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Después que la colonización llegara a su fin, en América Latina, era importante preguntarnos qué idea de continente pensábamos construir y cómo podríamos aca-bar con la entropía política y educativa heredada por España. Por esto, fue necesa-rio que los grandes pensadores de la época detectaran los problemas que nos aquejaban, para tomarlos como punto de partida, en la construcción de una imagen que nos identificara a todos como una unidad conjunta de cultura, pensamiento, economía y sociedad. Durante varios años, algunos procesos fueron logrados en nuestra América y en este texto destacamos, tal vez, el más importante de todos: la literatura latinoamericana. Sin embargo, hoy, en pleno siglo XXI, tras cientos de años de problematizaciones, aún no se han superado varias dificultades que impi-den engranar todas las piezas que conforman este pensamiento latino.TRANSCRIPT
CONSTRUCCIÓN DE LATINOAMÉRICA A PARIR DE SU PENSAMIENTO1
RESUMEN
Después que la colonización llegara a su fin, en América Latina, era importante
preguntarnos qué idea de continente pensábamos construir y cómo podríamos aca-
bar con la entropía política y educativa heredada por España. Por esto, fue necesario
que los grandes pensadores de la época detectaran los problemas que nos aqueja-
ban, para tomarlos como punto de partida, en la construcción de una imagen que
nos identificara a todos como una unidad conjunta de cultura, pensamiento, econo-
mía y sociedad. Durante varios años, algunos procesos fueron logrados en nuestra
América y en este texto destacamos, tal vez, el más importante de todos: la literatura
latinoamericana. Sin embargo, hoy, en pleno siglo XXI, tras cientos de años de
problematizaciones, aún no se han superado varias dificultades que impiden engra-
nar todas las piezas que conforman este pensamiento latino.
PALABRAS
CLAVE
Continente americano, gobernabilidad, educación, ensayo, pensamiento latinoame-
ricano
ABSTRACT
When colonization in Latin America ended, it was important to ask us what was
the continent idea we thought to build and how we could finish with the political
and educational turmoil come into by Spain. Therefore, it was necessary that the
great thinkers of that time discovered our main problems for taking them as a start-
ing point in the construction of an economic, social, cultural and thought identity.
Some advances were achieved in Latin America for several years; perhaps, the most
important was the Latin American literature, which is highlighted in this text. How-
ever, nowadays, after hundreds of problematic years we have not gotten over sev-
eral difficulties, which have hampered the Latin American thought construction.
KEYWORDS
American continent, governability, education, essay, Latin American thought
1 Jonathan Fabián Gómez Rodríguez, estudiante de pregrado, de la Universidad Industrial de Santander, UIS.
La creación de una imagen propia en América Latina es hoy todavía un proceso en construcción.
Este artículo académico tiene como propósito señalar las ideas de continente que expresaron algu-
nos pensadores latinoamericanos a partir de sus ensayos, y dar cuenta que la ilusión de crear una
unidad de pensamiento único y distinto a los demás continentes es hoy todavía algo utópico entre
nosotros. Este texto está dividido en tres partes: la primera parte se enfoca en mostrar los problemas
que América Latina poseía a finales del siglo XIX y cómo se ratifican estos en el siglo XX. Pos-
teriormente, se elabora una analogía entre los siglos mencionados y los actuales, con el fin de
comparar los problemas del ayer con los de hoy. Finalmente, se aborda la conclusión de que hay
algo entre nosotros que, de algún modo u otro, nos define como latinoamericanos.
