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APUNTES DE: “ENERGÍA EN ESPAÑA PARA EL
SIGLO XXI: SOCIEDAD Y MEDIO AMBIENTE”
ANEXO I.- Revisado 5 de marzo de 2016
CAMBIO CLIMÁTICO
CALENTAMIENTO GLOBAL
ALTERACIONES CLIMÁTICAS
Visión pesimista de su evolución. Para asumir las
consecuencias. Con datos y expectativas españolas
Emilio Menéndez Pérez
Dr. Ingeniero de Minas
Departamento de Ecología.- UAM
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ÍNDICE:
I.- El fenómeno está aquí
II.- Emisiones de gases de efecto invernadero
III.- Objetivos de contención en las emisiones de GEI
IV.- Consecuencias del Calentamiento Global
V.- Emisiones españolas de gases de efecto invernadero
VI.- Afecciones previsibles en nuestro entorno
VII.- Reflexiones sin final
VIII.- Referencias bibliográficas
Este documento, como otros que le acompañan, se redactan para dar una
visión rápida de la situación actual del tema y las expectativas de evolución.
Se encajan en las presentaciones sobre Energía en España en el Siglo XXI de
los másteres de las universidades: UAM – UCM, UPM y U. Vigo
Sobre este tema en concreto: Calentamiento Global, o Cambio Climático,
existe amplia documentación, tanto sobre el sistema climático y los factores
que lo definen, como sobre el fenómeno del calentamiento progresivo en el
cual nos encontramos inmersos; aunque a veces pudieran dar lugar a
visiones no coincidentes. Citamos en concreto los informes al respecto del
Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, IPCC, organismo
conexo con las Naciones Unidas.
Asumimos la necesidad de actuar para limitar y reducir las emisiones de
Gases de Efecto Invernadero. Pero creemos que hoy ya es completamente
necesario hacer una llamada a asumir la evolución del Calentamiento y sus
consecuencias, sobre todo en las poblaciones humanas que no disponen de
medios para hacer frente a los graves problemas que surjan al efecto.
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I.- El fenómeno está aquí
Se inicia la redacción de este documento a una semana de que comience la Cumbre del
Clima de Paris en diciembre de 2015. El hecho de que desgraciadamente esta ciudad
nos muestre dos caras de la situación mundial no es una casualidad baladí. Necesitamos
un esquema muy fuerte de cooperación internacional total para hacer frente al
Calentamiento Global, pero todo apunta a que nos encontramos ante una situación de
confrontación multilateral. Lo finalizamos en febrero de 2016, cuando se ha olvidado la
Conferencia de las Partes, COP 21, cuyos resultados a algunos les trasmitieron ideas de
optimismo; pero a otros nos deja dudas o más bien pesimismo.
Hemos de hablar del clima no sólo como algo local, nos lo hemos de plantear a los
efectos de este documento como un sistema global complejo, para cuyo conocimiento y
predicción en su evolución hay que considerar un conjunto de variables, entre las que
podemos citar: la actividad propia del Sol, la distancia de la Tierra respecto a él, una
serie de fenómenos periódicos que se dan en la Tierra, por ejemplo el de El Niño o la
oscilación del Atlántico Norte, y además cuál es la concentración de gases de efecto
invernadero, GEI, en las capas altas de la atmósfera, y cómo evoluciona.
Parece que hay que exponer unos antecedentes para poder hablar de este fenómeno de
Calentamiento Global que ahora tratamos. La atmósfera de la Tierra nos puede parecer
un hecho constante, a efectos de lo que consideramos los tiempos históricos ha sido así;
además hay que señalar que en el conocimiento generalizado hablamos básicamente de
un contenido en dos elementos: nitrógeno, N2, que representa el 79%, y oxígeno, O2, el
21%, además asumimos la presencia en la atmósfera de vapor de agua. Si vamos a
épocas geológicas lejanas podemos encontrarnos con que el oxígeno estuvo presente en
menor proporción que en la época actual, y que además hubo elevadas concentraciones
de CO2 y de CH4; esas altas presencias de dichos dos gases se unieron a periodos
cálidos en la Tierra.
El desarrollo de la vida en el planeta, tal como la conocemos, se hace posible en la
medida que el agua no se hiela por la noche de forma extrema, con temperaturas muy
por debajo de 0 ºC, con la imposibilidad de retornar a agua líquida con el calor del sol
diurno. Esto es así porque en la Tierra, a diferencia de otros planetas, existe una
atmósfera que retiene calor por la noche, evita que una parte de las radiaciones que
salen del planeta se vayan hacia el espacio interestelar. En esa retención de calor son
fundamentales los llamados gases de efecto invernadero, GEI: CO2, CH4, N2O y gases
clorofluorcarbonados. Su concentración nos puede parecer baja, en periodos históricos
se ha mantenido por debajo de 280 partes por millón en volumen, ppmv.
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Es frecuente subdividir el clima según zonas geográficas de la Tierra, asociándolas a
ellas con diferentes valoraciones de los fenómenos meteorológicos: precipitaciones de
agua, humedad en la atmósfera, vientos, y temperaturas. Esos estados climáticos han
cambiado a lo largo de la historia reciente, sabemos de situaciones significativamente
distintas en los dos mil últimos años, por ejemplo el Óptimo Climático Medieval, o la
Pequeña Glaciación, ésta entre los siglos XVII y XIX. En todos ellos, aunque hubiera
oscilaciones en la concentración de GEI, éstas fueron pequeñas, no sobrepasando ese
valor de 280 ppmv. Podemos considerar que esas alteraciones climáticas no fueron
dramáticas de manera general, aunque sí trajeron consigo problemas de cambios
meteorológicos que dieron lugar a emigraciones, alteraciones o problemas en la
agricultura, hambres y otros.
En el cambio climático que ahora vemos llegar va a haber alteraciones de diferentes
hechos meteorológicos, pero entendemos que un aspecto que es fácil de entender o
asimilar para un sector amplio de la sociedad es el del aumento de la temperatura media
de la atmósfera terrestre; ésta se ha incrementado desde la época preindustrial y ese
aumento se puede ligar a una concentración mayor de GEI en la atmósfera. Bien es
verdad que la correlación entre las dos variables está afectada por otros factores y
parámetros, de hecho dicha temperatura media no había crecido en los últimos quince
años, ha oscilado con valores altos, situados en torno a 1º C por encima del denominado
“nivel preindustrial”; pero si parece que ha dado un nuevo salto hacia arriba en el año
2015, quizás de 0,2º C, la información más concreta al respecto la veremos dentro de
unos meses.
Se presupone que, en valores promedios de varios años, la temperatura crecerá de forma
significativa en las próximas décadas, todo ello se sugiere en la figura nº1, dependiendo
de cómo se incremente la concentración de GEI en la atmósfera. En dicha figura se
asume que la concentración de 450 ppmv en el CO2 equivalente supondrá un
incremento de 2º C, a concentraciones mayores de los GEI las temperaturas pueden
crecer más allá de los 3º C, incluso los 5ºC, a lo largo del siglo XXI.
La preocupación primera que ha servido de base para los debates climáticos es cómo
será la evolución futura, bien en lo que respecta a las temperaturas medias sobre la
superficie terrestre, que se incrementarán entre 2 y 5º C sobre los valores
preindustriales, bien en cómo serán los cambios térmicos en diferentes zonas de la
Tierra, pues ese incremento de temperatura no será homogéneo.
A continuación, y como cuestiones regionales muy preocupantes aparecen las
incertidumbres respecto otros hechos, no sólo meteorológicos, que condicionan la vida
en estos entornos, por ejemplo: el cambio del nivel del mar que se espera que crecerá de
forma moderada, tal como se comenta más adelante; el posible desplazamiento del
anillo de lluvias situado al norte del Ecuador, que afectará a zonas como el Sahel, donde
dichas lluvias se dan en julio y agosto y permiten un esquema agrícola ganadero del
cual depende mucha gente; o de otro lado la aparición de las sequías extremas que han
afectado periódicamente a África; o la incierta evolución de ciclones y huracanes en el
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Caribe y el Pacífico,. Muchas personas se verán afectadas de forma dramática por estos
cambios que veremos previsiblemente y de forma progresiva en las próximas décadas.
Figura nº 1.- Evolución de la temperatura media sobre la superficie terrestre desde
el inicio de la Revolución Industrial a nuestros días y expectativas o interrogantes
En la prensa vemos con cierta frecuencia información sobre las emisiones de Gases de
Efecto Invernadero, y también otras relativas a sus efectos en la evolución de nuestro
entorno. Respecto a esto, y simplemente para inducir a que el lector siga esas
informaciones, tomamos unos datos que ya aparecen de una u otra forma en los
diferentes medios de comunicación: por ejemplo aquí traemos los del periódico semanal
AHORA, de fechas 13 a 19 de noviembre, que tratan de acercar a los lectores a lo que
se debatiría en la Cumbre del Clima, o COP 21, de Paris:
- Temperatura de la atmósfera sobre la superficie terrestre.- La temperatura
en el año 2014 fue aproximadamente 0,7º C por encima de la media habida entre
el año 1901 y 2000. Desde 1982 a 2012 el aumento estimado es de 0,85º C. El
incremento ha sido más rápido desde 1980 a finales del siglo XX.
- Temperatura del agua del mar.- La temperatura en el agua de los mares se
estima que en el año 2014 es de 0,35º C superior a la media habida entre los
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años 1971 al 2000. Los océanos parece que están actuando como sumidero del
exceso de calor no evacuado desde la Tierra a los espacios interestelares.
- Elevación del nivel del mar.- Se estima que el nivel del mar es 22,8 cm por
encima del que se daba a mediados del siglo XIX. Entre el año 1995 y el 2013
esa elevación se valora en 6 cm. Volveremos más adelante sobre este hecho que
quizás sea uno de los aspectos más preocupantes a medio y largo plazo.
- Situación del Ártico y Groenlandia.- En el Ártico se ha reducido la capa de
hielo marino, se estima que el ritmo de pérdida es 4% por década a lo largo de
las tres últimas. En la primera década de este siglo se estima que en Groenlandia
se pierde hielo a un ritmo de más de 100 km3 al año.
- Evolución del Antártico.- La extensión del hielo marino en torno a este
continente parece que se ha incrementado en las últimas décadas, mientras que
el que está sobre la parte terrestre del continente ha disminuido. Es un hecho que
debe ser seguido con atención.
Es preocupante como estos hechos se asumen, aparecen en la prensa al lado de otras
noticias o planteamientos que nos inducen a seguir siendo consumistas o emisores de
GEI. Parece que las medidas de reducción de emisiones llegarán como una fina y
continuada lluvia que sí tendrá efecto antes de que las alteraciones climáticas sean
dramáticas. Posiblemente no sabemos cómo cambiar el complejo modelo económico y
social en el cual nos encontramos inmersos. Por ejemplo en un mismo periódico, en la
edición del sábado o el domingo, aparece información dramática sobre la evolución
climática, pero a la vez nos da un suplemento comercial, que pesa un cuarto de kilo, que
sólo contiene propaganda comercial que nos incita a comprar cosas o servicios que son
prescindibles en un nivel medio de vida, pero que evidentemente soportan el balance
económico del periódico e inducen actividades que dan trabajo hoy en día a mucha
gente.
