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DE ARTES 13/13 CÁTEDRA ISSN 0718-2759 revista de artes visuales, música y teatro

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  • DE ARTES 13/13CTEDRA ISSN 0718-2759

    DE ARTES 13/13CTEDRA ISSN 0718-2759

    13

    Rev

    ista C

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    e Art

    es

    A M C B

    Rememorar en los espacios museales: de la contemplacin a la experiencia Remembering in the museum spaces: from contemplation to experience

    E RUna imagen vale ms...?: Pautas para el estudio de las evidencias organolgicas en la iconografa musical novohispanaIs an image more worthy? Guidelines for the study of organologic evidence in musical iconography from New Spain

    A G GMousik, el arte de la memoriaMousik, the art of memory

    A LArte efmero y puesta en escena en celebraciones religiosas y jurdico-polticas en el Jujuy colonial: Una propuesta terico-metodolgica para su estudioEphemeral art and mise-en-scne in religious and o cial commemoration ceremonies in colonial Jujuy: A theoretical and methodological proposal for the study

    I BEl uso de la fotografa en el cine de Patricio Guzmn: archivos, nostalgias e usage of photography in Patricio Guzmns cinema: archives, nostalgias

    S C, M M W VCiudad, imaginarios urbanos y transporte pblico: una mirada al desarrollismo desde la fotografa, 1938 1973Photographing developmentalism: the city and the urban imagination of public transportation in Chile, 1938 1973

    R N BEsttica-ecologa y sistemas de complejidadAesthetics-ecology and complex systems

    R I S R.

    Sobre Ensayos sobre artes visuales. Prcticas y discursos de los aos 70 y 80 en Chile. Volumen IIConcurso de Ensayos sobre artes visuales. Un aporte fundamental a la historia del arte chileno

    M L B G Sobre Los Romances: Ella y los fardos de pasto

    Un recorrido imaginario por Los Romances: Ella y los fardos de pasto de Sybil Brintrup

    V S HSobre Red CITU 2012, Delta 5. Universidad de PlayaAncha, Valparaso, Chile

    revista de artes visuales, msica y teatro revista de artes visuales, msica y teatro

    9 770718 275007

    1 3ISSN 0718-2759

    10032 - TAPA KTEDRA 13- 2013.indd 1 18-12-13 15:30

  • En portadaFotografa de Miguel Rubio

  • Revista Ctedra de Artes

    FACULTAD DE ARTESPONTIFICIA UNIVERSIDAD CATLICA DE CHILE

    N 13 Primer semestre 2013

  • FACULTAD DE ARTESPONTIFICIA UNIVERSIDAD CATLICA DE CHILE

    DIRECTOR

    Patricio Rodrguez-Plaza

    COMIT EDITORIALOmar Corrado,Universidad de Buenos Aires, Argentina. Aldo Enrici, Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Argentina. Roberto Farriol Gispert, Pontifi cia Universidad Catlica de Chile, Chile. Iliana Hernndez, Pontifi cia Universidad Javeriana, Colombia. Pablo Miranda Brown, Pontifi cia Universidad Catlica de Chile, Chile. Katya Mandoki, Universidad Autnoma Metropolitana, Mxico. Jess Martn-Barbero, Universidad Nacional de Colombia, Colombia. Ana Mara Ochoa, Universidad de Nueva York, Estados Unidos. Alicia Pino Rodrguez, Instituto de Filosofa de La Habana, Cuba. Pablo Chiuminatto, Pontifi cia Universidad Cat-lica de Chile, Chile. Carlos Plasencia Climent, Universidad Politcnica de Valencia, Espaa. Evguenia Roubina, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico. Andrs Grumann Slter, Universidad de Chile, Chile. Ins Stranger, Pontifi cia Universidad Catlica de Chile, Chile.

    Coordinador Editorial

    Bernardita Abarca Barboza

    Correccin de textosAlida Mayne-Nicholls

    CONTACTOS Y CORRESPONDENCIAAv. Jaime Guzmn Errzuriz 3300, Santiago, Chile

    Fonos (56-2) 23545062, (56-2) 23545202 Fax (56-2) 23545252

    Correo electrnico:[email protected]://catedradeartes.uc.cl

    Agradecemos canje / Exchange solicited

    Ctedra de Artes es una publicacin de los Programas de Magster y Doctorado en Artes.Recibe el apoyo de la Direccin de Artes y Cultura, Vicerrectora de Investigacin,

    Pontifi cia Universidad Catlica de Chile

    DIAGRAMACIN E IMPRESIN: Grfi ca LOMConcha y Toro 25Santiago Centro

    ISSN 0718-2759 (versin impresa)ISSN 0718-2767 (versin en lnea)

  • Presentacin Presentation

    Artculos

    Mara Celeste BelenguerRememorar en los espacios museales: de la contemplacin a la experiencia Remembering in the museum spaces: from contemplation to experience

    Evguenia RoubinaUna imagen vale ms...?: Pautas para el estudio de las evidencias organolgicas en la iconografa musical novohispanaIs an image more worthy? Guidelines for the study of organologic evidence in musical iconography from New Spain

    Arturo Garca GmezMousik, el arte de la memoriaMousik, the art of memory

    Alejandra LanzaArte efmero y puesta en escena en celebraciones religiosas y jurdico-polticas en el Jujuy colonial: Una propuesta terico-metodolgica para su estudioEphemeral art and mise-en-scne in religious and official commemoration ceremonies in colonial Jujuy: A theoretical and methodological proposal for the study

    Isabel BabounEl uso de la fotografa en el cine de Patricio Guzmn: archivos, nostalgiasThe usage of photography in Patricio Guzmns cinema: archives, nostalgias

    Tabla de contenidosRevista Ctedra de Artes N 13 Primer semestre 2013

    7-12

    15-39

    40-69

    70-88

    89-116

    117-126

  • 150-164

    167-170

    171-176

    177-185

    127-149 Simn Castillo, Marcelo Mardones y Waldo VilaCiudad, imaginarios urbanos y transporte pblico: una mirada al desarrollismo desde la fotografa, 1938 1973Photographing developmentalism: the city and the urban imagination of public transportation in Chile, 1938 1973

    Ral Nio BernalEsttica-ecologa y sistemas de complejidadAesthetics-ecology and complex systems

    reseAs

    Ignacio Szmulewicz R.Sobre Ensayos sobre artes visuales. Prcticas y discursos de los aos 70 y 80 en Chile. Volumen IIConcurso de Ensayos sobre artes visuales. Un aporte fundamental a la historia del arte chileno

    Mara Laura Bermdez GallinalSobre Los Romances: Ella y los fardos de pastoUn recorrido imaginario por Los Romances: Ella y los fardos de pasto de Sybil Brintrup

    Vernica Sentis HerrmannSobre Red CITU 2012, Delta 5. Universidad de Playa Ancha, Valparaso, Chile

    Normas editoriales

    Cupn de suscripcin a Ctedra de Artes

    187-196

    197

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    Presentacin

    Siete artculos y tres nuevas reseas para un nmero trece en el ao dos mil trece. Los nmeros se cruzan mientras las cifras juegan a indicarnos que todo esto, al menos en los terrenos de la cultura especializada, no significa necesaria-mente suma o adicin, ni menos la metfora de alguna cbala que nos indique algn secreto para ser descifrado.

    No. Simplemente esto pone en cantidad un trabajo de realizaciones cons-tantes y de logros de constitutiva seriedad universitaria. Siete textos de relatos investigativos y de bsquedas especializadas colectivas o privadas. Tres reseas realizadas por expertos seducidos por algn artefacto o evento artstico, esttico o cultural.

    Este nmero trece de nuestra revista Ctedra de Artes se nutre, luego, de las cifras y de la taquilla, menos para contar en el sentido cuantitativo del trmino, que para referir sucesos, pensamientos o para exponer estructuras que muestran narraciones epistmicas. De qu se trata entonces? Cules son las tematizaciones desarrolladas esta vez? Y, finalmente, de qu tratan las noticias sealadas bajo el rtulo de reseas para esta edicin de Ctedra? Pues enumeremos y sealemos.

    Uno: Mara Celeste Belenguer del Instituto Universitario Patagnico de las Artes (IUPA), en Argentina, propone estudiar las estrategias implicadas en la creacin, presentacin y funcionamiento del museo de patrimonio histrico Museo Taller Ferrowhite ubicado en Ingeniero White, en el puerto de Baha Blanca, presentando analticamente los modos, discursos y estrategias que tal institucin estructura para narrar la historia a la cual dicho espacio remite. Museo de historia cultural, que se sirve no obstante de distintos recursos arts-ticos, abriendo, como dice la autora, un campo ficcional original y dando por resultado un proyecto en el que mltiples factores concurren para dotarlo de una capacidad comunicativa ejemplar.

    Dos: Evguenia Roubina, desde Mxico, parte de la siguiente pregunta: Una imagen vale ms...?, dejando los puntos suspensivos para ir y proponer lo que ella misma llama pautas para el estudio de las evidencias organolgicas en la icono-grafa musical novohispana. As, la estudiosa mexicana realiza un anlisis crtico de tcnicas y procedimientos que se emplean actualmente para la descripcin del contenido musical de fuentes figurativas y la evaluacin de sus significados, esbozando y de all tambin el gran inters del texto una nueva propuesta de tipificacin de las evidencias organolgicas que proporciona el arte virreinal, as como sobre la determinacin de su valor en cuanto testimonio. Trabajo que muy bien puede extenderse a otros mbitos culturales, histricos y geogrficos, con lo cual se contribuye a estudios y a ampliaciones de metodologas de muy diversos contextos y objetos de conocimiento.

  • 8 Ctedra de Artes N13 (2013): Presentacin

    Tres: Arturo Garca Gmez de la Universidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo, en la hermosa ciudad mexicana de Morelia, intenta dilucidar la dimensin de la memoria en el arte potico-musical de la antigedad griega. La mousik (), que va del perodo arcaico hasta el umbral de nuestra era, cuando surgen las primeras notaciones musicales del mundo antiguo. La memoria, tal cual lo explica el autor, es ms que un recurso tcnico de compo-sicin artstica, apareciendo, luego, como una visin mtica de lo divino, y una concepcin filosfica del conocimiento y el mundo inteligible; de aquello que solo se percibe a travs del intelecto.

