clase 25 arango2007, pastore2007

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  • INMIGRANTESEL CONTINENTE MVIL

    DOSSIER

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    NMERO 22 ENERO/ MARZO 2007

    Joaqun ArangoMartin Baldwin-EdwardsPhilip MartinJeffrey G. ReitzRonald SkeldonIsabel Ypez del CastilloVctor M. Mndez VillegasNasra M. ShahLorenzo CachnRainer Muenz Marco MartinielloElspeth GuildRinus Penninx

    Rainer BaubckCarl-Ulrik SchierupGiuseppe SciortinoFerruccio Pastore

    do001 6/12/06 10:02 Pgina 1

  • as migraciones han sido necesarias para la humanidad desdetiempos antiguos, pero las que se registran a principios del siglo XXIno tienen precedentes. Las migraciones internacionales se hanmundializado, aunque, en un planeta crecientemente globaliza-do, la movilidad de las personas est severamente restringida(Arango). Este nmero de VANGUARDIA DOSSIER analiza las cau-sas y caractersticas de la migracin global, sus oportunidades y sus

    desafos, y las respuestas que las sociedades occidentales dan a este reto.En el mundo de principios del siglo XXI hay unos 191 millones de personas

    que viven fuera de su pas de origen, segn las Naciones Unidas. Entre 1750 y1950, unos 70 millones de personas abandonaron Europa en busca de una vi-da mejor (Muenz). Pero los manantiales de la emigracin internacional son aho-ra Asia, Amrica Latina y frica, que dibujan otro mapa. frica es un continentede emigracin, hecho que an no ha sido aceptado por Europa (Baldwin-Edwards). Amrica Latina y el Caribe, con el 13 por ciento de los emigrantes, esla primera regin receptora de remesas (Ypez del Castillo y Mndez Villegas).En el golfo Prsico, ms de la mitad de la poblacin activa es extranjera (Shah).Y la emigracin se ha potenciado en Asia por el cambio en China (Skeldon).

    Las causas de la mundializacin migratoria son diversas, desde la miseriay la necesidad de mano de obra hasta la globalizacin del transporte y de la in-formacin, que han achicado el tiempo y el espacio. Pero la economa sumer-gida no es el resultado de la inmigracin irregular, sino su causa fundamental,el autntico efecto llamada (Cachn). Si los emigrantes fueran a la huelga todosjuntos, en todo el mundo, las economas de los pases ricos se veran descala-bradas y los pases con ms emigrantes, privados de los envos de dinero, se arries-garan al colapso (Pastore).

    La inmigracin puede satisfacer las necesidades del pas de origen y del pasde acogida, pero en las sociedades democrticas plantea otro reto: cmo integrara los inmigrantes como ciudadanos de pleno derecho. Queramos mano de obray llegaron personas, escribi Max Frisch. Y las respuestas de las sociedades oc-cidentales son distintas. Estados Unidos, que es un pas de inmigrantes, se sien-te inseguro por la cantidad de recin llegados (Martin). Una de las lecciones delmodelo multicultural canadiense es que resulta esencial una poltica basada enlos derechos humanos, la igualdad y el reconocimiento cultural (Reitz). Y el ase-sinato del populista Pim Fortyun ha endurecido el discurso holands, inicial-mente tambin multicultural (Penninx).

    En la Unin Europea, la inmigracin es una de las fuentes de la diversifi-cacin de su diversidad, ya que introduce otras religiones y otras culturas(Martiniello) en un continente donde las fronteras internas han dejado de serestrictas fronteras (Guild) y donde las polticas de ciudadana pueden derivar encontenciosos entre los estados miembros (Baubck). En Europa, donde los pro-cesos de exclusin social del inmigrante forman parte de la crisis de la naciny del Estado de bienestar, se vive la inmigracin de manera esquizofrnica, en-tre la oportunidad y la inseguridad, hasta el punto de que el ascenso de la nue-va derecha populista puede poner en peligro el proyecto de integracin(Schierup). Esta monografa pretende aportar las experiencias de otros pases aldebate en Espaa, donde se est formando una nueva sociedad, mientras los in-migrantes demuestran, a nivel internacional, una comprensin de los meca-nismos de las polticas migratorias superior a la de los legisladores (Sciortino).

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    E D I T O R I A L

    Xavier Batalla

    ILUSTRACIONES DE CARMEN SEGOVIA

    Migracin global

    L

  • 66| LA INMIGRACIN EN ESPAA

    68| Diez notas sobre la inmigracin en Espaa 2006por LLoorreennzzoo CCaacchhnnLa inmigracin ser uno de los grandes factores que configurarnlas caractersticas de la nueva sociedad espaola, con rasgos muydistintos en el futuro. El fenmeno es importante no slo por sus di-mensiones y celeridad, sino tambin por los retos que plantea.

    76| Europa. Entre la necesidad de emplear mano de obra fornea y la renuncia de algunos pases de la UE a admitirlopor RRaaiinneerr MMuueennzzEuropa, que en el pasado fue el principal continente generador deemigracin, es hoy territorio de acogida. En un prximo futuro, loseuropeos habrn de rivalizar con pases como Estados Unidos, Ca-nad y Australia para atraer mano de obra cualificada.

    78| Integracin y diversidad en una Europa multiculturalpor MMaarrccoo MMaarrttiinniieellllooLa inmigracin ha introducido en los pases de la UE nuevas formasde vida, nuevas religiones y nuevas culturas. Pero las visiones quelas instituciones europeas tienen sobre este proceso de ampliacinde la diversidad permanecen ancladas en el pasado.

    84| La Unin Europea y los lmites de la soberanapor EEllssppeetthh GGuuiillddLa aceptacin de los lmites de la soberana es una de las reglas quetienen que reconocer todos los pases socios de la UE. Sin embar-go, tanto las polticas de distribucin de beneficios sociales como lasde seguridad y defensa son las que suscitan ms controversias.

    89| Las vicisitudes de las polticas de integracin holandesaspor RRiinnuuss PPeennnniinnxxDesde los aos 70, en los Pases Bajos se han aplicado distintas po-lticas de integracin. A partir de 2002, a raz del asesinato del po-pulista Pim Fortyun y la victoria del LPF, el discurso poltico sobrela inmigracin ha cambiado de forma radical y se ha endurecido.

    95| Quines son los ciudadanos de Europa?por RRaaiinneerr BBaauubbcckkCasi 15 aos despus de la creacin de la UE, an no se ha esta-blecido una poltica comn sobre ciudadana. La explicacin est qui-z en que la mayora de ciudadanos recela de cualquier pretensinde trasladar sus lealtades e identidades a un plano supranacional.

    100| El atolladero europeo por CCaarrll--UUllrriikk SScchhiieerruuppEuropa no es ajena a los efectos del crecimiento econmico global,incapaz de detener el avance de la pobreza y de frenar la crisis dela democracia liberal. Las polticas comunitarias para la integracinde los inmigrantes conducen a un callejn sin salida inmediata.

    106| Algunos elementos para comprender a los irregularespor GGiiuusseeppppee SScciioorrttiinnoo Los procesos migratorios irregulares son el producto de la inter-accin entre la movilidad a travs de los espacios sociales y la as-piracin al control de estos espacios por parte de los estados.

    110| El continente mvil. Migracionesy relaciones internacionalespor FFeerrrruucccciioo PPaassttoorreeLos inmigrantes son un continente en movimiento de casi 200 mi-llones de personas y, en positivo o negativo, representan el princi-pal factor de transformacin social, demogrfico, econmico ycultural de muchos pases avanzados.

    115| CRONOLOGA. UNA HISTORIA DE LA INMIGRACIN

    134| NDICE 2006

    6| Las migraciones internacionalesen un mundo globalizadopor JJooaaqquunn AArraannggooUnos 191 millones de personas viven hoy fuera del pas donde nacieron. Aun-que las migraciones han sido un fenmeno permanente, las que se registranahora son globales, tienen unas dimensiones inusitadas y presentan rasgos acu-sadamente distintos a los de cualquier poca anterior. El mundo vive, pues, unanueva era de la historia de la movilidad humana.

    16| LA INMIGRACIN EN EL MUNDO

    18| La migracin en la regin del Mediterrneopor MMaarrttiinn BBaallddwwiinn--EEddwwaarrddssA pesar de la importancia que la inmigracin representa especialmente para Es-paa, Francia e Italia, la Unin Europea no acaba de definir una poltica comnsobre migraciones. Tambin en Marruecos, Argelia, Tnez, Libia, Turqua y Egip-to se observa este mismo fenmeno de diferentes maneras.

    28| Creacin y recreacin de Estados Unidospor PPhhiilliipp MMaarrttiinnEstados Unidos es el principal pas del mundo en recepcin de inmigrantes.Mientras los naturales debaten qu clase de sociedad quieren seguir constru-yendo, los datos sobre los efectos sociales, econmicos y polticos de los recinllegados no proporcionan pautas claras para formular polticas concretas.

    38| Puede ofrecer lecciones a Europa la experiencia canadiense?por JJeeffffrreeyy GG.. RReeiittzzEl xito del llamado modelo canadiense Canad tiene una poblacin ex-tranjera que proporcionalmente es una de las ms elevadas del mundo se ba-sa en la eficacia de sus polticas de seleccin y de integracin de inmigrantes.El concepto de nacin multicultural est recogido en la Constitucin.

    47| Flujos y efectos internacionales en Asiapor RRoonnaalldd SSkkeellddoonnLas casusticas migratorias son muy distintas en Asia. Por ejemplo, con la ex-cepcin de Hong Kong y Singapur, ninguna economa asitica persigue polti-cas migratorias de asentamiento permanente. El panorama puede cambiarcuando, en un futuro previsible, gigantes como China e India puedan tener d-ficit de mano de obra con distintos niveles de cualificacin.

    53| Las peculiaridades de Amrica Latina y el Caribepor IIssaabbeell YYppeezz ddeell CCaassttiilllloo yy VVccttoorr MMaannuueell MMnnddeezz VViilllleeggaassLos 25 millones de emigrantes latinos y caribeos representan el 13 por cien-to de la poblacin extranjera en el mundo. La compleja variedad de estos im-portantes flujos se resiste a generalizaciones arbitrarias y simplificadoras.

    59| Polticas migratorias en el golfo Prsicopor NNaassrraa MM.. SShhaahhAlgunos de los seis pases del golfo Prsico figuran entre los que registran por-centajes ms elevados de poblacin extranjera. Qatar, por ejemplo, cuenta conel 78 por ciento. Aunque los datos estadsticos son escasos y poco fiables, en laactualidad se observa una tendencia a la aplicacin de polticas ms activas yduraderas de ayuda a los inmigrantes.

    VANGUARDIA | DOSSIER 54 VANGUARDIA | DOSSIER

    123| LIBROS126| LITERATURA128| CINE 130| VIAJES132| WEBS

    PARA SABER M`S

    SUMARIOENERO / MARZO 2007

    DOSSIERPatrocinado por

    VANGUARDIA DOSSIERwww.vanguardiadossier.comNmero 22 / AO 2007

    Editor: Javier God, Conde de GodConsejera editorial: Ana GodDirector: Jos AntichDirectores adjuntos: Xavier Batalla / Alex RodrguezDireccin de Arte: Rosa MundetRedaccin: Joaquim Coca / AlejandraVillar (diseo e infografa)Edicin grfica: Guillermina PuigDocumentacin: Carles Salmurri

    ' LA VANGUARDIA EDICIONES S.L.BARCELONA, 2005. TODOS LOS DE-RECHOS RESERVADOS. Esta publicacin no puede ser repro-ducida; ni en todo ni en parte, ni re-gistrada en, o transmitida por, unsistema de recuperacin de informa-cin, en ninguna forma ni por nin-gn medio, sea mecnico, fotoqu-mico, electrnico, magntico, elec-troptico, por fotocopia, o cualquierotro, sin el permiso previo por escri-to de la empresa editora.

