conflicto corea

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CONFLICTOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 17 CARLOS R. FERNÁNDEZ LIESA EMILIO BORQUE LAFUENTE EL CONFLICTO DE COREA INSTITUTO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES Y EUROPEOS «FRANCISCO DE VITORIA» MINISTERIO DE DEFENSA ESCUELA DE GUERRA DEL EJÉRCITO MINISTERIO DE DEFENSA

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  • CONFLICTOSINTERNACIONALES CONTEMPORNEOS 17

    CARLOS R. FERNNDEZ LIESAEMILIO BORQUE LAFUENTE

    EL CONFLICTO DE COREA

    INSTITUTO DE ESTUDIOSINTERNACIONALES Y EUROPEOS

    FRANCISCO DE VITORIA MINISTERIO DE DEFENSAESCUELA DE GUERRA

    DEL EJRCITOMINISTERIO DE DEFENSA

  • CONFLICTOSINTERNACIONALES CONTEMPORNEOS 17

    CARLOS R. FERNNDEZ LIESAEMILIO BORQUE LAFUENTE

    EL CONFLICTO DE COREA

    INSTITUTO DE ESTUDIOSINTERNACIONALES Y EUROPEOS

    FRANCISCO DE VITORIA

    ESCUELA DE GUERRADEL EJRCITO

    MINISTERIO DE DEFENSA

    MINISTERIO DE DEFENSA

  • CATLOGO GENERAL DE PUBLICACIONES OFICIALEShttp://publicacionesoficiales.boe.es/

    Edita:

    SECRETARAGENERALTCNICA

    Autor y editor, 2013

    NIPO: 083-13-181-4 (impresin bajo demanda)

    Fecha de edicin: noviembre 2013

    INSTITUTO DE ESTUDIOS

    INTERNACIONALES Y EUROPEOS

    FRANCISCO DE VITORIA

    UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID

    www.bibliotecavirtualdefensa.es

    NIPO: 083-13-180-9 (edicin libro-e)ISBN: 978-84-9781-864-3 (edicin libro-e)

    Las opiniones emitidas en esta publicacin son exclusiva responsabilidad del autor de la misma.Los derechos de explotacin de esta obra estn amparados por la Ley de Propiedad Intelectual. Ninguna de las partes de la misma puede ser reproducida, almacenada ni transmitida en ninguna forma ni por medio alguno, electrnico, mecnico o de grabacin, incluido fotocopias, o por cualquier otra forma, sin permiso previo, expreso y por escrito de los titulares del Copyright.

  • 5Pginas

    NDICE

    INTRODUCCIN ................................................................................. 9

    I. LA PENNSULA DE COREA ....................................................... 131. Factores .................................................................................... 152. Historia de Corea ................................................................... 19

    II. DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL A LA GUERRA FRIA ............................................................................................................... 27

    1. La creacin de las dos Coreas ............................................. 272. La guerra de Corea y la creacin de los dos bloques .... 303. Corea y la doctrina de la contencin ................................ 324. La internacionalizacin del conflicto ................................ 355. La organizacin de Naciones Unidas y el conflicto de

    Corea ......................................................................................... 386. Desarrollo blico del conflicto ............................................ 41

    a) Primera fase, guerra de maniobra ................................ 45b) Segunda fase, guerra de desgaste y negociaciones ... 57c) Anlisis del conflicto ........................................................ 62

    7. Desde los 50 hasta los 90 ...................................................... 69a) La evolucin en los dos Estados ................................... 69b) La crisis de los noventa ................................................... 79

    III. COREA EN EL NUEVO ORDEN INTERNACIONAL ... 851. Evolucin del conflicto tras la guerra fra ....................... 85

    a) El nuevo contexto geopoltico ....................................... 85b) La perspectiva de una solucin negociada ................. 89

  • 6NDICE

    c) Incidentes entre las dos Coreas ..................................... 93d) La sucesin de Kim Jong-il ............................................ 98

    2. La cuestin de la reunificacin ........................................... 105a) Opciones de reunificacin .............................................. 105b) Negociaciones, mediaciones y propuestas de paz .... 107

    3. La cuestin nuclear ................................................................ 118a) Corea del Norte y el rgimen nuclear aplicable ........ 118b) El Tratado de no proliferacin nuclear y Corea del

    Norte ................................................................................... 121i. Aspectos generales........................................................ 121ii. Las obligaciones establecidas por el TNP ............. 124iii. La retirada de Corea del Norte del TNP ............. 126

    4. La proliferacin balstica ..................................................... 129a) Evolucin ............................................................................ 129b) El desarrollo balstico. ..................................................... 131

    5. De la amenaza a la paz al camino de la paz .................... 143

    BIBLIOGRAFA .................................................................................... 149Libros ............................................................................................. 149Artculos y documentos ............................................................ 152Documentos inditos y trabajos de la Escuela de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y de la Escuela de Esta-do Mayor del Ejrcito ................................................................ 154

    Pginas

  • INTRODUCCIN

  • 9INTRODUCCIN

    La divisin de Corea en dos Estados es un anacronismo de la guerra fra que ha puesto a prueba desde el fin de la Segunda Guerra Mundial el sistema de relaciones internacionales de la posguerra fra y, tambin, el sistema internacional tras la cada del muro. En este trabajo los au-tores, acadmico y militar respectivamente, hemos intentado combi-nar nuestras visiones sobre el conflicto, para dar una visin completa del mismo, que tenga en cuenta sus dimensiones jurdicas, polticas, histricas, sociales, etc. En definitiva, cualquier conflicto internacional resulta de la combinacin de un conjunto de factores y de actores com-plejos cuyo conocimiento resulta imprescindible para su tratamiento.

    A tal efecto el mtodo de anlisis es el propio de las ciencias socia-les. Hemos dado una perspectiva histrica, de un lado, en la medida en que abordamos la cuestin de Corea desde su origen y evolucin. Pero tambin analizamos de manera transversal sus principales elementos poltico-jurdicos. Del mismo modo se profundiza en los aspectos mi-litares. Si bien ha habido ya muchos trabajos previos sobre la guerra de Corea, el presente volumen se beneficia de varios elementos. De un lado, la apertura de archivos recientes ha aportado nuevas luces sobre el conflicto. De otro, el conflicto sigue vivo, lo que le otorga mayor in-ters y actualidad, as como al mismo tiempo una mayor complejidad. No se trata de hacer una historia de buenos y malos. Hemos intentado hacer una aproximacin objetiva, en la medida de nuestras posibilida-des y de nuestro conocimiento, pero en todo caso sin apriorismos ni posiciones de partida. No ha sido sencillo realizar este trabajo puesto que las fuentes documentales son difcilmente accesibles, por un lado, y la doctrina asitica tampoco est a nuestro alcance en muchos casos,

  • 10

    INTRODUCCIN

    lo que puede conllevar que se pierdan matices, si bien tambin puede permitir que ese anlisis en la distancia geogrfica y temporal se haga menos apasionado y ms objetivo.

    La estructura del trabajo responde a esa ambicin generalista de esta coleccin y, al mismo tiempo, al deseo de sntesis. El trabajo se estructura en tres partes o captulos. En la primera intentamos com-prender el pas donde se desarrolla el conflicto, Corea, su historia y los factores que van a incidir en el mismo, necesario para no realizar re-flexiones en el aire, descontextualizadas de la historia de los pueblos, lo que podra conducir a hacer aproximaciones desenfocadas. Posterior-mente, el siguiente captulo aborda el conflicto de Corea despus de la Segunda Guerra Mundial y hasta la cada del muro. Se trata no solo del anlisis de la guerra de Corea sino de otros elementos de ese periodo, de las relaciones este-oeste, el papel de las Naciones Unidas etc. Finalmen-te, en la tercera parte vemos el conflicto de Corea en perspectiva actual, desde la cada del muro hasta nuestros das, donde son la reunificacin, la cuestin nuclear y la proliferacin balstica, junto a los incidentes entre las dos Coreas y con otros pases los principales elementos de pre-ocupacin y anlisis. Es nuestro deseo que estas pginas contribuyan a aportar algo de luz, en algunas dimensiones, en torno a este conflicto cuya evolucin futura depender, en gran medida, de que los actores involucrados puedan avanzar en soluciones imaginativas que puedan ser aceptadas y articuladas progresivamente.

  • 11

    I. LA PENNSULA DE COREA

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    I. LA PENNSULA DE COREA

    Las caractersticas fsicas de un Estado, su forma y relieve, su posi-cin respecto a las masas martimas o terrestres, respecto a civilizaciones prximas, su posible situacin en las rutas de migracin principales o en las vas comerciales, su geografa en fin, influyen de forma determinante en cmo se ha desarrollado su historia, en los hechos que han marcado su devenir poltico a lo largo de los siglos. Tambin la geografa es decisiva en las condiciones climticas en las que la poblacin de un determinado territorio ha tenido que evolucionar, las posibilidades de asentamiento, de desarrollo de medios de subsistencia, la opcin del sedentarismo o del nomadismo, la mayor o menor facilidad de desplazamiento y, por su-puesto, como concluyente en las relaciones internacionales, bien como una variable que fcilmente puede generar conflictos o como la misma fuente de conflicto1. En el primer caso es la confluencia de diferentes factores, tambin el geogrfico, lo que puede ser la causa del conflicto; en el segundo es el propio territorio su origen mismo.

    En este sentido, la pennsula de Corea dispone de todos los elemen-tos para ser un escenario clsico del juego poltico y, por ello, podemos encontrar recientemente tres momentos histricos en los que ha desem-peado este papel. En primer lugar, como espacio estratgico regional disputado por China, Japn y Rusia; despus, como teatro de conflicto entre las dos superpotencias, entre las dos grandes ideologas surgidas tras la Segunda Guerra Mundial; por ltimo, tras el final de la guerra

    1 CELAYA FIGUEROA, Roberto y VILLAREAL GONZALEZ, Amado, Comprensin geopoltica de Corea del Sur: desarrollo, tendencias y perspec-tivas, Colima; revista Portes, Tercera poca, nmero 1, 2007. www.portesasia-pacifico.com.mx.

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    LA PENNSULA DE COREA

    fra, un marco de confrontacin entre los dos sistemas polticos e ideo-lgicos que representan las dos naciones, Corea del Norte y Corea del Sur, como factor determinante de generacin de crisis.

    Desde el punto de vista geopoltico, la pennsula de Corea hace fron-tera con China y se encuentra a muy poca distancia de Rusia estando, adems, separada de Japn nicamente por el mar del Este, tambin denominado mar del Japn. Esta proximidad a tres importantes poten-cias hace que sea una encrucijada en el tablero de poder. Corea ha sido siempre una zona clave por su propia ubicacin, haciendo frontera con China, cerca de Japn y prxima al puerto de Vladivostok. Mientras que tradicionalmente China y Rusia han buscado su control para dominar el ocano Pacfico, Japn la ha entendido como ruta hacia el continente y, por ello, ha sido punto de paso obligado para estas potencias.

