crick francis - que loco proposito

Download Crick Francis - Que Loco Proposito

If you can't read please download the document

Upload: data-lit

Post on 19-Jan-2016

21 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Qu? loco prop?sito

En estas animadas memorias, el autor nos narra, entre otras cosas, su vida anterior a la doble hlice, su implicacin en el descubrimiento del mayor adelanto cientfico del siglo XX, la forma en la que la historia del DNA fue finalmente llevada a la pequea pantalla y cmo la ruptura del cdigo gentico y el inicio de la revolucin biolgico-molecular se dieron por la simple combinacin de eleccin y azar.

Para el estudio de esta obra, Crick se inspira en la Oda sobre una urna griega, del poeta Keats, en la que este afirma que belleza y verdad son sinnimos. En su estilo chispeante y ameno Crick explora, en Qu loco propsito, la complejas relaciones que encuentra entre ambas, entre la teora y la prctica de las ciencias y en la vida misma. De este libro Linus Pauling, Premio Nobel de Qumica en 1954 y Premio Nobel de la Paz en 1962, dijo: Una interesante descripcin de la vida de un cientfico y su participacin en el descubrimiento de la estructura de doble hlice del DNA, uno de los descubrimientos ms importantes de la historia.

Actualmente Francis Crick es profesor en el Salk Institute de La Jolla, California, y el mundo entero lo considera uno de los grandes sabios de nuestro siglo. Este libro ha alcanzado un xito desbordante en Los Estado Unidos y en otros pases donde se ha traducido, pues el autor consigue transmitir al lector curioso y ajeno al mundo cientfico, en qu consiste la exaltacin de descubrir aquello que se persigue con entusiasmo y tesn.

Francis Crick

Qu loco propsito

ePub r1.0

mangel19 24.04.14

Ttulo original: What mad pursuit

Francis Crick, 1989

Traduccin: Adela Goday & Pere Puichdomnech

Ilustraciones: isytax

Editor digital: mangel19

ePub base r1.0

Experiencia es el nombre que damos a nuestros errores.

OSCAR WILDE

AGRADECIMIENTOS

Este libro naci por sugerencia de la Fundacin Sloan, a la que agradezco su generosa ayuda. En 1978 entr en contacto con Stephen White, quien me persuadi de firmar el memorndum del acuerdo inicial, pero durante un tiempo fui retrasando el inicio de la escritura. Las cosas podan haber quedado indefinidamente en este estado de no ser por Sandra Panem, quien en 1986 sucedi a Stephen White. Le gust el proyecto del libro y, estimulado por su apoyo entusiasta, redact la primera versin. Esta fue ampliada y mejorada gracias a sus detallados comentarios, y a los del Comit Asesor Sloan. Tambin me sirvieron de ayuda las observaciones de Martin Kessler, Richard Liebmann-Smith y Paul Golob de Basic Books, y de la coeditora, Debra Manette, que en muchas ocasiones mejor mi ingls. Asimismo agradezco a Ron Cape, Pat Churchland, Michael Crick y Jim Watson sus comentarios, que tanto me ayudaron en una u otra de las primeras versiones.

Puesto que ya aparecen en el resto del libro, omito deliberadamente a aquellas personas con las que he estado ms en contacto y que me han influido enormemente. No intentar pues citar aqu a todos mis amigos y colegas, aunque hay tres nombres que debo mencionar especialmente. El propio texto deja claro cunto le debo a Jim Watson. Tambin all se hace justicia a mi duradera y provechosa asociacin con Sydney Brenner, mi colega ms prximo durante casi veinte aos, tiempo en el que sostuvimos largas discusiones cientficas. Su claridad, mordacidad y frtil entusiasmo hacan de l un compaero ideal. Tambin estoy en deuda con el lgico matemtico Georg Kreisel, al que siempre llam por su apellido a pesar de que nuestra relacin dur casi cuarenta aos. Cuando conoc a Kreisel, yo era un pensador poco sistemtico. El contacto, delicado pero firme, con su poderosa y rigurosa mente, me forz a discurrir de una manera ms incisiva y, en algunas ocasiones, con ms precisin. Muchos de mis hbitos mentales proceden de l. Sin estos tres amigos, mi carrera cientfica hubiera sido muy distinta.

Estoy profundamente endeudado con mi familia. No slo me animaron a que me convirtiera en cientfico, sino que tambin me ayudaron econmicamente. Mis padres hicieron sacrificios considerables para que pudiera ir a un pensionado, sobre todo durante la Depresin. Mi to Arthur Crick y su mujer no slo me ayudaron econmicamente mientras asista a la escuela para graduados, sino que me dieron el dinero para comprar nuestra primera casa. Mi ta Ethel, adems de ensearme a leer, contribuy econmicamente para pagar mis estudios en Cambridge despus de la guerra, lo mismo que mi madre. Ambas colaboraron en la educacin de mi hijo Michael. Aunque de joven dispuse de muy poco dinero, me senta seguro, puesto que saba que gracias a mi familia tendra lo suficiente para vivir.

Durante la mayor parte del tiempo en que transcurren los captulos ms importantes de este libro, estuve empleado en Cambridge por el British Medical Research Council, a quienes expreso mi agradecimiento, especialmente a Sir Harold Himsworth (entonces secretario del MRC), por proporcionarme unas condiciones de trabajo tan perfectas para m y mis colegas.

Tambin quiero hacer constar mi gratitud con el Salk Institute for Biological Studies, donde actualmente trabajo, y en particular a su presidente, Dr. Frederic de Hoffmann, por permitirme cumplir mi tarea en un ambiente tan agradable y estimulante.

Mientras redactaba este libro, estaba bsicamente ocupado en el estudio del cerebro. Agradezco a las fundaciones Kieckhefer, System Development y Noble su ayuda econmica.

Agradezco al director de Nature haberme permitido citar extensamente mi artculo titulado La doble hlice: una visin personal, publicado en abril de 1974; a la New York Academy of Sciences por la autorizacin para citar mi artculo Cmo vivir con una hlice dorada, que se public en The Sciences en setiembre de 1979; a Richard Dawkins y W. W. Norton and Company por el permiso para citar diversos pasajes de su libro The Blind Watchmaker, publicado en 1986; a V. S. (Rama) Ramachandran y Cambridge University Press, por autorizarme a citar un prrafo de su captulo Interacciones entre movimiento, profundidad, color y textura: teora utilitaria de la percepcin, que se publicar en breve en Vision, Coding and Efficacy, editado por Colin Blakemore: y a Jamie Simon, que realiz los dibujos.

Finalmente, un caluroso agradecimiento a mi secretaria Betty (Mara) Lang, que se enfrent con gran entusiasmo a las sucesivas versiones y a las tareas tediosas asociadas a la produccin de un manuscrito.

Muestra del tamao aproximado de varios objetos, desde molculas hasta el hombre. Ntese que cada paso en la escala es un factor de diez.

Introduccin

El objetivo principal de este libro es dar a conocer algunas de mis vivencias anteriores y simultneas al perodo clsico de la biologa molecular, que abarca desde el descubrimiento de la doble hlice del DNA en 1953, hasta 1966, en que el cdigo gentico el diccionario que traduce el lenguaje de los cidos nucleicos al lenguaje de las protenas fue finalmente elucidado. Como preludio he introducido un corto prlogo que resalta algunos detalles de mi niez y formacin, incluyendo mi temprana educacin religiosa, al que sigue el relato de cmo decid (despus de la Segunda Guerra Mundial), valindome del test del chismorreo, cul era la rama de las ciencias que iba a estudiar. Tambin incluyo un eplogo en el que se describe, en trminos generales, lo que hice desde 1966.

Hay una diferencia importante entre el trabajo cientfico descrito a lo largo de este libro y el que se alude brevemente en el eplogo. En el primer caso sabemos con bastante certeza cules son las respuestas correctas (el problema del plegamiento de las protenas es una excepcin). En el eplogo an no sabemos cmo evolucionarn las cosas (aqu la excepcin es la doble hlice). Por esta razn, muchos de mis comentarios del eplogo slo son opiniones. Los comentarios a lo largo del texto tienen, en cierto modo, ms autoridad.

Una de las caractersticas ms sorprendentes de la ciencia moderna es que suele avanzar con tal rapidez que un investigador puede comprobar, con cierta aproximacin si sus ideas anteriores, o las de sus contemporneos, eran correctas o incorrectas. En el pasado esta posibilidad no se daba con tanta frecuencia. Ni tampoco actualmente en los campos que avanzan con lentitud.

No he intentado relatar exhaustivamente lo que realic en el campo cientfico durante aquellos aos tan apasionantes, y menos an la cantidad de trabajo hecho por otros. Por ejemplo, hablo muy poco o casi nada de las ideas que Jim Watson y yo tenamos sobre la estructura de los virus, o de mi colaboracin con Alex Rich en numerosas estructuras moleculares. En su lugar, he incluido aquellos episodios que creo que poseen un inters general o que dan una leccin general de cmo se investiga y cules son los errores que hay que evitar, especialmente los ms relevantes para la biologa molecular. Para ello, debo extenderme ms en los errores que en los xitos.

En 1947, cuando contaba treinta y un aos, fui a Cambridge. Despus de trabajar durante dos aos en el Strangeways (un laboratorio de cultivos celulares), me traslad al Cavendish, el laboratorio de fsica. All me convert de nuevo en estudiante graduado, intentando aprender algo sobre la estructura tridimensional de las protenas mediante el estudio de los patrones de rayos X producidos por las protenas cristalizadas. Fue durante este perodo de estudio cuando Jim Watson y yo ideamos la estructura de la doble hlice del DNA.

Me ha resultado muy difcil escribir algo nuevo sobre los acontecimientos que condujeron al descubrimiento de la doble hlice, puesto que ste ha sido tema de varios libros y pelculas. Ms que volver de nuevo a un terreno tan familiar, he credo adecuado comentar diversos aspectos del descubrimiento y tambin la reciente produccin para televisin de Life Story, de la BBC, que trata del descubrimiento. Tampoco he explicado exactamente cmo fue descubierto el cdigo gentico, puesto que est en casi todos los libros de texto modernos. En su lugar, describo sobre todo los altibajos de la aproximacin terica, porque creo que muy poca gente se da cuenta realmente del fracaso que supuso todo este trabajo terico sobre el cdigo gentico.

Puesto que me incumben ms las ideas que las personas no he incluido aqu descripciones detalladas del carcter de mis amigos y colegas, principalmente porque soy reacio a escribir con franqueza sobre relaciones ntimas con personas que an viven. En su lugar y a lo largo del texto he introducido varias ancdotas dispersas, que permiten cuando menos entrever cmo son los cientficos y al mismo tiempo facilitan la lectura. Poca gente sigue gustosamente un argumento intelectual que abarca todo un libro sin interrupcin, a no ser que tenga un inters especial en el tema. En resumen, mi objetivo principal ha sido el de exponer unas ideas y nociones generales de un modo que espero sea entretenido.

