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Cerámica e Imágenes de la Grecia Clásica

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Cerámica e Imágenes de la

Grecia Clásica

Cerámica e Imágenes de la

Grecia Clásica

FEBRERO-ABRIL 1994 SALA MUNICIPAL DE EXPOSICIONES

CI. Antonio Machado, 2 - Leganés

u Ayuntamiento de Leganés Delegación de Cultura y Deporte

Museo Arqueológico Nacional

1 DlRECClON GENERAL DE BELLAS ARTES Y ARCHIVOS 1

Introducción

Cómo se hacía la cerámica griega ......... El proceso de elaboración ..................................

Cómo se decoraba la cerámica griega .. Diversas técnicas. diferentes decoraciones .......

Para qué servía la cerámica griega ........ El diseño: relación entre forma y función ...........

Qué nos cuenta la cerámica griega ........ La infancia .......................................................... La educación de los niños y jóvenes .................

...................................................................... La escuela

..................................................................... La palestra

La vida de la mujer ............................................. ....................................... La vida de la mujer: su trabajo

.......................... El varón. ciudadano de la polis .................................... El varón y la defensa de la polis

El varón y el gobierno de la polis ................................... ................ El simposio: reunión social. política y festiva

................................. Creencias y ritos religiosos ............................................................. Dioses y héroes

.............................................................. Ritos funerarios

...................................................... Las fiestas religiosas

.............................................. Las fiestas dionisiacas

Las fiestas en honor de Atenea: las panateneas ......

Esta guía completa la exposición que lleva el mismo título porque, siguiendo su misma estructura, amplía los contenidos informativos sobre los diversos aspectos de la vida en la Grecia clásica. No obstan- te, aunque nacida al calor de la exposición, esta publicación tiene valor por sí misma.

Al igual que la exposición, pretende dar a conocer aspectos fundamentales de la vida de los griegos en su época de mayor esplendor cultural, en el siglo V a. C., a través de la iconografía de la cerámica. Al mismo tiempo se da una visión global de la importancia cultural e histórica de la cerámica griega.

La importancia de esta cerámica radica en la amplitud de necesidades a las que respondió, unas de carácter mas funcional y doméstico y otras de caráter mas simbólico y representativo. Los objetos de cerá- mica formaron parte de la vida de los griegos, cumpliendo siempre alguna función en las multiples activida- des de su vida doméstica y social.

Por otra parte, el proceso de elaboración, decoración, comercialización, uso y reutilización, si tuvo lugar, quedan reflejadas en los objetos a modo de huellas, pudiéndose reconstruir en cierta medida su ((vida),, y con su vida la de los griegos a los que sirvieron, constituyéndose en una importante fuente de información.

Por ello y pensando especialmente en los estudiantes, esta publicación incluye tres hojas didácticas para enseñar a (<leer)) los objetos. Son tres ejemplos de cómo se puede obtener información a partir de los mismos.

GRECIA EN EL MEDITERRÁNEO

MARSELLA &h& \B

La geografía y el paisaje de Grecia están dominados por numerosas cadenas montañosas que dificultan las comunicaciones, favoreciendo la aparición de pequeñas ciudades que se organizaron como unidades políti- cas independientes. Cada ciudad tenía un territorio bajo su dominio para la explotación agrícola y ganadera. La ciudad y su territorio era la polis, entendida como una unidad política, económica, social y cultural.

La comunicación entre las diver- sas polis griegas se realizaba prefe- - - rentemente por el mar, razón por la que los grie- gos llegaron a ser excelentes navegantes, crean- do colonias y extendiendo su comercio a otras regiones del Mediterráneo y mar Negro.

ATENAS, LA POLlS

Grecia en el siglo V. a. de C. era un mosaico de polis o ciudades-estado, entre las que sobre- salía Atenas, centro del territorio o región del Ática.

La ciudad-estado de Atenas es el modelo de polis griega porque fue la que alcanzó un mayor desarrollo económico, social, político y artístico entre todas las demás ciudades. Consolidó la democracia como sistema de gobierno. Creó un imperio militar y económico en el Mediterráneo. Desarrollo la Filosofía, el Arte y el Teatro, ... y se convirtió en un punto de referencia de nuestra cultura.

Al desarrollo económico de Atenas contribu- yó la producción de cerámica, que se exportó en gran cantidad a otros países del Mediterráneo. Se apreciaba en ella su calidad técnica, sus nuevas y

bellas formas, su decoración con escenas refe- rentes a la vida del pueblo griego, ... Por ello, con la cerámica se introdujo también en estos pueblos algo de las costumbres y de las creencias ate- nienses.

LA CERÁMICA FUENTE DE INFORMACIÓN PARA CONOCER LA HISTORIA DE LOS GRIEGOS

A través de los objetos de cerámica podemos conocer algo de la vida cotidiana y de la mentali- dad de los antiguos griegos, no sólo porque los objetos mismos nos informan de cómo fueron hechos y decorados y del uso que tuvieron, sino también porque las imágenes que los decoran nos ofrecen un retrato vivo de los antiguos grie- gos.

A veces los textos escritos ofrecen una valio- sa ayuda para interpretar escenas pintadas en los vasos de cerámica. En algunos capítulos de esta publicación te ofrecemos ejemplos de cómo los textos escritos y las imágenes pintadas se com- plementan.

1 2 0 ~ 0 SE HAC~A LA CERÁMICA GRIEGA

Los alfareros griegos hicieron la cerámica de un modo muy parecido a como lo siguen hacien- do hoy los alfareros populares. Como hoy, los alfareros griegos necesitaron una misma materia prima, la arcilla, que sacaban de las canteras pró- ximas a la ciudad. A partir de ella, obtenían los recipientes por medio de tres procesos principa- les: el modelado, la decoración y la cocción.

El modelado consistía en dar una forma con- creta a la arcilla con la ayuda del torno de alfare- ro. Para ello se colocaba una masa de arcilla, todavía húmeda, en el centro de la rueda del torno, se hacía un hueco en su centro, se levanta- ban las paredes mientras el torno giraba rápida- mente, y se iba dando la forma del cuello, boca y panza del recipiente. De vez en cuando la superfi- cie se mojaba con una esponja para mantener la arcilla húmeda. El pie, las asas y el borde, se aña- dían más tarde y se pegaban con ayuda de arcilla blanda.

Terminado el proceso de modelado, los reci- pientes se ponían a secar al aire durante un día. Una vez secos, se colocaban otra vez en el torno para quitar las imperfecciones y pulir su superfi- cie, dejándola preparada para ser decorada.

En el proceso de decoración se utilizaba una preparación especial que tenía como ingrediente básico la misma arcilla, pero más fina y de consis- tencia más compacta, que se aplicaba con pince- les de diferentes grosores por la superficie del vaso. Esta pintura o barniz, que después de la cocción adquiría un color negro y un aspecto bri- llante, es característico de la cerámica griega.

El proceso de cocción era el más importante y también el más arriesgado porque, si no se hacía bien, las cerámicas podían agrietarse o pre- sentar manchas o defectos que obligaban a dese- charlas. La cocción se realizaba en un horno cir-

cular, con la cubierta en forma de cúpula y un ori- ficio de ventilación que se abría o cerraba en cada una de las fases del proceso de cocción. Esta se realizaba en tres etapas que podían durar hasta tres días.