    La lnea del paralelo 38 que divide a los dos Estados no tiene nin-guna relacin ni con la historia ni con la geografa. La pennsula es un espacio homogneo y, de hecho, en los mil trescientos aos anteriores a la ocupacin japonesa, Corea fue un nico pas gobernado por una nica dinasta, la Choson o Joseon. Anteriormente a ella s que exis-tieron luchas entre tres reinos, pero la fragmentacin que producan se materializaba en direccin norte-sur; por el contrario, el este de la pennsula se diriga y se vea influido de forma natural hacia Japn y el oeste del territorio hacia China. Por ello, la divisin creada tras la Se-gunda Guerra Mundial no obedece a ninguna razn geogrfica, tnica o histrica, sino a los designios de las grandes potencias del momento, Estados Unidos y la Unin Sovitica.

    La creacin de dos espacios en la pennsula de Corea permiti a las potencias septentrionales, China y la Unin Sovitica, pero muy espe-cialmente a la primera, contar con un Estado tapn que pudiera frenar las acometidas desde el sur y as hay que entender el mantenimiento de la divisin de la pennsula, ms all del juego de la guerra fra. En este sentido, Chauprade considera incluso que el hecho de que los Estados Unidos incluyeran a Corea del Norte en el denominado eje del mal, no tena otro objetivo que animar a la reunificacin, uniendo la forta-leza de la economa de Corea del Sur con la enorme potencia militar de Corea del Norte, creando una Gran Corea pro-americana2. Para

    2 CHAUPRADE, Aymeric, Gopolitique. Constantes et changements dans lhistoire, Pars; Ellipses Editions Marketing S.A., 2003, p. 717.

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    LA PENNSULA DE COREA

    Cohen, sin embargo, solo una Corea unida bajo el dominio comunista podra esperar tener un estatus de poder secundario en la regin3. Al mismo tiempo, seala que el reparto poltico tras el empate de la guerra era su resultado inevitable y, as, se ha convertido en un pen en la lu-cha por el poder global; el conflicto que se desarroll hubo de llevarse a cabo para fijar en el Pacfico occidental un lmite a los intereses de las dos regiones geoestratgicas del planeta, el Mundo Martimo Depen-diente del Comercio y el Poder terrestre euroasitico4.

    Si para Colin Gray e Yves Lacoste se distinguen tres niveles en la clasificacin geopoltica que obedecen a una lgica diferente y que, per-fectamente imbricados son tomados en cuenta por la geoestrategia, en la pennsula de Corea se han dado los tres simultneamente: el nivel mundial por el enfrentamiento Este-Oeste; la rivalidad regional por los intereses del tringulo China-Japn-Rusia; finalmente, un problema local por la ruptura histrica entre el norte y el sur tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo hoy, el nivel mundial ha desaparecido, el nivel regional est en un cierto letargo y solamente el nivel local per-manece en una actividad intermitente5, como se ver a lo largo de las pginas de este trabajo.

    1. Factores

    La pennsula de Corea6 tiene una longitud de entre 800 a 900 ki-lmetros y una anchura media de 200, para una superficie de 219.000 kilmetros cuadrados. La zona oeste tiene una estructura caracterizada fundamentalmente por colinas y estuarios, mientras que el otro extre-mo cuenta con un relieve ms abrupto. Est baada al oeste por el mar Amarillo, al este por el mar del Japn (o, como se le denomina en Corea, el mar del Este) y al sur por los estrechos de Chej y de Corea. Es una regin montaosa, con importantes formaciones de origen ba-

    3 COHEN, Saul Bernard, Geografa y poltica en un mundo divido, Madrid; Edi-ciones Ejrcito, 1980, p. 435.

    4 Ibid., p. 1275 COUTAU-BGARIE, Herv, Trait de Straggie, Pars; Economica, 2006,

    p. 745.6 Datos geogrficos obtenidos de KBS World Radio (http://world.bs.co.kr) y de

    CIA-The World Factbook, julio de 2011

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    LA PENNSULA DE COREA

    sltico, calcreo y grantico que provienen de la poca del Terciario y del Cuaternario. El territorio est fracturado en horsts y depresiones tectnicas rellenadas por sedimentos plegados y posteriormente ero-sionados, que han dado forma a la penillanura que hoy define el arco peninsular. Las principales formaciones montaosas que lo conforman son, en el norte, los montes Hamgyong, en la zona ms oriental, con una orientacin suroeste-noreste, y los Nangnim, que situados en el centro, siguen una disposicin norte-sur; en la zona correspondiente a Corea del Sur, pegada a la costa del mar del Japn se sitan los montes Taebaek y en el centro los Sobaek. En cuanto a la hidrografa, en el norte los mayores ros son el Yalu y el Tuman, cuyas grandes depresio-nes conforman la frontera con China y el Taedong, que se dirige de este a oeste, baa Pyonyang y desemboca en el mar Amarillo. En el sur el recorrido de los ros es sur-norte, como le sucede al Han, que pasa por Sel, o norte-sur, como el Nactong, que vierte sus aguas en el estrecho de Corea.

    Las costas del este tienen un trazado sensiblemente rectilneo, mien-tras que las del oeste son ms accidentadas, con bahas y ensenadas que recortan la pennsula. Las condiciones climatolgicas quedan determi-nadas por su situacin en el rea continental asitica. Las corrientes fras de la costa originan inviernos muy extremos, especialmente en el norte, llegando a alcanzar en la zona fronteriza con China temperatu-ras de -20C, mientras que en verano las temperaturas son templadas, proporcionando una temperatura media a lo largo del ao de 10C. El rgimen pluviomtrico est sometido al sistema monznico de lluvias estivales, aunque esto es ms acusado en el sur que en el norte, no supe-rando los 600 mm de media anual, con ndices ms altos en las regiones montaosas del noreste en Corea del Norte y con registros mximos de 1.400 mm anuales en el sur. La mayora del territorio est cubierto por bosque de clima templado fro: caducifolios, castaos, robles, co-nferas, etc.; en el sur abunda tambin la vegetacin de caractersticas monznicas: bambes, lianas y otras especies de tipo tropical, aunque aqu tambin hay que resear que durante las ltimas dcadas y como consecuencia de la expansin econmica, se ha sufrido una excesiva deforestacin, especialmente en las regiones ms pobladas.

    A pesar de que la pennsula de Corea ha sufrido a lo largo de su historia la accin de sus tres grandes vecinos, Japn, China y Rusia, la poblacin en general tiene un carcter bastante homogneo y, sin con-

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    LA PENNSULA DE COREA

    tar los extranjeros residentes, no cuenta con minoras raciales o lings-ticas. Los coreanos tnicamente son de rasgos mongoloides, de la rama tungsica, aunque con mayor altura y color de piel ms claro que los mongoles. Tras la separacin del territorio en dos estados y, como con-secuencia de la guerra de 1950-1953, un gran contingente de poblacin abandon el norte, lo que unido al diferente desarrollo econmico, ha producido un importante desequilibrio demogrfico entre los dos esta-dos. En esos primeros momentos de evolucin demogrfica se produjo un cierto envejecimiento de la poblacin del norte, aunque ya se puede considerar superado, alcanzando ndices de natalidad prximos a las medias de los pases de esta regin asitica.

    Corea del Sur cuenta con 48.754.657 habitantes7, con una densidad de poblacin de 488,9 hab./km2, una de las ms altas del mundo. La esperanza de vida al nacer se sita en los 75 aos para los hombres y en algo ms de 82 para las mujeres. La tasa anual de crecimiento ha ido descendiendo progresivamente en las ltimas dcadas, hasta situarse actualmente en aproximadamente un 0,2%. La poblacin todava es relativamente joven, con una edad media de 38 aos, pero las bajas ta-sas de natalidad registradas en las ltimas dcadas, consecuencia de la evolucin econmica, hacen pensar que a medio plazo se producir un notable envejecimiento de la poblacin. En cuanto a movimientos mi-gratorios, en los ltimos aos ha aumentado la llegada de extranjeros, especialmente trabajadores del sudeste asitico, pero la cifra todava es reducida, aproximadamente 1,6 millones, un 3,2% de la poblacin. Por lo que respecta a las salidas, ha sufrido una importante merma, con aproximadamente 4 millones que han emigrado, fundamentalmen-te a Estados Unidos y Japn. El proceso de urbanizacin se desarro-ll a partir de la dcada de los setenta, contando actualmente con un 81% de poblacin viviendo en ciudades. Su capital Sel experiment un notable desarrollo en los aos sesenta favorecido por su situacin fsica, en una llanura rodeada de colinas, frtil y bien comunicada, en donde ahora viven ms de diez millones de habitantes. En lneas gene-rales, las zonas occidental y meridional del pas tienen algunos de los ncleos ms importantes de poblacin, como Inchon y Kwangju. La

    7 Datos tanto de Corea del Sur como de Corea del Norte, obtenidos de CIA-The World Factbook, julio de 2011 y del Ministerio de Industria, Energa y Turis-mo, Gobierno de Espaa, mayo 2011.

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    LA PENNSULA DE COREA

    regin oriental, montaosa y de clima continental, resulta menos apta para el asentamiento humano aunque Pusan, por su situacin frente a las costas japonesas, se ha convertido en el principal ncleo industrial del pas y puerto comercial ms importante, contando actualmente con casi cuatro millones de habitantes. Corea del Norte, por su parte, dis-pone de una poblacin estimada de 24.457.492 habitantes, para una densidad de 202,9 hab./km2 y aunque no siempre es fcil determinar sus datos, se sabe que tiene una tasa de crecimiento anual de un 0,5% y que su esperanza de vida al nacer es de 65 aos para los varones y 72,9 para las mujeres. En cuanto a la distribucin de la poblacin, se calcula una tasa de urbanizacin del 60%, asentndose la poblacin mayoritariamente en el litoral y contando como principales ciudades con Pyongyang, Chongjin y Wonsan.

    Durante los primeros aos tras el final de la guerra, Corea del Norte fue ms potente econmicamente que Corea del Sur y, de hecho, la ren-ta per cpita de aquella doblaba en 1965 a la de esta. Pero la tradicional economa agraria de Corea del Sur se fue transformando rpidamen-te a partir de esos momentos en una economa de carcter industrial, con un notable crecimiento del producto interior bruto, estimado ac-tualmente en el 6,1% y que, en 2010, se situ en 1.014.300 millones de dlares, con una renta per cpita cifrada en 21.034 dlares. Su merca-do laboral est caracterizado por una baja tasa de desempleo, entre el 3,5% y el 4,5%, aunque se eleva por encima del 8% en el caso del des-empleo de la poblacin ms joven, considerada hasta los 24 aos. Por sectores, el de servicios es el predominante, con un 75,6%, contando el secundario con el 17,22% y el primario, perdiendo paulatinamente importancia, con un 7,18%. Las principales reas industriales se sitan en la construccin naval, con siete de las diez principales empresas del mundo dedicadas a esta produccin; la industria siderrgica en la que, a pesar de no contar con recursos de carbn y hierro, es un importante productor mundial de acero; industria petroqumica, construccin, in-dustria automovilstica y electrnica. La economa de Corea del Norte, sin embargo, se ha caracterizado siempre por la planificacin y la au-tarqua. Contando con importantes recursos minerales de magnesita, plomo, nquel, cinc, wolframio y mercurio, desarroll a partir de los aos setenta una notable industria siderrgica con produccin de ace-ro, maquinaria pesada, adems de construccin naval. Hay que tener en cuenta que, tras la guerra y especialmente hacia los aos sesenta,

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    LA PENNSULA DE COREA

    Corea del Norte dispona de un notable desarrollo econmico con un elevado crecimiento de la industria pesada, aunque con poca dedica-cin a la produccin de bienes de consumo. No obstante, la cada de la Unin Sovitica, su principal proveedor de combustibles, produjo la paralizacin durante los aos noventa de gran parte de su industria y provoc una gran crisis econmica con consecuencias especialmente graves para la poblacin, ms teniendo en cuenta la dedicacin de un porcentaje exagerado de su PNB a gastos de defensa, aproximadamen-te la cuarta parte. Todava hoy sigue siendo excesivamente dependiente de la ayuda internacional y en la reclamacin del suministro de esta basa muchas de sus actuaciones.