He escrito tanto para mis colegas cientficos como para el pblico en general, y creo que un profano puede entender con facilidad la mayor parte de lo tratado. A veces el discurso puede ser algo tcnico, pero incluso en estas ocasiones considero que la idea general es fcil de comprender. Algunas veces hago breves comentarios entre parntesis desde un punto de vista ms avanzado. Para ayudar a quienes carecen de conocimientos de biologa molecular, he antepuesto al texto una grfica indicando los tamaos aproximados de las molculas, cromosomas, clulas y dems, as como dos apndices, el primero con un esbozo de los elementos de la biologa molecular y el segundo exponiendo los detalles del cdigo gentico. Puesto que la mayora de gente (excepto los qumicos) odia las frmulas qumicas, he relegado casi todas al primer apndice.

Pese a todos mis esfuerzos por explicarme con claridad, es posible que un profano encuentre algo ridos los captulos 4, 5 y 12. Mi consejo al lector, en el caso de que se atasque en un pasaje, es que persevere o que salte al captulo siguiente. La mayor parte del libro es bastante fcil. No conviene desistir tan slo porque unos pocos prrafos sean algo difciles de seguir.

El tema ms importante del libro es la seleccin natural. Tal como explico, ste es el mecanismo bsico que hace distinta a la biologa del resto de las ciencias. Es evidente que todo el mundo puede entender el mecanismo en s mismo, aunque en realidad muy poca gente lo conoce realmente. Sin embargo lo ms sorprendente es el resultado de un proceso de este tipo, qu acta sobre miles de millones de generaciones. Lo imprevisible es el carcter general de los organismos resultantes. La seleccin natural casi siempre edifica sobre lo que ya existe, de modo que un proceso bsicamente simple se ve recargado con muchos artilugios auxiliares. Tal como Franois Jacob observ tan acertadamente, la evolucin es un chatarrero. La complejidad resultante es la causa de que los organismos biolgicos sean tan difciles de descifrar. As, la biologa es muy distinta de la fsica. Las leyes bsicas de la fsica normalmente se pueden expresar de una forma matemtica exacta, y probablemente sean las mismas en todo el universo. Por el contrario, las leyes de la biologa slo pueden ser generalizaciones amplias, puesto que describen mecanismos qumicos muy elaborados que la seleccin natural ha desarrollado durante miles de millones de aos.

La replicacin biolgica, tan bsica para el proceso de seleccin natural, produce muchas copias exactas de una variedad casi infinita de molculas qumicas complejas. No existe nada parecido en la fsica ni en las disciplinas relacionadas con ella. Esta es una de las razones por las cuales los organismos biolgicos son, para algunos, infinitamente improbables.

Todo ello puede hacer que un fsico difcilmente logre contribuir a la investigacin biolgica. La elegancia y la gran simplicidad expresadas con frecuencia en una forma matemtica abstracta son guas tiles en la fsica, pero en la biologa estos instrumentos intelectuales pueden conducir a conclusiones errneas. Por esta razn, un terico de la biologa tiene que guiarse mucho ms que un fsico por las pruebas experimentales (por ms inciertas y confusas que sean). Estos razonamientos se exponen con ms detalle en el captulo 13, Conclusiones.

Yo mismo saba muy poca biologa, excepto a nivel general, hasta despus de los treinta aos, ya que mi primera licenciatura fue en fsica. Me llev cierto tiempo el acostumbrarme al distinto mtodo de pensamiento requerido en la biologa. Fue como tener que nacer de nuevo. Sin embargo, una transicin de este tipo no es tan difcil y no hay duda de que vale la pena. Para relatar cmo evolucion mi carrera, en primer lugar quiero hablar brevemente de mi infancia.

1. Prlogo Mis primeros aos

Nac en 1916, en plena Primera Guerra Mundial. Mis padres, Harry Crick y Anne Wilkins Crick, eran una pareja de clase media y vivan cerca de la ciudad de Northampton, en los Midlands ingleses. En aquella poca la industria principal de Northampton giraba en torno a la piel y la manufactura del calzado tanto era as que el equipo local de ftbol se llamaba The Cobblers (los Zapateros remendones). Mi padre y su hermano mayor, Walter, dirigan una fbrica de botas y zapatos fundada por mi abuelo.

Nac en casa. Lo s por un curioso incidente relacionado con mi nacimiento. Aunque mi madre no era una supersticiosa convencida, le gustaba cultivar ciertas prcticas supersticiosas. Cada Ao Nuevo intentaba que la primera persona que cruzaba nuestro umbral fuera morena y no rubia. Esta prctica ignoro si todava se conserva se llama first footing [primera pisada] y se supone que trae buena suerte durante el ao.

Despus de mi nacimiento, ella orden a su hermana menor, Ethel, que me llevara a lo ms alto de nuestra casa. Mi madre esperaba que esta pequea ceremonia asegurara que ms adelante yo llegara a la cima. La mayora de las prcticas supersticiosas revelan sobre quienes las ejercitan ms de lo que ellos suponen y esta leyenda familiar muestra claramente que mi madre, como cualquier otra madre, era ambiciosa respecto a su primognito, incluso antes de tener algn indicio de mi carcter y capacidades.

Tengo pocos recuerdos de mis primeros aos. Ni siquiera recuerdo que mi ta Ethel, que era maestra, me enseara a leer. Segn las fotografas, yo era un nio muy normal. A mi madre le gustaba decir que pareca un arzobispo. No creo que jams hubiera visto alguno no era catlica ni perteneca a la Iglesia de Inglaterra, pero es posible que viera alguna fotografa en el peridico. Es muy poco probable que a los cuatro o cinco aos tuviera un aspecto tan venerable. Lo que sospecho que ella quera decir, aunque se frenaba, era que yo pareca un ngel muy rubio, ojos azules, una expresin anglica de benevolente curiosidad, pero con algo adicional. Odile (mi actual mujer) conserva un medalln de esta poca, regalo de mi madre. Contiene dos pequeas fotografas redondas y en color, una de mi hermano menor, Tony, y la otra ma. En cierta ocasin le coment que por mi aspecto pareca haber sido un nio bastante angelical. No exactamente, replic. Fjate en esos ojos penetrantes. Y hablaba con conviccin puesto que a lo largo de nuestros largos aos de convivencia se haba visto sometida a la misma mirada crtica e inquisitiva.

Otro indicio respecto a mi carcter de nio proviene de Michael, el hijo que tuve con mi primera mujer, Doreen. Cuando l tena aproximadamente la misma edad, vivi una temporada con mi madre. En ms de una ocasin, me di cuenta de que contestaba a sus explicaciones replicando: Pero esto no puede ser cierto. Mi madre preguntaba extraada: Y por qu no?, a lo que Michael daba una respuesta simple y lgica que era obviamente la correcta. Sospecho que yo tambin haca este tipo de comentarios a mi madre lo que no era difcil, puesto que ella no tena una mente precisa, que le resultaran a la vez desconcertantes y fascinantes. En cualquier caso, ahora veo claramente que mi madre crea (como otras muchas madres) que su hijo mayor posea un talento excepcional, y al provenir de la slida clase media, hizo todo lo posible para que este talento fuera desarrollado.

Puesto que mis padres carecan de formacin cientfica, tuvieron que comprarme la Enciclopedia de los Nios de Arthur Mee para eludir mis constantes preguntas sobre el mundo. Estaba publicada por tomos, de modo que en cada volumen se mezclaban arte, ciencias, historia, mitologa y literatura. Lo le entero con gran avidez, aunque lo que ms me atraa eran las ciencias. Cmo era el universo? Qu eran los tomos? Cmo crecan las cosas? Asimil muchas explicaciones, deleitndome en lo inesperado de todas ellas, a juzgar por el mundo que diariamente vea a mi alrededor. Qu maravilla haber descubierto tales cosas! Debe de haber sido entonces cuando decid ser cientfico. Pero entrevea un obstculo. Cuando fuera mayor y qu lejos pareca! todo habra sido descubierto. Confi mis temores a mi madre, que me tranquiliz. No te preocupes, Ducky, me contest. An quedarn muchas cosas para que t puedas descubrir alguna.

A los diez o doce aos, era un especialista en experimentos caseros; mis padres deban haberme comprado un libro de texto de qumica. Intent hacer seda artificial: un fracaso. Introduje una mezcla explosiva en botellas y las hice estallar con ayuda de la electricidad: un xito espectacular que, lgicamente, preocup a mis padres. Llegamos a un acuerdo. Poda hacer volar una botella siempre y cuando estuviera sumergida en un cubo de agua. Obtuve un premio en la escuela mi primer premio por una coleccin de flores silvestres. Haba recogido muchas ms especies que cualquier otro, pero entonces vivamos cerca del campo, mientras que todos mis compaeros de clase vivan en la ciudad. Me sent un poco culpable, aunque acept sin vacilar el premio, un librito sobre los insectos que se alimentan de plantas. Redact y mecanografi una revista para entretener a mis padres y amigos. A pesar de todo esto, no recuerdo haber sido especialmente precoz o haber hecho algo realmente excepcional. Era bastante bueno en matemticas, pero nunca deduje por m mismo un teorema importante. En resumen, senta curiosidad por el mundo, era lgico, emprendedor y estaba dispuesto a trabajar duro si algo suscitaba mi entusiasmo. Si cometa un error, era porque cuando comprenda algo con facilidad, crea que ya lo haba entendido por completo.

En mi familia todos jugaban al tenis. Mi padre jug muchos aos con el Northamptonshire, un condado ingls, y una vez particip en Wimbledon. Mi madre tambin jugaba, aunque con menos habilidad y con una aficin moderada. Mi hermano menor, Tony, era un jugador mucho ms entusiasta; se clasificaba con buena puntuacin en el Campeonato Jnior del condado, y formaba parte del equipo de su colegio. Aunque ahora casi no puedo creerlo, de nio yo estaba loco por el tenis. An recuerdo el da que mi madre me despert temprano y me dijo (qu alegra!) que aquel da poda saltarme la escuela, ya que nos bamos a Wimbledon. Mi hermano y yo nos sentbamos, a veces durante horas, junto a las pistas del club de tenis local, esperando a que parara la llovizna y que al menos una de las pistas se secara lo suficiente para jugar. Practiqu otros deportes (ftbol, rugby, cricket, etc.), pero sin sobresalir en ninguno.

Mis padres eran religiosos de un modo muy discreto. Nada de rezos familiares, aunque iban a misa los domingos por la maana, y cuando mi hermano y yo fuimos suficientemente mayores los acompabamos. La suya era la Iglesia Protestante no Conformista, como se llama en Inglaterra, y dispona de un gran edificio en Abington Avenue. Como no tenamos coche bamos andando hasta la iglesia, aunque a veces hacamos parte del trayecto en autobs. Mi madre senta mucha admiracin por el pastor, debido a su rectitud. Durante mucho tiempo mi padre fue secretario de la iglesia (se encargaba del papeleo financiero), pero nunca tuve la impresin de que ninguno de los dos fuera especialmente devoto. Lo cierto es que no tenan una visin estrecha de la vida. Algunas veces mi padre jugaba al tenis en domingo por la tarde, y mi madre me avisaba que no lo mencionara a los otros miembros de la congregacin, ya que muy probablemente no hubieran aprobado una conducta tan pecaminosa.