Luego que la colonización española llegara a su fin, varios pensadores se hacían la pregunta
de lo que ahora sucedería con América Latina, pero antes, era necesario observar el panorama y
hacer un sondeo de los problemas que aquejaban a los distintos países latinos. Uno de los primeros
en darse cuenta de nuestra precaria situación fue Andrés Bello, y en un discurso de inauguración
de la Universidad de Chile, dio a conocer la posibilidad de progreso mediante “…la educación
para el pueblo, como uno de los objetivos más importantes y privilegiados a que pueda dirigir su
atención el gobierno; como una necesidad primaria y urgente” (Bello, 30). Es decir, si queríamos
empezar a construir un continente ideal era necesario, primeramente, educarnos antes que cual-
quier cosa, pues de ese modo lograríamos crear una cultura distinta a la que habíamos sido some-
tidos. Hasta ese entonces, Bello miraba los países y sociedades latinas carentes de educación, anal-
fabetas de su propia patria, perdidas en su gran mayoría y sin ningún rumbo que tomar acertada-
mente. Sin educación era fácil gobernar a las masas y esto permitía que quienes poseían poder
tomaran más dominio desde lo político hasta lo económico.
Dado este problema, algunos optaron por asumir la educación como una necesidad, pero
en aras de aferrarse al mando y por esto muchos de los burgueses, que tenían cómo darse una muy
buena formación, optaron por educarse en países europeos y traer las culturas de aquellos países a
los nuestros. Al respecto, José Martí manifestó que la incapacidad de nosotros, los latinos, no
estaba en nuestros países, sino en aquellos gobernantes que nos querían regir con leyes heredadas
de otros continentes (Martí, 381). Los resultados de que esto pasara daban lugar a la creación
momentánea de una identidad, en algunos lados, europea y, en otros, americanista, pero que, fi-
nalmente, no construían cambios a partir de nuestras propias necesidades.
Mientras calcábamos sistemas educativos y políticos para generar una cultura distinta a la
que nos había regido y, a la vez, renegábamos y señalábamos como culpable a España de nuestras
desgracias, otros nos daban a entender que el dilema no estaba en esta, sino en la forma de pensar
que todos nosotros habíamos creado, pues, decía Alfonso Reyes, que somos pasivos en cuanto a
pensamiento, debido a que no actuamos, mas sí esperamos a que actúen por nosotros, pero todo
esto se genera porque no tenemos tiempo para pensar en los problemas, pues llegan otras “urgen-
cias” que nos desvían la atención y esto es lo que no nos hace tener un pensamiento meramente
mediocre (Reyes, 135). Con esto, Reyes nos daba a entender que carecíamos de una propia capa-
cidad para pensar y lo que hoy preocupa es que, 70 años después, recurrimos todavía a la espera
de que otros nos arreglen los problemas internos, pero no somos capaces de buscarles las solucio-
nes pertinentes y a nuestros alcances, para que se den los cambios que necesitamos y haya un
progreso. El culpar a los otros por nuestros asuntos es la salida más fácil y recurrente, y resulta
siendo una burla pensar que podemos resurgir mediante razonamientos mediocres de quienes po-
nemos a gobernar, para que busquen el camino adecuado y pero resulten dando la imitación de
leyes o programas de otros países como soluciones a nuestras penurias.
El problema de imitar leyes, programas y estatutos de otros países se presenta hoy todavía
y cada vez con más recurrencia. Para citar un ejemplo, en Colombia, la Ministra de Educación
Nacional, Gina Parody, intenta mejorar el sistema educativo a partir la reproducción del mismo
sistema de educación de Finlandia. La razón de esto (si es que la hay) es que este país, en las
últimas pruebas PISA2, ha obtenido excelentes resultados y, por consiguiente, se debe importar
dichoso sistema, para que haya una mejora en la educación colombiana. Las consecuencias de que
esto se dé serían las mismas que nuestros pensadores, ya citados, han dicho, pero que es necesario
repetir, aunque sea de forma distinta: nuestro problema está en las personas que nos gobiernan y
que, de algún modo u otro, piensan reparar el continente, pero con mecanismos constitucionales
extraídos de los países del primer mundo, mas, finalmente, no satisfacen ningunas de nuestras
necesidades. Por lo tanto, ya podremos imaginar cómo quedaría Colombia si todo este cambio
educacional se hace efectivo…
2 PISA, por sus siglas en inglés, significa Programme for International Student Assessment. En el INEE se le ha tra-
ducido como Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes. Es un estudio comparativo de evalua-
ción de los resultados de los sistemas educativos, coordinado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos).