    2. Historia de Corea

    Al igual que sucedi en gran parte del resto del mundo, la domesti-cacin de plantas y animales trajo la instalacin del hombre en asenta-mientos fijos y la creacin de aldeas, pueblos y, posteriormente, durante la Edad de Bronce, ciudades que acabaran por convertirse en pequeos Estados en los que, aunque manteniendo los hbitos tribales, ya conta-ban con una incipiente estructura poltica organizada sobre la base de la unidad territorial. Son estas ciudades las que sealaron el nacimien-to de las primeras estructuras en la pennsula de Corea, hacia el 2.300 a.C, en lo que se conoce como periodo Gojoseon o Joseon Antiguo. Durante los ltimos siglos antes de Cristo la influencia desde el norte se fue haciendo sentir a travs de sucesivas penetraciones, tanto me-diante invasiones como por la infiltracin poltica y econmica de los refugiados de las luchas de los sucesivos imperios que se iban relevando en China.

    Durante el primer milenio de nuestra era se estableci el periodo denominado de los Tres Reinos8. Las tres entidades tribales que se convirtieron en reinos fueron Goguryeo, Baekje y Silla. Goguryeo (o Koguryo, 37 a.C. a 668 d.C), estaba situada en el cauce medio del ro Yalu y bas su evolucin en el hecho blico con el pueblo chino. En su periodo de ms expansin lleg a ocupar zonas al norte, en el interior

    8 SETH, Michael J., A history of Korea. From antiquity to the present, Plymouth; Rowman & Littlefield Publishers, Inc, 2011, pp. 27 y ss.

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    LA PENNSULA DE COREA

    de Manchuria. El segundo, Baekje (o Paekche, 18 a.C. a 661 d.C.), se encontraba en la zona el ro Han, en las proximidades de lo que hoy es Sel. Fue desplazndose hacia el sur para evitar a los enemigos del nor-te, llegando en el siglo iv a dominar toda la zona suroeste de la pennsu-la. Hacia el siglo iii se convirti en un estado comercial y sus relaciones con las islas de Japn permitieron trasladarles la cultura continental. Por ltimo, Silla (o Sil La, 57 a.C. a 935 d.C.) ocupaba el sur de la pe-nnsula y era el ms dbil y menos desarrollado de los tres, aunque por su situacin poda permanecer alejado de las agresiones chinas. As, fue extendiendo su poder y en el siglo vi lleg a tener bajo su control todas las ciudades-Estado de la zona sudeste9. En la costa meridional naci otro Estado denominado Kaya que, a mediados del vi fue con-quistado por Silla, poniendo en prctica su poltica expansionista10. En el ao 661 y con la ayuda de las fuerzas de la dinasta china Tang conquist el reino de Baekje, lanzndose entonces a por Goguryeo que, despus de resistir durante varios aos, fue finalmente derrotada en el ao 668, crendose el primer Estado unificado de la pennsula tras vencer en el ao 676 a sus antiguos aliados chinos, que queran hacerse con el control de los dos reinos derrotados. Este reino, denominado Silla Unificada, signific el auge de la cultura, especialmente por lo que respecta al arte budista. Durante 260 aos se mantuvo esta unin, al mismo tiempo que en la parte sur-central de Manchuria se fund el reino Balhae (o Bal Je) sobre la base de la estructura de los Goguryeo. Finalmente, las luchas dinsticas por la sucesin de los reinos de Go-guryeo y Baekje minaron la preeminencia de Silla. Los descendientes de los lderes de aquellos derribaron el reino de Silla, dando comienzo la dinasta de Goryeo (o Koryo, de donde deriva el nombre actual de Corea, de 918 a 1392), y estableciendo la capital en Kaesong, ciudad que, como se ver ms adelante, ha tenido una gran importancia en la historia de la pennsula.

    Durante la dinasta Goryeo se vio un gran auge del budismo y una serie de notables avances tecnolgicos, como la invencin de un linoti-po mvil en 1234, dando lugar a las primeras escrituras impresas. Con el paso del tiempo el reino se fue debilitando por las luchas entre los

    9 KI, Baik Lee, Nueva historia de Corea, Buenos Aires; Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1988, pp. 41 y ss.

    10 SETH, M. J., op. cit., pp. 67 y ss.

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    LA PENNSULA DE COREA

    funcionarios letrados y el poder militar, as como entre confucionistas y budistas. En 1170 el ejrcito expuls a los funcionarios e intent ha-cerse con el control, quitando poder a los reyes, lo que dio lugar a un largo periodo de luchas internas. En 1231 Goryeo comenz a sufrir las incursiones de los mongoles y, a pesar de una resistencia de casi treinta aos, acab siendo un estado vasallo de estos durante un siglo, hasta que consigui expulsarlos en 1356, pero ya no fue capaz de darle a las instituciones la solidez que haban tenido antao.

    En 1392 el general Yi Seong-gye fue enviado por Goryeo a luchar contra la dinasta china Ming pero este, apoyado por la aristocracia, dio un golpe de Estado, dando por finalizada la poca Goryeo y co-menzando la dinasta Choson (o Joseon, de 1392 a 1910)11, caracte-rizada porque se puso fin a la influencia del budismo y se afianz la doctrina confuciana, siendo el ltimo Estado feudal de la historia de Corea. El sistema poltico que se estableci estaba bien estructurado, dando un alto valor a la formacin acadmica, con un sistema de ex-menes para acceder a la administracin; la sociedad, inmersa en el confucionismo, daba un alto valor a lo acadmico y mucho menos al comercio y la industria manufacturera. Se considera que su po-ca de mximo esplendor tuvo lugar durante sus dos primeros siglos y especialmente durante el periodo de su cuarto rey, Sejong (1418-1450), con un alto florecimiento cultural y artstico, significndose por la creacin del alfabeto coreano, el denominado Hangeul (o Hangul). En 1592 los japoneses invadieron el territorio de la dinasta Choson como va para acometer a su vez a la de China. Aunque finalmente se consigui expulsar a los japoneses en 1598, para la dinasta Choson el efecto fue desastroso, ya que el territorio termin arrasado, adems de perder a gran cantidad de artesanos y tcnicos, trasladados por la fuerza a Japn. Una vez ms, la pennsula de Corea fue invadida por los manches, entre 1627 y 1636. Durante esta poca se vivi el auge del movimiento Silhak (o Shirak), Escuela de Estudios Prcticos, crea-da entre los funcionarios eruditos y liberales que propugnaban me-joras agrcolas e industriales y reformas drsticas en la distribucin de la tierra, aunque la falta de poder real impidi que los gobiernos, esencialmente conservadores, las tuvieran en cuenta. En general, se puede afirmar que durante los siglos xvii y xviii, Corea disfrut de

    11 Ibid., pp. 127 y ss.

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    LA PENNSULA DE COREA

    gobiernos y administraciones capaces, aunque no estuvieron exentos de enfrentamientos internos. En el plano econmico fue la poca del desarrollo monetario y del sistema de mercado. Los cambios, no obs-tante, afectaron al sistema poltico y social y la dinasta comenz a desmoronarse a lo largo del siglo xix.

    Durante este siglo Corea se opuso firmemente a las demandas occi-dentales de establecer relaciones diplomticas y comerciales12. De esta forma, en 1866 se enfrent militarmente a Francia y en 1871 recha-z a una expedicin estadounidense. Corea se hallaba unida a China mediante una alianza, pero esta luchaba por su propia independen-cia contra la invasin occidental, por lo que no pudo prestarle apoyo cuando fue necesario. Su postura aislacionista no pudo evitar que, en 1882, Estados Unidos consiguiera un acuerdo por el que se obtenan tarifas reducidas para el comercio y una clusula de extraterritoria-lidad. Despus de este acuerdo siguieron otros con Inglaterra y Ale-mania (1883), Italia y Rusia (1884) y Francia (1886). Tras el acuerdo con Estados Unidos se produjeron tensiones, fruto de la apertura co-mercial con el exterior y, as, en el mismo ao de su firma, tuvieron lugar motines que provocaron la intervencin tanto de China como de Japn. Con el primero se firm un acuerdo que otorgaba privilegios que no haban dado a ninguna otra nacin, al mismo tiempo que se reforzaba su presencia en Corea. La apertura a Occidente dio lugar al enfrentamiento de las facciones liberales, partidarias de la transforma-cin en un estado moderno y progresista, con los ms conservadores. Los primeros, temiendo ser exiliados o exterminados, tomaron junto a tropas japonesa el palacio en 1884, estableciendo un gobierno pro-gresista, aunque fueron derrocados solo dos das despus por tropas chinas. Al poco tiempo Japn entr en el pas con fuerzas militares para exigir indemnizaciones por los japoneses muertos en esta lucha de poder, consiguiendo que en 1885 se firmara un acuerdo con Chi-na por el que ambos pases se comprometan a sacar sus tropas y a no intervenir salvo para proteger sus intereses y a sus ciudadanos. En los aos siguientes Corea vio como su territorio era escenario de las rivalidades internacionales y de las ambiciones de sus vecinos ms po-derosos; dos importantes conflictos, las guerras entre China y Japn

    12 Ibid., pp. 225 y ss.

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    (1894-1895) y entre Rusia y Japn (1904-1905) seran definitivos para la futura historia de Corea.

    Desde 1885 China haba tomado una serie de iniciativas para incre-mentar su dominio en Corea. Situando a personal de tendencias pro-chinas en la administracin alcanz a tener el control total del gobierno coreano. Se intent deponer al rey coreano Kojong, pero este solicit ayuda a Rusia y consigui mantener su trono. La opinin japonesa, por su parte, era que el control de la estabilidad en Corea era vital para la seguridad de Japn. La accin de China en Corea perjudicaba claramente los intereses econmicos de Japn, ya que mientras las ex-portaciones de aquella no dejaban de crecer, las de este iban a la baja. La determinacin china de ocupar Corea acelerara el camino hacia las hostilidades. Una secta religiosa coreana favorable a la monarqua, los Tonghak, encauz el descontento mediante un levantamiento popu-lar, lo que provoc que Corea pidiera ayuda a China, que acudi con fuerzas terrestres y navales. Dado que Japn tena derecho a proteger a sus ciudadanos y a sus intereses en la zona, envi una fuerza a Corea, presentando una serie de peticiones para as terminar con la situacin de crisis: reformas en el sistema de eleccin de cargos para el gobierno, reformas fiscal, judicial y educativa, as como la mejora de las fuerzas del orden, pero estas peticiones fueron rechazadas por el gobierno, con-trolado totalmente por la potencia china. Ante esta negativa, las tropas japonesas tomaron el Palacio Real y cambiaron el gobierno, rechazan-do los acuerdos previos firmados con China. Finalmente, la guerra se declar el 1 de agosto, pero la superioridad militar de Japn se mostr manifiesta, haciendo retroceder en pocos das a las tropas chinas. El 20 de agosto se firm un acuerdo entre Corea y Japn por el que el prime-ro aceptaba las condiciones japonesas, as como la apertura comercial. Pronto, adems, la revuelta Tonghak fue totalmente eliminada.