Acept todo esto como una parte de nuestra vida tal como suelen hacer los nios. No puedo precisar exactamente en qu momento perd la fe religiosa. Casi seguro que fue antes del inicio de la pubertad. Tampoco recuerdo qu fue lo que me llev a un cambio tan radical. S me acuerdo de haberle dicho a mi madre que no quera ir ms a la iglesia, y haber notado que quedaba visiblemente preocupada. Imagino que influy mi inters creciente por la ciencia, sumado al nivel intelectual ms bien bajo del predicador y su congregacin, aunque dudo que hubiera sido distinto de haber conocido otras creencias cristianas ms sofisticadas. Cualquiera que fuese el motivo, a partir de entonces he sido un escptico, un agnstico con una fuerte inclinacin hacia el atesmo.

Esto no me evit asistir a los oficios cristianos en la escuela, sobre todo en el internado al que fui ms tarde, donde haba un servicio obligatorio cada maana y dos los domingos. Durante el primer ao incluso cant en el coro, hasta que mi voz cambi. Escuchaba los sermones con objetividad e incluso me divertan si no eran demasiado pesados. Por fortuna, como iban dirigidos a colegiales, solan ser breves, aunque con excesiva frecuencia se basaban en exhortaciones morales.

No me cabe la menor duda, tal como se ver ms adelante, de que esta prdida de la fe en la religin cristiana y mi creciente inters por la ciencia han jugado un papel primordial en mi carrera cientfica, no tanto en lo cotidiano como en la eleccin de aquellas cosas que consideraba interesantes e importantes. Poco despus comprend que el conocimiento cientfico detallado hace que ciertas creencias religiosas sean insostenibles. El conocimiento de la edad real de la Tierra y de los restos fsiles hace imposible que un intelecto equilibrado crea literalmente que sean ciertos cada uno de los pasajes de la Biblia, tal como sucede con los fundamentalistas. Y si algunas partes de la Biblia son errneas por qu habra que aceptar automticamente las restantes? Cuando se formula una creencia, no slo debe ser estimulante para la imaginacin, sino que tambin debe encajar correctamente con todo lo conocido hasta el momento. No obstante, dicha creencia puede acabar pareciendo ridcula al descubrirse nuevos hechos a travs de la ciencia. Hay algo ms descabellado que basar la propia visin de la vida en ideas que, por ms plausibles que fueran en su poca, ahora parecen considerablemente errneas? Y hay algo ms importante que encontrar nuestro lugar en el universo, eliminando uno a uno estos infortunados vestigios de creencias anteriores? Sin embargo, es evidente que hay algunos misterios que an no se han explicado en trminos cientficos. Mientras sigan sin explicacin, pueden servir de refugio fcil para la supersticin religiosa. Yo consideraba que era de primordial importancia identificar en primer lugar estas reas de conocimiento an no explicadas y trabajar para su comprensin cientfica, aunque ello finalmente confirmara o refutara creencias religiosas existentes.

Aunque encontraba absurdas muchas creencias religiosas (un buen ejemplo es la historia de los animales del arca de No), sola justificarlas suponiendo que originalmente tenan una base racional. En numerosas ocasiones esto me condujo a suposiciones injustificables. Conoca el relato del Gnesis en el que Dios crea a Eva de una costilla de Adn. Cmo pudo originarse esta creencia? Evidentemente saba que los hombres, al menos en algunos aspectos, eran anatmicamente distintos de las mujeres. Nada ms natural que dar por sentado que el hombre tena una costilla menos que la mujer. Un pueblo primitivo que supiera esto poda fcilmente creer que la costilla faltante haba sido utilizada para crear a Eva. Nunca se me ocurri comprobar si mi hiptesis tcita se corresponda con la realidad. Slo aos ms tarde, probablemente cuando an no me haba licenciado, revel a un amigo mo estudiante de medicina que, por lo que saba, las mujeres tenan una costilla ms que los hombres. Para mi sorpresa, en lugar de asentir reaccion enrgicamente ante esta idea y me pregunt por qu lo crea as. Cuando le di mis razones casi se cae de la silla de risa. De esta forma tan burda aprend que cuando se trata de mitos uno no debe ser demasiado racional. Mi educacin no tuvo muchos aspectos inslitos. Durante varios aos fui a la Northampton Grammar School. A los catorce aos obtuve una beca para la Mill Hill School, en la zona norte de Londres, una escuela pblica (en el sentido ingls significa privada) para varones, la mayora de ellos internos. Mi padre y sus tres hermanos haban asistido a esta escuela. Afortunadamente, all la enseanza de las ciencias era buena y adquir una base slida en fsica, qumica y matemticas.

Mi actitud hacia las matemticas puras era la normal, ya que sobre todo me interesaban los resultados matemticos. La disciplina exacta de pruebas rigurosas no ejerca ningn atractivo sobre m, aunque disfrutaba con la elegancia de las pruebas simples. Tampoco me entusiasmaba la qumica que, tal como se enseaba entonces a los colegiales, se pareca ms a un conjunto de recetas que a una ciencia. Mucho ms tarde, cuando le la Qumica General de Linus Pauling, la encontr cautivadora. A pesar de ello, nunca intent dominar la qumica inorgnica, y mis conocimientos sobre qumica orgnica son an muy irregulares. Me gust la fsica que me ensearon en la escuela. Haba un curso de biologa mdica (preparatorio para la licenciatura en medicina), pero nunca me interes estudiar los animales ms comunes del curso: el gusano de tierra, la rana y el conejo. Creo que conoca los elementos de la gentica mendeliana, aunque no creo que me los ensearan en la escuela. Practicaba o estaba obligado a practicar muchos deportes, pero era bastante flojo en todos ellos, con excepcin del tenis. Logr formar parte del equipo de tenis de la escuela durante mis dos ltimos aos de estancia. Cuando termin la escuela comprob que ya no poda jugar por diversin, de modo que lo dej y casi no he jugado desde entonces.

A los dieciocho aos fui al University College de Londres. En aquella poca mis padres se haban mudado de Northampton a Mill Hill para que mi hermano pudiera asistir a la escuela como alumno externo. Yo viva con ellos e iba a la universidad en autobs y metro, trayecto de casi una hora. A los veintids aos me gradu en fsica, con matemticas como optativa. La fsica que recib era competente, aunque un poco anticuada. Nos ensearon la teora del tomo de Bohr, que por aquel entonces (a mediados de los aos treinta) ya estaba desfasada. La mecnica cuntica casi no se mencionaba hasta el ltimo ao, en el que se daba un cursillo de seis clases. Del mismo modo, las matemticas que aprend fueron las que haban sido utilizadas por la generacin anterior de fsicos. Por ejemplo, no me ensearon nada sobre los valores propios ni sobre la teora de grupos.

De todos modos, la fsica ha cambiado muchsimo desde entonces. En aquella poca ni siquiera haba indicios de la electrodinmica cuntica, por no mencionar los quarks o las supercuerdas. As, aunque me gradu en lo que ahora se considerara fsica histrica, mi conocimiento actual de la fsica moderna se halla slo a nivel de Investigacin y Ciencia (Scientific American).

Despus de la guerra, estudi por mi cuenta los elementos de la mecnica cuntica, aunque nunca he tenido ocasin de utilizarla. En aquella poca los libros sobre este tema solan titularse Mecnica de ondas. Se podan encontrar en la biblioteca de la Universidad de Cambridge bajo el nombre de Hidrodinmica. Indudablemente ahora las cosas son distintas.

Tras obtener el ttulo de licenciado en Ciencias, empec a estudiar en la universidad bajo la direccin del profesor Edward Neville de Costa Andrade y con la ayuda econmica de mi to Arthur Crick. Andrade me puso a trabajar en el problema ms arduo que pueda imaginarse: la determinacin de la viscosidad del agua, bajo presin, entre 100 C y 150 C. Yo viva entonces en un apartamento alquilado, cerca del Museo Britnico, que comparta con un viejo amigo del colegio, Raoul Colinvaux, estudiante de derecho.

Mi tarea principal consista en construir un recipiente esfrico de cobre, hermtico (para contener agua), con un cuello que permitiera la expansin del agua. Tena que mantenerlo a una temperatura constante y registrar en una pelcula las oscilaciones de su bajada. No estoy dotado para las construcciones mecnicas, pero contaba con la ayuda de Leonard Walden, el ayudante ms antiguo del laboratorio de Andrade y un elemento excelente en el taller del laboratorio. En realidad me gust construir el aparato, aunque cientficamente fuera una lata, siendo un alivio hacer algo despus de tantos aos de slo estudiar. Probablemente esta experiencia me sirvi durante la guerra, cuando tuve que disear armas, pero aparte de ello fue una prdida completa de tiempo. Lo que s adquir aunque fuera indirectamente, fue la seguridad intelectual del fsico, la sensacin de que la fsica como disciplina era muy fructfera, as que, por qu no habran de serlo las otras ciencias? Creo que esto me fue til cuando finalmente, despus de la guerra, me decid por la biofsica. Fue un sano antdoto contra la actitud perseverante, ms bien prudente, que reiteradamente encontr cuando empec a frecuentar a bilogos.

Cuando en septiembre de 1939 empez la Segunda Guerra Mundial, el departamento fue evacuado a Gales. Me qued en casa, ocupando mi tiempo en aprender a jugar al squash. Mi hermano (que entonces era estudiante de medicina) me ense en las pistas de squash de Mill Hill School. Los alumnos haban sido evacuados a Gales, y el edificio de la escuela se convirti en un hospital de emergencia. Tony y yo jugbamos con un handicap variable. Cada vez que yo perda una partida, comenzaba el juego siguiente con un punto de ms. Si ganaba la partida, mi ventaja se reduca en un punto. Al final del ao estbamos casi igualados. Segu jugando ocasionalmente, a intervalos, durante muchos aos, tanto en Londres como en Cambridge. Siempre me gust porque nunca intent jugar en serio. Como ya no es un deporte adecuado para mi edad, ahora hago ejercicio caminando o nadando en una piscina de agua caliente bajo el sol de California del Sur.

Finalmente, a principios de 1940 me dieron un empleo civil en el Ministerio de Marina. Esto me permiti casarme con mi primera mujer, Doreen Dodd. Nuestro hijo Michael naci en Londres, durante un ataque areo, el 25 de noviembre de 1940. Primero trabaj en el Laboratorio de Investigacin de la Marina, vecino del Laboratorio Nacional de Fsica, en Teddington, un suburbio del sur de Londres. Despus me trasladaron al Departamento de Diseo de Minas, prximo a Havant, no lejos de Portsmouth, en la costa sur de Inglaterra. Cuando termin la guerra me dieron un empleo en el servicio de informacin cientfica del Ministerio de Marina en Londres. Afortunadamente, una mina destruy el aparato que tan laboriosamente haba fabricado en la universidad, de modo que no me sent obligado a volver a medir la viscosidad del agua.

