condiciones y perspectivas para el siglo xxi* raúl fuentes

28
~ - La investigación de la comunicación en América Latina: Condiciones y perspectivas para el siglo XXI* Raúl Fuentes Navarro** The aim of fuis text is to foster a critical reflection on Latin American cornrnunication research. The aufuor interprets fue present state of fue field in fue nineties and pro- poses a furee- fold strategicalreconstruction: atfue level of fue history of fue field; fue scientific parameters of its developement, and at fue level of fue colective construc- tion of its future, furough the discussion of some disciplinary weakening and strenghting trends of cornrnunication studies. Estetrabajo busca contribuir a la reflexión crítica ya la discusióninformada entomo a la investigación latinoamericanade la comunicación. El autor interpretalas inercias y las iniciativas predominantes en este campo en los años noventa y propone unas consecuentes propuestasde reformulación estratégica, entres planos articulados: el de la historia del campo; el propiamente científico, y finalmente, en el plano de la construcción comunitaria del futuro, con una argumentaciónsobre las tendencias de disolución o consolidación disciplinaria de los estudios de la comunicación. *Ponencia presentada en la mesa de trabajo Cambios epistemológicos: las cla- ves para el desarrollo teórico y los reajustes metodológicos en la década del 90, Seminario internacional: Tendencias y retos de la investigación en comuni- cación en América Latina. Pontificia Universidad Católica del Perúl FELAFACS, Lima, Perú, julio 20-22 de 1999. **Profesor-investigador del Departamento de Estudios de la Comunicación So- cial de la Universidad de Guadalajara y del Departamento de Estudios Socio- culturales del Instituto Tecnológico y Estudios Superiores de Occidente (!TESo), Guadalajara, México... Comunicación y Sociedad (DECS, Universidad de Guadalajara), núm. 36; julio- diciembre 1999, pp. 105-132. iij.

Upload: others

Post on 16-Oct-2021

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

~-La investigación de la comunicaciónen América Latina:Condiciones y perspectivas para el siglo XXI*

Raúl Fuentes Navarro**

The aim of fuis text is to foster a critical reflection on Latin American cornrnunicationresearch. The aufuor interprets fue present state of fue field in fue nineties and pro-poses a furee- fold strategical reconstruction: at fue level of fue history of fue field; fuescientific parameters of its developement, and at fue level of fue colective construc-tion of its future, furough the discussion of some disciplinary weakening andstrenghting trends of cornrnunication studies.

Este trabajo busca contribuir a la reflexión crítica ya la discusión informada en tomoa la investigación latinoamericana de la comunicación. El autor interpreta las inerciasy las iniciativas predominantes en este campo en los años noventa y propone unasconsecuentes propuestas de reformulación estratégica, en tres planos articulados: elde la historia del campo; el propiamente científico, y finalmente, en el plano de laconstrucción comunitaria del futuro, con una argumentación sobre las tendencias dedisolución o consolidación disciplinaria de los estudios de la comunicación.

*Ponencia presentada en la mesa de trabajo Cambios epistemológicos: las cla-ves para el desarrollo teórico y los reajustes metodológicos en la década del90, Seminario internacional: Tendencias y retos de la investigación en comuni-cación en América Latina. Pontificia Universidad Católica del Perúl FELAFACS,Lima, Perú, julio 20-22 de 1999.

**Profesor-investigador del Departamento de Estudios de la Comunicación So-cial de la Universidad de Guadalajara y del Departamento de Estudios Socio-culturales del Instituto Tecnológico y Estudios Superiores de Occidente (!TESo),

( Guadalajara, México...Comunicación y Sociedad (DECS, Universidad de Guadalajara), núm. 36; julio-diciembre 1999, pp. 105-132. I

iij.

raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle

106 Comunicación y Sociedad Fue-En septiembre de 1974 Luis Ramiro Beltrán presentó en Leipzig talsu célebre recuento sobre "La investigación de la comunicación cesen América Latina ¿indagación con anteojeras?". Con base sobretodo en la documentación compilada por CIESPAL, Beltrán enu- ciameraba las principales áreas de concentración temática, subra- deyaba las tendencias en cuanto a tópicos investigados y a resultados "n

obtenidos en los últimos quince años, y constataba que: de

...es obvio que la investigación de la comunicación en América La-tina ha seguido las orientaciones conceptuales y metodológicas esta-blecidas por los investigadores en Europa y los Estados Unidos. Elefecto de esto, en esencia, ha significado que algunos estudios hanenfatizado la comprensión conceptual por encima de la producciónde evidencias empíricas, mientras que otros estudios han hecho exac-tamente lo opuesto (Beltrán 1974: 23)

La influencia predominante y más duradera era la queBeltrán llamaba "orientación europea clásica" (caracterizadacomo histórica, intuitiva, filosófica, especulativa y escolástica),presente sobre todo en los estudios de historia del periodismo y lalegislación de la comunicación. En segundo lugar quedaba la in-fluencia de la "orientación norteamericana" (positivista, empiris-

ta, sistemática y funcionalista) , especialmente en los trabajos dedifusión de innovaciones agrícolas, estructura y funciones de losmedios y comunicación educativa, es decir, televisión, radio y au-diovisuales grupales. Finalmente, la influencia de la "orientación

europea moderna" (semiótica, estructuralista) era la más recientey menos fuerte, concentrada en los análisis de contenido. Se detec-taban "influencias mixtas" en las áreas de análisis de contenido yefectos de la programación televisiva, y sobre el flujo de noticiasy las influencias extra-regionales sobre los sistemas de medios. Encuanto a los enfoques metodológicos, Beltrán observaba que "si

los estudios existentes se clasificaran en descriptivos, explicativos

y predictivos, probablemente la mayoría quedaría dentro de la pri-mera categoría, algunos en la segunda y los menos en la tercera"

(/bid.: 24-25). Aunque las "áreas temáticas" han variado de ma-nera sustancial, no puede decirse que en su estructura fundamen-

--

raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle

¡.

Fuentes, La investigación de la comunicación 107

tal el campo haya cambiado demasiado, sobre todo en sus alcan-

ces teórico-metodológicos.Pero la investigación de la comunicación como práctica so-

cial se explica también en otras dimensiones. Aquel documentode Beltrán termina significativamente con comentarios sobre la

"mitología de una ciencia exenta de valores" y sobre el "riesgodel dogmatismo". La oposición, en muchos sentidos maniquea,entre el rigor de la ciencia y el compromiso político con la trans-formación social, referida directamente a la polémica entabladapoco tiempo antes entre los grupos de investigadores encabeza-

dos por Eliseo Verón en Argentina y Armand Mattelart en Chile,da lugar a una pregunta crucial, con la que Beltrán remata su

recuento:

¿Podrá esto significar que la investigación latinoamericana de lacomunicación estará algún día en riesgo de sustituir el funcionalismoideológicamente conservador y metodológicamente riguroso por unradicalismo no riguroso? Sea tan amable el paciente lector de res-ponder a esa pregunta. Y ojalá esa respuesta nos dé lúcidas clavessobre si la investigación latinoamericana de la comunicación dejaráde ser la búsqueda con anteojeras que a veces parece haber sido...independientemente del color de las anteojeras (Ibid... 40).

En homenaje a Luis Ramiro Beltrán, 25 años después, yante una evidente multiplicación de los colores, modelos, tama-ños y orígenes de las anteojeras en uso, propongo en este artículoalgunas interpretaciones personales acerca de las inercias e ini-

ciativas predominantes en la investigación latinoamericana de lacomunicación en los años noventa, y las consecuentes propuestas

de reformulación estratégica de sus prácticas, en tres planos ar-ticulados: el de la historia del campo, en que sugiero re lecturas y

reescrituras que orienten la renovación de las utopías fundantes;el plano propiamente científico, en que enfatizo la pertinencia deuna metodología comunicacional como eje para articular la teoríay la práctica de la investigación en búsqueda de una mayor consis-tencia epistemológica y una mayor pertinencia ética; y por últi-mo, en el plano de la construcción comunitaria del futuro, en donde

raul
Rectangle
raul
Rectangle

Fuenu108 Comunicación y Sociedad --

ofrezco una argumentación sobre las tendencias de disolución o beroconsolidación disciplinaria de los estudios de comunicación. para

o coUna propuesta para releer y reescribir la historia del campo: P

I ar~ 1 .,

d 1 ' os",a renovaClon e a utoplanes

En 1992 la Federación Latinoamericana de Facultades de Comu- car:nicación Social (FELAFACS) publicó Un campo cargado de futuro. ~atlJEl estudio de la comunicación en América Latina, un libro en el m~1que, bajo la forma de un texto de apoyo para la docencia, intenté ml~trazar los fundamentos para una historia de la investigación lati- palnoamericana de la comunicación. Partía entonces, y lo reafir- .

