carta de 1taha - revista de la universidad de méxico · de la realidad, una incapacidad de...
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UNIVERSIDAD ·DE MEXICO
24partir sentimientos o pasiones, una :ndiferencia universal que engloba la propiapersona del héroe. La crisis sobreviene enuna relación erótica entre el pintor y unamodelo adolescente. En el esfuerzo porllegar al fondo de aquella mente limitada y amoral, el pintor cae paulatinamente en una desesperación qu.e lo llevaa buscar la muerte. Convaleciente, descubre en sí un nuevo interés por la viday el mundo: por el camino de É~os, elrescate.
La novela es una sucesión de encuentros amorosos descritos con impasibilidad de entomólogo. Los pormenores seacumulan en una atmósfera de irrealidad tanto más gélida cuanto más abundantes y minuciosos son. La furia eróticasufre un proceso de "abstracción": en elabrazo venéreo los amantes quedan cadauno encerrado en su propio placer. Noes casual que el protagonista sea -comodecíamos- un pintor abstracto, ¿cómopodría manifestarse diversamente sino"abstrayendo", en cualquier terreno,"enajenado" como está? De llevar a susúltimas consecuencias la intención ejemplar del libro, el protagonista, al final,tendría que repudiar a la madre, con·
Roma: "defonnación de la persona"
Por Jorge HERNÁNDEZ CAMPOSrá la problemática que se les plantea,t;mto más vigorosos será~ los saltos. ~hora bien, El tedio, a deCIr verdad, tienesobra de materiales para convertir a lapenínsula en una grillera.
Sin adentrarnos en el libro, que no haylugar para ello, baste decir que ~s~ ~n lasintenciones de su autor, un anallSls delfenómeno -famoso fenómeno- de la"enajenación" () sea la deformación quesufre la persona humana en el régimencapitalista. O para mejor definida, la"enajenación" se produce porque la sociedad capitalista está construida sobretales bases económicas que hace de lasrelaciones entre seres humanos relacionesentre mercancías. Pues bien, en el protagonista de Moravia, hijo de madre ricay pintor abstracto, la "enajenación" semanifiesta como tedio, que en este casoes una especie de insuficiencia o escasezde la realidad, una incapacidad de com-
Carta de 1taHaHace un par de semanas nos ~~teramos,
por una entrevista en telev1Slón,. queAlberto Moravia tiene en su estudiO ~nacondicionador de aire que le permIteescribir sin fatiga con una tem.peratu,raexterior de 40 grados a la sombra, segunexplicaba prolijamente al entrevistador,vueltos ambos hacia la máquina en cuestión. Pues bien, no es improbable queaquello p.aya contribuido a reforzar lanegra popularidad de que Moravia gozaentre el público grueso -y delgado también-, ya prevenido por la idea de unMoravia un sí es no es pornógrafo ydisolvente.
De esa misma sombría popularidad, osi se prefiere radiosa impopularidad, hablaba el mismo novelista en aquella ocasión quejándóse de que en los últimosdías -era ya principio de otoño- recibía continuamente un chubasco de telefonazos y cartas con insultos e inclusoamenazas. Conviene aclarar que si bienel escritor no es nuevo a estas experiencias, ahora se encuentra blanco de unespecial encono quizás como reacción alhabérsele conferido en el verano el premio Viareggio, uno de los más prestigiosos de Italia, por su novela La noia (Eltedio) , aparecida a fines del año pasadoy una de las más leídas del último decenio. Dicho sea de paso, el verano, al finy al cabo feria, es también la época delos concursos ganaderos y de hortalizas,así como de los premios literarios, tanabundantes los unos como los otros, vfuente en igual medida de resentimientosy disputas para criadores y creadores, pormás que la abundancia de premios seatal que trabajo costaría no recibir uno.
Volviendo a Moravia, los insultos yamenazas que pudiéramos ~cal¡'¡icar depopulares no le han venido solos. Hacepoco escribía a un amigo: "Después delpremio, ciertos críticos a los que El tediohabía gustado, ahora, repensándolo, leponen peros. Hay gente que la tiene tomada conmigo ..." Para colmo de males,añádase a todo esto la denuncia de unabogado "misino" de Bari (para quienno lo sepa, "misino" significa miembrodel MSI, partido neofascista que se califica solo) contra Moravia, autor de Eltedio, el editor Bompiani y los librerosque difundan el libro.