En la primera etapa se hacía subir la tempe- ratura a 800 grados y se mantenía el orificio de ventilación abierto para permitir la entrada del oxí- geno, con lo que se conseguía que la arcilla adquiriese un color rosa oscuro y el barniz un color marrón oscuro.

En la segunda etapa y con una temperatura de 950 grados, se cerraba el orificio de ventilación y se provocaba gran cantidad de humo, queman- do leña verde. La cerámica se cocía sin oxígeno y con humo y esto hacía que la arcilla adquiriese un color gris y el barniz un color negro intenso.

En la tercera etapa se bajaba la temperatura a 900 grados, se abría el orificio de ventilación y se retiraba la leña verde. Así la arcilla se volvía de color rojo y el barniz mantenía el color negro intenso conseguido en la etapa anterior.

Todas las escenas de esta publicación están sacadas de objetos de cerámica griega.

1. Extracción de la arcilla en la cantera.

3. Traslado de las piezas para secarlas al aire libre.

5. Cocción. La cerámica se colocaba en la cámara de cocción, que estaba encima de la cámara donde ardía la leña, que se había introducido previamente por la boca por donde, posteriormente, se sacarían las ceni- zas.

2. Modelado de las piezas por el alfarero en el torno.

4. Decoración de las piezas.

6. Control del proceso de cocción.

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COMO SE DECORABA LA CERÁMICA GRIEGA

gran maestría. Por ello las partes más importantes del vaso, las de las escenas, eran realizadas por el maestro pintor, mientras que los aprendices hacían las ornamentaciones de las partes secundarias, como las asas, pie y borde.

La técnica de decoración de la cerámica fue variando a lo largo del tiempo. Las técnicas más importantes fueron las llamadas de figuras negras, de figuras rojas, de fondo blanco y de barniz negro.

La técnica de figuras negras se caracteriza porque las figuras, pintadas y cubiertas con bar- niz negro, se destacaban sobre el color rojo de la superficie de la cerámica. Los detalles de la ana- tomía y del vestido se señalaban con finas incisio- nes sobre el barniz, sobre el que también se po- dían pintar detalles en rojo o blanco. Fue inventa- da por los artesanos de la ciudad de Corinto hacia el año 700 a. C. y luego imitada y desarro- llada por los artesanos de Atenas a partir del año 630 a.c. Se usó del 700 al 480 a.c.

La técnica de figuras rojas ofrece el efecto contrario, las figuras rojas destacan sobre el fondo negro barnizado. Para ello, primero se reali- zaba el "esquema preliminar", luego se dibujaban las figuras y los principales detalles anatómicos y del vestido y, por último, se rodeaba el contorno

de la figura con una ancha banda de barniz y se dibujaba en el interior de las figuras con líneas de barniz mas diluido o con otros colores como el rojo y el blanco. Posteriormente los aprendices terminaban de rellenar el fondo de barniz. Esta técnica fue inventada en Atenas y convivió con la de figuras negras durante cierto tiempo, pero pos- teriormente la sustituyó. Se usó desde el 530 a.c. hasta el 350 a.c.

La técnica de fondo blanco fue una técnica especial utilizada por los artesanos atenienses solo para decorar los vasos funerarios que se depositaban en las tumbas, no siendo apropiada para cerámica de uso cotidiano por la poca con- sistencia del engobe blanco y de los colores. Se usó durante el siglo V a.c.

La técnica de barniz negro consistía en cubrir toda la superficie con barniz, pudiendo completar su decoración con otras técnicas: incisión, estam- pilla o ruedecilla. La incisión se reconoce en que los motivos decorativos se dibujan "arañando" la superficie. La estampilla produce un motivo deco- rativo impreso o en hueco. La ruedecilla origina unas pequeñas líneas incisas verticales paralelas, que se desarrollan en vertical. Se usó desde el s. VI al II a.c.

Decoración de figuras negras. Sobre la superficie roja Decoración de fondo blanco. Consistía en cubrir el de la cerámica, se pintaban y cubrían las figuras con fondo del vaso con un engobe blanco sobre el que se barniz negro, señalando los detalles interiores con inci- dibujaba el contorno de las figuras con líneas de barniz siones. El fondo quedaba "reservado", sin barniz. negro o con pinturas de otros colores.

Decoración de figuras rojas. En este caso se "reserva- Decoración de barniz negro. Una vez cubierta la ba" la figura y se cubría con barniz negro el fondo. En el superficie con barniz negro, se decoraba con la estam- interior de las figuras se dibujaban los detalles con Iíne- pilla, que tenía un motivo decorativo en relieve, presio- as de barniz muy finas o con otros colores, como el nándola sobre la superficie. Así se obtenía una decora- blanco para la piel femenina y el rojo para otros deta- ción impresa, "en hueco". Iles.

ARA QUÉ SERV~A LA CERÁMICA GRIEGA

EL DISEÑO: RELACION ENTRE FORMA Y FUNCION

Los alfareros atenienses tenían que hacer fren- te a una demanda muy alta, pues sus productos se utilizaban en multitud de ocasiones y para las funciones más diversas, tanto en la vida privada como pública.

La cerámica era un elemento esencial de la vida cotidiana. Sus formas nos ayudan a conocer el uso o función que tuvieron y, con ello, diferen- tes aspectos de la sociedad y creencias de los griegos. Vasos, recipientes y útiles eran concebi- dos para una función determinada y su forma estaba pensada precisamente para cumplir esa función. Por esto, algunas piezas de la vajilla, como las pateras y cuencos para comer o las copas para beber, eran de formas abiertas, más anchas'que altas y con asas horizontales para cogerlas. Y, en cambio, otros recipientes queser- vían para almacenar, transportar y servir, eran de formas cerradas, mas altas que anchas, y con asas verticales. De cerámica eran también las lucernas o lámparas de aceite, las cajitas de diversos tamaños llamadas lecánides y píxidas, el sacaleches-biberón para alimentar al recién naci- do, etc., de modo que la cerámica estaba siempre presente, desde la casa a la tumba.

Aunque el aspecto utilitario de las cerámicas fuera esencial, no era ésta la única cualidad per- seguida por los alfareros atenienses, especial- mente en los recipientes que componían la vajilla

fina. Belleza, elegancia, finura y proporción, con- tornos bien definidos, articulación y una precisa adaptación de la forma a su función, eran las prin- cipales cualidades de un vaso bien hecho, que podía jactarse de su belleza. Algunos vasos llevan la inscripción: kalón eimi potérion, "soy un bello vaso para beber"; el alfarero hablaba así a través del vaso, sintiéndose orgulloso de su trabajo.

Su belleza es consecuencia de la maestría en dar a esas formas proporción, simetría y articu- lación. La articulación consistía en delimitar bien cada parte del objeto. La relación numérica y geo- métrica de las partes del objeto entre sí, con su conjunto y con el módulo o unidad de medida procuraba su correcta proporción y simetría.

'¿En qué consiste el atractivo que un objeto hermoso ejerce sobre la persona que lo contempla, lo que despierta su interés, seduce y llena de gozo simple- mente con mirarlo? ... Casi todo el mundo considera que lo que se reconoce visual- mente como bello es la simetría del todo y de las partes entre sí, así como una cierta armonía cromática y que en los objetos visibles, como en todo, lo bello es esen- cialmente simétrico y ordenado".

Plotino (s. II d.C.)