SI Imo ahora, del supuesto fundamental de que: bIt

...la construcción de mapas orientadores ante la creciente compleji- Si:dad del campo es un prerrequisito importante para la generación de esopciones profesionales (y académicas) más claras y para el reconoci- semiento de los antecedentes, fundamentos y necesidades de desarrollo mdel pensamiento y la acción latinoamericanos sobre la comunicación plen la última década del siglo XX (Fuentes Navarro 1992: 7). d

En esos principios de la década logré, sin gran dificultad, re-construir la problemática latinoamericana de la comunicación y ~los acercamientos a su investigación y práctica predominantes en 1los años sesenta a partir del eje de tensión (teórico-metodológico) (

Ientre el desarrollo y la dependencia, así como su desplazamiento,en los años setenta, hacia el eje de tensión (epistemológico-políti-co) entre los criterios de cientificidad y la contribución al cambiosocial. Pero ningún esquema de este tipo me permitió entoncesorganizar las tensiones del campo en los años ochenta, por lo que

opté por

...abrir el horizonte futuro revisando no sólo las temáticas o losaportes principales, sino algunas de las dimensiones del campo, en rcuyas contradicciones, crisis y desarticulaciones radica la síntesisactual de la historia y las posibilidades de trabajo creativo que son elreto que habrá que enfrentar en los noventa para construir y realizarel futuro imaginado (/bid.: 9-1(J).

raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle

Fuentes, La investigación de la comunicación 109,- ~

En aquel momento que, como lo formuló Jesús Martín-Bar-bero en 1987, seguía exigiendo "aceptar que los tiempos no estánpara la síntesis" y que teníamos que "avanzar a tientas, sin mapao con sólo un mapa nocturno (...) un mapa no para la fuga sinopara el reconocimiento de la situación desde las mediaciones ylos sujetos" (Martín-Barbero 1987: 229), proliferaron las revisio-nes autocríticas del pasado y las prefiguraciones del futuro del ,campo, escritas por varios de los más importantes investigadores Ilatinoamericanos. Muy pocos de esos textos son optimistas o i

inspiradores de acciones entusiastas, a pesar del evidente creci-miento en tamaño y relevancia social del campo, en casi todos los

países latinoamericanos.Se habló de los ochenta como una "década perdida", como

si el diagnóstico de la economía latinoamericana le fuera aplica-ble de manera automática a la investigación de la comunicación.Sin embargo, la tensión predominante en los años noventa parecióestablecerse sobre el eje del abandono de las premisas críticas,sea ante la adopción de la "inevitable vigencia" de las leyes delmercado también en el ámbito de la investigación, sea ante la dis-persión de enfoques sobre las múltiples "mediaciones" culturalesde las prácticas sociales, sea en otras direcciones.

Por un lado, entonces, las temáticas asociadas a la globali-zación y las tecnologías digitales y, por el otro, las asociadas a lasidentidades microsociales, exigieron la ruptura (o provocaron eldesvanecimiento) de casi todos los supuestos teórico-metodológi-cos, epistemológicos y, sobre todo, ideológicos que habían soste-nido la investigación de la comunicación en las décadas previas.Desde mediados de los años ochenta parece tener cada vez me-nos sentido investigar las relaciones de los medios de difusión conla dependencia o con el desarrollo nacionales, formular e impul-sar alternativas a las políticas y prácticas de la manipulacióninformativa o el entretenimiento comercial, o discutir los funda-mentos conceptuales que permiten llamar comunicación no sólo atantos fenómenos distintos, sino enfocados desde perspectivas frag-mentarias y hasta opuestas entre sí, a lo largo de distintos ejes.

Es decir, sin que hayan desaparecido el maniqueísmo o eldualismo que en otras épocas organizaban el pensamiento, el discur-~

raul
Rectangle

110 Comunicación y Sociedad Fuen1--so y la acción sobre la comunicación, desde mediados de losaños ochenta parecen haberse multiplicado en tal medida lasposturas y las posiciones desde las cuales se puede investigar lacomunicación, que el debate es cada vez más difícil, al habermenos referentes comunes. Lo mismo, o algo muy parecido, su-cedía en otros ámbitos de las ciencias sociales (Giddens y Turner1991) y en los estudios sobre la comunicación en todo el mundo(Levy y ':Jurevitch 1994). Pero en América Latina, más quenada, parece haberse perdido la profundidad ideológica, el po-der de las creencias que orienten las búsquedas del sentido de lacomunicación.

Hace veinticinco años, cuando Beltrán acuñó la fórmula de la"indagación con anteojeras" para cuestionar el futuro de la investi-gación de la comunicación en América Latina en función del riesgode "sustituir el funcionalismo ideológicamente conservador ymetodológicamente riguroso por un radicalismo no riguroso", eradifícil pensar en el riesgo de abandonar todo intento de elaborar un mpensamiento crítico riguroso y sustituir lo por un pragmatismo erideológicamente liberal no riguroso. Cuando, pocos años después, elel mismo Beltrán proponía que "no renunciemos jamás a la utopía" g~(Beltrán 1982), sin duda tenía en mente que la investigación de la CJcomunicación podía y debía contribuir, en sus términos más ge- SInerales, a la "democratización" de las sociedades latinoamerica- pnas, a la defensa de su soberanía económica, política y cultural, y 11al "desarrollo" en su acepción más amplia. En función de esos fi- Ines, de ese compromiso con el futuro de la sociedad, la investiga- sción debía ser rigurosa, no voluntarista o dogmática. (

Pero en un mundo que ha entrado decididamente en una tran- isición de un sistema histórico a otro, de características inciertas(Wallerstein 1996; Wallerstein et al. 1998), es necesario replan-tear los términos del compromiso, y por lo tanto el sentido de lautopía. En la América Latina de los años noventa, la relación entreinvestigación y mercado, en el contexto de la modernidad, parecióformular el núcleo de las reflexiones más pertinentes en términosde sus articulaciones políticas y culturales. Jesús Martín-Barberoplanteaba recientemente esta "tensión" en la siguiente forma:

raul
Rectangle
raul
Rectangle

Fuentes, La investigación de la comunicación 111

La combinación de optimismo tecnológico con escepticismo políti-co ha fortalecido un realismo de nuevo cuño que se atribuye a símismo el derecho a cuestionar todo tipo de estudio o de investiga-ción que no responda a unas demandas sociales confiJndidas con lasdel mercado o al menos mediadas por éste. Se acusa entonces altrabajo académico e investigativo de la década de los ochenta deimproductivo, de no haberse insertado en los ritmos del cambio tec-nológico y económico, de haberse divorciado de los requerimientosprofesionales que hace la nueva sociedad. Desde otro ángulo, esaposición representa una muestra de la sofisticada legitimación aca-démica que ha logrado el neoliberalismo en nuestros países: el mer-cado, fagocitando las demandas sociales y las dinámicas culturales.deslegitima cualquier cuestionamiento de un orden social que sólopuede darse su "propia forma" cuando el mercado y la tecnologíaliberan sus fuerzas y sus mecanismos (Martín-Barbero 1996).