    Edita La Vanguardia Ediciones S.L.Avenida Diagonal, 477, 9 planta08036 [email protected]: Publipress Media, S.A.Av. Diagonal, 475 - 08036 Barcelona.Tel.: 93 344 31 [email protected] y distribucin:Pere IV, 467 - 08020 BarcelonaTel.: 93 361 36 60. Fax: 93 361 36 [email protected] Legal: B-12.026.02 ISSN: 1579-3370

    Impreso en: ROTOCAYFO-QUEBECORDistribuye: Gepesa

    004 Sumario c1 7/12/06 18:56 Pgina 4

  • Joaqun ArangoUNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    Las migracionesinternacionalesen un mundoglobalizado

    006 Arango c1 7/12/06 18:33 Pgina 6

  • ecordar, como frecuentemen-te se hace, que las migracioneshumanas son cualquier cosamenos nuevas, es sin duda sa-ludable. Pero conviene apre-

    surarse a aadir que en cada poca de lahistoria han sido diferentes: en las causasque las motivan, en las principales mo-dalidades que revisten, en las consecuen-cias que entraan, en la significacin quese les atribuye, en las emociones que sus-citan y en las narraciones colectivas a quedan lugar.

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    L A S M I G R A C I O N E S I N T E R N A C I O N A L E S E N U N M U N D O G L O B A L I Z A D O

    de las migraciones, la econmica emanada delparadigma neoclsico. Y lo hace porque, en con-tra de lo que frecuentemente se piensa y se oye,para que se produzcan migraciones interna-cionales no basta con que existan acusadas dis-paridades de renta entre pases. La razn deello es que para emigrar a otro pas no basta contener motivos o con querer hacerlo: hace faltatambin poder. A la vista de ello no debe extra-ar que alguien haya caracterizado nuestrotiempo como la era de la inmovilidad involun-taria. La primera explicacin de la limitada mo-vilidad actual limitada, claro est, a tenor delcontexto histrico en que se produce reside enla infinidad de barreras erigidas por las polticasde inmigracin de los pases receptores, quepor doquier restringen el acceso de inmigrantesy reducen la libre circulacin de personas.

    Es cierto, como se repite hasta la saciedad,que el volumen de los flujos migratorios inter-nacionales se ha incrementado en los ltimosdecenios, pero tambin lo es que lo ha hecho enforma mucho ms limitada de lo que se piensa.La cifra de 191 millones de migrantes interna-cionales antes mencionada dobla con creces a lacalculada 82 millones para 1970. Sin embar-go, esa diferencia tiene bastante de artificio es-tadstico: para calibrar su efectiva significacindebera deflactarse por el aumento del nmerode pases registrado en el mismo lapso de tiem-po. Por poner un solo ejemplo, la desintegracinde la Unin Sovitica ha contribuido poderosa-mente a ese aumento, por el simple hecho deconvertir a millones de ciudadanos que no sehan movido de sus casas en migrantes interna-cionales, dado que el criterio utilizado para me-dir el nmero de stos es el de vivir en pas dis-tinto del propio. Y, en todo caso, ese incremen-to ha sido muy inferior al del crecimientoexperimentado por la poblacin mundial en elmismo perodo, por lo que en trminos relativosla magnitud de los flujos ha tendido ms a re-ducirse que a aumentar.

    Visto en perspectiva histrica, no cabe dudade que el volumen agregado de los flujos mi-gratorios internacionales a comienzos del si-glo XXI es claramente inferior, en trminos re-lativos, al que exista, por ejemplo, hace un siglo.El principal pas receptor, Estados Unidos, reci-bi en el ao 1907 la impresionante cifra de1.700.000 nuevos inmigrantes, un nmero nun-ca superado, ni antes ni despus. Ahora, con una

    poblacin cuatro veces mayor que entonces, esraro el ao en el que supera el milln de nuevosvenidos. Ciertamente, el nmero de pases re-ceptores es hoy mucho mayor que entonces,pero apenas ninguno muestra la capacidad deacogida que caracterizaba en el pasado a Ar-gentina, Brasil, Canad o Australia, o, propor-cionalmente, a otros de menor tamao.

    Un nuevo mapa migratoriointernacional

    No obstante las observaciones precedentes,la movilidad internacional de personas tiende aaumentar en los ltimos decenios, aunque seaen trminos absolutos y no relativos. Pero lo msinfluyente no es que tienda a aumentar sino quese haga cada vez ms diversa, sobre todo, aunqueno slo, en trminos de orgenes nacionales.Puede decirse que las migraciones internacio-nales se han mundializado. Ello se manifiesta enel elevado y creciente nmero de pases siste-mtica y significativamente implicados en lasmigraciones internacionales y en la multipli-cacin de rutas migratorias.

    Hace cien aos, el grueso de los migrantesinternacionales, nueve de cada diez, desem-barcaba en cinco grandes pases: Estados Unidos,Argentina, Brasil, Canad y Australia. Ahora,para dar cuenta de una proporcin equivalente,habra que sumar los recibidos por una cua-rentena de pases. Ello significa que la nminade pases receptores de inmigracin, enten-diendo por tales los que reciben flujos de formasostenida y sistemtica, se ha multiplicado. Lamayor parte de ellos se agrupan en cuatro gran-des sistemas migratorios internacionales Nor-teamrica, Europa occidental, la regin del gol-fo Prsico y la cubeta occidental del Pacfico,que pueden calificarse de mundiales por ser des-tinatarios de flujos procedentes de mltiplesprocedencias. A ellos hay que aadir un puadode pases que no forman parte de ningn siste-ma reconocible, como Israel, Libia, Costa Rica ola Repblica Sudafricana. Para complicar el cua-dro, alguno antao destacado, como Costa deMarfil, est en vas de dejar de serlo.

    Por el lado de las reas de origen, los prin-cipales manantiales de la emigracin interna-cional ya no estn en Europa, sino en Asia,Amrica Latina y frica. Hace un siglo, nueve decada diez emigrantes internacionales eran eu-ropeos. En nuestros das, el nmero de pases

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    L A S M I G R A C I O N E S I N T E R N A C I O N A L E S E N U N M U N D O G L O B A L I Z A D O

    Las migraciones que cruzan fronteras segu-ramente nunca se han situado en lugar tan des-tacado de la atencin pblica como a finales delsiglo XX y comienzos del XXI, y nunca han sidoobjeto de tan alta prioridad como la que recibenen las agendas de gobiernos y organismos in-ternacionales, organizaciones de la sociedad ci-vil y medios de comunicacin. Y sin duda nuncase han vivido con emociones y pasiones tan in-tensas, no exentas muchas veces de ansiedad yan temor. En no pocos pases, la inmigracin seha politizado fuertemente, y devenido objetode confrontacin partidaria y electoral.

    Cabe sostener que la extraordinaria rele-vancia y las grandes implicaciones que justa-mente se atribuyen en nuestros das a las mi-graciones internacionales derivan de las carac-tersticas que presentan y del contexto histricoen el que se producen, unas y otro marcada-mente diferentes a los de cualquier poca ante-rior, tanto que permiten hablar de una nueva eraen la historia de las migraciones internacionales.En efecto, y sin que la explicacin de aquella re-levancia se agote aqu, el vigente orden migra-torio internacional da lugar a importantes des-equilibrios y conflictos: entre el volumen deemigracin que necesitaran los pases desfavo-recidos y el que estn dispuestos a admitir los

    ms desarrollados; entre el nmero de inmi-grantes que estos ltimos necesitan y el que efec-tivamente admiten; entre la inmigracin que lospases receptores desearan recibir y la que de he-cho reciben, por mencionar algunos de los msformidables. En las lneas que siguen se exami-narn algunos de estos conflictos y sus causas.

    Un volumen creciente,pero restringido

    En contra de lo que frecuentemente se pien-sa, la explicacin de la extraordinaria impor-tancia que se atribuye a las migraciones inter-nacionales en nuestros das no debe buscarse enla magnitud de los flujos. Conviene adelantarque si medir las migraciones, esto es, contar elnmero de los migrantes, es siempre tarea ar-dua, tanto por limitaciones estadsticas comopor la complejidad conceptual del fenmeno ylo borroso de sus contornos, hacerlo para elconjunto del planeta es tarea condenada a la im-precisin. Por ello, en este terreno nos movemosen una atmsfera opaca e incierta. A pesar deesas dificultades, la Divisin de Poblacin de lasNaciones Unidas se ha atrevido a calcular elnmero de los migrantes internacionales parael conjunto del planeta, entendiendo por taleslas personas que viven en un pas diferente delsuyo. Para el ao 2005, la cifra ascenda a 191 mi-llones de personas. Seguramente por ser la ni-ca que se ha intentado, el resultado de esa esti-macin se repite con frecuencia.

    Pues bien, si por algo debiera llamar la aten-cin tal cifra es por lo exigua que resulta para unmundo poblado por cerca de 6.500 millones deseres y caracterizado tanto por exorbitantes, e in-cluso crecientes, disparidades internacionales enlos niveles de renta y bienestar como por laproliferacin de ominosas situaciones de opre-sin y grave inseguridad. De aproximarse a larealidad, esa estimacin implicara que slouno de cada 40 habitantes del mundo menosdesarrollado vive en un pas diferente del suyoy tiene, por tanto, la condicin de emigrante in-ternacional. Y no puede caber duda de que laproporcin que suponen los ciudadanos de esospases desfavorecidos que renen las condicio-nes que objetivamente los haran candidatos ala emigracin es incomparablemente mayor,cualquiera que sea la forma en que se calcule.

    Este hecho contradice tanto al saber con-vencional como a la principal teora explicativa

    Aunque la cifrade inmigrantes,191 millonesde personas,se ha dobladorespecto a la dehace 35 aos,en trminosrelativos lamagnitudde los flujosmigratoriosha tendidoa reducirse

    R

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    L A S M I G R A C I O N E S I N T E R N A C I O N A L E S E N U N M U N D O G L O B A L I Z A D O

    sidido por la restriccin y el control.Algunos estudiosos atribuyen esta

    mundializacin migratoria a la globa-lizacin de la economa. Una teora, laconocida como teora del sistema mun-dial, sita la causa de de las migracio-nes internacionales en los desequili-brios generados por la penetracin delas economas ms desarrolladas en lospases menos desarrollados. Sin em-bargo, sin descartar esa posible autoraen un cierto nmero de casos, ms in-fluyentes que la econmica parecen serotras facetas de la globalizacin, en es-pecial la de los transportes, que ha com-primido la distancia y el tiempo, y la delas comunicaciones y la informacin,que han creado algo parecido a unaperspectiva mundial que hace posibleque cualquier pas pueda constituir des-tino potencial para los emigrantes yque stos tiendan a moverse, con xitovariable, por el mundo entero.

    Ms oferta que demandaLa primera implicacin de la glo-

    balizacin migratoria es la aparicin deun gran desequilibrio entre oferta y de-manda de inmigrantes, por expresarloen trminos econmicos. En el pasado,la capacidad de acogida de los pases re-ceptores era capaz de absorber a todoslos que lo intentaban: aunque pasaranpenalidades, a los emigrantes no lesfaltaba adnde ir. Muchos de ellos, dehecho, fueron reclutados. Ahora loscandidatos a la emigracin, efectivos opotenciales, superan con mucho el n-mero que los receptores estn dispues-tos a admitir. Ese nmero se ha multi-plicado, tanto por el aumento de la n-mina de pases de origen como por elfenomenal crecimiento demogrficoque ha tenido lugar en el ltimo mediosiglo en Asia, `frica y Amrica Latina.Tomando prestado un trmino popu-larizado hace 50 aos por el Nobel deEconoma jamaicano W. Arthur Lewis,podemos decir que la oferta de trabajoforneo ha devenido ilimitada.

