10cm, como ejem plo on nuestro Tratado (O., 4 , pág. 154), ha sido cons­tru ido , después de esto, con ¡jt = 49cm por el ingeniero M. J . R ieg er, en tíu Grafische Tafel zur Berechnung gewalzter, ge­nieteter und hölzerner Träger (editado en B rünn).

Page 291: Calculo Grafico y Nomografia

292 N O M O G R A F ÍA

07. Nomogramas N0 de dos escalas paralelas.—Silas tres escalas de nn nomograma N0 no son concurren­tes como en el ndmero anterior, so puede hacer de modo que por lo menos dos de ollas sean paralelas 1 y tengan, por consiguiente, por bases los ejes A w y B-tf, siendo to­mada la tercera sobre el eje AB de los orígenes.

El tipo canónico correspondiente es:

(i; / ; + / , a, = o,

que se puede escribir también:

(1 bis)

y que se pono bajo forma de determinante del siguiente modo:

r, — 1 0

f, y —i

0 i h.

Observemos inmediatamente que una ecuación de esta clase se reduce a la forma canónica del número anterior cuando se toman los logaritmos de los dos miembros de (1 bis) y se pone log <p¡ = f i .

Una ecuación reductible a una de las dos formas lo

* Con la misma reserva que anteriorm ente (pág. 288, no­ta 1.a), 6b decir, siem pre que las partea ú tiles de las g ra­duaciones no se prolonguen hasta el punto de concurso, que aquí está en el infinito.

Page 292: Calculo Grafico y Nomografia

P O N T O S A L IN E A D O S 293

es, pues, igualmente a la otra, pero mediante una anamor­fosis transcendente, y esta consideración está muy lejos de ser indiferente cuando se ha cuidado de construir el nomograma proyectivamente partiendo de determinadas escalas funcionales que se tengan a mano.

Vengamos a la representación de (1 ). Poniendo

(*i> « - i* , / ; ,(*a)

lo que equivale, como en el caso precedente, a llevar so­bro los ejes A u y B í las escalas de las funciones f\ J respectivamente con los módulos u-i y {*2, se tiene para ei sistema (23):

(23)

o, poniondo siempre OB = ®,

De otro modo dicho, la escala (í¡3), situada sobro el eje Ox o AB, es proyectiva con ia de la función h3-, lo que, como se ha visto en el número 48, permite su construc­ción inmediata cuando se han obtenido tres de sus pun­tos. Cada uno de estos tres puntos vendrá dado por la intersección de la base AB con una alineación corres­pondiente a un par de valores de y x 2 para lo cual se habrá calculado do antemano el valor correspondiente de *a, escogido de manera que este cálculo sea lo más sen­cillo posible.

Page 293: Calculo Grafico y Nomografia

2£>4 N O M O G R A F IA

Si el soporte A B no ha sido trazado de antemano, se puede marcar el punto ( %3) sobre !a alineación (*1 *2) correspondiente observando que, según la fór­mula (4.) del número 4, si y 32 son las distancias de este punto (*3), respectivamente a los ejes A tí y Bv, se tiene:

Una observación importante: esta última expresión muestra que el punto (z3) se encuentra entre las escalas (*í) y fa)) 0 fuera, según que la función h 3 sea positiva o negativa. Ahora, es más conveniente, si za es la varia­ble que se determina en función de las otras dos, ha­cer de manera que el punto (2:3) esté entre los puntos (*d) y (~s<) • Si, pues, en el campo considerado, la fun­ción permanece positiva, será conveniente en general, h-¿ sustituirla por la función —h a escribiendo la ecua- cióu dada

= ° •

lo que equivale a cambiar sobre el eje Qv el sentido en el que está tomada la escala de la función f 2 1.

1 Si, lo que os excepcional, la función h¡, cambia de sig­no en el campo considerado, no habrá más que fraccionar el nomograma y construir sus dos partes por medio de los mismos ojos haciendo Corresponder a una de ellas las fun­ciones fi y ha, a la otra — y —h3 Los soportes son los

Page 294: Calculo Grafico y Nomografia

rU N T O S A L IN E A D O S 2 9 5

Cualquiera que sea la función h% elegida, se ve que la construcción se reduce a esto (fig. 108):

Marcadas entre sus límites respectivos a 1 y bt , de una liarte, a2 y b2 de otra, las es­calas (Zj) y (z2) sobre dos ba­ses cualesquiera, se marcan, como acabamos de decir, tres puntos a3, b3, c3 de la escala (z3); estos tres puntos determi­nan ésta como proycctiva de la función h8 (número 48) 1. F>e- ios.

Observación.—Si con un módulo cualquiera se lleva sobre el eje Br la escala de la función — f(x) y sobre A B la escala proyectiva de ?(a) definida por

u + v<f>(«) = 0,

se ve que si se unen los puntos de estas dos escalas que corresponden a una misma cota x, se determina,

mismos en los dos casos; las escalas (2») y («») en uno y otro, pueden ser marcadas a distintos lados de estos sopor­tes indicando claramente con una señal cualquiera (por medio de colores distintos, por ejemplo) el modo de aso­ciación de las escalas.

1 Véase en O., 4 , núm. 73, la determinación geométrica de la disposición más favorable de las escalas a¡ bt y Ch bi con obieto de hacor todo lo mayor posible el mínimum del ángulo que el índice para la lectura forma con la escala ct& bs.

Page 295: Calculo Grafico y Nomografia

a partir del origen A, sobre el eje Au, un segmento n dado por

ti = f{z)y{z\

y, por consiguiente, a partir de otro origen A' tomando sobre Au.

u = /(2X 2) + c-

De aquí, tomando <c(z) — z (en cuyo caso el punto MA M \do A .B de cota z os tal que ■■■, , — — z) el medio do cons-¿MJd

trnir progresivamente por el método de las alineaciones las oscalas parabólicas definidas por

y, más generalmente, las escalas racionales

ft,,+ «,z + •••" = />o+M + bpz" •

Ejemplo.—Si a la temperatura i del instrumento, la altura barométrica leída en milímetros de mercurio sobre una escala de latón es h, la corrección sustractiva s quo hay que aplicar a h, para reducir esta altura a cero, está, dada por

0,0001694.t , , .5 ~ 1 + 0,0001818. t h ~ °>00016 th + 6 >

2 9 6 N O M O G R A F ÍA

siendo e' prácticamente despreciable como inferior, en los límitos en que normalmente se opera, a Omtn 1. Constru­

Page 296: Calculo Grafico y Nomografia

yamos, pues, ol nomograma de la fórmula 1

s = 0,0001G tk,

que escribiremos, puesto que s es siempre la incógnita (*8 de la teoría anterior).

0,0001G t— j — 0.

La figura 109 muestra el nomograma do esta ocuacióu construido con ¡it = 1 0 0 0 cm, !»2=?8000 °ro, os decir, llevando sobre dos ejes paralelos:

1.° la escala « — 0om,16 . t, eDtre t= 0o y ¿=40* (longitud 6 cm,4);

8000cm2." la escala v —-------- ¡---- .entre A=800 y A=500h(longitud 6 cm).

So tiene entonces para la escala (e):

B«+6d= 0,

cuya base (eje AB) une el punto 0 de (¿) (origen A) con el punto de (A) situado a 1 0 om por debajo dol punto 800 (origen B).

Para construir la escala homográfica (h), además de los puntos 800 y 500, se ha marcado primeramente ol

/.ja -x j 8000cm 8000°“punto h = b40 situado a — ----------g-—— = 2cm,5oüv b 4u

del punto 800.

1 Fuera de que el transporte de la escala ({) será un poco monos sencilla (por sor homográfica en lugar de mé­trica), la construcción del uomograma no resultará niás complicada para la fórmula completa.

PONTOS ALINEADOS 297

Page 297: Calculo Grafico y Nomografia

298 n o m o g r a f í a

Para construir la escala homográfica (e); además del

8 *o * o oo v> p w» ó ^«1 N N vd u>I i I i . I y i i I . . . . I ■ , i . f , , i , I

Fig. 109.

punto O, se han marcado primeramente los puntos 2 y 4, determinados respectivamente por

L500

Page 298: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 299

quo están respectivamente a ~ y a -r- de AB a partirO Odel punto A.

La posición del índice marcado con trazos en la figura, corresponde al caso en que se tione: h = 730, i — 16; el nomograma da s = l mm,9 (mientras que el cálculo da l mm,88).

68. Ecuación general de tercer orden nomogràfi­co.—Aplicando a los tipos especiales considerados en los números precedentes la transformación homogràfica más general, se ve que a la forma canónica

00 =

corresponde un nomograma N0 de tres escalas no concu­rrentes, y a la forma canónica

(2) !fi -\- <fí+ Cf> 9=0,

un nomograma Node tres escalas concurrentes, siendo estas dos formas reductibles una a otra por anamorfosis logarítmica [o exponencial si se pasa de (2) a (1 )].

Ahora nosotros hemos visto (núm. 62) que si, para una ecuación representable en puntos alineados, las tres escalas son rectilíneas (nomograma N0), las tres funcio­nes de cada línea del determinante se expresan en fun­ción lineal de una de ellas f¡\ en cuyo caso, expresándo­se la escala (x{) correspondiente, por

U + Z iV - 0,

(donde U y V son funciones linéalos de u y v), esta esca­la (*¿) es proyectiva de la de f¡.

Page 299: Calculo Grafico y Nomografia

300 n o m o g r a f í a

Pero, por otra parte, si se desarrolla la ecuación

I + V if i i t r J i + Si |= 0 ,

(donde las n¿, . . . sf son constantes), se obtiene unaecuación de la forma

(donde las A, B, C, D son constantes e i, j , k representan las diversas permutaciones circulares de 1 , 2, H), es de­cir, la ecuación de tercer orden nomográfico (número 63) más general.

Resulta de aquí que uua ecuacióu de esta forma se po­drá representar por un nomograma No cuyas tres escalas, respectivamente.proyectivas con las de f 2, fz> ten­drán bases concurrentes o no, según que la ecuación (3) sea reductible a la forma canónica (2) ó (I).

De este problema, tratado desde el punto de vista pu­ramente algebraico, hemos dado una solución completa1, de donde resulta que, para qne esta representación sea real, es vreciso que el discriminante A del primer miem­bro de (3) hecho homogéneo no sea negativo z.

1 En una Memoria publicada primeramente aparte (Acta mathematica, t. XXI, 1897, pág, 301), que ha Bido reproduci­da en O., 4, cap. VI, sec. II, R.

* Se sobreentiende que este enunciado supone que se tiene en cuenta únicamente el punto de vista proyeotivo, tan importante para la construcción efectiva. Si ee quiere adm itir una anamorfosis transcendente, M. Fontené ha hecho ver (Nouv. Ann. de Math., 3.a serie, t. X IX , pág. 49í) que en e! caso en quo A <C(I, la ecuación puede ser reducida a Ja forma canónica(2) anterior si se pone y ,— are tang f i}

Page 300: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 301

Además, las tres escalas son o no concurrentes, según que A = 0 ó A > 0.

Vamos ahora a encontrar nuevamente oste resultado por una vía en cierto modo geométrica, buscando una construcción directa del nomograma N0 representativo de(3), que no supone la reducción algebráica previa de esta ecuación, sea a la forma canónica (1 ), sea a la forma ca­nónica (2 ).

Podemos primeramente suponer las rectas Dt, D2, Ds, que sirven de base a las escalas (z2), (xa), no concu­rrentes (fig. 1 1 0 ), pudiendo considerarse el caso en que lo sean como límite de éste.

Sabemos, en virtud del principio general, enunciado en el ndm. 62, que podemos disponer do 4 puntos del nomograma, sean, por ejemplo, los puntos (xx) do cotas «j y ¿i y los puntos (*2) de cotas a 2 y ¿>2; 1° a' m>s* mo tiempo, equivale a dar las rectas D4 y Da. La cons­trucción exige entonces que se conozca:

1.° Un tercer punto de cada una de las escalas {»*) y (x2) (puesto que estas escalas, proyectivas con las de j\ y /a están completamente determinadas por tres puntos);

2 .° la tercera base D3;3.° tres puntos (x3) marcados sobre esta base, por los

cuales la escala (%s) estará toda olla determinada.Ahora bien, todos estos elementos serán conocidos

cuando se hayan determinado los valores que debon to­mar las variables %2, x 3 en los vértices del triángulo P 4P2Pg formado por las tres bases (representando P< el

siendo f proyeotiva con Se verá más adelante (número 78) que si se renuncia, por otra parte, a no toner más que bases rectilíneas, se puede, en todos los casos, representar uno ecuación (3) por un nomograma de puntos alineados construido proyeetivamente partiendo de laa SBOalaa de las funciones Añadiremos que en las aplicaciones práooicas, el caso A <C 0 es muy raro.

Page 301: Calculo Grafico y Nomografia

vórtice opuosto a la recta D <) y que se llaman los valoras críticos de esta variable. En efecto:

1 ." el valor crítico de x d en P* unido a ax y hv, deter­mina completamente la escala (34); lo mismo para {*,);

2 .° determinadas estas escalas, se pueden marcar sobre

302 n o m o g r a f ía

Dí y D2 respectivamente los puntos P 2 y P^ donde xt y toman valores críticos conocidos *;3.” Los puntos Pi y P2 con los valores críticos co­

rrespondientes de x8 proporcionan ya dos puntos de la escala (?s) situada sobre la recta D3 que une estos dos puntos; para obtener un tercero basta tomar el punto de

1 Si ocurriese que uno de estoa valores crítico fuese im aginario, m ientras que el valor correspondiente de la función fuese real (caso de z para son z~> 1 en valor abso­luto) se tomaría como parámetro, para la construcción, f¡ en lugar de z í , porque entonces la escala considerada sería proyectiva con una escala métrica; después, una vez acaba­da la construcción, se acotarían los puntos obtenidos por medio de los valores correspondientes de zt en lugar de fi.

Page 302: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 303

encuentro de esta recta Dg con una de Jas alineaciones que unen dos de los puntos (*.,) y (x2) ya marcados, vi­niendo dado el valor correspondiente de (x3) por (3) en que Xi y han sido reemplazados por sus valores (esco­gidos, desde fuego, de modo que el cálculo de x3 sea lo más sencillo posible).

Si las tres escalas son concurrentes (en cuyo caso P8 se confunden en uno solo P), se necesita, para deter­minar D3, además de P, otro punto que se obtiene por la intersección do dos alineaciones definidas por pares de valores de X\ y x2 que corresponden a un mismo valor de xs, en virtud de (3)-, obtenida así D3, una sola alineación suplementaria da un tercer punto de la escala (*3) y 6sta está entonces completamente determinada.

Se ve, pues, que dados arbitrariamente aif bl) o2, ¿>2, el conocimiento de los valores críticos de xx, x2} x3t per­mite, en todos Jos casos, terminar lá construcción del no­mograma. Falta ver cómo se obtienen estos valores crí­ticos.

69. Determinación de Jos valores críticos.— Esta determinación se basa en la sencilla propiedad siguiente: si gj y {¡2 constituyen un par de valores críticos de xt y *2, bien unidos al punto P3, o bien uno al punto P2, el otro al punto Pd, el valor correspondiente de z3 es indeter­minado. En efecto, en el primer caso, al par co­rresponden todas las rectas que pasan por P3, las cuales dan, por consiguiente, sobre D3 un valor cualquiera para x3; en el segundo caso, la alineación £ j g 2 se confunde con la base Ds de fe), lo que tambión deja indetermina­do el punto correspondiente de esta escala. Ahora, la ecuación (3) del número anterior puede escribirse:

(3 bis) (A /i /a -j- E l /a Ba fi Cs l + Bs / 1 fv-f* C) f\ -(- Cj ti -j- D = 0;

Page 303: Calculo Grafico y Nomografia

3 0 4 NOMOGRAFÍA

y el valor do f 3 (por consiguiente, el de *3) rosultará in­determinado cuando los dos coeficientes de esta ecuación fen que fu entra como incógnita) sean nulos.

Dicho de otro modo, los valores a< y o2 que toman f \ y para los valores Si S2 buscados serán tales que

A fin de simplificar la notación en lo que sigue, con­vendremos en poner (como en la Memoria citada en la nota l . s de la pág. 300, y representando siempre por i , j , k, una permutación circular de 1, 2, 3)

siendo a el discriminante del primer miembro de (3) he­cho homogéneo. Observemos también que se tiene:

Sabido esto, se ve que la eliminación del término eno,o, entre las ecuaciones (4) da

A<5. 0, + + c , — °'B .0 ,0 ,-4 -0 , », + 0 , 5 , + D = O.

lo que da, cualquiera que sea i,

F ’ - 4 E . Ü , . = a ,

(5) 2 E , o | _ F | + 2 E , = - P = 0,

Page 304: Calculo Grafico y Nomografia

•y la eliminación de entre (5) y uua u otra de las ecua­ciones (4)

E, o*— F, 3)-f G, = 0.

Y como todo os simétrico con relación a los índicos1, 2, 3, se ve que, de un modo general, los valores críti­cos de la función f¡ vienen dados por 1

(6 .) E ^ ' - F , O,

y, por consiguiente, para que estos valores sean roales, es necesario quo F ’—4E jG<, o A segúu la fórmula an­terior, no sea negativo.

Supongamos primeramente A > 0 . Cada una délas ecuaciones {6t) tiene entonces dos raíces reales y distin­tas y o;'. Pero estos valores de las 0< no pueden ser aco­plados al azar. En efecto, si los repartimos en dos grupos (o') y (-") de modo que

, F í + V a" » í 'í - V XOí — ■ —— q a, —— ■ 1 ■“ .{ 2 E, 2 E,-

os decir(7) aE^o'.—F ,= + \/X , o 2E,.<j"—F , - —\/T ,

vemos, segúu (5), que los valores de y °¡, acoplados para corresponder a un valor indeterminado do f c¡ deben ser de grupos (a') y (a") diferentes. Esto nos muestra que a cada vórtice P< deberemos asociar pares (de índices di-

PONTOS ALINEADOS 805

1 So observará, refiriéndose a nuestra solución algébri­ca, citada anteriorm ente, que las cantidades o i son las mis­mas quo las cantidades p¡ de esta solución cambiadas de signo.

20

Page 305: Calculo Grafico y Nomografia

306 NOMOGRAFÍA

fereutes ¿te i, bien entendido), tomados on uno y en otro grupo (o') y (o”), es decir ( a', 0") o { a", ¿k) . Si, pues, lia - mamos como anteriormente al valor de la variable que correspondo a) valor de la función f{ podremos re­partir las cotas g eutre los vórtices P (que llamaremos los puntos críticos) segiin una u otra de las dos disposiciones

o <» M M b p.(e;c)»

* . ( « ;o .

De aquí, para la ecuación (3), cuando A > 0 , dos tipos de nomograma N0j homogrdficamente irreductibles en­tre sí.

Si a = 0, los dos valores críticos g ', g" do cada varia­ble x¡ se reducen a uno solo I,- [correspondiente a ía raíz

entonces fínica, de la ecuación (6,-)], lo que exige que los tros puntos , P 2, P 3 se confundan en uno solo P ; las tres escalas son, pues, concurrentes.

Si A < 0 , las °¡ son imaginarias, y como los puntos de )a escala {«,.) dependen de los valores de la función f. do un modo unívoco *, los puntos P¡ son también imagi­narios. Por consiguiente, a menos de una anamorfosis no proyectiva 2, la representación cesa de ser real.

Observación.—Si una cantidad E¿ es nula, una de las raíces de ( 6 < ) debe ser considerada como infinita. Para determinar a qué grupo (o) o (a") pertenece esta raíz infinita, basta determinar a cuál pertenece la raíz fi­nita; ahora, para ésta, la cantidad 2 E . c . — P¿ (cuyo signo defino el grupo correspondiente) reduciéndose a —P¿, es conocida sin ambigüedad.

1 Véa3e la nota 1 de la pAg. 302. 4 Véase la nota 2 de la pAg. 300.

Page 306: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 307

70. Empleo directo de las escalas de las funciones componentes.— Acabamos de ver que las tres escalas rectilíneas mediante las cuales se ha constituido- el no­mograma No de una ecuación de 3,or orden nomogràfico (tipo (3) del núm. G8), son respectivamente proyectivas con las de las funciones componentes fXí f2) f3. Se sabe, pues, construirlas, como se ha visto en el nüm. 48; podrá, sin embargo, ser conveniente utilizar las escalas de ks funciones f¡ mismas, si, por ejemplo, se tienen a mano los patrones de graduación (núm. 49) correspondientes.

Llamemos respectivamente I t , 12, I3 los puntos de las escalas fe ) , (*2), fe ) para los cuales las funciones U, k, fi¡, se hacen infinitas. Para que la escala fe) sea la de la misma función f¿ _ es preciso que, sobre la base D¿ f el punto I< sea el del infinito.

Basta, pues, trasladar, por transformación homográ- fica, al infinito la recta J que une dos cualesquiera de los tres puntos I, los l t e por ejemplo (o una recta J cual­quiera que pase por estos puntos si están confundidos en uno solo) para que las escalas fe ) y fe) del nomograma sean precisamente las de las funciones /i y f<¡ i . Si, ade­más, el punto I 3 se encuentra sobre la recta J, la escala fe) se reduce al mismo tiempo a la de la función f3. Pero esta transformación no podrá efectuarse más que cuando la recta J no coincida con una de las bases D.(, D 2 o D 3, pues entonces la escala correspondiente estaría toda en el infinito.

Se debe, pues, en la discusión, examinar lo que ocu­rre cuando hay coincidencias entre los puntos I y los puntos críticos P. Para que un punto I<t caracterizado por fi — oc , coincida con uno de estos puntos P, es ue-

1 Esto no e x ig e -e s necesario advertirlo — ningún cál­culo. Basta tomar I i e I 2 para dos do los puntos (a¡ y at, por ejemplo) que pueden ser esoogidos arbitrariam ente como se lia visto en el núm. 67.

Page 307: Calculo Grafico y Nomografia

308 NOMOGRAFÍA

cesario, en virtud del número precedente, que la ecuación (6 ¡) correspondiente tenga una raíz <*< infinita y, por con­siguiente, que E,- — 0 .

Por otra parte, para que los tres puntos I estén en lí-

ffig. m.

nea recta, es preciso que la ecuación (8) (núra. 68) sea satisfecha por el sistema /i = fc — f3 = oc , lo quo exige, como se ve dividiendo por que A—O.

De aquí la marcha de la discusión:

Page 308: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 309

Según que, entre las E,-, haya 0, 1 , 2 ó 3 de ellas nu­las, es decir, 0, 1, 2 ó 3 puntos I en coincidencia con puntos críticos P, tendremos los casos (I), (II), (III), (IV), que distinguiremos con un acento cuando las bases sean concurrentes y con un índico a cuando los puntos I co­rrespondientes estén en línea recta.

Observemos ahora que cuando uno solo de los puntos I coincide con uno de los puntos P, es imposible que los tres puntos I estén en línea recta. O lo que es lo mismo, cuando una sola de las cantidades E» es nula, el coefi­ciente A es necesariamente distinto de 0; los casos (ll„) y (IQ no existen.

Por el contrario, si siendo las tres bases concurrentes (A— 0), dos por lo menos, de los puntos I coinciden con el punto único P, hay necesariamente alineación de los tres puntos L De otro modo dicho, cuando, siendo ¿ nulo, dos, al menos, de las E< son nulas, el coeficiente A es necesa­riamente nulo; los casos (111') y (IV') no existen tampoco.

La discusión de los 12 casos posibles está esquemáti­camente resumida bajo forma de cuadro en la figura 1 1 1 que so explica por sí misma cuando se recuerda que It , I2, I 3, son los puntos en que las funciones fi; /j, fs , se hacen infinitas, y J la recta que por homografía se tras­lada al infinito 1.

1 Para comprobar que los resultados aquí obtenidos por vía geométrica son idéntioos a los que anteriormente nos ha dado nuestra soluoión algébrica, basta observar que la correspondencia entre los diversos casos, en una y otraparte se estableco según el siguiente cuadro:

a) • • ■ (“«,), (III«) • • • (««,), (O ••(i„) ... («a,), (IV) ... (««„), (Ií) .. • («&,),di) ... («#,), GV„) . .. (aa,), (ILO- ..(« y ,(ni) • •• («a,), . . . (al,), c rO • (*&,)!

Page 309: Calculo Grafico y Nomografia

He aquí ejemplos do Los 12 casos para cada uno de los cuales damos el cuadro de los valores críticoá'iitle ias f. en el orden:

310 NOM OGRAFIA

(1) A U t3 + f , /, — t, t\ + /, /, + /. = °(12 0

0)\ 0 — 1 3 /

(1«) f* ft ~ f* fi + f, = o( -

10

0 — 1 ?)

(II) A /“» / » + — + == 0 ( -10

0 — 1 “ )

(III) c10

0X

(MU) ( -10

üoc í )

(IV) f J J . - 1 = <’ ( *oc0

cc \ 0 /

(IV,) u /; = ü ( *0

X

(l'j f, f, f, + f , f t — A, /, -(- f, t\ -{- -i — l.l ( — 2 ‘2 - - a )di) f \ f» + f» t \ — ^ f, = 0 ( 0 0 0 )

til') - /; - ° ( 0 0 oc „>(NÚ / . / a+ 2 / . / ; + ! = '> ( OC X 0 )iiv:,) /, + + /'„ = o ( oc oc CC 1

A provecham os la ocasión p a ra señ a la r u n a e rra ta de im ­p ren ta en el cviadro a que nos referirá os en O., 4 , pág-, 459: en la pen ú ltim a linea, colum na A, el cero no debe e s ta r en tre b a rras .

Page 310: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 311

Detengámonos un instante en la ecuación tomada como ejemplo del caso (l'j, ecuación que puede escribirse:

y la cual, bajo esta forma, se presenta constantemente en las aplicaciones (véase especialmente on el núm. 6G la relación entre los módulos de las tres escalas para­lelas).

Vemos así que es represontable por las escalas de las funciones fa, /2l fs, tomadas sobre tres ejes concurrentes a partir de su punto de concurso. Kn este punto de con- * curso se inscribirá, para cada una de ellas, el valor a. para el cual f (a.) = 0. Basta, además de este punto a¡ tener para cada escala, un segundo punto b¿ t por ejem­plo, aquél para el cual f. (b{) — 1. Podemos tomar arbi­trariamente, sobre las bases correspondientes, bt y 62. Según la ecuación dada y la definición do las b¡t so ve que el punto b3 está en la intersección de las alineaciones que luien respectivamente los puntos y b2 con los pun­tos del infinito de las bases D 2 y Dj. Si tomamos para las funciones /*, f2, f&, simplemente xit z2, *3, y adoptamos para D i y D 2 rectas que formen ángulos de 60° con D¡), obtenemos así (fig. 1 1 2 ) tres escalas idénticas para las tres variables >. La posición del índice, representado por trazos, muestra la verificación de la ecuación

_L_i_ JL,Z , ' Z i z 3 '

para2 , = « , 2 , - 1 2 , 2 , -=4.

1 O . , 4 , pAg. 177.

Page 311: Calculo Grafico y Nomografia

71. Nomogramas Nj de dos escalas paralelas.—Dado un nomograma N* conteniendo, según la definición general del núm. 62, dos escalas rectilíneas, puede supo-

312 NOMOGRAFÍA

nórsele siempre paralelas, gracias a una transformación homográfica conveniente, sin que esto influya absoluta­mente nada en su generalidad.

La forma canónica correspondiente es:

W f> 9, + f, + /, ==

o, bajo la forma do determinante,

f t - 1 0

f, 0 - 1

f, 9» h,que generaliza a la vez los determinantes análogos de los números 66 y 67. Pero, gracias al empleo de las co­ordenadas paralelas se obtiene directamente el tipo del

Page 312: Calculo Grafico y Nomografia

PONTOS ALINEAROS 0 1 3

nomograma que so busca sin necesidad de recurrir a esta transformación. Basta poner, como on los números citados,

siendo ¡ti y |ia módulos cualesquiera, por medio de los cuales, a lo largo de los ejes paralelos Á.u y B», estarán dadas las escalas de las funciones f i y Reemplazando en (1) f í J U por sus valores en t i y v , se tiene, en fin

punto cuyas coordenadas (roferidas a los ejes Ox y O y definidos en el núm. 4) están dadas por

Se podrá, según el caso, o bien calcular las coordena­das de los puntos (z3) por estas últimas fórmulas, para llevarlas al dibujo (núm. 62), o bien, si el sistema (2 ) es algébrico, construir geométricamente la escala curvilínea correspondiente (núm. 64).