De otro lado, no se toman medidas para prevenir las consecuencias del calentamiento
global, al menos en la mayoría de los países; aunque ya sí en determinados entorno
ricos, por ejemplo la instalación de diques móviles en el estuario del Támesis para
proteger a Londres de previsibles inundaciones.
Es significativo por el contrario como algunos de esos cambios, en concreto citamos
ahora la reducción de hielo en el Ártico, se vea como una gran oportunidad económica,
tanto por la posibilidad de extraer en condiciones más fáciles petróleo y gas natural en
ese océano, como para establecer e incrementar el flujo de mercancías en el mundo por
vía marítima abriendo durante varios meses el paso del noroeste y otros. Son dos
acciones que espera nuestro sistema económico analizando las contribuciones que
traerán al crecimiento de la economía; pero que no contribuyen a reducir la emisión de
GEI. En la figura nº 2 se hace un comentario al respecto.
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Figura nº 2.- Comentarios sobre la evolución de los hielos en el Ártico
Esas contradicciones, que se dan en nuestra sociedad que está dirigida por la mano
invisible de la economía y política neoliberal, son las que a algunos nos llevan a la
visión pesimista de la evolución climática. Tal como se verá en las páginas siguientes.
Parece en cambio que debiéramos contar con una Gobernanza Global a través de
poderes democráticos y reflexivos, que nos llevaran a valorar y a conseguir más la
igualdad que la competitividad, estableciendo vías para poder llegar a una cultura de
“decrecimiento económico”. Creo que el cambio de modelo social es una cuestión
crítica, pero su análisis precisa variadas reflexiones, aunque algunas nos las da este tema
que aquí se muestra: El Cambio Climático.
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II.- Emisiones de Gases de Efecto Invernadero
Tal como se ha indicado en el apartado anterior, en la atmósfera terrestre, desde hace
bastantes millones de años ha habido gases que actúan como un abrigo de nuestro
entorno, permiten que nos lleguen una parte las radiaciones solares con su aporte
energético, y evitan que una parte de las radiaciones térmicas de la Tierra se vayan fuera
de nuestro entorno. Los gases que ayudan a retener ese calor son conocidos como
“Gases de Efecto Invernadero”, son básicamente el CO2 y el CH4, también el N2O y
varios compuestos que contienen flúor y cloro en su formulación.
También el vapor de agua actúa como freno a la emisión térmica desde la Tierra. Esto
es un hecho palpable en nuestra vida, al menos para los que vivimos en latitudes medias
y altas, en invierno las noches con nubes no suelen presentar heladas o éstas son débiles,
mientras que las de cielo raso pueden venir acompañadas de heladas; los agricultores lo
saben bien. Es por tanto un gas de efecto invernadero, aunque con incidencia en el clima
distinta a los arriba mencionados. Para un estudio más fino del que aquí se plantea
también es necesario tenerlo en cuenta.
La concentración de esos gases, GEI, en la atmósfera han variado de unas épocas a
otras. La información que elaboran los científicos sugiere que durante miles de años esa
concentración se mantuvo en torno a las 250 partes por millón en volumen de CO2
equivalente, ppmv. Años atrás, en los periodos glaciares, esa presencia era menor; de
alguna manera la Tierra estaba menos abrigada; hay que recordar que los periodos
glaciares han tenido una duración como orden de magnitud de unos 100.000 años,
mientras que los interglaciares se han extendido durante unos 20.000 años., como el
actual que comenzó hace unos 11.000 años,
El hombre, desde que se asienta como agricultor en determinadas zonas de la Tierra,
hace unos 8.000 años, incide en su entorno y en la atmósfera, facilita que crezcan las
emisiones de CO2 y CH4; bien es verdad que en pequeñas cantidades, ya que el número
de personas en la Tierra es moderado. Empezamos nuestra era histórica hace dos mil
años con una población de dos o tres cientos de millones de humanos; en el año 1.500
se estima que la población mundial estaba en torno a los 500 millones de personas.
Las emisiones de GEI con carácter antropogénico se incrementan con la llegada de la
Revolución Industrial y la extensión del uso de combustibles fósiles, primero el carbón,
luego el petróleo y más recientemente el gas natural. Una aceleración significativa se da
en la segunda mitad del siglo XX, la población mundial se dispara, se dobla en unas
pocas décadas y el consumo de bienes y servicios se convierte en la base del modelo
social y económico en gran parte del mundo.
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Figura nº 3.- Evolución de las emisiones de los GEI en las cuatro últimas décadas. y
expectativas de futuro. Figura tomada del artículo de Manuel Planelles que se cita
a continuación.
En la figura nº 3 se muestra la evolución de las emisiones mundiales de GEI a lo largo
de las últimas cuatro décadas, y las previsiones para las dos próximas. La gráfica
aparece en El País de 23 de noviembre de 2015, en un artículo de Manuel Planelles,
comentarista habitual de estos temas, y que ahora titula: ”Tiempo perdido en la lucha
del clima”. Tiene razón, las contradicciones humanas, de nuestros gobiernos y también
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de nosotros mismos nos llevan a esta situación, e incrementan el pesimismo de quienes
seguimos la cuestión desde los años noventa del siglo pasado.
Las emisiones de GEI han alcanzado los 50.000 millones de t de CO2 equivalente. Las
correspondientes a usos energéticos suponen unas tres cuartas partes del total, están
situadas en la parte superior de la figura citada y desglosadas en cuatro apartados o
sectores, según sean esos usos:
Energía.- Básicamente las emisiones provienen de la generación de electricidad
con carbón, estimamos que éstas son más de 10.000 millones de t/a, también hay
que tener en cuenta las de otras centrales térmicas: fuel oil, gas oil y gas natural;
estas últimas emiten un tercio de CO2 por unidad de energía eléctrica generada,
350 g/kWh, frente a 1.000 g/kWh en las de carbón; parece imprescindible
avanzar en el cierre de las actuales centrales de carbón y no construir otras
nuevas. El desarrollo y la extensión de las energías renovables es una cuestión
crítica para reducir estas emisiones que hacen de este apartado el de mayor
aporte de GEI. En este apartado se incluyen también las refinerías de petróleo
Transporte.- En conjunto son las terceras en el total energético. Pero en los
países más desarrollados pueden ser ya las primeras, es el caso de España como
se verá más adelante. La extensión de la movilidad es muy diferente de unos a
otros países, en el promedio mundial hay algo más de 100 automóviles por 1.000
habitantes, uno por cada diez personas; en España y en general en Europa hay
uno por cada dos personas. Y no debemos olvidar el transporte aéreo de
pasajeros, que en la actualidad sólo afecta a mil de los siete mil millones de
personas que estamos en la Tierra.
La evolución de la movilidad mundial puede ser crítica para el calentamiento
global, es preciso apostar por un cambio cultural y tecnológico. Hemos de ver
como utilizamos los vehículos, reducir el exceso de uso, compartirlos, moderar
velocidad, etc. Hay que ir a tecnologías que nos lleven a menores emisiones de
GEI, quizás el vehículo eléctrico puede ser el menos agresivo si conseguimos
que la electricidad sea de origen renovable; se abren una serie de interrogantes
sobre los cuales hay que trabajar de forma transparente. Nos preocupa cómo
puede crecer la movilidad aérea, ahí los cambios pueden ser de menor calado.
El transporte de mercancías es un importante componente de este sector. Si el
modelo económico que tenemos sigue avanzando en ese movimiento de
productos, las emisiones pueden incrementarse de forma significativa. Es
preciso estudiar otros esquemas de producción y comercialización.
Construcción.- La fabricación de materiales para la construcción, en particular
el cemento suponen fuertes inversiones. Hay mucha gente en el mundo que
viven en infraviviendas, se necesitan muchas más, pero es preciso encontrar
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líneas de construcción que demandan otros materiales menos agresivos en lo
referente a emisiones de CO2. Esto es extensible al desarrollo de todo tipo de
infraestructuras y obras civiles.
Industria.- Es un componente importante de la emisión total de CO2, además el
valor que aparece en la citada figura nº 3 se refiere a los combustibles empleados
en las instalaciones industriales, no aparecen las correspondientes a la
electricidad utilizada, cuyas emisiones están incluidas en el sector energía. La
industria ha de seguir creciendo, pero con nuevos esquemas de uso de productos
y mejora en la eficiencia energética.
Casi otra cuarta parte provienen de agricultura y usos del suelo, las de color verde más
oscuro de la zona inferior de la figura citada figura; no es ni mucho menos una cuestión
a olvidar, aunque aquí, en este documento, se va citar en general de pasada. El concepto
“otros” incluye básicamente los gases provenientes de los vertederos de residuos.
Observamos que ha habido un crecimiento continuado de todos los conceptos recogidos
en esa figura nº 3. Ahora bien es preciso resaltar que las emisiones relacionadas con los
usos de la tierra, entre los cuales se incluye la deforestación han tenido un aumento más
lento, y son los usos energéticos, donde la generación de electricidad tiene un alto peso,
los que han aportado una gran parte de ese incremento de emisiones.
Figura nº 4.- Evolución de las emisiones de GEI en Brasil.- Fuente: Figuras
tomadas del documento: “Estimativa de Emissoes de Gases de Efeito Estufa no
Brasil, 1990 - 2012” editado por SEEG y disponible en la red.
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En el concepto de cambios en los usos del suelo han jugado un papel importante los
desarrollos de políticas en países como Brasil, primero ha sido el convertirse en un gran
exportador de productos agrícolas, pero que después han puesto en marcha acciones
para reducir el ritmo de deforestación; no es que se haya eliminado ésta, no, lo que
sucede es que avanza a ritmos más lento; y eso no es así en todos ellos, por ejemplo
Indonesia continúa con esquemas de transformación de áreas boscosas naturales en
terrenos agrícolas.
Se debe seguir actuando para que la pérdida de bosques se frene o desaparezca e incluso
se recupere espacio forestal; pero se ha de tener en cuenta que los países que reciben
directa o indirectamente ingresos por esos cambios de usos del terreno han de encontrar
otras vías para mantener su economía. No es fácil conseguirlo, los países desarrollados
hablamos del tema perno no estamos dispuestos a restar de nuestros ingresos para hacer
trasferencias de auténtico valor.
En la figura nº 4 se muestra cómo han evolucionado las emisiones de GEI en Brasil a lo
largo de dos décadas. Se han reducido de forma significativa las correspondientes al
concepto cambios en los usos de la tierra, pero han aumentado las del sistema
energético y del sector transporte, y también las derivadas de la industria agropecuaria.
Hay que señalar que estas emisiones, en particular las de origen en cambios del uso de
la tierra y las agropecuarias, tienen mucha relación con nosotros, los que consumimos
productos agrícolas y cárnicos que exporta Brasil hacia países que son los consumidores
finales.
Es previsible que en Brasil sigan creciendo las emisiones del sector industrial y sobre
todo las del energético, en éste hay varios aspectos a considerar. Por un lado su
consumo per cápita de electricidad es bajo, en torno a 2.500 kWh por persona y año, es
menos de la mitad del español; de otro hay una lógica confrontación social con el
esquema brasileiro de generación de electricidad, que en gran medida se basa en los
macro embalses y represas, el país avanza hacia uso del gas natural en plantas de ciclo
combinado, y mira de lejos a la generación con carbón o a la energía nuclear, ambas
problemáticas aunque también está desarrollando la energía eólica.