LABIO

CUELLO

HOMBRO

I C U E R P 0 1 PIE

A = 1/2 8 A = B PROPORCION S I M E T R I A ARTICULACION

La hidria. Era un jarra con tres asas que facilitaba la que se acercan a la fuente la cogen por las asas e, recogida del agua en la fuente, su transporte y su verti- inclinándola, se disponen a llenarla. Se trata de una do. En esta escena las jóvenes que ya han recogido el fiesta en relación con el agua, que les ha dado la opor- agua llevan la hidria sobre la cabeza, mientras que las tunidad de salir a la calle y charlar.

La vajilla del simposio. En el simposio, o banquete en el enócoe o jarra para servir el vino una vez mezclado; las que se reunían los hombres para comer y beber, se uti- copas y escifos o vasos para beber. lizaba la cratera para mezclar el vino con el agua; la

QUÉ NOS CUENTA LA CEF "IICA GRIEGA

LA INFANCIA

El nacimiento de un hijo era motivo de alegría en cualquier hogar, sobre todo si era varón, pues su papel en la sociedad griega era siempre mucho más importante que el de la mujer. El día de su nacimiento era costumbre colgar una rama de olivo en el exterior de la casa para anunciar a todos el nacimiento de un varón, y un manojo de lana si el nacido era una niña. A los diez días se reunían familiares y amigos para celebrar el naci- miento y para poner nombre al niño, normalmente el de su abuelo paterno, quien realizaba la cere- monia de dar vueltas alrededor del hogar con su nieto en brazos.

Si el hogar era rico, los hijos eran cuidados durante sus primeros años por las mujeres de la casa, nodriza y sirvientas, pasando con su madre solo las horas que ésta tenía libres tras ocuparse de supervisar y organizar las labores de la casa.

Cuando el niño tenía algo más de un año era puesto al cuidado de un pedagogo o tutor priva- do. El pedagogo era un esclavo ilustrado que se ocupaba de su educación y le iniciaba en el aprendizaje de las primeras letras. Las niñas, mientras tanto, aprendían las obligaciones de una buena esposa y ama de casa y, si eran hijas de una familia noble, también a leer y escribir.

En los hogares pobres, donde no se podían permitir tener una nodriza o esclavas, la madre debía repartir su tiempo entre el cuidado de los hijos, las labores de la casa y la ayuda al marido en las faenas del campo o en los trabajos artesa- nales.

Pedagogo acompañado al niño en sus juegos.

Cóe. La cerámica nos muestra numerosas imágenes del mundo infantil: niños jugando con las tabas, con aros, con muñecas, columpiándose o gateando. Estas escenas infantiles suelen decorar el vaso llamado cóe que se usaba en el segundo día de la fiesta de las Ant- hesteria, en el que los niños ya algo mayores eran intro- ducidos en la comunidad religiosa. Esta fiesta, en honor de Dioniso y para celebrar la llegada de la primavera, duraba tres días.

Sacaleches-biberón. En los hogares ricos se tenía una nodriza para amamantar al recién nacido si la madre, por la razones que fuera, no podía hacerlo. En cualquier caso podía ser necesario el uso del sacaleches-biberón.

El sacaleches, con su fondo cóncavo y horadado -A-, se aplicaba al pecho y se extraía la leche por el efecto de succión producido por la ventosa que cerraba el ori- ficio lateral -B-. La leche se recogía en el recipiente -C- que, mediante el mismo orificio lateral, servía también de biberón.

LA EDUCACION DE LOS NIÑOS Y JOVENES

La educación en Grecia tuvo una importancia extraordinaria porque era el medio de formar a los jóvenes tanto física como intelectualmente. Al joven se le educaba en el respeto a las costum- bres, creencias y ritos tradicionales y en la estima de los valores democráticos, preparándole para que en el futuro participara en el gobierno y defensa de la ciudad. En cambio a la niña se la educaba para que fuera una buena esposa y ama de casa.

El joven con el maestro de música.

LA ESCUELA

La iniciación del niño a la escritura y lectura comenzaba en casa con el pedagogo, pero a los siete años, o antes si la familia era pudiente, iba a la escuela elegida y pagada por sus padres, por- que en Atenas no había escuelas públicas. Allí acudía desde el amanecer acompañado por el pedagogo que, sentado al fondo de la sala, vigila- ba su comportamiento y sus progresos durante las horas de clase. Los niños se sentaban en taburetes frente al maestro y apoyaban sus tabli- llas, hechas de madera y cubiertas de cera, sobre las rodillas. Las escuelas estaban situadas en casas particulares. Los maestros eran hombres libres, pero de una categoría social baja y estaban generalmente mal pagados.

La educación tenía tres áreas principales: la enseñanza de la literatura y de la música, que se recibía en la escuela, y la educación física, que se obtenía en la palestra o gimnasio.

La enseñanza de la literatura se hacía median- te el recitado de memoria de los grandes poemas griegos, principalmente los escritos por Homero: La Iliada, que contaba la lucha entre griegos y tro- yanos, y La Odisea, con las aventuras de Ulises en su regreso a Itaca. Así el niño conocía las hazañas gloriosas de los hombres del pasado que se convertían en modelo de comportamiento.

La música era un componente básico de la educación, porque tenía un papel muy importante en la sociedad griega. La enseñanza de la música- consistía en aprender a tocar de oído la lira, ins- trumento de cuerda, y el aulós o flauta doble, pudiendo así participar en los festivales religiosos, en las recitaciones públicas de los poemas de Homero y en las fiestas públicas v ~ r i vadas ,

. S

donde la música jugaba un importante papel.

La escuela: El aprendizaje de la lectura y recitado y de viejo con un bastón en la mano, vigila desde atrás. la música. Son muy frecuentes las imágenes de la cerá- También se ve al alumno tocando la lira. En la escuela mica griega en las que se ve a los niños o jóvenes en la los niños aprendían a tocar dos instrumentos: la lira, un escuela. En ésta, el maestro se sienta en una silla o instrumento de siete cuerdas unidas a un caparazón taburete con el rollo de papiro apoyado en las rodillas, de tortuga que hacía de caja de resonancia; y el aulos en el que está escrito el poema que el alumno tiene o flauta doble. Aprendían de oido pués no se utilizaban que aprender. Mientras tanto el pedagogo, un hombre las notaciones musicales que hoy conocemos.

Discóbolo, lanzador de disco.

LA PALESTRA

La educación física era un aspecto muy impor- tante de la educación del varón y comenzaba a muy temprana edad. El entrenamiento del cuerpo tenía como objetivo que los jóvenes consiguieran la destreza y forma física necesarias para que, como soldados, pudieran defender la ciudad en caso de guerra; al mismo tiempo se les preparaba para la competición atlética; y, por último, se pre- tendía que alcanzaran la "excelencia" física o belleza del cuerpo, tan importante como la "exce- lencia" moral o ética.

La preparación física tenía lugar en la palestra o gimnasio. Este edificio, de gran tamaño, tenía un patio central porticado, con porches de colum- nas, en el que se desarrollaban los ejercicios, y estaba rodeado de habitaciones donde los atletas se desnudaban, untaban el cuerpo de aceite, se lavaban o quitaban el polvo y se bañaban.

La palestra era también el lugar de encuentro y reunión de los jóvenes. Allí charlaban con sus amigos y conocían a los personajes más famosos de la ciudad, e incluso se formaban grupos de discusión política o filosófica.