    Cuatro: La estudiosa argentina Alejandra Lanza, escudria en el arte efmero y en la puesta en escena de fiestas religiosas y jurdico-polticas en el Jujuy co-lonial en los siglos XVII y XVIII, proponiendo asuntos terico-metodolgicos, justamente para el estudio de este tipo de manifestaciones. Analiza la expresin de arte efmero a partir de un recorrido historiogrfico en dilogo con un corpus de imgenes provenientes de la historia del arte y de trabajos de observacin etnogrfica en la Quebrada de Humahuaca, ensayando, como ella lo explica, una nueva definicin de tal expresin centrada en el uso y/o refuncionalizacin de las diversas expresiones materiales dentro del acontecimiento festivo. Es un objeto de estudio esquivo, que lleva a la autora a la proposicin de instrumentos terico-metodolgicos que entrecruzan distintas disciplinas y saberes, para, de este modo y tal cual ella lo explica, (re)construir la especificidad material y simblica (proceso constructivo, uso y funcionalidad) de las manifestaciones artsticas efmeras perdidas.

    Cinco: Isabel Baboun desde los Estados Unidos, nos propone una muy in-teresante visin crtica respecto del uso de la fotografa en el cine del cineasta chileno Patricio Guzmn, sumndole la categora de archivo y de nostalgia a un trabajo cinematogrfico que sabe en demasa de tales alcances nocionales. El documentalista chileno Patricio Guzmn, nos explica la articulista, se ha dedicado a cuestionar la imagen y sus innumerables usos, utilizndola tanto como archivo privado como fichero expresivo y colectivo, siendo la fotografa su objeto de representacin. As, en el presente texto, se atiende a dicho meca-nismo, el que operara, menos como narracin ntima que como acontecimiento afectivo para el espectador.

    Seis: Un grupo de jvenes investigadores conformado por Simn Castillo de la Universidad Alberto Hurtado, y Marcelo Mardones y Waldo Vila, de la Pontificia Universidad Catlica de Chile, se encarga, por su parte, de mos-trarnos imgenes y caminos epistemolgicos en relacin con la ciudad, y a los imaginarios urbanos que han sido conformados por medio del transporte pblico de la ciudad de Santiago de Chile. Todo ello desde la perspectiva de un

  • 9

    escudriamiento analtico de fotografas realizadas entre 1938 y 1973. Soporte expresivo, que a juicio de los investigadores, es utilizado como elemento esttico de referencia al proceso de renovacin poltica, econmica y social definido como desarrollismo, proyecto caracterizado por la intervencin estatal en diferentes mbitos de la vida social de esta capital sudamericana. Con todo, el trabajo es un aporte historiogrfico al estudio de estos imaginarios a partir de archivos fotogrficos, plantendose el uso de la fotografa como fuente histrica tanto para la comprensin del proyecto poltico y social desarrollista, como de los horizontes imaginativos surgidos a partir de la vida cotidiana santiaguina del perodo.

    Siete: Desde Colombia el profesor Ral Nio de la Pontificia Universidad Javeriana, nos enva y en algn sentido nos desva creativamente hacia una mirada de lo que l llama una esttica-ecologa, asocindola por el mismo concepto y casi inevitablemente con sistemas de complejidad. Sirvindose de la esttica como de una ciencia social, el autor explora caminos de discusin y anlisis perceptuales para hacer investigable analtica y creativamente los en-tornos ecolgicos en los que se producen cambios y transiciones con los cuales las formas de habitabilidad humanas hacen suyo mbitos territoriales o fijan su permanencia en estos mediante sistemas productivos. Ral Nio vincula la teora esttica contempornea con la teora de la complejidad, destacando la condicin epistemolgica de la esttica en trminos de asumir problemticas globales, o al menos ms amplias de las que comnmente se le suelen asociar a tal disciplina. Tomando el texto Las Conexiones Ocultas, esta aproximacin terica crea un punto de ruptura acerca, justamente, de la esttica y la ecologa.

    Tambin, como se ha adelantado, estn las reseas, igualmente numeradas y dedicadas a: un libro colectivo y terico acerca de las artes visuales de una poca precisa de la historia de Chile, a cargo de Ignacio Szmulewicz R.; a un libro-objeto de una artista visual y de la performance como Sybil Brintrup, a cargo de Mara Laura Bermdez Gallinal; y para terminar en el lugar tres, la noticia razonada del encuentro de Escuelas Universitarias de Teatro Latinoamericanas, Red CITU, Delta 5, organizada en 2012 en la ciudad de Valparaso, realizada por Vernica Sentis Hermann.

    Un ltimo alcance: agradecemos a Claudia Lira, Jorge Montoya Vliz, Alfonso de Vicente, Sarah Roos, Jos Pablo Concha, Margarita Alvarado y Lorena Amaro, por la valiosa colaboracin en algunos de los indispensables detalles de esta edicin numerada con el trece en este ao dos mil al que se le suma tambin un trece.

    Patricio Rodrguez-Plaza

    9

  • 10

    Presentation

    There are seven articles and three new reviews for our thirteenth issue, in 2013. The numbers cross while the figures play to indicate us that all of this, at least in the territory of specialized culture, does not necessarily mean addition or it is not the metaphor for some lucky sign that harbors a secret to be discovered.

    No. These numbers simply quantify constant works and achievements of essential scholarly seriousness. There are seven texts of investigative accounts and of specialized private or collective searches and three reviews written by experts who have been seduced by some artifact or artistic, aesthetic or cultural event.

    The thirteenth issue of our journal Ctedra de Artes is nurtured by the num-bers and by the box office, not so much to count -in the quantitative sense- but to refer to events or thoughts, or to present structures that showcase epistemic narrations. What is it about then? What are the themes developed this time? And finally, what is the news classified under the category of reviews in this issue of Ctedra about? Lets enumerate.

    One: Mara Celeste Belenguer, from the Instituto Universitario Patagnico de las Artes (IUPA) in Argentina, proposes to study the strategies deployed in the creation, presentation and functioning of the historical heritage museum Museo Taller Ferrowhite -located in Ingeniero White, in Baha Blanca harbor. For this purpose, she makes an analytical presentation of the modes of discourse and the strategies that the institution uses in order to narrate the story to which said space refers. Notwithstanding it being a museum of cultural history, Mu-seo Taller Ferrowhite makes use of different artistic resources, opening -as the author says- an original fictional field that results in a project in which multiple factors combine to provide it with an exemplary communicative capacity.

    Two: Evguenia Roubina, from Mxico, builds her research upon the following question: Is an image more worthy? She keeps the ellipsis to propose what she calls guidelines for the study of organologic evidence in novo-Hispanic musical iconography. In this way, the Mexican scholar carries out a critical analysis of the techniques and procedures that are currently used for the description of musical content in figurative sources and the evaluation of their meaning; thereby sketching -and from this point stems the value of this text- a new pro-posal for the classification of the organologic evidence provided by colonial art and for the assessment of its testimonial value. This work could be expanded to cover other cultural, historical and geographical areas; this expansion would contribute to the study and to the broadening of methodologies from diverse contexts and objects of knowledge.

  • 11

    Three: Arturo Garca Gmez from the Universidad Michocana de San Nicols de Hidalgo, in the beautiful Mexican city of Morelia, tries to elucidate the dimension of memory in the poetic-musical art of Ancient Greece: Mousik (), which ranges from the archaic period to the beginning of our era, when the first musical notations of the ancient world emerge. Memory, as the author explains, is more than a technical resource for artistic composition, and it is later perceived as a mythical vision of the Divine and as a philosophical conception of knowledge and the intelligible world; that which is only perceived by intellect.

    Four: Argentinean scholar Alejandra Lanza inquires into ephemeral art and the mise-en-scne of religious and political festivities in colonial Jujuy in the 17th and 18th centuries, raising theoretical and methodological issues for the study of these manifestations. The author analyzes the expression of ephemeral art starting from a historiographical revision in dialogue with a corpus of images from Art History and ethnographic observation in the Quebrada of Humahuaca, assaying, as she explains, a new definition of that manifestation. This new defi-nition is centered on the use and/or refunctionalization of the diverse material expressions within the festive event. Ephemeral art is an elusive object of study that leads the author to propose theoretical and methodological instruments that bring together different disciplines and fields of knowledge in order to, as she explains, (re)construct the material and symbolic specificity (constructive process, use and functionality) of the lost ephemeral artistic manifestations.

    Five: From the United States, Isabel Baboun develops a very interesting critical view regarding the use of photography in the work of Chilean filmmaker Patricio Guzmn, adding to the cinematographic work the category of archive and nostalgia, notions with which the work is already familiar. Chilean docu-mentary director Patricio Guzmn, the author explains, has devoted himself to question the image and its infinite uses, deploying it as private archive as well as an expressive and collective sign, being photography its object of representation. Thus, the present text attends to said mechanism, which would operate not so much as an intimate narration but as an affective happening for the spectator.

    Six: A group of young researchers formed by Simn Castillo from Universi-dad Alberto Hurtado and Marcelo Mardones and Waldo Lira from Pontificia Universidad Catlica de Chile assumes the task of showing us images and epis-temological paths in relation to the city and the urban imageries that have arisen from public transportation in the city of Santiago, Chile. This task is carried out from an analytical inquiry of photographs taken between 1938 and 1973. The team of researchers considers photography as an expressive medium which is used as a referential aesthetic element for the process of political, economic

  • 12 Ctedra de Artes N13 (2013): Presentacin

    and social renovation defined as desarrollismo. This project is characterized by the intervention of the State in different areas of the social life of this South American capital. In sum, the work is a historiographical contribution to the study of these imageries based on the examination of photographic archives. The work thus understands photography as a historical source for the understanding of the political and social desarrollista project, as well as for the understanding of the imaginative horizons that have arisen from the everyday life of Santiago in that period.

    Seven: From Colombia, professor Ral Nio from Pontificia Universidad Catlica Javieriana sends us -and in some way, creatively deviate us- towards a look into what he calls an ecologic-aesthetic, associating it by the same concept, and almost unavoidably, to complexity systems. Using aesthetics as a social science, the author explores routes for discussion as well as perceptual analyses to make ecologic environments (where changes and transitions occur and with which the forms of human habitability make the territory their own or secure their permanence by the use of productive systems) an object of analytic and creative study. Ral Nio links the new contemporary aesthetic theory to the theory of complexity, highlighting the epistemological condition of aesthetic when it comes to assume global problems, or at least, problems that are wider than those that are commonly associated with the discipline. Using the text Las Conexiones Ocultas, this theoretical approach creates a breakpoint on aesthetics and ecology.