Volviendo a lo que se hablaba más arriba, sí que en general, no obstante a los logros
conseguidos o a las buenas intenciones que se extienden por los medios de
comunicación o informaciones científicas, hay que hacer una llamada a la necesidad de
freno generalizado en la deforestación. A nivel mundial se estima que cada año se
pierden 15.000 millones de árboles de acuerdo al artículo citado en la figura nº 5, en ella
se muestra una imagen de los árboles en el mundo. Otras informaciones nos hablan de
la pérdida de 12 millones de hectáreas de bosque al año; pueden ser magnitudes del
mismo orden. En cualquier caso en la cumbre del clima de París se tratará la cuestión,
Alemania, Noruega y Estados Unidos parece que se comprometerán a movilizar 5.000
millones de $ dirigidos a los países, con masas forestales, que se comprometan a actuar
en su conservación.
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Figura nº 5.- Valoración de las masas forestales en varios países del mundo, con
indicación de árboles por habitante
A la hora de hacer análisis detallados del volumen de emisiones de GEI, y los orígenes
de los mismos, es lógico que haya discrepancias o discusiones, es el aspecto que nos
ocupa en primer lugar por ser el entorno energético el que estudiamos, aunque cada vez
más nos preocupen las consecuencias de las emisiones de esos gases de efecto
invernadero. Pero parece que si hay acuerdo en los órdenes de magnitud, hablamos al
año 2015 de una emisión de unos 50.000 millones de t de CO2 equivalente, tal como nos
muestran varias de las figuras que se recogen en este documento, procedentes de
distintas fuentes. Aunque se van a ir encontrando ciertas coincidencias que son las que
nos deben dirigir hacia planteamientos para reducirlas.
Volvemos a hablar de los distintos sectores de actividad, y tomamos una nueva figura la
nº 6, que se muestra en la página 15. Proviene de un estudio que trata de dibujar líneas
de actuación para reducir dichas emisiones en un horizonte a medio plazo, al año 2033.
Es importante ya que desde entornos empresariales se planteen estas cuestiones, y
esperemos que con la debida seriedad para que se consigan resultados positivos.
Aunque quien escribe estas líneas sea un tanto escéptico con los resultados que se
consigan, al menos esos que se plantean a tiempos cercanos. Los sistemas energéticos y
culturales tienen inercias que como mínimo alargan los esquemas de cambio
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En esa figura nº 6 se ve que los usos de la tierra, incluyendo la agricultura y las
actividades agropecuarias, supone del orden de la cuarta parte del total, un 24% en
concreto. En este concepto, como se ha indicado anteriormente, se incluye la
deforestación, con incidencia especial de las quemas de bosques, los usos de
fertilizantes, las emisiones por roturación de la tierra, las relacionadas con la ganadería
y otras actividades. Se habla poco de cambiar los hábitos de alimentación y
consecuentemente el sistema agro ganadero, pero es una cuestión importante si se trata
de frenar la evolución del cambio climático y sus consecuencias.
El sistema energético como tal: refinerías de petróleo y generación de electricidad,
conlleva un 25% de esas emisiones. Hay que señalar que al sector eléctrico, como se ha
indicado antes, hay que asignarle con diferencia las mayores emisiones, en torno a
10.000 millones de t de CO2, éstas en su mayor parte se ligan a la generación de
electricidad con carbón; es lógico pensar en cambiar el sistema eléctrico como un
primer objetivo, yendo de manera decidida al desarrollo de las energías renovables.
El sector transporte a nivel mundial no se sitúa en los primeros lugares en la emisión
global de CO2, veremos cuando analicemos el caso de España que aquí si tiene una
posición relevante. Hay que señalar que hay muchos países con muy pocos automóviles
y quizás un bajo uso de los mismos, pero el esquema que se intuye en la economía
mundial es potenciar la ventas de coches por un lado, e incrementar el transporte de
mercancías por otro. Además hay que valorar el crecimiento del transporte aéreo cuyas
emisiones son ya la sexta parte del total correspondiente a este sector.
Cambiando el foco de atención, y asumiendo la responsabilidad acumulada, hay que
señalar que las emisiones históricas provienen en la mitad del total de Estados Unidos y
los países de toda Europa más Japón, son esos en los cuales se estableció en mayor o
menor medida el desarrollo industrial, más de forma hoy generalizada un sistema de
vida esencialmente consumista.
Ahora es China más otros países emergentes los que crecen de forma en sus emisiones
de GEI. Es preocupante la posición actual de China, cuyas emisiones per cápita se
sitúan al nivel de las de la Unión Europea, pero con un nivel de desarrollo económico
social mucho menor, y por tanto en proceso previsible de crecimiento o desarrollo
continuado para las próximas décadas. En la figura nº 7 se muestra la escala en que se
encuentran algunos de los países más significativos a este respecto.
Es factible hacer un análisis crítico de la situación de cada país, todos aquellos en los
cuales la renta per cápita está por debajo de la media mundial, y el nivel de pobreza,
cuando no miseria, es alto, hay que prever un incremento de emisiones unido a sus
planes de desarrollo. Los países en teoría ricos deberían plantearse esquema económicos
de moderación del crecimiento, o incluso de ir hacia el decrecimiento, aunque sus
niveles de desigualdad interna obliguen a plantearse políticas de redistribución de la
riqueza que no son fáciles de aplicar frente a unas clases altas y medias altas cada vez
más consumistas.
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Figura nº 6 y 7.- Emisiones de gases de efecto invernadero en el año 2014 por
sectores de actividad. Y Evolución de los valores per cápita en varios países
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Por ejemplo, Joseph E. Stiglitz en “La gran brecha, qué hacer con las sociedades
desiguales”, nos muestra que el 10% de la población del mundo, la más rica acapara
casi el 90% de la riqueza global; una parte de europeos y españoles formamos parte de
ese conjunto. La OCDE en su informe “Government at a Glace de 2015”, indica que
España es uno de los países europeos donde ha crecido más la desigualdad, y que junto
a Grecia es donde más se ha empobrecido en 10% más pobre de la población.
España, a pesar de todo, debiera reducir las emisiones. No debemos escudarnos en que
las nuestras per cápita son las cuatro quintas partes de la media europea. O al ver las
correspondientes a Alemania entendamos que las de este país sí son criticables, a pesar
de que con frecuencia se nos presente a Alemania como un modelo ecológico a imitar,
en esto y en sus políticas económicas, mientras que la realidad nos dice que sus
emisiones per cápita están en un tercio por encima de esa media europea.
Todos nos debatimos en nuestras propias contradicciones. Un aspecto crítico al pensar
en España y muchos otros países ricos es el fenómeno de la desigualdad creciente, que
han criticado economistas reconocidos y han puesto de manifiesto los medios de
comunicación. Las propuestas que nos llegan desde los grupos políticos neoliberales
que triunfan en buen número de países no son de reparto y si de incrementar el
consumismo, y así aunque no se quiera sigamos con el crecimiento en la demanda
energética global, para que de esta forma una parte del excedente económico llegue a
los más pobres.
Las emisiones crecientes de gases de efecto invernadero se traducen en un aumento de
su concentración en la alta atmósfera, podemos citar las evolución de los tres más
significativos:
- CO2.- Se han alcanzado ya las 400 partes por millón en volumen, ppmv, la
concentración preindustrial estaba en torno a las 280 ppmv, en los últimos
cuarenta años se ha elevado en 50 ppmv. Todo indica que no debiéramos
sobrepasar los 450 ppmv a lo largo del siglo XXI, si pretendemos que el
calentamiento a finales de este siglo no sea mayor de 2º C.
- CH4.- Su concentración sobrepasa las 1.800 partes por mil millones, hace
cuarenta años se estima que era de 1.650 partes por mil millones. Es posible que
una cuarta parte del efecto invernadero se deba asociar a este gas, que proviene
de usos energéticos y de usos de la tierra. En general se habla poco de él. Nos
deberían preocupar las emisiones difusas en los usos del gas natural, por ejemplo
en los vehículos, que están poco o mal cuantificadas.
- NOx.- Su concentración se acerca a 330 partes por mil millones y hace cuarenta
años era de 305 partes por mil millones. Los usos energéticos y el empleo de
fertilizantes industriales contribuye a las emisiones del mismo.
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III.- Objetivos en la contención de las emisiones de GEI
Las discusiones que se han dado en la Conferencia de las Partes de París, COP 21, han
coincidido en plantear que la temperatura media en la superficie terrestre no debiera
aumentar más de 2ºC a lo largo del siglo XXI. Los planteamientos y razones que se
asumen para fijar ese objetivo son de dos tipos:
Figura nº 8.- Planteamiento de reducción de las emisiones de GEI desde ahora
hasta el año 2050. No asumido de manera vinculante en la COP 21
- Todo parece indicar que la evolución de emisiones de GEI nos llevan como
mínimo a una concentración de ellos en la atmósfera de 450 ppmv de CO2
equivalente, lo que conllevaría ese nivel de incremento térmico, 2º C, sin que
por ello ese aumento esté conexo de forma biunívoca con la concentración de
dichos gases en la atmósfera, tal como sugiere la complejidad del sistema
climático y los modelos de comportamiento.
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- Los modelos matemáticos de que se dispone para dibujar los fenómenos y
parámetros climáticos dan respuestas más o menos claras hasta ese incremento
de temperatura, o concentración equivalente: y esas no son ya nada halagüeñas.
Por encima de ese salto térmico, o de concentración de GEI, parece que no
somos capaces de hacer previsiones fiables, pero todo parece indicar que la
predicción climática no sería controlable
La mayor parte de los expertos coinciden en plantear que ese objetivo demanda una
respuesta firme desde el lado de las emisiones, y es que éstas debieran reducirse a
mediados del siglo XXI a valores de la mitad que las actuales. Esto lo hemos reflejado
en la figura nº 8 mostrando algunas exigencias: la de extender las energías renovables y
el uso eficiente de la energía pudiera ser factible, pero no vemos que se avance lo
suficiente en ello; el planteamiento de llegar a consolidar otro modelo socio económico
y cultural no parece que se quiera asumir de forma generalizada, ni incluso discutirlo, la
crisis ha contribuido además a ese cierre de opciones económicas críticas a pesar de que
el actual modelo lo que hace es aumentar las desigualdades.
Los planteamientos para avanzar en la reducción de emisiones de GEI tienen a su vez
dos componentes que debieran ser sumatorios, consiguiendo con ambos avanzar en esa
reducción necesaria de emisiones:
a) Tecnológico.- Sabemos que los usos de la energía son en buena medida de baja
eficiencia. Los automóviles son un ejemplo extremo, su rendimiento energético
está en torno al 20%, referido a la suma de la masa del vehículo y los pasajeros,
si nos referimos sólo a la de estos ese rendimiento baja a menos del 4% si el
coche lleva a cuatro pasajeros. Las viviendas son otro foco de ineficiencia, en
particular en los entornos fríos. La fabricación de productos de usar y tirar
también es otra muestra de mal uso de la energía.
Todo ello nos habla de la posibilidad de mejorar la eficiencia energética. En
Europa se avanza en diseñar o rehabilitar edificios con menor demanda de calor
por mejor aislamiento, también en el reciclado de productos: aluminio, vidrio,
papel y otros. Hay ás medidas posibles.