Es importante obsorvar que la relación do las distan­cias 8.j y *2 dol punto (í3) a los ejes Au y 13r vione dada por

< * i)

(*¡s)

/ 1 x _ g t*l A»—U« í7:¡ _____ i*t f»_» ' jtl/í8 + |l2«?S '

*1 ____ |Al__ A»5a ji2 (J,

Es conveniente, si la variable zs es la que so toma co-

Page 313: Calculo Grafico y Nomografia

314 NOMOGRAFÍA

mo incógnita, que el punto x 3 se encuentre entre las es­

calas de la3 dadas, lo que ocurre (suponiendo quo

no cambia do signo en el campo considerado) si —i- esí/9

positiva. Si no es as(, bastará cambiar simultáneamente los signos de f 2 y h3 poniendo para (*2)

v - - H ,/s,

lo que da para (zg):

|i,fft u — |i, A„v+jí.j», / ,= '),

y, por consiguiente, entonces

®i__h¡®* Ha "9?

que es negativa, según la nueva hipótesis. hSi lu relación —— cambia de signo en el campo consi- 9 3

derado, se puede fraccionar el nomograma en el punto z 3

para el cual —5- = 0, conservando ia misma escala {zA), 9 a

ó (z2), para los dos nomogramas parciales e invirtiendo el sentido del otro i .

' En el nomograma Ni que hemos construido para la ecua­ción de K éplor (Bull. de la Soe. maih. de France, t. X X II, 1894, p&g. 197) ea donde se ha utilizado por prim era vez este artificio. E ste ejemplo presenta, además, una notable particularidad, consistente en que si, en la segunda parte

Page 314: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 815

Ejemplo.—Vamos a construir el nomograma do la ecuación

zi + pz+ q= 0,

y mostrar cómo, por proyecciones sucesivas, so puede deducir de él el de la ecuación trinomia general1

zm-\-pzJrq t= 0.

Aplicando lo que acabamos de decir, se tendrá ol no­mograma de osta ecuación poniendo:

de donde¡ i 2 2 í í + t t , « 4 -| í i H .j 2 * " = 0 ,

ó 2'*■—|l*z

dol nomograma, se cambia no solamente el sentido, sino tam bién el orígou de una de las escalas paralelas, el segan­do sistema (zs) se superpone al primero, del cual no difie­re más que en la numeración.

1 Considerando este problema x>articular, ha sido pre­cisamente cuando hemos dado a conocer, por vez primera, el principio dol método de los pinitos alineados (O., 1, y O., 2) llamado prim eram ente de los puntos isopletos a causa de su relación, por vía dualística (núm. 61), con los ábacos do rectas isopletos, de Lalanne (O-, 3, cap. IV).

3 So puede observar que rosulta de la ecuación en u y ti del punto (z) que la base de la escala correspondiente es de la clase m, y de la expresión de sus coordenadas x e y, que esta base es del orden m. Esta baso pertenece, pues, a la ca­tegoría de las curvas cuyo orden es igual a su oíase, curvas que hemos estudiado especialmente en esta ocasión (JSTouv. Avn. de Math., 2." serie, t. X II, 1893, pág. 346;.

Page 315: Calculo Grafico y Nomografia

Observaremos primeramente que podemos considerar únicamente los valores positivos de z (pudiendo, si acaso se necesitasen, obtener el valor absoluto de las raíces negativas como rafees positivas de la transformada en— * )1, y después, que, cualquiera quo sea m, la escala (*) tiene siempre estos tres mismos puntos, a saber (figura 113) 2:

S1C NOMOGRAFÍA

1.® El punto z — 0, confundido con B, en que la tan­gente es I> A, puesto que para los valores infinitamente pequeños de z, y es de orden superior;

2.a El punto x — 1, evidentemente situado en la inter­sección C de las alineaciones (pz=zO, q —- — 1) y (p = — 1, <7 = 0), y cuyas distancias a los ejes Au y R v, en virtud de la fórmula

Si _«3

1 Obtenida cambiandop en —p si m os par, q en — q si m es impar.

* En esta figura están rep resen tadas las partes n eg a ti­vas de los ejes Aw y Bv.

Page 316: Calculo Grafico y Nomografia

PONTOS ALINEADOS 817

eu que se ha hecho x = 1 , son proporcionales a los mó­dulos de estos ejes;

3.° el punto z — ce , situado en el infinito sobre A u que es asíntota, puesto que, para este valor de z, se tiene z — —s.

Siendo ahora la expresión do x independiente de m , la proyección del sistema (x) sobre AB paralelamente a Au y Bv, es fija; es una escala homográfica de la cual so conocen 3 puntos: los puntos A y B de cotas oc y 0, y la proyección del punto C de cota 1. Es, pues, fácil construirla como proyección de una escala métrica (nú­mero 48).

Tenemos, pues, así, la línea de correspondencia de cada punto (z). Para construir el punto mismo, empeza­remos por el caso en que m = 2, es decir, por la ecuación

,?9-f-jpz4-2 = 0 '

Si se hace m = 2 en la ecuación en u y v del sistema {%), se obtiene la de una escala cónica. Luego, on virtud de lo visto en el núm. 64, si so unen los diversos puntos de esta escala a uno de ellos, B por ejemplo, se obtiene la escala proyectante de una escala métrica. Ahora, se co­nocen tres rayos de esta escala proyectante: AB (cota 0), BC (cota 1), Bí’ (cota oc). Resulta de aquí que el haz de vértice B que proyecta la escala (z) determina sobre toda paralela a Bv una escala métrica que tiene su punto 0 sobre AB y su punto 1 sobre BC. En particular, la intersección de este haz proyectante y del eje A u da precisamente la escala (p) en que todas las cotas estarán cambiadas de signo.

Es, pues, muy fácil construir este haz proyectante y tomando las intersecciones de sus rayos con las líneas de correspondencia homologas (pasando por los puntos de la escala precedentemente construida sobre AB) se tiene la escala \z) pedida para ni — 2.

Se deducirán de aquí, por repetición del procedimien-

Page 317: Calculo Grafico y Nomografia

3 1 8 NOMOGRAFÍA

to, las escalas (2) para m = S, 4, 5. . . . recordando, por una parte quo, como acabamos do observar, cualquiera que sea m, la ¡íuea de correspondencia dei punto (^ per­manece la misma, y aplicando, por otra parte, el teorema siguiente: Si, para un mismo valor de z, i l tn y Mro+1 son los puntos tomados en las escalas que corresponden a los exponentos m y m-j-1 , las rectas AMm y se cor­tan en la línea do correspondencia del punto C de cota 1 .

Dicho de otro modo, si designamos la escala (x) para un cierto exponente m por la notación (z) : hay coinci­dencia entre las proyecciones, hechas sobre la línea de correspondencia del punto C, del sistema (z),u a partir del punto A, y del sistema (z) m+1 a partir del punto B.

Es muy fácil verificar como sigue este teorema {dedu­cido por nosotros de consideraciones geométricas en cuyo detalle no podemos entrar aquí) *:

Las ecuaciones de las rectas AlTm y son res­pectivamente [(3) del uúm. 4]:

(AMm) — [taZ'»(x-f-3),(BM„,+1) 28 y— n,zm(a? — a).

Basta, para obtener el lugar de su punto comúu cuan­do se hace variar 2, dividirlas miembro a miembro, lo que da:

1— +Hi(ic—9)’

oM-i — IJtaM-1 — 2

x — 8

ecuación de la línea de correspondencia del punto C de cota 1 .

1 D esarrolladas en ol trabajo citado an terio rm ente (no­ta 2 do la. pág. 315).

Page 318: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 31 0

La figura 114 representa los sistomas (í)2 y (z)a así construidos. Observemos que esta figura procedo de la

Fig. 114.

superposición de los nomogramas N j de las ocuaciones trinomias do 2 .“ y 3.or grado, y quo se podría de igual

Page 319: Calculo Grafico y Nomografia

820 •n o m o g r a f í a

modo superponer los correspondientes a tantos valo­res como se quiera del exponente m, sin que resulte de esto la menor confusión, mientras que sería imposible superponer los ábacos cartesianos de dos solamente de estas ecuaciones 1.

Por otra parto, si, en cualquier aplicación particular, hay necesidad de fraccionar uno de estos nomogramas Nj, sus diversas partes pnedon reunirse, sin ningún in­conveniente sobre la misma hoja. Esto es lo que ha hecho especialmente IL D, Corrieri aplicando el nomograma Ni de la ecuación trinomia de 3.er grado, que acaba de sor descrito, al cálculo de las secciones resistentes de las vigas de puente (Atti del Collegio degli Ingegneri ed Architetti in Bologna, 1896) 2.

72. Condición para la representación de una ecua­ción de 4.° orden nomogràfico por un nomograma N,.Un nomograma N0 o Ni representa una ecuación de 3.° ó 4.° orden nomogràfico. Ya hemos visto (nùms. (58 y (i9) con qué condición, inversamente, una ecuación de 3.er orden, era representable por un N0, condición que se traducía por una desigualdad ( A >0). Podemos proponer­nos, de igual modo, buscar con qué condición la ecuación de 4.° orden más general, que puede escribirse:

»

(i) £(«<,/’, / ,+ * , A+ a, f ,

+ M<o t, f, + c, f , 4•*,/„ + a,) = o,

os reductible al tipo canónico (1 ) del número precedente al cual correspondo un nomograma N j.

1 O., 4, p&g. 192.4 O., 4, pág. 192.

Page 320: Calculo Grafico y Nomografia

l 'ü N T O S A LIN E A D O S

Para encontrar esta condición, observaremos que los valores E4 y S2 do ¿i y *2 que corresponden al punto de 6ncuontro de las dos escalas rectilíneas son críticos; o lo que es lo mismo, que estos valores permiten satisfacer a la ecuación, cualquiera que sea zs, puesto que ia alinea­ción 5.J ? 2 es indeterminada (como teniendo dos puntos confundidos). Es preciso, pues, que los valores corres­pondientes de /i y f2 sean tales que so tenga a la vez-.

ao t\ / ,+ a, fl-f «2 /, + «,— 0,

V . / . + V . +<-o / , / ; + < •,/.+ « ./»+ r,= °-

La condición buscada vendrá, pues, dada por el resul­tado de la eliminación do f\ y fa ontre estas tres ecua­ciones, eliminación que se hace muy fácilmente siguiendo la misma marcha que eu el uúm. 54 (para la eliminación de x e y entre las ecuaciones de los tres círculos) y la cual, si se ropresenta por D el determinante:

y por Dt- el en que se convierte cuando so reemplaza en 61 la columua a{, b(, c. por a0, b0) c0, conduco al resul­tante:

(2) D D j-f D [ü , = o.Tal es la relación encontrada por Jí. Clark por un ca­

mino completamente diferente 1.

* Clark, uúm- 14.81

Page 321: Calculo Grafico y Nomografia

322 NOMOGRAFÍA

Añadiremos a esto resultado la nueva observación siguiente;

Cuando se cumple esta condición, los valores críticos °1 y °2 de fi y vienen dados por

de donde se deducen los valores correspondientes y £2 de y z 2. Si, pues, se dan arbitrariamente Jos puntos acotados a, y bA sobre la escala (x4), « 2 y ^2 sobro la es­cala (*2), como se conoce un tercer punto acotado de cada una de estas escalas, a saber, el punto común a sus bases con cota sobre una, E2 sobre la otra, estas dos escalas están enteramente determinadas como proyectivas res­pectivamente de f x y de (núm. 48).

Construidas estas escalas, para tener un punto cual- quieia de la escala (*8), basta trazar dos alineaciones Xi *2 correspondientes. Si, por ejemplo, la escala (*3) os cónica, se determinan así cuatro de sus puntos de don­de se deducen en seguida todos los otros (núm. 64).

73. Nomograma Ni de una red.-—Si, conformo a lo que hemos visto en el núm. 65, reemplazamos la escala curvilínea (xa) por una red (xa, x4), obtendremos un no­mograma representativo de una ecuación do la forma

(l)

constituido por las dos escalas rectilíneas

(*i)

(*2)

Page 322: Calculo Grafico y Nomografia

y la red(~;t, **) ^«-„w +M ^ + ÍMS/«“ 0-ó

^ — 3 I1» “ — 1*¡> _ — I1 11*2 /ail-ii hm ¡i» g-M [Ai l iu - \ - p - i g a

Se ve que este sistema de representación es directa­mente aplicable a las ecuaciones do tres coeficientes ar­bitrarios de la forma

(2) f{z)+n<t (z) + p tp (z) + q * tz) — 0.

Poniendo, en efocto:

te—

se tiene la red (n, x). definida por

(i j+ u+ n 1 x v + |t, ¡i a (/■-h n 9 ) = oo

X = 8 — H a » , * — ttil*; f / ‘4

Siendo la expresión de x independiente de n, las líneas (x) de la red (», z) son paralelas a O y (las que liemos convenido en llamar líneas de correspondencia) que de­terminan sobre el eje AB u Ox una escala proyectiva

PONTOS ALINEADOS 323

Para obtener los puntos que corresponden a las diver­sas curvas (n) sobre una de estas líneas de corresponden­cia, basta, dando a z un valor fijo en la expresión de y,

Page 323: Calculo Grafico y Nomografia

NOMOGRAFÍA

hacer variar en ella a n; presentándose entonces esta ex­presión bajo la forma

en la que « y í son constantes, vemos que se obtiene uua escala mètrica. Luego, cuando se haya construido una cualquiora de las curvas (n), por ejemplo la que corres­ponde a « = 0, se obtendrán a la vez todas las otras, cuando se haya determinado el módulo P que correspon­de a cada una de las líneas do correspondencia (z) prime­ramente trazadas.

Construido el nomograma, véase cómo se utiliza para ia resolución de la ecuación (2): se traza el índice por los puntos de cola p y q de los ejes; encontrará a la cur­va de cota n en ciertos puntos; las cotas z de las líneas de correspondencia que pasan por estos puntos son las raíces buscadas.

Permitiendo la transformación de Tschirnhausen {por operaciones de segundo grado a lo sumo, susceptibles a su vez de representación nomogràfica) referir toda ecua­ción algébrica de grado a lo más igual a 7 a una forma canónica tal como la (2) que no encierra más de 3 coefi­cientes arbitrarios, se deduce que toda ecuación de esta especie puede ser resuelta por el método aquí expuesto t .

1 O., 9 y 10. Nosotros hemos hecho esta observación a continuación de la proposición anunciada po r M. D. H il­bert, an te e l Congreso in te rnac iona l de M atem áticas de 1900 (Hilbert), re la tiva a la im posibilidad de la resolución nomogràfica de las eouaciones algébricas genera les de g ra ­

Page 324: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 925

Eu particular, el tipo canónico a que se puede referir toda ecuación de 7.° grado está dentro del tipo (2) ante­rior si se pone:

f(e)=z"'-4-1, <p(z)=2s, ty{z)— z \ yjz)~z.

Ejemplo.—Tomemos la ecuación completa de torcer grado

z*-f- m 22 -\-p 2-\- q= 0.

Será representable, en virtud de lo que precede, por el nomograma constituido por las escalas paralelas

u — fí ,p, v-p-iq ,y la red

Hs U * + « ^ = 0,o

x _ b 1*» — ? __ —M-. lt8(Jga+ n g g)

Para « = O se encuentra el sistema (a)3 construido en el ejemplo del ndm. 71, Las líneas de correspondencia (z) están determinadas por la escala homográfica definida sobre AB por la expresión de x; falta obtener sobre cada una do ellas la escala mótrica formada por sus puntos de intersección con las diversas curvas (n). Como se co­noce ya el que corresponde a n — 0, obtenido en el nú-

do stiperior al 6"; im posibilidad que no alcanzaba—como el sabio geóm etra ha precisado porfectam ente—más que a Jas represen taciones nomogri.ficas sin elemento móvil, es de­cir, com prendidas en ol tipo general que hemos definido on el mím. fi7.

Page 325: Calculo Grafico y Nomografia

mero 71, basta encontrar un segundo punto, por ejem­plo, el que corresponde a la cota Para esto seH*tiene:

y = — n.,2*.

Se puede, entonces, marcar inmediatamente este punto cuando se dispone de una escala parabólica de seguudo grado ■*. Se puede también observar que esta ordenada es igual a la coordenada n do la recta que une el punto (2) correspondiente a n = 0 a! origen B. Resulta de aquí quela curva n = - ^ - es la transformada por la abscisa (nú-Hjmero 10) de la curva n = 0, siendo E el polo y Au el eje de la transformación.

La figura 115 muestra un fragmento del nomograma así construido con {i1 = jia = l cm 2.

La posición del índice marcado con trazos corresponde a la ecuación

z*+z*~ 2,162—3.2=0,

para la cual se tiene 2 = 1 ,6 .

7i . Aplicación de los nomogramas N0 o Nt a (a in­vestigación de ciertas leyes empíricas 3.—El uso de losnomogramas N0 o Nt puede ser de una gran utilidad

Ít20 NOMOGRAFÍA

1 V éanse las págs. 205 y 295. (Observación).2 O., 3, Lara. V III; O., 4, púg. 335.3 Se encon trará más adelante (núm. 80' la aplicación

del método de puntos alineados (sin distinción de género del nomograma, y esto es por lo que no puede inclu irse 011 este sitio) a la determ inación de los coeficientes do ciertas fórmulas de interpolación, de forma dada, por los cuales so representan leyes em píricas.

Page 326: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS

cuando so tratan de determinar empíricamennte relacio­nes de la forma

+ U K + f, = °*

.EcheJ/e de jpi ■ •

Fig. 115.

quo con tanta frecuencia se presontan en la práctica. Su­pongamos primeramente que fx y /"2 sean funciones cono­cidas y bien determinadas de z x y 22. Habiendo obtenido

JEchelle de

Page 327: Calculo Grafico y Nomografia

:328 n o m o g r a f í a

experimentalmente un gran número de sistemas de valo­res correspondientes de 23, nos bastará, despuésdo haber llevado sobre Au y Bv, con módulos cuales­quiera, las escalas (2^ y (z2) de las funciones /i y f2, to­mar las alineaciones determinadas por dos pares de va­lores de y z2 correspondientes de un mismo valor de za, para obtener el punto acotado mediante este valor do z3. En realidad, tomaremos un número tan grande como queramos do tales alineaciones, para un mismo valor de z3, a fin de obtener, por compensación, este punto aco­tado con tantu exactitud como sea posible. Cuando baya» mos así marcado un cierto número de puntos acotados *8, la escala formada por su conjunto, unida a las escalas (*-1) y (*2) primeramente marcadas, constituirá, el nomo­grama Ni de la relación (1) sin que sea conocida la rela­ción analítica de las funciones f s, ga> h 3.

Podrá todavía suponerse que no so sepa á priori que la relación considerada sea susceptible de tomar la for­ma (1 ). Se conocerá esto por el hecho de que las alinea­ciones determinadas por los pares { * . xz) que corres­ponden a un mismo valor de x 3 pasarán por uu mismo punto.

Una vez construido empíricamente el nomograma co­mo acaba de decirse, se puede proponer la determinación de las expresiones analíticas de Jas funciones f 3, g3, k 3, que en el campo considerado, proporcionan una aproxi­mación suficiente. Esta determinación es bastante dudosa puesto que se opera a la vez con dos funciones arbitra­rías (ios cocientes de dos de las funciones /i, f2, f3, pol­la tercera). Estas funciones se reducen, sin embargo, a una sola si, como hemos visto (núm. 62), la base de los puntos * 3 es rectilínea, que es lo que frecuentemente ocurro en la práctica. Y todavía, si esta base no es rigu­rosamente rectilínea, se puede casi siempre, fraccionán­dola convenientemente, reemplazarla por una línea quo- brada a cada uno de cuyos segmentos puede aplicarse lo que se va a decir a continuación.

Page 328: Calculo Grafico y Nomografia

PUNT09 ALINEADOS 339

Suponiendo, pues, rectilínea la base de la escala (*3), marcaremos esta escala sobre el borde de una banda de papel, y trataremos do transportarla sobre los rayos de la escala proyectante de uua cierta función 93 (métrica, parabólica, logarítmica...) sobre cuya naturaleza nos per­mitirá frecuentemente inducir algo la cuestión de que se trate. Si este transporte (efectuado como se ha dicho en la pág. 207) se consigue, las funciones f3, g3, h», serán de la forma

« 9 , + í/, — « ’? , + &'» * , — «'■ 9 ,-1 b'\

siendo a, b, a', b', a " , b" constantes que se pueden de­terminar por el método de los mínimos cuadrados reem­plazando en (1) x t, * 2 y *s Por un cierto número de sis­temas de valores correspondientes obtenidos por la ex­periencia.

Ejemplo I .—Para una locomotora dado, la velocidad V con que puede hacer atravesar a un tren de peso P (com­prendido el suyo propio) uua rampa r, está ligada a estas cantidades por una ecuación de la forma 1

siendo F y <i> funciones que hay que doterminar em­píricamente.

Adoptando como unidades el milímetro para r, Ja to­nelada para P, el kilómetro por hora para V, y llevandosobro A u y JBr los escalas r y —■p—, con los módulos|i1 = l oul, y H2 = 2700om, M. M. Beghin ha obtenido ol

4nomograma, un fragmento del cual (reducido a los

1 O., 4, uúiu. 85.

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330 N U M C O K A F ÍA

en atención al tamaño de este libro) está representado en la ñgura 110. Es fácil de voriíiear eu esta figura: l.°q u e los puntos (Y) están on línea recta; 2 .° que esta escala es proyectiva con uua escala mótrica. Estas funciones se ex-

Vig. 118.

presarán, pues, homográficamente on función de Y; co­mo, por otra parte, dado el modo como se introducen, se puedo considerar que varíen constantemente en ol mismo sentido que Y, se les representará por

,F (V )« V + i> , <* (V) = a 'V -f l/ .

La relación anterior se escribirá, por tanto:

(i V -1— h ■ / tTT i . .»•------- \-(a \ -\-b = O,

Page 330: Calculo Grafico y Nomografia

PONTOS ALINEADOS 331

v se podrán determinar los coeficientes a, b, a', //, como se ha dicho anteriormente. Do aquí se deduce inme­diatamente

Tr _ r P + V P - b v "= « — « ' P ’

Ejemplo I I .—Buscando cómo dependo el consumo K de una máquina de vapor (expresado en kilogramos, por caballo-hora) de las presiones del lado de la admisión y del lado do la expulsión P y p (expresados en kilogra­mos por centímetro cuadrado) M. Rateau, sin tener idea a priori de la forma analítica de la relación buscada, ha llevado i sobre Au y Bv, para V y p, escalas logarít­micas del mismo módulo. Ha obtenido así para K (figu­ra 117) una escala rectilíuea proyectiva con una escala métrica; rosulta de esto que la relación buscada es de la forma

(rt-J-i/K) logj>+(«'-(-fo'K) lo g P -f« "-f& "K = 0 ,

quo el análisis de las diversas particularidades do la cuostión (demostrando que b-\-b'= 0 y A "= 0) conduce a reducir a

(a-f-Kl lo g }>-(-(«' — K ) lo g P + a ' —0.

La determinación de a, a', a" por el método de los mínimos cuadrados ha dado:

a ——0,85, a'— — 0,07, a"— <3,95;

1 Vara más detalles, véase O., 4 , tníin. 87, y la Memoria original do M. Ratonu (Anuíales (leu Mines, Febrero, 1897).

Page 331: Calculo Grafico y Nomografia

33 -2 NOMOGEAFÍA

de donde 1

0,'J5 —0,92 log PK — 0,83 - ÍOg P — l»frp

75. Aplicación del principio de los nomogramas Ni a la construcción de las parábolas de orden supe­rior.—Se trata aquí de ana cuestión que pertenece al dominio del cálculo gráfico propiamente dicho (véase el nüm. 20); pero varao3 a ver que la nueva solución que va a darse se basa en un procedimiento puramente no­mogràfico cuyo principio puede enunciarse así:

Si se quiere determinar cada punto de una curva cual­quiera referida a dos ejes O x y O y en función de un pa­rámetro t, basta dar la ecuación en u y v, de coeficientes funciones de t, del punto móvil de esta curva,, referida a ejes Au y Bi> cuya conexión con los ejes cartesianos Ox y O y sea conocida. En particular, se podrá tomar como parámetro t la abscisa x en el sistema O x y. Entonces la ecuación del punto móvil de la. curva será:

/ (»;) -f-M £ (x) 4- v 7i te)=0.

Ahora, siempre se podrán encontrar dos funciones «yfc) y 'M#) ta*es <lue Ia igualdad

/(a?)+9 (a?i0(*t-f-<¡<ía!)ft(*) = 0,

‘ Esta fórmula ha sido ligeramente modificada por M. Lelong para ol caso del vapor sobrecalentado (Bidl. de l'Assoc. technique maritime, sesión de 1899). M- Rateau ha construido un nomograma, del misino género para determi­nar la proporción de agua condensada durante la expan­sión adiabática (Congris internat. de mécanique appliquée, 1901, t. III). M. Soreau, por su parte, ha estudiado diversos ejemplos análogos (Soreau, 1, núm. 2:Í2, y 2, pág. 0).

Page 332: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS

se verifique idénticamente cualquiera que sea z. Basta, en efecto, si se da arbitrariamente una de estas funcio-

i—r~|—'•>' i > 1 11 1" 1 ' ( 1 i ''i1 o 2 «t 5 ''lO* tí a O O O O o o o rd

-ll I I .r 1,1CL.

i r.T.T.V, T i .. i?. I 1111 lll I I I I

Fl<f. 117.

nes, deducir la otra de esta ecuación. Visto esto, si lleva­mos respectivamente sobre los ejes Au y Bv las escalas

?c — <f(x), v — 4(x),

Page 333: Calculo Grafico y Nomografia

834 N O M O G R A F ÍA

vemos que hay alineacióo cutre los puntos do cota x so­bre A u, sobre B o y sobro la curva. Ahora, el punto de cota x sobre la curva, es el que se encuentra sobre la lí­nea de correspondencia de abscisa x. Do aquí, la cons­trucción de este punto, dada por la intersección de la lí­nea de correspondencia de abscisa a: y de la alineación determinada por los puntos de cota x de las escalas to­madas sobre A u y Bv. Tal construcción no será, por lo demás, interesante, más que cuando las funciones 9 (x) y '^x ) sean de tipo usual, es decir, cuando se pueda fá­cilmente obtener sus escalas.

Observemos además que siestas escalas son conjugadas de una métrica según la manera indicada en la pág. 204, so tendrán inmediatamente los puntos de estas escalas que corresponden a los puntos que, sobre la escala mé­trica, corresponderían a diversos valores de x, sin tener que preocuparse de estos mismos valores. O lo que es lo mismo, habiendo escogido cierto punto sobre Ox, se ob­tienen así, sobre A u y Bt> los puntos que conviene aso­ciarle para tener por su alineación, sobre su línea de co­rrespondencia, el punto correspondiente de la curva que hay que construir.

Tal es la idea del principio del cual M. F. Boulad ha sacado un excelente partido 1 para el trazado práctico de las parábolas n„ de grado superior definidas por una ecua­ción tal como

" if = fll ¡e + « , i t '+ . . . H - x " ,

(el hecho de escoger el origen sobro la curva no morma en nada su genoralidad). Nosotros nos limitaremos a ex­poner su solución para el caso en quo n es a lo sumo igual a 4, caso particularmente interesante a causa de las aplicaciones que de él pueden hacerse en los cálculos de resistencia de los puentes.

1 Boulad.

Page 334: Calculo Grafico y Nomografia

PU N TO S ALINEADOS 885

Sea, pues, la construcción de la parábola n 4 definida por

(1) V = a , X + fl, 3 ? + <l3 X * + <l4

siendo cualesquiera los módulos escogidos para O-ry O//.