Aunque mediante argumentos muy distintos y un afán polé-mico mucho mayor, un artículo de Héctor Schmucler publicadoen la misma revista evidencia la misma tensión, si bien enfatizael predominio del conformismo político-social entre los investi-

gadores latinoamericanos, a pesar de que haya "numerosas excep-ciones"(Schmucler 1996). El objeto de la crítica de Schmuclerson aquellos enfoques de la comunicación que, centrados en los

procesos de recepción y en sus mediaciones culturales, abando-naron la denuncia de los mecanismos de poder que hasta entoncesparecía haber caracterizado a la investigación latinoamericanasobre los medios. La postura de Schmucler en este texto se opone

explícitamente a la de José Joaquín Brunner, pero al subrayar lasimilitud y la cercanía de los espacios conceptuales trazados por

éste, implica también a los autores de dos libros que "ejercieron unainfluencia destacada entre académicos e investigadores de Améri-ca Latina", Jesús Martín-Barbero y Néstor García Canclini.1

Más allá de una polémica que parece enfrentar entre sí a

personajes que argumentan en favor de la recuperación crítica de

1. Los libros mencionados por Schmucler en una nota de pie de página son, por supuesto.De los medios a los mediaciones (1987) de Martín-Barbero y Culturas hibridas: estrate-gias para entrar y salir de la modernidad (1m), de García Canclini, ciertamente losmás influyentes en la producción latinoamericana de la última década en el campo.

raul
Rectangle
raul
Rectangle

112 Comunicación y Sociedad ~

las condiciones ideológicas que la "modernidad" ha impuesto a la b .,

investigación latinoamericana de la comunicación, y que utilizan los te

para ello marcos axiológicos muy parecidos, en los discursos de comlMartín-Barbero y de Schmucler se deja ver la urgencia de una ca, e

reafirmación ética, antes que de una reformulación epistemoló- la c(

gica de los estudios sobre la comunicación, "uto

rees...pues las gentes pueden con cierta facilidad asimilar los instrumen- per(tos tecnológicos y las imágenes de modernización, pero sólo muy ca (

lenta y dolorosamente pueden recomponer su sistema de valores, de decnormas éticas y virtudes cívicas. El cambio de época está en nuestra libIsensibilidad pero "a la crisis de mapas ideológicos se agrega unaerosión de los mapas cognitivos" (Lechner). No disponemos de cate-gorías de interpretación capaces de captar el rumbo de las vertigino-sas transformaciones que vivimos. Sólo alcanzamos a vislumbrarque en la crisis de los modelos de desarrollo y los estilos de moder-nización hay un fuerte cuestionamiento de las jerarquías centradasen la razón universal, que al trastornar el orden secuencialliberanuestra relación con el pasado, con nuestros diferentes pasados,permitiéndonos recombinar las memorias y reapropiarnoscreativamente de una descentrada modernidad ([bid.: 59).

A mi juicio, lrnmanuel Wallerstein aporta una perspectivaútil en este sentido, la de la utopística, que implica replantear lasestructuras del conocimiento y "de lo que en realidad sabemossobre cómo funciona el mundo social", en vez de confiar en una"utopía" o lugar inexistente como modelo futuro de sociedad; "uto-pística", en cambio, !

1

...es la evaluación seria de las alternativas históricas, el ejercicio denuestro juicio en cuanto a la racionalidad material de los posiblessistemas históricos alternativos. Es la evaluación sobria, racional yrealista de los sistemas sociales humanos y sus limitaciones, así comode los ámbitos abiertos a la creatividad humana. No es el rostro de unfuturo perfecto (e inevitable), sino el de un futuro alternativo, relati-vamente mejor y plausible (pero incierto) desde el punto de vistahistórico. Es, por lo tanto, un ejercicio simultáneo en los ámbitos de ~~la ciencia, la política y la moralidad (Wallerstein 1998: 3-4).

!

J

raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle

Fuentes, La investigación de la comunicación 113

Si a partir de esta propuesta, releyéramos y rediscutiéramoslos textos fundamentales de la investigación latinoamericana de la: comunicación y re interpretáramos su orientación ético-ideológi-ca, es decir política y moral, en el sentido de una prefiguración dela comunicación en la sociedad, para reescribir su historia como"utopística" y no como utopía o como denuncia, quizá podríamosreestructurar y renovar el impulso de futuro que se ha producidopero no acumulado en nuestro campo. Un proyecto así, en una épo-ca de transición como la actual, no puede basarse sino en unadecisión individual o de grupo, debido al "factor del aumento dellibre albedrío" que señala Wallerstein, quien concluye:

Si deseamos aprovechar nuestra oportunidad, lo que me parece unaobligación moral y política, primero debemos reconocer la oportuni-dad por lo que es y lo que consiste. Esto exige reconstruir la estruc-tura del conocimiento de modo que podamos entender la naturalezade nuestra crisis estructural y, por lo tanto, nuestras opciones históri-cas para el siglo XXI. Una vez que entendamos nuestras opciones,debemos estar listos para participar en la batalla sin ninguna garan-tía de ganarla. Esto es crucial, ya que las ilusiones sólo engendrandesilusiones, con lo que se vuelven despolitizantes (Ibid.: 89).

Hay que recordar que el autor de tal propuesta, al mismo tiem-po y en el mismo sentido, ha argumentado la urgencia de impensary de abrir las ciencias sociales (Wallerstein et al. 1996; 1998b), Yque la polémica político-científica que ha alentado Wallerstein entodo el mundo ha sido atendida con interés por muchos científicossociales latinoamericanos, que la reinterpretan en función de laubicación cognoscitiva, ideológica y geográfica propia, porque "elinforme [Gulbenkian] es sugerente y cultiva una actitud abierta enrelación con los desaffos contemporáneos" (Ortiz 1999: 19).

Para rearticular teoría y práctica de la investigación:una metodología comunicacional

~ Renato Ortiz propone la que a mi juicio es la postura crítica másproductiva y racional ante el movimiento de repensar las ciencias

raul
Rectangle
raul
Rectangle

114 Comunicación y Sociedad ~

sociales. Señala que es necesario evitar dos actitudes: la conserva- de~dora, que "consiste en tomar a los clásicos como fundadores de un on

saber acabado, lo que nos conduciría por necesidad a una minera- la:

lización del pensamiento", y la opuesta, representada por el

"creer que todo ha cambiado, que los tiempos actuales, flexibles,demandarían una ciencia social radicalmente distinta e incompati-ble con lo que hasta entonces se ha practicado" (Ibid.: 20). Ortizrechaza la idea de que estemos ante una "revolución epistemológi- .ca", pues, como Bourdieu, reconoce para las ciencias sociales -1..

únicamente "el momento de la revolución inaugural, acto fundador ,.j

del propio campo de conocimiento". <,"'o

Cualquier balance que se realice sobre las ciencias sociales debe fi.i

tomar en consideración la existencia de una tradición intelectual quese incorpora en las diversas instituciones académicas. El pasado esel presente que se manifiesta en el arsenal de conceptos con los queoperamos, en los tipos de investigaciones que realizamos, en la bi- c(bliografía que seleccionamos, en las técnicas que empleamos, etc. ' tr

No obstante, las transformaciones ocurridas. han sido profundas. CIHacer un fetiche del saber tradicional equivaldría a confinamos en ccuna posición conformista y a dejar de percibir aspectos que exigen SIun tratamiento nuevo y diferenciado. El arte consiste en entender latradición como punto de partida, en la cual sólo enraizamos nuestraidentidad, sin que por ello quedemos prisioneros de su rigidez. Com- ~prender la tradición es, pues, superarla; dar continuidad a la consti-tución de un saber que no es estático ni definitivo ([bid.: 21). rl

dEn la investigación sobre la comunicación hay diversas tra- 11

diciones teórico-metodológicas, que al igual que en las ciencias (Jsociales, pero en escala más amplia, han sido revisadas en los túltimos años.2 Desde muy distintas posiciones intelectuales, ideo- ~ 1

lógicas y geográficas, la multiplicación de propuestas de refor- emulación teórica y práctica de los estudios de la comunicación (manifiesta una insatisfacción generalizada con el estado actual (2. La comunidad "internacional", es decir casi exclusivamente la anglosajona, de inves- (

tigadores de la comunicación ha generado un debate interminable, muy bien ejemplificadoen los números especiales del Joumal of CommWIication en 1983 dedicados alfermento 1en el campo, y en 1993 al futuro del campo. Otras comunidades de investigadores, como

la latinoamericana, han hecho lo propio.