En esta línea de tecnología se mira a las energías renovables como la gran
opción, pero su avance es lento, de momento las más visibles: eólica y
fotovoltaica, nos dan electricidad, pero recordemos que ésta sólo es el 15% del
consumo final de energía, CFE, a nivel mundial, y el 23% en España. El camino
es lento, hay que extender esas renovables, pero además es preciso llevar
consumos de hidrocarburos hacia electricidad, por ejemplo el vehículo eléctrico.
Hay otros aspectos tecnológicos a considerar. El calentamiento solar del agua,
tanto para usos sanitarios como para ciertos procesos industriales. La aplicación
dela bomba de calor para calefacción doméstica y para otros aportes de calor.
19
Quizás en el futuro la biotecnología nos ofrezca combustibles sintéticos sin
competir en su producción con la obtención de alimentos.
Todo ello es necesario, pero el avance es lento, no se llegaría a conseguir el
objetivo de reducir, para el año 2050, las emisiones de CO2, a la mitad de las
actuales. Es esa visión triste que se une a la figura nº 8 y a la nº 9 que se muestra
a continuación. No debemos anular estas opciones, eran las que defendían los
políticos del sistema, como Al Gore y otros que aquí le apoyaron, como línea de
contención del Cambio Climático; es la que estudiamos los técnicos en
ingeniería y otras disciplinas del área de ciencias, pero no es suficiente.
Figura nº 9.- Una visión crítica de los resultados de la COP 21 de Paris
No olvidemos además que a nivel global se están incrementando los esfuerzos
para encontrar vías de aumentar las reservas y extracción de hidrocarburos, tanto
convencionales como otros: crudos pesados o los de esquistos profundos,
también los yacimientos en mares en situaciones complejas. Países como
Argentina o Venezuela se apuntan a ello; aparte de otros, por ejemplo en la
Unión Europea está el interés de Polonia por el gas de esquistos. En España
tenemos el debate del fracking y el de la búsqueda de hidrocarburos en el mar.
20
b) Cultural y Social.- La Cumbre del Clima de Paris no ha dejado contentos a
todos, no ha habido compromisos vinculantes, no se han planteado restricciones
al uso de los combustibles fósiles, la cooperación con los países que necesitan
ayudas para ir a otros modelos energéticos o para hacer frente a las
consecuencias del calentamiento, son poco definidas, hay un compromiso de
aportar 100.000 millones de $ anuales, veremos en que se queda. Por todo ello
hay visiones muy negativas de la cumbre y de lo que nos vendrá en esta línea,
como la de la figura nº 9 por ejemplo.
La realidad del mundo es que ya somos más de 7.000 millones de personas y
caminamos a 10.000 millones. Proponemos el modelo europeo como ejemplo o
como objetivo para todo el mundo, quizás pensamos que nosotros somos menos
consumistas que los norteamericanos, no es del todo cierto, vivimos y
fomentamos el turismo que es un elemento crítico en la emisión de CO2 como
veremos más adelante; hemos superado a nivel mundial los 1.100 millones de
viajes turísticos, y quizás la mitad de ellos se unen a nosotros los europeos.
Todos estamos abocados a plantearnos un decrecimiento ordenado, que no nos
lleve a un caos y sí a una convivencia. Los países más desarrollados deberíamos
pensar e esquemas socio políticos de reparto interno y de ayuda a las sociedades
pobres del mundo. Pero sabemos que eso no es factible hoy, entre nosotros hay
pequeños grupos que lo asumirían, pero la extensión de sus ideas será muy lenta.
Ello no quita que debamos incidir en ese cambio de modelo, aunque sea de
forma lenta.
Líderes de diverso contexto político o religioso plantean ideas generales, se
acercan al “buenismo climático”. Otros de carácter mediático nos muestran
imágenes que nos dejan reflexiones, pero que son puntuales, de corto recorrido.
Por ejemplo la presentación en Toronto en septiembre de 2015 del documental
This Change Everything de Naomi Klein, que sigue a su libro Esto lo cambia
todo, fue una llamada de atención que creo ya está olvidada; puede contribuir a
reforzar la conciencia de que los combustibles fósiles deterioran el medio
ambiente, en particular su referencia a las arenas bituminosas de Canadá o las
minas de carbón de La India.
Vivimos en una sociedad mediática, más de imágenes que de palabras, de series
televisas, de sagas cinematográficas, que nos llevan a mundos que no son
nuestra realidad cotidiana, que pueden hacernos pensar y cambiar el esquema
colectivo, pero será muy lentamente.
De esos dos tipos de cambios parece que será más factible el tecnológico que el cultural
y social, aunque el segundo es el que debiera llevarnos a un modelo de vida más
sostenible. A efectos de la evolución del Calentamiento Global, o de las emisiones de
GEI, las decisiones de la COP 21 han ido por ahí, por pensar en vías tecnológicas:
21
mayor participación de las energías renovables en el aporte de energía primaria y final,
y por la mejora de la eficiencia energética, o reducir la intensidad energética: consumo
de energía por unidad económica de producto interior bruto generado, y sin mucha
intensidad de actuación; es lo que nos es más fácil plantear a los técnicos, lo otro es una
cuestión que debiera ser de todos, pero que han de fomentar los políticos, los sociólogos
y los educadores.
En la figura nº 10 se reflejan las propuestas de las diferentes áreas geográficas en
relación a esa reducción de emisiones u objetivos paralelos. Las propuestas de Estados
Unidos no son muy exigentes, en el cuadro vemos que se plantean reducciones del
orden del 25%, incluyendo las emisiones o capturas por cambios de usos de la tierra o
silvicultura. Veremos que cada cual se guarda las cartas que le dan ventajas.
Figura nº 10.- Propuestas de distintos países en la Cumbre del Clima de París,
COP 21.
Así China, siguiendo el esquema tecnológico, propone reducir su intensidad de carbono
por unidad de PIB en un 60% para el año 2030 con respecto a los valores de 2005. Lo
pueden conseguir, previsiblemente incrementarán su producto interior bruto un 100% en
veinte años o menos, y sus emisiones de carbono quizás sólo se incrementen en un 25%
en ese periodo. Pueden cumplir sus objetivos, lo que no significará reducir las emisiones
de CO2 al menos antes del año 2030, tal como reconocen en otros discursos.
22
En los acuerdos de la COP 21 se asume que los sumideros de carbono han de
considerarse. Esto da píe a temas de discutible valoración, y además que quizás son
poco viables; pensamos por ejemplo en la captura de CO2 en trampas geológicas de
diverso tipo, que defienden las empresas eléctricas y petroleras, más los países que
siguen apostando por la extracción masiva de hidrocarburos sea cual sea el proceso
aplicado, o el tipo de yacimiento, incluyendo los hidrocarburos en esquistos o lutitas.
Todo parece indicar que las reflexiones de ATTAC y sus valoraciones de los resultados
de la cumbre del Clima de Paris, COP 21, son acertadas por muy pesimistas o tristes
que nos parezcan. Por ello algunos entendemos que es prioritario preocuparse por las
medidas de adaptación al Cambio Climático, aunque por ello nos consideren cínicos; ya
hace años lo pensábamos así, sin que eso reduzca el esfuerzo que debemos hacer para
reducir las emisiones de GEI.
23
IV.- Consecuencias del Calentamiento Global
A lo largo de las dos décadas que han transcurrido desde que comenzamos a ser
conscientes de forma más amplia del fenómeno del calentamiento global se han ido
perfilando ideas sobre cuáles podrán ser las consecuencias del mismo. Éstas serán
distintas según el incremento medio de temperatura que se dé, o la curva de elevación
que haya al respecto. Hoy debemos pedir ya con urgencia que se trabaje en analizar e
investigar qué es lo que puede acontecer en el planeta a lo largo de este siglo, o cuáles
son los posibles escenarios, pues no lo olvidemos, nos moveremos en incertidumbres; y
por supuesto hay que extender ese conocimiento a todos y cada uno de las regiones del
mundo y los distintos países. Quizás ya asumiendo el planteamiento del recuadro
siguiente o esquemas de ese tipo.
Planteamos así una visión trágica y nada optimista, pensamos en el factor humano, en
su respuesta individual y en la colectiva. En el verano de 2015 se puso de manifiesto el
drama de los refugiados que llegaban por el Mediterráneo Oriental, hubo muchas voces
para estructurar acogidas y ayudas; la realidad es cruel y no se ha hecho nada positivo
por ellos. Las voces individuales se han difuminado en otras preocupaciones colectivas
y en ellas se justifica la dejación.
PENSANDO EN EL FUTURO DE TODOS:
- Asumir que previsiblemente la temperatura media de la bioesfera se
incrementará en 3º C a lo largo del siglo XXI, o incluso más.
Es preciso analizar los diferentes escenarios climáticos que se darán en los
distintos países. Buscando como ello incidirá en: las olas de calor, la
previsión de lluvias, la disponibilidad de agua, los cambios en la agricultura,
el nivel del mar, y otros aspectos.
- Entender cómo será la sociedad en el siglo XXI, incluyendo cuáles y
cómo serán las emigraciones climáticas.
- ¿Cuál será nuestra respuesta en las diferentes cuestiones y en los
posibles escenarios?
24
Hemos de volver a reflexionar además sobre las alteraciones climáticas que pueden
devenir a lo largo del siglo XXI y sus consecuencias. Ya se ha indicado que el sistema
climático es complejo, de forma simplificada podemos decir que hay dos circulaciones
de calor: la que realizan las corrientes marinas y las del sistema general de vientos;
ambas se interrelacionan entre sí y con otros fenómenos, por ejemplo la desaparición de
amplias superficies de hielo, la subida desigual prevista de la temperatura terrestre y la
elevación del nivel del mar.
No sabemos con un grado de precisión elevado cuáles serán los entornos geográficos
que se convertirán en los más afectados por las alteraciones climáticas, aunque sí
intuimos graves problemas en algunos de ellos, quizás los más cálidos y pobres; la
franja cálida de la Tierra, al norte del ecuador está muy poblada y en ella aparecen ya
con frecuencia situaciones climáticas extremas. En la figura nº 11, de elaboración propia
con reflexiones sacadas de diferentes documentos, nos hemos permitido llamar la
atención sobre cuatro de ellos:
En las latitudes norte del planeta, en las praderas que están más allá de los
bosques boreales, hay cantidades importantes de CH4 almacenado en el suelo
helado, “permafrost”. El calentamiento progresivo pondrá este gas de efecto
invernadero en la atmósfera incrementando el previsible calentamiento global, se
estima que en Siberia este fenómeno ya está ahí; son zonas poco pobladas y de
las cuales hay información escasa.
La fusión de parte de los hielos que cubren Groenlandia elevará el nivel del mar,
aquel progresivamente pasaría de ser ese continente blanco actual a otro más
verde, como indica el nombre que le dieron los vikingos en el siglo X cuando
llegaron allí. Nos podemos y debemos preguntar ¿Cuánto hielo desaparecerá
aquí y quizás en la Antártida? ¿Cuál será la elevación del mar?. Quien escribe
estas páginas manifiesta una clara preocupación por la elevación de su nivel.
Esa elevación del nivel del mar afectará a diferentes entornos del planeta, quizás
a ciudades emblemáticas, como es el caso de Buenos Aires. Pero aquí hemos de
pensar en uno de ellos muy poblado, Bangladesh en Asia suroriental, todo
parece indicar que la penetración de aguas saladas en tierra firme afectará a la
agricultura y a la resistencia ambiental y social frente a los monzones. Miramos
las migraciones humanas.