Lo curioso es que El tedio es la novelamo;''!viana que más se ha vendido, comodecíamos antes, superada quizás sólo porel Gattopardo. Si no me equivoco ha alcanzado la cifra de 100,000 ejemplares.Pues bien, para Moravia esta circunstancia de ser un best seller es una de lasrazoms que explican la hostilidad quesu libro parace haber suscitado. Segúnél, cuando de sus otras obras se vendíanpor ejemplo 25,000 ejemplares, esa cifrarepresentaba una cierta élite intelectual,capaz por lo menos de mantener el disentimiento dentro de sus justos límites:disentir es humano. En cambio, cuandose venden 100,000 ejemplares se puedeestar seguro de que tres cuartas partesde esa cantidad ha,n parado en manos delectores no calificados que saltarán a laspeores conclusiones. Tanto más seria se-
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Carta de Españavertirse a la pintura figurativa e inscribirse en un partido de izquierda. Estoclaro eStá sería atal (literariamente hablando) para la obra, y Moravia es demasiado buen escritor para caer en ello,pero de todas maneras, insistimos, la conclusión está implícita en el libro y aunque se trate de evitarla le tiñe de unaambigüedad que le impide ser lo quehubiera querido. Es difícil escribir unanovela como ilustración de una tesis ypretender que los personajes resulten vivos y libres. La novela contemporáneapasa por un estrecho amenazado de unaEscila y una Caribdis que son el psicologismo (en el sentido clínico del término) por una parte, y el "compromiso" oengagement, que a menudo significamarxismo a raja tabla, por la otra. Difícilmente un escritor deja de estrellarsede uno u otro lado. En este momentoparece haber otra solución, la de la llamada "escuela de la mirada", o écoledu regard, de París, que equivale a evitar los' escollos echando a pique la nave.De este asunto nos ocuparemos en otracarta a propósito de ftalo Calvino y unsu famoso manifiesto titulado El mar dela objetividad del que se ha habladomucho.
El tedio sería de calificarse como librorepresentativo de la problemática actualde la novela italiana. Es característico sobre todo el hecho de que la acción estéconstruida en torno a un factum erótico, y de que se plantee el camino delsexo como única posibilidad de trascendencia. No pretendo decir con esto queel erotismo literario sea un fenómenosólo italiano; pero sí que en Italia revisteun tono característico: si para el anglosajón post-lawrenciano el sexo puede serexperiencia misticoide, para el italianose convierte en dato político. Es curiosocomprobar lo importante que resulta elsexo en casi todos los escritores de izquierda. Para no ir más lejos, recuerdoen este momento el personaje de Niníen la última novela de Vasco Pratolini,Lo scialo (El despilfarro), construidocomo símbolo de las contradicciones y laputrefacción de las clases sociales quegeneraron el fascismo. Es muy probableque sea esta politización del sexo y noel sexo mismo lo que explique la desconfianza oficial y extraoficial que circunda a esos escritores. Volveremos sobreel tema y espero no estar haciendo demasiadas promesas.
Aquí sería el momento de pasar a lacuestión de la censura, que es a lo queiba yo, pero veo con alarma que estacarta está ya tomando proporciones imperdonables. Claro, estos argumentos soncomo dicen los italianos que son las cerezas y los besos: uno tira al otro, y aúnquedan en el tintero muchas cuestionesconexas, como la literatura dialectal, larelación entre sociedad industrial y literatura, y el problema general del escritorante la realidad, a mi modo de ver fecundas y originales por los planteamientos que aquí se les dan. Espero desenvolverl.as con la esperanza de llegar, si espOSible, a conclusiones unitarias. Conello espero servir ante quienes me leano es~uchen de. intérprete en un diálogo,un mtercamblO de ideas con la culturaitaliana que puede ser fecundo.
[Roma, noviembre 6 de 1961]
Por nuestro corresponsal >:-
El observador de la vida literaria española no puede menos de sorprenderseante la vitalidad y el ímpetu del movimiento poético actual. Pese a la censuraintolerante, que no respeta ni el verso,y a las dificultades económicas, que songraves, cada vez hay más poetas y se publican más libros de poesía. Al Premio"Adonais", sin duda el de más prestigioen Espqña para jóvenes poetas, acudencada año más de un centenar de librosde versos, naturalmente inéditos y engran parte de poetas universitarios, estudiantes de Filosofía y Letras la mayoría. En cada provincia aparece una revista de poesía, a cuyo alrededor se agrupan unos cuantos jóvenes que publicanen ella sus poemas, y a veces logran crearuna colección poética aneja a la revista,que suele llevar su mismo nombre. Citaré, por ejemplo, la revista Caracola,que aparece en Málaga, ciudad de grantradición poética y donde los poetas Emilio Prados y Manuel Altolaguirre fundaron hace 35 años la bella revista Litora/,que en 1940 continuaron publicando enMéxico. Cada grupo poético de provincia está en contacto con los demás, y conlas dos mejores revistas poéticas que aparecen en Madrid, Agora y Poesía Espa·/tola. Los poetas bullen, discuten, recitan,se mueven, y parecen decididos a que seles haga caso. Hoy se vuelve a hablarde poesía mayoritaria y minoritaria, depoesía para todos y para unos pocos iniciados. Pero casi ningún poeta se atrevea defender, con Juan Ramón J iménez,la poesía minoritaria, de lenguaje hermético y torre de marfil. Los tiempos de lapoesía para una minoría de iniciados,de la poesía exquisita o culta, parecenhaber pasado ya, y todos los síntomas sonde que tarcladn en volver. Hoy los poetas dedican sus versos, como el vasco Biasde Otero, "a la inmensa mayoría", ybuscan sus lectores, no entre los exquisitos y los snobs, sino en los estudiantesy en el pueblo. Por primera vez. d.esdehace muchos años, desde el romantICismoacaso, la poesía aspira a integrarse enuna literatura popular, destinada al pueblo, y no sólo a la clase culta. Quizáparezca prematuro este propó~to revolucionario, sobre todo en Espana dondeel pueblo, sometido a una dura luchaeconómica, apenas si puede disfrutar dela lectura, entre otras razones porque loslibros son caros para su bolsillo y porqueno dispone del ocio necesario para educarse intelectualmente. y sin embargo,como ya demostró don Ramón Menéndez Pidal en su magnífico ensayo Camcteres primordiales de la literat~lm espalto/a, con l'eferencia a las otras ltter~tu:ra.s
hispánicas, la literatura española, mcllllda la poesía, tiene como uno de sus ca~ac
teres fundamentales el de ser mayontaria, es decir, popular, y dirigirse a l~comprensión del público medio. El pnmer gran ejemplo de poesía popular ~nEspaña es el de la épica castellana medieval, y al frente de ella el Poema del Cid.