raul
Rectangle

Fuentes, La investigación de la comunicación 115

del campo, y la urgencia de repensar sus fundamentos y de re-orientar su ejercicio. Puede aceptarse como muy representativala justificación en que basa Dan Schiller su obra más reciente:

Hoy la extensión y el significado de la comunicación se han vueltovirtualmente incontenibles. Estudiar comunicación, como se eviden-cia cada vez más ampliamente, no es sólo ocuparse de los aportes deun conjunto restringido de medios, sea a la socialización de los niñoso los jóvenes, sea a las decisiones de compra o de votación. Ni es sóloIinvolucrarse con las legitimaciones ideológicas del Estado moderno.Estudiar comunicación consiste, más bien, en elaborar argumentossobre las formas y determinaciones del desarrollo sociocultural comotal. El potencial del estudio de la comunicación, en suma, convergedirectamente, y en muchos puntos, con los análisis y la crítica de lasociedad existente en todas sus modalidades (Schiller 1996: vii).

Este propósito general supone, entre otras cosas, sustituir elconcepto predominante que identifica a la comunicación con latransmisión y circulación social de mensajes por un marco con-ceptual más complejo, alrededor de la comunicación consideradacomo proceso sociocultural básico, es decir como producción desentido.

En términos de Klaus Krippendorff, la perspectiva tradicio-nal, fundante, de los estudios sobre la comunicación está siendo"lentamente desafiada por lo que podrían llamarse explicacionesreflexivas". Los sesgos conceptuales hacia los mensajes se pue-den caracterizar en tres postulados objetivistas e implícitamentenormativos: primero, los mensajes se pueden describir de manera 1objetiva, trasladar físicamente de un contexto a otro o reproducirse; itienen una existencia real, objetiva e independiente de alguien que :

los reciba. Segundo, los mensajes afectan, persuaden, informan,estimulan; cualquier efecto que causen es función de sus propieda-des objetivas. Tercero, la exposición a los mismos mensajes crea

f comunalidad entre emisores y receptores y, en el caso de los me-dios masivos, entre los miembros de la audiencia (Kippendorff1993). Supuestos como estos han sido la base de las tradicionesteóricas que, diferencias aparte en otros aspectos, han constituido elnúcleo dominante de la investigación de la comunicación en todo~

raul
Rectangle
raul
Rectangle

116 Co~nicación y Sociedad ~

el mundo desde los años cincuenta. El debate actual tiende a cues- muntionar precisamente lo que, en el contexto más amplio de la teoría las'social, Anthony Giddens llama "el consenso ortodoxo" (natura- vos,lista, causal y funcional) (Giddens 1989).

Como lo han señalado Jensen y Jankowski, en el campo de la dadcomunicación de masas se han dado, en este sentido, dos desarro- est2llos interrelacionados: la emergencia de enfoques metodológicos ciacualitativos y la convergencia, en torno a este "giro cualitativo", sabde disciplinas de las humanidades y de las ciencias sociales. Aun- ciaque estos autores reconocen el predominio histórico (social y polí- va'ticamente determinado) de lo cuantitativo y la fragmentación de los tieireferentes, resumen la oposición de los objetos de estudio común- cumente asociados a las metodologías cuantitativa y cualitativa en la enproducción (objetiva) de infonnación, por un lado, y los procesos "c(subjetivos) de significación por el otro (Jensen y Janowski 1991). quEl estudio de la comunicación debería integrar estos procesos ccobjetivos y subjetivos, yeso sólo puede hacerse mediante modelos mteórico-metodológicos multidimensionales y complejos, que por ctuna parte superen el aislamiento conceptual de la comunicación ocomo "fenómeno trascendental" y por otro abandonen, hasta don- a~de es posible, el afán de disciplinarizar su estudio (Fuentes Nava-rro 1998b). l¡

La búsqueda prioritaria -el trabajo más urgente-, enton- tJces, parece apuntar hacia un marco de interpretación que, por suna parte, reintegre conceptual y metodológicamente la diversi- )dad política, cultural y existencial de los agentes de la comunica- Ición, y por otra permita imaginar las dimensiones de la acción 1comunicativa en términos constitutivos y no sólo instrumentales ]de las prácticas sociales. Una de las propuestas de síntesis de lateoría social contemporánea que pueden facilitar esta reformula-ción es la teoría de la estructuración de Giddens, que recupera lanoción de que el agente huinano es capaz de dar cuenta de suacción y de las causas de su acción. La teoría de Giddens reco-noce que los esquemas interpretativos incluyen esquemas ya in-terpretados por los actores sociales, y relaciona tres grandes"estructuras" institucionales de la sociedad: las de significación,dominación y legitimación, con tres modelos de interacción: la co-

raul
Rectangle
raul
Rectangle

Fuentes, La investigación de la comunicación 117

municación, el poder y la sanción respectivamente, a través delas "modalidades" o "mediaciones" de los esquemas interpretati-vos, los medios y las normas (Giddens 1984).

En este marco, lo que los sujetos saben sobre su propia activi- Idad es constitutivo de su práctica, pero esta capacidad de conocer :

I

está siempre delimitada institucionalmente. De ahí la importan- !cia del concepto de "conciencia práctica", es decir, "todo lo quesabemos como actores sociales que hace que suceda la vida so-cial, pero a lo que no necesariamente le damos forma discursi-va". Por ello la ciencia social, para Giddens y sus seguidores,tiene tareas etnográficas fundamentales, pues puede dar forma dis-cursiva a aspectos del "conocimiento mutuo" que los actoresemplean de una manera no discursiva en su conducta. De este"conocimiento mutuo" entre los sujetos depende, nada menos,que las actividades sociales tengan sentido en la práctica. Y lacomunicación, esencialmente, consiste en esa producción en co-mún de sentido. Su investigación y teorización no pueden enton-ces limitarse al estudio de los medios (tecnológicos o no, "nuevos"o no) que los sujetos sociales usan para generar el sentido de suactividad y, necesariamente por ello, de su propia identidad.

Desde esta perspectiva, plenamente sociocultural, rearticu-lar los procesos subjetivos e intersubjetivos de significación, através de los esquemas perceptuales e interpretativos que en cadasector culrural median las relaciones posibles con las estructurasy los sistemas objetivos de procesamiento y difusión de la infor-mación, es una clave que, además de restituir la complejidad delos procesos socioculturales en los modelos de comunicación,puede servir para enfatizar la agencia o acción transformadoraimplícita en las prácticas de comunicación, es decir, en la inte-racción material y simbólica entre sujetos concretamente situa-dos, que supone la recurrencia por parte de ellos tanto a sistemasinformacionales como a sistemas de significación, cuya compe-tente mediación determina la producción y reproducción del sen-tido: el de las prácticas socioculturales de referencia y el de lacomunicación misma. Propuestas teóricas como las publicadasen los años noventa por el danés Klaus Bruhn Jensen (1995) o elbritánico John B. Thompson (1993; 1998), pueden considerarse~

raul
Rectangle

118 Comunicación y Sociedad ~

como los ejemplos más sistemáticos y prometedores de un avan- ~]ce en este plano. dI

Pero la formulación de sistemas teórico-metodológicos es, tea su vez, una práctica sociocultural, cuyas características y con- h.diciones no pueden separarse de las características y condiciones SCde la práctica de la investigación. En ese sentido conviene tener mpresentes en el debate, antes que nada, a los sujetos comunitarios te

e institucionales cuya agencia se configura con base en esquemas gcexplicables bajo la misma lógica. dI

En el ya citado informe de la Comisión Gulbenkian para la rnReestructuración de las Ciencias Sociales, presidida por Imrnanuel al