La civilización Maya tocó el fin de su Edad Clásica coincidiendo con otro
periodo de calentamiento, las interrelaciones de aquel entorno con los cambios
climáticos las desconocemos, pero se cree que hubo una quiebra de las cosechas
de maíz. Ahora hemos de pensar que en zonas como América Central, situada
entre dos mares, más algunas otras de la franja cálida de la Tierra, tendrán
alteraciones climáticas, huracanes y calor, que podrían ser muy negativas.
25
Figura nº 11.- Un esquema de elaboración propia indicando cuales pueden ser los
puntos más críticos en la evolución climática
Esta figura nº 11 es sólo una llamada de atención, que aparece como una simplificación
del Cambio Climático, previsiblemente aparecerán problemas graves en muchos puntos
del planeta. Las causas serán de diverso tipo y lógicamente se combinarán unas con
otras multiplicando sus consecuencias.
No podemos olvidar además que la población humana sigue creciendo, pasaremos
previsiblemente en este siglo de 7.000 millones de habitantes a unos 10.000 millones, y
ese incremento de población se concentrará en esa que hemos denominado “franja
cálida de la tierra”, al norte del Ecuador, en países de: El Caribe, el Sudeste de Asia, en
el Sahel y los situados al sur de esta zona de África.
La Humanidad se ha desarrollado en los diferentes entornos geográficos que hay en la
Tierra, somos una especie con elevada capacidad de adaptación. Nos hemos movido y
concentrado en ciertos ámbitos, la revolución agrícola de hace unos miles de años hizo
que crecieran las poblaciones en las cuencas de los ríos, en ellas hubo y todavía hay
grandes ciudades. Después, ya en nuestro periodo histórico fueron apareciendo
concentraciones de población en las orillas del mar, el atractivo que ejerce éste y las
actividades económicas conexas con él: primero el comercio, en la actualidad el
turismo, hacen que hayamos llegado una sobre concentración humana a orillas del mar.
26
En la figura nº 12 se muestra la evolución del nivel del mar desde finales del siglo XIX
al momento actual, es la línea remarcada en azul, ha supuesto algo más de 25 cm. Luego
sólo en línea de puntos se muestran las previsiones hasta finales de siglo, que pueden
llevarnos ese nivel a valores de 1 m por encima de los actuales, parece que estamos
cerca de un punto de inflexión a partir del cual sería más perceptible el fenómeno de
aumento de nivel. Éste es un gráfico tomado de la web y procedente de la NASA,
pudiera equivocarse, pero hay que pensar que sus fuentes y cálculos más bien estarán
acertados.
Ese incremento del nivel del mar es preocupante, ya se ha citado más arriba al sudeste
asiático como entorno de inundaciones, ahora se dan con la llegada de monzones
intensos, en el futuro pudieran ser entradas de agua de mar restando fertilidad a los
campos.
Pero hay muchas ciudades en el mundo que, como se ha indicado anteriormente, han
crecido a la orilla del mar o en cauces finales y estuarios de ríos, las evacuaciones de sus
aguas al mar en épocas de lluvia intensas ya vemos en algunos casos que no son rápidas
y se producen inundaciones; mientras escribo estas líneas pienso en Buenos Aires, que
como dice Elio Brailovsky es una ciudad inundable; pero también en Guayaquil, ciudad
que recibe la emigración interna de Ecuador antes de que algunos de ellos vayan a otros
países. Hay muchas otras, incluidas zonas de turismo, ya veremos lo que sucede.
Londres ya dispone de exclusas móviles en el Támesis par prevenir posibles subidas del
nivel del agua.
El año 2013 se despidió con un tifón que cruzó las Islas Filipinas, el Haiyan que dejó
más de 6.000 muertos, fue un hecho dramático que tuvo mucha menos visibilidad
mediática que el huracán Katrina y sus efectos sobre Nueva Orleans. En octubre de
2015 se originó en el Pacífico el Patricia que fue a descargar su fuerza con vientos de
300 km/h contra la costa oriental de México, afortunadamente con menos víctimas que
el acontecido en Filipinas.
No sabemos cómo será la evolución de esos fenómenos extremos que son los huracanes,
ciclones y tornados. Es un tema preocupante para los países de la franja cálida de la
Tierra, esa que está a latitudes bajas, al norte y sur del Ecuador; allí viven muchas
personas, en muchos casos con bajos recursos económicos e infraestructuras débiles.
Uno de estos fenómenos puede ser localmente dramático para los habitantes de las
costas e islas de esos entornos.
Pensamos en América Central, como se indicó anteriormente, donde la mitad de la
población vive conexa con la agricultura, por tanto con la necesidad de que las lluvias
sean pausadas. Allí coincide con una zona sísmica y en buena parte montañosa, con un
grado de deforestación importante, la inestabilidad superficial es por tanto elevada,
además se desarrollan actividades, por ejemplo minería del oro que dejan depósitos de
estériles que son contaminantes y que pueden derrumbarse arrasando todo lo que
encuentren ladera abajo.
27
Figuras nº 12 y 13.- Previsiones de elevación del nivel del mar a lo largo del siglo
XXI. Más una reflexiones sobre ciclones y huracanes.
28
Las lluvias y sequias se conectan con situaciones atmosféricas, que también pueden
relacionarse con situaciones marinas, sus corrientes o la temperatura del agua. Algunas
de esas lluvias son especialmente intensas y periódicas, en el caso de los monzones
esperadas por cientos de millones de personas en el sudeste asiático, que viven de ellas a
través de la agricultura, pero que también pueden provocar inundaciones significativas,
sobre todo si los combinamos con los previsibles incrementos en el nivel del mar, como
se ha sugerido anteriormente. No conocemos bien todos los parámetros que inciden en
las precipitaciones acuosas bien sean en forma de lluvia o bien en forma de nieve, es un
tema en el cual hay que seguir investigando.
Más cerca de nosotros, en el sur del Sahara viven conexos con un cinturón de lluvias
tropicales que se da en los meses de julio y agosto, que reverdece la sabana e inunda el
delta interior del Níger, donde viven pueblos nómadas de ganaderos y pescadores,
aparte de los agricultores; es un ecosistema especial a donde emigran en el invierno un
buen número de aves que en el verano están en Europa. La latitud donde se encuentre
ese cinturón de lluvias previsiblemente cambiará con la temperatura, tal como sucedió
en el pasado, hace miles de años. Debiéramos ir conociendo cuales pueden ser las
previsiones, estamos hablando de una región de donde salen emigrantes de la pobreza,
que no se mueven con la misma facilidad o libertad que las aves.
Cuando se inició la escritura de estas líneas, en el comienzo del invierno de 2015 a 2016
se espera la llegada de El Niño a las costas del Pacífico de Ecuador y Perú, quizás
traería fuertes lluvias en esos países y otros de América del Sur, como sucede cada
pocos años, cuando se repite el fenómeno. El Niño es un hecho relacionado con el
cambio de temperatura del agua en el Pacífico, se conoce desde hace unos quinientos
años, y se denomina así por aparecer en Navidad ese cambio de temperatura en las
costas del Pacífico..
A finales de diciembre de 2015 han comenzado las lluvias, que en primera instancia han
provocado el desplazamiento de su hogar a más de cien mil personas en varios países de
América del Sur, entre ellos Argentina y Paraguay, donde las inundaciones en enero de
2016 han sido significativas; también las lluvias han sido importantes en otros países de
la costa del Pacífico. En Ecuador se ha construido la presa La Esperanza para embalsar
el agua de las inundaciones, que se utilizará para otros usos: agrícolas e industriales. Se
estima que El Niño afecta a la climatología mundial, pero no sabemos de forma clara
cómo son las interrelaciones globales.
Otro fenómeno climático que es importante conocer es la Oscilación del Atlántico
Norte, es un cambio de posición que se da en la latitud donde se sitúan los anticiclones,
en particular el conocido como de Las Azores. Condicionan el desarrollo de las lluvias
de invierno, que pueden ser escasas en España, como sucede al final de este año 2015,
mientras que en Gran Bretaña están teniendo fuertes inundaciones. En la figura nº 14 se
muestra un esquema de cómo son las dos situaciones extremas del fenómeno. Ahora nos
encontramos en una fase NAO +, puede extenderse varios años, no hay una cadencia
marcada, y dentro de otros pocos pasar a la situación NAO -.
29
Figuras nº 14 y 15.- Esquema de la Oscilación del Atlántico Norte. Y unas
previsiones sobre la agricultura básica, la de los cereales.
30
La Oscilación del Atlántico Norte se relaciona, no sabemos bien como, con la Corriente
en Chorro que es una circulación rápida de aire que se da en el hemisferio norte y que
separa el aire frío del Ártico del más caliente de nuestras latitudes. Si esa corriente es
muy fuerte, tendiendo a ser rectilínea, la diferenciación de temperaturas norte sur es
clara, pero si la corriente pierde fuerza y tiene ondulaciones, con penetraciones de aire
del norte o del sur, en nuestro entorno se dan periodos de unos días seguidos con
entrada de ese aire frío ártico o de la subida de aire caliente africano, son los picos de
frío y calor que nos afectan como olas de frío o de calor; las correspondientes al verano
son preocupantes si la temperatura media de la superficie terrestre sigue creciendo.
Este hecho climático de la Corriente en Chorro y sus cambios es otro de fenómenos
meteorológicos que es preciso conocer en mayor profundidad y saber su relación con
ese calentamiento global que nos llega de una u otra forma. Es importante en particular
para España, que se puede ver muy afectada en su meteorología por la incidencia de su
situación en uno u otro sentido; de hecho en febrero de 2016 la corriente se ha
debilitado en intensidad lo cual ha favorecido la entrada de picos de aire frío desde el
Norte y nos han llegado nevadas, al menos a la mitad norte del país.
En la Tierra seremos unos 10.000 millones de personas a mediados del siglo XXI, en
España vivimos el 0,5% de todos, somos un grano de arena en esa playa global; no
tenemos sensación de hambre, sí sabemos que hay desigualdad y pobreza, pero de
momento no hambruna y si de desperdicio de comida que se va en los residuos urbanos,
somos un país con alta tasa de tirar comida a la basura. No es así en todos los lugares
del mundo, no porque no haya comida para todos, sino porque no hacemos una
distribución del resultado de la agricultura y ganadería global.
El futuro de la alimentación mundial se presenta incierto. Hay que pensar en los
cereales básicos: trigo, maíz, arroz y algún otro, más en los tubérculos como la patata
cuyo cultivo se está extendiendo. Volvemos a hablar de incertidumbres, y ahora eso es
importante en amplias regiones de África, América y Asia, donde no pueden comprar
alimentos de terceros países; los europeos compraremos productos básicos allí donde
los haya, e incluso incitaremos a la producción de carne en exceso y de agro
combustibles quitando tierra para la agricultura de alimentación.
Como final de este capítulo se incluye la figura nº 15 que nos da una visión tomada del
National Geographic nada halagüeña, con la predicción de una reducción de la
producción de alimentos básicos en amplias zonas del mundo. Ya veremos a dónde
vamos.