El entrenamiento comprendía lucha libre, carreras, saltos de longitud, lanzamiento de disco y jabalina, y boxeo. La destreza y preparación físi- ca alcanzada se demostraba especialmente en los juegos atléticos, que tenían lugar durante las celebraciones o festivales religiosos.

Los mas famosos juegos atléticos de la Anti- güedad fueron los Juegos Olímpicos que, cada cuatro años, reunían a atletas de todas las ciuda- des griegas en el santuario de Zeus en Olimpia.

En Atenas se celebraban competiciones atléti- cas todos los años en honor de Atenea, la diosa patrona de la ciudad, por lo que se les llamaba Panatenaicos. La competición principal era el pentathlón consistente en cinco pruebas: lucha libre, salto de longitud, carrera, lanzamiento de disco y de jabalina. Los vencedores recibían como premio un ánfora llena de aceite y decorada con la imagen de la diosa, en una cara, y con la imagen de la prueba en la que había vencido, en la otra.

Aríbalos y estrígile. Los atletas, antes de comenzar los chos para regular la salida del aceite, y labio plano para, ejercicios, se untaban el cuerpo con aceite para evitar extenderlo por el cuerpo. Tras el ejercicio se limpiaban las rozaduras o arañazos, y hacerlo escurridizo cuando el cuerpo con la estrígile de bronce que llevaban en un era apresado con una llave en la lucha libre. El aceite lo saquito. Con ella rascaban la piel y quitaban la sucie- llevaban en el aríbalos, frasco de cuello y boca estre- dad de aceite, polvo, sudor y arena.

La palestra: lucha libre. La variedad más importante de la lucha libre, o lucha cuer- po a cuerpo, era la llamada pankration en la que se tra- taba de derribar al suelo al oponente y para ello todo estaba permitido, excepto morder y arañar. En esta escena uno de los conten- dientes mete el dedo en un ojo del otro, mientras que el árbitro, con un bastón, diri- ge la pelea.

LA VIDA DE LA MUJER

La mujer ocupaba en la sociedad ateniense una papel secundario, subordinado al del varón. Ella no tenía derechos políticos ni jurídicos y en la vida pública siempre fue representada por el padre o por el marido que ejercían sobre ella, durante toda su vida, una acción de tutelaje y dominio.

Su matrimonio era decidido por el padre, que elegía también al futuro marido, siendo ella aún niña. El acuerdo de matrimonio se hacía entre los padres de los novios, que se estrechaban la mano para sellarlo y establecían la dote de la novia. A partir de ese momento el matrimonio era legítimo, aunque se esperara a que la mujer tuviera de doce a quince años para celebrarlo y trasladar a la novia a su futuro hogar.

Tras la boda, su obligación prioritaria era dar hijos legítimos a su esposo para perpetuar la familia y sus propiedades, por lo que podía ser repudiada por el marido si no podía tener hijos o era adúltera.

Antes y después de su boda vivía recluida en la casa de la que sólo salía para participar en las fiestas. No podía salir al mercado ni ir a por agua a la fuente, siendo los criados o el marido quienes hacían estos quehaceres. Tampoco podía ver a otros hombres que no fueran de su familia, por lo que no se le permitía asistir a los banquetes que su marido celebraba en la casa.

Diálogo entre dos hombres, Sócrates e Iscó- maco, acerca de la esposa de uno de ellos:

"Sócrates. - ¿La educaste tú mismo hasta que llegó a ser como es debido o ya cuando la recibiste de su padre y de su madre sabía administrar lo que le atañe?.

.Iscómaco.- ¿Y qué podría saber, Sócrates, cuando la tomé por esposa, si vino a mi casa sin haber cumplido los quince años, y antes vivió rodeada del mayor celo para que viera, oyera y hablara lo menos posible?

¿No te parece que me puedo dar por satisfecho si vino a mi casa sabiendo hacer un manto, de entregársele la lana, o habíendo visto cómo se reparten entre las esclavas los trabajos de la hilanza ?"

Jenofonte, Económico, cap. VII.

Mujer con pixida.

La boda y el cortejo nupcial. La ceremonia de la boda duraba tres días. Comenzaba con la renuncia de la novia a sus juguetes y su ofrecimiento a los dioses. Luego seguía el rito de la purificación con el baño de la novia. El día de la boda se hacía un banquete en la casa de la novia y al anochecer se organizaba el cortejo que acompañaba a los novios a su nueva casa. Estos eran llevados en un carro conducido por un amigo del novio; les seguían a pie los padres y amigos, llevando las antorchas y cantando los himnos de la boda. Al día siguiente los padres de la novia llevaban en procesión los regalos que había recibido y entregaban la dote que se había acordado.

El vestido, signo de distinción. Las mujeres atenienses tenían un gran sentido de la elegancia y se hacían sus vestidos con ricas telas que tejían ellas mismas. La canti- dad, calidad y riqueza de las telas definían su clase social. Utilizaron dos tipos de vestidos: el peplos o túnica abierta por un costado, que se hacía con una pieza amplia de tela que se sujetaba en los hombros con imperdibles y se ceñía con un cinturón; y el quitón, túni- ca larga y cerrada, de tela muy fina y pliegues menudos, que se completaba con el himation o manto de paño grueso de lana, de pliegues mas anchos.

El adorno y el perfume, signo de lo femenino. La mujer distinguida dedicaba mucho tiempo a su cuidado y arre- glo para conseguir las cualidades de Afrodita, diosa del Amor: belleza y seducción. Se peinaba recogiendo el pelo en un gorro de lana o con un moño. Se maquillaba con polvos blancos, coloretes en las mejillas y pintura roja en los labios, cosméticos y ungüentos que guardaba cuidadosamente en las píxidas y lecánides, cajitas de cerámica, donde guardaba también las joyas y adornos.

LA VIDA DE LA MUJER: SU TRABAJO

En Atenas, junto a las mujeres nobles, espo- sas e hijas legítimas, había otra clase de mujeres que, en realidad, tenían mayor libertad de acción que aquellas: eran las concubinas y cortesanas. La costumbre permitía al hombre tener, además de su esposa legítima, una concubina que podía ser esclava o extranjera, al mismo tiempo que podía disponer de las heteras o cortesanas en sus banquetes y fiestas. Las tareas que estas mujeres realizaban eran también distintas, siendo signo de su posición económica y social.

La mujer noble era la señora de la casa y en ella gobernaba sobre esclavos y criados, que eran los que hacían los trabajos manuales y faenas pesadas. Ella tenía que ocuparse de la buena marcha del hogar, organizando las tareas domés- ticas y el cuidado de los hijos, mandando hacer las compras, controlando los gastos, atendiendo a los esclavos enfermos, etc., porque de ella dependía su cuidado y administración. La única labor manual que ella misma realizaba era hilar y tejer, lo que le permitía tener bastantes horas de ocio que, normalmente dedicaba a su cuidado personal.

Las esposas de campesinos o artesanos, que no disfrutaban de esta situación acomodada, rea- lizaban ellas mismas las tareas domésticas con la ayuda, en el mejor de los casos, de una esclava. Además tenían que ayudar a sus maridos en las faenas del campo, en el pequeño taller familiar o vendiendo productos en el mercado.

En contraste con este papel privado, las mujeres tenían una importancia extraordinaria en las fiestas y rituales, actuando como sacerdotisas en la mayoría de los cultos públicos, especial- mente en los de Atenea.