Wallerstein, se señala que los tres "problemas teórico-metodoló- e~gicos centrales en tomo a los cuales es necesario construir nuevos CI

consensos [h]eurísticos a fin de permitir avances fructíferos en I glel conocimiento" son la relación entre el investigador y la investi- '

gación, la re inserción del tiempo y el espacio como variables cons- CItitutivas internas en el análisis, y la superación de las separaciones t~

artificiales entre lo político, lo económico y lo sociocultural ?(Wallerstein el al. 1998). Una "metodología comunicacional", de- rtsarro lIada para articular la teoría y la práctica de la comunicación, nno puede eludir ninguno de estos tres problemas. v

Wallerstein formula la relación entre el investigador y lainvestigación en función de un "reencantamiento del mundo" quereconozca la imposibilidad de la neutralidad del científico:

Ningún científico puede ser separado de su contexto físico y social.Toda medición modifica la realidad en el intento de registrarla. Todaconceptualización se basa en compromisos fllosóficos. Con el tiempo,la creencia generalizada en una neutralidad ficticia ha pasado a ser unobstác~o importante al aumento del valor de verdad de nuestrosdescubrimientos, y si eso plantea un gran problema a los científicosnaturales, representa un problema aún mayor a los científicos socia- Iles. Traducir el reencantamiento del mundo en una práctica de trabajo 1razonable no será fácil, pero para los científicos sociales parece ser 1una tarea urgente (/bid.: 82). ,,Seguramente esta propuesta no parecerá ajena a ningún in': t

vestigador latinoamericano de la comunicación, como no lo es t

raul
Rectangle

Fuentes, La investigación de la comunicación 119

tampoco la integración espacio-temporal o la articulación de las !diversas dimensiones de la existencia social. Las "tradiciones in-telectuales" más ricas de nuestro campo en América Latina sehan fundamentado, precisamente, en postulados como estos, que

son las bases de sustentación tanto axiológica como teórica de la

metodología comunicacional que proponemos para impulsar sis- :!temáticamente unas prácticas socioculturales que, como ha su- i Igerido Jesús Martín-Barbero, contribuyan a disminuir lasdesigualdades y a incrementar las diferencias entre los seres hu-manos (Martín-Barbero 1992). Sobre esta línea, hemos apuntado

algunos "goznes" o articulaciones metodológicas que se perfilanen ciertas prácticas concretas de investigación de la comunica-ción como constitutivos de una perspectiva sociocultural emer-

gente (Fuentes Navarro 1998b).El primero de estos "goznes" conceptuales, que aparece

como esencial para relacionar en la investigación los postuladosteóricos con la generación de datos empíricos (observables) so-bre los procesos de comunicación, es el de la cotidianidad, cuyoitinerario intelectual se remonta a la fenomenología y que ha sido

relacionado por Habermas, a través del término "mundo de lavida", con la acción comunicativa.

La acción comunicativa se basa en un proceso cooperativo de inter-pretación en que los participantes se refieren simultáneamente aalgo en el mundo objetivo, en el mundo social y en el mundo subjeti-vo aun cuando en su manifestación sólo subrayen temáticamente unode esos tres componentes. Hablantes y oyentes emplean el sistema dereferencia que constituyen los tres mundos como marco de interpre-tación dentro del cual elaboran las defmiciones comunes de su situa-ción de acción (Habermas 1989: 171).

La densidad significativa de la vida cotidiana y los procesos

por los cuales los sujetos "construyen socialmente la realidad" yle dan sentido tanto a lo que hacen como a lo que perciben, ha sido

largamente reconocida y elaborada por las diversas tradicionesv antropológicas y sociológicas interpretativas que confluyen con

estudios del lenguaje y la comunicación en el análisis de las prác-ticas sociales y sus relaciones con los sistemas culturales o de

raul
Rectangle
raul
Rectangle

120 Comunicacióny Sociedad FuI-

significación. Estas confluencias, una vez reconocidas y asimila- estdas, pueden ser la base para la superación de la concepción única nao predominantemente instrumental y no constitutiva de la comuni- 29

cación en la vida social.El diseño metodológico para investigar la comunicación en la de

vida cotidiana en tanto relación constitutiva del ser (al menos so- en

cial), representa un reto mayor, al que no obstante ha habido acer- yecamientos altamente rigurosos y promisorios, como el ya hamencionado de Giddens en la teoría de la estructuración. El énfasis le!

en este acercamiento está puesto en un sujeto competente, que me- al!diante su "conciencia práctica" posee un gran conocimiento acer- il1Jca de las condiciones y las consecuencias de sus acciones en la vida es

cotidiana. Esta conciencia práctica es extraordinariamente com-pleja, "complejidad que con frecuencia permanece inexplorada en tulos acercamientossociológicos ortodoxos" (Giddens 1993: 281), y ca

en cuyo estudio sistemático reside una rica posibilidad de desarro- r~110 para una metodología comunicacional. al

A partir del mismo ámbito conceptual puede formularse, ci

articuladamente, un segundo "gozne" metodológico para la in-vestigación sociocultural de la comunicación, que a su vez puedefomentar la incorporación de aportes provenientes de la semióticay la lingüística como el modelo de las competencias discursivas.En términos comunicativos, este eje atraviesa la categoría deusos, no sólo como relación de "lectura" de un mensaje por unsujeto, sino como capacidad de apropiación, aprovechamiento ytransformación de los sistemas de comunicación, a su vez consti-tuidos por sistemas de transmisión y procesamiento de informa-ción y por sistemas de significación, convencionalmente (es decir,socioculturalmente) articulados (Eco 1977). d

En la-terminología de Giddens, los esquemas interpretativos v"son los modos de tipificación incorporados en los repertorios de SIconocimiento de los actores, aplicados reflexivamente en el sos- t(

tenimiento de la comunicación" y son inseparables, como "mo- ( Pdalidades" de la estructuración significativa de los medios o nrecursos de dominación y de las normas de la legitimación. De tJesta manera, la comunicación, el poder y la sanción (moral), di- dmensiones constitutivas de la interacción social, confluyen en la s~

raul
Rectangle
raul
Rectangle

Fuentes, La investigación de la comunicación 121

estructuración de los sistemas sociales por medio de la institucio-nalización discursiva, político-económica y legal (Giddens 1984:29-31).

La agencia es, en la teoría de la estructuración, la capacidaddel actor "para re interpretar y movilizar un repertorio de recursosen términos de esquemas culturales distintos a los que constitu-yeron originaln1ente el repertorio", pues los recursos nunca estánhomogéneamente distribuidos entre los sujetos sociales (individua-les o colectivos). "Ser un agente significa ser capaz de ejerceralgún grado de control sobre las relaciones sociales en que uno estáinmiscuido, lo que a su vez implica la capacidad de transformaresas relaciones sociales en alguna medida" (Sewell 1992).

El concepto de agencia y las competencias que pueden pos-tularse y analizarse como sus constitutivos en la práctica comuni-cativa permiten sustentar un concepto de usos que articule lasrelaciones de los sujetos con los sistemas de comunicación sinaislar estas relaciones de las estructuras y prácticas de domina-ción y de legitimación, porque:

...las transposiciones de esquemas y las removilizaciones de recursosque constituyen la agencia son siempre actos de comunicación conotros. La agencia conlleva una capacidad para coordinar las accionespropias con otros y contra otros, para formar proyectos colectivos,para persuadir, para coercionar, y para monitorear los efectos simul-táneos de las acciones propias y las de otros. Más aún, el alcance dela agencia ejercida por personas individuales depende profundamentede sus posiciones en las organizaciones colectivas ([bid.: 21).