    En 1896 Corea inici conversaciones con Rusia para conseguir el regreso del rey Kojong, llegando a un acuerdo por el que adems se re-conoca la independencia de Corea y se consegua la proteccin militar hasta que no se dispusiera de un nuevo ejrcito. Como en la poca an-terior de influencia china, la corrupcin se instal en la administracin poltica. El intento ruso de establecer bases navales hicieron recelar a Japn, pero el enfrentamiento se acrecent cuando Rusia invadi Man-churia en 1900. La importancia que Japn daba a Corea para proteger su seguridad se manifest con el intento de acuerdo con Rusia por el

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    que esta se quedara con Manchuria mientras que Japn se quedara con la pennsula, aunque finalmente este acuerdo no lleg a buen tr-mino. La tensin creci cuando tropas rusas entraron y comenzaron a instalarse en el puerto coreano de Yong-ampo y, finalmente, el 10 de febrero de 1904, Japn declar la guerra. Con el beneplcito de los Estados Unidos, Japn tom el control absoluto de Corea y tras va-rios enfrentamientos terrestres y navales se puso fin a la guerra con la victoria japonesa. Japn destituy al rey coreano y. a partir de 1910, comenz una ocupacin de facto que se prolongara hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Esta ocupacin supuso una dura prueba para el pueblo de Corea, ya que los recursos alimentarios eran enviados a Japn mientras que se sufra un importante dficit en la pennsula, adems de soportar una dura opresin. En marzo de 1919 se llevaron a cabo importantes protestas, en lo que se conoce como Movimiento para la Independencia que, aunque fracas con un balance elevado de muertes, cre un sentimiento nacional, de identidad y de patriotismo, que anim a seguir la resistencia mediante el establecimiento de un go-bierno provisional en Shanghai, desde donde se organiz la lucha ar-mada contra la colonizacin japonesa en Manchuria. Japn, durante las dcadas de ocupacin, impuso una poltica de asimilacin cultural aunque, a pesar de todo, los coreanos consiguieron mantener su propia identidad.

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    II. DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL A LA GUERRA FRIA

    1. La creacin de las dos Coreas

    La existencia de dos Coreas constituye una anormalidad resultado de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Fra. Como se ha visto, la historia de Corea es muy antigua, ya que se inicia en el tercer milenio antes de Cristo, con una sucesin de dinastas que se fueron sucediendo hasta la Joseon. En 1910 Japn ocupa Corea, por motivos principal-mente econmicos. La explotacin y las barbaries cometidas por los ja-poneses en Corea hicieron aumentar el nacionalismo coreano. En 1919 se inicia el movimiento de independencia Samil y, posteriormente, se instala un gobierno de liberacin nacional en Shanghai, China.

    Durante la Segunda Guerra Mundial se plantea por los aliados el destino de Corea. En la Conferencia de El Cairo, en 1943, se prome-te a los coreanos la independencia13. En las conferencias de Yalta y Postdam se decide liberarla de la colonizacin por parte de Japn14. Pero el problema fue que ya desde finales de la Segunda Guerra Mun-dial los aliados no se fiaban mutuamente de ellos, por lo que no que-

    13 VEIGA, F., DA CAL, E., DUARTE, A., La paz simulada. Una historia de la guerra fra. 1941-1991, Alianza Universidad, 1997, 472 pp., p 86.

    14 FONTANA., J., Por el bien del Imperio. Una historia del mundo desde 1945, Barcelona; Editorial Pasado & Presente, 2011, pp. 156 y ss.

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    DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL A LA GUERRA FRA

    ran retirarse del terreno por miedo a que lo ocupase el otro, directa o indirectamente.

    Roosevelt y Truman propusieron a Stalin un quinquenio de tutela internacional; sin embargo los partidos coreanos, a excepcin del co-munista -como indica Fontana- se oponan. Entretanto, el 10 de agosto de 1945, Estados Unidos encarg a dos militares la delimitacin en la pennsula de dos zonas de ocupacin, pensadas respectivamente para norteamericanos y rusos. Propusieron con bastante arbitrariedad el pa-ralelo 38 lo que, ante la sorpresa norteamericana, aceptaron los rusos, que podan haberse adueado de la pennsula15.

    En 1947 la ONU, a iniciativa de EE.UU., crea una Comisin tem-poral para Corea, boicoteada por la URSS y el bloque socialista16. En la zona sur ocupada por los norteamericanos el 15 de agosto de 1948 se proclama la Repblica de Corea as como una constitucin. El nuevo gobierno profundamente anticomunista y pronorteamericano estaba dirigido por Syngman Rhee, formalmente democrtico. A pesar de ello era un Estado policaco y brutal, como indica Fontana17. Rhee era el candidato de Estados Unidos, donde haba residido un largo periodo, tena muy buena relacin con los nacionalistas chinos le apoyaba tam-bin Chiang Kai-Shek, y era cristiano. Indica Halberstam que algu-nos norteamericanos lo apoyaban por sus creencias religiosas (y las de Chiang) que facilitaban mucho las cosas, pues aunque eran asiticos, en el fondo compartan el mismo sistema de valores18. La Asamblea Gene-ral de Naciones Unidas, a travs de la Res 195 (III) de 12 de diciembre de 1948, reconoci su gobierno como representante legal. Esa resolu-cin creaba una comisin para que realizase buenos oficios para la uni-ficacin de Corea y la integracin de las fuerzas de seguridad, lo que todava est por ver.

    Al norte de Corea Kim Il-sung cre un rgimen que todava per-dura, que adopt tambin su constitucin en agosto de 1948, y pro-

    15 En este sentido FONTANA, J., p. 157.16 ZORGBIBE, C., Historia de las relaciones internacionales. Del sistema de Yalta

    hasta nuestros da; Alianza Universidad, 1997, pp. 172 y ss.17 As, como indica Fontana, en 1948 realiz una represin en la Isla de Cheju,

    que llev a la muerte a 60.000 civiles y que provoc la huida a Japn de 40.000, de una poblacin de 300.000

    18 HALBERSTAM, David, La guerra olvidada. Historia de la guerra de Corea, Barcelona; Memoria Crtica S.L. 2009, p. 89.

    Kim Il Sung

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    DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL A LA GUERRA FRA

    ran retirarse del terreno por miedo a que lo ocupase el otro, directa o indirectamente.

    Roosevelt y Truman propusieron a Stalin un quinquenio de tutela internacional; sin embargo los partidos coreanos, a excepcin del co-munista -como indica Fontana- se oponan. Entretanto, el 10 de agosto de 1945, Estados Unidos encarg a dos militares la delimitacin en la pennsula de dos zonas de ocupacin, pensadas respectivamente para norteamericanos y rusos. Propusieron con bastante arbitrariedad el pa-ralelo 38 lo que, ante la sorpresa norteamericana, aceptaron los rusos, que podan haberse adueado de la pennsula15.

    En 1947 la ONU, a iniciativa de EE.UU., crea una Comisin tem-poral para Corea, boicoteada por la URSS y el bloque socialista16. En la zona sur ocupada por los norteamericanos el 15 de agosto de 1948 se proclama la Repblica de Corea as como una constitucin. El nuevo gobierno profundamente anticomunista y pronorteamericano estaba dirigido por Syngman Rhee, formalmente democrtico. A pesar de ello era un Estado policaco y brutal, como indica Fontana17. Rhee era el candidato de Estados Unidos, donde haba residido un largo periodo, tena muy buena relacin con los nacionalistas chinos le apoyaba tam-bin Chiang Kai-Shek, y era cristiano. Indica Halberstam que algu-nos norteamericanos lo apoyaban por sus creencias religiosas (y las de Chiang) que facilitaban mucho las cosas, pues aunque eran asiticos, en el fondo compartan el mismo sistema de valores18. La Asamblea Gene-ral de Naciones Unidas, a travs de la Res 195 (III) de 12 de diciembre de 1948, reconoci su gobierno como representante legal. Esa resolu-cin creaba una comisin para que realizase buenos oficios para la uni-ficacin de Corea y la integracin de las fuerzas de seguridad, lo que todava est por ver.

    Al norte de Corea Kim Il-sung cre un rgimen que todava per-dura, que adopt tambin su constitucin en agosto de 1948, y pro-

    15 En este sentido FONTANA, J., p. 157.16 ZORGBIBE, C., Historia de las relaciones internacionales. Del sistema de Yalta

    hasta nuestros da; Alianza Universidad, 1997, pp. 172 y ss.17 As, como indica Fontana, en 1948 realiz una represin en la Isla de Cheju,

    que llev a la muerte a 60.000 civiles y que provoc la huida a Japn de 40.000, de una poblacin de 300.000

    18 HALBERSTAM, David, La guerra olvidada. Historia de la guerra de Corea, Barcelona; Memoria Crtica S.L. 2009, p. 89.

    Kim Il Sung

    clam, el 9 de septiembre la Repblica Popular de Corea, reconocida en octubre por la URSS como nico gobierno legtimo de Corea. Kim Il-sung haba sido patrocinado desde haca tiempo por los soviticos. Lleg durante la Segunda Guerra Mundial, con el apoyo de Stalin y con el ejrcito Rojo19. Desde el principio tuvo como modelo el sistema sovitico. Era muy nacionalista y, por lo tanto, muy contrario a la colo-nizacin japonesa. Tambin estuvo mucho tiempo vinculado al partido comunista chino. Fue consciente de que la expulsin de los japoneses de Corea requera la ayuda exterior. En ese contexto consideraba que el apoyo sovitico era, en los cuarenta, un respaldo mayor que el de Chi-na, que haba desempeado en la historia de Corea un papel hegemni-co mayor. Carente de carisma, a diferencia de otros lderes comunistas como Tito o Mao Zedong, sera muy fiel a la doctrina estalinista, lo que

    19 Ibid., pp. 91 y ss.

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    impregn el rgimen hasta la actualidad. La existencia de dos Coreas era un anacronismo, como tambin lo fue la existencia de dos Alema-nia, o la participacin de otros Estados, como resultado de los equili-brios de poder del nuevo mundo que se abra y del conflicto este-oeste.

    2. La guerra de Corea y la creacin de los dos bloques

    La guerra de Corea debe analizarse en el marco del conflicto este-oeste. Zorgbibe20 distingue este de otros conflictos como Indochina, In-donesia, Malasia, Filipinas o Birmania por constituir, en esencia, un conflicto puro este-oeste, el primer enfrentamiento ligado a la guerra fra. Si nos retrotraemos a aquellos momentos vemos que hay un punto de ruptura entre los aliados, ya durante la Segunda Guerra Mundial, donde empieza a haber signos de resquebrajamiento de la alianza. La gran alianza que llev a la victoria sobre el Eje tena los cimientos d-biles y muy pronto empiezan a aflorar las tensiones en torno al reparto del nuevo mundo que se vislumbraba a resultas de los rescoldos del anterior.