    Also, as it has been mentioned, there are the reviews, equally numbered and dedicated to: a collective and theoretical book about the visual arts in a particular period of the history of Chile, in charge of Ignacio Szmulewicz R.; a book-object of a visual and performative artist like Sybil Brintrup, in charge of Mara Laura Bermdez Gallinal; and to finish with the third one, the news of the encounter of Latin American University Schools of Theater, Red CITU, Delta 5, carried out in 2012 in the city of Valparaso, reviewed by Vernica Sentis Hermann.

    A final note: We thank Claudia Lira, Jorge Montoya Vliz, Alfonso de Vicente, Sarah Roos, Jos Pablo Concha, Margarita Alvarado and Lorena Amaro for their valuable contribution to some of the indispensable details of this thirteenth issue, in this year 2000 to which a 13 is added as well.

    Patricio Rodrguez-Plaza

  • Artculos

  • Ctedra de Artes N 13 (2013): 15-39 ISSN 0718-2759 Facultad de Artes Pontificia Universidad Catlica de Chile

    Rememorar en los espacios museales: de la contemplacin a la experiencia1

    Remembering in the museum spaces: from contemplation to experience

    Mara Celeste BelenguerInstituto Universitario Patagnico de las Artes (IUPA), Argentina

    [email protected]

    ResumenEn las ltimas dcadas el devenir museogrfico ha registrado un llamativo cambio a partir de la inclusin de nuevos usos y frmulas de presentacin y escenificacin, bajo la influencia de las actuales corrientes artsticas. El presente artculo se propone estudiar las estrategias implicadas en la creacin, presentacin y funcionamiento del museo de patrimonio histrico Museo Taller Ferrowhite ubicado en Ingeniero White, puerto de Baha Blanca, provincia de Buenos Aires, Argentina para analizar la modalidad dis-cursiva y los recursos puestos en juego al momento de contar la historia a la cual dicho espacio remite. No se trata de un museo de arte sino de historia cultural, pero dicha institucin recurre a los ms diversos recursos artsticos, abriendo un campo ficcional original y dando por resultado un proyecto en el que mltiples factores concurren para dotarlo de una capacidad comunicati-va ejemplar. En tal sentido, nuestro inters en analizar este espacio museal se debe a las estrategias que este implementa, las cuales instituyen formas de trabajo con la memoria comunitaria a nuestro juicio novedosas que plantean la necesidad de que la comunidad no asista a sus salas con una actitud contemplativa sino predispuesta a la experiencia de rememorar.PAlAbrAs clAve: museos, comunidad, memoria, arte, experiencia.

    AbstractOver the last few years, the study of museums has changed remarkably due to the inclusion of new ways and forms of presentation and scenery display, which are strongly influenced by current artistic trends. This article seeks to study the strategies involved in the creation, presentation and functioning of Museo Taller Ferrowhite, a museum of historical heritage. The place is located in Ingeniero White, nearby Baha Blanca harbor, Argentina. The article aims to analyze the mode of discourse and the resources used in telling the story of how the museum came to be. This is not an art museum but one of cultural history; nevertheless, that institution uses the most diverse artistic resources, opening a fictional and original field that results in a project in which multiple factors combine to provide it with exemplary communicative skills. The article focuses on the analysis of several strategies to work with communal memory. Notoriously, the community is asked to attend the museum not merely to contemplate but to experience the construction of memory.Keywords: museums, community, memory, art, experience.

    1 El presente artculo se desprende de la investigacin realizada para mi Tesis de Li-cenciatura en Artes Visuales, Instituto Universitario Nacional de las Artes, 2012. Todas las imgenes del presente artculo pertenecen al archivo de Ferrowhite. Son utilizadas con absoluto permiso y consentimiento de quienes integran su equipo de trabajo.

  • 16 Ctedra de Artes N13 (2013): 15-39

    Museos y comunidad

    Como instituciones que actualizan relatos certificadores de lo artstico y lo cultural, los museos no se han evadido del revisionismo que caracteriza a la cultura contempornea, siendo notorias las voces que indagan en su funcin y sealan la necesidad de su renovacin. El cada vez ms palpable fenmeno de musealizacin de la vida y la cultura no hace sino apuntar hacia una apelacin a lo propiamente musestico, entendido como un mbito que traspasa las paredes del museo para expandirse, pero tambin para permitir que lo exterior lo impregne.

    Todas las afirmaciones de la esterilidad del museo o su identificacin con lo ya muerto (pensemos en la asociacin que Adorno aseguraba no ser meramente fontica entre museo y mausoleo2) contrastan con su innegable vitalidad, con su fuerza e incidencia en el plano pblico y cultural, con su crecimiento econmico y su proyeccin ideolgica en la cultura de masas. En definitiva, con su capa-cidad de adaptacin, que le permite persistir en el tiempo e incluso ocupar un espacio cada vez ms relevante en la organizacin cultural. Siguiendo al terico del arte Jos Jimnez: estamos muy lejos de la muerte del museo, en el sentido material de la expresin, pero tambin de su decadencia o ruina (artstica o institucional). Otra cosa es discutir y problematizar su carcter, orientacin y funciones (2000: 74).

    Junto a la apertura y previa puesta en cuestin del museo y sus funciones patrimoniales en nuestra sociedad, destacan la bsqueda e investigacin de un nuevo lenguaje y el esfuerzo por conseguir una nueva tipologa viva y partici-pativa para la comunidad, en consonancia con su naturaleza de la conservacin, anlisis y difusin de testimonios naturales y sociales originales3. Esta novedosa animacin y participacin cultural est ntimamente unida a la idea de revela-cin del patrimonio y a la concientizacin comunitaria. En todo ello se aprecia una ms cercana e influyente visin antropolgica. Lo cierto es que los museos se han convertido en las ltimas dcadas en un lugar de encuentro e intereses mltiples para la sociedad. Desde esta perspectiva, se vienen adaptando a un nuevo paradigma que los entiende como centros culturales vivos y sitios de encuentro de la comunidad, en oposicin a un ya anticuado museo elitista y de puertas cerradas. Dichos espacios buscan redimensionarse, dejando de ser

    2 Adorno, Theodor. Teora Esttica. Madrid: Taurus, 1992.3 Para algunos especialistas las nuevas tendencias en los museos estn ntimamente relacionadas con el impulso recibido a partir del trabajo de Georges H. Rivire, por la tercera generacin de los ecomuseos y el sueo popular en los aos setenta. Especialistas en el tema, como Andr Desvalls, destacan los aspectos de innovacin en la investi-gacin de un lenguaje museogrfico para las presentaciones, sealando como pioneros a Jean Gabus en el Museo de Etnografa de Neuchtel (Suiza), al terico Duncan F. Cameron en la Art Gallery de Ontario (Canad) y al mismo Georges Henri Rivire, a la vez terico y prctico, quien fue responsable del Muse National des Arts et Traditions Populaires de Pars y director del ICOM.

  • Mara Celeste Belenguer Rememorar en los espacios museales: de la contemplacin a la experiencia 17

    templos sagrados para devenir foros de mltiples voces y debates. Este giro de-termina un pasaje de museos de espectadores a museos de actores, y de museos de grandes discursos a museos de propuestas locales.

    La gran oportunidad que se abre hoy da para estos espacios reside en su intertextualidad y en el hecho de que no son ms que una parte de nuestra cul-tura rememorativa. En la medida en que las fronteras tradicionales del museo, del monumento y de la historiografa se han vuelto ms fluidas, vemos que los museos en s pierden gran parte de su carcter fijo y permanente.

    A partir del caso que analizaremos buscamos apuntar las posibilidades de una visin an poco explorada en Argentina basada en esta relacin patrimonio-museo-comunidad, en el trabajo desde una hibridacin de lenguajes ycon la aparicin de nuevas mezclas entre el pasado y el presente, lo cual convierte la escena en un espacio de intercambio como lugar de comunicacin y promocin de la creacin colaborativa de conocimientos. La transdisciplinariedad que se propone, nos interpela en la necesidad de elaborar, en el contexto definido por el estudio de la historia y de las artes actuales, un campo particular para la in-vestigacin histrico-artstica y la creacin cultural.

    El Museo Taller Ferrowhite

    El Museo Taller Ferrowhite ocupa el predio donde funcionaba un antiguo taller de mantenimiento de la hoy desmantelada Usina General San Martn, en la que hasta mediados de los aos noventa se hacan las reparaciones del ferro-carril, lo cual designa un emplazamiento curioso para un museo. Su estructura arquitectnica y la actividad del mismo son conceptos inseparables, con lo cual podemos decir que forma parte de la tendencia a la readaptacin de edificios antiguos con destino a fines museogrficos4. Ferrowhite aloja una coleccin de piezas y tiles ferroviarios recuperados tras la privatizacin y el desguace de los ferrocarriles en la regin. Tal recuperacin fue informal, y tuvo, esencialmente, motivaciones afectivas. Los mismos trabajadores despedidos fueron quienes se ocuparon de salvaguardar parte del material que el Estado remataba, y quienes llevaron al municipio el proyecto de abrir un espacio para mostrarlo.

    4 Podemos citar como antecedente histrico la reconversin de la sala de juego de pelota de las Tulleras en el Museo Jeu de Paume que fue, desde 1947, donde se exhibieron las obras impresionistas del Museo del Louvre, hasta ser definitivamente trasladadas en 1986 a la Gare dOrsay, estacin de ferrocarril vuelta museo. En estos sitios, tal como vemos en Ferrowhite, se crea una influencia recproca entre lo exhibido y el museo que refuerza la particularidad del espacio.

  • 18 Ctedra de Artes N13 (2013): 15-39

    Imgenes 1 y 2. Luis Firpo. Jefe del taller que hoy ocupa Ferrowhite. Pedro Caballero y una bocina Supertyfon de locomotora diesel.

    Veremos que el museo analizado resulta un caso singular en el que la historia, como disciplina, se cruza con prcticas y reflexiones que vienen del campo de las artes5. Videos, maquetas, almuerzos, performances, instalaciones, talleres y obras de teatro documental promueven la apertura de un espacio de aparicin de relatos plurales. La crtica de arte Ins Katzenstein, en un texto incluido en el nmero de la revista norteamericana Artforum dedicado a nuevos museos, afirma:

    Unos pocos proyectos [museogrficos] innovadores han surgido en Lati-noamrica que intentan oponerse al vaco institucional de sus contextos . . . ejemplos perifricos dentro de la misma periferia . . . Puede parecer fuera de tema hablar aqu de un museo no artstico, pero dado el tinte crtico de la visin curatorial de Ferrowhite, la inteligencia y lo inesperado de sus recursos de muestra, y la naturaleza heroica de tan singular emprendimiento, creo que realmente vale la pena mencionarlo. (The museum revisited)6.