Otras mujeres trabajaban a cambio de un salario, empleándose como nodrizas, plañideras, músicas profesionales y heteras.

Mujer en la casa con la madeja de hilo.

La mujer noble. El hilado y la elabo- ración de tejidos en el telar era una actividad propia de mujeres de alto rango, y de la habilidad para reali- zarla dependía el "valor" y la apre- ciación que merecía.

La vendedora. La mujer de un cam- pesino, un artesano o un obrero trabajaba, en casa y fuera de ella, ayudando a su marido en las fae- nas del campo, en el pequeño taller familiar o vendiendo productos en el mercado: verduras, frutas, pas- teles, ... como es el caso de esta mujer que ofrece su mercancía a un joven.

La hetera. Otras mujeres trabaja- ban a cambio de un salario, como las nodrizas, las plañideras y las heteras. Las heteras eran mujeres libres e instruidas a las que se les pagaba por acudir a los banquetes de hombres a tocar la flauta, can- tar, bailar, ... o simplemente a entretenerlos con su charla y sus encantos.

EL VARON, CIUDADANO DE LA POLlS

En Atenas todos los hombres libres eran ciu- dadanos con el derecho y la obligación de partici- par directamente en la política, es decir en el gobierno de la ciudad, y en su defensa. Queda- ban excluidos de esta obligación los esclavos, los extranjeros y las mujeres.

EL VARON Y LA DEFENSA DE LA POLlS

La defensa de la ciudad era una obligación del ciudadano ateniense y durante largos periodos de tiempo, como la guerra que mantuvo contra Esparta (la llamada guerra del Peloponeso), fue un acontecimiento casi cotidiano. Para los griegos la guerra era un situación "normal", temida pero deseada, pues era la ocasión de demostrar el valor, la fortaleza y la destreza del hombre, es decir, la areté, la "excelencia" que le daría fama y honor entre sus conciudanos y haría perdurar su nombre y sus hazañas a lo largo de las generacio- nes. Defender la ciudad suponía también salva- guardar sus intereses, sus ideales y su forma de vida.

La preparación para la guerra se conseguía mediante el adiestramiento físico en la palestra y mediante el servicio militar. Todos los jóvenes a partir de los dieciocho años realizaban el servicio militar durante dos años, en los que se les desti- naba a alguna de las guarniciones de frontera, o a servir en-la armada como marineros. Después permanecían en servicio activo, pudiendo ser Ila- mados a combatir hasta los cuarenta años en cualquier momento.

Se podía combatir en el cuerpo de caballería, en el de los hoplitas (infantería pesada), o en el de la infantería ligera, dependiendo de la capacidad para costearse el armamento. El cuerpo de los hoplitas era el principal del ejército y estaba for- mado por hombres armados con un equipo muy pesado que les impedía tener una buena movili- dad, que se compensaba con la lucha en forma- ción cerrada. Esta forma de combatir y, sobre todo, de actuar suponía la existencia de un senti-

miento esencial de solidaridad y compañerismo. La sustitución de los hoplitas por la infantería lige- ra, armada solo con escudos de mimbre y jabali- na y, por tanto, dotada de mayor capacidad de movimiento, representó también la pérdida de una forma de combatir.

"Id todos al cuerpo a cuerpo, con la lanza larga

o la espada herid y acabad con el fiero enemigo.

Poniendo pie junto a pie, apretando escudo contra escudo,

penacho junto a penacho y casco con- tra casco,

acercad pecho a pecho y luchad con- tra el contrario,

manejando el puño de la espada o la larga lanza"

Tirteo de Esparta (s. VI1 a.c.)

La estrategia de lucha. El armamento impedía tener una combatían en formaciones de ocho filas, que empuja- buena visibilidad y movilidad que se compensaba con ban al enemigo con los escudos mientras lanzaban gol- la lucha en formación cerrada. Las falanges de hoplitas pes de lanza por encima o por debajo del escudo.

El armamento del hoplita. El hoplita iba armado con un equipo muy pesado constituido por un escudo redondo de un metro de ancho, llamado hoplon; un casco que ocultaba toda la cara excepto dos ranuras para los ojos; un corselete o coraza de bronce que cubría hasta los muslos; y unas grebas o espinilleras también de bronce para proteger las piernas. Las armas ofensivas era principalmente una lanza larga muy pesada y la espada corta y curvada para las emergencias en la lucha cuerpo a cuerpo.

EL VARON Y EL GOBIERNO DE LA POLlS EL SIMPOSIO: REUNION SOCIAL, POLlTlCA Y FESTIVA

El sistema político llamado democracia o gobierno del pueblo, fue un invento ateniense. Este sistema obligaba a todos los ciudadanos que habí- an cumplido los dieciocho años, a participar en los asuntos de Estado y de gobierno de la ciudad.

Todos los ciudadanos tenían que asistir a la Asamblea o reunión, que se celebraba cuatro veces al mes, para promulgar las leyes y tratar los asuntos de Estado. También tenían que formar parte del Consejo una vez en su vida y cuando les tocaba por sorteo. El Consejo estaba constituido por 500 ciudadanos que preparaban las leyes, que después serían aprobadas por la Asamblea, y controlaban su cumplimiento. Por último, tenían que realizar algún trabajo de interés público durante un año, como por ejemplo ser miembro del jurado en los tribunales de justicia, vigilar el mercado, etc.

La mayor parte de las actividades públicas se celebraban en el Agora, el centro de la ciudad de Atenas, donde estaba el Bouleuterion, o Casa del Consejo, y otros edificios públicos con las ofici- nas administrativas y los tribunales de justicia. Allí también se encontraba el monumento a los Héro- es Epónimos y el mercado que le convertía en el centro comercial de la ciudad.

En la vida del hombre tenía especial importan- cia la participación en el simposio o ((bebida en común^^, reunión de varones para comer y espe- cialmente para beber. El simposio era también el centro de la vida social y cultural, una fiesta con carácter religioso y un lugar de actividad política. Allí se reunían los varones que compartían la misma clase social, las amistades y los intereses económicos y políticos.

El banquete comenzaba con una copa de vino aromatizado que se bebía pasándola de unos a otros. Después de la comida empezaba el simpo- sio propiamente dicho, realizando las libaciones en honor de Dioniso. A continuación se elegía ((el rey del vino)) que debía determinar la proporción de la mezcla del vino y agua que se iba a beber esa noche, según se quisiera una reunión alegre o una conversación reposada.

En estas reuniones que duraban hasta el ama- necer, los simposiastas cantaban, recitaban poe- sías o bailaban, y también charlaban de los asun- tos cotidianos, de filosofía, de política, formándose grupos de opinión y presión que influían en el Con- sejo o en la Asamblea.

La actividad en el Agora era tal que se comprende que fuera en esta zona de la ciu- dad donde trancurría la mayor parte de la vida del ciudadano ateniense.

Por el Agora pasaba la vía de las Panateneas, el camino sagrado que conducía a la Acrópolis, colina en la que se hallaban los templos de los dioses protectores de la ciu- dad. La Acrópolis limitaba la ciudad por el Sur junto con las colinas del Areópago, donde se reunía el tribunal más anti- guo de la ciudad, y de la Pnyx, lugar de reunión de la Asam- blea de los ciudadanos.

Monumento a los Héroes Epónimos. Situado en el Agora, en él se colocaban, para su conocimiento públi- co, todas las noticias oficiales, los proyectos de las nuevas leyes, las órdenes de movilización del ejército, etc.