    Al final de la conflagracin mundial, antes de la rendicin del Reich, Churchill ordena al mariscal Montgomery que guarde las armas cap-turadas a los alemanes por si fuese necesario usarlas contra los sovi-ticos21. La denominada Operacin impensable (22 de mayo de 1945) evidencia la existencia de mltiples disensiones que se van manifestan-do en los aos siguientes. Las razones de esta ruptura de la alianza son variadas, pero cabe destacar algunas, que influiran tanto en el conflicto de Corea como en otros escenarios de enfrentamiento y en la construc-cin del orden y las instituciones internacionales.

    Algunos autores han puesto de manifiesto la relevancia de la fal-ta de experiencia de Truman en materia de relaciones internacionales, tras el fallecimiento de Roosevelt. Truman fue muy susceptible a los puntos de vista de sus asesores, que eran muy antisoviticos, como ha sealado Powaski22. Para Fontana23 la declaracin personal de guerra

    20 ZORGBIBE, Historia.., op.cit., p. 173.21 FONTANA, J., op.cit., p. 45.22 POWASKI., R. E., La guerra fra. Estados Unidos y la Unin Sovitica, 1917-

    1991, Barcelona; Editorial Crtica, 2011, pp. 87 y ss, pp.112-113.23 FONTANA, J., op.cit., 57.

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    fra de Truman se produce el 5 de enero de 1946 con su famosa frase estoy harto de mimar a los rusos, y por la presin de los asesores que le rodeaban.

    Por lo dems, tanto en la crisis de Corea como en otros escenarios de la guerra fra influy mucho la idea en los occidentales de que Stalin tena un proyecto de hegemona mundial a corto plazo, de extensin del comunismo, que haba que frenar. Pero no estaba tan claro que Stalin tuviese ese proyecto. En Corea influy mucho la experiencia de Mu-nich, previa a la Segunda Guerra Mundial. En las primeras reuniones en la Casa Blair, inmediatas a la ocupacin norcoreana, donde se deci-de el rumbo a seguir, hubo consenso entre los miembros del Consejo de Seguridad Nacional de que el cruce del paralelo 38 por los norcoreanos era como una invasin entre pases (y de la Carta de las Naciones Uni-das), que evocaba la invasin por Hitler de Austria y Checoslovaquia o de Manchuria por Japn. Truman y sus asesores consideraron, pues, de que en Corea la cuestin no era tanto la propia invasin de ese territo-rio cuanto que Estados Unidos deba responder a una provocacin co-munista; adems, para Halberstam24 estaban plenamente convencidos de que la invasin se haba decidido en Mosc, y que el gobierno corea-no no haca sino obedecer al dictado. Lo que Estados Unidos tema era el efecto domin, el primer movimiento de una operacin ms amplia, que consider que haba que cortar.

    La apertura posterior de los archivos ha evidenciado que la deci-sin de iniciar la guerra fue, sin embargo, de Kim Il-sung y que Stalin se haba plegado a sus deseos de mala gana25. Por ello no se trataba de una pieza en un diseo sovitico expansionista. En los preludios de la guerra fra era casi inevitable el enfrentamiento, fundamentalmente por la voluntad de Estados Unidos de impulsar un proyecto de hegemona mundial26. Es cierto que el sistema de Yalta gener un orden poltico-jurdico mundial basado en el acuerdo poltico de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Las Conferencias de Mosc, Tehern, Dumbarton Oaks, Yalta y Postdam vertebraron la posterior evolucin jurdica de la sociedad internacional. Yalta y la Carta de las Naciones Unidas resultan del acuerdo entre las tres potencias victoriosas (USA,

    24 HALBERSTAM, D., op. cit., p. 11925 Ibid.26 FONTANA, J., op.cit. 46.

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    URSS, UK) aunque se caracterizase posteriormente por una configu-racin de fuerzas bipolar27; la Carta ONU se redact teniendo en cuen-ta las relaciones de fuerza de aquella poca, que mantena la lgica previa del sistema de equilibrio.

    Aun con todo en aquel momento la mayor potencia de la comunidad internacional era Estados Unidos. La URSS todava no poda afrontar un proyecto hegemnico en todo el mundo. En Postdam se haba reco-nocido la divisin del mundo en bloques, en esferas de influencia, de manera que implcitamente en cada bloque la potencia dominante era o Estados Unidos o la Unin Sovitica. Pero desde los primeros momen-tos cualquier dinmica que hubiese podido impedir la consagracin de los dos bloques se fren. Enseguida EE.UU. vio que la nueva amenaza potencial, vencidas Italia, Alemania y Japn, era la Unin Sovitica. Las tensiones entre EE.UU. y la URSS se inician pronto, en torno al cumplimiento del Acuerdo de Yalta sobre Polonia, en abril de 1945, si bien al estar todava en marcha la guerra con Japn hubo condescen-dencia. Las tensiones se prolongaron en otros temas, con Turqua (y la revisin del acuerdo de Montreux sobre el estrecho, de 1936, que plan-teaba Rusia) o Irn (EE.UU. exigi y consigui la retirada de la URSS).

    3. Corea y la doctrina de la contencin

    En este contexto se configura la doctrina de la contencin. Truman dio un discurso el 12 de marzo de 1947 ante el Congreso de EE.UU. en el que se refera a la confrontacin entre el bien y el mal, entre el mundo libre y el comunismo. Para Truman (doctrina Truman) se deba apoyar a los pueblos libres que estn resistiendo las tentativas de sometimien-to de minoras armadas o presiones extranjeras. Desde entonces hubo distintos teatros de la guerra fra, en diversos frentes, entre los que muy sucintamente destacan los siguientes.

    De un lado, desde que se lanzaron las bombas atmicas en Hiro-shima y Nagasaki se empieza a vislumbrar la carrera nuclear. En un

    27 Vid. sobre esto CHAUMONT, C., LONU, Puf n 748, Pars, 1974, p. 11; HE-LLER, A., FEHER, F., De Yalta a la Glasnot, Madrid, 1992; FERNNDEZ LIESA, C., La relacin entre poder y derecho en el Derecho internacional, Teora y metodologa del Derecho. Estudios en homenaje al profesor Gregorio Peces-Barba, vol. II, Dykinson, 2008, pp. 471-472.

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    primer momento EE.UU. va a ser durante unos aos la nica potencia atmica, hasta que en agosto de 1949 los soviticos hacen estallar su primer artefacto nuclear. Desde 1946 EE.UU. buscar frenar la posi-bilidad de que otros tengan dicho armamento, para lo que present en 1946 el Plan Baruch ante la comisin de energa atmica de la ONU, que no acept la URSS; otros elementos de tensin vendran determi-nados en diversos pases europeos, con objeto de evitar la penetracin del comunismo en diversos pases. A EE.UU. lo que le preocupaba era que el comunismo se extendiese por los pases que haban quedado del lado occidental, mediante elecciones democrticas.

    Por ello a EE.UU. le preocupaba especialmente la situacin en Gre-cia, Turqua o Italia, entre otros pases. En Grecia el Reino Unido dijo que no poda asumir la carga y EE.UU. debi hacerlo, acudiendo al Congreso para que autorizase una ayuda de 300 millones de dlares a Grecia y 100 a Turqua. En el mismo sentido la aprobacin del Plan Marshall por el Congreso norteamericano y su firma el 3 de abril de 1948 form parte de esta estrategia. En las elecciones en Italia, en 1949, tuvo un papel sobresaliente la CIA, en colaboracin con la Iglesia cat-lica, que lleg a publicar en julio de 1949 un decreto que excomulgaba a quienes defendiera la doctrina comunista, materialista o anticristiana. La crisis de Berln o la creacin de la Alianza Atlntica tambin for-maban parte de la lgica de la denominada doctrina de la contencin28.

    Esta doctrina llev a que Estados Unidos redefiniese su doctrina de seguridad nacional de una manera que influira de manera notoria y durante largo tiempo en las relaciones internacionales. En julio de 1947 se aprueba el Nationalsecurityact, se funda la CIA, se crea la NSA (National Security Agency), entre otras medidas. En 1950 la guerra de Corea se produce en el entorno de la adopcin de un importante docu-mento de seguridad, que permanecera secreto hasta los aos setenta, el denominado NSC-68, aprobado el 14 de abril de 1950, y que el presi-dente Truman orden que se mantuviese secreto. Se trataba de un paso definitivo e importante en la doctrina de la contencin, que tendra un impacto en la poltica exterior, de seguridad y defensa durante dcadas.

    Como ha analizado Powaski29 se buscaba hacer de EE.UU. la po-lica del mundo. Tendra mucha importancia pues sera la base de

    28 Vid. FONTANA, J. pp. 68 y ss.; POWASKI, R.E. pp. 100 ss.29 POWASKI, R.E. op.cit., p. 110; FONTANA, J. pp. 88 y ss.

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    la guerra fra durante las dcadas siguientes. Se consideraba que el momento de mximo peligro sera 1954, cuando la URSS tuviera su-ficientes armas atmicas, que podran contrarrestarse con la bomba de hidrgeno. En el documento se consideraba que la URSS apoyara guerras en Estados satlites, a las que deberan responder EE.UU. y sus aliados mediante fuerzas tradicionales. Sobre estas bases se fun-damentaba la peticin de un incremento de ms del 350% en el presu-puesto anual de defensa, como parte del nuevo consenso para respon-der a la amenaza comunista, representada por la URSS y, en menor medida, por China. El presupuesto militar pas de 13.500 millones de dlares en 1951 a 53.000 en 1953. Para Fontana el gran cambio de este documento es que se pasa abiertamente a un terreno militar, mar-ginando los razonamientos polticos. En la primera fase de la guerra fra (1949-53) adems se visualiz la teora del domin. Dos meses despus de aprobado el documento se produce el ataque de Corea del Norte a Corea del Sur. Toda esta atmsfera doctrinal de la conten-cin influy poderosamente en la decisin norteamericana de apoyar a Corea del Sur.

    La decisin de Truman de enviar tropas de combate a Corea, como indicaba Powaski, fue el principio de la cruzada que tena por objeto contener el comunismo en el tercer mundo, mediante la participacin directa de EE.UU. La cruzada no solo tuvo lugar en Corea, o en otros escenarios, sino tambin dentro de cada bloque, incluso en el america-no, como viene reflejado en la caza de brujas del senador McCarthy, que llev a poner en la lista de sospechosos a los homosexuales, que en teora seran ms proclives al comunismo.