31
V.- Emisiones españolas de gases de efecto invernadero
A la firma del Compromiso de Kioto, España asumió que las emisiones de gases de
efecto invernadero asignables al país sólo se incrementarían un 15% con respecto a las
correspondientes del año de referencia, 1990. En el año 2013 estamos en teoría por
debajo del límite que marcaba ese objetivo, sólo hemos crecido en un 10% sobre el
valor de 1990, tal como muestra el informe del Ministerio de Agricultura Alimentación
y Medio Ambiente, figura nº 16, que se recoge en el apartado VIII de referencias
Figura nº 16.- Evolución de las emisiones de GEI en España entre 1990 y 2013
Nos podemos preguntar si hemos cumplido y si nos podemos dar por satisfechos. Creo
que no, que podríamos haber llegado de otra forma, e incluso deberíamos haber
conseguido mayores reducciones:
- En la primera década de este siglo, cuando hubo mucho debate en relación al
Cambio Climático, avanzábamos hacia incrementos finales mayores, del orden
del doble del objetivo propuesto.
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- La economía española avanzaba en una burbuja, en eso que un presidente de
gobierno que se consideraba ecologista dijo que éramos un país de “champions
ligue”. Nadie de su Gobierno entonces critico la citada burbuja.
- Otros estábamos preocupados por el esquema laboral. En aquellos años, a pesar
del crecimiento económico la tasa de paro era elevada, se acercaba al 10%.
Valor ya en “línea roja” respecto al equilibrio laboral.
- Algunos pensábamos que en el modelo económico al uso, que por otra parte ya
hemos dicho que es difícil de cambiar, cumplir con los objetivos de Kioto podría
representar reducir la actividad productiva y laboral, más paro.
- Las emisiones de GEI directas de España se concentran en los usos de la
energía, el 75% del total, tal como se muestra en la figura nº 17, que es paralela
a la ya citada nº 16.
- Las emisiones derivadas de los usos de la tierra serían mayores que las que aquí
aparecen si se contabilizaran las que inducimos en terceros países desde los
cuales importamos recursos naturales y productos agro ganaderos y forestales.
- La opción de cambio en el modelo energético debía no sólo afectar al sistema
eléctrico, también al transporte, tanto el de mercancías como la movilidad, sin
olvidar la aérea. Algunos conocemos el avión demasiado.
- El sistema eléctrico era el mayor emisor de GEI, esto se unía al uso masivo del
carbón, 40% o más de la generación, en él se fueron introduciendo las energías
renovables, en particular la eólica como camino de reducción de emisiones.
- La Crisis que se inició para España y otros países en el año 2007, aunque no se
reconoció hasta 2010, reventó la burbuja de la construcción, y nos arrastró a una
quiebra económica de muy largas consecuencias.
- Las emisiones de GEI empiezan a decrecer en el año 2008, no fue mérito del
Gobierno y sus ministros, fue la Crisis, aunque también había alguna medida de
eficiencia energética y desarrollo de las energías renovables.
- La Crisis nos ha traído más de tres millones de parados adicionales. Nos hemos
situado entre 5 y 6 millones de personas sin empleo, depende de cómo se haga la
valoración de esta situación. (Parados contabilizados o encuesta EPA)
- En el año 2015 se dice que salimos de la Crisis. Percibo o pienso que en realidad
sólo se ha estabilizado. Los hechos que nos llevan a ella siguen presentes, por
ejemplo deuda generalizada y en España en particular.
33
Figuras nº 17 y 18.- Evolución de las emisiones de GEI en España de 1990 a 2013.
También el PIB y las emisiones entre 1990 y 2012.
34
- La estabilización induce un cierto grado de confianza. Hay mayor consumo, que
persiste en mantener el modelo económico anterior: incremento en la venta de
automóviles, retorno a la construcción.
- Esto puede hacer que las emisiones de CO2 puedan estabilizarse o incluso
crecer. En nuestro caso hay un factor que mantiene altas las emisiones: centrales
térmicas de carbón. Las del sector transporte pueden volver a crecer.
- Los próximos cuatro años pueden presentar mayor actividad económica, pero
con el modelo tradicional, por tanto mayores emisiones. No olvidemos que la
COP 21 habla de decrecer emisiones a partir del año 2020
En la figura nº 18 se muestra cómo han evolucionado dos hechos que se han comentado
en estas líneas: el producto interior bruto, PIB, y las emisiones de gases de efecto
invernadero. Tenemos en cierta medida un paralelismo entre ambos indicadores, aunque
podemos, con una mirada optimista, intuir que hay un progresivo incremento del grado
de desacople entre ambos parámetros, pero hay que reconocer que lo es en bajo grado,
seguimos siendo una economía intensiva en carbono; sin olvidar que lo son más otras
europeas.
Si buscamos desglosar las emisiones por sectores de actividad, en primer lugar hemos
de indicar que las líneas de separación entre sectores no están claramente definidas en
todos los casos, o que se hacen agrupaciones de formas diferentes según fuentes de
análisis. En cualquier caso nos encontramos, como ya se ha ido indicando
anteriormente, que la generación de electricidad y el transporte son los sectores de
mayor peso, tal y como se muestra en la figura nº 19, ellos dos suponen del orden de la
mitad del total de emisiones en nuestro país. De los diferentes sectores hemos de hacer
algunos comentarios:
a) Sistema eléctrico.- En la figura nº 19 el sistema eléctrico aparece ya separado
de otros componentes del sistema energético. Sus emisiones provienen de las
centrales térmicas de carbón y de las que usan gas natural como combustible:
bien sean las centrales de potencia de ciclo combinado o bien las plantas de
cogeneración incluidas en el sector industrial o en el de servicios.
Las emisiones de CO2 del sector eléctrico correspondientes al año 2010
supusieron un mínimo, en aquel año descendió el uso de carbón y aumentó el de
gas natural; las posteriores protestas sociales en las zonas mineras, ya en plena
crisis, hicieron que hubiera un cierto retorno al carbón, lo que aumentó las
emisiones de las térmicas de carbón; en la figura nº 20 se muestra el desglose de
emisiones para el sistema eléctrico peninsular obtenido de Red Eléctrica de
España. Las empresas eléctricas han utilizado ese planteamiento social para
generar más con esas térmicas, pero importando carbón, el cual ha
experimentado una baja de precio en el mercado internacional.
35
Figuras nº 19 y 20.- Desglose de las emisiones de GEI en España por sectores. Año
2012. Y evolución de las emisiones de CO2 en la generación de electricidad.
36
Pudiera ser factible una significativa reducción a medio plazo de las emisiones
de CO2 si no se hicieran inversiones en las centrales térmicas de carbón para
adaptarlas a los límites de emisiones ácidas que actualmente se plantean en la
Unión Europea, menos de 200 mg de SO2 y NOX por Nm3 de gases; esto
supondría el cierre de dichas centrales en el año 2023.
Las previsiones de precios internacionales de un carbón barato, paralelo a una
elevada oferta de petróleo y gas, también con precios bajos, y las presiones
sociales para mantener alguna minería del carbón en España, quizás hagan que
se mantenga activos varios miles de MW de potencia después de esa fecha, con
las consiguientes emisiones de CO2. Las empresas eléctricas quizás inviertan
unos 4.000 millones de € en este actualización, haciendo prisioneros de sus
planteamientos a los agentes sociales, sindicatos, y quizás también a la propia
Administración.
Es un tema crítico pues afecta a la evolución de emisiones de CO2 y también al
desarrollo de las energías renovables. La Unión Europea recordemos que en la
COP 21 ha asumido bajar un 40% las emisiones y llevar a las renovables a una
participación del 27% en el consumo energético.
Tomando otra fuente de información. En la figura nº 21 se ve como las
emisiones del sector energético en su conjunto, industria energética, incluyendo
por tanto las refinerías de petróleo, repuntaron en el año 2012 después de ese
mínimo de 2010 antes citado, ese incremento de emisiones se debe al mayor uso
del carbón, que con más detalle se muestra en la evolución de emisiones de la
figura nº 20 antes citada.
b) Sector Transporte.- Muestra unas emisiones crecientes hasta el inicio de la
Crisis cuando se produce una bajada continuada. Es previsible, o deseable, que
no volvamos a esquemas de crecimiento de las emisiones en este sector, incluso
con precios bajos de los combustibles como se dan a finales de 2015 y principios
de 2016. Ello debiera ser así en buena medida por las restricciones que todos nos
hemos de poner a la circulación de automóviles, en particular en las ciudades
debidas a las situaciones de alta contaminación urbana, pero también por un uso
más racional de los vehículos y los propios desplazamientos.
Es previsible que avancemos en ese uso más racional del automóvil: desde un
mayor empleo del transporte colectivo al hecho de compartir el vehículo
privado; también a que el urbanismo y la cultura social den pasos hacia esas
consideraciones. Por supuesto incluimos en esta reflexión que se avance hacia
modelos de vehículos de bajas emisiones, bien por uso de combustibles más
limpios como el gas natural, o incluso se extienda la fabricación y utilización del
vehículo eléctrico.
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Figuras nº 21 y 22.- Emisiones de CO2 desde los diferentes sectores y suma total.
Estimación de las emisiones de GEI por sectores de actividad para el año 2014.
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No obstante parece que las emisiones del sector transporte han repuntado en el
año 2014, tal como muestra la estimación que se recoge en la figura nº 22, en la
cual se hace una estimación del desglose de las diferentes fuentes. Es un gráfico
distinto a los citados en otros años y puntos de este documento, las
comparaciones al respecto deben ser cuidadosas.
En cualquier caso hay que señalar que en todas las fuentes consultadas y citadas,
los valores de emisiones asignados a la industria energética y al transporte, a lo
largo de los últimos años, son similares entre unas y otras, no hay discrepancias
significativas, que es lo que más nos importa a efectos de las reflexiones que se
hacen en este documento.
c) Industria y otros usuarios de combustibles.- Es un sector que claramente ha
pasado al tercer lugar de emisiones. Si sumamos las que se denominan
energéticas y las que corresponden al proceso, descomposición de carbonatos en
la fabricación de cemento por ejemplo, el total sitúa a este sector en menos de un
20% de las totales de origen energético.
En la figura nº 22 se muestra un recuadro con emisiones de origen energético, la
columna 2 corresponde a la industria, en la 4 se encuentran otras actividades:
usos domésticos y servicios fundamentalmente, vemos que esta segunda
columna ya es similar en valor a la de la industria propiamente dicha, y eso es
así a pesar de que prácticamente se ha dejado de utilizar carbón como medio de
aporte de calor en edificios y se está dando un paso progresivo del empleo de
derivados del petróleo hacia el consumo de gas. Es un tema a tener en cuenta en
la medida que hay dos hechos que debemos considerar:
Evolución hacia viviendas con menor número de personas residentes, es
decir mayor número de ellas, también uso de segundas residencias.
Hechos que se incrementarán en el supuesto de salida progresiva de la
crisis.
Incremento del sector servicios en nuestro esquema social y laboral.
Donde además se dan usos poco eficientes de la energía, por ejemplo
terrazas en la calle durante el invierno con aporte de calor que en gran
medida se va a la atmósfera.
d) Agricultura, ganadería y usos de la tierra.- Las emisiones de GEI son
complejas, provienen de usos energéticos propiamente dichos, de empleo de
fertilizantes y sus emisiones derivadas, de procesos de fermentación, así como
de ventosidades del ganado. El volumen total de emisiones es importante, mayor
que el correspondiente a la industria, del orden de una sexta parte de las totales
de GEI.