Hasta aquí, he recogido varios de los tantos problemas que aquejan a América Latina y que
en su momento fueron reportados por grades intelectuales como Andrés Bello, José Martí y Al-
fonso Reyes. No obstante, quise señalar que algunas de las problemáticas que nos afectaron en un
ayer, hoy todavía tienen vigencia y que muy poco o nada se ha hecho para que las cosas mejoren
y los progresos se den de alguna forma significativa; para esto, por ejemplo, cité el caso educativo
de Colombia que no se aleja de la realidad expresada por Martí a mediados del siglo XX, pero que
hoy acongoja a toda esta Nación.
Ahora, con el ánimo de dar algunos apuntes finales, quiero que no olvidemos que nada nos
separa de ellos, los europeos, ni siquiera nuestros “propios” instrumentos musicales que represen-
tan nuestro folclor: ya saben cómo nace la caja, la guacharaca o el acordeón y duele conocer que
nada es ingenio nuestro; que somos como pegotes de carne de otros países que dio lugar a un
Frankenstein que ahora vive a los pies del Calibán3 de Norte América. Jamás estuvimos preocu-
pados por nosotros mismo, sino por lo que hacía el otro, de modo que siempre vivimos improvi-
sando una y otra cosa, sin cultura, sin educación, sin sistemas políticos confiables, sin sostenibili-
dad y siempre dependiendo del otro.
Sin embargo, con todos estos problemas y dando patadas de ahorcado, estamos aquí tra-
tando de construir, por pequeña que parezca, una imagen propia a través de nuestros grandes en-
sayistas, por ejemplo. El ensayo latinoamericano es el recurso por excelencia más preciso para
denunciar y hablar de nosotros mismo como unidad. Es con Andrés Bello, José Martí, Rubén
Darío, Alfonso Reyes y hasta el mismo García Márquez (y otros más, claramente) con quienes se
ha tratado de dar forma a esta maltratada América Latina; esta que tal vez lo único que muestre
sean las letras, que apropósito también fueron heredadas por la España “civilizada”, pero que sin
importarnos de algún modo nos han servido para contar nuestra historia como solo nuestros escri-
tores lo han podido plasmar en el papel: por medio de lo fantástico, lo real maravilloso y hasta el
realismo mágico... Esta literatura latinoamericana es la encargada de generar la identidad perdida
entre los escombros de selvas en ruinas, y la única capaz de darnos algo de dignidad frente a los
demás, pues ya es momento que esto cambie y todo lo anterior solo sea un capítulo más de aquel
Macondo de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas…
3 Término usado por Rubén Darío, en su ensayo “El triunfo del Calibán”, en 1983, para referirse a los EE.UU como
el país (bestia) devorador de otras Naciones. Para profundizar, Rubén Darío toma la palabra de ese modo por su pro-
pia etimología, debido a que la raíz de Calibán viene de caníbal y por esto su uso.
BIBLIOGRAFÍA
Bello, Andrés. “Inauguración de la Universidad de Chile”. Antología del ensayo hispanoameri-
cano del siglo XIX. Comp. Juan Gómez. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 2003. 25
– 37. Impreso.
Martí, José. “Nuestra América”. Antología del ensayo hispanoamericano del siglo XIX. Comp.
Juan Gómez. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 2003. 380 – 387. Impreso.
Reyes, Alfonso. “Notas sobre la inteligencia americana”. El ensayo hispanoamericano del siglo
XX. Comp. John Skirius. México: Editorial Fondo de Cultura Económica, 1994. 132– 139. Im-
preso.
Rubén, Darío. “El triunfo del Calibán”. Antología del ensayo hispanoamericano del siglo XIX.
Comp. Juan Gómez. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia, 2003. 438 – 441. Impreso.