Con esto puede resultar suficientemente expuesta la necesi-dad de una tercera articulación o "gozne" metodológico en la in-vestigación de la comunicación: la constitución de las identidadessociales de los sujetos, en cuanto participantes (agentes) en distin-tos grados y modalidades, de la estructuración social medianteprácticas (interacciones) comunicativas. Con los aportes de lasnumerosas disciplinas y corrientes de pensamiento que han con-tribuido a formular el concepto de identidad en el contexto teóricode la subjetividad y, por necesidad, de la intersubjetividad, es po-sible integrar nuevos modelos de comunicación que aborden las

raul
Rectangle
raul
Rectangle

122 Comunicación y Sociedad FUf-prácticas de interacción social, articuladamente, desde sus cons- El,titutivos sistémicos o estructurales (objetivos) y desde la imer- el J

subjetividad en la producción social de sentido.Mediante el desarrollo de modelos metodológicos que recon- El

ceptualicen la comunicación a partir de ,. goznes" como los indica- qudos, será posible, en la práctica de la investigación, integrar solsistemáticamente las herramientas de producción de conocimiento lo!que avancen en la superación de dicotomías como las que oponen el iruobjetivismo y el subjetivismo, lo macroestructural y lo microso- cocial, lo económico-político y lo simbólico-cultural, o lo cuantitativo Ery lo cualitativo. También, deseablemente, diluir poco a poco las hefronteras que separan aún a los estudios de la comunicación de miotras disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades. En CCpalabras de Néstor García Canclini: ca

Los objetos de estudio de las ciencias sociales no pueden ser identi- dfdades separadas ni culturas relativamente desconectadas ni campos elpor completo autónomos. Las evidentes relaciones entre ellos no mpueden entenderse si las concebimos como simple yuxtaposición. En pcun tiempo de globalización. el objeto de estudio más revelador, más c¡cuestionador de las pseudocertezas etnocéntricas o disciplinarias es d~la interculturalidad. El científico social puede, mediante la investi- Irgación empírica de relaciones interculturales y la crítica autorre- dflexiva de las fortalezas disciplinarias, intentar pensar ahora desde Iel exilio. Estudiar la cultura requiere, entonces, convertirse en un c:especialista de las intersecciones (García Canclini 1999: 69). n

cSi la comunicación se asume como práctica sociocultural s:

definida por la producción de sentido, tal como parece irse impo- l¡niendo, su estudiosos seremos, con mayor razón que los de la hcultura, "especialistas de las intersecciones", para lo cual las no- i

ciones de "interdisciplinariedad" e incluso de "transdisciplinarie-dad" parecen quedar cortas.

raul
Rectangle

rI

Fuentes, La investigación de la comunicación 123

i El proyecto: ¿ impulsar la imaginación sociocultural or

el paradigma de la "comunicologfa"?

El estatuto disciplinario de los estudios sobre la comunicación es,quizá, el tema crucial de debate sobre el pasado, el presente y,sobre todo, el futuro de nuestro campo académico. En él confluyenlos múltiples y complejos factores históricos que determinan su

institucionalización, tanto en el plano cognoscitivo (saberes teóri-co-metodológicos) como en el social (haceres institucionalizados).En la última década, algunos investigadores de la comunicaciónhemos orientado nuestros mejores esfuerzos para analizar y for-mular sistemática, crítica y autorreflexivamente los procesos deconstitución de ese campo; en mi caso, específicamente en la es-cala del contexto mexicano (Fuentes Navarro 1 998a).

Otros contextos latinoamericanos tienen otras particularida-des, y varios trabajos recientes para interpretarlas y sentar conello las bases del desarrollo futuro del campo contribuyen de unamanera fundamental al debate comunitario. En ese sentido, recu-

pero como ejemplo la experiencia de haber participado, hace es-casos tres meses, en el x Encuentro Nacional de Investigadoresde la Comunicación, organizado por la Asociación Mexicana de

Investigadores de la Comunicación (AMIC), donde José Marquesde Melo fue invitado como conferencista inaugural. Con su recono-cida brillantez, Marques de Melo expuso ante los investigadores

mexicanos un trabajo titulado "La comunidad académica de lasciencias de la comunicación: revisión crítica de la experiencia bra-sileña como paradigma para el fortalecimiento de la comunidad

latinoamericana", en el que, en su propio resumen, documentóhistóricamente el trayecto a partir del cual

Hoy Brasil posee una dinámica y expresiva comunidad académica enel área, reconocida y respaldada por el sistema nacional de cienciay tecnología. Su agenda pública mantiene sintonía con las tendenciashegemónicas en la comunidad internacional respectiva, y se intensi-fica ahora el proceso de su legitimación interna por la comunidadprofesional/empresarial con la que interactúa críticamente. La ex-periencia brasileña puede servir como referencia para la consolida-ción de la comunidad latinoamericana del campo, tarea a la que se

raul
Rectangle

124 Comunicación v Sociedad.Fuente~ -

han dedicado con ahínco la ALAIC y sus congéneres nacionales, como ties el caso de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comu- (

nicación (Marques de Melo 1999). ]

Además del int~rés que tiene por sí mismo el caso brasileño,sin duda el mayor y el más avanzado de América Latina en cuan- Mto a institucionalización de la práctica de la investigación en co- ~rqmunicación, y de la indudable competencia y el rigor documental ga 01e interpretativo del autor, la propuesta a los investigadores mexi- g? a

canos se expresa muy claramente en el párrafo final del texto de cm~.t;Marques de Melo, bajo la forma de una descripción del proyecto ~ ~~brasil~ño. Para él, ."se trata; ahora, .de tr~nsforma~ ,la canti~ad E:e;en calIdad y de motIvar no solo a los mvestlgadores jovenes, smotambién a los comunicólo~os dota~os de m~dur~z académica, para ' l. Schl

que se lancen a la arena mternaclonal y dlsemmen los resultados ,de la investigación realizada en nuestro país" (Ibid.: 29). Tal como ; vest

les pareció a muchos miembros de la AMIC, considero que la duepropuesta es consistente y atractiva, no ignorable,.sino al contrario, o

dC'd.. bl o ]

ISCUtl e. l.A pesar de que ahora, como novedad en su larga y reconoci- p 1I

d . M d M 1 ., cesa trayectorIa, arques e e o apoya su argurnentaclon en auto-

res como Kuhn y Bourdieu para reconocer el anclaje sociopolítico e;y la dinámica de tensiones y contradicciones de las estrategias de d~]legitimación en el campo académico, su propuesta se asimila mu-1Ccho más como una ruptura en el plano ideológico que en cualquier m~otro. El modelo de práctica social en que Marques de Melo ubica ~.el presente y el futuro de la investigación brasileña y latinoameri- 11cana de "la comunicación no es el que él mismo reconstruye como meje de la que llama la "escuela latinoamericana de investigación de cc

la comunicación", y que probablemente haya sido formulado y y

asumido más como utópico que como utopístico. Si la ruptura es, c.:efectivamente, ideológica, el debate por el estatuto disciplinario de ~1los estudios de la comunicación tendrá que seguir siendo arduo y 11complicado, porque como han observado Dogan y Pahre, s

Las disciplinas y subdisciplinas se dividen de acuerdo con criterios 3

epistemológicos, metodológicos, teóricos e ideológicos. A veces, lasdivisiones ideológicas pueden revelarse irreductibles. Las de carác-~

raul
Rectangle

--

Fuentes, La investigación de la comunicación 125

ter teórico son susceptibles de superación. Las de naturaleza con-ceptual o metodológica pueden ser fácilmente conciliadas (Dogan yParhe 1993: 69).

El modelo que subyace en los análisis y las propuestas deMarques de Melo, y en las acciones colectivas que se ha encar-gado de liderear -a mi manera de ver- es estrictamente análo-go al que subyacía en la agencia de Wilbur Schrarnm en los años

cincuenta y sesenta en Estados Unidos, cuando se constituyó bajosu liderazgo y autoridad el campo académico de la investigaciónde la comunicación, según lo ha evidenciado históricamenteEverett Rogers (1994).