    Sin embargo, la doctrina de la contencin no haba previsto una agresin como la de Corea. Lo que los estrategas norteamericanos te-nan en mente era un conflicto entre ambos bloques, fundamentalmen-te en territorio europeo, o un ataque sovitico por sorpresa al propio territorio de EE.UU. Indica Kissinger que Rusia y China debieron pen-sar que Estados Unidos no se opondran a una toma comunista de la mitad de Corea, despus de haber aceptado una victoria comunista en China30; la guerra de Corea habra surgido, pues, del equvoco de los comunistas de pensar que EE.UU. no se involucrara. Adems, hay que recordar que los norteamericanos haban declarado pblica y expre-

    30 KISSINGER, Henry, Diplomacia, Barcelona; Ediciones B, 1994, pp. 503 y ss.

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    samente que Corea no formaba parte del permetro de seguridad de EE.UU. As lo hizo tanto MacArthur como Dean Achesson, que el 12 de enero de 1950 seal que en lo tocante a la seguridad militar de otras zonas del Pacfico debe quedar claro que nadie puede garantizar estas zonas contra un ataque militar. Pero tambin debe quedar claro que semejante garanta casi no es sensata o necesaria dentro del mbito de la relacin prctica. Poco antes, en 1949, se haban retirado las tro-pas extranjeras de las dos Coreas. Todo ello llevaba a pensar a la URSS, y probablemente a los otros actores en juego, las dos Coreas y China, que una reaccin defensiva de Estados Unidos en apoyo de Corea del Sur sera improbable. As lo debi valorar tambin Stalin quien, indica Jruschov en sus memorias31, se dej convencer por Kim Il-sung de que la empresa era muy fcil.

    4. La internacionalizacin del conflicto

    El conflicto se internacionaliza cuando Estados Unidos, primero, y China, despus, deciden intervenir. La evolucin del conflicto llev a pensar en una posible tercera guerra mundial. El 13 de julio de 1950 Achesson declara queda todava la cuestin de saber si aquel que uti-lice armas atmicas sera culpable de un crimen contra la humanidad y debera ser marcado como criminal de guerra. Es evidente que todo eso equivale a esquivar la verdadera cuestin. El verdadero crimen contra la humanidad es la agresin32.

    Las razones para que Estados Unidos decidiese entrar en la guerra para apoyar a Corea del Sur son variadas. En primer lugar, se trataba de mantener su prestigio de primera potencia. Su papel hegemnico en el marco de las relaciones internacionales de la poca y en el conflicto este-oeste se hubiese visto debilitado si EE.UU. no se hubiese involu-crado y tcitamente hubiese cedido la plaza a los pases comunistas. Adems, en segundo lugar, de no haber hecho nada se tema que hu-biese un efecto repeticin en Europa. Es decir, desde el punto de vista preventivo, como indica Powaski33 era necesario oponer resistencia en

    31 Citadas por KISSINGER, op.cit., p. 507 y ss.32 ZORGBIBE, C., op. cit., p. 183.33 POWASKI, R. E., op. cit., p. 112

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    Corea del Sur para evitar pensaba el gobierno de EE.UU. que, por ejemplo, Alemania Oriental agrediese asimismo a Alemania Occiden-tal en Europa, lo que en el contexto geopoltico s que estaba previsto como un escenario muy preocupante.

    En la adopcin de la decisin de EE.UU. de entrar fue importante el denominado prisma de Munich34, es decir, de comportarse con Stalin de manera igual que con Hitler cediendo para apaciguar, lo que ya se saba que haba conducido a la Segunda Guerra Mundial. En tercer lugar, las Naciones Unidas y su sistema de seguridad colectiva se ha-ban diseado para evitar e impedir situaciones de esta naturaleza, por lo que hubiese sido un fracaso para una organizacin que, en los aos cuarenta estaba controlada por los pases occidentales y por Estados Unidos. Hubiese sido un fracaso para la primera puesta a prueba del sistema de seguridad colectiva. Finalmente, para EE.UU. la situa-cin en Asia no poda evolucionar peor y haba que intervenir. Perdida China, si se permita que las dos Coreas cayesen del lado comunista, la influencia occidental en el continente se vera debilitada.

    Por su parte, si bien la Unin Sovitica no entr formalmente en guerra, parece que permiti que Corea del Sur la iniciase, supiese o no el momento exacto en que se inici, sobre lo que parece que no hay consenso doctrinal, como tampoco lo hay, como veremos luego, sobre las razones exactas de su inasistencia al Consejo de Seguridad en el que se debati la invasin de Corea del Sur. As, para Powalski la URSS no tena conocimiento del momento preciso. Sin embargo Zubok35 en-tiende que la decisin de ir a la guerra fue de Stalin. En todo caso no cabe duda de que, aunque fuese idea del lder coreano, Stalin de manera directa o indirecta lo permiti.

    Un hecho muy relevante a estos efectos fue el giro estratgico y de poltica internacional que supondra el gran xito que para la poltica exterior sovitica supuso, dos meses antes de la invasin, el nuevo Tra-tado chino-sovitico, de febrero de 1950, que sustitua al que Stalin haba celebrado con Chiang Kai-Shek en 1945. Este tratado supona un cambio de alianzas y un duro golpe al equilibrio de Yalta, que encajaba en la posicin de la URSS en Corea. As, indica Zubok,

    34 HALBERSTAM, D., op.cit., p. 117.35 ZUBOK, V. M., Un imperio fallido. La Unin Sovitica durante la guerra fra,

    Barcelona; Editorial Crtica, 2008, p. 134.

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    Stalin pas de centrar su inters en Europa y Alemania a hacerlo en Extremo Oriente. Si hasta 1949 el Kremlin haba prestado una ayuda mnima a comunistas y revolucionarios asiticos, la victoria de los comunistas chinos llev a Stalin a cambiar sus prioridades. En todo caso, como indica Bajanov (citado por Zubok), las principales razo-nes que llevaron a la URSS a cambiar su poltica sobre Corea fueron, en primer lugar, la victoria de los comunistas en China, despus de largos aos de batallas, en las que la URSS no parece haber confiado mucho en sus colegas ideolgicos; en segundo lugar supuso un cam-bio importante la obtencin de la bomba atmica por la URSS a fina-les de los aos cuarenta. En tercer lugar, en el lado occidental se crea la Alianza Atlntica, lo que fue muy mal visto por la URSS, y se van produciendo un empeoramiento progresivo y general de las relaciones entre los bloques. A ello se una finalmente, la sensacin de debilidad de la posicin de EE.UU. en Asa, tras la victoria comunista en Chi-na. Probablemente, pensaban chinos y soviticos, los occidentales no responderan a la invasin.

    Por su parte, aunque se pens que tal vez China no entrase en el conflicto, como indic Chu en Lai, en un telegrama de 20 de agosto enviado a la ONU, Corea es la vecina de China. El pueblo chino no puede desinteresarse del desenlace del asunto coreano; China entrara en la guerra, perdera un milln de hombres, lo que tampoco haba previsto EE.UU. Las razones de China eran tambin variadas pero se comprenden en el contexto de su patio trasero y de su nuevo papel en el nuevo orden internacional naciente.

    El conflicto finaliza, como es sabido, sin un tratado de paz. Lleg un momento en que ninguno tena la fuerza suficiente como para vencer al contrario y que, al mismo tiempo, se estim que se haban alcanzado los objetivos. As, como indica Zorgbibe36, al poco de llegar al paralelo 38 EE.UU. consider haber alcanzado las metas, al haber detenido la agresin. El delegado sovitico, J. Malik, ya haba propuesto el 23 de junio de 1951 un armisticio puramente militar. Pero las negociaciones se alargaron por cuestiones como la devolucin de prisioneros, enfer-mos Finalmente se lleg al acuerdo de cese el fuego de Panmunjon, que se neg a firmar el rgimen surcoreano, pues no se haba alcanzado su objetivo de reunificacin.

    36 ZORGBIBE, C., op.cit., p. 186.

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    5. La organizacin de Naciones Unidas y el conflicto de Corea

    Las Naciones Unidas se ocuparon del conflicto de Corea como una primera prueba de fuego del sistema de seguridad colectiva. El siste-ma de seguridad colectiva se haba creado con la idea de evitar nuevas agresiones internacionales. Como es sabido, el art. 2.4 prohbe el uso o la amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales. Ade-ms, en el marco del captulo VII el denominado sistema de seguridad colectiva permite la adopcin de medidas excepcionales, que van desde la autorizacin del uso de la fuerza hasta otras menores como sancio-nes de carcter econmico, poltico, o medidas de otra naturaleza, con objeto de reaccionar contra agresiones, quebrantamientos de la paz o situaciones que amenazan al mantenimiento de la paz. Es decir, el Con-sejo de Seguridad puede actuar cuando hay una guerra pero tambin cuando una situacin amenaza a la paz. Para que adopte una decisin no debe producirse el veto de uno de los miembros permanentes del Consejo.

    Corea es el primer caso de activacin del sistema de seguridad co-lectiva que, como es sabido, dormir el sueo de la bella durmiente durante la guerra fra, como lo ha denominado el profesor C. Gutirrez Espada. Pues bien, en la guerra de Corea el 25 de junio de 1950 el Con-sejo de Seguridad, a iniciativa de EE.UU., se ocup de la cuestin, lo que permite analizar diversas cuestiones.

    En primer lugar, y en cuanto a la calificacin el secretario general de la ONU, el noruego Trygve Lie, en una reaccin poco tcnica pero muy expresiva indic que era una guerra declarada contra las Naciones Unidas. Hara fortuna la calificacin del conflicto de Corea como ac-cin policial. El origen de esta terminologa est en una rueda de prensa que dio el presidente Truman. A la pregunta de un periodista, el 29 de junio de 1950, de si EE.UU. estaba en guerra Truman le indic que no; el periodista repregunt sealando que si estaba en una accin policial bajo la bandera de las Naciones Unidas, a lo que Truman respondi que se trataba de eso37. Para el secretario general de la ONU, el norue-go Trygve Lie era una guerra declarada contra las Naciones Unidas. Tendra sin embargo mayor fama la expresin accin policial contra el agresor.

    37 HALBERSTAM, D., op. cit. p. 3.

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    Desde una perspectiva ms tcnico-jurdica el Consejo de Seguridad constat, sobre la base del art. 39, captulo VII, que se haba producido un quebrantamiento de la paz (S/RES/82 [1950], 476 sesin, adoptada por 7 votos contra ninguno, 3 abstenciones de Egipto, India y Yugosla-via y la ausencia de la URSS). En la mayor parte de las actuaciones del Consejo de Seguridad a lo largo de la historia ha acudido a la nocin de amenaza a la paz, es decir, que en muchas ms ocasiones ha actuado sin constatar una guerra o acto de agresin o ruptura de la paz, cuando ha habido violaciones de derechos humanos u otras situaciones que caben en esa calificacin del art. 39. Cuando el delegado sovitico retorn a la silla del Consejo obtuvo la retirada de la lista de asuntos presentados al Consejo por el cargo de agresin contra la Repblica de Corea (S/RES/90 [1951], de 31 de enero de 1951), dadas las dudas que se suscita-ban por el procedimiento seguido38.

    En segundo lugar, otro debate jurdico-poltico que se plante es el de cmo se pudo adoptar la decisin frente al criterio sovitico. La respuesta, como es sabido, es que el delegado sovitico no acudi al Consejo, lo que permiti que en ese primer momento se interpretase la abstencin como ausencia de veto, lo que la doctrina considera que no cabe. Ello no obstante sera la primera y ltima vez que la URSS se ausentase del Consejo de Seguridad, evitando nuevas crisis de la silla vaca.