    5 Por razones de extensin referiremos solo algunas de las propuestas de Ferrowhite. Otras son: la Casa del Espa (espacio en el que funciona un caf temtico, se proyectan y se realizan muestras, videos, programas asociados a la Baha Blanca imaginada); los libros de investigacin histrica que se publican peridicamente, como por ejemplo el volumen Cmo era Baha Blanca en el futuro; las performances y presentaciones asociadas a estas ediciones, los videos con relatos de los vecinos; el proyecto La Rambla de Arrieta, con el que se pretende recuperar una zona de la costanera para los vecinos; talleres, muestras temporarias, conferencias, conciertos, proyecciones y espectculos varios.6 La traduccin es nuestra.

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    Desde su misma designacin Museo Taller el proyecto al que aludi-mos habla de un hacer, de un producir, en un claro intento por separarse de lo tradicionalmente considerado como museo, por sus connotaciones literales. En entrevista con Nicols Testoni, integrante del equipo de trabajo de Ferrowhite, nos cuenta: Este es un espacio que hace pie en el ferrocarril que es un eje ineludible de la historia del puerto y de Baha Blanca pero en un sentido algo ms amplio es un museo del trabajo ferroviario (Entrevista con la autora 2011).

    Lo que hace particular a este museo es la modalidad que instituye en los modos de presentar la coleccin y las propuestas. Ah encontramos una diferencia entre pensar un museo ferroviario de los cuales hay muchos en Argentina7 y un museo especficamente dedicado a la experiencia de los trabajadores. Una actividad central para este museo es el registro de la memoria colectiva a partir de entrevistas. Saber cmo y para qu se utilizaban las herramientas, de qu modo se organizaba el trabajo en el que se empleaban, y sobre todo, quines las utilizaban, depende en gran medida del relato de los propios ex ferroviarios. Cada crnica revela una experiencia de vida y se constituye as una enrevesada red que, podramos suponer, es la memoria de una comunidad. O, mejor, el retrato vivo que la comunidad hace de s misma. A causa de las importantes mutaciones socioeconmicas de las ltimas dcadas, sin embargo, la propia comunidad de Ingeniero White se ha vuelto tambin una suerte de rompecabezas.

    El museo empieza afuera

    El relato desde el cual este museo cuenta el pasado y el presente se entiende mejor si prestamos atencin al entorno que lo rodea: una zona pre/post indus-trial, una amalgama de silos, elevadores, multinacionales cerealeras, y el polo petroqumico ms grande de Argentina.

    Ingeniero White es una localidad portuaria ubicada a diez kilmetros de la ciudad de Baha Blanca. Su puerto es uno de los principales puertos argenti-nos de ultramar, y el movimiento econmico alrededor suyo fue el factor ms importante en el crecimiento de la ciudad de Baha Blanca. Iniciado formal-mente en 1856, es el nico de aguas profundas que, con 45 pies de calado, est conectado a la Red Ferroviaria. Est habitada por 15.000 personas, pero durante el da el nmero asciende a 25.000 por el consumo de mano de obra en los establecimientos industriales, qumicos, cerealeros, pesqueros, exportadores y portuarios. Las ansias de progreso de Ingeniero White se vieron frustradas en la segunda mitad del siglo XX al construirse este polo petroqumico, que,

    7 Museos que tienen como emplazamiento las estaciones, o que rescatan del ferrocarril la idea de tren de pasajeros. Por ejemplo, el Museo Nacional Ferroviario, ubicado en la ciudad de Buenos Aires; el Museo Ferroviario de Tandil; el Ferroclub Chivilcoy; el Museo Ferroviario-Ferroclub Azul, en la ciudad de Azul; el Museo Ferroviario de Cruz del Eje, Crdoba; el Museo Ferroviario de Comodoro Rivadavia, entre muchos otros.

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    con promesas de bienestar, provoc el deterioro de su imagen e identidad. Los habitantes sufren permanentemente fuertes olores y nubes txicas que emanan de las chimeneas, y las consecuencias son visibles en sus hogares (en su mayora, precarias viviendas de chapa y madera) con grietas y filtraciones producto de las vibraciones. Progresivamente desde la dcada del setenta, distintos procesos de privatizacin de empresas y espacios portuarios, la instalacin de empresas multinacionales, el crecimiento exacerbado del polo petroqumico8, y la ausencia de una regulacin rigurosa por parte del Estado, fueron deshabitando el lugar. A partir de esta transformacin, la fisonoma del poblado, el hbitat y las prcticas de la comunidad se vieron radicalmente afectados.

    Imagen 3. Terminal para acopio y exportacin de granos U.T.E. - Toepfer. Atrs, Central Termoelctrica Luis Piedra Buena (Pampa Energa S.A.).

    Diversas investigaciones realizadas por la Universidad Nacional del Sur se-alan que los residentes de Ingeniero White estn diariamente expuestos a un alto grado de vulnerabilidad fsica, ecolgica, poltica, educativa e institucional9. La contaminacin visual y auditiva resulta un elemento de disputa permanente que, incluso, configura el programa institucional del museo. Son, por tanto, estas situaciones las que definen el propio espacio museal como un campo de tensiones y disputas. El trabajo del equipo de Ferrowhite supone (y se propone) rastrear

    8 Como hemos ya mencionado, el polo petroqumico de Ingeniero White es uno de los ms importantes de Argentina. Dentro de l se desarrollan tres industrias: petrolera, petroqumica y la industria qumica. Entre las empresas que lo componen se destacan por su importancia: PBB Polisur, Solvay Indupa, Compaa Mega y Profertil.9 Ramborger, Mara Alejandra y Mara Amalia Lorda La situacin ambiental del rea costera de la Baha Blanca. Revista Huellas, N 13 (2009). 172-191.

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    el precio, el costo de esta historia. Como veremos a continuacin, desarrolla para ello un programa que pretende recomponer desde all espacios vitales perdidos.

    El teatro documental en Ferrowhite

    En cada herramienta cobijada en la coleccin de este museo (en un depsito en el que estn conservadas segn mtodos de ltima generacin) se halla tcita la memoria de un oficio, con conocimientos y habilidades especficas. Para suplir el carcter pasivo de las piezas, el equipo de trabajo de Ferrowhite lleva a cabo obras de teatro documental, en las cuales extrabajadores dan testimonio de sus usos. Nicols Testoni dice:

    Cmo armar un museo desde un ferrocarril que est arrasado, del que que-da muy poco en pie? Lo que queda en pie son algunas de las personas que estaban, como si ese desguace, esa situacin, hubiera dispersado esa historia. Y en realidad, qu es hoy lo ferroportuario? Bueno, para nosotros son estas historias que estn ac, all y que uno puede empezar a vincular (Testoni, entrevista con la autora 2011).

    Imagen 4. Pedro Caballero con un objeto de la coleccin, durante la obra de Teatro documental Archivo Caballero.

    Archivo White es un proyecto en el que trabajadores del ferrocarril y el puerto llevan sus vidas a escena. Se trata de una experiencia de cruce entre memoria personal, documentos y lenguajes artsticos. Dicha propuesta se inicia con las entrevistas a los antiguos ferroviarios, desde el momento en que en ellas co-

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    menz a aparecer mucho ms que informacin tcnica. Preocupados por cmo recuperar todo ese material que quedaba afuera cuando esas entrevistas eran volcadas en papel, quienes integran Ferrowhite comenzaron a buscar el modo de recuperar el relato vivo de los trabajadores. As, pidieron consejo al crtico e historiador del teatro Jorge Dubatti y a la directora teatral Vivi Tellas, y junto a ellos crearon este nuevo gnero10.

    Archivo White se inici con Nadie se despide en White, muestra del taller coor-dinado por la mencionada directora de teatro experimental en el ao 2006, que cont con la participacin de los teatristas Jorge Habib, Ral Lzaro, Rodrigo Leiva, Natalia Martirena, Miguel Mendiondo y Alexis Mondelo, y de los ve-cinos de Ingeniero White Atilio Miglianelli, Luis Firpo, Juan Califano, Rita Aversano, Pedro Marto, Sarita Capelletti, Osvaldo Ceci, Mario Mendiondo, Pietro Morelli y Pedro Caballero, como intrpretes de sus propias historias, en el marco de un evento multitudinario. Desde entonces se han presentado las obras Marto Concejal, protagonizada por el estibador y candidato a concejal en 1992, Pedro Marto; Archivo Caballero, en la que el mecnico ferroviario Pedro Caballero baila el bolero de Ravel y ensambla fragmentos de su patio en escena; Con tormenta se duerme mejor, con la participacin de Marcelo Bustos, marinero que con 22 aos trabaja embarcado en los buques de pesca de altura; y Flying Fish, en la que el vecino Roberto Orzali relata sus viajes por el mundo como marinero mercante.

    Imagen 5. Teatro documental. Roberto Orsali en Flying Fish.

    10 Vase www.archivotellas.com.ar

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    La experiencia del teatro documental seala el ingreso del gnero biogrfico singular en el marco de un relato colectivo. Los protagonistas son vecinos que se han ido acercando al museo, y a los que, despus de entrevistarlos para el archivo oral, se los comenz a dirigir para que cuenten un tramo, una serie de acontecimientos de sus vidas. Una vez que se exhibe la pieza, al final de la obra, el pblico es invitado a compartir una picada, algn alimento, con el extrabajador (el men es elegido por el protagonista, es parte de su vida).

    Vivi Tellas lo llama buscar teatralidad fuera del teatro. Por eso dice trabajar con personas comunes y con los mundos reales a los que pertenecen:

    Mi premisa es que cada persona tiene y es en s misma un archivo, una reserva de experiencias, saberes, textos, imgenes. El punto de partida es muy simple: veo algo o alguien que me entusiasma, me emociona, me despierta curiosidad, y muchas veces estoy sola y pienso: qu bueno sera poder compartir esto. Por eso decido ponerlos en escena: porque tengo ganas de desplegar y compartir lo que descubro en cierta gente o ciertos mundos. De modo que tomo ese mundo, hago un procedimiento, le pongo mi mirada y despus muestro la sustancia que resulta (Pauls 2010: 247).