    Por el otro lado de la relacin, la de-manda de inmigrantes ha dejado de serilimitada, como prcticamente lo fuedurante la era de las grandes migra-ciones transocenicas. No cabe duda

    de que todas las economas desarrolla-das o de alto nivel de renta demandantrabajadores inmigrantes, de iure o defacto. Pero la demanda de inmigrantes,entendida como lo que los economistasdenominan demanda solvente en estecaso el nmero de inmigrantes que lospases receptores estn dispuestos aaceptar, se ha reducido considerable-mente en el conjunto de los pases re-ceptores. En parte ello ha resultado dela disminucin relativa de la demandade trabajo en general, tanto por proce-sos de mecanizacin e intensificacinde capital y tecnologa como por unanueva divisin internacional del tra-bajo que ha relegado las operacionesms intensivas en trabajo a pases conniveles salariales ms bajos. Sin dudahay demanda de trabajo inmigrante,pero en general se sita en sectoresdonde la tasa de beneficio depende debajos salarios, por dificultades para au-mentar la productividad, como ejem-plifican diversos tipos de servicios y ac-tividades agrcolas. Y por ello es limita-da en volumen. En algunos pasesreceptores, particularmente los del gol-fo Prsico y algunos asiticos, la de-manda sigue siendo intensa, pero sumagnitud no altera el desequilibrio a es-cala mundial. Si en el pasado era ilimi-tada la demanda, ahora lo es la oferta.

    La disminucin tambin resulta delas fuertes y crecientes reservas que mu-chas sociedades receptoras muestranhacia el aumento del volumen de la po-blacin inmigrada en su seno. No pocospases receptores se muestran reticentesa admitir a los trabajadores forneosque necesitan, por el temor a que me-noscaben la homogeneidad cultural,en la medida en que exista. En tiemposno lejanos, en la literatura especializadase acu la expresin wanted but not wel-come, queridos pero no bienvenidos, pa-ra definir los sentimientos de algunas so-ciedades receptoras hacia los inmi-grantes. Hoy cabra sustituir el primerode los adjetivos, wanted, por needed: pre-cisados pero no bienvenidos.

    El impacto sobre la etnicidadNo resulta aventurado atribuir una

    parte importante de esas reticencias a

    otra de las grandes implicaciones de laglobalizacin migratoria: la heteroge-neidad que caracteriza la composicinde los flujos migratorios y su impactosobre la etnicidad de las sociedades re-ceptoras. En efecto, mientras para lospases de origen, tomados en su con-junto, la proporcin agregada que su-ponen los emigrantes es exigua uno decada 40, en los pases receptores, de-bido al mucho ms reducido del tama-o agregado de su poblacin, esa pro-porcin es mucho ms elevada, unode cada diez, aproximadamente. Y hayque tener en cuenta que cerca de seis decada diez inmigrantes internacionalesreside en pases calificados como de al-to nivel de renta. Por supuesto, esa pro-porcin, muy variable entre unos yotros pases, se eleva considerablementesi a los inmigrantes que tienen la con-dicin de extranjeros se aaden los quehan adquirido la nacionalidad del pasreceptor y sus descendientes directos.

    La mundializacin de los flujos,con la consiguiente diversificacin deorgenes, entraa una creciente hete-rogeneidad tnica en las sociedades re-ceptoras. Ello est conduciendo, en uncorto espacio de tiempo, a su conver-sin en sociedades multiculturales ypluritnicas, una transformacin his-trica de profundidad sin precedentesy vastas implicaciones. El paisaje socialde Londres, Pars, Amsterdam o Berln,y no digamos el de New York, Sydney oToronto, es radicalmente diferente delque exista tan slo hace 50 aos. Msde cuatro de cada diez residentes enToronto ha nacido en pases distintos deCanad; y la proporcin asciende a tresde cada cuatro si a ellos se aaden losnacidos en Canad de un progenitor ve-nido de fuera. En la misma vena, en elcurso de la penltima campaa electo-ral britnica, el entonces ministroRobin Cook se vanagloriaba de que enLondres, cuando las familias se renenen torno a la cena, se hablan ms de 300idiomas. De Estados Unidos se ha podi-do decir que, por primera vez en la his-toria, un pas tiene una poblacin com-puesta por todas las razas del mundo,todas las religiones y todas las lenguas.Trgico reflejo de ello es el hecho de

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    L A S M I G R A C I O N E S I N T E R N A C I O N A L E S E N U N M U N D O G L O B A L I Z A D O

    que nutren sistemtica y significativamente losflujos migratorios internacionales supera elcentenar. A los ms veteranos se suman cons-tantemente otros nuevos, como Ucrania, Boliviao Nepal. Algunos grandes pases de origen, comoChina, India o Vietnam, muestran una decididatendencia a aumentar su participacin. Enotros, desde Argentina y la Repblica Domini-cana a Malasia y Tailandia, pasando por Ma-rruecos, Turqua y varios de Europa central, seintensifica la doble condicin de inmigrantes yemigrantes. Algunos de ellos, y muchos otrosms, nutren la categora de pases de trnsito,una categora en fuerte expansin que es en smisma reflejo de los obstculos que se oponena la libre circulacin.

    Tradicionalmente, desde el punto de vista delos flujos migratorios, se tenda a clasificar lospases o regiones en receptores y emisores, dedestino y de origen. Ahora, razonablemente,suele aadirse una tercera categora, la de los detrnsito, de creciente importancia. Y frecuente-mente se afirma que casi todos los pases son ala vez receptores, emisores y de trnsito. Ello esmuy cierto, aunque no oblitera la utilidad de lavieja distincin, porque si bien todos renen esatriple condicin, algunos pases son sobre todoreceptores y otros son ante todo de origen.

    La adicin de un elevadsimo nmero de pa-ses, de origen, destino y trnsito, al mapa mun-dial de las migraciones internacionales se com-pleta con una fuerte tendencia a la diversifica-cin de rutas y conexiones origen-destino. Si elmapa vigente en la era precedente poda fcil-mente dibujarse con unas pocas flechas de grangrosor que partan del Viejo Continente y de-sembocaban en los nuevos mundos, el actual, in-comparablemente ms complejo, aparece cru-zado por infinidad de lneas ms delgadas queconectan prcticamente cualquier punto delglobo con cualquier otro. Algunas de estas co-nexiones origen-destino hubieran resultado en-teramente impensables hace poco tiempo. En va-no se buscar en la historia o en la geografa laexplicacin de muchas de ellas. Los ejemplos po-dran multiplicarse hasta dar la impresin deque se paga tributo al exotismo.

    La mundializacinde las migraciones

    Este conjunto de cambios en el mapamun-di de las migraciones ha supuesto la mundiali-zacin de las mismas. Y ningn otro cambio hasido tan influyente como ste en la configura-cin de un nuevo orden migratorio internacio-

    nal en el curso de las ltimas dcadas. En efec-to, las migraciones internacionales se han mun-dializado, en el doble sentido de que la mayorade los pases del planeta participan en ellas y deque las gentes van de cualquier parte a cualquierotra. A diferencia del precedente, el vigente es unsistema global y multipolar. De hecho, el rasgoms destacado de las migraciones internacio-nales en nuestros das es su carcter mundial, yde l derivan mltiples implicaciones.

    Algunos autores han cuestionado la idea deque la globalizacin se haya extendido a la mo-vilidad humana. Si por globalizacin entende-mos el desarrollo de un escenario o espaciomundial unificado, no cabe duda de que, aunquesubsistan importantes barreras y reductos pro-teccionistas, sta se ha afirmado en mbitos ta-les como la produccin de bienes, el comercio ylas finanzas, pero tambin las comunicaciones,los transportes y la informacin. En todos los te-rrenos mencionados, el mundo es cada vez msuno. Ello entraa la supresin de obstculos y laliberalizacin de flujos y de intercambios. Cier-tamente, ello no ha ocurrido en la esfera de la li-bertad de circulacin de las personas. Algunas desus principales modalidades estn severamenterestringidas, en especial las migraciones labo-rales y las que conducen al establecimiento in-definido, precisamente las que eran preemi-nentes en el perodo anterior. En nuestros das,la libertad de circulacin es la excepcin; la re-gulacin y la restriccin, la norma. La supre-sin de barreras y la liberalizacin de flujos queson consustanciales a la globalizacin no se hanextendido a las migraciones internacionales.

    Ello es muy cierto. Pero tambin lo es que lasmigraciones internacionales se han mundiali-zado, en una medida inusitada. En efecto, comoya se ha dicho, las migraciones internacionalesde nuestros das tienen por escenario el planetatodo. Esta mundializacin puede verse como elcorrelato de la globalizacin en el terreno de lamovilidad humana, pero constituye una facetade aqulla distinta de las restantes. Recurriendoa un neologismo, cabe calificarla de fronteriza-da. En efecto, se trata de una globalizacin eri-zada de fronteras y de barreras, una mundiali-zacin que se ha producido a pesar de stas y nogracias a su eliminacin; y con los costes y las im-plicaciones derivados de la necesidad de superartales obstculos. Si el orden migratorio prece-dente, el que tuvo como principal manifesta-cin a las grandes migraciones transocenicas,se desenvolvi en gran medida en un contexto delibre circulacin, el actual transcurre en uno pre-

    En la actualidad,las migracionesinternacionalesse hanmundializadode una manerainusitada y,a diferenciade las anteriores,en un contextopresidido porla restricciny el control

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  • VANGUARDIA | DOSSIER 13

    L A S M I G R A C I O N E S I N T E R N A C I O N A L E S E N U N M U N D O G L O B A L I Z A D O

    y las serpientes y araas venenosas; ycon el enrarecimiento del clima ciu-dadano hacia la inmigracin antesmencionado en los dos pases citados.

    El segundo tipo es el propio de pa-ses democrticos que muestran fuertesreticencias hacia la admisin de inmi-grantes, pero reconocen derechos y obli-gaciones a ciudadanos de otros pases. Lamayor parte de los pases englobables eneste rgimen son europeos, pero en l sepuede incluir tambin a Japn. Las po-lticas de admisin se caracterizan antetodo por severas restricciones, rayanasen algunos casos en la prohibicin, delas entradas con propsitos laborales. EnEuropa es una orientacin heredera delmodelo conocido como inmigracincero adoptado tras la primera crisis delpetrleo, a mediados de los aos 70.Esta restriccin contribuye a que losflujos dominantes sean los constitui-dos por familiares y de demandantes deasilo, que las sociedades democrticasno pueden impedir, junto con los irre-gulares que no consiguen evitar. En lamayora de los pases europeos predo-minan los dos primeros; en otros, prin-cipalmente en la Europa del sur, los se-gundos. En algunos la demanda de asi-lo se ha erigido en la preocupacinpreeminente, hasta el punto de haberdado lugar a lo que se conoce como lacrisis europea del asilo.

    En los ltimos aos, a partir de ladcada de los 90, se observa una cre-ciente preocupacin por la satisfaccinde necesidades laborales que no cubrela fuerza de trabajo nativa. En algunospases, como el Reino Unido e Irlanda,ms pragmticos que la mayora de loscontinentales, y con mercados de tra-bajo ms flexibles, ello ha dado lugar ala ampliacin de la lista de ocupacionespara las que se admiten trabajadores fo-rneos. No es de extraar, por ello, queestos dos fueran casi los nicos juntocon Suecia en tono menor que no im-pusieron en 2004 una moratoria a la en-trada en vigor de la libre circulacin detrabajadores tras la ampliacin de laUnin Europea de ese ao. Otros pases,como Alemania, han reverdecido es-quemas de inmigracin temporal decorta duracin. En otros, finalmente,

    persisten las fuertes reservas hacia la ad-misin de trabajadores. Y en varios, co-mo es el caso de Holanda y Dinamarca,se asiste a un endurecimiento del climapoltico hacia la inmigracin, llegandohasta la adopcin de polticas que abier-tamente pretenden desanimarla.