El simposio o banquete. Esta reunión de hombres tenía lugar en la casa de uno de ellos, en el andron o sala de varones, de la que estaban excluidas las mujeres. Des- calzos y coronados con guirnaldas de hojas, se reclina- ban en los lechos situados a lo largo de las paredes, apoyándose en los cojines. Delante de los lechos se situaban pequeñas mesas portátiles en las que se colo- caban los platos y copas. También se jugaba a juegos de habilidad, como el que muestra esta escena: se hacía girar una copa a gran velocidad frenándola de pronto, de modo que la última gota de vino que había en ella saliera despedida para dar en una diana. Mien- tras tanto una auletris o flautista tocaba la doble flauta.

Vista de Atenas y de la Acrópolis tal como se halla- ba, hacía 1930.

CREENCIAS Y RITOS RELIGIOSOS

Los atenienses, como todos los pueblos de la Antigüedad, tenían hondamente arraigado el sen- timiento de lo sagrado. Creían en una naturaleza sagrada, en un universo poblado de divinidades. Los dioses griegos eran parte del cosmos, no habían creado el universo físico y animado, sino que ellos mismos habían sido creados por poten- cias primordiales naturales: el Cáos, la Noche, la Tierra, el Amor, el Océano. Los dioses se hicieron con el poder y formaron una sociedad como la humana, con sus conflictos, vicios y contradiccio- nes, pero con una insalvable diferencia respecto a los hombres: su inmortalidad y poder para influir en sus vidas. Interesaba, por ello, que esta influencia fuera beneficiosa.

El acercamiento de los hombres a los dioses para implorar su favor o su piedad, o para agrade- cer sus beneficios, se realizaba a través de los ritos y fiestas religiosas. Los rituales estaban pre- sentes en todo momento de la vida griega: en el nacimiento, el matrimonio y la muerte; en la gue-

Victoria libando sobre un ara,

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rra; en la partida y el regreso, en el hogar, en las faenas agrícolas y la vida pública, pero tenían un especial protagonismo en las fiestas.

Los rituales comprendían las libaciones y los sacrificios. Las libaciones se hacían vertiendo el vino o la leche, contenidos en la jarra y en la pate- ra, en un altar o directamente sobre la tierra. Los sacrificios consistían en degollar animales y que- mar sus huesos, grasa y piel sobre el altar, para que en forma de humo ascendiera a los cielos y alimentara a los dioses, mientras la carne se repartía entre los hombres.

Los griegos imaginaron unos dioses muy pare- cidos a ellos mismos, con los mismos vicios y vir- tudes, aunque inmortales y poderosos, y con una vida llena de peripecias que son relatadas en los mitos. Entre los dioses y los hombres existían unos seres intermedios, los héroes. Estos fueron hombres mortales que vivieron en tiempos remo- tos, cuyas cualidades excepcionales hicieron de ellos personajes a los que se veneraba y rendía culto, y cuya "excelencia" o areté era modelo de comportamiento para los hombres.

En Atenas la diosa más venerada fué Atenea, protectora de la ciudad, a la que había regalado el olivo base de su prosperidad. Su templo, el Parte- nón, se encontraba en lo alto de la Acrópolis y en su interior se hallaba la estatua de la diosa de oro y marfíl, realizada por Fidias.

El dios mas popular fué Dioniso, el dios de la renovación de la naturaleza, de la vegetación que muere y renace, el dios de las primicias de la cosecha que había enseñado a los hombres el cultivo de la vid y, por tanto, el que les había con- cedido el vino.

Los héroes más famosos fueron Heracles y Teseo. Heracles encarna el valor, la fuerza y la destreza, modelo de la aristocracia griega. Teseo es el héroe de virtudes ciudadanas, democráticas, que vence con el ingenio y la inteligencia.

Atenea. Hija de Zeus, el padre y jefe de los dioses, era Teseo. Fué un héroe ateniense (su padre fue rey de la diosa protectora de la ciudad de Atenas. Se repre- Atenas) que realizó numerosas hazañas. Debe su fama sentaba como una mujer guerrera con el casco, la lanza a la liberación de los jóvenes atenienses, presos en el y la égida, una especie de coraza de piel de cabra. laberinto de Creta, venciendo al Minotauro que los

guardaba. Teseo es un héroe que emplea mas su inge- nio e inteligencia que la fuerza.

Heracles. Fué un héroe, es decir, un hombre que desta- có por su extraordinaria fuerza demostrada en los doce trabajos que realizó. Uno de ellos fue matar al león de Nemea con cuya piel se vistió y otro sacar al peligroso perro Cerbero, de varias cabezas, de las puertas del infierno que guardaba.

RITOS FUNERARIOS

Los griegos creían que, al morir un hombre, se separaban su cuerpo y su espíritu y que éste se dirigía hacia el Hades, el reino de los muer- tos, la última morada. El camino que debían recorrer las almas era secreto y subterráneo y era el dios Hermes, el único conocedor de estos caminos, quienes las guiaba en su viaje. El camino atravesaba el rio Leto, el rio del olvi- do, y la laguna Estigia, donde esperaba el bar- quero Caronte para conducir las almas a la otra orilla.

Pero el reino de la muerte y la puerta que conducía hacia el Hades, se encontraba ya en la propia tumba. El cementerio era, por tanto, un lugar sagrado donde se realizaban los ritos religiosas en honor de los dioses subterráneos y del difunto.

Los ritos fúnebres en Atenas duraban tres días. En el momento de producirse la muerte, los familiares lavaban el cadáver con agua y esencias perfumadas, lo vestían y envolvían en un sudario, y colocaban una moneda en su boca para pagar al barquero Caronte. A conti-

nuación el cadáver se exponía en la entrada de la casa, con los pies hacia la puerta.

Al segundo día se trasladaba el cadáver al cementerio antes del amanecer. El lecho fúnebre era transportado en un carro o llevado por los sirvientes de la casa, y acompañado por los familiares y amigos, los hombres delante y la mujeres detrás.

En el cementerio se enterraba el cuerpo o se quemaba, recogiéndose las cenizas en una urna que se depositaba en la tumba. Luego se reali- zaban libaciones en honor de los dioses de los muertos y del difunto.

La tumba se señalaba con un monumento que consistía en una estela colocada sobre escalones. En la estela se escribía el epitafio y sobre ella se colgaban cintas y guirnaldas. En los escalones se depositaban los Iécitos de fondo blanco, frascos de perfume (el perfume era sím- bolo de fecundidad y, por tanto, de inmortalidad) y otras ofrendas.

Al tercer día se celebraba el banquete funera- rio en honor del difunto, que se repetía el noveno y decimotercer día. Al año se repetían las liba- ciones y ofrendas, engalanándose la tumba.

Caronte, Hermes y la difunta con las almas revoloteando alrededor.

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Lécitos de fondo blanco. Escena funeraria con la tumba marcada por una estela sobre escalones sobre la que una mujer hace la ofrenda funeraria, siendo observada

b, por la difunta.

Ritos funerarios. Mientras el cadáver se exponía en la arañaban el rostro, se cubrían la cabeza con cenizas y puerta de la casa, las plañideras lloraban, gritaban, se cantaban la canción fúnebre en señal de duelo.