2. El test del chismorreo

Durante la mayor parte de la guerra trabaj en el diseo de minas magnticas y acsticas minas a distancia, inicialmente bajo la direccin de un fsico terico bien conocido, H.S.W. Massey. Estas minas eran lanzadas por nuestra aviacin en los canales navegables del Bltico y del Mar del Norte, que eran relativamente poco profundos. Ah se quedaban, silenciosa y secretamente sobre el fondo marino, hasta que explotaban a causa de un rastreo del enemigo o bien porque hacan volar uno de sus barcos. El objetivo en el diseo de sus circuitos era hacerles distinguir de algn modo la diferencia entre los campos magnticos y los sonidos procedentes de un rastreo y los de un barco. En esto tuve bastante xito. Estas minas especiales eran cinco veces ms efectivas que las minas a distancia normales. Despus de la guerra se calcul que las minas hundieron o daaron gravemente unos mil barcos mercantes enemigos.

Cuando por fin termin la guerra, yo no saba qu hacer. En aquella poca trabajaba en el cuartel general del Ministerio de Marina en Whitehall, en el anexo sin ventanas conocido como la Ciudadela. Hice lo ms obvio y solicit una plaza de funcionario cientfico. Al principio dudaron en aceptarme, pero finalmente, despus de la presin del Ministerio de Marina y de haber realizado una segunda entrevista el presidente del jurado era el novelista C.P. Snow, me ofrecieron un empleo fijo. A esas alturas, yo estaba seguro de que no quera pasarme el resto de mi vida diseando armas, pero tampoco saba qu quera hacer. Estudi las posibilidades que me ofrecan mis mritos profesionales. Una licenciatura no demasiado buena, en parte compensada por mis logros en el Ministerio de Marina. Un conocimiento restringido a algunas reas del magnetismo y la hidrodinmica, disciplinas por las que no senta el ms mnimo entusiasmo. Ningn artculo publicado. Los pocos y cortos informes que haba realizado en el Ministerio, en Teddington, tendran poco peso. Tan slo de un modo gradual comprend que esta falta de mritos podra ser una ventaja. La mayora de los cientficos, cuando llegan a los treinta aos, estn atrapados por su propia especializacin. Han invertido tantos esfuerzos en un campo determinado que llegado este punto de su carrera les resulta extremadamente difcil hacer un cambio radical. Yo, por otro lado, no tena nada, a excepcin de una formacin bsica algo anticuada en fsica y matemticas, y la capacidad de cambiar a nuevas reas. En el fondo estaba seguro de que prefera hacer investigacin bsica ms que investigacin aplicada, a pesar de que mi experiencia en el Ministerio de Marina era ms adecuada para un trabajo aplicado. Pero tendra la capacidad necesaria?

Entre mis amigos haba dudas al respecto. Algunos crean que me convendra ms el periodismo cientfico; tal vez, sugiri uno de ellos, debera tratar de entrar en la plantilla de Nature, la publicacin cientfica semanal ms prestigiosa. (No s qu hubiera opinado sobre esto el actual director, John Maddox). Consult con el matemtico Edward Collingwood, para quien haba trabajado durante la guerra. Como siempre, me alent y ayud. No vea ninguna razn por la cual yo no pudiera triunfar en la investigacin bsica. Tambin ped consejo a mi ntimo amigo Georg Kreisel, hoy un distinguido lgico matemtico. Nos conocimos cuando entr, con slo diecinueve aos, a trabajar para Collingwood en el Ministerio de Marina. El primer artculo de Kreisel un ensayo sobre una aproximacin al problema de minar el Bltico utilizando los mtodos de Wittgenstein fue prudentemente archivado por Collingwood en su caja fuerte. Entonces yo ya conoca bien a Kreisel, por lo que estaba seguro de que su consejo no sera arbitrario. l reflexion unos instantes y dio su parecer: He conocido a gente mucho ms estpida que t y que ha triunfado en esto.

Alentado de este modo, mi problema siguiente fue decidir qu rea deba escoger. Como en esencia no saba nada, tena una libertad de accin casi completa. Esto, tal como descubrira ms tarde la generacin de los sesenta, slo dificulta la decisin. Medit tristemente sobre este problema durante varios meses. Estaba en un momento demasiado tardo de mi carrera y saba que deba hacer la eleccin correcta al primer intento. Era prcticamente imposible que probara una especialidad durante dos o tres aos y que despus cambiara a otra completamente distinta. Cualquiera que fuese la eleccin, tendra que ser definitiva, al menos durante algunos aos.

Cuando trabajaba en el ministerio tena varios amigos entre los oficiales de la Marina. Ellos se interesaban por la ciencia, pero saban menos an que yo. Un da repar en que les estaba comentando con cierto entusiasmo los ltimos avances realizados con los antibiticos: la penicilina y otros. Hasta la noche no se me ocurri pensar que ni yo mismo conoca bien estos temas, aparte de lo que haba ledo en Penguin Science o en otras publicaciones similares. Me di cuenta de que en realidad no les hablaba de ciencia. Estaba chismorreando. Esta visin fue una revelacin para m. Haba descubierto el test del chismorreo: uno chismorrea sobre aquello por lo que realmente se interesa. Sin vacilar, lo apliqu a mis conversaciones inmediatamente anteriores. Estrech con rapidez mi abanico de intereses a dos reas principales: la frontera entre lo viviente y lo no viviente, y el funcionamiento del cerebro. Las introspecciones siguientes me indicaron que estos dos temas tenan en comn el hecho de tratar problemas que, en muchos aspectos, parecan estar ms all del poder de explicacin de la ciencia. Obviamente, la incredulidad en el dogma religioso era una parte importante de mi naturaleza. Siempre he credo que el estilo de vida del cientfico, as como el del religioso, requiere un elevado grado de devocin y que uno no puede dedicarse a algo si no cree en ello apasionadamente.

A estas alturas yo estaba encantado con mis progresos. Pareca haber encontrado el modo de saltar barreras interminables de reas de conocimiento y de vislumbrar adonde quera ir. Pero an tena que decidir cul de las dos reas ahora las llamara biologa molecular y neurobiologa deba escoger, lo que result mucho ms sencillo. No fue difcil convencerme de que mi formacin cientfica sera mucho ms aplicable al primer problema la frontera entre lo viviente y lo no viviente y sin ms vacilaciones decid que sta sera mi eleccin.

No debe suponerse que yo no saba absolutamente nada sobre estas dos especialidades. Despus de la guerra haba ocupado gran parte de mi tiempo libre en la lectura de temas bsicos. El ministerio me haba concedido permiso, generosamente, para asistir una o dos veces por semana, durante mis horas laborables, a seminarios o cursos de fsica terica en la universidad. Algunas veces me sentaba en mi mesa del ministerio y con disimulo lea un libro de texto de qumica orgnica. De los tiempos de la escuela me acordaba un poco de los hidrocarburos, e incluso algo sobre alcoholes y cetonas, pero qu eran los aminocidos? Haba ledo un artculo en el Chemical and Engineerng News, escrito por una autoridad, que profetizaba que el puente de hidrgeno sera muy importante en la biologa, pero yo no saba qu era eso. El autor tena un nombre poco corriente Linus Pauling y me era totalmente desconocido. Le el librito de Lord Adrian sobre el cerebro y lo encontr fascinante. Tambin el de Erwin Schrdinger, Qu es la vida?; slo ms adelante logr ver sus limitaciones como la mayora de los fsicos, su autor no saba nada de qumica, pero sin duda creaba la sensacin de que cosas importantes estaban a la vuelta de la esquina. Le La clula bacteriana de Hinshelwood, pero lo entend poco (Sir Cyril Hinshelwood era un fsico-qumico muy distinguido, que ms tarde fue presidente de la Royal Society y Premio Nobel).

A pesar de todas estas lecturas, insisto en que slo tena un conocimiento muy superficial de las dos especialidades elegidas. En realidad no haba profundizado en ninguna de ellas. Lo que las haca atractivas para m era que cada una albergaba un gran misterio: el misterio de la vida y el de la conciencia. Quera saber de un modo ms exacto lo que estos misterios significaban en trminos cientficos. Pensaba que sera maravilloso si finalmente poda hacer una pequea aportacin a su esclarecimiento, aunque esto me pareca demasiado lejano para preocuparme.

En esa poca pas por una crisis repentina. Me ofrecieron un empleo! No una simple beca, sino un trabajo real. Hamilton Hartridge, un fisilogo eminente aunque algo inconformista, haba persuadido al Medical Research Council de que montara una pequea unidad para l, con objeto de trabajar sobre el ojo humano. Deba de estar al corriente de que yo buscaba una salida, porque me pidi que fuera a verle.

Inmediatamente le su artculo sobre la visin en color, publicado durante la guerra; recuerdo que sostena, basndose en su trabajo sobre la psicologa de la visin, que probablemente haba siete tipos de conos en el ojo, y no nicamente los tres tradicionales. En la entrevista me fue bien y me ofreci el trabajo. Mi problema era que tan slo la semana anterior haba resuelto que mi nuevo campo de investigacin sera la biologa molecular, y no la neurobiologa. La decisin fue muy dura. Por ltimo me dije que mi preferencia por la frontera entre lo viviente y lo no viviente tena una base slida, que no tendra otra oportunidad para embarcarme en una nueva carrera y que no deba desviarme por el hecho de que accidentalmente alguien me ofreciera un trabajo. Un poco a regaadientes escrib a Hartridge y le comuniqu que a pesar de que su oferta era muy atractiva, deba rechazarla. Tal vez fue mejor as, porque a pesar de que l tena un carcter vivo y simptico, para m quizs era demasiado enrgico y no estaba del todo seguro de que furamos a congeniar. Tambin tengo mis dudas sobre si hubiera sido comprensivo en el caso de que mi trabajo hubiera puesto de manifiesto que sus ideas eran errneas, tal como se ha demostrado con el tiempo.

A continuacin deba encontrar algn modo de introducirme en mi nueva especialidad. Me acerqu a la universidad para ver a Massey, a cuyas rdenes haba trabajado durante la guerra, para hablarle de mi situacin y pedirle ayuda. Cuando le dije que pretenda dejar el Ministerio de Marina, supuso que lo que yo quera era que me consiguiera un empleo en energa atmica (as se llamaba entonces), campo en el que haba trabajado en Berkeley durante los ltimos tiempos de la guerra. Se sorprendi cuando le habl de mi inters por la biologa, pero fue muy amable y redact dos valiosas cartas de recomendacin. La primera era para A.V. Hill, tambin de la universidad, fisilogo de Cambridge que haba alcanzado una slida reputacin estudiando la biofsica del msculo, especialmente los aspectos trmicos de la contraccin muscular. Por ello haba sido galardonado con el Premio Nobel en 1922. Le pareci bien la idea de que me reconvirtiera a la biofsica y tal vez, a la larga, trabajara sobre el msculo. Me hizo una carta de presentacin para Sir Edward Mellanby, el poderoso secretario del Medical Research Council (el MRC). Tambin me dio algunos consejos. Deberas ir a Cambridge, me dijo, ah encontrars tu nivel.