    Hay divisin doctrinal sobre las razones de la ausencia sovitica en el Consejo. La doctrina mayoritaria repite incasable que fue debida a una actitud de protesta por la exclusin de la Repblica popular China a favor de la China nacionalista, como representante del pueblo chino en Naciones Unidas39.

    La doctrina ms reciente, sin embargo, est cambiando de expli-cacin. Fontana estima que el representante sovitico, Yakov Malik, no vet porque recibi instrucciones explcitas de Stalin para que no acudiese a la reunin, con objeto de no suscitar un enfrentamiento di-

    38 CANO LINARES, A., op.cit.39 KENNEDY, P., El parlamento de la Humanidad. La historia de las Naciones

    Unidas, Editorial Debate, 2007, 440 pp, p. 88; ZORGBIBE, op.cit. p. 175; CANO LINARES; VEIGA, F., DA CAL., V., DUARTE, A., La paz simulada. Una historia de la guerra fra. 1941-1991, Alianza Universidad, 1997, 472 pp., p. 88.

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    recto con EE.UU.40. Zubok indica adems que el 27 de agosto de 1950 Stalin envi un telegrama al presidente de Checoslovaquia, Klement Gottwad, en el que indicaba que se abstendra deliberadamente en la votacin para declarar a Corea del Norte como agresor, de manera calculada, para que los norteamericanos se vieran enredados en una intervencin militar en Corea, en la cual dilapidaran su prestigio militar y su autoridad moral. Si Corea del Norte indica Zubok em-pezaba a perder la guerra, China acudira en su ayuda, lo que llevara a una guerra larga entre China y EE.UU., lo que sera una buena cosa para Stalin41.

    En tercer lugar y por lo que se refiere a las medidas adoptadas por el Consejo de Seguridad (cese de hostilidades y retirada inmediata de las fuerzas armadas de Corea del Norte), la constatacin de su incum-plimiento llev a que el 27 de junio el Consejo solicitase a los miem-bros de la ONU que apoyen a Corea del Sur. Como seala Zorgbibe esto llev a que el Reino Unido, Australia, y Nueva Zelanda lo hiciesen rpidamente y, posteriormente, Francia, Canad, Sudfrica, Turqua, Tailandia, Grecia, Pases Bajos, Colombia, Etiopa, Filipinas, Blgica y Luxemburgo, mediante la aportacin de diversas fuerzas terrestres, a-reas o navales; adems, la India, Dinamarca y otros 38 Estados contri-buyesen con asistencia humanitaria. Iniciada la guerra el mando opera-tivo unificado de Corea del Sur recay en EE.UU. y se instal en Tokio.

    Desde la perspectiva de la base jurdica indica Kennedy (op. cit. p. 89) que se inscriban las operaciones en el marco del art. 42 de la Car-ta, que permite emprender cualquier accin para mantener la paz y la seguridad internacionales. Ello no obstante ni el Consejo de Seguri-dad ni el nonato Comit de Estado Mayor tuvieron un papel relevante, tratndose de una operacin liderada por EE.UU., y en un principio amparada por la ONU.

    De otro lado, la excepcional situacin en Corea acabara dando lugar a la aprobacin por la AGONU de la muy singular resolucin Unin Pro Paz. En el contexto de la guerra fra muchas disposiciones de la Carta no se aplicaron. La primera operacin de mantenimiento de la paz es de 1948, la ONUST (Organismo de Naciones Unidas en-cargado de la vigilancia de la tregua, en Palestina). En 1950 el asunto

    40 Vid. esta explicacin en FONTANA, op.cit., p. 160.41 ZUBOK, V.M., op. cit., pp. 136-137.

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    de Corea muestra que la guerra fra produjo la parlisis del sistema de seguridad colectiva de la Carta, por lo que era necesaria la adopcin de nuevas frmulas, aunque no estuviesen previstas en la Carta. Por ello la doctrina se ha referido a que la base jurdica de las Operaciones de Mantenimiento de la paz es el captulo VI y medio, porque no estn ni en el VI ni en el VII.

    Pues bien, despus de la invasin de Corea del Sur, una vez que la URSS retorna al Consejo de Seguridad y este se paraliza, EE.UU. llev el asunto a la Asamblea General de Naciones Unidas. El 3 de no-viembre la Asamblea adopt la famosa Resolucin Achesson, donde se produce una desviacin del sistema previsto en la Carta42. La resolu-cin, nacida del conflicto coreano se aplicara posteriormente en otras situaciones (por ejemplo, en 1956, 1980, 1981, 1982, etc.).

    6. Desarrollo blico del conflicto

    La guerra de Corea cuenta con una serie de factores que hacen que sea un conflicto que requiera un estudio especial, por muchas causas. En primer lugar, es el ltimo conflicto del siglo xx en el que dos bandos, con un gran nmero de fuerzas, se enfrentaron con los mismos modelos estratgicos que los empleados en la Segunda Gue-rra Mundial; esto es, una cantidad elevada de grandes unidades que sufriran numerosas prdidas humanas y materiales, con operacio-nes de enorme amplitud. Tambin es importante considerar que, por primera vez en la historia, el uso del arma nuclear estuvo presente a lo largo de todo el conflicto y esto condicion no solo la forma de actuar sino tambin algunas de las decisiones que se tomaron en los niveles ms altos. En esta confrontacin encontramos adems que, durante una buena parte de su desarrollo, una vez que haba cum-plido su primer ao, los objetivos dejaron de consistir en la derrota total del adversario, como en la guerra anterior, y por el contrario las operaciones se dirigieron a conseguir el desequilibrio de la balanza para obtener ventajas en la mesa de negociacin. Aunque la guerra fra produjo no pocos choques indirectos, en esta ocasin fue la pri-mera y ltima vez en el que dos potencias, Estados Unidos y China,

    42 TAVERNIER, P., Les casques bleus, Que sais je?, PUF, 1996, 126 pp.

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    se enfrentaron directamente. Finalmente y, quizs ms importante, este es un conflicto no finalizado y, aunque de forma latente y siem-pre con carcter intermitente, permanece abierto en la bsqueda de una solucin definitiva.

    Kim Il-sung, desde el momento en que fue situado por la Unin So-vitica en el poder, estuvo obsesionado con el proyecto de atacar a Co-rea del Sur y unificar la pennsula, por lo que insista permanentemente a la nica persona que poda autorizarle, Stalin. Ms an, los xitos de Mao Tse Tung en China, acercndose rpidamente a la unificacin de todo el pas, no hacan sino aumentar la frustracin de Kim, conven-cido adems de que se conseguira una rpida victoria, favorecida por que el pueblo del sur no dudara en alzarse abrazando su causa. Con-siderando el auge del poder militar de Corea del Norte y teniendo en cuenta el ansia por parte de ambos Estados de reunificar la pennsula en una nica nacin, las circunstancias animaron a que Kim Il-sung no esperara finalmente la aprobacin sovitica e invadiera el sur el 25 de junio de 1950 con una fuerza del Inmin-gun, el ejrcito popular nor-coreano, compuesta por unos 56.000 hombres apoyados por carros de combate T-34 de fabricacin sovitica.

    En ese momento, la mayor parte de los miembros del Korean Mi-litary Advisery Group, el elemento de asesores de las Fuerzas Ar-madas de los Estados Unidos, se encontraban de permiso de fin de semana en Sel o Tokio, al igual que una mayora de los oficiales y soldados del ejrcito de la Repblica de Corea; aunque la tensin era palpable desde tiempo atrs, la fuerza de la costumbre haba relajado la seguridad. En realidad y, como afirma Isserman, nadie esperaba este ataque, ni en el Departamento de Estado ni en el Pentgono y los informes de inteligencia no haban reseado ningn preparativo militar especial en los das anteriores a la invasin43. Pero ya el 8 de junio los diarios de Pyongyang haban anunciado la convocatoria de una Asamblea Nacional que se reunira en Sel el 15 de agosto, ani-versario de la capitulacin japonesa, para oficializar la reunificacin del pas. La agencia sovitica de noticias Tass haba difundido esta informacin, pero parece ser que no fue debidamente escuchada. A las cuatro cuarenta de la madrugada del 25 de junio, los norcoreanos

    43 ISSERMAN, Maurice, America at war. Korean war, New York; Chelsea House Publishers, 2010, p. 27.

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    haban comenzado a atacar la lnea del paralelo 38, haban restable-cido la va ferroviaria, que haba permanecido cortada y la estaban utilizando para invadir Corea del Sur.

    A propuesta de los Estados Unidos se convoc el Consejo de Se-guridad de Naciones Unidas, quien conden el ataque norcoreano y le orden regresar al paralelo 38, al mismo tiempo que peda a to-dos los gobiernos que ayudasen a hacer cumplir las resoluciones44. La mocin fue aprobada por Estados Unidos, Gran Bretaa, Francia, China, Cuba, Ecuador, Noruega, India y Egipto, el voto en contra de Yugoslavia y la ausencia de Rusia. Hay que tener en cuenta que seis meses antes el embajador sovitico, Yakov Malik, haba solicitado al secretario general que fuera expulsado el representante de China, el Dr. T. F. Tsiang, ya que no representaba realmente a este pas. El Consejo de Seguridad rehus esta peticin y Malik abandon la sala afirmando que la URSS no se sentara mientras hubiera un represen-tante de Chiang-Kai-shek. Estas dieron lugar a la organizacin de una fuerza multinacional con participacin de hasta diecinueve pases: Es-tados Unidos, que lideraba la coalicin, Australia, Blgica, Canad, Colombia, Dinamarca, Etiopa, Filipinas, Francia, Grecia, Holanda, India, Luxemburgo, Noruega, Nueva Zelanda, Suecia, Reino Unido, Tailandia y Turqua.

    A pesar de que Estados Unidos lider la coalicin, es preciso sea-lar que en aquel momento sus fuerzas armadas no se encontraban en la mejor situacin de operatividad. El presupuesto para defensa haba descendido de 7.600 a 5.700 millones de dlares y sus efectivos no supe-

    44 El Consejo de Seguridad [] Pide la inmediata cesacin de las hostilidades; Invita a las autoridades de Corea del Norte a retirar inmediatamente sus fuerzas al paralelo 38. Invita a todos los Estados Miembros a prestar todo su concurso a las Naciones Unidas para la ejecucin de esta resolucin y abstenerse de dar ayuda a las autoridades de Corea del Norte (Resolucin 82 de 25 de junio de 1950). Recomienda a los Miembros de las Naciones Unidas que proporcio-nen a la Repblica de Corea la ayuda que pueda ser necesaria para repeler el ataque armado y restablecer la paz y la seguridad internacionales en la regin (Resolucin 83 de 27 de junio de 1950). Recomienda a todos los Miembros que proporcionen fuerzas militares y cualquiera clase de ayuda, conforme a las mencionadas resoluciones del Consejo de Seguridad, que pongan dichas fuerzas y dicha ayuda a la disposicin de un mando unificado bajo la autori-dad de los Estados Unidos (Resolucin 84 de 7 de julio de 1950). Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Resoluciones. www.un.org.