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Debiéramos tener en cuenta las emisiones que inducimos, nosotros los que
vivimos en Europa y España en particular, en terceros países desde donde nos
llegan recursos naturales bióticos y productos agro ganaderos. Ya se citó el caso
de las emisiones asignadas a Brasil en el capítulo II.
La silvicultura es un uso de la tierra que de alguna manera se puede poner en un
apartado amplio en el cual se incluyen las actividades agro ganaderas. En
nuestro caso suponen una fijación de carbono, tal como se muestra en la figura
nº 22. El tema es importante, pues en la COP 21 se ha asumido que estas
retenciones descuenten de las emisiones totales para dar los valores netos a los
cuales en teoría cada país se ha comprometido.
e) Residuos.- Los vertidos de residuos y su transformación natural, que emiten
CO2 y CH4, más la transformación industrial de los mismos, incineración u otros
procesos, suponen del orden de un 5% de emisiones totales. Es un tema a tener
en cuenta pues hay posibilidades de realizar un mejor control de ess emisiones y
conseguir reducirlas.
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VI.- Afecciones previsibles en nuestro entorno
Este apartado debería ser el centro del documento, el que aportara más información
válida hacia el futuro, en los anteriores hemos visto de una u otra forma que el Cambio
Climático llega, que las emisiones de GEI se mantienen en la atmósfera por décadas, y
por tanto que caminamos al Calentamiento Global prolongado, durante siglos. Ahora
bien tenemos muchas incertidumbres sobre lo que va a acontecer, por ello las páginas
siguientes son un llamado al estudio, la investigación y la reflexión, para intuir que es lo
que puede suceder y cómo nos adaptamos a ello.
A efectos climáticos podemos pensar que estamos en un entorno heterogéneo, las
figuras nº 23 y 24 nos muestran como han sido las temperaturas medias y las
precipitaciones en España a lo largo de las tres últimas décadas del siglo XX.
Observamos que hay significativas diferencias que dejamos a la reflexión del lector. Las
figuras están tomadas del documento: “Evaluación preliminar de los Impactos en
España por Efecto del Cambio Climático” elaborado por la Universidad de Castilla La
Mancha para el Ministerio de Medio Ambiente, dirigido y coordinado por el catedrático
de Ecología José Manuel Moreno Rodríguez. Fue editado en el año 2005, y debería ser
revisado con la información hoy disponible y las actuales herramientas de trabajo. Nos
va a servir no obstante para hilar este apartado.
El sur y éste de la Península son entornos cálidos, en particular en el verano, con
elevadas temperaturas en esta estación que compensan sobradamente los fríos del
invierno; algo parecido sucede en las islas, aunque éstas tienen el efecto de
atemperación del entorno marino. Enseguida podemos pensar, si se va a dar un
fenómeno de calentamiento generalizado, estas áreas se situarán a lo largo de medio año
con temperaturas significativamente elevadas; veremos que esto parece que puede ser
así. En este invierno del 2015 al 2016 todavía no han tenido fríos intensos y largos.
Las lluvias son escasas en buena parte del territorio, hemos desarrollado un esquema de
numerosas obras hidráulicas para atender las demandas de agua, que no olvidemos en
buena parte se dirigen a atender los usos agrícolas, aunque hay que considerar también
el agua para suministro urbano. Sería preocupante que las lluvias se redujeran, o que se
hicieran más irregulares, en la parte más seca del país. Pero no sólo en ella, los
ecosistemas de la zona norte de la Península se basan en una alta disponibilidad de agua,
si esta se reduce cambiarán de forma significativa. Este, la disponibilidad de agua en los
diferentes territorios, es un área de conocimiento y pronóstico más incierta, pero nos
afectará mucho en el futuro, no sólo por lo que afecte a los ecosistemas, también a la
población humana y a las actividades económicas.
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Figuras nº 23 y 24.- Temperaturas y precipitaciones medias en España a los largo
de las tres últimas décadas del sisglo XX. (Tomadas del documento citado más
arriba y en la bibiografía)
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La evolución que esperamos avanza hacia una temperatura media más elevada, lo cual
no quitará que haya días o periodos fríos; ya se ha indicado en apartados anteriores que
estamos sometidos a corrientes ascendentes de aire, que son cálidas, pero también otras
descendentes frías, a veces con bajadas significativas de la temperatura. Todo apunta a
que la frecuencia de días cálidos se incrementará y en cambio se reducirá la de los días
fríos, en los distintos meses del año, tal como sugiere la figura nº 25.
Figura nº 25.- Cambios en la distribución de temperaturas a lo largo de un periodo
de tiempo, mensual o anual.
Los periodos largos de temperaturas altas incidirán en la disponibilidad de agua, tanto si
las precipitaciones se incrementan como si se reducen, lo cual parece más probable, ese
calentamiento incrementará la evaporación, sobre todo en verano, y contribuirá a
reducir el tiempo de permanencia de las nieves en las montañas.
En los cuadros nº 1 y 2 se muestran unas estimaciones de esos cambios. Los
correspondientes a las temperaturas medias inciden en calentamientos que en algunas
zonas pueden ser muy significativos, auguran veranos muy calientes, sobre todo en el
lado mediterráneo del país, donde además ese calentamiento empezaría en primavera.
Las islas también se verían sometidas a ese tipo de cambio. No es un esquema nada
halagüeño. Las estimaciones de cambios en precipitaciones son menos claras y estarán
además a las oscilaciones hiperanuales que ya se han mencionado anteriormente.
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Cuadros nº 1 y 2.- Estimaciones de cambios en las temperaturas medias y de las
precipitaciones acumuladas en España. Finales del siglo XXI respecto del siglo XX
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Esos fenómenos cíclicos que tanto influyen en los hechos meteorológicos en nuestro
entorno: Oscilación del Atlántico Norte y El Niño, dificultan hacer esquemas cercanos a
cómo serán las precipitaciones en el futuro. Nos atrevemos a pensar que habrá inviernos
de menos nieve, con permanencias más cortas, por el contrario puede haber lluvias muy
fuertes en algunos otoños. Pero sin poder concretar nada al respecto. Parece que en
Galicia y quizás en todo el norte no faltará el agua, tal como ahora se valora; en otras
regiones hay incertidumbres.
Figura nº 26.- Algunos temas que nos aparecen como cuestiones preocupantes en
España a lo largo del siglo XXI
En la figura nº 26 se muestran algunas preocupaciones respecto al cambio climático en
España. Varias de ellas se unen a una mayor temperatura y menor disponibilidad de
nieves en las cordilleras, que se pueden traducir en crisis el suministro de agua a las
concentraciones urbanas de las áreas metropolitanas de Barcelona y Madrid; quizás
también a las zonas turísticas del Mediterráneo, que en parte la reciben desde el trasvase
Tajo Segura, que no olvidemos depende de ls aportaciones de agua desde los montes de
Teruel y Cuenca a la cuenca hidrográfica del Tajo. Posiblemente se den respuestas
unidas a la desalación de agua de mar.
El fenómeno de El Niño de 2015 está incidiendo en un invierno cálido y con pocas
precipitaciones, también fue así en el correspondiente de 1989, pero con niveles de
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temperatura más bajos. ¿Cómo serán en el futuro, dentro de dos o tres décadas? Y
Cuales serán nuestras capacidades de respuesta. Pensamos en distintos aspectos o
cuestiones, por ejemplo cómo evolucionará la agricultura, y si podemos parcialmente
retornar al mundo rural como uno de los cambios necesarios en la búsqueda de un
nuevo esquema de vida más sostenible.
Figura nº 27.- Flujo de agua en la atmósfera, desde el Caribe a Galicia, que se ha
dado de forma continuada en diciembre – enero de este invierno.
En el norte de España no han faltado las lluvias, tampoco las nieves, en este invierno de
2015 a 2016. Durante algunas semanas en el paso de uno a otro año se produjo la
situación que muestra la figura nº 27. No es un fenómeno anómalo, pero ha sido intenso.
Parece que la Corriente en Chorro este invierno ha sido intensa y ha separado de forma
nítida un área de frío polar de otra banda de latitudes más templadas. Parece que en este
mes de febrero, cuando se revisan estas notas, puede darse un debilitamiento de esa
corriente y se produzcan, como en otros inviernos, las entradas de picos de frío hacia el
sur y nos afecten a toda la Península. Ya veremos.
Hay que constatar que estamos viendo una división peninsular. Si trazamos una línea
desde el norte de Lisboa al de Madrid, siguiendo el Sistema Central, y desde aquí hacia
Girona, nos encontramos con un Noroeste que tiene un invierno templado y con
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precipitaciones más o menos altas. Al sur podríamos decir que el invierno es más que
templado y con escasas precipitaciones en general.
Un hecho del cual no se habla mucho es la elevación del nivel del mar. Volvemos a la
figura nº 12. Si se produce ese incremento de 1 m, las costas verán cambiada su
configuración, hay que señalar que esa subida del nivel tendrá efectos notorios en los
cambios en el dibujo de la línea de costa en aquellas zonas de suave bajada al mar; éste
puede avanzar y penetrar en tierra firme de forma significativa.
Este fenómeno afectará, de una u otra forma, a todo el litoral español, algunas ciudades
portuarias del norte de España ya vieron como la mar se introducía en ellas en los
temporales del invierno del año 2014. Pero pensamos que serán las costas del
Mediterráneo, junto con las de El Golfo de Cádiz, todas ellas de alta densidad turística,
las que verán afecciones más significativas.
España vive del turismo, es el ítem económico que con sus excedentes monetarios
aporta los fondos extra que se destinan a atender los servicios esenciales: sanidad y
educación; queramos o no es, junto a la exportación agrícola e industrial, el input de
dinero que viene del exterior y que se sitúa sobre la circulación interna de “producción –
consumo”, y que sirve para pagar esos servicios que dan calidad al sistema de vida.
Somos un país que en buena medida hemos desplazado el sistema económico hacia el
“eje mediterráneo”, tal como el modelo de poder europeo y español propone, pero que
olvida que es donde previsiblemente los efectos del Cambio Climático serán más
negativos. No parece que diseñemos modelos de ir hacia otros esquemas, algunos
percibimos que Extremadura o Galicia no existen cuando se habla de España, tampoco
quizás las dos Castillas. Veremos que nos trae el siglo XXI.
Desde la Ecología parece conveniente dividir el espacio en territorios y ecosistemas,
para analizar cómo pueden evolucionar, a donde pueden dirigirse, y cuál será la
respuesta de la especie humana de esos entornos o en relación a ellos. Quizás haya que
utilizar la teoría de juegos para posicionarnos en diferentes escenarios e intuir cómo nos
colocamos en posiciones de ganadores o perdedores.
En este documento se quiere hacer una llamada al estudio del clima en el pasado y ver
en qué medida nos da informaciones que pudieran servirnos hacia el futuro. Se sabe que
la última glaciación terminó hace entre 12.000 y 10.000 años, empezó el calentamiento
que ayudaron a una mayor extensión de la especie humana; hace unos 8.000 años
comenzó la época agrícola y ganadera. Hubo un largo periodo de enfriamiento, entre los
años 2300 y 250 AC, y nuestra actual era histórica comenzó hace 2000 años en un
estadio que podemos considerar moderadamente cálido.