    El tercer tipo de rgimen migrato-rio, tras los dos enunciados, es el que pre-valece en los pases productores de cru-do del golfo Prsico y en otros pases asi-ticos, y se caracteriza por la poltica deadmitir slo a trabajadores temporales,una modalidad conocida como contractlabor que recuerda al modelo guestwor-ker practicado en Europa occidental enel tercer cuarto del siglo XX. Pero, a di-ferencia de lo que ocurri en Europa,donde una gran parte de los temporalesse convirtieron en permanentes, los re-gmenes polticos autocrticos existen-tes en estos pases permiten aseguraren una medida considerable, aunqueno completa la rotacin de los traba-jadores forneos, lo que hace imposiblecasi cualquier posibilidad de integra-cin. Los nicos derechos que se reco-nocen a los inmigrantes son los muy exi-guos estipulados en el contrato, y, desdeluego, no incluyen la naturalizacin,el asilo o la reagrupacin familiar. Se tra-ta de un modelo que lleva la concepcinutilitarista de la inmigracin a sus lti-mas consecuencias.

    En apretada sntesis, cabra decirque el primero de los tres tipos de reg-men migratorio descritos acepta todoslos tipos de migracin; el segundo res-tringe fuertemente la inmigracin la-boral, aceptando, a veces con reticen-cias, los derivados de derechos; el tercertipo slo acepta la inmigracin tempo-ral de trabajadores.

    Eficacia y costes de laspolticas restrictivas

    No cabe duda de que las restriccio-nes a la libre movilidad no son nuevas.Pero en nuestros das se han generali-zado y endurecido, hasta el punto de noquedar ningn pas receptor que notrate de controlar y limitar la admisinde inmigrantes. A ello ha contribuidodecisivamente la transformacin en re-ceptores de pases con fuertes reticen-

    cias a la admisin de inmigrantes y a suplena y permanente incorporacin a lasociedad y a la nacin. Es el caso de lamayor parte de los europeos, de los asi-ticos y de los agrupados en el Consejo deCooperacin del golfo Prsico.

    La eficacia de las polticas de con-trol de flujos es por lo general limitada,y muy diversa segn los pases. Desdeluego, yerra el dicho popular, repetidohasta la saciedad, de que no se puedenponer puertas al campo: el campo estlleno de puertas, y stas impiden el pa-so a muchos y disuaden a muchos ms.A pesar de que su eficacia sea slo rela-tiva, no cabe duda de que la generali-zacin de las polticas restrictivas re-duce considerablemente la movilidadinternacional de las personas, tantopor frustrar numerosos intentos como,sobre todo, por ejercer un poderosoefecto disuasorio sobre infinidad decandidatos potenciales a la emigracin.No otra cosa cabe deducir de las relati-vamente reducidas cifras de migracina escala mundial antes aludidas.

    No obstante, todas las fronteras sonporosas, en mayor o menor medida. Elgrado depende de un cierto nmero devariables, que difieren de pas a pas.Entre ellas destacan en primer lugar loscondicionantes geogrficos, que deter-minan que el control sea ms fcil enCanad que en Estados Unidos o enIrlanda que en Italia. Pero tambincuentan otros varios, alguno tan influ-yente como la extensin de la economasumergida y del empleo informal.Aunque la generalizacin es difcil, ca-be concluir que las polticas de controlfuncionan bien all donde menos difi-cultades encuentran y mal donde seenfrentan a mayores dificultades.

    En todo caso, en ningn lugar sonplenamente eficaces. Si su objetivo y ra-zn de ser es evitar la inmigracin irre-gular, no cabe duda de que en prcti-camente ningn pas se consigue. En to-dos existe alguna bolsa de inmigrantesen situacin irregular, aunque la pro-porcin que supongan del total seamuy variable de pas a pas. Es espe-cialmente elevada en Estados Unidos yEuropa del sur, y reducida en Canad ylos pases nrdicos. Pero en todos los

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    L A S M I G R A C I O N E S I N T E R N A C I O N A L E S E N U N M U N D O G L O B A L I Z A D O

    que en los atentados del 11 de septiembre con-tra el World Trade Center perdieran la vida ciu-dadanos de 78 pases. Algo parecido ocurri,guardadas las debidas proporciones, en los san-grientos atentados contra los trenes de Atochaen el madrileo 11 de marzo de 2004.

    El malestar de la multiculturalidadTan decisiva transformacin se vive, en todos

    los pases, con sentimientos encontrados.Muchos ciudadanos ven excesiva la proporcinque suponen los venidos de fuera, y expresan te-mores hacia la prdida de cohesin social, cuan-do no abierto rechazo a la sociedad multicul-tural. Incluso en las tradicionales sociedadesreceptoras de inmigracin de Norteamrica oAustralasia, quizs con la excepcin de Canad,en los ltimos aos pueden estar cambiando sig-nificativamente, como nunca lo hicieron antes,las actitudes populares tradicionalmente com-prensivas hacia los inmigrantes. En el caso deEstados Unidos, el pas de inmigracin por an-tonomasia, cada vez se manifiestan ms temo-res a la supuesta inintegrabilidad de los nuevosinmigrantes, se oyen voces que lamentan laprdida de calidad de la inmigracin, y florecenmovimientos nativistas y propuestas de englishonly, intentando encontrar en una lengua ni-ca que nunca ha tenido carcter oficial el ele-mento de cohesin que conjure los temores auna diversidad supuestamente inmanejable.

    An as, no obstante las recientes turbu-lencias aludidas, las reservas hacia la inmigra-cin son mucho menores en los viejos pases re-ceptores de Norteamrica o Australasia, segu-ramente porque la llevan en los genes. En ellos,aunque aumentan las manifestaciones de in-comodidad, la venida continuada de inmi-grantes sigue siendo vista como un hecho na-tural cuya continuidad pocos cuestionan. Por elcontrario, la conversin en multiculturales se es-t revelando mucho ms difcil en sociedadesque renen la doble condicin de pases de in-migracin recientes y naciones viejas, formadashace siglos. Ello es en primer lugar cierto deEuropa, donde un largo pasado emigratorio yuna tradicin de concepciones exclusivistas dela nacionalidad han dejado poderosos sustratosculturales que generan recelos hacia la plena in-corporacin de los inmigrantes a la sociedad. Eltemor a la prdida de homogeneidad o cohesinsocial y a la difuminacin de la identidad na-cional se han instalado en amplios segmentos dela sociedad europea, y dado voz a partidos quehacen del rechazo a la inmigracin su principal

    bandera. Otros pases, como Japn, se mues-tran an ms celosos de la preservacin de su ho-mogeneidad y recelosos de la diversidad tnica.

    En conjunto puede decirse que las actitudespopulares hacia la inmigracin han cambiadoacusadamente. Si bien a sta nunca le han fal-tado enemigos, en el pasado tenda a prevaleceruna valoracin positiva de la misma. Para con-firmarlo basta examinar la mitologa domi-nante en el imaginario colectivo de las clsicassociedades de inmigracin. Por el contrario,hoy en da la inmigracin es vista ante todo co-mo un problema que hay que gestionar, mitigaro contener, cuando no combatir; como un pro-blema y como un motivo de preocupacin. Enalgunos sitios se desea en cierto volumen, perocomo necesidad temporal y localizada, no parasu asentamiento indefinido.

    Si a los extendidos recelos hacia la incorpo-racin de importantes volmenes de poblacinfornea se une la antes aludida desproporcincuantitativa, que por s misma hara imposibleadmitir a todos los candidatos, no ser difcilcomprender la proliferacin contemporneade polticas restrictivas de la admisin de in-migrantes y de control de flujos.

    Diferentes orientaciones,diferentes polticas

    Prcticamente todos los pases controlan yrestringen los flujos migratorios, pero lo ha-cen en formas distintas. A pesar de que la va-riedad de regmenes migratorios existentes enel mundo desafa la sntesis, pueden distin-guirse tres grandes tipos.

    El primer tipo de rgimen migratorio es elpracticado por los tradicionales pases de in-migracin ultramarinos, reducidos en nues-tros das a Estados Unidos, Canad, Australia yNueva Zelanda. Se caracterizan por admitir re-gularmente y por plazo indefinido a nmerossignificativos de inmigrantes, aceptando laperspectiva de su plena incorporacin a la so-ciedad y animando su naturalizacin. Son losnicos vestigios del modelo clsico de inmi-gracin. La relativa apertura de las vas de ad-misin legal es compatible con grados variables,a veces considerables, de dureza en las polticasde control, como atestiguan las aparatosas va-llas que separan algunos trechos de la fronteramexicano-norteamericana y algunas campa-as disuasorias de la inmigracin irregular lle-vadas a cabo por el Gobierno australiano en pa-ses vecinos que utilizan tan imponentes figu-ras de la fauna de ese pas como los cocodrilos

    La bolsade personasinmigrantesen situacinirregular esespecialmenteelevada enEstados Unidosy Europa delsur, y reducidaen Canady en los pasesnrdicos

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  • VANGUARDIA | DOSSIER 15

    L A S M I G R A C I O N E S I N T E R N A C I O N A L E S E N U N M U N D O G L O B A L I Z A D O

    de obligaciones morales y polticas, parecen in-clinadas a restringir el nmero de los admitidossusceptibles de alcanzar la ciudadana.

    De hecho, otra caracterstica de la nueva era,influida por los rasgos que revisten en nuestrosdas las migraciones internacionales y el con-texto histrico en el que se producen, es la cre-ciente dificultad para la plena incorporacin delos inmigrantes y las minoras tnicas a las so-ciedades receptoras. A riesgo de incurrir en ge-neralizacin, puede decirse que en el pasado laintegracin apareca como el desenlace naturalde la inmigracin, que ello se aceptaba por la so-ciedad receptora y que, en la mayora de los ca-sos, terminaba producindose, en moldes asi-milacionistas que nadie discuta. Los inmi-grantes se americanizaban o argentinizabanen un par de generaciones, y, de ese modo, la et-nicidad quedaba restringida al desvn del fol-klore, en una suerte de crepsculo de la etni-cidad. Y se produca espontneamente, por laaccin ordinaria de la sociedad civil y del mer-cado de trabajo, sin intervencin especfica delos poderes pblicos.

    Hoy asistimos a una cierta crisis de la inte-gracin. En nuestros das, la integracin no es elproducto, esperado y visto como normal, de lainmigracin. En la mayora de los pases la se-cuencia inmigracin-integracin se ha roto. Noes arriesgado sostener que existen poderososobstculos que se oponen a la integracin, tan-to que los poderes pblicos se sienten en la ne-cesidad de promoverla mediante una amplia pa-noplia de polticas pblicas. Y, a pesar de ellas,las luces constituidas por experiencias felices co-existen con extensas sombras de segregacin,discriminacin, exclusin social y xenofobia. Ala extensin y persistencia de las sombras con-tribuyen las adversas condiciones en las que sedesenvuelven hoy en da los procesos de inte-gracin. Entre ellas se cuentan, entre otras, elmenor vigor del crecimiento econmico encomparacin con el de pocas anteriores; lapeor calidad relativa de buena parte de los em-pleos ocupados por los inmigrantes; las meno-res oportunidades de movilidad social que deello resultan; las fuertes reticencias de algunassociedades receptoras, entre ellas las europeas,a la plena incorporacin de los inmigrantes a lasociedad y a la comunidad poltica; y el clima so-cial adverso creado por la fuerte prioridad otor-gada a las polticas de control y a la lucha con-tra la inmigracin irregular.