    Esta propuesta, en la que relatos y documentos tantean los lmites del teatro y del arte, nos lleva a pensar cmo evaluar esas prcticas, en el sentido de re-flexionar en qu aspectos se acercan al arte y en cules se apartan, y de pensar en la riqueza que supone que un museo de historia recurra a la ficcin. Proponemos analizar el producto de estas puestas en consonancia con lo que Jacques Rancire considera como modos de la ficcin. Para el autor, el cine documental, el cine entregado a lo real, es capaz de una invencin ficcional ms fuerte que el cine de ficcin, que fcilmente se entrega a una cierta estereotipacin de acciones y personajes11 (Entrevista a Rancire 2008: 18).

    Rancire afirma:

    Lo real debe ser ficcionado para ser pensado . . . La cuestin no es decir que todo es ficcin. La cuestin es constatar que la ficcin de la era esttica ha definido modelos de conexin entre presentacin de hechos y formas de inteligibilidad que difuminan la frontera entre razn de los hechos y razn de la ficcin, y que estos modos de conexin han sido retomados por histo-riadores y analistas de la realidad social (18).

    11 El autor analiza Le tombeau dAlexandre, de Chris Marker, y afirma que dicho filme ficciona la historia de la Rusia de la poca de los zares en la poca del poscomunismo a travs del destino de un cineasta, Alexandre Medvedkin. Pero no lo convierte en un personaje ficcional, no cuenta historias inventadas sobre la URSS. Juega con la com-binacin de distintos tipos de rastros (entrevistas, rostros significativos, documentos de archivos, extractos de filmes documentales y ficcionales, etctera) para proponer posibilidades de pensar esta historia.

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    De este modo, para el filsofo francs, escribir la historia y escribir historias son hechos que reflejan un mismo rgimen de verdad. Esto no tendra que ver con ninguna tesis de realidad o irrealidad de las cosas, sino, por el contrario, con el hecho de hacer obvio que un modelo de fabricacin de historias est ligado a una cierta idea de la historia como destino comn, con una idea de aquellos que hacen la historia.

    El planteo de Rancire resulta afn a la idea matriz de Ferrowhite que tam-bin va en contra de la idea de autonoma, la cual apunta a repensar la jerarqua de los saberes. En definitiva, lo que en este museo se est cuestionando es quin sabe sobre historia, quin puede escribir la historia. Puede escribir el historia-dor, pero tambin puede escribir Roberto Orzali, y no es que sean cuestiones excluyentes. Todo lo dicho no es en funcin de una idea de democracia ideal, sino considerando que aunque es necesario el saber del historiador, un desafo mayor an reside en ver cmo puede rearmarse este juego de reconstruccin de memorias e identidades. Esta interpenetracin entre razn de los hechos y razn de las historias presentada por Rancire es, a su entender, un componente caracterstico de una poca en la que cualquiera es considerado como coadyu-vante en la tarea de hacer la historia. De este modo, la cuestin no es decir que la Historia solamente la componen las historias que contamos, sino simplemente que la razn de las historias y las competencias de actuar como agentes histricos son cosas que van unidas. Al respecto, sostiene: La poltica y el arte, como los saberes, construyen ficciones, es decir, reordenamientos materiales de signos e imgenes, de las relaciones entre lo que se ve y lo que se dice, entre lo que se hace y lo que se puede hacer (Entrevista a Rancire 2008:18).

    El hecho de que las piezas del pasado ferroviario solo sean presentadas en el contexto de las obras de teatro documental o en la actividad de eventuales talleres, hace que la coleccin sea vista ms bien como promotora de lo in-tangible y potencial, que como una caja de curiosidades nicas. Siguiendo a la profesora de Historia del Arte y catedrtica espaola Aurora Len, hoy las colecciones de objetos museales sufren un proceso de desplazamiento por ser residuos elitistas del siglo XIX (1995). La institucin museo busca subsanar este error del hombre contemporneo ofreciendo un nmero ms restringido de estas piezas, valorndolas en su preciso contexto e incluso insertndolas contrastadamente con manifestaciones culturales contemporneas, lo cual promueve que el pblico pueda empezar a crearse un mundo ms rico con sus propias preferencias (Len 63).

    Consideramos que en Ferrowhite, a partir de estos proyectos teatrales, no se trata sino del trabajo con una ficcin que otorga sentido a cada uno de los fragmentos que rene el mbito museal segn un hipottico, aunque vvido, universo. Si desapareciera la misma, no quedara en este espacio ms que una coleccin de antiguos objetos sin sentido o valor.

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    Artefactos documentales (o del artesano como historiador)

    Desde hace algunos aos, el Museo Taller Ferrowhite alberga, junto a llaves, martillos y tenazas, artefactos que no provienen directamente del pasado fe-rroportuario. Estas producciones, a las que se les otorga el nombre de artefactos documentales, son objetos creados por distintos habitantes de Ingeniero White, que hoy se encuentran retirados o jubilados. Estas piezas testimonian de una manera singular la historia y las transformaciones relacionadas con la mutacin de su mundo laboral.

    Imgenes 6 y 7. Roberto Bocha Conte y su buque portacontenedores. Detalle de los mismos.

    El Ingeniero White, por ejemplo, es un buque portacontenedores que el marinero Roberto Bocha Conte ensambl durante tres aos en el living de su casa. Se trata, podemos decir, de una embarcacin archivo. Un buque carguero construido con cajas de tetrabrik en el que, en lugar de las marcas de multinacio-nales que suelen tener estos barcos, Roberto Conte (extrabajador de las dragas) arma la carga con 194 contenedores que portan el nombre tanto de antiguos como de actuales sindicatos, bares, kioscos y peluqueras de Ingeniero White. Su carga proviene, de este modo, de diversas referencias y recuerdos propios, de familiares, de vecinos, conformando un completo inventario de comercios e instituciones whitenses: Kiosko Chapita, Terminal Martima Cargill, Asociacin Mutual Ferroviaria Whitense, etctera.

    Marcelo Daz, quien fuera integrante del equipo de trabajo de Ferrowhite, en su texto xodo inmvil, apunta:

    De modo que el Ingeniero White transporta alegricamente al pueblo de Inge-niero White, sus organizaciones, su economa familiar, sus nombres en trazo manual que explicitan la carga (a diferencia de los verdaderos contenedores, que la ocultan), y materializa un dato a medias asumido, a medias negado: que la poblacin de Ingeniero White es hoy el remanente de un puerto y de un polo petroqumico que ya no necesitan de ella (2009: 10).

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    Los pasajeros de Carlos Di Cicco

    Carlos Di Cicco (1937-2005) fue oficial mecnico en el Galpn de Loco-motoras de Ingeniero White. Apasionado por los trenes, en su casa era posible encontrar revistas y carpetas con recortes de noticias ferroviarias y una maqueta poblada por muchas figuras realizadas por l mismo.

    Imagen 8. Los personajes de Carlos Di Cicco. Frontales y de matices saturados.

    Sobre cada pedacito de madera, Di Cicco tall una ocupacin o un oficio. Hay amas de casa, jugadores de ftbol, ferroviarios... Al respecto, Nicols Tes-toni relata:

    En el ao 2010 inauguramos una muestra de tallas en madera de un seor que se llamaba Carlos Di Cicco, que era mecnico ajustador en Galpn White, que arreglaba locomotoras, que a la tarde era gasista, y que en su casa tena una maqueta, como otros ferroviarios que hemos ido descubriendo, que en su casa tienen una maqueta de ferromodelismo . . . En esa maqueta, cuando la familia de Carlos la don, cuando l falleci, nosotros encontramos que este seor, en vez de comprar muequitos que ya vienen hechos, se hizo l, por las suyas, unas tallas en madera balsa, minsculas, con las que fue poblando toda la maqueta. Que estn buensimas en un sentido esttico, y que uno las puede relacionar, si quers, con Joaqun Torres Garca. Nosotros las exhibimos. Armamos una muestra, en una vitrina, que se llam Esculturas para mirar con lupa. Lo interesante es que el seor ferroviario fue armando como una sociedad de tipitos chiquititos en los que, digamos, vos pods ver un oficio, o ciertos intereses. Y a la vez pods ver muchas cosas que estn ms all, otra vez, de la especificidad porque, por un lado pods ver cmo un ferroviario llega a una forma a la que llega un artista de la vanguardia rioplatense como Torres Garca; si quers, pods establecer esa relacin, que es especfica del campo del arte. Pero para nosotros el hacer la muestra no vale slo por eso.

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    Ese es uno de los sentidos posibles. Otro sentido interesante es ver cmo un hombre que est acostumbrado a trabajar con determinados pesos, con unas herramientas que ac tenemos, que son tremendas, trabaja en algo minsculo, sobre lo que imprime esa fuerza. (Entrevista con la autora 2011).

    Exhibir estas miniaturas en un espacio en el que por lo general se habla del inmenso trabajo con vagones y locomotoras, invita a un juego con los tamaos y los pesos que supone, al mismo tiempo, un juego (nuevamente) con las jerar-quas instauradas. Acordamos en que la operacin tiene varias puntas. Por un lado, es ver a un exferroviario no exactamente como un escultor, sino como una persona que se manifiesta a travs de esa expresin. No es promoverlo al mundo del arte en el que, por otra parte, este hombre no tena inters. No es eso, sino volver visible a esta persona en su singularidad, en su carcter algo inclasificable. Es, asimismo, ver a toda una sociedad organizada alrededor del ferrocarril, a travs de su ptica. Aun siendo muy pequeas, las tallas de Di Cicco transmiten una particular sensacin de fortaleza. Cada una de ellas ha sido resuelta en tres o cuatro cortes ntidos. Ninguna enmascara el material del que est hecha ni la mano que le dio forma. Una mano que parece haber impreso en cada talla diminuta su hbito en el empleo de otra clase de volmenes.

    As, Ferrowhite pone a consideracin de los visitantes artefactos que no pro-vienen del pasado ferroportuario sino que han sido producidos por los propios trabajadores, en su intento por contar ese pasado o por imaginar el futuro. Con-sideramos que estos artefactos tienen valor por lo que representan, pero adems por los procedimientos que en el acto de hacer memoria cada uno pone en juego: el living o el garaje de una casa vueltos laboratorios de la historia colectiva12.