Tracemos primeramente la tangente OT en el origen (figura 138)

y = a ix,

y marquemos el punto P concspondicnto a la abscisa te— 1 \ cuya ordenada vendrá, por consiguiente, dada por

y = a , + «, + « , + «,-

1 En la práotica se escogerá el módulo de tal m anera que ol punto P sea, si es posible, ol extremo del arco que so va a constru ir, o por lo menos, un punto próximo a él.

Page 335: Calculo Grafico y Nomografia

3 3 0 NOMOGRAFÍA

Observemos de paso que si su línea de corresponden­cia encuentra a OT en el punto A, se tiene:

Después de esto, vamos a ver que, si a la línea de co­rrespondencia A P añadimos otra BQ de abscisa x, po­dremos, llevando con módulos convenientes sobre estos dos ejes paralelos, a partir del punto A y del punto B0 que dista de B?/0, respectivamente, las escalas x 2 y x ¿, construir, como acaba de decirse, la parábola n 4.

Sean, en efecto, HM la línea de correspondencia de abscisa x-, K2 y K8 los puntos de cota x sobre las escalas x 2 y x 3, llevadas respectivamente sobre AP y BQ, a partir de A y B0, con módulos cuyas relaciones con el módulo adoptado relativo a O y designaremos por p2 y p3.

Los puntos K 2 y Ks tendrán, entonces, por coordena­das respectivas:

(2)

« = 1 , ? = 8 + P , 5 t J ,

x = xa., y = +

y su alineación con M se expresará por

x y l

(3) 1 a, + 1 — O-

7,+ ® ,+ ?.«* 1

Si la parábola n 4 definida por esta ecuación puede identificarse a la que queremos construir, la sustitución de y por su valor (1) debe transformar a (3) en una idpn-

Page 336: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 337

tidad. Efectuando esta sustitución y desarrollando, se encuentra:

[ p — <*„— 1) « J - [ p, + P, + (#0 — l) «„] x 1

+ I xo p-. — ('Tn ~ l > «J x' + # — Vo = °>

que se reduce a una identidad si, por un lado, y o— 0, es decir, si el punto B0 se confunde con B, y por otro,

- * p, — P,=(®„ — l) « a.

D«.-

Sumando estas tres ecuaciones, después de haber mul­tiplicado las dos últimas por x 0) se tiene:

+-x. K + aJ —#>do donde

Las dos últimas dan inmediatamente:

-p! Pa _ —(a-2-h ai) — [jC o 1/ —- —— . i«4 a a + í! )de donde

(5) P, = a, + «s+ a 4>

(6) ^ = -7r f ^ (a=+ a » + a>)-

Los módulos de las escalas (x‘¿) y (*") serón respectí-22

Page 337: Calculo Grafico y Nomografia

338 NOMOGRA FÍA

vamento iguales a AP y a ^ \ a ^ue ^evaremosa partir de B sobre BQ (correspondiendo el caso de un módulo negativo a una escala tomada en el sentido de las y negativas).

Conociendo entonces los módulos OL, AP, BQ do las escalas (x), (a;2) y (xs) se puede, marcando sobre OL un número cualquiera de puntos H (con preferencia equi­distantes o que aproximadamente lo sean), obtener inme­diatamente, mediante las escalas conjugadas de la figu­ra 80 (pág. 205), los puntos correspondientes K2 y K3 sobre AP y BQ. Los puntos de intersección de las rectas K2K3 con las líneas de correspondencia trazadas por los puntos H correspondientes dan los puntos M de la pará­bola buscada.

Observación I .—Si la parábola se reduce a una ü s, en cuyo caso 0, se tiene tambión p3 = 0 en virtud de(6); luego todos los puntos K3 se confunden con B. Si la parábola se reduce a una n a, se tiene, además, aa = 0, y la (4) muestra que x0— oc ; el punto B es el del infinito de la tangente OT; basta trazar por los puntos K 2 para­lelas a OT; esta última solución simplificada es, por otra parte, evidente.

Observación I I .—Si el valor (4) do x 0 lleva a un eje BQ fuera de los límites del dibujo, se construirá en un ángulo de la hoja una figura abpq homotótica con ABPQ reduciendo los módulos relativos a Ox y Oy en una mis­ma relación. Los puntos homológos k<¿ y k 3 de K 2 y Kg se marcan sobre las escalas (x2) y (a;3) de módulos ap y bq por medio de las escalas conjugadas de la figura 80, como anteriormente; no hay ya más que trazar por los puntos K2 paralelas a las direcciones /c2fcs correspon­dientes.

Page 338: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 339

C. — nomogramas de simple alineación de 2." v 3.er género {N* v Na).

76. Nomogramas de escalas cónicas superpuestaso nomogramas N C — Entre los nomogramas de 2 .° ó 3.cr género—a propósito de los cuales, nada nuevo hay que añadir, desde el punto de vista general, a lo que ya sa­bemos—distinguiremos una categoría especial, dada a conocer por H. J. Clark con motivo de la importante aplicación do que hablaremos {núms. 78 y 79), a saber, aquéllos para los cuales las bases do dos de las escalas son cónicas y confundidas, siendo estas dos escalas, siu embargo, distintas una de la otra, nomogramas que lla­maremos NC.

La forma canónica de las ecuaciones correspondien­tes es 1:

(1 ) / ; / , / ; + íft+ o a , + k =<•>,

con simetría nomogràfica con relación a y»-¡.Si, en efecto, se trata de efectuar la separación de las

variables, como se ha dicho en la Observación T del nú­mero 62, de modo que se tenga para («3) la escala

(*a) « /, + v 9, + h = aponiendo

1 Se ve que toda ecuación del tipo considerado en el nú- moro 67 ostá dentro de éste, donde basta hacer gs—O.

Page 339: Calculo Grafico y Nomografia

TONTOS ALINEADOS 341

Por esto, la ecuación (1) que es de 3.° ó 4.° orden no­mogràfico, según que las funciones , gs, h3 sean o no linealmente dependientes, vendrá de este modo represen­tada por un N2 o un N3 en vez do un N0 o un N].

Cuando se haga sufrir al nomograma así obtenido la transformación homogràfica más general, se podrá, según la observación de M. Clark (uúui. 64, Observación II) to­mar arbitrariamente como vér­tices de un rectángulo cuatro puntos determinados de la base cónica, por ejemplo, los que corresponden a los valores li­mites («i, &i) de Xi, por un la­do (an, b2), de x2l por otro. Sepodrá también disponer de la semejanza de este rectán­gulo de modo que la base cónica, sea un círculo. Bastará llamando A y B los puntos (%) de cotas y bi , C y P los puntos (x2) de cotas « 2 y b2, calcular los valores co­rrespondientes a, p, f, 6 bien de f \ , bien de f 2 [iguales para todo punto de la base en virtud de (2)] y calcular por ia fórmula

d :— a 0 — Y

J ¡g, 11«.

tgau = i -‘- Y ¡¡ — a

el ángulo e que AB debe formar con AC (fig. 102, pági­na 278). Una vez marcados los cuatro puntos A, B, C, D con las cotas xx o x2 correspondientes, se sabe construir la escala cónica por medio de dos escalas proyectantes

Page 340: Calculo Grafico y Nomografia

842 NOMOGRAFÍA

de la función fx o de la función /j. Nos serviremos, evi­dentemente, de una para el arco albi que lleva las cotas z t , do la otra para el arco con las cotas ?2> 110 con­fundiéndose, generalmente, estos dos arcos uno con ol otro en las aplicaciones prácticas.

La importancia do los nomogramas NC, señalada por M. Ciarle, quien ha sido el primero que ha desarrollado su teoría general, consisto en que unidos a los nomogra­mas No y Ni permito probar que una ecuación cual­quiera de tres variables, de 3.° ó 4." orden nomogràfico, es representable en puntos alineados. »

Tamos a ver, en efecto, como lo ha establecido mon­sieur Clark(pero siguiendo una marcha distinta de la suya):

1.° Que una ecuación cualquiera do 3.or orden es re- presentable por un NC;

2 .° Que una ecuación de 4.° orden, si no es represen­table por un Nt (núm. 72), lo es por un NC.

77. Nomogramas N C de escala circular.—Acaba­mos de vor que por [tomografia se puede siempre hacer circular la base cónica de un nomograma NC. Esta dis posición especial, evidentemente muy favorable en la práctica, moreco que nos detengamos un instante en ella.

31. Soreau ha observado i que cuaudo la ecuación re- presentable por un NC está bajo la forma (1 bis) dol mi- mero 70, se puedo muy fácilmente transformarla de mo­do que aparezca la base circular. En efecto, una propie­dad muy conocida do los determinantes [geométricamente

1 Soreau, 2, pág. 1G.

Page 341: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 3 4 3

equivalente a una homografía (núm. 6)] permite cambiar esta forma en

(1 )

i /; 1 + n

i r./, - y , / ;+ * ,

— o.

Bastará ea seguida (puesto que aquí no intervienen ejes paralelos que hacen preferible el empleo de las coor­denadas u y v) interpretar esta ecuación en coordenadas cartesianas (núm. 62, Observación II) tomando:

(*1)

(*2>

(*•>

1 /.!•+ /, ’ a ' i + / ; '

1i + / ; ’

fu „ -9 of>-\-lh

siendo los módulos relativos a Ox y O y iguales entre sí.Se ve así que la base común de las escalas de y

(í2) es:as = 0 ,

círculo descrito sobre el módulo O A de O.-c como diá­metro .

Por nuestra parte, haremos notar que se obtiene la es- cala (z¿) sobre este círculo proyectando a partir del pun­to A la escala de la furición llevada sobre uno para­lela O'A' a Ox (fig. 120). Sea, en efecto, h la ordenada

Page 342: Calculo Grafico y Nomografia

A A' \de esta paralela {es decir, la razón — j . Si x' repre­senta la longitud A'M', igualmente evaluada con el mó­dulo O A, se tiene:

x‘= - h tg A M P = -h =■ - l<fi •

De aquí, una vez trazado el circulo O A, el modo demarcar las escalas (xt) y (z2) por proyección de las escalas de f t y f¡.

M. Soreau ba indicado todavía otro medio de cons­truir analíticamente las es­calas circulares l.

Consiste en transformar ahora la forma (1 bis) del

Fig- 120 número 76 en

344 NOMOGRAFÍA

1 — íT./’i+Ji)’ 2(X/¿+ii) l+(X/,-j-|i)s

1 — <XA+|»V 2 ÍX / Í+ 1 K i_+ Q ,ft + ^ = 0 ,

(1— X % 2'jx/*— Xg3) íl-h»*5/i—

y tomar: 1 — <Xf¡ -hi.i4 _ ¿("X/i-ri»)

{ i) x ~ j+ íx/i+nt*’ y 1

(x. ) 1 —«Xfe+tl)8 2 iX/a + |i'{ í + p f i + r * ' y i-KX/i-hu*

, -V .11 — ) / » + 2Xng»~Xift.1 ______ 2'nA —

' 11+ ii11' /i— 2 X (i¡7»+ X 2 hj' y i 1 -f f*4) /j— 2 X ja (/s -f- X“ 7/s’

1 /Sore««, 2, pág . 34.

Page 343: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS AI.1NEADOS ¡545

porquo entonces la baso común de las escalas (*.,) y „} es el círculo

3? + 2/’ — 1 •

Para llevar la graduación (*j) sobre este círculo, mon- sieur Soreau observa que, llamando &> el ángulo que ol radio OM forma con O.c (fig. 121) se tiene:

lo cual, si, de una vez para todas, se ha graduado un cir­culo según los valores de tg , pormite, por medio deun calco, obtener rápida­mente la escala (x-j).

Por nuestra parte, liare mos notar que si la recta B it corta aOi / ouM' y si al marcar sobro este eje el punto O' tal que 0 0 ' = i»(medido con el módulo de O y), la fórmula procoden- te muestra que se tiene 0 'M '=x/í, es decir, que la escala (z¡) se obtiene pro­yectando sobre el círculo desde el punto B cu que este círculo corta a la parte negativa de Ox, la escala de la función f¡ llevada a partir de O' con un módulo igual a XOB.

Observemos además, puesto que en cada uno de los casos anteriores, el centro de proyección pertenece a la

Page 344: Calculo Grafico y Nomografia

3-1G NOMOGRAFÍA

escala circular que se va a construir, que estas dos cons­trucciones aparecen como casos particulares del teorema general enunciado en el núm. 04 al tratar de las escalas cónicas cualesquiera.

Más adelanto (núm. 78, fig. 123, y núm. 79, fig. 124) so encontrarán ejemplos de estas escalas circulares.

78. Representación por un nomograma NC de la ecuación general de 3 .cr orden nomografico.^ El no­mograma NC, sobre el cual las escalas (x*) y (*2) tieuen por base común una cónica C, es de 2." género si la es­cala (*8) tiene por base una recta D, en cuyo caso la ecuación representada es de 3.0r orden nomogràfico, o sea de la forma (3) del núm. 68, que recordaremos era:

(1) A f, f j , + * B, f} fk + 2 0, /;. + D = 0.

Es claro que los valores críticos definidos en el núme­ro 69 corresponderán a los puntos I y J de intersec­ción de la recta D y de la cónica C (fig. 1 2 2 ), estando asociado cada, valor crítico de z3 a los dos valores crí­ticos de ¿i y z2 del grupo opnesto al suyo, es decir, estando asociado g' a g" y

en I, g" a g' y g'3en J.T , en efecto, con tal disposi­ción so verifica, como debía ser, que dos valores críticos de grupos diferentes dan

siempre un valor indeterminado; por ejemplo, g' y g" dan por alineación una recta cualquiera que pasa por J (valor

Page 345: Calculo Grafico y Nomografia

PU N TO S AJUNEAUOS 347

indeterminado para *a); g' y g" dan por alineación la misma recta D (valor indeterminado para *8), etc.

Mientras que si se asocian, por ejemplo, g' y g’’, en cuyo caso la alineación se confunde con la tangento en J a Ja cónica C, el valor g" que resulta para *3 es perfec­tamente determinado.

Así, los dos valores críticos inscritos sobro C en I y en J son del mismo grupo; dicho de otro modo, son tales qtie los valores correspondientes de f\ y f2 satisfacen a la ecuación [(7) dol uúm. 69J.

(2) 2 B , / ; - P ) = 2Et / ; - l - 1,

teniendo las E¿_ F¿ la significación definida entonces.Esta relación unida a la (2) del núm. 76, hace prever

que para reducir la ecuación general de 3.or orden, ante­riormente numerada (1 ) a la forma canónica (1 ) del nú­mero 76, es preciso sustituir r\ y f 2 por las funciones <fL y tpa definidas por

v; = 2 E, t\ — P , , % = —

Y , en efecto, si so llevan a la ecuación (1 ) anterior los valores de y f2 deducidos do aquí,

—j—T?1 j j , — 2 Ei ’ '* 2 Já, 1

y si se observa, por otra parte, teniendo en cuenta las igualdades de definición del núm. 69, y poniendo además,

H, = B, (F. - 2 B. Cj - 2 Bfc C,) + 2 A C, C*, K = A F 0- 2 B1 BsBj ,

Page 346: Calculo Grafico y Nomografia

3 4 8 n o m o g r a f í a

que so tienen las relaciones (bastante curiosas en sí mis­mas y que nosotros hemos ya observado) 1

F j B( + 2 E, C* = Fs B t + ‘2 E,. O, = H ,, A P j+ a E jB ^ K ,

cualquiera que sea se encuentra que la ecuación se transforma en

(3) ?, V, (A ft + B.) + ( + %) (K /; + H)+ L, f3 -+- M, =

ecuación en la cual

Jjr — A F i F j ' 2 B i E i F s "4“ 2 B s lín F i -f--4C3E11;., M3= B F ,F * + -2C ,E SF , + -20 ,® ,!’» + 4 D E , E „

y que está comprendida en el tipo (1) del núm. 7G.Se ve asi que las escalas (x^) y (%2) pueden ser lleva­

das sobro uüa misma cónica C a condición de que los va­lores de y correspondientes a un mismo punto sa­tisfagan a la relación (2).

Gracias al conocimiento de esta relación 2 so podrá pues, como se ha explicado on el núm. 76, construir, sin ninguna separación previa la escala cónica doble para y *2, por proyección de las escalas funcionales de /i y

Hecho esto, dos paros de alineaciones entre las escalas (* i) y (*2) dnu dos puntos de la escala (z3) que basta unir para tener la recta D; la interseción de una tercera ali­neación y esta recta nos dará un tercer punto de la esca-

1 O., 13, núm. (i.2 Dada por prim era vez en O., 13, núm. 11.

Page 347: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS ÍÍ49

la (*3) que basta para determinar completamente esta escala, puesto que es proyectiva con una función cono­cida / 8.

Observación i".—Puesto que acotando los puntos de la escala (24) o (z2) mediante los valores correspondientes de fi o el haz que los une a uno cualquiera de ellos es proyectivo con una escala métrica *, se ve que los puntos de intersección I y J de la recta D y de la cónica C serán reales o imaginarios según quo los valores o] y o'' de fx sean reales o imaginarios, es decir, según que A sea po­sitivo o negativo (núm. 69).

Si, pues, A > 0 (caso en que la ecuación es también representable proyectivamente por un N0) se pueden mar­car sobre C los puntos I y J que dan, al unirlos, la base D de la escala (x3). Se conocen, además, las cotas g' y g" de estos puntos sobre esta escala. Basta entonces obte­ner, por una sola alineación, un tercer punto de esta es­cala para que esté perfectamente determinada.

Si a = 0 (caso en que la ecuación os también represen­table por un N0) los valores a' y o" se hacen iguales, los puntos I y J se confunden y la recta D es tangente a la cónica C.

Observación I I .—En el análisis precedente, nada hace distinguir la variable z 3 do las variables zx y x 2\ la de­mostración bocha acoplando x¡ y x 2 puede, pues, hacerse acoplando x2 y *3, o también *a y x x. Unicamente los factores parásitos resultarán entonces:

(2 ES /; — F,) - (2E# - Fa),o

(2E1 / ; - F a) - ( 2 E l / ; - F i)-

1 Véase la nota 1 de la p á g . 302.

Page 348: Calculo Grafico y Nomografia

350 NOMOGRAFÍA

Esto hace sospechar que debe de existir un sistema de representación nomogràfico de la ecuación (1) anterior, rigurosamente simétrica con respecto a las tres variables.

M. Clark ha demostrado *, en efecto, que toda ecuación reductible a la forma (1) del núm. 76 es susceptible do ser representada por medio de tres escalas llevadas sobre una misma cdbica. P ara ello se refiere primero esta ecua­ción a la forma canónica

<f, 9,9=,+ f)i¡9í<p; + r-9 ,: + 3 = 0.

que puede escribirse

9,+ ? <e' — r + s* 3 1 o9S — r % + 8 = 0,

* * i » <f,-r <?. + «

mediante la introducción de los factores parásitos

(?, — »,) (v, — q>,) (?., — <?,) -

Este resultado ofrece un interés evidente, pero de o r­den predominantemente teórico; nosotros no nos deten­dremos mucho eu ello.

Observemos, sin embargo, que en esto caso los valores críticos °¿ y °¡ de las funciones f { vienen a agruparse al

1 Clark, cap. V. Este resultado ha sido establecido dediferente manera por M. Soreau (al mismo tiempo, además,que la mayor parte de los que M. Clark había en 1905, co­municado al Congreso de Cherburgo de la A- I*. A. S.) ensu segunda Memoria (Soreau, 2, p á g -17).

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PONTOS ALINEA D08 351

punto doble de la base cúbica única, dondo los de un mismo grupo O') o (O deben estar aplicados a una mis­ma rama; la alineación tangencial definida por dos de ellos corta entonces a la segunda rama en un pnnto do cota bien determinada (perteneciente al grupo opuesto).

Se deduce de aquí que según que A = 0 ó ¿<CÓ,la base cúbica tendrá un punto doble de tangentes reales (crunodal), confundidas (cuspidal) o imaginarias (acnodal).

Ejemplo.—Para determinar la relación m entre el es­pesor y el radio interior do un tubo sometido a uua fuer­te presión interior j¡?, cuando R es el máximum de la ten­sión en la parod (estando p y II expresados con la misma unidad, generalmente el kilogramo por milímetro cuadra­do), Lamé ha dado la fórmula

A / 11 m — \ R — p ~

que puede escribirse:

V . i'l-H»)*—1 IT -*" (i+ ,« j“4-i

la cual está dentro del tipo canónico (1) del núm. 76 (bajo la forma particular considerada en la nota 1 de la página 339) cuando se toma

U ~V-¡ I, = ■jp /, — ff, — (l>

i _ —1*~ *

Poniéndola bajo la forma de determinante correspon­diente al segundo procedimiento indicado en el núm. 77,

Page 350: Calculo Grafico y Nomografia

352 NOMOGRAFÍA

M. Soreau la ha transformado en

P0

1011

( i rm

(i -f-w)2—i7 r+ m /-t- i

con la que ha obtenido el nomograma representado en

*’¡g. m

la figura 123. Además ha obtenido una simplificación eji el establecimiento de la graduación a] observar que todas

Page 351: Calculo Grafico y Nomografia

PONTOS ALINEADOS 35 3

las alineaciones correspondientes a y = R pasan por el punto fijo m = c c .

Claro es, puesto que la ecuación anterior entra en el tipo del núm. 67, que es igualmente representable por un No de dos escalas paralelas. Este último nomograma ha sido construido también por M. Soreau i .

79. Ecuaciones de tres variables de 4 .® orden no­mogràfico representabas por un NC.—Teniendo en cuenta la nota 2 de la pág. 300, se puede decir que toda ecuación de 3." orden nomogràfico, puede, ad libitum, ser representada por un N0 (núm. 68) o un NC (núme­ro 79). Por tanto, desdo el punto de- vista de la teoría general, se comprueba que, en lo que se refiere al 3or or­den, la introducción de los nomogramas NC no tiene más ventaja que la de permitir una representación puramente proyectiva en el caso en que A < 0 2.

Pero cuando se trata do las ecuaciones de 4.° orden, su importancia es mayor. Hemos visto, en efecto (nú-

1 Soreau, 1, núm. C9.4 Conviene observar, respecto a ésto, que la inmensa

mayoría de las ecuaciones de 3-or orden quo aparecen en las aplicaoiones prácticas están comprendidas en el tipo A > 0 , y, por consiguiente, son proyectivamente represen­tabas por un N«. Para obtener un ejemplo del tipo A <T0, M. Clark (Clark, niim. 29) ha tenido que recurrir a una ecuación escogida expresamente, y no, en realidad, presen­tada on la práctica, a saber;

1 — tgq>,tg<¡>2

[equivalente a ^ 1+92 = 9«, y la cual, desde este punto de vista constituye el ejemplo más senoillo de la anamorfosis indicada por M. Fontenó (nota 2 de la página 300)1.

23

Page 352: Calculo Grafico y Nomografia

354 NOMOGBAFÍA

mero 72) que para que una ecuación de esta clase sea representable por un Nj— en cuyo caso es reducible al tipo canónico del nüm. 71,—es necesario quo se verifiquo una cierta condición algébrica {lo cual es, además, el caso más frecuente en la práctica). Ahora bien, M. Clark ha demostrado que cuando no se verifica esta circunstancia, es decir, cuando la ecuación de 4.° orden no es reducible a la forma canónica

t\ 9, + f, K + f, = 0,

lo será necesariamente a la forma del núm. 76, a saber

(i) f,f, f ,+ ( f ,+ Q g .+ K =o,

y es, por lo tanto, representable por un N C i.Se ve la diferencia capital cOn el caso de 3.er orden.Para el 3.0r orden, la representación puede hacerse a

elección por un Nq o un NC. Para el 4.a, si la represen­tación es posible para un N* no lo es para un NC, y re­cíprocamente.

Gracias pues, por lo que se refiere al orden 4, a la in­troducción de los N C, ha podido establecer M. Clark que toda ecuación de tres variables de 3.“ 6 4.° orden nomo­gràfico es representable por un nomograma de puntos alineados.

La reducción de una ecuación de tres variables de 4.° orden nomogràfico a uno o al otro de los tipos canó­nicos correspondientes es, en general, bastante complica­da. Pero hay ciertos tipos particulares para los cuales

1 Nosotros hemos dado una demostración nueva de este importante resultado en O., 13, núm. 12.

Page 353: Calculo Grafico y Nomografia

puede efectuarse bastante fácilmente. De estos es el si­guiente 1:

(m, f t + n ) {mt f% + »,) f% + (p, ft + q) (p, ft + q) gt

+ (Tt fx - H ^ C r , /, + «,) A - 0 ,

donde las (7, fe, continúan representando funciones y las m, n, p , q, r, s representan coeficientes numéricos.

Si hacemos el cambio de funciones

P U N T O S A L IN R A D O B 355

myfi+ni mafí+ti»n / i £ ’ ’

tendremos:

Pi h + p = p\ q Pift+a* * '»•íA + St 1 1 l' r-j/'a + í» * 1 *

donde> _ giri—piSx > _ UiPi—m igi1 «■ 1 n — m 1 <91 ’ ” « t rx— j»i& ,1

y lo mismo para el índice 2 .La ecuación dada tomará entonces la forma:

¥, 9, f, + (j\ 'P, + 2 ') (u ' <PS + Ù 9, + fe, = °>>V, V, (/, + />' í>' </,) + (p[ q, 9, -Hi?' q, 9„ + 2Í % 9„ + A» = ».

1 O., 4, núm . 48- E s te tip o de ecuación ha sido encon tra­do p o r M. M assau en su s in v estig ac io n es sobre Iob nom o­g ram as de tre s s istem as de rec tas cua lesqu ie ra . (Véase la pág ina 226).

Page 354: Calculo Grafico y Nomografia

656 n o m o g r a f í a

o todavía, si so hace

P ÍíX + 'K’ p\ % <P, = V

♦,* fmt + ( * , + !>,+(?;« ;,<7S+ v - o. p,y,p, %

que pertenece al tipo canónico (1 ) anterior i .

Ejemplo. - - En el triángulo ABC, cuyo ángulo en A es muy pequeño, se conocen los lados b y c y el ángulo C, y se pide calcular la diferencia s de los lados a y c, o sea s — a—c. Esto es, cuando el lado b se ha obtenido por observación en A del vórtice B por medio del telé­metro, lo que se llama la corrección telemétrica. Esta re­sulta de la ecuación

ca=(c+e)*+Z>a—2 &(c+e) eos C,

o, si se toman como argumentos

c eT = p ,

14-«*— pcosC-|-ej.(p—cosC) + ------= 0,2

la cual, cuando se pone:

1-4-6*fx~ P> /»— cos C, f,= 1, gm = — et, \ -= —- 1,J i

está dentro del tipo (1) del núm. 76. Luego, por aplica-

1 V é a s e o l «yem plo d a d o e n O., 4, n ú m . 84.

Page 355: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 857ción de la ecuación (1) del núm. 77, se puede escribir:

1 p 1 + p 2

1 —eos C l+cos* C

2

El nomograma correspondiente d (fig. 124) es el trans­formado por duplicación de las coordenadas del que pri­meramente había construido el capitán de artillería ita­liano, Ricci 2.

SO. Aplicación del método de puntos alineados a ciertas interpolaciones. — El capitán de artillería Ba- tailler 3 ha hecho una feliz aplicación del método de pun­tos alineados a la interpolación relativa a ciertos tipos funcionales que contienen cuatro parámetros arbitrarios, especialmente

(1) 0 = AF(ce,í>)-f B G w q),

y tales que la ecuación diferencial de 2 .° orden obtenida por la eliminación de A y B pueda ponerse bajo la forma

f. 9i(2 ) f. •9, h = 0

9, K

1 Soreau, 2, pág-, 33.* liicci, pág. 62.3 Hataillér.

Page 356: Calculo Grafico y Nomografia

858 NOMOGRAFIA

siendo hit funciones de x, y, y ', y " (es decir,solamente de x) y los elementos de las otras dos líneas funcionales sólo de p y sólo de q respectivamente.

Supongamos que experimentalmente hayamos obteni-

Fig, 131.

do un gran número de Valores de y correspondientes a otros tantos valores de x. Considerando estas cantidades como coordenadas cartesianas, trazaremos la curva lugar de los puntos (x, y), así como sus tangentes en un cierto número de puntos, que podremos siempre obtener apro­

Page 357: Calculo Grafico y Nomografia

PONTOS ALINEADOS 359

ximadamente por medio de una curva de error (pág. 138, Observación I). Hecho esto, deduciremos, por la cons­trucción conocida (pág. 119, Observación), las dos prime­ras curvas derivadas, de suerte que, para cada valor do x, conoceremos empíricamente, no sólo el valor de y, sino también los de las dos primeras derivadas y' e y". Podemos, por tanto, obtener, para cada valor de x, los valores de las funciones f\, g\, h .j anteriores.