A lo largo de estos dos mil últimos años ha habido cuatro periodos que marcaron el
devenir de la población:
Periodo de enfriamiento alto medieval.- Entre los siglos V y VIII, en Europa
coincide con la Caída del Imperio Romano y las Invasiones Bárbaras.
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Cálido Medieval u Óptimo Climático Medieval.- En Europa facilitó un amplio
crecimiento humano y el desarrollo de las ciudades. Es un periodo que debemos
estudiar con atención, en la evolución del Calentamiento Global quizás pasemos
por una etapa parecida en algunas cosas; luego previsiblemente seguiremos con
la evolución del Cambio Climático y las Alteraciones Climáticas.
Pequeña Edad del Hielo.- Entre el siglo XIV y XVIII, la temperatura bajo entre
1,5 y 2 ºC respecto a la actual.
Ciclo Climático Actual.- Se inicia a mediados del siglo XIX, la temperatura
sube entre 0,4 y 0,6 ºC entre 1880 y 1950, luego hasta 1970 hay un enfriamiento,
para desde ese año venir un calentamiento, ya citado en el primer capítulo de
este documento, que se asocia progresivamente con el Cambio Climático.
Todo ello hay que estudiarlo más, no ya sólo con visiones globales sino también de
manera más regional o incluso local. No debemos sacar conclusiones precipitadas pero
sí interpretar de forma crítica esas informaciones.
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VII.- Reflexiones sin final
Este documento, que es un anexo, se encaja en uno más amplio: Energía en España en
el siglo XXI: Sociedad y Medio Ambiente. Se busca en él proponer esquemas de
evolución energética, condicionados por los hechos sociales y ambientales, tanto
globales como locales. Esas líneas de cambio hay que encajarlas en nuestro entorno
regional, Europa, sin olvidar la geoestrategia global, que se trata en otro anexo. En la
figura nº 28 se muestra la propuesta europea para reducción de las emisiones de GEI
que se unen a cambios energéticos amplios que nos llevarán a una transición energética
que debiera ser estudiada, dialogada y consensuada, esta vez sí, oyendo a la sociedad.
Figura nº 28.- Esquema objetivo de la reducción de emisiones de GEI en la UE
Las emisiones de GEI en la Unión Europea se deberían reducir para mediados de este
siglo a la quinta parte de las habidas en el año 1990. Esto implica un cambio de modelo
energético, no sirve sólo que introduzcamos con fuerza energías renovables limpias, que
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entran a través de la generación de electricidad, no olvidemos que ésta es la cuarta parte
del consumo final de energía en la UE, es preciso cambiar claramente el esquema de
movilidad y transporte, eliminar combustibles fósiles, y también ir hacia otros modelos
sociales y culturales. Todo ello en treinta y cinco años, no parece fácil.
Sí el caso de la Unión Europea nos plantea dudas, contra las cuales debiéramos trabajar
incluso después de esa fecha de 2050, en otros entornos del mundo los cambios parecen
más difíciles; sobre todo si no se establece un esquema claro de trasvase de fondos
desde nosotros, los ricos del mundo, hacia esos países pobres que no tienen suficientes
recursos económicos propios. Se han previsto 100.000 millones de $ anuales. Veremos.
El esquema de desarrollo de las energías renovables que se escribe en el cuadro superior
es una vía convencional de pensar en la energía, sólo es una referencia que se ha de ver
El consumo actual de electricidad en el mundo es de 25.000 TWh/año.
+ Esto supone del orden del 15% de consumo final de energía, CFE.
Podríamos pensar que hacia el año 2050 el CFE de energía se ha doblado con
respecto al actual. Los países ricos reducimos algo nuestro consumo, pero los
países pobres lo incrementan significativamente para atender a su número
creciente de habitantes y además para salir al menos de la miseria.
+ Suponemos que conseguimos que la electricidad sea el 30% del CFE
del mundo. Se trataría de evitar un excesivo consumo de combustibles
de uso directo: carbón, derivados del petróleo, gas y agro combustibles.
+ Esto supondría que se generara del orden de unos 100.000 TWh/a
El esquema actual de obtener electricidad nos llevaría a un muy alto consumo
de carbón, ahora se genera un 40% de la electricidad con carbón.
+ Podemos pensar en un esquema nuevo, con alta participación de las
energías eólica y solar , por ejemplo la mitad de esa electricidad.
35.000 TWh/a con energía eólica: 15.000.000 de MW
15.000 TWh/a con energía solar: 10.00.000 de MW
Es factible pensar en ese esquema energético e industrial, no obstante hay que
hacer esfuerzos significativos desde el lado técnico: capacidades de fabricación,
infraestructuras de transporte de electricidad, control del sistema, etc.
La inversión necesaria estaría en un orden de magnitud de 50.000.000 millones
de €, es decir habría que pensar en más de 1.000.000 de millones € anuales.
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con más detalle en otro anexo al cuerpo principal de estos documentos. Pudiera verse
como el efecto de tirar una piedra en una laguna, revuelve las aguas, hace emerger el
barro y altera la vida en el fondo del estanque. Nos muestra lo difícil que puede ser
avanzar hacia modelos sostenibles. En ellos hemos de contar con cambios en nuestro
modelo de consumo, ir hacia menores demandas, pero también es preciso contar con los
parámetros económicos y como hacerlos frente, sean inversiones desde los ciudadanos,
con esquemas poco capitalistas, o sea contando con los flujos convencionales de capital.
Como verá el lector se vuelve de forma reiterativa a exponer, con o sin razón, que no es
fácil conseguir llevar a cabo los cambios necesarios para evitar el Calentamiento Global
y otros problemas ambientales y sociales conexos. Por ello planteamos, también tirando
una piedra a la laguna, el cuadro siguiente, que si muestra problemas políticos y sociales
internos en España para asumir lo que nos puede venir, los que resultarían de cambio
global nos volverán a llevar a situaciones de hipocresía y vergüenza.
En el inicio de este documento se decía que se ha escrito en el invierno del año 2015 al
2016. Se comienza cuando se celebra la Conferencia de las Partes, COP 21 en París,
rodeada por las preocupaciones de otro tipo, la confrontación política que traían los
recientes atentados yihadistas en esa ciudad, y que termina con un consenso
El Calentamiento Global traerá cambios en nuestro hábitat, el de cada uno de
los países, quizás mayores de lo que la sociedad presupone.
+ Conviene estudiar cuales son los posibles escenarios, en los aspectos
ambientales y sus consecuencias sociales.
+ Informar a la sociedad de esas previsiones. (Nivel del mar)
+ Consensuar cambios en la “ordenación del territorios”. Que parece
necesario que la haya.
Los problemas más graves vendrán en una serie de países del Sur, por razones
diversas: elevación del nivel del mar, sequías, pérdidas en la agricultura, etc.
+ ¿Estudiaremos ese devenir o lo veremos llegar?
+ ¿Habrá esquemas de cooperación que ayude a esa adaptación que se
ha de dar frente a los nuevos escenarios climáticos?
En cualquier caso parece que habrá desplazados climáticos que se unirán a los
emigrantes de la pobreza o de los problemas sociales.
+ ¿Nos plantearemos la acogida de una u otra forma?
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generalizado sobre los objetivos a cumplir, pero a nuestro entender muy descafeinado
en los mecanismos que harán que se cumplan.
Se finaliza el escrito esperando la primavera del año 2016, sin que en la Península
Ibérica hayamos tenido un invierno clásico, es decir frío con heladas y nieve no sólo en
la mitad norte. En otras partes del mundo también ha habido situaciones atípicas: fuertes
inundaciones en Paraguay y Argentina, al igual que en el otro lado del Atlántico, en
Gran Bretaña. Poco a poco se asume que el clima se altera.
Las medidas propuestas en diciembre de 2015 en París se deberán refrendar en la
reunión COP 22 a celebrar en Marrakech a finales del 2016. Pero se pondrán en práctica
a partir del año 2020, aunque en cierta medida ya nos preparemos para ello. Pero desde
aquí pensamos que estamos perdiendo un tiempo precioso.
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VIII.- Referencias bibliográficas
Sobre el Cambio Climático se ha escrito mucho y se seguirá escribiendo, tanto en cómo
es el sistema climático, cómo le afectan las emisiones de gases de efecto invernadero, y
progresivamente cuáles serán las consecuencias del fenómeno, en los ecosistemas pero
sobre todo en las poblaciones humanas.
Incluimos a continuación algunas referencias en su mayor parte de fácil acceso para los
interesados.
- Las bases para entender lo que es el cambio climático las podemos encontrar en:
+ Cambio Climático: Bases Físicas. Guía Resumida del Quinto Informe de
Evaluación del IPCC. Grupo de Trabajo I. Publicada por MAGRAMA y
Fundación Biodiversidad
+ RUIZ DE ELVIRA, A.- Quemando el futuro. Clima y Cambio Climático.-
Nivola libros ediciones. Tres Cantos, Madrid. (Contiene explicaciones claras de
lo que es: meteorología, climatología, atmósfera y efectos de los GEI.)
+ Hace una década publiqué: Energía. Factor crítico en la sostenibilidad. Año
2025. Crisis social y ambiental. Una hipótesis factible.- MENÉNDEZ, E.-
NETBIBLO, A Coruña. (Los datos se pueden actualizar, pero las ideas están
ahí)
+ La revista INVESTIGACIÓN Y CIENCIA ha publicado un monográfico: LA
CIENCIA ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO.- TEMAS Nº 82. (Contiene
artículos de alto interés.- Informa de que el próximo número, TEMAS 83 será:
EL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA BIOESFERA, habrá que estudiarlo)
+ La revista ECOLOGISTA, de Ecologistas en Acción, publicó en otoño de
2015 un número especial: Cambio Climático. Qué nos jugamos en Paris.
- La incidencia del clima en la sociedad es un tema que nos debiera hacer
reflexionar, hemos tenido otros cambios en el clima, todos fueron
desafortunados para la Humanidad.
+ El libro Historia de los cambios climáticos de José Luís Comellas, ediciones
RIALP del año 2011 es una interesante aportación.
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- NATIONAL GEOGRAPHIC, ESPAÑA.- Esta revista ha dedicado dos
números que se publicaron coincidiendo con la celebración de la COP 21:
+ Noviembre 2015.- LA TIERRA SE CALIENTA. ENFRÍALA. Edición
especial Cambio Climático.
+ Enero 2016.- EL FIN DEL ÁRTICO. ¿Cuál será el nuevo mapa del
mundo?
- En relación a las emisiones de gases de efecto invernadero en España y
reflexiones al respecto podemos citar:
+ MAGRAMA.- Inventario de gases de efecto invernadero de España. Serie
1990 2013. Sumario de resultados. Enero de 2015.
+ Informe de emisiones de gases de efecto invernadero en España 1990 -
2012.- WWF, Informe 2013
+ El cambio climático en España, 2033. Hacia una economía baja en
carbono.- EOI y Fundación PWC
- Buscando los efectos del Calentamiento Global en España debemos leer:
+ Evaluación preliminar de los Impactos en España por Efecto del Cambio
Climático” elaborado por la Universidad de Castilla La Mancha para el
Ministerio de Medio Ambiente, dirigido y coordinado por el catedrático de
Ecología José Manuel Moreno Rodríguez. Editado en el año 2005.
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