La estrategia fundadora, y por lo tanto, paradigmática deSchramm incluyó la creación de institutos especializados en in-

vestigación de la comunicación, la redacción de los libros de textoque definieron el campo en los años cincuenta, la formación dedocenas de los primeros qoctores en comunicación, la fundacióno dirección de asociaciones y la difusión internacional de la disci- !plina o ciencia de la comunicación (Rogers 1993: 19-39). El pro- i

ceso de institucionalizacióndel campo impulsado así por Schrarnmen Estados Unidos tiene el mérito de haber superado el conserva-durismo del sistema universitario norteamericano, que resiste tra-dicionalmente la creación de departamentos en campos "huevos", imediante el recurso de introducir las actividades de investigacióna los departamentos, ya existentes en las universidades, de perio-

dismo y más adelante de Speech, e irlos transformando paulatina-mente en departamentos de comunicación. Este proceso deconversión, a más de cuarenta años de iniciado, no está concluidoy ha generado la más notable desarticulación norteamericana del

campo académico de la comunicación: la éscisión entre la inves-tigación de la mass communication [comunicación masiva], y lainvestigación de la speech communication [comunicación interper-sonal].3 Si al mismo tiempo el campo así desarticulado crece y se

3. Dadas las características radicalmente diferentes de las universidades latinoamericanas :!

con respecto a las norteamericanas, la institucionalización de la investigación de la

comunicación en ellas tuvo necesariamente características y condiciones históricasdiferentes. Véase, por ejemplo, José Joaquín Brunner (1987).

raul
Rectangle
raul
Rectangle

126 Comunicación y Sociedad Fuentes,--expande notablemente, y se enfrenta a un conjunto creciente de .~'fenómenos sociales de rápida evolución como es el caso del de la maCloncomunicación en Estados Unidos, es inevitable postergar la defi- de comnición disciplinaria. que, de

Pero el análisis de este paradigma norteamericano, más allá todas 1

del reconocimiento de la dependencia asumida con respecto a él en human

casi todo el resto del mundo para la institucionalización y constitu- 1ción del campo académico de la comunicación, tiene para Améri- 1:ca Latina una implicación particularmente relevante. Muchos tanalistas norteamericanos comparten una preocupación creciente (por la relación entre el crecimiento institucional y el desarrollo iteórico, pues son evidentes en la actualidad la fragmentación y des-nivelación del campo. En un artículo titulado, significativamente,"Fuentes institucionales de la pobreza intelectual en la investiga-ción de la comunicación", John Durham Peters observaba hacemás de una década que aunque "la auto-reflexión es clave en unaciencia social saludable, las circunstancias en la formación delcampo han generado obstáculos graves para hacerlo de una ma-nera fructífera. Específicamente, exploraré el fracaso del campoen la definición de una manera coherente de su misión, su objeto y "~esu relación con la sociedad" (Peters 1986: 527-559). sena

Peters señalaba tres principales "fuentes de la pobreza in- estu

telectual" del campo: la primera es la institucionalizaci6n, impulsa- tr~pda por Wilbur Schramm al crear los institutos dejo para la P1O!investigación de la comunicación en las universidades de Illinois en t

en 1948 y Stanford en 1955, en los cuales se privilegió, por una poparte, el campo mismo sobre su productividad intelectual y, por gacotra, la definición de políticas y aplicaciones sobre la reflexión y la peIteorización crítica. La síntesis de Peters es despiadada: "El afán do

del campo por sobrevivir ha sido el encarnizado enemigo deldesarrollo' teórico. Lo que sobrevive es un fruto de la ambición re]más que del sentido" (/bid.: 538). En otro sentido, Everett Rogers ta,ha señalado que la tarea principal del naciente campo de la investi- engación de la comunicación fue "gastar los millones de dólares ge- Cú

nerados por la producción petrolera" que Rockefeller donó parafinanciarla (Rogers 1993).

raul
Rectangle
raul
Rectangle

~

id Fuentes, La investigación de la comunicación 127-e

La segunda "fuente" está en los usos de la teoría de la infor- ,

1.a mación, que otra vez Wilbur Schrarnrn identificó con los estudios i-de comunicación. siendo una innovación de la ingeniería eléctrica I

que, desde su publicación en 1948. fue diseminada a prácticamente I!i todas las ciencias (físicas. biológicas y sociales), las artes. las ! ;

I humanidades y la filosofía.

La pandisciplinaria teoría de la información y la investigación dela comunicación institucionalizada tiraban en direcciones opuestas: launa, interesada en la teoría universal, la otra, en el territorio parti-cular. Sin embargo, el joven campo no pudo sino aprovecharse delinterés en la "comunicación" que despertó la teoría de la informa-ción. De pronto se encontró a sí mismo hablando en el mismo voca-bulario informacional que todos los demás [...] Nadie cree más enemisores y receptores, canales y mensajes, mido y redundancia, peroesos términos han llegado a ser parte de la estructura básica delcampo, en libros de texto, programas de cursos y revisiones de litera-

tura(lbid.: 540).

La auto-reflexión como apologética institucional es la tercera"fuente de pobreza intelectual" del campo de la comunicaciónseñalada por Peters, por la cual la conservación del campo paraestudiar fenómenos que la sociología, la psicología social o la an-

tropología habían ya adoptado y los habían abordado con sus pro- 1

pios métodos, tomó el lugar de la teoría, imposible de construir :en términos de "comunicación masiva". De manera que "el cam-

po que Schrarnrn construyó consistió en las sobras de la investi-

gación previa, apareadas con campos desposeídos como elperiodismo académico, el drama o el habla [speech] (dependien-do de la universidad específica)" ([bid.: 544).

La inusitada crítica de Peters a Wilbur Schrarnrn y su "he-rencia" (el campo de la investigación de la comunicación) apun-

ta, más allá de la virulencia contra el "padre fundador", fallecidoen 1988, a un factor centralmente importante, la constitución teóri-

ca, que reafirma en una respuesta a un crítico de su artículo: ¡

En suma, la teoría se usó casi exclusivamente para propósitos delegitimación y sus "ideas interesantes" fueron ignoradas. El destino

raul
Rectangle

Fuer128 Comunicación y Sociedad -

Res!de la teoría de la información es una lección sobre los compromisos y plque se hallan en el periodo formativo del campo: negociar alcance .

I teórico por territorio académico. Durante el tiempo en que hubo mrn

amplia teorización interdisciplinaria sobre la comunicación. el campose distinguió de esa teorización y se otorgó a sí mismo una designa- r~l~ción institucional. El único uso que tuvo la teoría de la información tlv~en el campo fue el de un escudo de armas académico (Peters 1988). me

COILa propuesta final de Peters es "dar sustancia. vía la teoría, tar

a los conceptos centrales del campo", definir "lo comunicativo". y un:"propiciar una anarquía en los conceptos centralés, libre de toda fuIintromisión institucional, e insistir en la vitalidad intelectual de tal coanarquía. Todo vale, se diría, con tal de que sea de alta calidad" ha(/bid.: 316). Esta alusión a Feyerabend (1986), quien advertía que es!"la proliferación de teorías es beneficiosa para la ciencia, mien- si~tras que la uniformidad debilita su poder crítico", merece un aná- mfisis más detallado, especialmente en relación con la tensión entre nila orientación ideológica y la cientificidad implícita en la comuni- accología propugnada por Marques de Melo. ci

Un esquema de análisis semiótico aplicado también muyrecientemente en México por Rafael Reséndiz para reflexionar Bsobre "la comunicación: una in-disciplina intelectual" (Reséndiz1999), puede ayudar a precisar los ejes del complejo debate sobre Ela teoría y la práctica de la investigación de la comunicación enAmérica Latina y su futuro:

El fenómeno contemporáneo de la comunicación ha generado el de- 1sarrollo de varias topologías: una topología multirreferencial, una más JJmultidimensional y otra multifuncional, las que conforman los ejesdonde convergen el saber, el ser y el hacer comunicacionales. Estatriaxialidad se ve coronada por un último eje, que es el de la éticacom\micacional, quizá pervertida, que debería definir los paráme-tros del saber, del ser y del hacer comunicacionales (Ibid.).

Esta propuesta opera sobre el supuesto de que las ciencias de lacomunicación, son un "proyecto científico con pocas posibilidadesde concretarse, dada la amplitud de dimensiones del saber y delsaber-hacer que pretende englobar" (/bid.: 1). La clave está en elpoder social de los agentes (o "actores" en los términos usados por.

raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle

Fuentes, La investigación de la comunicación 129

Reséndiz) que controlan las dimensiones gnoseológica, teleológicay praxeológica de la comunicación, que pudieran acordar los tér-minos de una ética fundante de la comunicación en la sociedad.