Después de esto, construyamos el nomograma de la ecuación (2 ) constituido por las escalas

Si la función buscada puede ponerse rigurosamente bajo la forma (1 ), la ecuación diferencial (2), para los va­lores de p y q que deben figurar en (1 ), se verificará, cualquiera que sea x. Esto ocurrirá si la escala, [x) es rectilínea y los valores de p y q son los que correspon­den a los puntos de intersección de las escalas (p) y (q) con la base de x 1.

Llevados estos valores de p y q a (1), se pueden consi­derar A y B como los %,alores de u y v que satisfacen a las ecuaciones de todos los puntos dados, en coordenadas paralelas, por la ecuación

1 Se ve que los valores buscados dop y q pueden consi­derarse como valoros críticos (pág. 803) para el nomograma construido.

(X)

(p)(<?)

f, + «y, + v A, = o,f. + u 9, + v K — f»4" u 9, + v K — °-

!í F (x, p) + vG(a?, q)=y.

Page 358: Calculo Grafico y Nomografia

NOMOGRAFÍA

en la cual se hace variar a x. Todos estos puntos, si se construyen separadamente, vienen, pues, a alinearse so­bre una recta cuyas coordenadas son u — A, v= B ,

'Ejemplo.—Entre los diversos ejemplos estudiados por el capitán Batailler, escogeremos ol siguiente:

y= Aa;p + B x 4.

La eliminación de A y B entre esta ecuación y sus dos primeras derivadas da inmediatamente:

y y y'

x p p x p~ % p(p — í)x p~ t

X q q xq~ l l ) x q~ *

= 0 .

Multiplicando la 2.* columna por x, la 3.a por x 2, di­vidiendo después la 2.a fila por x » y la 3.a por z* • se transforma esta ecuación en

y xy x*y 1 p p (p — 1)

1 ? 2 (</ — l)= 0.

Se ve que aquí los sistemas (p) y (q) se reducen a uno solo (x) definido por

l-j-zu+z(z—l)t*=0,o

1 *)-z (íí—v) -fr-2*i;=0,

Page 359: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTO9 ALINEADOS 361

constituyendo una escala cónica que se sabe construir (núm. 64). Si la compensación duda por esta forma de interpolación es suficiente para el caso que so considera, los puntos x definidos por

(teniendo y, y ’, y" en función de x los valores determi­nados empíricamente como se ha dicho más arriba) vie­nen a situarse sobre una recta, y las cotas de los puntos en que esta recta encuentra a la escala cónica (x) son los valores buscados de p y q; A y B se determinan en segui­da, como acabamos de decir.

Así es como tratando de poner la inversa de la función F (V) que da la resistencia del aire al movimiento de un proyectil bajo la forma

siendo K un coeficiente que depende de la unidad elegi­da, ha vuelto a encontrar el capitán Batailler la fórmula de CEkinghaus

81. Principio de la doble alineación 1.—Si una ecua­ción de cuatro variables »

y-\-xy'u+ x‘y" v = 0,

D.— Nom ogram as <Ie alineaciones múltiples.

1 O., 4, cap. I I I , sec. V, A.

Page 360: Calculo Grafico y Nomografia

862 n o m o g r a f í a

puede obtenerse por la eliminación de u d » variable auxi­liar z (de la cual f, g, h representan funciones cuales­quiera) entre dos ecuaciones tales como

f 9 h f 9 h

fi 9, hl = 0 y f, 9. K

t. 9, K f.i 9, hi

os claro que se podrán superponer los nomogramas de estas dos ecuaciones adoptando para cada uno de ellos la misma escala (*) (fig. 125). Será además inútil graduar

la escala (z) de la cual bastará conservar la base Gi , teniendo en cuenta que no se tiene ge­neralmente necesidad de cono­cer el valor de z, eliminada por el hecho de la superposi­ción de las escalas correspon­dientes de los dos nomogra­

mas. Un sistema de valores de x i} x 2, z 3, zA que satis­facen a la ecuación propuesta será entonces tal que las alineaciones (zir z2) y (Z3 , z4) se cortarán sobre la línea C. i¡. *

De aquí la manera de emplear el nomograma, si la in­cógnita es, por ejemplo, x 4: sé toma la alineación (zlf z2)

1 Se podrá, sin embargo, dar a la línea C una gradua­ción puramente arbitraria para facilitar en ella, llegado el caBo, la determinación del punto de encuentro do las dos alineaciones.

Fig. 125.

Page 361: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 863

que se hará en seguida girar alrededor del punto en que encuentra a la línea 0 hasta que venga a pasar por el punto (*8); cortará entonces a la última escala en el punto (*4) buscado.

Por esta razón, ei punto en que las dos alineaciones encuentran a la línea C se llama el centro; la misma li­nea es entonces la linea de los centros; se puede también, más sencillamente, llamarle charnela.

Indicando con un exponente el número de las alinea­ciones sucesivas que hay que tomar sobre el nomograma, designaremos por la notación N2 el nuevo tipo que esta­mos estudiando.

El caso prácticamente más interesanto es aquél en que la charnela es rectilínea. En este caso, si, haciendo uso de las coordenadas paralelas u y v, se la toma por eje de las u, las ecuaciones anteriores de ios dos nomogramas parciales se convierten en

f - 1 0 f — i 0

f, 9X K II o << f, 9, \

9, K r, 9'4 K

entre las cuales la eliminación de la variable auxiliar x, es decir, de f, es inmediata; se obtiene entonces:

(1) Cf A - W ( v A ~ - 9 tK>- (3, K - 9, \ ) (f, K - ft /<„) =

Tal es, pues, el tipo canónico correspondiente a la ecuación Fi234 = 0.

Page 362: Calculo Grafico y Nomografia

364 n o m o g r a f i a

Siguiendo llamando género del nomograma al número de escalas curvilíneas que contiene (abstracción hecha de la charnela) diremos, pues, que el tipo general de nuestros N2 es del género 4, y lo designaremos por N’.

El caso particular más frecuente es el de un N’ donde cada nomograma parcial contiene, además, una escala rectilínea paralela a la charnela (ta) y (x2)- En este caso,

Í, = Í7, = 0, . h = 1,

y como, siu que influya en la generalidad, so puede to­mar, además, 1 , el tipo (1 ) se convierte en:

(i') f ,h + 0 = Q-

En este caso se puede, además, para facilitar la cons­trucción, tomar la base de (a.*) o de (x2) como eje de las v del nomograma parcial correspondiente, y además ha­cer coincidir estos dos ejes de las v, llevando a un lado y a otro del eje común las graduaciones relativas a (*|) y a (*8). La disposición del nomograma de doble alinea­ción correspondiente es entonces el de la figura 126, sien­do A u la charnela.

Se puede transformar por homografía un nomograma de doble alineación como un nomograma de simple ali­neación, puesto que tal transformación no altera !as ali­neaciones de puntos. Eu particular se puede llevar la charnela al infinito, en cujo caso las dos alineaciones (zi; y (za> 2n) resultan paralelas (fig. 127).

Para realizar estas dos alineaciones paralelas se puede utilizar un transparente móvil sobre el cual se haya tra­

Page 363: Calculo Grafico y Nomografia

PONTOS ALINEADOS 365

zad» un haz de rectas paralelas 1 equidistantes bastante próximas, para que, si se hace coincidir una de ellas con la alineación (zlf z<¿), se tenga la segunda alineación (2s> Por un{*> sencilla interpolación visual en el haz (interpolación indicada en ln figura 127 por la línea do trazos).

Bajo esta forma es como ha propuesto el procedimien­to 51. Beghin 2; los nomogramas correspondientes pue­den, entonces, llamarse de paralelas móviles.

Pero haremos observar que, cuando la ecuación que se va a representar ha sido puesta bajo la forma (1 ), se tiene inmediatamente el nomograma de una u otra varie­dad según que, en los determinantes por los cuales se

1 Este artificio está comprendido en el indicado (núme­ro 62, Observación 111) para el caso de alineación sencilla,cuando una de las escalas está en el infinito.

3 Beghin y O., 4 , núm. 97.

Page 364: Calculo Grafico y Nomografia

366 NOM OGRAFÍA

hace la separación, se consideren los elem entos como coeficientes de ecuaciones en u y v (haciendo corres­ponder las dos últim as colum nas a u y v) o como d© coordenadas cartesianas x e y {haciendo corresponder las dos prim eras colum nas a x e y) i, puesto que en este segundo caso las coordenadas del centro de giro son infinitas.

P o r ejemplo, la ecuación (1') estará representada por un nom ogram a de charnela (confundida Con el eje A «) cuando se definan sus escalas por

i v —f t — O, (z) v — — O,(A)

(zt) u + \ v 4- f% = 0 , (z) u+ ht v + ft — O,

y por un nom ogram a de alineaciones paralelas, cuando

' JSsta es una aplicación de la Observación I I del núm. 62.

Page 365: Calculo Grafico y Nomografia

PÜNT0S ALINEADOS 3C7

so las defina p o r

( /;, ?/—u, y — O,

Observación I .—En el caso de las alineaciones parale­las, es claro que se puede dar al conjunto de las escalas (%) y (*4) respecto al conjunto de las escalas (zt ) y (s2) una traslación cualquiera, lo que permite hacer de modo que dos cualesquiera de estas escalas no tengan nunca la misma base.

Observacción I I .—En el caso de la doble alineación concurrente, se pueden adoptar módulos diferentes para las x y las y. .En el de la doble alineación paralela se puede, además, multiplicar estos dos módulos por una misma razón cualquiera pasando del conjunto (zt) y (z2)

Ejemplo.—Sea la fórmula de M. Bazin para la circu­lación del agua por los canales descubiertos

donde U designa la velocidad media (en m. por segundo), R el radio medio (en m.), I la pendiente, r un cooefi- ciente numérico que depende de la uaturaleza de la pa­red y será, según esto, considerado como una variable. Bastará escribirla de este modo:

al (*3) 7 (2*)-

_ 87 V R I .

y tomar2i = Y> Za — R , 2s = I , 2 « = U ,

Page 366: Calculo Grafico y Nomografia

368 n o m o g r a f í a

para reconocor quo está dentro del tipo (1 ') anterior. Luego, si se toma el ejo A u como charnela, se obtiene el nomograma pedido construyendo las escalas [grupo(A) anterior],

(y) v = — h-iy, (I) v — — |i 3 87 V~í •

(R ) n., u - f - ==. 0, ( U ) = 0 ,

siendo y (*o los módulos relativos a 3 v adoptados para las escalas (y) e (I), jt el módulo relativo a A u adoptado

Fijf. 19*5.

para la escala ficticia de la charnela. Si se toma = y !»»— H se, obtiene un nomograma semejante al de la

Page 367: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 369

figura 128 (donde la escala (R) es cónica) 1. Las alinea­ciones marcadas con trazos corresponden al ejemplo y = 1 ,3 , R = .l ,6, I = 0,002, para el cual U = 2,4.

El modo de separación admitido para cada una de Jas ecuaciones parciales conduce a escribirlas:

f — i 0 / - 1 0r 0 1 = 0 , 87 VT 0 1

— V r R 1 0 u 1

Se tendrá, pues, un nomograma de alineaciones para­lelas construyendo las escalas

(as—y, y=0) (ac—87 VT, y~0)(*■==■—'VR, y —~&) í*=o, y = u \

El nomograma correspondiente, en el cual se ha dado al sistema Ox y para (I) y (U) una traslación con relación al sistema O x y para (y) y (R) (en virtud de la Obser va­ción I anterior) está representado en la figura 129 2, en la cual se han representado cou trazos las alineaciones paralelas para el caso

Y —1,3 R=4, 1—0,004,de donde

U = 6,6.i *82. Nomogramas de escalas paralelas.—Un caso

de especial interés en la práctica es aquél en que la ecua-

1 Para el detallo do la construcción, vóaso O., 4, DÚm. 93- 8 Soreau, 1, núin. 138.

24,

Page 368: Calculo Grafico y Nomografia

370 n o m o g r a f í a

ción (1 ) del número anterior se reduce á.

(i) f, + f* — U +

toniendo entonces las cuatro escalas sus bases rectilíneas

paralelas a la charnela. Si representamos por * el valor coimln de los dos miembros de esta ecuación, y si apli-

Page 369: Calculo Grafico y Nomografia

P U N T O S A L IN E A D O S 871

eamos a los dos nomogramas parciales que tienen común la escala (x) (charnela) lo que se ha dicho en el núm. 66 para el caso de las escalas paralelas, obtendremos la construcción siguiente:

Si se supone^que los módulos, afectados de un sentido indicado por su signo, se han escogido de modo que sa­tisfagan a la relación

< Z . )(siendo el valor común de estas dos sumas inverso del módulo de la escala auxi­liar de la charnela), se tra­zan las bases de las escalas de tal modo qne sus distan, cias a la charnela ab (figu­ra 130) satisfagan a las relaciones

l, l. b K

ÍZi)

o,8,

Sui h ...

i*.;

V i g . 100.

/q\ 3 » _____ 1* i H a' »2 lis’ *4 !*«"

Hecho esto, so pueden llevar tres de las escalas (entre los límites que convengan a cada una de ellas) a partir de orígenes ait a2, as escogidos arbitrariamente sobre las bases correspondientes. Bastará, para la cuarta, cuyo módulo está ya determinado, obtener uno cualquiera do sus puntos, lo que se conseguirá por medio de dos ali­neaciones concurrentes que correspondan a valores da­dos de z2, za para los cuales se haya calculado pre­viamente el valor de x 4; este será, frecuentemente, el va-

Page 370: Calculo Grafico y Nomografia

872 NOMOGRAFÍA

lor a4 correspondiente a los valores límites a.¡, a2, a3 de las otras tres.

Si se quiere que la charnela esté en el Infinito, es pre- ciso que las razones y se hagan iguales a la uni­dad, lo que exige

(4) fla= — í*i y [i« = — |la.

Pero las desviaciones de las bases y «3ó2 de una parte, a8b3 j a^b^ de otra, no son arbitrarias; represen­tándolas, en efecto, por s,s y bm vendrán dadas respecti­vamente por

8u = 8® — 8i, 5fii = 8* — 83.

Ahora, de (3) se deduce:

* _ » f. _ a |Í3+li<Sis — ®a — --- > o84 — b4 — -—(ti

Tendremos entonces:

8»a __ _8a_ fJt 1 — ti a

8al 8< ji2 + liT'

o, teniondo en cuenta la (2)

8n _ Hi88» 84 ¡ís

Luego, en el límite, cuando estando la charnela en el infinito, la razón y- se hace igual a 1 , se

Page 371: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 073

encuentra:/F¡\ 5» _ Jfj_' ' 3,4 ' n , '

!o cual, por otra parte, era fácil de prever a priori.Las fórmulas (2) y (3) bastan para la construcción

completa del nomograma cuando la charnela está a dis­tancia finita, las (4) y (5) cuando ostá en el infinito, y por consiguiente, las alineaciones se hacen paralelas.

E ntre las fórmulas frecuentes en la práctica y que per­tenecen a este tipo, se pueden citar la9 quo tienen la forma

z*' z? = kz? z*\o

«i 1 ogZi -f- log «a = n , log 2» + «4 log zt ■ l- log k.

Para poder tomar las diversas escalas logarítmicas con un mismo patrón, será necesario, siendo ol módulo de este patrón, hacer

.. - * » - * __ L. „ _ JL -¡ll--- ! ¡1» —— > |l8 -r- 1 1*<-------- >il\ ti a Ws >¿4

pero, segúu la relación (2), esto exige

n i -{“ ti 2 ti e ~i~ n 4.

Si no ocurriese esto, se podrá siempre tomar las esca­las dos a dos con el mismo patrón, poniendo

Page 372: Calculo Grafico y Nomografia

874 N O M O G R A F ÍA

y escogiendo ¿i y de tal modo que

(6) ( « i + w») (i' — (m» + nt) jjt.

Si w2 — — y n¿¡, — — re3, tomando, según (5)

& 1 2 __n a8 8» »1

y llevando, con el misino patrón logarítmico, las escalas (zt) y (xa) en un sentido (*2) y (;t4), en el otro, se puede tener la representación de la ecuación dada por doble alineación paralela.

Respecto a la constante log k no hay que ocuparse do ella cuando, como se ha explicado más arriba, se ha cal­culado un sistema de valores de x i} * 2, x 8, * 4 que satis­facen a la ecuación.

Ejemplo.—El gasto Q (en metros cúbicos por segun­do) de un vertedero de anchura b (en metros), y cuyo coeficiente específico es y para una altura h (en metros) de la superficie de nivel aguas-arriba por encima de la cresta, está dado por

Q = f r b t e g h * .a

que se puede escribir:3

Qb—‘ — 2,952 yh 2 ,

o también:3

lo g Q — lo g b — lo g y -J~ 2 lo g h -J - Je.

Page 373: Calculo Grafico y Nomografia

PO N TO S A LIN EA D O S 375

Poniendo:

/, = logQ, f , — — 1qs&, /, = logr, /*=-§-log/i’o

se tieno n i — n 2 = n 3 = 1 y n 4= —. Para tomar las es­calas (Q) y (b) con el mismo módulo n (pero en sentido contrario), y también (r) y (h) con el mismo módulo p.', es preciso, en virtud de (6), hacer:

2ü’~ f H,, 5o

El nomograma correspondiente está representado en la figura 131 *, en que las dos alioeacioues marcadas con trazos corresponden al ejemplo h = 0 ,m 8 , X — 0,55, 6 = 1 3 “ , para el cual Q = 15m* por segundo.

83. Alineaciones múltiples. Nomogramas N” de es­calas paralelas.—Es claro que, por alineaciones sucesi­vas, so llegará a representar ccuacionos de un número cualquiera de variables pudiendo ser obtenidas por eli­minación de variables auxiliares, entre ecuaciones do tres variables cada una del tipo representable por simple ali­neación. Sobro todo, cuando todas las escalas del nomo­grama son rectilíneas y paralelas entre si, es cuando hay que considerar esta generalización.

1 Pertenece a una serio de nomogramas de este tipo construidos por P. M. Morel (Zurich, 1906), con motivo de loa cuales ha dado M. Q. Dumás una demostración elemental del principio en que se fundan (Dunas).

Page 374: Calculo Grafico y Nomografia

■876 NOMOGRAFÍA

Puede exponerso entonces como sigue: dada la ecuación

se puedo, como en el núra. 60, considerarla como el re­sultado de la eliminación de las variables auxiliares <t3, v*>

- entro las ecuaciones

Basta entonces construir, según el procedimiento indi­cado en el núm. 66, los nomogramas de estas ecuaciones sucesivas tomando, en cada dos consecutivas, la misma escala para la variable auxiliar <? que tiene común; las bases de estas diversas escalas (<y) {que no hay necesidad de graduar, o se hará de un modo arbitrario para distin­guirlas) constituirán otras tantas charnelas. Se ve quo, para el caso de n variables, habrá n —3 de estas.

Haciendo aquí la misma observación que en el número precedente, podremos a voluntad llevar al infinito una de estas charnelas considerada aparte; pero, como dos conse­cutivas de ellas figurau como escalas (de las variables auxiliares) en uno de los nomogramas parciales, y sólo una de las tres escalas de que se compone un N„ puede ser llevada al infinito, resulta que estas dos charnelas

£ + / ; + /,H-----+ 4 = 0,

hasta(si n es par)

O(si n es impar).

Page 375: Calculo Grafico y Nomografia

cotí so cu ti vas no pueden ser llevadas al infinito a la vez;o lo que es lo mismo, que 110 se puedo, cuando se consi-

PO N TO S A LIN EA D O S 377

T ?°0 110

200

9 0do70 Cú 50

- -vo

1.0o 9 ®í0-7

■Oí

.0^

Iqj___ _ - -

F to- - 1 035 76 S V 3

2 -

1!Q0 1 09 0

■8.0l o

• 6 .0 2S o

* .0 S

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i' 6

2 .0 .7a9

» s 10

■ — -. 1S1.0o .a i o

• o í3a

0 6

0 .5 *r<>

SO0 . 4.

« 07 0

•0 . J flo» 0JQO

o , 2■750

■ 2 0 *

Lf ;b. i3i.

deran en conjunto, efectuar esta operación más que para una de cada dos. Comenzando, pues, por <í>«j, se puede

Page 376: Calculo Grafico y Nomografia

hacer do modo quo haya cu el iufiuito un número igualn ____ 2

al mayor entero contenido en — ^— . So obtiene así loque M. Soreau ha llamado alineaciones por cheurroncs1. Este autor ha observado además que se puede conseguir siempre que las charnelas, tomadas de dos en dos, con* servadas a distancia finita, se superpongan. La fig. 132

378 n o m o g r a f í a

j *

_

< , 6

9 . i y

5

" " y lí*

" "

4

ÍFig. 133.

muestra así la disposición esquemática del nomograma do una ecuación de la forma

K f i~ ° t

de charnela única. Los centros 3', 5', 7' están en ol infi­nito (lo que dan las paralelas 12 y 34', 4'4 y 56', 6'6 y 78), mientras que los centros 4' y 6' están sobre la única charnela que se halla a distancia finita.

Se encontrará más adelante (núm. 84) otro sistema de representación aplicable a las ecuaciones de la forma considerada.

1 Soreau, núm. 191.

Page 377: Calculo Grafico y Nomografia

P O N T O S A LINEA D O S 379

Observación.—Si se asocia a cada eje graduado una escala binaria, so tiene la representación de una ecuación de ía forma

f» + f„ + f„ + • • • '0 .

84. Nomogramas circulares de ailneaciones para­lelas.*—Para la representación de las ecuaciones del tipo

/ ' ,+ / ; + / ;+ • ■ • + / „ = o,

M. Soreau ha tenido la ingeniosa idea de recurrir a la disposición siguiente *: sobre dos círculos de centro O (fig. 133} (que teóricamente podrían considerarse coinci­

dentes, lo cual en la práctica tendría el inconveniente de producir confusión entre las escalas de que vamos a ha­blar) llovemos, a partir de los orígenes A y A' situados sobre un mismo diámetro, las escalas definidas por

are AM! = r f , aro AM, - r/j,are A’Ms = r'fi>, aro A'M, - r'f.

1 Soreau, 2, pág. 44.

Page 378: Calculo Grafico y Nomografia

380 NOMOGRAFÍA

Si las funcionéis son tales que

/, + /, = / , + ft,

los puntos medios de los arcos M1 M2 y MaM4 están so­bre un mismo diámetro, y por consiguiente las cuerdas üft M 2 y M9iT4 son -paralelas.

Bastan, pues, dos alineaciones paralelas (xif z 2)> (*8> %n), para representar, mediante las escalas circulares que acaban de ser construidas, la ecuación de 4. variables considerada.

Para representar la ecuación de n variables anterior, basta considerarla como el resultado1 de la eliminación de las variables auxiliares <p< ... entre las ecuaciones

/¡+«p».9t + ft = — ft +<fo>

siendo la última

+ , + f,P — ■~ ftP - , ' ~ ftp 0» » os par),

Tp + , + ftp= — f,p + : (si n es impar).

Estando representada cada una de estas ecuaciones por dos círculos concéntricos (tales que, para dos ecuaciones consecutivas, uno de estos circuios sea común), se ve que el nomograma se compondrá de circuios concéntricos c, c', c", . . . llevando el primero las escalas (s*) y (x2), el

Page 379: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 8 8 1

segundo (*3) y (*4), el tercero (^B) y (*8), y así sucesiva­mente, lo que representa un número de círculos concén­tricos igual al mayor entero contenido on n-|-l. Además, las escalas ficticias (<p*), {cpj, . . . estarán respectivamente en los círculos c', c", . . . En suma, si para simplificar, representamos cada punto acotado (?<) por i, y cada pun­to (<pí) (determinado por la intersección de una cierta ali­

neación y el círculo c correspondiente) por i ', la manera de emplear el nomograma general se reducirá a lo si­guiente (fig. 134):

Por el punto 3 del círculo c' so traza a la alineación 12 una alineación paralela que encuentra a c' en 4'; se hace girar esta alineación alrededor de 4' hasta que pase por 4.

Por el punto 5 del círculo c" se traza a 4'4 una ali­neación paralela que encuentra a c" en 5'; se hace girar

Page 380: Calculo Grafico y Nomografia

üti'¿ n o m o g r a f í a

esta alineación alrededor de 5 hasta que pase por 6, . . . y así sucesivamente.

No habrá nunca, además, confusión entre los diversos círculos cuando se trata de tomar un centro, pues siem­pre estará el que corresponde a los puntos acotados (£,<_,) y (z j{) situado sobre el círculo c que lieva a la vez estas dos escalas.

Este sistema de representación será útil para las ecua­ciones de la forma

cuando se dispone de un patrón logarítmico circular., M. Soreau ha hecho de él una notable aplicación a la

fórmula de Sarrau que da la velocidad inicial de un pro­yectil ■*, fórmula comprendida eu el último tipo expuesto para el caso núm. 8.

85. Puntos coplanarios. Nuevo modo de concebir la doble alineación.—El principio de los puntos alineados puede ser teóricamente extendido al espacio donde se convierte en el do los puntos coplanarios que se enun­ciará así:

La ecuación

olog- f, + lo# /■ + ' • • + log 4 ~ 0,

1 fi i/i hi ki | = 0 ,

expresando que los puntos

(«<)u y h

1 Soreau, 2, pág. 46.

Page 381: Calculo Grafico y Nomografia

PU N TO S A LINEA D O S 883

están en un mismo plano, o son coplanarios, podrá ser representada por las cuatro escalas alabeadas (z*) las cuales, cortadas por un piano cualquiera, darán un sis­tema de valores de x Z) *3, *4, que satisfacen a la ecuación.

Además, el nomograma así obtenido en el espacio po­drá ser transformado homográficamente mediante la mul­tiplicación por un determinante de dieciséis elementos {en lugar de nueve como el del núm. 62, pág. 269).

No hay que decir que tal nomograma de tres dimen­siones no será, en general, realizable 1.

Sin embargo, si las cuatro escalas (*4), (x2), (*3), (x4) son planas y están dos a dos en un mismo plano (P do una parte, P ' de otra), las rectas , x¡¿) y {*3, *4) se cortarán en la recta de intersección de los planos P y P '; por consiguiente, proyectando la figura del espacio sobre un plano cualquiera, se obtendrá un nomograma de do­ble alineación. Esta ingeniosa observación de M. Soreau le ha permitido exponer la teoría de la doble alineación, en el caso de una charnela rectilínea, bajo una forma su­mamente elegante 2.

Suponiendo primero que los planos P y P ' se cortan a distancia finita y tomando su recta de intersección co­mo eje Ox, tracemos en cada uno de estos planos una perpendicular a Ox, una, O y, situada en el plano de (Xi) y de (x2), la otra, O2, en el de (x3) y (*4). Tenemos, pues, 2 = 0 para (*.,) y (*2), ?/== 0 para {*„) y (x4), y vemos que la condición para que estos cuatro puntos

1 Para el caso en que las tres esoalas del espacio son rectilíneas y paralelas, MM. A. Adler y R. Mehxnke han imaginado un artificio que permite realizar materialmente tal nomograma, generalización de los Ni del núm. 71. (Véa­se O., 4 , núm. 130).

í! Soreau, 1, pág. 320, y 2, pág. 22.

Page 382: Calculo Grafico y Nomografia

884 N O M O G R A FÍA

estón en un mismo plano se expresa por una ecuación do la forma

K 0 0,

f, K 0 9,

f, 0 h3 9,

f. 0 9t

habiendo escogido las notaciones aquí empleadas de tal modo que haya identidad entre el desarrollo de esta ecua­ción y la ecuación (1 ) del núm. 81.