Massey tambin me aconsej que fuera a ver a Maurice Wilkins. Al tiempo que me lo deca sonrea, lo que me hizo presentir que Maurice era, en algunos aspectos, fuera de lo corriente. Haban trabajado juntos en Berkeley, en la separacin de istopos para la bomba atmica. Wilkins haba vuelto a trabajar con su antiguo jefe, John Randall, en el departamento de fsica del Kings College de Londres, y ah fue donde lo visit, en las habitaciones del stano donde trabajaban.

Randall haba logrado convencer al MRC para que apoyara la incorporacin de fsicos a la biologa. Durante la guerra, los cientficos haban adquirido mucha ms influencia de la que tenan anteriormente. A Randall, uno de los inventores del magnetrn (novedad fundamental para las aplicaciones militares del radar), no le fue difcil argumentar que, considerando la influencia decisiva que los fsicos haban tenido en los resultados de la guerra, ahora podan dirigir sus esfuerzos hacia algunos de los problemas biolgicos fundamentales que estaban en la base de la investigacin mdica. En resumen, haba dinero disponible para biofsicos, y el MRC haba montado una de sus unidades de investigacin en el Kings College, con Randall al frente como director.

No estaba del todo claro qu era exactamente un biofsico, o cul poda ser su utilidad. En el Kings opinaban que un paso importante sera la aplicacin de las tcnicas modernas de la fsica a los problemas biolgicos. Wilkins haba estado trabajando en un nuevo microscopio de luz ultravioleta, utilizando espejos en lugar de lentes. Las lentes hubieran tenido que ser de cuarzo, ya que el cristal normal absorbe la luz ultravioleta. No estaba claro qu pretendan descubrir con este nuevo instrumento, pero la opinin general era que cualquier observacin nueva conducira, inevitablemente, a nuevos descubrimientos.

Gran parte de su trabajo estaba ms relacionado con clulas que con molculas. En esta poca, an no se dispona del potencial del microscopio electrnico, de modo que en la observacin de las clulas deba aceptarse la potencia relativamente baja del microscopio ptico. La distancia entre los tomos es ms de mil veces inferior a la longitud de onda de la luz visible. La mayora de los virus son demasiado pequeos para ser vistos a travs de un microscopio ordinario de potencia elevada, a excepcin de una diminuta mancha de luz sobre el fondo oscuro.

A pesar del entusiasmo de Maurice y de sus cordiales explicaciones, yo no estaba del todo convencido de que ste fuera el sistema adecuado. Sin embargo, en este perodo saba tan poco sobre mi nueva especialidad que slo poda formular opiniones provisionales. Estaba interesado sobre todo en la frontera entre lo viviente y lo no viviente, estuviese donde estuviese, y la mayor parte del trabajo en el Kings pareca decantarse hacia el aspecto biolgico de esta frontera.

Tal vez el resultado ms til de este contacto inicial fue mi amistad con Maurice. Ambos tenamos una base cientfica similar. Incluso nos parecamos. Muchos aos despus, una joven de Nueva York, al ver una fotografa de Maurice en un libro de texto reproducida de modo confuso (se hallaba junto a la de Jim Watson), lo confundi conmigo, a pesar de que en aquel momento me hallaba delante de ella. Incluso pens si no seramos parientes lejanos, ya que el nombre de soltera de mi madre era Wilkins, aunque en cualquier caso slo podamos ser primos muy lejanos. En resumen, ambos tenamos aproximadamente la misma edad y habamos realizado el mismo recorrido cientfico desde la fsica a la biologa.

No me pareci que Maurice fuera especialmente raro. Si hubiera sabido que era aficionado a la msica tibetana, pongamos por caso, dudo que lo hubiera considerado extrao. Odile (que ms tarde se convertira en mi segunda mujer) lo encontraba bastante extravagante porque la primera vez que fue a cenar a su apartamento de Earls Court se dirigi directamente a la cocina y levant todas las tapas de las cazuelas para saber qu se cocinaba. Ella estaba acostumbrada a tratar con oficiales navales que nunca haban hecho nada semejante. Tras descubrir que no era la curiosidad impertinente de un hombre hambriento los cientficos parecan sentir curiosidad por cosas tan raras, sino slo el inters de Maurice por la cocina, Odile lo reconsider bajo un nuevo aspecto.

Mi prximo problema fue decidir en qu trabajar y, no menos importante, dnde hacerlo. En primer lugar, pens en la posibilidad de un trabajo en el Birkbeck College de Londres con el cristalgrafo de rayos X, J.D. Bernal, un hombre de carcter fascinante. Uno puede hacerse una idea muy clara de cmo era Bernal leyendo la novela cientfica The Search (La bsqueda), de C.P. Snow, puesto que el personaje de Constantine est obviamente inspirado en l. Es divertido ver que, en la novela, Constantine consigue la fama y logra ser F.R.S. (Miembro de la Royal Society) al descubrir cmo se sintetizan las protenas, aunque Snow, prudentemente, no indica cul es el proceso exacto. A lo largo del relato se pone en marcha un instituto de biofsica, y al final el narrador decide no desenmascarar a un colega cientfico por falsificacin de resultados; en su lugar, abandona su propia carrera cientfica para hacerse escritor, incidente que, sospecho, est basado en algo que le ocurri a Snow en su carrera.

Cuando visit el laboratorio de Bernal, su secretaria un simptico ogro llamado Miss Rimmel me desanim. Se da cuenta de que gente de todo el mundo quiere venir a trabajar con el profesor?, me dijo. Por qu cree que lo coger a usted? Pero la dificultad ms seria fue Mellanby, quien dijo que el MRC no me financiara si trabajaba con Bernal. Queran que hiciera algo ms vinculado con la biologa. Decid seguir el consejo de A.V. Hill y probar suerte en Cambridge, por si interesaba a alguien de all.

Visit al fisilogo Richard Keynes, que habl conmigo mientras coma el bocadillo del almuerzo delante de su experimento. Trabajaba sobre el movimiento de los iones en el axn gigante del calamar. Convers con el bioqumico Roy Markham, quien me mostr un interesante resultado que haba obtenido recientemente con un virus vegetal. Me lo describi de una manera tan crptica (an no me haba familiarizado con la forma en que los cidos nucleicos absorben la luz ultravioleta) que al principio no pude captar lo que me estaba diciendo. Ambos fueron muy atentos y cordiales, pero ninguno de los dos tena nada que ofrecerme. Finalmente visit el Strangeways Laboratory, entonces dirigido por Honor Fell y dedicado a los cultivos celulares. Ella me present a Arthur Hughes. En el Strangeways haba trabajado hasta entonces un fsico D.E. Lea fallecido recientemente y cuyo puesto an estaba vacante. Me gustara trabajar ah? El MRC no puso impedimentos y me concedi una beca. Mi familia tambin me ayud econmicamente, de modo que dispona de suficiente dinero para vivir en una pensin y an me sobraba para comprar libros.

Estuve en el Strangeways unos buenos dos aos, trabajando en el problema en que ellos estaban interesados. Hughes haba descubierto que los fibroblastos de pollo en cultivo podan englobar, o fagocitar, partculas minerales magnticas. Dentro de la clula, estas partculas diminutas podan desplazarse aplicando un campo magntico. Me sugiri que utilizara sus movimientos para deducir algo sobre las propiedades fsicas del citoplasma, el espacio interior de la clula. Yo no me senta profundamente interesado por el tema, pero me di cuenta que de un modo superficial era ideal para m, ya que los nicos campos cientficos con los que estaba realmente familiarizado eran el magnetismo y la hidrodinmica. A su debido tiempo, esto dara lugar a un par de artculos, uno experimental y otro terico, en Experimental Cell Research y que fueron mis primeros artculos publicados. Pero la ventaja principal consista en que el trabajo no era muy absorbente y me dejaba mucho tiempo libre para leer sobre mi nueva especialidad. Fue entonces cuando de un modo muy provisional mis ideas empezaron a tomar forma.

Durante este perodo, en cierta ocasin me pidieron que diera una pequea charla a algunos investigadores que haban ido al Strangeways para un curso. Me acuerdo perfectamente de la situacin, ya que intent describirles cules eran los problemas ms importantes en la biologa molecular. Esperaban expectantes, con plumas y lpices en mano, pero a medida que yo hablaba los iban dejando a un lado. Evidentemente, pensaron que aquello no era serio, que slo se trataba de una especulacin intil. Slo en una ocasin tomaron notas, cuando les habl de algo experimental: la radiacin con rayos X reduce drsticamente la viscosidad de una solucin de DNA. Me encantara saber exactamente qu dije en aquella ocasin. Creo saber lo que pude haber dicho, pero mi memoria est tan sobrecargada con las ideas y acontecimientos de los ltimos aos que no puedo confiar en ella. Ni creo, por lo que a mi respecta, que hayan sobrevivido mis notas para esta charla. Sin embargo, es probable que hablara de la importancia de los genes, de por qu se deba descubrir su estructura molecular, cmo podan estar constituidos por DNA (al menos en parte) y que lo ms til que poda hacer un gen era dirigir las sntesis de una protena, probablemente a travs de un intermediario de RNA.

Despus de un ao, ms o menos, fui a ver a Mellanby para informarle de mis progresos. Le dije que estaba obteniendo resultados sobre las propiedades fsicas del citoplasma, pero que durante la mayor parte del tiempo haba estado tratando de aprender. Me mir con una expresin bastante escptica. Qu hace el pncreas?, me pregunt. Slo tena una vaga idea de la funcin del pncreas, pero me las arregl para musitar algo sobre su produccin de enzimas, aadiendo precipitadamente que mi inters no se diriga tanto a los rganos como a las molculas. Por el momento pareci satisfecho.

Lo haba visitado en una ocasin propicia. Sobre su mesa estaban los papeles con la propuesta de establecer una unidad del MRC en el Cavendish, con el objeto de estudiar la estructura de las protenas utilizando la difraccin de rayos X. Estara dirigido por Max Perutz, bajo la direccin general de Sir Lawrence Bragg. Para mi gran sorpresa (ya que yo era todava principiante), me pregunt qu opinaba sobre ello. Contest que me pareca una idea excelente. Tambin le dije que ahora que tena experiencia en biologa, me gustara trabajar en la estructura de protenas, puesto que consideraba que mi preparacin sera ms adecuada para este enfoque. Esta vez no puso ninguna objecin, y as despej el camino que me reunira con Max Perutz y John Kendrew en el Cavendish.

3. El problema espinoso

Ya va siendo hora de dejar aparte los detalles de mi carrera para entrar en el tema principal. Incluso una mirada superficial al mundo de los seres vivos nos indica su inmensa variedad. Aunque en un zoolgico podamos encontrar muchos animales distintos, tan slo son una minscula fraccin de los animales de tamao y tipo similares. En una ocasin le preguntaron a J.B.S. Haldane qu poda decirnos el estudio de la biologa sobre Dios. En realidad no estoy seguro, respondi Haldane, si exceptuamos el hecho de que a l le gustan excesivamente los escarabajos. Se cree que existen al menos 300 000 especies de escarabajos. Por el contrario, tan slo hay cerca de 10 000 especies de aves. Asimismo deben considerarse todos los tipos distintos de plantas, para no mencionar microorganismos tales como levaduras y bacterias. Adems, tambin estn todas las especies extinguidas de las cuales los dinosaurios son el ejemplo ms destacado, cuya suma probablemente supera en miles de veces el nmero de las que viven en la actualidad.