    El ltimo giro de tuerca en esa deriva res-tricitiva de la integracin es la reciente emer-

    gencia de una nueva concepcin de aqullaque podra calificarse de integracin coercitiva.Ms all de sus ribetes neo-asimilacionistas, setrata de una orientacin que pone el nfasis enlas obligaciones de los inmigrantes y concibe laintegracin como un premio al que se accedetras superar algunas pruebas, ms que como unproceso bidireccional que hace posible la supe-racin de obstculos.

    En lugar de conclusinLas migraciones internacionales presentan

    a comienzos del siglo XXI rasgos acusadamentediferentes de los de cualquier perodo anterior,tanto que puede hablarse de una nueva era enla historia de la movilidad humana. Su actual fi-sonoma ha ido tomando forma en los ltimosdecenios del siglo XX, sobre todo desde los aos70, en un proceso que prosigle su curso. Talesrasgos contribuyen decisivamente a explicar larelevancia contempornea que revisten, las in-tensas emociones que despiertan y la generalprioridad que reciben en las agendas de nume-rosos gobiernos y organismos internacionales.

    El contexto internacional contemporneono resulta muy propicio para las migraciones in-ternacionales, no obstante su tendencia a au-mentar en volumen. En un mundo creciente-mente globalizado, la movilidad de las personasest severamente restringida. En las mayores re-giones del orbe, la falta de empleo y de oportu-nidades de vida para grandes segmentos de lapoblacin, junto con la proliferacin de con-flictos y situaciones de crisis, generan exorbi-tantes necesidades de emigrar. Sin embargo,para la mayora de los que seran candidatos a laemigracin, de no existir las barreras que laimpiden o dificultan, esas posibilidades estngravemente cercenadas. La mayor parte de losque pueden soslayarlas o superarlas lo hacen co-rriendo riesgos e incurriendo en gravosos costes.Y los que emigran son en demasiadas ocasioneslos que sus pases ms necesitaran que per-manecieran.

    Al otro lado de la relacin migratoria, lospases desarrollados y de alto nivel de renta ne-cesitan inmigrantes, por razones demogrficasy laborales. Pero en muchos de ellos la lgica eco-nmica y demogrfica cede ante la lgica pol-tica y securitaria que emana de la existencia defuertes rechazos a la inmigracin y a la sociedadmulticultural. En consecuencia, el fuerte po-tencial de complementariedad inherente a ladesigual distribucin internacional de las per-sonas y los recursos apenas se materializa.

    14 VANGUARDIA | DOSSIER

    L A S M I G R A C I O N E S I N T E R N A C I O N A L E S E N U N M U N D O G L O B A L I Z A D O

    pases los inmigrantes irregulares secuentan por decenas de miles, si nopor centenares de miles o millones.

    Adems, las polticas de control ge-neran considerables y crecientes costes,logsticos y de personal. Y, sobre todo,producen importantes consecuenciasno deseadas. En primer lugar, los in-tentos de esquivar las barreras dan lugara innumerables tragedias humanas.Una segunda consecuencia no queridaha sido el desarrollo de una poderosa in-dustria de la migracin clandestina, ge-neradora de beneficios econmicosastronmicos, slo inferiores a los quedepara el narcotrfico o el trfico de ar-mas. Una tercera es la saturacin de loscauces establecidos para la demandade asilo. Otra ms, de naturaleza per-versa, es su contribucin a la fijacin delos inmigrantes en el territorio, redu-ciendo su propensin a la circulacin:cuanto mayores son los costes de entra-da, mayor es, razonablemente, la incli-nacin del que ha conseguido entrar aquedarse y no arriesgarse a no poder vol-ver a entrar si sale. Adems, las polticasrestrictivas frecuentemente crean difi-cultades para satisfacer legalmente la de-manda de trabajo.

    Finalmente, la elevada prioridadotorgada por los gobiernos a tales pol-ticas ha incrementado considerable-mente la significacin de la inmigracinirregular, que en otros momentos delpasado era tratada con indiferencia.Para los estados democrticos, la inmi-gracin irregular entraa formidablesdilemas y contradicciones. Una de ellas,seguramente la principal para el Estadode derecho, es el conflicto que enfrentaal imperio de la ley la inevitable permi-sividad que los poderes del mismoEstado tienen que mostrar respecto deuna extensa realidad ante la que las po-sibilidades de actuacin rigurosa soninevitablemente limitadas.

    Nuevos tipos de flujosLo que antecede da testimonio de

    un creciente grado de complejidad y di-versidad en la movilidad humana. Esacreciente diversidad se extiende al es-pectro de formas o tipos de migracindominantes, o a su conceptualizacin.

    En el pasado, en la era de la libre cir-culacin ampliamente entendida, en laque la inmensa mayora de los inmi-grantes eran admitidos sin necesidadde pasaportes y visados, no se precisa-ba aducir una razn para inmigrar.Por ello, todos podan ser vistos comotrabajadores y frecuentemente comopobladores. En el pasado, aunque mu-chos migrantes retornaran a su pas,las migraciones eran generalmente delarga duracin o permanentes, y dabanlugar a la plena incorporacin al pasreceptor, del que antes o despus seconvertan en ciudadanos. En todo ca-so, los pases receptores aceptaban y es-peraban que los inmigrantes llegaranpara quedarse.

    La vigencia generalizada de polti-cas restrictivas ha dado lugar a que el ti-po nico haya sido sustituido por unaamplia tipologa de migrantes, dadoque para poder entrar legalmente en elpas de destino es necesario estar com-prendido en alguna de las condicionesestablecidas por las polticas de admi-sin. Las principales suelen agruparseen tres grandes categoras econmica,familiar y humanitaria, a las que hayque aadir una cuarta de hecho, la irre-gular. La primera, conocida como tam-bin como laboral, sigue siendo muyimportante, como no poda ser de otromodo. Pero, a excepcin de lo que ocu-rre en los pases con regmenes polticosautocrticos, que no reconocen dere-chos ni los tipos de migracin para losque stos habilitan, las migraciones la-borales han perdido la indiscutible pre-eminencia que tenan en el pasado. Lomismo puede decirse de la inmigra-cin permanente o para estableci-miento, dado que casi todos los pasesmanifiestan una clara preferencia, mso menos reconocida, por frmulas deinmigracin temporal.

    En los pases con estados democr-ticos, las migraciones laborales com-parten esa preeminencia con las que de-rivan de la posesin de derechos, prin-cipalmente la reagrupacin familiar yel asilo. Ello es particularmente ciertode pases como Canad, Australia, yms recientemente el Reino Unido eIrlanda. En Estados Unidos tienden a au-

    mentar los esquemas de inmigracineconmica, aunque la avenida ms im-portante es, con mucho, la familiar.Algunos pases de Europa del sur, prin-cipalmente Italia y Espaa, mantienencupos anuales para la admisin de tra-bajadores, aunque por esta va slo in-gresa una parte reducida del nmerode los que efectivamente lo hacen cadaao. Numerosos pases europeos res-tringen fuertemente la inmigracineconmica, por lo que la mayora de losinmigrantes que consiguen entrar lohacen en virtud de los ttulos habili-tantes que derivan del derecho a viviren familia o el derecho de asilo. Estocontribuye a que la inmigracin que re-ciben sea percibida por amplios sectoresde la sociedad como no querida.

    Por supuesto, junto a los mentadoshay varios otros tipos de flujos. Entreellos reciben creciente atencin los pro-tagonizados por jubilados y estudiantes.

    Por otra parte, los cambios en la es-tructura econmica de los pases desa-rrollados a los que antes se ha aludidodeterminan una estructura de la de-manda de trabajo fornea que puede ca-lificarse de bifronte: se dirige por un la-do a niveles de cualificacin elevados,desde informticos y tcnicos de las in-dustrias de la comunicacin a mdicosy enfermeras, y por otro a segmentos debaja cualificacin, para desarrollar em-pleos que desdean los nativos. Muchosde estos puestos son desempeados pormujeres, lo que contribuye a la femini-zacin de los flujos, junto a cambios cul-turales por el lado de la oferta.

    Crecientes dificultadespara la integracin

    El hecho de que la mayora de lospases receptores de inmigracin mues-tren fuertes reticencias hacia la inmi-gracin reticencias que pueden sinte-tizarse en la mencionada expresinwanted but not welcome, deseados pero nobienvenidos milita decididamente encontra de la integracin o plena incor-poracin de los inmigrantes en las so-ciedades receptoras. Algunas hacen to-do lo posible, generalmente con xito,para impedirlo; otras, de naturalezademocrtica y por ello reconocedoras

    En muchospases, la lgicaeconmica ydemogrficaque hacenecesaria lapresencia deextranjeros,cede ante lalgica polticaque emana delfuerte rechazoque suscitanlos inmigrantesy las sociedadesmulticulturales

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  • 51.124.000 53.291.000

    5.034.000

    60

    50

    40

    30

    20

    10

    0

    #3 Alemania10.144.000 > (12,3%)877.000 refugiados

    #4 Ucrania6.833.000 > (14,7%)2.000 refugiados

    #5 Francia6.471.000 > (10,7%)877.000 refugiados

    #10 Espaa4.790.000 > (11,1%)

    6.000 refugiados

    #9 Reino Unido5.408.000 > (9,1%)289.000 refugiados

    +1.083.000

    +103.000

    -128.000

    -2.295.000

    +220.000

    +80.000

    #16 Italia2.519.000 > (4,3%)

    16.000 refugiados

    -455.000

    #2 Rusia12.080.000 > (8,4%)

    2.000 refugiados

    64.116.000

    2,6%

    >> >>>

    33,6% 9%26,8% 28%

    17.069.000

    5.034.000

    53.291.000

    17.069.000

    64.116.000

    inmigrantes

    #11 Australia4.097.000 > (20,3%)63.000 refugiados

    +100.000

    O C E A N A

    75%

    11,9%

    #7 Canad6.106.000 inmigrantes > (18,9%)141.000 refugiados

    +1.160.000

    +210.000

    #12 Pakistn3.254.000 > (2,1%)961.000 refugiados

    #8 India5.700.000 > (0,5%)163.000 refugiados

    #6 Arabia Saud6.361.000 > (25,9%)241.000 refugiados

    #13Emiratos `rabes Unidos

    3.212.000 > (71,4%)0 refugiados

    A S I A

    #17 Kazajstn2.502.000 > (16,9%)16.000 refugiados

    #19 Jordania2.225.000 > (39%)1.778.000 refugiados

    #20 Japn2.048.000 > (1,6%)2.000 refugiados

    #15 Israel2.661.000 > (39,6%)

    1.000 refugiados

    #14 Hong Kong2.999.000 > (42,6%)

    2.000 refugiados

    +50.000

    -280.000

    -362.000

    10,7%

    6,1%

    6%

    5,6%

    5%

    4,74,23,8

    +190.000

    +60.000

    +32.000

    +20.000

    +54.000

    15,8%

    10,7%

    10%

    8,4% 7,5%

    3,9

    -140.000

    +405.000

    +120.000

    +60.000

    137.000

    -120.000

    FLUJOS MIGRATORIOSMedia anual 2000-2005

    A M R I C A A S I A

    positivos negativos

    O C E A N A

    190.634.000A M R I C A

    #18Costa de Marfil

    2.371.000 inmigrantes> (13,1%)