Abatamos ahora, como se hace en geometría descripti­va, el plano O xx sobre el plano Oxy . Las rectas (xi , %<¡) y (*8> ~\) uo dejarán de cortarse sobre Oa?, y, despuós del abatimiento, las coordenadas de los cuatro puntos estarán dadas por

ix í) x — y = ——■9i 9i

Para que ninguna de las escalas ( ) esté en el infini­to, os preciso que ninguna de las #,• sea nula, a lo que se puede siempre llegar por adiciones de columnas. Por ejemplo, la ecuación (!') del núm. 81 puede escribirse:

f, — 1 0 0

f, K 0 1

f» 0 — 1 0

0 K 1

Page 383: Calculo Grafico y Nomografia

P O N T O S A L IN E A D O S 385

o, reemplazando la última columna por la suma de las tres últimas

Haciendo entonces coincidir las rectas y — 0 e y ~ 1 respectivamente con los ejes A « y B u d e la figura 126, se vuelve a encontrar un nomograma del mismo tipo.

Para tener una doble alineación paralóla, basta supo­ner los planos P y P ' paralelos (por ejemplo, t = 0 y z = l) y proyectar sobre el plano Ox y . Se pone la ecua­ción dada bajo la forma apropiada transformando el de­terminante (1 ) anterior en

t, — 1 " - 1

/, K <>/. o - 1 - 1

/, o ht l+ hio que da:

y — i?ha(^2)

(* 3) =—/*> y - t ,h 4

( l ' í

f, •</, 0 K

A y, 0 *.

/ 3 9, K K

ti «, K K20

Page 384: Calculo Grafico y Nomografia

386 n o m o g r a f í a

obtenido reemplazando la 2.* columna por la 4.a y la 4.a por la suma de las 2.“ y 3.*. Por ejemplo, el determinan­te (2) da mediante esta transformación:

(2" )

t, O 0 - 1 |

U <> K |

/, o - i - i ,

/, i K K !

o,

de donde se deduce exactamente el grupo de fórmulas(B) del núm. 81. Sea aun la ecuación 1 muy frecuente en la práctica

,.j. <f 1 +»» <P« + 4

que puedo escribirse:

¡9, O 1 |

— r> 1

<P„ « . 1 1(3')

1 1

= 0.

Según lo que precede se la representará por doble ali­neación paralela construyendo las escalas

( ¡c=?t, yI x — — cps, i/

1 Somalí, 1, n ú m . 110.

Page 385: Calculo Grafico y Nomografia

PU N T O S A LIN E A D O S 387

815. Representación de las ecuaciones de cuatro variables de 4 .° orden nomogràfico, por doble alinea­ción.— Si las cuatro escalas do un nomograma de doble alineación son rectilíneas, so dice también qne es dei gé­nero 0 y se le representa por N„.

Si es así, las tre3 funciones fi, gi, h¡, correspondientes a cada variable son linealmente dependientes, es decir, pueden expresarse linealmonto por medio de una sola f {. Si después de haber hecho osta sustitución en la ecua­ción (1 ) del número anterior, se la desarrolla, se ve que se obtiene una ecuación de la forma

(i) a /; f, f, ft + ft /, tk h s c # /, fj

-J-S D , /¿ + "E — 0,

o sea, según la terminología del núm. 63, una ecuación de 4 variables de l . cr orden nomogràfico con relación a cada una de ellas, o de 4.° orden nomogràfico total.

Se puede proponer, inversamente, dada una ecuación del tipo (I), encontrar la condición a que ha de satisfacer para que sea representa ble por un nomograma N0. Esto problema .es semejante al que hemos resuelto para la ecuación de 3.er orden nomogràfico (núm. 68). Ha sido acometido por primera vez por 31. Soreau i , quien ha observado inmediatamente que la ecuación (1 ) puede siempre ponerse bajo la forma 2 (sin los términos que contienen los triples productos)

11 ') + x Y<j Vi %•+ ^ Vi + s = o.

1 Soreau, 1, núm . 112. y 2, pág. 18.* Basta, pura esto, si A no es nulo, p o n er f t — cp*-----

Si A es n u lo , reducirem os este caso al an te rio r reem pla­zando una o v arias funciones fi p o r su inversa.

Page 386: Calculo Grafico y Nomografia

388 NOMOGRAFÍA

Hecho esto, M. Soreau ha demostrado que, para poder agrupar las variables de esta ecuación en una ecuación de la forma

í* i-i = Fsi,es preciso que

A _ Vi» _ Yu8* Y a* Y 24 ’

ySa _ Y i*__ Y 'J:>®l ~ YK Ym

M. Clark ha observado a su vez que estas condiciones,llamadas de agrupamionto, se reducen a tres, a saber:

ñ3 _ > tY>a “ Y» Ya» ~ Y *4 ’

y, representando e) valor común de estas relaciones por p, ha encontrado, además, que

? = » — ■ Y u Y a t .

haciendo observar que las condiciones así completadas son, no sólo necesarias sino suficientes, pues os fácil ver que la ecuación (1 ) toma entonces la forma

? ( f t <P*+Yiu) (9 í S> i+Yia)

•+•(*! + 9s + p) (*a *4 + 9) =0,

que puede escribirse:

y> y»i __ _ y.i4~ - j~ p

' S i f i + í a í z + p p(9s<P4+Yií

Escrita así la ecuación, basta representar por <p el va­

Page 387: Calculo Grafico y Nomografia

PUNTOS ALINEADOS 889

lor común de sus dos miembros y representar simultá­neamente las dos ecuaciones

(3 ) 8 1 ? i <P + 5 » 9 « <Pí + P<? — T--U — O

(4) p9<fs¥4-{-6s93-f-8i!?í + ?ris?4-P— 0,

dándoles una escala (<p) común quo constituirá la charne­la, lo cual es siempro lícito cuando la representación es posiblo, puesto que en un N0 se puedo siempro disponer arbitrariamente de una de las tres escalas.

Ahora, los discriminantes de las ecuaciones (3) y (4) quo son ambas de 3.or orden nomogràfico, son respec­tivamente:

i —

A ~ (p -j- 4 6 » £ < Y i*.1 P "•

Si ninguno de los dos es negativo, podremos repre­sentar cada una de las ecuaciones (3) y (4) por un N0 (número 68), lo que nos da, aparte de la charnela, cuatro escalas rectilíneas para (z.t), (z2), (z3), (a*).

Pero, además sabemos quo en todos los cásos podemos representar cada una de las ecuaciones (S) y (4) por un nomograma cónico NC (núm. 78), que tenga una escala rectilínea (<f) arbitrariamente escogida. Tomando esta es­cala (9) la misma para los dos nomogramas parciales, obtonemos así, en todos los casos, cuando las condiciones de agrupamiento

tz .\ 81 __ 8s ío Ba 3j(°) -V- —YlíY,M'Y13 Ym Yík (24

se cumplen, la representación de la ecuación (1 ') por un nomograma de doble alineación, de chamela rectilínea D (base de la escala ficticia de v), en el cual las escalas (z1) y (Za) tienen por base común una cónica C, y las escalas (zg) y (z4) otra cónica C (fig. 135).

Page 388: Calculo Grafico y Nomografia

390 NOM OGRAFÍA

87. Nomogramas NC de base única de dobie ali­neación.—En lugar do hacer coincidir las escalas ficti­cias (9) de los nomogramas NC que representan lus ecua­ciones (3) y (4) del número anterior, se pueden superpo­ner, de un lado, las bases de sus escalas cónicas, de otro, las bases de sus escalas (<p) sin que coiucidan las gradua­ciones de estas escalas.

Sean C la baso cónica y D la base rectilínea comunes. Sería preciso, en el caso general, marcar por un lado y otro de esta recta D la oscala l» correspondiente a cada nomograma parcial. Cortando la alineación tomada entre

Fig. 185.

los puntos y (x2) a la primera escala (<p) en un punto que tieno una cierta cota, se tomaría, sobre la segunda escala (9), el punto de igual cota para unirlo por una ali­neación al punto (x3); esta alineación cortaría a la cónica C en el punto (*4) de cota buscada.

Pero la obligación de hacer intervenir el valor de <p para pasar de un punto a otro de D haría esto sistema de representación bastante poco práctico. Lo sei-ía, por el contrario, si las dos escalas coincidiesen en D; en cuyo caso, concurriendo sobre esta recta las dos alineaciones (xif x 2) y (a¡3, *.t), volvemos al tipo de nomograma de doble alineación. En esto, en suma, se convierte el tipo

Page 389: Calculo Grafico y Nomografia

PUW TOS a l i n e a d o s 89 1

obtenido al final del número precedente cuando hay po­sibilidad do superponer las cónicas C y C'.

Ahora, la consideración de los valores críticos, tal co­mo han intervenido en la teoría de los nomogramas NC aplicables a las ecuaciones de 3.cr orden, va a suminis­trarnos inmediatamente las condiciones requeridas para que esto ocurra, JSn efecto, para que las dos escalas (9) coincidan, basta que tengan dos puntos acotados comu­nes (núni 4ü, Observación I), por ejemplo, los puntos i y J en que la recta D corta a la cónica C. Ahora, las cotas, sobre cada una «le estas escalas, relativas a los puntos I y .T, son los valores críticos correspondientes (núm. 78), dados, según la ecuación (0/) del núm. 69, respectivamente por

3i Í í Os-1- po — ya» = 0,y

p3 Via ps o — 8a 3., —=0.

Habrá, pues, identidad entre las dos escalas (<p) si estas dos ecuaciones son idénticas, os decir si

_*1 ;?2___1 TmP3 Y i* P 3.1

OJí¡ _ *__

Yu _ Tm _ P’

condiciones que vienen a añadirse, completándolas, a las condiciones de agrupamiento (p) expresadas en el número anterior, y que M. Soreau * había obtenido por un proce­dimiento puramente algóbrico.

Obtenido esto nomograma N‘¿ de base cónica única, se puede siempre, por una transformación homográílca, 11o-

1 Soreau, 2 , p á g . 2 5 .

Page 390: Calculo Grafico y Nomografia

092 NOM OGRAFÍA

var la recta D al infinito haciendo coincidir sus puntosI y J con los umbílicos del plano.

En estas condiciones;, la cónica C se convierto en un círculo y las alineaciones x.¿) y (ss , *4) so hacen pa­ralólas. Volvemos a encontrarnos, así, con el tipo do no­mograma circular de doble alineación paralela de M. So- reau (núm. 8J).

88. Nomogramas NC de doble alineación para ecuaciones de cuatro variables, de orden nomogràfico superior al 4 .°—Cuando haya que representar una ecua­ción de cuatro variablos de orden nomogràfico superior al 4.°, se procurará hacerla aparecer como el resultado de la eliminación de una variable auxiliar entro dos ecua­ciones tales como Jas que se han considerado al principio del núm. 81. Con frecuencia, la manoru de conseguirlo, en la práctica, es referirla al tipo canónico (!') del mismo número, que es' del 0.° orden nomogràfico.

Se podrá hacer, sin embargo, que habiéndola puesto bajo la forma

F„ — F w, se reconozca que las ecuaciones

Fia = ?, y r M= í ,

sin ser ambas representabas por N1; lo sean por NC, es decir, que uo siendo reductible simultáneamente a la for­ma canónica (1) del ndm. 71, lo sean a la forma canóni­ca (1) del núm. 79, que escribiremos (para poner en evi­dencia la manera como tp debe entrar en ella)

'í fi ft (<p -f- A) g* + h 1 = ü, ? fu 1< + C'f ■+■ A) fft ■+■ iu = O.

Page 391: Calculo Grafico y Nomografia

Construyendo entonces los nomogramas de estas dos ecuaciones con la misma escala cónica (<p), sobre la base C de la cual so encontrarán también las escalas (*4) y («2), siendo cualesquiera las escalas (za) y (s4), se tendrá un nomograma N2 en el cual la charnela será la cónica C.

.Se ve que la forma canónica de la ecuación corres­pondiente es

/l ff 8 ~t" h ¿ _ f8 04 ~t~ h 4A U g-¡ /a A + íh

Ejemplo.—Sea la ecuación

ld+ d* _ V t&+V2 d ^ 4(1“-s, ’

que da a conocer la velocidad de la corriente V {en me­tros por segundo) en un canal de sección trapezoidal contalud de en función do la anchura del fondo b (en me­tros), de la altura d de la superficie del agua (en metros) y de la pendiente longitudinal s.

Estará comprendida dentro del tipo que so desea tomando:

/, = _ A - /, — V á, ff. = V 2 0, * . = «**,V 2 ’

f„ = 40 ~ s\ A — X, — O, =

de donde resulta que la escala V es rectilínea.El nomograma construido por M. ‘VVolff con un círculo

como base cónica común a (b), a (s) y a (<c) (charnela) está representado en la figura 136. ,

P U N T O S A L IN E A D O S 893

Page 392: Calculo Grafico y Nomografia

to"

Page 393: Calculo Grafico y Nomografia

CAPÍTULO V

REPRESENTACIÓN NO.MOUKÍFICA

FOR MEDIO DI- TONTOS ACOTADOS DIVERSAMENTE ASOCIADOS

Y Dffi ELKMKXTOS ACOTADOS MÓVILES. TEORÍA. RESERA I,

A. — Diversos modos de asociación de los puntos acotados.

89. Nomogramas de índice cualquiera.—Los nomo­gramas que acabamos do estudiar pueden considerarse como conteniendo: i.° una parte fija constituida por las diversas escalas; 2 .° una parte móvil representada por el índico rectilíneo que sirve para la lectura, el cual so pue­de suponer siempre trazado sobre un plano móvil trans­parente que resbala sobre ol primero.

Esta simple observación conduce a la idea de asociar los puntos de las escalas fijas de distinto modo que por alineación, trazando sobre un transparente un índice cualquiora, ya no rectilíneo, después de hacer las escalas mismas móviles las unas con relación a las otras 1, de

1 El empleo de sistemas acotados móvilos completa­mente generales está propuesto en Maswu, 1, imm. 186.

Page 394: Calculo Grafico y Nomografia

modo f[uo se puedan fijar en posiciones variables en el momento de hacer la lectura.

Nosotros vamos a considerar primeramente el empleo de transparentes de índico cualquiera, a los que M. Gccd- seels ha consagrado un estudio especial *.

Observemos primeramente que la simple alineación nos ha permitido representar relaciones entre tres varia­bles porque dos comlicionos bastan para fijar la posición de una recta sobre un plano. La única curva (supuesta, bien entendido, invariable do forma y pudiendo resbalar sobro el planoj que participa do esta propiedad de la rec­ta es ol círculo; esto consiste en que, así como una rec­ta situada sobre el plano puede, sin cambiar de posi­ción, resbalar sobre sí misma, dol mismo modo, situado el círculo puede, sin cambiar de posición, girar sobre sí mismo.

De aquí resulta, para ciertas ecuaciones de tres varia­bles, un sistema de representación por puntos concícli- cos, análogo al de puntos alineados. Desgraciadamente el tipo de ecuación correspondiente (aun cuando se le sim­plifica por hipótesis particulares relativas a la disposición de las tres escalas) es complicada 2 y no conduce a nin­guna aplicación práctica.

Una observación hay que hacer: los diferentes modos de asociación, en número indefinido (aunque, como vere­mos más adelante (§ C) pudiendo agruparse en un nú­

3 9 6 N O M O G R A FÍA

1 G/edseels. Se pueden ref'orir tam bién a este concepto loa nom ogram as de índ ice poligonal deform able deM . F iir- le (FU ríe).

“ O ., 4, p á g . 2 8 6 .

Page 395: Calculo Grafico y Nomografia

mero finito de clases] que se pueden imaginar entre lí­neas o puntos para constituir sistemas de representación de ecuaciones, están muy lejos do tener todos el mismo interés cuando se les considera desde el punto de vista de las aplicacionos reales: no hay para qué dotenerse ni profundizar en su estudio, más que cuando el tipo de la ecuación correspondiente es de los quo se presentan en la práctica. Desde este punto de vista, ningún otro mé­todo podría compararse al do puntos alineados, expuesto eu el capítulo precedente

Cuando, pues, el índice trazado sobre el transparente uo se compone de una sola recta o do un solo círculo, son necesarias tres condiciones para fijar su posición so­bre el plano; o lo que es lo mismo, se puede, para fijar esta posición, sujetarle a pasar por tres puntos acotados tomados respectivamente sobre las escalas (ü2), ( z s ) .

Situado así el índice, encuentra a una cuarta escala (2 ,¡) en un punto cuya cota está ligada u las tres precedentes por una relación que constituye entonces la ecuación representada.

Se puede, además, reemplazando las escalas simples por redes de puntos (nútn. 65), duplicar el número de variables.

Por el contrario, se puede obtener la representación de ciertos tipos de ecuaciones do tres variables suponiendo, bien una de las escalas reducida a un punto fijo, bien dos de ellas idénticas, ya, en fin, tomando cotas constante­mente iguales sobre dos de estas escalas, lo que equivale a hacer corresponder dos escalas distintas a una misma variable; este último procedimiento puede admitirse en ciertos casos especiales, .sin que sea recomendable de un

M0D08 DIVERSOS DE REPRESENTACIÓN 397

Page 396: Calculo Grafico y Nomografia

39 3 NOMOGRAFÍA

modo general; d o podría admitirse si la variable corres­pondiente se hubiese de tomar por incógnita, porquo la lectura dol nomograma d o podría hacerse entonces más que por tanteo *; sería preciso, en efecto, moviendo el ín­dice de modo que se le haga pasar por los puntos dados sobre dos de las escalas, buscar la posición en la cual vendría a cortar a las otras dos escuadras en puntos de igual cota.

90. Nomogramas de escuadra.—El índice más sen­cillo que se puedo imaginar, cuando 110 está reducido a una sola recta, es el compuesto de dos rectas, particular­mente formando ángulo recto, de donde el nombre de no­mograma de escuadra 2 que se aplica al nomograma correspondiente.

El tipo canónico correspondiente es bien fácil de for­

4 Así es como en ol Abaco do la desviación del compás do M. Lallemand (O., 4, núm. 132) quo so aplica a una colla­ción do cuatro variables, 8, £, L, i, intervienen dos sistemas acotados distintos para cada una délas tres últimas, lo mis­mo quo el nomograma de paralelas móviles de M. Beghin, para la ecuación representada anteriormente (núm 53, fi­gura 8?) por roctas y círculos entrecruzados, y más adolan- te (núm. 91) por un nomograma de escuadra, contiene dos escalas para la variable 7 (O., 4, núm. 98)i Pero tampoco, en estos <ios ejemplos, han sido tomadas nnnoa como incógni­tas las variables C, L, l, de un lado, o, del otro.

2 Gcrdseels, pág. 41 y O., 4, núms. 95 y 96. El perfilóme- tro Siégler (Anuales des Ponts et Chancéen, l.«1' sein. 1881, página 98) puede conBidt-rarse como nn nomograma de escuadra.

Page 397: Calculo Grafico y Nomografia

mar. Si, en efecto, suponemos dos de las escalas defi­nidas por

fi ’h(Xi) * —— , — , (t — 1 ,2),ffi Oí

y las otras dos por

k- f,(5;) .< '= ------- — , r/™*- i O '=*84)»

la perpendicular de las dos alineaciones (z1} 2 2)y {?3, 2 ), so expresa por

a ) (/; k -- 0 , 7í, - a* K) <f, K - f\ V “ a

que es lo mismo que la ecuación (1) del uúm. 81.lis que, en efecto, la elección de las coordenadas para

el sistema (&■) equivale a una rotación de -g- en el sentido directo si se hubiesen construido primeramente los siste­mas (Zj) con las mismas fórmulas que el sistema (z¡). Por consiguiente, las alineaciones paralelas en el caso del nú­mero 81 (pág. 364) resultan aquí perpendiculares, si se hace liso de coordonadas rectangulares.

De esta manera es como M. Sorean 1 ha referido los

MODOS DIVERSOS DE REPRESENTACIÓN 399

1 Soreau, 1, uúm. 100. N osotros hacemos observar por

nuestra cuenta que la ro tación do -jr- no es do ningún modo

necesaria. Se puede hacer g ira r un. ángulo cualquiera, que deberán form ar tam bién e n tre sí loe ejes del transparen te .

Page 398: Calculo Grafico y Nomografia

4 0 0 N O M O G R A F ÍA

nomogramas de escuadra a los nomogramas do doble ali­neación paralela i, haciendo observar además quo éstos, cuando se utiliza un transparente, exigen el trazado de todo un haz de paralelas, mientras que, para aquéllos, bastan sólo dos rectas formando ángulo recto i .

Esta identidad de teoría de las dos ospecies de nomo­gramas muestra que la ecuación canónica para los nomo­gramas de escuadra podrá tomar también la forma de un determinante de 4.° orden tal como (1') del número 85» Únicamente, como aquí se han hecho girar los dos últi­mos sistemas un ángulo recto, es preciso, para éstos, per­mutar las x e y con un cambio de signo-, dicho de otro modo, si para los dos primeros sistemas se ha tomado x en la primera columna, y en la segunda, para los dos úl­timos, se tomará x en la tercera columna cambiada de signo e y en la primera.

Es, además, de importancia observar que si las x y las y se toman con módulos diferontes para el conjunto (ti) y (z2), estos módulos (si es necesario, multiplicados por un cierto cooficiento de proporcionalidad) deben cam­biarse entre las x y las y cuando se pasa al conjunto (¿e) y (%)•

En particular, las ecuaciones comprendidas en el tipo

1 Es necesario o b se rv a r que d esd e el pun to de v is ta g rá ­fico se o b tien e m ay o r precisión con p ara le las q u e con per­pend icu lares; por e s ta razón, es por la cual, noso tros, d esd eol pun to de v ie ta práotico , m acho tiem po an tes de q u e e s ta teo ría ex istiese , hab íam os p rop u esto p a ra ol perfilóm etro S iég le r la transfo rm ación in v e rsa de ésta. (Ann. des JPontS et Chausnées, l.«r sum. 1883, pág. 402).

Page 399: Calculo Grafico y Nomografia

MODOS DIVERSOS DE REPRESENTACIÓN 401

(3) del ntim. 85 (pág. 386), o sea

(2) tp 1 ~ 4~ ' f -g ___ & 3 ~ f~ ff -»

41»H~ 4'ü '}■* + <)•<

podrán considerarse como expresando la perpendiculari­dad de las alineaciones (xit z<¡) y (z3, x4) definidas por

como era, por otra parte, evidente // priori.Para aplicar este tipo de nomograma a una ecuación

de tres variables, basta sustituir una de las cuatro varia­bles precedentes por una constante, lo que reduce la es­cala correspondiente a un punto fijo por el cual debe pa­sar constantemente uno de los lados de la escuadra. El nomograma correspondiente puede entonces llamarse de escuadra de punto fijo.

En particular, para que la anterior ecuación (2) dó un nomograma de esta clase, basta suponer en ella

Ejemplo I .—Para calcular la carga máxima P {en to­neladas por metro cuadrado) que puede aplicarse a un terreno para una profundidad H de cimentación (en me­tros), si d es el peso (en toneladas) del. metro cúbico de

(*i)(*s){*«)(*4>

cr-----c¡>s, v ^ — a,uX — — '4<», ¡/ "f 3,

® — K y — —<?■>>

26

Page 400: Calculo Grafico y Nomografia

tierra y <p el ángulo de rozamiento del terreno, Kankine ha dado la fórmula

P HVZ H A +-Sen' ? ,(1 — son <pr

que está dentro del tipo (2 ) anterior cuando se pone

P d

4 0 2 N O M O G R A F ÍA

H A*) 1

El nomograma de escuadra quo la traduce está repre­sentado por la figura 137 i, en que la posición de la escuadra marcada por trazos correspondo al ejemplo H — 5m, d = 2 T <p = 30°, para el cual se tiene P = 50 r por metro cuadrado.

Ejemplo I I .— Sea ahora, como ejemplo de nomogra­ma de escuadra de punto fijo, la fórmula que da a cono­cer la velocidad V (en metros por segundo) de salida del agua por un orificio rectangular* cuyos dos lados horizon­tales están a las distancias y h ¡ (en metros) del nivel, a saber:

que puede escribirse:

0.338V-

El determinante generador del nomograma correspon-

1 Soreau, 1, p á g . 3 5 8 .

Page 401: Calculo Grafico y Nomografia

MODOS DIVERSOS DE REPRESENTACIÓN

diente [(3') del núm. 85] es:408

0,338 V 0 0 .1O — 1 0 1

hi~ hi 1 1*hi » k* t 1

= 0.

A fin do obtener una curvatura más acentuada de la escala (h), M. Soreau lo ha transformado en

1,352 V 0 0 11 — 1 0 1

4 hC* — hi hi 1 1

4 h ¡ ~ — Ir. /»* 1 1

-- 0,

lo que da las escalas

(V)(/¿O y (fa)

y el punto fijo

* = 3,352 V, 2/ = 0,Jt

x — h, y — Jt — 4 h

(P) x ■■= 1, y = — l .

Adoptando para x e y en la figura formada por las (^i) y ( a)> y por consiguiente, para y y x en la figura formada por (V) y por el puDto P, los módulos 18 ^ y 100 ¿i, M. Soreau ha obtenido el nomograma de la figu­ra 138, en el cual, para = 12, h^ — 8, se loo V = l,4 .

1 Soreau, 1, pág. 385.

Page 402: Calculo Grafico y Nomografia

4 0 4 N O M O G R A F ÍA

91. Nomogramas de escuadra por el vértice.—Para aplicar el tipo de nomogramas de escuadra a ecuaciones

F ig . 137.

con tres variables solamente, se puede también suponer dos de las tres escalas reducidas a una sola, en cuyo caso debiendo pasar cada uno de los lados de la escuadra por

Page 403: Calculo Grafico y Nomografia

MODOS DIVERSOS DE REPRESENTACIÓN -405

el punto tomado sobre esta escala, este punto debe coin-

O d.í O.s 0.3 O.* 0.5 0.7 0.3 i 1.J 1,2 1,3 í , \ 1.5 l,« 1,7 L6 1.9 2 2.1 S .t

- »TFig. 138.

cidir con el vértice de la escuadra, de donde procede el nombre aquí adoptado 1.

•A este tipo pertenece el perfil ¿metro Siégler citado más arriba (nota 2 de la pág. 398).

Page 404: Calculo Grafico y Nomografia

406 NOM OGRAFÍA

M. Soreau ha hecho notar i que tal nomograma podía sor reducido a Los nomogramas de escuadra en general de la manera siguiente:

Supongamos que, haciendo idénticas las variables zt y so observa que las escalas (a ) 7 (*4) construidas se­

paradamente, son semejantes. Se podrá primeramente, amplificando en la razón de semejanza quo se desee el conjunto de las escalas (z3) y (z¿), hacer (z4) idéntica a ( í)? y después, por una traslación (siempre permitida, puesto que cada par de escalas no intervienen más que para determinar direcciones de alineación, las cuales per­manecen inalterables por una traslación) llevar la nueva escala (*4) a coincidir con (x. ). El nomograma comprende

entonces (fig. 139) una escala (z.j) en la cual debe estar siempre si­tuado el vórtice de la escuadra, y dos escalas (z2) y (z3) por cuyos puntos deben pasar respectiva­mente los dos lados deia escuadra.

En particular, si nos referimos Kg. 139. al tipo (2) del núin. 90, que es el

más frecuente en la práctica, se ve que se verificará la condición si se tiene simplemente

=a<?i + &, y — <?t = ay 1 + 0,

siendo a, b, c constantes.

Observación.—Conviene observar que, cuando la in­cógnita es la variable que corresponde al vértice (como

* Soreau, 2, pág. -18.

Page 405: Calculo Grafico y Nomografia

M ODOS D IV ER SO S D E R E P R E S E N T A C IÓ N 4 0 7

ocurre en el ejemplo siguiente), la lectura no deja de ser un poeo delicada. Es necesario, en efecto, haciendo pasar los dos lados de la escuadra por los puntos dados, llevar su vértice a situarse sobre la escala correspondiente. Una observación análoga puede hacerse respecto de tedo sis­tema de representación aplicable a n — 1 variables, deri­vado de un sistema aplicable a n variables por coinciden­cia de dos escalas primeramente distintas.