LAS FIESTAS RELIGIOSAS Las fiestas dionisíacas

En las fiestas participaba la ciudad entera: hombres y mujeres, adultos y niños, esclavos y extranjeros, y naturalmente los dioses, porque las fiestas se celebraban en su honor, para agradecer su protección y favores, las cosechas o la renova- ción de la naturaleza. La fiesta era un tiempo sagrado en el que dioses y hombres convivían estrechamente, en el que el mundo y el tiempo se renovaban.

En Atenas se celebraban fiestas a lo largo de todo el año. El año oficial comenzaba en julio con la celebración de las Panateneas en honor de Ate- nea, sucediéndose las demás fiestas.

Calendario de fiestas

Julio: Panateneas en honor de Atenea. Septiembre: Boedromia en honor de Apolo. Octubre: Pianopsia, de la siembra, en honor de

Apolo. Oscoforia en honor de Dioniso. Tesmoforia, en honor de Deméter, solo para casadas.

Diciembre: Haloa, fiesta para favorecer la germinación. Dionisias en honor de Dioniso.

Enero: Gamelia, en recuerdo de la unión de Zeus y Hera. Leneas, fiesta orgíastica en honor de Dioniso.

Febrero: Antesterias en honor de Dioniso Marzo: Grandes Dionisias en honor de Dioniso. Mayo: Targelia, de la primavera, en honor de

Apolo.

Los actos mas importantes de las fiestas, que podían durar varios días, eran la procesión y los sacrificios, pero también formaban parte de los actos religiosos las competiciones y concursos: juegos deportivos, carreras de antorchas, concur- sos de canto y danza y de recitación de poesías. En algunas fiestas se hacían representaciones teatrales, conmemorando hechos y episodios concretos de la vida de los héroes y dioses. Un grupo de personas, jóvenes, niños, mujeres y hombres, cantaban y bailaban, realizando la mimesis, la imitación o representación de esas acciones.

Las fiestas en honor de Dioniso tuvieron un gran arraigo popular. Dioniso era el dios que gus- taba de los paisajes boscosos, agrestes, donde sus seguidores entraban en plena comunión con la naturaleza. Era tambien el dios que subvertía el orden natural de la sociedad, pues arrastraba a las mujeres a abandonar sus hogares y sus obli- gaciones y a entregarse a los ritos orgíasticos del dios, que se reunía con su séquito de sátiros y ménades en los bosques y en los lugares monta- ñosos durante la noche, para beber el vino sagra- do y bailar danzas frenéticas hasta conseguir el "extasis", el estar fuera de sí, y el "entusiasmo" o posesión del dios, que se manifestaba en una locura furiosa.

La religión dionisíaca significa el triunfo de lo que hay de irracional en el hombre y de su capa- cidad de transformarse en otro. Sin embargo, este aspecto salvaje de la religión dionisíaca se intentó controlar, y para ello los gobernantes de Atenas acogieron su culto dentro de la ciudad e instituye- ron las Dionisias, confiriéndole un aspecto más civilizado.

Teniendo en cuenta la naturaleza de los ritos dionisíacos, el papel transformador del dios y las características de esta fiesta, es lógico que fuera en este ámbito en el que surgiera el teatro griego, la Tragedia y la Comedia. Precisamente durante las Grandes Dionisias, que duraban cinco días, tenían lugar los grandes festivales teatrales de Atenas.

Fiestas dionisíacas. En la fiesta dionisíaca, el cortejo que acom- pañaba a Dioniso, su thiasos, for- mado por los sátiros, personajes medio humanos y medio anima- les, y por las mujeres llamadas ménades o bacantes, se reunían por la noche en los bosques y lugares montañosos para beber y danzar. Gracias a los poderes del vino los participantes conseguían la transformación que hacía salir al hombre de sí mismo, transfor- mándose en otro. Por esto Dioni- so era tambien el dios de la transformación, de la alteridad.

Evolución de las fiestas dionisía- cas. En su evolución, la religión dionisíaca ofreció la esperanza de una vida más allá de la muer- te. Esta promesa se representó mediante la unión de Dioniso con Ariadna, una mujer mortal, que gracias a la unión con el dios obtiene la inmortalidad. La pareja se muestra en un paisaje idílico, en una naturaleza serena y armo- niosa, rodeados de sátiros y ménades en beatífico reposo, contrastando con las dinámicas, emotivas y salvajes escenas orgiásticas.

Las fiestas en honor de Atenea: las Panateneas

Eran las fiestas en honor de la patrona de la ciudad, en la que participaban todos sus habi- tantes formando parte de la gran procesión que, partiendo de la puerta de la ciudad, pasa- ba por el Cerárnico, atravesaba el Agora y subía hasta la Acrópolis. Cada cuatro años se llevaba un peplos nuevo para la estatua de la diosa, que era portado por doncellas y escolta- do por un cortejo cuidadosamente ordenado y constituido por los ciudadanos, por los jovenes a caballo y en carro, por músicos y por mozos a pie conduciendo los animales para el sacrifi- cio y llevando los objetos rituales.

Las Panateneas celebraban la solidaridad

l

de la comunidad ateniense, representada en la gran procesión de todos los ciudadanos cami- nando hacia el templo de la diosa para ponerse {

bajo su protección. Esta procesión fue esculpi- da por Fidias en el friso del Partenón, un lugar

! normalmente destinado a narrar las acciones 1 de los dioses y los héroes, respondiendo con ello a un momento de exaltación del hombre. El ciudadano ateniense, elevado a la altura de

1

los dioses, reafirmaba el ser ateniense como una forma superior de vida, ejemplo para el resto de las ciudades griegas.

En estas fiestas se celebraban también los 1 juegos atléticos y los vencedores recibían 1

como premio un ánfora, llamada panatenaica, llena del aceite de los olivos sagrados de Ate- nea. i

Anfora panatenaica. Llena de aceite, era el premio que se concedía al vencedor de los juegos panetenaicos. Representa a Atenea y una escena de lucha libre, juego en el que el atleta había ganado.

Friso del Partenón. Procesión de las Panateneas

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Ficha Técnica:

Ayuntamiento de Leganés Delegación de Cultura y Deporte.

Director de la Sala de Exposiciones: Luis Arencibia.

Jefe de Publicaciones: Rosa Izquierdo Peña.

Guía:

Edita: Delegación de Comunicación e Imagen Ayuntamiento de Leganés.

Textos: Paloma Cabrera, M.A.N.

Tratamiento didáctico. Angela García Blanco, M.A.N.

Maquetación: Luis Caballero zoreda.

Portada: Paloma Cabrera y Raul Areces.

Dibujos: Cármen Sánchez, M.A.N

Mapas: Fernando Fernández, M.A.N.

Fotografía: Servicio fotográfico del M.A.N. y Enrique Sáenz.

Composición y fotograbado: Comfot, S. L.

Impresión: Olimpograf, G/ Polonia, 10, Leganés (Madrid)

Museo Arquológico Nacional (M.A.N.) Ministerio de Cultura.

Comisarias: Paloma Cabrera (guión científico). Angela García Blanco (guión didáctico).

Exposición:

Tratamiento museológico: María Angeles Castellano y Judit Ara, M.A.N.

Tratamiento didáctico: Carmen Padilla, M.A.N.

Proyecto y diseño: Belén Martínez, Carmen Padilla, Judit Ara y Raúl Areces, MAN.

Dibujos: Carmen Sánchez y Manuel Montalvo

Mapas: Fernando Fernández, M.A.N.

Restauración: Alfonso García y María Antonia Moreno, M.A.N.