    12 En el post del sbado 1 de mayo de 2010, en el Blog de Ferrowhite, las hijas de Di Cicco dejan el siguiente comentario: En casa los vimos nacer de un trocito de madera. Nosotras, seora e hijas de Carlos Di Cicco, mujeres que conocamos de los fierros y el ferrocarril slo por compartir las ancdotas y los sonidos acallados de amaneceres tempraneros en respuesta de un silbato lejano, no llegbamos a apreciar la dimensin de esos pequeos muecos. Su tamao subjetivo que slo alcanzbamos a sospechar cuando Carlos revelaba a algn ocasional visitante el preciado secreto de esa maqueta a la que le dedicaba horas enteras, un mundo que lo devolva a momentos de una historia que, con el transcurso de los aos, adopt la ptina romntica de los relatos de un tiempo pasado y siempre mejor. Carlos se fue, y tiempo despus lo sigui mam, Raquel. Ella supo en el tiempo en que lo sobrevivi que era preciso darle a Ferrowhite ese valor, en pequeo y privado homenaje a las grafas que supo limpiar a jabn y tabla, para la madrugada siguiente; en honor a quince aos de madrugones y a los siguientes aos, esos que su marido haba dedicado a atesorar recuerdos, vivencias, conocimientos y referencias del ferrocarril. Tambin para otros hombres de grafa azul que siguen respondiendo al llamado del silbato y que, hoy como en el ayer, se puedan sentir identificados con lo que Carlos rescat. Silvia, Marisa y yo, Ins. Nos sentimos orgullosas del enorme trabajo que la gente de Ferrowhite y sus colaboradores realizaron con este pequeo legado.http://museotaller.blogspot.com.ar/, consultado el 19 de abril de 2011.

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    Estos trabajos y otras maquetas continan la serie, bajo la idea de que en un museo taller el relato de la historia se vuelve tambin un acto constructivo. De este modo, estos artefactos operan como objetos hbridos, mezcla de artesana, vivencia y documento. Y devienen otra forma de dar testimonio sobre un mundo del trabajo desaparecido, al poseer formas de rememoracin, afectos y juicios sobre la transformacin del mundo laboral y el propio entorno.

    Cambi la cabeza

    Imagen 9. Afiche promocional del ciclo Cambi la cabeza. Peluquera y debate.

    El ciclo Cambi la cabeza fue llevado a cabo en Ferrowhite durante el ao 2011. Titi Sedrani, peluquera de oficio y anfitriona de los encuentros, explica: La cabeza de White cambi. Cambi por afuera, pero ojo, tambin por adentro. Cambi el puerto y sus peluqueras cambiaron a la par13 (Sin pelos en la len-gua). En tiempos recientes, la cantidad de peluqueras en Ingeniero White y su vasta clientela daban cuenta no solo de la coquetera de los vecinos, sino tambin de la suma de trabajadores que concentraban el ferrocarril, la Junta Nacional de Granos, el Ministerio de Obras Pblicas, YPF, la pesca; y tambin de los variados eventos sociales: las salidas, las fiestas, las funciones de cine, las cenas, los bailes.

    La hiptesis planteada por el equipo de trabajo para este proyecto refera a que una peluquera puede llegar a funcionar como un laboratorio de narracin oral

    13 Museo Taller. Sitio web.

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    en el que la historia de una comunidad suma a sus captulos habituales el relato con el que cada cliente resume su vida, sus puntos de vista y sus expectativas, en los quince o veinte minutos que dura un corte. La gnesis de la propuesta es relatada por los integrantes del museo del modo siguiente:

    Si Ferrowhite, los objetos que almacena, el espacio que ocupa, las historias que relata, nos hablan primeramente de un mundo hoy deshecho, cmo hacer para, a partir de lo que ya no existe, comprender lo que vino luego, lo que hoy pasa, y adems, cmo hacerlo sin que el mundo del taller, del trabajo en el ferropuerto, se nos presente como un dominio autnomo, divorciado de las calles y los hogares de este pueblo? Es decir, cmo asociar, al mismo tiempo, el espacio pblico al privado, las tareas masculinas a las femeninas, las herramientas a los tiles domsticos, y por sobre todo, cmo hacerlo de manera de combinar, en dosis justas, accin y representacin, relato y anlisis, brazo y cerebro?14 (Peluquera y debate: la revolucin permanente).

    La respuesta vino de la mano de esta idea de ofrecer un espacio vuelto pelu-quera desde el cual invitar a disertar sobre la situacin presente de la localidad de Ingeniero White a variadas personalidades, al tiempo que Titi Sedrani traba-jaba en sus cabellos. Una manera de resistir de modo activo, con intervenciones irnicas, la actualidad de esta comunidad.

    Imagen 10. El Ingeniero Qumico Braulio Laurencena analiza qu significa tener al polo petroqumico de vecino.

    Las peluqueras de Ferrowhite versaron sobre la relacin entre polo y pueblo, y, especficamente, sobre las polticas desplegadas por las compaas petroqumicas para dominar esta relacin, legitimando as su presencia en la localidad. En el

    14 Museo Taller. Sitio web.

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    mes de junio del ao 2011 fue invitado el ingeniero qumico Braulio Lauren-cena, exdocente de la Universidad Nacional del Sur y responsable aos atrs de Medio Ambiente de la Municipalidad de Baha Blanca. Qu significa tener al polo petroqumico como vecino?; qu hay en el humo que vemos salir de las chimeneas?; a qu distancia de la poblacin deberan estar instalados vecinos de semejantes dimensiones?, fueron algunas de las preguntas que movilizaron este primer encuentro. Algo que qued claro luego de esta conversacin es que ya no resulta posible en Ingeniero White hacer un relato de lo que en este mbito sucede pensando en trminos de lo pblico y lo privado, de una zona productiva y una zona urbana, de un lmite preciso entre el polo y el barrio.

    Los encuentros posteriores refirieron al impacto de la actividad de las empresas sobre la localidad y sus escuelas, y a la accin de sus programas de Responsabilidad Social Empresarial15. En el mes de septiembre particip como invitada la docente Monserrat Tata Gayone, militante de izquierda y delegada del SUTEBA. Su planteo fue que en Argentina la reforma educativa de los aos noventa coincidi con la aplicacin de un nuevo modelo econmico. Es decir, que la educacin se transform dentro de la misma lgica con la cual se privati-zaron los ferrocarriles, la Junta Nacional de Granos y el complejo petroqumico.

    Imagen 11. Guillermina Perla Huerta. Docente y vecina. Cmo es ensear en las escuelas cercanas al puerto, con aulas y patios que se encuentran a metros del

    cerco perimetral de una industria?

    15 Por ejemplo, el programa APELL implementado a partir de 1996. La sigla significa, en ingls, Concientizacin y Preparacin para Emergencias a Nivel Local. Se trata de un protocolo de seguridad de Naciones Unidas instrumentado en otras partes del mundo con perfiles productivos similares al de White, que se dise teniendo como referencia grandes tragedias industriales como la de Bophal (India). El comienzo de la interven-cin sistemtica de las empresas y sus programas de Responsabilidad Civil en el espacio escolar whitense hay que rastrearlo durante los meses posteriores a los escapes de las plantas de Solvay y Profertil en el ao 2000.

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    La charla vers sobre lo que tiene de particular ensear en las escuelas cercanas al puerto, con aulas y patios que se encuentran a metros del cerco pe-rimetral de una industria. En el mes de noviembre del mismo ao fue invitada Guillermina Perla Huerta, quien tambin fue maestra y vecina del barrio. As, a partir del relato de estas dos docentes (y tambin de otras que estuvieron presentes) la comunidad convers sobre la historia reciente y la situacin actual de las escuelas prximas a las grandes industrias.

    Hubo, tambin, invitados especiales: por ejemplo, Natalia Burgardt, profe-sora de qumica, con la propuesta de analizar e interpretar parte del material pedaggico que sobre esta asignatura producen las empresas; y Francisco Lpez Corral, licenciado en Filosofa de la Universidad Nacional del Sur, quien durante el ltimo encuentro invit a reflexionar sobre la nocin de riesgo. La conversa-cin gir entonces sobre el significado y sentido de trminos que se dieron por supuestos en cada discusin anterior. Qu dice y qu no dice la palabra riesgo de lo que sucede en la convivencia empresas-comunidad? Quin define qu es un riesgo y qu no lo es? Quin estipula cul es un riesgo aceptable y cul no lo es? En qu lugar se pone a cada uno de los actores involucrados en esa definicin? De este modo, dentro de la relacin entre industria y comunidad fue posible, a lo largo de este ciclo, comenzar a trazar una genealoga de la lucha y de la organizacin vecinal y, al mismo tiempo, de los modos de administrar el conflicto por parte de las empresas (Heredia Chaz 2011).

    Si pensamos en la instancia de intercambio que supuso esta propuesta de peluqueras, podemos considerar las escenas que generaron no solo como un espacio reductible a la puesta escenogrfica y relacional, sino a la posibilidad de gestionar formas experimentales de conversacin, de imaginacin y de decisin dentro de una intensa red de relatos. Por ello, consideramos que este evento ejemplifica el apuntado nuevo modelo de trabajo musestico, en el que el proceso lineal tradicional de colectar, preservar y difundir constituyendo un mundo en parte aislado de la sociedad se transforma e integra dinmicamente, en otro circular y abierto.

    Los espacios y proyectos como el reseado manifiestan una sensibilidad nueva para los detalles, para las microsituaciones, para el presente, en consonan-cia con lo que el crtico de arte y curador francs Nicolas Bourriaud propone como microutopas: estrategias que producen espacio-tiempo relacionales, experiencias de interrelaciones humanas que buscan liberarse de las obligaciones de la ideologa de la comunicacin de masas y que generan, en cierta medida, esquemas sociales alternativos y modelos crticos de las construcciones de las relaciones amistosas (2006: 53). Para este autor francs, la utopa se vive hoy en la subjetividad de lo cotidiano, en propuestas que permiten inventar nuevos conjuntos crticos y apuntar a relaciones sociales ms justas, a modos de vida ms densos, en tiempos en los que advierte parece ms urgente inventar relaciones posibles con los vecinos, en el presente, que esperar das mejores (34). Reparamos en este concepto de microutopas en virtud de que el mismo permitira iluminar

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    los alcances de la prctica musestica que buscamos reivindicar, resaltando estos gestos y su micropoder de expresin, en el afn de construir espacios concretos, en lo cotidiano, desde los cuales hacer y decir. Esto supone, al mismo tiempo, pensar el espacio museal como constructo sociocultural en el que la presencia de los vecinos contribuye a una memoria del lugar con la cual el museo se ha ido forjando a s mismo, y con la cual los habitantes se han configurado como sujetos individuales y colectivos, portadores de una historia particular.