Ejemplo.—Volviendo a la ecuación, dada en el cálculo de muros de sostenimiento,

que habíamos representado por sistemas de rectas y de círculos concurrentes (pág. 229, Ejemplo), M. Soreau 1, después de haber observado que podía escribirse:

la ha traducido en un nomograma de escuadra por el vér­tice haciendo, en la forma (2) del nútn. 90;

k*(l + tgs <f) + P ( k t g v ----1-) = 0 ,

•V

1 3 1>¿ <p----í-1_ —3 (I -j- !?) 1k

11 = 0, — 1

1 Soreau, 2 , p á g . 4 9 .

Page 406: Calculo Grafico y Nomografia

408 NOMOGRAFÍA

lo que da las 3 escalas

Iíc = O, ( x = —, ( x = 3 ( í tg* v>\! <P> P (<P)

v = -j¿’ ( y = o , < «/ —stjifv-

El nomograma correspondiente es el de la figura 140. Ofrece de ínteres que la ecuación así representada no es reducible al tipo de puntos alineados, y que se encuentra sin embargo reducida al solo empleo de puntos acotados sin que intervenga más de una escala por variable i .

La posición de la escuadra marcada con trazos corres­ponde al ejemplo 23 = 0,75, ^ = 30° para el cual se tiene A = 0,3.

No hay necesidad de decir que en los nomogramas de escuadra como en todos los que no se fundan más que en el empleo de puntos acotados, se pueden reemplazar las escalas sencillas por redes de puntos acotados (núm. 65), según la observación general hecha j'a en el núm. 89. M. Soreau ha dado tambión un ejemplo interesante de ello 2.

1 M. Boghin había heoho v e r que la eouaoión podía re ­p resen tarse por doble alineación paraló la a condición de hacer co rresponder dos escalas d is tin tas a la sola variablo <f (O-, 4, pág. 244). A unque menos elegante que el descrito más arriba, esto nomograma (no ten iendo que tom ar nunca la variab le <p por incógnita) es p rácticam ente más ventajo­so, por ser de una lec tu ra más precisa, pues la operación que consiste, en el nom ogram a de M. Soreau, en llevar el vórtice de la oscuadra sobre la escala (k) m ien tras que sus dos lados pasan por puntos dados sobre las escalas (p) y (<p) es un poco delicada.

* Soreau, 2, pág. 59.

Page 407: Calculo Grafico y Nomografia

MODOS DIVERSOS I>E REPRESENTACIÓN 409

92. Nomogramas de puntos equidistantes.—Se pue

de generalizar el principio de la doble alineación para lela (ntíra. 81) bajo la forma de las paralelas móviles

V é aS e l a p á g . 365.

Page 408: Calculo Grafico y Nomografia

4 1 0 N O M O G R A FÍA

trazando sobre el transparente, en lugar de rectas para­lelas, círculos concéntricos. Conviene, sin embargo, ob­servar que en este caso, el círculo, llamado prim itivo, q ue se hace pasar por los dos primeros puntos y (2 .4) debe ser un círculo determinado del sistema (que se dis­tinguirá por un signo especial). Una vez que_se ba hecho pasar este círculo por los puntos queridos, uno de los círculos concéntricos pasa por el punto (x2), 7 ©1 punto (xa) que se encuentra sobre este mismo círculo da a co­nocer el valor de la incógnita.

Tomado en toda su generalidad, el procedimiento, cuando se suponen las escalas simples, se aplica a ecua­ciones de cuatro variables. Se reduce al caso de tres va­riables suponiendo dos de las escalas (z,) y («4) coinci­dentes y reduciendo el círculo primitivo a un punto.

El nomograma comprendo entonces (fig. 141) tres escalas (*i), (*2), («3) que están liga­das entre sí del siguiente mo- s do: el círculo de centro (z*) que pasa por el punto (z 2)pasa también por el punto (zB).

Por lo tanto, en lugar del transparente de círculos con­céntricos de que acabamos de

hablar, se puede utilizar un compás para la lectura del nomograma; puesta una de las puntas del compás en el punto de cota z x> la otra en z 2, se hace girar el compás alrededor de la punta hasta que la otra punta caiga sobre la escala z3; la cota del punto así marcado es el número que se busca.

«5

{*>)lo t(*.)

!\Fifi. 141.

Page 409: Calculo Grafico y Nomografia

MODOS D IV ER SO S D E REPR E SEN T A C IÓ N 411

Por referir los puntos (*2) y (*a) a (*■)) es por lo que el autor de esta nueva clase de nomogramas, M. N. Gerce- vanoff l, les ha dado el nombre de nomogramas de •pun­tos equidistantes.

A fin de recordar el papel especial que desempeña en este género de relación el punto se le puede llamar el punto central, y a la escala x.t , la escala central.

Es muy fácil formar el tipo de ecuación correspon­diente.

Si, en efecto, la escala (x() (para i = 1, 2, 3) está, defi­nida por

x ^ f {, y =

basta, .suponiendo los ejes rectangulares y los módulos relativos a Ox y O y iguales, escribir la igualdad de las distancias de los puntos (x2) y (*3) al punto {**) para tener

<ft - Q- + (s, ~ a,y = (/; - f? + <0, -o(I) f\ + 9 \ - f \ - a \ - K ( f , ~ O ~ 29,0o, - = 0,

la cual, según observación de M. Gercevanoff, puede po­nerse bajo la forma

(!')

f . - f . 0

9.+0* 1 2 9% 1

■9, + g,

f* + f,

2/,

— o,

1 Gercevanoff, § 10.

Page 410: Calculo Grafico y Nomografia

412 NOMOGRAFÍA

y comprende como caso particular ciertas ecuaciones ya representabas en puntos alineados con dos de las escalas rectilíneas. En efecto, si se hace

/, = 0, ¡7,-0,

la ecuación (1) so reduce a

9-t'-o\+* u- .oy basta poner

1 x» / 'i a' x.i

para que pueda escribirse:

(2) s>il('* + 'psX» + lfs :=;!0,

que está exactamente comprendida en el tipo (1) del nú­mero 71 (nomograma Ni). Si además /s = l, se reduce a

(3) <fi + ¥a + 'Ps = 0,

tipo (1) del núm. 66 (nomograma N'0)-Se obtiene también una ecuación de este último tipo

con la hipótesis gt = g 2=^g3=:0, pues la ecuación (1) se reduce entonces a

(3') ( /,— /,)(/,- K — 2/.]=o,

ecuación que, fuera del factor parásito, es de la forma (3) anterior.

Page 411: Calculo Grafico y Nomografia

La hipótesis hecha para obtener el tipo (2) muestra que las escalas (¿J y (z2) están dispuestas sobre Ox y 0 y, respectivamente, siendo cualquiera la escala (*8). Esta última resulta a su vez rectilínea y paralela a 0 y cuando se añado la hipótesis que ha conducido al tipo (3).

Siendo, para el tipo (3'), llevadas las tres escalas a lo largo de O y (lo que no puede realizarse prácticamente más que cuando dos, por lo menos, de ellas son idénti­cas) además de que la traducción geométrica de la ecua­ción representada es entonces evidente, se explica la pre­sencia del factor parásito por el hecho de que el círculo de centro (¡tj) corta a la base común en dos puntos, en cada uno do los cuales dos cotas «2 y 2 3 están confundi­rlas. Las cotas que se asocian para la resolución de la ecuación son las que se refieren a dos puntos distintos.

Ejemplo.—Sea la ecuación de 2.“ grado en que el tér­mino constante se supone negativo

zB -j-pz — </ = o.

Pertenece al tipo (2) anterior cuando so toma

■ h = . i p , z* — <i, z» = z ,con

Vi^=p, '-fa — <1, 'P3 = í¡2, ----i,

do donde se deduce

MODOS DIVERSOS D E R EPRESEN TACIÓ N 413

t, - i»,. 0,=<>it,= o, í5 “li

« II .1

Page 412: Calculo Grafico y Nomografia

414 NOMOGRAFÍA

El valor encontrado para i;2 muestra por qué se debe suponer negativo el término constante i.

Las escalas obtenidas están definidas por

(p) X= p S, y = Q descaía central),

(?) x=- 0, ? /= V í,(*)

<sTiII y = o .

La escala central (p) y la escala (%) so reducen a esca­las métricas llevadas sobre O a;, a partir de O, una en un sentido, la otra en el otro, siendo la cota de la segunda, en valor absoluto, mitad de la do la primora en el mis­mo punto.

En cuanto a la escala (q) es muy fácil de trasladar con el compás sobre Oy. Basta observar que para ¡t— se deduce de la ecuación dada > = 1— q. Luego, tomando como punto central el punto de cota 1— q de la escala (p ), basta tomar el punto de cota (q) de la escala (*) con la segunda punta del compás y llevarlo sobre Oy para tener el punto de igual cota de la escala (q). Así es como M. Gercovanoff ha construido el nomograma que repro­duce la figura 3.42, en que el círculo marcado de trazos corresponden a la ecuación

+ 3,2* — 5 = 0,cuyas raíces son:

¿' = 1,15 y z"-- — 4,35.

1 Existen restricciones de este género siem pre que se recurre a un sistema de representación ouadrático, y esta es una de las principales razones de la superioridad de los sistemas de representación puram ente proyecbivos. Sin embargo, la representación cuadrática perm itirá a veces (y esto es lo que aquí ocurre) sustitu ir escalas rectilíneas, fá­ciles do graduar, a ciertas escalas curvilíneas.

Page 413: Calculo Grafico y Nomografia

M O D O S D IV E R SO S DE R E PR E SE N T A C IÓ N 415

93. Puntos equidistantes en el caso de ser todas las escalas rectilíneas.— Podemos proponernos investi­gar la forma más general de la ecuación representable

103

r 'y

/ti \

t e . * . f t . 7 - 6 - 5 . j J» i (p> \» > 1 * > 4 U 6 7 3 ^ 10

* * J * r °(z) ' '* 3 ' k *■5Y i g . 14 2 .

por un nomograma de puntos equidistantes que no con­tiene más que escalas rectilíneas, semejantes a las de ciertas funciones ?i, 9», <fo- Basta, para esto, que

ti — a t 9< + , g¡ = c ^ i + f í , - ( t = l , 2 , 8).

So ve entonces que la ecuación (1) toma la forma

(4) — A, <p’+ ? ,( » ,¥ , + !?„ <*>,)+ O.íp.+ C.sp,•+■ C s v , -f- D = 0,

donde A2 y Aa, necesariamente de igual signo, pueden siempre considerarse positivos.

Los ocho coeficientes de la ecuación (4) se expresan en función do los doce coeficientes a (t bit c i% d¡. se ve que, cuando los primeros son conocidos, se dispone de cua­tro condiciones arbitrarias para la determinación do los segundos. No se podrá, sin embargo, escoger, en el caso genoral, estas condiciones reglamentarias de modo que re­

Page 414: Calculo Grafico y Nomografia

416 NOM OGRAFÍA

sulten sujeciones particulares para las escalas. Por ejem­plo, no se podrá, en general, hacer, e2-=tf2= c 3==^3>==0, porque las bases de las escalas (xa) y (*3) serían entonces coincidentes, lo que exige una relación particular entre los coeficientes de la ecuación dada.

La paridad de signo de A2 y A3 introduce una suje­ción que se puede evitar, cuando uno de los coeficientes .B2 o Ba es nulo, gracias a un artificio indicado por M. Gercevanoff *.

Supongamos, pues, A3 negativo, poniendo As = —A'3, y además, B3 = 0. La ecuación se escribirá entonces:

< + K 9, + B. 9, *. + O, * t + O, V, + C, v, + D - O.

Definamos la función 4>s por la relación

K * l + c3 V, = — «3 ^ - H r A + k ,

siendo arbitrarios los coeficientes del segundo miembro (lo que permitirá disponer de ellos de modo que per­manezca real en el campo considerado) y a , > 0 .

La ecuación resulta entonces:

— «,+' + -B9<pi<pj + C 1<pl -h C,9a+ Y3+8- f D + * = 0.

Queda así comprendida dentro del tipo (4) *.

B.— Elementos acotados móviles.

94. Escalas móviles en general.—Tomamos aquí el término escala en su sentido más general, el de sistema

1 Gercevanoff, pág. 29.1 P a ra más detalle?, véase Gercevanoff, § 10 a 14.

Page 415: Calculo Grafico y Nomografia

do elementos geométricos cualesquiera, líneas o puntos, afectados de una o varias cotas.

Supongamos esta escala mareada sobro un plano II’ que resbala libremente sobre el plano H, ambos planos provistos de los sistemas do ejes rectangulares Ox y O y de una parte, O'x' y O' y ’ do otra.

Para fijar la posición del plano IL' con relación al pla­no n , es preciso conocer las coordenadas x 0, i/0, del ori­gen O' con relación a los ejes Ox y Oy y el ángulo que O'x' forma con Ox, ángulo cuyo coseno designaremos por e. En estas condiciones, las coordenadas x o y del punto y') del plano H' son, sobre el plano II,

x = *«+<> x — Vi — 6“ ?/,

V - ¡/“+ V 1 — Wx' + tiy\

de donde se deduce que, siendo arbitrarios x 0, y0 y o, los movimientos de n ' sobre TI tionon 3 grados de libertad.

Si x 0, //o, o son funciones conocidas de ciertas varia­bles, la posición de la escala móvil dependerá de estas nuevas variables, las cuales, por consiguiente, figurarán a su vez en la ecuación representada. De aquí, el medio do extender el número de variables quo ésta encierra.

Pero, así como hemos tenido ocasión de notar en el número 89 que ios diferentes modos de enlazar puntos acotados, establecidos por medio de índices móviles no corresponden a tipos de ecuación interesantes desde el punto de vista práctico, más que para ciertas formas sim­ples de estos índices, de igual modo la introducción de los sistemas acotados móviles de que acabamos do hablar no se utilizará más quo on algunos casos sencillos.

47

M ODOS DIVERSOS DE REPRESENTACIÓN 417

Page 416: Calculo Grafico y Nomografia

418 NOAlOGKAVÍA

Entre los movimientos del plano n ' con un solo grado do libertad, los cuales, evidentemente, se ofrecen en pri­mer lugar, los más importantes son los que se reducen a una traslación paralela a uno de los ejes, Ox u O y (es­calas de deslizamiento) o a una rotación alrededor del origen O (escalas giratorias). Entre los que gozan de dos grados de libertad, el más importante es el que se redu­ce a una traslación cualquiera en el plano Ox y , perma­neciendo los ejes 0 '.r' y O' y ' paralelos a Ox y O y (es­calas de orientación fija, o, más sencillamente, escalas orientadas).

»Sí, desde el punto do vista de las aplicaciones reales, apenas hay que contar más que con estos casos, es, por el contrario, interesante considerar, sobre un nomogra­ma, 110 uno sólo, sino varios sistemas hechos móviles, de modo que se introduzcan nuevas variables por medio de cada uno de ellos.

95. Escalas de deslizamiento. Reglas de cálculo.—Consideremos la escala de la función f 2 llevada a lo largo del eje O'x' del plano móvil que hacemos resbalar a lo largo del eje Ox del plano fijo que contiene la escala /i- Cuando el origen O' del plano móvil se halle en un cierto punto de cota de la escala f2) se ve que el punto de cota x t de la escala ocupará, sobre Ox, la posición correspondiente a

* - / , + /,•

Si, pues, un nomograma contiene a lo largo de uuo de sus ejes una escala simple tal como la de / j , se ve que,

Page 417: Calculo Grafico y Nomografia

MODOS D IV ER SO S DE REPRESENTACIÓN 419

por la introducción de una escala de deslizamiento se le puede sustituir una escala binaria de ía forma

f. + f,-

¡Si, por ejemplo, se efectúa esta sustitución para una de las dos escalas reunidas por medio de las cuales so puede representar (uúm. 46, Observación II) toda ecua­ción entre dos variables puesta bajo la forma

se obtiene la representación de la ecuación

/, + /j = h >

por un nomograma de escala de deslizamiento, el cual, realizado materialmente do cierto modo (estando las dos

10 ( Z\) U1 9 •> ( 2 0 2

10

Fiff. 143.

escalas fx y fs sobre los bordes de una regla provista de una corredera en la cual se desliza una reglilla que lleva la escala f¿) no es más que uua regla de cálculo del tipo general (fig. 143), correspondiendo la regla de cálculo ordinaria al caso en que las tres escalas funcionales f t,

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420 N O M O G R A FÍA

fiy fa s°n idénticas a una misma escala logarítmica, en cuyo caso la ecuación representada

log Z | + l0g¿* — log2:t,equivale a

z , z.j = z*.

No insistimos aquí sobre las reglas do cálculo que son objeto de multitud de tratados especiales 1.

Nos limitaremos a hacer observar de unu parte que yuxtaponiendo un cierto número de regidlas de desliza­miento para las escalas /¡¡, f3, . . . /» _ , entre las escalas fijas A y f», se obtiene la representación de ecuaciones do la forma

/ , '+ / , + • •

y de otra parte, que sustituyendo a las escalas sencillas escalas binarias, se duplica el número de variables bajo i a forma

11-¿ I * * * íi fí—i) (7h—2) i)aM*

M. Vaes ha construido reglas de este último tipo, es­pecialmente para la fórmula de tracción de las locomo­toras 2.

Todavía se podría tomar uno cualquiera de los tipos de nomogramas precedentemente estudiados, y hacer sufrir en él una traslación a las diversas escalas, paralelamente a uno u otro de los ejes cartesianos a los cuales se les su­pone referidos.

1 V éase O., 7, págs. 116 y 118.1 ()., 4, pág. 063.

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M 0D08 DIVERBOS DE REPRESENTACIÓN 421

90. Escalas giratorias.—Si, estando en coincidencia los orígenes O y O', se hace girar O’x ' alrededor do O, las coordenadas del punto dado sobre esto eje por

Si además esta escala no sirve más que para acotar un haz de paralelas a O y, no hay que considerar más que el valor de x. Si luego se hace de manera que eos<a=f^, función de la variable x 2, se ve que la escala giratoria equivaldrá a la escala binaria do la función de dos varia­bles constituida por el producto f t f2.

Por lo demás, para referir la posición de la escala gi­

ratoria correspondiente a cada valor de x 2, bastará ins­cribir este valor de z<¡_ al lado del punto donde termina., sobre un círculo C de centro O, la posición de la base correspondiente al ángulo o> tal que cosoo — f2 (fig. 144). Este punto se encuentra, como se ve, sobre la paralela

se convierten, llamando u> el ángulo xO x', en

x-- eos w, ¡/— sen (o.

fc'ig. 1 « .

Page 420: Calculo Grafico y Nomografia

422 NOMOGRAFÍA

a O y trazada por el punto de cota sobre la escala do la función f¡ llevada sobre Oír, a partir de 0_, con uu mó­dulo igual al radio del círculo C. Se ve muy claro, ade­más, que este artiGcio sólo podrá aplicarse, mientras la función /s¡ permanezca inferior en valor absoluto a 1.

Combinando esta rotación con una traslación paralela a O x, definida por x — <$.„ se tendrá:

* ^ l - v

Para evitar el tener que añadir efectivamente una tras, lación a una rotación, M. Lallemand ha propuesto el in­genioso artificio siguiente:

Sobre el plano II', que lleva la oséala giratoria, trace­mos, por cada punto de esta escala como centro, un círculo de radio <?, evaluado con el módulo de Ore. Se ve que una vez situada la escala por medio de la (x2), la lí­nea de correspondencia (paralela a 0 y) tangente a este círculo, del lado indicado por el signo de cp, {en la prác­tica, no hay duda nunca) tendrá por abscisa Bastará colocar una debajo de otra dos escalas giratorias que tengan su centro cada una sobro O y para obtener un nuevo sistema de representación aplicable a las ecua­ciones de la forma

+ =

a condición de que los círculos i y sean tangentes a una misma línea de correspondencia.

Se puede además combinar escalas giratorias con esca­las de deslizamiento.

Page 421: Calculo Grafico y Nomografia

Si, por ejemplo, las dos escalas giratorias provistas de círculos, que acaban de establecerse para x t y *2 de una parte, x 9 y í 4 de otra, se sitúan independientemente una de otra, y se hace resbalar a lo largo ríe Oír una escala definida por = se ve que si, habiendo llevado el ori­gen de esta escala sobre la línea do correspondencia tan­gente al círculo <f>,, se comprueba que la línea do corres­pondencia tangente al círculo -?i corta a la escala de des­lizamiento eu el punto de cota * r>) se tendrá:

A A + v —1 f* f*+ v ’

M. Lallemand es quien ha imaginado este tipo especial de nomograma con objeto de una aplicación particular t .

Observación. —Acabamos de hacer ver cómo, por me­dio de las escalas giratorias, se pueden introducir nuevas variables en un tipo cualquiera do nomograma. Se las puede utilizar también, muy sencillamente, para hacer más precisa la lectura do ciertos nomogramas, así como el transparente exagonal do M. Lallemand (núm. 59) ha permitido hacer más precisa la lectura de los ábacos cartesianos de tres haces de rectas paralelas. Se puede, por ejemplo, en los ábacos polares (pág. 225) reemplazar a la vez los círculos que tienen el origen O por centro y las rectas que parten de esto origen por una escala (zt), girando alrededor del punto O, cuya posición puede que­dar fijada mediante una graduación (z2) situada c d un círculo de centro O (fig. 145).

Guando la base de la escala giratoria pasa por el pun­to de cota z2 del círculo do referencia el punto de cota z x de esta escala cae sobro la línea de cota z3\ lo cual,

M ODOS D IV E K 8 0 S D E R E P R E S E N T A C IÓ N 4 2 3

1 O .) 4, n ú m . 1 3 7 .

Page 422: Calculo Grafico y Nomografia

<124 NOM OGRAFÍA

como se ve, se presta muy bien a ¡a determinación de «na u otra de las variables tomada como incógnita.

í>7. Escalas orientadas.—Consideremos ahora un pla­no II' do orientación fija que resbala sobre el plano H conteniendo uu sistema acotado cualquiera. Llevando cada uno de los dos planos, como hemos dicho (aiim. 94), un sistema do ejes rectangulares, y siendo ostos sistemas paralelos los de un plano con respecto a los del otro, la posición del plano II' podrá definirse mediante escalas ix i) y (*2) llevadas sobre 0¿c y O y, por los puntos por los cuales deban pasar respectivamente los ejes O 'y ' y O'.c'. En estas condiciones, las coordenadas del origen O' con relación a los ejes O.c y O y, a saber:

(, ’ V„— f71

deberán añadirse a las y' de todo puuto del plano i r para tener las coordenadas x ,y de este punto sobre el plano H 1.

1 E n lugar de hacer pasar el eje O'«/' por los puntos do la escala de la función f¡ llevada sobro Ox, viene a ser lo mismo hacer pasar el «ye Qy por los puntos de la escala de la función — fi llevada sobro O V .

Page 423: Calculo Grafico y Nomografia

Supongamos, por ejemplo, que el plano H contiene las líneas definidas por una ecuación tal como:

P (a \ y,z, ) = 0,

y el plauo II' la escala puntual definida por:

x'—ffz, y'=ks.

Si se fija la posición del plano II' con relación a n por medio de las escalas (2 .,) y (¿2) como acaba de decirse, se ve que so tendrá una representación 1 de la ecuación:

l*’ (A -f~ s*, + z.\) — o.

Por lo demás, nada obliga, para fijar la posición del plano U' con relación al plano n, a servirse de ios ejes O'x' y O 'y ' como líneas de referencia; dos líneas cnales- quiera trazadas sobre este plano II' podrán servir para lo mismo, especialmente dos rectas D* y D2 que partan del punto O' y cuyas ecuaciones reforidas a O'.r' y O'?/ serán

y — m í x y —nh v.

De igual modo, las escalas (2 ) y (zs), cuyos puntos deberán estar colocados respectivamente bajo las rectas Di y D2j podráu estar sobre otras líneas distintas a Ox y O?/; supongámoslas ambas sobre O ij. Entonces, obser­vando que las coordenadas del punto O con respecto a

M OD O S D IV E R SO S D E R E PR E SE N T A C IÓ N 425

1 Nom ogram as de este género ha-n sido em pleados por el capitiiu B a ta iile r.

Page 424: Calculo Grafico y Nomografia

426 NOMOGRAFÍA

()'■>•' y 0 'y ' son —x 0 y - y 0¡ se ve que se expresará que las rectas D4 y JD2 pasan por los puntos acotados y «2 respectivamente-sobre Oj/ poniendo

— 7/ o + /■ = — m i a ? i i ,

■~ V> + h = — "i*

ecuaciones que determinan .<-0 e y0 en función de xx y x2. Vamos a dar un ejemplo de ello.

08. Nomogramas de imágenes logarítmicas.— Sillamamos, como anteriormente (ndm. 22), con M. Mehm* ko, imagen logarítmica del polinomio 1

a la curva obtenida tomando respectivamente por abscisa y por ordenada

.»•■ = l<><5 ij'= \oku,

vemos que esta imagen logarítmica trazada sobre el plano n ’ tendrá por ecuación:

iuv' = iom‘*'+ íO'"*.

La ecuación de esta misma imagen referida al plano H será

1 ( | V — V " ~ j , y » i ( * — * , ) a i )

1 Para conocer más extensamente ol método de las im á ­genes logarítm icas de M . Mehmke, véase O.. 4, cap. X . sec­ción I I R.

Page 425: Calculo Grafico y Nomografia

MODOS DIVERSOS DE REPRESENTACIÓN 427

O| ((i/ _ jq «>i *+1)« — >»i -r: »i¿ *o _

Ahora, segiin las ecuaciones escritas más arriba (en la hipótesis en que las rectas D., y D2 de referencia partien­do de O' tienen por coeficientes angulares m x y m y suponiendo que las escalas f i y f% se reducen a una sola y misma escala logarítmica sobre la cua!, en los puntos de intersección con D* y D2) se lee respectivamente a4 y a¡2, se tiene:

2/ , i — tu i .v» -■ l o g a , , í / 0 — M -t.rt — loga* ,

y, por consiguiente, observando que

se tiene, para la ecuación de la imagen logarítmica, refe­rida a O a: y 0 y:

10l/ — «i lo ”“ ' + «310“**.

Dicho de otro modo: la imagen logarítmica del bino­mio traxada sobre el plano JT, cuando tos rec­tas de referencia y D2 pasa?i respectivamente por los puntos de cotas a4 y a 2 sobre la escala logarítmica que lleva O y, representa sobre el plano n la imagen logarít­mica del binomio a.,zW i-)-a2zm2.

Hó aquí, pues, el medio de engendrar, por una trasla­ción cualquiera del plano n ' (cuya posición está fijada sobre el plano H por lus rectas de reforencia Dt y D2 en unión de dos puntos de la escala logarítmica de O y), el sistema doblemente infinito de las imágenes logarítmicas de los binomios ai x."“-¡-a2z ”*‘ donde a y ct2 pueden to­mar valores positivos cualesquiera. Observemos, en efec­

Page 426: Calculo Grafico y Nomografia

4 2 8 NOMOGRAFÍA

to, que no permitiendo una escala logarítmica represen­tar más que números positivos, es preciso, si se quiere poder atribuir a los coeficientes ax y a2 valores nega­tivos, considerar sobre n ' las imágenes logarítmicas de

— 2«ii o de z™*—zmx.Si se han situado así sobre el plano n , por medio de

dos transparentes distintos n ’ y IT", las imágenes logarít­micas de los binomios «1a*',*-j-0 2*'"-> y a3x m -\-a^x”'*, se ve que los valores de z que corresponden a los puntos de encuentro de estas imágenes (valores que se leerán sobre la escala logarítmica de 0 « siguiendo la línea de corres­pondencia que pasa por cada uno de estos puntos) son tales que

«.t z m ‘ + «„ z ” "1 : a t z'"-: + a i z nu ,

de donde se deduce el medio de obtener las raíces positi­vas de las ecuaciones de esta forma (considerando tantas imágenes logarítmicas distintas como lo exijan las diver­sas combinaciones de signos que se prevean); decimos positivas por la misma razón que anteriormente (imposi­bilidad de figurar números negativos en una escala loga­rítmica); las raíces negativas pueden, por otra parte, ob­tenerse en valor absoluto como raíces positivas de la transformada en —z.

No se puede tampoco tomar uno de los coeficientes, «4 por ejemplo, igual a O, puesto que el punto que se debe tomar sobre la escala logarítmica de O y estaría en­tonces en el infinito; pero, en este caso, es muy fácil re­presentar aparte la imagen logarítmica del término

o soa10’-'= «3 iom:'

oy=m*ír + \ogan

recta de coeficiente angular m 3 trazada por el punto de cota «3 sobre la escala logarítmica de Oí/.