Fotografía: Angel Martínez y Antonio Trigo, M.A.N.

Realización, montaje y transporte: Empresa Dávila.

Evaluación: Mikel Asensio Brouard, Elena Pol Méndez y Daniel Sánchez Diez. Universidad Autónoma de Madrid. Angela García Blanco y Cármen Padilla, M.A.N.

ISBN: 84-8701 9-09-9 Depósito Legal: M-4936

Nombre del alumno ................................................................................................................... Curso .............................. Centro escolar .......................................................................................................................................................................

11. HAZ TUS PROPIOS DESCUBRIMIENTOS. Cuándo se hizo.

Como has comprobado en el capítulo Cómo se deco- raba la cerámica griega, puedes saber cúando se hizo un objeto de cerámica si reconoces la técnica decorativa que se ha utilizado para pintarlo y si sabes cúando se usó dicha técnica.

Las diferencias que has anotado se deben a que unas imágenes son del estilo llamado "arcaico", el más anti- guo, y las otras del estilo llamado "clásico", el más moderno. Si relacionas el "estilo" artístico con su técni- ca y la cronología de ésta, podrás ordenar también cro- nológicamente los dos estilos.

Con los datos que tienes, dí en qué siglo se hicieron los objetos decorados con estas imágenes?

.............................................................................. Puedes saber algo más. Si te fijas, además de la

diversidad técnica, observarás diferencias en la manera de dibujar la figura humana, darle movimiento y com- poner las escenas. Anota estas diferencias de "estilo" entre unas imágenes y otras.

El estilo "arcaico" se desarrolló del ...... año al ...... año.

El estilo "clásico" se desarrolló del ...... año al ...... año.

Si has anotado bien las fechas, puedes comprobar que durante 50 años se usaron simultáneamente las dos técnicas de figuras negras y de figuras rojas (entre los años 530 y 480), pero el inicio del estilo "clásico" coin- cidió con el momento en que una sustituyó a la otra. Posiblemente tengas ahora que corregir la fecha de ini- cio del período "clásico".

En el Museo Arqueológico Nacional se expone este ánfora griega en el que se ha empleado, en la misma pieza y por lo tanto en el mismo tiempo, por un lado la técnica de figuras negras y por el otro la de figuras rojas. Si vas a verla podrás verificar mejor que su estilo es de transición entre el arcaico y el clásico.

.............................. Nombre del alumno ................................................................................................................... Curso Centro escolar .......................................................................................................................................................................

A . HAZ TUS PROPIOS DESCUBRIMIENTOS. Relaciona textos e imágení

Los textos clásicos que vienen a continuación están relacionados con alguno de los temas que han sido tra- tados bajo el título Qué nos cuenta la cerámica griega.

Gracias a los objetos de cerámica y a las escenas representadas en ellos se pueden conocer muchos aspectos de la vida en la antigua Grecia, pero también los textos griegos nos permiten saber algo más sobre esos temas.

Si quieres ampliar tus conocimientos y disfrutar de unos textos poéticos, lee atentamente cada uno de ellos y averigua de qué tratan. A continuación ponlos en rela- ción con los temas y escenas que tienen que ver con lo que cuentan y comprueba si ahora las escenas tienen mas sentido para tí.

1. "Así que todo el mundo se afiance en sus pies, y se hinque en el suelo, mordiendo con los dientes el labio, cubriéndose los muslos, las piernas, el pecho y los hombros con el vientre anchuroso del escudo

[redondo]. Y en la derecha mano agite su lanza tremenda, y mueva su fiero penacho en lo alto del casco ... "

Tirteo de Esparta (hacia 640 a.c.)

2. "Venga ya, traénos, muchacho, la copa, que de un trago la apuro. Echale diez cazos de agua y cinco de vino, para que sin excesos otra vez celebre la fiesta de Dioniso. Vamos, de nuevo, sin tanto estrépito y griterío ahora practiquemos el beber con vino, no al modo escita, sino brindando al compás de hermosos himnos".

Anacreonte de Teos (hacia 530 a.c.)

3. "Se puso sobre su cuerpo los vestidos que las Gra- cias y las Horas habían hecho y teñido con cuantas flores primaverales traen consigo las Horas: aza- frán, jacinto, violeta lozana, hermoso capullo de rosa, dulce como el néctar, cálices en flor fragantes como la ambrosía del narciso y del lirio. Tales ves- tidos perfumados por todas las estaciones fueron los que Afrodita se puso".

Anónimo, Ciprias (siglo VI1 a.c.)

4. "Dulce madre mía, no puedo ya tejer mi tela, consumida de amor por un joven, vencida por la suave Afrodita".

Safo de Mitilene (hacia 600 a.c.)

Contesta a estas preguntas:

El texto 1 se relaciona con las escenas de .................

................................................................................... El texto 2 se relaciona con las escenas de .................

................................................................................... El texto 3 se relaciona con las escenas de .................

...................................................................................

................................................................................... El texto 4 se relaciona con las escenas de .................

.............................. ,.# .................................................. ................ .....................................................

Nombre del alumno ................................................................................................................... Curso .............................. Centro escolar ...................................................................................................................................................................

Si has visto el capítulo dedicado a El diseño: rela- ción entre forma y función, ya sabes que todos los reci- pientes y objetos de cerámica fueron concebidos para servir a un uso determinado y su forma estaba pensada para que se adecuara perfectamente a ese uso. En ese capítulo tenías algunos ejemplos concretos de esa ade- cuación, que puedes comprobar, por otra parte, en todos los objetos de cerámica mencionados y reproducidos en los restantes capítulos.

A continuación tienes tres diferentes recipientes de cerámica.

Cada uno tiene su nombre propio, una forma deter- minada y específica, y un uso que justifica dicha forma, pero estos datos los tienes que poner tú junto a cada dibujo.

Si tienes dudas para describirlos, puedes consultar el cuadro que hay al final de esta página, donde apare- cen sus características clasificadas. Debes seleccionar entre ellas las adecuados para definir cada uno de ellos. Si necesitas ayuda para conocer cuál era su uso, tienes que buscar dónde se hable de ella en las páginas ante- riores.

............. Pieza 1.- Se llama cratera. Es de tamaño ......, ........................ ................ .............. de forma y de boca Y

................. ............. labio ...; con asa(s) Sirve para ................. y .................. y lo usa(n) ....................

.............. Pieza 2.- Se llama copa. Es de tamaño ....., ........................ ................ ............. de forma y de boca Y

................. ............. labio ...; con asa(s) Sirve para .................... .................. ................. y y lo usa(n)

Pieza 3.- Se llama aribalos. Es de tamaño ............ ......... ....., de forma ................ y ; de boca

................ ........................ y labio ; con asa(s) ......... ................. ................. Sirve para y ........, . y lo

usa(n) .................... FORMA: "Es ... y tiene ..."

... USO: "Sirve para y lo usa(n) ..."

coger mezclar

aplicar beber

una persona

TAMAÑO

FORMA

BOCA

LABIO

ASAS

mediano

plana y abierta

muy ancha

aplanado

dos gruesas

grande

esférica y cerrada

muy estrecha

fino

una

pequeño

honda y abierta

ancha

grueso

dos finas

Ayuntamiento de Leganés »clcg;icií>~i <le Ciilliird y IX'piirlc

Museo Arqueológico Nacional

1 MINISTERIO DE CULTURA 1