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    raban los 592.000 hombres, lo que en aquel momento supona menos que las de un pas mucho ms pequeo como Francia. Adems, en el territorio metropolitano no quedaba ms que una nica divisin com-pleta. Por otra parte, aunque los Estados Unidos haban organizado el ejrcito de la Repblica de Corea, este no contaba ms que con ocho divisiones ligeramente ar-madas, con una artillera de-masiado anticuada y sin ca-rros ni aviones de combate, puesto que el gobierno ame-ricano no tena demasiada confianza en Syngman Rhee, considerado excesivamente belicoso.

    Por el contrario, el ejrci-to de Corea del Norte estaba dotado con buenos materia-les de fabricacin sovitica: contaban con cazas Yak, ca-zabombarderos Ilyouchine y carros de combate T-34. Otro aspecto a considerar es que el soldado norcoreano estaba bien entrenado y bien equipado; aproximadamente 45.000 de ellos haban com-batido en China contra las tropas de Chiang-Kai-shek y haban ido pasando gradual-mente del Ejrcito Popular de Liberacin, al Inmin-gun, siempre por supuesto con el visto bueno de Mao. Su ex-periencia en combate era muy alta y su capacidad de adaptacin notable, ya que haban estado combatiendo durante aos en una guerra Guerra de Corea

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    en la que siempre se encontraban peor equipados que el enemigo. Era un ejrcito muy disciplinado, con una acentuada jerarqua y una alta motivacin proveniente, no solo del clsico adoctrinamiento comunis-ta, sino especialmente por el odio que sentan hacia Japn y hacia las clases altas coreanas, de las que siempre haban pensado que no haban tenido objecin en colaborar durante las difciles dcadas de la ocu-pacin. Este ejrcito, muy endurecido, dispona en total de ocho divi-siones en activo y dos de reserva, unos 200.000 hombres apoyados por 5.000 soviticos que actuaban en calidad de asesores.

    La guerra se puede dividir dos fases claramente diferenciadas: la primera, desde su inicio hasta principios de 1951, se distingue por el empleo de maniobras muy mviles con grandes movimientos de avance y retroceso en direccin norte-sur. La segunda fase, desde ese momen-to hasta su finalizacin, es ms una guerra estabilizada, de desgaste, buscando el mayor nmero posible de bajas para obtener ventaja en el proceso de negociaciones. Si el objetivo de las fuerzas de Naciones Unidas al inicio de la guerra era la derrota total de Corea del Norte y la reunificacin de la pennsula, este se transform posteriormente en el regreso a la situacin inicial, manteniendo como lnea de demarcacin la establecida por el paralelo 38.

    a) Primera fase, guerra de maniobra

    La accin inicial de Corea del Norte se bas en una maniobra pe-netrante, con la finalidad de conquistar primero la capital, Sel, para despus tomar el control de toda la pennsula. El plan de campaa pre-vea que sus divisiones 1 y 6 forzaran la posicin de Kaesong, mientras que las 3 y 4, apoyadas por una brigada acorazada, penetraran por Uijongbu, convergiendo los dos esfuerzos hacia Sel, que tendra que ser tomado en un tiempo estimado en tres das. El resto de sus fuerzas marcharan por el centro y este de la pennsula hacia Taejon y Pusan. La tctica, la habitual en las tropas soviticas: preparacin por el fuego de gran intensidad, acciones de masas de infantera apoyadas por ca-rros de combate y penetracin en profundidad con unidades pesadas. Para enfrentarse a estas acciones, el ejrcito de Corea del Sur solo dis-pona de cuatro divisiones desplegadas en el paralelo 38 y otras cuatro en el interior, a retaguardia. El apoyo americano se limitaba a una dbil

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    misin de 482 hombres, insuficiente incluso para proporcionar aseso-ramiento. As, los surcoreanos basaron su estrategia inicial en acciones defensivas con el objetivo de ganar tiempo esperando la llegada de las tropas de Estados Unidos y manteniendo una zona suficientemente se-gura como para permitir la acogida de estos refuerzos.

    La zona decisiva era la de Uijongbu, ya que supone la llave que permite el acceso a Sel. Sin armas contra carro, las tropas surcorea-nas poco pudieron hacer frente a los T-34, cuya potencia y solidez les hacan aptos para moverse y combatir en el quebrado terreno por el que tenan que maniobrar. El rechazo del comandante de la 2 Divi-sin surcoreana a efectuar un contraataque, al considerar sus escasas posibilidades de xito y su retirada del campo de batalla, no hicieron ms que facilitar la accin penetrante norcoreana y permitir la cada de Sel, con Syngman Rhee y su gobierno refugiados en Suwon, treinta kilmetros al sur de la capital y con la poblacin atravesando en masa el ro Han en su huda.

    Mientras, en Tokio, el general Douglas MacArthur recibi la orden del presidente Truman de asumir el mando en Corea, autorizndole a emplear sus fuerzas areas y navales para proteger a las tropas de la Repblica de Corea al sur del paralelo 38. Inmediatamente se envi una misin de enlace a cargo del general John H. Church, mientras que se orden intervenir con aviacin y buques de guerra. El 29 de junio, el presidente Truman autoriz a la Junta de Jefes de Estado Mayor la eje-cucin de ataques navales y areos al norte del paralelo 3845 y los cazas F86 comenzaron a patrullar el cielo de Corea, mientras que dos gru-pos de B29 atacaban las columnas norcoreanas. Unidades de la flota britnica del Lejano Oriente y de la Sptima Flota de Estados Unidos se prestaron a bloquear la pennsula. El 29, MacArthur volaba hasta Suwon, al sur de Sel, para hacerse cargo de la situacin. Mientras, las fuerzas norcoreanas seguan su avance, tomaban la capital y se dirigan hacia Inchon, su puerto. El general americano inform rpidamente a Washington de las escasas posibilidades del ejrcito surcoreano, ya que su preparacin se haba dirigido a establecerlo como una fuerza ligera con capacidad nicamente de mantenimiento del orden interior y que, prcticamente destrozado, lo mximo que poda hacer era retra-sar el avance enemigo apoyndose en los obstculos naturales; pero,

    45 ISSERMAN, M., op. cit. p. 34

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    para evitar la conquista total de la pennsula, era necesario actuar con una fuerza terrestre americana. En principio se envi desde Japn un batalln disminuido para intentar detener a los norcoreanos bloquean-do la ruta a Pusan lo ms al norte posible, lo que hicieron situando su posicin defensiva al norte de Osan, a cincuenta kilmetros de Sel, en donde tomaron contacto con el Ejrcito Popular de Corea del Norte. No obstante, la inexperiencia de las tropas americanas y lo inadecuado de su material haran que esta misin fuera inalcanzable. La percepcin inicial del presidente Truman, que haba dicho a sus soldados que No se trata de una guerra, sino de una operacin de polica46, se transfor-m en rdenes de movilizacin: el restablecimiento de la conscripcin, la llamada de cuatro divisiones de la guardia nacional y el control de materiales estratgicos, fueron algunas de las medidas que aprobara el Senado de los Estados Unidos.

    Al mismo tiempo, en Corea, MacArthur segua con una maniobra retardadora, tratando de hacer buena su finalidad doctrinal, cambiar espacio por tiempo y, as, poder reunir en la pennsula una fuerza digna de ese nombre. La 24 Divisin, ya sobre el terreno reforzando al pri-mer batalln desplegado en Osan, se vea impotente para hacer frente a los norcoreanos; no estaban preparados para enfrentarse a esa forma de combatir oriental, en la que la infiltracin es la norma, ni tampoco para las dificultades de la combinacin de terreno y clima, ambos extre-madamente complicados en esta pennsula. Desplegados en la llanura litoral entre el mar Amarillo y las colinas de Osong, el intento de frenar el avance en el ro Kun, crecido por los monzones, fracas ante el em-puje del ejrcito de Corea del Norte; al mismo tiempo que las divisio-nes 1 de caballera y las 2 y 25 de infantera, como parte del Octavo Ejrcito, iban desembarcando, la 24 estableci otra posicin defensiva en la ciudad de Taejn, que tras el cruce del ro Kum por parte de las tropas norcoreanas tambin caera, convirtindose en otro desastre en la retirada americana47.

    La realidad era que, aunque todo el ancho de la pennsula estaba cubierto con fuerzas americanas y surcoreanas, lo que afortunadamen-te impeda que fueran sobrepasados por los flancos y envueltos, cada

    46 CARTIER, Raymond, Historia Mundial de la Post Guerra, Valencia; Mars-Ivars Editores S.L., 1971, p. 326

    47 ISSERMAN, M., op. cit. p. 37.

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    divisin tena que cubrir frentes de hasta noventa kilmetros, por lo que las posibilidades de infiltracin eran enormes. Afortunadamente para las tropas de Naciones Unidas, la fuerza area de Corea del Norte fue rpidamente destruida casi por completo, lo que proporcion el dominio del aire a los aliados, mientras que sus fuerzas navales contro-laban fcilmente los flancos martimos del teatro, esperando la llegada de nuevas fuerzas48. Los marines, amenazados de disolucin poco tiem-po antes, desembarcaron su 1 Divisin en Pusan y se encargaran del primer contraataque de la guerra para recuperar la ciudad de Chinju, lo que finalmente no conseguiran al tener que dedicarse a cerrar otras roturas de frente. El ejrcito norcoreano, consciente de que estaba lle-gando a sus ltimos objetivos, presion en la zona de Taegu, a unos setenta kilmetros al norte de Pusan, sabiendo que si poda cortar la carretera entre ambas ciudades embolsaran a unos 50.000 soldados americanos. No obstante, el esfuerzo continuado haba dejado a las fuerzas norcoreanas con rutas logsticas demasiado alargadas, poco apoyo areo y demasiado desgaste. El Octavo Ejrcito, establecido en el permetro del puerto de Pusan, consigui recibir refuerzos y consolidar su apoyo logstico. As, se pudo realizar un contraataque general con este ejrcito norteamericano, al mando del general Walton Walker49, y se logr la primera victoria el 20 de agosto, casi dos meses despus de iniciada la contienda, destruyendo totalmente a la 4 Divisin de Corea del Norte. El permetro defensivo alrededor de Pusan qued, de esta forma, estabilizado sobre el ro Naktong.

    MacArthur, desde finales de junio, haba concebido un desembar-co en Inchon con la finalidad de cortar las lneas de comunicaciones del ejrcito norcoreano mediante un avance relativamente corto y as embolsar todas las fuerzas situadas al sur, pero las circunstancias del combate en la pennsula no le permitieron realizarlo durante el verano de 1950. Sin embargo, al consolidarse el permetro de Pusan, poda recuperar el plan. Para ello empleara la 1 y la 7 Divisin de Mari-nes, que era la ltima que quedaba en Japn. Hay que sealar que las aguas prximas a Inchon, protegidas por la isla de Wolmi, tienen unas

    48 FORTY, George, At war in Korea, Londres; Arms and Armour Press, 1997, p. 15.

    49 El general Walton Harris Walker mand el XX Cuerpo de Ejrcito, que jug un papel fundamental en las acciones del 3 Ejrcito de Patton durante la invasin de Europa.

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    condiciones muy difciles para la navegacin, con mareas que suben hasta diez metros el nivel del mar y reflujos que lo retiran hasta cinco kilmetros. As, se determin que el desembarco solo se poda realizar durante las mximas mareas de septiembre o de noviembre.