La segunda propiedad de casi todos los seres vivos es su complejidad y, en particular, su complejidad altamente organizada. Esto impresion tanto a nuestros antepasados, que consideraran inconcebible que unos mecanismos tan complicados y bien organizados pudieran haber surgido sin un Creador. Si yo hubiera vivido ciento cincuenta aos antes, estoy seguro de que inevitablemente habra estado de acuerdo con este argumento del Creador. Su defensor ms consumado y elocuente fue el reverendo William Paley, cuyo libro Teologa natural o Evidencia de la existencia y atributos de la deidad recogidos a partir de los aspectos de la naturaleza fue publicado en 1802. Imaginaos, dijo l, que al cruzar un brezal uno se encuentre en el suelo un reloj que funciona bien. Su diseo y su funcionamiento slo se pueden explicar recurriendo a un fabricante. Del mismo modo, argumentaba, el complicado diseo de los organismos vivos nos fuerza a reconocer que ellos tambin han tenido un Creador.

Este convincente argumento fue demolido por Charles Darwin, quien opinaba que la aparicin del diseo se deba al proceso de seleccin natural. Esta idea fue elaborada de forma independiente por Darwin y Alfred Wallace. Sus respectivos artculos fueron ledos ante la Linnean Society el primero de julio de 1858, pero no produjeron demasiadas reacciones inmediatas. De hecho, en su revisin anual, el presidente de la sociedad observ que aquel ao no se haba destacado por investigaciones notables. En El origen de las especies, Darwin escribi una breve versin de sus ideas (haba planeado un trabajo ms extenso). Su primera edicin en 1859 fue seguida inmediatamente por numerosas reimpresiones: el libro caus un verdadero impacto. Y con razn, puesto que hoy est muy claro que perfil las caractersticas esenciales del Secreto de la Vida. Slo fue necesario el descubrimiento de la gentica, debido a Gregor Mendel y fechado en la dcada de los sesenta, y ya en este siglo al establecimiento de las bases moleculares de la gentica, para que el secreto se mostrara ante el mundo en toda su gloriosa desnudez. Es increble que actualmente la mayora de los seres humanos no reparen en estas cuestiones. Entre quienes reparan en ello, muchos (junto con Ronald Reagan) creen que existe una trampa en algn lado. Un elevado nmero de personas con cultura se muestra indiferente ante estos descubrimientos, y en la sociedad occidental una minora ruidosa es activamente hostil a las ideas evolutivas.

Volvamos a la seleccin natural. Tal vez lo primero que hay que comprender es que un ser complejo, o incluso una parte compleja de un ser, por ejemplo el ojo, no apareci en un nico paso evolutivo. Por el contrario, evolucion a travs de una serie de pequeos pasos. Lo que realmente se quiere decir con pequeos no necesariamente es obvio, ya que el crecimiento de un organismo est controlado por un programa elaborado, escrito en sus genes. Algunas veces un pequeo cambio en una parte clave del programa puede conducir a diferencias notables. Por ejemplo, la alteracin de un determinado gen en la Drosophila puede producir una mosca de la fruta con patas en el lugar de sus antenas.

Cada pequeo paso est causado por una alteracin fortuita de las instrucciones genticas. Muchas de estas alteraciones no harn ningn bien al organismo (algunas incluso lo matarn antes de nacer), pero ocasionalmente una determinada alteracin fortuita puede aportar a un determinado organismo una ventaja relativa. Esto significa que el organismo dar lugar a una media de descendientes superior a la que normalmente dara. Si esta ventaja se mantiene en sus descendientes, entonces este mutante beneficiado, a lo largo de muchas generaciones, se extender gradualmente en la poblacin. En los casos favorables cada individuo llegar a poseer la versin mejorada del gen. La versin antigua habr sido eliminada. De este modo, la seleccin natural es un hermoso mecanismo a travs del cual los acontecimientos raros (concretamente, los acontecimientos raros y favorables) se convierten en hechos habituales.

Actualmente sabemos y fue sealado por primera vez por R. A. Fischer que para que este mecanismo tenga lugar, la herencia debe ser particulada, tal como demostr inicialmente Mendel, y no combinada. En la herencia combinada, las propiedades de la descendencia son una simple mezcla de las propiedades de los padres. En la herencia particulada los genes, que es lo que se hereda, son partculas y no mezclas, lo que significa una diferencia fundamental.

Por ejemplo, en la herencia combinada un animal negro apareado con un animal blanco siempre producira descendientes cuyo color sera una mezcla de negro y blanco, es decir, tonos de gris. Y a su vez la descendencia de stos si se aparearan entre s, siempre sera gris. En la herencia particulada pueden ocurrir varias cosas. Por ejemplo, podra ser que todos los miembros de la primera generacin fueran grises. Si despus se cruzaran entre s, en la segunda generacin obtendramos una media de una cuarta parte de animales negros, la mitad grises y la otra cuarta parte blancos. (Esto presupone que en este caso el color es un carcter mendeliano simple, sin dominancia). Los genes particulados no se mezclan, aunque sus efectos se mezclen en un determinado animal, de modo que una partcula blanca (gen) y una partcula negra, actuando juntas en el mismo ser, produciran un animal gris. Esta herencia particulada conserva la variabilidad (durante dos generaciones habremos mezclado animales negros, grises y blancos, y no solamente grises), mientras que en la herencia combinada se reduce la variabilidad. Si la herencia fuera combinada, la descendencia de un animal negro cruzado con uno blanco dara lugar a animales grises indefinidamente. Obviamente, ste no es el caso, hecho que puede observarse claramente en los seres humanos: a medida que se suceden las generaciones, la gente no se parece cada vez ms. Se est conservando la variabilidad.

Darwin, que era un hombre honesto y siempre se enfrentaba a las dificultades intelectuales, no conoca la herencia particulada y, en consecuencia, las crticas de un ingeniero escocs, Fleeming Jenkins, le inquietaron profundamente. Jenkins seal que la herencia (que Darwin, sin saberlo, consideraba combinada) impedira que la seleccin natural actuara eficazmente. Como an no se haba pensado en la existencia de la herencia particulada, ello represent una crtica irrefutable.

Cules son, entonces, los requisitos bsicos para que acte la seleccin natural? Es obvio que necesitamos de algo que pueda contener la informacin, es decir las instrucciones. El requisito ms importante es que debemos contar con un proceso que asegure la replicacin exacta de dicha informacin. Es cierto que en cualquier proceso se pueden cometer errores, pero deberan ocurrir slo ocasionalmente, sobre todo si la entidad que debe replicarse contiene mucha informacin. (En el caso del DNA o el RNA, la frecuencia de errores cometidos por par de bases efectivo y por generacin, en los casos ms simples debe ser bastante menor que el recproco del nmero efectivo de pares de bases).

El segundo requisito es que la replicacin produzca entidades que tengan la capacidad de copiarse por el proceso o procesos de replicacin. La replicacin no debera ser meramente como una copia de imprenta, donde a partir de los fotolitos se imprimen muchas copias de un peridico. (En trminos tcnicos, la replicacin debera ser geomtrica, no meramente aritmtica).

El tercer requisito es que los errores las mutaciones puedan copiarse, de modo que las modificaciones tiles sean susceptibles de conservarse por la seleccin natural.

Hay un ltimo requisito: que las instrucciones y sus productos se mantengan unidos (hay que evitar que se entremezclen con otros). Para lograrlo, un truco til es emplear una bolsa es decir, una clula, pero no voy a detenerme en este aspecto.

Adems, la informacin debe hacer til, o bien producir otras cosas que cumplan tareas tiles, para as ayudar a su supervivencia y producir descendencia frtil que tenga posibilidades elevadas de sobrevivir.

Junto con todo ello, el organismo necesita fuentes de materia prima (ya que debe fabricar copias de s mismo), capacidad para eliminar los productos de desecho y algn tipo de fuente de energa (energa libre). Todas estas caractersticas son necesarias, pero obviamente lo esencial es el proceso de la replicacin exacta.

No corresponde explicar aqu la gentica mendeliana con todos sus detalles tcnicos. Sin embargo, intentar dar una visin de los sorprendentes resultados que un mecanismo tan simple como la seleccin natural puede producir durante largos perodos de tiempo. Una versin ms completa y fcil de interpretar se puede encontrar en los primeros captulos del reciente libro de Richard Dawkins, The Blind Watchmaker (El relojero ciego). Cabe preguntarse el porqu del ttulo del libro. El relojero se refiere, evidentemente, al diseador a quien Paley recurri para explicar un reloj imaginario hallado tras el brezal. Pero por qu ciego? Lo mejor ser citar las propias palabras de Dawkins:

Aunque parezca lo contrario, el nico relojero de la naturaleza es la fuerza ciega de la fsica, y lo es de un modo muy especial. Un autntico relojero acta segn sus previsiones: disea sus ruedas dentadas y resortes, y planea sus interconexiones, con un objetivo futuro en su imaginacin. La seleccin natural, el proceso ciego, inconsciente, automtico, que Darwin descubri y que ahora sabemos que es la explicacin de la existencia y del objetivo aparente de las formas de vida, no tiene ningn propsito en la mente. No posee mente ni imaginacin. No planifica el futuro. No tiene visin, previsin, ni vista. Si se le atribuye el papel de relojero en la naturaleza es, por ende, el relojero ciego.

Dawkins nos da un bonito ejemplo para refutar la idea de que la seleccin natural no puede haber producido la complejidad que vemos a nuestro alrededor en la naturaleza. El ejemplo es muy simple, pero da en el blanco. Dawkins considera una frase corta (de Hamlet):

METHINKS IT IS LIKE A WEASEL

(Creo que es como una comadreja)

En primer lugar calcula lo sumamente improbable que es que alguien, escribiendo a mquina al azar (tradicionalmente un mono, pero en este caso su hija de once meses de edad o un programa adecuado de ordenador) escribiera esta misma frase, con todas sus letras en el lugar correcto. (Las probabilidades resultan ser de alrededor de 1 en 1040). Dawkins denomina a este proceso seleccin de paso nico.

A continuacin intenta una aproximacin distinta, que denomina seleccin cumulativa. El ordenador elige al azar una secuencia de veintiocho letras. Acto seguido hace varias copias, pero con cierta probabilidad de cometer errores aleatorios al copiar. Despus procede a seleccionar la copia que se parece ms a la frase en cuestin, aunque se parezca poco. Empleando esta versin ligeramente mejorada, repite este proceso de replicacin (con mutaciones) seguida de la seleccin. En el libro, Dawkins da ejemplos de algunos de los pasos intermedios. En uno de los casos, despus de treinta pasos, haba producido:

METHING IT ISWLIKE B WECSEL

y despus de cuarenta y tres pasos haba logrado la frase totalmente correcta. El nmero de pasos requeridos es, en parte, una cuestin de azar. En otras pruebas necesit sesenta y cuatro pasos, cuarenta pasos, etctera. La cuestin es que la seleccin cumulativa puede llegar al objetivo en un nmero de pasos relativamente reducido, mientras que la seleccin de paso nico tardara una eternidad.