Page 427: Calculo Grafico y Nomografia

MODOS DIVERSOS DE REPRESENT ACIÓN 429

La figura 140 muestra la resolución por este procedi­miento de la ecuación

s» = 2, \.z-\- 9,

por medio de la imagen logarítmica del binomio x ~\-1 y de la recta y = Zx designada en la figura por la letra I) i, que dan * = ’2,4.

99. Objeto del estudio morfológico de los nomogra­mas.—Al ver cómo, a medida que se avanza en el estu­dio de la nomografía, se multiplican los tipos particulares

1 Para otros valores del exponento de) prim er miembro se tendrían otras rectas D partiendo del origen, que hemos Suprimido para hacer la figura m is piara, p$ro que ae en­contrarán en O., 4, ' J71).

D'

F)g. 148.

C.—Teoría general.Estudio morfológico de los nomogramas.

Page 428: Calculo Grafico y Nomografia

130 N O M O G RA FÍA

de nomograma, se ocurro considerarlos desde el solo puu- to do vista de su estructura, independientemente de la naturaleza geométrica especial de las líneas>que en 61 in­tervienen y de la forma correspondiente de las ecuacio­nes representadas, aunque es claro, por otra parte, que cuando se trata de las aplicaciones, es, por ei contrario, esta doble consideración la que importa más.

De cualquier modo, nosotros nos proponemos estudiar aquí el esquema de la estructura de los diversos tipos de nomograma para obtener una clasificación general de ellos capaz de comprender, no sólo todos los que son co­nocidos y utilizados actualmente», sino tambión todos los que pueden llegar a ser propuestos on lo sucesivo.

Las nociones en que vamos a fundar aquí esta teoría son las mismas que nos han servido a este efecto desde el origen 1; pero el sistema de clasificación en que vamos a detenernos es el que hemos propuesto en segundo lu­gar 2 y que no tiene en cuenta más que la distribución sobre ol nomograma de los elementos no acotados o cons­tantes y do los elementos acotados independientemente del número de variables que a ellos se refieren.

Para el caso en que el nomograma, constituido única­mente por concurso de líneas, no contiene ningún ele­mento, constante o acotado, móvil, ya hemos visto que su tipo más general es el representado esquemáticamente (en el caso de doce variables) por la figura 92 (pág. 244). Se puedo, en un nudo cualquiera de tal ramificación, con­siderar uno S de los tres sistemas que en 61 concurren como comprendidos en la red R de puntos, constituido por los otros dos; las líneas del sistema S están entonces afectadas dejo cotas y los puntos de la red R de n — p cotas, siendo n el número de las variables que intervie­nen. Se puede (por ejemplo, en la figura 92) considerar

* O., 4f cap. V I, sets I.2 O., 5. núra. 12.

Page 429: Calculo Grafico y Nomografia

los puutos C como formando una red de dos cotas (>11) y mientras que las líneas BC dependen de otras diez

variables, do a z i0, por el intermedió de una serie de haces condensados que forman im sistema ramificado. So puede, puos, decir, que todo nomograma realizable sin elemento móvil (por consiguiente, sobre un solo plano) para tina ecuación de n 'variables, está constituido por un sistema de líneas de p cotas pasando por los puntos de una red de n—p cotas.

Además, la observación quo acaba de hacerse a propó­sito de la figura 92 muestra que, sin que influya en la generalidad, so puede siempre suponer p ~ n — 2.

Si interviene un elemento móvil (cualquiera quo sea la manera de estar realizado materialmente), se puedo siem­pre, para un estudio teórico, suponerle perteneciendo a uti plano que resbala sobre el primero. Si intervienen va­rios elementos móviles, se los puede también referir a otros tantos planos superpuestos unos a los otros. Por ejemplo, eu el caso de la doble alineación, se puedo con­siderar las dos alineaciones tomadas sucesivamente como realizadas por medio de rectas trazadas sobre dos planos independientes superpuestos uno al otro, sirviendo uuo do ellos para tomar la primera alineación y el otro la se­gunda. Yeanios ahora cómo so puede fijar geométrica­mente la posición de estos planos superpuestos unos con relación a los otros.

100. Determinación gráfica de la posición relativa de dos pianos superpuestos. Noción de los contactos simultáneos.—Acabamos do recordar (uúrn. 94) que el movimiento relativo de dos planos superpuestos tiene tres grados de libertad. Son necesarias, pues, tres condiciones simples para fijar su posición relativa. A fin de dar, on todos los casos, una forma puramente gráfica a estas con­diciones, debemos primeramente ampliar la noción ordi­naria del contacto de líneas planas, tangentes entre sí, haciendo que comprenda el caso para una cierta línea de

MODOS DIVERSOS D E ItE i'JIES EN TA C lÓ N 431

Page 430: Calculo Grafico y Nomografia

432 NOM OGRAFÍA

pasar por un cierto punto. Por ejemplo, si tres líneas son concurrentes, diremos que una de ellas está en contadlo con el punto do intersección de las otras dos; si dos rec­tas son paralelas, diremos que una de ellas está en con­tacto con el punto del infinito de la otra.

Entendido asi el contacto en este sentido amplio, ex­presaremos que se verifica eutre dos elementos geométri­cos E y E' (líneas o puntos) por medio de la notación

E m K\

Observemos inmediatamente qx\e la coincidencia de dos puntos P y P ' equivale a un doble contacto (el de uno de ellos con dos líneas cualesquiera que pasen por el otro); la expresaremos, por consiguiente, por

P ~ P \

De igual modo, la coincidencia de dos rectas ü y D',o de dos círculos C y C' de igual radio, equivalente a un doble contacto (el de una do estas líneas con dos puntos cualesquiera situados sobre la otra), se expresará por

D S D ' o 0 = 0'.

Ahora, al considerar los diversos tipos de nomograma precedentemente estudiados, se reconoce que todos se re­suelven en la comprobación de ciertos contactos; así es, por ejemplo, cómo, sobre un nomograma de puntos a li­neados, hay contacto del índice rectilíneo con tres puntos acotados, sobre un nomograma de escuadra, contacto de uno de los dos índices que constituyen la escuadra con dos puntos acotados, y del otro con otros dos puntos aco­tados, etc. Además, por poco que en ello se reflexione, nos convenceremos de que la única relación precisa de posición de la que se puede juzgar a simple vista se limita

Page 431: Calculo Grafico y Nomografia

MODOS DIVERSOS DE REPRESENTACIÓN 433

al contacto entre elementos representados sobre un planoo sobre planos distintos superpuestos, y esto es lo que admitiremos a título de postulado.

En estas condiciones, es claro que el medio de lijar gráficamente la posición relativa de dos planos n y H' superpuestos, que contiene tres grados de libertad, con­sistirá en establecer el contacto entre tres elamentos E*, E „ E 3 de uno con tres elementos E t, E[, del otro. Esta determinación de posición se expresará, pues, por

e ;, e . ~ e ;.

(Jna vez inmovilizados así los planos, uno con relación al otro, se puede entonces comprobar el contacto entre otros dos elementos tomados respectivamente sobre uno y sobre otro;

La simultaneidad de estos cuatro contactos es lo que constituye la esencia de toda representación nomográfíea que puede reducirse a los movimientos relativos de dos planos aplicados uno sobre otro.

Si se hacen intervenir otros planos móviles, cada uno de ellos podrá ser fijado de igual modo con relación al conjunto de los que le preceden por medio de tres con­tactos. La determinación de la posición relativa de n pla­nos superpuestos exigirá así 3 (n — 1) contactos; después de lo cual, se podrá comprobar un coutacto entre elemen­tos tomados sobre dos cualesquiera de entre ellos; habrá, pues, simultaneidad de 3n — 2 contactos.

Antes de hacer ver cómo esta noción de los contactos simultáneos comprende todas las representaciones nomo- gráficas consideradas bajo la relación de su estructura, debemos señalar aquí una particularidad muy importante que se presenta en cierto número de ellos, y que es la siguiente:

2S

Page 432: Calculo Grafico y Nomografia

4 3 4 NOM OGRAFÍA

Puede hacorso quo los movimientos con uu solo grado de libertad, compatibles con los contactos (1) y (2), dejen subsistir el contacto (4) cualquiera que sea el contacto (3). En estas condiciones, podemos limitarnos a compro­bar la simultaneidad de los contactos (1), (2) y (4), dejan­do indeterminado el contacto (¡i).

Esto se verifica cuando los contactos (1), (2) y (4) son compatibles o con una misma traslación o con una mis­ma rotación; dicho de otro modo, cuando los elementos tomados sobre uno de los planos, que intervienen en es­tos coutactos, sean, por ejemplo, E ,, E ,, E „ son o rec­tas paralelas (a las cuales reservaremos en adelante la notación a ’), o bien círculos concéntricos (r' de centro común O').

Los planos n y l í ' estarán pues (aparte de una trasla­ción paralela a A', o de una rotación alrededor de O') de­terminados uno con relación al otro por los contactos

JE 1—1rA . jE 1-'A»i i ’ » i '

(empleando esta notación para el tercer contacto como arbitrario), y uo se tiene más que comprobar el contacto

e , ~ a ; « e w .

Será, por otra parte, más uatural afectar del Indice 3 al último Contacto comprobado atribuyendo el índice 4 alcoutacto arbitrario. Se tendrá así, para simbolizar los contactos observados en semejante caso:

Page 433: Calculo Grafico y Nomografia

Apenas so necesitará hacer observar que estos dos ca­sos comprenden aquóllos en que las tres roctas A,; &'tvienen a coincidir en una sola A' (puntos alineados) o los tres círculos l’t> r,. 1'3 en uno solo TV (puntos concíclicos).

101. Formación del tipo de nomograma más gene­ral.—Basta suponer que cada uno de los elementos que in­tervienen en los contactos simultáneos precedentes depen­de de un cierto número de variables que sirven para aco­tarlo, para tener un tipo de nomograma aplicable a una ecuación que encierre el conjunto de todas estas variables.

Si, en efecto, representamos por el conjunto de to­das las cotas correspondientes a E< _ vemos que estandool elemento referido al plano II por medio de las fór­mulas de transformación del núm. 94, el contacto entre E< y E t- se expresará por una ecuación, tal como

MODOS D IV ER SO S DE R EPR E SEN T A C IÓ N 435

Si consideramos, pues, primeramente el caso de dos planos Ií y II', tenemos que, expresándose cada uno de los cuatro contactos que se han de observar simultánea­mente entre elementos tomados sobre uno y otro por una ecuación de esta forma, la eliminación de x 0, y 0 y 0 en­tre estas cuatro ecuaciones nos darán una ecuación tal como

en la cual entrarán todas las variables correspondientes a cada uno de los diversos contactos, y el conjunto de los cuales constituirá precisamente una representación no­mogràfica.

Los casos en que uno de los contactos puede dejarse indeterminado, como se ha visto en el número proceden-

Page 434: Calculo Grafico y Nomografia

436 NOMOGRAFÍA

te, corresponden analíticamente al caso en que la elimi­nación de dos de los parámetros x 0, y n y o, entre tres de las ecuaciones que expresan los contactos, lleva consigo la eliminación del tercero.

Más generalmente, permitiendo la superposición de los planos, como acabamos de decir, comprobar 3n — 2 con­tactos simultáneos, y exigiendo la posición de cada uno de n — 1 de ellos con relación al último, 3 parámetros, la eliminación de estos 3n— 3 parámetros entre las S n — 2 ecuaciones de los contactos suministrará la ecua­ción representada por la simultaneidad de éstos, ecuación que contendrá, todas las variables que entran en los di­versos conjuntos que corresponden a cada uno de los 6 « —4 elementos que intervienen dos a dos en ios 3n — 2 contactos.

Tal es el esquema que se puede dar de la estructura del nomograma más general.

Para escoger un ejemplo en el que se presenten las di­versas particularidades indicadas en la exposición prece­dente, tomaremos el nomograma de dos escalas giratorias y una escala de deslizamiento de M. Lallemand, encon­trado en el núm. 96.

Sobre el plano fijo n tenemos que considerar de una parte los puntos O* y 0 3 alrededor de los cuales giran las escalas giratorias, de otra las escalas (z2) y (* 4) que sirven para referir la posición de las bases O, x y 03 x de las dos precedentes; llamaremos, en fin, y^ el punto del infinito del eje O y de este plano n.

En cuanto a las escalas giratorias, las consideraremos como trazadas sobre planos II' y II '', sujetos a tener cada uno un punto, 0, y O,, en coincidencia uno con O*, el otro con 0 3. Designaremos, además, por («1)' y (x3)" los círculos trazados como hemos dicho sobre los planos ir y i r .

En fin, sobre el plano IT" de la escala de deslizamien­to, no tendremos que considerar más que el sistema de las rectas paralelas a O " 'y '” y formando por con­

Page 435: Calculo Grafico y Nomografia

M ODOS D IV E R SO S D E R E PR E SE N T A C IÓ N 487

siguiente ccu este eje un sistema A'", que deja en libertad do mover, si se quiere, el plano I I '" en el sentido deO '" y " ' .

La notación do este tipo de nomograma será:

I ° . = °[ > ~ °x ») o , a o ; , (*4) ~ o > " ,

f 0v " -(*,)'"•

Observación I .—Una vez establecidos los contactos que fijan uno con relación al otro los planos H y II ', uno de los elementos que intervienen en el último contacto, E *, por ejemplo, puede pertenecer a un sistoma del plano i r cuyas cotas no estén inscritas en este plano, sino que resulten del contacto de los elementos E, con los puntos de una escala (*) marejada sobre el plano n . Se podría decir que, en este caso, las cotas del sistema de los ele­mentos E. son momentáneas. De todos modos, expresa-tremos que los elementos E , deben tomarso con las cotas x de los puntos con los cuales están momentáneamente on contacto, por la notación

Ib ;*].

Así, para los nomogramas de paralelas móviles (pági­na 365) siendo A0 la que se ha hecho pasar primeramente por los puntos y y A' la que une entonces los puntos (x3) y {%/,), la notación será:

( z j ' - ' K i Í V ~ [A'*,], * - » •

Para los nomogramas de puntos equidistantes (núme-

Page 436: Calculo Grafico y Nomografia

4S8 NOM O G RA FÍA

ro 92), si 0 ' es ol centro de los círculos concéntricos on coincidencia con el punto (*!), r ' el de los círculos que uno los puntos (*2) J (*3), la notación será igualmente:

0*,) « O', (*s) ~ [r'z\ , > - >

Observación / / . —Hemos visto ejemplos 1 en los que, para hacer la lectura del nomograma, se hace tomar a un mismo elemento móvil, sucesivamente, diferentes posicio­nes. Para referir un nomograma de esta clase al tipo ge­neral, es preciso considerar estas diversas posiciones co­mo resultando do la superposición sobro el plano fijo do otros tantos planos móviles distintos. Limitándonos sim­plemente al caso de la doble alineación con charnela a distancia finita, sobre la cual representaremos por P ol centro en que se reúnen las dos alineaciones A’ y A” (con­sideradas como formando cuerpo con los planos distintos IT y IT), la notación será:

i ■'* j >— A P ■—> A » 1—»,| x- r a » ,

12 ) —■ A (z ) 1—■ A P ■—1 A » —1 ».' 3 » 4 1 1

102. Clasificación de los nomogramas de un plano o de dos planos superpuestos. - Examinando los diver­sos tipos de nomogramas propuestos hasta aquí, se reco­noce que lo que los distingue unos de otros, desde el punto do vista morfológico, es la distribución entre los elementos que intervienen en los contactos simultáneos sobre que se basan, de los quo están provistos de cotas y de los que no lo están.

A fin de darnos cuenta de las diferentes maneras de

* Vé:uisr> especialm ente las pá^s. 250 y i\lG.

Page 437: Calculo Grafico y Nomografia

poder hacerse esta distribución, designaremos cada ele­mento acotado por el conjunto Z¿ de ias cotas que a 61 se refieren, conviniendo en tomar = 0 para los ele­mentos no provistos de cota o const-cmies.

Siendo arbitraria la numeración de los contactos, ob­servaremos primeramente que reduciéndose dos distribu­ciones una a la otra por cambio mutuo de las notaciones que corresponden a cada dos contactos, no forman en realidad más que una sola. Análogamente, tampoco so tendrá más que una permutando simultáneamente los dos elementos de cada uno de los contactos, lo que equi­vale simplemente a llamar n al plano que primeramente se había llamado 11' y recíprocamente.

Observemos inmediatamente que si tres contactos se verifican entre elementos constantes, los planos H y U', inmovilizados uno con relación al otro, no forman más que uno solo, lo cual, para referir los nomogramas de un solo plano a los que siguen, nos permitirá notarlos:

(20) Z t - Z , , ü~0, 0-0, 0-0.

Después de ésto, y designando cada tipo canónico por el número (en grandes caracteres) de los elementos aco­tados distintos que en 61 intervienen, afectado de un ín­dice de orden, podemos formar el siguiente cuadro com­pleto de estos tipos para el caso de dos planos super­puestos 1.

MODOS DIVERSOS DE REPRESENTACIÓN 439

1 Las letras puestas al fiual de algunas do las líneas do oste cuadro s© refieren a las explicaciones dadas en la Ob­servación anterior, así oomo ¡ti núni. 103.

Page 438: Calculo Grafico y Nomografia

440 NOMOGRAFÍA

(2. ) z , ~ o, Z - 0 ,* 7 0 - 0 , 0 - 0 (1, P)z f ~ o, 0 - Z ' , 0 - 0 , 0 - 0 (1, P)Z , — 0, z - o ’ 2 Z - 0 , & 7 0 - 0 (1 , P)z - z ' ,t v Z - 0,í 7 O h . 0, 0 - 0 ( 1 , C , M)

Z , - 0 , Z - o,I 7 0 - 7 / , 0 - 0 (1, P)(V Z , - 0, Z - 0,!í Z - 0,s 7 Z - 04 <P>( 4 ) z - / / ,I 1 Z - 0 , » 7 Z - 0, 0 - 0 U , M )

(4 ,> Z - 0, Z - 0 , * Z - 0 ,n 7 0 - 7 /4 (P)(4 . ) Z « Z ' ,k r Z - Z ' ,* a 0 H 0, 0 - 0 (1 , C )

Z - Z ' , i l Z - 0 ,2 7 ó - z ; , 0 - 0 ( l , M )

Z , - 0, Z - 0 ,2 0 - Z ' , 0 - z '4 (P)( 5 ) Z - Z ' , 1 l7 Z - 0 ,a Z - 0 , Z - 0 -t (M)( 5 . ) Z - Z ' ,1 i7 z , ~ z ; , Z 0,a 7 0 - 0 (1)

<5 .) Z - Z ' ,1 r Z ~ 0. Z k—< 0. 0 - 7 / '4 <M)

(6 , ) Z - Z ' ,1 r Z - 7 / , 1 » Z ~ 0,3 7 Z - 04(6 , ) Z - 7 / , l t z - z ' , z ~ / / ,H a7 0 M 0 (1)

<6 S> Z - Z ' 1 1 z - z \ir i Z, - 0 , 0 - Z '4(7 ) Z - Z \] i7

z - z \ 2 * Z - 7 / ,a r Z - 04( 8 ) Z - 7 ', i i Z - Z \X 3 Z - Z ' ,3 a* Z - 7/4 4

En la mayoría de loa casos, los elementos que inter­vienen en cada contacto son un punto y una línea 1.

Observación.— .Para que se pueda hacer uno de loa

1 E n tre todos los ejem plos que uos han servido en la p resen te exposición de la nom ografía, no hay más que uno (aquél en que in terv ienen las escalas g ira to rias provistas de círculos, cuya notación se ha dado eti el núm . 101) en el cual uo se verifique esto.

Page 439: Calculo Grafico y Nomografia

cuatro contactos indeterminado [tomando, sobre uno de los planos, como elementos que intervienen en los otros tres contactos, 4 oT (núm. 100)] es absolutamente nece­sario que este contacto no esté afectado de ninguna co­ta. Esta posibilidad no existirá, pues, más que para los tipos que contienen, al menos, un contacto 0 •— 0; 6stos son a los que se refiere la indicación (l) puesta entre paréntesis al final de la linea.

103. Nomogramas generales de puntos simple­mente acotados.—Entre los tipos canónicos de nomo­grama que acabaj*pde formarse, busquemos aquéllos en los cuáles los únicos elementos acotados sean puntos do una cota. Para esto, suponiendo que cada una de las letras Z¿ no designa más que una cota en vez de un conjunto de cotas, observaremos que esta cota puede re­ferirse a un punto en tres casos:

1.° Cuando en un contacto Z**— 0 el elemento cons­tante es una linea.

2.° Cuando en un contacto Z Z'. los dos elementosi tson puntos de una cota sobre bases constantemente en coincidencia (lo que no es posible más que cuando estas bases son rectas o círculos de igual radio).

3.° Cuando, en virtud de la Observación I del núme­ro 101, el elemento Z¡ es una línea, tomada en un siste­ma del plano II ' y tomando momentáneamente la cota del punto en que encuentra a una escala trazada sobre n.

De aquí tres variedades de nomograma de puntos aco­tados que designaremos del siguiente modo *:

M OD O S D IV E R SO S D E R E P R E S E N T A C IÓ N 441

' L a le tra que s irve para designar a cada variedad ha sido in sc rita al extrem o de la linea del cuadro gen era l co­rrespond ien te a cada tipo susceptib le de esta variedad . Cuando esta variedad es com patible con un contacto in d e­term inado, la le tra correspondien te está sub rayada al m is­mo tiem po que la le tra I a que debe esta r asociada.

Page 440: Calculo Grafico y Nomografia

442 NOM OGRAFÍA

1.“ Variedad P.—Esta variedad se produce cuando cada uno de los cuatro contactos tiene lugar entre punto acotado y línea constante.

2.° Variedad C.—Esta variedad se produce cuando dos escalas, una sobre U, la otra sobre II', tienen cons­tantemente la misma baso rectilínea o circular, siendo, por otra parte, esta comunidad de base, equivalente a un doble contacto (nám. 100) entre elementos constantes, lo que exige que la notación del tipo correspondiente con­tenga dos contactos 0 — 0.

3.“ Variedad M.—Esta variedad se produce cuando en un contacto entre elementos acotados, uno es un pun­to acotado, ol otro una línea de cota momentánea (consi­derada en el mismo plano que el primer punto) no con­teniendo los otros contactos como elementos acotados más que puntos.

Sería fácil formal- ejemplos de todas estas variedades; lo esencial es darse cuenta de la manera cómo pueden engendrarse; no insistiremos inás en en ello, limitándo­nos a hacer ver a cuál de estas variedades so refieren los principales tipos de nomograma de puntos acotados en­contrados en el curso de esta obra.

Nomograma de puntos alineados (nóra. G2).—Si A' de­signa el índice, la notación es:

( ) * » ■ A (Zt) •—1 A , (z-j) A \ » *“ * » ,

variedad Pl de (3*).Nomograma de escuadra y punto de referencia fijo

(núm. 90).—Si O'rf y O 'y ' designan los lados de la es­cuadra, P el punto fijo, se tiene:

(zi) — o v , (as)** o v , (z:i) —< o y , p — o y ,

variedad P de (3,).

Page 441: Calculo Grafico y Nomografia

¡Nomograma de escuadra por el vértice (núni. 5) i) .— ■Si se llama St la base de (jíj), se tiene:

(«O —i O 'x , (zt) m O x , (zs) ~ O 'y, S, — O'

tambión una variedad P de <3i).Se puede también notar tal nomograma:

(«i)=3 O', (zs)— O ’x', ( z ¿ ) ~ OV;

y aparece entonces como una variedad P de (4t) sobro la cual dos escalas so hubiesen hecho idénticas.

Regla de cálculo (nrtin. 95). Tomadas las graduacio­nes (¿J y (*2) sobre Oa-, (z ) sobre O 'x ', se tiene:

Q x ~ O ' x ( z i ) ~ O', (zs)-« l>»),

variedad C de (32).La variedad C de (42) con {«,) y (^2) llevadas sobre

(Z3) y (^4) sobre O ' x ' , y estos dos ejes en coinci­dencia dan tambión una regla de cálculo para cuatro variables.

Nomograma de puntos equidistantes (ntim. 92).—Lla­mando (zx) el trazo que marca el punto do cota z 1 sobre la base S t , y F ' uno cualquiera de los círculos de centro ()', se puede escribir:

(2,)>- O', S,>— O', (**)>-< Lr*»], » — »,

variedad MI de (32).Tal nomograma puede tambión notarse

(zt) ~ O', (>*)<-« [TV«], *—> »,

lo que le hace aparecer como una variedad MI de (42) sobro la cual dos escalas se hubiesen hecho idénticas.

M ODOS D IV E R SO S DE R E PR E SE N T A C IÓ N 4 4 3

Page 442: Calculo Grafico y Nomografia

444 NOMOGRAFIA

Nomograma de escuadra, (núm. 90).—Con las mismas notaciones que anteriormente se tiene:

(íi) o‘x\ o'x\ (z3) o y, (zt) *-■ oy,

variedad P de (44).Nomograma de paralelas móviles (núm. 83).—Siendo

A' una cualquiera de las paralelas a a'o, se tiene:

C e ¡ i ) ~ A ' o , ( 2 s ) — A 'o . — [ A ' 2 ,i1, * — i » ,

variedad MI de (4^.

F IN

Page 443: Calculo Grafico y Nomografia

Indice bibliográfico

(T¿as llam adas a oeto indioe eat&n indicada« en el euorpo de la obrA por e l nom bro del autor con letras cur»>lvftN).

A b d an k ■ Abakano - Les intégraphes, París, 18SC; Gautier- wtez (Br.) Villars, en 8.°

flrnoux (Gabriel). Tecnología gráfica; aparato para !a des­composición de los polinomios en factores, Bull, de la Soc. Math, de France, t. XXI, 1893.

Bata llle r (Capitán). Contribución a la investigación de las funciones empíricas, Revue d ‘Arti­llerie, t. LXIX, 1906.

Beaurepaire (I¿. de) Graphs. and Abacuses. Principies añil applications, Madras, 1907; S. Vava- dachari, en 8.°

Beghln (Maurice). Sobre una nuova clase de Abacos, Gé- nie civil, t. XXII, 1892.

Berg (J«\ J. Van Over-de graphischo oplossing van een den). Stelsel linoaire vergolijkingen, Ver si.

med. v. d. Ron. Aliad, v. Wet., 3.a serie, t. IV, 1888.

Page 444: Calculo Grafico y Nomografia

44(5 ÍN D IC E BIBLIOGRAFICO

Bertrand (Coman- danto).

Bou lad (Farid).

C lark (J.)

CoJIIgnon (£.)

Couslnery (B.-E.)

Cremona (L.)

Culmann (C-)

Deny (Comandan­te).

Dumas (Gustavo).

Descripción y iibo do un abaco desti­nado a facilitar los problemas rela­tivos a la distribución do las aguas, Revue du Génie, 1895.

Aplicación del método de los puntos alineados al trazado de las parábolas de un grado cualquiera, Ann. des Ponts cl Chaussées, 2.a trira. 1900.

Teoría general do los Abacos de ali­neación de cualquier orden, Revue de Mécanique, 1907.

Complément du cours d’analyse, Paris, 1879; Dunod, on 8.®

Le calcul par la traitj Paris, 1839; Cari- Uan-Grœury ot Dalmont, en 8.

1. Elementi di Calcolo gráfico, Turin, 1874; Para via, en 8.°

2. Les figures réciproques en statique yrapjiiqw, fcrad. por Bossut, Paris, 1885; Gauthier-Villars, en 8.°

Traité de- statique graphique, t.rad. por G. Glaisser, J . Jacquier y A. Valat, Paris, 1880; Dunod, en 8.° (La prime­ra parte de esta obra tra ta de algu­nos principios generales de cálculo gráfico).

Nota sobre la representación geomé­trica de Iob polinomios algébricos, Nouv. Ann. de niaih., 4.“ serie, t. V, 1905.

Nota relativa a los ábaoos do alinea­ción, Bidl. tech. de la Suisse romande, 1900.

Page 445: Calculo Grafico y Nomografia

ÍN D IC E B IB L IO G R A F IC O 447

Favaro (A ntón).