    Consideramos que lo que Ferrowhite promueve con sus prcticas es el trabajo con fragmentos de historia y de presente, de diversas formas y naturalezas, y la creacin de relatos que entablan conversaciones entre s, y que ante todo son redefinidos y reinterpretados por las nuevas miradas y aprecios del pblico al que definitivamente pertenecen.

    El recuerdo productivo

    A las acciones y a los bienes del museo se les otorga validez en la actua-lidad cuando estn vinculados a la capacidad de elaborar pensamientos y estrategias de futuro. Sus destrezas son muchas, pero ante todo es elocuente este cambio de conceptos y de metodologas. A partir del caso que Ferrowhite ofrece proponemos repensar las posibilidades que la institucin musestica posee en la actualidad de contribuir a la elaboracin de una memoria crtica y vvida, y todo lo que en esta tarea puede aportar el nuevo uso de la historia desde originales estrategias interdisciplinares. Una apuesta de esta naturaleza habla de una variacin de intereses: del objeto cerrado, concluso hacia el discurso y la idea, en la aceptacin de que la permanencia del bien cultural que el museo conserva es completada por una interpretacin o relato, que puede ser plural y cambiante.

    Estimamos que Ferrowhite propone un mbito de produccin de la cultura al implicar un proceso participativo de construccin simblica, y resulta por ello una herramienta de accin de esta comunidad que, bajo un proyecto que la implica activamente, consolida espacios con el fin de hacer or su voz frente a circunstancias que histricamente han sido desatendidas. Porque, en la actuali-dad, no son solo estas propuestas comunitarias las que hablan de la comunidad de Ingeniero White, sino y sobre todo las grandes empresas radicadas en su puerto, de manera que este trmino no resulta de ninguna manera neutro, sino que su sentido est, hoy ms que nunca, en disputa.

    A partir de la observacin crtica de los registros de estos proyectos, propo-nemos hablar de una renovacin de formas y procedimientos en el sistema de la institucin museal. Y creemos que la presentacin del caso de aplicacin no es meramente un ejemplo ilustrativo sino una forma de visualizar problemas que son generales y extensivos a otras obras y museos, pero aplicados concretamente a un objeto. Desde esta perspectiva, este museo que acoge piezas de un pasado que fue desguazado resulta contemporneo no solo en su concepcin y fisonoma

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    sino en su capacidad comunicativa, y exhibe a su vez la riqueza de estos sitios que consideran al patrimonio cultural como motivo inagotable de recuerdo.

    Al corpus del marco terico que subyace a este artculo resulta fundamental el trabajo sobre la incidencia en los modelos de percepcin y aprehensin del mundo dentro del museo realizado por Andreas Huyssen, quien articula el problema con el fenmeno que l mismo describe como auge de la cultura de la memoria (2002: 74). La cuestin reside en saber cules son las formas de mirada que el museo es capaz de instituir o propiciar hacia la construccin de una acepcin productiva del recuerdo16. La provocacin a la reaccin y recepcin creativa que este museo impulsa desde sus recursos se relaciona con la recuperacin de un espacio vital en el cual las memorias vividas sustituyan a las memorias imaginadas. En tal sentido, al reflexionar sobre el desarrollo del museo dentro de la industria cultural, Andreas Huyssen sostiene que las memorias imaginadas (aquellas suscitadas por los medios o el consumo) se olvidan ms fcilmente que las memorias vividas, lo cual supone un arduo ejercicio de redefinicin de la institucin musestica en la contemporaneidad (2002). Tal redefinicin tiene como fin resguardar otra ex-periencia temporal que pueda dar paso a la estabilidad, deseo en el que se funda el miedo a que las cosas devengan obsoletas y que se expresa en una pulsin de memoria que, de acuerdo al autor, merece ser atendida.

    Como hemos visto, en el contexto de los vertiginosos cambios que el desarrollo industrial impuso (e impone) a la localidad de Ingeniero White, este museo realiza un trabajo que se dirige a resguardar un espacio para la experiencia comunitaria. Dicha preocupacin por la experiencia, tramada a travs de un proceso que reelabora las modalidades de la percepcin dentro del museo, permite vincular este caso al problema que Huyssen deja abierto en su texto En busca del futuro perdido: Cmo vivir en formas extensas de temporalidad y asegurarse un espacio, por ms permeable que sea, desde el cual hablar y actuar? (2002: 35). Como respuesta tentativa, el autor llama a reconsiderar las memorias locales, a reducir la velocidad, a expandir el debate pblico, a ampliar los espacios habitables y asegurar un tiempo de calidad. Creemos que dicho objeto se expresa claramente en el progresivo quiebre sobre el modo de comprender y configurar el campo visual dentro de la institucin que reseamos, lo cual es acompaado con un desplazamiento hacia la consi-deracin del mundo visual en la actividad perceptiva. Es posible observar en este museo un proceso en el que paulatinamente a la distancia espectatorial que en principio parece imponer el modo enunciativo de todo museo le sucede una acepcin experiencial.

    16 Tal como Huyssen plantea en su texto, lo que est en cuestin hoy en da es cmo resolver la transmisin inexorablemente meditica de un trauma de la humanidad (l versar sobre Auschwitz) a las generaciones nacidas despus de las vctimas, a travs de mltiples discursos artsticos, museales, periodsticos, autobiogrficos y cientficos. (2002: 126).

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    Podemos, asimismo, vincular el caso de estudio al trabajo instituido por G-rard Wacjman. En su libro El objeto del siglo, este psicoanalista y crtico de arte se pregunta por cul podra ser el objeto que caracterice al siglo XX, en el sentido de pensar cul es aquel que introduce una ruptura radical con otros tiempos y abre nuevas posibilidades para pensar no solamente el arte, sino cmo ste interacta, dialoga y piensa nuestro presente. Wacjman presenta a la ruina como objeto del siglo. La huella material, las ruinas, los restos, los objetos, incluso en lo deshecho o, en nuestro caso, en lo desguazado. Las ruinas como escombro-objeto que forman huella para un alguien eventual (2002). Para el autor, esto es lo que anima al arte entero: el hecho de apuntar a lo real y, en lo real, a lo que hay de ms real, es decir, a la falta, a la ausencia llmesela horrores de la guerra, liberacin del mundo de los objetos, fines del arte, cuerpos afectados, ilusiones perdidas, recuerdos de infancias, etctera. En Ferrowhite, lo que se supone que se est recordando y mostrando (el mundo de los trenes) est, precisamente, devastado: no queda un solo tren, ni una sola mquina. Tampoco hay trabajo ferroportuario.

    Desde esta perspectiva, sus propuestas operan una transferencia de memoria, al hacer pasar la memoria muerta de los objetos encerrados en vitrinas hacia la memoria viva de los espectadores. Con su buque portacontenedores, por ejemplo, Ferrowhite pone un obstculo a la tendencia rememorativa y petrificadora. El artefacto de Conte no conmemora el recuerdo sino los agujeros de la memoria. Conmemora el olvido, la prdida, la ausencia17. Y pone en cuestin el lenguaje tradicional del museo porque primero se puso en cuestin el objeto mismo del museo, su razn de ser. En este sentido, consideramos que el hacer de Ferrowhite es tambin un hacer desde el arte y el olvido y el recuerdo son, de algn modo, su materia. Este espacio que se despliega como en ondas e involucra a la comu-nidad alrededor de un perodo singular y fundamental de la historia argentina, ocupa un lugar cercano al centro de gravedad del arte de hoy, en el que muchas propuestas sirven manifiestamente para construir y reconstruir aquello que pas.

    En Ferrowhite se hace surgir, contra toda una densa tradicin que hace del espectador un receptor inocente y pasivo, el acto de ser espectador. De dar toda su fuerza activa al hecho de mirar. En un orden similar, Wacjman habla de los testigos como nicos lugares de la memoria (2002: 227). Como el nico lugar de lo que est borrado, desguazado, de ese no-lugar18. Con la prudente distancia

    17 Wacjman analiza el Monumento invisible de Jochen Gerz. Para el autor, lo que esta obra rememora no es un suceso del pasado: es el borramiento, siempre en presente, el hecho de que no quede hoy ni huella material, en ninguna parte, ni memoria alguna de esa vida juda que exista en la Alemania anterior al 39 en, por lo menos, 2.146 comu-nidades. . . . Jochen Gerz realiz un monumento que recuerda el olvido y lo que est ms all del olvido: la propia desaparicin de las huellas, de esos restos petrificados de la memoria que son las piedras de un cementerio. (2002: 193).18 Wacjman refiere a los testigos del Holocausto: Porque la Shoah no tiene otro lugar que los ojos de esos testigos, sus pulmones, sus manos, sus odos o su boca (2002: 227).

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    que separa a nuestro caso, podemos decir que en las experiencias con relatos y en el proyecto de Teatro documental, cada vecino-actor pasa a ser testigo. Sus cuerpos, sus espaldas, sus manos y brazos de trabajadores nos llevan a ser espectadores con todo nuestro cuerpo, a mirar y or sentados en nuestra butaca, como un acto. Y a su turno cada uno de nosotros pasa a ser, lo quiera o no, en su retina, en los msculos de su vientre, el lugar del trabajo que alguna vez fue. Este museo resulta, as, una forma de elaboracin en la que el conocimiento histrico y la vivencia fsica y corporal (en las puestas en escena, en los eventos, en los relatos) de la experiencia ferroviaria (y del desmantelamiento tambin) llegan a articularse en una tensin productiva en lugar de bloquearse mutuamente.

    Imgenes 12 y 13. Danzas areas y proyecciones en las paredes del Castillo de la Usina y la Casa del Espa.

    En virtud de lo dicho, consideramos que Ferrowhite resulta una propuesta original por el modo en que decide contar la historia. Desde su relato base y su tono expositivo, desde su propuesta visual y sus eventos y talleres. Porque en este espacio la narrativa histrica y la superficie material de los recursos ar-tsticos involucrados establecen una negociacin sugerente y llena de matices. Porque aqu las imgenes, las palabras, los gestos, las metforas como forma de resistencia, encuentran un sentido ms profundo de lo que a simple vista parece.