• Por razones obvias, el nombre de nuestrocorresponsal en Espalia pcrmanccer;í incó~nilO.
Arrancando del famoso Poema, Menéndez Pidal traza una línea de poesía mayoritaria y popular que incluye al Arcipreste de Hita, el Romancero, Lope deVega, Espronceda, Zorrilla, Unamuno yGarcía Lorca. Frente a ella, cabe trazaruna línea de poesía minoritaria que, se·gún don Ramón, podría arrancar delAuto de los Reyes Magos (siglo XJl), yseguir con el Libm de Alexandl'e, elMarqués de Santillana, Garcilaso, FrayLuis de León, San Juan de la Cruz, Fer·nando de Herrera, Góngora, Quevedo yRubén Darío. A la vista de los nombresque cita Menéndez Pidal, resulta obvi?añadir que ese carácter ele poesía mayontaria o minoritaria no prejuzga en nadala calidad de los poetas en ellas insertos.Vemos grandes poetas dentro de una yotra línea, y con razón afirma don Ramón que, al laelo elel arte mayoritario,siempre hubo en la poesía espaliola unarte ele minorías, que es tan esencial enel desarrollo ele toela literatura como lalínea de poesía popular. Lo que o urrees que hay épocas en que la poe ía dem¡Ís alta calielad es la minoritaria (talocurrió entre 1920 y 1930) , mientras quen otras (el iglo de Oro o el Romanticismo), la calidad coincide, n general,con la poesía mayoritaria. Problema difícil, porque siempre - r;', cuestión peliaguda el dilucidar si los poetas mejor sde una época dcterminada se ha en mi·noritarios porquc no ncueJ1lran cco enla mayoría, cn el pueblo, o si es el pucblocl que se aparta de los poetas al no ntendel' el lenguaje minoritario cn <¡u 'scriben.
En todo caso, lo qu nadie puedc Ilcgares que la poesía es en gran parte hoy mayoritaria, y ell algunos país.cs, por.ral.on shistóricas, posee un oJ1lel1ldo'o lal plítico. Tal ocurre en Espalia, dondc lapocsía deja escuchar sus ~oc s rcbeldc' cnlos libros de los poctas jóvenes. La a tualidad exige destacar el nombre de tillO
de ellos, Gabriel Celaya, que desd haccdiez alios viene luchando por una poesíalo más comunicable posible. Cantar claro y para todos, v~ene a ser ellen~a de Gabriel Celaya. Clandad de lenguaje, lo q~e
entralia una condena de todo hermetismo y aristocratismo poéticos. Y canta.rpara todos, lo que implica un compromIso del poeta para con su pueblo, de qui.entoma sus ra íces. La poesía -ha escn toCelaya en su rec~ente li?r~ Poesía'y Verdad- no es un fin en SI, Sl1l0 un IIlstrumento, entre otros, para transformar elmundo. Es decir, el poeta, sin quererloo queriéndolo, puede contribuir con supalabra, con su verso, a tr~ns[ormar lacondición del hombre, haCIendo que eencuentre a sí mismo, que se salve y esienta solidario de la libertad. Pero ¿cómo podrá llegar hoy al pueblo esta poesía social, si el pueblo no lee poesía, yaunque quisiera leerla no podría porquelos libros de poesía no alcanzan apenasuna tirada de 1000 ejemplares en el mejor de los casos? Celaya admite esta objeción, y ad~ierte que no se ~rata de quela poesía baje al pueblo haCIéndose chabacana y populachera, sino de que el