    ` F R I C A

    -74.000Flujo migratorio,media anual2000-2005

    Posicin queocupa en el

    rnking de pasesque acogen

    inmigrantes

    Porcentaje depoblacin que

    representan sobreel total del pas

    Porcentaje deinmigrantessobre el totalde `frica

    14

    I N M I G R A N T E S

    E U R O P A ` F R I C A

    Acoge el 81,4%de los inmigrantesde Oceana

    de los inmigrantesde Amrica

    Estados Unidos acoge el

    Acogeel 11,9%

    de losinmigrantes

    de Asia

    Acoge el 18,8%de los inmigrantes

    de Europa

    I N M I G R A N T E S

    I N M I G R A N T E S

    I N M I G R A N T E S

    I N M I G R A N T E S

    I N M I G R A N T E S

    I N M I G R A N T E S

    I N M I G R A N T E S

    I N M I G R A N T E S

    I N M I G R A N T E S

    lectura del grfico

    I N M I G R A N T E S

    FUENTE: International Migration 2006.Departamento de Asuntos Econmicos ySociales (Divisin de Poblacin) de las NacionesUnidas. Informe de octubre de 2006

    E U R O P A

    Este grfico muestra los 20 pases del mundo dondeviven ms inmigrantes. Se detallan la cifra absolutade personas, el porcentaje respecto a la poblacintotal del pas, el nmero de refugiados y los flujosmigratorios registrados entre los aos 2000 y 2005

    Los pases con ms poblacininmigrante

    LA INMIGRACIN EN EL MUNDOUn total de 190.634.000 personas viven fuera de sus pases de nacimiento en todo el mundo,

    una cifra que representa el 2,94 por ciento de la poblacin del planeta

    Porcentaje que representan los inmigrantes de cada continente sobre el total de la poblacininmigrante del mundo

    NMERO TOTALDE INMIGRANTES

    QUE RESIDENEN CADA

    CONTINENTE

    51.124.000

    #1 Estados Unidos38.355.000 inmigrantes

    > (12,9% de la poblacinde EE.UU.)

    421.000 refugiados

    VANGUARDIA | DOSSIER 1716 VANGUARDIA | DOSSIER

    016 UMMA Global 5/12/06 10:56 Pgina 16

  • VANGUARDIA | DOSSIER 19

    A EMIGRACIN ES, EN LA CUENCA

    mediterrnea, un fenmenomuy antiguo del que hansurgido profundas relacio-nes culturales y sociales a lolargo de los siglos. Con el cre-cimiento de la brecha eco-nmica entre los pases de

    la Unin Europea y los pases en desarrollo delSur, Europa se convierte en un destino cadavez ms atractivo. El impacto inmediato de laemigracin ilegal tambin de turistas queprolongan su estancia y trabajan se ha deja-do sentir en todos los pases del norte delMediterrneo: Espaa, Italia, Malta, Grecia yChipre. Algunos emigrantes intentan viajar ha-cia el norte de Europa sobre todo al ReinoUnido, donde las oportunidades de empleoson bastante elevadas, pero la gran mayora deellos parece encontrar trabajo en los pases dela Europa meridional. La gran importancia dela economa informal en Grecia, Italia yEspaa se ha convertido en una fuerza bsicaque impulsa la emigracin hacia esos pases;a ello habr que aadir el previsible problemafuturo de la escasez de mano de obra debida alcambio demogrfico.

    En los ltimos tiempos, el norte de fricase ha convertido en una regin de trnsito e in-cluso de destino para los emigrantes ilegalesprocedentes del frica subsahariana y Asia: lameta es Europa, pero la inmensa mayora per-manece en situaciones de gran penuria en lospases norteafricanos. Un importante por-centaje de quienes realizan esos arriesgadosviajes a travs de mares y desiertos africanos

    muere en el camino. Tambin Turqua se haconvertido en pas de trnsito y destino paraaquellos emigrantes que no son capaces de en-trar en Grecia o Bulgaria.

    Pautas de emigracinen el Mediterrneo

    Hay, en lneas generales, tres pautas deemigracin en la cuenca mediterrnea. Laprimera consiste en movimientos sur-norte,desde el norte de frica hasta los pases del surde Europa, sobre todo Espaa e Italia y, en me-nor medida, Grecia y Francia. La segunda sonlos movimientos sur-este-norte, en la que par-ticipan emigrantes procedentes de pases asi-ticos, como Pakistn o Bangladesh, o pasesafricanos como Nigeria y Senegal. Las migra-ciones cruzan muchos otros pases, y los lti-mos por los que suelen transitar son los delnorte de `frica o Turqua, que con el recru-decimiento de los controles europeos se hanconvertido en pases de destino final. La ter-cera ruta podra describirse a grandes rasgoscomo de norte-este-oeste; implica a los anti-guos pases socialistas, como la emigracin dealbaneses a Grecia e Italia, de blgaros y ru-manos a Italia, Espaa y Grecia. Esas emigra-ciones parecen ahora menos problemticas de-bido a las inminentes adhesiones de Bulgariay Rumana a la Unin Europea, y tambinporque el nmero de emigrantes albaneses haexperimentado cierta estabilizacin.

    Las emigraciones sur-este-norte son movi-mientos escalonados complejos, terrestres ymartimos, pero que en el tramo final suelenhacerse de modo tpico por mar. Aunque re-

    lativamente pequeas, estas emigraciones ilega-les son las que han tenido una gran repercusinen las comunidades locales y tambin, en tr-minos polticos, en el plano nacional y europeo.A lo largo de los ltimos aos las cifras han cre-cido de forma muy importante. Tambin las ru-tas sufren continuos cambios en respuesta a laspolticas gubernamentales.

    El Centro Internacional para el Desarrollo dePolticas Migratorias (ICMPD) ha identificadotres rutas ilegales de inmigracin por mar alsur de Europa: la ruta africana occidental, la ru-ta africana oriental y septentrional, y la rutamediterrnea oriental. En la ruta africana occi-dental, los principales puntos de llegada son la is-la de Fuerteventura, los enclaves de Ceuta yMelilla, as como la costa meridional de Espaasituada frente a Marruecos. La mayora de las sa-lidas se efectan desde este pas, aunque algunasse producen en el Shara Occidental y, de modoms reciente, en Mauritania. En el caso de la ru-ta africana oriental y septentrional, los princi-pales puntos de llegada son las islas italianas deLampedusa, Pantelleria, Linosa, Sicilia, as co-mo Malta. El principal punto de partida es Libia,pero tambin Egipto. En el caso de la ruta medi-terrnea occidental, el principal pas de trnsitoes Turqua. Desde el sur de Turqua, los barcos lle-gan a Italia y al norte de Chipre; desde el oeste deTurqua, a las numerosas islas griegas del marEgeo; y, desde Estambul, franquear el ro Hebrospermite la entrada en territorio griego.

    Los refugiados del marmediterrneos

    Lo que en otro tiempo fue una prctica tole-rada de unos pescadores espaoles necesitados deingresos que se ganaban un sobresueldo con suspateras, se ha convertido desde mediados de la d-cada de 1990 en un fenmeno ms serio de trfi-co de personas o de intentos individuales de cru-zar el Mediterrneo y llegar a la prsperaEuropa. Uno de los primeros informes sobre losrefugiados del mar mediterrneos ofreci lacifra de 1.573 inmigrantes ilegales interceptadospor Espaa en 1996, pero este nmero enseguidaascendi a 15.000 en 2000. En 2003 se lleg a19.176 personas interceptadas y a 11.781 en 2005.Los datos provisionales de 2006 indican que el to-tal del ao puede superar el alcanzado en 2003.

    En el caso de las llegadas a Italia, en 2003 seregistraron 14.017 procedentes del norte de fri-ca; en 2004, la cifra descendi a 12.737 inmi-grantes ilegales en 231 embarcaciones. En 2005

    La migracin en la regin del Mediterrneo

    18 VANGUARDIA | DOSSIER

    L

    Martin Baldwin-EdwardsCODIRECTOR DEL OBSERVATORIO DE LAS MIGRACIONESMEDITERR`NEAS (ATENAS)

    do018_019 7/12/06 19:15 Pgina 18

  • VANGUARDIA | DOSSIER 21

    L A M I G R A C I N E N L A R E G I N D E L M E D I T E R R ` N E O

    la gestin de unas polticas migrato-rias organizadas y en la aplicacin de le-yes de empleo, hasta el punto de que lagran mayora de inmigrantes que ha lo-grado regularizar su situacin lo hahecho mediante programas de legali-zacin. En realidad, las polticas mi-gratorias de Espaa, Italia y Grecia hanexcluido la inmigracin legal, pero hanfacilitado la regularizacin tras la en-trada ilegal o la residencia y el trabajoilegal. De modo que el papel econmi-co que desempean los inmigrantesen las economas de esos pases consti-tuye una de las principales explicacio-nes de la magnitud de la inmigracinilegal en Europa meridional.

    En el seno de la Unin Europea seha producido una gran presin sobre elsur de Europa para que controle demodo ms agresivo el fenmeno de lainmigracin ilegal. Hay una multitudde acuerdos y directrices de la UninEuropea sobre la gestin de la inmi-gracin ilegal, pero casi nada sobre lagestin de la necesaria inmigracin le-gal. Este dficit refleja en gran medidalos intereses de los pases del norte delEuropa, con sus variadas historias de po-lticas y experiencias migratorias. Porello existe en la actualidad una tensinentre los intereses econmicos espec-ficos del sur de Europa y las exigenciascomunitarias de control de la inmi-gracin ilegal.

    Los estados disponen de un nme-ro limitado opciones polticas para res-ponder a la presencia de inmigrantesilegales en su territorio. Dichas opcio-nes son de tres tipos:

    1. Tolerancia ante la presencia y el tra-bajo de los inmigrantes ilegales.2. Regularizacin de la presencia de losinmigrantes ilegales por ejemplo, me-diante programas de legalizacin. 3. Expulsin del territorio.

    En la prctica, todos los pases uti-lizan una combinacin de los tres ins-trumentos, pero hasta muy poco conunos nfasis bastante diferentes. En losprimeros tiempos de la inmigracin agran escala al sur de Europa, los tres pa-ses se inclinaron por la tolerancia. A fi-

    nales de la dcada de 1980, Espaa eItalia aadieron la legalizacin a sus res-puestas polticas; y desde 1991 Greciaempez a recurrir a la expulsin co-mo poltica principal. A partir de su pri-mera legalizacin en 1998, Grecia tam-bin empez a recurrir de modo ms se-rio a la poltica de legalizacin; sobretodo, tras una resolucin judicial de2001 prohibiendo la expulsin sin pro-ceso legal. De modo ms reciente, Espa-a e Italia en particular, tras las ini-ciativas comunitarias han empezadoa desarrollar polticas de expulsin. Porello, en 2006 hay un alto grado de seme-janza en las polticas de los tres pasesen la gestin de la inmigracin ilegal,con un fuerte nfasis en las medidas delegalizacin y expulsin, y un peso re-lativamente menor de la tolerancia.

    En 2006, las poblaciones inmigran-tes en Espaa, Italia y Grecia han creci-do hasta el punto de que las proporcio-nes se acercan a las del norte de Europa.En Espaa y Grecia se calcula que la pro-porcin de inmigrantes supera el 10por ciento de la poblacin total; enItalia, el porcentaje de inmigrantes le-gales es slo del 4 por ciento, pero exis-te una cantidad muy grande de inmi-grantes circulares ilegales de Rumanay, en menor medida, de Bulgaria.

    Polticas coordinadaspara la gestin de los flujosmigratorios ilegales

    La cooperacin internacional o bi-lateral es un componente esencial de lagestin de la inmigracin, ya sea legalo ilegal. En realidad, no hay mucha co-operacin en el mbito de la contrata-cin de inmigrantes legales, y la mayorparte de la cooperacin regional y bi-lateral se centra en detener los flujosmigratorios o devolver a los inmigran-tes ilegales.