A manera de síntesis, mas no de conclusión, de esta sucintarelación de algunos de los problemas que desde diversas perspec-tivas han ido definiendo los términos de un debate insuficiente-mente desarrollado por los investigadores latinoamericanos de lacomunicación en los años noventa, propongo un esfuerzo comuni-tario centrado en la formulación de un proyecto que, a partir deuna definición ética (es decir, ideológica, político-moral) de lasfunciones sociales que puede desempeñar la investigación de lacomunicación en el sistema-mundo de transición histórica en quehabremos de vivir al menos durante las siguientes dos décadas,establezca los espacios de discusión y de construcción colectiva,sistemática y rigurosa, de las opciones que en el terreno teórico-metodológico y epistemológico, por una parte, y en el de la orga-nización de las prácticas de investigación, por la otra, podríanadoptarse como utopística comunicacional, como producción so-cial de sentido sobre la producción social de sentido.

BmuooRAFÍA

BELTRÁN S., Luis Ramiro (1982) "No renunciemos jamás a la uto-pía", entrevista con Patricia Anzola, Chasqui. Quito:CIESPAL, núm. 3, pp. 6-13.

-(1974) "Communication research in Latin America: theblindfolded inquiry?", International Scientific Conference onMass Communication and Social Consciousness in aChanging World, IAMCR, Leipzig ,17-20 de septiembre.

BRUNNER, José Joaquín (1987) Universidad y sociedad en AméricaLatina. México: UAM-Azcapotzalco/sEP, Ensayos, núm. 19.

DOOAN, Matei y Robert PARHE (1993) Las nuevas ciencias sociales.La marginalidad creadora. México: Grijalbo.

Eco, Umberto (1977) Tratado de semiótica general. Barcelona:I Lumen.IIIIIIII.IJ:1181.

--

raul
Rectangle
raul
Rectangle

130 Comunicación y Sociedad Fuente-FEYERABEND, Paul (1986) Contra el método. Esquema de una teoría JENSE

anarquista del conocimiento. Madrid: Tecnos. r ~:

FUENTES NAVARRO, Raúl (1998a) La emergencia de un campo aca-démico: continuidad utópica y estructuración científica de la KIPEr-

.investigación de la comunicación en México. Guadalajara: .CC'~ITEso/Universidad de Guadalajara. J al j¡.

~ (1998b) "Acercarnientos socioculturales a la investigaciónde la comunicación: el gozne metodológico" en Rebeca Mejíay Sagrario Sandoval (coords.) Tras las vetas de la investiga-ción cualitativa. Perspectivas y acercamientos desde la prác- MAFtica. Guadalajara: ITESO, pp. 77-100.

-(1992) Un campo cargado de futuro. El estudio de la comuni-cación en América Latina. México: FELAFACS.

GARCÍA CANCLINI, Néstor (1999) "De cómo Clifford Geertz yPierre Bourdieu llegaron al exilio" en Rossana Reguillo y RaúlFuentes (coords.) Pensar las ciencias sociales hoy. Reflexio-nes desde la cultura. Guadalajara: ITESO.

GIDDENS, Anthony (1993) Consecuencias de la modernidad. Ma-drid: Alianza.

-(1989 "The orthodox consensus and fue emerging synthesis"en Brenda Dervin et al. (eds.) Rethinking Communication,Vol. 1: paradigm issues. S.I., SAGE, pp. 53-65.

-(1984) The Constitution of Society. Outline of the Theory of..Structuration. Berkeley and Los Angeles: University of

California Press.

GIDDENS, Anthony y Jonathan TURNER (1991) La teoría social hoy.México: Alianza/coNACULTA.

HABERMAS, Jürgen(1989) Teoría de la acción comunicativa. Ma- pj

drid: Taurus.

JENSEN, Klaus Bruhn (1995) The social semiotics ofmass communi- Pcation. Londres: SAGE.

raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle

Fuentes, La investigación de la comunicación 131r ~U"'ll""",~.,..~u..o ' II

".JENsEN, Klaus Bruhn y Nicholas W. JANKOWSKl (eds.) (1991) A

handbook of qualitative metodologies for mass (:ommunication

i research. Routledge.

;b KIPENDORFF, Klaus (1993) "The past of cornrnunication's hoped for

future", The Future ofthe Field 1, JournalofCommunication,

vol. 43, núm. 3.

LEVY, Mark y Michael GUREVITCH (eds.) (1994) Defining media

studies. Rejlections on thefuture ofthefield. Oxford y Nueva

York: Oxford University Press.

MARQUES DE MELO, José (1999) "A comunidade academica das

ciencias da comunicacao: revisao crítica da experienciabrasileira como paradigma para o fortalecimento dacomunidade latinoamericana" Conferencia inaugural del X

Encuentro Nacional de Investigadores de la Comunicación,

AMIC, La Trinidad, Tlaxcala.

MARliN-BARBERO, Jesús (1996) "Comunicación de fm de siglo, ¿para

donde va nuestra investigación?", Telos. Madrid: FUNDESCO,

núm. 47, pp. 58-64.

,.- (1992) "Pensar la sociedad desde la comunicación: un lugarestratégico para el debate de la modernidad", Diá-logos de la

Comunicación. Lima: FELAFACS, núm. 32, pp. 28-33.

~(..f"'-(1987) De los medios a las mediaciones. Comunicación, cul-

tura y hegemonía. México: Gustavo Gili.

ORllZ, Renato (1999) "Ciencias sociales, globalización y paradig-mas" en Rossana Reguillo Cruz y Raúl Fuentes Navarro(coords.) Pensar las ciencias sociales hoy. Reflexiones desde

la cultura. Guadalajara: ITESO.

PAISLEY, William (1984) "Cornrnunication in the cornrnunicationsciences" en Dervin y Voigt (eds.) Progress in communica-tion sciences, volume V. Norwood: Ablex, pp. 1-43.

PETERS, John Durham (1988) "The need for theoretical fundations.Reply to González", Communication Research, vol. 15,

núm. 3,pp. 309-317.

raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle
raul
Rectangle

132 Comunicación y Sociedad-

PETERS, John Durham (1986) "lnstitutional sources of intellectual La:poverty in communication research", Communication parResearch, vol. 13, núm. 4, pp. 527-559. de ~

REsÉNDIZ RoDRÍGUEz, Rafael (1999) "La comunicación: una in-disci- Revplina intelectual (reflexiones sobre los actores, los espacios ylos tiempos comunicacionales". Ponencia en la mesa de tra-bajo Situación actual y estado del conocimiento en ciencias dela comunicación, en el Congreso Nacional del Consejo Mexi-cano de Ciencias Sociales A.C. México.

RoGERs, Everett M. (1994) A history ofcommunication study, abiographical approach. Nueva York: The Free Press.

-(1993) "Looking back, looking forward: a century of cornrnu-nication study" en Gaunt (ed.) Beyond agendas: new direc-tions in communication research. Westport: Greenwood ThePress, pp. 19-39. hay

kn(SCHll..LER, Dan (1996) Theorizing communication: a history. Oxford: tiol

Oxford University Press. soc

SCHMUClER, Hector (1996) "Lo que va de ayer a hoy, de la poütica al Lamercado", Telos. Madrid: FUNDESCO, núm. 47, pp. 65-72. MI

SEWELL, Jr. William.H. (1992) "A theory of structure. Duality, ~~agency and transformation", American Journal of Sociology, pr98: 1, pp. 1-29.

THOMPSON, John B. (1998) Los media y la modernidad. Barcelona: LPaidós. n

d-(1993) Ideología y cultura moderna. México: UAM-Xochi- 11

milco. (

W ALLERSTEIN, lrnrnanuel (1998) Utopística, o las opciones históri- scas del siglo XXI. México: Siglo XXI. ]

-(1996) Después del liberalismo. México: Siglo XXI.

W ALLERSTEIN, Irnrnanuel et al. (1998) Impensar las ciencias socia-les. México: Siglo XXI.

raul
Rectangle