Es evidente que el ejemplo es excesivamente simple, de modo que Dawkins intent uno ms complejo, en el cual el ordenador creaba rboles (organismos) segn unas leyes recurrentes (genes). Los resultados son demasiado complejos para reproducirlos aqu. Dice Dawkins: Nada, en mi intuicin de bilogo, nada en mi experiencia de veinte aos en la programacin de ordenadores y ninguno de mis sueos ms descabellados, me han preparado para lo que realmente surgi en la pantalla.

Si alguien duda del poder de la seleccin natural, le recomiendo encarecidamente, para salvar su alma, que lea el libro de Dawkins. Pienso que puede ser una revelacin. Dawkins expone un razonamiento ameno para demostrar hasta qu punto puede llegar el proceso de la evolucin en el tiempo de que dispone. Seala cmo el hombre, mediante la seleccin, ha producido una enorme variedad de tipos de perros tales como pequineses, bulldogs y dems tan slo en unos pocos miles de aos. Aqu el hombre es el factor importante del medio ambiente, y sus gustos peculiares han producido (por crianza selectiva, no por diseo) los fenmenos de la naturaleza que tenemos a nuestro alrededor en forma de perros domsticos. Sin embargo, en la escala evolutiva de cientos de millones de aos, el tiempo requerido para lograrlo es extraordinariamente corto. Por ello no deberamos sorprendernos de la infinitamente mayor variedad de seres que la seleccin natural ha producido a lo largo de dicha escala evolutiva.

A propsito, el libro de Dawkins contiene una crtica justa pero devastadora de La probabilidad de Dios, de Hugh Montefiore, obispo de Birmingham. Conoc a Hugh cuando era decano del Caius College de Cambridge, y concuerdo con Dawkins en que su libro es un intento sincero y honesto, por parte de un escritor acreditado y culto, de actualizar la teologa natural. Tambin estoy totalmente de acuerdo con la crtica de Dawkins.

A estas alturas debo hacer una pausa para preguntar cul es exactamente la causa de que mucha gente encuentre tan difcil de aceptar la seleccin natural. Parte de esta dificultad se debe a que el proceso es muy lento, segn nuestras pautas habituales, y por consiguiente rara vez tenemos una prueba directa de que est actuando. Tal vez el tipo de juego de ordenador que Richard Dawkins describe ayude a algunas personas a entrever el poder del mecanismo, pero no a todo el mundo le gusta jugar con ordenadores. Otra dificultad es el sorprendente contraste entre la elevada organizacin y los resultados complejos del proceso todos los organismos vivos de nuestro alrededor, y el proceso aleatorio en que se basa. Pero este contraste es ficticio, puesto que el proceso en s mismo est lejos del azar debido a la presin selectiva del medio ambiente. Sospecho que a algunas personas les desagrada la idea de que la seleccin natural no tenga objetivo. En efecto, el propio proceso no sabe adnde va. Es el medio ambiente el que indica la direccin, y a la larga sus efectos son casi totalmente impredecibles en detalle. Sin embargo, los organismos parecen haber sido diseados para actuar de un modo sorprendentemente eficaz, y en consecuencia la mente humana encuentra difcil de aceptar que no sea imprescindible un Diseador para lograrlo. Los aspectos estadsticos del proceso y el elevado nmero de organismos posibles, demasiados para que todos excepto una parte minscula hayan existido alguna vez, son difciles de comprender. Pero es evidente que el proceso funciona. Y disponemos de ejemplos, tanto en el laboratorio como en la naturaleza, de que la seleccin natural acta desde el nivel molecular hasta el nivel de organismos y poblaciones.

Creo que hay dos crticas justas a la seleccin natural. La primera es que an no se puede calcular, desde el inicio, la velocidad de la seleccin natural, excepto de un modo aproximado, aunque esto podr facilitarse cuando comprendamos ms detalladamente cmo se desarrollan los organismos. Despus de todo, es extrao que nos preocupemos de cmo han evolucionado los organismos (proceso difcil de estudiar, ya que sucedi en el pasado y es inherentemente imprevisible), cuando an no sabemos con exactitud cmo funcionan actualmente. La embriologa es mucho ms fcil de estudiar que la evolucin. La estrategia ms lgica sera la de descubrir, de un modo detallado, cmo se desarrollan los organismos y cmo funcionan, y slo entonces preocuparnos de cmo evolucionaron. Pero la evolucin es una disciplina tan fascinante que no podemos resistir la tentacin de intentar encontrarle una explicacin ahora, aunque nuestros conocimientos de embriologa sean todava muy incompletos.

La segunda crtica sugiere que quiz no conozcamos an todos los artilugios que han sido desarrollados para que la seleccin natural sea ms eficaz. Todava podemos tener sorpresas en cuanto a los mecanismos utilizados para que la evolucin sea ms fcil y rpida. El sexo, probablemente, es un ejemplo de este tipo de mecanismo, y por lo que sabemos puede haber otros sin descubrir. El DNA egosta las elevadas cantidades de DNA de nuestros cromosomas que parecen no tener una funcin obvia podra ser parte de otro (vase pgina 167-168). Es muy posible que este DNA desempee un papel esencial en la evolucin rpida de algunos de los complejos mecanismos de control gentico imprescindibles para los organismos superiores.

Pero dejando a un lado estas reservas, el proceso es poderoso, verstil y muy importante. Es sorprendente que en nuestra cultura moderna haya tan poca gente que realmente lo comprenda.

Se pueden aceptar fcilmente todos estos argumentos sobre la evolucin, seleccin natural y genes, junto con la idea de que los genes son unidades de instrucciones dentro de un programa elaborado que forma los organismos a partir del huevo fertilizado y ayuda a controlar su comportamiento posterior. Y sin embargo, an resulta posible sentirse intrigado. Podramos preguntarnos cmo pueden ser los genes tan inteligentes y qu deben de hacer para permitir la construccin de todas las partes, tan bien elaboradas y magnficamente controladas, de los seres vivos.

Para responder a estas cuestiones tenemos que comprender en primer lugar sobre qu dimensiones estamos hablando. Qu tamao tiene un gen? Cuando empec con la biologa a finales de la dcada de los cuarenta, ya haba pruebas indirectas de que un gen no era mayor, posiblemente, que una molcula grande, o sea una macromolcula. Es curioso que un argumento simple y sugestivo, basado en el conocimiento vulgar, tambin apunte en esta direccin.

A grandes rasgos, la gentica nos dice que la mitad de nuestros genes provienen de nuestra madre, del vulo, y la otra mitad de nuestro padre, del espermatozoo. Ahora bien, la cabeza del espermatozoo humano, donde estn contenidos estos genes, es muy pequea. Un espermatozoo es demasiado pequeo para ser detectado a simple vista, pero puede observarse con un microscopio de alta potencia. Y sin embargo, en este espacio tan pequeo debe alojarse una serie casi completa de instrucciones para fabricar un ser humano completo (el duplicado de la serie lo aporta el vulo). Trabajando con estos datos, la conclusin inevitable es que un gen tiene que ser pequeo, muy pequeo, de un tamao similar al de una molcula grande. Con slo esta informacin no podemos saber cul es la funcin de un gen, pero s que sera razonable considerar antes la qumica de las macromolculas.

En aquella poca tambin se saba que cada reaccin qumica de la clula est catalizada por un tipo especial de molcula grande. Estas molculas se llaman enzimas. Los enzimas son los instrumentos de la maquinaria de las clulas vivas. Fueron descubiertos por Edward Buchner, quien diez aos ms tarde recibi el Premio Nobel por este hallazgo. En sus experimentos, aplast clulas de levadura en una prensa hidrulica y obtuvo una mezcla rica en jugos de levadura. Se pregunt si estos fragmentos de clulas vivas podan llevar a cabo alguna de sus reacciones qumicas caractersticas, puesto que en aquel tiempo la mayora de la gente crea que la clula deba de estar intacta para que estas reacciones tuvieran lugar. Puesto que quera conservar el jugo, utiliz una estrategia usada en la cocina: aadi mucho azcar. Para su sorpresa, el jugo ferment la solucin de azcar! Y as fueron descubiertos los enzimas. (La palabra enzima significa en la levadura). Pronto se descubri que los enzimas podan obtenerse de muchos otros tipos de clulas, incluidas las nuestras, y que cada clula contena muchos tipos distintos de enzimas. Hasta una simple clula bacteriana puede contener ms de mil tipos distintos de enzimas. Puede haber cientos o miles de molculas de cualquier tipo.

En circunstancias favorables, es posible aislar un enzima de los restantes y estudiar su accin en solucin. Estos estudios demostraron que cada enzima era muy especfico, y que slo catalizaba una reaccin qumica determinada o, como mximo, unas pocas relacionadas. Sin el enzima determinado, en las condiciones suaves de temperatura y acidez habituales de las clulas vivas, la reaccin qumica slo se llevara a cabo lenta, muy lentamente. Se aade dicho enzima y la reaccin ocurre a una buena marcha. Si hacemos una solucin bien dispersa de almidn en agua, es poco lo que sucede. Si se escupe en ella, el enzima amilasa de la saliva empezar a digerir el almidn y a liberar los azcares.

El siguiente descubrimiento importante fue que cada uno de los enzimas estudiados era una macromolcula y que todos ellos pertenecan a la misma familia de macromolculas, denominadas protenas. El descubrimiento clave fue realizado en 1926 por el qumico estadounidense James Summers, que era manco. No es fcil trabajar como qumico cuando slo se tiene un brazo (haba perdido el otro en un accidente de caza cuando era nio), pero Summers, un hombre muy obstinado, decidi que, de todos modos, demostrara que los enzimas son protenas. Aunque prob que un enzima determinado, la ureasa, era una protena y la obtuvo en forma cristalizada, sus resultados no fueron aceptados inmediatamente. De hecho, un grupo alemn atac enrgicamente la idea, lo cual amarg a Summers, pero al final result que l tena razn. En 1946 comparti el Premio Nobel de Qumica por su descubrimiento. Aunque recientemente han aparecido algunas excepciones a esta regla, sigue siendo vlido que la mayora de enzimas son protenas.

As, las protenas son una familia de molculas sutiles y verstiles. En cuanto supe lo que eran, me di cuenta de que uno de los problemas clave consista en explicar cmo son sintetizadas.

Hubo una tercera generalizacin importante, aunque en los aos cuarenta era demasiado novedosa para que todo el mundo se decidiera a aceptarla. La idea fue de George Beadle y Ed Tatum (tambin recibiran el Premio Nobel por su hallazgo). Trabajando en el minsculo hongo del pan Neurospora, observaron que a cada mutante que estudiaban slo le faltaba un nico enzima. As, acuaron el famoso lema Un gen, un enzima.