    DEVOLUCIN DE INMIGRANTES ILEGALES. Lapoltica de expulsin de inmigrantes ile-gales, que se ha convertido en un ins-trumento mucho ms importante des-de 2000, no se puede llevar a cabo le-galmente sin la cooperacin del pas alcual es emigrante es expulsado. De mo-do ocasional, puede realizarse me-

    diante un acuerdo informal entre go-biernos; por lo general, se necesitanacuerdos de readmisin bilaterales y,de forma ms reciente, multilaterales.Lo habitual es que tales acuerdos espe-cifiquen el modus operandi de la readmi-sin; en especial, en lo referente a losprocedimientos y condiciones y las na-cionalidades de los emigrantes cuya re-patriacin ser aceptada. La aceptacinde una devolucin de ciudadanos deterceros pases, que no son nacionalesde ninguno de los dos pases involucra-dos, ha resultado ser un asunto muyproblemtico en todas partes.

    Por lo que hace a la Unin Europeaen el perodo 2002-2004, la ComisinEuropea ha calculado que, a grandesrasgos, se materializ uno de cada tresexpedientes de repatriacin. La figura 2proporciona datos sobre expedientes yaplicacin de las expulsiones en los ca-sos de pases con cifras significativas.Como puede verse en la tabla, los pasesde Europa meridional aplican el mayornmero de devoluciones tras Alemaniay los Pases Bajos. Grecia, Espaa e Italiatambin presentan el mayor porcenta-je de aplicacin de los expedientes, jun-to con una mayor dependencia de lasexpulsiones forzosas. No cabe duda deque estas cifras reflejan la naturaleza dela inmigracin ilegal a Espaa, Italia yGrecia, en la medida en que las infrac-ciones fronterizas no requieren un pro-ceso legal para la repatriacin, salvocuando se solicita asilo poltico. Sinembargo, tambin pueden reflejar lafrecuente negativa de las autoridades delos pases del sur de Europa a aplicar elderecho de asilo.

    No hay datos publicados sobre la na-cionalidad de los emigrantes devuel-tos. Segn algunos clculos realizadosa partir de los datos del Centro deInformacin, Reflexin e Intercambioen materia de Cruce de Fronteras eInmigracin (CIREFI), en 2004 los ciu-dadanos marroques fueron objeto del58 por ciento de las expatriaciones des-de Espaa, frente al 37 por ciento desdeFrancia y el 14 por ciento desde Italia.

    ACUERDOS DE READMISIN EN EL `REA MEDI-

    TERR`NEA. Los acuerdos de readmisin y

    20 VANGUARDIA | DOSSIER

    L A M I G R A C I N E N L A R E G I N D E L M E D I T E R R ` N E O

    LLEGADAS DE INMIGRANTES POR MARA EUROPA MERIDIONAL

    FIG.1

    Islas Canarias

    Estrecho de Gibraltar

    Islas italianas

    Malta

    Grecia

    TOTALES

    2005

    4.715

    7.066

    22.824

    1.800

    3.116

    39.521

    2004

    8.426

    7.249

    13.635

    1.369

    3.112

    33.791

    2003

    9.382

    9.794

    14.331

    568

    2.636

    36.711

    2002

    9.875

    6.795

    23.719

    1.680

    3.286

    45.355

    EXPEDIENTES Y PUESTA EN PR`CTICA DE DEVOLUCIONES FIG.2

    ALEMANIA

    ITALIA

    REINO UNIDO

    ESPAA

    PASES BAJOS

    BLGICA

    FRANCIA

    GRECIA

    REP. CHECA

    UE-25

    EXPEDIENTES

    429.000

    235.462

    210.000

    192.322

    186.000

    155.384

    155.062

    88.920

    80.179

    1.986.139

    PORCENTAJE DEEXPEDIENTES /EXPULSIONES

    26%

    34%

    10%

    44%

    34%

    26%

    23%

    46%

    3%

    33%

    EXPULSIONES

    FUENTES: ministerios nacionales

    FUENTES: Comisin Europea, MEMO/05/288

    Perodo de 2002 a 2004

    Forzosas

    77.137

    62.155

    16.918

    81.822

    53.774

    31.486

    33.759

    41.030

    1.307

    523.105

    Voluntarias

    33.381

    18.445

    3.975

    2.394

    8.694

    9.421

    2.562

    0

    981

    139.272

    Total

    110.518

    80.600

    20.893

    84.216

    62.468

    40.907

    36.321

    41.030

    2.288

    662.377

    Perodo de 2002 a 2005

    se registr un fuerte aumento hastallegar casi a las 23.000 personas, y los da-tos provisionales de 2006 apuntan ha-cia una cantidad an mayor. Las cifrasen los casos concretos de Malta y Greciason mucho ms pequeas, pero pro-porcionalmente constituyen un pro-blema. A lo largo de 2006, Malta y Gre-cia han sufrido incrementos de la in-migracin martima ilegal, pero noexisten datos precisos.

    As, para toda la regin europeameridional, el ao rcord de 2002 ha si-do superado ya en 2006, con aumentosinesperados de los refugiados del mar ycon las consecuentes enormes dificul-tades en la acogida y la asistencia m-dica en las islas espaolas e italianas, ascomo en Malta. La figura 1 muestra al-gunos datos oficiales de llegadas cono-cidas a lo largo de los ltimos aos.

    Las nacionalidades de los inmi-grantes no estn bien documentadas ycon frecuencia se ocultan para evitar ladeportacin, pero el ICMPD calcul pa-ra 2003 que un 25 por ciento era sub-sahariano, un 25 por ciento proceda deotros pases, sobre todo de Asia, y un 50por ciento, del sur o el este del Medite-rrneo. Los datos de 2004 muestran pa-ra Italia una creciente proporcin deegipcios (60 por ciento) y un 28 porciento de subsaharianos; en el caso deMalta, en cambio, la principal nacio-nalidad fue la somal (40 por ciento), se-guida de la egipcia (15 por ciento) y la

    eritrea (15 por ciento). Las intercepta-ciones espaolas en el mar a lo largo de2004 fueron principalmente de ciuda-danos subsaharianos: los principalespases de origen fueron Mal y Gambia,con cifras inferiores de Guinea, Costa deMarfil, Ghana, Sudn, Liberia, Maurita-nia, Nigeria y Guinea Bissau. Tambinfueron interceptados algunos centena-res de indios y bengales. Los datos es-paoles para 2005 hablan de 368 cad-veres o personas desaparecidas: 267subsaharianos, 85 magrebes y 16 sa-harianos occidentales.

    Los dos centros de estancia tempo-ral de Ceuta y Melilla acogan a finalesde 2005 a unas 2.000 personas. El 61 porciento proceda de pases subsaharianosmuchos de ellos de Mal (23 por cien-to) y Camern (7 por ciento), aunquetambin haba cantidades ms peque-as procedentes de toda la regin, comode Guinea Bissau, Guinea y Ghana. El 18por ciento de los acogidos proceda deIndia y el 17 por ciento de Argelia. Se-gn una pequea submuestra de emi-grantes subsaharianos por nivel edu-cativo, ms del 20 por ciento tena un t-tulo universitario y otro 46 por cientoposea un nivel de educacin razonable.

    Un estudio de la Cruz Roja mauri-tana realizado en mayo y junio de 2006sobre 667 emigrantes ilegales detenidosseal que la gran mayora era de Se-negal (71 por ciento) y Mal (19 por cien-to). El 62 por ciento tena menos de 35

    aos, y el 74 por ciento declar haberpagado el viaje con dinero propio y nocon donativos familiares o prstamos.

    De modo similar, las investigacio-nes llevadas a cabo en Marruecos y Ceu-ta en 2005 indican que los emigrantesilegales no son los ms ricos ni los mspobres en sus pases de origen. Los en-trevistados en Marruecos casi todosafricanos subsaharianos pagaron des-de varias mensualidades a varias anua-lidades de salario medio para realizar elviaje, aunque pocos pudieron pagarlopor adelantado. En el centro de Ceuta,los bengales eran los ms numerososen el momento de las entrevistas. Afir-maron haber pagado 6.000-8.000 eu-ros por un viaje en diferentes etapas: enavin hasta Dubai y luego Bamako (Ma-l), por tierra hasta Marruecos y luegopor mar hasta Ceuta. Entre los motivospara emigrar se encontraba la pobrezaautopercibida es decir, relativa, perotambin, de modo ms importante, elefecto de la inestabilidad poltica so-bre el empleo y la seguridad econmica.

    Respuestas polticasdel sur de Europa

    Los pases europeos meridionalesde Espaa, Italia y Grecia reciben desdehace ms de dos dcadas la inmigracinilegal de y, ms recientemente, a travsde sus vecinos ms pobres del norte de`frica y de los Balcanes. Toda la Europameridional ha mostrado deficiencias en

    do018_019 7/12/06 19:18 Pgina 20

  • VANGUARDIA | DOSSIER 23

    L A M I G R A C I N E N L A R E G I N D E L M E D I T E R R ` N E O

    Los datos sobre inmigrantes pre-sentes legalmente slo hacen referenciaa 60.837 personas en 2002, con unas28.000 de Europa y 25.000 de frica, delas cuales 14.000 eran de Argelia y algomenos de 2.000 de Tnez. La trayectoriade Marruecos en lo referente a los re-fugiados y solicitantes de asilo es msbien pobre, y un detallado informe deHuman Rights Watch ha denunciadohace poco malos tratos a empleadosdomsticos infantiles.

    La colaboracin con Espaa, in-cluidos los oficiales de enlace en diver-sas regiones espaolas y el sistema SIVEde vigilancia naval, ha sido amplia y enapariencia ha tenido xito a la hora dereducir la emigracin y el trnsito mi-gratorio desde Marruecos. La figura 4muestra las cifras de emigrantes ilega-les interceptados entre 2000 y 2004.De esas cifras parece desprenderse queel control de la emigracin ilegal de ma-rroques mejor a partir de 2003, aodel incremento de la actividad estatalen ese mbito. Otros informes indicanque a lo largo de 2004 se realizaronprogresos en el desmantelamiento delas redes de trfico y que en 2005 se pro-dujeron nuevas reducciones de la emi-gracin ilegal.

    Marruecos tiene acuerdos de read-misin con Espaa y con Italia; asimis-mo, desde 2004 acepta la devolucin depequeas cantidades de emigrantessubsaharianos ilegales procedentes deEspaa. Tambin ha iniciado una co-operacin con Nigeria para la readmi-sin de inmigrantes ilegales; en 2004,Nigeria envi cinco aviones para repa-triar a 1.700 nigerianos que residanilegalmente en Marruecos. Sin embar-go, la respuesta estatal ms frecuenteconsiste en encarcelar a los refugiadoso emigrantes ilegales; o, sencillamente,expulsarlos de territorio marroquabandonndolos en el desierto de Ar-gelia. La violencia por parte de las au-toridades estatales marroques ha sidobien documentada por Mdicos sinFronteras y constituye una inquietudadicional al enfoque de seguridad cu-ya adopcin por parte de Marruecosse ha alentado. Mdicos sin Fronteras se-ala que de 2.193 casos de subsaharia-

    nos tratados mdicamente a causa deviolencia fsica (2003-2005), en el 52por ciento de los casos los responsa-bles fueron los servicios de seguridadmarroques, en el 29 por ciento las re-des delictivas, y en el 15 por ciento losservicios de seguridad espaoles.