FUrle (Herm án).

Gœdseels (15.)

Gercevanoff (N.)

Gronwall (F. H.)

Hllbert (D.)

Lafay (Capitán).

Lalanne (Léon).

hérons de statique graphique, t. I I , Cálcu­lo gráfico, trad . por P. T errie r, P aris, 1885; Grauthier-V illars, ou 8.

1. Rechenblütter, Berlin, 1002; G aortner, on 4.°

2. lib e r eiuigelleoh«jnbliitt© r, Sitz, der Bcrliner Math. Gcss, 100;'!.

Les procédés pour simplifier les calculs ramenés à l'emploi de deux transver­sales, B ruselas, 1898; L agaert, en 8.“

Los principios del cálculo nomográfico (on ruso), Rail P e te rsb u rg o , 1906, en 8.°

S ó b re la s ecuaciones en tre tres v aria ­bles rep resen tab les por nom ogra­mas de pun tos alineados; Journ. de Math, pures et appliquées, 6.a serie, t. V III , 1912, pág. 59-

Sobre los problem as fu turos de las M atem áticas (§ 13), Compte rendu du deuxième Congres intern. des math, tenu en 1900, P aris, 1902.

Nota 8obro la represen tación aprox i­m ada de las ecuaciones de tre s va­riab les, Génie civil, t. X L , 1902

1. M em oria sobre las tab las gráficas y sobre la geom etría anamórfica, Ann. des Ponts et Chaussées, l.®r sem., 184G.

2. M étodos gráficos para la expresión de las leyes con tres variab les, No­tices réunies par le Ministère des Tra­vaux publics à l’occussion de l’Expo­sition Universelle de Paris, 1878.

Page 446: Calculo Grafico y Nomografia

448 ÍNDICE BIBLIOGRXf ICO

Lallemand (Ch.)

Laska <W) y Ul kowuskl (F.)

Lili (Capitán).

Massnu (J.)

1. Les ábaques hexagonauoc, M emoria au- tografiada, París, 1885 (no publicada, y únicam ente presentada a la Aca­demia de Ciencias el 24 de D iciem ­b re do 1906).

2. Sobre un nuevo método general de cálculo gráfico p o r medio de I o b Aba­cos exagonales, O. R. de l'Ae. d. Se,. t. C II, Í886.

- Sobre la N o m o g r a f ía , Zeiisclir. für math. und Phys., 1907. [Esta Memo­ria, que se nos ha enviado en prue­bas d u ran te la im presión de la p re­sente obra, contiene el estudio, por medio de un sistem a especial de co­ordenadas, de los nom ogram as do escuadra, o más en general, de dos índices formando un ángulo cual­quiera (según la observación de la nota de la pág. 899)].

Resolución gráfica de las ecuaciones num éricas de cualquier grado con una incógnita, Nouv. Ann■ de math;2.a serie, t. V I y V II, 18G7-68.

1. M emoria sobre la integración g rá ­fica y sus aplicaciones, Ann. de l’As- soc- des ing. sortis des ¿coles spécia- les de Gand, 1878, 1&34, 188G, 1887, 1890. (Las diversas partes de esta M emoria han sido reunidas en un volumen tirado aparte).

2. Nota sobre la resolución gráfica de las e c u a c io n e s de prim er grado, Idem, 1889.

Page 447: Calculo Grafico y Nomografia

ÍN D IC E B IB L IO G R Á F IC O 449

Massau (,T.)

M ehm ke (R.)

O.Oeagne (M. d ’.)

3. M em oria sobre la in tegración g rá ­fica do las ecuaciones de derivadas parciales, Idem, 1000.

4. Sobre la represen tación de las ecua­ciones de cualqu ier grado, C. R. de l’Ac. des Sc., t CXLV, 1907. (La p re­sen te obra estaba ya com pletam ente term inada cuando apareció esta in ­te resan te nota, no pudiendo hacor aquí o tra oosa que recom endarla al lector).

1. N eue Metliode beliebige num erische Gleichungen m it e iner U n b ek an n ­ten graphisch Auflösen, Givilinge- nieur, t. X X X V , 1889.

2. N eues V erfahren zur Bestim m ung d er reellen w urzeln zw eier num eris­cher a lgebra ischer gleiohungen m it zwei U nbekannten , ¿?e¿¿se/í. für Math., und Pkys., t. X X X V , 1800.

(Véase Ocagne).1. Nuevo procedim iento de cálculo g rá ­

fico, Ann. des Ponts et Chaussées, se­gundo sem., 1884.

2. Coordenadas paralelas y axiales, Nouv. Ann. de math., 3.a serie, t. I I I y VI, 1884 y 1885. (E sta Memoria, unida a la antorior, ha sido editada aparte por G& uthier-Villarsl.

3. Nomographie. Les calcula usuels ef- fectués uu moyen des ábaqiies, París, 1891; G authier-V illars, en 8.°

4. Traité de Nomographie, P a rís , 1899; G au th ier-V illars, en 8.“ (A l fronte de esta obra so encuen tra la lista de las publicaciones an terio res del au ­tor sobre el mismo asunto).

as

Page 448: Calculo Grafico y Nomografia

450

Ocagne (M. d ’.) 5. Exposición sintética de los p rinci­pios fundam entales de la Nomogra­fía, Journ. de l'Ec. Polyt., 2.a serie, fc, V III, 1908. (Tirado aparte).

6. Leçons sur la Topométrie comprenant des notions sommaires de Homogra­phie, París, 1904; en 8.°

7. Le calcul simplifié par les procédés mécaniques et graphiques, 2.a ed. Pa­ris, 1905; G-authier-Villars, en 8.°

8. Cours de géométrie descriptive et de géométrie infinitésimale, Paris, 1896; G authier-V illare, en 8°

9. Sobre la resolución nomográtíca do la ecuación de 7.” grado, G. i2. de l‘Ac. de Sc., 2.“ sem-, 1900 (pág. 522).

10. Sobro algunos principios elem en­tales de Nomograiía. Bull, des Se­m â t t. XX IV , 1901.

11. Sobre los diversos modos de aplica­ción del método gráfico al arte del cálcalo, Compte rendu du Congrès du mathématiciens de 1900, París, 1902Í G au th ierV illars , en 8.°

12. Sobre algunos traba,)os reciente? relativos a la Nomografía, Bull, des Sc. math., t. X X V I, 1902.

13. Sobre las ecuaciones de 3.“ y 4.° o r­den nomográfico, Bull, de la Soc. math, de France, t. XXXV, 1907. (Los priuoipalos resultados contenidos en esta M emoria han sido prim eram en­te insertados en los C. R. de l'Ac. des Sc., tomo. CXLII, pág. 988 y to ­mo CXLIV, págs. 190, 895 y 1027).

ÍN D IC E B IB LIO G R A FIC O

Page 449: Calculo Grafico y Nomografia

Ocagne (M. d ’.)

P e s c i (G .)

Pouchet (L.)

Ricci (Capitán).

Schilling (ÏY.)

Segner (J. von).

Soreau (Kod.)

14. Los progresos reciontes do! motodo nomográfioo de los puntos alineados, Revue générale des Sciences, t. X V III, 1907.

Cenwi di Nomografía 2.a eà. Liorna, 1901; R. Giusti, en 8.“

Arithmétique linéaire, apéndice de la o tra : Echelles graphiques des nou veaux •poids, mesures, Rouen, 1795.

Nueva edición bajo el título: Métrolo­gie terrestre, Rouen, 1797.

La Nomografía, Roma, 1901; E. Voglie- ra, en 8.°

Uber die Nomographie von M. d’Ocagne, Leipzig, Í900; Teubner, en 8.°

Metliodus simplex et univorsalis om- nes omnium aiquationum radicesdo- tegendi, Acad. Petrop. Novi Com­ment-, t. V II, 1761.

t. Contribución a la teoría y a las apli­caciones de la Nomografía, Mém- et comptes rendus de la Soc. des Ing. Ci­vils, 1901 (tirado aparco)

2. Nuevos tipos de ábacos. La capaci­dad y la valencia en Nomografía, Idem., 190C (tirado aparte).

ÍNDICE BIBLIOGRAFICO

Ulkowskl

Van den Berg

( Veaso Laska). (Véase Berg).

Page 450: Calculo Grafico y Nomografia
Page 451: Calculo Grafico y Nomografia

INDICE ALFABÉTICO DE AUTO RES Y DE M A TERIA S

Abaco cartesiano, 212.— exagonal, 252.

Abdank-Abakanowlcz, 120. Abscisa media, 124. fldler (A.), 383.Alineación doblo, 861, 382,

390.— múltiple, 875.— simple, 263.

rtllard (E-), 202.Amplitud, J96.Anamorfosis, 219. Anamorfosis generalizada,

224.Anamorfosis por círculos,

227.Aproximaciones sucesivas.

191.ftrnoux (G.), 87.

B;ise, 51, 118, 133.Batailler (Capitán), 357, 360,

425.Beghln (M.), 329, 865, 398,

408.BellavHIs (G-), 93.

Berg (F.-J. van den), 60,Bertrand (Corouol), 289, 290.Blum, 251.Boülad (F.), 63, 81, 83, 205,

334.Brauer, 108.

Cambio de módulo,204.— de polo, 149.

Centro de curvatura de la integral, 121.

Centro de giro, 66, 70, 363.Centros de giro inaccesi­

bles, 71.Centro de gravedad, 116,

157,161.Charnela, 363.Cisura, 202.Clark (J.), 270, 278r 321, 339,

841, 342, 350, 853, 354, 888.Clasificación de los nomo­

gramas, 438.Coillgnon (E.), 155.Compás logarítmicoi 108.Composición de oséalas pa­

ralelas, 290.

Page 452: Calculo Grafico y Nomografia

454 I n d i c e a l f a b é t i c o

Conciclicos (puntos), S9C. Condensadae (lineas), 240. Condensados (puntos), 279. Contactos sim ultáneos, 433. Contra-escala, 45. Coordenadas cartesianas, 21. Coordenadas o r to g o n a le s ,

22.Coordenadas paralelas, 83.

— p l ü o l c e r i a n a s ,27.

Coordenadas tangenciales generales, 28.

Coordinatógrafo, 266. Coplanarios (puntos), 382. Cota m om entánea, 437. Cotes, 127.Crem ona, 90,148.Crépin, 243.Culmann, 151.Curva de error, 133.

D ava lne (C+.), 217.Deny, 87.D erivada (curva), 119. D ilatación en intervalo, 172. D ireotriz de integración, 185 D ualidad, 26.Dum as (G.), 375.

Ecuaciones algébricas, 87.— de segundo g ra­

do, 88, 319, 413. Ecuaciones de te rcer g ra ­

do, 91, 319, 325, 429. E c u a c io n e s diferenciales,

189.

Ecuaciones lineales, 61, 63.» ouadráticas, 230.

E lem ento constante, 430. E lim inación gráfica, 58. Escala binaria, 238, 256. Escala cartesiana, 200.

— circular, 278,842,344, 379.— cónica, 275.— cuadrática, 277.— curvilínea, 266, 274.— de deslizam iento, 418— derivad a, 206.— funcional, 200.— giratoria, 421.— homográfica, 209.— isograda, 201.— lineal, 209.— logarítm ica, 210.— m étrica, 43,195.— móvil, 416.— m últip le, 243-— norm al, 202.— orientada, 424.— parabólica, 201, 296.— proyeotiva, 206.—■ regular, 195.— transform ada, 206.

Escalas conjugadas, 205. Escalón, 196.Escalonado (sistema), 57, 75. Esfuerzos cortante??, 117. Esquem a gráfico, 55, 85.

— rad ian te , 81. E xtracción de raíces, 89.

F actor parásito , 274.

Page 453: Calculo Grafico y Nomografia

ÍN D IC E A L FA B É T IC O 455

Favé (L.), 217.F ig u ras recíprocas, 148. Fontené, 800, 353. .Fraccionam iento, 217, 254,

287.Funcionas componentes,265 Fiirle, 896.

Gauss, 106.G énero do un nomograma

de puntos alineados, 267. Gercevanoff (N ), 411, 414. Gcacfseels, 306, 398.Gorrieri, 320.Goursat (E-), 247.Gronwall, 268.Gunter, 202.

Haz proyoctante, 204.Hilbert (D.), 246, 324. H om ografía, 40.

Im agen logarítm ica, 105. In d ice , 250,395.Inflexiones (curva de), 187. In tégrafo , 120.In teg ra l (curva), 110.

— do zona, 141.— parabólica, 1C3.

In teg ran te (polígono), 164,178.

In terpolación gráfica, 99.— visual, 44,249

In tervalo , 49, 196.In te rva lo s variables, 79. Isoclinas (curvas), 184. Isopleto, 315.

Kcenlgs (G.)> 219.

Lalanne (!„.), 216, 217, 220, 222, 248.

Lallemand (Ch.), 250,252,256, 259, 398, 422, 423.

Lecornu, 222.Lconelll, 106.L eyes em píricas, 101,326,358 LUI, 87.L ím ite de e rro r, 136.L ínea de correspondencia,

49.L inea de referencia, 144. L inea elástica, 117. Logarítm ica de adición (cur­

va), 107.Logaritm o in tegral, 136.

M ansión (P.), 127.M assau (J.), 64, 67, 77, 117,

129, 132, 136, 141,163, 184, 189, 222, 225, 226. 243, 355, 395.

M edia, 52.Mehm ke (R.), 105, 383, 426. Módulo, 43, 50, 196. M omentos de d iversos órde­

nes, 113.M omentos de un arco, 157. M omentos ílectores, 117. Morel (P.), 375.

N om ogram a circular, 342.— cónico, 339.

po r oheurrones,378.

Page 454: Calculo Grafico y Nomografia

456 ÍN D IC E ALFABÉTICO

Nomograma de escalas pa­ralelas, 369, 375.

Nomograma de e s c u a d ra , 398-

Nomograma do escuadra de punto lijo, 401.

Nomograma de escuadra por el vértice, 404.

Nomograma de imágenes lo­garítm icas, 426.

Nomograma de lineas con­currentes más g e n e ra ) , 245.

Nomograma, de puntos ali­neados de género 0 (No), 283, 202.

Nomograma de puntos ali­neados de l.®r género (Ni), 312.

Nomograma de puntos equi­distantes, 411.

Nomograma más g e n e r a l , 3G9.

Nonius gráfico, 45.

Orden nomogràfico, 272.O rdenada media, 123, 12G,

170.Ortógono, 85.

Parábolas de cualquier g ra ­do n.., 90,175, 334.

Paralelas móviles, 305.Patrones de g r a d u a c i ó n ,

209.Pesci (GL), 225.Picard (E.), 191.

Poncelet, 137.Pouchei (L.), 214.Prévot (E.), 239, 256.Punto crítico, 306.

Ramificado (sistema), 243.Rateau (A.), 331, 332.Rectificación, 155.

— del c í r c n l o , ' 160.

Red, 241, 280.Regla de cáloulo, 419.Retrocesos (curva de los),

188.Rlccl (capitán), 357.Rleger (J.), 291.Rollet de l'lsle (M.), 217.Runge (C.), 191.

Sa Int-Robert (P. de), 221.Schilling (F.), 213.Segner (J. von), 93.Separación de variables,225,

269.Series recurrentes, 54.Slégler, 400, 405.Simpson, 136.Singularidades de las in te ­

grales, 18G.Sistem a de puntos, 37.Solución singular, 189.Soporte, 200.Soreau (R.), 231, 235, 267,

271, 332, 342, 344, 850, 352, 353, 357, 369, 878, 379, 382, 883, 386, 387, 391, 399, 402, 403, 406, -107, 408.

Page 455: Calculo Grafico y Nomografia

INDICE ALFABETICO 457

Suma de productos, 51. Superposición de las gra­

duaciones, 218.

T a n g e n t e a l a in te g ra l, 117.

Terquem (O.), *213. Transformación por la abs­

cisa, <02.

Transparente de dos o tres índices, 247, 251.

Tschirnhausen, 324.

Vaes (F.-J.), 420.Valor crítico, 308.

Wl ngate, 202.Wolff, 393.

Page 456: Calculo Grafico y Nomografia
Page 457: Calculo Grafico y Nomografia

INDICE DE MATERIAS

PAg>».

P b ó lo g o ..................................................................................... 1

I N T R O D U C C I Ó N

1 —C oordenadas ca rtesianas............................. ............... '212.—C oordenadas tangenciales- P rin c ip io d e d u a li­

d a d 24S. — D iferen tes sistem as de coordenadas tan g en c ia ­

les ligadas a coordenadas ca rtes ian as ............... 284>—C oordenadas p ara le la s ................................................. 335. —Sistem as de p u n to s ........................................................ 870.—Transform ación hom ográñca más g en era l----- ■... 40

L I B R O P R I M E R O

C A L C U L O G R A F IC O

CAPITULO I.—Aritmética v Algebra gráficas.

A.—OPEH.AOIONB9 AEITMÉTIOAS.

7.—E scalas m é tr ic a s ............................................................ 438.—O peraciones fundam entales de la A ritm é tio a .. . 489.—Sum a de productos. M edia............................. 61

10.—S eries re c u rre n te s ......................................................... 64

Page 458: Calculo Grafico y Nomografia

460 I n d i c e d e m a t e r i a s

B.~ S i s t e m a s d e e c u a c i o n e s l i n e a l e s .

11..—Esquema gráfico do ecuaciones linéalos. Siste­mas escalonados.................................................... 55

12.—Eliminación gráfica............................................................ -..... 5813. - Resolución general do un sistema de eouaoiones

lin ea les .................................................................. G314.—Marcha sistemática para la aplicación del mé­

todo G715.—Sistemas de forma especial. Reducoión del nú­

mero de cen tros............................. ' .................... 7310.- Empleo de intervalos variables. Esquemas ra ­

diantes..................................................................... 79

C. E c u a c i o n e s d e c u a l q u i e r g b a d o .

17.—Esquem a de los polinomios enteros de cualquierg ra d o ......................................................................... 84

18.— Resolución de ecuaciones de cualquier g rad o ... 8719.—Transformación por la abscisa............................... 92•20.—Curva representativa de un. polinomio. In terpo­

lación parabólica gráfica.................................... 9721.— Aplicación a la representación de resultados de

observaciones físicas............................................ 10122.—Imagen logarítmica de un polinomio................... 105

CA PÍTU LO I I .—Integración gráfica.

A .—P r o p i e d a d e s f u n d a m e n t a l e s d e l a s c u r v a s

I N T E G R A L E S

23.—Definición de las curvas integrales....................... 10924.—Integrales de diversos ó rdenes............................. 11225.—Tangente a la in tegral............................................ 11726.—Principio del intègrafo............................................. 120

Page 459: Calculo Grafico y Nomografia

ÍN D ICE DE M ATERIAS 461

T á g a .

27.—Contro do curvatura de la in teg ra l....................... 121•28.—Ordenada y abscisa media...................................... 12329.—Ordenada modia de un aroo parabólico............... 12(3

B .— T r a z a d o g r á f ic o d e l a b i n t e g r a l e s

30.—Polígonos inscritos y circunscritos a una inte­gral ISO

81.—Límite superior del e rro r cometido..................... 13G02.—Integral de la zona comprendida entre dos cur­

vas ..................... 14133.-~Integral referida a una linea en a lq u ie ra ............ 14334.—Relación geométrica entre las integrales de una

misma curva para dos polos diferentes........... 14835.—Integrales sucesivas. Determinación de las cons­

tantes arb itrarias................................................. 1518(5.—Integrales diversas ligadas a una ourva dad a ... 15137.—Integrales deducidas de varias cu rvas............... 101

C.—I n t e g r a l e s p a r a b ó l i c a s

38.—Polígonos in tegrantes............................................. 1G339.—Generación do una integral parabólica por dila­

tación de eu polígono integrante...................... 17140.—Construcción del integrante de una parábola nu

dada por n + 1 puntos.......................................... 178

D.—E c u a c io n e s d i f e r e n c i a l e s d e f r i m e r o r d e n

41.—Curvas isoclinas.............................................. 18342.—Relación de las singularidades de las integrales

con las isoclinas................................................... 18643.—Trazado aproximado de las in tegrales................. 189

Page 460: Calculo Grafico y Nomografia

462 I n d i c e d e m a t e r i a b

L I B R O II

N O M O G R A F I A

CAPITULO III. — Representación nomogràfica por líneas concurrentes.

A .—ESCALAS PUNOTONAiBS.

44.—E sc a la m é tr ic a ap licad a a Ja rep re se n tac ió n deu n a v a r ia b le . . . . ........................................................ 195

45.—R e p re se n tac ió n de u n a ecuación d e dos v a r ia ­bles. E sca las c a r te s ia n a s ......................................... 108

4G.—Escalas funcionales............................................. 20047.—C onstrucción g eo m étrica de las escalas. Cam bio

de m ódulo ...................................................... ................ 20448. —E sca las d e r iv a d a s y tran sfo rm ad as . E sca las p ro -

y e o tiv a s ........................................................................... 20649.—P a tro n e s d e g ra d u a c ió n ,............................................... 209

B -—A b a c o s c a r t e s ia n o s .—A n a m o r f o s is .

60.—R e p resen tac ió n de una eouación de tre s v a ria ­bles. A bacos c a r te s ia n o s ............... ......................... 212

51.—fra c c io n a m ie n to do los Abacos. S uperposic iónde las g rad u a c io n e s .................................................... 217

52.—P rin c ip io de la a n a m o rfo s is ......................... 21058. - G en e ra lizac ió n do la a n a m o rfo s is ............................ 22454-—A nam orfosis p o r s is tem a s d e c írc u lo s ............... .... 22755.—R e p re se n tac ió n do la s ecuaciones cu ad rá ticas

p o r s is tem a s de c í rc u lo s ..................... ..................... 23056.—E sca las b in a rias . S istem as c o n d e n sa d o s . 23757.—S is te m as ram ificados- N om ogram as m ás g e n e ­

ra le s d e l in e a s c o n c u rre n te s .................................. 243

Page 461: Calculo Grafico y Nomografia

ÍN D IC E DE M ATERIAS 468

C.—1SMPI.H0 1>K TRANSPARENTES MÓVILES. ÁBAGOft EX AGON ALES

P&ga.

58.—T ran sp aren tes de dos Indicos................................... 24759.—T ran sp a ren te de tre s índ ices..................................... 25160.—Prop iedades especiales de los abacos exagoría­

los . ................................................................. 254

CA PITU LO IV .—Representación nomogràfica por puntos alineados.

A. — Gen e r a l id a d e s .

(31.—T ransform ación dualistica de los nom ogram asde rectas co n cu rren tes ........................................... 261

62.—P rinc ip io general de los puntos a lineados........... 26503.—O rden nomogràfico de las ecuaoionos rep resen ­

ta b a s en puntos a lin o ad o s .. . ............................... 27264.—C onstrucción de las escalas cu rv ilíneas................ 27465.—E scalas de varias variab les. P untos condensa-

dos. R edes de pun tos.............. ................................ 270

B.—N omogramas de s im pl e a l in ea c ió n d e los GÉNEB03 0 Y 1 (N, V N,).

66.—N om ogram as N'o do tre s escalas p a ra le la s ........... 28367.—N om ogram as No de dos escalas p a ra le la s ............. 29268.—Ecuación general de te rce r orden nomogràfico.. 29969.—D eterm inación de los valores c r ítico s ................... 30370.—Empleo; d irec to de las escalas do las funciones

com ponentes.............................................................. 30771.—N om ogram as Ni de dos escalas p ara le la s ............. 31272.—Condición p ara Ia representación de una ecua­

ción de ouarto orden nomogràfico por un N,. 32073.—N om ogram a Ni de una r e d . . ..................................... .822

Page 462: Calculo Grafico y Nomografia

464 ÍN D IC E D E M A T E R IA S

P ta n .

74.—A plicac ión d e los nom ogram as No o(JNi a la in ­v es tig a c ió n d e c ie r ta s ley es e m p ír ic a s .............. 326

76.—A plicac ión d e l p r in c ip io d e los n o m ogram as Nr a la c o n s tru c c ió n d e la s p a rá b o la s d e o rdo» su p e r io r . ........................................................................... 332

C .— N o m o g r a m a s d e s i m p l e a l i n e a c i ó n d e 2 ? y8.®r G ÉN ER O ( N 2 Y N a).

76.—N om ogram as d e esca las cónicas su p e rp u e s ta s onom ogram as N C ........................................... 339

77.—N om ogram as NC do esca la c irc u la r .......................... 34278. - R e p re se n tac ió n p o r u n nom ogram a N C d e la

ecuac ión g e n e ra l d e 8.°r o rden n o m o g rà f ic o .. 84679.—E cu acio n es de tre s v ariab les d e 4." o rd en nom o­

gràfico re p re se n ta b le s p o r un N C ....................... 85380.—A p licac ió n d e l m étodo d e p u n to s a lin ead o s a

c ie r ta s in te rp o la c io n e s ............................................. 357

D . — N o m o g r a m a s d e a l i n e a c i o n e s m ú l t i p l e s .

81.—P rin c ip io de la d o b le a l in e a c ió n ............................ 86182.— N om ogram as No d e esca las p a ra le la s ...................... 36083.—A lin e ac io n es m ú ltip lo s . N om ogram as N" de e s ­

calas p a ra le la s ............................................................... 37584.—N om ogram as c irc u la re s d e a lin eac io n es p a ra le ­

l a s 37985.—P u n to s co p lan a rio s . N uevo m odo d e c o n c e b ir la

d o b le a l in e a c ió n .......................................................... 88286.—R e p re se n ta c ió n de la s ecuac iones de ouatro v a ­

r ia b le s d e cu a rto o rd en nom ogràfico , p o r do­b le a l in e a c ió n ....................... . .................................... 387

87.—N om ogram as N C d e base ún joa d e d o b le a lin e a ­c ió n ........................................ 890

Page 463: Calculo Grafico y Nomografia

ÍN D ICE DE M ATERIAS 4 6 5

V&gì.88.— Nomogramas NC de doble alineación partí ecua­

ciones de cuatro variab les, de ordo» nomogrà­fico superio r al 4.°.............................. ................... 302

C A PÍTU LO V .— Representación nomogràfica por medio de puntos acotados diversamente asociados y de

elementos acotados móviles. Teoría general.

A.—D iversos modos d b asociación d e los puntosA C O T A D O S .

89.— N om ogram as de índice c u a lq u ie ra ......................... 395HO.—Nomogramas do escuadra........................................ 39891. - N om ogram as do escuadra por el v ó rtice .............. 40492.—N om ogram as de puntos eq u id is ta n tes ................... 40093.—P untos equ id istan tes en el caso de se r todas las

escalas rec tilín eas ................................................... 415

B ,— E l e m e n t o s a c o t a d o s m ó v i l e s .

91.—Escalas m óviles en g e n e ra l....................................... 4Lü95.—Escalas do deslizam iento. R eglas de cálculo------ 41896.—Escalas g ira to r ía s ......................................................... 42197.—Escalas o rien tad as....................................................... 42408.—Nomogramas de im ágenes logarítm icas................ 426

C.—T eoría g en er a l . E studio morfológico de los nomogramas

90.—Objeto dol estudio morfológico de los nom o­gram as.............. ' ........................................... .......... 429

100.—D eterm inación gráfica de la posición re la tiva de dos planos superpuestos. Noción de loscontactos sim ultáneos........................................ . 481

«o

Page 464: Calculo Grafico y Nomografia

460 In d ic e d e . m a t e r ia s

101.“ F o rm ac ió n de l tip o do nom ogram a m ás g e n e ­r a l ......................................................................................

102.—C lasificación de los nom ogram as de un p lan o ode dos p lanos su p e rp u e s to s ....................................

108.—N om ogram as g en e ra le s de p un tos s im p lem en te aco tados...........................................................................

Í n d i c e m nr.ioaK A i-'ico;...........................................................INPICTC AT.t'AHÍJTIOO...........................................................

485

438

441

445450

Page 465: Calculo Grafico y Nomografia

E R R A T A S

Página 127. línea 14.—En lugar do +?/¿) lóase (y -f + í/j)

Página 316, figura 118.—En lugar de Job puutos M» y M»+, léase M »» y Mm+j.

Pagina 370, figura 138.—E l extremo izquierdo do laouorda inás alejada del centro es W4 y no Mi-