De este modo, el esquema general de los seres vivos pareca bastante claro. Cada gen determina un enzima concreto. Algunas de estas protenas se utilizan para formar estructuras o para transportar seales, mientras que muchas de ellas son los catalizadores que deciden qu reacciones qumicas deben tener o no tener lugar en cada clula. Prcticamente cada clula de nuestro cuerpo contiene un juego completo de genes en su interior, y este programa qumico determina de qu modo cada clula metaboliza, crece e interacciona con sus vecinas. Equipado con todos estos conocimientos (para m nuevos), no me cost mucho identificar las cuestiones clave. De qu estn formados los genes? Cmo son copiados con exactitud? Y cmo controlan la sntesis de protenas, o al menos cmo influyen en ella?

Haca tiempo que se saba que la mayora de genes de una clula estaban localizados en sus cromosomas y que stos, probablemente, estaban constituidos por nucleoprotena, es decir, protena y DNA, y tal vez tambin un poco de RNA. A principios de los aos cuarenta se crea, equivocadamente, que las molculas de DNA eran pequeas y, an ms errneamente, simples. Phoebus Levene, el mximo experto de los aos treinta en cidos nucleicos, propuso que tenan una estructura regular repetida (la llamada hiptesis del tetranucletido). Esto no pareca indicar que pudieran almacenar fcilmente informacin gentica. Se crea que si los genes tenan que tener unas propiedades tan notables, probablemente estaran constituidos por protenas, ya que se saba que las protenas, como clase, eran capaces de llevar a cabo funciones extraordinarias. Tal vez el DNA tena alguna funcin asociada, como la de actuar de andamio para las protenas ms sofisticadas.

Se saba tambin que cada protena era un polmero. Es decir que consista en una cadena larga, conocida como cadena polipeptdica, construida al ensartar pequeas molculas orgnicas unidas por sus extremos, denominadas monmeros, puesto que son los elementos de un polmero. En un homopolmero como el nailon, los monmeros pequeos son normalmente idnticos. Las protenas no son tan simples. Cada protena es un heteropolmero, con cadenas ensartadas juntas a partir de un conjunto de pequeas molculas algo distintas, en este caso los aminocidos. En trminos qumicos, el resultado neto es que cada cadena polipeptdica tiene una espina dorsal totalmente regular, con pequeas cadenas laterales unidas a intervalos regulares. Se crea que haba unas veinte cadenas laterales distintas posibles (entonces el nmero exacto no se conoca). Los aminocidos (los monmeros) son como letras de fundicin. La base de cada tipo de letra de la fundicin es siempre la misma, para que puedan encajar en las ranuras que mantienen el conjunto, pero su parte superior es distinta, de modo que se pueda imprimir cada una de ellas. Cada protena tiene un nmero caracterstico de aminocidos, normalmente varios centenares, de modo que una protena concreta se podra considerar burdamente como un prrafo escrito en una lengua especial con cerca de veinte letras (letras qumicas). Entonces no se saba con certeza, como se sabe hoy, que para cada protena las letras tienen que estar en un orden especfico (como tambin tienen que estarlo en un prrafo determinado). Poco despus esto fue demostrado por el bioqumico Fred Sanger, pero era fcil conjeturar que probablemente fuera as.

De hecho, un prrafo de nuestro lenguaje es, en realidad, una larga hilera de letras. Para comodidad, se divide en una serie de lneas, escritas una debajo de la otra, pero esto es secundario, pues el significado es exactamente el mismo si las lneas son largas o cortas, pocas o muchas, siempre que no contemos las palabras al final de cada lnea. Se saba que las protenas eran muy distintas. Aunque el polipptido dorsal es qumicamente regular, contiene muchos enlaces flexibles, de modo que son posibles muchas formas tridimensionales. Sin embargo, cada protena pareca tener su propia forma, y en muchos casos se saba que esta forma era muy compacta (la palabra utilizada fue globular) en lugar de extendida (o fibrosa). Varias protenas haban sido cristalizadas y estos cristales presentaban patrones de difraccin de rayos X caractersticos, lo que sugera que la estructura tridimensional de cada molcula de un tipo de protenas era idntica (o casi idntica). Adems muchas protenas, al ser calentadas brevemente hasta el punto de ebullicin del agua o incluso a una temperatura inferior se desnaturalizaban, como si se hubieran desplegado y su estructura tridimensional se hubiera destruido parcialmente. Cuando esto suceda, la protena desnaturalizada sola perder su capacidad cataltica u otra funcin, lo que sugera que la funcin de tales protenas dependa de su exacta estructura tridimensional.

Y ahora podemos abordar el problema aparentemente insoluble. Si los genes estn formados por protenas, pareca plausible que cada gen tuviera que tener una estructura tridimensional especial, algo as como una estructura compacta. Ahora bien, una propiedad vital del gen era que pudiera copiarse exactamente de generacin en generacin, con slo algunos errores ocasionales. Lo que intentbamos dilucidar era la naturaleza general de este mecanismo de copia. Evidentemente, la manera de copiar algo era hacer una estructura complementaria un molde y despus hacer otra estructura complementaria del molde, para producir una copia exacta del original. En trminos generales as es, al fin y al cabo, como se copia la escultura. Pero entonces surgi el dilema: de esta manera es fcil copiar la parte externa de la estructura tridimensional, pero cmo es posible copiar la interna? El proceso global pareca tan misterioso que apenas sabamos cmo empezar a pensar en l.

Claro que ahora, que conocemos la respuesta, todo parece tan evidente que nadie se acuerda de lo enigmtico que entonces pareca.

Si por casualidad el lector no conoce la respuesta, le pedira que hiciera una pausa durante un momento y reflexione sobre cul podra ser. No es necesario preocuparse por los conocimientos qumicos. Es la idea bsica la que importa. El problema tambin se agravaba porque no se saba con certeza si muchas de las propiedades de las protenas mencionadas anteriormente existan. Todas parecan plausibles y muchas daban la impresin de ser muy probables; pero como en casi todos los problemas relacionados con la investigacin, siempre persistan dudas sobre si una o ms de estas suposiciones seran errneas.

Cul era entonces la respuesta? Curiosamente, yo haba encontrado la respuesta correcta antes de descubrir con Jim Watson la estructura en doble hlice del DNA. La idea bsica (no del todo nueva) era la siguiente: lo nico que deba hacer un gen era tener la secuencia de aminocidos correcta para la protena. Una vez que la cadena polipeptdica correcta se hubiera sintetizado, con todas sus cadenas laterales en la posicin adecuada, la protena, siguiendo las leyes de la qumica, se plegara correctamente en una estructura tridimensional nica. (La estructura tridimensional exacta de cada protena an estaba por determinar). Con esta hiptesis temeraria, el problema haba pasado de una estructura tridimensional a otra unidimensional, y la mayor parte del dilema original se haba desvanecido.

Claro est que no se haba resuelto el problema. Meramente haba convertido un dilema intratable en otro manejable. Pero el problema an persista: cmo hacer una copia exacta de una secuencia unidimensional. Para abordar esta cuestin debemos volver a lo que se conoca sobre el DNA.

A finales de la dcada de los cuarenta, nuestros conocimientos sobre el DNA haban mejorado en varios aspectos importantes. Se haba descubierto que, despus de todo, las molculas de DNA no eran muy cortas, aunque no estaba claro en qu medida eran largas. Ahora sabemos que parecan cortas porque siendo molculas largas (en el sentido en que un trozo de cordel es largo) podan romperse con facilidad durante el proceso de extraccin de la clula y de manipulacin en un tubo de ensayo. La agitacin de una solucin de DNA es suficiente para romper las molculas ms largas. Ahora su qumica se conoca mejor y, adems, la hiptesis del tetranucletido haba muerto, liquidada por el magnfico trabajo de un qumico de Columbia, el refugiado austraco Erwin Chargaff. Se saba que el DNA era un polmero, pero con un esqueleto dorsal muy distinto y con slo cuatro letras en su alfabeto, en lugar de veinte. Chargaff demostr que los DNA procedentes de distintas fuentes tenan unas cantidades muy diferentes de estas cuatro bases (as se llamaron). Despus de todo, tal vez el DNA no fuera una molcula tan sosa. Posiblemente era suficientemente larga y variada para contener algo de informacin gentica.

Incluso antes de que yo dejara el Ministerio de Marina se haban dado pruebas bastante inesperadas, indicativas de que el DNA podra estar cerca del ncleo del misterio. Avery, MacLeod y MacCarty, que trabajaban en el Rockefeller Institute de Nueva York en 1944, haban publicado un artculo afirmando que el factor transformante del neumococo consista en DNA puro. El factor transformante era extrado qumicamente a partir de cepas de bacterias de cubierta lisa. Cuando se aada a una cepa relacionada que careca de esta cubierta, la transformaba, de modo que algunas de las bacterias adquiran la cubierta lisa. Y, lo que era ms importante an, todos los descendientes de estas clulas tenan la misma cubierta lisa. En el artculo, los autores fueron muy prudentes en la interpretacin de sus resultados, pero en una carta ahora famosa, dirigida a su hermano, Avery se expres con ms libertad. Parece un virus puede ser un gen, escribi.

Esta conclusin no fue aceptada de inmediato. Un bioqumico muy influyente, Alfred Mirsky tambin del Rockefeller, estaba convencido de que era una impureza del DNA la que provocaba la transformacin. A continuacin, un trabajo ms minucioso de Rollin Hotchkiss, en el Rockefeller, demostr que esto era altamente improbable. Se argument que la prueba de Avery, MacLeod y MacCarty era endeble, puesto que slo se haba transformado un carcter. Hotchkiss demostr que tambin se poda transformar otro carcter. El hecho de que estas transformaciones fueran poco fiables, difciles de realizar, y que slo alteraran una minora de las clulas, no mejor la cuestin. Otra de las objeciones era que slo se haba demostrado que el proceso ocurra en estas bacterias. Adems, en aquella poca no se haba demostrado an que las bacterias tuvieran genes, aunque fue descubierto no mucho despus por Joshua Lederberg y Ed Tatum. En resumen, se tema que la transformacin hubiera sido un caso fortuito y equvoco en lo que se refiere a los organismos superiores. Esta opinin no era del todo descabellada. Una pequea prueba aislada y nica, por notable que sea, siempre est sujeta a la duda. Lo convincente es la acumulacin de varias lneas distintas de pruebas.

A veces se afirma que el trabajo de Avery y sus colegas fue ignorado y desatendido. Naturalmente, hubo un espectro de reacciones distintas frente a sus resultados, pero es difcil afirmar que nadie los conociera. Por ejemplo la Royal Society, aquel cuerpo augusto y algo conservador, premi a Avery con la Medalla Copley en 1945, citando especficamente su trabajo sobre el factor transformante. Me encantara saber quin les mand la mencin.

Sin embargo, incluso si se dejan a un lado todas las objeciones y reservas, el hecho de que el factor transformante fuera DNA puro no prueba que slo el DNA sea el material gentico en el neumococo. Lgicamente, se podr