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    Jacques Rancire, en su trabajo La divisin de lo sensible: Esttica y Poltica, despliega la idea de una base esttica de la poltica. Para el filsofo francs, esta ltima se estructura sobre una divisin de lo sensible, sobre las formas en que cada poca permite ver, escuchar, percibir, nombrar. Siguiendo al autor:

    [La divisin de lo sensible] Es una delimitacin de tiempos y espacios, de lo visible y lo invisible, de la palabra y el ruido, de lo que define a la vez el lugar y el dilema de la poltica como forma de experiencia. La poltica se refiere a lo que se ve y a lo que se puede decir, a quin tiene competencia para ver y calidad para decir, a las propiedades de los espacios y las posibilidades del tiempo (Rancire 2002: 2).

    Podemos proponer, entonces, que hay adems un efecto poltico en el dar a ver, en recuperar herramientas, relatos, sonidos, voces perdidas u ocultas, e, incluso, en el hecho mismo de re-presentar, de volver a dar visibilidad, que en Ferrowhite opera. El curador argentino y crtico de arte Rodrigo Alonso afirma:

    Ms all del contenido poltico de una produccin artstica, se puede ha-blar de sus efectos polticos, de su capacidad para organizar un campo de la experiencia sensible que afecta a quienes la perciben, reestructurando su relacin con el poder-saber y, en definitiva, transformando su sentido de lo real (La necesidad de la memoria).

    De este modo, consideramos que lo que Ferrowhite hace es proponer repen-sar las formas en que puede ser abordada una parte de nuestra historia desde la hibridacin con soportes y recursos artsticos, y todo lo que resulta respecto a la necesidad de la memoria y de la crtica reflexiva. Desde la perspectiva que instauran estos nuevos medios de musealizar el pasado, hemos llegado a ser cada vez ms conscientes de cmo la memoria social y colectiva es construida a travs de una variedad de discursos y niveles de representacin. Esta multiplicidad de discursos merece ser analizada en vista de sus aspectos productivos en la pol-tica y en la cultura, en tanto potencial antdoto contra el congelamiento de la memoria en una imagen traumtica, o contra el enceguecimiento que supone hacer foco nicamente en objetos, fechas y nmeros.

    La dinmica de registros que este museo ofrece respecto a la historia ampla el terreno de lo visible y decible en relacin con ese momento particular de la historia argentina. De este modo, Ferrowhite explora nuevas formas de dar visibilidad que no se agotan en la acumulacin de objetos, datos y fechas, sino que iluminan, al proponer nuevos modos de referir, significar, connotar y decir.

    Brevemente podemos referir tambin a una serie de videos que elabora Ferrowhite. Son ediciones originales a partir de las entrevistas y los trabajos de investigacin que el museo lleva a cabo. En ellos, los vecinos que testimonian distintos aspectos de la transformacin de su entorno y espacio laboral son tambin quienes mediante sus relatos reponen las imgenes de lo que ya no est. Podemos mencionar como ejemplo la entrevista realizada a Mario Simn, quien

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    fuera empleado en los talleres Noroeste recorriendo, hoy, las ruinas de lo que esos talleres fueron. O el video que recopila el relato de vida de Juan Carlos Alesoni, quien trabajara en la playa de maniobras de Ingeniero White, mientras se realiza un recorrido por una zona que fue balnearia y que hoy alberga industrias19.

    De marcado acento visual, con una esttica muy peculiar, estos registros se perciben menos preocupados por soluciones tcnicas que por la presentacin de una particular mirada sobre la actualidad de Ingeniero White, traducida en seductoras imgenes de las cuales resulta una lectura muy personal del tema. Los cortos que integran esta serie de videos han sido seleccionados para parti-cipar en numerosos encuentros de video arte a nivel internacional, lo cual nos habla de su hacer desde el plano esttico/artstico. Cinco cortos documentales producidos porFerrowhiteparticiparon en el ao 2010 de la muestra Tales of resistance and change que se realiz en el espacio Frankfurter Kunstverein de la ciudad alemana de Frankfurt20. Asimismo, tres cortos participaron de la muestra Videoarde. Video crtico en Latinoamrica y el Caribe, que se present (entre 2008 y 2011) en distintas ciudades europeas y africanas con el auspicio del Instituto Cervantes y la Agencia Espaola de Cooperacin Internacional para el Desarrollo (AECID)21.

    Consideramos, por todo lo dicho, que las propuestas de Ferrowhite traducen de forma contempornea algunas de las tensiones de la memoria, de las formas de archivo, de las diluciones entre formatos y gneros artsticos, mostrndonos uno de los caminos por los que transita el arte en la actualidad en sus enfren-tamientos con la vida social. El arte como un catalizador de memoria, que capitaliza incluso las interminables prdidas, transformndolas en experiencia al activar como conciencia los fragmentos de nuestra historia tantas veces rota. Tanto el teatro como los objetos e instalaciones de Ferrowhite alojan la falla y

    19 Todos los videos pueden verse en Ferrowhite on Vimeo, http://vimeo.com/user1834893.20 Tales of Resistance and Change reuni la obra de doce artistas y colectivos artsticos argentinos contemporneos que abordan sus entornos sociopolticos como un terreno para la reflexin y la accin. Partiendo de una diversidad de contextos, sus trabajos se proponen como procesos de investigacin en los que se conjugan el presente, las tradiciones y la historia reciente. La complejidad geopoltica del pas impregna estas realizaciones en las que se perciben los ritmos urbanos y los rurales, la herencia inmi-grante e indgena, las transformaciones y los conflictos polticos.21 La muestra reuni trabajos de realizadoresde Mxico, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Panam, Costa Rica, Guatemala, Puerto Rico, Repblica Dominicana, Cuba, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Colombia, Per, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, EEUU, Espaa y Argentina. Adems de la muestra, el proyecto consisti en la edicin del libro Video en Latinoamrica. Una historia crtica (Brumaria: Madrid, 2008), la organiza-cin de una serie de simposios bajo el ttulo Video Expandido. Nuevas fronteras del audiovisual en Latinoamrica, y de la realizacin de talleres coordinados por algunos de los participantes de la exhibicin.

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    el error como elementos de tensin interna que reclaman nuevos y mltiples abordajes. De un modo similar, el relato histrico que el museo despliega alber-ga las ficciones individuales y colectivas para producir presente, pero tambin, para producir pasado. A partir de estas experiencias, estimamos que Ferrowhite permite ejemplificar el hecho de que los museos no escapan al permanente cuestionamiento que los mismos artistas formulan en torno a la prctica artstica contempornea, en una poca en la que los medios se multiplican, la circulacin de las obras trasciende los espacios habituales de exhibicin, los lmites entre disciplinas se desdibujan y el arte extiende sus preocupaciones al terreno poltico, social y cultural ms amplio. Porque, creemos, este museo que testimonia por la historia y el recuerdo, testimonia tambin por el arte.

    Hemos tambin propuesto que los museos comunitarios son una herramienta importante en la tarea de crear estos espacios potenciales. Es el ejercicio de la memoria colectiva en escena y en accin lo que en Ferrowhite informa al grupo su identidad, generando y fortaleciendo su pertenencia socio-poltico-cultural. Esto hace de este museo un sitio interesante para entender cambios contem-porneos que se estn manifestando en diversas reas y campos disciplinares. Desde esta perspectiva, la percepcin del espacio y del tiempo pasado supone una accin, un acontecimiento en el que los objetos de la mirada y la percep-cin se encuentran en permanente cambio y se interconectan por la situacin en que la accin se lleva a cabo. Es aqu donde la poltica del museo adquiere su dimensin esttica, donde lo sensible es abierto a nuevos usos, a nuevas reparticiones y a nuevos sentidos.

    Al otro lado de la nostalgia, en la caracterizacin de estas presentaciones, que se deleitan en los relatos de una poca que mira hacia atrs, se explora el tema de la transformacin del trabajo y lo comunitario con presencia de ironas, humor y fantasa, que remiten a quien sale de esta casa a un ambiente ligera-mente fantstico. Asimismo, propone una nueva forma de presentacin de una coleccin y resulta por ello un museo de la reflexin: sus objetos, en escena, hablan ms que si se los observara en fila y catalogados. Se elimina as toda posibilidad de que el contenido del museo solo sea mirado como informacin relativa a un hecho histrico particular. Las representaciones que quedan de las acciones que no necesariamente provienen del, ni ingresan al campo del arte son bellas, son estticas, son prueba de momentos originales en los que la creatividad y el recuerdo anan formas y sentidos.

    Por todo lo dicho, sostenemos que Ferrowhite promueve una poltica de inscripciones mltiples cuya materializacin privilegiada no est en el objeto o en la coleccin o en el espacio fsico, sino en el proyecto crtico que articula a cada uno de esos elementos. Siguiendo a Alonso, creemos que si existe alguna posibilidad de echar luz sobre determinados sucesos destacados, de pensar en nuevas miradas y lecturas respecto a hechos, personajes o situaciones enraizados en la historia o la memoria, tal vez no debiramos esperarlas tanto de un estudio o revisin ms exhaustivos de los registros existentes, como de nuevos usos de

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    las realidades, nuevas configuraciones estticas, nuevas transformaciones del espectro sensorial (2006). Dinamizar la museografa con aspectos creativos, con los aportes de diversas mentes artsticas, puede resultar, como hemos visto, una experiencia hbrida e innovadora, digna de probar.

    Obras citadas

    Alonso, Rodrigo. La necesidad de la memoria. Ejercicios de Memoria (catlogo). Buenos Aires: MUNTREF, 2006. Impreso.

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    Recepcin: enero de 2013Aceptacin: abril de 2013

  • Ctedra de Artes N 13 (2013): 40-69 ISSN 0718-2759 Facultad de Artes Pontificia Universidad Catlica de Chile

    Una imagen vale ms...? Pautas para el estudio de las evidencias organolgicas en la iconografa

    musical novohispana*

    Is an image more worthy? Guidelines for the study of organologic evidence in musical iconography from New Spain

    Evguenia RoubinaUniversidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico

    [email protected]

    ResumenDedicado al problema de la metodologa de investigacin en la iconografa musical, el artculo realiza el anlisis crtico de tcnicas y procedimientos que se emplean actualmente para la descripcin del contenido musical de fuentes figurativas y la evaluacin de sus significados, y esboza una nueva propuesta de tipificacin de las evidencias organolgicas que proporciona el arte virreinal, as como de la determinacin de su valor testimonial. No obstante enfocarse en las necesidades del estudio del pasado cultural de Mxico, este escrito se propone ofrecer un conjunto de herramientas terico-metodolgicas que puedan contribuir a aume