    ARGELIA no tiene cooperacin con laUnin Europea ni con Marruecos, aun-que participa en la iniciativa medite-rrnea del Dilogo 5+5 dirigida por laOrganizacin Internacional para lasMigraciones. En los aos 2003 y 2004, elnmero de inmigrantes ilegales dete-nidos fue de 4.870 y 5.680, respectiva-mente. Argelia ha firmado acuerdosde readmisin con Espaa e Italia, perono hay disponible informacin sobre sufuncionamiento. Los datos censales de1998 indicaban que en Argelia residanunos 72.000 extranjeros, de los cuales58.000 procedan de estadosrabes, 5.000 de Europa y 7.000de pases africanos no rabes.

    TNEZ , como Marruecos, haaprobado recientemente nue-vas leyes relativas a la emigra-cin ilegal. Dos leyes aproba-das a principios del ao 2004pretenden limitar la migracinilegal y las redes delictivas aso-ciadas a ella. Una ley permiteuna vigilancia ms estricta delos barcos, regula sus propie-dad y establece leyes para elamarre en los puertos. La otracorrige una ley de 1975 sobrepasaportes y documentos deviaje, en la cual las sancionespara la ayuda directa o indirec-ta a la migracin ilegal son pu-nitivas y llegan hasta los 20aos de crcel y multas de has-ta 67.000 euros. Tnez tiene unacuerdo de readmisin conItalia que tambin cubre la ad-misin de no nacionales. Noexisten datos sobre el funcio-namiento del acuerdo.

    Hay un reducido nmerode extranjeros residentes legal-mente en el territorio: en 2004ascendan a 35.192, de los cua-

    les 9.612 eran argelinos, 6.363 marro-ques y 4.612 franceses. Del `frica sub-sahariana la cantidad total apenas su-peraba el millar de personas.

    LIBIA carece, en realidad, de poltica in-migratoria. No hay una distincin claraentre inmigrantes legales e ilegales; noexiste un procedimiento de asilo ni sis-tema de proteccin para los refugia-dos; el pas no ha ratificado la Conven-cin de Ginebra sobre los refugiados yno reconoce a la ACNUR. No ha parti-cipado en el Proceso de Barcelona y notiene relaciones formales con la UninEuropea. En 2005 se crearon dos nuevosrganos institucionales: un departa-mento de control y pasaportes y un ser-vicio de guardacostas. Asimismo, en2005 se aprob una ley contra el trficode personas, con una pena mxima deun ao de crcel. Libia tiene acuerdos

    22 VANGUARDIA | DOSSIER

    L A M I G R A C I N E N L A R E G I N D E L M E D I T E R R ` N E O

    de otros tipos de cooperacin han re-sultado difciles de negociar en la re-gin, aunque Italia ha tenido ms xitoque Espaa sobre todo, porque los havinculado a la ayuda al desarrollo yotros beneficios. La figura 3 muestra elactual estado de la cuestin en la zona.Chipre y Malta no han firmado acuer-dos vlidos en el rea mediterrnea.

    Los acuerdos espaoles con Ma-rruecos slo han permitido una canti-dad muy pequea de devoluciones deafricanos subsaharianos desde 2004;por lo general, hay problemas para ladevolucin a Marruecos de ciudadanosde terceros pases. El acuerdo con Mau-ritania est en vigor desde principios de2006 e incluye la devolucin de senega-leses y malienses, con algunas sealesinformales de que son los nicos nacio-nales de terceros pases aceptados porMauritania. Espaa tambin tiene unacuerdo informal con Mal, y a lo largode 2006 ha repatriado con discrecinpequeas cantidades de malienses.

    Los acuerdos italianos estn en vi-gor desde hace algn tiempo, con unuso limitado. Las llegadas ilegales ma-sivas se han realizado de forma mayo-ritaria en aos recientes a travs de Li-bia, por lo que Italia ha negociado conese pas diversos acuerdos para la de-volucin forzosa de todas las naciona-lidades a Libia. Dichos acuerdos inclu-yen la financiacin de un centro de de-tencin en el norte de Libia y otros dosen el sur. Italia tambin financia vuelosde repatriacin desde Libia al pas deorigen, incluida Eritrea.

    Grecia llev a cabo sin supervisinlegal su acuerdo policial sobre devolu-ciones con Albania entre 1991 y 2001,cuando esa poltica fue declara incons-titucional en los casos que no implica-ran violacin de fronteras. El acuerdoms reciente con Turqua ha tenido se-rios problemas de aplicacin, puestoque este pas se ha negado a aceptar ladevolucin de ciudadanos de tercerospases. Es un caso similar a las dificul-tades que hay entre Espaa y Marrue-cos. Hay serios problemas de trasladosno autorizados de emigrantes ilegalespor parte de las autoridades turcas ygriegas a uno y otro lado del ro Hebros

    una frontera natural que separa elnorte de Grecia y Turqua, y algunosemigrantes ilegales han perecido aho-gados como consecuencia de esas ac-ciones ilcitas.

    OTRAS INICIATIVAS BILATERALES Y MULTINA-

    CIONALES.En la regin mediterrnea, lacooperacin bilateral se lleva a cabodesde hace ms de una dcada; en par-ticular, en relacin con los controlesfronterizos. Uno de los primeros ejem-plos tuvo lugar entre Italia y Albania; elacuerdo incluy la cooperacin poli-cial y patrullas conjuntas a lo largo dela costa albanesa, as como el suminis-tro de equipo tcnico y la puesta en co-mn de datos de inteligencia. Todo ellose produjo en el marco del acuerdo dereadmisin entre Italia y Albania firma-do en 1998 cuyo objetivo era detener eltrfico de emigrantes. Una cooperacinsimilar se ha producido entre Espaa yMarruecos, aunque con unas relacionesdiplomticas ms difciles. La coopera-cin ha incluido patrullas conjuntas alo largo de las fronteras terrestres y ma-rtimas, intercambio de oficiales de en-lace en los puestos aduaneros de aero-puertos y fronteras, as como una con-siderable ayuda financiera a Marruecospara el desarrollo de los sistemas decontrol fronterizo. De modo ms recien-te, Italia ha firmado diversos acuerdosde cooperacin con Libia, con el sumi-nistro de equipo tcnico, cursos de for-macin e intercambio de oficiales de en-lace para mejorar la capacidad de con-trol fronterizo por parte libia. En 2006,Senegal acept la presencia de patrulle-ras italianas y espaolas en sus aguascosteras, pero slo para vigilancia.

    En septiembre de 2006 la ComisinEuropea decidi financiar medidas deemergencia para controles martimoscon tres proyectos relativos a Espaa,dos a Malta y uno a Italia. Los proyectosespaoles se referan a centros de aco-gida y primeros auxilios en las islas Ca-narias, as como a la vigilancia costeradestinada a impedir la inmigracin ile-gal desde Mauritania; los proyectos mal-teses, a vigilancia e instalaciones deacogida; y el italiano, a instalaciones deacogida en la isla de Lampedusa. Tam-

    bin en septiembre de 2006, la Comi-sin anunci la concesin de ayudaeconmica a Libia para combatir laemigracin ilegal. Se esperaba que laasignacin econmica de tres millonesde euros garantizara la cooperacinlibia en un ejercicio coordinado por laagencia europea Frontex, y en el cualparticiparan barcos militares de Italia,Malta, Grecia, Francia y Alemania en elMediterrneo oriental. La posicin deLibia era y sigue siendo que el nfasisprincipal debe realizarse en la preven-cin de la inmigracin ilegal en la pro-pia Libia, ms que en las labores de pa-trulla en el Mediterrneo. El ejercicio,denominado Nautilus, se llev a cabosin participacin ni cooperacin libia.

    La aparicin como destino(involuntario) de los pasesde norte de `frica y Turqua

    El xito relativo con que Espaa eItalia han logrado patrullar y limitar laentrada ilegal de inmigrantes desde lascostas norteafricanas se pone de mani-fiesto por la aparicin reciente de Ma-rruecos y otros pases norteafricanoscomo pases de inmigracin. Ante lasgraves dificultades para acceder a lafortaleza Europa, los emigrantes afri-canos y asiticos se acumulan en grannmero en ciertos pases; en particular,en Marruecos, Mauritania y Libia. Se-gn algunos clculos, la cifra de quie-nes esperan cruzar a Espaa o Italiasupera el medio milln, si bien no hayninguna prueba fidedigna que justifi-que una estimacin tan elevada.

    MARRUECOSve bsicamente la polticamigratoria como una poltica de segu-ridad, puesto que no slo es pas detrnsito sino tambin pas de destino.La ley n. 02/2003 relativa a la entraday estancia de extranjeros, inmigraciny emigracin ilegal entr en vigor ennoviembre de 2003. Con ella, el trficode emigrantes se convirti en delito, ytambin se garantizaron algunos de-rechos a los extranjeros. Tambin en2003 se crearon dos nuevas institucio-nes: la Direccin de Migracin y Vigilan-cia de Fronteras (Ministerio del Interior)y el Observatorio de las Migraciones.

    EMIGRANTES ILEGALES INTERCEPTADOSEN MARRUECOS

    ACUERDOS CONOCIDOS DE READMISINY COOPERACIN POLICIAL EN LA REGINDEL MEDITERR`NEO

    FIG.3

    ALBANIA

    ARGELIA

    BULGARIA

    CROACIA

    EGIPTO

    GAMBIA

    GUINEA BISSAU

    GUINEA

    LIBIA

    MARRUECOS

    MAURITANIA

    NIGERIA

    RUMANA

    TNEZ

    TURQUA

    2004 V

    1997 P

    2006 F

    2003 P

    2006 F

    2000 F

    2003 P

    2001 F

    1997 V

    ESPAA ITALIA

    1998 V

    2000

    1998 V

    1998 V

    2000 V

    2000 F

    1998 F

    2000

    1998 V

    1998 V

    2001 V

    Marroques

    Extranjeros

    TOTAL

    9.353

    15.056

    24.409

    2000 2001 2002 2003 2004

    13.327

    13.100

    26.427

    16.034

    15.363

    31.397

    12.493

    23.851

    36.344

    9.353

    17.252

    26.605

    FIG.4

    1992 P

    2003 F 2006 F

    2003 F

    GRECIA

    1995 V

    1998 V

    1996 V

    2000 V

    1995 V

    1990 F

    2002 V

    V = en vigor / F = firmado / P = provisional

    FUENTES: Mediterranean Migration report 2005, CARIM

    Perodo de 2002 a 2004

    do018_019 7/12/06 19:20 Pgina 22

  • Cmo se repartey cmo se repartirla poblacin

    35,2

    >

    >>

    >>

    2006 2050

    9

    8

    7

    6

    5

    4

    3

    2

    1

    0

    2006

    13,6%

    7,2%

    21,6%

    57,1%

    0,5%

    2050

    EUROPA665`FRICA1.994

    ASIA5.277

    OCEANA48

    AMRICA1.259

    VARIACINDEL CRECIMIENTO

    13,7%

    11,2%

    14,1%

    60,5%

    0,5%

    EUROPA732

    `FRICA924

    ASIA3.968

    OCEANA34

    LA EXPLOSIN DEMOGR`FICA

    6.556millones dehabitantes

    EL BOOM DEMOGR`FICO

    LOS PASES CON LATASA DE NATALIDADM`S ALTA

    En el ao 2050 la poblacin del planeta habr aumentado en un 41 por ciento. `frica encabezar el boomdemogrfico, doblando con creces el nmero de sus habitantes

    BOOM

    9.243millones dehabitantes

    FUENTE: Population Reference Bureau (PRF).2006 World Population data sheet

    AMRICA898

    Cifras (proyecciones) en millonesde habitantes

    -9%

    41%

    40%>>

    >>

    >>

    >>

    >>

    33%

    116%

    Hijos por mujer

    1

    2

    3

    4

    5

    6

    7